Paisaje de Burle Marx - Ecología, Estética, Botánica y Arte

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Ecología, estética, botánica y arte: Paisaje y Roberto Burle Marx

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Ecología, estética, botánica y arte: Paisaje y Roberto Burle Marx

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Esta presentación nace y es resultado de mi experiencia, alo largo de 4 meses, de Diciembre hasta Marzo de esteaño, como pasante en el Sitio Roberto Burle Marx ubicadoen Barra de Guaratiba, Rio de Janeiro.Antes de llegar no sabía mucho más que lo que la culturageneral te puede decir sobre Burle Marx: conocía lavereda de Copacabana, sabía que trabajaba con amebas yformas sinuosas y con mucho color.En el sitio me encontré con algo de una magia muchomayor a la que me esperaba, todo parecía formar partedel lugar naturalmente, desde las herbáceas de diversoscolores y texturas: cubresuelos que fueron lo primero queme llamó la atención, por la ausencia de césped tal cual loconcebimos los herederos del parque pintoresquistainglés, hasta arboles y palmeras gigantes, que generabanun bosque (mata atlántica) tan alto y sombreado que unopodía perder la vista siguiendo las largas raíces de losfilodendros ubicados a 15 m de altura en las copas de estebosque. Había llegado, el mundo tropical de Burle Marx.

El parque se extiende en una superficie de 465.000 m2, de los cuales 20000 m2son invernaderos de reproducción, aclimatación y experimentación botánica.Cada rincón de todo este terreno cuenta con su magia propia, volviéndosecada vez más salvaje hacia la cima del morro, pasando por una plantación debanana (preexistente a la llegada de Burle Marx y mantenida por él) y llegandoa la cumbre donde se abren las visuales en panorámicas extensas de 360º.El cuerpo de jardineros, trabajadores mantenidos desde la muerte de Burle

Marx y la donación del parque al Estado, paseándose por el lugar como unapieza más de su funcionamiento, es un componente más de este ecosistemaque alberga todo tipo de vegetación tropical y subtropical.Además de una colección de arte, tanto indígena como moderna europea ybrasilera, digna de los mejores museos (3125 piezas), el lugar cuenta con unabiblioteca con más de 3000 libros de todo el mundo y en 7 idiomas diferentes,ambas colecciones propias de Burle Marx.Uno de los trabajos que más me deslumbró fue el de organizar, catalogar yguardar las más de 1500 pinturas, creadas por él y mantenidas en el museopara formar parte de exposiciones efímeras cuando sea necesario.

A cada nueva mirada descubría una nueva flor, un nuevo color, tocaba unatextura llamativa u olía un perfume atrayente, esos eran los guías en misrecorridos por el sitio, me dejaban perderme por horas, con o sin cámara,dependiendo cuan egoísta me sentía en ese momento. La percepción al igualque la flora estaba en constante ebullición, participando activamente de cadanuevo espacio que descubria en mis deambulaciones por el lugar. Esa fue miprimera impresión, sabiendo o no sobre Burle Marx y todo lo que implicabaese personaje tan extravagante hasta ese momento.Mi trabajo en el lugar, museo y jardín botánico, se compartía entre salir dereconocimiento y mapeamiento botánico con los pasantes estudiantes debotánica, y la reforma que se estaba llevando a cabo en el atelier a causa de sudesgaste y mal mantenimiento. Aquí cabe aclarar una cosa, en Rio, ciudad,junto con Brasilia, en que Burle Marx más llevó a cabo su obra, no cuentan hoycon un curso profesional de paisajismo, esto me hacía el personaje extraño,entre arquitecto y botánico, que no pertenecía a ninguno de los dos, yrealmente se les dificultó encontrarme algo para hacer. Al punto de que detiempo en tiempo el director Marlon, preocupado, se acercaba parapreguntarme que quería hacer, y yo con mis recorridas y lecturas diarias,aprovechando estos 3000 libros y 1500 pinturas que Burle Marx había dejado,en verdad no me preocupaba tanto por eso.Esta fue la puerta al mundo de Burle Marx. Comencé a estudiar más a fondo enlibros y estudios que trataban de él y en esa ida y vuelta entre lo que proponíaBurle Marx y la realidad de sus jardines se formó esta presentación.

