Percy Jackson y Los Héroes Del Olimpo - El Regreso Del Olvidado

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Percy Jackson

Y

El Regreso del Olvidado

Prlogo

Vern, no es que haya sido fcil llegar a mi edad, siendo un mestizo. Tengo treinta y ocho aos, y hoy es la madrugada del dieciocho de Agosto. Soy hijo del dios griego del mar, Poseidn.

Mi vida fue un fiasco hasta que cumpl dieciocho aos, en el mismo momento en que peleaba por mi vida y por el mundo. Volvamos al momento en que cumpl diecisiete. Hoy da recuerdo todo, pero luego, al cumplir los diecisiete, Hera, la diosa del matrimonio, me borr la memoria y me entreg a los romanos. El da antes de desaparecer, haca tres meses que haba vuelto al campamento. Estaba con Annabeth, mi novia, en la orilla del lago. Haba peleado mucho por ella los ltimos cinco aos, pero por fin la tena. Tenamos problemas, como toda pareja, pero estar juntos era lo que ms queramos, as que nos aguantbamos. Atenea, su madre, y Poseidn, mi padre, no se vean del todo contentos con nuestra relacin, pero lo aceptaban. Ella me haba ayudado a evitar una guerra de triple frontera entre los Tres Grandes Zeus, Poseidn y Hades- en mi primer ao en el Campamento Mestizo, la cual habra sido provocada por Cronos, el rey de los titanes; me haba ayudado a rescatar a Grover de un cclope, Polifemo, al que le robamos luego el Vellocino de Oro, el autntico- con ayuda de mi hermanastro, Tyson, otro cclope. Por culpa de la magia del Vellocino, Thalia Grace, hija de Zeus -y hoy da, ex lugarteniente de Artemisa-, haba vuelto a la vida. Ms tarde, al ao siguiente, yo haba afrontado el rapto de Annabeth por parte de una mantcora. Despus, haba perdido a una amiga Zo Belladonna- a manos de Atlas, el titn, y Ladn, el dragn de cien cabezas que custodiaba el Jardn de las Hesprides. Al ao siguiente, Annabeth y yo habamos encontrado accidentalmente una de las millones de entradas al laberinto de Ddalo. Luego, Nico di Angelo, hijo de Hades, nos haba ayudado, y habamos liberado a Briares el ltimo de los tres hecatnquiros: Briares, Giges y Coto. Los dos ltimos haban muerto para cuando encontramos al primero-. Al final, Ddalo muri para destruir el laberinto y las fuerzas de Cronos refugiadas en l. Durante el ao que sigui, Cronos intent destruir el Olimpo desviando a los dioses hacia Tifn, que iba hacia el Empire State, la antecede del Monte Olimpo-, y de no haber sido por nosotros, los mestizos del Campamento Media-Sangre, lo habra logrado. Luke, el dueo del cuerpo que Cronos usaba como puente para alcanzar su verdadera forma, se redimi al final, arrepintindose de haber roto una promesa de gran peso. Annabeth logr hacerlo entrar en razn, y Luke se suicid, destruyendo a Cronos. Igualmente, l no estaba muerto me refiero al titn Cronos-. Sin embargo, quiz nunca formara una consciencia de nuevo. Independientemente de eso, el rey de los titanes no volvi a atacar. Durante el transcurso del ao anterior, perd mi memoria y amanec en el campamento mestizo de los romanos, quienes me enviaron a soltar a Tnatos, el dios que custodiaba las Puertas de la Muerte, a quien los gigantes haban apresado. Lo liber sin ayuda de los dioses aunque no pude matar a los gigantes- y finalmente l volvi a su trabajo, pero ya era tarde. Las Puertas estaban abiertas, y slo se cerraran otra vez si todo lo que haba salido de ellas, volva a entrar. Sin embargo, hacerlo era mucho, muchsimo, ms difcil que decirlo. Yo no recordaba quin era, ni qu haca con los romanos, pero me form adecuadamente. La guerra se avecinaba. Mi directora del campamento, la loba Lupa, deca constantemente que Tellus se alzara otra vez. Yo la asociaba, inconscientemente, con Gea, la titnide de la tierra para los griegos-. Lupa tambin me haba dicho que siguiera mi instinto, y a las doce encontrara mi pasado. Lo nico que yo recordaba inicialmente era un nombre: Annabeth. Slo saba, en ese momento, que ella haba sido importante para m.Soy Percy Jackson, y sta es mi historia:

Captulo 1De vuelta al principio de mi vida

No poda parar de correr. Ms recuerdos haban ido volviendo a m las noches anteriores. Pero eran nicamente recuerdos relacionados con personas, no con lugares. Me poda acordar de un tal Grover Underwood, un fauno; un nio hijo de Plutn, un tal Nico di Angelo; y una hija de Minerva. Bueno, eso no importaba en realidad. La loba Lupa, mi directora del campamento, me haba dicho que tena que encontrarla. Solo as recuperara mi memoria. Annabeth, ese era el nombre. Pero solo eso saba. No senta ninguna referencia especial hacia ninguno de ellos, slo quera encontrarlos y ver qu le haba pasado a mi memoria. Quin la haba despedazado y por qu, aun no lo saba. A mi derecha, se extenda una larga pradera, donde poda ver vacas y tierras dispuestas a ser aradas. Por otro lado, a mi izquierda estaban las dependencias de New York, las cuales acababa de pasar. Dos gorgonas venan persiguindome. Les haba hecho de todo, pero no poda entender por qu no moran. De pronto me di cuenta que las haba perdido y camin tranquilamente hacia las vacas. Eran el animal sagrado de Juno, despus de todo. No poda explicarme eso, pues Juno era bastante belicosa. Por qu le gustaban tanto las vacas? Me acost en el granero de una granja una vez que entr. No era muy hospitalario, menos an con los caballos mirndome como si fuera su jefe con una mirada un tanto miedosa-, pero de todas formas me acost. Durante mi sueo, ms recuerdos vinieron a m. Una chica pelirroja se alzaba delante de una enorme casa azul claro, gritando con una voz difcil de imitar. Como si tuviera tres voces independientes hablando todas al mismo tiempo.

"Siete mestizos respondern al llamado.

Por la tormenta o el fuego, el mundo caer.

Una promesa que mantener con un aliento final,

Y enemigos portando armas a las puertas de la Muerte."

De repente, el sueo cambi otra vez, como queriendo indicarme algo, pero yo no supe qu.

Era algo bastante estpido. Yo me haba cado de mi canoa. En ella, estaba una chica rindose de m. No te me vas a ir tan fcil, sesos de alga.-deca, como si lo que acababa de pasarme fuera un asunto de vida o muerte.

Me tenda la mano, esperando que yo la tomara. Pareca tan real. Estir mi mano y agarr la de ella, pero entonces me despert abruptamente.

Sesos de alga-susurr en silencio.

No tena ni idea de lo que haba querido decir, pero por lo visto no tena importancia. Sin embargo, me qued con ese recuerdo. Tarde o temprano, todo iba a servirme. Mi radar interno me dijo que deban ser ms o menos las ocho de la maana, segn el sol y la posicin de mi sombra. Tena que apresurarme. Segn Lupa, tena que encontrar mi principio cerca de aqu. En un viaje que te llevar meses, me haba dicho, una maana antes de las doce, tu origen te ser revelado de la manera ms tonta. An estaba por verse cul era el significado de tonto para ella, y si se refera a las doce del medioda o del anochecer. Ya haba pasado mucho tiempo lejos de una familia. Tena que ser hoy. Algo me deca que iba a ser dentro de poco. Empaqu mis cosas y las guard en la bolsa encantada que los romanos me haban ayudado a preparar. Ellos haban sido duros conmigo al principio, pero cuando descubrieron que yo era hijo de Neptuno, su postura haba cambiado abruptamente. Segu caminando con tranquilidad. El camino me era vagamente familiar. Haba conseguido llegar hasta la autopista y encaminarme en direccin contraria a New York. Pronto, mi sombra me dijo que eran las diez de la maana. Quiz el empezar a acordarme del camino fue lo que me hizo acelerar el paso, o quizs fue el hecho de que el viento cambi de rumbo y me lleg a la nariz un repugnante hedor a reptil. Comenc a correr. Ojal mi nariz no fuera tan buena. No quera pelear otra vez con Euryale o Stheno. Cada vez que las mataba se tomaban apenas un par de horas para aparecer otra vez. Sub una colina, y me ca al suelo al ver una piel de cordero dorada sobre un rbol, ms precisamente sobre un pino, y un enorme dragn enroscado en l. Algo me dijo que no poda seguir por ah vi, adems, literalmente, un tipo de muchos ojos caminando hacia m-, pero antes de darme vuelta, una flecha me sorprendi. Se parti contra mi espalda, pero de alguna forma algo golpe un punto en la misma que hizo que me desmayara. Pude ver al tipo de los ojos totalmente sorprendido corriendo hacia m, y agachndose a mi lado.

Captulo 2

Reencuentro

Realmente no haba sido tonto, sino embarazoso. Y ni siquiera haban sido las doce, ni del medioda ni de la noche. Lupa haba errado por lo visto. Pero algo me deca que mi regreso an no estaba completo. Despert, pero no abr los ojos. A mi alrededor, todos discutan. Poda escuchar la voz de esa chica que haba odo en sueos, pero ahora no recordaba cul era su importancia. Por otra parte, haba muchas voces que no reconoca. Ahora solo faltan dos mestizos que sean indicados para ir.-deca la nica voz familiar. S.-reconoci una voz desconocida. Tena un aire a la de Jpiter.- Pero, quines sern?-

Qu importa eso? Encontraste a tu novio, al fin!-esa pareca la voz de Venus. No era buen signo. Recordaba malas experiencias con las hijas de Venus, pero no poda acordarme exactamente qu era lo que haba pasado la ltima vez que tuve contacto con una.

A ver, contemos. Percy, Jason, Leo, Piper, y t.-tena la sensacin de que quien hablaba era hijo de Mercurio y estaba contando con los dedos. Ellos no destacaban exactamente por ser inteligentes.

l podra sernos de mucha ayuda en el viaje.-dijo otro. Este tena la voz seca y spera. Me record a Vulcano.

Entonces la de la voz familiar habl otra vez. Bueno, vayan todos a trabajar. Yo me quedo con Percy.-Pude sentir que la chica de la voz familiar se acercaba a m. Luego tom mi mano. Era fra al tacto, pero su piel era suave y delicada, no pareca haber entrado en combate en mucho tiempo. Sin embargo, por otra parte, el solo tocarla me aportaba calor, figuradamente, como si una vez ella hubiera sido mucho para m. Cuando iba a abrir los ojos para mirarla y hablar con ella, me lleg una brisa fresca con olor a agua salada. No poda creer que Neptuno, mi padre, hubiera venido en persona a verme. Poseidn?-pregunt la voz familiar con ingenuidad.- Mi seor, se atreve a venir despus de todo este tiempo?-

He tenido que darle una tunda a Zeus, no me gustara estar aqu cuando despierte. Afortunadamente, no recordar nada.-supuse que la chica estara mirndolo fija e interrogativamente, porque l agreg: - Bueno, en realidad Tyson le dio en la nuca por la espalda, pero qu ms da.-se sent a mi lado, y su sola presencia me hizo sentir que no me dola nada, me dio fuerzas para salir a correr.

Tyson? Poseidn? Zeus? Quines eran esos? Dioses que no conoca o que? Entonces ca en cuentas. Estaba en un campamento griego. Los peores enemigos de los romanos. Pero por alguna razn, no me pareci que fueran mis enemigos. Lentamente abr los ojos. La chica era, como yo pensaba, la de mis sueos, la de la canoa. Llevaba una armadura griega de combate sobre una remera naranja que, segn pareca, era de algn campamento. Unos vaqueros le cubran las piernas, y unas zapatillas blancas Rebook eran su calzado. Su cabello rubio atado en una cola de caballo la haca ver hermosa, pero sus ojos no la acompaaban. Eran grises, como si fuera ciega, pero te hacan pensar que con ella haba que tener un especial cuidado, y no por lo que acabo de mencionar. Me sonrea intensamente y apretaba con desesperacin mi mano. Neptuno, por su parte, llevaba unos pantalones cortos playeros y una camisa hawaiana alocada color celeste, con palmeras blancas bordadas a mano. Unos lentes Ray-Ban adornaban su cara junto con una sonrisa clida que me haca sentir renovado. En los pies llevaba solo sandalias. Su pelo era color negro y tena una jovial barba negra, solo en el mentn. Pap?-pregunt.

