Pasion en Haiku

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1 PASIÓN EN EL HAIKU Por Carlos Fleitas El Haiku de Schrödinger Está donde uno no lo espera, espera donde uno no está. Esta breve oración parecería ser nada más que un ingenioso ejercicio retórico destinado a desconcertar al lector o a la lectora. Pero no es así. Es una de las conclusiones a las que ha llegado la Mecánica Cuántica sobre las partículas sub-atómicas, o mejor dicho sobre lo que sucede en el micromundo, con el electrón por ejemplo. ¿Pero que tiene todo esto que ver con el haiku? Todo, pues mis amigos de No-Michi, Manuel y Mar me piden que escriba algo sobre la "pasión" en el haiku, cómo se transmite ésta, si entendemos que "pasión" es una de las componentes del haiku. Y he aquí que me encuentro con algo que no esperaba que estuviese donde está, con un tema que nunca hubiera relacionado con el haiku y que aparece de improviso frente a mis ojos, inesperada y sorpresivamente. ¿Qué hacer? ¿Cómo encarar un tema como éste? Rápidamente comprendo que me encuentro en la misma situación de los físicos cuánticos: con un conjunto de probabilidades de que este texto tome un rumbo u otro. Puedo encararlo desde el punto de vista de Nietzsche sobre el arte como una síntesis entre lo apolíneo y de lo dionisiaco equiparando con este último la esencia de la pasión. Puedo comenzar con la etimología de la palabra y dejar que el viento me lleve a donde quiera, sin conocer de antemano el camino a seguir hasta que el artículo haya sido completado. Puedo escribir una didáctica sobre la pasión en el haiku, dando cuenta de un modelo de transmisión de la misma de una generación de haijin a otra en forma misteriosa e impredecible. Puedo preguntarme si la pasión en el haiku existe per se y definir sus características, o si sólo cobra vida, se materializa cuando escribimos un haiku y no antes. Puedo preguntarme si para escribir un haiku hay que ser apasionado y qué significa esto de pasión. O por el contrario si la pasión es un obstáculo, un impedimento que contradice la serenidad y equilibrio propios de un haiku tradicional. Finalmente llego a la conclusión de que me encuentro en la situación conocida como el observador del gato de Schrödinger; hasta que no comience a escribir no se qué voy a encontrar. Pero cuento con una ventaja: todavía permanezco en un mundo newtoniano, y de algún modo puedo elegir el camino a tomar sin hacer colapsar la totalidad de posibilidades que he descrito, en una sola. Por ende no abriré la caja que contiene al gato, simplemente me limitaré a describir los estados superpuestos que la pueblan. ¿Que es eso de la pasión en el haiku? Generalmente asociamos a la palabra pasión sólo a alguna de sus vertientes, "la de apetito o afición desmesurada por algo," "la de una perturbación o afecto desordenado del ánimo," "inclinación o preferencia muy vivas de alguien a otra persona," o alguno de sus sentidos religiosos, según enumera entre otros el Diccionario de la Real Academia Española. Pero ninguno de estos significados satisface nuestra inquietud. Por el contrario intuimos que se alejan de la misma. Entonces volvemos a preguntarnos ¿que es eso de la pasión en el haiku? ¿Existe acaso otro posible significado de la palabra pasión? Si logramos encontrarlo éste nos servirá de guía en nuestro inquirir.

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PASIÓN EN EL HAIKU Por Carlos Fleitas

