Páginas Desde119asdf55dfas fdasasdfasdf5652 Philosophes Presocratiques I Gredos 12 3

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Aun cuando no es posible seguir, en esta presenta- ción de textos (y comentarios) de los filósofos prese cráticos, un orden estrictamente cronológiw, entre otras razones por la de que muy pocas veces es posi- ble determinarlo con un mínimo de exactitud, el lector hallará de todos modos un intento -a veces algo for- zado, ciertamente- de fijar una cronología en los estu- dios sucesivos, desde Tales hasta Dem6crito. En el caso de Alcmeón, estamos casi seguros de no atenernos a un orden cronnlógiw, al tratarlo aquí. No es forzoso, por cierto, situarlo bastante después de Parménides (como hace Gi. E. R. Lloyd), a mediados del siglo v a. C. Como hace notar GUTARIB, 1, pág. 342 n. 1, la mayor parte de kis conjeturas sobre la fecha son hechas *en passantm, sin fundamento serio. Gu- thrie, como nosotros, lo estudia después de Pitágoras (y de un estudio conjunto de los primeros pitagóri- COS). Hace así por dos razones: una, la de considerarlo entre los primeros pitagóiicos; otra, la de tomar por genuino un discutido pasaje de Aristóteles, que hoy han rechazado los mejores editores. Nosotros no consideram~os a Alcmeón -aunque haya nacido en Crotona, la ciudad en que vivió veinte años Pitágoras- como pitagórico, ni aceptamos la autenti- cidad del pasaje que aseguraría que vivió cuando aún

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Transcript of Páginas Desde119asdf55dfas fdasasdfasdf5652 Philosophes Presocratiques I Gredos 12 3

  • Aun cuando no es posible seguir, en esta presenta- cin de textos (y comentarios) de los filsofos prese crticos, un orden estrictamente cronolgiw, entre otras razones por la de que muy pocas veces es posi- ble determinarlo con un mnimo de exactitud, el lector hallar de todos modos un intento -a veces algo for- zado, ciertamente- de fijar una cronologa en los estu- dios sucesivos, desde Tales hasta Dem6crito.

    En el caso de Alcmen, estamos casi seguros de no atenernos a un orden cronnlgiw, al tratarlo aqu. No es forzoso, por cierto, situarlo bastante despus de Parmnides (como hace Gi. E. R. Lloyd), a mediados del siglo v a. C. Como hace notar GUTARIB, 1, pg. 342 n. 1, la mayor parte de kis conjeturas sobre la fecha son hechas *en passantm, sin fundamento serio. Gu- thrie, como nosotros, lo estudia despus de Pitgoras (y de un estudio conjunto de los primeros pitagri- COS). Hace as por dos razones: una, la de considerarlo entre los primeros pitagiicos; otra, la de tomar por genuino un discutido pasaje de Aristteles, que hoy han rechazado los mejores editores.

    Nosotros no consideram~os a Alcmen -aunque haya nacido en Crotona, la ciudad en que vivi veinte aos Pitgoras- como pitagrico, ni aceptamos la autenti- cidad del pasaje que asegurara que vivi cuando an

  • no haba muerto Pitgoras. Si lo sometemos a estudio aqu, es porque es en esa conexin en la que se le hri solido tratar, y porque pensamos que s610 as podemos romper el hechizo de la conexin tradicional.

    Pero, naturalmente, su inclusin en esta obra no se debe al deseo de demostrar que no fue pitagrico. Alcmen de Crotona ha sido un mdico que ha pensado filosficamente; tal vez el primer pensador griego que percibi con claridad la diferencia del hombre con 101s animales. El primero que acert a ver en el cerebro el rgano conductor de nuestro organismo, en lo cual 1.e llev6 la delantera al mismsirno Aristteles. El pri- mero que descubri la armona interna del organismio como equilibrio entre factores contrarios, idea sin diu- da ya vislumbrada en el orden universal, y que se podia proyectar al microcosmos orgnico con xito para man- tener o recuperar la salud.

    No es mucho el material con que contamos para su estudio; pero vale la pena acentuar la diferencia con el manejado para el tratamiento de Pitgoras y los pita- gricos: nuevamente son Teofrasto y los doxgrafios -amn de Aristteles-, ms que los bidgrafos, nues- tra fuente, con sus virtudes y defectos.

    Bibliografa selecta.

    Tras la recopilacin de fragmentos hecha por M. A. UNNA (1832) y la de WACHTLW (1896), las ms comple- tas son la de DK y la de M. TIMPANARO CARDINI, Pitago- rici, 1, 1958. Tal vez los estudios ms importantes sean an los de WACHTLER, STELLA y los captulos respectivos de GUTHRIE, 1, pgs. 341-359, y SCAUMACHW, pgs. 66-81.