Pronto se daran cuenta de que yo era romano. Solo por si entonces me odiaban, no solt la mano de la chica, a lo cual ella respondi con emocin.

Me reconoces, Percy? Soy Poseidn.-

Eso no son como lo que yo quera escuchar. S, y no.-declar.Se quedaron mirndome, como si hubieran odo mal.

T eres Neptuno.-dije, poco despus.

La chica estir su mano hasta mi frente, e hizo como si me midiera la temperatura.

Percy.-empez ella.- Me reconoces a m?-

Ambos parecan preocupados. Quiz ms de lo que deberan. Neptuno, Poseidn o quien fuera, se levant y me dirigi una mirada. Se encamin a la puerta. No quera hablar con ella si mi padre estaba presente.

Los dejo. Tienen mucho de lo que hablar. Le dir a tu madre que ests bien, Percy. Intenta pensar en lo que te pas.-

En cuanto mi padre abandon la sala, la chica se me lanz encima entre un abrazo estrangulador y un beso. Yo no entenda nada, solo confirm lo que sospechaba. Ella era la que yo andaba buscando. Annabeth.-dije, cuando me solt.

Ella se emocion.

S. Soy yo, Percy.-

Pero, y tu apellido?-

Chase. Annabeth Chase.-

Chase. Chase. Una imagen de un avin ametrallando monstruos apareci en mi cabeza. Deba ser de algunos aos atrs, porque Annabeth y yo lucamos como autnticos nios. Pero adems, haba presente un dios ah. Diana. La diosa de la caza. Cuando pens en el rostro de la diosa, una imagen relampague en mi cabeza, otro recuerdo sin duda. Annabeth, yo y otra chica estbamos en lo que pareca ser el hogar de los dioses. El Monte Olimpo lo llamaban mis compaeros, en el recuerdo. All estaban todos: Venus, Apolo, Marte, Minerva, Diana, Baco, Plutn, Vulcano, Mercurio, Juno, mi padre Neptuno y Jpiter. Parpade. La mir a los ojos que eran grises como un cielo tormentoso-. Pensndolo mejor, sobre lo que dije anteriormente acerca de sus ojos lo retiro. Eran hermosos. Pero a la vez indicaban peligro. Casi poda ver su cerebro armando un rompecabezas dentro de su cabeza. Um Supongo que nadie te lo dijo, pero se supone que t y yo somos novios.-

Me tom mi tiempo para contestar. Resulta que tena novia, y, al menos que yo recordara, no haba movido ni un dedo para conseguirla. Bueno, eso no importa, pens, no voy a echarla por la borda. Ests bien?-me pregunt.- Lo que qued de la flecha de Stheno al romperse en tu espalda, dio en tu punto mortal. Solo una pequea astilla.- Mi punto mortal?-pregunt, incrdulo.- Lo dices como si yo fuera- invulnerable lo que de hecho era. Oh, tu amnesia, casi lo olvido.-apret mi mano.- El ao pasado tomaste un bao en el Ro Estigio, en el Inframundo, para protegernos a todos de Cronos, el rey de los titanes, que estaba volviendo a la vida mediante-ella se cort de repente. Su rostro se torn triste.- mediante Luke, un amigo que nos que nos traicion hace mucho, pero que al final hizo lo correcto con nuestra ayuda. Te acuerdas?- S.-dije, de pronto. Doce campanadas sonaron maldita Lupa-. Los recuerdos volvieron a m todos juntos. Luke y Cronos haban sido las palabras clave. De pronto record los nombres de los dioses romanos, pero en griego, record tambin que haba peleado furtivamente contra ejrcitos enteros de monstruos asesinos sedientos de sangre, que haba visto morir al dios Pan, que tena un amigo llamado Grover Underwood, un stiro, adems de un viejo amor, que era ella, Annabeth Chase, la hija de Atenea, diosa de la sabidura y la estrategia militar.Captulo 3

Tyson

Annabeth no se despeg de m nunca y cuando digo nunca, es nunca-. Quirn, nuestro director, incluso le haba dado permiso para que durmiera en la cabaa de Poseidn junto conmigo, pero no despus de que mi padre y Atenea, a regaadientes, dieran su consentimiento. Por supuesto no dorma en la misma cama que yo, ni siquiera en la misma litera, pero tengo que reconocer que senta mi privacidad violada. Los recuerdos haban seguido llegando cada da, pero de algo estaba seguro. Jason Grace, el hijo de Zeus, Leo Valdez, el hijo de Hefesto, y Piper McLean, la hija de Afrodita, nunca haban estado en este campamento. Deban de haber llegado el verano pasado cuando yo estaba desaparecido en el campamento romano. Lupa! Me haba hecho prometer que le avisara cuando llegara al Campamento Mestizo! Me levant y me puse las pantuflas que por cierto, tenan forma de caballitos de mar en la punta de los dedos y lanzaban fuertes relinchos a cada paso que daba-. Camin hacia la fuente en un rincn, y busqu una moneda un dracma, me haba dicho Quirn-. La lanc al agua y dije: Oh, Iris, diosa del Arcoris, mustrame a la loba Lupa, la contraparte de Quirn.-

En la neblina se form lentamente un campamento. Pilares blancos como la nieve le daban la bienvenida a cualquiera que llegara, pero la loba Lupa no resida ah. Viva mayoritariamente en la cspide de una colina, pero ahora estaba de espaldas a m. Lupa!-la llam. Se volte.- He llegado al Campamento Mestizo con vida.-le inform.

Has demostrado ser digno hijo de Neptuno. Las aguas te guiaron bien. Pero no confes en la tierra. Estamos teniendo problemas con ella. Se mueve inquieta en su sueo.-

Annabeth abri los ojos y se qued pasmada mirando a la loba hablando conmigo. La tierra? Problemas con ella? De qu hablaba Lupa? Percy, no sers un espa. Dime que no.-

No.-le asegur. Puse mis manos en su cuello.- No soy un espa. Solo le estaba dando las gracias a Lupa. Ella me vigil mientras estaba en el campamento romano.-Annabeth me mir incrdula.- Los romanos ubicaron mi punto dbil rpidamente.-agregu, como mentirita piadosa.

Ella se qued mirndome un momento, pero luego me palme la mejilla y pos sus fros y calculadores ojos sobre Lupa, que le devolvi y le sostuvo la mirada durante un rato.

Hija de Minerva.-dijo finalmente. Atenea.-la corrigi mi novia. No sonaba enfadada ante la confusin de madres. Pareca que Lupa le caa bien.- Eres diferente a los dems lobos.-dijo, despus de unos momentos de silencio.

Lupa se rasc detrs de la oreja con la pata trasera.

S, hija de Minerva. Por mis venas corre Icor inmortal, pero por poco ms me diferencio del resto de mi manada. Incluso me parezco a mis guerreros.-Annabeth la mir incrdula.

No es literal.-le aclar.

Ella desvi la mirada. Se puso el pelo detrs de las orejas, y luego mir su reloj. Eran las cuatro de la maana del diez de Junio. Lupa pestae con sus pobladas pestaas como bailando delante de sus ojos por el viento. Me alegro de que ests bien, Perseus Jackson. Volo vos fortuna in vestri quaero.-Annabeth no entendi ni una palabra, pero yo asent. Acaba de desearme suerte en mi bsqueda. Pero no entenda sobre qu bsqueda hablaba ella. No quise preguntar tampoco. Mis bsquedas solan terminar mal.

Dijo que nos deseaba suerte en nuestra bsqueda.-

Annabeth me mir. Pero no era una mirada fra como la que le echaba a los campistas con los que se llevaba mal. Su mirada me infunda calor, me daba fuerzas de una forma que no puedo describir con palabras-. Etiam non loqui, Perseus Jackson. Integer conversation.-dijo la loba.

Al mismo tiempo que se desvaneca, Lupa echaba a correr montaa arriba como un rayo.

Qu dijo?-quiso saber Annabeth. Me sent a su lado y entrelac mis dedos con los suyos. Me qued pensando en lo que haba dicho Lupa, eso sobre la bsqueda.

Nos dijo que no tenamos nada ms que hablar, que nuestra conversacin estaba terminada.

Quiz por un impulso estpido, la enred en mis brazos y me eche sobre ella. Al instante, nos quedamos dormidos.

Cuando despert, ella estaba en la parte trasera de la cabaa de Poseidn y un ser de un solo ojo me miraba atentamente. Retroced asustado y me sent en la cama. Era terriblemente musculoso, y tena la piel estirada, sin un solo milmetro de grasa en el cuerpo. Sobre su calva cabeza sobresala un cuerno blanco como el de un unicornio, solo que meda unas tres pulgadas nada ms. Me era muy familiar. Entonces Annabeth vino de la parte de atrs, y le dio una bolsita de cuero que tena su nombre bordado. Me acordaba de todo, pero me era difcil asociar nombres a la gente o a los monstruos. Tena problemas con todos salvo con Annabeth. Tyson!-grit de alegra.- Hermano!-

No esper a que me saludara. Salt de la cama y lo abrac.

Captulo 4

Puesta al da

Tyson se fue a la forja con los de Hefesto. El campamento estaba muy tranquilo. bamos caminando por l, mientras Annabeth me pona al da de los acontecimientos. El ao pasado, Hera haba sido apresada, el gigante Porfirin se haba alzado con su poder, un tal Jason Grace haba matado al gigante Encelado con ayuda del mismsimo Zeus, y haba impedido que Gea la tierra que Lupa haba mencionado- se alzara. Todo eso con ayuda de Leo Valdez, consejero de Hefesto, y Piper McLean, consejera de Afrodita. Luego cambiamos de tema. Yo no identificaba todas las cabaas, pero recordaba cul era el dominio de cada dios. Annabeth me iba sealando alguna de vez en cuando. Se vea tan hermosa, sonrindome cada vez que se daba vuelta a mirarme. Era casi como si Luke nunca hubiera existido. Solo por si acaso, nunca lo nombr. Ni a l ni a Cronos. Esa es la cabaa de Demter.-

S, la recuerdo.-

Esa otra es la de Hefesto. Leo Valdez est ah, y va a venir a nuestra pequea excursin.-me explic Annabeth.- l es uno de los siete mestizos.

Uno de los siete mestizos? "Siete mestizos respondern al llamado. La primera lnea de la profeca.

Y tambin es parte del segundo rengln, que dice: Por la tormenta o el fuego, el mundo caer.-dijo, como si leyera mi mente.Genial, pens. As que de todas formas, el mundo se va a vaporizar. Era como si te dijeran Tranquilo, no pasa nada, vas a hacer un esfuerzo descomunal por salvar el mundo, pero igual todos moriremos. Para colmo tena al futuro culpable cerca de m. Esa cabaa es la de Zeus.-

Annabeth adopt una expresin distinta. Zeus no le gustaba, obviamente, pero pareca respetarlo. Dentro de la cabaa, un muchacho estaba vistindose. No haba ventanas, pero la puerta estaba entreabierta y su interior estaba fuertemente iluminado. Y esa otra es la de Hera.-

Seal una cabaa ubicada al lado derecho de la de Zeus, pero yo estaba mirando otra cosa. En el centro de la Omega griega que formaban las cabaas en el prado, haba un rbol con un tronco muy grueso. Me distraje por l. A sus pies, haba un cartel. Qu representa?-quise saber.

Lee el cartel, Percy. Seguro te hace recordar ciertas cosas.-

Imitacin del rbol de Hiperin, titn del sol, hermano de Cronos e hijo de Gea y Urano. Desapareci bajo el rbol del centro de Central Park, New York, bajo la mano de Percy Jackson y los stiros. La letra-me qued mirando.- Me recuerda a-

A Grover. Nuestro amigo stiro. Creo que los romanos lo llamaran fauno. -agreg, recordando de pronto mi problema. Tenda a llamar todo por su nombre romano, pero poco a poco iba retomando los trminos griegos.

