Park Robert Ezra La Ciudad y Otros Ensayos de Ecologia Urbana

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Transcript of Park Robert Ezra La Ciudad y Otros Ensayos de Ecologia Urbana

  • Robert Ezra Park

    LA CIUDADy otros ensayos de ecologa urbana

    Estudio preliminar y traduccinde Emilio Martnez

    Ediciones , del Serbal

  • cultura Libre

    Primera edicin 1999

    la 9 8 7 6 5 4 3 2 1

    de la traduccin y del estudio preliminar, EnTilio Martnez 1999, Ediciones del Serbal

    Francesc Trrega 32-34 - 08027 BarcelonaTeL 93 408 08 34 - Fax 93 408 07 92Apartado de correos 1386 - 08080 Barcelonaserbal@ed-serbaLeshttp://www.ed-serbaLes

    Impreso en EspaaDepsito legal B-44979-1999Impresin y encuadernacin: Arts Grilfiques Hurope, S.L.

    ISBN 84-7628-290-7

  • ndice

    Introduccin, por Emilio Martnez

    Bibliografa

    Anotaciones a la edicin

    Obras de Rober Ezra Park

    1. La ciudad: sugerencias para la investigacin

    del comportamiento humano en el medio urbano

    2. El espritu del hobo .....3 La comunidad urbana . . . . .

    4. La organizacin comunitaria y el temperamento romntico

    5. El hbitat del gang6. El gueto

    7. Comunidades locales en las metrpolis

    8. La ciudad como laboratorio social

    9. Ecologia humana

    10. La ciudad, fenmeno natural

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  • Introduccin

    Emilio Martnez

    Pero hay que salir a la ciudad y hay que vencerla,no se puede uno entregar a las reacciones lricas sinhaberse rozado con las personas de las avenidas ycon la baraja de hombres de todo el mundo.

    Federico Garcia Larca, Poeta en Nueva York

    1

    El recurso a los clsicos ha \levado a algunos socilogos, y quiz a otros estudiososde disciplinas prximas, a un estado de cierta vacilacin. El origen de esainseguridad puede explicarse en parte por lo que fue la normalizacin de unaconcepcin del desarrollo cientifico excesivamente celebrada -la que ha\lamos enlos escritos de T.S. Kuhn. Los logros de las ciencias naturales hicieron vlida paraalgunos la idea de que todas las ciencias debian adoptar su modelo de progresin,caracterizado por la hegemonia (aunque temporal) de un nico paradigma terico.Este predominio explica en gran medida la escasa influencia que tanto la literaturaanterior a la consolidacin de un paradigma cientfico como los desarro\losdiscrepantes ejercen en el mbito de las ciencias de la naturaleza, siendo casicondenados al ostracismo acadmico. No obstante, sera imprudente no considerarel hecho de que los resultados reales de los trabajos realizados en los campos de lafsica, la biologia o la quimica, por ejemplo, hayan podido dar lugar por s mismosa una superacin efectiva de las propuestas de sus predecesores. Sea cual fuere lacausa, lo cierto es que estas ciencias, al contrario de lo que sucede en las cienciasdel hombre, olvidaron hace bastante tiempo a aque\los que hicieron la historia desu disciplina. Algunos estudiosos de la sociedad optaron por esta desmemoria,creyendo que podrian alcanzar de ese modo los logros btenidos por las cenciasde la naturaleza e hicieron del as~rto de Whitehead (

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    venir, aprendiendo en cada paso y renunciando a los caminos delimitados delsaber que hoy parece exigir la profesionalizacin. No hay que olvidar tampoco lafuncin depurativa de la tradicin clsica, con frecuencia ignorada, gracias a lacual podemos avanzar en esa lucha intelectual contra la vulgarizacin delconocimiento cientfico en una sociedad en que casi todo vale, donde la aparienciay las maneras vacas de los cortesanos pretenden restar valor a los contenidos,incluso en mbitos universitarios. Por ltimo hay razones de ndole terica pararegresar a ellos: rescatar categoras, conceptos y argumentos todava tiles para

    compren~er la realidad social.Muchos de estos mritos pueden hallarse en Robert Ezra Park, cuya obra,

    eminente en su gnero, constituye una, referencia hsica para todos los soci!ognsurbnos y otros estudiosos de la ciud..d. Como se s

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    resultan ms interesantes los instrumentos analticos que convincente su sntesis,en ocasiones muy forzada. Por otro lado, la debilidad terica de Park no radica,como a veces se ha sostenido, en una postura antiteoricista, pues su pensamientono carece de una concepcin de fondo de las sociedades humanas, como no podaser de otro modo si atendemos a los maestros que tuvo. Lo que s puede aceptarsees la afirmacin de Pi/zoma (196l) para quien no tiene demasiado sentidoreconstruir la aportacin terica de Park pues todo cuanto expone se encuentraen las teoras simme1iana y durkheimiana (aunque tambin en otros autores queiremos presentando en este estudio introductorio). Otro rasgo de' su obra, apropsito de las formulaciones tericas, lo encontramos en la indefinicinconceptual que, por lo dems, es una constante entre los eclogowe Chicago. Sin~bargo, el armazn terico de ~ark, aunque peculiarmente relacionado decontinuo con la investigacin emprica, se articula a travs de un sencillo modelode explicacin de los fenmenos sociales (y urbanos, en particular) cuya origina-lidad no puede cuestionarse, aunque no se.comparta': el paradigma ecolgico -larco!oga hlJmana-, que-- ha sido uno de los ejes fundamentales sobre el que se hadesairolbdo hl socioluga urbana y otros estudios de la cilldad.

    II

    Antes de rcca lar con cincuenta aos en la universidad de Chicago, Robert EzraPark (1864~ 1944) haba llevado una vida singular, como buen espritu inquieto.Nacido en Ilarleyville (Pennsylvania), pronto se traslad con su familia a RedWing (Minnesota) en lo que se llam la

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    la importancia de los procesos comunicativos en la sociedad le influirapoderosamente. Dewey mostraba en sus clases, y despus en sus libros (Schooland Society, 1899; The Public and its Problems, 1927), que la sociedad exista en ypor la comunicacin; es decir, haba que entender la comunicacin como un factorde integracin social que haca posible la vida individual y colectva en un conjuntointerrelacionado. De algn modo esto queda reflejado en el planteamientoparkiano, en su actividad profesional como reportero y en sus preocupacionestericas (la comunicacin como instrumento de urdimbre social, los problemasde vertebracin, interaccin y cohesin en las grandes ciudades, la supervivenciade los pequeos grupos o grupos primarios ~tal como C.H. Cooley planteabatambin desde Michigan- y la formacin de la opinin pblica). Dewey le abriadems tres vas: una le condujo hasta Franklin Ford; otra le conect con elpragmatismo de William James; y la ltima consisti en ensearle a mirar losproblemas de la ciudad.

    Con Franklin Ford, Park proyect un nuevo tipo de diario en Detroit, TheThought News, demasiado ambicioso para la poca. Apesar de que los dispositivostcnicos de medicin no eran tan finos como lo pueden ser hoy da, el peridicose propona registrar con fidelidad las fluctuaciones de la opinin pblica -quePark estimaba-un fenmeno mensuri.\blc- } deba ofrecer una informacinrigurosa, valiente y clara de los problemas sociales. En este sentido, adems de supropio valor como diario, The Thought News deba erigirse, de un lado, como unaparato pedaggico para la nplicacin y-comprensin de la realidad social; porotro lado. como instrumento poltico tendente a la consolidacin de la democraciamediante la formacin de una cultura cvica.

    Tras el rpido fracaso de The Thought News -tan solo lleg a editarse unnmero- Park trabaj entre 1887 y 1898 como periodista en algunos diarios deDetroit, Minneapolis, Denver, Nueva York y Chicago. Su actividad como reporteroes importante en la trayectoria vital e intelectual de Park. Al gual que WilliamGraham Sumner y J. Dewey, Park atribuy a la prensa y, en general, a los mediosde comunicacin una importante funcin social. como queda reflejado ennumerosos escritos (por citar algunos, The Inmigrant Press and its Contra!.1922; The Natural History of the Newspaper, 1923; News as a Form ofKnowledge, 1940). La prensa constitua un nuevo dispositivo de control socialen la sociedad moderna y a la vez era un elemento de integracin y preservacincultural. Por otro lado, el Park acadmico debe muchas de sus posterioresobservaciones sobre la ciudad y su inters por la observacin directa a estaexperiencia como periodista de investigacin. En ese sentido, jams reneg de supasado; todo lo contrario, en ms de una ocasin confes -remitindose a laexperiencia del Fausto de Goethe- que este trabajo supuso para l la posibilidaddel descubrimiento de un mundo real: el mundo de los hombres, tangible,problemtico y, sin embargo, cercano; un mundo que era incapaz de hallar entrelos libros. \

    Por aquel entonces los peridicos incluan largos artculos de inters sociallocal, de manera que Park, entre la obligacin y el compromiso moral con un

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    espritu de reforma bastante extendido (que los diarios, en general, haban asumidoplenamente), comenz a sumergirse en e! conocimiento directo de los problemassociales de la ciudad: la inmensa y desesperada pobreza urbana, e! alcuhollsmo,los fumaderos de opio, los disturbios, las casas de juego, las epidemias, losinmigrantes... La ciudad se antojaba ya un laboratorio social donde analizar losproblemas de desorganizacin social y los nuevos tipos sociales que surgian en sucatico crecimiento. El peridico le serva, pues, como rgano en el que registrarlos distintos acontecimientos y tomar e! pulso del cambio social, con finura y rigor,sin caer en las prcticas del muckraker2. En este sentido, parece correcta laafirmacin de .Grafmeyer y loseph, (1984: 7) cuando sostienen que no hay unaruptura epistemolgica entre la actividad periodstica y la actividad acadmica dePark. Podemos plantearlo como una diferencia de grado: e! socilogo de Park seantoja como un superreportero y la ciencia es sencillamente algo ms objetiva,persistente y exacta que e! periodismo (y que e! sentido comn).

