Para Qué Sirven Las Humanidades

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 PENSAMIENT O CRÍTICO I TEXTO 1. SEMANA 2  1 ¿PARA QUÉ SIRVEN LAS HUMANIDADES? Alejandro Llano A lo largo de estos años has estudiado una serie de materias que pueden llamarse “humanísticas”. Vienen a coincidir con las asignaturas de “Letras”: Historia, Geografía, Filosofía, Literatura, etc. Seguramente te habrás preguntado alguna vez para qué sirven estas disciplinas. Y quizá, en un momento de mal humor o después del resultado desfavorable de una evaluación, habrás contestado: “para nada”; por ejemplo:  ”el Latín no sirve para nada, pero hay que estudiarlo”… ¿por qué? También sabes que hay una serie de carreras universitarias de Humanidades, casi todas las cuales se integran en la Facultad de Filosofía y Letras. Además de pensar en llegar a ser ingeniero, abogado, economi sta o médico, qui zá alguna vez te has planteado la posibilidad de ser historiador, fil ósofo, escritor o pedagogo. D esde luego, parecen carreras interesantes, en las que se aprenden cosas de tipo cultural. Pero, ¿para qué sirven?, ¿qué se puede hacer con ellas después?, ¿qué salidas tienen? Si lo has preguntado a alguna persona mayor, tal vez te has encontrado con una respuesta de esta traza: ”son carreras muy bonitas, pero no sirven para nada: hay que pensar en el futuro y ser prácticos”. En definitiva, puedes tener la impresión de que las Humanidades no valen para mucho porque no sirven para casi nada. Ahora bien, debajo de esa sospecha se encuentra la convicción de que el valor principal es la utilidad. Porque, vamos a ver, ¿para qué necesitamos un objeto que no sea útil? Paseamos nuestra vista por el aula y nos encontramos con objetos que sirven para algo: sillas para sentarse, mesas para apoyarse, pizarra para escribir. Si te trasladas con la imaginación a la sala de estar de tu casa, el resultado será semejante : sillones, ceniceros, radiadores… Pero también hay cuadros, esculturas, fotografías de parientes y amigos: ¿para qué sirven? Para decorar. Pero aquí nos encontramos ya con un valor que no es simplemente utilitario: el decoro. El hombre precisa, para vivir dignamente, no solo de objetos que satisfagan sus necesidades inmediatas, sino también de cosas que dignifiquen su existencia. ¿Para qué conservamos en un álbum o ponemos en un marco una fotografías de un ser querido? Precisamente porque le apreciamos y nos gusta ver su imagen y recordarlo. Mas, ¿para qué sirve la amistad?, ¿para qué sirve una puesta de sol, ¿para qué sirve un Diálogo de Platón? No sirven para nada, pero valen muchísimo: no tienen precio. De esta manera que no solo vale lo útil: ”todo necio confunde valor con precio”. Resulta que las cosas que más valen son las aparentemente inútiles. Pues bien, de esas cosas precisamente es de las que las Humanidades se ocupan. I. QUÉ SON LAS HUMANIDADES Las Humanidades son los saberes que se ocupan de lo más humano del hombre, de aquello que lo distingue de las cosas materiales y de los animales: su pensamiento, su lenguaje, su capacidad de creación artística, su libertad, sus recuerdos y proyectos, sus virtudes, su preocupación por los demás, sus afanes y sus temores. Las demás ciencias o técnicas tratan también de aspectos de la vida humana, pero no estudian directamente al hombre en cuanto tal, como persona. Las Humanidades guardan el conocimiento que el hombre tiene de sí mismo y tratan de ahondarlo y cultivarlo. Las Humanidades son cuidado, cultivo del espíritu: cultura. Dignifican la vida humana, que necesita   para desarrollarse plenamente- no solo

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  • PENSAMIENTO CRTICO I TEXTO 1. SEMANA 2

    1

    PARA QU SIRVEN LAS HUMANIDADES?

