PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que...

80
PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR. 30 HOMILÍAS QUE SIRVEN INDISTINTAMENTE PARA LOS TRES CICLOS DEL II DOMINGO DE PASCUA 1-11 1. FE. SEGURIDAD. MIEDO. Dicen que el miedo es mal consejero, pues atenaza y perturba. El miedo es inseguridad y angustia de riesgo. El miedo trastrueca y deforma la realidad. Los apóstoles tienen miedo a los de fuera. Por eso atrancan las puertas, cierran con llave al atardecer. Es aún la noche oscura de cuantos confiaban en Jesús. Se sienten amargamente burlados y hay que protegerse. Miedo entonces y miedo ahora. ¿Corren malos tiempos para la Iglesia? En una sociedad de "libertades" sin límite, andan sueltos todos los pareceres y "la libertad de expresión no conoce individuos ni instituciones intocables y cualquier momento es bueno para descalificaciones y escarnios". El evangelio pica más que el sarampión y las actitudes cristianas ante el poder, el dinero, la violencia, la insolidaridad y el sexo resultan hoy insensatas y "violentas". El modelo de sociedad que tenemos delante no puede funcionar a golpe de Sermón de la Montaña. Molesta el reto a hacer un hombre nuevo en una tierra nueva... cuando la tierra no tiene ganas de renovarse. Aun así, no cedamos a la tentación de retornar al Cenáculo, atrancar las puertas y aislarnos en la noche. Fueron aquellas noches de espera noche oscura, pero noche de Dios, no para dormirse sino para velar. Tiempo para auscultar el silencio, soportar la noche, aguardar impacientes. Porque quien vela se encuentra con la novedad de la aurora: "La paz con vosotros". "Vamos, amigos, que se os ría el alma". Es él, el Señor.

Transcript of PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que...

Page 1: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR.

30 HOMILÍAS QUE SIRVEN INDISTINTAMENTE PARA LOS TRES CICLOS DEL II DOMINGO DE PASCUA 1-11

1. FE. SEGURIDAD. MIEDO.

Dicen que el miedo es mal consejero, pues atenaza y perturba. El miedo es inseguridad y angustia de riesgo. El miedo trastrueca y deforma la realidad. Los apóstoles tienen miedo a los de fuera. Por eso atrancan las puertas, cierran con llave al atardecer. Es aún la noche oscura de cuantos confiaban en Jesús. Se sienten amargamente burlados y hay que protegerse.

Miedo entonces y miedo ahora. ¿Corren malos tiempos para la Iglesia? En una sociedad de "libertades" sin límite, andan sueltos todos los pareceres y "la libertad de expresión no conoce individuos ni instituciones intocables y cualquier momento es bueno para descalificaciones y escarnios". El evangelio pica más que el sarampión y las actitudes cristianas ante el poder, el dinero, la violencia, la insolidaridad y el sexo resultan hoy insensatas y "violentas". El modelo de sociedad que tenemos delante no puede funcionar a golpe de Sermón de la Montaña.

Molesta el reto a hacer un hombre nuevo en una tierra nueva... cuando la tierra no tiene ganas de renovarse. Aun así, no cedamos a la tentación de retornar al Cenáculo, atrancar las puertas y aislarnos en la noche.

Fueron aquellas noches de espera noche oscura, pero noche de Dios, no para dormirse sino para velar. Tiempo para auscultar el silencio, soportar la noche, aguardar impacientes. Porque quien vela se encuentra con la novedad de la aurora: "La paz con vosotros". "Vamos, amigos, que se os ría el alma". Es él, el Señor.

Page 2: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Abrid de par en par. "No tengáis miedo". "No perdáis la calma", la misión está fuera. Abrid, fuera sistemas de seguridad. No quiero una Iglesia invernadero sino a la intemperie. "Como el Padre me envió, también os envió". El evangelio es libertad radical y el medio a la libertad es grave ofensa a Dios. Inútil intentar poner puertas al campo, grillos a la libertad o diques al vendaval de Dios.

Tomás viene a complicar la situación. El miedo no está sólo en la calle, detrás de las ventanas. El miedo y el recelo mutuo está también dentro, en las distintas tendencias, posturas y convicciones, en las condiciones que pone Tomás para creer. Se resiste a gritar: ¡"Es el Señor!".

Tomás busca experimentos con Dios -meter los dedos, tocar-, y no experiencias de Dios. Se equivoca. Dios no es experimento sino experiencia, y en ésta la iniciativa la lleva El. "Intentar definir a Dios es imposible, es limitarlo; El se deja aprehender pero no comprender, es Alguien accesible pero no dominable...".

Tomás se ganó a pulso el reniego de Jesús: "Dichosos los que tienen fe sin haber visto". Jesús pide disponibilidad y el discípulo sólo entiende el lenguaje de la seguridad

FE/SEGURIDAD FE/DUDAS. El hombre de fe ni ignora lo bastante como para ser un irresponsable ni sabe lo suficiente como para vivir seguro. "La fe no es explicación para suprimir la inseguridad sino, a lo sumo, una fuerza para soportarla." En materia de fe la capacidad del hombre llega apenas a alcanzar la penúltima respuesta; la última es siempre la apelación al misterio.

RUTINA:COSTUMBRE: Tomás no se atreve con una fe desnuda, desprotegida, desinstalada, capaz de soportar dudas. Que nadie pida a la fe lo que no puede dar: seguridad e instalación. Creer es azaroso viaje: "Sal de tu tierra" (/Gn/12/01). Este es el origen de la historia religiosa y la primera definición de fe. Creer es abandonar

Page 3: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Egipto sin añoranzas: "Saca a mi pueblo de Egipto" (/Ex/03/10). Egipto es la esclavitud de la religión burguesa, las oraciones rutinarias, la estrechez de la propia instalación; Egipto es el derecho, la certeza de las ollas... La fe es volver la espalda a Egipto, éxodo, perspectiva, espacios nuevos. Tomás pide explicaciones, necesita instrucción. A sus compañeros les ha bastado la experiencia de haber sentido al Señor. Tomás pide laboratorio y libros. Saber y tocar para creer. Al resto de discípulos les atrae más sentir para amar. Instrucción o vida, he ahí el dilema.

¿No será tarea cristiana hoy no olvidar la instrucción pero sí primar la búsqueda de modelos de identificación que hagan creíble, en nuestro tiempo, la nueva vida y el nuevo modelo de hombre que es Jesús de Nazaret?

2.

TOMAS TIENE LOS OJOS ABIERTOS

Siempre abiertos, siempre pidiendo "ver". No se conforma con bellas teorías, con sospechosos testimonios.

La raza de Tomás no se extinguirá nunca, para bien de la Iglesia. No creo en el crepúsculo de las ideologías, pero sí creo en el crepúsculo de las teorías. A la gente más despierta no se le convence con estructuraciones mentales atractivas ni con argumentos de irrefutable historicidad. Sobre todo cuando le va en ello la vida, cuando una doctrina no es mera convicción, sino que afecta de lleno a la vida entera.

Ser cristiano es creer que Jesús es Dios, pero es mucho más. Es convivir en el amor con los demás hombres. Es re-nacer a una vida nueva, distinta, plena.

Page 4: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

La fe viene de Dios pero no sabemos qué caminos sigue. El camino más normal, el más accesible a todos, es el del "contagio".

Un niño nace porque un hombre y una mujer se aman tanto como para prolongarse en una vida nueva. Puede haber nacimientos "milagrosos", el de Jesús lo fue.

Puede haber re-nacimientos a la fe absolutamente fuera de todo cauce acostumbrado: una melodía, una revelación directa, un desbordamiento del amor del Padre. Lo normal es que alguien crea porque otros le han transmitido la fe en su infancia o se la han "contagiado" en su juventud, en su madurez. Jesús "exhala su aliento" y cada creyente es un nuevo Resucitado con poder de transmitir el Mensaje. Y el grupo de los creyentes es, debe ser, el pueblo-imán de los hijos de Dios y hermanos de todos los hombres. El testimonio vivo del Resucitado. "Mirad como se aman", decían de los primeros cristianos. Y más gente venía a participar del "milagro" del amor. Y creía en Jesús.

Tomás hubiera exigido palpar desde dentro ese pretendido amor comunitario. Tomás, la gente de su raza, eso es lo que pide ahora. Y de verdad podemos invitarle a que venga, a que palpe, a que se convenza por la fuerza de nuestro amor. Siempre ha existido en la Iglesia una limpia corriente de imitación hacia las primeras comunidades creyentes. En estos últimos años se ha fortalecido esa corriente, a medida que se han ido masificando y burocratizando las masas de cristianos. Masas que a nadie convencen, cuya religión es una más.

Sin caer en la tentación de la nostalgia, del perfeccionismo imposible, ni del aristocratismo de las élites -Jesús vino para todos-, se impone una seria reflexión sobre el testimonio que la Iglesia -nosotros, la Iglesia- está dando acerca de la Resurrección de Jesús, del amor del Padre manifestado en el amor a los hermanos. La Iglesia tiene una estructura externa de la que pudo prescindir en los primeros tiempos y que hoy resulta necesaria. Pero

Page 5: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

siempre que facilite la transmisión de la Verdad, el testimonio de la Resurrección. Necesitamos estar organizados pero no para dar sensación de poderío, sino sensación de fe y caridad. Sensación de esperanza. Las ramas que matan el fruto son ramas malditas. Porque lo importante del árbol es el fruto.

Tomás tiene los ojos abiertos y pide a gritos "ver", "meter su mano en el costado abierto", palpar el amor. Tiene perfecto derecho, aunque dos mil años después no lo tuvieran. Y no se va a conformar con disfrutar cálidos amores familiares, idílicos paisajes de amistad. Exige que ese amor que parece sustancia y razón de nuestra vida, máxima expresión de nuestra fe -creer y amar se confunden- sea ancho como el mundo. No basta que los cristianos nos queramos entre nosotros y demos -que tampoco la damos, ¡ay!- la impresión de una familia unida: hace falta que el cristianismo sea una inmensa casa de recepción para todos los que buscan, para todos los que sufren, para todos los que necesitan ser amados.

He conocido una vez a un hombre que buscaba, buscaba ardientemente. En la amistad, en el arte, en las religiones, en las iglesias... "¿Has probado en la Iglesia Católica?", le pregunté. Y su respuesta me dejó frío, frío de terror. Me dijo: "Sois como todos, como los demás. Palabras, palabras, palabras..." Efectivamente, tenemos un infinito almacén de palabras maravillosas que soltamos en chorro cuando la ocasión se ofrece.

Pero...¿tenemos algo más? Sabemos que tenemos algo más, mucho más. Los demás no lo saben ni tienen por qué saberlo. Mientras pretendamos invadir el mundo de palabras -jerarquía, teólogos, creyentes "rasos", organizaciones...-, Tomás tendrá perfecto derecho a no creer.

Jesús fue mucho más que una palabra: fue y es la Palabra encarnada.

Page 6: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

3. PASCUA/ALEGRIA /Jn/16/22 /Rm/10/17 C/SIGNO

Lo que interesa al evangelista es mostrar el miedo de los discípulos. Han cerrado las puertas a fin de que no entre ningún extraño y menos aún ningún enemigo. Es un relato que denota miedo y cerrazón, así como la superación de todo esto por el Resucitado. Aunque el miedo y la cerrazón sean tan grandes, Jesús Resucitado tiene la capacidad de penetrar a través de las puertas cerradas.

El Resucitado puede entrar en un mundo cerrado para convertirlo, con su presencia, en un mundo abierto. Este es el primer mensaje de este domingo II de Pascua, que nos debe llenar de alegría. El pecado es la cerrazón que aísla y separa al hombre tanto de su fundamento existencial como de sus semejantes; nos separa tanto de Dios como de nosotros mismos y de toda la creación. Si aún vives en una complicidad voluntaria con el pecado no puedes alcanzar la gracia de la resurrección. Debes suplicarle al Señor resucitado que se haga presente en tu corazón y te dé la gracia del arrepentimiento y de la conversión. Pero también los que hemos resucitado con Cristo por la gracia, tenemos necesidad de que entre en nuestro corazón y se apodere totalmente de él. Él entra con más facilidad en una habitación con puertas de seguridad que en un corazón centrado en sí mismo y en sus cosas. Porque solamente hay una llave que él no puede abrir: nuestra libertad.

...................

"Paz a vosotros". La paz es el don del Resucitado. En ella está comprendida la gran reconciliación que abarca al mundo entero y que Jesús ha operado con su muerte para la vida del mundo. La paz del Resucitado es una realización del Crucificado; es decir, que sólo ha sido posible por su Pasión y su Muerte. Es la paz que brota del sacrificio de Jesús.

Page 7: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

...................

También es importante para Juan la identificación: "y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado". El resucitado es el mismo que murió en la cruz. Por eso les muestra las manos y el costado. Las heridas de Jesús se convierten en su tarjeta de identidad. El Cristo resucitado y glorioso no borra de su personalidad la historia terrena de los padecimientos. Está marcado por esa historia dolorosa de una vez para siempre, de tal modo que ya no pueden separarse el resucitado y el crucificado.

...................

"Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor". La tristeza de los discípulos se convierte en alegría. La alegría es el sentimiento fundamental de la fe pascual. "Vosotros estáis tristes ahora -decía Jesús a los discípulos la víspera de su muerte- pero yo volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie podrá quitaros vuestra alegría" (Jn 16. 22). Ahora se cumple esta promesa de Jesús y el corazón de los discípulos se desborda de alegría.

...................

CREACION/RECREACION PASCUA/NUEVA-HUMANIDAD /Gn/02/07: "Sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo". Es un gesto que recuerda el del creador, cuando infunde el espíritu vital en el rostro de Adán. Dice el Gn 2,7 "Sopló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente".

El don del Espíritu Santo, que Jesús concede a sus discípulos, es descrito de la misma forma que el don de la vida que Dios comunicó al hombre en sus orígenes. Y es que ahora, el día de Pascua, estamos al principio de una nueva humanidad, ante una nueva creación. Nace la Iglesia: comunidad de hermanos y de misioneros.

Page 8: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

-Comparten lo que tienen, sin preocuparse mucho por el día de mañana. Surge una comunidad que derriba todo tipo de fronteras porque se funda en la comunión de una misma fe, de un mismo amor y de una misma esperanza. Una comunidad de renacidos y de vencedores. Que en las aguas del bautismo han nacido a una nueva vida y han vencido el poder del pecado y de la muerte.

-"Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo". Nace una comunidad de enviados, de misioneros C/MISION, que debe anunciar a todos los hombres esta buena noticia del amor de Dios. Un amor de Dios a cada uno de los hombres, que no puede fracasar nunca si nos fiamos de Él, a pesar de los sufrimientos incomprensibles y absurdos en que nos encontremos. Un amor de Dios que no puede fracasar, como lo ha demostrado resucitando a Jesús de entre los muertos.

...................

El Santo Padre habló sobre la importancia del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia. Para dar peso a sus palabras, recordó que en sus orígenes, tras la muerte y resurrección de Cristo, la Iglesia no era más que un núcleo cerrado y estático de unas 120 personas. Sin embargo, tras Pentecostés se convirtió en una bomba explosiva de unas 3 mil personas, que irradiarían el mensaje del cristianismo por los cinco continentes, hasta el punto de que la historia ha quedado dividida en dos: antes y después de Cristo.

........................

-"... a quienes les perdonéis los pecados...". El fruto de la obra redentora de Jesús es, en primer lugar, el perdón de los pecados.

...................

Page 9: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

TOMAS/INCREDULO: En este texto no se trata, en primer término, del "incrédulo Tomás" que, como tal, se ha convertido en un personaje perenne; quienes interesan son los destinatarios del evangelio de Juan, aquellos cristianos que no tuvieron un contacto directo con el Jesús terreno ni tampoco con los primeros discípulos y apóstoles, y a los que tampoco se les apareció el Resucitado.

Pertenecemos a esos destinatarios del evangelio todos los cristianos de hoy. Para todos nosotros vale la bienaventuranza que constituye la cumbre del relato: "Dichosos los que crean sin haber visto".

Para el evangelista la fe pascual en el Señor JC vivo no necesita en absoluto de las apariciones pascuales. El discípulo amado sólo tuvo necesidad de entrar con Pedro en la tumba vacía para llegar a la fe, "vio y creyó". Posiblemente, respecto de la fe, Juan ha considerado las apariciones pascuales de modo parecido a los milagros: "Si no véis señales y milagros, no creéis" (/Jn/04/48). Para él, las "señales y milagros" son, más bien, una concesión a la debilidad humana. Pueden incluso llegar a ser algo peligroso para quienes se detienen en los efectos sensacionalistas de los milagros sin descubrir su carácter de signo, a través del cual el hombre debe llegar en definitiva a la fe en Jesús. Pero, en el fondo, a la fe se llega sólo "por la palabra" de la predicación en la Iglesia.

En el tiempo de la Iglesia en que nosotros vivimos, que no hemos conocido a Jesús según la carne, la fe no se origina en el ver, sino en el oír, como dice san Pablo (/Rm/10/17): FE/ESCUCHA: la fe viene de la predicación. No tenemos otro medio de llegar a la fe que el testimonio apostólico que se transmite en la predicación de la Iglesia. Pero sobre nosotros recae también esta bienaventuranza.

...................

Page 10: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Tomás no interesa aquí como personaje histórico, sino como tipo de una determinada conducta. La figura de Tomás viene introducida con ocasión de no haber estado presente en la primera aparición pascual de Jesús a los discípulos. La aparición tiene lugar "a los ocho días" de la primera aparición. Esto parece indicar que, para san Juan, Cristo hace de la reunión de los discípulos en nombre del Señor resucitado (nuestra reunión dominical: la Eucaristía) un signo de la presencia de Cristo. Tomás vuelve a ver a Jesús cuando se reúne con los "suyos", con los otros discípulos: cuando acepta humildemente estar con los otros, aunque no los entienda a fondo.

Tomás representa la figura de aquél que no hace caso del testimonio de la comunidad ni percibe los signos de la nueva vida que en ella se manifiestan. En lugar de integrarse y participar de la misma experiencia, pretende obtener una demostración particular. No quiere aceptar que Jesús vive realmente y que la señal tangible de ello es la comunidad transformada en la que ahora se encuentra. La comunidad transformada es ahora lo importante: ella es el medio que las generaciones posteriores tendrán para saber que Jesús vive realmente.

