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Filo y Lingü í. 9 (1): 167-174, 1983. PEDRO PARAMO COMO IMAGEN 1. LA IMAGEN CENTRAL 1.1. Intuición de la imagen Contrario a lo que podría suponerse en una aproximación ingenua, la imagen central no es la del terrateniente todopoderoso: hay una realidad omnímodaque proporciona a éste su sentido, que ha condicionado su origen, su existencia, y que es también resultado, efecto de sus actitudes y de sus acciones. Esta realidad condicionante y condicio- nada prevalece porque determina el ser. Su natura- leza es producir caudillos que la perpetúen, que determinen su forma nomotética como la forma del caudillaje, su forma axiológica como la forma de la supervivencia. Una realidad tal es más que una infraestructura económica y una superestruc- tura social, va más allá de la estructura poi ítica o ideológica: es historia, cultura, orden afectivo y estético. Está conformada en el mundo de los sueños y se manifiesta como una presencia telúri- ea. Su símbolo es un comal sobre las brasas, su representación estética la imagen de una existencia infernal. Como imagen, Comala es el infierno, lúgubre y rencorosa morada de almas en penas, aunque su referente sea el México pre y post-revo- lucionario. 1.2. Caracterización de la imagen La imagen central, de un pueblo fantasma que es en realidad el infierno de todos cuantos fueron sus habitantes, está caracterizada desde un princi- pio mediante referencias directas: 1) Referencias físicas que aluden, fundamental- mente, a la naturaleza subterránea y calcinante del poblado: "Después de trastumbar los cerros, bajamos cada vez más. Habíamos dejado el aire caliente allá arriba y nos íbamos hundiendo en el puro calor sin aire. Todo parecía estar como en espera de algo. - Hace calor aquí- dije. - Sí, Y esto no es nada -me contestó el otro- Cálmese. Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del infierno" (1). Lic. Manuel Arce Arenales 2) Referencias escatológicas que aluden direc- tamente al carácter infernal del pueblo (véase la cita anterior), o que insinúan su naturaleza fantas- mal: yo preguntaba por el pueblo, que se ve tan solo, como si estuviera abandonado. Parece que mo lo habitara nadie. - No es lo que parezca. Así es. Aqu í no vive nadie. - ¿y Pedro Páramo? - Pedro Páramo murió hace muchos años" (2). "Ahora estaba aqu (, en este pueblo sin ru idos. O (a caer mis pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles. Mis pisadas huecas, repi- tiendo su sonido en el eco de las paredes teñidas por el sol del atardecer. Fui andando por la calle real en esa hora. Miré las casas vacías; las puertas desportilladas, invadidas de yerba" (3). "- ... Ia madre de usted no me avisó sino hasta ahora. - Mi madre -dije-, mi madre ya murió. - Entonces ésa fue la causa de que su voz se oyera tan débil ... ¿y cuánto hace que murió? - Hace ya siete días. - Pobre de ella. Se ha de haber sentido abandonada. Nos hicimos la promesa de morir juntas" (4). Paralela al desarrollo de la obra se va definiendo con fuerza creciente la caracterización de la imagen central. No se trata sólo de fantasmas, sino de fantasmas que penan: "- ¿Has oído alguna vez el quejido de un muerto? - me preguntó a mí. - No, doña Eduviges. - Más te vale" (5). " ... esto está lleno de ánimas; un puro vagabundear de gente que murió sin perdón y que no lo conseguirá de ningún modo ... (6). Comala es en verdad el infierno: los muertos que la pueblan jamás podrán abandonarla. Sin perdón humano ni divino, repitiendo sus pecados en la existencia de ultratumba, no pueden aspirar siquiera a que los vivos los recuerden. Los únicos que podrían rezar por ellos, pronto les harán compañía, igualmente lejos de la redención.

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Filo y Lingü í. 9 (1): 167-174, 1983.