    ALCME~N DE CROTONA 243

    S* = L. S=, .Importaama di Alcmeone neiia stona del pensiero grecow, Reale Accademia dei Lincei U6 (1939). 233- 28l.

    G. Vusros, dsonomiaw, AIP 74 (1953), 337-366. w~carrp~ = J. WAQI~ER, De Ailcmaeone Crotoniata, Leipzig, 18%.

    L. EDBLS~EIN, resea del libro de SW, AIP 63 (1942). W . HEIDEL, Hippocratic Medicine, Nueva York, 1941, pgs. 4249.

  • c) El hombre y el universo. 392 (24 B 1) D. L., VI11 83: Acerca de las cosas invi-

    sibles, acerca de las cosas mortales, los dioses tienen conocimiento claro; pero para los hombres (slo exis te la posibilidad de) juzgar a partir de signos7.

    IV. EL HOMBRE.

    a) El hombre y los animales. 393 (24 A 5, 24 B 1 a) TEOFR., De Sens. 25: Alcmeni

    define, en primer lugar, la diferencia entre (hombres)) y animales. El hombre, en efecto - d i c e , se diferen- cia de los otros [animales] slo porque comprende; los otros, en cambio, sienten pero no comprenden, de modo que el entender y el sentir son distintos, y no lo mismo, como sostiene Empdocles.

    b) Los contrarios en el hombre. 394 (24 A 3 ) ARIST., Met. 1 5, 986a-b: De ese modo

    [o sea, segn la teora de algunos pitagricos de que los principios de las cosas son parejas de contrarios] parece que pens tambidn Alcmen de Crotona, fuera

    -se los mencione explicitamente o no- para responder a plan- teos peripatticos. Eso no niega que Aicmen haya podido refe rirse a los astros y a su movimiento, pero lo ms probable es que lo haya hecho en relacin con el estudio del alma hu- mana. (Seguimos a Diels en la lectura del texto.)

    7 La pretensin de ir ms al14 de los limites impuestos al hombre comn, caracterstica del e c h a h . (BUIU(ERT, WulY, pg. 144) y del *poeta-adivino que habla por inspiracin divi- na. ( G ~ I E , 1, p4g. 344, siguiendo a CoRNpoRD, Pr. Sap., p&P- nas 35, 37, 40) cede ante una ms humilde actitud por parte del cientffico, especialmente cuando trabaja en el campo de la medicina (Cuthrie, Cornford).

    que l tomara de ellos esa teora o ellos de 61 ... Alc- men, por cieno, expuso doctrinas semejantes a las de ellos. Dijo, en efecto, que la mayora de las cosas humanas estn (contrapuestas) en parejas; aunque al enunciar las oposiciones no lo hizo determimindolas, como aqudllos, sino al azar: por ejemplo, blanco ne- gro, dulce amargo, bueno malo, grande pequeo; y asi acerca de las dems (parejas de contrarios), las dej sin determinar, en tanto que los pitagricos expu- sieron cuntas y cules eran las oposiciones. Pero se puede hallar algo semejante entre l y ellos: que los contrarios son principios de las cosas.

    395 (24 A 1) D. L., VI13 83: Algunas veces se ocupa de la naturaleza, como cuando dice: ala mayora de las cosas humanas estn (contrapuestas) en parejas, 8.

    396 (24 B 4) AEXIO, V 30, 1: Alcmen dijo que el man- tenimiento de la salud se debe al equilibrio de las fuerzas: hmedo, seco, fro, caliente, amargo, dul- ce, etc.; y que, en cambio, el predominio de una sola produce la enfermedad. En efecto, el predominio de

    8 La reduccin de las cosas a dos, segn Iscrates, y la consideracin de los contrarios como principios de las cosas, segn Aristteles (ver nota S:), no tiene alcanas csmicos, sino s610 humanos.

    Los ejemplos que da Aristteles sugieren una extensin a campos como el dtico -bueno mal-, pero el fr. 4 (texto nm. 3%) muestra que no1 es as. y que ms bien es Arist. teles quien toma los ejemplos *al azar., para contraponerlos a la dcada de parejas de contrarios encolumnados para- lelamente. Aqu no son o no tienen por quC ser diez; sin duda Alcrnen slo ha dado algunos ejemplos que no en- frentan una columna presuntamente positiva con otra pre- suntamente negativa. Por eso Aristteles se queja de que no dice *cuntas y cules eran las oposiciones~. Pero de todos modos trata de convertir a las oposiciones en prin- cipios csmicos, quiz p a r la importancia que ha visto que les da a los contrarios.

