Parra&Parra Abogados - IV Negocio Abierto Provincial CIT Marbella
Parra Web Final
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No recuerdo exactamente cómo conocí a Peci, al
principio fue el típico amigo de amigo del barrio.
Le recuerdo descarado, ágil y fresco, como el
Katrina pero con bigote.
Pasaron los años y la relación se afianzó
haciéndonos un poco más confidentes, más
truhanes y de todo menos ajenos, como tantas
veces pasa con las amistades de la adolescencia, a
pesar de que vive un poquito apartado del
centro…
Espero que en esta nueva etapa que abres ahora
sigas contado con mi amistad y no dudes nunca de
mi apoyo.
¡Un fortísimo abrazo!
César Garrido – CAPI -
No recuerdo el día en que conocí a Rafa, la verdad
es que simplemente le he ido conociendo, le he
ido encontrando en una serie de encuentros,
encuentros provocados, fortuitos, asombros,
irremediables, caóticos, sorprendentes y muchas
otras cosas, en los que he ido encontrando (la
redundancia es querida) a un luchador, un
ejemplo, un caballero y sobre todo, un
compañero.
Un día tomando pacharán a las 11 de la mañana,
con dos horas de retraso respecto a él, sólo él sabe
realmente porqué pero la verdad es que
simplemente tocaba, a mi no me importó más.
Una llamada inesperada para contar conmigo
después de un año. Un verdadero enlace entre
equipos, con minas, los físicos (hijos de puta) o
quien tocara. Un comentario a tiempo. Una
invitación a los molinos porque toca olvidar a
alguien. Un conato de bronca de porque sí. Un
hombro en el que apoyarme. Un placaje titánico
de último hombre. Una clavícula jodida y una
sonrisa. Una cerveza cuando estaba seco. Un
abrazo. Una compañía para buscar el coche. Un
guiño. Media sonrisa. Una promesa. Una ayuda.
Una invitación. Un viaje a lo profundo.
Una confesión. Un beso. Un bigote. Un señor. Una
mano en el hombro. Otra cerveza y un cállate.
Mallorca. Un desparrame. Una mirada sin nada
que decir. Un paseo en el suzuki. Un tirón de
gemelos. Una posición.
Una despedida. Y, en fin, o al fin, un compañero.
- POLO -
Quizá nunca conocí a Rafita en el sentido de
entender su naturaleza, sus circunstancias, de
saber profundamente quién era. Sin duda conocí a
Rafita en el sentido de coincidir en el tiempo y las
anécdotas con él, tuve ese privilegio. Entre ese
“quizá” y ese “sin duda” se encuentra lo que
supuso su presencia en mi vida.
Examinando el pasado en busca de lo más
emblemático de mis historias con él, observo con
atención el curioso personaje que se ha formado
en mi mente. Los retazos de emociones, impactos,
y sensaciones devoradas poco a poco por las
llamas del tiempo han dejado un dibujo de cenizas
que incita a una profunda melancolía. El viajero, el
guerrero, el gurú, se dejan entrever entre los
copos suspirados por las últimas brasas de esta
hoguera. Respirando profundamente el calor de
estas imágenes viajo con ellas al lugar de donde
vienen.
Estoy sudando en mitad del campo. El viento
zarandea los árboles del fondo y el ruido de oleaje
de la carretera cercana, como siempre en
cantarranas, parece acompañarlos. Él está sentado
en el suelo agarrándose el hombro e Iván acude en
su auxilio. El dolor le ancla al suelo y le impide
hacer el menor movimiento, cree que se le ha
vuelto a salir el hombro.
Permanezco de pie a poca distancia, sin poder
ayudarle, aunque él tampoco ha pedido auxilio
alguno. Pide a Iván que le coloque el hombro allí
mismo, se lo exige, y le agarra del cuello de la
camisa para asegurarse de que no se escape. Iván
tira del brazo y golpea el hombro, fuerte, una, otra
vez, y él grita de dolor, pero le exige que vuelva a
intentarlo inmediatamente después de que la
maniobra haya fallado. Finalmente Iván se rinde, él
no, y deja de intentarlo.
Le acompaña a la banda donde le llevarán al
hospital. Allí descubren que no se le había salido el
hombro si no que se le había roto la clavícula y los
golpes de su compañero se la habían roto por otro
lado. Cuando lo cuenta en el bar, dos horas más
tarde, con el brazo en alto para que no se acumule
la sangre, ríe a mandíbula batiente.
Estoy en un parque de Madrid, cerca de unos
bares de entrada cara. Terminamos un botellón
pensado para beber como si no existiera el
mañana y él ha bebido un poco más. Le cuesta
tenerse en pie, mirar al frente, y recordar porque
estaba allí. Decide que lo mejor que puede hacer
es volverse a casa e intenta coger su coche para
hacerlo. Tarda más de media hora en darse cuenta
de que alguien le ha robado las llaves del coche
para que no lo haga. Vuelve y se encara
violentamente con todos sus conocidos para
encontrar sus llaves, hasta que consigue que quien
las tenga confiese su acto de buena fe. Su
determinación es total, por encima de la lógica, del
cariño y de la cordura; su determinación es tan
total que quien le retenía las llaves acaba
rindiéndose y dándoselas para que se mate si es lo
que quiere. Finalmente va a su coche, con sus
llaves, y ni siquiera puede abrir la puerta. Vuelve,
pide que alguien le lleve a casa o le deje un lugar
donde dormir aquella noche, y continua bebiendo.
Estoy en su urbanización, sentado en la piscina,
viendo atardecer. A mi lado relata como con la
cima del Aconcagua en frente de sus ojos, a unos
pocos metros, tuvo que abandonar la pretensión
de hacer cumbre porque la montaña se había
enfurecido y el tiempo amenazaba con acabar con
ellos. Bajaba casi de espaldas, convencido de que
se podía conseguir, arrastrado por sus guías
marcha abajo, alejándole de una muerte probable,
mientras él aun insistía en que dieran la vuelta o
esperaran buscando cualquier excusa para
intentarlo. Cuando el sol termina de esconderse, él
termina su historia mirando el horizonte como si
pudiera ver las nieves del éxito arrebatado.
Abro los ojos, suelto el aire y vuelvo a mi presente.
Me doy cuenta de que no se cuanto de real y de
ficticio hay en estos recuerdos, y miro el conjunto
de imágenes que me surgen en la cabeza al pensar
en Rafita con ternura y curiosidad.