PEDRO PARAMO COMO IMAGEN

1. LA IMAGEN CENTRAL

1.1. Intuición de la imagen

Contrario a lo que podría suponerse en unaaproximación ingenua, la imagen central no es ladel terrateniente todopoderoso: hay una realidadomnímodaque proporciona a éste su sentido, queha condicionado su origen, su existencia, y que estambién resultado, efecto de sus actitudes y de susacciones. Esta realidad condicionante y condicio-nada prevalece porque determina el ser. Su natura-leza es producir caudillos que la perpetúen, quedeterminen su forma nomotética como la formadel caudillaje, su forma axiológica como la formade la supervivencia. Una realidad tal es más queuna infraestructura económica y una superestruc-tura social, va más allá de la estructura poi ítica oideológica: es historia, cultura, orden afectivo yestético. Está conformada en el mundo de lossueños y se manifiesta como una presencia telúri-ea. Su símbolo es un comal sobre las brasas, surepresentación estética la imagen de una existenciainfernal. Como imagen, Comala es el infierno,lúgubre y rencorosa morada de almas en penas,aunque su referente sea el México pre y post-revo-lucionario.

1.2. Caracterización de la imagen

La imagen central, de un pueblo fantasma quees en realidad el infierno de todos cuantos fueronsus habitantes, está caracterizada desde un princi-pio mediante referencias directas:

1) Referencias físicas que aluden, fundamental-mente, a la naturaleza subterránea y calcinante delpoblado:

"Después de trastumbar los cerros, bajamos cada vez más.Habíamos dejado el aire caliente allá arriba y nos íbamoshundiendo en el puro calor sin aire. Todo parecía estarcomo en espera de algo.- Hace calor aquí- dije.- Sí, Y esto no es nada -me contestó el otro- Cálmese.Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala.Aquello está sobre las brasas de la tierra, en la mera bocadel infierno" (1).

Lic. Manuel Arce Arenales

2) Referencias escatológicas que aluden direc-tamente al carácter infernal del pueblo (véase lacita anterior), o que insinúan su naturaleza fantas-mal:

yo preguntaba por el pueblo, que se ve tan solo,como si estuviera abandonado. Parece que mo lo habitaranadie.- No es lo que parezca. Así es. Aqu í no vive nadie.- ¿y Pedro Páramo?- Pedro Páramo murió hace muchos años" (2).

"Ahora estaba aqu (, en este pueblo sin ru idos. O (acaer mis pisadas sobre las piedras redondas con queestaban empedradas las calles. Mis pisadas huecas, repi-tiendo su sonido en el eco de las paredes teñidas por el soldel atardecer.

Fui andando por la calle real en esa hora. Miré las casasvacías; las puertas desportilladas, invadidas de yerba" (3).

"- ... Ia madre de usted no me avisó sino hasta ahora.- Mi madre -dije-, mi madre ya murió.- Entonces ésa fue la causa de que su voz se oyera tandébil ... ¿y cuánto hace que murió?- Hace ya siete días.- Pobre de ella. Se ha de haber sentido abandonada.Nos hicimos la promesa de morir juntas" (4).

Paralela al desarrollo de la obra se va definiendocon fuerza creciente la caracterización de laimagen central. No se trata sólo de fantasmas, sinode fantasmas que penan:

"- ¿Has oído alguna vez el quejido de un muerto? - mepreguntó a mí.- No, doña Eduviges.- Más te vale" (5).

" ... esto está lleno de ánimas; un puro vagabundear degente que murió sin perdón y que no lo conseguirá deningún modo ... (6).

Comala es en verdad el infierno: los muertosque la pueblan jamás podrán abandonarla. Sinperdón humano ni divino, repitiendo sus pecadosen la existencia de ultratumba, no pueden aspirarsiquiera a que los vivos los recuerden. Los únicosque podrían rezar por ellos, pronto les haráncompañía, igualmente lejos de la redención.

