Pequeña Agricultura

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Wilson Chambi, Pelayo Carrillo, Yure Cconislla, Balvino Zevallos Escobar, Moisés Saucedo, Luis Romero, Gregorio Sangama, Julio Valladolid. Editor: Grimaldo Rengifo Vásquez PRATEC. Lima, sepembre, 2011.

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Wilson Chambi, Pelayo Carrillo,Yure Cconislla, Balvino Zevallos Escobar,

Moisés Saucedo, Luis Romero,Gregorio Sangama, Julio Valladolid.

Editor: Grimaldo Rengifo VásquezPRATEC. Lima, septiembre, 2011.

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Pequeña Agricultura en los Andes de Perú

PRATECProyecto Andino de Tecnologías CampesinasCalle Martín Pérez 866 Magdalena del MarLima17 - PerúApartado 11-0559 Lima PerúTelefax: 261-2825Email: [email protected]

Edición: Grimaldo RengifoPrimera edición: Lima, noviembre del 2011Diseño, diagramación, carátula: Gabriela Rengifo Faiffer

ISBN:Hecho en Depósito Legal:

Impresión: Gráfica Bellido S.R.L. Los Zafiros 244 - La Victoria Telef.: 470-2773

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Índice

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El presente ensayo es una lectura hecha por el editor de la información a partir de seis exploraciones realizadas en pequeñas unidades campesinas anidadas en comunidades campesinas e indígenas a lo largo de los Andes y en la Amazonía alta de San Martín, en el Perú. No se trata de una investigación y descripción exhaustiva del conjunto de datos descritos en los sondeos realizados por los colegas responsables de esta tarea. No nos anima el interés de demostrar científicamente hipótesis sobre el comportamiento de las familias campesinas en el mantenimiento sostenido de la biodiversidad en sus parcelas. Nos interesa mostrar algunas cifras, determinada información bibliográfica, y ciertos testimonios contenidos en los sondeos con el propósito de ensayar una aproximación cultural a la realidad actual de la pequeña agricultura campesina, que exprese su apego en la conservación de la agrobiodiversidad, y su contribución a la alimentación de las grandes ciudades del país.

Las indagaciones, bajo la forma de sondeos, han sido hechas por técnicos de seis instituciones que han acompañado durante más de 10 años a numerosas familias campesinas, a algunas de

amazónico. Wilson Chambi, de la ONG Chuyma Aru, en Puno, ha conversado con Tomás Justo Apaza (52 años), y doña Ceferina Pacoricona Arivilca (51 años), su esposa, en la comunidad de Camjata; lo mismo ha sucedido con Yure Cconislla, de la ONG Away, y don Roberto Cconislla Ochoca (77 años) y doña Teodomira Maldonado Huamán (67 años), su esposa, en la comunidad de Socos, en Ayacucho; lo propio ha hecho Pelayo Carrillo de la ONG Apu con don Paulino Hinostroza Gutierrez (55 años), y su esposa, doña Marina Valencia Ñaupa (55 años), en la comunidad de Parccora, en Ayacucho. Balvino Zevallos de la ONG Percca, ha dialogado con don Cesar Marcas Choque (48 años), y su esposa doña Eulalia Aparco Ichpas (48 años), comuneros de Peqoy, en Lircay, Huancavelica. Moisés Saucedo y William Vizconde,

lo hicieron con la familia de don José Ismael Sifuentes Sanchez (60 años), y su esposa doña Filomena Alvarado Romero (53 años), de la comunidad de Jocos, en Matara, Cajamarca; y en Lamas, San Martín, Gregorio Sangama, y Luis Romero, lo han hecho con don Andrés Sangama (48 años), y doña Teófila Cachique (43 años), indígenas de la comunidad de Alto Pucallpillo, de la etnia Quechua-Lamas. Julio Valladolid Rivera ha coordinado los sondeos realizados brindando la asesoría necesaria, mientras Jorge Ishizawa, ha corregido la versión inicial, así como la traducción al inglés de esta versión. Los sondeos locales serán parte de una publicación posterior en castellano.

A cada uno de ellos vaya nuestro agradecimiento, y en particular a la Sociedad Sueca de Protección de la Naturaleza, en la persona de Rodolfo Magne, que ha impulsado y brindado su apoyo en la realización de las exploraciones, la realización de talleres locales y nacionales, así como la publicación del presente ensayo.

Grimaldo Rengifo Vásquez.

PRATEC, Lima, setiembre 2011.

las cuales se menciona en este ensayo, en la conservación in situ de la diversidad de plantas cultivadas de origen andino y

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Este texto es una exploración de la pequeña agricultura campesina andina y alto-amazónica, enfocada en 3 temas: las características de la pequeña producción campesina; la producción de la biodiversidad, y el consumo de lo que se produce. Se describe el contexto y las características de las familias campesinas como unidades dinámicas de regeneración biocultural garantes de soberanía alimentaria entendida como:

El derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental1.

Se conoce que los Andes es uno de los centros de origen de plantas cultivadas nativas más antiguas (10, 000 años AP) e importantes en el planeta. Los campesinos siembran diversidad; conducen en una misma parcela diversos cultivos o mezclas en variadas proporciones, y de cada cultivo la variabilidad intra-específica correspondiente. Esta diversidad se encuentra en los campos de los pequeños agricultores campesinos, pero se tiene limitada información y explicación de la especificidad y las razones de su perseverancia en la conservación de los policultivos.

Este texto, preliminar por cierto, muestra las modalidades de crianza de la diversidad y variabilidad de las plantas originarias de los Andes y la Amazonía alta y sus saberes a partir de una muestra pequeña de 6 campesinos en diversas zonas del Perú que pertenecen a comunidades campesinas. Nuestro objetivo es visibilizar la importancia de la agricultura campesina en el mantenimiento de modos sostenibles de vida en el planeta, en particular la agrobiodiversidad.

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Llamamos pequeña agricultura campesina, en este texto, a unidades bioculturales de producción y consumo que conducen predios agrícolas por debajo de las 9.9 hectáreas2. En el Perú, según datos del último censo (1994), el total de unidades agropecuarias ascendía a 1’746,431. De esta cifra, el 84% del total de unidades agropecuarias conformaban la pequeña agricultura campesina, porcentaje distribuido en dos categorías representativas: la primera, constituida por parcelas de menos de 3 hectáreas o minifundios, con el 42.75%; la segunda, por la pequeña producción propiamente dicha, con parcelas que van de 3 a 9.9 hectáreas y que representan el 41.48% de este total. El 15.77% restante se distribuye entre unidades de 10 a 19.9 hectáreas, que pueden ser consideradas como pequeña producción, con 7.88% del total; parcelas de mediana producción con áreas de 20 a 49.9 hectáreas representando el 4.85%; y finalmente áreas con más de 50 hectáreas representan el 3.04%3.

Lo más probable es que la cifra de pequeños agricultores en el país se haya incrementado. Veamos a continuación el cuadro elaborado por CEPES (Centro peruano de promoción y estudios sociales). El total de UA a 2009 fue de 2’ 229, 876. De este total la pequeña propiedad (0-10 has) fue de 2’ 013, 324, lo que constituye el 90.2% del total de unidades agropecuarias en el país.

1. 1. La pequeña agricultura campesina.Características.

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Rango - Hectáreas Costa Sierra Selva Total

Rango - Hectáreas

De 1 a 5

203.081

123.649

24.778

7.253

2.907

338

697.455

514.230

77.657

39.526

22.807

14.148

216.241

79.868

62.875

50.872

15.816

76.374

854.119

182.304

109.655

76.586

30.301

976.911

De 5 a 9.9

De 10 a 19.9

De 20 a 49.9

Mayor a 50

Total 362.007 1.365.823 502.046 2.229.876

Perú: Distribución de los productores agropecuarios por región natural y tamaño del predio, 2009.

Fuente: ENAHO-2009. Elaboración: CEPES

No existe acuerdo sobre la población rural y su relación con la población nacional que a 30 de junio del año 2011 fue de 29 millones 797 mil 694 habitantes. Para el Grupo “Propuesta Ciudadana”:

De acuerdo con el INEI (Instituto Nacional de Estadísticas e Informática), la población rural en el Perú al 2007 ascendía a 6.6 millones de personas, lo que representa el 24% de la población total del país. Esta cifra estaría subestimando la importancia de la población rural en el Perú, pues, usando un criterio más ampliado de la definición de lo rural (multidimensional3), el Centro Peruano de estudios Sociales-CEPES- determinó que la población rural representa se encuentra alrededor del 40% del total4.

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Nº Región Comunidad Nombres de la pareja familiar Nº Has. No. Chacras

1 Puno Camjata Tomás Justo Apaza, y Ceferina Pacoricona 2.7 70

2 Ayacucho Parccora Paulino Hinostroza, y Marina Valencia Ñaupa 1.06 12

3 Ayacucho Socos Roberto Cconislla, y Teodomira Maldonado 5.067 23

4 Huancavelica Peqoy Cesar Marcas Choque, y Eulalia Aparco Ichpas 2.06 7

5 Cajamarca

San Martín

Jocos José Ismael Sifuentes, y Filomena Alvarado 2.3 13

6 Alto Pucallpillo

Andrés Sangama y Teó la Cachique, 3.2 5

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Es de esperar que nuevos censos demográficos realizados con pertinencia nos muestren la realidad de la pequeña agricultura de estos últimos años. Para este trabajo hemos tomado una muestra de pequeños agricultores campesinos del norte, centro, y sur andino del país, así como de la región nororiental que corresponde a la etnia Quechua-lamas de la Amazonía Alta. Las unidades de nuestra muestra son las siguientes5:

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Este ensayo se enfoca en los pequeños agricultores campesinos. Para Alberti, y desde una perspectiva sociológica, tres son las características que definen a un campesino: “i) es un hombre cuya principal actividad económica es la agrícola; ii)se encuentra en una posición subordinada con respecto a otros sectores de la sociedad; y iii) habita un área ecológica determinada, compartida con otros trabajadores agrícolas”. El mismo Alberti (ob.cit) y refiriéndose a otras definiciones propuestas señala como características del campesino: “ la percepción de su ocupación no sólo en términos económicos, sino más bien, como parte integrante de un sistema de vida; la integración y dependencia del elemento ocupacional con otros aspectos de la vida campesina; y su fuerte sentido de apego a las tradiciones y costumbres de sus antepasados y al grupo humano que habita un área ecológica determinada”6.

En efecto, y como indica Grillo, no es suficiente el criterio cuantitativo para determinar la cualidad de la unidad de producción campesina, pues elude su carácter biocultural, en el que la producción es indesligable el cultivo del cultivador, la semilla del rito y la fiesta, es decir de lo que genéricamente se llama: tradiciones y costumbres. En este sentido, y para citar el ejemplo de la papa, habría una “cultura de la papa” en la que papa y cultivador de papa devienen en una unidad primordial en el que al criar la papa el cultivador es criado también por ésta. Esbozaremos brevemente ocho atributos que hacen, a nuestro modo de ver, a su especificidad tanto cultural como biológica.

En primer lugar, la inserción, de una fracción importante de ellas, en comunidades campesinas. Se trata de unidades familiares inmersas en organizaciones colectivas de raigambre

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antigua; no son entidades autónomas y separadas de contextos asociativos. Empero la vivencia de comunidad, el sentimiento de que eres parte de una colectividad más amplia, -más allá del reconocimiento legal por el Estado- se puede generalizar al universo de las familias campesinas7.

En los Andes las familias campesinas viven en ayllu, la familia extensa que involucra tanto a humanos como a la naturaleza y a las deidades, una forma de organicidad y vivencia ancestral presente en la vida comunera actual independientemente de la existencia de una norma jurídica que la autorice. El vivir en ayllu encuentra sentido y comprensión en el mundo andino dentro de una particular cosmovisión8 del mundo que se ha venido a denominar como animista9. La comunidad campesina integra uno o más ayllus, y por su carácter colonial puede a menudo dividirse, erosionarse, o integrar más comunidades; sin embargo y a contra corriente de sus avatares en la historia, lo que se mantiene y brinda sustento y organicidad a ella es el ayllu, el núcleo organizativo basado en relaciones de parentesco. Como señala Fuenzalida: “El prestigio, basado en la envergadura de los lazos de parentesco mantenidos, y la capacidad de cada uno para movilizar la colaboración de otros jefes de familia están claramente localizados en cada ayllu, y consecuentemente con él, la capacidad de decisión”10. Flores Galindo, sobre la persistencia del ayllu señala: “El derrumbe del Estado incaico no arrastra a los ayllus, que consiguen persistir, en la lucha silenciosa y prolongada, a través de las comunidades campesinas”11.

En segundo lugar se trata de familias cuya orientación de la producción se dirige de preferencia hacia el consumo propio. La cosecha, sin esquivar otros usos, tales como proporcionar

semillas para la siembra próxima, el intercambio o trueque entre campesinos, el regalo, la transformación, y la venta, está destinada básicamente a satisfacer necesidades alimentarias de la familia.

A diferencia de la agricultura comercial, incluso de la pequeña agricultura comercial, la campesina es una actividad en que la prioridad está en “sembrar para comer” y no tanto para vender. Como ejemplo de lo indicado observemos el cuadro siguiente sobre la distribución de la producción tanto de tubérculos (papa, oca, olluco e izaño) como de maíz y sus asociados (calabazas, frejoles) que realiza la familia Sifuentes Alvarado, de la comunidad de Jocos, Matara, en Cajamarca, en los Andes del norte.

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Consumo familiar

Semilla

Trueque

80%70%60%50%40%30%20%10%0%

Encomiendas (regalo)

Venta

Elaboración de papa seca

Elaboración de harinas, chococa

70%57%

10%10%

10%

10%

10%

5%3%

3%

12%

Para tubérculos y sus asociados de la siembra grandePara maíz y sus asociados

Capítulo 1 / La pequeña agricultura campesina. Características. 14

DESTINO DE LA PRODUCCION: TUBERCULOS Y ASOCIADOS - MAIZ Y ASOCIADOS SIEMBRA GRANDE / CAMPAÑA 2010-2011 Familia Sifuentes-alvarado, de la comunidad Jocos, Matara, en Cajamarca

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Cultivo ConsumoFamiliar

Semilla Trueque Encomiendas(regalo)

Venta TotalKilos

Frejol

Maíz

Yuca

Plátano

Maní

Zapallo

Papas nativas

Algodón

TOTAL

%

250

300

300

400

50

150

40

40

1 530

46

55

50

0

0

10

0

0

30

145

4

70

60

100

100

20

100

5

0

455

14

55

40

60

100

10

80

5

0

350

11

70

50

90

100

0

20

0

520

850

25

3 330

100%

Consumo familiar

Semilla

Trueque

Encomiendas (regalo)

Venta

250%

55%

70%

55%

70%

15

Leamos ahora el ejemplo de una familia Sangama-Cachique de la Amazonía alta de Lamas, Perú. (Los datos se leen en kilos).

El gráfico muestra la distribución de la cosecha de frejol que asciende a 500 kilos y que la familia utiliza para consumo familiar, para semilla, trueque, encomiendas o regalo y para la venta.

DISTRIBUCION Y USO DE LA COSECHA DE FREJOL: 500 KILOS. Familia: Andrés Sangama y Teófila Cachique.

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MAIZ:

Consumo familiar

Semilla Trueque Regalo, hacen probar (mallichi).

Venta Elaboración de maíz pelado y Chochoqa.

Producción total

en kilos 616. Kg

equivale a 40%

154 kg

10 %

154 kg

10 %

154 Kg

10%

308 Kg

20%

Sumar los maíces. 154 Kg, 10 %

1540

HABA:

Consumo familiar

Semilla Trueque Regalo, hacer probar (mallichi)

Venta Elaboración de haba partida y harina

195 Kg

equivale al 30%

65 Kg.

10 %

65 Kg.

10 %

65 Kg.

10 %

195 Kg.

30 %

65 Kg.

10 %

650

ARVEJA:

Consumo familiar

Semilla Trueque Regalo, hacer probar (mallichi)

Venta Elaboración de arveja partida y harina

30 Kg

equivale al 30%

10 Kg.

10 %

10 Kg.

10 %

10 Kg.

10 %

30 Kg.

30 %

10 Kg.

10 %

100

CEBADA:

Consumo familiar

Semilla Trueque Regalo, hacer probar (mallichi)

Venta Elaboración de machka y morón

240 Kg

equivale al 80%

60 Kg de molienda de cebada. 20%

300

TRIGO: Consumo familiar.

Semilla Trueque Regalo, hacer probar (mallichi)

Venta Elaboración de machka y harina.

100 Kg equivale al 50 %

100 Kg equivale

al 50 %

200

AVENA:

Consumo familiar

Semilla Trueque Regalo, hacer probar (mallichi)

Venta Elaboración de Kuaquer (hojuela).

25 Kg equivale al 50%

25 Kg equivale

al 50 %

50

FORRAJES Consumo familiar

Semilla Trueque Regalo, hacer probar (mallichi)

Venta Alimentación propia del hato ganadero.500 Kg.

100 %.

500

Capítulo 1 / La pequeña agricultura campesina. Características. 16

El objetivo de una unidad familiar campesina no es la maximización de ganancias. El fin económico, disponer de dinero por la venta de productos, está subsumido a la satisfacción de las necesidades de autoconsumo, de disponer autónomamente de semillas, y de compartir las cosechas. Apreciemos el cuadro que sigue del campesino Cesar Marcas Choque, de Peqoy, Lircay, Huancavelica12.

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Consumo familiar616 kg

40%

10%10%

10%

154 kg

154 kg

10%

308 kg

154 kg

154 kg

20%

Elaboración de maíz pelado y Chochoqa

Venta

Ragalo, hacen porprobar (mallichi)

Trueque

Semilla

MAIZ.Distribución total (1 540 kg.)

