Pedro Checa; Tareas de organización y trabajo práctico del partido, 1937.pdf

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  • Bitcora Marxista-Leninista

  • Tareas de organizacin y

    trabajo prctico del PARTIDO

    Informe en el Pleno del Comit Central

    del Partido Comunista de Espaa

    3 de noviembre de 1937

    Pedro Checa

  • EDITORES

    Equipo de Bitcora Marxista-Leninista

    Editado el 12 de noviembre de 2014

    Reeditado el 04 de marzo del 2015

    La presente edicin, sin nimo de lucro, no tiene ms que un objetivo,

    promover la comprensin de los fundamentos elementales del

    marxismo-leninismo como fuente de las ms avanzadas teoras de

    emancipacin proletaria:

    Henos aqu, construyendo los pilares de lo que ha de venir

  • Contenido Introduccin de Bitcora (M-L)----------------------------------------------pg.01 Tareas de organizacin y trabajo prctico del partido------------------------pg.04 La fuerza de nuestro partido-----------------------------------------------------pg.04 A qu se debe esa fuerza?-----------------------------------------------pg.04 A pesar del gran balance el partido debe superarse, perfeccionando su organizacin y su trabajo-------------------------------------------------pg.06 Cmo debe de trabajar el partido hoy?----------------------------------------pg.08 Qu hacer para conseguirlo?-------------------------------------------pg.09 El partido debe de utilizar ntegramente sus posiciones para acelerar la victoria---------------------------------------------------------------------pg.09 En la Industria de Guerra-----------------------------------------pg.10 En fortificaciones--------------------------------------------------pg.11 Limpieza de la retaguardia----------------------------------------pg.11 Abastecimiento-----------------------------------------------------pg.11 En el ejrcito-------------------------------------------------------pg.12 Agricultura---------------------------------------------------------pg.12 Tenemos un gran partido, pero hay que estructurarlo adecuadamente-----pg.14 Hay que hacer actuar a todo el partido----------------------------------pg.14 En los ministerios--------------------------------------------------pg.14 En la industria-----------------------------------------------------pg.15

    En los sindicatos---------------------------------------------------pg.16 En el campo--------------------------------------------------------pg.16 En el ejrcito--------------------------------------------------------pg.17 En la polica--------------------------------------------------------pg.18 En la marina--------------------------------------------------------pg.18

  • En la aviacin------------------------------------------------------pg.19 Hay que integrar a todos los militantes en el partido------------------pg.19 Poner en pie nuestro sistema de organizacin-------------------------pg.19 Debemos educar polticamente al partido------------------------------pg.20 Debemos soldar a todo el partido en una misma lnea----------------pg.21 Lo que se ha hecho------------------------------------------------pg.22 La prensa del partido---------------------------------------------pg.22 Las escuelas--------------------------------------------------------pg.23 Intensa vida poltica------------------------------------------------------pg.24 Qu deben ser los instructores?----------------------------------------pg.25 Por un estrecho contacto del partido con las masas-------------------pg.26 Los mtodos del trabajo individual son extraos al partido----------pg.28 Los rganos de direccin-----------------------------------------pg.29 Las comisiones-----------------------------------------------------pg.29 Crtica y autocrtica a fondo----------------------------------------------pg.32 Reclutamiento del partido------------------------------------------------pg.32 Hacia donde debe de orientarse el partido en el reclutamiento------pg.33 La vigilancia en el partido------------------------------------------------pg.33 El problema de los cuadros-----------------------------------------------pg.33 La unidad del partido-----------------------------------------------------pg.34

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    Introduccin de Bitcora (M-L) El Partido Comunista de Espaa, tuvo entre sus filas grandes figuras hoy poco conocidas, Jos Daz es un marxista-leninista espaol con este clsico trato que con el devenir de los aos y los acontecimientos, ha sido arrastrado al ostracismo por culpa de los revisionistas, y porque no decirlo: tambin por la correspondiente ineficiencia, inoperancia de los marxista-leninistas! En ese sentido, Pedro Checa (1910-1942) es otro ejemplo visible y muy interesante, por ello, en esta ocasin, traemos su informe al Pleno del Comit Central del Partido Comunista de Espaa presentado el 3 de noviembre de 1937, titulado: Tareas de organizacin y trabajo prctico del partido; el mismo fue presentado durante el desarrollo de la guerra civil espaola y pretenda exponer lo siguiente: 1) a que se deba la gran fuerza del Partido Comunista de Espaa en el estado actual de la contienda; 2) a que nuevas tareas deba adaptarse el partido en el curso actual de la guerra; 3) que hacer para estructurar al partido adecuadamente para tales nuevas tareas. En cada uno de estos tres captulos o puntos, el autor ir profundizando segn viera necesario. Por ejemplo en el captulo primero, ver necesario explicar que el partido adquiri una fuerza e influencia de las masas debido a la buena interpretacin del carcter de la guerra. En el segundo captulo, se har nfasis en explicar que la guerra segn la naturaleza que ha adquirido, no puede seguir sirvindose de milicias populares, siendo necesaria la estructuracin de un Ejrcito Popular Regular con un mando nico. En el tercer punto se hablar de cmo con el ascenso de la influencia del partido, y con ello la influencia de nuevos militantes, se har indispensable ensear a los nuevos militantes las normas y disciplinas bolcheviques, para as soldar al partido en una lnea monoltica, para que entonces el partido pudiera afrontar y liderar el frente popular en la guerra. Vale decir que Pedro Checa est considerado como uno, sino el mayor terico-organizador del partido, con un peso real en las actividades y poder interno del partido, y siempre dedicado a sus actividades con una humildad comunista admirable, una caracterstica transversal a los mejores bolcheviques, como as atestiguan sus coetneos: Tenemos al camarada Pedro Checa, que es lo que podemos llamar el hombre de nuestro partido. No aparece lo suficiente en la superficie poltica porque su trabajo es un trabajo silencioso los bolcheviques no tienen en cuenta nunca si su trabajo es ms o menos ostensible, pero vigilante y activo; es conocido, no solamente por los cuadros de nuestro partido, sino all donde hace falta una ayuda de organizacin: en el frente o en la retaguardia, all est el camarada Pedro Checa, resolviendo problemas de organizacin y dando las normas precisas, como corresponde a un gran secretario. (Jos Daz; Por la unidad, hacia la victoria: Informe pronunciado en el Pleno del Comit Central del

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    Partido Comunista de Espaa, celebrado en Valencia del 5 al 8 de marzo de 1937) El nivel de conocimientos y formacin de dicha figura sobre el partido y su organizacin era tal, que durante unos aos el revisionista Partido Comunista de Espaa trat de usar sus citas como haca con Jos Daz para intentar introducir en la mente colectiva de los militantes, de que el partido se rega por sus teorizaciones y prcticas, el ejemplo claro es que todava hoy tiene tirada las obras del valenciano como: Qu es el partido comunista? escrita en 1937. Pero una vez oficializado el revisionismo eurocomunista en los aos 70, se dej de un lado a esta figura, por resultar molesta no las prcticas que haca tiempo que el partido haba dejado de emular y simplemente se ignoraban sino las teorizaciones y conceptos como: lucha de clases, dictadura del proletariado, centralismo democrtico, crtica y autocrtica bolchevique, partido de lnea monoltica y sin fracciones, etc. que el revisionismo eurocomunismo, conforme a su evolucin hacia el socialdemocratismo quera abandonar tambin en el campo terico. A veces la obvia introduccin de diferentes corrientes revisionistas en dicho partido jruschovista, titoista, brezhneviana, carrillistas y anticarrillistas, eurocomunista desde mediados de los aos 40, hicieron que los militantes de este partido se olvidaran de las conclusiones que este brillante terico valenciano nos legara. Otras veces, y ms a modo general, y no slo dentro del Partido Comunista de Espaa, el fanatismo y obsesin de los revisionistas espaoles en sus referentes los pro eurocomunistas en Santiago Carrillo, los pro revisionistas chinos en Mao Zedong, los pro revisionistas coreanos con Kim Il-sung, los pro revisionistas yugoslavos y tercermundistas en Tito, hicieron que nicamente se fijaran y gastaran fuerzas en ellos y que jams levantaran sus narices ms all de los textos pseudomarxistas de sus lderes mitificados, siendo ignorados o no dando importancia alguna a los escritos de los Jos Daz, Joan Comorera, o Pedro Checa. Muestra de ello es el penoso estudio, que tanto los revisionistas espaoles como otros que intentan aparentar ser marxista-leninistas, que se realiza al respecto de la figura y obra de Jos Daz, ningn esfuerzo por analizar su obra para el proletariado hispano. Y para mala fortuna nuestra, los pocos que se atreven a evaluar su obra acaban en las mismas posiciones trotskistas, maostas, o eurocomunistas sobre estos marxista-leninistas espaoles. Las siguientes tesis de Pedro Checa estn en plena consonancia con el concepto de partido leninista, y en abierta oposicin al partido de nuevo tipo togliattista del revisionismo eurocomunista, a la lucha de lneas del revisionismo chino, al concepto de centralismo democrtico que deca adherirse el revisionismo sovitico, al concepto de rol del partido y el frente segn el revisionismo yugoslavo, al concepto de partido browderista segn el revisionismo estadounidense, o simplemente al concepto de partido clsico de la II Internacional. Recomendamos leer a su vez, el captulo llamado: El centralismo democrtico, la crtica y la autocrtica de nuestra obra reeditada: El revisionismo del socialismo del siglo XXI para poder entender, porque los actuales partidos del llamado socialismo del siglo XXI tampoco pueden considerarse como

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    partidos leninistas, y que entran en contradiccin con el concepto de partido del espaol marxista-leninista Pedro Checa. Aadir que la siguiente obra de Pedro Checa no habra sido posible presentarla si no hubiera sido facilitada por un lector y colaborador el camarada y administrador del blog Referencia Comunista que desde ya mismo recomendamos al lector por su contenido, dicho autor del blog muy amablemente nos ha cedido la obra para que pudiera ser facilitada a travs de nuestro espacio. Esperamos estrechar an ms la colaboracin.

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    Pedro Checa

    Tareas de organizacin y trabajo prctico del partido

    I

    La fuerza de nuestro partido Celebramos este Pleno del Comit Central con un partido potente, que cuenta en su seno con miles y miles de militantes de ellos un sesenta por ciento en el ejrcito heroicos, abnegados, templados en el fuego de la lucha, siempre dispuestos al sacrificio por el triunfo de la causa popular, conscientemente disciplinados y frreamente unidos en la direccin y en la base; con un partido en pleno y pujante desarrollo, con magnficas posiciones, con un gran nivel poltico, con millares de cuadros nuevos que se califican cada vez ms como dirigentes. Tenemos un partido de gran fuerza y mayor responsabilidad: por su volumen, por su unidad, por la justeza de su lnea poltica, y por el prestigio y autoridad que tiene entre las masas del pueblo.

