Pachacutic y La Muerte Del Cadaver Que Respira. Cuando Sara Chura Despierte
-
Upload
lucia-aramayo -
Category
Documents
-
view
63 -
download
1
Transcript of Pachacutic y La Muerte Del Cadaver Que Respira. Cuando Sara Chura Despierte
Sin Frontera: Sin-ismos 1
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
Cuando Sara Chura despierte:
Pachachutic y la muerte del cadáver que respira
“La manera como miramos al otro también es una
invención de las palabras. El cadáver que respira
no es una persona, es una terrible invención para
mirar al otro”. Juan Pablo Piñeiro
En Cuando Sara Chura despierte (2003) se reflejan personajes y vivencias del
cotidiano boliviano, específicamente en la ciudad de La Paz - Chuquiago. En estos se
encierran memorias, imaginarios y la posibilidad de trasgresion y cambio. Esta obra es la
primera novela del escritor boliviano Juan Pablo Piñeiro. El autor propone una narracion
dentro de la escritura andina, que en vez de letra en papel, se plasma en los textiles, mediante
símbolos y figuras que cuentan la historia de la comunidad en que se producen. Como señala
Rosario Rodríguez, Piñeiro estructura la novela como “un tejido de varios hilos, que van
construyendo una trama sin cortes” (244), en la que se incorpora la memoria ancestral de la
comunidad. En el presente ensayo propongo leer esta obra como un tejido, en el que se
entrelazan la literatura con prácticas de resistencia, ilusiones y paradojas plasmadas en
formas de habitar el espacio.
Se indagará la estructura de la novela de Piñeiro en relacion a la del tejido andino.
Dentro de la cultura andina éste tiene una vida corporal que se narra, siendo una forma de
escritura. Lienhard plantea estas formas de escritura como literaturas escritas alternativas, que
en los Andes está ligada a prácticas en contextos locales y que tienen una estrecha relacion la
cultura y los ritos de la comunidad donde se producen. Aquí mostraré como Cuando Sara
Chura despierte tiene la estructura de un tejido, incorpora la oralidad y materialidad física a
partir de su comprension de habitar, insertándose dentro las de escrituras alternativas, de las
que habla Lienhard.
Sin Frontera: Sin-ismos 2
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
Al enmarcar Cuando Sara Chura despierte en este contexto haré una lectura paralela
del rol del textil en los rituales andinos y la propuesta que nos hace la novela, al centrar la
trama en el sacrificio del cadáver que respira --una percepcion del mundo-- como parte de un
ritual de transicion o cambio de tiempo. Se presentará el diálogo que se puede percibir entre
el tejido de la novela, el tejido de los textiles andinos y la forma andina de habitar el espacio,
en torno al ritual, haciendo a la vez un paralelo entre las formas de habitar la ciudad andina
de Chuquiago y los personajes de Piñeiro, que a través de sus paradojas, muestran la historia
de segregacion, opresion, pero también de resistencia y perduracion del mundo indígena y la
cultura andina en Bolivia. Haré mi análisis entendiendo al habitar1
como prácticas diarias que
forjan la realidad y transforman las disposiciones corporales. En La Paz, este cotidiano
encierra nociones sagradas del espacio, que resultan en lo que Silvia Rivera2
interpreta como
“un grado de autonomía e independencia forjado por imaginarios” (47) y que se plasma en el
habitar. Concluiré analizando como, en el entrelazado de los personajes de novela y el
espacio urbano, Piñeiro plantea la posibilidad de un cambio de tiempo o Pachacutic en la
ciudad de La Paz.
Descifrando el tejido de Sara Chura
En Sara Chura, se rescata la estructura de escritura empleada en el área andina, donde
los textiles son un sistema de notacion autoctona que prevalece desde antes de la colonizacion
española. La escritura del textil rebasa el sistema fonográfico y alfabético occidental, al
concebir al objeto físico como un ser con vida en el que se inscriben símbolos, siendo la
combinacion la que da el sentido al texto. Piñeiro, al introducir en su novela la estructura del
textil, rescata el complejo entramado cultural del mundo indígena andino. El autor incorpora
en su obra la concepcion de la existencia física del texto, cuya interpretacion es algo
colectivo, así “en el tejido y la novela de Piñeiro se encuentra codificada informacion sobre la
Sin Frontera: Sin-ismos 3
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
historia de la comunidad a la que pertenecen” (López); por tanto, guardan datos de las
realidades sociales que los producen.