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1.3. Ubicuidad de la imagen

Dos escenarios hay para el desarrollo de la obra:uno de eventos objetivos que responden principal-mente a los efectos de la praxis poi ítica, y otrode eventos subjetivos que responden a la praxisafectiva. Ambos conforman ese ámbito humanoque es Comala y ambos están conformados por él.Sólo aqu í pueden los muertos perpetuarse eterna-mente o, dicho de otra manera, sólo es en virtudde estos muertos en pena que Comala continúa vi-viendo:

" ... aunque no hab ía niños jugando, ni palomas, ni tejadosazules, senu' que el pueblo vívia. Y que si yo escuchabasolamente el silencio, era porque aún no estaba acostum-brado al silencio ... " (7).

"Me acordé de lo que me habla dicho mi m adre i-e Alláme oirás mejor. Estaré más cerca de ti. Encontrarás máscercana la voz de mis recuerdos que la de mi muerte, si esque alguna ve¿ la muerte ha tenido alguna voz» (8).

"Pensaba en ti, Susana. En las lomas verdes. Cuandovolábamos papalotes en la época del aire. Olamos alláabajo el rumor viviente del pueblo mientras estabamo,encima de él, arriba de la loma"." (9),

"- Este pueblo está lleno de ecos, Tal parece queestuvieran encerrados en el hueco de las paredes o debajode las piedras. Cuando caminas, sientes que te van pisandolos pasos. Oyes crujidos, Risas. Unas risas ya muy viejas,como cansadas de reir" (10),

Comala tiene la real idad del recuerdo: por esoes intemporal, más que eterna. No se limitan sushabitantes a continuar irremediablemente en eltránsito del tiempo, acumulando sufrimiento portoda la eternidad. Sustrato de la realidad, imagen orescoldo de todo lo vivido, el pueblo rnúico esubicuo en el tiempo, no sólo en el espacio. Laexistencia all í puede multiplicarse temporal yespacialrnente, o repetirse infinitamente sin acu-mulación de nuevas experiencias.

"- é No me oyes? - pregunté en voz baja,y su voz me respondió:- ¿Dónde estás?- Estoy aquí, en tu pueblo, Junto a tu gente, ¿No meves?- No, hijo, no te veo.Su voz parecla abarcarlo todo. Se perdía más allá de latierra- No te veo" (11)."Allá hallarás mi querencia. El lugar que yo quise. Dondelos sueños me enflaquecieron. Mi pueblo, levantado sobrela llanura. Lleno de árboles y de hojas, como una alcanc iadonde hemos guardado nuestros recuerdos. Sentirás queall i' uno quisiera vivir para la eternidad. El amanecer; lamañana; el mediodía y la noche, siempre los mismos, pNO

con la diferencia del aire. AIII, donde el aire cambia elcolor de las cosas; donde se ventila la vida como si fueraun murmullo; como si fuera un puro murmullo de lavida"." (12).

La ubicuidad de la imagen es otro de susdeterminantes infernales. No hay escapatoria posi-ble, como no sea la locura, ni posibilidad deprovocar un cambio, como no sea para aumentar lapotencia recursiva del sufrimiento. Por eso la vidase reduce a un murmullo, la belleza a un recuerdoestilizado. Más allá de la realidad, en esa especie delocura que es la fantasía de la idealización, esposible intentar la evasión. Pero la imagen satura laconciencia desde adentro, persiste ubicua e inesca-pable, condicionando el irónico dolor del exilio, lapena de no poder estar en el lugar de donde se hahuido, el sitio en donde el sufrimiento tiene suasiento y su explicación última,

1.4. Comprehensividad de la imagen

En tanto es ubicua, Comala es comprehensiva:es no sólo la realidad externa, que abarca física-mente las acciones de sus habitantes; también es elsustrato de la conciencia, la realidad interna queincluye su afectividad. Algunas de las citas anterio-res ilustran esta afirmación, en especial las evoca-ciones líricas que hace Dolores Preciado del lugarde su querencia y las de Pedro Páramo al recordarsu recuerdo de Susana San Juan. Realidad externay realidad interna son dialécticamente idénticas.Por esto la personificación de la naturaleza no esun símil- es una metáfora que se valida tantocomo la materialización de la personalidad:

"Quiso levantar su mano para aclarar la imagen; pero suspiernas la retuvieron como si fuera de piedra" (13),"El sol se fue volteando sobre las cosas y les devolvió suforma, La tierra en ruinas estaba frente a él, vacia, Elcalor caldeaba su cuerpo, Sus ojos apenas se movían:saltaban de un recuerdo a otro, desdibujando el presente,De pronto su corazón se deten ía y parccla como sitambién se detuviera el tiempo y el aire de la vida" (14),"Dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronandocomo si fuera un montón de piedras" (15),

Presente y pasado, recuerdo y actualidad, reali-dad interna y realidad externa, tierra y conciencia:la comprehensi dad de la imagen surge en virtudde su identific .ión, que se logra mediante lafunción lírica. Por otra parte, la concepciónindivisa de la imagen central exige su comprehensi-vidad, y por tanto la mostración de la identidad

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ARCE: "Pedro Páramo" COITlQ imagen

dialéctica entre el mundo de los eventos subjetivosy el de los eventos objetivos. Esta mostración sólopuede lograrse efectivamente por medio de unaaplicación lírica: la pura formulación del hecho nobastaría jamás, la función épica, por bien logradaque estuviere, IIUllCa podría partir de una visiónunitaria.

1.5. Construcción de la imagen

En La Divina Comedia, la imagen del infierno séconstruye físicamente, con una sucesión de círcu-los concéntricos alrededor de la figura de Satanás,el foco de irradiación maléfica. Pero en PedroPáramo el recurso es más sutil: una alternanciatemporal que trasciende la secuencia pasado/pre-

GRAFICO I

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sente/futuro, y una oscilación de perspectiva entrela conciencia usual del mundo vivo y una concien-cia de ultratumba.

En el tiempo, el suceso central es la muerte dePedro Páramo, que viene a ser también la muertefísica de Comala. Este momento, el acontecimien-to final de la narración, es como un punto medioque separa la secuencia de hechos en la vida delpueblo de lo que acontece en su existencia deultratumba. Esta forma de construir circularmentese ilustra mejor con un gráfico, en el cual ciertosacontecimientos claves se disponen linealmentesegún el movimiento temporal de la vigilia, dondetodo se desenvuelve de pasado a futuro. Superim-puesto a este orden de la realidad, el ordennarrativo se muestra mediante flechas circulares:

Juan Preciadonarra desde su

punto intemporalmás allá dela muerte

Muerte de Muerte de La Muerte de MuerteLucasPáramo MiguelPáramo Revolución Susana de

~ sac:7mo

Muerte de JuanDolores PreciadoPreciado llegaa

,,---,ala

MuertedeJuan Preciado

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contribuye, como se dijera antes, a la construccióncircular y concéntrica de la imagen central. Elcentro de los círculos creados por la oscilación es,por supuesto, la muerte de Juan Preciado. C..: .stesuceso en adelante no puede haber marcha atrás:se ha entrado definitivamente en el reino de lamuerte, y más aún, en los dominios de lo infernal.Otro gráfico puede ayudarnos a visual izar estaconstrucción pendular:

170 FILOLOGIA y LINGUISTICA

Por supuesto, el gráfico simplifica una situaciónmucho más compleja. Entre cualesquiera dos delos acontecimientos claves escogidos pueden en-contrarse otros muchos conectados entre s í. La redtotal sería muy complicada, quizá más de lonecesario para obtener una clara comprensión de laconstrucción empleada.

Más o menos a mitad de la obra, ocurre lamuerte de Juan Preciado. Este acontecimiento escomo un punto medio entre la percepción desde laperspectiva de la vida y la percepción desde laperspectiva de ultratumba. Al igual que el prota-gonista, el lector se interna paulatinamente en unmundo donde los muertos son los principalesparticipantes en las tribulaciones de la vida; al igualque el lector, el protagonista duda en aceptar lanaturaleza fantasmal de sus habitantes, y sólo laacepta totalmente al sobrevenir su propia muerte.Al principio impera el predominio de la vigilia, delmundo de los vivos. Con la muerte de JuanPreciado, la perspectiva de los vivos se confundecon la de los muertos. Al final, existe sólo la visiónde los muertos, que se convierte as í en la concien-cia de los vivos, pues no existe vida más allá deComala.

