Paradoja Del Comediante - Denis Diderot

7/24/2019 Paradoja Del Comediante - Denis Diderot

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En la Paradoja del comediante

escrita en 1773, aunquepermaneci indita hasta 1830Diderot recurre a un dilogomaginario con un interlocutor, a

que procura demostrarle que lacreencias de su tiempo sobre laactividad actoral eran falsas

Contiene agudsimas reflexionesredactadas con un broverdaderamente prodigiosocentradas en definicionesrecuerdos de distintos intrpretesa crtica de sus estilos, de lafatuidad, el engolamiento o lo

excesos sentimentales sobre e


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escenario, as como en la necesidadde un distanciamiento del textopara poder brindarlo sin fisuras.

Este volumen, que ahora ecompartido en ePubLibre.orgncluye una carta de Diderot aMadame Riccoboni y variaepstolas a Marie-Madelaine Jodinambas actrices, en las que insiste

en sus tesis sobre el arte teatral.

Denis Diderot naci en Langres, eel Alto Marne, en 1713, y muri e

Pars en 1783, sin que llegara a vea revolucin que su combativapluma haba ayudado a gestar.


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Denis Diderot

Paradoja delcomediante

ePub r1.0IbnKhaldun 19.05.15


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Ttulo original:Paradoxe sur lecomdienyLettres sur le thtre Madame Riccoboni et Mademoiselle

JodinDenis Diderot, 1830Traduccin, prlogo y notas: GracielaIsnardi

Editor digital: IbnKhaldunePub base r1.2


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Prlogo

La historia de la literatura acostumbra encasillar a los hombres de letras dmanera excluyente, por una obra notoria

por haber resultado la ms popular a largo del tiempo o por tratarse de urabajo cuya elaboracin demand u

esfuerzo casi imposible de igualar por eresto de los mortales. Este es el caso dDenis Diderot. La memoria de loectores lo ha asociado y lo asocia

de manera automtica con JeanDAlambert, como autor de L

nciclopedia. Lo cual no es poc

debido a la trascendencia que alcanz


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ese trabajo monumental en lrevolucin, no slo de las ideas, sinambin en el terreno poltico, inclus

ms all de las fronteras francesascomo la obra ms emblemtica de llustracin.

Pero como todos loencasillamientos este tambin incurren injusticia. Para un lector agudo com

talo Calvino,[1]

la obra de Diderot, eanto novelista (cita Le neveu dameau y en especial Jacques l

ataliste) posee la necesaria categor

para merecer encontrarse entre loibros de su preferencia en su pstumor qu hay que leerlos clsicos.


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Para ubicar temporalmente a Diderotvale recordar algunos pocos hitos de s

biografa. Naci en Langres, en el AltMarne, en 1713, hijo de un fabricante dcuchillos, quien lo envi al colegio d

os jesuitas de su ciudad natal, dondestudi hasta recibir la tonsura. Parcontinuar sus estudios se traslad Pars y en 1732 obtuvo la maestra eartes y letras de la Universidad de ParsPas ms de una dcada de vidbohemia, labores administrativas en e

despacho de un procurador, y tambifue preceptor del hijo de algn altfuncionario de la monarqua (reinab

por entonces Luis XV).


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En 1741 trabar una slida, aunquno permanente, amistad con JeanJacques Rousseau, y dos aos ms tard

contraer matrimonio en secretocon la hija de una lencera.

Su primera obra notoria fue l

raduccin del ingls del Ensayo sobrel mrito y la virtud de Shaftesburypublicada el mismo ao (1745) en qu

a librera Le Breton le encarg ldireccin, compartida con DAlambertde la Enciclopedia, cuyo ttulcompleto, tal como figura en l

portadilla de la primera edicin esnciclopedia o Diccionario razonad

de las artes y los oficios por un

sociedad de genios de las letras.


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Al mismo tiempo continuabpublicando sin pausa algunos textos que acarrearon fuertes enfrentamiento

con la censura. Incluso uno de sus libroniciales: Pensamientos filosficos, fu

condenado por un decreto de

Parlamento de Pars. Seala CharleGuyot: En 1747 escribi Promenaddu sceptique, obra no publicada hast

1830. A instancias del cura de SaintMdard, el subdirector general dpolica, Berryer, fue informado por ssubordinado Perrault, acerca de Diderot

hombre muy peligroso y que habla codesprecio de los santos misterios dnuestra religin.[2] No sera el nic

choque con el poder: su publicacin d


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ettre sur les sourds et les muets

usage de ceux qui entendent et qu

arlent, le acarreara una temporada d

ms de dos meses en la crcel dVincennes, donde lo visita RousseauEse encuentro que segn el autor de E

Contrato social le produjo uniluminacin sera esencial en su obrposterior.

Tampoco fue bien recibida laparicin de los dos primeros tomos da Enciclopedia. Tras la conden

eclesistica, la publicacin qued

emporalmente suspendida. No era parmenos; en el artculo dedicado a lAutoridad poltica, Didero

cuestionaba la esencia misma del pode


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real al atacar a Bossuet y su teora deorigen divino de la monarqua. Pese a lcual, los tomos siguieron apareciendo

Al mismo tiempo, a lo largo de lodiecisis aos que dedic a la obrasegua dando a conocer ensayos, novela

obras de teatro, aunque varios textoquedaron inditos a su muerte ocurriden Pars en 1783, sin que Didero

legara a ver la revolucin que su plumhaba ayudado a gestar.

La Paradoja sobre el comediante fuescrita en 1773 (aunque permanecindita hasta 1830), el mismo ao en qu

produjoJacques le fataliste,una de su


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ms perdurables narraciones. Diderorecurre a un dilogo imaginario con unterlocutor al que trata de mostrarl

con una buena dosis de pedantera, ecierto) que las creencias de su tiempsobre la actividad actoral eran falsas.

Definiciones, recuerdos de distintontrpretes, la crtica de sus estilos

fatuidad, engolamiento o exceso

sentimentales sobre el escenario, y lnecesidad de un distanciamiento deexto para poder brindarlo sin fisura

constituyen el ncleo central de su

reflexiones.Por momentos Diderot acenta l

ridiculizacin del pobre interlocutor

que apenas puede introducir alg


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bocadillo destinado slo a que las tesidel autor chisporroteen con mayouminosidad. Todo hace creer que e

cada sentencia en la que trata dmenoscabar las ideas de su oponentedeba tener en mente nombres de autore

que acaso los contemporneos pudiesereconocer, pero hoy ha devorado eolvido. Anticipndose a ese destino d

anonimato, Diderot ni se dignmencionarlos. S lo hace con algunoactores y actrices populares en su pocse encarga de puntualizar aspectos qu

l juzga cuestionables de sus estilonterpretativos.

El libro est destinado en esencia

refutar la idea de que es necesario qu


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un actor sea sensible. Sostiene que lmayora de la gente piensa poejemplo que para poder transmiti

sensaciones de tragedia al espectador, entrprete debe estar triste. Y manifiest

su postura decididamente opuesta a l

creencia en boga a mediados del siglXVIII. As afirma: Si el comediantfuera sensible, le estara permitido d

buena fe representar dos veces un mismpapel con el mismo calor y el mismxito? Muy clido en la primerrepresentacin, estara agotado y fr

como un mrmol a la tercera. Mientraque, imitador atento y discpulreflexivo de la naturaleza, la primer

vez que se presente en el escenario baj


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el nombre de Augusto, de CinnaOrosmn, Agamenn, Mahoma, copistriguroso de s mismo o de sus estudios

observador continuo de nuestrasensaciones, su actuacin, lejos ddebilitarse, se fortificar con las nueva

reflexiones que recoja; se exaltar o smoderar, y usted quedar cada vez msatisfecho. Si es el mismo cuand

representa, cmo har para dejar de sel mismo? Y si quiere dejar de ser mismo cmo advertir el punto justo eel cual debe colocarse y detenerse? (

En cambio, el comediante qurepresente segn la reflexin, el estudide la naturaleza humana, la imitaci

constante segn un modelo ideal, l


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maginacin, la memoria, ser uno y mismo en todas las representacionessiempre con la misma perfeccin: tod

ha sido medido, combinado, aprendidoordenado en su cabeza; en sdeclamacin no hay monotona n

disonancias.Esta esttica que da la impresin d

haber sido enfatizada por motivo

didcticos, fue el primer intento dntelectualizar el hecho artsticootorgando papel protagnico arazonamiento, el estudio y la tcnica. E

el siglo diecinueve, una vez pasadas laprimeras oleadas del romanticismofueron varios los autores que retomaro

as tesis de Diderot.


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A casi dos centurias de distanciadespus de interminables polmicasobre el arte teatral, Bertolt Brecht, e

su constante bsqueda del realismoconfirmara lo enunciado por DiderotSostiene Brecht en susEscritos sobre e

eatro: Cuando el actor quierconmover al espectador, no debconmoverse a s mismo. En general, e

realismo sale perdiendo cuando el actose deja dominar por la compasin, poel entusiasmo o lo que sea.[3]

Tampoco se puede pasar por alto l

definicin de la profesin de actor quraza Diderot: El hombre sensibl

obedece a los impulsos de la naturalez

no ofrece ms que el grito de s


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corazn; en el momento en que atempero fuerza ese grito, ya no es el mismo, eun comediante.

El libro, pese a su brevedad, pasrevista a tesis similares al referirse escultura, pintura, poesa. Diderot s

muestra interdisciplinario mucho antede que el trmino se transformara en unnecesidad de la investigaci

humanstica y cientfica del siglo veinteAl ocuparse de la oratoria, defineDicen que un orador vale ms cuandse enciende, cuando monta en clera

Los comediantes impresionan al pblicno cuando estn furiosos, sino cuandrepresentan bien la furia. En todos lo

ugares done uno quiere aduearse d


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as mentes, se finge a veces la clera, veces el temor, a veces la piedad, parlevar a los otros hacia diverso

sentimientos. Dara la impresin dque varios paradigmticos dictadoredel ltimo siglo hubieran respondid

rigurosamente a esta premisa dDiderot, fruto de sus intuiciones y de saguda capacidad de observacin.