En la novela de Piñeiro dialogan una serie de personajes en los que se mezclan el mito
con la cotidianidad urbana de la ciudad de La Paz. Cuando Sara Chura despierte narra la
historia de Sara que, para despertar necesita sacrificar al Cadáver que respira, el día de la
fiesta del Señor del Gran Poder,3 y para encontrarlo contrata a César Amato, un detective.
Sara Chura, es la antigua tejedora de tres metros de alto y doce polleras de colores, símbolo
también de las montañas en las que se encuentra la ciudad, siendo así una de las pieles de
Chuquiago, la madre tierra y la fecundidad.4 César Amato, es el hombre que con palabras
crea una piel para después vestirla, vestido de detective, con el fin de dar con el cadáver que
respira, rastro de una humanidad lejana en la que se refleja el objeto de deseo. En su
búsqueda, Amato encuentra a distintos personajes como Don Falsoafán, el inventor cuyos mil
proyectos fallidos son registrados por su secretario, Puntocom; Juan Chusa Pankataya, aquel
que trabaja de cadáver postizo, cuando en un velorio no se podía contar con el cuerpo del
finado; Al Pacheco, el borracho lúcido que quiere postular a la presidencia y su mujer Lucía,
la bella ciega vidente. Si bien la novela de Piñeiro se lleva a cabo en torno a la fiesta, un
carnaval de la ciudad, en el que emerge una de las pieles no siempre visibles, lo que me
interesa resaltar es que, como en todos los personajes de la novela, la ciudad está constituida
por distintas pieles que cohabitan y están vigentes en el cotidiano, en las formas de habitar el
espacio y estas son las que forman el tejido de la novela.
Piñeiro articula la novela como un textil y sugiere una relacion entre las letras y la
existencia física de la novela. Los cinco capítulos que componen Sara Chuara se articulan con
el tercer capítulo titulado El bolero triunfal de Sara Chura. Al igual que en los textiles, no
hay cortes ya que construye una trama continua, haciendo “una analogía entre el hilo que
atraviesa la urdimbre de un tejido y la escritura que recorre un espacio para llenarlo de
Sin Frontera: Sin-ismos 4
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
significado” (Lanza). Esta novela, como los tejidos andinos, va construyendo un mundo que
cobra vida a partir de las palabras y figuras.
El textil, al igual que la novela, lleva informacion que sirve de medio de construccion
y puede ser decodificada. Si bien los textiles andinos son muy diversos y responden a las
logicas culturales de los pueblos que los producen, todos siguen algunos patrones. La
comparacion del entrelazado de la trama y las urdimbres con la letra escrita es algo vigente en
el imaginario de las tejedoras y tejedores, reflejándose en mitos e historias de diversos
pueblos andinos. Según Martín Lienhard,5 la relacion entre la escritura y la cultura oral dentro
de la que se inscribe el tejido, estuvo presente en la cultura indígena mucho antes de la
llegada de la conquista y la escritura europea, y estos “sistemas de notacion gráfica o plástica
desempeñaron en la colonia un importante papel en la comunicacion entre colectividades o
linajes autoctonos y autoridades coloniales o en el seno de las propias colectividades
indígenas” (La voz 60).