4 COMUNIDAD FE. INDIVIDUO GRUPO. TRADICIÓN IGLESIA MEDIACIÓN.

La vida, la vida humana, discurre por ese difícil equilibrio entre -dialéctica insoslayable- el individuo y el grupo, la libertad y la norma, la espontaneidad y la tradición. Somos creyentes. Y nuestra fe es ciertamente herencia y tradición, entrega. Y por eso mismo la fe sólo puede ser aceptada, interiorizada, personalizada FE/PERSONAL Nadie puede creer por otro. La fe que nos salva, no es ciertamente la de nuestros mayores, sino la nuestra. La fe, por otra parte, es don de Dios que se nos confiere en el bautismo; pero es, al mismo tiempo, aceptación y respuesta del hombre a la gracia de Dios. Creer no es

Page 11: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

sólo, ni sobre todo, creer en Dios, sino creer a Dios, abrirle crédito en nuestra vida, para que su palabra resulte eficaz en nuestra biografía.

FE/COMUNIDAD: Pero simultáneamente le fe nos remite constantemente al grupo, a la Iglesia. Porque lo que creemos no lo hemos inventado, sino que lo hemos recibido en cadena. Y el primer eslabón de esa cadena es siempre la fe de los apóstoles, cuya experiencia es irrepetible. Y porque la fe, la fe que recibimos en el bautismo, es una fe respaldada por la comunidad -la fe de la Iglesia- que sale garante del desarrollo de nuestra fe. La fe, como la vida y la enseñanza, no es algo que se recibe de una vez por todas, sino que es susceptible de educación. Nuestra adscripción al grupo de creyentes, al pueblo de Dios, es garantía de fe, indispensable en el niño tanto como en el adulto. La comunidad, la Iglesia, educa, es decir, hace posible el desarrollo de la fe y, al mismo tiempo, la Iglesia se va edificando y construyendo desde la fe del pueblo de Dios.

La pretensión de Tomás de no aceptar el testimonio del grupo tiene el mérito de haber puesto de relieve el carácter personal de la fe. No creemos porque nos lo dicen. Sin embargo, la actitud de Jesús de reducir a Tomás a la comunidad de los once, ejemplariza la necesidad de mediación de la Iglesia. No podemos creer si no nos lo dicen. La fe, sentenciará Pablo, viene por el oído, por la comunicación, por la tradición, por la Iglesia.

5.

Hubo unos primeros cristianos, unos primeros discípulos de Jesús, que convivieron con él en el espacio y en el tiempo; tuvieron esa especie de "suerte" de haber nacido en los mismos años que él y en el mismo espacio geográfico y cultural que Jesús de Nazaret. Pero esa "suerte" no puede engañarnos:

Page 12: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

-ellos, por el simple hecho de convivir con él, no lo tuvieron más fácil; en todo caso, quizá sería más adecuado hablar de que tuvieron "mayor responsabilidad" pero no "mayor facilidad";

-ellos también tuvieron que aprender a confiar; está claro que las cosas no fueron tan fáciles y sencillas como nosotros a veces pensamos (¿quizás interesadamente, para justificar nuestra indecisión?); ahí está el ejemplo de tantos otros que también convivieron con él y, sin embargo, no sólo se negaron a reconocerlo como el Mesías, sino que lo llegaron a identificar con Belcebú;

-por tanto, aquellos primeros discípulos de Jesús también tuvieron que aprender a interpretar los signos que él hacía;

-y el hecho de que pusieran su confianza en él muchas veces les trajo graves y serias complicaciones, no facilidades.

LOS PRIMEROS DISCÍPULOS Y LOS QUE NO CONVIVIERON CON JESÚS. Hubo, pues, unos primeros discípulos que vivieron unas situaciones especiales, diferentes -no más fáciles-; pero esa realidad, una vez muerto y resucitado el Señor, se terminó. Y ahora empieza una nueva época, la época de los que ya no convivieron con el Señor Jesús.

Y, desde el primer momento, esa tentación ya comentada de pensar que los que habían convivido con el Señor lo tuvieron más fácil, se hizo realidad entre los discípulos. Por eso el evangelista sale al paso: los que creen por "haber visto", por haber convivido con Jesús, no son los más afortunados.

Y se proclama una nueva bienaventuranza: "Dichosos los que crean sin haber visto". CREER SIN VER. No se trata de apostar por una fe absolutamente ciega y sin ningún apoyo. Eso sería incluso contrario al propio mecanismo de

Page 13: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

la fe, que siempre necesita algunos signos que nos indiquen que la fe no es algo absurdo e ilógico, sino aceptable, creíble.

Simplemente se quiere animar al creyente que no vivió en contacto físico con Jesús -los cuales, dicho sea de paso, somos la inmensa mayoría- a no perder el tiempo "envidiando" a los que sí convivieron con él, a no creerse creyentes menos afortunados o de segunda categoría. Es verdad que aquellos tuvieron esa suerte, pero los demás tenemos otra suerte, otra dicha: la de ser creyentes aun sin haber convivido con él.

LOS QUE VIERON Y CREYERON. Los que tuvieron esa suerte de la convivencia física con el Mesías tuvieron una responsabilidad: fueron los primeros que tuvieron que hacer el ejercicio de interpretar correctamente la persona y la actuación de Jesús. Ellos se encontraron ante Jesús, como tantos otros, y tuvieron que dar una respuesta: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?"; una respuesta que, hasta entonces, nadie la había dado; tuvieron que hacer un gran esfuerzo de confianza para afirmar: "Tú eres el Mesías"; nos consta que no les fue fácil, que no lo consiguieron a la primera, que hubo deserciones

-Judas y otros-, negaciones -Pedro-, confusiones -los hijos del Zebedeo queriendo sentarse a la derecha y a la izquierda-, vueltas atrás cuando parecía que ya habían comprendido -"¿es ahora cuando vas a restaurar el Reino de Israel?"-. Al final, lo consiguieron y así ahora nos facilitan a nosotros el camino (y, en esto, ciertamente, somos más afortunados que ellos, lo tenemos más fácil):

-Dándonos, de antemano, la respuesta adecuada, para que nos sirva de orientación, de meta hacia la que debemos caminar.

-Dándonos el ejemplo de sus propias dificultades y de cómo las superaron, de su propio proceso de fe y de cómo llegaron a la meta, a la confesión de que Jesús es el

Page 14: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Mesías. Ahora somos nosotros los que, con el camino abierto, tenemos que seguir interpretando los signos que nos hablan del amor y la presencia de Dios entre nosotros.

-Una tarea difícil, ciertamente; a veces nos encontramos con signos muy difíciles de interpretar: la muerte de un niño, el hambre de millones de hombres, las guerras entre hermanos, el dolor de tantos inocentes... Es difícil encontrar ahí a Dios; pero también hay que decir que ahí es donde más fuerte se hace su presencia

-Una tarea comunitaria: muchas veces pretendemos comprenderlo todo por nuestra cuenta y riesgo; olvidamos que mientras Tomás no estuvo reunido con todo el grupo, con toda la comunidad, no fue capaz de comprender y creer lo que había pasado con Jesús. Que es exactamente lo que nos sucede muchas veces a los cristianos, que hemos hecho de la fe una cuestión absolutamente individual, sin apenas contar con la experiencia, el testimonio y la ayuda de los hermanos.

-Una tarea evangélica, la de discernir e interpretar el sentido de los acontecimientos; es el ejercicio práctico de nuestra condición de ser "la luz del mundo y la sal de la tierra"; tarea que muchas veces no somos capaces de realizar simplemente porque nosotros mismos nos movemos en la oscuridad, nos falta esa luz que primero nos ilumine a nosotros y luego nos ayude a iluminar a los demás.

-Una tarea necesaria, para que el género humano no caiga en la desesperanza, no piense que todo está perdido o, a lo sumo, se conforme con un cierto grado de bienestar material como si eso fuese a lo más que el hombre puede aspirar (...).

6. FE/CRISIS/I FE/ABANDONO.

Page 15: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Querido Tomás, apodado el gemelo, el mellizo. ¿Por qué huiste de la Comunidad de los Doce que el Señor Jesús formó? ¿Te pareció que no ibas a ninguna parte con el grupo de pobres que el Señor congregó? Impulsivo Tomás. Te creías fuerte y decidido, con impulsos de mártir: "¡Vamos allá y muramos con Él!" habías dicho cuando lo de Lázaro, ¿recuerdas?

Te comías el mundo, joven intrépido, y ahora tienes aire cansino, ojos enrojecidos, espíritu derrotado por una muerte y un fracaso con los que nadie queremos contar. (...). ¡Mi querido hermano, te llames como te llames! Te fuiste de la Iglesia porque su crisis te aplastó. Tuviste una juventud intrépida y ardorosa. Quisiste hacer un mundo según Dios... y todo se acabó. La modernidad, el secularismo, la desmitologización, la "muerte de Dios".

¿Para qué seguir en el Seminario? ¿Para qué grupos apostólicos? ¿Qué sentido tiene ser apóstol? J/DERROTADO/RS:Viste a Jesús muerto y derrotado por la eficacia, la técnica, la psicología, la política. Abandonaste el Seminario, el grupo, la parroquia, la Iglesia. (...).

Pues te digo una cosa: "!HEMOS VISTO AL SEÑOR!" Era necesario que sobre la debilidad humana, apareciera resucitado el poder de Jesús. Tomás apodado el mellizo. Cuánto gemelo de Tomás entre los hombres de nuestra generación. ¿Por qué resignarse a perderlos definitivamente para el Anuncio? Ni siquiera es prudente esperar hoy en el Cenáculo a que regresen contando tristezas. Tal vez sea la primera urgencia de quienes reencontraron al Dios de los padres presente en Jesús resucitado, salir al encuentro de los hermanos que se fueron el día de la dispersión. ¿Cómo olvidar que fueron llamados por Jesús para ser testigos de la Resurrección? En la Historia de la Salvación que Dios gusta hacer con los hombres, ellos son tal vez los más indicados para, ya que han hecho tan larga y cruda experiencia de muerte, poder proclamar con humildad y alegría: "¡Señor mío y Dios mío!".

Page 16: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

7.

La cruz y la muerte habían llevado la tristeza, el desánimo y el miedo a los corazones de los discípulos, como acostumbran hacerlo con el común de los mortales. Estaban allí, agarrotados sus corazones por el miedo, con los cerrojos echados bloqueando salidas e ilusiones.

No resolvía su problema el sepulcro vacío, que pudiera significar tan sólo el rapto de un cadáver; aunque Juan "vio y creyó". Lo que realmente iba a transformar la vida de los discípulos, es lo que ha dado en llamarse "la experiencia pascual": sentirse resucitados con la fuerza del Resucitado.

Jesús aparece con la paz. Nada mejor podían recibir aquellos corazones atribulados y con explicable complejo de culpabilidad.

No viene Jesús a echarles en cara su traición. Un aire nuevo irrumpe en la casa con la presencia de Jesús: el perdón de los pecados y el Espíritu Consolador. ¿No os había dicho que no me enviaba el Padre a condenar sino a salvar? Pues ahí tenéis mi Palabra cumplida: Paz a vosotros. Como el Padre me envió, así os envío yo: Recibid mi propio Espíritu y salid al mundo a hacer presente el perdón de los pecados.

El evangelio de hoy habla de dos apariciones de Jesús, la primera tiene todo el perfume de la celebración de un sacramento: el domingo, al atardecer, los discípulos perdonados y llenos del Espíritu Santo, que son enviados a llevar a los hombres el amor y el perdón de que han sido testigos.

Tres años de intimidad con Jesús de Nazaret; catequesis escuchadas y comentadas después en la intimidad; signos y prodigios de Jesús... Todo pudo haberse quedado en la

Page 17: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

estupenda experiencia de haber conocido de cerca un gran Maestro y Profeta suscitador de esperanzas, que había acabado -como acaba todo- con la muerte. Pero la experiencia pascual, contra lo que no caben argumentos, los hace cristianos: Testigos de la Resurrección, que proclaman que Jesús de Nazaret es el Cristo Señor.

Cristianos nominales, bamboleados por todo viento de doctrina, víctimas de la decepción y la duda, pueblan hoy nuestras asambleas cristianas. Hay un serio esfuerzo por reconvertirlos a una fe adulta y renovada por la doctrina conciliar. Pululan cursos y cursillos, multicopias, folletos y libros, llamadas a la participación eclesial, al compromiso con el mundo y a la oración... Todo puede quedarse en una estupenda pero frustrante anécdota, si no culmina en la experiencia pascual. Ni cursos, ni libros, ni catequesis, ni convivencias, pasan de ser el prólogo que ha de abrir las puertas a esa experiencia. Lo que confirma cristianos-creyentes- enviados, es la celebración festiva del perdón de los pecados y del poder del Espíritu creador de unidad.

No es preciso, para confirmar la fe, tocar físicamente a Jesús. Él ha dejado, al alcance y servicio de todas las generaciones, la experiencia pascual. Tomás, uno de los doce, no estaba con sus hermanos comulgando con su miedo y su decepción. Se había ido a hacer la guerra por su cuenta. Pero ¿qué podría llevar Tomás al mundo sin ser testigo de la Resurrección? ¿Y qué podrá llevar el discípulo de hoy, cargado de ideas, adoctrinado y actualizado, lleno incluso de la mejor voluntad redentora, si no le es dado vivir tal experiencia? Poco más que teorizar sobre idealismo de comunidad cristiana, culturizar, ideologizar, religiosizar y tal vez hacer beneficencia o justicia.

¡Dichoso el que viva hoy la experiencia pascual! No ha visto a JC y lo ama; no lo ve y cree en Él; y se alegra con un gozo indecible, transfigurado, alcanzando así la meta de la fe: la propia salvación; la vida en comunión que nos hace testigos de cómo Dios sigue salvando.

Page 18: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Los sacramentos que Él nos dejó, celebrados con alegría como acontecimiento salvador, ponen al alcance de la mano el poder exclamar hoy como ayer lo hizo Tomás: "JESÚS ES EL SEÑOR".

8.

Paz es el nombre de la resurrección. Cristo, cuando se aparece a sus discípulos, utiliza la palabra "shâlôm", que era un saludo familiar para todo israelita, una expresión augural. La paz era un don de Yahvé, y más que un vocablo, era un concepto teológico. El estado de paz, en una persona, indicaba una condición de plenitud, de bienestar, realizable solamente por medio de una íntima comunión con Yahvé.

El resucitado, pues, augura la paz. Y se trata, bien entendido, de su paz. Detengámonos a considerar esta paz que hemos de poseer en nosotros mismos, para poderla irradiar a los demás y así llegar a ser -usando el lenguaje de las bienaventuranzas- "constructores de la paz".

Como de la alegría, también de la paz, se puede decir que existen en el comercio dos tipos. La nuestra y la que nos dan los otros. La primera tiene características de inalterabilidad. La otra existe bajo el signo de lo precario y lo provisional. Me explico con un ejemplo. Pablo es un niño simpático. Un día decide construir una cabaña en su propio patio. Convoca a los compañeros de juego y todos se comprometen a colaborar en la empresa. Uno trae los palos, otro una tienda, otro una silla, otro una estera, otro un florero, otro un espejo...

El pacto se mantiene durante algunas semanas. Una tarde los chicos riñen con Pablo. "Si no fuese por mi patio...", se hace el fuerte. "Pero nosotros hemos puesto todo lo demás". Al terminar la acalorada disputa, cada cual retira

Page 19: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

lo que había ofrecido para la construcción de la cabaña. Cada uno recupera precipitadamente su propiedad y se la lleva a casa. Todo se deshace en un momento.

¡Y Pablo se queda con su patio vacío y una escoba! Aquí está todo el problema. ¿Con qué materiales hemos fabricado nuestra paz? Cuando alguno se queja en el confesonario: -Padre, me han hecho perder la paz... Yo respondo: -Si los otros se han llevado su paz, es porque no era verdaderamente tuya. Los otros se han limitado a recuperar lo que habían prestado... Estaban en su derecho. Demasiadas veces nuestra paz está construida con materiales que no nos pertenecen. Uno nos da una migaja de confianza, otro nos ofrece un poco de comprensión, otro todavía una pizca de estima por nuestro trabajo, una manifestación de consenso con nuestra ideas, una sonrisa, un elogio.

Y nosotros vivimos en paz en nuestra cabaña. Todo marcha a la perfección. No tenemos el valor de reconocer que tal construcción se mantiene en pie con materiales prestados. Que nuestra paz depende, en realidad, de lo que han puesto los otros. Luego, un día hay un grande o pequeño incidente. Alguien retira su parte (un desaire, una incomprensión, una advertencia injusta, una indelicadeza, una malignidad, una interpretación malévola de una acción nuestra). Y nuestra paz se viene abajo. Es natural. No era nuestra. Simplemente hemos perdido lo que no nos pertenecía. La paz que no es nuestra dura mientras todo va bien. La paz nuestra, en cambio, dura también cuando todo fracasa. "No tengo ya paz...". No la has poseído de verdad nunca. La que tenías estaba expuesta a la intemperie, a las variaciones meteorológicas, al capricho de los otros, a los humores cambiantes de las personas que viven a tu lado.

Para que la paz sea nuestra, es necesario recibirla como don de Cristo. El nos da su paz. Y no la vuelve a tomar ya. Nos pertenece. PAZ-CRISTIANA/NOTAS: Pero tengamos presentes, según invitación de un estudioso ·Ricca-P, las

Page 20: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

características fundamentales de esta paz suya, que puede hacerse también nuestra, si la queremos, si la aceptamos.

Es una paz crítica. Es una espada que corta, divide, parte ciertas ligaduras. Por lo que esa paz representa la crisis, y quizás el fin de nuestra paz.

Es una paz militante. "He venido a traer fuego a la tierra, ¿y qué quiero sino que se encienda?" (Lc 12,49). No podemos separar este fuego de su paz. No se trata, pues, de una paz tibia, sino de una paz que quema, que deja la señal en la carne. La paz evangélica lleva al combate más que al reposo. No es un punto de partida sino de llegada.

