Panero, Leopoldo - Por donde van las aguilas [Antología 1930-1962. Ed. La Veleta, Granada. 1994]

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    Leopoldo Panero

    Por donde van las guilas(1930-1962)

    Granada, Ed. La veleta, 1994

    (Edicin y prlogo (p.7-42) de Andrs Trapiello

    ===============

    Cumbre I

    Todo lo que perdJ.Guilln

    CUMBRE. La brisa tiembla

    desnuda como un lirioMaana estremecidapura y fresca en los pinos.

    Tornasol misteriosode la dicha suaveque el cielo transparentatan azul el aire.

    Un olor de rocoy de espliego celestebrota en als orillasltimas de la nieve.

    El silencio palpitasobre las altas rocas.El arroyo de plataembelesa la sombra.

    Cumbre libre del da.Maravilla recientedel amor y del aguabajo los pinos verdes!

    (45)

    CUMBRE, II

    CUMBRE. La luz reposavagamente en lo intactode la noche. La lunase derrama en la mano.

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    Montn de sombra negra.La noche est en nosotros.Su quietud desveladala adivinan los ojos.

    El agua bulle alegrey el corazn caminaDe ladera en laderasuena rota la brisa.

    Los barrancos sin nadie.(Mi corazn en sueosera inmenso!) La noche:limpidez del silencio.

    Cumbre pura y fragante.M corazn soabadesvelado en la sombra.(Y era inmensa mi alma!)[ 46 ]

    POR LA TARDE

    PALABRA vehemente de las cosasinanimadas; roca, pino, cumbresolitaria del sol; silencio y lumbre;quietud de las laderas rumorosas.

    Intactas de mis manos silenciosasentre el romero azul de mansedumbre,transparentes de Dios y en su costumbre,silencian el pinar las mariposas.

    Y el corazn silencia levementesu palabra ms pura, y su retamase alza en dorado vuelo, mientras arde,

    al fresco soplo, en limpidez de fuente,la profunda quietud del Guadarrama,lento de mariposas, por la tarde.[47 ]

    JUNTOS(CONTRA el verde trasluz de la maananos sentimos latir: latimos juntos

    viendo la soledad, hundido el vuelodel alma en el profundovalle con sol por donde corre el agua,por donde cruza el humoblanco, los lentos trenesque navegan el mundo...Las jaras enternecen el recuesto,el verdor insegurodonde brota la intacta lontananzacon inmediato jbilo

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    de aroma, y contemplamosla ddiva de Dios, e viento lucido,la quietud en fraganciadel sol, su azogue rubio.Todo yace dormido,todo tiembla desnudoe inocente, en tus ojos,en mis ojos. Dios sabe nuestro ltimopensamiento. Dios sabe nuestro nombredulcemente en lo ocultode la distancia nubilque se apaga en murmullosde pjaros. Caminasaladamente, y en el mar confusode luz y de hermosura derramadarespiras algo tuyo,algo que da a tu sangreorigen fresco, mudo[ 48 ]sabor de mudas leguas,divina posesin, gozo absolutode la distancia virgen,del pinar soleado. Dios nos pusodentro del corazn la tierra entera,

    el agua, el sol ms puro,laclara orilla del amor primero,la sal de su presencia, de algo Suyo.Contra su dulce pecho nos sentimosinmensos, juncos, juntos...[ 49 J

    TRAS LA SOMBRA DE UN DA

    TRAS la sombra de un da nos esperael fluir, el terror, la noche, el hielosin orillas del alma. Tras el velo

    delgado del vivir la muerte entera.Oh viejo Guadarrama, azul panteraque gimes en la noche, fiera en celorugiendo tu tristeza contra el cielomientras la nieve yerta rueda fuera!

    Hoy escucho al pasar junto a tu hondurami propio corazn, mi furia triste,y el aullar de los pinos en el viento...

    Oh roto Guadarrama tras la oscurapenumbra del pinar que el cierzo embiste!

    (... mientras fluye ya eterno el pensamiento.[ 50 ]

    POR DONDE VAN LAS GUILAS

    UNA luz vehemente y oscura, de tormenta,flota sobre las cumbres del alto Guadarrama,por donde van las guilas. La tarde baja, lenta,por los senderos verdes, calientes de retama.

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    Entre las piedras brilla la lumbre soolientadel sol oculto y fro. La luz, de rama en rama,como el vuelo de un pjaro, tras la sombra se ahuyenta.Bruscamente, el silencio crece como una llama.

    Tengo miedo. Levanto los ojos. Dios azotami corazn. El vaho de la nieve se enfralo mismo que un recuerdo. Sobre los montes flota

    la paz, y el alma suea su propia lejana.Una luz vehemente desde mi sueo brotahacia el amor. La tarde duerme a mis pies, sombra.[ 51 ]

    MATERIA TRANSPARENTE

    OTRA vez como en sueos mi corazn se empaade haber vivido... Oh fresca materia transparente!De nuevo como entonces siento a Dios en mi entraa.Pero en mi pecho ahora es sed lo que era fuente.

    En la maana limpia la luz de la montaa

    remeje las caadas axules de relente...Otra vez como en sueos este rincn de Espaa,este olor de la nieve que mi memoria siente!

    Oh pura y transparente materia, donde presos,igual que entre la escarcha las flores, nos quedamosun da, all en la sombra de los bosques espesos

    donde nacen los tallos que al vivir arrancamos!Oh dulce primavera que corre por mis huesosotra vez como en sueos...!Y otra vez despertamos.[ 52 ]

    SOLA T

    SOLA t junto a m, junto a mi pecho;slo tu corazn, tu mano solame lleva al caminar; tus ojos solostraen un poco de luz hasta la sombradel recuerdo; qu dulce,qu alegre nuestro adis. . . ! E cielo es rosa>y es verde el encinar, y estamos muertos,juntos los dos en mi memoria sola.

    Sola t junto a m, junto al olvido,all donde la nieve, la sonoranieve del Guadarrama, entre los pinos,de rodillas te nombra;all donde el sigilo de mis manos;all donde la huella silenciosadel ngel arrebata la pisada;all donde la borra...estamos solos para siempre; estamosdetrs de) corazn, de Ja memoria,

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    del viento, de la luz, de las palabras,juntos los dos en mi memoria sola.[ 53 J

    CAMINO DEL GUADARRAMA

    CAMINO del Guadarrama,nieve fina de febrero,y a la orilla de la tardeel pino verde en el viento.

    Nieve delgada del monte,rodada en los ventisqueros;mi amiga, mi dulce amiga,te ve con sus ojos negros!

    Te ve con sus ojos claros;te ve como yo te veo,camino del Guadarrama,siempre tan cerca y tan lejos.

    Camino del Guadarrama,la flor azul del romero,y en la penumbra del bosquelas aguas claras corriendo.

    Las aguas claras un dase volvieron turbias luego,y el viento cort los tallossilenciosos del recuerdo!

    Camino del Guadarrama,camino largo del sueo,entre el frescor de la nieve

    te busco, mas no te encuentro.[ 54 ]

    El viento cort los tallosde la esperanza en silencio,y van mis pies caminandosin encontrar el sendero.

    Camino del Guadarrama,la triste altura del cielo,y entre el rumor de las hojasla soledad en mi pecho.

    El viento cort los tallosy brota tu aroma dentro!Camino del Guadarramatengo esta pena que tengo.[ 55 ]

    EL VIEJO ESTO

    LA nieve borra el campo blanco y lento,

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    y el Guadarrama duerme bajo el frotriste del corazn... (Igual que el mo,oh Guadarrama, tu latido siento!)

    Lejos, hondo, fragante, vasto alientodorado del pinar! El viejo estola luna en el canchal, el son del froel alma torna mientras gime el viento.

    Alegre, alegre luz innumerabledonde empieza la muerte mi desveloy la sangre del todo se desnuda!

    De amor olvidadizo inolvidableescucha el corazn brotar del suelojunto al romero azul del agua muda.[ 56 ]

    UN PINO DEL GUADARRAVIA

    Mi vano afn persigueun algo entre los bosques.

    L. CERNUDA

    ALTO pino dorado,cumbre rota del viento,mojando rus racescerca del cauce seco,entre las piedras frasdel Guadarrama yerto.An tus ramas conservanla memoria y el vuelode las hondas nevadasy los blancos inviernos,de las crudas ventiscasy los aires desiertos

    que las cimas desatanen anchura de espliegohacia el gris horizonteresbalado en el suelo.Alto pino que brotassobre el vasto silenciode la cumbre desnudapor donde cruza el ecoimpasible del guilatras el azul serenode la maana virgenntima de romero.Alto pino dorado,

    fino, fragante, trmulode sombra y de pureza,[ 57 ]solitario y derechopino de la montaa,cerca de Dios y lejosde la costumbre humana,en el fanal envueltode la nieve ms pura,de la nieve del puerto.

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    Desde la cumbre intactajunto a la luz naciendo,tiembla por las laderasel verdor casi negrode las hayas remotasy los luees abetosque al borde de los montesjuntan su movimientocomo en la mar en calmalas olas y los cielos.Alto pino que creces,alto como el deseo,sobre la rota hondurade los barrancos muertosdonde al callar se oyeel rumor de un perpetuomanantial, de un sigiloderramado y espeso,de una sed que deshacegota a gota el neveroen pureza y olvidoimposible y secreto,en aroma y en agua

    de continuo desvelo.[ 58 ]Contra el alzado troncode tu frescor somerola sombra se desprendedel medioda lento,dulce como una islaque al agua va ciendode levedad, de nieve,de limpio azul intenso,en desnudez de rocasy sol: el aire tersoparece rodearte

    difanamente ciegoy en su avidez palpitacomo marino alientola bruma remansadaen los oscuros senosde la montaa, y subehasta ti, como un besode la Sierra que duerme,dulcemente, el sosiego.La ignorancia profundadel corazn es eso:brisa y luz, agua y roca,transparencia a lo inmenso

    tras de las altas crucesdel pardo cementeriodonde reposa todoquedamente, y son huesoslas flores, tierra jovenmezclada a Dios, durmiendo[ 59 ]Mecido por tu fronda,que me empapa de cfiro,se derrama en mi sangre

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    la nitidez que siento.La distancia golpeami corazn enterocon el rumor del aguamatinal, con lo abierto,con lo azul, con lo grande,con lo alegre y lo quietoque cae de pea en pealevemente crujiendo.En el espacio clarode las caadas veoel color de los pinoscambiar al sol ligero,maravillosamentehundido en verde tiernohasta la azul penumbraque enrama los helchos.Alto pino dorado,alto aroma sin dueoen orilla infinitacontra los grises cerros,contra los anchos llanos,contra los muros yermos,crdenos de maana,

    crdenos al sol puesto,mientras la luz en ondasse derrama latiendoen su propio descansocomo el hombre en el sueo[ 6o ]El tomillo y la salvia,el verdor del enebro,el benju de la cumbre,la fragancia del fuegoen la flor amarillade los piornos resecos,hondamente remejen

    la humedad y el ensueoque la Sierra a tus plantasdesparrama en violentoperfume de tristeza,de amor, de sed, de tiempo.Alto pino dorado,alto, dorado, rectopino del Guadarrama,solitario en el cierzode la maana limpia,trmula de recuerdo.Lentamente en la tardela luz es como un velo

    de quietud, como un aguaque se queda cayendotras el rumor solemnedel campo y los senderos;y en la vertiente frase nos va deshaciendo,a ti la sombra vanay a m mi pensamiento;a ti la gracia frgilde tu verdor esbelto,

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    y a m dentro del alma,dentro del alma, dentro,donde la salvia rompe,[ 61 ]no s qu dulce y viejodolor, no s qu dulcefragancia de algo eterno.Y en la estrellada nocheque el sideral anhelode las cumbres levantacomo si todo el pesodel mundo se quedaratenuemente suspensode tus ramas, oh pinode Pealara, tiemblo,tiemblo en mi sangre rota,mana de amor mi pecho,crece de aroma y nieve,tiembla desde el misteriomi corazn, y escuchode algo lejano y ciertoel rumor, el ramaje,el crujir verdadero,la soledad del bosque,

    mi soledad, y rezo.[ 62 ]

    De LA ESTANCIA VACA

    ES domingo quiz. Tiene fraganciade domingo el pinar; el mar risueoderrama a nuestros pes su amor sin dueo,detrs de las montaas, hacia Francia.

