Altiplano - n Perú-Boliviana, entre 1837 y 1839, de la cual es el numen y Protector. A...

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Diciembre de 2015. Año 1, Número 1. ISSN 2545-6229. Centro de Estudios Fundación Antigua Archivo de Hechos e Ideas de la Política Latinoamericana PAPELES DE ESTUDIO SOBRE PENSAMIENTO POLÍTICO LATINOAMERICANO ALTIPLANO

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Diciembre de 2015.

Año 1, Número 1. ISSN 2545-6229.

Centro de Estudios Fundación Antigua Archivo de Hechos e Ideas de la Política Latinoamericana

PAPELES DE ESTUDIO SOBRE PENSAMIENTO POLÍTICO LATINOAMERICANO

ALTIPLANO

Año I, Número 1, Diciembre de 2015.

ISSN 2545-6229.

Altiplano Papeles de estudio sobre pensamiento político

latinoamericano. Año 1. N°1.

Altiplano. Papeles de Estudio sobre Pensamiento Político Latinoamericano, es una publicación

del Centro de Estudios Fundación Antigua [fundacionantigua.wordpress.com]. Año I, número 1,

Diciembre de 2015. Buenos Aires, Argentina. ISSN 2545-6229.

Confederación y nacionalismo en la mirada y la praxis del Mariscal Andrés de Santa Cruz.

Un caso de “experiencia sumergida”

Dr. Fabián Lavallén Ranea – Lic. María José Pedreros.

“Hay un extraño tremolar de banderas (…) Son sus soldados en marcha hacia la eternidad…”

Alfonso Crespo. Santa Cruz. El Cóndor Indio.

FundaciónAntigua. Archivo de Hechos e Ideas de la política latinoamericana.

Caracas 4622. PB 1. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. República Argentina.

“Confieso que me acerco a

este indio, con más respeto que al

Rey de Inglaterra”.

Hugh Wilson. Cónsul Británico.

El Mariscal Andrés de Santa Cruz y

su “experiencia sumergida”.1

Las experiencias políticas que vive el

Altiplano en el proceso que va desde los

antecedentes a la Revolución de

Independencia hasta la formación de los

estados, es de una notable porosidad y

complejidad. Los contactos, los exilios y

las redes de pensadores2 que se

conformaron durante décadas, le

permiten a Snajder y Roniger hablar de

un caso “sobresaliente” de dinámicas

transregionales, sobre todo para las

regiones del Perú, Bolivia y Chile,

espacios donde ese elemento

transregional fue “reconstituido” a partir

de la independencia.3

Entre los múltiples líderes que el siglo

XIX nos ha legado, el caso del Mariscal

Andrés de Santa Cruz es uno de

aquellos que se destaca por sobre el

resto con una inédita serie de

1 Tomamos el concepto de Andrés Solíz

Rada, el pensador boliviano que lo aplica al estudio de Carlos Montenegro, entre otros, al que considera que la historia política boliviana “ha sumergido”, es decir, los ha ocultado para que no ocupen un lugar central de la literatura actual, oscureciendo su pensamiento y sus cosmovisiones. 2 Ver: Lavallén Ranea, F. (2016).

Pensamiento en el exilio. En: Altiplano. Papeles de estudio sobre Pensamiento Político Latinoamericano. Año II, N° 4. C.E.F.A. Bs As. 3 Snajder, M. – Roniger, L. (2013). La política

del destierro y el exilio en América Latina. FCE. Bs As. p.95.

singularidades, y entre estas, la mirada

panorámica y estratégica que tuvo sobre

el contexto de su “patria chica”, como así

también para la región en su conjunto.

Andrés de Santa Cruz, nacido en 1792

en la Paz y formado en el ejército

español, no fue como otros grandes

próceres que se plegaron a la Revolución

al poco tiempo de comenzada la misma.

Todo lo contrario. Se mantuvo entre las

filas godas a lo largo de la mayor parte

de la Guerra de Independencia. De

hecho, para la época de las batallas de

Vilcapuyo y Ayohuma, de gran impacto

para nuestro territorio argentino, estaba

entre los hombres de armas del

Virreinato, y recién a fines de la década

se suma a la tropa libertadora

comandada por el General José de San

Martín.

Posteriormente, al igual que Bernardo de

Monteagudo, tuvo la suerte de estar bajo

las órdenes del “otro” gran Libertador,

Simón Bolívar, e incluso ocupar el

Estado Mayor de la división peruana.