Es una paz diversa. Excluye el miedo, brota de la lógica del ir más adelante, de la capacidad de andar contra corriente.

Y, finalmente, es una paz crucificada. Aquel que es nuestra paz, es también aquel que ha sido traicionado, arrestado, entregado, juzgado, condenado a muerte, crucificado. O sea, su paz es una paz rechazada. No es la paz triunfante como la "pax romana". Si esta paz todavía hoy se anuncia, se proclama, se vive, es debido al hecho de que Dios ha resucitado al crucificado. Por eso está aún presente y operante en medio de nosotros. La paz que nos da Cristo se sitúa en el centro, en las profundidades de nuestro ser, no se pega a la piel, con peligro de verla desaparecer al más ligero soplo de viento en contra. El es nuestra paz (/Ef/01/14:/Flp/04/07):.

Acoger la paz de Cristo significa acoger su persona, no simplemente un don suyo "separado". La paz es la consecuencia necesaria del don fundamental de su persona, y el signo más evidente de que hemos abierto de par en par las puertas a Cristo. En tal caso, solamente nosotros podemos perder esta paz. Desentendiéndonos del huésped. O también, lo que es igual, obligándole a cohabitaciones desagradables. La paz, más que una conquista, es una elección.

Page 21: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

9. Del evangelio de hoy podemos deducir una serie de realidades existentes en nuestra vida de fe que no debemos ignorar y, además, debemos tratar de llevar a la práctica. En primer lugar nos encontramos con que Jesús es el único y verdadero centro de la comunidad de los creyentes. La comunidad no es algo que se constituye "per se", espontáneamente; ni es algo surgido por un capricho de unos hombres empeñados en mantener vivo un sueño, ni una veleidad surgida de una cierta situación psicológica. La comunidad existe, única y exclusivamente, porque Jesucristo ha muerto y ha resucitado. Sin Cristo muerto y resucitado nunca hubiese surgido la comunidad: la única razón de ser del nacimiento y existencia de la comunidad es que Jesucristo ha muerto y ha resucitado. Jesús es, por tanto, el centro vital de la comunidad; y él mismo les da a sus miembros la confianza que necesitan para poder llevar adelante su misión: él, mostrándoles los signos de su triunfo sobre la muerte, les anima a trabajar positivamente en la misión de trabajar en favor de la liberación de los hombres.

(Dos primeras cuestiones prácticas a plantearnos: ¿es Cristo muerto y resucitado el centro de nuestras comunidades? ¿Nos anima su presencia a trabajar por la liberación de los hombres?) De este modo la comunidad se constituye en la alternativa que Jesús ofrece a los hombres para sacarlos de su situación de cerrazón. El fue alternativa de vida en su momento; ahora, que ya no está presente como hombre, brinda a la humanidad la posibilidad de que esa alternativa continúe en pie, presente entre los hombres: él -su alternativa- se mantendrá viva entre los hombres a través de la comunidad: por supuesto, la comunidad que se mantenga fiel a Cristo muerto y resucitado.

(Otra cuestión: ¿son nuestras comunidades alternativa real y válida al mundo de hoy, consumista, materialista, pasota, egocéntrico, insolidario...?) Al mismo tiempo esa

Page 22: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

comunidad, al igual que continúa la misión de Jesús de ser alternativa al mundo y al hombre, también continúa otra tarea de Jesús: testificar ante el mundo el amor del Padre a los hombres.

(¿Nuestras comunidades son muestra clara y palpable del amor de Dios Padre a los hombres? ¿Cómo? ¿En qué?) Tan cierto es que la comunidad se constituye exclusivamente por la vida de Cristo; tan cierto es que la comunidad se convierte en la prolongación de la doble misión de Jesús de mostrar el amor del Padre y ser alternativa a la humanidad que, en el fondo, la fe se caracterizará por ser la capacidad de reconocer esa presencia de Jesús en la comunidad puesto que, por otra parte, la comunidad no es sino el lugar lógico y natural en el que se hace presente el amor de Dios y a través de la cual él mismo se hace presente en el mundo (o como suele formular tradicionalmente: la Iglesia es el sacramento del encuentro con Dios).

(¿Se reconoce la presencia de Cristo en nuestras comunidades?, ¿son éstas lo suficientemente claras y transparentes como para que cualquiera descubra, a su través, el amor de Dios?) El caso de Tomás (que ocupa medio Evangelio de hoy) merece su consideración especial. No se trata de relatar un hecho aislado que pudo suceder para informarnos de la cuestión. Si algo es proverbial en el Evangelio de Juan es su intencionalidad en todo lo que relata. ¿Cuál tiene en esta ocasión? Tomás es, ante todo, una figura-tipo que representa a todo aquél que desoye la voz de la comunidad, a todo aquél que no es capaz -por las razones que sean- de percibir los signos de esa vida nueva que, con Jesús y a partir de él, ha comenzado para todos los hombres. Tomás es la figura de todo aquél que en lugar de integrarse y participar de la experiencia colectiva de la comunidad (experiencia de vida, experiencia transformadora, experiencia salvífica, experiencia de que el crucificado está vivo) busca una demostración (una demostración de algo que pertenece a un plano bien distinto de lo empírico pero, no por eso

Page 23: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

menos real); Tomás es la figura del que en lugar de buscar al Resucitado, fuente de vida, trata de encontrarse con una reliquia del pasado; una reliquia que, por otra parte, no va a encontrar.

Nuestras comunidades deben revisarse, por tanto, a la luz del evangelio y tratar de descubrir si realmente son lo que deben ser; las comunidades aparecen, sobre todo, como la única salida viable a la experiencia de fe; la fe se recibe de la comunidad eclesial (como don de Dios) y en ella debe vivirse. Y comunidad que no es centro irradiante del amor de Dios deberá cuestionarse seriamente, si, por muy dentro de la ortodoxia dogmática que esté, es comunidad eclesial que vive gracias a la vida del resucitado.

10.

Todos los evangelistas nos hablan de la poca fe que dieron los discípulos de Jesús a las primeras noticias y rumores sobre el hecho de la resurrección del Maestro, en especial cuando estas noticias venían del círculo de las piadosas mujeres; pero solamente Juan nos ofrece un caso concreto en el que ejemplariza esa actitud escéptica y desconfiada. Ahora bien, en el contexto del cuarto evangelio el comportamiento de Tomás respecto al grupo apostólico y su confesión final significa un punto culminante en el que se cierra toda la narración evangélica y se entrega a la responsabilidad de los lectores y de cuantos con el tiempo se vean confrontados con el testimonio de Juan. Pues todo cuanto ha sido escrito, lo ha escrito el evangelista para que creamos y, creyendo, tengamos vida en el nombre de Jesús. Por eso, al escuchar hoy este evangelio proclamado por la iglesia, nos encontramos en una situación semejante a la de Tomás respecto a los otros apóstoles que vieron al Señor. Para Tomás no fue suficiente el testimonio de sus compañeros y exigió verlo todo con sus propios ojos y aun tocar con sus manos el cuerpo de Jesús resucitado. Para nosotros, el testimonio apostólico que nos

Page 24: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

llega en la predicación de la iglesia deberá ser suficiente. Jesús tuvo para Tomás un reproche, y para cuantos creyeran aun sin haber visto pronunció una bienaventuranza. Sin embargo, la bienaventuranza de Jesús no debemos entenderla como la simple aprobación de una fe convencional que se desarrolle en creencias y rutinas y vacía de toda experiencia pascual y de todo compromiso.

Tomás era uno de los doce. Y como los doce, Tomás había sido testigo privilegiado de cuanto hizo el maestro y de cuanto dijo a partir del bautismo en el Jordán. Le había seguido a todas partes, le había acompañado en su último viaje a Jerusalén, donde le había visto morir entre dos ladrones y fuera de los muros de la ciudad Santa, como si fuera un excomulgado. Más aún, Tomás había pronunciado en un momento de duda y desconcierto estas palabras hermosas: "subamos, y muramos con El", pero la muerte de Jesús en el calvario había sido también para Tomás la muerte de todas sus ilusiones y de todos sus ánimos. Aunque Jesús había anunciado repetidamente a los suyos que sería entregado a los sacerdotes y a los jefes de Israel para que le dieran muerte y que resucitaría al tercer día, es claro que Tomás lo mismo que los doce no comprendió nada de esto. Tomás no esperaba en absoluto la resurrección de Jesús. Sin embargo aquella tarde del domingo, a los tres días de la crucifixión, Jesús se presentó a sus discípulos, que se habían encerrado por miedo a los judíos, y les dio la paz y les devolvió la alegría, y les enseñó las llagas de sus manos y el costado abierto para que fueran testigos de su identidad y creyeran que el que había sido crucificado es ahora el que vive para siempre. Jesús los envió al mundo como El mismo había sido enviado por el Padre, y les dio poder para perdonar los pecados y, exhalando su aliento sobre ellos, les dijo: "recibid el Espíritu Santo". Esta venida de Jesús cambiaba por completo la situación de sus discípulos y enriquecía la vida del grupo con la inapreciable experiencia de la verdadera vida. Sólo Tomás seguía con

Page 25: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

su pena y su recuerdo sin esperar nada, porque "Tomás uno de los doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús". Y aunque sus compañeros le decían: "hemos visto al Señor",

Tomás no se dejaba sorprender por esta noticia, y no les hacía ningún caso. Frente al testimonio unánime de todo el grupo, Tomás se encuentra solo. Jesús reprochará a Tomás su conducta disidente, y el evangelista san Juan tomará buena nota de las palabras de Jesús para hacernos ver que no es así, a la manera de Tomás, como nosotros podemos y debemos llegar a la fe.

Fe/personal: Con todo, la fe de Tomás es ejemplar en cuanto en ella se expresa una respuesta personal que no se disuelve en las creencias del grupo. Es él mismo, Tomás el Mellizo, el que se encuentra inmediatamente con Jesús y confiesa: "Señor mío y Dios mío". Una fe así, ardorosamente vivida como penosa fue la duda que la precedió, con su propia biografía, es la que nos da la vida y da vida a la comunidad de los creyentes. Por eso Juan presenta la confesión de Tomás como punto final de su evangelio y en el que éste alcanza su objetivo.

FE/EXPERIENCIA I/MEDIACION: Hay algo en la historia de la iglesia que es irrepetible: La experiencia apostólica de la resurrección y el testimonio de los Doce. Nadie puede llegar ya a la fe en Jesucristo tal y como llegaron los apóstoles, los testigos que vieron y oyeron al Señor. Por lo tanto, la mediación de la iglesia resulta absolutamente necesaria para la fe. Ahora bien, esta mediación está al servicio de la vida y, consiguientemente, al servicio de un encuentro personal con Cristo. Esto implica que la tradición no es simplemente una transmisión de verdades sobre Cristo, sino un proceso en el que se expande la nueva vida y enrola a todos cuantos entran por la fe en comunión con Cristo, el Señor, que es la Vida de nuestras vidas.

Page 26: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

11.

-LA EXPERIENCIA DE LA RESURRECCIÓN RS/EXPERIENCIA La resurrección, tal como la describe el Evangelio, es una experiencia antes que un acontecimiento y una verdad. Porque el acontecimiento histórico nadie lo vio en directo y la resurrección como verdad a creer necesitará tiempo para poder ser formulada. Entre tanto, nos encontramos con un puñado de hombres sometidos a una experiencia inaudita. Estos hombres reaccionan de manera distinta. Ahí tenemos el ejemplo tan diverso de Pedro, Juan, la Magdalena y Tomás.

Pedro, ante la alarma del sepulcro vacío y posible robo, va rápidamente a comprobar la situación, entra el primero en el sepulcro, ve las vendas y el sudario, que sería la prueba de no haber sido robado, y "regresó a casa admirado de lo sucedido" (Lc. 24, 12). En cambio, "el otro discípulo", según la tradición "entró.., vio y creyó" (Jn 20, 8). ¿Discípulo ejemplar? María Magdalena, según el Evangelio de Juan, es la primera que ve al Señor resucitado.

Tomás se pone terco con sus compañeros y para creer tiene que palpar y ver, para terminar haciendo una confesión de fe admirable. Y luego, como dirigiéndose a los discípulos de todos los tiempos, está la sentencia final: "Dichosos los que creen sin haber visto" (Jn. 20, 29). Parece que lo primero fue el sepulcro vacío, después las apariciones y la comprobación admirada de la presencia de Jesús, de que el mismo que había muerto en la cruz, con las señales recientes de sus heridas y llagas, estaba en medio de ellos y hasta compartía su mesa. RS/PASOS:Y así es como van pasando del asombro y sorpresa a la alegría de la experiencia de la resurrección. Al final, todos tienen esta misma experiencia, pero parece que llegan a ella por diversos caminos. Recordemos también a los de Emaús. Como toda experiencia, es algo muy personal y que requiere sus pasos de maduración, aunque al final se termine en una explosión de fe comunitaria: "es verdad, el Señor ha resucitado" (Lc 24, 34).

Page 27: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

-LA IGLESIAS EN PERSPECTIVA

Jesús prepara a sus discípulos, durante el tiempo pascual, para cuando él falte, dándoles instrucciones, según Lucas. El Evangelio de Juan nos recuerda cuatro cosas que el discípulo debe tener en cuenta o cuatro pasos por los que debe pasar. Lo primero que tiene que hacer el discípulo es reanudar la relación con el Maestro. En muchos sabemos que quedó cortada o muy disminuida con los acontecimientos de la pasión y muerte. El discípulo tiene que estar plenamente convencido de que ese Jesús que se le aparece ahora es el mismo que predicó el Reino de Dios y murió en la cruz. Esa identificación es primordial en la fe pascual. Una fe que aparece ahora prodigiosamente fortalecida y gozosa. Es el mismo Jesús, ahora el Señor.

Restablecidas las relaciones entre el Maestro y los discípulos viene el segundo paso, que es el envío. Jesús trajo del Padre una misión que ha cumplido. Esta misión ha de ser continuada ahora por los discípulos, por todos los discípulos, y no sólo por los doce. El tiempo de Pascua es un tiempo de preparación para el envío a la misión de evangelizar todo el mundo. La misión es elemento integrante de la fe, y es el segundo punto a tener en cuenta que aquí se nos recuerda, una vez que ya tenemos muy claro el primero, que consiste, como ya dijimos, en la identificación con el Maestro muerto y resucitado. El tercer paso es la donación del Espíritu. La vida del discípulo, como la de Jesús, no se entiende sin la presencia del Espíritu. Por eso les dice: "Recibid el Espíritu Santo" (Jn. 20,22). Lucas nos narrará cómo va a ser esa irrupción y presencia del Espíritu en la Iglesia. Aquí lo único que podemos hacer es tomar conciencia de la necesidad del Espíritu para cualquier tarea relacionada con la edificación de la Iglesia.

Y, por último, se señala como punto clave de esta misión el perdón de los pecados. No hace falta encarecer la importancia de esta enseñanza para los discípulos de todos los tiempos. Sin duda estaba en la intención del

Page 28: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

evangelista en relación con su Iglesia al escribir el Evangelio. Y es algo de lo que nos conviene tomar buena nota a los discípulos de hoy.

-UN MENSAJE DE VIDA, PAZ Y ALEGRÍA

La palabra vida se repite con frecuencia en el Evangelio de Juan y es como su meta: que tengan vida, vida abundante, vida eterna. Al finalizar el cuarto Evangelio se repite la idea. Paz es el saludo de Jesús resucitado. Se repite dos veces en tres versículos seguidos: "La paz esté con vosotros" (Jn. 20, 19-21). "Los discípulos, al verle, se llenaron de alegría" (Jn 20, 20). No era para menos. Y ésta es como una constante, a pesar de las grandes pruebas, en las primeras comunidades cristianas. Y es que se sentían salvados en la fe del Señor Jesús.

12.

Frase evangélica: «Hemos visto al Señor»

Tema de predicación: LOS SIGNOS DEL RESUCITADO

1. Los que nos consideramos creyentes vivimos a menudo, como los discípulos del evangelio, «al anochecer», «con las puertas cerradas», llenos de «miedo». Estamos inmersos en la vieja creación. Nuestras comunidades están a veces replegadas, ocultas, sin dar testimonio.

2. Necesitamos que el Señor se haga presente y debemos reconocerlo por tres signos: la donación de la paz (hay que desterrar los conflictos), el soplo creador (hay que infundir aliento de vida) y los estigmas de Jesús (el sufrimiento por los otros es huella redentora). Jesús es el centro de la comunidad de creyentes testigos.

3. Pero la reunión termina cuando la misión comienza. El Señor nos invita a ser creyentes, con todas las dificultades de «ver», a ser testigos de reconciliación en un mundo

Page 29: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

dividido e injusto y a compartir la «vida» donde se dan sombras de muerte.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Somos capaces de ver y experimentar los signos de Jesús?

13.

-El miedo los tiene paralizados

El texto que vamos a comentar es una catequesis sobre la resurrección. Una catequesis muy actual. Nos presenta la aparición de Jesús a los suyos el mismo día de su resurrección (Lucas y Juan), y de nuevo "a los ocho días" (Juan). Las dos -una sin Tomás y la otra con él- tienen lugar estando reunidos los discípulos y en domingo. Jesús no puede ser visto ni reconocido fuera de la comunidad reunida en su nombre (Mt 18,20).

El mismo día de la resurrección de Jesús, sus discípulos están reunidos en una casa. La situación en que se encuentran -"al anochecer..., con las puertas cerradas, por miedo a los judíos"- muestra su desamparo en medio de un ambiente adverso. El miedo los tiene paralizados. Es un grupo que se ha reunido para encerrarse y aislarse de los demás. Mutuamente se consuelan por el fracaso de sus ilusiones y esperanzas. El miedo es fruto de su inseguridad, de su falta de fe en Jesús resucitado. El mensaje de las mujeres no les ha liberado todavía de él. Quieren pasar desapercibidos, no llamar la atención, no establecer relaciones con nadie. Es la actitud que parecen tener muchas comunidades cristianas laicas y religiosas en la actualidad, desconocedoras de que si cerramos las puertas a los demás, las cerramos a Jesús vivo y presente en los otros. ¿Qué puede hacer una comunidad encerrada, sino vegetar? Al poco tiempo muere en sus miembros el

Page 30: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

sentimiento, el afecto, las iniciativas, las esperanzas, el deseo de caminar y progresar. Como los discípulos del relato, estarán juntos pero no vivirán en comunidad, al no unirles la fe en Jesús resucitado. ¿Qué puede unir a un grupo de personas que ya no saben mirar hacia el futuro? Encerradas en sus cuatro paredes, su vacío será cada día más desolador. Sólo la presencia del Resucitado les dará la firmeza y la alegría necesaria en medio de la hostilidad del mundo.

