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    TPICOS ERTICOS DEARS AMATORIA, OVIDIO, ENLA REGENTADE CLARN.

    Carlos M. Cabanillas Nez

    I. INTRODUCCIN.

    El presente trabajo pretende slo ser una muestra ms de cmo en cualquier obraliteraria se pueden encontrar ecos de creaciones anteriores, de cmo funciona la transmisinde la literatura; concretamente, del fuerte influjo que Leopoldo Alas recibe de la literaturaclsica.

    Las pginas siguientes las dedicamos al comentario de ciertos tpicos concurrentes en Ars Amatoria de Ovidio y La Regenta de Clarn, si bien haremos tambin referenciasespordicas a otras obras de los siglos XIX y sobre todo XX, que presentamos a ttulomeramente ilustrativo.

    Resulta claro que el argumento de La Regenta se presta muy bien a la aparicin decualquier tpico ertico, pues su argumento sigue las oscilaciones de la herona entre latentacin ertica y el entusiasmo religioso (...); Ana es atrada alternativamente por dosmanifestaciones del mismo impulso.1 La manifestacin literaria de este vaivn ertico tiene

    por fuerza, y tal vez de manera inconsciente, que concurrir con manifestaciones de literatura

    ertica anterior, pues estamos, en ltimo trmino, ante variantes de expresin de un mismosentimiento: el amor, ya sea el amor ideal/mstico o el amor fsico/romntico.

    En definitiva, evidentemente, los tpicos que vamos a analizar son algunos de lostpicos erticos que la literatura latina tom de la poesa helenstica2; pero hemos preferidotomar como punto de referencia Ars Amatoria por ser un compendio de tcnica ertica, quenos puede servir de hilo argumental en la exposicin de los datos, aun cuando hagamosreferencias a otras expresiones de estos tpicos en la literatura clsica.

    Ars Amatoria, toda ella, es en s misma el desarrollo de un tpico, el praeceptor

    amoris. Ovidio se erige en gran maestro del amor, en gua de enamorados y/o donjuanes, en lapersona que necesitan Fermn de Pas y lvaro Mesa para conquistar a Ana Ozores, cada unocon intenciones -tal vez?- diferentes.

    II. LOS DATOS.

    Tpicos erticos deArs Amatoria, Ovidio, enLa Regenta de Clarn 1Carlos Cabanillas

    C. Cabanillas. Febrero 2000

    1 Frances W. Weber Ideologa y parodia religiosa en La Regenta, en F. Rico (ed.) Historia y Crtica de la

    Literatura Espaola (Romanticismo y Realismo), Barcelona, Crtica, 1982, 590-591.

    2 C. Giangrande, Los tpicos helensticos en la elega latina,Emerita 72 (1974), 1-36.

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    1. En este primer apartado dedicamos nuestra atencin a la concurrencia de tpicosreferidos a la relacin amorosa, tanto a la relacin en s misma como a la situacin de losamantes dentro de ella.

    i) De entre todas las concepciones tpicas del amor, la que ms se repite en La

    Regenta es la concepcin del amor como una milicia; es el tpico conocido como militiaamoris3, en el que el amor y todas sus peripecias se comparan con una empresa blica.Veamos algunos ejemplos:

    Supongamos que Ana consenta en hablar con don lvaro a solas. Dnde podaser? En casa del Regente? Imposible, pensaba el seductor; esto ya sera una traicin formal, de las que asustan ms a las mujeres; (...). La casa de Paco era un terrenoneutral; el lugar ms a propsito para comenzar en regla un asedio y esperar losacontecimientos. Don lvaro lo saba por larga experiencia. En casa de Vegallanahaba ganado sus ms heroicas victorias de amor. (La Regenta I, 293-944).

    Pues bien, haba empezado a minar aquella fortaleza. Era todo un plan!

    Esperaba en el buen xito, pero no se apresuraba. l, el conquistador a lo Alejandro, elque haba rendido la castidad de una robusta aldeana en dos horas de pugilato, el quehaba deshecho una boda en una noche (...), en los casos graves proceda con lapaciencia de un estudiante tmido que ama platnicamente. (La Regenta I, 295-295).

    Y al acostarse, al dejar en una percha una prenda de abrigo interior, de franela,murmur a media voz don lvaro, como hablando con el lecho, a cuyo embozo echabamano:

    -Lstima que la campaa me coja un poco viejo!... (La Regenta II, 313).

