P. Dávila (Los Reyes Magos)

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 LOS REYES MAGOS …¿Quiénes eran esos Magos de Oriente La palabra mago ha tenido muchos significados peyorativos, como si que fueran adivinos por ejemplo. Los magos no eran nada de eso, ni brujos, ni hechiceros, ni adivinos, sino eran simplemente hombres pero que tenían un carácter muy especial; hombres que conocían también las predicciones religiosas de los pueblos de Oriente, y en esas tradiciones se decía que nacería un Niño que vendría a redimir a los hombres del pecado y de la muerte . Esas tradiciones conservaban también esos pueblos, vivas. Y los Magos conociendo esas tradiciones del futuro nacimiento de un Niño que vendría a redimir al mundo, estaban pendientes de esto; por eso el momento en que nace el Niño ven ellos un signo extraordinario , -porque observaban detenidamente los signos de la naturaleza, para ver si en aquellos signos se revelaba algo que ellos necesitaban conocer-, y al ver esa estrella, ese signo de afuera conocen que ha nacido Ese Niño. Ese conocimiento interior viene naturalmente de Dios. Ellos vieron con sus ojos la estrella, pero sintieron al mismo tiempo que ese signo de la estrella era la Voz de Dios que los llamaba también a que vayan y adoren a Ese Niño y le reconozcan como al Hijo de Dios.  Así lo hacen, atraviesan el desierto… Los magos van pues para allá, diríamos más bien: estos hombres realizados, estos verdaderos maestros que comprendieron el signo mesiánico van a adorar a Ese Niño, -y le encuentran después de preguntarle a Herodes con los demás episodios que conocemos-, le encuentran a Ese Niño en Belén y le adoran. ¡Cuál sería la emoción de esos ho mbres Emoción

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 LOS REYES MAGOS

…¿Quiénes eran esos Magos de Oriente La palabra mago ha tenido muchossignificados peyorativos, como si que fueran adivinos por ejemplo. Los magos noeran nada de eso, ni brujos, ni hechiceros, ni adivinos, sino eran simplementehombres pero que tenían un carácter muy especial; hombres que conocíantambién las predicciones religiosas de los pueblos de Oriente, y en esastradiciones se decía que nacería un Niño que vendría a redimir a los hombres delpecado y de la muerte. Esas tradiciones conservaban también esos pueblos, vivas.

Y los Magos conociendo esas tradiciones del futuro nacimiento de un Niño quevendría a redimir al mundo, estaban pendientes de esto; por eso el momento enque nace el Niño ven ellos un signo extraordinario, -porque observabandetenidamente los signos de la naturaleza, para ver si en aquellos signos serevelaba algo que ellos necesitaban conocer-, y al ver esa estrella, ese signo deafuera conocen que ha nacido Ese Niño. Ese conocimiento interior vienenaturalmente de Dios. Ellos vieron con sus ojos la estrella, pero sintieron almismo tiempo que ese signo de la estrella era la Voz de Dios que los llamabatambién a que vayan y adoren a Ese Niño y le reconozcan como al Hijo de Dios.  Así lo hacen, atraviesan el desierto… Los magos van pues para allá, diríamos más

bien: estos hombres realizados, estos verdaderos maestros que comprendieron elsigno mesiánico van a adorar a Ese Niño, -y le encuentran después depreguntarle a Herodes con los demás episodios que conocemos-, le encuentran aEse Niño en Belén y le adoran. ¡Cuál sería la emoción de esos hombres Emoción

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tan íntima, emoción interna tan grande, emoción que les transformóinternamente al conocer que ya en el mundo había nacido Ese Niño queredimiría de la esclavitud del pecado a todas las naciones de la tierra.

Y esa tradición se conserva en Oriente hasta el día de hoy, y en muchospueblos orientales, y los grandes maestros orientales no desconocen ese hecho dela presencia de Cristo en medio de los hombres. Paramahansa Yogananda porejemplo, tiene una devoción muy grande para la celebración del Nacimiento deEse Niño, y tiene también sus escritos relativos a Ese Niño, y su enseñanza es unade las que más se identifica con la enseñanza del Evangelio. ¿Por qué? Porquetambién ellos fueron testigos de este hecho que vino a revolucionar todo el ordende la humanidad.

Le ofrecen pues incienso, le ofrecen oro, le ofrecen mirra. Pero esas ofrendasson más bien simbólicas. El oro significa el amor,  el amor ardiente que traíanellos desde lejanas tierras. Amor que no reparó en las penalidades y en los

sufrimientos que tuvieron ellos que atravesar en el desierto hasta llegar a la cunadonde estaba el Niño; movidos por ese inmenso amor a Dios, a ese Niño, llegan yle ofrecen ese oro que simbolizaba ese amor.

Le ofrecen incienso. A Dios se le ofrece incienso en todos los tiempos. El signode la adoración a Dios es el incienso.  Y como a Dios le adoran, no le adoran comoa un niño cualquiera, le adoran los Reyes Magos como a Dios a Ese Niño.

Y por último le ofrecen también mirra,  que es una mezcla de perfumes. Esamezcla de perfumes se empleaba especialmente para la sepultura de loscadáveres; rocían con perfumes más exquisitos los cadáveres. La tradición

cristiana ve también en ese símbolo, el reconocimiento de ese Hombre-Dios quenace en Belén.

Hermanos, nosotros sobre todo, hemos de fijarnos en estos presentes y noolvidar jamás en nuestra vida que estos presentes los debemos ofrecer a Dios, aeste Bendito Señor Jesucristo, todos los días: el presente del amor, si, el presentedel amor. He aquí lo más importante, el amor a ese Dios Bendito, porque Él nosama y Él nos mira como a sus hijos. Le debemos a Él el amor, pero amor de todoslos instantes de nuestra vida. Le debemos también la adoración como a Dios, yesta adoración la hacemos en la meditación. El incienso está simbolizado pues enla meditación que practicamos todos los días.

Recordemos, que así como los Magos le ofrecieron a Ese Niño la oración, laplegaria, nosotros como ellos estamos también listos para ofrecerle a Ese DiosBendito la oración como nuestra mejor ofrenda, ofrenda junto a la ofrenda denuestros corazones simbolizados en el amor. De esta manera nosotros viviéremosfelices aquí en esta vida presente y, desde luego, aseguraremos también nuestramansión eterna junto a Ese Niño a cuyos pies hemos aprendido el amor a Dios yel gran secreto de la oración para unirnos más a Él.

Padre CÉSAR A. DÁVILA G.

Guía Espiritual y Fundador de laAsociación Escuela de Auto-Realización