Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

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SOLICITA DECLARACIONES A TENOR DEL ART. 308 DEL C.P.P.P.B.A. Señor Agente Fiscal Gabriel Colautti, DNI 22.349.086, en mi calidad de presidente de la Asociación de Familiares Víctimas de la Inundación (A.F.A.V.I) por derecho propio, con el patrocinio legal de las Dras. Sofía Ballesteros, abogada inscripta en el tomo LXII, folio 84, del Colegio de Abogados de La Plata, y María Florencia Cerna inscripta al tomo 09, folio 131 del Colegio de Abogados de Quilmes (integrantes del Colectivo de Abogadxs Populares La Ciega), manteniendo el domicilio legal constituido, en la Investigación Penal Preparatoria nº 13275/13, caratulada: “Urrutia Gonzalo s/denuncia”, me presento y digo: I.- OBJETO Por intermedio del presente escrito venimos a solicitar que se proceda a tomar declaración, en los términos del artículo 308 del Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires, a las personas que más adelante se individualizaran, por entender que tienen responsabilidad penal respecto de los hechos ocurridos el día 2 y 3 de abril de 2013, conforme lo detallaremos a lo largo de este escrito. Ello así, en virtud de existir prueba suficiente para considerarlos prima facie, con la certeza necesario en este estadio procesal, autores penalmente responsables según su casode los delitos de homicidio, abandono de personas, estrago y violación de los deberes de funcionario público, todos ellos cometidos en su carácter de funcionarios estatales. A lo largo del escrito, efectuaremos algunas consideraciones preliminares, para luego realizar una reseña de los hechos y establecer su encuadre legal, detallando cuales son las responsabilidades penales que resultan atribuibles a cada uno de los imputados. Finalmente ofreceremos la prueba que consideramos pendiente de producción y entendemos necesaria a los efectos de dilucidar las responsabilidades que se desprenden.

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SOLICITA DECLARACIONES A TENOR DEL ART. 308 DEL C.P.P.P.B.A.

Señor Agente Fiscal

Gabriel Colautti, DNI 22.349.086, en mi calidad de presidente de la

Asociación de Familiares Víctimas de la Inundación (A.F.A.V.I) por derecho propio, con

el patrocinio legal de las Dras. Sofía Ballesteros, abogada inscripta en el tomo LXII,

folio 84, del Colegio de Abogados de La Plata, y María Florencia Cerna inscripta al

tomo 09, folio 131 del Colegio de Abogados de Quilmes (integrantes del Colectivo de

Abogadxs Populares La Ciega), manteniendo el domicilio legal constituido, en la

Investigación Penal Preparatoria nº 13275/13, caratulada: “Urrutia Gonzalo

s/denuncia”, me presento y digo:

I.- OBJETO

Por intermedio del presente escrito venimos a solicitar que se

proceda a tomar declaración, en los términos del artículo 308 del Código Procesal

Penal de la Provincia de Buenos Aires, a las personas que más adelante se

individualizaran, por entender que tienen responsabilidad penal respecto de los

hechos ocurridos el día 2 y 3 de abril de 2013, conforme lo detallaremos a lo largo de

este escrito.

Ello así, en virtud de existir prueba suficiente para considerarlos

prima facie, con la certeza necesario en este estadio procesal, autores penalmente

responsables –según su caso– de los delitos de homicidio, abandono de personas,

estrago y violación de los deberes de funcionario público, todos ellos cometidos en su

carácter de funcionarios estatales.

A lo largo del escrito, efectuaremos algunas consideraciones

preliminares, para luego realizar una reseña de los hechos y establecer su encuadre

legal, detallando cuales son las responsabilidades penales que resultan atribuibles a

cada uno de los imputados. Finalmente ofreceremos la prueba que consideramos

pendiente de producción y entendemos necesaria a los efectos de dilucidar las

responsabilidades que se desprenden.

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II.- CONDICIONES PERSONALES DE LOS IMPUTADOS

Entendemos que las personas que incoamos en esta oportunidad a

tenor del artículo 308 del Código Procesal Penal de la Provincia de Buenos Aires no

agotan las responsabilidades respecto de los hechos investigados en las presentes

actuaciones. Al día de la fecha, entendemos que está acreditada, con la certeza

pertinente a este momento procesal, la complejidad de los hechos en cuestión y las

dificultades que hemos tenido en el acceso del expediente, al menos la

responsabilidad de:

1. Daniel Scioli:

Al momento de los hechos se desempeñaba como Gobernador de la

Provincia de Buenos Aires.

2. Pablo Bruera:

Al momento de los hechos se desempeñaba como Intendente de la

Ciudad de La Plata.

3. Alejandro Gaspar Arlia:

Al momento de los hechos y desde el año 2011 se desempeñaba

como Ministro de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires.

4. Ricardo Casal:

Al momento de los hechos se desempeñaba como Ministro de

Seguridad y Justicia de la Provincia de Buenos Aires.

5. Alejandro Collia:

Al momento de los hechos se desempeñaba como Ministro de Salud

de la Provincia de Buenos Aires.

6. Enrique Sette:

Al momento de los hechos se desempeñaba como Secretario de

Gestión Pública de la Municipalidad de la Plata.

7. Santiago Andres Martorelli:

Al momento de los hechos se desempeñaba como Jefe de Gabinete

de la Municipalidad de La Plata.

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III.- CUESTIONES PRELIMINARES

III. a) Sobre la Asociación de Familiares de Víctimas de la

Inundación:

Nuestra asociación está constituida por un grupo de hombres y

mujeres que convertimos el inmenso dolor por las pérdidas físicas de sus familiares en

una lucha diaria e inquebrantable. Una lucha que nos llevó a conformar la Asociación

denominada A.F.A.V.I (Asociación de Familiares de Víctimas de la Inundación) –DPPJ

000434-, con el objetivo de reclamar a quienes nos gobiernan memoria, verdad y

justicia. De un momento a otro nuestros compañeros de vida, nuestros hijos, padres,

madres, hermanos, abuelos, abuelas ya no estaban. Después de la noche del 2 al 3 de

abril de 2013 La Plata no es la misma, nosotros no somos los mismos; nos falta lo más

importante: nuestros familiares. La conformación de esta asociación civil es entonces

un punto en el corto pero intenso camino de lucha que venimos desarrollando, nos

ofrece una estructura formal que potencia, sostiene y permite visibilizar nuestros

reclamos y acciones. Buscamos promover la participación de la sociedad civil para

asegurar la convivencia ciudadana sobre la base de la verdad como también para

implementar mecanismos culturales que promuevan la motivación de la solidaridad, la

cooperación, la educación y la capacitación para conciencia en la población.

III. b) Autonomía del Particular Damnificado para plantear

cuestiones diferenciales respecto del Ministerio Público Fiscal

Con anterioridad a la reforma introducida mediante la ley 13.943

autores como Roberto A. Falcone y Marcelo A. Madina1 ya afirmaban que no puede

discutirse que el particular damnificado es una verdadera parte en el sentido procesal.

Señalaban en este sentido que los Convenios Internacionales

incorporados a nuestro derecho interno por la Convención Constituyente reunida en

agosto de 1994 (artículo 75 inciso 22), habían derogado aquel viejo principio sentado

por nuestro más alto tribunal, que afirmaba que “el querellante conjunto o acusador

particular es una mera concesión legal susceptible de suprimirse en todo tiempo”2. En

este sentido a partir de los arts. 25 CADH; 14 PIDCP y 13 –entre otros- de la

Convención contra la Tortura y otros tratos crueles inhumanos o degradantes, debía

admitirse el carácter autónomo del particular damnificado.

1 El Proceso Penal en la Provincia de Buenos Aires, Edit. Ad-Hoc, 2° Edición, Año 2007. pág 425 y ss. 2 CSJN Fallos 143:5; JA, 15:182

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Los autores retomaban en este sentido a Clariá Olmedo, quien en una

de sus últimas publicaciones señalaba que “desde nuestro punto de vista, estamos

convencidos que el Código Penal prevé en forma insuprimible la intervención del

querellante conjunto en el proceso penal. No cabe duda de que conforme el principio de

oficialidad adoptado por el art. 71, la acción penal debe ser ejercida por el Ministerio

Público Fiscal, salvo los casos de acciones privadas y los que están condicionados por el

planteamiento previo de la instancia privada a que se refiere el art. 72. Precisamente

para los delitos previstos en esta norma, la intervención del particular ofendido como

acusador conjunto resulta impuesto”3.

Incluso D´albora se plantea el problema de si ante el incuestionable

acatamiento a la jerarquía normativa establecida por el art. 31 de la C.N., pueden las

provincias soslayar la intervención del querellante en los delitos de acción pública4.

A través del repaso de estos autores, ya concluían Falcone y Madina-

que no sólo que el particular damnificado es parte, sino que su presencia es obligatoria

y que la ley sustantiva le acuerda facultades que la normativa procesal no podrá

desconocer. En igual sentido se expresó Rafael Bielsa5.

Por su parte Eusebio Gómez destaca que los términos en que está

redactado el artículo 71 del Código Penal no autorizan a sostener, en la acción pública,

que se haya querido proscribir el ejercicio simultáneo del derecho de “querella”, como

alguna vez se ha pretendido. Si la supresión de ese derecho, decía Gómez, hubiese

estado en la mente del legislador, se habría sancionado en términos expresos, y, sobre

todo “se habría motivado de manera suficiente. Así lo exigía una reforma tan

fundamental”6.

Agregaba el autor citado que si el legislador hubiese querido impedir

el ejercicio de la acción penal por la querella habría considerado a la denuncia

suficiente instancia privada sin acordarles el derecho de formular acusación, como

surge del artículo 72 inciso 2 del Código Penal. Las opiniones en contra emitidas por

Jofré y González Roura no lograron torcer esta interpretación. Más aun, todos los

3 Clariá Olmedo, Jorge: El proceso penal, su génesis y primeras críticas jurisdiccionales, Depalma, Buenos Aires, 1985. P. 275. 4 D´albora, Francisco. Codigo de Procedimiento Penal de la Nación. Comentado 3° Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires 1997. P 103. 5 , Rafel Bielsa, Estudios de Derecho Público, tomo II Depalma Buenos Aires 1952 página 293 y ss. 6 Gómez Eusebio, “Tratado de Derecho Penal“, T I , Compañía Argentina de Editores, Buenos Aires 1939, página 669.

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pasos dados por la Corte Suprema de Justicia de la Nación han sido en esta dirección

(ver C.S.J.N. in re “Santillan”, sentencia del 13/08/98 y “Del´Olio” del 11/07/06).

En el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, la ley 13.943 del año

2009 vino a zanjar las discusiones en torno a los alcances de la figura del particular

damnificado.

En su actual redacción el artículo 6 del Código Procesal de la

Provincia de Buenos Aires.- establece que:

"La acción penal pública corresponde al Ministerio Público Fiscal, sin

perjuicio de la participación que se le concede a la víctima y al particular

damnificado. Las peticiones del particular damnificado habilitarán al Juez o Tribunal

a abrir o continuar el juicio, a juzgar y a condenar con arreglo a las disposiciones de

éste Código. La participación de la víctima como del particular damnificado no

alterará las facultades concedidas por la ley al Ministerio Público, ni lo eximirá de sus

responsabilidades. El ejercicio de la acción no podrá suspenderse, interrumpirse, ni

hacerse cesar, excepto en los casos expresamente previstos por la ley”.

En la exposición de motivos de la Ley 13.943, la Honorable Legislatura

Provincial consideró "...(la) impostergable necesidad de reforma de la justicia penal

bonaerense, tendiente a profundizar el sistema acusatorio (…) garantizando una

mayor tutela de los derechos de la víctima... se ha reconocido al particular damnificado

la facultad de formular acusación y abrir autónomamente el juicio... En el debate oral

podrá acusar y sostener la acusación fiscal no obstante el retiro que pueda realizar el

funcionario público (art. 368), tendencia que se ha impuesto a partir de los

precedentes de la C.S.J.N. ...(estas) nuevas facultades al particular damnificado para

abrir el juicio cuando el juez de Garantías no está de acuerdo con el sobreseimiento

pedido por el Ministerio Publico Fiscal, y autonomía plena de gestión procesal, o

posibilidad de sostener la acusación en caso de abandono fiscal durante el debate

oral... En esa dirección la reforma proyectada, asumiendo los compromisos

internacionales en materia de derechos humanos, reconoce a los ciudadanos recursos

sencillos y rápidos ante jueces y tribunales competentes a fin de obtener amparo

contra actos que violen sus derechos fundamentales (art. 25 Convención Americana de

Derechos Humanos; art. 14 del Pactó Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 13 -

entre otros- de la Convención contra la Tortura y otros tratos penales crueles

inhumanos o degradantes e informes de la Comisión Interamericana de Derechos

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Humanos Nros. 28/92 y 29/92 en los que se señala que el derecho a querellar

constituye un derecho fundamental del ciudadano)...".

El legislador multiplicó las potestades del particular damnificado, sin

afectar por esto los intereses que representa el Ministerio Público Fiscal como titular

de la acción. De este modo se le reconoce una autonomía plena de gestión procesal.

El movimiento de reforma procesal penal se está pronunciando por

una evidente apertura hacia la incorporación de la víctima como sujeto / actor en el

proceso penal y esta actuación está dirigida a la restitución de su poder como actor

penal expropiado por el sistema procesal anterior.

Concluimos entonces que: el particular damnificado en la Provincia

de Buenos Aires (según ley 13.943 CPP), es una figura coprotagonista, a la par de la

labor del titular de la acción, con total autonomía en sus presentaciones y plenos

derechos para impulsar el proceso penal. Ambas funciones no guardan un orden

jerárquico ni prioritario resultando habilitadas para peticionar en forma conjunta o

indistinta.

La armonización de las reglas del código ritual con los principios

constitucionales, no puede privar al particular damnificado de obtener un

pronunciamiento útil, en conjunto con el derecho a la jurisdicción que surge de los

instrumentos de derechos humanos, tal el 8.1 de la Convención y el 14.1 del Pacto

Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

IV.- HECHOS

IV. a) Introducción

En ciertos y contados momentos de la historia la justicia, y más aún

los operadores judiciales, tenemos la inestimable oportunidad de mostrar a la

sociedad que el derecho puede actuar como un mecanismo de defensa de las víctimas

y como una herramienta capaz de reparar, o al menos morigerar, enormes pérdidas

humanas y materiales que no son un mero resultado de la acción de la naturaleza, sino

de concretas acciones u omisiones humanas. Esas acciones y omisiones son las que en

esta instancia le endilgamos a Daniel Scioli, Pablo Bruera, Alejandro Gaspar Arlia,

Ricardo Casal, Alejandro Collia, Enrique Sette y Santiago Andrés Martorelli.

Los casos de la Embajada de Israel, la AMIA, las inundaciones en la

provincia de Santa Fe, Cromañón y la tragedia de Once como ejemplos, nos muestran

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que estas oportunidades no siempre han sido adecuadamente aprovechadas. Es

voluntad de esta parte contribuir para que los hechos ocurridos en la ciudad de La

Plata los días 2 y 3 de abril del 2013 no corran la misma suerte, y se logre individualizar

a quienes tuvieron responsabilidad penal en los mismos.

Entendemos que está demostrada la existencia de responsabilidades

penales de los funcionarios del Poder Ejecutivo de la provincia y del municipio. Los

hechos constitutivos de su accionar ilícito están comprendidos, según el caso, por

acciones y omisiones que tuvieron lugar en tres momentos: con anterioridad al día 2

de abril de 2013, durante la tarde-noche de ese día y en la madrugada del 3 de abril, y

finalmente en los días siguientes a la inundación.

En relación al primero de los aspectos señalados, daremos cuenta de

que está demostrado que con anterioridad al 2 de abril las autoridades municipales y

provinciales tenían pleno conocimiento de la situación de peligro latente e inminente.

En este sentido, cabe resaltar que ya habían ocurrido catástrofes de

similares consecuencias en la región durante los años 2003, 2005 y 2008.

Que además de ello, estaba en poder de las autoridades el informe

de la municipalidad titulado “Estudios Hidrológicos – Hidráulicos – Ambientales en la

cuenca del Arroyo del Gato” (2007), que fuera redactado por los ingenieros Pablo

Romanazzi y Arturo Urbiztondo, del Departamento de Hidráulica de la Facultad de

Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata; del mismo modo tenían

conocimiento del informe titulado “El cambio climático en Argentina”, elaborado en

marzo de 2009 con la participación de organismos del Gobierno Nacional.

Tal estado de situación motivó la firma de los decretos 486/08 y

490/09, por medio de los cuales se declaró el estado de emergencia hídrica de diversos

partidos de la Provincia, entre los cuales se encontraban La Plata, Berisso y Ensenada.

A entender de esta parte, la firma de los mentados decretos es la cristalización del

conocimiento que tenían los imputados respecto del peligro inminente que implicaba

dicho estado de las cosas.

Y como si ello no fuera suficiente, debemos mencionar también que

en oportunidad de la sanción del Código de Ordenamiento Urbano, se presentó un

amparo en lo contencioso administrativo en donde se aportó prueba suficiente que

denunciaba la posibilidad de la concurrencia de una catástrofe de la magnitud ocurrida

con posterioridad.

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Conforme este conocimiento previo, y considerando los hechos

ocurridos durante la tarde noche del 2 de abril y la madrugada del 3 del mismo mes,

esta parte considera que existe prueba suficiente respecto de la inexistencia de un

plan de contingencia que ocasionó como consecuencias la pérdida de vidas humanas y

cuantiosos daños materiales.

Finalmente el accionar delictivo de las autoridades provinciales y

municipales se completa con posterioridad a las inundaciones ocurridas en la ciudad

de La Plata, Berisso y Ensenada, y se configura por la falta de un plan pro positivo de

salud pública que permita de manera efectiva y segura evitar un mayor número de

víctimas fatales, que superan el número de veinte casos en los días posteriores a las

inundaciones y que en caso de haber existido una actividad positiva de las autoridades

provinciales y municipales estas vidas se podrían haber evitado.

IV. b) Ocurridos con anterioridad al 2 de abril

Ha quedado debidamente demostrado que con anterioridad a la

inundación producida el 2 de abril en las ciudades de La Plata, Berisso y Ensenada las

autoridades municipales y provinciales tenían pleno conocimiento tanto de que

existían condiciones de posibilidad para que suceda lo que finalmente ocurrió, como

de que para evitarlo resultaba necesario el despliegue activo de distintas esferas del

gobierno provincial y municipal, llevar adelante las obras hídricas – hidráulicas

solicitadas, diseñar un plan de contingencia y otras medidas para las cuales resultan

necesarios los recursos materiales y humanos del Estado provincial y municipal.

En la sentencia del Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a

cargo del Dr. Arias, causa 27068 caratulada "Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo

s/Habeas Data y acumuladas", el magistrado concluyó que “En la región, la cuestión de

los desastres naturales ha aparecido con fuerza en el debate público de los últimos

años, pues efectivamente han ocurrido hechos originados en eventos climáticos que

afectaron a la población y a la infraestructura con mayor intensidad. – Sin embargo, el

carácter catastrófico de un evento está dado por aspectos sociales y humanos (o

antrópicos), y no por los fenómenos naturales, cuya significación –en rigor- radica en la

medida en que un grupo social determinado sufre su impacto. Debemos poner el

énfasis, entonces, en las estructuras sociales previas a la ocurrencia del fenómeno,

cuyo entramado permitirá explicar las consecuencias catastróficas del mismo. – De

acuerdo con ello, no siempre un incremento de lluvias intensas se traduce en un

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aumento de caudales y, por tanto, en un incremento de los riesgos de inundaciones. Es

aquí donde el factor humano entra en juego. Aspectos como los cambios en el uso del

suelo, la urbanización desmedida, el diseño y la operación de la infraestructura

hidráulica, pueden hacer que lluvias intensas se conviertan en inundaciones de mayor o

menor magnitud. La trágica inundación en la ciudad de La Plata desnudó el déficit de

la planificación estratégica en el territorio, que se pone de manifiesto en las

urbanizaciones ejecutadas de manera irresponsable, sin previsión de los impactos

ambientales ni consideración alguna de las características naturales del territorio” (el

resaltado nos corresponde).

Durante los años anteriores a la noche del 2 de abril hubo

inundaciones previas, informes emitidos por profesionales, decretos del mismo poder

ejecutivo decretando el estado de emergencia hídrica e incluso un amparo en contra

de la sanción del Código de Ordenamiento Urbano. El conocimiento de esta situación

por parte de las autoridades que solicitamos sean citadas a declarar respecto de los

riesgos no es un supuesto, está detallado a continuación y debidamente probado. Sin

embargo no se encuentra acreditado que con toda esta información los responsables

hayan hecho todo lo que se encontraba a su alcance para anular o al menos mitigar las

consecuencias fatales que tuvo la lluvia caída durante ese día.

IV.b.1) Informes previos.

El primer informe que debemos citar a los fines de demostrar que

para la región de La Plata ya existía una alerta de la situación de riesgo hídrico, es el

informe denominado “Estudios Hidrológicos – Hidráulicos – Ambientales en la cuenca

del Arroyo del Gato” (2007), redactado por los ingenieros Pablo Romanazzi y Arturo

Urbiztondo, del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la

Universidad Nacional de La Plata, que había sido requerido por la propia

Municipalidad de La Plata. Allí se advierte que “Las intensas precipitaciones ocurridas

en enero del año 2002, pusieron en situación de grave colapso el sistema de desagües,

generando la consiguiente preocupación de la comunidad y del Municipio ante la

probable repetición de un evento similar o mayor”; que “se pudo constatar que el

sistema actual de evacuación de excedentes pluviales en la cuenca del arroyo del Gato

se presenta insuficiente aún para tormentas frecuentes de baja magnitud. Para este

tipo de tormentas, ya se puede advertir que la mayor parte de las conducciones

funcionan a presión y, en muchos sectores, esto provoca que la energía de la corriente

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supere en cota al terreno natural, con la consecuente presencia de volúmenes de agua

circulando por las calles. Naturalmente, tal condición se ve agravada para tormentas

de mayor magnitud”; identificando como causa principal “El desarrollo urbano y la

pavimentación progresiva de calles y construcción de veredas, ha determinado un

aumento del coeficiente de impermeabilidad y del coeficiente de escorrentía de la

cuenca. Esta afirmación es global e histórica ya que se refiere a la superación del

diseño original del sistema pluvial platense desde su época fundacional”. El informe

finalmente advierte que “Es de esperar que en el futuro aumenten los picos de los

caudales erogados y, por lo tanto, que la capacidad del arroyo, que hoy es insuficiente

para eventos de recurrencia media, resulte más insuficiente aún”.

El segundo informe que entendemos pertinente mencionar es aquel

titulado “El cambio climático en Argentina”7, que fuera elaborado en marzo de 2009

con la participación de organismos del Gobierno Nacional. Allí se concluyó que los

daños sufridos por las inundaciones suelen ser el reflejo de la falta de estrategias de

adaptación y mitigación frente a cambio climático, pese a los diversos trabajos e

informes que se han divulgado al respecto.

El Dr. Vicente R. Barros, en el informe antes individualizado ha

señalado que “La experiencia argentina indica que ante ciertos cambios del clima, no

siempre se registra adaptación ni planificada ni autónoma. Un ostensible ejemplo es el

caso de las precipitaciones extremas que han estado asolando al país con mayor

frecuencia desde hace por lo menos 20 años, incrementado la vulnerabilidad social y

poniendo en crisis a la infraestructura relacionada con los recursos hídricos. En muchos

casos, estas precipitaciones extremas producen inundaciones, debidas en parte a la

inadecuación de la infraestructura a las nuevas condiciones climáticas. En este caso, la

conciencia sobre esta nueva problemática se ha filtrado en todos los sectores técnicos

que diseñan, o manejan esta infraestructura, por lo que no solo se debe trabajar en

generar una conciencia social al respecto, sino además dirigir un esfuerzo especial

sobre este sector. La Argentina tiene el 90% de la población concentrada en 800

centros urbanos. Un número importante de estos centros, y casi todos los más grandes,

tienen una localización cercana algún curso importante de agua, por lo cual son

vulnerables a posibles inundaciones causadas por desbordes de los mismos. EI

problema de la mayor frecuencia de precipitaciones extremas es de gran impacto y

7 Disponible en http://www.ecopuerto.com/bicentenario/informes/manualcbioclim- %20arg.pdf-

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cabe preguntarse por qué no ha habido aun toda la adaptación necesaria. Además de

las características propias de la idiosincrasia nacional, habrá que explorar en qué

medida, un aumento en la frecuencia de los fenómenos extremos, que son de por sí de

rara ocurrencia, pueden ser captados por la conciencia colectiva. Y si esta captación

solo se registra cuando en alguna ocasión, los eventos extremos superen

significativamente un cierto umbral de daño. Una consecuencia de esta falta de

conciencia colectiva es la escasa o nula mejora del sistema de alerta y emergencias

para manejar estos fenómenos extremos”.

IV.b.2) Decretos 486/2008 y 490/2009

Con el antecedente de la inundación ocurrida en la ciudad de La Plata

el 28 de febrero de 2008, y en atención a la situación extendida en la provincia, se

sancionó el Decreto 486/08 por el cual se declaró el estado de emergencia hídrica de

diversos partidos de la Provincia, entre los cuales se encontraban La Plata, Berisso y

Ensenada, para la realización de obras necesarias y la implementación de las acciones

tendientes a la reparación de los daños producidos, o que se produzcan, como

consecuencia de los fenómenos climáticos verificados en territorio provincial.