    No del todo satisfecho, Park abandon en 1898 e! periodismo activo pararegresar a la universidad, en concreto a Harvard. All estudi psicologa conMnsterherg, y filosofa con Josash Royce y Willam James. Los planteamientos4e Rayee dejan entreverse en aigunos fragmentos y temticas de la exposicinparkiana, &i bien forman parte de una realidad ms amplia y de una densa atmsferacultural -a la que tambin contribuy desde Harvard e! filsofo espaol JorgeSantayana. En Royce encontramos la ya extendida preocupacn por los problemasde la desorganizacin social, asociada a veces a la inmigracin (los forasteros) yotras veces al espritu de chusma (en alusin a la Psicologa de las masas, de GustaveLe Bon). \

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    forma parte de un debate universal. La cultura norteamericana y sus intelectualesse mostraron particularmentereacios a la ciudad moderna. El antiurbanismo dejefferson, la desconfianza de Poe (The man of the crowd, El asesinato de MarieRogt) o el naturalismo de EL. Wrigth (al menos en su proyecto de Broad City)son buena prueba de ello. Los espacios abiertos, la naturaleza, la frontera, lospioneros... representan las virtudes y el espritu del pueblo norteamericano frentea la artificialidad y las inmundicias de la ciudad (sobre todo de las urbes europeas,bellas pero insanas e inseguras). En este asunto Park se muestra ms ambiguo: deun lado, es consciente de las ventajas de la pequea comunidad; sin embargo,formado en ciertas tradiciones del pensamiento alemn, Park reconocer el papelcivilizador de la ciudad y los beneficios de la moderna metrpoli en cuanto a sulibertad y a sus estmulos. En cualquier caso, sabe que se trata de un debate estril:las transformaciones econmicas, sociales y culturales asociadas a laindustrializacin y a'la urbanizacin del pas son ya inevitables. Ante esto no cabeatrincherarse en pastorales beatas y en nostalgias de lo que fue, sino afrontar losproblemas que conlleva la dinmica modernizadora.

    La postura de Park representa, en cierto modo, un punto de inflexin en elplanteamiento urbano tradicional de los intelectuales estadounidenses; pero paraesto, y mucho antes de marchar a Alemania, contaba con el empuje vital de lafilosofa de William lames y de los poemas de Walt Whitman (

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    Wildenband, de la escuela neokantiana de Baden'; pero, sobre todo, asisti enBcriln a las conferencias de Sirnmel-en sus palabras, su nico maestro en socio-loga, y como veremos despus, una infl uencia importante en su concepcinurbana. En 1904 defendi en el departamento de Filosofia de la universidad deHeidelberg su tesis Masse und Publikum (Masa y pblico), bajo la direccin deWindelband. Esta lnea de trabajo, encarnada en su tesis, que entroncaba con loque hasta entonces haban sido buena parte de sus planteamientos e influencias,pasa a un segundo plano en su posterior trayectoria. Esto no significa que desapa-rezca; de hecho, salpica aqu y all sus posteriores estudios o es replanteada a la luzde sus trabajos sobre la desorganizacin social. Pero, no obstante, lo cierto es quela edicin inglesa de Masa y pblico no ve la luz hasta 1972 (Park jams se ocupde su traduccin al ingls), y esto se ha interpretado' como sntoma de un relativodesapego hacia sus contenidos y hacia la misma temtica, en parte porque el trabajode Park cambia de rumbo bajo la influencia de la sociologa analtica alemana, yen particular, de la de Simmel; en parte, tambin, porque cuando Park regresa a launiversidad es consciente de que se han producido notorios avances en lacomprensin y determinacin de los procesos comunicativos (sin ir ms lejos., losde G.H. Mead en la propia universidad de Chicago).

    De regreso a los EE.VV., Park ense durante un ao como auxiliar de filosofiaen Harvard. Despus, abandona de nuevo la vida universitaria y se integra en laCongo Reform Association (Asociacin para la Reforma del Congo), de la que fuesecretario. Se trataba de una organizacin de misioneros baptistas cuyo propsitono era sino denunciar los abusos y la brutalidad del dominio helga en su coloniaafricana. Park public en el Everybody's Magazine algunos articulas contra lapoltica de Leopoldo de Blgica en el Congo, y se haba propuesto ir hasta anj paraestudiar sobre el terreno el asunto cuando el lder negro Booker T. Washington leinvit a acudir al Tuskegee Institut. Se convirti en su asistente y viaj con l porEuropa con la intencin de comparar la situacin del campesinado europeo con

    4. La ecologa humana se presenta, no obstante, como un conocimiento de carcter cientficocapaz de establecer las leyes y regularidades de la distribucin de la poblacin y sus actividadesen el territorio y, por tanto, de la relacin hombre-medio. Por'otro lado, y con respecto a losencuentros y desencuentros entre la geografa y la sociologa, que la ecologa humana haceevidentes en su doble articulacin, social y espacial, hay que considerar que durante el tiempoque estuvo con Wildelband y lo acompa desde Estrasburgo a Heidelberg, Park tuvo ocasin deestudiar con los gegrafos Goerg Gerland yAlfred Hettn~ que ya haba construido una geografaregional de intenciones nomotliL"Js. A pesar de estimar necesarias las aportaciones geogrficaspara la formacin sociolgica, Park elude referirse centralmente a ellas en la construccin de suecologa humana, cuando al parecer era consciente de que en el mbito geogrfico(norteamericano) exista un proyecto intelectual muy parecido. Cf H. Capel, Geografa humanay ciencias sociales, 1984: 55-58.

    5. Sobre este asunto, me remito al estudio de I. Snchcz de la Yncera y E. Lpez-Escobar,Los barruntos de Park. Antes de Chicago, publicado en REIS, n074 (1996), p. 345-359. Tras stese incluye la primera traduccin \le Masse und Publikum al espaol, a cargo de los mismosprofesores.

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    la de los aparceros negros de los EE.VV.; junto a l, escribi la mayor parte dellibro The Man Farthest Down. Hacia 1911 organizaron en el Instituto unaconferencia para debatir el problema racial y fue entonces cuando conocipersonalmente a WiIliam Thomas, uno de los ms prestigiosos socilogos de launiversidad de Chicago. Dos aos ms tarde, ste le invit a incorporarse aldepartamento de Sociologa. Al principio lo hizo de forma parcial, pero su poderde convocatoria, sus experiencias y conocimientos terminaron atndolo aldepartamento hasta su jubilacin en 1929. Alli dio todo de s; all contribuy aconsolidar el prestigo de la socologa chcagense -que entonces era decr lasociologa americana- y form docentes e investigadores, creando en torno a luna escuela de sociologa (la escuela de ecologa humana) cuyo nico parangnse encontraba en la escuela durkheillliana de I'Anne sociologique. Desde su jubi-lacin hasta 1932 anduvo por Sudfrica, Brasil, Malaisia y la India, preocupadopor la cuestin racial; ense como invitado en las universidades de Hawaii yPekin. Finalmente, invitado por su antiguo alumno, Charles Johnson, que dirigala universidad Fisk (Nashville, Tennesse), Park se retir a esta institucin paranegros hasta su muerte en 1944.

    III

    Para cuando se integr en el departamento de Sociologia de la universidad deChicago ya existan otros departamentos similares en distintos centrosuniversitarios del pais. No obstante, uno siente la tentacin de pensar que Parkslo podia incorporarse a se, y que de algn modo estaban predestinados el unopara el otro. En parte por la propia constitucin y crecimiento de la ciudad deChicago bajo las condiciones del capitalismo americano. En parte, tambin, por elmodo en que surgi el departamento -libre de las ataduras y de las jerarquas delas universidades del Este- y por su empeo decidido en unir teora e investigacinexperimental. En efecto, muchos estudios sobre la escuela de Chicago comienzanremitindose a la confusa, agitada y viva ciudad que les dio el nombre. Es el caso,entre los ms interesantes, de Hannerz (1986) en su determinacin de los orgenesde la antropologia urbana; yel de RemyyVoy (1976), que estiman que la particularorientacin de los estudios sociales y urbanos de J'ark y sus discpulos se explicatanto por la influencia de los pensadores alemanes como por la propia realidad dela metrpoli americana. Este es un planteamiento que en la detminacin de losorgenes de una lnea investigadora cualquiera advierte que junto a las opcionestemticas inspiradas en una tradicin intelectual ha de considerarse en un planode igualdad las opciones socialmente definidas; esto es, el conjunto de problemasdel que la sociedad es consciente. A la hora de abordar una investigacin secombinan lo que Shills (1970) llama criterios de valor-referencia y las especficasorientaciones y herramientas intelectuales (que traducen la problemtica socialen problemtica cientfica). En la sociologia del arte y del conocmiento resultahabitual la interpretacin del texto (lase discurso, teora, investigacin; en suma,

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    la orientacin cientfica o esttica de una escuela) de acuerdo en parte a su contextohistrico, a su tiempo y lugar: Cmo es posible entender el expresionismovisionario y la fuerza evocativa de Gaya al margen de su tiempo? Cmo mirar Losdisparates o sus series negras fuera del universo de angustia, dolor, crueldad yestupidez tan caracterstico de su tiempo y lugar? En ese sentido, se comprende elpsicoanlisis freudiano al margen de la sociedad burguesa de Viena jin-de-siecle?y en la actualidad somos conscientes de las relaciones entre el minimalismo y lafusin musical con una sociedad global y multicultural? En cierto modo, pues, loque Atenas para Platn, K6nigsberg para Kant y Hoffmann, y Viena para Preud,Kokoscha y Musl, fue Chicago para la escuela de ecologia humana: un mundo enpequeo, un foco de fenmenos, un escenario de tipos y relaciones sociales a losque no pudieron sustraerse.