Pero haber estado bajo las órdenes de

las dos máximas figuras suramericanas

no fue su única escuela política. Si

faltaran particularidades en su

experiencia de gestión, en 1826 es

nombrado Presidente del Consejo de

Gobierno del Perú, durante la dictadura

de Bolívar, para luego representar a ese

país ante la flamante República de Chile

como plenipotenciario, y posteriormente,

en 1829, ocupar la primera magistratura

de la recientemente creada Bolivia, nada

menos que durante una década.

Ser parte del ejecutivo de dos estados

latinoamericanos, aunque en formación,

y con los cuales poseía un caudal de

identificación notable, ya lo hacen un

personaje singular y digno de un mayor

estudio. Pero el corolario de tamaña

experiencia, se cierra con uno de los

proyectos más ambiciosos de los

doscientos años de vida independiente

suramericana: la creación de la

Confederación Perú-Boliviana, entre

1837 y 1839, de la cual es el numen y

Protector. A pesar de estos

antecedentes, su imagen ha estado

históricamente negada. Como nos dice la

historiadora María Eliza Fernández, “su

impopularidad no sólo se observa en los

escritores peruanos, que lo muestran

como un usurpador boliviano de la

soberanía del Perú, sino también, y

curiosamente, por historiadores

bolivianos, que lo culpan de haber

buscado favorecer al Perú a expensas de

Bolivia.” 4

4 Fernández, M.E. (1989). El Mariscal Andrés

de Santa Cruz. HISTORIA, Vol. 24, 1989: 215-252

El Cóndor organizador.

Santa Cruz demostró una preocupación

geopolítica y organizacional atípica para

su tiempo, nutriendo al ideario político de

representaciones pan-andinas, y

modelos organizacionales de un

gigantismo institucional difícil de

equiparar. La Confederación abarcaba

territorios disímiles, amplios y ricos,

nutridos en recursos, alimentos, culturas

y potencialidades. Pero el panorama

desalentaba. Bolivia era un millón de

habitantes, “mal alimentados y en su

mayor parte analfabetos”, poblando más

de tres millones de quilómetros

cuadrados.5 Cada una de las secciones

que se fusionaron en la Confederación,

ya poseía un centro de poder simbólico

y político: el Nor-Perú, con su poder en

Lima; el Sur Perú con su centro en

Arequipa, y el Alto Perú con su centro en

La Paz.6 Cada sección con sus

heráldicas y sus banderas, todas unidas

bajo el brazo fuerte y ordenador del

Mariscal.

A pesar de las resistencias de Lima al

proyecto, debemos tener en cuenta que

desde la época pre-hispánica este “ente”

se estaba soldando, ya que como nos

dice Morales Padrón en una obra clásica,

aymarás de Bolivia y quechuas del Perú

eran “hermanos en muchos aspectos”,

consolidándose esa relación por el

gobierno único de incas, y ratificándose

bajo el dominio español.7 A pesar de

esto, hay cierto acuerdo entre los

historiadores peruanos y bolivianos, que

aunque existía una “racionalidad

esencial” para la reconstitución de las

fronteras entre el Alto y el Bajo Perú,

como nos dice una reciente publicación

del Instituto de Estudios Peruanos (IEP),

el destino de la Confederación

5 Crespo, A. (1944). Santa Cruz. El cóndor

indio. México. FCE. p.98. 6 Sanchez, L. (1975). América desde la

Revolución emancipadora hasta nuestros días. Madrid. Edaf. p.141-142. 7 Padrón Morales, F. (1975). Historia General

de América. Tomo VII. Espasa-Calpe. Madrid. p.227.

“probablemente estaba impregnado

desde el principio por una serie de

intereses nacionales e internacionales

que jugaban en su contra”.8

En otro trabajo del IEP,9 los historiadores

Contreras y Cueto apuntan que el

enfrentamiento entre la Confederación

Perú-Boliviana ha sido presentado por la

historiografía como una guerra

internacional entre ésta con Chile,

cuando “fue en verdad una guerra civil,

con la injerencia de países vecinos cuyas

identidades nacionales aún no se

dibujaban nítidamente”.10

8Kláren, P. (2014). Nación y Sociedad en la

Historia del Perú. Lima. IEP. p.199. 9La producción historiográfica y teórica del

Instituto de Estudios Peruanos (IEP) la estamos analizando como tesis doctoral para el Doctorado en Educación de la Universidad del Salvador. 10

Contreras, C. – Cueto, M. (2004). Historia del Perú Contemporáneo. Lima. IEP.p.108.

Previo a ese entramado múltiple, Santa

Cruz había organizado la administración

de la República de Bolivia, creando e

instituyendo.

