Paqui - Encuentros Celestes -Libro

157
PAQUI “ENCUENTROS CELESTES”

Transcript of Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Page 1: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

PAQUI

“ENCUENTROSCELESTES”

Page 2: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

PAQUI

“ENCUENTROSCELESTES”

Mensajes del Más Allá crístico(Año 1984)

Traducción: Alfredo Camarero Gil

ENTRETIENS CELESTESPAQUI

Paqui Lamarque

Page 3: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

ContenidoPREFACIO 5¿Quién es Paqui? 5Prólogo a la segunda edición 13I - ENCUENTROS CELESTES 14

Lluvia del cielo 14Nuestros encuentros 14Las flores son gracias 15Aquí se rasga el velo 16El misal de Paqui 17

Yo no sé todo 18Morir, es nacer a la vida18

Sembrad la buena semilla 19La comunión de los santos por la fuerza del amor 20

Aniversario 21Los ángeles de la guarda 21

Charla íntima 22La ayuda angélica 23

Las rosas son actos de bondad 24La muerte no separa 25

Nuestra cadena de amor 26II – EL DOLOR 28

Para una enferma que se desespera 28Utilidad del sufrimiento 29

En la cabecera de una querida enferma grave 30Inmortalidad 31Aceptación31

Las almas se vuelven a encontrar 32Por un joven moribundo34

III- LAS VIRTUDES 37La fe 37La esperanza 38La caridad 39La confianza 40La humildad 40La bondad 41Línea de conducta 42El trabajo es una oración 43

Beneficios de la meditación 44Grandeza del trabajo diario 45No juzguéis 46

IV- EL CAMINO DE LA FELICIDAD 47La felicidad 47Los hombres están ciegos 48El orgullo es nocivo 49Ciegos voluntarios 50El deber de los educadores y de los superiores 51Importancia de la vida espiritual 52La solidaridad de las almas 53La creación, obra de amor 53Jesucristo, hijo de Dios 54Dios actúa en el silencio 55La cruz de Jesús 55

V - DIOS Y NOSOTROS 56Sobre el Pater 56Aceptar ya es comprender 57Rebelarse es ayudar al espíritu del mal 58

Page 4: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Meditación, perseverancia y constancia 59Estad siempre preparados 60Dios, luz de las luces 61Dios es todo amor 61La misericordia divina 62

VI: FIESTAS CRISTIANAS 64La Anunciación 64Todos los santos 64El día de los difuntos: Fiesta de los vivos 66El pensamiento permanece 66Fiesta del recuerdo, fiesta de amor 68Feliz Navidad 68Festejad al Niño-Dios 70Pascua 70Pentecostés 71El espíritu santo en nuestras almas 72

VII - EL BIEN, EL MAL Y 73NUESTRA FINALIDAD 73

La hora de la comprensión llegará más tarde 73Dios creador 74

Nosotros no podemos predecir el futuro 75Espiritualidad no es espiritismo 75Las llaves de la felicidad 76Lleva felicidad (1º de mayo) 77No os rebeléis ante las catástrofes 78Voz de la conciencia 79Amaos los unos a los otros 80Un átomo no puede abarcar el universo 80

Sobre el libre albedrío 82El mal se extiende por todas partes 83El mal no triunfará 84Todo lo que os parece desconcertante en la tierra tiene una finalidad cierta 85

VIII- CONFIANZA EN DIOS 86Vosotros daréis vida 86Fin de año 86Líbranos del mal 87

IX – AÑOS DE PRUEBAS 88Años de pruebas navidad, 1939 88Pascua 1940 89Todos los santos 1940 90Confianza en Dios - diciembre de 1940 91Navidad 1940 92Aceptemos nuestra cruz 1941 93Sed hijos de luz - marzo de 1941 94El orgullo y el egoísmo, fuentes de todos los males 95La falta de amor, verdadera muerte espiritual 97Por Dios el amor triunfará sobre el odio 98Navidad 1941 99La victoria sobre uno mismo 101Progreso espiritual por el don de sí mismo 103La llamada irresistible de Jesús 105El cambio de la humanidad se hará por el amor 110Pentecostés 1944 111Nuestra morada no es de este mundo 112

Page 5: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Nota del traductor:

Este libro “Encuentros celestes” es especial. He contado, por ejemplo, las veces que se repite la palabra amor y son nada menos que 430. Pero esto es solo una pequeña señal, porque es toda esta selección de las 319 páginas de este libro entre las 6000 que dictó Paqui, la que está impregnada de un amor tierno y sencillo.

Esto hace que a algunos, acostumbrados a buscar ideas profundas al leer un libro, les resulte difícil comprender estos “Encuentros celestes”. Sin embargo, es muy útil para hallar la pista de cómo empezar ya a vivir aquí lo que se vive Allá. «La religión celeste es el amor a todos», dice Paqui. Esto es lo que, a mi juicio, hay que comprender y tratar de hacer propio al leer este libro. Desde esta perspectiva, sí es un libro fantástico.

En este contexto amoroso, el libro intenta sobre todo una cosa: sembrar Esperanza en todos. Esperanza que, según Jean Prieur (Ese más allá que nos espera), se hallaba en la entraña del mensaje de Cristo centrado todo él en la vida eterna. Este mensaje se vio luego tergiversado por los hombres: pensaron que hablar de la vida eterna era evadirse del mundo.

PREFACIO

¿Quién es Paqui?

Por Jean PrieurDurante el verano de 1926, el Sr. y la Sra. Godefroy, que estaban de vacaciones en

Arcachón, se dirigieron al cementerio para rezar en la tumba de su joven hostelera que acababa de morir. Se sintieron atraídos por una capilla completamente nueva, estilo 1925, que destacaba en medio de los pinos sobre todas las demás sepulturas. Subieron las escaleras, miraron a través de la verja de hierro forjado: el altar y los muros eran de mármol rosa, una profusión de flores blancas encuadraba un retrato de la joven muchacha. Había también una sepultura que la representaba, todo era claro e impecable: daba la impresión de que la capilla era visitada con frecuencia.

Los muros del monumento tenían inscripciones que contrastaban con los habituales lamentos eternos, lux perpetúa luceat eis, requiescant in pace…Algunas estaban tomadas de las Escrituras:

Yo soy la Resurrección y la Vida.¡No busquéis entre los muertos al que está vivo!No hay proporción entre los sufrimientos del tiempo presente y la gloria futura.

Otras eran versos de grandes poetas:

Y rosa, ella vivió lo que viven las rosasEl espacio de una mañana.

Yo digo que la tumba que se cierra sobre los muertosAbre el firmamento.

Y que lo que aquí abajo consideramos el finalEs el comienzo.

Otras eran citas filosóficas:

Morir es abandonar la sombra para entrar en la luz.Morir es nacer a la vida.La vida es un escalón de la escalera de los mundos que debemos subir para llegar a otra

parte.Los muertos no son los ausentes, sino los invisibles.Mortal, la muerte sería demasiado dulce, si tuviera que mostrar lo que ella oculta. ¡Que

Page 6: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

cesen tus lágrimas! ¡Inclínate y reza!Una de estas inscripciones tenía un carácter totalmente personal:

Viva, ha llenado de sol mi vida; Desaparecida, me ha mostrado la luz.

¿Quién habla aquí? Una madre sin duda. En aquel momento, Yvonne Godefroy sintió una emoción intensa, una compasión infinita por la madre dolorosa. Sintió el deseo imperioso de conocerla. Allí se encontraba un jardinero, le preguntó. El le informó que se trataba de la Sra. Lamarque, que dirigía un taller de costura en Arcachón y que poseía en los Abatilles una villa llamada “Ongui Emen”, en vasco “se está bien entre nosotros”.

Allí fue donde Paqui, la joven del retrato, había muerto un año antes de una grave sinusitis frontal; sólo tenía veinte años. Dejaba una madre y un novio hundidos en la desesperación.

Sin embargo, en el momento en que Yvonne Godefroy conoció a la Sra. Lamarque, aquella desesperación había dado paso a la calma, porque un amigo que vivía en la región recibía mensajes desde el mes de agosto de 1925, el primero de los cuales decía:

«Subí al cielo con arrobamiento. Soy feliz y no os he dejado. No lloréis… morir es una sublime resurrección.»

Y el segundo:«¡Si supieras lo maravillosamente que se está aquí! No, no, no tienes que

llorar, mamá querida. ¡Ah, si pudieras verme! Yo te veo, te acaricio, sigo siendo tu Paqui, igual, exactamente como tú la has querido. Sólo tus sentidos humanos no te permiten ver mi cuerpo espiritual, incomparablemente más hermoso que el que dejé en la Tierra…»

- “El bien que me han hecho estos mensajes”, dijo la Sra. Lamarque a la que iba a convertirse en una amiga íntima, “el gusto por la vida que me han devuelto, la absoluta certeza que se me ha dado de una vida eterna a través del conocimiento de la verdad, son tesoros demasiado preciosos para que me resigne a conservarlos egoístamente para mí.”

Estos primeros mensajes, recibidos por el Sr. Peyrard, cubren el período 1925-1927; fueron publicados en un librito titulado Le Missel de Paqui. El último data de 1927.

Doce días más tarde exactamente, el 1º de enero de 1928, a las once de la noche, en el hotel donde se hospedaba, Yvonne Godefroy, católica practicante, que nunca se había dedicado al espiritualismo o a la literatura, sintió la urgente necesidad de escribir lo que le dictaba una voz interior imperiosa y dulce que venía del mundo invisible. Tomó un lápiz y comenzó a escribir con una gran letra inclinada, que no tenía nada que ver con la suya, palabras que le llegaban sin esfuerzo, sin tachaduras, de un tirón, bajo la influencia de una especie de música que venía de su corazón.

Asistía, estupefacta, a ese fenómeno que ella creía que no vería nunca. Sin quererlo, había tomado el relevo del primer escritor que, de 1928 a 1939, ya no recibió nada.

Estas comunicaciones de enero de 1928 fueron seguidas de muchas otras, en total 6000 páginas, entre las que se hizo una selección por la Sra. Lamarque, ayudada por Yvonne Godefroy, y publicada bajo el título de Entretiens célestes. Este texto es el que edita hoy François Sorlot, después de los de Pierre Monnier y de Roland de Jouvenel.

Estos tres jóvenes tienen más de un punto en común: son hijos únicos, muy amados, muy cariñosos; fueron mimados por la vida: belleza, salud, inteligencia, fortuna, simpatía, felicidad; supieron que tenían que partir y aceptaron su muerte prematura; eran y son de la Casa de Cristo. Los tres se dirigen a su madre, pero la Sra. Lamarque, que no tenía ningún don psíquico, tuvo que recurrir en dos ocasiones a una tercera persona.

Durante la guerra de 1939-1945, mientras seguía dictando a Yvonne Godefroy, la joven volvió a su primer escritor y le transmitió mensajes que fueron añadidos al Missel de Paqui. Se imponía una segunda edición. La Sra. Lamarque, aconsejada sin duda por su cuñado que era sacerdote, solicitó el imprimatur. Presentado por el editor, la petición fue rechazada. Las autoridades eclesiásticas reconocían que este opúsculo no se oponía en nada a la doctrina católica, pero dijeron también que la autorización sólo podía concederse a textos redactados por una persona que viviese físicamente en la Tierra. Reconocieron por tanto implícitamente que, según la expresión de William Blake, el autor se encontraba en la eternidad.

Dos soluciones se presentaban entonces: la primera, suprimir el aspecto de comunicación con el Más allá y presentar el libro como fruto de meditaciones; esto es lo

Page 7: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

que hizo Marcelle de Jouvenel para En absolue Fidélité, corrigiendo los textos según las indicaciones de su director de conciencia, asumiendo así el riesgo de despersonalizarlos y de volverlos insulsos. La Sra. Monnier, educada en el protestantismo donde no existe, gracias a Dios, ni imprimatur, ni índice, no conoció esta clase de preocupaciones.

La segunda solución, que suscitó finalmente la adhesión de la Sra. Lamarque y de sus amigos, consistía en publicar sin imprimatur esta edición del Missel. Paqui, por otra parte, les había tranquilizado de antemano: “¿Por qué temer, si no obtenéis el imprimatur de la Iglesia, por nuestras conversaciones espirituales permitidas por Dios? ¡Releed las Escrituras, los libros santos! Cada página contiene la constante intervención de lo invisible en la vida terrestre, para ayudar y consolar a los hombres.”

La Biblia, en efecto, está llena de estos fenómenos que hoy llamamos paranormales; de ello he dado muchos ejemplos en mis obras anteriores y volveré a dar otros.

Yvonne Godefroy se había unido a la Sra. Lamarque con una amistad que duró hasta la muerte de esta última en 1950, en Ongui Emen, allí donde Paqui había fallecido. Como Marcelle de Jouvenel, había sobrevivido veinticinco años a su hija.

La corresponsal de Paqui hacía estancias cada vez más frecuentes en Arcachón, lugar muy saludable, indispensable para la salud de Pierre, su marido, dentista, rue de Séze, cerca de la Madeleine. El estaba afectado por una tuberculosis de la que, a fuerza de cuidados y de amor, ella consiguió curarlo. Muy unidos en el plano espiritual al igual que en el plano sentimental, la pareja adquirió en 1936, por consejo de la Sra. Lamarque, la villa Lou Bet Sou, el sol hermoso. Aquí es donde Yvonne permaneció bloqueada durante la ocupación, albergando a diecinueve personas, mientras su marido continuaba ejerciendo su profesión en el hospital Foch de Suresnes.

Ella se dirigía a la habitación de Paqui, con flores cada día, y la joven continuaba dictando. Se trataba entonces no ya de llevar consuelo en el duelo, sino de elevar la moral francesa caída en lo más profundo.

En 1941, cuando los nazis están en la cima de su poder, ella anuncia su caída: «Si una banda de criminales, desatados por el espíritu del mal, ha incendiado el mundo entero, su castigo será terrible.»

En 1942, cuando Francia está hundida en un abismo de humillación y de desesperanza, ella anuncia su resurrección: “Los soldados de Cristo luchan con vosotros y triunfarán. La espiritualidad de Francia no ha muerto. Tapada, revivirá. Aplastada, volverá a levantarse.”

Esta gigantesca batalla en la Tierra como en el Cielo había sido anunciada por Anne-Catherine Emmerick, muerta en 1824: «Cincuenta o sesenta años antes del año 2000, Satán será desencadenado.» Sesenta años antes del año 2000, nos da los años cuarenta de siniestra memoria.

El 3 de mayo de 1941, Yvonne Godefroy escribía a un desconocido esta carta cuyo borrador se ha encontrado y que hace alusión a las horas dolorosas.

«Mi marido me ha enviado las dos cartas que usted ha tenido la amabilidad de escribirnos a propósito del libro que ha encontrado el camino de sus corazones.

Estos Entretiens son inspirados: antes de escribir, me recojo; después, viene tranquilamente la redacción; nunca hay una tachadura; ni siquiera una palabra ha sido cambiada a través de la obra cuyo comienzo se remonta al 1º de enero de 1928.

Os contaré más adelante las circunstancias que han acompañado la floración de estas rosas místicas.

El Missel de Paqui al que se hace alusión, es un libro de la misma fuente, publicado anteriormente.

Estoy infinitamente contenta de que encuentre en estas páginas consuelo y paz. Ha sido al constatar cuántas almas han encontrado el consuelo y la luz en estos escritos, cuando hemos decidido editar una selección.

Pienso muchas veces en su hija aislada de su familia; vive horas muy dolorosas, pero obtiene en su fe la fuerza para reaccionar. ¡Cómo debe agradecerle ella el haberla dirigido por el único camino que aporta esperanza en los momentos más trágicos! Compadezco amargamente a los que no cuentan con esta gracia…

Mi Pierre está en París. Yo he pasado con él el mes de enero y una parte de febrero, y ahora llevamos separados un largo mes; él vendrá en los primeros días de abril. Está orgulloso de su elogiosa valoración sobre la presentación del libro, porque ha sido él quien

Page 8: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

ha cuidado de elegir los menores detalles, y el que se ha preocupado de todo esté bien.»Se deduce de esta carta que a diferencia de Marcelle de Jouvenel, que estaba sola para

afrontar el combate espiritual, Yvonne Godefroy, como la Sra. Monnier, estaba siempre apoyada por su marido que compartía sus convicciones y su deseo de aportar consuelo a los que desgarraba la separación.

Su modestia era tan grande, su desaparición tan total que su nombre no aparece en Entretiens célestes. Este nombre, yo lo conozco sin embargo a través de la madre de Roland, que se había relacionado con ella. Pero, en 1967, en el momento en que para escribir Los Testigos de lo Invisible, quise tomar contacto con la corresponsal de Paqui, me enteré de acababa de reunirse con ella.

Me dirigí entonces a la Sra. de Hauteville, que me había dado preciosos detalles sobre Pierre Monnier, su primo y contemporáneo, así como sobre Miss Mortley, esta enfermera que recibía los mensajes de Bertha

La Sra. de Hauteville me dirigió hacia su amiga Solange Lemaître, autora de una preciosa antología de textos místicos.

Solange Lemaître, que había conocido a la Sra. Lamarque, podría hablarme de ella y de su hija. La telefoneé por tanto para fijar una cita. Ella me respondió: «Estoy muy enferma; perdóneme, no puedo recibirle. Sin embargo, para que no se desilusione demasiado, le voy a enviar dos fotos de Paqui.»

Es lo que hizo; su estado se agravó rápidamente y murió poco después.La primera de estas fotos, una instantánea que representaba a Paqui de perfil, sentada

en una terraza por encima de los pinos, mostraba un halo en medio de la frente, en el lugar donde la había afectado la enfermedad mortal.

En la segunda, un retrato, aparecía un hermoso rostro, el de una predestinada, el de alguien con una misión, rostro transparente que me hacía pensar en Simone de La Noche de Noviembre [ver J. Prieur: «Los muertos han dado señales de vida»], cuyo destino tenía tanta analogía con el suyo.

Algún tiempo después, como consecuencia de un nuevo cúmulo de circunstancias favorables, conocí a una señora que vivía en 4 rue de Sèze, el apartamento justo encima de los Godefroy. Fue allí donde me recibió. Me describió a Yvonne: rubia, los ojos gris verdoso, la mirada penetrante, pequeña, muy viva, muy elegante, una silueta de muchacha joven.

─ Era católica muy piadosa. Jamás pensó en escribir, ni en el sentido literario, ni en el sentido físico de la palabra. No se podía hablar de psicosis de duelo respecto a ella, pues no había conocido a Paqui.

─ Por el contrario, la Sra. Lamarque, que tanto habría deseado entrar en comunicación con su hija, jamás lo consiguió. En ningún caso, son estos mensajes fruto del deseo.

─ Muy extrañada por lo que le sucedía, había preguntado a Paqui: ¿Por qué yo? Respuesta: «Tenemos afinidades de alma. Esta es la razón de que hayas sido elegida y de que poseas este privilegio maravilloso.» Ivonne consideraba este don como una gran fortuna… que se añadía al de una unión armoniosa de más de cincuenta años. Ella me dijo un día como de broma: «Mi Pierre, no lo dejaré solo mucho tiempo…» En efecto, él falleció quince días después de ella.

─ ¿Queda algún familiar?─ ¡Sí, sobrinos! Sólo conozco un nombre: Noël. Sé también que poseen mensajes

inéditos.¡Cuántos Noël en el anuario telefónico!Tuve que renunciar.Pasaron de nuevo varios años y sólo en 1981, a través de una amiga que es también la

nieta de Camille Flammarion, conocí a la ahijada de Yvonne Godefroy y de su sobrinito Ives Nöel. Ellas me aportaron los detalles que me faltaban, permitiéndome así delimitar mejor la figura de Paqui y rendir un merecido homenaje a la que fue su escritora.

Algunos lectores encontrarán tal vez un tono demasiado seráfico en estos Encuentros celestes, pero hay que comprender que, en los mensajes, se da lo que yo llamo el fenómeno de coloración debido a la vez al inspirador y al escritor. Coloración de la antigua piedad católica, la de Teresa de Lisieux, en Ivonne Godefroy, nacida en 1887, y en Paqui, nacida en 1905. Coloración bíblica en Pierre y Cécile Monnier que, si bien no recibieron la formación de las dos anteriores, utilizaron el mismo vocabulario: el de finales del siglo XIX.

Coloración poética en Roland de Jouvenel cuyo estilo es claramente más moderno. Coloración científica en Georges y Jeanne Morrannier que, a diferencia de las tres parejas

Page 9: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

citadas, no tienen preocupaciones místicas.El espíritu y su corresponsal hablan el lenguaje de su generación y de su clase cultural;

no podría ser de otra manera, puesto que llevamos al otro mundo nuestras categorías mentales.

Pero si difiere el lenguaje, el fondo sigue siendo el mismo; se constata una convergencia de pensamientos y de hechos a la vez tranquilizadora y entusiasta. Lo que dicen estos jóvenes, a quienes la muerte prematura convirtió en exploradores, confirma lo que habían dicho los espiritualistas de todos los países y de todos los tiempos, lo que habían enseñado las religiones cristianas y no-cristianas e incluso pre-cristianas, especialmente las de Orfeo, Pitágoras y Zaratustra. Se descubre que existe una concepción del Más allá, como existe un sistema métrico, un sistema cromosómico. El destino post mortem del hombre se ha hecho tan cierto como su destino biológico.

Este conjunto de datos ofrecidos a la vez por las Escrituras y la tradición universal, por las experiencias psíquicas espontáneas y las señales de vida que los «muertos» nos envían, así como por los mensajes llegados de las zonas puras del Más allá, nos permiten decir a los que acaba de golpear un duelo:

El que habéis perdido no está muerto, ha resucitado: vive con otra vida. Ha resucitado después de un corto período de sueño. Ha entrado en ese mundo intermedio, que no es lo que el Evangelio llama tinieblas exteriores, que no es tampoco el Cielo, sino que es una preparación para el uno o el otro.

De entrada, hay que distinguir entre el mundo intermedio o mundo de los espíritus, y las innumerables moradas de la Casa del Padre; entre la resurrección inmediata que da acceso a la supervivencia y la resurrección para la Vida que da acceso a los diversos cielos.

El mundo invisible es triple: Cielos, Purgatorio, Infierno (lenguaje de la Iglesia Católica); Casa del Padre o Tabernáculos eternos, Hades, Gehenna (lenguaje del Nuevo Testamento). Asimismo, desde lo visible a lo invisible, hay tres niveles: la biosfera o mundo natural, la noosfera o mundo mental, la psicosfera o esfera de las almas. Hay que comprender que se trata más de un encaje que de una superposición: el Mundo de los Espíritus ya está entre nosotros.

Como la destrucción sólo puede actuar en la materia, la muerte no tiene ascendiente sobre lo que es espíritu; ahora bien, el hombre es espíritu. Es un espíritu encarnado en un cuerpo físico, que está inmerso en otro cuerpo llamado cuerpo sutil, o cuerpo metafísico. Es el cuerpo metafísico el que hace posible y pensable la supervivencia. El es nuestro verdadero cuerpo, nuestra verdadera forma. El es el soporte permanente de nuestra identidad, de nuestra estabilidad. No hay espíritu sin substancia, no hay substancia sin forma. El que habéis perdido no se ha convertido en un vapor, sigue existiendo en forma humana, con sus pensamientos, sus recuerdos, su libre albedrío y sus sentimientos.

A imagen del mundo espiritual, el hombre es triple: espíritu, cuerpo sutil y cuerpo físico. El cuerpo espiritual es el soporte y el instrumento de la inmortalidad. El es el verdadero cuerpo, la verdadera forma humana, la que no cambia. Mientras el cuerpo físico se renueva de año en año, se transforma con la edad, envejece, decae, el cuerpo metafísico no se modifica. Es el principio permanente de nuestra identidad, de nuestra estabilidad, de nuestra personalidad.

El cuerpo espiritual o cuerpo sutil lo poseemos desde esta tierra. Se forma al mismo tiempo que el cuerpo físico. Se manifiesta aquí abajo en raras circunstancias: apariciones objetivas de vivos o de difuntos, desdoblamiento como consecuencia de transfusiones de sangre, de narcosis, de coma provisional. En este último caso, toda la conciencia, todas las percepciones se refugian en el doble que ve entonces al cuerpo físico como un objeto exterior. Esta experiencia que han vivido algunas personas (incluso materialistas) es semejante a la experiencia de la muerte. La única diferencia es que la muerte es un desdoblamiento completo y definitivo.

El que habéis perdido no está solo: los que lo han precedido han venido a acogerlo. Ha encontrado a los que ha amado, a los que lo han amado. Después ira a reunirse con espíritus parecidos a él, en virtud de esa ley de afinidad que gobierna el otro mundo.

He aquí que llega para él el tiempo de las cosechas, porque el tiempo de la sementera fue el de la tierra. Lo que el hombre ha sembrado, eso recogerá. Si ha sembrado el bien en pensamientos, en palabras, en actos, recogerá luz, por tanto alegría; la alegría está unida al acto positivo como el sabor al fruto. Si ha sembrado el mal, se hallará en las tinieblas, en la angustia. Y si no hizo nada, ni bien ni mal, se hallará en un estado neutro, en una especie

Page 10: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

de grisáceo que no es ni la felicidad ni la infelicidad. Los estados de tinieblas y de grisáceo no duran siempre.

El que habéis perdido continúa existiendo con su pensamiento, su memoria, su imaginación, todo lo espiritual y afectivo adquirido. Sólo ha podido llevar los bienes invisibles, todas esas cosas que no están en el espacio, sino en el espíritu: conocimientos, recuerdos, deseos, sentimientos. Así había formado un tesoro, digamos un capital de acciones altruistas, de pensamientos positivos. Su corazón, es decir su centro, lo esencial de su personalidad, se encuentra allí donde se encuentra ese tesoro.

El que conocisteis viejo, enfermo, disminuido, está ya tal como era en lo mejor de la edad, con buena salud y sano, si su mental es bueno. Las enfermedades se han quedado en la tumba con el cuerpo físico. En el otro lado, los ciegos ven, los sordos oyen, los paralíticos andan, los enajenados han recuperado la razón.

Hay un dicho que se oye con frecuencia: «¡Nadie ha venido de allá para decirnos que existe!» Esta frase no es nueva, se encuentra ya en algunos textos egipcios y griegos. El materialismo y el escepticismo son viejos como el mundo. Cierto, nadie ha vuelto en su cuerpo físico, destruido para siempre, pero algunos han vuelto en su cuerpo espiritual y en espíritu. Se han aparecido a aquellos cuyos ojos espirituales están abiertos. Han hablado en sueños, han dictado mensajes que constituyen una enseñanza.

Comprobad aquí abajo lo que él no tuvo tiempo de hacer, dadle la posibilidad de obrar a través de vosotros. Rezad por él, rezad con él; sólo en la espiritualidad podréis uniros con él. Todos los desaparecidos, incluso los que no fueron creyentes en este mundo, nos dicen que recemos; están bien situados para saber que la oración es el viático indispensable para segunda vida al igual que para la primera.

Poned orden en vuestras creencias, de modo que no los perturbéis con concepciones que serían erróneas, y recordad que se os tratará según vuestra fe. Dicho de otro modo, como dijo Roland de Jouvenel, seréis proyectados en la calidad de vuestros pensamientos. Obrad de tal manera que la calidad de vuestro pensamiento no os separe de él.

Aunque no fuera cristiano, ni creyente, vive sin embargo. La resurrección inmediata es para todos los hombres, incluso para los que no creen en ella. Este no es un hecho religioso, sino un hecho natural y universal, que afecta a los hombres de todos los tiempos y de todas las razas. Ahora sabe, ahora ve que existe una vida espiritual y, como constata la objetividad del espíritu, no está ya lejos de creer en Dios.

Cristo a quien no pudo o no quiso conocer en la tierra, lo reconocerá si lo desea, y acabará entonces comprendiendo que El es el camino de la vida eterna, que nadie va al Padre sino por El y que quien no almacena con Él, desparrama.

La resurrección inmediata en forma humana en un mundo espiritual substancial, reflejo de nuestros pensamientos y de nuestros actos, es un hecho universal, se podría decir casi biológico, y no una recompensa concedida a los creyentes en general y a los cristianos en particular.

Los resucitados inmediatos pasan luego por una fase más o menos larga de sueño reparador. Este sueño es provisional. Jamás se trata de sueño hasta el fin del mundo, hasta el fin de los tiempos. El mundo invisible no es un gigantesco dormitorio. No es el reino incoloro de las sombras: pobres larvas que esperan la vuelta del cuerpo carnal. Es el reino de los vivos. «¡Estamos vivos, más vivos que nunca!» son términos que se repiten en todos los mensajes. La supervivencia es una super-vida.

Esta supervivencia en el Mundo de los Espíritus es un estado provisional que conduce o bien a la aniquilación de la segunda muerte para los que, con todo conocimiento de causa, han elegido el mal y han perseverado en sus obras; o bien a la reencarnación, excepcional y voluntaria, porque es el deseo el que hace renacer; o bien a la vida eterna que es con mucho la mejor solución.

Esta supervivencia es personal, consciente, activa, evolutiva:

Supervivencia personal:

La supervivencia sin la personalidad, sin la memoria, que es su garante y su base, sería una estafa. Todo lo adquirido, espiritual e intelectual, se conserva: los conocimientos establecidos en el cerebro espiritual no se disuelven en el momento de la destrucción del cerebro físico. La experiencia terrestre no sólo se conserva, sino que se aumenta y amplifica. El desencarnado, en general, sabe más cosas que el encarnado, pero en ningún caso posee la omnisciencia: atributo divino.

Page 11: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

El sexo, elemento primordial de la personalidad, se conserva también. El esposo encontrará al otro lado a su esposa, el hijo encontrará a su madre, la hermana encontrará a su hermano. Si el unisexo está a la moda en el mundo occidental, no ocurre lo mismo en el reino de los cielos. «Serán como ángeles» no significa «serán asexuados».

El lenguaje de los espíritus se realiza por la transmisión del pensamiento. Sin embargo, los recién llegados se ilusionan y creen expresarse por medio de un lenguaje articulado.

Supervivencia activa:

¡Cuántas veces habla Paqui de sus misiones! Y Pierre Monnier explica que la vida de los resucitados no es un dulce far niente, sino una actividad constante. Cada uno elige su misión, cada uno pide servir en tal o cual sector que responde a su vocación, realizada o no en la tierra. Ciertas tareas, complejas e importantes, son confiadas a grupos de espíritus, de equipos. Estas misiones tienen objetivos muy distintos: acogida e instrucción de los recién llegados, cuidados de los cuerpos espirituales de los desencarnados e incluso de los encarnados, inspiraciones, enseñanzas, protección de los terrestres, asistencia a los niños…

Estos últimos continúan desarrollándose y creciendo como lo habrían hecho en la tierra. Se les enseñan las lecciones indispensables para su progreso, para su crecimiento. De los pequeñines, que no tienen ningún pariente en el Más allá, se hacen cargo madres adoptivas que se dedican completamente a ellos y les dan el amor necesario. Ascienden rápidamente, puesto que el reino de los cielos es para los que se parecen a ellos.

Supervivencia consciente:

El hombre-espíritu está dotado de sentidos espirituales, pero sólo percibe las cosas terrestres a través de nuestros sentidos. A través de nuestros ojos, percibe los paisajes donde vivió. Un viaje que hagamos a un lugar que conoció le causará una alegría inmensa. El hombre-espíritu ve el interior de la materia, percibe a través de los objetos, pero sobre estos últimos no ejerce ninguna acción directa. Pasa a través de los obstáculos como la luz a través de los objetos transparentes. Según su deseo, puede ir inmediatamente de un sitio a otro, pero no tiene el don de la ubicuidad: atributo divino.

Así como nosotros no podemos percibir un espíritu, tampoco puede percibir un espíritu al que le es superior. Sin embargo, si se encuentra solo y desamparado, puede oír su voz y recibir sus consejos.

Supervivencia evolutiva:

La épsilon, nuestra Y, era para los pitagóricos el símbolo de la elección que, de forma constante, se ofrece al hombre: quien dice evolución, dice libertad. La libertad no es el poder de hacer sin importar qué ni cómo, sino de elegir entre el mal y el bien, lo falso o lo verdadero, lo feo o lo hermoso. La libertad, con la que nos machacan los oídos, es el anverso. El reverso, de lo que nunca se habla, es la responsabilidad.

El hombre-espíritu se encuentra en un ambiente de luz y de alegría si su vida pasada ha estado dedicada en su conjunto a lo que está bien, pero en caso contrario en un ambiente oscuro y angustioso. Se ve tal como es, ve el resultado de lo que fue: es la hora del juicio: «El hombre muere una vez, después de lo cual viene el juicio» (Hebr. 9, 28).

La palabra griega utilizada en este pasaje fundamental, es crisis, que significa todo a la vez: separación, clasificación, momento decisivo, juicio, crisis.

Este juicio primero lo pronuncia el hombre-espíritu y se lo aplica a sí mismo. Se juzga por sus actos, sus pensamientos y también por sus omisiones, porque el bien que se habría podido hacer y que no se ha hecho es una forma insidiosa y terrible del mal.

En la tierra, el bien y el mal, la verdad y el error, mezclados ineluctablemente están en continuo conflicto. Debido a esta imbricación, la tierra es una estancia muy dura. Tanto más, cuanto que la masa del mal parece prevalecer hasta hoy sobre la suma del bien que debe tener sin embargo la última palabra.

En los mundos espirituales, el bien y el mal no pueden coexistir. Separación y selección se imponen. La separación de ovejas y machos cabríos es una necesidad constante. Los que hacen el bien deben ser separados de los perversos; los que dicen la verdad de los impostores; los que dicen el bien, de los que maldicen y denigran.

El hombre-espíritu alcanza por tanto la esfera que corresponde a su mental y a la que

Page 12: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

era afín, consciente o no, en su vida terrestre. Esta es la ley de afinidad espiritual. Así como un globo llega más o menos alto, según el gas que lo hincha, así el hombre-espíritu sube más o menos alto según el sentimiento y el deseo que lo animan. Esta es la ley de la densidad espiritual. Estas dos leyes son el anverso y el reverso de la misma realidad.

Más o menos alto: he aquí un término espacial, no tenemos otros. Todo nuestro vocabulario se compone de expresiones espaciales. Pero sabemos que, en el otro mundo, a las nociones de espacio y tiempo sustituye la del estado afectivo. En la tierra, el hombre depende del tiempo y del espacio; su tiempo está determinado por el sol que se eleva tanto para los injustos como para los justos. En la otra vida, hay otro tiempo y otro espacio y ambos dependen del hombre. Este tiempo y este espacio están determinados por la vida que lleva y los conceptos que elabora. Cada sociedad espiritual vive según un tiempo que le es propio; el de nuestros relojes ya no cuenta.

Todo acto encierra sus consecuencias, como la bellota contiene el roble. Es la ley de causa y efecto, que se puede llamar ley de karma y que se expresa sí: «Lo que el hombre ha sembrado, eso recogerá. El que aquí siembre viento, recoge allí la tempestad. El que toma la espada perecerá por la espada.» Perecerá en la otra vida: dicho de otro modo, sufrirá los sufrimientos y las angustias que haya causado a sus víctimas.

Sin haber pasado por ellos, Paqui conoce la existencia de estas esferas opacas.Pero esta ley de retribución tiene un aspecto positivo: la compensación. Los que han

sembrado entre lágrimas cosecharán en la alegría.Los hombres no permanecen eternamente en el Mundo de los Espíritus. Lo mismo que en

la tierra, ellos pueden decir: «No tenemos aquí ciudad permanente.» El Mundo de los Espíritus no es, a diferencia de la Jerusalén celeste, un conjunto de moradas, una ciudad, sino un lugar de paso y de selección. Ha llegado el momento en que, dentro del hombre, el bien debe ser separado del mal y lo verdadero de lo falso: y esto, definitivamente.

Esta es la nueva crisis, el juicio último. Último significa que ya no hay otro después de él.Nueva Y, nueva bifurcación: bien la segunda muerte, bien la alegría sin ocaso.Si la evolución ha sido positiva, si el hombre-espíritu se ha orientado deliberadamente

hacia el amor y el bien, entrará en los cielos. Pasará de la supervivencia a la vida eterna y su felicidad no conocerá el ocaso. Pero, ¿qué es la vida eterna? La primera respuesta que viene al espíritu sería: la vida que no termina, la vida que no puede morir. Pero la vida eterna es también y sobre todo:

La vida irreversible. Es la noción más accesible a nuestro entendimiento. Los fenómenos biológicos son irreversibles; los fenómenos psíquicos y espirituales también lo son, en virtud del principio fundamental de unidad del universo. Irreversible significa que la vida bajo todos sus aspectos: biológico, psíquico, espiritual, eterno tiene un sentido, es decir una significación y una dirección. La vida en todos los planos está esencialmente finalizada, la vida es una flecha, un vector: simbolismo del río.

La vida invisible. Invisible, como todo lo que vibra a una alta frecuencia. Los espíritus son (en general) invisibles para nosotros. Los ángeles son invisibles para los espíritus.

La vida incorruptible, al margen de todo lo que disminuye, de todo lo que decae. Ya en la tierra, existen cosas no degradables, por ejemplo el oro.

La vida esencial, al margen del tiempo y del espacio, más exactamente al margen de nuestro tiempo y de nuestro espacio. Lo que no comprendemos, lo situamos en otro tiempo; en realidad, esto se sitúa en otro espacio, el del bien en sí mismo, el de lo verdadero en sí mismo. Absoluto de la vida en el eterno presente.

La vida que conoce, que ve la razón en la creación y la razón de toda la creación. «La vida eterna es que Te conozcan.»

La vida sobreabundante, la vida multiplicada, realización y superación de esta vida, la vida de pleroma y de plenitud.

La vida amorosa, porque el amor es comunión y comunicación de las conciencias, búsqueda y descubrimiento en el otro de lo que tiene de único y más hermoso; porque el amor es el fruto de la libertad de elección, Paqui nos lo recuerda: como Dios es todo amor no fuerza el amor.

_____

Page 13: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Prólogo a la segunda edición

Por Jean Prieur

Como la primera edición de «Encuentros celestes» se ha agotado y son muchas peticiones de esta obra que han llegado al editor, se ha realizado esta segunda edición.

Muchos acontecimientos han tenido lugar desde la primera edición. Además, como ha habido nuevos encuentros, durante estos años de sufrimientos, el editor ha pensado que el lector podría encontrar algún provecho en la lectura de estas páginas, cuyo texto es apropiado para este período turbulento.

Contrariamente a lo que se hizo para los primeros «Encuentros celestes», los pasajes más personales no se han suprimido, con el fin de conservar su carácter a la vez amplio e íntimo de estas páginas. El lector los encontrará agrupados en el último capítulo de este libro bajo el título: «Años de pruebas».

__________________________

«Existen esos seres que resplandecen, que deslumbran, que arrastran todo hacia su esfera de atracción en torno a ellos, sin pensar, sin querer incluso. Se diría que ciertas naturalezas tienen un sistema como los astros, y hacen gravitar las miradas, las almas y los pensamientos de sus satélites en su propio movimiento. La belleza física o moral es su fuerza, la fascinación su urdimbre, el amor su emanación. Se los sigue a través de la tierra y hasta el cielo, donde ellas se pierden jóvenes; y cuando ya no se las ve, el ojo queda como cegado por el resplandor.

Se deja de mirar donde nada se ve. El vulgar incluso siente esos seres ante no sé qué señales. Los admira sin comprenderlos, como los ciegos de nacimiento que sienten los rayos sin el sol…»

LAMARTINELos Encuentros Celestes os pondrán en contacto con una de esas almas privilegiadas. Que ellos

os aporten paz, esperanza y amor.

Page 14: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

I - ENCUENTROS CELESTES

ENCUENTROS CELESTES

Estas enseñanzas, estas conversaciones celestes han descendido para aportar a las almas no sólo un poco de consuelo, sino de frescura. Maná celeste, que lo único que pide es llegar a todos los que sufren, porque la duda es muy dolorosa para las almas que quieren comprender y esperar. Por eso, a veces, el Cielo se inclina y se abre para dar la seguridad y la esperanza en la verdadera Vida, a las almas que la buscan.

Flores perfumadas, derramaos, y cubrid con vuestros dulces pétalos a las almas de buena voluntad. Adornadlas con flores y apartad de ellas todo camino estéril y seco que sólo aporte temor y tibieza.

Tened confianza, Paqui os lo pide con todo el entusiasmo de su fe, de su certeza, de su amor a Dios, y de su cariño a todos vosotros.

PROPAGAD

Hijos benditos del Cielo, sed nuestros mensajeros fieles, y propagad en torno a vosotros, sin cansaros nunca, las flores celestes que nuestras almas os envían.

No despreciéis nada, hijos benditos de Dios, para hacer caer en los corazones estériles y secos el rocío bienhechor que vosotros mismos hayáis recibido. Eso será para vosotros una prenda de felicidad en la tierra mientras esperáis la gran felicidad del Cielo… Paqui os bendice y os asegura su cariño.

No puedo quedarme más esta tarde… ¿Queréis propagar mi voz y cantar por mí en la tierra las alabanzas de Dios?

Paqui

Lluvia del cielo

Nosotros recibimos los beneficios de Dios como una prueba de Su bondad, y los tomamos como un depósito sagrado venido de Allá-arriba para derramarlas abajo.

Yo soy Paqui, flor de Dios.Yo soy Paqui, el cordero blanco.Yo soy la Paquita del Gran Ramo que vosotros conoceréis un día. Tened confianza, mis

rosas perfumarán vuestra alma como mi corriente guiará vuestra mano.Yo soy el rocío bienhechor de la mañana y el dulce crepúsculo de la tarde. Vengo a

calmar las tempestades del espíritu y a derramar mi rocío en las almas resecas que buscan mi bebida fresca. ¡Ah! creed, difundid la palabra amable; no guardéis nada para vosotros, y sed los mensajeros fieles, el vínculo de unión, vosotros que sabéis y recibís a través de nosotros el maná celeste sin el que todo muere y se seca.

Nosotros somos un pan de Vida, cien veces más útil que el pan de trigo del que vuestros cuerpos, sin embargo, no pueden prescindir. Abandonad un poco lo que tanto os retiene en la tierra para elevar vuestras almas más allá de las visiones terrestres. Nosotros sólo por Jesús tenemos la Luz, ésa que no se apaga nunca y que sólo cambia de claridad para adquirir otra más resplandeciente. Esta última será sólo el preludio de otra, cuya luz será aún mil veces más grande y así sucesivamente hasta el seno del Altísimo.

Formulo votos celestes para que los amigos terrestres de mi mamá querida conozcan sólo alegría y felicidad, incluso en las horas negras. Esas horas son sólo negras para vosotros, porque vuestros ojos humanos están cerrados a las divinas claridades, que convierten las pruebas y las lágrimas adornadas de perlas en rayos luminosos y en rosas perfumadas.

Las rosas, aquí-abajo, pueden pareceros cardos; pero no olvidéis que sois muy ignorantes, y que vuestros ojos sólo deben abrirse cuando se cierren a la luz del día.

PAQUI.

Nuestros encuentros

Cuando hacéis una llamada a nuestras esferas benditas, siempre es escuchada. Nosotros respondemos, acogemos la corriente, pero nuestras ayudas superiores pueden estar ocupadas, dejarnos sin respuesta inmediata. La corriente, debido a esto, es menos intensa. Yo misma puedo estar ocupada en otros deberes.

Page 15: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Pero si el contacto es menos directo y el mensaje más apagado, no deduzcáis de ello que proviene únicamente del cerebro del que escribe; os rodean fluidos menos fuertes: desead que el próximo sea mejor, más fuerte, más instructivo. Seréis escuchados si lo pedís con fervor. Recordad que nada se consigue sin esfuerzo. Son necesarias la renuncia a uno mismo, la meditación que eleva el alma hacia lo divino y la aparta por un momento de todo lo que la hace pesada. Perseverad, a pesar del hundimiento del espíritu en las contingencias y las preocupaciones materiales. El espíritu no es el ama: nada anormal en que él no siga las aspiraciones, los impulsos puros del alma hacia Dios, sin por ello entorpecerlos, hacerlos pesados y hacer más difíciles nuestras comunicaciones.

No os inquietéis y perseverad: las caídas serán menos frecuentes, menos profundas, si acostumbráis a vuestro espíritu a desprenderse, a ser dócil, a ponerse bajo la dependencia del alma, que depende a su vez de lo divino. Y si vuestro espíritu confundido se enfrenta a las tormentas de la vida, tened la voluntad de ponerlo a cubierto, de arrancarlo de todo aquello que lo tiene encadenado a influencias malas. Sabed hacer el sacrificio que cuesta, pedid Allá-Arriba la fuerza necesaria para aceptar el sufrimiento: el fruto que salga de esta renuncia será para vosotros una prenda de felicidad y os ayudará a encontrar el camino de la luz.

Sed buenos pilotos. A través de tormentas o de tiempos de calma, la barca debe avanzar; se trata de conducirla correctamente (la barca, es vuestra alma), para que cuando echéis el ancla, el día de la salida y la llegada definitiva, vuestro Salvador Jesús y todos los que amáis vengan a vuestro encuentro, y que vosotros podáis seguir su huella luminosa.

No veáis en nuestros encuentros un excesivo desapego de la vida humana, sino simplemente una ayuda que tenemos la misión de ofreceros, para comprender mejor la meta espiritual de vuestro paso por la tierra.

Yo amaba la vida, la encontraba hermosa, podía esperarlo todo, estaba rodeada de profundo cariño: Dios sopló mi luz terrestre, me volvió a tomar apenas salida a la luz; la rosa quedó deshojada… Pero ya os lo he dicho, no lamento nada, absolutamente nada, porque nada perdí, y todo lo encontré. He interrumpido un viaje agradable para emprender otro magnífico por otros parajes, eso es todo; pero con la alegría inmensa de no perder de vista, de tener siempre muy cerca de mí, los primeros compañeros del primer recorrido. Puedo amarlos igual, más y mucho mejor: Dios me ha permitido convertirme en su ángel, en su guía, en su apoyo… El principal atractivo de nuestras charlas, lo esencial que hay que retener, es que Paqui es para vosotros todo amor, que quiere introducir en vuestros corazones Amor puro, del que Jesús es el ejemplo.

Amor al divino Amor, amor al prójimo, amor a la verdad, amor a todo lo que Dios ha creado… Cuando hayáis comprendido bien el valor de esta palabra, vuestro ángel estará satisfecho; habrá derramado rosas en un rincón de la tierra, y esta tierra sembrada por ella florecerá y volverá a florecer… ningún céfiro podrá empañar las flores, y su perfume se convertirá en el incienso del que Jesús se sirva para hacer que florezcan otras flores: porque nada se termina, -todo es un eterno comienzo, aunque en un plano distinto.

Vuestra a través de Dios,PAQUI

Las flores son gracias

Las gracias son flores que vienen de Dios, son de Dios, y vuelven a Dios.Las flores del Cielo caen a la tierra como un rocío bienhechor. Dichosos los que recogen

esta divina bebida para hacer de ella el alimento de su alma.Las flores son gracias: su raíz está formada por el Amor divino; la flor debe derramarse

para perfumar a los humanos. Sed los hijos benditos cuyas manos se han llenado antes de que llegue el momento. Cuanto más confiados, humildes y creyentes seáis, más vastos serán vuestros conocimientos. Vastos, la palabra es exacta, por muy grande que os parezca. Dios lo puede todo y, para vosotros, parece abrir su bolso de diamantes. Sacad de él el resplandor que brillará en torno a vosotros y que hará sentir que estáis en la Luz, que sabéis serviros de ella para dar a los otros lo que ellos no tienen: la Claridad.

Sed buenos, sed puros, dad lo mejor de vosotros mismos, no guardéis nada para vosotros, recibiréis todavía más. Dad a sabiendas, es necesario para alcanzar el fin.

Corazones abiertos, almas de buena voluntad, ¡dad, dad! Que vuestros dedos siempre abiertos no discutan el precio de la luz y de los beneficios que habéis recibido y que no tenéis que guardar bajo pena de perderlos. Cuanto más deis, mayor será vuestra provisión;

Page 16: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

vuestros graneros llenos de trigo no se vaciarán, estarán sobrecargados de ese trigo para que podáis sacar de ellos lo que queráis distribuir; permaneced convencidos de que sólo las manos abiertas se agarrarán a la luz sin riesgo de caída.

«Venid a mí, todos los que sufrís», dijo el Señor, «y seréis consolados». Jesús permite a sus ángeles servirse de estas maravillosas palabras; escuchadlos, venid a nosotros, y cuando los nudos de las pruebas, de los dolores, de las cargas y de las preocupaciones parezcan abrumaros sin esperanza de desatar los hilos, y cuando tengáis que luchar contra todos los ambientes malos que os rodeen, pedid ayuda a vuestros ángeles y os será concedida. Permaneced confiados; fuertes, pero humildes y pequeños; buenos y caritativos. Entregad vuestro corazón, perdonad, sed indulgentes, profundamente indulgentes; ¡no juzguéis! Sed Jesús al lado de la fuente, mientras esperaba a los pecadores para ayudarlos a saciar la sed; sed la fuente de agua viva.

Dios bendice a los misericordiosos. Dios tiene piedad ¡tened piedad! Dios cierra con frecuencia los ojos a vuestras iniquidades, cerrad también los vuestros. El menor esfuerzo hacia la bondad, hacia la caridad, da su fruto, abre el corazón de Jesús. Dejad abierta la puerta de vuestro corazón a todas las miserias; sed generosos, indulgentes sin debilidad: imitad a Jesús, El es el mejor de los Maestros.

PAQUI

Aquí se rasga el velo

Mi claridad te inunda, amiga querida, y sentirás más que nunca nuestra tierna unión en el amor divino. Legiones de ángeles están aquí para sostenerme, para hacer muy fuerte la cadena para ayudaros, instruiros y consolaros. Es necesario para que el equilibrio sea bueno, y se realice nuestra misión.

Cada uno de nosotros necesita ayuda celeste de muchos otros para llevar a buen fin una obra dictada por Dios. Somos débiles a pesar de nuestra fuerza, y todavía no somos nada al lado de lo que seremos a medida que vayamos comprendiendo… El velo se rasga poco a poco y nos sentimos deslumbrados cuando entrevemos lo que la víspera no comprendíamos… ¡Oh, qué hermoso es esto! qué alegría, qué felicidad estar en el Cielo, dirigidos, inspirados por el Padre, el Maestro, el Creador de todas las cosas. Vosotros estáis entre flores espirituales -ya muy hermosas para vuestros ojos humanos. Preparaos bien, para que cuando esos ojos se cierren a la luz del día, podamos nosotros, con el permiso de Dios, mostraros sin tardanza nuestras terrazas floridas… Vosotros os sentiréis embriagados y comprenderéis por qué el pequeño ángel era tan feliz y no lamentaba nada, ni siquiera dejar a su madre adorada, a su novio querido, y todas las pequeñas cosas que parecían tan grandes, por no conocer las que no son humanas, pero son mil veces más dulces y más fuertes.

Para mí, Dios ha permitido que mis amados sepan y me sigan… ¿qué hacer para darle gracias? Ayudadme, yo sólo soy un pequeño ángel. Rezad también, elevad vuestras almas, propagad la palabra de ese Dios que es tan bueno, tan misericordioso. Glorificad su Nombre, no dejéis de alabarlo, abrid los ojos cerrados, haced oír las divinas armonías, desechad las dudas, corregid los errores… Ayudadnos, ayudad a Paqui, que desea hacer el bien, dar alegría a los seres que no saben, y que sufren sin buscar el refugio, la curación, donde se encuentran. Mi corazón está lleno de alegría: ¡estoy tan completamente alegre de estar aquí, en el Cielo, y sentir a todos mis seres queridos en tan perfecta unión con nuestras esferas benditas! Os amo, estoy cerca de vosotros por la dulce comunión de nuestras almas, permitida por Dios, porque el ángel cumple su misión con el permiso de Jesús.

Mamá querida, el Missel de Paqui consolará a muchos corazones heridos por el dolor. Esos corazones angustiados encontrarán la paz y la serenidad, porque comprenderán que los queridos seres desaparecidos a sus ojos están vivos, son felices, y no lamentan nada cuando sienten que sus amados de abajo comprenden la Verdadera Vida.

Dejad de decir: «Qué desgracia morir tan joven y dejar todas las alegrías de la tierra.» -Decid solamente: «Dios la ha llamado, bendito sea el Señor, inclinémonos ante sus decisiones. Nuestro corazón está roto, aún no comprendemos, pero creemos en la resurrección a la Verdadera Vida, y esperamos todo de la misericordia divina.»

Llorad sí, pero rezad, esperad, elevad los ojos, y no pongáis trabas, con vuestra rebelión egoísta, a la marcha hacia la Luz de esas almas queridas, de esos transfigurados…

Page 17: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Mamá querida, ahora, piensa y habla así. Ella ha dirigido hacia mí, su ángel adorado, su corazón dolorido para que lo cure; Dios me lo ha permitido: he consolado a mi mamá permaneciendo en mi Cielo… Por lo demás, su obra no está terminada: ella recogerá los frutos de su dolor; porque los encuentros también serán leídos, y llevarán el consuelo a corazones desesperados… Unos pocos no creerán; muchos serán fortalecidos, y todos los leerán con placer, y sentirán a través de ellos una dulce emoción.

Sí, mamá, qué camino recorrido desde hace algunos años, cuando, entre tantos mimos, gozaba junto a ti de todas las alegrías que una niña tiernamente amada puede poseer en la tierra. ¡No sospechábamos lo que Dios en su gran bondad, iba a exigirnos! ¡no, no podíamos prever el sublime privilegio que nos caería en suerte! Yo acepté todo, di gracias, me puse enteramente en manos de Dios, pero recé tanto que Dios me sonrió, y concedió a su ángel partir mientras se quedaba, y no dejar a la mamá del ángel sin la ayuda del pequeño ángel robado demasiado pronto a ese pobre corazón humano de mamaíta. Obtuvo todo lo que pedía… más incluso, porque nuestra unión no queda completa por esa hermosa cadena de amor que nos une un poco más cada día, y a la que vienen a sumarse preciosos eslabones, formados por todos esos corazones que se agarran a nosotros, que se abrazan, que creen y esperan en mí… Digo «mí», pero es inexacto, porque no estoy sola, y vosotros lo sabéis bien. Utilizo ese «mí» y ese «yo» para dar más encanto a nuestros dulces encuentros, pero yo no soy nada, sólo actúo muy ayudada por legiones de pequeños ángeles alados; ellos quintuplican mi fuerza, ellos ayudan a vuestra pequeña Paqui… Dadles gracias muchas veces.

Ángeles del Paraíso, os pido la gracia de interceder por mí ante Dios Padre; que él permita a Paqui, nuestra hermana, transmitirnos las instrucciones útiles para llegar a Dios por el camino más hermoso, para evitar los rodeos, las paradas, los caminos trillados… Buenos ángeles compasivos, obtenedlo para nosotros; que Paqui, por su Dios, sea dulce mensajera y venga hacia vuestros hermanos todavía en la tumba. La tumba de los vivos es mucho más tumba que la de los cementerios donde reposa el cuerpo, porque el cuerpo no es nada cuando el alma se ha ido. Los humanos tienen el alma prisionera, pero una vez despojada, descargada de la envoltura terrestre, si el alma está dispuesta, irá derecha al Cielo ante su Dios, su Padre tierno y misericordioso.

PAQUI

El misal de Paqui

El Missel de Paqui, que os gusta que lean almas que lloran por un ser que creen perdido, es una prueba de que el cielo y la tierra pueden estar en comunión por permisión divina.

Es el triunfo del Amor sobre la muerte, y podéis decir que el Missel de Paqui es una página de amor puro de un Ángel a su mamá afligida y desesperada. Miles de ángeles me protegen y me ayudan a venir entre vosotros. Somos fuertes, porque somos muchos, y unidos todos por el mismo pensamiento y por la misma causa: ayudar a comprender la ternura de Dios, consolar y hacer nacer alegría en medio del más profundo dolor -alegría espiritual, por supuesto, la única que permanece- y dar fuerza a las almas que nos la piden y desean poner toda su confianza y su esperanza en Dios. Que estos consuelos celestes, que estas luces bienhechoras brillen en torno a vosotros para que las difundáis y las distribuyáis también a las almas que sufren en la oscuridad y la ignorancia, y colaboréis en nuestra dulce misión.

¿Cómo explicar, decís, la diferencia entre el encanto un poco pueril del Missel de Paqui y la forma de nuestros encuentros? -Paqui, al hablar a Mamie se expresa como una niña pequeña, traduciendo sus pensamientos de cariño y de consuelo como si aún estuviera en la tierra, para que su mamá tenga confianza, y reconozca en estas palabras las mismas de la pequeña Paqui a su Mamie.

Vosotros comprendéis perfectamente que si hablamos a través de imágenes, estas imágenes son para vosotros humanas; porque nosotros sólo somos vibraciones, y como nuestros cuerpos ya no existen, no necesitamos palabras para expresarnos. Sentimos, vemos todo a través de fluidos, de radiaciones, de vibraciones, y cuando os hablamos de «flores», de «perfumes», de «joyas», es para haceros comprender hasta qué punto todo es dulce, puro, oloroso, en nuestras esferas celestes.

Nada es más difícil para nosotros que comunicar con vosotros, penetrar en vuestros ambientes. Si me atreviera a usar la palabra, diría: tenemos que hacer una verdadera gimnasia con nuestros fluidos y nuestros rayos para atravesar vuestros caparazones

Page 18: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

humanos. Es dulce y reconfortante para vuestras almas recibir estos fluidos: es una confirmación, es subrayar la palabra creencia, es una certeza para el futuro… el futuro que está cercano pues una vida es un segundo.

Tened confianza en Paqui, que es sólo un pequeño ángel y no conoce las innumerables cosas que conocerá a medida que avance. Ramita a ramita, flor a flor, se forma una hierba…

PAQUI

Yo no sé todo

Lluvia de oro, lluvia divina, rocío bienhechor, desciende sobre nosotros para calmar nuestros temores, nuestras dudas y nuestras preocupaciones. Recurrimos a ti, rocío celeste, para que nos duermas en la calma y la alegría, y nos ayudes a atravesar las brumas espesas que velan con tanta frecuencia nuestros ojos. Ese rasgo sombrío, esa duda, oculta nuestras esperanzas y nos hace débiles, sin fuerzas para llamarte. Rocío del Cielo, parcela divina, cae sobre nosotros gota a gota, ven a refrescar nuestras frentes; están ardiendo, pero tú lo puedes todo puesto que formas parte del Todo.

Dicha esta oración, la paz descenderá sobre vuestras almas; me es dulce decíroslo, para vosotros es consolador escucharlo. Hablo con vosotros fácilmente, la cadena es tan fuerte como suave, y tenéis que dar gracias a Dios con todo vuestro corazón para que la fusión sea completa, todavía más completa. El miedo es inútil aunque comprensible en tu caso: necesitas escucharme, y no me oyes; necesitas escribir lo que en apariencia no se dicta. Déjate llevar con toda sencillez, transmite lo que se me permite decirte, también lo que sé, porque ni sé todo, ni puedo saberlo todo.

Mi alma deslumbrada conoce poco a poco las maravillosas regiones, los fantásticos paisajes; gota a gota, paso a paso, se me da la comprensión. Un niño no ve la luz del día hasta que sus ojos se acostumbran a la luz; vosotros incluso, adultos, soportáis mal los rayos ardientes del sol. En cierto sentido, Dios, Allá-arriba, tamiza su luz hasta el día en que al alma le es posible mirarlo cara a cara en toda su magnificencia, en toda su profundidad. Qué sublime perspectiva, qué certeza que nos ayuda a superar con éxtasis de alegría el camino que queda por recorrer. Qué felicidad estar separado del propio cuerpo de carne para estar enteramente al servicio del Maestro.

Paciencia, el tiempo es corto, lo días pasan deprisa, completadlos bien, más con vuestra vida y vuestros actos de caridad, que por lo que digáis. El ejemplo es comunicativo, bienhechor, activo y penetrante. Los más ignorantes miran, se llenan de dulce asombro: pueden, por tanto, transformarse un día; el grano está sembrado, llegará la cosecha.

Extended vuestra bondad a todos los que os rodean, pequeños y grandes, pero sobre todo a los desheredados, a los malvados, a los amargados, a los ignorantes. Ellos se dirán seguramente al veros vivir: ¿de dónde le viene esa luz que yo no tengo? Se sentirán asombrados, sorprendidos, y tal vez conmovidos. Esto, tal vez ya lo habéis sentido vosotros poniéndoos en contacto con ciertos seres con dones, en una palabra, rodeados de la protección de uno de los nuestros. Vosotros captaréis todo su encanto sin comprender el origen. Ahora que sabéis, reconoced la bondad y la misericordia divinas, sed nuestros mensajeros en la tierra, nuestros pequeños testigos.

Cierro vuestros ojos con un beso de paz; miradlo en vuestros corazones, es refrescante, mamá querida, viene de tu ángel del cielo.

Paqui.

Morir, es nacer a la vida

Respondo a la llamada de tu corazón que sólo busca verdad. No te preocupes, nuestra unión es fuerte y no puede romperse por pequeñas naderías que vienen a oponerse a vuestra comprensión. Mientras pueda hacerla clara y luminosa a vuestros ojos humanos, me esforzaré para haceros llegar la pequeña chispa fecunda en claridades espirituales. Mira, mi mano celeste se posa sobre tu mano de carne: siente cómo se hace ligera, rápida, para traducir nuestros pensamientos… Da gracias a Dios por tal bendición que permite tanta felicidad: poseer un vínculo de unión con nuestra casa celeste, ¡qué privilegio! Estáis rodeados de amigos invisibles que os ven, os aman y os protegen: pedidles poco y recibiréis mucho. Son los mensajeros de Dios, ese Dios tan bueno, tan justo, tan

Page 19: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

misericordioso, que trata por todos los medios de hacerse conocer, amar, guiar y socorrer de sus queridos hijos. Y quisiera haceros comprender hasta qué punto soy feliz aquí como para no echar de menos mi vida terrestre, por otra parte tan alegre. ¡Tenía todo, pero no era nada! y vosotros entenderéis hasta qué punto mi cielo es maravilloso, cuando comprendáis, sin que vuestro corazón sufra por ello, que yo he ganado todo dejándoos en apariencia -porque todo se gana. Nuestras almas están más unidas, yo estoy más cerca de vosotros y con la alegría de estar al servicio de Dios. Subrayad estas palabras «al servicio de Dios». Cumplo encantada las tareas que el Maestro me ha confiado; me ocupo de vosotros, amigos queridos, y también de otros muchos; me inclino sobre vuestras almas que sufren, que lloran; trato de consolarlas, de hacerlas comprender el por qué del sufrimiento, que sólo la Fe puede iluminar.