Dnde est Grover ahora?-pregunt.

Est en Venecia.-dijo Annabeth. Sac una carta de su bolsillo.- Me escribi ayer. Lo que me recuerda, que luego hablaremos con l. Lela.-

Me estrech la carta. Estaba escrita con mano firme, como la letra del cartel delante del rbol.

Querida Annabeth:

Espero en verdad que encuentres a Percy pronto. Lo extrao. Temo por l. No logro establecer mi vnculo por empata para hablarle, pero tengo la sensacin de que lo logr una vez, aunque lo escuch hablando dormido en latn, as que supuse que haba hablado con otra persona. No importa. Enebro y yo estamos de mil maravillas aqu. Los italianos cuidan mucho el agua al final de la semana su olor se hace insoportable-. Por lo dems, son muy cuidadosos. Cuando vueles hacia Grecia con Jason y los dems pasen por m, no lo olvides.Grover Underwood.Estaba a punto de preguntar qu era eso acerca de ir a Grecia, cuando se nos acerc un tipo grande y musculoso. No era Tyson, l era un cclope y podas verlo desde una legua de distancia si l quera y s, lo digo literalmente-. Tyson haba peleado contra Tifn, el padre de todos los monstruos, dos aos atrs, pero no meda ms de veinte metros si en verdad estaba furioso. En su estatura normal, deba tener unos tres metros y medio. Hola.-dijo, amigablemente.- Soy Leo Valdez.-me tendi una mano sudorosa y llena de callos, pero yo haba visto cosas peores. Eso no me causaba asco en absoluto.

Hola.-le respond, sacudiendo su mano.- Soy Percy Jackson.-

El muchacho se congel en el acto.

T He odo hablar de ti.-dijo en susurro casi inaudible.- Ah, s! T eres el novio de Annabeth!-

Bingo, Leo!-grit Nisa, una chica de la cabaa de Hefesto, detrs de l.

Leo ri y nos dedic a Annabeth y a m una sonrisa.

As que t eres Leo. El usuario del fuego. Annabeth me ha hablado de ti. Me dijo que derrotaste en combate a la hija de Aqui-iba a decir Aquilon, pero reemplac la palabra por otra.- Boreas.-Leo not que casi deca Aquilon, pero no le dio importancia, como si fuera algo muy normal. Por culpa de su THDA por el cual nunca poda estar mucho tiempo quieto-, sac de su cinturn unas piezas de metal y unos pernos y arm un helicptero en miniatura en cuestin de segundos. Me lo tendi.

Ten, toma.-me dijo.- Es como mi forma de darte la re-bienvenida al campamento.-explic.

Oh, vaya gracias.-

Lo tom en mis manos y lo examin cuidadosamente. Era exactamente como un Bell 412, demasiado pequeo incluso como para meter un mosquito dentro, pero me lo guard en el bolsillo superior de mi camisa. Mir a Annabeth y me di cuenta de que ella estaba pensando en que nunca me haba regalado nada, pero yo me senta igual. Nunca le haba dado nada a ella. S lo que le gustara, pens, Un escudo gida, igual al de Thalia. Oye, Leo.-le dije.- Quiero decirte algo, ven por ac. Um, -me volv hacia Annabeth.- puedes esperarme aqu?-

S, no hay problema.-

Pas mi brazo alrededor de los hombros de Leo y me dispuse a pedirle un favor. Bueno, no tanto un favor. Por supuesto le iba a pagar.

Leo.-empec.- Necesito un favor. Uno grande.-

Lo que sea.-dijo l inmediatamente.

Me sorprend de lo rpido que lo haba logrado. Al menos que yo supiera, en el pasado nunca haba tenido tanta suerte. Necesito que hagas una rplica exacta del escudo gida.-

Leo se detuvo en seco.

No puedo hacer eso.-me dijo.- Es muy difcil. El nico gida que anda dando vueltas por el mundo lo tiene la hermana de Jason, y difcilmente vendr para-

Pero se qued pasmado mirando la colina. Una chica bajaba corriendo, seguida de otro montn de adolescentes. Era Thalia Grace, la hija de Zeus. Una vieja amiga.

Captulo 5

Empiezan los preparativos

En cuanto lleg, gida se cay de sus brazos y se qued pasmada mirndome. Annabeth vino corriendo con sus brazos agitndose despavoridamente a su alrededor, gritando el nombre de Thalia. El chico solitario en la cabaa de Zeus tambin vino corriendo, y una chica sali de la cabaa de Afrodita. Thalia me atrap en un abrazo estrangulador que me dej sin aire, y luego abraz a Jason. A Annabeth le hizo lo propio. Leo saba que no tendra la misma suerte y le tendi la mano. Una mujer cualquiera lo habra rechazado, pero ella no le tena asco a nada adems, una mano sudorosa y llena de cayos no tena por qu dar asco a nadie. Era la mano de un trabajador-. Apret fuertemente su mano y hasta le dedic una sonrisa. Me pareca a m o Thalia faltara a su juramento tarde o temprano por un hijo de Hefesto? De cualquier forma, mir al otro muchacho al que haba abrazado. Sin duda era ese otro hijo de Zeus, pero, eran hermanos o hermanastros? La esperanzada pregunta sali de su boca sin ms.

Vendrs, verdad, Thalia?-Jason pregunt, frotndose el antebrazo izquierdo, donde un tatuaje mostraba algo as como un cdigo de barras. Doce lneas azules estaban grabadas all. Qu son esas lneas?-pregunt yo, antes de que Thalia pudiera contestar algo.

Cada una simboliza un ao en el campamento romano.-explic Jason.- Estuviste ah, y Lupa no te dijo nada?-

De pronto me cargu de furia. No poda creerlo. Haban adivinado dnde estaba y no haban ido a buscarme. Jason sonaba demasiado inocente como para estar actuando. Mir a Annabeth y di de lleno con sus tormentosos ojos grises. Iba a preguntar por qu no me haban buscado mejor, pero no poda culpar a nadie. Segn Quirn, todos haban estado buscndome mucho tiempo, y, para colmo mo, sin descanso. Entonces, qu es eso sobre lo que habla la nueva Gran Profeca?-pregunt, tratando de no saltar de furia.

Sabemos que nosotros somos parte de ella.-empez, para mi asombro, Jason Grace.- Quiero decir T, Annabeth, Leo, Piper, Thalia y yo. Pero sigue faltando un mestizo. Deseara saber quin.- dijo Jason con aire soador. Era yo o se daba demasiada importancia a s mismo?

Bueno, despus de todo era normal. Era hijo de Zeus, era normal que estuviera demasiado confiado. Pero su padre era un imbcil de todos modos. Haba intentado carbonizarme ms de una vez. Decid que no era el momento de hablar con nadie ms por ahora, y centr mi atencin en la ladera de la Colina Mestiza y lo que vi no me gust nada. Una cortina prpura con decorados de serpientes verdes. Rachel, pens. Mir a Annabeth suplicante y cabece hacia la Colina Mestiza. Ella no se molest, mas ni siquiera mostr signo de no querer ir hacia all. Esboz una sonrisa. Saba que querras ir ah tarde o temprano.-se volvi hacia el hijo de Hefesto.- Leo, necesitamos tu fuego all dentro.-

Siempre disponible.-dijo Leo con una sonrisa. Mir al resto del grupo y se frot las manos mientras comenzbamos el ascenso.

Yo poda saber qu hora era observando el sol y mi sombra, pero prefer preguntrselo a Annabeth. Me dijo que eran las once treinta. Al entrar en la cueva nos trag la oscuridad. Record unos aos atrs cuando nos habamos enfrentado a Polifemo. Te acuerdas de Polifemo?-pregunt.

Tyson casi lo mata.-record Annabeth con una risita.

Polifemo? El cclope hijo de Poseidn? Ustedes le robaron el Vellocino de Oro a l, no?-

Leo no pareca de los ms inteligentes. Estir su mano y abri la palma de la misma. Un puado de llamas salt a la vida en el centro de su mano y nos proporcion luz. Annabeth me mir sonriente, como diciendo que no me molestara. Me explic luego que Leo se pona nervioso cuando conoca a la gente, y haca bromas malas a menudo.

Saben que tena un solo ojo?-

De acuerdo, esas eran las bromas malas. Al menos eran inofensivas.

Leo, -empez Annabeth-alumbra all.-

l movi la mano hacia el punto que seal ella. Annabeth me mir, ya sin una sonrisa.

Ahora vamos a hablar con Rachel y pediremos una profeca para la misin.-me dijo.- ltimamente ha estado escupiendo profecas cada vez ms peligrosas.-Se oy un ruido en lo profundo de la caverna.

Rachel?-pregunt, incapaz de hacer otra cosa.

Percy Jackson?!-grit ella desde la oscuridad. Vino corriendo hacia m y me atrap con tal fuerza que casi me hizo caer al suelo.- Estbamos todos muy preocupados, idiota! Qu hiciste?-Expliqu brevemente que haba despertado cerca de una mansin abandonada, que los lobos me haban llevado al campamento romano, y que haba estado all el ao anterior. Iba a contar que los monstruos ya no se desintegraban como antes ni regresaban al Trtaro, cuando Rachel me tom por los hombros y me apret con una fuerza antinatural. Annabeth intent separarla de m, pero no pudo. El espritu de Delfos habl. El Orculo haba tomado su lugar.

Contra toda voluntad, el cielo se oscurecer.Rachel se cay al suelo de espaldas, pero Annabeth la ataj.

Eso es todo una profeca?-pregunt, incrdulo.

S. Y la verdad, no dice nada nuevo. Solo afirma el fin del mundo.-

Captulo 6

Un comienzo inesperado

Volvimos al campamento en silencio. Acabbamos de volver con Leo, que se haba vuelto a la entrada. Le contamos la lnea de profeca que Rachel haba escupido, y nos dispusimos a bajar. Eran las doce. Poda or las campanadas que daba Quirn a la hora del almuerzo, avisndonos a todos para ir a comer. Los de Apolo dejaron de practicar con el arco y salieron disparados hacia all. Los hermanos Stoll, que estaban jugando voleibol con hijas de Hcate, se dispusieron a correr, pero sus contrincantes les pegaron una sacudida con magia. Thalia ya no estaba all con Piper y Jason seguramente haban ido a almorzar, y, para mi frustracin, se haba llevado a gida-.

El Pabelln del Comedor estaba como siempre. El suelo reluciente dejaba ver tu reflejo si mirabas hacia l. Las que antes eran doce mesas una por cada dios olmpico excepto Hades, ms la mesa de Dionisio y Quirn-, ahora deban ser unas veinte o ms. Me sent con Annabeth a la mesa de Poseidn s, ella poda hacer eso tambin-, y Leo se despidi de nosotros mientras se encaminaba hacia la mesa de Hefesto.

Ey.-dije, mientras agarraba mi plato lleno de carne asada y me pona de pie.- Qu crees que significa la profeca de Rachel? Eso acerca del cielo.-Annabeth me imit. Era costumbre ofrecer parte de la comida a los dioses antes de almorzar, desayunar o cenar.

La verdad es que no lo s. Nunca he sido muy buena con las profecas.-mi recin adquirido instinto animal me dijo que haba algo de miedo en su voz, pero prefer no insistir.

Mierda, a decir verdad, si Annabeth tena miedo, entonces la situacin era muy, muy mala. No tena ningn apuro por saber nada ms sobre eso.

Nep-me call repentinamente.- Poseidn.-dije, cuando finalmente lanc al fuego parte de la comida. Un aroma a pescado me lleg desde el fuego, acompaado de una suave brisa marina.

Atenea.-susurr Annabeth, al tirar parte de su carne asada.Probablemente yo no poda sentir el olor que despeda, porque no era hijo suyo. De todas formas no la enviaba, no me habra gustado nacer de un crneo, mucho menos del de Atenea. La comida fue tranquila. Quirn anunci que ms tarde, alrededor de las ocho, habra un consejo de guerra, y que Annabeth, Jason, Piper, Leo, Thalia asombrosamente-, y yo tenamos que ir para organizarnos. El sptimo mestizo llegara pronto, dijo luego.