Como la enorme mayora de loescritores de su tiempo (costumbre qu

se mantuvo hasta bien entrado el siglveinte), Diderot ech mano de lcorrespondencia, no slo como medi

de comunicarse, sino como un gner


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apto para volcar sus opiniones en sucartas, o para poner en palabras, cascomo en un borrador semi privado esa

mismas ideas que luego apareceran esus libros. Durante siglos, muchoescritores se preocuparon de que s

actividad epistolar no se perdieseconservaban copias de sus cartas, y posu lado, los destinatarios prudente

atesoraron esos papeles que hopermiten conocer la cotidianeidad de lograndes creadores. As, los epistolariode nombres como Giacomo Leopard

Gustave Flaubert, Jos Mart, MarceProust, o Miguel de Unamuno, entrcentenares, han permitido reconstruir lo

das, las preocupaciones, los proyectos


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as como los altibajos de un carcter as costumbres de una poca.

Naturalmente Diderot no escap

no poda hacerlo al hbito de lcorrespondencia. Este volumen, en ssegunda parte, recoge su carta

Madame Riccoboni y varios de suenvos a Marie-Madeleine Jodin, ambaactrices. La primera adems alcanz e

xito tambin como novelista:Lettres dmiss Fanny Butler (1757), Histoire dmarquis de Crcy (1758), y Lettres dmilady Juliette Catesby (1759). Co

Jodin, Diderot desempe adems epapel de consejero de la muchacha, yque su padre Jean Jodin, colaborador d

aEnciclopediay notable relojero, e


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una poca donde[4] la relojera erconsiderada una tcnica y un arte y lomonarcas solan coleccionar piezas deste tipo le haba encargado a semprana muerte el cuidado de su hija.

La carta a la Riccoboni, es respuest

a una misiva de la actriz en la que lreprocha a Diderot, famoso por svanidad, la que por otra part

resplandece a lo largo de la ParadojaUsted tiene mucho ingenio y muchoconocimientos; pero no conoce lopequeos detalles de un arte que, com

odos los otros tiene su tcnica. Esapalabras, resulta evidente, indignaron Diderot, que contesta con un texto d

varias pginas en las que subraya su


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deas sobre la actuacin. Se refierambin a la escenografa, a la posici

de los actores frente al pblico, a lo

cdigos al uso. Pero casi al finalizar lcarta vuelve a una frase de lRiccoboni: Usted tiene much

ngenio. Y responde: Yo? No spuede tener menos. Pero tengo algmejor, simplicidad, veracidad, calide

en el alma, una cabeza que se enciendenclinacin por el entusiasmo, amor poo bueno, lo verdadero y lo bello, un

disposicin fcil para sonrer, admirar

ndignarme, compadecer, llorarTambin s alienarme; talento sin el cuano se hace nada valioso.

Su correspondencia con Madelein


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Jodin, en cambio, aunque se muestrfirme, severo, posee un tono paternapreocupado por el modo de vida y l

reputacin de su protegida, por ladministracin del dinero de lmuchacha, por rendirle minuciosa

cuentas de su tutora, lo cual no lmpide insistir en sus tesis sobre el arteatral y en especial sobre la funcin d

os actores y sobre el lugar social qupodran ocupar si se preparasen mejor estudiasen ms. Diderot en ningmomento deja de pensar en la necesida

de una transformacin no slo de lacnicas a desarrollar en un escenario

sino del hecho teatral en s. Y en est

sentido, se desprenden de esta obr


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neas pioneras vlidas hasta epresente. Calvino asegura convencidque el lugar ocupado por Diderot entr

os padres de la literaturcontempornea se encuentra en constantcrecimiento. Es seguro que los lectore

deParadojaadvertirn los motivos.

GRACIELAISNARD


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Paradoja del

comediante

PRIMER INTERLOCUTORNo hablemos ms.

SEGUNDO INTERLOCUTORPor qu?

EL PRIMEROEs la obra de su amigo![5]

EL SEGUNDO

Y eso qu importa?EL PRIMERO

Mucho. Para qu ponerse en l

alternativa de despreciar su talento, o m


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uicio, y disminuir la buena opinin quusted tiene sobre l o la que tiene sobrm?

EL SEGUNDOEso no suceder; y an cuand

sucediere, mi amistad por ambosfundada sobre cualidades mesenciales, no sufrira menoscabo.

EL SEGUNDOTal vez.

EL SEGUNDOEstoy seguro. Sabe a quin s

parece usted en este momento? A uautor que conozco, que suplicaba drodillas a una dama de quien estab

enamorado que no asistiera a la primer


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representacin de una de sus obras.

EL PRIMERO

Era un autor modesto y prudente.EL SEGUNDO

Tema que el amor de ella n

soportara la poca atencin que prestabaa su mrito literario.

EL PRIMERO

Podra ser.EL SEGUNDO

Que una pblica cada lo degradas

a ojos de su amada.EL PRIMERO

Que por ser menos estimado

resultase menos amado. Y eso le parec


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ridculo?

EL SEGUNDO

Es as como lo juzgaron. La obra fuelogiada y tuvo el mayor de los xitos: sabe Dios hasta qu punto l fuabrazado, halagado, acariciado.

EL PRIMEROLo hubiera sido ms an si l

hubieran silbado.

EL SEGUNDONo lo dudo.

EL PRIMEROY persisto en mi opinin.

EL SEGUNDO

Persista, lo acepto. Pero piense qu


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o no soy una mujer y que, por favor, enecesario que se explique.

EL PRIMERODe verdad necesario?

EL SEGUNDO

De verdad.EL PRIMERO

Me resultara ms fcil callarme qu

disfrazar mi pensamiento.EL SEGUNDO

Le creo.

EL PRIMEROSer severo.

EL SEGUNDO


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Es lo que mi amigo exigira de usted

EL PRIMERO

Y bien, puesto que hay qudecrselo, su obra, escrita con un estilatormentado, oscuro, enredadoampuloso, est llena de ideas comunesAl salir de su lectura, un gracomediante no ser mejor, y un pobractor no ser menos malo. Correspond

a la naturaleza otorgar las cualidades da persona, el rostro, la voz, el juicio, l

agudeza. Corresponde al estudio de lo

grandes modelos, al conocimiento decorazn humano, al trabajo asiduo, a lexperiencia y a la costumbre del teatroperfeccionar el don de la naturaleza. E


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comediante imitador puede llegar a upunto en que puede transmitirlo todms o menos bien; no hay nada qu

alabar ni que recuperar en su actuacin.

EL SEGUNDOO todo debe recuperarse.

EL PRIMEROComo usted quiera. El comediant

por naturaleza es con frecuencidetestable, a veces excelente. Ecualquier gnero de que se tratedesconfe de una mediocridad constante

Por grande que sea el rigor con que srate a un debutante, es fcil presenti

sus futuros xitos. Los silbidos n

sofocan ms que a los ineptos. Y cm


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a naturaleza sin el arte podra formar ugran comediante, ya que nada pasa en eescenario tal como en la naturaleza,

odos los poemas dramticos estcompuestos segn cierto sistema dprincipios? Y cmo un papel ser

representado del mismo modo por doactores diferentes, puesto que en eescritor ms claro, ms preciso, m

enrgico, las palabras no son y npueden ser ms que signos aproximadode un pensamiento, de un sentimiento, duna idea; signos cuyo valor completan e

movimiento, el gesto, el tono, el rostroos ojos, la circunstancia dada? Cuand

usted oye estas palabras:


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Qu hace vuestra mano?

Toco vuestro ropaje, pues l

tela es tan suave.[6]

Qu sabe usted? Nada. Analice bien l

que sigue, e imagine cun frecuente fcil es que dos interlocutoresempleando las mismas expresionespiensen y digan cosas del tod

diferentes. El ejemplo que voy a darles una especie de prodigio; est en lobra misma de su amigo. Pregunte a u

comediante francs lo que piensa della, y convendr que es cierta. Haga lmisma pregunta a un comediante ingls

este le jurar by Godque no hay ni un


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frase que cambiar y que es el purevangelio de la escena. No obstantecomo no hay casi nada en comn entre l

manera de escribir la comedia y lragedia en Inglaterra y el modo como s

escriben estos poemas en Francia

puesto que, segn el sentimiento mismde Garrick[7], el que sabe transmitir a lperfeccin una escena de Shakespear

no conoce ni el primer acento de ldeclamacin de una escena de Racinepuesto que enlazado por los armoniosoversos de este ltimo, como po

serpientes cuyos pliegues le abrazan lcabeza, los pies, las manos, las pierna los brazos, su accin perdera tod

ibertad; se deduce que el actor franc


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el actor ingls que estn de acuerdacerca de la verdad de los principios dsu autor, no se entienden entre ellos,

que hay en la lengua tcnica del teatruna latitud, una vaguedad bastantconsiderable como para que hombre

sensatos, de opiniones diametralmentopuestas, crean reconocer en ella la lude la evidencia. Y permanezca ms qu

nunca aferrado a su mxima: Si quierentenderse, no se explique.

EL SEGUNDO

Piensa usted que en toda obra, sobre todo en esta, hay dos sentidodistinguibles, ambos encerrados en lomismos signos, uno en Londres, otro e


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Pars?

EL PRIMERO

Y que esos signos presentan coanta nitidez esos dos sentidos, quncluso su amigo se equivoc sobr

ellos, ya que al asociar nombres dcomediantes ingleses con nombres dcomediantes franceses, aplicndoles lomismos preceptos, y acordndoles la

mismas crticas y los mismos elogiosmagin sin duda que lo que deca de lo

unos era tambin justo para los otros.

EL SEGUNDOPero de ese modo ningn auto

habra cometido verdadero

contrasentidos.