    Alejandro Llano

    A lo largo de estos aos has estudiado una serie de materias que pueden llamarse

    humansticas. Vienen a coincidir con las asignaturas de Letras: Historia, Geografa, Filosofa, Literatura, etc. Seguramente te habrs preguntado alguna vez para qu sirven

    estas disciplinas. Y quiz, en un momento de mal humor o despus del resultado

    desfavorable de una evaluacin, habrs contestado: para nada; por ejemplo: el Latn no sirve para nada, pero hay que estudiarlo por qu? Tambin sabes que hay una serie de carreras universitarias de Humanidades, casi

    todas las cuales se integran en la Facultad de Filosofa y Letras. Adems de pensar en

    llegar a ser ingeniero, abogado, economista o mdico, quiz alguna vez te has

    planteado la posibilidad de ser historiador, filsofo, escritor o pedagogo. Desde luego,

    parecen carreras interesantes, en las que se aprenden cosas de tipo cultural. Pero, para

    qu sirven?, qu se puede hacer con ellas despus?, qu salidas tienen? Si lo has

    preguntado a alguna persona mayor, tal vez te has encontrado con una respuesta de

    esta traza: son carreras muy bonitas, pero no sirven para nada: hay que pensar en el futuro y ser prcticos. En definitiva, puedes tener la impresin de que las Humanidades no valen para

    mucho porque no sirven para casi nada. Ahora bien, debajo de esa sospecha se

    encuentra la conviccin de que el valor principal es la utilidad. Porque, vamos a ver,

    para qu necesitamos un objeto que no sea til? Paseamos nuestra vista por el aula y

    nos encontramos con objetos que sirven para algo: sillas para sentarse, mesas para

    apoyarse, pizarra para escribir. Si te trasladas con la imaginacin a la sala de estar de tu

    casa, el resultado ser semejante: sillones, ceniceros, radiadores Pero tambin hay cuadros, esculturas, fotografas de parientes y amigos: para qu sirven? Para decorar.

    Pero aqu nos encontramos ya con un valor que no es simplemente utilitario: el decoro. El

    hombre precisa, para vivir dignamente, no solo de objetos que satisfagan sus

    necesidades inmediatas, sino tambin de cosas que dignifiquen su existencia. Para qu

    conservamos en un lbum o ponemos en un marco una fotografas de un ser querido?

    Precisamente porque le apreciamos y nos gusta ver su imagen y recordarlo. Mas, para

    qu sirve la amistad?, para qu sirve una puesta de sol, para qu sirve un Dilogo de

    Platn? No sirven para nada, pero valen muchsimo: no tienen precio. De esta manera

    que no solo vale lo til: todo necio confunde valor con precio. Resulta que las cosas que ms valen son las aparentemente intiles. Pues bien, de esas cosas precisamente es

    de las que las Humanidades se ocupan.

    I. QU SON LAS HUMANIDADES

    Las Humanidades son los saberes que se ocupan de lo ms humano del hombre,

    de aquello que lo distingue de las cosas materiales y de los animales: su pensamiento, su

    lenguaje, su capacidad de creacin artstica, su libertad, sus recuerdos y proyectos, sus

    virtudes, su preocupacin por los dems, sus afanes y sus temores. Las dems ciencias o

    tcnicas tratan tambin de aspectos de la vida humana, pero no estudian directamente

    al hombre en cuanto tal, como persona.

    Las Humanidades guardan el conocimiento que el hombre tiene de s mismo y

    tratan de ahondarlo y cultivarlo. Las Humanidades son cuidado, cultivo del espritu:

    cultura. Dignifican la vida humana, que necesita para desarrollarse plenamente- no solo

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    de alimentos o de mquinas, sino tambin de valores que valgan por s mismos. El hombre

    no solo tiene hambre de pan o de poder: tiene sobre todo hambre de sentido, afn de

    saber cul es la finalidad de su vida y de transmitir ese sentido y ese saber a los dems.

    Necesita conocer, amar, crear.

    Las Humanidades enriquecen la vida humana, precisamente porque atesoran esos

    valores ms altos, que no son medios sino fines. La tcnica se ocupa de los medios, y por

    eso es tan interesante y valiosa. Las Humanidades se ocupan de los fines de la vida

    humana, y por eso son ms valiosas an. Y es que la persona humana tiene en s misma- un cierto valor absoluto, porque es imagen y semejanza de Dios, porque es el nico ser de

    la creacin a quien Dios ha querido por s mismo. De ah que la persona no deba ser

    tratada solo como medio, sino siempre tambin como fin, de ah la primaca de las

    personas sobre las cosas, de la sabidura sobre la tcnica, del espritu sobre la materia.