¡Los humanos no pueden comprender que las más bellas transformaciones del alma se realizan en el dolor! La redención por el sufrimiento es uno de los misterios de las leyes divinas más difíciles de hacer admitir al corazón humano que se niega a comprenderlo.

A mi Mami querida, la he conquistado, ella me ha comprendido, sabe que estoy cerca de ella; su Fe, su confianza en Dios la han salvado. Es elevando su corazón, recomendándose a Dios, entregándole su inmenso dolor, buscándome en definitiva allí donde estoy más viva que nunca, como la Fe la ha iluminado, y ha obtenido esa gran serenidad que le permite pensar y decir con su ángel querido: ¡No lamento nada! tan segura está mi Mami de que su pequeña Paqui es dichosa, feliz por vivir en las esferas de luz, y de que el día en que sus ojos se cierren aquí abajo será el comienzo de nuestra felicidad sin fin. Más vivas, más felices que nunca, veremos a Jesús sonreírnos, y ya no nos separaremos.

Desde ahora hasta entonces, mi tarea es pesada pero ligera: pesada, porque tengo que dedicarme sin descanso a conquistar ese futuro feliz que será todavía más completo, cada vez más grande, por el que yo podré dar a las almas dolorosas a través de la manos de Jesús Todo Amor… ligera también porque mis misiones son hermosas, agradan al Señor y me llenan de alegrías y de éxtasis. Todo esto es sólo el preludio de una eternidad tan hermosa que no se puede describir: tendríamos que encontrar un lenguaje especial, palabras de luz, que vosotros no podríais comprender aquí-abajo.

Yo no sé todo, ciertamente; sólo soy la pequeña mensajera, el ángel de Dios, pero vosotros podéis creer a Paqui cuando os invita a preparar ese cielo inefable dedicándoos a llevar en la tierra la vida de amor que Jesús nos indicó. Sed verdaderos, sinceros, puros. Un humano sí puede ser puro, la pureza humana existe, aunque sea limitada. A vosotros el roturar, el sustituir las malas hierbas por una rosa perfumada de la que destiléis el perfume para que lo distribuyáis en torno a vosotros. ¡Ah, si conocierais la dulzura de la mirada de Dios hacia sus hijos que aman, que dan su corazón y desean ir a El! El es todo indulgencia, todo amor, acepta las caídas y los fallos, mira sin ira al hijo que cae por propia culpa si el hijo se arrepiente, si fluyen de su corazón lágrimas sinceras. El abre sus brazos, borra el pecado, perdona con ternura. Oh, creed en El, amigos queridos, y en su gran misericordia.

El pequeño ángel de Dios os sonríe. Un ángel es también una pequeña partícula divina… es una nadería al servicio del Grande de los grandes, pero es una ínfima parte del Todo que reúne las ínfimas partículas en la Unidad del Gran Rosetón.

Tened confianza, creed, y amad.Paqui

Sembrad la buena semilla

La cadena que nos une se extenderá y apoyará también a los que lean nuestras enseñanzas. Ellos recibirán la buena corriente, sentirán sus fluidos bienhechores. Ninguno de ellos podrá dudar; cuando uno haya leído el conjunto se sentirá impregnado, vivificado y mucho más dispuesto y más fuerte para luchar contra las mil bagatelas dolorosas que hacen sufrir al corazón de los humanos.

La vida es bella, pero sembrada de pequeños clavos desagradables que tenéis que arrancar y alejar de vosotros para poder avanzar hacia su verdadera luz. Para algunos, la belleza de la vida está totalmente oculta: sólo ven las sombras, no el final luminoso. Una parte del velo sombrío podría sin embargo despejarse si se intentara levantarlo y de comprender. Pero los humanos rechazan con frecuencia la gracia que los acaricia, para cerrarse en un camino estéril y seco que sólo aporta a los corazones atormentados mayor

Page 20: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

desesperación y un vacío más completo. Por eso debemos nosotros esforzarnos para iluminar y dirigir esas almas que se hunden en sus pensamientos dolorosos sin darse cuenta del hilo de oro que, siempre suspendido encima de su cabeza, sería el único que podría consolarlos si quisieran agarrarse a él. Ayudadnos a demostrar que el hilo existe, mostrad la fuerza de la gracia que se siente a su contacto, roturad el terreno, sembrad la buena semilla, derramad el rocío bienhechor, y la floración no tardará en aparecer: la hermosa flor se abrirá, vosotros seréis su pequeño jardinero, y sentiréis una paz deliciosa que os anunciará que vuestros cuidados no han sido vanos, que una flor ha nacido de vuestra alma, y que podéis continuar realizando vuestra tarea pasando a otro parterre que necesita de vuestros cuidados.

No os desaniméis nunca; no digáis: «Terreno baldío, no perdamos nuestro tiempo precioso, no malgastemos nuestra buena simiente.» Decid más bien: «este terreno me parece que sólo tiene tierra arcillosa y piedras duras, trabajemos con más ahínco aún, Dios nos ayudará.» Y si la flor que llega es sólo margarita silvestre, sentid por ella más alegría en vosotros mismos: la victoria está lograda, las zarzas están cortadas, esta pequeña flor se transformará. Trabajad con confianza, no hagáis discursos, demostrad con vuestra vida que una llama interior os llega de lo alto, que sois ayudados, dóciles, dispuestos a abrir las manos para distribuir por todas partes el perfume embriagador que sabéis captar para aprovecharos de él vosotros mismos, pero más todavía para darlo a los que no están lejos de vosotros.

¿Por qué esta permisión divina tan dulce a nuestras almas? ¿Por qué esta pequeña flor de Dios llamada antes de nacer al sol de los humanos, por qué este privilegio de ser la hija del cielo y la hija de mamá? Dios solo tiene el secreto de esta inmensa felicidad; digámosle con un impulso lleno de amor:

Padre, tú has satisfecho al ángel y a la mamá.Nosotros sabemos apreciar este privilegio casi único y Te adoramos. Nuestro éxtasis es

tan grande que no lamentamos de ninguna manera el vínculo roto, porque el vínculo actual nos une mil veces más. Es necesario que sea muy fuerte, porque Tú sabes, Dios mío, lo que una madre querida puede amar a su hijo cuando lo tiene en su corazón humano.

Mamá tan dulce, yo te cubro con mis pétalos más hermosos: ellos perfumarán tu corazónPAQUI

La comunión de los santos por la fuerza del amor

Amo a los humanos; los veo mejores de lo que se ven ellos mismos. ¡Son tan desgraciados en su tosca envoltura! Necesitan tanto ánimo, tanta paciencia para comprender lo que no pueden ver, que me invade una gran comprensión… Sólo quiero ver en ellos lo que su buena voluntad tiene de bueno, de puro. Muestro sus cualidades, las pongo de relieve… así es mucho mejor, amigos queridos: no mirar demasiado los grandes nubarrones de la tempestad, sino mirar y ver la tarea del sol que acaricia el agua, que hace brillar a la tierra y aumenta el perfume de las flores. Esforzaos, amigos, por penetraros de esta idea y la felicidad de vivir será más dulce para vosotros.

Los seres atormentados sufren, sed con ellos indulgentes: luchan y trabajan en mayor oscuridad, pero aunque su corazón esta lacerado, herido, eso no quiere decir que no pueden progresar. Yo me inclino hacia todos los que suspiran, y mi aliento consolador, aliento celeste, consigue hacer sonreír, dar esperanza.

Tened confianza y esperad: el tiempo no pasa sin hacer una obra bienhechora; él tranquiliza, fortifica y pone lentes muy claras en ojos muy cerrados. Hace bien lo que hace, pero no me gusta que se le represente con su gran guadaña, es inexacto. Yo lo preferiría teniendo a sus lados casilleros, bolsas con la palabra «olvido» para ocultar en ellas todo lo que no vale nada; una gran esponja para borrar lo que no puede quedar sin empañar los brillantes rayos de la serenidad. Guardad en vosotros esos cálidos rayos tan claros; dejadlos sin embargo que se extiendan en torno a vosotros a todo lo que tocáis: es tan dulce dar alegría, felicidad y luz.

La más hermosa gracia que Dios, en su bondad, ha concedido a Paqui es ésta: Dorar lo que está sin brillo, iluminar lo que está oscuro. Admirable trabajo para un ángel, y mi pincel se mueve con entusiasmo para desempeñar bien mi tarea, llena de alegrías, de ternura y de amor.

Me pregunto todavía por qué Dios, en su infinita misericordia, quiso soplar muy pronto sobre mi vela… ¡la vela de Paqui! Qué pequeña cosa al lado de nuestra Luz, después del

Page 21: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

gran faro que ilumina al mundo. Luz tan fuerte que nada puede apagar sus maravillosos rayos, no, ni siquiera el aliento negativo del mal que querría anularlo todo. Tened confianza.

¿Por qué, digo yo, sopló Dios sobre Paqui para concederle tantas gracias de amor? ¿lo merecía yo? No, pero sé reconocer, valorar estas huellas de ternura. Le amo, Le obedezco, Le doy gracias.

Mi mami también es muy razonable. Cree mucho, mami, que esta palabra tan simple tiene un gran valor, porque hace falta en primer lugar ser muy razonable para comprender. Mira lo muy equilibrada que es esta pequeña nadería de palabra, tan ordinaria en apariencia, pero que da fuerzas; por eso, amigos míos, la inscribo en vuestras frentes, y esto es luz.

Para mi mami, una caricia, una palabra de ternura y de amor, una de esas naderías que hacen llegar a los labios de las mamás una deliciosa sonrisa, y a sus ojos dos perlas… Estas perlas, yo las recojo, las pongo en un joyero, y cuando allá arriba abra este pequeño joyero, mis dos perlas serán dos maravillosas rosas rojas de perfume embriagador: ¡allí, oculta entre las flores, siempre y para siempre, leed la palabra Amor!

PAQUI

Aniversario

El aniversario del dulce despertar, así es como debes llamarlo y vivir ahora, este día aniversario de mi felicidad, y del despertar de nuestras almas hacia la luz. No pronuncies la palabra muerte, partida; estas palabras hacen mal a tu corazón, y son falsas.

No, yo no he muerto y nunca te he dejado, mamá querida. Vivo todavía de tu cariño, yo te amo, tú me amas, tú eres mi mami querida y yo soy tu ángel de amor; ¿no es así, mami? Nada es ahora triste para tu alma, y tu corazón saca una inmensa fuerza cuando viene a calentarse en los rayos divinos que Dios ha querido enganchar con mis alas. Basta de desesperación, mamá adorada; sigan las lágrimas, pero dulces lágrimas luminosas como antorchas. Tú comprendes mejor el por qué del sufrimiento, del dolor y del martirio de la separación que te ha ayudado a superar etapas y a alcanzar más deprisa las esferas elevadas que te acercan a tu Dios, y a tu pequeño ángel, que desearía que captases con mayor perfección aún las grandes Verdades Universales.

Tú sabes bien hasta qué punto es fuerte nuestra cadena de alma, comprendes que somos legión que forma una Unidad. Sabes también con cuánta facilidad puede romperse el equilibrio de esta Unidad si una de las almas que forman legión se pone en desacuerdo. Entonces todo ha de volver a comenzar, un nuevo trabajo se impone a todos.

Mamá querida, ahora que comprendes un poco, vas a rezar todavía más para que nuestra Unidad sea más profunda, para que adquiera más fuerza, si es posible. Vas a rezar a mi Jesús para pedirle ampliar nuestros conocimientos. Digo: nuestros, porque tengo el gran deseo de servirle aún mejor, con más luz y más frutos. En la tierra, puedes y debes aumentar tu equipaje con el fin de que estés bien preparada para el gran viaje que te traerá hacia nosotros. ¡Da gracias a Jesús por haber puesto en la frente de su ángel su estrella luminosa! Voy a servirme de ella para mostrar el camino, porque Paqui preferiría estar en las tinieblas a no transmitir sus rayos luminosos y compartir su felicidad con sus amados de abajo.

En este día aniversario de dulce despertar, los ángeles festejan a Paqui… Las flores más hermosas de mi Paraíso son mías y estoy radiante, pues las flores de mi recuerdo de abajo son hermanas de las del Paraíso de los ángeles; todas traducen el mismo pensamiento: son símbolo de amor. ¡Oh, mis queridos amigos, esta es la palabra más hermosa que Dios os ha dado, repetidla con frecuencia, comprendedla sobre todo!

Amad, amad todo lo que os rodea, incluso vuestro sufrimiento, porque él os eleva, os aligera, os lleva más cerca de Dios, y porque de él brotarán las flores más bellas de amor. Vuestros corazones lastimados se inclinarán con mayor ternura hacia los que sufren, hacia los que lloran… sabréis consolarlos y cambiar vuestra túnica de iniciados frente a su hábito pesado y muy sombrío. Dios hará el resto a través de un gesto de amor, que llenará vuestra alma de una paz celestial, para demostraros que El también os ama y os bendice.

PAQUI.

Page 22: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Los ángeles de la guarda

Los ángeles están, por permiso divino, al servicio de los humanos para ayudarlos a soportar el duro camino de la vida. Pero la cadena sólo se establece si los eslabones se tocan, y para que vuestros amigos celestes puedan socorreros, es necesario que vuestras almas se presten a ello, que tengáis confianza en ellos.

Nada nos separa; nuestra presencia junto a vosotros es real; presencia espiritual, ciertamente, pero más eficaz, más fuerte, puesto que es a través del alma como vivimos y somos una fuerza. Basta un deseo lleno de ternura, una llamada, para que nos traslademos enseguida hasta el alma que ama y que sufre.

¡Desgraciadamente, dudáis cuando vuestras oraciones no son escuchadas según vuestros deseos humanos! creéis que vuestros ángeles son indiferentes o impotentes para ayudaros, y os alejáis… Paqui os repite que sigáis confiando y que comprendáis esto: es siempre por la felicidad espiritual del alma elegida por lo que era preferible que se consumara el destino. Vosotros os plateáis cuestiones inútiles y deprimentes; ―inútiles, porque no podéis resolverlas; deprimentes, porque os arrebatan la Fe, y debilitan vuestro ánimo, tan necesario para continuar vuestra tarea.

Con total confianza, poned vuestra mano en la mano segura de Dios, en las de vuestros ángeles; luchad, por supuesto, rezad, pero añadid siempre: Señor, hágase tu voluntad y no la mía. Tened la certeza de que la única injusticia es la creada por los hombres y de que, cuando hayáis pasado a nuestros espacios, iréis de sorpresa en sorpresa. Sólo encontraréis justicia, equidad, bondad; a valor igual, felicidad igual; ayuda mutua, solidaridad y amor entre todas las almas que se unen en el Amor universal. Y entonces comprenderéis, según vuestro grado de evolución, que lo que creíais una gran injusticia era una necesidad para la elevación espiritual de las almas que sufren.

Todo se hace perfectamente, creedlo; no puede haber error en los grandes mecanismos de la justicia divina. No pidáis pruebas materiales y tangibles, no os las podemos dar, pero tened confianza, total confianza, en la misericordia infinita de Dios; ayudad a vuestros Ángeles ayudando a vuestros semejantes que están todavía en la oscuridad. Tenéis en vuestras manos una lámpara brillante para afrontar el camino, inclinadla alguna vez hacia los que veáis en la sombra, al lado del camino. Todos ascendéis hacia el mismo fin: ayudad a los que se quedan rezagados, si se presenta la ocasión, provocadla incluso, y que vuestra pequeña luz se convierta en un faro bienhechor que atraiga y consuele. Cuanto más deis, más recibiréis, es la ley divina… y esta es la única felicidad que pido a mi Jesús que os conceda: y puesto que él me ha dejado a mi querida mamá a la vez que me daba alas, me concederá también la alegría de sentir a mis amigos felices de socorrer y de iluminar a los que todavía no tienen la felicidad de poseer la verdadera luz. Así sea.

Ángel bueno, ángel fiel, ten a bien guiarme siempre. Dirige mis pasos inseguros: ¡sólo soy un niño muy pequeño e incapaz para conducirme! Envuélveme en tus alas: sé mis ojos e iré recto hacia el único camino que deseo conocer, el que lleva hacia el Señor nuestro Dios. Ángel de la guarda, fiel amigo, yo te sigo: sin ti, me caeré.

PAQUI

Charla íntima

Sientes mi sonrisa, y estás ahí completamente serena, dichosa por seguir teniendo el contacto con tu Paqui querida. Sí, soy yo, encantada de aportaros dulces efluvios del Paraíso por donde paso para descender hacia vosotros. Son fluidos fuertes, os darán bienestar, y como mi provisión es abundante, podréis beber de ellos, amigos queridos. Qué alegría hablaros así; me parece que el vínculo se amplía; adquiere una fuerza que jamás tuvo hasta ahora y nos comunicamos con facilidad. Os lo había prometido: he pedido a Dios estrechar nuestra cadena, él ha vuelto a escuchar a su ángel. Seguid rezando, no aprovechéis nada para escalar peldaños, tratad de obrar todavía mejor, meditad sobre todo lo que Dios en su bondad sin límites hace por vosotros; abrid vuestro corazón, vuestras manos, sed caritativos.

Page 23: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Dios me ha permitido unirme a ti para consolar a mi mamá querida. Tenemos almas afines, esta es la razón por la que has sido elegida y posees este privilegio maravilloso. Yo te amaba, pero tú has logrado nuestra unión dejando que tu generoso corazón se manifieste para consolar a esta madre dolorosa, para ti una extraña, sin embargo. Has encontrado las palabras, las únicas, que había que decir para calmar su angustia. Sus ojos ya se elevaban para buscarme, pero tu ayuda la ha fortalecido, su mirada se ha quedado fija en mi cielo, ha encontrado mi camino, ha venido. ¡Oh, cuánto camino recorrido por ella y por mí desde el día en que, olvidándose totalmente, sonrió a su ángel, a su hija encontrada! Nada me gusta tanto como vuestro afecto… vuestros impulsos hacia Paqui son rosas que llegan a mí y me perfuman el alma. Imaginad que estas rosas vienen a aumentar el ramo que mamá querida me dedica cada día; ¡lo forma con tanto amor, mi mami querida, que ilumina mi Cielo!

Cuido de vosotros; como me creéis, como me sentís, así soy: enamorada de todo lo que es hermoso, puro, y extasiada con todo lo que me rodea. Si vosotros sois felices leyéndome, yo me mantengo encantada de descender hacia vosotros. Confío en mi cadena como vosotros confiáis en mí. Todos estamos reunidos a través de una inmensa buena voluntad de realizar lo que Dios pide abajo a los que realizan el gran viaje terrestre, y lo que él pide arriba de un pequeño ángel con las alas de oro.

Dios hizo bien recuperándome. El me ha recuperado para todo el mundo pero no para ti, mamá querida, pues estoy siempre contigo, más que nunca. El me ha escondido para que esté todavía más contigo. Tú me conoces perfectamente cuando te escribo; vuelves a encontrar mis frases, mis impulsos de niña. Este mensaje, como ves, es una visita; estoy aquí, te acaricio, te hablo; toco tu pelo hermoso que la pena ha blanqueado, así es muy hermoso; y luego, ya no sufres, se acabó; nuestra pequeña charla íntima de esta noche echará también los pequeños dolores que atenazan tu corazón. Te sentías sola, ¡ea! se acabó; has tenido la visita de tu ángel, sonríes, y cuando terminada la lectura levantes los ojos, quiero verlos alegres a través de tus lágrimas emocionadas de agradecimiento. Tu alma maravillosa, mami, viene a fundirse en la mía, las dos escuchamos las armonías divinas que nos rodean. ¡Oh, qué hermoso! me gustaría que las percibieran tus sentidos humanos… Escucha, mamá pequeñita, permanece rezando; ¡es tan hermosa tu oración de amor! quiero ir hacia Dios para transmitírsela lo más cerca posible, porque mis alas crecen.

Todo lo que me rodea es espléndido, los lugares más maravillosos de abajo no pueden dar ni la más mínima idea de esto. Vosotros, amigos queridos, también vendréis a admirarlos; y conducidos por Paqui, el camino de llegada no tendrá guijarros que hieran vuestros pies, Jesús os sonreirá.

Estoy más viva que nunca. ¡Ah! vosotros todos que me leéis, tened la Fe, la esperanza en vuestros corazones, y practicad la caridad.

Hasta la vista, hasta pronto, hasta siempre. Mis rosas ante vuestros ojos, mis caricias en vuestras almas, en unión con Dios. ¡Ah! si supierais lo que es Dios, no podríais escribir esta palabra y ya no querríais vivir, tan agradable es morir para saber lo que Él es.

PAQUI

La ayuda angélica

Es una lluvia de estrellas luminosas la que desciende hacia ti, que tú percibes como una luz que viene a iluminar tu espíritu antes de comenzar tu mensaje.

Para comunicar con vosotros, nosotros no descendemos realmente; ponemos nuestros fluidos, nuestros rayos en contacto con vuestras almas. Asimismo, para dirigirnos más arriba, para conseguir que nos ayuden, formamos una cadena con las almas más fuertes, más sabias, que son nuestros guías espirituales.

Me esfuerzo por avanzar, por crecer, por iniciaros mejor, por ver y gustar lo que me rodea para tener más fuerzas que transmitiros. Los ángeles tienen que trabajar si quieren avanzar y comprender pronto lo que Dios quiere de ellos. La ciencia y la felicidad se ganan y se adquieren como en la tierra a través del trabajo, la renuncia y la sumisión; pero aquí todo es felicidad, obedecemos con alegría y cumplimos con amor nuestras misiones. En medio de muchos otros, yo soy un ángel privilegiado; puedo dar felicidad, guiar almas, ayudarlas en su trabajo de purificación, y no dejo de bendecir a Dios por poder, con su ayuda divina, socorrer y consolar.

El día de mi muerte fue realmente el día de mi resurrección. Vi maravillas sin pasar por sombras dolorosas. Acepté todo, me sometí cerrando los ojos, y el despertar aquí fue una

Page 24: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

apoteosis. Me dan lástima todos los desgraciados que llegan y no ven nada; sufren y se preguntan lo que les ha ocurrido; todos sus vicios se agarran a ellos, los encierran y les provocan gritos de desesperación. No encuentro palabras que expresen la piedad que siento hacia esas almas así gravadas. Hay que rezar mucho por ellas; el trabajo de los ángeles consiste en ayudar a estos desgraciados, socorrerlos, iluminarlos, pero necesitamos mucha sumisión y una gran pureza para acercarnos a ellos con fruto para ellos.

Cuanto más crece la fuerza de nuestras alas, más podemos inclinarnos sobre lo que es angustia y sufrimientos. La misión es sublime y todos aspiramos a ser dignos de ella. Ahora comprendo por qué, todavía en la tierra, decía con tanta claridad la gran sor Teresita que en el Cielo quería hacer bien a la tierra: totalmente iluminada se daba cuenta de lo que Dios quería de ella y, dándose cuenta de los sufrimientos de las almas desgraciadas, se entregaba ya totalmente a su tarea: hacer el bien, consolar, renovar a las almas, hacer descender sobre la tierra una lluvia de rosas.

Vosotros que comprendéis, sabéis lo que quiere decir una lluvia de rosas; conocéis el valor de las flores celestiales; sabéis que nos se marchitan nunca y conservan un perfume que, cuanto más se respira, más se desea sentirlo para siempre. Estas son las gracias y las alegrías espirituales que son sólo la antesala de nuestro paraíso, pero que superan la mayor felicidad humana.

Compadeced sin censurarlos a los que viven solamente en un torbellino; son ciegos y pierden un tiempo precioso. ¡Saber detenerse unos momentos para meditar y rezar, no son momentos perdidos! se os tendrán en cuenta por el contrario, os ayudarán a liberar vuestros espíritus de lo que los oprime cada día, a ser más fuertes espiritualmente.

Los hombres hacen muchos esfuerzos para aumentar su bienestar, su fortuna; pero muy pocos piensan en progresar en la vida espiritual y en la comprensión de la vida futura. Sed indulgentes, generosos, caritativos. Recemos, para que nuestra hermosa cadena que nos une un poco más cada día dé a todos los que se confían a ella un bienestar del alma, una ayuda constante, un apoyo diario. Que sientan caer gota a gota en su corazón el rocío bienhechor de la pequeña Paqui; que Jesús y la Virgen María, nuestra madre, que me guían y me protegen, os envíen los rayos de Dios.

Ángeles buenos, guías dados por Dios, tened a bien no abandonarnos en las horas en las que, lejos de vuestro pensamiento, nos dejamos arrastrar por actos que os llenan de terror y que os hacen temer para nosotros la ira de ese Padre, tan indulgente por otra parte. Ayudadnos para alejar a las fuerzas del mal que nos asaltan. Sabéis que si es grande nuestra debilidad, también lo es nuestra buena voluntad, y que deseamos permanecer en el camino por el que tratáis de llevarnos y mantenernos hasta el gran día del despertar en Dios. Y os pedimos ayuda y protección implorando vuestro auxilio tan poderoso al lado de nuestra pobre debilidad humana que tanto tropieza.

Así sea.

Las rosas son actos de bondad

Me gustaría ayudaros a meditar sobre las virtudes que a Dios le gusta ver florecer en el corazón de sus hijos: la bondad, la caridad. Sembrad rosas por el camino pedregoso de las almas que Dios ha puesto en vuestro camino. Las rosas son los actos de bondad, los deberes cumplidos, las palabras de paz, de esperanza, difundidas con plena conciencia.

Difundid, sembrad, no os aprovechéis de vuestra pena, no lamentéis las horas que pasan, aprovechadlas bien, por el contrario; no despreciéis nada: el deber más pequeño tiene su importancia, cada minuto tiene su utilidad si sabéis emplearlo. Sed buenos, seguid siendo vosotros. Levantad los ojos para implorar la gracia divina que aportará a vuestra alma esa fuerza interior, esa serenidad que ilumina la vida y convierte en esperanzas todas las tristezas, las decepciones y los sufrimientos aceptados.

Sed nuestros portavoces, nuestros mensajeros fieles, conectad con nuestros hilos de oro para venir a sacar en el cielo esa fuerza de amor que os ayudará a amar cada vez más a

Page 25: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

vuestros semejantes, incluso a los que os parecen los menos interesantes: todos los son; su ignorancia debe haceros quererlos más. Compadecedlos por estar sólo en ese primer escalón que no les permite conectar con nuestros hilos de oro, y ayudadlos a elevarse con vuestros pensamientos y vuestros actos de bondad y de amor. Sed indulgentes; la indulgencia es un tesoro que hay que utilizar, que hay que utilizar siempre. Cuanto más misericordiosos seáis, más os acercaréis a Dios, y más querréis serlo todavía. Tendréis lástima de los que sólo buscan el mal y sólo ven lo que es feo. Que la bondad, que el deseo de ayudar os muestren el camino de los corazones dolorosos, de las miserias que necesitan ser socorridas. Sed justos, y daos cuenta de que si vosotros sois privilegiados, tenéis que ayudar a los que no lo son. Decid palabras agradables de dulzura, de bondad, de indulgencia; de una palabra dependerá tal vez toda la vida moral de uno de vuestros hermanos; hace falta tan poco para hacer que salte la chispa luminosa de un corazón cerrado hasta hoy. Una palabra buena, cualquiera que sea, por poco favorablemente que parezca ser acogida, hace su camino y da su fruto; la semilla no se pierde: producirá tal vez al principio un producto de segunda categoría, el cual hará que germine a su vez un fruto mucho mejor.

Decís una palabra de reconciliación, de paz, de aliento, y os parece que el alma a la que os dirigís no la ha comprendido, permanece cerrada, reticente, y creéis que habéis hablado en el vacío. Pero, a la hora querida por Dios, esta alma buscará el secreto de vuestro resplandor, y ella a su vez, si se encuentra un día ante un corazón inquieto y atormentado, podrá tal vez, recordando vuestras buenas palabras, sembrar a su vez el consuelo y la paz.

Nada se pierde. Las gracias vienen de Dios y vuelven a Dios. Por eso no debéis lamentar nunca una buena palabra que no ha dado frutos inmediatos, porque no sabéis la obra que habéis hecho germinar sin daros cuenta.

Sed humildes; no rebaséis vuestros derechos y dad gracias a Dios por las gracias que El os ha concedido. Decidle, a este Padre, que aspiráis a servirle todavía mejor. Para esto, aspirad cada vez más alto bajando vuestras miradas hacia los que sufren, hacia los que necesitan de vosotros a través del espíritu, del corazón sobre todo. El resplandor viene de arriba para extenderse abajo; cuanto más deis, más recibiréis, y podéis dar mucho bajo la apariencia de distribuir muy poco, si lo dais con todo vuestro corazón. Evitad sobre todo presumir de una buena acción, pierde todo su valor y se transforma en un pecado de orgullo. Para aparecer ante los ojos de Dios, hay que empeñarse en no aparecer, en desaparecer ante los ojos que no necesitan saber.

La oscuridad es a veces una sorprendente claridad.Creed en Paqui, que va a depositar una rosa a los pies del Señor. Esta rosa será vuestros

actos de bondad y de amor.PAQUI.

La muerte no separa

No, la muerte no separa, puesto que lo mejor de nosotros mismos, el pensamiento, el alma, permanece y no muere. El amor es más fuerte que la muerte: nada puede separar a los que se aman en Dios, más allá de las ataduras terrestres. La muerte separa menos que la indiferencia. La muerte sigue siendo amor para el que comprende, para el que ama.

Todo lo que es puro en vuestras almas asciende hacia nuestro cielo para hablarnos de vosotros. Así es como Mami no me deja nunca, porque su corazón ¿no es el reloj maravilloso? y cada latido es un dulce tic-tac: las horas suenan, su alma se entrega; la aguja da vueltas, el momento del saludo se acerca. Pequeño reloj querido, suena, anuncia nuestras horas esperando que el gran carillón se haga oír cuando Dios permita a nuestras dos almas contemplarse cara a cara en un éxtasis sin fin…

No, nada separa, pero hay que esperar. El sufrimiento forja el paraíso del que queda para que alcance pronto al que Dios toma el primero. Comprended, esperad, vosotros que habéis sufrido por la horrorosa separación.

La muerte no es nada y reúne para la eternidad a las almas que se aman, en la Fe y en la confianza en Dios. Pero hay que rezar, elevar el alma hacia las esferas donde viven las almas libres de su prisión de carne, no buscarlas donde ya no están, y esperar…

¡Yo aún no tengo toda la luz, pero he pedido tanto a Jesús para obtener nuestra cadena de amor! el ha sonreído, y la ha soldado él mismo con sus divinas manos. Dadle gracias con toda vuestra alma: esta es la dulce afirmación de la vida espiritual, de la comunión de las almas. Nosotros somos amigos por el alma, comprended la dulzura de esto, y somos felices

Page 26: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

entre los más felices por estar en comunicación de la tierra al cielo y del cielo a la tierra.Dios permite a sus ángeles mensajeros comunicar con los humanos; otros distintos de

nosotros tienen la alegría de corresponder, de enviar sus pensamientos de amor y de consuelo a los seres queridos que dejaron en la tierra, pero siempre para una obra bienhechora, útil al alma humana: dar la Fe, la Esperanza y el Amor, toda la vida de nuestras esferas de Luz.

No le está permitido a Paqui describiros su cielo, el ambiente puro y luminoso donde ella se mueve. Pero sabed que con todo su amor quiere guiaros, ayudaros a elevaros para subir hacia nuestras esferas luminosas. No nos pidáis enseñanzas que se refieren e interesan a vuestros planos terrestres. Nuestras aspiraciones son completamente distintas, comprendedlo. Aquí, es el esplendor, la eterna aurora, mientras que para vosotros son todavía pesados crepúsculos. Y para iluminarlos, es preciso que nuestras alas se extiendan, se hagan inmensas para poder poneros a cubierto y ser para todos vosotros el refugio más poderoso a la hora señalada por Dios.

Armonías del Cielo, armonías de Jesús, que ilumináis y dais vida, penetrad en el alma de mis amados de la tierra. Que vuestros sonidos armoniosos y divinos les lleven la celeste dulzura de nuestras esferas benditas.

Desde mi Paraíso, os quiero; desde mi Paraíso, dirijo a todos los que conocen a Paqui flores cuyo perfume no se marchitará, porque vienen del Paraíso donde todo es puro, y donde Jesús quiere bajar su mirada, permitiendo a los ángeles compartir con los humanos su floreciente cosecha.

PAQUI.

Nuestra cadena de amor

El pollito blanco de tu visión es el símbolo de vuestra pequeñez, de vuestra fragilidad, pero también de la confianza que podéis tener en nuestra fuerza. Cuanto más pequeños y frágiles, os sintáis, más reforzaréis la cadena que nos une a vosotros, cadena de amor soldada por Dios, por tanto bendita e indisoluble.

Mirad: ella se alarga hacia todas las almas a las que habéis ayudado y consolado. Ni un eslabón, una vez soldado, se separa; por el contrario, otros se unen, se sueldan, y esto al margen de vosotros. Continuad sembrando la buena palabra que recibiréis de vuestros amigos celestes; abrid los ojos cerrados, dad amplias explicaciones si veis la necesidad o la posibilidad; si no, callaos y rezad, yo os ayudaré, y vosotros sentiréis el apoyo de vuestro pequeño ángel, ayudado de muchos otros que se unen a la cadena luminosa.

Reforzadla con vuestra confianza, con vuestra Fe en la misericordia de ese Dios todo amor que abre para vosotros, según una expresión querida para vosotros, su bolsa de diamantes. Dad sin cansaros la luz que recibáis; dad pero no malgastéis el buen grano; las palabras son muchas veces útiles, pero el silencio es a veces necesario. Escucha a tu alma en el silencio de tu corazón, Jesús le habla: la perseverancia en el esfuerzo, en la comprensión, en la generosidad del corazón, esto es lo precioso a los ojos de Dios, nuestro Padre.

Respiro con fuerza los efluvios de mi cielo para hacer que os lleguen en ondas bienhechoras. Grandes y pequeños amigos de Paqui, creed en mi cariño, vosotros sois a Paqui lo que la rosa es a la abeja; comprended, sonreíd, mis alas son vuestra dulce cuna.

No os atormenteis por H… Las oraciones de sus hijos han tocado el corazón de Jesús. La oración en común asciende muy arriba y viene como dulce rocío a refrescar nuestras regiones celestes para volver a caer en los corazones dolorosos como gracias bienhechoras.

¡Oración del niño, qué poder tienes sobre el corazón de Jesús!Jesús, permite a tu pequeña hija arrodillarse junto a Ti, y dirigirte a Ti solo una oración

ferviente… Quiero considerarme a tu lado como uno de aquellos pequeños que tuvieron la gran felicidad de encontrarse en tu camino cuando estabas en la tierra, durante la breve estancia que tuviste entre nosotros. Me gustaría sentir tu dulce mano deslizarse sobre mi cabeza en oración: tú me bendices, me atraes a tu corazón. Dejad que los niños vengan a mí, decías, no los rechacéis, ellos son verdaderos, puros. Pues bien, Jesús, tengo fe en tu palabra, creo en tu bondad y te pido que cures a mi mamá. Dale la fuerza, que le permita ser más que nunca tu sierva fiel; dale la Fe, dale la paz y la serenidad. ¡Yo amo a mi mamá!

Page 27: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Sangra mi corazón sangra por no verla ya sonreír: ¡A Ti, Señor Jesús, no te gustaría ver llorar a tu hija pequeña! Te imploro, te miro con mi alma llena de amor y, convencida de que me escucharás, mi dulce Jesús, voy a dormir soñando en la dulce sonrisa de mi mamá. ¡Gracias, Jesús!

Paqui.

Mamá, soy feliz

Mamá chiquitita, este mensaje es para ti, y te digo: Gracias por haber respondido tan bien a la llamada de tu hija. Yo lancé un grito al espacio, tú levantaste los ojos, yo recogí tu dolor, lo transformé, tú brillas ahora, y aunque tu cuerpo humano sufre todavía a veces, tu alma está completamente alegre y llena de felicidad.

Ahora, mamá, tienes que rezar mucho. Hay que ayudar a las almas angustiadas; yo te ayudaré; nosotras dos curaremos dolores, daremos felicidad espiritual, y esto será también felicidad para nosotras. Da, entrega todo tu pensamiento cuando creas que lo puedes hacer, pero sobre todo muestra tu frente radiante por esta felicidad espiritual que es la más grande, la más dulce que un ser pueda sentir durante su agitada travesía por la tierra.

Tú bien sabes, Mami, que todo lo que digo, tú lo sientes muy a fondo. Tu ángel, tu Paqui, sólo forman una unidad; tú las posees; yo vivo, estoy constantemente junto a ti. ¡Qué milagro de amor: un ángel niña, un ángel que acaricia a su mamá, vela por ella cuando duerme y viene a cubrirla con sus alas empolvadas! Bueno, mamá querida, jamás podremos las dos dar suficientes gracias al Señor. El nos llena, El nunca me ha negado nada. ¡Oh! qué feliz soy por haber dejado la tierra; sí, mamá, lees bien, por haber dejado el mundo de los humanos.

Mami, me permito hablarte así, porque sé que puedes comprender mis palabras que, dichas hace sólo unos meses, habrían hundido tu corazón de mamá inconsolable. Pero ahora, Mami querida, tu corazón es tan grande, está tan elevado, que puedo atreverme a todo, porque él comprende, me siente, me aprueba. En una palabra, Mami prefiere a su ángel así, sin su pequeño cuerpo que la volvía pesada, ¿no es así, Mami tan querida por su Paqui, la pequeña flor del ramillete de Jesús?

Amigos, cuando pronunciéis este Nombre, inclinaos profundamente. Sí, cuando vuestros labios digan: Jesús, inclinad vuestras frentes en señal de respeto. Sabéis que Jesús es el Maestro supremo. ¡Ah! amigos, qué maravilloso espectáculo os espera; qué felicidad para mí prepararos para ese gran día que os revelará Dios, Jesús, el Verbo de Dios. Ese día, comprenderéis que todos vuestros esfuerzos no han sido vanos, y que la sublime recompensa supera todo lo que podíais imaginar. Entraréis en el éxtasis, y el pequeño ángel será feliz, feliz porque os ama a través de este Dios.

Paqui.

Cuento de Navidad

¡Navidad! Hermosa fiesta, llena de promesas: ¡el Hijo de Dios que nace! ¡entendedla en toda su grandeza, en toda la inmensidad!…

Mami, ¿quieres un pequeño cuento de Navidad, tesoro de mis vidas? Sí, digo bien, mis vidas, porque vivo, porque sigo siendo la pequeña Paqui, más viva que nunca. Este cuento podrá parecer pueril, pero tú, mi mamá, yo sé que tu alma fuerte podrá comprenderlo, sentir toda su dulzura y su ternura.

Había una vez una mamá muy feliz porque Dios le había enviado como regalo una pequeña muñeca viva, una pequeña hija, para su mayor alegría, para su mayor felicidad. Las dos vivían sin preocupaciones… las horas seguían a las horas, los días a los días, y la mamá y la niña dormían en su felicidad, cerrando los ojos, los oídos. Pero Dios sólo había dado la muñeca viva para la felicidad de la mamá y de la niña, para que comprendiesen, para que buscasen allí donde sólo estaba la única felicidad, esa que, una vez poseída, permanece adquirida, en definitiva, la felicidad que no es de este valle… Entonces Dios, en su gran misericordia, despertó a la mamá y a la niña. Acogió a la niña, en primer lugar, le dio enseguida una inmensa alegría: le abrió su Paraíso, y le dio una gran misión: la de trasmitir a su pequeña mamá las luces de su cielo. Y la niña, convertida en ángel con las alas de oro, tiene la inmensa felicidad de guiar a su mamá, de prepararla, de evitarle todas las cosas ruines e inútiles de la tierra, de mostrarle el camino, de abrirle los ojos para que se habitúen a las luces celestes, y esto para que, llegado el momento, la pequeña mamá de la muñeca rubia deje el valle de lágrimas y, de un salto, se encuentre transportada al

Page 28: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Paraíso de los ángeles.Esta es la historia, la pequeña historia de la mamá y de su muñeca viva; pequeño cuento

para la mamá consolada, aunque comprendo, Mami, la cantidad de lágrimas que has derramado hasta poder sonreír, con la lectura de este cuento, tan pueril en apariencia.

Oh, Mami, tus lágrimas han sido la escalera que ha permitido a tu Paqui escalar la montaña que la separaba de su Dios. Ese gran dolor de mamá nos ha servido a la una y a la otra: sin ti, sin tu fuerza, tu fe, y la resignación de tu corazón, yo no podría comunicarme contigo. Tú has fabricado mi corona y la tuya, Mami querida.

Yo soy vuestra esta noche. Es fiesta. Con vosotros estaré en esta capilla, yo seré el tabernáculo de vuestros corazones, y Jesús descendiendo hacia vosotros pasará a través de mí. ¡Gran fiesta! Démosle gracias por permitir que nos unamos así.

Estad alegres, felices; no penséis en lo que creéis haber perdido. Nada de quejas, sino impulsos alegres, de contactos de alma a alma.

Sois privilegiados, ¿lo sentís así? En vuestros zapatos de Navidad, deposito mi pensamiento, el que da fortaleza, el que da la paz, el que hace vivir entre el Cielo y la tierra… y vosotros ya sólo tendréis que dar un pequeño paso para poseer el Cielo.

Paqui.

II – EL DOLOR

Para una enferma que se desespera

Estás muy extrañada de ver de pronto, en una corona, un cordero blanco y una pequeña cruz de madera muy sencilla. La lleva con soltura y no se dobla bajo su peso.

H… está representada por el pequeño cordero, y la cruz es la que pesa sobre sus espaldas. La cruz acompaña al cordero, y ella debe aceptarla sin desesperar. Nada demuestra que un día esta cruz, llevada con energía, como ella lo hace por otra parte, no se transformará… Ella dará lugar a la corona que forja cada humano, y que está hecha de todas las preocupaciones diarias que atormentan al corazón y entorpecen al espíritu, porque pesan y nos hacen sentir nuestra impotencia moral… Asimismo, la enfermedad es una verdadera cruz, y tú la llevas sola, no sabes depositar un poco de tu peso en el corazón de Jesús. ¡Oh, niña grande, cuánto te ayudaría El! ¡Cómo le sentirías tantear tu pena! No se negaría a prestarte sus divinos hombros, estaría junto a ti. ¿Por qué no entregarte enteramente a El que vino a socorrernos, a morir en apariencia después de sufrir atrozmente en su cuerpo, que El había querido que fuera débil para parecerse a nosotros?

Tienes que levantar los ojos; ven con el pensamiento, ahora que eres eslabón perfecto de nuestra cadena de amor, ven junto a Paqui… rezaremos las dos al Señor, encontraremos las palabras y sobre todo los impulsos del corazón que, llegado el momento, estate segura de que Lo conmoverán. Sí, digo bien, llegado el momento, serás escuchada… Entretanto, ¡ánimo! no te desesperes; yo también quiero ayudarte y llevar un poco esa cruz que te encorva, te pesa y te impide dar libre curso a tu actividad. Llevarás a buen término tu obra, líbrate del desánimo, líbrate de todo lo que podría hacerte perder tu equilibrio moral. Apóyate en los seres queridos de los que el cielo te ha rodeado. Tienes una joya, adorna con ella tu cruz, ella brillará y tú la llevarás casi con alegría, por estar transformada, embellecida y aliviada.

No creas que Paqui piensa que eres débil, ¡oh no, niña animosa y valiente! esta palabrita es más que un ánimo, es una oración. No veas en ella ningún reproche, por pequeño que sea: es una llave hecha por el ángel, dichoso de contarte entre los eslabones de su cadena de amor.

Mira a mi mamá querida, cómo adorna su cruz cada día. ¡Qué pesada es, sin embargo, para sus débiles hombros! Aplastada en otro tiempo bajo su inmenso dolor, mira ahora cómo consigue no sentir ya el peso que ella ha transformado. Sí, mamá querida, tú has llevado valientemente tu cruz; su peso te hacía gritar de dolor, pero Dios escuchó tu grito dirigido a El, y que era una plegaria, una petición ferviente, una esperanza. Porque tú

Page 29: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

nunca pudiste creer que me perderías eternamente, jamás quisiste suponer que tenías que renunciar a oír a tu Paqui sus palabras de niña, a no recibir ya las caricias de tu más pequeña. ¡Tuviste razón, mamá querida! Mira cómo mi amor de envuelve, te rodea. Si la cruz, a veces, reaparece y viene a doblegar tu cuerpo, es para que se arrodille más deprisa, para que tú puedas rezar con más fervor a Aquel que tanto nos ha dado y que nos dará aún más. Nuestra felicidad futura no puede describirse; y además, yo sólo soy un pequeño ángel ignorante, pero confundida de gratitud y llena de amor hacia su Dios.

Nosotros no podemos comprender en la tierra las ruedas necesarias que se mueven y nos destrozan al pasar. ¡Qué pobres pequeñas cosas somos, si no nos ponemos enteramente en las manos de Aquel que hace que dé vueltas la gran rueda de los mundos! Somos pequeños, sí, pero somos una gran fuerza si poseemos a Dios: entonces, nos convertimos en una parte de ese Todo y, cuando llegue la hora, comprenderemos un poco, luego mejor, después totalmente. Sed la florecilla de los campos, la violeta humilde; Dios vendrá a cogeros y en Su gran mano la humilde flor sin valor se hará más bella, más olorosa que la hermosa flor cultivada por manos de jardinero sabio. El gran jardinero es Dios, no nos equivoquemos.

PAQUI

Utilidad del sufrimiento

Amar y sufrir es realizar la obra de Dios, y me gustaría hacer comprender esta noche a vuestros corazones angustiados la utilidad del sufrimiento aceptado como obra divina, y haceros entrever la alegría espiritual de nuestras almas cuando, incluso al precio de mil pruebas, os vemos elevaros en la luz, aspirar a poseerla por completo, y a fundiros en ella.

Dios no nos pide por encima de las fuerzas que nos ha concedido, y si hace sufrir a nuestros corazones es siempre para salvar nuestras almas, para que la chispa divina se encienda en contacto con el dolor. Se nos envían gracias y rayos luminosos, y si vosotros pudierais seguir mi pensamiento, os diría que, no sólo debéis aceptar el sufrimiento, sino amarlo, porque es redentor; esto es tal vez pedir demasiado al corazón humano, y me diréis que muchas almas se rebelan contra el sufrimiento, contra las pruebas injustificadas de su vida, gritan ante la injusticia, retroceden, y se encierran en la noche de la desesperación, dejan de avanzar; por tanto, sufrimientos inútiles, nocivos desde todos los puntos de vista.

Y yo os respondería: ¡no, el sufrimiento nunca es inútil! El alma, a pesar de su desesperación, de su incomprensión, hace su camino en la oscuridad ―camino por consiguiente más largo, más doloroso, sembrado de obstáculos que ella no puede evitar,― pero avanza sin embargo, para llegar un día a sufrir con conocimiento de causa. En toda vida humana, hay horas dolorosas que son escalones en la escala de la espiritualidad. Nosotros somos libres, y podemos por consiguiente rechazar elevarnos en el camino que es muchas veces el del sufrimiento; rechazamos este esfuerzo, pero entonces deberá hacerse más tarde, a veces incluso demasiado tarde, en las esferas sombrías del más allá. Recordad que todo cuenta, que nada se pierde…

Yo sólo soy un pequeño ángel al servicio de Dios; aún comprendo mal los purgatorios de expiación, a veces horrorosos. No me acerco a ellos, menos todavía a los infiernos: para descender muy abajo en las esferas expiatorias, hay que ser muy fuerte, muy puro, muy elevado. Pero más adelante, tengo la esperanza de que seré una fuerza; me hundiré en esas esferas para volver a traer almas a la Luz. Volverlas a traer, esta es la palabra adecuada, porque comprendéis bien que no se trata de sacarlas para salvarlas; hay que penetrarlas de la divina luz para que ellas mismas salgan de las profundidades oscuras.

El alma sola se salva, se eleva, el día en que reconoce su ignorancia, pide perdón a Dios por sus faltas, siente todo el horror por ellas, y se arrepiente con una profunda humildad. Nosotros las ayudamos, pero eso es todo.

Me gustaría ser grande, fuerte, tener alas inmensas, y comenzar mi verdadera misión: volver a traer almas a Dios. Tendré más adelante un rebaño que pondré a los pies del Maestro. ¡Qué entusiasmo, que felicidad! Recogeré a esas almas un poco por todas partes, sobre la tierra principalmente, pero más adelante…

Santa Teresa del Niño Jesús conocía su tarea y no inventaba nada cuando decía: «Pasaré mi cielo haciendo bien en la tierra.» ¡Gran hermana querida, cómo me gustaría parecerme a ti! mi amor a los humanos me hará avanzar. Quiero todo para ellos, y Dios me escuchará… Pobres y queridos humanos, ciegos, cegados, sordos a las llamadas divinas, yo

Page 30: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

os abriré los ojos, haré que oigan vuestros oídos, y esto, con el amor y por el amor, porque vosotros sufrís, y porque Paqui os ama y quiere consolaros.

PAQUIPequeña hermana Teresa, vengo a pedirte que lances al espacio un ramo de tus rosas;

ellas nos llegarán como rocío bienhechor, y nuestros corazones se sentirán bañados por una paz tan dulce que sentirán el vínculo que desciende de tu alma. Tú te sirves también de pétalos de rosas; los tuyos son vínculos muy fuertes, ¿quieres dárnoslos?… Pequeña hermana tan grande, tu nombre está en los corazones y en toda la tierra aman a tu alma. Tus amigos sienten en ti el universo contenido, y tú pasas tu cielo rezando por todos ellos. ¡Tus manos sólo reparten rosas, siempre rosas! Gracias.

Page 31: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

En la cabecera de una querida enferma grave

Tienes dificultad para creer que tu visión es auténtica, real, puesto que puedes vernos a las dos abrazadas en el mismo vestido blanco hecho de espinas blancas. Sin embargo, no te engañes; no, soy yo, mi pobre querida, mi amada hermana. No nos hemos alejado desde el principio de vuestro calvario; yo lo sufro con vosotras dos, camino a vuestro lado, lloro con vuestro dolor; y forzosamente es ciega, vuestra inmensa tristeza, pues vuestros ojos humanos no pueden ver nada de las maravillas que se preparan en torno a vosotros; vuestros sentidos no pueden concebir la utilidad del sufrimiento que soportáis, tu martirio y tú. Pequeña amiga dolorosa, llora, mi pobre afligida, pero inclina la cabeza, y si por azar se vuelve a levantar, que sólo sea para levantar los ojos y pronunciar estas palabras: Padre, ponemos nuestras almas en Vuestras manos, hágase Vuestra voluntad y no las nuestras, nosotros que no podemos comprender Vuestros designios, y que sólo podemos sufrir sin rebelarnos contra el dolor que atormenta tanto nuestra carne lastimada, como nuestro corazón.

Digo nosotros, porque sé todo lo que soportas, comparto toda tu angustia, te sostengo, y he pasado a tu talle mi cintura hecha de azul, la que Dios reserva sólo a los ángeles. El me ha permitido actuar así para ayudarte a soportar el peso de tu dolor; sin esto, él te habría aplastado literalmente, y yo no podía dejar a mi querida hermana luchar sola en horas tan crueles.

Las palabras no bastan, son pobres para expresar todo lo que desearía hacerte comprender. Mi participación en tu carga es inmensa, apóyala todavía más en mí, no temas cargar demasiado a tu ángel, le es dulce sufrir por su hermana terrestre, por su pequeña «mártir» según la comprensión humana, por la «privilegiada» según las leyes y los designios de Dios.

No puedo saber si la pequeña vela será soplada por el céfiro para transformarse en una deslumbrante claridad casi de repente ―porque su felicidad eterna será tan profunda, tan grande, que superará con mucho todo lo que vosotros podéis esperar para ella, después de ese período atroz en el que su sufrimiento supera casi lo posible. Ella ha aceptado todo, su renuncia ha sido completa, tiene cuerpo y su alma en manos del Señor no hace ninguna pregunta. ¡Qué resplandeciente es su alma! todo es translúcido en torno a su lecho de dolor. ¡No podéis imaginar lo que mis ojos contemplan! sufriríais menos esperando conocer el futuro.

No debéis y no podéis conocer la suerte reservada a los que os quieren, y nuestra separación, esa interrupción de los mensajes, ha sido querida porque yo no podía ni sabía decirte nada… Necesitabas subir la escalera santa sin conocer lo que te esperaba en los diversos rellanos. Pocos días os separan ya de ese futuro, y lo vais a saber. Para vuestros corazones, me gustaría que vuestra vela guarde su llama; para vuestras almas, la gran luz puede nacer y vendrá a incrementar la maravillosa claridad que poseemos aquí. Ninguna travesía tumultuosa que temer; con total determinación llegará la felicidad, no será la misma, eso es todo. Una nadería, menos que una nadería, puede abrir la gran puerta y dejar pasar a esta alma; la veo maravillosa. Ah, alegraos más allá de vuestras lágrimas al saber que el cuerpo es sólo un deshecho, del que hay que desprenderse pronto o tarde, y que es el alma lo único que interesa y debe centrar vuestros pensamientos.

Tú te rebelas, lloras, y tu lápiz se resiste a transcribir palabras tan crueles… Crueles sólo para vosotros, porque ignoráis todo, tenéis que ignorar todo, por penoso que esto pueda pareceros, porque amáis humanamente, y no podéis haceros a la idea de una separación cercana. ¡La hora no ha llegado, decís! Desgraciadamente, ¿qué sabéis vosotros? Dejad que corran vuestras lágrimas, ellas se convertirán en diamantes en la corona de vuestra enferma, y la limpiarán más. Sólo la hacéis mal si os rebeláis por ella, si no aceptáis su sufrimiento y el vuestro. Mantened vuestra Fe; sed en este momento la boya de la que os he hablado: dejaos tambalear por la horrorosa tempestad diciéndoos muy fuertes para calmar vuestra zozobra: ¡no nos hundiremos, no! suceda lo que suceda, nuestra barca se aferrará al puerto, la boya se mantendrá, sostendrá nuestra barca; las tempestades acaban siempre calmándose, lo esencial es enfrentarse a ellas y luchar contra la furia de las olas.

Sed el comandante sereno que da sus órdenes con calma y tranquilidad porque es el jefe, porque asume y conoce sus responsabilidades. Dirige todo su mundo; vosotros

Page 32: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

también, dirigid vuestras angustias, dad vuestras órdenes, y que vuestra alma permanezca tranquila, suceda lo que suceda, os digo. Os prometo la llegada feliz al puerto; vuestra ancla brilla, queridos hijos. ¡Confianza! Sonreíd al futuro, al gran futuro, al único que vale la pena atarse porque permanece. Está cerca, ¡el tiempo no es nada! algunos años… segundos, ya lo sabéis.

Nuestros dulces encuentros se reanudarán pronto: yo debo, puedo volver a vosotros, y si tú no me entiendes, hermanita, te suplico que me creas a tu lado. Mis alas envuelven a tu querida enferma, su cuerpo es ligero, su alma dora mis alas, yo no la abandono; soy yo la que lleva la estrella luminosa que brillará con tan hermoso resplandor en su pálida frente. ¡Qué hermosa está así! un haz de oraciones la ayuda, no creáis que son inútiles porque son ineficaces sólo a vuestros ojos; son para ella muy preciosas. Oh, comprendo vuestro dolor, sé lo que cuesta ver sufrir a seres queridos y esperar estremeciéndose. ¡Rezad y esperad!

Paqui.

Inmortalidad

(Dos horas después de la muerte de una madre)Quiero ayudarte, sostenerte, para que las dos la sigamos rodeando: tú, con tu inmenso

cariño, yo, tu ángel, con mis fluidos sutiles y fuertes.¡Aleluya! ¡comienza el amanecer, el velo se ha roto, vuestra amada vive! Os aseguro que

vive, y pronto su alma resplandecerá, su alma verá las maravillas que Dios reserva a sus elegidos. Sí, ella es la elegida de ese buen Padre; no lloréis por ella, dejad que vuestras almas se alegren porque es la felicidad, la inmensa felicidad la que ha alcanzado. Hijos, vuestra querida [madre] está más que salvada; no pasará por ningún sufrimiento expiatorio; su corona está tejida con su dolor ofrecido, y maravillosos diamantes forman su entorno.

Rezad, rezad, pero no tengáis ninguna pena, ningún miedo; pronto será ella la que os proteja; allá arriba, continuará la obra que vosotros creéis acabada después de que ella ha cerrado sus ojos a esa pequeña luz del día terrestre. Pronto sentiréis su apoyo, la veréis con los ojos del alma, los únicos que no se cierran.

Me gustaría describiros el ambiente en que descansa su alma. Ella descansa: descasad vosotros, pero rezad, rezad mucho, vosotros que la amáis y a quienes ella quiere. Yo estoy aquí; confiádmela totalmente. Paqui quiere ayudaros, amigos queridos, amigos doloridos, pero a quienes volveré a encontrar felices y tranquilos porque vosotros me comprendéis, vuestros ojos están abiertos, vuestras almas saben que el día más hermoso de la vida es el último. Lo repito, el último. Vuestro ser querido está por tanto en el día más hermoso de su vida. ¡El cuerpo no es nada! dad gracias al Señor.

¡Aleluya! Vosotros cantaréis, vuestra amada está libre de lo que no cuenta. Sólo el alma debe preocuparos en estos días de duelo. Amigos, si las espinas penetran antes en vuestra carne, estad convencidos de que la sangre que sale de vuestras llagas es el rocío bienhechor que hace germinar y desarrollarse vuestro jardín eterno, lo mismo que la sangre preciosa de Cristo permitió la redención de los seres. Así, vuestros sufrimientos serán para vosotros beneficio y redención.

Ramo maravilloso, ramillete celeste, fórmate a expensas de nuestras alegrías humanas que no son nada, que no sirven para nada. Ramo celeste, quiero verte florecer y mis lágrimas te servirán de savia y de rocío. Quiero aceptar todo para que tú permanezcas. Así sea.

El tañido fúnebre, allá arriba, es sólo alegre carillón.Las tinieblas son sólo para los que no conocen el camino de la luz.Vuestras lágrimas pueden fluir, ellas son perlas raras, pero vuestras almas deben cantar

los himnos del Aleluya.Con serenidad, Paqui os deja; Paqui permanece en vuestras almas.

Paqui.

Aceptación

Paqui desea ardientemente consolarte, calentar tu corazón que tiene frío, que está roto por esta dura «separación». Sólo para vosotros escribo esta palabra, porque no hay separación para los que se aman y creen en la palabra divina. «Yo soy la Resurrección y la Vida». Y vosotros sois de esos privilegiados, vosotros sabéis que vuestra carne desaparecida, más viva que nunca, más hermosa, más cerca de vosotros, pronto os dirigirá

Page 33: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

su amoroso pensamiento. Ella se reconocerá enseguida, yo la ayudaré, y mi contacto le será dulce como un rayo de sol primaveral.

Llorad, queridos míos, pero dad gracias a Dios; la gracia inmensa que El os ha concedido debe ayudaros. Vuestros ojos lloran, vuestras almas cantan; vuestras frentes se inclinan baja el peso de vuestra pena, pero lo mejor de vosotros mismos está lleno de alegría. Alabemos juntos al Dios de misericordia que acaba de abrir sus brazos paternales a su hija amada a la que vosotros lloráis. Alegraos, os digo, y recemos para que ninguna nube venga a romper su sueño, y para que su descanso sea dulce y bienhechor.

Dios mío, inclinados bajo nuestra pena, entristecidos, rotos, acabamos de ponernos bajo vuestra divina protección. Creed en vuestros hijos cuando os dicen gracias, cuando os dan gracias. Ayudadlos a soportar esta pena que oprime su corazón, decidles que Vos comprendéis la pérdida terrestre que acaban de vivir, y dadles la fuerza de levantar su frente para que sus ojos Os encuentren y se calmen.

Dios mío, vuestra hija querida ha puesto su alma en vuestras manos divinas con un fervor que ha conmovido vuestro corazón paternal; habéis perdonado ciertamente las faltas pasajeras y leves. Todo su sufrimiento, ella Os lo había ofrecido; sus pequeñas manos unidas Os han implorado con tanto fervor que su alma tocaba ya el firmamento cuando su cuerpo lastimado yacía aún vivo en su lecho de dolor. Todo esto, Padre, nos ayuda a recorrer el camino doloroso; sufrimos atrozmente, pero tenemos la certeza de que pronto ceñiréis Vos mismo la hermosa frente desaparecida a nuestros ojos con la magnífica corona tejida con sus sufrimientos y su renuncia. Padre, cuando nos veáis con los ojos llenos de lágrimas, miradlos sin enojo; queremos que ellas lleguen a Vos como un rocío, y Os entreguen todo lo más puro que tenemos en nosotros mismos. ¡Nada de rencor, nada de rebeldías, no! Sólo la pena de la separación terrestre, unida a la esperanza segura del encuentro definitivo, pronto, junto a Vos, con Vos, y para la eternidad. Así sea.

Paqui

Las almas se vuelven a encontrar

Mira cómo la Cruz de tu visión se hace trasparente y ligera de llevar; ahora, necesitas sentirla así. No debes hundirte bajo el peso de tu dolor, será fácil de soportar, porque comprenderás mejor que todo lo que te sucede está bien, que Dios tiene sus designios que nosotros no podemos ni debemos conocer en este mundo. Tened únicamente confianza, poneos cuerpo y alma en sus manos, nunca os lo repetiré lo suficiente.

No busquéis, no pidáis nada; a medida que avancéis espiritualmente, tendréis luces, veréis mejor, aceptaréis sin rebeldía, pero necesitáis todavía rezar mucho. Permaneced en comunión con vuestro ángel, pedidle mucho, él quiere daros más de lo que vosotros deseáis.