En su experiencia como mandatario de

Bolivia, no sólo determina una

organización constitucional notable, sino

que además, se adentra en un

“creacionismo institucional”

absolutamente pionero: re-estructura la

Educación, equilibra el Presupuesto,

cancela las deudas externas del estado,

fomenta la agricultura, la ganadería y la

minería, y hasta redacta los códigos

civiles y penales, junto con el de

comercio, minería y procedimientos,

convirtiendo a Bolivia en el primer país

de la región en obtener una legislación

completa de tamaña envergadura.

Implementó claras medidas

proteccionistas, elevando las tarifas de

los textiles de algodón, de los licores y

vinos europeos, prohibiendo la

importación de textiles baratos que eran

producidos en Bolivia.11

A pesar de todo esto, no altera la

estructura social básica ni del Perú ni

de la nueva Bolivia. En ese sentido, es

como nos dice Abelardo Ramos, un puro

11

Safford – Jacobsen (2003). Las economías

de la América Andina. 1830-1885. En: AA.VV. Historia de América Andina. UASB. Ecuador. p.71.

“edificio político”.12 A pesar de esa

deuda, el edificio constituido, hoy a la

distancia, se nos aparece como

gigantesco.

Entre otras cosas, Santa Cruz debió

contemplar para su conformación la

organización de una logia llamada Gran

Oriente del Titicaca, dejando en el Perú

“agentes y corresponsales encargados

de tenerle al tanto de los

acontecimientos”, y de preparar el

terreno para implementar su proyecto, el

cual fue elaborado a lo largo de seis

años.13

Incorporó indigentes a la Educación,

abriendo la mirada formativa hacia

múltiples experiencias. Profesionalizó el

ejército de manera notable, ordenando

12

Ramos, J.A. (2011). Historia de la Nación Latinoamericana. Buenos Aires. Peña Lillo. p.262. 13

Finot, E. (1998). Nueva Historia de Bolivia. La Paz. Ed. Juventud. p.210.

los números, las estadísticas y la

información con la que contaba la

administración. Realizó los primeros

censos, tanto en Bolivia como en el Perú,

y hasta creó Casas de Estudios, de las

cuales algunas cuentan entre las más

prestigiosas de la historia del continente,

como la Universidad Mayor de San

Andrés (en la Paz), y la Universidad de

San Simón (en Cochabamba).

Sobre la formación de cuadros

intelectuales y políticos tuvo una notable

preocupación, incluso proyectando el

envío de hombres a Europa para que

“adquirieran conocimientos de utilidad

práctica”, en palabras de Arguedas,14 e

incluso solicitando a Francia que le envíe

hombres calificados para que trabajen

como educadores.15 Pero además, creó

un régimen policial, consolidó el ejército

moderno de Bolivia, planificó la

infraestructura de caminos y conexiones,

y reglamentó las administraciones

públicas de prefectos, corregidores y

alcaldes, y hasta reformó el sistema

tributario.

El líder debió emprender la tarea de

organizar e institucionalizar la República,

teniendo el urgente desafío de crear las

14

Arguedas, A. (1959). Los caudillos letrados. Libro II. Obras Completas. México. Aguilar. p.293. 15

Sobrevilla Perea, N. (2015). Andrés de Santa Cruz, Caudillo de los Andes. Lima. IEP.p.148.

condiciones económicas para que el

presupuesto sea solvente, estableciendo

aranceles proteccionistas, regulando el

crédito público, la normalización

aduanera, hasta la infraestructura

portuaria de Cobija (o “La Mar”),

intentando neutralizar el monopolio de

Valparaíso y el Callao. 16

Como bien lo dice Alfonso Crespo, Santa

Cruz había recibido un gobierno sin

infraestructura, una República sin un

estilo propio, y una Bolivia que era un

“todo invertebrado, inconexo e informe”.17

En paralelo, debe formar los cuadros

políticos para esa experiencia, y hacerle

frente a la Guerra con la Confederación

Argentina rosista,18 en unión con la

República de Chile.

16

Cavieres, E.-Cajías, F.(2008). Chile – Bolivia, Bolivia –Chile 1820-1930. Desarrollos Políticos, Económicos y Culturales. Valparaíso. UCV. p.90. 17

Crespo, A. (1944). Santa Cruz. El cóndor indio. México. FCE. p.98. 18

Recordemos que desde 1826 el gobierno

de la provincia de Tarija se separa del territorio del antiguo Virreinato del Río de La Plata, incluso retirando sus diputados del Congreso nacional, y se incorpora al Estado boliviano en formación. A eso hay que agregarle que, como nos dicen Escudé y Cisneros, las luchas políticas que agitaron el escenario boliviano “tuvieron honda repercusión en Salta, que en muchas ocasiones vio intervenir a sus ciudadanos en revueltas de aquel país”. En definitiva, el gobierno boliviano de Santa Cruz, decidió apoyar a los enemigos de Rosas en el interior de la Confederación Argentina.