    Fomentar las Humanidades equivale a afirmar esa primaca del espritu sobre la materia.

    II. HUMANISMO Y TCNICA EN LA SOCIEDAD ACTUAL

    Por qu parece que son pocos los que entienden estas verdades tan claras en el

    mundo actual? Porque vivimos en una sociedad que est, cada da ms, dominada por

    la tcnica, y por eso tiende a prestar ms atencin a los medios que a los fines. Pero es

    que acaso la tcnica es mala? De ninguna manera: la tcnica es algo excelente, porque

    puede contribuir si se la orienta bien- a mejorar la vida del hombre, proporcionndole vivienda y vestido, alimentos, medios rpidos de transporte, maravillosos instrumentos de

    comunicacin y de transmisin de la cultura. Pero-si se la orienta mal puede daar al

    hombre de manera igualmente poderosa: armas tremendamente destructivas, deterioro

    del medio ambiente, ingeniera gentica inmoral, produccin de objetos que no sirven al

    hombre, sino que pueden corromperlo. Desde un punto de vista tico propiamente humano- podramos decir, con palabras de la vieja broma, que la tcnica no es ni buena ni mala, sino todo lo contrario. Depende de los fines para los que se emplee. Y decidir qu fines han de ser esos, ya no es una cuestin tcnica sino tica, sapiencial,

    humanstica.

    Una sociedad que no hace aprecio de las Humanidades es, sin remedio, una

    sociedad desorientada, que ha perdido su sentido. De ella se podra decir lo que, ya

    hace aos, se escribi en una revista de difusin mundial: nunca hemos corrido tan deprisa hacia ninguna parte. Al que no sabe a dnde va, le puede pasar lo que dicen que le sucedi al nuevo presidente de cierto pas, en su discurso de toma de posesin,

    dijo con tono dramtico: esta nacin se encuentra al borde del abismo; pero, ms esperanzado, pudo proclamar unos meses ms tarde: hemos dado un gran paso hacia adelante; y anunci un poco despus: seguiremos en la misma direccin. Sin unas metas ciertas, no es posible el autntico progreso. Y se deteriora el nivel humano de la

    vida del hombre, aunque se acumulen los productos de consumo. Es el humanismo el

    que de verdad enriquece al hombre.

    Cuando no se concede importancia a los saberes humansticos, la cultura se astilla

    y se dispersa. Falta unidad. Los hombres, encerrados en conocimientos

    superespecializados ya no se entienden entre s. Y se produce lo que un pensador de

    nuestro tiempo ha llamado la babelizacin intelectual. Es algo as como un nuevo politesmo: multitud de diosecillos de valores inconexos- se enfrentan entre s. Ya no se tiene una visin unitaria del mundo y del hombre, orientada hacia el nico Dios

    verdadero. En tal situacin, es preciso volver a conectar los fragmentos dispersos y

    elaborar una nueva sntesis.

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    III. HACIA UNA NUEVA SNTESIS

    Cuando no sabe hacia dnde ir, todo cesa. No es extrao, por eso, que la

    cesanta sea un alarmante fenmenos mundial. Preocupados por el estancamiento

    econmico, la conflictividad social y el deterioro tico, los hombres ms lcidos de

    nuestro tiempo quieren recuperar la unidad perdida y vuelven de nuevo su vista hacia las

    Humanidades. Y resulta, sorprendentemente, que en los pases ms avanzados y especialmente en los Estados- se asiste al llamado boom de las Humanidades. Las

    Facultades de Filosofa y Letras o de Artes Liberales se pueblan otra vez de alumnos, que

    leen vidamente libros olvidados y tratan de avizorar el futuro desde una perspectiva ms

    amplia. Alguien llam hace poco, a este fenmeno, el retorno de Cicern. Pero no se trata solamente ya no es poco- de que la gente vuelva a leer a Cicern, a Shakespeare o a Chesterton. El desafo que se presenta ante estos nuevos humanistas es ms interesante y ms arduo. Se trata de que superen la dispersin de actividades y saberes en torno a la unidad de la persona humana, como ser abierto a la

    trascendencia. Los humanistas de hoy tienen que preguntarse con el poeta

    contemporneo (T.S. Eliot):

    Dnde est la sabidura que se nos ha perdido en conocimiento?