    Y lo que l tema no era la enfermedad por la enfermedad, la vejez por la vejez;no, era un buen soldado del amor, hroe del placer, sabra morir en el campo de batalla(La Regenta II, 450).

    Este tpico ertico de la militia amoris5 aparece en Ars Amatoria formulado en lossiguientes trminos:

    Militiae species amor est; discedite, segnes:Non sunt haec timidis signa tuenda viris.

    Nox et hiems longaeque viae saevique doloresMollibus his castris et labor omnis inest (II 233-236).

    Hic rudis et castris nunc primum notus Amoris,Qui tetigit thalamos praeda novella tuos,

    Te solam norit, tibi semper inhaereat uni: (III 559561).Ille vetus miles sensim et sapienter amabit,

    Multaque tironi non patienda feret: (III 565-566).

    Tpicos erticos deArs Amatoria, Ovidio, enLa Regenta de Clarn 2Carlos Cabanillas

    C. Cabanillas. Febrero 2000

    3 J.A. Bellido, El motivo literario de la militia amoris en Plauto y su influencia en Ovidio, Estudios Clsicos31 (1989), 21-32; A. Spies, Militat omnis amans. Ein Beitrag zur Bildersprache der antinken Erotik, Diss.Tbingen, 1930; P. Murgatroyd, Militia amoris and the Roman elegists, Latomus 34 (1975), 59-79; F.Pejenaute, La militia amoris en algunas colecciones de poesa latina medieval, Helmantica 29 (1978),195-203; L.G.M. Cahon, The bed as battlefield: erotic conquest and military metaphor in Ovids Amores,TAPhA 118 (1988), 293-307.

    4 Leopoldo Alas Clarn,La Regenta. Madrid. Castalia, 1987. Para todas las citas deLa Regenta.

    5 El tpico su ms esquemtico y explcito enunciado en Amores I, IX, 1: militat omnis amans, et habet suacastra Cupido. Otros ejemplos,Ec. X, Tibulo I, 1.

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    Resulta interesante la diferencia de matiz que aparece en Ovidio entre los trminos

    vetus/senex. Para Ovidio, la madurez del hombre no supone una traba para la prctica ertica,sino una forma diferente de concebirla (ille vetus miles sensim et sapienter amabit). Vetustiene un sentido positivo, implica experimentacin; por su parte, el trmino senex designa al

    soldado intil y al amante agotado6. lvaro Mesa se queja del cansancio de la edad para losrequerimientos de su campaa (Lstima que la campaa me coja un poco viejo!), no es unvetus miles, sino simplemente unsenex.

    ii) El segundo tpico que vamos a presentar es la alabanza de la mujer madura comoobjeto de amor. As enLa Regenta:

    -Para gozar, deca, las de treinta a cuarenta. Son las que saben ms y mejor, yquieren a uno por sus prendas personales. (La Regenta I, 291).

    Y en Ovidio:

    Seu te forte iuvat sera et sapientior aetas,Hoc quoque, crede mihi, plenius agmen erit. (I 65-66)

    Adde, quod est illis operum prudentia maior,

    Solus et artifices qui facit, usus adest:Illae munditiis annorum damna rependunt,

    Et faciunt cura, ne videantur anus.Utque velis, venerem iungunt per mille figuras:

    Invenit plures nulla tabella modos.Illis sentitur non inritata voluptas: (II 675-681).

    En el tratamiento del tpico siempre se destaca la experiencia como fuente de placer(saben ms y mejor/ sapientior aetas).

    A ttulo ilustrativo, aadimos una referencia a este mismo tema, que hemos encontradoenBella en las tinieblas, de Manuel de Lope:

    Era como los jardines que cobran sombras, volumen y densidad con el paso de lasestaciones, y cuyo recorrido provoca placeres ms profundos y sensatos que laviolencia de la primera edad. (30).7

    iii)Tratamos a continuacin un tpico ertico que aparece en La Regenta y que notiene una clara referencia enArs Amatoria8, pero s en Catulo, concretamente en una de suscomposiciones ms celebradas, la LXXXV:

    Odi et amo. Quare id faciam, fortasse requiris.Nescio, sed fieri sentio et excrucior.