De este modo, con fecha 18 de marzo de 2008, es decir cinco años

antes de la inundación del 2 de abril de 2013, el gobernador de la provincia de Buenos

Aires, Daniel Scioli promulgo el decreto 486/08 (publicado en el boletín oficial del 4 de

abril de 2008 nº25872) en consideración a lo tramitado en el expediente 2400-5242/08

de la Dirección Provincial de Saneamiento y Obras Hidráulicas dependiente del

Ministerio de Infraestructura, por el cual se gestiona declarar, en los términos de la ley

11.340, la emergencia hídrica.

Mediante el artículo 1 de ese decreto el gobernador declara el estado

de emergencia de carácter hídrico, en el marco de la ley 11.340 por el término de un

año, a los efectos de la realización de las obras necesarias y la implementación de las

acciones tendientes a la reparación de daños producidos o que se produzcan como

consecuencia de dicho fenómeno en distintos partidos de la provincia entre los que se

cuentan La Plata, Berisso y Ensenada. En función de esto, por el artículo 2 se dispone

que: “las acciones que demande la instrumentación del presente decreto estarán a

cargo de la Sra. Ministra Secretaria en el departamento de infraestructura, a cuyo fin

podrá ejecutar obras y contratar la prestación de servicios o suministros con destino a

prevenir y/o solucionar las situaciones o reparar los perjuicios causados por el

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fenómeno acaecido, en los casos en que se encuentre comprometida la seguridad o la

salud de las personas, o en forma inminente, la integridad de los bienes del dominio del

estado o de los particulares”. Finalmente, en el artículo 5 se faculta al Ministerio de

Economía para que en función de la emergencia declarada se efectúen las

adecuaciones presupuestarias que resulten necesarias.

El decreto 490/09 prorroga la vigencia de esta normativa por 180 días

a partir de su vencimiento.

La promulgación de este decreto da cuenta de que la gravedad de la

situación en la provincia, y particularmente en nuestra ciudad era manifiesta desde

mucho que ocurriera la catástrofe. De este modo las responsabilidades de tomar

acciones que puedan prevenir y evitar las trágicas consecuencias que tuvo la lluvia del

2 de abril de 2013 se magnifican.

Cabe destacar que entre los considerandos expresados en el decreto

encontramos que: “ante la situación de desastre provocada por los fenómenos

climáticos verificados en territorio provincial, es menester que el Gobierno de la

Provincia provea la más urgente asistencia a damnificados, afectados por

circunstancias de fuerza mayor, mediante acciones concretas y prestaciones que

morigeren la situación que los aqueja” (…) “los daños materiales de extrema gravedad

causados por el fenómeno continuo obligan a declarar en estado de emergencia en las

zonas afectadas por el mismo” (…) “atento al estado de situación descripta se hace

necesario concretar la realización de acciones y obras de mejoramiento de capacidad

de conducción hídrica de canales y arroyos, mejoramiento de drenajes y protección

de cascos urbanos y atención primaria en la emergencia”.

Ante este estado de situación, es evidente que la falta de condiciones

en que se encontraba la infraestructura hidráulica en La Plata a los fines de enfrentar

las condiciones climatológicas actuales era, desde por lo menos cinco años antes, de

público conocimiento. El riesgo que corrían los habitantes de los partidos sobre los

cuáles se declaró la emergencia hídrica era conocido por los funcionarios encargados

de velar por su seguridad y debía ser reducido o eliminado. Sin embargo, las acciones

tomadas al respecto resultaron a la luz de los acontecimientos, inusitadamente

insuficientes. Sabemos que estas acciones no pueden resolverse en semanas ni en

meses, pero el lapso de cinco años y la cantidad de otras obras y gastos en general que

vemos que han sido priorizados por la provincia nos pone de manifiesta la falta de

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consecuencia en relación a las responsabilidades desprendidas de esta declaración de

emergencia hídrica.

Este decreto no volvió a ser prorrogado en el año 2010, sin embargo

no hay constancias de cuáles fueron los cambios sustantivos en la situación hídrica de

estas ciudades de la provincia de Buenos Aires, y particularmente de La Plata, Berisso y

Ensenada que tuvieron lugar entre esos años. No ha sido demostrada la existencia de

obras que resuelvan la situación de emergencia en la que nos encontrábamos y que

efectivamente permitan la conclusión de hecho, por omisión de la prorroga y no por

manifestación explícita de ese estado. Si esta situación fue generada por el

Gobernador sin que se encontraran resueltos los extremos que oportunamente

generaron la necesidad de que se declare la emergencia hídrica esto da cuenta de su

responsabilidad respecto de la toma de todas las medidas necesarias para evitar la

inundación que finalmente terminó ocurriendo el 2 de abril de 2013. Durante el 2008 y

el 2009 fue reconocida una situación de excepcional vulnerabilidad de nuestra ciudad,

sin motivos esto se desconoció un año más tarde.

IV.b.3) Amparo por el Código de Ordenamiento Urbano (COU)

Que en el marco de la causa nº 103883/2010 que tramitara ante el

Juzgado Federal nº 4 el Colectivo de Abogadxs Populares La Ciega junto con

organizaciones ambientalistas presentó un acción de amparo ante las reformas en el

Código de Ordenamiento Urbano que rige en nuestra ciudad. En esa oportunidad se

daba cuenta de las consecuencias perjudiciales en términos ambientales que podía

tener la implementación de esa normativa.

En este sentido se advertía que el COU sancionado mediante la

Ordenanza n° 10607 instrumentaba significativos y perjudiciales cambios en la

normativa que rige la planificación del casco urbano de la ciudad de La Plata sin haber

dado intervención al organismo federal competente (la Comisión Nacional de Museos

y Monumentos y Lugares Históricos) incumpliendo lo dispuesto por la ley 12.665. En la

misma oportunidad se accionaba también, contra la Comisión Nacional de Museos y

Monumentos y Lugares Históricos por haber omitido intervenir. La exposición señalaba

que el nuevo Código de Ordenamiento Urbano lesionaba el derecho a la salud, el

ambiente, la vivienda, etc. Si bien se ponía el acento en la afectación al diseño

urbanístico, resulta una consecuencia lógica de esa afectación, la falta de obras

hidráulicas que acompañen ese crecimiento exponencial, ausente de toda planificación

Page 14: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

y por ende el peligro cierto de que se produzca una catástrofe como la que finalmente

ocurrió en nuestra ciudad.

De este modo, dos años antes de la catástrofe sucedida durante la

noche del 2 al 3 de abril de 2012 advertíamos que “Lo marcado nos debe llevar a

considerar y profundizar los efectos de la construcción indiscriminada de edificios y

torres en barrios de casas bajas y en barrios de alta densidad de población. Estos

elementos afectan diversos aspectos de los habitantes, que van desde la identidad y la

fisonomía barrial, genera el colapso de los servicios públicos y de la infraestructura,

del tránsito automotor y peatonal, ocasiona contaminación visual y sonora, incrementa

la impermeabilidad de los suelos agravando la magnitud de las inundaciones, vulnera

el derecho a la privacidad y obstaculiza la luz solar a los linderos debido a las alturas

importantes de los proyectos que finalmente restringen el acceso a bienes públicos

básicos, con el consiguiente deterioro irreparable y progresivo de la calidad de vida de

cientos de vecinos. En síntesis, porque los barrios residenciales dejan de ser tales para

convertirse en áreas densamente pobladas y, de esta manera, zonas enteras de casas

bajas con ricos y emblemáticos perfiles edilicios dejan de ser reconocibles viéndose

alteradas por edificios en altura de dudoso valor arquitectónico que destruyen su

identidad” (el resaltado nos pertenece).

Finalmente se solicitó que se declare que el Código de Ordenamiento

Urbano, que había sido aprobado irregularmente con fecha 28 de abril de 2010,

importaba una grave afectación ambiental y violaba con arbitrariedad e ilegalidad

manifiesta derechos y garantías constitucionales.

Como consecuencia de ello, se solicitó que se ordene la nulidad de la

ordenanza 10.703 (Código de Ordenamiento Urbano de la ciudad de La Plata) y se

establezca un mecanismo interjurisdiccional e interdisciplinario para concertar un

proyecto que regule la planificación del casco urbano de la ciudad. Hasta tanto se

resolviera dicha situación, se incoaba una medida cautelar de no innovar a los fines de

que, en lo que interesa a esta parte, se suspenda la autorización y aprobación de

construcciones de edificaciones que prevean más de tres niveles, y la suspensión de

aquellas obras que habían sido autorizadas luego de la puesta en vigencia de la

normativa cuestionada.

Del mismo modo se requería la suspensión de toda obra de

modificación, alteración o remoción del patrimonio forestal y arbóreo de la ciudad y

Page 15: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

toda obra de modificación y/o alteración estructural de la trama urbana de la ciudad;

en ambos casos en tanto estas no fueran aprobadas por la Comisión Nacional de

Museos y Monumentos y Lugares Históricos. La acción impulsaba la necesidad de la

misma revisión respecto de cualquier modificación de espacios libres, con vegetación o

públicos.

Asimismo, y en concordancia con lo dispuesto en el decreto 1308, se

requería a la autoridad jurisdiccional la activación de políticas públicas tendientes a

auxiliar a las familias particulares al cuidado y conservación de las viviendas, y la

realización de un relevamiento de las ocupaciones irregulares de todos los espacios

verdes de la ciudad, como ramblas, bulevares, plazas, a fin de detener el uso indebido

de estas por parte de empresas y devolverle el carácter de uso público protegido por

ese decreto.

Dentro de las medidas cautelares que se solicitaron oportunamente,

en relación con el objeto del siguiente proceso, encontramos las siguientes:

“… Se disponga la suspensión inmediata en la entrega de permisos de

obra para aquellos proyectos que superen los tres pisos de altura, los cuales para

empezar su ejecución deberá ser aprobado el proyecto por la Comisión Nacional de

Museos y Monumentos Históricos, la cual analizará su conveniencia, estudiando su

impacto ambiental, sociológico, urbanístico, patrimonial, de estilo y otros que

considere.

Se disponga la suspensión de las obras edilicias de aquellas obras que

hayan sobrepasado los tres niveles de altura o en sus planos se disponga una altura

mayor a tres niveles de altura que estén en actual ejecución o no hayan comenzado las

obras. Previo a la continuación de dichas obras, deberá ser aprobado el proyecto por la

Comisión Nacional de Museos y Monumentos Históricos, la cual analizará su

conveniencia, estudiando su impacto ambiental, sociológico, urbanístico, patrimonial,

de estilo y otros que considere.

Se disponga la suspensión de las obras en espacios verdes

planificados como de uso público, hasta tanto no se realicen los análisis ambientales

respectivos por la Comisión de Patrimonio Local y por la Comisión Nacional de Museos

y Monumentos y Lugares Históricos”

Ello en tanto se vulneraría derechos fundamentales de los vecinos,

como son el derecho a la salud, el derecho a gozar de un ambiente sano y equilibrado

Page 16: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

(por la distorsión de la armonía paisajística con el entorno natural) y la degradación del

patrimonio cultural (preservación arquitectónica- histórica) y el derecho de propiedad

(por la desvalorización de los inmuebles cercanos en relación a la condición y

características turísticas de la zona).

Ante estos argumentos, con fecha 15 de octubre de 2010 el Dr. Jose

Luis Deglau, Juez Federal subrogante, resuelve “Hacer lugar al pedido de medida

cautelar efectuado por la parte actora con los siguientes alcances: a)Suspender las

obras de demolición y/o reformas de viviendas ubicadas en el casco urbano fundacional

comprendido por las calles 32 a 71 y 122 a 31 (artículo 1º Decreto Nacional 1308/99,

BO 16/11/99) que se encuentren protegidas por la ordenanza 5338/82 de la

Municipalidad de La Plata, como así también la suspensión de demolición y/o reformas

de viviendas declaradas con valor patrimonial por el Decreto 1579/06 de la

Municipalidad de La Plata que no cuenten, en ambos casos, con la debida intervención

de la Comisión Nacional de Museos y Monumentos y Lugares Históricos. b)Suspender la

entrega por parte de la Municipalidad de La Plata de nuevos permisos de obra respecto

de las viviendas a que hace referencia el punto anterior (a) que no cuenten con la

debida intervención de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares

Históricos. c) Disponer la suspensión de las obras proyectadas en espacios verdes que

no cuenten con el análisis ambiental respectivo expedido por la autoridad competente”

(resolución obrante a fs. 275 de la mentada causa).

IV.b.4) Colofón

La Plata ya se había inundado con anterioridad, la lluvia del 27 de

enero de 2002 fue recordada durante años como la peor inundación de la historia de la

ciudad. En esa oportunidad incluso la Municipalidad de La Plata fue condenada a pagar

indemnizaciones a los vecinos que habían sufrido las consecuencias de estos hechos

debido a la falta de mantenimiento adecuado de los desagües.

Luego el 28 de febrero de 2008 hubo una segunda gran inundación y

ya se advertía que estos hechos ocurrían cada vez con mayor frecuencia, ante esto el

Poder Ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires creo el Consejo Provincial de

Emergencias que, según el decreto 464/08, estaría dedicado a “la preparación y

proyección de políticas que contemplen las posibles consecuencias ambientales y

sociales de los desastres, así como los eventuales daños en las obras de infraestructura

básica y en los sistemas de producción y abastecimiento”.

Page 17: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Según el mismo decreto el Consejo tenía como funciones para lograr

los objetivos propuestos las de:

“ 1. Asesorar al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires en todo lo

relativo a las emergencias y desastres que pudieran acaecer dentro del ámbito de la

misma, desarrollando programas a mediano y largo plazo.

2. Confeccionar un listado de hipótesis de riesgo y desarrollar los

planes de contingencia a aplicar para cada situación, como así también los

mecanismos para su actualización. Dichos planes deben prever, en forma expresa, el

organismo que en cada caso resulte responsable de la conducción de cada una de las

actividades que integran el Sistema.

3. Disponer la realización de estudios e investigaciones en materia de

emergencias y desastres juntamente con los organismos de incumbencia en la

emergencia tanto nacional, provincial y municipal como con organizaciones no

gubernamentales.

4. Organizar cursos, jornadas, congresos, seminarios acordes con las

temáticas de las emergencias y los desastres en orden a fortalecer los recursos

humanos.

5. Realizar la evaluación acerca de las necesidades de infraestructura

y capacitación en materia de recursos humanos, tecnológicos y materiales.

6. Planificar y proponer políticas de prevención, mitigación, respuesta

y recuperación ante emergencias y desastres.

7. Proponer las reformas administrativas y legales necesarias en el

ámbito provincial en materia de emergencias.

8. Proponer y proyectar convenios de cooperación técnica”.

IV.c) Hechos ocurridos el 2 y 3 de abril

Reducir los hechos ocurridos el 2 y 3 de abril a una lluvia de

extraordinarias proporciones resulta a todas luces una simplificación y una negación

que no reviste, a dos años de la catástrofe, el menor análisis.

Como se señalara en la sentencia del Juzgado en lo Contencioso

Administrativo N° 1 a cargo del Dr. Arias, causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/

Poder Ejecutivo s/Habeas Data y acumuladas", “la capacidad de respuesta frente a las

inundaciones puede ser incrementada con la implementación un plan de contingencias

climáticas y sociales que incluya sistemas de alerta temprana, modificaciones en la red

Page 18: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

de estaciones de observación meteorológica, planes de evacuación y reconstrucción, y

otras medidas preventivas, como elaboración de mapas de riesgo, que puedan tener un

rápido impacto en la reducción de pérdidas tanto humanas como materiales.”

Claramente las autoridades provinciales y municipales no adoptaron

las medidas necesarias para evitar la catástrofe, y prueba de ello resulta el informe

realizado por el Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería de la

Universidad Nacional de La Plata (“Estudio sobre la inundación ocurrida los días 2 y 3

de abril de 2013 en las ciudades de La Plata, Berisso y Ensenada”, disponible en

http://www.ing.unlp.edu.ar/institucional/difusion/archivos/informe_ing_unlp_inunda

cion.pdf), donde se da cuenta de la ausencia de información sobre la ejecución de

planes de riesgo hídrico, sobre planes de alerta y contingencia para las cuencas

afectadas por el evento referido.

En efecto, señala dicho informe que “a la luz del estudio de la

documentación recabado a nivel municipal tanto como de la propia recepción de los

vecinos [relevada por medio de encuestas y entrevistas], ha quedado en evidencia la

inexistencia de un sistema de alerta específico diseñado para la ciudad de La Plata.

Asimismo, no existe un plan de contingencia operativo a nivel municipal”, y que “las

acciones de evacuación se desarrollaron caóticamente, mayormente por medios

propios, y con un grado importante de desconocimiento por parte de la población de la

ubicación de las zonas de mayor o menor riesgo de inundación”.

Agrega que “El SMN [Servicio Meteorológico Nacional] emitió un

aviso meteorológico a muy corto plazo a las 3:51 horas [2013-04-02] por ocurrencia de

lluvias intensas, con tres [3] horas de validez”, y que “De las consultas a la comunidad,

los trabajos ´in situ´ y la interacción con los vecinos que prestaron su colaboración, se

desprende claramente que una vez registradas las primeras evidencias de la magnitud

del evento, las acciones desplegadas a nivel local en pos de su mitigación fueron

tardías y/o insuficientes”.

Para mayor abundamiento, según el informe realizado por el Colegio

de Trabajadores Sociales el 96,83 % de los evacuados lo fue por la “sociedad civil”: es

decir “auto-evacuados”, vecinos, familiares, desconocidos y otros; solamente el 3,17 %

lo fue por el estado, comprendiendo por estado a Bomberos, defensa civil y fuerzas de

seguridad.

Page 19: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Estas cifras dan cuenta de que en la noche del 2 al 3 de abril no

existió plan de contingencia alguno; esto tuvo consecuencias fatales, así lo

demuestran, entre otros, los siguientes casos:

Raimundo Eliseo Aguirre e Irene del Carmen Arias Burgos, ambos

casos fueron incorporados al listado oficial de víctimas fatales confeccionado por el

gobierno de la provincia de Buenos Aires los días posteriores a la tragedia,. Asimismo

son casos probados en la sentencia del Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1

a cargo del Dr. Arias, causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo s/Habeas

Data y acumuladas" donde ha quedado demostrado que fueron también victimas de

manipulación por parte de las autoridades provinciales, quienes cambiaron la fecha y

hora del deceso además de modificar los motivos que lo ocasionaron.

Ambos vivían en 15 y 521, cuando empezó a inundarse llamaron al

107 y a emergencias pero les dijeron que estaban ocupados con la catástrofe. Según

relató Irene, hija del matrimonio, a los medios: "como nadie los ayudó y la casa

comenzaba a inundarse, mi viejo se cargó al hombro a mamá (discapacitada) y salieron

a pedir ayuda, pero a una cuadra se resbaló: mi mamá se perdió en el agua y él intentó

nadar para buscarla, pero le dio un paro. No se veía nada y había correntada".

Jorge Javier Díaz, quien figura en el listado oficial de víctimas

publicado por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, tenía 30 años y era

futbolista. En la madrugada del miércoles, mientras rescataba a sus padres por la zona

de 31 y 60, pudo sacar de la casa a su madre, pero cuando intentó hacer lo mismo con

su padre perdió la vida, arrastrado por la correntada que bajaba por la calle. Su cuerpo

fue hallado flotando en el agua a la altura de circunvalación y 70.

Cristian Mendoza, tenía 19 años y vivía junto a sus abuelos Fernando

Mendoza y Feliciana Garay Ruiz, que tenían de cerca de 75 años en Villa Elvira, calles 9

y 60 en una casilla que fue literalmente arrasada por el agua provocando el

fallecimiento de los tres. Estos casos fueron incorporados al listado oficial publicado

por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

Esteban Ezequiel Monjes, figura en el listado oficial de víctimas

publicado por el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, de sólo 21 años, albañil,

fallece la misma noche de la inundación, su cuerpo sin vida fue encontrado horas más

tarde en un arroyo.

Page 20: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

José Gerardo Sanzana Figueroa, de 62 años, cuyo caso fue

comprobado en la sentencia del Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo

del Dr. Arias, causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo s/Habeas Data y

acumuladas" se dedicaba a la construcción; el dos de abril al momento de comenzar la

lluvia se desplazaba en su camioneta Ford Ranger por la zona de 143 y 46. El vehículo

fue arrastrado por el agua desbordada por el arroyo cercano y su interior comenzó a

llenarse de agua, lo que ocasionó la muerte del Sr. Sanzana que fue encontrado a las

10 de la mañana del miércoles, aún dentro de la camioneta, por vecinos del lugar.

Alejandro Nucitelli, cuyo caso también quedó demostrado en la

sentencia dictada por el Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr.

Arias, en el marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo

s/Habeas Data y acumuladas" al momento de la inundación se encontraba trabajando

como remisero, se quedo con su auto en la rambla de 66 y 28 aproximadamente a las

18 hs. A la medianoche lo rescataron en una camioneta particular y lo llevaron al

hospital italiano donde ingreso inconsciente, con hipotermia pero aún con pulso.

Intentaron reanimarlo durante unas dos horas. Estuvo en la unidad coronaria y en

terapia intensiva. El primer informe médico que le dieron a su mujer fue “que había

entrado en coma, con un cuadro de hipotermia, que había sufrido una arritmia

cardíaca, y que el daño cerebral era muy grande porque había estado seis horas en un

auto bajo el agua, sin oxígeno”. Murió 15 días después, el 18 de abril, a la 1.45, por

“encefalopatía hipóxica. Sumersión”, según el certificado de defunción fechado el 19

de abril. La falta de oxígeno por una inmersión dañó su cerebro y falleció.

Josue Gonzalo Suarez Salazar, este caso resulta uno de los más claros

respecto de la manifiesta intencionalidad de manipular la información y ocultar la

verdad de las causas y circunstancias en las que fallecieron las víctimas por parte de las

autoridades provinciales. Conforme las constancias en IPP 06-00-012922-13, y como

también ha quedado demostrado en la sentencia del Juzgado en lo Contencioso

Administrativo N° 1 a cargo del Dr. Arias, donde se destacó que “En ese marco, cabe

recordar que el jueves 4 de abril de 2013, a sólo dos días de ocurrida la tragedia, el

Poder Ejecutivo, de manera apresurada y sin investigación previa alguna, intentó dar

por concluida la cuestión dando a conocer a través de los medios de comunicación un

listado de 51 personas fallecidas a causa del temporal, cerrando el cómputo a modo de

un numerus clausus. Tal actitud quedó evidenciada en días posteriores, al conocerse el

Page 21: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

caso de Nélida Reyes como víctima del temporal, que en lugar de ser incluida al listado

oficial, desde el Poder Ejecutivo se manipuló la información eliminando de la lista a

Josué Gonzalo Suarez Salazar (quien falleció electrocutado durante la inundación), para

incluir a Nélida Reyes, de manera que el número de fallecidos permaneciera

inalterado”.

Finalmente, en la sentencia mencionada ha quedado demostrado

que su muerte se encuentra vinculada en forma directa a la catástrofe climática. De las

pruebas recolectadas en dicha causa se desprende que “durante la tormenta el Sr.

Suarez Salazar se encontraba en su domicilio de la calle 16 y 517, que dicha zona se vio

afectada por la inundación, que el suministro eléctrico recién fue interrumpido el día 3

en horas de la mañana, que la vivienda del difunto presenta características precarias,

que el último contacto que tuvo con sus allegados fue el día 2, en horas de la tarde

cuando comenzaba la tormenta y que las conclusiones de la autopsia indican que el

deceso se produjo entre los días 2 y 3 de abril a causa de un síndrome asfíctico por

electrocución”.

Dolores Felicidad Fernández, ha quedado debidamente probado en

en la sentencia del Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr. Arias,

causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Podr Ejecutivo s/Habeas Data y acumuladas",

conforme las conclusiones correspondientes a la pericia ambiental agregada a fs.

3154/3155 que la inundación del día 2 de abril afectó severamente la vivienda y zona

de residencia de la Sra. Fernández, quien falleció dentro de su vivienda sin

posibilidades de ser rescatada por familiares ni vecinos.

IV.d) Hechos ocurridos con posteridad al 2 de abril

Consideramos que la participación criminal no se agota con los

hechos ocurridos el 2 y 3 de abril sino que se completan con el accionar de los

funcionarios del poder ejecutivo provincial y municipal en los días posteriores a que se

inundara la ciudad.

Y ello así, con motivo de las decisiones que se adoptaron -y aquellas

que no-, que costaron la vida de seres humanos, es decir, decisiones que tienen

consecuencias criminales.

La respuesta que brindo el comité de crisis no hizo que más que

“inundar” las calles de la ciudad de gendarmes y policiales, a los fines de cuidar no

sabemos bien que, ya que la ciudad estaba destruida Esta decisión es la contracara de

Page 22: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

lo que no se hizo: no se implementó un plan sanitario acorde a la situación, no se

convocaron médicos de otros hospitales de la provincia, no se destinaron recursos

para asistir a los damnificados, no se designaron psicólogos para brindar asistencia, no

se realizo un censo sanitario poblacional

Según el informe realizado por el Colegio de Trabajadores Sociales el

lugar de refugio en el 78,72 % de los casos fue en casas particulares, y solamente el

4,77 % en alguna institución publica, el 10,97 en otros lugares, el 4,24 en un club o

unión vecinal, y el 1,28 ns/nc.