30%

30%

10%

10%

10%

10%

Venta195 kg

65 kg

65 kg

195 kg

65 kg

65 kg

Elaboración de habapartida y harina

Consumo familiar

Semilla

Trueque

Regalo, hacer, probar(mallichi)

HABA.Distribución total (650 kg.)

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Esta distribución de la comida grafica de mejor manera el sentido de la soberanía alimentaria de una comunidad, y que puede ser extensivo a una región y a un país: producir alimentos para garantizar comida a sus integrantes, sin afectar los equilibrios naturales y respetando los modos y sentidos culturales que tiene el comer para la cultura que la hace posible.

En tercer lugar, el trabajo está basado en la solidaridad de la familia extensa (grupos de ayni). La principal fuente de mano de obra para la agricultura es la familia extensa constituida por parientes consanguíneos y afines. El desarrollo de este tipo de

agricultura requiere de una organización inter-familiar que está basada en relaciones de reciprocidad; una familia que no se agota en el seno de las relaciones de consanguineidad, compadrazgo, y de “juramento”, sino que se extiende al universo de lo sagrado, particularmente a las montañas que son consideradas como “padres y madres” de la comunidades, y con quienes, las familias, mantienen relaciones rituales consideradas por ellos cruciales para la producción de sus campos de cultivo.

Cada familia hace parte de un grupo de ayni o minga –grupo de ayuda mutua -, que en el quechua de Ayacucho se le llama:

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Integrantes del cuyay ayllu

Actividades que convocan al cuyay aylluBarbecho del

terreno (Qaytay)Siembra Aporque

(Tikray)Cosecha Transformación

“familia de sangre” Toda la familia (7 integrantes)

Los que viven en la casa (4 integrantes

Toda la familia (7 integrantes)

Toda la familia (7 integrantes)

Los que viven en la casa (4 integrantes)

“Familia de juramento” 3 ahijados y “hermanos” (*)

3 ahijados y “hermanos” (*)

3 ahijados y “hermanos” (*)

“otros aynis”. Comuneros que ayudan esporádicamente

5 Comuneros

“Padres madres”, deidades andinas

(**) (**) (**) (**) (**)

Capítulo 1 / La pequeña agricultura campesina. Características. 18

cuyay ayllu (familia de cariño) por la naturaleza afectiva en que se basa esta relación. Como indica una campesina aymara. “Cuando las familias se dejan querer, se cuidan unas a otras con cariño, con tranquilidad, entonces nunca falta, a manos llenas nos ayudan, todo nomás se alcanza” (Jiménez, G. 1995: 13913).

El ayni, es el núcleo irreductible que hace posible la hospitalidad humana que requiere la regeneración agrícola, un grupo convocado cada vez que se solicita, más que por relaciones monetarias –que pueden estar presentes- por vinculaciones de amistad y cariño.

Cuyay ayllu de don Paulino Hinostroza. Comunidad de Parccora, Ayacucho. Cantidad de participantes en la campaña agrícola 2010. Cultivo de papa.

(*) Los hermanos de juramento, aquellos parientes y amigos por las que se opta por cariño y de modo voluntario, participan en momentos festivos y rituales comunales. (**) Los “padres madres” sagrados, en su cosmovisión, están para protegen y ayudar en toda actividad. Para Fuenzalida (ob.cit: 79): ”La variedad de las formas en que el parentesco artificial puede ser fundado en una comunidad, es enorme. Existen hermanos e hijos de juramento; padrinos por agua de socorro, bautismo, corte de pelo, confirmación, primera comunión, matrimonio, etc.”.

Observemos también el grupo de ayni de la familia de don Roberto Cconislla y Teodomira Maldonado en Socos, Ayacucho:

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Nombres Edad Participación en trabajo de Ayni

Actividades que realiza

(% de tiempo utilizado) Agricultura Ganadería Otros

1 Alberto Quispe Lope 33 Frecuente 70 % 25 % 5% peonada2 Fidel Sulcaray Rivera 32 Frecuente 85 % 5 % 10% músico3 Emilio Taco Cconislla 81 Frecuente 80 % 20 % 4 Heraclio Quispe Ortiz 46 Frecuente 70 % 30 % 10 % peonada6 Pablo Sulcaray Rivera 43 Frecuente 60 % 10 % 5% artesanía,

25% músico7 Juan Quispe Saccsara 74 Frecuente 75 % 25 % 10 % peonada8 Víctor Quispe Simón 58 Frecuente 80 % 20 % 10 % peonada9 Víctor Jáuregui Quispe 58 Frecuente 80 % 10 % 10 % herrería

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Capítulo 1 / La pequeña agricultura campesina. Características. 20

Una cuarta especificidad es que comparten y redistribuyen bienes y servicios que producen. Este atributo regenera incesantemente el grupo de solidaridad o ayni pues en cada instante el don renueva las relaciones de afecto necesarias a la estabilidad y continuidad del grupo. Compartir cosechas es una característica cotidiana de las familias campesinas. Como indica Doña Teófila Guerra, indígena quechua-lamas, de la comunidad de Alto Pucallpillo:

Desde antes siempre nos hemos ayudado y hemos compartido lo que se cría en la chacra. Esto no debemos perder; enseñamos a nuestros hijos ese modo de vivir; y verdad pues es lindo. De esa manera compartimos de todo lo que se cría en la chacra; a veces yo no tengo ají, ya mi hermana o mi cuñada comparte con nosotros. Se comparte de todo cuando hay.

La redistribución permite también que las familias obtengan semillas que no producen o producen de modo limitado. Esta relación de interdependencia permite 3 ventajas para la conservación de la biodiversidad en los campos de cultivo:

La primera es permitir que las semillas circulen entre campos de cultivo refrescando su potencialidad genética. Las familias le llaman regalo; así hay papas regalo; frejoles regalo, etc., que las familias obtienen de otras luego de las cosechas o simplemente por el gusto de compartir. De este modo una fracción importante de la cosecha no tiene el carácter de mercancía porque no se realiza monetariamente en el mercado; la segunda es asegurar solidaridad humana suficiente para las tareas agrícolas que más lo requieren (siembra, deshierbos, y cosecha); y la tercera: incrementar la cantidad de comida disponible.

Muchas familias reciben de otras familias, en condiciones de unidades familiares no monetizadas, comida, y semillas en reciprocidad por el servicio prestado. En Lamas, los quechuas lo llaman: mallichinakun (compartir, hacer probar). A modo de ejemplo colocamos el caso de la familia Sangama-Cachique, de Lamas. Don Andrés Sangama, y doña Teófila Cachique, establecen modalidades de reciprocidad con un entorno de 3 familias, entre quienes se apoyan durante todo el año (Su cuyay ayllu). Por esta vía obtienen más de 200 kilos de 10 diversos cultivares para uso como semilla y consumo de la familia.

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Mes Familia 1 Kg Familia 2 Kg- Familia 3 Kg Total Enero Frejol Chiclayo 4 Kg Frejol Chiclayo 4 Kg Frejol Chiclayo 4 Kg 12 Kg de frejol ChiclayoFebrero Tomate 6 Kg Tomate 4 Kg Tomate 5 Kg 15 Kg de TomateMarzo Ají 1 Kg Ají 1 Kg Ají 1 Kg 3 Kg de AjíAbril Caiwa 2 Kg Caiwa 2 kg Caiwa 2 kg 6 Kg de CaiwaMayo Maíz suave fresco

Maíz duro fresco

5 kg

4 kg

Maíz suave fresco

Maíz duro fresco

5 kg

5 kg

Maíz suave fresco

Maíz duro fresco

5 kg

4 kg

15 kg de maíz suave fresco

13 kg de maíz duro frescoJunio Frejol Puspino 3 kg Puspino 3 kg Puspino 3 kg 9 kg de frejol puspinoJulio Frejol avitas 4 kg Frejol avitas 4kg Frejol avitas 4kg 12 kg de frejol avitasAgosto Papaya 10kg Papaya 10 kg Papaya 10 Kg 30 kg de papayaSetiembre Frejol 5 kg Frejol 5 kg Frejol 5 kg 15 kg de frejol variosOctubre zapallo 5 kg zapallo 5 kg zapallo 5 kg 15 kg de zapalloNoviembre plátano 10 kg plátano 10 kg plátano 10 kg 30 kg de plátanoDiciembre Yuca

Maní

10 kg

2 kg

Yuca

Maní

5 kg

2 kg

Yuca

Maní

5 kg

2 kg

20 kg de yuca

6 Kg de maníNº especies/Kg.

10 cultivares 71 Kg 65 Kg 65 Kg 201 Kg

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Productos agrícolas que recibe la familia Sangama-Cachique de otras familias con las que hace choba choba (ayni) durante un año.

Alto Pucallpillo. Lamas.

En quinto lugar son las familias campesinas las criadoras por excelencia de agrobiodiversidad. La diversidad cultivada ancestral tiene su nido en la pequeña agricultura más que en la mediana o gran agricultura que por lo general son productoras de monocultivos14. Esta biodiversidad criada tiene la peculiaridad de ser conducida en pequeñas extensiones de tierra que contienen mezclas de un mismo cultivo como de policultivos; se trata en rigor de jardines de biodiversidad cultivados intensivamente por la familia, dispersos en las laderas, cultivada con insumos y saberes propios, resguardada por las mujeres, y destinadas

de modo preferente al autoconsumo. Cada grupo étnico tiene sus propias preferencias agrícolas basadas en su particular ecología, sus costumbres agropecuarias, culinarias y sus formas de organicidad. De este modo los pequeños agricultores campesinos, aparte de proporcionar el 70% de alimentos sanos a las ciudades15, se constituyen en los guardianes actuales del patrimonio genético cultivado del país. Con esta afirmación, no se excluye la existencia de parcelas que se orientan de preferencia al mercado y que están sembradas con un solo cultivo, una simplificación que no afecta al conjunto de la diversidad criada.

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Capítulo 1 / La pequeña agricultura campesina. Características. 22

En sexto lugar, conducen un portafolio de actividades que no se agota en la agricultura. Si bien la actividad más importante es ésta, hay que considerar también a la pequeña ganadería, las artes sanas, la pesca, la recolección, el pequeño comercio, la agricultura en otras regiones, el trabajo asalariado, etc., como actividades articuladas al quehacer global del pequeño agricultor campesino.

Destacan en el altiplano, y refiriéndonos a la agricultura, los cultivos de papa, oca, olluco, izaño, maíz, quinua, habas, cebada, arveja, avena entre otros, distribuidos en parcelas de pequeña extensión y ubicadas en diferentes pisos ecológicos. A estas chacras se suman los huertos familiares en los que se cultivan hortalizas de hojas, raíces, bulbos, complementados con plantas aromáticas, condimenticias, medicinales y ornamentales, y frutales.

La ganadería en los Andes complementa la agricultura. Por lo general, conducen vacas, ovejas, llamas, y la crianza de animales menores como chanchos, gallinas, y cuyes, que viene en ciertas ocasiones a ser la “caja chica” del agricultor. La agricultura y ganadería en la selva de San Juan del Oro, es para los aymaras en los Andes, otra de sus ocupaciones. Las familias jóvenes se desplazan y viajan hacia esta zona con la finalidad de complementar los ingresos económicos y su dieta alimenticia. Allí cultivan café, frutales (naranja, mandarina, paltos, papayas, plátanos), coca, y otros en menor cantidad (papa japonesa, maíz), igualmente crían animales menores como gallinas y patos.

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23

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Capítulo 1 / La pequeña agricultura campesina. Características. 24

Las artes sanas, como tejer y bordar, son mayormente practicadas por las mujeres (jóvenes y adultas). En los Andes se aprovecha la fibra de lana de llama, alpacas, y ovejas para la confección de prendas de vestir como son chompas, medias, chalinas, chalecos, chullos, vestidos, frazadas, fajas, ponchos, mantas, awayos (mantas para llevar productos), istallas(mantas rituales), chuspas (pequeños bolsos), capachos (bolsas pequeñas para coca) y otros. Las modalidades de tejido son: a punto, telares, y pampa sayus. Los productos resultantes de estas actividades en su mayoría están destinados para uso familiar y para el mercado. En la Amazonía alta la preferencia lo es el tejido a base del algodón, la cerámica a base de arcilla; canastos y esteras a base de palmeras; productos que son destinados al consumo, y ocasionalmente al mercado.

La pesca en el Lago Titicaca como en la Amazonía, complementa la dieta alimenticia. En ambos casos es una práctica no limitada sólo a poblaciones ribereñas. En ciertas ocasiones comunidades de las laderas o las zonas altas realizan estas actividades que proveen, particularmente en la estación de verano tropical (junio a octubre), de ingentes cantidades de alimento. En la Amazonía a esta actividad se le conoce como “mijaneo” (de “mijano”: cardúmen de diversidad de peces).

La minería es una actividad que en el altiplano andino y en otras regiones, ha despertado el interés en los jóvenes. Permite ingresos monetarios, siendo, para el caso de Puno, las minas de la Rinconada, Ananea, los ríos de San Juan del oro, y Ollachea,

las más concurridas.

El pequeño negocio, y el trabajo en las ciudades son otras actividades practicadas por las familias jóvenes, siendo también extensivo en el altiplano el negocio de contrabando a pequeña escala, en especial en las ciudades de Moho, Juliaca, Puno, Huancané, San Juan del oro, Putina y otros.

En séptimo lugar hay que convenir que dada la cantidad de multiciclos que implica el policultivo y las zonas altitudinales de crianza donde se realiza la actividad agrícola, se requiere de un esfuerzo de coordinación que va más allá del núcleo familiar. Necesita de la presencia e intervención de autoridades de la chacra que ancestralmente se distinguían de las autoridades políticas de las comunidades porque su función era organizar y coordinar el acceso familiar a las zonas de crianza y el cuidado ritual de los cultivos durante el proceso productivo.

Estas autoridades elegidas por su carisma subsisten en algunas áreas mientras en otras sus funciones han sido integradas a las que ejercen las autoridades políticas de la comunidad (Agentes Municipales, o Tenientes Gobernadores). Sus funciones están asociadas a la coordinación multifamiliar para la gestión de los bienes comunales, tales como: la distribución del agua, de los pastos, y de los bosques; está también la responsabilidad en la conducción adecuada de la campaña agrícola del ayllu, y la lideranza en la siembra de las chacras. El cargo de autoridad es ritual; se encargan de conversar con el clima: las heladas, el granizo, y las lluvias; y las deidades, solicitando la protección de éstas para que la campaña agrícola no sufra desmedro.

Estas autoridades16 se responsabilizan de las celebraciones

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25

rituales y convocan, junto con las autoridades de la comunidad, a todas las familias a las ceremonias sagradas que tienen como objetivo establecer la armonía, la reciprocidad, y la solidaridad comunitarias para el cuidado de las chacras.

CELEBRACION RITUAL AYMARA

FECHA ACTIVIDAD

Ritual a la Granizada Helada y lluvia

20 de enero Se realiza el ritual para realizar el despacho a la granizada y la helada e invocar la presencia de la lluvia.

Ispallan Urupa 2 de febrero ritual de bienvenida a los nuevos productos (Ispallas)

Qallta Tinkha Enero Lo realizan las nuevas autoridades que asumen su cargo para el año.

Chicancha junio Ritual de agradecimiento por las nuevas cosechasP'uchuka Diciembre Ritual de despedida de las autoridades y

agradecimiento por la buena salud de todos los habitantes y las siembras de la campaña venidera

Ch'alla y ch'uwa de Semillas

16 de Julio Ritual para dar inicio a la siembra milli y de la siembra grande

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Capítulo 1 / La pequeña agricultura campesina. Características. 26

En Camjata tenemos las siguientes celebraciones rituales coordinadas por estas autoridades de la chacra y que articulan el desarrollo de los cultivos, el comportamiento de la naturaleza, y el diálogo con las deidades:

En octavo lugar la agricultura se realiza en el contexto de una manera suigéneris de ver y sentir el mundo. El territorio, la pacha local, para el andino-amazónico, sea en su dimensión de Cai Pacha, el mundo en que vivimos y desarrollamos nuestras actividades chacareras; sea en su dimensión de uku pacha o inframundo donde se hallan los muertos; o la de Hanan Pacha, o el mundo de las deidades estelares que guían el ciclo del pacha, es un paisaje animado en el que las entidades que la habitan tienen la cualidad de seres vivos y personas.

En la cosmovisión de los comuneros de Parccora, Ayacucho, la “Mama Yaku” (Madre agua) es sagrada. Considerada como la “vena de los cerros”, enlaza estos tres mundos: el Kay pacha, Uku pacha y Hanan pacha, confiriendo sentido cíclico a la regeneración del cosmos. No existe actividad agrícola, en que la relación entre estos tres mundos no esté presente. El rito los enlaza y recrea el ciclo.

Las montañas o cerros son los guardianes sagrados de los ayllus. Los comuneros los denominan como Apus o Achachilas, según la región étnica, y son los que protegen, amparan, y cuidan a la comunidad. Cada montaña, considerada como padre y madre de la comunidad, tiene su propio “genio”, o cualidad. Existen los que curan, los que amparan la ganadería, las chacras, y la salud en general de la comunidad17.

Ajeno a todo antropocentrismo, la equivalencia y la crianza

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27

recíproca, son características de esta relación en que tan importante es la naturaleza como las deidades y lo humano18, estableciéndose entre ellos una relación de crianza19. La chacra campesina, dispersa en las diferentes zonas ecológicas, es la expresión resumida de la regeneración y cuidado de la naturaleza, pero no una agricultura homogénea que contradiga la vocación de la naturaleza por la diversidad, sino una que “imita” la heterogeneidad natural.

