Palma a., Jorge - Jesucristo El Redentor

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PBRO. DR. JORGE A. PALMA JESUCRISTO, EL REDENTOR “Nosotros creemos y confesamos que Jesús de Nazaret, nacido judío de una hija de Israel, en Belén en el tiempo del rey Herodes el Grande y del emperador César Augusto; de oficio carpintero, muerto crucificado en Jerusalén, bajo el procurador Poncio Pilato, durante el reinado del emperador Tiberio, es el Hijo eterno de Dios hecho hombre, que ha salido de Dios (Jn 13,3), bajó del cielo (Jn 3,13; 6,33), ha venido en carne(1Jn 4,2), porque la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad... Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia (Jn 1,14.16)” (Cat 423) Este texto concentra la fe de la Iglesia en Jesucristo, que, a su vez, es el fundamento de la fe en todo lo que enseña la doctrina cristiana, ya que el cristianismo no es, ante todo, una doctrina, sino una adhesión personal a Cristo (cfr. lo visto en la Unidad 2, 4-, c). Hoy día es frecuente encontrar una discusión previa: la existencia misma de Cristo, la historicidad de los Evangelios, y la credibilidad del mismo Jesús. Como no está previsto tratarlo aquí, remitimos al Anexo titulado “Credibilidad de Jesús”. 1- El Mesías prometido. a) Mesianismo veterotestamentario en general. Una de las nociones alrededor de la cual se han agrupado los datos del Antiguo Testamento es la de la alianza. En la historia de la teología bíblica, durante mucho tiempo, fue considerada la idea central. Más recientemente, en el último siglo, se ha visto que esta referencia temática no es suficientemente comprehensiva -queda fuera gran parte de la

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PBRO. DR. JORGE A. PALMAJESUCRISTO, EL REDENTOR

Nosotros creemos y confesamos que Jess de Nazaret, nacido judo de una hija de Israel, en Beln en el tiempo del rey Herodes el Grande y del emperador Csar Augusto; de oficio carpintero, muerto crucificado en Jerusaln, bajo el procurador Poncio Pilato, durante el reinado del emperador Tiberio, es el Hijo eterno de Dios hecho hombre, que ha salido de Dios (Jn 13,3), baj del cielo (Jn 3,13; 6,33), ha venido en carne(1Jn 4,2), porque la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo nico, lleno de gracia y de verdad... Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia (Jn 1,14.16) (Cat 423)

Este texto concentra la fe de la Iglesia en Jesucristo, que, a su vez, es el fundamento de la fe en todo lo que ensea la doctrina cristiana, ya que el cristianismo no es, ante todo, una doctrina, sino una adhesin personal a Cristo (cfr. lo visto en la Unidad 2, 4-, c).

Hoy da es frecuente encontrar una discusin previa: la existencia misma de Cristo, la historicidad de los Evangelios, y la credibilidad del mismo Jess. Como no est previsto tratarlo aqu, remitimos al Anexo titulado Credibilidad de Jess.

1- El Mesas prometido.

a) Mesianismo veterotestamentario en general.

Una de las nociones alrededor de la cual se han agrupado los datos del Antiguo Testamento es la de la alianza. En la historia de la teologa bblica, durante mucho tiempo, fue considerada la idea central. Ms recientemente, en el ltimo siglo, se ha visto que esta referencia temtica no es suficientemente comprehensiva -queda fuera gran parte de la literatura sapiencial y tambin, a medias, aspectos de la preparacin y la promesa. Para solucionar el problema de la nocin clave de todo el Antiguo Testamento se lleg a otra opcin posible: se profundiz en la unidad dinmica de los libros en su orientacin a Cristo. En efecto, quizs sea la expectacin mesinica la corriente predominante del A.T.

Mesas = Mschiah = Xrists. Es el ttulo clave que se dar a Jess y ser la base de la confesin cristolgica de los primeros cristianos (la profesin de fe tpica ser Ieso-Xrists-Theo-Uis-Sotr: Jess Cristo Hijo de Dios Salvador).