El Haiku de Schrödinger Está donde uno no lo espera, espera donde uno no está. Esta breve oración parecería ser nada más que un ingenioso ejercicio retórico destinado a desconcertar al lector o a la lectora. Pero no es así. Es una de las conclusiones a las que ha llegado la Mecánica Cuántica sobre las partículas sub-atómicas, o mejor dicho sobre lo que sucede en el micromundo, con el electrón por ejemplo. ¿Pero que tiene todo esto que ver con el haiku? Todo, pues mis amigos de No-Michi, Manuel y Mar me piden que escriba algo sobre la "pasión" en el haiku, cómo se transmite ésta, si entendemos que "pasión" es una de las componentes del haiku. Y he aquí que me encuentro con algo que no esperaba que estuviese donde está, con un tema que nunca hubiera relacionado con el haiku y que aparece de improviso frente a mis ojos, inesperada y sorpresivamente. ¿Qué hacer? ¿Cómo encarar un tema como éste? Rápidamente comprendo que me encuentro en la misma situación de los físicos cuánticos: con un conjunto de probabilidades de que este texto tome un rumbo u otro. Puedo encararlo desde el punto de vista de Nietzsche sobre el arte como una síntesis entre lo apolíneo y de lo dionisiaco equiparando con este último la esencia de la pasión. Puedo comenzar con la etimología de la palabra y dejar que el viento me lleve a donde quiera, sin conocer de antemano el camino a seguir hasta que el artículo haya sido completado. Puedo escribir una didáctica sobre la pasión en el haiku, dando cuenta de un modelo de transmisión de la misma de una generación de haijin a otra en forma misteriosa e impredecible. Puedo preguntarme si la pasión en el haiku existe per se y definir sus características, o si sólo cobra vida, se materializa cuando escribimos un haiku y no antes. Puedo preguntarme si para escribir un haiku hay que ser apasionado y qué significa esto de pasión. O por el contrario si la pasión es un obstáculo, un impedimento que contradice la serenidad y equilibrio propios de un haiku tradicional. Finalmente llego a la conclusión de que me encuentro en la situación conocida como el observador del gato de Schrödinger; hasta que no comience a escribir no se qué voy a encontrar. Pero cuento con una ventaja: todavía permanezco en un mundo newtoniano, y de algún modo puedo elegir el camino a tomar sin hacer colapsar la totalidad de posibilidades que he descrito, en una sola. Por ende no abriré la caja que contiene al gato, simplemente me limitaré a describir los estados superpuestos que la pueblan. ¿Que es eso de la pasión en el haiku? Generalmente asociamos a la palabra pasión sólo a alguna de sus vertientes, "la de apetito o afición desmesurada por algo," "la de una perturbación o afecto desordenado del ánimo," "inclinación o preferencia muy vivas de alguien a otra persona," o alguno de sus sentidos religiosos, según enumera entre otros el Diccionario de la Real Academia Española. Pero ninguno de estos significados satisface nuestra inquietud. Por el contrario intuimos que se alejan de la misma. Entonces volvemos a preguntarnos ¿que es eso de la pasión en el haiku? ¿Existe acaso otro posible significado de la palabra pasión? Si logramos encontrarlo éste nos servirá de guía en nuestro inquirir.

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"Para comprender algo, deben ustedes tener pasión, la intensidad de la atención total. Sin pasión ¿como puede haber belleza?....Pero existe una belleza que está mas allá del sentimiento y del pensamiento; ésta no puede ser realizada, comprendida o conocida si no hay pasión. Así que no se interprete mal la palabra pasión. No es una fea palabra...no tiene nada que ver con la emoción, con el sentimiento; es una llama que destruye todo lo que es falso...Yo uso la palabra pasión en el sentido de un estado de la mente, un estado del ser, un estado de nuestra esencia interior-que siente con mucha fuerza, que es altamente sensible...Ustedes no pueden ser sensibles si no son apasionados....Porque sin pasión la vida se torna vacua, superficial, y no tiene mucho sentido. Si usted no puede ver la belleza de un árbol y amar ese árbol, si no puede sentir afecto por él, usted no está viviendo...Reitero: uso la palabra pasión con el sentido de una cosa total. Una mente apasionada inquiere, explora, observa, investiga, exige...Una mente apasionada busca a tientas, se abre paso en la oscuridad, no acepta ninguna tradición; no es una mente afirmada en sí misma, una mente que ha llegado, sino que es una mente joven que siempre está llegando."(1) Esta extensa cita proviene del "Libro de la Vida" de Jiddu Krishnamurti. Creo que es exactamente lo que buscamos. Ciertamente él nunca escribió un haiku, ni tampoco llevó a la práctica, meditación alguna sobre este género poético. Pero logró algo que es realmente inusual. Pudo captar la totalidad del movimiento de la vida en toda su intensidad y en todos sus matices imaginables. Contamos pues con un punto de partida óptimo para internarnos en la pregunta ¿que es eso de la pasión en el haiku? La pasión en Matsuo Basho. Lo obvio es lo que generalmente omitimos. Aquello de que "estábamos buscando nuestros lentes y todo el tiempo los teníamos en la mano." Lo mismo nos ha sucedido al intentar circunscribir la pasión a un conjunto limitado de significados, olvidando el más sencillo pero el más vibrante, el más intenso. "Pasión es atención total. Pasión es interés por todo. Pasión es un estado de sensibilidad continuada de la mente. Pasión es inquirir, explorar, indagar, observar. Pasión es una mente joven que siempre está llegando, no una mente deteriorada y vuelta sobre sí misma, llena de conclusiones, pre-juicios, concepciones, creencias...Pasión es una mente que nunca tiene un ancla, una amarra a la que aferrarse", como afirma Krishnamurti. A caballo en el campo, y de pronto detente: ¡el ruiseñor! (traducción de Octavio Paz)(2) Este es uno de los tantos haiku que integran el diario "Sendas de Oku" de Matsuo Basho. ¿Hay pasión aquí? El eje del haiku, es el detente, el alto en el camino, y sus correspondientes simbolismos: el alto en la vida. ¿Para reflexionar o filosofar? No. Para ver con los ojos, escuchar con los oídos, no con el pensamiento... Mirar, admirar hojas verdes, hojas nacientes entre la luz solar (traducción de Octavio Paz)(2)

