Palabrasciliares.

ARIMNAEFIELall,sobrelaslabaEL,

Lapiedraestabacortadayrota.Lorecuerdobien.

OdiseasElytis

Amaneceytraslamuertedelcantorsehaceposible

elcanto.Suvozanvivoesapenasunestertor imperceptible,

ya muerto la palabra ausente emerge, primero como un eco,

despus, liberadas las cuerdas en esa cmarahueca, comoun

silencio que inunda la casa. Comenzar cuando ya todo ha

terminado,cuandoelmiedoyahaemprendidosuviajehacialo

cotidiano, cuando lapalabra fracturada enmil pedazospuede

otravezrecomponerseparavolveralsentidoabandonadotras

el desastre. Petrificados e inundados de silencio, intentan

agrietarseparadesprendersedeuncaparazncalcreoqueles

atenaza, y as poder buscar otro cuerpo que los contenga,

mientras, lamelancola se les escapa por las fisuras, tras una

contraccinviolentadeltiempo.

Lamelancola,nocomounsentimientoquenaciese

de ladecepcinydel abandono, sino comounanecesidaddel

sereneldestierropermanente,necesitadacomounvampiroo

una sanguijuela de succionar la bilis negra hasta la ebriedad.

Absorberlade losrecuerdoyde losamantes,de lasparedesy

deloscolchones.

Lacasa,comotrasposicindelcuerpo,habitadapor

l, compartiendo piel y paredes desconchadas, fluidos y

humedades renegridas,miradas y ventanas rotas, prximos a

msallde la ruina, reconstruyendoelabandonodiarioyver

quetodosedesmoronadenuevo,devoradosydevorando(por)

elespacio,(por)eltiempoqueyanolesqueda.

Despus el paisaje, los lugares cercanos que

construyeconlavozdesumiradaimpvida,queyanoserige

por lasmedidasde lapercepcin, sinoque concibe el espacio

inmediatoa travsdeun tragaluzquemasticaa la luna,de la

mirilladeunacajamortuoria,ojodeunpezabisal,escrutante.

Ojo que ve las palabras que fundan las cosas, antes de ser

cotidianasyevocadasporsunombre.Anteprpadoquerefleja

loquemanifiestaelsentirltimo,angustiadoyangustiante.

Ms all, antes del crepsculo an por llegar, el

ngelus, cntico de una encarnacin interrumpida, la

encarnacin de un amor que no alcanza a convertirse en

cuerpo,informeydesmedido,enelqueasomanlospiesdeuna

pasin sinuas, deunosdedosmalvas en la garganta con los

quevaciarsedepalabrasnodichas,delosvstagosenfermose

inconcebidos.Comenzaraamarse,amorirseporlospies,como

una gangrena hedionda que se extendiese implacable por las

fibras que tejiera el deseo, vctima y verdugo de si misma.

Iniciaruntiempodeimpsyextenderlo,blancoyopacohasta

agotarelgiroterrestre,parasentirloinverso,comounanueva

fsicaquerigiesesuUniversoconvexo.

Transcurrir,sucedersedemoradamenteenunorden

inverosmil, breve e ilimitado, sembrando lilas, esperando el

fruto de un rbol seco, doblando sbanas estampadas de

reproches. Esperando que la luz del faro descubra el camino

hacialosacantilados.

Despus el atardecer, hacia caminos entrecruzados

por la niebla, borrados por la luz mortecina, a la huida del

deseo inconcluso del ya no ser, hacia un espacio germinal y

baldo, donde los signos derramados en la nieve fundan los

primeros huecos en que guardar los recuerdos, recuerdos sin

memoria,ltimassimientesdesnudasdeloporvenir.

Existir a dos voces, que a veces se niegan, como

antagonistas agonales que en su lucha lanzasen palabras

ciliares,quedemoradasen laheridaabierta,emprendiesesun

viajelentoymortalparadepositarseenlosrganosdeldeseo,

socavndolos como un carcinoma verbal que destruyese la

epidermisdelsignificadodelosactoscomunes,queavecesse

funden,derramndoseparaembeberse,nodelotrosinodeun

yo preexistente que desea an perpetuar el recuerdo de un

tiempo anterior al diluvio, cuando la realidad semanifestaba

comovoluntadde losdioses, queavecesdejan lugara la voz

ajena, huyendo de espanto ante la vibracin de sus cuerdas,

tocadasporelaireinmvil,comosiensuspensolapalabraslo

pudieraserenunciadaatravsdelotro.

nicamente es posible el amor en el territorio del

mito:sloenuntiempofundacionalcabelaposibilidaddeser

paraelotro.ComoOrfeo,enunpaisajecrsticoysubterrneoa

la bsqueda de una Eurdice muerta, recorriendo grutas y

cavidadessaturadas,descendiendosimasyprecipicios,galeras

angostas,porlasquecirculanrossubterrneoscomotorrentes

sanguneos, donde los hipogeos guardan los cuerpos de los

muertos recientes, las voces que omos, como amantes pares

quehandescendidoalHades,slopuedenamaraunaEurdice

espectral. Convertida en un ser nocturno, sus palabras viajan

dilatadasnoatravsdeairesinodeuntercoagulado,poreso

las voces se vuelven, nada ms ver la luz, para ver el nima

vibrantedeunecoquenoresponde,puesenlainvisibilidadsu

presenciasevuelveplenaysloaspuedenposeerla.

Para quedar as en un proceso de disolucin

incompleto,enelquelaspartculasnodeledas,depositadasen

los rizomas de los recuerdos sepultados, trasplanten el sabor

amargodelposoltimo.

Al final, el origen, volver a empezar caraun solpor

degatos.

JorgeVarela