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EL PRIMEROComo las mismas palabras que us

enuncian una cosa en Bussy y otr

diferente en Drury Lane, tengo quaceptarlo a disgusto; por lo demspuedo estar equivocado. Pero el punt

mportante, sobre el cual tenemoopiniones opuestas, su autor y yo, soas cualidades primeras de un gra

comediante. Yo querra que tuviermucho juicio; necesito en ese hombre uespectador fro y tranquilo; poconsiguiente, de l exijo penetracin

ninguna sensibilidad, el arte de imitarlodo o, lo que es lo mismo, una igua

aptitud para toda clase de personajes

de papeles.


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EL SEGUNDONinguna sensibilidad!

EL PRIMERONinguna. Todava no he encadenad

bien mis razones, y me permitir uste

que las exponga como vengan, en edesorden de la obra misma de su amigoSi l comediante fuera sensible, l

estara permitido de buena f

representar dos veces un mismo papecon el mismo calor y el mismo xitoMuy clido en la primer

representacin, estara agotado y frcomo un mrmol a la tercera. Mientraque, imitador atento y discpulreflexivo de la naturaleza, la primer


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vez que se presente en el escenario bajel nombre de Augusto, Cinna, OrosmnAgamenn, Mahoma, copista riguroso d

s mismo o de sus estudios y observadocontinuo de nuestras sensaciones, sactuacin, lejos de debilitarse, s

fortificar con las nuevas reflexioneque recoja; se exaltar o se moderar, usted quedar cada vez ms satisfecho

Si es l mismo cuando representacmo har para dejar de ser l mismoY si quiere dejar de ser l mismocmo advertir el punto justo en el cua

debe colocarse y detenerse?Lo que me confirma en mi opinin

es la desigualdad de los actores qu

representan segn su alma. No esper


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ninguna unidad de parte de ellos; sactuacin es alternativamente fuerte dbil, o fra y clida, o trivial y sublime

Fallarn maana en el lugar donde hofueron excelentes y en cambio, un dsern excelentes donde hayan fallado l

vspera. En cambio, el comediante qurepresente segn la reflexin, el estudide la naturaleza humana, la imitaci

constante segn un modelo ideal, lmaginacin, la memoria, ser uno y emismo en todas las representacionessiempre con la misma perfeccin: tod

ha sido medido, combinado, aprendidoordenado en su cabeza; en sdeclamacin no hay monotona n

disonancias. El ardor tiene su progreso


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sus impulsos, sus remisiones, scomienzo, su medio, su extremo. Son lomismos acentos, las mismas posiciones

os mismos movimientos; si hay algundiferencia de una representacin a otraser por lo general con ventaja para est

ltima. No variar da a da; es uespejo siempre dispuesto a mostrar loobjetos, y a mostrarlos con la mism

precisin, la misma fuerza y la mismverdad. As como el poeta, ircontinuamente a buscar en el fondnagotable de la naturaleza, en lugar d

legar pronto al trmino de su propiriqueza.

Qu actuacin ms perfecta que l

de la Clairon?[8] Sin embargo, sgala


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estdiela, y se convencer de que a lsexta representacin sabe de memoriodos los detalles de sus movimiento

as como todas las palabras de su papelSin duda se ha confeccionado un modelal cual, en primer lugar, ha tratado d

conformarse; sin duda lo ha concebidan alto, tan grande, tan perfecto, come fue posible; pero ese modelo qu

copi de la historia, o que smaginacin ha creado como un grafantasma, no es ella misma; si el modelfuera slo de su altura, cmo sera d

dbil y pequea su accin! Cuando, fuerza de trabajo, se ha acercado a esdea tanto como ha podido, todo h

erminado; mantenerse firme en ese luga


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es una pura cuestin de ejercicio y dmemoria. Si usted asistiera a suensayos, cuntas veces le dira: Yest!Y cuntas veces ella contestaraSe equivoca usted! Es como L

Quesnoy, a quien un amigo, tomndol

del brazo, exclam: Detngase! Lmejor es enemigo de lo bueno; va

estropear todo Usted ve lo que h

hecho, responda el actor jadeante aconocedor maravillado; pero no ve lque tengo aqu, lo que persigo.

No dudo que la Clairon sienta e

mismo tormento que Quesnoy en suprimeras tentativas; pero una vez pasada lucha, una vez que se ha levantado

a altura de su fantasma, se domina, s


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repite sin emocin. Como nos sucede veces en sueos, su cabeza toca lanubes, sus manos abrazan los do

confines del horizonte; es el alma de ugran maniqu que la envuelve; suensayos lo han fijado sobre ella

Tendida en un divn, con los brazocruzados y los ojos cerrados, inmvilsiguiendo de memoria su sueo, pued

orse, verse, juzgarse y juzgar lampresiones que despertar. En esmomento es doble: es la pequeClairon y la gran Agripina.

EL SEGUNDOEntonces, segn su entender, nada s

parecera tanto a un comediante en e


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escenario o en sus estudios como lonios que de noche imitan a lofantasmas en los cementerios

evantando por encima de sus cabezauna sbana blanca en el extremo de upalo y haciendo salir de debajo de es

catafalco una voz lgubre que asusta os que pasan.

EL PRIMERO

Tiene razn. No sucede lo mismcon la Dumesnil que con la Clairon. Ellsube a las tablas sin saber qu dir; l

mitad de las veces no sabe lo que dicepero produce un momento sublime. Ypor qu el actor sera diferente depoeta, del pintor, del orador, de


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msico? No es en el furor de la primermpresin cuando se presentan lo

rasgos caractersticos, sino en momento

ranquilos y fros, en momentos del todnesperados. No se sabe de dnd

vienen esos rasgos: se deben a l

nspiracin. Cuando estn suspendidoentre la naturaleza y su esbozo, esogenios prestan mirada atenta a la una

al otro; las bellezas de la inspiracinos rasgos fortuitos que muestran en suobras y cuya sbita aparicin loasombra a ellos mismos, tienen un efect

un xito mucho ms seguros que lo quhan producido en un impulsoCorresponde a la sangre fra templar e

delirio del entusiasmo.


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No es el hombre violento que estfuera de s quien dispone de nosotrosesa es una ventaja reservada al hombr

que se domina. Los grandes poetadramticos son sobre todo espectadoreasiduos de lo que pasa a su alrededor e

el mundo fsico y el mundo moral.EL SEGUNDO

Que es solo uno.

EL PRIMEROCaptan todo lo que los impresiona,

o guardan en repertorios, a veces si

saberlo. De esos repertorios pasaantos fenmenos extraos pasan a su

obras. Los hombres ardientes, violentos

sensibles, estn en escena; ofrecen e


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espectculo, pero no lo gozan. Ehombre de genio hace su copia a partide ellos. Los grandes poetas, lo

grandes actores, y quiz en general todoos grandes imitadores de la naturaleza

cualesquiera sean, dotados de ric

maginacin, de gran juicio, de finacto, de gusto seguro, son los sere

menos sensibles. Estn listos par

demasiadas cosas; estn demasiadocupados mirando, reconociendo mitando, para verse en verda

afectados en su propio interior. Los ve

sin cesar, el libro de notas sobre larodillas y el lpiz en la mano.

Nosotros, en cambio, sentimos

Ellos observan, estudian y pintan. M


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atrever a decirlo? Y por qu no? Lsensibilidad no es en absoluto lcualidad de un gran genio. Amar l

usticia, pero la ejercitar como virtusin recoger sus dulzuras. No es scorazn acta, es su cabeza, la mism

que el hombre sensible pierde ante lmenor circunstancia inopinada; no serni un gran rey, ni un gran ministro, ni u

gran capitn, ni un gran abogado, ni ugran mdico. Llene la sala con esolorones, pero no me ponga ninguno e

el escenario. Mire a las mujeres; ella

nos superan, y mucho, en sensibilidadqu distancia entre ellas y nosotros eos momentos de pasin! Pero tant

como ellas nos superan cuando obran


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anto quedan por debajo de nosotrocuando imitan. La sensibilidad siempres dbil para la organizacin. L

grima que se escapa de un hombrverdaderamente hombre nos conmuevms que todos los llantos de una mujer

En la gran comedia, la comedia demundo, a la que siempre vuelvo, todaas almas clidas ocupan el teatro; todo

os hombres de genio son loespectadores. Los primeros se llamaocos; los segundos, que se ocupan d

copiar sus locuras, se llaman sabios. E

ojo del sabio capta el ridculo de tantopersonajes diversos, lo describe y hacrer al mismo tiempo de esos enojoso

originales de los cuales uno ha sido l


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vctima, y de uno mismo. l observaba trazaba la copia cmica, al mismiempo del fastidioso y de nuestr

suplicio.Aun si estas verdades fuera

demostradas, los grandes comediante

no estaran de acuerdo; es su secretoLos actores mediocres o novicios esthechos para ser rechazados, y se podr

decir de algunos otros que creen sentircomo se ha dicho del supersticioso qucree creer; y sin que la fe para este, ni lsensibilidad para aqul, representen l

salvacin.Pero entonces, se dir, esos acento

an plaideros, tan dolorosos, que es

madre arranca del fondo de sus entraa


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que conmueven tanto las mas, no estprovocados por el sentimientonspirados por la desesperacin? D

ningn modo; y la prueba es que somesurados; que forman parte de usistema de declamacin; que ms bajo

o ms agudos que la vigsima parte dun cuarto de tono, resultan falsos; questn sometidos a una ley de unidad

que, como en la armona, estpreparados y reservados; que nsatisfacen todas las condicionerequeridas ms que por medio de u

argo estudio; que concurren a lsolucin de un problema propuesto; qupara ser proferidos como es debido, ha

sido ensayados cien veces, y que pese


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esas frecuentes repeticiones, todava lefalta; es que antes de decir:

Zare, estis llorando!