    A qu se debe esa fuerza? De qu proviene esa fuerza? Proviene la fuerza del Partido Comunista de Espaa, como dijo el camarada Jos Daz en el Pleno del Comit Central de marzo de 1937 y se ha repetido ahora, de su justa lnea poltica de unidad proletaria y de frente popular, y de la realizacin prctica de esa lnea. El partido ha desarrollado una actividad enorme desde el comienzo de la guerra, y ha demostrado, con los hechos, que mereca y justificaba la confianza que las masas depositaban en l. Ya antes del alzamiento militar-fascista, la actuacin del partido para impedir la sublevacin, sus avisos al gobierno, sus llamadas apremiantes denunciando todos los actos de provocacin y el objetivo que perseguan, pusieron en guardia a las masas contra los manejos del enemigo y las prepararon para hacer frente al golpe militar. Y cuando, a pesar de nuestras repetidas denuncias, se produjo la sublevacin, todo nuestro partido estuvo en primera lnea, combatiendo en todo el pas y aplastndola en los principales puntos. Centenares de hroes comunistas cayeron en los asaltos a los cuarteles. En las primeras columnas que marcharon al combate, los comunistas ocuparon un puesto. Con entusiasmo y herosmo insuperables nuestro partido se volc en la lucha, aportando sus mejores cuadros para los mandos de las gloriosas milicias.

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    Nuestro partido ha sealado el carcter de nuestra guerra, interpretando, en todo momento, con gran clarividencia, las necesidades de la situacin, y ha aportado las soluciones precisas de cada hora. Desde los primeros momentos, con visin certera de la guerra, como en su magnfico informe ha mostrado la camarada Dolores Ibrruri, contribuy en primera lnea, con su trabajo tenaz y enrgico, a organizar el Ejrcito Regular Popular, a travs de una gran campaa en todo el pas, de un gran trabajo poltico entre los combatientes y, sobre todo, mediante la organizacin de lo que constituy su base fundamental: el Quinto Regimiento de Milicias, y con el millares de Mandos y Comisarios, forjados en el espritu de lucha y de sacrificio, que nuestro partido pide a sus militantes, as como un gran amor a la causa del pueblo. Y nuestro partido ha aportado, sealadamente: Su gran contribucin a la creacin del Comisariado de Guerra, que ha jugado y juega un papel tan fundamental en esta lucha, y su gran aportacin de formidables cuadros para Comisarios, que han sido artfices del Ejrcito Popular. La actividad desplegada en aviacin, en tanques, en intendencia, en sanidad, que han contribuido en gran medida a la organizacin de estos servicios, parte importantsima del Ejrcito Popular. La gran iniciativa y actividad, desplegadas por el partido desde el comienzo, para organizar la Industria de Guerra. Su inmensa labor en los frentes para organizar el Ejrcito, levantar la moral y reforzar el espritu de lucha en los momentos ms difciles. Su participacin decisiva en la gloriosa defensa de Madrid, que constituye una de las ejecutorias magnficas de nuestro partido. Su poltica consecuente de reservas y fortificacin, y su participacin en todas las grandes batallas: Jarama, Guadalajara, Brunete, Aragn, Euzkadi, Asturias. El herosmo y la abnegacin de millares de comunistas, combatientes, jefes y comisarios que han servido y sirven de ejemplos para las masas de combatientes. He ah, sucintamente expuestas, algunas de las razones de la fuerza del Partido Comunista de Espaa. Y si la actividad fundamental del partido se ha concentrado, justamente, en los problemas militares, el partido no ha olvidado por ello los dems problemas de la guerra y de la revolucin. Su participacin en el desarrollo de la revolucin democrtica en el campo especialmente a travs de la obra realizada por el camarada Vicente Uribe en el Ministerio de Agricultura, su trabajo por intensificar la produccin y asegurar

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    el orden en el campo han contrarrestado, con xito, los excesos cometidos, rectificando los errores en que, por incomprensin de la situacin, cayeron muchas organizaciones en los primeros momentos de la lucha, y ha encauzado la revolucin agraria, ganando con su justa poltica, en este aspecto, a millares de campesinos para la causa antifascista. Su actividad para elevar el nivel cultural y poltico de las masas y poner decididamente a la juventud al lado de la Repblica, tiene su ms clara expresin en la gran obra realizada por el camarada Jess Hernndez en el Ministerio de Instruccin Pblica. Tampoco hay que olvidar: Su contribucin a la ordenacin de toda la vida del pas: orden pblico, economa, industria, abastecimiento, transportes, comunicaciones, etc. Su defensa tenaz y consecuente de los intereses del proletariado y de todas las masas laboriosas. Su poltica y lucha tenaz e infatigable por la unidad de proletariado y de todo el pueblo espaol, en la lucha contra el enemigo comn. No hay ningn aspecto de la vida del pas en que el partido no haya contribuido, con todo entusiasmo y voluntad, a asegurar el rpido triunfo de la causa del pueblo. A pesar del gran balance el partido debe superarse, perfeccionado su

    organizacin y su trabajo Sin embargo, camaradas, el partido no puede contentarse con el trabajo realizado, si bien constituye un balance que nos llena de orgullo y que ha transformado al partido en un gran partido de masas, fuerte y seguro de su fuerza. Conforme nos ha dicho el camarada Jos Daz, incorporado a su puesto de combate, para bien del partido y de todo el pueblo antifascista, el humo no se nos debe subir a la cabeza, olvidando las debilidades que an existen en nuestro trabajo y que es preciso corregir rpidamente. Un esfuerzo inmenso hemos realizado hasta aqu. Pero es preciso que hoy, el partido, no slo contine, sino centuplique su actividad y comprenda que se ha operado un cierto cambio en la situacin; que hoy nos hallamos ante una situacin nueva que exige un cambio en las formas de trabajo del partido.

    * * * Del informe del camarada Jos Daz se desprende que nos hallamos ante una situacin nueva, que exige perfeccionar nuestras formas de organizacin y cierto

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    cambio en los mtodos de trabajo del partido, para mejor cumplir las complejas tareas que tenemos. Durante el primer perodo de la guerra, nos hallbamos ante un Estado al que la sublevacin haba desquiciado, desarticulado; ante un Estado roto totalmente, en todo su aparato y organizacin. Carecamos de un Ejrcito organizado, disciplinado, sometido a un mando nico, capaz de hacer frente al enemigo. No contbamos con una Industria de Guerra capaz de abastecer las necesidades de los combatientes. No exista una organizacin del orden antifascista y de la Justicia, con su aparato correspondiente. Se careca de una ordenacin industrial, agraria, econmica, etc., y el caos ms absoluto reinaba en este dominio. En esta situacin, la fuerza ms organizada y organizativa, a pesar de sus debilidades; la fuerza ms consciente era el Partido Comunista de Espaa, que tuvo que suplir en gran parte esta falta del Estado y del gobierno tambin; y que ha luchado tenazmente por organizar el nuevo Estado antifascista, para facilitar nuestra victoria. As, el partido, como factor ms organizado, sobre todo mediante su dinamismo, con la improvisacin y la iniciativa revolucionaria, con el herosmo y la abnegacin de sus militantes, por su justa poltica y por su ligazn con las masas, hizo frente a todas las tareas que la situacin planteaba y aplic una poltica ms articulada y uniforme en todo el pas que el propio gobierno, que adems de tal, tena un carcter de junta revolucionaria. Si en un frente los combatientes perdan la moral, el partido enviaba con presteza equipos de propagandistas, que con un intenso trabajo poltico les animaba y enardeca; si se abra una brecha en un sector, el partido movilizaba a sus militantes y, con un responsable al frente, les lanzaba al sitio comprometido para salvar la situacin; si se careca de reservas porque el gobierno no las creaba, a pesar de nuestra insistencia, el partido enviaba equipos de hombres a organizar e instruir a miles de voluntarios, que ofreca en batallones formados al gobierno; si faltaban municiones, por no organizarse la Industria de Guerra, a pesar de nuestro insistente planteamiento al gobierno, el partido organizaba talleres para la produccin de material de guerra. En todo este perodo, el esfuerzo y la actividad de los militantes del partido, orientados y dirigidos por una justa poltica, en armona con la situacin, tena un estilo de improvisacin heroica, con ms de intuicin revolucionaria que de organizacin, mtodo y sistema.

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    II

    Cmo debe trabajar el partido hoy? La situacin ha cambiado profundamente. Las propias necesidades de la guerra y de la revolucin exigan la reorganizacin del Estado y la constitucin de un gobierno del frente popular, apoyado en las masas, fuerte y con autoridad ante el pas. Ya hemos dicho todo lo que el partido hizo por la creacin y la organizacin del Ejrcito, de la Industria de Guerra y de toda la vida econmica del pas, para que el Estado, apoyado en el frente popular y con el concurso de todo el pueblo, tuviese en sus manos, bajo su control, la vida de la Repblica en sus mltiples aspectos. Hoy tenemos nuestro Ejrcito, que ya es un Ejrcito Regular, si bien tiene algunas debilidades que deben ser superadas rpidamente, lo cual se lograr mediante la aplicacin de la poltica militar y de las medidas sealadas por el camarada Jos Daz. Nuestra industria, aunque no al ritmo preciso, comienza a salir del caos en que la situ la sublevacin, y es necesario ponerla en plena marcha, con rapidez, a travs de la lnea trazada por nuestro partido. Hoy tenemos un gobierno que ha dado pasos muy importantes para resolver algunos de los principales problemas de la guerra, y que a toda prisa debe solucionar, como dijo el camarada Jos Daz, para ganar ms pronto la guerra. El partido debe considerar que no hemos retrocedido en nuestra lucha, sino que, por el contrario, hemos alcanzado una forma superior de organizacin en relacin con la del gobierno de Largo Caballero, que a ritmo veloz, muy rpido, hay que mejorar, para acelerar la victoria sobre el fascismo y permitir el desarrollo de la revolucin popular. Hoy no es factible, en general, si existe una situacin difcil en un frente, resolverla como antes; ni organizar reservas como entonces, pues los hombres tiles estn incorporados al Ejrcito Regular; ni asegurar el orden antifascista; ni desarrollar la Industria de Guerra como en los primeros momentos. Hoy, las tareas, siendo esencialmente las mismas, revisten una extraordinaria complejidad. Hay, por tanto, que adaptar todos nuestros mtodos de trabajo, todas nuestras formas de organizacin a esta situacin nueva, poniendo en juego todos los inmensos recursos con que hoy cuenta el partido; organizndolos y comprendiendo claramente que es preciso unir al herosmo, a la abnegacin y a la iniciativa, que son elementos de un valor considerable, inapreciable, la comprensin clara de la situacin y del papel del partido, una organizacin, un mtodo, un orden y un sistema, desterrando, en general, en todo nuestro trabajo, especialmente en el de nuestros rganos dirigentes, la espontaneidad y la improvisacin.