A lo largo de la narración, predomina el tiempopretérito: incluso cuando el protagonista relata, lohace en imperfecto o en indefinido. El presente seusa para describir el mundo de los muertos, enespecial su pasado. La muerte de Pedro Páramo secuenta en indefinido, pero su adolescencia y niñezse relatan en presente:

"- Abuela, vengo a ayudarle a desgranar maíz" (16)."- Vete, pues, a limpiar el molino" (17)."<A centenares de metros, encima de todas las nubes,más, mucho más allá de todo, estás escondida tú, Susana.Escondida en la inmensiadad de Dios, detrás de su DivinaProvidencia, donde yo no puedo alcanzarte ni verte yadonde no llegan m is palabras ~, (18).

El tiempo presente es el tiempo real porantonomasia. Cuando, digamos en un recuento deEduviges Dyada, se introduce el recuerdo, lapasada vida del poblado, ésta se presenta resoluti-vamente en presente. La realidad de Comala estáen el recuerdo, en el pasado; su vida está en unmundo más allá de la muerte (19).

Este recurso recuerda el "presente histórico"de los historiógrafos, pero su utilización en la obrava más allá de una mera vitalización de hechospretéritos: refuerza también el movimiento oscila-torio de la perspectiva de los vivos a la de losmuertos y viceversa. Asimismo, este movimiento

GAAFICO 11

EN El MUNDO DELOS MUERTDS

PERSPECTIVA DESDE ELMUNDO DE LOS VIVOS

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Por supuesto, este gráfico, al igual que elanterior, es una simplificación. Otros aconteci-mientos pudieron haberse escogido: antes de lamuerte de Juan Preciado, la oscilación es constan-te, pues la perspectiva de los hechos que tiene elprotagonista puede identificarse con la perspectivade los vivos: puede incluso decirse que coincidecon la perspectiva del lector o, mejor aún, que laconforma.

11. IMAGENES ANCllARES

1.1. Intuición

De las imágenes ancilares, tres son de importan-cia principal relativas a la construcción de laimagen central: la del terrateniente (Pedro Pára-mo), la de su hijo legítimo (Juan Preciado) y la desu esposa legal (Dolores Preciado). Otras sonimportantes también, pero no tenemos tiempo niespacio para tratarlas: Fulgor Sedano, el PadreRentería y algo que bien puede considerarse unComplejo Actancial, los revolucionarios.

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ARCE: "Pedro Páramo" como imagen

De las tres que hemos catalogado como princi-pales, no cabe duda de que la más importante es lade Pedro Páramo. De hecho, las otras puedenconsiderarse doblemente ancilares, situación quepuede ilustrarse con un gráfico:

GRAFICO 111

IMAGEN CENTRAL:COMALA

IMAGEN ANCI LARPRINCIPAL:

PEDRO PARAMO

IMAGENES ANCILARESSECUNDARIAS

Si Satanás es la figura irradiadora en el infiernode Dante, Pedro Páramo es el centre común detodos los círculos que conforman Comala. Peromás que un punto de origen, más que una fuentede energía maléfica, el terrateniente es un sumide-ro, una especie de "hueco negro" que succiona lasenergías de los demás, agotando su afectividad.Remoto y ajeno, controla sin embargo la felicidado la desdicha, el ocio y la actividad de todos sussúbditos.

Pedro Páramo es dueño de todo Comala, escierto, pero eso significa ser dueño del vacío, deuna nada infernal cuyo único signo es un fuegoabrasador que se contrapone a su hielo interior, asu afectividad poblada únicamente de recuerdos:

"- ... Allá en Comala he intentado sembrar uvas. No sedan. Sólo crecen arrayanes y naranjos; naranjos agrios yarrayanes agrios. A mí se me ha olvidado el sabor de lascosas dulces ... " (20)."- Y sin embargo, padre, dicen que las tierras de Comalason buenas. Es lástima que estén en manos de un solohombre. ¿Es Pedro Páramo aún el dueño, no?- Así es la voluntad de Dios" (21).- "La tierra en ruinas estaba frente a él, vacía. El calorcaldeaba su cuerpo. Sus ojos apenas se movían; saltabande un recuerdo a otro, desdibujando el presente" (22).