El da pas lentamente. Yo solo me lo pas en la cabaa de Poseidn con Annabeth y Tyson, hablando de mi pasado. Me ayudaron a acordarme de los nombres de la gente de algunos hijos de Apolo, de Ares, y otras cabaas-, de los hechos sobre la reciente Guerra del Titn, de sobre cmo yo, Annabeth y Grover habamos peleado contra Cronos, y todas las historias anteriores: la del rayo maestro de Zeus, el mar de los monstruos y Polifemo, el casi-retorno de Atlas, la muerte de Ddalo Annabeth hizo una mueca de dolor en ese momento-, y, finalmente, cmo yo haba rechazado la inmortalidad por ella. A mi memoria an le faltaban algunas piezas, cosas que estaban perdidas en mi mente. Cuando le pregunt a Tyson por mi mam, me dijo que viva que con mi padrastro en New York, en el Upper East Side, en un departamento de clase media, en el octavo piso de un complejo. Luego, alrededor de las ocho, nos dispusimos a ir a la Casa Grande, al consejo de guerra. De camino, not que la cabaa de Hades se vea inquieta. Los fuegos verdes de la entrada estaban ms vivos que de costumbre. Annabeth y yo nos aproximamos. Golpe cautelosamente la puerta. Un nio de unos catorce aos abri de golpe. Pareca malhumorado, pero al vernos, su rostro se torn normal, como si su estado de nimo no pudiera ser nunca totalmente bueno.

Percy?-pregunt. Su voz era muy baja, como si la sorpresa le quitara el aliento.

Um s, soy yo.-

El chico not que Annabeth y yo bamos de la mano. Esboz una sonrisa triunfante.

Ja!-dijo- Saba que no estabas muerto!-Supuse que sera demasiado fro como para abrazarme, dado que se qued quieto donde estaba. Estrech amistosamente mi mano, pero nada ms.

Vayamos al Pabelln.-dijo el chico finalmente.

Annabeth me hizo una mueca de siempre fue as, y salimos caminando detrs de l.

La mesa de ping-pong en el centro de la sala estaba rodeada de sillas una era una silla de ruedas-. Doce en total. Me sent en una a la derecha de Jason y Nico lo hizo a su izquierda. Annabeth se sent a mi lado y a su costado se ubic Thalia. Leo y Piper se sentaron juntos al lado de Nico. Clarisse, de Ares, irrumpi en la sala y se ubic evitando el contacto con cualquiera de nosotros. Luego apoy sus talones en la mesa, y entrelaz sus dedos detrs de su cabeza. Un chico de Apolo, uno de Demter y Travis Stoll de Hermes, entraron y se ubicaron. Por ltimo entr Plux, el hijo de Dionisio. Solo qued la silla de ruedas libre. Quirn entr galopando en la sala.

Tenemos un invitado de ltima hora.-anunci.Cuando todos bamos a preguntar a quin se refera, la mismsima Hera entr en la sala. Vena vestida con una toga blanca nada ms. No tena calzado. Quirn compact sus cuartos traseros en la silla de ruedas. Hera chasque los dedos y un silln apareci en la cabecera de la mesa, donde actualmente nadie se sentaba. Se sent y apoy los codos en la mesa de ping-pong. Bueno. Directo al punto como siempre, espero, Juno.-dijo Jason, mirando a la diosa. Hera.-lo corrigi.- La apariencia de Juno no me gusta. Y aguntate las ironas.-la diosa nos mir al resto.- Percy y Jason dirigirn el ataque principal.-explic Hera. Estaba siendo demasiado directa.

Por qu est hablando tan abiertamente, mi seora?-se atrevi a preguntar Annabeth. Apret su mano contra mi pierna. Hera fulmin a mi novia con la mirada.

Ser porque estoy demasiado preocupada por mi reino. Los dems dioses y yo estamos intentando hacer entrar en razn a mi marido, pero poco atiende. Cuando vea a los dos campamentos griego y romano- luchando bajo una misma bandera contra el enemigo, recapacitar.- Mi seora,-empez Jason- an tenemos que navegar al campamento romano.-

Valdez, cmo va el Argos II?-pregunt Clarisse, cambiando de lugar sus piernas y jugando con su cuchillo.

Est terminado.-dijo Leo, para mi asombro.- Podemos partir maana mismo.-

Hera baj la mirada y se qued pensativa.

No olviden que no pueden confiar en la tierra. Solo pueden viajar por aire o por mar. Y para eso es necesario que Jason y Percy vayan a bordo. He de suponer que separar a Annabeth del hijo de Poseidn sera tan fcil como separar a Leo y a Piper del hijo de mi marido.-prosigui Hera. Todos estbamos en silencio, oyendo detenidamente. Eso era cierto. Yo no ira a ninguna parte sin Annabeth. Yo me apunto.-dijo Nico.

Un hijo de Plutn se alista a la guerra voluntariamente?-pregunt Jason sorprendido.

Un hijo de Hades.-lo corrigieron Hera y Nico al mismo tiempo.- No confundas.-dijo Nico, molesto.

Ahora bien Han de navegar hacia Grecia y llegar antes que los gigantes. Durante el solsticio de verano, el poder de los espritus del viento es dbil, y el nuestro es fuerte, por lo quePero antes de que Hera pudiera seguir hablando, Argos el tipo de muchos ojos- entr en la habitacin. Estaban atacando el campamento.

Jura protegerlos.-Hera se dirigi a Quirn. Juro protegerlos por el ro Estigio.-Quirn se levant y sali galopando, arco en mano, a la vez que se oa un rayo a lo lejos.Captulo 7

El largo viaje comienza

Me levant y sal corriendo de la Casa Grande a la vez que destapaba mi bolgrafo y Riptide emerga de l.

A un lado!-

Pude ver a un enfurecido Leo Valdez cubrindose de intensas llamas rojas, disparando como loco a los atacantes.

Mi lanza! Dnde est mi lanza!?-gritaba Jason, exasperado.

Annabeth la tom de un rincn y se la lanz.

Atrpala!-

El hijo de Zeus la agarr al vuelo y sali disparado hacia los monstruos. Minotauros, soldados huesudos con armasque me recordaban a los de Hades-, y dracaenaes mujeres serpiente-. Tyson!-grit, mirando hacia la forja.

Mi hermano lleg corriendo, y, al ver el ataque, comenz a dar patadas y puetazos a diestra y siniestra a todo monstruo que se cruzara en su camino. Ni siquiera los minotauros eran un desafo para l. Despus de todo, haba peleado contra Tifn l mismo, poda matar a unos cuantos miles de enemigos. Entr en batalla en medio del ruido. Un gigante vena dirigindolos. Por otro lado, Jason, el hijo de Zeus, invocaba un rayo y mataba a uno. Leo Valdez acribillaba a los minotauros con sus flamas, pero todos se levantaban tan rpido como caan. Decapit a una mujer serpiente y rod a un lado evitando el hacha de un minotauro. Piper!-llam Jason, cubrindose del ataque de una dracaenae.- Corre al barco y trelo hasta la orilla de la cabaa de Poseidn!-rod a un lado y atac a la mujer serpiente, desintegrndola.La hija de Afrodita sali corriendo hacia el bosque, pero no la mir ms. Busqu a Annabeth con la mirada y la divis luchando furtivamente contra un minotauro. Corr hasta ella y salt a la espalda del monstruo a la vez que clavaba mi espada en su lomo. Se disolvi y al instante una sustancia negra burbujeante se form en el suelo.

Las puertas de la Muerte estn abiertas!-me grit.- Nunca morirn del todo, no regresarn al Trtaro!-

Qu?!-

Pero no haba tiempo que perder, los monstruos nos iban a fulminar, y si no hacamos algo, destruiran el Campamento Mestizo. Dirigiendo el asalto, vena un gigante de unos cuarenta pies de altura. De la cintura para arriba era humanoide, y sus piernas estaban llenas de escamas de drakn, por lo que sera imposible penetrarlas. Porfirin!-grit Jason.

En efecto.-contest el gigante, elevando su voz sobre el fragor de la batalla. Pos sus enormes ojos en m y se qued mirndome atnito. Luego busc entre la multitud y divis a Nico di Angelo, que estaba levantando muertos para que se unieran a la batalla a nuestro favor.- Increble.-de pronto pareca muy contento.- Hijos de Zeus, Poseidn y Hades en el mismo lugar. Todos preparados para convertirse en mantequilla de man!-

Yo ya no poda ver a Annabeth. Comenc a sentir pnico. Ella me haba advertido que tena que controlarme si no quera causar una verdadera masacre, as que intent calmarme, pero no pude. Aun cuando haca apenas unos das que haba recuperado mi memoria, no podra consentir perderla. Apret el mango de mi espada y me obligu a mirar a Porfirin a los ojos. Eran oscuros, casi sin pupilas, y me miraba fijamente a la vez que disfrutaba de la masacre que estaba causando a nuestro alrededor. Pattico.-dijo finalmente.- No hay coordinacin. Y, saben? Los dioses del Olimpo siempre han reflejado su personalidad en sus hroes. Ser fcil destrozar a Zeus en mil pedazos.- T no tocars a mi padre!-le grit Jason, apuntndolo con su lanza.

En alguna parte, Thalia extendi a gida y entr en combate contra siete u ocho monstruos a la vez. Porfirin slo se ri.

S que t mataste a Encelado.-le dijo a Jason. Luego me mir a m.- Y que t mataste a Anteo hace algunos aos. l tambin era un gigante lo fue alguna vez. Ahora-Antes de que el gigante pudiera seguir hablando, algo detrs de m explot y me lanz hacia Porfirin. Fuego griego lo supe porque el humo era verde-. Pude sentir unas manos rpidas atrapndome y arrastrndome hasta que alguien que sudaba me carg en brazos y me dej en una cama. Pude or unas palabras una vez que estuve quieto. Una promesa que mantener con un aliento final. Nunca antes una profeca me haba dado tanto miedo. Quin haba muerto? Entonces lo record. Juro protegerlos por el ro Estigio. No quera aceptarlo, pero en lo ms profundo de mi ser, lo supe. Quirn haba muerto.

Captulo 8

El campamento romanoDespert, en lo que probablemente fueron horas despus del ataque y mi prdida de conocimiento, en el Argos II. A mi lado estaba Annabeth, dormida sobre mi pecho. Un poco ms all estaba Leo, todo despatarrado sobre un colchn en el suelo. Piper ordenaba algunas cosas de su armario tal como lo hacan las chicas de Afrodita en el campamento-, y Jason estaba dormido sobre su cama, a mi izquierda. Pero faltaban Thalia y Nico. Con cuidado de no despertar a Annabeth, me levant, salud a Piper, y camin hacia la cubierta de proa del barco. Estaba desierta. Poda or el ruido de gida el escudo de Thalia- en alguna parte, pero no podra decir dnde. bamos flotando sobre Nevada. El sol y mi sombra me dijeron que eran las seis de la maana, ms o menos. No podra decir cul era nuestra velocidad, porque si bien mi sentido en los barcos era terriblemente certero, ahora no estbamos navegando sobre el agua. Cmo haban construido este barco en seis meses mis compaeros de campamento con Leo, yo no tena ni idea, ni la tendra nunca. An no lo poda creer, pero el Campamento Mestizo de los griegos ya no exista, y Quirn haba muerto para salvarnos. Si bien l haba sido una vez inmortal, poda morir por la mano de otro, ya fuese dios, mortal o semidis. En cuanto dije la palabra mortal dentro de mi mente, record a Rachel. Bueno, pens, en cuanto alguien despierte, le preguntar si sabe algo. Me aproxim a la barandilla que estaba hecha de madera de pino y placas de bronce celestial como cobertura anti-proyectiles- y mir el horizonte, tratando de tranquilizarme. Poda ver a lo lejos el mar, y, ms all, el ocano. Mir al cielo. Poseidn y el resto de los dioses estaran mirndonos con suerte-. Tante mi bolsillo, y all estaba Riptide en su forma de bolgrafo. Me qued pensando en mi estada en el Campamento Mestizo de los romanos, y en el momento en que me haban nombrado Pretor jefe del campamento, solo Lupa tena ms autoridad que yo, y era la nica que poda revocar mis rdenes- solo por dirigirlos a una victoria sobre un grupo grande de monstruos muy fuertes. Recordaba que sobre la cabaa de Jpiter, haba una escritura en latn. Rex Regum, et omnium gubernatur, que significaba Rey de Reyes y de todos los gobernados. En ese momento, el barco gir levemente hacia la izquierda y apunt hacia San Francisco que an no se vea desde aqu, desde Las Vegas-. Mir el resto de la cubierta del barco. El timn estaba hecho de bronce celestial en su ms puro estado, y tena diamantes rojos incrustados por todo la parte circular, perfectamente dividida en treinta y dos partes, como la Rosa de los Vientos. Entonces le, en el centro del timn, aquella misma inscripcin, pero en griego antiguo. . Abajo estaba en latn. Rosa ventorum. Apart la mirada y me fij en la balaustrada de la escalera. Era de madera de roble lustrada de dnde la haban sacado, yo no tena ni idea. Los hermanos Stoll deban de haber andado detrs de eso-. El mstil meda unos setenta pies de altura y era de roble tambin. Me sent sobre un barril vaco, y me qued mirando al frente. Ahora bamos mucho, mucho, ms rpido. No saba quin conduca, pero saba hacerlo bastante bien. Todo bien?-

Me volte para ver quin era. Annebeth. Su rubio cabello estaba revuelto, y sus ojos grises, a medio camino de abrirse del todo. Se sent a mi lado y apoy su cabeza contra la pared de madera del barco.