    Dnde est el conocimiento que se nos ha perdido en informacin?

    Es un reto apasionante: volver a ordenar los saberes dispersos en la unidad de una

    nueva sntesis cultural. No se trata en modo alguno- de ignorar los conocimientos especializados o de prescindir del caudal de informacin que hoy poseemos. Todo lo

    contrario: se trata de soldar lo que se haba astillado, desde la perspectiva ms universal y

    profunda que proporciona la sabidura humanstica.

    Por lo tanto, los nuevos humanistas no sern gente extraa y distrada, encerrados

    en sus bibliotecas, ajenos a los problemas de nuestro tiempo. Sern, ms bien, personas

    que quieren hacer actual el viejo ideal del sabio: nada humano me es ajeno. Es decir, mujeres y hombres que quieren pensar a fondo el propio tiempo, compartir sus problemas

    y comprometerse en orientar las vas de solucin. Por eso, tienen que empearse en

    aprender a pensar de un modo ms riguroso, libre y abierto. Abierto a todas las

    aportaciones vlidas de la ciencia, la tcnica y la cultura. Como es patente, no podrn

    llevar a cabo esta tarea ellos solos, sino en un dilogo amplio y continuo con expertos y

    profesionales de todas las especialidades. Los humanistas han de desempear hoy el

    papel de catalizadores del dilogo interdisciplinar.

    IV. ESTUDIAR HUMANIDADES HOY: SENTIDO ACTUAL DE LOS DIVERSOS SABERES

    HUMANSTICOS

    Todo est muy bien, podras contestar. Pero, no es acaso algo utpico? Cmo

    se puede hacer precisamente desde una carrera de letras, en la que parece que no se

    estudia nada prctico? Vemoslo, con un poco ms de detalle, pero sin perder la visin

    de conjunto.

    Por ejemplo, la Filologa se ocupa de estudiar el lenguaje humano. El lenguaje, que

    es vehculo de pensamiento e instrumento de comunicacin. Y nos es cierto que algunos

    de los problemas ms agudos que hoy tenemos planteados son precisamente problemas

    de comunicacin o, mejor, de incomunicacin? Si al hombre actual le cuesta tanto

    comunicarse, a pesar de nuestros sofisticados medios de comunicacin, si se siente

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    aislado en medio de la masa, es en buena medida- porque el lenguaje se ha deteriorado. Cada da se habla peor y aunque parezca lo contrario- se habla menos. Hay muchos mensajes, pero pocas palabras verdaderas. Estudiar la Lengua con sentido humanstico conduce a redescubrir toda su fuerza expresiva, su capacidad

    comunicadora, la riqueza de sus contenidos. En cada idioma se decanta la sabidura de

    un pueblo que, a lo largo del tiempo, ha ido reflejando en su lenguaje un cmulo de

    valoraciones, orientaciones, distinciones y matices. Lo mejor de tal creatividad ha

    quedado recogido en esos grandes libros que la Literatura estudia. Leerlos sabiamente es

    enriquecerse reviviendo hondas experiencias, conocimientos y emociones. Si vamos

    hacia una cultura del ocio, qu mejor para ocuparlo que ensear a leer y comprender esas obras cumbre de la Literatura universal? El ocio envilece al hombre o lo dignifica,

    segn como se emplee. Si el hombre actual se olvida de las Humanidades, quedar

    abocado a la superficialidad, al hedonismo y a la manipulacin. Si acierta a ocupar su

    tiempo libre tratando con las grandes creaciones culturales de la humanidad, el

    humanismo volver a florecer de manera inesperada. Las nuevas tecnologas

    informticas y telemticas son extraordinarios instrumentos para esa comunicacin

    cultural. Pero hay que programarlos para que sean cauces enriquecedores y no filtros empobrecedores.