    Tpicos erticos deArs Amatoria, Ovidio, enLa Regenta de Clarn 3Carlos Cabanillas

    C. Cabanillas. Febrero 2000

    6 Ovidio,Amores I 9, 4: turpe senex miles, turpe senilis amor.

    7 M. de Lope, Bella en las tinieblas. Madrid. Alfaguara, 1998.

    8 S podemos encontrarlo enAmores III 11b:Luctantur pectusque leve in contraria tendunt

    hac amor hac odium, sed, puto, vincit amor.

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    Esta concepcin del amor como una tortura (excrucior) que el amante no puedeexplicar y de la que no puede escapar, y ante la que slo puede dejarse hacer ( fieri sentio),aparece enLa Regenta en los siguientes trminos:

    El alma saltaba a las ideas ms altas, al sentimiento pursimo de la caridaduniversal..., no saba a qu; ello era que se senta desfallecer de tanta emocin. (LaRegenta II, 52).

    La correspondencia entre ambos textos es clara:

    - Ignorancia: nescio/no saba.- Sufrimiento pasivo:fieri sentio/se senta; excrucior/desfallecer.

    Como curiosidad incluimos los siguientes ejemplos referidos a este mismo tpico enobras y autores muy dispares:

    Yo mismo no s por qu la amo as. ( Dostoievski,El jugador, 49)9.

    Es que no lo s, dijo l, pero estos das he estado con ganas de llorar, y senta unacosa muy rara. Qu cosa. No s, seorita, pero era como si tuviera la carne calientey el hueso fro [...]. (Landero, Caballeros de Fortuna, 147)10.

    2. En el segundo apartado del trabajo vamos a tratar los tpicos referidos a lastcnicas erticas, a las habilidades para encontrar, seducir y conservar a la persona amada. Setrata aqu de ver la vigencia que los consejos de Ovidio, praeceptor amoris del siglo I a. C.,tienen enLa Regenta, diecinueve siglos despus.

    i) Para cualquier amante en potencia, lo primero es encontrar el objeto de amor.Dnde buscar? Es el primer problema que se plantea Ovidio, y afirma que uno de loslugares ms propicios es el teatro:

    Respiciunt, oculisque notant sibi quisque puellamQuam velit, et tacito pectore multa movent.

    Dumque, rudem praebente modum tibicine Tusco,Ludius aequatam ter pede pulsat humum,

    In medio plausu (plausus tunc arte carebant)Rex populo praedae signa petita dedit. (II 109-114)

    As parece ocurrir tambin en Clarn, como muestran las siguientes palabras deVisitacin, que informa a Mesa sobre el comportamiento de Ana en el teatro:

    En el teatro, en el momento en que t vuelves la cara, te clava los ojos, y cuando el pblico est ms atento a la escena y ella cree que nadie la observa, te clava losgemelos. (La Regenta I, 333)

    Lo que en Ovidio aparece concebido como lugar de bsqueda y teatro de operacionesal mismo tiempo, Clarn lo presenta solamente como lo segundo, un lugar donde poner en

    Tpicos erticos deArs Amatoria, Ovidio, enLa Regenta de Clarn 4Carlos Cabanillas

    C. Cabanillas. Febrero 2000

    9 F. Dostoievski,El jugador. Madrid, Unidad Editorial 1999.

    10 L. Landero, Caballeros de Fortuna. Barcelona, Tusquets 1994.

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    prctica las tcticas de seduccin (en Vetusta no hay nada que buscar: todo est a la vista), alabrigo de la muchedumbre.

    Es interesante la correspondencia oculis notant/clava los ojos. Los ojos, lamirada- hay que notar que, frente a Ovidio, en Clarn es la mujer la que seala con su mirada-,

    se conciben como arma ertica: son los que lanzan las saetas de Cupido. As tambin lovemos en Propercio I 1,1:

    Cynthia prima suis miserum me cepit ocellis

    y enLa Regenta:

    S, dos aos llevaba de prudente, sigiloso culto externo, casi siempre mudo, sin mselocuencia que la de los ojos, ciertas idas y venidas, y determinadas actitudes ora detristeza, ora de impaciencia, tal vez de desesperacin. (La Regenta I, 295).

