Palacio de Versalles

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PALACIO DE VERSALLES PATRIMONIO CULTURAL E HISTORIA DEL ARTE BARCOS MARTIRENA, IONE 1º TURISMO, GRUPO B

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Arte Barroca

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PALACIO DE VERSALLES

PATRIMONIO CULTURAL E HISTORIA DEL ARTE

BARCOS MARTIRENA, IONE

1º TURISMO, GRUPO B

Page 2: Palacio de Versalles

ÍNDICE

Palacio de Versalles 1-3

Análisis técnico 4-9

Historia y arte durante el siglo XVII: Clasicismo y Barroco francés 10-11

Bibliografía 12

Fachada Palacio de Versalles.

Page 3: Palacio de Versalles

PALACIO DE VERSALLES

El Palacio de Versalles (en francés: Château de Versailles) es un palacio ubicado en

Versalles, Île-de-France, Francia. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la

UNESCO en 1979.

Versalles comprende tres palacios: Versalles, Gran Trianón y Pequeño Trianón, además

de infinidad de edificios situados en la villa: grandes y pequeñas caballerizas, el hotel

de los pequeños placeres, sala de Juego de la Palma, el Gran Común…

Inicialmente comenzó siendo un pequeño pabellón de

caza, construido de ladrillos rojos de piedra y denominado

el Castillo del Caballero. Esta primera estructura del

palacio, fue mandada construir por Luis XIII en 1624 al

arquitecto e ingeniero Philibert Le Roy, de estilo barroco y

clásico.

Tras la muerte de Luis XIII, durante el reinado de Luis XIV,

se distinguen tres etapas en la construcción del palacio,

marcadas por las amantes del rey.

Durante la primera etapa (1661-1668) se realiza la primera ampliación del Palacio de

Versalles, encargada al arquitecto Louis Le Vau.

Fue uno de los arquitectos creadores del clasicismo francés que combinó el clasicismo

con el barroco. En Versalles, entre otras obras, realizó la primera orangerie y el

zoológico en el parque. Inició la realización de la escalera de los Embajadores y las

decoraciones de los aposentos reales. Su obra más importante fue el Palacio de Vaux-

le-Vicomte.

Luis XIV comenzó siendo amante de Enriqueta de Inglaterra pero para evitar el

escándalo y los problemas diplomáticos aparentaron que a quien pretendía el rey era a

Louise de la Vallière, de la que acabó enamorándose, y desde entonces tuvo una

predilección especial por el Palacio de Versalles, ya que allá pasaba la mayoría de

tiempo con Louise de la Vallière montando a caballo.

Por ello decidió convertir el palacio en un lugar de recreo y encargó a Louis Le Vau la

reforma de éste.

Se conservó toda la obra anterior y únicamente se construyeron dos alas

independientes prolongando las del patio, pero separadas por el foso. Éstas fueron

destinadas una a cocinas y otra a cuadras. Además se realizaron añadidos decorativos

en el patio. Al hacer esta ampliación quedó un alto escalón entre el nuevo patio y el

terreno situado ante él, por lo que se construyó una plataforma circular e inclinada en

la que se dispusieron tres caminos de entrada, uno para coches y dos para peatones. A

Planta del Palacio de Versalles (Luis XIII)

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los lados de la plataforma se edificaron pabellones, de piedra y ladrillo, de planta

cuadrada y destinados a servir de alojamiento a invitados y artistas.

La segunda etapa de la ampliación del Palacio (1668-1678) comienza tras la

celebración de las fiestas por la Firma del Tratado de Aquisgrán (1668), que sellaba la

paz tras la Guerra de la Devolución (1667-1668), en las que Luis XIV decide convertir el

palacio en residencia de la Corte. Además durante esta etapa el rey cambió de favorita,

comenzando una relación amorosa con Françoise Athénais Rochechovart, esposa del

marqués de Montespán.

La decisión que tomó Luis XIV sobre aumentar el palacio se debió a la incapacidad de

este para alojar a los miembros de la Corte y de servir de residencia permanente para

su persona.