    Jugamos ya sin ganas; la distanciaes como un humo dulce y ribereo.

    La ladera sin sol; el mar con sueoborra en la niebla mi remota infancia.

    La cumbre es toda luz; sobre la frenteel vuelo de unos pjaros lejanos;an duerme el corazn en su dulzura.

    An somos todos nios en Ja mentede Dios; espuma somos de Tus manos;an flota nuestro amor sobre Tu hondura![63 ]

    De LA ESTANCIA VACIA

    SEOR, el viejo tconco se desgaja,el recio amor nacido poco a pocose rompe. El corazn, et pobre loco,est llorando a solas en voz baja,

    del viejo tronco haciendo pobre cajamortal. Seor, la encina en huesos toco

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    deshecha entre mis manos, y Te invocoen la santa vejez que resquebraja

    su noble fuerza. Cada rama, en nudo,era hermandad de savia y todas juntasdaban sombra feliz, orillas buenas.

    Seor, el hacha llama al tronco mudo,golpe a golpe, y se llena de preguntasel corazn del hombre donde suenas.[ 64 ]

    CANCIN DEL AGUA NOCTURNA

    TIEMBLA el fro de los astros,y el silencio de los montesduerme sin fin. (Slo el aguade mi corazn se oye,)

    Su dulce latir, tan dentro!,calladamente respondea la soledad inmensade algo que late en la noche.

    Somos tuyos, tuyos, tuyos.Somos, Seor, ese insomnetemblor dei agua nocturnaque silencia, golpe a golpe,

    la piedra del Guadarrama;piedra y eco igual que entonces,y agua en reposo que quedams limpia despus que corre.

    Agua en reposo vivienteque vuelve a ser pura y jovencon una esperanza! (Slo

    en mi alma sonar se oye.)[ 65 ]

    LA MELANCOLA

    EL hombre coge en sueos la mano que le tiendeun ngel, casi un ngel. Toca su carne fra,y hasta el fondo del alma, de rodillas, desciende.Es l. Es el que espera llevarnos cada da.

    Es l, y est en nosotros. Nuestra mirada enciendecon la suya. Es el ngel de la melancola,que por las ramas cruza sin son, y nos suspende

    hablndonos lo mismo que Dios nos hablara.

    Un ngel, casi un ngel. En nuestro pecho reza,en nuestros ojos mira, y en nuestras manos toca;y todo es como niebla de una leve tristeza!

    Y todo es como un beso cerca de nuestra boca,y todo es como un ngel cansado de belleza,que lleva a sus espaldas este peso de roca...![ 66 ]

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    TRAS LA JORNADA ILUSA

    T^RAS la jornada ilusa slo la sed me quedacomo un fantasma torpe del corazn lejano,y el recuerdo, que beso si me da su monedade limosna y me llama por caridad hermano.

    Porque el amor del hombre de mano en mano ruedahasta que Dios de nuevo lo refresque en su mano,y otra vez la inocencia virginal le conceda,y eternamente cure lo que tuvo de humano.

    As hacia Dios arrastra la viviente esperanza,la belleza imposible, la voluntad remota,el hombre que ya ha muerto, y sin embargo avanza,

    y a cada paso gime desde su vida rota,mientras a sus espaldas se hunde la lontananzay lo que de hombre tuvo, leve fantasma, floca.[ 67 ]

    ESCRITO A CADA INSTANTEA Pedro Lan Entralgo

    PARA inventar a Dios, nuestra palabrabusca, dentro del pecho,su propia semejanza y no la encuentra,como las olas de la mar tranquila,una tras otra, iguales,quieren la exactitud de lo infinitomedir, al par que cantan...Y Su nombre sin letras,escrito a cada instante por la espuma,se borra a cada instante

    mecido por la msica del agua;y un eco queda slo en las orillas.

    Qu nmero infinitonos cuenta el corazn?

    Cada latido,otra vez es ms dulce, y otra y otra;otra vez ciegamente desde dentrova a pronunciar Su nombre.Y otra vez se ensombrece el pensamiento,y la voz no le encuentra.Dentro del pecho est.

    Tus hijos somos,aunque jams sepamosdecirte la palabra exacta y Tuya,que repite en el alma el dulce y fijogirar de las estrellas.[ 68 ]

    LAS CALLES DE MI INFANCIA

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    [San Sebastin]

    Vi torno a contemplar mi adolescencia,como un fantasma de las aguas brota;que no se extingue nunca ni se agotade ayer hacia jams la transparencia.

    Mecida por un vuelo de inocencia,despus del tnel, la ciudad remotaabre sus amplias alas de gaviotaen el asombro azul de la presencia.

    Oh siempre adolescente pensamiento!Oh pueblo pescador entre a brumade ayer hacia jams en la distancia!

    En tus muros de sal que bate el viento,duerme la noche, con sonora espuma,el frecor de las calles de mi infancia.[ 69 ]

    EL TEMPLO VAClOA J.A. Maravall

    NO s de dnde brota la tristeza que tengo.Mi dolor se arrodilla, como el tronco de un sauce,sobre el agua del tiempo, por donde voy y vengo,casi fuera de madre, derramado en el cauce.

    Lo mejor de mi vida es e dolor. T sabescomo soy. T levantas esta carne que es ma.T esta luz que sonrosa las alas de las aves.T esta noble tristeza que llaman alegra.

    T me diste la gracia para vivir contigo.T me diste las nubes como el amor humano.Y al principio del tiempo, T me ofreciste el trigo,con la primera alondra que naci de Tu mano.

    Como el ltimo rezo de un nio que se duerme,y con la voz nublada de sueo y de purezase vuelve hacia el silencio, yo quisiera volvermehacia Ti, y en Tus manos desmayar mi cabeza!

    Lo mejor de mi vida es el dolor. T hicistede la nada el silencio y el camino del beso,y la espuma en el agua para la tierra triste,

    y en el aire la nieve donde duerme Tu peso.

    Seor, Seor! Yo he hecho mi voluntad. Yo he hechouna ley de mi orgullo, pero ya estoy vencido.Como una madre humilde que me acuna en su pechomi espritu se acuesta sobre el dolor vivido.[ 70 ]Sobre la carne triste, sobre la silenciosaignorancia del alma como un templo vaco!-Sobre el ave cansada del corazn que posa

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    Su vuelo entre rns manos para cantar, Dios mo!

    Soy el husped del tiempo; soy, Seor, caminanteque se borra en el bosque y en la sombra tropieza,tapado por la nieve lenta de cada instante,mientras busco el camino que no acaba ni empieza.

    Soy el hombre desnudo. Soy el que nada tiene.Soy siempre el arrojado del propio paraso.Soy el que tiene fro de s mismo. El que vienecargado con el peso de todo lo que quiso.

    Lo mejor de mi vida es el dolor. Oh lumbreseca de la materia! Oh racimo estrujado!Haz de m pecho un lago de clara mansedumbre.Seor, Seor! Desata m cuerpo maniatado.[71 ]

    BARCO VIEJO

    BARCO viejo pintado de tristeza,de lento gris en verde diluidotras el primer blancor, de rosa huido,

    de azul secreto que a morirse empieza.El sol dentro del agua desperezatu levedad, tus velas, tu dormidonavegar en quietud hacia el olvido,cansado por las olas de belleza.

    Cansado, igual que el alma, de ti mismo,noble, descortezado por la espumaen el lento vaivn del hondo puerto,

    tienes tamao de dolor, de abismohumano, solitario entre la bruma,

    insomne de flotar sobre lo incierto.[ 72 ]

    NOCHE DE SAN SILVESTREA Juan Guerrero

    DESCALZA, por la orilla de mi sueo,como a\ borde de un ro, a tristezaescucha el tiempo del reloj, que reza

    sus horas al ayer, con ciego empeo

    de no morir jams... El ms pequeominuto del vivir en Dios empieza!Si tornas, caminante, la cabeza,lejos vers tu corazn sin dueo.

    Descalza por la nieve va la vida,noche de San Silvestre, noche purapor donde viene el tiempo a nuestro encuentro.

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    Del ltimo minuto desasidala gota se derrama, pero durael latido de Dios que queda dentro.[ 73 ]

    AGOSTO EN EL CIELOA mi abuelo Q. T. F

    FLOTA agosto en el cielo, y bajo el techotransparente del tiempo, flota el llano.Lates t en mi calor como el verano,que en rfaga inmortal, mientras me echo

    sobre la tierra verde, como en lechode frescura, me entibia: tan cercano,que siento, al respirar, lo ms lejanodel cielo, en la raz dulce del pecho.

    Tiniebla de inocencia apenas rotapor el brillar de las estrellas! Late,de espaldas, cara al cielo, el pensamiento,

    tibio de luna azul el campo flota,y cual cuerpo apretado en el combate,la oscura masa de la tierra siento.

    [ 74 ]

    LAS MANOS CIEGAS

    IGNORANDO mi vida,golpeado por la luz de las estrellas,como un ciego que extiende,

    al caminar, las manos en la sombra,todo yo, Cristo mo,todo mi corazn, sin mengua, entero,virginal y encendido, se reclinaen la futura vida, como el rbolen la sava se apoya, que le nutre,y le enflora y verdea.Todo m corazn, ascua de hombre,intil sin Tu amor, sin T vaco,en la noche Te busca,le siento que Te busca, como un ciego,que extiende al caminar las manos llenasde anchura y de alegra.

    [75 ]

    COMO LA HIEDRA

    A Alfonso Moreno

    POR el dolor creyente que brota del pecado.

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    Por haberte querido de todo corazn.Por haberte, Dios mo, tantas veces negado;tantas veces pedido, de rodillas, perdn.