    En el teatro, y en otras ocasiones propicias, aconseja Ovidio buscar los rocesinvoluntarios?, con la amada:

    Proximus a domina, nullo prohibente, sedeto,Iunge tuum lateri qua potes usque latus;

    Et bene, quod cogit, si nolis, linea iungi,Quod tibi tangenda est lege puella loci. (I 139-142)

    Y don lvaro, que conoce el consejo, no sabe si es el momento de seguirlo:

    Dudaba don lvaro si deba en aquella situacin atreverse a acercarse un poco ms delo acostumbrado. Senta en las rodillas el roce de la falda de Ana, ms abajo adivinaba su pie, lo tocaba a veces un instante. [...] Por estas consideraciones, que le estabandando vergenza, que le parecan ridculas al cabo, don lvaro resisti el vehementedeseo de pisar un pie a la Regenta o tocarle la pierna con sus rodillas. (La Regenta II,50-51).

    ii) Tratamos a continuacin los consejos que don lvaro, como cualquier amante,puede encontrar enArs amatoria para el momento en que decida lanzarse definitivamentea la conquista de la amada. El primero, tal vez el ms importante, es el de tener plenaconfianza en uno mismo:

    Prima tuae menti veniat fiducia, cunctasPosse capi; capies, tu modo tende plagas. (I 269-270).

    La de ahora, tmida, rpida, miedosa, le pareci una esperanza ms, la sumisin de Ana, el triunfo. No sera tanto, pero l se alegraba de verse animado. Sin fe en smismo no dara un paso. Y haba que dar muchos y pronto. (La Regenta I, 354)

    Resuelto y confiado, el amante debe armarse de paciencia para preparar el asediodefinitivo a la fortaleza:

    Si nec blanda satis, nec erit tibi comis amanti

    Perfer et obdura: postmodo mitis erit.Flectitur obsequio curvatus ab arbore ramus:Frangis, si vires experiere tuas.

    Tpicos erticos deArs Amatoria, Ovidio, enLa Regenta de Clarn 5Carlos Cabanillas

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    Obsequio tranantur aquae: nec vincere possisFlumina, si contra, quam rapit unda, nates

    Obsequium tigresque domat Numidasque leones;Rustica paulatim taurus aratra subit. (II 177-184).

    Al pie de la letra lo toma don lvaro:

    Era todo un plan! Esperaba el buen xito, pero no se apresuraba. l, [...] el Tenoriorepentista, en los casos graves proceda con la paciencia de un estudiante tmido queama platnicamente. [...] S, dos aos llevaba de prudente, sigiloso culto externo, casi siempre mudo, sin ms elocuencia que la de los ojos, ciertas idas y venidas, ydeterminadas actitudes ora de tristeza, ora de impaciencia, tal vez de desesperacin.(La Regenta I, 294-295).

    Nos interesa resaltar ciertas concordancias temticas entre estos dos ltimos textos:

    - Perfer et obdura/paciencia.- Paulatim/no se apresuraba.- Obsequium, obsequio/sigiloso culto externo.

    iii)Con la confianza en uno mismo y la paciencia como presupuestos ideolgicos quetodo amante debe asumir, no hay que desdear por otro lado una serie de artimaas a lasque habr que recurrir en los momentos oportunos. La treta amatoria ms recomendada en

    La Regenta es, sin duda, buscar la complicidad de la servidumbre como medio deacercamiento a la amada:

    A don lvaro se le ocurra que sin tener de su parte a una criada, a la doncella,mejor, era todo, si no imposible, muy difcil; pero ni siquiera se atrevi a proponer a

    Anita su idea; [...]. Pero otra cosa era conquistar a la criada sin que lo supiera el ama. [...] Enausencia de Ana y de don Vctor, detrs de la puerta, en los pasillos, donde poda, don lvaro comenz el ataque a Petra, que se rindi mucho ms pronto de lo que lesperaba. (La Regenta II, 452).

    Tambin para el rival de Mesa, Fermn de Pas, vale este consejo de buscar lacomplicidad de la servidumbre, si bien lvaro utiliza a la criada para encubrir sus encuentrosamorosos, mientras que De Pas se sirve de ella como medio de acceso a la Regenta:

    Esto lo dijo Petra muy bajo, sacando la cabeza fuera del portal, y cerr con grancuidado de no hacer cualquier ruido.