Los textiles están compuestos por la pampa, de un solo color o parte “llana” del textil
que es y la tayka (madre) del que saldrán crías en forma de diseños figurativos (saltas), en los
que se incluyen diferentes símbolos que son los que permiten leer el tejido y que harán las
veces de letras. Los tejidos son leídos e interpretados por la comunidad, a partir de los
diseños y símbolos de la salta, en la que estos se inscriben en una lógica de diagrama de
espejo. Las figuras del textil se componen del intercalado de dos o tres urdimbres de diferente
color, haciendo una trama visible y otra que no evidente.6 En Sara Chura cada personaje está
compuesto por más de un hilo, que al entrelazarse van formando un texto con capas, no todas
fácilmente visibles y, los capítulos que la componen, siguen la lógica de la estructura de un
diagrama de espejos, de forma que César Amato se refleja en Juan Chusa Pankataya y Don
Falso Afán es el equivalente del Cadáver que respira. Estas figuras se van transformando y se
sitúan en “un mundo mítico que remite al caos” (López), plasmado en el textil puquina7 que
Sin Frontera: Sin-ismos 5
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
Sara Chura lleva en sus espaldas y que sintetiza la trama de la novela. Como en el tejido
andino, en la novela se incorporan memorias ancestrales del mundo, como también una serie
de símbolos en los que se puede leer la llamada al cambio de tiempo o Pachacutic, esperado
por los pueblos de los andes y que, en el marco de la novela, tendría lugar cuando Sara Chura
despierte.
El cadáver que respira, una forma de mirar al otro
Lienhard presenta la escritura en los textiles como parte de lo que llama literaturas
escritas alternativas que, en los Andes, está ligada a prácticas, en contextos locales, que
tienen una estrecha relación la cultura y los ritos de la comunidad donde se producen. Piñeiro,
a la vez presentar una obra que sigue los patrones del textil, narrar la relación del textil en los
ritos andinos. Para que Sara Chura despierte es neCésario un ritual que inaugure el cambio de
tiempo, siguiendo la lógica ritual de cambio de autoridad en las comunidades de los andes.
Este ritual es preparado por el yatiri, o curandero, que hace una mesa, extendiendo en el piso
un aguayo, que en este caso es un textil ritual. Los ingredientes que se acomodan en el
aguayo son fetos de llama o suyus, alfeñiques, pequeñas flores y plantas medicinales. Para el
rito se viste con aguayos a las huacas, que son los lugares sagrados de la comunidad y se
brinda, agradeciendo y pidiendo protección a los achachilas que son los dioses de los cerros,
piedras, etc. En el aguayo ritual se plasma la memoria de la comunidad, es a través de ellos
que se recuerda a los antepasados y se hace conocer a las nuevas generaciones su origen y su
historia. Entonces, Piñeiro en la novela va tejiendo el aguayo para que Sara Chura despierte y
para el rito, es neCésario sacrificar al cadáver que respira, que haría las veces del feto de
llama o suyu. En este ritual debe morir la parte con la que Sara Chura no logra comunicarse:
“tú buscas a una de tus criaturas más antiguas, la necesitas mañana cuando se conjure el fin
del embrujo y tus ojos vuelvan a ver la luz” (25).
Sin Frontera: Sin-ismos 6
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
El autor plantea que “Si el suyu era un feto de llama que se va de la vida en el umbral
del nacimiento, el cadáver que respira era el suyu arrancado del umbral de la muerte” (174).
Sara Chura es el pasado y la oscuridad, representados en la pastora, tejedora ancestral,
aquella que va uniendo los nudos de las existencias de distintos mundos y tiempos. Para que
haya un cambio de tiempo y Sara Chura despierte es neCésario un cambio en “la manera
como miramos al otro [que] también es una invención de las palabras. El cadáver que respira
no es una persona, es una terrible invención para mirar al otro” (171). El cadáver que respira
se refleja en Don Falsoafán, quien finalmente es sacrificado. La novela narra la importancia
de la desaparición de la invención del cadáver que respira, que encierra el no reconocimiento
de una parte esencial del ser.
A partir de metáforas, se puede interpretar que en la novela emerge una crítica a una
sociedad en la que la negación de diversas identidades es latente. Piñeiro plantea que el
cadáver que respira se gesta por el alejamiento de su pasado, su historia se ve reflejada en sus
dioses cercanos. Esta figura se caracteriza por la perdida de los cinco sentidos, lo que lo aísla
y lleva a crear un mundo imaginado en el que “los sonidos, los colores, las palabras eran
diferentes a las de ese mundo construido allá afuera y apartado de las percepción del
interfecto por una membrana que lo cubría todo” (175).