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¿Hay pasión aquí? ¿En este otro de los haiku de Basho? Algo tan ligero, tan a la vera del camino, como hojas bañadas por la luz del Sol, es objeto de interés por parte del poeta. Algo tan simple, tan desatendido, cobra una extraordinaria energía; a saber: el nacimiento como el comienzo de un ciclo cósmico gigantesco, de renovación perpetua. ¿Acaso la pasión aquí no es atención total? Bajo un mismo techo durmieron las cortesanas la luna y el trébol (traducción de Octavio Paz)(2) ¿Hay pasión aquí? ¿Acaso no capta Basho la convivencia ocasional de destinos tan diversos? ¿Acaso no nos muestra la vida en todos sus matices, donde por un momento la peculiar condición humana recibe un amparo momentáneo y es elevada a otro rango de consideración? Aquí la pasión es interés por todo. Aquí la pasión está en el corazón. Pues todos y cada uno de estos haiku del Maestro, muestran un mismo leit-motiv, una misma melodía, la de una mente fresca que es capaz de apreciarlo todo, de reinventarlo todo. Y ésta es la cualidad del arte verdadero, de la verdadera pasión. La "intensidad de la atención total." El haiku inédito de Nietszche. Nietzsche es un renovador, un pensador que filosofa "a martillazos" como él mismo decía, alguien que sacudió y sometió a crítica opiniones y supuestos tradicionales que permanecían inmutables en la filología y en la concepción de los fundamentos de la estética griega como matriz del arte de Occidente. Toda obra de arte es para él una conjunción de dos polos complementarios: lo apolíneo y lo dionisiaco. Apolo representa la forma, la estructuración, la norma, el equilibrio, mientras que Dionisos representa, la embriaguez, lo telúrico, lo extático, la energía pura que hace eclosión y permite a los sujetos disolver el yo en una instancia más amplia y transindividual como el Uno primordial. La escultura es un perfecto ejemplo del dominio de lo apolíneo, mientras que la poesía y la música de lo dionisíaco. Pero ambos polos deben conjugarse en una estrecha alianza y complementación, siendo para Nietzsche la tragedia griega el paradigma de la obra de arte perfecta por la justa proporción y equilibrio -precario, tenso- entre ambos polos.

Cayó bocarriba la cigarra de otoño, y sigue cantando.

Un haiku de Issa. Lo dionisíaco aquí hace erupción como un vólcan. La pasión adopta el rostro del regocijo. Del humor que provoca una sonrisa, del humor como liberación. Energía moldeada por la forma, por la métrica silábica, -momento apolíneo-que apenas