Le veo perdiendo, al menos lo que la gente
entiende por perder, en multitud de ocasiones,sin
ser vencido. Le veo pirata, libre y despiadado,
llevando su barco a cuestas a través de desiertos
de decepciones. Le veo indomable, ejemplo de
ello, tan modelo que ni siquiera necesita enseñar.
Le veo antihéroe, anti a todo lo que la norma
dictaba, héroe para todo lo que amaba. Le veo
personaje, digno de que se inventen en mi cabeza
sin pedirlo mil anécdotas maravillosas a su lado,
digno de creerlas cuando me las cuento. Le veo
leyenda, símbolo de que siempre puedes no
rendirte, historieta que nos recuerda lo grandes
que nosotros también podemos ser.
Y ahora, claro, le veo casándose, compartiendo
con alguien la alegría de no recordar, desde luego
no de manera fidedigna, cómo empezó todo, pero
con profunda gratitud de que lo hiciera.
¡Buena suerte!, le brindo a estos recuerdos y a su
futuro, aunque sonrío al recordar que no la
necesita.
- POLITO -
Buena pregunta….que como conocí a Rafita??
Puf…pues habrá que remontarse años atrás, creo
recordar que a 1998 o 1999 cuando una tarde de
septiembre-octubre, mientras entrenábamos en
el campo Cantaranas (lo de llamarlo campo es
figurativo, porque más bien parecía el solar de
Valdebebas previo a su construcción) apareció un
tio bajito y esmirriado, con una camiseta del
equipo de minas, que más bien parecía un
camisón que la indumentaria para jugar al rugby.
Su cara era de seriedad y profesionalidad, como si
llevara jugando al rugby en los all blacks desde que
nació a pesar de su corta estatura. Se esforzaba en
dar la imagen de alguien que sabe lo que hace, y
de lo que habla…pero en el fondo de su mirada se
veía un atisbo de no saber donde coño estaba y
porque estaba ahí (una sensación parecida a
cuando te levantas en casa ajena después de una
tremenda borrachera y tu ultimo recuerdo data de
las 12 de la noche anterior).
El caso es que ahí es donde le conocí, pero después
vinieron años y años de fraternal amistad. De ganar
partidos siendo 3 tíos menos llenos de barro hasta
dentro del ojete, de ascender de segunda
universitaria (segunda universitaria!! hay peña que
ni siquiera sabe que eso ha existido), de viajes
múltiples, de hacer el cabra en la piscina de su casa
de la sierra, de tercios y mas tercios (aunque la
única excusa fuera el haber tropezado con él en el
pasillo), de terceros tiempos, de terceros tiempos
de los entrenamientos acabando pinchando un
barril un martes sin saber muy bien porque, de
noches de borrachera, de…..; en definitiva de
innumerables momentos que me hacen llamarle
más hermano que amigo.
Si me dices de una imagen sempiterna que se haya
guardado en mi retina, es verle en la barra de la
cafetería, con un café las pocas y un anís las muchas
veces. Vestido con unas pintas que más que a un
universitario, se parecían al novio en su boda
pasadas las 6 de la mañana, con una camisa una
talla más grande y unos pantalones de vestir de un
tejido indefinible parecido al tergal….que mientras
te insistia para tomarte un tercio, tu le preguntabas
que porque iba así, y era capaz de salirte con
cualquier cosa, pero que normalmente era que
tenía una cita, con alguna morenaza de ojos azules
que nadie entendía como se había ligado…y es que
Rafa siempre se ha llevado a la mejores, y me
consta que así sigue siendo….
Te deseo lo mejor Rafita!
Jan Fernando Arroyo – JAN -
Rafa es esa pequeña gran persona que conocí un
día cualquiera de los muchos días así que han
poblado la etapa universitaria, puede que fuese en
un entreno de rugby, puede que fuese en un
tercer tiempo, puede que fuese en las
defenestradas mesas de Geo, desde luego no le
conocí ni en clase ni en la biblioteca. Ahora bien lo
importante no es dónde, ni siquiera cómo le
conocí, con Rafa lo importante es conocerle,
porque es muy poco abarca muchísimo, como
persona, como amigo, como profesional y seguro
que también como marido, y quizá algún día
también como padre.
Rafa es una persona que genera sonrisas, que
genera buenos momentos y desde luego mucho y
muy buenos recuerdos, incluso aquellos más
dolorosos, como el día en que le dio por pensar
que Iván era el más indicado para suavemente
recolocarle la clavícula; los vive con una sonrisa.
Yo he compartido con él muchos terceros tiempos,
muchas cenas del equipo, algunos exámenes
debidamente precedidos por alguna cervecita y
también por algún anisete; he compartido su
coche, un mini (como no) en el que el suelo y el
techo eran casi lo mismo; muchas charlas sobre
viajes y volcanes, tantas cervezas como para forrar
las paredes del club deportivo de la facultad, y
siempre hemos conseguido mantener el contacto
y la sonrisa del primer día a pesar de la distancia y
del devenir de nuestras vidas.
Ahora tengo la oportunidad de estar presente el
día de su boda, el día en el que no habrá más sol
que su sonrisa ni más nubes que las del whisky en
el café. Espero y deseo que la vida le trate tan bien
como se merece porque es un pequeño gran
hombre. Rafa, we love you brother.
Javier Catalán – CATA –
¿Cómo conocí a Rafa? Creo que para contarlo puedo robarle a Muñoz Seca una escena de su magnífica obra La Venganza de Don Mendo en su Jornada Primera:
Mendo […] Hablamos... -¿Y vos qué hacéis?- -Aburrirme-... Y el de Vedia dijo: -No os aburriréis; os propongo, si queréis, jugar a las siete y media-.
Magdalena ¿Y por qué marcó esa hora tan rara? Pudo ser luego...
Mendo Es que tu inocencia ignora que a más de una hora, señora, las siete media es un juego.
Magdalena
¿Un juego?
Mendo Y un juego vil que no hay que jugarlo a ciegas, pues juegas cien veces, mil, y de las mil, ves febril que o te pasas o no llegas.
Y el no llegar da dolor, pues indica que mal tasas y eres del otro deudor. Mas ¡ay de ti si te pasas! ¡Si te pasas es peor!
Magdalena ¿Y tú... Don Mendo?