Cultivo y criador, en este contexto, son una unidad; lo biológico no está separado de lo cultural; en un momento el criador cuida la semilla como si se tratara de un niño o niña; en otro momento, el cultivo es como la madre que protege al humano. De allí que se hable en los Andes de Papamama (Madre papa), de Saramama (Madre maíz), y la Pachamama (Madre tierra), con quienes los humanos se sienten emparentados y criados. Se trata de una agricultura fraterna de cuya hermandad depende el resultado de las siembras. En la Amazonía las deidades o espíritus habitan el bosque, las chacras, los ríos, lagos y manantiales; con estas entidades los indígenas mantienen relaciones de respeto.

La pacha en que vive una comunidad se halla eslabonado con las pachas amigas y vecinas estableciéndose entre ellas regiones rituales al cuidado de Apus mayores, un espacio multicuenca, dentro de los cual las familias reciprocan para regenerar la suficiencia para el buen vivir o allin kawsay. En este contexto el concepto de producción capta parcialmente lo que hacen los pequeños agricultores campesinos pues lo que se observa cuando cultivan la chacra se parece más a un acto ritual de regeneración de la vida que a una relación entre un sujeto, el productor, y un objeto: la planta.

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Hasta 1994, la población rural peruana ascendía a 7,9 millones; de este total, el campesinado representó el 78%, es decir 6,16 millones. Si la población actual del Perú supera los 29 millones, y la población rural estimada es del 40% (11 millones y medio de personas aproximadamente20), se puede comprender la enorme importancia que tiene la pequeña agricultura campesina en la vida socio-cultural y productiva actual del país. En el país pos-reforma agraria (1969) se vienen produciendo transformaciones en la tenencia de la tierra en estos últimos 15 años. Al proceso de concentración de tierras en la costa peruana hay que agregar el crecimiento del acceso a la tierra de la pequeña agricultura andina. Si a 1972 era el 11%, en 1994, se incrementa hasta el 50% del total de la superficie agropecuaria.

Según CEPES, es la pequeña agricultura la que aporta más de la mitad del total de alimentos que produce el país21, y según

Ginocchio (ob.cit), el 70 % de los alimentos que consumen las ciudades provienen de este sector productivo. Esta agricultura es intensiva en mano de obra, usa herramientas de preferencia manuales, algunas prehispánicas como el arado de pie o chaquitaclla; se realiza en condiciones de secano; la superficie regada es reducida y complementaria al régimen de secano; y acceden al 50% del área agropecuaria total22. Veamos algunas de las condiciones en que se realiza la producción.

2. La producción campesina de la biodiversidad agrícola. 2.

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ENE

TM PPM

10

Tem

pera

tura

en

ºC

9,0

9,2

9,4

9,6

9,8

8,0 0,0

50,0

100,0

150,0

200,0

250,0

300,0

8,2

8,4

8,6

8,8

FEB MAR ABR MAY JUN JUL AGO SEP OCT NOV DIC

30 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Respecto al clima, Tossi (197623) identificó 81 “Zonas de Vida Natural” en el Perú, por la diversidad vegetativa, el clima, y la topografía, lo que corresponde al 80% de las zonas ecoclimáticas del mundo (Earls, 1998: 524). Los fenómenos ecológicos, tales como las lluvias, temperatura, humedad, heladas, etc. varían drásticamente según la altitud, la inclinación de la pendiente, exposición, latitud y longitud. Desde la zona desértica de la costa, las pendientes áridas del oeste andino hasta la llanura amazónica, la diversidad topográfica da lugar a regímenes climáticos variados

2.1. La ecología andino-amazónica.que se distinguen por tener dos estaciones marcadas: un período cálido y lluvioso, y otro seco y frío. La llamada estación de verano de pocas precipitaciones y de temperaturas bajas va de abril a setiembre, y el lluvioso de octubre a marzo, con temperaturas moderadas. Con ciertas diferencias entre las regiones este es el patrón para los Andes y la Amazonía. A modo de ejemplo observemos las variaciones en el caso de Conima en el altiplano sur andino durante el año 2010.

Por lo general -salvo puntos de inversión localizados- la lluvia se correlaciona con la altura: siendo semejantes ambos factores a mayor elevación habrá más lluvia (Mayer, 1981: 1925). Con la temperatura sucede lo inverso, ésta disminuye conforme se asciende. Las temperaturas promedio de las partes altas son siempre frías, observándose variaciones estacionales. Troll denomina al clima del altiplano, pero que puede ser generalizable a otras zonas ecológicas, como de temperatura “diurna” por la manera drástica con que cambia ésta en un período de 24 horas. En el día, la fuerte insolación produce - en especial en las primeras horas- un fuerte calentamiento del suelo, en la noche el fenómeno es inverso (Troll, 196826). El clima en los Andes puede cambiar en horas y en minutos. No se vive un clima promedio sino de extremos, climas que tampoco son similares en el tiempo. Veamos las variaciones climáticas, a modo de ejemplo y por seis años, en dos lugares de los Andes: Puno en el altiplano, y Lircay en los Andes del centro.

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Prom

edio

Tem

pera

tura

anu

al e

n ºC

Prec

ipita

ción

anu

al a

cum

ulad

a

0

200

400

600

800

1000

1200

9,0

9,2

9,4

8,0

8,2

8,4

8,6

8,8

2006 2007 2008 2009 2010 2011

TA PA

31

CLIMATOGRAMA DE TEMPERATURAS Y PRECIPITACIONES ANUALES

CONIMA - AÑOS 2006 A 2011. Altiplano sur andino.

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32 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Estas características de variabilidad en el tiempo y en el espacio han contribuido y, contribuyen a acrecentar la diversidad de plantas, animales y de las comunidades humanas que habitan en los Andes. Las variaciones drásticas la conocen desde antiguo los campesinos y su presencia no les causa sorpresa, pues poseen un conjunto de saberes que les permiten “conversar” con esta diversidad climática de manera que, salvo situaciones extremas27, obtienen cosechas. Para Valladolid, si no fuera por esta capacidad de sintonización entre humanos y naturaleza, el campesino y con él la agricultura y culturas andinas hace tiempo hubieran desaparecido (Valladolid, 1994: 32228).

Esta sintonización de los pequeños agricultores campesinos entre clima y actividad agrícola se expresa en una suerte de calendarización cotidiana de sus actividades, una periodización entrelazada y marcada por el caminar cíclico (muyuy) del sol en un lapso conocido como año en castellano, wata en quechua, o mara en aymara. Cada año, mara o wata, asocia, vincula e integra una diversidad de acontecimientos climáticos, agrícolas, ganaderos, astronómicos, festivos, rituales y organizativos que se manifiestan en una secuencia de sucesos eslabonados.

PRECIPITACIÓN ACUMULADA ANUAL EN LIRCAYEsto que es extensivo para las regiones en los Andes, lo es para cada comunidad y cada sector de ella. En una ladera se encuentran varios tipos de climas, con intensidades diferentes en cuanto a la precipitación, velocidad del viento, horas luz, y temperatura. Cada chacra, por lo demás ofrece un microclima particular. No existe un clima uniforme en el universo de las parcelas, y esto se debe tanto a las variaciones del clima a lo largo del año, de los años, y en un día, pero además por la infraestructura que muchos de ellos poseen –terrazas, cercos-, así como por la vegetación y la humedad que albergan. Los cultivos se acomodan a esta particular ecología, la diversifican, y la enriquecen.

Page 33: Pequeña Agricultura

33

No es el tiempo, en rigor, lo que se divide como es usual en los calendarios, ni siquiera se puede hablar de división tajante en las secuencias del muyuy wata. Lo que se percibe y siente son acontecimientos prolongados o reducidos en que entre una secuencia y otra la sensación de salida de un acontecer y la entrada a otro es tenue, imprevista y hasta inesperada. Esto es lo que sucede cuando se pasa del usiay uku o tiempo seco ayacuchano, al paray uku o tiempo de lluvias, nunca se sabe cuándo termina un período, y en consecuencia tampoco el inicio de otro.

Lo que separa y al mismo tiempo junta a los acontecimientos son actividades agrofestivas y rituales que a la manera de nudos o eslabones sellan el fin y el inicio de los aconteceres. Las fiestas andinas, son parte de la organicidad comunal, marcan el comienzo, la etapa intermedia o final de las actividades agrícolas o diferentes crianzas. Veamos un esquema de lo indicado tomando como ejemplo el calendario agrofestivo y ritual de la papa en la comunidad de Peqoy, Lircay, Huancavelica.

Page 34: Pequeña Agricultura

Jun io Mayo Abril Marzo

Julio

Febrero Enero

Diciembre Noviembre Octubre Setiembre

Agos

to

1

2

3

4

5

6

7

Calendario Ritual Agrofestivo del cultivo de papa en siembra grande.

Watia de papa y sancochado

Cosechas tempranas

Primeras siembras de campañ a agrícola grande.

Sigue el segundo aporque (hatún hallmay)

Primer aporque Wawa qallmay

Siembra grande masiva, qaton tarpuy

Preparación de terreno (limpia y desterronado)

Chaqmay, roturado de terrenos para siembra del año venidero Cosecha grande de papa

Fructificación de ayrampu Nido de ratones numerosos Observación de astros como el sucho .

Convido de las primeras cosechas

Colocación de la mamá (deidad) en el almacén.

Fiesta de las cruces

Guardar en el almacén los primeros frutos

Ofrenda de las mejores papas a la deidad de la zona. Inflorescencia masiva del romero.

Semana Santa

Pascua de resurrección

Sopa de papa y calabaza Pachamanca y sopa de papas

Corpus cristi

Papa sancochada

Descomposición de terrones: (color cenizo, para buena cosecha)

Inflorescencia del Huaraqo (cactus)

Floración de la guinda Aullido del zorro

Selección cuidadosa de las semillas (trato con cariño)

Cuidar de la afección de roedores Conversa rla a las semillas

como si fueran personas.

Fiesta de la Virgen del Rosario

Colocar hollín y utensilios negrospara evitar el daño por heladas

Todos los santos Señor de Huayllay y ofrendade todos sus frutos.

Mondongo , carapulca y harta chicha de qora

Chuño sancochado y sopas Ofrendas de Tanta wawa (pan de trigo)

NAVIDAD DEL ÑINO

Mondongo y sancochado de yuyos

Frío templado Templado seco Templado lluvioso

Frio y helada Frío y seco Inicio de frío seco Cálido lluvioso

Frío

y

hela

da

Neva

da la

prim

era

sem

ana

de

agos

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rros

tute

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mes

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Las

papa

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chuñ

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hado

Sa

ncoc

hado

de

chuñ

o fre

sco

Desc

anso

Segundo aporque

(hatún hallmay)

Cálido lluvioso

Deshiervo cuidado de

cultivo.

Canto del zorzal (chihuaco) Sonido del río Opam

ayo

Velakuy al Apu Hualasana Orqo llam

puy (Yana orqoo)

Virgen de la Candelaria

Señor de am

o y cambio de

autoridades

Preparación del puchero

Merienda de papa

Frío

y

hela

da

Frío y seco

Cálido lluvioso

Desc

anso

34 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Calendario ritual, agrofestivo, y de comidas para el cultivo de papa y sus asociados de las siembras grandes (bajo lluvia).

Historial: 1.- Periodo climático, 2.- Meses del año, 3.- Práctica de cultivo (duración), 4.- Señas, 5.- Secretos, 6.- Rituales y fiestas, 7.- Comidas.

Page 35: Pequeña Agricultura

DISTRIBUCIÓN DE SUPERFICIE CULTUVADA (%)

2 % Papa milli

Papa17 %

8 %

4 %

1 %

2 %

6 %

Oca

Maiz

Habas-arbeja

Cebada

Avena

2 % Descanso

4 % Cultivados

35

No toda la superficie a la que accede una familia es cultivada. En los Andes hay zonas extensas de pasturas nativas, como en la Amazonía bosques secundarios que son parte de la parcela. A nivel nacional y en promedio un comunero dispone de 31.84 has. de superficie agropecuaria, pero sólo 2.37 de superficie agrícola. Los pastos naturales ocupan 16.87 has, mientras la superficie no agrícola es 12.59 has (IRP, ob.cit:13). Del total de la superficie cultivable, aproximadamente el 40% a 50% es

2.2. La distribución productiva y la dispersión de las chacras.cultivada anualmente. Vamos a poner como ejemplo el caso del campesino Apaza en Camjata, Puno, cuya disponibilidad de tierras es de 2.7 has, pero que sólo cultiva un poco más de una hectárea. Esta hectárea es la que distribuirá en 7 cultivos y sus correspondientes variedades en más de 40 micro parcelas – de las 70 que tiene- a lo largo, ancho, y alto de los pisos ecológicos o zonas de crianza de la comunidad de Camjata. Se trata de chacra-huertos pequeños de gran densidad varietal.

Page 36: Pequeña Agricultura

36 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Las micro-parcelas en las diferentes zonas de crianza pueden llegar a 70 en el caso de Camjata, Puno; más de 20 en Socos; 12 como en Parccora; 13 como en Jocos, y 5 en Alto Pucalpillo. No todas las parcelas se hallan cultivadas. Para el caso de Camjata el 60% de ellas se halla en descanso, siendo similar la situación en las otras áreas. Para el caso de Lamas, en San Martín, estas áreas en descanso se llaman “purmas” y puede llegar, junto a áreas degradadas, a comprometer un 50% del total de la superficie de la parcela.

Observar esta dispersión y tamaño reducido de las parcelas como un problema promoviendo la concentración parcelaria es desconocer el clima y la diversidad de suelos en los Andes. La ocurrencia de heladas, granizadas, y vientos no es uniforme en la

ladera andina, ni en el tiempo ni en el espacio. Son inesperadas y siguen caminos irregulares cada año; de modo que sembrar en diferentes lugares y momentos una misma especie o mezclas varietales es la mejor estrategia contra el riesgo climático. Tampoco es similar la aptitud de los suelos, ni uniforme las variedades de los cultivos; éstos últimos durante milenios han ido adaptándose a suelos diferentes como a condiciones climáticas variadas. Observemos ahora la dispersión de la biodiversidad en microparcelas en la comunidad de San Rafael, Socos, Ayacucho. Parcelas de don Roberto Cconislla y Teodomira Maldonado. Campaña 2010-2011.

Page 37: Pequeña Agricultura

37

ESQUEMA CORTE TRANSVERSAL COMUNIDAD DE SAN RAFAEL

Page 38: Pequeña Agricultura

Zonas altitudinales de crianza

Alturas (m.s.n.m) Cultivos Nativos y andinizados con mayor superficie sembrada

Ganado nativo y andinizadoMínima Máxima

Zona yunga fluvial (playa) de crianza de granos, hortalizas y tubérculos

2,300 2,600 1. Maíz + frejol + ñuña + calabaza.

2. Hortalizas: Cebolla, zanahorias, arrachas, repollos, camotes.

3. Tubérculos: papa, camotes

Vacunos, equinos,

Cuyes

Zona quechua fluvial (altura) de crianza de granos, tubérculos, pastos naturales

2,600 2,900 1. Maíz + frejol + ñuña + papa + oca+arveja

2. trigo.

3. Cebada, trigo, lenteja, arveja, linaza, Pastos nativos, nudillo, culantrillo, rocetilla, cadillo, hierba el shingo, sunchillo, malva alfalfilla, rábanos, mostazos, grama, etc. y pastos cultivados: avena, vicia (autao), alfalfa.

Ovinos, vacunos, equinos, porcinos,

cuyes, gallinas.

38 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Creemos encontrar en esta pericia de diseminar las parcelas y cultivos en la gradiente andina, la virtud y capacidad del campesino de producir año tras año, aún con cambios importantes en el clima. En 6 años y tomando como ejemplo Lircay, en Huancavelica, y Conima en Puno, existen notables variaciones del clima entre año y año; no existe un año climático semejante a otro. Concentrar la producción en un solo lugar, en

las condiciones andinas, es jugar a la posibilidad de ganarlo o perderlo todo. El campesino prefiere distribuir sus riesgos.

En las laderas andinas y alto-amazónicas, los cultivos son distribuidos por las familias campesinas según la gradiente altitudinal que los ordena en zonas de crianza. Se muestra el caso de la familia Sifuentes Alvarado, del caserío de Jocos, Matara, Cajamarca.

Page 39: Pequeña Agricultura

39

Page 40: Pequeña Agricultura

Zona de crianza

(ZC)

Nombre de chacra Altura (m.s.n.m)

Latitud Longitud Medida local Yug.

Superficie m2

Superficie Has.

Hectáreas

Z.C. de granos

(Chacras cultivadas)

1 Wayranan Esquina 3712 13º10'40.5" 74º19'33.6" 1/2 Yug. 1250 0.1252 Tranca Qata 3640 13º10'55.9" 74º19'19.2" 2 Yug. 5000 0.5003 Retama pampa 3483 13º10'32..4" 74º19'12.2" 1 Yug. 2500 0.2504 Reta Waqtan 3481 13º10'28.3" 74º19'02.6" 1/4 Yug. 625 0.0635 Calvario Ukun 3372 13º10'41.6" 74º18'44.2" 1/4 Yug. 625 0.0636 Raqraki 3362 13º11'11.2" 74º18'22.5" 1 Yug. 2500 0.2507 León Pampa 3334 13º10'47" 74º18'31.6" 1

1/2Yug.3750 0.375

8 Muyuq 3328 13º11'06" 74º18'18.3" 1/2 Yug. 1250 0.1259 Linaza 3318 13º11'12.2" 74º18'33.1" 1/2 Yug. 1250 0.125

10 Ankapa Wachanan Wayqu

3315 13º11'13.6" 74º18'21.1" 1 1/2 Yug.