-La paz de Jesús

"Mientras hablaban" los dos caminantes de Emaús (Lucas), "se presentó Jesús en medio de sus discípulos". Ya no es un hombre como los demás, puestos que pasa a través de las puertas cerradas. La resurrección le ha otorgado un nuevo modo de existencia corporal. No es un espíritu: se le puede ver y tocar. Viene a llenar el vacío de los suyos, a devolverles la ilusión y la esperanza, a abrir las puertas y las ventanas cerradas de las casas que se dicen suyas. Ya nada ni nadie podrá obstaculizar su acción. El único verdadero escollo que tendrá siempre será su propia comunidad, los que están dentro; sólo ellos pueden tergiversar su mensaje y su vida, presentarlo como no es. Y es éste el único y verdadero peligro, como ha demostrado y sigue demostrando la historia de la Iglesia.

"Paz a vosotros". Su saludo es todo un proyecto de vida. Es la paz del profeta, del inconformista, del rebelde con causa, del pobre, del perseguido por ser justo... Una paz que es fruto de la lucha por la nueva humanidad; la paz del que ha vencido al mundo (Jn 16,33) y a la muerte. En medio del temor a la persecución que domina a los discípulos, Jesús los urge a la paz. Emplea la palabra "Shalom", saludo familiar para todo israelita.

PAZ-EXTERNA: Jesús nos da su paz, que en él indica plenitud, bienestar, alcanzable solamente por medio de una íntima comunión con Dios. Como de la alegría,

Page 31: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

también de la paz podemos decir que existen dos tipos: la nuestra y la que nos proporcionan los demás. La nuestra es inalterable; la que nos dan los otros es precaria y provisional. Si alguien o algo me hacen perder la paz, es prueba de que mi paz no es mía, es prestada. La paz que no es nuestra dura mientras todo va bien. En cambio, la paz nuestra permanece también en medio de los fracasos.

PAZ/DON: Jesús nos da su paz. Es una paz diferente, porque si nosotros la acogemos se convierte en nuestra; se sitúa en las profundidades de nuestro ser. Si acogemos a Jesús, con todas las consecuencias, alcanzaremos la plenitud de nuestro ser. No nos faltará nada. Habremos conseguido la paz.

La paz es el signo más evidente de que hemos abierto nuestra vida totalmente a Jesús. Esta paz, más que una conquista, es una elección: la elección de un todo. La paz es una totalidad. No se puede tener un poco de ella. Tener un poco es no tener nada. Es un don extremadamente comprometido, como lo es el que nos la regala.

"Les enseñó las manos y el costado", signos de su amor y de su victoria. No deben temer a la muerte que puedan infligirles los enemigos de la verdadera vida, porque ya nada ni nadie podrá quitarles la única vida que merece la pena ser vivida: la que él les comunica. "Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor". No es un fantasma; es el mismo condenado a muerte. Cuando la pena es más honda y más sin futuro, la alegría se torna más desbordante. Jesús ha muerto a un modo de vida, y ahora retorna para continuar en medio de ellos. La alegría es el signo de la presencia de Jesús resucitado.

Es en comunidad donde podemos palpar la presencia de Jesús como un bien común. También nos da su paz y su alegría como dones comunitarios. Quien no comparta su vida con los demás, no podrá alcanzar la paz y la alegría de Jesús resucitado, siempre presente en medio de los que comparten la paz, la alegría y la unidad del Espíritu.

Page 32: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

La alegría de la comunidad cristiana es fruto de la victoria de la vida sobre el pesimismo y la tristeza de la muerte, la expresión de una profunda paz interior.

La alegría, como la paz y la unidad, son virtudes que brotan de la pascua. Salen de dentro de nosotros mismos, del interior hacia afuera. No es producida por lo bueno que hay en el exterior, sino por el bien que tenemos dentro: la presencia de Cristo. Así lo entienden los discípulos, que se llenan de alegría a pesar del ambiente hostil que seguirá fuera. Muy pronto comenzará contra ellos la abierta persecución del sanedrín, como nos cuenta detalladamente el libro de los Hechos. La alegría que depende del exterior es muy limitada, porque no suprime la cobardía ante la vida ni tiene nada esencial para fundamentarla. Su alegría brotaba de la presencia del Señor, que jamás abandonaría a los que creyeran en él.

A partir de la resurrección de Jesús, contemplada desde la fe, todo cristiano tiene la obligación de ser optimista, porque no se puede ser creyente sin esa alegría profunda que brota de una fe consecuente. Si la fe no nos sirve para los momentos difíciles, ¿para qué la queremos?

-Los detalles de Lucas: /Lc/24/36-49

¿Ha resucitado Jesús y ha sido visto por sus discípulos? ¿Es real su triunfo personal sobre la muerte? Para responder a estas preguntas, Lucas utiliza el recuerdo de las apariciones del Resucitado, tal como se transmitían dentro de las comunidades. Sin embargo, su exposición tiene algo nuevo: al darse cuenta del peligro de interpretar estas apariciones como fenómenos psicológicos -"fantasmas", según el texto-, resalta la corporalidad de Jesús y la realidad física de su encuentro con los discípulos. Y así, quiere que le palpen las señales de los clavos y come delante de ellos.

La descripción es realista, pero impregnada también de un cierto misterio. ¿Por qué dice que Jesús "comió delante de

Page 33: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

ellos" y no con ellos?; ¿por qué los discípulos permanecen "atónitos" tanto tiempo?; ¿por qué no dice el texto que le tocaron, cuando se les invita a hacerlo? Lucas refleja el descubrimiento progresivo que hace la comunidad a medida que su fe en el Resucitado se va haciendo más profunda. Lentamente van comprendiendo los acontecimientos, hasta que llegan a descubrirlos llenos de una coherencia insospechada hasta entonces. Lo importante para el evangelista es que admitamos la realidad de la resurrección de Jesús, su valor como principio de la nueva humanidad, su función de comienzo de la historia verdadera de los hombres.

"No acababan de creer por la alegría". La resurrección es algo que sobrepasa la capacidad de comprensión humana. No acabamos de creer una pena que nos supera -la muerte de un padre, o de un hermano, o de un hijo, por ejemplo-. Lo mismo una gran alegría -la resurrección de los muertos-. ¡Qué difícil es al hombre abrirse a la vida eterna, incluso a los que hablan tanto de ella! Pero no podemos olvidar nunca que la esperanza de los cristianos se concentra en la verdad de la resurrección de Jesús y de toda la humanidad. Creer en Jesús resucitado significa cambiar toda la propia vida. Para ello necesitamos unos ojos abiertos por Dios.

Después de comer "delante de ellos", les explicó "todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de él", como había hecho con los caminantes a Emaús. Este pasaje debe ser como una síntesis de las conversaciones de Jesús con los discípulos durante los cuarenta días que, según Lucas (He 1,3), se les apareció para hablarles del reino de Dios. Les hace comprender que el plan del Padre sobre él no tenía nada que ver con el mesianismo ambiental, nacionalista y político; que todo lo que le ha sucedido está anunciado en las Escrituras; que "en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén".

Page 34: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Los discípulos serán "testigos de esto". Serán preparados por el Espíritu Santo para esta misión universal. Serán -seremos- verdaderos testigos en la medida en que anuncien su mismo mensaje. Responsabilidad que nunca reflexionaremos bastante.

-Su misión tiene que continuar

Mientras Lucas presenta a Jesús vuelto hacia el pasado con el fin de probar que su resurrección estaba prevista, en Juan está más bien orientado hacia el futuro y enviando a sus discípulos al mundo para que continúen su misión. Misión que supone una oferta de vida para siempre, de salvación-liberación para todos, fruto del Espíritu Santo. Es el Espíritu, fuente de esa vida, el que llevará a la humanidad a la comunión con Dios, con los hombres, con nosotros mismos y con toda la creación.

Para introducir la misión, repite Jesús su saludo de paz. Una paz que abarca el presente y el futuro, y que permanecerá en medio de las dificultades y enfrentamientos con el mundo. "Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo". Los discípulos deben continuar la obra comenzada por Jesús, realizarla como él: por medio del amor hasta la entrega de la propia vida. Después de la experiencia que tienen de su resurrección, están ya preparados para continuar su tarea. Por eso, haciendo uso de su cualidad de resucitado, les transmite todos sus poderes. El envío de los discípulos es prolongación del que el Padre le hizo a él. Deben continuar su obra comenzada, y nosotros debemos continuar la obra de los apóstoles. ¿Lo hacemos? ¿Estamos contagiando a alguien nuestra fe? ¿Sentimos la Iglesia como algo propio? No anunciamos bien a Dios si no lo hacemos apasionadamente, vivencialmente, si su anuncio no es fruto del propio convencimiento y de la propia vida. "Exhaló su aliento sobre ellos", símbolo de la vida que concede Dios (Gén 2,7; Sab 15,11; Ez 37,9-14). Con él les infunde el Espíritu, la vida que supera la muerte y que les capacita para enfrentarse a ella.

Page 35: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

"Recibid el Espíritu Santo". Jesús lo había prometido en varias ocasiones a sus discípulos, insistiendo que sólo él les llevaría a la verdad plena, a la nueva vida de hijos de Dios. Juan narra la venida del Espíritu sobre los apóstoles el mismo día de la resurrección de Jesús. Lucas, en pentecostés, cincuenta días después (He 2,1-11), haciéndola coincidir con la fiesta que celebraban los judíos para conmemorar la entrega de las tablas de la ley por Dios a Moisés en el Sinaí, lo que explica la gran cantidad de peregrinos que había en Jerusalén de todas las partes del mundo. Se lo da para que continúen su misión, comprometiendo toda su vida en la lucha contra el mal-pecado del mundo.

¿Cómo imaginarnos la venida del Espíritu Santo sobre los discípulos -unos ciento veinte (He 1,15)-? Jesús marchó, y ellos vivieron reunidos, compartiendo la oración, las mutuas experiencias y recuerdos de Jesús. Y fueron descubriendo detalles de su vida y obra que hasta ese momento les pasaron desapercibidos. Y así, poco a poco, se fueron llenando del Espíritu de Jesús, de las profundas razones de su actuar..., y comprendieron..., y se vieron impulsados irresistiblemente a comunicarlo.

El Espíritu, que es Dios, está en el mundo desde su principio (Gén 1,2). Espíritu que se revela constantemente en los logros de los pueblos, en el amor y en el valor de cada hombre y cada generación. Espíritu que se ha embarcado en la misma historia de los hombres y que es para todos revelador de la palabra de Dios. Espíritu que llevará a su plenitud a la creación y a cada uno de nosotros.

¿Cómo conocer hoy al verdadero Espíritu? ¿Cómo seguirlo sin vacilaciones? Sólo un fruto revela con claridad al Espíritu de Jesús: un amor como el suyo. Todo lo demás será verdadero en tanto refleje ese amor: la institución, el culto, las palabras...: "A quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos". Van a ser sus enviados y

Page 36: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

tendrán el poder de perdonar los pecados. Algo insólito: "¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios?" (Mc 2,7). Es el fruto principal de su resurrección, el núcleo de la enseñanza que deben transmitir a los hombres. Se necesita una victoria de la magnitud de la resurrección para arrancar el mal del corazón del hombre. Allí donde la conversión-perdón se extiende entre los hombres, allí donde existe una vida fraternal..., allí tiene sentido y puede comprenderse el triunfo pascual de Jesús. Fuera de este campo de conversión-perdón sin límites y de vivencia comunitaria, la resurrección de Jesús se presenta como un problema mítico o como un dato nunca demostrado ni demostrable en la historia de los hombres. La muerte-resurrección de Jesús es el gran juicio de Dios contra el mal. En estas palabras de Jesús sobre el perdón ha visto la tradición católica el origen del sacramento de la penitencia.

El pecado consiste en integrarse voluntariamente en el orden injusto. "Los pecados" son las injusticias concretas a que conducen la adhesión al montaje mundano y a sus principios. A los que involuntariamente han aceptado la situación de mal de la sociedad deben mostrarles el proyecto de Dios sobre ella y ayudarles a abandonarla y a convertirse, como hizo él con sus curaciones. Con los que se nieguen a ponerse de parte del hombre y se obstinen en su conducta opresora adoptarán una clara postura de denuncia, sin temer a las consecuencias que les puedan venir.

Juan no concibe el pecado como una mancha o un acto malo concreto, sino como una actitud del individuo. Para él, pecar es ser cómplice de la injusticia encarnada en la opresión y explotación de unos hombres sobre otros. Cuando el hombre cambia de actitud y se pone en favor del hombre. cesa el pecado. El perdón se hace imposible para el que no reconoce su pecado o no quiere salir de él. En éstos, el pecado persiste.

-Faltaba Tomás

Page 37: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

"Tomás, uno de los doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús". No comprendía que la muerte no era el final, sino el encuentro con el Padre; no concebía una vida después de la muerte. Separado de la comunidad, está en peligro de perderse por no haber participado de la experiencia común. No sabía que no existe verdadera adhesión a Jesús mientras no se crea en la victoria de la vida; que mientras considere a la muerte como el final no logrará la libertad de los hijos de Dios ni le será posible cumplir el mandamiento de Jesús: amar como él ha amado. El miedo a perder la vida lleva a defenderla incluso con la violencia.

"Hemos visto al Señor". La frase jubilosa de sus compañeros formula la experiencia que tienen de Jesús, experiencia que los ha transformado al infundirles el Espíritu. La existencia de tal comunidad es la prueba de que Jesús vive.

Tomás no acepta el testimonio de sus compañeros. No se dejó contagiar por la vivencia que invadía los corazones y las bocas de todo el grupo, que proclamaban que habían visto a Jesús. Exige una prueba individual y extraordinaria: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo". Con sus palabras subraya Tomás su testarudez. Su postura no es de creyente. Aceptará la resurrección únicamente cuando se le muestre su evidencia. Sólo se fía de su propia experiencia, de lo que pueda tocar y palpar. Y eso ya no es fe.

Tomás sólo cree lo que ve, lo que toca. ¡Como si la única realidad existente fuese la sensible! No quiere vivir de ilusiones; no se atreve a creer en la dicha, en la alegría, en la felicidad. Parece que para él lo peor es siempre lo más seguro. Es la tercera vez que interviene en este evangelio (las otras dos: Jn 11,16; 14,5). Demuestra ser un hombre pesimista y práctico. Son duras las condiciones que pone a su rendición. Una dureza tan grande no puede provenir más que de un gran sufrimiento. Ha sufrido por la

Page 38: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

pasión y muerte de Jesús, se ha dolido de no haber estado a su lado. La consecuencia ha sido su falta total de esperanza.

¡Es todo tan actual! Tomás está muy cercano a nosotros: el camino de la fe no es fácil; requiere mucha sinceridad con nosotros mismos y salir de todo tipo de espiritualismo. ¿Creemos, o decimos que creemos? ¿Ahondamos en nuestra fe para saber si es nuestra, o es ambiental? La fe, como el amor, exige desprendimiento, pobreza de espíritu, ponerse en camino, trabajar por el reino de Dios. La fe no pide pruebas; se fía del Otro. Los cristianos no tenemos pruebas, sino signos. Y los signos máximos son los sacramentos y nuestra propia vida.

La duda de Tomás no está sólo en el hecho y en la posibilidad de la resurrección, sino también en que Dios se complazca precisamente en un hombre que sufrió semejante muerte. ¿Cómo es posible que aquella muerte tan ignominiosa sea realmente una victoria? La muerte de Jesús en la cruz es la prueba evidente de su fracaso, la señal más clara de que Dios no estaba con él. No es posible que Dios esté de su parte. Los cristianos afirmamos que creemos y aceptamos esta muerte ignominiosa de Jesús. Pero con nuestro modo de vivir estamos demostrando que nuestro mesianismo es otro. ¿No buscamos el éxito? ¿En qué se distingue nuestra vida de la vida de los no creyentes? ¿En meras palabras y algunos ritos sin compromiso?

-"A los ocho días"

Al domingo siguiente "estaban otra vez dentro los discípulos, y Tomás con ellos". Se refleja la costumbre de celebrar en ese día la reunión comunitaria.

"Llegó Jesús" y les saludó con las mismas palabras que el domingo anterior: "Paz a vosotros". Después invita a Tomás a que verifique en él las condiciones que ha puesto a sus compañeros para creer en su resurrección. Quiere

Page 39: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

que penetre en el profundo significado de su muerte y de su resurrección, y que sea consecuente. Acepta sus exigencias porque lo ama, porque conoce sus sufrimientos. Sabe que debe consolarlo, animarlo, abrirlo de nuevo a la vida, a la esperanza...

Pero no se le aparece a él solo. Porque se unió con sus compañeros, pudo Tomás experimentar la presencia de Jesús y sentirse miembro de la comunidad. La respuesta de Tomás es tan extrema como su incredulidad: "¡Señor mío y Dios mío!" Confesar a Jesús como Señor es aceptarlo como lo absoluto, como aquel por el que todo adquiere su verdadero sentido y sin el que nada tiene valor. Ha llegado también a descubrir la total identificación de Jesús con el Padre: "Dios mío". Reconoce en Jesús al Hombre-Dios; al Hombre pleno y al verdadero Dios. Confiesa al Jesús total: el de la muerte y el de la resurrección. Es la más clara y contundente profesión de fe de todo el Nuevo Testamento. "¿Porque me has visto has creído?" Jesús le reprocha el no haberse fiado de la comunidad y exigir una experiencia individual, separado de ella. "Dichosos los que crean sin haber visto", porque el futuro no se puede "ver"; se cree en él, se espera en él, pero no se le puede "tocar". El que cree en este futuro ofrecido por Dios en Jesucristo es creyente. Hemos de creer desprendidamente, sin buscar pruebas de ningún tipo, fiados en las palabras de Jesús. El evangelio queda así abierto al futuro. No pidamos pruebas. Un día lo veremos y tocaremos; un día nos convenceremos de la verdad de sus palabras y de su vida. Ese día ya no podremos negarnos a la dicha, al amor y a la presencia de Dios, porque le veremos cara a cara (1 Jn 3,2). Aquel día descubriremos que lo sabíamos desde siempre, que nuestro mayor sufrimiento había consistido en aparentar no haberlo creído.