Mendo ¡Serena escúchame, Magdalena, porque no fui yo... no fui! Fue el maldito cariñena que se apoderó de mí. Entre un vaso y otro vaso el Barón las cartas dio; yo vi un cinco, y dije -paso-, el Marqués creyó otro el caso, pidió carta... y se pasó. El Barón dijo -plantado-; el corazón me dio un brinco; descubrió el naipe tapado y era un seis, el mío era un cinco; el Barón había ganado. Otra y otra vez jugué, pero nada conseguí, quince veces me pasé, y una vez que me planté volví mi naipe... y perdí. Ya mi peculio en un brete
al fin me da Vedia un siete; le pido naipe al de Vedia, y Vedia me pone una media sobre el mugriento tapete. Mas otro siete él tenía y también naipe pidió... y negra suerte la mía, que siete y media cantó y me ganó en la porfía... Mil dineros se llevó, ¡por vida de Satanás! Y más tarde... ¡qué sé yo! de boquilla se jugó, y se ganó diez mil más. […]
Ahora adaptémoslo: si cambiamos al Barón de Vedia por Rafa, a Don Mendo por mí, el cariñena por cerveza y nos trasladamos a las mesas de “estudio” de Minas, podemos describir cómo conocí a Rafa, cómo me arruinó a base de apostarnos botellines y cómo no asistí prácticamente a clases en mis dos primeros años de universidad.
Rafa, sigo pensando que de alguna manera contabas las cartas…¡me debes millones de quintos!
María José Vizcaíno – AJO -
"¿Eres Rafa o Alberto?" Te confundía siempre con
tu hermano, jejeje. Desde entonces no se cuantos
barriles de cerveza ni cuantas botellas de Dic te
serví, pero me acuerdo que me quedaba hasta las
tantas con vosotros y el Capi en el club. Que
buenos tiempos :)
María Benalcázar – MARY -
Recuerdo el día de mi 18 cumpleaños en el club de
Molino, empezasteis a venir todos y me acuerdo
de que no nos conocíamos mucho, pero nos sirvió
para conocernos un poco y luego, ese verano ya
nos empezamos a juntar en las escaleras.
Mª de la Paz Oliver – HOLY -
Imagino que como en la gran mayoría de las cosas, lo difícil es empezar. Aunque hace ya un par de décadas más o menos que conozco a Rafa, me acuerdo bastante bien de lo que se podría marcar como el día D del inicio de mi amistad con Rafa (y con todo el grupo de Molino).
Si no me equivoco era uno de esos viernes en los que yo cogía el bus de Molino en Moncloa. Por aquel entonces no había líneas de autobuses que llegasen hasta nuestra urbanización y nuestra conexión con la “civilización” era el autobús privado que nos llevaba y nos traía a todos los que teníamos que hacer cualquier cosa en Madrid y no teníamos coche. Aquel día, como muchos otros viernes, subí al último bus que hacía el viaje de vuelta a Molino. Éramos unos pocos como pasaba cada viernes a esa hora. Me senté a la mitad de las filas de asientos. Al fondo había un grupo de chavales de los que conocía a uno con el que coincidía en las clases de kárate que se daban en el club. Ese chico era Rafa. Nos saludamos y seguimos un poco a lo nuestro.
Al rato de estar parados esperando la hora de salida se montó un poco de cachondeo (más del habitual) porque los del fondo del bus estaban vacilando a uno de los hermanos Pérez que estaba fuera hablando con una chica. La broma dio tanto juego que hasta Paco, uno de los tres conductores del autobús, entró al trapo tocando el claxon.
La verdad es que no recuerdo cómo fue pero terminé sentándome al fondo con el grupo donde estaba Rafa y siendo invitado a una fiesta de cumpleaños –el de MariPaz y el de Rafa que celebraron juntos, para más señas- que era al día siguiente en el club social (el edificio que está a la izquierda en la entrada de Molino que se utilizaba antiguamente para fiestas y reuniones).
Ese fue el principio de mi amistad con Rafa y de mi
relación con todo el grupo de Molino.
Miguel Luengo – Micky -
Recuerdo que conocí a Rafa en los meses
posteriores a empezar a salir con Miky, cuando me
presentó a toda la cuadrilla de Molino
prácticamente a la vez. En el marasmo de nombres
y caras, me quedé con la suya por aquel
comentario que me hizo Miky: "Rafa juega al
rugby". La primera vez que le vi puede que fuera
en el club o puede que incluso en casa de los
padres de Miky. Tengo el vago recuerdo de que
acababa de volver de Erasmus y que pasó a
saludar, aunque es bastante probable que no fuera
así, de que la conversación fuera en otro lugar y
circunstancias. Sí que recuerdo no obstante que
hablamos de rugby y del "mal criterio" de Miky,
que prefería el fútbol americano. Diría que el
rugby hizo el resto, pero no es cierto: es muy
sencillo hablar con Rafa. Destila una simpatía
natural y es el tipo de persona con la que
enseguida se puede congeniar.
Cecilia González – CECI -
Verdaderamente fue un día precioso, aparte de ser
un 23 F del 2011 (Con las connotaciones de la
Fecha), la forma de trascurrir el día hace que se
difícil de olvidar.
Visita a Bustarviejo, objetivo ver que se puede
hacer con esa mina.
La verdad que no puede empezar con mejor Pie, y
la foto inicial lo refleja. La circunstancia una Mina
de plata en las cercanías de Madrid
Sigue la visita por el interior en unas galerías
preciosas con unos aspectos mineros
impresionantes, siempre sujeto a estas aventuras
que le gusta a los Jordá, en la siguiente foto vemos
algunos aspectos.
Pero el día termina como refleja la siguiente Foto
Simplemente mientras tres amigos buscaban Plata en una mina, otros amigos de lo ajeno encontraron plata en dos coches, uno el mío y otro el de Rafa. ¿Cómo OLVIDARSE DE ESE DÍA?
Simplemente mientras tres amigos buscaban Plata en una mina, otros amigos de lo ajeno. Guillermo Laine
En mi caso, recuerdo la época aunque no estoy
segura del año, diría que fue el verano de 2.001,
que mis padres me dejaron con mis primos unas
semanas. Matilde, que era con la que siempre me
había juntado más, no estaba, creo que estaba en
Wisconsin. Así que empecé a ir allá donde iban Pit
y Esther.