S.-dije.- Oye qu fue de Rachel?-

Ella se entristeci.

Lo siento, Percy.-dijo, al cabo de un rato. Movi su cabeza a mi pecho y la rode con los brazos.- No pude hacer nada. Fui a buscarla cuando nos atacaron, -entend que ella haba ido a la cueva de Rachel cuando yo la haba perdido de vista- pero ya ya estaba medio muerta. Y me dijome dijo que me fuera y que cuidara de ti, y de todos.-dijo, con dificultad.-

Me acord de Thalia y Nico.

Tienes idea de si Thalia y Nico estn a bordo?-

Ella asinti con la cabeza. Apunt una escalera de bronce celestial que ascenda un nivel por encima de nosotros y desapareca de la vista.

Duermen arriba, con Argos.-me explic.

Argos? El tipo ese con muchos ojos? Est aqu?-

S. l es quien est navegando el barco.-

Entonces una lnea de la profeca retumb en mi cabeza. Una promesa que mantener con un aliento final.

Annabeth.-empec.- Um-no saba cmo preguntarlo, pero tena que hacerlo tarde o temprano.- Quirn ha muerto?-mi pregunta sali de mi boca sin piedad, como si quisiera matarla.

Ella se entristeci y se puso a llorar desconsoladamente, a la vez que asenta con la cabeza.

Lo siento, no quera preguntarlo as, solo Lo siento.-dije, apretndola contra m.

No, t no tienes la culpa.-dijo. Su voz quebrada me hizo sentirme dbil.- Quirn muri como un hroe. Tratando de impedir que nos mataran. Pero de todas formas vamos a morir, segn la profeca.-

La profeca otra vez, maldicin.

Tranquila, no dejar que te pase nada.-mi promesa sali de m como un escudo, pero yo no estaba seguro de nada no poda estar seguro de nada. Sin embargo, Annabeth alz la vista y se qued mirndome durante un rato, como emocionada.

Eres tan romntico a veces.-dijo, con una sonrisa y un tono soadores.

En ese momento, yo me senta bien. bamos llegando a San Francisco ya. Habamos ido verdaderamente rpido este ltimo tramo, lo suficiente como para llegar a San Francisco desde Las Vegas en una hora. Desde luego no era como viajar a lomos de un centauro, o hacer un viaje sombra sobre mi perro del infierno, pero bueno qu ms da. Annabeth, sabes dnde est la seorita OLeary?-

No la has visto?-me pregunt, apuntando a un gran bulto negro cerca de la balaustrada de estribor.

Pero ahora estaba durmiendo, as que no la molest. Ya poda ver el campamento romano alzndose cerca de la costa. Divis la cabaa de Neptuno en la que yo haba estado alguna vez-, y llev a Annabeth hasta la baranda del barco.

Ah.-le dije.- Ah est el campamento romano.-

Dnde, Percy? No puedo verlo.-

Record las protecciones.

Ego,PercyJackson,licentiahuius nauispro omninavecastra Romanaingredi.-dije, en latn.

Dijiste algo as como que nos-Annabeth se qued boquiabierta, mirando al campamento romano- dejabas entrar?-

Doce enormes cabaas se erguan formando un crculo. Las montaas de alrededor, todas escarpadas, estaban resecas por el sol. Un grito nos lleg desde abajo. Era la loba Lupa.

Ave, Perseus Jackson, filius Neptuni!-

Captulo 9Nos tomamos un pequeo descanso

Record de pronto que Annabeth haba dicho que bamos a hablar con Grover. Alc la mano y obligu a las aguas a que formaran un espejo al lado de la cubierta de proa del barco, donde nosotros estbamos. Annabeth, -dije- tienes un dracma?-

Ten, toma.-me lo tendi. Pareci recapacitar en que yo haba llamado a las aguas.- Con quin vas a hablar?-

Con Grover.-le dije- Ayer dijiste que hablaramos con l, pero nos olvidamos y acabo de recordarlo.-

Ella no contest, slo se aferr a mi brazo mientras yo lanzaba el dracma al agua y deca:

Oh, Iris, diosa del Arcoris, mustranos a Grover el stiro.-

En el agua se form una niebla muy espesa, y luego, de un segundo a otro, apareci un tipo con cuernos y piernas peludas. Estaba en el coliseo, segn pude adivinar.

Vaya, no has cambiado, vetus cuckold viejo cornudo en latn-.-le dije a Grover, que se sobresalt y desenvain su cuchillo y se mantuvo alerta hasta que nos vio.

Percy!? Eres t?!-

Pareca que quera abrazarme a travs del mensaje Iris. Cuando pareci reparar en que no poda, se qued quieto, pero en sus ojos poda ver la excitacin mezclada con la sorpresa y la vergenza.

Hermano, dnde estabas?!-cuando le iba a explicar, pareci cambiar de idea- No, espera, no lo hagas, me lo cuentas cuando pasen por m.-pareca estar demasiado feliz como para querer una mala noticia justamente ahora. Mir a Annabeth.- Tengo una noticia para ustedes. Una grande.-inform. Se aclar la garganta, como dndose importancia.- Ustedes saben que a pesar de mi apariencia, tengo ms aos que los que un humano tendra.-empez.- Tengo treinta y un aos ahora.-

Grover, qu quieres decir?-pregunt. Mir a Annabeth y sus ojos la delataban. Estaba intentando anticiparse a la noticia de Grover, pero no pareca capaz.

Y Enebro tiene veintisis.-

Ya lo tengo.-susurr Annabeth, solo para m.

Ella est-Grover saltaba de alegra y de desesperacin. Sus zapatillas saltaron de sus pezuas- Est embarazada, muchachos!-Annabeth y yo nos miramos. Su mirada era un lo saba, mientras que la ma era sorpresa pura al estilo de Qu!!!??? Grover, eso es!-me volv hacia l.- Eso es fantstico!-

S, cierto?!-

Annabeth mostraba felicidad por l y finga una sonrisa de sorpresa. De repente una ttrica idea cruz mi cabeza y la estpida pregunta sali de mi boca sin ms. Si t y yo tenemos un hijo alguna vez, no saldr de tu crneo, cierto?-Annabeth me fulmin con la mirada.

Supongo que no.-dijo, finalmente.

Grover estaba mirndonos atentamente como si furamos motivo de gracia para l.

Bueno, muchachos, en realidad Enebro me haba mandado a comprar unas cosas, as que bueno, los dejo planificar un parto crneo-cerebral-Annabeth le grit.

Grover!!!-

Pero l se mataba de risa.

Era broma, era broma. Ya, de verdad, los dejo. Tengo que irme. No se olviden de parar en Roma y recogerme. Y t, idiota, -me mir a m.- no vuelvas a perderte de nuevo o tendr que darte un paliza!-

Antes de poder decir algo ms, l desapareci de la vista.

En cuanto bajamos al mar, todos y cuando digo todos, me refiero a Leo, Jason, Piper, Thalia, Nico, Annabeth y yo- descendimos del barco. Los romanos no nos dieron una bienvenida clida iban todos vestidos con armadura de combate, escudos, picas y lanzas, adems de espadas-, pero al vernos a Jason y a m sus dos antiguos Pretores-, bajaron las armas. Lupa se sent en el suelo y nos observ con aire curioso. Reconoca solo a tres de nosotros siete. A m, a Annabeth por haberla visto en el mensaje Iris la otra noche- y a Jason. Los dems se presentaron lo ms educadamente que pudieron despus de ser apuntados y amenazados de muerte. As que,-deca Lupa- un hijo de Vulcano, una descendiente de Venus, otra ms de Jpiter, y-mir a Nico con muchsima curiosidad- uno de Plutn.-se rasc la parte de atrs de la oreja con la pata derecha de los cuartos traseros, tal como haba hecho la ltima vez que hablamos. Sola hacer eso solo cuando estaba sorprendida.

Nico no pareca tener ganas de decirle que su padre era Hades y no Plutn, por lo que solo hizo una mueca de desdn y desvi la mirada hacia el ocano. Solo estn aqu de paso, verdad?-Lupa se volte a los campistas y ladr algo en latn, demasiado rpido como para que yo entendiera, pero capt las palabras abandonen y prisa.- Esta nica vez en la historia, griegos y romanos lucharn bajo la misma bandera.-inform, sin signo ninguno de emocin.

Sin decir nada ms, peg un salto y aterriz en el barco.

Captulo 10

Rumbo al estrecho de GibraltarAhora ramos unos trescientos en el barco. El Argos II haba sido diseado y construido para una tripulacin de mil hombres. Lupa y unos hijos de Trivia Hcate para los griegos- encantaron los camarotes para hacerlos ms grandes, y hasta nos construyeron camarotes individuales a los siete mestizos Annabeth, quien no pareca muy tentada, Jason, Piper, Leo, Thalia, Nico y yo-. La tarde fue aburrida. Hoy era veintiuno de junio, solsticio de verano. En cuanto pasamos Washington D.C., Argos nos dej caer de lleno al agua y yo nos impuls hacia adelante, hacia el estrecho de Gibraltar. Habamos decidido que sera nuestra primera parada. Inglaterra no era segura, y Portugal no nos serva absolutamente de nada. Solo podamos llegar hasta ah y descansar para luego ejecutar el tramo final hacia Grecia. Mis sueos eran molestos. En ellos pude ver conversaciones entre titanes, y comprend qu era lo que le pasara al cielo.

Estaba en un lugar oscuro, casi no haba luz. Los que hablaban eran dos tipos que iban solo en taparrabo. Sin embargo, aunque su apariencia era totalmente ridcula, lo que escuch me dej perplejo. Fueron solo unas pocas palabras, pero el miedo se col en m.

Aprovecharemos su defecto fatdico.-dijo uno. El orgullo.-concluy el otro.

S. Y luego usaremos el del otro.-dijo el primero.

Todos para uno, y uno para todos.-el segundo hizo una pantomima como si estuviera haciendo eso con todo un grupo.

Y despus el seor descender de los cielos.-

Urano, dijo alguien dentro de mi cabeza. De no haber sido porque Annabeth me despert, habra seguido con ese sueo. Estaba interesante, aunque me haba cargado de miedo con muy pocas palabras. Ey.-le dije.- Acabo de tener un sueo.-

Ella se ruboriz.

Sobre qu?-quiso saber.

Tu defecto fatdico.-dije.- El orgullo.-

Los msculos de su cara se calmaron de pronto.

Ya s cul es mi defecto fatal, Percy.-me dijo.

S, pero solo ten cuidado. Promteme que no dejars que te pueda el orgullo.-Ella suspir.

Percy-

Promtemelo.-la cort.

Asinti con la cabeza. Tom una de mis manos.

Ven, Jason quiere hablarte.-

Sobre qu?-quise saber.