En tanto, según el informe en cuestión, el 73,64% de las viviendas

encuestadas declararon que recibieron agua potable con posterioridad a la inundación

mientras que el 26,36 % declararon que no recibieron agua. Ahora bien, de las

viviendas que recibieron agua potable, el 81,63 % declaro que el agua se la entrego la

sociedad civil, (amigos, caritas, centro comunal, centro cultural, clubes, cruz roja,

particulares, familiares, iglesias, organizaciones sociales, vecinos, voluntarios) y

solamente el 18,36 el Estado (Absa, bomberos, ejercito, escuelas, gendarmería,

municipalidad, universidad).

Por otra parte, el 77,38 % de los encuestados declaró que no

recibieron atención sanitaria con posterioridad a la inundación mientras que el 22,61

% sí manifestó haberla recibido.

De lo expuesto, resulta evidente que si la respuesta estatal no

hubiese estado dirigida a acrecentar un poder de policía y se hubiesen dispuesto

algunas de las medidas de socorro y ayuda integral a los damnificados a las que

hiciéramos referencia, se hubiesen podido evitar pérdidas de vidas humanas, en casos

tales como los de:

María Alcira Díaz, cuyo caso se encuentra probado en la sentencia

dictada por Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr. Arias, en el

marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo s/Habeas Data y

acumuladas". En esas actuaciones, a fs. 3689/91 se encuentra agregada copia de la

declaración del Sr. Eduardo Ángel González, ex-esposo de la Sra. María Alcira Díaz,

quien vivía junto a la hija de ambos en la calle 2 N° 1948 e/ 512 y 513 encontrándose

enferma, con problemas de pulmón, en cama y respiración asistida. Que la noche del 2

de abril recibió un llamado telefónico de su hija Ayelén Rocío, manifestándole que el

agua había ingresado a su casa por lo que se dirigió allí, llegando alrededor de las 12 de

Page 23: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

la noche con el agua que le llegaba al nivel de la cintura. Que luego de un rato, ante

reiterados llamados a defensa civil para que los auxiliaran y trasladaran a la Sra. María

Alcira Díaz al hospital -ya que no tenía más oxígeno-, le manifestaron que la ayuda

estaba en camino, pero pasadas dos horas sin que llegara, decidió salir a la calle a pedir

ayuda. Así, consiguió que un civil que se trasladaba en un bote, lo acompañe al

domicilio para auxiliar a María y poder llevarla al centro Comunal de la calle 7 entre

510 y 511. Allí la subieron a una camioneta particular y la trasladaron al Hospital de

Gonnet. Relató que cuando llegaron, todos mojados, pusieron a María en una sala

donde había 2 cadáveres. Que se quedó en el Hospital hasta las cuatro y media de la

mañana retirándose a su domicilio dado que no podía quedarse con María en la

guardia y, según lo que le manifestaron las enfermeras, ya le estaban por poner el

oxígeno. Que María tuvo un paro cardíaco estando en la guardia aunque lograron

reanimarla. Luego fue dada de alta y la trasladaron a su domicilio, el que se encontraba

destrozado y húmedo, dónde se instaló junto a su hija. Que desde ese momento su

salud comenzó a desmejorar rápidamente hasta que falleció el día 27 de abril

Clara Venecia García, cuyo caso se encuentra probado en la

sentencia dictada por Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr.

Arias, en el marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo

s/Habeas Data y acumuladas". En esas actuaciones a fs. 3137 consta la declaración

testimonial de la Sra. Isabel Margarita Aedo Cofre, madre de Clara Venecia García,

quien expresó que su hija falleció el día 23 de junio de 2013 a causa de la inundación.

Que ésta vivía sola en el Barrio del Carmen, en la calle 95 y 127. Que el día de la

inundación el nivel del agua en la vivienda de su hija llegó a la altura de la cintura,

perdiendo todo lo que tenía, incluso recuerdos de una hija que había fallecido hace

dos años. Que a raíz de ello comenzó a padecer un profundo estado depresivo y el día

23 de junio de suicidó.

María Angélica Pacheco de Rojas, cuyo caso se encuentra probado

en la sentencia dictada por Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del

Dr. Arias, en el marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo

s/Habeas Data y acumuladas". En esa oportunidad, según el relato de su hija, Ana

María Rojas, la víctima había ingerido agua y llegó con hipotérmia a la casa del vecino.

Que durante los primeros días luego de la inundación estuvo bien, pero

posteriormente comenzó con vómitos y diarrea, tenía altibajos y a raíz de la

Page 24: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

inundación, por el agua ingerida, iba presentando distintas patologías. Que en la

madrugada del día 5 de mayo llamaron a una ambulancia y al día siguiente fue

internada en la clínica “Ipensa” con un cuadro de deshidratación. Allí la compensaron

pero a la mañana siguiente sufrió un paro cardiorrespiratorio del cual no la pudieron

sacar pese a los intentos de reanimación.

Ricardo Rojas, cuyo caso se encuentra probado en la sentencia

dictada por Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr. Arias, en el

marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo s/Habeas Data y

acumuladas". Ricardo era el esposo de María Angélica Pacheco de Rojas, a los dos días

tuvo un virus a consecuencia de todo lo que traía el agua, y anímicamente estaban

mal. A partir del fallecimiento de su esposa, el Sr. Rojas dejó de comer y se deterioró

rápidamente, sin poder recuperarse, falleciendo el día 18 de junio.

Carlos Méndez Roda, cuyo caso se encuentra probado en la

sentencia dictada por Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr.

Arias, en el marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo

s/Habeas Data y acumuladas", según un del Director de la Clínica donde se atendió,

Roda “el día 4 de mayo fue internado en terapia intensiva un colega médico con un

brusco cuadro de colapso cardiocirculatorio con compromiso en la función respiratoria,

quien luego falleció”. Manifestó que “las lesiones cutáneas que tenía el paciente en

ambos miembros y región pélvica, eran compatibles con una maceración de piel por

inmersión”, conclusión a la que arribó luego de tomar conocimiento de que había

permanecido entre 14 y 16 horas auxiliando a sus vecinos de los efectos de la

inundación y brindando atención médica. Esa permanencia en el agua, sumada a las

condiciones particulares del paciente (obesidad y diabetes) generaron el medio

apropiado para instalar complicaciones, suprimiendo la capacidad de defensa en un

área del 30 al 40% de la superficie corporal.

Juan José Martinez, cuyo caso se encuentra probado en la sentencia

dictada por Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr. Arias, en el

marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo s/Habeas Data y

acumuladas", sufría problemas del corazón y no podía realizar esfuerzos, no obstante

lo cual, el día de la inundación estuvo cinco horas sacando agua con un trapo de

cocina. Que al siguiente día, mientras se encontraban colaborando en la casa de sus

Page 25: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

suegros, el Sr. Martínez se descompensó cayendo al suelo con un cuadro de

descompensación, vinculado según su familia y vecinos, a la situación de estrés vivida.

Jesús Adelino Azcua, cuyo caso se encuentra probado en la sentencia

dictada por Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr. Arias, en el

marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo s/Habeas Data y

acumuladas" quien el día 5 de abril se encontraba limpiando la parte trasera de su

casa, momento en el cual se descompuso y un familiar llamó al servicio 911, quienes le

indicaron que debía llamar al servicio 107 y como estos tardaban en llegar, lo llevaron

a la salita sanitaria del barrio, en donde fue asistido por un médico que le proveyó

oxigeno e intentó reanimarlo, luego llegó la ambulancia que también lo asistió y

pasados unos minutos le informaron que había fallecido.

Ana Catalina Moreyra, cuyo caso se encuentra probado en la

sentencia dictada por Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr.

Arias, en el marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo

s/Habeas Data y acumuladas", se inundó y fue encontraron el 3 de abril empapada,

con la casa llena de barro, con pérdida de conciencia y diciendo incoherencias. En los

siguientes días mejoró hasta que presentó fiebre y el médico le diagnosticó una

infección urinaria. Como la situación empeoró, decidieron internarla y fue trasladada a

la Clínica Althea, donde le confirmaron el diagnóstico resaltando la gravedad de la

dolencia, producto del agua contaminada en la que había estado y había tragado. Que

con los días fue empeorando su cuadro y finalmente el 17 de abril falleció.

Elba María Luján Maquirriain, cuyo caso se encuentra probado en la

sentencia dictada por Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr.

Arias, en el marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo

s/Habeas Data y acumuladas", se inundó el día de la tormenta con aproximadamente 2

metros de agua y durante 3 o 4 horas estuvo arriba de una mesa. En los días

posteriores contrajo un virus, que le produjo muchos vómitos. Los médicos que la

asistieron manifestaron que probablemente el virus era a causa de la inundación, pero

que no era un cuadro para internar y le recomendaron unas gotas para los vómitos. A

los cinco días falleció.

Fernando Peña cuyo caso se encuentra probado en la sentencia

dictada por Juzgado en lo Contencioso Administrativo N° 1 a cargo del Dr. Arias, en el

marco de la causa 27068-"Rodriguez Sandra Edith c/ Poder Ejecutivo s/Habeas Data y

Page 26: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

acumuladas" empezó a llamar a servicios de ambulancias y ninguno respondía, razón

por la cual, se comunicó con un amigo que vive a cuatro cuadras de la casa de Peña,

quien se dirigió a su domicilio, donde ya había llegado su ex mujer para auxiliarlo. Que

lo trasladaron al Hospital “San Roque” de Gonnet. Sin embargo, le dio un paro

cardiorrespiratorio del cual no lograron sacarlo y falleció. Sus familiares declararon en

el marco de las actuaciones mencionadas y señalaron que el hospital no contaba con

los recursos apropiados para atender la patología de Fernando, ya que permaneció en

la guardia con un cuadro que merecía otro tipo de tratamiento y ni siquiera fue

derivado a terapia intensiva, u otro lugar con la aparatología necesaria para poder

monitorearlo adecuadamente

IV.e) Víctimas fatales

Los hechos relatados, la no anticipación y toma de las medidas

necesarias a pesar del conocimiento previo del riesgo, la falta de un plan de

contingencia que diera respuesta adecuada y suficiente durante la noche del 2 al 3 de

abril de 2012 y la falta de un plan sanitario posterior tuvieron como consecuencia al

menos 89 víctimas fatales, ellas son:

1. Bernardo Abel Aguirre.

2. Raimundo Eliseo Aguirre.

3. Lucila Ahumada.

4. Irene del Carmen Arias Burgos.

5. Juana María Ávila.

6. José Luis Barnetche.

7. Nélida Carmen Bartolomé.

8. Floria Benvenuto.

9. Cora Elida Carmona.

10. Rita Esther Cebey.

11. Dora Esperanza Chas.

12. José Cid.

13. Elba Ana Cisneros.

14. Jorge Pio Colautti.

15. Delia Susana Colonna.

16. Oscar Alberto Crippa.

17. Jorge Javier Díaz.

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18. Anastasia Ferreyra.

19. Celia Esther Galli.

20. José Mario Galzerano.

21. Feliciana Garay Ruiz.

22. Hilda Esther Ghidini.

23. Nilda Luján Godoy.

24. Carlos Alberto Golatilech.

25. Haydee Esmeralda González.

26. Nicolás Serapio Guerrero.

27. Hugo Horacio Jurado.

28. Rodolfo Juan Jurado.

29. Alberto Néstor Lancon.

30. Leonor Alicia Lancon.

31. Orlando Ricardo Logiurato.

32. Haydee Alejandra Manise.

33. Filomena Mannarino.

34. Lía Angélica Marconato.

35. Cristhian David Mendoza Benítez.

36. Fernando Mendoza.

37. Esteban Ezequiel Monjes.

38. Enrique Monzón.

39. Felicita Morel.

40. Elsa Isabel Páez.

41. Eutimia Clara Palomino.

42. Guillermo Raúl Piotti.

43. Anahí Posse.

44. Nélida Reyes.

45. Luis Mario Rivero.

46. René Gloria Rojo.

47. Dora Romero.

48. Enrique Abel Salinas.

49. José Gerardo Sanzana Figueroa.

50. Amílcar Vicente Scarlan.

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51. Juan Alberto Varela.

52. María Beatriz Velinzas.

53. Juan Carlos García.

54. Hebe de Las Mercedes Oleastro Ballve.

55. Carlos Mancuso.

56. Alberto José Colombo.

57. Alejandro Nuccitelli.

58. Edgardo Norberto Reguera.

59. Cristina Valcarce.

60. Francisca Berta Ibarra.

61. Josué Gonzalo Suárez Salazar.

62. Lidia Angélica Bártoli.

63. Carlos Alberto Salagre.

64. María Angélica Pacheco de Rojas.

65. Ricardo Rojas.

66. Dominga Araujo.

67. Rosa Piñeiro.

68. Carlos Méndez Roda.

69. Dora Mabel Scaccheri.

70. Juan José Martínez.

71. María Elena Cazzola.

72. Elida Noemí Bisceglia.

73. Jesús Adelino Azcua.

74. Gerónimo Kossman.

75. Osvaldo Alfredo Scafati.

76. Ana Catalina Moreyra.

77. Clara Venecia García.

78. Elba María Luján Maquirriain.

79. María Alcira Díaz.

80. María Elida Sánchez.

81. Aurora Quesada.

82. Juan Carlos Etcheberry.

83. Octavia Justina Cabrera

Page 29: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

84. Eloísa Candia.

85. Nelly Carmen Pelhan.

86. Dolores Felicidad Fernández.

87. Fernando Peña.

88. Horacio Rubén Albertella.

89. Ricardo Luis González

Estos nombres hablan por sí mismos de la magnitud de la catástrofe.

Oportunamente, al momento de analizar las responsabilidades de las personas

señaladas como posibles imputados respecto de los hechos ocurridos se analizará

pormenorizadamente en qué delitos o encuadres jurídicos se traducen en particular

cada una de estas víctimas.

V.- DERECHO: PARTICIPACIÓN CRIMINAL - CALIFICACIÓN DE LOS

HECHOS

V. a) Imputación alternativa

En este escrito recurriremos a una imputación alternativa. Esta

alternatividad, se expresará en el punto “participación criminal” a través de dos

modelos teóricos de gran predicamento en la actualidad.

En este sentido corresponde, antes de abordar el punto siguiente,

destacar autorizada doctrina procesal que opina favorablemente sobre el instituto de

la acusación alternativa, fundada en razones de economía procesal y de resguardo de

garantías constitucionales de los imputados.

En este sentido encontramos por ejemplo las opiniones vertidas por

D’ Alessio en su Código Penal comentado y anotado, parte especial artículos 79 a 306;

1° Edición, Buenos Aires, La Ley, 2004, pág. 920.

También Julio Maier se pronuncia a favor de la acusación alternativa

(Derecho Procesal Penal; 2° Edición, Buenos Aires, Editores del Puerto S.R.L., 2004,

tomo I, pág. 609).

Así, siempre y cuando las hipótesis construidas se encuentren

debidamente descriptas y circunstanciadas, y ordenadas de manera que permitan

entender cuál es la tesis principal y cuál o cuáles las subsidiarias, el autor sostiene que

ésta es la mejor solución para garantizar el pleno ejercicio del derecho de defensa.

(Ob. Cit. p. 568).

Page 30: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Podemos afirmar entonces que la utilización de la acusación

alternativa redunda en beneficios para el sistema de justicia, no existiendo obstáculo

legal para su aplicación.

Por su parte, la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el Fallo

“Luque”8 dijo que: “El fundamento de la institución de la acusación alternativa o

subsidiaria, basada en el hecho diverso, debe buscarse en la razón práctica consistente

en evitar que el proceso vuelva a una etapa anterior para que se reformule la

requisitoria fiscal y, tal vez, el auto de elevación a juicio en violación, justamente, de los

principios de preclusión y progresividad y de la garantía del non bis in ídem. …Tampoco

se violó la garantía del non bis in idem, pues, justamente no hubo una persecución

penal múltiple por un mismo hecho, en el sentido del doble riesgo o ‘double jeopardy‘,

sino que se trató de un hecho diverso, alternativo y debidamente intimado e

imputado”.

V. b) Participación Criminal (Infracción de deber o Dominio del

hecho)

Partimos de entender que será el Señor Juez de Garantías, quien al

momento de elevar esta causa a juicio, efectuará una calificación (provisional) de los

hechos, y que lo fundamental en esta etapa es cristalizar la plataforma fáctica sobre la

que desarrollaremos nuestra hipótesis acusatoria. Sin embargo, no desconocemos que

la decisión que se tome en este punto, incidirá necesariamente en la percepción que

de aquellos hechos se tenga y en la pena en expectativa que en definitiva pesará sobre

los imputados.

Con estas manifestaciones como punto de partida, y teniendo en

cuenta lo ya manifestado en el punto V.a) respecto de la imputación alternativa,

sostendremos como hipótesis principal una imputación en clave de infracción de

deber y como hipótesis subsidiaria una imputación bajo el clásico criterio rector del

dominio del hecho.

Necesariamente habrá según el sistema de interpretación escogido,

consecuencias disímiles en cuanto a las imputaciones en concreto y así lo

distinguiremos en el punto VI. (Responsabilidades).

En este punto diremos que para determinar qué parte se ha tomado

en la ejecución de un hecho delictivo, la ley no proporciona ninguna pauta. La solución

8 Fallos: 325:3118 donde adhirió al dictamen del procurador Warcalde.

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es tarea del intérprete. Esto ha llevado a autores como Donna y Bacigalupo, a afirmar

que “Quién es autor y quién es cómplice o instigador es una cuestión que se determina

prejurídicamente”9.

La tarea del intérprete entonces, es la de aprehender en cada caso la

forma de intervención criminal, posicionándose para dar cuenta de la diferencia

cualitativa que encierra esa elección.

Zaffaroni en su Derecho Penal Parte General, plantea que “la decisión

política tendrá carácter previo a la construcción del sistema de interpretación,

señalándole de tal suerte su objetivo y que la actividad doctrinal y jurisprudencial,

nunca es inocente ni aséptica”10.

El debate acerca de la autoría y la participación delictiva, ha llevado a

autores como Kantorowicz a opniar que probablemente se trate del “capítulo más

oscuro y confuso de la ciencia del Derecho penal”11.

Ahora bien, la expresión “dominio del hecho” fue inaugurada por

Hegler en 1915, aunque su avance hasta convertirse en la concepción dominante se

remonta a Welzel, siendo Claus Roxin, en su “Autoría y dominio del Hecho” en 1963

quien puso en diálogo a todos los teóricos del dominio del hecho, consolidando esta

teoría e intentando a partir de allí, una formulación sistemática sobre las diferentes

formas de participación que a grosso modo pueden resumirse en:

1) Delitos de dominio:

a) Dominio de la acción propia del individuo (autoría directa)

b) Dominio funcional del hecho, hecho que es ejecutado

conjuntamente con otros (coautoría).

c) Dominio de la voluntad de un tercero (autoría mediata).

d) Cuando no se detente aquel dominio, se estará según el caso

ante alguna forma de complicidad o ante una instigación.

2) Delitos de Infracción de deber: en estos casos, el dominio del

hecho resulta irrelevante y siempre estaremos ante una autoría directa.

9 Bacigalupo Zapater, Enrique, Derecho Penal, Themis, Colombia 1996 ps 180 y ss. 10 En este sentido participamos del método propuesto por ZAFFARONI, EUGENIO RAÚL; ALAGIA, ALEJANDRO Y SLOKAR, ALEJANDRO, en Derecho Penal, Parte General, Buenos Aires, Ediar 2000, 1º ed., Cap. III, p. 79 y ss.

11 Kantorowicz, 1910, p. 306. Esta frase ha tenido una fuerte resonancia en el entorno del penalismo alemán; da cuenta de ello Roxin, 1970, p. 10. También véase Weber, 1935, p. 24 describe de un modo parecido el panorama de la autoría y la participación como el «capítulo sin ninguna esperanza» de solución en la dogmática del Derecho penal.

Page 32: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Es a partir de esta doble distinción, desde donde puede trazarse la

línea divisoria entre las distintas formas de autoría y la participación.

Destacaremos entonces que la teoría del delito de Infracción de

deber o Pflichtdelikten, ha sido inaugurada por Claus Roxin y que posteriormente ha

recibido aportes - entre otros - de autores como Bacigalupo, Jakobs, Javier Sánchez

Vera Gómez Trelles12 y Caro Jhon entre muchos otros.

En su ya referida obra, Roxin afirma, que:

“Los tipos penales de la parte especial pueden sistematizarse

distinguiéndolos entre “delitos de dominio” y “delitos de infracción de deber”. En los

primeros el legislador presupondría el “dominio” de la conducta típica por parte del

autor, sea por sí mismo, por intermedio de otro o conjuntamente con otros; en

cambio, en los segundos, el reproche penal se dirige a la infracción de un deber

específico del sujeto activo sin importar cómo la realice.

Como consecuencia de esta distinción, la autoría y la participación

tendrán que seguir necesariamente distintos principios según el grupo de delitos de

que se trate. En el caso de los “delitos de dominio” resulta aplicable la teoría del

“dominio del hecho”. En el grupo de los “delitos de infracción de deber”, la presencia o

ausencia de dominio del hecho no debería tener ninguna trascendencia. Lo único que

interesa, para determinar la autoría es verificar que se haya producido la infracción del

deber por parte del intraneus13.

En los delitos de deber, la violación de éste es una forma autónoma

de autoría que nada tiene que ver con el dominio del hecho. Roxin renunció así -en

determinados delitos- al concepto del dominio del hecho y permitió que sea

reemplazado por un concepto de autor fundado, no sólo en la relación causal sino en

la vinculación con el bien jurídico protegido cuya indemnidad debe ser asegurada si se

observan las reglas que impone el “status” de la institución respectiva.

En el libro titulado “Sobre el estado de la teoría del delito de Editorial

Civitas Ediciones publicado en el 2000”, en el que se recopilan discusiones de autores

como Jakobs, Shuneman, Frisch y Kholer, Roxin reflexiona lo siguiente:

12 Jakobs ha dicho que la teoría fue consolidada y estructurada sistemáticamente en habla castellana por Javier Sánchez Vera Gómez Trelles en su obra Delitos de infracción de deber y participación delictiva12. Editorial Marcial Pons, Ediciones Jurídicas y Sociales. S.A. - Madrid 2002.-

13 O aquel que detenta esa calidad y que por lo tanto porta un personalísimo deber especial que entendemos debe ser asignado social y jurídicamente

Page 33: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

“La cuestión es si cabría normativizar un poco el punto de vista del

dominio, por la vía de «institucionalizar» un control o dominio en principios

preexistentes. Existen, en este sentido, relaciones institucionales que se basan

típicamente en posibilidades fácticas de control pero que, aunque en el caso concreto

no se den éstas, pueden soportar en cierta medida la posición de garante por la

institución”.14

Roxin ha concluido entonces, que el criterio del dominio del hecho no

es un “principio universal” para determinar la figura central del suceso, ni por tanto, la

autoría, al menos en aquellos supuestos en los que el legislador ha formulado respecto

del autor cualificaciones especiales.

En estos tipos penales no es la calidad del funcionario ni el dominio

fáctico de la situación típica lo relevante; lo que convierte a estos sujetos en autores

del delito, es la infracción del deber estatal de comportarse de acuerdo a lo que sus

cargos exigen, deberes de los cuales estos sujetos son portadores.

Estos deberes son anteriores a los tipos penales, pero están

reconocidos por estos, de forma que la obligación, que originariamente es extrapenal,

se vuelve penal. Están positivizados y reflejan las relaciones institucionales reconocidas

por el derecho penal. Dentro de este encuadre el “obligado especial” ha nacido sólo

para ser autor directo, no así coautor, ni autor mediato, ni partícipe (instigador o

cómplice)15 .

En puridad debiera esperarse que cada uno en su función sea un

centinela del bien jurídico que custodia. Estos roles definen qué se espera, como

dijimos, de un policía, de un miembro del ejército o de un alto funcionario político.

Una consecuencia que se desprende de esta mirada de los hechos es

la equivalencia entre la acción y la omisión.

14 ROXIN en, Sobre el estado de la teoría del delito (Seminario en la Universität Pompeu Fabra) - Claus Roxin, Günther Jakobs, Bernd Schünemann, Wolfgang Frisch, Michael Köhler.- pag 201.- año 2000.

15 Caro John, Delitos de infracción de deber, en: Normativismo e Imputación Jurídico penal. Estudios de Derecho Penal Funcionalista, Perú, 2010, 63 ss. Resulta evidente la equiparación de la autoría mediata e inmediata en este tipo de delitos, incluso en ocasiones el propio legislador ha positivizado la autoría mediata como forma de autoría en el propio tipo penal. Así el art. 256 del Código Penal argentino referido al delito de cohecho que tipifica el comportamiento del funcionario público que recibiere dinero o cualquier otra dádiva por sí (autoría inmediata) o por persona interpuesta (autoría mediata).

Page 34: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

En este sentido Dahrendorf ha planteado que: “la ciencia jurídica

toma datos de la realidad y los explica de acuerdo a su código, a su lenguaje, lenguaje

jurídico. Así, cosas tan distintas como la acción y la omisión, pueden tener iguales

consecuencias; depende de la ciencia jurídica construir una explicación en su lenguaje

para dar cuenta de este dato de la realidad y valorarlo”16.

Afirmamos entonces que del principio genérico no dañar a nadie

(nemin laedere), se desprenden instituciones negativas (abstenerse de hacer para no

dañar) pero también instituciones positivas (mandato de hacer para no dañar).