    Por haberte perdido; por haberte encontrado.Porque es como un desierto nevado mi oracin.Porque es como la hiedra sobre el rbol cortadoel recuerdo que brota cargado de ilusin!

    Porque es como la hiedra, djame que Te abraceprimero amargamente, lleno de or despus,y que a mi viejo tronco poco a poco me enlace,

    y que mi vieja sombra se derrame a Tus pies;porque es como la rama donde la savia nace,mi corazn, Dios mo, suea que T lo ves!

    [ 76 ]

    EL PESO DEL MUNDOA Juan Pinior

    LLENANDO el mundo el sol abrela meseta ms y ms.Las tapias pardas, los surcosesponjados, y el volarde unos gorriones! Ya todose puede casi tocar.La vega se azula; el vahoy el perfume del habar,el son del agua los moja,y adensa el cielo, en el cazde los molinos, su umbra:las hojas se oyen temblar.Relente y sol en lo verde

    que se entrecruzan! Vivazsabor del alma hacia el daprofundamente ruralque afirma al hombre en su sitioy a la muerte en su lugar!M corazn va cantandoy encima de un cerro estdonde las trmulas viasparecen aletear.Respiro, y el pie zahondaan la nocturna humedadde la tierra, que es trabajoms que paisaje, y frugal

    esperanza cotidianadel hombre que amasa el pan[ 77 ]con el sudor de su frentey hace de adobes su bogar.Vuelan alondras. El aireda a la anchura realidad,y olor silvestre al espaciode madreselva y zarzal.Mudamente, la mirada

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    se acostumbra a caminarpor la lonrananza, y sientejbilo de libertadal ver hoy lo que otros ojostambin maana vern.Maana, y hoy, y maana,mansamente y siempre igual,la luz que transcurre ahoraan ms pura volveral corazn de otros hombrescomo el agua al hontanar.Maana, y hoy, y maana,sobre Castrilo y Nistal,descansa el peso del mundoen la alada suavidaddel paisaje, y corre el tiempodesde el viejo manantial,repitiendo, gota a gota,de sol a sol, la unidadde lo que miran los ojoshumildemente al mirar.Los aos del mundo tienenpesadumbre de encinar.Como un bando de palomas

    sobre la tierra estival,[ 78 ]se posa en el pensamientodel hombre la soledad.Tranquila en la superficie,como la masa del mar,que inmvil en su honda fuerzatorna reposo su afn,la tierra rueda, y parecelentamente su rodarcostumbre del horizontebajo la luz cenital.Lejos, las norias humildes

    giran en su claridadentre el rumor de los trillosque van y vienen y van.Hoy, y maana, el sonidocontinuo, puro, mortal,teje Ja santa armonadel tiempo, en la eternidadintimamente aldeanadel rincn que Dios nos da.Maana, y hoy, como ahora,y siempre, y todo, al azarde la estacin y del da,que hace a los campos cambiar,

    tenuemente abandonandosu sombra muerta detrs.

    La ilusa quietud del solsituando las cosas vaentre un azul de penumbray un reposo de piedad.Todo gravita, y se sienteel tenue soplo pasar[ 79 1

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    del tiempo. Los chopos flotanen el tiempo, y rumia en pazel buey la hierba del pradoque aviva el agua al regar.Los ojos ven hacia dentro,buscando sombra, y al rasdel rastrojo, los rebaosse responden al balar.Todo es despacio, y tan simplevivir como respirar,mientras el jugo del tiemponos promete que serlo mismo que este momentomaana el siempre fugaz.Todo es maana, y sin horas,fluye la vida al compsdel sol, del viento, del agua,del coger y del sembrar,la sustancia remejiendode un ayer inmemorial.

    Vivir, vivir como siempre.Vivir en siempre, y amar,traspasado por el tiempo,

    las cosas en su verdad.Vivir desde siempre a siempre.Vivir hoy siempre, y estararraigado aqu y ahoracomo Castrillo y Nistal.

    Una luz nica fluye.Siempre esta luz fluirdesde el aroma y el rbol[ 8o ]de la encendida bondad.Siempre esta luz y este pesode dulcedumbre nata),

    tendido el cuerpo a la orillade lo que no tiene edad.Siempre la hierba de ahora.Siempre volverla a segardesde las mismas races.Siempre volver a empezar,al son del gallo en lo oscurode las puerras, y al brillarplido, de las estrellasque hacen al campo soar...

    Bendito tiempo supremosobre Castrillo y Nistal,

    y nava triste de Cuevasdonde cruje el centenal,y agua seca de Barrientos,y alameda de Carral,llena de msica y sombrapor las noches de San Juan!Oh peso del mundo, dulce,bajo la rierra al arar,bajo la nieve al caer,bajo el resol del trigal,

  • 8/12/2019 Panero, Leopoldo - Por donde van las aguilas [Antologa 1930-1962. Ed. La Veleta, Granada. 1994]

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    bajo el aire en primaveracuando vuela el gaviln,y vibra el fresno delgado,ya verde junto al tapial!Oh peso del mundo, pesode m cuerpo sobre el hazdel mundo, sobre la masa[ 81 ]tibia de agosto total...!Maana, y hoy, y maana,cuando el oro del almiar,cuando el son de las estrellas,cuando el fuego en el pinarlejano, cuando un silenciode empaamento inmortal...!Todo en rotacin diurnadescansa en su ms all,espera, susurra, tiembla,duerme y parece velar,mientras el peso del mundotira del cuerpo y lo vaenterrando dulcementeentre un despus y un jams.[ 82 ]

    A MIS HERMANAS

    ESTAMOS siempre solos. Cae el vientoentre los encinares y la vega.A nuestro corazn el ruido llegadel campo silencioso y polvoriento.

    Alguien cuenta, sin voz, el viejo cuentode nuestra infancia, y nuestra sombra juega

    trgicamente a la gallina ciega;y una mano nos coge el pensamiento.

    ngel, Ricardo, Juan, abuelo, abuela,nos tocan levemente, y sin palabrasnos hablan, nos tropiezan, les tocamos.

    Estamos siempre solos, siempre en vela,esperando, Seor, a que nos abraslos ojos para ver, mientras jugamos![ 83 ]

    HASTA MAANA

    ... y miedos de la noche veladoresSAN JUAN DE LA CRUZ

    HASTA maana dices, y tu vozse apaga y se desprendecomo la nieve. Lejos, copo a copo,

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    va cayendo, y se duerme,tu corazn cansado,donde el maana est. Como otras veces,hasta maana dices, y te pliegasal maana en que crees,como el viento a la lluvia,como la luz a las movibles meses.Hasta maana, piensas; y tus ojoscierras hasta maana, y ensombreces,y guardas. Tus dos brazoscruzas, y el peso levelevantas, de tu pecho confiado.Tras la penumbra de tu carne crecela luz intacta de la orilla. Vuelauna paloma sola, y pasa tenuela luna acariciando las espigaslejanas. Se oyen treneshundidos en la noche, entre el silenciode las encinas y el trigal que vuelvecon la brisa. Te vas hasta maanacallando. Te vas siemprehasta maana, lejos. Tu sonrisase va durmiendo mientras Dios la meceen tus labios, lo mismo

    que el tallo de una flor en la corriente;[ 84 ]mienttas se queda ciega tu hermosuracomo el viento al todar sobre la nieve;mientras te vas hasta maana, andando;andando hasta maana, dulcementepor esa senda pura, que, algn da,te llevar dormida hacia la muerte.[ 85 ]

    LADERAS DEL TELENO

    ... love fledand paced upon the mountain overheadand hid his face amid a crowd of stars

    W. B. YEATS;

    MIENTRAS medio planeta se ensombreceen las laderas del Teleno, Astorgarelumbra sobre un cerro amoratado,dentro de sus murallas: mi memoria.

    Y pasa el leve polvo de los astros,barriendo las estepas silenciosas,

    los surcos, los viedos; la distanciacomo un rescoldo donde el cierzo sopla.

    ... T avienta la penumbra y la ceniza;guarda otra brasa del recuerdo, roja;guarda otra tarde desvivida y larga,dentro de) corazn, como el aroma

    que al abrir cualquier libro, todavadesprende una violeta. T que ahora,

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    como el sol cada da tras los monteste apagas con mi luz hacia la sombra

    del olvido, y encuentras mis palabrasen el eco, mis labios en tu boca,y en la tiniebla de la noche, en sueos,me entregas otra vez la mano atnita![ 86 ]Juventud aventada, que se quedacalentando en el alma muertas horas,y muertas maravillas para siempre,y oscuras profecas para otras

    vidas y otros destinos que tuvimosentrecruzados con el nuestro! Oh rotaternura de las lgrimas primeras,que hoy ensombrecen el recuerdo a solas![ 87 ]

    HACIA LA PRIMAVERA

    BAADO por el cielo y por el trigoligero en la ebriedad que me ilumina,el pie, llevado por la luz, camina;y girando la esfera va conmigo.

    Como dentro del agua siento amigoel cuerpo en el espacio que adivinala piel porosamente matutina;suelto mi corazn, como un mendigo.

    Voy nadando, flotando en la cadenciadel pie que avanza, en libertad errante,por el campo profundo; y levemente,

    mientras todo el planeta se silenciahacia a primavera, en lo distante,con los ojos cerrados, Dios se siente.[ 88 ]

    ES DISTINTO

    ... pero de noche,s,

    absolutamente de noche,entre tus cuatro paredes,es distinto.Vuelves an lleno de injusticia,absolutamente de noche.Vuelves absorto,como un naipe abandonado en una mesa.Vuelves a ser t mismo,pero de noche,absolutamente de noche.

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    Desesperando esperas, vienes solo,mereciendo lo lmpido,descabalando errores,desprendido sin sueo entre tus cuatro paredes absolutas,concibiendo sin fuerza lo imposible,pero de noche,absolutamente de noche.Y con la gran pregunta de tus manos,y con la inmensa duda en carne viva,de tu esperanza,ves,pero de noche,absolutamente de noche.Y apuestas a tu naipe abandonado,echas tu voluntad a lo infinito,y ests solo con todo lo que quieres,completamente solo, como el ltimode la clase en bondad, medio escondido,[ 89 ]por fin, entre tus cuatrosimples paredes,s,pero de noche,absolutamente de noche.

    [ 90 ]A UN JOVEN VECINO MUERTO

    ESTS pared por medio: ests ya muerto.Un vecino en la sombra slo eras:un vecino en la casa. Ya me esperas.Ya has llegado, por fin, al luee puerto.

    Ya ests noble, profundo, blanco, yerto,

    detrs de la pared, en las afuerassolitarias {y dulces!); sin riberasests. Yo estoy sin lmites, incierto.

    Yo estoy entre la sombra de mi vida,mientras la lanzadera que me tejeva trocando en quietud su vaivn loco.