    Captulo aparte merece el estudio de las Lenguas clsicas. Aqu ya parece ms

    difcil buscar su engarce con la actualidad palpitante. Qu tienen que esas abstrusas

    lenguas maternas con nuestro modo de vivir? Lo que pasa es que no son lenguas muertas, sino muy vivas. En ellas vive una cultura que, por su equilibrio y armona, por su

    hondura humana, por su valor perenne, merece el calificativo de clsica. Estudiar Latn o

    Griego es el mejor modo de aprender a pensar y a entender nuestro propio lenguaje: a

    entendernos a nosotros mismos, que seguimos viviendo de ese caudal de sabidura y de

    belleza que late en los grandes textos griegos y romanos, medievales y renacentistas (en

    Europa los sabios y humanistas escribieron en latn hasta bien entrado el siglo XIX). Leer

    hoy a los clsicos, sobre todo en su propia lengua, contribuira a dar nuestras vidas ese

    peso y esa mesura que hoy nos falta. Cmo seran nuestros polticos si, como todava es

    frecuente en los pases ms avanzados, hubieran adquirido una formacin Clsica?

    La Historia no es un conocimiento arqueolgico, que se dedica a exhumar curiosidades viejas. Es un saber del hombre en el tiempo. La Historia es maestra de la vida

    porque lo que nos interesa de ella es un pasado que sigue vivo en el presente y nos abre

    al futuro. Quin dudar, por ejemplo, que un acontecimiento sucedido hace quinientos

    aos, el descubrimiento de Amrica, tiene un inters de primer orden para nuestro

    presente y para nuestro futuro? Pero, qu sentido tiene hoy el hallazgo, la colonizacin y

    la evangelizacin del Nuevo Mundo? Eso es lo que los historiadores estudian: las races

    que siguen alimentando al rbol. Si se cortan las races que lo afirman, el rbol queda a

    merced del viento que lo arrastra. Si se ignora la Historia, se oculta la propia identidad y se

    pierde la libertad. Esto es lo que, en Santiago de Compostela, deca el Papa Juan Pablo II

    cuando incitaba a Europa para que redescubriera su radicacin cristiana y humanista,

    como requisito imprescindible de su nueva evangelizacin. La Historia es siempre actual.

    Sin en conocerla, no podremos hacernos cargo de la creciente complejidad de la

    sociedad. En cambio, su estudio es una escuela de sabidura humana prctica, es decir,

    de prudencia, sin la cual no hay otras virtudes. Paradjicamente, el saber de la propia

    Historia es condicin para lanzar proyectos de futuro. Tal vez el poeta lo dijo mejor:

    Libertad de lo bien arraigado,

    seguridad del infinito vuelo (Juan Ramn Jimnez)

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    La Geografa, por su parte, considera al hombre en su dimensin espacial, en

    cuanto ocupa un territorio y lo cultiva. Su inters actual es indudable: baste pensar en el

    urbanismo, la demografa, la ordenacin del territorio o la ecologa. Se trata, adems, de

    un saber en el que la interdisciplinariedad est en buena parte lograda. Es el gegrafo

    un hombre de ciencias o de letras? Es ambas cosas: es un nuevo humanista.

    La Filosofa es el saber ordenador por excelencia, precisamente porque trata de

    los ltimos principios que constituyen el fundamento de la realidad y, sobre todo, de los

    fines de la vida humana. A los filsofos les corresponde hoy un papel orientador y

    directivo de esa complejidad creciente en la que vivimos. Si nos sentimos desorientados y

    dispersos, es porque nos falta un conocimiento ms universal y profundo, en el que se

    integren los saberes especializados. LA Filosofa es la tensin del hombre por llegar a ese

    saber comprensivo y radical. Por eso aunque la buena Filosofa ya haya logrado mucho- nunca es un conocimiento del todo acabado. Cada poca, cada hombre, debe apoyndose en el saber histricamente logrado- iniciar de nuevo la peripecia de

    descubrir a estructura del mundo fisco, comprender el sentido de su vida, encaminar

    rectamente la vida social y abrirse al ser trascendente. La Filosofa tiene hoy, adems, una

    indudable importancia metodolgica, porque -a travs de la investigacin de los

    aspectos principales de cada ciencia- proporciona las claves para el dilogo

    interdisciplinar que necesitamos. Un ltimo ejemplo: cmo podra progresar la

    Informtica sin una buena Lgica?

