Pandillaje
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FACULTAD DE …
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE …
MONOGRAFÍA
“Pandillas Juveniles”
AUTOR:
ASESOR:
Lima – Perú
2014
. . . la prueba moral del gobierno es la forma en
que el gobierno trata a los que están en los
albores de la vida, los niños; los que están en el
ocaso de la vida, los ancianos; los que están en las
sombras de la vida; los enfermos, los necesitados
y los discapacitados.
Hubert H. Humphrey
ii
A nuestros padres y amigos, quienes con su afecto
y apoyo nos animas a perseverar en nuestras
labores.
iii
Expresamos nuestro agradecimiento a nuestra
docente, por guiarnos y alentarnos para concluir
este trabajo de investigación.
iv
ÍNDICE
Pág.
Epígrafe ii
Dedicatoria iii
Agradecimiento iv
Introducción v
CAPÍTULO I
ASPECTOS FUNDAMENTALES
1.1. Definición de pandilla 7
1.2. Características de las pandillas 9
1.3. Comportamiento Delictivo 11
CAPÍTULO II
CAUSAS DEL PANDILLAJE
2.1. Violencia y desintegración familiar
2.2. Pobreza, carencias y marginación
2.3. Fracaso Escolar y desempleo
CAPÍTULO III
PANDILLAJE COMO PROBLEMA SOCIAL
3.1. Formas de prevención
3.2. Intervención y resocialización
3.3. Procesos legales y castigo.
Conclusiones
Referencias Bibliográficas
Anexos
v
CAPÍTULO I
ASPECTOS FUNDAMENTALES
6
1.1. Definición de Pandilla
El concepto de “pandilla” es complejo en la medida en que su significado depende del contexto
desde donde se enuncie o use. Así, según Spergel (1995):
El termino pandilla puede significar muchas cosas. Las definiciones en uso han variado de
acuerdo a las preocupaciones e intereses de las fuerzas del orden, agencias juveniles,
escuelas, políticos, medios de comunicación, residentes de una comunidad, académicos e
investigadores así como los intereses y la realidad social cambiante de una pandilla en
particular. (p. 16)
Se han presentado definiciones positivas plateadas por sus propios miembros, agencias de
asistencia a jóvenes y ciertos investigadores quienes ven en estas organizaciones juveniles un
grupo que cumple funciones de educación, apoyo y control social; así, la pandilla actúa en
espacios sociales pobres, hacinados, llenos de privaciones, inestables y/o sujetos a cambios
drásticos cumpliendo un rol integrador y de socialización dejado vacante por instituciones sociales
deficientes (escuela, familia, comunidad). De esta manera, la confrontación de sus miembros con
el entorno, es un mecanismo de supervivencia que les brinda reconocimiento y gratificaciones.
(Spergel, 1995)
Además, respaldando estas perspectivas algunos investigadores piden darle una
perspectiva histórica a la definición de pandillas, tomando en cuenta que estos grupos juveniles
han cumplido variados roles en distintas sociedades y tiempos, particularmente en el campo de la
política. Así, Hagedorn (2008) nos dice que:
Limitar las pandillas a grupos de pares salvajes… menosprecia la variedad de pandillas
institucionalizadas, la historia de la actividad política de las pandillas, y las transformaciones
que las pandillas a menudo experimentan de delincuentes juveniles a criminales
organizados, peones de partidos políticos, milicias religiosas o étnicas, o incluso
revolucionarios... [Ellos] simplemente son grupos alienados socializados en las calles o
prisiones, no por instituciones convencionales. (pp. 30 – 31)
Para dicho autor, las pandillas no necesariamente esa definidas por sus conductas
criminales, sino porque sus miembros crecieron en espacios callejeros o prisiones, lo que sin
embargo si lo expone a la violencia, la falta de control, y la agresión o influencia negativa de
personas de mal vivir.
