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1 Buenos Días POST-OBLIGATORIA

Campaña Pastoral 2019-2020

Lunes, 28 de octubre

OTROS, ANTES QUE NOSOTROS, CONSTRUYERON UN MUNDO MEJOR PARA NOSOTROS

EVANGELIO: Mateo 25: El juicio final «Cuando el Hijo del hombre venga con todo su esplendor y acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todos los habitantes del mundo serán reunidos en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los machos cabríos, poniendo las ovejas a un lado y los machos cabríos al otro. Luego el rey dirá a los unos: «Venid, benditos de mi Padre; recibid en propiedad el reino que se os ha preparado desde el principio del mundo. Porque estuve hambriento, y vosotros me disteis de comer; estuve sediento, y me disteis de beber; llegué como un extraño, y me recibisteis en vuestra casa; no tenía ropa y me la disteis; estuve enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y fuisteis a verme». Entonces los justos le contestarán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento y te dimos de comer y beber? ¿Cuándo llegaste como un extraño y te recibimos en nuestras casas? ¿Cuándo te vimos sin ropa y te la dimos? ¿Cuándo estuviste enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?». Y el rey les dirá: «Os aseguro que todo lo que hayáis hecho en favor del más pequeño de mis hermanos, a mí me lo habéis hecho». LECTURA: Vestir al desnudo, de Padre Ángel, fundador de Mensajeros de la Paz En ningún momento de la Historia, ni ayer ni antes de ayer, ni hace siglos, hubo tanta solidaridad, tanta preocupación por mejorar las condiciones de vida de las personas y sobre todo de las más desfavorecidas. Existen muchísimas dificultades, lo sabemos, pero también infinidad de oportunidades. Todos somos conscientes de que la vida es preciosa; de que hay que vivirla con dignidad y ayudar a otros a poner dignidad en la suya; de que la vida hay que disfrutarla y sobre todo, compartirla. Creo que además es una obligación que tenemos todos: mirar por el bienestar de los demás. ¿Os imagináis un mundo en el que pudiéramos dar abrigo a los que tienen frío, en el que los que más tienen diesen a los que menos tienen? Parece una utopía, pero yo os aseguro que puede y debe ser una realidad, porque un mundo mejor es posible. Lo creo firmemente. Y esto es lo más hermoso y más importante que puede haber; no solo para hablar, sino para vivir por ello.



REFLEXIÓN ¿Qué puedo hacer yo para ayudar a los demás? ¿Cómo puedo mitigar ese sufrimiento que veo a mi alrededor? Yo les digo muchas veces que ya es bueno y positivo hacerse esa pregunta. Es el primer paso, la primera victoria contra la injusticia, compartir el dolor de los demás y sufrirlo como si fuera de uno. Lo siguiente es actuar y dejarse llevar por el corazón; lo demás vendrá por añadidura. A veces no se puede hacer mucho más pero esa impotencia no es una derrota ni un fracaso. [Padre Ángel: «Vestir al desnudo»] IMAGEN

ORACIÓN FINAL Padre… Creaste al ser humano a tu imagen y semejanza, para que nadie fuera humillado ni atropellado. Nos diste un mundo repleto de frutos y oportunidades, y nos lo entregaste para hacerlo la casa común. Nos diste la capacidad de trabajar, de amar, de compartir, de compadecernos… Todo para que nadie pasara necesidad ni fuera inferior o superior a nadie. Vivimos en el momento de mayores producciones,



riquezas y recursos disponibles, y, sin embargo, es la época de mayor desigualdad en la historia. Perdónanos, Padre, y enséñanos el camino para construir tu Reino de justicia e igualdad. Enséñanos la compasión, la pasión por la verdad y el bien común. Danos valentía para defender los derechos de los que no tienen oportunidad o que son ofendidos en su dignidad. Señor, enséñanos a no amarnos a nosotros mismos por encima de los demás, a no amar solamente a nuestros amigos, a no amar sólo a aquellos que nos aman. Señor, ten piedad de todos los pobres del mundo. Y no permitas, Señor, que nosotros vivamos felices solos. Haznos sentir la angustia de la miseria universal, y líbranos de nuestro egoísmo. Danos, Señor mirada compasiva para poder decir al abatido una palabra de aliento. Danos un corazón sensible para luchar por la justicia y la paz. Que no olvidemos que cuanto hagamos con nuestros hermanos, contigo lo hacemos. Y, Padre, que esto lo empecemos a vivir aquí mismo, en nuestra pequeña comunidad, como semilla para transformar nuestras familias, el vecindario, nuestra sociedad y nuestro país. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.