    El crecimiento de Chicago fue muy rpido; en un siglo realiz el trnsito de lanada a la metrpoli y, como es natural, esa explosin demogrfica fue consecuenciade las migraciones. La apertura del Canal del Eire (1824) y otras infraestructurasfacilitaron la penetracin en el continente desde el este, lo que impuls unincremento de su poblacin durante la poca fronteriza. Hacia mediados del sigloXIX la ciudad pas a convertirse en el punto noda} de una extensa red ferroviaria yde canales que la conectaban con otros estados del pais. Desde diferentes estadosnorteamericanos y desde lejanos pases de Europa comenzaron a afluir miles depersonas en busca de las oportunidades que ofreca su rica y variada economa: laexplotacin del hierro, la industria siderrgica, las serreras, la industria conserverayel comercio intermediario. Si en el censo de 1840 la ciudad apenas contaba con4470 habitantes, cincuenta aos ms tarde ya haba anexionado reas adyacentesy contaba con una poblacin estimada en ms de un milln de habitantes, de loscuales tres cuartas partes habian nacido en el extranjero (Jones, 1990: 19). Unavez declarado el final de la poca fronteriza, la ciudad sigui incrementando de unmodo acelerado su contingente demogrfico y su territorio. En 1920 la poblacinalcanzaba los 2.700.000 habitantes y, una dcada ms tarde, 3.400.000. El tamaoes un indicador bruto, una cifra de referencia que no puede llevarnos a ocultar ladesconcertante e inestable realidad que se halla detrs. Porque Chicago era, sobretodo, lo qUl Maurice Halbwachs llam una expLTiencia tnicm), y una ,experienciasocial tan dolorosa como estimulante; en huena medida, tambin, el resultado delliberalismo americano combinado con la movilidad territorial y social de lapoblacin. Moderna, culta, cuna de movimientos artsticos y arquitectnico.sque tuvieron ocasin de poner en marcha sus proyectos modernistas tras el graveincendio de 1871- Chicago era a la vez pacata y protestante. AlIi se acumulabanculturas diferentes (grupos de americanos nativos, sicilianos, lituanos, irlandeses,escandinavos, griegos, judos alemanes, judos eslavos, negros del sur y negros delnorte, chinos, etc.), situaciones personales y tipos sociales diversos. El crimenorganizado conviva con los residuos de aquel impetuoso y fugaz movimientoobrero que recordamos an cada primero de mayo y que la violenta represin qelEstado y la movilidad de su poblacin impidieron consolidar'. El caos y la eternapobreza, el paro y el crimen, los disturbios tnicos y los conflictos laborales; '0do

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    era lino y de repente nada. El febril Chicago era el sueo americano y sus peorespesadillas, una urbe que se haca y se deshaca al instante, inestable y mvil comosu poblacin. en transicin permanente. Todo ello haca de la ciudad un inmenso,privilegiado y frgil laboratorio de estudio sociolgiw7

    KMes incluso de que Park y su gente llevasen a cabo los estudios encaminadosa explicar la desorganizacn socal de la ciudad hubo individuos y colectivos quese propusieron mitigar los efectos de la movilidad social, del desarraigo y de laspatologias sociales asociadas a la miseria de los inmigrantes. La Hull House ~eJane Addams, fundada en un barrio pobre de Chicago en 1889, constituia un buenejemplo de cmo poda y deba actuarse para formar ciudadanos entre ladescomposicin fsica y moral de la ciudad. La labor de Addams -ligada enprincipio al utopismo de Brook Farm y al cristianismo de Tosltoi (Hall, 1996;M. & L. White, 1967)- entroncaba, a su vez, con el planteamiento de los refor-madores sociales britnicos y norteamericanos, un enfoque pragmtico deintervencin en la ciudad y, en particular, en sus barrios ms miserables. J. Deweyy G.H. Mead fueron algunos de los muchos intelectuales comprometidos con elespritu de reforma que se integraron en este movimiento de mejora socialH Laperspectiva parkiana guardaba cierta similitud con el trabajo asistencial de la HullHouse y, sin duda, tenan en William James un referente comn. Ahora bien, encontraste, de un lado, con el enfoque de Addams y, de otro, con la tendenciaespeculativa de la tradicin alemana -ms interesada en la conceptualizacin ydeterminacin terica de la ciudad, a menudo desde la historia-, lo novedoso delplanteamiento parkiano resida en ofrecer una combinacin de la teora con lainvestigacin experimental. Quizs esto no hubiera sido posible en otrodepartamento ms que en Chicago, que apost decididamente por esta direccin.

    , Como unidad independiente, el de Chicago fue el primer departamento desociologa de la universidad americana. Se fund en 1892 y puede decirse que esdurante esta dcada cuando emerge la sociologa americana como disciplinaautnoma. La sociologa contaba ya con una breve historia y, de hecho, su

    6. Sobre el movimiento obrero en los EE.UU., en particular en Chicago, vase el libro deSamuel Yellen American Labor Struggles (Luchas obreras en Norteamrica), Nueva York, Harcourt,Brace & World Inc., 1936. La obra presenta los hechos acontecidos en Chicago antes y despusdel affaire Haymarket que precipitaron la desarticulacin del movimiento obrero ~fundamentalmente anarquista- y de la dnea de Chicago" de propaganda por los hechos.

    7. Fue Small, en 1896, quien por primera vez declar que Chicago era un laboratorio para laobservacin sm:iolgica (Cf Kuklick, 1984). La metfora clnica surti tal efecto que Park lautiliz en varias ocasiones y public un artculo llamado precisamente as, razn por la que deordinario se le atribuye el origen de la analoga, que sirve tanto para caracterizar el objeto comolos procedimientos del observador y la naturaleza de la sociologa. En Louis Wirth se encuentraun nuevo episodio de este uso en Clinical Sociology, American jounwl ufSvciology, 37 (1931),p.49-66.

    8. Mead presidi el City Club de Chicago, al mismo tiempo en que Park haca lo propio enla Chicago Urban League. Desde estas instituciones en vano alertaron a las autoridades de laposibilidad de que tuviesen lugar serios disturbios raciales, como sucedi en efecto en 1919. CfCoulon, 1994: 42.

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    antecedente institucional ms prximo, la Asociacin Norteamericana de CienciasSociales (1865), sent las bases de la orientacin posterior, consistente en Ullamezcla de espritll reformador de raz cristiana y de investigacin cientfica de losproblemas sociales. El primer director del departamento de Chicago, AlbionWoodbury Small se propuso organizar su docencia tomando inicialmente comomodelo los seminarios de las universidades alemanas. l mismo estaba imbuidodel pensamiento histrco alemn, que consideraba la matriz de la sociologa (Shills,1970) Yen gran medida los primeros trabajos de sus miembros quedaban dentrodel universo del Volkskunde germnico. No obstante, el propio Small, como lasociologa americana de su tiempo, estaba bajo la influencia de Spencer y elpragmatismo darwiniano. Aunque de formacin slida, Small no era una referenciaintelectual y su escaso ascendente personal impedia que se erigiese como el ncleoacadmico de la sociologa chicagense (como suceda en Yale, con W.G. Sumner,o en Columbia, con F. Giddins). Sin embargo, tolerante y tlexible, Small poseaintuicin y grandes cualidades organizativas que despus se mostraron esencialespara la institucionalizacin de la sociologa en los EE.UU. y para el dominio deChicago en esa esfera. Junto a Henderson y Thomas supo orientar la direccin deldepartamento hacia la investigacin emprica, la observacin directa y ladocumentacin, sin renunciar a una base terica, pero alejndose del frenteespeculativo, ms cercano a la filosofa social, por el que pareca encaminarse ciertasociologa: Desde entonces no resultaba demasiado desconcertante que alumnosy profesores descendieran al mundo de los hombres, a las calles de los barriosbajos, a las colonias de inmigrantes, para observar, describir, relatar y explicar loque all suceda. Esto rompa con el esquema de estudios alemn e incluso erainconcebible en las universidades del Este (Shills, 1970). Con esto se dieron losprimeros pasos hacia la consolidacin de la sociologa como disciplina cientfica.Pero hubo muchos ms y en ellos Park comenz a dejar su particular impronta,tanto ms cuando Thomas fue expulsado de la universidad por el puritanismoprotestante americano y Park pas a convertirse en la figura de referencia deChicago.

    El departamento de Chicago dio el tono general a los estudios sociolgicosdurante esos aos. Aprovechando las peculiaridades del sistema u.,niversitarioamericano en cuanto a investigacin y financiacin, el departamento, que noemprendi encuestas de gran alcance, supo utilizar plenamente el trabajo defundaciones privadas (como la Fundacin Sage y la Fundacin Carnegie) y lasinvestigaciones de agencias pblicas y comisiones federales (por ejemplo, laComisin para las Relaciones Raciales, bajo la cual se emprendi el estudio Elnegro en Amrica). Se sirvi de esos estudios como fuente de financiacin; se sirvide sus resultados como documentacin base que permita despus a susinvestigadores elaborar distintas lecturas de los datos obtenidos y de los sucesosestudiados (por ejemplo, las encuestas de Pittsburgh, Springfield o Cleveland, alas que alude Park en varios artculos); aprovech tambin su despliegue tcnicopara formar a docentes y alumnos en los modernos mtodos y tcnicas deinvestigacin social; por ltimo, aquellos a quienes haban formado pasaron aintegrarse en muchas de estas agencias estatales y fundaciones (sobre todo durante

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    la Gran Depresin)', o ingresaban en otras universidades del pas, de modo que laperspectiva sociolgica chicagense iba extendindose progresivamente yconformndose como la concepcin hegemnica entre la sociologa americana.El libro de! intuitivo Park y de! sistemtico Burgess, Introduction to the Science ofSociology (I 921) -ms conocido como Park & Burgess- pas a ser e! libro dereferencia de los estudiantes de sociologia en e! pas durante bastantes aos. Por sifuera poco, bajo la direccin de Small se haba creado en 1895 el American fournalofSoci%gy, rgano de difusin y debate de las tesis y trabajos de! departamento.Despus comenzaron a editarse las Chicago Sociological Series, donde adems detraducir y publicar a ~imme!, Spengler o a De GreeflO, se publicaron los mejorestrabajos de sus alumnos de poslgraduado, muchos de los cuales formaron partede las Series in Urban Sociology que diriga Park. Por ltimo, Small fund laAmerican Sociological Society y e! Instituto de verano de la Society for SocialResearch. Conforme se iba Lonsolidando la sociologa en el mbito cientfico, eldominio de Chicago parecia estar garantizado mediante e! control de esos rganos,y as fue prcticamente hasta mediados los aos 3011

    IV

    Los estudios urbanos de la escuela ecolgica no eran en rigor las primerasinvestigaciones sociolgicas que se acometan para descifrar la naturaleza de laciudad o para encauzar su dolencia. Se contaba con la experiencia de Addams en

    9. En ese sentido, con respecto a la influencia de las tesis ecolgicas en las institucionespblicas no conviene olvidar que Wirth form parte durante la administracin Roosevelt delComittee on Urbanism of the National Resources Planning Board. Por otra parte, las tesis de loseelogos de Chicago -cn particular el modelo evolucionista de crecimiento urbano de Burgess,quiz por su lectura econ6mica- fueron acogidas y aplicadas en las polticas de vivienda delgobierno federal a travs de la National Housing Aa de 1934 y mediante las prcticas de la FederalHousing Authority (F.H.A.). Los textos de Homer Hoyt (The Structure and Growth ofResidentialNeighborhoods in American Oties, 1939) y de Ernest M. Fischer, publicados por esta agencia, seinspiraban en la teora zonal de Burgess. ef Kuklick, 1984: 350-353. ..,

    10. Parece haber una cierta influencia de Guillame De Greef( 1842-1924) en Park en lo relativoal concepto de frontera}}, que ambos entienden como un concepto social ms que geogrfico: silas condiciones sociales lo exigen, las barreras (naturales) se suprimen o se superan. As, Parkafirma que las barreras geogrficas y las distancias fsicas resultan significativas para la sociologaslo malldo ydolldc definen/us (ollllicioncs bajo IriS CIIales la comunicacin y la vida social son realmentecQnservadas. Pero la geografa humana ha sido profundamente modificada por las invencioneshumanas. [Los medios de comunicacin anulan] las distancias que antes separaban pueblos y razas(vase en esta coleccin el artculo La comunidad urbana})). Esta concepcin puede seguirsetambin del anlisis simmeliano acerca de la distancia social en el medio urbano, que esinterpretada no tanto como una dimensin fsica que como una condicin anmica.