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Roberto Burle Marx (1909-1994)

Su interés por la botánica se desarrolla ya desde pequeño, cuando en el fondo desu casa en Leme, RJ, planta una pequeña colección de Bromeliáceas y otras plantasjunto con su madre, quien tenía el mismo hobbie. Más tarde, con 19 años (1928)viaja a Alemania, donde a partir de las visitas a museos de exposición yconocimiento de las vanguardias que crecían y se multiplicaban, decide estudiarpintura. En una visita al Jardín Botánico de Berlín descubre la sección “flora tropical”,donde se mostraban de forma estética y escultórica especies de la mata atlánticaque él tanto conocía y que en Brasil no se valoraba. Al volver a Brasil comienza sutrabajo de investigación, utilización y promoción de la flora autóctona brasilera.En sus primeros parques, como director del sector parques y jardines del gobiernode Pernambuco en los años 30, realiza una remodelación de un parque y de unaplaza, en las cuales utiliza por primera vez flora nativa, proveniente del sertaobrasilero, región más pobre del país, y de la selvática Amazonia. El parque setermina de construir, y le genera grandes oposiciones tanto éticas como políticas,que terminan en su demisión, relacionada también al choque de la intervenciónmilitar en el gobierno y sus ideales socialistas, acusado por el uso de caña rojacomo símbolo comunista.Vuelve a Río, donde proyecta y construye el jardín de la terraza en la casa Schwartz,proyecto de Lucio Costa. Su primer obra a esta escala, en la cual comienza acontrastar líneas rectas con líneas curvas en canteros, y a utilizar especiesautóctonas dentro de estos.Su primer proyecto para la construcción de un parque público fue el parque para elAeropuerto Santos Dumont, en rio de Janeiro, donde ya comienza a trabajar consenderos y canteros sinuosos, estanques, piedras, relieves y vegetación brasilera ytropical.

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Botánica

Burle Marx defendía el uso de especies nativas, pero nodejaba de lado las exóticas tropicales que se adaptaban a lascondiciones climáticas y ambientales de Brasil, seconsideraba a sí mismo un universalista, tal vez ayudado porsu procedencia alemana mezclada con su identidadbrasilera.El conocimiento botánico a través de la experimentación conestas plantas le permitía anticipar el desarrollo que estastenían, saber que colores, que texturas y que tamañosconseguirían a lo largo de su ciclo de vida. En esta línea elplanteaba que a él como paisajista solo le bastaba empezarel trabajo, ya que “el tiempo completa la idea”.En este desarrollo y conocimiento de la flora autóctona ytropical del mundo; en contra del uso de especiesimportadas, que no se desarrollaban de forma satisfactoriaen el clima brasilero, y que representaban culturas ajenas ylejanas, Burle Marx presentaba a la flora tropical de la mataatlántica en sus parques y jardines de forma “humanizada”,amenizaba sus formas y se las brindaba al observador paraque este le diera otro valor al del preexistentenegativo.

La vegetación brasilera, y en especial la mata atlántica era considerada como un“infierno verde demoníaco”, “un mundo convulsivo de actividad, color y vida, algo quedebemos mantener lejos de nuestras ciudades, casas y jardines”. Se considera uno delos mayores logros de la obra de Burle Marx la aproximación de este mundo mítico,selvático y cargado de subjetividades negativas al brasilero. Y así, en eseconocimiento de lo propio, forjar y fortalecer su identidad.

Al ser el precursor del uso de estas especies Burle Marx no solo cultivaba sus plantas,sino que las debía domesticar, reproducir y hasta aclimatar. Él elaboraba sus proyectosa partir de la flora perteneciente al lugar de trabajo, realizaba expediciones de colectaen los días previos a la elaboración de proyecto para conocer la flora típica del lugar ysus potencialidades, realizar colectas y después plantarlas en sus parques y jardines.En estas expediciones llegó a descubrir y catalogar numerosas especies,conocimiento botánico que fue reconocido por muchos especialistas con lacolocación de su nombre en la nomenclatura de nuevas especies descubiertas.Hoy se lo identifica, de forma simbólica, con la Heliconia burle-marxii. Símbolo queidentifica también y en consecuencia al SRBM.

“Podemos pensar numa planta como uma pincelada, ou um pontode bordado; mas não devemos esquecer que é um ser vivo. ”

Para continuar y profundizar en sus estudios de botánica, y para producir las plantas autilizar en sus proyectos fue que en 1949 compró el Sitio Santo Antonio da Bica, actualSitio Roberto Burle Marx, donde llegó a plantar una colección de especies digna delos mejores jardines botánicos, y donde se estableció para trabajar tanto en susestudios de botánica como en sus proyectos, pinturas, esculturas y tantas otrascreaciones. Lugar donde llegó a juntar una colección de alrededor de 3500 especiestropicales, una de las mayores colecciones botánicas de estas características.Colección que hasta hoy en día se mantiene gracias a la donación que hizo del sitio algobierno en 1980 con el objetivo de preservar su obra, con la única condición deasegurar su apertura al público, mantención de la mano de obra contratada por él ypromoción de actividades culturales y científicas en el lugar.