En el último capítulo de la novela, titulado Las metamorfosis del cadáver que respira,
se narra la historia del cadáver que respira, a partir de la cual aquí se plantea una analogía con
el pueblo indígena oprimido y silenciado. Piñeiro cuenta como el interfecto se queda
encerrado y va perdiendo la capacidad de comunicarse con sus dioses luego, por haber
perdido los cinco sentidos es diagnosticado de una enfermedad sin nombre, que es la
capacidad de vivir siglos, pero incomunicado con la realidad, por lo cual decide mantenerlo
aislado. Esta imagen puede ser mirada como cuando en la colonia los españoles impusieron
su cultura a los pueblos indígenas, haciendo que estos se encerraran en sí mismos, a partir de
Sin Frontera: Sin-ismos 7
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
recrear su cultura desde una mínima autonomía. Luego la iglesia lo descubre, intenta
incorporarlo en la vida, le enseña a comunicarse, o creen haberlo hacho a partir de interpretar
libremente las expresiones del cadáver, pero luego es desechado, por ser confundido con un
símbolo ritual indígena. Aquí es evidente el paralelo con el rol de la catequización indígena,
que si bien penetró en el mundo indígena, lo hizo a través de sincretismos religiosos,
adorando a sus propias deidades, pero en las figuras católicas, como lo que pasa en el caso de
la Virgen María y la Pachamama, o madre tierra. Después de ser botado por los eclesiásticos,
el cadáver se quedó en la puerta de la iglesia, siendo percibido como indigente y recibiendo la
lástima de los que por ahí pasaban. La percepción del indígena como un mendigo al que hay
que darle limosna ha sido algo recurrente, en lo que se ha camuflado el intento de hacerlo
desaparecer por no lograr pertenecer a la sociedad moderna, al ser percibido como un ente sin
rol activo en la generación de capital.8Por último, los científicos decidieron rehabilitar al
interfecto, insertándolo en la vida real mediante prótesis, pero no pudieron ponerle un sentido
que nunca tuvo, el de ser apto para la vida real. Se convirtió en un hombre muy trabajador,
que no se quejaba de nada, pero con el progreso de las prótesis se fue sintiendo solo, se aisló
y aunque aprendió a hablar decidió callar porque las palabras de la realidad no convocaban lo
que nombraban. Esta fue la historia del indigenismo y los intentos de las políticas
multiculturalistas de los gobiernos neoliberales en las últimas dos décadas en Bolivia, que a
partir de políticas pro-pobre intentaron incluir al indígena en la modernidad, sin un
reconocimiento real de su cosmovisión.9
A partir de estas analogías se podría inferir que la mirada que se hace del indígena,
como cadáver, es la que debe sacrificarse para el cambio de tiempo en el que Sara Chura
despierta. En Don Falso Afán, que es reflejo del Cadáver, Piñeiro retrata al indígena que llega
del campo a la ciudad y se convierte en un inventor fracasado, porque sus inventos son
inútiles para el mundo en el que vive. El autor plantea que este personaje es una metáfora de
Sin Frontera: Sin-ismos 8
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
la vida, en tanto se encuentra en perpetuo movimiento y ocupado todo el día, pero sin una
razón aparente. Es el único que logra comunicarse con el cadáver que respira y entiende que
no hay un cadáver, sino una forma de ver al otro. Entonces, la muerte de una vida sin sentido
permitiría que el Cadáver que respira deje de ser tal y “venga a la vida con voz propia para
desatar, desde sí mismo, la fuerza que despierta a una cultura dormida” (Lanza). A partir de
este análisis se puede interpretar que lo que Piñeiro propone en la novela es la muerte de una
forma de mirar las culturas indígenas y sus cosmovisiones, para poder dar lugar al despertar
de una nueva forma de vida, en la que sea posible un diálogo, entre lo que él denomina lo
ancestro y lo nuevo. El autor plantea que llegará el día en que pueda darse un diálogo entre
las pieles del ser, sin negaciones del uno al otro.