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    El Comit Central, adems de fijar una justa lnea, debe examinar en qu medida el partido comprende y est preparado para esta situacin, y debe tomar las medidas necesarias, a base de la crtica y de la autocrtica, para que el partido pueda jugar su papel, como hasta aqu ha hecho, de partido organizador y dirigente de la lucha contra el fascismo.

    Qu hacer para conseguirlo? Del informe del camarada Jos Daz resalta la gravedad de la situacin y la inmensidad y complejidad de las tareas que ante nosotros se presentan; tareas verdaderamente grandiosas, en las condiciones ms difciles de una guerra, con un formidable enemigo frente a nosotros; tareas cada vez ms complicadas y difciles, diversas, nuevas, que cambian por das, por horas, por minutos. Estas tareas, que resultan del examen profundo de la situacin hecho por nuestro Secretario General, son las que el gobierno debe realizar con rapidez, con mucha rapidez, para crear las condiciones de la victoria. Para su realizacin, precisa ste apoyarse en las masas todas, en el frente popular y en el Partido Comunista de Espaa, que constituye una base firme del gobierno en la realizacin de las tareas, ya que el contenido de nuestro trabajo en el ejrcito, en la industria, en el campo, en todos los rdenes, tiene hoy un sentido profundamente constructivo. He ah un problema fundamental para el partido: participar activamente en la realizacin de todas las tareas que la situacin actual nos impone, a travs del frente popular y de su gobierno, ayudando a ste en su aplicacin, corrigiendo las debilidades existentes en la medida en que le sea posible, limitando las consecuencias de los errores que se produzcan y procurando acelerar el ritmo de ejecucin de las tareas. Como hasta aqu lo ha hecho en no fciles circunstancias y teniendo no pocos enemigos y obstculos, el partido, en las nuevas condiciones, puede y debe contribuir en gran medida a realizarlas, aprovechando intensa y prcticamente todas las grandes posibilidades que tiene. El partido tiene una enorme y magnfica fuerza, miles y miles de miembros y posiciones que deben ser ntegramente utilizados. Y, sobre todo, el partido tiene una justa lnea de unidad que debemos esclarecer ante las grandes masas del pueblo que quieren ganar la guerra, para que sea seguida por stas, por las organizaciones antifascistas, todas unidas en el frente popular, y por el gobierno del frente popular, que debe vivir firmemente apoyado en las masas y ser la expresin ms fiel de su voluntad. El partido debe utilizar ntegramente sus posiciones para acelerar la

    victoria Si bien de la mera exposicin de nuestras realizaciones resalta el enorme trabajo realizado y los xitos logrados por el partido, podemos afirmar, sin ninguna

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    duda, que en este sentido podemos y debemos superarnos mucho. Veamos unos ejemplos: En la Industria de Guerra Nadie con ms fuerza que nosotros ha preconizado la necesidad de crear una fuerte industria nacional de guerra y ha trabajado con tanto tesn por su creacin. La poltica del partido en este aspecto es clara y terminante. Tenemos todo lo necesario: maquinaria, instalaciones, magnficos obreros y elementos tcnicos, voluntad inmensa de crearla; todo lo que es preciso. Sin embargo, no se avanza lo suficiente en este dominio. Las causas de ello ya las ha sealado el camarada Jos Daz en su magnfico informe: falta de fe de algunos elementos en la posibilidad de crear una industria nacional de guerra; burocracia entorpecedora, incapacidad, sabotaje por parte de enemigos incrustados, y, sobre todo, falta de una poltica de nacionalizacin de las industrias bsicas del pas, que es la condicin elemental para crear la Industria de Guerra potente que se precisa. Sin esto no es posible la organizacin de una potente Industria de Guerra. El partido debe mejorar tambin su trabajo y su organizacin en la Industria de Guerra, corrigiendo todas las debilidades que an tenemos, y mediante ello contribuir con todas sus fuerzas a su desarrollo. Hay en la Industria de Guerra militantes comunistas en puestos responsables. Es preciso que el partido se ligue mucho ms a ellos, prestndoles toda la ayuda poltica necesaria para la realizacin ms eficaz de sus funciones en los puestos que ocupan. Tambin en las fbricas existen militantes del partido que, en algunos casos, no tienen constituidas sus Clulas, y, por tanto, no hacen la vida poltica que se precisa para discutir colectivamente todos los problemas de la produccin en sus fbricas, encontrando frmulas para ampliarla y mejorarla. Para corregir estas deficiencias de trabajo en este sentido, es necesario que en aquellas provincias donde existe Industria de Guerra, el partido refuerce las comisiones encargadas de tal problema, colocndolas en condiciones de poder realizar una buena labor y responsabilizando, para dirigirla, a un camarada de la direccin del partido. Es preciso tambin que el mismo Comit Central preste una mayor atencin al problema de la Industria de Guerra fortaleciendo su propia comisin y estableciendo un contacto ms intenso de direccin y ayuda con los rganos creados en cada provincia.

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    En fortificaciones La necesidad de contar con unas vastas y slidas fortificaciones no precisa de palabras; ya el camarada Jos Daz habl sobre este problema. Mucho se ha hecho. Pero en este terreno hay que hacer ms, mucho ms. En los frentes y en las unidades el partido debe aprovechar ntegramente su influencia, sus militantes todos; y especialmente los que ocupan puestos de responsabilidad, para el desarrollo de una amplia poltica de fortificaciones, mediante un plan minuciosamente estudiado, interesando en la realizacin prctica de las fortificaciones a todos los soldados y a la poblacin civil. Desarrollando un trabajo ms intenso y sistemtico por nuestra parte, es indudable que lograremos un mayor avance en este aspecto, imprescindible en esta situacin. Limpieza de la retaguardia Nadie ha sealado con ms intensidad que nosotros la necesidad de verificarla, ni ha puesto tanta tenacidad en la lucha por su consecucin. Pero, a pesar de nuestros esfuerzos, no hemos adelantado todo lo debido, pues mientras no haya una poltica firme y enrgica en este sentido, en su aspecto general, no se aplastar al enemigo interior, ya que no se puede ejercer una poltica firme contra nuestros enemigos slo desde abajo. Pero hay que luchar implacablemente contra la quinta columna; hay que exterminarla. Es preciso que all donde haya comunistas, en un Gobierno Civil, en la Direccin General de Seguridad, en la Polica, etc., trabaje con el mximo inters y energa para descubrir y castigar a los enemigos del pueblo, haciendo que un problema tan sentido por todas las masas populares, como es el de la limpieza de nuestra retaguardia, sea rpidamente resuelto. Y es preciso que el partido, sus organizaciones, se liguen estrechamente con los militantes que tienen esa misin y les ayuden en todo momento para su mayor eficacia. Abastecimientos Tenemos un ejemplo tambin en el problema de abastecimientos, y, en general, en los Consejos Provinciales y Municipales, sobre el cual ya habl el camarada Vicente Uribe; y, como muy bien dijo, de su solucin justa depende nada menos que la seguridad de nuestra retaguardia, ya que afecta directa y vivamente a las masas del pueblo, tanto de la ciudad como del campo, a todos los combatientes y, de manera especial, a los obreros de la Industria de Guerra. Nuestro partido lucha contra la desorganizacin, contra los abusos e inmoralidades; denuncia a los incapaces, ataca a los especuladores y realiza una campaa mediante frmulas adecuadas para resolver la situacin. Todo esto es enteramente justo, pero es necesario que el partido utilice ms eficazmente sus

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    posiciones en los Consejos Municipales, Provinciales, etc., en todos los organismos que entienden sobre este vital problema, y en las fbricas y organizaciones sindicales, prestando gran atencin, desarrollando un intenso trabajo para contribuir prcticamente a su solucin, proponiendo, luchando y participando en la aplicacin de medidas que vayan corrigiendo las debilidades en la organizacin de los abastecimientos, especialmente, repito, en lo que se refiere a las fbricas. En el ejrcito Contamos hoy con un ejrcito potente, disciplinado y que va elevando su capacidad tcnica para la lucha en todos los aspectos, pero es precisamente esa potencialidad tcnica y combativa, adquirida ya por nuestro ejrcito, lo que obliga a corregir rpidamente, por parte del gobierno, las debilidades que an existen en l, cosa posible slo mediante la aplicacin de la poltica sealada por el camarada Jos Daz en su informe al Pleno del Comit Central. La camarada Dolores Ibrruri nos ha indicado cmo el partido debe centrar su trabajo de organizacin en el seno del Ejrcito para contribuir a fortalecer an ms su ya elevada moral, su combatividad, su organizacin, educndolo poltica y culturalmente, afirmando ms la disciplina, la consciencia, mejorando todos los servicios, etc.; y, sobre todo, cmo debe desarrollar un intenso trabajo en aquellas unidades donde el mayor porcentaje de soldados, mandos y comisarios sean del partido, y donde nuestra responsabilidad se acentuar mucho ms. Esta actuacin del partido en el ejrcito, hecha bajo el punto de vista de una poltica netamente de frente popular, constituye una gran ayuda para el gobierno en sus tareas, para la correccin de los defectos que an existen, y servir para aumentar rpidamente la pujanza combativa, la educacin y la capacidad tcnica de nuestro ejrcito. Agricultura Tenemos un ministerio de una importancia considerable en la situacin actual, regido por un comunista, el camarada Vicente Uribe. Un ministerio del que depende la produccin agraria del pas, la organizacin de la economa agraria, las grandes masas campesinas, y que ha desarrollado una obra inmensa. Pero es preciso que el partido intensifique su esfuerzo para superar las debilidades que haya, liquidando la situacin que existe en algunas provincias, donde la aplicacin de la poltica agraria del gobierno descansa exclusivamente sobre el ministerio, y asegurando que el partido, como tal, trabaje organizadamente, en la medida necesaria, para ayudar al ministerio en la inmensa obra de la transformacin del campo espaol y de su pleno rendimiento a las necesidades de la guerra. Como ejemplo de dbil trabajo del partido, en algunas provincias, podemos destacar lo ocurrido en Ciudad Leal [se refiere a la actual Ciudad Real -