La esperanza mesinica se centra en la "manifestacin extraordinaria, definitiva de Jahwh, por medio de la cual intervendr para salvar al pueblo elegido y revelarse como dueo absoluto de todos los hombres y del cosmos. En otras palabras, es la instauracin manifiesta y perfecta del Reino de Dios."

An siendo la salvacin obra de Jahwh, es atribuida a un no bien definido personaje (cfr. profetas, salmos, etc.): el ungido de Jahwh = Mschiah.

Se trata de un Mesas idealizado que toma diferentes formas segn las pocas (p. ej., el mismo Cristo se apoya en dos figuras inesperadas para la tradicin juda: la del Siervo de Jahwh, de Isaas, y la del Mesas trascendente de Daniel).

Notas comunes:

Nuevo y definitivo instaurador del Reino (pleno de los bienes mesinicos).

Convocador del pueblo y reunidor de los "dispersos" de Israel.

Autor de la nueva alianza del pueblo con Jahwh.

Instrumento para la conversin de todas las naciones (que participarn de la salud mesinica con Israel).

Nuevo y ms perfecto Moiss: libertador, caudillo, salvador, maestro, legislador, etc.

Gobernar con especial autoridad, fuerza, sabidura y santidad.

Trasciende la condicin meramente humana.

Las nociones de Mesas y Nuevo Israel futuro, ideal, no se conciben sino en una ntima y necesaria relacin mutua. La figura del Mesas est desgranada histricamente segn las pocas en las que se distiende el Antiguo Testamento. De all surgirn, mucho ms adelante, ya en la economa neotestamentaria, los "ttulos cristolgicos" (Cristo, Jess, Profeta, Maestro, Rey, Seor, Hijo de David, Hijo de Dios, Hijo del Hombre, El que viene, el Justo, el Santo, Pastor, Siervo de Jahwh, etc.) y los "oficios redentores de Cristo" (munera Christi), (Sacerdote, Rey, Profeta).

Corrientes mesinicas del Antiguo Testamento:

Mesianismo colectivo (Gen 3,15)

Mesianismo "sin mesas" (Is 1,24; 10,24; 54,11; Zac 9,9-10; Am 9,11-12; Sof 2,8-20) Mesianismo trascendente:

a) Emmanuel (Is 7,14; 9,1-6; 11,1-9; Miq 5,1-5)b) Escatolgico (Dan 7,14) Mesianismo sacerdotal

Mesianismo proftico

Mesianismo real

Siervo de Jahwh

Aqu veremos slo el mesianismo real, el trascendente-escatolgico y el tema del Siervo de Jahwh.

b) El mesianismo real.

1. Origen. En la poca del surgimiento de la monarqua, la esperanza de la salvacin cristaliza en un prncipe, o en una lnea de prncipes, que la realizar. La monarqua es un fenmeno tardo que se integra en la teocracia ya existente en Israel. Hay un traspaso de la alianza del pueblo al rey: el rey es juzgado sobre todo por los profetas con relacin a la alianza. Hay muchas semejanzas con las monarquas mesopotmicas y egipcias; sin embargo, son superficiales: la diferencia profunda est en la alianza.

Yahveh te anuncia que Yahveh te edificar una casa. Y cuando tus das se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmar despus de ti la descendencia que saldr de tus entraas, y consolidar el trono de su realeza. (l constituir una casa para mi Nombre y yo consolidar el trono de su realeza para siempre.) Yo ser para l padre y l ser para m hijo. Si hace mal, le castigar con vara de hombres y con golpes de hombres, pero no apartar de l mi amor, como lo apart de Sal a quien quit de delante de m. Tu casa y tu reino permanecern para siempre ante m; tu trono estar firme, eternamente. (2 Sam 7,11-16)

El profeta Natn confirma la dinasta de David. El orculo sobrepasa al descendiente de David (Salomn) y es el primer eslabn del mesianismo como descendencia de David. Es la carta magna del mesianismo real (cfr. Hech 2,30).

2. Salmos reales. Los ms destacados son el 2 y el 110. En ellos, al mesas se lo concibe como el rey perfecto, el retrato ideal del monarca israelita (cfr. S 45). Este ideal est llamado a encarnarse, y los hebreos tienen la esperanza de verlo venir.

