Patologia de Reptiles Febrero 2001

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5/22/2018 PatologiadeReptilesFebrero2001-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/patologia-de-reptiles-febrero-2001 1/75 N.° 49 • FEBRERO 2001 PUBLICACION CIENTIFICO TECNICA PARA EL PROFESIONAL DE LA CLINICA DE PEQUEÑOS ANIMALES Dirige y coordina esta monografía: Dr. Nicasio J. Brotóns Campillo Director: Dr. Fidel San Román Ascaso PATOLOGÍA DE REPTILES PATOLOGÍA DE REPTILES      A      U      L      A      V      E      T      E      R      I      N      A      R      I      A

Transcript of Patologia de Reptiles Febrero 2001

  • N. 49 FEBRERO 2001

    PUBLICACIONCIENTIFICO TECNICA

    PARA EL PROFESIONALDE LA CLINICA DE

    PEQUEOS ANIMALES

    Dirige y coordina esta monografa:Dr. Nicasio J. Brotns Campillo

    Director:Dr. Fidel San Romn Ascaso

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    PATOLOGA DE REPTILESPATOLOGA DE REPTILES

    N.o

    49

    AULA VETE

    RINARIA

  • PROGRAMA 2000N.o 49 (Febrero)

    PATOLOGA DE REPTILES

    Nicasio J. Brotns

    N.o 50 (Abril)ZOONOSIS

    Guadalupe Mir

    N.o 51 (Junio)

    ERLIQUIOSIS

    Gustavo Snchez

    Miguel Tesouro

    N.o 52 (Agosto)

    TERAPUTICA DEL DOLOR

    Paloma Garca

    N.o 53 (Octubre)

    GARGANTA, TRQUEA Y SENOS

    Mercedes Snchez

    N.o 54 (Diciembre)

    ENFERMEDADES DEL DESARROLLO

    Pilar Llorens

    Publicacin bimestral. Reservados todos los derechos de edicin.Se prohbe la reproduccin o transmisin total o parcial del contenido de este nmero, ya sea por medio electrnico o mecnico, de fotocopia,grabacin u otro sistema de reproduccin, sin autorizacin expresa del editor.Tarifa de suscripcin anual: Mediante domiciliacin bancaria de 6.656 ptas. Mediante contra reembolso de 8.656 ptas. Ejemplar suelto: 1.850 ptas. (IVAincluido).Empresa periodstica nm. 3.725. Depsito legal: M. 1137-1993 ISSN: 1133-2751 Imprime: EGRAF, S.A.

    Pasaje Virgen de la Alegra, 14Telfono 91 405 72 60 / 91 405 15 95.

    Fax 91 403 49 07e-mail: [email protected]

    http://www.aulaveterinaira.com28027 Madrid

    DIRECTOR:Dr. Fidel San Romn AscasoDirector del Hospital Clnico Veterinario. Catedrtico de CirugaFacultad de Veterinaria. Universidad Complutense de Madrid

    DIRECTOR HONORFICO:Dr. Juan Jos Tabar BarriosCentro Policlnico Veterinario Raspeig San Vicente. Alicante

    DIRECTOR DE LA MONOGRAFA:Dr. Nicasio J. Brotns CampilloClnica Veterinaria Mdano(Alicante)

    COLABORADORES:

    A. Martnez-SilvestreA. Ramis

    Direccin Editorial:Guillermo Garzn Fdez.-Conde

    Coordinacin Editorial:Elena Malmierca Lerma

    Direccin de Produccin:Fernando Latorre Margolles

    Direccin Artstica:Jos Luis Garca Alonso

    Coordinacin de Realizacin:Isabel Velasco Granados

    Maquetacin:Pablo Bravo Avils

    Reproduccin Fotogrfica eInfografa:Enrique Leiva Hidalgo

    Supervisin y Correccin deTextos:Marta Martnez Sandoval

    Asistente de Correccin:Guillermo Rodrguez Peacoba

    Composicin de Textos:M Dolores Llano Garca

    Colaboradores:M Luz Franco F d e z . - C o n d eBeatriz Garca MartnCristina Plaza Fonseca

    Publicidad Madrid:Maril Santos Carreras

    CANIS ET FELIS N.o 49

    PATOLOGA DE REPTILES

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  • TCNICAS DIAGNSTICAS Y TERAPUTICAS

    PATOLOGA LIGADA AL MANEJO

    EDITORIAL

    ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABLICAS

    CANIS ET FELIS N.o 49

    PATOLOGA DE REPTILES

    ENFERMEDADES INFECCIOSAS

    ENFERMEDADES PARASITARIAS

    ANATOMA PATOLGICA MACROSCPICA EN REPTILES

    ndice

  • N la ltima dcada hemos asistido a un incremento considera-ble de las consultas de animales exticos en todas las clnicasy consultorios veterinarios privados y en los hospitales clnicosde las facultades de veterinaria, con mayor o menor repercu-sin en las distintas zonas geogrficas de Espaa. Aunque

    este incremento ha sido mucho mayor en las grandes ciudades y en la costamediterrnea, hoy por hoy no es extrao encontrar casos clnicos de estosnuevos animales de compaa en cualquier clnica veterinaria, por recnditaque sea su ubicacin.

    Dentro de este grupo de nuevos animales de compaa, los reptiles consti-tuyen un subgrupo con ms de 6.000 especies, que presentan una gran diver-sidad en cuanto a sus caractersticas anatmicas y fisiolgicas, as como en suscuadros patolgicos. La escasez de obras de consulta sobre estas especies edi-tadas o traducidas al castellano dificulta en gran medida el diagnstico y trata-miento de las patologas con las que con frecuencia debe enfrentarse el veteri-nario clnico de pequeos animales.

    Somos conscientes de que es imposible abarcar toda la patologa de reptilesen una monografa de apenas 70 pginas, y, por ello, hemos centrado nuestrosesfuerzos en explicar con mayor detenimiento aquellas patologas que, por sufrecuencia de presentacin en la clnica diaria, creemos que pueden ser demayor utilidad para el veterinario clnico de pequeos animales.

    Asimismo, hemos credo conveniente incluir dos captulos dedicados al diag-nstico: el captulo primero hace referencia a las tcnicas teraputicas mshabituales, explicando cmo y donde deben llevarse a cabo, mientras que elcaptulo sexto aporta toda la informacin necesaria para el diagnstico post-mortem, mediante la realizacin de necropsias y estudio macroscpico de laslesiones.

    Queremos expresar nuestro sincero agradecimiento a la editorial Luzn 5 yen especial al Dr. Juan Jos Tabar (como director honorfico de Canis et Felis)por la oportunidad que nos brindaron para ofrecer nuestro granito de arenay contribuir as a un mejor conocimiento de las patologas de reptiles manteni-dos como animales de compaa. Asimismo, tambin queremos agradecer ladisposicin y la colaboracin del Dr. Antonio Ramis (de la Unidad Docente de

    CANIS ET FELIS N.o 49

    PATOLOGA DE REPTILES

    ditorial

    EE

  • Anatoma Patolgica de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autno-ma de Barcelona) en la elaboracin del captulo sexto.

    Para la realizacin de esta monografa se han revisado numerossimas citasbibliogrficas que hemos enriquecido con nuestra experiencia personal adquiri-da tanto en el trabajo cotidiano en la clnica veterinaria de reptiles como conlos animales que se reciben en el Centro de Recuperacin de Anfibios y Repti-les de Catalua (CRARC), en Masquefa.

    NICASIO J. BROTNS CAMPILLOClnica Veterinaria Mdano. Campello (Alicante)

    ALBERT MARTNEZ-SILVESTRECentro de Recuperacin de Anfibios y Reptiles de Catalua (CRARC)

    CANIS ET FELIS N.o 49

    PATOLOGA DE REPTILES

  • TCNICAS DIAGNSTICAS Y TERAPUTICAS

    PATOLOGA DE REPTILES

    N. J. BROTNS

    Clnica Veterinaria Mdano. San Ramn, 77. 03560 Campello (Alicante)

    A anamnesis detallada y la exploracin sistemtica constituyen los pilares bsicos para el diag-nstico en la mayora de las patologas de reptiles. Sin embargo, en numerosas ocasiones esnecesario confirmar el diagnstico mediante la realizacin de pruebas complementarias antes deestablecer el protocolo teraputico. En este captulo, se describen las tcnicas para la extraccin de muestras de sangre, orina y

    heces, as como los principios bsicos para la realizacin de otras tcnicas diagnsticas, tales como la radio-loga, ecografa, electrocardiografa y endoscopia.

    Por ltimo, se describen las tcnicas para la administracin de frmacos por va oral, subcutnea, intramus-cular, intracelmica, intravenosa e intrasea, con especial mencin de las utilidades prcticas de cada va.

    LL

  • Vena coccgea ventral

    Descrita en saurios y ofidios2,5,6,7,8,9. Habitualmente serecomienda colocar al paciente en decbito dorsal, sujetn-dolo firmemente entre varios auxiliares. El punto idneo parala insercin de la aguja se localiza a un tercio de la distan-cia entre la apertura cloacal y el extremo de la cola9, evi -tando con ello pinchar los sacos genitales y los hemipenesen los machos4. La aguja se introduce entre dos escamas enla lnea media2, con un ngulo de entrada de unos 45. Enofidios, la aguja debe seguir una trayectoria caudodorsalhasta alcanzar las vrtebras coccgeas (fig. 1), mientras que,en saurios, es preferible dirigirla craneodorsalmente. En algu-nas especies existe un arco seo que protege la vena y quedificulta esta tcnica, por lo que en ocasiones es necesarioretirar suavemente la aguja, redireccionndola craneal ocaudalmente. En los saurios, tambin se ha descrito el abor-daje de esta vena desde el surco lateral de la cola10 (fig. 2).

    Vena coccgea dorsal

    til en quelonios, aunque en las hembras esta tcnica esms complicada, debido a la menor longitud de su cola.Sujetando la cola firmemente, y arquendola ventralmente,se favorece su exposicin. La aguja se introduce por la zona

    TCNICAS PARA LAEXTRACCIN DE MUESTRASDE SANGRE

    A eleccin del punto devenipuncin vara segnla especie, el sexo y eltamao del animal. Lacantidad mxima de san-

    gre ex t rada nunca debe ser mayor del0,8% del peso corp o ra l1. Antes de pro-ceder a la ex t raccin, debe lava rse lazona con una solucin jabonosa yo d a-d a2 d e s i n fe c tndola poste ri o rm e n te cona l c o h o l .

    Venas palatinas

    La toma de muest ras de sangre enlas venas palatinas ha sido amp l i a m e n-te descri ta en la lite ra t u ra cientfi c acomo lugar de venipuncin en ofi-d i o s1, 3 , 4 , 5. Sin embargo, en opinin dela u to r, esta tcnica no est just i fi c a d a ,ya que re s u l ta muy difcil re a l i z a rla encondiciones aspticas y la aguja puedevehicular micro o rganismos al to rre n tesanguneo. Asimismo, es fre c u e n te lafo rmacin de hemato m a s4. En cualqu i e rcaso, esta tcnica slo es pra c t i c a b l een animales de gran tamao y re qu i e reel empleo de agujas finas (25-27 G)6 yc u rvadas, para optimizar el ngulo dee n t ra d a7.