Programas de entrenamiento. Los romanos no pueden estarse quietos.-

Asent de mala gana y me vest. Salimos a la cubierta de popa, donde estaban los romanos y los hijos de Trivia haciendo aparecer unos maniques con cabezas de monstruos. Chasquearon los dedos otra vez, y los dieron a la vida. Los romanos atacaron uno tras otro, desorganizados. Lupa les ladraba en latn instrucciones para que formaran una falange un movimiento griego, pero ahora reformado-. No se acomodaron en una fila, sino que formaron una recta oblicua a la de los monstruos. Cargaron uno detrs del otro en diagonal y arrasaron con todo a su paso. Los maniques cayeron desarmados al suelo y los hijos de Trivia se dedicaron a aplaudir.

Genial.-dije en voz alta.Jason se volvi. Thalia lo miraba con felicidad, viendo la eficacia de la formacin de ataque de su hermano.

La hemos practicado durante mucho tiempo.-dijo el hijo de Zeus, quitndose el casco con penachos.- Por fin da resultado.-admiti.- Hemos estado entrenando durante horas, pero esto es pan comido. Les hace falta un verdadero reto.-Lupa sacuda la cola, evidentemente feliz, pero solo lo demostraba de esa forma. Su hocico no deca nada, y sus ojos estaban quietos en Jason. De pronto, movi su cabeza a la derecha, achic levemente sus ojos, y corri hacia Jason a la vez que se volva hacia l. Salt sobre su pecho abriendo la boca y gritando. Al suelo!-

Antes de que ninguno de nosotros reaccionara, un centenar de flechas rasgaron el aire hacia nosotros. No pens en nada ms y salt hacia Annabeth, atrapndola por la cintura y estampndola contra el suelo.

Ay!-grit ella.

Antes de que ninguno de nosotros dijera algo ms aparte de Ah, Oh o Ay, las flechas comenzaron a clavarse en el suelo de madera. Thalia lleg corriendo y nos cubri a los tres con gida, mientras Nico alzaba una barrera negra y cubra el barco. Su dominio haba aumentado mucho desde la ltima vez. La seorita OLeary vino corriendo desde la proa y se estacion en medio de la cubierta, batiendo la cola y ladrando alegremente. Quiz pensaba que las flechas eran comida. De pronto, la barrera se estremeci. Nico afianz ms el escudo, pero el poder atacante pareca levemente ms fuerte que el suyo. Y tena un garrote. Otro golpe se escuch y el escudo se rasg un poco. Hubo otro golpazo y un gigante hiperboreano salt a la cubierta desde el agua. Apart a Thalia de un manotazo y gida vol directo al timn. Por suerte, Piper, que estaba ah arriba, lo atrap al vuelo. Me levant exasperado y destap a Riptide casi al mismo tiempo que la sacaba de mi bolsillo. Era una estupidez hacer lo que cruz mi cabeza, pero senta la necesidad de demostrar que yo era mejor que Jason quien por alguna razn haba ocupado mi puesto de lder-. Cargu contra el hiperboreano y lanc un mandoble seguido de una estocada -luego de rodar esquivando su ataque-. Un enorme tajo y una herida de diez centmetros de profundidad aparecieron en el gigante, pero eso no lo detuvo. Pude escuchar a Annabeth gritar que otro hiperboreano saltaba al barco y Jason y Leo fueron a por l. Esa pequea distraccin me habra costado la vida si no portara la maldicin de Aquiles. El garrote del gigante choc con mi cabeza y me mand a volar. Me di de espaldas contra la balaustrada del borde. Me dola todo, pero saba que no morira salvo que me tocara en aquel punto en mi espalda. Pude ver a Leo incendiando a un hiperboreano, a Jason clavndole su lanza a uno en la cara, y a Nico y Thalia intentando evitar que otro gigante matara a Annabeth. Me puse dolorosamente de pie e invoqu a las aguas. Sent un tirn en las tripas y algo parecido a una serpiente marina naci del ocano Atlntico. Se retorci en el aire, rodeada de pinzas y patas puntiagudas, y carg contra los hiperboreanos. No tuvieron la ms mnima oportunidad. La serpiente cort a uno por la mitad, decapit a otro de un pinzazo y devor a un tercero sin piedad. A continuacin la dirig hacia el lugar del que provenan las flechas. Los arqueros no tenan miedo ninguno, pero para mi serpiente marina no eran rivales. Las flechas la traspasaban sin hacerle dao alguno. Poco despus, pude or a mi nueva mascota rasgando la carne de los enemigos o devorndolos incluso puede que haya volatilizado a unos cuantos-. En cuanto me pareci que estbamos a salvo, la dej volver al ocano y fundirse con l. Todos se levantaron empapados y atnitos. No entendan cmo yo tena tanto poder sobre el agua. Solo Jason mantena su expresin normal. Obviamente, l hacia las mismas cosas con los rayos y el cielo. Poco despus, los tripulantes, incluyendo a los romanos-estallaron en vtores. Acababa de salvar el da. Todos me palmearon y luego Annabeth se qued aferrada a mi brazo. Thalia pareca sorprendida, pero volaba en otra direccin. Se qued mirando al frente. Espaa y frica ya empezaban a hacerse visibles.

Captulo 11

La decisin de mi vida

Me senta terriblemente cansado quiz por haber invocado a esa serpiente de poder descomunal-. Camin lentamente hasta mi camarote y empuj la puerta. Eran las ocho de la noche. Pronto sera la cena, pero yo no tena hambre. Mis tripas estaban revueltas y apretujadas en mi interior. No haba alcanzado a derribarme sobre la cama, cuando alguien golpe la puerta. De mala gana, me arrastr hacia el objeto en cuestin y abr. Era Annabeth, tal como yo esperaba. Y seguramente ahora me iba a bombardear con preguntas como Cmo llamaste a esa cosa?, Te sientes bien? o, quizs, Poseidn te ense eso?.

Ests bien?-pregunt, metindose en la habitacin.- Acabamos de lanzar el ancla. Estamos cerca de la costa de Marruecos. En Punta Cires.-me inform.

La verdad me importaba bien poco dnde estbamos. Solo quera descansar. Me derrumb en la cama a la vez que me quitaba la remera naranja del campamento. Adems de que me traa nostlgicos recuerdos, tena mucho calor, como si invocar a aquella serpiente me hubiera hecho subir la temperatura. Comemos en una hora.-dijo, sentndose a mi lado.

Annabeth.-dije. Tena que hablar con alguien sobre mi sueo, y saba que ella era la persona indicada.- Tuve un sueo. Sobre la lnea de la profeca de Rachel. Eso sobre el cielo.-Annabeth alz las cejas.

S? Y qu viste?-

Le cont rpidamente mi sueo, pero evit decir que los titanes nunca haban pronunciado a Urano. Es ms, muy seguro de m mismo, dije que ellos lo haban nombrado.

Pero-ella pareca confusa.- Aunque fue muy indirectamente, Urano le cedi a Zeus parte de su poder, por qu ahora lo querra derrocar? l no tiene nada contra los dioses. Es ms, odia a los titanes.-Annabeth frunci el entrecejo, tratando de pensar.

No lo s bien, pero algo est claro, no? Urano manejaba el cielo en las antiguas historias, cierto? La profeca de Rachel deca Contra toda voluntad, el cielo se oscurecer. Urano abandonar el cielo y se unir a la lucha.-me senta emocionado. Haba descifrado una profeca.Annabeth apret los puos y los msculos de su cara se tensaron.

No s, Percy, esto me resulta difcil de comprender. Urano no tiene motivos para ayudar a Gea, l la odia desde que le tendi la trampa con Cronos para castrarlo.-

Un escalofro recorri mi columna vertebral. Castrarlo, pens.

Como sea, solo quiero que me prometas que tendrs cuidado. Tu defecto es el orgullo, as como el mo es dar todo por alguien solo porque-me qued pasmado en el acto.

Annabeth pareci leerme el pensamiento, porque al instante replic algo.

Los titanes hablaban de nosotros.-dijo, sorprendida.- Um-se mordi el labio inferior con los incisivos centrales superiores.- Esto es todo muy raro. Por qu alguien iba a usarnos, justo a nosotros dos?-

Por primera y nica vez en mi vida, ca en cuentas antes que ella.

Porque as provocaran una guerra entre Atenea y Poseidn.-dije sbitamente.- Acurdate de que se odian desde que Atenas eligi a tu mam como patrona. Atenea creera que yo te he secuestrado, se enfrentara a Poseidn y se desencadenara una guerra que acabara con los dioses sin esfuerzo de parte de los titanes. Adems, seran dos semidioses menos.-agregu, como conclusin.

Annabeth pareca incrdula.

No, ese no puede ser el motivo-

Por qu siempre quieres tener razn?-le plante, enojado.

Ella me clav la mirada. Acababa de cometer un error. Sin decir una palabra ms, se levant, cruz la puerta, y la cerr de un golpazo. Bien, pens La culpa es toda ma. Pero estaba muy cansado. Cerr los ojos y me dispuse a dormir. Curiosamente, tuve un sueo tranquilo, sin ninguna interrupcin. Despert al da siguiente con un hambre terrible. Comprob la hora y decid bajar a desayunar. Sal de mi habitacin y me dirig a la bodega, pero al llegar, nadie estaba comiendo. Lupa estaba parada en dos patas porque sus cuartos delanteros estaban en la mesa donde se sentaba Jason- y deca algo en latn. Solo capt las palabras desapareci y enfurecida. Enfurecida? No entenda nada. Curioso, anoche haba descifrado una profeca como nunca antes en mi vida y ahora casi no entenda el latn. Piper, la hija de Afrodita, se volte hacia m y me mir.

Annabeth desapareci.-dijo con voz lenta y apacible, tratando de no exaltarme.

Demasiado tarde, comprend que era la trampa que haban planeado los titanes en el fondo del Trtaro. Aprovecharemos su defecto fatdico., haba dicho uno. El orgullo., haba respondido el otro. Exasperado, camin hasta la cubierta y me aferr a la barandilla. Dnde ests, Annabeth?, pregunt, para mis adentros. Tena dos opciones ahora. Ir a buscarla, desviando el curso del barco, o seguir adelante y hacer caso omiso de su rapto. La primera decisin destruira al mundo, y la segunda quiz lo salvara. Ni siquiera la decisin de darle a Luke el cuchillo dos aos atrs haba sido tan difcil. Al menos all solo haba una opcin con esperanza. Aqu haba dos. Una era propia, encontrar a Annabeth. Y la otra era colectiva, seguir adelante. A mis espaldas, hubo una explosin de una supernova. Me volte. All estaba Hera, la reina de los dioses.Captulo 12

Una decisin egosta Percy.-comenz la diosa.- S cmo te sientes.-

Yo, terco y testarudo, negu.

Con todo respeto, no creo que lo sepa.-

La diosa se adelant hacia m.

S que lo s. He visto a muchos hroes sufrir, y su camino nunca termina bien. Solo Perseo acab feliz su camino.-Asent, recordando la historia.

Solo que todas las mujeres que se acercaban a l, terminaban muertas.-dije, con melancola.

Hera carraspe.

Eso siempre sucedi. Con todos los hroes.-

Me di la vuelta dispuesto a pegarle un puetazo, pero me contuve.

Siempre tienen que recordarme que no voy a ser feliz nunca, verdad?-le pegu una patada a un barril vaco, que vol hacia una escalera y se rompi con un ruido ensordecedor.

Puedes cambiar eso.-me dijo, repentinamente.

No crea en lo que oa. Un dios me tentaba a cambiar el destino?

Por qu me lo dice? No era que nunca decan nada porque los hroes siempre tienden a cambiar su destino? Ni siquiera ustedes aspiran a hacer eso. Si algn da se les aparece Delfos y les dice que los van a matar a todos, no haran nada. Se sentaran a esperar que los mataran, cierto?-me sent en el suelo y apoy mi espalda contra la barandilla de bronce celestial del barco.

S. Somos-Hera trag saliva y pareci obligarse a decir aquellas palabras.- Somos bastante idiotas.-dijo, con dificultad.

Por qu hace esta reflexin?-pregunt- Por qu me lo dice slo a m? Por qu no molesta a su marido y lo obliga a bajar y ayudar?-me senta realmente furioso con los dioses, casi como Luke aos atrs. Tena miedo, senta odio y desesperacin, y tena la urgente necesidad de salir corriendo a buscar a Annabeth.