Pensad con alegre esperanza en vuestra querida desaparecida. Sí, desaparecida solamente a vuestros ojos, porque si pudierais ver como yo el resplandor de su alma, no tendríais ya ninguna duda. Ella vive más y mejor que con su cuerpo humano: ¡Se encuentra uno tan pesado, tan molesto con ese vestido terrestre del que se desprende con alegría! el alma entonces desprendida se siente en el arrobamiento, sobre todo cuando la preparación ha sido tan perfecta.

Lamentar sus sufrimientos sería locura. Os asombraría su felicidad. Apenas despierta, os suplica a través de vuestro ángel que no lamentéis las horas tan dolorosas que la han llevado a la felicidad. Su alma se extraña a la vista de tantas maravillas; mira, sonría, se reconoce, aprende, comunica con otras almas queridas venidas a desearle la bienvenida.

Creedme, las almas se vuelven a encontrar; los reencuentros son suaves; el volverse a ver, infinitamente dulce. Nada puede describíroslo.

El lápiz se queda mudo ante este tema grandioso, pero podéis imaginároslo sumergiendo vuestras almas durante algunos segundos en nuestras esferas puras y divinas en las que todo es amor. Dios, como os he dicho más arriba, tamiza sus luces para que la recién nacida a las maravillas del Cielo, no se quede ciega con el espectáculo grandioso. Es poco a

Page 34: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

poco, despacio, como los ojos del alma ven, sienten lo que les rodea. Qué maravillosa felicidad espera al alma preparada, que asciende hacia su Dios, su Creador, su maestro. ¡Todo es armonía, colores inefables, visiones sublimes! Todo esto no puede describirse, pero lo disfrutaréis un día.

Vuestra amada ya lo gusta; su sonrisa es aún más dulce que la que a vosotros os gustaba sobre sus labios humanos. No penséis más por tanto en su cuerpo, en lo que se convierte… ¡Poco importa! buscadla aquí donde ella está, en nuestros paraísos, feliz, transfigurada. Su amor hacia vosotros sigue intacto, punto esencial que debe únicamente manteneros y calmaros.

La separación física es cruel, ciertamente, nosotros lo comprendemos si recordamos que también estuvimos en la tierra, con un corazón humano; pero puesto que podemos haceros vislumbrar la diferencia del cambio, la poca importancia que debéis atribuir a todo lo que no permanece, dejaos guiar, no lloréis con amargura a vuestros amados desaparecidos que viven en la luz, radiantes, felices, y sin lamentar nada, nada, os repito, puesto que no os han perdido. Y por medio de vuestro ángel, vuestro ser querido os dice: «No lloréis por el alma que ha volado hacia la luz, porque tiene tanta felicidad que el pasado cruel se borra: ¿no está la sabiduría en no despertarla?» Rezad, elevad vuestros ojos hacia ella; sentid toda su alegría.

Mami, te dirijo toda la ternura de mi corazón celeste, te llevo en mis alas; te haces tan ligera que lejos de pesar, me ayudas a volar hacia mis misiones celestes. Dulce unión, Mami querida, en Dios, a través de Dios. Te amo.

Paqui.

La comunión de las almas

Es tu ángel de amor el que responde a tu llamada para inundarte de alegrías espirituales, sostenerte en tu angustia y transmitiros a todos los pensamientos de consuelo y de amor que alegrarán vuestras almas y encenderán vuestros corazones. Vuestra amada es feliz a nuestro lado, tranquilizaos. Llorad, pero sonreíd pensando que las alegrías que la vida hubiera podido reservarle serían apagadas al lado de los esplendores que rodean su espiritualidad. Yo la visito con frecuencia, y, sin desplazarme, sin que mi misión quede interrumpida, puedo transmitirle los fluidos radiantes de nuestra fuerza y de nuestro cariño.

Nos comunicamos; nuestras almas se comunican con tanta facilidad que las palabras no son suficientemente simples para hacéroslo entender. Podéis pensar en la tierra cómo el pensamiento transporta inmediatamente vuestro espíritu donde vosotros queréis, a distancias desconocidas. Pero la diferencia es que aquí los pensamientos nos llegan en vibraciones que comprendemos, que entendemos, vibración dulce y suave, proyecciones que lanzamos y recibimos cuando sentimos la necesidad y que Dios lo permite, porque, por encima de todo, nosotros obedecemos, ¡y con cuánta alegría!

Os hablo, por supuesto, de nuestras esferas blancas; porque, en otras reina el desorden; las almas pesadas, sin buena voluntad, forman esferas densas donde sufren y donde todo es caos. Os repito que son las almas pesadas las que forjan sus sufrimientos, y no Dios que es todo bondad, todo justicia.

Cierto, los lazos no se rompen cuando se deja la tierra, sino que los amores, los afectos, la ternura, las amistades, se amplían: todo para todos. ¡Vosotros cuyas amistades son tan limitadas, tan exclusivas, no podéis comprender! Aquí, en nuestras esferas, todos estamos al servicio del Maestro, en el amor universal. Salvar, traer de nuevo, ayudar, amar, para llegar a la Unidad, el Fin supremo, esto es lo que los hombres no pueden concebir; ellos deforman, interpretan mal los símbolos, y les dan un alcance muy distinto del que el propio Jesús trataba de dar1.

Vosotros que sabéis, haced comprender a los que sufren y lloran a un ser querido, que pueden llorar, pero que deben levantar los ojos del alma hacia nuestras esferas benditas, proyectarlos, llenos de lágrimas, sí, pero de lágrimas brillantes de pensamientos de amor. El sentimiento del que el «yo» es excluido, las oraciones de las que está ausente el egoísmo, son para los que vosotros lloráis porque no comprendéis su transformación, fuerzas y apoyos maravillosos. Vosotros los creáis esferas más suaves, en las que ellos se reconocen, se preguntan, trabajan también con calma para avanzar y lograr más comprensión en su nueva vida, que es, felizmente, totalmente distinta de la que

1 Sed Uno, como mi Padre y yo somos «Uno», dijo nuestro Señor la noche de la Cena.

Page 35: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

abandonaron con su cuerpo tan pesado y tan molesto.Os suplico, queridos amigos, que iluminéis los dolores. Entendedme bien: Paqui os pide

que iluminéis los dolores. ¡Ellos son tan sombríos, tan amargos, tan abrumadores y tan pesados de llevar cuando son oscuros! ¡Qué dulce misión, llevar luz a almas angustiadas, poder llegar a hacer sonreír a través de las lágrimas! Nunca os lo repetiré lo suficiente, vosotros podéis mucho porque habéis recibido mucho, vosotros que sabéis, y que tenéis la certeza de que vuestros muertos están vivos.

Sed apóstoles, difundid la palabra justa, la que sostiene, la que consuela. Dad vuestra mano, atraed hacia vuestro corazón, para que se acurruquen en él, esos desesperados, y susurradles muy cerca de su alma: tened confianza, volveréis a ver a esos ausentes queridos; la comunicación no está rota; ellos os aman tanto como vosotros los queréis; pero, ¡arriba los corazones! no agobiéis a esas almas; no las retengáis; que vuestros impulsos de cariño sean sólo un canto de gloria que los impulse hacia las esferas elevadas, hacia la perfecta felicidad, más cerca de Dios, de la verdad, de la Luz.

Rezad en comunión de pensamientos con vuestros ángeles. La comunión de las almas es uno de los más hermosos, de los más consoladores misterios divinos. Acercaos a la Eucaristía, don inefable de Jesús, que vosotros no podéis comprender totalmente, porque vuestros espíritus, vuestros cerebros son demasiado pobres. Sed confiados y sencillos como niños; la luminosidad de vuestras almas es la única que importa. Haced el bien, dad felicidad, no temáis nunca usar vuestro corazón, él puede y debe hacerse cada vez más grande. Estos son los ramilletes que podéis enviarnos, y que nosotros llenos de alegría iremos a depositar a los pies de Dios, pidiéndole que derrame esas flores, por vosotros lanzadas, en beneficios infinitos y en pensamientos de amor.

Paqui.

Por un joven moribundo

Paqui no conoce los designios de Dios. Vuestra angustia me muestra la gravedad del momento. ¡Hágase la voluntad de Aquel de quien depende que todo sea hecho! Recemos con un fervor totalmente resignado de antemano, por muy penoso que sea para nosotros. Digamos también que para el alma que abandona la envoltura, es un favor indecible, porque, privilegiada por no conservar la apariencia exterior, se lanza a nuestras esferas para gozar de una luminosa y una gran claridad… Recemos…

Dios mío, os suplicamos que nos dejéis a este joven. Piedad para la pobre mamá hundida en el dolor, que no puede razonar ni aceptar la cruel separación. ¡Vos habéis dado a la madre fibras tan profundamente unidas al hijo que ella trajo al mundo en el dolor! Vos sabéis el fuerte apego que está anclado en todo su ser. Piedad por esta fuerza, no la rompas, no la abrumes hasta el fondo privándole de su hijo. Suplicamos a María, la Madre dolorosa, que intervenga ante Vos. ¿No conoció ella este horroroso desgarro? Mejor que todas nuestras palabras, nuestros gritos de dolor, Ella sabrá presentaros nuestra petición. Mira, Dios mío, la hora de esta alma; déjala junto a nosotros, y nosotros Os prometemos obtener mucho de ella y de la que hayáis tenido a bien proteger, para que ella crezca… Siento el hilo muy delgado… el aliento ya no es aliento, pero Vos podéis, Señor, comprender nuestro grito, nuestra esperanza. Hermanita Teresa, únete a nosotros. Santo Cura de Ars, intercede por nosotros, por Jacques, pequeña flor de Dios dispuesto a dejar este valle de lágrimas para venir aquí, resplandeciente, a unirse al cortejo de los elegidos, de los privilegiados. Porque esto sería un gran privilegio.

Madre dolorosa, madre apuñalada por la espada, inclina tu frente, dobla la rodilla, suceda lo que suceda. No te rebeles, tú conocerás también la alegría de la muerte.

Rezad, rezad. La oración es una palanca poderosa. Yo estoy con vosotros, sentidme, sentid a Paqui, que os ama y llora porque vosotros lloráis y todavía no comprendéis lo que sucede aquí cuando el alma preparada, el alma iluminada, se desprende de la materia. La confío a mamá, esa madre dolorosa, a la madre consolada por la Luz.

Paqui.

Madre, resígnate

Oh, madre querida, te suplico que no trates de aumentar tu tortura. No busques… El hilo aparente se ha roto, pero sólo es un hilo, y todo lo demás permanece, y es mil veces más

Page 36: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

importante. Busca ahora a tu amado donde descansa, y cuando en tu seno estreches su imagen, será a él a quien tengas. Él está aquí, descansa, sólo está transfigurado, más hermoso, más joven, más alegre que nunca. No eches de menos sus alegrías, el posee todas y muchas más aún. Es el hijo bendito entre los hijos benditos. ¡Entrégale tu hijo!… Di a Dios: «Padre, lloro por el hijo que me diste, porque mis ojos ya no lo ven, pero yo sé que vive… Hace un gran viaje sin su mamita, eso es todo. Pero sé que no está solo: ángeles velan junto a él, amigos lo acompañan, y seres amados, desaparecidos a mis sentidos, me sustituyen junto a él. Tengo fe en Vos, Señor, pero mi corazón todavía abatido no puede aceptar el sacrificio, y busco a mi pesar al pequeño ser que llevé, al niño que mecí, al hombre en que se transformó, el corazón formaba un solo corazón con el mío. Vos comprendéis mi dolor, sostenedlo firmemente; soy vuestra hija pequeña, mecedme en vuestros brazos fuertes, y, transformada, tranquila, aceptaré todo, Dios mío. Ninguna rebeldía saldrá de mi ser; doblo la rodilla, inclino la cabeza, y Os digo: gracias por mi pequeño, flor apenas abierta, que Vos habéis vuelto a tomar antes de que se marchitase, para preparar con ella Vuestra corona, la corona de los elegidos. Pequeña flor, te ofrezco: ve, realiza tu obra, ya no me perteneces, eres la flor del Señor. Sé bálsamo, sé perfume, y mi alma se alegrará, puesto que tu hermana Paqui te servirá de guía.»

¡Pequeña guía, parcela divina, guía a mi Jacques! Y Paqui responderá: Madre querida, cuenta con la Margarita que sólo dejó la tierra para deshojarse sobre todos vosotros. ¡Qué grande es Dios al conceder una alegría tan inmensa a su ángel de amor para derramarla sobre sus amigos de la tierra!

Os amo; tened confianza. Hasta siempre, todos en uno.Paqui.

Así sea

Palabras sencillas pero fuertes de aceptación, de abnegación y de renuncia, que esta mamá, a pesar de su inmenso dolor cuya amplitud es imposible medir, debe llegar a pronunciar desde lo más profundo de su alma y de su corazón, para sentir la luz: ¡Así sea!

¡Pobre Mater dolorosa! Pobre pequeña criatura desgarrada, repite estas palabras maravillosas, imprégnate de su luz. Nosotros te compadecemos, te comprendemos, lloramos contigo, pero te pedimos que nos escuches. Para esto, mientras puedas, abstráete de tu pobre corazón humano, de su atroz sufrimiento; deja que tu alma venga libremente hacia nosotros para sacar de aquí fuerza y consuelo. Y cuando, pasiva tu alma en nuestras celestes, tú nos escuches, te lo digo y te lo repito, nosotros te rodearemos, te sostendremos, y tú oirás el murmullo de nuestros labios; el aliento que procede de las esferas divinas te calmará, estarás menos atormentada, casi comprenderás la belleza de tu sacrificio y su utilidad para la felicidad del hijo que crees haber perdido para siempre. Y tu corazón dirá: ¡Así sea! Que tu corazón abatido no se rebele: nada se ha perdido, ni él, el hijo en el cuerpo glorioso, ni tu sufrimiento, ni el dolor de todos vosotros… Haced con él un ramo, ofrecedlo con la convicción de que perfumará el paraíso del querido pequeño ha crecido hasta una altura tan grande, en un salto de apenas algunas horas de sufrimientos. El ha transformado su vida, eso es todo. ¡Olvidaos! Olvídate, mamá siempre querida por tu pequeño. No te mires, dirige tus ojos, tu corazón, tus palabras, tus aspiraciones, tu razón de vivir, hacia los que te rodean y hacia muchos otros; la mirada hacia el sufrimiento de tus semejantes aliviará el tuyo, tu alma se elevará, crecerá; puedes transformarlo todo. Siento en ti un gran futuro espiritual muy cercano. Que las palabras: Así sea, sean para ti la luz que te siga, el faro que ilumine tu alma. Pronunciándolas con frecuencia, comprenderás su grandeza. Sí, Así sea; sí, Jacques está feliz; sí, yo, su mamá, lo veo, lo miro aquí donde él descansa, entre las rosas y los lirios, en las esferas benditas, libre simplemente de esa envoltura que todos dejamos, más o menos tarde, más o menos pronto…

Madre dolorosa, acepta y olvídate, he aquí la llave de la gran puerta que te conducirá muy pronto a los jardines florecidos donde comprenderás y verás la alegría del que tú lloras.

Y yo personalmente, ¿he dicho alguna vez una palabra que pueda evocar en vosotros la menor amargura, la menor queja? Oh, no, no; todo es alegría en nuestras esferas; releedme desde el comienzo de nuestros encuentros. Paqui vive feliz, Paqui bendice su muerte, Paqui no desearía volver a tomar su envoltura. Entonces, amigos queridos, si creéis en mis palabras, si creéis en Paqui, la margarita del Señor, no lloréis a este hermano querido de Paqui. El conseguirá también esta felicidad sin mezcla… Dejadlo descansar, no

Page 37: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

turbéis su alma serena; todo dolor procedente de vosotros le afecta… Si queréis ayudarle y hacer florecer su lecho de descanso, que vuestras manos hagan ligeramente el gesto de elevarlo más arriba, despacio, muy despacio; ofrecedlo a Dios, envolviéndolo en pensamientos serenos; ellos se transformarán al llegar y tomarán forma de flores raras y perfumadas que serán suaves y beneficiosas para él. Todo esto, con calma. Vuestros ojos pueden llorar, pero que vuestra alma vigile junto a él, no como un viento glaciar y cargado de tempestad, sino como un céfiro que mece las horas de descanso, las horas de dulce sueño, antes de despertar en el seno del Paraíso de los ángeles. Entendedme bien; esforzaos en vosotros mismos por él.

Os envuelvo a todos con mi cariño mayor y más profundo que nunca, os susurro que Paqui jamás os abandonará… Estáis unidos a ella con lazos tejidos por la mano del gran Tejedor, ¡El sabe hacerlos indisolubles!

Paqui.

Padre mío, Dios Todopoderoso, nos ponemos totalmente en tus manos divinas con confianza y con fe. Quita de nuestros corazones esta amargura tan torturante, mira nuestra terrible pena. Tenemos el deseo de comprender mejor; levantamos los ojos hacia Ti para que hagas que en ellos penetre la luz, que la recibamos, y que nuestras almas saquen de ella esa comprensión del dolor de la que tienen sed todos los hombres.

Dios mío, mira nuestra buena voluntad; lanzamos al espacio palabras de amor y de cariño hacia nuestro ser querido que partió hacia más luz, y decimos con fervor y con fe: Así sea, Así sea.

Venid a mí, vosotros que sufrís

Nosotros estamos cerca de vuestros corazones, amigos que sufrís, y tratamos de hacernos entender, la mayoría de las veces sin resultado, por desgracia, por lo demasiado sobrecargados que estáis por la materia y por todas las penas que de esto derivan. Vosotros que sufrís, escuchad nuestras palabras, comprended el sentido: vuestras lágrimas serán menos amargas y no quemarán a vuestro corazón herido. Elevad vuestra alma, descargad vuestro peso en el corazón de Jesús. El es el gran refugio, el amigo de todos, y sobre todo de los que lloran.

Id a El con confianza y amor; que vuestras manos se unan, que vuestras rodillas se doblen ante el banquete de Vida que El os ha preparado, que la comunión con el Divino os tranquilice. Venid a El, vosotros que sufrís, y os sentiréis consolados. Olvidad vuestro propio dolor para consolar a los que sufren más y, por amor a los que vosotros lloráis, dad felicidad a otros corazones afligidos, difundid la luz que habéis recibido.

Sed nuestros fieles mensajeros; haced que conozcan el amor que renuncia a sí mismo, que se da, y consolad a los que lloran a un ser querido enseñándoles que hay que buscar entre los vivos, y no entre los muertos.

¡Nuestra vida, afortunadamente, es completamente distinta de la vuestra! Ya no vemos con nuestros ojos de carne, ya no caminamos por medio de un cuerpo, pero vivimos, estamos vivos: tenemos nuestros pensamientos, nuestras sensaciones, nuestras alegrías, ¡y qué alegrías! Os vemos y os comprendemos; a pesar de nuestra trasformación espiritual, nuestros afectos permanecen, y no olvidamos.

Todo se transforma, todo se desnuda para revestirse de otra cosa; la naturaleza entera os servirá de ejemplo si queréis reflexionar y meditar. Elevad las miradas de vuestra alma hacia ese Dios consolador que os repite con sus mensajes celestes: vosotros todos que lloráis, venid a mí y seréis consolados, porque Yo soy la Resurrección y la Vida.

Rezad; pedid sin exigir nada: este es el secreto de la felicidad. Rezad a la Virgen nuestra Madre. Qué grande y hermosa es esta Madre de nuestro Dios; Su mirada tan dulce embelesa mis ojos de pequeño ángel; en sus rayos de amor hundo mi mirada, de ellos saco el azul. Es dulce, es Madre, ¡sabe amar tanto a los que la imploran con fe! Tened confianza en ella, pedidle gracias, inclinaos profundamente; su poder es muy grande en el corazón de Jesús, seréis escuchados.

Madre, María, sé nuestra protección, nuestra luz. Guíanos, dirige nuestros pasos vacilantes, afianza nuestra fe, refuerza nuestra perseverancia. Mira nuestro inmenso deseo de permanecer fieles. Carecemos de fuerza y sabemos que superaremos todas nuestras dificultades, si tú quieres ser nuestra estrella luminosa, nuestra guía para llevarnos hacia

Page 38: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

nuestro Dios, para que nos presentemos ante El sin vergüenza, sin pena.A pesar de todas nuestras miserias, de nuestros errores, de nuestras debilidades,

llegaremos con corazones confiados en la misericordia infinita de ese Padre, al que habremos amado, servido, con lo mejor de nuestro corazón, de nuestra alma. Guiados por nuestra divina Madre, tenemos la certeza de hacernos mejores a pesar de nuestra pequeñez, y más fuertes para cumplir nuestra tarea de cada día y todos nuestros deberes.

Paqui

III- LAS VIRTUDES

Ofrenda

«Dios mío, Os doy mi corazón.» Comienzo de oración que será el tema de nuestra charla de esta noche.

Dar el corazón a Dios, ponerlo en sus divinas manos, es la clave de la felicidad; es el secreto para abrir las puertas más cerradas; es el faro luminoso que guía en la noche de la vida. Por esta entrega de vosotros mismos que hacéis a Dios, El os los da todos a cambio, entendedme bien, todos, sí, todos.

Las pruebas, las preocupaciones, los sufrimientos incluso os parecerán más ligeros pues las ofreceréis a Dios. Este corazón, ya no os pertenece, sólo sentirá los golpes, las decepciones, las penas, a través de este Dios, de este Padre al que os habéis entregado. Aceptaréis con serenidad, por hacerlo con confianza y abandono, las tristezas del viaje terrestre. Aceptar es sembrar; nada se pierde, y no olvidéis que entre ciertos dolores muy profundos florece y crece el más hermoso jardín de Dios.

Meditad bien este comienzo de oración: ¡es tan grande, tan completo! y comprended a Paqui cuando os dice: «Dada a Dios lo mejor de vosotros mismos y seréis consolados.» Consolados, debéis serlo totalmente: olvidaos, entregaos, daos, y veréis que las espinas se arrancan, que las llagas se cierran; ¡y si las cicatrices permanecen visibles, qué importa! Dios hará florecer, en el lugar marcado por el hierro rojo del sufrimiento, las flores más raras y más olorosas.

Sí, decid con frecuencia: «Dios mío, os doy mi corazón», y añadid: «Tomadlo definitivamente, para que no vuelva a ocupar su lugar en este pobre cuerpo humano lacerado. A través de Vos, Señor, sólo podrá adquirir fuerzas. Engrandecido, transformado, iluminado, atravesado por flechas del Amor Divino, dará luz, levantará a los débiles, a los que han caído, iluminará a los que están en las tinieblas, corregirá los errores o los hará inofensivos.»

¡Qué maravillosa llave, queridos míos, tenéis en vuestras manos! Oh sí, dad a Dios enteramente vuestro corazón, no volváis a tomarlo, y venceréis. Amén.

Paqui.

La fe

«Yo soy el Dios de paz, la divina-luz. Venid muy cerca de Mí porque soy vuestro Padre; creed en mi bondad, ella nunca le falta al que me implora sin exigir nada.» ¿Escuchada? No puede serlo siempre según sus ojos de carne que no comprenden los «por qué», los «cómo».

La existencia de Dios no plantea ninguna duda en millones de espíritus, y sin embargo cuando se establece la comunicación entre el cielo y la tierra, dudan, tienen miedo. Creen en Dios, lo imploran, y sin embargo no desean con el ninguna relación tangible.

¿Por qué el terror del más allá, si para ellos Dios existe, si creen en su amor de Padre? Dios es misericordioso; jamás se manifiesta para golpear, sino para dar la esperanza, el consuelo, y la fe más profunda. Tener una comunicación directa con el Cielo debería ser la mayor felicidad para todo creyente. ¡Cuántos fallos en la comprensión por ideas preconcebidas de espíritus atrasados que desearían inculcar a los demás! No comprenden, luego no existe… no ven, luego es falso…

Cuando no podéis captar y comprender los maravillosos designios de Dios, todo Amor, decís: no sé, no creo en lo que no veo; pero no tratéis en vuestra ignorancia de poner trabas en el camino hacia la verdad de los que buscan la luz y quieren tener los ojos más

Page 39: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

abiertos que los vuestros… ¿Temer equivocarse, temer encontrar fluidos malos? Sí, esto sería admisible si nosotros no os cubriéramos con nuestros fluidos puros. Comunicando a través del pensamiento con almas puras, no podéis encontrar a las impuras.

Mantente sin temor, sólo puedes escribir buenas enseñanzas, te llegan de tus amigos celestes por permisión divina, y nosotros sólo deseamos veros más instruidos, más cerca de nosotros por el espíritu, por el alma sobre todo. No temas engañar a los lectores de estos folios; los que lean no dudarán, estate segura; se sentirán sorprendidos, desconcertados, no comprenderán de dónde les llega ese misterioso encanto que los invadirá, pero se producirá, este es el fin a alcanzar. Lo demás, el resultado, vendrá a su vez sin daros cuenta. Sembrad, Dios hará germinar. Haced como el labrador que no mira cómo crecen sus semillas; vigila de vez en cuando y Dios hace el resto.

Para el labrador, Dios es la naturaleza; si reflexionase, caería en éxtasis ante la obra misteriosa y divina. Pero no reflexiona, no sabe; siembra, planta y piensa que es completamente natural que aquello crezca, sin pensar en la armonía de esta admirable creación universal que se resume en una sola palabra: el Amor de Dios por su creación y sus criaturas.

Dios envía su Amor y sus gracias al que Le pide con confianza y humildad. El espíritu dócil ayuda al alma a elevarse, a avanzar hacia la comprensión espiritual. El espíritu rebelde, por el contrario, hace pesada al alma y la impiden evolucionar. Ayudad con toda vuestra fuerza a los que están en la oscuridad y esperan la luz. Sed el pequeño grano de la flor que el viento trasporta al suelo que deberá fecundarlo. De vuestros pensamientos puros y generosos brotará como una chispa cuyo pequeño resplandor irá directamente al alma que deberá iluminar… y más tarde, la verdad iluminará a su vez a los que todavía no comprenden las enseñanzas divinas; ellos verán la luz, pero tal vez más tarde, mucho después de la salida terrestre; se sentirán maravillados, ¡pero con cuánto retraso!

¿Por qué dudar de los Cielos, de los ángeles, de los santos? Cuando la duda sacuda un tanto vuestros corazones, rezad, y permaneced en comunión con el cielo a través de pensamientos piadosos y fervientes. La Fe, incluso la más ardiente, está sujeta a fallos, a tinieblas en las que el alma se siente aislada, abandonada. El alma más fuerte, más fiel, puede pasar por crisis de oscuridad. Al superarlas por la oración, trabaja y se eleva tal vez más que en horas de paz y de piedad, si se abandona enteramente a la misericordia divina con humildad, confianza y amor.

Alma mía, desea trasportarte un poco más allá de la tierra; mira más de cerca los cielos, aléjate de las preocupaciones, de los miedos, de las dudas. Ven a postrarte a los pies de tu Salvador; está ahí, te espera, te escucha con ternura de Padre. Pídele gracias, esas que a uno le hacen bueno, puro, pequeño, sincero. Dile que eres suyo y que lo eres para siempre. Sigue repitiéndole tu buena voluntad, tu horror al pecado, tu deseo de obrar mejor. Alma mía, repite todo esto, y me harás ligera, fuerte, dispuesta a socorrer a mi espíritu y a mi cuerpo, que sólo formarán una unidad para amar al Señor.

Paqui

La esperanza

«Pedid y recibiréis», dijo el Señor. «Llamad a la puerta y se os abrirá.» Magníficas y sublimes promesas que muchos no comprenden, o rechazan.

La oración es un vínculo que nos asocia y relaciona el cielo con la tierra. Para rezar útilmente, es necesario que os desprendáis un momento de los placeres y de las preocupaciones que os rodean. Bastan sólo unos segundos para un impulso de vuestra alma hacia Dios, para pedirle por todos los que sufren, para ofrecerle vuestros dolores, vuestras pruebas, vuestras angustias por almas que sufren todavía más y son más miserables, porque recordad que la oración egoísta no es escuchada y no da ningún fruto. Ella tampoco consiste en vanas repeticiones prolongadas que sólo los labios murmuran sin comprender nada. Una llamada muy corta pero ferviente, confiada, renovada con frecuencia en el silencio de vuestro corazón, os acercará con mayor seguridad a la divina Misericordia.

Al principio, sólo podréis manteneros algunos segundos con vuestro Dios, con los ángeles y las esferas celestes, pero, si perseveráis, llegaréis a prolongar vuestras meditaciones. Cuanto más continuéis, más gustaréis de dulzuras infinitas para que os alejéis de los contactos humanos, y lo que era un cansancio se convertirá en una alegría. Sólo llegaréis a un resultado tangible con mucha perseverancia. No seáis exagerados; dad a la meditación,

Page 40: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

a la oración, el tiempo que no dedicáis al deber, ni a nadie; no hay que caer en escrúpulos mezquinos que, lejos de elevar y engrandecer el alma, la empequeñecen y la impiden progresar.

Poneos al pie de la Cruz, no con temor ni tristeza, sino con confianza y amor. Meditad en el gran sacrificio que hizo Jesús para asegurarnos la vida eterna. Decid con fervor que comprendéis, y que deseáis que este sacrificio no sea inútil, sino que redunde en gracias bienhechoras para toda la humanidad. Que la pasión de Cristo sea para vosotros la escala luminosa que os permita ascender, comprender el inmenso amor de Dios hacia su criatura, por miserable que sea. Cuanto más miserable sea de apariencia o de fondo, más se le acerca Jesús, la ama y viene a decirle: «Levántate, estoy a tu lado, tus pecados te son perdonados.»

La palabra escala es una imagen. Porque nunca se llega a Dios de un salto: hay que subir uno a uno los escalones de la vida, de la comprensión, del sufrimiento ofrecido, descender a veces de un escalón si se desea subir dos a la vez, lastimarse… No os desaniméis; el mismo Jesús curará vuestras heridas si queréis ofrecérselas con confianza. El las quemará en su Amor; jamás permanece sordo a una petición bien formulada sin exigir nada a cambio. Ofreceos totalmente a Su voluntad divina, y, con toda vuestra fe, al terminar vuestra llamada, pronunciad estas palabras maravillosas de confianza y de renuncia: ¡Así sea!

Y si no sentís el dulce contacto de las divinas manos de Jesús, no perdáis confianza: Jesús está ahí muy cerca, y vuestros ángeles os prometen que vuestros esfuerzos espirituales darán todos sus frutos. Esta será una hermosa preparación para la salida; esa salida se convertirá en una llegada. Comprended qué dulce es poder daros esta esperanza; llegar cuando hayáis superado las bóvedas menos bajas que las de vuestra tierra, ayudados y guiados por vuestros ángeles.

Pero, mientras esperáis ese momento, vivid felices y en paz sobre la tierra; no descuidéis ninguno de vuestros deberes; no dejéis nada a merced del viento diciéndoos: «Dios proveerá»; en una palabra, sed activos y ponderados. Sobre todo, dejad que vuestras almas vengan a fortalecerse por la meditación en las esferas celestes donde encontrarán a vuestros ángeles que os ayudarán a ser iluminados, videntes con ojos abiertos de par en par de los que las neblinas humanas no empañen ya el brillo de su luz interior. Vuestros esfuerzos por portaros mejor serán nuestros esfuerzos. Sed pacientes y perseverantes: los progresos espirituales no van más deprisa que si, ramita a ramita, se confeccionase un haz de heno… Pero tened confianza.

Paqui.

La caridad

«Amaos los unos a los otros», dijo el Señor. Este es el tema de nuestra charla de esta noche.

Jesús, al dar al mundo esta palabra, esta enseñanza, le daba la clave de la felicidad: la paz, la dulzura de vivir con sus semejantes en el amor y en la indulgencia.

Jesús mostró el ejemplo. Amó, perdonó, se acercó con ternura al pobre, al leproso, al pecador: «¡Mujer, se te perdonará mucho porque has amado mucho!»

Jesús, todo amor, deseaba que los hombres fueran hermanos, sintiendo unos con otros esa bondad, esa indulgencia, esa generosidad, de la que él nos daba ejemplo cada día. Habría deseado ver en todos los rostros el reflejo del amor, de ese puro sentimiento fraternal que consuela y sostiene. Predicó, desarrolló su pensamiento, pidió al mundo que lo escuchara y muy pocos lo siguieron, muy pocos lo comprendieron. Fue abandonado incluso por sus discípulos a los que sin embargo había mostrado tanto afecto. Sufrió aún más por verse incomprendido que por los sufrimientos soportados durante su calvario… Murió en la cruz para demostrar a todos su gran amor; y su última palabra fue una palabra de dulzura y de misericordia: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»

 ¡Ah, seguid su ejemplo, seguid a este Dios tan generoso! sed pequeños Cristos. Amad, amad incluso a los que os desean mal. Como él, sed buenos, generosos. Comprended todo lo que encierra esta palabra, todo lo que quiere expresar: generosidad del alma, la oración por todos de la que queda excluido el yo egoísta; generosidad del espíritu, indulgencia, comprensión amplia de los deberes hacia el prójimo; generosidad en el juicio aplicado a los semejantes; generosidad del corazón, que consiste en callarse para no hacer daño, en ser caritativo con el que cae, con el que sufre por su pecado, por la fatalidad, caritativos con

Page 41: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

los que no lo son, caritativos en todos los juicios en general, siendo comprensivos, buenos y generosos.

Perdonad, sed misericordiosos, poned en vuestros corazones dulzura con vuestros pensamientos puros, con vuestros deseos de bondad. Lanzad al viento todo esto: la brisa los depositará allí donde sea necesario y, lejos de ser inútiles, vuestros pensamientos de amor florecerán en terrenos tal vez estériles hasta entonces, y Dios los hará germinar.

Desgraciadamente, cada vez se ama menos en la tierra; y nosotros, que vemos desde aquí el color de los pensamientos, estamos horrorizados y desolados… Y os suplicamos que recéis con nosotros, que reforcéis nuestra fuerza de amor, para que Cristo Jesús reciba nuestros impulsos de amor puro y se sirva de ellos para purificar al mundo.

La paz del alma, amigos, es el Amor, es ese fluido, es ese gusto por ser bueno, por perdonar y ser compasivo, por ver feliz al hermano antes que a sí mismo. Y en la tierra no existirá la paz, mientras se dediquen a borrar esta palabra que brilla en cada átomo de la creación. Mientras los hombres no comprendan, mientras no sientan que este sentimiento de fraternidad y de amor los envuelve totalmente, habrá que temer siempre desórdenes inevitables, y las épocas llamadas «de cataclismos». Por eso os lo repito, amigos queridos, a vosotros que habéis recibido los rayos de amor y de comprensión, sed generosos, distribuidlos en torno a vosotros, para que el amor reine por fin sobre la humanidad entera, y repitamos con fe, esperanza y amor las palabras de Cristo: «Amaos y ayudaos los unos a los otros.» Así sea.

Paqui

La confianza

Confiad en Dios; sin ningún temor, agarraos a la cruz; si os parece fuerte, grande y pesada, no desesperéis; su peso es posible soportarlo si sabéis colocarla bien sobre vuestras espaldas. Tal vez os lastime porque, mal equilibrada, hacéis esfuerzos desesperados para que no os aplaste.

Elevad vuestra alma; orad con la convicción de que Dios, vuestro Padre, os escucha y comprende lo que queréis hacerle notar. Recitad vuestra oración no con vuestros labios, sino con todo vuestro ser; apoyaos en lo que Cristo asumió para que vivieseis, para que tengáis derecho a la felicidad eterna, para que los muertos sean sólo vivos transfigurados.

Con la Fe y la Confianza en Dios, seréis fuertes, venceréis las angustias, las dudas, las penas, los rencores, las decepciones. Llevaréis con valentía vuestra cruz y os consideraréis piedras del camino. No tropezaréis si vuestras miradas se elevan hacia lo alto; pero estad seguros de sucumbir si miráis con ansiedad las dificultades del camino. La fuerza que da vida procede de lo alto y no de la tierra, creedlo.

Con vuestra mano en la Mano de Jesús, enfrentaos a las borrascas de la vida. Demostrad que podéis dirigir la barca de la que sois los grumetes. Vosotros mantenéis el timón, pero sabéis que Dios es el piloto, y que os conducirá al puerto: entonces, ¡qué importan las tormentas que hacen pesado vuestro cielo, cubierto de nubes amenazadoras! Vuestro ángel os trae el arco iris, la estela luminosa que os abre todas las esperanzas.

Esperad, y no olvidéis ayudar a vuestros hermanos retrasados por el huracán. Sed, queridos amigos, corazones llenos de sentimientos altruistas. Dad generosamente el trigo limpio que Dios os ha confiado para que lo distribuyáis a las almas que se acercan a vosotros y que están hambrientas. Alimentad a las almas lo mismo que a los cuerpos.

Hay trigo y más trigo, vosotros lo sabéis. La Fe, la Esperanza, la Caridad, contienen lo esencial de las fuerzas que dan vida y os ayudarán a ser fuertes, felices en medio de los dolores más profundos.

Dejad que los calumniadores calumnien a los que quieren dejarse manchar; dejad que los malvados vomiten su maldad; ¡no podéis impedir que los pensamientos ruines se extiendan, no tenéis el poder de los Apóstoles! pero tenéis que rezar por los malos que son muchas veces ignorantes, y esperar siempre a que el bien venza al mal. Dándoos a todos los que lloran y sufren, seréis pequeños apóstoles, habréis realizado vuestra tarea y ella dará sus frutos.

Sed fuertes y animosos; obrad de tal manera que el ángel de Dios sea feliz de haber transmitido la Luz Divina al espíritu de sus amigos. Vosotros sois los hijos benditos de Dios y debéis difundir esta Luz. El que se acerque a vosotros debe sentirse iluminado, y si no hacéis lo necesario para hacerla brillar, no estáis en la verdad. Permaneced en la verdad, difundid la Luz.

Page 42: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Paqui.

La humildad

Aparece ante ti una pequeña llave: es sencilla, sin ningún cincelado para hacerla agradable a tus ojos; es el símbolo de la simplicidad, de la humildad que os abrirá todas las puertas de la sabiduría, os dará la paz tan preciosa al corazón y al alma, y simplificará todas vuestras acciones.

La humildad es la virtud más agradable al corazón de Jesús que siempre la ha practicado. El nos pide permanecer siempre humildes, sencillos, confiando en la verdad y en la misericordia divinas, en el conocimiento de nuestra miseria y de nuestra ignorancia.

Decís bien que no sois nada, que sólo es grande vuestra buena voluntad. La vida no está hecha de grandes cosas, de acontecimientos sensacionales, de valentía y de heroísmo, para las que Dios da las gracias necesarias en un momento difícil de superar. Pero la fidelidad a las cosas pequeñas, la perseverancia en las pequeñas acciones de cada día, por muy humildes, monótonas y dolorosas que sean, son agradables a Dios.

La dulzura y la resignación agradan a Jesús, porque sabe y comprende los esfuerzos que hay que hacer para adaptar la propia naturaleza, rebelde las más de las veces frente a las pruebas y los pequeños sufrimientos de la vida terrestre, decepciones, traiciones, que quiebran la mejor buena voluntad. Pedir ayuda sólo allí de donde puede llegaros, rezad, elevad vuestra alma; después, paso a paso, subid por vuestro camino, ofreciendo simplemente todas vuestras penas, todos vuestros sufrimientos, al Dios de bondad y de misericordia; ellos se transformarán así en una oración, se convertirán en el bien del Señor, que El conservará para adornar vuestra alma cuando llegue el momento.

Permaneced sencillos, pequeños; no tratéis de hacer actos deslumbrantes; seguid simplemente el camino que se os ha trazado, no miréis más lejos. La humildad es el mayor mérito a los ojos del divino Maestro.

Antes de ascender a su Padre, ¿no fue Cristo el ser más humilde de este Padre? Mirad su nacimiento, su vida laboriosa y oculta: ¡qué sublime ejemplo! ¿Por qué no seguirlo? Y dado que esta frase os ha parecido hermosa y llena de esperanzas, os la repito, escuchadla: Sed débiles, briznas de hierba; dejaos pisar por los pies de vuestros enemigos, Dios os volverá a levantar, y seréis grandes. La recompensa deslumbrará vuestros ojos, y la pequeña llave os abrirá la puerta de las grandes alegrías del alma, del espíritu y del corazón.

¡Dios es muy bueno, muy indulgente con los pequeños, con los humildes, con los sencillos! y los humanos están muy lejos de comprender la inefable felicidad que los esperaría si fueran sólo hijos, pequeños que elevasen los ojos diciendo simplemente: Padre, Padre, soy tu hijo y te amo.

Digamos juntos una oración que yo iré a depositar a los pies de Dios.Dios mío, Padre mío, Os pido encarecidamente que me ayudéis a subir la senda que me

llevará a la comprensión de las virtudes que os agradan. Vengo con mi buena voluntad, con mi deseo inmenso de obrar bien; me echo a vuestros divinos pies; me inclino y dejo que mi alma se hunda en vuestros divinos rayos. Así, totalmente bañada de luz, ella me ayudará a seguir el camino que Vos me habéis trazado. Vuestro ángel, Padre, me sostendrá con vuestro permiso, y su soplo dorado me mantendrá y me hará avanzar. Desde lo más puro de mí mismo, Señor, os doy gracias por todas las gracias que me habéis concedido. Os amo y soy vuestro hijo humilde y confiado en vuestra misericordia infinita. Amén.

Paqui

La bondad

Lo que Dios más quiere es ver a sus hijos amarse y que se llevan bien. Desea ver la armonía en las familias, en las sociedades, en toda reunión, y ver que luce en los corazones la indulgencia, la bondad y el perdón de las ofensas. 

Desgraciadamente, qué poco es respetada su Voluntad, hasta qué punto es incomprendido su sacrificio… El vino a la tierra para mostrarnos el camino, ayudarnos, rescatarnos, borrar las faltas, preparar el futuro; El sufrió, murió para esta obra de redención, y sus hijos no comprendieron; no creyeron en El, le traicionaron o se lavaron las manos en señal de indiferencia. Después, los siglos pasaron, pero Dios permanece. ¡Qué pocos se aprovecharon de este inmenso sacrificio, qué pocos siguieron sus Evangelios admirables, tan fuertes como suaves; qué pocos siguen sus enseñanzas!

Page 43: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Dios desea que la bondad sea la base de todas las relaciones entre humanos, que los desheredados sean protegidos por los favorecidos, que sus mandamientos sean aprendidos y respetados, que la sinceridad y el amor reinen en la tierra, y nada de todo esto se cumple. ¡Cuántas deformaciones, desafortunadas transformaciones! Jesús nos trazó el camino recto, sencillo, fácil, limpio, el que conduce hacia el Padre, pero nosotros hemos preferido los senderos tortuosos, llenos de zarzas y de espinas. Jesús llora sobre su obra incomprendida; sufre porque ama. Pensad lo que su corazón puede sentir cuando ve lo que ocurre en su casa terrestre; cuántos siglos todavía, cuánto tiempo perdido en la ignorancia antes de que su inmenso sacrificio produzca todos los frutos que El espera.

La comunicación con las esferas celestes es útil, indispensable para que la luz inunde el mundo. Los humanos, iluminados y guiados, trabajan en ello, y la transformación se realizará. Si los hombres supieran ver y comprender la misericordia divina, su corazón se abriría a todas las esperanzas, la tierra sería un rincón del Cielo, el Amor reinaría en ella.

Meditad, sed, permaneced humildes. Buscad los caminos sencillos, arrancad las espinas en torno a vosotros; sed compasivos; mirad con amor a los desheredados de la vida; tendedles una mano compasiva, mano dulce cubierta de terciopelo para no lastimarlos. No hagáis nunca el bien para obtener por él otra satisfacción que una inmensa dulzura dentro de vosotros. Ninguna satisfacción de orgullo, de publicidad… Que vuestro ojo izquierdo ignore la dulce mirada lanzada por vuestro ojo derecho; que vuestra mano izquierda ignore lo que da la derecha. Seguid el ejemplo de Jesús, cuya piedad es inmensa. El es el hermano de los desgraciados; busca a los pequeños, a los leprosos, a los más pobres, y no deja nunca un impulso sin recompensa.

La Vida que llevamos en la tierra prepara nuestra eternidad. Vida laboriosa: eternidad dulce, sin trayecto doloroso para llegar a la luz. Vida vacía, inútil, sin bondad: eternidad dolorosa, peldaños espinosos que subir hiriéndose a cada paso. Ved vosotros mismos cómo el recuerdo de un deber cumplido con ánimo, con energía, os deja más felicidad que el de una diversión en la que el placer es fugaz, y en la que, si el placer se prolonga, es con frecuencia para dejar una amargura, un disgusto. Esto, sin de ello una generalización: un placer sano no tiene nada, por supuesto, que pueda disminuiros, empequeñeceros.

Rezad; nada le es más dulce al corazón de Dios que el Padre nuestro, oración admirable, pero que tan mal se reza.

Padre, oye a tus hijos; vienen a postrarse ante tu misericordia, tu corazón se abre para recibirlos, tú los sientes tan contritos, tan fervorosos, que, cerrando los ojos a las faltas cometidas, sólo ves en este día lo que tienen de bueno. Deseamos tu gran luz para conocerte mejor y para hacernos mejores. Padre, haz que descienda sobre tus hijos la estrella maravillosa que los ilumine para que no estén ya en la ignorancia de las grandes verdades, de las virtudes que a ti te agradan y que tus rayos se fundan en ellos para que puedan adorarte mejor y hacerte amar. Así sea.

Paqui.

Línea de conducta

Nadie es dueño absoluto de su espíritu, a veces de sus actos, e incluso de su corazón. Esto es verdad, pero uno se puede alejar de los malos ambientes y refugiarse en la verdad, en la belleza, en la pureza; el mal tendrá así mayores problemas y dificultades para rozaros y penetrar en vosotros. Convertíos en vuestros corazones, llorad, amad, no en el aislamiento del egoísmo y del orgullo, sino en el perdón, la generosidad y el amor. Seguid a Jesús, nuestro amigo en la alegría y en el dolor. Y para esto, procuremos trazar una línea de conducta.

No comenzar el día sin elevar el pensamiento, el alma, hacia el firmemente.Poner el corazón al servicio de Dios.Apartar del espíritu los temas que puedan servir para la venganza o el rencor.Comenzar la jornada con nuevas ideas, al margen de esas naderías a las que nuestros

pobres sentidos humanos dan tanta importancia y que turban y dificultan los impulsos de nuestros corazones dispuestos al perdón.

Mirar con serenidad la tarea a realizar.Dar nuestro tiempo, en la medida de lo posible, a todos los que pueda serles útil.Sonreíd al día que comienza y amaos aún más que la víspera.Pensad en el día de mañana con calma y con ánimo, aunque os esperen grandes

preocupaciones. Ofrecedlas a Dios en reparación por todo el mal que se hace; nunca os

Page 44: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

dejéis arrastrar a la desesperación, agarrad la mano fuerte de Dios, acurrucaos dentro, pedid a vuestros ángeles, a vuestros queridos del Cielo que no os dejen solos, y veréis vuestra tarea reducida a la mitad, vuestro ánimo levantado, y vuestro corazón aliviado. Rezad, y pensad en los más desdichados que vosotros; por muy miserables, por muy tristes y angustiados que estéis, siempre encontraréis a más miserables que vosotros. Aliviar el sufrimiento de los semejantes es el mejor bálsamo del propio. Pruebas, todos los humanos las tienen; no tratéis de ver las vuestras más pesadas que las del vecino. No olvidéis que la vida está hecha para realizar un trabajo, que este trabajo os prepara un camino más o menos luminoso según vuestros méritos, vuestros sacrificios, vuestro abandono a la voluntad de Dios.

Os es difícil comprender que cuanto más tenéis que luchar o sufrir humanamente, más se eleva vuestra alma. La elevación espiritual se consigue más en el dolor que en la alegría; ésta nos hace indiferentes, egoístas, olvidadizos de nuestra alma y de su misión; las lágrimas nos acercan a Dios, nos hacen pequeños, humildes; le llamamos para que nos socorra y este es un movimiento de humildad y de esperanza que nos salva. Dejad que griten vuestros corazones, que rechinen vuestros espíritus, pero que vuestra alma, única joya que brilla, puro diamante, don de Dios, préstamo de Dios, si se me permite la expresión, que vuestra alma permanezca serena, confiada, en medio de la mayor borrasca.

Pobres y queridos humanos, Paqui desearía haceros comprender que Dios está muy cerca de vosotros, que se inclina tiernamente hacia vuestras miserias más dolorosas. Acercaos mucho a El, escuchadlo: tal vez comprendáis mal lo que su amor os confíe, porque vuestros espíritus son limitados y aún no podéis divisar la luminosa estrella del sufrimiento aceptado y ofrecido.

Pero sentiréis la ayuda divina, seréis más confiados, más pacientes, como niños pequeños que alargan su cuerpo doloroso hacia la mano tierna y segura de su mamá, gimen, lloran, pero se dejan curar porque tienen confianza en su amor. Sed como los pequeñuelos; dejaos guiar, dejaos curar por la mano de Dios, la curación es segura, no siempre la que deseamos, sino la que nos da la paz y todas las alegrías que Jesús nos ha prometido. Creed y esperad en Él. Él es todo verdad.

Paqui.

Madre dolorosa, venimos a pedirte que bajes tu mirada hacia los que sufren, hacia los que lloran, y cuyas lágrimas amargas fluyen sin que comprendan el fruto espiritual que contienen. Madre de dolor, tú que has soportado el mayor suplicio que una mujer puede conocer, intercede por estos desgraciados. Da la comprensión a los ignorantes, la paciencia a los desesperados.

Madre de nuestro Cristo, Madre que El nos dio antes de morir, sé propicia hacia nosotros, abre nuestros ojos a lo que es grande, limpio. Que nuestros actos no nos hagan nunca enrojecer. María, Madre de nuestro Dios, concédenos la gracia de vivir como Cristo nos enseñó; tenemos el deseo de seguir Sus Enseñanzas, pero nos falta perseverancia.

Madre de nuestros Dios, ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte.Así sea.

El trabajo es una oración

El deber bien cumplido es una oración, muchas veces más agradable a Dios, más provechosa para el alma que un susurro de labios, que una oración, incluso fervorosa, hecha en un momento en que el deber más imperioso reclamase vuestro trabajo, vuestra presencia. Este trabajo, esta labor, cualquiera que sea, ofrecédselo a Dios en una oración: pedid que el fruto de vuestra pena se difunda en ondas bienhechoras sobre las almas que sufren y esperan el rayo luminoso que iluminará su oscuridad, así como sobre vuestros hermanos humanos que sufren y son desgraciados. Esto puede hacerse con mucha rapidez, con mucha discreción, y no podéis dudar de las gracias que así serán acumuladas y distribuidas por vosotros. Esta será la oración más agradable al corazón del divino Maestro; ella será escuchada y conseguirá todos los frutos que deseáis.

Sobre todo, no seáis parásitos de la sociedad, inútiles, vagos o indiferentes. Tenéis vuestro lugar en esta sociedad, mantenedlo, y mantenedlo bien. Poco importan vuestra situación, vuestro tipo de existencia; cada uno tiene su tarea que realizar; pequeña o grande, tiene su importancia y es sagrada a los ojos de Dios. Sed trabajadores y no violentos; tenéis que actuar todos y producir útilmente para esta sociedad de la que sois

Page 45: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

una unidad. Intensificad vuestra buena voluntad, no despreciéis el más pequeño deber oscuro, ese que cuesta porque es ignorado y no os permite destacar, ni siquiera a vuestros propios ojos, porque es insignificante.

No podéis juzgar: ningún deber es inútil si se realiza con la voluntad de hacerlo bien. Cuanto más desahogada sea vuestra situación, más os debéis a los otros, y más deberes tenéis que cumplir. Si por el contrario tenéis que ser la hormiga laboriosa que realiza en su modesta esfera un trabajo enorme a través de la solidaridad, de la regularidad a veces monótona, sed fieles y constante. Mirad el deber cara a cara, no huyáis nunca de él, no lo dejéis para el día siguiente, por penoso que os parezca; no sabemos lo que el mañana nos reserva. En fin, ayudad a vuestros semejantes en la medida de vuestras posibilidades; y si sangra un poco vuestro corazón generoso y grita ante la ingratitud, reprimidlo, no dejéis que se aplane, se empequeñecería. Pensad en el del Maestro, y decíos: ¿qué es esto? ¡Nada! Jesús es el ejemplo vivo que debo seguir; todos los deberes señalados por el Padre, El los cumplió con obediencia, humildad, generosidad; más tarde, sufrió realmente la ingratitud de los hombres, y nada le impidió llevar hasta el final la tarea de sacrificio y de amor que Le había sido encomendada.

Tomad como testigo todos los dolores de Cristo, pedidle que los méritos de su Pasión os ayuden y os den las fuerzas y las cualidades a las que aspiráis para realizar bien vuestras tareas.

Estad tranquilos, mantened en vosotros la paz, y si estáis nerviosos por las preocupaciones diarias o por las pruebas de la vida, que sólo sea superficialmente, en el borde de vosotros mismos, por decirlo así, manteniendo en el fondo de vuestra alma la paz profunda que os da la fe, para permanecer fuertes, animosos, para luchar y cumplir todos vuestros deberes.

Terminado vuestro trabajo, elevad vuestro espíritu por encima de todas las preocupaciones. Descargad un momento vuestro fardo, pensad en el futuro, en el Gran Futuro, el único que cuenta realmente, el futuro de vuestra alma que será para vosotros un gran mañana si lo preparáis sin pensar solamente en el otoño o en el invierno de vuestra vida… Esos pocos años, esos pocos segundos apenas que hay que emplear bien sin embargo, y no es perder el tiempo meditar en el programa espiritual. Rezad, reflexionad, ese alto en el camino no será nocivo para vuestros deberes de estado, muy al contrario, volveréis a él con un cerebro tranquilo, una frente fresca y un entusiasmo nuevo. Pensad en el corto camino que os queda por recorrer con relación al inmenso viaje que luego haréis y que será iluminado por todos vuestros deberes bien cumplidos. Pero que estos pensamientos no sean ni pesados ni tristes. Amad la vida que Dios os ha trazado, hacedla hermosa, buena y alegre en la paz de vuestra alma. Podéis progresar, debéis; tenéis las armas en vuestra mano, serviros de ellas, porque lejos de destruir, ellas construyen; esas armas hechas con vuestros esfuerzos, con vuestra voluntad, con vuestras renuncias y con vuestras penas. Rezad y trabajad, estas dos palabras sólo forman una. Comprendedlo bien, y mantened vuestra confianza en Dios. El es el Gran Maestro y os juzgará según vuestras obras.

Paqui

Beneficios de la meditación

Los humanos no se recogen lo suficiente, y la meditación, por corta que sea, los elevaría sin embargo y los sumergiría en los planos más luminosos en los que podrían sacar las fuerzas necesarias para luchar y no dejarse arrastrar a acciones dudosas y perjudiciales, que hacen pesado su corazón con penas y remordimientos.

Tu visión de esta noche te ha llevado a esferas muy blancas en las que sólo veías fluidos limpios y flores de un blanco único y trasparente. Estas esferas tan puras son esas a las que nosotros venimos a refrescarnos, a recuperar fuerzas después de haberlas dejado junto a seres que las necesitaban especialmente y a los que nos sentimos felices de ayudar con nuestras luces.

En la tierra deberíais adentraros también con la mayor frecuencia posible en vuestro jardín secreto, tomar allí el descanso, las fuerzas necesarias para hacer menos dolorosos

Page 46: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

los contactos de la vida diaria, menos duras y más claras las mil preocupaciones. Observad estas preocupaciones, qué importancia permitís que tengan en vuestros hogares, qué honor las concedéis; ¡son reinas! Sin exagerar ni en uno ni en otro sentido, lo que sería una falta de equilibrio, no os dejéis invadir por esas pequeñas naderías que os abruman, por esos pequeños monigotes que obstruyen la belleza de vuestra tarea. Dad a las cosas el valor que tienen, no más. Luchad, por supuesto, en los momentos difíciles, pero no construyáis quiméricas montañas cuando los deliciosos valles son suficientes para alegrar el camino.

La vida tiene, sí, momentos crueles, necesarios, indispensables, puesto que es por el sufrimiento, desgraciadamente, como el alma se eleva y comprende. Pero gozad plenamente de las horas dulces, necesarias también, puesto que Dios las envía… Muchos seres, diréis, no conocen esas horas. ¿Qué sabéis vosotros? Y además, si tenéis razón, pensad que esos atormentados, que esos desgraciados trabajan y mejoran. Nadie conoce el pacto establecido entre el alma y Dios, y no podemos juzgar. Lo que podemos afirmar es que Dios, siendo infinitamente bueno, infinitamente justo, no puede sin motivo abrumar a su criatura, inclinarla bajo un yugo injusto e inútil. Los dramas, las catástrofes tienen un desenlace que nosotros sólo raramente conocemos, pero siempre es justo y para el bien de las almas. Recordad que todo se paga, tanto el bien como el mal.

Agarraos a todo lo que es hermoso, puro; amad la verdad, huid de inútiles rodeos; sed el agua clara y limpia y no el agua turbia y corrompida, e inclinaos sólo sobre lo feo, lo malo, lo impuro para transformarlo, para apartarlo. Esto es útil, es una tarea admirable que Jesús vino a enseñaros; agradezcámosle por las gracias que hemos recibido, pero no juzguéis a los que están en la ignorancia o que no quieren ver. Dios solo juzgará. Recemos por nuestros hermanos aún en la oscuridad.

Dios mío, os hago una llamada ferviente por todos los que sufren, por los que están en las tinieblas y buscan el camino luminoso que los llevará hacia vos. Enviad a vuestros ángeles, a vuestros mensajeros: ellos mostrarán el camino, calmarán sus angustias y darán la esperanza a todos esos desgraciados perdidos. Os lo pido, Señor, con todo mi corazón enamorado de todo lo que viene de vos; es un impulso de Fe que atraviesa el espacio y viene a interceder por todos los que no creen en vos. Son desgraciados, iluminadlos, que mi oración caiga sobre ellos y los refresque; ¡toda mi alma está a vuestros pies, y os pide piedad, misericordia! Alejad las tinieblas, abrid vuestro Cielo, Jesús lo pidió muriendo en la Cruz para que las almas vivan eternamente. ¡Así sea!

Paqui.

Grandeza del trabajo diario

No todas las almas tienen una gran misión que cumplir en la tierra, pero cada una tiene su tarea en el trabajo diario y debe tener la resignación, la paciencia, el ánimo para realizara bien. No penséis que sólo las que tienen misiones a la vista y realizan grandes cosas aparentes avanzan más deprisa que las laboriosas hormigas. No, basta el deber; la elevación del alma, la manera de realizar las pequeñas naderías, producen más frutos que la realización de un trabajo, por grande que sea, si no viene acompañado por esa oscura labor del alma hacia nuestras esferas llenas de fuerza y de luz. Que el tallo de vuestras almas se eleve para sacar de ellas el alimento necesario y sólo descender fortalecido, más dispuesto a cumplir la tarea que os ha sido asignada.

Los designios de Dios son claros en lo que se refiere al camino a recorrer; está trazado en su conjunto: más arriba, cada vez más arriba; más claro, cada vez más claro. Y no penséis que esa meta es imposible de alcanzar; no os preocupéis si la vida diaria se las ingenia para apartaros del camino: basta el pensamiento más pequeño bien dirigido.

Querer, esta es la llave que os abrirá todas las cerraduras. Querer ser mejor, querer entregarse a ello, querer ofrecer al Bien los pequeños hechos y gestos, querer evitar cualquier pena incluso ligera a los que os rodean, rezar cada vez con más fervor sin desesperarse por la momentánea distracción, perseverar en la bondad, en la caridad, en la indulgencia hacia vuestros semejantes… Adentraos en vuestro jardín secreto cuando la vida ordinaria os ofrezca una duda, un sufrimiento, una decepción amarga; vosotros sois vuestros propios sanadores de vuestra alma, sed si es preciso cirujanos conscientes de la decisión que habéis de tomar. Os he dicho muchas veces que la voluntad de vencer los propios defectos con esfuerzos diarios abría al alma grandes horizontes.

Recordad la palabra de Jesús: «Habrá en el cielo más espacio, más alegría por un

Page 47: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

pecador arrepentido, por uno solo, que por justos que permanecen fieles sin haber tenido que luchar.»

En resumen, vivid vuestra vida con calma, con confianza; no busquéis las complicaciones que hacen daño a la armonía de vuestras almas. Que la luz os penetre y os ayude a llevar a cabo la aceptación de todas vuestras cruces en el cumplimiento de vuestras tareas ordinarias. Dejad que vuestros seres queridos de lo alto os abran los ojos para hacer que penetre en ellos el espíritu de verdad y de luz, y creed en la vida intensa del más allá en el amor de todo lo que es puro. Por nada del mundo querrían vuestros seres queridos volver a descender a la materia; ese mundo ya no los interesa; sólo vuestras almas forman parte de nuestros contactos, pero como ellas no son terrestres, no debéis extrañaros de nuestros silencios sobre lo que vosotros creéis que son los hechos importantes de la vida. La vida del alma sola nos queda en el pensamiento, y me gustaría que oyerais nuestra llamada tierna y fuerte cuando os vemos hundiros en la materialidad únicamente, sin pensar en levantar los ojos hacia mayor claridad, hacia mayor luz.

Queridos amigos, supliquemos a Dios que nos envíe ondas de esa claridad celeste y divina para que la extendamos sobre esta humanidad que sufre y tiene dolor, porque, todavía en las tinieblas, no ve nada y no sabe nada.

Estrella luminosa, estrella de Dios que siguieron los Magos, da al mundo tu luminosa claridad y sé la guía que muestre el camino a los hombres de buena voluntad. Amén.

Paqui.

No juzguéis

Si deseas aplicar las palabras de Jesús, comprender su verdadero sentido: «Sé sólo juez de ti mismo», sé si puedes un juez severo para ti, pero cuando se trata de juzgar al prójimo, sé muy prudente en tu veredicto y, mejor aún, considérate incompetente.