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Ecología

“Se me perguntassem se prefiro criar jardinscoletivos ou particulares, sem pestanejarrespondo que gosto que meus projetossejam usufruídos pela coletividade. Sempretive medo de viver e não contribuir comalguma coisa.”

Conocido por su desarrollo en estudios y experimentos sobre las plantas ysus asociaciones ecológicas, mutualismos que favorecen su desarrollo. Él losdemostraba y promovía en su parque-laboratorio “Sitio Santo Antonio daBica”, para después aplicarlos en sus jardines. No solo defendía la búsquedade estas asociaciones como forma de favorecer el correcto y esperadodesarrollo del vegetal, sino que proponía una nueva forma de ver al conjuntocomo una unidad indisociable, la estética propia de estas relaciones entre los vegetales.Burle Marx desde su postura anticipaba la problemática ambiental causada por la sucesiva tala maderera y posterioragriculturización de las tierras amazónicas, muchos años antes del surgimiento de los grupos ambientalistas masivos delos 60s y 70s. En su país es considerado el precursor en esta lucha, defendió la causa ambiental y fue un tenaz luchadoren contra de la explotación desmesurada de la tierra hasta su muerte en el año 1994.Burle Marx trabajó en el espacio público de forma preferencial, siempre se mostraba crítico con el crecimiento urbanodescontrolado de la época, y proyectaba en esta dirección, estudiando y proponiendo una forma más ecológica dehabitar el espacio y de vivir las ciudades. A esta forma de trabajar en el espacio público hoy la podemos asociar con laecología urbana, en su estudio sobre las dinámicas de la ciudad, de sus habitantes y de su ambiente.Dos de los proyectos públicos más apreciados y considerados sus obras más destacadas son el parque del Aterro doFlamengo y la costanera de Copacabana.Burle Marx defendía al parque público como jardín social, o socialización de la naturaleza. El lugar de encuentro de lacomunidad como iguales, en un modelo urbano en que el crecimiento vertical se populariza y que el jardín privado seva convirtiendo en un derecho exclusivo de las clases sociales altas.Con la intención de generar espacios públicos de carácter democrático proyectó sus parques con sus formas ycomposiciones sinuosas características y con vegetación nativa, generando una tipología de parque único y propio. Losparques de Burle Marx son considerados hoy como un “campo de identidad simbólica y concreta, al alcance delciudadano”. Generó paisajes nuevos que no respondían a modelos extranjeros, sino que tenían un fuerte arraigo con lacultura local, lo que determinó la valorización y arraigo también de los habitantes de la ciudad. A pesar de ser unestudioso de la cultura europea, considerarse dentro del movimiento vanguardista moderno y ser de ascendenciaalemana, se definía a sí mismo como brasilero, brasilero con todo el mestizaje (portugués, anglosajón, negro africano eindígena) que ello implica.Ejemplo material de esta mezcla cultural es el proyecto de la costanera de Copacabana, donde tomó de referencia lostatuajes de una tribu del amazonas y lo materializó con la típica piedra portuguesa roja, negra y blanca.Proponía la inserción a gran escala de espacios verdes en la ciudad, tomandocomo referencia los espacios silvestres inmediatos a ella, como agentes de

dinamización en el intercambio interior-exterior que vivencia el ciudadano en la metrópolis. Escape del ritmo y estilo de vida propio de las grandesciudades, hoy en Rio de Janeiro es notable este aporte, siendo una ciudad de 9 millones de personas y, sin embargo, una en las cuales el verde juega unro l f u n d a m e n t a l e n e l t e j i d o u r b a n o , t a n t o e n f o r m a d e p a rq u e p ú b l i c o c o m o d e re s e r v a b i o l ó g i c a .Para Burle Marx el espacio público debía funcionar como agente ralentizador de la vida en la metrópolis, experiencia estética de respiro, físico ymental, del ciudadano, respuesta al cada vez más veloz ritmo de vida característico de la sociedad moderna industrial y financiera.

“Agora que tudo serve para ir cada vez mais rápido, não se trataria, ao contrario, de restituir lentitude ás imagens?”