Confirmacin en el Nuevo Testamento. En los Evangelios puede comprobarse cmo, de hecho, Jesucristo ejerce su condicin de rey en tanto que legislador (cfr. sermn de la montaa, organizacin de la Iglesia y nuevo mandato de la caridad) y en tanto que juez (a l le ha sido entregado el poder de juzgar: Jn 5,22. Cfr. Mt 25,46). Adems, cfr. el anuncio del ngel a Mara (Lc 1,32ss.), la respuesta de Cristo a Pilato (Jn 18,37) y la expresin "rey de reyes" (Ap 19,11):

El ser grande y ser llamado Hijo del Altsimo, y el Seor Dios le dar el trono de David, su padre; reinar sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendr fin. (Lc 1,32-33)

Entonces Pilato le dijo: Luego t eres Rey? Respondi Jess: S, como dices, soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz. (Jn 18,37)

Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo: Rey de Reyes y Seor de Seores. (Ap 19,16)

c) El mesianismo trascendente.

Yo segua contemplando en las visiones de la noche: Y he aqu que en las nubes del cielo vena como un Hijo de hombre. Se dirigi hacia el Anciano y fue llevado a su presencia. A l se le dio imperio, honor y reino, y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno, que nunca pasar, y su reino no ser destruido jams. (Dan 7,13-14)

El texto habla del "Hijo del hombre" (Ben-Adam).

1. Aunque la expresin tambin existe en otras religiones, no hay influencia directa sobre el judasmo.

Entre los judos, la expresin significa, en primera instancia, simplemente "hombre". Pero adems, est el significado que procede de la tradicin juda esotricoapocalptica. Segn esta tradicin, se trata de un personaje trascendente, de origen celeste, preexistente, y al mismo tiempo escatolgico, que recibira de Dios el reino mesinico.

2. El Hijo del hombre en el Nuevo Testamento: Jess se da a s mismo, con predileccin, este ttulo. Lo usa slo El (con excepcin de Esteban).

Jess usa la expresin en dos sentidos:

* Para indicar su seoro (Mc 2,28) y anunciar su triunfo escatolgico (Mt 17,9; 24,30; 25,31).

* Para describir sus humillaciones (Mt 8,20; 11,19; 20,28), sobre todo las de la pasin (Mt 17,22).

El primer sentido queda subrayado en la declaracin explcita ante el Sanhedrn (Mt 26,64) y confirmado por la reaccin de los judos. Otro tanto pasar con Esteban (Hech 7,56).

Lo nuevo en Jess, es que une ambos aspectos, 1. y 2. en una alusin indirecta a la unin hiposttica. Cfr. tambin Jn 3,13; 5,27; 6,27.

d) Mesas como "Siervo de Jahwh".

1. Habra que considerar los poemas de Isaas acerca del Siervo en su integridad. Veremos slo el ncleo:

1 Quin dio crdito a nuestra noticia? Y el brazo de Yahveh a quin se le revel? 2 Creci como un retoo delante de l, como raz de tierra rida. No tena apariencia ni presencia; (le vimos) y no tena aspecto que pudisemos estimar. 3 Despreciable y desecho de hombres, varn de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no le tuvimos en cuenta. 4 Y con todo eran nuestras dolencias las que l llevaba y nuestros dolores los que soportaba! Nosotros le tuvimos por azotado, herido de Dios y humillado. 5 El ha sido herido por nuestras rebeldas, molido por nuestras culpas. El soport el castigo que nos trae la paz, y con sus cardenales hemos sido curados. 6 Todos nosotros como ovejas erramos, cada uno march por su camino, y Yahveh descarg sobre l la culpa de todos nosotros. 7 Fue oprimido, y l se humill y no abri la boca. Como un cordero al degello era llevado, y como oveja que ante los que la trasquilan est muda, tampoco l abri la boca. 8 Tras arresto y juicio fue arrebatado, y de sus contemporneos, quin se preocupa? Fue arrancado de la tierra de los vivos; por las rebeldas de su pueblo ha sido herido; 9 y se puso su sepultura entre los malvados y con los ricos su tumba, por ms que no hizo atropello ni hubo engao en su boca. 10 Mas plugo a Yahveh quebrantarle con dolencias. Si se da a s mismo en expiacin, ver descendencia, alargar sus das, y lo que plazca a Yahveh se cumplir por su mano. 11 Por las fatigas de su alma, ver luz, se saciar. Por su conocimiento justificar mi Siervo a muchos y las culpas de ellos l soportar. 12 Por eso le dar su parte entre los grandes y con poderosos repartir despojos, ya que indefenso se entreg a la muerte y con los rebeldes fue contado, cuando l llev el pecado de muchos, e intercedi por los rebeldes. (Is 53,1-12)