    Don Fermn!, pens el Magistral. Por qu me llama sta don Fermn? Quse habr figurado? Mejor, mejor... S, mejor. Conviene tenerla propicia como a la otra.

    La otra era Teresina, su criada. (La Regenta II, 79).

    Y adems a l convena tener de su parte a la doncella de la Regenta, hacerlasuya, completamente suya... (La Regenta II, 400).

    Buena prueba era l mismo, que a pesar de sentirse enamorado por modo anglico,caa una y otra vez en groseras aventuras, y satisfaca como un miserable los apetitosms bajos. Y al fin Teresina... era de su casa, pero Petra era de la otra, de Ana. Ya no sedisculpaba con los sofismas del maquiavelismo, de la conveniencia de tener de su partea la criada. (La Regenta II, 417).

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    Ovidio expresa as este consejo11:

    Sed prius ancillam captandae nosse puellaeCura sit: accessus molliet illa tuos. (I 351-352).

    Hanc tu pollicitis, hanc tu corrumpe rogando: (I 355).

    Casus in eventu est: licet hic indulgeat ausis,Consilium tamen est abstinuisse meum. (I 379-380).

    Si tamen illa tibi, dum dat recipitque tabellas,Corpore, non tantum sedulitate placet,

    Fac domina potiare prius, comes illa sequatur:Non tibi ab ancilla est incipienda venus12. (I 383-386).

    Adems de la colaboracin de la servidumbre, siempre que sea posible hay que contarcon la complicidad del imbcil del marido13:

    Sint etiam tua vota, viro placuisse puellae:Utilior vobis factus amicus erit. (I 579-580).

    Adems, siempre que se le ofreca, aprovechaba la ocasin de estrechar suamistad con el simptico aragons, que haba de ser su vctima, andando el tiempo, opoco haba de poder l. (La Regenta II, 53).

    Y adems era casi imposible! Pocas veces se haba atrevido a visitar a la Regenta,que no le reciba si no estaba don Vctor en casa. Quintanar, en cambio, le abra losbrazos y le estrechaba con efusin, cada da ms enamorado, como l deca, de aquelhermoso figurn; (La Regenta II, 99).

    Siempre cabe un ltimo recurso en caso de que veamos que nuestro asedio noprospera, es el recurso a la violencia14:

    Illa licet non det, non data sume tamen.Pugnabit primo fortassis, et improbe' dicet:

    Pugnando vinci se tamen illa volet.Tantum ne noceant teneris male rapta labellis,

    Neve queri possit dura fuisse, cave.Oscula qui sumpsit, si non et cetera sumet,

    Haec quoque, quae data sunt, perdere dignus erit.Quantum defuerat pleno post oscula voto?

    Ei mihi, rusticitas, non pudorille fuit.Vim licet appelles: grata est vis ista puellis:

    Quod iuvat, invitae saepe dedisse volunt.

    Tpicos erticos deArs Amatoria, Ovidio, enLa Regenta de Clarn 7Carlos Cabanillas

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    11 Ver tambinAmores I 11, II 8.

    12 Por desgracia para l, lvaro no sigue este consejo: Ignoraba, por ejemplo, que Petra poda permitirse el lujode servirle bien a l sin pensar en el inters, sin ms pago que el del amor con que el gallo vetustense ya nopoda ser manirroto. (La Regenta II, 452-453).

    13 Para los insultos al marido hay que recordar a Catulo LXXXIII, mule, y OvidioAmores II 19, 1 (si tibi nonopus est servata, stulte, puella), igual que en La Regenta II, 453: Vengbase protegiendo ahora los amores deMesa y Ana del idiota de don Vctor, [...]. Y tambin en La Regenta II, 54: (Animal!, pens donlvaro.)

    14 Ms pasajes de violencia contra las mujeres en la elega latina: Prop. II 5, 21-26; Tib. I 6, 73-74; I, 10, 53-66;Ov.Am. I 7 yArs II 169-172.

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    Quaecumque est veneris subita violata rapina,Gaudet, et inprobitas muneris instar habet.

    At quae cum posset cogi, non tacta recessit,Ut simulet vultu gaudia, tristis erit. (I 664-678).