Por aquel entonces, era muy habitual que hubiera
"reunión" en casa de alguien del grupo
(aprovechando que los familiares no estaban), así
que yo recuerdo cachondeo tras cachondeo. Y en
una de esas, estaba Rafita, un vive la vida, con
quien conecté en seguida, aunque creo que al
principio él conectó más con mis pantalones de
cuero y mi ombligo al aire, que conmigo
propiamente dicho, jijiji
El caso es que desde entonces hemos sido buenos
amigos, compis de juergas y confidencias. Mi
hermanito mayor!
Y yo diría que nuestra anecdota más graciosa
fue cuando fui a visitarle a Palermo. Fuimos a una
fiesta (como no) de un conocido suyo que tenía
una casa en el campo. La familia hacía vino casero,
asíque... venga vinito y vinito, que bien entraba
aquello. La que agarré... Aquél día Parra vio
imagenes de mi que le harían verme de otra
manera para siempre. El caso es que acabó
protegiéndome de los italianos babosos que
querían aprovecharse de la situación, todo un
gentleman!
Emma Anderson Cryns
Somos Elena y Alberto, Enrique y Albertillo y
conocemos a Almu y Rafa por casualidades de la
vida…..hace año y medio que nos encontramos en
Manta (Ecuador) y desde entonces, hasta hace dos
meses que tuvimos que regresar a España, hemos
compartido muchas cervezas (murciélago, Joseba´s
bar, piedra larga, …), paseos por la playa, pescaito
ecuatoriano en los “chiringuitos” de Liguiqui, San
Lorenzo y Jaramijó, días de aventura pescando y
buscando monos entre los árboles, escalando
montañas, atravesando ríos y comiendo morcilla
rodeados de barro, pollos y gallinas…y cómo no!
bailoterapeando en murciélago a la luz de la luna
con nuestro buen amigo Jimmy…muy buenos
momentos, sobre todo por la compañía! Como ya
saben Almu y Rafa, nuestro próximo destino no
nos va a permitir compartir con ellos este día tan
especial por lo que les enviamos muchos
achuchones y unas cuantas club verde para
amenizar los días de fiesta!!
Elena Rojas
Supongo que la forma en la que conocí a Rafa no
es exótica, aunque si rara, y digo rara porque le
conocí haciendo lo que podría denominarse como
deporte, habito del que huyo siempre que la
situación me lo permite. Puede que esta inusual
situación sea la causa de que recuerde claramente
como nos conocimos, ya que no puedo decir lo
mismo del resto de la gente que conozco de
Molino de la Hoz. El caso, es que en un intento de
evitar mi vaguería y sedentarismo se me apunto a
las clases de karate que se daban en el club de la
urbanizacion, y dado que cuando llegue a Molino
empecé las clases en el instituto en Las Rozas las
primeras personas de la urbanización con las que
tuve contacto fue con aquellas que asistían a esas
clases. Era el curso del 95/96, y después de unas
cuantas clases apareció un tipo al que yo no
conocía, no muy alto, más bien lo contrario diría
yo, con una falsa imagen de persona físicamente
normal, y con una larga coleta, un tipo con el que
me emparejaron para combatir un rato, y que
empezó enseguida con un extraño discurso (un
discurso que hoy conociéndole no me habría
sorprendido en absoluto) en el que insistía en que
le atacara con fuerza, sin cortarme, que no me
preocupara ni tuviera miedo en hacerlo, quien me
iba a decir a mí que aquel personaje acabaría
siendo más conocido como “El Parra”, un gran
amigo con el que casi 20 años después aun tendría
relación, y con el que disfrutaría de actividades
mucho más saludables como la de beber cerveza.
Pedro Saura – PIT –
Conocí a Rafa a través de su hermano Alberto,
creo que a finales de los 90 en Molino de la Hoz.
Allí, casi todos nos hemos conocido por
“progresiva aproximación”. Es decir, un día,
haciendo el gamberro con la bici, Alberto y yo, nos
encontramos con Rafa que iba a no sé dónde.
- “Mira Yuyu este es Rafa, mi hermano pequeño”.
- “Hola tío”
- “Hola”
- “Bueno nos vamos.”
- “Adios”
- “Adios.”
Otro día vamos a beber agua a casa de Alberto, o a
arreglar la bici o sencillamente a hacer el gamba.
- “Anda hola Rafa , ¿qué pasa tío? ¿Tú no montas
en bici?”
- “Qué pasa Yuyu, bah.. yo me dedico a la
montaña. “
- “Ah guay. “
Hay que interpretar esto como recuerdos difusos y
a modo de ejemplo, es simplemente una idea
general de mis primeros contactos con Rafa.
Pero el primer y verdadero recuerdo que tengo de
Rafa es de una noche de verano en la que
curiosamente acabó con un enfado monumental
por parte suya. Por entonces, además de hacer el
gamberro con la bici, nos dedicábamos a pelearnos
“medio-en-serio/medio-en-broma” como
cachorros de hienas, intentando coronarnos, cada
uno, como líder de la manada. Aquella noche de
verano estábamos pajareando por el Club de
Molino, en plena lluvia de tortazos, gamberradas y
bromas pesadas por doquier. En las noches de
vandalismo veraniego, participábamos
principalmente, los camaradas Alberto, Antonio
Saldaña, Borja Paniagua y alguno más que, o bien
se incorporó años más tarde, o bien, ya estaba
incorporándose (repito que los recuerdos son
difusos).
Pues bien, este recuerdo tiene lugar en la pradera
de césped que hay detrás de la peluquería y centro
médico de la plaza de Molino de la Hoz. En plena
pelea de gallos y lluvia de tortazos que iban y
venían entre camaradas, apareció Rafa que venía
del autobús de Molino (de Las Rozas o Madrid),
Rafa al ver tal orgía de manporrazos, se apuntó,
poniéndose del lado de su hermano
evidentemente, con el consecuente reparto y
recepción de coloridos hematomas.
La participación de Rafa en este juego acabo con la
desaparición de su monedero por algún lugar de la
pradera y el monumental cabreo del afectado. Al
percatarnos de la preocupación de Rafa, de que se
había acabado el cachondeo y de que iba a ser
prácticamente imposible localizar el desaparecido
monedero, fuimos desapareciendo todos, sin la
más mínima contemplación ni remordimiento.
Al final el tiempo nos ha demostrado que los
juegos de manos van siempre a más y acaban en
reparto de obleas y algunas semanas de retirarse
el saludo o la palabra.