3750 0.375

11 Toqyasqa 3262 13º10'53.3" 74º18'13.9" 1 1/2 Yug.

3750 0.375

12 Tucouran 3241 13º10'52.5" 74º18'44.9" 1/4 Yug. 625 0.06313 Gredamoqo 3215 13º10'45.7" 74º18'09" 1 Yug. 2500 0.250

Z.C. de tubérculos

(chacras cultivadas)

14 Mutuy Pukro 3800 13º10'53.2" 74º19'32" 1 1/4 Yug.

3125 0.313

15 Callejon 3788 13º10'51.2" 74º19'36.3" 1/4 Yug. 625 0.06316 Saywa Moqo 3756 13º10'48.3" 74º19'34.5" 1 Yug. 2500 0.25017 Suytu Pampa 3714 13º10'45.4" 74º19'32.6" 1 Yug. 2500 0.250

Sub-total

cultivadas

3.815 has.

(75%)

40 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Veamos ahora y con detalle el ejemplo de don Roberto Cconislla en la comunidad de Socos:

Page 41: Pequeña Agricultura

Z.C. de granos

(chacras en

descanso)

18 Sipukuchona 3422 13º10'34.2" 74º19'42.8" 1/4 Yug. 625 0.06319 Qatun Pampa 1 3405 13º11'11.8" 74º19'32.1" 1/4 Yug. 625 0.06320 Qatun Pampa 2 3393 13º11'10.6" 74º18'26.6" 1/4 Yug. 625 0.06321 Lluqiyoq 3254 13º10'48.7" 74º18'17.2" 1 1/4

Yug.3125 0.313

Z.C. de tubérculos

(chacras en

descanso)

22 Qello Wayta 3825 13º11'7.4" 74º19'33.7" 2 Yug. 5000 0.500

23 Hatun Corral Wayqu

3814 13º10'57" 74º19'37.9" 1 Yug. 2500 0.250

Sub-total

(chacras en descanso)

1.252 has.

(25%)

Total 5.067 has.

(100%)

41

En el altiplano peruano el rango altitudinal de dispersión y desarrollo de los cultivos, se halla entre los 3825 m.s.n.m. a 4260 m.s.n.m, particularmente en la comunidad de Camjata, distrito de Moho, en Puno. Se trata de una comunidad circunlacustre en

la que se desarrolla una de las agriculturas más altas del mundo. Los cultivos y ganado están distribuidos en 3 zonas de crianza: baja, intermedia y alta.

Page 42: Pequeña Agricultura

Zonas altitudinales de crianza

Alturas (m.s.n.m) Cultivos Nativos y/o andinizados con mayor superficie sembrada

Ganado nativo y/o andinizado Mínima Máxima

(Zona Baja)

Zona de crianza de cultivos con siembras adelantadas, y cultivos en general.

3,825 3980 Cultivos milli (adelantadas): tubérculos (papa), Granos(maíz, quinua, cebada), leguminosas(habas, arveja) y hortalizas29.

Cultivos de campaña: tuberosas (papa, oca, olluco-izaño), granos (maíz, quinua, cebada, trigo), leguminosas(habas arveja),

Ganados semi- estabulado : llama, vaca, ovinos.

Animales menores en casa: cuy, gallinas

Zona Intermedia para la crianza de cultivos

3,980 4080 Cultivos de campaña: tuberosas (papa, oca, olluco-izaño), granos (maíz, quinua, cebada, trigo), leguminosas(habas arveja)

hortalizas

Ganados semi -estabulado: llama, vaca, ovinos.

Animales menores en casa: cuy, gallinas

Zona Alta de crianza de tubérculos, granos y ganado

4070 4210 tuberosas (papa, oca, olluco-izaño), granos (quinua, cebada, trigo),

forraje (avena) y pastos andinos

Ganado a pastoreo: llama, vaca, ovinos

42 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Los maíces y sus asociados se acomodan mejor en las zonas bajas, mientras los tubérculos se ubican en las partes altas. Reiteramos cada parcela o chacra contienen asociaciones de cultivos, y entre ellos múltiples variedades.

Page 43: Pequeña Agricultura

43

A 1990, Tapia, y Mateo, consignaron 9,129 entradas (variedades) de 8 cultivos existentes en los bancos de germoplasma del Perú. Los cultivos son quínua, kañiwa, kiwicha, tarwi, papa amarga, oca, olluco, y mashua. En papa, de las 2177 especies colectadas en Chile, Bolivia y Perú, el 82% corresponden a Perú, y en cuanto a maíz, la Universidad Agraria de La Molina, colectó 1600 entradas que fueron agrupadas en 48 razas (Valladolid, 1994:34230). Estos datos proporcionan una idea de la diversidad de plantas cultivadas. No de la biodiversidad peruana en su conjunto que es más amplia en cuanto a especies y variedades. Se dice por ejemplo, que en el Perú encontramos 1701 especies de aves y 34 primates que colocan al país en el segundo lugar a nivel mundial. De otro lado, en el Perú se hablan 45 lenguas distintas distribuidas en 19 familias lingüísticas.

Esta diversidad y variabilidad biológica y cultural se halla distribuida en las numerosas y múltiples comunidades y chacras de los campesinos, casi siempre sembradas en mezclas tanto inter como intra-específicas. Veamos un ejemplo de la diversidad y variabilidad de 4 cultivos del aymara Apaza en la comunidad de Camjata, Conima, Puno.

2.3. La biodiversidad que conducen.

Page 44: Pequeña Agricultura

Nº VARIEDADES OCA

VARIEDADES OLLUCO

VARIEDAD IZAÑO

VARIEDAD

QUINUA1 Ch’ejhe apilla Janq’o ch’ejhe olluku Ch’iyar izaño Ch’amak guindo jupha2 Ch’imsi apilla Janq’o olluku Ch’iyar nayran izaño Chuche q’ello3 Ch’iyar izañ apilla Janq’o sayt’u olluku Jachawall izaño Janq’o jupha (amarantiforme)4 Chiwaqo Q’ello ch’ejhe olluku Jisk’a q’ello zapall izaño Janq’o jupha (glomerulada)5 Izañ apilla Q’ello olluku K’usill izaño Janq’o k’ana6 Jach’a janq’o qhene (cilíndrico) Rosad olluku Q’ello ch’iyar nayran izaño Jisk’a pepin jupha (glomerulada)7 Jachawall apilla Rosado ch’ejhe olluku Q’ello izaño Puya pepino (glomerulada)8 Janq’o apilla Wila ch’ejhe olluku Q’ello zapall izaño Q’ello jupha9 Janq’o qhene (cilíndrico) Wila olluku Zapall izaño Q’ello puya10 Jisk’a janq’o qhene Wila rosado olluku 09 VARIEDADES Q’ello q’ayma jupha11 Jisk’a mullu wallqa 10 VARIEDADES Qantut jupha12 K’usill apilla Rosad k’ana13 Lampaya Wila jupha (compacta)14 Luk’i qhene apilla 13 VARIEDADES15 Mistis apilla16 Muro allqa (rojo)17 Negro apilla o ch’iyar apilla18 Q’ello apilla19 Q’ello qheacha20 Q’ello qhene21 Qhene apilla22 Rosado qhene23 Waka lik’i (amarillo rosado)24 Wila lampaya

24 VARIEDADES

44 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

LISTADO DE VARIEDADES DE OCA Y SUS ASOCIADOS: OLLUCO, IZAÑO Y QUINUA. Parcela de don Tomás Justo Apaza, y Ceferina Pacoricona

Page 45: Pequeña Agricultura

Diagnostico

Situacional

Año Nº Variedades incorporadas en sus crianzaspapa oca olluco izaño maíz quinua cebada avena

Acomp. Py. In Situ 2001 15 5 4 32002 29 27 9 62003 42 32 10 72004 54 25 10 9 6 72005 84 30 10 12 12 12

Diagnóstico de la situación actual

2010 52 22 10 9 12 13 6 1

45

La diversidad agrícola en las parcelas no es fija, sino que varía cada campaña agrícola, por factores diversos: clima, mercados, apoyos externos, dedicación, etc. El caso de Don Tomas Justo Apaza, ilustra lo que señalamos. Durante los años 2001 al 2005, recibió el acompañamiento del proyecto INSITU, un proyecto nacional que, vía la ONG Chuyma Aru, dedicó sus esfuerzos a la conservación de plantas andinas cultivadas. En razón a este apoyo la familia, como se observa en el cuadro siguiente, aumentó el número de variedades para los diferentes cultivos, gracias a los

intercambios de semillas con otras regiones, recuperación de las semillas de sus lugares endémicos, como la recepción de variedades del proyecto. En esos 5 años, de 15, llegó al final del 5º año a tener 84 variedades sólo en papa, similar tendencia ocurrió en sus otros cultivos. Luego de esos 5 años el apoyo disminuyó sensiblemente, situación al que se añadió la ausencia de don Ceferino de su comunidad para migrar hacia la selva. Lo que subsiste, que no es poco, se debe a la actividad de su mujer, hijos, y del grupo de ayni.

CUADRO DEL INVENTARIO DE VARIEDADES NOMINALES CRIADAS POR CEFERINO APAZA. PERÍODO 2001-2005 (2010). CAMJATA. PUNO.

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Nombre chacra

Fecha siembra

Nombre variedades

Composición de mezcla variedades

(%)Putka 1 15 setiembre Siri waña 100Putka 2 15 setiembre Tumbay 25

Taragallo 25Tuyrus 25Bomba 25

Patacancha 16 noviembre Tumbay 10Taragallo 10Tuyrus 10Bomba 10Peruanita 10Yuraq runtus 10Yuraq sisa 07Kichkapa sillun 04Runtus 10Wairo 10Ritita Sisa 02Wnchina 07

Wiscacha 1 16 noviembre Peruanita 100Wiscacha 2 16 noviembre Ritita sisan 04

Winchina 04Wairu 12Runtus 18Kichkapa sillun 04Bomba 12Tueros 12Tara gallo 18Wira Pasña 04Yana ruryru 11

Añascha 16 noviembre Peruanita 100

47

Otro ejemplo de la diversidad criada en papa se muestra en las cosechas del campesino Hinostroza, de la comunidad de Parccora, Ayacucho.

Variedades de papa cosechada por chacra, fecha de siembra y composición porcentual de la “mezcla”. Campaña agrícola 2010-2011. Parccora

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48 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Existe la opinión entre los técnicos que conservar y cuidar diversidad está asociado a una conducta de aversión al riesgo. Campesinos pobres, es decir con limitado acceso a la tierra, y sin mayores apoyos externos, para sobrevivir no tienen otra opción que producir: “un poco de todo”. Dispersar el riesgo sembrando diversidad garantiza la sobrevivencia porque pueden cosechar siempre algún producto. La inseguridad, en un clima muy variable y un mercado inestable, se vuelve extrema de colocar todos sus esfuerzos en un solo cultivo. Como dice Kervyn:

Frente a eventos cuya probabilidad puede ser estimada (porque son recurrentes), el campesino busca establecer

mecanismos de seguro contra los riesgos. Así la diversificación de actividades o cultivos, las relaciones patrón-cliente (clientelismo), los créditos de mediano y largo plazo (como ciertos aynis), las alianzas familiares y comunales y las estrategias demográficas son todos ejemplos de seguros. Estos mecanismos (como la elección de un cierto patrón de cultivo o actividades) traducen el comportamiento del campesino frente al riesgo: él suscribe un seguro que no elimina el riesgo, pero lo controla31.

Siendo ciertas estas afirmaciones lo que sugiere las exploraciones realizadas es que existen además otros factores sociales y culturales tales como: la persistencia del grupo familiar extenso que permite el ayni o ayuda mutua oportuna, la redistribución de las cosechas, un conocimiento de detalle de los cultivos, un fino y extremado diálogo con su medio, y un comportamiento de cuidado y respeto de la naturaleza. Estos aspectos explicarían, además de los factores ecológicos y socio-económicos, la actitud campesina por preservar el patrimonio biológico andino y amazónico.

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50 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Son datos para tener una idea de los rendimientos de las chacras, y no presumen una explicación del factor o factores que inciden en esta producción: semillas mejoradas, fertilizantes inorgánicos, mano de obra especializada o asesoría técnica. Se puede decir empero que son agriculturas que hacen reducido uso de insumos y conocimientos externos, y se desempeñan con un gran sentido de autonomía. En todo caso, el uso de insumos modernos como fertilizantes y pesticidas se halla difundido en el cultivo de la papa destinada al mercado, en particular en los cultivos con riego, como se muestra en el siguiente ejemplo, pero en la mayoría de las chacras prevalece un orden agrícola ancestral:

2.4. Los rendimientos. Algunos datos.

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1 Actividad agrícola (chacra de 875 m2) Unidad de medida

Cantidad Valor / jornal

Total

1.1. Barbecho (preparación del terreno) Roturado con chaquitaclla Jornales 4.00 20.00 80.00 Desterronado Jornales 2.00 20.00 40.00 Surcado Jornales 2.00 20.00 40.00 1.2. Siembra/Abonamiento Siembra Jornales 2.00 20.00 40.00 Aplicación de abono Jornales 1.00 20.00 20.00 Control “fitosanitario” Jornales 1.00 20.00 20.00 1.3. Aporque. 1er aporque Jornales 2.00 20.00 40.00 2do aporque Jornales 2.00 20.00 40.00 1.4. Cosecha en fresco (primeriza) Escarbado Jornales 2.00 20.00 40.00 Selección Jornales 1.00 20.00 20.00 1.5. Segunda Cosecha de Michka Escarbado Jornales 0.25 20.00 5.00 Traslado Jornales 0.00 0.00 0.00 1.6 Transformación de productos cosechados Elaboración de papa seca. Jornales 0.50 20.00 10.00 1.7. Almacenamiento. Arreglo y limpia de los almacenes Jornales 0.25 20.00 5.00 Acarreo de la papa cosechada Jornales 1.00 20.00 20.00 1.8. Arreglo de la chacra Limpia (sacar piedras) Jornales 0.50 20.00 10.00 Arreglo de cercos Jornales 1.00 20.00 20.00 Arreglo y limpieza del pozo de agua para riego Jornales 1.00 20.00 20.00

2 Insumos 2.1. Semillas de:

51

COSTOS DE JORNALES, INSUMOS Y RENDIMIENTO DE PAPA (MICHKA). PEQOY, HUANCAVELICA. CESAR MARCAS.

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Papa mejorada y nativa Kg 130.00 1.00 130.00 Fertilizantes (NPK). Kg 50.00 2.00 100.00 Guano de corral Sacos 20.00 1.50 30.00 Agroquímico. Lt 1.00 60.00 60.00 790.00

3 Rendimiento Producción: Unidad de medida

Cantidad Valor / Venta

Total

Papa nueva (variedades mejoradas) Kg 600.00 1.00 600.00Papa nueva (de colores) Kg 300.00 1.50 450.00Papa seca Kg 20.00 2.50 50.00Papas dañadas Kg 50.00 0.50 25.00Totales 1,125.0Estimado en kg/ha. 12, 85

52 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Page 53: Pequeña Agricultura

Nombre de la chacra y fechas de siembra

Tipo de asociación y porcentaje

Area m2

Cosecha Total

Kg/parc.

Estimado total

kg/ha32.PAPA qolli kucho PAPA: del total de sus

parcelas cosechadas, se ha podido registrar en un inventario un número de 52 variedades de papa

200.00 382.80 19139.96kariw uyu uta pata 580.00 998.31 17212.20kariw uyu parki 200.00 382.80 19139.96Mollocot pata: 1ra parcela 500.00 963.88 19277.66Mollocot pata: 2da parcela 150.00 325.31 21687.37Mollocot pata: 3ra parcela 300.00 650.62 21687.37Titin parki: 1º parcela 1000.00 2379.96 23799.58Titin parki: 2º parcela 400.00 771.11 19277.66Titin parki: 3º parcela 300.00 619.64 20654.64Titin parki: 4º parcela 75.00 150.61 20080.90Minask'uy suyu (Conima) 900.00 1734.99 19277.66 TOTAL 11 chacras. 20.3 kg/

ha. promedio4605.00 9360.02

53

Se muestra a continuación la producción estimada de las chacras de papa de Ceferino Apaza en Camjata.

CHACRAS DE PAPA. CEFERINO APAZA. CAMJATA. CONIMA, UNO.

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54 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Para el caso de las chacras de la Amazonía alta esta diversidad se incrementa enormemente. Las chacras tienen una importante variabilidad específica y diversidad inter-específica. Este es el caso de la denominada “chacra grande”, una parcela de 11,000 metros cuadrados, de la familia Sangama Cachique, en Alto

Pucallpillo. En ésta la diversidad varía en el tiempo según la campaña sea de “frejol” o de “maíz”. El nombre de la chacra tiene la del cultivo predominante, sin que sea el único cultivo.

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56 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

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58 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

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60 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

Los cuadros son útiles además para entender que la cosecha en los Andes y en la Amazonía no es sólo del producto seco, cuando este ha llegado a su período de maduración final, sino que se va cosechando de a pocos, lo que se llama: “en verde”, una cosecha que ni el propio productor puede llevar a valores cuantitativos porque sucede su recolección conforme sus necesidades alimenticias lo requieren. Por otro lado y dado la diversidad de

RENDIMIENTO DE LAS CHACRAS DE LAS SIEMBRAS GRANDES (BAJO LLUVIA). JOCOS, MATARA.

ciclos productivos existen también diversidad en tiempos de cosecha, de modo que las chacras siempre están produciendo, sea cultivos, frutas, y/o verduras. Extraer a partir de un cultivo la producción de una parcela encubre la producción total de los pequeños agricultores. Veamos el caso ahora de Jocos, en Cajamarca.

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Nombre de la chacra y fechas de siembra

Asociación de cultivos

(%)

Variedad cultivada

Cosecha en fresco Cosecha en seco Total producción

Kg.Fechas Cosechados ( Kg.)

Fechas Cosechados ( Kg.)

TOQYASQA Fecha de siembra: 2da. Semana de julio Área cultivada: 250 m2.