O

All estars, hija ma,

el actor se ha escuchado a s mism

durante largo tiempo; se escucha en emomento mismo en que nos emociona, odo su talento no consiste en sentir

como usted lo supone, sino en manifestade modo tan escrupuloso los signoexteriores del sentimiento, que ustemismo llegue a equivocarse. Los grito

de su dolor estn pautados en su odo


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Los gestos de su desesperacin estrealizados de memoria y preparadoante un espejo. Sabe cul es el moment

preciso en que sacar su pauelo corrern las lgrimas; esprelas en espalabra, en esa slaba, ni antes n

despus. Ese temblor de la voz, esapalabras en suspenso, esos sonidosofocados o lnguidos, es

estremecimiento de los miembros, esvacilacin de las rodillas, esodesvanecimientos, esos furores: purmitacin, leccin estudiad

previamente, mueca pattica, imitacisublime cuyo recuerdo conserva el actoargo tiempo despus de haberl

estudiado, cuya conciencia ten


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presente en el momento de ejecutarla que le deja, por suerte para el poetapara el espectador y para l mismo, l

completa libertad de su espritu, y quno le cuesta, como los otros ejerciciosms que la fuerza corporal. Una ve

quitada la mscara, abandonado ecoturno, su voz se apaga, siente unextrema fatiga y va a cambiarse de rop

o a acostarse, pero no le queda nurbacin, ni dolor, ni melancola, npostracin del alma. Es usted quien sleva todas esas impresiones. El acto

est cansado, y usted est triste; eporque l se ha esforzado sin sentinada, y usted ha sentido sin esforzarse

Si no fuera as, la condicin de


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comediante sera la ms desdichada dodas; pero l no es el personaje, sin

que lo representa, y lo representa ta

bien que usted lo toma por tal: la ilusies slo para usted; l, por su parte, sabmuy bien que no lo es.

La idea de sensibilidades diversasque se conciertan entre s para obteneel mayor efecto posible, que se ajustan

un diapasn, que se debilitan, que sfortifican, que se matizan para formar uodo que sea uno, es algo que me hac

rer. Insisto, pues, y digo: Es l

extremada sensibilidad lo que hace a loactores mediocres, es la sensibilidamediocre lo que hace la multitud de lo

malos actores; y es la falta absoluta d


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sensibilidad lo que prepara los actoresublimes. Las lgrimas del comediantbajan de su cerebro; las del hombr

sensible suben de su corazn: son laentraas quienes turban sin medida lcabeza del hombre sensible; es l

cabeza del comediante la que a veceaporta una pasajera turbacin a suentraas; llora como un sacerdot

ncrdulo que predicara la Pasin; comun seductor a las rodillas de una mujeque no ama, pero que quiere engaarcomo un pordiosero en la calle o a l

puerta de una iglesia, que lo insultcuando desespera de conmoverlo; como una cortesana que no siente nada

pero se desvanece entre sus brazos.


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Reflexion alguna vez acerca de ldiferencia entre las lgrimas provocadapor un acontecimiento trgico y la

provocadas por un relato pattico? Unoye contar una bella historia: poco poco, la cabeza se trastorna, las entraa

se conmueven, y corren las lgrimasPor el contrario, ante un accidentrgico, el objeto, la sensacin y e

efecto se tocan; en un instante, laentraas se conmueven, se lanza ugrito, se pierde la cabeza, y corren lagrimas; estas vienen de pronto: la

otras son tradas. Esa es la ventaja de ugolpe de teatro natural y verdadersobre una escena elocuente: realiza d

pronto lo que la escena hace esperar


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pero la ilusin es mucho ms difcil dproducir; un incidente falso, maransmitido, la destruye. Los acentos s

mitan mejor que los movimientos, peros movimientos impresionan ms. Es

es el fundamento de una ley que no cre

conozca excepciones, la de terminar pouna accin y no por un parlamento, spena de resultar fro.

Y bien, no tiene usted nada quobjetar? Lo oigo; usted hace un relato esociedad; sus entraas se conmueven, svoz se entrecorta, llora. Dice que h

sentido, y sentido vivamente. Estoy dacuerdo, pero se haba preparado? NoHablaba en verso? No. Sin embargo

arrastra a los oyentes, los asombra, lo


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emociona, les produce un gran efecto. Everdad. Pero lleve al teatro su tonfamiliar, su expresin simple, su aspect

domstico, su gesto natural, y ya vercmo ser pobre y dbil. Ser intil quderrame su llanto, resultar ridculo

har rer. Lo que represente no ser unragedia sino una trgica parodia. Cre

usted que las escenas de Corneille, d

Racine, de Voltaire, de Shakespearepueden recitarse con su voz dconversacin y el tono de estar junto a lchimenea? No ms que la historia d

estar junto a la chimenea con el nfasis as aperturas de boca del teatro.

EL SEGUNDO


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Es que tal vez Racine y Corneillepor ms grandes hombres que fueran, nhicieron nada valioso.

EL PRIMEROQu blasfemia! Quin osar

proferirla? Quin se atrevera aplaudirla? Ni siquiera las cosafamiliares de Corneille pueden decirscon un tono familiar.

Pero una experiencia que ustehabr tenido cien veces, es que al finade su relato, en medio de la turbacin

a emocin que usted ha creado en spequeo auditorio de saln, llega unuevo personaje cuya curiosidad haque satisfacer. Usted no puede hacerlo


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su alma est agotada, no le quedan nsensibilidad, ni calor, ni lgrimas. Poqu el actor no siente el mism

agotamiento? Es porque hay una gradiferencia entre el inters que aporta un cuento hecho a voluntad y el inter

que le inspira a usted la desgracia de svecino. Acaso es usted Cinna? Hsido alguna vez Cleopatra, Merope

Agripina? Qu le importan esapersonas? La Cleopatra, la Merope, lAgripina, el Cinna del teatro, sopersonajes histricos? No. Son lo

fantasmas imaginarios de la poesa; digms: son espectros de la modalidaparticular de tal o cual poeta. Deje a es

especie de hipogrifos en el escenari


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con sus movimientos, su andar y sugritos; quedaran mal en la historiaharan rer a carcajadas en una tertulia

otra reunin de sociedad. La gente spreguntara al odo: Est delirandoDe dnde sali ese Don Quijote

Dnde hacen cuentos semejantes? Equ planeta hablan as?

EL SEGUNDO

Pero por qu no resultan mal en eeatro?

EL PRIMERO

Porque son convenciones. Es unfrmula del viejo Esquilo; un protocolde tres mil aos.

EL SEGUNDO


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Y ese protocolo durar muchiempo?

EL PRIMEROLo ignoro. Lo nico que s, es quuno se aparta de l a medida que sacerca a su lugar y a su pas.

Conoce una situacin ms parecida la de Agamenn en la primera escende Ifigenia que la de Enrique IV

cuando, obsesionado por terrores mubien fundados, deca a sus ntimos: Mmatarn, nada es ms cierto; m

matarn?. Suponga que ese hombrexcelente, ese grande y desdichadmonarca, atormentado en la noche poese presentimiento funesto, se levante


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vaya a llamar a la puerta de Sully, sministro y amigo; cree que habra upoeta bastante absurdo como para hace

decir a Enrique:

S, soy Enrique, soy tu rey qu

te llama,Ven a reconocer la voz que t

interpela

que haga responder a Sully:

Sois vos mismo, seor! Qu

importante negocioOs hace levantaros tan lejo

de la aurora?

Un claror mortecino o


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alumbra y me gua.

Tan slo vos y yo estamos y

despiertos!

EL SEGUNDOTal vez era se el verdader

enguaje de Agamenn.EL PRIMERO

No ms que el de Enrique IV. Es e

de Homero, el de Racine, el de lpoesa. Y ese lenguaje pomposo npuede ser usado sino por seres ajenos hablado por bocas poticas con un tonpotico.

Reflexione un momento sobre lo quen teatro se llama la verdad.Acaso e

mostrar las cosas como son en l


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naturaleza? De ningn modo. Lverdadero en ese sentido no sera mque vulgar. Qu es entonces l

verdadero en el escenario? Es lconformidad de las acciones, lapalabras, el rostro, la voz, e

movimiento, el gesto, con un modeldeal imaginado por el poeta y a menud

exagerado por el comediante. Eso es l

maravilloso. Ese modelo no influye slsobre el tono; modifica el modo dcaminar, el porte. Esa es la razn de quel comediante, cuando est en la calle

en el escenario sea dos personajes tadiferentes que resulta difcireconocerlo. La primera vez que vi

Mlle Clairon en su casa, exclam co


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oda naturalidad, Ah, seorita, me lmaginaba mucho ms alta!.

Una mujer desdichada, desdichad

de verdad, llora, y usted no sconmueve; peor: un ligero rasgo que ldesfigura lo hace rer; un acento que l

es propio le suena mal y lo molesta; umovimiento que le es habitual le muestrsu dolor innoble y hurao: es que cas

odas las pasiones intensas estn sujetaa muecas que el artista sin gusto copide manera servil, pero que el graartista evita. Queremos que en lo m

errible del tormento el hombre conservsu carcter de hombre, la dignidad de sespecie. Cul es el efecto de es

esfuerzo heroico? Distraer del dolor


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atemperarlo. Queremos que esa mujecaiga con decencia, con blandura, y quese hroe muera como el gladiado

antiguo, en medio de la arena, ante eaplauso del circo, con gracia, conobleza, con una actitud elegante

pintoresca. Quin cumplir nuestrdeseo? El atleta que el dolor subyuga a sensibilidad descompone? O e

atleta academizado que se domina practica lecciones de gimnasia aexhalar su ltimo suspiro? El gladiadoantiguo, como un gran comediante, u

gran comediante, como un gladiadoantiguo, no mueren como se muere en eecho, sino que estn obligados

representar otra muerte par


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complacemos, y el espectador delicadsentira que la verdad desnuda, la accidespojada de toda composicin ser

mezquina y contrastara con la poesdel resto.

No es que la pura naturaleza n

enga sus momentos sublimes; perpienso que si hay alguien capaz dcaptar y conservar su sublimidad, e

quien los haya presentido con lmaginacin o el genio y los manifiestcon sangre fra.