    Ya no eres mi vecino; ya tejidatu vestidura est... Que Dios te dejecansado en Su velar, dormir un poco![ 91 ]

    EN TU SONRISA

    yA empieza tu sonrisa,como el son de la lluvia en los cristales.La tarde, vibra al fondo de frescura,y brota de la tierra un olor suave,un olor parecido a tu sonrisa.Un pjaro se posa entre el ramaje,y comienza a cancar en tu sonrisa,y a mover tu sonrisa como e sauce

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    con el aura de abril; la lluvia rozavagamente el paisaje,y hacia dentro se pierde tu sonrisa,y hacia dentro se borra y se deshace,y hacia el alma me lleva,desde el alma me trae,atnito, a tu lado.Ya tu sonrisa entre mis labios arde,y oliendo en ella estoy a tierra limpia,y a luz, y a la frescura de la tarde,donde brilla de nuevo el son, y el iris,movido levemente por el aire,es como tu sonrisa que se acabadejando su hermosura entre los rboles...

    [ 92 ]

    LOS PASOS DESPRENDIDOS

    GOLPEA en el jardn la rota fuente;trepa la hiedra hacia la luz; los murosse alucinan, se tornan ms oscuros,ms altos de verdor contra el Poniente.

    El silencio es mayor: sin ver, se sientela sombra en la pared: los ojos puros,los pasos desprendidos, inseguros,de mi padre al andar, como un relente.

    Con hermosa quietud, entre sus ruinastranscurre entero el da, y la penumbra,la historia de las cosas, se deshace

    en ondas dulcemente vespertinas,mientras la casa dentro en paz se alumbray el reloj nos silencia y nos desnace.

    [ 93 ]

    HIJO MO

    A Juan Luis

    DESDE mi vieja orilla, desde la fe que siento,hacia la luz primera que torna el alma pura,voy contigo, hijo mo, por el camino lentode este amor que me crece como mansa locura.

    Voy contigo, hijo mo, frenes sooliento

    de mi carne, palabra de mi callada hondura,msica que alguien pulsa no s dnde, en el viento,no s dnde, hijo mo, desde mi orilla oscura.

    Voy, me llevas, se torna crdula mi mirada,me empujas levemente (ya casi siento el fro);me invitas a la sombra que se hunde a mi pisada,

    me arrastras de la mano... Y en tu ignorancia fo,y a tu amor me abandono sin que me quede nada,

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    terriblemente solo, no s dnde, hijo mo.[ 94 ]

    CANCIN DE LA BELLEZA MEJOR

    TAN alegre ests t, que te has quedado,corazn, sin palabras?Ya no sabes decir? Hablar no sabescomo ayer? Ests mudopara siempre y en paz? No ves los ojosms dulces cada da que cantaste;la frente un poco triste, levantadaplidamente hacia el cabello leve;a cabeza de nia...?No es mejor y ms honda su belleza?Tan alegre ests t, que te has quedadociego como al andar sobre la nieve?No ves ya su hermosura? No la sabesdecir? Ests calladopara mejor soar lo que has vivido?No queda primavera entre tus huesos?Oh vida retirada en lo ms dulce!Oh limite en penumbra, casi el alma!

    [ 95 ]

    A WALDO RICO EGUIBAR

    YA ests muerto tambin, tambin lejano,ausente en la ribera de mi pecho;y ests en la otra orilla; ya ests hechocalor de Dios, oveja hacia Su mano.

    Yo en mi penumbra estoy de fro humano,viajero insomne, que en extrao lecho,

    descanso busca bajo el tibio techode la memoria, hablando al mar cercano.

    Y se llena de sal, de lejana,todo mi corazn de cara al viento,en tu Aviles natal, junto a tu olvido;

    y ests como posible todavadentro del estupor del pensamiento,Ubre en mi voluntad, pero dormido.[ 96 ]

    EN LA CATEDRAL DE ASTORGA

    la muchedumbreen mi remanso es agua eterna y pura.

    M. DE UNAMUNO

    AL abrirse tus puertas llega suavela oscura certidumbre a toda el alma;el hlito del mar desde una cumbre

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    no es ms puro, ms virgen la cariciaque flota por el aire en primavera,al pie del monte, bajo el rbol densoque entrecruza la luz de sombra y agua.Todo el cuerpo recibe tu frescurade manantial y de salud viviente,y se sabe desnudo en tus rinconesabsortos, que envejecen el espritucon mortal placidez, igual que el sueloguarda tu fro en s como un sudario.La unin de mi visin con la penumbra,luee, como el que mira en su memoria,llena de paz mi pecho, y no es ms vastala anchura de la mar en este instanteque el contenido igual de mi pasado,inmvil y sin olas: fe y sosiegodel tiempo en plenitud, del lento abismo.

    Tu amor dentro del alma bebe a chorro,como en regato pueblerino, el hombreque gast el corazn con sed vivindole,y eres como un regato de esperanzasfluyendo entre las manos. Y eres tragode agua fluvial y dulce, mar adentro.

    [ 97 ]Y eres mi ayer que queda.Todo gira

    en torno tuyo, planetariamente,y al sol que brota o a la lenta lunacambias y permaneces sobre el campo,que a tu pie se oscurece y se iluminade tapial en tapial, borrando el surco,y el pjaro y la flor. Cual t silente,tambin el alma ve su lontananzade recuerdo total, girando en sombray en espaciosa luz, como a los ojosse ofrecen al volvercara a su infancia,

    las cosas al viajero que ha vividolejos de su costumbre muchos aos,y que hoy regresa, como yo, y contempla,desde un otero, en soledad los muros,en soledad los prados que conoce,en soledad la gente, y las techumbresque el campanario junta, y los rastrojosdonde canta un pastor. As mi espritumira en su soledad, y en ti descansaun momento de pie, posando, leve,la mirada en el valle; y viendo lejos,pared por medio de su propia vida,la juventud distante.

    No es ms bella,no es ms bella la rosa, y mi palabra,mojndose en el tiempo dulcemente,te canta, y tu humildad me entibia el pecho,como el que aprieta contra si a su hijopara darle calor con fuerza suave.[98 ]Son poso del que duerme tus campanas,y lentitud vibrante son tus horasde supremo perdn en noche oscura,

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    mientras la nieve cae o el cierzo vuelvelas esquinas, golpeando la tnebla.

    Pero al abrir tus puertas, todo es calma.Sensible vagamente en el olvidoque cae desde tus bvedas areas,trasparece la luz, bajo el inciensoque baa de paciencia las pisadasy desteje los cuerpos. No es ms ntimala lluvia sobre el valle, discurriendode piedra en piedra, y levantando bruscasrachas mojadas de pinar, que el puroy montaoso olor de multitudesque tu frescor exhala. No es ms librela gacela en el bosque, o en la cimael guila que gira majestuosapor barrancos y navas, que mi espritupostrado en tu mudez, sobre tu piedradonde laten los pasos hondamente.Mi corazn gastado por el tiempo.Hay en tu seno libertad transida,como sus gradas por los pies he visto,y en tu tiniebla luz, y no es ms levedormir en el regazo de una madre,

    por cuna su latir; ni ms aladososegar a la vera de una encina,escuchando la brisa a techo abierto.Porque al abrir tus puertas todo muere,como la nieve en el hondn del monte.[ 99 ]Porque desaparece en la cenizael rbol de repente, y no es ms sbitala calma sobre el mar, despus del viento.Porque s, como un nio.

    Toda el amase me vuelve hacia ti, como en la nocheal desterrar los ojos en el cielo

    y los pes en la tierra, donde afirmansu terca voluntad en lo entraable,igual que las races desnudadasdel abeto entre rocas. Tristemente,como la hierba entre las losas sale,mi ser transpira mansedumbre loca,y estupor de mendigo solitarioque cumple su rutina al sol y al frodel atrio abandonado a los gorriones.Sino de humanidad bajo tu techoel hombre busca, y venturosamentese acoge a tu firmeza cotidiana,y descansa contigo en el olvido

    que entreabren las columnas, hacia el claustroentrevisto, indeleble, con sosiegode das y de aos, roto slopor las graves bandadas vespertinasde los grajos que anidan en tus torres.

    Todo mi corazn piedad se haceal abrirse tus puertas lastimeras;a espaldas ya del mundo queda el alma,sola en su plenitud; y no es ms honda

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    la paz que hay en el mar que la que, viva,profundamente tenebrosa y viva,se abre a la esperanza, al pie del crdeno[ 1OO ]Cristo, bajo el vaco de tus naves,inmensamente solitarias siemprecomo el alba al nacer sobre el picacho.

    No, no es la luz ms bella que tu sombra,Cristo de mi velar, Cristo desnudocomo enjuto ciprs de pobre aldea,que empaa y amortaja el pensamientoen la vidriada luz de sus pupilasy en su torso de sed; que humildemente,bajo el morado velo que le encubrenos sostiene abrazados como a niosatnitos, sin risa entre los prpados,cansados de la calle.

    No es ms ciegoel corazn de un nio, que mi espritusumido en lo increble, y anhelantede luz de eternidad, en esta umbraque alucina al temblar, igual que un puenteroto bajo los pies; en este pozo

    de jaspe y de quietud, donde silenciasu ruido la ciudad, su historia el pecho,mientras mi fe se inclina y se retiracon los ojos cerrados, que recibentu oscura certidumbre en toda el alma.[ IOI ]

    POR EL AMOR DE DIOS[El mendigo]

    HUYENDO de la tierra desnuda y trabajosa,

    con mi silencio imploro, con mi estupor mendigcy cavo cada noche nuevamente mi fosaen el pajar humilde que me sirve de abrigo.

    Me dan sustento alegre, si lo es alguna cosa,arriba el fresco celo y abajo el verde trigo;y estpido de vino, su fuerza ilusa posadelante de mis ojos un tiempo sin castigo.

    La anchura de los pramos es mi errante trabajo.Con puro azul el agua de los arroyos bebo.Conmigo siempre a solas hoy como ayer viajo.

    Mi rumbo de repente trazo en el da nuevo.Ni indago ni pregunto quin hasta aqu me trajo,ni quin ha de llevarme con el dolor que llevo.[ I02 ]

    EL ARROJADO DEL PARASOA Paco Montes

    LO que toca la mano, Dios lo siente.Lo que el alma contempla, Dios lo sabe.

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    Estamos tan desnudos como el aveque se torna volando transparente.

    Vivimos junto a Dios eternamente.Estrechamente en nuestro pecho cabeel agua viva y el aroma suaveque brota del dolor como una fuente!

    Lo que Dios ha mirado slo existe.Slo existe la fe. La sombra pisode mi antiguo vivir y nueva muerte;

    la planta de m pie camina triste,y arrojado del propio parasomi corazn se duerme para verte.[ 103 ]

    INTRODUCCIN A LA IGNORANCIA[Nana]

    A Leopoldo Mara

    y te ve sonrer para nosotros,

    como a la hierba en lo solo de un valle.Se te ve sonrer para el silencio,para el azul vivificante de la nieve,para la luz descalza que hay en lo ntimo del agua,para la libertad con sabor a ella misma,para el roco desprendido del bosque y para la piel de[ignorancia del mundo.

    Se te ve sonrer donde no estaba nadie,ms que el balido de la flor,ms que el son de la gota,ms que el hilo perdido de la araa,ms que el baile de la hierba y del cielo.