La resistencia cultural
Si bien el Cadáver que respira, desde mi interpretación, hace referencia a la existencia
del pueblo indígena oprimido, en la figura del intérprete de muerto, Juan Chusa Pancataya, se
plasma la permanencia de la cultura: “después de todo, no hay velorio sin cadáver decía el
postizo muy suelto de cuerpo” (46). Este es el cuerpo para el entierro de don Falso Afán y es
lo que da realismo a la ceremonia. Este personaje refleja al indígena que sale de su
comunidad hacia la ciudad, e intenta hacerse parte de esta, pero en quien no se da el
vaciamiento de sentidos culturales, como en César Amato, el que viste muchas pieles
distintas, porque en realidad está vacío o Don Falsoafán, que se ocupa en inventar realidades.
El intérprete del cadáver es quien se revela ante quienes quieren interpretar sus
palabras a partir de escucharse a sí mismos, sin mirar al ser de donde provienen. Es aquel que
ve la realidad como sustancia mutable y ve la vida como ciclos infinitos, un tejido que no
termina. Juan Chusa Pancataya es el Bartleby andino,10
que a partir de decir mañana nomás,
acaba por dejar su trabajo de copista, deja de reproducir palabras en las que no encuentra
sentido. Ejerce una resistencia pasiva plasmada en la ambigüedad de lo que plantea y como
Sin Frontera: Sin-ismos 9
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
dice Jorge Luis Borges respecto a Bartleby, en la introducción a Bartleby, el escribidor: "Es
como si Melville hubiera escrito: ¡Basta que sea irracional un solo hombre para que otros lo
sean y para que sea el universo! La historia universal abunda en confirmaciones de ese tenor"
(iv).
Este personaje empieza siendo la figura del indígena oprimido en el que recaen los
arduos trabajos de otros porque no se queja y cumple, pero se va transformando. Adquiere el
hábito de solo decir mañana nomás y así se vuelve el receptor de insultos de los que antes
habían hecho uso de su trabajo y luego, por su permanencia inmóvil acaba siendo percibido
como un adoquín de la calle, que alguna gente ve como a un mendigo, otros como amuleto de
suerte y otros le tenían lástima. Cuando ya no saben que hacer con él deciden botarlo, bajo el
argumento que su presencia no interfería en el embellecimiento de la ciudad. Es “el espejo de
ciertas repeticiones” (155), que por apropiarse de un vocabulario vacío se termina de vaciar,
pero que logra transformarse y convertirse en el cuerpo en el que perdura la cultura. La
diferencia con el cadáver que respira es que Juan Chusa Pancataya trabaja para poder
parecerse al muerto, “pertenece al gremio de los interpretes de los muertos… [y cree que]
andaríamos mejor si todos perteneciéramos a semejante gremio” (46), en cambio el muerto
actúa con naturalidad.
El sacrificio del cadáver para el pachacutic
En palabras de Rodríguez, “En Cuando Sara Chura despierte, los personajes son
habitantes de nuestra actual ciudad postmoderna y parcialmente occidentalizada; sin
embargo, a todos los atraviesa una fuerza de mutación y pasan no solo de unos trabajos a
otros, sino a diferentes seres o presencias”. El espacio urbano de La Paz es la base del tejido
que hace Piñeiro a través de su novela, en el que se entrecruzan los distintos hilos de culturas,
lógicas y cosmovisiones. En La Paz la cultura andina se impone, sobrepone, y prevalece
sobre la occidental en la relación cotidiana con la ciudad, a través de múltiples capas de
Sin Frontera: Sin-ismos 10
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
resistencia a la hegemonía cultural, política y económica. Históricamente esta ciudad ha
logrado tejer mitos y ha gestado personajes en los que se reflejan símbolos y sistemas
contestatarios a las estructuras coloniales hegemónicas.
