PARADORES DE - COAM

1
PARADORES U na modalid ad, ve rdad e rame nt e i nt eresant e, en. la obra que ll eva a cabo con gran intensid ad la Dirección General del Turi sm o, es la qu e se refi ere a la constru cción de Paradores de Mont a ña y Refu gios. Esta la bo r, que fu é ini cia da por el antiguo Comi sario Reg io del Turi smo, el fall ecid o m arqués de la Vega I nclán , con un fino se ntid o de pe rcepción de las bell ezas de la Na tural eza, en el Pa- ra dor de. Gr edo s, Ja. primera obr a hot elera de este tip o const ruid a en España , que de spu és ha sid o ampli ado y mejorad o nota bl em ente por la actu al Dir ec ción Gene ral , se continú a ac tual· ment e con la· con s tru cción de tr es Pa rad ores Nacional es de Mo taña : el de Puerto de Pa j are s, en los lími te s de ti e rra s leon esas y as turi ana s; el de Ri o, en pl ena montañ a le on esa, cerca de los grandi osos Pi cos ,de Eur o pa , próx-in10 al Parque Nacional de la Mo nt aña de Covad onga ( nu estro primer Parque Nacion al), y en un paisaje ve rd aderam en te maravill oso, y, por último , el de Ordesa, enclava do en pl eno Par que Nacion al d el mi smo nombr e, en la s mo nt añ as pirenaicas del gran macizo del Mont e Pe rdido . Apart e de estas o bra s de verd ade ra importan ci¡i , la Dirección del Tur ismo ha edificado un Refugio de Montaña en lo s Pi cos de E urop a, al mi smo pi e de la in ge nt e mol e de Peña · Vi e ja , cerca de los do s mil me tr os de alt itud en las prad e ría s de Aliva (San- ta nd er). Estas con s tru cci on es de mo nt aña pr ese nt an toda s cara cte sticas pa r ecid as en lo que se re fi ere a· se rvi cio s : in stala cion es de cale· facción, ag ua , el ec tri cid ad y sanea mi e nto , pero difieren esencial- 5l2 DE Julián Delgado Uheda, A1·quilecto ment e en su asp ecto ext e rno , que se a dapta en cada caso al e pJa.zami e nto. El Parador de Montañ a r equi ere en su con cepción un a esté ti ca a propiada que armoni ce con el pai saj e grandio so en que está e m ¡i rcado , y que no pe rturb e la armonía inmutabl e d e la s cr eado · nes de lo Eterno con un dese quilibrio de stru ctor del ritm o que rig e la s obra s. La obra de mont a ña debe re unir co mo cara cteres determin ant es la sobri e dad y la fu e rza . La sencill ez siempr e ri ma con las lín eas severas de la s cumbr es ; la fu erza es calid ad inh er en te a la mo taña . Ta nto en Gr e do s como en Ri año y en Ord esa, se ha n crea do uno s Par ador es de Turi smo con estilo propio , que no se encue t ra en nin gun o determinado . Se h an r ecogido eleme ntos de ar qui · t ec tur a popular de la región, y se los ha adaptad o a las ex i gen · cías mod e rna s. En Gr edos se ac oplaron vi e ja s port adas de an ti· gua s casas de pue blo s tan típi cos como Villa cas tín. En Riaño se adapt aron di spo sicion es típi cas de gal e ría s y por ches. En Ord esa, la con stru cción en gene ral tomó el aspecto de casa alt o-arag on esa, m aciza y robu st a. Un parador de turi smo no debe ser jamá s un hotel tip o «Pa- la ce» o con struido s en se ri e. Al amant e de los sitios be· llo s le agradará siempr e enco ntrar se como un hall azgo, con un rin cón amabl e, un detall e t ra tado amoro sament e por el ar q uit ec to , sacado de lo existente, pero e nnobl. ecido por la ma no del a rti sta cuando le ha dad o forma de ntr o de la compo sición gen era l. Parador de A liva.

Transcript of PARADORES DE - COAM

Page 1: PARADORES DE - COAM

PARADORES

Una m odalidad , verdaderamente interesante, en . la obra que lleva a cabo con gran inten sid ad la Dirección Gen eral del Turism o, es la que se r efier e a la construcción de Paradores d e Montaña y Refu gios.

Esta labor, que fué iniciada p or el antiguo Comisario R egio del Turism o, el fallecid o m arqués d e la Vega I nclán, con un fino sentido de percepción de las bellezas de la Naturaleza, en el P a­rador Naci o ~al de. Gredo s, Ja. primera obra hotelera de este tipo construid a en Esp aña , que después h a sido ampliado y m ejorado n otablem ente por la actual Dirección General, se continúa actual· m ente con la· construcción de tres Paradores Nacionales d e Mon· taña : el de P u erto de Pajares, en los lími tes de tierras leonesas y asturianas ; el de Riañ o, en plena montaña leonesa, cerca d e los grandiosos Picos , de Europa, p róx-in10 al Parque Nacional d e l a Montaña de Covadonga (nuestro primer Parque Nacional ), y en un paisaj e verd aderam en te m aravilloso, y, por último , el d e Ord esa, en clavado en plen o Parque Nacional d el mismo nombre, en las m ontañ as piren aicas del gran m acizo del Monte P erdido .

Aparte d e estas obras de verd adera importanci¡i , la Dirección d el Turi sm o h a edificado un R efugio de Montaña en los Picos d e Europa, al mismo pie de la ingente mole de P eña · Vieja, cerca de los dos mil m etros de altitud en las praderías de Aliva (San­tander ).

Estas construcciones de montañ a presentan todas caracterí sti cas parecid as en lo que se refiere a · servicios : instalaciones de cale· facción, agua, electricidad y san eamiento , pero difier en esen cial-

5l2

DE

Julián Delgado Uheda, A1·quilecto

m ente en su aspecto externo , que se adapta en cada caso al em· pJa.zamiento.

El Parador de Montaña requier e en su concep ción una estética apropiada que armonice con el paisaje grandioso en que está en· m ¡ir cado , y que no perturbe la armonía inmutable d e las creado · n es de lo Eterno con un desequilibrio destructor del ritmo que rige las obras.

La obra de montaña debe r eunir como caracteres d eterminantes la sobriedad y l a fuerza . La sen cillez siempre rima con las líneas severas de las cumbres ; l a fuer za es calida d inherente a l a mon· taña .

T anto en Gredo s como en Riaño y en Ordesa, se han creado unos Paradores de Turismo con estilo propio , que n o se encuen· tra en ninguno determinado . Se h an recogido elem entos d e arqui · tectura popular de la r egión , y se l os ha adaptad o a las exigen · cías modernas. En Gred os se acoplaron viejas portadas de an ti· guas casas de pueblos tan típicos como Villacastín. En R iaño se adaptaron disposiciones típicas de galerías y porches. En Ordesa, la construcción en gen eral tomó el asp ecto de casa alto-aragonesa, m aciza y robusta.

Un parador de turismo no debe ser jamás un h otel tipo «P a­lace» o «Rit~Jl construido s en serie. Al amante de los si tios b e· llos le agradará siempre encontrarse como un hallazgo, con un rincón amable, un detalle tratado amorosamente por el arquitecto , sacado de lo existente , p ero ennobl.ecido por la m ano del artista cuando le ha dado forma dentro de la composición gen eral.

Parador de A liva.