Pedro Páramo está determinado por la realidadinfernal de Comala, pero él es quien ha conforma-

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do este infierno. Su símbolo es la piedra y elpáramo, el yermo frío y estéril. Su representaciónestética, la del terrateniente todopoderoso, refierea un demonio oscuro e insubstancial, una purafuerza maligna dominante en virtud de una volun-tad fría y total que es la encarnación del podersobre la tierra.

Las imágenes de Juan y Dolores Preciadoconstituyen el vínculo con el mundo de los vivos,el punto de arranque de la narración. Conformanen gran medida la perspectiva del lector y son elpuente de la aproximación- la variante rulfiana deDante y de Virgilio.

Dolores conmina a su hijo a "reclamar lonuestro" porque no tiene presente la verdaderaComala, sino su recuerdo lírico del pueblo: laquerencia, el lugar que huele a miel derramada. Poreso quizá no puede ver a su hijo (ni a su pueblo)aunque pueda escucharlo:

"- ¿Dónde estás?- Estoy aquí, en tu pueblo. Junto a tu gente. ¿No meves?- No, hijo, no te veo.Su voz paree ía abarcarlo todo. Se perd ía más allá de latierra.- No te veo" (23).

A su manera, Juan reclama "lo suyo": susraíces, la explicación de sus orígenes. Y obtienepor fin lo único, que su padre puede ofrecerle- lamuerte y una existencia infernal en Comala, másallá de la muerte. .

El símbolo de Dolores es el dolor del exilio, queembellece todo recuerdo del terruño natal. Surealización estética es la de la mujer abandonada,que resiente y odia al hombre que la poseyó. Juannace y crece inconsciente de su origen, bajo elsigno de la indiferencia paterna y del odio de sumadre hacia su padre. Se realiza buscando susraíces, y termina su búsqueda con la muerte,símbolo tal vez de su raigambre última.

11.2. Caracterización

La caracterización de Pedro Páramo está dadadesde un principio, en forma absolutamente sinté-tica, por las palabras de Abundio Martínez:

"- ¿Conoce usted a Pedro Páramo? -le pregunté.Me Atreví a hacerlo porque vi en sus ojos una gota deconfianza.- ¿Quién es? - volví a preguntar.- Un rencor vivo - me contestó él" (24).

La única manifestación de vida en él es elrencor- el potencial de la muerte que genera el

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una especie de punto de referencia común. Suubicuidad es relativamente débil al inicio, aumentapaulatinamente hasta llegar el momento de lamuerte de Juan Preciado y se torna total de all í enadelante. Haciendo de nuevo referencia a la comoparación con Dante, podríamos decir que el decesodel protagonista marca la división entre los círcu-los externos e internos del infierno: en estosúltimos la marca de Pedro Páramo satura todo.

Como protagonista y conformador de la pers-pectiva del narratario, Juan Preciado está presenteen todas partes al menos antes de que sobrevengasu muerte. Sin embargo, al igual que su madre, esun ente determinado y nunca determinante.

En resumen, la función de Pedro Páramorespecto de la imagen central es la de centrodefinitorio, similar a la función del centro en unatelaraña: su presencia se percibe todavía remotadesde la periferia, pero se siente con toda intensi-dad cuando se llega al punto central. La función deDolores Preciado se sitúa "más acá" de la imagen,y se reduce a presentarla idealizada por la distan-cia. Su hijo también está situado "más acá" de laimagen, pero se aden tra en ella, y conforme seacerca al centro conforma la perspectiva delnarratario.

FILOLOGIA y LINGUISTICA

odio. En definitiva, un rencor por todo lo existen-te, un desprecio por lo vivo que se incluye a símismo, una manifestación que reconoce la volun-tad de poder como única potencia vital.