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    Anotacin de Bitcora (M-L)], donde existe bastante indisciplina en el campo y no se aplican los decretos y disposiciones de Agricultura. Esta situacin debe corregirse mediante la realizacin de un trabajo poltico y de organizacin intensa del partido entre las masas campesinas. Y lo mismo sucede en Instruccin Pblica y en Sanidad y en todos los aspectos. De todo lo expuesto podemos sacar la conclusin de que el partido no es responsable de todo lo que hace el gobierno; no puede corregir por si solo todas las debilidades y errores existentes, pero algo, algunas veces mucho, si puede y debe hacerlo, hoy con ms energa que nunca, para lo cual es preciso reforzar la organizacin y el trabajo poltico en derredor de todos estos problemas fundamentales. Es evidente que hay que marchar con ritmo acelerado; no es posible aguardar, porque el enemigo no aguarda. Como se ha dicho por el camarada Jos Daz: hay que acabar con los errores. Es claro, tambin, que existen obstculos para el trabajo, y muy serios. Pero ante esos obstculos hay que reaccionar de una forma justa y no como algunos camaradas, que se desesperan al ver la incomprensin de que dan muestras algunos de los aliados del frente popular. Estos camaradas slo ven las dificultades, los obstculos y la lentitud en el ritmo. Pero los comunistas, ante los errores y las dificultades, firmes en su conviccin de que la nica poltica revolucionaria, hoy y por mucho tiempo, es la de frente popular, de acuerdo con la afirmacin hecha por el Bur Poltico, en septiembre de 1937, de que el Partido Comunista de Espaa no es l solo en la vida poltica del pas que no vivimos, que no combatimos, que no trabajamos solos, que a nuestro lado estn las dems fuerzas del pueblo, y con ellas, en comn, aportando nuestras iniciativas, marchando siempre en primera lnea de los esfuerzos, hemos de seguir adelante, deben reaccionar imponindose la tarea de trabajar intensa y organizadamente por su rpida superacin, a travs de un tenaz trabajo de partido capaz de movilizar a las masas todas en torno a la solucin de los problemas. A travs de mltiples formas y vas para obtener las cosas, actuando inteligentemente y con flexibilidad poltica, no considerndose fracasados al fallar el primer intento, y, sobre todo, mediante una ligazn cada vez ms estrecha con las masas del pueblo sin ayuda de las cuales no puede resolverse ninguno de los problemas, el Partido Comunista de Espaa cumplir con su deber de dirigente. Para realizar esto se debe tener, adems de una comprensin clara en el aspecto poltico, una organizacin adecuada. Necesitamos que el partido, en su conjunto, se preocupe hondamente y con ritmo rpido por organizar, de una forma ms eficiente, nuestro trabajo en las circunstancias presentes.

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    III

    Tenemos un gran partido, pero hay que estructurarlo adecuadamente

    Tenemos un gran partido, que cuenta con una influencia enorme entre las masas, con decenas de millares de miembros y con fuertes posiciones en todos los rganos de direccin poltica, econmica y militar de la repblica. Pero, para que el partido est en condiciones de garantizar la realizacin de las tareas marcadas, no basta con esto, sino que precisa de una fuerte y acertada organizacin. No es un simple problema, pues nos hallamos en guerra; y, en las condiciones de la poltica del frente popular, las dificultades con que se tropieza para estructurar adecuadamente a los militantes son inmensas, especialmente en el ejrcito, en la marina, en aviacin, en la polica, en los ministerios, etc. Los cambios, los desplazamientos, las bajas, la misma actividad que cada uno de nuestros militantes debe desarrollar en su trabajo respectivo, contribuyen tambin a dificultar en grado sumo nuestra organizacin. Sin embargo, hay que resolverlas; precisamente para contribuir con la mayor intensidad a la solucin de las tareas. Es cierto que nuestra organizacin ha mejorado en casi todas partes: en el ejrcito, en la marina, en la polica y en los sindicatos, pero todava subsisten importantes debilidades en los ministerios, en la Industria de Guerra, en el campo, en los sindicatos, en aviacin y en el propio ejrcito, donde tenemos el sesenta por ciento de todo el partido.

    Hay que hacer actuar a todo el partido De esta manera el partido, a pesar del gran nmero de sus militantes, de ser tan inmenso partido, no funciona sobre la base de su gran masa de militantes, de los cuales no todos tienen el debido contacto con el partido y se encuentran aislados de ste, sin hacer vida poltica y sin participar activamente en la realizacin de las tareas. En los ministerios En los ministerios, donde tenemos una gran cantidad de militantes y algunos en cargos de responsabilidad, las clulas no funcionan ni se renen con la regularidad debida, principalmente, por una incomprensin por parte de esos camaradas de la importancia que supone una vida activa para el desarrollo del trabajo general y del partido. Adems, en algunos casos, a consecuencia tambin de una interpretacin esquemtica y falsa de lo que es la estructura del partido,

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    se subdividen en grupos, cada uno de los cuales depende directamente del Comit de Radio, perdiendo toda relacin poltica y orgnica entre los diferentes grupos. ltimamente se ha notado una mejora en estos aspectos. Pero es necesario intensificarla y corregir rpidamente las debilidades hasta conseguir que en todos los ministerios donde haya comunistas, stos presten la mxima participacin en la realizacin de la poltica del frente popular, de manera particular cuando los ministerios estn regidos por comunistas. En la industria En la industria nuestro partido cuenta con muchos militantes muchos de ellos tcnicos, ingenieros, obreros especializados, etc. Nuestros militantes en la industria son, en la mayora de los casos, los mejores estajanovistas, los que trabajan ms y mejor. Pero, qu ocurre? Ocurre que el estajanovismo, el espritu de emulacin no cunde con la rapidez y la amplitud necesarias en todos los dems obreros, ni siquiera en todos los comunistas. Por qu sucede esto? Porque la organizacin del partido, en ciertos casos, no ha sabido interesar, en la medida precisa, a todos los obreros y a los mismos comunistas, por medio de un trabajo prctico a este respecto, limitndose en muchos casos a celebrar reuniones generales de los militantes del partido, donde se discute mucho en general, pero poco o casi nada se decide. Esto puede tener lugar por el defecto anteriormente apuntado de la debilidad existente en las Comisiones de Industria de Guerra de los Comits Provinciales y del mismo Comit Central que habremos de corregir inmediatamente, que dificultan la aplicacin de la poltica del partido en la Industria de Guerra, al no funcionar regularmente nuestras organizaciones en la misma y no recibir nuestros camaradas de las fbricas una orientacin constante y una ayuda ms eficaz por parte de la direccin. Tenemos ejemplos concretos, negativos unos y positivos los ms, de lo que un trabajo organizado del partido puede repercutir en el desarrollo y calidad de la produccin. En algunas fbricas donde la organizacin del partido tiene claras deficiencias, la produccin no aumenta en la medida que permiten sus mismas posibilidades. Por el contrario, en muchas fbricas, minas, etc., donde los comunistas tienen una buena organizacin y realizan un amplio trabajo poltico cerca de todos los obreros, la produccin aumenta y mejora considerablemente. En otras partes, un buen trabajo del partido ha conseguido hacer funcionar las fbricas, que antes no lo hacan as, ininterrumpidamente, y posibilitar el que muy pronto puedan tener una fundicin propia. Nuestros camaradas en la Industria de Guerra deben organizar las clulas de fbrica, utilizando procedimientos democrticos que permitan participar de una manera activa a todos los comunistas, y a los obreros en general, en la vida y en las actividades del partido, sobre la base de la discusin y solucin de todos los problemas de la produccin, e interesando a todos los obreros, especialmente a los camaradas socialistas, en aquello que es vital para la guerra y para el partido: el desarrollo de una potente Industria de Guerra.

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    En los sindicatos En el aspecto sindical, donde progresa nuestro partido, nuestros camaradas no han encontrado tampoco, en muchos casos, la forma de organizacin justa que les permita realizar un trabajo ms efectivo. La falta de un trabajo sindical organizado y la carencia de una discusin colectiva en torno a los problemas sindicales, hace que en algunos casos no se aplique bien la lnea del partido, concretamente en Valencia, donde algunos camaradas, por estas razones, no han comprendido la importancia de la unidad entre la Federacin de Trabajadores de la Tierra y la Federacin Campesina. Sin embargo, en un sentido positivo, tenemos ejemplos buenos en Alicante, en transportes, en metalrgicos, en la Unin General de Trabajadores. Misma, donde un buen trabajo sindical por parte del partido consigui evidentes xitos en el orden de la unidad y de todas las cuestiones planteadas a la organizacin sindical. Es preciso organizar nuestro trabajo sobre esa base para conseguir mejores resultados. Los comunistas deben encontrar las formas de organizacin que les permita discutir y comprender profundamente todos los problemas, para llevar as un inters mximo a las asambleas de los sindicatos y a las fbricas. Hay que conseguir que en todos los Sindicatos funcionen las fracciones comunistas, donde todos nuestros militantes pueden participar en la discusin, elaboracin y realizacin de la poltica sindical del partido, que ha de traducirse en el fortalecimiento y actividad de la organizacin sindical. La organizacin en nuestro trabajo, la discusin colectiva del partido y la comprensin ms exacta de la lnea del mismo en este aspecto, es indispensable para hacer que los sindicatos jueguen el verdadero papel que les corresponde, en esta etapa de la guerra y de la revolucin popular, de ser los mejores colaboradores del gobierno en la solucin de todos los problemas que stas nos presentan, y, especialmente, en la creacin de una potente Industria de Guerra y en el aceleramiento del proceso de la unidad obrera, sobre la base de la unidad de accin con la Confederacin Nacional del Trabajo. En el campo Algo anlogo sucede en el campo. En el campo tenemos tambin decenas de millares de obreros agrcolas y campesinos, miembros de nuestro partido. Los obreros agrcolas y los campesinos ven en el partido el defensor ms firme y consecuente de sus derechos y de sus intereses y le quieren profundamente. Pero nuestras organizaciones en el campo adolecen de muchas debilidades, y las formas de organizacin existentes no responden a la estructura de nuestro partido, no estn basadas en clulas en los lugares de trabajo, colectividades, etctera, sino construidas territorialmente, lo cual no permite el desarrollo ni el