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puede contener el torrente de chispas que saltan por doquier en esta pequeña obra maestra. ¡Cuán bellas las colzas! Hay una luna en el cielo del este. También el sol se va a poner en el oeste. ¿Y qué de este haiku de Buson, ese maestro del equilibrio y de lo apolíneo que tanto admiraba Shiki? ¿Acaso no hay pasión como en el haiku de Issa? Si, la hay. Pasión en la mera contemplación, pero también pasión como comunión con una escena grandiosa, que muestra la inclusión de lo más sencillo, lo más humilde en el gigantesco devenir cósmico. Pasión es aquí éxtasis. El ser "uno con." Pasión Muerte y Resurreción Si hay alguien que llenó de pasión sus haiku fue Santoka -seudónimo de Taneda Shoichi-, ordenado monje zen. Después de algunos años abandonó el templo y se dedicó a recorrer como mendicante, el Japón, teniendo sólo por pertenencias su tazón, una toalla y sus hábitos. Yo - Desamparado y bueno para nada Caminando Cielo de invierno Sueños distantes destrozados Idos para siempre Mi corazón está cansado Las montañas el mar Son tan hermosas No es de llamar la atención las autoreferencias en los haiku anteriores, pues Santoka, muestra su ego en forma ostensible, descarnada, sin pudor alguno, pero jamás con elación. El ego es el centro de inumerables haiku. Lo lleva a cuestas pesadamente en su vagabundeo. No lo oculta ni lo exalta. Desamparo, tristeza y soledad contra los que no lucha, contra los que no se siente en oposición. No es un padecimiento entre otros. Santoka no escribe haiku sobre la soledad y el sufrimiento. Santoka es soledad. Santoka es sufrimiento.

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Comiendo esta única porción de arroz Calladamente Solo En esta habitación De un shoji recién empapelado Solo. Extendiéndose adelante El camino en línea recta Soledad Tosiendo, tosiendo - Y nadie para palmear mi espalda. Y en su tránsito terrestre, admite ser el soporte de la vida en su manifestación más encumbrada y humilde. Imagen que muestra la vocación de fraternidad, de mera convivencia, con las criaturas de la naturaleza, propia de un corazón atormentado aunque generoso, pacífico y sencillo. Camino Dejando posarse en mi casa una libélula Mas cuando observa liberándose de su ego y de su ensimismamiento, se conecta plenamente con el entorno y tiene intuiciones y percepciones extraordinarias, pues deja que las cosas hablen. Calladamente, por sí mismo El retoño de bamboo Se convierte en bamboo O aparece la pujanza y presencia de la vida y su recreación a través del amor, la danza, lo imprevisto, lo por siempre renovado: En el bello resplandor Pájaros acuáticos Haciendo el amor Gorriones danzando Dientes de león cayendo Plop! En mi casa Una camelia

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Y este es el logro de Santoka que puede percibir la vida como un todo, en donde los contrarios anidan y la vuelven tensa y compleja, la alegría y la tristeza, la posesión y la pérdida, la soledad y la compañía, la ilusión y la desilusión. La paz, pero también la brutalidad y el horror de la guerra, que expresó sin ambages, dado que aquel que nada tiene que perder o no representa o defiende interés alguno -como lo fue Santoka- es el que verdaderamente puede hablar: Nubes de lluvia invernales Soldados hacia la China A ser volados en pedazos Como nos recuerda la sentencia zen: Al caminar, simplemente camina. Al sentarte, simplemente siéntate. Sobre todo no te tambalees... (y si te tambaleas, hazlo bien como solía decir Alan Watts) Y ésta es la pasión de Santoka, entrega total: cuando escribe haiku, simplemente escribe haiku... Al leer su obra estamos allí con él, entramos en el alma de Santoka hasta tocar su centro de tan vívida que nos la enseña. Hasta tenemos la sensación que los estamos escribiendo con él, pues impresionan como recién hechos. En el mundo de Santoka no hay distancia alguna entre él y lo que escribe, nada es exterior. Es más lo exterior es muchas veces, la proyección de su interioridad con una autenticidad vibrante, porque su presencia, su sentir es tan intenso, que borra toda brecha entre el adentro y el afuera, aplicando el método del desplazamiento sobre un animal, o la estación o el grito de un pájaro, para dar cuenta de su estado de ánimo en una sincrónica especularidad. En la contemporaneidad tan alejada de lo esencial en la que vivimos, Santoka es un gong, algo así como una bofetada que nos despierta de un letargo. Él como ninguno llevó el viaje hasta la raíz de la condición humana como pocos lo han hecho. Él como ninguno nos enseña el verdadero sentido de la autenticidad que nada tiene que ver con la sinceridad, sino con la verdad que es develarlo todo hasta raspar el hueso. "He retornado al 'mundo de la existencia' después de una larga lucha y siento como si hubiera 'vuelto a mi propio hogar y estuviese cómodamente sentado'. He estado a la deriva por un largo tiempo-no solamente mi cuerpo sino también mi mente. He sufrido por cosas que debieran existir, y me he atribulado por cosas que no puedo evitar que existan, y ahora finalmente puedo estar en paz con las cosas que existen. Ahí es donde me encuentro ahora. Tanto las cosas que debieran existir y las cosas que no puedo evitar que existan, están contenidas en las cosas que existen. Cuando uno conoce las cosas que existen, conoce todas las cosas. No estoy tratando de abandonar las cosas que debieran existir, ni tampoco estoy tratando de escapar de las cosas que no puedo evitar que existan, esta es mi actitud presente que busca entender el 'mundo de la existencia'. Lo esencial para alguien que escribe poesía es escribir poesía en si misma. Debo expresarme a mi mismo como poesía-es mi deber tanto como mi esperanza", escribe en su diario en el otoño de 1934.