Se optó entre dos posibilidades para realizar esta ampliación: La primera, pretendida

por Colbert, quien se oponía a la residencia del rey en Versalles, consistía en conservar

lo existente y envolverlo con las obras nuevas, esto sería menos costoso, y a la vez

menos bello, por lo que el rey podía rectificar su decisión sobre vivir en Versalles. La

segunda opción, era la de Luis XIV, quien pretendía derribar lo antiguo y hacer un

nuevo Palacio. Finalmente se escogió la primera opción, y el trabajo fue encargado de

nuevo a Louis Le Vau. Los trabajos duraron únicamente seis meses, lo que evitó un

nuevo cambio de opinión, ya que Luis XIV no se decidía completamente por ninguna

de las opciones.

Pero tras el comienzo de la obra definitiva, falleció en 1670 Louis Le Vau, y fue

sustituido por su primer ayudante François d’Orbay, arquitecto francés cuyas obras

más importante son las portadas de los Premonstratenses, del hospital de la Trinidad y

de los Carmelitas de Lyon.

François d’Orbay a pesar de seguir los planos de su predecesor, introdujo novedades

principalmente en la parte ornamental, que enriquecieron la obra y dieron unidad al

conjunto.

La fachada del Parque quedó distribuida en veinticinco crujías, con aspecto

italianizante, esta fachada hace pensar en la fachada del Louvre, tal como la imaginara

Bernini. El primer piso resultó muy curioso, puesto que las once crujías centrales

quedaron retranqueadas formando una terraza destinada a contemplar los jardines, lo

que daba un paso trascendental en la evolución de la fusión del edificio en los jardines.

Por encima se dispuso un ático con balaustrada rematada con trofeos y jarrones que

ocultaban unos tejados bajos, lo que aumentaba la semejanza con modelos italianos.

La última etapa de la ampliación (1678-1715) comienza con la celebración en 1679, en

el Palacio de Versalles, de la Firma de la paz de Nimea, que pondría fin a la Guerra de

Holanda (1678-1679). Es entonces, cuando Luis XIV decide que el Palacio pase a ser la

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sede del Gobierno, firmándose el decreto de traslado de la Corte y el Gobierno el día 6

de mayo de 1682.

Además, se produce un nuevo cambio en la vida amorosa del rey. Tras la caída en

desgracia de la marquesa de Montespán, el rey comienza una relación con una mujer

llamada Voisin, quien al poco tiempo fue acusada de envenenadora y tras esto, Luis

XIV inició una nueva relación con Françoise D’Aubigné, viuda y nombrada marquesa de

Maintenon, que entró en la Corte en 1673 como dama de compañía de la marquesa de

Montespán. En 1683 ambos viudos se casaron secretamente en un matrimonio

morganático.

El problema planteado en esta última etapa, fue donde alojar a todas las personas que

formaban parte del Gobierno y de la Corte. Esta vez se encargó de la ampliación el

arquitecto Jules-Hardouin Monsart, considerado como uno de los más importantes

arquitectos franceses y europeos. En Versalles, realizó la Galería de los Espejos, las alas

Norte y Sur, las Grandes y Pequeñas Caballerizas, la Orangerie, el Gran Común, la

Capilla Real, los Bosquetes de los Domos y de la Colonnade, el Gran Trianón, la iglesia

de Notre Dame y el convento de los Recoletos…

Este decidió cerrar la terraza hacia los jardines y dispuso en su lugar la Galería de los

Espejos, salón más representativo del carácter áulico de Versalles. Transformó

ligeramente la fachada al convertir los vanos adintelados del primer piso en arcos, que

permitían mejor iluminación y resultaban más acordes con la planta baja. Además,

amplió las disponibilidades de espacio siguiendo la idea del Palacio de Clagny, que este

arquitecto había ampliado anteriormente. Construyó dos inmensas alas, que unió

perpendicularmente con las alas laterales del patio.