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    fortalecimiento de las organizaciones del partido, y dificultan la realizacin de nuestra poltica agraria. Ejemplos positivos de los buenos resultados conseguidos en el campo, cuando existe una buena organizacin y se hace un intenso trabajo poltico, nos lo marcan Jan y Torrecampo. En el primero de estos sitios el partido ha realizado un gran trabajo en el campo ligndose a los camaradas socialistas, desarrollando una gran campaa, preocupndose por la organizacin del partido en las colectividades, cooperativas agrcolas, etc., ayudando polticamente a stas en la realizacin de las tareas, cuya consecuencia ha sido que los campesinos trabajen a tiro de fusil de las lneas enemigas. En el segundo, una buena labor por parte de los comunistas ha logrado la fusin en una potente colectividad de las dos colectividades existentes, que haban venido funcionando independientemente con dificultades. Es preciso que nuestras organizaciones presten una mayor atencin a la tarea de organizar clulas en el campo, si bien con toda la flexibilidad necesaria, teniendo presente las peculiaridades de los campesinos, y que lo fundamental es asegurar un trabajo organizado de nuestros militantes en el campo y la participacin de todos en la vida activa del partido. En el ejrcito En el ejrcito hemos logrado, en los ltimos tiempos, indudables xitos en nuestra organizacin y en nuestro trabajo, pero todava nuestras formas de organizacin all no han alcanzado la fortaleza necesaria, ni se desarrollan al mismo ritmo de la organizacin del Ejrcito Popular, apoyndose, por regla general, no sobre el conjunto de los soldados comunistas, sino sobre un nmero reducido de ellos. Hay unidades militares que, a pesar de tener en su seno a muchos comunistas, tienen grandes defectos en la organizacin del partido, que hacen muy poca vida poltica cuando la unidad se encuentra en el frente, mejorando su actuacin algo cuando est en retaguardia. Es preciso reforzar nuestro trabajo de organizacin en el ejrcito para superar en tiempo ms breve las deficiencias existentes, adaptando nuestras formas de organizacin a la organizacin que va adoptando el ejrcito en el proceso de su organizacin, y haciendo participar al conjunto de nuestros miembros en el ejrcito en la vida del partido y en la aplicacin de sus tareas. Se dice que el trabajo en el ejrcito es muy difcil, y muchos de nuestros camaradas se hacen a la idea de que atravesamos una situacin anormal, y, por tanto, ven natural que el partido funcione tambin anormalmente, es decir, que no funcione. Efectivamente, es difcil la situacin que atravesamos, pero hay que aceptarla como una etapa que se prolongar por largo tiempo todava. Y precisamente, en la medida en que sepamos mejorar nuestro trabajo poltico en el ejrcito, sobre la base de nuestra justa organizacin, trabajaremos para ganar ms rpidamente la guerra. Y no slo cuando el ejrcito est en la retaguardia, sino, fundamentalmente, cuando est en la lnea, sobre todo en el combate.

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    Contamos hoy con un ejrcito potente que es necesario mejorar an ms, que es la garanta ms firme de nuestra victoria. En el ejrcito se encuentra el sesenta por ciento del partido y rene en su seno a la parte ms activa, consciente y decidida, que es la fuerza que decidir la situacin. Por ser el ejrcito el puntal ms firme en nuestra lucha, el que lleva en sus bayonetas nuestro triunfo sobre el fascismo, el trabajo de organizacin del partido hay que verlo, no como un aspecto ms del trabajo mismo, limitado exclusivamente a las comisiones poltico-militares, sino como fundamental, el que debe concentrar el ochenta por ciento de la atencin de todo el partido, de todos sus rganos dirigentes, que a la ayuda, a la organizacin del partido en cada unidad, deben prestar la atencin mxima que se precisa. En la medida que el partido refuerce su organizacin y su trabajo poltico de frente popular en el ejrcito, ste elevar su moral de lucha, su capacidad combativa, su educacin poltica, cultural y tcnica, su disciplina, colocndose en las mejores condiciones para jugar este papel decisivo en la guerra, aplastando al ejrcito enemigo. En la polica En la polica, donde hay un nmero de militantes del partido, algunos en puestos responsables, no se presta toda la ayuda necesaria por los rganos de direccin para mejorar la organizacin del partido, ni se adapta sta suficientemente a las necesidades. A pesar de los defectos, el partido, desde tales posiciones, es quien ms tenacidad pone en la realizacin de una poltica de justicia firme, dura, de frente popular; pero es menester mejorar an ms nuestra organizacin prestndole toda la ayuda precisa, adaptndola a la estructura del cuerpo, para luchar ms enrgica y decisivamente contra la quinta columna, limpiando de enemigos nuestra retaguardia y ayudando al gobierno al saneamiento de la misma, al establecimiento de un frreo orden antifascista. En la marina En la marina tenemos ejemplos positivos de lo que supone una buena organizacin de partido. Nuestra organizacin de partido en el destructor Ciscar, ha logrado que la organizacin general de su dotacin fuera una de las mejores de la marina. Antes de su hundimiento, el Ciscar apenas sufri ninguna avera, pese a sus diferentes intervenciones de lucha contra el Cervera y otras unidades facciosas. Su disciplina y organizacin determin que sus marinos permanecieran en el norte hasta el ltimo momento, y, finalmente, que su dotacin contine hoy con una magnfica moral de lucha y que solicite el embarque de toda ella unida.

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    Es claro que existen serias debilidades en el trabajo en la marina y grandes obstculos. Pero el ejemplo mismo expuesto nos dice con toda fuerza la preocupacin que el partido debe poner en mejorar nuestra organizacin en la marina, para contribuir y ayudar al gobierno a transformarla en una potente flota. En la aviacin En la aviacin se ha cado en el defecto de la autosatisfaccin ante el crecimiento de la influencia del partido en esa rama. Nuestra influencia en aviacin la consideraron algunos camaradas como una cosa definitiva, interpretando que ya estaba todo hecho y olvidndose de continuar realizando una vida poltica activa de partido, que mejorara cada vez ms el Cuerpo de Aviacin. Esta falsa comprensin, unida a que en esta arma, ms que en ninguna, la organizacin del partido no se ha adaptado apenas a las necesidades, as como la desvinculacin que se tuvo con los Comits Provinciales, ha motivado que all nosotros hayamos tenido una debilitacin en nuestro trabajo. Hay que rectificar inmediatamente esta forma de trabajo, mejorando nuestra organizacin en aviacin, ligndose estrechamente a ella los Comits del Partido y realizando un estrecho trabajo por el fortalecimiento del Cuerpo de Aviacin en todos sus rdenes.

    Hay que integrar a todos los militantes del partido Hay que resolver con la mxima urgencia estos problemas de estructuracin orgnica que restringen la amplia base del partido, para dotar a ste en la realizacin de sus tareas, en la aplicacin de su lnea poltica, del concurso activo de millares de adherentes que no pasan de hecho, por este motivo, a la categora de militantes y que, incluso, impiden desarrollarse las enormes fuerzas interiores del partido, debilitando sus gigantescas energas.

    Poner en pie nuestro sistema de organizacin Cmo es posible, por ejemplo, que un sector, un radio, que cuenta con ciento cincuenta clulas, noventa de ellas de empresa, y que abarca varias barriadas, en las que hay, adems, miles de evacuados, pueda hacer un buen trabajo poltico, si slo tiene un Comit de Sector con un aparato total de 25 30 personas para dirigir una organizacin tan grande del partido, con una multitud y una complejidad tan enorme de problemas? Tampoco ser posible que un Comit Provincial pueda dirigir 205 radios de su provincia si no crea los rganos de direccin intermedios Comits Comarcales, que le ayuden en esa tarea.

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    Hay que poner en pie nuestro sistema de organizacin celular en los lugares de trabajo que permita plenamente esto y que asegure una mayor vitalidad al partido. Hay que estudiar detenidamente y elaborar las formas de organizacin adecuadas para cada caso y momento, no fiando todo a un patrn determinado, sino atenindose a la situacin y a la propia experiencia que la guerra nos da. No es posible sealar frmula ni receta para resolver estos complicados problemas, pero s subrayar su imperiosa necesidad y despertar la preocupacin de todo el partido, especialmente del Comit Central, para discutir sobre las formas flexibles, al mismo tiempo que firmes, de organizacin; para garantizar que todo el partido se mueva en la misma direccin y con ritmo rpido en la realizacin de nuestra lnea poltica y de las tareas en el ejrcito, en la Industria de Guerra, en el campo, etc. Es absolutamente preciso conseguirlo, centrando nuestra atencin en la creacin de Comits Comarcales, por la gran importancia que juegan como rganos intermedios de direccin entre los provinciales y los radios, as como en los problemas de organizacin en el ejrcito.

    Debemos educar polticamente al partido Junto con los problemas de la estructura del partido hay que dar solucin a los de la educacin del partido, como ha insistido el camarada Jos Daz. Muchos camaradas se quejan sistemticamente de que no hay cuadros, de que no hay hombres para garantizar tales o cuales tareas marcadas por el partido. Es que no hay hombres en el partido capaces de aplicar sas tareas? Naturalmente que s, y en cantidad inmensa. Ya hemos visto la fuerza del partido, sus posiciones, su influencia. Pero es claro que muchas de esas fuerzas que el partido tiene, no son fuerzas preparadas. Son fuerzas recin venidas a la lucha, que no se aprovechan ntegramente si no las educamos. Nuestro partido, partido del proletariado, ha ganado en el curso de la guerra miles de obreros industriales, obreros agrcolas, campesinos, intelectuales, artistas, militares profesionales, tcnicos en todas las especialidades y, tambin, algunos elementos burgueses que aceptan nuestro programa. El partido tiene una gran fuerza, joven, dinmica, plena de entusiasmo y de espritu combativo, formada por miles y miles de hombres y mujeres, que vienen constantemente a nuestras filas de todas las capas de la poblacin trabajadora. Entre los nuevos camaradas que, llenos de entusiasmo, han venido al partido, hay quienes arrastran tras de s todo un bagaje de concepciones, de

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    reminiscencias de su origen, de su posicin social, de los partidos de que proceden, de los pueblos en que se han desenvuelto; que sufren, adems, la influencia de otros partidos, del medio ambiente en que viven, y tambin del enemigo que trabaja con intensidad fuera del partido y que forcejea por introducirse en l. Nadie mejor que nosotros, que vemos las inmensas dificultades que la situacin nos depara, que atravesamos diariamente por facetas distintas y a cul ms complicadas, podemos comprender las dificultades e incomprensiones que en esa gran masa de militares pueden producir los cambios de la situacin, los factores nuevos, las situaciones nuevas. Nadie mejor que nosotros debe saber cmo el enemigo trabaja para debilitar y minar al partido comunista, y aprovechando las extraordinariamente graves dificultades porque tendremos que atravesar todava, intentar ampliar y desarrollar ms su trabajo en este sentido. Ahora bien; si los nuevos militantes han venido al partido, cada uno por vas diferentes, por una razn distinta, lo han hecho plenos de entusiasmo y energa revolucionaria. El ejemplo de Madrid en el mes de noviembre, donde los militantes recin venidos al partido mostraron su firmeza y el herosmo ms absoluto, as como los innumerables y magnficos ejemplos que en los frentes de guerra y de produccin dan los nuevos militantes, es una demostracin bien elocuente de lo mucho que el partido puede esperar de ellos, y del deber que para nosotros constituye darles una preparacin poltica y una adaptacin firme a nuestros mtodos de trabajo.