Habra que completar este texto con:

Dios mo, Dios mo, por qu me has abandonado? Y yo, gusano, que no hombre, vergenza del vulgo, asco del pueblo, todos los que me ven de m se mofan, tuercen los labios, menean la cabeza: Se confi a Yahveh, pues que l le libre, que le salve, puesto que le ama! Perros innumerables me rodean, una banda de malvados me acorrala como para prender mis manos y mis pies. Puedo contar todos mis huesos; ellos me observan y me miran, reprtense entre s mis vestiduras y se sortean mi tnica. (Sal 22,2a.7-9.17-19)

De este modo, queda configurada la imagen del Mesas sufriente, tan misteriosa para los judos, y tan luminosa desde la perspectiva del Nuevo Testamento.

El profeta compara al Mesas con un cordero destinado al sacrificio, y predice que El cargar con los pecados de muchos y ofrecer su vida para expiarlos.

2. Contexto necesario es el 4o poema del Siervo en su integridad (Is 52,13-53,12).

Hay, al principio, un aparente fracaso del Siervo. Su muerte es escandalosa para las gentes y para sus admiradores. Estos lo consideran como un castigo. Segn ellos, no tena una misin divina. Se ve que el profeta crea, sin embargo, en el Siervo, y se resiste a pensar que Dios haya fallado en su promesa. Por tanto, concluye que hay un misterio en su muerte; no se trata de un castigo, ya que no tiene pecado. Llega por fin a la conclusin, por iluminacin de Dios, de que el Siervo ha muerto por pecados que no son suyos (la relacin pecado-muerte est presupuesta en el profeta). El ha muerto por nuestros pecados (53,5). Por qu muere por pecados de otros? El profeta conoca los sacrificios expiatorios en favor de los hombres: particularmente el caso del chivo expiatorio (macho cabro). Cfr. Lev 16,20-23.

3. El captulo 53.

vv.2-10 Tambin hay otros hombres, amigos del Siervo, quienes, aunque lo quieren, se escandalizan. Son distintos de aquellos que matarn al Siervo (v.9). El profeta les revela el sentido de la muerte del Siervo (vv.5 y 10).

v. 11 Habla Dios y expone el efecto de la muerte del Siervo. Hay que tener en cuenta que en el lenguaje de los poemas muchos quiere decir, en ltimo trmino, "todos".

v. 12 Se anuncia el premio. Se entreg a la muerte: el Siervo se entrega libremente a la muerte y por eso merece el premio (se requiere libertad).

4. Nuevo Testamento.

El resumen de la tradicin dogmtica lo tenemos en

Porque os transmit, en primer lugar, lo que a mi vez recib: que Cristo muri por nuestros pecados, segn las Escrituras; que fue sepultado y que resucit al tercer da, segn las Escrituras. (1Co 15,3-4)

En Juan es donde con ms claridad se ve la "teologa del cordero", que es aplicacin de Is 53 a Jess:

Al da siguiente ve a Jess venir hacia l y dice: He ah el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. [...] Fijndose en Jess que pasaba, dice: He ah el Cordero de Dios. (Jn 1,29.36)

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mas me conocen a m, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. (Jn 10,14-15)

Y cantan un cntico nuevo diciendo: Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos porque fuiste degollado y compraste para Dios con tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nacin; y has hecho de ellos para nuestro Dios un Reino de Sacerdotes, y reinan sobre la tierra. Y en la visin o la voz de una multitud de Angeles alrededor del trono, de los Vivientes y de los Ancianos. Su nmero era miradas de miradas y millares de millares, y decan con fuerte voz: Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabidura, la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza. (Ap 5,9-12)