Se hicieron también otras importantes obras, entre las que destaca la Capilla, que se

ubicó en el ala norte. Exteriormente presentaba una estética gótica y en el interior la

decoración se acercaba al gusto versallesco. Otra obra importante fue la construcción

de las Grandes Ecuríes y las Petites Ecuríes, dos edificios destinados a ser establos,

ubicados en la confluencia de las tres vías del tridente, asomando a la Place d’Armes.

Planta del Palacio de Versalles (Luis XIV)

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ANÁLISIS TÉCNICO

La superficie total del palacio es de

67.121 m² de los cuales 50.000 están

actualmente abiertos al público.

Cuenta con 700 estancias, 2.513

ventanas, 352 chimeneas (1.252

durante el Antiguo Régimen), 67

escaleras, 483 espejos (repartidos en la

Gran Galería, Salón de la Guerra y

Salón de la Paz), y 13 ha de chimeneas.

El parque abarca 800 ha, 300 de bosque y dos de jardines a la francesa: el Pequeño

Parque, tiene 80 ha y el Trianón, 50 ha. Tiene 20 km² de vallas y 42 km² de paseos, con

372 estatuas.

Entre los 55 estanques, los más grandes son el Gran Canal, de 24 ha, y el estanque de

los Suizos, de 180.000 m². Hay 600 surtidores y 35 km² de canalización.

La decoración del palacio fue una cuestión de mucha importancia. En los años 1671 y

1681 la decoración de los Grands Appartaments se realizó según dos fórmulas: en una,

las paredes se recubrieron con terciopelos, generalmente de color verde o carmesí y

ornamentados con dibujos, colgándose allí cuadros de artistas italianos; en los otros

casos, en lugar de terciopelos se emplearon planchas de mármol de distinto color.

Los salones tuvieron una importante carga simbólica, además de su denominación en

relación con los planetas y la mitología clásica, los temas pintados en los techos hacían

relación a las hazañas del monarca, comparándolas muchas veces con episodios

semejantes de la Antigüedad, siguiendo las fórmulas empleadas en Vaux-le-Vicomte de

mezclar pintura y estuco.

En la Sala de Guardias de la Reina, la Escalera de la Reina y la Escalera de los

Embajadores, se hicieron motivos de trompe-l’oeil. Hay que destacar que la Escalera de

los Embajadores, concebida por Louis Le

Vau y comenzada en 1671 por François

d’Orbay, era una pieza de gran valor

arquitectónico que se estructuró

mediante dos rampas opuestas entre sí

y paralelas a la pared, siguiendo el

esquema de la que diseñó Primaticcio

en el ala de Belle Cheminée del palacio

de Fontaineblau.

Plano general del palacio y el parque de Versalles en 1680

Maqueta de la Escalera de los Embajadores

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La decoración de los salones se completó con suelos de mármol, que a pesar de que

enriquecían el conjunto fueron levantados en 1684 por razones prácticas y sustituidos

por otros materiales menos fríos.

Este tipo de decoración se finalizó hacia 1683, tras la muerte de Colbert y el

nombramiento de Louvois para ocupar su cargo. Esta sucesión, tuvo un gran reflejo en

la decoración que se hizo a partir de entonces en Versalles, ya que Louvois provocó un

cambio en la dirección artística, favoreciendo a Mignard frente a Le Brun, cediendo a

Jules-Hardouin Mansart la iniciativa en los aspectos decorativos.

En este período Le Brun consiguió decorar la Galería de los Espejos, ya que Jules-

Hardouin Mansart deseaba realizar una decoración más sobria que lo que entonces se

acostumbraba a hacer.

Este salón es una larga galería de

75 metros de largo por 10 de

ancho. Presenta en uno de los

lados 17 grandes vanos que se

corresponden con otros espejos

situados enfrente, cuya finalidad

era redoblar la iluminación y

ampliar el espacio de la estancia,

además se prestaban a los efectos

de sorpresa propios del Barroco. Entre ellos se dispusieron 24 pilastras de mármol rojo

con basas y capiteles de bronce dorado y se abrieron nichos en los que se instalaron

estatuas de divinidades mitológicas. La bóveda del techo se bordeó de trofeos y

muestra pinturas en las que se narran las glorias militares de Luis XIV. Hay que

destacar que Versalles contaba con lujosísimos muebles de plata maciza,

especialmente en la Galería de los Espejos, los cuales fueron fundidos en 1689 cuando

comenzaron las penurias tras los problemas por la guerra del Palatinado.