Maíz 70% Común sara

A partir de candelaria

(febrero)

30 Marzo 12 42

Arveja 15%

Blanco 36 36

Haba 10% Común 30 30Calabaza 3%

Verde 3 3Blanco 4 4

Jawika 2% Chiqchi 8 8MUYOQ

Fecha de siembra: 3ra. Semana de julio Área cultivada: 200 m2

Papa Canchan A partir de diciembre

36 Febrero 12 48

62 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

La agricultura campesina se realiza principalmente en condiciones de secano, pero también de riego en pequeñísimas parcelas, permitiendo tener dos ciclos agrícolas: una pequeña y otra llamada: siembra “grande” que depende del ciclo de precipitaciones. A las primeras les llaman “siembra milli” o “siembras michkas”, dependiendo de la región, y es usual que las variedades cultivadas tengan un ciclo productivo corto, estando las chacras en lugares protegidos de las heladas. Las siembras principales (hatun tarpuy) se inician cuando comienza la temporada de lluvia. Esta última tiene a su vez tiene 3 momentos de siembra: temprana (ñaupa tarpuy); intermedia (chaupi tarpuy) y tardía (qepa tarpuy), y es dependiente de las lluvias.

PRODUCCIÓN CON SIEMBRA DE MICHKA. CHACRA DE DON ROBERTO CCONISLLA. SOCOS. CAMPAÑA 2010-2011.

Veamos el caso de la producción de chacras en la siembra michka o adelantada que realiza don Roberto Cconislla, y doña Teodomira Maldonado Socos, Ayacucho. Los cultivos de michka (siembra muy temprana) se sembró en dos parcelas que disponían de agua. En la chacra “Toyasqa” se ha cultivado maíz y sus asociados, obteniendo una producción aproximado de maíz (42 Kg.), arveja (36 Kg.), haba (30 Kg.), calabaza (7 unid.), a la vez de estas chacras extraen plantas silvestres como el yuyo, atajo que utilizan en la alimentación familiar, así como pasto para los animales. Toda la producción es consumida por la familia. La producción total de estas chacras no se visibilizan en los censos cuyo privilegio es por el cultivo principal.

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Apreciemos también la producción del conjunto de las chacras de don Cesar Marcas, en Lircay.

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64 Capítulo 2 / La producción campesina de la biodiversidad agrícola.

• Es difícil sostener que el porcentaje de alimentos que llegan a las ciudades se deba a las altas productividades que obtienen los pequeños campesinos andinos y alto amazónicos. La muestra sólo proporciona datos referenciales y no presume de modo alguno mostrar información del que se pueda generalizar. Cualquier comparación con productividades promedio lograda por agriculturas comerciales e incluso con otras unidades campesinas son ejercicios puramente estadísticos. En algunos casos los datos muestran información sobre rendimientos que comparando con informaciones estadísticas oficiales son superiores a los promedios nacionales, mientras en otras marcadamente inferiores.

Lo que expone la información es que los promedios que usualmente se revelan esconden diferencias, y en una agricultura de detalle, muy diversa y de extremos productivos, lo que resulta atractivo es justamente mostrar los pormenores. No es lo mismo riego que secano, un año de otro, la producción de una ladera respecto de otra, etc. Cada parcela y cada año agrícola es sui géneris.

• Lo que parece ser un común denominador en las parcelas o chacras33 es la siembra diversa. Lo que es explicable por la heterogeneidad de suelos, microclimas, diversidad de semillas, y lo que se ha venido a llamar

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“aversión al riesgo”, pero también por cuestiones culinarias, medicinales, y culturales. En un contexto así es extremadamente complicado para un campesino realizar ejercicios de homogenización de las condiciones de producción. Homogenizar es artificializar, y esto requiere dosis importantes de insumos externos, en particular semillas y agroquímicos, que no siempre las familias están dispuestas a realizar, salvo en pequeñas parcelas dedicadas a cultivos comerciales. Las familias valoran su autonomía (no depender del mercado, ni depender del dinero) y el carácter “orgánico” de su cosecha. Esta agricultura depende del clima y de la solidaridad de grupo, que de incentivos externos. El apoyo oficial del Estado al campesinado históricamente es extremadamente débil como para ser confiable, y el mercado es tan cambiante y volátil que mejor “jugar” que depender de él. La mejor estrategia, en este sentido, es sembrar diversidad.

• Así como es generalizable decir que el destino preferente de lo que produce es para el consumo familiar propio, es generalizable convenir que producen también para vender. Probablemente esté aquí una de las explicaciones para apreciar la producción de la pequeña agricultura campesina en las ciudades en el porcentaje significativo que se alude, aunque su contribución al PBI sea no más del 5%34. No se debería tanto a los volúmenes de producción que cada uno destina al mercado, sino al aporte global de las pequeñas fracciones que los más de seis millones de campesinos colocan en la cadena de intermediación del comercio agrícola nacional. Cada

kilo aportado por una familia puede ser poco pero si los que aportan son más de seis millones el volumen resulta significativo.

• Este comercio menudo pero revelador es de una variedad extrema. Los mercados populares de las ciudades, cualquiera fuese su tamaño reflejan la diversidad de productos que se comercia. En el mercado popular se pueden encontrar desde unidades de ciertas cosechas hasta cientos de kilos de determinados productos de mayor demanda, y no sólo productos frescos, sino secos, y procesados, y esto sólo para la producción agrícola. Otro tanto es de la producción pecuaria, artesanal, pesquera, de plantas medicinales, y otras que se recolectan en la naturaleza y que hacen de nuestros mercados verdaderas ferias de la biodiversidad.

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3. ¿Cómo es posible que la pequeña agricultura campesina considerada tecnológicamente atrasada, que depende para producir en medida importante de las lluvias, que realiza su producción en laderas secas y en un contexto de cambio climático, que siendo más el 84% del total de unidades agropecuarias y accediendo al 50% del área predial total, que no recibe incentivos menos subsidio alguno del estado35, que sus integrantes viven en condiciones de pobreza36, sea capaz no solo de producir su propia comida, sino de brindar una cuantía importante de alimentos para el país, alimentos además diversos y sanos?.

La información mostrada, aunque puntual, proporciona una idea de la cuantía de la producción de las familias campesinas. Son millones de kilos de alimentos que van hacia los hogares urbanos, y esto sólo es posible, a nuestro modo de ver, si para quienes están en ésta, la agricultura les resulta un modo de vida y no una manera de ganarse la vida. Un buen ejemplo de lo que es “modo de vida” para un campesino andino lo enuncia don Cesar Marcas, de Peqoy:

3. La vigencia de la pequeña agricultura.

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68 Capítulo 3 / La vigencia de la pequeña agricultura.

Yo, desde niño me he criado en la chacra, aquí he nacido y aquí he visto que mi mamá ha fallecido. Para mí hacer chacra y sembrar mis cultivos es lo que más me gusta. Todo este pedregal ya lo he convertido en chacras de cultivo, no debemos tenerle miedo a las rocas. La cosa es conocer la maña de las piedras. Si eso conoces, solito las piedras se desmoronan, hasta pareciera que no pesan cuando las levantamos. Pero eso sí, no debemos olvidar siempre pedirle permiso a nuestra Madre Tierra, para que todo nuestro trabajo nos vaya bien, desde el arreglo de la chacra, preparación, aporque, hasta terminar la cosecha.

Si fuese para todos, asunto de negocio, en el que priman los factores de eficiencia y rentabilidad, lo más probable sería el abandono masivo de la chacra, su venta, y la erosión de la biodiversidad por la apuesta de los pocos que se quedarían por negocios competitivos, o su transformación en campamentos mineros.

Hay que advertir que los datos censales sobre producción y productividad no coinciden necesariamente con lo que se observa en los mercados, y esto también porque la información censal usualmente revela la parte de la producción que se orienta al mercado, la fracción que el encuestador o el campesino consideran valorable37, y no el total de la producción. De este modo el censo invisibiliza una fragmento importante de lo producido mostrando información de la producción y productividad de la pequeña agricultura por lo general devaluada.

Aún así, Grillo afirmaba –con esos mismos datos censales- que la producción campesina es, en promedio, cinco veces más

productiva que la empresarial38 (dos veces más productivo en la costa, nueve veces más en la sierra y dos veces más en la selva que las unidades agropecuarias medianas y grandes (Grillo, 1990:2539), lo que explica en medida importante su aporte a la producción y abastecimiento de alimentos a las ciudades.

Los datos censales explican su “eficiencia”, con pocos recursos son capaces de hacer mucho, pero no alcanzan del todo a explicar su persistencia cultural y su aporte a la producción de comida. Somos, casi 30 millones de habitantes que, en el Perú, vivimos en las ciudades; si la población rural del país es 40%, quiere decir que 12 millones de habitantes están proporcionando casi dos tercios de los alimentos que consumen las ciudades, y de ellos los de mayor significación son los pequeños agricultores campesinos cuyos rasgos hemos descrito en la primera parte de este ensayo. Con la información del censo de 1974 se advertía ya su contribución; lo que resulta de interés es observar que la tendencia se mantiene hasta la actualidad sin que haya obrado en ella lo que podría calificarse como una “revolución tecnológica”. A título de propuesta consideramos que en la base de tal contribución, se hallan 3 aspectos: la renovada vida en comunidad; un conocimiento minucioso y holístico de la agricultura; y una conducta de cariño y respeto de la naturaleza.

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Es tanto un elemento cuantitativo como cualitativo. No es lo mismo –en una agricultura intensiva en mano de obra- ejecutar una tarea que demande al esfuerzo de una persona durante 4 días trabajando ella sola que el esfuerzo mancomunado de 4 personas ejecutando las tareas al unísono en un mismo día. Cuatro, en este caso, no es la suma del esfuerzo físico de cuatro personas, es más que aritmética, es una geometría laboral, que da lugar a lo que don Roberto llama: “avance alegre del trabajo”. Del esfuerzo colectivo, don Roberto Cconislla, de la comunidad de Socos, Ayacucho, dice:

Solamente trabajando entre varios y ayudándonos en ayni, y minka avanzamos los trabajos, con alegría, entre broma y broma nos damos ánimo, pero si trabajas solo, hay desaliento, te agotas fácil y te gana la chacra.

En este tipo de agricultura existen no sólo insumos, mano de obra, y herramientas útiles para producir, sino la vivencia comunitaria en la realización de actividades. El grupo de ayni o minka, recrea en cada momento de la regeneración agrícola los lazos de afecto del grupo, el sentirse parte de una colectividad que tiene tanto de humana, como natural y sagrada. No sólo es el factor competencia o más bien emulación física a la que siempre se alude y que de verdad existe cuando se trata de trabajos en grupo. Por ejemplo en Socos, Ayacucho –pero también en Cusco- existe un Capitán y un Collana, autoridades de la chacra que se nombran al inicio de las faenas, y son quienes van a demostrar al grupo el esfuerzo físico y la diligencia que requiere la tarea. Conducen y estimulan en los demás integrantes a acompañarles

3.1. La vivencia comunitaria.

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70 Capítulo 3 / La vigencia de la pequeña agricultura.

colocando al igual que ellos, similar esfuerzo, paciencia, rapidez, y cuidado en la realización adecuada de la actividad, a “hacer bien y con cariño” la faena. Estas autoridades no son, por lo general, los dueños de la chacra, sino miembros del cuyay ayllu reconocidos por el grupo por realizar con esfuerzo, cariño, prontitud y alegría, la actividad. Esto es particularmente notorio en los Andes en las actividades del barbecho o roturación de los suelos. Pero no es sólo eso, reiteramos.

Es también la alegría, la emoción de compartir tareas, comida, música, bebidas; el cariño a la Pachamama; el afecto familiar; y el placer de la tarea cumplida. Las actividades chacareras tienen tanto de labor como de fiesta y de rito. El ritual enhebra las relaciones entre deidades, naturaleza y comunidad humana, y confiere un sentido sagrado a la actividad; mientras la fiesta es celebración, convite, y desborde de la emoción, en particular cuando el grupo de ayni o minga ha concluido de modo satisfactorio sus responsabilidades. De las mingas dice el campesino cajamarquino Ismael Sifuentes Sánchez:

Los integrantes del grupo de minga (cuyay ayllu) trabajamos todos los días sábados de cada semana, así vamos rotándonos con todos los compañeros. Estos días lo utilizamos para criar o hacer chacra nueva, allí donde nos dicen algunos ingenieros y técnicos que esos suelos ya no valen para nada, allí nosotros con el grupo hacemos chacra y sembramos nuestras siembritas. Allí trabajamos sacando lajas duras y grandes, lo llamamos varonas, a veces nos hacen padecer para sacarlos; se tiene que conversar con las lajas, se les trata como a una persona conversando de igual a igual; hay que buscarle

la nuca o la oreja, ese el secreto para sacar las lajas, a las más grandes los llamamos varonas y nos alegramos todos cuando salen las lajas varonas y nos ponemos a “calealo” (chacchar hojas de coca con cal) de alegría. También con el grupo de minga hacemos las minguitas de apoyo que puede ser cualquier día de la semana, nos ayudamos los unos a los otros a cambio de nuestro trabajo y no por dinero, nosotros lo llamamos por “lo tratal”. En el grupo de minga participamos los jefes de familia, pero al compañero que nos toca ayudarle allí si participa con toda su familia ya sea en el trabajo, y las mujercitas en la cocina, porque todo es trabajo.

Dos momentos son claves en la agricultura campesina: la preparación de los suelos, y las cosechas, aunque la vivencia de comunidad, hay que decirlo, es cotidiana y se extiende a todos los ámbitos de la vida familiar. El Lircay le llaman a la fiesta de preparación de tierras: yupanakuy, un encuentro de encariñamiento de los ayllus a propósito de la ejecución de las tareas de barbecho de los terrenos comunales. La dureza con la que se observa el esfuerzo que realiza el agricultor no resulta para ellos y ellas sino labores de rutina, pues no sólo es la emoción puesta en la tarea sino el conocimiento que se tiene de la naturaleza con la que se está en continuo diálogo.

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No hay agricultura más diversa que la andino-amazónica40; diversa en el espacio y en el tiempo. No existe un tramo de suelo semejante a otro; hay una variación extrema que implica formas de preparación y labranza del suelo sui géneris y adaptadas a cada tramo. Es una ladera pueden haber decenas de formas que adquiere el suelo luego de ser labrado, es casi como tallar la ladera para adaptar cada grabado a la textura, color, estructura, humedad, y fisiografía que adoptan los suelos.

El pequeño agricultor campesino conoce sus chacras con minuciosidad y sabe el tipo de labranza que le corresponde según sus características, y las observaciones del clima, así como el tipo de cultivo que albergará. Obtener cosechas en 40 o 20 chacras exige no sólo una coordinación de tareas sino un conocimiento de detalle de cada tramo de ellas que sólo es posible por la dedicación colocada, el saber heredado, el conocimiento compartido, y el diálogo con la naturaleza.

Debido a esa gran diversidad de climas que varían de año en año, la agricultura necesita un “olfato” más preciso para instalar un determinado cultivo en cada chacra y cada zona. Se requiere por un lado conversar a cada momento con la naturaleza para tener el saber lo más preciso posible que posibilite ejecutar una actividad con éxito y de otro, poseer una diversidad de cultivos que puedan acomodarse a esta variabilidad. Este diálogo con la naturaleza se conoce en la literatura agronómica como observación de los indicadores naturales o señas, principalmente del clima y del suelo. Esto pueden ser: plantas, animales, astros, meteoros, etc.).

3.2. El conocimiento de detalle.

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El campesino conoce cada una de sus variedades de plantas y sabe cómo mezclarlas y donde colocarlas, el agricultor se dirige a la planta y no a la plantación. Para ello requiere de saberes transmitidos de generación en generación y por modalidades que hacen que en las comunidades se tenga una propia cultura educativa.

Vamos a referirnos a un aspecto de agricultura de detalle que hace posible una visión del paisaje andino como una filigrana

multicolora: la del diálogo que mantienen con la naturaleza a propósito de las prácticas de cultivo, lo que se llama: observación de señas o indicadores. Esta situación varía de cultivo a cultivo. Se menciona en este cuadro lo referente a la papa, y en el caso de San Martín, al frejol. El cuadro que sigue da cuenta de una fracción de esta riqueza sapiencial.

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La observación de los indicadores de la naturaleza, sea astros, fenómenos meteorológicos, animales, plantas, le “dice” algo para el campesino. El campesino siempre está en continuo diálogo. No existe actividad en que su realización no tome en cuenta las señas de su ambiente. No es suficiente una, se observa las manifestaciones día a día y lo que hace pende del diálogo que le dicen todas ellas, lo que hace deriva de una “trama lingüística” holística con los sonidos y sentires y de la naturaleza. Esta cultura educativa tiene cuatro características:

a. El agrocentrismo. La identificación y enseñanza de la variabilidad de los cultivos, de sus saberes y secretos, de las plantas medicinales; de las artes sanas, de la lengua, de los astros, de las deidades, de las aguas, etc. tiene como su eje la agricultura. En las culturas andinas la chacra es el centro de la vida, mientras en la Amazonía lo es el monte, la chacra y el agua.

b. La no separación entre cultura y naturaleza. En el mundo andino y amazónico no sólo todo tiene vida y sabe, sino que las entidades se vivencian en relación íntima entre ellas. Existe como un cordón umbilical que ata y vincula al humano con el mundo más que humano. Eso implica que en el aprender se tiene que saber escuchar las voces de la naturaleza.

c. Género. Hay saberes que corresponden a la esfera masculina, mientras otros a la femenina. En muchas culturas el tejido es una actividad femenina, como lo es la siembra, la actividad culinaria, o el acompañamiento del parto. Corresponde al varón la actividad de caza y pesca, y ciertas actividades agrícolas. De este modo

unas tareas serán enseñadas por los varones, y otras por las mujeres.

d. Todo cuerpo de saber integra cuando menos cuatro componentes: la práctica en sí asociada con el desarrollo de un conjunto de procedimientos técnicos; el rito – diálogo con las deidades- que la precede, que la cruza, o que la concluye; la organicidad humana que le es implícito: familiar, del ayllu, o de la comunidad; y el diálogo con la naturaleza que se expresa a través de señas y secretos que le indican cuándo, dónde, y cómo hacer una actividad y los tabúes o preceptos (secretos) a tener en cuenta en su ejecución. Una actividad sea en los Andes o en la Amazonía es ritual en sí mismo: no se vive la separación entre lo profano y lo sagrado. Toda actividad merece respeto y consideración. De este modo el aprendizaje de la diversidad de semillas, como un cuerpo de saber específico está asociado con el conocimiento de los astros –la luna le indica el momento de hacer una tarea- con la organicidad humana; con el diálogo con la naturaleza –señas o indicadores que precisan el momento para hacer una actividad- con el ciclo agrícola y pecuario, y con la edad y sexo. Un saber está entramado con los demás.