    Vena abdominal ventral

    Tra n s c u rre por la lnea media dela b d o m e n7, entre la cicatriz umbilical yla pelvis de saurios y ofidios. El auto rdesaconseja la ex t raccin de sangre ene sta vena, porque re s u l ta muy difcil re a-lizar una buena hemostasia tras laex t raccin.

    TCNICAS DIAGNSTICAS Y TERAPUTICAS

    PATOLOGA DE REPTILES

    LLFig. 1. Extraccin de sangre en la vena coccgea ventral de

    una pitn real albina (Phyton regius). Ntese la direc-cin caudodorsal de la aguja.

  • dorsal de la cola, en la lnea media6, conun ngulo de inclinacin de 45, hastaalcanzar el aspecto dorsal de las vrte-bras coccgeas14 (fig. 3).

    Vena braquial/plexo braquial

    D e s c ri ta en saurios y qu e l o n i o s11,puede ser de gran utilidad cuando sere qu i e ra realizar analticas re p etidas enun mismo paciente. Manteniendo laex t remidad ante rior ex tendida haciad e l a n te, se introduce la aguja en unp u n to justo proximal a la insercin deltrceps en el hombro, para l e l a m e n te aleje longitudinal del hmero (fig. 4). Ens a u rios, se sita muy superfi c i a l m e n te yapenas hay que introducir la punta dela aguja, pero en los quelonios puedeser necesario profundizar algo msm e d i a l m e n te.

    Vena yugular

    En opinin del auto r, puede conside-ra rse como el lugar de eleccin en une l evado nmero de especies de qu e l o-nios. Debe te n e rse en cuenta que la san-gre obtenida en ot ras localizaciones( exc e p to la ex t rada por card i o c e n te s i s )se contamina f c i l m e n te con linfa12.M i e n t ras un auxiliar sujeta al paciente fi r-m e m e n te, con las ex t remidades ante ri o-res ex tendidas a ambos lados del espal-d a r, el vete ri n a rio puede sujetar la cabe-za entre el dedo pulgar (sobre el cr n e o )y el ndice (por debajo de la mandbula).M a n teniendo el cuello comp l eta m e n teex tendido y lige ra m e n te rotado, es posi-ble llegar a ver la vena que hace pro m i-nencia en la piel del cuello en una lneai m a g i n a ria que tra n s c u rre desde la esca-ma timpnica hacia la entrada delt ra x6 ,13. No rm a l m e n te, la yugular dere-cha est ms desarrollada que la izqu i e r-d a6 p e ro la ex t raccin es posible en

    ambos lados (fig. 5). En las to rt u gas marinas, el lugar deeleccin son los senos venosos posto c c i p i ta l e s9 ,14, qu ecomunican con las venas yugulares y se localizan entre lap rot u b e rancia occipital y el borde libre del espaldar, aambos lados de la lnea media6.

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    Fig. 2. Extraccin de sangre en la vena coccgea ventralmediante un abordaje desde el surco lateral de lacola en una iguana verde ( Iguana iguana).

    Fig. 3. Extraccin de sangre en la vena coccgea dorsal enun ejemplar macho de Testudo marginata.

  • Cardiocentesis

    Au n que no est exe n to de riesgo, conun poco de prctica puede considera rs ecomo el mejor mtodo para la obte n-cin de sangre en ofi d i o s4 , 6 ,15. El cora-zn de las serp i e n tes se localiza entre el15-25% (te rre st res y arborcolas) y el 25-45% (acuticas) de su longitud nari n a -a p e rt u ra cloacal16. El ch o que de lap u n ta puede localizarse por visualiza-cin dire c ta o mediante el empleo de unDoppler de flujo. La aguja se intro d u c een el borde caudal de la 1 2 esca-ma ve n t ral, caudalmente al punto dondese observe el latido cardiaco, diri g i n-dola cra n e o d o rs a l m e n te4 con un ngulode entrada de unos 45 (fig. 6). Des-pus de atravesar la musculatura card i a-ca, es posible apreciar cmo la agujap e n et ra en la cavidad ve n t ri c u l a r4. Elgrosor y la longitud de la aguja depen-den del tamao del animal, re c o m e n-dndose desde 0,5 x 16 mm (25 G) eno fidios pequeos hasta 0,8 x 40 mm (21G) en serp i e n tes de ms de 1 kg. Des-pus de la ex t raccin, debe aplicars ep resin digital sobre la zona para favo-recer la hemosta s i a4.

    En la mayora de los saurios, el cora-zn se sita en el centro del cintur np e c to ral, lo que hace desaconsejable lac a rd i o c e n tesis como tcnica habitualp a ra la ex t raccin de sangre. Comoexcepcin, la card i o c e n tesis podrap ra c t i c a rse en va ranos (V a r a n i d a e) ytegus (T e i i d a e), ya que en estas espe-cies el corazn se localiza caudalmenteal este rnn. Ta mpoco se recomienda enquelonios, ya que la est ru c t u ra sea delc a p a razn obliga a ta l a d rar un ori fi c i oen el peto para la insercin de laa g u j a13. El punto de re fe rencia parai n t roducir el ta l a d ro es el punto de unine n t re las placas pecto rales y las abdo-m i n a l e s17.

    MANIPULACIN DE LAS MUESTRAS DESANGRE

    Una vez obtenida la muestra, se retira la aguja antes detraspasar la sangre al tubo, para evitar daar las estructurascelulares y provocar hemlisis. La heparina de litio es el anti-

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    Fig. 4. Extraccin de sangre en la vena braquial en una igua-na verde (Iguana iguana). Ntese la escasa penetra-cin de la aguja.

    Fig. 5. Extraccin de sangre en la yugular derecha de ungalpago leproso (Mauremys leprosa).

  • coagulante de eleccin en reptiles8,18, alp e rmitir ta n to el estudio hemato l g i c ocomo bioqumico19,20. La ltima gota quequeda en el cono de la jeringuilla puedeaprovecharse para realizar una extensinsobre un porta, que ha de ser lo ms finaposible. La muestra se seca al aire y sefija y tie segn el mtodo de May-Grun-wald-Giemsa. El recuento de hemates yleucocitos puede realizarse simultnea-mente empleando como diluyente la fr-mula de Natt y Herrick21. El hemogramase completa con la obtencin del valorhematocrito y la concentracin de hemo-globina.

    E x i ste una gran va riabilidad en elrecuento de leucocitos, dependiente dela especie, sexo, edad, estado nutricionaly poca del ao21. El recuento diferencial(frmula leucocitaria) tambin vara segnla poca del ao. En invierno, los linfoci-tos alcanzan su valor mnimo y los eosi-nfilos el mximo, ocurriendo lo contrarioen verano21.

    Los va l o res de bioqumica srica va r anampliamente en funcin de la especie,edad y sexo, as como de las tcnicasempleadas. Por ello, cada laboratoriodebera obtener sus valores de referencia.Puede obtenerse informacin adicionalen los textos de Carpenter JW et al.22 yFudge AM et al.23.

    TCNICAS PARA LAOBTENCIN DE MUESTRASDE ORINA

    Tradicionalmente los anlisis de orinase han empleado muy poco en la clnicade reptiles. Es to se debe a que las mues-tras excretadas se encuentran contamina-das con heces, la cateterizacin vesicales complicada y algunas especies (ofi-dios y algunos saurios) no poseen vejigaurinaria4,24. Sin embargo, el urianlisis

    permite al clnico obtener una gran cantidad de informacinpara el diagnstico de numerosas patologas24,25.

    En los reptiles que no poseen vejiga, no hay ms remedioque emplear las muestras una vez excretadas, pipeteando laporcin urinaria para separarla de la porcin fecal, aunquelos resultados deben interpretarse con precaucin. La cisto-centesis es el mtodo ms fiable para la obtencin de mues-tras de orina en las especies que poseen vejiga4. En quelo-nios, se realiza en la fosa inguinal izquierda, ya que el lbu-lo heptico derecho est muy desarrollado y desplaza a lavejiga hacia el lado izquierdo. Colocando al animal en posi-cin vertical (con la cabeza hacia arriba), se introduce unaaguja 22 G medialmente, justo por delante de la reginpbica (fig. 7). En saurios, el abordaje es muy similar, ya quede esta forma se evita pinchar accidentalmente la venaabdominal ventral que transcurre por la lnea media.

    La orina de los reptiles es muy rica en sales de cido ricoy su presencia no debe considerarse patolgica, salvo queexistan depsitos en forma de arenilla o urolitos.

    TCNICAS COPROLGICAS

    Las muestras de heces han de ser siempre frescas. Los ani-males que padecen periodos prolongados de anorexiadefecan muy espordicamente, por lo que en ocasiones esnecesario obtener la muestra mediante lavado cloacal. Paraello, puede emplearse una sonda metlica curvada2 y lubri-

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    Fig. 6. Cardiocentesis en una pitn real (Phyton regius).

  • ficada con vaselina, introducindola sua-vemente por la apertura cloacal (fig. 8),girndola alternativamente a derecha ei z qu i e rda. En ofidios, la apert u ra delcolon en la cloaca se localiza ventral-mente, existiendo un saco ciego en lazona dorsal que debe evitarse. Una vezalcanzado el colon, se introduce suerofisiolgico (10 ml/kg)2 y se realiza unmasaje de la cavidad celmica (saurios yofidios), esperando uno o dos minutosantes de aspirar la muestra. En quelonios,el masaje puede sustituirse por pequeasaspiraciones y reintroducciones del suero.

    El examen coprolgico debe realizar-se de un modo rutinario en todos lospacientes. La parasitacin intestinal esmuy frecuente en reptiles, sobre todo enlos recin importados y en los mantenidosen condiciones de semilibertad. Siempredebe observarse una porcin de la mues-tra diluida con suero, sin colorantes, entreporta y cubre, para la deteccin de pro-tozoos flagelados y ciliados (ver captulo3: Enfermedades parasitarias). A conti-nuacin, puede teirse con una tincinvital de mertiolato o lugol. Con el resto dela muestra puede realizarse una flotacinen solucin salina sobre s a t u rada, deforma similar a como se hace en peque-os mamferos. Conociendo el peso de lamuestra y el volumen de solucin salinaempleado, puede obtenerse un resultadocuantitativo mediante recuento de huevosu ooquistes en cmara de Thoma.