Las ideas de Mansart triunfaron con la decoración del Salón del Ojo de Buey, salón más

representativo del nuevo gusto. Este salón fue decorado en 1701 con paneles ligeros,

espejos como elementos imprescindibles y desaparece la pesadez de muchos adornos.

Los jardines de Versalles constituyen el

prototipo de jardín francés del siglo

XVII, y fueron creados y supervisados

por André Le Nôtre. En estos jardines el

primer escalón lo proporcionan los

Parterres, donde la naturaleza se

mostraba absolutamente dominada por

la mano del hombre. Para crear efectos

Galería de los Espejos

Fuente de Latona y jardines de Versalles.

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estéticos y hasta cierto punto escenográficos, situó al pie de la Galería de los Espejos

dos estanques donde se reflejaba el palacio. Desde este lugar organizó una gran

avenida, el Tapis Vert, que conducía hasta el Gran Canal y estaba delimitada por dos

grandes fuentes, la de Latona y la de Apolo, que tenían una fuerte carga de

simbolismo. La primera representaba la historia de Latona. La fuente de Apolo hacía

referencia a Luis XIV, ya que mostraba al dios en el momento de salir del océano

conduciendo su carro solar para iluminar la tierra. Luis XIV era el Rey Sol que iluminaría

Francia y Europa con su gloria en la política, en las armas y en la cultura.

A los lados de la vía se desarrollaba el segundo

escalón del jardín en el que se formaban

diversos bosquecillos perfectamente

urbanizados. Entre ellos se dispusieron

pequeños estanques, estatuas y sencillas

arquitecturas, de las que merece una mención

la Columnata formada por una arquería circular

en cuyo centro se situó la estatua del Rapto de

Proserpina esculpida por Girardon.

En el siguiente escalón se encontraba un estanque en forma de cruz, del cual el brazo

dispuesto en el eje del jardín era el Grand Canal y el transversal, el Petit Canal. A los

lados había bosques libres, aunque con caminos que señalaban una última

intervención de la mano humana.

Otra obra a destacar fue la Ménagerie o pequeño zoo, propio de los palacios reales, se

construyó en 1633 y duró solamente treinta años.

Una de las maravillas del Parque fue la Gruta de Tetis construida entre 1664 y 1676 y

que se destruyó en 1684. La fachada principal se compuso como si se tratara de un

ninfeo, mostrando tres vanos en forma de arco de medio punto y una decoración

alusiva al dios Apolo. El interior se decoró tratando de imitar la gruta submarina a la

que se retiraba durante la noche Apolo. Para ello se cubrieron las paredes con

incrustaciones de piedras, caracolas o corales que formaban figuras fantásticas, y se

buscaron efectos de luz y sonido mediante diversos elementos. Aquí también había

una gran carga simbólica relacionada con el rito del lever y del coucher de Luis XIV, que

era una especie de liturgia mítica en alusión a la salida y puesta de la luz en el mundo.

Otra gran construcción fue la Orangerie, el invernadero, construido principalmente

para resguardar los naranjos de los rigores del invierno. Constaba de tres galerías bajo

tierra, abovedadas donde se guardaban dichos árboles frutales.

De singular importancia fue el palacete del Trianon, construido para cuando Luis XIV y

la marquesa de Montespán deseaban escapar del bullicio de la Corte. La entrada

estaba formada por un frontón triangular sobre cuatro columnas cuyo aspecto

Fuente de Apolo

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clasicista contrastaba con las fachadas que estaban recubiertas con azulejos coloridos,

buscando aparentar un ambiente oriental y exótico. Tras la caída en desgracia de la

marquesa de Montespán, en el año

1687 y bajo la dirección de Jules-

Hardouin Mansart ayudado por

Robert de Cotte, se construyó el

Grand Trianon. El edificio se concibió

como un palacete veraniego. Se

edificó siguiendo la tradicional planta

en U con un foso, un puente y una

verja de hierro. Lo más importante del

edificio es el corps de logis.