    Se te ve sonrer y titilar desde lo ltimo que tienes:desde el amago de tus manos y el clavel de tus cuerdas[vocales;desde los tallos con aroma de un azul imprevisto;desde el frescor sin trabajo de lo verde;desde tus huesos que se sueltan del orbe.

    Se te ve sonrer para todos, desde mi corazn hacia[el tuyo;desde tu rizo columpiado sin fuerza;desde tus labios intermedios entre la esperanza y el tiempo;desde tus ojos donde el tiempo no estaba.

    [ 104 ]Se te ve sonrer donde el tiempo no estaba,como a la hierba en lo solo de un valle.

    Nadie estaba entre las blandas (aderas.Nadie estaba en la delicia del mar vivo.Nadie estaba en el beso de las hojas.Nadie estaba en el vaivn del silencio.Nadie estaba en lo vago de las cimas.

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    Nadie estaba,y llegamos de repente,sorprendiendo a las cosas en su origen,avisando a los peces,asustando a los lamos,poniendo en fuga la materia del da,igual que el alpinista cuando asciende perdiendo peso en[la altura.

    Nadie estaba: Para quin todo aquello?Para quin el dulce terror que en gozo puro se convierte?Para quin lo concreto de la piedra y lo absoluto de la[estrella que nace?Para quin e rumor inasible y el inmenso depsito de vida,de todo aquello? Para quin todo aquellodesde la cumbre hollada y solitaria,desde el tiempo sin lmite,desde el terreno de la nieve sin nadie?

    Para ti,Leopoldo Mara.Para ti, pobre Nigara de besos.Para t, turquesa nia de tu madre.[ 105 ]

    Para ti todo aquello, y desde el dulcelatir de todo aquello,se te ve sonrer,para nosotros,nios,los ms nios,eternos creadores de ignorancia.

    Para ti todo aquello, todo el aire,toda la luz en pliegues infinitos,todo el cansancio de excursin y de tiempo,toda la soledad y todo aquello,como tibio dolor entre plumas,

    aun entre vagas plumas,nio nuestro,nio que ests aqu, que todavano ests aqu,que vas,que vienes,desde dentro y el centrode nosotros.

    Para t,Leopoldo Mara,difano en tu mudez,despertado hacia el tiempo por nosotros,

    intensamente alegre sin saberlo,intensamente solo sin saberlo,revelador de un Dios nico,sustancia de una muerte nica,presencia y puro vaso de aguade un origen profticoy tuyo,[ 106 ]y que lo tienes tuyoen dulce titilar,

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    en ganancia de sombra,en nico tesoro de das.

    Para ti todo aquello sin slabas.Para ti todo aquello que es nuestro sin saberlo de fijo.Para ti desde ahora,tacto de ciego acompaanteque nos alquila en la feria del mundo.

    Para ti la verdad en la miseria y los pies que secumplen andando.Para ti las infinitas naranjas que al rodar se sonren.Para ti la tiniebla que es la hierba del cielo.Para ti la palidez de un momento que parece la vida.Para ti la bondad de todo aquello;y ms que quiero darte;y el suelo que a tus plantas yo dara,y el mar que si pudiera,la luz que s pudiera,para ti,Leopoldo Mara.

    Se te ve sonrindonos dormido,necesitado de calor en la sombra,

    necesitado de prodigio en el tiempo,necesitado humanamente en nosotros.

    Voluntad an sin peso en las manoscomo la hierba por lo solo de un valle,se te ve con el brillo repentino del agua,se te ve,[ 107 ]sirio intacto,con luz de pocos meses, con lmite en espera,con existencia liberndose, con ternura voluble de hoiacon alma que transpira, noche y da,peligro y confianza de su sino,

    ignorancia suprema entre unos brazos.Se te ve sonriendo con la msica,llevado, cuerpo iluso, por ella,mecido en su figura de aire,dormido por su silbo,deletreado con el dedo en los labios,movible en su palabra, nevado por sus alas,suspenso por su seda en el viento.

    Se te ve,y t nos cantas,t a nosotros nos cantas,

    no nosotros a t,cada noche, para la experiencia en suspenso de lanoche,como en un nuevo suelo cada noche,como en fresca memoria cada noche,como en una sonrisa repartida,al disolverse en nio nuestro sueo.[ 108 ]

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    EN LAS MANOS DE DIOS

    ... All estar tambin la castaerade ocho pares, y el humo de los cntimos,y el vaho en los bolsillos, y los ojosmenudos, y el rescoldo retiradode mucha soledad en este mundo.All estar caliente en sus inviernos,con la Plaza Mayor de sus pupilasintensamente sola. All sus hombrosladeados, su pauelo en la cabeza,dulcemente estarn, al fin sin nadiefugaz en torno suyo. Se llamabaMacaria, lo recuerdo fijamente,igual que si las letras fueran brasasdentro del corazn. La vi ms tardemendigando en las calles, ya en el lmiteintil de sus pies y de sus manos,sin poderse valer de su mirada,tropezando en la luz de las esquinas,acostada en las puertas, dulce piedrade sufrimiento... Y estar sentada

    a la diestra del Padre, y no habr nieve,ni cellisca perpetua contra el rostrocansado del domingo. Y siento aquellasorda corazonada que sentaal toparla de vieja, cuando estabadesprendindose ya de su ternuraigual que el musgo de la piedra hmeda;siento aquel mismo limite de hermano.de prjimo nevado inmvilmenteen las gradas del templo; y en mi alma[ 109 ]siento aquella suprema mansedumbrede compasin, por m, que estoy ahora,

    no en las manos de Dios, sino penando,llorando por la piel de mis mejillas;y ella estar sentada con sus faldashuecas y con su pobre movimientode dulzura interior, all en su sitio...

    [ 110 ]

    A ESPALDAS DE MADRID

    Oh luna! Cunto abril!

    JORGE GUILLEN

    CUN guardado estars, estuche ntido,1 campo de altas estrellas verdeantes,serpentino Jarama que te quedasjugando con la arena y con los juncos!Cuan guardadas, tus hojas repentinasyo lejos ya de ti, t sin m ahoraestarn en la noche, culminante

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    de soledad, al pie del Guadarrama,que prolonga su virgen conjeturatras e] intenso azul de cada da!Alto hacia las montaas, en tu navade vaguedad sumido, sin coloresya tu colot, tan slo las estrellasque envuelven a Madridfoscas y lmpidasen un mismo temblorvern tu puraintimidad, tu lmite sin oro,tu violeta ya seco y desprendidocomo la flor del cardo, mientras ellas,las nicas, vern mi pensamientopuramente tambin, y tu deleite,tu luz, ellas sern, Jatama serio,que te abres al azar, como la vida,improvisando todo vagamente,discurriendo sin cauce concluidoa travs de lo igual, entre Alcobendasy la luna, y los rboles, y todolo que an a mi mirada est pegado[ 111 ]con existencia suave...

    Pero ahora,al regreso de abril bajo la hierba,

    cuan guardado estars, terruo lento,belleza taciturna que en mi almavagas hecha bondad, recuerdo hechade un da interminable, innumerable,de un. todo entrecruzado con la vida!

    Pardos alcaravanes deshoradosdesanclarn su cuerpo, desde el sueloperdido en luna rosa de hondonadacaliza, y posarn su ruido triste,como piedra tirada sin impulso,an meciendo la luz, el verde sbitodel da que ha pasado para siempre

    y al que es preciso renunciar, lo mismoque las montaas limpias a su forma.Y es que ha pasado entero, ya ha pasadootro da, ya somos otro da,otro rumor distinto en viento y agua,otro ser imprevisto, un nuevo cambiodulcemente total... Es que ya somosel ayer del maana, y ya no somos,ya hemos vivido y muerto aquel instante,maravilloso instante repetidode la ornada que se acaba enteraa espaldas de Madrid y de su ingenio,y de su masa sorda, y de sus muros,

    y de su vana hormiga, y de su siemprecallejeante luz, y ya ha pasadoel tiempoentre mis prpadosel alma,[ 112 ]y todo contina igual de ciegoesperando en nosotros.

    Como el nioque se marcha del hombre, todo espera,interiormente roto y renovado,

  • 8/12/2019 Panero, Leopoldo - Por donde van las aguilas [Antologa 1930-1962. Ed. La Veleta, Granada. 1994]

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    jugando con la arena y con los juncosseriamente, bailando con el aguaque brota de la noche. Todo esperael invasor empaamiento lcido,la gran beatitud de la maana,y el movible silencio de los campososcuros todava.

    Mas la aurorallegar tenuemente tras los monteslos montes distrados del Jarama,empujando las sendas de tu valle,cuando yo est dormido en blando sueo,lejos de ti, cerrado entre paredesde espesor animal, ajeno al puro,al verde amanecer de aliento suave,que poco a poco invadir las cumbres,animar la calma de los surcosy teir de azul tu fresco lecho.

    Yo estar mientras tanto sordo al xtasis,al mpetu sagrado, en mi descuido,viendo palidecer intensamentemi vida en el silencio de la noche,

    como un amordazado; oyendo lejosel ruido de la luz, mas sin tocarla,sin oler lo nacido de tu hierba,[ 113 ]sin saber de tus pinos en la aurora,de cmo es el color que te sorprendey por los huesos vivos se te entrade la tierra, mitad amanecida,que el sol va retirando entre los troncos.Yo estar, descuidado, amaneciendo;sin escuchar el silbo de agua y sombra,y el verdor esponjado de tus campos,y el rumbo de tus hojas y tus ramas.

    Oh daentre hoy y ayerque el trigo muevecon gracia sin igual para el regreso,a ambos lados del cielo, en el camino!Oh campo despegado por la lunahace unas horas slo, ya sin nadie,sin slabas, sin muebles en el cielo,interiormente lleno de desnuda,errante embriaguez negro naranjacontra el supremo azul de las techumbresde Madrid! Cuan guardados para siemprelos mil y mil tesoros desvividosque puso entre mis manos un minuto

    la realidad, y que sern ahora,y que ya slo son, consuelo vagode esperar y esperar lo siempre nuevo![ 114 ]

    COMO EL ECO DEL VIENTO... con su mudo dolor por todo canto.R. ALBERTI

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    TE estoy viendo escribir, menudamente,los ojos fijos, lentos de aoranza,tensos los pulsos: corazn que avanzaa travs de la sangre dulcemente.

    Sobre el albo papel adolescente,tu mano, tu mirada en lontananza,te estoy viendo escribir; tu letra danzadelante de mis ojos, de tu frente.

    Cauce caliente de agostado ro,de humana fiebre viva, ahogada flotatu voz, tu dulce voz, y el pliego empaa,

    mientras contemplo en el papel vacotu letra muerta, desprendida, rota,como el eco del viento en la montaa.[ 115 ]

    TIERRA DEL CORAZN

    VAS con tu luz de mgica amarguracomo un trnsito suave de roco,cisne mecido en el verdor del ro

    por el sigilo de la nieve pura!Ay asombro mortal de la hermosura,rubio, alado fantasma, sueo mo,ven a mecer mi corazn sombrocomo el son del otoo en la espesura!