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La ética del pequeño agricultor campesino está basada en los principios de reciprocidad, de respeto, y de mesura, y tiene como nudo crucial al rito. Al respecto Don Roberto Cconislla, dice:

Para nosotros la chacra es nuestra vida, sino sembraríamos de qué vamos a vivir. Las chacritas nos dan comida para todos, para la ropa, la educación de los hijos y otros. Por ello Kausaychaykuna (mis semillitas) siembro con mucha paciencia, con voluntad, kuyakuspa, sin aburrirme, invocando a los dioses: pachamama (madre tierra), tayta orqos (apus protectores), yaku mama (madre agua), tayta Inti (padre sol), mama killa (madre luna), entre otros; así producen bien las chacritas, aunque sean pequeñas áreas.

En la percepción técnica los ritos agrícolas asociados a la crianza de la diversidad de semillas son considerados aspectos simbólicos que objetivamente no tienen directa relación con la conservación de la diversidad. Pueden existir, como no también, y la diversidad se mantiene porque es independiente de ella. Son considerados como los aspectos espirituales, culturales, que se manifiestan en un tiempo sagrado, diferente del tiempo profano de la conservación. Van Kessel considera, sin embargo, que ambos aspectos están interrelacionados, y habla de una tecnología simbólica y otra productiva o empírica (Van Kessel, 1992:1941) e incluso considera que el ritual es eficaz para la acción productiva por la dimensión emocional de la práctica.

A juzgar por el calendario agrofestivo de las comunidades, en los Andes se advierte que los actos, lugares, actividades,

son vivenciados de modo respetuoso, como si todo sugiriera culto, consideración, cariño y celebración. No sólo es motivo de celebración ritual la Pachamama sino también las semillas, el barbecho, la siembra y el consumo de alimentos, para citar algunos ejemplos. No existe un momento simbólico, sagrado, opuesto y diferente a otro empírico y profano, sino secuencias de un mismo acto cariñoso en que el rito eslabona y celebra los “tiempos” del ciclo agrario. Lo que varía es la intensidad de las acciones; las celebraciones se hacen por cariño y no esperando –aunque se pida- que el rito obligue a la deidad a brindar sus frutos. Se trata de una conversación cariñosa llena de afecto en el que el humano acompaña a la Pachamama, y en el que lo que importa y prima es el compartir, sea en las épocas de escasez como de abundancia.

El rito, en este contexto, es conversación ceremonial entre personas patentes y concretas que refuerzan en estos actos los lazos cotidianos de solidaridad en la regeneración de la vida. El rito es para celebrar el “cumpleaños” de una de ellas, ocasión festiva y de alegría en que se profundizan las relaciones armónicas y de encariñamiento que permiten la recreación saludable del Pacha. Rito y fiesta es una unidad, el rito es festivo, y la fiesta es ritual.

En el ritual se convoca a todo el ayllu (deidades, semillas, humanos, animales y plantas silvestres, ríos y lagos, etc.), y en particular a la otra forma que anida en cada semilla: el ánima. Los aymaras llaman “qamasa”, los quechuas llaman su “espíritu”, su aliento. Ambos –la papa y su ánima; el humano y su ánima, etc- constituyen la pareja, el juk (el uno con su otro) que hace a

3.3. La ética basada en el cuidado y respeto a la naturaleza.

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la armonía de toda persona. Los rituales anudan a la pareja y no están separados de la dinámica de la vida del ayllu. De algunas ceremonias sólo podemos decir que son más densas que los actos de la vida cotidiana, pero todas ellas resultan ser momentos

conviviales de celebración respetuosa entre los diferentes seres que pueblan el Pacha. Veamos ahora un rápido repaso de estos rituales y fiestas por prácticas de cultivo en los lugares donde hicimos la exploración.

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Las fiestas rituales son tantas que se puede hablar de un calendario festivo-ritual semanal de la comunidad que articula actividades sucesivas y simultáneas; no constituyen momentos de naturaleza diferente de los actos de la vida cotidiana. Algunos ritos, en particular a las semillas son bastante intensos y de respeto profundo pues las semillas son el kawsay (la vida), las Ispallas (deidad de los frutos), lo seminal, lo vivificante, la deidad que permite la regeneración de la vida. Las ceremonias a las semillas nos colocan de manera profunda en el meollo de la regeneración de todos los seres del pacha pues - en esta visión del mundo- sin ellas la vida de cada uno de nosotros sería inviable, se “apagaría”.

Cada uno de los seres que acompañan en el festejo y celebración a las semillas están, en el momento de su fiesta, vivenciando la misma circunstancia que la semilla vive. La semilla en sus momentos festivos danza, baila, ríe y canta como deidad, como Ispalla según la denominación de los aymaras, o como mama Kawsay al decir de los quechuas de Ayacucho. Los runas y los demás seres de la naturaleza están en ese momento también en su condición de deidades de los frutos pues es la manera andina de acompañar al festejado.

La fiesta de las Ispallas es una fiesta ritual de recepción a los nuevos frutos de las chacras, en esta fiesta las mujeres son Ispallas (deidades de las papas) y los

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varones Mucho’s (deidades de los granos) y gentes de otras comunidades que nos visitan son recibidos como Yoqcha ispallas (papas nueras) o Tollqa mucho’os (granos yernos). Igualmente en esta fiesta las Ispallas son la misma Pachamama (En: Chambi, N. et.al. 1997:4842).

Se acrecienta de este modo una relación de simbiosis y equivalencia entre los celebrantes. Todos danzan y se alegran -en esa circunstancia- como semillas y deidades, sintonizando sus vivencias entre sí, experienciando con júbilo el momento mismo del ciclo vegetativo de las semillas, aquel en el cuál la regeneración de nuevos seres ha brotado, ha sido posible. En esos momentos todos son frutos deidad, procreadas por otras Ispallas de la cosecha anterior. Justamente rito en uno de sus significados originales en sánscrito es articulación de las estaciones (Apffel-Marglin, l995: 25943). De este modo, el rito eslabona la diversidad de actividades que de modo simultáneo se ejecutan en una época del ciclo agropecuario anual.

No es que los humanos, en el ritual, estén representando a las semillas. Las illas del maíz no están por el maíz, son el maíz mismo. Existe representación cuando el hombre no participa de la naturaleza, cuando se distancia de ésta para mirarla jerárquicamente como un objeto pasible de ser moldeable y transformable según los fines que le confiere. El andino y amazónico no ve a la semilla como un objeto al que hay que darle fines sino como seres vivos, como personas, tan equivalentes como cualquier otro, con quienes se intima, se sintoniza, se conversa para criar la vida.

Las formas de vida en los Andes y en la Amazonía no se desenvuelven en circunstancias promedio, sino en la dinámica propia de la vida natural que es de extremos. Los promedios, lo “normal”, son escasos. O existen sequías o inundaciones, o hace calor intenso o hace frío. No existe un término medio fijo y estable, somos hijos del “clima de un día”. Los ritos se mueven en este compás de extremos y polaridades, y las ceremonias no pretenden modificar este ritmo sino más bien acompañarlo para posibilitar en cada caso la recreación saludable de la vida del orden local y circunstancial al que se refieren. De allí que los rituales no repiten un código o mito inmutable que lo justifica, hace inteligible y está prescrito de antemano, sino que son actos que se recrean, que se sintonizan con las circunstancias particulares que el ayllu vivencia el pacha en el wata o “año” correspondiente.

De otro lado, los ritos no son ceremonias que hacen visibles y presentes deidades trascendentes que moran en el más allá y que el hombre, en el ceremonial, debe tratar de comprender lo que dicen para ordenar de este modo su vida. El ritual es la

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vida misma, no es un momento separado de ella cuyo fin es volver, con la ayuda de sacerdotes y deidades trascendentes, a la armonía perdida en el momento profano. En los Andes no se aprecia un orden celestial y otro humano o natural. Lo cotidiano es ritual que consolida en el ceremonial la solidaridad y el respeto entre las diversas formas de vida. Las ceremonias andinas son rituales sin religión, aynis con las wacas. (Van den Berg, ob. cit. 1989:21744).

El maestro andino llamado paqo, yatiri o curandero, por sus atributos innatos de gran conversador es el que permite que la conversación entre naturaleza, deidades y humanos fluya en la ceremonia. El runa o jaque (humano en quechua y en aymara) en el rito no es la medida de las cosas. No se erige en el interventor y organizador del rito -al margen de lo que los Apus y la coca digan- para que las estaciones continúen alternándose. El rito es una acción de celebración comunitaria hecha por una relación consensual entre las comunidades que habitan el Pacha. Para realizar una ceremonia hay conversaciones de permiso previo entre todas las colectividades, no es una acción de planificación social concertada. Lo que se hace es expresión de la voluntad colectiva, aunque el cargo o lideranza de la fiesta lo puede pasar un miembro de una de las colectividades, que en este caso son las semillas. Como dice don Zenón Gomel de Pucara: “A veces el clima manda, a veces la semilla, también la gente podemos mandar.” (Zenón y Odón Gomel, 1997: 945).

Otro atributo central al rito es el cariño. Como señala don Isaac Mamani de la comunidad de Carmelina, en Paucartambo, Cusco:

Realmente nosotros criamos diferentes clases de papitas, cada año tenemos bastantes, aunque no hemos cosechado de nuestras chacras pero siempre tenemos, cariño nunca falta, así nosotros también les damos a nuestros familiares y amigos (En: Pérez Baca, 1996:6746).

El cariño no es sólo la caricia, suavidad, sentimiento de amistad, entrega y ternura que enhebra una relación entre dos o más personas. Cariño es aquí apreciado como compromiso con la vida saludable de los demás. El cariño no es una abstracción. Los campesinos cuando obsequian una papa o un maíz suelen decir: ‘cariño nomás es’. La papa, la alpaca o el maíz obsequiado no son sólo muestras de aprecio y afecto sino que son el cariño mismo, es la persona misma la que es cariño. El cariño enhebra, teje la vida como la falta de ella refleja el poco sentido que tiene la vida. En el cariño no existen medios ni fines, es la expresión más profunda del don, de la querencia y la calidez en una relación. Como dice Steve Marglin: “El cariño crece cuando se utiliza y en verdad puede reducirse a nada si se deja sin utilizar por un tiempo” (Marglin, S.2003:1547). A nuestro modo de ver en este atributo radica la crianza de la diversidad en los Andes. Como señala doña María Lázaro de la comunidad de Vicos, en Ancash:

Esta papa nunca desaparece porque me quiere mucho. Yo converso con ella, la cuido con cariño, también me habla en mi sueño, cuando yo le sueño me pongo muy alegre y contenta, esto significa que he cumplido con mis obligaciones. Eso les gusta a mis plantas, si no las cuidas también ellas se resienten, por eso hay que cuidar mucho a las planta. (Urpichallay, 1999:2548).

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La crianza no es una relación fría de quien ve en un cultivo un recurso a ser vendido. La crianza es una relación de afecto mutuo en el que las familias campesinas sienten que el cariño no va sólo de ellos hacia sus maíces, papas o habas, nabos y alpacas, sino la entrega hacia los humanos también viene del nabo, de las habas y de las alpacas. Como dijimos, el cariño no es sólo expresado en una relación de alegría y compromiso con la vida del otro, sino que cada uno vive criando el cariño. El cariño tiñe de caricia a la crianza pero es en el rito donde éste se acentúa.

Cuando existe cariño, el ayllu tiene a la mano lo suficiente dentro de un modo de vivir austero y de gran autonomía, pero también con delicadeza y dulzura. Los mochicas de Túcume, usan la palabra dulce para referirse a este modo de vida de cariño, afecto, suavidad, a un trato sin violencia. (Rodríguez Suy Suy, 1997:449). Dulce es también apacible, agradable, sereno, grato. Dulcificar la vida es hacerla serena, cordial. Es una palabra que se usa para expresar cariño, sapiencia, afecto y cordialidad a los demás, atributos que brotan en la circunstancia otoñal de la vida humana y que irradian con este modo de ser dulce al conjunto de la comunidad. Es así que en Chuquihuarcaya, Ayacucho, cuando la autoridad vara es un anciano le llaman “Tayta dulce” o “dulce vara”. Como nos informa don Porfirio Núñez Camasca:

Gracias a la comunidad, nosotros valoramos y conservamos todavía nuestras autoridades tradicionales avocados al cuidado de las chacras que son los tayta envarados, donde están tanto los adultos como los niños (soltero vara o alguacil), inclusive el anciano está ahí, por ejemplo el vara “tayta dulce”. Siempre asumimos cuando estamos en la etapa de la ancianidad, porque de

joven todavía tenemos que pasar otros cargos menores y recién después de todo uno está en su derecho de asumir el cargo de “dulce vara” (alcalde mayor) (Carrillo, P. 200250).

En el ayllu la conservación de la diversidad, por expresarse en este contexto de amparo y cariño, no es medio de vida, no resulta un negocio, aunque ella pueda proporcionar ingresos monetarios y ser útil para otros fines. La vida dulce es inseparable de la vida en comunidad. La vida dulce, a diferencia de la vida buena de la tradición griega, no se realiza en los marcos del individuo y de la ciudad. Se vivencia en la comunidad. Es la comunidad o ayllu la que proporciona el marco de amparo y querencia donde habita la vida dulce.

En las comunidades andinas la satisfacción de las necesidades materiales es importante, ciertamente es uno de los valores, pero alcanzar esta satisfacción está en relación directa al cariño y solidaridad existente entre las familias. Los instrumentos, el dinero, la cantidad de bienes, están subordinados a la querencia familiar. En este sentido el modo como cada comunidad entiende lo que es “calidad de vida” afecta su relación con la naturaleza. El cariño y el rito en los Andes están en la entraña de la conservación de la diversidad. Estos valores están en la base misma de la crianza de semillas, hacerlo desde otras perspectivas tiende a desvirtuarlas. Como dice Gastó: “Los problemas ambientales de la sociedad actual deben de analizarse en relación a un sistema de referencia en cuyo centro se localiza la sociedad y enmarcarse en un contexto más amplio de problemas y metaproblemas” (Gastó, 1993: 4151).

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4. La siembra de policultivos en mezclas varietales tiene dos efectos en la comida: garantiza regularidad en la provisión de alimentos a pesar de los extremos climáticos como las sequías heladas, y granizadas, y abona a favor de una mesa con variedad de comidas. Esto hace a las unidades productivas campesinas resilentes a los cambios drásticos del clima: siempre hay que comer, y llevar a la boca comida sana y variada. En este sentido las tradiciones productivas de la pequeña agricultura ancestral presenta una experiencia útil para entender la comida en el contexto del buen vivir en el planeta.

La provisión de comida a la familia es la prioridad en la producción campesina. Lo particular es que se come productos variados que ofrece la chacra a lo largo del año. En este sentido, una primera característica de la cultura culinaria campesina es que el consumo, a diferencia de las mesas urbanas, está asociado de modo íntimo a los ciclos productivos, festivos y rituales. No existe una comida promedio diaria que se reproduce en el año,

si bien existe una raíz en que se basa la cultura culinaria local –papa, maíz, yuca- lo que se come está en función de lo que se cosecha, del ciclo de vida de los humanos, de las fiestas, y de las ceremonias sagradas. Veamos a continuación un cuadro de comidas de las familias aymaras de la comunidad de Camjata, en el altiplano de Puno.