La construcción de Versalles fue terminada en los últimos años de la vida de Luis XIV.

Desde entonces, hasta la actualidad, únicamente se han realizado pequeñas obras y

remodelaciones de las edificaciones de la época de Luis XIV.

En 1715 tras la muerte de Luis XIV, el nuevo rey Luis XV era un niño, por lo que Felipe

de Orleans, el Regente, primo de Luis XV, abandonó Versalles y se instaló en su

residencia parisina del Palacio Real, y la Corte se instaló en las Tullerías.

En 1722 cuando Luis XV contaba con 12 años de edad, volvió a Versalles y se instaló en

los departamentos de Luis XIV. Este rey, fue el responsable de la destrucción de

muchos de los espléndidos edificios de la época de Luis XIV, pero se crearon unas

magníficas decoraciones en el interior del palacio.

Las primeras reformas, encargadas por Luis XV

a Ange-Jacques Gabriel, consistieron en la

demolición de las estancias de los Baños y la

Escalera de los Embajadores, así como la

construcción del salón de Hércules, de la

Ópera y del Pequeño Trianón y la

transformación de los Departamentos del Rey,

de la Reina y de las princesas de la familia

real.

Durante la segunda parte del reinado de Luis XV, se pusieron en marcha los proyectos

de construcción de las fachadas con vistas a la villa.

Tras su muerte y durante el reinado de Luis XVI, se construyeron nuevas edificaciones

como la Granja de María Antonieta, el Belvedere, el Templo del Amor y el Teatro de la

Reina. Todos ellos fueron decorados por Deschamps.

El Gran Trianon en 1723

Ópera Palacio de Versalles.

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Además, durante la época de Luis XVI, esposo de María Antonieta, se arreglaron las

fachadas del palacio que dan al lado del parque, embelleciéndolas con esculturas y se

decoraron el Pabellón de la Lanterne y la Puerta de San Antonio.

La degradación del palacio de Versalles comenzó el 6 octubre de 1789 cuando los reyes

Luis XVI y María Antonieta fueron forzados a abandonar Versalles.

Durante la revolución Francesa se suprimieron los emblemas reales de las fachadas, el

resto se mantuvo intacto hasta 1973, cuando gran parte del mobiliario fue subastado.

Posteriormente, Napoleón Bonaparte quiso convertir Versalles en su palacio imperial,

pero este proyecto nunca progresó.

Durante el reinado de Luis Felipe, el palacio se transformó en el Museo de Todas las

Glorias de Francia y se demolieron todos los apartamentos utilizados por la corte y

parte de los aposentos reales, para transformarlos en galerías y salas de exhibición.

El palacio se convirtió en el cuartel general del ejército prusiano en 1870 durante el

asedio de París. El emperador alemán fue coronado el 18 de enero de 1871 en la

Galería de los Espejos. Después fue el centro de las elecciones presidenciales de la III y

la IV República. Se decoró con grandes frescos que evocaban la guerra, la agricultura,

el comercio, la industria y la paz.

Tras la III República, sirvió como lugar de reunión del Congreso del Parlamento.

Ya en el siglo XX, Pierre de Nolhac,

comenzó un proceso de restauración con

el objetivo de devolverle al palacio el

aspecto que tenía en el siglo XVIII.

La Habitación de la Reina fue uno de los

apartamentos que más intervenciones

sufrió; la Habitación del Rey, tuvo mayor

suerte que la de la Reina y se conservó

prácticamente intacta.

En 1810 se retiraron de la terraza del palacio los trofeos de guerra y copones

ornamentales del siglo XVII. A fines del siglo XIX se reconstruyeron los que se ubicaban

en el cuerpo central, y en el año 2008 se terminaron de reconstruir los que se ubicaban

en los cuerpos laterales.