Aplicacin del mismo Jess al poema del Siervo:

...porque os digo que es necesario que se cumpla en m esto que est escrito: Ha sido contado entre los malhechores. Porque lo mo toca a su fin. (Lc 22,37)

Aplicacin de los primeros cristianos:

El pasaje de la Escritura que iba leyendo era ste: Fue llevado como una oveja al matadero; y como cordero, mudo delante del que lo trasquila, as l no abre la boca. En su humillacin le fue negada la justicia; quin podr contar su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra. El eunuco pregunt a Felipe: Te ruego me digas de quin dice esto el profeta: de s mismo o de otro?. Felipe entonces, partiendo de este texto de la Escritura, se puso a anunciarle la Buena Nueva de Jess. (Hch 8,32-35)

2- El Hijo de Dios.

Hijo de Dios, en el Antiguo Testamento, es un ttulo dado a los ngeles (cf Dt 32,8; Jb 1,6), al pueblo elegido (cf Ex 4, 22; Os 11, 1; Jr 3, 19; Si 36, 11; Sb 18, 13), a los hijos de Israel (cf Dt 14, 1; Os 2, 1) y a sus reyes (cf 2 S 7, 14; Sal 82, 6). Significa entonces una filiacin adoptiva que establece entre Dios y su criatura unas relaciones de una intimidad particular. Cuando el rey-mesas prometido es llamado hijo de Dios (cf 1Cro 17,13; Sal 2,7), no implica necesariamente, segn el sentido literal de esos textos, que sea ms que humano. Los que designaron as a Jess en cuanto Mesas de Israel (cf Mt 27,54), quiz no quisieron decir nada ms (cf Lc 23, 47). (Cat 441)

No ocurre as con Pedro cuando confiesa a Jess como el Cristo, el Hijo de Dios vivo (Mt 16,16), porque Este le responde con solemnidad no te ha revelado esto ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que est en los cielos (Mt 16,17). Paralelamente Pablo dir a propsito de su conversin en el camino de Damasco: Cuando Aquel que me separ desde el seno de mi madre y me llam por su gracia, tuvo a bien revelar en m a su Hijo para que le anunciase entre los gentiles... (Ga 1,15-16).Y en seguida se puso a predicar a Jess en las sinagogas: que l era el Hijo de Dios (Hch 9,20). Este ser , desde el principio (cf 1Ts 1,10), el centro de la fe apostlica (cf Jn 20,31) profesada en primer lugar por Pedro como cimiento de la Iglesia (cf Mt 16,18). (Cat 442)

Si Pedro pudo reconocer el carcter trascendente de la filiacin divina de Jess Mesas es porque ste lo dej entender claramente. Ante el Sanedrn, a la pregunta de sus acusadores: Entonces, t eres el Hijo de Dios?, Jess ha respondido: Vosotros lo decs: yo soy (Lc 22,70; cf Mt 26,64; Mc 14,61). Ya mucho antes, El se design como el Hijo que conoce al Padre (cf Mt 11,27; 21,37-38), que es distinto de los siervos que Dios envi antes a su pueblo (cf Mt 21,34-36), superior a los propios ngeles (cf Mt 24,36). Distingui su filiacin de la de sus discpulos, no diciendo jams nuestro Padre (cf Mt 5,48; 6,8; 7,21; Lc 11,13), salvo para ordenarles vosotros, pues, orad as: Padre Nuestro (Mt 6,9); y subray esta distincin: Mi Padre y vuestro Padre (Jn 20,17). (Cat 443)

Los evangelios narran en dos momentos solemnes, el bautismo y la transfiguracin de Cristo, que la voz del Padre lo designa como su Hijo amado (Mt 3,17; 17,5). Jess se designa a s mismo como el Hijo Unico de Dios (Jn 3,16) y afirma mediante este ttulo su preexistencia eterna (cf Jn 10,36). Pide la fe en el Nombre del Hijo Unico de Dios (Jn 3,18). Esta confesin cristiana aparece ya en la exclamacin del centurin delante de Jess en la cruz: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios (Mc 15,39), porque es solamente en el misterio pascual donde el creyente puede alcanzar el sentido pleno del ttulo Hijo de Dios. (Cat 444)

3- Seoro de Cristo.