Aquella noche es primer recuerdo, digamos,
“sólido” y estable que permanece en mi cabeza.
Por eso siempre he creído que creo que aquella
noche, Rafa, efectivamente, perdió el monedero,
pero ganó algo más importante. Ganó un amigo
para toda la vida.
Emilio Poyales – YUYU –
A Rafa me lo presentó su hermano Luís... apenas
se le veía la cara con tanto pelo, jaja. Me pareció
un tío muy simpático y que no te deja hablar.
César Zapico
Conocí a Rafa hace tantos años que ya ni me
acuerdo. Supongo que sería en el club, en alguna
noche de verano de esas en las que solíamos bajar
a tomar algo todo el grupo. O a lo mejor en alguna
quedada con los coches, con música y muchas risas
cerca de la presa. Sin embargo, los recuerdos más
señalados que tengo con él son de un viaje a
Palermo que hicimos juntos en 2007. En cuatro
días me enseñó parte de lo que había sido su
erasmus en la isla italiana. Me presentó a sus
amigos, me llevó a sus bares favoritos
(descubriéndome bebidas tan... particulares como
la bomba) y también a lugares con historia!
Gracias por el viaje, Parrita!!!
Isabel Cisneros - ISA –
Cómo conocí a vuestra madre... Digo a Rafa!
¿Qué cómo conocí a Rafa? Pregunta que puede
parecer fácil, pero en el fondo no lo es. ¿Qué por
qué? En la vida hay etapas en la que las cosas son
difusas, se mezclan días y sobre todo, noches. Si de
verdad queremos empezar por el comienzo,
diremos que al principio todo era una gran bola de
fuego... Va va, en serio. Yo acababa de entrar a
estudiar en la escuela de Minas. Era un tierno e
inocente infante, más o menos como ahora pero
con pelo. Un día estudiando duramente 1o de
botellín en la cafetería, me reclutaron como
insigne jugador del equipo de Rugby de la Escuela.
Entonces, como en todo buen equipo de rugby que
se precie, comenzaron a contarme las batallitas
propias de algún tiempo pasado, que no tiene por
qué ser necesariamente mejor. El caso es que
entre las historias, se coló una sobre un viaje a un
país lejano y tercermundista llamado Francia, a
Douai concretamente, donde al parecer, se forjó la
historia del individuo que nos ocupa. Me
enseñaron fotos y me contaron cuentos para no
dormir de este tipo. Ese fue el día en que fui
consciente de la existencia del diablo y me dijeron:
Tal vez algún día le conozcas! – No por Dios!-
En el fondo es un tipo majo... Decían.
Así que, llegado el día de Santa Bárbara, jugamos
un partido contra un equipo del gremio:
Geológicas. En honor a la verdad, no recuerdo
absolutamente nada de ese día. No sé cómo
quedo el partido, si ganamos o perdimos o si
realmente llegamos a jugar. De las cosas que si me
acuerdo, entre los efluvios alcohólicos que me
evoca la escena al recordarla, es que conocí a Rafa.
(Y que acabe desnudo encima de una mesa de la
cafetería, pero eso es otra historia).
Ese fue mi primer contacto con Rafa. En un tercer
tiempo y borracho, como en el caso del 98,76% de
las personas que han conocido a Rafa. Desde
entonces, soy yo el que cuenta batallitas geniales
que me han pasado con este tipo, desde mi primer
cartel de minas en Oviedo y ver como se
preparaba para correr un cross liándose un cigarro
en la salida y pidiendo fuego al resto de
corredores, a eso de las 8 de la mañana, sin haber
dormido desde hacía 48 horas, hasta la vez que
acabamos metidos en una cámara frigorífica en las
fiestas de las Rozas. La gente dice que desnudos,
pero otra vez más, el alcohol no me deja
acordarme.
Y he aquí que llegamos a la actualidad y resulta
que se casa! Y con una mujer estupenda! Y me
invita a su boda... el comienzo de otra gran historia
para recordar?
Seguro que sí!
Mi más sincera enhorabuena Rafita “Asterix loco”
y Almudena por esto que comenzáis juntos!
Santiago Escorial – SANTI -
Lo conocí en Molino de la Hoz, en la urbanización donde vivía con sus padres a través de una amiga en común. Esto fue hace 21 años, entonces teníamos 13 años, en una cancha de fútbol, donde yo como no, me puse a jugar con él al fútbol, y seguro que ni él se acordará, y al principio creo que no le caía muy bien, pero se ve que el ser amigos era nuestro destino, ya que a pesar de la distancia y de yo viajar fuera y él también nunca perdimos el contacto, ya que la amistad verdadera como yo le digo es aquella que no hace falta llamar a menudo, porque sabes que siempre cuentas con un amigo de verdad, de los que se cuenta con los dedos de una mano, y así es como veo yo a mi gran amigo, incondicional, buena gente, entrañable, leal, divertido y al que quiero
Lydia Bohmann
Era una noche de verano no sé de qué año. Yo iba
caminando con una amiga cuando, empezamos a
oir una conversación extraña. Las voces, venían de
los bancos blancos que había antes en el club y
que tantas borracheras han soportado. Al
acercarnos, me di cuenta que no eran mas que dos
chicos hablando simplemente al revés. Si, allí
estabas con Vija, como muchas noches de veranos
de aquellos años. Nos quedamos un rato
hablando, lo mismo que 20 Años después hacemos
por WhatsApp y que gracias a él parece como si
siguiéramos siendo vecinos.
Mª José Muñiz – MJ -
Vereis chicos,no se por que extraña razón me
acuerdo perfectamente de cómo conocí a vuestro
padre.
Corria Septiembre del año 1995, se que era
septiembre por que estaba en las fiestas de Las
Rozas.Es posible que lo tenga tan presente porque
para variar,no llovia,y como ya sabréis,en las
fiestas de Las Rozas siempre llueve.
Estaba yo dándolo todo en “la olla”,y cuando me
baje,alguien me presento a dos chicos que por lo
visto eran de Molino(El Reino).El primero era un
tal Javi, y el otro, que llevaba pantalones vaqueros
y camisa vaquera a juego metida por dentro, era
un tal Rafa. Llevaba el pelo largo, por debajo de las
orejas, bien arregladito y las puntas recién
igualadas (¿?).