Criticáis con demasiada frecuencia, juzgáis con demasiada severidad y a veces injustamente, y esto es un hábito nefasto. Desde la niñez, hay que hacer comprender al niño que no debe decir cualquier cosa cuando la afirmación pretende ser un juicio sobre las personas que le rodean o incluso le instruyen. Demasiados padres escuchan al hijo complacidos cuando critica a tontas y a locas al maestro o educador. No vejéis a ese pequeño orador, pero explicadle que no debe juzgar, que él no sabe, que las apariencias son muchas veces falsas, exageradas; en fin, abrid su corazón a la indulgencia. Los niños no conocen la generosidad de la indulgencia; hay que abrir ese pequeño corazón dispuesto a censurar, a etiquetar, a criticar. La tarea es muchas veces difícil, pero, dejando a un lado algunas raras excepciones, el resultado raramente es negativo; el pequeño cerebro graba, el corazón se abre y hace nacer esa hermosa flor olorosa, esa cualidad que tanto escasea en los hombres, la generosidad, y que se debe sembrar en el corazón del niño.

Ved vosotros mismos hasta qué punto os es difícil permanecer neutros, no ir más allá del justo plano; se muestran las uñas, como en los pequeños, y hacen sangrar conscientemente, y esto es más grave: hacer conscientemente daño a su prójimo con la actitud, los actos y los dichos. Procurad no ser de estos; ¡sed más bien arañados que arañadores!

La oración, la meditación son indispensables y son una fuerza incalculable para la evolución del alma. Pero los esfuerzos sobre uno mismo, las victorias conseguidas sobre los defectos que pueden dañar en algo al prójimo, son de gran valor a los ojos de Dios, y consideradas como fervientes plegarias. Rezar es elevar el alma hacia Dios, implorar su gracia, reconocer su bondad, pedirle que escuche nuestras aspiraciones puras, ponernos totalmente en sus manos, no tener otra voluntad que la suya, y muchas otras peticiones de las que el ego quede excluido al igual que todo sentimiento personal.

Pensad que cuando lucháis contra vuestros defectos, contra vuestras imperfecciones, contra vuestras taras incluso, hacéis una oración tan eficaz como cuando eleváis vuestra alma a través de pensamientos o palabras.

Haced con frecuencia vuestro acto de contrición después de vuestro examen de conciencia, después haced un acto de fe y de esperanza. Pedid luego ejercitar la caridad en todas sus formas; la caridad que consiste en callarse para no molestar no es la más fácil de aplicar por la naturaleza humana. Sed caritativos con el que cae en el mal; sed caritativos con el que sufre por su falta o por la fatalidad; sed caritativos con los que no lo son, sin

Page 48: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

herirlos; sed caritativos en vuestros juicios en general, sentiréis así una dulzura infinita.Sed caritativos; esforzaos por ser buenos, justos, y seréis entonces realmente generosos,

podréis esperar para vosotros mismos la gran generosidad de Dios, cuando llegue el momento… No juzguéis, para no ser juzgados…

Paqui.

Page 49: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

IV- EL CAMINO DE LA FELICIDAD

Espinas… rosas

Hay que mirar la vida de frente, disfrutar todo lo que tiene de hermoso, de bueno, comprender su notable interés, ―la palabra no es demasiado fuerte,― y asumir con valentía lo que tiene de malo; saber apartarse del mal, acercarse al bien; abrir los ojos a las maravillas que existen, cerrarlos a los horrores; oír las dulces y suaves armonías, cerrar los oídos a las bajezas; en la medida de lo posible y con moderación sobre todo, hacer el camino sin arañarse con las zarzas que se puedan evitar. Y en cuanto a lo inevitable, soportarlo sin acritud, sin gritos, sin rencor y sin lamentos amargos e inútiles.

No privarse de mirar a una rosa porque su tallo tiene espinas: todo está aquí. Meditad en algunas frases, ellas bastan para ayudaros, y responden a muchas preguntas que os hacéis, a los «por qué» que os hacen sufrir.

Nada debe dejaros indiferentes durante vuestro viaje terrestre; pasada la tormenta, disfrutad de las horas que siguen, de los olores después de la lluvia, de los colores del arco iris. Un arco iris: esto es lo que vuestros ojos del alma deben apreciar; y esos ojos, si los habituáis a ver, ven con mucha claridad.

¡Amigos, todo pasa, y pasa deprisa! Acercaos a todo lo que es hermoso y hace que el corazón esté si no alegre, sí al menos tranquilo. Pido a los egoístas que se reconozcan tal como son y que se esfuercen todos los días por olvidarse de sí mismos dándose más a los otros. Mirad a vuestro alrededor y no a vosotros mismos: así, amaréis mejor y daréis felicidad. No clavéis espinas en el corazón de vuestro prójimo: más tarde, os harían sangrar a su vez.

Yo os digo hasta pronto; mi alma aligerada, rodeada de rayos luminosos os habla de su confianza y su felicidad celeste. Amigos, si la travesía de la vida reserva pasos de mar de fondo, mantened con fuerza el timón. Para vosotros, el puerto es seguro, es Paqui, vuestra Paqui, quien os lo asegura.

Para mi Mami, rayos de ternura y de amor de su pequeña Paqui a través de Dios.Virgen María, Madre querida, ven a socorrernos. Somos tus hijos, te amamos; ayúdanos

en las horas difíciles, en las horas de angustia, en las horas de duda. ¡Oh, la duda!… Virgen Madre nuestra, apártala para que sin reserva mental, seamos todo para El, todo para Ti, madre de sufrimiento y de amor. Con tu ayuda, nuestras pruebas resultarán más llevaderas; aprenderemos de la vida lo que tiene de hermoso, de bueno; la haremos bella con el reflejo de nuestras almas tranquilas; daremos y recibiremos felicidad. Madre, concédenos esta gracia, tu ángel te lo pide para tus hijos. Ve su inmenso deseo de portarse bien; toca su frente con tu estrella de oro, la chispa divina brotará de ella y penetrará su alma con una dulce certeza. ¡Tú fuiste la Madre dolorosa, sé también la Madre clemente, la Madre mensajera de felicidad, y nosotros te daremos gracias! ¡Así sea!

La felicidad

La felicidad se posee interiormente cuando uno sabe dejarla penetrar, cuando el alma está serena, cuando el corazón es puro, y nada se desprecia para sentir los favores que Dios pone al alcance de cada uno. La misericordia divina se extiende y se deja sentir en cada criatura que tiene alguna buena voluntad.

En nuestras esferas, reina la indulgencia y no podéis comprender qué poco que pide Dios a su criatura. El es toda bondad y no se niega a ninguna ayuda espiritual, pero no puede conceder lo que es contrario al alma que le implora. Sed menos complicados, pedid menos a la vida, y os veréis mucho más ricos, no de riquezas materiales, no es de este plano del que hablamos, sino de todos los bienes que nos gustaría poseer y el primero de los cuales es la paz del alma, la comprensión; porque comprender es amar, es aceptar… Vuestro prójimo os parecerá mejor o al menos, menos malo; las maldades del mundo se transformarán en vuestros espíritus, comprenderéis mejor, mucho mejor. ¿Qué comprenderéis? ¿Serán de repente sabios vuestros espíritus? ¿Será el mundo mejor y más limpio, en unos instantes? ¡No, ciertamente! pero comprenderéis una cosa muy importante:

Page 50: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

sabréis que vuestros cerebros no pueden concebir ni apreciar los misterios del universo mientras estáis entorpecidos por vuestro cuerpo humano.

Permaneced tranquilos y confiados. Sabéis que la injusticia, la maldad y todas las cosas malas no pasan los límites celestes y que en nuestras esferas benditas todo es puro y consolador. El gran error de los hombres es creer que deben poseer la felicidad en la tierra. Hay que saber esperar para comprender, y saber amar para poder sufrir y aceptar.

Pobres corazones llenos de buena voluntad y del deseo de obrar mejor, esperad que la luz ilumine vuestras almas y vuestros espíritus; sed discípulos de Jesús; ¡qué importan las tormentas que hacen pesado y duro vuestro camino terrestre! vuestros ángeles os muestran el arco iris, la bella estela luminosa que indica e ilumina el camino que tenéis que recorrer. Nosotros formamos ciertamente parte de un todo, pero sólo nos convertimos en ese todo cuando somos dignos hacerlo. Comprender la esencia divina de nuestra alma, ya es mucho, y es de muy privilegiados saber que viene de Dios, y vuelve a El; que la más baja, la más endurecida por el pecado puede salvarse por la misericordia infinita de Dios todo amor; que Dios no condena, que solamente juzga; que El es el más generoso entre los generosos, infinitamente más que los hombres que no comprenden que ese Dios sólo tiene un inmenso amor que reparte entre los más desheredados, entre los más condenables desde el punto de vista humano, si hay arrepentimiento sincero, confianza y amor.

El único miedo del que deben penetrarse nuestros corazones es afligir a este Padre tan bueno, tan tierno, tan misericordioso, y que nuestro mayor deseo sea no causarle ninguna pena.

Resumamos: tened confianza; no busquéis más allá de vuestra vista que es muy corta; esperad a que la luz os ilumine; esperad esa hora bendita en la que vuestros ojos abiertos vean la Luz de las luces; y daos cuenta de que no podéis comprender desde aquí abajo los misteriosos designios de Dios. Sed humildes, niños, pero decid con humildad que os haréis grandes porque sois una partícula del Grande entre los grandes.

Amigos míos, pido a Dios para vosotros la felicidad; ¡no la que piden la mayoría de los humanos, no, no os bastaría! Estáis ya por encima del pequeño camino que conduce a ella. Pido para vosotros la verdadera felicidad que da las verdaderas alegrías espirituales en la comprensión de la verdad, en el cumplimiento de todos los deberes; la felicidad por la entrega de sí a los demás, por el olvido de sí.

Paqui os ayudará y os enviará, con el permiso divino, los fluidos fuertes y dulces de su cielo bendito.

Paqui.

Los hombres están ciegos

Tranquilizaos, a cada uno sólo se le pedirá con arreglo a lo que haya recibido. La evolución es más o menos larga; pero, en el momento supremo, es grande la diferencia entre los que ven y los que están ciegos. Qué alegría para los unos, y qué doloroso despertar para los otros; porque los ojos más cerrados, más sobrecargados por sus faltas se dan cuenta claramente de lo que podía haber sido en lugar de lo que es; y ahí está la entrada a ese purgatorio que debe tallar, pulir, transformar el alma para permitirla avanzar.

Sin embargo, la cizaña no oculta totalmente al grano pequeño y sano de que está provista cada alma, y que sólo crecerá cuando la misma alma arranque la mala hierba que la ahoga.

A pesar de las repetidas advertencias, la visión, la certeza de lo efímero de las cosas de la tierra, de su fin más o menos cercano y por un tiempo que no puede tardar, ―porque el tiempo no es nada,― esos pobres humanos siguen ciegos, viven, actúan como si esa tierra sobre la que se agitan no debiera nunca encerrar sus cenizas, ¡y como si Dios no hubiera nunca de encontrar a su alma cara a cara! Se creen eternos en su humanidad sin duda, roban a su alrededor como si su rapacidad nunca tuviera que tener fin, y como si todos esos bienes y riquezas materiales no tuvieran que ser abandonados en la tierra a su partida, en la que cada uno sólo lleva consigo su equipaje espiritual. ¡Ah, son incapaces de comprender que ese cuerpo al que convierten con frecuencia en una necesidad innoble está condenado a un fin próximo, y de que la visión de sus iniquidades los cubrirá de vergüenza y de remordimiento tan pronto como se abran sus ojos!

¡Pobres humanos ciegos e ignorantes, a quienes me gustaría tener el poder de iluminar, a todos y cada uno, con la luz tan útil de la comprensión de la vida, en la que tantas alegrías se os otorgarían sin la maldad, la mentira y el egoísmo de los hombres!

Page 51: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Pobre y miserable humanidad, beso tus llagas con amor, te acojo bajo mis alas para elevarte hacia ese Dios tan bueno, tan justo, al que ultrajas con tanta rabia, orgullo e indiferencia. Le imploro y le pido que vierta sobre ti el bálsamo bienhechor, que abra tus ojos a la luz y que haga que tus oídos escuchen las dulces armonías de las grandes verdades.

Dios nos sonríe y escuchará nuestras plegarias; el reino del espíritu llegará y aplastará la materia; bajad la cabeza e inclinaos ante las pruebas, ante los acontecimientos que vuestro cerebro no puede comprender; elevad vuestras almas, entrad en vosotros mismos, y reconoceos tal como sois haciendo vuestro examen de conciencia; arrancad de vuestro campo las hierbas nocivas, para que el grano crezca y no sea molestado por la cizaña. Huid de todo lo que os turba, de todo lo que no es claro. Sed el agua clara en la que gusta detenerse la barca del Señor para conduciros hacia las orillas luminosas. Bendecid al Señor, dad gracias a nuestro Padre que está en el Cielo, elevad muy arriba vuestro corazón mostrando en himnos de amor puro vuestro agradecimiento por las luces que habéis recibido y que queréis difundir para ayudar al pequeño ángel a abrir ojos cerrados, a enseñar a conocer y a adorar al Amor que consuela. Así sea.

Dios mío, venimos a Ti con toda la fuerza de nuestros corazones fervorosos; nuestra ignorancia es grande, pero no tan absoluta, gracias a tus instrucciones, como para no nos deje comprender que la evolución no hará progresos si la humanidad no escribe la palabra «amor» en todo lo que haga. Hay que borrar el egoísmo, destruirlo: con él, ningún avance ni paz son posibles. Padre, Tú tan bueno, quieres escribir en letras de oro esta palabra sublime que debería regir al mundo, «amor», y anular la ola que lo corrompe, «el egoísmo». Te lo pedimos, Señor, en nombre de todos los oprimidos, de todos los ciegos por los que Cristo, tu Hijo, descendió entre nosotros. Escucha nuestra oración, que tu llama de amor y de luz reine aquí abajo, que abrace e ilumine a los humanos, porque tenemos la sensación de caer en las tinieblas, de no sentir ya en el mundo tu bondad tan compasiva. En nombre de todos, tus verdaderos hijos te lo piden, los que te conocen, los que creen, los que te aman y los que esperan en tu misericordia infinita. Así sea.

Paqui.

El orgullo es nocivo

El orgullo es mal consejero. Debería ceder su puesto a la humildad que lo combate y nos hace buscar junto a Dios las fuerzas necesarias para vencerlo. La humildad fue la virtud preferida de Jesús; el orgullo es su contario y domina desgraciadamente a la humanidad. Mirad a vuestro alrededor y observad cómo los hombres pisotean todo lo que se pone ante ellos para llegar, dominar, gobernar; ninguna necedad los detiene: saltan por encima de la sensatez, de la lógica, de la bondad, de la verdad, para lanzarse a su fin a veces oscuro y contrario a la felicidad de sus semejantes, porque el orgullo tiene como hermano al egoísmo.

Oh vosotros que creéis que vuestra cabeza es un poder, que nada puede haceros inclinar vuestras frentes cargadas de orgullo, pensad que sólo sois polvo, que vuestros cuerpos desaparecerán pronto, y que el único valor que tenéis es por el alma, si sabéis engrandecerla y darle alas. Acostumbrad a vuestro espíritu a meditar sobre la nada de las cosas humanas, daos cuenta de vuestra ignorancia, de vuestra pequeñez, de vuestra nada, y elevad sólo la cabeza para buscar la verdad sólo allí de donde puede veniros: del ejemplo y de las enseñanzas del más grande de los humildes. Las virtudes solamente os darán un valor, el verdadero, el único que nos sigue después del despojo, cuando el cuerpo que es para vosotros objeto de tantos cuidados sea devuelto a la nada, a la tierra que lo corroe y lo reduce a cenizas.

Sólo debe reteneros lo que permanece. Para conoceros bien, miraos sin indulgencia. Sed humildes, pequeños; mirad hacia atrás; borrad ese sentimiento de orgullo nocivo a todos porque apaga los hermosos resplandores del alma y endurece el corazón. Después, un impulso hacia un pensamiento de amor, ese amor que os hace mirar con indulgencia al malo y al traidor, al que os desea algún mal y al que os lo hace. Poned siempre un poco de amor en vuestras relaciones con vuestros semejantes y todo os parecerá mejor, más claro y menos penoso.

Cuando se trata de las relaciones de cada día con el depósito sagrado (la familia) que Dios os ha confiado, aún es más fácil poner y mezclar amor en él. Dominad vuestro orgullo, vuestro autoritarismo, vuestro egoísmo; pensad en la pena que causáis, en el tiempo

Page 52: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

perdido que nunca se vuelve a recuperar; pensad en todo lo que lanzáis al viento; pensad en el remordimiento que tendréis más tarde, cuando sea demasiado tarde. Pensad en lo que malgastáis por falta de reflexión a falta del único pensamiento que debería deteneros: «Obro mal, creo el mal, obro mal, me hago mal… quiero reaccionar, reaccionaré pidiendo ayuda más allá de mí mismo; escucharé la voz de mi conciencia, y obtendré un resultado que superará lo que me atrevo a esperar. Porque dominar un carácter es un gran trabajo que exige un esfuerzo constante, una perseverancia sometida con frecuencia a dura prueba. Qué importa, puesto que al final está la recompensa: la paz de vuestra alma y de vuestro espíritu desde esta vida en primer lugar, y más tarde, la gran felicidad que es la recompensa más hermosa y que os dará la visión de Dios sin la que las almas sufren atrozmente sin consolarse nunca de esa privación, y que se llama infierno.»

Vosotros todos que habéis recibido la palabra justa, que sois iluminados, iniciados, levantad a los que sufren en la oscuridad de ese orgullo que encierra el corazón humano en un espeso caparazón. Hundidlos en nuestros rayos; instruid a esos ignorantes, no abuséis de nada, daos, dad todo vuestro corazón, superaos: triunfaréis porque seréis ayudados. No os echéis atrás ante las dificultades, releed nuestras instrucciones. Nadie sabe lo que puede brotar de un alma; aunque la chispa no deslumbre vuestros ojos, aguardad, esperad, mostraos como sois: pequeños, pero confiados. Sed briznas de hierba; poco importa si sois pisados: el Gran Jardinero está con vosotros para ayudaros, levantaros y engrandeceros. Sed los verdaderos discípulos de Jesús, seguid su sublime ejemplo, meditad su Pasión, su humildad, su perseverancia en la verdad. Su amor sin límites es un tema inagotable en el que profundizaréis vuestra línea de conducta de cara a vuestros semejantes. Como él, seréis probablemente incomprendidos, ¿qué importa? Seguid al Maestro que os llevará, tal vez a través de las espinas, hacia la senda florecida en la que conoceréis todas las alegrías, toda la felicidad, y para toda la eternidad. Así sea.

Paqui.

Ciegos voluntarios

Muchos cristianos piensan que ya es suficiente con oír misa el domingo, con escuchar el Evangelio sin comprenderlo y con dar un óbolo. Al volver a sus casas, se olvidan de todo: llevan a su manera su pequeño tren de vida egoísta, según sus deseos personales, satisfechos del deber dominical cumplido.

Puedo deciros que esos cristianos están en el error; tienen en la mano una linterna, pero no está encendida y no puede derramar ninguna luz a su alrededor. Sabed que sin claridad nada nace, sin luz nada vive; esas almas no avanzan; no hacen nada para comprender mejor y salir de la oscuridad en la que los frutos no maduran, la cosecha se pudre, los granos están vacíos. Y no es con tales productos como se pueden llenar los graneros de los que ya hemos hablado.

Desgraciadamente, son legión los tranquilos, los satisfechos, yo diría incluso los sepulcros blanqueados, que levantan mucho la cabeza y miran con aire desdeñoso a los que, aparentemente, cumplen menos bien sus deberes religiosos. No os fiéis de eso, no censuréis, y no juzguéis; nadie puede entrar en un alma sino Dios; nadie puede penetrar en lo que en ella ocurre, entre Dios y ella sobre todo. Preocupaos de la vuestra, y obrad de tal manera que, cuando llegue el día, vuestros graneros estén llenos.

Sabéis que se llenarán más deprisa y que vuestra cosecha será de primera calidad, si os habéis olvidado de vosotros por vuestro prójimo, si habéis trabajado por él y por amor a él. Es un error creer que cada uno debe trabajar para sí mismo. Jesús vino a demostrarnos que el amor al prójimo es el primero, después del de Dios: El murió por amor a todos. Ninguna sombra de egoísmo en su vida, en sus gestos, en sus hechos, en el fin que perseguía: indulgencia, misericordia, perdón. Tomad ejemplo, mirad, comparad; es horroroso y triste constatar hasta qué punto se descarta de su doctrina y qué poco se practican sus Evangelios. El Espíritu Santo os ilumina a todos más o menos, pero no oís lo que dice, porque ello no responde a lo que vosotros deseáis.

Ciegos voluntarios, abrid lo ojos a la luz, a la que viene de Dios, a la que irradia la bondad y el amor. Sol del que deberíamos vivir únicamente, rayos con los que calentaríamos la tierra, luz celeste, muéstrate, abre las puertas, penetra y calienta los corazones. Nosotros que comprendemos mejor y que tratamos de dejarnos penetrar por tus divinos rayos, te lo pedimos todavía más por nuestros hermanos, por nuestros amigos, y por nuestros enemigos; que nuestras oraciones los saquen de su oscuridad para que se

Page 53: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

acerquen a ti y tú los purifiques. Espíritu Santo, rayo de Dios, fuente viva, sacia a la tierra seca, estéril… Con tu ayuda, con tu rayo divino, florecerá la cosecha, porque quemarás la cizaña para que maduren las espigas y alimenten a nuestros hermanos.

Espíritu Santo, sol divino, manifiéstate, ilumina al mundo porque tú eres Dios, y sin Dios la tierra se muere.

Así sea.Paqui.

El deber de los educadores y de los superiores

La bondad, la generosidad, la indulgencia, son virtudes hermanas, indispensables par subir con frutos todos los escalones que nos llevarán hacia la luz de las luces.

Pocos conocen las alegrías espirituales; pocos, muy pocos, pueden conectarse conscientemente con la luz divina. Iluminad a los que están en las tinieblas con relación a lo que vosotros habéis recibido, mirad el abismo entre vuestra felicidad y la de algunos otros. Comparad, observad, y sacaréis de ello enseñanzas serias, tendréis el deseo de haceros mejores, más indulgentes. La indulgencia debe acompañaros; la bondad debe seguiros. Abrid vuestro corazón a todo lo que es hermoso, bueno y puro, pero acercaos también con humildad, dulzura y comprensión a todo lo que sufre.

Tened gestos de bondad, pensamientos dulces, impulsos de amor que sólo vienen del corazón, sin beneficio, sin cálculo. Tened piedad en definitiva de todas las miserias, de todas las debilidades humanas. Que el amor a vuestro prójimo penetre en vosotros, y que vosotros comprendáis todo su valor.

Cierto, tenéis imponer vuestra voluntad si es justa, y para el bien; pero no abuséis de vuestra autoridad, de vuestra superioridad si existe. Antes de dar una orden breve, de criticar, reflexionad para no herir. Sed firmes; la debilidad no es bondad y sólo puede llevar al desorden allí donde reina, pero sed justos hacia los que os son confiados o se acercan a vosotros de una u otra manera. Animad todas las buenas voluntades; cread felicidad, paz, alegría a vuestro alrededor. ¡Nunca os lo repetiré lo suficiente! amad a los pequeños, a los niños, y sed dulces y tiernos como Jesús con ellos.

Cuando El hablaba a los niños pequeños, con qué ternura, con qué rostro radiante les decía: «venid, acercaos, no tengáis miedo.» Con qué infinita dulzura se inclinaba sobre ellos, los bendecía, les sonreía. ¿Les hablaba alguna vez del infierno, de torturas, de castigos? No, su sonrisa inefable les decía por el contrario que no temiesen la ira del Maestro, sino que lo amasen, que no le hicieran sufrir.

Obrad así, vosotros, educadores; haced ver la vida bajo una luz favorable a esas almas inocentes, animad las buenas voluntades, mostrad las rosas a los niños, ocultadles las espinas para que vivan y crezcan felices, para que su cerebro y su corazón se abran sin conocer ya las miserias y la villanías cometidas por los mayores ―tiempo tendrán. Sed indulgentes con ellos. Sed firmes, ciertamente, en vuestro afecto, en vuestra dulzura; no dejéis que su tallo delicado se cubra de liquen, arrancad rápidamente todo lo que debilitaría su alma, pero evitad oscurecer su corazón y hacer de ellos unos amargados. Dejadlos que rían, que se abran libremente. Sed los dulces rayos de sol indispensables para su juventud; comprended la tarea, la misión sagrada de los educadores hacia las almas, hacia los jóvenes corazones confiados a vosotros.

El deber de los superiores hacia los inferiores debe basarse también en la justicia y la bondad. Cambiad los papeles en vuestro espíritu para que permanezcáis en un justo medio y sed, sin debilidad, siempre indulgentes. No pidáis más de lo que puedan o quieran daros; el deber cumplido es la única recompensa.

Y hacia los animales, desplegad también toda vuestra piedad. Sed sus dueños, pero amadlos; no los golpeéis; no son sólo materia, ellos sufren, sienten, os aman y están apegados a vosotros. Por tanto, tienen un sentimiento, una inteligencia, ―no como la nuestra, no os escandalicéis de mis palabras― pero observad su mirada, su actitud, y tendréis piedad por su sumisión, no abuséis de superioridades que os den sobre ellos plenos poderes.

Meditad estas enseñanzas; Jesús fue nuestro Maestro, nuestro primer predicador. En la tierra se olvida, y se imagina con demasiada facilidad que no tiene ninguna importancia poseer estas cualidades por las que nuestro prójimo encuentra en nosotros un apoyo. Para

Page 54: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

algunos, esto es letra muerta… son sólo egoístas, inútiles, que sólo piensan en su satisfacción personal, olvidando que todo se paga, y que se les pedirán cuentas severas por su propia conciencia.

Mirad en torno vuestro, amigos queridos, con gafas adecuadas que os permitan ver claro para amar a todos vuestros semejantes y a vuestros hermanos inferiores. Yo os ayudaré lo mejor que pueda enviándoos rayos de luz, la que me da mi Jesús, no para guardarla egoístamente, sino para que la difunda. Elevad vuestros ojos hacia nuestras esferas benditas: de ellas sacarán fuerza, confianza, a través de mi ternura, de mi amor en Jesús, con Jesús, por Jesús.

Paqui

Importancia de la vida espiritual

Es imposible que todas las almas estén en el mismo grado de evolución, de comprensión y, por consiguiente, puedan realizar el mismo esfuerzo al mismo nivel. Pero Dios es justo, comprende a sus hijos y da a cada uno las gracias necesarias. Confiad, y comprended que todas las almas no pueden llegar al final de su vida terrestre con el mismo bagaje espiritual. Sabed sólo para vuestro consuelo que tan pronto como hayáis dejado vuestra envoltura de carne, seréis ayudados, iluminados, todos los que habéis puesto vuestra buena voluntad para amar, comprender y haceros mejores.

Dichosos los que se calienten a los rayos del sol divino, al sol de Dios cuyos rayos son tan dulces y tan fuertes. Dichosos los que se reconocen pequeños, los que se hacen pequeños: ellos crecen pronto, su tallo bebe ya el rocío bienhechor, el único que hace crecer. Sed humildes, miraos tal como sois con el deseo de crecer a los ojos de Dios mientras parecéis pequeños a los ojos de los humanos, con la voluntad de abrir vuestros corazones a la indulgencia, de no juzgar nunca, y de ver sólo lo que es grande, hermoso, puro, en vuestros semejantes, sin mirar los pequeños detalles y las cuestiones mezquinas a las que se apegan tan gustosos en la tierra y que eclipsan las grandes cualidades del alma; con el deseo, en definitiva, de vivir como desearían morir. Pensad en esa hora que llegará, que llega pronto, muy pronto, y actuad enfrentándoos alguna vez a la hora final, a Vuestra Hora. ¿Cuáles serán vuestros pensamientos, vuestros deseos, vuestras aspiraciones? Si pensaseis más veces con calma, sin tristeza, sin miedo y sin aprehensión en ese paso obligatorio, os daríais cuenta de que muchas cosas a las que dais una importancia enorme son inútiles. En la última hora, aparece el temor en el alma más oscura. Se dice: «Dios me juzgará». No, vosotros más bien os juzgaréis; vuestros ojos verán con claridad todas vuestras faltas y sentiréis la obligación de hacer el trabajo de purificación que no ha sido realizado.

Recordad que nada se pierde: todo vuelve a pasar, todo vuelve a vivir, vuestras buenas y malas acciones. Toda alma es responsable no sólo del mal que ha hecho, sino del bien que no ha sabido hacer.

No esperéis a ese momento, vuestras penas serán demasiado grandes; y mientras aprovecháis todas las alegrías de la vida humana, pensad alguna vez en la Verdadera Vida que os espera a todos, y venid con el pensamiento a comulgar en nuestros jardines divinos. Tened el propósito de ordenar vuestra vida de manera que reservéis un poco de tiempo y de libertad para pensar en vuestra vida espiritual. La vida os acosa y os corroe desgraciadamente la mayor parte de vuestra corta existencia; mil cadenas os atan con lazos inútiles y nocivos, y mantienen vuestra alma prisionera sin poder darle el alimento y la bebida tan necesaria a su evolución. Comprended que vuestro paso terrestre es un escalón hacia la eternidad; que cada día debe poner una piedra en el edificio espiritual que vuestra buena voluntad desea levantar. Comprended lo que Dios todo amor pide a sus hijos sin exigirles nada: Amar. Comprended sobre todo que en la tierra el hombre más sabio es un ignorante; que podría aprender durante siglos sin convertirse siquiera en un pequeño alumno en cuanto al conocimiento universal que percibirá más tarde.

Sed pues humildes; confesad cada día en vuestras oraciones vuestra ignorancia, vuestra debilidad, pero vuestra Fe, vuestra confianza en Jesús, en la bondad y en la justicia del Maestro, y decid:

Dios mío, yo solo no soy nada, ni siquiera un pequeño gusano de la tierra, pero contigo, por ti, gracias a ti, a tu misericordia infinita, me convierto en una partícula divina. Con tu apoyo, Señor, seré fuerte, venceré: Tú serás yo, y yo viviré en Ti por toda la eternidad. Así sea.

Page 55: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

PAQUI.

La solidaridad de las almas

En la casa de mi Padre, hay muchas moradas, dijo Jesús; y nosotros, los amigos de vuestras almas, os decimos que la vida que llevamos en la tierra prepara para esas moradas.

Nada se pierde, no lo olvidemos. El alma lleva consigo las virtudes y los defectos, la obras de amor y de odio: con este equipaje, construye su Cielo, su purgatorio o su infierno.

Comprendéis perfectamente los grados de evolución de un alma; dos seres puede vivir al lado y sentir vibraciones completamente distintas: serenidad, paz, turbación, pesares o remordimientos. Así, el Cielo, el purgatorio, el infierno son en el alma, el estado de alma que preferís.

El Cielo es amar; es el Amor y la Luz. Uno de los Paraísos de paz es la reunión de almas puras del mismo grado de evolución, de comprensión, que se agrupan, se reúnen, sienten juntas los mismos placeres, las mismas alegrías, avanzan continuamente hacia más luz. Jesús las atrae y cada una tiene su misión en la unión, en la solidaridad: uno para todos, todos para uno.

El purgatorio no es un lugar: es construido, creado por la propia alma que lo tiene dentro de sí, siente todas sus faltas, sus errores, y los expía porque todo se redime, todo se gana, todo se paga…

En cuanto al infierno, son también las almas las que lo crean, lo construyen con su horrible pasado, sus malas acciones, el odio que todavía las anima. Estas almas cubiertas de fango no quieren reconocer sus faltas rechazando humillarse, arrepentirse y pedir perdón.

La oscuridad que las rodea, las tinieblas en que se debaten ocultan la luz que los ángeles tratan no obstante de dirigirlas para que se unan a ella.

Rezad por las almas del purgatorio, que padecen y sufren, que tratan de librarse y subir hacia la luz. Son almas que aspiran a la pureza y están dispuestas a unirse a ella. Enviadlas vuestros fluidos puros, ofreced vuestras preocupaciones, vuestras pruebas, vuestros sufrimientos para ayudar a estas almas, para ayudar también a vuestros ángeles, cuya misión es guiar e ir delante de los espíritus aliviados que piden ayuda y luz. Un alma llama: ¡con qué entusiasmo respondemos a esas vibraciones, con cuánto ánimo atravesamos las capas espesas que nos separan de ellas! Todos trabajamos en colaboración: todos para todos. Nuestro cielo es solidaridad y amor.

También vosotros debéis ayudaros y socorreros, pensar en todos los ignorantes que buscan la luz y no la encuentra. Porque sabéis que no basta con reducir todos los esfuerzos al avance personal, para ganar el pequeño paraíso, no, hay que pensar en todas las almas, abrazarlas en un mismo impulso, sobre todo a los más desfavorecidos.

Amigos queridos, vosotros que sabéis que la palabra «Amor» debe florecer en todos los labios, sed nuestros mensajeros y conseguiréis añadir nuevos eslabones a nuestra cadena. Que vuestras manos siempre abiertas se agarren a la luz y brillaréis sobre todo lo que os rodea; consolaréis, sembraréis el buen grano y vuestro jardín florecerá. Las flores serán las almas que se agruparán en torno a vosotros. Con ellas, seguiréis progresando, los esfuerzos que les hayan servido para hacerlas florecer se convertirán en vosotros en fluidos poderosos: entonces, las almas a las que hayáis ayudado os ayudarán a su vez.

Colectividad, todos para todos, en la tierra como en el Cielo.PAQUI.

La creación, obra de amor

Vía láctea de una hermosa noche de verano en la que a vuestros ojos les gusta detenerse, inmensidad del cielo cubierto de estrellas, esplendor de la naturaleza, espectáculo grandioso; os acercáis a nosotros del más allá, porque vuestras almas se levan, sienten y ven a Dios en su obra. Os sentís pequeños, muy pequeños e ignorantes ante ese maravilloso universo donde todo es grandioso y misterioso, don de Dios, reflejo de belleza y de amor.

Es muy raro que una materialista, un incrédulo incluso, no se emocione y sienta la fuerza, el amor y el poder de ese Gran Creador que rige los mundos. Sí, meditad, elevad vuestras almas, adorad al Señor, admirad, es una oración que subirá muy arriba y desde lo más hondo murmurad: «Padre, creo en ti; Padre, tú eres, tú serás y yo viviré en Ti por la

Page 56: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

eternidad». Sublime espectáculo que me acerca a mi Dios. Me siento débil y grande. Débil, porque soy infinitamente pequeño; grande, porque poseo a Dios, creo en su bondad, en su poder, creo en su amor. Sí, decidle a ese Dios que le dais gracias y que Le pedís perdón en nombre de todos los ignorantes, de los ciegos que miran sin ver, que oyen y hablan sin comprender, y que gozan de todos los tesoros que Dios difunde en la naturaleza sin agradecer por ello al Creador. Decidle que abra los ojos a esos ciegos mil veces más dignos de compasión que los que están privados de la luz del día por otra parte tan bella, tan dulce y tan luminosa.

Elevad vuestras almas hacia el gran firmamento y recogeos en ese silencioso espectáculo que os alegra y os encanta más que todas las obras de arte hechas por los hombres. Todavía más, ¿se sabe en qué medida el hombre actúa solo con su genio, construye y derriba sin la ayuda del Altísimo? Dios está allí, cerca de él, para las obras de belleza y de amor, y los hijos que guían a los grandes obreros de abajo son seguramente movidos por las ayudas del Gran Obrero de arriba.

Os envuelvo en ese dulce rayo de luz que tan bien os habla de nuestro Dios de amor. Estad siempre alegres, felices cuando tengáis ocasión, y sin reservas mentales, amad la vida, Dios os la ha dado; recoged las flores de los parterres, Dios las ha sembrado; recorred los hermosos senderos, Dios los ha creado; dejad que vuestros ojos admiren los hermosos espectáculos de la naturaleza, Dios les ha dado su esplendor, sus colores inefables. Amad todo lo que es hermoso: Cristo ponía con placer sus ojos en todas las bellezas de la naturaleza, obra de amor y de consuelo de su Padre. Vosotros también alegraos de recorrerla, de ver sus esplendores. Aquí, en mi Paraíso, escalo los senderos florecidos, ayudo a almas que me han sido confiadas por Dios y vivo en el éxtasis glorificando a Dios que con mi muerte me ha dado la vida y me ha permitido difundir las flores que recojo a mi paso. Dios es bueno, infinitamente tierno; y todos los esplendores de la naturaleza son una prueba de la ternura de Dios.

PAQUI

Jesucristo, hijo de Dios

¿Deseas que descienda a tu corazón un océano de Fe, de Esperanza y de Caridad? Deseo, y con cuánta alegría, amigos míos, ayudaros y haceros comprender lo que tan ardientemente deseáis conocer.

Dios existe, sí, es el Gran Todo. Dios es el centro del inmenso rosetón que sólo se ve completo cuando el grado de comprensión ha llegado al máximo. Sentís la existencia de ese Todo creador, de esa fuerza que rige todo lo que se mueve, que controla los hilos, todos los hilos, y sin el cual nada puede mantener el equilibrio. Estáis convencidos de la gran armonía que sólo por Él existe en la universalidad. Pero ¿cómo captar perfectamente todos sus engranajes? Es imposible, y desgraciadamente yo no puedo aún comprenderlo todo. El velo es menos denso sobre mis ojos celestes que el que oculta a vuestras miradas terrestres toda la universalidad, toda la inmensidad, obra de amor que conoceréis y comprenderéis más tarde, ¡oh! mucho más tarde.

Estáis en la verdad cuando creéis, cuando pensáis, aun sin comprenderlo, que Dios, todo amor, se ha separado en parte de vuestras bóvedas celestes para descender a la tierra, para acercarse a sus criaturas, amarlas y salvarlas. Pero los hombres no han querido creer, no han querido ver, no han querido reconocer a la persona-divina, al Cristo-Dios.

El dio sin embargo todas las pruebas de su divinidad, pero el orgullo insensato de los hombres impidió la sumisión de estas criaturas a las que El había dejado el libre albedrío, única condición que puede llevar a un alma a la cima de su felicidad.

Sí, el Cristo-Dios murió, para ayudar y salvar a las almas, trazarles el camino de dulzura y de amor, mostrarles la Resurrección y la Vida. Seguid el camino trazado por Jesús. Cada Evangelio es un mundo en el que podéis beber. Yo os iluminaré si los símbolos os confunden, pero vuestros ojos ya abiertos ven lo que otros buscan todavía, y veréis que vuestro horizonte espiritual se amplía hasta el infinito. Cada frase meditada es un paso, y seréis ayudados.

Jesús descendió para instruirnos; El nos dejó todo para llegar al Padre; sólo tenemos que vivir siguiendo sus pensamientos. Los apóstoles llevaron a todas partes sus palabras sublimes; fueron martirizados, pero Cristo, a través de ellos, había visto fundarse su Iglesia sobre bases sólidas. La palabra de Jesús, es la Iglesia misma. La Iglesia, por su parte, vivirá siempre; ella es la barca sagrada y puede mantenerse frente a todas las tempestades. Los

Page 57: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

errores incluso que le hacen heridas sólo pueden alterar la cáscara; el fondo permanece inmutable, porque el fondo es Jesús.

Jesús permanece, brilla su luz, es hermosa y pura, vosotros lo sabéis; alinearos a su lado y seguidla.

Dios mío, Trinidad Santa, venid hacia vuestros hijos, iluminadlos, poned en sus manos una estrella celeste. Su hermosa claridad los guiará siempre, ese talismán los protegerá. Ellos seguirán su claridad, llegarán a la meta: y ya no será la estrella la que verán entonces, sino a Vos mi Padre y para toda la eternidad.

Vuestra estrella, aquí abajo, puede brillar más o menos, de vosotros depende el ampliarla, el aumentar su claridad, amigos míos. Paqui

Dios actúa en el silencio

Mi contacto debería aislar tu alma y guiar tu espíritu. No te preocupe ningún ruido exterior. Que mi canto de amor te arrulle y guíe tu mano. Has escuchado en tu interior esta frase exacta: «Dios actúa en el silencio», y vamos a hacer de ella el tema de nuestra meditación.

No penséis que puedo daros las claras enseñanzas que leéis en los libros santos: escritos dictados también desde lo alto, y grabados con facilidad por espíritus atentos y dotados de una vida interior de meditación y de contemplación. Es necesaria una gran calma para que las almas mensajeras puedan llegar a vosotros. Dios actúa en el silencio; El es todo paz, todo calma, todo pureza, y para gustarlo adecuadamente y sentir su divina presencia, es necesario alejarse del mundo ruidoso y vacío, elevar el alma en la calma y la soledad, entrar unos instantes en el jardín secreto.

Jesús es la Paz, busca la paz y la sencillez. La venida de Cristo a la tierra nos enseña mejor que toda enseñanza hasta qué punto lo que brilla no atrae a Dios Padre: Jesús nacido en un pobre establo, su adolescencia trabajadora, su vida oculta, oscura, sin ruido, ni fastos; sus apóstoles: simples pescadores; su muerte: ¡la del más miserable! Descendió a la tierra por un acto de amor y su Pasión nos demostró todo su Amor.

En él estaba lo divino y sin embargo cuando oraba a su Padre se retiraba solo en el silencio de la montaña. El, el puro entre los puros, nos mostró el camino. ¿Por qué nos desviamos del camino señalado por su augusta mano? Cierto, los hombres sólo son hombres, pero tienen dentro de sí una parcela divina: el alma. Si nosotros no podemos ser perfectos, podemos acercarnos al Perfecto de los Perfectos. «Sed Perfectos como mi Padre es Perfecto», dijo el Señor.

Dejad que cante en vosotros al espíritu divino; lo poseéis pero no lo escucháis, porque dais demasiada importancia a vuestras tribulaciones terrestres. Los hombres nos dan la impresión de que dan vueltas como posesos para salir de la fortaleza humana sin conseguirlo, debido al error gigantesco en que cae su espíritu rebajando hacia la materia el nivel elevado en que podrían mantenerse, si no actuasen como cascabeles. Este sonido cascado no sirve nada para oír y escuchar las armonías celestes que sólo oyen los que saben rezar y meditar en el silencio y la soledad. No os desaniméis; cada esfuerzo es un peldaño que se sube de la escalera tan larga, tan elevada, que os llevará hacia la perfección. Todos subís la escalera de la ciencia que se llama dolor; y si vuestros pies sangran a veces, vuestras almas se desprenden, se iluminan poco a poco en la subida árida. A cada peldaño subido, pensad en los que suben como vosotros, pero sin luz; iluminadles si os es posible. Imitad a Jesús en la medida que podáis; sed sencillos, humildes y generosos.

Actuad en la paz interior de vuestro corazón; no os dejéis desanimar por ningún fracaso; haced esfuerzos constantes hacia lo mejor manteniéndoos sencillos, sinceros, puros.

Escuchad a vuestra alma en el silencio: el Señor le habla y El es todo Amor.Paqui.

Para llegar a comprender mejor, hay que aprender a escuchar mejor. Escuchar es recogerse; recogerse, es callarse y alejarse de todo lo que puede impedir escuchar la palabra de Dios. Oh sí, callad, recogeros, y oiréis los juiciosos consejos de los enviados de Dios. El velo será menos opaco, escucharéis en el silencio de vuestro corazón y recibiréis los rayos luminosos.

Page 58: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

La cruz de Jesús

¡Cruz magnífica, símbolo de amor, de resignación, de aceptación, de humildad, cruz maravillosa que ha sido para nosotros la Redención!… Los años, los siglos pasan y, fieles, las masas siguen pensando en ella porque ella hace perpetuo el descenso de Jesús sobre la tierra. Pensad en ella todos los que sufrís y no encontréis la vuestra demasiado pesada para vuestras espaldas. Confiadla a vuestro Salvador, vuestro hermano en el sufrimiento. El os ayudará a llevarla y ella os parecerá más ligera. Cruz de Jesús, símbolo de Vida, fuente viva de indulgencia y de perdón.

«Padre mío, perdónales, no saben lo que hacen.» ¡Cuántos sin embargo saben que hacen el mal y lo hacen conscientemente, crucificando a Jesús por enésima vez! Porque Jesús, todo amor, sufre siempre por la incredulidad y la indiferencia de sus hermanos. No podéis comprender el martirio de su Pasión, su dolor; porque tenía ciertamente un lado humano, pero lo que sufrió en Cristo mucho más que su cuerpo, fue su espíritu que abrazaba la suma de todas las iniquidades; las lágrimas de sangre son su símbolo, fueron derramadas mucho antes de su flagelación. Jesús sufría atrozmente porque sabía lo que ocurriría con el paso de los años. Quería que su sacrificio llenase el mundo de luz y de amor y sólo veía a su alrededor traidores, enemigos o indiferentes. Las pruebas de su Divinidad eran negadas por los que temían ver limitado su poder terrestre. Jesús había dicho sin embargo: «Mi reino no es de este mundo», pero la locura y el orgullo de los hombres no comprendió, y Cristo, ridiculizado por la muchedumbre en delirio, fue cargado con su Cruz.

Amigos queridos, nosotros que sabemos y comprendemos un poco, estrechemos nuestros lazos con El, demostrémosle con nuestro amor que comprendemos su sublime sacrificio. Seamos sus verdaderos discípulos, hagamos leales esfuerzos para mostrar a Jesús crucificado que aceptamos con él todas las cruces de la vida: pruebas, sufrimientos, preocupaciones y penas de todo tipo, clavos que desgarran nuestros corazones y digámosle:

«Dios mío, hágase tu voluntad. Lo mismo que vos, Señor, estamos en la cruz, molidos, desgarrados. Pero comprendemos que Dios, la misericordia infinita, sólo nos deja sufrir por el bien de nuestras almas y para que nuestros ojos se abran a la luz y a la verdad. Y aunque a veces flaqueamos, esperamos que el día bendito en que se cierren nuestros ojos para abrirse en la patria verdadera, esta cruz se convierta en nuestro carro luminoso; nosotros la habremos transformado, ella nos conducirá hacia la luz, hacia la comprensión de las cosas del cielo.»

Mientras esperáis ese día bendito, cuando sintáis que la cruz se os hace muy pesada en vuestras espaldas, amigos de la tierra, no os rebeléis, no murmuréis, no blasfeméis. En la corona de espinas que rodea vuestra frente debe florecer una rosa de alegría espiritual cuyos pétalos caerán como una bendición sobre las almas que amáis. Recordad que el sufrimiento es una misión divina y que la Cruz de Jesús no es pesada de llevar si se comprende todo el amor de ella.

Arriba los corazones, amigos benditos del Cielo; permaneced tranquilos, no os dejéis vencer por la adversidad, levantad los ojos, nos encontraréis siempre en vuestro camino para guiaros y ayudaros. Dios da a sus hijos para que ellos den a su vez; por eso distribuid en torno a vosotros, sin cansaros nunca, la palabra bienhechora que habéis recibido.

Jesús es la Verdad; es el Cristo, es el amor, es la cruz.Siempre vuestra en mi cielo y cerca de vosotros en el impulso de todo el ser espiritual, el

único que permanece y permanece para siempre.Paqui.

V - DIOS Y NOSOTROS

Sobre el Pater

«No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.»¡Qué maravillosos frutos a sacar de la meditación de la última frase del Pater, oración

admirable y que se dice tan mal, sin pensar en lo que los labios murmuran! Sí, pedid al Señor la fuerza para alejaros del pecado; para lograr el arrepentimiento si habéis sucumbido ante él, y para libraros de esas caídas que reducen al ser humano al nivel de la

Page 59: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

bestia. Decidle con todo vuestro corazón: «Señor, guíanos para que mantengamos un equilibrio sólido; nos rodean tantas cosas malas, nos salpican cada día, ¡y somos tan débiles!» Suplicad a Dios que os escuche, y os escuchará. Decid un Pater, pero decidlo bien, con un impulso puro de toda vuestra alma. Los impulsos puros, las oraciones fervientes son puentes levadizos que cierran el paso al camino del mal en todas sus formas; los pensamientos puros alejan a los malos, estad seguros, y si tenéis el firme propósito de permanecer en el camino recto, no llegaréis nunca muy lejos en el mal; vuestros amigos del más allá que os siguen y os ayudan en vuestras oraciones, os advertirán si está cerca el mal camino y vosotros tenéis que evitarlo.

Si habéis sabido resistir, una vuelta sobre vosotros, un sentimiento de contrición y de arrepentimiento os ayudarán a levantar la frente y a vivir en paz con vuestra conciencia. Pero yo añado e insisto, queridos amigos, que cuando habéis cometido una falta hacia vuestro prójimo, hay que tratar de borrar ese mal en la medida de lo posible, reparar lo mejor que podáis dejando de lado todo amor propio; porque sólo después de una necesaria reparación, aunque sea dolorosa, podréis tener el corazón en paz.

Demasiada gente se imagina que Dios perdona al culpable en el momento en que se arrepiente: El quiere más. Hay que borrar el mal que se ha hecho con toda la responsabilidad de sus actos; esto es lo que más cuesta y lo que menos se hace.

Sí, Jesús perdona cuando siente el arrepentimiento sincero, dispuesto a redimirse, a humillarse. Jesús tendió la mano a la samaritana; El fue la fuente de agua viva con la que pudo saciar su sed. Seguid a Jesús; no condenéis a los seres que evolucionan en el mal, nadie sabe lo que ocurre en un alma y hay que saber siempre esperar por ella. Lanzad al espacio los pensamientos de amor y de verdad que vosotros mismos recibís; ayudad a los desgraciados que responden mal a la llamada de la gracia porque aún no la sienten. Si nada podéis por ellos, rezad y pasad sin deteneros en los malos ambientes, en cuchitriles oscuros, en reuniones malsanas, cuyos fluidos negativos son siempre opresores, desagradables, nocivos.

Las oraciones, los pensamientos de amor puro contrarrestan las corrientes del espíritu del mal. Unámonos, en el ejército celeste, vosotros todavía en la tierra, y formemos solo un bloque para abatirlos y hacer que florezca la idea y el reino de Dios, es decir, todo lo que es puro, grande, armonioso. Se nos permiten grandes esperanzas; con la ayuda de Dios llegaremos a obtener la victoria, el Bien vencerá al Mal. La cadena de los elegidos es larga, fuerte, poderoso, y se alarga cada día para luchar con el fin de que la voluntad de Dios se haga en la tierra como en el cielo. Amén.

Dios mío, te pido la fuerza y la resignación para parecerme a Jesús, tu divino Hijo, que entregaste a la humanidad para rescatarla con sus sufrimientos, con sus dolores incalificables. Danos la fuerza necesaria para resistir a todas las tentaciones malas, para llevar a cabo la tarea asignada, sin rebeldía, sin rencor, sino por el contrario con un corazón compasivo para amar y sostener a los menos privilegiados. Sabemos que la idea de justicia no existe en la tierra, pero que desde el momento en que pasemos sus límites, nos veremos deslumbrados por su claridad. Señor, aparta a las fuerzas malas y permite a María, tu divina Madre, aplastar al demonio en todas las formas que trate de tomar para presentarse a los humanos. Dios mío, danos la perseverancia, la resignación. El Bien triunfará si formamos un solo bloque contra el espíritu del mal. Así sea.

La oración egoísta es sólo un acto sin frutos que esperar. Esto es lo que no se comprende en la tierra donde cada uno se esfuerza por levantar su casa sin preocuparse si el vecino tiene o no un techo.

Paqui.

Aceptar ya es comprender

El día que comprendáis perfectamente por una parte la fuerza que podéis beber de nuestras esferas para vuestros trabajos de abajo, y por otra parte la necesidad para vuestra alma de aislaros un instante por la oración, para alejarse un poco de la materia y recuperar fuerzas vivas allí donde las hay, seréis más fuertes, más animosos para volver a tomar contacto con la vida, y vuestra necesidades de cada día os parecerán más livianas. Estaréis sostenidos por los hilos que vosotros mismos hayáis atado con el firmamento donde reina la paz, y donde todo es sencillo y fácil a pesar de la actividad que allí reina, porque cada uno obedece con docilidad y amor.

 ¡Sencillo y fácil! He aquí dos palabras difíciles de realizar en la tierra, donde los hombres

Page 60: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

enredan y complican todo por orgullo, concupiscencia y egoísmo. ¡Ah, si se pudieran aniquilar esas plagas de la humanidad, ésta comenzaría a salir de la costumbre donde se encuentra tan envilecida! Amigos, difundid en torno a vosotros esta luz de lo alto de la que recibís tantos rayos; ayudad a los más miserables para que depositen sus alforjas ante la belleza de la noche estrellada, ternura de Dios para todos sus hijos. Elevemos nuestra alma, démosle gracias con fervor, digámosle que somos sus hijos, que la eternidad nos parece demasiado corta para adorarle, y que el día bendito en el que, verdaderamente purificados, libres, nuestras almas formen parte del Gran Rosetón de mil colores, nos sentiremos invadidos por tal alegría que lamentaremos no haber sufrido lo suficiente, al descubrir que la recompensa recibida, que la visión vivida supera todas nuestras esperanzas, nos sentiremos confundidos ante el gran milagro: todos en Uno, Uno por todos; lo divino volviendo a lo divino. Entonces, comprenderemos esas grandes verdades tan luminosas de la Vida.

Amigos, cuando tratamos de difundir la palabra de Dios, de consolar a los que sufren, pensad que, como no podemos comprender el por qué de los acontecimientos (nuestro espíritu, por elevado que esté, como es muy limitado por estar sobrecargado por la espesa caparazón de nuestro cuerpo y de nuestros sentidos), debemos aceptar nuestro destino poniendo toda nuestra confianza en Dios.

Aceptar, es ya comprender, porque es la señal del conocimiento del poder del Señor. Es una muestra de confianza y de amor, porque si os entregáis a El sin comprenderlo todo, es porque tenéis Fe o porque la tendréis. Dios no puede dar el conocimiento perfecto en la tierra; tenemos que ganar este conocimiento, ser, hacernos dignos de él, y eso no se logra en un día. A pesar del amor tierno que la une a la madre con su hijo, ¿lo pone al corriente de la vida? No, ella lo dosifica a medida que este conocimiento, que ella ha aprendido con cuentagotas, le es necesario. Dios actúa así porque nos ama. Oh, sí, El nos ama con un gran amor, rindámonos a la evidencia: todo lo que nos rodea es una prueba tangible; la naturaleza, las flores, los animales, todo nos habla de El y nos lleva a adorarle como Creador. Bendigámosle, amémosle en todas sus criaturas, con toda sencillez, si no lo comprendemos. Y hagámonos humildes, muy pequeños, para recibir el Pan de Vida que Jesús todo Amor dejó al mundo para vivificarlo.

¡Qué grandioso regalo! ¿Os dais cuenta de lo que hizo Cristo por la humanidad? ¡Qué regeneración constante y continua de este Pan, de este Vino, sustancias divinas por la fuerza del amor de Dios! Misterio para nosotros este divino que desciente a la materia, pero misterio sublime que conoceremos un día en toda su belleza, cuando seamos suficientemente grandes en luminosidad.

Pero a todos os digo: ¡confianza! Dios reserva a las almas de buena voluntad tanta felicidad, tantos deleites, que no dejaré de venir a decíroslo y a aseguraros que nuestra unión está más allá de las uniones humanas; que nos une un lazo indisoluble y que nada puede romperlo; que el Cielo y la tierra forman sólo una unidad para los que comprenden el amor. Sublime privilegio, queridos amigos, haber sido iluminados desde esta tierra. Dad gracias a Dios, dadlo a conocer, hacedlo amar, distribuid generosamente toda la luz que recibís de vuestros seres queridos del más allá, distribuidla a todos los que la desean, a los que la buscan, a los que la esperan, y a los que la rechazan y no son dignos de ella: todos se sentirán impregnados por ella, y como nada se pierde, vuestra obra de caridad recibirá y dará más frutos de lo que podéis esperar.

Paqui

Rebelarse es ayudar al espíritu del mal

¿Por qué temer repetir hermosas y sanas enseñanzas? El bello trozo de cristal de roca ¿no se forma de gotas de agua que caen incansablemente, gota a gota? Así necesita el alma su alimento de cada día: la oración, la meditación, sin las que les es imposible a los humanos adentrarse en la senda de la luz y de la comprensión de los misterios del más allá. Porque esos pobres humanos no sólo no ven, no comprenden los grandes designios de Dios, sino que, a pesar de su ignorancia, quieren sacar conclusiones, resolver las cuestiones sin conocer los «por qué» de la gran Causa. De aquí las rebeldías, los retrasos en la evolución, y los ambientes malos que envenenan la tierra y dan a las fuerzas del mal tanta primacía sobre el conjunto.

Si comprendiésemos bien en la tierra que el sufrimiento es el único rescate posible de nuestros pecados, y que al rebelarnos contra nuestras sucesivas pruebas aumentamos el

Page 61: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

poder del gran rebelde y de sus discípulos (que son el espíritu mismo del Mal, causa de todos los sufrimientos), aceptaríamos mejor nuestro destino puesto que es querido y está trazado. Las almas deben seguir su evolución, y los sufrimientos de la vida terrestre son un medio, y no una injusticia.

Para un alma iluminada, venida a la tierra para una misión y para adquirir más méritos en la sombra, miles de otras se debaten con una pesada carga y sólo con gran dificultad logran reducirla. La ayuda nunca se les niega, pero es necesario que estas almas se eleven, aunque sólo sea unos segundos, por la oración y la meditación, alimentos diarios del alma. Y si os es difícil someter vuestro espíritu, siempre dispuesto a evadirse hacia cosas superficiales, no os desaniméis: recuperadlo pacientemente un poco cada día; y para esto, imponeos la regularidad en vuestros deberes hacia vuestra alma. Poco importan los pequeños resultados conseguidos: los mayores santos conocieron esas horas dolorosas de sequedad y de oscuridad, que ellos creían soledad del alma; y vosotros no sois santos. Por tanto, avanzad con vuestros débiles medios, pero avanzad sin comprender y sin ver. Dios es todo misericordia; vosotros comprenderéis más tarde y vuestra oscuridad se transformará en una sorprendente claridad.

¿Por qué más tarde? preguntáis. Esta es mi respuesta: Del invierno no brota espontáneamente la estación florida; la transformación se hace poco a poco, primero la yema, luego la hoja; la hierba de trigo, más tarde la espiga… Vosotros tampoco estáis maduros; seguid el camino que llevará a vuestra alma hacia esa madurez, pero seguid el camino recto puesto que os llevan de la mano con tanto amor. Esa pequeña mano es la de vuestro ángel que os la da generosamente para que ella sea vuestra guía solícita y nuestra colaboración sea suave.

Pongo tantos deseos puros en mis pensamientos que estos os llegarán claros y cargados de lo mejor de mí misma. Dad gracias a Dios que ha permitido a un ángel cogeros de la mano y trazar las primeras líneas del Gran Libro de la Verdad que leeréis más tarde con mucha tranquilidad, y que es todo Amor.

Paqui.

Meditación, perseverancia y constancia

La meditación es indispensable; unos instantes con vuestros amigos celestes que sabéis que están vivos, activos, un impulso hacia lo alto, una ferviente oración por las almas que sufren, todos los días, no lo olvidéis —bastan unos minutos—, y os sentiréis más fuertes. Vuestra alma como vuestro cuerpo necesita descanso y alimento. Por muy ocupados que estéis, necesitáis tomar vuestra comida, dejar todo trabajo para dormir, recuperar fuerzas: pues bien, vuestras almas tienen también hambre, las excita la sed de verdad y de luz; y sólo por la oración, por la meditación en las esferas puras, elevadas, podrán ellas sacar el alimento que necesitan.

Oíd y escuchad las palabras de Jesús: «El que tenga hambre, que venga a Mí y será saciado; el que tenga sed pida de beber y apagará su sed.» Venid, amigos, sacad fuerzas de la fuente de agua viva; vuestros ángeles os aman y os ayudarán a mantener vuestras almas en la luz de las grandes verdades. La Verdad, con una gran V, esa que viene de lo alto y en la que bebéis, sea para vosotros la llama luminosa que os ayude a pasar las horas sombrías que todo humano encuentra en su camino. Permaneced confiados, niños: Cristo es para los humildes, los verdaderos, los puros, que lo buscan y creen en su amor; y no para los que, en su opulencia, en su orgullo, ni siquiera tienen un quinqué para iluminar su camino.

Las olas y las mareas de la vida no deben arrastrar vuestro pequeño barco que se mueve (vuestro espíritu). Tened la voluntad de mantenerlo lejos de las tempestades; sed buenos pilotos, no os aventuréis inútilmente por los pasos peligrosos porque nadie puede decir: no arriesgo nada, puedo afrontar todo. Recordad que no sois nada sin la ayuda divina. Temed vuestra flaqueza humana; no permitáis que vuestro equilibrio moral se rompa por los aires malos de la existencia, las vanas inquietudes y desánimos. ¡Cuántas pequeñas mentiras, pequeños desgarros, arrastran a un alma recta hacia compromisos humillantes y la transforman poco a poco, lentamente, la precipitan hacia el abismo que le hace perder toda sensibilidad o susceptibilidad de conciencia! Como pequeña barca que resiste a la tempestad y se enfrenta con coraje al furor del viento, vuelve a entrar en el puerto orgulloso de haber triunfado, orgulloso de su fuerza y su coraje a pesar de su casco dañado, su velo roto, sabed no desfallecer. Para vosotras, almas fieles, eso serán las

Page 62: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

victorias logradas sobre vosotras mismas, sobre vuestra naturaleza, sobre vuestro temperamento; la lucha es muchas veces dura y necesitaréis desplegar una gran perseverancia unida a toda vuestra buena voluntad. Porque recordad que la buena voluntad sola es una pobre pequeña cualidad que no da ningún fruto si no es seguida por esta otra tan preciosa: la perseverancia. Poniendo piedra sobre piedra, ladrillo sobre ladrillo, se llega a construir un monumento, por alto que sea. Lo esencial es no romper el equilibrio.