En la traduccin griega de los libros del Antiguo Testamento, el nombre inefable con el cual Dios se revel a Moiss (cf Ex 3,14), YHWH, es traducido por Kyrios [Seor]. Seor se convierte desde entonces en el nombre ms habitual para designar la divinidad misma del Dios de Israel. El Nuevo Testamento utiliza en este sentido fuerte el ttulo Seor para el Padre, pero lo emplea tambin, y aqu est la novedad, para Jess reconocindolo como Dios (cf 1Co 2,8). (Cat 446)

Aplicado a Jess, el ttulo de Seor indicar su divinidad; pero, a la vez, subraya el aspecto de dominio sobre lo creado, el seoro. No se trata slo de un ttulo honorfico, sino de un dominio efectivo que ejercer en plenitud despus de su Ascensin, como cabeza de la Iglesia y del cosmos.

El mismo Jess se atribuye de forma velada este ttulo cuando discute con los fariseos sobre el sentido del Salmo 109 (cf Mt 22,41-46; cf tambin Hch 2,34-36; Hb 1,13), pero tambin de manera explcita al dirigirse a sus apstoles (cf Jn 13,13). A lo largo de toda su vida pblica sus actos de dominio sobre la naturaleza, sobre las enfermedades, sobre los demonios, sobre la muerte y el pecado, demostraban su soberana divina. (Cat 447)

Atribuyendo a Jess el ttulo divino de Seor, las primeras confesiones de fe de la Iglesia afirman desde el principio (cf Hch 2,3436) que el poder, el honor y la gloria debidos a Dios Padre convienen tambin a Jess (cf Rm 9,5; Tt 2,13; Ap 5,13) porque El es de condicin divina (Flp 2,6) y el Padre manifest esta soberana de Jess resucitndolo de entre los muertos y exaltndolo a su gloria (cf Rm 10,9; 1Co 12,3; Flp 2,11). (Cat 449)

Desde el comienzo de la historia cristiana, la afirmacin del seoro de Jess sobre el mundo y sobre la historia (cf Ap 11,15) significa tambin reconocer que el hombre no debe someter su libertad personal, de modo absoluto, a ningn poder terrenal sino slo a Dios Padre y al Seor Jesucristo: Csar no es el Seor (cf Mc 12,17; Hch 5,29). La Iglesia cree... que la clave, el centro y el fin de toda historia humana se encuentra en su Seor y Maestro (GS 10,2; cf 45,2). (Cat 450)

La oracin cristiana est marcada por el ttulo Seor, ya sea en la invitacin a la oracin el Seor est con vosotros, o en su conclusin por Jesucristo nuestro Seor o incluso en la exclamacin llena de confianza y de esperanza: Maran atha (el Seor viene!) o Marana tha (Ven, Seor!) (1Co 16,22): Amn! Ven, Seor Jess! (Ap 22,20). (Cat 451)

CASCIARO, J. M., Estudios sobre cristologa del Nuevo Testamento, EUNSA, Pamplona 1982, p.125.

Condiciones regias y, a la vez, suprahumanas. Po VI, en 1779, le da sentido mesinico.

El Salmo 110 es el ms citado en el Nuevo Testamento; Jesucristo mismo se lo aplica (Mt 22,44; 26;64), y tambin los apstoles lo aplican a Cristo (Hech 2,34ss.; 1 Cor 15,25; 1 Pe 3,22; Heb 1,13; 5,6; 7,1ss.; 8,1; 10,12ss.

El mesianismo real tambin es muy abundante en los profetas. Hay que destacar especialmente Is 7,14 (tambin son importantes Is 9,4-6;11,1-9; Miq 5,1-5). Desde el punto de vista de la interpretacin autntica, hay que destacar que, en 1779, Po VI condena a quien niegue su sentido mesinico (E. B., 704).