A la postre, cuando aún la

institucionalización del estado de Bolivia

estaba en ciernes, comenzaba a diseñar

la Confederación junto al Perú, en el

marco de la idea bolivariana de “fusión

de estados americanos”. 19

Inicialmente unido con el Estado sud-

peruano -mediante la aprobación de la

Asamblea reunida en Sicuani-

compuesto por los departamentos de

Puno, Cuzco, Arequipa y Ayacucho, y

más tarde con la entidad nor-peruana;20

todo ese diseño caerá a partir de la

Guerra con sus vecinos del sur

(Argentina y Chile),21 los cuales miraron

con recelos desde el comienzo a la

Confederación,22 y la consideraron un

“peligro” permanentemente.23 Sobre todo

a partir de la batalla de Yungay (1839),

con la derrota militar, se desplomará la

arquitectura política de Santa Cruz, las

pretensiones geográficas,24 y decretará

19

Salinas Baldivieso, C.A. (1938). Historia

Diplomática de Bolivia. Sucre. p.38. 20

Levene, Ricardo (1947). Historia Contemporánea de Bolivia. En: Historia de América. Tomo XI. América Contemporánea. Jackson Inc. Bs As. p.17. 21

Ver: Finot, E. (1998). Nueva Historia de Bolivia. La Paz. Ed. Juventud. p.213. 22

Padrón Morales, F. (1975). Historia General de América. Tomo VII. Espasa-Calpe. Madrid.p.228. 23

Arguedas, A. (1959). Los caudillos letrados. Libro II. Obras Completas. México. Aguilar. p.324. 24

Newton, J. (1972). Alejandro Heredia. EL protector del Norte. Buenos Aires. Ed.Plus Ultra. p.182.

el fin de la experiencia política del

Mariscal en el suelo de su patria.25

Un legado menospreciado.

A pesar de ese fracaso, la experiencia

confederal será un importante eslabón

para la organización institucional de los

estados que la componían, pero debido

al potencial económico que poseía, y a

su “prestigio histórico”, despertaría un

claro resquemor a nivel externo.26

Como lo trabaja la historiadora peruana

Sobrevilla Perea, también en una

publicación del IEP, Santa Cruz fue un

“hombre bi-nacional”,27 muy poco

trabajado fuera de Bolivia, e incluso

relegado de gran parte de la historia

peruana (y suramericana), quizás por lo

que implicó la caída de su megaproyecto

político.

Fue un hombre que amalgamó una

perspectiva política y una mirada

estratégica, propias del “proceso de

creación de naciones”, donde primaba un

25

Gallego,M.- Eggers-Brass,T. -Lozano,F.G.(2006). Historia Latinoamericana 1700-2005. Sociedades, Cultural, Procesos Políticos y Económicos. Maipue. Bs As. p.106. 26

Cavieres, E.-Cajías, F.(2008).op.cit.p.90. 27

Se preocupó incluso de esperar a que una comisión parlamentaria le confirmara que podía conservar su nacionalidad peruana, antes de asumir la presidencia de Bolivia. Ver: Sobrevilla Perea, N. (2015). Andrés de Santa Cruz, Caudillo de los Andes. Lima. IEP. p.138.

paradigma transnacional, regional,

múltiple. Como muchos de los hombres

de pretensiones estratégicas titánicas,

fue trans-valorado y ensombrecido.

Incluso cuando aún vivía, ya para la

época de Ballivián, había comenzado tan

tempranamente sobre él una planificada

desmemoria.

A pesar de ello, Santa Cruz constituye

hoy en día para la historiografía

boliviana, la Era Dorada de su política

continental, el máximo apogeo de la

ambición política, e incluso para muchos,

una página “hegemónica” del Altiplano en

el ámbito regional. Incluso para

historiadores peruanos, el período

inmediatamente posterior a la caída de la

Confederación “abrió paso a los peores

años de anarquía política del Perú”,28

observándose que a pesar de los errores

que se le puedan criticar al Mariscal, la

institucionalización del estado, y la

pretensión de ordenamiento implicaron

un avance notable.

