Elisa Elena es la mujer ideal ,la mujer por excelencia ; tiene lamajestad de una reina y la sencillez de una avecilla : el análisis d elo humano y la síntesis de lo d

ivino.

Por eso, todos los que hemos

tenido la fortuna de ennncerla ,hemos sentirlo deseos de adorar •la, de postrarnos (le hinojos a srpresencia y de e,fr~-udarle, junt ccon azucenas v lirws fr ;iganles ,la rosa encendida del amor .

SIMONELI ET PORTA ,

Por MIJOS y parco] EjasEs curioso repasar el conjunt o

le malas opiniones que sobre lasmujeres se hanexpuesto impune-nente .

La Historia y la F,ibula se hanismeradoen demostrar cumpl ilamente, que las mujeres so nI'unestas . atribuyéndola los ma-es que han afligido a la pac enteanunaniel>>(1 Y citan a Dalila,3erodías, FIelena, Cleopatra . A-;ripina, Pandora, Lucrecia Bor-úa, las hijas de Dance como mo .lelos poco recomendables .Mahoma las excluye de su Paraí-so, a pesar de qué en él da un aplaza a la ballena que se tragó aJonás, a la hormiga de los pro-verbios de Salom6n y al papaga-yo de la Reina Saba . los cristia-nos les prohiben las prácticassacerdotaics y la jurisprudenciale cierra heru, éticamente 1 a puer -ta del foro . Por todas partes yen todo momento se advierte un afranca hostilidad contra ellas .

"En el corazón de la mujer—exclamó Codro y illo tempore ,mientras se ponía unas calzupa s—hay tantas falsedades como pe -cesen el mar y estrellas en elMelo."

,~

"la gracia de la mujer es engaHo -sa y su bondad no es más qu evicio disitnulaclo" . —Luego, mástarde, a.tirmó que . ,'son más a -margas que la muerte, y la máshonrada causa la desgracia de s uesposo "

Sócrates en un sauller tampomuy nom ' it faut, aseguró que "escien veces preferible convivir e nun dragan a vivir con una mu-jer" y Plauto llegó a sostene r

que no se puede elegir entrelas mujeres porque ninguna valenada" .

Séneca, unos días antes de me-terseal bario por cuenta de Ne-rón tuvo la genialilad de decirque en un te, davizrrzrt cortesano ,lo único qu,z Bacía su imner la vi r-tud de la mu ;¡er es la fealdad .

En cuanto a San Crisóstomo ySan Pablo se expresan acerca d ela mujer en términos poco favo-rables para ellas .

—¿Queréis que prevalezca un aopinión?—preguntó anteayer aunos amigos Madarne Necker ,arreglándose los crris—chis —D irigíos a las mujeres . : é-tas lo ad-miten con facil ."

la P i D,

la sostienen con firmeza horqueson. tcstnrurla, .

No tendré necesidad de multi-plit- ar lit, citas para demostrarque en tilas 04 ed ;¡d<s ,y en to-dos los paí,e,, los hombres ha nbaWmW mal de las mujeres . Elmás gaWnte clic!• de ellas que sonvulubles, caprichosas, y que s udestruL:ción ser a beneficiosa pa-ra la, tranquilidad hu{nana .

Hemos de reconocer que n oobstante el escarnir.amieuto deesui guerra ,i!! Li unan¡ perdón ,el lr.¡d~•r (1 . 1 s{ -~! débil no ha dis -tninaídu,! .I{,,olnwnienl;e nada del .de]{- 'oanIlus n que la, taimad ase¡pi,. :!ilr i :,, , n ¡Un en los mis -tubo ~ enidanm la.cólera .sa-grada . ~- la . pres(,nlia del ;-ngelext~erininadurarmadu de fulgen -un entui1{0 .

¿Y cuál es M motivo de est avana y eterna conspiración de lo shqu¡bres contra las hijas de Eva ,la priniiiiva . la de la manzana?