    Ven a mi corazn, mece mi sueo,briza mi soledad hasta que duerma;mi voz habla con Dios cuando te nombra.

    Ay tierra del dolor, siempre sin dueo;tierra del corazn dormida y yerma

    por donde vas, por donde va tu sombra![ 116 ]

    Del CANTO PERSONAL

    Nac en Astorga el novecientos nueve;y all quiero dormir, en mi remansofamiliar, a dos metros de la nieve.

    Pero mientras mi sed de aurora canso,en la brecha del tiempo andando Espaa,

    slo en su perfeccin tendr descanso.

    Lo mismo que el vaquero por la braaleonesa, me siento solidariode su anchura total en mi cabana;

    y al borde de mi recto campanario(que es todo l universo) se arrodillaen Roma mi proyecto milenario.

  • 8/12/2019 Panero, Leopoldo - Por donde van las aguilas [Antologa 1930-1962. Ed. La Veleta, Granada. 1994]

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    Como el sudor caliente tras la trillacumplo la obligacin de un alma a solas;y mi necesidad abunda y brilla.

    Porque al ms suelto ramo de amapolasle es fcil alegrar, con su reflejo,la mesa, el pan, la sal que estuvo en olas.

    Cant a Vallejo, indiocristiano viejo:tan pegado a su alma el cuero enjuto,que era su piel irradiacin de espejo.

    Con su mentn punzante y resolutomascaba el hambre; y se muri de ella(un jueves de agucelo) en absoluto.

    [ 117 ]Comunista (en dolor) lav su huellacallejeando la miseria: el huecode la hormiga, del pan, de la botella.

    Muri en Pars profetizando el ecode la lluvia en el vidrio despoblado,igual que un palo que se encoge seco.

    A Vallejo cant (silabeadode emocin infantil) en su cartillade trbol y de tiempo apaleado.

    Como al beber el pjaro se humillaen la gota, su voz me asegurabaque estaba manuscrita en la cuartilla:

    (lo mismo que un cordero se destraba;y su frgil balido pide amparoen rota libertad...) Me recordaba

    al nio que se empuja, tras el aroque an estaba en sus dedos; y que correintilmente, como gira el faro.

    Con su propia palabra se socorreel poeta de verdad: as Machado,que nunca se encerr en ninguna torre.

    Ni se meti tampoco en fango o vado(a propsito el pie de charca en charca),para poder decir: yo lo he pisado.[ 118 ]El ser entero, la palabra abarca:

    porque la sangre del carbn nos tiznade piedad carbonera en santa marca.

    Cual sale entre las losas, brizna a brizna,la grama resurgente, que humedecela paciente humilad de la llovizna,

    el pan, en parva miga, resplandece;Y la harina aldeana guarda el brilloque en la hierba eucan'stica verdece.

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    Lo mismo que la ropa entre el membrillo,la sustancia en el alma presentidapreserva en la vejez su olor sencillo:

    porque puesta a morir est la vida;y en simiente perpetua, y en respuestairrevocable, personal, seguida.

    Como el que ya corona larga cuesta,y ve morir, en torno suyo, todo,a la redonda est mi vista puesta.

    Quiz cuando volvamos el recodoque para siempre y hasta el mar de tuerce,nos miraremos ambos de otro modo.

    La vida es una sombra que se ejercey un prstamo de alondra en la garganta;hasta que el nudo justo la retuerce.[ 119 ]

    Mas dijeron a Lzaro: Levanta!,y se alz como el aura del tullido,

    an desvelada y hmeda la planta.Qu vio Lzaro all, desateridosu pecho, a voluntad irresistible?Nadie ms que el creyente lo ha entendido.

    Amad siempre de cerca en lo posible,y os ser perdonada en abundanciala huella en el atajo irrepetible.

    Qu vio Lzaro, qu? Volvi a su infanciacon Marta y con Mara: desvendando,reanudando en sus ojos la distancia?

    Su corazn (sellado) cae nevandoen el nuestro, que muere y resucita,como pie que peligrara en copo blando.

    Qu vio Lzaro all, que no repitala penumbra del alma, en alianzacon el cuerpo mortal que necesita?

    En sus Cantos de vida y esperanza,Rubn, su extremo de bondad nos lega:con su alma dialogando en lontananza.

    Contra aquel don Miguel (el de la brega),y con plena justicia en el reproche,moj su brava pluma chorotega[ 120 ]toda en misericordia hasta el derroche,explicando en su verbo la purezaque iluminaba su dolor de noche.

    No con hacha de pluma en la cabezadespenachada: el leador del roble

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    que t cantas, destruye, mas no reza.

    A Rubn la brotaba el hombre noble.Rubn era Rubn de Nicaraguay del tronco comn en fronda inmoble;

    mas Rubn era el nio que se fraguaen dolor a s mismo a todos ratos;y con su vaso servicial de agua.

    Todo (como la mano que alisael pelo en resplandor de cielo humano)obedece a una msica sumisa.

    Recuerdo mi recuerdo (y no es enano)tan impaciente y nio como el dade mi primera comunin. Temprano

    (qu temprano, Dios mo, todava!)nos levant mi madre (recin muerta)y nos prob y planch con su alegra.

    Nos calz los zapatos (ya est yerta),nos moj con sus besos el peinado,

    nos mir en el espejo y en la puerta.[ 121 ]Nos dijo que era el da ms soleadodel alma; que ni un prncipe reinanteestaba as de guapo a nuestro lado.

    Nos ri las arrugas su semblante,nos repiti el cabello que rea,nos cogi de la mano hacia adelante.

    Nos puso una medalla {que latacomo la flor silvestre en el arbusto);

    y nos mir la vida en lejana.Nac en octubre, en el minuto justo,y a sazn de las doce: entre paredesprovincianas, llorando de disgusto;

    golpeado como el pez contra las redes,y sacado de pe sobre la arena;derecho a voluntad, como t puedes.

    Vivo, como el que cumple una condena:encarcelando en libertad la vida,y convencido en todo de azucena.

    Su mirada nos puso, haciendo heridapara siempre en la nuestra; y mi esperanzaes toda su esperanza, transmitida.

    Ni puedo traicionarla, ni es mi usanzala traicin; y tu insulto no me hiere.No puede herirme, como aquella lanza.[ 122 ]

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    Mas si tu voz un da la profierete helar con mi mano, y al diablo;claro que no envilece el que lo quiere.

    Mira mis ojos y vers que hablodesnudo, y esperando tus insultos.No me mancha ese estircol, pobre Pablo.

    Pobrsimo fantasma contra bultosde carne y hueso, de verdad sin lonja;de cuerpos y anindose en adultos!

    Aquella lanza de empapada esponja,de cardo en irrisin, yo la transformaen jugosa penumbra de toronja.

    Nac en Astorga, como pesa el tormo:como una catedral desde un cimiento;y con mi calle en sombra me conformo.

    Te mando mi postal de sufrimiento,con rboles y yedra de mi casa,donde no vive nadie ms que el viento.

    Est arrimada a la muralla en masa(como una tempestad junto al odo),con los aos de un nio que no pasa.

    Igual que esa muralla (que he perdido)vi en el rion de Honduras la sorpresaen ruinas de Copan; y vi dormido[ 123 ](con esa luz interna que atraviesael sueo) la elegiaca muchedumbre,mil aos hacia atrs, que en tu alma pesa.

    Vi atravesar la selva, en halo y lumbre,

    el halcn del guerrero variopinto(mil aos hacia atrs), de cumbre en cumbre

    Paseaba el corazn sobre lo extinto(como el trmulo sol bajo el ramaje)descendido las gradas del recinto

    apagado. La deuda que contrajeentonces, de respeto y de nobleza,pervive en mi cancin, no en tu coraje.

    Somos los impacientes sin recreo,armados por la luz de nuestros gritos,

    con el pecho en fragancia y aleteo.

    Y los equivocados seoritosque firmamos tus Cantos Materiales;porque ramos, en flor, unos benditos.

    El apio, el mosto, el cuero, los metales,los tomates cortados a navaja,el arroz, la madera, las nupciales

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    palabras irreales (la mortaja),el trigo en realidad (materialmente),el candor los empapa y los viaja.[ 124 ]

    La lechuga rodeada de poniente(la lechuga fantstica del grillo);la combatida esperma confluente;

    la escarcha que madruga en el ladrillo;el gorrin que gotea en e alero;la magistral leccin del buen tomillo;

    el mineral, la tiza del lucero;las hierbas; los burdeles que visitas;la msica comprada por dinero;

    las primeras palabras manuscritas;el frenes salvaje; los notarios;las horas agrietadas y marchitas;

    los cucos relojeros; los canarioshogareos; los duendes colibres;el lquido Walt Whitman; los armarios

    helndose en el humo que desles;los espejos; las fibras de la muerte;la roca taladrada de alheles;

    la luna que en Wisconsin se divierte;las aves del salitre; el repertoriode todas las palabras, como a suerte;

    el diccionario hambriento; el consultorioverbal; el arqueolgico roco;la polilla de estril territorio,[ 125 ]

    establecen tu reino y seoro;y en tu cmara oscura de aguardiente,detrs del vidrio roto, se oye el fro.

    Mis nudillos sin piel (como el relenteque llama en las ventanas, y que suenacomo un soplo de msica en la frente;

    no como el sordo puo de la arena);en medio de la densa madrugadallaman a tu palabra nazarena.[ 126 ]

    NOCHEBUENA DEL VILA

    sonrisa en la almohadaellos estarn sondome,y yo soando con ellosen este Hotel de los Andes.Los tres estarn ahora,ilusos de navidades,

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    con la cabeza en la almohada,dormidos junto a su madre,y al comps que hacen sus pechosse entibia tambin mi sangre.Juan Luis, Leopoldo Mara,y Jos Moiss, y el aireque ronda tras las ventanashar gemir los cristales,por dentro turbios de vahoy por fuera goteantes,que oigo yo y ellos no oyen,que yo s y ellos no saben.Con la mejilla en la almohada,hundidos en tibio cauce,metidos en su corrientede agua, sobrenaturales,me estn dando aqu calor,dando calor a mi carneen este hogar viajerode mi nochebuena errante.Me estn dando aqu penumbrade amor, de casi besarles,en el hueco de la almohadadonde mi noche se abre.

    [ 127 ]Frente a m el vila tiendesus cumbres, bosques y valles,que yo llevar algn dahechos visin entraablepara ellos tres: para ellosy que sus manos los palpen.Les regalar los picoscon niebla, y pondr a su alcancelas casitas de los cerrosy el sonido de los rboles.Haremos un nacimientocon el vila, sondole,

    igual que yo sueo ahoray escucho el soar del Guaire.Cuan limpias se oyen sus aguas,que tambin van de viajecomo yo, rodando libresbajo las estrellas, dndomemisteriosa compaa,como de verso que nace!Con la mejilla en la almohada,cmo rueda, cmo latemi corazn en silencioy m mano cmo arde!Desde lejos esta noche

    os suea as vuestro padre,Juan Luis, Leopoldo Maray Jos Moiss (guardianesde mi niez en la tierra,y a Dios, por nios, iguales),en esta cancin de cunaque El me pide que hoy le cante.[ 128 ]

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    ARTE POTICA

    MS que decir palabras, quisiera dar la manoa un nio, hundir el pecho contra la espuma viva,y estar callado, llena la frente de ocano,bajo un pino silente, palpitando hacia arriba.

