Parroquia de san Eugenio y santa Inés Evangelio. … misericordia entre nosotros. Te lo pedimos por...

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Parroquia de san Eugenio y santa Inés Valencia Tel. 963795306 / [email protected] www.parroquiasaneugenioysantaines.es 23 d’abril de 2017 Cantos para la celebración: • Entrada: Resucitó, resucitó… (166a) • Aspersión: Un solo Señor, una sola fe… • Salmo: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. • Ofertorio: Este pan y vino, Señor… (89) • Comunión: Cerca de ti, Señor… (40) • Despedida: Regina coeli. Regína coeli, laetáre; allelúia. / Quia quem meruísti portáre; allelúia. / Resurréxit sicut dixit; allelúia. / Ora pro nobis Deum; allelúia. Oración colecta: Oremos (pausa). Señor Dios, rico en misericordia, mira con amor a tu pueblo y que, al celebrar con alegría el triunfo de tu Hijo sobre la muerte y el pecado, viva en la esperanza de alcanzar un día el gozo de vivir por siempre en su presencia. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. PROCLAMACIÓ DE LA PARAULA Primera lectura. Las primeras lecturas del tiempo pascual nos van anunciando la sexta y penúltima etapa de la historia de la salvación, la de la Iglesia, aquella en la que estamos y que se inauguró con Jesucristo. Hoy se nos describe el maravilloso crecimiento de la primitiva comunidad de los creyentes, con el triple ministerio de la palabra, la liturgia y la caridad. Libro de los Hechos de los apóstoles 2, 42-47 Salmo 117 Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia Segunda lectura. Durante los domingos de Pascua de este año A, leeremos la primera carta de san Pedro, que es una catequesis para los bautizados que nos alecciona en este tiempo de profundización en la iniciación cristiana que hemos recibido. Primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9 Evangelio. Todos los años leemos en este domingo el mismo pasaje del Evangelio que nos muestra el significado del domingo cristiano: El Resucitado establece el ritmo semanal del nuevo "día del Señor", "a los ocho días", para actualizar el misterio de su muerte y de su gloria, confirmar nuestra fe, llenarnos de alegría y confiarnos su misión. Evangelio según san Juan 20, 19-31 Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: — «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: — «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: — «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: — «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: — «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: — «Paz a vosotros.» Luego dijo a Tomás: —«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» Contestó Tomás: — «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: — «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre. Oración poscomunión: Oremos (pausa). Tu Eucaristía, Señor, es anticipo del banquete eterno; concédenos a cuantos participamos en el sacramento de la Nueva Alianza unirnos con fidelidad a ti y con

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Parroquia de san Eugenio y santa Inés Valencia

Tel. 963795306 / [email protected]

www.parroquiasaneugenioysantaines.es

23 d’abril de 2017

Cantos para la celebración:

• Entrada: Resucitó, resucitó… (166a)

• Aspersión: Un solo Señor, una sola fe…

• Salmo: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia.

• Ofertorio: Este pan y vino, Señor… (89)

• Comunión: Cerca de ti, Señor… (40)

• Despedida: Regina coeli. Regína coeli, laetáre; allelúia. / Quia quem meruísti portáre; allelúia. / Resurréxit sicut dixit; allelúia. / Ora pro nobis Deum; allelúia.

Oración colecta: Oremos (pausa). Señor Dios, rico en

misericordia, mira con amor a tu pueblo y que, al

celebrar con alegría el triunfo de tu Hijo sobre la

muerte y el pecado, viva en la esperanza de alcanzar

un día el gozo de vivir por siempre en su presencia.

Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,

que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu

Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.

PROCLAMACIÓ DE LA PARAULA

Primera lectura. Las primeras lecturas del tiempo pascual nos van anunciando la sexta y penúltima etapa de la historia de la salvación, la de la Iglesia, aquella en la que estamos y que se inauguró con Jesucristo. Hoy se nos describe el maravilloso crecimiento de la primitiva comunidad de los creyentes, con el triple ministerio de la palabra, la liturgia y la caridad.

Libro de los Hechos de los apóstoles 2, 42-47

Salmo 117

Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia

Segunda lectura. Durante los domingos de Pascua de este año A, leeremos la primera carta de san Pedro, que es una catequesis para los bautizados que nos alecciona en este tiempo de profundización en la iniciación cristiana que hemos recibido.

Primera carta del apóstol san Pedro 1, 3-9

Evangelio. Todos los años leemos en este domingo el mismo pasaje del Evangelio que nos muestra el significado del domingo cristiano: El Resucitado establece el ritmo semanal del nuevo "día del Señor", "a los ocho días", para actualizar el misterio de su muerte y de su gloria, confirmar nuestra fe, llenarnos de alegría y confiarnos su misión.

Evangelio según san Juan 20, 19-31

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: — «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: — «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: — «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: — «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: — «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: — «Paz a vosotros.» Luego dijo a Tomás: —«Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» Contestó Tomás: — «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: — «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.