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De este modo su largo peregrinaje ha llegado a su fin, reconciliándose consigo mismo y con el mundo de la existencia, pues finalmente se reconoce como aquel que él mismo moldeó en su propio ser: un poeta, renaciendo a una nueva identidad y un nuevo sentido de si mismo. Santoka más que ningún otro haijin en la historia del género muestra que para escribir un haiku, hay que tener algo que decir. Nos convoca a no ser esclavos de la técnica, a romper sus cadenas sin miramientos. Nos convoca a derribar las esclusas que se oponen a que el río de nuestro ser surja abrupto y fecundo. Nos convoca a dejar atrás los convencionalismos sociales, que tanto nos limitan en nuestra escritura y en nuestra vida. Pues en su pathos Santoka nos invita a vivir la vida a fondo, de acuerdo al sino de cada cual, entregándolo todo, pues en él vida y haiku coinciden totalmente. Testimonio aleccionador de alguien que fue un ebrio dionisíaco, un 'dharma bum', un corazón doliente y solitario, un descastado, auto-exiliado, pero también un Príncipe, el Principe del Haiku. Voluntad de fiesta ¿Que relación pueden tener Euterpe, Terpsícore, Nietzsche y México? Afirmar que hay un lazo quizás invisible que los unen, parecería ser digno de un acertijo de Humpty Dumpty, cuando no producto de una asociación de una mente extraviada. "El arte, para Nietzsche, es la fuerza antinihilista por excelencia, es la voluntad de fiesta que estimula sin cesar la vida....Es la alternativa entre la pesadez y la ligereza, entre la profundidad mórbida y la superficialidad danzarina...La apariencia no es lo contrario de la verdad, sino su expresión." afirma Sergio Espinosa Proa(3) ¿Quién es, en este caso, el nexo de unión buscado? Es Juan José Tablada. El maestro de la voluntad de fiesta. La ligereza. La superficialidad danzarina. La música. Recorriendo su tela Esta luna clarísima Tiene a la araña en vela. Este haiku está lleno de un humor sereno. El uso de la rima y la asonancia son claramente perceptibles. Tablada no mantiene la forma 5-7-5. En su lugar construye una rima perfecta utilizando las pausas naturales del habla. Las tres líneas del haiku, marcadas por las mismas, están perfectamente ligadas, y una natural, espontánea fluencia toma el mando del poema. Musicalidad y sentido se unen en un perfecto matrimonio.

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Tierno saúz: casi oro, casi ambar, casi luz. En este maravilloso haiku, Tablada usa la palabra 'casi' para lograr un sonido repetitivo, creando un efecto rítmico. La musicalidad surge de la repetición de fonemas en la palabra 'casi'. Para reforzarla, utiliza la consonancia entre saúz y luz, de modo tal que el haiku tenga un remate perfecto. La rama del chirimoyo se retuerce y habla: pareja de loros. Contundente. Humor, ingenio, plasticidad. Tablada siempre está atento a rescatar el 'hai ' en sus haiku. Muchas veces parece un niño jugando, en este caso con las imágenes, con las sensaciones, por el placer del juego por el juego mismo. Tablada tenía en alta estima las artes visuales. Coleccionó más de mil estampas japonesas. Su pasión de alguna manera esta reflejada en sus haiku; las imágenes son vívidas, llenas de impresiones sensuales, hasta parece que tienen textura. Sensibilidad, pero plena de sensaciones. Fiesta. Musicalidad. Superficialidad danzarina. El arte como juego de apariencias. La pasión por lo que es, lo que vibra a nivel sensorio por opuesto a todo intento de volverlo una didáctica o una ejemplificación de cualquier índole. Pasión pura, descarnada, alejada de cualquier significado latente. Canta un responso el sapo a las pobres estrellas caídas en su charco. Su legado, como nos recuerda Octavio Paz, es mostrar en sus haiku, un principio que los poetas a menudo olvidan: "la correspondencia entre lo que las palabras dicen, y lo que los ojos ven..."(2)