Citando en este punto a Sánchez Vera Gómez Trellez, corresponde

referir también que los deberes a los que aludimos “son personalísimos, la lesión de

ellos se produce por parte de cada uno de los intervinientes de forma igual, completa e

independiente. Cada cual es autor y, entre ellos, en su caso, autores paralelos […] El

status de obligados personalísimos no se comparte con otros sujetos, sino que se

constituye siempre individual e inmediatamente respecto de un determinado bien

jurídico para su ayuda y fomento”17.

Entendemos entonces que en el caso que nos ocupa, el carácter de

funcionarios públicos de los imputados, nos permite sostener como hipótesis principal

el encuadre bajo la teoría del delito de infracción de deber. Bajo esta mirada, los

obligados son siempre autores, independientemente de que ostenten o no el dominio

del hecho. Su intervención siempre es central.

Sin embargo, ante el hipotético caso que el señor Fiscal entienda que

debe volverse a un esquema clásico bajo la teoría del dominio del hecho,

desarrollaremos como hipótesis subsidiaria una imputación en esos términos, siempre

dejando a salvo que esta orientación reconoce, también, diferentes miradas según el

autor que sigamos.

16 Dahrendorf homo sociologicus pp 32 ss _(Sanchez Vera p. 71, 72).

17 Sánchez Vera Gómez Trelles, también Jackobs AT, 21/22. Roxin en contra: cuando varios obligados especiales lesionan en forma conjunta un deber conjunto, son coautores. Un Fallo Tribunal Supremo Alemán del 21 de septiembre del 64 dijo: “Si bien puede que ciertas instituciones positivas exijan a varias personas a la vez la edificación de un mundo en común para ayuda y fomento de un bien jurídico, sin embargo, los deberes que se imponen son per se, siempre individuales y personalísimos y nunca conjuntos - Lesch Sukzessive Beihilfe, p. 299. Y Tribunal Supremo Alemán del 21 de septiembre del 64.

Page 35: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Diremos entonces que también esta teoría toma en cuenta tanto lo

subjetivo (la voluntad del actuante) como lo objetivo (el aporte exterior al hecho) y

que si bien es cierto que fue Hegler quien en 1915 habló por primera vez del concepto

de “dominio del hecho”, no obstante el sentido que él le dio en aquél momento poseía

un contenido más referido a la culpabilidad del autor; por lo tanto, diferente de lo que

hoy se entiende por el concepto. Como ya hemos dicho, fue Welzel quien, en 1939, en

conexión con su conocida teoría finalista de la acción, otorgó a la autoría un contenido

propio fijando el dominio del hecho como el criterio determinante del concepto de

autor.

Según este nuevo entender, el dominio del hecho pasaba a ser ahora

un elemento general de la autoría, donde el autor se presenta como señor de un

hecho: “autor es el señor del hecho, donde él es señor sobre la decisión y su ejecución;

quien lo instiga o colabora con él, participa ciertamente en el hecho, pero no es señor

sobre el hecho”.

V. c) Calificación de los Hechos. Los tipos penales

Expondremos de manera sintética y general los tipos penales a los

que recurriremos, para luego en el punto responsabilidades desarrollar para cada

imputado qué grado de participación y qué delitos imputaremos, efectuando una

distinción según la imputación principal y la subsidiaria. Los delitos endilgados son:

HOMICIDIOS (Art. 79 y ss. del Código Penal)

El homicidio simple, consiste en matar a otra persona. El bien jurídico

protegido es la vida humana desde el nacimiento hasta su terminación con la muerte.

Se destaca la subsidiariedad legal del tipo ya que se aplica cuando el acto de matar no

está sancionado por la ley con una pena diferente de la que prevé el artículo. De esta

manera quedan fuera de la figura los casos en que sí constituye alguno de los

homicidios agravados o atenuados que contemplan las disposiciones siguientes.

Siguiendo a D’alessio18, la acción típica es la de matar, es decir,

extinguir la vida de una persona. La ley no ha limitado los medios para la realización de

la acción típica. Cualquier medio es típico en cuanto pueda designárselo como causa

de muerte; por lo que pueden utilizarse medios morales que, en oposición a los

materiales (que operan físicamente sobre el cuerpo o la salud de la víctima), son los

18 Andres D’alessio. Código Penal Comentado – Buenos Aires, La Ley.

Page 36: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

que obran sobre el psiquismo del agraviado afectando su salud y produciéndole la

muerte.

El delito se consuma, precisamente, en el momento de producirse la

muerte. El homicidio requiere que la muerte haya sido causada por la acción del autor,

sin que el tiempo transcurrido entre la realización de esta y la producción de aquella

altere jurídicamente la relación causal.

El dolo puede ser directo, indirecto o eventual. Señala la

jurisprudencia que el autor actúa con dolo eventual cuando se representa como

probable la consecuencia lesiva de su accionar y a pesar de ello no desiste de este.

Homicidio por omisión

Siguiendo con D’alessio19, son varios los autores que afirman que el

homicidio puede ser causado por acción u omisión. Según este criterio, el hecho puede

ser cometido por omisión siempre que el sujeto activo se encuentre en alguna de las

situaciones que hacen nacer el deber jurídico de actuar con el fin de preservar la vida

del sujeto pasivo. Para esta postura, los casos en que exista dolo de matar serán típicos

de homicidio, y los restantes quedaran comprendidos por el delito de abandono de

personas.

Bajo esta mirada es que sostendremos en nuestra hipótesis principal

las imputaciones por este delito.

Homicidios culposos

La característica esencial del tipo culposo es su peculiar forma de

individualización de la acción prohibida, porque a diferencia del tipo doloso activo, en

que se individualiza mediante su descripción, en el tipo culposo permanece prima facie

indefinida. Esto obedece a que los tipos culposos no criminalizan acciones como tales

sino en razón de un resultado que se produce por una particular forma de realización

de la acción, que presupone (de parte del agente) la provocación de un peligro

prohibido, previsible y evitable.

Al ser tipos abiertos, se señala la necesidad de buscar una norma de

cuidado que los complete o cierre; lo que se explica a partir de la imposibilidad de

prever las innumerables formas en que la realización de una acción puede violar un

deber de cuidado y crear un peligro.

19 Andrés D’alessio. Código Penal Comentado – Buenos Aires, La Ley, T. 2 pág 6 y ss.

Page 37: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

La conducta ha de ser violatoria de un deber de cuidado. Si bien el

artículo hace referencia a varias formas de comportamientos culposos, la doctrina

tradicional ha entendido que dicha enumeración, en esencia, se reduciría a dos

modalidades: la imprudencia y la negligencia.

Así, por ejemplo, con referencia a la impericia, no se trataría de

reprimir la incapacidad genérica del autor, sino el haber emprendido una acción para

la que el sujeto se sabía incapaz (imprudencia) o se debía saber incapaz (negligencia),

de acuerdo con las circunstancias concretas; y algo similar ocurriría con las demás

modalidades de la culpa. Se entiende que la negligencia es la falta de precaución o

indiferencia por el acto que se realiza, y la imprudencia implica un obrar que lleva

consigo un peligro, de modo que, mientras el negligente no hace algo que la prudencia

indica hacer, el imprudente realiza un acto que las reglas de la prudencia indican no

hacer.

En las actividades reglamentadas o legisladas (como el tránsito, la

medicina, la práctica de deportes, etc.), las infracciones normativas son indicios de la

violación del deber de cuidado, mientras que en las restantes ocasiones, como se

señaló, es necesario acudir a pautas sociales de prudencia para cerrar el tipo.

Por lo demás, la capacidad individual de previsión es otro criterio que

permite verificar si hubo o no una violación del deber de cuidado, ya que esta requiere

la posibilidad de conocer el peligro que la acción crea para otros bienes jurídicos. Si no

existe esa posibilidad no hay violación al deber de cuidado.

Sobre esta cuestión es importante destacar que si el autor tiene

conocimientos especiales superiores a la media, deben tomarse en cuenta ya que

posee una mayor previsibilidad (en esa área) que otros que no los tienen.

Finalmente, cuando se trata de actividades en que intervienen varias

personas (por ejemplo por una división del trabajo) se aplica el principio de confianza,

según el cual no es violatoria del deber de cuidado la acción de quien confía en que el

otro se comportará correctamente, mientras no tenga razón suficiente para dudar o

creer lo contrario. El límite al principio está dado por el deber de observación, de

manera tal que se viola el deber de cuidado cuando se mantiene la confianza pese a

que hay indicios de que el otro no se comporta conforme a lo esperado.

Actualmente, existe —principalmente en relación con los delitos

culposos— una marcada inclinación de la doctrina por la llamada teoría de la

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imputación objetiva; en este sentido para considerar que una acción es típica, se

requiere, ante todo, que haya provocado un riesgo no permitido. Pero es importante

aclarar que no toda creación de un riesgo puede ser objeto de una prohibición del

derecho penal, pues ello implicaría una limitación inaceptable de la libertad de acción,

lo cual nos permite afirmar que existen riesgos punitivos, que excluyen la tipicidad de

las conductas que los crean, aunque de ellos se pueda derivar un resultado típico.

Además, hay que considerar los casos en que existe una disminución

del riesgo, como cuando el autor causa un resultado pero evitando a la vez la

producción de uno más dañoso (por ejemplo una persona que desvía un vagón, que de

continuar en su trayectoria podría matar a varias personas y como consecuencia de

ello impacta contra una casa a la que ocasiona importantes daños). En estos casos se

entiende que el resultado no es imputable al que ha creado un riesgo menor que el

originalmente amenazante.

Vinculación entre la acción y el resultado (la relación de causalidad,

el nexo de determinación y la imputación objetiva):

El tipo culposo requiere que el resultado haya sido causado por la

imprudencia del sujeto activo, de modo que debe haber una relación de causalidad

entre la inobservancia del deber exigible y el evento dañoso producido. Al respecto, la

doctrina tradicional había considerado erróneo valorar la prueba de una infracción a

los reglamentos u ordenanzas, por parte de una persona, como prueba de su

responsabilidad en un delito culposo, poniendo de manifiesto la necesidad de que la

infracción sea la causa del resultado.

Más modernamente, Zafaroni ha señalado que con la comprobación

de la causalidad y de la violación del deber de cuidado, aun no se puede afirmar la

tipicidad culposa, para la cual resulta necesario verificar si el resultado está

determinado por esa violación del deber de cuidado, a través del llamado nexo de

determinación. Esta averiguación supone realizar un doble juicio hipotético: en

concreto, se imagina la conducta del autor sin que viole el deber de cuidado y, por

tanto, sin crear ningún peligro, entendiéndose que no habrá determinación cuando la

acción imaginada hubiese producido igualmente el resultado: y en abstracto, debe

comprobarse si la norma de cuidado tenia por fin evitar el peligro en el caso concreto.

Una comprobación similar exigen los partidarios de la ya mencionada

teoría de la imputación objetiva, para quienes la verificación de un nexo causal será un

Page 39: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

límite mínimo pero no suficiente para la atribución del resultado. Así, una vez

comprobada la existencia del nexo causal, la imputación del resultado requiere

además verificar, por un lado, y como ya se señaló, que la acción del autor haya creado

un peligro jurídicamente desaprobado para la producción del resultado; y por el otro,

que el resultado producido por dicha acción sea la realización del mismo peligro,

jurídicamente desaprobado, creado por la acción; es decir, debe verificarse que el

resultado sea la concreción del riesgo provocado por la acción.

Culpa inconsciente (sin representación) y culpa consciente (con

representación)

En los delitos culposos el autor debe haber tenido la posibilidad de

conocer la peligrosidad de su acción, respecto de la cual no hace falta un conocimiento

efectivo. Como el resultado no es querido, (en oposición a los casos en que se actúa

con dolo) las acciones del sujeto activo deben tener una finalidad diferente de la de

causarlo; es decir que la muerte del “otro” debe pertenecer al ámbito de lo que el

autor no ha querido o aceptado hacer.

La culpa puede ser consciente o con representación si el agente se

representa la posibilidad del resultado. En este caso, la culpa supone que aquel confió

en que el resultado no se produciría, ya que si le fue indiferente estaremos ante un

caso de dolo eventual, pues el agente acepta la producción del resultado aunque no lo

haya perseguido directamente con su accionar, respondiendo en consecuencia por el

delito de homicidio simple (art. 79, Código Penal).

Por otra parte, se considera que hay culpa inconsciente o sin

representación en los casos en que el sujeto activo, pese a tener conocimientos que le

permitirían representarse la posibilidad del resultado, no los actualiza (no piensa en

ellos) y por ende no se lo representa.

Otras cuestiones de interés

Participación: La doctrina es conteste en que en los delitos culposos

no resulta admisible la participación (accesoria, únicamente, de los injustos dolosos).

Culpa concurrente y competencia de la víctima: Tradicionalmente se

ha entendido que en el homicidio culposo no procede la llamada compensación de

culpas, propia del derecho privado, conforme la cual la responsabilidad seria

distribuida entre el autor y la victima en proporción a sus respectivas culpas. Esto se

debe a que en materia penal la culpa de la víctima no compensaría la imprudencia o

Page 40: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

negligencia determinante del hecho por parte del autor. Sin embargo, cuando la

imprudencia de la víctima por si sola es causa determinante de su muerte, de modo

que está igualmente se habría producido aunque no hubiera habido culpa del autor, el

resultado típico no puede ser atribuido a este.

ABANDONO DE PERSONAS (Artículo 106 Código Penal)

Bajo el artículo 106 del C.P se castiga con prisión de dos a seis años a

quien pusiere en peligro la vida o la salud de otro, sea colocándolo en situación de

desamparo, sea abandonando a su suerte a una persona incapaz de valerse y a la que

deba mantener o cuidar o a la que el mismo autor haya incapacitado. La pena será de

reclusión o prisión de tres a diez años, si a consecuencia del abandono resultare grave

daño en el cuerpo o en la salud de la víctima. Si ocurriere la muerte, la pena será de

cinco a quince años de reclusión o prisión.

El delito de abandono de personas no consiste simplemente en

abandonar o poner en situación de desamparo al sujeto pasivo, sino en poner en

peligro su vida o su salud mediante el abandono o la colocación en situación de

desamparo. Básicamente comprende:

1. Poner en peligro la vida o la salud de otro, colocándolo en

situación de desamparo.

2. Poner en peligro la vida o la salud de otro, abandonando a su

suerte a una persona incapaz de valerse y a la que deba mantener o cuidar.

3. Poner en peligro la vida o la salud de otro, abandonando a su

suerte a una persona a la que el autor haya incapacitado.

Conforme el segundo y el tercer párrafo, estos tres casos se agravan

si se produce grave daño en el cuerpo o la salud de la víctima, y más aún si se causa la

muerte.

El delito consiste en colocar a otro, por cualquier medio, en situación

de desamparo, de la que resulte peligro para la vida o la salud. Se coloca a alguien en

situación de desamparo cuando se lo priva de la posibilidad de una ayuda o asistencia

necesaria, o cuando el agente rodea a la victima de circunstancias que le impiden

obtener el auxilio que requiere su condición.

Este supuesto de comisión del delito es muy diferente a los dos

restantes, pues es una infracción a una obligación de no hacer, conforma un tipo

activo, mientras los otros dos implican infracciones a obligaciones de hacer.

Page 41: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

La figura solo admite el dolo, que comprende el conocimiento de la

situación en la que estaba la víctima y en la que queda, y el peligro que correrá su vida

o su salud. Según Molinario debe haber dolo directo.

La exposición a peligro por medio de abandono, solo puede recaer

sobre una persona incapaz de obtener los auxilios necesarios por si. El sujeto pasivo

debe encontrarse en una situación que derivara en un peligro para su vida o su salud

de no mediar la intervención del sujeto activo.

La realización de la acción indicada en la norma es debida solo en la

situación típica. Por ello, de la existencia de esa circunstancia depende la vigencia del

deber.

EL ESTRAGO (Artículo 186 del Código Penal)

El artículo 186 del Código Penal en su inciso 1° contempla,

básicamente tres delitos: El incendio, la explosión y la inundación. En los incisos 3°, 4°

y 5° contiene distintas agravantes.

Para comenzar a analizar la figura reprochada a los imputados,

debemos destacar que en el orden penal la voz “estrago” significa el daño de grandes

proporciones que afecta colectivamente a las cosas o las personas.

En nuestro código, el delito de “estrago” está incluido en el título

dirigido a proteger la seguridad común. Creus habla de la seguridad común diciendo

que es la "situación real en que la integridad de los bienes y las personas se halla

exenta de soportar situaciones peligrosas que la amenacen"20.

La característica diferencial es la de proteger bienes indeterminados

de la amenaza de un peligro común; digamos entonces que esos titulares están en

principio indeterminados, y que el peligro se tiene que extender a un número

indeterminado de personas; amenaza a toda una comunidad o colectividad.

Molinario concluye que dos cosas caracterizan a los delitos contra la

seguridad común: la colectividad y la indeterminación21.

20 CREUS, Carlos, "Derecho penal", Parte especial, t. II, 4ª ed. actualizada, Ed. Astrea, 1993.

21 MOLINARIO, Alfredo J., "Los delitos", texto preparado y actualizado por AGUIRRE OBARRIO, Eduardo, Tipográfica

Editora Argentina (TEA), 1ª impresión, 1996, pág. 29, quien pone como ejemplo el caso "Chernobyl".

Page 42: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Elementos del estrago

El estrago conlleva peligro para bienes e individuos, estableciendo

una escala que sobreviene más grave, de producirse la muerte de alguna persona;

asume características muy peculiares, y son ellas las que permiten compaginar una

figura penal que va adquiriendo una reconocida autonomía, la que es otorgada de

manera universal al legislar sobre el tema, poniendo énfasis en destacar la falta de

dependencia o inclusión en otra figura. Los códigos penales unifican el criterio en tal

sentido, adjudicándole una total independencia y un tratamiento que exponen con

caracteres propios en los ordenamientos respectivos.

El estrago lleva consigo la certeza de un ataque a la seguridad pública

y, atento a los intereses que lesiona, así son también de severas las penas imponibles

ante el evento de su provocación o concreción. Para que el delito se considere

conformado no resulta imprescindible la certificación del daño. Este daño puede

producirse sobre bienes propios o de terceros a quienes se les causa un perjuicio

originado en el estrago.

El meollo del asunto radica en determinar el peligro común que se

origina por razón del hecho irregular cuya repercusión será sobre las personas, y no

estrictamente sobre los bienes.

La situación de punibilidad encuentra su epicentro en el peligro

común; se trata del alzamiento contra el orden natural establecido que erosiona la

seguridad al producirse el estrago, que dependerá, de allí en más, de la conclusión o

decisión que adopte el órgano encargado de dirimir tal situación.

El estrago daña la seguridad pública por generar el peligro común,

factor o presupuesto hábil para permitir un lógico encuadramiento dentro del

ordenamiento penal. Es totalmente innecesario que el autor proceda al incendio sobre

cosa propia o ajena, pues no hace al fondo de la cuestión; lo que sí es signo de su

presencia es el hecho de crear peligro. Se pone en riesgo la seguridad común en

detrimento de la sociedad que ampara. La connotación de peligro público debe estar

presente para asegurar la sumisión a la figura del estrago; de otro modo, quedará

sometido al título consagrado al daño.

Deteniéndonos en la trascendencia que el estrago puede adquirir,

debe examinarse qué clase de bienes son los implicados, para poder así determinar la

gravedad del hecho.

Page 43: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

En cuanto a las personas, el Código hace la distinción entre el peligro

común de muerte de una persona y la muerte realmente sobrevenida. Cuando ésta se

concreta, la pena a decretarse es severa, lo que resulta de las consecuencias irrogadas.

El Estrago culposo

Según enseña Juan H. Sproviero22, hechos como los comprendidos en

esta norma pueden concretarse con prescindencia de toda intencionalidad criminosa,

pero cabe su sanción a título de culpa, ya que si el sujeto incriminado hubiera

adoptado las previsiones o recaudos necesarios, la contingencia pudo ser evitada y

con ello desestimarse la posibilidad de peligro, que incluso podría concluir con la

muerte de una persona. Ese obrar negligente o imprudente, o representativo de las

posibilidades enunciadas de la regla queda consagrado en este supuesto de estrago

culposo.

En estos autos, en concreto, la conducta que reprochamos encuadra

en la figura culposa del estrago, regulada en el artículo 189 del Código Penal, donde se

establece que “será reprimido con prisión de un mes a un año, el que, por

imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o profesión o por inobservancia

de los reglamentos u ordenanzas, causare un incendio u otros estragos”. Y en su

segundo párrafo se prevé el agravante de la figura para el supuesto de que “el hecho u

omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna persona o causare la muerte

de alguna persona, el máximo de la pena podrá elevarse hasta cinco años”.

La figura en análisis contempla un caso de doble tipificación culposa

de una conducta23. Sobre el bien jurídico la jurisprudencia ha dicho que “estamos ante

la comisión de un tipo en el que basta con el peligro común para los bienes, agravado si

se causa la muerte de alguna persona, pero también cuando se pone en peligro la vida

de éstas"24.

En cuanto a los elementos del tipo, los mismos están dados por:

a) El sujeto activo, que puede ser cualquiera (delicta comunia).

22 SPROVIERO, Juan H, “El delito de estrago”, editorial Cathedra Jurídica. 23 ZAFFARONI, Eugenio Raúl, ALAGIA, Alejandro y SLOKAR, Alejandro, "Derecho penal", Parte general, 1ª ed.,

Sociedad Anónima Editora, Comercial, Industrial y Financiera (Ed. Ediar), 2000; pág. 443.

24 Cfr. CNFed. Crim. y Correc., sala I, "López, Juan" (rta. 1992/12/06) -ver voto del doctor Costa- JA, 1994-I-64, citado

por DONNA, op. cit., 89.

Page 44: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

b) La acción típica es la de provocar un estrago por imprudencia o

negligencia, por impericia en su arte o profesión o por inobservancia de los

reglamentos u ordenanzas por parte del sujeto activo.

c) En cuanto al resultado, se debe producir el estrago de la manera

descripta. Cabe aclarar que no basta con causar un incendio, una explosión, etc., sino

que también será necesario que este incendio, etc., hayan traído aparejado un peligro

común. Si la conducta del autor ha creado un desastre, pero en ese desastre no ha

existido ese peligro común, podrá configurar otros delitos culposos25 (por ejemplo

homicidio, lesiones, etc.).

d) Relación de determinación: Debe haber una relación directa entre

la violación del deber de cuidado y el resultado de incendio o estrago26.

Por otra parte, debemos destacar que la mayor o menor graduación

de imprudencia o negligencia, impericia o inobservancia de los reglamentos, será

precisamente la que deberá ser tenida en cuenta para la estimación de la condena.

El basamento de la imprudencia está en relación íntima con las

razones alegadas de previsibilidad. El dejar hacer o el dejar pasar ente la posibilidad de

concreción del hecho culposo es suficiente motivación para la adjudicación de

responsabilidad del autor, ya que su proceder no es otro que la negligencia acusada en

la disposición, y su pasividad fue el medio hábil para el evento culposo. La impericia no

incluye la transgresión de los deberes u obligaciones del cargo; en el caso de la

inobservancia de los reglamentos, dicha expresión es comprensiva de todas las

obligaciones que nacen del decreto emanado de la autoridad competente.

VIOLACIÓN DE LOS DEBERES DEL FUNCIONARIO PÚBLICO (Artículos

248 y siguientes del Código Penal):

El interés que se protege mediante esta figura es el regular

funcionamiento de la administración pública y la legalidad de sus actos. La ilegalidad

del acto no radica meramente en su contradicción con las normas que refiere el texto

legal. Por el contrario, es esencial considerar que lo que caracteriza el contenido de

ilicitud de este tipo penal radica en el uso abusivo o arbitrario de la función pública, en

tanto es utilizada como instrumento para violar la Constitución o las leyes.

25 DONNA, Edgardo A., "Derecho Penal", Parte especial, t. II-C, Rubinzal-Culzoni Editores, 1a ed., 2002, pág. 88;

CREUS, op. cit,. pág. 23. 26 DONNA, op. cit., p. 88.

Page 45: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Estructura típica

En este artículo se describen tres modalidades de abuso de

autoridad, dos de carácter comisivo que se caracterizan por el dictado o por la

ejecución de resoluciones u órdenes ilegales, y la otra de carácter emisivo consistente

en la inejecución de una ley.

Modalidad omisiva

En este caso solo podrá ser autor de esta figura el funcionario público

dentro de cuya función se encuentra la aplicación de la ley que menciona el texto legal.

Claramente, el tipo se refiere al funcionario a quien le incumbe el cumplimiento de la

ley que no ha sido aplicada.

La obligación de realizar la conducta debida se presentara en cada

ocasión en que corresponda aplicar o ejecutar la ley, lo cual dependerá de sus propias

disposiciones.

La omisión se caracteriza por la circunstancia de que el funcionario

prescinde de la ley, como si ella no existiera. Son supuestos en los que no se hace ni se

ejecuta o cumple lo que la ley manda expresamente hacer al funcionario dentro de su

órbita funcional. Aun cuando la figura no contenga el verbo retardar se entiende que la

ejecución tardía de la ley, en tanto implica que esta no ha sido aplicada en el momento

debido, es una forma posible de omisión incluida en el tipo.

Lo que aquí se sanciona es claramente una omisión. Deben excluirse

todos aquellos supuestos en que la inobservancia de la ley consiste en que el

funcionario realiza alguna actividad que contradice sus disposiciones; estos casos

deberán incluirse en el tipo comisivo.