Sin embargo, no negara que hubier

una especie de movilidad de laentraas adquirida o ficticia; pero susted me pregunta qu opino, la cre

casi tan peligrosa como la sensibilida


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natural. Poco a poco, debe conducir aactor al amaneramiento y la monotonaEs un elemento contrario a la diversida

de las funciones de un gran comediantecon frecuencia, este se ve obligado despojarse de ella, y esa abnegacin d

s mismo no es posible ms que para uncabeza frrea. E incluso sera mejorpara la facilidad y el xito de lo

estudios, la universalidad del talento a perfeccin de la actuacin, no teneque hacer esa incomprensibldistraccin de s mismo para consig

mismo, cuya extrema dificultad, aimitar a cada comediante a un sol

papel, condena los elencos a ser mu

numerosos, o a casi todas las obras a se


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mal representadas, a menos que srastorne el orden de las cosas y la

obras se hagan para los actores, lo

cuales, me parece, deberan por econtrario estar hechos para las obras.

EL SEGUNDOPero si una multitud de hombre

reunidos en la calle por alguncatstrofe llegan a desplegar de sbito,

cada uno a su modo, su sensibilidanatural, sin haberse puesto de acuerdocrearn un espectculo maravilloso, mi

modelos preciosos para la escultura, lpintura, la msica y la poesa.

EL PRIMERO

Es verdad. Pero ese espectcul


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sera comparable con el que resultarde un acuerdo profundo, de esa armonque el artista introducir cuando l

ransporte de la calle al escenario o lela? Si usted lo pretende as, cul es

replicara yo, esa magia del arte ta

alabada, ya que se reduce a estropear lque la naturaleza bruta y un arreglfortuito haban hecho mejor que ella

Niega usted que se embellezca lnaturaleza? Nunca alab a una mujediciendo que era bella como una Virgede Rafael? Ante un hermoso paisaje

nunca exclam que era de novelaAdems, usted me habla de una cosreal, y yo le hablo de una imitacin; m

habla de un instante fugitivo de l


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naturaleza, y yo le hablo de una obra darte, proyectada, continua, que tiene suprogresos y su duracin. Tome a cad

uno de esos actores, haga variar lescena tanto en la calle como en eeatro, y mustreme sus personaje

sucesivamente, aislados, de a dos, de res; abandnelos a sus propio

movimientos; que sean dueos absoluto

de sus acciones, y ver la extracacofona que resultar. Para obviar estdefecto, los hace ensayar juntos? Adia su sensibilidad natural, y mejor as.

El espectculo es como unsociedad bien ordenada, donde cada unsacrifica algo de sus derecho

primitivos por el bien del conjunto y de


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odo. Quin apreciar mejor la medidde ese sacrificio? El entusiasta? Efantico? Por cierto que no. En l

sociedad, ser el hombre justo; en eeatro, el comediante que tenga la cabez

fra. Su escena de la calle es a

escenario dramtico como una horda dsalvajes a una asamblea de hombrecivilizados.

ste es el momento de hablarle de lnfluencia prfida de un compaermediocre sobre un excelentcomediante. Este ha concebido e

grande, pero se ver obligado renunciar a su modelo ideal parponerse al nivel del pobre diablo con e

cual comparte el escenario. Entonces


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prescinde de estudio y de buen juicio: o que sucede lo mismo que pasa ponstinto en un paseo o junto al fuego: e

que habla bajo disminuye el tono de snterlocutor. O si prefiere otr

comparacin, sucede como en el whist

donde usted pierde una porcin de shabilidad si no puede contar con el otrugador. Ms an: cuando usted quiera

a Clairon le dir que Le Kain, pomaldad, la haca mala o mediocre, discrecin; y que, como represalia, ello expona a veces a los silbidos. Qu

son entonces dos comediantes que ssostienen uno al otro? Dos personajeque tienen, conservando la

proporciones, sea la igualdad, sea l


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subordinacin que conviene a lacircunstancias en que los ha colocado epoeta, sin lo cual uno ser demasiad

fuerte o demasiado dbil; y para salvaesa disonancia, el fuerte rara veevantar al dbil hasta su altura; per

de manera deliberada bajar hasta spequeez. Y sabe cul es el objeto desos mltiples ensayos? Establecer u

equilibrio entre los talentos diversos dos actores de manera que de ello resultuna accin general que sea una; y cuandel orgullo de uno de entre ellos se nieg

a ese equilibrio, es siempre a costa de lperfeccin del todo, en detrimento deplacer que usted sentir; puesto que e

raro que la excelencia de uno solo no


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compense por la mediocridad de lootros, la cual slo subraya. He visto veces castigada la personalidad de u

gran actor; cuando el pblico decontamente que haba exagerado, eugar de sentir que su compaero er

dbil.Ahora usted es poeta: tiene una obr

para hacer representar, y le dejo l

eleccin de actores de juicio profundo cabeza fra, o actores sensibles. Perantes de decidirse, permtame que lhaga una pregunta. A qu edad se es u

gran comediante? A la edad en que sest lleno de fuego, cuando la sangrhierve en las venas, cuando el m

igero choque repercute hasta el fond


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de las entraas, cuando el espritu snflama ante la mnima chispa? M

parece que no. Aquel que la naturalez

ha modelado como comediante, no eexcelente en su arte hasta que hadquirido una larga experiencia, cuand

el fuego de las pasiones se ha calmadocuando la cabeza est serena y el almse domina. El vino de mayor calidad e

spero y grosero cuando fermenta; couna larga permanencia en el tonedeviene generoso. Cicern, Sneca Plutarco me representan las tres edade

de las que se compone el hombreCicern a menudo no es ms que fuegde paja que place a mis ojos; Sneca

fuego de sarmientos que los hiere


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mientras que si remuevo las cenizas deviejo Plutarco, descubro los grandecarbones de un brasero que me entibi

dulcemente.Ya pasados los sesenta aos, Baro

representaba al conde de Essex,

Xifars, a Britannicus, y lorepresentaba bien. La Gaussin encantaben El Orculo y La pupila a lo

cincuenta aos.EL SEGUNDO

No tena el rostro de su personaje.

EL PRIMEROEs verdad; y ese es tal vez uno d

os obstculos insuperables para l

excelencia de un espectculo. Hay qu


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haber caminado largos aos sobre laablas, y el papel exige a veces l

primera juventud. Si ha habido un

actriz de diecisiete aos capaz del papede Monima, de Dido, de Pulqueria, dHermione, es un prodigio que n

volver a verse. Sin embargo, un viejcomediante no es ridculo ms qucuando las fuerzas lo han abandonad

por completo, o cuando la superioridade su actuacin no salva el contrastentre su vejez y su papel. En el teatrsucede lo mismo que en la sociedad, e

a que slo se reprocha a una mujer posu cuando no tiene ni bastante talento notras virtudes para cubrir un vicio.

En nuestros das, la Clairon y Mol


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al debutar, representaban poco ms menos como autmatas, y luego smostraron como verdadero

comediantes. Cmo sucedi estoAcaso el alma, la sensibilidad, laentraas, les llegaron a medida qu

avanzaban en edad?Hace muy poco, despus de die

aos de ausencia del teatro, la Clairo

quiso reaparecer; si represent de modmediocre, fue porque haba perdido salma, su sensibilidad, sus entraas? Dningn modo: ms bien, la memoria d

sus personajes. Espero el futuro.

EL SEGUNDOQu? Usted cree que volver?


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EL PRIMEROO se morir de aburrimiento

porque, qu quiere usted poner en eugar del aplauso pblico y de una grapasin? Si un actor, una actriz, estabade verdad compenetrados de spersonaje, como se supone, dgame si euno pensara en echar una mirada a lopalcos, la otra en dirigir una sonrisa a l

platea, y si habra que ir al vestbulo nterrumpir la risa inmoderada de uercero para advertirle de que ya es hor

de que venga a apualarse.Pero tengo ganas de esbozarle unescena entre un comediante y su mujeque se detestaban; escena de amante


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iernos y apasionados; escenrepresentada en las tablas tal como voa entregrsela; y tal vez un poco mejor

escena en la que dos actores nunca sparecieron ms a sus personajes; escenen que arrancaron los aplauso

continuos de la platea y de los palcosescenas que el batir de nuestras manos nuestros gritos de admiraci

nterrumpieron diez veces. Es la tercerdel cuarto acto del Despecho amorosde Molire, su triunfo:

El comediante Erasto, enamoradde Lucila,

Lucila, enamorada de Erasto y

esposa del comediante.


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EL COMEDIANTE

No, no lo creis, seoraQue de mi amor yo venga a hablaros

esta hora

La comediante.Se lo aconsejo.

Se acab.

Eso espero.

Quiero curarme de l, y con toda raz

Pues s qu sentimiento os llena ecorazn

Ms de lo que merece.


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Un rencor tan constante por unsimple ofensa.

Usted, ofenderme? No lconcedo el honor.

Sobre vuestro desdn hechado luz intensa

Y deber mostraros que a u

alma generosa

A una generosa, tal vez.

La marca del desdn es la mdolorosa.

Del desdn ms profundo.


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Deber confesarlo, vuestro

ojos mostrabanEncantos inauditos que en

los dems no estaban.

No por no haber mirado.

Y el amor que senta pormis dulces cadenas

Sera preferible al trono ysus diademas.


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Los cambi ms baratos.

Viva todo en vos;

Es falso, y me ha mentido.

Y an confesaraQue aunque ultrajado ytriste, todava tendra

Demasiado trabajo paraverme curado.


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Sera muy molesto.

Y pese a la salud que mialma procura

Sangrar largo tiempo poresta herido oscura,

No tema, ya hay gangrena.

Y librado de un yugo que npuedo olvidar

Tendr que resolverme a no

volver a amar.


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Ya encontrar compensacin

Pero en fin, ya nimporta; y si vuestro rencor

Expulsa un corazn quos devuelve el Amor,

sta ser la ltima de las impertinenciaQue tendris que sufrir por mi amargadolencia.

LA COMEDIANTEPodis darme ya mismo la gracia toda

entera

Seor, y evitarme tambin esta postrera


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El comediante. Corazn mo, ereuna insolente, y te arrepentirs.