    Debemos soldar a todo el partido en una misma lnea Ya no es slo el problema, tocado por nosotros en otros Plenos del Comit Central, de la necesidad de soldar a los viejos y nuevos miembros del partido, sino, sobre todo, soldar a todo el conjunto del partido en una sola lnea, en una sola direccin; asegurar que todos nuestros militantes, todas nuestras organizaciones y en todo el pas, sigan una lnea idntica en todos los momentos; hacer que todos los problemas del partido sean discutidos amplia y democrticamente por nuestros militantes y por todas nuestras organizaciones; pero, que, en tomando una decisin sobre ellos, garantizar el que todo el partido, en su conjunto y sin ninguna excepcin, se movilice por el prctico cumplimiento de ella. Y eso slo es posible en la medida que realicemos una intensa obra de educacin del partido, de sus militantes, de las inmensas masas del partido que piden se las eduque, y que en los frentes, principalmente, lo reclaman, vidos de aprender; que ayudemos a formarse ideolgicamente a los combatientes, que aprovechan sus permisos y sus ahorros para hacerse con multitud de obras que satisfagan sus deseos de educarse en todos los rdenes.

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    Lo que se ha hecho Tenemos que declarar que no hemos hecho todava los suficientes esfuerzos para solucionar el problema de la educacin del partido. Hemos comenzado a editar una revista terica del Comit Central, que, si bien es defectuosa y no constituye por s sola la solucin de la situacin, significa un progreso. Pero hasta ahora no hemos logrado asegurar su salida. Por qu causas? Porque no hay una organizacin adecuada capaz de asegurar su salida de una manera peridica. No hay ningn peridico del partido que tenga una seccin de vida del partido o una seccin de carcter ideolgico educativo. Las conferencias, las charlas educativas, tan necesarias, las lecturas comentadas, la literatura especial educativa que requiere hacerse en ediciones de masas, no se ha hecho en la proporcin necesaria. He ah una gran cuestin a resolver por el partido, especialmente por sus rganos dirigentes: educar el partido. Para ello es preciso, en primer trmino, asegurar la salida de la revista de forma regular, para lo cual hay que crear rpidamente un aparato de organizacin que lo permita. Hay que asegurar en toda nuestra prensa una seccin regular dedicada a estudiar los problemas del partido. Tenemos que intensificar las conferencias, charlas y crculos educativos y cursos nocturnos; editar literatura educativa de masas, no conteniendo slo discursos ledos ya en la prensa, sino temas tericos desarrollados con la mayor sencillez. Debemos editar folletos al alcance de los campesinos y obreros agrcolas, en los que se explique qu son las cooperativas, las colectividades, la poltica agraria del partido, etc. Asimismo debemos editar literatura especial para los soldados, para los obreros de las fbricas, etc., y trabajar para soldar a los viejos y nuevos militantes, educando a los viejos en el espritu de las formas de educacin y trabajo poltico actual, y a los nuevos en el conocimiento profundo de lo que es el partido, de su lnea poltica, de su moral revolucionaria, de sus formas orgnicas, haciendo as del partido un todo homogneo, consciente, monoltico, unido y poderoso. Educar intensamente, no ya slo en escuelas, en crculos, en ncleos reducidos de militantes, sino en su conjunto general a todo el partido. La prensa del partido Y, como problemas de extraordinaria importancia, cuidar ms la prensa del partido. A este respecto, camaradas, conviene destacar el inmenso valor que

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    nuestra prensa tiene como el mejor instrumento del partido, para llevar su lnea poltica al conocimiento de los militantes, en primer trmino, y de todas las masas en general. Es a travs de la prensa como se conoce ms rpida y ampliamente nuestra posicin, y no siempre en la prensa del partido se ve reflejada. Cuando el partido no tena ms que semanarios o un solo diario, cuidaba ms de su prensa. Se precisa rectificar inmediatamente este defecto, asegurando lo que hasta aqu no ha existido: una direccin directa de toda nuestra prensa por parte de los rganos de direccin del partido, para mejorarla en todos sus aspectos, y, sobre todo, el contenido poltico y el lenguaje. En nuestra prensa se suelen olvidar, a menudo, los problemas y las cuestiones vitales pequeas, del da, y escribimos frecuentemente en un lenguaje pesado, no popular. Es preciso asegurar que nuestra prensa sea en todo momento un fiel reflejo de nuestra lnea poltica y que tenga un carcter ms educativo. El lenguaje de la prensa debe ser ms popular, ms al alcance de las masas, sencillo, y los artculos ms cortos para mejorar la prensa y educar tambin a nuestros periodistas, stos deben hacer una ms intensa vida de partido, y la redaccin ha de discutir de forma regular todos los problemas. Haciendo esto, estamos seguros de que nuestra prensa mejorar considerablemente. Las escuelas En relacin con la educacin del partido, tenemos las escuelas del mismo. Aqu hemos hecho un trabajo, todava insuficiente, pero que constituye ya un hecho positivo. En las once escuelas del partido que funcionan, se han realizado, desde el mes de agosto, un total de diez y siete cursos, en los que han estudiado un nmero de 174 alumnos. De stos, 40 estn a punto de terminar, con buenos resultados, en la Escuela Central, lo que nos permitir reforzar algunas de nuestras direcciones provinciales y la actividad del partido en algunas ramas de su trabajo. Las escuelas provinciales, aunque con defectos y debilidades, han aportado una ayuda eficaz al partido, preparando cuadros que hoy, en Extremadura, Jan y Madrid, dan bastantes buenos resultados, en los propios Comits Provinciales y en sus comisiones. Pero esto es insuficiente y hay que mejorarlo. Las escuelas todava pueden dar muchsimo ms rendimiento si los Comits Provinciales, especialmente, y tambin el Comit Central, les prestan mayor atencin y, fundamentalmente, si se hace una mejor seleccin, por parte de los provinciales, de los camaradas que han de ir a las escuelas. Es indispensable desarrollarlas principalmente en aquellas provincias en que an no existen y en los frentes. Hay que asegurar en las escuelas de provincias profesores de la misma localidad; y no dejar abandonados a su suerte a los

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    alumnos, como sucede algunas veces, sino confiarles actividades, de acuerdo con su capacidad y sus cualidades. A los profesores dedicarles mucha ms atencin, prestndoles ayuda ms amplia, facilitndoles su capacitacin, y ligndoles ms ntimamente a los problemas de la provincia y a la vida activa del partido.

    Intensa vida poltica La mejor educacin del partido la aseguraremos a travs de una intensa vida poltica, haciendo que todo el partido, todas sus organizaciones provinciales, comarcales, radios, clulas, todos los militantes en general, vivan intensamente la vida y todos los problemas del partido y de la guerra. La situacin actual nos plantea una serie de tareas de tal naturaleza, que solamente podremos realizarlas a condicin de que todo el partido, y no slo pequeos ncleos, participe de forma activa en el estudio colectivo de los problemas, desplegando toda su actividad y toda su energa, para que todos sus afiliados se movilicen y se interesen vivamente por su prctica realizacin. Desgraciadamente, todava hay rganos del partido que discuten y publican documentos, pero su discusin no se verifica con toda la intensidad que es necesario en la base del partido, y tambin existen amplias zonas en las que no se discute y que incluso ni siquiera se conocen estos problemas y las tareas a realizar en relacin a su solucin. Las organizaciones del partido, en estas condiciones, no pueden comprender bien cul es la situacin poltica, y concentran su atencin en pequeos y localistas problemas, y no efectan y desarrollan una poltica adecuada a las necesidades y posibilidades que existen. Al sealar estos defectos, no queremos decir que el partido no haya de ocuparse de los problemas pequeos y localistas, ya que es necesario ocuparnos ms y mejor de ellos de lo que hasta aqu lo hemos hecho, estudindolos con ms detenimiento e inters y poniendo todo nuestro esfuerzo en solucionarlos. Pero, realizando todo esto con una clara visin de las circunstancias, con exacto sentido de lo que queremos y conociendo con toda profundidad cmo la organizacin del partido debe actuar prcticamente en cada caso concreto. Adems de la necesidad de que todo el partido participe activamente en la discusin y en la realizacin de las tareas, es imprescindible que la direccin juegue el papel de ayuda y estmulo en ello. Slo mediante tal ayuda de los organismos de direccin, llevando al conjunto del partido los problemas que se debaten por ellos, lograremos interesar y movilizar a todo el partido. Hace falta desarrollar ampliamente esta ayuda, empezando por el Comit Central hasta la direccin de las clulas. Esta ayuda no siempre se recibe, o es producto de la casualidad o de la improvisacin de ltima hora, lo que hace que muchas veces sea tarda, insuficiente y mala.

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    Ejemplo ms destacado de stos nos los daba Madrid, donde, a pesar de existir una fuerte direccin provincial, la ayuda de los sectores era bastante dbil, si bien se va rpidamente camino de su correccin.