4. Pequeña agricultura campesina y cultura culinaria.

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CULTIVO ENERO FEBRERO MARZO ABRIL MAYO JUNIO JULIO AGOSTO SETIEMBRE OCTUBRE NOVIEMBRE DICIEMBREPAPA

Tubérculo acompañando en sopas, segundos (segundo plato), sancochado para los fiambres, actividades agropastoriles y fiestas Papa en menor intensidad

Papa nueva

Watiadas (cocción en hornos rústicos)

Chuño Chuño seco (papa deshidratada) con menor intensidad (sopas y segundos)

Chuño Fresco (Qhachu Ch'uño) Thimpo de

pescado, sopas, fiambre

chuño seco con mayor intensidad (Chayro, sancochado para fiambres y sopas)

chuño seco con menor intensidad (sopas y segundos)

Añaphusa sancochado y sopas Papa Seca Segundos y Huayk'aniTunta con menor intensidad y solo en Fiestas Fiambres, Segundos y FiestasMoraya Fiambres y sopas

Thayacha papa sancochada y congelada con la helada

OCA Tubérculo fresco Sancochado para los fiambres y acompañante de sopas de

Olluco

Kaya (oca deshidratada)

Se prepara para los fiambres y en los rituales, en algunas ocasiones se acompañan en segundos

Se prepara para los fiambres, en algunas ocasiones se acompañan en segundos

Uma KayaSe prepara para los fiambres y en

los rituales, en algunas ocasiones se acompañan en segundos

Se prepara para los fiambres, en algunas ocasiones se acompañan en segundos

K'isa Consumo en mayor Cantidad oca seca, consumo en menor cantidad

Thayacha Oca sancochada y congelada con la

helada

OLLUCO Tubérculo fresco Sopa (Caldo de papaliza con carne fresca de cordero, habas verde si lo hubiera o habas secas

remojadas y Segundo (Olluquito con Charki ) acompañado de oca

86 Capítulo 4 / Pequeña agricultura y culinaria campesina.

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IZAÑO

Tubérculo fesco Sancochado para los fiambres y sopas de izaño en variedad de zapallo

Thayacha Oca sancochada y congelada con la helada

Watia Watia (cocción en hornos rústicos)

MAÍZ

Choclo Se consume sancochado con queso, preparan los tamales y las humintas

grano seco Tostado para el fiambre del pastoreo y consumo de los niños especialmente reemplazando el pan, maíz pelado y acompaña en los platos de chicharron, fricasé, maíz molido se utiliza para las sopa y es acompañada de hojas tiernas de quinua y charki (carne seca deshidratada)

harina Preparan panes, empanadas, para enviar a los familiares que viven lejosCabello de choclo Preparan mates acompañado de cebada tostado para purificar los riñones Tallo fresco (Wiru)

Alimento que lo consumen los niños por su dulzura

Chicha Se prepara para acompañar en las diferentes actividades como fiambres, almuerzos, fiestas y rituales

HABAS Y ARVEJAS Granos Frescos Sopas, segundos, mote para los fiambres Sopas, segundos, mote para los fiambresGranos secos Tostado (utilizado en los pastores), Mote (remojado y cocido) para los fiambres, sopas, segundos y tostado y cocido (jawas jhula) para fiambres

harina Sopas acompañado con hojas tiernas de Cullisa

Watia Watia (cocción en hornos Rústicos)

CEBADA grano seco y pelado Preparan sopas en fiestas, matrimonios, entierros, desayunos, acompañado de hortalizas y papasChancado Preparan sopas acompañado de chuño, papa y hortalizas

tostado se prepara para tomar sus mates en momentos de frío

Chicha Se prepara para acompañar en las diferentes actividades como fiambres, almuerzos, fiestas y rituales

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Harina

Panes, torrejas, empanadas, para acompañar en la alimentación de todos los integrantes de la familia

Preparan pequeños panecillos para las almas

QUINUA

granosSopa en los desayunos, quinua graneada para el segundo reemplazando el arroz

Preparación del P'esqe en Pascuas

hojas tiernas

Ch'iwa jawch'a y sopas de las hojas tiernas

Chicha Se prepara para acompañar en las diferentes actividades como fiambres, almuerzos, fiestas y rituales

Harina mazamorra de quinua Jallpaña, T'ajolas, palabritas para Matrimonio k'ispiñu para los días

de todo santos

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La segunda especificidad de la comida es que se la vive como persona que cría a los humanos mientras es criada por éstos. Kawsay, vida en quechua ayacuchano, es otro nombre que se le da a los productos agrícolas en cuanto son percibidos como comida. Como dice don Dámaso Mendoza Galindo de Quispillacta:

Todo producto es Kawsay, es nuestra vida, sino fuera así no viviríamos. Un kawsay es igualito que nosotros, por eso le llamamos Kawsay, está vivo (Kawsachakanmiki) y nosotros también vivimos con ellos (paywanmi Kawsanchik) (Machaca, M. 1996: 118-11952).

En otro sentido, los aymaras consideran que la vida es un tejido y la comida la trama (qepa) del tejido. La qepa es - como dice Walter Chambi- “el que da cuerpo y forma a la vida”. (Chambi,

W. 1999: 153). De este modo, la comida es pues una persona tan equivalente como los humanos que se halla en la base misma del tejido de la vida, es Mama kawsay, madre vida y generadora de vida (Carrillo, P. 1998:14154). Si es madre vida, ésta no puede restringirse a los miembros de la comunidad humana, sino a todo cuanto existe.

Una tercera característica es el carácter ayllucéntrico de la comida. Come toda la familia: humana, natural, y sagrada. Cada miembro del ayllu tiene su comida. Como nos informa don Santos Vilca, de Conima, Puno:

La kusa siempre ha sido la chuwa de la Pachamama, es su buen alimento, así siempre había sido desde antes…El llampu o untu (grasa) para la chacra es su fuerza, con esto renueva sus fuerzas…nuestros Uywiris - deidades-

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nos atienden, nos dan ropa, nos despiojan y ellos, ¿con qué también van a criar, van a vestir a sus hijos?, por eso debemos darles alimentos, ayudarles para que críen a sus hijos ( Chambi, N. et.al.1998:6455).

La comida juega un papel muy importante en la regeneración del ayllu. Como dice doña Filomena Alvarado, de Jocos, Cajamarca:

Todos sabemos comer, la chacrita nos da nuestra comidita para nosotros, los animalitos, para los puquios para los cerros, para nuestros difuntos. Para las mingas se cocina comidas macizas para que los mingueros estén bien comidos y no se cansen durante el trabajo. Las comidas de nuestras mingas son el shambar, patasca, caldo verde, sopa de chochoca, sopa de cushal (harina de frijol), sopa de quinua, arroz de trigo, papa picante.

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90 Capítulo 4 / Pequeña agricultura y culinaria campesina.

Una cuarta especificidad es el carácter sagrado de la cocina. La cocina campesina es un espacio ritual de amparo y afecto, y quizás el ambiente de mayor importancia para la familia campesina porque allí se encuentra el fogón, el hogar, la querencia. El fogón no es simplemente un instrumento o medio para cocinar. En la visión de los aymaras el fogón es una deidad, es la qheri awicha. Como nos amplía Paulina Espillino, de la asociación Paqalqu:

La cocina es uno de los ambientes de mayor importancia para la familia campesina porque allí está la deidad más importante, cual es la qheri awicha (fogón). Esta es considerada como la abuela que nos alimenta y está vigilante de nuestras acciones. En su elaboración (construcción) se deposita el aytu (ofrenda ritual) que consiste en coca, untu (grasa), azúcar, pidiendo que nos ayude en la cocción de los alimentos y sea beneficioso para los miembros de la familia. Cada cierto tiempo se le agradece dándole de comer lo que más le apetece que es el auqa jinchu (aurículas del corazón) cada vez que se degolla ovino, alpaca o llama (Espillico, P. l998:856).

A la disposición de las ollas - que son hechas y tratadas ritualmente antes de usarse - de los platos, cucharas y menaje que ocupan lugares definidos hay que añadir que la cocina es un lugar también de crianza. Allí los cuyes participan de la mesa como un comensal más y donde el humo y el olor que arrojan las brazas de maderas, pajas y materiales varios, no son un factor de perturbación sino más bien de estímulo y cuidado de estas crianzas.

Si la cocina es un templo, el comer es una ceremonia una suerte de convite ceremonioso, un rito a la regeneración de la vida que

celebra los dones sagrados que la Madre Tierra confiere para recordar a los humanos su vocación de servicio hacia los demás, que la cosecha es un don que se tiene que recrear para que la vida se recree. Esta es una quinta característica.

Una sexta característica es que “uno es lo que come”. Entre comida y humanos la relación es de conversación en que se interpenetran sabores pero también modos de ser. No sólo cada qepa debe comerse en su momento respectivo pues hay platos que –como cierta música que sólo debe tocarse en determinadas situaciones - deben comerse sólo en ciertas ocasiones, sino que los atributos de una determinada comida devienen en atributos del que lo come. Así hay comidas que ingeridas por niños pueden provocar comportamientos no deseables para la comunidad, como hay platos para mujeres en gestación y luego del parto que ayudan a fortalecer a la mujer como a la wawa. La comida está íntimamente asociada al ciclo de vida de las personas.

En ciertas ceremonias a los convidados se les ofrece ciertas partes de lo cocinado para provocar en ellos actitudes deseadas por la comunidad- Como nos informa Walter Chambi:

Antes de ir al Concejo para contraer nupcias, el padrino principal (testigo) hace preparar una sopa a base de cabeza de cordero (caldo de cordero) para ser consumido por los novios, los padrinos y padres de los novios. En esta ocasión las orejas se sirven a los novios, para que sepan escuchar los consejos de sus padrinos (testigos o nuevos padres de los novios), los padrinos comen los maxilares y la lengua para que sepan hablar, encargar y conducir bien a sus nuevos hijos (ahijados o novios) y los padres de los novios comen los ojos para que puedan

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mirar o estar pendientes de la nueva familia; de igual manera el almuerzo que se prepara para el medio día para invitar al resto de los acompañantes, siempre es f’ata caldo ( preparada a base de cebada pelada, papa, chuño, habas verde y otros) el mismo que significa la regeneración de una nueva vida y la multiplicación de la familia” (Chambi, W. Ibid: 6).

En el Perú, según el censo de 1994, las familias campesinas como ya se ha manifestado son el 84.4% (1”474,525) del total de las unidades agropecuarias (Valcárcel, M, 1997:14457). Es pues el sector mayoritario de la población rural, accediendo al 50% del total de la superficie predial (50% según el censo del 9458), lo que revela que, a pesar de la reforma agraria, existe todavía en el Perú una distribución inequitativa de la tierra. A pesar de esta situación el campesinado, reiteramos, realiza la mayor parte de la producción agropecuaria. John Earls indica que El 60% de los alimentos que consume una ciudad como Lima (9 millones de habitantes) proviene de las chacras campesinas (Earls, l998:19. Cit. en Pratec, 1999:3459)) y es que las unidades campesinas en el Perú, repetimos son cinco veces más productivas que las unidades comerciales, cuando se toma en cuenta la superficie cosechable por tipo de unidad productiva(Grillo, 1989:12860).

Sin embargo y a contracorriente de lo que sucede en el campo, las políticas alimenticias oficiales en el Perú promueven cada vez la dependencia de alimentos del mercado mundial, de este modo las mejores tierras en el Perú se destinan a cultivos para satisfacer demandas externas cuando lo deseable - en un país como el Perú que tiene el 40% de su población en la pobreza extrema - sería una política de soberanía alimentaria sobre la

base de la agricultura campesina, sus comprensiones culturales de la comida, y su propia cosmovisión del mundo.

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1. Declaración Final del Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria, La Habana, Cuba, 7 de septiembre del 2001.

2. Tomamos el punto de vista de nuestro colega Eduardo Grillo, quien sobre el tema dice: “Con el fin de aproximarnos al análisis estructural del agro peruano, diferenciaremos dos modalidades socioeconómicas de uso del suelo que corresponden al campesinado y al capital. Se trata, repetimos, de modalidades que presentan diferencias fundamentales en la organización social del proceso productivo y no simplemente en el tamaño de la unidad de producción. Consideramos sin embargo, que para una aproximación cuantitativa al fenómeno, utilizando la información disponible, es suficiente asumir que las unidades agropecuarias de extensión total menos a 10 hás., constituyen el universo del campesinado y que las de extensión mayor representan con holgura a las gestionadas por el capital”. En: Grillo, E. Población, agricultura y alimentación en el Perú. PRATEC, Lima, 1990:23. Es evidente que este dato encierra heterogeneidades en el mismo sector social. Como argumentan Trivelli, C; Escobal, J; y Revesz, B: Se trata, además, de un sector altamente heterogéneo, en el que tienen cabida extremos tan dispares como un hogar piurano, cuyo jefe de familia es un hombre de 36 años con educación superior, que no posee tierras pero que alquila diez hectáreas que dedica al cultivo del arroz, del que en el 2004 obtuvo un

ingreso de US$ 63,156, y un hogar en Jauja cuyo jefe de familia es una mujer de 73 años, que posee 1.14 hectáreas de tierra que dedica al cultivo de legumbres, del que en el 2004 obtuvo US$ 430. En: Trivelli, C; Escobal, J; y Revesz, B. “La pequeña agricultura comercial: límites y posibilidades para su desarrollo”. En: Carolina Trivelli, Javier Escobal, Bruno Revesz. Pequeña agricultura comercial: dinámica y retos en el Perú. CIES; CIPCA; GRADE; IEP. Lima, 2006: 10.

3. Fuente: Censo Agropecuario 1994. Elaboración: Área Técnica CCP. En: Torres Lozada, V. La agricultura peruana en los tiempos del TLC. Confederación Campesina del Perú. Doc. De trabajo para el X Congreso Nacional. Lima, octubre, 2004.

4. En: Roncal, N. et. al. La pequeña agricultura en el Perú. Un sector importante pero históricamente postergado. Grupo Propuesta Ciudadana; Oxfam; Agencia Regional para la Inmigración y Cooperación, Madrid. Lima, febrero 2011: 15.

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5. Se trata de unidades distribuidas en diversas regiones andinas y en la Amazonía Alta de San Martín. Dividiendo los Andes centrales en 3 regiones: la región norte, donde está Cajamarca, se caracteriza por una mayor disponibilidad de humedad y una topografía más suave; la región central –donde se halla Ayacucho y Huancavelica- con precipitaciones muy variables y topografía muy quebrada; y en el sur con el altiplano del Lago Titicaca con una topografía entre plana y quebrada, con una de las altitudes más altas, así como variaciones climáticas extremas en el año y entre los años. La región andina peruana se caracteriza por ser una de las más diversas; las condiciones de humedad varían tanto de norte (más húmedo) a sur, como de oriente (más húmedo) a occidente, sobre todo en los Andes centrales. Razón por la cual se pueden diferenciar las cuencas occidentales más secas y las de la vertiente oriental con una mayor humedad. Esta última colinda con la Amazonía, estando San Martín, en la denominada Amazonía alta, una región entre la Amazonía baja y los Andes.

6. Alberti, Giorgio. “Los movimientos campesinos”. En: La hacienda, la comunidad y el campesino en el Perú. Perú Problema 3. Instituto de Estudios Peruanos, 1970: 165,166.

7. La comunidad campesina se define como: “la peculiar combinación dialéctica de las unidades familiares –que son las unidades de producción y consumo-, con la organización comunal, la que les ofrece la organización genérica de las condiciones de producción” (Plaza, O. “Pensamiento y política agraria: imágenes y realidades. En: Eguren, F; Hopkins, R; Kervyn, B; Montoya; R; eds. Perú: El problema Agraria en Debate. SEPIA II. Lima, junio 1988:20). Es dentro de ellas que tiene sentido y lugar la actividad comunera. Los campesinos están organizados en una proporción importante en comunidades campesinas y nativas. A 1994, 43% del total de unidades agropecuarias del país en más de 5,680 comunidades andinas, y 1,192 comunidades nativas amazónicas (4 millones de habitantes). Fuente: Instituto Rural del Perú (IRP). Las comunidades del Perú (1). Una aproximación estadística. Mayo, 1997. s/l. Según COFOPRI, a 2009, habían 6,067 comunidades campesinas, y 1,461 nativas; lo que hacen un total de 7, 520 comunidades. Estas comunidades participan de una cosmovisión que se ha denominado como animista, en el que todas las entidades del mundo son consideradas vivas. Esta última característica hace que la producción, el consumo, y sus relaciones sociales, tengan connotaciones que un enfoque económico o técnico sólo los capte parcialmente; de allí su denominación como unidades de producción biocultural. Lo biológico productivo es indisociable de lo cultural, es decir de su cosmovisión.

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8. Por Heidegger sabemos que: “La palabra cosmovisión aparece por primera vez en la “Crítica del juicio” de Kant, en el sentido de intuición y representación del mundo dado por los sentidos, del mundus sensibilis, significando, por tanto, simple aprehensión de la naturaleza en el sentido más lato” (Heidegger, M. Introducción a la Filosofía. Frónesis, Cátedra. Universitat de Valencia. Madrid, 2001: 244). El uso de este concepto se encuentra bastante generalizado en el país y se halla asociado a la conciencia cada vez más creciente de que vivimos en un país con una diversidad cultural enorme cuya comprensión requiere entender formas de ver y sentir el mundo distintas a la occidental moderna.

9. El animismo se considera: “una ontología donde animales u otras entidades además de los humanos son considerados poseedores de intencionalidad, afectos y relaciones sociales, es decir son considerados personas”. En: Surrallés. Percepción, ritual y poder. Elementos de análisis desde una perspectiva amazónica. CNRS. Laboratoire d’anthropologie sociale, Collège de France, Paris. Pág. 12. (Ponencia presentada en el taller “Religión, Ritual y poder”, coordinado por Anna Fedele Minatti, Carla Graef Velázquez y Martín Correa Urquiza, en el marco del IX Congreso de Antropología del Estado Español, celebrado en Barcelona entre el 4 y el 7 de septiembre del 2002).

10. Fuenzalida, F. “La estructura de la comunidad de indígenas tradicional. Una hipótesis de trabajo”. En: La hacienda, la comunidad y el campesino en el Perú. Perú Problema 3. Instituto de Estudios Peruanos, 1970: 86.

11. Flores Galindo, A: “Buscando un Inca. Identidad y Utopía en los Andes”. Obras Completas III (I). Sur Casa de Estudios del Socialismo, Lima, julio 2008: 295

12. La producción estimada en maíz alcanza a 1,540.00 Kg, en grano seco; haba hasta 650 kg; cebada 300 kg; trigo 200 Kg; avena 50 Kg y forraje 450 Kg. (Producción totalizada de todas las chacras del periodo 2010 – 2011).

13. Jimenez, Greta. Rituales de vida en la cosmovisión andina. Convenio Editorial. Secretariado Rural Perú-Bolivia. Centro de Información para el Desarrollo. La Paz. Bolivia. 1995.

14. Esta situación parece ser una constante a nivel mundial. “Es importante señalar –dice Miguel Altieri- que las fuentes de mayor diversidad en términos de variedades tienden a ser zonas pobres, aisladas y a menudo marginadas, del mundo en desarrollo, y que suelen ser los campesinos más pobres quienes por lo general conservan el germoplasma de los granos tradicionales de mayor diversidad”. En: Aspectos socioculturales de la diversidad del maíz nativo. Informe preparado por Miguel A. Altieri, Departamento de Ciencias, Políticas y Gestión del Medio Ambiente, Universidad de California, Berkeley para el Secretariado de la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte Como parte de la Iniciativa del Artículo 13:Maíz y biodiversidad: efectos del maíz transgénico en México. s/f.