    11. Otros indicadores del dominio de Chicago en la sociologa americana son el nmero depresidentes de la American Sociological Societyque fueron docentes o formados en la universidadde Chicago, y el nmero de tesis doctorales ledas en dicho centro, muy por encima de Vale,Columbia, Nueva York o Michigan.

  • INTRODUCCION 19

    Hull House, con los detallados apuntes de Charles Booth en su monumental estudiosobre Londres (Life and Labor of the Peo,"lc o( rondon); tambin con los estudioscvicos de P. Geddes en Edimburgo o los Grossstadt Dokumente de H. Ostwald ymuchos ms12 Sin embargo, estos estudios nunca lograron la difusin y la influenciaque quiz merecan, todo lo contrario que sucedi con la escuela de Chicago queapoyada en las publicaciones y asociaciones profesionales bajo su control supoimponer progresivamente su perspectiva. Por supuesto que esto no hubiera sidoposible sin un contenido slido o convincente y sin unos procedimientos analticosy empricos relativamente sencillos y fiables. Park y los suyos ofrecan todo estobajo el envoltorio de la ecologa humana y proporcionaron con ello la primeraperspectiva sociolgica que haca de la ciudad su objeto de estudio13 _

    Desde la sociologa hubo anteriores aproximaciones tericas a la ciudad,fundamentalmente las que realizaron Weber, Marx, Durkheim, Simmel y Sombart;no obstante, sus aportaciones resullaban ms bien tangenciales al fenmenourbano. Si bien en los escritos de estos autores es posible L'ncontrar una ciertacaracterizacin de su naturaleza y dinmica, el hecho urbano no representa nuncae! ncleo de su inters. Sus investigaciones formaban parte de una estrategia deconocimiento ms amplia y ambiciosa: el estudio cientfico de la sociedad. Poreso, Die Stadt (La ciudad), de Weber, no puede interpretarse al margen de losestudios sobre la racionalizacin y el poder en occidente o como algo ajeno a lamoral econmica de las grandes religiones. En el caso de Marx y Engels, la cuestinurbana se conceba como una trama subsumible en procesos ms globales detransformacin social (la industriaJi:", :"P, la pC\"lucin burguesa). El estudio delos tipos de organizacin social y de las formas de sociabilidad llevados a cabo porDurkheim, Simmel y Tonnies constituyen magnficos anlisis an tiles para lacomprensin de la vida social en las ciudades; no obstante, aun cuando supensamiento dibujara la ciudad como una forma evolucionada de organizacinsocial, en comparacin con los mbitos comunitarios, nada hay en sus escritosque permita afirmar que consideraron el anlisis de lo urbano como algosociolgicamente central. El fenmeno urbano o la ciudad, pues, resulta siempreen su concepcin una realidad, un fenmeno o una dimensin por la cual aborda-mos parcialmente el estudio de lo social. Y ste explica a aqul, y no ~ revs.

    12. En este sentido slo hay que mirar la extensa bibliografa y su excelente organizacin, acargo de Wirth, que acompaa al volumen TI/e City (1925). Por otro lado, en Estudios de ecologa

    ~umana (voL ) de G.A. Theodorson (1974), los artculos de M.e. Elmer, Estudios ecolgicoscentenarios en Francia (1933) y de Yale Levin y Alfred Lindesmith, Ecologa y criminologtainglesas del siglo pasado (1937) recogen un buen nmero de antecedentes al planteamientoecolgico de Chicago.

    13. No obstante, la determinacin de la ciudad como objeto de estudio en la escuela de Chicagoresulta bastante problemtica, como en su Jia mostr M. Castells en Problemas de investigacinen sociologa urbana (1986, 11 a ed.). Unas veces ese objeto parece remitir al escenario de losfenmenos y otras veces se ajusta a los problemas de desorganizacin social en la ciudad; esdecir, unas veces se presenta como algo difuso y otras como algo reducido y desplazado (losproblemas de integracin). Vase M. Castells (1986).

  • 20 LA CIUDAD Y OTROS ENSAYOS DE ECOWGfA URBANA

    La perspectiva parkiana supo integrar sus propias experiencias personales conalgunas de estas y otras aportaciones tericas en un modelo explicativo polidrico,complejo yanalticamente fecundo. Por supuesto, el modelo acoga las perspectivasspencerianas y darwinistas que tanto eco tuvieron en la sociologa americana deentonces. Pero una de las caras de ese modelo polidrico perteneca por completoa la sociologa formalista de G. Simmel. De ste y de O. Spengler haba aceptado lasignificacin de la ciudad en la historia, su papel civilizador y su potenciaemancipadora. No es casualidad que el articulo La ciudad: sugerencias para lainvestigacin del comportamiento humano en el medio urbano (191511925) seinicie con una referencia explcita a esta concepcin l4 y que despus, ~l hablar dela libertad en el entorno urbano, se remita al viejo aforismo alemn: el aire de laciudad hace libre" (

  • INTRODUCCION 21

    disolucin moral, haba de concebirse como una forma de socializacin funcionalen la complejidad metropolitana (Bettin, 1986). 'La gran ciudad no es sino el lanomoderno de una sociedad dual donde la indolencia resulta el reverso de la libertad-que slo la ciudad y sus numerosos y diversos grupos sociales pueden ofrecer-o

    Nadie duda de que la gran ciudad es un espacio de anonimato y dedesarraigados: pero tambin, y quiz por eso, de libertad y de cosmopolitismo. Enel anlisis del secreto (Remy y Voy, 1976) Simmel regresa sobre estos mismospuntos, pues entiende que el secreto amplia las posibilidades de coexistencia dedos mundos: uno visible y otro opaco para la sociedad (recurdese a propsito deeste enunciado el planteamiento de William lames). A! avanzar por las tesis dePark en La ciudad, o en los otros ensayos, uno percibe de inmediato hasta qupunto su anlisis es deudor del planteamiento simmeliano. Los conceptos deproximidad y distancia social, su geometra y su formalismo -tal como se plasmanen su sociologa de la ciudad-, sus premisas metodolgicas y muchas de lasinterpretaciones sobre la vida moral en la ciudad y sus tipos sociales recuerdan enmucho el anlisis del alemn.. No obstante, en el esbozo de teora urbana de Park

    ,las influencias formalistas de Simmel dejan paso al uso de conceptosdurkheimianos, hasta el punto de que buena parte de su exposcin puede leersetambin en las coordenadas de la morfalogia social de Durkheim. De Simmel aDurkheim nos encontramos con el trnsito de una exposicin imp.resionista,cercana al apunte etnogrfico o sociolgico, al ejercicio sistemtico, lo que tomarforma posteriormente como ecologa urbana (o ecologa humana).. A! examinarla concepcin del ambiente urbano observamos que tanto en Durkheim como enPark se presenta como producto de la densidad fsica (relacin poblacinlterritoriolrecursos), de la que se desprende una organizacin social, un tipo de mentalidady una cultura particularesl5. La temtica simmeliana es muy parecida pero noatiende a causas ecolgicas, sino sociolgicas, psicolgicas y econmicas. Bettin(1986: 80) llama la atencin al respecto afirmando que en el pensamiento de Parkla ciudad asume la forma tpicamente durkheimiana de las sociedades en fase deefervescencia social prolongada. Por tanto, siguiendo esta lnea de razonamiento,esta otra cara del complejo poliedro que Park construye para afrontar la realidadurbana, la ciudad puede ser analizada en sus aspectos morales y morfolgicos entrminos de densidad mecnica, densidad moral, conciencia colectiva,diferenciacin social y divisin del trabajo.

    15. No es casualidad, pues, que en muchas ocasiones se haya considerado a t:mile Durkheimuno de los precursores ms claros de la ecologa humana. En varios articulos de Park se aludeexplcitamente a su teora. La morfologa social durkheimiana incluye un estudio del medioambiente como base de la organizacin social. Adems, los conceptos de diferenciacin social(interpretado en clave de densidad tlsica), densidad moral, solidaridad orgnica y solidaridadmecnica representan, en cuanto a su contenido y uso un antecedente de los planteamientosecolgicos de la escuela de Chicago, y su influencia es clara en autores como Park, WiIth, Hawley,Stewart, y otros. Vid. J. Dez Nicols, Especializacin funcional y dominacin en la Espaa urbana(1972) Y G. Bettin, Los socilogos de la ciudad (1986).

  • 22 LA CIUDAD Y OTROS ENSAYOS DE ECOWGIA URBANA

    v

    Generalmente, la ecologa humana se ha interpretado en trminos de un programabiologcista aplicado al estudio de (la naturaleza de) lo social. El origen de esteplanteamiento descansa en parte en la sociologa de H. Spencer y en los estudiosevolutivos de Darwin, dos autores que en los mbitos cientficos anglosajonesgozaron de tanta difusin como prestigio. No obstante, el desarrollo de la ecologahumana se corresponde con un darwinismo social bastante edulcorado (Bettin,1986) o ms bien con una lectura reformista. La sociologia americana, bajo lainfluencia de Spencer y Darwin, adopt dos direcciones bsicas: el darwinismosocial y el darwinismo reformista. Las diferencias entre estas dos orientacionesdescansan en cierto modo en la intencionalidad de obrar, es decir, de intervenir enla evolucin social. El darwinismo social -representado por W.G. Sumner en losEE.UU.- se convirti en el sustento ideolgico del laissezJaire capitalista. Sucarcter era, pues, conservador, y ms que la posibilidad, negaba la -convenienciade una accin social encaminada a intervenir en el decurso de los procesosnaturales de la evolucin. El darwinismo reformista. en cambio, considerabaoportuno y necesario introducir reformas sociales que sirvieran al progreso.Chicago opt por esta lectura".