Oración poscomunión: Oremos (pausa). Tu

Eucaristía, Señor, es anticipo del banquete eterno;

concédenos a cuantos participamos en el sacramento

de la Nueva Alianza unirnos con fidelidad a ti y con

misericordia entre nosotros. Te lo pedimos por

Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Jesús salvará a su Iglesia / José Antonio Pagola

Aterrados por la ejecución de Jesús, los discípulos se re fugian en una casa conocida. De nue- vo están reunidos, pero ya no está con ellos Jesús. En la comunidad hay un vacío que nadie puede llenar. Les

falta Jesús. ¿A quién seguirán ahora? ¿Qué podrán hacer sin él? «Está anocheciendo» en Jerusalén y también en el corazón de los discípulos.

Dentro de la casa están «con las puertas bien cerradas». Es una comunidad sin misión y sin horizonte, encerrada en sí misma, sin capacidad de acogida. Nadie piensa ya en salir por los caminos a anunciar el reino de Dios y curar la vida. Con las puertas cerradas no es posible acercarse al sufrimiento de las gentes.

Los discípulos están llenos de «miedo a los judíos». Es una comunidad paralizada por el miedo, en actitud defensiva. Solo ven hostilidad y rechazo por todas partes. Con miedo no es posible amar al mundo como lo amaba Jesús ni infundir en nadie aliento y esperanza.

De pronto, Jesús resucitado toma la iniciativa. Viene a rescatar a sus seguidores. «Entra en la casa y se pone en medio de ellos». La pequeña comunidad comienza a transformarse. Del miedo pasan a la paz que les infunde Jesús. De la oscuridad de la noche pasan a la alegría de volver a verlo lleno de vida. De las puertas cerradas van a pasar pronto a anunciar por todas partes la Buena Noticia de Jesús.

Jesús les habla poniendo en aquellos pobres hombres toda su confianza: «Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo a vosotros». No les dice a quién se han de acercar, qué han de anunciar ni cómo han de actuar. Ya lo han podido aprender de él por los caminos de Galilea. Serán en el mundo lo que ha sido él.

Jesús conoce la fragilidad de sus discípulos. Muchas veces les ha criticado su fe pequeña y vacilante. Necesitan la fuerza de su Espíritu para cumplir su misión. Por eso hace con ellos un gesto especial. No les impone las manos ni los bendice, como a los enfermos. Exhala su aliento sobre ellos y les dice: «Recibid el Espíritu Santo».

Solo Jesús salvará a su Iglesia. Solo él nos liberará de los miedos que nos paralizan, romperá los esquemas aburridos en los que pretendemos encerrarlo, abrirá tantas puertas que hemos ido cerrando a lo largo de los siglos, enderezará tantos caminos que nos han desviado de él.

Lo que se nos pide es reavivar mucho más en toda Iglesia la confianza en Jesús resucitado, movilizarnos para ponerlo sin miedo en el centro de nuestras

parroquias y comunidades, y concentrar todas nuestras fuerzas en escuchar bien lo que su Espíritu nos está diciendo hoy a sus seguidores.

DEMÀ: SANT VICENT FERRER

Encara que l’Església celebra la festivitat de sant

Vicent el dia 5 d’abril, data de la seua mort el 1419, a

València, se ve celebrant el dilluns de la segona setmana

de Pasqua.

Als Manuals de Consells de la ciutat de València

apareixen acords presos pel dit Consell seguint les

indicacions de sant Vicent com el que va establir-se el

1390: assignar una quantitat de diners per dotar les

prostitutes que anaven a casar-se per tal que no tornaren a

caure en pecat. El 1410 va ser el promotor dels acords

entre el bisbe i la ciutat de València per a la creació d’un

Estudi General, que si bé va tindre curta vida, és un dels

precedents de la posterior Universitat. També va

intervindre en la creació d’institucions socials per alleujar

la marginació social, és el cas del Col·legi de Xiquets

Òrfens, que encara existix en l’actualitat. El 1413, quan el

frare dominicà estava a Alzira, li van demanar que

predicara contra aquells que acumulaven el blat o altres

grans que escassejaven a la ciutat, per tal de fer pujar el seu

preu. També és coneguda la seua intervenció per a posar

pau entre dos famílies enfrontades de la ciutat de València:

els Centelles i els Vilaraguts.

Un tema freqüent en els seus sermons és el Judici

Final, de plena actualitat durant els segles XIV i XV, en

part com a conseqüència de la situació crítica del moment:

la Pesta Negra, l’absència del Papa a Roma i el Cisma

d’Occident, fenomen en la solució del qual va participar el

propi sant Vicent. Igualment va ser decisiu el seu

protagonisme en el Compromís de Casp (1412) per tal de

proveir un nou rei a la Corona d’Aragó, després de la mort

de Martí l’Humà.

En la seua activitat com a predicador, sempre envoltat

per una multitud, utilitzava un llenguatge viu, popular, ric

en exemples i paràboles, i amb una gran habilitat oratòria.

Una tradició que apareix a les actes del seu Procés de

Canonització afirma que san Vicent sempre utilitzà la seua

llengua materna, el valencià. Per a una més exacta

valoració del fenomen cal considerar la seua formació

clerical en llatí, així com els estudis que va realitzar, a més

de València, a

Barcelona, Lleida i

Toulouse. Podem

considerar que

dominava les

llengües

romàniques dels

territoris on va

predicar i va

adaptar-se

lingüísticament al

seus auditoris, amb

el recolzament

d’una enorme

quantitat de gestos

característics en la

seua iconografia.