La vida que llevamos en la tierra prepara nuestra eternidad, ya lo hemos dicho, pero es bueno dejarse penetrar por estas palabras y meditarlas. Sí, los purgatorios existen, los períodos de tiempo doloroso durante los cuales el alma se limpia, se purifica, se despoja de todo lo malo que ha llevado al dejar la tierra, existen también. No hay que pensar que, bien o mal, cuando llega el último suspiro, lo que no muere, el alma, vuela hacia la bienaventuranza eterna sin pagar el rescate. No recordar ya las faltas cometidas durante el viaje sería demasiado fácil; ser todos iguales sería injusto. Cada alma prepara su purgatorio o su paraíso durante su vida terrestre. Todo ser humano tiene una conciencia, cada uno recibe de ella las directrices —más o menos, esta es la verdad; ella es más o menos clara según la vida moral; pero el peor, el más torpe, oye un día u otro esta voz interior que habla en todos nosotros, pero a la que tan pocos quieren escuchar. El reino de Dios está dentro de vosotros.

No juzguéis ante las dificultades y las luchas de la vida; aceptad vuestro destino mirando cara a cara las cargas y los sacrificios que se os piden. El don de sí, el amor puro, llevan a la verdad. «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida», dijo Jesús, y El venció al mundo.

Vuestro ángel está totalmente a vuestra disposición a través de Dios que le permite esta tarde recoger las flores más hermosas de su paraíso para hacéroslas llegar. Cada pétalo es un poco de Paqui. Recibidlos, ellos alejarán de vosotros las fuerzas que no vienen de Dios y que tratan de penetrar en los hombres para confundirlos. Nuestra unión es bendita, es verdadera, y por eso es tan dulce.

Paqui

Estad siempre preparados

Estad preparados para la última hora que no conocéis; estad siempre preparados, y pensad en esa partida, en esa vuelta a Dios, con paz.

El nacimiento es esperado, pero volver a subir a Dios es otra cosa. Prisionera, encerrada y ciega por la caparazón humana, el alma espera su hora en la ignorancia. La gran rueda gira, arrolla; nadie conoce la hora de la llamada. Nadie está libre de sufrimientos morales o físicos, de una enfermedad o de un accidente. Estad preparados, preparados para sufrir, preparados para partir, para no ser sorprendidos.

La alegría, el amor a la vida no deben resentirse por esta preparación. Pensad en ese gran viaje que debe hacerse un día u otro gozando plenamente del momento presente y de todas las bellezas con las que Dios ha colmado a la creación. Sed niños cuyos ojos ven más allá de las pequeñas miserias humanas; no malgastéis vuestras horas felices; no lamentéis las que pasan; vuestra alma, vuestro corazón, no envejecen; permanecen, la tierra no los cubrirá.

Para llegar a la serenidad frente a la última hora, hay que tener una gran Fe en la transformación, en ese misterio de la Resurrección que Cristo vino a confirmarnos. Vosotros, queridos amigos tenéis esta Fe; que ella dulcifique vuestros corazones, os fortifique y os ayude a continuar el camino trazado con serenidad y confianza. Os hablo de esta partida porque sé que puedo hacerlo sin ensombrecer vuestra felicidad presente: los amigos de Paqui conocen la luz y las alegrías de la muerte y no pueden entristecerse por pensar en ella. Nosotros somos amigos del alma, vosotros conocéis toda su dulzura y creéis a vuestros ángeles cuando os dicen que la ternura y la misericordia de Dios son infinitas, que la tierra es una preparación. Sabio es el que entiende así su paso por la tierra y no espera otra cosa que el final maravilloso y de luz: la comprensión, la purificación, la evolución del alma en la Fe absoluta de una eternidad de amor.

Cuanto más avancéis en la vida, más humildes y generosos debéis ser. Sed pequeños para haceros grandes, no humanamente hablando, sino más grandes en la comprensión de esta Vida hacia la que camináis a grandes pasos. Sed el grano de trigo perdido en un saco de cizaña que debe superar miles de obstáculos para ver la luz, germinar, producir vida. Por dura que sea la tarea, no está por encima de vuestras fuerzas porque tenéis a Dios en

Page 63: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

vosotros y formáis parte de este Todo, porque sois una partícula divina, no olvidéis, que debe volver al Divino.

No hagáis un mundo de esta partida. En el momento supremo, se os da la gracia para pasar a la otra orilla, se os tienden manos, y nadie se preocupa ya de ese cuerpo que se deja en la tierra. ¡Si supierais qué hermoso es, al borde de la liberación del alma, ese «abandonar todo»! ¡Qué alegría, qué maravillosa alegría! y por eso os recomiendo pensar en ello, prepararlo, para que, llegado el momento, conozcáis ya la claridad. Es útil ocuparse de ello de antemano. Vosotros estáis en la tierra para pasar por ella, actuar, trabajar. Cierto que no podéis vivir continuamente entre el cielo y la tierra, pero, sin reducir nada vuestro actuar terrestre que debe ser vivo, activo, fecundo para elevar vuestra alma, podéis desprenderos, y evolucionar tratando de comprender la separación del alma y del cuerpo.

Ah, actuad de tal manera que no tengáis pesares ni remordimientos el día de vuestro paso a la otra orilla. Esto será para vosotros una aurora de luz si podéis, sin reservas mentales, sin remordimientos, unir vuestra manos y decir: «¡Está bien, hágase la voluntad de Dios! surge la aurora, el velo se desgarra, soy feliz por entrar al servicio de Dios.» Oh, qué dulce es, queridos amigos, entrar al servicio de Dios y poder decir a los hombres que nuestro Padre es ante todo misericordioso, que se inclina con cariño sobre los corazones más endurecidos por el pecado para ayudarlos con todo su amor a salvarse y preparar su eternidad.

Vosotros también, sed indulgentes unos con otros; que vuestras miradas se crucen únicamente para trasmitirse cariño. No malgastéis un tiempo precioso que, más tarde, os será tan dulce o tan cruel revivir por el pensamiento. ¿Habéis sentido ya intensamente hasta qué punto embellecen el curso de vuestra vida los dulces sentimientos? Olvidaros de vosotros, para amar a todos los que os rodean. Prepararse a Vivir, es morir a uno mismo. El cielo, es amar, es el amor. Preparad vuestro cielo amando en la tierra, es la humilde florecilla del cielo la que os susurra estas palabras; que os sean dulces, os ayuden, os fortifiquen y os den toda la felicidad, la paz del corazón que ella pide a Dios por vosotros.

Paqui

Dios, luz de las luces

Dios, Luz de las luces, no se describe; El se revela, El se experimenta. Nosotros comprendemos su grandeza, vivimos en su luminosidad, somos conformados por esta luminosidad a la que solo nos acercamos a medida que la nuestra se hace también más luminosa, porque las tinieblas solo se funden en la luz, comprended… Cuando mis ojos maravillados por tanta claridad pudieron abrirse a las maravillas que me rodeaban y que comencé a ver — ¡a ver! ¡qué pequeño verbo para expresar una cosa tan grande!— cuando mi comprensión más sutil me permitió entrever la grandeza de ese Todo que me sería permitido contemplar, ¡qué alegría maravillosa fue la mía! Comprender que un día me sería posible no formar ya con El sino un todo: ¡fundirme en Ti por la eternidad, Señor, qué sublime llamada!

Nosotros, vuestros amigos celestes, que solo somos, creedme, pequeñísimos alumnos, pero dóciles y confiados, desearíamos haceros comprender la grandeza, el amor de este Dios, que estéis suficientemente instruidos para no representároslo sentado en un trono dorado administrando la justicia… No, Dios es el amor del que presentís el infinito, y que supera todas vuestras expectativas humanas; es el centro activo, el Cerebro de los grandes cerebros, el Conjunto de los conjuntos, la Luz de las luces, y nosotros solo somos con relación a El, los engranajes ínfimos de un maravilloso motor. El es el que dirige, el centro, pero nosotros sin embargo formamos parte del conjunto; la tuerca más pequeña tiene su utilidad y es necesario que el conjunto sea perfecto para que no haya desequilibrio.

Medid la distancia, cumplid humildemente vuestra tarea diaria; la más pequeña tiene su importancia, su utilidad. Sed humildes, pequeños, es la manera más rápida de llegar al Grande de los grandes. El Cristo-Dios, ¿cómo apareció ante vosotros? —¡Pequeño, humilde, pobre! ¿Su divina Madre? —¡La más sencilla, la más apartada, la más dulce de las mujeres! Sed también vosotros sencillos, pequeños. Dad gracias a Dios por haberos iluminado desde aquí abajo. Mantened firmemente en vuestras manos esta pequeña luz que no puede extinguirse. El alma puede y debe crecer desde aquí abajo, hacerse luminosa, y difundir su luz sin perder nada de ella: al contrario, cuanto más deis de lo que habéis recibido más crecerán vuestras reservas. Ofreced lo mejor de vosotros mismos; si tenéis mucho, dad mucho; si tenéis poco, dad sin embargo ese poco sin reservas mentales. Dios os ayudará a

Page 64: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

acrecentar ese poco, esa nada a vuestros ojos, si lo ofrecéis con humildad y confianza. Seréis iluminados por los rayos de amor que difundáis en torno vuestro. Elevad vuestros corazones; sed los hijos benditos de Dios que quieren mirar la Luz para proyectarla sobre los ciegos que viven en la sombra y la oscuridad. Sed faros que iluminen y guíen a sus hermanos hacia la Luz de las luces.

Paqui.

Dios es todo amor

Dios ama a sus hijos y trata de entrar en ellos por todos los medios para levantarlos de la tierra, para mostrarles el camino luminoso. Pero la llamada es rechazada muchas veces; los pensamientos de amor, la renuncia, el olvido de sí, los sufrimientos son apartados con fuerza, la palabra gozar está en todos los labios. El ser humano solo busca aprovechar el momento presente, y muchas veces, en detrimento del prójimo, pretende pasar, abrirse camino sin preguntarse por donde se va, sin ver que muy cerca está la caída forzosa. Esos edificios de paja no resisten el menor viendo. Tratad de hacer comprender a todos esos insensatos, por todos los medios que os sean sugeridos y que puedan alcanzar y golpear su espíritu si no su corazón (lecturas, teatro, conversaciones, mensajes), que viven en la ignorancia más profunda y que, si continúan, habrá tinieblas para ellos.

El peor, el más ignorante, puede sin embargo escuchar esa voz interior, la conciencia, que habla en todos nosotros y que dice: «detente, escucha, estoy aquí, quiero que me creas, soy la verdad.» Dios no creó el mal, lo repito, sino que puso en su criatura el libre albedrío, dejándola libre para elegir el camino del Bien o del Mal. Es del mal del que se trata, si se rompe el equilibrio, y este equilibrio se restablece entonces en detrimento de los seres que el debe zarandear. ¡Poco importa! y esto es lo que vosotros no podéis comprender porque estáis con vuestros cuerpos de carne y el sufrimiento de este cuerpo os resulta odioso. Comprenderéis más tarde que aquí solo el alma tiene importancia. El cuerpo no es nada, y es en esto en lo que desconocéis a Dios. «¡El no es justo, no es bueno, decís, porque con su permiso sufre su criatura!» Comprended que Dios, Todo Amor, nos ayuda a elevarnos, a hacernos más fuertes, más grandes, como un jardinero que no duda en cortar una parte de las ramas de los rosales para que crezca la más hermosa y dé una flor maravillosa. Cuando ella está a punto, El la recoge para adornar su paraíso dando a esta flor el más hermoso perfume y el mayor honor.

El alma es una flor inmortal, y cuando llegue a lo más alto de su grandeza, ya no tiene que luchar, permanece en el seno de Dios, se confunde con Dios: se convierte en partícula divina, esto es lo que comprenderéis un día, el día que no tendrá mañana, que será ayer, hoy, y más tarde.

Cristo resplandece sobre el mundo, seguidle. El es la encarnación misma del sentimiento más hermoso que existe: el amor. El representa, encarna todas las virtudes, la dulzura, la abnegación, la resignación, la generosidad, la indulgencia y la verdad. Que todos los que sufren se acerquen a el, le supliquen: El responde siempre, y del contacto divino surge la paz, la calma sigue a la tempestad, el corazón lacerado encuentra el verdadero refugio, y nada se pierde si se sigue a Jesús, si se confía en El, en su justicia, a pesar de las apariencias.

«Su reino no es de este mundo», por eso no podéis comprender, y os rebeláis cuando no sois escuchados en vuestros deseos humanos. No saquéis la conclusión de que no sois de su rebaño, si El parece olvidar a la oveja herida: creed que El la reserva la mejor plaza, y que la tomará sobre sus hombros para evitarle los golpes demasiado fuertes, si ella quiere apoyarse en El. Pero comprended que solo seréis ayudados para vuestro bien espiritual, para vuestra evolución, y no siempre como a vosotros os gustaría.

Sed de los de Jesús, vosotros también, hermanos míos; curad dolores, gritad a vuestros semejantes que solo deseáis su bien; amadlos para que se hagan mejores, menos crueles. El sufrimiento los ciega a veces, pero el deseo de goce los encierra también y les hace cometer los crímenes más odiosos. No se necesita un cuchillo para matar al prójimo: se le mata moralmente muchas veces, y con mayor crueldad.

Recemos, queridos amigos, y pidamos que el cambio sea profundo, que el reino del Espíritu haga su camino, que la materia sea vencida, y que los hombres comprendan que sin el Amor universal la tierra nunca será feliz. La buena semilla sembrada no se pierde y va a germinar allí donde debe madurar y alimentar. Que nuestra última frase de este encuentro sea ésta: «Amaos los unos a los otros.» Repitámosla con fervor como en los

Page 65: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

tiempos en que salía de los divinos labios de Cristo.Que todos vuestros gestos, vuestras palabras, vuestros actos tiendan a poner en práctica

lo que Jesús pedía, y aquello por lo que murió: el Amor.Paqui

La misericordia divina

La oración es un impulso de amor, una llamada hacia el amor que perdona y que ama, hacia Dios, cuya misericordia es infinita. De este sentimiento de la bondad del Señor, es del que quisiéramos penetraros para elevaros de la tierra, haceros pequeños y confiados en la paz tan preciosa que Jesús nos ha dado. La bondad de Dios es inmensa; su Amor por la humanidad sin límites. La misericordia divina está siempre ahí, presente, dispuesta a ayudarnos, a perdonarnos, a consolarnos. Y si nosotros no la sentimos, es porque omitimos escucharla: construimos el grueso muro de indiferencia o de rebelión que no impide sentirla vibrar en nosotros.

Si supierais sin embargo lo poco que Dios pide a su hijo para abrirle sus brazos y decirle: «Ea, ven, o vuelve, hijo pródigo, pero hijo siempre querido.» En el silencio de vuestro corazón, es como oiréis esta voz secreta que encuentra siempre el modo de hacerse oír si se lo pedís con toda vuestra fe. Vuestras almas deben permanecer confiadas, serenas, si os ponéis en las manos de Jesús.

Cumplid la tarea que se os ha encomendado con ánimo y alegría; aceptad las pruebas, los fracasos; luchad, los esfuerzos son necesarios, pero tened confianza en la misericordia divina; y cuando vuestra alma esté desfallecida, vuestro espíritu derrotado lleno de miserias, incluso de remordimientos, pedid a Dios su maná bienhechor. ¡Ah! seguid siendo los hijos de este Padre tan compasivo; seguid siendo sinceros, fervorosos, buscadores de las divinas verdades, y no os dejéis infravalorar por lo que podáis escuchar, por lo que podáis ver. Mantened ante los ojos la visión de las miserias, no para sentir por ellas un malestar, una dificultad diaria, sino para aligerarlas. Dar, es también abrir el corazón, darse sin esperar nada a cambio, sin pedir nada. Todo está aquí: amar, difundir amor, hacer nacer amor. Ponedlo en vuestras acciones más pequeñas; haced que nazca desde todas las fuentes, y trabajad especialmente para hacerlo germinar allí donde el terreno os parece estéril.

El odio envuelve al mundo: combatidlo por medio del amor. Solo con la perseverancia en nuestras oraciones, con paciencia en nuestros esfuerzos, llegaremos al resultado espiritual al que aspiramos. Es imposible llegar a la meta sin haber seguido paso a paso todo el camino. Caminad despacio; poned toda vuestra buena voluntad para superar los obstáculos, incluso los más dolorosos; daos; olvidaos de vosotros: es el vehículo más rápido para llegar a la luz.

Sed felices, completamente felices y agradecidos por ser ya iluminados en vuestra ignorancia, e iluminados en medio de vuestros hermanos que caminan a tientas y tropiezan en las piedras hirientes del camino doloroso y oscuro. Dad gracias con fervor al Señor; no dejéis nunca de repetirle vuestra alegría, vuestra felicidad, vuestro amor; esta palabra que contiene el Universo y que tan pocos saben deletrear, difundidla en torno a vosotros y que todos vuestros actos sean solo un acto de amor hacia vuestros hermanos y vuestro Dios de Amor.

Paqui

Page 66: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

VI: FIESTAS CRISTIANAS

La Anunciación

El Ángel del Señor anunció a María que ella sería la Madre del Salvador, y Él habitó entre nosotros… y su pueblo no lo reconoció. Dichosos los iluminados, dichosos aquellos cuyos ojos están abiertos, el Reino de los Cielos es ya su morada, una morada amada que aún no es habitada, pero de la que se conoce la dirección y las maravillas que en ella se acumulan.

Ninguna palabra, por luminosa que sea, puede darnos la luz sobre el misterio que rodea el nacimiento de Jesús. Sería necesario para esto vislumbrar el misterio de la Santa Trinidad; Tres personas distintas, de las que Cristo Jesús, Verbo de Dios, se desprendió para salvar a sus criaturas, mostrándoles el camino de la verdad y de la Vida. Un solo Dios, Trinidad Santa, acercándose a la humanidad hasta mezclarse a su vida por encarnación divina en el seno de María, la más pura de las vírgenes… ¡Qué maravilloso don!

Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo para salvarlo, dejándole sufrir los peores dolores, los peores ultrajes. Desde Belén al calvario, Jesús ofreció por nosotros su pobreza, su humildad, sus tormentos y su abandono. Y cuando Jesús en la cruz, colmado de dolores, exclamó: «Padre, por qué me has abandonado», fue porque Jesús hombre había querido conscientemente sufrir como un humano en su carne, en su espíritu. Sin esto, el Cristo Dios habría aniquilado con una mirada a sus verdugos y reducido a sus enemigos. Pero obedeció a su Padre y consiguió con este sublime sacrificio que todos los afligidos de la tierra, sus hermanos, unieran sus sufrimientos a los suyos, y que todos los que reconocen a Dios como su Padre puedan dirigirle una queja, una llamada filial, en un abandono total a su voluntad.

Vosotros no podéis comprender totalmente el inmenso sacrificio del Amor puro realizado por Jesús en la Encarnación. Que el Eterno haya consentido descender a la carne debería llenarnos de agradecimiento y de adoración. Glorifiquemos a Dios en este día aniversario de la mayor prueba de amor; inclinémonos ante tanta caridad que supera el mayor don y se manifestó más aún por su nacimiento, el pesebre, que por su muerte, la cruz. Nosotros lo comprendemos mejor ahora que estamos liberados de nuestro cuerpo tan pesado, que no podríamos volver a tomar sin pavor.

Rezad por todos los que sufren y no comprenden el gran sacrificio de amor de Jesús. Rezad para que la luz atraviese las tinieblas y penetre en vuestras almas. No tratéis de explicaros lo que no podéis comprender; tratad siempre de intensificar vuestra luz espiritual. Porque, tratar de aumentar la luminosidad del alma, es engrandecerse: todo cuenta, y la buena voluntad, en espiritualidad, siempre tiene su recompensa. Pero añado también que la escala de las verdades no se sube a voluntad; es una ciencia divina que solo más tarde se os concederá conocer y comprender.

En nuestras esferas benditas, cumplimos nuestras misiones con alegría y docilidad. Una mirada de Dios nos atraviesa con tanta dulzura y fuerza a la vez que podemos extraer de ella todos los rayos de amor y de verdad que debemos transmitiros; guardadlos, son don de Dios, todo Amor y Misericordia hacia sus hijos.

Paqui.

Todos los santos

Este día es gran fiesta en el más allá. Las almas se alegran por la unión que se realiza entre la tierra y el cielo en un piadoso recuerdo, en un impulso de oraciones y de amor. Vuestros pensamientos amorosos, tiernos y dulces, llegan a vuestros seres queridos desaparecidos como rayos luminosos y bienhechores, como preciosos perfumes, que los elevan y los alivian.

Pensad mucho en los que se fueron antes que vosotros, a los que queríais y que se llevaron consigo todas las alegrías de vuestra vida; pero no les dirijáis vuestros mensajes, vuestros pensamientos, en forma de flores estériles, es decir desesperación, quejas egoístas, que lejos de aliviarlos y de elevarlos hacia la luz, los retienen y los inmovilizan. Llorad en vuestro dolor, sí, pero tened hacia ellos impulsos de cariño, de amor y de aceptación total de la voluntad del Señor.

No os rebeléis cuando jóvenes cuerpos sean arrebatados a vuestro afecto, a vuestro amor. No os planteéis cuestiones angustiosas, estad seguros de que lo que Dios hace está

Page 67: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

bien hecho para el futuro del alma que vosotros lloráis sin comprender las alegrías espirituales de que ella ya disfruta. Y estad seguros de que las mayores alegrías de la tierra no son nada, no valen nada, al lado de las que las almas libres de su cuerpo disfrutan en las esferas divinas. Ofreced vuestro dolor, vuestras lágrimas y vuestro sacrificio por las almas queridas cuya ausencia rompe vuestros corazones: esta será una plegaria que subirá como un incienso y se derramará en rayos luminosos; vuestros queridos ausentes os estarán agradecidos y os ayudarán a su vez en la medida de sus posibilidades para que Dos os ilumine.

Amigos queridos y privilegiados, habéis sufrido mucho, pero vislumbráis un poco la luz consoladora de la transformación, rezad por los que no comprenden todavía las alegrías de la muerte y su luz. A pesar de esta comprensión, decís, vuestros corazones siguen sufriendo por la separación, y lloráis al ser querido convertido en invisible a vuestros ojos. Mirad, esto es porque ese pobre corazón humano tiene gran dificultad para captar las delicias del alma; no ve y no comprende sino muy imperfectamente, y se aflige cuando por el contrario debería alabar y dar gracias a Dios por la felicidad espiritual y las alegrías divinas concedidas a las almas puras y de buena voluntad.

Elevad vuestras almas, rezad con todo vuestro corazón fiel y ferviente; pensad en vuestros amados que viven en la alegría y la luz, pero pensad también en los que, menos felices, están todavía en la oscuridad, buscan la puerta de Dios y esperan vislumbrar el pequeño resplandor que les muestre la entrada. Pedid para ellos la indulgencia del Señor, ayudadles a subir, a despojarse de la dura coraza de sus faltas, hacedles más ligeros con vuestras oraciones.

Hay mil maneras de orar: utilizadlas, y decid con todo vuestro corazón: «Dios mío, en este día de gran fiesta, permite a mi alma unirse a las oraciones de los elegidos. Me gustaría ser suficientemente puro para oír las divinas armonías de tu Paraíso, que mi oración ascienda hacia ti y pueda implorarte en unión de las almas luminosas para aliviar y curar a las almas que sufren y están enfermas; tu misericordia es infinita, Señor, y nosotros confiamos en tu amor.»

Oh vivos, que lloráis a vuestros desaparecidos, tened confianza, alegraos. Vuestros seres queridos están vivos, os aman, y vigilan sobre vosotros con toda su ternura. Tened confianza, amad y rezad: rezáis por vivos y no por muertos. Vuestra alma os lo susurra puesto que, aun siendo no creyentes, imploráis por ellos al Dios de justicia y de misericordia. Os lo repito, la muerte no separa como la indiferencia. La muerte, es también amor para el que comprende, para el que ama, y cree en la misericordia de Dios y en el Eterno.

Paqui.Dios mío, os suplicamos que abráis los ojos a los desgraciados perdidos que buscan a sus

desaparecidos allí donde no están. Dad a estos desafortunados el don que nosotros poseemos; que comprendan, que miren hacia Vos para encontrar el camino que les lleve hacia los que buscan en vano en otra parte y para los que solo tienen lágrimas y desesperación que ofrecer. Nosotros sabemos, Señor, nosotros los privilegiados, que debemos rezar y ofrecer nuestro dolor, uniéndolo al de vuestra divina Madre la Virgen María, para que nuestros seres queridos asciendan más rápido hacia la luz en la resurrección de la verdadera vida. Iluminad a los desesperados, Señor, os lo pedimos con gran fervor, y os suplicamos que respondáis a la llamada de vuestros hijos a los que habéis colmado de inmensos beneficios espirituales.

Así sea

Page 68: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

El día de los difuntos: Fiesta de los vivos

Vuestros pensamientos piadosos se dirigen intensamente hacia vuestros seres queridos desaparecidos en estos días, dolorosos para vosotros pero gloriosos para nosotros: porque éste es día de fiesta alegre en nuestras esferas, en las que adoramos a Dios dándole gracias y cantando sus alabanzas. Es un perfume de amor, ondas vibrantes de ternura que nos llegan, porque parece que el Cielo desea relacionarse con la tierra para formar solamente un cielo: los hombres rezan, se recogen, elevan los ojos hacia ese misterioso más allá, tan cercano a sus almas en estos días de fiesta.

Por supuesto, no deberíais llorar a vuestros difuntos, pues están vivos. Vuestros sentidos no os permiten vernos, percibir los contactos dulces de nuestro cariño como nosotros los percibimos, estáis tristes, lloráis porque no podéis ver ya a vuestros seres queridos. Llorad en vuestro dolor humano, sí, pero alegraos de saber que vuestros queridos desaparecidos están más vivos que nunca; dejad que vuestras almas escuchen los himnos de los elegidos, y no digáis: «¡Pobre hijo mío! ¡tan joven!» La juventud ofrecida a Dios es una buena inversión; esta entrega le valdrá mil gracias. Oh, mamás afligidas, hundidas en el dolor, escuchad el canto de los ángeles; dejad que, por unos instantes, se eleve vuestra alma hacia las esferas bienaventuradas; volverá a vosotros vivificada, vuestro sufrimiento será más llevadero, comprenderéis que vuestros hijos os lo piden y quieren ver vuestros corazones llenos de esperanza y de confianza.

Solo elevándose así, los corazones dolorosos de la tierra alivian a aquellos cuya alma aspira a esferas elevadas. Ayudadlos; no seáis para ellos cadenas pesadas por vuestra desesperación incomprensible a su luz. Rezad con ellos; las oraciones son siempre una ayuda inmensa y apresuran la felicidad luminosa de vuestros seres queridos; además, hacen más fuerte la cadena de amor entre los vivos de abajo y los de arriba. ¡Nada comparable a estos movimientos puros de los que queda excluido todo sentimiento egoísta! y en respuesta a vuestras oraciones, si nosotros no podemos evitar lágrimas, tenemos la alegría de haceros avanzar por el camino espiritual, de elevaros un poco de la tierra, de ayudaros, con nuestro cariño cada vez más cercano a vuestros corazones, a soportar todas las penas, incluso la más cruel: la separación física, y a comprender los inmensos beneficios que podéis sacar de vuestros sufrimientos si sabéis aceptarlos y dirigirlos hacia lo Alto.

La luz, he aquí el mayor don que Dios concede a sus hijos que confían y son dóciles a sus leyes divinas. Confianza, amigos queridos; creed a Paqui cuando os dice que vuestros amados están en la luz, y que vosotros, aún en vuestros cuerpos humanos, estáis en las tinieblas, detrás de una puerta que, cuando se abra, os sumirá en la claridad deslumbrante.

Sed siempre de los que perseveran. Creed en las grades y únicas verdades que Cristo vino a enseñarnos con su vida, su muerte y su resurrección. Reforcemos la cadena entre el cielo y la tierra; pongamos amor en torno a nosotros; sirvámonos de esta palabra tan grande, y vivamos, vosotros para amar a vuestros semejantes, y nosotros para amar, sostener e iluminar a los que necesitan de nuestra ayuda.

¡Vivamos! Todos nosotros estamos Vivos.No seáis ya incrédulos ante los misterios que han sido aclarados por la cruz.Flores que nosotros depositamos en nuestras tumbas queridas, Flores que ponemos

junto a vuestros recuerdos, Flores, vosotras sois mensajeras; llevad nuestros pensamientos, elevad nuestras almas, haced más estrecha la comunión. Sed también la cadena, y que los ojos de nuestros queridos, colocándose por encima, sientan nuestro cariño. Flores olorosas, mensajeras, pequeños lazos, llevad a nuestros amados nuestro pensamiento de amor.

Paqui.

El pensamiento permanece

¡Partidos hacia más luz! Sí, vuestros queridos desaparecidos a vuestros ojos partieron hacia mayor luz, pero no están muertos —esa palabra que provoca en vuestros corazones tantos estremecimientos dolorosos— son vivos del más allá, invisibles, la mayoría muy activos, que aspiran a trabajar más intensamente todavía para ascender a mayor luz, para comprender lo que Dios desea de ellos, y para ayudaros a vosotros, los ciegos con relación a los que tienen los ojos abiertos de par en par y que saben que esta luz se gana, que todo

Page 69: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

debe adquirirse, que la Vida continúa, que la nada no existe.La esperanza brilla en nuestras esferas; y los más desgraciados en los purgatorios son

menos desdichados que los hombres, cuando una pequeña claridad les permite reconocerse tal como son, cuando elevan los ojos para implorar el perdón de las faltas conscientemente cometidas, cuando recuerdan su mal pasado, lo rechazan aspirando a obrar mejor, y cuando su orgullo es superado… Tienen entonces la comprensión de lo que el mañana será para ellos; digo «mañana» porque su mirada sigue todavía muy limitada, pero en el fondo de sí mismos renace la confianza, la esperanza; sus sufrimientos se iluminan y se hacen menos pesados y menos sombríos.

Cuando pensáis en vuestros queridos ausentes, la desesperanza, el dolor amargo, no deben invadir vuestros corazones pues sabéis que lo mejor de nosotros mismos continúa en contacto directo con los que amamos y que nos siguen amando. Tened hacia ellos impulsos de amor puro; pedid que también para ellos la luz se intensifique, que ella los maraville, que ellos se aferren a los rayos luminosos proyectados hacia ellos para ayudarles a elevarse y a alejarse de las esferas medias donde tal vez vegetan todavía.

La oración es preciosa para vuestros seres queridos: es un intercambio de pensamientos puros y amorosos que les llegan como un rocío bienhechor, porque el pensamiento permanece: el resto es vanidad. Meditad en estas palabras y vivid en paz. No busquéis el desconcierto pues podéis mirar a la luz y ella es dulce para vosotros y os calienta. Y si la duda os abruma, esperad y rezad con fervor; no temáis: las mayores almas han sido víctimas. Perseverad, y estad seguros de que estáis más cerca de la verdad que esos pobres humanos que solo piensan en gozar del momento presente y no retroceden ante ninguna mala acción para avanzar con mayor rapidez en su carrera hacia la felicidad.

No deis demasiada importancia, en vuestro afecto, a los recuerdos materiales, recuerdos que ya no existen, una vez que se han ido los interesados a sitios más hermosos y más felices. Sin pena, sin remordimientos, podéis entregarlos a las llamas: todo pensamiento que pueda permanecer, permanecerá; lo inútil se desvanecerá, ¡poco importa! Así sucede desde hace siglos y así sucederá mañana, y más adelante.

Creed en la resurrección, triunfo de la vida sobre la muerte. Todos, conscientes de nuestro pasado, nos juzgamos cara a cara con esta terrible balanza de justicia que establecerá nuestro gran futuro. ¡Pero desde aquí hasta entonces, cuánta indulgencia, cuánta bondad, cuántas gracias de parte del divino Maestro! ¡Cuántas manos tendidas para llevaros al camino recto! ¡Cuántas luces dirigidas a vuestras almas para inundarlas de rayos luminosos de comprensión! Sí, creed en la resurrección, y también en la Resurrección activa de vuestros amados desaparecidos a vuestros ojos. Creed que no están muertos en el sentido que lo entiende vuestro dolor: esta palabra que tortura vuestros corazones no existe. Vuestros seres queridos viven, os aman, os ayudan; y dad gracias al Señor que convierte a vuestros queridos en mensajeros de luz y de consuelo.

Cristo permanece: guardad en vuestros corazones la paz que El os ha dejado.Paqui.

Page 70: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Fiesta del recuerdo, fiesta de amor

Fiesta de todos los santos, fiesta de los desaparecidos que aún no son santos, fiesta de todos vuestros amados de arriba, cuyo recuerdo os emociona y en los que pensáis más especialmente en este día, porque su desaparición deja en vuestros corazones un vacío difícil de borrar, casi imposible de llenar.

Pensad en ellos con esperanza, confianza; han desaparecido a vuestros ojos, pero no están perdidos, porque el alma es inmortal y el amor es inmortal. ¿Qué importa el espacio que nos separe? Solo existe realmente si vosotros nos ignoráis, si la tierra sola satisface vuestras aspiraciones, vuestras alegrías, vuestros espíritus. Dios no separa a los que ha unido por el alma: el amor que une a las almas no es un fuego que se apaga, sino una luz, una llama que calienta e ilumina, y que nos reunirá para la Eternidad cuando vosotros también hayáis abandonado vuestra envoltura carnal.

Orad con fervor en este día de fiesta para que la Luz inunde y alivie a todas las almas. Muchas de ellas están todavía, si no en las tinieblas, al menos en las esferas de purificación, de liberación. Rezad con la convicción de que las ayudaréis: la oración es una gran perforadora cuyo poder no sospecháis.

Tened una oración especial para los que habéis visto partir ignorantes de la gracia e ignorantes de lo que les espera más allá de la tierra; llevadlos mediante una llamada fervorosa hacia las almas liberadas que gozan de la verdadera luz y son fuertes. Rezad, amigos míos, por esos conocidos y desconocidos que sufren con frecuencia por ignorancia, y que, en su mayoría, no han tenido los privilegios del conocimiento y de la comprensión que vosotros habéis tenido. Pensad en ellos intensamente en estos días de comunión entre el cielo y la tierra, conmovedor y unánime pensamiento de amor en el que los corazones, sean lo que sean, creyentes o no creyentes, comulgan en una piadoso impulso, comunión de almas en un mismo pensamiento de recuerdo. ¡Qué grandioso espectáculo para nosotros, que recibimos en ondas luminosas y perfumadas vuestros cariñosos pensamientos! ¡Cuántas vibraciones florecidas nos llegan y vienen a unirse a las nuestras para un maravilloso y fecundo trabajo.

Recordad y rezad, unidos a los ángeles, por las almas del purgatorio, que sufren realmente, agitadas continuamente por el espíritu del mal tan difícil de vencer para algunos espíritus, incluso liberados. Apartadlo de esas almas con vuestros pensamientos de amor y vuestras plegarias fervorosas. Contáis con armas poderosas, no las metáis en la funda en estos días benditos, sino al contrario, sed valientes guerreros para reforzar el ejército celeste. Rezad, rezad, la oración es el vínculo que une, a los que rezan en el cielo y a los que rezan en la tierra, en un mismo impulso de justicia, de amor y de solidaridad.

Las manifestaciones exteriores son una fuerza enorme por la unión de las almas en un mismo pensamiento de piedad: no las despreciéis y ayudad a quienes las organizan. Tienen enormes posibilidades y hacen bien. Que vuestras almas, amigos queridos, se unan en este día bendito con los Santos, los Ángeles, los Bienaventurados, los Privilegiados, que rezan para que todas las almas gocen un día de la Bienaventuranza eterna junto a la Luz de las luces, meta final para todos nosotros.

Flores que adornáis las tumbas y que hacéis que florezcan los recuerdos de los que amamos, flores, sed nuestros intérpretes; sacad de nuestros corazones lo mejor que tenemos: nuestro amor, nuestro recuerdo fiel, llevadlos a esas almas felices o que sufren. Para las unas, será una gracia más, y para las otras, un alivio, una esperanza, una seguridad. Flores, que vuestros perfumes sean un incienso que hable por nosotros; que nuestros seres queridos escuchen la voz de nuestros corazones y se alegren por recuerdo emocionado que de ellos conservamos. Flores, florecillas, que cubrís lo que nos queda de ellos, decidles que sabemos que el cuerpo no es nada, y que si hemos llorado la cruel separación, nuestras almas solo tienen una meta, un deseo: hacernos, ser, o permanecer dignos de ellos, para unirnos con ellos en el momento y la hora fijados por Dios.

Paqui.

Feliz Navidad

Feliz Navidad, amigos queridos de mi alma: sí, ¡feliz Navidad! No como la entienden algunos humanos, sino paz gozosa del alma, y fiesta del Gran Amor que se celebra en nuestro cielo como en la tierra, agradecidos y emocionados por el gran sacrificio que nos recuerda que Dios nos ha dado todo dándonos a Jesús.

Page 71: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

¡Navidad! ¡Entended la grandeza de esta fiesta! El Cielo y la Tierra se confunden, este es el gran milagro de la Natividad. Me gustaría convenceros a todos, daros mi alegría, mi confianza y mi amor; lanzad al espacio palabras tan convincentes, tan claras, que no podáis dudar de la clemencia y de la bondad del que ha hecho el cielo y la tierra, el Animador y el Creador. Tened confianza en El. Hoy os pido que lo veáis bajo el aspecto de niño pequeño del pesebre; olvidad que El es el Señor Universal, el centro de todo lo que existe; ved solamente al dulce Jesús, al Jesús niño que pide el cariño de una madre, el afecto de los hermanos humanos. No tiene nada, menos que nada. Os inclinaréis sobre su cuna humilde; lo amaréis simplemente, y os sentiréis con el corazón lleno de alegría y de cariño para acercaros a él. Pedidle que os ayude a llegar a ser como El, pequeño en apariencia, pero con un alma iluminada, dispuesta a elevarse, a hacerse luminosa para seguir su ejemplo, su doctrina de amor y de misericordia. Un poco de su inmenso sacrificio se reflejará en vosotros y os hará aceptar mejor vuestras miserias de cada día.

¡Alegre y dulce Navidad! ¡La paz esté con vosotros! La fiesta de Navidad es una llamada a la humildad, a la adoración del más grande, del más puro, que quiso nacer en un pobre establo abandonado para demostrarnos su amor a los más desheredados, a los humildes, a los pequeños, desprovistos de lo necesario. Su vida oculta con María y José es otra prueba de su amor hacia las familias unidas y trabajadoras… Más tarde, la elección de sus discípulos entre los menos privilegiados de la vida, sencillos, pescadores…

Navidad es Jesús, es el amor descendido a la tierra para mostrarnos la luz, el camino luminoso y oculto del sufrimiento redentor, y para darnos la vida, la vida espiritual, la única que permanece. Hagamos como los Magos: sigamos esta luz. Ellos dejaron todo sin preguntarse nada, sin saber adonde iban, para encontrar al Mesías. Tened confianza vosotros también, amigos queridos; seguid y amad a Jesús, y decid con fervor y amor:

Niño Jesús del pesebre, yo te confío mi alma, único bien precioso que la tierra no cubrirá para aniquilarla. Jesús pequeño, Gran Rey cuyo reino no es de este mundo. Jesús nuestro Salvador, Jesús tan dulce, tan dócil, tan amoroso, abre nuestros ojos a la luz y no nos dejes caer en todas las tentaciones malas de la vida. Danos más dulzura, bondad de indulgencia hacia el otro; danos el espíritu de justicia que nos falta con tanta frecuencia hacia nuestros hermanos desgraciados o culpables. Jesús, que la campana que anuncia al mundo tu nacimiento resuene en nuestro corazón lleno de buena voluntad para que solo demos, como Tú nos enseñaste, alegría, dulzura, a todos los desheredados que viven en este valle de lágrimas…

Niño Jesús, Divino infante, dame Tu paz. Tú eres el hermoso cordero blanco que José llevaba y que María mecía… ¡Tú puedes todo para mí! Con la brizna de paja de tu pesebre donde naciste, puedes hacerme puro, pequeño pero fuerte y creyente en tu verdad. Niño Jesús tan dulce, me postro a tus rodillas; Tú eres grande en la pequeñez de tu pesebre… Te doy gracias, te adoro, y mis ojos deslumbrados te contemplan a través de mi Cristo…

Paz a las almas de buena voluntad: el Reino de los Cielos les pertenecerá, ellas conocerán la bienaventuranza eterna. Amén.

Paqui.

Page 72: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Festejad al Niño-Dios

¡Alegraos, es Navidad! y Navidad es el anuncio de la felicidad en la paz divina de las almas, es el amor descendido a la tierra.

Jesús, el Rey de reyes, aceptó descender hasta Sus criaturas para salvarlas de la miseria —la gran miseria de las almas, entendedme. Dios se hace pequeñito para estar más cerca de nosotros, de nuestra pobre humanidad, para comprendernos mejor, para dejar que se acerquen y lo quieran como a un bebé.

Lejos de todo fasto crecerá; lejos de toda riqueza trabajará, permanecerá humilde en su grandeza, simple en su amor; y cuando comience su gran misión, cuando se dé a conocer al mundo, El será siempre nuestro Amigo, nuestro Hermano, porque seguirá siendo humilde y dulce, en la verdad y en la luz.

Seguidle con amor en este día aniversario. ¡Que todas vuestras preocupaciones se calmen! Dejad por un momento el pesado fardo de la vida; tened confianza, glorificad y cantad la Navidad, el descenso de Jesús entre nosotros, el descenso que nos permite todas las esperanzas de la Vida eterna.

Inclinaos sobre el pequeño niño-Dios; decidle hasta qué punto os sentís confiados; haceos pequeños, muy pequeños; tomad de El, con toda humildad, lo que os falta; entregadle vuestras debilidades, vuestros pecados; El los consumirá en un amor misericordioso. Y sobre todo, mirad su cara de niño-Dios: ¿no refleja una serenidad absoluta? ¿Veis en ella otra cosa que la dulzura, la ternura, el amor? ¡No! sonríe a María, a José, a todos los que vienen a Él. Imitadle; sed confiados, sonreíd a los que os rodean, repartid alegría, felicidad, derramad vuestros corazones sobre el sufrimiento humano, aliviadlo lo más posible pero no os rebeléis contra él: el dolor abre el paso a la vida espiritual del alma elegida por Dios.

No juzguéis las miserias: no sabéis la cosecha que florece bajo su manto de andrajos. Sonreíd a Jesús incluso en medio de vuestras lágrimas. ¡Qué bueno es mi Jesús! ¡Cómo comprende el corazón de todos sus hijos! Él sabe que Paqui desea felicidad, felicidad espiritual a todos los que he dejado en la tierra. Él quiere permitirme derramar mi alegría, y como ella me inunda, vosotros sois inundados. Feliz y alegre Navidad de Paqui en Jesús, por Jesús. Así sea.

Niño Jesús, Divino niño, dadnos vuestra paz. Somos tan pequeños como tú pareces serlo en tu pequeño establo. Tenemos necesidad de toda tu ayuda: necesitamos crecer, instruirnos en Dios, y no comprendemos. Niño Jesús, sé nuestro Maestro, como lo fuisteis en el templo: nosotros os escucharemos, os adoraremos; el Espíritu Santo nos iluminará y podremos también convertirnos en apóstoles.

¡Paz a las almas de buena voluntad! Señor, mi Dios, Jesús, tú no haces sino Uno, te rogamos nos ayudes, nos sostengas, y nos hagas perseverantes en vuestro amor y vuestra luz. Amén.

Paqui.

Pascua

¡Felices Pascuas! amigos queridos. Me inclino hacia vosotros, muy cerca, para que oigáis las armonías celestes que nos rodean en estas horas de alegre fiesta. ¡Jesús ha resucitado! ¡Está entre sus hijos que celebran la Paz, su Paz que El ha traído al mundo sacrificándose por él y que tan pocos han comprendido!

«No busquéis entre los muertos al que está vivo…» Estas palabras dichas por un mensajero celeste son toda la explicación de la fiesta de Pascua. Pascua, es la resurrección; Pascua, es la renovación, es la gran esperanza de la vida gloriosa.

El Nacimiento, la Muerte, el Triunfo de Pascua, son todas las fases del amor de Jesús. «Como yo os he amado, amaos los unos a los otros.» Estas son sus últimas palabras de enseñanza.

Cuando en la tierra como en el Cielo el amor haya triunfado, aparecerán la unión y la paz universales. Jesús nos lo ha prometido. Sí, comprended: ¡no más tumbas, ni tinieblas, ni injusticias! la maldad, el egoísmo vencidos. ¿Vencidos cómo?… Por el Amor, queridos amigos. Con el Amor, todo se vence, nada resiste. «Morir a sí mismo para vivir en Dios por los otros»: no huyáis nunca ante las dificultades de seguir tal ejemplo. Jesús sufrió todo: la infamia, el Calvario, las lágrimas de sangre, la tentación, la crucifixión, la muerte. Y, más

Page 73: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

cruel todavía que la muerte, la ingratitud de los hombres a quienes intentaba y quería salvar a pesar de ellos: esto es por lo que Cristo sufrió más.

La Cruz de Jesús es Luminosa, Creadora, Consoladora. Ved en ella sobre todo el legado sagrado, la palanca poderosa que os ayudará a vencer todos los obstáculos, todas las dudas que ensombrecen vuestros corazones.

¡Cristo ha resucitado! ¡Cristo ha salido de la tumba! —vosotros también saldréis gloriosos de las tinieblas: que vuestras almas canten ¡Aleluya! ¡Aleluya!

¡Qué gran día! ¡qué día más hermoso que aquel en que la tumba vacía mostró al mundo que un Dios, por Amor, se había sacrificado, había tomado las apariencias del hombre para sufrir y morir para que ellos vivan! Es por tanto por vosotros, por nosotros todos, para que seamos salvados por lo que Jesús murió… Pero llegó la Pascua: Jesús salió de la tumba al tercer día como lo había anunciado, para demostrarnos la Resurrección y la Vida. El Cielo y la tierra están de fiesta: vosotros también tenéis que alegraros, dar gracias a Dios por este Rayo luminoso que brilla entre el Cielo y la tierra.

Ha llegado la Pascua, es un día feliz: sed felices a pesar de todo. Seguid repartiendo con serenidad los efluvios bienhechores que vosotros mismos recibís. Mirad a los desgraciados que responden mal a la llamada, que no comprenden… No los abandonéis; pasad, sonreíd, rezad, esperad todo, no temáis nada; vivid en la luz, la que nosotros os dirigimos: la antorcha eterna, la llama de Dios, que nunca se apaga.

Felices Pascuas, Pascuas benditas en la Paz de Jesús.Paqui.

Pentecostés

No habéis tenido vuestro Pentecostés, el día en el que Dios, en su gran misericordia, poniendo un vínculo entre el Cielo y la tierra, permitió a Paqui instruiros, iniciaros en las bellezas y las alegrías de su Cielo, permitiros en fin beber en la fuente de agua viva de la verdad, del amor y de la misericordia divina, diciéndoos que estáis en el buen camino, pero que tenéis que ampliar vuestros esfuerzos en el conocimiento espiritual para hacerlo más provechoso para vosotros, pero sobre todo para las almas que no han recibido la luz y andan a tientas entre densas tinieblas.

El conocimiento muy detallado que yo puedo trasmitiros ¿no es ya para vosotros una gran alegría? Os dais cuenta de que poseéis realmente algo más que esos pobres ciegos que viven en la ignorancia, en la indiferencia del don de Dios, y no hacen ningún esfuerzo para conocerlo y poseerlo. Rezad y dad gracias a Dios con toda vuestra alma por haber sido iluminados, vivificados, y pedidle la gracia de ser, vosotros también, discípulos de Cristo, apóstoles; la fe y el amor inundaron su alma, y los hicieron fuertes y capaces de todos los sacrificios para dar a conocer la verdad.

En esta fiesta conmemorativa pensad también, amigos muy queridos, en vuestra propia iniciación, en vuestro avance en el camino de la comprensión. Daos cuenta de que aunque todavía no sois nada, sois sin embargo unos privilegiados que habéis recibido rayos de luz. Dad gracias a Jesús por ello; rezad, meditad; mantened en vuestra mano esa pequeña lámpara que ya no puede apagarse y que os conducirá, lentamente pero con seguridad, hacia la felicidad infinita. No aspiréis a la gran luz reservad a muy pocos privilegiados: contentaos con lo que tenéis, sirviéndoos útilmente de ello. Sed pequeños apóstoles; derramad vuestra alegría espiritual; no guardéis para vosotros de forma egoísta los rayos luminosos que habéis recibido, la meta no se alcanzaría, no lo olvidéis y, mientras mantenéis firmemente vuestra luz en vuestras manos, dejad que se filtren entre vuestros dedos los divinos rayos que irán a posarse en corazones menos iluminados que los vuestros.

Dad sin cansaros y recibiréis cada vez más; os lo he repetido muchas veces: consolad a los que sufren sin comprender la obra divina; dad la seguridad de la vida que tenéis en vuestras almas, y reduciréis muchas dudas, muchas desesperanzas.

Divina luz, dulce rayo, ilumina nuestra oscuridad, proyecta tus rayos sobre nosotros, inunda nuestras almas; si no sentimos, estamos aislados. Hundidos en tu rayo, oh divina luz, no arriesgamos nada, nuestro cielo está ganado.

Rayo de Dios, ilumina a tus hijos llenos de buena voluntad, pero tan ignorantes y poco perseverantes. Amén.

Page 74: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Paqui.

El espíritu santo en nuestras almas

Para ti, mamá querida, Pentecostés, la llegada del Espíritu Santo a tu alma lacerada, ha sido el día en que te he podido gritar: «Estoy viva; cree, espera y aguarda.»

En este día, has comprendido que la tierra no era solo una tumba, que solo el cuerpo permanecía en ella para convertirse en polvo, pero que el alma, partícula divina, incorruptible, eterna, recuperando su vuelo interrumpido solamente durante la pequeña travesía terrestre volvía a partir allí donde todo es hermoso, donde todo permanece… y que solo este lugar en el que las almas se mueven debe mantener nuestra atención. Mami querida, tú has tenido, tú en particular, la llegada del Espíritu Santo, y todo tu ser se ha estremecido, tus lágrimas han sido menos amargas, has sonreído a Jesús, has mantenido el contacto con tu pequeña hija apenas trasformada, apenas invisible, y has oído el susurro de las alas que Dios, en su misericordia, había colocado a tu pequeña Paqui, para permitirle estar a la vez, tanto en el cielo bendito, como cerca de su mamá, para enjugar sus lágrimas, hacerle entrever la luz brillante, abrirle el gran libro de la verdad, y ayudarle a superar los obstáculos que le ocultaban el verdadero rostro de Jesús.

Pidamos en este día la luz, la comprensión. Que Dios permita que las tinieblas, que hacen tan ciego al mundo, den paso a la claridad que las almas necesitan tanto como el cuerpo necesita el sol. Que esas pobres almas griten también: «Creo, amo, espero, aguardo, me pongo en las manos de ese Dios que solo me quiere dulzura y alegría, pero que solo puede darme esa felicidad si yo hago los esfuerzos necesarios para poseerla…»

Esto es lo que hay que entender, lo que hay que aceptar; y lo que vosotros llamáis injusticia, atropello de algunos, encarnizamiento del destino que rodea y aplasta a unos seres más que otros, sin discontinuidad, esas injusticias aparentes, os digo, no las juzguéis. ¿Sabéis lo que puede haber detrás de ese sufrimiento? ¡No! Puede que éste sea aceptado de antemano, con un pacto establecido entre Dios y el alma dolorosa, y que en el dolor florezca el más hermoso jardín de Dios. Vosotros no podéis y no debéis juzgar; lo que tenéis que hacer, es ayudar y consolar a esos agobiados, «tal vez privilegiados espiritualmente hablando», sostenerlos, protegerlos. Este es el deber, y actuando así, adornáis con flores vuestros parterres, ponéis en ellos plantas raras con perfumes olorosos. El mundo tiene gran necesidad de ser iluminado por el Espíritu Santo. Por eso, recemos con fervor para que la luz divina inunde a los humanos, para que la comprensión penetre en las almas por el bien todos. Ánimo, sobre todo en las horas más negras: es aquí donde se muestran las almas fuertes, en las que las más débiles vienen a buscar el calor bienhechor, el pan de vida que hace todo menos oscuro, más aceptable.

Os uno en mi cadena de amor, os elevo hacia los senderos florecidos para os sintáis en ellos en perfecta seguridad. ¡La seguridad dada por un pequeño ángel del Señor! esto puede hacer sonreír a muchos ignorantes, pero no a vosotros, pues sabéis de qué seguridad habla Paqui. No, por supuesto, la que buscan los humanos, sino la que vosotros conocéis y que permanece.

Mamá querida, estoy aquí, muy cerca de ti, con mis veinte años inmortales, con toda mi juventud, mi alegría, mis ojos alegres, mi amor filial y, sin omitir nada, es todo mi yo el que te visita en este día. Río, soy feliz, mi alegría zumba en tus oídos con dulces armonías; arrullo tus sueños y tú me sonríes… Has perdido todo, te decías… No, di más bien: tengo aún todo de mi pequeña Paqui querida, pero mucho mejor, eso es todo.

Margaritas, rosas y azucenas, flores piadosamente depositadas en mi cuartito rosa, dad a los que lo visitan la alegría que yo siento pensando en el amor que les ha hecho ponerlas allá y que los mantiene con tanta fidelidad. Pequeños vínculos, os quiero. Para siempre.

Paqui.

Page 75: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

VII - EL BIEN, EL MAL Y

NUESTRA FINALIDAD

La hora de la comprensión llegará más tarde

En tu visión, pareces sorprendida de verme tan luminosa, y soy feliz de que sientas así mi luz más viva, más fuerte, y de que los rayos que de ella se desprenden te den calor y vida. Es Dios el que así me transforma, Dios, ese Padre tan bueno, tan tierno, que dora mis alas y hace de Paqui una estrella brillante que viene a posarse en vuestros ojos para darles la Vista espiritual.

No tratéis de comprender lo que vuestros cerebros humanos no pueden procesar: es absolutamente imposible para vosotros: comprended el sentido de estas palabras: absolutamente imposible, en la tierra, comprender los problemas de la vida y los designios insondables de Dios.

¿Podéis pedir a un niño que resuelva un problema apenas descifrable para matemáticos? No, él no puede, por inteligente que sea. Pues bien vosotros sois niños que apenas comenzáis a descifrar las primeras letras del alfabeto celeste. La hora de la comprensión llegará más tarde… Ella apenas comienza para mí que ya estoy sin embargo en la luz. Comprendo vuestro asombro, vuestras dudas, vuestras angustias ante algunos dolores, ante determinadas catástrofes. Vosotros, privilegiados entre todos los demás, deberíais sentir menos su agudeza, dudar menos sobre todo de la divina justicia; y vuestra pequeña Paqui os suplica tener confianza en la gran misericordia y en la justicia absoluta de Dios. Los problemas que os planteáis no pueden resolverse en la tierra: el reino de Dios no es de este mundo. Y tendréis que elevaros y hacer grandes progresos en nuestras esferas puras antes de obtener la solución y comprender la simplicidad, sí, la gran simplicidad. Porque no es que no comprendamos por ser un problema es complicado: es simplemente porque somos ignorantes por lo que tenemos todavía que aprenderlo todo.

¿Explicaros por qué seres anormales, malvados y crueles, hacen tanto mal en la tierra y por qué Dios no corta con su brazo poderoso el árbol corrompido que da tales frutos? Yo todavía no puedo… Por otra parte, si os dijera que los sufrimientos atroces provocados por ese árbol pueden hacer surgir maravillas, que ese árbol podrido puede hacer que germinen rosas, vosotros no podríais y no querríais comprenderlo. Vuestro cerebro es incapaz de aceptar estas ideas; vuestros corazones aún rechazan la idea del sufrimiento redentor… y sin embargo es una de las grandes leyes divinas. No os planteéis ninguna cuestión que no podáis resolver; alejad de vuestro espíritu lo que os turba inútilmente; dirigidlo hacia la Belleza luminosa, hacia ese firmamento adornado de estrellas brillantes; que vuestros ojos no busquen en él las primicias del huracán que puede un día desencadenarse. Buscad y seguid el sendero tranquilo y luminoso, el que os parece el más conveniente para llevaros a la meta, y dejad actuar a la Providencia.

No juzguéis a tontas y a locas; más tarde, mucho más tarde, estaréis preparados para comprender, y encontraréis muy mezquinos vuestros juicios humanos actuales sobre lo que os parece bien o mal, justo o injusto.

Tened confianza y sed, queridos amigos, verdaderos discípulos de Cristo; seguid sus enseñanzas, buscadlas en los menores detalles de vuestra vida diaria: ¡qué generosidad! ¡qué piedad delicada, qué amor a todos los de su alrededor, y a todos en general, qué indulgente bondad! No juzguéis por las apariencias: están con frecuencia más cerca de Jesús aquellos hacia los que sentís a veces la tentación de censurar y de pisotear.

Esforcémonos por comprender mejor, cada vez mejor, la inmensa caridad de Cristo. ¡Qué maravilloso ejemplo! ¿Y por qué no tratar de seguir simplemente los caminos de amor que él nos ha trazado? Desgraciadamente, todos somos Pedro en el huerto de los Olivos y negamos lo que deberíamos confesar en voz alta…

Amigos queridos, alejad de vuestros corazones las mezquindades que encierran al corazón humano y lo ahogan; sed auténticos y generosos. Mi amor hacia a esta pobre humanidad que sufre es tan grande que me gustaría poder gritarle muy fuerte que eleve los ojos al Cielo para que su sufrimiento se haga claro, luminoso, ligero… Y doy gracias a Dios por haberme acogido tan joven, por haber hecho de Paqui, que tan poco lo merecía,

Page 76: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

un pequeño ángel de las esferas de luz y de amor y por permitirme extender los rayos sobre mis amigos de la tierra.

Paqui.

Dios creador

Os gustaría que nosotros os ayudáramos a comprender ciertos misterios que vuestra razón acepta con dificultad porque no podéis comprenderlos; y pensáis que, como para nosotros el velo es menos denso, podríamos ofreceros aclaraciones para que hicierais progresos más rápidos. Nos gustaría, ¡pero es tan poco lo que conocemos y las palabras son tan pobres para expresarnos! Tenemos que sacar de más arriba la ayuda de las almas más avanzadas en la comprensión de los misterios; esto lo conseguimos fácilmente, pero es más difícil que penetre en vosotros; vuestros cerebros captan mal, a pesar del entusiasmo y la buena voluntad.

Vosotros no podéis dudar de la existencia de Dios, esto está claro y no plantea ninguna duda a vuestros espíritus. A partir de la nada, de la materia, ¿se habrían hecho solas todas las maravillas de la naturaleza? ¿Cómo? El cerebro se niega a creer en la materia puliéndose sola; ¡entonces, ha sido necesario un maestro, un ordenador, un obrero, un guía, una cabeza! Llamadlo como queráis, pero no podéis creer en otra cosa: es Dios el que ha creado las maravillas del mundo.

Dicho esto, si creéis (y es el caso de la mayoría) que un maestro ha presidido la creación, si admiráis su obra grandiosa y llena del misterio, ¿por qué os negáis a admitir lo que vuestro cerebro no puede comprender y que turba vuestra paz espiritual, por ejemplo, el misterio de la Encarnación, de la Resurrección? ¿Por qué no admitir que este mismo gran Fundador ha podido, ha querido acercarse a lo que había creado con tanto amor?

Os hablaré más tarde de ese maravilloso misterio de la Eucaristía, en el que ese mismo Dios se entrega de nuevo a su criatura. Vosotros no podéis analizar estos Misterios. ¡Qué importa! Venid con todo vuestro corazón, con toda la Fe de que disponéis; decid con fervor a ese Dios oculto: «Dios mío, yo no soy nada, no comprendo nada, no veo nada, pero aquí estoy: hágase tu voluntad; envíame tus divinos rayos, penetra en mí, aleja las tinieblas, para que el día bendito en que abandone esta densa corteza que oculta la luz divina, esté libre y me lance sin tardar hacia las esferas en las que vuestros elegidos puedan iniciarme con mucha rapidez y ayudarme a elevarme. Aunque no comprenda los misterios, aunque no pueda gustar perfectamente de las enseñanzas de los Evangelios, lo que sé, Señor, es que tengo conciencia del Bien y del Mal, que deseo que todos mis actos respondan a la voluntad formal de no hacer daño, de no traicionar, y de amar a mi prójimo como a mí mismo por amor a Vos. Así sea.»

¿Por qué, decís, Aquél que del caos ha hecho surgir parajes admirables, plantas, flores, que ha ordenado tan bien las estaciones, que ha permitido al sol vivificarnos, iluminarnos y calentarnos sin quemarnos, que en definitiva ha creado tantas maravillas, cómo y por qué ese Dios no nos ha hecho a todos a su imagen, es decir puros, dóciles y buenos en toda la acepción de la palabra? A esto respondo: Dios nos ha creado con una inteligencia que conoce perfectamente el Bien y el Mal, distinguiendo lo que podemos hacer y lo que no debemos hacer. Pero Dios, como es todo amor, no fuerza el amor y nos deja el libre albedrío, es decir la facultad de elegir. El creaba un hombre animado por la chispa divina, por tanto, consciente, y puesto que nosotros éramos una cosa distinta de lo que El había animado hasta entonces, puesto que éramos en cierto modo pequeños dioses que poseíamos una chispa divina, debíamos en cierta medida dirigirnos. Nos ponía las armas en las manos, libres para servirnos de ellas como nos viniera en gana. Desgraciadamente, los hombres prefirieron perderse por el camino del mal, de la envidia, del odio, y alejarse del camino del Amor; y el gran mal que sufre el mundo entero es la falta de amor; el egoísmo reino como señor y no puede traer la paz al mundo.

A todos los que sufren, a todos los que quieren tener confianza, Paqui se entrega, se vuelca en el servicio de Dios. Amaos los unos a los otros, ¡todos! Dios no separa a aquellos cuyas almas están unidas. Dios no crea para aniquilar. Los lazos que se sueltan no son desatados por la mano Dios. Dios es infinitamente justo, bueno y misericordioso. No busquéis lo que no podéis comprender sobre las condiciones y la naturaleza de la creación universal para encontrar allí las razones para creer o no creer… El sufrimiento es una llamada, a veces un castigo, la mayoría de las veces un medio de salvación.

Yo soy el pequeño ángel de Dios que desearía crecer para adorar mejor, para servir

Page 77: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

mejor los designios de Dios. Rozad con Paqui para que el Divino hable todavía más alto en vuestras almas a través de estos mensajes, don de Dios, don de un Amor absolutamente perfecto. Vivid en él, por él, es el Amor divino.