Entre sus múltiples facetas de militar,

estadista, político, y pensador, ésta

última es la que sobrevendrá como

“forzada” a partir del destierro. Estuvo

exiliado en Chile, Argentina (en Salta,

cerca de su Patria, y en Entre Ríos, para

la época de Urquiza),29 y en Francia,

hasta su muerte en 1865.30 Durante esos

exilios, sus conocimientos en materia de

política, sus contactos personales y su

experiencia regional, le permitirán

proponerse como un “asesor” en materia

internacional, con una mirada crítica,

lúcida y pragmática sobre la diplomacia

británica, y los proyectos surgidos a las

sombras de las grandes realizaciones

(como es el caso de Diego Portales).

Hombre de gran vitalidad, prestigio e

inquietudes. Voraz lector, que supo

constituir nutridas bibliotecas para su

28

Contreras, C. – Cueto, M. (2004). Historia del Perú Contemporáneo. Lima. IEP p.108. 29

Llega a vincularse familiarmente con

Urquiza, casándose su hijo Simón con la hija del líder entrerriano. 30

Recién en el Centenario de su muerte, en 1965, son repatriados sus restos a Bolivia, donde hoy se hospedan.

tiempo,31 no fue un hombre de pluma

versátil para el tratado y el ensayo,

aunque sí para la instrucción y el alegato,

para la praxis y la ejecución,

trasladándose permanentemente, con la

urgencia de una responsabilidad que lo

superaba.

Pensador que observaba que la garantía

para la Paz en la región, pasaba -entre

otras cosas- por constituir una fuerza

militar profesional, pero de hombres “bien

cuidados”,32 con una tropa moralizada,

firme, pero identificada con el liderazgo

político, prestigiada y con objetivos

nobles, bien alimentada y vestida, sin

castigos ni arbitrariedades.33

La vida y las preocupaciones del

Mariscal confirman que el problema de la

identidad, fue sin dudas “una de las

cuestiones más difíciles de resolver

31

En 1859 el Congreso de la Nación de la República Argentina adquiere unos 600 volúmenes que pertenecían a la Biblioteca personal del Mariscal Andrés de Santa Cruz. Es a partir de esa adquisición que se conformará la primera biblioteca nacional de nuestro país. 32

Sobrevilla Perea, N. (2015). Andrés de Santa Cruz, Caudillo de los Andes. Lima. IEP.p.137. 33

“Gobernaba Santa Cruz con un dominio absoluto y en completa paz, desarrollando sus altas dotes de administrador”. Carrasco, M. (1960). José Ballivián 1805 - 1852. Estampas históricas. Buenos Aires. Hachette. p.51.

después de la independencia”.34 Por eso

como nos dice Manuel Carrasco, Santa

Cruz era en su corazón un confederado,

ya que no era ni boliviano ni peruano en

sentido estricto, habiendo nacido en la

“frontera” que desaparece en la

superficie líquida del lago.35

34

Sobrevilla Perea, N. (2015). Andrés de Santa Cruz, Caudillo de los Andes. Lima. IEP.p.141. 35

Carrasco, M. (1960). José Ballivián 1805 - 1852. Estampas históricas. Buenos Aires. Hachette. p.51.

Bibliografía recomendada. -Cavieres, E.-Cajías, F.(2008). Chile – Bolivia, Bolivia –Chile 1820-1930. Desarrollos Políticos, Económicos y Culturales. Valparaíso. UCV. -Contreras, C. – Cueto, M. (2004). Historia del Perú Contemporáneo. Lima. IEP. -Crespo, A. (1944). Santa Cruz. El cóndor indio. México. FCE. -Finot, E. (1998). Nueva Historia de Bolivia. La Paz. Ed. Juventud. -Kláren, P. (2014). Nación y Sociedad en la Historia del Perú. Lima. IEP. -Levene, Ricardo (1947). Historia Contemporánea de Bolivia. En: Historia de América. Tomo XI. América Contemporánea. Jackson Inc. Bs As. -Padrón Morales, F. (1975). Historia General de América. Tomo VII. Espasa-Calpe. Madrid. -Ramos, J.A. (2011). Historia de la Nación Latinoamericana. Buenos Aires. Peña Lillo. -Salinas Baldivieso, C.A. (1938). Historia Diplomática de Bolivia. Sucre. -Safford – Jacobsen (2003). Las economías de la América Andina. 1830-1885. En: AA.VV. Historia de América Andina. UASB. Ecuador. -Sobrevilla Perea, N. (2015). Andrés de Santa Cruz, Caudillo de los Andes. Lima. IEP.