  • una sola de cada (pareja de fuerzas contrarias) es destructivo. Y la enfermedad sobreviene a causa del exceso de calor o fro, as como, en cuanto a la oca- sin, de la abundancia o carencia de alimento; y en cuanto a la ubicacin, en la sangre, en la mdula o en el cerebro. Tambikn pueden sobrevenir por causas ex& genas, como por ciertas aguas o regiones, o por esfuer- zos o por tormentos o cosas similares a stas. La salud, por el contrario, es una mezcla bien proporcio- nada de las cualidades 9.

    9 El principio del equilibrio de los contrarios en el orga- nismo como decisorio de la salud -junto a factores circuns- tanciales y a la precisin del lugar donde se produce el des- equilibri- parecen haber sido la doctrina mt5dica de Alcmen.

    En general. se dan por textuales en este fr. 4 slo las palabras isonomfa y monarchfa, que hemos traducido, res- pectivamente, por aequiiibrio~ y =predominio de un(a) sol(a).. Dice C. E. R. ~ Y D , aHot and Cold, Dry and Wet in Greek Philosophyw, JHS 84 (1%4), 94-95: .Caliente y fro, seco y hmedo parecen haber sido usados en teorfas pato16 gicas ya por Alcm&n, pero (hasta dnde podemos retm traer su uso en doctrinas cosmol6gicas?* Puesto que en la1 referente a las doctrinas cosmolgicas, que es lo que Lloydi cuestiona, ya hemos tocado el tema al hablar de Anaximan dro, no afecta lo concerniente a Aicme6n. El mismo autor, en otro articulo (aWho is attacked in On Ancient Medicine?., Phr. VIII, 2 [1%3], 113-114), desecha la hiptesis de que el autor atacado en la obra pseudehipocrtica (cf. A. J. FES- T U G ~ Hippocrate. L'ancienne mdecine, Pars. 1948, pgi- na XIII) sea Alcmen; y, a la luz del A n o n ~ u s Londinen- sir, conjetura que el autor atacado es Filolao. Pues aun cuando el mdico hipocrtico critica a quienes u t i l i i en medicina postulados tales como .caliente o Mo o hiimedio o seco o cualquier otra cosa, restringiendo el pnncipi~o causal de las enfermedades y de la muerte ... a un solo pos- tulado o dos., no se puede atribuir sin error tal pensamiento a Aicmen. Precisamente, dice Lloyd, el fr. 4 nos muestra la interferencia de otros factores, como el exceso O deficien- cia en la dieta, etc. Por el contrario. en cierta medida pue de decirse que hay conceptos de Alcmen en el autor hipo-

    C) El alma y la inmortalidad. 397 (24 A 1) D. L., VI11 83: Y dijo que el alma es in-

    mortal, y que se mueve incesantemente, como el sol.

    398 (24 A 12) ARIST., Del Alma 1 2, 405a-b: Alcmen parece pensar acerca del1 alma de manera similar a ellos [es decir, a Demcrito, Anaxgoras, Tales, Di& genes de Apolonia y HerAclito]. Dice, en efecto, que es inmortal porque se asemleja a las cosas inmortales, y que posee esta cualidad en cuanto se mueve siempre, puesto que todas las cosas divinas -la luna, el sol, los astros y el cielo nteg- se mueven siempre, en forma incesante.

    399 (24 A 12) Clc., De nat. deor. 1 11, 27: Alcmen de Crotona, quien atribua divinidad, adems de al alma, al sol, a la luna y a todos los dems astros, no comprenda que atribua inmortalidad a cosas morta- les.

    crtico (cap. XIV, pgs. 12-13, ed. Festugi&re): lo seco y la hmedo, lo caliente y lo fro, junto con miles de otras fuerzas, como lo amargo y lo dulce, dice en. lenguaje ms elaborado, al estar mezcladas y atemperadas una por otras, son necesarias al hombre. Hemos subrayado la palabra .fuerzas. (dynmeis), porque pensamos que ella tambin debe ser considerada como textual en Aicmdn, a diferencia de acualidadesv (quiz la expresin integra .mezcla de cua- lidades. este puesta anacrt5nicamente). No puede haber cues- tin de ecualidades~, opinamos (en contra de !knu~~amt, pkgs. 6872): no porque se trate de aelementos~, sino porque la que est en juego son ms bien fuenas sust tan ti vas^, aunque no por eso se trate de ahumoresw; no estn preci- sadas an como rganos, actividades o sustancias determina- das, pero tampoco son atdjetivas (aunque asi aparezcan en la ejempli6cacin de Aristteles). Cf. T. TRACY, Physiological Theory and the Doctrine of the Mecm in Plato and Aristo- tle, La Haya-Parls, 1966, ptg. 22 n. 2: .Ntese que isono- ma implica una disttibutcidn baianceada de poderes..