Este rencor genera rencor: Dolores Preciadoestá caracterizada por el resentimiento:

"Ella siempre odió a Pedro Páramo. < iDoloritas! ¿Yaordenó que me preparen el desayuno? » Y tu madre selevantcx; anu , d(;! ,"",.. a;¡c",\!r ... ~ i Doña Duioritas! )..¿Cuántas veces oyó tu madre aquel llamado? <DoñaDoloritas, esto está frío. Esto no sirve». ¿Cuántas veces?Y aunque estaba acostumbrada a pasar lo peor, sus ojoshumildes se endurecieron" (25).

La Comala de los recuerdos de Dolores, laComala idealizada del exilio, es irreal porque nosólo no incluye a Pedro Páramo sino que lo niega.Es una telaraña sin centro, una noche sin oscuri-dad. El resentimiento de Dolores deforma supercepción de la realidad, y por eso condicionadoblemente su alejamiento.

La búsqueda, en fin, caracteriza a Juan Precia-do. La búsqueda de un padre que en realidad re-presenta los orígenes. La primera oración del li-bro es la declaración de esta búsqueda:

"Vine a Comala, porque me dijeron que acá vivíami padre, un tal Pedro Páramo". (26).

La búsqueda del protagonista provoca la revela-ción de la imagen para el lector. La muerte de JuanPreciado es el fin de su búsqueda, es decir, larealización de su encuentro: su padre es su muerte,y ésta inicia la plena mostración de la imagen parael narratario.

11.3. Relación con la imagen central

La vida de todos los habitantes de Comala estádeterminada, directa o indirectamente, por PedroPáramo. De él,los demás pueden esperar un biensolamente -que les permita continuar viviendo.Pueden, en cambio, esperar cualquier tipo ynúmero de males y humillaciones, dictados princi-palmente por los intereses que el terratenientedesee satisfacer. Unicamente dos personas recibenalgo diferente: Miguel Páramo obtiene el bien de lalibertad, pero lo emplea para matarse; a SusanaSan Juan se le ofrece el bien del amor, pero ella nolo recibe porque su espíritu practica una perpetuaevasión de su realidad, que es Comala. La imagendel terrateniente es ubicua en tanto determina,directa o indirectamente, las vidas de los demás. Es

11.4 Extensión significativa a la imagen central

A diferencia de la imagen central, la imagen dePedro Páramo no es comprehensiva. Aunque siem-pre presente, está siempre por fuera, y su contactose siente por efecto de sus acciones, nunca porcomunión afectiva. Esto hace que sus relacionessean por referencia, como sucede con Juan Precia-do, o que ni siquiera llegue a ser reconocido comoparte de la realidad interior o admitido en laperspectiva del mundo externo: tal el caso deSusana San Juan. Si Comala es ineludible ysofocante, Pedro Páramo es inalcanzable y parali-zante; donde Comala representa la consumacióndel fuego, su dueño representa la petrificación delhielo. Omnímodo, el pueblo puede generar en lasm e n te s de SU5 habitantes desde el odioconcentrado de Susana San Juan hasta el recuerdoidealizante e idílico de Dolores Preciado, la antici-pación esperanzada de su hijo o una presencialírica en el recuerdo del propio Pedro Páramo. Suesencia permanecería difusa, si el señor feudal nole diera una definición clara y precisa, una definí-ción que abarca los frutos mismos de la tierra.

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ARCE: "Pedro Páramo" como imagen 173

11.5. Construcción

De todo lo anterior, :<1 construcción de lasimágenes ancilares, en especial la construcción dela principal imagen ancilar, debería haber quedadosugerida con claridad. Como se indicó antes,existen dos órdenes de círculos: en el orden de loscrculos externos se construye principalmente laimagen central, mientras que la construcción de lamás importante imagen ancilar queda consolidadaen el orden de los círculos internos. En virtud de lacomprehensividad y ubicuidad de la imagen cen-tral, sin embargo, no debe olvidarse que al cons-tr .rir la imagen de Pedro Páramo se está constru-yendo aquélla o, más exactamente, su especifica-ción esencial. Asimismo, cuando desde el inicio sepresentan los líricos recuerdos del pueblo quetiene Pedro Páramo, ligados a Susana San Juan, seestá construyendo la imagen ancilar, marcada porun absoluto aislamiento emocional. En general, losapartes que presentanla interioridad del terratenien-te son recuerdos en tiempo presente. Su afectivi-dad se muestra así divorciada del mundo real, desu coyuntura actual.