    TCNICAS RADIOLGICAS

    Los estudios radiolgicos son muy ti-les en la evaluacin de enfe rm e d a dsea metablica (EOM), pneumona, dis-tocia, diagnstico de ge stacin, uro l i t i a-sis, copro stasis, timpanismo, cuerp o sex t raos, depsitos de cido rico calci-ficado (gota), fra c t u ras, luxaciones, oste-

    omielitis y tumores seos. En ge n e ral, se recomienda ele mpleo de pelcula y chasis de tierras ra ra s2 6 p a ra disminuirel tiempo de radiacin y mejorar la definicin. Las pelculasde mamografa pro p o rcionan imgenes de calidad supe-ri o r27, aunque re qu i e ren mayor mA/s y KV. Como mediosde contra ste puede emp l e a rse aire (pneumocisto gra f a )2 8,

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    Fig. 8. Lavado cloacal en una Iguana iguana empleando unasonda metlica curvada lubrificada.

    Fig. 7. Cistocentesis en la fosa inguinal izquierda de una tor-tuga mora (Testudo graeca).

  • s u l fa to de bario (5 ml/kg en tr n s i to sga st ro i n te st i n a l e s ) 2 9 , 3 0 , 31, amidot ri z o a to( 5 0 0 - 1.000 mg/kg i.v., i.o.)3 2 o iopami-dol (1.000 mg/kg, i.v. )3 3. Pa ra la inmov i-lizacin dura n te los estudios ra d i o l g i-cos, pueden emp l e a rse dive rsos mto-dos. En ofidios, se recomienda el emp l e ode tubos de plex i gl s2 6 , 31 (de longitud yd i m et ro adecuados al tamao del ani-mal). En algunos saurios, da buenos re s u l-tados la inmovilizacin por est i m u l a c i nde la re p u e sta culo-va s o - va ga l34. Estatcnica consiste en aplicar una pre s i nc o n sta n te con to rundas de algodns o b re ambos globos oculares dura n teuno o dos minutos (fig. 9), con lo que sep roduce va s o d i l a tacin, disminucin dela presin arte rial y bra d i c a rdia por est i-mulacin del nervio vago. Todos esto se fe c tos conducen a una re l ajacin delp a c i e n te, que queda inmvil y perm i te unp o s i c i o n a m i e n to adecuado dura n te algu-nos segundos (fig. 10). En quelonios, sue-len emp l e a rse cajas de cartn para ev i-tar que deambulen sobre la superfi c i edel chasis. Cuando no se disponga dehaz hori z o n tal de rayos X, puede utili-z a rse una plata fo rma de corcho confo rma de L, sujetando el capara z ncon bandas de espara d rapo a la pare dve rtical de esta est ru c t u ra2 9, para las pro-yecciones late ro l a te rales y ante ro p o ste-ri o res (fig. 11). Si se precisa realizar est u-dios ra d i o gr ficos de las ex t re m i d a d e s ,es necesario mante n e rlas ex te n d i d a sp a ra ev i tar la superposicin de las est ru c-t u ras seas del capara z n4. En animalesde tamao mediano o grande, puede sern e c e s a ria la sedacin con keta m i n a2 9.

    ECOGRAFA

    Tiene ms utilidad en saurios y ofi-dios, ya que, en quelonios, las ve n ta n a sa c sticas se reducen a las fosas pecto-

    rales e inguinales3 5 , 3 6. Las sondas ms empleadas son lasde 5,0 y 7,5 MHz2 6 , 3 5 , 37, 3 8 , 3 9 , 4 0 , 41. En saurios y ofi d i o s ,debe perm i t i rse que el gel conta c te con la piel dura n tealgunos minutos antes de iniciar el estudio ecogr fico, paraque imp regne bien el rea subescata l2 6, ev i tando as lai n te rfase de aire entre la piel y el tra n s d u c to r4 2. En pacien-

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    PATOLOGA DE REPTILES

    Fig. 9. Compresin de los globos oculares para estimular larespuesta culo-vaso-vagal como tcnica de inmovi-lizacin en una Iguana iguana.

    Fig. 10. Inmovilizacin de una Iguana iguana mediante laestimulacin de la respuesta culo-vaso-vagal trasla compresin de los globos oculares.

  • tes con ascitis, la ultra s o n o grafa es dem ayor utilidad que la radiologa paravisualizar adecuadamente los rga n o sen la cavidad celmica, ya que el lqu i-do asctico acta como medio de con-t ra ste acstico, permitiendo una buenad i fe renciacin de estos rga n o s41. Lae c o grafa puede re s u l tar de gran ay u d aen la ex p l o racin del apara to re p ro d u c-to r4 0 , 4 2 ( fig. 12), aunque tambin puedee mp l e a rse para evaluar ot ros rga n o si n t ra c e l m i c o s2 6 , 3 5 , 3 8 , 3 9 ( h gado, ri o-nes y ve j i ga uri n a ria, pri n c i p a l m e n te) ylas est ru c t u ras oculares. Ac t u a l m e n te, see stn desarrollando novedosos est u d i o se c o c a rd i o gr ficos en dist i n tas especiesde re p t i l e s27, 3 5 , 41, que aportan nuevo sd a tos sobre fisiologa y patologa car-diaca.

    ELECTROCARDIOGRAFA

    La electro c a rd i o grafa puede ser de utilidad en el diagnst i-co de arritmias cardiacas en reptiles, adems de servir comotcnica de monito rizacin dura n te la anestesia. Puedene mp l e a rse electrodos tipo pinza de cocodrilo o parches de losh a b i t u a l m e n te utilizados en pediatra humana. No obsta n te, esmuy imp o rta n te esta n d a rizar prev i a m e n te las condiciones dete mp e ra t u ra ambiental (y, por lo ta n to, la te mp e ra t u ra corp o ra l )d u ra n te el re g i st ro electro c a rd i o gr fico, as como los puntos decolocacin de los electrodos para establecer patrones electro-c a rd i o gr ficos fisiolgicos en las dist i n tas especies. En iguanas,se recomienda colocar los electrodos inmediata m e n te pord e l a n te y por det rs del cinturn pecto ral (fig. 13). En qu e l o n i o s ,pueden colocarse en las axilas y en las fosas inguinales, mien-t ras que en ofidios se recomienda aplicarlos en zonas cra n e a ly caudalmente al punto donde se observe el ch o que de lap u n ta.

    ENDOSCOPIA

    Se recomienda el empleo de pticas rgidas de escasod i m et ro (1,7-2,9 mm) y de longitud media o alta para

    TCNICAS DIAGNSTICAS Y TERAPUTICAS

    PATOLOGA DE REPTILES

    Fig. 11. Posicionamiento de una Testudograeca sobre una plataforma decorcho en forma de L pararealizar una radiografa antero-posterior empleando un haz ver-tical de rayos X.

    Fig. 12. Estudio ecogrfico del aparato reproductor de unaIguana iguana. Ntese la presencia de huevos nocalcificados en el oviducto, que aparecen comoestructuras esfricas anecoicas. Transductor secto-rial de 5 MHz.

  • conseguir una mayor ve rsatilidad, dadala gran dife rencia de tamao entre lasd i st i n tas especies de reptiles. Las t c n i-cas ms habituales son laparo s c o p i a s ,ga st roscopias, cloacoscopias y bro n-c o s c o p i a s37, 4 3 ( fig. 14). Pa ra re a l i z a rga st roscopias en ofidios de ta m a omediano o grande, puede ser necesari oel empleo de pticas fl ex i b l e s4 3 , 44 ( m sl a rgas, aunque tambin ms gru e s a s ) .Adems de emp l e a rse como t c n i c ad i a g n stica (visualizacin dire c ta de rganos y toma de muest ras para biop-s i a )44 , 4 5, tambin sirve como t c n i c ate raputica (ex t racciones de cuerp o sex t raos en apara to dige st i vo o apara-to re s p i ra to rio).

    TCNICAS PARA LA ADMINISTRACIN DEFRMACOS

    Va oral

    La administ racin de f rmacos por va oral re qu i e re ele mpleo de sondas gst ri c a s4 6. Pueden emp l e a rse sondasde mate rial plstico adaptando sondas uri n a rias o tro z o sde tubo de equipos de infusin, aunque es ms seguro ysencillo el empleo de sondas metlicas curva s4 6 , 47. Siem-p re es mejor lubri ficar la sonda con vaselina, sobre todo sino se tiene mucha ex p e riencia. El esfago tra n s c u rre para-lelo a las v rte b ras cervicales, por lo que es de gra ni mp o rtancia mantener el cuello del animal comp l eta m e n tee st i rado dura n te toda la operacin.

    En quelonios, la longitud de la sonda a intro d u c i rpuede calcularse midiendo la distancia que ex i ste entre elb o rde craneal de la placa gular y el borde caudal de lasplacas abdominales (fig. 15). En ofidios, el estmago see n c u e n t ra localizado aprox i m a d a m e n te a la mitad de lalongitud nari n a - a p e rt u ra cloacal, aunque en ocasiones noes necesario alcanzar el estmago, pudiendo deposita rs ela medicacin en el esfago. En saurios, re s u l ta algo ms

    TCNICAS DIAGNSTICAS Y TERAPUTICAS

    PATOLOGA DE REPTILES

    Fig. 13. Colocacin de electrodos pordelante y por detrs del cintu-rn pectoral para la re a l i z a c i nde un electro c a rdiograma enuna iguana comn (I g u a n ai g u a n a) .

    Fig. 14. Bifurcacin de la trquea en los dos bronquios prin-cipales en una Iguana iguana. Imagen obtenidamediante broncoscopia, empleando una ptica rgi-da de 2,7 mm.

  • difcil calcular la posicin del est m a g o ,p e ro, en t rminos ge n e rales, se sita enel primer te rcio del tro n c o .

    Va subcutnea

    En la mayora de los reptiles, la pieles poco elstica y no perm i te la admi-n i st racin de grandes volmenes de f r-macos por esta va. No se re c o m i e n d aen camaleones, debido a que enm u chas ocasiones se producen irri ta c i o-nes seve ras de la piel, con ennegre c i-m i e n to y necrosis. En ge n e ral, nuncadebe intro d u c i rse la aguja a travs deuna escama cutnea, re c o m e n d n d o s eutilizar el espacio ex i ste n te entre dosescamas consecutivas. Debido a la ex i s-tencia de un sistema venoso portal re n a l

    ( a u n que re c i e n tes inve st i gaciones aportan datos que pare-cen demost rar la ex i stencia de un sistema colate ral que loc o n t ra rre sta), los f rmacos pote n c i a l m e n te nefrotxicos oa quellos que se metabolizan por va renal deben inocular-se en las zonas corp o rales cra n e a l e s6 ( o fidios y saurios) oen las fosas pecto rales (qu e l o n i o s ) .