    Qu deben ser los instructores? El sistema de los instructores permanentes, utilizado hasta hoy casi como nica forma de ayuda a los Comits Provinciales, as como por parte de stos en las provincias, no es suficiente y justo, ni por s solo eficaz. Los instructores, faltos en general de la ayuda necesaria de la direccin, pierden de vista la perspectiva general, y en algunos casos han acabado asumiendo funciones de carcter operativo y se han convertido, prcticamente, en secretarios del partido. De esta manera, lejos de ayudar a formar una buena direccin, al concentrar en sus manos las funciones de sta, si bien momentneamente han contribuido, en gran medida, a solucionar los problemas de la provincia, causan, a la larga, un grave perjuicio al partido, ya que matan la iniciativa y la responsabilidad de la direccin, relegando a segundo trmino a sta e impidiendo, de hecho, que, sobre la base de la propia experiencia y necesidades surgidas en el trabajo diario, se forjen direcciones provinciales. Y se han dado casos en que los instructores han terminado pidiendo al Comit Central el envo de nuevos instructores! Urge que el Comit Central preste una atencin mucho mayor que hasta aqu a las direcciones del partido en las provincias, en especial a las ms debilitadas, ayudando a stas ms concreta e intensamente de lo que se ha hecho. Y lo mismo deben hacer los Comits Provinciales, respecto a sus provincias, con los comarcales, radios y clulas. Todava hay rganos dirigentes del partido que utilizan la circular como medio de direccin, no habiendo comprendido que si ya antes de la guerra las circulares servan de muy poco, con la guerra han cesado totalmente de servir. Para asegurar la ayuda a los Comits Provinciales es necesario organizar un buen cuadro de instructores, bien preparados, cuya misin fundamental debe consistir en ayudar polticamente a las direcciones de las provincias, orientndolas en la elaboracin y aplicacin de la poltica del partido en la provincia, pero de forma que se desarrolle el estmulo, el deseo y la responsabilidad de todos los militantes y dirigentes, y se forje una buena direccin provincial con sus propios medios. Es necesario, adems, imprimir una ligazn ms estrecha entre el Comit Central y los Provinciales. Y, asimismo, los Comits Provinciales deben establecer la relacin viva, personal, con sus rganos dependientes y con toda la base del partido, a travs de frecuentes viajes a las localidades y de los instructores precisos.

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    Por un estrecho contacto del partido con las masas Nuestro partido, en el curso de la lucha, ha adquirido un profundo arraigo entre las masas debido a su justa poltica. Merced al mejoramiento de su actividad en los sindicatos, en los que estn encuadrados la casi totalidad de los obreros; gracias a su poltica de unidad con el Partido Socialista Obrero Espaol, expresada en un nmero considerable de comits de enlace y en el trabajo comn que socialistas y comunistas realizan en todos los aspectos, y a travs de su poltica consecuente de frente popular, el partido se liga cada vez ms a las masas. Pero, aun cuando hemos conseguido progresos considerables, todava nuestro trabajo en este sentido es insuficiente, por lo que se precisa reforzar ms el trabajo de masas, que adolece de bastantes debilidades. Un ejemplo positivo de la importancia que tiene un buen trabajo de masas, por parte del partido, es el de Alicante. En esta provincia, donde exista una situacin poltica delicada, en cuanto el partido ha empezado a aplicar una poltica de frente popular, en ligazn con las masas, ha cambiado radicalmente la fisonoma poltica, y, sobre todo, la de la capital. Si descontamos a Madrid, donde existen fuertes organizaciones de Comits de Vecinos, del Socorro Rojo Internacional, Mujeres Antifascistas, etc., aunque con deficiencias en su trabajo y en las cuales resalta el elevado porcentaje de comunistas en relacin al total de afiliados, en el resto de Espaa las organizaciones de masas son, salvo contadas excepciones, bastante dbiles y arrastran una vida precaria. Hay que desterrar rpidamente la falsa comprensin y el criterio estrecho que se tiene de las organizaciones de masas, concentrando el trabajo, no slo para enrolar en stas a los comunistas, sino amplindolo en torno a despertar el inters de las grandes masas, para atraerlas y enrolarlas tambin en estas organizaciones. Es necesario vivificar los comits de enlace, as como los comits de frente popular, haciendo que respondan a su verdadero contenido poltico y porque no queden limitados a ser simples organismos de carcter burocrtico. A travs de los Comits de Enlace, Provinciales y Locales, que deben existir en todas partes, estrecharemos las relaciones de comunistas y socialistas en las fbricas, en los sindicatos, en el campo, etc., estudiando conjuntamente todos los problemas, buscando soluciones y luchando por su aplicacin. Es sobre la base del trabajo activo de los Comits de Enlace, y de todos los militantes socialistas y comunistas en comn, como avanzaremos rpida y slidamente en la creacin del partido nico del proletariado. Se debe dotar a los comits de frente popular de una mayor movilidad, haciendo que todas las masas tengan una participacin ms directa e intensa en toda su actuacin, con lo cual lograremos que los comits de frente popular sean los rganos populares que estudien todos los problemas de las masas, para darles la

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    solucin adecuada en estrecha colaboracin con los organismos oficiales correspondientes. Hay que llevar hasta el fin la aplicacin del comunicado del Bur Poltico, especialmente en la parte que concierne a la unidad de accin con la Confederacin Nacional del Trabajo, rompiendo definitivamente con el sectarismo que aun pueda quedar, discutiendo de una manera cordial con los camaradas anarquistas sobre todos los puntos de coincidencia que nos permitan marchar juntos. Hay que prestar ms atencin a los Comits de Enlace Unin General de los Trabajadores-Confederacin Nacional del Trabajo, siendo los comunistas en los sindicatos los ms tenaces defensores de la unidad de accin entre las dos grandes centrales sindicales, que posibiliten llegar a la creacin de una central sindical, esclareciendo ante todos los obreros la necesidad de que esto se realice en el plazo ms breve y de los beneficios que esta unidad ha de reportar a la causa de la guerra y la revolucin. Tenemos que intensificar el trabajo entre las mujeres, que constituyen una fuerza inmensa, en pleno desarrollo, y que tan formidable papel juega en la guerra; y para las que debemos encontrar, en cada caso, las formas concretas de organizacin ms adecuadas para asegurar su participacin efectiva en el trabajo del partido, creando secciones o grupos femeninos all donde esto permita una mayor actividad de las mujeres en el trabajo. Pero, de manera especial, quiero destacar la importancia de las masas inorganizadas, que tanto volumen tienen y tanto pesan en la situacin de dificultades de la retaguardia; porque hay que estrechar ms la relacin con todas las capas del pueblo, viviendo intensamente el espritu de las masas en la calle, en el campo, en la fbrica, en el ejrcito, etc., interpretando vivamente su sentir y sus necesidades, y orientndolas y organizndolas en las formas ms flexibles que posibiliten su rpida y eficaz movilizacin. Al mismo tiempo, con la incorporacin de todas las masas inorganizadas y de las mujeres a la lucha diaria por la aplicacin de las tareas que la guerra nos presenta, impediremos que los emboscados de la retaguardia, especulando con las necesidades del pueblo y ahondando las dificultades, desarrollen su criminal labor. Es menester prestar ms atencin al trabajo municipal, a travs del cual debemos ligarnos ms slidamente con el pueblo, mediante la solucin de los innumerables problemas que en ese orden existen. Es preciso que nuestros alcaldes y consejeros practiquen una poltica de masas, convocando a los vecinos y a los pueblos y discutiendo con ellos los problemas. Es preciso romper de una manera abierta con todos los residuos del sectarismo, que de una u otra forma, en uno u otro aspecto, existen an en el partido, enmascarados de diversas formas, y conseguir con una actividad diaria, cerca de las masas, y una poltica acertada, acentuar nuestra relacin con todo el pueblo.

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    Los mtodos de trabajo individuales son extraos al partido Ya en el Pleno del Comit Central de marzo de 1937 se plante con fuerza, especialmente por el camarada Jos Daz, la necesidad de los mtodos colectivos de trabajo, problema que hoy es ms agudo que entonces. Hemos logrado instaurar en el partido estos mtodos? Podemos afirmar que no los hemos instaurado an en la medida en que son necesarios. Es cierto que se han hecho y se hacen tentativas y esfuerzos en este sentido, pero, en la mayora de los casos, no han pasado de tales y no han logrado el xito apetecido, ya que no han cambiado todo lo preciso los viejos mtodos, las viejas tradiciones y costumbres. En general, el trabajo sigue concentrado en poqusimos hombres, y la consecuencia es que el trabajo no se desarrolla en la medida que debiera y las posibilidades que el partido tiene. Sin embargo, tenemos comits muy amplios, con amplias comisiones, pero no hemos sabido trabajar de tal suerte que todos sus miembros se sientan como tales miembros y dirigentes que cumplan en todo momento su papel, evitando la excesiva concentracin de las funciones de direccin. La falta de un trabajo colectivo arrastra consigo adems de la imposibilidad de una acertada direccin, la familiaridad, las amistades personales en los rganos de direccin, la creacin de los grupos de amigos a travs del trabajo, por la amistad y por la lucha, por mil factores muy ligados entre s. Y en estas condiciones, es raro, difcil que se produzca una crtica y una autocrtica bolchevique, ya que se antepone a la necesidad de realizar sta, para fortalecer y desarrollar el partido, el temor a que la enemistad se produzca, lo que de hecho impide la ejecucin de la crtica en el partido. Esto no quiere decir que el partido est en contra de la amistad y de las buenas relaciones personales entre todos sus militantes y entre los camaradas de direccin, sino que en el aspecto poltico, cuando se trata de discutir los problemas fundamentales del partido, hay que colocar siempre los intereses de ste, que son los de todas las masas, por encima de todas otras cuestiones. Tambin es preciso que la amistad personal no se traduzca nunca en una mengua de la autoridad poltica de aquellos camaradas que ocupan cargos responsables en las direcciones del partido. La falta de un trabajo colectivo y la familiaridad de los rganos de direccin, impiden que sta sea eficaz y trae, como consecuencia, peligros enormes, tales como el caciquismo, la burocratizacin e incluso el caudillismo, al subirse el humo a la cabeza. Hay que imponer a rajatabla en el partido el mtodo de trabajo colectivo, especialmente en los rganos dirigentes. Hay que asegurar que el trabajo de direccin se efecte de forma organizada y consciente, con perspectivas y visin de conjunto.

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    El Comit Central, el Bur Poltico, los Comits Provinciales, Comarcales, de Radio o Clula, pueden dar documento tras documento, pero slo tendrn efectividad prctica si se utilizan las formas de trabajo colectivo. Los rganos de direccin Debe establecerse en todo el partido un mtodo de direccin regular. Debe acabarse con las interpretaciones diversas que a los rganos de direccin se dan en cada provincia o por cada camarada. Es preciso comprender que los nicos rganos de direccin del partido son sus comits, todo lo amplios que sea necesario, ayudados y apoyados de los elementos precisos para conocer profundamente los problemas y organizar y dirigir todas las fuerzas que poseen. Ahora bien, no consiste el trabajo colectivo en utilizar un enorme nmero de compaeros, sino en que cada cual tenga una responsabilidad concreta y definida, sin lo cual desaparece la responsabilidad personal y colectiva de los rganos dirigentes. Sern elegidos por los comits, burs que aseguren la aplicacin de las decisiones de los comits y que, de forma regular tambin, en el transcurso de las reuniones de stos se renan, estudien y decidan sobre todos los problemas del momento. Los burs deben designar secretariados, que ejecuten al da todas las decisiones de los rganos dirigentes y preparen las reuniones regulares de los burs. Las comisiones Para que todos, absolutamente todos los problemas del pas, sean debidamente enfocados y resueltos de forma regular, y sean realizadas las tareas, los comits deben apoyarse en amplias y capaces comisiones de trabajo que les ayuden en la ejecucin de sus tareas de direccin, que permitir tambin la formacin de nuevos cuadros de direccin; comisiones que no pueden substituir a los comits, como de hecho sucede en muchos casos; que no son rganos de direccin, sino los organismos destinados a aportar, a los rganos de direccin, todos los elementos necesarios para elaborar una justa lnea en todos los aspectos, y a concretar y aplicar, a base de la lnea trazada por la direccin, los problemas y tareas del partido en cada rama de trabajo. Qu comisiones son precisas hoy? Es claro que no puede sealarse una norma igual para todas las organizaciones del partido. Asimismo, la fuerza y volumen de cada comisin depende de la situacin concreta de cada provincia, e incluso puede no ser necesaria una comisin y bastar con un responsable, segn el caso, o concentrar en una comisin las tareas, para no dispersar mucho los cuadros y no crear un aparato excesivamente pesado.