    Ms que decir palabras, navegar en un llanode espigas empujadas, ondeadas, donde libala inmensidad su jugo de noche de verano;y en vez de soar nombres que el viento los escriba.

    Ms que juntar canciones cogidas en la infanciaquisiera mis mejillas como un nido robado,y el sabor de mis labios hmedos de ignorancia,

    y la primer delicia del que nunca ha besado:ms que decir palabras ser su propia fragancia,y estar callado, dentro del verso, estar callado...[ 129 ]

    ...Y MANUEL

    No importa la vida, que ya est perdida;y despus de todo, qu es eso, la vida?...

    Cantares. ..Cantando la pena, la pena se olvida.MANUEL MACHADO

    POBLADO a solas por las mil palabras,que son o no son bellas,que verso son o prosa(segn como se mire, dicho hubieras),

    pienso en ti, en lo delgadode ti, en lo delgadsimo que eratu cantat: escogiendo, rechazando,por el son de la cuerda,el llanto o la sonrisa,el desdn o la pena,el hogar o la calle en tu camino,hasta or la ternura y casi verla.

    Pienso en ti, y en tu claraleccin, de vida hecha...Tu verso, dialogadoo hablado (porque espera

    contestacin parece dialogado;y porque nada afirma y todo prueba),dice bien lo que quiereacompaar, e igual a todos [lega:al que lo aprende de memoria, y canta,o al que lo olvida en la memoria buena, .rimando, sin saberlo, cualquier da,su nuevo amor con tu palabra vieja.[ 130 ]

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    ... Cuando hablo de tu verso, bien lo entiendes,hablo del que es mejor y ms te lleva,y de la noche habloque su brazo te dio de compaera.Pienso en ti, y en tu finalentitud espectral (mitad presenciay mitad lejana),y en tus manos que hablaban hasta quietas,moviendo el aire claro de Sevillacon a rubia cabeza,y acendrando el sosiego,noble, de la invitada calavera.

    ... Don Manuel enlutado(vestido por la guerra),cantador solitario(ms hablando hacia adentro que hacia fuera),en el Madrid atnito de un da:as hoy mi voz velada te recuerda.

    As mi voz velada,y as de oscura la guitarra suena,y hay palabras en nudo,y hay palabras tirantes y que tiemblan,

    y que se oyen con slorozarlas, casi a ciegas.

    Don Manuel enlutado, erguido el porte,dibujado el semblante por la espera,ojos de hastiado prncipe,an con luz matinal de primavera,de la mano de Eulalia(con su debilidad por toda fuerza),[ 131 ]desandando el camino,tomando el sol que la bondad calientatras el balcn cerrado de los das,

    y la cita de Antonio que se acerca.As mi voz velada,y as la soledad que canta en ella,y el estupor del ltimoclavel desnudo en la solapa negra.Ay la melancola de los lmites!Ay la delgada charla que se quedaronca de madrugada,al volver de la calle, un da cualquiera![ 132 ]

    FUGADO PERFIL

    Cmo era. Dios mo, cmo era?JUAN RAMON JIMNEZ

    LIBERTAD del aire,fugado perfilde la primavera:tu rostro era as!

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    Grabada memoria,corteza infantilcon tus inicalesde olmo de jardn!

    ... Suenan las campanas(an suenan en m)de la tarde aquellaque ms yo viv.

    La mies en los surcos,la torre en lo ail,cmo los vencejosvuelven a latir!

    Cruzaban las nubes,la mano te as,y dentro del pechotodo bendec.

    Respirado aliento,labios que beb,cabellera suelta,

    rfaga de abril![ 133 ]

    Como aire rasgadopor fino nebltoma, al puo, el tiempoque tuve y perd.

    ... Charlan las campanasy como ta ojtu primer palabravuelven a decir.

    ... Hablan las campanas:pero una entre mil,cristal no taidose parece a ti

    Libertad del aire,dime dnde, di,suenan las campanasque es ventura or!...[ 134 l

    CAMINOS DEL VERANO

    ... Tumbado en una vagalejana, estar soloen la hierba de un pradomovido por su soplo!

    Estar solo, y ortevagamente. Qu gozotan parecido al agua

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    que entre las ramas oigo!

    Sentado en una piedra,qu unin 5e ve en Jo hondo!Qu bien se va desealzosiguiendo los arroyos!

    Qu relacin tan finala sombra con el chopo,la espuma con el junco,los ojos con los ojos!

    El alma con el alma,la paz con el reposo,caminos del veranoQu alegre y claro es todo!

    Qu placidez errantela oveja con el polvo,los pies con el sendero,las alas con el rostro![ 135 ]

    ... Caminos entre mieses

    calladas al retorno!Qu cerca todavacuando tu mano tomo![ 136 ]

    MNIBUS CREACIONISTA

    A Gerardo Diego

    AL fondo de las aulas, mientras el sol se marcha,

    silba un tren silencioso que no vemos pasar.Tristemente en el mapa se derrama la escarcha,la penumbra en los valles, la brisa en el pinar.

    Es ste el paraso y el pupitre de escueladonde aprendimos, nios, el divino parlar?El corazn se empaa igual que una gacela.Mi libro, en la ribera se abre como un cantar.

    La espuma, verde espuma, rota espuma vibrante,contra peasco y musgo sonando sin cesar,tersamente derriba la tristeza distante,limpia de golondrinas, siempre a medio pintar.

    El mar as soamos; oh vasta geografaque nadie ya de nuevo nos volver a ensear!Lo mismo que la tierra mi corazn se enfra,y hasta las gaviotas se olvidan de volar.

    Estn mis labios secos y mi vivir amargo,y en la nieve ha cado una letra al llorar.La brisa libre, el viento grande, el tiempo latgo,llenan de bruma y sueo mi cartera escolar.

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    (Los peces en las olas, la sal de las orillas,los plidos eclipses y la veste lunar!)En el rincn ms dulce se pone de rodillasel alma, que han debido sin culpa castigar.[ 137 ]

    Y caen los libros rotos con celestes dibujosde papagayos lindos y nias por casar.Arboles, rocas, islas, gorriones, somorgujosque en sus nidos florantes aprenden a nadar.

    Una suave madeja de alegres garabatosy estrellas desprendidas de la esfera armilarpasan entre los tristes prlogos galeatosmedrosas de que alguno las pueda regaar.

    Oh slabas ligeras, entrecortadas, tontasigual que violetas que an no saben andar!Oh pjaro que el vuelo de la ilusin remontascon la cartera al hombro camino del hogar!

    Ni una pgina indemne ni una lnea impoluta.Todo yace revuelto y todo quiere hablar.Y en la lengua-mojada, como el hueso en la frutalos nombres de delicia vuelven a resonar.

    Literatura, historia, latn, ciencias exactas,tica preceptiva. Quin volviera a estudiarlas montaas azules y las nieves intactas,las plidas bahas donde es dulce remar.

    Carlomagno, Viriato, las islas de la Sonda,el binomio de Newton, Rodrigo de Vivar,y la forma del mundo, oh naranja redonda

    achatada en los polos de rodar y rodar!La leche de los astros, las rojas amapolasentre los trigos verdes que empiezan a brotar.Oh rotacin terrestre! No se caern las olasal volverse de espaldas en su eterno girar?

    [ I38 ]Y vuelan verderoles, pardales y cigeas,y liebres corren vivas que no puedo cazar;y entre los juncos verdes un lirio se hace seascomo si le invitara su novia a pasear.

    En los patios oscuros palpitan los arpegios.En las calles la gracia se abre de par en par.Y las internas quedan solas en los colegiosmientras todos ios mirlos se ponen a silbar.

    Pero el mar nos acecha, nos enfrenta, nos lamecon la quieta hermosura y el luee navegardel corazn pequeo que conjuga Yo ame,T ames, Ellos amen. Todos tienen que amar.

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    En miedosas mejillas como frescas cerezasse enredarn los besos tiernamente al tirar.Y una niebla imposible ceir las cabezassoolientas y puras que parecen flotar.

    Oh pechos y alheles! Oh labio que sonrescomo si vagamente nos fueras a besar!Oh terso caramelo de menta que deslesla boca femenina como un rayo solar!

    Sobre los hombros leves, en los bailes primerosdel Casino, oh los valses que nos hacen vibrar!Y sern catedrticos en Soria o archiveros,y jugarn a ratos perdidos al billar.

    Y pensarn maana cuando se tornen viejoslo dulce que sera el volver a empezar.Pero igual que las olas huirn, siempre ms lejoshasta que se las trague un da el hondo mar.

    [ 139 ]Son as las estrellas, los planetas, las floresque crecen en las ramas de tu huerto estelar?Jardn de las Hesprides para nios mayores

    donde el alma se sienta en un banco a rezar![ 140 ]

    De CANTO AL TELENO

    VI

    RECUERDO que una vez, estando ausentede Espaa, a muchas leguas de tus riscosdonde slo las cabras ramonean,recib de un amigo de la infancia,

    de uno de esos amigos que se pierdende nuestra vista largos aos, unacarta en que me deca que habitabaall en tu seno azul, como maestrode escuela en una aldea que se escondeenclaustrada en tus valles. Brevemente,y como de pasada, me deca:ahora vivo en un pueblo del Teleno,de aquel que en nuestros juegos contemplbamosembozado en su capason sus mismaspalabrasde blancura misteriosa.Y sent removerse en mis entraastoda la soledad, el tiempo todo

    acumulado en das, meses, aosde amor, como si al peso de una piedrase desplomara en m que estaba lejosel alad de emocin, el son silentede algo que cae y nos arrastra al fondode su pureza. Porque entonces vibraenteramente el alma, y es primeroun estremecimiento silenciosoy una luz en los prpados, y un simplerecuerdo nos arrastra con su empuje

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    desde lejos, lo mismo que una pea,[ 141 ]o el tenue movimiento de una rama,o el pie de un corzo o de un pastor, iniciana veces, en los flancos de los Alpes,el hundimiento entero de una masade nieve sobre el valle. As, temblandoen mi interior sent la vida todacon absoluta realidad, y aquellacarta encerraba para m sustanciade ms sueo y ms vida, de ms tiempoque muchos libros inmortales. Ciegas,sent agitarse las masas, ondasde mi iluso vivir, con sed de verte,con apretada sed de caminanteque refrescar su fiebre necesita,despacio, libremente, rota el aguaentre sus manos, cual si sangre fuerade dentro de pecho, monte ntido.Luz matinal que entraste por mis ojospara que el corazn frustrara al tiempoy algo eterno tuviera en que ampararseen medio de los aos, como en lagose deposita virgen el deshielo

    que recogen los valles. Tal tu msicacabe en mi soledad, mis horas pueblacon su clara quietud, y cuando el dallegue que se entreteje a nuestro sino,y en mis manos vacas nada quede,s que t todava, piedra exttica,recibirs amor desde los pechosde mis hijos: mi amor, el que mi esprituamas para siempre en sus pupilascon tu luz inmoral, monte indeleble.Y as parece que al mirarte a ti[ 142 ]miro a mis hijos yo, y a verlos vuelvo

    desde fuera del tiempo, pero vivofundido a tu sustancia, y que ya nuncase ha de poder interrumpir la vidaa travs de esa unin, como las nievesse funden en el cauce, y tornan luegodesde el mar a tus cumbres solitarias.[ 143 ]

    VIITODO amor es Tu sombra, Dios viviente,silenciado fluir que en sueos manaperpetuamente bajo el alma humana

    como pasan Jas aguas por el puente.