    Va intramuscular

    En ofidios, puede emplearse la musculatura dorsal, reco-mendndose la inoculacin en el primer tercio de la longitudtotal46, inser tando la aguja en direccin ventral, aunque sinprofundizar excesivamente para evitar atravesar la totalidadde la masa muscular. En saurios, se emplea la musculaturadorsal de la cola a ambos lados de las vrtebras coccgeasy en direccin ventral, ya que sta es la masa muscular mejordesarrollada y, por la tanto, la que permite la inoculacin devolmenes ms grandes, excepto cuando los frmacos aemplear posean una conocida nefrotoxicidad o se eliminenprincipalmente por va renal. En esos casos, hay que recurrira la inoculacin en el trceps. Para ello, debe sujetarse fir-memente la extremidad extendida en direccin caudal einsertar la aguja entre dos escamas cutneas, con un ngu-lo aproximado de 45 con respecto al hmero2 (fig. 16). Entodos los casos, debe ejercerse una ligera presin digitaldespus de la inyeccin para evitar la salida de parte del

    TCNICAS DIAGNSTICAS Y TERAPUTICAS

    PATOLOGA DE REPTILES

    Fig. 15. Calculando la medida de lasonda esofgica en una tort u g amora (Testudo graeca) en base ala distancia entre el borde crane-al de la placa gular y el bord ecaudal de las placas abdominales.

    Fig. 16. Administracin de frmacos por va intramuscularen el trceps en una Iguana iguana.

  • lquido inyectado a travs del orificiocutneo2. Los quelonios presentan unamuscultura muy poco desarrollada en lasextremidades, por lo que la va intramus-cular slo se emplea cuando el volumena inocular es re l a t i va m e n te pequ e o .Cuando se precise inocular volmenesmayores, hay que recurrir a la inyeccinen la musculatura pectoral36. Estos ms-culos unen las extremidades anteriores ala superficie interna del peto. La agujadebe insertarse paralelamente al peto,por debajo del antebrazo y lo ms ven-tralmente posible (fig. 17).

    Va intracelmica

    Se emplea espor d i c a m e n te, sobretodo para administ rar volmenes re l a t i va-m e n te grandes de f rmacos que re s u l ta ni mp racticables por va intramuscular os u b c u tnea. En ofidios, es una t c n i c aa rri e s gada, pues re s u l ta difcil conseguirdesplazar los rganos intra c e l m i c o sp a ra ev i tar daarlos. En cualquier caso,la zona ms segura es la comp re n d i d aen el cuadra n te ms caudal del cuerp o ,i n s e rtando la aguja en la zona ve n t ra l ,e n t re dos escamas, y con un ngulo dee n t rada de unos 30 en direccin cra n e-o d o rsal, teniendo la precaucin de noi n s e rtar la aguja en la lnea media, paraev i tar daar la vena abdominal ve n t ra l .En saurios, esta tcnica se realiza con elanimal en decbito dors a l2, insertando laaguja en el cuadra n te caudal dere ch ode la cavidad celmica, en un puntoj u sto craneal al ex t remo proximal de laex t remidad poste rior y con un ngulo dee n t rada de unos 30 en direccin cra n e-o m e d i a l3 6. En quelonios, se re c o m i e n d acolocar al paciente en posicin late ra l ,l eva n tando al mismo tiempo el ex t re m ocaudal del caparazn para conseguirdesplazar lo mejor posible todo elp a qu ete visceral intracelmico. Mante-

    niendo la ex t remidad poste rior ex tendida, el punto de re fe-rencia est situado en la fosa fe m o ral, entre el muslo y elp u e n te espaldar- p eto, insertando la aguja en el punto msve n t ral, para l e l a m e n te a la superficie inte rna del peto, end i reccin craneal. Siemp re debe re a l i z a rse una aspira c i na n tes de la inoculacin para comp robar que no se ha pene-t rado en ningn rgano intracelmico o en algn vaso san-guneo imp o rta n te.

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    Fig. 17. Administracin de frmacos por va intramuscularen la musculatura pectoral de una tortuga medite-rrnea (Testudo hermanni).

    Fig. 18. Celocentesis en una Iguana iguana.

  • La va intracelmica puede emplearsepara administrar grandes volmenes deanestsicos como mtodo de eutanasia,a u n que el fa l l e c i m i e n to del pacientepuede pro l o n ga rse dura n te algunashoras. El mismo procedimiento empleadopara la administracin de frmacos porva intracelmica puede emplearse comotcnica diagnstica para la obtencin yanlisis de exudados alojados en la cavi-dad celmica (celocentesis)2 (fig. 18),colocado en estos casos al paciente endecbito ventral.

    Va endovenosa

    Es especialmente til cuando se re qu i e-re obtener un efe c to fa rmacolgico r p i d o ,como, por ejemplo, en la administ ra c i nde algunos anestsicos, el suminist ro urge n-te de soluciones de calcio en animales qu epadecen crisis hipocalcmicas2 o cuandose necesita practicar la eutanasia del enfe r-m o2. El pro c e d i m i e n to es el mismo que eld e s c ri to en la tcnica para obtencin dem u e st ras de sangre, aunque, dado que lasp a redes venosas son muy finas y fr g i l e s ,pueden pro d u c i rse infi l t raciones no desea-das en el tejido peri va s c u l a r. Por este mot i-vo, es imp o rta n te inye c tar los f rm a c o smuy lenta m e n te y realizar aspira c i o n e ss e riadas para poder ga rantizar que elvaso sigue canalizado dura n te toda lai n te rve n c i n2.

    Va intrasea

    En saurios y quelonios, es muy tilcomo sustitucin de la administracin defrmacos por va intravenosa (especial-mente en la sueroterapia). Los catteresintraseos deben estar provistos de un fia-dor para evitar el taponamiento de la luzde la aguja durante la introduccin de lamisma en la mdula sea. La introduccindel catter resulta dolorosa, por lo que el

    paciente debe mantenerse anestesiado con isoflurano duran-te toda la maniobra.

    En saurios, se recomienda insertar el cat ter en la mese-ta tibial2 , 3 6, manteniendo la ex t remidad fl exionada paraexponer la mayor superficie posible (fig. 19). Es conve n i e n-te realizar una incisin con una hoja de bistur entre dos

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    PATOLOGA DE REPTILES

    Fig. 19. Introduccin de un catter intraseo en la mesetatibial de una Iguana iguana, manteniendo flexiona-da la articulacin de la rodilla.

    Fig. 20. Comprobacin radiogrfica de la correcta coloca-cin del catter intraseo en el canal medular de latibia de una Iguana iguana.

  • escamas antes de ta l a d rar con el ex t re m odel trocar que ha de intro d u c i rse lenta-m e n te, realizando giros a dere cha ei z qu i e rda y siguiendo el eje longitudinalde la tibia. La profundidad de penet ra-cin debe calcularse prev i a m e n te en fun-cin de la longitud total de la tibia, te n i e n-do en cuenta que el ex t remo del tro c a rno debe alcanzar la epfisis distal de lamisma. Una vez alcanzada la pro f u n d i-dad deseada, se ret i ra el fi a d o r, espe-rando unos segundos para comp robar lasalida de sangre por el ex t remo superi o rdel tro c a r, seal inequ voca de que laposicin es corre c ta. Si no brota sangre ,debe aspira rse con una jeringuilla o ta m-bin puede intro d u c i rse una pequ e acantidad de suero fi s i o l g i c o3 6. En casode que el trocar est mal colocado seo b s e rva r una ex t ravasacin del sueroen la musculatura, apreciable por palpa-c i n3 6. En cualquier caso, la corre c tacolocacin del trocar puede comp ro b a r-se mediante ra d i o grafas de la ex t re m i-

    d a d2 , 3 6 en proyecciones late ro l a te ral y dors ove n t ral ( fig. 20). Fi n a l m e n te, el ex t remo superior del trocar se suturaa la piel, realizando un ve n d aje con mate rial auto a d h e re n tep a ra fijar el trocar y ev i tar que se mueva o se salga. En sau-rios, tambin se ha descri to la colocacin del trocar en lac avidad medular del f m u r, insertndolo desde su ex t re m od i stal. Sin embargo, esta tcnica pre s e n ta la desve n taja deque se puede daar la articulacin de la ro d i l l a3 6, ademsde que, una vez colocado, el ex t remo superior del tro c a rroza consta n te m e n te con el suelo del te rra rio, pudiendo con-ta m i n a rse con mayor facilidad. En quelonios, el lugar deeleccin para la introduccin del cat ter intraseo es elp u e n te seo que une el espaldar con el peto. Este puenteseo se encuentra basta n te calcificado en superficie, por loque para la introduccin de la aguja se hace necesario re a-lizar un ori ficio con una broca fina est ril. El punto de entra-da es el borde libre caudal, buscando siemp re la posicinms centrada y ta l a d rando en direccin craneal, para l e l a-m e n te al peto. Una vez colocado en posicin, el trocar ses u j eta a la placa cutnea empleando resina epoxy de r p i-da polimerizacin. Este pro c e d i m i e n to re s u l ta comp l i c a d oen quelonios con un peso infe rior a 500 gramos. Comoa l te rn a t i va , puede emp l e a rse la cavidad medular del f m u r,pues la tibia es ge n e ra l m e n te demasiado fina y est re ch a .

    TCNICAS DIAGNSTICAS Y TERAPUTICAS

    PATOLOGA DE REPTILES

  • TCNICAS DIAGNSTICAS Y TERAPUTICAS

    PATOLOGA DE REPTILES

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  • PATOLOGA LIGADA AL MANEJO

    PATOLOGA DE REPTILES

    A. MARTNEZ-SILVESTRE

    Centre de Recuperaci dAmfibis i Rptils de Catalunya (CRARC).Santa Clara, s/n. 08783 Masquefa. Barcelona

    A seleccin que se ha realizado en el presente captulo corresponde a procesos patolgicosobservados en su mayor parte en la clnica diaria. De todos modos, se ha incluido alguna enfer-medad ms propia de instituciones zoolgicas o centros de acogida. En cualquier caso, todasellas son suficientemente ilustrativas como para conocer la importancia del manejo de estas espe-cies en la prevencin de enfermedades.

    LL

  • disqueables (semillas, races, cartlagos...), y tambin convie-ne asegurar un substrato parecido al natural (tierra parahozar, hojarasca, ramas...). En todos los casos es recomen-dable administrar una dosis nica de vitamina A (5.000u.i./kg, va intramuscular).

    EROSIN/ABRASIN ROSTRAL

    Son muchas las especies de lagartos y serpientes queintentan huir de una situacin estresante, o bien intentanseguir un comportamiento innato de meterse en cualquiergrieta u oquedad. Como consecuencia de estos comporta-mientos en el terrario, se van lacerando las escamas cranea-les de la cabeza, hasta que se forman verdaderas erosiones,con exteriorizacin de la dermis e incluso de los huesos sub-yacentes (fig. 2), suele ocurrir en situaciones de estrs, conintentos de huida (Physignatus cocincinnus) . Tambin es fre-cuente en animales muy inquietos, activos y exploradores(Python sp.). Animales con estereotipias ( Iguana iguana) obien en condiciones de terrario inadecuadas (rincones delterrario no romos, afilados, abrasivos).