Posibilidad de realizar la conducta debida

Como en todo tipo omisivo, es preciso que el funcionario haya tenido

la posibilidad de ejecutar la ley cuya omisión se le imputa.

Tipo subjetivo

Solo cabría la posibilidad de que se omita con dolo directo. De este

modo, el supuesto omisivo requiere la voluntad del sujeto de no ejecutar la ley cuando

sabe que se ha presentado una situación que exige su aplicación, que ello le compete

funcionalmente, y que no se la ejecuta no obstante la posibilidad de hacerlo.

Page 46: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

VI.- RESPONSABILIDADES PENALES DE LOS IMPUTADOS

Como hemos referido en el punto V, efectuaremos una imputación

alternativa bajo dos marcos teóricos posibles. Corresponde entonces adelantar, que

según el marco teórico desde donde se efectúen las imputaciones, se desprenden

diferentes consecuencias jurídicas. Es en este punto donde se materializará nuestra

imputación alternativa, por lo cual debe entenderse que a cada uno de los imputados

les corresponderán dos ítems, uno principal (en clave de infracción de deber) y uno

subsidiario (en clave de dominio del hecho).

Asimismo dejaremos a salvo -una vez más- que en este escrito se

efectúa un recorte en cuanto a las imputaciones, que de ninguna manera debe

considerarse definitivo, sino que con el avance de la investigación podrán

eventualmente desprenderse nuevas solicitudes.

1. DANIEL SCIOLI

1. a) Imputación principal (infracción de deber)

Bajo este encuadre, imputamos a Daniel Scioli, los delitos de

Homicidio, abandono de personas, violación de los deberes del funcionario público y

estrago, todos ellos en concurso real.

Como es de público conocimiento, Daniel Osvaldo Scioli se

desempañaba al momento de los hechos como Gobernador de la Provincia de buenos

Aires. En tal carácter, y conforme lo estipulado en el organigrama de la provincia Scioli

era el máximo responsable del Poder Ejecutivo y tenía a su cargo, entre otras, a las

carteras ministeriales de Infraestructura, Salud y Seguridad, que –como veremos al

analizar las responsabilidades de los ministros- tenían entre funciones específicas que

garantizar, que fueron incumplidas y que tuvieron una directa incidencia en los hechos.

En otro orden por medio del artículo 10 de la ley de Defensa Civil

(Decreto-Ley 11.001/963 Modificado por Ley N° 7738/971), se establece que era

competencia directa del imputado la dirección de Defensa Civil27.

Según establece el artículo 1° del decreto-ley, la Defensa Civil

comprende el conjunto de medidas y actividades no agresivas tendientes a evitar,

anular o disminuir los efectos que la acción del enemigo o de la naturaleza o

27 Art. 10 La Dirección de Defensa Civil dependerá directamente del Poder Ejecutivo de la Provincia. El Director de Defensa Civil será un Oficial Superior o jefe de las Fuerzas Armadas en situación de retiro, designado por el Poder Ejecutivo de la Provincia.

Page 47: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

cualquier desastre de otro origen puedan provocar sobre la población y sus bienes y

contribuir a restablecer el ritmo normal de vida en la zona afectada.

De acuerdo a lo estipulado en el artículo 8° de la citada norma, el

Gobernador de la Provincia preside asimismo la Junta Provincial de Defensa Civil,

órgano encargado de disponer la intervención de Defensa Civil en aquellos casos

indicados previamente.

Es decir, el Gobernador es responsable no solo de organizar y dirigir

el accionar de Defensa Civil sino que, fundamentalmente, es el responsable de poner

en funcionamiento el engranaje de protección a la población.

Asimismo, de acuerdo al artículo 5° cuando la magnitud del desastre

desborde las posibilidades de los organismos mencionados [Junta Municipal de

Defensa Civil], intervendrá la J.P.D.C con medios a disposición del Poder Ejecutivo

Provincial. Sobra a esta altura aclarar el desborde de la Municipalidad local para hacer

frente a las consecuencias repentinas, más no sorpresivas, del evento aquí

denunciadas.

No hubiéramos arribado a los efectos gravosos de los actos

denunciados, si –conforme el artículo 6°- el Gobernador hubiera asumido

correctamente la dirección de las operaciones que correspondan por intermedio del

organismo específico, la J.P.D.C. Este organismo, tiene entre sus obligaciones, la de

armar el “Plan de Emergencia Provincial”.

Es decir, de la normativa citada queda claro que su deber en cuanto

funcionario público del máximo escalafón en la Provincia, estaba constituido por

acciones y funciones concretas que debía realizar con anterioridad, durante, y luego de

que ocurriera la inundación de la ciudad de La Plata; las cuales, o bien no se realizaron,

o en el mejor de los casos fueron insuficientes y/o deficientes.

A todo ello se debe sumar, conforme vimos en el apartado HECHOS,

que Scioli estaba plenamente al tanto de los informes que mencionáramos en los

apartados VI.b.1 y VI.b.2 que incluso fueron tenidos en cuenta por el imputado para

firmar los decretos 486/08 Y 490/09.

Ahora bien, teniendo por acreditado que Scioli conocía los riesgos

hídricos que amenazaban a la región, nos referiremos -en un primer momento- a la

incidencia que tuvo sobre las fuentes que crearon el riesgo relevante penalmente, y así

Page 48: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

despejaremos la idea abonada por algunos sectores de que lo ocurrido en aquellos

días sólo fue un hecho de la naturaleza.

1.- El principal factor de riesgo es la ausencia de obras que

permitiesen el drenaje.

2.- Otro factor de riesgo es la falta de un sistema de alerta

hidrológico que pudiera haber informado acerca de la existencia del fenómeno

climático con suficiente antelación como para poder adoptar las medidas de

contingencia que la crisis exigía.

3.- El tercer factor de riesgo es la falta de un plan de contingencia en

el momento en el que la inundación ya se había producido.

4.- El cuarto factor de riesgo es posterior a la inundación y es la falta

de un plan sanitario preventivo y asistencial. El estado provincial debió implementar

un plan proactivo de salud y no limitarse a esperar que las personas concurran a las

instituciones.

Los conocimientos anteriores que tuvo Scioli de los factores de riesgo

señalados generan la obligación de prevenir la transformación de esa puesta en peligro

en lesión a los bienes jurídicos.

Este conocimiento debió funcionar en Daniel Scioli, como orientador

de pautas de conducta esperables, que tiene un carácter orientativo para establecer su

responsabilidad, la que se ve reforzada por entender con las conductas asumidas (y no

asumidas) crearon un riesgo jurídicamente relevante no cubierto por el riesgo

permitido.

Como vimos, transcurrieron más de 5 años desde que Scioli firmó los

decretos 486/08 y 490/09 sin que se hayan realizado las obras pertinentes para cuanto

menos minimizar los riesgos, sin que haya existido una evaluación de los logros

obtenidos –o no- como consecuencia de la puesta en vigencia de los mentados

decretos. Es decir, si tuvieron conocimiento de las circunstancias que motivaron la

firma de los decretos, mínimamente era esperable que los funcionarios que los

firmaron y aquellos especializados en la temática o que tuvieron a su cargo la

implementación de las obras, vencido el plazo de los decretos, debían realizar una

valoración de los objetivos perseguidos por la norma y establecer si el peligro

continuaba o no, y en cada caso profundizar las obras que, a todas luces y con la

tragedia a cuestas, vemos que fueron insuficientes.

Page 49: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Son muchas las cosas que se podrían haber realizado con

anterioridad a las inundaciones del 2 de abril del 2013 y que no se hicieron, pese a ya

tener conocimiento e incluso haber declarado por un tiempo la “emergencia hídrica”,

lo cual queda burdamente reflejado en algunas de las medidas que se tomaron luego

como consecuencia directa de los hechos aquí denunciados, como ser el impulso del

juicio político al Juez Arias pretendiendo cerrar el número de víctimas en 51 y ocultar

la verdadera dimensión del desastre.

Hasta aquí, queda claro que Scioli estaba en condiciones de prever un

daño en virtud de sus facultades especiales y el conocimiento que tenía de la situación

hídrica de la zona. Sin embargo, su responsabilidad no se reduce solamente a tales

aspectos, ya que además estaba obligado a dirigir las acciones de contingencia y, con

posterioridad, debió establecer y delinear las acciones para implementar un plan

sanitario que afronte el desastre.

Respecto a la cuestión del dolo en las omisiones debemos recordar lo

manifestado Armin Kaufmann en el sentido de entender la dificultad que existe para

determinar si puede darse dolo, o sea, voluntad de realización, en las omisiones y la

necesidad de reemplazar la intención de realizar el hecho (delitos comisivos) por el

simple conocimiento de la situación28. De una manera incluso más amplia, en el plano

nacional el Dr. Mario Magariños, en su trabajo titulado “El límite entre el dolo y la

imprudencia”29, plantea la necesidad de avanzar en entender el conocimiento como

único elemento en la definición del dolo.

Asimismo en su obra “Los límites de la ley penal en función del

principio constitucional de acto - Una investigación acerca de los alcances del art. 19 de

la Constitución Nacional”30, refiere con citas a Jakobs31 que el fundamento de la

responsabilidad penal no depende, de si mediante una acción o una omisión se ha

quebrantado un comunicado normativo, sino de la verificación de quién es

competente por la defraudación. Sin competencia hacer o no hacer resultan datos

28 Sobre el tema de las peculiaridades del elemento subjetivo en los delitos de omisión, ver resumen en el Derecho Penal de Santiago Mir Puig, Parte General, 7° edición, año 2004, números 30 y 31 de la lección 12, páginas 316/317; como así también la tesis doctoral de Enrique Bacigalupo titulada “Delitos impropios de omisión”, ediciones Pannedille, Buenos Aires, 1970, páginas 81 a 93 –. 29 Editorial Ad Hoc, Buenos Aires, 2010. 30 Editorial Ad Hoc, Buenos Aires, 2008. 31 Günther Jakobs “La competencia por organización en el delito omisivo. Consideraciones sobre la superficialidad de la distinción entre comisión y omisión, trad de Enrique Peñarada Ramos, Publicado en Estudios de derecho penal, cit., pag 350.

Page 50: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

naturalísticos del todo irrelevantes para el derecho penal. En el caso en estudio la

competencia del imputado se encuentra demarcada con toda claridad.

1) Homicidios:

La larga cadena de omisiones que desembocó en la inundación del 2

de abril, produjo de manera directa un número de muertes que resultan imputables a

Scioli. El gobernador de la Provincia de Buenos Aires, infringió el deber de garantía que

le cabía sobre estas personas a partir de que fue su inacción la que creó este peligro no

permitido.

Los especialísimos deberes que pesaban sobre su persona en razón

de las instituciones que representaba, fueron infringidos con una conducta omisiva

respecto de las obligaciones de llevar adelante inversiones en infraestructura y de toda

otra índole que fueran adecuadas a la magnitud del problema que enfrentaba la

ciudad. La tardía y deficiente puesta a disposición de los socorristas durante la tarde-

noche que se inundó la ciudad (son numerosos los testimonios que dan cuenta de tales

aspectos, dando cuenta, además, de la más absoluta orfandad estatal que existió en

esos momentos donde sólo reinó la solidaridad de la sociedad civil con sus

limitaciones), la falta de aviso y dictado de alarma que prevenga a los y las vecinos de

la ciudad, entre otros aspectos deben considerarse entre sus omisiones.

Además, coadyuva a demostrar su responsabilidad la omisión

posterior en razón de no haber llevado adelante un plan de contingencia integral que

permitiera hacer frente a la multiplicidad de daños y consecuencias producto de la

inundación, cuyo costado más doloroso se ve reflejado en los rostros de las mujeres,

hombres, ancianos y niños que perdieron su vida como consecuencia de los hechos

aquí denunciados.

Bajo este encuadre, el conocimiento de la situación previa, la omisión

del plan de contingencia (integral y suficiente), y los resultados mortales como

consecuencia directa de aquella omisión convierten a Scioli en autor de los homicidios.

Volveremos a Andres D’alessio, quien afirma que el homicidio puede

ser causado por acción u omisión. Según este criterio, el hecho puede ser cometido

por omisión siempre que el sujeto activo se encuentre en alguna de las situaciones

que hacen nacer el deber jurídico de actuar con el fin de preservar la vida del sujeto

pasivo.

Page 51: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Bajo esta mirada es que sostendremos en nuestra hipótesis

principal las imputaciones por este delito. En tal sentido concluimos que Daniel Scioli

debe ser intimado por los homicidios de: Raimundo Eliseo Aguirre, Irene del Carmen

Arias Burgos, Dolores Felicidad Fernández, Jorge Javier Díaz, Cristian Mendoza,

Fernando Mendoza, Feliciana Garay Ruiz, Josué Gonzalo Suarez Salazar, Esteban

Ezequiel Monjes, José Gerardo Sanzana Figueroa y Nucitelli Alejandro conforme a lo

descripto en el punto IV c).

Respecto del dolo, agregaremos que de ninguna manera puede

superar el dolo eventual, entendido como la representación del resultado muerte y

persistencia en la omisión que a la postre causó las muertes. Resulta así una omisión

con un evidente desprecio por el bien jurídicamente tutelado.

2) Homicidios Culposos

A todo evento si se descartara la idea de un homicidio doloso, aún

debería superar la figura residual del homicidio culposo. Como hemos dicho más

arriba, en las actividades reglamentadas o legisladas, las infracciones normativas son

indicios de la violación del deber de cuidado.

El tipo culposo requiere que el resultado haya sido causado por la

imprudencia del sujeto activo, de modo que debe haber una relación de causalidad

entre la inobservancia y el evento dañoso producido. Esta relación de causalidad ha

quedado acreditada, como así también el conocimiento del riesgo que se creaba con

las omisiones de actuar, y si aun se descartara la hipótesis del dolo eventual,

afirmamos que al menos la culpa emerge de manera indiscutible.

Por lo demás, la capacidad individual de previsión es otro criterio que

permite verificar si hubo o no una violación del deber de cuidado, ya que esta requiere

la posibilidad de conocer el peligro que la acción crea para otros bienes jurídicos. Scioli

tenía - como hemos repasado - conocimientos especiales superiores a la media, lo que

le otorgaba una mayor previsibilidad.

3) Abandono de personas

Por otra parte, también bajo esta mirada le imputamos a Scioli el

abandono de persona de todas las víctimas enumeradas en el punto IV.e), debiendo

en los casos que imputamos homicidios, concurrir idealmente este delito.

Ello así, toda vez que según lo hemos repasado es a través de su

accionar omisivo que se ha puesto en peligro las vidas y la salud, abandonándolos a su

Page 52: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

suerte cuando debía mantenerlos o cuidarlos. En estos casos, la afectación concreta a

la salud y a las vidas se encuentra incontrovertiblemente demostrada toda vez que son

justamente estas personas quienes han fallecido como consecuencia de la inundación.

4) Estrago

Asimismo imputamos a Scioli el delito de estrago. Las pérdidas en

vidas humanas, las lesiones sufridas por un sin números de vecinos, el drama vivido

por éstos y la cuantiosa pérdida de bienes materiales coloca a la inundación de la

ciudad de La Plata bajo las características de un estrago de gran envergadura.

Por ende, bajo esta mirada, resulta necesario verificar si la lesión al

bien jurídico se ha producido como consecuencia de los deberes estatales infringidos.

El ya referido conocimiento que tenía Scioli respecto al estado de

situación de la región, nos permite encuadrar su conducta en la de un estrago.

Es claro que si previo a los días 2 y 3 de abril Scioli hubiera realizado

algunas de las tareas que venimos denunciando a lo largo del presente escrito - que

no se realizaron- (como por ejemplo: la evaluación sobre si se cumplieron los objetivos

de los decretos de emergencia hídrica, poner a disposición del municipio los medios

adecuados para realizar las obras de infraestructura necesarias, etc) el resultado

hubiera sido distinto.

Y esto como un supuesto de mínima, ya que como venimos

sosteniendo la responsabilidad también radica en no haber, en el caso de Scioli,

asumido un rol activo acorde a su investidura, asumiendo la dirección de las tareas que

la contingencia ameritaba, decretando alguno de sus “famosos operativos” –esta vez,

de salud, asistencia, alimento y abrigo-, dirigidos a salvar las vidas de los ciudadanos de

La Plata, por sólo mencionar algunas de otras muchas cosas que podría haber realizado

el imputado.

5) Violación de los deberes del funcionario público

Independientemente de las muertes, de la puesta en peligro de

personas, y de los daños producidos; resulta una consecuencia lógica de lo

anteriormente expuesto que estas omisiones funcionales, configuran en sí mismas el

delito de violación de los deberes del funcionario público.

Concretamente en la modalidad omisiva de este tipo penal, toda vez

que ha prescindido de la ejecución de leyes, como si estas no existieran. No ha

Page 53: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

ejecutado estas leyes y no ha cumplido con lo que mandaban hacer dentro de su órbita

funcional.

Scioli es en su carácter de Gobernador de la Pcia de Bs. As., el titular

de las carteras ministeriales y por tanto el máximo responsable de llevar adelante las

políticas púbicas inherentes a cada una de ellas. Como veremos al tratar las

responsabilidades de sus ministros (de Infraestructura, de Seguridad y de Salud), hay

una larga cadena de omisiones en cada una de estas áreas en las que la

responsabilidad de Scioli, resulta concurrente con la de sus ministros.

1. b) Imputación subsidiaria (dominio del hecho)

Subsidiariamente nos limitaremos a imputar a Daniel Scioli el delito

de estrago y la violación de los deberes del funcionario público.

1) Estrago

Bajo esta mirada, el estrago al que hemos hecho referencia, se ha

causado, ya no a partir de aquella infracción a su deber estatal, sino a partir de

entender que tuvo en sus manos el curso causal de los hechos.

Estos hechos cuya producción afirmamos Scioli ha dominado deben

entenderse en perspectiva. Seguramente que bajo este encuadre no podríamos

afirmar que el día 2 de abril podría haberse modificado el curso de los hechos, pero

visto en perspectiva, Scioli tuvo en sus manos la posibilidad de evitar la inundación, o

al menos de modificar severamente su magnitud, a través de la instrumentación de las

políticas que –como hemos visto – resultaban indispensables y que son las mismas que

por ejemplo ameritaron años antes el dictado de decretos de emergencia hídrica.

Toma relevancia en este encuadre, la figura del dolo eventual o,

incluso si se descartara esta idea, debe considerarse la hipótesis de un estrago culposo.

El tipo subjetivo respecto de Scioli se encuentra completo toda vez

que en los supuestos imprudentes, o no se conoce -siendo cognoscible- la efectividad

del riesgo, o sí se conoce y se cree posible la evitación del resultado penal.

En este caso, hemos demostrado que Scioli conocía efectividad del

riesgo creado a partir de evaluaciones que estaban a su alcance, lo que le permitó

prever soluciones con más tiempo de anticipación al ingreso del agua a la ciudad.

Respecto la tipicidad culposa, cabe decir que sus elementos objetivos

son:

Page 54: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

a. La acción propiamente dicha. Ello equivale a decir qué hizo (o que

no hizo) cada uno, en lo que tenga relación con el resultado.

b. Imprudencia, negligencia, impericia en el arte o profesión de ellos

o inobservancia de los reglamentos u ordenanzas o de los deberes a cargo de ellos.

c. La producción del estrago.

d. La conexión de la imprudencia, negligencia, etc. con el resultado

(con el estrago).

El Art. 189 plantea que será reprimido con prisión de un mes a un

año, el que, por imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o profesión o por

inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un incendio u otros estragos.

Si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna

persona o causare la muerte de alguna persona, el máximo de la pena podrá elevarse

hasta cinco años.

En este sentido afirmamos que al menos debe la figura del estrago

culposo agravado por el resultado de la muerte de Raimundo Eliseo Aguirre, Irene del

Carmen Arias Burgos, Dolores Felicidad Fernández, Jorge Javier Díaz, Cristian

Mendoza, Fernando Mendoza, Feliciana Garay Ruiz, Josué Gonzalo Suarez Salazar,

Esteban Ezequiel Monjes, José Gerardo Sanzana Figueroa y Nucitelli Alejandro.

2) Violación de los deberes del funcionario público

Independientemente de lo expuesto, estas omisiones funcionales,

configuran en sí mismas el delito de violación de los deberes del funcionario público.

Concretamente en la modalidad omisiva de este tipo penal, toda vez que ha

prescindido de la ejecución de leyes, como si estas no existieran. No ha ejecutado

estas leyes y no ha cumplido con lo que mandaban hacer dentro de su órbita funcional.

Esta última imputación al ser aquella violación a los deberes estatales

a los que venimos aludiendo parte de la estructura típica (omisiva), debe señalarse que

si el Sr. Fiscal entendiera que el encuadre bajo la teoría de la infracción de deber no

puede prosperar, igualmente subsistiría –en este caso –la imputación bajo el criterio

rector del dominio del hecho.

Page 55: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

2. PABLO BRUERA

2. a) Imputación principal (infracción de deber)

Bajo este encuadre, imputamos a Pablo Bruera, los delitos de

Homicidio, abandono de personas, violación de los deberes del funcionario público y

estrago, todos ellos en concurso real.

Como es de público conocimiento, Bruera se desempañaba al

momento de los hechos como Intendente de la Municipalidad de La Plata. En tal

carácter, y conforme con lo estipulado en la ley de Municipio, el imputado era el

máximo responsable del Poder Ejecutivo Municipal y tenía a su cargo y directo

contralor a la Secretaría de Gestión Pública, Subsecretaria de Planeamiento Urbano, la

Jefatura de Gabinete, y varias áreas específicas con responsabilidad en la realización

de obras en la ciudad; y también por medio del artículo 24 de la ley de Defensa Civil

(Decreto-Ley 11.001/963 Modificado por Ley N° 7738/971), era el Presidente de la

Junta Municipal de Defensa Civil (en adelante, JMDC).

El caso de Bruera guarda similitud con el anteriormente expuesto. Sin

embargo afirmamos que el hecho de estar al mando del ejecutivo municipal, permite

advertir dos factores que actúan compensándose. El hecho de que el municipio

disponga de un presupuesto sustancialmente menor al del ejecutivo provincial, se ve

compensado por la cercanía a los hechos, que debió permitir una mejor reacción por

parte del ejecutivo local que no se verificó en absoluto.

En similar sentido que en el caso de Scioli, afirmamos que Bruera,

como máximo responsable de las Secretarías de Gestión Pública de la Municipalidad y

de la Jefatura de Gabinete, y de las Direcciones y áreas a cargo de estas, posee una

responsabilidad concurrente con los máximos funcionarios de estas carteras, por lo

que los deberes que afirmaremos que se infringieron en estas áreas, resultan también

imputables a Bruera en tanto Jefe directo de aquellas y máximo responsable del

ejecutivo municipal.

En otro orden debe decirse que la JMDC, según el artículo 27 de

dicha ley, tiene entre sus funciones:

1. Confeccionar el “Plan Municipal de D.C.” que deberá elevar para su

aprobación a la J.P.D.C.

2. Ejecutar todas las medidas previstas en dicho Plan.

Page 56: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

3. Dirigir el reclutamiento, organización, instrucción y equipamiento

del personal del Servicio Civil de Defensa en su jurisdicción.

4. Armonizar y coordinar las tareas con Comisiones Vecinales para

mejor desempeño de su cometido.

5. Promover la ejecución de ejercitaciones de los Servicios de D.C.

6. Proponer a la J.P.D.C. todo trabajo tendiente a evitar y/o atenuar

desastres que afecten zonas en su jurisdicción, cuya ejecución desborde las

posibilidades del Municipio.

7. Promover y establecer acuerdos de ayuda mutua intercomunales.

Una lectura somera del artículo 27, a la luz de las consecuencias aquí

denunciadas, nos permite tener por acreditado que el Intendente Municipal no

cumplió con ninguna de las obligaciones que tan alto cargo conlleva.

También conviene traer a colación aquí, que como máximo

responsable del gobierno municipal debió velar por el estricto cumplimiento de los

deberes y funciones de todos los miembros y empleados municipales con

responsabilidad en la temática, cuyas responsabilidades están plasmadas en los

artículos 241 y 242 de la mencionada ley.

En el primero de ellos, se deja sentado que “esta ley establece el

principio de responsabilidad de los funcionarios municipales por todo acto que

autoricen, ejecuten o dejen de ejecutar excediéndose en el uso de sus facultades o

infringiendo los deberes que les conciernen en razón de sus cargos. Con arreglo al

mismo, todo funcionario o empleado que desempeñe mandato conferido políticamente

o cumpla funciones administrativas, estará obligado a resarcir a la Comuna o a

terceros, los daños y perjuicios emergentes de sus actos personales, pero no contraerá

responsabilidad alguna por sus actos de servicio. Considérense actos de servicio los que

el funcionario o empleado deba ejecutar en obediencia a las leyes, ordenanzas,

reglamentos y estatutos del régimen municipal, y actos personales los que realice en

infracción a las disposiciones de esos instrumentos administrativos.

Por su parte, el art. 242 dispone que “el antedicho principio de

responsabilidad, asume las formas: política, civil, penal y administrativa, de

conformidad con los preceptos de la Constitución, códigos y leyes aplicables en cada

caso. La responsabilidad política se deslindará de acuerdo con la Constitución

Provincial y esta Ley Orgánica y las responsabilidades civiles y penales serán ventiladas

Page 57: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

ante los jueces ordinarios. La responsabilidad administrativa de los funcionarios será

determinada y graduada en su alcance por los órganos creados con tal finalidad y por

el Tribunal de Cuentas, este último en todo lo concerniente a la actividad económico”.