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El cálido corazón del intelecto. Jorge Luis Borges generalmente es desechado por el gran público por ser considerado un escritor intelectual, cuando no innecesariamente preciosista. Sus construcciones filosóficas no parecen apetecer. Leer es pensar, es ejercitar inevitablemente el intelecto, atreverse a entrar en un mundo de abstracción. ¿Dónde está el sentimiento? ¿Dónde está la pasión? La respuesta es sencilla: la pasión en Borges está en la escritura en sí misma, o más precisamente, en la matemática de la letra. ¿Pero acaso se limitó sólo a eso? Si leemos su obra poética veremos otra perspectiva que la que encontramos en su narrativa breve. Una subjetividad plena, cuando no doliente. "Soy esa torpe intensidad que es un alma," dijo Borges una vez. Y como cultivó prácticamente todos los géneros posibles, el haiku no podía estar ausente en su discurrir. Escribió solo diecisiete, lo suficiente para dejar su huella profunda en la literatura del haiku escrita en castellano. Haiku perfectos en su forma, conservan el 5-7-5 a rajatabla. Haiku que muestran en su corazón momentos a veces melancólicos, dolientes. Hoy no me alegran los almendros del huerto. Son tu recuerdo.(4) Ésta es la mano que alguna vez tocaba tu cabellera.(4) Desde aquel día no he movido las piezas en el tablero.(4) Los primeros son una confesión. Un mostrar un desencanto amoroso. Perfectamente balanceados. El tercero enigmático, con una causalidad que no acertamos a comprender. La pasión es aquí tangible en lo doliente, en mostrar con toda sutileza un sentimiento, o mejor aún, toda una gama de ellos. En forma pudorosa pero intensa. La vieja mano sigue trazando versos para el olvido.(4) Magistral. Este haiku habla por sí mismo, otra vez doliente, con la inminencia del olvido de su ser, maravillosamente desplazado sobre la escritura. Intensidad presentada en forma tan cinceladamente apolínea que parece diluirse. La pasión cuidadosamente disfrazada, cuidadosamente encarcelada, quizás velada por la exquisita escritura, pero pasión al fin, tan vehemente como la de cualquier otro haijin.

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El exiliado rostro de la contemporeidad. Hemos recorrido brevemente la poética haiku de Borges, es tiempo de detenernos en uno de sus tantos y fecundos pensamientos, esta vez extraído del prólogo de su libro de versos titulado: "Luna de Enfrente". El primer parráfo dice así: "Hacia 1905, Herman Bahr decidió: 'El único deber, ser moderno'. Veintitantos años después, yo me impuse esa obligación del todo superflua. Ser moderno es ser contemporáneo, ser actual; todos fatalmente lo somos. Nadie -fuera de cierto aventurero que soñó Wells- ha descubierto el arte de vivir en el futuro o en el pasado...."(5) Ciertamente ésta reflexión invita a una rectificación. Habitualmente en nuestros artículos, ensayos y antologías del haiku, omitimos a nuestros contemporáneos como si la historia fuese solamente cosa del pasado, o como si esperasemos a que pasadas las décadas sea la propia historia quien dicte el fallo sobre su excelencia, sobre la que muchas veces hablamos pero sobre la que nunca escribimos. A fe mía, se trata no de un olvido sino de un exilio de los haijin de hoy en día, de ahora, de este preciso momento, que a medida que redacto estas líneas están dando a luz haiku, que sin lugar a dudas son de una excelencia, porqué no, tan magistrales como la de los grandes maestros. En este sentido no debemos, a mi parecer, dejarnos atrapar en las cautivantes redes de la tradición y olvidar la cincelada pluma de nuestros haijin contemporáneos. De allí que continuaré con este ejercicio literario anclado en el hoy, en el vibrante hoy, en lo que actualmente resplandece en el cielo del haiku. La arquitectura en la pasión o la pasión en la arquitectura. Israel López Balán es un arquitecto mexicano, y por cierto un extraordinario haijin. Ahora bien, ¿cómo concilia ambos quehaceres a primera vista disímiles? Como arquitecto está acostumbrados a vérselas con los volúmenes,las formas,el diseño. ¿Y con el haiku que? Muy sencillo, los haiku de Israel López Balán son el mejor ejemplo de la ciencia y arte de la arquitectura. Con un esmerado balance, con una economía de medios admirable, logra algo a primera vista imposible. Hacer un haiku dentro de un haiku. Pues aunque de métrica silábica limitada, un haiku en castellano puede convertirse en discursivo, lo que de algún modo limita su carácter vibrante y efímero. Pero esto no es todo. El haijin mexicano es un poeta urbano que ha dirigido su mirada más allá de la materia con la que moldea formas arquitectónicas. Y entonces aflora su pasión: por los seres humanos -algunos exiliados de nuestro mundo convencional- que habitan en las abigarradas ciudades de nuestro mundo. La arquitectura en López Balan es de algún modo el marco, el encuadre, el soporte para su discurrir acerca de la sorprendente condición y quehacer humanos. luna de ayer un ciego en el metro vende lámparas.