Rafa, tímidamente, dejo que se hicieran las
presentaciones pertinentes,y cuando llegaron a su
fin tomo la palabra, muy correcto èl:
-Ahhhhhhh, ¿asi que eres de Molino tu
también????? ¿y vas a volver en el autobús?
Yo pensé que quería entablar amistad, pero la
frase termino asi:
-Pues ¿Me podrías dejar veinte duros? Es que sino
me tendre que volver otra vez en autostop
Y asi fue como conoci a vuestro padre
p.d cuando le veais le decis que me debe veinte
duros
Silvia Garrote – PELUSILLAS -
A ti te pintaría...otro dinosaurio pero...¡Tampoco
me dejan!
No voy a escribir sobre ninguna fiesta ni
borrachera como tantos otros...te voy a escribir
sobre un día que quedó en mi recuerdo:
La mina de hierro de Alquife. Me gustó que me
llevaras a recorrer esas tierras...Me impresionó
pero lo que más me impresionó fue tu forma de
compartir uno de tus “amores” (no a Almu) con
nosotros, se te llenó la mirada al ver que unos
cuantos estábamos interesados en aprender sobre
tu “amor”.
Gracias amigo, por compartir ese día conmigo. Un
abrazo.
Daniel Peña – DANI -
No, me temo que no me acuerdo de cuándo y
dónde nos conocimos...Así, haciendo memoria
creo que el inicio de nuestra relación se encuentra
en el romance entre Ana Herrero y tu hermano
Barri o entre tú y Ana...lo siento...tengo memoria
pez...Recuerdo a Ana emocionada porque venía
Barri en moto a verla a El Golf...pero creo que eras
tú...menudo chasco...(lo mío es muy fuerte,
menuda imaginación tengo, creo que me he
inventado la historia de cómo nos conocimos en
un momento...jajajaja!!!)
No obstante, dudo mucho que esa fuese la
primera vez que nos viéramos...pero me apetece y
no puedo dejar de hacerlo, dejar aquí reflejadas
varias de las imágenes tuyas y mías, mías y tuyas
que no creo, jamás olvide:
• ¿Era un guante de cocina o un calcetín?
• 2 enanos hacen un “gigante”
• Una cámara para ver nuestras caras al ser
sorprendidos
• ¿Qué dijimos?...no me acuerdo
• ...Nos dio igual...seguimos...
• ...y la lié parda...desayunito guapo, guapo...no
sabía dónde meterme
Ja, ja, ja...es inevitable, es imposible quitar mi
sonrisa y risa a carcajadas cada vez que recuerdo
nuestro paseo por la Calzada de los Gigantes...creo
sin duda que ha sido nuestro mejor momento
juntos.
Te quiere, os quiere tu pequeña Mery...siempre.
María Garrido – MERY -
Si te digo la verdad Rafa, apostaría todas mis
tierras a que fue en la inolvidable terraza de la
cafetería de Geo con un tercio de mahou en la
mano o con el café de calidad suprema con el que
nos deleitaban y amenizaban la mañana, ya mi
débil memoria me falla para apurar tanto detalle,
jaja, que mejor sitio para conocerse que donde se
puede compartir una buena cerveza juntos, ni
París, ni Londres, ni Berlín, ni Nueva York, nuestra
tan añorada terraza de Geológicas.
David Muñoz
Érase una vez dos urbanizaciones contiguas unidas
por un estrecho camino que los del Golf
recorríamos con frecuencia sentido Molino en
busca de la diversión : las fiestas y el Club.
Recuerdo dos fiestas en particular donde tú, Parra,
tuviste tu momento de protagonismo.
La primera, tras un incidente con un coche en la
calle que no logró recordar, te paseaste con el culo
al aire, al rojo vivo, dolorido... originando las risas
del personal... La segunda, una fiesta de disfraces,
de indios y vaqueros de postín, donde la mayoría
de personas iban impecablemente caracterizadas,
apareciste, de repente, luciendo un único y
hermoso taparrabos... ocasionando el consecuente
desvío de miradas... Nunca pensé que este
entrañable personaje se convertiría, en el futuro,
en un buen amigo...
Anaïs Villalba – NAS -
Rafael Jordá Bordehore, mi queridísimo Rafita.
Hace 19 años, estaba yo sentada en la fuente del
club (cuando aún era una fuente), con dos barras
de pan, esperando a que mi madre me recogiese
con el coche, cuando un chico con coleta me
saludó desde la otra acera. Como no le había visto
en mi vida, ignoré el saludo pensando que no era
para mi, pero el siguió insistiendo y gritando “hola
chica del pan”, lo que dejó un poco más claro que
el saludo si era para a mi. Saludé de vuelta (sin
mucho entusiasmo, la verdad) y ahí quedó la cosa.
Unos días después, igual un par de semanas… iba
yo andando a casa desde la parada del bus de
Gerifalte cuando me crucé con un alguien, que
aunque iba andando, llevaba puesto un casco de
moto. De debajo del casco le salía una larga
melena rubia, por lo que ni siquiera me quedaba
muy claro el género de la persona con chandal
verde a la que me estaba acercando, cuando en el
momento de pasar uno junto al otro, el extraño
del casco gritó: “hola chica del pan!”.
Esos fueron mis dos primeros encuentros contigo
Rafita. No me acuerdo del tercero, pero
básicamente empezamos a pasar juntos todas las
tardes y fines de semana. Fueron unos años
increíbles! Me acuerdo de los bancos al lado de la
farmacia, de los juegos de mesa en el club, de las
motos, de Braveheart , del Equipo, de la presa, de
las calles nuevas, de la caseta del club cuando era
para fiestas, del Sanabria en Majadahonda, de las
casas de todos cuando no había padres, de los
coches de todos cuando no había padres, de las
fiestas de Reyes, de las fiestas de fin de año, de las
piscinas, de las putadillas. Y me acuerdo de tus
mimos, de tus disfraces, de tus accidentes…
Son casi veinte años y casi veinte mil cosas. Me
acuerdo casi casi de todas.
Mi Rafita querido del alma. Sabes que te quiero
mucho y que me acuerdo de ti. Te casas con una
joya, con la mejor de todas! y no podría estar más
contenta por los dos. Os deseo todo bueno Parri,
todo lo mejor del mundo.
Desde los fríos pueblos del norte, Halvor y yo te
mandamos un fuerte abrazo Rafita. Te queremos.