El Estado concibe lo urbano a partir de instituciones homogeneizantes. Así como
plantea Piñeiro: “el mundo es el conjuro de nuestras palabras” (156), en el que estas
repeticiones son las que dejan vacío a Juan Chusa Pankataya. El urbanismo, determinado y
opresor del espacio, a través del cual la colonización reproduce la estructura del Estado que
percibe el campo de la práctica urbana como un espacio vacío, sobre el que ejerce dominio,
es la lógica con la que deciden echar al copista del espacio público: “Puede retirarse por
favor. Usted está obstruyendo las gestiones municipales de embellecimiento de la ciudad…”
(154).
En la ciudad de La Paz predomina el universo andino, que se caracteriza por una
organización compleja y sofisticada del trabajo cotidiano en su ocupación del espacio que ha
sobrevivido a lógicas colonizadoras promovidas por el Estado desde su fundación11
. En
palabras de Don Falsoafán esta concepción se resume en que: “todas las comunidades, ya
sean metrópolis o poblaciones olvidadas por el mundo, están organizadas
arquitectónicamente de la misma manera. Y es que la arquitectura no solamente es la
creación en distintos niveles de un espacio, sino que es además, y muchos desconocen esto, el
rito mágico de nombrar un espacio en el mundo” (62). La ciudad es un espacio heterogéneo,
socialmente producido por una trama, como el textil, de relaciones. Su arquitectura, el diseño
de sus paisajes y espacios son una historia viva de representaciones culturales, también
producto de confrontaciones entre lógicas sociopolíticas y económicas.
Así concebidos, los lugares tienen horizontes difusos, ya que no están ligados solo al
ámbito físico, sino a al tejido que forma el espacio con la identidad de los que los habitan.
Este mundo tiene identidades que son variables, por eso Juan Chuspa Pankataya dice: “Yo no
Sin Frontera: Sin-ismos 11
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
digo que el mundo sea tal como lo concibo; por eso al nombrarlo, en vez de petrificarlo lo
convoco. Y si lo convoco es porque sé que la realidad es una sustancia mutable, ahí está el
poder de la vida, que sigue ciclos, que se transforma, que se teje infinitamente” (140). Así las
identidades de la ciudad y sus personajes son mutables como las figuras del textil que se van
tejiendo, por eso César Amato le responde a Don Falsoafán sobre su identidad: “¿Acaso usted
me puede decir exactamente quién es?” (34), y es el fracaso del inventor su respuesta
imposible.
A partir de repetidas formas de contestación a la hegemonía colonizadora se ha
logrado una prevalecía de distintas figuras y urdiembres en la ciudad, que se hacen visibles en
las prácticas, formas de vida y de ocupación del espacio. Desde esta perspectiva, Piñeiro
muestra la relación de la ciudad con sus habitantes, también como un entramado tejido por el
pasado que: “es una tejedora viva que nos hila y el tiempo solo es distancia para el que sabe
caminarlo, nuestro cuerpo también es un tejido, porque todo lo que somos está en nuestro
cuerpo” (110).
A partir del Gobierno de Evo Morales el Estado boliviano ha empezado a transferir
rentas hacia los sectores excluidos. Los intereses de los sectores campesinos, indígenas y
suburbanos han sido priorizados en las políticas públicas y con ello en la asignación de
recursos económicos. Esto da lugar a una inclusión social en términos materiales, ya que
permiten mejorar el acceso a servicios básicos y ampliar derechos económicos, sociales y
culturales. La llegada de un indígena al poder ha significado para algunos sectores indígenas
el principio del Pachacutic, el momento de restauración de un otro orden cultural y social, a
partir de la descolonización social, dándole consistencia a lo que Piñeiro sugiere en el tejido
de Cuando Sara Chura despierte.