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torre de cristal el portero y la luna en la fachada. camiones llenos los pasajeros respiran el mismo otoño Pasión y geometría en perfecto equilibrio. Una mirada compasiva, respetuosa, que supone un estado de atención extraordinario para captar las criaturas urbanas, en su individualidad, en su extraordinaria belleza, en su desconcierto, en su exaltación, en su soledad, es también la esencia de la poesía de Israel López Balan. vagón casi lleno manos de pasajeros chicas y grandes Exquisito en cuanto al logro de llevar a un primer plano un detalle prácticamente trivial, que a primera vista nada dice. Un haiku que reverbera y se explica por sí mismo. brisa de primavera un pordiosero practica su uppercut. Krishnamurti decía que la compasión es la pasión por todo. Y este haiku de Israel López Balan es un claro ejemplo de ello. Aquí no hay atisbo de juicio, agrado, desagrado, emoción o sentimentalismo alguno. Una criatura relegada al olvido en la gran urbe, anónima y extranjera a los ojos de todos nosotros, cobra vida y una extraordinaria belleza en la mirada del haijin mexicano, una mirada fecunda que nos invita a vivir la vida con todos con todo el corazón. (5) Sólo una intensa pasión puede producir este haiku. No conozco la obra arquitectónica de López Balán. No importa. Conozco esa "otra escena" donde se mueve, la arquitectura de la pasión. En mi caso, es suficiente.

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Maramín o la pasión que nos trae el día a día El día a día parece ser una de las tantas notas destacadas en los haiku de Marcos Andrés Minguel cuyo nom de plume es Maramin. Observador atento y alerta, su epopeya no se encuentra en grandes acontecimientos sino en la reflexión, en el sentido literal de reflejar, de ser espejo de la vida cotidiana de los seres vivos y sus vicisitudes, llegando aún a un logro inesperado: revelar costumbres, hábitos y formas de vida que son la verdadera esencia de lo humano. Pasión en la mirada, mirada apasionada, curiosa, la de este haijin catalán que creció en León. Hora de siesta, comadres a la sombra charlan y tejen. Recodo al sol, dos ancianos dialogan acalorados. Dos pequeños retratos, dos cinceladas miniaturas de la vida cotidiana nos entrega aquí Maramín. Sumamente agudas, en donde los sencillo del acontecimiento adquiere en este caso una profundidad a ser explorada, donde se encuentra la miríada de significados de éstos dos magníficos haiku. Parecen el equivalente gemelar del sumi-e en el dibujo zen. Trazos sencillos, alongados pero conmovedores en una gestalt que siempre nos indica un más allá a recorrer y comprender. Vieja maceta, ya sólo queda el tallo de aquella flor. Ya no hay tic-tac, el reloj de la abuela está parado. En estos dos haiku, un subyacente sentimiento de pérdida que queda en el claroscuro es sugerido por Maramín. Más no se detiene en él, no lo dramatiza ni lo encumbra, simplemente lo deja para que resuene por sí mismo, en una fidelidad ejemplar con lo real. Nuevamente el sumi-e plasmado en estos haiku. Siempre su producción se balancea en una cuerda, queda suspendida por así decirlo en el aire, dejando al caminante la tarea de encontrar el camino, como lo demuestra esta verdadera obra maestra -tensa y vibrante- que nos entrega: Veo en mi patio el hueco que en la silla dejó la abuela