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    Por ejemplo: Hay provincias donde el trabajo en las Industrias de Guerra puede ser efectuado por la comisin sindical, a base de uno de sus miembros. O el trabajo de cuadros puede ser efectuado por la Comisin de Organizacin a travs de uno de sus miembros, etc. Pero, en lneas generales, el partido debe organizar: Comisiones Poltico-Militares que sean polticas y militares, es decir, que conozcan el ejrcito, sus cuadros, sus problemas, sus necesidades; que tengan estrecha ligazn con los frentes y con su direccin; que conozcan sus partes firmes y sus debilidades, facilitando al Comit Central todos los elementos necesarios para poder orientar y dirigir con acierto problemas tan profundos y de tanta responsabilidad, y organizando slidamente el partido en el ejrcito. Comisiones de Industrias de Guerra fuertes, capaces tcnicamente, asistidas de la colaboracin de elementos tcnicos, que conozcan y organicen a los comunistas en las fbricas y los dirijan; que estudien los problemas de la direccin y de la organizacin de la industria y que elaboren frmulas para su resolucin. Comisiones Sindicales donde se renan un fuerte ncleo de hombres capaces y conocedores de los problemas de los sindicatos y de la produccin, ligados a las masas, a las fbricas, a los sindicatos, tanto de la Unin General de Trabajadores como de la Confederacin Nacional del Trabajo; que dirijan la actividad y la poltica de los comunistas en los sindicatos; que conozcan el problema de las fbricas y, ligados a ellas, contribuyan activamente a solucionarlos; que conozcan la situacin, las condiciones de vida de los obreros y todos sus problemas. En parte alguna se precisa ms el contacto vivo con las fbricas y los sindicatos como en la Comisin Sindical. Comisiones Agrarias, tambin asistidas de tcnicos que conozcan la situacin creada en el campo, los problemas y necesidades de las masas campesinas, y que, ligados a stas, no slo organicen el partido en el campo, sino tambin a las grandes masas del campo, all donde sea preciso. Comisiones de Polica que, ligadas estrechamente a las fuerzas encargadas del orden, con una atencin tensa a los problemas de orden pblico, los estudie y busque soluciones, apoyndose especialmente en la organizacin de los comunistas y en todas las fuerzas del frente popular. Comisiones de Masas que, en relacin estrecha con los comunistas que actan en las organizaciones de masas, estudien y trabajen por la organizacin de las grandes masas y por sus problemas, as como por la organizacin y movilizacin de las masas inorganizadas. Comisiones Femeninas que estudien y aseguren la organizacin de las grandes masas femeninas y de las mujeres comunistas, permitiendo que el trabajo entre

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    las mujeres no se realice slo a travs de las organizaciones de Mujeres Antifascistas, sino por conducto del partido mismo. Comisiones Municipales que, sobre la base del estudio minucioso de los problemas municipales, en primer trmino del abastecimiento, y apoyndose en los miembros del partido y del frente popular y en las masas, aseguren una justa solucin de ellos. Comisiones de Agitacin-Propaganda, que son las encargadas de difundir y popularizar la poltica y las tareas del partido entre las masas del frente, de las fbricas y del campo, y en toda la poblacin en general, a travs de todos los medios aprovechables a este fin, as como de estudiar y conocer los problemas que la preocupan para dar una respuesta acertada. Y, en general, todas las comisiones que sean precisas para que ninguno de los grandes problemas de guerra, de industria y transporte, produccin, sindicatos, agricultura, economa, abastecimiento, organizacin de masas, propaganda, justicia, orden pblico, asistencia social, etc., queden sin estudiar y resolver. Y todas las comisiones, articuladas entre s a travs de fuertes Comisiones de Organizacin, apoyndose en los responsables que del trabajo de organizacin debe haber en cada comisin, aseguran una poltica firme de organizacin del partido en todas las ramas de trabajo, especialmente en las fundamentales. Y, asimismo, mediante comisiones de cuadros, apoyadas igualmente en los responsables del trabajo de cuadros de cada comisin, permiten conocer los cuadros del partido en todos los aspectos del trabajo y realizar una justa poltica de cuadros. Todas estas comisiones constituyen la base que los rganos de direccin de un partido Comunista como el nuestro, precisa en tan delicada situacin como vivimos. Es hoy una tarea urgente, inmediata, apremiante, comenzando por el Comit Central y continuando por los Comits Provinciales, con arreglo a sus problemas, necesidades e importancia, y llegando a los radios y a la ltima clula, tambin en este orden. Esto tambin unido a un buen sistema de control de las decisiones, que funcionen sistemticamente, y que, como dice el camarada Stalin, nos ayude como un: Reflector que permite iluminar el estado del trabajo de nuestros organismos en todo momento.. (Isif Vissarinovich Dzhugashvili, Stalin; Informe en el XVII Congreso del Partido Comunista (bolchevique) de la Unin Sovitica, 26 de enero de 1934) Con frecuencia se toman decisiones sobre diferentes problemas, sin garantizar el cumplimiento de las mismas. Hay que evitar rpidamente que esto contine, pues, como deca Lenin: Lo ms importante en la labor de organizacin, es elegir a los hombres e imponer la ejecucin de los acuerdos tomados.

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    Crtica y autocrtica a fondo Un elemento vital, indispensable para fortalecer al partido y educar polticamente a sus miembros, es la crtica y autocrtica, que peda el camarada Jos Daz en su informe. Es que se efecta la crtica y la autocrtica en el partido en la medida suficiente? No. Se ha perdido un poco el hbito en algunos camaradas, y, sin embargo, est lejos de ir todo bien. Sin la crtica y autocrtica ocurrir como en Ciudad Leal, donde conocen todos los documentos del partido, los estudian, los discuten y aprueban, pero, segn ellos confiesan, no los aplican. Es necesaria, imprescindible, la crtica y autocrtica para ayudar a corregir los errores y los defectos en el trabajo, y sobre esta base educar y desarrollar nuestros cuadros e impedir el que a algunos camaradas se les suba el humo a la cabeza. Hay que asegurar que todo el partido participe en la elaboracin de su poltica, en la discusin de sus problemas y en la eleccin de su direccin. Muchos camaradas se encuentran ahogados ante las dificultades que se les presentan en el desarrollo del trabajo. En muchos casos las experiencias, las iniciativas, las enseanzas que el contacto vivo con la base proporciona, podran ayudar a solucionar todas las dificultades.

    Reclutamiento del partido Georgi Dimitrov nos dice: Los partidos comunistas slo pueden asegurar la movilizacin de las amplias masas trabajadoras para luchar unidas contra el fascismo y la ofensiva del capital, si fortalecen sus propias filas en todos los aspectos, si despliegan su iniciativa, si llevan a cabo una poltica marxista-leninista y una tctica justa y flexible, que tenga en cuenta la situacin concreta y la distribucin de las fuerzas de clase. (Georgi Dimitrov, La clase obrera contra el fascismo: Informe en el l VII Congreso de la Komintern, 2 de agosto de 1935) La justeza de la lnea poltica de nuestro partido determina un crecimiento cada vez mayor de su influencia entre todas las capas del pueblo, lo que nos da la base para ensanchar nuestras filas y fortalecer extraordinariamente nuestro gran partido. Tenemos la mayora de miembros del partido en el Ejrcito. Esto es bueno y no se puede censurar, por el contrario. Pero eso no nos debe satisfacer. Hay que desarrollarlo ms y, en la retaguardia, es necesario intensificar nuestro trabajo en el reclutamiento, si queremos cumplir en ella las tareas que tiene el partido.

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    Hacia dnde debe orientarse el partido en el reclutamiento Es preciso ganar para el partido, a travs de la aplicacin de nuestra poltica de unidad y de frente popular, a los mejores combatientes que combaten contra el fascismo: A los campesinos trabajadores. A los intelectuales. De una manera especial, es preciso ganar, para el partido, a las mujeres que muestran su entusiasmo, su voluntad y su firme espritu, y, sobre todo, por encima de todo, el partido debe ganar a sus filas a los obreros, a miles de nuevos obreros que le refuercen, poltica y organizativamente, para poder as realizar mejor su poltica de unidad proletaria y antifascista en inters de la clase obrera, que precisa de un fuerte partido proletario revolucionario como gua en su lucha.

    La vigilancia en el partido El partido tiene que elevar la vigilancia en sus filas; el camarada Jos Daz deca ya en el Pleno del Comit Central de marzo de 1937, que haba que fijarse muy bien antes de dar ingreso en el partido. Mucho se ha hecho en este sentido. Pero, de entonces ac, el peligro es mayor. Y as nos lo ha repetido ahora. Y es preciso ser ms severos an en nuestra vigilancia; luchar sin tregua contra los trotskistas contrarrevolucionarios, contra el liberalismo conciliador con los enemigos. Es necesario revisar la composicin de los rganos dirigentes, de los aparatos del partidodeca el camarada Jos Daz. Todo esto hay que hacerlo a travs de la aplicacin de las decisiones, del cumplimiento y realizacin de las tareas, con un control severo, como tambin sealaba el camarada Jos Daz, de los dirigentes. Hoy ms que nunca, precisamos militantes firmes, fuertes, seguros, capaces de afrontar las ms difciles situaciones sin que sientan la menor vacilacin o duda.

    El problema sobre los cuadros Una preocupacin que no debe abandonar un momento el partido es el problema de los cuadros. Cuadros, que son los que deciden, segn el camarada Stalin. En virtud del ltimo Decreto del Ministerio de Defensa sobre exenciones, millares de nuestros cuadros son obliga