EL COMEDIANTEY bien, seora, y bien,

estaris satisfecha.Pues yo rompo con vos apartir de esta fecha.

Ya que as lo queris, que

yo pierda la vidaSi volviera a buscar la

presencia querida.

LA COMEDIANTE


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Prefiero ese favor.

EL COMEDIANTEY sentos confiada,

La comediante. No os temo.

Cumplir mi palabraaunque mi alma ulcerada,No pudiera borrar vuestra

imagen ni un da.Creedme, no tendris jam

esa alegra


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Desgracia, queris decir.

De verme regresar.

LA COMEDIANTE

Sera bien en vano.

El comediante. Amiga, sois un

suprema sinvergenza a quien enseara hablar.

EL COMEDIANTECon el pual mi pecho

atacar mi mano,


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La comediante.Dios lo quiera!

Si tuviera una vez eldesignio maligno

Y por qu se no, despus dantos otros?

De volver a buscaros,

despus de un trato indigno

La COMEDIANTE

Sea, no hablemos ms.

Y as sigue. Despus de esta doblescena, una de enamorados, otra d


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esposos, cuando Erasto acompaa a sLucila entre bastidores, le aprieta ebrazo con una violencia como par

arrancar la carne de su amada mujer, responda a sus gritos con las palabrams insultantes y ms amargas.

EL SEGUNDOSi yo hubiera escuchado esas do

escenas simultneas, creo que nunca e

mi vida hubiera vuelto a poner los pieen un teatro.

EL PRIMERO

Si pretende que ese actor y esa actrihan sentido, le preguntar si fue en lescena de los enamorados, o en la de lo

esposos, o en ambas. Pero escuche l


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escena siguiente entre la mismcomediante y otro actor, su amante.

Mientras el amante habla, l

comediante dice de su marido: Es undigno, me ha llamado no m

animara a repetroslo.

Mientras ella responde, su amante lreplica: Y no est acostumbrada?. Yas de frase en frase.

No cenamos esta noche? Mgustara, pero cmo escapar? Eso ecosa suya. Y si se entera? No serni ms ni menos, y nosotros tendremo

una noche feliz. Quin vendr? Quien vos queris. Ante todo ecaballero, que es importante. A

propsito del caballero, sabis qu


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slo yo podra tener celos de l? Yque slo yo podra decir que tenirazn?.

Es as como estos seres tan sensiblee aparecen enteros en la alta escena qu

usted escuchaba, mientras en realidad n

estn sino en la escena baja que usted noa; y usted exclamaba: Hay qureconocer que esta mujer es una actri

encantadora; nadie sabe escuchar comella, y acta con una inteligencia, ungracia, un inters, una finura, unsensibilidad poco comn. Y yo m

rea de sus exclamaciones.Sin embargo, esa actriz engaa a s

marido con otro actor, a ese actor con e

caballero, y al caballero con un tercer


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que ste sorprende en sus brazos. l hmeditado una gran venganza. Scolocar en los palcos, en las grada

ms bajas (entonces el conde dLauraguais no los haba quitado an deescenario).[9]All instalado, se prometi

desconcertar a la infiel por su presenci sus miradas de desprecio, parurbarla y exponerla al abucheo de lo

espectadores. La obra comienza; lraidora aparece, percibe al caballero sin conmoverse en su actuacin, le dicsonriendo: Ah, el feo protestn que s

enoja por nada. El caballero sonre su vez. Ella contina: Vendris estnoche?. l se calla. Ella agrega

Terminemos con esta aburrida querella


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haced avanzar vuestra carroza. Ysabe usted en que escena se intercalabsta? En una de las ms conmovedora

de La Chausse, donde esta actrisollozaba y nos haca llorar con todo ecorazn. Esto lo confunde, pero si

embargo es la verdad exacta.EL SEGUNDO

Es como para asquearme del teatro.

EL PRIMEROY por qu? Si esas personas n

fueran capaces de esas hazaas

entonces s que no habra que ir. Lo que voy a contar, lo he visto yo mismo.

Garrick pasa la cabeza entre las do

hojas de una puerta, y en un intervalo d


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cuatro a cinco segundos, su rostro pasen rpida sucesin de la loca alegra una alegra moderada, de ella a l

ranquilidad, de la tranquilidad a lsorpresa, de la sorpresa al asombro, deasombro a la tristeza, de la tristeza a

abatimiento, del abatimiento al temordel temor al horror, del horror a ldesesperacin, y vuelve desde est

ltimo grado al primero del cual habdescendido. Acaso su alma ha podidexperimentar todas esas sensaciones ejecutar, de concierto con su rostro, es

especie de gama? No lo creo, y usteampoco. Si le peda a ese hombr

clebre, que por s solo mereca que s

hiciera un viaje a Inglaterra tanto com


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odas las ruinas de Roma merecen quse haga un viaje a Italia; si usted lpeda, repito, la escena del Peque

Pastelero, la representaba; si dnmediato, le peda la escena de Hamletambin la representaba, tan preparad

para llorar la cada de sus pastelitocomo para seguir en el aire el camino dun pual. Acaso se re o se llora

discrecin? Se hace el gesto, ms menos fiel, ms o menos engaososegn uno sea o no sea Garrick.

A veces me burlo, e incluso co

bastante veracidad, para engaar a lohombres de mundo ms astutos. Cuandme muestro desolado por la muert

simulada de mi hermana en la escen


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con el abogado normando; cuando, euna escena con un funcionario de lmarina me acuso de haberle hecho u

hijo a la mujer de un capitn de barcoengo todo el aspecto del dolor y l

vergenza; pero estoy afligido?, esto

avergonzado? No ms en mi pequecomedia que en la sociedad, dondrepresent esos dos papeles antes d

ntroducirlos en una obra de teatro.[10

Qu es entonces un gran comedianteUn gran bromista trgico o cmico, quien el poeta ha dictado su discurso.

Sedaine da El filsofo sin saberlo11] Yo estaba ms interesado que l eel xito de la obra. La envidia de lo

alentos es un vicio que me es ajeno, y


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engo otros sin necesidad de se. Tompor testigos a todos mis cofrades eiteratura, cuando se han dignad

consultarme sobre sus obras, si no hhecho todo lo que de m dependa parresponder como es debido a es

distinguida seal de su estima. Eilsofo sin saberlovacila en la primer en la segunda representacin, y m

siento afligido; en la tercera se va a lanubes, y me siento transportado dalegra. A la maana siguiente me trepa un coche, corro a lo de Sedaine; er

nvierno, haca un fro terrible; voy odas partes donde espero encontrarlo

Me entero de que est en el fondo de

barrio San Antonio, y me hago lleva


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all. Lo abordo, le echo los brazos acuello; me falta la voz, y las lgrimacorren por mis mejillas. Ese es e

hombre sensible y mediocre. Sedainenmvil y fro, me mira y me dice: Ah

seor Diderot, qu bello est!. se e

el observador y el hombre de genio.Un da, yo contaba este hecho en l

mesa, en casa de un hombre cuyo

alentos superiores destinaban a ocupael lugar ms importante del Estado, eSr. Necker; haba gran nmero de gentede letras, entre los cuales estab

Marmontel, a quien quiero y a quien socaro. Este me dijo con irona: Verque cuando Voltaire se siente desolad

por el simple relato de un rasgo pattic


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Sedaine conserva su sangre fra antun amigo que rompe en lgrimas, eVoltaire el hombre ordinario y Sedain

el hombre de genio!. Ese apstrofo mdesconcierta y me reduce al silencioporque el hombre sensible, como yo, s

concentra en lo que le objetan, pierde lcabeza y no la recupera hasta mucho marde. Otro, fro y dueo de s mismo

habra respondido a Marmontel: Sreflexin estara mejor en otra bocaporque usted no siente ms que Sedain tambin hace cosas muy bellas,

corriendo la misma carrera que podra dejar a su vecino el cuidado dapreciar su mrito con imparcialidad

Pero sin querer preferir Sedaine


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Voltaire, ni Voltaire a Sedaine, podrdecirme qu habra salido de la cabezdel autor del Filsofo sin saberlo, de

esertory dePars a salvosi, en lugade pasar treinta y cinco aos de su vidamasando yeso y cortando piedra

hubiera empleado todo ese tiempocomo Voltaire, usted y yo, leyendo meditando a Homero, Virgilio, el Tasso

Cicern, Demstenes y Tcito? Nuncsabramos ver como l y l habraprendido a decir como nosotros. Lconsidero como un sobrino nieto d

Shakespeare; ese Shakespeare, que ncomparar ni con el Apolo dBelvedere, ni con el Gladiador, ni co

Antnoo, ni con el Hrcules de Glycon


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sino ms bien con el san Cristbal dotre-Dame, coloso informe, esculpid

bastamente, pero entre cuyas pierna

pasaramos todos sin que nuestra frentocara sus partes vergonzosas.

Pero fjese en otro rasgo en el que l

mostrar un personaje que en umomento se vuelve chato y tonto por ssensibilidad, y en el momento siguient

resulta sublime por la sangre fra qusucede a la sensibilidad sofocada:Un literato, cuyo nombre me callo

haba cado en la extrema indigencia

Tena un hermano, cannigo y rico. Lpregunt al indigente por qu su hermanno acuda en su ayuda. Es que teng

grandes problemas con l, me responde


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Obtengo su autorizacin para ir a ver aseor telogo. Voy. Me anuncian; entroLe digo al telogo que voy a hablarle d

su hermano. l me toma de la mano, mhace sentar y observa que es de hombrsensato conocer a aquel cuya causa s

encarga de defender; y luegoapostrofndome con fuerza: Conoce mi hermano? As lo creo. Est

enterado de sus procederes con respecta m? As lo creo. Lo creeEntonces sabe?. Y el telogempieza a recitarme, con rapidez

vehemencia sorprendentes, una serie dacciones ms atroces y repugnantes unaque otras. Me confundo, me sient

agobiado; pierdo valor para defender


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un monstruo tan abominable como el qume pintaban. Por fortuna mi telogo, upoco detallista en su filpica, me dej

iempo para recuperarme; poco a pocoel hombre sensible se retir dando lugaal hombre elocuente, ya que m

atrevera a decir que en esa ocasin lfui. Seor, le dije con frialdad, shermano ha hecho cosas peores, y e

digno de alabanza que me oculte lo peode sus crmenes. No oculto nada. Aodo lo que me ha dicho, podra agrega

que una noche, cuando usted sala de s

casa para ir a maitines, lo atrap por lgarganta, y sacando un cuchillo qulevaba oculto en la ropa, estuvo a punt

de clavrselo a usted en el pecho.