Porque nadie ms me escuchar. La mente de un semidis no madura a la misma velocidad que la de un humano. Madura el doble del rpido. Si bien tienes casi dieciocho aos, tu mente trabaja como la de un humano de casi treinta y seis.-la diosa mir al cielo y luego volvi a mirarme.- En el pasado, s que hemos tenido malas experiencias. Pero soy la diosa de la familia. Y s lo que se siente perder a un ser amado. Para unirme a Zeus, tuve que abandonar a mi familia.-

Yo nunca he hablado de-

Hera suspir.

No intentes engaarme, no puedes. T no quieres a Annabeth, la amas. Porque tu mente est preparada para amar, lo quieras o no, y Afrodita te tild hace mucho.-

Asent por las malas. Hera deba saber de mi conversacin con Afrodita aos atrs.

S, s sobre eso, semidis. Ares te fue a buscar y te forz a hablar con Afrodita. Ella te dijo que una bsqueda por amor la emocionaba ms que una bsqueda por matanza, cierto?-tragu saliva.- Descubrirs que Afrodita y yo somos muy amigas. En realidad-Hera suspir otra vez, como tratando de asumir cosas que nunca crey que tendra que reconocer, mucho menos ante un mortal.- Lamento haber tirado a Hefesto cuando vi que no era hermoso.-yo casi poda or a Hefesto rindose de su madre en el Olimpo.- Te lo repito. Soy la diosa de la familia, del matrimonio. Y nada me gustara ms que ver una familia unida. Sabes muy bien que no me refiero a ti y a tu madre. Esa parte ya est zanjada. Poseidn ahora puede visitarla de vez en cuando, y gracias a m, tu padrastro no se enoja.-

Qu intenta decirme?-pregunt otra vez.

Ella suspir de nuevo, tratando de soportar mi ignorancia.

Ve a buscar a Annabeth.-me dijo.- Busca en el Monte Tubqal. Ahora, he de irme.-

Hera comenz a brillar, pero la detuve.

Espere.-le dije- Gracias.-

La diosa sonri como si hubiera esperado durante siglos que yo le diera las gracias, y luego desapareci. Me volte a tiempo de no verla estallar porque si la hubiera mirado, ahora estara muerto-.Comenc a empacar mis cosas. Ira a buscar a Annabeth. La tercera lnea de la profeca son en mi cabeza. Una promesa que mantener con un aliento final. No le di importancia, de todas formas iba a morir al final. Acababan de meterse con la persona equivocada.

Al menos llvate algunos soldados.-me aconsej Jason.- Te harn falta.-l tena razn, pero este viaje era slo mo. Adems, necesitaba todas sus tropas.

Jason.-le dije, poniendo mi mano en su hombro.- Esta bsqueda es slo ma. No quiero exponer a nadie ms.-

Pero, y si la tienen los gigantes?-pregunt, con algo de miedo en su voz.- No podrs matarlos t solo. Necesitars ayuda de un dios. Solo dioses y semidioses trabajando juntos pueden hacerles frente. Y cada vez estamos ms divididos. Anoche, en sueos, mi padre Jpiter me habl y me dijo que una guerra entre dioses es inminente. Minerva y Neptuno se enfrentaron anoche. Me dijo que si no hay noticias para dentro de tres das, no habr acuerdo que pueda frenar su guerra, ni amnista que alcance para perdonar la cantidad de muertes que causarn.- Tres das es ms que suficiente.-le contest.Curiosamente, Jason se despidi de m con un abrazo amistoso y me recomend una ltima vez que tuviera cuidado. Hera me haba dicho que encontrara lo que buscaba en el Monte Tubqal. Anteriormente, Atlas, el titn, haba estado ah sosteniendo el cielo, hasta que los dioses se haban trasladado a Amrica y Atlas haba ido a parar al Monte Othrys bueno, en realidad, al Monte Tamalpais, pero qu ms da-. Los dems no sabran que me haba ido hasta dentro de ms o menos diez o quince minutos. Ech a correr. Las montaas estaban ante m, esperando que llegara. Tenan algo que me perteneca. La primer noche a la intemperie, me hizo recordar lo mucho que Annabeth y yo habamos luchado por un mundo sin temor, cunto habamos peleado por que Cronos no gobernara el mundo. Me puse a llorar sin consuelo y clav a Riptide en el suelo. Sin saber exactamente por qu, me puse a rezarle a Poseidn, como si l pudiera ayudarme. A continuacin, el cielo se abri formando un embudo y algo baj de l a gran velocidad. Se estac en la tierra y se qued inerte, como esperando que yo lo tomara. Era un sencillo palo de madera. No puede ser.-

Me adelant y lo arranqu del suelo. Era el tridente de Poseidn. No poda creer lo que vea.Captulo 13

Un encuentro de lo ms raro

El monte Tubqal an estaba muy lejos. Yo ya comenzaba a arrastrarme por la falta de comida y apenas consegua seguir caminando. Seguramente, Hera y Afrodita estaban detrs de m, empujndome a seguir adelante. Pero solo me reconfortaba la idea de encontrar a Annabeth antes de que Poseidn y Atenea comenzaran una guerra. Entonces ca de rodillas y me qued observando la formacin rocosa que estaba por all a lo lejos. Algo vena volando desde all. Me aferr al tridente de mi padre y me puse de pie apoyndome en l. La nica razn por la que la tierra no me haba tragado era porque portaba esa arma. De lo contrario, ahora estara en lo ms profundo del Trtaro. La cosa que vena volando result ser una esfinge. Se plant delante de m, y se dispuso a imponerme un desafo para dejarme pasar. Joven.-me dijo.- Qu haces aqu?-

Era difcil confiar rpidamente en una esfinge, as que elabor una respuesta completa que solo le habra dado a un amigo muy cercano. Si omita algn detalle o responda errneamente a sus adivinanzas, me matara. Comenc a recopilar los hechos esenciales, y le contest. Estoy aqu buscando-decid que sera mejor no mentir, y confi en Hera.- Estoy buscando a la persona que amo, porque los gigantes la han secuestrado para llevarme hasta ellos y matarme, para as provocar una guerra entre los dioses.-

La esfinge se qued pensando un momento y suspir.

Te quedan dos vidas.-me inform. Cuando yo iba a preguntar por qu, ella contest.- Los titanes no estn intentando vengarse de ti. Son rencorosos, s, pero eso no les impide darse cuenta de que si Gea se alza, no tendrn oportunidad de matarte.-se tom un momento.- No, ellos no intentando vengarse de ti ahora.-le esfinge se sent y se revolc en el suelo, llenndose de tierra. Pero en mi sueo, dijeron que aprovecharan mi defecto fatdico y el de Annabeth. Y luego dijeron que Urano-

La esfinge neg con la cabeza.

Deja al titn primordial fuera de esto.-dijo, ponindose de pie otra vez. Pero bueno, no he venido a que hablemos de eso. Quieres encontrar a esa que buscas?-asent con la cabeza.- Bien. Si contestas cinco de mis siete preguntas bien, entonces te llevar a donde desees.-las esfinges no eran conocidas por cumplir sus tratos, pero acept.- Ven, sintate aqu.-me dijo. A continuacin peg un rugido y una casa terriblemente acogedora sali de la nada.La esfinge se adelant y abri la puerta de un golpazo con las zarpas delanteras. Yo entr con el tridente de Poseidn en la mano. Antes de cruzar el umbral, mir mi sombra y supe que eran las cuatro de la tarde del tercer da. Si para hoy al anochecer no haba noticias de Annabeth, estallara la guerra. Dentro de la casa, no haba prcticamente nada. No haba ventanas, no haba cocina ni dormitorio, era algo solo para estar dos segundos y salir disparado hacia afuera. Por dentro no era tan acogedora como lo pareca desde afuera. Haba calaveras colgando del techo, y telaraas en cada rincn. Solo haba una silla. Ella no puede sentarse., record. De pronto, como leyndome el pensamiento, la esfinge dobl sus patas traseras y apoy su trasero en el suelo. Tuve que tragarme las palabras. Bueno. A juzgar por tu cara, tienes poco tiempo. Vayamos directo al grano. Bien, veamos.-llev sus ojos arriba a las calaveras y pareca estar contando cuntas tena cuando solt la pregunta.- Qu es ms grande que el mismo Zeus y ms malfico que la misma Gea?-

Ms grande que Zeus y ms malo que Gea? No puede ser las dos cosas a la vez. Mi cerebro estaba en blanco. Estaba por decir que no lo saba, cuando se me ocurri. Nada es ms grande que Zeus, y, a la vez, nada es ms malo que Gea. Me aclar la garganta. Nada.-contest.

El rostro femenino de la esfinge sonri.

Bien. Vamos por la segunda.-carraspe- Quin fue el nico que no naci como todos nosotros y cuando muri se lo enterr en el vientre de su madre?-

Bien, esta era fcil. Yo haba ido a la iglesia con mi mam muchas veces, solo por acompaar a Paul mi padrastro-. Mi mam y yo no creamos en Dios. Tenamos comprobado por otros medios que no exista.

Adn.-dije.

La esfinge sonri de nuevo.

Esas dos eran fciles. Ahora viene lo bueno.-dijo.- Toda mi vida se reduce a un mes. Tengo cuatro etapas, y aunque me veas pobrecita, estoy siempre en lo ms alto.-

Maldita sea, no entenda nada. Toda mi vida se reduce a un mes? Tengo cuatro etapas, y aunque me veas pobrecita, estoy siempre en lo ms alto?.

De acuerdo.-dije.- Est bien. No lo s. No tengo la ms mnima idea.-baj la cabeza, intentando pensar que an tena una vida ms.

Captulo 14

Una esfinge curiosaLa esfinge pareca decepcionada. Suspir y se acerc a m, preparada para matarme de un zarpazo si erraba de nuevo antes de juntar cinco de siete preguntas correctas. Un reloj que haba en la pared son trece veces. La esfinge me mir, esboz una sonrisa y plante otro acertijo.

Qu hora es?-

Yo estaba por decir que acababa de dar a conocer que haba pasado una hora desde las doce del medioda, pero algo me detuvo. Antes de entrar, yo haba mirado mi sombra, y haba descubierto que eran las cuatro de la tarde. Tambin record que en la antigedad, las esfinges se caracterizaban por plantear acertijos traicioneros y ser austeras. Hora de llevarlo a arreglar.-le dije.

Como en dos ocasiones anteriores, la esfinge sonri.

Tres de cuatro hasta ahora, Persus Jackson.-me dijo. Era normal que todos esos bichos conocieron mi nombre, as que no me sobresalt.- Vamos con la siguiente. Esta es fcil.-me mir a los ojos.- Me llaman lavandera, mas nunca toqu el jabn. Siempre que me veas, estar en puesto de honor.-la esfinge se revolc en el suelo, intentando distraerme, pero yo ya tena la respuesta preparada.

La bandera.-dije.

La esfinge se detuvo en seco, con su panza apuntando al techo, y me sonri de nuevo. Replic con otra adivinanza.

Si es joven, joven siempre ser. Si es viejo, viejo ser siempre. Tiene boca pero no habla, as como tiene ojos pero no ve.-extendi sus patas e hizo una pantomima. Pareca que le estaban sacando las tripas. Luego rod sobre su espalda y se acomod delante de m otra vez. Bueno, pens. Veamos. No ve pero tiene ojos. No habla pero tiene boca y es fsicamente inmortal. No puede ser un dios, porque ellos ven y hablan. As que De acuerdo.-me rend al rato.- No s de qu demonios est hablndome.-declar.

La esfinge llev sus labios a un costado y neg con la cabeza. Si me equivocaba de nuevo, me matara.