Martes, 29 de octubre

HAY PERSONAS DISPUESTAS A RECOGER EL TESTIGO BEATO MIGUEL RÚA

EVANGELIO: Mateo 9, 9-13. Jesús llama a Levi «Después, Jesús, volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. Y al pasar, vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado en el banco de los tributos público, y le dijo: “¡Sígueme!” Y levantándose, le siguió». LECTURA: Un gesto extraño e “iremos a medias” La casa de la familia Rúa, el Refugio, donde estaba provisionalmente, el Oratorio y la Escuela de los Hermanos de La Salle, de la que era alumno, no estaban lejos. Miguelito se encontraba con cierta frecuencia con don Bosco en las idas y venidas. Como D. Bosco distribuía generosamente medallas y estampas, en una ocasión del año 1847, Miguelito le pidió una estampa. Don Bosco, como quien no tiene prisa, se para y le pone el bonete en la cabeza sonriendo. Miguelito, insiste en su petición: “deme una estampita; una estampita, por favor”. Don Bosco alargó la palma de su mano izquierda y con la derecha, en ademán de cortarla, le decía sonriendo: “¡Toma, toma! ¡Miguelito, toma! Iremos a medias”. La escena se repitió varias veces. Miguel no comprendía aquel gesto ni aquellas palabras... En la primavera de 1847 Miguel se inscribió con su hermano Luis en un grupo formativo del Oratorio. Don Bosco necesitaba colaboradores para atender a las necesidades presentes y para perpetuar su obra. Contaba con Miguel, su vocación estaba decidida. Miguel dedicaba todas las horas libres para ayudar a don Bosco como animador del Oratorio festivo. En otoño de 1852 don Bosco le dice: “Necesito que me eches una mano. Para la Fiesta de la Virgen del Rosario, vendrás conmigo a la casa de los Becchi donde hay una capilla, te impondrás la sotana. De ese modo, al comenzar el curso escolar, aun quedándote con tu madre, serás animador de tus compañeros. ¿Estás de acuerdo?”. “De acuerdo”, respondió Miguel. El domingo día tres de octubre fue un día imborrable para el joven quinceañero. En el viaje de regreso a Turín, Miguel evoca la misteriosa escena de hacía tres años cuando en lugar de darle la estampita que le pedía, don Bosco hace el ademán de darle la mitad de su mano acompañado de las palabras “Iremos a medias”. “¿Qué quería decirme?”, pregunta Miguel. “Hijo mío, deberías ya haberlo comprendido, pero lo comprenderás mejor más adelante. Compartiremos juntos alegrías y tristezas, preocupaciones y responsabilidades, todo a medias”. Con palabras sencillas, don Bosco le había desvelado el secreto. ¡Era ya el clérigo Rúa!