7
Sin embargo, las visiones mayoritarias, vinculadas al sistema judicial y a la criminología,
enfatizan, posiblemente de manera excesiva, los rasgos negativos y perniciosos de este tipo de
organizaciones juveniles. Así, según Spergel (1995):
Las definiciones de pandilla por la mayoría de teóricos e investigadores sugieren que las
pandillas mucho más delincuenciales o criminales en su comportamiento... [Se] ve a las
pandillas como... una gran amenaza para el orden público y un gran daño para la seguridad
de la ciudadanía... En años recientes... [se] ha reportado que las pandillas cometen un gran
número de homicidios y participan en el tráfico extensivo de narcóticos, aunque no tanto
como comúnmente se cree... [Aun otros] han retratado a los pandilleros – en particular los
líderes y miembros principales – como quebrantadores de la ley inmersos en la violencia y
organizados principalmente para realizar actos ilegales (p. 18)
Es decir, se va a las pandillas como organizaciones juveniles desbocadas y violentas,
inmersas en el asesinato y el comercio y/o consumo de estupefacientes y cuyo fin organizativo
principal es delinquir, siendo así una amenaza para el orden público y los ciudadanos.
Desgraciadamente este tipo de definiciones conduce a políticas públicas represivas y puramente
legales, donde la policía y los juzgados tienen un rol preponderante en detener, juzgar y
encarcelar a estos jóvenes “delincuentes”.
Algunos investigadores no consideran pertinente o adecuado usar los conceptos de
“pandilla”, “pandilleros” o “pandillaje” para aplicarlos a estos jóvenes en riesgo, pues al enfatizar
su carácter violento, criminal, y de peligro para la sociedad, so olvida la realidad humana de
jóvenes sumidos en l pobreza, con escasas oportunidades laborales o de desarrollo y viviendo en
ambientes violentos que estos no eligieron, los cuales son responsabilidad de la falta de políticas
sociales y de fomento de desarrollo por parte del estado peruano. Así Viotti y Romero (2010),
afirman que:
Existe un discurso hegemónico donde los/las limeños/as perciben la idea de “pandillas” y el
concepto de “pandilleros” como sinónimo de delincuentes, asesinos, drogadictos, vagos, y
una larga lista de cualidades estigmatizantes que terminan por excluir de la sociedad a este
sector juvenil, que en su mayoría se encuentra bajo el lastre de la pobreza, característica de
la violencia estructural presente en el Estado Peruano del siglo XXI (p. 2)
Por último, en un intento de sintetizar los aspectos que definen a estas organizaciones
juveniles tratados por diversos investigadores, Spergel (1995) plantea que en la actualidad:
8
Las pandillas funcionan como instituciones socializadoras cuando otras instituciones fallan;
son definidas como un problema cuando se involucran en actividades violentas y
criminales... [Cuando] las funciones básicas de socialización juvenil, especialmente las de
control social y provisión de oportunidades económicas o estatus social para los hombres [y
mujeres] no pueden llevarse a cabo, las pandillas entonces proveen un cierto grado de
orden, solidaridad, emoción y, a veces, ganancias económicas para sus miembros. (p. 3)
En conclusión, puede identificarse tres perspectivas sobre las pandillas. La primera enfatiza
su rol socializador, educador integrador y de soporte en adolescentes y jóvenes cuando la familia,
escuela o comunidad han fallado o el contexto social es inestable. La segunda, resalta el carácter
delincuencial y de amenaza para la sociedad de estos grupos juveniles, la tercera cuestiona el
concepto mismo de “pandilla” al evidenciar que suele ser usado para descalificar y marginar a un
sector de la juventud pobre, con carencias, expuesto a la violencia y sin atención y asistencia por
parte del estado.
1.2. Características principales
La pandillas se diferencian de otros grupos delictivos por características específicas que tienen
que ver con su forma de organización y liderazgo, la fuerza de la identidad, su función como grupo
de apoyo, su carácter marcadamente territorial y su proceder, en muchas situaciones, delictivo y
violento. De acuerdo al National Gang Center (2008) las siguientes características son distintivas
de una pandilla:
El grupo tiene de tres a más miembros, generalmente entre 12 y 24 años.
Los miembros comparten una identidad, típicamente vinculada a un nombre y a menudo
otros símbolos.
Los miembros se ven a sí mismos como una pandilla y son reconocidos por otros como
tal.