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Sera muy capaz; pero si no lo hacusado de ello, es porque no everdad. Y yo, levantndome d

pronto y fijando sobre mi telogo unmirada firme y severa, exclam con voonante, con toda la vehemencia y e

nfasis de la indignacin: Y cuandfuese verdad, no tendra an que dapan a su propio hermano?. El telogo

anonadado, confundido, se queda mudose pasea, vuelve a m y me concede unpensin anual para su hermano.[12]

En el momento en que acaba d

perder a su amigo o su amada componun poema sobre su muerte? NoDesgraciado aqul que entonces goz

de su talento! Cuando el gran dolor h


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pasado, cuando la extrema sensibilidase amortigua, cuando se est lejos de lcatstrofe, cuando el alma est tranquil

uno evoca la felicidad eclipsadaentonces puede apreciar la prdida quha sufrido, la memoria se rene con l

maginacin, la una para recordar, lotra para exagerar la dulzura de uiempo pasado; es entonces cuando un

se posee a s mismo y habla bien. Diceque llora, pero uno no llora cuandpersigue un epteto enrgico que se lescapa; dicen que llora, pero uno n

lora cuando se ocupa de hacer un versarmonioso: si las lgrimas corren, lpluma cae de las manos, uno se entrega

su sentimiento y deja de componer.


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Pero sucede lo mismo con loplaceres violentos y con las penaprofundas; son mudos. Un amig

carioso y sensible vuelve a ver a uamigo que haba perdido por una largausencia; este reaparece en un moment

nesperado, y de inmediato el corazdel primero se conturba: corre, labraza, quiere hablar; no puede

artamudea palabras entrecortadas, nsabe lo que dice, no entiende lo que lcontestan; si pudiera darse cuenta de qusu delirio no es compartido, cunt

sufrira! Juzgue por la verdad de estpintura la falsedad de esos encuentroeatrales en los que dos amigos tiene

anto ingenio y se dominan tan bien. Y


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qu no le dira de esas inspidas elocuentes disputas sobre quin moriro ms bien sobre quin no morir, si es

exto, con el cual no podra terminar, nnos alejara de nuestro tema? Suficientpara las personas de gusto grande

verdadero; lo que yo pudiera agregar nenseara nada a los dems. Pero quisalvar esos absurdos tan comunes en e

eatro? El comediante, y qucomediante?Hay mil circunstancias contra una e

as que la sensibilidad es tan nociva e

a sociedad como en el escenarioPensemos en dos amantes: uno y otrienen que declararse. Cul saldr

mejor parado? No yo, por cierto


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Recuerdo que me acercaba al objetamado temblando; el corazn me latamis ideas se confundan; mi vo

ropezaba, y yo estropeaba todo lo qudeca. Contestaba no cuando debresponder s; cometa mil errores

orpezas sin fin; resultaba ridculo de lcabeza a los pies, me daba cuenta y mvolva ms ridculo an. Mientras qu

ante mis ojos, un rival alegre, agradablligero, dueo de s mismo, gozando ds mismo, sin perder ni una ocasin dalabar, y de alabar con gracia, diverta

complaca, era feliz; solicitaba unmano que se le abandonaba, a veces lomaba sin haberla pedido, la besaba, l

besaba otra vez, y yo, retirado en u


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rincn, apartando la mirada de uespectculo que me irritaba, sofocabmis suspiros, haca sonar mis dedos

fuerza de apretar los puos; agobiado dmelancola, cubierto de sudor fro, npoda ni mostrar ni ocultar mi dolor. S

ha dicho que el amor, que quita engenio a los que lo tienen, lo otorga

aquellos que no lo tienen; es decir, co

otras palabras, que hace a unosensibles y tontos, y a los otros fros emprendedores.

El hombre sensible obedece a lo

mpulsos de la naturaleza y no ofrecms que el grito de su corazn; en emomento en que atempera o fuerza es

grito, ya no es l mismo, es u


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comediante que representa.El gran comediante observa lo

fenmenos; el hombre sensible le sirv

de modelo, lo medita, y encuentra pomedio de la reflexin lo que hay quagregar o quitar para mejor. Y adems

ms hechos despus de las razones.En la primera representacin deIn

de Castro,[13] en el momento en qu

aparecen los nios, el pblico se puso rer; la Duclos, que representaba a Insndignada, se dirigi al pblico: Re

pues, pblico tonto, en el lugar m

bello de la obra. El pblico la oy y scontuvo; la actriz retom su papel, y sugrimas y la de los espectadore

corrieron juntas. Qu! Acaso se pasa


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vuelve a pasar de un sentimientprofundo a otro sentimiento profundodel dolor a la indignacin, de l

ndignacin al dolor? No puedconcebirlo; pero lo que s concibo mubien, es que la indignacin de la Duclo

era real y su dolor simulado.Quinault-Dufresne representa e

papel de Severo en Polyeucte.[14] H

sido enviado por el emperador Decipara perseguir a los cristianos. Confsus sentimientos secretos a su amigsobre esta secta calumniada. El sentid

comn exiga que esta confidencia, qupoda costarle el favor del prncipe, sdignidad, su fortuna, la libertad y tal ve

a vida, se hiciera en voz baja. E


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pblico grita: Ms alto. Y responde: Y ustedes, seores, mbajo. Si hubiera sido Severo, habr

vuelto a ser Quinault con tal rapidezo, le digo que no. Slo el hombre qu

se domina como sin duda l s

dominaba, el actor raro, el comediantpor excelencia, puede as deponer recuperar su mscara.

Le Kain, en el papel de Ninias,[15

baja a la tumba de su padre donde mata su madre; sale con las manoensangrentadas. Est lleno de horror, su

miembros se estremecen, tiene los ojoextraviados, sus cabellos pareceerizrsele sobre la cabeza. Usted s

siente temblar, el terror se apodera d


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usted, est tan trastornado como l. Siembargo, Le Kain-Ninias empuja con epie hacia bastidores un pendiente d

diamantes que se haba desprendido da oreja de una actriz. Y ese acto

siente? No es posible. Dir usted qu

es un mal actor? No lo creo. Qu eentonces Le Kain-Ninias? Es un hombrfro que no siente nada, pero sab

figurar de manera suprema lsensibilidad. Es intil que griteDnde estoy?. Yo le contestoDnde ests? Lo sabes muy bien

ests sobre las tablas, y con el piempujas un pendiente hacia bastidores

Un actor se apasiona por una actriz

el azar los pone en escena en u


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momento de celos. La escena ganar sel actor es mediocre; perder si es ucomediante; entonces el gran comediant

se transforma en l mismo y ya no es emodelo ideal y sublime que se ha hechde lo que es un celoso. Una prueba d

que el actor y la actriz se rebajan uno otra a la vida comn, es que sconservaran sus maneras teatrales s

reiran en la cara; con frecuencia, locelos ampulosos y trgicos no lepareceran ms que una mala parodia dos suyos.

EL SEGUNDOSin embargo, habr verdade

naturales.


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EL PRIMEROComo las hay en la estatua de

escultor que ha reproducido cofidelidad un mal modelo. Se puedeadmirar esas verdades, pero el todresulta pobre y despreciable.

Le digo ms: un medio seguro drepresentar con pequeez, comezquindad, es tener que representar e

propio carcter. Usted es un tartufo, uavaro, un misntropo, y lo representarbien; pero no har nada de lo que hizo e

poeta, puesto que l ha hecho el Tartufoel Avaro y el Misntropo.[16]

EL SEGUNDO

Y qu diferencia encuentra uste


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entre un tartufo y el Tartufo?

EL PRIMERO

El administrados Billard es uartufo, el abate Grizel es un tartufopero no es el Tartufo. El financistToinard era un avaro, pero no era eAvaro. El Avaro y el Tartufo han sidhechos a partir de todos los Toinard os Grizel del mundo; son sus rasgo

ms generales y ms marcados, y no soel retrato exacto de nadie, de modo qunadie se reconoce en ellos.

Las comedias de fantasas e inclusde caracteres son exageradas. La bromen la sociedad es una ligera espuma quse evapora en el escenario; la broma e


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el teatro es un arma cortante quresultara hiriente en sociedad. Para loseres imaginarios, no se necesitan la

atenciones debidas a los seres reales.La stira es sobre un tartufo, y l

comedia es Tartufo. La stira persigue

un vicioso, la comedia persigue uvicio. Si no hubiera habido ms que uno dos Preciosas ridculas, se habr

podido hacer una stira, pero no uncomedia.Vaya a ver a Lagrene,[17]pdale L

intura, y l creer haber satisfecho s

pedido cuando ponga en su tela unmujer frente a un caballete, con la paletsujeta por el pulgar y el pincel en l

mano. Pdale laFilosofa, y pensar qu


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a ha hecho cuando, frente a uescritorio, por la noche, a la luz de unmpara, haya apoyado en el codo un

mujer en bata, despeinada y pensativaque lee o medita. Pdale la Poesa,pintar a la misma mujer, cuya cabez

ceir con laurel, y en cuya mancolocar un rollo de papel. La Msicaser otra vez la misma mujer con un

ira en lugar del papel. Pdale lelleza, pdasela incluso a otro mhbil que l, y, o me equivoco mucho, este ltimo estar persuadido de qu

usted no exige de su arte ms que lfigura de una bella mujer. Su actor y espintor caen ambos en el mismo defecto

yo les dira: Su cuadro, su actuacin


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no son ms que retratos de individuomuy por encima de la idea general quel poeta ha trazado, y del modelo idea

cuya copia yo deseaba. Su vecina ebella, muy bella; de acuerdo, pero no ea Belleza. Hay tanta distancia de s

obra a su modelo como de su modelo adeal.