El proceso del Pachacutic implica cambios estructurales en lo social, político y
cultural, que se traduzcan en transformación de prácticas cotidianas contestatarias a la
Sin Frontera: Sin-ismos 12
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
imposición monocultural y la segregación racial y de clase, entre otras. Para que estos
cambios puedan ser efectivos es necesario analizar prácticas cotidianas contestatarias y
reconocer en las resistencias formas de producción del espacio con una carga de herencias
culturales. Para esto es útil rescatar la concepción de César Amato sobre el mundo:
(…) el mundo es la casa embrujada que todos habitamos (…) no es difícil
notar que todas las casas de las comunidades están construidas de la misma
forma, siempre consagrando tres espacios fundamentales: el centro, el patio y
el secreto. Todas las casas de este mundo se unen en una gran circunferencia,
confluyen en el centro, confluyen también en el patio y en el círculo dejan el
secreto. Este secreto que rodea a todas las casas es también el centro de una
arquitectura mayor: la arquitectura del mundo habitado por las criaturas
humanas, que también tiene tres espacios fundamentales: en centro, el patio y
el secreto. (5)
Interpreto que en esta novela puede leerse un espacio que conjuga lo percibido, lo
concebido y lo vivido plasmado en un tejido, en el que se articulan las tres dimensiones. Así,
es en el secreto, o en lo vivido, donde se pueden engendrar las resistencias, donde se puede
dar la: “Expresión de asombro […] más fuerte para el paceño que cualquier situación
tenebrosa. [Siendo el asombro] lo que saca del abismo” (192). Tal vez, el cambio de tiempo
demanda repensar como se perciben los espacios, tomando en cuenta el planteamiento de
Piñeiro cuando dice: “Los andinos no tenemos mitos. Toda nuestra visión está hilada
totalmente, aunque no deja de ser una ilusión” (146). Es necesario asumir que el Pachacutic
es un proceso para que sea posible, ya que como dice Piñeiro: “las cosas no cambian de
golpe, solo terminan de formar figuras (…) el pasado es una tejedora viva que nos hila y el
tiempo solo es distancia para el que sabe caminarlo, nuestro cuerpo también es un tejido,
porque todo lo que somos, está en nuestro cuerpo” (110). En este contexto la obra de Piñeiro
vislumbra la importancia de comprender que en los Andes los sujetos, como las cosas, están
dotados de ánima. La persistencia de la importancia de corporalidad y la relación con lo
Sin Frontera: Sin-ismos 13
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
material, tanto en la comprensión del espacio, como dentro de la escritura andina, es una
forma de resistencia cultural y un posible instrumento para el cambio de tiempo.
Notas
1 Martín Heideger, filosofo alemán que a principios de 1900 planteo que el habitar solo se
consigue por medio del construir. En el habitar el tiempo tiene un rol importante, ya que
implica un permanecer, a diferencia del morar, que es algo pasajero. Plantea que las
construcciones relacionadas al habitar no se limitan a lo físico, o material, sino que se
relaciona con la comprension del hombre sobre el espacio. Lo habitable es lo construido
materialmente, y el habitar es la actividad que realiza el hombre en el espacio construido. 2 Silvia Rivera en Ch´ixinakax utxiwa, hace una reflexion sobre prácticas y discursos
descolonizadores en Bolivia y plantea que la sociedad boliviana es una mezcla abigarrada de
culturas, en la que hay un mestizaje, algo que es y no es a la vez. La sociedad abigarrada en
estos términos entonces plantearía “la coexistencia en paralelo de múltiples diferencias
culturales que no se funden, sino que antagonizan o se complementan” (Rivera: 10) y que en
las formas de mercado y en el habitar se hacen más evidentes. 3 Desde la perspectiva de Xavier Albo, la fiesta más importante de la ciudad de La Paz, tanto
por lo folklorico, como por su nivel simbolico. 4 La tejedora que se presenta en la figura de Sara Chura se diferencia a la Penélope homérica,
y en torno a la cual se han hecho muchas interpretaciones, asociándola a la creacion,
mediante el tejido. Piñeiro presenta a Sara como el tejido en si mismo, no como la que hace el
tejido solamente, y por tanto fuera de él. Sara Chura, la tejedora, teje a la historia y se teje a si
misma como posibilidad de cambio, dentro de una logica ritual andina.