    Resulta curioso que ni siquiera el reconocimiento temprano de que la teoradarwinista de la evolucin descansaba en el principio sociolgico de la cooperacincompetitiva (presente en Malthus yen Spencer) haya sido capaz de desplazar esaaureola de monismo biolgico sobre el proyecto ecolgico en sociologa. Qu fueantes se ha ido convirtiendo en un debate de escaso inters entre los historiadoresde la ciencia ysi lo traemos a folacin no es tanto para ayudar a las ciencias socialesa sacudirse de encima un cierto l:ompkjo con respecto a las ciencias de la naturalezacomo por lo siguiente: al hacer esa referencia a Malthus y a Speneer compren-deremos mejor los vnculos entre ecologa y economa en sus aspectos analticos,sus fundamentos tericos y tambin en sus connotaciones ideolgicas.

    16. El departamento de Chicago se caracteriz por esa postura reformista que, de un lado,entroncaba con el pasado religioso de algunos de sus miembros; de otro lado, se asociaba alespritu misionero de su sociologa (acelerar la evolucin social mediante el descubrimiento delas leyes del cambio social); y por ltimo, resultaba consustancial a un planteamiento que buscabaen el conocimiento su aplicacin prctica y no sus desarrollos especulativos. Esta postura,defendida con ahnco por Lester vVard, se inspiraba en las tesis de un discpulo inseparable deDarwin, Thomas H. Huxley, que distingua en Evolucin y tica (1893) dos tipos de procesos enel gnero humallo: Jos procesos csmicos, de orden natural; y los procesos ticos, que apartabande su destino natural al hombre (razn por la cual la tica no deba recibir orientaciones de labiologa). Ward asume esta distincin al hablar de la gnesis natural y de la tlesis social, es decir,de la accin deliberadil. Park asumir en sus dicotomias ecolgicas este planteamiento, escapandodel monismo spenceriano que aplicaba siempre el mismo esquema a los fenmenos naturales ysociales (Vid. Coser: 1988; Kukelik, 1984: 333-367). No obstante, la accin deliberada en Park yen la ecologa humana posterior, parece encauzarse institucionalmente, por no decirburocrticamente (por ejemplo, en el trato de las reas naturales), sin entrar en una consideracinde los aspectos polticos de la accin.

  • INTRODUCClON 23

    Hay que reconocer con Jhomson (Cf Park, Human Ecology, p. 146) queDarwin no hace sino proyectar sobre la vida orgnica una idea estrictamentesociolgica y llevarla a sus ltimas consecuencias. En Malthus, de hecho,encontramos las bases -pero no la formulacin- de la posterior nocin de luchapor la vida (strugle for room and food)". Asi, en la correspondencia de Marx aEngels (i 862) afirma el primero:

    En cuanto a Darwin, [... J me divierte cuando pretende aplicar igualmente a laflora y la fauna la teora de Malthus, como si en el seor Malthus no residiera laastucia justamente en el hecho de que no es aplicada a las plantas y a los animales,sino a los hombres -con la progresin geomtrica- en oposicin a lo que sucede conlas plantas y animales. Es curioso ver cmo Darwin descubre en las bestias y en losvegetales su sociedad inglesa, con la divisin del trabajo, la competencia, la aperturade nuevos mercados, las 'invenciones' y la 'lucha por la vida' de Malthus. (Cf jimnezBlanco, 1993: 56).

    A partir de aqu es ms fcil remontar las relaciones entre ecologia y economa(en particular en sus formulacones clsicas y neoclscas). No se trata tan slo deque autores como H.G. Wells y julian Huxley consideren en The Science of Lifeque la ecologa poda entenderse en trminos de una economa natural oeconoma biolgica)} -pues no era sino una extensin de los principioseconmicos al conjunto de la vida-, lo que Park recoge en sus escritos cuandoafirma que el principio de la cooperacin competitiva proporciona a las interaccionesentre las unidades elementales de un sistema (hbitat o comunidad) el carcter deuna economa natural. Es algo ms profundo. La correspondencia entre losplanteamientos ecolgicos, tal como quedan formulados en el discurso de la escuelade Chicago, y la economa neoclsica, puede observarse en sus tesis y supuestoselementales. AS, esta relacin se pone en evidencia en el examen de los procesosde crecimiento y conformacin de la estructura urbana -muy ligados en el casode Burgess al anlisis locacional de Von Thnen (1826)- e nc1usuen los conceptosque la ecologa humana despliega para analizar la realidad urbana". Aunque lasnociones de competencia, dominio, asociacin, invasin y sucesin tengan unorigen en la ecologa general estn concebidas dentro de la esfera econmca a lacual remiten. En ese sentido, Perulli (1995: 22) observa que aunque en laformulacin ecolgica la competencia aparece como un proceso de ajuste de

    17. Sobre este punto y acerca del programa de la ecologa humana como un intento de reunire integrar la biologa y la sociologa me remito al artculo de Jos )imnez Blanco Ecologahumana: convergencia de los paradigmas sociolgico y biolgico en E. Lamo de Espinos,a y J.E.Rodrguez lbez, Problemas de teora social contempornea, CIS, 1993, p. 47-86.

    18. Los modelos microeconmicos neoclsicos de explicacin de la estructura urbana yde ladistribucin de usos se relacionan formalmente con los modelos ecolgicos: el anlisis de lascurvas de renta de los diferentes usos y su expresin grfica como anillos concntricos es unbuen ejemplo de las coincidencias que presentan, fcilmente comprensibles a la luz de lo explicadoms arriba. Vid. Zrate Martn, El espacio imerior de la ciudad, Sntesis, Madrid, 1991.

  • 24 LA CIUDAD Y OTROS ENSAYOS DE ECOLOGA URBANA

    naturaleza bitica, su concepcin es, sin embargo, muy similar a la de la nocineconmica y su funcionamiento es muy prximo al del mercado. As, pues, elprecio del suelo regula la distribucin de usos y de poblacin en el medio urbano.La desigual capacidad econmica de los grupos sociales y profesionales y de lasactividades econmicas condiciona y explica la lucha por la apropiacin (privada)del espacio, La concepcin ecolgica Lisica de la comunidad urbana como unsistema dinmico donde la competencia opera como fuerza organizadora reflejatambin el planteamiento de la economia liberal.;las leyes del mercado explican asu vez el deterioro de la zona de transicin 'Y pues los propietarios abandonan a susuerte y a la especulacin los inmuebles en ese sector. Es fcil, pues, inferir quclase de individuos y grupos residen en ese rea, e incluso su movilidadcaracterstica. Alexandro Pizzorno (1967: XVI-XV") considera, a su vez, que estascoincidencias no remiten nicamente al hecho de que ecologa y economa poseanla misma raz griega ('oikos'), lo que ya es un tpico, sino que comparten el mismosujeto analitico: basta sustituir el horno axonomicus por el individuo biolgico (o,en su caso, por la especie biolgica) para encontrar la lgica de las nociones decompetencia, equilibrio y dominacin. E incluso, regresando con Simmcl, Perulli(1995) afirma que el habitante metropolitano, que se preseota ante todo como untipo psicolgico, puede asimilarse al consumidor de la economa neoclsica(tambin al consumidor de T. Veblen en Teoria de la da,e ociosa) que se desenvuelveen un mercado annimo y en unmundo dominado por la economa monetaria.Por otro lado, teniendo en cuenta el contexto socioeconmico y politico en el queinvestigaron y la dinmica laissez-faire del capitalismo americano en los aos finalesdel pasado siglo y en las primeras dcada del presente, es fcil comprender -comolo hacen neoeclogos como Frisbie y Kassarda- hasta qu punto el discursoecolgico presenta un frente de naturaleza econ-mica:'o.

    19. En el modelo concntrico de crecimiento urbano propuesto por Burgess, el segundo anilloconstituye la zona de transicin (un sector por el que la escuela de Chicago senta predileccin).Se trata de un rea mixta que incluye actividades industriales (tipicamente urbanas), comercialesy residenciales; pero es un sector complejo donde el deterioro convive con la 'renovacin. Pormetamorfosis de contacto con el centro (primer anillo) se instalan ciertos comercios mientrasque se expulsa la actividad residencial. Con este fin, los inmuebles se abandonan a su suerte, a 'laruina y al deterioro de tal modo que sus habitantes suelen ser de rentas bajas, grupos marginalesy grupos tnicos 'que le confieren su impronta. Se trata de un fenmeno tpicamente norte-americano.

    20. La sociologa ha considerado siempre la importancia de los factores econmicos en laexplicacin de la ciudad, tanto por lo que respecta a su origen (lugar de mercado) como por loque se refiere a su dinmica. Es posible advertir este vnculo en la teora wcberiana, tal como seregistra en Die Stadt (1921) sin dejar de remitirnos por ello a la esfera de la ciudadana poltica,algo que en Weber es manifiesto (la conexin entre la esfera pblica del mercado y la esferapblica de la poltica). Tambin Simmel, como hemos visto, considera la estrecha relacin entreun tipo de economa monetaria y el desarrollo de la metrpoli; y Werner Sombart en Lujo ycapitalismo destaca el hecho del consumo como un aspeclo consuslancial al fenmenometropolitano. ef Perulli, 1995.