    Las heridas que se provocan en la cabeza se colonizanpor multitud de microorganismos, con lo que se puede dar

    SOBRECRECIMIENTO DEBOCA Y UAS

    L d e s a rrollo continuadodel pico y de las uas entortugas es algo fisiolgi-co. El crecimiento de estase st ru c t u ras crneas es

    continuo y, por ello, en los hbitats dondeviven, mordisquean, hurgan, escarban yhacen un sinfn de actividades dirigidas ac o n t rolar este cre c i m i e n to. En cuantoestos animales viven en cautividad, y nilas dietas ni el substrato son los adecua-dos, aparecen problemas de este tipo. Enestos casos (fig. 1), el animal se alimentade una dieta excesivamente blanda, vivesin material abrasivo en el substrato o estm a n tenido en un suelo enmosaicado.Adems, se ha relacionado un procesode falta de vitamina A en animales adul-tos como factor predisponente al creci-miento excesivo de las partes crneas.

    Se observa nicamente en tortugas1,2;el exceso en el desarrollo de las lminasde queratina lleva a una deformacin talque impide la correcta funcionalidad delas estructuras donde se produce. El ani-mal deja de alimentarse correctamente ose desplaza con dificultad. Las porcionessobrecrecidas de la boca son frgiles ypueden romperse con lo que sta quedatotalmente deformada.

    El tratamiento consiste en el recortequirrgico de las partes sobrecrecidas.Generalmente no estn vascularizadas yno representan una gran dificultad. Slolas uas pueden tener pequeos vasossanguneos, que sangran al corta rl a s .Puede tener que repetirse esta accinalgunos meses despus. De modo pre-ventivo, se debe proporcionar a los ani-males dietas con alimentos duros y mor-

    PATOLOGA LIGADA AL MANEJO

    PATOLOGA DE REPTILES

    EE

    Fig. 1. S o b re c recimiento del pico crneo en una tortuga medi-t e rrnea (Testudo herm a n n i) mantenida largo tiempoen un piso, y con dietas blandas e inadecuadas.

  • una gran variedad de infecciones. El tra-tamiento consiste en corregir el defectode instalacin en el terrario y aplicar unantibitico adecuado local o sis tmico, sies necesario3. Los animales recin adqui-ridos deben estar tranquilos y sin dema-siadas causas de estrs a su alrededor.Se han de evitar sustos e intenciones dehuida, sobre todo en colecciones zool-gicas con afluencia de pblico. La cua-rentena que se debera realizar rutinaria-mente en todos los centros zoolgicossirve de ayuda para que el animal recinllegado se acostumbre a la presenciahumana y a las nuevas instalaciones,antes de ponerlo en exposicin y arries-garse a provocar automutilaciones comola descrita.

    DISECDISIS/RETENCINDE MUDA

    Nu eva m e n te, se tra ta de una consultamuy comn en clnica herp etolgica. Lamuda de los reptiles es un hecho fi s i o l g i-co relacionado con los foto p e riodos, lahumedad ambiental y el ritmo de cre c i-m i e n to del animal (y, por lo ta n to, con lad i eta), todo ello regulado por la funcint i roidea. Las principales causas pre d i s p o-n e n tes son un ambiente seco o bien unahumedad re l a t i va demasiado baja, ausen-cia de un lugar apropiado para el bao,c a qu exia, nutricin desequ i l i b rada y desr-denes endocrinos o enfe rmedades sist m i-c a s4 , 5. La mayora de retenciones de mudase observan en serp i e n tes y laga rtos, aun-que pueden encontra rse de vez en cuan-do en quelonios acuticos (fig. 3). Ad e-ms, la frecuencia de muda vara conside-ra b l e m e n te entre especies, edad, peri o d ode cre c i m i e n to, balance endocrino y fa c to-res ex te rnos al reptil. Los individuos jve n e ssuelen tener mudas ms fre c u e n tes que losa d u l tos. Puede ser til tomar muest ras de

    las reas retenidas y analizarlas para descartar pro c e s o si n fecciosos sistmicos o para s i taciones por caros. Es muyi mp o rta n te realizar una anamnesis detallada y comp l eta .

    El tratamiento consiste en humedecer con agua tibia elanimal y realizar una extraccin manual con ayuda de unhisopo hmedo. Se tiene que actuar con mucho cuidado,sobre todo con las escamas de la cabeza (por ejemplo,escamas oculares). Se han relacionado procesos de disec-disis en serpientes con problemas de hiper o hipofuncin tiroi-dea, por lo que se recomienda asegurar la correcta funcio-nalidad glandular y actuar en consecuencia (ver captulo 3:Enfermedades nutricionales y metablicas).

    QUEMADURAS

    M u chas serp i e n tes tienen la tendencia a desplazarse hacialos focos de calor. En muchas ocasiones, la te mp e ra t u ra esdemasiado baja en el te rra rio, y los reptiles se acercan ta n to alfoco calorfico que se producen qu e m a d u ras. De modo casis o rp re n d e n te, el reptil se quema vo l u n ta ri a m e n te con tal dee star caliente. En ot ras ocasiones, las lesiones son fru to de acci-d e n tes (acuarios con agua hirviendo). Los incendios fo re sta l e stambin son una causa de qu e m a d u ras imp o rta n tes en las to r-t u gas silve st re s6 , 7.

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    PATOLOGA DE REPTILES

    Fig. 2. Aspecto de las escamas rostrales de una pitn real(Python regius ) tras repetidos intentos de pasar porun orificio del terrario. Se observa descamacin yexteriorizacin del tejido seo.

  • Por tanto, en cautividad, las causas deestos accidentes consisten en lmparasi n c a n d e s c e n tes f c i l m e n te accesibles,esterillas elctricas o resistencias en con-tacto directo y prolongado con el animal,termostatos averiados o incapacidad delreptil para escoger un lugar fro en elterrario.

    El calor continuado provoca destruc-cin de los tejidos afectados.

    En la piel, posteriormente, se crea unaescara necrtica que puede provocarcambios de pigmentacin o vitligo en lazona, una vez regenerada11.

    Cuando las lesiones se dan en lacabeza, suelen crearse obstrucciones delos nostrilos o de las fosetas trmicas porel proceso de cicatrizacin.

    Si las lesiones son internas, puede lle-gar a ser necesario la amputacin de laporcin afectada (fig. 4).

    Se deben desbridar las zonas necr t i-cas, aplicando pomadas antibiticas y epi-te l i z a n tes y administ rando antibiticos dea mplio espectro. Se ha comp robado la efi-cacia de la sulfadiacina argntica t p i c a .

    Es conve n i e n te administ rar electro l i-tos con complejo multivitamnico B ycido ascrbico. El volumen de fl u i d o sre qu e rido vara considera b l e m e n tesegn el grado de la lesin y la especiet ra tada, pero suele re a l i z a rse una re h i-d ra tacin pare n te ral a razn del 4% delpeso vivo. De este modo se asegurauna corre c ta perfusin renal dura n te lasp ri m e ras 24 horas. Si las qu e m a d u ra sa fe c tan a ms del 30% del animal, esc o nve n i e n te aplicar fl u i d ote rapia intra -sea al menos dura n te las pri m e ras 48h o ra s8.

    HIPOTERMIA

    Un excesivo descenso de las tempera-turas, cambios bruscos de temperatura

    con predominio de las ms bajas o un mantenimiento trmi-co inadecuado producen efe c tos locales y sist m i c o s ,dependiendo de la gravedad y duracin de las causas.

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    Fig. 3. Retencin de escamas en una tortuga cabezona asi-tica (Platisternon megacephala). Este animal acuticoestaba mantenido en un terrario sin acceso al agua.

    Fig. 4. Chamaeleo fischerii con lesiones por quemadurainterna. Se observa un ennegrecimiento de la extre-midad, que tena una necrosis muscular por haberestado unos segundos accidentalmente en el interiorde un microondas.

  • Puede darse un proceso de malfunciona-miento de enzimas digestivas, con lo quese enlentece la digestin y puede llegar-se a un proceso de timpanismo o reten-cin de heces. Este cuadro se complicageneralmente con problemas de disbac-teriosis intestinal.

    La hipotermia afecta tambin al estadoimmunitario provocando una importantedepresin de la respuesta humoral y celu-lar, en respuesta a estmulos antignicos3.En esta situacin, el animal sufre general-mente infecciones bacterianas secunda-rias (procesos rinticos en qu e l o n i o s ,etc.)12.

    Si la temperatura llega a lmites dema-siado bajos, se pueden dar congelacio-nes focales en extremidades o cola, quellevan a procesos de gangrena seca. Lanecrosis de tejidos drmicos por congela-cin es otra causa impor tante de vitligo.

    Se debe poner gradualmente (entre 2 a 4 horas) al reptila su temperatura corporal ptima. Se han de tratar los pro-cesos secundarios como catarrales o de disbacteriosis intes-tinal y administrar antibiticos bactericidas, puesto que, anteel deficiente estado immunitario del animal, no es recomen-dable el uso de bacteriostticos. En ocasiones, los tejidos urganos congelados se han de amputar proximalmente a lalnea de demarcacin entre tejido vivo y necrtico.

    Para evitar esta situacin, se debe mantener siempre alreptil a su temperatura corporal ptima y revisar el estado delos termostatos. En reptiles hibernantes, han de asegurarselugares con temperaturas no muy oscilantes ni congelantes.

    MORDISCOS DE PRESAS

    Las serpientes jvenes, asustadizas o estresadas puedentener mucha precaucin al comer y no hacerlo cuandoalguien las mira, o tener un carcter retrado y que les hagaincluso temer al ratn que les pasa por delante. Estas ser-pientes tienen muchas probabilidades de que el ratn acabemordindolas. En otros casos, en el momento de la caza, lapresa puede quedar mal capturada y, en un acto lgico dedefensa, morder y provocar graves heridas al depredador(fig. 5).

    Se debe procurar mantener como mximo dos horas a lapresa dentro del terrario con la serpiente. En caso de acci-dente, es importante suturar las heridas y aplicar antibiotera-pia local y/o sis tmica.

    La vehiculacin de microorganismos en el momento delmordisco del ratn es muy comn y se han llegado a diag-nosticar casos de micobacteriosis en animales atacados porroedores.

    GANGRENA DE COLA Y DEDOS

    Todas las estructuras perifricas terminales de muchasespecies de lagartos (dedos, cola) estn vascularizadas porvasos de apenas 0,5 mm de dimetro. Cualquier cambioque produzca una vasoconstriccin u obturacin duraderade esa vena o arteria provocar una irremediable gangrenaseca, que acabar con la cada de la parte afectada. Lascausas ms comunes son el fro en especies tropicales, trau-matismos, infecciones, parsitos hemticos y tromboembolis-mo9. El aspecto inicial es el de ennegrecimiento de la zona

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    Fig. 5. Laceracin en el cuello de unapitn real (Python regius ), produ-cida por el ataque de una de suspresas: un hmster (Cricetus sp.).

  • afectada, prdida de vitalidad y aspectoacartonado (fig. 6). En la mayora de loscasos, el nico tratamiento consiste en laamputacin de la zona afectada. Puedetambin probarse, aunque con un xitorelativo, con agentes tpicos que incre-mentan la vascularizacin, como el dime-tilsulfxido (DMSO).