Esther Saura – TETÉ -
Breve historia de una pelirroja, un vello púbico y
un chivato...
Creo que fue la primera vez que salía
voluntariamente con Rafa, y creo que fue, además,
mi primera juerga como universitario, por otro
lado, los otros dos espadas, Rafa y Osama, estaban
más que acostumbrados a frecuentar aquel
maravilloso antro.
Lo cierto es que antes de atravesar el primer
portón que custodiaba el Barullo, ya íbamos
bastante “contentos” pues tras inmunda ingesta
de cerveza en los pasillos de Geo y tras ver como el
último de los camareros cerraba feliz y contento la
puerta de la cafetería, no tuvimos otra elección
que utilizar el plan B (de Barullo). Rafa, Osama, Bol
y ...la Princesa!
La princesa, era una chica un poco rara, tímida
pero atrevida, fea pero guapa, serena pero
borracha ¡y por supuesto pelirroja!, lo cual hacia
que el cuarteto que se adentró en aquel oscuro
lugar fuera inmejorable, o mejor dicho
indescriptible.
No seré el típico que diga que “lo que sucedió allí
se quedó allí...” pues para algo me he puesto a
escribir, así que intentaré, haciendo un gran
esfuerzo y estrujando las dos últimas neuronas
fértiles que me quedan, (esa noche perdí el 98%
de las mismas), recordar lo que sucedió aquel
martes 2 de octubre de 2001. (Tócate los huevos
Rafalín)
Debía ser el octavo mini de birra que nos
estábamos apretando, cuando me surgió una duda
fundamental... ¿Tendría esa chica pelirroja el vello
púbico del mismo color...?
Ni corta ni perezosa, mi duda atravesó mi cerebro
hasta mi lengua y empujada por un soplido etílico,
y resbalando torpemente al atravesar mis labios
sonó algo parecido a “¿Tienes los pelos del coño
pelirrojos?”
Yo ya estaba esperando el guantazo de la princesa,
incluso llegue a sentir el dolor, pero lejos de
dejarme marcada la mano en la cara, y tener que
dar más de una explicación a mi novia al día
siguiente, de su boca salió un contundente:
- “Sí”.
“¡Demostración!”, le solicite amablemente,
mientras daba una palmada.
Ni corta ni perezosa metió su mano en el pantalón
y tras unos segundos de maniobra loco
Iván...
Inciso: Imagínate la cara de los tres tragaldabas
ante semejante espectáculo...
E voilà!, surgió de entre sus dedos un majestuoso
pelo púbico rojo!
Yo me caí de espaldas con los ojos como platos y
un goterón de sudor en la frente al estilo
manga...Osama tuvo que pedirse otro mini para
confirmar que no era un sueño, y Rafita observaba
con ojo de geólogo aquel resto humano...
Tras volver a poner los pies en el suelo decidimos
que esta reliquia iba a ser nuestro amuleto en los
partidos de Geo, así que los metimos en un
recipiente hermético, de alta seguridad y al vacío...
en un chivato de Fortuna, y nos juramos llevarlo a
todos los partidos de la temporada...
Mi noche acabó aquí junto Osama, que entonces
aún se llamaba Daniel, Rafa por otro lado decidió ir
a casa de la princesa a dormir, sólo en la
habitación de invitados y eso sí tomarse un
desayuno de aupa, con la madre de la princesa (La
Reina), y después de vuelta a la facultad...
PD: ¿Qué fue de aquel chivato?, nadie lo sabe,
dicen las malas lenguas, que detrás de todos los
trofeos de geo en una sucia esquina de la vitrina,
yace la reliquia de la princesa, y casualidades o no,
desde ese año Geo no ha hecho otra cosa que
cosechar trofeo tras trofeo...
Aupa Geo!
Juan Alonso - BOL –
Era un día de inicio de curso en Geo, y como
anualmente ocurría, un viernes por la tarde, se
había citado a todos los que querían apuntarse al
rugby a reunirse en la sala de juntas, es decir, los
novatos y veteranos, y ahí estaban unos poco
veteranos encabezados por Iñaki y Santi........y por
detrás un chaval bajito y peculiar al que llamaban
Asterix..... después de mil botellines, risas e
historietas, el gordito que suscribe estas líneas y
que por aquel entonces le conocían como Eclipse
se apunto sin dudarlo a aquel equipo que
posteriormente acabo siendo una familia.
Durante ese año, fueron juergas innumerables y
muchas horas de entrenos, partidos, terceros
tiempo y por fin.........llego el viaje de veteranos de
Geo a Jaén, nada mas y nada menos a jugar contra
el equipo de nacional, fue un viaje muy divertido y
al que solo asistieron tres chavales del equipo
universitario: Asterix, Hormiguita y Eclipse........tras
sufrir las incoherencias de Mana y mucho sacrificio
en el campo (solo comentar que la melé pesaba
mas de 1400 kg de pura masa muscular y la
integraban 5 pilieres), Geo consiguió la ansiada
victoria (primera en mi vida deportiva rugbística,
ya que el equipo universitario de geo en toda esa
temporada solo consiguió empatar un partido y el
resto fueron derrotas) y tras ello nos fuimos al
pertinente 3º tiempo y uno de los mas grande que
hayamos disfrutado....
Tras este inicio, las historias han sido muchas y de
muy diversa clase, como: aquellas noches de
Barullo, tarde de mesas/terraza/sillas verdes de
Geo, o del clut deportivo, aquel año que jugué con
minas y pude vivir un cartel con ellos, aquellos
placaje del enano cuando yo era Eclipse, las fiestas
de Las Rozas o de Molino, el Hiedra o el
Gress............o el día que te rompiste la clavícula,
doblemente y te tuvimos que sacar del campo a
collejas, son muchos y demasiados momentos para
expresar, pero ante todo GRACIAS RAFA por a ver
podido disfrutar contigo de cada uno de estos
momentos y los que nos quedan.
Un abrazo y espero que este paso que dais sea la
continuación de vuestra vida junto y os deseo la
máxima felicidad.
Javier Oteo –ECLI -
Hace casi 20 años que nos conocemos (si Rafa, si...
no pongas esa cara, 18 años exactamente; somos
mayores) y fue en uno de los mejores veranos de
mi vida.