  • INTRODUCCiN 25

    En cualquier caso, como hemos dicho, esto no quita que el discurso ecolgicose presente fundamentalmente como un intento de explicar lo social desde unaconcepcin naturalista. El programa biologicista posea, en efecto, un gran atractivopara la explicacin de la sociedad y no slo por su sencillez. No era la primera vezque un dominio particular de las ciencias sociales adoptaba el modelo de las cienciasnaturales21 En el caso de la joven sociologa norteamericana supona al parecer laposibilidad de liberarla de las tentaciones metafisicas y morales que tantocautivaban a buena parte de la sociologa europea y norteamericana22; adems, alapelar a las fuerzas impersonales de la naturaleza (a sus leyes inexorables) podiandejar parcialmente de lado la accin de los sujetos, sus motivaciones, finalidades ysentimientos (lo que en Ward. Small yel propio Park no resulta tan convincente).Tambin los procesos y el resultado de la configuracin social (la organizacin dela ciudad, por ejemplo) escapaban a una responsabilidad social (y de ahi el aspectoideolgico que de ordinario se achaca al naturalismo de la escuela de Chicago, queles lleva a prescindir de un anlisis poltico de la ciudad y de su importancia en laestructura y dinmica urbana). Por ltimo, la adaptacin del modelo naturalistales permita quedar directamente emparentados con los conceptos yprocedimientos metodolgicos que el positivismo consideraba rigurosamente

    ~ l. Jimnez Blanco, op. cit., recuerda en su estudio que ya hay biologismo en la sociologa dej\lI.~L1ste Cmte, en su distincin entre esttica y dinmica social, que l mismo considera como1111,1 variante de la distincin biolgica entre anatoma y fisiologa. Herbert Spencer hace gala deeste 'naturalismo al trabajar con las categoras bsicas de estructura y funcin. Y como hemosvisto ya a propsito de mile Durkheim, su sociologa comprende una base de ndole naturalista:la cadena causal para explicar la aparicin de la sociedad industrial compleja se remite a unincremento demogrfico que exige una mayor competencia y diferenciacin (De la division dutravail social). En Las reglas del mtodo sociolgico rio duda en aplicar la metodologa biolgica deClaude Bernard. Al igual que Spencer, Durkheim considera que el desarrollo social supone un~d)JlO dl'sde lo simple a lo compleJo, desde lo homogneo a lo heterogneo o, en sus trminos,desde,. ,;.,:it'dadcs dt' sq'''llll'llto lll1ico a sociedades plurisegmel1tadas simples y compuestas. Encierto 111pdo en,.-ontr'lmos ecos de este esquema en t~s tesis de la cultura urbana de Park, Wirthy Redf1dd yes muy habitual entre quienes operaron sobre la base de una distincin evolutivacampo-ciudad.

    22. As, Park y Burgess, en Introduc!ion to the Sciellce ofSociology (1921) trataron de advertira sus estudiantes que el anlisis de la sociedad no poda ser cientfico y moral a la vez. A suparecer, y a diferencia de lo que haban pretendido los socilogos de la anterior generacin, muyl,igados a un reformismo de naturaleza protestante, Park y Burgess estimaban que debadistinguirse entH' lo normativo y lo descriptivo, y la analoga naturalista se prestaba para evitarla confusin: f,o primero fIlie ticl/cn que ap/nllla los estudiantes de sociologa es a observar y aregistrar sus observaciones 1... 1 ms que a formular opiniones. Los hechos ms importantes de quetiene que ocuparse los socilogos son opiniones (actitudes y sentimientos); pero en tanto que [... ] noaprendan a tratar las opirli(mes como los bilogos tratan los organismos -es dccir, discclldolas,reducindolas a sus elementos primarios, describindolas [... ] no cabr obtener un progreso sefia/acJ-)dcla ciencia sociolgico (Park y Burgcss, 1921, V-VI. ef H.M. Hughes, 1974: 616). Es curioso queellos mismos no fueran capaces de deslindar con tanto rigor los aspectos normativos e ideolgicosd' su discurso cientfico. En cualquier caso, queda claro que la opcin intelectual por la que sedecantan se aprOXiml a una lectura posiLivista extrema incapaz de sacudirse de encima los valoresque en s porta y de cumplir con la neutralidad axi(\l~~ic;l por la que aboga.

  • 26 LA CIUDAD Y OTROS ENSAYOS DE ECOLOGIA URBANA

    cientficos. En sus manifestaciones ms extremas, la teora ecolgica aplicada almundo de los fenmenos sociales signific, como todos los modelos mecanicistas,un dogmatismo en modo alguno clarificador. La penetracin de! mtodo en e!objeto podia todo lo ms, y en e! mejor de los casos, disfrazar momentneamenteel objeto pero no transformarlo sustancialmente; en el peor caso, era un enfoqueideolgico de lo social. En suma, e! valor analtico de sus herramientas conceptuales,usadas estratgicamente, se desvaneca en una sntesis poco convincente ydemasiado lineal.

    Hay que admitir que Robert E. Park nunca se mostr plenamente convencidode que los fenmenos sociales pudieran ser explicados slo a partir de concepcionesbiolgicas. La llamada de atencin al principio sociolgico de la cooperacincompetitiva es buena prueba de ello; tambin e! hecho de que explique e! ordensocial (de la ciudad) como resultado de la integracin de la naturaleza y la cultura,al considerar un orden bitico y un orden moral (o incluso una jerarqua de rdenesque van de lo ecolgico a lo moral, pasando por lo econmico y lo politico). Laexplicacin de la vida social en la ciudad (su cohesin comunitaria, sudesorganizacin moral) nunca deja de remitirse a la esfera de la comunicacinsimblica y a los procesos de interaccin, como aprendi en su da de Dewey. Lasociedad no existe ms que en y por la comunicacin. A travs de los medios decomunicacin -afirma Park- los individuos comparten una experiencia comn ymantienen una vida colectiva (Vid. La comunidad urbana). Podemos decir portanto que su disposicin haca la analoga entre sociedad y organismo se expresabams bien en trminos de una sana prudencia intelectual.

    Al parecer, la primera aplicacin de lo que pudiramos considerar unaperspectiva ecolgica al estudio de las comunidades humanas se encuentra en laobra del Dr. Charles Galpin titulada Social Anatomy of an Agrarian Community(1915). Park tom sus anotaciones como modelo para su estudio sobre laurbanizacin y la circulacin de prensa:

    Su mtodo consisti en puntear, en una serie de mapas, las relaciones en elmomento -econmicas, polticas y sociales- de las poblaciones rurales con las pequeasciudades comarcales de la regin a las que los agricultores ordinariamente vendiansus productos, y de los que dependian a su vez en los bienes y servicios qUe'necesitaban.[... ] El artculo de Galpin podria, en realidad, considerarse, en cierto ,!,odo, comocontribucin al concepto de 'rea cultural'23.

    El estudio de Galpin anunciaba los procedimientos cartogrficos de la ecologiahumana pero no haca an uso de! trmino ecologia. ste lo introdujeron Parky Mckenzie en 1921 tomndolo prestado, como otras tantas nociones, de losestudios de ecologia general de Ernst Haecke! (Okologie). En 1926 Park dict uncurso sobre ecologa humana e hizo estudiar a sus alumnos y condiscpulos ecologia

    23. R.E. Prk, La urhanizacin medida por la circulacin de prensa, en Theodorson, Estudiosde ecologa humana (1974), p. 377-378.

  • lNTROlJUCCION 27

    vegetal y animal para comprender el alcance y significado de trminos comosimbiosis, competicin, dominio, sucesin, etc., y calibrar las posibilidades deaplicar estos conceptos al estudio de la organizacin social y urbana". Con respectoal urbanismo, la ecologia le permitia integrar de un modo ms sistemtico lo queantes eran apreciaciones sociolgicas, antropolgicas e incluso aquellas otrasbasadas en el naturalismo literario de novelistas como Zola. Las anteriorespreocupaciones y temticas que haban jalonado su trayectoria intelectual vuelvena resurgir en un marco explicativo nico, que se presume coherente: el urbanismo,la cuestin racial, la inmigracin, la desorganizacin social, la comunicacin y laopinin pblica -tal como se presentaban en el artculo inaugural La ciudad,que es a la vez un ensayo y un programa de estudios y de trabajo- quedanestructurados en un marco comn, ms sistemtico pero no mucho menosintuitivo.

    . La teora ecolgica parkiana se levanta desde el concepto darwinista de lalucha por la existenCia). En su'opinin,la competencia es el principio activo enla regulacin y ordenacin de la vida en el reino de la naturaleza. Mediante lacompetencia se controla la distribucin y el nmero de los organismos vivos y sepreserva el equilibrio en los sistemas que definen un hbitat. En su seno, lascorrelaciones que mantienen los miembros son manifestaciones de un orden vitalde base bitica antes que social. En este marco, la ecologa define al hbitat y a sushabitantes como comunidad.

    Las caractersticas esenciales de una comunidad son para Park:1) una poblacin organizada territorialmente;2) ms o menos arraigada al suelo que ocupa;3) con unidades individuales que viven en una relacin de mutua inter-dependencia simbitica ms ,que social, en el sentido en que ese trmino seaplica a los seres humanos.En virtud del mecanismo activo de la competencia la comunidad mantiene su

    integridad e identidad como unidad individual a lo largo de su ciclo vital, preser-vando su equilibrio o recuperndolo tras la actuacin de alguna crisis ambiental.

    La competencia opera en la comunidad humana (al igual que lo hace en lacomunidad vegetal y animal) para realizar y restaurar el equilibrio tomunitariocuando ste es alterado por la aparicin de algn factor extrao procedente, del exterioro cuando sencillamente sucede en el curso normal de su ciclo de vida.

    As, cada crisis inicia un periodo de rpido cambio durante el cual la competenciase intensifica, desembocando en un periodo de equilibrio ms o menos estable y enuna nueva divisin del trabajo. De esta forma la competencia crea una condicin porla cual es sustituida por la cooperacin.

    24. Dentro del campo de la ecologa se ha distinguido entre la autoecologa, que estudia lainteraccin del organismo individual con su medio, y la sinecologia, que trata de las correlacionesentre los organismos que habitan en un determinado medio.

  • 28 LA CIUDAD Y OTROS ENSAYOS DE ECOLOGfA URBANA

    Puede decirse que cuando la competencia declina y en la medida en que lo hace,el tipo de orden que llamamos sociedad existe".

    En suma, la sociedad se presenta, desde la perspectiva parkiana, como un readonde la competencia bitica declina y la lucha por la existencia adopta formasms sublimadas y superiores, e~lu .t:S, formas consensuales y compartidas: lasnormas. valores, leyes. tradiciones y costumbres sociales. Todas estas fuerzas sociales(formales e informales) operan 'para amortiguar las tensiones de cariz bitico ypara organizar la existencia colectiva. Sin embargo. no por ello la importancia dela competencia deja de manifestarse en las relaciones de individuos y especies enel hbitat comunitario, pues a travs de dos principios ecolgicos dependientes dela competencia bitica, que l denomina dominio y sucesin, se crea y mantiene untipo de orden en el seno de la comunidad -un orden que implica la diferenciaciny la individuacin. El orden superior (de la sociedad) queda garantizado por lacomunicacin simblica.

    Tomando el modelo naturalista, Park observa que la comunidad urbana (unsuperorganismo, en trminos spencerianos) presenta una clara particin en loque l da en llamar reas funcionales o naturales cuya existencia est ligada'directamente al principio natural de la competencia y a la dominacin. La ciudades un mosaico de tales reas segregadas: barrios comerciales, residenciales de clasemedia, guetos tnicos, barrios bajos, zonas industriales, etc.