    Todos estamos de acuerdo en que lo ms caracterstico de la sociedad actual y

    futura es la transmisin del saber. La enseanza es hoy, y lo ser cada vez ms, el servicio

    social decisivo. Por eso las Ciencias de la Educacin, la Pedagoga, constituyen hoy

    saberes que poseen gran relevancia. Las investigaciones prospectivas sitan a las

    profesiones pedaggicas entre la que tienen ms futuro. Ya aludamos la civilizacin del ocio. El ocio es un espacio libre para aprender cosas nuevas. Y es preciso que algunos sepan ensearlas. La Pedagoga ha saltado los muros del aula para salir a la calle, a la

    radio y la televisin, a los hospitales, a las empresas, a los medios de cultura popular y de

    animacin comunitaria. Los pedagogos se ocupan, precisamente, de ensear a ensear o, mejor dicho, de ensear a educar. Porque no se trata de acumular y transmitir un cmulo de informaciones, sino de formar a las personas de manera integral.

    Necesitamos urgentemente una nueva Pedagoga social, en la que se estudie cmo

    educar al hombre en la sociedad tecnolgica, para que se comporte de modo libre,

    responsable y creativo.

    Ah empalma tambin a funcin educacional de esa maravillosa y humanstica

    actividad que es el Periodismo.

    V. LAS HUMANIDADES EN LA UNIVERSIDAD

    Claro aparece que no en todas las universidades se entienden de este modo los

    estudios humansticos. En algunas, no se ha superado la enseanza convencional y

    rutinaria, que impide percibir el sentido y la proyeccin actual de las humanidades. O han

    perdido precisamente su sentido humanstico ms profundo y se han especializados o

    tecnificado en exceso, de manera que los rboles les impiden ver el bosque. En otros centros universitarios, las humanidades se han sometido, en contra de su propia

    naturaleza, a ideologas anti-humanas, que degradan al hombre y le desorientan an

    ms.

    Y es que las humanidades nunca son neutras. En ellas no cabe una especie de

    objetividad neutral o una suerte de Liberacin de los valores, que ni siquiera es posible ni deseable- en las ciencias positivas o en la tecnologa . Las humanidades estn siempre

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    comprometidas con valores, con una visin del mundo y del hombre, que puede ser

    verdadera o errnea, abierta o cerrada, elevada o msera. Presentan, por tanto, un riesgo

    especial y caracterstico, porque en ellas el hombre se juega lo ms importante de su

    vida: el sentido de la existencia. Pero esto no debe provocar un miedoso retraimiento,

    que dejara campo franco a los idelogos manipuladores. Precisamente porque hoy

    vivimos un gran conflicto cultural, es ms perentorio que haya muchos y buenos

    humanistas con recta formacin, con una slida inspiracin cristiana, que no coarta sino

    que libera.

    La recta y profunda formacin de los futuros intelectuales, que han de tener un

    papel determinante en tales pugnas ideolgicas y sociales, exige que la preparacin

    humanstica se adquiera en centros universitarios que anen la buena orientacin

    doctrinal con un alto nivel cientfico, un adecuado enfoque didctico y gran sensibilidad

    para percibir los retos de la hora actual.

    Desde el punto de vista didctico, la docencia de las humanidades se debe

    caracterizar por el contacto permanente entre los profesores y estudiantes, a travs del

    asesoramiento acadmico personal, que constituyen un avanzado rgimen tutorial. La

    enseanza se desarrolla con una metodologa diversificada. Adems de las lecciones

    magistrales, los alumnos participan en seminarios, trabajos en grupo, lecturas dirigidas de

    textos, elaboracin de trabajos monogrficos, conferencias y congresos, reuniones

    informales y una amplia gama de actividades culturales. De esta manera, adems de

    adquirir un conocimiento ms complejo de las diversas materias, se van desarrollando las

    destrezas intelectuales bsicas de los estudiantes: capacidad de lectura y compresin de

    textos, anlisis y sntesis, argumentacin lgica y retrica, capacidad de discurso oral y

    escrito, competencia comunicativa, facilidad de expresin, capacidad de dilogo y

    convivencia, sensibilidad para la captacin de valores ticos y estticos, amor por la

    verdad, creatividad, formacin para la investigacin y la enseanza, etc.