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15. Datos de Luis Ginocchio (consultor GIZ) presentados en el foro: “Sí se puede”. Gastronomía y pequeña agricultura. Mixtura, Lima, setiembre 9, 2011. Este dato no discrimina lo que se origina en la agricultura familiar campesina del pequeño agricultor comercial afincado básicamente en la costa peruana. Esta información puede hacerse extensiva a América latina. Según Altieri (ob.cit) “Aun cuando el tamaño promedio de estas unidades agrícolas es de aproximadamente 1.8 hectáreas, su contribución al abasto general de alimentos en la región – se refiere de América Latina- es importante: en los años ochenta la agricultura campesina daba cuenta de alrededor de 41 por ciento de la producción agrícola para el consumo doméstico, y producía cerca de 51 por ciento del maíz, 77 por ciento del frijol y 61 por ciento de la papa en el ámbito regional”. Según el Grupo Semillas en Colombia: el 55% de alimentos que ingresan a la Central de Abastos de Bogotá es de origen campesino producido en pequeñas y medianas propiedades. En: Grupo Semillas. Convocatoria al encuentro por la soberanía, autonomía y seguridad alimentaria en Bogotá DC. Octubre, 8, 2011.

16. A guisa de ejemplo consignaremos las autoridades de la chacra en Conima, donde se halla la comunidad de Camjata: Teniente Gobernador. Es la autoridad política que asume las funciones de una autoridad tradicional, en momentos rituales asume el cargo de Marani (nombre de la autoridad tradicional). Armoniza las relaciones entre las comunidades de la colectividad natural, busca la organicidad en el ayllu, así como también asume funciones oficiales del estado. El número variable de acompañantes (Tenientes Auxiliares) es de acuerdo a la extensión de la comunidad y al criterio del teniente gobernador, asumiendo el cargo en pareja llamando a su esposa T’alla Teniente. Taanero o Tata Kiya o Paqo (“Sacerdote” Andino). Acompaña a las autoridades encargadas de la crianza de la chacra y organicidad del Ayllu; encargado de invocar y preparar las mesas rituales para ser ofrecidas a la colectividad de las deidades.Es elegido por las deidades y ratificado por la autoridad en turno (Marani o Teniente gobernador), acompañando a la autoridad en turno durante un año (ciclo agrícola). Uma Alcalde, persona que vela por la buena distribución y la ritualidad al agua de riego, es elegido por asamblea de usuarios de riego por un año. En los momentos rituales al agua de riego y los canales es acompañado por su esposa y su Taanero, las autoridades así como los usuarios.

17. Describiendo a las montañas sagradas de la comunidad de Camjata, Conima, Puno, Wilson Chambi, dice: “Existen cerros tutelares que tienen el don de dar agua (Umuspaya; Qocha Pata Calvario, etc.); otros, dar salud y bienestar (Mulluni Achachila; Qoaje Achachila, etc); otro, riqueza y prosperidad (Incapayllita); así como tener dones para la producción como el Mallku Phina Phinani que se encarga de enviar las Ispallas para que llenen las

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despensas y no se agote los cultivos; el Ch’oque Illa, que tiene el don de las semillas y la producción. Existen Illas o llawllanis que son lugares muy especiales (centro ceremoniales) que tienen el don de regenerar la vida. Por ejemplo, Qarwani, y Turuni, que tienen el don de regenerar la vida de los animales estériles, de vaca y llama. En: Chambi, Wilson. Rendimiento y uso de policultivos en chacras campesinas en 5 regiones del Perú. Man. Chuyma Aru. Puno, 2011.

18. Como dice un abuelo en los Andes de Marcará, Ancash: “El monte se cuida. Lo tengo muy respetado de no tocarlo y pisarlo, a las plantas tiernas no las pisamos tenemos respetado el andar sólo por los caminos destinados, se le cuida sin hacer quemar”. Doña Sara Urdanivia, una comunera de 78 años de edad, de Marcará, Ancash, agrega: “Nuestro paisaje tiene vida, conversa con nosotros, nos enseña, nos da cariño, nos cría. Ellos son nuestros abuelitos” (En: Urpichallay. Calendario Agroastronómico Andino Amazónico 2010. Sabidurías de los abuelos para el cuidado del agua y del ambiente. Marcará. Ancash).

19. En: Grillo, E. El paisaje en las culturas andina y occidental moderna. En: Grillo, et. al. Crianza Andina de la chacra. PRATEC, Lima, 1994:35.

20. A nivel mundial Altieri (ob.cit) calcula una población entre 1, 900 y 2,000 millones de personas vinculadas a este sector. En América Latina, señala este autor, a fines de la década de los ochenta, se registraban alrededor de 16 millones de unidades de producción campesina en una extensión de casi 60.5 millones de hectáreas, o sea, 34.5 por ciento del total de la tierra cultivada (De Grandi, J.C., 1996, El desarrollo de los sistemas de agricultura campesina en América Latina, serie FAO-Gestión de Sistemas de Explotación Agrícola, 12. Roma, FAO. P83. División, Santiago.1996). La población campesina incluye 75 millones de personas que representan casi dos terceras partes de la población rural total de América Latina (Ortega, E., 1986, Peasant agriculture in Latin America, Joint ECLAC-FAO Agriculture).

21. En datos del INEI, el 70% de la población económicamente activa rural está empleada en la agricultura y según CEPES, de cada 10 TM de alimentos 6 provienen de la agricultura familiar. En: Roncal, N. et. al. La pequeña agricultura en el Perú. Un sector importante pero históricamente postergado. Grupo Propuesta Ciudadana; Oxfam; Agencia Regional para la Inmigración y Cooperación. Madrid. Lima, febrero 2011.

22. Dice Eduardo Grillo: “Observando la información existente se constata que según el censo agropecuario de 1972 (ONEC 1975), 89% de unidades agropecuarias del país, las de menos de 10 Hás. de extensión total, que para nosotros representan al campesinado, poseían sólo el 11% de la superficie predial, mientras que 11% de las unidades agropecuarias, las de 10 a más Has., o sea las que gestiona el capital, concentraban 89% del

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recurso. Se trata de una de las situaciones más extremas en el mundo en cuanto a despojo de los campesinos” (Grillo, E. 1990. Ob. Cit.: 24). Esta situación ha variado. Según el III CENAGRO (Censo nacional Agropecuario), a 1994 las unidades campesinas (menos de 10 has.) seguían siendo mayoritariamente importantes (84% del total de unidades agropecuarias, accediendo, empero, al 50% de la superficie agropecuaria. En: Burneo, S. El proceso de concentración de tierras en el Perú. CEPES, CIRAD, ILC. Lima, Enero, 2011: 4. A contrapelo de este dato se observa también un proceso de concentración de tierras en el país. Según esta misma fuente 34 propietarios concentran actualmente un cuarto de millón de hectáreas, siendo notorio esta realidad en la costa peruana, y en la Amazonía (ibid:12).

23. Tossi, J. A. Zonas de Vida Natural en el Perú. Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas de la OEA. Zona Andina. Boletín Técnico No.5. 1960.

24. Earls, J. Desarrollo e Interculturalidad Andina en la Aldea Global. Manuscrito. Lima, 1998.

25. Mayer, E. Uso de la Tierra en los Andes. Ecología y Agricultura en el Valle del Mantaro en el Perú con Referencia Especial a la Papa. Centro Internacional de la Papa. Departamento de Ciencias Sociales. Lima, Perú. 1981.

26. Troll, C. The Cordilleras of the Tropical Americas: Aspects of Climate, Phytogeographical and Agrarian Ecology. En: Geoecology of Mountain Regions of the Tropical Americas. Carl Troll, editor. Fer. Dummlers. Verlag, Bonn. Germany. 1968.

27. Vivimos ahora un contexto de cambio climático que está impactando negativamente en la actividad agrícola. Como señalan Roncal, N. et. al.: “Uno de los recursos más afectados por el cambio climático es el agua y la biodiversidad, elementos esenciales para el desarrollo agrario, cuya disponibilidad se hace cada vez más incierta, especialmente en la sierra, donde la proporción de días secos consecutivos están en aumento. Tan sólo en la región Cusco los glaciares han pasado de ocupar 23,359 hectáreas en 1985 a 9,631 en 2006 (41% en 21 años). Esto trae como consecuencias: una menor reserva de agua, temperaturas extremas y reducción en los meses de lluvia. Además, desde 1994 se observa que cada año en promedio la lluvia disminuye en 12 mm. El cambio climático también es responsable por un incremento en la frecuencia y severidad de desastres naturales, como inundaciones y heladas, dejando a la población rural más vulnerable que antes”. En: Roncal, N. et. al. Ob.cit.:11.

28. Valladolid, J. “Agricultura Campesina Andina”. En: Crianza andina de la chacra. Pratec. Lima. Perú. 1994.

29. Hortalizas: Lechuga, Repollo, Acelga, Apio, Espinaca, Cebolla, Ajo, Zanahoria, Beterraga, Nabo, Plantas aromáticas, medicinales y ornamentales.

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30. Valladolid Rivera, J. “Agricultura Campesina Andina: Crianza de la Diversidad de la Vida en la Chacra (2da versión). En: Grillo, et. el. Crianza Andina de la Chacra. PRATEC, Lima, 1994.

31. Kervyn, B. “La Economía Campesina en el Perú: Teorías y políticas”. En: Perú: El problema agraria en debate. SEPIA II. Junio, 1988. Lima, Perú.

32. El promedio nacional de producción, según los datos oficiales, para papa en condiciones de secano y en la sierra es de 9.2 toneladas métricas por hectárea, fluctuando entre 5.3, y 12.1 TM/Ha. (MINAG-DGIA. Evolución de producción y rendimiento 1961-2002). Los datos de 11 parcelas, en una de las regiones más altas de los Andes, y en un área total que no llega a media hectárea fluctúan entre 19 y 22 toneladas. Este dato es solo referencial y hay que tomarlo con cuidado, pues las chacras de papa campesina no son sólo de papas y sus correspondientes mezclas varietales. Es usual la siembra asociada con otros tubérculos como izaño, ocas, ollucos, y eventualmente granos como habas.

33. En este texto usamos de modo indistinto las nociones de chacra y parcela para indicar un terreno pequeño de cultivo.

34. Gonzales de Olarte, E. “Las comunidades campesinas a fines del siglo XX”. El Comercio. Suplemento dominical, Lima 21 junio.

35. “El presupuesto público para la pequeña agricultura no guarda necesariamente relación con la pobreza rural. En efecto, departamentos con altas tasas de pobreza rural como Huancavelica (83.9%), Apurímac (74.8%) o Cusco (61.9%), tienen un presupuesto per cápita para pequeña agricultura de S/. 180 (US $ 64), S/. 220 (US $ 79), S/. 97 (US $ 35), muy por debajo del promedio nacional (US $ 107)”. En: Roncal, N. et. al. ibid:13.

36. Si la pobreza total en el país al año 2011 afectaba al 54% de la población, en la sociedad rural era del orden del 78.4%, siendo en el área rural andina 83.4%. En 1985 era del 49.2%, lo que significa que en estas últimas décadas la situación se agudizó. Durante las tres últimas décadas, los precios reales agrarios han disminuido, y registran para el año 2000 un equivalente al 33% del nivel de 1971. Durante las tres últimas décadas, los precios reales agrarios han disminuido, y registran para el año 2000 un equivalente al 33% del nivel de 1971.. De cada 100 soles que gasta el Estado peruano, solo 2 soles va para la agricultura”. En: Torres Lozada, V. La agricultura peruana en los tiempos del TLC. Confederación Campesina del Perú. Doc. De trabajo para el X Congreso Nacional. Lima, octubre, 2004.

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37. Como argumenta Morlon: “Para las estadísticas anuales de producción del Ministerio de Agricultura, la estimación del rendimiento “promedio” no descansa por lo general sobre un trabajo de cuantificación preciso. En el mejor de los casos, es el fruto de una encuesta oral directa con un número reducido de productores, en general los más vinculados al Ministerio, y que no declaran sino la producción comercializada, pues es la única que conocen. El nivel real de la producción en el campo permanece en la obscuridad”. En Morlon, P. Compilador y Coordinador. Comprender la agricultura campesina en los Andes Centrales. Perú- Bolivia. Instituto Francés de Estudios Andinos. Centro “Bartolomé de las Casas. Lima, noviembre 1996: 279. Agregamos: es sobre esta base informativa que finalmente se calcula su aporte al PBI del país.

38. Grillo, F. “Sistematización de la tecnología agraria en el contexto de desarrollo rural de la sierra peruana”. En: Ecología, Agricultura y Autonomía en los Andes. DSE. INP. Feldafing. 1989.

39. En: Grillo, E. Población, agricultura y alimentación en el Perú. PRATEC, Lima, 1990.

40. Los pobladores en los Andes y la Amazonía del Perú comparten, en sus diferencias, percepciones similares sobre la realidad, en particular el denominado “animismo”: la noción de mundo vivo y persona; las relaciones comunitarias de mutualidad basadas en la minga y el ayni; la consideración a las deidades telúricas, etc. son comunes en ambos mundos. Las diferencias estriban en el énfasis agrocéntrico en los Andes con una relación ritual marcada por la Pachamama (Madre Tierra), mientras la Sachamama (serpiente madre del bosque) lo es en la Amazonía; el monte y el agua en la Amazonía siguen siendo, a pesar de la gradual presencia de la chacra, el eje de su cosmovisión.

41. Van Kessel, J. y Condori, D. Criar La Vida. Trabajo y tecnología en el mundo andino. Vivarium, Santiago, l992.

42. Chambi, N; Quiso,V; Chambi,W; Cutipa, S; Apaza, J; Gordillo,V; Choque,E. Rituales de la crianza de las semillas. Asociación Chuyma de Apoyo Rural. Chuyma Aru. Puno, diciembre l997. Manuscrito. 68pp.

43. Apffel Marglin, Federica. “La racionalidad, El Cuerpo y el Mundo. De la Producción a la Regeneración”. En: Bosque Sagrado. Centros de Aprendizaje Mutuo y Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas. Lima. 1995.

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44. Van den Berg, Hans. “La tierra no da así nomás”. Los ritos agrícolas en la religión de los aymara-cristianos de los Andes. Center for Latin Amerian Research&Documentation. Ámsterdam. The Netherlands. 1989.

45. Gomel, Z. y Gomel, O. “Testimonios de criadores”. ASAP. Pucara. 1997. Manucrito 19pp.

46. Pérez Baca, Luis. Crianza de la papa en la localidad de Paucartambo. CESA. Qosqo. 1996.

47. Marglin, S. “Una crítica a los fundamentos de la economía”. Conferencia en la Facultad de Ciencias Económicas. UNMSM. Febrero. Lima, 2003. Manuscrito.

48. Urpìchallay. Así converso con mis semillas. Marcará-Huaraz. Noviembre 1999.

49. Rodríguez Suy Suy, Víctor Antonio. Los pueblos Muchik en el Mundo Andino de Ayer y Siempre. PRATEC. Lima, 1997.

50. Carrillo, P. et. al. “La enfermedad nos agarra por falta de respeto..caminamos en horas que no se debe caminar”. En: Salud y Diversidad en la Chacra Andina. PRATEC, Lima, 2002.

51. Gastó, Juan. “Aproximación Agroecosistémica”. En: El Agroecosistema Andino. Problemas, Limitaciones, Perspectivas. Anales del Taller Internacional sobre el Agroecosistema Andino. Lima, marzo 20-abril2, 1992. Centro Internacional de la Papa. CIP.

52. Machaca, M. “La crianza de la biodiversidad y la cultura Andina”. En: La Cultura Andina de la Biodiversidad. Pratec, Lima. 1996.

53. Chambi, Walter. Las qepas del tejido de la vida en los ayllus de Conima. Manuscrito.7pp. Puno, julio l999. Asociación Chuyma Aru.

54. Carrillo, P. “Mama Kausapa Pachan ( El mundo de la Madre Vida). En:Crianza Ritual de Semillas en los Andes. Pratec. Lima, 1998.

55. Chambi, N. Et. Al. “”Rituales de la Crianza de las Semillas”. En: Crianza Ritual de las Semillas en los Andes. Pratec. Lima, 1998.

56. Espillico, P. “Biodiversidad y alimentación de la familia Campesinas”. Man. 24 pp. Asociación Paqalqu. Puno, 1998.

57. Valcárcel, M. “La pequeña agricultura en el Perú”. En: Pequeña Agricultura en el Perú. Presente y Futuro. Pact. Lima, 1997.

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58. III CENAGRO, 1994. En: Burneo, S. El proceso de concentración de tierras en el Perú. CEPES, CIRAD, ILC. Lima, Enero, 2011: 4.

59. Pratec. Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas. Afirmación Cultural y Desprofesionalización. Informa anual de actividades l998. Lima, febrero l999.

60. Grillo, F. “Sistematización de la tecnología agraria en el contexto de desarrollo rural de la sierra peruana”. En: Ecología, Agricultura y Autonomía en los Andes. DSE. INP. Feldafing. 1989. En esta misma dirección el especialista del Banco Mundial sobre el tema Hans P. Bingswanger-Mkhize, citadas por Eguren (2010), luego de casi un siglo de investigación por economistas agrícolas en todo el mundo se habría constatado que existe «una relación inversa entre tamaño de la parcela y productividad [… con lo cual] la redistribución de la tierra de los grandes agricultores hacia los agricultores familiares puede traer ganancias de eficacia a la economía». En:Burneo, S. (ibid: 62)