Pereda, Carlos. (1998). Argumentación y violencia [En Sánchez Vázquez, Adolfo (ed.), El mundo de...

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  • 7/28/2019 Pereda, Carlos. (1998). Argumentacin y violencia [En Snchez Vzquez, Adolfo (ed.), El mundo de la violencia. Mxico. FCE]

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    ARGUMENTACIN Y VIOLENCIACarlos Pereda*

    ARcuurNTeR consiste en ofrecer una serie de creencias para apo-yar a otra creencia que plantea ciertas perplejidades, conflictoso/ en general, problemas. Por eso, para llevar a cabo esta labor,una persona que argumenta no expresa simplemente lo que cree;expresa lo que cree y lo respalda con otras creencias: quien argu-menta busca producir convencimiento, en el sentido ms ampliode esta palabra; convencimiento acerca de la verdad de una creen-cia, o de su falsedad, o tal vez de ciertas dudas sobre ella... Laotra opcin bsica para responder a los problemas de creencias,tericas o prcticas, y que se pueden tratar con argumentos, es Iaviolencia.Argumentacin y violencia, argumentacin en tanto capaci-dad de escuchar al otro y responderle y defenderse e intercambiarcreencias y modificar Ias propias creencias y respetar desacuer-dos y negociar,..,y violencia en tanto meramente imponerse, con-forman, pues, dos modos bsicos de comportarse+los dos modosbsicos de tratar diferencias, sentir y actuar ante la diferencia.

    Es verdad todo ello?, es cierto que frente a la argumentaciny la violencia nos encontramos ante dos modos genuinamentedistintos de sentir y de actuar? Sin embargo, cun bsicamen-te distintos son estos dos modos de sentir y actuar y, adems, quvnculos los pueden entrelazar, contaminar?Por lo pronto, el mero expresar la conjuncin "argumentaciny violencia", suele provocar: o se protesta ante cualquier posibili-dad de relacin entre la argumentacin y la violencia, temiendoque se enturbie el "honor de la razn" ,la " dignidad de la argu-mentacin", o en el otro extremo, se les hunde a ambas en la mis-ma noche negra de la indiferenciada violencia. Quiero decir, o sedefiende que la argumentacin no tiene nada que ver, pero nada* Investigador del Instituto de Investigaciones Filosficas de la UaM.

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    Cr\ i{ I -L)S I'til{ L:Dr\clue ver, c()r la violencia, lo que poc'lria llamarse la "posicinaisiacionista" o, sinlplenlente, se reduce la argunrentacin a unaiornra nrs, urra forrna entre otas cle la vicllencia, declarando: laviolencia es inevitable y nuestra vida no es ms que un simpletranscurrir entre varias formas de i,iolencia y nada ms, esto es,en realidad, no hay un fue.ra de Ia violencia, "todo", es violencia,"todo no es ms que" violencia y cualquier intento de salida de laviolencia se reduce al provecto cle una utopa, o "posicin reduc-cionista". Me propongo evitar ambos modos de argumentarsistemticamente parciales que llamar "vrtigos simplificadores' .Comienzo rescatando algunas diferencias entre argumentacin yviolencia.

    1. Rr.lacrolEs DE EXCLUSTNRespecto a la argumentacin, la palabra "violencia" se dice demuchas maneras. La decisiva violencia con la cual se rompe cuan-do para enfrentar a ciertas perplejidades, conflictos y problemas,se comienza a argumentar acerca de lo que podemos llamar la"violencia extema", o por clecirlo de otra manera, laviolencia abier-tnmente violencia, Ia "violencia bruta". Por ejemplo, una perso-na se encuentra en una situacin de violencia externa si frente auna discrepancia con sus creencias, en lugar de atender los argu-mentos clel otro, lo calla a golpes o lo denuncia a la polica paraque sta lo encierre en un calabozo, o en hospital psiquitricoo, de manera colectiva, se irricia una guerra con el fin de eliminar-lo, o al menos, de eliminar su libertad y, asi, de eliminar sus posi-bilidades de mantener y defender su discrepancia: ese disensoque tanto incomoda y acaso confunde y hasta nos hace tambalearen "nuestros" principios.Hay, pues, al menos aparentemente/ una primera relacinentre argumentacin y violencia, una relacin puramente exter-na, una relacin de exclusin. Teniendo en cuenta esta primerarelacin y slo ella, a partir de Ia "posicin aislacionista" se de-fender: all donde se introduce la argumentacin, se expulsa deltodo a la violencia, y all donde se hace presente la violencia, seexpulsa del todo a la argumentacin.No obstante, incluso para quienes - como vo - estn dispues-tos a defender una primera relacin de exclusin entre argumen-