Al respecto, no podemos dejar de mencionar que resta todavía

probarse si éstas y otras obligaciones que hubiera debido cumplir Bruera en esos días,

no fueron llevarlas a cabo por encontrarse ausente y de vacaciones en Brasil, sin que

hubiera cumplido con el requisito previsto en el apartado 13 del artículo 108 de la

citada Ley de Municipios que establece la obligación del Intendente de solicitar

licencia al Concejo en caso de ausencia mayor de cinco días.

Por lo demás, de la normativa citada queda claro que su deber, en

cuanto funcionario público del máximo escalafón en el Municipio estaba constituido

por acciones y funciones concretas que debía realizar con anterioridad, durante, y

luego de que ocurriera la inundación de la ciudad de La Plata; las cuales, o bien no se

realizaron, o en el mejor de los casos fueron insuficientes y/o deficientes.

Y esto así, ya que si bien la magnitud de las obras que se necesitaba

para mitigar las consecuencias de la inundación podría hacernos pensar que estaban

fuera de su alcance, lo cierto es que en ningún momento Bruera hizo nada para contar

con la ayuda y financiamiento del estado provincial para realizar las mejoras necesarias

y que acordes con la “emergencia hídrica” que se había decretado.

A todo ello se debe sumar, conforme vimos en el apartado HECHOS,

que Bruera estaba plenamente al tanto de los informes que mencionáramos en los

apartados VI.b.1 y VI.b.2, ya que incluso fueron tenidos en cuenta por Scioli para firmar

los decretos 486/08 y 490/09 que decretaban la emergencia hídrica de la ciudad de la

cual Bruera era el intendente, entre otros lugares.

Ahora bien, teniendo por acreditado que Bruera conocía los riesgos

hídricos que amenazaban a la región, nos referiremos en un primer momento a la

incidencia que tuvo sobre las fuentes que crearon el riesgo relevante penalmente, que

son los mismos que referimos al tratar la responsabilidad de Scioli (a los que nos

remitimos en razón de la brevedad), pero en la órbita concreta del ejecutivo municipal.

Como vimos, transcurrieron más de 5 años desde que Scioli firmó los

decretos 486/08 y 490/09 sin que se hayan realizado las obras pertinentes para cuanto

menos minimizar los riesgos, sin que haya existido una evaluación de los logros

obtenidos –o no- como consecuencia de la puesta en vigencia de los mentados

Page 58: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

decretos. Es decir, que también Bruera tuvo conocimiento de las circunstancias que

motivaron la firma de los decretos, y mínimamente era esperable que los funcionarios

que los firmaron y aquellos especializados en la temática o que tuvieron a su cargo la

implementación de las obras, vencido el plazo de los decretos, debían realizar una

valoración de los objetivos perseguidos por la norma y establecer si el peligro

continuaba o no, y en cada caso profundizar las obras que, a todas luces y con la

tragedia a cuestas, vemos que fueron insuficientes.

Como dijimos al tratar la responsabilidad de Scioli, son muchas las

cosas que se podrían haber realizado con anterior a las inundaciones del 2 de abril del

2013 y que no se hicieron, lo cual queda burdamente reflejado en algunas de las

medidas que se tomaron desde la Municipalidad luego y como consecuencia directa de

los hechos aquí denunciados, como ser la creación de la Secretaria de Prevención del

Riesgo en el ámbito municipal, la indignante decisión de enviar la famosa “mochila

como kit ante una emergencia como la vivida”, las nuevas promesas de entubamiento

del arroyo el gato, entre muchas otras.

En todo caso, con carácter previo, el imputado al menos se tendría

que haber abstenido de aprobar el COU, ya que sin dudas agravó la situación existente

en la ciudad. Este código de ordenamiento urbano sigue vigente hasta el día de hoy,

agravando día a día la situación de nuestra ciudad.

Hasta aquí, queda claro que Bruera estaba en condiciones de prever

un daño en virtud de sus facultades especiales y el conocimiento que tenía de la

situación hídrica de la zona. Sin embargo, su responsabilidad no se reduce solamente a

tales aspectos, ya que además estaba obligado a dirigir las acciones de contingencia y,

con posterioridad, debió establecer y delinear las acciones para implementar un plan

sanitario que afronte el desastre.

1) Homicidios

Al igual que en el caso de Scioli, afirmamos que la larga cadena de

omisiones (en su órbita funcional) que desembocó en la inundación del 2 de abril,

produjo de manera directa un número de muertes que resultan imputables a Bruera.

El Intendente de la ciudad de La Plata infringió el deber de garantía que le cabía sobre

estas personas a partir de que fue su inacción –concurrente con la de los coimputados-

la que creó este peligro no permitido.

Page 59: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Los especialísimos deberes que pesaban sobre su persona en razón

de las instituciones que representaba, fueron infringidos con una conducta omisiva

respecto de las obligaciones de llevar adelante inversiones en infraestructura y de toda

otra índole que fueran adecuadas a la magnitud del problema que enfrentaba la

ciudad –y si hubiera entendido que éstas implicaban recursos que su municipio no

tenía, debió por todos los medios solicitar que sea el estado provincial quien colabore

con la realización de las obras. La tardía y deficiente puesta a disposición de los

socorristas durante la tarde-noche que se inundó la ciudad, la falta de aviso y dictado

de alarma que prevenga a los y las vecinos de la ciudad, entre otros aspectos deben

considerarse especialmente.

Además, -al igual que Scioli- coadyuva a demostrar su

responsabilidad la omisión posterior en razón de no haber llevado adelante un plan de

contingencia integral en su carácter de Presidente de la Junta Municipal de Defensa

Civil que permitiera hacer frente a la multiplicidad de daños y consecuencias producto

de la inundación.

Bajo este encuadre, el conocimiento de la situación previa, la omisión

del plan de contingencia integral y suficiente que debió impulsar y/o fomentar el

intendente, y los resultados mortales como consecuencia directa de aquella omisión

convierten en autor de los homicidios.

Remitimos a lo expresado (al tratar la responsabilidad de Scioli) con

cita en Andres D’alessio, en el sentido de afirmar que el homicidio puede ser causado

por acción u omisión siempre que el sujeto activo se encuentre en alguna de las

situaciones que hacen nacer el deber jurídico de actuar con el fin de preservar la vida

del sujeto pasivo.

Bajo esta mirada es que sostendremos en nuestra hipótesis principal

las imputaciones por este delito. En tal sentido concluimos que Pablo Bruera también

debe ser intimado por los homicidios de: Raimundo Eliseo Aguirre, Irene del Carmen

Arias Burgos, Dolores Felicidad Fernández, Jorge Javier Díaz, Cristian Mendoza,

Fernando Mendoza, Feliciana Garay Ruiz, Josué Gonzalo Suarez Salazar, Esteban

Ezequiel Monjes, José Gerardo Sanzana Figueroa y Nucitelli Alejandro, cuyos casos

fueron analizados en el apartado IV.c y a los cuales nos remitimos por razones de

brevedad.

Page 60: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Respecto del dolo, le caben a bruera las mismas consideraciones que

efectuamos al tratar la responsabilidad de Scioli, por lo que también nos remitimos a

aquellas.

2) Homicidios Culposos

A todo evento si se descartara la idea de un homicidio doloso, aún

debería superar la figura residual del homicidio culposo. Como hemos dicho más

arriba, en las actividades reglamentadas o legisladas, las infracciones normativas son

indicios de la violación del deber de cuidado. También este punto remitiremos a lo

expresado al tratar la responsabilidad de Scioli.

El tipo culposo requiere que el resultado haya sido causado por la

imprudencia del sujeto activo, de modo que debe haber una relación de causalidad

entre la inobservancia y el evento dañoso producido. Esta relación de causalidad ha

quedado acreditada, como así también el conocimiento del riesgo que se creaba con

las omisiones de actuar, y si aun se descartara la hipótesis del dolo eventual,

afirmamos que al menos la culpa emerge de manera indiscutible.

Por lo demás, la capacidad individual de previsión es otro criterio que

permite verificar si hubo o no una violación del deber de cuidado, ya que esta requiere

la posibilidad de conocer el peligro que la acción crea para otros bienes jurídicos.

Bruera tenía - como hemos repasado - conocimientos especiales superiores a la media,

lo que le otorgaba una mayor previsibilidad.

3) Abandono de personas

Por otra parte, también bajo esta mirada le imputamos a Scioli el

abandono de persona de todas las víctimas enumeradas en el punto IV.e), debiendo en

los casos que imputamos homicidios, concurrir idealmente este delito.

Ello así, toda vez que según lo hemos repasado es a través de su

accionar omisivo que se ha puesto en peligro las vidas y la salud, abandonándolos a su

suerte cuando debía mantenerlos o cuidarlos. En estos casos, la afectación concreta a

la salud y a las vidas se encuentra incontrovertiblemente demostrada toda vez que son

justamente estas personas quienes han fallecido como consecuencia de la inundación.

4) Estrago

Asimismo imputamos a Bruera el delito de estrago también bajo las

mismas consideraciones que lo hemos dicho al momento de tratar la responsabilidad

de Scioli, pero con las particularidades efectuadas respecto de los especialísimos

Page 61: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

deberes infringidos en la órbita de su función como máximo responsable del ejecutivo

municipal. En tal sentido nos remitimos a lo ya expresado en razón de la brevedad.

El ya referido conocimiento que tenía Bruera respecto al estado de

situación de la región, nos permite encuadrar su conducta en la de un estrago.

Es claro que si previo a los días 2 y 3 de abril Bruera hubiera realizado

algunas de las tareas que venimos denunciando a lo largo del presente escrito el

resultado hubiera sido distinto. Y esto como un supuesto de mínima, ya que como

venimos sosteniendo la responsabilidad también radica en no haber, en el caso de

Bruera, asumido un rol activo acorde a su investidura, asumiendo la dirección de las

tareas que la contingencia ameritaba.

5) Violación de los deberes del funcionario público

Independientemente de las muertes, la puesta en peligro de

personas, y los daños producidos, resulta una consecuencia lógica de lo anteriormente

expuesto que estas omisiones funcionales, configuran en sí mismas el delito de

violación de los deberes del funcionario público.

Concretamente en la modalidad omisiva de este tipo penal, toda vez

que ha prescindido de la ejecución de leyes, entre ellas la citada ley de Municipio y de

Defensa Civil, como si estas no existieran. No ha ejecutado estas leyes y no ha

cumplido con lo que mandaban hacer dentro de su órbita funcional.

2. b) Imputación subsidiaria (dominio del hecho)

1) Estrago

Subsidiariamente nos limitaremos a imputar a Pablo Bruera bajo el

delito de estrago. Al igual que al tratar la responsabilidad de Scioli efectuamos esta

imputación subisidiaria, ya no a partir de aquella infracción a su deber estatal, sino a

partir de entender que tuvo en sus manos el curso causal de los hechos. Bajo este

encuadre afirmamos que ese curso causal se codominó con Scioli, debiéndose también

entender los hechos en perspectiva. Tampoco podríamos afirmar que el día 2 de abril

podría haberse modificado el curso de los hechos, pero visto en perspectiva, Bruera

tuvo en sus manos la posibilidad de evitar la inundación, o al menos de modificar

severamente su magnitud, a través de la instrumentación de las políticas que –como

hemos visto – resultaban indispensables y Bruera tenía la posibilidad material de

realizar.

Page 62: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Toma relevancia en este encuadre, la figura del dolo eventual o,

incluso si se descartara esta idea, debe considerarse la hipótesis de un estrago culposo.

El tipo subjetivo respecto de Bruera bajo las mismas consideraciones

que efectuamos al tratar la responsabilidad de Scioli, por lo que remitiremos a aquellas

en razón de la brevedad.

También en el caso de Bruera, hemos demostrado que conocía con

efectividad el riesgo creado a partir de evaluaciones que estaban a su alcance, lo que le

permitió prever soluciones con más tiempo de anticipación al ingreso del agua a la

ciudad.

El Art. 189 plantea que será reprimido con prisión de un mes a un

año, el que, por imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o profesión o por

inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un incendio u otros estragos.

Si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna

persona o causare la muerte de alguna persona, el máximo de la pena podrá elevarse

hasta cinco años.

En este sentido afirmamos que al menos debe la figura del estrago

culposo agravado por el resultado de la muerte de Raimundo Eliseo Aguirre, Irene del

Carmen Arias Burgos, Dolores Felicidad Fernández, Jorge Javier Díaz, Cristian

Mendoza, Fernando Mendoza, Feliciana Garay Ruiz, Josué Gonzalo Suarez Salazar,

Esteban Ezequiel Monjes, José Gerardo Sanzana Figueroa y Nucitelli Alejandro.

2) Violación de los deberes del funcionario público

Independientemente de lo expuesto, estas omisiones funcionales,

configuran en sí mismas el delito de violación de los deberes del funcionario público.

Concretamente en la modalidad omisiva de este tipo penal, toda vez que ha

prescindido de la ejecución de leyes, como si estas no existieran. No ha ejecutado

estas leyes y no ha cumplido con lo que mandaban hacer dentro de su órbita funcional.

Esta última imputación al ser aquella violación a los deberes estatales

a los que venimos aludiendo parte de la estructura típica (omisiva), debe señalarse que

si el Sr. Fiscal entendiera que el encuadre bajo la teoría de la infracción de deber no

puede prosperar, igualmente subsistiría –en este caso –la imputación bajo el criterio

rector del dominio del hecho.

Page 63: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

3. ALEJANDRO COLLIA

3. a) Imputación principal (infracción de deber)

Bajo este encuadre, imputamos a Alejandro Collia, los delitos de

Abandono de personas y violación de los deberes del funcionario público.

Collia se desempeñaba al momento de los hechos como Ministro de

Salud. Como es de público conocimiento es misión del Ministerio de Salud asistir al

Gobernador de la Provincia en la determinación de las políticas y acciones asistenciales

en materia de salud integral de la población, a través de la prevención, recuperación,

asistencia y mantenimiento de la salud.

El artículo 28 de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires

establece que los habitantes de la Provincia tienen el derecho a gozar de un ambiente

sano. Asimismo el artículo 36 reconoce a través del inc. 8 el derecho a la salud.

En este sentido se establece que la Provincia garantiza a todos sus

habitantes el acceso a la salud con funciones de asistencia sanitaria.

Por su parte, el art. 150, establece que los Ministros secretarios del

despacho general, serán responsables de todas las órdenes y resoluciones que

autoricen, sin que puedan pretender eximirse de responsabilidad por haber procedido

en virtud de orden del gobernador. A contrario sensu, entendemos que mal puede

eximirse de responsabilidad por no haber procedido ante la ausencia de orden del

Gobernador. Esta porción de la responsabilidad resulta concurrente con la

responsabilidad de Daniel Osvaldo Scioli. Sin embargo resulta necesario reconocer que

la responsabilidad de Collia se encuentra acotada a la porción de los deberes estatales

de los cuales es portador. Por esa razón entendemos que su responsabilidad es menor

a la de Scioli, y debe circunscribirse a la puesta en peligro de la salud de las personas y

a la violación de los deberes del funcionario público.

1) Abandono de personas

Teniendo en cuenta el conocimiento de la situación anterior al 2 de

abril que hemos descripto largamente en los puntos IV b) por parte del ejecutivo

provincial (en este caso Scioli y Collia), entendemos que –previo a la inundación-

resultaba de exclusiva competencia de este ministerio, el despliegue de acciones

positivas de prevención sanitaria en casos de inundaciones. Asimismo –con

posterioridad a la inundación- correspondía al titular de este Ministerio el despliegue

Page 64: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

de acciones positivas tendientes a evitar la puesta en peligro de la salud de las

personas inundadas.

Sin embargo la total ausencia de estas acciones previas y posteriores,

han determinado la efectiva puesta en peligro de la salud de población platense.

Ahora bien resulta ineludible destacar que al menos en los casos

descriptos en el apartado IV.e) Víctimas fatales, esta puesta en peligro ha quedado

incontrastablemente demostrada.

Por estas razones le imputamos a Alejandro Collia el abandono de

persona en estos casos. Ello así, toda vez que según lo hemos repasado es a través de

su accionar omisivo que se ha puesto en peligro sus vidas y su salud, abandonándolos a

su suerte cuando debía mantenerlos o cuidarlos.

2) Violación de los deberes del funcionario público

Al igual que al tratar la responsabilidad de Scioli, diremos que

independientemente de lo expuesto, estas omisiones funcionales -que pusieron en

peligro la salud de las personas- configuran en sí mismas el delito de violación de los

deberes del funcionario público. Concretamente en la modalidad omisiva de este tipo

penal, toda vez que ha prescindido de la ejecución de leyes, como si estas no

existieran. No ha ejecutado estas leyes y no ha cumplido con lo que mandaban hacer

dentro de su órbita funcional.

b) Imputación subsidiaria (dominio del hecho)

1) Violación de los deberes del funcionario público

Esta última imputación al ser aquella violación a los deberes estatales

a los que venimos aludiendo, parte de la estructura típica (omisiva), debe destacarse

que aún si el Sr. Fiscal entendiera que el encuadre bajo la teoría de la infracción de

deber no puede prosperar, igualmente subsistiría –en este caso –la imputación bajo el

criterio rector del dominio del hecho.

4. ALEJANDRO GASPAR ARLIA

a) Imputación principal (infracción de deber)

Al momento de los hechos y desde el año 2011 se desempeñaba

como Ministro de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires.

Este Ministerio tiene bajo su órbita a la Subsecretaría de Obras

Públicas y a su vez la Dirección Provincial de Saneamiento y Obras Hidráulicas. En su

Page 65: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

página de internet, el Ministerio comunica que: “La planificación y la gestión de los

recursos hidrícos debe ser una política del estado y así lo entiende la actual gestión

provincial. Por eso, junto con las intendencias, el Ministerio, a través de la Dirección de

Saneamiento y Obras Hidráulicas, trabaja en un plan hídrico provincial que apunta a

revertir la difícil situación que padecen muchos barrios y localidades”.

Ahora bien, como vimos en el punto IV, esta difícil situación a la que

se hace referencia era muy anterior a los hechos producidos el 2 de abril.

Las acciones que debe desempeñar la Dirección de Saneamiento y

Obras Hidráulicas 32 son:

1. Desarrollar las actividades necesarias para la realización de los

proyectos y las obras hidráulicas y de saneamiento ambiental y de control de

inundaciones de la Provincia.

2. Realizar los proyectos de obras hidráulicas al nivel de

prefactibilidad, factibilidad y proyecto ejecutivo, como también evaluar, visar y aprobar

los proyectos confeccionados por terceros, y efectuar la inspección o supervisión y

aprobación de los proyectos contratados en el marco de la Ley n° 6021 de Obras

Públicas. Todo ello con el aporte de la Autoridad del Agua de los datos hidrológicos,

hidrogeológicos, geotécnicos, restricciones al uso del suelo, y todos los datos necesarios

para posibilitar a la DiPSOH la realización de tales proyectos.

3. Ejecutar las obras públicas hidráulicas y de saneamiento

ambiental y de control de inundaciones por contrato y/o administración, como también

la inspección y supervisión de la ejecución y la recepción de las mismas, todo ello

dentro del marco de la Ley n° 6021 de Obras Públicas.

4. Realizar las acciones necesarias para la liberación de las trazas

que sean ocupadas por las obras a su cargo.

5. Realizar el mantenimiento de los cursos de agua.

6. Prestar asistencia técnica y ejecutiva a Organismos Nacionales,

Provinciales y Municipales e Instituciones Intermedias.

7. Adecuar, actualizar y/o modificar las documentaciones y/o

normas relacionadas con la confección de proyectos y los Pliegos de Bases y

Condiciones para los llamados a licitación de obras.

32 http://www.mosp.gba.gov.ar/sitios/hidraulica/institucional/mision_hid.php

Page 66: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

8. Confeccionar el proyecto presupuestario de la repartición y

realizar el seguimiento y control de la aplicación de las partidas presupuestarias

asignadas al respecto.

9. Coordinar la realización de los estudios, análisis y ensayos

necesarios para determinar la calidad de los materiales de construcción a utilizar en las

obras y de los elementos que estarán en contacto con aquellas.

10. Coordinar con los organismos competentes e involucrados en

situación de emergencia o por causas de fuerza mayor, la realización de las acciones

necesarias para atenuar los efectos de la misma.

11. Ejecutar y controlar la implementación del “Proyecto de

Saneamiento Ambiental y Control de las Inundaciones en la Cuenca del Río

Reconquista” (Decreto n° 1019/02).

Conforme la normativa citada queda claro que su deber, en cuanto

funcionario público a cargo del Ministerio de Infraestructura estaba constituido por

acciones y funciones concretas que debía realizar con anterioridad a que ocurriera la

inundación de la ciudad de La Plata; las cuales, o bien no se realizaron, o en el mejor de

los casos fueron insuficientes y/o deficientes.

Sin embargo como hemos desarrollado largamente al tratar la

responsabilidad de Scioli, ninguna de estas acciones a sido llevada adelante por el

Estado Provincial, siendo las acciones descriptas, omitidas en primer término por

gobernador y de manera concurrente por el Ministro de Infraestructura, quien poseía

–además- saberes especializados respecto de las obligaciones que pesaban sobre su

cargo.

Esta porción de la responsabilidad resulta concurrente con la

responsabilidad de Daniel Osvaldo Scioli. Sin embargo resulta necesario reconocer que

la responsabilidad de Arlía se encuentra acotada a la porción de los deberes estatales

de los cuales es portador. Por esa razón entendemos que si bien su responsabilidad es

cualitativamente menor a la de Scioli, debe igualmente imputarse los homicidios, la

puesta en peligro de la salud de las personas y a la violación de los deberes del

funcionario público, toda vez que los deberes que han sido infringidos, tienen directa

incidencia en la producción de estos resultados.

Page 67: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

1) Homicidios

Hemos dicho al tratar la responsabilidad del Scioli que como

consecuencia directa de estas omisiones acaecieron las muertes de Raimundo Eliseo

Aguirre, Irene del Carmen Arias Burgos, Dolores Felicidad Fernández, Jorge Javier

Díaz, Cristian Mendoza, Fernando Mendoza, Feliciana Garay Ruiz, Josué Gonzalo

Suarez Salazar, Esteban Ezequiel Monjes, José Gerardo Sanzana Figueroa y Nucitelli

Alejandro.

Por esta razón entendemos que Arlía debe responder por estas

muertes, que se han producido como resultado directo de su inacción en la concreta

órbita de su competencia. Remitiremos a lo expresado al tratar la responsabilidad de

Scioli, toda vez que en el caso de los Ministerios a cargo de este, la responsabilidad de

sus ministros resulta concurrente con la de Scioli. Sin embargo deben considerarse

especialmente que Arlía estaba al frente de un Ministerio clave en la posibilidad de

evitación de esta catástrofe. Hemos repasado cuales son las acciones que debió haber

realizado las que deben analizars en conjunto con lo expresado en el punto IV.

Respecto de las consideraciones sobre el dolo, y sobre la posibilidad

de configurarse el homicidio omitiendo, remitimos a lo ya expresado al tratar la

responsabilidad de Scioli.

2) Homicidios Culposos

Al igual que con Scioli si se descartara la idea de un homicidio doloso,

aún debería superar la figura residual del homicidio culposo. Como hemos dicho más

arriba, en las actividades reglamentadas o legisladas, las infracciones normativas son

indicios de la violación del deber de cuidado.

La concreta inacción de Arlía ha co-causado el resultado, al menos

por su imprudencia. La relación de causalidad entre la inobservancia y el evento

dañoso producido ha sido demostrada largamente y si aun se descartara la hipótesis

del dolo eventual, afirmamos que al menos la culpa emerge de manera indiscutible.

Arlía tenía -como hemos repasado- conocimientos especiales

superiores a la media, lo que le otorgaba una mayor previsibilidad.

3) Abandono de personas

Por otra parte, también bajo esta mirada le imputamos a Arlía el

abandono de persona de todas las víctimas enumeradas en el punto IV.e), debiendo

en los casos que imputamos homicidios, concurrir idealmente este delito.

Page 68: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Ello así, toda vez que según lo hemos repasado es a través de su

accionar omisivo que se ha puesto en peligro las vidas y la salud, abandonándolos a su

suerte cuando debía mantenerlos o cuidarlos. En estos casos, la afectación concreta a

la salud y a las vidas se encuentra incontrovertiblemente demostrada toda vez que son

justamente estas personas quienes han fallecido como consecuencia de la inundación.

4) Estrago

Asimismo imputamos a Arlía el delito de estrago. Ya hemos

demostrado que la lesión al bien jurídico se ha producido como consecuencia de los

deberes estatales infringidos. El ya referido conocimiento que tenía Arlía respecto al

estado de situación de la región, nos permite encuadrar su conducta en la de un

estrago.

La responsabilidad también radica en no haber, en el caso de Arlía,

asumido un rol activo acorde a su investidura, asumiendo antes de los hechos las

tareas concretas de dirección y ejecución de obras que prevengan lo sucedido.

5) Violación de los deberes del funcionario público

Independientemente de las muertes, la puesta en peligro de

personas, y los daños producidos, resulta una consecuencia lógica de lo anteriormente

expuesto que estas omisiones funcionales, configuran en sí mismas el delito de

violación de los deberes del funcionario público.

Concretamente en la modalidad omisiva de este tipo penal, toda vez

que ha prescindido de la ejecución de leyes, como si estas no existieran. No ha

ejecutado estas leyes y no ha cumplido con lo que mandaban hacer dentro de su órbita

funcional.