    Por lo que respecta a la orientacin de la docencia, se sintetiza la formacin

    humanstica clsica con el conocimiento de los planteamientos ms recientes. Se evitan,

    asimismo, los extremos de la prematura especializacin y de la vaguedad generalista. El

    enfoque interdisciplinar se logra por el continuo dilogo con profesores y estudiantes de

    otras carreras, as como por la organizacin de actividades docentes y culturales

    especficamente dedicadas a facilitar ese encuentro. A travs de cursos electivos, que

    quedan recogidos en el expediente acadmico del alumno, se pone a los estudiantes en

    contacto con las diversas perspectivas profesionales: el mundo de la empresa, de la

    actividad social, de la comunicacin y la cultura popular, etc. Todos los estudiantes que

    lo desean pueden adquirir una adecuada preparacin informtica. La apertura

    internacional facilita los contactos con profesores extranjeros y el conocimiento de otros

    ambientes intelectuales.

    De esta manera, los estudiantes de Humanidades adquieren una completa y

    profunda formacin que les permite acceder a un amplio panorama de ocupaciones

    profesionales: desde la investigacin y la docencia hasta tareas de orientacin y

    direccin en muy diversos campos de la vida social.

    VI. EL TRABAJO DE LOS HUMANISTAS: SALIDAS PROFESIONALES

    Despus de todo lo dicho, an puedes hacer una inquietante pregunta: qu

    hacen despus esos humanistas? Qu salidas profesionales se les ofrecen? Para algunos, los ya convencidos de inters intrnseco de las Humanidades, esta interrogante

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    podra parecer sin sentido: estos saberes tienen valor por s mismos, merece la pena

    dedicarse a ellos; lo dems es secundario. Tienen razn. Pero otros muchos y a veces ellos mismos- no pueden dejar de plantearse la cuestin de su futuro profesional. Por lo

    dems, el fantasma de la cesanta es omnipresente y afecta a todas las carreras. Desde

    luego, un Licenciado o Doctor en Filosofa y Letras con buena preparacin encuentra sin

    problemas un buen puesto de trabajo.

    La dedicacin ms caracterstica de un humanista es la investigacin: cultivar

    estos saberes, profundizar en ellos, hacerlos avanzar. Es un camino arduo, pero

    apasionante. Normalmente, se comienza con la elaboracin de una Tesis Doctoral, para

    continuar despus con investigaciones y publicaciones ms avanzadas. A un estudiante

    con buenas calificaciones no le resulta difcil obtener una beca para investigar en una

    universidad de su pas o extranjera. [...]

    La docencia en sus diversos niveles- es la dedicacin ms frecuente de los Licenciados en Filosofa y Letras. Es frecuente que un alumno de Enseanza Media quiz un tanto saturado de clases- no valore suficientemente la categora y el alcance de la

    enseanza de las Humanidades. Pero es preciso percatarse que pocas profesiones tienen

    mayor influencia en la sociedad y proporcionan ms satisfacciones personales a quienes

    las cultivan. Ser un buen maestro es una de las cosas ms grandes que se pueden lograr

    en esta vida, porque el maestro da a sus discpulos algo mucho ms valioso que un

    producto tcnico o un servicio til: les transmite su propia vida intelectual, les abre el

    inmenso panorama de la cultura y contribuye quiz decisivamente a configurar su libre personalidad. Por eso deca Aristteles que hay personas a las que nunca podremos

    agradecer suficientemente los que hicieron por nosotros: nuestros padres y los que nos

    ensearon Filosofa. Entre maestros y discpulos se establece una comunidad vital que

    puede llegar a ser muy estrecha, porque se buscan y se aman conjuntamente los valores

    ms altos.

    Por interesantes que sean, la investigacin y la docencia no agotan en modo

    alguno las posibilidades profesionales de los humanistas. Por de pronto, pueden acceder

    a travs de concursos- a buena parte de los cuerpos de funcionarios de la Administracin pblica. Adems de la carrera diplomtica, para la que las Humanidades

    proporcionan una excelente preparacin, los organismos internacionales precisan de

    altos funcionarios con una formacin humanstica amplia y flexible. Desde luego, para

    este tipo de salidas como hoy da para casi todas- el dominio de las lenguas modernas es imprescindible complemento.