Paqui.

Nosotros no podemos predecir el futuro

Vuestro error es creer cuando partimos de la tierra, cuando dejamos nuestros cuerpos para ir a las esferas ligeras, nos hacemos sabios y poderosos, y que, si lo queremos, podemos dirigiros, preveniros y anunciaros el futuro. Si hablaseis del futuro, del único que cuenta, podríamos responderos mejor; pero vuestro futuro personal, el que os interesa y os preocupa más, de momento, está formado por algunos años que van a seguir a los ahora que vivís —y a nosotros nos es imposible predecirlos.

Al igual que vosotros, nosotros no debemos y no podemos ser iluminados sobre vuestro futuro inmediato. ¡Algunos privilegiados son a veces parcialmente iluminados, pero cuántos errores se deslizan! Pensáis que somos más clarividentes y que deberíamos ayudaros, evitaros los obstáculos del camino. Algunos iniciados pueden, ciertamente, sumergirse en los fluidos del futuro, pero esto es raro y no siempre muy exacto, porque se interponen corrientes y a veces los destruyen.

No nos pidáis predecir el futuro y los acontecimientos que os van a suceder antes de vuestra muerte. No sabemos nada: sólo nos interesa vuestra alma; y aunque comparados con vosotros somos grandes privilegiados, no lo sabemos todo. Caminamos, ciertamente, con confianza porque vislumbramos la luz y la verdad. Estamos seguros de hacernos mejores, más instruidos; conocemos la meta; hemos vislumbrado el divino rosetón adonde llegaremos un día para confundirnos con el Divino. Sabemos que nos queda un camino sumamente largo y, con esfuerzo, nos ponemos a caminar y a trabajar.

No os inquietéis; mantened vuestra Fe, vuestra Serenidad. Dejad pasar las tempestades, las borrascas de la vida: el arco iris volverá a aparecer y olvidaréis los momentos dolorosos. Comprendemos sin embargo vuestros problemas y os exhortamos a la paciencia: la sabiduría lo pide y vuestra seguridad moral lo exige. Haced con generosidad vuestro deber, vuestros deberes, digo. Realizad vuestra tarea no sólo con vuestra inteligencia, sino con vuestro corazón; dejad que se desborde, manifestaros, pero permaneced tranquilos.

Si tenéis dudas, turbaciones en el alma, manteneos firmes, y pensad que muchos más elevados que vosotros en la luz, grandes privilegiados, iniciados, las tuvieron muy grandes, que sufrieron atrozmente por ellas, y que un día, todo volvió a ser para ellos simple y comprensible. En esos momentos de sufrimiento espiritual, haceos pequeños, humildes, reconoced vuestra total ignorancia y poco a poco la paz descenderá a vosotros.

Nada es más dulce que abandonarse en la Gran mano de Dios: ella os aprieta vosotros sin aplastaros; y si, al daros forma, el sufrimiento os arranca algunas quejas, que nunca sean amargas. Tened confianza, porque el gran mortero de Dios no destruye, crea; y es siempre una obra maestra la que sale de las manos divinas si os abandonáis enteramente al Maestro, al Gran Constructor de las almas.

Paqui.

Dios mío, sólo comprendemos muy pocas cosas; nuestros corazones están con frecuencia angustiados y dolorosamente sorprendidos por el desarrollo de los acontecimientos, tanto lejanos como cercanos. Somos rebeldes porque somos ignorantes, y nos es muy difícil comprender nuestro futuro. Sólo sentimos y vemos la hora presente, y por eso somos tan injustos. Dios mío, ten piedad de nosotros; que la antorcha de los elegidos se acerque a nuestra oscuridad para que nos envuelvan sus rayos luminosos. Dadnos la paciencia, la resignación, el ánimo; abrid nuestros corazones a la compasión; alejad de nuestros espíritus todo lo que puede serles nocivo: dadnos la comprensión más clara de nuestros deberes de cada día; hacednos humildes, pequeños, y que, con esta humildad, lleguemos a comprender que sin Vos, Señor, no somos nada, pero que con vuestra ayuda estamos autorizados a esperar todo en este mundo y sobre todo en el otro. Así sea.

Page 78: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Espiritualidad no es espiritismo

La mediumnidad existe, es indiscutible; las corrientes pueden ser buenas, pueden ser malas; entre los planos, se deslizan con frecuencia grandes errores: desconfiad, el fraude supera con mucho a la verdad en ciertos fenómenos inferiores y sin valor real, que sólo reivindican los espíritus inferiores o atrasados.

Cosa distinta era el don del gran Cura de Ars, cuya vida curiosa y emotiva leéis. No hay que olvidar que este espíritu tan grande, tan puro, tenía un don físico de mediumnidad muy fuerte, tenía sobre todo un alma muy evolucionada que le permitía leer en el pensamiento de sus interlocutores y de comunicarse con las esferas puras. Sin este don especial que le venía de Dios, habría podido tener las mismas virtudes morales; su alma perfectamente iluminada habría hecho con ellas el apóstol querido de Cristo, pero no habría sido el gran vidente que exploraba e iluminaba los más negros repliegues del alma.. ¿Qué pacto se había realizado entre él y su Creador? ¿Había descendido especialmente para una misión determinada? ¿Había pedido para avanzar más rápido este don que llenaba su alma de alegría, pero que tanto hizo sufrir a su cuerpo? Nosotros no podemos responder a estas preguntas, pero es casi seguro que esta alma había sido elegida para realizar una misión en la tierra, y que Dios la guiaba. Su apariencia era pobre y sencilla —con algunas excepciones, es con frecuencia bajo esta apariencia grosera como se muestran estas almas admirables. Es raro que Jesús encargue a un alma difundir su voz de una forma particular bajo formas de esplendor… y los hombres cometen los mayores errores sobre la calidad espiritual de estos seres; sólo ven la dura y gruesa corteza que esconde la pureza deslumbrante del alma.

Almas menos evolucionadas se comunican también con el más allá sin ser por ello predestinadas. Para oír a través de las capas físicas muy espesas que separan a la tierra y al más allá, es necesario poseer fluidos que se acoplen perfectamente. El ajuste es difícil y es permisión divina muy especial. Aprovechaos ampliamente de las enseñanzas que recibís por este medio. ¡Cuántos corazones heridos se lamentan por su aislamiento espiritual a pesar de un acercamiento limpio a lo invisible, y reclaman con desesperación una señal del más allá que les permita oír a los que ya no pueden ver!… Es inútil buscarnos en el plano material; para el alma que nos ama y nos llora, sólo venimos cuando está preparada para esta comunión por la aceptación total de la voluntad del Maestro. Y decid a los que lloran a un ser querido que no lo encontrarán, que no sentirán su presencia si no vienen a buscarlo en la espiritualidad de su nueva Vida.

Manteneos sin miedo: las almas puras sólo pueden comunicarse con lo puro; el árbol sano sólo puede dar buenos frutos.

Algunos sujetos, por el contrario, sólo se comunican en planos materiales. No hay que equivocarse en esto: nada hay interesante ni beneficioso en estas comunicaciones sin valor espiritual. Hay que desconfiar de estas corrientes muchas veces engañosas que pueden ser malas y peligrosas. No todas las almas del más allá están llenas del deseo de ayudar a los humanos, por la sencilla razón de que ignoran aún el verdadero camino luminoso, el único que lleva a Dios, pero también porque existen los que son todavía maléficos.

Permaneciendo creyentes, puros, poniéndoos bajo la protección del Puro de los puros, no arriesgáis nada: sólo hay una moral como sólo hay una Verdad.

Paqui

Las llaves de la felicidad

Es un manojo que está al alcance de muchos, no de todos, puesto que sabemos que para algunos, el Cielo parece poder reunir todo lo que puede colmar a la criatura humana, que las catástrofes siguen a las catástrofes, sin que se pueda explicar por qué, humanamente hablando. Esas almas, lo repito, tienen pactos, grados que superar, deben reparar o preparar, y esto, desgraciadamente, a través del sufrimiento.

Estas llaves son para los privilegiados, los felices de la tierra, que no saben servirse del manojo puesto a su disposición: ellos son legión, ¿y no sois vosotros de ellos, amigos queridos? Estudiemos por tanto esas grandes y pequeñas llaves para aprender a manejarlas y servirnos de ellas. Es sencillo, pero hay que pensar en ellas, reflexionar y meditar.

La principal, esa de que debéis serviros al abrir los ojos es la que abre el cofre del buen humor, del aguante, de la buena voluntad. De ella dependerá la jornada, por tanto la

Page 79: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

felicidad tanto de vuestro espíritu como de los que os rodean.La segunda será la llave del equilibrio; tiene mucha importancia para ayudaros a ver, a

juzgar las cosas en su justo valor, sin darles mayor ni menor importancia de lo necesario para que no se rompa la armonía, el equilibrio de vuestro espíritu.

La llave del deber tiene que ser preciosa para vosotros; ella os aconsejará ser meticulosos, vigilantes, y no dejar nunca para el día siguiente, si os es posible, el trabajo que os llama. Mañana, puede ser jamás para vosotros: nadie conoce su hora… Trabajad, haced bien lo que tenéis que hacer para poder con un corazón alegre expresaros así: «He hecho todo lo que he podido para portarme bien y cumplir con mi deber». Cualquiera que sea la tarea, humilde o importante, es sagrada y tiene ante Dios el mismo valor.

Pero la más importante del manojo, y que nunca debe abandonaros, la que abrirá todas las puertas de la felicidad, es la llave del corazón, con la que podéis hacer a tantos felices si lo deseáis y si sabéis serviros de ella.

¡Crac! una vueltecita: es un estímulo, una sonrisa. La llave da vuelta: es una ayuda material que aparta una angustia, que evita un sufrimiento. Son en definitiva mil pequeñas alegrías aquí y allá distribuidas a propósito, y que llenan vuestro corazón de alegrías interiores.

Creéis que es muy difícil utilizar bien el manojo porque las llaves son todavía muy numerosas. Pero la buena voluntad, el deseo de olvidarse, de abrir el propio corazón para sumirlo en todo lo que sufre, en todo lo que puede recibir ayuda y consuelo, os ayudará, os dará ánimos. Muchas otras llaves forman parte de ese maravilloso manojo, y están al alcance de algunos que no saben servirse de ellas. Sería largo enumerarlas todas, pero podemos sin embargo mencionar las que proporcionan las alegrías sanas de la ciencia intelectual: Ellas abren el espíritu, divierten al corazón, y pueden tener también una repercusión en el entorno, porque se platica, se instruye, se da lo que uno sabe. Todo esto es útil y abre horizontes.

Pensad con frecuencia en las llaves de Paqui; pequeñas o grandes, modestas o doradas, son infinitamente preciosas para daros un poco de felicidad en la tierra. Dejad de lado sobre todo las que os abrirían cofres ruines, que contienen pensamientos malos, egoístas o malsanos. Y mantened siempre en vosotros, sobre todo, la hermosa florecilla azul: ella no tiene edad pues es la hermosa flor de Amor que Dios ha creado para perfumar y sembrar mil alegrías.

Mantened con firmeza, en vuestras manos cerradas pero siempre abiertas, ese manojo maravilloso, que permitirá superar todos los obstáculos de la limitación terrestre cuando vengáis a la luz vivir la Verdadera Vida.

Paqui.

Lleva felicidad (1º de mayo)

Fiesta de la alegre florecilla de campanillas tan blancas, florecilla de sutil perfume que alegra, tú vienes a inaugurar la hermosa estación, y te llevan con alegría porque eres mensajera de felicidad. Guardad en vuestros corazones, en vuestros espíritus, el mayor tiempo posible, todas esas promesas alegres; no dejéis escapar la felicidad que cuelga de lo alto de las campanillas blancas. ¿No labra cada uno en gran medida la propia felicidad? Ella debe venir de nuestro corazón para repartirla en torno a nosotros, y darla sin medida. La felicidad, solo se posee realmente olvidándose totalmente de sí y pensando solamente en aquel de aquí o allá a quien se le va a dar. Si solo piensas en ti, en lo que podría existir, en lo que no tienes y no puedes tener, serás siempre de los cascarrabias o de los exigentes, cuya exigencia crecerá y se hará insoportable.

La felicidad puede ser grande bajo apariencias modestas; si sabéis darle un rostro alegre, agradable, se hará aún más grande, y esto es muy fácil. Pensad en una acción buena que vais a hacer, en una gestión que proporcionará un inmenso servicio, en una visita que no dejaréis para más adelante porque va a llevar alegría a una o uno aislado que os espera. Mil naderías pueden hacer que florezca felicidad, y debéis tener todo el año la posibilidad de sentir el perfume de esa flor de primavera que lleva felicidad. Para vosotros, no será solamente en una fecha fija, sino siempre, cuando poseeréis esa florecilla, y cuando la ofreceréis a los que os rodean. En esto, hay una pequeña enseñanza que meditaréis: Si los hombres tuvieran un poco de buena voluntad, si mirasen a su alrededor sin odio, sin rencor, sin envidia, cuántos lirios de los valles florecerían a su paso y qué hermosos olores se extenderían por todas partes. El ambiente de la tierra, tan malo a veces, daría paso a

Page 80: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

una atmósfera respirable de la que cada uno se beneficiaría. Y es necesario que los que son felices como vosotros, amigos queridos, se comprometan a no empañar nunca un ambiente. Tenéis que comprometeros a esto y, por todos los medios a vuestro alcance, crear felicidad y serenidad. Así llegaréis, no a la perfección, que no es de la tierra, pero vuestros corazones, siempre abiertos, vuestros cerebros ponderados y dispuestos a dominarse para evitar el menor conflicto, vuestras almas elevadas por nosotros, vendrán a recoger en nuestras esferas las más hermosas florecillas de campanillas para distribuirlas y perfumar con ellas a los humanos vuestros hermanos.

Todo es solo depósito: la alegría y felicidad que hayáis distribuido volverá a vosotros para embellecer vuestros pensamientos, vuestros actos y vuestros esfuerzos. Vuestro jardín secreto será maravilloso, y el Gran Jardinero, vuestro Maestro de Amor, se legrará recorriendo los hermosos paisajes.

Paqui

No os rebeléis ante las catástrofes

No os dejéis hundir por lo que llamáis «catástrofes» en la tierra. No os planteéis problemas cuya solución no está a vuestro alcance, vuestro juicio solo podría ser falso si os quedáis únicamente en el plano humano. Pero no confundáis la indiferencia con la aceptación, la resignación, la confianza en Dios, que os ayudan a soportar las pruebas dejándoos toda la sensibilidad de vuestro corazón, que debe permanecer tierna, compasiva, generosa ante el dolor de vuestros hermanos.

El libro de las miserias humanas está siempre abierto; las páginas se ensombrecen, los nombres, los dolores se multiplican en ellas. Dichoso el que puede elevarse por encima de sus propias miserias aceptándolas y sirviéndose de ellas para dirigir la mirada de su alma hacia el Dios de amor y de consuelo.

La muerte, decís, corta y siega jardines en flor. Y vosotros no podéis sentir la mano de Dios en un acto que rompe, que aplasta, que aniquila… ¡No os rebeléis! ¡Las causas son tan profundas, los objetivos tan alejados de nuestra pobre comprensión! Una vida segada en su amanecer, acogida por Dios en su aurora, puede ser un inmenso beneficio; no hay que lamentarse por esos pequeños capullos de rosas llegadas tan pronto a la luz para desarrollarse lejos de las vicisitudes que asaltan a todos los humanos. —Sí, me diréis, ¿pero qué haces tú con la desesperación de los que se quedan? —Es verdad, humanamente es horrible, lo sé, lo siento, pero aun en esto ¿conocemos los designios de Dios?

Sufrir, es prepararse a vivir. Es cruel escribirlo, y para comprenderme bien tenéis que elevaros por encima de la tierra; porque, sin esto, con toda razón vuestros corazones se rebelarían y no sacarías ningún provecho de esta enseñanza. Estad seguros de que Dios es justo, de que Dios es bueno; por tanto, hay razones que están por encima de vuestras razones, y vosotros solo podéis rezar con toda vuestra alma por los pobres corazones aplastados, abrumados por el dolor. Nosotros os decimos una vez más que los mayores sufrimientos bien canalizados serán recompensados al ciento por uno, transformados en alegrías y beneficios.

Meditad; ved lo nada que somos humanamente; hasta qué punto es frágil el hilo de la vida y puede cortarse en el momento en que lo creéis sólido. Estad siempre preparados; acumulad lo más posible virtudes espirituales, sin cansaros nunca del esfuerzo que esto exige. Pensad que no basta combinar y hacer planes para vuestros bienes y vuestras riquezas materiales, pensad en los verdaderos planes, esos que solo veréis cuando hayáis dejado todo, todo; pero por otro Todo más grande, más hermoso, más ideal y más amplio.

Para lograr todo esto, necesitáis trabajar no solo para vuestros goces y vuestros bienes terrestres, sino por la joya que Dios os ha confiado, y que debe volver a El sin haber perdido su brillo, su hermosa claridad.

Dejad que actúe la Providencia. La Mano del Señor es segura; tendámosle la nuestra tan débil y repitamos con fervor que tenemos confianza en El, en su misericordia y en su comprensión de nuestros débiles recursos. No tratéis de explicaros las catástrofes, los trastornos humanos mundiales que producen tantos dramas dolorosos. Todo eso tiene causas profundas que yo no puedo explicaros, porque están por encima de mí, y más allá de las almas hermanas que me guían y me sostienen.

Os repito que mi misión es guiaros por el camino único del progreso de vuestras almas hacia el Bien y el Amor, para evitar y huir del Mal. ¿Pero cómo podría yo explicaros el mecanismo de los astros, el por qué de las catástrofes, y el hundimiento de las cosas. Yo no

Page 81: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

soy nada, ¡nada! encantada de saber solamente que Dios es infinitamente misericordioso, que la injusticia es una palabra humana, que la vida no es nada pero sin embargo es útil para evolucionar, para trabajar sin perder tiempo, para comprender y poner en práctica las grandes verdades que Jesús vino a enseñarnos. Tened confianza en vuestro pequeño ángel que vislumbra los designios de Dios muy vagamente todavía; porque Paqui es solo una pequeña alumna, pero muy apasionada, deseosa de avanzar en el camino luminoso para iluminar a todos sus seres queridos.

PaquiUna florecilla, voló un día hasta el cielo. Era completamente blanca con un pequeño

corazón de oro. El viaje fue muy hermoso; la florecilla maravillada miraba a su alrededor; guías invisibles llevaban a la flor de los campos. Los pétalos crecieron, la flor es más hermosa; pero en el corazón de oro, lo mismo que el primer día, si quisierais abrirla, leeríais siempre en ella la palabra, la tierna llamada: Mamá, Mamie, te amo.

Paqui

Voz de la conciencia

El ser humano tiene con seguridad dos inspiraciones: el Bien y el Mal. Puede elegir e inclinarse hacia el primero o dejarse arrastrar por el segundo. Evidentemente, el hombre es débil, inclinado a encontrar bueno y natural todo lo que responde a sus necesidades de gozar, de poseer, sin inquietarse si lo hace a costa de los otros. El egoísmo, el orgullo, son flores del mundo, que hacen muchas veces de la tierra un infierno, en el que cada uno se ama por encima de todo, solo quiere verse a sí mismo, siempre a él, pisoteado a todos los que le molestan.

Este Yo tan torpe, tan pesado, tan contrario al amor que Cristo nos enseñó y que quiere ver reinar en el mundo, este egoísmo, ahoga la voz de la conciencia, la hace indiferente; porque ninguno de nosotros puede ignorar que, si se deja arrastrar por la inspiración mala, es porque ella le aporta alegrías inmediatas, responde a sus necesidades de lucro, satisface sus instintos materiales, sensuales; mientras que el Bien, el Deber, tiene con frecuencia un rostro severo que solo deja que aparezcan ante nuestros ojos sacrificios, luchas contra nosotros mismos.

Aparece ante nosotros una puerta sobre la cual está dibujada la cruz de Cristo: pero hay miedo de abrir esa puerta, porque se sabe que se verá allí el camino que se teme seguir, el pequeño camino pedregoso que Dios ha propuesto a nuestros pasos vacilantes y al final del cual brilla la estrella luminosa que nos inundará con sus rayos bienhechores; ésa, hacia la que toda alma debe dirigirse. Pero, rápidamente, se cierran los ojos, se abandona ese pequeño camino recto para seguir las encrucijadas de los grandes caminos del mundo, ruidosos y sinuosos. Se prefiere el camino ancho por el que parece que no habrá ningún obstáculo que superar, pero en el que no se pueden oír las dulces armonías divinas, la voz secreta que solo escuchan los que se recogen y solo piden a la vida lo que es necesario pedirle. Esto no quiere decir que tengamos que rechazar las horas alegres que Dios nos concede; gozad de ellas sin reservas mentales, ¡hay tantas alegrías sanas y puras que podéis y debéis aprovechar durante vuestro viaje terrestre! Pero no es ensombrecer vuestra felicidad el pensar de vez en cuando que la vida no está hecha para vivir para uno mismo, que el tiempo pasa muy rápido y os acerca a ese futuro en el que tratáis de no pensar, que empujáis muy lejos y que tal vez está muy cerca. El tiempo perdido os sumirá entonces en la desesperación cuando estéis ante la realidad y comprendáis que renunciar un poco a uno mismo cada día, es seguir a Jesús, es tener entre las manos la llama que iluminará el pequeño camino totalmente recto y oscuro de la verdad.

Vosotros que habéis recibido esa llama, no la pongáis debajo del celemín. Es necesario que ilumine a todos los que os rodean y que viven en la ignorancia desde el punto de vista espiritual. Perseverad, rezad para alejar las influencias malas y malhechoras de los corazones indiferentes e ignorantes. No os desaniméis ante un fracaso; nadie conoce a fondo los tesoros que pueden surgir de un alma, incluso cerrada. La oración es una luz que ilumina la caverna más profunda.

Haced comprender que hay que amarse en la tierra; que el amor hace posibles todos los sacrificios; que si la naturaleza del ser es egoísta tenéis que trabajar en transformarla. Un pasito cada día, y llegaréis a ver brotar esta chispa divina que toda alma posee. El herrero puede daros una imagen muy exacta de la perseverancia que se necesita para transformar una obra: no consigue forjar con un solo golpe de martillo la pieza a la quiere dar tal o cual

Page 82: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

forma; prepara la fragua, el fuego, calienta el hierro, golpea, vuelve a golpear, hasta que su trabajo toma la forma deseada. Lo mismo vosotros, espiritualmente. Sed herreros dóciles, pacientes, manipulad y volved a manipular en el yunque vuestros pensamientos, vuestros defectos; sed severos, perseverantes; olvidaos de vosotros para dar alegría y felicidad a vuestro alrededor, ayudad a los que son débiles, levantad a los que caen, y sobre todo no habléis nunca mal de vuestros semejantes, a los que no podéis juzgar por no poder poneros totalmente en su lugar. En fin, aprovechad ampliamente todos los bienes que comporta vuestra situación, convenciéndoos de que es solo un depósito el que tenéis que pasar un día u otro a otras manos, un equipaje que no os seguirá en la otra vida donde ya no hay ni orgullo, ni egoísmo, y donde todo es justicia, donde la felicidad será en proporción a la que vosotros hayáis dado, y aumentará en proporción a la que vosotros deis. Porque todo se gana, nada se pierde, ya lo sabéis. Dios bendecirá vuestros esfuerzos, y os dará a través del pequeño ángel los fluidos y los perfumes vivificantes del gran jardín de Dios: ellos son puros y dulces a vuestras almas.

Paqui

Amaos los unos a los otros

El amor es la llave del Paraíso, es Dios, todo luz, toda alegría.Sí, llegará el día de la paz del Señor, y ya no habrá ni día ni noche, ni oscuridad ni

tinieblas, cuando los hombres sigan el camino trazado por Jesús y entiendan por fin el amor como El lo enseñó.

Amar, desear la felicidad y el bien de los hermanos, tal es la enseñanza de nuestro Maestro que debe seguir siendo el sol de las almas, el rayo luminoso que debemos seguir y trazar a nuestros hermanos. Hagamos comprender a los que están en la oscuridad que la vida es solo una travesía, que no es ni la meta, ni el fin, sino un medio para seguir el camino estrecho de la felicidad, es decir del amor. Camino con frecuencia áspero, largo; pero necesario para avanzar con sabiduría y seguridad.

Aprended a dirigir vuestros pensamientos hacia el Bien, hacia lo Justo, hacia lo Hermoso. El pensamiento tiene alas y pesa tanto como los actos que hace nacer.

Quisiera convenceros de las consecuencias nefastas o bienhechoras de esas fuerzas jamás perdidas, y que no pueden serlo: Todos los pensamientos, buenos o malos, forman ondas que van por el espacio. Según su naturaleza, se reúnen, se juntan, y forman legiones que chocan unas con otras. Como en todas las batallas, el resultado del choque depende del más fuerte. Si el elemento malo triunfa sobre el elemento bueno, todo el mal vuelve a caer en la tierra. Por el contrario, si es la fuerza bienhechora, la felicidad, la paz descienden sobre los hombres.

Los sentimientos de envidia, de venganza, de orgullo, y con más motivo de odio, crean turbulencias que explican lo que ocurre en la tierra en ese momento. Imponed por tanto silencio en vuestras almas a esos malditos consejeros de la debilidad humana, siempre dispuestos a profanar el santuario de la chispa divina, don de Dios, que todo hombre lleva dentro y que debe seguir siendo la hostia pura del tabernáculo que es nuestra alma.

Luchad con perseverancia contra todo mal pensamiento, poblad de pensamientos puros, de rayos de caridad, los campos de batalla espirituales de las tropas aladas; cargad vuestras armas con el polvo puro del amor y de la caridad, y veréis que poco a poco el cielo oscurecido de despejará, y que el sol de la justicia y de la paz brillará con todo el esplendor de sus rayos, todavía velados desgraciadamente por la niebla de los malos instintos de los hombres.

Nada autoriza a dejar de ser buenos, generosos, misericordiosos, indulgentes. Así, nosotros, aunque en la felicidad de la patria celeste, nos compadecemos de las miserias humanas y, con todas nuestras fuerzas, ayudamos a los que quieren escucharnos, comprendernos, para iluminar, para instruir a su vez a los ignorantes y a los ciegos sobre las grandes verdades del futuro que les esperan a todos.

Confianza, queridos amigos. No penséis nunca otra cosa que lo Justo, lo Bueno y lo Verdadero. Ignoráis el peso que tenéis cada uno en el destino del género humano. Cada segundo de vida cuenta, y merecer el Cielo no es otra cosa que haberlo buscado constantemente en las íntimas profundidades del alma, donde se encuentra el sol de Dios. Amor, Alegría, Luz.

Una lluvia de rosas sobre vuestros corazones para distribuirlas en torno a vosotros.

Page 83: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Paqui

Un átomo no puede abarcar el universo

A pesar de vuestra Fe, os encontráis muchas veces vacilantes, desconcertados, ante dolorosos y sombríos dramas de la vida de ciertos seres que, no peores que otros, con frecuencia mejores, parecen perseguidos por la desgracia, desde el nacimiento hasta la muerte, sin que se comprenda el por qué de este encarnizamiento del destino. Ninguna repuesta puede llegar a aclarar este problema del destino de las almas, nadie puede resolverlo sobre la tierra. Pero estad seguros de que Dios es demasiado justo, demasiado misericordioso, para no socorrer a un ser inocente, víctima de miserables criaturas, que solo han nacido, al parecer, para crear dolor en torno a ellas.

No juzguéis; no debéis y no podéis: un átomo no puede abarcar el universo, y vosotros solo sois un átomo; ¿cómo queréis comprender las leyes divinas y los maravillosos designios de Dios? La inteligencia más sutil es incapaz de profundizar y dar una explicación al misterio del dolor. Solo la fe puede iluminarlo y nunca repetiremos lo suficiente que el sufrimiento es redentor. Cristo nos dio el primer ejemplo para salvar al mundo. Ea, no dudéis, y estad seguros de que esos que pueden llamarse mártires de la vida no están nunca solos para subir al calvario, si se apoyan en la cruz de Cristo, luz del mundo, venido para mostrarnos el camino. Dios no abandona nunca a su criatura; incluso cuando ésta última parece no sentir la presencia divina, Jesús se inclina y consuela.

Sí, vosotros lo sabéis ahora, los mayores dolores, si son aceptados, canalizados, se aligeran. Dios lo quiere así; su mano que golpea cura también. Después de la prueba siempre útil al alma, ¿no da él las gracias necesarias para soportarla? Y si la herida es siempre visible a los ojos de los humanos, la curación permanece íntima, secreta, a veces. «Vosotros los que lloráis», dijo Jesús, «venid a mí y seréis consolados.» Sí, amigos queridos, tened confianza en la palabra de Cristo; id a Él, rezad y estad seguros de que desde el punto de vista espiritual el sufrimiento es siempre gracia divina; el alma avanza en el camino luminoso, y si las piedras del camino hieren vuestros miembros y vuestros corazones, ellas se transformarán en hierbas florecidas, porque todo se transforma en nuestros Paraísos de luz. Y si los que sufren en la vida son capaces de elevar hacia Jesús sus ojos llenos de lágrimas, el futuro para ellos será maravilloso, serán los hijos benditos de Dios.

No creáis sobre todo en el olvido o la indiferencia del Creador hacia su criatura que sufre. Está aún mas cerca del hijo que llora, del hijo desgraciado; se inclina con cariño para curarlo, consolarlo, pero es necesario que el hijo le abra su corazón, sus brazos, para que el Amigo Divino vierta en él abundantes y bienhechoras gracias.

Y por injusto en apariencia que esto pueda pareceros, ante la enormidad de sus faltas y su aspecto a veces escandaloso, rezad por los miserables desgraciados que siembran el terror y la desolación en torno a ellos. ¡No juzguéis nunca! Solo Dios sondea los corazones, y nosotros no podemos saber lo que ocurre entre esa alma y Dios; ellos expiarán a su vez, porque nada se pierde y hay deudas muy pesadas que pagar.

Rezad, y enviadles vuestros respetuosos pensamientos de piedad y de misericordia. Esos pensamientos generosos vendrán a la hora deseada, con el permiso divino, a refrescar las frentes que arden de odio y de envidia, y penetrarán en los corazones secos de esos humanos de los que estáis tan alejados por el alma y los sentimientos del corazón, pero que son sin embargo, a pesar de su bajeza, vuestros hermanos en Jesucristo, y por los cuales no debemos cansarnos de rezar. Es una tarea sagrada que hay que cumplir con todo nuestro corazón.

La oración es una gran perforadora, y cuando no comprendéis lo que os inquieta agarraos a vuestra fe, y decid:

Dios mío, no comprendo; las apariencias me oprimen; pero creo en tu cariño, en tu misericordiosa justicia, y estoy convencido de que todo lo que haces está bien hecho. Si tu augusta mano deja que la desgracia se haga más pesada sobre nuestros seres, si el dolor aplasta nuestros corazones, es porque tú tienes sobre nosotros maravillosos designios, y porque pronto o tarde recogeremos la cosecha. Con todo el fervor contenido en nuestros corazones te pedimos, Señor, que tengas piedad de esos medio-locos que siembran en la tierra la desgracia y la desesperación. Piedad para esos pobres desgraciados que parecen condenados para siempre, tan cubiertos están de ignominia. Ilumina su oscuridad con el sufrimiento aceptado de sus víctimas; ilumínalos, para que se arrepientan y caigan de

Page 84: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

rodillas. De entrada, ayúdalos; sus sufrimientos serán sin límites, pues comprenderán mejor el horror de sus faltas y la amplitud del castigo que les permitirá arrepentirse y penetrar más tarde en las esferas menos dolorosas. Te lo pedimos, Señor, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea.

Paqui

El espíritu del mal

El poder del mal es una terrible realidad que no hay que negar. Los malos espíritus, las almas torpes, sombrías, cargadas de odio y de malos pensamientos son legiones y rodean a la humanidad con un aliento perverso y malsano. Dad a este funesto cortejo el nombre que queráis, pero temedlo: son demonios que buscan por todos los medios arrastraros en su estela, que hacen brillar a los ojos de los hombres los espejismos engañosos de voluptuosidad, de orgullo y de mentira. Huid de vosotros mismos cuando os persiga un instinto malsano o impuro; viene siempre de esos espíritus deseosos de agarraros; rezad, alejadlos, con pensamientos puros, con pensamientos de amor.

Vosotros atraéis y creáis el mal cuando cedéis a él, porque reforzáis la fuerza de Satán y de sus discípulos, mientras lo ahuyentáis, lo destruís, con pensamientos de amor y de caridad. Rezad a vuestros ángeles de la guarda; pedidles ayuda cuando sintáis en torno a vosotros un ambiente malas tentaciones. Pedid a Dios que os mantenga tranquilos y os dé la alegría que nada destruye; Dios os ayudará a poner orden y armonía en vuestra vida, y a llenar vuestra alma de las únicas cosas que son dignas de ella, sin dejar que os invadan los enfados, las inspiraciones malas, las mezquindades turbias de la existencia en detrimento de las realidades espirituales.

En la tierra, encontraréis a veces esos poseídos por el demonio, esos espíritus abyectos y malhechores, creados, se diría, para hacer mal, para crear el mal y el sufrimiento en torno a ellos y a los que a ellos se acercan: de esos seres de los que se desespera. Rezad por ellos si no podéis hacer otra cosa, pero no desesperéis nunca de volver un alma hacia el bien. Esperad para con y contra todo; la gracia de Dios es tan fuerte, tan grande, tan misericordiosa, que puede penetrar en los más endurecidos en el mal y abrirles la puerta del arrepentimiento. Es necesario tan poco para que la misericordia divina realice su obra redentora.

Vosotros que sabéis leer un poco en el gran libro de la vida, sed una fuerza, una obra viva, y también redentora, en medio de las almas desgraciadas confusas, o confundidas por el maligno. Compadecedlas; en general no podéis hacer otra cosa por ellas que rezar. Pero si se presenta la ocasión y os acercáis a ellas, acercaos sin odio, sin rencor; difundid por el contrario claridad en torno a ellas a través de vuestros pensamientos puros y caritativos; rezad para aliviarlas y para que el espíritu del mal se aleje de ellas.

Elevad vuestros pensamientos, vuestros corazones, hacia las esferas puras, y jamás os veréis rodeados de fluidos negativos: ¿produce grama una rosa?

Tened cuidado sin embargo. El agua pura puede mancharse en contacto con el agua sucia si se mezcla con ella… Esto, para deciros que podéis acercaros al mal sin mancharos, si es para ayudar y consolar. Pero si solo podéis perder en él sin lograr ganar nada, si creéis que son inútiles vuestros esfuerzos (lo que es raro) y sentís la cercanía del peligro para vuestra alma, retiraos, alejaos de los malos ambientes, pensad en el agua pura que puede enturbiarse.

Os doy otra vez y siempre lo mejor de mí misma, mi paz, mi confianza en Dios, y mi amor por todo lo que sufre y vive.

Paqui

Sobre el libre albedrío

Esperar poseer un día una cualidad que no se tiene, hacer grandes esfuerzos sobre uno mismo para conseguirla, es ya a los ojos de Dios poseerla un poco.

Os lo repito muchas veces: haced grandes esfuerzos y no os desaniméis si no los sentís coronados por el éxito; se ha subido un escalón, alegraos. La buena voluntad es una palanca poderosa; ella os pone al abrigo de las tentaciones del espíritu del mal, le corta el camino, mientras que una complacencia mínima en nuestros defectos o nuestras flaquezas le abre directamente la puerta y él se precipita, desconfiad.

¿Por qué, diréis, existe el Espíritu del Mal, y por qué Dios todopoderoso, Señor del

Page 85: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

universo, Creador de todas las cosas, jamás lo ha aniquilado? —Eterna cuestión a la que respondo: los ángeles buenos se sometieron a la voluntad de Dios, aceptaron su tutela, reconocieron su pequeñez y se inclinaron ante la Voluntad suprema, mientras otros se irritaron; los orgullosos se imaginaron tener el poder del Creador porque el Creador los había hecho hermosos y les había dado ciertos poderes… Dios, vosotros lo sabéis, concedió al hombre el libre albedrío para que tenga el derecho, el poder más bien, de dirigirse hacia lo que está bien, o hacia lo que está mal; esto es lo que le diferencia de sus hermanos inferiores. En la tierra, debemos asumir nuestras responsabilidades, atenuadas por supuesto, porque hay que tener en cuenta muchas circunstancias: atavismos y muchas otras cosas también.

Pero si, como una máquina dócil, el hombre escuchase sus instintos sin oponerse a ellos con sus pensamientos puros y sus esfuerzos hacia el bien ¿dónde estaría el mérito? ¿Cómo subiría los escalones que lo acercan a Dios, que hacen de él un espíritu puro, digno de fundirse en lo divino de donde procede? No, por terrible, por decepcionante, por injusto que esto pueda parecer a nuestros ojos velados aún por tinieblas, debemos aceptar esta idea de que Dios ha hecho bien dándonos el poder de pensar y de actuar con toda libertad, en una palabra, de tener conciencia de nuestra personalidad.

La responsabilidad de los individuos, de algunos sobre todo, es muy reducida y Dios tiene de ello una cuenta rigurosa. Pocos sin embargo se hallan totalmente en la ignorancia del mal que pueden pensar o hacer: una chispa de verdad siempre brilla un poco en ellos, pero no quieren ni verla, ni comprenderla: cierran los ojos, se rebelan sin tratar de obrar mejor y de escuchar esa voz secreta que les dice: ¿adónde vas? ¡piensa un poco, reflexiona, no dejes que el espíritu del Mal se apodere de todo tu ser, de todo lo que en ti se debate!… Pocos son sinceros consigo mismos y con lo que parecen querer defender.

¡Orgullo y codicia, calamidades, vosotros lo sabéis, que pierden al mundo! Para remediarlo y lograr un equilibrio menos inestable, un solo medio está en nuestro pobre y reducido poder: reaccionar contra nuestros instintos malos, dedicarse a ser mejores, a amar al vecino aunque no tenga la suerte de agradarnos, ceder el sitio si es bueno, contentarse con su suerte, no tratar nunca de mejorarla a expensas del prójimo, si va a sufrir por ello. Esto parece difícil, pero si cada uno de nosotros se esforzase por no hacer daño, sería el camino hacia tiempos mejores.

Todo debe pagarse, no lo olvidéis, y estad seguros de que todo es posible con la fuerza moral, con la voluntad seguida de la perseverancia para vencerse a sí mismo, con la confianza en Dios y en sus ángeles, que son sus mensajeros. Desgraciadamente, suponéis con frecuencia que nosotros permanecemos sordos a vuestros momentos dolorosos, a vuestras peticiones; desengañaos: pero sobre vuestras acciones puramente humanas, solo raramente podemos tener un poder eficaz, y vosotros por otra parte no tendríais ningún mérito si fuéramos suficientemente poderosos para terminar con todo lo que os molesta y os hace sufrir en vuestro camino terrestre. Para vuestras almas solamente nuestro poder es muy grande, si tenéis la voluntad de dejaros penetrar y ayudar por nosotros. Pensamiento alentador, pues para el gran futuro, solo las almas importan, y vosotros tenéis la certeza de que ellas serán ayudadas y sostenidas con fuerza por vuestros amigos del Cielo, en Dios, a través de Dios.

Paqui.

El mal se extiende por todas partes

Más allá de las tinieblas que oscurecen el mundo, vuestra luz interior debe ser más fuerte, más intensa, para que esta claridad, reflejo de vuestras almas que vienen a sumergirse en nuestras esferas para recibir en ellas la luz, pueda extenderse e iluminar a los que están en la oscuridad.

El mal está extendido por todas partes, y se extiende sobre la humanidad como la lava que sale de un volcán furioso. Formad parte del fuego y, sin rebelaros, rezad por las innumerables víctimas tomadas con frecuencia entre los menos culpables, entre los inocentes incluso. Los malos, los malhechores, no son los únicos afectados desgraciadamente en las catástrofes, pero todos sacan de ellas el fruto pedido, el fruto aceptado. Rezad mucho y con frecuencia. Pedid a Dios la fuerza y la fe por todos los que sufren, la piedad para los verdugos, la luz para los ciegos… ¡Cuántos ciegos entre los humanos! Ceguera que viene casi siempre del egoísmo con al hombre le agrada rodearse como de un caparazón.

Page 86: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

¡Cómo no va a dejar Dios a los hombres debatirse, cuando las huellas más profundas las pruebas más convincentes, no sirven para nada y no detienen la mano de los que quieren gozar, destruir y destrozar para aprovecharse mejor a expensas de todo y de todos! Dios no castiga, por supuesto, pero si sus huellas de amor, sus advertencias no detienen a la mano criminal, esta mano criminal tendrá fatalmente su hora dolorosa. Una vez roto el equilibrio, debe restablecerse; en la tierra somos seres conscientes, debemos asumir nuestras responsabilidades.

Compadeced a los seres débiles; corderos que siguen ciegamente a los lobos, se convierten a su vez en lobos, muerden, por miedo a su vez a ser mordidos; las ovejas que no siguen al Buen Pastor, mientras creen hacer el bien, son víctimas que no comprenden el mal que se exige de ellas al engañarlas.

Tened confianza en Dios. Una gran luz se está formando, que aportará al mundo una era nueva de paz y de frescor. Pero todavía está lejos, y grandes sufrimientos son, desgraciadamente, para iluminar el horizonte. El camino es largo, y los peregrinos sufrirán. Muchos viajeros permanecerán en ruta y caerán por la causa común: ¡poco importa! Que nuestras almas se alegren por ellos, ellos escalan así montañas muy altas, y penetrarán con rapidez en la Luz de las luces, meta divina que debe alcanzar toda alma, partícula divina destinada a fundirse en lo Divino.

Sé que todo esto supera vuestras posibilidades de comprensión; solo os pido que mantengáis vuestra confianza, que creáis en nosotros, en nuestra buena fe, y que no os rebeléis ni os desaniméis ante los acontecimientos que no comprendáis. Mantened vuestra mano en la mano de Dios, allí tendréis seguridad y sentiréis la fuerza y el calor que él os comunicará.

Calor de las esferas divinas y luminosas, sé para nuestras almas de abajo la fuente de la vida terrestre mientras esperan la verdadera vida que vivirán más tarde, cuando sean liberados de las cadenas que los atan y rompen con frecuencia su energía.

Luz de luces, ilumina a mis queridos amigos.Así sea.

Paqui.

El mal no triunfará

Estáis horrorizados, decís, por ese espíritu satánico que dirige a los pueblos cegados por el egoísmo, y el futuro de la humanidad os parece oscurecerse y no iluminarse. La caridad, la virtud más querida para el corazón de Jesús, parece en efecto estar ausente de muchos corazones, y la mayoría de los humanos han olvidado la gran palabra que Cristo dejó como enseñanza, clave de toda paz.

«Amaos los unos a los otros». La falta de amor y de solidaridad es la causa de la confusión moral y social, y de todos los desórdenes y desequilibrios mundiales. Nosotros vemos también con tristeza el abandono de la oración. Rezad con más fervor, con más confianza que nunca, y el Espíritu del Mal, enemigo del amor, no triunfará. La unión de oraciones a Dios todo Amor, al Dios de Verdad y de Luz lo combatirá, lo destruirá. Y desearía que un credo dominando la materia se elevase del mundo entero hacia nuestras esferas celestes, y llevase la confianza del pueblo de Dios a ese Padre que aguarda, que espera y que ama. Sí, tened confianza: amad y ayudad a vuestros semejantes. Tenéis que acercaros a los peores; tal vez consigáis abrir su corazón.

No os desaniméis; todo acto elogiable, aun cuando no triunfe a vuestros ojos, deja una estela luminosa, no solo en torno al que lo ha hecho nacer, sino que envuelve al que lo recibe. No olvidéis que el bien crea el bien y que el mal crea también mal, le da más fuerza, más poder y lo multiplica.

Ayudad, con vuestros pensamientos puros, con vuestras oraciones, a vuestros amigos celestiales que construyen la fortaleza contra la que el Espíritu del Mal viene a enfrentarse sin poder penetrar, construyen los cimientos de la vida espiritual que lo rechaza, lo hace retroceder. Perseverad, para que el alma de la verdadera Francia, el alma valiente y pura, animada aún por los grandes principios de la verdad: la Fe, la Esperanza y el Amor, para que esta alma, digo, pueda llegar a nosotros y ayudarnos a construir las sólidas murallas de la espiritualidad y de la verdad. Dios permite que el Cielo se abra a la llamada de las almas dolorosas y desorientadas; sed nuestros mensajeros fieles, elegidos para el bien de todos; y, ante la incredulidad, la indiferencia de los escépticos, las sonrisas burlonas, no os desaniméis: Cristo las encontró y continuó su misión.

Page 87: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Los humanos parecen desencadenados, o más bien encadenados sobre un camino que solo lleva a una meta donde el Espíritu del Mal es el señor. Iluminad a los que conocéis, ellos ayudarán a otros; y tened confianza; nosotros vemos germinar en el horizonte el grano de trigo que Cristo sembró y que debe alimentar al mundo. Las almas se recuperarán pero no sin sufrimientos; el equilibrio roto por las malas corrientes lanzadas al mundo con vientos violentos solo se restablecerá después de tempestades dolorosas. Pero nada debe hacer vacilar vuestra Fe. Ayudad, en vuestro pequeño mundo, a las almas que se dedican al Bien, y Francia, amigos, volverá a ser la bella y dulce Francia; país en el que da gusto vivir.

El camino de la vida es la verdad, la rectitud y el Amor. Desprendeos de las sombras malsanas para crear una atmósfera de amor; no rechacéis nunca la mano que se tiende; mostrad vuestra tranquilidad, vuestra esperanza, vuestra confianza y seguro que los que se acercan a vosotros encontrarán bajo vuestra influencia la fuente clara donde poder apagar la sed y encontrar por fin una respuesta a su sed de Verdad y de Amor. Para esto, necesitáis crecer en espiritualidad, difundir los dones que habéis recibido y que no deben guardarse egoístamente para vosotros, la meta no se alcanzaría.

Amigos queridos, caminad con la frente elevada, con el corazón compasivo, con la mano abierta, os quedará todavía un tesoro suficientemente amplio como para que no tengáis que lamentar vuestros gestos generosos. Dad con profusión alegría, felicidad; cread en torno a vosotros, sin discutir el precio, bien espiritual, un ambiente de dulzura y de paz, y recibiréis al ciento por uno lo que hayáis distribuido. Que vuestro corazón sea el reflejo de vuestros pensamientos espirituales y, en vuestro pequeño mundo, combatiréis el Espíritu del Mal.

Elevad muy alto vuestra alma para que reciba el rocío bienhechor. No os preocupéis si solo la parte baja del tallo (vuestro espíritu) es sombría, si la flor de vuestra alma, pensada con amor resplandece; y estad seguros de que Dios no abandona nunca a los hijos que vienen hacia El con su buena voluntad, su confianza y su amor.

Paqui.

Todo lo que os parece desconcertante en la tierra tiene una finalidad cierta

Los acontecimientos tienen un fin reparador, y también preparador; y todo lo que os parece desconcertante en la tierra tiene una finalidad cierta y maravillosa. Muchos acontecimientos, sufrimientos, os parecen inútiles, nocivos, injustos y, sin reflexionar, sin saber, os rebeláis, no los admitís, blasfemáis incluso.

¡Oh! os lo suplico, escuchad a vuestros amigos de lo alto cuando os dicen: inclinad la frente, aceptad y resignaos reconociendo que los hombres son los únicos culpables, incapaces de juzgar y de censurar sobre todo lo que no pueden comprender. Su loco egoísmo, el goce inmediato de una felicidad material la única que les preocupa, han roto el equilibrio que hay que restablecer. Podados, derribados, carcomidos, poco importan los que se encuentran en el engranaje: la rueda debe continuar dando vueltas para derribar su pesada tarea. Creed, y comprended que todo lo que sucede de grave, de malo, de terrible en la tierra es provocado por la falta de amor en la que el hombre se complace, causa inicial de ese desequilibrio que fatalmente debe recuperar su forma, su camino normal, arrollando y torturando a los culpables. No hablo en particular, vosotros me comprendéis; hablo de toda la gran rueda, la Universalidad; y repito que los acontecimientos más dolorosos, las grandes catástrofes que os parecen injustas, no lo son; y si ellas no tienen una finalidad reparadora, pueden tener otra igualmente importante.

El pequeño tramoyista que mantiene con las dos manos una minúscula cuerda fina, ¿ve el conjunto de la decoración que desciende, y de la que mil otras cuerdas están en otras manos? ¡No! En la tierra, las cosas pueden desconcertaros, pero os pido encarecidamente que no os rebeléis, que aceptéis y os pongáis en manos de Aquel de quien depende el conjunto de la decoración y que es todo Amor. Humillaos, decid con fervor: es por mi culpa, es por nuestra culpa si estamos hundidos en un mundo que no quiere saber nada, someterse a nada, y en el que los más dolorosos, los más sangrantes acontecimientos, no hacen sentar la cabeza; incluso los más dispuestos, los más preparados para recibir los rayos luminosos no saben captarlos para ser iluminados por ellos y hacer que les aprovechen a los demás… No guardar para sí su luz, olvidarse por los que no la han recibido.

¡Ah! si toda la Iglesia comprendiera su verdadera misión: dar la verdadera luz que Dios

Page 88: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

ha difundido sobre la tierra por su amor… Vosotros que sabéis, seguidnos; sed nuestros fieles mensajeros, no olvidéis nuestro pacto: «derramad en torno a vosotros sin cansaros nunca, las flores celestes que el cielo os envía.» Aceptad y orad; no abráis vuestros labios sino para lamentar el mal que hunde a los humanos en los caminos oscuros, pero no para blasfemar y pensar que el mal y el sufrimiento son creados por Dios. Es en la tierra donde se crea el mal; hay que repararlo, porque todo debe repararse, ¡y muchas veces a qué precio! escalón a escalón, debéis subir la escalera de la Verdad. ¿Dónde estaría vuestro mérito si descendierais a la tierra todos iguales, iluminados, listos? No olvidéis el libre albedrío; él actúa y os permite avanzar o quedaros donde estáis. Para adquirir más luz, hay que elevar los ojos donde ella se encuentra y de donde ella puede llegaros. Ella penetrará forzosamente en vosotros si perseveráis pidiéndola y manteniendo elevada vuestra mirada. Pero solo la poseeréis realmente del todo cuando os hayáis despojado de lo que os hace tan pesados: ese cuerpo pesado que solo se aferra a la materia y al que tanto queréis.

Entretanto, ayudadnos; haced vuestras almas más ligeras, más luminosas, amándoos los unos a los otros, como nos lo pidió Nuestro Señor Jesús, todo Amor.

Paqui.

VIII- CONFIANZA EN DIOS

Vosotros daréis vida

Me es muy agradable derramar mi rocío, el que Dios, en su gran bondad y por privilegio muy especial, me permite transmitiros directamente. Vuestra Fe me facilita esta unión y la amplía cada día.

Meditad en los mensajes anteriores, sobre todo en los que se trata de la muerte, esa palabra que aterroriza a los hombres, los vuelve literalmente locos, porque no comprenden que la muerte es la salida de prisión del alma hacia la luz. ¿Por qué hacerse un mundo de lo que solo es transformación? ¡Unas paletadas de tierra sobre un cuerpo sin valor, rápidamente reducido a una ceniza gris! Pensad sobre todo y únicamente en el alma que va hacia la luz, hacia todo lo que es hermoso, puro. ¡Ah! ¡No la compadezcamos por abandonar su prisión! Por confortable que sea, es siempre de una cárcel de la que el alma se evade, llevando consigo sus buenas y malas acciones; nada se pierde, todo cuenta.

Asimismo, rezad con fervor por las almas del Purgatorio todavía en las tinieblas. Ayudadlas a encontrar alivio con vuestras oraciones. Si supierais y comprendierais cuántas almas pesadas sufren y buscan la puerta de Dios, esperando en la oscuridad que vengan a iluminarlas, a conducirlas, tendríais piedad, y vosotros nos ayudaríais con vuestras oraciones a salvarlas. Hablo solo de regiones purgatoriales por las que el alma pasa, permanece un tiempo más o menos largo y arrastra el peso de sus faltas. Enviadles con frecuencia vuestro piadoso pensamiento; que vuestras oraciones suban hacia Dios para implorar su misericordia: ninguna llamada queda sin respuesta; todo movimiento de vuestras almas lleva sus frutos.

¡Oh! vosotros que sabéis, amigos queridos, vosotros, los privilegiados, rezad con un impulso de todo el ser, y daréis Vida. Abriréis almas, derramaréis también luz celestial que habéis recibido. Tenéis una tarea que cumplir, superaos a vosotros mismos, sed apóstoles, ayudadnos; podéis hacerlo ya con vuestras oraciones que llegan a nosotros en rayos purísimos, y son una fuerza… Vosotros secundáis nuestros esfuerzos, cooperáis en nuestro trabajo, y yo os prometo que no solo daréis alegría y vida, sino que seréis también inundados por ellas.

¡Es tan agradable trabajar en el servicio de Dios! comprended esta palabra, extraed de ella la belleza, la grandeza, y preparad vuestra futura morada rezando por vuestros hermanos desgraciados. No malgastéis vuestras horas, ellas os serán contadas. Sobre todo, no las volváis pesadas bajo la carga pesada que se agarra a todas las acciones en las que domina el egoísmo. El orgullo, el egoísmo son los mayores venenos humanos, los más dañinos, los más destructivos; engendran todas las calamidades que pesan sobre la humanidad. Sin ellos, el amor reinaría en los corazones regenerados. Por eso os repito, intentad con vuestros ejemplos de bondad, de caridad, de renuncia, más que con palabras

Page 89: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

aclaratorias, de disminuir, al menos en torno a vosotros, la intensidad de esta calamidad. Olvidaos, pensad, en vuestras oraciones también, más en los otros que en vosotros mismos: así solamente ellas darán frutos.

Pequeños, humildes, debéis ser y permanecer… El alma brilla en proporción a su humildad; cuando más os olvidéis de vosotros, mayor será la recompensa de Dios.

Creed en el amor de Paqui, que se ha deshojado para que vosotros Viváis y deis Vida.Paqui.

Fin de año

Llega Navidad. Aprovechad vuestras horas de descanso y de calma para meditar en la venida de Cristo, en su obra, en la voluntad que mostró durante su vida terrestre y en los resultados obtenidos. Sed los magos del pesebre y aportad al Niño Jesús el homenaje de vuestro respeto, de vuestra confianza, de vuestro amor. Hacedle el regalo más hermoso, el mayor que un ser humano puede hacer: la entrega de vosotros mismos, regalo supremo, —y no os volváis a tomar, todo está ahí.

Tened confianza; mirad y seguid a Jesús desde el pesebre a la cruz. ¿No fue siempre todo amor, en su pesebre sonriendo a su madre, en el taller de su padre adoptivo, después en su vida evangélica, más tarde aún durante su Pasión, y en el momento de su muerte sobre la cruz cuando confía a san Juan su Madre dolorosa? ¡Después de su Resurrección, también, cuando visita y consuela a sus discípulos queridos, y hace que descienda sobre ellos el Espíritu Consolador que abrirá su espíritu a las bellezas de las enseñanzas que ellos deberán difundir, y que les hará comprender aquello por lo que la muerte les parecerá dulce y la palma del martirio muy envidiable!

Ah, creed en el cariño del Padre, suceda lo que suceda, y rezad con fervor, para pedir que el mundo, al que Dios tanto ha amado, se haga mejor, que el egoísmo encuentre delante de él la barrera necesaria, y que los impulsos generosos, el desapego, el deseo de «uno por todos y de todos por todos» gane por la mano a ese egoísmo que tanto mal causa. Y decid muy alto: «¡Dios no castiga! Es el individuo el que pone en sus manos las esposas, en sus pies los grilletes, que lo desgarran.»

Todo se encadena, y el equilibrio es necesario para la armonía universal. No dudéis nunca de la misericordia divina, y no creáis sobre todo en la indiferencia del Creador hacia su criatura. Su bajada a la tierra fue la mayor prueba de amor que podía dar a sus hijos que no la comprendieron. Pensad en Jesús cuando el sufrimiento os abrume; el sufrimiento es necesario, el rescate no se paga con monedas de plata. El equilibrio se rompió, los diques del mal se abrieron y ese mal fluye y se difunde en abundancia: solo el sufrimiento, la aceptación, la oración, detendrán esa lava que hunde a los humanos en una oscuridad total. Pero el momento aún no ha llegado. Rezad, no tratéis de comprender las causas profundas que trastornan al mundo. Dad gracias a Dios, en este día de Navidad, por habernos dado a Jesús; unamos nuestras almas para adorarlo y darle gracias; el cielo y la tierra se confunden, y éste es el gran milagro de la Navidad. ¡Oh! vosotros todos que sois los hijos de Dios, reconoced que no podéis nada si no seguís el camino trazado por Cristo. Seguidlo paso a paso; caminad por su senda; no os rebeléis; tened confianza y rezad, para alejar el mal en todas sus formas. Rezad y pedid a la Madre de Dios que nos ayude a socorrer a los que están sufriendo. Ella sufrió con tanta resignación y tanta comprensión que es para nosotros un ejemplo a seguir en las pruebas y el dolor, un refugio también hacia el que arrastraréis a aquellos cuya vida es un largo martirio.

Nuestra mamá del cielo… ¡Mi mamá de la tierra!…Cuando pronuncio esta palabra: Mamá, me envuelven maravillosas y luminosas

vibraciones… Dios nunca hizo nada mejor que esta palabra de amor: Mamá. Es hermosa como una fuente de agua viva acariciada por los rayos tamizados del sol. Mamá, es un perfume cuya composición solo Dios conoce, es inimitable… ¡Mamá! es un canto tan dulce, tan fino, que ni siquiera los ángeles pueden imitar sus armonías. ¡Mamá! Es todo el esplendor de los mundos, y toda la felicidad de los pequeños ángeles con las alas de oro.

Paqui.

Líbranos del mal

Escribo la palabra «confianza» en el corazón de mis amigos, en letras hechas con los

Page 90: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

materiales del Cielo: solo ellos son de una calidad que no puede decepcionar. Tened confianza en el gran futuro. Quienquiera que seáis, cualesquiera que sean las penas que sufráis, tened confianza, no os desesperéis. El futuro es vuestro, y esto solo debe mantener vuestro espíritu. Recordad siempre que sois vosotros los que forjáis ese futuro, que todas las penas que podáis sentir se transformarán en alegrías, y que lamentaréis no haber sufrido lo suficiente, tan hermosa será vuestra recompensa.

Abandonaos en las manos divinas de Jesús; haced vuestras tareas con un ánimo sin límites; volved a comenzar lo que no dé el resultado esperado. Y cuando, muy cansados, podáis decir con toda sinceridad: «he obrado lo mejor posible, Dios me juzgará», entonces, os suplico que depositéis vuestras alforjas y que durmáis en paz. Sed activos, no agitados. Ya os lo he dicho: no pidáis a la vida más de lo que pueda daros; pero vosotros, daos generosamente, sin llevar la cuenta. Amad a los desheredados, a los pequeños, a los débiles; repartid y dad alegría. Por triste que esté un corazón, si da alegría, se hará alegre, porque esa alegría que haya hecho aparecer iluminará y transformará su tristeza.

Terminemos el año, queridos míos, con esta llamada hacia Dios, digámosle: Líbranos del mal, Señor, alejad, todo lo que podáis sin perjudicar nuestro avance espiritual, esa plaga que cubre de lodo a la humanidad. Dad al mundo ojos que solo vean la luz, oídos que solo escuchen las campanas de la verdad; hacednos sordos a los discursos de los malos, alejad de nuestros corazones toda mancha, hacednos mejores; dad a cada uno paciencia, para que viva en paz junto a su hermano y su enemigo; llenadnos con el deseo de obrar mejor; enseñadnos a callar y a escuchar las divinas armonías espirituales que solo pueden resonar en nuestros oídos si los cerramos a las fanfarrias humanas. Hacednos más dóciles a las enseñanzas de Cristo. ¡Estamos tan lejos de El, de su doctrina, de la gran luz con que ha inundado al mundo! Que su inmenso amor no sea anulado por el egoísmo que reina como señor, que se hace rey del universo. Dad a nuestros corazones suficiente amor puro para que seamos la fuente de juventud donde los sedientos vengan a apagar su sed. Que nuestros corazones se conviertan en refugio de los desheredados; que tengamos la posibilidad, nosotros también, de decir con Cristo: oh, vosotros que sufrís, venid a nosotros y seréis consolados. Dadnos esta fuerza, Dios mío; dad a vuestros hijos este deseo de seguiros, de vivir solamente para derramarse en caridad.

Olvidémonos; olvidaos; pensad en vosotros solo para daros más ampliamente aún y siempre. Elevad vuestras almas y, en esta ofrenda, que Dios no os vea solos, sino que vea en vuestro gesto a las almas que tratáis de elevar hacia él y que vosotros le ofrecéis.

Amigos queridos, el ángel del Señor os dirige los efluvios divinos de su Paraíso, a fin de que, en la tierra, estéis seguros de que estamos con vosotros, y de que el Cielo y la tierra se unen a veces para dar luz. Aquí, las almas son como flores bañadas por el rocío de la mañana. Se forman gotitas, se metamorfosean: pensamientos de amor. ¡Qué misterio y qué hermoso es! Qué consuelo también saberse pequeña gota de rocío que forma parte del Gran Amor.

Ved el comienzo de este año con serenidad. Poneos por encima de los conflictos mezquinos. Por encima, está Dios, la Vida, la única necesaria, la que permanece. Y mientras realizáis vuestra tarea de cada día, muy importante porque ella cuenta, vosotros lo sabéis, pensad que solo sois en la tierra una barca frágil cuyo Gran Timonel está en lo Alto.

Paqui.

IX – AÑOS DE PRUEBAS

Años de pruebas navidad, 1939

Dios permite esta noche a vuestro ángel ser el rayo de luz que llena vuestros corazones de confianza y de paz. Voy a intentar atraeros hacia mi Cielo, donde el amor de Jesús es la fuente divina pura y trasparente, donde se reflejan todas las esperanzas.