El grupo tiene cierta permanencia y grado de organización
El grupo está involucrado en un nivel elevado de actividad criminales (párr. 2)
A estos rasgos habría que agregarle que las pandillas comparten un conjunto de valores
preponderantes como:, lealtad, solidaridad, respeto, y cumplimiento de promesas y
compromisos; además, para muchos miembros esta organización cumple un rol protector y les
brinda oportunidades para ganar recursos, y muchos miembros de las pandillas pueden realizar
actividades recreativas con no gozan de aprobación social. (Ramos, 2004)
9
Hay que resaltar que el valor más apreciado por los miembros de las pandillas suele ser la
lealtad, pero en el sentido particular de no delatar a los compañero, lo que suele ser sancionado
severamente. Así, según Ramos (2004):
El valor intragrupal de mayor importancia es la ‘lealtad’, dado que se expresa y exige en
todos y para todos... La lealtad se define mejor de manera negativa, es decir: no ser delator
o “sapo” de todo aquello que pueda generar represalias, ni “voltiarse” hacia grupos
enemigos. (p. 125)
A nivel organizativo, las pandillas juveniles en su mayoría no suelen tener una organización
interna bien definida, aunque si poseen por lo menos cierto liderazgo, el cual no suele ser
abiertamente declarado por temor a perjudicar o exponer al líder y recae por lo general en una
sola persona. Dicho líder, suele tener las funciones de conducir al grupo hacia el logro de mayor
respeto y supremacía y de conducir al grupo a la mayor eficiencia en la realización de delitos,
cuando la pandilla está involucrada en actos delictivos. Aunque debe matizarse que el líder no
tiene que ser destacado o muy eficiente en las actividades que realiza, más bien su labor es de
modelar y orientar a los miembros (Ramos, 2004).
Esta perspectiva sobre el liderazgo es reforzada por Klein (2001) quien sostiene que:
La mayoría de pandillas callejeras (aunque no todas) tienden solo hacia niveles moderados
de organización, hacia un no bien definido y cambiante liderazgo, y una retórica de valores y
creencias que es más fuerte en su declaración que en sus consecuencias en el
comportamiento. El 'código' de una pandilla es débil. (p. 10)
Aunque, debe resaltarse que el autor, sin embargo, es del parecer de que el conjunto de
valores compartido por la pandilla tiende a ser más declarativo que practicado.
Por otra parte, la identidad en estos grupos juveniles suele a ser muy intensa y
preponderante en relación a otras identidades (la familiar, la del grupo deportivo, etc.). Por ello,
“para muchos miembros de las pandillas... la pandilla se convierte en una 'identidad maestra'.
Esta se hace a sí misma, para sí y con ello se convierte en una fuente de autoreforzamiento”.
(Klein, 2001, p. 10)
Además, las pandillas en su gran mayoría surgen en contextos sociales donde la mayoría de
los miembros de una comunidad están expuestos a pobreza y carencias materiales, precariedad
laboral de los miembros de dichos grupos o de sus padres y exclusión social. Y en el caso
particular de Perú, esta tiene importante incidencia en ciudades antes expuestas a la violencia
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subversiva de Sendero Luminoso, y a defectos del modelo económico imperante. De este modo,
Montoya (2009) afirma que:
La violencia callejera protagonizada hoy por pandillas, en varias ciudades del Perú que
fueron antes azotadas por la guerra, es una muestra. La precariedad en la inserción laboral
provocada por el desempleo y subempleo, la marginalización, la exclusión, la pobreza, son
otras muestras. Las políticas de liberalización de mercados, aplicadas con gran dureza desde
comienzos de la década del noventa del siglo XX, han ido de la mano con el aumento de la
desigualdad y las condiciones de inseguridad y violencia. (p. 124)
1.3. Comportamiento delictivo
Posiblemente, la característica más resaltada en la actualidad de las pandillas es el
involucramiento de sus miembros en conductas delictivas, fuera de la ley, sea por infracciones
menores, robo, tráfico y/o consumo de drogas, agresiones y violencia física e incluso asesinatos.