El Pabellón Frais se demolió en 1810 durante el Imperio Napoleónico. En 1980 se inició

el proyecto de reconstrucción pero debido a la falta de fondos sólo se pudieron

edificar los muros de piedra. Entre 2009 y 2010 el Pabellón fresco, al igual que el

bosque de las tres fuentes, fue completamente reconstruido con fondos aportados por

la fundación American Friends of Versailles.

Habitación de la reina

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La Galería de los Espejos, es el espacio dónde se celebraron las bodas, cumpleaños y

recepciones reales durante los reinados de Luis XIV, XV y XVI; se utilizó como hospital

de campaña en 1870, se coronó al primer Emperador de Alemania en 1871 y se firmó

el pacto de Versailles en 1919. Entre 1970 y 1980 se realizó una importante

intervención y entre el año 2004 y 2007 se restauró íntegramente la galería que

recuperó el aspecto que tenía en 1789.

Para recuperar el aspecto original de la fachada, en el año 2007 se eliminaron las dos

chimeneas agregadas en el siglo XIX, se restauraron los ornatos de plomo y se

reconstruyeron las columnas de mármol de los balcones de la fachada este.

Entre los años 2007 y 2008 se realizó la reconstrucción de la Grille Royale.

El proyecto del Gran Canal de Versalles, programa de renovación, fue presentado en

2003. Dotado con una subvención del Estado de 135 millones de euros, tardará en

realizarse unos 17 años y afectará a todo el conjunto: palacio y parque. Los tres

objetivos principales son asegurar el palacio, proseguir con las restauraciones y crear

nuevos espacios para la acogida del público. Las obras empezaron en 2004.

Actualmente, el museo de la historia de Francia está situado en las alas, mientras que

la parte central, los Grandes Departamentos, las estancias privadas y los

departamentos de la familia real han sido restaurados y pueden verse tal como eran

cuando estaban ocupados por los reyes.

Palacio de Versalles en la actualidad.

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HISTORIA Y ARTE DURANTE EL SIGLO XVII: CLASICISMO Y BARROCO FRANCÉS.

Tras la muerte del Rey Enrique III en 1589 todo parecía presagiar que en Francia se

recrudecerían las guerras religiosas por cuanto el heredero al trono era el hugonote

Enrique de Borbón. Pero este se convirtió al catolicismo y ayudado por la política de su

ministro Sully consiguió poner fin a la Guerra Civil y recuperar económicamente a la

nación.

Pero en el año 1610 el rey fue asesinado. Luis XIII, el heredero, contaba con tan solo

nueve años de edad, por lo que la reina María de Médicis asumió la regencia. La

situación se salvó con la llegada del cardenal Richelieu. Su papel fue trascendental,

continuó la labor de Enrique IV, hacia el establecimiento de la monarquía absolutista.

Tras la muerte del cardenal en 1642, y la de Luis XIII un año después, la regencia

recayó en Ana de Austria, que se apoyó en el cardenal Manzarino. Pero debido a la

política de éste, al poco estallaron las dos revueltas de la Fronda (1648-1652).

Luis XIV declaraba el fin de la regencia a sus trece años, durante la segunda revuelta de

la Fronda, y volvió a confiar en Manzarino, quien buscaba afianzar el gobierno

absolutista y la consolidación de las fronteras de Francia. Tras la muerte de Manzarino

en 1661, Luis XIV decidió gobernar él solo la nación y desarrolló una política de

afirmación nacional que convirtió a Francia en la gran potencia europea logrando

extender sus fronteras casi hasta los límites actuales. Pero sus últimos años no fueron

tan gloriosos ya que su auge supuso la unión de varias potencias contra él. Por lo que

en 1686 hubo de enfrentarse a la Liga de Augsburgo, que pretendía contener la

expansión francesa y en 1697 tuvo que firmar la Paz de Ryswick.

El 1 de septiembre de 1715 moría Luis XIV en Versalles.

La situación política de Francia durante el Siglo XVIII tuvo su reflejo sobre las artes, por

lo que el sistema absolutista pretendió que las manifestaciones artísticas se pusieran al

servicio de esos principios. Fue trascendental la fundación de las academias.