    Un sector de la ciudad es denominado rea natural porque surge sin plan previoy desempea una funcin [... ]. Es un rea natural porque posee una historia natural.La existencia de estas reas naturales, cada una con su funcin caracterstica,proporciona ciertos indicios sobre lo que el anlisis de la ciudad desvela: 1que laciudad] no es slo un artefacto sino en cierto sentido y hasta cierto punto, unorganismo26.

    El concepto de rea natural constituye uno de los ms interesantes de toda lateora ecolgica urbana y una de sus grandes aportaciones, an til comoinstrumento analtico para la caracterizacin de las zonas urbanas. Las ciudadesde gran dimensin ofrecen al observador un paisaje fragmentado en pequeossectores diferenciados y tipicos. La existencia de estas reas, que surg~n de modoespontneo, se explica por las fuerzas naturales (bsicamente, por la competencia)que se desarrollan libremente en el interior de la comunidad urbana. Pizzorno(1967: XVII-XVIII) indica que el concepto de rea natural debe entenderse dentro de

    25. ((Human Ecology, en Human Communities, p. 150. Hay que sealar que uno de los talonesde Aquiles de la teora parkiana reside en esa diferenciacin entre comunidad y sociedad (que notiene ecos de la dicotoma t6nnesiana). La ecologa posterior no distingue esos niveles diferen-ciados, el bitico y el social, e integra el primero en el segundo al hablar de medio ambiente.

    26. The City as Social Laboratory, en Human Communities, p. 79.

  • INTRODUCCIN 29

    la polmica naturalista: frente a los que sostienen la imposibilidad de unaobservacin generalizable de lo social, la ecologa les muestra la naturalidad de lasociedad, la accesibilidad a la observacin cientifica de la accin humana(sedimentada); frente a los que observan la ciudad como un mero anefacto, laecologa les exhibe su naturaleza elemental. Pero, adems, esta polmica se inscribedentro del debate en torno a la planificacin de la ciudad: no se niega con esteconcepto la posibilidad de una planificacin que atienda a modelos compositivosapriorsticos pero s su valor. Una ciudad ideal-dice Zorbaugh (1974: 90)- noservira de molde a una ciudad real>o. De ahi, pues, que la planificacin de la ciudaddeba incorporar el estudio de los procesos y tendencias tpicas de la dinmicaurbana. Slo de ese modo podremos estar seguros de que la planificacin urbanaconstituye un intento de dirigir y controlar la organizacin ecolgica>' (Vid. Park,La organizacin comunitaria y el temperamento romnticQ)~). El binomionaturaleza-cultura del pensamiento ecolgico reaparece bajo entonces la formade un conflicto entre accin racional y accin instintiva (Leonardo, 1989: 30), yeste antagonismo no tiene ms salida que la aceptacin y convergencia de lo racionaly de lo instintivo, si no de la subordinacin del primero al ltimo (comoefectivamente hara despus la Federal Housing Authority). En este sentido,Zorbaugh observa que el conflicto se manifiesta con absoluta nitidez cuandocomparamos las reas de servicios (reas administrativas) con las reas naturales.La organizacin de las unidades para la prestacin de servicios urbanos siguiendopatrones rgidos de distribucin de la poblacin, ms o menos de acuerdo a ncriterio de homogeneidad, se desentiende del funcionamiento natural de la ciudad,donde las reas naturales surgen y se desarrollan de forma espontnea. Si coincidenes debido a la pura casualidad; pero lo normal es que las delimitaconesadministrativas terminen de un modo u otro violentando la realidad de las reasnaturales, prueba del absoluto desinters -cuando no desconocimiento- que laaccin racional (la planificacin urbana) muestra con respecto a la accininstintiva.

    En fin, as se determinan las lneas generales de los grandes asentamientosurbanos y la relacin funcional-natural que cada rea establece con las otras en elseno de la comunidad urbana. Determinada poblacin, determinadas profesionesy usos ocuparn distintos emplazamientos en funcin de su capacidad econmica:las clases, categoras profesionales y usos ms poderosos se sitan en losemplazamientos centrales (el CBD, Central Business District), los ms codiciadosy donde el precio del suelo es ms alto; al mismo tiempo, expulsarn a los usos,profesiones y poblacin ms dbiles. Conforme salimos hacia la periferia los preciosinmobiliarios descienden. El modelo de crecimiento concntrico de Burgess (1925)expresa grficamente cmo operan esos procesos ecolgicos en el seno de lacomunidad urbana. Exactamente igual que en un medio forestal o en la estepa:unas especies dominan sobre otras y ante cualquier cambio en la situacin seproducirn variaciones en cuanto al grupo dominante hasta llegar a una nuevafase de equilibrio. En el medio urbano, la relacin centro-periferia opera tanto anivel espacial como social. La sucesin designa la secuencia ordenada de cambios

  • 30 LA CIUDAD Y OTROS ENSAYOS DE ECOLOGA URBANA

    por los que atraviesa una comunidad humana, vegetal o animal. La comunidadurbana es una realidad donde el cambio est presente. La sucesin se manifiestaperfectamente en el caso de los diferentes grupos tnicos y sociales cuando invadenun rea y se apropian de ella, sustituyendo, quiz expulsando, al grupo queanteriormente ocupaba el rea en cuestin~En la ciudad, los procesos de renovacinurbana, la terciarizacin de los centros urbanos ilustran estos procesos dedominacin-sucesin.

    Visto lo anterior, la comunidad humana queda definida como un agregado deorganismos espacialmente localizados y arraigados que conforman una estructurasocial a travs de un conjunto naturalmente reglado de interacciones. Estasinteracciones pueden conocerse atendiendo a los procesos ecolgicos que rigenen su seno. En este sentido la diferencia entre una sociedad de insectos puederesultar relativamente pequea con respecto a una comunidad humana, pero essuficiente como para salvar una concepcin ingenua de la analoga naturalista. Lacompetencia opera en todas las formas de vida pues responde a la estructura biticacomn a todas las especies y rdenes de la naturaleza. En la sociedad humanaadopta tambin la forma del conflicto y ste, como la pura competencia, puedeser amortiguado, si no eliminado, por una accin social de consenso. Pero esteconsenso opera en el nivel superestructural, que puede reconducir la infraestructurabitica. La tensin entre naturaleza y cultura permanece a lo largo de la teoraparkiana ecolgica y, siguiendo con los planteamientos adoptados, se resuelve deforma dicotmca por la superposicin dialctica entre infraestructura ysuperestructura, como caparazones yuxtapuestos, pues como afirma Park, elhombre erige sobre las bases de la comunidad bitica una estructura institucional(moral) fundada sobre la tradicin y la costumbre:

    Estas manifestaciones culturales son mecanismos activos en la limitacin dela competencia (bitica) y/o del conflicto (social), pero tambin activan caucespara controlar la libertad de los individuos y preservar una existencia colectiva.En consecuencia, la sociedad humana expresa una articulacin de dos niveles:

    Existe una sociedad simbitica basada en la competencia y una sociedad culturalbasada en la comunicacin y el consenso [... ] y las energias emergentes que semanifiestan a nivel bitico como movimientos de actividad se revelan en formas mssutiles y sublimadas al nivel social superior27.

    La ciudad expresa tambin estos dos niveles de existencia, el natural y el cultural:

    La ciudad, desde la perspectiva de este articulo, es algo ms que una aglomeracinde individuos y de servicios colectivos: calles, edificios, alumbrado elctrico, tranvias,telfonos, etc.: tambin es algo ms que una simple constelacin de instituciones y deaparatos administrativos: tribunales, hospitales, escuelas, comisarias y funcionariosciviles de todo tipo. La ciudad es sobre todo un estado de nimo, un conjunto de

    27. {(Human Ecology, en Human Communities, p. 157.

  • INTRODUCCION 31

    costumbres y tradiciones, de actitudes organizadas y de sentimientos inherentes aesas costumbres, que se transmiten mediante dicha tradicin. En otras palabras, laciudad no es simplemente un mecanismo fisico y una construccin artificial: estimplicada en los procesos vitales de las gentes que la forman; es un producto de lanaturaleza y, en particular, de la naturaleza humana28.

    La ciudad no slo exhibe un orden natural y espacial caracterstico sino tambinun nuevo orden moral. Este orden morah} (como observa Hannerz, un conceptoms usado que definido) se encuentra en continuo ajuste o en equilibrio dinmico,dada la naturaleza mudable de lo social. Park advierte que la gran ciudad, por sutamao y densidad, por su diversidad tnica y profesional -es decir, por suheterogeneidad-, por las formas culturales y tecnolgicas que muestra y por esamisma divisin del trabajo que opera en su seno define una nueva forma deexistencia: nuevos y distintos patrones de interaccin sociaL de comportamientoy de organizacin comunitaria. Esta argumentacin se apoya sin duda en la teoriasirnmeliana, pero se aprecia tambin la influencia durkheimiana, pues la formacinsocial en transicin que nos describe Park puede ser concebida en trminos delpaso de una solidaridad mecnica a una solidaridad orgnica. Como expresin deuna organizacin social compleja evolucionada, la ciudad se sita en las antpodasde la pequea comunidad. En efecto, el ambiente urbano, concebido desde esedeterminismo ambiental (densidad fsica) se caracterza por una potente cargasecularizadora y un racionalismo imposible de hallar en el medio rural, muchoms concreto y particular, mucho ms apegado al terruo, a sus ritmos cotidianos,a sus interacciones previstas29

    En la ciudad, cualquier ocupacin, incluso la de mendigo, tiende a asumir elcarcter de una profesin y la disciplina que impone la voluntad de triunfar en cadaocupacin, as como las asociaciones que promueve, acentan esa tendencia -latendencia no slo a especializarse sino a racionalizar la actividad ya operar con unatcnica especifica y consciente para dominarlaJo.

    La cortesa distante, la artificialidad en el trato y el cosmopolitismo parecenser patrimonio del habitante de la gran ciudad. En buena medida se explican porla difusin de la economa monetaria y el uso del dinero que se convierte en elpatrn de las relaciones sociales dentro de una comunidad de intereses por su acentoen lo objetivo cuantificable, o dicho de otro modo, en la instrumentaldad delotro. El dinero -dice Park en clara alusin simmeliana- es el medio fundamentalde la racionalizacin de los valores y de la sustitucin de los sentimientos por losintereses. Precisamente porque no experimentamos frente al dinero ninguna actitud

    28. The City: suggestions... en Human Communities, p.l3.29. En esta argumentacin se adivina ya lo que despus ser la construccin del mito de la

    cultura urbana en Louis Wirth ((Urbanism as a Way of Lifc).30. The City: Suggestions... }}, op. cito p. 24.