    PROBLEMAS COMPORTAMENTALES

    La patologa del comportamiento esmuy compleja, y ms an en especies delas que todava no se tienen valores niestudios suficientes como para valorarcules son los patrones de conducta fisio-lgicos2,10. En la mayora de los casos,est pendiente la realizacin de etogra-mas que permitan conocer cmo se com -portan estos animales en una correctacautividad.

    Las anomalas del comp o rta m i e n toclsicamente estudiadas son cuatro:

    Ingestin de cuerpos extraos

    Es consecuencia del estrs, superpo-blacin, monotona y, ms raras veces,por confusin de presa. La ingestin delodo, piedras y otros cuerpos extraos depequeo tamao es normal en algunasespecies de quelonios (Cuora sp.) ymuchas de saurios y crocodilianos. Slopuede repercutir en la salud del animalcuando es consecuencia de situacionesanmalas (ingestin de materiales poraburrimiento, estrs, etc.) o confusionesde presa (en algunas serpientes que hanvivido durante mucho tiempo en cautivi-dad) por activacin del estmulo de cazay alimentacin con objetos no apropia-dos. Puede desencadenarse una graveobstruccin intestinal, con lo que est enpeligro la vida del animal. Generalmente,

    los cuerpos ingeridos quedan durante largo tiempo en elestmago, por lo que el animal pierde el apetito al no poderdigerirlo. Los crocodilianos son propensos a ingerir materia-les no digestibles a causa de su comportamiento innato,hecho que en cautividad les puede provocar lceras gstri-cas segn el material que ingieran.

    No suele ser efectivo el uso de frmacos emticos, por loque el tratamiento ms rpido y eficaz es el quirrgico. Sedebe averiguar radiogrficamente o por endoscopia lalocalizacin de la obstruccin e intervenir para su extraccin.El acceso quirrgico al aparato digestivo, as como los tiposde sutura y mantenimiento postoperatorio, no representangrandes diferencias en relacin al resto de animales. La nutri-cin parenteral y la fluidoterapia se deben proporcionardurante el postoperatorio. Puede ser til administrar protecto-res de la mucosa gstrica en caso de ulceraciones provoca-das por cuerpo extrao. Los ms utilizados son la cimetidina,ranitidina y sucralfato.

    Masturbacin

    La vida en soledad de muchos reptiles hace que, en elmomento de bsqueda de pareja, reorienten sus instintoshacia obje tos lo ms parecidos posible a su pareja sexual.Los machos de tortugas de tierra se dirigen ansiosos hacialos zapatos de sus propietarios, pelean con ellos e inclusolos copulan. Las iguanas macho se dirigen a sus propietarias

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    Fig. 6. Gangrena digital completa en la extremidad poste-rior de una iguana comn (Iguana iguana).

  • (por reconocimiento olfativo de ciertasferomonas humanas) y las cortejan, lle-gando a ser molestas e incluso a hacerdao por mordiscos y araazos. Muchastortugas de agua se conforman buscandoelementos del decorado (piedras, tron-cos, corchos...) que se asemejen a susparejas para vaciar en ellos la pulsinreproductora2 (fig. 7).

    La solucin a este problema comp o r-ta m e n tal es compleja y debe adapta rs ea cada caso en part i c u l a r. La cast ra c i nno es en absoluto recomendable entodos los casos, slo en aquellos enque re a l m e n te ex i sta mucha agre s i v i d a dy no sea posible contro l a rla con mto-dos paliativos o sust i t u t i vos del est m u l o .Adems, la cast racin no es un siste m atota l m e n te infalible para eliminar laf u e n te hormonal causante de este dese-qu i l i b ri o .

    En iguanas y va ranos machos ha sidode utilidad pro p o rcionar muecos det rapo o goma que parezcan sus pare j a s ,en los que los animales puedan satisfa-cer sus necesidades. En ot ras ocasiones,el nico sust i t u to eficaz es una pare j areal, lo cual implica estar dispuesto aa d qu i rir y mantener ot ro animal en elte rra rio o, al menos, en un te rra rio apar-te, debindoseles juntar unos pocosmeses al ao.

    Existe la alternativa de administrar dia-cepam (2,5 mg/kg, por va intramuscular)durante los periodos en que duran estoscomportamientos. Nuevamente, slo serecomienda en casos en que hay agresi-vidad aadida.

    Los casos en que el animal no tieneagresividad, suelen remitir por s solos alcabo de unas cuantas pseudocpulastranquilizadoras. En estos casos, lo mejores seguir un tratamiento conservador ydejar que desaparezca. Suele tardar deentre unas semanas a dos meses, depen-diendo de la especie.

    Agresividad territorial

    Tambin fre c u e n te en animales tenidos en espaciospequeos o muy masificados. Muchas especies son tremen-damente tolerantes, llegando a poder soportar densidadesde cientos de animales en 50 m2 (tortuga de Florida, Tra -chemys scripta). Contrariamente, otras no toleran ver a unmacho rival en cientos de metros cuadrados (Geochelonesulcata, Agryonemys horsfieldii, Iguana iguana...) .

    Suele ocurrir entre machos y tras la introduccin de unmacho nuevo en la instalacin. El macho anteriormentedominante establece una lucha por el poder para manteneras su dominancia ante un posible rival. Las luchas en la natu-raleza suelen acabar con la retirada honrosa del machosumiso o perdedor, que buscar otros territorios u otras hem-bras a las que copular. En cautividad, esto es imposible, y lahuida slo pospondr un nuevo encuentro, al cabo de horaso das, con el macho dominante nuevamente. De este modo,la batalla deja de ser ritual y se convierte en una pelea san-grienta (fig. 8), en la que puede haber lesiones graves paralos animales afectados.

    La mejor solucin es separar, no el macho sumiso, sino eldominante, en una instalacin aparte, donde se calmarsolo. El macho inofensivo se deja para que conozca al resto

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    Fig. 7. Comportamiento de masturbacin en una Pelodiscussinensis. El animal sujeta una piedra del tamao de lahembra y busca el cuello imaginario para morderlamientras la copula.

  • de animales de la instalacin y se esta-blezcan nuevos lazos y jerarquas. El msa gre s i vo, cuando est calmado, sepuede volver a poner en la instalacin. Enese momento, ya no ser el jefe y segu-ramente estar mas apaciguado.

    De modo preventivo, se debe evitar lamasificacin de animales en cautividad.

    Sndrome de maladaptacin

    Durante demasiado tiempo, este sn-drome ha sido un estupendo cajn desastre donde se incluan todas aquellase n fe rmedades que pasaban por altodurante la prctica clnica diaria.

    Se considera sndrome de maladapta-cin el proceso que lleva a que un animalque est en buenas condiciones corpora-les acabe caquctico y anorxico trasmltiples cambios de instalacin, estrstrmico, manipulacin excesiva o proce-sos de adaptacin a continuas situacio-nes cambiantes. El resto de enfermeda-des que cursan con caquexia/anorexiason enfermedades de origen somtico(infecciosas, parasitarias, etc.) y no pura-mente comportamental.

    Los animales afe c tados tienen unaspecto de intensa caquexia y suelenverse solitarios, apticos y debilitados enalgun rincn de terrarios o instalacionesde reptiles recin importados10 (fig. 9).

    Nu eva m e n te, se deberan insta u rar demodo efe c t i vo los te rra rios de cuare n te n aen todos los comercios que se dedican a lai mp o rtacin de especies exticas. De estemodo, podran aislarse stos del re sto, y tra-ta rlos, y, en el caso de que fueran porta d o-res de alguna enfe rmedad, moriran ante sde llegar al comp rador final, ev i tando as ladiseminacin de enfe rmedades de re p t i l e s .

    El tra ta m i e n to del sndrome de mala-d a p tacin incluye la administ racin de fl u i-d ote rapia intrasea o subcutnea (Ringe r25 ml/kg cada 24 horas), junto con com-

    plejos vitamnicos inye c tables y alimentacin ente ral con com-p u e stos nutri t i vos administ rados mediante sondaje gst rico. Elanimal debe estar tra n quilo, en un lugar caliente y a refugio dee s p e c ta d o res, perros, nios, etc. Au n que muy va riable en fun-cin del animal, esta te rapia suele ser efe c t i va dura n te dosmeses de tra ta m i e n to .

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    Fig. 8. Pelea entre dos machos de tortuga rusa (Agryonemyshorsfieldii). Se observa que el macho dominantetiene la posicin mas beligerante, mientras que elvencido tiene una importante herida nasal.

    Fig. 9. Intensa caquexia por maladaptacin en una iguanacomn (Iguana iguana). Se observa la piel acartona-da y relieves seos marcados.

  • BIBLIOGRAFA

    PATOLOGA DE REPTILES

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  • ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABLICAS

    PATOLOGA DE REPTILES

    N. J. B ROTNS

    Clnica Veterinaria Mdano. San Ramn, 77. 03560 Campello (Alicante)

    ODAVA se desconocen muchos detalles sobre la alimentacin de reptiles en libertad. Adems, enmuchas ocasiones resulta muy complicado ofrecer dietas equilibradas a los reptiles mantenidosen cautividad, bien por escasez de recursos (diferentes tipos de insectos para reptiles insectvorosy omnvoros) o por falta de informacin sobre los requerimientos nutricionales de cada especie.Estas carencias favorecen la aparicin de enfermedades nutricionales que son muy frecuentes en

    reptiles cautivos, pero muy raras o nunca descritas en animales en libertad.Sin lugar a dudas, la enfermedad sea metablica (casi siempre relacionada con dietas carentes en cal -

    cio y vitamina D3) es la enfermedad nutricional observada con mayor frecuencia en la clnica diaria. No obs-tante, tambin son frecuentes las manifestaciones debidas a carencias de otros elementos (como la falta deyodo, que puede dar lugar a hipotiroidismo) o de vitaminas (A, B1, C y E), as como las enfermedades debi-das a excesos en algunos de es tos elementos y vitaminas por causas iatrognicas (hipercalcemia, hipervitami-nosis A...) o por desequilibrios en su produccin endgena (hipertiroidismo, hiperuricemia y gota).

    Se incluye tambin en este captulo la urolitiasis vesical, ya que, en definitiva, esta enfermedad est rela-cionada con causas nutricionales, tales como las dietas hiperproteicas en saurios y quelonios herbvoros y/ola hipovitaminosis A.

    TT

  • como de infecciones en odo medio (fig. 2) o en el tracto res-piratorio5,6,10 (rinitis y pneumona) (ver captulo 4: Enferme-dades Infecciosas). Las lesiones observadas se deben a unametaplasia escamosa que provoca una excesiva queratini -zacin de los epitelios mencionados8,11. Normalmente, losenfermos estn anorxicos, aunque en gran parte se debe aque no ven el alimento. Si no se trata a tiempo, otros epite-lios de revestimiento, como los de los conductos pancreti-cos, los tbulos renales y/o la uretra, se vern tambin afec-tados1, agravando el pronstico. Si despus del tratamientose consigue que el enfermo abra los ojos y se compruebaque contina anorxico, es muy probable que se hayan pro-ducido daos irreparables en rganos internos.