    Pero el panorama profesional de los humanistas es mucho ms amplio. En rigor, la

    mayora de los trabajos de tipo directivo lo que requieren es una preparacin

    humanstica, mientras que la capacitacin tcnica especfica puede adquirirse en la

    propia prctica profesional o con un breve Master. Esto es particularmente vlido para

    una sociedad como la actual, cada vez ms compleja y en acelerada evolucin. Lo que

    esta sociedad precisa no es tanto de especialistas como por as decirlo- de generalistas: personas con un profundo conocimiento de la persona humana; con capacidad de anlisis y sntesis; con imaginacin y creatividad; que sepan resolver

    problemas nuevos y tomar decisiones rpidas; competentes para seleccionar, procesar y

    transmitir informaciones diversificadas; con capacidad de prestar servicios personalizados

    y descubrir las necesidades reales de la gente; que sean buenos comunicadores y sepan

    trabajar en equipo. Aunque estas cualidades se puedan encontrar en muy diversos

    profesionales, no cabe duda de que la formacin humanstica es la que ms

    especficamente las fomenta, sobre todo si en ella se procura potenciar las destrezas

    intelectuales bsicas y tienen un enfoque interdisciplinar.

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    El planteamiento que se acaba de hacer puede parecer inslito, pero tiene una

    larga tradicin especialmente en los pases anglosajones- y est cada vez ms vigente en las naciones avanzadas. Recientemente lo deca, por ejemplo, el Presidente de la

    General Motors, parafraseando un viejo lema lo que es bueno para General Motors, es bueno para los Estados Unidos- afirmaba: lo que es bueno para la General Motors es... las Humanidades. Las mejores empresas de todo el mundo no solo las japonesas- saben ya que sus mejores directivos no son los especialistas ni los estrategas, sino precisamente

    los humanistas: por la fundamental razn y la general experiencia de que la mayora de

    los problemas que se plantean en una corporacin no son tcnicos o econmicos, sino

    humanos y sociales. Medio en broma, pero muy en serio, se podra decir que la economa

    o la poltica son cosas demasiado importantes para dejarlas solo en manos de los

    economistas o de los polticos. Son muchas las actividades sociales para cuyo ejercicio lo

    principal es saber pensar con profundidad y rigor, ser prudente y decidido, poseer una

    formacin general centrada en el conocimiento del hombre.

    A esto se aade gran parte del amplio campo de las nuevas profesiones. Los analistas de las grandes tendencias de futuro coinciden en que los profesionales ms

    necesarios sern los que tengan buena preparacin bsica y capacidad de adaptacin

    a cambios rpidos. Precisamente por ello, muchas de estas nuevas profesiones estn an por inventar, pero ya sabemos que la mayora se movern en el campo de la enseanza, la cultura y la comunicacin: en el mbito de los servicios personales y

    personalizados. Los humanistas tienen presente y futuro.

    VII. CONCLUSIN: LA UTILIDAD DE LA FORMACIN HUMANSTICA

    Habrs observado que empezamos temiendo que las Humanidades no sirvieran

    para casi nada y ahora resulta que sirven para casi todo. Esto no es solo una paradoja:

    revela una verdad humana muy profunda. Irnicamente se podra expresar diciendo que

    nada hay ms prctico que una buena teora Lo que resulta menos eficaz es un pragmatismo de cortos vuelos, porque para saltar cualquier obstculo hay que tomar carrera, ver las cosas desde una perspectiva ms amplia, ir a los principios de la realidad, prever su consecuencias ltimas. Lo que de verdad no sirve es ese utilitarismo chato, incapaz de contestar una fundamental pregunta: dnde est la utilidad de nuestras utilidades?. Es la cuestin del fin, del sentido de las actividades humanas. Es el interrogante al que las Humanidades tratan de responder.

    Por eso, la formacin humanstica es necesaria para todos: constituye la base de

    una educacin completa. La precisan tanto los estudiantes de Ciencias como los de

    Letras. Y debe estar presente en el ejercicio de cualquier profesin. Todo buen profesional

    debe ser, a su modo, un humanista.

    Para hacer posible esto que el humanismo vivifique y d sentido a la sociedad tecnolgica- es preciso que en cada momento histrico haya hombres y mujeres que

    dediquen sus estudios y su actividad profesional a las Humanidades. No hace falta que

    sean muchos, pero hoy son quiz ms necesarios que nunca. De ellos depende en buena

    parte el destino de nuestra civilizacin. Hay que atreverse.