Dichosos los que creen, porque serán libres. ¿Debería dejar Jesús de decir su verdad por ser demasiado luminosa? ¿Somos menos hombres porque creemos en el Hombre pleno, porque nos fiamos de las promesas del

Page 40: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Padre? Racionalizamos demasiado la fe; por eso surgen tantas crisis.

-¿Cómo entrar hoy en contacto con la resurrección de Jesús?

¿Cómo podemos ahora aceptar y vivir un hecho tan insólito, tan sin precedentes? No por el camino del tocar, porque Jesús resucitado ya no es objeto de los sentidos. Hay unos ojos de la fe, una mirada profunda, contemplativa, especial del creyente, que es la que le lleva al encuentro con el Cristo glorioso.

REALIDAD/CONOCERLA: Juan es el evangelista que más profundiza en estas dos clases de ver, sobre estas dos fuentes de conocimiento: el conocimiento empírico, científico, que funciona mecánica y automáticamente y que se aplica a la técnica; y el conocimiento interior, personal, intuitivo, contemplativo, que es fruto de la fe, del riesgo, del amor, del compromiso, de la libertad, de la lucha por la justicia. Todos sabemos que quien no ama no opta, no confía, no se decide, no se arriesga; y vive cerrado a las realidades más sublimes y densas de la vida, porque se le escapan, le resbalan, le superan. Cuanto más sutil e importante es la realidad vital, más necesidad tenemos de aplicar ese mirar profundo del conocer interior, personal. Dios Padre y Jesús resucitado son las realidades vivientes y supremas que reclaman un especial esfuerzo para purificar nuestra mirada. De aquí arranca todo lo demás.

Nuestra fe en la resurrección no se apoya en los sentidos. Se fundamenta en la palabra del Padre. Para el israelita, la palabra significa la fuerza de la persona que se comunica y suscita en el interior del que escucha una transformación. La Palabra, que es Jesús (Jn 1,14), nos llega hoy a través de otros hombres como nosotros. Y sabemos que es la suya porque va acompañada de hechos, de signos, de Espíritu, de un amor que vence todas las dificultades. Son

Page 41: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

estas señales las que nos lo muestran vivo, compañero y hermano en nuestra vida.

J/RSD/H-AUTENTICO: La resurrección es un acontecimiento personal y social, que afecta decisivamente a la lucha que libramos los hombres por la libertad, la justicia, el amor, por la humanización y transformación de la sociedad, por encontrarnos a nosotros mismos como individuos y como comunidad. Es el anuncio de que él sigue siendo en cada época el hombre pleno, el hombre llegado a la plenitud, la meta de todas nuestras esperanzas, ilusiones y utopías; el Hombre que nos brinda a cada uno de nosotros la posibilidad del encuentro personal y absoluto con el Padre; el Hombre de la transparencia, del amor fraternal y universal, que nos empuja y nos reta diariamente; el Hombre vencedor de todo mal y de toda muerte. Es el triunfo de la humanidad utópica, "increíble", imposible de edificar con nuestras manos; el triunfo de las esperanzas de los pobres, porque el Pobre perseguido, Jesús, ha vencido el odio de los poderosos.

Después de la resurrección de Jesús no tenemos derecho a perder nunca la esperanza en el triunfo final de nuestra lucha liberadora en favor de la fraternidad universal. La victoria es segura..., pero -como le sucedió a Jesús- después de nuestra muerte. Esa muerte que sigue siendo hoy ley de vida para todos.

La fe en la resurrección de Jesús tenemos que vivirla como experiencia de un amor no manipulable, subversivo. Al hombre que nunca le ha sonado el mensaje de Jesús como intolerable y delictivo, no está preparado para creer en él. Desde el edicto de Milán -año 313- la fe está en rebajas, y la Iglesia se ha ido convirtiendo en unos grandes almacenes donde todos podemos entrar y apuntarnos, al resultarnos muy útil para vivir tranquilos y sin riesgos, dado su bajo precio.

Page 42: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Jesús resucitado vive entre nosotros, está en nosotros, sobre todo en nuestra lucha denodada contra todas las formas de muerte que siguen oprimiendo al hombre de hoy. Creemos en él si estamos presentes allí donde la muerte ha clavado sus garras. Si nuestra fe no nos lleva a luchar contra toda clase de muerte, ¿cómo podremos creer en la vida? Con esta apertura al futuro termina Juan el relato de los hechos de Jesús. Todo lo que sigue fue añadido después.

-Juan sólo ha contado algunos signos

"Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Estos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre".

Es el primer epílogo o colofón del cuarto evangelio. Después de la escena del lago de Tiberíades, el libro tendrá su segundo colofón final. El autor ha hecho una selección de los acontecimientos vividos por Jesús. La experiencia de los discípulos fue mucho más amplia de lo que está contado en el evangelio. Ellos son testigos de todo. Lo escrito tiene como finalidad conseguir la fe de los lectores y, con ella, la vida definitiva.

14.

-UN ERROR FRECUENTE

Afortunadamente van siendo cada vez menos quienes conservan la vieja imagen de que los judíos contemporáneos de Jesús eran "demonios con piel humana". La formación religiosa de los creyentes -e incluso de los no creyentes- va avanzando y ciertas cuestiones, muy claras para teólogos y biblistas, van estando claras también para la gran mayoría. Con todo, aún quedan muchos convencidos de que los judíos fueron

Page 43: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

unos hombres "malísimos", con un grado de maldad que jamás se volverá a dar en ningún otro ser humano.

Por eso vemos importante comenzar nuestras notas para la homilía de hoy con una constatación: Jesús, su actividad, su mensaje, su especial filiación divina, su resurrección..., no fueron realidades tan evidentes como, con frecuencia, hemos pretendido.

-LA "AMBIGÜEDAD" DE JESÚS: Todo lo referente a Jesús fue mucho más ambiguo, mucho menos evidente, mucho menos fácil de comprender y asimilar de lo que ha podido resultar para quienes hemos nacido en un ambiente cristiano y cristianizado; así, leyendo con detenimiento los Evangelios descubrimos cosas como éstas:

-Unos consideraron a Jesús como un profeta y otros afirmaron de él que estaba endemoniado.

-Hubo quienes afirmaron de él que tenía palabras de vida, mientras que para otros estaba loco y había que aislarlo.

-Otros lo tomaron por el Mesías, el Hijo de Dios, pero no faltaron quienes lo acusaron de blasfemo.

-EL JESÚS DE LOS EVANGELIOS

Si hacemos un sencillo trabajo de "limpieza" y liberamos a Jesús del mucho ropaje "mítico" con el que el paso del tiempo y el folklore popular lo han revestido, redescubriremos la imagen genuina que de Jesús nos transmiten los Evangelios; y, probablemente, muchos serían los que, al encontrarse frente a él, sin folklores ni deformaciones, ya no les sería tan fácil tomar una opción ante él, como también es muy probable que quienes se declarasen discípulos suyos lo hiciesen con más convicción, con más seriedad, con más conocimiento de causa.

Page 44: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

En definitiva, si hiciésemos ese esfuerzo de acercamiento a Jesús, muchos tendrían el mismo problema que tuvieron sus contemporáneos: ¿quién es Jesús?

-LA FE, MÁS ALLÁ DE LAS EVIDENCIAS: FE/EVIDENCIA:

Muy relacionado con esto está la postura de quienes se preguntan por qué Dios nos deja notar su presencia en el mundo con claridad, para que todos lo vean y lo acepten; que a todos les pudiese suceder, más o menos, lo que le sucedía a Tomás en el Evangelio que hemos leído hoy.

Sin embargo, ahí mismo deja claro Jesús que, sin menosprecio de los testigos oculares, lo esencial de la fe no se mueve en el plano de las evidencias, sino en el plano de las convicciones íntimas y profundas; la fe es una opción que se realiza ante un Jesús que aparece como Salvador, pero que también puede ser percibido por el hombre como otro hombre más.

-JESÚS Y LA LIBERTAD DEL HOMBRE: JESÚS/LIBERTAD: Jesús nunca se ha impuesto; ni entonces ni ahora. Jesús es una oferta gratuita que respeta la libertad del hombre; éste, libremente, debe conocer los "signos" realizados por Jesús e interpretarlos:

-Como actos más o menos valientes y valiosos de un hombre muy especial, íntegro, quizás un utópico soñador.

-O como la Palabra de Dios hecha carne, que viene a asumir plenamente nuestra condición y a darle, desde el misterio, un sentido. Pero elegir una postura u otra pasa por el respeto a la libertad del hombre. Y esto le da a la fe su aspecto doloroso y su aspecto grandioso.

-LA FE, ESFUERZO DOLOROSO:FE/ESFUERZO: FE/DUDA:

La fe no es, con frecuencia, cosa fácil; solemos olvidar que está apoyada sobre una duda no resuelta, aunque sí asumida y superada; solemos olvidar que la fe no es

Page 45: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

aceptación de una evidencia porque tal evidencia no es existente (so pena de que consideremos, a los no creyentes, o muy tontos o muy "malos").

Y esto hace de la fe una realidad que, en ciertos momentos, se percibe y se vive como una cuestión profunda y vitalmente dolorosa; porque hay momentos en los que las "evidencias" parecen estar en contra de la fe; y hay momentos en los que Dios parece guardar silencio; hay momentos en los que el creyente tiene la sensación de estar haciendo el ridículo, de estar nadando contra corriente, de estar fuera de onda.

Hay momentos en los que, como han afirmado muchos teólogos y místicos, el creyente se siente como desterrado de su mundo, como expatriado, como fuera de sitio.

-LA FE, ESPERANZA DEL HOMBRE

Pero no es menos cierto que, quien recorre ese doloroso camino, termina por conseguir la verdadera experiencia de fe; una experiencia más allá de toda teoría, una experiencia que se vive en los más hondo del ser del hombre y que termina por ser la más fuerte de las convicciones.

Es la experiencia de haber encontrado, de forma vivencial antes que teórica, el sentido de la vida; o mejor: que Jesús da sentido a la vida del hombre. Y cuando la vida encuentra sentido, ésta brota con fuerza. Pero, atención: no se trata de un sentido cualquiera, ni de un sentido para la vida muy valioso: se trata del máximo sentido de la vida porque es el único realmente pleno, el único realmente válido. Porque es el sentido de la vida toda, incluida la muerte, que queda superada y vencida.

-Y DE ESTO SOMOS TESTIGOS

A partir de todo esto, ser creyente ya no se puede entender, en ningún momento ni bajo ningún sentido,

Page 46: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

como una simple aceptación de verdades, sino como un testigo vivo de las mismas.

Estamos en Pascua, el tiempo de la fiesta y de la alegría que nace en nosotros porque Jesús ha resucitado; y, si queremos transmitir este gozoso anuncio a los hombres, el mejor camino es vivir conforme a lo que creemos; lo demás servirá de bien poco. Y en este testimonio ocupa un lugar importante la humildad y la sencillez de quienes estamos convencidos de que el camino para llegar a la fe no es, normalmente, fácil. A esta fe, nos recuerda la exégesis, llegaron los apóstoles por medio de un signo: el sepulcro vacío; un signo que, para muchos otros, no significa nada especial. Pero ese pequeño grupo de amigos de Jesús supo leer aquel signo, supo ver con otros ojos que los de la cara y supo lo que aquello significaba.

Hoy día sigue habiendo signos, pero éstos siguen necesitando que alguien los llene de sentido, que alguien los sepa interpretar, que alguien los desvele apostando en ello su vida.

Ser testigos de Jesús muerto y resucitado es poner toda la vida al servicio de la causa de Jesús; ser testigos de Jesús no es participar de una tradición social y de unas costumbres ancestrales, sino tener la experiencia de que Jesús está vivo, dando sentido a mi vida personal y concreta, como da sentido a la vida de todos los que formamos la comunidad de los creyentes.

Ser testigos es vivir juntos, como hermanos, mostrando ante los hombres que nos sentimos y somos hermanos, porque todos tenemos un Padre común que nos llama a vivir una vida en plenitud.

15.

EL MILAGRO DE LA PASCUA

Page 47: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Enseguida, después de la Pascua, empezaron a florecer los milagros. Todos estaban asombrados y se «hacían lenguas» del poder carismático de los apóstoles. Sobre todo, Pedro: su energía curativa alcanzaba a todos, incluso a distancia; no hacía falta que tocaran su cuerpo, bastaba pisar su sombra. Nadie puede dudar de que Pedro tenía «buena sombra». Y nadie puede dudar de que se cumplía la palabra del Señor: «El que crea en mí, hará las obras que yo hago, y aún mayores» (Jn 14,12).

Y, sin embargo, el mayor milagro pascual no es el que surgía de la palabra o el toque de los discípulos, sino el que se realizaba en los mismos discípulos. La transformación realizada en ellos a partir de la Pascua fue realmente milagrosa. Veamos lo que nos cuenta el evangelio.

-«Al anochecer de aquel día»

Una pincelada oscura. La oscuridad, el frío y el miedo envolvían el espíritu de aquellos que habían creído y habían seguido a Jesús. ¡Qué desilusión! Se sentían realmente avergonzados. Les quedaba la pena, el recuerdo, la querencia de Jesús. Habían llegado a quererle. Pero les quedaba también el amargo sabor de su dolorosa y humillante derrota. Y les quedaba también un miedo terrible. ¿Quién sabía hasta dónde llegaban las intenciones de las autoridades? A lo mejor intentaban, no sólo aplastar a Jesús, sino aplastar todo su movimiento. Por eso. "estaban los discípulos en una casa con las puertas cerradas, por miedo a los judíos".

Aquellos discípulos, aquella pequeña comunidad seguidora de Cristo, se encontraban herida de muerte. Podríamos distinguir cinco grandes heridas:

--Desilusión y falta de fe. Habían seguido a Jesús, pero nunca acabaron de entender su mesianismo. Su pasión y muerte supuso para ellos un verdadero escándalo, "piedra de tropiezo". Y todos tropezaron. Y eso que Jesús les había

Page 48: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

advertido de muchas maneras: "Os he dicho esto para que no os escandalicéis" (Jn 16. 1). Pero se escandalizaron. «Todos os vais a escandalizar» (Mc 14, 24). Quizá esperaban un gesto glorioso de Jesús a última hora. Mas no ocurrió nada. Y perdieron la fe en Jesús. El mismo Señor lo prevenía: «¡Simón, Simón! Mira que Satanás os ha reclamado para cribaros como trigo; pero yo he pedido por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando te recobres, confirma a tus hermanos» (Lc 22, 31-32). A pesar de esta oración, la fe de todos desfallecía.

-- Tristeza. La de Pedro era clara, porque no dejaba de llorar. Los demás tampoco levantaban cabeza. Tenían todos una losa encima que les pesaba más que la del sepulcro. ¡Y pensar que a estas horas las mujeres ya sabían lo de la losa y la tumba vacía! Estos discípulos miraban al pasado. No hacían más que recordar. ¡Qué días más hermosos habían vivido siguiendo al Maestro! Pero cada recuerdo les punzaba el alma. ¡Qué mal había terminado todo!

--Cobardía. Ya hemos señalado cómo se cuidaban de cerrar bien todas las puertas. ¿Y qué podían hacer? Antes se las prometían muy felices con dos espadas. Pero es que, claro, tenían el invencible escudo del Maestro. Privados de este escudo, ni doscientas espadas hubieran sido suficientes. Y cerraban bien las puertas, claro.

--Desunión. Dicen que la unión hace la fuerza, aunque poca fuerza puede hacer la unión de los cobardes. A lo mejor se desanimaban más unos a otros. Pero es que ni siquiera estaban unidos. Se cumplía una vez más la palabra del Señor: «Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas» (Mc 14, 27).

¿Dónde estaban las ovejas cuando mataron a su pastor? Y ahora mismo ¿dónde estaban los discípulos?: Tomás, por una parte; los de Emaús, por otra, y otros muchos que no sabemos dónde se habían metido, porque no sólo los doce seguían a Jesús.

Page 49: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

--Desesperanza. Mirando al futuro, las cosas estaban muy oscuras. Real- mente. ¿qué se podía esperar? ¿A dónde iban a ir? ¿Quién iba a liderar movimiento alguno? ¿Acaso Pedro, que había recibido promesas especiales? Ya sabemos cómo se encontraba. Lo mejor era, pues eso, volver cada uno a su casa y a su trabajo; tratar de olvidar y curar las heridas; atender a la propia familia que los estarían echando de menos, y, por fin, volver al lago querido. Todavía no se les había olvidado pescar.

Como vemos, se trata de una situación de muerte. En esta situación no hay persona ni comunidad que pueda durar mucho tiempo.

«Y en esto entró Jesús»

Es la experiencia de la resurrección. Entró Jesús y fue la luz. Entró Jesús y la noche se convirtió en día. Entró Jesús y las puertas se abrieron. Entró Jesús y el miedo salió temblando. Entró Jesús y la alegría les sonrió a todos. Entró Jesús y todos se renovaron. Entró Jesús y se pusieron a hacer proyectos. Entró Jesús y la fe les desbordaba. En la presencia de Jesús se curaron todas sus heridas. Este fue el gran milagro de la Pascua. A partir de ese momento, los acobardados se llenan de audacia, los tristes se encienden de gozo, los desencantados se entusiasman, los desunidos logran una profunda comunión. Esto es lo que se dice una resurrección espiritual; los que estaban muertos resucitan. Algo inexplicable según las leyes naturales. Y algo que, desde luego, todo el mundo podía verificar.

Auto donación

Esta presencia de Jesús significa una auto donación del Resucitado a sus discípulos, verdaderamente generosa. Es una presencia:

--Curativa. Les cura de miedos y tristezas. Les alienta la fe y la esperanza. Les perdona todos sus pecados. La

Page 50: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

experiencia del Resucitado es inicialmente una experiencia de perdón y sanación. Por eso, los discípulos se capacitan para continuarla: «Recibid el Espíritu Santo, a quienes les perdonéis los pecados...». Es el triunfo de la misericordia.