Arlía en su carácter de Ministro de Infraestructura, era el máximo

responsable de llevar adelante las políticas púbicas inherentes a esta cartera

ministerial después de Scioli.

b) Imputación subsidiaria (dominio del hecho)

Subsidiariamente nos limitaremos a imputar a Arlía el delito de

estrago y la violación de los deberes del funcionario público.

1) Estrago

Bajo esta mirada, el estrago al que hemos hecho referencia, se ha

causado, ya no a partir de aquella infracción a su deber estatal, sino a partir de

entender que fueron sus omisiones previas las que materialmente provocaron la

Page 69: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

inundación. También aquí debe analizarse en perspectiva los hechos. Seguramente que

bajo este encuadre no podríamos afirmar que el día 2 de abril podría haberse

modificado el curso de los hechos, - menos aún dentro de las posibilidades de este

Ministerio, pero visto en perspectiva, fueron Arlía junto con Scioli quienes tuvieron en

sus manos la posibilidad de evitar la inundación, o al menos de modificar severamente

su magnitud, a través de la instrumentación de las políticas que –como hemos visto –

resultaban indispensables y que son las mismas que por ejemplo ameritaron años

antes el dictado de decretos de emergencia hídrica.

Toma relevancia en este encuadre, la figura del dolo eventual. El tipo

subjetivo respecto de Arlía se encuentra completo puesto que hemos demostrado que

Scioli -y por tanto también sus ministros entre los cuales se encontraba Arlía-, conocían

la efectividad del riesgo creado a partir de evaluaciones que estaban a su alcance, lo

que les permitió prever soluciones con más tiempo de anticipación al ingreso del agua

a la ciudad.

Remitimos a lo expresado al tratar la responsabilidad de Scioli

respecto la tipicidad culposa y sus elementos objetivos.

El Art. 189 plantea que será reprimido con prisión de un mes a un

año, el que, por imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o profesión o por

inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un incendio u otros estragos.

Si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna

persona o causare la muerte de alguna persona, el máximo de la pena podrá elevarse

hasta cinco años.

En este sentido afirmamos que al menos debe imputarse la figura del

estrago culposo agravado por el resultado de la muerte de Raimundo Eliseo Aguirre,

Irene del Carmen Arias Burgos, Dolores Felicidad Fernández, Jorge Javier Díaz,

Cristian Mendoza, Fernando Mendoza, Feliciana Garay Ruiz, Josué Gonzalo Suarez

Salazar, Esteban Ezequiel Monjes, José Gerardo Sanzana Figueroa y Nucitelli

Alejandro.

2) Violación de los deberes del funcionario público

Estas omisiones funcionales, configuran en sí mismas el delito de

violación de los deberes del funcionario público. Concretamente en la modalidad

omisiva de este tipo penal, toda vez que ha prescindido de la ejecución de leyes, como

Page 70: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

si estas no existieran. No ha ejecutado estas leyes y no ha cumplido con lo que

mandaban hacer dentro de su órbita funcional.

Esta última imputación al ser aquella violación a los

deberes estatales a los que venimos aludiendo parte de la estructura típica (omisiva),

debe señalarse que aún si el Sr. Fiscal entendiera que el encuadre bajo la teoría de la

infracción de deber no puede prosperar, igualmente subsistiría –en este caso –la

imputación bajo el criterio rector del dominio del hecho.

5. RICARDO CASAL

a) Imputación principal (infracción de deber)

Bajo este encuadre, imputamos a Ricardo Casal, los delitos de

Homicidio, abandono de personas y violación de los deberes del funcionario público,

todos ellos en concurso real.

Como es de público conocimiento, Ricardo Casal se desempañaba al

momento de los hechos como Ministro de Justicia y Seguridad de la Provincia de

buenos Aires. En tal carácter, y conforme lo estipulado en el organigrama de la

provincia resulta ser el máximo responsable de la Dirección de Defensa Civil.

Conforme el organigrama provincial, la Dirección de Defensa Civil se

encuentra inserta en el Ministerio de Seguridad, por aquel entonces, unificado al

Ministerio de Justicia, y al mando del mismo se encontraba Ricardo Casal.

Como máximo responsable de la Defensa Civil se le atribuyen

competencias que aquí señalamos, como las dispuestas en el artículo 1° del Decreto-

Ley 11.001/963 Modificado por Ley N° 7738/971, que señala que la Defensa Civil

comprende el conjunto de medidas y actividades no agresivas tendientes a evitar,

anular o disminuir los efectos que la acción del enemigo o de la naturaleza o

cualquier desastre de otro origen puedan provocar sobre la población y sus bienes y

contribuir a restablecer el ritmo normal de vida en la zona afectada.

Como titular del Ministerio de Seguridad es responsable no solo de

organizar y dirigir el accionar de Defensa Civil sino que, fundamentalmente, es el

responsable de poner en funcionamiento el engranaje de protección a la población.

Asimismo, de acuerdo al artículo 5° cuando la magnitud del desastre

desborde las posibilidades de los organismos mencionados [Junta Municipal de

Defensa Civil], intervendrá la J.P.D.C con medios a disposición del Poder Ejecutivo

Page 71: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Provincial. Sobra a esta altura aclarar el desborde de la Municipalidad local para hacer

frente a las consecuencias repentinas, más no sorpresivas, del evento aquí

denunciado.

No hubiéramos arribado a los efectos gravosos de los actos

denunciados, si –conforme el artículo 6°- el Gobernador y el Ministro hubieran

asumido correctamente la dirección de las operaciones que correspondan por

intermedio del organismo específico, la J.P.D.C.

Es decir, de la normativa citada queda claro que su deber en cuanto

funcionario público del máximo escalafón en el Ministerio de Seguridad de la

Provincia, estaba constituido por acciones y funciones concretas que debía realizar con

anterioridad, durante, y luego de que ocurriera la inundación de la ciudad de La Plata;

las cuales, o bien no se realizaron, o en el mejor de los casos fueron insuficientes y/o

deficientes.

Como hemos dicho en el caso de los otros ministros su porción de

responsabilidad resulta concurrente con la responsabilidad de Daniel Osvaldo Scioli.

Sin embargo resulta necesario señalar que la responsabilidad de Casal se encuentra

acotada a la porción de los deberes estatales de los cuales es portador. Por esa razón

entendemos, si bien su responsabilidad es cualitativamente menor a la de Scioli,

imputaremos igualmente los homicidios, el abandono de personas y la violación de los

deberes del funcionario público, entendiendo que en la concreta orbita de su

competencia funcional se encontraba la obligación de desplegar acciones positivas

durante el 2 y 3 de abril y con posterioridad. Tal vez sea esta cartera la que mayor

incidencia directa tuvo en la posibilidad de evitar las muertes y como se vio en el

apartado IV, sus acciones han sido inexistentes por lo aisladas, caóticas, u ausentes de

toda planificación.

1) Homicidios

La absoluta ausencia estatal en la defensa y socorro de la población

durante la tarde-noche del 2 de abril, la cual ha sido debidamente acreditado en la

presente acción, produjo de manera directa un número de muertes que resultan

imputables a Casal.

El Ministro de Seguridad y Justicia, infringió el deber de garantía que

le cabía sobre estas personas a partir de que su inacción creó este peligro no

permitido.

Page 72: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Los especialísimos deberes que pesaban sobre su persona en razón

de las instituciones que representaba, fueron infringidos con una conducta omisiva

respecto de las obligaciones de llevar adelante, la concientización poblacional respecto

de que la ciudad de La Plata resulta ser una ciudad inundable y las consecuente

instrucción cívica que conlleva esta circunstancia.

Pero fundamentalmente la ausencia absoluta de un plan de

contingencia que pudiera dar respuesta efectiva a la catástrofe con la consecuente

puesta a disposición de los socorristas durante la tarde-noche que se inundó la ciudad

(como ya hemos referido, son numerosos los testimonios que dan cuenta de tales

aspectos, dando cuenta de la más absoluta orfandad estatal que existió en esos

momentos donde sólo reinó la solidaridad de la sociedad civil con sus limitaciones), la

falta de aviso y dictado de alarma que prevenga a los y las vecinos de la ciudad, entre

otros aspectos.

Además, coadyuva a demostrar su responsabilidad la omisión

posterior en razón de no haber llevado adelante un plan de contingencia integral que

permitiera hacer frente a la multiplicidad de daños y consecuencias producto de la

inundación, cuyo costado más doloroso –como ya hemos dicho- se ve reflejado en los

rostros de las mujeres, hombres, ancianos y niños que perdieron su vida como

consecuencia de los hechos aquí denunciados.

Bajo este encuadre, la omisión del plan de contingencia (integral y

suficiente), y los resultados mortales como consecuencia directa de aquella omisión

convierten a Casal en autor de los homicidios.

Remitimos a lo expresado (al tratar la responsabilidad de Scioli) con

cita en Andres D’alessio, para afirmar que el homicidio puede ser causado por acción u

omisión siempre que el sujeto activo se encuentre en alguna de las situaciones que

hacen nacer el deber jurídico de actuar con el fin de preservar la vida del sujeto pasivo.

También remitiremos respecto de las consideraciones efectuadas en

torno a la necesidad de entender el dolo como conocimiento, con citas en Jakobs,

Kaufman, y en el plano nacional Magariños.

Bajo esta mirada es que sostendremos en nuestra hipótesis

principal las imputaciones por este delito. En tal sentido concluimos que Ricardo Casal

debe ser intimado por los homicidios de: Raimundo Eliseo Aguirre, Irene del Carmen

Arias Burgos, Dolores Felicidad Fernández, Jorge Javier Díaz, Cristian Mendoza,

Page 73: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Fernando Mendoza, Feliciana Garay Ruiz, Josué Gonzalo Suarez Salazar, Esteban

Ezequiel Monjes, José Gerardo Sanzana Figueroa y Nucitelli Alejandro.

A todo evento entendemos que de ninguna manera puede superar el

dolo eventual, entendido como la representación del resultado muerte y persistencia

en la omisión que a la postre causó las muertes. Resulta así una omisión con un

evidente desprecio por el bien jurídicamente tutelado.

2) Homicidios Culposos

Aún si se descartara la idea de un homicidio doloso, debería

superarse la figura residual del homicidio culposo. Como hemos dicho más arriba, en

las actividades reglamentadas o legisladas, las infracciones normativas son indicios de

la violación del deber de cuidado.

El tipo culposo requiere que el resultado haya sido causado por la

imprudencia del sujeto activo, de modo que debe haber una relación de causalidad

entre la inobservancia y el evento dañoso producido. Esta relación de causalidad ha

quedado acreditada, como así también el conocimiento del riesgo que se creaba con

las omisiones de actuar, y si aun se descartara la hipótesis del dolo eventual,

afirmamos que al menos la culpa emerge de manera indiscutible.

Por lo demás, la capacidad individual de previsión es otro criterio que

permite verificar si hubo o no una violación del deber de cuidado, ya que esta requiere

la posibilidad de conocer el peligro que la acción crea para otros bienes jurídicos. Casal

tenía -como hemos repasado- conocimientos especiales superiores a la media, lo que

le otorgaba una mayor previsibilidad.

3) Abandono de personas

Teniendo en cuenta el conocimiento de la situación anterior al 2 de

abril que hemos descripto largamente en los puntos IV b) por parte del ejecutivo

provincial (en este caso Scioli y Casal), entendemos que –durante el transcurso de la

tarde noche del 2 de abril y con posterioridad a la misma- resultaba de exclusiva

competencia de este ministerio, el despliegue de acciones positivas de rescate y

socorro de la población.

Sin embargo la total ausencia de estas acciones durante y con

posterioridad a la inundación, han determinado la efectiva puesta en peligro de la

población platense.

Page 74: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Ahora bien resulta ineludible destacar que al menos en los casos

descriptos en el apartado IV.e) Víctimas fatales, esta puesta en peligro ha quedado

incontrastablemente demostrada, debiendo en los casos que imputamos homicidios,

concurrir idealmente este delito.

Por estas razones le imputamos a Ricardo Casal el abandono de

persona en estos casos. Ello así, toda vez que según lo hemos repasado es a través de

su accionar omisivo que se ha puesto en peligro sus vidas abandonándolos a su suerte

cuando debía auxiliarlos y socorrerlos.

4) Violación de los deberes del funcionario público

Al igual que al tratar la responsabilidad de Scioli, diremos que

independientemente de las muertes, la puesta en peligro de personas, y los daños

producidos, resulta una consecuencia lógica de lo anteriormente expuesto que estas

omisiones funcionales, configuran en sí mismas el delito de violación de los deberes

del funcionario público.

Concretamente en la modalidad omisiva de este tipo penal, toda vez

que ha prescindido de la ejecución de leyes, entre ellas la citada ley de Defensa Civil,

como si estas no existieran. No ha ejecutado estas leyes y no ha cumplido con lo que

mandaban hacer dentro de su órbita funcional.

b) Imputación subsidiaria (dominio del hecho)

1) Abandono de persona

Subsidiariamente nos limitaremos a imputar a Ricardo Casal bajo el

delito de Abandono de Personas.

Las pérdidas en vidas humanas, las lesiones sufridas por un sin

números de vecinos, el drama vivido por éstos y la cuantiosa pérdida de bienes

materiales ha sido consecuencia del accionar omisivo del Ministro de Seguridad que se

ha puesto en peligro la vida de los y las ciudadanos platenses, abandonando a su

suerte cuando debía mantenerlos o cuidarlos.

Como ya dijimos, como máximo responsable de la cartera en la que

se encuentra la Dirección de Defensa Civil, sostenemos la responsabilidad de casal

radica en no haber asumido un rol activo acorde a su investidura, asumiendo la

dirección de las tareas que la contingencia ameritaba.

A nuestro entender, el tipo subjetivo respecto de Casal se encuentra

completo toda vez que hemos demostrado que el imputado conocía la efectividad del

Page 75: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

riego a través de evaluaciones que estaban a su alcance por haber participado en las

tareas propias de su gestión, lo que le permitió prever soluciones con más tiempo de

anticipación al ingreso del agua a la ciudad.

Respecto la tipicidad culposa remitimos a lo ya expresado en torno a

sus elementos objetivos

2) Violación de los deberes del funcionario público

Esta última imputación al ser aquella violación a los deberes estatales

a los que venimos aludiendo parte de la estructura típica (omisiva), debe señalarse que

si el Sr. Fiscal entendiera que el encuadre bajo la teoría de la infracción de deber no

puede prosperar, igualmente subsistiría –en este caso –la imputación bajo el criterio

rector del dominio del hecho.

6. ENRIQUE SETTE

a) Imputación principal (infracción de deber)

Bajo este encuadre, imputamos a Enrique Sette, los delitos de

Homicidio, abandono de personas, violación de los deberes del funcionario público y

estrago, todos ellos en concurso real.

Como es de público conocimiento, Sette se desempañaba al

momento de los hechos como Secretario de Gestión Pública de la Municipalidad de la

Plata. En tal carácter, y conforme con lo estipulado en la ley de Municipio, el imputado

tenía a su cargo la Dirección General de Obras Publicas, la Sub secretaría de

Planeamiento urbano, la Dirección de Planeamiento Urbano, y la Dirección de

proyectos de saneamiento.

La responsabilidad de este imputado guarda similitud con la

responsabilidad de Arlía, siendo el funcionario de competencia equivalente pero en el

ámbito municipal.

Es decir que tenía a su cargo, varias áreas específicas con

responsabilidad en la realización de obras en la ciudad.

En la propia página web de la municipalidad encontramos el siguiente

link: http://www.municipalidad.laplata.gov.ar/areas/secretaria-de-prevencion-y-

atencion-al-riesgo/actividades-del-area, donde se da cuenta de alguna de las

responsabilidades que tiene Enrique Sette como máximo responsable de la Secretaria

de Gestión Pública. A saber: “…Tiene a su alcance grupos de empleo inmediato,

Page 76: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

entrenados y equipados con las herramientas necesarias para actuar ante cualquier

emergencia. Los equipos trabajan coordinadamente con las distintas Delegaciones

Municipales. Cuenta con un Centro Operativo Científico-Tecnológico, el cual funciona

de manera permanente con tecnología avanzada las 24 horas del día. La central

conecta directamente con el Centro de Monitoreo (MOPU), el Sistema Único de

Atención Vecinal (SUAV) y las estaciones meteorológicas.

Algunas funciones que desarrolla la Secretaría: Establece los planes de

contingencia para distintas hipótesis de emergencias o riesgos.

Constituye y mantiene un sistema de alerta meteorológico propio, basado en los datos

que aporta la agencia hidrometeorológica (…) Constituye y mantiene un cuerpo

especializado de protección civil y rescate, equipado con todo lo necesario para actuar

antes, durante y después de la emergencia (…) Coordina con los organismos

provinciales, nacionales e internacionales los planes de capacitación, los planes de

contingencia el intercambio de conocimientos.

Constituye un equipo permanente de voluntarios y coordina acciones conjuntas con las

organizaciones no gubernamentales.”

De conformidad a la función específica que ocupaba Enrique Sette en

la Municipalidad de La Plata y en conformidad con el artículo 24 de la ley de Defensa

Civil (Decreto-Ley 11.001/963 Modificado por Ley N° 7738/971), tiene un rol especifico

en la JMDC.

En tanto, la JMDC, según el artículo 27 de dicha ley, tiene entre sus

funciones:

1. Confeccionar el “Plan Municipal de D.C.” que deberá elevar para su

aprobación a la J.P.D.C.

2. Ejecutar todas las medidas previstas en dicho Plan.

3. Dirigir el reclutamiento, organización, instrucción y equipamiento

del personal del Servicio Civil de Defensa en su jurisdicción.

4. Armonizar y coordinar las tareas con Comisiones Vecinales para

mejor desempeño de su cometido.

5. Promover la ejecución de ejercitaciones de los Servicios de D.C.

6. Proponer a la J.P.D.C. todo trabajo tendiente a evitar y/o atenuar

desastres que afecten zonas en su jurisdicción, cuya ejecución desborde las

posibilidades del Municipio.

Page 77: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

7. Promover y establecer acuerdos de ayuda mutua intercomunales.

Una lectura somera del artículo 27, a la luz de las consecuencias aquí

denunciadas, nos permite tener por acreditado que el Secretario de Gestión Pública

no cumplió con ninguna de las obligaciones que tan alto cargo conlleva.

También conviene traer a colación aquí, que como uno de los

máximos responsables del gobierno municipal debió velar por el estricto cumplimiento

de los deberes y funciones de todos los miembros y empleados municipales con

responsabilidad en la temática, cuyas responsabilidades están plasmadas en los

artículos 241 y 242 de la mencionada ley.

En el primero de ellos, se deja sentado que “esta ley establece el

principio de responsabilidad de los funcionarios municipales por todo acto que

autoricen, ejecuten o dejen de ejecutar excediéndose en el uso de sus facultades o

infringiendo los deberes que les conciernen en razón de sus cargos. Con arreglo al

mismo, todo funcionario o empleado que desempeñe mandato conferido políticamente

o cumpla funciones administrativas, estará obligado a resarcir a la Comuna o a

terceros, los daños y perjuicios emergentes de sus actos personales, pero no contraerá

responsabilidad alguna por sus actos de servicio. Considérense actos de servicio los que

el funcionario o empleado deba ejecutar en obediencia a las leyes, ordenanzas,

reglamentos y estatutos del régimen municipal, y actos personales los que realice en

infracción a las disposiciones de esos instrumentos administrativos.

Por su parte, el art. 242 dispone que “el antedicho principio de

responsabilidad, asume las formas: política, civil, penal y administrativa, de

conformidad con los preceptos de la Constitución, códigos y leyes aplicables en cada

caso. La responsabilidad política se deslindará de acuerdo con la Constitución

Provincial y esta Ley Orgánica y las responsabilidades civiles y penales serán ventiladas

ante los jueces ordinarios. La responsabilidad administrativa de los funcionarios será

determinada y graduada en su alcance por los órganos creados con tal finalidad y por

el Tribunal de Cuentas, este último en todo lo concerniente a la actividad económico”.

Conforme la normativa citada queda claro que su deber, en cuanto

funcionario público a cargo de la Secretaría de Gestión Publica estaba constituido por

acciones y funciones concretas que debía realizar con anterioridad a que ocurriera la

inundación de la ciudad de La Plata; las cuales, o bien no se realizaron, o en el mejor de

los casos fueron insuficientes y/o deficientes.

Page 78: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Y esto así, ya que si bien la magnitud de las obras que se necesitaba

para mitigar las consecuencias de la inundación podría hacernos pensar que estaban

fuera de su alcance, lo cierto es que en ningún momento Sette hizo nada para contar

con la ayuda y financiamiento del estado provincial para realizar las mejoras necesarias

y acordes con la “emergencia hídrica” que se había decretado.

A todo ello se debe sumar, conforme vimos en el apartado HECHOS,

Sette estaba plenamente al tanto de los informes que mencionáramos en los

apartados VI.b.1 y VI.b.2, ya que incluso fueron tenidos en cuenta por Scioli para firmar

los decretos 486/08 y 490/09 que decretaban la emergencia hídrica. No podría, por su

función en la municipalidad, sostener Enrique Sette el desconocimiento de dicha

normativa.

Ahora bien, teniendo por acreditado que Enrique Sette, conocía los

riesgos hídricos que amenazaban a la región, nos referiremos en un primer momento a

la incidencia que tuvo sobre las fuentes que crearon el riesgo relevante penalmente, y

así despejaremos la idea abonada por algunos sectores de que lo ocurrido en aquellos

días sólo fue un hecho de la naturaleza.

1.- El principal factor de riesgo es la ausencia de obras que

permitiesen el drenaje.

2.- Otro factor de riesgo es la falta de un sistema de alerta

hidrológico que pudiera haber informado acerca de la existencia del fenómeno

climático con suficiente antelación como para poder adoptar las medidas de

contingencia que la crisis exigía.

3.- El tercer factor de riesgo es la falta de un plan de contingencia en

el momento en el que la inundación ya se había producido.

Los conocimientos anteriores que tenía de los factores de riesgo

señalados generan la obligación de prevenir la transformación de esa puesta en peligro

en lesión a los bienes jurídicos.

Este conocimiento debió funcionar en Enrique Sette, como

orientador de pautas de conducta esperables, que tiene un carácter orientativo para

establecer su responsabilidad, la que se ve reforzada por entender con las conductas

asumidas (y no asumidas) crearon un riesgo jurídicamente relevante no cubierto por el

riesgo permitido.

Page 79: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Como vimos, transcurrieron más de 5 años desde que Scioli firmó los

decretos 486/08 y 490/09 sin que se hayan realizado las obras pertinentes para cuanto

menos minimizar los riesgos, sin que haya existido una evaluación de los logros

obtenidos –o no- como consecuencia de la puesta en vigencia de los mentados

decretos. Es decir, si tuvieron conocimiento de las circunstancias que motivaron la

firma de los decretos, mínimamente era esperable que los funcionarios que los

firmaron y aquellos especializados en la temática o que tuvieron a su cargo la

implementación de las obras, vencido el plazo de los decretos, debían realizar una

valoración de los objetivos perseguidos por la norma y establecer si el peligro

continuaba o no, y en cada caso profundizar las obras que, a todas luces y con la

tragedia a cuestas, vemos que fueron insuficientes.

Son muchas las cosas que se podrían haber realizado con

anterioridad a las inundaciones del 2 de abril del 2013 y que no se hicieron, lo cual

como hemos visto al tratar la responsabilidad de Bruera ha quedado burdamente

reflejado en algunas de las medidas que se tomaron desde la Municipalidad luego de la

inundación.

Hasta aquí, queda claro que Enrique Sette estaba en condiciones de

prever un daño en virtud de sus facultades especiales y el conocimiento que tenía de la

situación hídrica de la zona. Sin embargo, su responsabilidad no se reduce solamente a

tales aspectos.

1) Homicidios

La larga cadena de omisiones que desembocó en la inundación del 2

de abril, produjo de manera directa un número de muertes que resultan imputables a

Enrique Sette.

El Secretario de Gestión Pública de la ciudad de La Plata infringió el

deber de garantía que le cabía sobre estas personas a partir de que su inacción creó

este peligro no permitido.

Los especialísimos deberes que pesaban sobre su persona en razón

de las instituciones que representaba, fueron infringidos con una conducta omisiva

respecto de las obligaciones de llevar adelante la ejecución de obras de infraestructura

y de toda otra índole que fueran adecuadas a la magnitud del problema que

enfrentaba la ciudad; y si entendía que éstas implicaban recursos que el municipio no

Page 80: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

tenía, debía por todos los medios solicitar que sea el estado provincial quien colabore

con la realización de las obras.

Volveremos en este punto a la ya referida cita de Andres D’alessio,

respecto de la posibilidad de cometer homicidio ya sea por acción u omisión, siempre

que el sujeto activo se encuentre en alguna de las situaciones que hacen nacer el

deber jurídico de actuar con el fin de preservar la vida del sujeto pasivo.

Bajo esta mirada es que sostendremos en nuestra hipótesis principal

las imputaciones por este delito. En tal sentido concluimos que Enrique Sette debe ser

intimado por los homicidios de: Raimundo Eliseo Aguirre, Irene del Carmen Arias

Burgos, Dolores Felicidad Fernández, Jorge Javier Díaz, Cristian Mendoza, Fernando

Mendoza, Feliciana Garay Ruiz, Josué Gonzalo Suarez Salazar, Esteban Ezequiel

Monjes, José Gerardo Sanzana Figueroa y Nucitelli Alejandro, cuyos casos fueron

analizados en el apartado IV.c y a los cuales nos remitimos por razones de brevedad.