  • 32 LA CIUDAD Y OTROS ENSAYOS DE ECOLOGIA URBANA

    personal o sentimental, como la que experimentamos, por ejemplo, frente a nuestracasa, el dinero se convierte en el medio ms preciso de intercambio)). Pero adems, elurbanita es sofisticado porque no slo no teme sino que gusta de la movilidad, delanonimato y de la libertad que la ciudad garantiza. Obsrvese que el uso delconcepto de movilidad tal como es formulado por Park resulta muy similar al dePitirim Sorokin (Social Mobility, 1927): en ambos casos no se trata slo de unamovilidad territorial, sino tambin de una movilidad social que puede ser de tipocultural, entre distintos grupos sociales y tnicos (otros deseos y estmulos, nuevossistemas de significados, nuevos patrones y modos de obrar y pensar); o bien puederemitir a una movilidad socioprofesional (movilidad vertical, hacia arriba o haciaabajo, en el seno de la estratificacin urbana) que en su caso tambin supone unnuevo universo de discurso y hbitos particularesJl

    El tipo social que mejor representa esta movilidad territorial es sin duda elhobo: el vagabundo, el trabajador ocasional que deambula de un sitio a otro, deuna ciudad a otra, sin patria, sin techo y sin dueo. La movilidad proporciona untipo de mentalidad particular. Walt Whitman es el hobo ms representativo. Se havisto en este vagabundo al hombre marginl, pero debe considerarse al hobo msbien un individuo al margen, con sus propias categoras, su particular universo dediscurso y mirada distante. El hombre marginal>, de Park es fundamentalmenteel judio, el judo emancipado, un tipo social que representa el cosmopolitismotpicamente ciudadano frente a lo local, lo abstracto y racional frente al sentimiento;un ser mvil que est a caballo de dos mundos contiguos y casi ~iempre ajenos. Eljudo errante no es sino un hbrido cultural; es decir, el tipo urbano por excelencia".

    31. Posteriormente el concepto usado para designar el cambio de status es el de posicin; elreferente espacial sigue siendo obvio e importante en la medida que p~race existir una relacinentre la distancia fsica y la distancia social, o en otros trminos, entre el continente fsico (unsector urbano) y el contenido social (los individuos que integran un grupo profesional o tnicoparticular). Al ser ms fcil de observar y medir, este indicador facilita el uso de la estadstica ensociologa (vase "La comunidad urbana,,). En este sentido, si bien Park gusta de las aproxi-maciones etnogrficas -la observacin directa, las historias de vida- no reniega de las bondadesde un buen sostn matemtico cuando realmente sea til a una lectura sociolgica y no llegue atransformar la naturaleza de la propia sociologa, aunque a veces la estadstica le resulte algosimilar a un juego de prestidigitacin o se confiese poco apto para ella. Ser un alumno de Park,E. Bogardus, quien construya, hacia 1925, la primera escala de medicin estadstica de actitudesy opiniones (para medir los prejuicios raciales) partiendo de la nocin ecolgica de distanciasocial, reconvertida en distancia psicolgica. La escala de Bogardus distribuye valores numricosa los diferentes tipos de relacin que van de la ms estrecha (v.gr. el matrimonio intertnico) a lams distante (la hostilidad y exclusin social). Con la llegada de William Ogburn a Chicago en1927, la investigacin estadstica comenzar a despuntar. Vid. Coser, 1988; Coulon, 1994; Pizzorno,1967.

    32. El planteamiento de Park acerca del hombre marginal responde una vez ms a laargumentacin de Simmel sobre el extranjero en sus estudios de Sociologa. Vid. R.E. Park, HumanMigration and the Marginal Manll, American journal of Sociology, 33 (1928), p. 339-344;Introduction en E.V Stonequist, The Marginal Man, Nueva York: Charles Scrbner's Sons, 1937,228 p.

    Fabin Burbano Gutirrez

  • INTRODUCClt)N 33

    Una de las caractersticas de la gran ciudad como orden natural y moral es suconfiguracin espacial en reas segregadas, donde residen grupos sociales distintos.Estos sectores, a la vez naturales y sociales, constituyen mbitos diferenciados porsus costumbres, por sus valores, por sus universos de discurso, por sus normas dedecencia y de presentacin, coloreando el ambiente urbano de un modo muyparticular. El individuo puede moverse entre estos grupos y rehuir de ese modoas constricciones del grupo primario (de la familia, del vecindario, de loestrictamente local). Esto otorga al ambiente urbano una diversidad social y culturalque estimula y educa al ciudadano en nuevos patrones de comportamiento, algunosde ellos desviados.

    Los procesos de segregaciry. instauran distancias morales que convierten la ciudaden lHl mosaico de pequeos mundos que se tocan sin llegar a penetrarse. Esto haceposible que los indixid,~os pasen rpida y fcilmente de un medio nwral a otro yalientaJa fascinante a~nque peligros~xperiencia de vivir al mismo tiempo en mundosdiferentes y contiguos, pero por lo dems completamente separados. Todo eso tiendefI cOt~ferir a ta vida urbana un carcter superficial y casual, a complicar las relacionessociales, y a producir nuevos y divergentes tipos de individuos. Esto introduce al mismotiempo un elemento de azar y de aventura que se aade a la excitacin de la vidaurbana y le otorga un atractivo particular para los temperamentos jvenes y fogosos.El seuelo de las grandes ciudades es quiz consecuencia de estimulaciones que actandirectamente sobre los rejlejos. Observamos ah un tipo de comportamiento humanoque puede explicarse como la atraccin que ejerce la llama sobre la mariposa, comouna especie de troriSII1(J)u.

    Mientras que la desviacin no es tolerada en los pequeos grupos locales,muy comprometidos con su identidad y su cohesin (

  • 34 LA CIUDAD Y OTROS ENSAYOS DE ECOLOG1A URBANA

    investigaciones de Park y de la escuela ecolgica siguen esa direccin~ los procesosde aculturacin y desintegracin moral en la ciudad. Sin embargo, los cambioshabidos introducen un nuevo orden que contiene las pulsiones del hombre y loscomportamientos indecentes. El control social adopta una forma indirecta perono menos efectiva: la moda y la opinin pblica (el rumor de la aldea comoinstrumento de control es sustituido por la prensa). Por supuesto, no desaparecenlos tribunales y la polica e incloso el control ecolgico de los grupos locales (lassubcomunidades orbanas) todava logra mantenerse en muchos mbitossocioterritoriales (en las comunidades de inmigrantes, por ejemplo). Lacomunicacin, que permite una accin concertada, se erige en la sociedad comoinstrumento de cohesn social que concilia el desarrollo individual con eldesarrollo colectivo. Aqu se adivina el inters y el esfuerzo de la sociologa parkianapor el mantenimiento del orden y el consenso, el principal problema de la sociedady objeto fundamental de su teora, aunque se aborde a travs de otros objetos (losproblemas de asimilacin de los inmigrantes, la desorganizacin familiar, elconflicto tnico y la segregacin, la movilidad urbana, etc.). Pero tambin semanifiesta en este punto el empeo de Park para evitar plantear el problema urbanoslo en trminos de anomia y en un esfuerzo similar al de Simmel tratar de rescatarlas implicaciones positivas del mbito urbano y de su nuevo orden moral. Si nuevasformas de control social suponen nuevas coacciones sobre los individuos (10 queen definitiva crea y mantiene el orden social), lo positivo de la ciudad medido porla libertad, el anonimato emancipador, la existencia de diversos ambientes yregiones morales susceptibles de ser recorridos por los individuos en diferentesocasiones, inclina definitivamente la balanza hacia la vida en la gran ciudad, queya es nuestro destino.

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  • Anotaciones a la edicin de La ciudady otros ensayos de ecologa urbana

    Los artculos reunidos en este volumen han sido traducidos del libro reeopilatorioHuman Communities (Col/ected Papers of Robert E. Park, vol. u) a cargo de losdiscpulos de Park, Everelt C. Hughes, Charles S. johnson, j. Masuoka, RobertRedfield y Louis Wirth. Este segundo volumen de las obras completas de Park estintegrado por todos aquellos textos centrados en el estudio de los aspectos socialesy_ecolp-si,:osde la ciudad. En la medida que los trabajos de Park corresponden aun perodo de institucionalizacin de la sociologa y de formalizacin de suscategoras y conceptos se ha considerado conveniente consultar ediciones en lenguano inglesa de los textos aqu incluidos, en concreto las traducciones italianas yfrancesas: la edicin italiana de The City (La citta, 1967) yel trabajo de Grafmeyery joseph, L'cole de Chicago (1984). De ese modo se han podido superar losobstculos que presentaban determinados giros, expresiones y conceptos queestaban escasamente perfilados o eran usados de un modo ambivalente. Siguiendoel ejemplo de esas ediciones no inglesas se ha traducido status por posicin social(que resulta ms oportuna por las connotaciones espaciales que le atribuye Park);vocation por ocupacin y, cuando remite a grupos sociales y a sus intereses, porgrupos, clases e intereses profesionales; racial group se ha sustituido generalmentepor grupo tnico excepto en casos puntuales en que el significado es preciso;corporate action se ha entendido como accin colectiva o concertada; city planningse ha traducido, como ya es usual, por planificacin urbana; slum se convierte enbarrio bajo o tugurio, pero no debe confundirse con la nocin de "parte baja de laciudad que en ingls denominan down-town y que se refiere a la zona decomercios; no hay que ser un lince para traducir red-light district por zona o reade prostitucin; vice district se ha considerado rea de vicio y puede entendersecomo barrio chino, en el sentido en que es utilizado este trmino en espaol, y nocomo un rea de poblacin asitica; por ltimo, religious revivals se ha traducidocomo despertares religiosos, esto es, movimientos donde resurge el sentimientoreligioso y moral. Naturalmente se han usado sinnimos en cada caso para darms soltura al texto. Algunos trminos han mantenido eventualmente su grafainglesa para permitir los juegos del autor: es el caso del hobo, que no es ningnpersonaje de Tolkien, sino un vagabundo que se deja ver por la zona de Hobohemia.Por lo dems, los trminos que proceden de la ecologa generala de la sociologiaclsica, por su difusin, presentan menos ambigedades y su traduccin es sencilla.La traduccin de las citas de autores conocidos como Adam Smith (La riqueza delas naciones),