--Pacificadora. Va unida a la anterior. Jesús les saluda y les reitera su paz: «Paz a vosotros». Paz es reconciliación y es gozo. Paz es sentirte bien contigo mismo y con Dios. Paz es escuchar interiormente: «Tú eres aceptado». Paz es ausencia de remordimientos y temores.

-- Vivificadora. Ilumina y entusiasma. Restablece la fe y enciende la esperanza. Es la vida del Espíritu. Es el Espíritu de vida: «Recibid el Espíritu Santo». No cabe donación mayor. El Espíritu que vivificó a Jesús se comunica a los discípulos para que vivan.

Es impresionante el gesto que hizo Jesús: "Exhaló su aliento sobre ellos". Está recordando el primer soplo divino que creó y vivificó al hombre. Ahora este soplo de Cristo recrea a sus discípulos por medio del Espíritu, "el aliento" de Dios.

-- Comunitaria. Crea comunidad. Los dispersos se reúnen. Los reunidos se integran en comunión de fe, de sentimientos y de bienes. Y, por otra parte, así como la presencia de Cristo crea la comunidad, la comunidad hace presente a Cristo. Es lo que sucede en la eucaristía y cada vez que nos reunimos en su nombre.

16.

-«Exhaló el aliento sobre ellos»

He aquí nuestra primera estampa pascual. Graba bien la imagen de Jesús exhalando su aliento sobre los discípulos. Era como una nueva creación, como una nueva resurrección. Los discípulos estaban muertos: por el miedo, por la tristeza, por la duda. Jesús estaba

Page 51: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

rebosando Espíritu, lleno de vida y de poder, transmitiendo alegría y paz. Habían arrebatado a los discípulos la ilusión y el sentido, habían matado su esperanza. Pero Jesús era la vida resucitada.

A pesar de las puertas cerradas, entró Jesús donde estaban los discípulos. La casa se llenó del perfume de la Pascua. Y al ver Jesús a sus discípulos tan muertos, a sus discípulos a quienes tanto quería, en un nuevo gesto creador, «exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo». Recibid la fuerza y la alegría del Espíritu, recibid la vida nueva del Espíritu. ¡Vivid! Vivid de mi misma vida, de mi energía liberadora. Y desde entonces los discípulos resucitaron. El gesto y las palabras de Jesús fueron eficaces, como en un sacramento. Aquella tarde, Pascua fue Pentecostés. Los discípulos se llenaron del Espíritu de Jesús y se sentían identificados con Jesús. No tardarían en abrir todas las puertas y empezar a dar testimonio de aquella experiencia de fuego.

No dejes de exhalar tu aliento sobre nosotros, Jesús resucitado, porque también nuestro espíritu se acobarda y se entristece. Sopla tu aliento sobre nosotros, para que se disipen nuestras dudas y temores. Alienta tu Espíritu sobre nosotros, para que nos contagiemos de tu vida resucitada y vivamos ya de ti.

-Las llagas, puertas del Templo

Las llagas son como el velo del Templo rasgado después de la muerte de Jesús, la puerta de la divinidad de par en par abierta. Esas llagas son la apertura del Santuario. En adelante, el templo de Dios quedará enteramente abierto.

Abierto por parte de Dios. A través de esas benditas aberturas, Dios se nos comunica y nos hace llegar sus abundantes misericordias. Fuentes inagotables de gracia y bendición. Abierto para el hombre, que ya tiene el acceso fácil para encontrarse con el mismo Dios. «Yo soy la puerta», afirmaba Jesús, y ya vemos qué puerta más

Page 52: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

hermosa, más transparente y más abierta. Puedes entrar en el Santuario divino siempre que quieras, y aun poner allí la morada, diciendo aquello de «¡qué bien se está aquí!». Penetrando por las llagas de Cristo, puedes llegar a las mismas entrañas de Dios y acercarte a la intimidad de su misterio.

17.COMUNIDAD.PASCUA.

-La comunidad, fruto de la Pascua

La comunidad cristiana, tal como se manifiesta sobre todo en la asamblea dominical, se ve a sí misma como una comunidad pascual, nacida de la Pascua ("del costado abierto de Cristo muerto y resucitado"). Los documentos que leemos en este tiempo nos muestran cómo en torno a Cristo resucitado se empieza a congregar una comunidad: de su Persona se desprende una fuerza que reúne y aglutina a los discípulos, que el vendaval de la Pasión había dispersado. La 1a lect. es un canto (probablemente idealizado) a la comunión que el impacto de la Resurrección ha generado: "vida común", "vivían todos unidos y lo tenían todo en común", "lo repartían entre todos", "acudían todos unidos", "comían juntos".

-Una comunidad de fe pascual

Los seguidores del Resucitado forman una comunidad de "creyentes (1a lect.). La fe pascual (la fe en Cristo muerto y resucitado, núcleo del kerigma) está en el origen de esta comunidad: una fe que se alimenta de "escuchar la enseñanza de los apóstoles", porque son gente que "cree sin haber visto" por haberse fiado del testimonio de los apóstoles. La 2a lect. y el evangelio subrayan con fuerza la importancia y el valor de la fe para la "vida" y la "salvación" de los seguidores de Cristo.

-Una comunidad animada por el Espíritu

Page 53: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

A la escena narrada en la primera parte de la perícopa evangélica se le ha sólido llamar el Pentecostés de Juan. El Espíritu aparece aquí como el don pascual del Resucitado a su Iglesia. Con su poder de anular la fuerza disgregadora del pecado, es el principio que da cohesión y unidad al cuerpo de la Iglesia. Sería acaso el momento de hablar también de la presencia y actividad del Espíritu a lo largo de toda la celebración eucarística. Aun antes de que llegue la última semana, el tiempo pascual tiene que aparecer como "el tiempo del Espíritu" a título especial.

-Una comunidad misionera

La relación Resurrección-misión está presente, de una manera explícita o implícita, en casi todas las narraciones de las apariciones del Resucitado: la experiencia pascual lleva al compromiso misionero (Pascua-Pentecostés). La misión de la Iglesia es la misión del Hijo por el Padre. "Las puertas cerradas" y "el miedo a los judíos" no encajan bien con este envío al mundo. La comunión fraterna tiene ya por sí sola una gran fuerza evangelizadora: "Eran bien vistos y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando".

-Una comunidad en tensión escatológica

La perspectiva de la Resurrección y la espera del Resucitado imprimen al tiempo pascual una fuerte tensión escatológica. "Buscad las cosas de arriba...". Esta dimensión está insistentemente sugerida en la 2a lect. "...para una esperanza viva, para una herencia que os está reservada en el cielo... para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final... la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación".

18.

LA AMNISTÍA DEL RESUCITADO

Page 54: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

La paz con vosotros

Ha sido E. Schillebeeckx quien nos ha recordado recientemente que el encuentro con el resucitado ha sido una "experiencia de perdón". Los discípulos han experimentado al resucitado como alguien que los perdona y les ofrece paz y salvación.

Ninguna alusión al abandono de los suyos. Ningún reproche por la cobarde traición. Ningún gesto de exigencia para reparar la injuria. Las apariciones significan una verdadera «amnistía» en el sentido etimológico de esta palabra: olvido total de la ofensa recibida.

Los relatos insisten en que el saludo del resucitado es siempre de paz y reconciliación: "Paz a vosotros". Y es precisamente este perdón pacificador y esta oferta de salvación los que ponen una alegría y una esperanza nuevas en la vida de los discípulos. Vivimos en una sociedad que no es capaz de valorar debidamente el perdón. Se nos ha querido convencer de que el perdón es «la virtud de los débiles» que se resignan y se doblegan ante las injusticias porque no saben luchar y arriesgarse.

Y, sin embargo, los conflictos humanos no tienen nunca una verdadera solución, si no se introduce la dimensión del perdón. No es posible dar pasos firmes hacia la paz, desde la violencia, el endurecimiento y la mutua destructividad, si no somos nadie capaces de introducir el perdón en la dinámica de nuestras luchas.

El perdón no es sólo la liquidación de conflictos pasados. Al mismo tiempo, despierta la esperanza y las energías en quien perdona y en aquel que es perdonado. El perdón, cuando se da realmente y con generosidad, es, en su aparente fragilidad, más vigoroso que toda la violencia del mundo. La resurrección nos descubre a los creyentes que la paz no surge de la agresividad y la sangre sino del amor y el perdón.

Page 55: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Necesitamos recuperar la capacidad de perdonar y olvidar. La verdadera paz no se logra cuando unos hombres vencen sobre otros, sino cuando todos juntos tratamos de vencer las incomprensiones, agresividades y mutua destructividad que hemos desencadenado. La paz no llegará a nuestro pueblo mientras unos y otros nos empeñemos obstinadamente en no olvidar el pasado. La paz no será realidad entre nosotros sin un esfuerzo amplio y generoso de mutua comprensión, acercamiento y reconciliación. En una sociedad tan conflictiva como la nuestra, los creyentes estamos llamados a reivindicar la fuerza social y política que puede tener el perdón.

19.

LA PAZ

Paz a vosotros

El máximo deseo del resucitado para todos los hombres es la paz. Ese es el saludo que sale siempre de sus labios: «la paz con vosotros». La vida de los hombres está hecha de conflictos. La historia de los pueblos es una historia de enfrentamientos y guerras. La convivencia diaria está salpicada de agresividad. La gran opción que hemos de hacer para superar los conflictos es la de escoger entre los caminos del diálogo, la razón y el mutuo entendimiento o los caminos de la violencia.

El hombre ha escogido casi siempre este segundo camino. A lo largo de los siglos ha podido experimentar una y otra vez el sufrimiento y la destrucción que se encierra en la violencia. Pero, a pesar de ello, no ha sabido renunciar a ella. Y ni siquiera hoy que siente la amenaza de la destrucción y el aniquilamiento local, parece capaz de detenerse en este camino.

Page 56: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

El resucitado nos invita a buscar otros caminos. Hemos de creer más en la eficacia del diálogo pacífico que en la violencia destructora. Hemos de confiar más en los procedimientos humanos y racionales que en las acciones bélicas. Hemos de buscar la humanización de los conflictos y no su agudización.

Nos hemos acostumbrado demasiado a la violencia, sin reparar en los daños actuales que produce y en el deterioro que introduce para el futuro de nuestra convivencia. Aun los que justifican la violencia, tienen que reconocer que la violencia es un mal. La violencia daña al que la padece y al que la produce. La violencia mata, golpea, aprisiona, secuestra, manipula las mentes y los sentimientos, deforma los criterios morales, siembra la división y el odio.

La violencia nos deshumaniza. Busca imponerse, dominar y vencer, aunque sea atentando contra los derechos de las personas y los pueblos. Los hombres no tenemos la vocación de vivir haciéndonos daños unos a otros.

El que vive animado por el resucitado busca la paz. Y busca la paz no solamente como un objetivo final a alcanzar, sino como que busca la paz ahora mismo, utilizando procedimientos pacíficos, caminos de diálogo y negociación.

El seguidor de Jesús no busca sólo resolver a cualquier precio los conflictos. Busca también humanizarlos. Lucha por la justicia, pero lo hace sin introducir nuevas injusticias y nuevas violencias.

20. SIN HABER VISTO

Dichosos los que crean sin haber visto.

Page 57: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Las experiencias de Pascua terminaron un día. Ninguno de nosotros se ha vuelto a encontrar con el resucitado. Al parecer, ya no tenemos, hoy día, experiencias semejantes. Pero, si las experiencias que se esconden tras esos relatos no son ya accesibles a nosotros, y si no pueden ser revividas, de alguna manera, en nuestra propia experiencia, ¿no quedarán todos estos relatos maravillosos en algo muerto que ni la mejor de las exégesis logrará devolver a la vida?

Sin duda, ha habido a lo largo de la historia, hombres que han vivido experiencias extraordinarias. No se puede leer sin emoción el fragmento que encontraron en una prenda de vestir de Blas Pascal.

Con toda exactitud nos indica el gran científico y pensador francés el momento preciso en que vivió una experiencia estremecedora que dejó huella imborrable en su alma. No parece tener palabras adecuadas para describirla: «Seguridad plena, seguridad plena... Alegría, alegría, alegría, lágrimas de alegría... Jesucristo. Yo me he separado de Él; he huido de Él; le he negado y crucificado. Que no me aparte de El jamás. El está únicamente en los caminos que se nos enseñan en el Evangelio».

No se trata de vivir experiencias tan profundas y singulares como la vivida por Pascal. Mucho menos, todavía, pretender encontrarnos con el resucitado de manera idéntica a como se encontraron con él los primeros discípulos sobre cuyo testimonio único descansan todas nuestras experiencias de fe.

Pero, ¿hemos de renunciar a toda experiencia personal de encuentro con el que está Vivo? Obsesionados sólo por la razón, ¿no nos estamos convirtiendo en seres insensibles, incapaces de escapar de una red de razonamientos y raciocinios que nos impiden captar llamadas importantes de la vida?

Page 58: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

¿No tenemos ya nadie esas experiencias de encuentro reconciliador con Cristo en donde uno encuentra esa paz que le recompone a uno el alma, le reorganiza de nuevo la vida y le introduce en una existencia más clara y transparente?

¿No hemos tenido nunca la «certeza creyente» de que el que murió en la cruz vive y está próximo a nosotros? ¿No hemos experimentado nunca que Cristo resucita hoy en las raíces mismas de nuestra propia vida?

¿No hemos experimentado nunca que algo se conmovía interiormente en nosotros ante Cristo, que se despertaba en nosotros la alegría, la seducción y la ternura y que algo se ponía en nosotros en seguimiento de ese Jesús vivo?

El hombre crítico, atento sólo a la voz de la razón y sordo a cualquier otra llamada, objetará que todo esto es especulación irreal a la que no responde realidad objetiva alguna.

Pero el creyente comprobará humildemente la verdad de las palabras de Jesús: «Dichosos los que creen sin haber visto».

21. TOMAS/APOSTOL

El mellizo del Señor

"Figuras de la pasión de1 Señor" es una de las obras más conocidas del escritor alicantino Gabriel Miró fallecido en 193O. Dado que a lo largo de las lecturas de estos domingos de pascua van a ir apareciendo ante nosotros una serie de personajes evangélicos, los podemos ir contemplando en su conjunto, como «figuras de la resurrección del Señor». El domingo pasado, la figura central era María Magdalena y hoy lo es uno de los apóstoles, Tomás, el llamado «Dídimo», al que la tradición

Page 59: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

cristiana, apoyándose en el texto de hoy, ha calificado como «el incrédulo Tomás».

La figura de Tomás es secundaria en los evangelios sinópticos. Su presencia se limita a que su nombre aparece siempre citado en la lista de los doce que fueron llamados por Jesús. Sin embargo, en el evangelio de Juan, con anterioridad al relato de hoy, había aparecido ya en dos momentos importantes de la vida de Jesús. Cuando los discípulos no se atreven a ir a Judea por miedo a los judíos, después de la muerte de Lázaro será Tomás el que diga con valentía: «Vamos también nosotros a morir con él». El sobrenombre de «Dídimo», mellizo, que se cita aquí, parece aludir a que compartía esa condición con un hermano desconocido aunque algún comentador alude a un posible sentido simbólico: su disponibilidad a correr la misma suerte de Jesús le convierte en «el doble (mellizo) de Jesús» (J. Mateos).

Tomás vuelve a reaparecer en la última Cena. Será Tomás el que pregunte a Jesús: «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?», recibiendo la conocida respuesta de Jesús: "Yo soy el camino, la verdad y la vida".

Otro comentarista subraya que la figura de Tomás aparece en el evangelio de Juan «en relación con los grandes misterios de la glorificación de Jesús».

Finalmente es importante subrayar que Tomás es uno de los discípulos que es testigo del Resucitado en la pesca milagrosa en el lago de Tiberíades y que aparece, por última vez en el Nuevo Testamento, dentro del grupo de los once, a la espera de Pentecostés, al inicio de los Hechos de los apóstoles.

Podemos decir que la figura de Tomás es contradictoria. Como indicábamos antes, se le ha calificado de «incrédulo» y se ha hablado de este pasaje como de las «dudas de Tomás». Tomás vendría a ser el símbolo del

Page 60: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

hombre cerrado al misterio; que sólo es capaz de aceptar la realidad física que puede ver con los ojos y tocar con sus dedos y con sus manos. Es lo que expresaría con gran contundencia su negativa a creer el testimonio de los otros discípulos: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo». No se conforma ni siquiera con ver al Resucitado: exige meter sus dedos y sus manos en las llagas del Crucificado.

R. Mª Rilke escribía que «las cosas no son tan comprensibles y decibles como se nos quiere hacer creer ordinariamente. La mayoría de los acontecimientos son indecibles, acontecen en un espacio en el que nunca ha entrado una palabra». Sin embargo, ¡con cuánta frecuencia el hombre de hoy siente una gran dificultad para aceptar la realidad que no se puede aprehender y comprender, que no se puede fotografiar o filmar! Y, no obstante, sigue siendo verdad lo que escribía el poeta checo: la mayoría de los acontecimientos -esos acontecimientos que de verdad marcan nuestra vida y dejan un poso en nuestro ser- tenemos que reconocer que suceden en un espacio en el que nunca ha entrado una palabra; donde las palabras se nos hacen demasiado pobres y torpes para expresar la grandeza de la vivencia que estamos experimentando. ¿Acaso no experimentamos, en contra de nuestra tendencia a un craso materialismo que quiere tocar y mensurar todo, lo que expresaba maravillosamente el zorro al Principito: «Lo esencial es invisible a los ojos; sólo se ve bien con el corazón»?

Es a ese Tomás incrédulo, al de ayer y al de hoy, que sigue anidando en el corazón de cada uno de nosotros, al que Jesús le sigue diciendo hoy: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto». Dichosas esas generaciones de veinte siglos de cristianismo, dichosos esos millones de hombres y de mujeres, que han creído y creen en Jesús resucitado aunque no lo han visto con los ojos ni han metido los

Page 61: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

dedos en sus llagas... Dichosos aquellos que tienen los ojos limpios, que ven con los ojos iluminados del corazón a Jesús resucitado. Dichosos los que han tenido la gracia de descubrir en ese espacio en que no han entrado nuestras palabras, al que es la Palabra que estaba junto a Dios y se ha hecho uno de nosotros.