Que esta vigilia de Navidad, en la que nuestros corazones están llenos de angustia, sea más luminosa, más cercana aún al Niño-Dios que descendió a resguardarse en un miserable pesebre para cumplir su misión divina, nacer por amor a los hombres, vivir para

Page 91: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

amarlos y morir para que vivan eternamente en las esferas bienaventuradas reservadas a los hijos de Dios: llamada sublime a nuestras almas al agradecimiento y a la adoración eternas.

Comprendedlo aún mejor esta noche, vosotros que sufrís. Que este sufrimiento, para que sea redentor para todos, sea vivido no con una pena que vuelve sobre sí misma, sino con una pena que va hacia los otros. Arrodillaos humildemente ante el Niño Jesús, no para pedirle que cesen los combates y os dé la victoria, ¡no! Rezad por los culpables, por los responsables, vosotros cuyos ojos del alma están abiertos y para quienes el velo está en parte abierto a las verdades eternas. Pedid para que, a su vez, ellos sean iluminados; rezad con todo el fervor de vuestra alma; pedid que la estrella luminosa guíe e ilumine a los lobos rapaces que han desencadenado la tormenta. No juzguéis. Pero, cuanto más creáis que nada noble existe en su sed de dominación, más debéis pedir la ayuda y el perdón de Dios sobre ellos. Entended bien a Paqui cuando os dice: tened piedad de los miserables culpables, y pedid que la puerta del arrepentimiento se abra en ellos para que la justicia divina no los aplaste, si aún hay tiempo.

El ángel conoce los ambientes de horrorosos suplicios que crean las almas hundidas en la sombra del mal y que no podrían levantarse, si Dios, en su infinita misericordia, no enviase a sus ángeles, penetrados por la fuerza luminosa de amor de Jesús, a iluminarlos, a ayudarlos a comprender y a arrepentirse. ¡Ayudadnos con vuestras oraciones, queridos amigos de mi alma! Acto sublime de abnegación, de caridad, que yo os pido delante de la cuna de paja de Jesús, nuestro Salvador.

Pensad hasta qué punto hizo El también un sacrificio de amor puro, de abnegación, para revestir nuestra vieja ropa humana con el fin de estar más cerca de nosotros para socorrernos, amarnos, perdonar, y morir para que todos vivamos en el espíritu de Dios.

¡Oh, Dios mío, gracias! Paqui, con todo su cariño, con su amor por la humanidad, os abarca en un gesto de oración y de amor a todos sus hermanos que sufren en este valle de lágrimas, a todos, incluso a los peores, y os pide, Señor, que sigáis haciendo milagros como durante vuestra vida terrestre. ¡Haced ver a los ciegos, oír a los sordos, caminar a los paralíticos! Os pido milagros, oh Jesús del portal, rayos de luz y de amor para todos los humanos, todos amados de Paqui, que desea, lo mismo que la gran Hermana del Cielo, hacer bien en la tierra, y vivir allá arriba dando alegría abajo.

Jesús escuchará la oración de su ángel. Yo llevo y Le ofrezco todas vuestras lágrimas, vuestras esperanzas, vuestros miedos, para verlos florecer y transformarse en alegrías, en certezas en la misericordia y la justicia divinas. Este es el regalo de Navidad del pequeño ángel con las alas empolvadas de luz.

Os envuelvo y os protejo como a pequeños pollitos confiados a mí. Jesús vela por vosotros y os sonríe, queridos amigos. Esta noche, me siento aún más cerca de vuestras almas inquietas, piadosas y fervientes; nada nos separa. Es también el regalo de Jesús a su ángel: El permite que ella se deslice por vuestro suelo permaneciendo cerca de El. Decid y repetid conmigo: ¡Gracias, oh mi Jesús tan adorablemente bueno!

¡Ánimo y confianza! suceda lo que suceda. La florecilla del Señor deshoja sobre vuestras almas todos los pétalos de rosas de su Paraíso florecido, y os envuelve en los dulces perfumes del Cielo. Feliz Navidad, a través de Jesús, en Jesús, que nos ha dado todas las esperanzas de vida y de amor.

Paqui.

Pascua 1940

¡Pascua! Fiesta de alegría y de esperanza para todos. Comprended su alcance para la tierra. Jesús resucitó después de haber sufrido, después de su gran sacrificio, después de depositarlo en la tumba. Resucitó de entre los muertos, y habló a sus discípulos. Pocos creyeron, pocos se aprovecharon de la verdad que les fue revelada, pocos comprenden aún, desgraciadamente. No seáis del número de los insensatos; creed, alegraos, haced fuerte vuestra fe.

Vivís horas de oscuridad. No permanezcáis, espiritualmente, bajo la piedra pesada, en el oscuro sepulcro, rodeados del sudario. ¡Salid de él! tenéis todos los medios; sois los dueños de vuestro destino, vuestros dueños, los dueños de vuestra alma, de vuestros pensamientos. Desprendeos de todo lo que os aplasta y os mantiene en la tumba. Llamad a vuestros ángeles, ellos son legión, y solo piden venir a vosotros para ayudaros a desprenderos de vuestras ataduras. Con antorchas en las manos, os conducirán hacia la

Page 92: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

inmensa felicidad de los iluminados. Pedid con confianza ayuda espiritual, y la recibiréis más allá de vuestras esperanzas.

¡Qué lástima constatar que esos pobres hombres se arrastran por el fango sin hacer el menor gesto para elevarse hacia la luz! ¡No comprenden que solo Dios, todo luz, todo amor, puede tenderles la escala de verdad que los saque del lodazal donde se estancan tan lamentablemente en la miseria y la mentira! ¡Pero rezad, rezad por tanto! elevad vuestras almas por encima de toda materia, dirigidlas con fervor hacia Dios justo y todo amor. El os ayudará, si vosotros lo deseáis, pero, lo vuelvo a repetir una vez más, hay que desearlo. Nada se hace solo, el esfuerzo es indispensable. Si comprendierais bien vuestros deberes, vuestra razón de ser, y si vuestros actos fueran dictados por la razón, todo iría mejor, las ruedas que ruedan tan mal volverían a engranarse con normalidad.

¡Oh! amigos que habéis recibido luz de nuestras esferas benditas, vivid en el espíritu de Dios, vida y amor. Sed resucitados, y, como Jesús, salid de la tumba para nunca volver a descender a ella. ¿Me comprendéis? Vuestro despojo podrá un día pedir la sepultura, pero solo será el desecho de vosotros mismos: ¡eso no tiene ninguna importancia! Es a vuestra alma a la que hablo, es a vuestra alma a la que apelo cuando os digo: ¡Resucitad! ¡salid vosotros mismos de la tumba oscura en la que estáis encerrados! venid a Dios, vuestro Padre, vuestra luz, vuestra vida.

La tierra está llena de esos desgraciados enterrados por ellos mismos. ¡Qué hay que decir, qué hay que hacer para que comprenda y vivan por fin! Sed nuestros mensajeros fieles, haced comprender a vuestro alrededor la necesidad de vivir en espíritu de Dios que nos ha llenado de todos sus dones. Decidlo bien alto, para que los hombres se agiten menos y vivan mejor.

Pascua nos recuerda todo lo que Dios, todo amor, se ha sacrificado para salvarnos. Jesús, amor, quiso nacer, vivir, sufrir y morir para trazarnos el camino de la vida, para hacernos comprender que el Padre vive en nosotros y nos ama. ¡Que su santa voluntad sea comprendida y seguida!

Alegrémonos con las Santas Mujeres, y contemos muy alto en torno a nosotros el gran milagro de este día. Vivid en su luz. Estad alegres, amigos, incluso en las horas duras, puesto que conocéis su meta sagrada. Cumplid con calma y serenidad todos vuestros deberes: Dios hará lo demás, no os atormentéis. El es el Gran Guía; pero recordad que no estáis esclavizados, que sois libres de seguir o guiaros por vuestros propios medios; libres de seguir el camino de Cristo o de apartaros de él. Vigilad para que vuestra llama no se apague.

Los hombres huyen de todo lo que pueda difundir, intensificar en ellos la luz divina que los molesta… pero se hará más deslumbrante porque, os lo digo de verdad, llegará el día en que la tierra y el Cielo se comprendan y se fundan en la misma comunión de amor. Rezad, en unión con los ángeles que sirven Dios, que llegue Su reino, reino de amor universal.

A vosotros, a mí, a todos, Dios nos hace oír sus armonías celestes; y yo, vuestra pequeña Paqui, con su permiso divino, os rodeo de todos estos sonidos divinos, para ayudaros a vivir alegres, confiados en el espíritu de vuestro Dios todo amor. Amén.

Todos los santos 1940

Después de tu oración, ves dorarse las hojas en los árboles; después, la caída, nada puede detenerla, para permitir al árbol una nueva eclosión. Es la ley de la naturaleza a la que hay que resignarse vislumbrando la esperanza de la vida futura: porque nada muere, y es hacia el futuro hacia el que tenéis que dirigir vuestras miradas.

Sufrís por la caída de todas vuestras esperanzas humanas; lo comprendo, pero me gustaría que pudierais ver hasta qué punto se transforma este sufrimiento si lo ofrecéis a vuestro Maestro por la regeneración de vuestro país, y si, con entereza, con toda vuestra alma, aceptáis vuestras pruebas diciendo: No lo que yo quiero, Dios mío, sino lo que Tú quieres. No comprendemos Tus designios, pero tenemos confianza, y sabemos que nuestros ojos se abrirán, que nuestros oídos oirán, cuando nos desprendamos de esta pesada envoltura que nos oculta la divina luz y la divina verdad.

Creed a Paqui cuando os dice que tengáis confianza. Más que nunca, os repito con todo mi amor, con todo mi cariño: ¡aceptad vuestros sufrimientos, vuestras humillaciones! toda aceptación es ya comprensión, por tanto, ascensión hacia un plano superior, evolución creciente de vuestra alma hacia la Paz que os dejó el Señor.

Page 93: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

«¡Os dejo Mi Paz!» dijo Jesús. Vivid con esa paz interior que nadie puede arrebataros. Es vuestra y puede transformarse en una paz cada vez más profunda, más completa, si deseáis comprender, amar, olvidaros de vosotros mismos para ver las cosas y al prójimo sobre el plano universal. Porque mientras vuestras almas no se hayan abierto a la comprensión del amor, no podréis descifrar el enigma del don de la vida. Y si los hombres son tan cobardemente temerosos, es porque no han aprendido ni comprendido el amor. Lo que sienten es sólo egoísmo en todas sus formas, y ese amor se condena a sí mismo a su pérdida.

Amigos queridos, seguid a vuestro pequeño ángel. Haced la paz en vosotros mismos. Sed indulgentes con los que no conocen a Dios todo amor. Los pecadores se arrepentirán, los malos sufrirán. No juzguéis; a cada uno le llega su hora. Aceptad la vuestra sin limitar el tiempo; ayer, hoy y mañana son solo un mismo instante, y lo que vosotros consideráis como el futuro es sólo un segundo con relación al único futuro que cuenta.

Todos aquellos a quienes festejaréis mañana son un ejemplo palpable de la transformación del sufrimiento en una serenidad, en una paz bienaventurada que va siempre creciendo a medida que subís escalones. Los santos a quienes honráis están en la alegría celeste después de haber pasado por sus luchas, su calvario, sus lágrimas de sangre. Todo se gana, pero hay que querer: Dios hace el resto, os lo aseguro.

Os venceréis a vosotros mismos si perseveráis en vuestra voluntad de obrar mejor. Vuestra barca posee el ancla que sujeta, que retiene; puede soplar la tempestad, vosotros estáis a salvo, en el puerto; Dios está con vosotros, El vigila, y vuestra pequeña Paqui está a vuestro lado en la barca: Juntos, dirijamos al Señor está oración ferviente:

Dios mío, mira el sufrimiento de tus hijos, su deseo de obrar bien, su buena voluntad de aceptar sin comprender. Dales la Fe en tus designios, la esperanza en el futuro; ensancha su corazón: que sean buenos, caritativos, indulgentes hacia todos los sufrimientos humanos cualesquiera que sean. Y sobre todo, Señor, dales el arrepentimiento de sus faltas, la fuerza para no volver a caer en ellas y para vivir mejor Tus mandamientos, Tu Evangelio de amor y de caridad.

Os sonrío, os amo, soy vuestra, y una lluvia de rosas perfumadas os cubre: es Paqui; es vuestro ángel, que mueve sus alas sobre su Mami querida y sobre sus amigos. Hasta siempre.

Paqui.

Confianza en Dios - diciembre de 1940

Muy lejos de poder disponer las cosas a vuestro gusto, si os dejáis llevar por el desánimo todo se complicará en torno a vosotros y perderéis vuestra fuerza moral, tan necesaria en estas horas de gran angustia dolorosamente sentida por todo ser que comprende, que mira, y que siente a las fuerzas negativas que atenazan al mundo. Que estos tiempos os sirvan, por el contrario, para elevar vuestras almas a las más altas verdades, donde todo es luz, para comprender mejor la justicia de Dios que, por amor, ha dejado que el libre albedrío se agite en los espíritus y los corazones de los humanos, para que de esta lucha, de esta victoria conseguida un día sobre uno mismo, brote la luz divina e ilumine los espíritus.

Pensad en la joya que Dios os ha dado: vuestra alma inmortal. En ella vive esa claridad deslumbrante: «Buscad y encontraréis; pedid y recibiréis», dijo Jesús.

Vibrante totalmente de ternura es como yo percibo vuestros deseos, pero totalmente contrariada cuando no buscáis la claridad sólo allí donde puede brotar y deslumbraros. Vosotros estáis más cerca de nosotros y nosotros podemos penetrar mejor en vuestros corazones cuando vuestra personalidad propia desaparece, se suprime, se olvida, sufre, en aras de toda la colectividad. Vosotros avanzáis así a grandes pasos hacia una comprensión superior. Rezad, aceptad las pruebas, sufrid con una Fe confiada e iluminada: Cristo nos lo enseñó personalmente cuando descendió a la tierra para traernos la Vida.

Queridos amigos, tened una confianza absoluta en nuestro Padre de todos. El Gran Pastor de los Cielos quiere que su rebaño no se detenga en el camino y que cada oveja siga el buen camino. A la oveja perdida, sin embargo, no la hará ningún reproche: ninguna ira en su divina mirada; la puerta del redil sólo se abrirá de par en par para recibirla cuando esta oveja perdida quiera entrar por la puerta del arrepentimiento y del amor. Dios está siempre dispuesto a abrir sus brazos paternales: a vosotros el acurrucaros sin retraso allí donde está la salvación y la victoria.

Page 94: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Dios todo amor no castiga: son todos los errores de los hombres, su ceguera, los que retrasan la evolución del mundo, crean el mal, el desequilibrio y todos los sufrimientos que de ello se derivan. Todo se paga; nada bueno podía crearse con tantos años de desorden. Teníais que pasar por este camino pedregoso y vuestros pies tenían que sangrar. El equilibrio roto debe recuperar su plan normal, el viento de locura y de odio debe dejar paso a la brisa suave y ligera del amor que refresca y vivifica.

Me gustaría encontrar palabras que suenen en vuestros oídos como un cristal puro, como una fuente de agua limpia que llene vuestros corazones de confianza. Desearía haceros percibir cantos de dulce armonía. Quisiera abrir aún más vuestras almas, vuestros corazones, para que sintáis penetrar en ellos todos los rayos de amor de vuestra pequeña Paqui, todo el aliento puro del ángel del Señor. Pero tendríais el Cielo en la tierra, y eso sería demasiado hermoso: desearíais volar enseguida y es necesario esperar.

Paqui está en un Paraíso que no puede describiros de tantas armonías maravillosas reunidas en un mismo esplendor. Mis misiones me han alejado a veces de él, pero por una gracia especial el ángel lleva en sus alas los efluvios alegres de su Cielo y los reparte sin perder nada. Las flores que Dios me da vuelven a florecer más numerosas y más brillantes a medida que las distribuyo. En la tierra, vosotros que conocéis un poco, amigos queridos, sed como el ángel del Señor: dad, derramad, ayudad y consolad a los que sufren; y lejos de disminuir, creceréis y sentiréis el resplandor de la felicidad que distribuyáis y que será ya para vuestras almas un poco del Paraíso de Paqui. Dios tiene para nosotros, para mis amigos, mil complacencias. Repitamos también con agradecimiento que «El abre a sus hijos su bolsa de diamantes» para que ellos saquen de ella todos los tesoros que necesiten para recorrer el viaje terrestre y llegar a buen puerto. Comprended el sentido de estas palabras: en verdad os digo, los tesoros que Dios difunde para vosotros no son del campo humano; el plano espiritual sólo nos ocupa, y es a través de sus rayos de amor como recibiréis las fuerzas vivificantes para avanzar por el camino verdadero.

Para ti, mi pequeño arco, mi dulce y querida mamá, convencida más que nunca de que nosotros no nos hemos ido, de que vivimos entre acordes de armonía que traducimos con una palabra que nos resume y resume todo el universo… y es, tú lo adivinas, la palabra Amor: él lo dice todo.

Paqui.

Navidad 1940

Para esta Navidad de 1940 tengo que desplegar mis alas de par en par para que vengáis a acurrucaros en ellas y a escuchar los cantos divinos, los campos celestes. Las maravillosas armonías que me envuelven forman en mi cielo un ambiente tan suave que me parece que vosotros también vais a saborear esta noche, gracias a la bondad de Dios que lo permite, una dulzura de esperanza desacostumbrada.

Que esta noche de Navidad, amigos queridos, os inunde de luz; y para que su claridad os maraville y os arrebate, venid a extraerla con humildad, dulzura y aceptación ante el Niño Rey, ante el Hijo Dios, venido al mundo de los humanos para darnos esta divina luz, este maná celestial del que deberíamos vivir y alimentarnos para fortificar nuestros espíritus y nuestros cuerpos —esos pobres cuerpos tan pesados, tan molestos, pero absolutamente útiles para el desarrollo del espíritu, porque, a través de este cuerpo, sufrimos, luchamos para adquirir, y para comprender por fin la nada de la materia y la superioridad de la vida espiritual.

¡Oh, vosotros todos a quienes amo con mi sensibilidad, viva, pero liberada, cómo me gustaría que me comprendierais bien! Me gustaría deciros muchas cosas consoladoras, porque sé lo difícil que os es, en la tierra, desprenderos lo suficiente para aceptar y tratar de adquirir y comprender esa ciencia del dolor. Sí, serán fecundos esos innumerables dolores repartidos por la tierra para su redención. Toda lágrima puede convertirse en luz, en rocío bienhechor; toda voluntad tensada hacia lo que crece, eleva el alma por encima de la materia, la ayuda a subir los escalones necesarios para su evolución, y contribuye a la evolución universal.

En estos días llenos de angustia, no os detengáis ante las espinas del camino; avanzad con confianza, no tengáis un temor exagerado por el día de mañana.

Me gustaría que esta Navidad, a pesar de su tristeza, quede marcado en vuestras almas; no porque no es materialmente la alegre Navidad de otras veces, sino, sobre todo, porque vuestros corazones lacerados por tantos sufrimientos están aún más y mejor preparados

Page 95: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

para ese Mesías, para ese Niño-Dios que desciende a su pesebre tan frío para salvarnos, para consolarnos, para fortificarnos. «Todos los que lloráis, venid a Mí, yo os consolaré», dijo Jesús: es Jesús una ve más, amigos míos, el que va a hacer ese milagro de amor entre el Cielo y la tierra: si vosotros queréis, lo sentiréis en medio de vosotros. El viene, El cubrirá vuestra propia miseria, vuestra pequeñez; acosado como vosotros por fuerzas enemigas, El triunfará de ellas para realizar su misión de amor en el sacrificio de su vida por una felicidad para todos.

Haced vuestro deber con una conciencia siempre despierta; dad a los que os rodean lo mejor de vosotros mismos. No abuséis de vuestra pena; estad vigilantes. Vuestro camino está trazado por el Niño Divino en esta fiesta de la Natividad: Cuanto más pequeños y humildes seáis, más os visitará la luz. Pedidla sin amargura, sin pena, con corazones confiados que, por supuesto aún pueden sangrar, pero tienen el inmenso deseo del alumno que quiere aprender porque ama al Maestro y tiene una infinita confianza en El.

Meditad, rezad, para que esta Navidad sea espiritualmente más fecunda que las más alegres Navidades que hayáis vivido. Poneos por encima de vosotros mismos y de los sacrificios que cuestan. Vosotros estáis humillados, angustiados por tantas miserias; ¡os hundís creyendo que el Cielo os abandona! En el portal, María no tenía nada para Jesús; andrajos para cubrirlo, sin fuego, sin cuna, paja y unos seres inferiores, simpáticas bestias: ¡eso es todo! José, desolado, no podía nada por sus seres queridos… Pero su confianza era sin límites.

Hoy, vosotros también sufrís. Pero, como en el portal, estáis unidos en familia. Dad gracias a Dios: la familia es un don de Dios, no lo olvidéis. Pensad en los que está separados, en los que luchan y mueren por su causa. Pedid para que su sufrimiento sea una luz. No compadezcáis a los que parten: ellos son ayudados en su sacrificio consentido, Dios les envía sus ángeles para darles fuerza.

¡Ánimo, confianza! Reconoced ante el pesebre que todo lo que sucede tenía que suceder, que el equilibrio estaba roto, que la gran máquina humana tenía sus ruedas rotas, oxidadas por la incomprensión de los hombres. Era necesario un gran choque, ha sucedido. ¡Desgraciadamente, él rompe vuestros corazones! Rezad para que abra los ojos a los ciegos y para que no se retrase la victoria… la victoria sobre vosotros mismos, y no la de los hombres.

Vencerse cada uno a sí mismo por amor a todos, es asegurar la paz divina, la paz que Jesús quiso dejar al mundo. Pero, os lo repito, vuestra hermosa Francia no está muerta. Aun cuando deberíais verla cortada en pequeños trozos divididos, separados, Dios que la ama hará ese hermoso milagro, y los pequeños trozos se unirán un día. Y si vuestros pasos humanos no pisan más el valle terrestre, desde aquí, veréis a vuestra hermosa Francia renacer en la unión espiritual que será la victoria.

Navidad, es la esperanza divina eterna a través del sufrimiento pasajero de la vida temporal. Elevad los ojos para que esos sufrimientos se hagan claros, ligeros, luminosos. Elevaos por encima de ese dolor agobiante, egoísta, que cierra al corazón humano en un círculo tan estrecho que lo ahoga. Yo os ayudaré: Confianza, amigos míos. No os desaniméis nunca ni siquiera ante las peores desesperaciones.

Reloj de la vida: horas rosa, horas grises, horas negras: qué espléndido mecanismo ante el que los obreros, desgraciadamente, permanecen sordos y ciegos hasta que suena la Gran Hora. Feliz Navidad para vuestras almas. Que vuestros ojos lloren, pero que vuestras almas canten. Creed a Paqui en este día de Navidad, ante el pesebre del Niño Jesús, del Niño Rey cuyo reino no es de este mundo, sino de un mundo de luz y de amor donde nos encontraremos todos unidos en Dios. Amén.

Aceptemos nuestra cruz 1941

Durante tu recogimiento, has tenido la visión de muchas pequeñas cruces que van a unirse, a fundirse en otra mucho mayor, que has sentido que era la de Jesús; símbolo sencillo de explicar: todas esas pequeñas cruces representan vuestras angustias, vuestras pruebas, vuestros sufrimientos, que hay que aceptar con coraje para que puedan formar un todo y para que vosotros os convirtáis en pequeños Cristo. Amigos de mi alma, comprended y aceptad todas vuestras cruces. Mirad a vuestro Cristo, que vuestros ojos se centren en El con el deseo de ver claro en El, a través de El. Apretad la cruz sobre vuestro

Page 96: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

corazón, pues es Dios descendido a la tierra para que vosotros viváis; que la vida, la chispa divina que vive en cada uno de nosotros se despierte a la llama de Su amor. Meditad: El está ahí, en la Cruz: Es la imagen del sufrimiento que todos sentís en este momento. ¿Sufrís vosotros? El también con Sus manos atravesadas, con Sus pies clavados… ¿Estáis aterrorizados, desesperados? El también, porque comprendió que muy pocos seguirían su doctrina de amor, y que Su sacrificio y Su muerte no darían a todos la Vida, la que permanece más allá de todos los límites y que Jesús quería dar al mundo a través de Su sacrificio consumado en la Cruz.

Comenzada en el Pesebre, luego en el Calvario, la Redención del mundo por el amor de Cristo continúa en los miembros de su cuerpo místico, la Iglesia universal, todos nosotros, sus hijos. El amor en la tierra parece muerto. El odio, el espíritu del mal, nubla las conciencias; la obra de Cristo es retrasada. Una vez más Dios os llama al amor y a la renuncia para consumar la obra Divina: responded a Su llamada.

¿La guerra? ¡Pero no ha sido Dios quien la ha querido! Son los hombres los que la han creado con su inconsciencia, su egoísmo, su incomprensión de las leyes divinas de la Vida. Y si una banda de criminales arrastrados por el espíritu del mal ha encendido el fuego en el mundo entero, su castigo será terrible. Ellos mismos se labran este castigo: «el eterno remordimiento». Hay que compadecerse de ellos, rezar por ellos a pesar de los sufrimientos incontables que ellos difunden y difundirán sobre tantas víctimas inocentes.

Sufrimientos inútiles, decís. Aquí, os corto. Vosotros no podéis comprender, pero no penséis que son inútiles esos sufrimientos. ¡Nada se pierde! ¡Cuántos ciegos verán, cuántos sordos oirán, y cuántos maravillosos parterres florecerán en los jardines eternos sobre este inmenso dolor del mundo! Permaneced tranquilos y confiados en los caminos de Dios. Todo crimen tendrá su castigo, todo sacrificio tendrá su resonancia victoriosa.

Dios es infinitamente bueno, infinitamente misericordioso, pero hay momentos en que se pide un mayor número de expiaciones y en los que almas reparadoras, elegidas por Dios, deben emprender juntas su vuelo para una embestida heroica contra los demonios desatados, cuyo espejismo se desvanecerá ante la terrible realidad: el fuego eterno del remordimiento.

Queridos míos, seguid a Cristo. No os quedéis desanimados al borde del camino santo del sacrificio que lleva a la vida. Estad seguros de que si la tierra entera se viniera abajo, Cristo, personalmente, permanecería más vivo que nunca para salvaros. La luz que calienta, que ilumina, que dirige a las almas, es el Amor, es Jesús que se mantiene a vuestro lado y os tiende la mano. No rechacéis la mano del Salvador, es suave, es firme y os ayudará a llevar vuestra cruz.

Amigos queridos, rezad con fervor; tened confianza y esperad elevando hacia el Todo-Poderoso llamadas de Fe y de Esperanza. Aquí, en nuestras esferas de luz, sentimos las oraciones fervientes de los verdaderos hijos de Dios que ascienden como incienso que perfuma y transforma las tinieblas de la tierra en rayos luminosos. Os aseguro que esos rayos son precursores de la Aurora que os llevará el ramo de olivo en medio de vuestro diluvio actual.

Que vuestras almas sean penetradas cada vez más por la Vida divina que está en vosotros. Amad, comprended, para perdonar. Paqui, pequeña flor del Señor, se deshoja sobre vuestros corazones para rodearos de perfumes de amor de su Paraíso. Pido a Jesús, que tiene para su ángel todas sus complacencias, que os bendiga, que os dé la fuerza para sufrir en vuestros corazones, pero para que vuestras almas gocen por una confianza infinita en Su Amor. Comprended a Paqui, seguidla junto a Cristo que permanece: es el camino que conduce a la Vida, es decir al Reino de Dios; y poned en práctica eso por lo que Cristo murió en la Cruz: ¡Amaos los unos a los otros! ¡Ved qué poco ha sido escuchada que su palabra! Rezad con nosotros, amigos queridos, para que El sea comprendido, seguido, y para que llegue Su reino.

Me inclino sobre vuestras almas. Dios permite que os envuelva en rayos luminosos de nuestras esferas celestes para que estéis protegidos y sin miedos. Vuestro pequeño ángel os ama y lanza al espacio un rocío de luz y de amor.

Paqui.

Sed hijos de luz - marzo de 1941

«Sed hijos de luz». Meditad sobre este tema admirable y muy urgente, porque la antorcha de Francia debe reanimar su llama espiritual, y todos sus hijos deben unirse en el

Page 97: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Espíritu divino, fuente de eterna caridad, punto luminoso que nos ayudará y hacernos trasparentes, indulgentes, generosos. Dios nos quiere así. Y si después de muchos años, seres desdichados han tratado obstinadamente de apagar esta llama espiritual por todos los medios a su alcance, estad seguros de que la única llama que podrá reanimarla, hacerla revivir, es el Amor, el Amor ardiente y generoso hacia todos, en el espíritu de Dios. Sí, seamos hijos de luz para que nuestro Padre celestial esté satisfecho de sus hijos, y nos ayude a encontrar nuestro puesto fecundo para bien de la humanidad.

Digo: nosotros, porque aquí, en nuestras esferas de luz, trabajamos intensamente para influir en el destino de la tierra, rodeándoos con nuestros rayos de amor, para ayudaros a acercaros a la luz, oscurecida por el egoísmo y el orgullo de los hombres, y para ofreceros la prueba de las realidades espirituales de la Vida inmortal del alma.

Amigos privilegiados que percibís nuestros pensamientos celestes, difundid las riquezas que os son confiadas. Portaos como hijos de luz siguiendo el camino de amor y de verdad trazado por Jesús. Dios es la fuente de la Vida: elevaos hasta El en una oración de abandono y de Fe, y recordad que solo se puede ir por el camino de la perfección llevando una cruz: sacrificio, renuncia, caridad.

En medio de los sufrimientos de las grandes pruebas es donde debéis luchar contra vosotros mismos, centro de egoísmo. Que vuestra oración sea una comunión de abandono y de confianza. Con vuestros dos pies bien asentados en el suelo donde estáis para cumplir todos vuestros deberes, que vuestra alma se eleve para pedir las fuerzas espirituales que ayudan a cumplirlos mejor. Desde el comienzo de vuestra jornada, pensad en ellos ofreciéndoselos a Dios. Desechad todos los pensamientos que turban vuestra alma y vuestro corazón y no os aportan la tranquilidad de vuestra conciencia. Sed un ejemplo de bondad, de caridad, de perdón. No dejéis para mañana esa actitud mejor que sentís deber asumir para reflejar la felicidad, la paz, a vuestro alrededor. Sed generosos de todas formas: en una palabra, poned armonía allí donde no la hay.

Rezad con frecuencia, es el mejor apoyo. Rezar es impulso de unos segundos hacia lo Alto; es ponerse en contacto con Dios, aunque solo sea un minuto, para desprenderse de la materia pesada que nos oprime y tapa la luz divina que está en nosotros.

Vosotros, queridos amigos, sois suficientemente favorecidos para llevar a cabo vuestra tarea. Otros, menos felices, menos iluminados, buscan y desean encontrar el camino luminoso; otros, aún más desheredados, no intentan siquiera buscarlo. Es a estos a los que hay que iluminar. Nuestra cadena de amor está formada para esta tarea: debemos alargarla, purificar el metal, para que los eslabones sean sólidos y se suelden para siempre en el amor divino.

¡Es tan hermoso ver en lo que un grupo de almas puede convertirse a medida que progresa espiritualmente! Espiritualizarse, es tratar de plasmar a Dios en uno mismo, es querer comprender, vivir en unión con la fuente divina: el amor, la verdad, la luz. Sin cansaros, buscad a Dios en vuestra alma y El responderá a vuestra llamada: yo no dejo de afirmarlo, y de deciros también: ¡confianza! Este sentimiento de abandono incluye todas las promesas, todas las esperanzas, y si estáis penetrados de su luminosidad, os conducirá hacia el camino que va hacia nuestro Padre todo amor y misericordia.

No os contentéis con querer: actuad, y triunfaréis, ayudados por todos vuestros amigos celestiales que os desean verdaderamente luz. El menor deber realizado es un punto de partida. Las María y las Marta llegan al mismo resultado, y cuando llegue el día bendito de la resurrección, estaréis más vivos que nunca por la transformación realizada ya en vuestras almas desde aquí abajo, y que aligerará vuestro espíritu, lo único que permanece y es eterno.

Rezad, elevad vuestros corazones, difundid en torno a vosotros la luz que Dios os envía a través de su pequeña mensajera. Si aún no comprendéis la grandeza del sufrimiento redentor, estad totalmente seguros de que, aunque los designios de Dios son impenetrables, son todo amor. Que vuestros ojos que lloran no se enturbien hasta el punto de no percibir la espléndida luminosidad que os rodea. Dejaos modelar por el Gran Constructor: si El corta y el trabajo hace gritar a vuestra carne, pensad que esa carne necesitaba del bisturí para renacer más sana que nunca. Tened confianza en vuestro ángel que, por un privilegio especial, puede atravesar vuestros pensamientos con la luz de su Cielo. Dad gracias a Dios con Paqui por su misericordiosa bondad, y difundid sin cansaros la palabra bienhechora. Sin Dios, la tierra se seca, y, con Su divina ayuda, la cosecha florecerá, la cizaña será quemada para que las espigas doradas resplandezcan y alimenten

Page 98: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

a vuestros hermanos.Para mi mamá querida, un pensamiento de amor que ilumine su corazón, y la haga

sonreír a la primavera que ha sido para ella y para mí una sublime resurrección.Paqui

El orgullo y el egoísmo, fuentes de todos los males

Junio de 1941

Yo os uno en mi cariño y soy feliz viniendo a vosotros, queridos amigos, para envolveros en rayos de amor de nuestras esferas celestes. Os siento tan profundamente unidos al pequeño ángel del Señor que me gustaría haceros comprender, a través de vuestras angustias, de vuestros sufrimientos, el valor de la vida terrestre que prepara la evolución de la humanidad para el reino de la verdad, de la luz y del amor.

Sí, tened una confianza absoluta en el Padre celestial. Su misericordia es infinita; El no castiga; no quiere el castigo; pero deja a cada uno su libre albedrío, la disposición de sí mismo. Porque El nos ama, El es infinitamente justo, y me gustaría que os convencierais esta noche, después de la lectura de este mensaje, de que no es Dios el que crea el sufrimiento, que es el mismo hombre el que lo provoca con sus errores, con su incomprensión del sentido de la vida. Dios no es el padre enojado, como os lo presentan, a la hora del castigo: El es, por el contrario, todo amor, y nos llama hacia El, fuente de vida y de felicidad eterna.

El orgullo, el egoísmo, reinan como señores tiranos en la tierra: de aquí el desequilibrio que produce todas las catástrofes por las que sufre el mundo en este momento. Nosotros sabemos que los tiempos actuales preparan una humanidad más evolucionada, más espiritualizada; pero la evolución no se hace en los días de boato, como sabéis; es por el dolor como un alma se engrandece, es por el dolor como un alma se purifica, se aligera, comprende, y se desprende de la materia. Que este tiempo de pruebas os haga meditar y sentir el por qué de la vida terrestre. Subid con confianza la escalera de la verdad, que es dolorosa, y de la que cada escalón es una prueba a superar. Este es el momento para todos de pasar de las tinieblas a la luz.

Sed, amigos queridos que estáis iluminados por los rayos de nuestras esferas luminosas, seres de luz. Sed buenos; sed justos, sed perseverantes en la caridad, y sobre todo indulgentes con vuestros hermanos miserables. Esta palabra no es demasiado fuerte: ¡los hombres son miserables! No quieren hacer ningún esfuerzo espiritual, ningún sacrificio, para vencer su naturaleza egoísta; se cierran en sí mismos con dos llaves y se ahogan en la cárcel en que se han encerrado y de la que echan muy lejos la llave, como para no poder abrir su prisión.

¡No seáis así! Cuando vuestros corazones estén cargados, levantad los ojos con confianza: nosotros responderemos a vuestras llamadas, la fuente divina que está en vosotros se manifestará en fuerzas bienhechoras, y estaréis más animados para continuar el camino pedregoso de la vida. Iré más lejos: aunque la sangre fluya de vuestras heridas, bendeciréis este sufrimiento, porque comprenderéis hasta qué punto él os ayuda a avanzar hacia la luz que brilla al final del camino.

¡Creed a Paqui! No debéis ser ciegos inconscientes; ascendéis hacia la luz espléndida del amor; la gustáis incluso antes de la hora de los elegidos, queridos amigos de mi alma. También os suplicamos que trabajéis con nosotros en la cosecha terrestre; haced que germinen espigas doradas en medio de la cizaña; engrandeced la cadena de amor. ¡Paqui está tan contenta cuando engancha un alma a su cinturón de ángel! ¡es tan hermoso cuando el ángel pasa y cuando Jesús sonríe al surco luminoso que ella arrastra consigo!

Os mantengo a todos, a todas, en mis alas doradas. Vosotros formáis parte de mis misiones, y a mí me gustan todas las que Jesús me confía. ¡Salvar a un alma que llama, iluminar a un ser en el momento de la partida, arrastrar a aquellas que, sin ayuda, no encontrarían el verdadero camino, son misiones tan dulces, tan consoladoras! Creed que muchas almas piden ayuda y son salvadas. ¡Dios es tan bueno! vosotros no podéis comprenderlo en la tierra porque no se sabe enseñar al hijo que él es hijo de Dios, y su hijo

Page 99: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

tiernamente amado; que tiene en El un Padre, infinitamente bueno, en el que siempre debe apoyarse. ¡Cuántos errores se cometen! ¡qué velo espeso oscurece la luz de amor que es Dios en nosotros!

Me gusta hablaros de Dios, de su maravillosa obra de amor, de su infinita misericordia, del gran futuro, el único que cuenta para el espíritu eterno. Os llevo en mis alas para que sintáis los efluvios divinos del Paraíso donde vive vuestro ángel: captad sus armonías, y gustad los olores del Jardín de Dios donde solo se respira el amor. Las palabras son demasiado pobres para expresar la alegría y la felicidad de amar que hacen nuestro Cielo. Más tarde, vosotros las viviréis, esas palabras ya no las diréis más, sentiréis las maravillas. Que vuestros corazones permanezcan confiados, alegres. Yo os amo, y vuestro ángel va de vosotros a Dios y de Dios a vosotros para irradiar su amor. Amén.

15 DE AGOSTO 1941

Desearía que en este día de fiesta aniversario vuestros pensamientos, vuestras oraciones, suban agradecidos y confiados hacia la Virgen María, nuestra Madre, la Madre de nuestro Salvador, que sufrió todos los dolores, y que, después de vivir en la tierra años infinitamente dolorosos pero tan fecundos para la humanidad entera, partió, ella también, a la ciudad de la felicidad eterna para unirse a su Hijo querido en Su verdadero esplendor.

A través de María, que vuestros corazones se abran a esta necesidad suprema del sufrimiento redentor. Pero, como la Virgen María y santa Magdalena que oraban y lloraban al pie de la cruz y no podían retirar los clavos de la carne del Cristo amado, ni suprimir Su dolor, vosotros no podéis suprimir el sufrimiento que oprime a la humanidad, sufrimiento indispensable par el rescate de las almas, vosotros lo comprenderéis más tarde.

Creed que todo lo que es pasajero en la tierra, termina, para entrar en lo infinito, la luz y la apoteosis en la unión en Dios. Meditad estas admirables esperanzas, por encima del sufrimiento, elevaos hacia la verdad: Dios en todos, y todos en Dios.

Aquí, en nuestras esferas celestes, todos juntos pertenecemos a Dios y, en Dios, por Jesús y María, pertenecemos a los demás, ¡es admirable! Amad, y vivid en la alegría de amar y de creer. Que María sea vuestra estrella, ella os guiará en estas horas de pruebas incontables que amenazan al mundo, y hará descender a vuestros corazones un océano de paz, de suavidad y de calma, haciéndoos comprender lo que es la vida más dolorosa con relación a la eternidad.

No desesperéis nunca, tened confianza. Dios, la misericordia infinita, da a cada uno las fuerzas necesarias. Su mano nos lleva hasta el final del sacrificio, hasta el minuto mismo exacto que podemos aguantar. De este minuto de prueba consentida brota el encuentro de Cristo en nosotros, luz deslumbrante que ilumina los más profundos, los más crueles sufrimientos, gracia divina incomparable que nos pone agradecidos de rodillas al pie de la cruz. Mi mamá querida os dirá muy alto que su inmenso dolor fue iluminado por este encuentro del Señor en su alma, y que su cruz tan pesada se convirtió en la luz que inundó su corazón de esperanza y de amor.

Amigos queridos, habéis recibido fuerzas espirituales suficientemente poderosas para poneros con confianza en las Manos del Señor, y para mirar con calma y ánimo lo que vosotros llamáis el futuro. Fuerzas inmensas os rodean y están a vuestro alcance para elevaros por encima de los negocios terrestres y de todas las pruebas que comportan —necesarias para toda evolución, lo repito. —Si esas pruebas os parecen demasiado pesadas, como al viajero al terminar la jornada, descargad la alforja y esperad a la próxima salida del sol. Esto, por supuesto, con la idea de no abandonar la carga, sino con la voluntad de reponer fuerzas y volver a cargarlo con confianza, rogando a Dios, a la Virgen María y a los santos del reino celeste que os ayuden a levantarlo, a no dejaros solos. Los Santos son grandes Gracias de Dios en la humanidad; tienen un inmenso poder, y si comprendierais esta fuerza de amor, diríais: Dios mío, vuestra obra es perfecta, os amor, tengo confianza en vuestra misericordia divina.

Sí, Dios es todo amor, y tiene una compasión inmensa hacia los pecadores. Como El, sed con ellos indulgentes, no juzguéis, y rezad por todos vuestros hermanos, culpables o inocentes. Amar, amar como un Cielo estrellado en el que se multiplican las estrellas luminosas, esta es la misión de Paqui, de sus amigos, en el corazón de Jesús, por el corazón de María, nuestra Madre de todos.

Amor maternal, don divino, el más hermoso, el más completo que Dios ha creado… Mientras permanezca en la tierra y en el Cielo un Amor Maternal, Satán será vencido y

Page 100: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

todas las esperanzas florecerán. Amén.Madre misericordiosa, permite a tus hijos dejarse conducir en el camino que los llevará

hacia la luz desbordante de la que les habla la pequeña mensajera de las alas de oro. Madre, tú que sufriste sin pronunciar nunca una queja, una palabra amarga, que aceptaste todo tu largo martirio sin pedir nada, enséñanos a obrar como tú. Haznos humildes, confiados en la justicia y la misericordia divinas, para que Dios nos conceda Su Paz en la luz y en el amor.

La falta de amor, verdadera muerte espiritual

1941Una luz pura te envuelve, un ambiente suave se desprende de ella: escribe, sin

preocuparte de lo que trace tu mano, puesto que es Paqui quien te guía, quien os asegura una vez más la solidez de los hilos que os unen a nuestras esferas benditas, y que convierten a mis amigos privilegiados, en iluminados.

Para comunicar con vosotros, creéis que hacen falta muchas fuerzas. Es verdad, y nosotros las concentramos, nos unimos muchos para que nuestros pensamientos, que son vibraciones, atraviesen las capas terrestres y penetren en vosotros. Pero, os lo digo con seguridad, es necesario sobre todo amar mucho. Por el amor, se logra todo: lo imposible se hace posible, y esto es lo que los hombres comprenden tan mal; no tratan de conocer esta fuente divina y sacar de ella todos los beneficios. Y si vosotros habéis llegado a esta angustia, a este desastre desde el punto de vista humano: la guerra, es porque la humanidad no ha comprendido todavía la fuerza de luz y de verdad que es Dios en vosotros, Amor y Vida.

Queridos amigos de la pequeña flor de Jesús, que el amor penetre en vosotros y os eleve cada vez más. Comprended que el amor es el olvido de sí por el bien de todos; es la caridad completa, que no se ve, pero que brilla; es la necesidad de ver que su semejante mejor que uno mismo, de ver todas las cosas, buenas y malas, a través de la luz de Dios; de dirigir todo hacia ese Dios de amor, de esperar todo, y de vivir para todos, esperando solo en Uno.

Fue por amor por lo que Cristo dejó el Cielo para mezclarse con los hombres, darles ejemplo, trazarles el camino de la vida. ¿Fue seguido, escuchado? ¡No, confesadlo! El amor puro es ese sentimiento maravilloso, el Cielo mismo en el alma, el don de sí sin esperar nada a cambio, que el hombre rechaza y no quiere aceptar porque está hecho de sacrificio, de desprendimiento, de renuncia al egoísmo, al orgullo, que son vuestros amos en la tierra y de los que sois los esclavos. Queridos amigos, apartaos de la malvada multitud, tratad de comprender, de vivir iluminados por los rayos luminosos que Jesús ha dejado en su entorno: el amor hacia todos sus hermanos.

Ese prójimo, —diréis— ¿es suficientemente interesante, suficientemente comprensivo, para que encontremos en él la razón de nuestras renuncias? Respondo inmediatamente: ¡NO! ¡en letras mayúsculas! Os esperan decepciones, grandes decepciones; ¡pero qué importa! Habrá también excepciones, y esas excepciones os recompensarán al céntuplo por los sacrificios realizados, porque, por esas almas agradecidas y privilegiadas, vuestros corazones habrán recibido tanto que se abrirán abrirse cada vez más para distribuir ese botín de amor que es la clave de todas las alegrías: alegría inefable, alegría completa, que podéis disfrutar desde esta tierra. Creed a Paqui, y seréis felices en medio de vuestras pruebas, porque daréis alegría, frescura, cada uno en vuestra pequeña esfera. Sabed valorar que Dios solo pide a cada uno lo que puede dar. Pero que cada uno comprenda también que debe repartir lo poco que tiene, y que no debe dejar de hacerlo, porque, de todos esos fallos proviene ese inmenso caos, ese desequilibrio, cuyos efectos podéis valorar.

¡Morís por no saber amar! Pensad en la amplitud de esta frase. La catástrofe actual procede de esta falta de amor hacia todos, desde el grande al pequeño. Es ese cada uno para sí, y este es el error de varios siglos. Mirad hacia atrás: ¡es imposible que no comprendáis! Un mundo nuevo debe nacer en la unión del espíritu de Dios, en la armonía del amor universal. Esta es la voluntad divina. No retraséis su hora. Poned cada uno vuestra piedra de sacrificio y de amor para su llevada. Rezad, amigos queridos, para que el amor abra las manos, abra los corazones, a fin de que los hombres se comprendan, se amen, y

Page 101: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

se tiendan manos fraternales.Yo me inclino sobre vuestras almas para verter en ellas los fluidos radiantes, el amor que

nosotros bebemos aquí para iluminaros, para fortaleceros. Es una inmensa alegría, una dulce misión para Paqui, ser a través de Jesús la pequeña golondrina, mensajera de la primavera eterna: el amor infinito de Dios. Y pensad que no he perdido ni una partícula de mi ternura. Mi mamá querida sabe bien que tiene siempre a su lado a su pequeña hija que la quiere tiernamente. Este es el gran misterio de amor, ese sublime misterio que comprenderéis un día, cuando nos encontremos en los invernaderos del jardín de Jesús, el verdadero campo de Dios en la luz y el amor. Amén.

Por Dios el amor triunfará sobre el odio

1941Vuestros corazones están oprimidos, y yo desearía, transmitiéndoos pensamientos de

paz, deciros que no os dejéis invadir por las ondas confusas que os llegan un poco de todas partes, desde muy lejos y desde muy cerca. Vosotros solo podéis ver el lado doloroso de esas terribles pruebas: el reverso tan luminoso que explica todo está oculto para vosotros. ¡No temáis! La luz brilla en las tinieblas; Dios vigila, y estad seguros de que a la hora deseada su llama divina abrazará el Cielo de las almas. Eso será más tarde, sin duda, y yo comprendo vuestras angustias humanas.

Estáis horrorizados, decís, de que la maldad, la crueldad, los rencores, las mentiras, el odio en definitiva dominen el mundo. No os perdáis en las aguas turbias que no reflejan el azul de los cielos donde yo deseos arrastraros, incluso y sobre todo en los días oscuros que vivís y seguiréis viviendo. Comprended que hace falta amar mucho para no odiar nunca. Hay que tener a Dios dentro de sí, vivirlo, para perdonar y comprender en la verdad el sentido y la meta divina de la vida: el Amor universal. Del odio nace la turbación de los espíritus. ¡Cuántas ruinas materiales y espirituales serán su obra malhechora! Los hombres, prisioneros de sus pasiones, comprenderán sus errores y elevarán entonces su mirada, cuando, torturados por sus faltas, hayan sufrido lo suficiente para entender la llamada de Dios. Todo sufrimiento lleva en sí sus frutos.

Mantened en vosotros mismos, queridos amigos, la dulce certeza de que el Amor triunfará y derribará a los discípulos de Satán, espíritus del mal por los que debéis rezar mucho para que la puerta del arrepentimiento se abra para ellos. La oración es una palanca más necesaria para los asesinos que para las víctimas. «Padre mío, perdónales», dijo Jesús, «porque no saben lo que hacen». Oración admirable, caridad adorable que ilumina nuestro camino.

Tened confianza, mis queridos amigos; almas llenas de luz y de caridad os protegen y la estrella del Cielo más luminosa, la Virgen María, nuestra Madre, todo poderosa sobre el corazón de Jesús, se inclinará sobre la tierra, la relacionará con las esferas celestes y será el vínculo entre Dios y sus hijos queridos.

Dios no abandona a sus criaturas, pero comprended que esas criaturas fraguan el mal por el que sufren, y que ellas solas son responsables de sus miserias. ¡Tantos elementos, tantas fuerzas desconocidas y lejanas son causas del desequilibrio mundial! Dejad que el tiempo corra, no os desaniméis ante todas las derrotas que constatéis a vuestro alrededor. Francia es como un planeta al que una nube oculta momentáneamente; esta nube derramará torrentes de agua: enfrentaos a la tormenta con fuerza, dejaos llevar por el Maestro, puesto que sabéis que, guiados por Sus manos divinas, no podéis zozobrar y que el sol volverá a brillar. Francia resurgirá cuando la armonía, la unión, reinen entre las almas y los espíritus de todos sus hijos en el amor universal que será su renacimiento.

No os quedéis en las cosas malas, en las indignidades morales; ¡ellas hacen mal! alejadlas y honrad todo aquello que pueda daros hermosas esperanzas; difundid con profesión esas esperanzas a vuestro alrededor, dad paquetes de esperanza, distribuid la cosecha que habréis venido a buscar junto a vuestro ángel, que se hará ayudar para daros en abundancia ese maná celeste, que vosotros distribuiréis de nuevo en torno a vosotros, y cuyo perfume guardaréis. ¡Sí, amad! ¡no juzguéis! y creed que si Dios, todo amor, permite que tantos sufrimientos se extiendan por la tierra, es porque el sufrimiento es redentor, porque para ella, para el alma, la única parte de nosotros que no perece, se aligera, y guarda de este sufrimiento comprendido una luz que solo la deja para dar lugar a otra aún más bella… Futuro espléndido, que resume todo lo que el paso doloroso prepara sobre la tierra; sublime certeza de este vínculo con el amor: Dios en nosotros, hogar luminoso que

Page 102: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

ilumina todas las alegrías del alma, las mejores, esas que no decepcionan porque permanecen, y crecen de nuevo al compás de nuestras evoluciones progresivas.

Decid conmigo con un fervor muy profundo: ¡Dios es bueno! Dios es justo, y quiero servirlo y amarlo hasta el último día de mi vida terrestre para vivir en El y en Su Amor la Vida Eterna. Amén.

Navidad 1941

Mi sonrisa, mi irradiación de ternura y de amor es la que realmente os rodea y calienta vuestras almas alegrando vuestros corazones. Me gustaría elevaros de los pesados ambientes terrestres, trasladaros en espíritu a nuestras esferas tranquilas, armoniosas y luminosas, para que podáis sacar de ellas fuerzas vivas para soportar todas vuestras pruebas y para que vuestras frentes cargadas de angustias se queden libres al contacto con su luz bienhechora.

¡Navidad! Fiesta del Amor divino que une el Cielo a la tierra; Amor incomparable venido hombre entre los hombres para salvarlos de la muerte —muerte del alma, entendedlo bien; Resplandor de Dios, que viene a una humanidad ahogada bajo el egoísmo y la codicia personal, para mostrarle el camino, la senda, la luz que debe seguir el hombre creado a imagen de Dios.

¡Navidad! Sentid lo que contiene el amor infinito de esta palabra que nos recuerda el mayor sacrificio que Dios haya podido hacer por Sus hijos, y hasta qué punto se debería glorificarlo con la convicción de que él aporta la serenidad, la seguridad, en la esperanza de la Vida eterna.

Jesús es el amor divino bajo su forma humana, y la llegada de Jesús en una familia pobre, desgraciada, representa vuestro estado actual; porque, lo mismo que la Sagrada Familia, vosotros sois desgraciados; pero, al igual que ella, tenéis a Dios en vosotros, y por consiguiente lo tenéis todo.

Meditad sobre esta frase y pensad que la vida terrestre solo tiene importancia por su evolución, por su ascensión espiritual, única razón, meta esencial de vuestras pruebas, de vuestros sufrimientos. Que Jesús sea vuestro guía; pedidle que os conserve tranquilos, confiados. El os ayudará a poner orden en vuestra vida y a llenar vuestras almas de las cosas que solo son dignas de ellas.

En la era de evolución por la que pasa la tierra, no podéis ver en la gran angustia del mundo el trabajo del Espíritu universal. ¡Tened confianza! Es necesario que el amor destruya el odio que ha hundido a los hombres en la noche más negra. Vosotros, amigos míos, no tenéis derecho a hablar de esta noche. Se os ha dado la luz en abundancia, y con la ayuda de vuestro ángel, vislumbráis lo que será la alegre mañana del despertar, cuando el alba algodonada dé lugar a una luminosidad viva, preludio de un día lleno de luz.

Sed buenos, misericordiosos, justos, indulgentes con la miseria humana. Paqui os asegura la victoria, no por un camino largo de marcha triunfal, sino por la pequeña senda sembrada de espinas. Creedme, es la mejor, no deseéis otras. Seguid a Jesús, amaos los unos a los otros; ayudad a vuestros hermanos, a todos vuestros hermanos; todos son hijos de Dios.

¡Amar! esta es la vida, la alegría del Cielo que podrá ser también la de la tierra, creedme. Si sufre el mundo entero, es por su pecado, por el desequilibrio que ha creado su incomprensión de las leyes divinas; y es necesario que el inmenso trabajo de regeneración se haga por los hombres; y se hará, a pesar de todo lo que él quebranta, de lo que aplasta y de lo que derriba. Hay que aceptar sin comprender; es muy difícil para vosotros, pobres humanos, y comprendo el por qué de todas las preguntas que suben a vuestros labios.

¿Las víctimas en la tormenta? diréis. ¿Los inocentes que son golpeados, machacados, aplastados? ¡No temáis por ellos! Dios no los abandona. El los sostiene, los ayuda espiritualmente, les da las fuerzas necesarias; y las almas puras que dejan la tierra en esta tormenta, siguen viviendo más intensamente para colaborar en el plan de Dios, y ayudar a los que siguen en las tinieblas. Vosotros tomáis demasiado la vida humana como un fin, como una terminación, y estáis en el error. La muerte es una liberación, una plenitud, una salida de prisión. Tenéis que habituaros a verla así en su realidad, y a hablar de ella así en su verdad. El amor ha vencido a la muerte, Jesús os lo ha dicho; ella es la resurrección del

Page 103: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

espíritu divino.Esta salida prematura de vuestros compañeros de ruta es dolorosa para vosotros, yo lo

entiendo, y por eso me esfuerzo en convenceros de la Luz de la muerte. Fue también muy especialmente para ayudar a mi Mamie por lo que pedí a Dios que me dejase penetrar muy pronto en su alma. Después de mi salida, no quería que mis amigos se hundiesen en el dolor; tenía que actuar muy rápido para engancharlos muy pronto a mi cintura de ángel y elevarlos. Jesús, tan adorablemente bueno, lo permitió, me sonrió, y hoy puedo elevar toda nuestra cadena. Cuanto más numerosos son los eslabones, mejor los maneja Paqui, lo que la llena de alegría y agradecimiento. ¡Amigos de mi alma, seguid agarrándoos! Paqui desearía elevar al mundo para elevarlo hacia la felicidad, la paz y el amor, porque el amor es Dios.

Rezad con toda vuestra alma, sin desfallecer, para que el Amor penetre en las almas. Vivid en paz. Estáis en el salvavidas de vuestro ángel, y si la tempestad actúa con fuerza, si los vientos y las escarchas os sacuden, tened confianza, vosotros nos os hundiréis. Paqui mantendrá, como la paloma, vuestras ramas de olivo florecido, glorifiquemos y cantemos la Navidad con toda la alegría y la serenidad de nuestro corazón. Dios está con vosotros, y los ángeles os envuelven con sus alas repitiéndoos de nuevo: ¡amad, amad! La vida en la tierra podría parecerse a la del paraíso si os amaseis todos, los unos a los otros. Amén.

PASCUA 1942.

He de nuevo vez el gran aniversario de la Resurrección de nuestro Salvador. Tratemos de trasladarnos a la época bendita para la humanidad de su paso por la tierra. Pensemos en su dolorosa Pasión, y establezcamos un paralelismo entre la agitada época actual y las posibilidades que seguís teniendo de experimentar los beneficios de su sacrificio de amor.

No rechacéis los frutos que Su vida de Hijo del hombre ha llevado al mundo. No busquéis por qué Su sacrificio divino no ha impedido los trastornos, las pruebas dolorosas, y especialmente la época horrorosa que vivís. No podéis comprenderlo todo… Tema amplio, tema que lleva de lo finito a lo infinito y del que Paqui aún no puede conocer y transmitiros las sublime sustancia. Pero, lo que yo puedo aseguraros, son los inmensos beneficios, la riqueza de vida, que podéis sacar de este descenso a la tierra del Espíritu puro, Espíritu de Dios, Amor infinito, que por su sacrificio dio a la humanidad el poder de salvarse, de realizar Su obra de amor.

Sed testigos del perfecto amor, fuertes con el espíritu que el os ha dado, activos y llenos de confianza en sus promesas de luz y de misericordia. Amor de un Padre cuyo perdón es conseguido de antemano para el pecador arrepentido, ¡te damos gracias!

Releed los Evangelios, alimentad con ellos vuestras almas. Es el verdadero libro de vida, las palabras, los actos mismos de Jesús transcritos por sus Apóstoles. ¡Ignorantes, ciertamente! pero que pudieron, desde que recibieron en su espíritu el soplo divino, Espíritu de Dios, transcribir la Palabra y dejarla al mundo. Jesús hizo aún algo mejor: se quedó entre nosotros, Pan de Vida, Alimento esencial del alma, en una maravillosa y divina comunión que nos es ofrecida diariamente por la unión en el amor de nuestro Salvador, para mantenernos en un equilibrio bastante perfecto entre el cuerpo y el espíritu, y asegurarnos la vida del alma, la única que permanece. No permanezcáis sordos a la voz silenciosa que se revela en cada uno de nosotros y que es Dios en nosotros. Meditad en este don inefable de Dios en Jesucristo, para mostrarnos el camino de la verdad, la resurrección del alma y su elevación a la vida radiante del Cielo después de su paso por la tierra, sepultada en la carne.

Al tercer día, la tumba estaba vacía… Lo mismo para vosotros, la tumba, vuestro cuerpo mortal, estará vacío, y resucitaréis a una nueva existencia, espíritu libre en la vida espiritual. La muerte es solo una apariencia, y vuestras almas conocerán pronto, si lo merecen, su glorioso día de Pascua. Creedme, amigos queridos; esto es una verdad expresada tal vez con alguna dificultad, ¡pero muy profundamente consoladora! Dedicaos a comprender la sustancia, rica en fuerzas de vida, y a aceptar sus condiciones, por doloroso que sea vuestro peregrinar terrestre.

Rezad para que se cumplan, en todos, los designios admirables de Dios en vuestras almas. Amad, sed buenos, generosos, misericordiosos con los pecadores. Seguid a Jesús con confianza y amor. Paqui os sostiene y os ama con toda la fuerza que el Señor quiere conceder a su ángel, y yo Le suplico que alargue mis alas para acurrucar en ellas a todos los seres queridos que yo quisiera ayudar. Cada uno de vuestros esfuerzos hacia el Amor

Page 104: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

me ayuda a alargarlas, y esa dulce prenda del esfuerzo realizado es maravillosa. Creed que nada se pierde, y, desde el punto de vista de la evolución en que se encuentran todos los amigos que me leen, me gustaría que comprendieran que, si la fuerza de las pasiones y de los vicios de la humanidad es poderosa, existe la posibilidad para cada uno de vosotros de vencerlos con esfuerzos diarios; y esta victoria sobre vosotros mismos será una fuerza frente a todas las pruebas de vuestra vida temporal.

Adoro y bendigo a Dios por haber permitido a su pequeño ángel servirlo tan rápidamente, por poder ayudar a su mamá, a sus amigos, mientras están aún en la tierra, a comprender las alegrías radiantes de la Resurrección. ¡Dios de amor, bendito seas! Gracias por tus hijos.

Queridos amigos, amaos los unos a los otros. Sed criaturas nuevas que deben renacer a la vida del Espíritu de amor. Pascua, es la renovación, la gran esperanza para todos en la certeza de la felicidad eterna. Amén

La victoria sobre uno mismo

1942Completamente dorada por la luz de mi Cielo, respondo a vuestra ferviente llamada.

Hoy, más y mejor que nunca, unámonos para implorar a Dios en primer lugar, porque vosotros sufrís, para que El os dé las fuerzas divinas que sostienen y consuelan, pero también para darle gracias. Porque, aunque vosotros no podáis comprenderlo, la cruz florece y dará los frutos por todos los sufrimientos aceptados. Estáis aún en el túnel oscuro y no podéis ver el panorama maravilloso que cegará vuestros ojos a la salida. Es tan hermoso lo que vemos aquí en el campo de las batallas espirituales, que me gustaría haceros vislumbrar su luz.