    El diagnstico se basa en la historia clnica, la sintomato-loga y las lesiones10. Podra confirmarse mediante la deter-minacin de vitamina A en tejido heptico11 (biopsia) o deretinol en plasma10, pero estas tcnicas rara vez son nece-sarias, siendo ms prctica la confirmacin del diagnsticosegn la respuesta al tratamiento con vitamina A10.

    El tratamiento consiste en la correccin de la dieta y en laadministracin de vitamina A. Se recomienda una dosis deataque por va intramuscular o subcutnea de 400 a 5.000UI/kg6,8,12, continuando con esa misma dosis por va oralcada 7-14 das hasta la remisin de los sntomas9. Convienelimpiar el exudado ocular aplicando gasas hmedas calien-tes y emplear un colirio con asociacin de antibiticos y cor-

    INTRODUCCIN

    AS enfermedades nutricio-nales son muy frecuentesen la clnica de reptilesmantenidos en cautividad.Ello se debe principalmen-te al ofrecimiento de die-

    tas incorrectas o desequilibradas. Por otrolado, existe todava un gran desconoci-miento en lo que respecta a las enferme-dades de origen metablico en reptiles.Sin embargo, el hecho de que no hayansido estudiadas en profundidad no impli-ca que no existan numerosas afeccionesrelacionadas con desequilibrios metabli-cos en estas especies.

    HIPOVITAMINOSIS A/HIPERVITAMINOSIS A

    La carencia de vitamina A es un pro-blema frecuente en galpagos y en tortu-gas de caja (Terrapene spp.)1,2, aunquetambin se ha descrito en iguanas3 y encocodrilos4. La vitamina A existente en elsaco vitelino de la mayora de los neona-tos es suficiente para cubrir las necesida-des durante los primeros seis meses devida, aun en el caso de que se empleendietas carentes de esta vitamina5. Por estemotivo, los sntomas clnicos suelen desa-rrollarse a partir de esa edad. La principalcausa de hipovitaminosis A es el empleode dietas pobres o carentes de carote-noides (g a m m a r u s, jamn de Yo rk ocarne de pollo como nico alimento)6.

    Los primeros sntomas son oculares yse manifiestan por blefaritis uni o bilateraly blefaroedema1,6,7,8,9, que llega a obli-te rar comp l eta m e n te los ojos (fig. 1).Puede acompaarse de lesiones en lamucosa oral (hiperqu e ra to s i s )5 , 8 , 9, as

    ENFERMEDADES NUTRICIONALES Y METABLICAS

    PATOLOGA DE REPTILES

    LL

    Fig. 1. Avitaminosis A en un galpago leproso (Mauremysleprosa). Ntese el severo blefaroedema que impidela apertura normal de los prpados.

  • ticoide. Al mismo tiempo, es necesariauna terapia antibitica parenteral paracombatir las infecciones secundarias. Serecomienda el empleo de enrofloxacinapor va subcutnea en las fosas pectora-les en dosis de 5-10 mg/kg/da6,10.

    Como prevencin, y para evitar recidi-vas, debe recomedarse el empleo de die-tas ricas en carotenoides, como pescadoentero e hgado en galpagos5,8 o dien-te de len y hojas de brcoli en reptilesherbvoros10.

    Debido a la gran confusin existenteen la literatura cientfica en cuanto a ladosis correcta de vitamina A que debeemplearse en casos de avitaminosis, ydado que los preparados que existen enel mercado estn fabricados para suempleo en grandes mamferos, con con-centraciones de vitamina A iguales osuperiores a 100.000 UI/ml, involuntaria-mente el veterinario puede desencadenaruna hiperv i taminosis A iatro gnica deconsecuencias muy grave s10. sta secaracteriza por descamacin de la piel,que en pocos das da lugar a reas eri-tematosas (fig. 3) con formacin de ves-culas5,8.10,13. Para su tratamiento, debenemplearse sueros intracelmicos y apli-car pomadas antibiticas para ev i ta rinfecciones secundarias.

    HIPOVITAMINOSIS B1 (TIAMINA)

    La carencia de vitamina B1 est rela-cionada con el empleo de dietas a basede pescados ricos en tiaminasas5,12. Espues ms frecuente en crocodilianos, que-lonios acuticos y serpientes de agua.Debe sospecharse la carencia de estavitamina en reptiles alimentados exclusiva-mente a base de pescado que pierdanpeso aun manteniendo un apetito ade-cuado12. La hipovitaminosis B1 puededesencadenarse tambin como conse-cuencia del empleo indiscriminado de

    antibiticos, por alteracin de la flora intestinal que participaen la sntesis de esta vitamina5. Cuando existe sintomatolo -ga, puede observarse disminucin del tono muscular, irrita-bilidad12, anorexia y ceguera5.

    El tratamiento consiste en la administracin parenteral detiamina en una nica dosis de 100 mg/kg, aunque es impres-

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    Fig. 2. Otitis en un galpago de Florida (Trachemys scriptaelegans), asociada a avitaminosis A. Ntese la grandeformacin de la membrana timpnica derecha.

    Fig. 3. reas eritematosas con descamacin de la piel en unejemplar de Testudo marginata, como consecuenciadirecta de una hipervitaminosis A iatrognica.

  • cindible corregir la dieta o suplementarlacon al menos 33 mg de tiamina por kg depescado12.

    HIPOVITAMINOSIS C

    La carencia de vitamina C se ha des-c ri to en ofidios y saurios carn vo ro s8. Habi-t u a l m e n te se relaciona con el empleo dero e d o res que no han sido alimenta d o si n m e d i a ta m e n te antes de ser ofre c i d o scomo pre s a s5 , 8. En ofidios, cursa con ru p-t u ra espontnea de la piel5 , 8, por defe c toen la sntesis de colgeno. Esto se debe aque la vitamina C participa en la hidrox i-lacin del aminocido prolina, necesari op a ra la fo rmacin de nuevas protenas. Lav i tamina C, en reptiles, puede sintet i z a rs een el tejido re n a l5 ,14 y tambin a nivel dela fl o ra inte st i n a l5 , 8 ,12, por lo que ot ra sposibles causas de hipov i taminosis Cpodran ser la insuficiencia renal y ele mpleo indiscriminado de antibiticos12.Tambin se ha descri to hipov i taminosis Ccomo causa pre d i s p o n e n te de esto m a t i t i si n fe c c i o s a s1, 5 , 8 ,15 ( ver captulo 4: Enfe rm e-dades infecciosas).

    Pa ra el tra ta m i e n to se re c o m i e n d ae mplear cido ascrbico por vai n t ramuscular a razn de 10 - 2 0mg/kg/da5,8.

    HIPOVITAMINOSIS E

    Se ha descrito en crocodilianos, gal-pagos y ofidios alimentados con presasmuy obesas o de alto contenido en gra-sas1,5,8. En ocasiones, la nica sintomato-loga apreciable es la anorexia seguidade la muerte del paciente1,8,12. La lesinms frecuente es esteatitis5 (nodulacionesamarillas o marrones en tejido graso sub-cutneo o intracelmico)16,17. La peroxi-dacin de los cidos grasos poliinsatura-dos ingeridos origina una reccin infla-

    matoria granulomatosa de la grasa corporal8. La vitamina Eacta como antioxidante y, por lo tanto, previene o reducelos mecanismos de peroxidacin8. Esta deficiencia est tam-bin relacionada con un aumento de la mortalidad fetal encrocodilianos18.

    Deben tratarse con vitamina E (50-100 UI/kg/da)8,15,19y selenio (0,25-0,5 mg de selenato sdico/kg)19 por vaparenteral, adems de corregir la dieta. Como prevencin,en pacientes de riesgo, puede suplementarse la dieta dia-riamente con 15-25 UI de vitamina E8.

    ENFERMEDAD SEA METABLICA (EOM)

    Es probablemente el cuadro patolgico de origen nutri-cional que se observa con mayor frecuencia en la clnica dereptiles mantenidos en cautividad5,20,21,22. Se debe a undesequilibrio en la ingestin de calcio/fsforo21,23,24. Estoocurre con dietas que contienen un exceso de fsforo solu-ble o una falta de calcio (en cantidad o calidad)23,25. Ade-ms, los alimentos ricos en fitatos (como la soja y sus deriva-dos) u oxalatos (como las espinacas)25 reducen la absor-cin de calcio a nivel intestinal26. La enfermedad puede tam-bin desarrollarse cuando los animales no se exponen aradiacin solar no filtrada o el terrario carece de iluminacinultravioleta B (UVB)21,23,24,25, necesaria para la sntesisendgena de precursores de la vitamina D3. Esta vitaminaes necesaria para la absorcin del calcio a nivel intestinal y,por ello, pueden presentarse casos de EOM en animalesque reciben dietas correctamente equilibradas en calciopero que no reciben radiacin UVB (solar o artificial).

    La hipocalcemia estimula la glndula paratiroides, queresponde produciendo una gran cantidad de hormona para-tiroidea (PTH) para vehicular calcio desde el tejido seo ycompensar esta deficiencia24,25,27. Adems, La PTH estimu-la la produccin de 1,25-dihidrocolecalciferol (vitamina D3),que contribuye a la absorcin intestinal del calcio28. Por lti-mo, la EOM en algunos casos puede ser consecuencia deenfermedad renal, ya que en estos casos el fsforo no puedeeliminarse adecuadamente por va urinaria y la hiperfosfore-mia estimula tambin la produccin de PTH24.

    Los sntomas ms tpicos (figs. 4, 5 y 6) son reblandeci-miento con o sin engrosamiento mandibular (saurios), ablan-damiento del caparazn (quelonios), fracturas espontneas,deformaciones seas (fusiones intervertebrales, escoliosis,cifosis, lordosis, arqueamiento de huesos largos)21,25, tem-blores musculares (relacionados con hipocalcemia)24,28,

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  • parlisis de los miembros (por compresio-nes medulares)21,24,25, endurecimiento demasas musculares (por calcificacin intra-muscular), coprostasis (por enlentecimien-to del peristaltismo intestinal), anorexia yletargia21. Si no se trata a tiempo, el ani-mal puede morir o pueden qu e d a rl esecuelas seas. Una de las secuelaso b s e rvadas con mayor frecuencia eniguanas es el acortamiento mandibular(fig. 7). Este defecto se debe a que enestadios juveniles la musculatura de labase de la lengua ejerce una traccinsobre el hueso mandibular impidiendo sunormal desarrollo, mientras que el maxilarcrece a un ritmo adecuado, ya que noexiste traccin alguna sobre l25.