Pero, por otra parte, hay un aspecto positivo, generalmente poco subrayado en la figura de Tomás. Porque no sólo es el «incrédulo», también puede ser entendido hoy como «el hombre de fe adulta»; el que no se deja arrastrar por entusiasmos fáciles, las corrientes en boga, las afirmaciones y opiniones de los otros... Pocas veces se ha subrayado algo muy positivo en el comportamiento de Tomás: no se aleja de los demás, a pesar de no compartir sus vivencias, sino que sigue en actitud de esperanza unido a ellos. Aquel Tomás que había dicho, demasiado fácilmente, «vayamos y muramos con él», quizá experimentaba tras su fracaso cobarde en la cruz que hay que madurar y sopesar las respuestas, que el camino de Jesús exige vivencias profundas y son insuficientes los entusiasmos superficiales y sensibles.

Su frase: «Señor mío y Dios mío», es un espléndido acto de fe. No sabemos cómo explicar la vivencia del Resucitado que tuvieron los testigos y el mismo Tomás. El relato del evangelio no nos dice que metiese sus dedos en las llagas del Resucitado. Uno se lo imagina cayendo de rodillas y formulando esa magnífica síntesis de su fe en Jesús como su Señor y Dios. Su experiencia fue distinta de la de aquellos que son dichosos por creer sin haber visto.

Aquí podemos citar el fragmento de papel que se encontraron en una prenda de vestir de Blas ·Pascal-B. Refleja una emocionada experiencia de Jesús, una de esas vivencias que acontecen en ese espacio en el que no entran las palabras o son demasiado torpes para expresarlas: «Seguridad plena, seguridad plena... Alegría, alegría alegría, lágrimas de alegría... Jesucristo. Yo me he

Page 62: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

separado de él: he huido de él, le he negado y crucificado. Que no me aparte de él jamás. Él está únicamente en los caminos que se nos enseñan en el evangelio». Esta vivencia, como la de tantos otros a lo largo de los siglos, es más bella e intensa que la que pudo haber tenido Tomás, metiendo sus dedos y sus manos en las heridas del Resucitado. Es la vivencia que lleva a repetir la frase de Jesús: «Dichosos los que creen sin haber visto». Dichosos los que experimentan lo que expresaba Pascal: que Cristo resucitado «está únicamente en los caminos que se nos enseñan en el evangelio»; dichosos los que han tenido la experiencia del que se llamó a sí mismo «camino, verdad y vida», respondiendo a una pregunta de Tomás; dichosos los que pueden afirmar, desde la verdad de su corazón: «Señor mío y Dios mío».

Una leyenda dice que Tomás acabó compartiendo realmente el destino de Jesús. Según el Martirologio, entregó su vida en Calamina, en la India, después de haber predicado allí en Persia el evangelio. San Francisco Javier contará en sus cartas cómo se encontró en el Malabar con cristianos viejos, que se llaman a sí mismos «cristianos de santo Tomás» en recuerdo del que fue primer evangelizador de aquella cristiandad.

Probablemente es un poco forzada la interpretación que considera que Juan utiliza el calificativo de Dídimo para afirmar que Tomás, por su decisión de compartir el destino de Jesús, se había convertido en "el doble (mellizo) de Jesús". Pero esta figura de la resurrección puede ser hoy símbolo de nuestra fe acompañada siempre de dificultades pero que nos lleva a afirmar que Jesús es nuestro Señor y nuestro Dios, al que ojalá intentemos imitar como «mellizos», como Dídimos.

22.

Page 63: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

-La duda de Tomás.

Tomás era uno de los Doce. Como ellos fue testigo de cuanto Jesús hizo y dijo. Lo había seguido a todas partes, hasta Jerusalén. Cenó con Jesús antes de la pasión y, posiblemente, lo vio morir colgado de la cruz. Tomás quería a Jesús. En una ocasión resolvió con intrepidez y entusiasmo: vayamos y muramos con Él. Pero la realidad de la muerte de Jesús acabó con su entusiasmo. Y, aunque estaba escrito, y por más que lo había advertido Jesús con antelación, ni Tomás, ni los demás, habían entendido nada. Tomás no esperaba que Jesús resucitase. ¿Resucitar? Así que cuando aquel domingo por la tarde, se incorporó al grupo y éstos le contaron alborozados la gran noticia de que habían visto a Jesús, resucitado, Tomás creyó que alucinaban. ¿Queréis que me crea que lo habéis visto.. ? Mientras no meta mis dedos en sus llagas, ¡ni hablar!

-Nuestros temores.

Nuestra situación, como creyentes, se parece mucho a la de Tomás. Sus temores y duda tienen mucho que ver con nuestras dudas y temores. ¿Estamos convencidos de la resurrección de Jesús? ¿Creemos en la vida eterna? Sí, ya sé que lo sabemos de memoria, que lo repetimos maquinalmente al recitar el credo, que los escuchamos, tal vez como quien oye llover, cien veces de boca de los predicadores, pero aquí viene nuestra duda, nuestros temores. Se nos hace muy cuesta arriba creer en la resurrección, sobre todo cuando nos acercamos a ella, porque nos acercamos inexorablemente a la muerte. Sabemos que estamos en lista de espera, ¡y sin esperanza! La esperanza en la vida eterna no deja huella en nuestra vida. No se nos nota demasiado. No hay alegría, ni ilusión, ni estímulo en nuestra vida rutinaria, pues vivimos como si no tuviéramos esperanza.

-Creer para ver.

Page 64: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Jesús disipó los temores de Tomás, apareciéndosele, haciéndose presente e invitándole a meter la mano en la llaga del costado. Y en presencia de Jesús, los temores desaparecieron. No fue necesario cumplir sus exigencias. Tampoco hizo falta, pues su corazón le convenció: Señor mío y Dios mío. Juan, el autor de este hermoso fragmento del evangelio, lo ha escrito por nosotros, para nosotros, nos ha conservado estas hermosas palabras de Jesús: dichosos los que crean sin haber visto. Porque lo definitivo, tanto en el caso de Tomás como en el nuestro, no es ver, sino amar. Sólo el amor puede hacer que veamos y creamos.

-La audacia de creer.

La fe no es un puro saber, sino un saber experiencial. Lo sucedido entre Jesús y Tomás, la aparición, se parece a lo que ocurre entre amigos. No podemos ver al amigo, como amigo, mientras no creamos que es amigo, o sea, mientras no lo queramos como amigo. Es el amor, la amistad, lo que nos hace descubrir al amigo. Por eso la fe no es una respuesta calculada y calculadora, sino una apuesta. No hay ninguna seguridad para creer o antes de creer, como no la hay en las apuestas. Lo que sí hay es certeza en la fe. El creyente no vive atormentado por la duda, sino que se va cerciorando y descubriendo el sentido de su opción, conforme va creyendo y viviendo la fe en la praxis. Y la praxis de la fe en Jesús resucitado es emprender su camino y seguirle hasta la muerte. Entonces se comprende que el que da la vida, la gana resucitando con él.

-¿Hemos visto al Señor?

Los evangelistas nos relatan los encuentros de Jesús con sus discípulos, como apariciones de Jesús. De modo que Jesús es quien toma la iniciativa. El es quien decide la ocasión y elige los medios, los signos. Los discípulos, los creyentes, vemos a Jesús, porque se nos aparece, porque se nos da a conocer, porque quiere, porque nos ama. Y

Page 65: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

así también acontece en nuestros días, hoy. Aquí está Jesús, en nuestra asamblea. Hemos escuchado su palabra. Ha elegido el pan y el vino como signos de su presencia y encuentro en la intimidad con nosotros, la comunión. Pero no sólo aquí. Jesús se nos aparece también en el otro, en el prójimo, en el pobre, en el que nos necesita. Se nos aparece, es decir, se nos hace presente. Otra cosa es que queramos reconocerlo. Y sólo podremos reconocerlo si lo amamos, si amamos al prójimo, si practicamos el mandamiento del amor. Porque el amor es el fundamento de nuestra fe cristiana. El que no ama, decía san Juan, está muerto.

23.

TOMAS, EL CREYENTE

Te confesaré, Tomás, que, al pensar en el título de mi glosa de hoy, como tú, he dudado. Un buen título resume el contenido de un escrito. Pues, verás, mis dudas saltaban entre estas cuatro posibilidades:

EL SOLITARIO.--El evangelio resalta que tú «no estabas con ellos cuando llegó Jesús». Pienso que esta frase es una implícita acusación. Es como si dijera que te habías ido a vivir tu fe en «solitario», por libre. Y eso no está bien, Tomás. Es verdad que nuestro seguimiento de Cristo es una opción personal y que también El nos ama en nuestra propia identidad. Pero, claro, sin caer en el individualismo. Por eso hoy la Iglesia trata de superar épocas en las que cada cual buscaba su santificación «en solitario»: «mi» misa, «mis» pobres, «mi» director espiritual. Hoy se nos dice que somos «pueblo de Dios» y que, atendiendo por supuesto a nuestra perfección personal, tenemos que poner el acento en lo «comunitario». Y así, nunca como en nuestros días, se nos ha hecho ver esta vertiente comunitaria de toda la obra del Dios Salvador.

Page 66: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

EL PESIMISTA.--También podía haber puesto este título. Dime, Tomas: ¿Por qué te fuiste? Tengo para mí que fue tu desilusión, tu pesimismo, el que te apartó de los demás. Habías puesto tantas esperanzas en aquel líder, por él lo dejasteis todo, que ahora, al comprobar el fracaso de la cruz, se te derrumbaron los castillos. Tú, como los de Emaús, «esperabas que reconstruyera el reino de Israel». Y, en vez de eso, viste que «lo llevaban a la cruz sin que abriera la boca, como un manso cordero». ¡Se te oscureció el sol! Y, como todos los pesimistas, pensaste: «Aquí no hay nada que hacer. Hemos perdido el tiempo». Y te envolvió una nube.

EL INCRÉDULO RACIONALISTA.--Más o menos, así te hemos bautizado todos. Hemos convenido en que tú fuiste, y serás, el prototipo de los empiristas, de los racionalistas. Aunque Pablo, más adelante, dirá que «la fe proviene del oído», a ti no te bastó «oír», de tus compañeros, su testimonio de la resurrección. Ni siquiera te fiabas de tu «vista», ya que también la vista puede sufrir espejismos. Tu exigías «palpar con tus manos», experimentar en tu propio laboratorio: «Si no meto mis manos». En una palabra, tú eras de aquéllos de los que un día dijo Jesús: «Esta generación me pide una señal; pero no se le dará otra que la de Jonás».

EL CREYENTE.--Y aquí, ¡chapeau ante ti, Tomás! Porque, cuando Jesús se acercó a ti y te dijo: «Mete tus dedos en las llagas... y tu mano en mi costado...», te estaba brindando esa señal. Es como si te dijera: «He estado tres días en el vientre de la ballena y aquí me tienes, Tomás».

Y fue entonces cuando tú, empirista empedernido, te entregaste. Y aunque fuiste el último en creer, las palabras tan breves y bellas que entonces pronunciaste --«Señor mío y Dios mío»-- vienen a recoger todas las dudas e incredulidades de una Humanidad abatida, dentro de la cual camino yo, caminamos todos.

Page 67: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Es verdad, como te dijo Jesús, que merecen una singular admiración los «que, sin ver, han creído». Como Noé. Como Abraham... Son almas privilegiadas que nos dan ejemplo. Pero, qué quieres, yo, con mis dudas a cuestas, siento mucho consuelo pensando en ti. Y, a cada paso, en los momentos más aciagos, repito tu bella oración: «Señor mío y Dios mío».

Por eso, jugando a «las cuatro esquinas» con los cuatro títulos que en esta glosa he reseñado, he elegido, al fin, el de «Tomás el creyente».

24. ME CAES MUY BIEN, TOMAS

A mí, qué quieres que te diga, me caes muy bien Tomás. Quizá sea por la cuenta que me trae, ya que me siento muy retratado en ti. O simplemente porque comprendo las sucesivas etapas de tu actitud.

Ya lo sé desde siempre, y basándonos en las mismas palabras de Jesús, te hemos llamado «el incrédulo». Y nos hemos quedados tan anchos. Pero estoy seguro que el «tono» que empleó Jesús -«no seas incrédulo»-, fue un tono afectuoso, de exquisita amistad, con una gota de ironía. Como si te dijera: «¡Vaya Tomás, te ha tocado sufrir! ¡Lo siento! ¡Ya pasó todo! ¡Ven a mis brazos, incrédulo!» Por eso, me caes bien. Y, lo repito, comprendo todos tus pasos.

Primero.-Tu huida.-El evangelio dice sin explicaciones: «Tomás... no estaba con ellos». ¿Habías huido? ¡Qué va, por Dios, qué va! Tú, simplemente, no podías soportar la cháchara de tus compañeros que repetían y repetían: «Y ahora, ¿qué hacemos?» Empezaba a invadirte una agobiante claustrofobia entre aquellas paredes. Y abriste la puerta y... saliste. Sin más. Para llorar a solas. Para seguir dando vueltas en tu cabeza a los recuerdos. Para tratar de reconstruir, sobre el propio terreno, los pasos de

Page 68: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Jesús. Para tratar de entender cómo lo pudisteis dejar tan sólo. No. Tú no huiste.

Segundo.-Tu rabia.-Lo tuyo no era falta de fe. Lo tuyo era «rabia». (Y perdona que interprete así tus famosas palabras: «Si no meto mis dedos en las llagas... no creo».) Eso era rabia. Una rabia infinita y terrible. Una gran contrariedad. Y tus palabras fueron como esas pataletas que hacemos todos, cuando todo nos sale mal. ¡Sales un momento a rumiar las cosas con más sosiego, con más intensidad, y ¡zas!, en ese momento aparece Jesús. Y. encima, tus compañeros, como chicos con zapatos nuevos, te pasan la miel por los labios: «¡Hemos visto al maestro! ¡Hemos visto al maestro!» Te descentraste, eso fue todo. Y soltaste todos los disparates que se te ocurrieron. Eso es lo que solemos hacer todos cuando aquello que más queremos presenciar, al fin ocurre, y nosotros... ¡de infantería!

Tercero.-«Señor mío y Dios mío».-Pero lo que de verdad me entusiasma de ti, y me enternece, y me llena de envidia, son las palabras que tú, «estando con ellos», pronunciaste, «a los ocho días»: «Señor mío y Dios mío». Son las palabras de un verdadero creyente. Son la llegada y entrega de alguien que ha recorrido un difícil itinerario de fe. La rendición incondicional de un luchador que se humilla sin condiciones. Son palabras que tienen el mismo carisma que el «Qué quieres, Señor, que haga» de San Pablo o aquellas de San Agustín: «¡Qué tarde te conocí, hermosura siempre antigua y siempre nueva!» Son la oración-síntesis de un alma orante. Porque contienen sobre todo, el reconocimiento de que, sin Jesús, no podemos nada de nada.

«¡SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO!» ¡Qué hermoso ejercicio repetirlas cuando nos hemos pasado de rosca y deseamos volver al buen camino! ¡Qué bello decirlas esas noches que nos sentimos muy cansados y no tenemos ganas de hacer una oración larga! ¡Qué oportuno acudir a ellas cuando necesitamos que se nos eche una mano! ¡O

Page 69: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

cuando la soledad nos sube por los entresijos del alma envolviendo nuestro corazón en la niebla! ¡Qué gratificante, en fin, pronunciarlas cuando queremos reafirmar nuestra fe en Cristo resucitado!

25. TOMAS DE CARNE Y HUESO

Estando los discípulos encerrados en una casa, sin abrir puertas ni ventanas, apareció Jesús en medio de ellos y les dijo: «Paz a vosotros». Como Tomás no estaba con ellos, en cuanto llegó, le espetaron entusiasmados: «Hemos visto al Maestro». No quiero ocultar, amigos, que, por lo que tiene de humano, siempre he sido admirador de Tomás y he tratado de comprenderlo. Por eso, aquí presento su pliego de descargo.

1. Hay que ponerse en el lugar de las dos partes. Primeramente, en la de los alborozados apóstoles. ¿Cómo iban a ser capaces de medir sus palabras con una noticia de tal calibre? Con noticias mucho más pequeñas solemos salir por ahí, sacando pecho. Pues, eso: a Tomás le pasaron la miel por los labios con verdadero regodeo. Por eso, es comprensible la actitud de Tomás: «Si no meto mis dedos en las llagas de sus manos, si no meto mis manos en su costado... no lo creo». No era un alarde de incredulidad. Era la pataleta de alguien que renegaba contra su «mala suerte». Como si dijera: «¡Vaya, hombre, cinco minutos que salgo fuera y... entonces tenía que venir!» Sí, era una comprensible rabieta.

2. Lo que sucedió a Tomás nos enseña una cosa. Que la vida suele ser así. Unas veces, «noche oscura del alma». Y otras -«quedéme y olvidéme», como cantaba Juan de la Cruz- «abrazo de abandono en el Amado». Tomás vivió las dos experiencias sucesivamente: la profunda soledad de quien pierde al Señor a quien amaba, y el contacto sensible de la presencia del Resucitado: «Mete tus manos en mi costado, etc...». Es decir, las mayores

Page 70: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

consolaciones, incluidas las de los sentidos. Nunca debe olvidarlo el cristiano. Porque todas las «pruebas» de nuestro peregrinaje suelen terminar en luminosos amaneceres: «Dentro de un poco no me veréis, pero dentro de otro poco volveréis a verme».