Asimismo le caben las consideraciones efectuadas con citas en

Jakobs, Kauffman y Magariños en el sentido de avanzar en la necesidad de entender el

dolo como conocimiento.

A todo evento de ninguna manera puede superar el dolo eventual,

entendido como la representación del resultado muerte y persistencia en la omisión

que a la postre causó las muertes. Resulta así una omisión con un evidente desprecio

por el bien jurídicamente tutelado.

2) Homicidios Culposos

Aún si se descartara la idea de un homicidio doloso, debería

superarse la figura residual del homicidio culposo. Como hemos dicho más arriba, en

las actividades reglamentadas o legisladas, las infracciones normativas son indicios de

la violación del deber de cuidado.

Como ya hemos dicho el tipo culposo requiere que el resultado haya

sido causado por la imprudencia del sujeto activo, de modo que debe haber una

relación de causalidad entre la inobservancia y el evento dañoso producido. Esta

relación de causalidad ha quedado acreditada, como así también el conocimiento del

riesgo que se creaba con las omisiones de actuar, y si aun se descartara la hipótesis del

dolo eventual, afirmamos que al menos la culpa emerge de manera indiscutible.

Por lo demás, la capacidad individual de previsión es otro criterio que

permite verificar si hubo o no una violación del deber de cuidado, ya que esta requiere

Page 81: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

la posibilidad de conocer el peligro que la acción crea para otros bienes jurídicos.

Enrique Sette tenía - como hemos repasado - conocimientos especiales superiores a la

media, lo que le otorgaba una mayor previsibilidad.

3) Estrago

Asimismo imputamos a Enrique Sette el delito de estrago. Para esta

imputación hemos demostrado que la lesión al bien jurídico se ha producido como

consecuencia de los deberes estatales infringidos. El ya referido conocimiento que

tenía Enrique Sette respecto al estado de situación de la región, nos permite encuadrar

su conducta en este delito.

Es claro que si previo a los días 2 y 3 de abril Enrique Sette hubiera

realizado algunas de las tareas que venimos denunciando a lo largo del presente

escrito que no se realizaron (como por ejemplo: la evaluación sobre si se cumplieron

los objetivos de los decretos de emergencia hídrica, poner a disposición del municipio

los medios adecuados para realizar las obras de infraestructura necesarias, etc) el

resultado hubiera sido distinto.

4) Violación de los deberes del funcionario público

Independientemente de las muertes, la puesta en peligro de

personas, y los daños producidos, resulta una consecuencia lógica de lo anteriormente

expuesto que estas omisiones funcionales, configuran en sí mismas el delito de

violación de los deberes del funcionario público.

Concretamente en la modalidad omisiva de este tipo penal, toda vez

que ha prescindido de la ejecución de leyes como si estas no existieran. No ha

ejecutado estas leyes y no ha cumplido con lo que mandaban hacer dentro de su órbita

funcional.

Sette en su carácter de Secretario de Gestión Pública de la

Municipalidad de la Plata, era el máximo responsable de llevar adelante las políticas

púbicas inherentes a esta cartera después de Bruera y en coordinación con la

provincia.

b) Imputación subsidiaria (dominio del hecho)

1) Estrago

Bajo esta mirada, el estrago al que hemos hecho referencia, se ha

causado, ya no a partir de aquella infracción a su deber estatal, sino a partir de

entender que fueron sus omisiones previas las que materialmente provocaron la

Page 82: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

inundación. También aquí debe analizarse en perspectiva los hechos. Seguramente no

podríamos afirmar que el día 2 de abril podría haberse modificado el curso de los

hechos, - menos aún dentro de las posibilidades de esta Secretaría, pero visto en

perspectiva, fueron Sette junto con Bruera y en coordinación con la provincia, quienes

tuvieron en sus manos la posibilidad de evitar la inundación, o al menos de modificar

severamente su magnitud, a través de la instrumentación de las políticas que –como

hemos visto – resultaban indispensables y que son las mismas que por ejemplo

ameritaron años antes el dictado de decretos de emergencia hídrica.

Toma relevancia en este encuadre, la figura del dolo eventual. El tipo

subjetivo respecto de Sette se encuentra completo puesto que hemos demostrado que

Bruera -y por tanto también sus secretarios (entre los cuales se encontraba Sette)-,

conocían la efectividad del riesgo creado a partir de evaluaciones que estaban a su

alcance, lo que les permitió prever soluciones con más tiempo de anticipación al

ingreso del agua a la ciudad.

Remitimos a lo expresado al tratar la responsabilidad de Scioli

respecto la tipicidad culposa y sus elementos objetivos.

El Art. 189 plantea que será reprimido con prisión de un mes a un

año, el que, por imprudencia o negligencia, por impericia en su arte o profesión o por

inobservancia de los reglamentos u ordenanzas, causare un incendio u otros estragos.

Si el hecho u omisión culpable pusiere en peligro de muerte a alguna

persona o causare la muerte de alguna persona, el máximo de la pena podrá elevarse

hasta cinco años.

En este sentido afirmamos que al menos debe imputarse la figura del

estrago culposo agravado por el resultado de la muerte de Raimundo Eliseo Aguirre,

Irene del Carmen Arias Burgos, Dolores Felicidad Fernández, Jorge Javier Díaz,

Cristian Mendoza, Fernando Mendoza, Feliciana Garay Ruiz, Josué Gonzalo Suarez

Salazar, Esteban Ezequiel Monjes, José Gerardo Sanzana Figueroa y Nucitelli

Alejandro.

2) Violación de los deberes del funcionario público

Esta última imputación al ser aquella violación a los deberes estatales

a los que venimos aludiendo parte de la estructura típica (omisiva), debe señalarse

queaún si el Sr. Fiscal entendiera que el encuadre bajo la teoría de la infracción de

Page 83: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

deber no puede prosperar, igualmente subsistiría –en este caso –la imputación bajo el

criterio rector del dominio del hecho.

7. SANTIAGO ANDRES MARTORELLI

a) Imputación principal (infracción de deber)

Bajo este encuadre, imputamos a Santiago Andrés Martorelli, los

delitos de homicidio, abandono de personas y violación de deberes del funcionario

público, todo ellos en concurso real.

Como es de público conocimiento, Santiago Andrés Martorelli se

desempañaba al momento de los hechos como Jefe del Gabinete de la Municipalidad

de La Plata. En tal carácter resultaba ser el máximo responsable del COEM (Comité de

Emergencia).

Luego de las inundaciones que sufriera nuestra ciudad durante el año

2008 el intendente Pablo Bruera creó el Comité de Crisis que en un primer momento

estuvo a cargo de Juan Malpeli, en ese momento era titular de Control Urbano, pero

luego de dos reuniones paso a manos de Santiago Martorelli, quien le cambió su

nombre al de Comité de Emergencia Municipal a cargo del que se encontraba durante

las inundaciones del 2 y 3 de abril de 2013.

Las prioridades de este organismo estaban enmarcadas en la

necesidad de prevenir, mitigar y asistir a los vecinos en forma organizada, antes,

durante y después de las distintas situaciones de riesgo con el objetivo final de salvar

la vida y los bienes de los vecinos.

En este sentido y teniendo en cuenta que fue titular del Comité de

Emergencia Municipal, su intervención guarda similitud (aunque en el ámbito

municipal) con la intervención de Casal.

En contingencias como las ocurridas en la ciudad el COEM resultaba

el encargado de reunir un comité de crisis para comendar las acciones a llevar, ese

comité efectivamente fue puesto en funcionamiento durante la tarde del 2 de abril a

cargo de Martorelli ante la ausencia de Pablo Bruera en la ciudad. En esta instancia

participaron además personal policial, de Bomberos, del Ejército, voluntarios de la Cruz

Roja y los cuerpos de Boy Scouts

El COEM, estaba a cargo de generar una respuesta organizada de

todas las áreas del Estado Municipal, sin embargo mientras el mismo martes 2 de abril

Page 84: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

a las 17 horas los comités de emergencia de Berisso y Ensenada estaban “activados” en

la página de facebook del COEM no hubo publicaciones que dieran la alerta a los

ciudadanos, ni tampoco en las distintas radios platenses.

Además, conforme lo destacáramos al abordar los casos de las

víctimas de la inundación, queda claro la ineficiencia del funcionamiento del mentado

organismo, que se ve reflejado de manera incontrastable por la conclusión a la cual

arribara el Colegio de Trabajadores Soxciales, que estableció que el 96,83 % de los

evacuados lo fue por la “sociedad civil”: es decir “auto-evacuados”, vecinos, familiares,

desconocidos y otros; solamente el 3,17 % lo fue por el estado, comprendiendo por

estado a Bomberos, defensa civil y fuerzas de seguridad.

Esta situación se agrava ante la falta de administración e

implementación de obras efectivas con los fondos asignados a este Comité Operativo

de Emergencia Municipal; entre los años 2009 y 2011 el COEM solo gastó un total de

10.750 pesos, lo que representa una ejecución de apenas el 2 por ciento del total de

las partidas estipuladas durante los tres años. Sin justificación aparente, al menos

durante el año 2012, no se imputó erogación alguna al Comité y para el año 2013 se

contemplo un total de 171.600 pesos, es decir el 0,01 % de los 1385 millones

presupuestados para la administración comunal

No hubiéramos arribado a los efectos gravosos de los actos

denunciados, si el Sr. Martorelli hubiera asumido correctamente la dirección de las

operaciones que correspondían y la coordinación entre las distintas áreas del estado

municipal.

Es decir, queda claro que su deber en cuanto funcionario público del

máximo escalafón en el Comité de Emergencia y posteriormente en el Comité de Crisis

pertinente, estaba constituido por acciones y funciones concretas que debía realizar

con anterioridad, durante, y luego de que ocurriera la inundación de la ciudad de La

Plata; cuáles fueron las decisiones sobre cuándo evacuar y dónde hacerlo, dónde

mandar gente, donde tenían que ir los helicópteros y los botes. Todo esto o bien no se

realizó, o en el mejor de los casos se hizo de manera insuficiente y/o deficiente

1) Homicidios

La absoluta ausencia estatal en la defensa y socorro de la población

durante la tarde-noche del 2 de abril, la cual ha sido debidamente acreditado en la

Page 85: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

presente acción, produjo de manera directa un número de muertes que resultan

imputables a Martorelli.

El Jefe de Gabinete, a cargo del Comité de Emergencia y

oportunamente del Comité de Crisis, infringió el deber de garantía que le cabía sobre

estas personas a partir de que su inacción creó este peligro no permitido.

Los especialísimos deberes que pesaban sobre su persona en razón

de las instituciones que representaba, fueron infringidos con una conducta omisiva

respecto de las obligaciones de llevar adelante, la concientización poblacional respecto

de que la ciudad de La Plata resulta ser una ciudad inundable y la consecuente

instrucción cívica que conlleva esta circunstancia. Pero fundamentalmente la ausencia

absoluta de un plan de contingencia que pudiera dar respuesta efectiva a la catástrofe

con la consecuente puesta a disposición de los socorristas durante la tarde-noche que

se inundó la ciudad (son numerosos los testimonios que dan cuenta de tales aspectos,

dando cuenta de la más absoluta orfandad estatal que existió en esos momentos

donde sólo reinó la solidaridad de la sociedad civil con sus limitaciones), la falta de

aviso y dictado de alarma que prevenga a los y las vecinos de la ciudad, entre otros

aspectos.

Además, coadyuva a demostrar su responsabilidad la omisión

posterior en razón de no haber llevado adelante un plan de contingencia integral que

permitiera hacer frente a la multiplicidad de daños y consecuencias producto de la

inundación, cuyo costado más doloroso se ve reflejado en los rostros de las mujeres,

hombres, ancianos y niños que perdieron su vida como consecuencia de los hechos

aquí denunciados.

Bajo este encuadre, la omisión del plan de contingencia integral y

suficiente, y los resultados mortales como consecuencia directa de aquella omisión

convierten en autor de los homicidios.

Volveremos a Andres D’alessio, respecto de la posibilidad de afirmar

que el homicidio puede ser causado por acción u omisión.

Bajo esta mirada es que sostendremos en nuestra hipótesis principal

las imputaciones por este delito. En tal sentido concluimos que Santiago Martorelli

debe ser intimado por los homicidios de: Raimundo Eliseo Aguirre, Irene del Carmen

Arias Burgos, Dolores Felicidad Fernández, Jorge Javier Díaz, Cristian Mendoza,

Page 86: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Fernando Mendoza, Feliciana Garay Ruiz, Josué Gonzalo Suarez Salazar, Esteban

Ezequiel Monjes, José Gerardo Sanzana Figueroa y Nucitelli Alejandro.

Respecto del dolo nos remitimos a lo ya expresado con citas en

Jakobs, Kaufman, y en el plano nacional Magariños, en el sentido de entenderlo como

conocimiento.

A todo evento, de ninguna manera puede superarse el dolo eventual,

entendido como la representación del resultado muerte y persistencia en la omisión

que a la postre causó las muertes. Resulta así una omisión con un evidente desprecio

por el bien jurídicamente tutelado.

2) Homicidios Culposos

Aún si se descartara la idea de un homicidio doloso, aún debería

superarse la figura residual del homicidio culposo. Como hemos dicho más arriba, en

las actividades reglamentadas o legisladas, las infracciones normativas son indicios de

la violación del deber de cuidado.

El tipo culposo requiere que el resultado haya sido causado por la

imprudencia del sujeto activo, de modo que debe haber una relación de causalidad

entre la inobservancia y el evento dañoso producido. Esta relación de causalidad ha

quedado acreditada, como así también el conocimiento del riesgo que se creaba con

las omisiones de actuar, y si aun se descartara la hipótesis del dolo eventual,

afirmamos que al menos la culpa emerge de manera indiscutible.

Por lo demás, la capacidad individual de previsión es otro criterio que

permite verificar si hubo o no una violación del deber de cuidado, ya que esta requiere

la posibilidad de conocer el peligro que la acción crea para otros bienes jurídicos. Casal

tenía, como hemos repasado, conocimientos especiales superiores a la media, lo que

le otorgaba una mayor previsibilidad.

3) Abandono de personas

Teniendo en cuenta el conocimiento de la situación anterior al 2 de

abril que hemos descripto largamente en los puntos IV b) por parte del ejecutivo

municipal (en este caso Martoreli), entendemos que, durante el transcurso de la tarde

noche del 2 de abril y con posterioridad a la misma, resultaba de competencia

exclusiva en el ámbito municipal de estos Comités específicamente creados, el

despliegue de acciones positivas de rescate y socorro de la población.

Page 87: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Sin embargo la ausencia o la insuficiencia de estas acciones durante y

con posterioridad a la inundación, han determinado la efectiva puesta en peligro de la

población platense.

Ahora bien resulta ineludible destacar que al menos en los casos

descriptos en el apartado IV.e) Víctimas fatales, esta puesta en peligro ha quedado

incontrastablemente demostrada.

Por estas razones le imputamos a Santiago Martorelli el abandono de

persona en estos casos. Ello así, toda vez que según lo hemos repasado es a través de

su accionar omisivo que se ha puesto en peligro sus vidas abandonándolos a su suerte

cuando debía auxiliarlos y socorrerlos.

4) Violación de los deberes del funcionario público

Independientemente de las muertes, la puesta en peligro de

personas, y los daños producidos, resulta una consecuencia lógica de lo anteriormente

expuesto que estas omisiones funcionales, configuran en sí mismas el delito de

violación de los deberes del funcionario público.

Concretamente en la modalidad omisiva de este tipo penal, toda vez

que ha prescindido de la ejecución de reglamentos que distinguían las funciones

específicas del COEM, entre ellas la creación del Comité de Crisis con sus propias

tareas, como si estas no existieran. No ha ejecutado estas reglamentaciones y no ha

cumplido con lo que mandaban hacer dentro de su órbita funcional.

b) Imputación subsidiaria (dominio del hecho)

1) Abandono de personas

Subsidiariamente nos limitaremos a imputar a Santiago Martorelli

bajo el delito de Abandono de Personas.

Las pérdidas en vidas humanas, las lesiones sufridas por un sin

números de vecinos, el drama vivido por éstos y la cuantiosa pérdida de bienes

materiales ha sido consecuencia del accionar omisivo del Jefe de Gabinete y principal

responsable del COEM que ha puesto en peligro la vida de los y las ciudadanos

platenses, abandonando a su suerte cuando debía mantenerlos o cuidarlos.

Por ende, bajo esta mirada, resulta necesario verificar si la lesión al

bien jurídico ha entrado en el radio de acción de la conducta del sujeto y que su lesión

aparezca como no absolutamente improbable.

Page 88: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

Como ya dijimos, como máximo responsable del Comité de

Emergencia y del Comité de Crisis, sostenemos la responsabilidad de Martorelli radica

en no haber asumido un rol activo acorde a su investidura, asumiendo la dirección de

las tareas que la contingencia ameritaba, generando una respuesta organizada de

todas las áreas del Estado Municipal, que pudiera “hacer un efectivo manejo de los

recursos humanos y materiales”.

A nuestro entender, el tipo subjetivo respecto de Martorelli se

encuentra completo toda vez que en los supuestos imprudentes o no se conoce siendo

cognoscible la efectividad del riesgo o, si se conoce, se cree posible la evitación del

resultado penal y en el caso de autos, los imputados pudieron conocer la efectividad

del riego a través de evaluaciones que estaban al alcance de ellos por haber

participado en las tareas propias de su gestión, lo que les habría permitido prever

soluciones con más tiempo de anticipación al ingreso del agua a la ciudad.

Respecto la tipicidad culposa, cabe decir que sus elementos objetivos

son:

a. La acción propiamente dicha. En el caso de aquellos imputados a

quienes se los sindicó como autores de un delito de esa índole, ello equivale a decir

qué hizo cada uno, en lo que tenga relación con el resultado.

b. Imprudencia, negligencia, impericia en el arte o profesión de ellos

o inobservancia de los reglamentos u ordenanzas o de los deberes a cargo de ellos.

c. La producción de muerte, lesiones, incendios u otros estragos.

d. La conexión de las imprudencia, negligencia, etc. con esos

resultados.

Resta decir que el delito culposo es un delito de resultado material;

no un delito de infracción del deber. De manera que, sean cuales fuesen las faltas (a

los reglamentos, a las ordenanzas, al deber de cuidado en general) que hubiesen

cometido los imputados, ellas no los transforman -por esa sola circunstancia; es decir,

con prescindencia de la demostración del nexo al que he aludido más arriba- en

autores de delitos culposos.

Lo expuesto nos deja la acción realizada dentro de la órbita de los

delitos de peligro puesto que lo que se castiga en estos tipos en una amenaza para un

bien jurídico, aunque no llegue a concretarse en una lesión y en esto radica el tipo

objetivo, más no en la lesión a un determinado bien jurídico, encuadrando en la figura

Page 89: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

del abandono de personas culposo agravado por el resultado de la muerte de personas

(artículo 106 del Código Penal).

Como respuesta por el accionar de la Comuna, Bruera afirmó: “Cerca

de las cuatro de la tarde, el Comité de Emergencia Municipal decretó el alerta naranja.

El alerta naranja significa poner todas las fuerzas a disposición que funcionen adentro

de ese Comité de Emergencia: bomberos, defensa civil, todas las delegaciones

municipales, policía. Y a las cinco menos veinte aproximadamente se decretó la alerta

roja. La alerta roja se decreta en función también de lo que veníamos escuchando. La

alerta roja significa poner en conocimiento a las autoridades ínterjurisdiccionales que

la Ciudad necesita las fuerzas provinciales, nacionales y de organizaciones no

gubernamentales. Y así empezamos a funcionar, desde ese momento”. Sin embargo,

en los barrios la realidad fue otra. No hubo evacuados en la ciudad hasta el miércoles 3

de abril. Los alertas no llegaron.

2) Violación de los deberes del Funcionario Público

Esta última imputación al ser aquella violación a los deberes estatales

a los que venimos aludiendo parte de la estructura típica (omisiva), debe entenderse

que si el Sr. Fiscal entendiera que el encuadre bajo la teoría de la infracción de deber

no puede prosperar, igualmente subsistiría –en este caso –la imputación bajo el

criterio rector del dominio del hecho, la cual debe entenderse como planteo

subsidiario.

VII.- JUICIO POLÍTICO

Esta parte no desconoce que de acuerdo al art. 73 de la Constitución

provincial, es de competencia exclusiva de la Cámara de Diputados, acusar ante el

Senado al Gobernador de la Provincia y sus ministros, por delitos en el desempeño de

sus funciones o falta de cumplimiento a los deberes de su cargo y que cualquier

habitante de la Provincia tiene acción para denunciar ante la Cámara de Diputados el

delito o falta, a efecto de que se promueva la acusación.

Por esta razón informamos que promoveremos en simultáneo a este

pedido ante el Sr. Fiscal el juicio político de todas las personas que imputamos en este

escrito.

Page 90: Pedido de Indagatorias Por Las Inundaciones Final, 30

VIII.- PRUEBA

Esta parte considera necesario producir las siguientes medidas de

prueba:

a) Informativa

Se libre oficio a:

- Se libre oficio al Sr. Daniel Scioli, Gobernador de la Provincia

de Buenos Aires, Al Sr. Alejandro Arlia, Ministro de Infraestructura de la Provincia de

Buenos Aires y al Sr. Pablo Bruera, Intendente de la ciudad de Buenos Aires para que

informen respecto de las obras realizadas con anterioridad al 2 de abril de 2013 con el

fin de mitigar las posibles consecuencias de lluvias de gran intensidad.

- Se libre oficio al consulado de Paraguay para que informe si

conoce las circunstancias de muerte y/o cualquier otra información de interés respecto

de Cristian Mendoza Fernando Mendoza y Feliciana Garay Ruiz.

- Se libre oficio al consulado de Perú para que informe si

conoce las circunstancias del fallecimiento de De Josue Gonzalo Suarez Salazar.

- Se libre oficio a la J.P.D.C para que remita copia del Plan de

Emergencia Provincial que estaba en funcionamiento el 2 de abril de 2013 y las

variaciones que haya tenido hasta la actualidad.

b) Testimonial

Se cite a prestar declaración testimonial a las siguientes personas:

1) Gabriel Adrian Colautti, titular del Documento Nacional de

Identidad n° 22.349.086.

2) German Ariel Colautti, titular del Documento Nacional de

Identidad n° 24421022

3) Diego Etcheberry, titular del Documento Nacional de Identidad

n° 25223050

4) Monica Elisabet Perez Granero, titular del Documento Nacional

de Identidad n° 16 261710

5) Patricia Araceli Yamuni, titular del Documento Nacional de

Identidad n° 13766683

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c) Documental

Asimismo consideramos necesario que se incorpore la siguiente

prueba documental:

• Informe del colegio de Trabajadores Sociales de la provincia de

Bs. As. “Relevamiento socio sanitario, Octubre de 2013”

• Artículos periodísticos disponibles digitalmente respecto de los

fallecimientos de:

• Raimundo Eliseo Aguirre e Irene del Carmen Arias Burgos:

http://www.infoplatense.com.ar/index.php/component/content/article/39-

modulo1/10127-hermanas-denuncian-irregularidades-en-acta-de-defuncion-de-sus-

padres

• http://www.lanacion.com.ar/1572299-denuncian-mas-

anomalias-en-la-lista-de-muertos (diario La Nación)

• Jorge Javier Diaz:

http://www.eldia.com.ar/edis/20130415/Hasta-siempre-Potro-Diaz-deportes15.htm

(diario el dia)

• Alejandro Nucitelli: http://www.perfil.com/sociedad/El-pedido-

desesperado-de-la-esposa-de-un-muerto-no-oficial-de-La-Plata-20130429-0016.html

• http://www.lapulseada.com.ar/site/?p=5018 (revista la

pulseada)

• http://www.eldia.com.ar/edis/20130428/Quedo-atrapado-

inundacion-murio-tras-dias-coma-laciudad6.htm (diario el dia)

• Cristian Mendoza, Fernando Mendoza y Feliciana Garay Ruiz:

http://www.revistaanfibia.com/cronica/los-muertos-negados/ (revista anfibia)

• Josue Gonzalo Suarez Salazar: http://www.larepublica.pe/05-04-

2013/joven-peruano-perdio-la-vida-por-temporal-en-argentina

• José Gerardo Sanzana Figueroa:

http://www.eldia.com.ar/edis/20130405/Jose-Sanzana-hombre-atrapado-camioneta-

laciudad9.htm (diario el día)

• Artículo periodístico disponible digitalmente respecto del plan de

ocultamiento y la manipulación de la información pública:

http://www.anred.org/spip.php?article6011 (ANRed)

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IX.- PETITORIO

Por todo lo expuesto, solicitamos que:

I. Se tenga presente lo manifestado en el punto III.

II. Se haga lugar a lo manifestado en el punto VII y se produzca

la prueba solicitada en el apartado VIII.

III. Una vez ello, se tenga presente lo manifestado en relación al

punto VI y se cite a Daniel Scioli; Pablo Bruera; Alejandro Gaspar Arlia; Ricardo Casal;

Alejandro Collia; Enrique Sette; Santiago Andres Martorelli, de condiciones personales

obrantes en autos, a declarar en los términos del art 308 del CPPBA, en orden a los

delitos precedentemente señalados, dictando su prisión preventiva efectiva hasta la

realización del juicio.

PROVEER DE CONFORMIDAD

SERÁ JUSTICIA