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Muchos relacionan de forma directa las creaciones pictóricas y las paisajísticas de la obra de BurleMarx, considerada una en función de la otra. Sin embargo, mediante la participación conscienteen cualquiera de sus creaciones, jardines y parques, nos damos cuenta que las dimensiones quetoman lugar son muchas más que dos, que el plano puede servir de guía de composición, puedegenerar espacialidades y distribuciones generales, pero es en el lugar, con la topografía, lasplantas, rocas y agua, que Burle Marx componía sus jardines. Considerada por él mismo comoobra de arte total, donde juega un rol fundamental la fenomenología y la percepción a través de todos los sentidos en simultáneo. Sinembargo la relación está dada, y fuertemente: hoy sabemos que los diseños de Burle Marx deben su imagen final a la aplicación delógicas y formas pertenecientes a la vanguardia artística. Conformando una estética singular y moderna de organización plástica de lanaturaleza.Burle Marx elaboró, en base a su conocimiento botánico y artístico, una estética propia de jardines: el de la sinuosidad de los elementos ylas manchas continúas de color, constante juego cromático y formal dado al observador de forma armónica e integral.En su paleta contaba con rocas, agua, cemento, piedra portuguesa, cerámicas, mosaicos y vegetales. Este ultimo considerado ypotenciado a partir de su adaptación al suelo y al clima, sus olores, volúmenes, texturas, colores y fenología. Características que amplían lapaleta, y determinan lo que resume la obra de Burle Marx en “inestables, y sin embargo, permanentes composiciones paisajísticas”.

“Temos que ter a coragem de renunciar a elementos que parecem lindos, mas que não trazem o resultado desejado quando associado aoutros. O principiante tem a tendência de utilizar tudo aquilo que conhece. Criara assim, um grande aglomerado de plantas, não umjardim, obra de arte.”

Podemos afirmar a través del conocimiento de sus obras que para él era fundamental la consideración del jardín o del parque como untodo, un elemento estético por sí mismo y en toda su dimensión. Defendía la funcionalidad de la estética, para él el diseño de paisajeapunta a “uma necessidade estética que nao é luxo nem desperdicio, mas necessidade absoluta humana, sem o que a propia civilizacaoperdería sua razao estética.”

Estética

“Decidi-me a usar a topografia natural como uma superfície para acomposição e os elementos da natureza encontrada –minerais, vegetais-como materiais de organização plástica, tanto e quanto outro artistaprocura fazer sua composição com a tela, tintas e pincéis.”

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Arte

“Espero que meu trabalho as influencias que vem do povo permaneçam vivas em meumodo de pensar”

Arquitectos y productores culturales brasileros de los años 20 y 30, proponían un cambio de paradigma, el cual consistía en reconocer yreconocerse en la historia propia, a través de la cultura guaraní-tupy, retomar simbólicamente sus costumbres para reforzar la identidadbrasilera y romper con el eurocentrismo heredado de la época de la colonia.Las tribus guaraníes-tupy acostumbraban capturar al jefe de su enemigo luego de ganada una batalla, lo mantenían cautivo en sucampamento de forma libre, conviviendo con él y aprendiendo de él la mayor parte de su conocimiento. Cuando consideraban que yahabían aprendido lo suficiente, realizaban un ritual que determinaba su muerte y posterior practica de canibalismo o antropofagia. Secreía que así no solo incorporaban su conocimiento, sino también su fuerza y espíritu, se fortalecían a partir del enemigo.En una crítica al modelo eurocentrista, los intelectuales de la época proponían retomar la antropofagia (Manifiesto Antropófago, Oswaldde Andrade), y sí, estudiar la cultura europea, aprender de sus prácticas, corrientes e historia, consumir todas las vanguardias en ebulliciónen la época, pero digerirlo todo, a partir del aprovechamiento de todas sus virtudes y el descarte de sus errores y facetas inadecuadas.Este consumo debía fortalecer la producción cultural brasilera, no determinarla.Así inventaron una corriente propia, un pensamiento crítico nacional, una mirada unificada a los acontecimientos culturales del mundo yuna visión a futuro construida por esta escuela que planifica y se desarrolla en función de una cultura que mira hacia adentro, para luegoenfrentar el afuera.Burle Marx se forma en pintura, alumno de Portinari, en la Escuela de Bellas Artes, dirigida por su amigo Lucio Costa, y principal escuela enla defensa de esta postura moderna brasilera.Es así como hoy podemos ver en la obra de Burle Marx tanto influencias del escultor Hans Arp, Claude Monet o Isamu Noguchi, como delas características ambientales y culturales del paisaje brasilero.