La imagen de Pedro Páramo se construyemostrando el desarrollo de su inflexible voluntad

(1) Rulfo, Juan. Pedro Páramo, Fondo de CulturaEconómica, México, décima tercera reimpresión,1975, pág.9.

(2) op. cit., pág.11.

(3) ibídem

(4) op, cit., pág.14. Hay aquí un juego de equivocosque involucra al lector: éste puede entender, comodesea entender el protagonista, que Eduviges aban-donó a Dolores al permanecer viva. Más tardecomprobará que el abandono se produjo por habermuerto Eduviges mucho antes de Ilegarle a Doloressu hora.

(5) op. cit., pág.27.

(6) idem, pág.56.

(7) idem, pág.12.

(8) ibídem

(9) idem,pág.16.

(10) idem, pág.45

(11 ) ídem, pág.60.

de poder y, paralelamente, la estatificación de sumundo afectivo, caracterizado por una actitudutilitaria hacia los demás y detenido por unafijación adolescente que determina un total aisla-miento emocional, como se indicó antes. De élnada puede fluir hacia los demás. Los otrosrecibirán, en el mejor de los casos, solo indiferen-cia.

111. Conclusión

Este trabajo es y solo puede ser, dadas laslimitaciones de espacio, una colección de linea-mientos para un estudio posterior más amplio ydetallado. Pretende haber aclarado, no obstante,los rasgos determinantes de la obra. Aspectos tanimportantes como su naturaleza lírica y la posiblefunción estructural de este lirismo, pueden esclare-cerse en otros trabajos sirviéndose de las bases aqu íproporcionadas.

A pesar de las limitaciones antes sugeridas,desde ya es posible obtener la visión predominanteen el libro, construida sobre la base de susimágenes componentes: la contemplación angustia-da de un mundo estéril, reducido y más allá de laredención.

NOTAS

(12) idem, pág.62.

(13) idem, pág.128.

(14) Ibídem.

(15) idem, pág.129.

(16) idem,pág.17.

(17) ibídem.

(18) ibídem.

(19) En relación con esto, compárese un resultadoobtenido haciendo un análisis de la misma obradesde otra perspectiva metodológica: "La mostra-ción estética de la identidad dialéctica entre indivi-duo y sociedad se da mediante la ficción de unmundo poblado por muertos. Así el pasado seperpetúa en la conciencia para conformar unpresente social y afectivo. La conciencia de JuanPreciado, su búsqueda de raíces, es la referencia almundo de los vivos, al presente sensorial. Sinembargo, esta conciencia individual carece de lapermanencia de formas pasadas que conforman esamisma conciencia y así logran existir más allá deésta". Arce Arenales, Manuel. "Sobre Pedro Pára-mo", parte 111: Análisis de Significados.

Page 8: PEDRO PARAMO Lic. Manuel Arce Arenales · 2017. 4. 23. · Fui andando por la calle real en esa hora. Miré las casas vacías; las puertas desportilladas, invadidas de yerba" (3).

174 FILOLOGIA y LINGUISTICA

(20) op. cit., pág.76.

(21) op, cit., pág.128.

(23) pág.60.

(24) pág.10.

(25) págs. 22·23.

(26) pág.7.

BIBLlOGRAFIA

1. Riffaterre, Michael. Ensayos de esttt/stica es-tructural, Seix Barral, Barcelona, 1976.

2. Spitzer, Leo. Ungü/stica e historia literaria.

Gredas, Madrid, 1955.

3. Vossler, Karl. Filosotia del lenguaje. Losada,Buenos Aires, 1957.