Apenas ordenado sacerdote, a sus 26 años, don Bosco lo nombró director de las escuelas de “gimnasio” del Oratorio con 300 muchachos. Le tocó responsabilizarse de los aprendices cuando surgieron los primeros talleres, algunos iban a trabajar fuera. Don Rúa lo hacía todo humildemente, fiel a todas las decisiones de don Bosco A finales de julio, una mañana, en el calor del verano turinés, al salir de casa, en el portalón del Oratorio, cae desfallecido. Don Bosco estaba ausente, los médicos pronosticaron el desenlace de su muerte. Con gran fe recibió el Viático. Toda la Casa estaba conmovida. Avisado don Bosco, llegó aquella misma tarde del 29 de julio. Al llegar, superiores y alumnos salieron a su encuentro rogándole que subiera a la habitación y le diera la Bendición de María Auxiliadora. Don Bosco sin turbarse dijo: “Estad tranquilos, yo conozco a don Rúa. No se irá sin pedirme permiso”. Entró en la iglesia largo rato, luego subió a la cabecera de don Rúa. “Óyeme bien. Yo no quiero, ¿entiendes? Yo no quiero que te mueras. Tienes que curarte. Tendrás que trabajar y trabajar mucho a mi lado. Nada de morirte. Óyeme bien. Aunque te tirase por la ventana estando como estás, no te morirás”. Francesia y Cagliero, compañeros de Miguel, lo habían visto y oído todo y se convencieron de que don Bosco hablaba en sueños con la Virgen y le arrancaba favores imposibles. Tenía la garantía de que “aquel muchacho”, el único que había sobrevivido de todos sus 8 hermanos, la Virgen lo iba a dejar junto a él toda la vida. El sucesor Don Bosco Don Cagliero comenta con Don Bosco: “veo tres probables sucesores”. Después de una larga pausa dice: “Por ahora solo veo a don Rúa”. Don Bosco no lo contradijo, al contrario, exclamó: “Tenemos un solo D. Rúa. Él siempre ha sido y lo es el brazo derecho de don Bosco”. Don Cagliero le contestó: “No solo el brazo sino la cabeza, el ojo, la mente, el corazón”. Don Rúa muere el 6 de abril de 1910 a los 73 años de edad. Es beatificado el 29 de octubre de 1972 por el Papa Pablo VI. REFLEXIÓN

Leví recibe la propuesta de Jesús: “Sígueme”. Don Rúa recibe un gesto y una promesa de Don Bosco: “Iremos a medias en todo”. ¿Has recibido, has sentido algún signo motivador para orientar tu vida? ¿Te sientes como D. Rúa, comprometido, generoso y fiel a tus convicciones?



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ORACIÓN FINAL Padre Bueno, Tú llamaste a Miguel Rúa para ir a medias con don Bosco en la tarea de formar “honrados ciudadanos y buenos cristianos”. Te pedimos que nos concedas alcanzar esta meta por la intercesión de Miguel Rúa. Te lo pedimos llenos de confianza por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

María, auxilio de los creyentes. Ruega por nosotros.



Miércoles, 30 de octubre

LOS SANTOS, FIGURAS QUE NOS SIRVEN DE MODELO Y REFERENCIA

EVANGELIO: Lucas 13, 22-30 «Uno le preguntó: “Señor, ¿serán pocos los que se salven?”. Jesús les dijo: “Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: “Señor, ábrenos” y él os replicará: “No sé quiénes sois”. Entonces comenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas. Pero él os replicará: “No sé quiénes sois. Alejaos de mí”. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos».

LECTURA El pasado enero, el Papa Francisco recordó su experiencia educativa con los salesianos en el colegio Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, en la ciudad argentina de Ramos Mejía, donde cursó Sexta Elemental, y reconoció que allí “tuve la suerte de vivir y de disfrutar también yo del clima de alegría y de familia”. “Los salesianos me han formado en la belleza, el trabajo y en el estar muy alegre, y ese es vuestro carisma”. REFLEXIÓN

¿Reconoces en tu centro ese “carisma” al que hace referencia el Papa Francisco? ¿En qué actitudes? Reflexiona sobre la base del carisma salesiano y responde con el corazón.



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ORACIÓN FINAL Invoquemos a los patronos y santos de nuestra Familia Salesiana. Virgen Inmaculada, Auxiliadora de los Cristianos. Madre y guía nuestra: Bendice a la Familia Salesiana. San Francisco de Sales, patrono y modelo de bondad y simpatía: Bendice a la Familia Salesiana. San Juan Bosco, padre y maestro de la juventud: Bendice a la Familia Salesiana. Santa María Mazzarello, madre y fundadora: Bendice a la Familia Salesiana. Santo Domingo Savio,

fruto del sistema educativo de Don Bosco: Bendice a la Familia Salesiana. Beato Miguel Rúa, brazo derecho de Don Bosco: Bendice a la Familia Salesiana. Beata Laura Vicuña, heroica seguidora de Jesús: Bendice a la Familia Salesiana. Santos y santas anónimos de la Familia Salesiana, que estáis en la casa del Padre, según la promesa de Don Bosco: Bendecid a la Familia Salesiana.