Burle Marx está considerado hoy como elmejor expositor de esta corrientemoderna brasilera, quien no buscótraducir modelos desarrollados en elhemisferio norte a estas latitudes, nitampoco lanzarse a un regionalismoconvulsivo cegado por el rechazo a ladominancia cultural de Europa.

Un caso que demuestra esta característicapropia de la vanguardia brasilera es la visita deLe Corbusier a Rio de Janeiro, para laconstrucción, junto con Lucio Costa y OscarNiemeyer, del edificio para el Ministerio deEducación y Cultura, en la cual participótambién Burle Marx: Luego de proyectado eledificio, y ya de vuelta a Europa, sobrevolandoel amazonas, Le Corbusier se pronunció encontra de lo bruto y vago de la naturalezarepresentado por los ríos y arroyos de formasinuosa y desordenada, concluía que elhombre tenía la necesidad de superar esteorden natural con el racional de la recta, velozy pura. A este pronunciamiento Burle Marxrespondió con el jardín diseñado para laterraza de la construcción más baja, uno de losjardines más famosos de su obra.Hoy se considera que “Con los jardines deBurle Marx Brasil recuperó su propia flora ytopografía, abrazando las contradicciones delo “bruto” y lo “vago” pero nativo.” Primeroarmonizando con sus curvas la arquitecturapurista moderna y luego, asociado conNiemeyer, reinventando la arquitectura y laforma de habitar el espacio de formacompleta..

“Con los jardines de Burle Marx Brasil recuperó su propia flora y topografía,abrazando las contradicciones de lo “bruto” y lo “vago” pero nativo.”

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Conclusión

Como latinoamericanos, no podemos pasar por alto su obra, ni la búsqueda que encausó toda la energía de un ser pordemás productivo en la creación de un pensamiento nuevo y revolucionario, que no respondía a corrientes Europeas y queluchó en cada nueva obra por la independencia cultural e intelectual frente al Eurocentrismo dominante: por la generaciónde un pensamiento crítico latinoamericano.

El legado de Burle Marx nos llega hoy a través de sus jardines, parques, pinturas, esculturas y muchas otrasexpresiones de su arte. Esa es una de sus grandes virtudes y a la vez una dificultad a la hora de enfrentar el estudio desu desarrollo paisajístico y artístico. El reconocimiento de su obra está recién comenzando a surgir en Latinoamérica,muchos años después de que fuera premiado y estudiado en Estados Unidos y Europa. Creo que gran parte de estadificultad que encontramos hoy en día cuando queremos analizar su obra es que él no escribió sobre ella ni desarrollóteorías de proyecto o corrientes paisajísticas masivas. Burle Marx se dedicó a ser él mismo, no generó una escuela“Burlemarxiana” ni dejó grandes desarrollos teóricos acerca de cómo actuar en el paisaje. Hoy en día, sin embargo,nos llega a través de diversas publicaciones, manuscritos, estudios y análisis, provenientes de personajes cercanos aél, que compartieron su trabajo y que comprendieron su pensamiento, lo que intenté desarrollar en estapresentación, la eminencia de un nuevo protagonista en el ámbito del paisaje, que todos conocemos pero que pocoscomprenden.Nos dejó su obra, miles de proyectos a lo largo de todo el mundo materializados en parques y jardines que sonvisitados a diario por millones de personas y que ya forman parte del cotidiano de muchas ciudades. Comoestudiantes de paisaje lo que nos corresponde es estudiarla, comprender sus significados, sus búsquedas y sufuncionamiento.Burle Marx, mucho antes del surgimiento de las teorías del pensamiento complejo y el trabajo interdisciplinar,representó la interdisciplina en persona. Comprendió desde un principio la complejidad del trabajo paisajístico ydedicó toda su vida al perfeccionamiento de su obra a través de aportes de diversas ramas. Se definía a sí mismocomo pintor: pero al estudiar la paleta compuesta por vegetales fue mucho más allá de sus características cromáticasy formales, y llegó a desarrollar un estudio botánico-ecológico completo. Se definía a sí mismo como socialista: y en elanálisis del funcionamiento urbano y espacio público propuso nuevas tendencias y se interesó de forma diferencial enel efecto que pueden causar los parques urbanos y espacios verdes proyectados en el tejido urbano.

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Santiago Cola

Licenciatura en Diseño de Paisaje

CURE - UdelaR

2012