    El diagnstico se basa en la histo ria cl-nica (condiciones de manejo y dieta emp l e-ada), la sinto m a tologa y las lesiones. Siem-p re deben re a l i z a rse ra d i o grafas de to d oel esqu e l eto para poder evaluar la grave-dad de cada caso (fig. 8). Asimismo, esn e c e s a rio llevar a cabo un comp l eto anli-sis sanguneo (hemograma y bioqu m i c as rica) para establecer el pro n stico y elplan te raputico ms adecuado. La analti-ca bioqumica debe incluir, al menos, lad ete rminacin de los siguientes par m et ro s :calcio, f s fo ro, albmina, protenas tota l e s ,cido rico y SGOT-A ST.

    El tratamiento consiste en corregir lascondiciones del te rra rio (te mp e ra t u razonal, humedad, fluorescente UVB 290-310 nm) y la dieta, suplementando concalcio y vitamina D3. En galpagos yot ros reptiles carn vo ros u omnvo ro s ,deben evitarse los alimentos ricos en fs-foro (como jamn de York, carne magra,gammarus, etc.), recomendndose dietasa base de pescado completo, hgado,insectos, gusanos y moluscos. En iguanasy quelonios herbvoros, la lechuga y eltomate como dieta bsica debe comple-mentarse con otras verduras y frutas conmejor ndice calcio/fsforo. En la tabla 1

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    Fig. 4. En g rosamiento y reblandecimiento mandibular enuna iguana verde (Iguana iguana), como sntomatpico de enfermedad sea metablica en estae s p e c i e .

    Fig. 5. Deformaciones de las extremidades relacionadas conel padecimiento de enfermedad sea metablica enuna Iguana iguana. Estas deformaciones pueden serconsecuencia de fracturas o arqueamientos de loshuesos largos, aunque en ocasiones estn relaciona-das con depsitos de sales de calcio sobre la muscu-latura.

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    TABLA I VERDURAS Y FRUTAS RECOMENDADAS PARA LA ALIMENTACIN DEREPTILES HERBVOROS POR SU BUENA RELACIN CALCIO/FSFORO

    Hojas de naboHojas externas de col o repolloCol chinaPapayaCilantroHojas de brcoliBerrosBrotes de mostazaColinaboPerejilAcelgasGrelosHojas de coliflorCol rizadaEndiviasHigosDiente de lenNaranjasTronco y ramas de brcoli (sin la flor)Hojas de remolachaHigos chumbosApio (troncos)CebolletasApio (hojas)PuerrosMandarinaFrambuesasBerenjenaFresasMoras

    7,08-15,95-15,56-14,50-14,00-13,92-13,53-13,46-13,25-13,20-13,00-12,91-12,91-12,76-12,66-12,60-12,40-12,40-12,36-12,35-12,30-12,10-11,90-11,70-11,70-11,50-11,40-11,20-11,20-11,20-1

    Alimento Cociente calcio/fsforo

  • se adjunta un listado con los alimentosrecomendados y su relacin calcio/fsfo-ro. Pa ra el aporte de calcio puedeemplearse lactato clcico21, glicerofosfa-to clcico21 o glucobionato de calcio. Ennuestra experiencia, el que mejores resul-tados parece dar es el glucobionato decalcio al 10%, administrndolo por vaoral a razn de 100-200 mg/kg/dad u ra n te un periodo mnimo de dosmeses29, aunque la dosis definitiva debedecidirse en base a los resultados analti-cos. En aquellos casos en los que existaparlisis muscular por hipocalcemia seve-ra, puede ser necesario iniciar el trata-miento con glucobionato clcico por vaendovenosa o intrasea, aunque debehacerse lentamente para evitar trombosis.Es conveniente tambin administrar cada3-7-10 das (segn el tamao del animal)una gota de Hidroferol (equivalente a240 UI de vitamina D3 en forma de 25-hidroxicolecalciferol) por va oral29. Asi-mismo, es imprescindible emplear unafuente de luz ultravioleta con una longitudde onda comprendida entre 290 y 310nm29 o exponer al paciente durante 3-4horas diarias al sol directo, si el clima lopermite. El empleo de calcitonina de sal-mn para prevenir nuevas emigracionesde calcio desde el hueso hacia la sangre,se encuentra hoy en da en discusin29.Algunos autores recomiendan su uso endosis de 1,5 UI/kg cada ocho horas porva subcut n e a3 0, aunque en nuest raexperiencia se obtienen resultados satis-factorios con una pauta bien distinta: 50U I / kg va i.m. cada siete das2 0 , 21, 2 8(hasta un total de cuatro administracio-nes)29. Es muy importante mantener unaporte adecuado de calcio durante todoel tratamiento con calcitonina para evitarhipocalcemias iatrognicas20,21,28.

    Se recomienda llevar a cabo un segui-m i e n to de cada caso mediante est u d i o sra d i o gr ficos (a los 90, 180 y 360 das

    de iniciar el tra ta m i e n to) y analticas bioqumicas seriadas (alos 30, 90, 180 y 360 das)2 9. Estos controles perm i ten alclnico tomar decisiones sobre la duracin del tra ta m i e n to yaj u star dosis segn los re s u l tados obtenidos. Adems, sonmuy tiles para evaluar posibles secuelas y/o re c i d i va s .

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    Fig. 6. Deformacin del caparazn en forma de pagodachina en un galpago de Florida (Trachemys scriptaelegans) con enfermedad sea metablica.

    Fig. 7. Acortamiento mandibular en una Iguana iguanaadulta, como secuela por haber padecido enferme-dad sea metablica en su etapa juvenil.

  • HIPERCALCEMIA

    La hipercalcemia puede ser fisiolgicaen hembras grvidas, tanto en estadiosprevios a la oviposicin como cuando seproducen fenmenos de reabsorcin delos v u l o s2 5 , 31. Sin embargo, ta m b i npueden originarse estados hipercalcmi-cos patolgicos cuando se emplean die-tas excesivamente ricas en calcio y vita-mina D35 , 21, 2 5 , 3 2 , 3 3, como cuando seincluyen piensos para carnvoros domsti-cos en la dieta de reptiles herbvoros. Enestos casos, la hipercalcemia conduce ala formacin de depsitos de sales decalcio en tejidos blandos (en forma dehidroxiapatita clcica)25. La sintomatolo-ga y las lesiones son muy variablesdependiendo del lugar donde se produz-can estos depsitos: musculatura cardia-ca, aorta y grandes vasos (insuficienciacardiaca), trquea y bronquios (hiperten-sin pulmonar, disnea), aparato digestivo( d i s fagia, enlente c i m i e n to inte st i n a l ,c o p ro stasis), apara to uro ge n i tal (insufi-ciencia renal, distocia), piel (calcinosiscutis), bazo (infarto esplnico), mdulaespinal y encfalo (parlisis, alteracionesneurolgicas, coma)25.

    El diagnstico se basa en la historia cl-nica y la sintomatologa, pero debe con-firmarse mediante analtica srica (la cal-cemia puede alcanzar valores superioresa 40 mg/dl)5 y radiografa21 (puedenverse reas radiodensas correspondien-tes a los depsitos de calcio) (fig. 9).

    Adems de corregir la dieta, para eltratamiento se recomienda el empleo decalcitonina de salmn en dosis de 1,5UI/kg/8 horas por va subcutnea5,32,durante varias semanas, hasta que secompruebe una normalizacin de la cal-cemia. Como en muchas ocasiones el teji-do renal se encuentra afectado, se reco-mienda realizar una sueroterapia por vaintrasea mientras dure el tratamiento.

    Son frecuentes las recidivas al cesar la medicacin y el falle-cimiento de muchos pacientes debido a la irreversibilidad delas lesiones.

    GOTA

    La formacin de depsitos de uratos en el parnquima vis-ceral o sobre las superficies articulares como consecuenciade un estado de hiperuricemia persistente se denominagota26,38. La hiperuricemia puede presentarse en cualquiertipo de reptil. Sin embargo, es mucho ms frecuente en repti-les herbvoros a los que errneamente se les ofrece dietasricas en protenas5,24 (carne magra, jamn de York, piensopara carnvoros domsticos, etc.). Tambin es frecuente enreptiles a los que se les priva del agua de bebida y que, porlo tanto, padecen un estado de deshidratacin5,24,26. Losreptiles acuticos son menos susceptibles al padecimientode esta enfermedad, ya que en este g rupo de animales elproducto final del metabolismo de los compuestos nitroge-nados no es el cido rico, sino que son capaces de pro-ducir grandes cantidades de urea y amoniaco5.

    El cido rico se elimina en fo rma de ura tos por secre c i na c t i va en la porcin proximal de los tbulos renales. Por lota n to, cualquier lesin que se produzca en el epitelio del tbu-lo renal conducir a una disminucin en la exc recin de ura-to s24. De aqu que a veces la hiperu ricemia, en los ga l p a-gos, sea re a l m e n te la consecuencia de una av i taminosis A.

    Por ltimo, tambin se pueden dar algunos casos iatrog-nicos, por empleo indebido de gentamicina o sulfamidas(con actividad nefrotxica) durante tiempo prolongado5.

    Una vez que el estado de hiperu ricemia se insta u ra, losd e p s i tos de ura tos pueden pro d u c i rse en cualquier rga n oo tejido. Segn su localizacin, la gota puede clasifi c a rse eng ota visceral, articular o peri a rt i c u l a r. La ms fre c u e n te es lag ota visceral, siendo los rganos ms afe c tados el saco peri-c rdico, el hgado, la corteza renal y el bazo5. La sinto m a to-loga en estos casos es poco ev i d e n te, manife stndose aveces slamente con anorexia. El diagnstico pre s u n t i vo slopuede esta b l e c e rse con una profunda anamnesis y re a l i z a n-do un anlisis de cido rico en sangre. En cuanto a la gotaa rt i c u l a r, es mucho ms ra ra5, y se cara c te riza por depsito sde ura tos en las art i c u l a c i o n e s24. La sinto m a tologa se mani-fi e sta por un engro s a m i e n to de las articulaciones (a veces deslo un dedo), que da lugar a inmovilidad por dolor art i c u-l a r5. En ocasiones, estos cri stales son visibles ra d i o gr fi c a-m e n te (aunque, para ello, la lesin debe estar ya calcifi c a-

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  • d a )5. La confi rmacin puede re a l i z a rs etomando una muest ra mediante aspira c i nde la lesin con aguja fina y tincin cito-lgica de rutina, para evidenciar los cri s-ta l e s de ura to s5. Al realizar biopsias, debere c o rd a rse que los cri stales de ura tos sed i s u e lven en fo rmol, por lo que las mues-t ras susceptibles de contener ura tos nodeben fo rm o l a rse.

    El pronstico es sombro, salvo enaquellos casos en los que el diagnsticosea precoz.

    El tratamiento consiste en corregir la causa, ya que noexiste ninguna medicacin completamente eficaz. Se haensayado con alopurinol12,34,35,36,37,38, probenecid34,37 ycolchicina12,24,37 pero los resultados son, cuando menos,contradictorios5.

    HIPOTIROIDISMO/HIPERTIROIDISMO

    Se desconocen todava muchos aspectos de las endocri-nopat