Así, de acuerdo a Ramos (2004):
La casi totalidad de las pandillas cometen algún tipo de delito económico (97.8%). La gran
mayoría de estos grupos hurtan a personas, casi siempre bajo la modalidad de atraco o
hurto bajo amenaza de agresión severa (93.3%). El hurto a entidades comerciales lo realizan
miembros de las tres cuartas partes de los grupos (75.1%) y, en una proporción también
alta, el hurto a residencias (69.1%), vehículos (59.9%) y, como delito económico no relativo
al hurto, la venta de sustancias psicoactivas diferentes al alcohol (65.1%). Los delitos de
estafa y exacción o extorsión, son cometidos por un importante número de pandillas: 29% y
20.4%, respectivamente, así como el sicariato (14.5%), y en proporciones bajas, pero
significativas, la violación, único delito registrado sin connotación económica... (p. 107)
En otras palabras, las pandillas frecuentemente practican el robo a personas o entidades
comerciales, participan en el robo a viviendas y vehículos, participan en el comercio de drogas, e
incluso en el sicariato y violación.
Además, Klein (2001) sostiene que:
La mayoría de las pandillas callejeras... tienden hacia un patrón muy versátil de infracciones
criminales y delincuenciales. Hacen de todo y muy a menudo ellos – estos es, sus miembros
– se involucran en delitos menores: grafiti y vandalismo, hurto menor, peleas y amenazas
menores, y varios vicios (p. 10)
También, el National Gang Center (2008) reporta que:
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La mayoría de las áreas como problemas de pandillaje no reportan homicidios relacionados
con pandillas. Sin embargo estos tienen mayor probabilidad de ocurrir en grandes
ciudades... Grandes ciudades y distritos suburbanos siguen siendo los lugares principales de
las pandillas, los pandilleros y los homicidios relacionados con pandillas. (párr. 7)
Es decir, los delitos en los que incurren los integrantes de las pandillas suelen ser muy
variados, pero en las grandes ciudades, y suburbios, donde hay gran presencia de estas, la
frecuencia de homicidios es mayor. Sin embargo, diversas investigaciones han mostrado que la
pertenencia a una pandilla brinda un nivel de protección limitado a sus miembros, y más bien los
pone en mayor riesgo al incrementar la frecuencia de su exposición y/o participación en actos
criminales y violentos, incluido el uso de armas de fuego.
Así, Klein (2001) manifiesta que:
... uno de los mayores efectos en los procesos de grupo en las pandillas ha sido el
incrementar la participación delincuencial y criminal de sus miembros, más allá de lo que
dichos miembros hubiesen hecho como individuos... [En la actualidad] tenemos una fuerte
confirmación de este efecto de amplificación o facilitación.
Cuando las pandillas amplifican el crimen, estas necesariamente amplifican la violencia,
especialmente entre pandillas territoriales que se encuentran en rivalidades espasmódicas o
recurrentes con otras pandillas. En los EE.UU. Esto se potencia grandemente con el número
y facilidad de acceso a armas de fuero. (p. 11)
Otra fuente de violencia por parte de las pandillas tiene que ver con el hecho de que “las
continuas peleas en las que participan son por lo general motivadas por mujeres, por sobresalir al
interior del grupo, por venganzas o como defensa de algún integrante del grupo” (Cayo,
Benabarre y García, 2001, p. 29). Este tipo de conducta suelen estar influenciadas por el consumo
de drogas.
En síntesis, las pandillas frecuentemente (no siempre) tienen una conducta
preponderantemente delictiva y transgresora de la ley. Los delitos y transgresiones que cometen
suelen ser muy variados, abracando desde robos y agresiones, peleas callejeras, daño de la
propiedad pública o privada, participación en el comercio ilegal de estupefacientes hasta delitos
mayores como extorsión, violaciones y homicidios. Entre los factores que condicionan su
agresividad está, la defensa de “su” territorio, el querer destacar antes sus compañeros, la
disputas por asuntos amorosos o la defensa de sus miembros. Además, aunque brinda cierta
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protección a sus miembros, la pandilla los expone al crimen y la violencia a un nivel mayor del que
estos afrontarían a nivel individual.
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