`Grato rrí. tlrr e,=l¡lic a r1o .Los h lod),es uo ,e avienen a

tu],!a¡ tl ' L{s :uujere .s 1,.{a tengandurnin ; .dus pul- lo, si,..! !s de lossiglos, pl e,o,. e ,u las ra,lenns ol e>.u, brazu~s, rosa C{ os y fraF~li.n GN3 .Lac{rinreca hwmmenb , r• .a . dulceinflnenci,e q ' IR b-lleza femeninaejerce sobre el corazón masculi-no ' ,yhnll ;í .ndoseitnln,tL•utes par aeonnaa rrstal las, no encuentra notro medio de defensa qnc mur-mnrar del sexo, Buido new a epaOwiva .v,masda . . . non más o me-nos fundatuento . Ahora que,cuando oiga a los hombres ama.gluriurse de pensar mal de ]asmujeres y rie,dizar entre sí en la sarrecintránies severas e irónica srespecto a ellas, me 'arene oue

sombreros, etc ., y hablan mal dsus patrones, lo que no impidque su mayor temor sea ver sdespedidos .

Uno de los encantos que m áseduce en la mujer es la sonris aPor la sonrisa de Helena ardYTroya ,y por la de Judhhperdió la cabeza Holofernes. Lisonrisa de Cleopatra anuló iMarco A ntonío y la de Salom.obtuvo la n~nta del %uUstrPu r• la son risa de Gioeonda, Le cnardo de Mnei ha . conquistado 1in{nortlidad, y una, sonl•isa d !María Antonieta hubiese conm ovülo a sus verdugos, como la d !Friné oonmovió n sns jueces . SMaclame Pimentón supiera so nreir, no se hallaria en la mis er• a, .

No' necesitaré, pues, insistimás sobre lr¡ importancia que r• evi : te la sonrisa de la mujer . Unsuurisa femenina apacigua loánimos má, exnitados : la.s sonr'sas embriagadoras de las senor •tas Graguria Correa, Elida Co lter, Hersiba Smithh, Alicia Lerthin, Eloisu. Br.;njr+mín, y, otr atantas, son muestras irrefut :bles ole arveba .to . . . . La .s sonri's tde ellas hacen entraren r•eac Ma los temperamentos más he ¡dos . La sonrisa de una,bella, hce oscilar 1111 trono, inspira a l!pactas, aplaca a los fogosos, a rma a los cobardes, fortalece a ti .débiles y contribuye ala bue ¡disgestión . Una sonrisa a Me ¡po parece encender la horueclel amor con llamas tan devo rduras. que sólopuedeu ser sofoc -das en el pintoresco y poétiPaseo de las Bóvedas lugar si tpático, ameno y discreto que -r

ri~a")ende£ a las en

ridad de que allí encontrarán 1:.solución de sus impaciencias .

Toda la grandiosidad del Sol ,apareciendo matutino, se desva-nece ante la maravilla de unos la-bios que se entreabren suave -mente para . mostrar bajo su arc oencendido dos hileras de dientesbien cuidados. La sonrisa es eltalismán que hace poderosa a la smujeres ; el arma destructora qu epuede ocasionar dramas cien ve-ces más horribles que los deRehegaray, o la varita mágic aportadora de felicidades sincuento. Una sonrisa es la vuelt aal paraíso Terrenal o la visión de lPurgatorio. Una sonrisa hace

mas o besos. Es odio, es olvidoo es perdón . Una sonrisa no esnada y lo es todo .

Purgue ellas sonríen, hechiza ny pulque hechizan, Saluuión, Co-dro, béneca, Hautu, A!on aigne ,Raebelai~, Tito Livio y Fenciátsz ,han timen ado el prestigio de lasmujeres en fuere cte. acumularsobre su sexo toda clase de esco-gidas c•.alnmuias . A pesar de locual la mayoría de 6w Lsta & gis nose a .b=tuvieron£.leellas segun uti sinve. tigacioues particulares qu erevelo a condición de (¡ne m eguarden el secreto los lectores -

Las Gdondrh)aoDedicado a Meiv a

Vive el hombre solo, sin afec-to, sin relaciones, como un gra ndolorido e como un gran misán-tropo .