    EnLa Regenta encontramos varias referencias a este recurso definitivo:

    As era el cuarto de hora15 de Anita, y no como se lo figuraba don lvaro, que mientrashablaba, sin propasarse, estaba pensando en dnde poda dejar un momento el caballo. No haba modo; sin violencia, que poda echarlo todo a perder, no se poda buscarpretexto para subir a la casa de la Regenta en aquel momento. (La Regenta II, 28).

    Crea con fe inquebrantable que ya su nico recurso sera la ocasin dificilsima, casiimposible, de un ataque brusco, brbaro, coincidiendo con otro cuarto de hora. Peroesto no colmaba su deseo, no satisfaca su amor propio, sera un placer efmero y unavenganza. (La Regenta II, 98-99).

    De boca del propio Mesa, convertido en praeceptor amoris en una reunin deamigotes, seguidas de una detallada lucha ertica que en cierta ocasin entabl el tenorio conuna aldeana:

    - Otras veces, amigos, haba que recurrir a la fuerza. Renunciar a unavictoria que se consigue con los puos y sudando gotas como garbanzos, entrearaazos y coces, es ser un platnico del amor, un cursi; el verdadero don Juan del siglo, y de todos los siglos tal vez, vence como puede; es romntico, caballeresco,pundonoroso cuando conviente; grosero, violento, descarado, torpe, si hace falta. (LaRegenta II, 175).

    Reseemos las correspondencias entre este ltimo texto deLa Regenta y el anterior deOvidio:

    - Vim licet appelles/haba que recurrir a la fuerza. La actitud de don lvaro frentea los amigos, contando sus batallitas erticas, es similar a la que Ovidio aconseja alamante, pero no es la que Mesa considera adecuada para el caso de Ana (sinviolencia, que poda echarlo todo a perder, no se poda buscar pretexto para subira la casa de la Regenta en aquel momento): el amor de Mesa por Ana o suorgullo herido- convierte este affaire en algo ms que la bsqueda del goce fsico,que constituye el nico fin para el amante de Ovidio (Pero esto no colmaba su

    deseo, no satisfaca su amor propio, sera un placer efmero y una venganza).

    - Pugnabit, pugnando/con los puos. En Ovidio pugno designa la accin de lamujer, mientras que en Clarn son los puos del hombre los que aparecen. Dehecho, el papel de la mujer en la lucha apenas aparece en el texto de Clarn(araazos y coces), en tanto que Ovidio deja bien claro que grata est vis ista

    puellis, dando por sentado que la resistencia de la mujer es puro juego ertico.

    Tpicos erticos deArs Amatoria, Ovidio, enLa Regenta de Clarn 8Carlos Cabanillas

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    15 Esta referencia al momento exacto en qu realizar la tentativa del asalta parece estar tomada de Ovidio,ArsAmatoria I 359-362:

    Mens erit apta capi tum, cum laetissima rerum

    ut seges in pingui luxuriabit humo.Pectora dum gaudent nec sunt adstricta dolore,

    ipsa patent, blanda tum subit arte Venus.

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    - Vinci se tamen illa volet/vence como puede: de nuevo vemos en Ovidio lavoluntad de la mujer.

    - Rusticitas/un platnico del amor, un cursi: el sentido de ambas expresiones, en

    sus respectivos contextos, puede ser aproximado y referirse a lo que est fuera dela moda, de los usos de la gente in.

    III. CONCLUSIN.

    Clarn se sirve de los tpicos erticos de la literatura clsica, como hizo Ovidio, pero,como ste, incorpora su visin personal y adapta su tratamiento a los requerimientos de sutiempo y de su obra. Resulta evidente que se trata de textos y momentos muy dispares; estambin claro que el Mesa de La Regenta es un personaje mucho ms complejo que elamante genrico a quien Ovidio dirige su Ars Amatoria. Pero nos ha interesado resear estascorrespondencias literarias entre Ovidio y Leopoldo Alas, aunque sea slo como una pruebams del inters y el aprecio de ste ltimo por las humanidades clsicas16, y como unamuestra de la validez de la tradicin clsica para la exgesis de textos literarios de cualquierpoca y gnero.

    Tpicos erticos deArs Amatoria, Ovidio, enLa Regenta de Clarn 9Carlos Cabanillas

    C. Cabanillas. Febrero 2000

    16 Ver ngel Ruiz Prez, Clarn y el mundo clsicoEstudios Clsicos 111 (1997), 61-71.