Paisajes de basura

Eric Samuel Aguirre

8-7162428

Tengo maestría en Codificación de la Imagen del Instituto Cultural Helénico de la ciudad de México.

El arte siempre ha sido un vehículo o un medio para hablar de la realidad. Esta es capaz de expresar lo inexpresable, pero también es capaz de representar al hombre y sus actos de manera más clara que la misma realidad. En los últimos años han salido a la luz una serie de artistas encargados de representar una verdad cada día más visible y penetrante; me refiero a la transformación de la naturaleza, y en particular al efecto del progreso sobre el paisaje. Quiero hablar de artistas como Edward Burtynsky, Andreas Bursky y Chris Jordan.

Las imágenes de estos tres artistas son metáforas de la eterna contradicción entre el hombre y su relación con la naturaleza. El hombre con sus actos se está convirtiendo en un cáncer que propaga su tumor de manera sostenida con la destrucción y contaminación de la naturaleza. Utilizamos de ella lo que nos place para mantener y sustentar un estilo de vida, pero todo este supuesto progreso está causando un inevitable y gran deterioro del planeta. El arte de estos tres artistas puede que provoque alarma, preocupación y desasosiego ante el paisaje transformado que estamos dejando a nuestro paso.

Por ejemplo, el primer artista que me gustaría analizar es Edward Burtynsky con sus imágenes apocalípticas sobre el petróleo y la contaminación.

En la imagen 1, el fotógrafo canadiense Edward Burtynsky nos muestra eso que Sigmund Freud llamaba “lo ominoso”. En palabras del mismo Freud: “lo ominoso es aquello que apela a lo terrorífico, a lo siniestro, a lo abyecto, pero subyugado a lo cotidiano”, es decir por ejemplo: un cementerio de carros es algo que está en nuestro inconsciente colectivo, sin embargo, cuando sale a la luz la imagen de un deshuesadero de autos experimentamos una sensación de horror. Todas las cosas que utilizamos van a parar a algún lado. Una botella plástica cuando la tiras a la basura no desaparece por arte de magia, simplemente va a otro lugar. Ese lugar que sabemos que existe pero que borramos de nuestra consciencia se convierte en lo “ominoso”.

Nuestro artista lo que hace es traer en forma de metáfora esas imágenes reprimidas; todos sabemos que existe el vertedero, pero cuantos de nosotros hemos pasado por ahí.

Ahora bien, con estas fotografías estamos sujetos al punto de vista del artista, como decía Oscar Wilde “Ningún gran artista ve las cosas como son en la realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista”. Esto quiere decir que una fotografía, al igual que un cuadro o una película son representaciones idealizadas de la realidad. Nuestro fotógrafo hizo su composición desde un plano elevado, al mismo tiempo busco el ángulo más importante para realzar su contenido, busco líneas rectas para crear perspectiva y es evidente que diseño hasta la iluminación.

Imágen 1.Edward Burtynsky, Auto Wreckers #2, Tucson Arisona, USA 2006.

El segundo artista que quería analizar es al fotógrafo alemán Andreas Gursky. En la foto 2, vemos una fábrica donde empacan pollos. Esta imagen me parece de suma importancia porque no muestra la fase final, sino el proceso para llegar a un producto. Esta es la paradoja del capitalismo, el ser humano necesita producir para poder tener una vida de bienestar, pero al mismo tiempo el ser humano es tratado como objeto. Las imágenes de Andreas Gursky son curiosamente familiares, sin embargo son al mismo tiempo escandalosas. Al igual que en las fotografías de Burtynsky, vemos la fotografía desde un lugar elevado, con una

profundidad de campo impecable, y con una actitud fría frente al tema tratado. Cuando me refiero a la frialdad, me refiero a esa actitud casi de voyerismo frente a la imagen tratada. Es como cuando el morboso abre un hueco en un cuarto para ver a una pareja teniendo sexo.

Básicamente es el discurso de la posmodernidad, donde los medios masivos y la industria del consumo masivo se convierten en centros de poder, cuyos intereses de calidad y perfección pasaron de lado porque actualmente, ya no importa tanto la singularidad de los productos, sino la rápida elaboración de los mismos para su funcionalidad. Todo se fabrica en serie, y en grandes cantidades. Esto también ocurre con la moda, los muebles, la electrónica, los edificios y el entretenimiento. Dando como resultado un efecto dominó que día con día nos arrastra un poco más hacia la destrucción.

Imágen 2. Andreas Gursky, Deda Chicken Processing Plant, Dehui City, Jilin Providence, China. 2005.