Llegó un buen día, no se sab ede dónde y plantó su v ida en lacasita solitaria cono se planta nen una meseta las clavellinas .Para una semana? l'ara unmes? Para un allo? Para siempre ?Nadie lo sabía . Ni él tampoco .Peregrino errante, caminaba si ntregua, queriendo hui e de un grá ndolor, esto es, queriendo huir d esí mismo .

V ritmo el ;ran dolor lo lleva-

nuevas y largas peregrinaciones !

FRAY FISGU' N .

Mas heagti í qut;,eotno desví auna piedra la corriente de un riocaudaloso, un hecho insi nilicau -

te ha Venido a detener el iuve,au-te galopar dr este hombre extraHo, arna.rrándule a la casitri, enque plantó su vida triste . L l egór la casita n,~7 i6aria etuuido cigo-nizaba el Invierno- Y al volver l aprimavera, cuando vinieron lo sdial tibios y los tdu•iendros empe-zaren a cu ;13aa•se ele flores blan-cas en el alero de la casita soli-taria; anidó una golondrina. 1, .1adoloric~,, recibió a la avecill at .raslaurnsm

a una

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gnlondrinade amor se llevó la a-legría y el contento del alma de lsolita rio Y ésta acaso venía, a . de -volverle lo que aquella otra le ro-bara .

Toda ]a ternura de su- al -ma, hambrienta de amores se coil-centr6 en el pajarito blanco y ne-gro que le despertaba por la smañanas con su blando piar .

Viéndole hacer el nido se pas abit las horas enteras . Y el ave ,asustadizay recelosa-.al principio ,acabó por ser una buena amigadel solitario .

El ntraba coi) f9acla en su halita -ción, se posaba en los muebles co-rno en el propio nido, picoteab asin recelo las uiiguitas ale pan ylos granos de semilla con que s uatraigo la obsequiaba .

Cuando en el Otoño la golondri-na partió para los climas cálidosen que habiaa de pasar la inverna -da, el misntropo qued,i mu ytriste. Aquel gran frío de sole -dad que llevaba en el corazón, yque pareció !emplarse con lit a-mista.ci de lo golondrina, le ator-mentó de nuevo .

Quiso tatnbién levantar el vue-lo y pasear otra vez por el inun-do su melancolía y ~n tristeza .Pero una idea le detuvo . Fue un avaga esperanza de desesperado.

Y si mi amiga la <—olondrin avuelve el año que viene? (~népensará de m¡ al no eucontrar-Tne? Debo esperarla . No vendrá .Tantos arios esperé a obra ;golon-drina y no ha veuidu!- . . Paro ysi es,a e mejor que aquella y

Y opti por esperar. Al volla primavera contaba ]os dia ,las hora : con uua ansiedad mtalmente angustiosa ¿volv eYa deba haber vuelto . El, ,, ~basado llegó para tal fecha ~>estamos, ya a tantos . . . . Será . .. .ino la otra gAndrina ?

Una mariana lo despert óblando piar del ave trashumarFue el día más dichoso de s uda, Oh no eran iguales toda sgolondrinas . !

Flan pasado algunos arios my en todos, sin dejar uno, ha, v ito la, golondrina a colgar su n :en el alero de la casita del sol¡ 'rio .

L1 hombre y el ave son los iijores amigos del mundo . Se am .,ny se entiendetzr Una gran terr t-

ra les ha unido

Pero el hombre se siente vi (y cercano a su, fin. Acaso ya n oadore el sol de otra pritnave tPor eso su despedida de la gol fdrina ha sido este año desgar tdora. Partió el ave hace lecdias, cuando empezaron a sop̀ -los primeros ventarrones glacles .

'

Y al verla partir el solitari odecía sollozando : Hasta cuán cgulunlrina míal . Acaso a' volv ..ya no me encuentras . Pero si i-_,n,c encuentras, verdad que llo irás por mí? Serás tá sola qui ime llore rá . Tus trinos han de s, ruiis únicas orac.iones . . . . Y el acomo si entendiese el desola ,leugua ,je de su amigo, piaba tr it etnenhe, como si sollozase, tanbién _

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