    As mi corazn en la corrientesiente Tu oscuridad, Tu fe devana,y recibe el latir de Tu lejanafuente de vida, cristalina fuente.

    Y as en mi soledad de Ti soy parteque suena silenciada en Tu armonamientras con valles y montaas giro,

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    y casi desprendido al contemplarte,en mi ntima visin de lejana,piadosamente, las estrellas miro.[ 144 ]

    POR LOS CAMPOS DE DIOS

    POR los campos de Dios, la lejana.Contra el rostro, el andar, el viento finoque enrojece las flores del espino,locas de primavera todava.

    Loco tambin mi corazn un da,tuvo este mismo origen repentinode la hoja verde que a la rama vino,y a travs de la savia siempre es ma.

    Es nuestro por sorpresa y cuntas vecesflorecers de nuevo, espino rojo,por los campos de Dios, en primavera!

    Siempre arraigado y en silencio crecessobre la rama donde en flor te cojo,hoy como ayer, hacia la vez primera.[ 145 ]

    A UNA DAMA SOLITARIA

    TODO es ayer: la juventud andada,la arruga muda en la podada risa,la blanca sien ladeada por la brisa,y tras la honda pupila sin mirada

    la juventud, de nuevo paseada:la ltima juventud que se divisadando el rostro a la mar ondeante y lisapara en ella acunar la edad pasada.

    Los codos en la piedra, disimula,para que no la vean con las olasnuevamente jugar, y en su mejilla

    siente la anchura azul que el viento ondula,mientras completamente nia a solassus pies descalza en la salobre orilla.

    [ 146 ]

    PEQUEO CANTO A LA SEQUEDA

    ... Todos los veranos,bien de madrugada,la humilde Sequeda,

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    como una palabra,saluda mis ojoscon surcos y alas;y entre las encinas,desde mi ventana,Valderrey asoma,dibuja Matanzasu fiel lejanade errantes campanas.Tejados humeamientras rompe el alba,y hacia Tejadinosla cigea pasa.Bustos y Curllas,mnima comarcade centenos pobresentre nubes altas!

    ... Todos los veranos,bien de madrugada,junto al tren que silbaslabas de infancia,y entre los tomillos,piornos y retamas,

    la Sequeda es unacostumbre del almay un lado del mundo[ 147 ]donde todo calla,donde es todo ausenciay nos reflorecehoy, ayer, maana.

    .. .Nmada del vientoque por ella vaga;nmada del cardoque su piel araa,

    nmada de ovejas,pero sin mudanzas,la Sequedad es unayerta rinconadade lagunascasi,charcosdonde el aguaque beben los bueyesde la lluvia guarda.

    ... Nmada de nubes(como la miradadel Pastor), no espera,la espera es tan larga

    ms que el mismo frocon la misma escarcha,los mismos vecinosque la muerte iguala,y algunas gallinas,que al sol de las tapias,en paz picoteansu estable jornadade corral, y an tibias,de tan puro humanas,

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    buscan el adobede nocturna paja.[ 148 ]

    Cauce del Turienzocerca de Piedralba,qu fina fronterade juncos y ramas;y el Teleno lejos,qu enorme distancia!Tejados, Cunllas,respirada calmade Cuevas, y al margen,Penilla y Celada!Mseros barbechosque un montn de parvaresume, y que un rbol,repentino, baade melancolams que de fragancia!

    ... Todos los veranos,bien de madrugada,dan cita a mis ojos,

    que andan, andan, andan,Tejadinos, Bustos,Valderrey, Matanza,y all en Castrotierrala ermita sagrada.Ojal que un daquien su tierra labra,mire el surco henchidopor la fuente clara,por la acequia puraque en mi pecho canta,cristalinamente,desde la esperanza!

    [ 149 ]

    CON LA SAL DE MIS HUESOS

    HE escrito mucho, y confiadamente,con la sal de mis huesos, poesa:declaraciones sbitas al dadesde la noche donde est mi fuente.

    He escrito y he besado frente a frentepalabras con rumor de lejana,

    y hoy m cansado sueo es todavacomo un nio perdido entre la gente.

    He escrito y he besado y he aprendidoque es mejor la esperanza en sus racesque en su poblada flor; pero no importa.

    Desde dentro del alma siempre he ido,solo, como los pjaros felices,adonde nadie la esperanza corta.

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    [ 150 ]

    EL VENDEDOR DE PJAROS

    TU alada mercanca franciscana dialogaen tu mano tendida; y a escucharos se apiala gente: simple gente que lentamente bogapor la calle y su mano da a otra mano ms nia.

    La esquina improvisada y alada te interroga:Vendedor de lo areo, silbo suelto en la via,estupor de jilguero que en la jaula se azoga,fiel calandria que an habla de su errante campia?

    No s bien sin herirte, cmo hablarte de hermano,cmo envidiarte y ser lo que ms tuyo puedo:rico de caamones bajo el cabello cano,

    pregonero del aire que se posa en el dedo,cristalino hasta el hambre con la risa en la mano,mercader ambulante del ibrico ruedo...

    [ 151 ]CON TODO LO QUE VIVE[Arte Potica]

    QU voluntad de encuentro, corazn de otros das,luz que cae desde arriba locamente y nos baa!Las paredes, desnudas; las cuartillas, vacas.La primera palabra qu brusca gota extraa!

    Qu palidez invade las fachadas sombras!Qu miedo hecho de pjaros! Qu quietud nos engaa!

    Qu renovada msica de ondeantes rayas fras!Qu lavado el silencio, qu rumor de cabana!

    Qu transparencia virgen, desgarrada, silente,de luz en amenaza! Qu enlutado por dentroel cielo en que nacimos: la slaba en la fuente

    y en el rbol el cntico! Qu voluntad de encuentrocon todo lo que vive, desnudo de repente,nudo de amor, palabra desatndose adentro![ 152 ]

    EL DISTRADO[Retrato de Leopoldo Mara]

    EL nio distrado est en su sueo(surcador de la vida, transparente)copiando de memoria, con la frentedormida; seria el alma y l risueo.

    Su mano que dibuja pone empeo

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    de realidad en el papel viviente,y el balar de la oveja tibio sientemientras lo grande evoca en lo pequeo.

    Su dibujo nos da, casi segurode s mismo, y su mano creadoratiende, recin del xtasis salida;

    baa la creacin su rostro puro,y un dibujo infantil parece ahora,l, que un nio ser toda la vida.[ 153 ]

    COMO EL QUE JUGANDO SE ESCONDE

    TE casaste el 29 de mayo de 1905y tus hijos camos en tu regazo cantando.Fuimos seis,somos seisporque ninguno ha muertoms que temporalmente, como el que jugando se escondeCuando regresbamos en Navidad de vacaciones

    (como ahora, soando que regreso)reamos los seis. Te besbamos.

    Trepbamos, como hacen las venas,hacia tu corazn. Te besbamos,como ahora te beso,respirando lo alado de tus palabras,y apareciendo, como el que jugando se esconde,desde una realidad hacia otra.[ 154 ]

    AREA MADEJA

    YA se ha olvidado el arte manual de la lana,y las largas veladas, con su fina madejade paciencia, se han ido. Pero el nio an devanasus ltimos vellones con slabas de oveja.

    La libre, la area ayuda de una sola campana,levantaba m frente soadora y perpleja,y el eco resbalaba fundido a la lejanaamplitud de la vida, porque la historia es vieja.

    ... Las ovejas cruzaban, se empujaban balando,

    bblicamente casi y aun oyendo la vida;tibias como vocales tras el ltimo bando

    de palomas... Qu lejos la primera partida!... El tren, y la madeja del humo resbalando,y el arte transparente de esta piel que no olvida...[ 155 ]

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    CANCIN DEL INSOMNE

    ... y miedos de la noche veladores,SAN JUAN DE LA CRUZ

    ME despierto de prontodnde, dnde estar?,y que estoy en mi nochecontra el alba lo s.

    Qu pureza en mi gozo,qu hondo miedo tambin!S que estoy a tu lado:mi corazn lo ve.

    S que estoy en mi casa:toco cal de pared;toco, arao, el roco,mi oracin, mi creer.

    Las paredes palpitany es de noche en mi fe;

    s que el ala del odiono me podr vencer.

    S que estoy en lo oscuro,pero amar es querer:contra el alba desnudavivo mi desnudez.

    Me despierto de pronto,como dentro de un tren[ 156 ]en la estacin parada,se ve la ola nacer

    que empuja dulcementelos campos, y en mi serla sombra se disipay el alma se entrev.

    Qu areo el pensamiento!Qu errante amaneceren m puerta golpeams y ms cada vez!

    Qu junta la tinieblacon la luz que tendr!

    Qu en silencio se extremala ltima delgadez![ 157 ]

    DIBUJO INFANTIL

    DETRAS estn los campos.

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    Cruza la primaverapor ellos, y palpitasu masa en la aniebla.

    El bozo de los trigosentre los surcos vuela,y en ondas de silenciomi crcel siento abierta.

    Mi corazn dibujaun lamo que tiemblade libertad, y escuchosus finas hojas nuevas.

    Con la atnita manodel nio que en m juega,trazo una lnea, un alarozada de inocencia;

    un tejado con humo(todo a lpiz) se eleva,y en el papel florecenmargaritas pequeas;

    los montes coloreode azul, mientras se cierranmis prpados: las pobresparedes de mi celda.[ 158 ]

    Como se vuelve el lagodel lado de la selva,o a la luz de la lmparala orilla del poema,

    durmindome ya voy:la oscuridad se espesa,

    y se difunde en todami piel su orilla cierta.

    Ms lejos, an, dibujomi libertad, y en ella,viajero de su barcava un nio que me lleva.[ 159]

    EPITAFIO

    HA muertoacribillado por los besos de sus hijos,absuelto por los ojos ms dulcemente azulesy con el corazn ms tranquilo que otros das,el poeta Lopoldo Panero,que naci en la ciudad de Astorgay madur su vida bajo el silencio de una encina.Que am mucho,bebi mucho y ahora,vendados sus ojos,

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    espera la resurreccin de la carneaqu, bajo esta piedra.[ 160 ]

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