En 1648, se fundó la Académie de Peinture et de Sculpture, bajo la protección del

cardenal Manzarino y de la mano de Charles Le Brun, Juste d’Edmont y los hermanos

Testelin. En 1655, ya siendo una academia oficial, se le dio el título de Académie

Royale, con el privilegio de que sus miembros serían en exclusiva los escultores y

pintores del rey y de la reina.

Más tarde, en 1666 se fundó la Académie de France, cuya sede se encontraba en

Roma, con la finalidad de facilitar el aprendizaje a los artistas franceses mediante el

contacto directo con las grandes obras clásicas y las del renacimiento italiano.

Page 13: Palacio de Versalles

Las academias más importantes que se fundaron en esta época por parte de Luis XIV y

Colbert, fueron la Académie Royale de Danse, la Académie Royale de Musique y la

Académie Royale d’Architecture.

Tras la fundación de esta última academia, en 1672 surgió el gran debate entre Blondel

y Perrault. Esta disputa se basó en la cuestión de la existencia o no de una belleza

universal y absoluta. Para Blondel y sus seguidores, la belleza se asentaba en unos

principios inmutables de los cuales la mayoría fueron establecidos en la antigüedad

clásica. Perrault y sus seguidores, en cambio, consideraban que era la propia

experiencia la que determinaba lo que era bello.

Algo similar ocurrió en la Académie Royale de Peinture et de Sculpture, esta vez, el

debate se centró en la primacía del dibujo o del color en la pintura. Gabriel Blanchard

fue uno de los que defendió el color, y Le Brun apoyó la primacía del dibujo. A finales

de este siglo se produjo la victoria definitiva de los coloristas, que dominarán a lo largo

del siglo XVIII.

Estas disputas, suscitan la cuestión de si el arte francés del siglo XVII puede señalarse

como barroco, o como un arte estrictamente de corte clasicista, ya que a primera vista

parece oponerse a los valores propios del Barroco. Por ello, el arte de esta época ha de

situarse como una variante dentro del barroco general europeo, ya que existen rasgos

que parecen acercarlo a unos ideales clasicistas, y otros muchos, a veces secundarios,

indican una correspondencia con los aspectos barrocos.

Es esta importante dualidad la que caracterizó al arte francés del siglo XVII.

En relación al urbanismo se construyeron calles amplias, despejadas y rectas, las

edificaciones se construyeron bajo el mismo esquema arquitectónico en las fachadas.

La plaza tuvo una especial importancia por su carácter de núcleo cerrado, donde se

podían desarrollar diversos aspectos de la ideología barroca. En este siglo tuvo un gran

auge la construcción de edificios religiosos, por la especial situación histórica que se

vivió. Sobriedad, armonía y claridad fueron las tres claves de la arquitectura barroca en

Francia.

El predominio durante esta época del sistema absolutista, favoreció la construcción de

palacios por toda Europa. Entre los que destaca el palacio de Versalles, palacio que fue

imitado por toda Europa, algunas de sus imitaciones fueron el Castillo de Potsdam, de

Federico de Prusia y el palacio Real de Caserta, de los Borbones de Nápoles.

El estilo propio de la decoración de los palacios de este siglo, fue instaurado por

Charles Le Brun, quien lo empleó por primera vez en la decoración de Vaux-le-Vicomte.

El tapiz, la orfebrería, el vidrio, las alfombras y los muebles, adquirieron mucha

importancia en la decoración lujosa de los palacios. Además el jardín resultó ser el

complemento esencial de todo palacio.

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BIBLIOGRAFÍA

Chateau de Versailles, Versalles a lo largo de los siglos.

http://es.chateauversailles.fr/es/history/versailles-during-the-centuries/the-palace-

construction/louis-le-vau-1612-1670 Página consultada el 13 de mayo de 2013.

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http://miradaatenta.wordpress.com/2012/01/18/la-restauracion-y-reconstruccion-

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Página consultada el 13 de mayo de 2013.

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Checa, F., El arte y los Sistemas Visuales, Madrid, Ediciones Istmo, 1982.