EL SEGUNDO

Pero ese modelo ideal no serquiz una quimera?

EL PRIMERO

No.EL SEGUNDO

Pero puesto que es ideal, no existe

ahora bien, no hay nada en e


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entendimiento que no haya estado en lsensacin.

EL PRIMEROEs verdad. Pero tomemos un arte esu origen, la escultura, por ejemplo. Lescultura copi el primer modelo que spresent. Luego vio que haba modelomenos imperfectos, y los prefiriCorrigi los defectos groseros de stos

uego los defectos menos groseros, hastque, por una larga serie de trabajosogr una figura que ya no exista en l

naturaleza.EL SEGUNDO

Y por qu?

EL PRIMERO


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Porque es imposible que edesarrollo de una mquina tacomplicada como un cuerpo animal se

regular. Vaya a las Tulleras o a loChamps Elyses un hermoso da dfiesta; considere a todas las mujeres qu

lenarn los paseos, y no encontrar nuna sola que tenga las dos comisuras da boca perfectamente iguales. La Dna

de Ticiano es un retrato; el Amorcolocado a los pies de su lecho, edeal. En un cuadro de Rafael, que h

pasado de la galera del Sr. Thiers a l

de Catalina II, el san Jos es unnaturaleza comn; la Virgen es unhermosa mujer real; el nio Jess e

deal. Pero si quiere saber ms sobr


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estos principios especulativos del artee entregar mis Salones.[18]

EL SEGUNDOHe odo hablar de ellos con elogiopor parte de un hombre de fino gusto espritu delicado.

EL PRIMEROM. Suard.[19]

EL SEGUNDOY por una mujer que posee todo l

que la pureza de un alma angelica

agrega a la delicadeza del gusto.EL PRIMERO

Mme Necker.[20]


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EL SEGUNDOPero volvamos a nuestro tema.

EL PRIMEROMuy bien, aunque yo preferir

alabar la virtud que hablar de asunto

bastante ociosos.EL SEGUNDO

Quinault-Dufresne, de carcte

fanfarrn, representabmaravillosamente al Fanfarrn.[21]

EL PRIMERO

Es verdad, pero cmo sabe usteque se representaba a s mismo? O poqu la naturaleza no lo habra hecho u

fanfarrn muy cercano al lmite qu


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separa la belleza real de la bellezdeal, lmite sobre el cual trabajan la

diferentes escuelas?

EL SEGUNDONo le entiendo.

EL PRIMEROSoy ms claro en mis Salonesdonde le aconsejo que lea el fragmentsobre la Belleza en general. Yentretanto, dgame, Quinault Dufresnes Orosmn?[22] No. Sin embargoquin lo ha reemplazado o l

reemplazar en ese papel? Era acaso ehombre de El prejuicio de moda?[23

o. Y no obstante, con qu veracidad l

representaba!


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EL SEGUNDOAl orlo, parecera que el gra

comediante es todo y no es nada.

EL PRIMEROY tal vez es porque no es nada qu

es todo por excelencia, porque su formparticular nunca contrara las formaajenas que debe adquirir.

Entre todos los que han ejercido l

til y bella profesin de comediantes predicadores laicos, uno de los hombrems honestos, uno de los hombres qu

ms tena la fisonoma, el tono y eporte, el hermano del Diablo Cojuelode Gil Blas, del Bachiller dSalamanca, Montmnil[24]


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EL SEGUNDOEl hijo de Le Sage,[25]padre com

de toda esa agradable familiaEL PRIMERO

Con el mismo xito haca Aristo e

a Pupila,Tartufo en la comedia de esnombre, Mascarilla en Las travesurade Scapin, el abogado o el SrGuillaume en la farsa dePatelin.

EL SEGUNDOLo he visto.

EL PRIMEROY para su gran asombro, ofreca l

mscara de esos rostros diversos. N

naturalmente, puesto que la Naturalez


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no le haba dado ms que el suyo; todoos otros, pues, provenan del arte.

Hay una sensibilidad artificial

Pero sea ficticia o innata, la sensibilidano tiene lugar en todos los papelesCul es la cualidad, adquirida

natural, que constituye al gran actor eAvaro, en Jugador, Adulador, GrunMdico a palos, el ser menos sensible

ms inmoral que la poesa haymaginado, el Burgus gentilhombre, eEnfermo y el Cornudo imaginarios; e

ern, Mitrdates, Atreo, Focas

Sertorius, y tantos otros personajergicos o cmicos, donde l

sensibilidad es del todo opuesta a

espritu del papel? La facilidad d


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conocer y copiar todas las naturalezasCrame, no multipliquemos las causacuando una sola basta para todos lo

fenmenos.A veces el poeta ha sentido con m

fuerza que el comediante, a veces,

quiz ms a menudo, el comediante hconcebido con ms fuerza que el poeta nada es ms verdad que aquell

exclamacin de Voltaire al or a lClairon en una de sus obras: Y yo hescrito esto?. Acaso la Clairon sabms que Voltaire? En ese momento a

menos su modelo ideal, mientradeclamaba, estaba ms all del modeldeal que el poeta se haba forjad

mientras escriba, pero ese modelo idea


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no era ella. Cul era entonces salento? El de imaginar un gran fantasm copiarlo con genio. Ella imitaba e

movimiento, las acciones, los gestosoda las expresiones de un ser muy po

encima de ella. Haba encontrado lo qu

Esquino, recitando una oracin dDemstenes, no pudo lograr nunca, emugido de la bestia. Deca a su

discpulos: Si esto os afecta tanto, quhabra sucedidosi audivessetis bestiammugientem?[26] El poeta habengendrado el animal terrible, la Clairo

a haca mugir.Sera un singular abuso de la

palabras llamar sensibilidad a es

facilidad de representar todas la


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naturalezas, incluso las feroces. Lsensibilidad, segn la nica acepcique hasta ahora se haya dado a est

rmino, es, me parece, esa disposicique acompaa la debilidad de lorganos, a causa de la movilidad de

diafragma, de la vivacidad de lmaginacin, de la delicadeza de lo

nervios, que inclina a simpatizar

estremecerse, admirar, temer, turbarselorar, desvanecerse, socorrer, huirgritar, perder la razn, exagerardespreciar, desdear, no tener ningun

dea precisa de lo verdadero, lo bueno o bello, a ser injusto, a ser loco

Multiplique las almas sensibles,

multiplicar en la misma proporcin la


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buenas y las malas acciones de todaclases, los elogios y las crticaexagerados.

Poetas, trabajad por una nacidelicada, vaporosa y sensible; encerraoen las armoniosas, tiernas

conmovedoras elegas de Racine; osalvarais as de las carniceras dShakespeare: esas almas dbiles so

ncapaces de soportar las sacudidaviolentas. Guardaos bien de presentarlemgenes demasiado fuertes

Mostradles, si queris,

El hijo ensangrentado de la muert

del padre

La cabeza en la mano demanda s


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salario.[27]

Pero no vayis ms all. Si os atrevis

decir con Homero: Dnde vasdesdichado? No sabes que es a m quien el cielo enva los hijos de lo

padres infortunados? No recibirs eltimo abrazo de tu madre; ya te veextendido en tierra, ya veo los pjarode presa reunidos junto a tu cadverarrancndote los ojos y batiendo las alade alegra, todas nuestras mujereexclamaran dando vuelta la cabeza

Ah, qu horror!. Y sera mucho peosi ese discurso, pronunciado por un gracomediante, estuviera reforzado por s

verdadera declamacin.


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EL SEGUNDOEstoy tentado de interrumpirlo par

preguntarle qu piensa de ese vaspresentado a Gabrielle de Vergy, en eque ella ve el corazn ensangrentado dsu amante.[28]

EL PRIMEROLe responder que hay que se

consecuente, y que, si nos rebelamo

contra ese espectculo, no hay que sufrique Edipo se muestre con los ojoarrancados, y que hay que expulsar de l

escena a Filoctetes atormentado por sherida y exhalando su dolor con gritonarticulados. Me parece que lo

antiguos tenan una idea de la tragedi


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distinta de la nuestra, y esos antiguoeran los griegos, los atenienses, espueblo tan delicado que nos ha dejad

en todos los gneros modelos que laotras naciones no han igualado. EsquiloSfocles, Eurpides, no velaban durant

aos enteros para producir slo esapequeas impresiones pasajeras que sdisipan en la alegra de un suspiro

Queran entristecer de verdad por lsuerte de los desdichados; no slqueran entretener a sus conciudadanossino hacerlos mejores. S

equivocaban? Tenan razn? Parograr ese efecto, hacan correr en e

escenario a las Eumnides que segua

el rastro del parricida, guiadas por e


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vapor de la sangre que llegaba a solfato. Tenan demasiado juicio paraplaudir esos imbroglios, eso

escamoteos de puales, que slo sobuenos para los nios. A mi modo dver, una tragedia no es ms que una bell

pgina histrica que se divide en ciertnmero de descansos marcados. Esperaal magistrado. ste llega. Interroga a

seor del pueblo, y le propone quapostate. El seor se niega y econdenado a muerte. El magistrado lenva a prisin. La hija acude a pedi

gracia para su padre. El magistrado se lconcede con una condicin repugnanteEl seor del pueblo es ejecutado. Lo

habitantes persiguen al magistrado. E


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se ignore su deshonra hasta el momenten que su amado le cuente la muerte dsu padre, y al verla desolada, se enter

del sacrificio que ha hecho parsalvarlo. Que llegue entonces emagistrado, perseguido por el pueblo,

sea muerto por el joven enamorado. Eses una parte de los detalles de un temcomo se.[29]

EL SEGUNDOUna parte!

EL PRIMERO

S, una parte. Acaso los jveneamantes no propondrn al seor depueblo que huya? Los

Paradoja Del Comediante - Denis Diderot

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