Has usado tus tres vidas, Perseus Jackson. Ya s cmo acaba esto, pero me veo en la necesidad de darte a conocer la ltima adivinanza.-se par en dos patas y puso las dos delanteras en mis piernas. Slo por si acaso, apret fuertemente el tridente de Poseidn en mi mano derecha y me prepar a usarlo si erraba.- Vence a los mayores depredadores. Vence a seores y reyes. Nadie puede oponrselo. Es el nico que puede parar una guerra de un segundo a otro.-Genial., pens. A ver, veamos. En realidad no tena ni idea de lo que iba a contestar, pero algo tena que decir. Me puse a pensar detenidamente. Record a Hypnos, el dios griego del sueo. Annabeth haba dicho una vez que los chicos de Hypnos rara vez salan de su cabaa.

El sueo.-contest, bastante seguro de m mismo.

La esfinge pareca feliz de ayudarme en vez de comerme. Me gui hacia afuera de la casa y me dej subir a su lomo. Extendi las alas y emprendi rpidamente el vuelo. El aire me daba en la cara como aquella vez que haba viajado a lomos de mi perra del infierno en un viaje sombra desde el Campamento Mestizo hasta Connecticut y otros lugares ms. Le indiqu a la esfinge que quera ir a la cima del Monte Tubqal, y hacia all se encamin. Cuando bamos llegando, me pareci que no haba nada all, pero luego lo vi. Un gigante de unos treinta pies de altura estaba parado cerca de la cspide que estaba bien definida-. Haba una espada de unos cuatro metros de largo clavada en la ladera, y de ella colgaba Annabeth. Sus pelos estaban enmaraados, y su cara y brazos estaban cubiertos de tajos. Me distraje un momento al ver una mancha que oscureca su remera naranja del campamento. No poda ser cierto. La esfinge rugi de furia no supe entonces por qu- y se lanz en picado sobre el gigante. En el ltimo instante salt a un lado y rod por el suelo a tiempo de ver a la esfinge desfigurando la cara del gigante con sus garras. Corr hasta Annabeth y cort la cuerda que la sostena de los pies con Riptide. La atrap y la examin mejor. Los tajos en su cara y sus brazos no eran prcticamente nada, pero la perforacin cerca de su estmago Desesperadamente, me descolgu la mochila del hombro y busqu nctar y ambrosa. Ella abri los ojos lentamente. Pude ver a la esfinge lanzndose a un lado y cargando de nuevo contra el gigante, provocndole ms heridas en el pecho y la cara. Annabeth intent incorporarse, pero se dio cuenta de que no poda. Se toc la herida cerca del estmago y me mir. Esta parece que no la cuento.-dijo, con dificultad.

Yo no contest. No poda. La desesperacin me lo impeda. No poda ser que fuera a morirse as. Encontr por fin lo que buscaba y la ayud a incorporarse, apoyando su cuerpo en el mo. La ayud a tragar y esper. Mir al cielo. Si no me ayudaban ahora, los destruira uno por uno, incluyendo a mi padre. Solo Apolo podra curar sus heridas.

Apolo.-dije.- Por favor. Nunca he pedido nada importante. Baja y aydala, no dejas que muera.-

No seas tonto.-me reproch Annabeth.- Apolo no va a bajar. Zeus no lo dejar.-comenz a toser.

No iba a dejarla morir, ni as ni de ninguna forma. Mir a la esfinge, que segua peleando con el gigante. Me estir y agarr el tridente de mi padre. No estaba seguro de acertar, pero record que Hera estaba de mi parte esta vez. Era como lanzar una jabalina.

Atento, Poseidn.-susurr.

Lanc el tridente, el cual apenas solt, se hizo de agua y fue derecho a la garganta del gigante. No pude ver dnde le dio finalmente, pero lo volatiliz ni bien lo toc. El tridente de Poseidn apareci otra vez a mi lado, estacado en la tierra. La esfinge se acerc.

No hay nada que hacer, hijo de Poseidn.-me dijo.- Me temo que se nos va.-agreg, con tristeza.

Annabeth pareca saber eso.

Percy-me dijo.- Dile a mi madre- No te vas a morir.-le dije, comenzando a llorar. A mis espaldas pude or un batir de alas, pero no me di la vuelta.

Annabeth se distrajo por eso que vena detrs de m.

Un fnix.-dijo la esfinge.

Me di vuelta y lo vi. Era hermoso, con su plumaje rojo, amarillo y naranja. Vino aleteando con elegancia hasta nosotros y se detuvo al lado de Annabeth, cuyo pulso haba disminuido tanto que ya casi no se senta. Comenz a llorar.

Oh, pjaro estpido!-dije, al verlo lagrimear. Pero el pulso de Annabeth iba volviendo. Record entonces la historia sobre los fnix. Sus lgrimas posean poderes curativos, y podan curar realmente cualquier cosa. Tal como Apolo. Recapacit en que l estaba a cargo de todos los fnix del mundo o al menos de los que quedaban-, y dirig mi vista al cielo.- Gracias, Apolo.-susurr.

Annabeth se puso de pie enseguida, totalmente curada, y los dos montamos a la esfinge con rumbo a la costa ms cercana en lnea recta. El Argos II deba de andar por ah.

Captulo 15Bienvenida monstruosa

Estbamos llegando al mediterrneo, cerca de Italia. La esfinge vol directamente hacia el barco, pero lo que vimos no nos gust nada. El Argos II estaba siendo atacado. Diez gigantes tan grandes como el de la cima del Monte Tubqal estaban atacando. El cielo se torn gris. Zeus intentaba ayudar a su hijo, pero algo pareca impedrselo. Tenas razn.-me dijo Annabeth. Senta sus brazos apretados en mi cintura y su cara en mi hombro.- Deb haber tenido ms cuidado.-dijo.- Es todo mi culpa.-

Quera decir que s, hacer de cuenta que yo no tena nada que ver, pero no poda hacer eso con ella. La esfinge agit sus alas y aument la velocidad hacia el Argos II.

No es culpa tuya.-gir mi cara para mirarla.- No deb haberte gritado.-reconoc, poco despus.

Ella esboz una sonrisa y me bes levemente.

A ver si dejan las cursileras!-grit la esfinge, alzando su voz por encima del ruido del viento.

An estbamos muy lejos del Argos II, no llegaramos a tiempo. La esfinge cerr sus alas y las abri violentamente. Pude or un terrible Bruum!, y luego nada. Detrs de nosotros un embudo estaba disolvindose. Acabbamos de romper la barrera de sonido. Me qued aturdido unos segundos, mientras vea el Argos II cada vez ms y ms cerca. La esfinge cerr las alas y plane en crculos. Desde el momento en que la velocidad del monstruo baj, mis odos queran estallar, y mis tmpanos amenazaban con salirse de su lugar y volar en mil pedazos. Annabeth se aferr a m an ms fuerte. La esfinge aterriz con elegancia al lado del timn del Argos II y se lanz a la batalla. Jason y Piper peleaban contra un gigante parecido a Porfirin, y Leo se bata en duelo singular con un hiperboreano. Baj a la cubierta de popa saltando por encima de la balaustrada de roble, y Annabeth hizo lo mismo. Jason!-grit.

l se dio la vuelta.

Eh!-contest. Gir a un lado y evit el ataque del gigante que lo acosaba. Salt a su espalda y comenz a trepar hasta el cuello.- Tenemos problemas!-grit. Clav su lanza en el cuello del gigante, pero no sucedi lo que esperbamos. La lanza de oro de Jason se parti.

Leo no poda derretir al hiperboreano por mucho que lo acosara, y acab siendo lanzado contra la balaustrada. Pude verlo caer al agua y desaparecer de la vista. La furia se apoder de m, como en otras ocasiones, e invoqu a la serpiente marina que me haba ayudado la ltima vez. El Mar Mediterrneo se estremeci. Un embudo comenz a drenar el agua, y, segundos despus, una serpiente enorme salt de l. Todos se quedaron mirando a mi mascota, que emerga del agua y se dispona a asesinar a todo a su paso.

A un lado! Muvanse!-ladraba Lupa a sus soldados.

Los romanos se quitaron del camino justo a tiempo de ver a la serpiente marina con pinzas y brazos puntiagudos arrasar con todos los gigantes. Pero no era tan fcil como la ltima vez. Ahora eran ms y, adems, uno se opona, lograba esquivarla, como si supiera dnde iba a atacar a continuacin. Jason pareci reparar en eso, y alz lo que quedaba de su lanza al cielo, que se estremeci con una fuerza antinatural, incluso para Zeus, y lanz un rayo del mismo grosor que el rbol que haba apresado a Hiperin dos aos atrs. El rayo se fundi con mi serpiente y juntos atacaron a los gigantes. Uno de los gigantes intent pegarle, pero fue electrocutado. Otro, al ver que no podra destruirla, salt a un lado y evit el contacto. Annabeth le clav su cuchillo, que brill intensamente y acab matando al gigante. Atenea acababa de ayudarla. Un tercero le peg a mi serpiente con su garrote, pero mi animal fue ms rpido y lo reban por la mitad a la vez que volatilizaba a un cuarto y morda a otro gigante. bamos ganando. Jason observ con orgullo a la serpiente, que ahora, gracias a l, tambin lanzaba relmpagos. Dos gigantes fueron asesinados por la serpra serpiente-rayo, le haba llamado yo-. Pude ver a los tripulantes lanzndose sobre los tres gigantes restantes, que saltaron a tierra y echaron a correr despavoridos. Leo!-grit alguien a mis espaldas.

Me volte a tiempo de ver a Thalia saltar al mar y nadar en su direccin. Nunca lo encontrara. Me quit la remera y corr hasta la barandilla, la salt, y me zambull de cabeza al agua. Me propuls hacia adelante y pegu un silbido o lo ms parecido que puedes hacer bajo el agua-, y algunos pescados se acercaron. Les pregunt por Leo, y ellos me indicaron el camino. Nad hasta donde me dijeron y all lo vi. Me di cuenta de que ya casi estaba muerto. Lo atrap por la cintura y nad hasta arriba. Vi a Thalia cerca, y le hice seas. Ella se aferr a mi cintura y nos propuls hacia el Argos II. Cuando llegamos, la serpiente nos ayud a subir, y se qued mirndome, como si no quisiera mezclarse otra vez con el mar. La observ detenidamente, y sent lstima por ella. Ah estn!-grit un romano.

Jason vino dando empujones, acompaado por Annabeth, Piper y Nico, que se arrodill al lado de Leo.

Est muerto.-declar Nico sin piedad.

No puede ser!-dijeron Piper, Thalia, Annabeth y Jason al mismo tiempo.

Thalia se ech sobre su pecho y ah se qued un momento, hasta que luego empez a llorar. Piper apret el brazo de Jason, y l se agarr la frente con la mano. Annabeth neg con la cabeza.

No puede estar muerto, es parte de la profeca.-declar ella.

Nico se aclar la garganta.

Acabo de sentirlo llegar a los Campos Elseos. Est dicindome algo.-Nico se qued inmvil durante un momento, luego nos mir.- Dice que-mir a Thalia.- Que te quiere ms de lo que debera.-

Thalia llor an ms, y nadie pudo separarla del cuerpo de Leo hasta ms o menos media hora despus. Esto de Thalia y Leo te hace pensar en algunas cosas.-me dijo Annabeth, una hora ms tarde, mientras estbamos en mi camarote.- He estado pensando en lo que me has dicho que Hera te dijo. Eso sobre la maduracin de la mente.-ella se puso los pelos detrs de la oreja.

Supuse que iba a hablarme sobre otra cosa, incluso esperaba que me hablara de otra cosa, pero saba que tarde o temprano tenamos que afrontar ese asunto. El parto crneo-cerebral que haba insinuado Grover no me gustaba nada.

Annabeth.-le dije. Pas mis brazos por su cintura.- Ahora no es posible. Primero tenemos una guerra que pelear.-

Pero y si no salimos de la guerra? Solo queda una lnea de la Gran Profeca.-dijo, con algo de miedo en su voz.

Y enemigos portando armas a las puertas de la muerte.-dije.- Juro por el Estigio que no dejar que te pase nada.-un rayo retumb a lo lejos.Antes de que ella replicara, la bes y la dej dormir en mi camarote. A pesar de la reciente muerte de un amigo que haba llegado a ser cercano, en mi interior estaba en paz.Captulo 16Italia

No poda ser cierto, pero bueno. Ah estaba el cuerpo para comprobarlo. Leo acababa de m