Yo andaba por los 16 y era la primera vez que salía
sola al extranjero; para concretar más mis padres
me mandaban a Sheffield (Inglaterra) para
"aprender" ingles.Iba yo bastante nerviosa, no
conocía a nadie y además no me defendía muy
bien con el idioma, vamos que estaba bastante
acojonadilla, pero resultó ser un GRAN viaje donde
pude conocer a mi GRAN AMIGO RAFA ( y lo pongo
con mayúsculas). Nunca se me olvidará aquél
diluvio que nos cayó o la noche que nos fuimos de
discoteca con los vales que nos dieron mis dos
"madres".
El caso es que aunque nos vemos poco, y desde tu
mudanza al otro lado del charco menos aún, sé
que siempre estarás y formarás parte de mi vida.
Quiero desearos lo mejor, a ti y a Almu; la
FELICIDAD más absoluta. Me siento encantada de
poder compartir este día tan importante en la vida
de los dos. Espero no emocionarme demasiado y
no llorar, pero no prometo nada ;P
Os quiere:
Beatriz Díaz – BEA-
Yo conocí a Rafa en Manta Ecuador, llegue allí con
un señor de 50 y pico años que trabajaba en mi
empresa y Rafa solo por edad ya me tenía ganada
como más mejor amigo en mi nueva aventura.
Compartimos oficina, coche a ratos, el charco
llamado piscina que tenía el edificio en el que
vivíamos, si conoces a Rafa lo necesario, si,
también compartimos borracheras y resacas, y
todo fue un placer. Me enseño la costa
ecuatoriana, conocimos Quito, Cuenca, Milagros y
otras ciudades. Fuimos a bautizos, cumpleaños y
hasta nos colamos en una fiesta de pijos
ecuatorianos que daban en la urbanización. Una
noche le cortamos el pelo y la barba, fue muy
divertido, paro a la mañana siguiente cuando
llamo a la puerta casi no lo reconocí. Pero lo más
importante fue que siempre tenía la mentira
piadosa que necesitaba.
Jennifer Alós – JENNI –
Era un caluroso día de agosto, pista de baloncesto
del Club de Molino. De repente aconteció un
melenillas en bici de montaña. Yo pasaba las horas
intentando encestar en la cancha de
baloncesto...siempre fui bajito y un poco negado
para eso. Cuando me echaban los mayores me
juntaba con el nuevo y su amigo El Rubio. Así
pasaban las tardes hasta que me un día me
dijo..."sabes que tu madre y la mía son íntimas???"
Fíjate, que curioso...y así al poquito volvimos a
coincidir y a quedar para ir a la montaña, las
fiestas y ahora...a su boda...
Luis Gallo – GALLO -
¿Que como te conocí Rafa? Puff,puff, puff, es una
pregunta un tanto difícil de contestar. Para ser
sincera, no me acuerdo. Sé que un día, hace como
unos 15 años (Dios, ha pasado tanto tiempo ya?
Madre mía que rápido pasa el tiempo…), apareciste
en mi vida y jamás volviste a marcharte, cosa de la
que me alegro mucho. No me acordaré del día exacto en el que te
conocí, que supongo que sería en relación al equipo
de Geo, pero si me acuerdo de, posiblemente uno
de los primeros días como amigos. Corría febrero de 1999, recién conocidas las
notas del primer cuatrimestre de primero. Ese
cuatrimestre no se me dio muy bien que digamos,
para ser justos fue horroroso, como el resto de
primero, había suspendido casi todos los
exámenes, por no decir todos, y no me encontraba
nada, nada bien (estaba llorando como una
Magdalena, para que engañarnos), pero ahí estaba
mi querido Rafa, consolándome y animándome,
diciendo que no pasaba nada, que no era el fin del
mundo, que en junio me iría mejor (algo mejor me
fue, la verdad, pero no creo que fuese todo lo bien
que estabas pensando en ese momento), …, vamos,
todas esas cosas que dice un amigo cuando no estás
bien. La verdad es que ese apoyo me ayudó
mucho. Siete años después me convertí en lo que
soy ahora, una paleontóloga. Es posible que parte
de este título, y de cómo soy como persona, sea
gracias a ti Rafa, a tus ánimos, ayudas y consejos.
¡¡GRACIAS POR TODO QUERIDO AMIGO!! Ahora resulta que das un gran paso en tu
vida, te casas y lo haces con una gran mujer, y has
decidido que yo no podía faltar en ese día. Me
siento muy agradecida de que me invites a que
comparta ese gran momento contigo y con Almu. Espero que sea uno de los mejores
momentos de tu vida, al igual que conocerte lo fue
para mí. ENHORABUENA A LOS DOS, RAFA Y ALMU,
Y MUCHAS GRACIAS POR DEJARME FORMAR
PARTE DE ESE MOMENTO TAN IMPORTANTE. Te quiero,
Rosa Conde
Corrían los años 2004 o 2005 cuando conocí a
Rafa, fue en Palermo, una ciudad caótica y llena de
encanto, vaya como nosotros!! ;)
Todo empezó en clase de italiano, donde
decidimos quedar a tomar la primera birra (Forst,
por supuesto!!) y en la Vuccería, como no!!
Así empezó un gran año, un año que a pesar de
que "siamo per birra Forst" será difícil, muy difícil,
olvidar. Fue así como comenzó nuestra
gran historia, una historia que también es la de
Joan, Andrea, Sensi, Xavi, Mássimo, Ciccio, Jorge,
Blanca, Tonino ,Louredana, y su pasta al forno! Las
mañitas, Laura y Maria, sin olvidar a nuestro Moha
y Píccolo, y por supuesto Leone, el coprotagonista,
junto con Rafa y Andrea, de un rescate digno de
los mejores superhéroes!!!
La nuestra es una amistad que se consolidó con
muchas pequeñas historias ocurridas entre
Vucceria y Ballaro, la Maglione, Via Archirafi,
Agrigento, Via al Loro, Vía del Bosco, el Etna, ....
tantos lugares como recuerdos, eh Farruski!!
Parece que no ha pasado tanto pero ya van 10
anni!!!!!!! Y te has casado!!!
AUGURIONEEE!!!!!!!!!!!!!
Os deseamos la MAYOR DE LAS FELICIDADES QUE
QUEPAN EN VUESTROS ESTUPENDOS CORAZONES
DE MELONES, MILLE BACI AMICI!!!
Y recordad: SIETE FELICE, COME LA PORTA!!!!! ;)
Violeta Rallo – VIO -