Lo interesante subrayar de estos artistas es el de siempre hacer una imagen con un cuidado estético muy bien manejado. El artista presenta la tragedia de una manera bella, esa es la paradoja del arte. Por un lado está toda esta historia de las consecuencias del hiperconsumo, pero por el otro lado esta lo bello de la imagen. Es la verdad del hombre reducida a un instante, es la tragedia en la que hemos entrado en el siglo XX, pero por otro lado son hermosas por su composición, su detalle, su iluminación y por la humanidad que revelan.

Es importante también hacer una conexión con los artistas románticos del siglo XVIII con los artistas que estamos tratando. El romanticismo fue una actitud filosófica de rechazo frente a las ideas de la ilustración. La ilustración proponía que todo puede ser explicado de manera racional para combatir la ignorancia, la superstición, la tiranía y de esta manera podríamos construir un mundo mejor. Los románticos se revelaron frente a todas esas ideas de convertir al hombre en cosa por medio de la industria y la máquina. Los románticos valoraban más el sentimiento que lo material, y al aparecer un sistema económico más interesado en la obtención de ganancias que en la vida de sus individuos, los románticos se revelaron por medio de la pintura, la poesía, la música y la literatura. Una de las características más importantes de los románticos era la representación del paisaje. Cómo ejemplo tenemos este cuadro del pintor alemán Caspar David Friedrich en la Imagen 3.

Imágen 3. Caspar David Friedrich, Landscape from Riesengebirge, oleo sobre lienzo 108 x 170, 1810.

Para estos pintores la grandeza estaba en la naturaleza, en la majestuosidad de una montaña, la pureza de un árbol, la lozanía de la vegetación. Sin embargo, ahora con Burtynsky, Jordan y Gursky el paisaje está construido por el hombre. Ya no es esta naturaleza idealizada y creada por dios, ahora el paisaje es una

maquinaria de extracción de petróleo, un puente atravesando un río, una ciudad con edificios de cemento donde no se asoma árbol. El romántico del siglo XX es el que está interesado en las grandes fábricas y construcciones, es el artista interesado en los efectos que ha tenido la mano del hombre sobre la naturaleza gracias al capitalismo salvaje.

El siguiente artista que voy a analizar es Chris Jordan el cual también trata un tema similar al de Burtysnky y Gursky. En la imagen 4 vemos un montón de botellas de plástico amontonadas, curiosamente el autor utiliza el expresionismo abstracto de los pintores norteamericanos de principios del siglo XX para crear su composición. Parece un cuadro de Jackson Pollock o de William De Kooning, pero lo interesantes es lo mucho que nos habla del consumismo desbocado del hombre contemporáneo.

Imágen 4. Chris Jordan, Plastic Bottles, 2007; ultrachrome inkjet print; 60 x 120 inch

En Panamá no somos ajenos a los problemas de la basura, y considero que es de suma importancia que en nuestro país estemos más expuestos a obras artísticas donde nos obliguen a reflexionar sobre estos temas. El capitalismo es la ideología

que está detrás de esta acumulación de desperdicios y destrucción de la naturaleza. Hoy en día todo es tirar y botar, inclusive es interesante conocer la teoría de la “obsolescencia programada” para darle más contenido a esta relación de capitalismo salvaje con la destrucción del medio ambiente. La obsolescencia programada u obsolescencia planificada fue una idea planteada a principios del siglo XX por el señor Bernard London para poner fin a la gran depresión en Estados Unidos. La idea era que la vida útil de un producto o servicio estuviera determinada o programada, de tal modo que después de un tiempo calculado de antemano, por la compañía o el fabricante, el producto o servicio se volviera obsoleto. En pocas palabras, la idea es que todo debe durar poco, para ser remplazado por otro. La humanidad está depositando todo su sentido y razón de vida en el consumo y la técnica. Cuando hablo de técnica me refiero a esa idea planteada por Ortega y Gasset en su escrito “Meditación de la técnica”, en donde nos describe lo superfluo, el hombre quiere su bienestar, pero ha olvidado que pertenece a un mundo. Ese afán de comodidad irónicamente está generando una degradación de la vida, tanto del hombre como de los otros seres vivos, y al mismo tiempo está poniendo en peligro el futuro de la humanidad y de la vida en la tierra.

Bibliografía

Ortega y Gasset, Meditación de la técnica. Madrid, España: Edición Austral. Espasa-Calpe, 1965.

Sigmund Freud, “Lo Ominoso”. Obras completas. Buenos Aires, Argentina. Amorrortu Editores. Agosto 1992.

Oscar Wilde, Obras Selectas. Madrid España: Ediciones y Distribuciones Mateo, 1998.

Rüdiger Safranski, Romanticismo, una odisea del espíritu alemán, México D.F, México. Tusquest Editores México, S.A. de C.V. 2009

http://www.edwardburtynsky.com/

http://www.chrisjordan.com/gallery/rtn/#silent-spring