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No conozco la vida de Maramin, sus pliegues, su hábitos, sus esperanzas o pesares, pero si sé con certeza que cada día para él es una oportunidad única para desplegar su pasión por la vida y sus ritmos, por lo que dice y quizás -lo que es más importante- no dice, dejándonos a nosotros llevar al cierre sus haiku. Pasión aquí es también libertad, no en el sentido político del término, sino en un sentido más fecundo y veraz: la libertad que surge de lo más profundo de la mente y corazón, cuando tienen algo que decir... María del Mar Ordóñez o el intenso murmullo de la feminidad María del Mar Ordóñez es una haijin de temperamento intenso, sin embargo en sus haiku muestra una exquisita sensibilidad y delicadeza a la hora de plasmarlos. Recorre temas variados que la vida cotidiana le inspira y quizás aquí esté una de las claves de su poética, la diversidad que logra reflejar -a la manera de un espejo- en su obra. Veamos tres de sus haiku a manera de ejemplo en lo profundo el silencio del valle entre chasquidos veo a mi padre. La comida de mi madre sólo recuerdos. ¿me miras? La mariposa blanca Sobre mi hombro Piezas sinceras, conmovedoras que tienen como motivo distintos sucesos del orden universal, el natural, el humano y el animal que para nuestra sorpresa si bien se muestran en su individualidad, se entrecruzan entre sí a la manera de la labor de un telar. Diversidad sí, pero punto de encuentro de todas las dimensiones de la Creación.

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Pues la pasión es sinónimo de diversidad, o mejor aún, amor por la diversidad que a diferencia de la fragmentación, tiene un eje común, una verticalidad que une en vez de separar. Y éste es el mérito de María del Mar Ordóñez, explorar la diversidad con intensa pasión, con una generosa entrega de mente y corazón. Más hay otra fina hebra que recorre la tela que en su telar de poeta, ella da a luz. Es la expresión de la feminidad como pasión. Pues muchas veces tenemos una concepción algo viril de lo que es pasión, entendida como un fuego devorador, una intensidad sin límites, una explosión de yang... Sin embargo hay momentos en la obra de María del Mar que me han enseñado algo importante, que la pasión es también un atributo de la feminidad que complementa su cara masculina en perfecta armonía. De allí que en sus haiku podamos ver vibrar en forma diluida pero insistente el intenso -y fecundo- murmullo de la feminidad... 1)Jiddhu Krishnamurti: El Libro de la Vida. Editorial EDAF 7a. Edición octubre 1999 Impreso en España. 2)"Matsuo Basho Sendas de Oku" Octavio Paz y Eikichi Hayashiya BARRAL EDITORES-BARCELONA Primera Edición 1970 Impreso en España. 3)Arte y Filosofía. De Nietzsche a Heidegger. Por Sergio Espinosa Proa. Universidad Autónoma de Zacatecas. http://www.filosofia.net/materiales/ensa/ensa25.htm 4)Jorge Luis Borges Diecisiete haiku La cifra, 1ra ed. Buenos Aires, Emecé, 1981. 1ra ed. Madrid, Alianza Editorial, 1981. Col. Alianza Tres, 159. 5) Jorge Luis Borges Obra Poética Alianza/Emecé Buenos Aires 1960 Madrid 1972 6) Haiku citados con la debida autorización de la autora Mar Ordóñez Directora de La Revista Digital No-Michi.com http://www.no-michi.com y bitácora de un Hajin http://www.manuelymar.net/blog y Presidenta de ANAKU, Asociación Navarra de Haiku 7) Haiku citados con la debida autorización del autor Israel López Balan. Publicados en: http://mercado-de-pulgas.blogspot.com/ y en "El Rincón del Haiku" web de haiku dirigida por Luis Corrales www.elrincondelhaiku.org

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