Sin Frontera: Sin-ismos 14
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
5 Martín Lienhard se refiere a una escritura anterior a la colonizacion española, inscrita en el
kipu, codices, textiles, entre otros. Su concepcion de la escritura alternativa va más allá del
sistema fonográfico y alfabético occidental, siendo una escritura que encierra un complejo
entramado cultural, en la que se plasman distintas visiones del mundo. A diferencia de la
escritura occidental, estos textos necesitan ser leídos, por los intérpretes, por lo que la
escritura entonces pasa a ser algo colectivo, a diferencia de la escritura occidental. En la
escritura alternativa la memoria oral juega un rol central, ya que se encarga de conservar y
reproducir la cultura de forma colectiva. 6 Ulpian López hace una descripcion de la composicion de los textiles y el significado que
cada parte de un tejido encierra. Su análisis se centra en la zona de Carangas en el
departamento de Oruro, en Bolivia. 7 La cultura Puquina estuvo asentada en la region del altiplano, y parte de lo que ahora es la
ciudad de La Paz y tuvo su florecimiento mucho antes de la conquista española. Al hacerse
referencia en la novela a este, se apunta a denotar un origen ancestral del tejido que tiene Sara
Chura. 8 Las políticas de corte liberal han marcado la necesidad de que todos los sujetos de la
sociedad sean reproductores de un tipo de economía que responde al capitalismo y en la que
lo indígena, desde una mirada prejuiciosa, no tiene cabida. Nico Tassi en Cuando el baile
mueve montañas ofrece una síntesis de esta mirada y propone una re lectura del ingreso de
estructuras indígenas en el mercado. 9 Son muchos los autores que soportan esta idea, pero uno de los que más crudamente
muestra la doble cara de las políticas multiculturalistas Samuel Francis, en The Other Face
of Multiculturalism. 10
Bartleby, el escribiente (Bartleby the Scrivener: A Story of Wall Street) es un relato del
escritor estadounidense Herman Melville. Fue publicado por primera vez, de forma anonima,
en el Putnam's Magazine, en dos números de la revista, en noviembre y diciembre de 1853.
Hay una traduccion al español hecha por Jorge Luís Borges en 1944. 11
La ciudad de La Paz es una ciudad con una gran capacidad de adaptacion y a la vez que
mantiene herencias historicas ligadas a estructuras complejas de trueque e intercambio, con
nítidos resabios de la ruralidad de la ciudad que han sobrevivido siglos, siendo incluso
anteriores a la llegada de los españoles. A partir de esto, las formas de apropiacion del
espacio, generan un tipo de empoderamiento, que reflejan lo vital de la cultura aymara en el
espacio urbano y la cotidianidad paceña.
Sin Frontera: Sin-ismos 15
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
Obras citadas
Francis, Samuel. “The Other Face of Multiculturalism”. Chronicles Abril 1998.
24 de Abril de 2012. Red.
Heideger, Martín. Arte y Poesía. México: Fondo de Cultura Economica, 1958.
Impreso.
López, Ulpian. “El mundo animado de los textiles originarios de Carangas”. Scielo.
Web. 8 may, 2011.
Lanza, Adriana. “Lectura de un espacio: el textil de Sara Chura”. Ensayo de Bolivia.
Mayo 2011. 8 may, 2011. Red.
Lienhard, Martín. La Voz y su Huella: Escritura y conflicto étnico-cultural en América
Latina 1492-1988. La Habana: Ediciones Casa de las Américas, 1990. Impreso.
Lienhard, Martín. Pachakutiy taki Canto y poesía quechua de la transformación del
mundo. Universidad de Zurich, s.f. Impreso.
Sin Frontera: Sin-ismos 16
Primavera 2012
Aramayo Canedo
University of Florida Department of Spanish and Portuguese Studies
Melville, Herman. Bartleby. Buenos Aires: Emecé Editores,
1944. Impreso.
Piñeiro, Juan. Cuando Sara Chura despierte. La Paz: OFFAVIM, 2003. Impreso.
Rivera, Silvia. Ch´ixinakax utxiwa. Una reflexion sobre prácticas y discursos
descolonizadores en Bolivia. Buenos Aires: Tinta Limon, 2010. Impreso.