Los soldados de Cristo luchan con vosotros y triunfarán. La espiritualidad de Francia no se ha apagado. Oculta, volverá a aparecer; aplastada, se levantará para oír la voz de la esperanza divina que reanimará su alma. Orad, rechazando todo sentimiento que no sea de puro ideal, de patriotismo amplio, de amor universal. Comienza a amanecer, se rasga un gran velo oscuro y vais a ver mejor. No penséis, amigos, que os aporto un ramo de olivo sin espinas; horas difíciles sacudirán útilmente vuestros corazones, y sentiréis la angustia: por terrible que sea la hora que pasa, ¡no desesperéis! El trabajo por el Bien que vencerá al Mal se realiza, y, así como el sendero que se hace curvas no parece subir, el bien progresa a pesar de la mala voluntad y la incomprensión de los hombres.

Dejad que el tiempo haga su obra. Los pueblos solo sufren por sus propios errores. No tratéis de endosárselos a los vecinos, por culpables que sean, y comprended que la primera victoria a lograr, es sobre uno mismo, para arrastrar a los otros. No miréis hacia atrás: que vuestros ojos, por el contrario, miren fijamente a la estrella luminosa que Dios ofrece a vuestras miradas a través del sufrimiento del mundo. Orad con fervor; pedid que la claridad espiritual se haga más intensa, que ilumine las almas, dirija los corazones y consolide los pasos. Sed hijos de Luz y de Amor; orad con nosotros para que las conciencias se despierten, aunque sea en detrimento de la felicidad terrestre; orad para que el día siga al alba, para que brille el sol, para que vuestra noche se ilumine con los rayos divinos con el fin de que la tierra ya no conozca las tinieblas.

Desearía que mi pequeñez de ángel del Señor os haga entrever los sublimes designios de Dios para los que están en la tierra, realizando el viaje terrestre. Me gustaría que comprendierais que este viaje es una etapa entre las etapas, indispensable para llevaros, después de las evoluciones necesarias, hacia vuestra meta suprema: Dios Todo Amor. No blasfeméis ante las pruebas, os lo pido con todo mi cariño que os desea dóciles y sumisos a la voluntad divina. Las grandes verdades os serán reveladas más tarde, mucho más tarde, cuando estéis preparados para comprenderlas. Repetíos que solo veréis la verdadera luz cuando vuestros ojos de carne se cierren y permitan a los del alma recibir la claridad de los cielos. Asimilad en vosotros mismos este pensamiento: entonces os sentiréis serenos en todos los problemas que encontréis, porque sentiréis que no podéis desde aquí-abajo ver y comprender los designios del amor divino. No encerréis a vuestro espíritu en su propio egoísmo, en sus prejuicios, en sus lamentaciones; no os hagáis preguntas que os turben sin producir nada; sabed solamente que Dios es bueno, justo, y que no castiga; que El os espera, ansioso por vuestra vuelta hacia El que solo será aquí, si os abandonáis con

Page 105: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

confianza y amor a este Padre misericordioso, un suave despertar, un deslizamiento desde la tierra al Cielo, nuestra verdadera Patria.

Yo os sonrío, soy feliz de conversar con vuestras almas. Dios permite que yo os arrulle con mis pensamientos de amor, que os ate a mis alas para que sintáis la dulce protección: ¡Es tan bueno, tan misericordioso! Dadle gracias por permitir una unión tan alegre, hacedla fecunda y sed dignos de un amor tan grande. No os desaniméis, animad a los desanimados, sostened a los oprimidos y haced que pase a los corazones que sangran un poco del bálsamo que nosotros os distribuimos con tanta largueza y generosidad. Arrastrad a muchas almas: Yo desearía que se desplomasen bajo mi cadena, puesto que es de amor, y el amor es Dios en la unión del Cielo y de la tierra. Cuantos más os unáis, más fortificará Jesús mis alas para ataros y sosteneros. Mis amigos queridos, mis amados, ¡arriba los corazones! tened confianza. Que vuestros sufrimientos se transformen en profundas esperanzas, en cánticos de amor y de agradecimiento. Amén.

Navidad 1942.

Que todas las campanas que anuncian la venida del Salvador vibren en vuestros oídos atentos. Descartad los sonidos de cascabeles del mundo que solo os aportan odio, rencor y división. ¡No juzguéis! No podéis hacerlo en absoluto, porque cada uno, en su falsa verdad, cree estar en la verdad. De aquí los grandes errores.

Pidamos con humildad a Jesús que nos guíe por el camino del amor que El vino a trazarnos: «Amaos los unos a los otros como Yo os he amado». Sed como El, humildes, caritativos, dulces y luminosos. Que esta última palabra mantenga vuestros pensamientos; meditadla, y, aunque viváis la hora actual en la más profunda de las simas, podréis cada uno vivir en luz e irradiarla en torno a vosotros. Si sabéis pedir, y mantener en lo más profundo de vosotros mismos lo que el Cielo, en su misericordia, os aporta en este día maravilloso de la Navidad, comprenderéis y sentiréis las alegrías divinas que permanecen, ¡Que esto sea para vosotros un nuevo nacimiento!

No tratéis de comprender el por qué de los acontecimientos dolorosos que incendian y trastornan al mundo. Vosotros no podéis ser hoy uno de los magos, pues la estrella luminosa aún no ha venido a buscaros para llevaros al establo donde descansa el Pequeño Niño Todo Luz. Contentaos con tener la humildad, la dulzura de la pequeña oveja que, con su aliento calentaba al niño Jesús para que no tuviera frío. Preocupaos con amor de que Cristo no sienta jamás el frío del abandono y de la indiferencia.

Comprended el alcance de esto; dadle siempre el mejor sitio en vuestro corazón, y permaneced todos unidos en torno a Aquel que vino a la tierra a morir en ella para que los hombres vivan eternamente. También es necesario que todos nos sintamos vibrar, dispuestos a todos los sacrificios para consumar su obra divina. Seguidle a El que lo sufrió todo para que nuestras almas penetren para siempre en la luz. Todos en Uno, Uno en todos. Amigos queridos, os invito ante el más humilde de los pesebres en la morada de Cristo, reino de Dios en vosotros. Inclinad profundamente vuestras frentes, aceptad todos los sufrimientos necesarios para la rehabilitación espiritual de la humanidad. Pedid fervorosamente que Dios os abra las puertas del arrepentimiento y de la comprensión: Jesús Luz os abrirá con su pequeño dedo de niño; El os mostrará el Cielo, vuestra patria celeste, única que debe acaparar vuestros pensamientos. La de la tierra pasará, la otra será para la eternidad.

¡No penséis que Jesús, al descender sobre la tierra, no conocía el futuro de sufrimientos que pesaría sobre los hombres! El nos dio el ejemplo, trazó el camino a seguir para llevar la cruz: el amor, el único que da fortaleza.

Los tiempos tenían que llegar: ¡ya llegaron! Vividlos, amigos queridos, en la verdad y en la luz. De estos días desgraciados, Paqui os promete que saldrán resplandores espléndidos que se propagarán en ondas bienhechoras sobre este pobre mundo. El Niño Jesús os llama desde el portal; acudid a postraros humildemente, a adorarle y a darle gracias por su inmenso sacrificio que no puede resultar vano; y unid vuestros cantos de amor a nuestros cantos celestes para arrullar el sueño del Hijo de Dios.

Uníos a María, nuestra Madre divina, todo poderosa sobre el corazón de Jesús su Hijo divino, para que ella os proteja de las influencias del mal, y estéis alegres en la paz de vuestro corazón a pesar de la hora dolorosa, puesto que conocéis la meta luminosa de vuestro camino de cruz.

Yo estoy ahí, junto a vosotros. Pienso en todos, especialmente en los que sufren. Que

Page 106: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

ellos vivan en paz: son los más cercanos a Dios que los ama y los sostiene. Os siento muy unidos por la cadena de amor de Paqui; os quiero mucho, y os rodeo con mis alas. Dios es bueno por permitir a su ángel ayudar y consolar a los que tienen fe en su misión. Os doy cita a todos y os quiero muy unidos cerca de mi Jesús. Voy a trabajar aún más para que sintáis cerca de vosotros a vuestra pequeña amiga celeste, y para que os apoyéis en su fuerza, para que, en la alegría suprema y en la renuncia completa a vosotros mismos, nos fundamos en la divinidad, meta suprema del alma evolucionada. ¡Ánimo, confianza! Que la alegría permanezca vuestros corazones. Os dejo, pero no me perdéis. Paqui permanece, y allí donde vosotros estéis ella está, y será siempre vuestra pequeña Paqui.

Mami querida, ¡feliz Navidad en Dios! A sus pies es donde nos sentimos más intensamente unidos para siempre por la eternidad. ¡Navidad! ¡fiesta de alegrías y de esperanzas, al lado de nuestro Jesús todo amor! y Paqui, su pequeña flor con los pétalos luminosos de rocío y con el corazón de oro, se aclara sobre tu alma para que ésta brille de felicidad y la difunda a su alrededor.

Paqui.

Progreso espiritual por el don de sí mismo

1943Qué dulce me resulta venir a aseguraros que la morada de Jesús será vuestra morada,

cuando hayáis hecho los esfuerzos necesarios durante vuestro viaje terrestre, para avanzar en vuestra evolución, en vuestra elevación hacia el camino divino. Sabed superar sin temor lo que retrasa vuestra comprensión espiritual, porque cuando los ojos del alma se abren, el progreso continúa. El alma es tan feliz de sentirse aliviada que ya no se detiene y trabaja para librarse completamente de todos los errores que la mantienen atada. Pensad que, incluso durante una corta vida, el alma puede hacerse luminosa si no deja escapar ninguna llamada para elevarse, a través del olvido de sí misma y de la entrega a la voluntad divina. Llega ya entonces a la hora de partir tan desprendida, tan dispuesta a hacer un rápido viaje a las esferas de luz, que es para ella una felicidad inefable el separarse del cuerpo que la ponía trabas, que la retenía prisionera.

Vivís en una sociedad, en un mundo, que no piensa, o que ignora la meta sagrada a la que está destinado. Pero vosotros, los amigos de Paqui, que habéis tenido la tranquilidad de ser iluminados, de vislumbrar los designios de Dios para vuestras almas, partículas divinas que deben unirse a El, vosotros sabéis que todo se gana con perseverancia, y que debéis tener siempre suficiente dominio sobre vuestras almas, para deteneros al borde del pozo y miraros en el agua clara sin ruborizarse por ello. Vosotros sabéis que entregaros, que olvidaros en el sacrificio de vosotros mismos es un acto que os acerca a Dios. La misión que nos ha encomendado nuestro Maestro es iluminaros, ayudaros a llevar vuestra cruz para hacer, como Jesús, el sacrificio de vosotros mismos en el amor y en la renuncia.

Aquí, en nuestras esferas celestes, hacemos también lo que podemos llamar con vosotros ese gran trabajo de evolución en el amor por todos. Pero estamos en la luz, comprendemos y es admirable. Me gustaría poder describiros lo que ocurre en torno a nosotros cuando nos reunimos para hacer brillar nuestros pensamientos de amor, pero las palabras son pobres. Aquí, todo es vibración: es una eclosión de luces, de flores olorosas, una armonía divina, un acorde perfecto de sensaciones que se unen a los colores y nos dan la certeza de que el amor es la fuerza de vida de la creación entera. Es un canto de acciones de gracias hacia Dios, nuestra Luz, nuestra Alegría.

Es tan dulce para mí hablaros de mi Cielo, de la misericordia divina que me ha permitido ser la mensajera de Jesús, privilegio que nos une antes de la hora. Me gustaría que vosotros sintierais la dulzura, que ella os de alas para elevaros por encima de la materia pesada que os aplasta, que comprendierais sobre todo a la humanidad que sufre tal como es: miserable, ciega, abatida, y que vosotros la ayudéis con vuestras oraciones, con vuestro amor, a levantarse. ¡Pobres hombres, se diría que están vestidos de plomo, atados al suelo con cadenas de presidiario, con esposas en las manos! ¡con qué facilidad sin embargo podrían librarse de sus trabas si quisieran elevar los ojos y oír la voz misericordiosa de Dios que los llama al amor!

Unámonos para que nuestra cadena se establezca radiante entre y ellos a través de vosotros, queridos amigos. Nosotros os cargaremos con fluidos fuertes, vosotros sacaréis

Page 107: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

de ellos fuerzas vivas que distribuiréis por vuestra parte para el bien y el consuelo de los que sufren en las tinieblas. Así es como construimos nuestras cadenas de amor, consoladoras, liberadoras. ¡Amar! esta es la única meta en el Cielo, no hay otras: es Dios en todos y todos en Dios. Ayudadnos, elevad vuestra alma, amad y sonreíd a la vida entregándoos a todos los que sufren. No juzguéis los crímenes por los que lo hombres se hacen culpables los unos hacia los otros, en eso no podéis nada; rezad por ellos, pedid a Dios que los ilumine, que los ayude a bien morir. Porque la muerte es una resurrección y muchos serán elegidos por la grandeza del humilde sacrificio de su vida por un ideal verdadero o falso, pero para ellos verdadero don de sí mismos.

Esperad en la calma de vuestras almas el final de esa pesadilla. Para la tierra, es un cataclismo doloroso pero necesario, como lo que vosotros llamáis la muerte. Cada ser nace, vive, muere. En este momento la tierra muere, pero yo os digo en verdad, que para renacer, y esto es lo que hay que recordar.

Os estrecho en mi alma; sentid el cariño de vuestro ángel que os rodea a todos y a todas. Nuestra cadena es larga, pero la vamos a doblar por el amor, para nuestra alegría y para la gloria de Dios. Amén.

PASCUA 1943.

¡Orad sin cansaros! Elevad vuestra alma, vuestros pensamientos, cada vez más arriba. Es por la oración, por la elevación del alma hacia Dios, como recibiréis las fuerzas vivas, la luz que elevará vuestro espíritu hacia la comprensión, y recordad que comprender es ya aceptar.

Que este día de Pascua sea para vosotros una luz, una promesa realizada de vida eterna, la que Jesús todo amor dio al mundo con su resurrección, triunfo de la vida espiritual sobre la muerte que destruye el cuerpo perecedero, pero no puede tocar el alma inmortal. Subid por el camino cubierto de espinas y de costumbres inveteradas; dejad que se hagan pedazos todas las cosas materiales en torno a vosotros; pero que vuestra alma, cuyos ojos están fijos más arriba, trate de descubrir la estrella brillante, y vosotros la percibiréis para guiaros por encima de todas las borrascas, incluso las más violentas. Elevad hacia Dios vuestros corazones confiados y agradecidos, y recitad con un fervor lleno de fe y de esperanza esta oración de ofrenda:

Dios, Jesús, en estos tiempos de angustia y de pruebas cruciales, queremos seguir el camino de abnegación que Tú mismo seguiste; seguir el ejemplo de todos los sacrificios que no dudaste en realizar para la redención de la humanidad. Tú eras inocente, pero voluntaria víctima expiatoria, el cordero sin mancha inmolado por nuestra salvación. Tu resurrección el tercer día será también la nuestra; pero, como no somos corderos sin mancha, solo seremos regenerados cuando hayamos expiado nuestras faltas, arrancado de nuestros corazones la cizaña que los goces egoístas han sembrado en ella, y cuando avancemos realmente por el camino de amor que Tú nos has trazado. Ayúdanos, Señor, a llegar a esto.

Mostrad con vuestro ejemplo, mis queridos amigos, la voluntad de caridad y de sumisión de los que, para seguir a su Maestro, renuncian a sí mismos y cargan cada día con su cruz. Aceptad esos días de tristezas, de angustias y de humillaciones con valor enfrentándoos con la realidad. Vuestros corazones están turbados y pedís en vano comprender el misterio de iniquidades que aplastan al mundo. Cada uno de vosotros lo ha creado con sus faltas al amor. No tratéis de hacer el examen de conciencia del vecino: el vuestro es suficiente para haceros comprender una parte del problema que se plantea. Y si, a vuestro lado, el orgullo, la codicia y el egoísmo realizan un juego peligroso, veréis hundirse todas esas ambiciones egoístas contrarias a la inmortal caridad que debe unir a todos los hombres y gobernar al mundo en la Paz divina.

El equilibrio roto os ha lanzado por el camino trillado del que solo podéis salir victoriosos por la transformación de cada uno de vosotros en el espíritu divino, fuente de Vida: el amor, en fin, que con su llama vencerá al odio. De momento, os encontráis ante una destrucción general y, sin poder hacer de ello un análisis exacto, sentís que algo inmenso se prepara por el sufrimiento de todos los pueblos que sangran y lloran. No busquéis el por qué, él supera con mucho lo que pueden concebir vuestros cerebros limitados. Los propios instrumentos están desbordados, arrastrados por torrentes tumultuosos, y van mucho más allá de lo que habían previsto. A ellos el comprender que si su equilibrio no se estabiliza, se vendrán abajo, más miserables que nunca.

Page 108: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Lo que debe retener vuestros pensamientos, amigos queridos, es que todo sufrimiento bien comprendido, bien dirigido, es redentor, y lleva magníficos frutos de luz —rayo de Vida que fortalecerá vuestras almas. —Pensad también que la piedra del sepulcro que os aplasta en estos tiempos dolorosos será levantada un día. Después de un coma en las tinieblas, los hombres, ayudados por las fuerzas divinas, levantarán la piedra que los aplasta. Es muy pesada para remover, pero os aseguro que el amor que llenará vuestros corazones la volverá ligera, y que estaréis dispuestos para la resurrección. Vosotros conservaréis en vosotros los beneficios de vuestra sepultura y miraréis con alegría el sudario, testigo de vuestros sufrimientos, de vuestras lágrimas y de vuestra sangre derramada papara la victoria sobre vosotros mismos.

¡Ánimo y confianza! Compadeceos de todos los que sufren; rezad por ellos: todos son hermanos vuestros, ¿entendéis? todos hermanos vuestros. Donde quiera que se encuentren, se consideran víctimas y son sobre todo ignorantes. Por eso hay que rezar mucho para que la luz los ilumine, para que sus ojos vean, para que sus oídos oigan la verdad divina.

Dios es el único refugio; pedidle; decidle: es a Ti, Padre, a quien pedimos la clarividencia, la caridad para todos; y si, como Jesús, elevando nuestros ojos angustiados hacia Tu luz, nos permitimos decirte: Padre, aparta de nosotros este cáliz, añadimos también rápidamente: ¡Que se haga Tu voluntad para que Tu reino llegue por fin!

Digamos: ¡Aleluya! ¡Aleluya! pues estamos seguros de que llegará el día de la Resurrección. Yo digo: nosotros, para demostraros que rezamos con vosotros con todo nuestro amor, y que veremos juntos el ramo maravilloso formado con tantos sufrimientos aceptados, con esa entrega de sí mismos, con ese amor que vosotros tendréis por todos vuestros hermanos desgraciados, amigos y enemigos, por los cuales hay que rezar mucho.

Felices Pascuas en Jesús, queridos míos. Escuchad a Paqui, escuchadnos bien, porque si nosotros os pedimos confianza, es porque Jesús ha puesto en la bolsa de oro de sus ángeles la condecoración de tres colores simbólicos para que no se marchite nunca. Y después, no olvidéis que María, la divina Madre, es la estrella luminosa que os guiará y os protegerá. Amén.

La llamada irresistible de Jesús

27 DE JUNIO DE 1943

Jesús me ha dicho: «¡Ven!» y yo me he lanzado. Imposible resistir a su llamada: cuando se oye a Jesús decir con cariño: ¡Ven! ¿quién no acudirá a postrarse con amor a Sus pies? —¿Dejar todo, abandonar todo lo que se ama en la tierra? diréis. Sí, y yo no lamento nada, porque no he perdido nada respondiendo a la dulce llamada del maestro. Nada es abandonado de lo que constituye la alegría del alma que persigue otra felicidad contando siempre con la primera. ¿He perdido yo a mi Mami querida y a todos los que amaba? ¿He abandonado a esta tierna mamá? —¡No! es más mía que nunca, ella lo sabe, y sin embargo yo vivo para Jesús, en Jesús; estoy a su servicio, forma parte de su milicia sagrada y no tengo suficiente con todo lo que vibra en mí para expresarle mi inmensa gratitud y mi amor infinito.

Compadecer a los que se transforman para vivir en espíritu, ¡qué error! ¡Comprended más bien de una vez por todas que la muerte no existe! Los que parten a la ciudad bendita viven una vida activa y luminosa, siguen siendo ellos mismos, más ellos mismos en la verdad, pues están liberados de su prisión carnal.

Que vuestros corazones se sientan hundidos por la separación, es legítimo. ¿Pero decís de un ser amado que parte para un viaje lejano que está muerto? Lamentáis su marcha porque perdéis su contacto humano, pero no estáis desesperados. Considerad las salidas hacia la Patria celeste como un viaje lejano que os asegura la felicidad del ser querido del que sois separados, y no veáis solo el desecho humano que depositáis en la tierra y al que dais demasiada importancia. ¿No deja el viajero sus viejos vestidos para llevar solo lo que ha preparado para su desplazamiento, dejando tras él todo lo que ya no le es útil? Comprended, amigos queridos, que nosotros, viajeros celestes, somos seres vivos muy activos que trabajamos al servicio de Dios, en las moradas preparadas por nosotros, y que nuestra felicidad es tan grade por entrar en la luz que no podemos lamentar nada de lo que hemos dejado en la tierra, pues que poseemos lo mejor, es decir el alma de nuestros seres amados.

Page 109: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Hay que compadecerse y rezar mucho por ellos, esos que todavía no comprenden, quiero decir las almas pesadas que andan errantes sin encontrar la luz divina. Ellos no son abandonados, porque los ayudamos con todo nuestro poder a desprenderse de las sombras que los acompañan; y cuando vemos descender sobre ellos los rayos luminosos, el Cielo está de fiesta, y los himnos de gratitud suben hacia ese Padre misericordioso que nos permite librar a las almas que sufren.

Rezad también vosotros, queridos míos, para que la luz inunde las almas de las esferas de espera, purgatorio que es un estado de alma, sufrimientos que preparan una evolución para el espíritu que comprende lo que necesita conseguir con su arrepentimiento, su amor, su confianza, y lo obtiene siempre, porque Dios no condena a su criatura, a su hijo pródigo.

Queridos míos, os dejo una estela luminosa, un perfume sutil de todas las flores que me rodean. La luz celeste es tan intensa que el mismo sol de la tierra es pálido ante esta luminosidad divina. Yo os acurruco en los pliegues de mi vestido de ángel. No temáis ningún obstáculo. Os llevaré de luz en luz, y le es dulce a vuestro ángel daros esta seguridad, queridos elegidos antes de la hora. Os amo con todo mi corazón de pequeño ángel al servicio de Jesús, nuestro dulce y divino Maestro.

Paqui.

La fuerza de Dios en nosotros

1943.Aunque esté en la sombra de la muerte, ¿qué temeré si estoy en Dios?Sí, tened confianza, lo que hagáis, donde vayáis, realizad con serenidad lo que creáis

que tenéis que comenzar. Valientemente, con seguridad, caminad con confianza hacia vuestros deberes, diciéndoos siempre: Dios está conmigo, por tanto nada tengo que temer con El, soy una Fuerza.

Bien, diréis, pero en nuestra época de trastornos, de guerras fratricidas, que llevan consigo tantas catástrofes, muchos de los que son golpeados, anonadados, se han ido o se han quedado donde el deber los llamaba. —¡Sin duda, pero ellos no han sido vencidos! no los compadezcáis, han seguido siendo Fuerzas puesto que se han ido con Dios y se han encontrado con Dios, apoyados, ayudados con su invariable amor.

Me gustaría que comprendierais que, suceda lo que suceda, estéis seguros de no zozobrar nunca y de llegar al puerto si tenéis confianza en Aquel que no abandona nunca a sus hijos. Para ello, hay que elevarse por encima del ser mortal, darse cuenta de la fuerza de la Vida, de la fuente divina, que es Dios en nosotros y nos permite permanecer en la paz, vencer nuestras debilidades, nuestras rebeldías contra todos los sufrimientos y las angustias de la vida humana. Comprended que no hay prueba que no sea una advertencia, una llamada al conocimiento de la vida real que está en nosotros: el Amor Dios.

Los tiempos se han cumplido; las Escrituras se realizan, y si vuestros corazones sangran por todo el mal que parece extenderse cada vez más sobre la tierra, que vuestras almas permanezcan en paz: ellas son partículas divinas y conocerán a su tiempo el esplendor de la verdadera vida en la luz y la felicidad del amor universal.

¿Vuestras vidas terrestres? ¡unas horas! ¡nada! indispensables, sin embargo, para vuestra evolución. Dicho esto, disfrutad ampliamente de todas las alegrías que Dios pone en vuestras manos. Todo lo que es hermoso, puro, debe alegrar vuestros ojos y vuestros corazones, y todo lo que es feo debe ser objeto de vuestros asiduos y luminosos cuidados, si tenéis la posibilidad de transformarlo. Las cosas de la tierra son efímeras y, mientras se guarda el recuerdo, el perfume de los goces pasajeros, tenéis que saber desprenderos de ellos, aspirando ardientemente, por el contrario, a las riquezas de la vida espiritual, la única que permanece, dispuestos siempre a ver apagarse vuestra lámpara terrestre. La llama divina que está en vosotros adquirirá entonces todo su resplandor y os conducirá hacia vuestro nuevo camino.

No os turbéis por los acontecimientos que se desarrollan y no os rebeléis contra las pruebas preparatorias para la obra de Dios… ella es inmensa, y el Alba se eleva para que el sol divino ilumine al mundo. Pero Dios deja libres a los hombres para elegir los medios para salir del camino trillado y ascender a las cimas. Estos pobres humanos se arrastran, se destrozan, porque no quieren comprender las leyes divinas del amor. Comprendido esto, el Universo se vería transfigurado, los ojos verían, los oídos oirían.

Esta luz, velada por la ceguera de los hombres, deslumbrará al mundo, pero más tarde,

Page 110: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

mucho más tarde, por desgracia. Podéis daros cuenta, por lo que veis en torno a vosotros, de lo lejos que estáis de la meta suprema de la creación: uno por todos, todos en uno, en el amor universal. Los monigotes que se agitan y tiran de las cuerdas del drama que vivís son ciegos e ignorantes, si no son discípulos del mal; y los que son los actores ejecutan los movimientos sin entender nada de ello. Caos, miserias, sufrimientos, angustias de todo tipo se desprenden de ello: frutos maravillosos para muchos, porque lo que vosotros llamáis sufrimiento puede traducirse: redención. Y los señalados para sufrir en estos tiempos de renovación del mundo se elevan y escalan aprovechando esto mismo la escalera de Verdad que los llevará más rápido hacia la meta final: Dios. Todo esto parece tal vez muy difícil de comprender: no juzguéis, no temáis, Dios está con vosotros si lo deseáis.

Yo os sigo, os amo, y mis alas son para vosotros un dulce abrigo, permitido por Jesús. ¿Qué podría yo deciros mejor y más tierno? ¿Cuáles son las palabras que podrían traducir más a fondo mi pensamiento, que deciros: Yo soy todo amor y, de este amor, vosotros formáis parte? Cuando pronuncio esta palabra luminosa es todo un mundo el que se agita y vosotros sois de ese mundo, puesto que yo os amo. ¡Oh sí, yo os amo! a través de mi Mamina, nuestros corazones laten al unísono, Dios es el gran balancín.

Termino con la frase del principio: ¡Tened confianza! Poned esta palabra en todos vuestros proyectos, vuestros actos, vuestros pensamientos, y actuad con la otra gran palabra grabada en lo más profundo de vuestros corazones: amor. Que él llene vuestra vida y se extienda a todo lo que vive y puede sentir sus beneficios.

Yo os digo: hasta siempre. Os cubro con las flores que Jesús quiere darme, y voy a hacer provisión de alegrías celestes para difundirlas sobre la tierra con la ayuda y la protección de Aquel da y que ama a todos sus hijos. Amén.

Paqui.

Navidad 1943

Más que nunca, Paqui dice a sus amigos queridos que se inclinen con confianza y amor sobre el Niño Jesús del pesebre, porque muchos sacrificios os son y os serán pedidos aún en las penosas horas que atraviesa la tierra. Jesús puede ayudaros; es el divino modelo a seguir; descendió a la tierra para que nuestras almas vivan y nuestras humanidades se aferren a la esperanza, y pasen su vida terrestre en la comprensión del por qué del sufrimiento que oprime a los corazones y barre las alegrías materiales que cuentan para vosotros más que todo.

¡Navidad es el don del amor al mundo, la paz, la seguridad que une el Cielo a la tierra! Y a vosotros, amigos queridos, privilegiados que habéis tenido la gracia de sentir el contacto espiritual de nuestras esferas luminosas, Paqui puede deciros: ¡Feliz Navidad! Sí, feliz Navidad, a pesar de las tristezas, de las angustias de la hora grave que atraviesa el mundo. ¡Oh! queridos amigos, hay que rezar mucho, amar mucho…

Qué hermosa sería esta Navidad, si los hombres supieran buscar y encontrar en ella la respuesta a la ansiedad de su alma que aspira a la felicidad en la paz. Navidad es la alegría, la esperanza para todos los pueblos. Dios entregó a su Hijo al mundo para unir y salvar a todos sus hijos en el amor universal. Rezad y meditad este pensamiento divino. Jesús se encarnó en la envoltura carnal para hacer revivir en cada uno de nosotros la chispa espiritual, partícula divina, Dios en nosotros, misterio incomparable. ¡Oh! haced conocer, haced brillar esta luz de la que vuestra alma está inundada. Mostrad simplemente el amor de Dios-Cristo en este milagro realizado entre el Cielo y la tierra.

El Cielo es amar a todos en Uno. Rezar juntos con una finalidad de evolución espiritual, es encontrarse en el mismo camino; y cuando vuestras almas se eleven, fervorosas, en un impulso de amor hacia vuestro Padre celeste, pensad que nosotros unimos nuestros caminos amorosos para implorar con vosotros la paz y la fraternidad entre todos los hombres.

A la hora de la renovación del mundo, en el que tantos dolores y tantas pruebas martirizan los corazones, el sufrimiento despierta la sensibilidad espiritual de muchos, entre los que lloran. Y es este lado espiritual del sufrimiento en la aceptación y el amor el que nos acerca a Jesús, y lleva todo su valor.

¡No nos pidáis retirar de vuestro camino las espinas que hacen sangrar vuestros corazones y a veces vuestra carne! No podemos hacerlo; y lo tendríamos, si nuestro cariño

Page 111: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

y nuestro amor que os rodean entonces más que nunca, solo vieran los frutos que sacáis de estos pasos dolorosos; pedimos a nuestro Padre celeste que os ayude, que os sostenga para que brillen en medio de esas espinas los rayos de Luz que iluminarán vuestras pruebas, y os darán la fuerza para aceptarlas, si no con alegría, al menos sin desfallecimientos y sin rebeldías. ¡Oh! no mantengáis solo vuestra fe, amigos queridos, sino aumentadla. La luz se hará y os deslumbrará.

Que esta Navidad sea para todos vosotros una Navidad de unión y de amor. Jesús ha nacido, imagen adorable de la infancia rodeada de la ternura materna, la más hermosa que puede alcanzar el amor humano. Y todos los corazones de mamás atravesados por la espada del dolor son solo uno en el amor de Jesús.

Termino con este pensamiento de amor que se dirige en primer lugar a mi mamá querida, y también a todos vosotros, queridos amigos, sobre quienes derramo todos los regalos de Navidad de los que mis alas están cargadas. A cada uno, lo que más necesita para iluminarle con la caridad divina y, juntos, demos gracias a Dios por todas las gracias de que El nos ha colmado. Repetid con frecuencia: Tengamos confianza, seamos espiritualmente felices, reconozcamos el privilegio que tenemos de ser iluminados y de recorrer el camino pedregoso de la vida con la antorcha en la mano. No caminar en la noche es un bien precioso, por el que uno debe alegrarse y dar gracias al Señor. Pensando en ello, haréis vuestra llama más luminosa, sobre todo si la inclináis sobre vuestros hermanos desgraciados; porque, en la tierra como en el Cielo, podéis acrecentar vuestro resplandor espiritual. Dad y recibiréis, dijo Jesús.

Que tu vida, Mami, sea una continua acción de gracias por todas las alegrías espirituales que Dios nos ha permitido compartir antes de la reunión eterna, hora bendita entre todas.

Más unidos que nunca en el amor de Jesús, os amo y os sonrío a través de la Luz de luces.

Paqui.

LAS PROMESAS DE DIOS SE CUMPLIRÁN. 1944.

Yo puedo penetrar tanto mejor en vosotros cuanto más me entreguéis vuestras almas con amor y con gran deseo de recibir los efluvios bienhechores de nuestras esferas de luz. Sí, yo soy vuestra amiga, profundamente unida a vosotros con lazos cuyos nudos son entrelazados en nuestros paraísos florecidos por este Dios misericordioso al que no dejamos de dar gracias con un reconocimiento cada vez mayor.

Yo estaré con vosotros en vuestras horas de oración; os elevaré hacia nuestras esferas para que vuestras almas, desprendidas de la pesadez humana, puedan subir hacia Cristo y pedirle Luz para el mundo. Deseo que nuestra unión sea tal que solo formemos un alma, que sea la llama que ilumine un poco la caverna de aquí abajo en la que los hombres se pudren sin tratar de salir para respirar el aire puro de las alturas, y sentir que la luz de Dios los penetra.

Recemos con todo nuestro fervor, con nuestro amor, y tened confianza con una Fe infinita en la misericordia del Padre. El responde siempre a la llamada de sus hijos. No os turbéis: todo lo que ocurre en la tierra tiene un fin preciso y se realiza en el orden previsto. Los hombres comprenderán más tarde sus errores, sus pobres esperanzas negativas; y la dominación no se hará ni sobre los unos ni sobre los otros. Es necesario que todos los hermanos se comprendan, y que no haya más Caínes. Ni más matanzas, ni malas mezcolanzas. La rapacidad de los pájaros de presa no debe ya tener la ventaja. El cordero podrá beber sin temor al lobo; la pollada saldrá sin temor a ser devorada por otro más fuerte que ella. Todos, finalmente, comprenderán que deben ayudarse mutuamente, amarse, para que la paz reine en la tierra, para que el mundo, por fin pacificado, conozca la felicidad para la que ha sido creado. Las promesas de Dios se cumplirán.

Rezad con fervor para que la luz del Espíritu Santo ilumine a todas las almas. Rezad mucho, ha llegado la hora. Rezad por los mártires que derramarán su sangre por su causa; todos son, en su sinceridad, en su sacrificio, soldados de Cristo. No hagáis ninguna diferencia ni hacia los unos ni hacia los otros: ellos obedecen, ellos se dan, ellos mueren, cada uno por un ideal elevado o que considera tal. Dios solo juzgará. Los únicos y grandes responsables son los jefes que empujan a las luchas fratricidas, y que siembran el odio en los corazones sencillos. Ellos rendirán cuentas cuando llegue el momento. ¡Y cuán numerosos son! Porque hay que ir muy lejos a la fuente del mal para comprender lo que hoy se paga. ¡Rezad también por los culpables, los discípulos del mal, y tened confianza! El

Page 112: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Bien saldrá victorioso, y vosotros veréis que vuelve a florecer el amor sobre el odio demoledor.

No os dejéis abatir por los acontecimientos cualesquiera que sean, ni os alegréis humanamente por nada. Porque, en verdad os digo, los tiempos están revueltos, y las convulsiones que agitan a la humanidad producirán todavía demasiadas víctimas para que podáis humanamente sentir un verdadero descanso. Pero, lo repito, mantened vuestra confianza. Rezad para que llegue el reino de Dios y no se retrase por la incomprensión y la maldad de los hombres. Dios está con vosotros. Seguidle, su reino es todo amor.

Ternura y caricias celestes de vuestro pequeño ángel, florecilla del ramo de amor del que todos formáis parte en Dios.

Paqui

Pascua 1944

Después de tantos encuentros y enseñanzas sobre la luminosa fiesta de Pascua, ¿pensáis que encontraremos palabras para explicarla? Evidentemente, las palabras son incompletas respecto a lo infinito.

Pascua es Dios mismo, y Dios no se explica. Nosotros Lo sentimos en nuestros paraísos de luz, a través de sensaciones cada vez más hermosas y distintas en la medida en que nuestras almas pueden sentirlas sin ser deslumbradas. Que para vosotros sea este día bendito entre todos, puesto que ofrece al mundo la certeza de la vida eterna. «Yo soy la resurrección y la vida», dijo Jesús. Sed, vosotros también, resucitados, Cristos salidos de la tumba por la luminosidad de vuestras almas. Prosternaos profundamente para adorar y dar gracias a este Dios de amor que quiso revestirse de nuestra pobre humanidad, hacerse humilde y pequeño para estar más cerca de nosotros y socorrernos mejor en todas nuestra pruebas.

El eligió la pobreza, la vida dura de los trabajadores, de los humildes, y despreció las riquezas para demostrar la nada de ellas y afirmar la superioridad incomparable de los bienes espirituales. Muchos aún no lo comprenden mejor que los que decidieron su muerte y su crucifixión sin querer reconocerlo como su Maestro; y, después de muchos siglos, se niegan a llevar su cruz y a seguir sus mandamientos de amor.

Queridos míos, yo sé que vosotros reconocéis a nuestro dulce Jesús de Nazaret como el Hijo de Dios, Dios él mismo, nuestro Rey cuyo reino no es de este mundo. Pero os pido con todo mi corazón de pequeño ángel al servicio de Dios que tengáis menos tibieza, más impulso generoso en la entrega de vosotros mismos, más desinterés en vuestros actos y, sobre todo, más caridad, caridad completa que incluye un mundo de cosas. Que el amor del que os habla vuestro ángel permanezca siempre vivo en vuestros corazones. Vivid en esta fuente de luz; amad, derramad toda la bondad de vuestro corazón, aclaraos, si se me permite la expresión, y sentiréis en vosotros mismos una alegría casi divina de tan cerca como estaréis de la esferas celestes donde todo es caridad en Cristo.

Repartid en torno a vosotros este maná celeste del que habéis sido colmados. Hay que abrir los ojos, hacer que los oídos oigan, el momento es propicio, los tiempos han llegado. Difundid la buena nueva que Jesús vino a traer al mundo: «Yo vivo, vosotros viviréis.» «El que cree en mí no morirá nunca.»

No os desaniméis si la semilla cae en un terreno estéril, o si la cizaña se mezcla con el buen grano; ¡poco importa! vosotros no podéis saber si todo está perdido. Basta una chispa para reanimar una llama; basta una palabra buena dicha con amor para que dé sus frutos pronto o tarde.

Sed ese reciente ramo de olivo precursor de las fiestas de Pascua. Que vuestros tallos se extiendan y den abrigo a corazones dolorosos, los eleven, los tranquilicen. Hay tantos sufrimientos, tantos ciegos y cegados sobre todo. Vuestros tallos se hunden ya en la fuente de agua viva, fuente sagrada, fuente divina, y por esto es por lo que debéis calmar muchos desfallecimientos. Dulce misión, aclarar los corazones, despertar a las almas, hacer que Dios sea conocido. Conocerlo es amarlo, es la felicidad infinita de la que vivimos en el Cielo.

El amor, ¡qué sublime realidad! y qué triste es que aún no podáis comprender que es la esencia misma de la vida, su finalidad, el pensamiento divino que vencerá a la muerte, amor a todo lo que vive y a lo que Dios ha creado, amor en todas sus formas, que hace todo más claro, más hermoso, y que borra todo lo que es feo.

Page 113: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

El primer pensamiento, ante el nacimiento de un niño, debe ser consagrarlo al amor; más tarde, durante su joven vida, desarrollar este admirable sentimiento de amor y de belleza que es Dios en nosotros. Por permisión divina, comprendí enseguida la luz del amor, y me gusta conversar con vosotros sobre él, incluiros en sus rayos divinos para ayudaros a atravesar las brumas espesas que tapan con tanta frecuencia vuestros ojos.

Sí, hoy más que ayer, mirad por encima de vosotros y vivid en el amor pensando en la sublime resurrección de Cristo, que será también la vuestra. Deteneos, amigos; meditad en las cosas perecederas hacia las que corréis sin reflexionar. Comprended que perdéis todo queriendo tenerlo todo, pues el todo es Dios, es el Cielo, es nuestro futuro eterno, el único que cuenta, vuestra felicidad en la felicidad universal. Aprended a amar a todos vuestros hermanos, a los buenos y a los malos, porque, sin el amor, la humanidad caería en el caos, y suben hasta Dios demasiadas plegarias puras y fervientes como para que el Bien deje de triunfar sobre el espíritu del mal y para que el mundo no resucite, como Jesús. Amén.

El cambio de la humanidad se hará por el amor

1944.Vosotros queréis una prueba, una certeza de nuestra presencia, de nuestra protección, y

esperáis de vuestra pequeña Paqui palabras que consuelen, que den fuerza y paz… Sed afables y siempre confiados, en estas horas duras en las que el mal parece dominar. Y si vuestros espíritus se sienten atormentados por la gravedad de los acontecimiento, que vuestra alma se eleve por encima de vuestra humanidad para atravesar las tinieblas que os oprimen; que venga a renovarse en la luz refrescante de nuestras esferas celestes que Dios permite a sus ángeles hacer brillar sobre los corazones que quieren recibirla.

La verdad, en esta dura prueba, no está en ninguna parte. Unos y otros están en el error puesto que los dirige el odio. El huracán causa estragos por todas partes y el ruido es tal que nadie puede oír la voz de amor y de misericordia que llama a los hombres a la fraternidad, que desearía curar a todos los ciegos y hacerles comprender que solo la unión en el amor les dará derecho a la felicidad y a la paz.

Mis queridos amigos, rezad con nosotros, con fervor y confianza. El ejército celeste rodea vuestras almas con fuerzas poderosas, en estos tiempos benditos de regeneración en que nos encontramos todos unidos para la victoria espiritual, vosotros en nosotros, nosotros en vosotros. Aún no podemos ver el arco iris tapado detrás de las enormes nubes. Ocurra lo que ocurra, no os desesperéis: los rayos divinos atravesarán e iluminarán los corazones cuando hayan comprendido el porqué de sus sufrimientos redentores. La luz está y estará con vosotros, hoy como ayer, mañana y siempre, os ha dicho Jesús.

Paqui está feliz susurrándoos esas palabras de esperanza y de amor. A todos os digo que la pequeña flor del Señor se deshoja sobre sus seres queridos para que sus pétalos los protejan frente a todos los vientos malsanos de la tempestad. Orad, queridos míos, con toda vuestra alma entregada al amor de nuestro Padre. Paqui os sostiene. Sabed que Jesús permite ya a sus alas tomar muy delicados colores en los que se adivina con la llama divina, ese azul de los corazones puros, ese blanco, símbolo de la milicia de las vírgenes, y ese hermoso rojo que habla de todos los amores, ciertamente, pero sobre todo del que nosotros debemos a Dios, en primer lugar, y luego a la Patria tan cruelmente herida, pero que se reconstruirá en la armonía del amor universal para el que los hombres han sido creados. Os amo, os sonrío, hundo mis rayos en vuestro ambiente. Ved mis colores celestes, pero en primer lugar a Dios del que soy la pequeña mensajera, y dadle gracias; ¡oh! dad gracias a Dios nuestro Padre y comprended, sí, comprended el valor y la grandeza de los acontecimientos que ocurren y superan toda inteligencia.

Decid conmigo, con todo vuestro fervor, esta oración: «Dios mío, cómo expresaros nuestro agradecimiento y nuestra esperanza infinita. Concluid vuestra obra grandiosa; dad a los hombres la posibilidad de recuperarse para comprender que la Hora, vuestra Hora, la Hora de Dios va a sonar. Señor, con una piedad profunda, con un sentimiento de amor y de agradecimiento infinitamente dulce y confiado, os suplicamos que detengáis a las fuerzas del mal que se extienden sobre esta tierra de dolor. Con la Fe profunda de nuestras almas que vos habéis querido iluminar, nuestro corazón os pide por nuestros hermanos desvalidos todavía en las tinieblas. Padre, que vuestra divina mirada se detenga sobre esta tierra destrozada por las fuerzas destructivas, para que llegue vuestro reino, para que brille el arco iris con todos sus colores y para que las campanas celestes uniéndose a nuestra campanas terrestres, os hagan llegar el concierto más puro de amor que el cielo y la tierra,

Page 114: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

por fin reunidos, hayan jamás hecho oír. Amén.»

Pentecostés 1944

Rayo de nuestras esferas luminosas, sé para nuestros seres queridos de abajo la fuente de vida, mientras esperan la verdadera Vida, la que vivirán más tarde cuando sean liberados de las cadenas que los estorban y cortan con frecuencia su energía. Luz de luces, ilumina a mis queridos amigos.

¡Que el Espíritu de Dios penetre a la pobre humanidad que sufre con sus poderosos rayos de comprensión y de amor! Esta es la oración ferviente que sube de vuestros corazones en este día de Pentecostés. Porque el mundo está envuelto en tinieblas tan densas que os preguntáis cómo terminarán tales pruebas. La misma oración parece realmente impotente para dirigir la mano clemente de Dios, y vuestro ángel solo puede repetiros: Dios, nuestro Padre, es todo amor, justicia y misericordia. Fuerzas vivas, rayos luminosos y fuertes son enviados a la tierra. Pero los hombres no quieren ni verlos ni escucharlos; ellos solos son culpables y responsables de todos los males que ellos mismos se hacen. Su conciencia está tan oscurecida por sus pasiones que olvidan y desconocen el sentido y el por qué de la vida terrestre: de aquí vienen el desequilibrio, que nada podrá restablecer sin la voluntad de todos de vivir en el espíritu divino, el amor. Serán necesarios muchos sufrimientos y renuncias, pues los hombres no quieren comprender que, sin esta ley divina que rige toda la creación, no es posible la paz.

Vosotros, amigos queridos, que habéis tenido el privilegio de recibir un poco de esta luz, que sabéis que la vida espiritual es la vida real del hombre, mantened vuestra Fe, difundidla, buscad ayuda en nuestras esferas benditas donde Dios irradia luz y fuerzas vivas y donde nosotros aprendemos a encontrar la plenitud de la felicidad en la felicidad de todos.

Amar, renunciar a sí mismos, darse en caridad a todos, esta es la vida del Cielo, que puede ser también la de la tierra, como no dejamos de decíroslo, ¡comprendedlo! Esta es la meta que debéis alcanzar durante vuestro viaje terrestre. Qué importa si el viaje solo le aporta cansancio y dolor al peregrino, si el final es un resplandor en el que os sentiréis deslumbrados, maravillados.

Jesús vino a la tierra para anunciar la Buena Nueva. Adheríos a este pensamiento, difundidlo. Tened confianza en Aquel que lo puede todo. Que vuestros deberes de cada día concentren vuestros pensamientos dejando a vuestro espíritu su pan de vida, Cristo, Dios todo amor; después, poned vuestra mano en la gran Mano del Maestro y, suceda lo que suceda, cuando llegue la hora, estad seguros de seréis acogidos por El como sus hijos queridos.

Sí, en este día de Pentecostés, fiesta del Espíritu, pedid al Espíritu Santo que disipe las tinieblas, que ilumine al mundo, para que los hombres comprendan que el Amor Universal es la meta gloriosa de la creación, en la paz, la armonía y la felicidad de todos. Que el Espíritu Santo os ayude a comprender mejor la pequeñez de las cosas humanas, a las que vosotros os aferráis sin sacar nada de ellas, en detrimento de vuestra vida espiritual. Pedidle que fije en vuestras frentes la estrella luminosa que permita a vuestros corazones permanecer tranquilos, confiados, para que vuestros actos, vuestros gestos, sean útiles a la Causa divina, la única que vale la pena que atrape vuestros deseos.

Rezad, amigos queridos, sin cansaros, y esperad. Sobre todo, no juzguéis nada, ni a nadie, porque os es imposible abarcar el conjunto este caos universal, demasiado amplio y con causas demasiado lejanas que superan la inteligencia de los más inteligentes.

Alejados hacia una meta de ambición y de orgullo, los jefes de la tierra son como pobres corchos zarandeados, batidos por las olas furiosas. Compadeced a esos desgraciados, pero no tratéis de difundir un juicio sobre ellos. Nadie, excepto Dios, conoce la llegada al puerto. Las cadenas se rompen, los diques se abren, hay más boyas para los barcos que van a la deriva, pero la tempestad desatada hace su obra devastadora. Permaneced tranquilos, confiados. Poneos en manos de Dios en un abandono total, no dejando pasar nunca un acto de caridad y de bondad que esté al alcance de vuestra mano y de vuestro corazón sin responder a él plenamente.

Paqui os sostendrá siempre, y os ayudará a iluminar a los que no han recibido vuestros privilegios espirituales. Y puesto que sois amigos de Paqui, ayudadla con vuestra confianza,

Page 115: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

vuestra caridad y vuestra esperanza. Dejad la desesperación para los que no saben que, detrás de las tinieblas, brilla la más maravillosa claridad. Tenéis en vuestras manos una llama: hacerla más luminosa todavía acercándola a vuestros hermanos desgraciados que andan a tientas en la oscuridad y permanecen hundidos en su profunda tristeza sin haber sido visitados por un pequeño ángel del Señor.

Os amo, y el amor es Dios. Dios es todo amor. Soy vuestra y más que nunca pequeña flor que se alegra en el seno de Dios.

Paqui.

Nuestra morada no es de este mundo

1944.Tu imposibilidad absoluta de encontrar un tema antes de comenzar el mensaje es una

prueba de que necesitas rezar, elevar tu alma antes de recibir la inspiración de nuestras esferas celestes, y de que la bondad de Dios es infinita.

Las enseñanzas no faltan; pero, como todo sentimiento es vibración, saco muchas veces de vuestros pensamientos preocupados los temas de nuestros encuentros, en estas horas de turbación en las que necesitáis más que nunca tranquilidad y confianza para cumplir bien vuestros deberes.

Vosotros veis solo los detalles inquietantes que parecen complicarse día a día. Abrid vuestras almas por encima de los sufrimientos, de las fealdades morales, del insaciable egoísmo que se adhiere a la vida material, y mantened vuestra Fe. Poneos enteramente en manos del Divino Maestro, y estad seguros de que un día, los hilos enredados se soltarán en la claridad, en el triunfo del amor y del Espíritu sobre las obras malas.

Estáis en la cresta de los tiempos dolorosos: agarraos al salvavidas que está siempre a vuestro alcance y os conducirá directamente a la orilla bendita: me refiero a Nuestro Cristo, todo amor, verdad y justicia, que vino a la tierra a preparar la Cruz, como misionero del amor.

Sabéis que vuestra verdadera morada no es de este mundo. Decirlo, está bien; pero pensarlo, está mejor todavía, porque sentiréis sus eficaces beneficios. Vuestros corazones confiados estarán menos turbados por lo que puede o no puede suceder de malo, de peor, o de irreparable. Nada es irreparable, pues la misma muerte prepara para otra vida y otras tareas. Todo continúa; las nuevas generaciones vienen y ocupan el lugar de las que se desplazan —la palabra es adecuada, y os hará comprender la poca importancia que se debe dar a lo que vosotros llamáis: la muerte, y lo muy importante que es la vida espiritual eterna que vosotros preparáis con vuestra vida terrestre y temporal.

Muchos se hundirán antes de que se calme el huracán devastador. Orad por todos esos hermanos que conocerán antes que vosotros los misterios del más allá, la misericordia y la infinita justicia divinas. Pedid humildemente a Dios que perdone todas vuestras faltas, todas las faltas causas del desequilibrio mundial que acarrea tantos sufrimientos que os parecen injustos, pero que serán redentores porque Dios todo amor lo desea.

No desesperéis por el futuro. No os inquietéis más allá de un límite permitido a vuestros ojos ya iluminados; y estad seguros de que los que caen como mártires por una causa justa son almas privilegiadas, que llegan a la verdadera Patria con un grito de felicidad y de liberación. No lloréis por ellos; ¡no los compadezcáis! están inundados de la luz de la verdad que han tratado de defender en la tierra. Que vuestros lamentos, vuestras lágrimas, sean una plegaria que sube cerca del altar de Dios, para pedir que ilumine a los desgraciados ciegos por las pasiones humanas. Llegará su hora: ¡Dios permite que comprendan antes, y reconozcan que la violencia, el odio, el asesinato fratricida no pueden aportar nada para engrandecer una causa, cualquiera que sea! Ellos matan el cuerpo perecedero, pero no el espíritu, el alma que pertenece a Dios y cuya obra se continúa.

Rezad con fervor, queridos amigos. Yo os ayudaré y os sostendré. Pidamos a nuestro Padre que conceda a los humanos el equilibrio, la sabiduría, la razón; que comprendan por fin que el odio es obra de Satán, y facilita todos sus deseos de destrucción. Combatidlo por el amor: es la mejor de las armas. Servíos de él para todo y para todos en cada minuto de vuestra vida terrestre. La religión celeste es el amor a todos; es la palanca, el escudo que protege. Vuestra pequeña Paqui está en vela por vuestras almas, parcelas divinas que la

Page 116: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

maldad humana no debe alterar. Tranquilizad vuestras alarmas, que se calme vuestra indignación. Tened siempre en vuestros labios y en vuestros corazones la divina oración de Jesús: «Padre mío, perdónalos, no saben lo que hacen.» Comprended su grandeza, meditadla; sed generosos; amad, para perdonar.

Quiero ver a vuestros espíritus, liberados de todas las fealdades humanas, conocer la paz profunda que da el conocimiento de Dios, único que aporta la dulzura, la curación de los sufrimientos humanos y hace vislumbrar las delicias del Cielo. Terminemos con esta oración: ¡Señor, que se haga tu voluntad, y que llegue vuestro reino! Amén.

Sobre la salida de un joven esposo

1944

Es todo un cortejo el que se une al zumbido de mis alas para venir a aportar la luz del ambiente en que vive el que lloráis. Alegraos, él está bien, y vuestras lágrimas, tan legítimas ante una separación tan cruel, se secarían si pudieseis verlo gozar de sus alegrías celestes.

Amigos, temo desconcertaros y haceros murmurar: «¿Y nosotros entonces? ¿cómo puede él ser feliz sin nosotros?» Por eso, os confirmo muy pronto que como ya no tiene su corazón de carne, ya no sufre por él, y que por el contrario, por su alma liberada, posee aún y mejor el contacto de los seres queridos que ha dejado en el valle oscuro, y que puede mejor que nunca rodearlos de su amor. ¿Cómo puede entonces estar triste?

El vacío que rompe el corazón de su amada, él no lo siente, porque ella está con él más cerca que nunca, os lo aseguro, en este presente que es para ella un llorado pasado. Ojalá pudierais comprender que los liberados de la prisión carnal os aman tanto, si no más, que cuando los acariciabais con sus sentidos humanos; que el contacto humano no les falte en absoluto, porque el contacto de sus «formas pensadas» es muy superior a lo que podéis sentir en la tierra. Los pensamientos son una fuerza poderosa, y los pensamientos de oración y de amor actúan tan positivamente como los gestos provocados por sentimientos de ternura.

Pero me gustaría más haceros comprender que si vuestros seres queridos son completamente felices, lo son también por vosotros, por vuestro amor y vuestra comprensión de la vida que no termina aquí abajo, puesto que la muerte es la continuación de la vida en una transformación espiritual maravillosa. Y su esfera, por bella que sea según el grado de evolución de su alma, les parecería menos luminosa, si su alegría y su felicidad celeste no fuera compartida por los seres amados que dejaron en la tierra.

Estar al servicio de Dios, gozar de las bellezas, de la dulzura de los parajes celestes, y no perder ninguno de los afectos que han quedado en la tierra, esta es la felicidad de lo que llamáis el Paraíso.

Amigos a los que amamos, estamos a vuestro lado, respondemos a vuestras llamadas, sentimos vuestras angustias, vemos vuestras zozobras, pero os decimos: ¡confianza, ánimo! Lo que vivís en el Tiempo, solo es una hora, y toda la eternidad feliz está delante vosotros. Ya sabéis que la puerta está abierta; vuestros ojos, por vuestro ángel, ya no tienen la venda que ciega. Os suplicamos que tengáis confianza en nuestras palabras: incluso mal traducidos, nuestros pensamientos penetran en vosotros, vosotros no podéis y no debéis dudar de esto; y cuando Paqui os dice que el que vosotros lloráis está en la luz, que su vuelo ha sido sublime, que nada lo ha detenido porque estaba preparado, que ha terminado su peregrinaje terrestre en un ideal de justicia y de paz, alegraos en el fondo de vuestra alma, mientras dejáis correr vuestras lágrimas.

Aquí, es tan hermoso, tan puro, tan ligero, tan armonioso, que me gustaría ser aún más instruida, más grande por la comprensión superior para hacerme comprender mejor y convenceros más. Pero, alabado sea Dios, percibimos ya que la amada cuyo corazón llora por la cruel separación es sostenida por la certeza del contacto del alma querida de aquél a quien ella llora, por la certeza de su amor transformado, pero cada vez mayor, más completo y muy tierno. Ella tendrá la fuerza para vivir; el ánimo ya lo tiene; la ayuda le será dada para seguir cumpliendo todos sus deberes. Sentid hasta qué punto está rodeada, después de semanas de angustia y de dolor. ¿Cómo podría tener tanta fuerza y paz ante un dolor tan grande, si no fuera ayudada desde arriba? Dad gracias a Dios, tened confianza.

Page 117: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

Que esta palabra de confianza en vuestros corazones adquiera una significación divina, y entonces Paqui se sentirá arrobada, porque Paqui es vuestro ángel que os ama y os protege. Dios es bueno por permitir esta unión tan fecunda. Rezad, rezad con todo vuestro fervor: estaréis aún más cerca del ser querido que tanto echáis de menos en vuestros corazones humanos. La oración de abandono, la elevación de los corazones hacia Dios Todo Amor, ¡qué palanca, amigos queridos, de la que no debéis dejar de serviros! Rezad, rezad aún más en unión con vuestro amado. El os pide que le ayudéis con vuestras oraciones a abrir la puerta del arrepentimiento, y a obtener de Dios el perdón para todas las almas de los que hacen mal. Rezad, perdonad.

Sobre la salida de una muchacha joven

1947

Con una alegría particularmente intensa y dulce respondo a vuestra llamada. Acudo para ayudaros a socorrer a una mamá agobiada y ayudar a un papá a comprender aún mejor el por qué del sufrimiento, sus beneficios, y explicarles a los dos la felicidad de los que han dejado esta tierra de dolor y se han lanzado hacia las esferas puras y serenas.

Conocer a Dios, gozar de su punto de vista, oír las armonías divinas, dejar todo lo que no es perfecto, ponerse totalmente al servicio de Jesús, nuestro Maestro, nuestro hermano, y obedecerle con agrado: ¡qué alegría, qué placer!

Oh, creedme, no os rebeléis, bajad los ojos si aún no podéis ver la luz demasiado intensa, pero esperad, esperad, amigos a quienes veré un día tranquilos y llenos de una alegre esperanza; si, os lo digo la verdad, una alegre esperanza.

Paqui está aquí, ella os mira a todos, y qué bien veros tan atentos mientras el que escribe trasmite mis pensamientos que desearía fueran especialmente tiernos, cariñosos. Me gustaría que me siguierais bien. Yo fui también una niña pequeña feliz en la tierra, rodeada de un amor infinitamente profundo y de una ternura superior a todas; un amor materno, es decirlo todo, es la perla rara, y vosotros lo sabéis bien. Yo tenía todo lo que se puede pedir en la tierra, entendedme bien, madre dolorosa a la que tomo en mis alas de ángel, a la que deseo curar, y a la que veré sonreír a través de sus lágrimas. Se lo pido a Jesús y El me dice: ¡¡Sí!!

Tenía todo, os lo aseguro; pues bien al lado de lo que tengo en mi Cielo bendito, no tenía nada. Esto para que estéis seguros los dos de la inmensa felicidad de vuestra hija querida, recogida en capullo y llevada fragante y suave a los pies de Jesús Salvador. Tengo más y mejores cosas que en la tierra; mis misiones son admirables; mi vida es continua alegría, porque ya no tengo ese cuerpo pesado y que impide gustar de todo lo que es divino.

Mi felicidad no tiene ninguna sombra; soy armonía en la divina Armonía; no hay sonidos discordantes: todo es suave en este paraíso que conoce la que ha dejado el valle doloroso y que vosotros veréis como yo lo veo, sí, lo veo, y ella es ya un ángel con alas de oro, y sonríe con felicidad a sus queridos padres, más cerca de ella que nunca. Sí, estáis cerca de ella y ella está cerca de vosotros; el velo no es denso y yo lo tengo en mis manos; trataré de aligerarlo todavía porque deseo salvaros, haceros comprender que los desaparecidos están vivos, que no dejan a los seres queridos abandonados en la tierra, que el encuentro será fantástico el día en que los queridos probados, a su vez, dejen lo que los vuelve pesados. Entonces, esto será la felicidad; el encuentro llegará tanto más pronto cuanto que la hija querida, el ángel celeste, acudirá a abrazar en su corazón a sus dos seres amados.

No os desesperéis; rezad; trabajad; ayudad a los que no sienten la felicidad de conocer, de saber que la muerte no existe, que el vuelo es un arrobamiento, y que Dios es bueno, bueno, bueno y misericordioso.

Mamá querida os explicará tan bien como yo que con el deseo de conocer mejor el Cielo donde vive su hija, ella ha dorado ese Cielo, ha hecho crecer mis alas y me ha abierto el gran libro de la comprensión del que saco tanta felicidad, que yo me apresuro a derramar sobre los que Dios quiere confiarme. Haced como mi Mami de amor. Poneos los dos a los pies de Jesús, dejad que El vea vuestro inmenso dolor, ciertamente, pero también vuestro deseo de instruiros y de acercaros así a vuestra pequeña hija querida convertida en «hija de la luz». Este es su nombre, es hermoso, saboread su grandeza, y vuestra pequeña se sentirá en el arrobamiento. Ella os ama, os quiere mucho y de este amor vive, vive en Dios. Amén.

A todos, mis besos de ángel, mi sonrisa, mis rosas olorosas; que el perfume os cambie de

Page 118: Paqui - Encuentros Celestes -Libro

opinión, os sostenga y os dé un sabor anticipado de este Cielo en el que nosotros estamos y al que vosotros vendréis.

¡Oh! os amo tan tiernamente, queridos míos. Soy Paqui, la flor de amor. ¡Hasta siempre! ánimo, confianza y fe.

FIN DEL LIBRO