Jueves, 31 de octubre

SER SANTOS CONSISTE EN VIVIR LA VIDA PLENAMENTE. TODOS PODEMOS SERLO

LECTURA BÍBLICA: Romanos 12, 10-18 «Amaos cordialmente unos a otros; que cada cual estime a los otros más que a sí mismo; en la actividad, no seáis negligentes; en el espíritu, manteneos fervorosos, sirviendo constantemente al Señor. Que la esperanza os tenga alegres; manteneos firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración; compartid las necesidades de los santos; practicad la hospitalidad. Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis. Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran. Tened la misma consideración y trato unos con otros, sin pretensiones de grandeza, sino poniéndoos al nivel de la gente humilde. No os tengáis por sabios. A nadie devolváis mal por mal. Procurad lo bueno ante toda la gente; En la medida de lo posible y en lo que dependa de vosotros, manteneos en paz con todo el mundo». LECTURA “Os invito, queridos amigos, a descubrir vuestra vocación [...]. Si de veras deseáis servir a vuestros hermanos, dejad que Cristo reine en vuestros corazones, que os ayude a discernir y crecer en el dominio de vosotros mismos, que os fortalezca en las virtudes, que os llene sobre todo de su caridad, que os lleve por el camino que conduce a la «condición del hombre perfecto» ¡No tengáis miedo a ser santos!”

(S. Juan Pablo II, homilía durante la JMJ de Santiago de Compostela, 1989)

REFLEXIÓN: ¿Qué es “ser santo”? Quizá tenemos la idea de que ser santo consiste en ser perfecto. Puede que solo nos vengan a la cabeza esas imágenes de santos que hay en iglesias y catedrales, con ropajes de otra época y caras de no haber roto un plato.

Es cierto que ha habido santos que han sido personas de gran bondad o de conducta intachable. Pero también ha habido santos con carácter, como Santa Teresa de Jesús o nuestro San Juan Bosco; o



santos que han pasado por auténticas crisis de fe, como San Juan de la Cruz o Santa Teresa de Calcuta. Pero todos tenían en común algo fundamental: su confianza en Dios.

Así pues, para ser santo hace falta una cosa importante: dejar de mirarse a uno mismo. En el fondo todos somos bastante parecidos. A todos nos cuesta reconocer que somos un poco desastres, que nos gustaría ser de una forma pero somos de otra, que no tratamos a la gente como quisiéramos y les fallamos o incluso les hacemos daño. En definitiva, que somos débiles.

Pero, ¿y si hubiera alguien a quien no le importara tu debilidad? ¿Y si, al contrario, contara con ella, con tus imperfecciones, con tus “rayadas”, con tus “yo no puedo” o “no valgo”? ¿Y si Dios no mirara cómo eres, sino quién eres? ¿Y si solo viera de lo que eres capaz y Él te ayudara a sacar lo mejor de ti mismo? ¿Con momentos de duda? ¡Claro! ¿Con fallos y caídas? ¡Seguro! Pero con la certeza de que Él siempre va a estar ahí para echarte una mano, para levantarte cuando hayas tropezado.

Como decía San Juan Pablo II, “no tengas miedo a ser santo”. Tú también puedes serlo. ¿Te atreves?

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ORACIÓN FINAL (Atribuida a San Francisco de Asís)

Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. Que allá donde hay odio, yo ponga el amor. Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión. Que allá donde hay error, yo ponga la verdad. Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe. Que allá donde hay desesperación, yo ponga la esperanza. Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría. Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, cuanto consolar, ser comprendido, cuanto comprender, ser amado, cuanto amar. Porque es dándose como se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, es perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida eterna.

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