Y 3. A Tomás hay que agradecerle muchas cosas. Porque, a sus dudas y objeciones debemos las más espléndidas aclaraciones de Jesús. Así, cuando Jesús afirmó que sus apóstoles le seguirían a donde él iba, Tomás preguntó ingenuamente: «¿Cómo te seguiremos si no sabemos el camino»? Y es entonces cuando Jesús manifestó: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida». Del mismo modo, cuando Jesús, ya resucitado, le invitó a «meter sus manos en su costado», Tomás hizo el más bello acto de fe, la más amplia oración de adoración: «¡Señor mío y Dios mío!» Lo dijo quizá confuso y avergonzado. Pero lo dijo. Tuvo, además, detalles de verdadera voluntad comprometida. Recordad: cuando Jesús anunció que iba a Jerusalén a morir, Tomás se adelantó en un gesto que le honra: «Vayamos también nosotros y muramos con El».

Con que, no me condenéis a Tomas, por favor, amigos. Tratádmelo siempre bien. El era simplemente un hombre de «carne y hueso». Y como no quería ni pensar que el Jesús que habían visto los apóstoles fuera un fantasma, es decir, alguien «que no tiene carne ni huesos», por eso precisamente exigía «meter los dedos en las llagas de las manos y la mano en el costado de Jesús». Era como si hubiera dicho: «Dentro de tus llagas, escóndeme y mándame ir a ti».

Y mirad el detalle. Mientras a la Magdalena Jesús le dijo: «No quieras tocarme, porque aún no he subido a mi Padre», a Tomás, sí. A Tomás le dijo: «Mete tus manos, Tomás, en mi costado». Y, seguramente, tirándole suavemente de las orejas, le añadió: «Y no seas incrédulo, sino creyente».

Page 71: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

26.

Frase evangélica: «No seas incrédulo, sino creyente»

Tema de predicación: LAS DUDAS DE FE

1. El capítulo 20 de Juan describe la experiencia pascual de los discípulos el «primer día de la semana», tanto «por la mañana» (de la búsqueda al encuentro) como «ya anochecido» (de la obcecación al reconocimiento). Juan muestra dos figuras de creyentes que siguen procesos distintos: la Magdalena y Tomás. Una mujer y un hombre representan a quienes acceden con dificultad a la fe en el Resucitado a lo largo de un proceso. Ambos quieren tocar y ambos se basan en sentimientos, pero, en definitiva, quieren creer. María Magdalena llora, busca el cadáver, ve el sepulcro vacío..., pero al final reconoce la voz de Cristo, o la Palabra de Dios, y da testimonio; Tomás se ha aislado de la comunidad, duda, es obcecado, necesita palpar, no percibe los signos de la nueva vida que se manifiesta, busca a Jesús como reliquia de un pasado..., pero en última instancia reconoce en Jesús al Cristo pascual.

2. Los discípulos están «con las puertas cerradas», inseguros, llenos de «miedo». Todavía se encuentran de noche, en la esclavitud. No les ha llegado el día ni la fuerza para manifestarse. Jesús les infunde el Espíritu (nueva Creación) y les da el saludo de paz junto a la actitud de perdón. La nueva comunidad se cimienta con espíritu de Dios, paz y reconciliación. Cuando Jesús repite el saludo de paz, añade la invitación a la misión. Estamos en el «primer día», al anochecer, cuando la comunidad cristiana primitiva celebraba la eucaristía. Este relato muestra el proceso de transformación o de conversión de Tomás, que representa a los catecúmenos y candidatos a ser miembros de la comunidad. Son los nuevos cristianos que han creído «sin haber visto», que poseen la vida en el nombre de Jesús.

Page 72: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

3. El proceso de la fe comienza por verificar la realidad humana o la realidad de Dios en la humanidad: las heridas corporales de los que sufren y las losas de los muertos. Resulta difícil creer, a causa de la indiferencia o la incredulidad que nos rodean. Ante lo cual, no nos resignamos, e intentamos pensar por nuestra cuenta o dialogar con alguien que tenga experiencia. En el fondo, hay siempre esperanza de vida, que se comprueba en ciertos signos de los tiempos. Jesucristo no es una reliquia del pasado, sino el que siempre está vivo, en presente y en futuro. Tres requisitos son indispensables para creer: escuchar la palabra de Dios (habla de muchas maneras), dar primacía al testimonio (hay militantes incansables) y formar parte de la comunidad (en su centro está el Señor). Frente a la vieja creación llena de muerte, está la nueva creación repleta de Espíritu y de vida.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Estamos en proceso de madurar nuestra fe?

¿Mostramos en nuestras vidas los signos de Jesús?

27.

Frase evangélica: «Dichosos los que crean sin haber visto»

Tema de predicación: LA FE PERSONAL

1. En las Escrituras, «ver» significa advertir, percatarse, experimentar o conocer. En san Juan equivale a descubrir la revelación de Dios. Con visión de fe se contempla la gloria de Dios, el reino de Dios y la liberación del ser humano. Ver a Dios es una de las supremas aspiraciones de toda persona religiosa. En todo caso, ver es para todo ser vivo algo fundamental. Ver a Jesucristo es para el creyente encuentro existencial con el Señor. Más aún, Jesús espera que se crea sin haber visto.

Page 73: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

2. Es evidente que Dios ve y que lo ve todo, pero el ser humano no puede ver a Dios, porque es pecador. Ciertamente, Dios se manifiesta en diversas epifanías y mediante signos, aunque es un «Dios escondido» al que sólo se puede contemplar con fe. Se le conoce escuchando sus palabras y poniéndolas en práctica. Solamente en la parusía se podrá contemplar a Dios «cara a cara» (1 Cor 13,12). Entonces «todos lo verán con sus ojos» (Ap 1,7). Los limpios de corazón verán a Dios (Mt 5,8).

3. Dios se ha hecho visible en Jesucristo por la encarnación. Pero, así como muchos lo vieron físicamente y no todos lo reconocieron, así también sucede hoy: muchos pueden imaginarlo revestido de humanidad, pero no llegan a reconocerlo, por ausencia de fe. Cristo resucitado y glorioso es invisible; se revela en los signos; se aparece, se deja ver. Los relatos pascuales muestran que el Resucitado es «reconocido» por su modo de actuar. Describen encuentros que llevan a la fe, al testimonio, al compromiso, a la misión.

REFLEXIÓN CRISTIANA:

¿Qué señales de Jesucristo vemos hoy?

¿Por qué nos resistimos a reconocer a Dios?

28.

-En el centro de la vida

Hoy se nos proclama la presencia de Jesús en medio de sus discípulos. «Se puso en medio.» Es una palabra significativa. Cristo no está en los laterales contemplando la vida como un espectador, desde fuera o desde arriba. Cristo está en el centro de nuestra vida y de nuestra historia. Está en el centro del corazón. Está en el centro de nuestro dolor, de nuestra alegría y nuestra esperanza.

Page 74: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Está en el centro de la reunión y la comunidad. Cuando dos o tres se reúnen en su nombre, El está ahí, en medio. Cuando dos o tres trabajan en su nombre, o luchan en su nombre, o sufren en su nombre, El está ahí, en medio.

-Recibid el Espíritu Santo

La Pascua anticipa Pentecostés, es ya Pentecostés. También en la Pascua hay una efusión del Espíritu. También en la Pascua hay una transformación espiritual de los discípulos. Pasaron de la tristeza a la alegría, del miedo a la fortaleza, del individualismo a la comunidad, del pecado a la santidad, de la muerte a la vida. Son frutos del Espíritu Santo.

Pensando sacramentalmente, hoy diríamos que no hay que esperar a la confirmación para recibir el Espíritu Santo. En el bautismo, que se refiere directamente al misterio pascual, también se recibe el Espíritu.

-Exhaló su aliento

El gesto de Jesús es realmente impresionante. Al ver a los discípulos mortecinos, exhala su aliento sobre ellos y les dice: «Recibid el Espíritu Santo.» Este gesto recuerda el aliento de Dios Creador sobre el cuerpo del hombre. Es un gesto vivificante, un gesto pascual. El aliento de Jesús sobre los discípulos alude a una donación de la vida íntima de Jesús. Quiere decir que el Espíritu Santo es el Espíritu de Jesús, la fuerza de Jesús, la animación de Jesús, como el alma de Jesús. Al darles el Espíritu Santo, se está dando a sí mismo, les está dando lo mejor de sí mismo, es una auto donación. Jesús resucitado les hace partícipes de su vida nueva, a través de su Espíritu. Jesús resucitado les hace resucitar, les recrea y les enriquece en el Espíritu. No viváis ya vuestra vida, vivid la mía. «Cristo, vida nuestra.»

También Jesús hoy, en la Pascua, está aquí en medio de nosotros y exhala su aliento sobre nosotros. Nos

Page 75: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

parecemos a aquellos discípulos por las dudas y los miedos. Pero el Resucitado nos hace partícipes de su energía divina liberadora. De nuestra celebración hemos de salir resucitados, con la luz en las manos para comunicarla, convertidos en antorchas vivas de Pascua.

-La cultura del perdón

Al recibir el Espíritu se nos perdonan los pecados, porque El es santidad. Donde hay Espíritu no puede haber pecado, como no puede haber tinieblas donde hay luz. Donde hay Espíritu no puede haber esclavitud, porque El es libertad. Donde hay Espíritu no puede haber enemistad, porque El es amor.

La vida resucitada de Cristo, la del Espíritu, es vida nueva, porque lo viejo, el pecado, ya quedó en el sepulcro. Ya no necesitamos sacrificios por el pecado, porque Cristo es el Cordero que quita el pecado del mundo. Cristo es el perdón de los pecados, reconciliación viva, fuente permanente de perdón y purificación. Su Espíritu es el sello de gracia y fuego de este perdón y esta reconciliación. Por eso, si te sientes con pecado, invoca a Jesús resucitado, para que aliente su Espíritu sobre ti.

Los apóstoles recibieron no sólo el perdón de sus pecados, sino el poder de perdonar a los demás. Y, prescindiendo de la dimensión sacramental, todo el que es perdonado y recibe el Espíritu Santo se capacita para perdonar a los demás. Si te perdonan diez mil talentos, ¿no vas a ser capaz de perdonar cien denarios? Estamos necesitados de que nos miremos unos a otros con misericordia y comprensión. Necesitamos una cultura en la que prevalezca el perdón sobre la esperanza, el olvido sobre el rencor, la reconciliación sobre la división, la paz sobre la guerra, la compresión sobre la intolerancia, la acogida sobre el rechazo, el amor sobre el egoísmo. Necesitamos vivir y contagiar la cultura del perdón. Es flor de Pascua y fruto del Espíritu.

Page 76: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

29.

Una historia siempre actual: "Hoy es el día... "

A los ocho días, y desde entonces cada ocho días, el Señor se aparece en medio de la comunidad reunida en su nombre. Hoy también. Hoy, como en aquellos primeros domingos, él nos da la paz y el Espíritu Santo. Y nosotros nos alegramos. Y él nos envía. Pensemos un poco en este "hoy". ¿Realmente, vivimos también nosotros la experiencia de los apóstoles y de los primeros cristianos?

El Espíritu que el Señor nos da nos hace miembros de su Cuerpo

El Espíritu que el Señor nos da en su resurrección nos hace miembros de su Cuerpo. A pesar de que muchas veces para venir a misa hemos de hacer un esfuerzo para vencer otras llamadas que nos atraen, también es cierto que no estamos aquí porque queremos, sino porque el Espíritu Santo nos constituye en el Cuerpo de Cristo.

No somos un grupo de gente con buena voluntad que constituimos una asociación con finalidades benéficas. Nuestro compromiso, el esfuerzo que a veces hemos de hacer, es una respuesta a la convocatoria que él nos hace. Y es él mismo quien pone las bases de cómo ha de ser nuestro "grupo" y las "finalidades" que tiene. En la Palabra que hemos escuchado encontramos algunas pinceladas importantes de cómo es el grupo que él forma, la Iglesia, y de qué finalidades tiene: "hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo", "se reunían de común acuerdo", "estaban (reunidos) en una casa", "y todos (los enfermos) se curaban", "los pecados quedarán perdonados...". Sólo con estas pinceladas nos basta para revisar nuestra comunidad, percatándonos de que, en verdad, somos el cuerpo de Cristo porque nos mueve el Espíritu Santo; y para revisar y corregir aquellos aspectos

Page 77: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

en los que descubrimos que pretendemos anteponernos a él.

La presencia del Señor nos alegra

Afirma el evangelio que "los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor". Este fruto de la muerte y resurrección de Jesucristo, que consiste en su presencia en medio de nosotros, es la fuente de nuestra alegría. Así lo podemos afirmar, y puede ser motivo de revisión. Lo afirmamos porque tenemos el testimonio de muchos cristianos, también de nuestra comunidad, que reconocen la presencia del Señor y viven en su presencia. Son testimonios de ayuda mutua, de servicio, de compromiso con los pobres y los enfermos, de oración serena y sincera ... Podríamos citar entre todos muchos nombres. Y nos daríamos cuenta de que en estas personas que han "visto" al Señor hay una auténtica alegría.

Pero, al mismo tiempo que lo afirmamos, podemos preguntarnos si vivimos de la alegría de la Pascua del Señor. Demasiadas veces los cristianos no somos testigos de esa alegría. Por supuesto, no se trata de vivir "alegremente", con una ingenuidad falsa que nos obligue a decir que todo es maravilloso. Para muchos la vida es dura. Dureza que se manifiesta muy a menudo en el rostro de muchas personas. Y no puede ser de otra manera. Pero también es cierto que muchas veces ponemos caras largas entre nosotros mismos. Por ejemplo, antes de comulgar parece que nos demos la paz a la fuerza, y no como el Señor la dio a sus apóstoles reunidos, llenándolos de alegría. Y al hablar de la Iglesia ¡qué palabras salen de nuestra boca!

Dejemos que el Señor, hoy, como aquel primer domingo, nos llene de alegría también a nosotros. Acojamos a manos llenas su presencia. Pidámosle un poco de novedad, que nos haga participar de su Pascua, que, no lo olvidemos, es pasar de muerte a resurrección, paso de la muerte a la vida.

Page 78: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

Confiándonos su paz y su Espíritu Santo, nos envía el Señor

Finalmente, el Espíritu Santo nos convierte en enviados. Jesús nos envía. Quizás con las manos vacías y sin bolsa. Pero con el corazón a rebosar de su paz y de su Espíritu Santo. Este, el Espíritu Santo, es quien nos convierte en enviados. Esto es, la condición de enviado es una manera de ser propia de aquella persona que ha recibido el Espíritu Santo por el bautismo y la confirmación. Somos enviados en el Enviado del Padre. Así, como los apóstoles y aquellos primeros cristianos, también nosotros podremos llevar a cabo la vida del mismo Señor, que continúa viviendo "en medio del pueblo" al que tanto ama.

No en vano el libro de los Hechos de los Apóstoles va narrando la vida de los primeros cristianos en términos muy parecidos a las narraciones que los evangelios nos hacen del mismo Jesús. Por ejemplo, cuando hoy nos dice que "la gente sacaba a los enfermos a la calle, y los ponía en catres y camillas, para que, al pasar Pedro, su sombra, por lo menos, cayera sobre alguno", nos recuerda aquellos pasajes del evangelio en los que se nos dice que "la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos". La Iglesia, movida por el Espíritu Santo recibido, es el Cuerpo de Cristo, es enviada a continuar la obra del Padre. ¿Lo creemos esto? ¿Nos creemos, de verdad, que hemos recibido un mensaje que puede interesar a la gente?

30.

UN HOMBRE MODERNO

Vivimos en Pascua, es decir, en el gozoso clima litúrgico de la Resurrección de Cristo. resurrección proclamada luminosamente por la Iglesia -recordemos la liturgia del fuego nuevo en la noche santa que culmina con el cirio

Page 79: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

pascual- y testimoniada desde las orillas de la fe por millones de creyentes cristianos.

El evangelio del segundo domingo plantea cuestiones apasionantes como la experiencia común del Resucitado, protagonizada por el grupo de los discípulos. Protagonizada por el shalón, la paz, como don y señal del Resucitado. Protagonizada también por la relación directa e inmediata entre la experiencia del Resucitado y la misión, por la transmisión del Espiritu Santo, por la silueta y la actitud de Tomás, por su confesión ardiente; y por último, esa nueva y radiante bienaventuranza para los que tienen fe sin haber visto. Cada fotograma trae de la mano un hermoso mensaje.

La experiencia común del Resucitado constituye en las primeras comunidades el pilar básico que sustentaba la fe de los cristianos. Y nos invita, en el camino de esa fe, a fiarnos del testimonio y de la experiencia de los otros.

Creer sólo lo que uno experimenta nos sumiría en una gran ignorancia y haría imposible la convivencia. El Shalom, la paz, introduce una novedad histórica y no tiene nada que ver con el poder y la dominación. La misión es consecuencia lógica de la experiencia del Resucitado en su vida. Inmediatamente se siente enviado a testimoniarla, a transmitirla. Al igual que la experiencia del Resucitado y la vivencia del Espiritu son inseparables. Pero quizás la figura de Tomás en este evangelio, atraiga con más fuerza. Ahí está. Aparentemente arrogante, en el desafío de imponer su criterio y su personalidad. Tomás es la imagen de un hombre moderno que quiere ver para creer. Y no sólo ver sino también tocar y palpar las llagas, por si acaso se trata de una alucinación.

Tomás es el símbolo de todos los discípulos de Jesús que a lo largo de los tiempos no tendrán una experiencia directa del Resucitado, y que, para poder afianzar su fe tendrán que confiar en el testimonio de aquellos que lo vivieron.

Page 80: PASCUA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR · pascua de la resurrecciÓn del seÑor. 30 homilÍas que sirven indistintamente para los tres ciclos del ii domingo de pascua 1-11 1. fe. seguridad.

La duda ya estaba presente desde el comienzo, en los primeros cristianos. Por eso las palabras del Resucitado para Tomás: "No seas desconfiado, ten fe", están dirigidas a todos y cada uno de nosotros que constantemente nos enfrentamos a la duda de no haber tenido el privilegio de experimentar en primera mano al Resucitado.

En nuestros días se ha puesto de moda considerar la "duda" como un componente esencial de la fe.

Sin embargo, nada hay más contrario al evangelio. Constantemente, Jesús reclama una fe total. Y coloca esa espléndida bienaventuranza, pensada para los que tenemos fe gracias al testimonio de los apóstoles, transmitido de generación en generación: «Dichosos los que crean sin haber visto». Es como si Jesús nos felicitara a cada uno por haber creído, sin necesidad de ver y tocar.