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    tacin y violencia, las relaciones entre ambas no se agotan en esta,riiiau y trasta elegante exclusin, v quien as lo afirmara no hace-a, q" sucumblr en un primer-"v-rtigo simplificador". Pues,lamentablemente, quien aigumenta' por el slo hecho de argu-*"r",,r., no le est dindo la palda a li violencia' Cmo es esto?2' RglncloNES DE INCLUSIN

    Junto a la violencia externa a la argumentacin' hay tambin unai'violencia interna" a ella: no Pocas veces se desarrollan "argumen-taciones violentas". La "*pt"'lOn "argumentaciones violentas" nor" "t-rqrl para referirns a la manera en que se despliega unadiscusin, en el sentido en que se habla de "argumentacionesacaloradas" o de "argumentuiiot'"t apasionadas" y hasta de "ar-;;;;;;;.;rnes salves", pues si se ionsidera que tiene impor-ianci, el estilo de urgumutttar, la presencia de, por eiemplo'3tgt'-mentaciones acalordas"', leios de conformar un hecho a criticar'suele ser un signo positivo " qt" estaros ante las condicionesDara una buena argumentacin' ante las condiciones de una ar-;il;;.*'q"; i;P"tta mucho a quienes participan en ella'Por el contrario, .o"i' expresin "aigumentaciones violentas"aludo a aquellas a.g."n"t't'ciones en ls que' mediante la falsifi-cacin de argume,to', '" "violentan"' se producen de maneraviolenta,losconvencimientos.Engeneral,falsificarrndocumen-to o una moneda o una firma o un cuadro o un mueble es fa-bricarlo de manera falsa e ilegal con el propsito de' mediante;; ou,"r,". algnproveco' As tambin' quien falsifica ar-qumentos, los fabrica de *anera falsa para' con engao' obtener?.."r"".i*r""tos" que no seran obtenidos de otra forma (en estoscasos el verbo ,,aon'r".,.".,, se suele sustituir por el verbo "se-ducir" en el sentio "t p"""adir con maa' "conquistando"''cautivando" el nimo)' i'or eso' al comenzar a argumentar sed;;;i;" ia violencia ''o tg'*ntal' la.r'iolencia abiertamente vio-lencia, pero no * a"tpia"" la violencia encubierta' la "violenciainternai' a la argumeniacin, aquella violencia que no se encuen-tra rodeando u fo, "Uates' sino en su interior' conformndolos'dirigindolor, o ^"pi itho' manipulndolos: se despide la vio-lencia uerade tas piabras Pero no la violen cia de las palabras'

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    330 CARLOS PEREDAEsta "violencia interna" admite estudiarse en varios niveles.Puede haber una falsificacin de la direccin del argumentar mis-mo y, as, una falsificacin general del debate, o, tambin, ya en elargumentar, puede haber falsificaciones particulares, focales.Atendamos el primer caso. Obsrvese que se introdujo el con-cepto de argumentar en relacin con sifuaciones de perplejidad,de conflicto o de problema, situaciones a las que llamar en suconjunto "situaciones de conflicto", conflicto terico o prctico.Sin embargo, se arman todaslas argumentaciones como respuestaa este tipo de situaciones? Tal vez no sea intil distinguir entre"situaciones de conflicto real" y "situaciones de conflicto poten-cial". Las "sihlaciones de conflicto real" son aquellas en las que,efectivamente, nos topamos con una perplejidad, un conflicto oun problema. No obstante, hay situaciones en las que todava nonos hemos enfrentado con ninguna perplejidad, conflicto o pro-

    blema, pero respecto a las cuales, una induccin (o meta-induc-cin) a partir de experiencias pasadas, nos hace pensar que esposible que all donde no vemos ninguna perplejidad, conflicto oproblema, en realidad, los hay, slo que somos incapaces de per-cibirlos debido a diversas condiciones psicolgicas y sociales y,en general, debido a que nuestra condicin, la condicin huma-na, la condicin de las personas, se caracteriza porque stas seencuentren inevitablemente en una "situacin de parcialidad".De esta manera, si no me equivoco, toda "situacin de parciali-dad" puede, tambin, reconstruirse en alguna medida como una"situacin de conflicto potencial". Por qu?Por lo pronto, hay varios tipos de parcialidad pertinentes a laargumentacin, Dar algunos ejemplos. Hay una parcialidad enla informacin: cualquier persona carece de muchos saberes quesera pertinente que Ios tuviera y muchos de los que cree que sonsus saberes no lo son, son creencias falsas; argumentar puederesultar una manera de descubrir lo uno o lo otro en tanto que encualquier argumentacin con otras personas sus saberes podrntanto ser completados como corregidos por los saberes de las otraspersonas. Hay tanibin una parcialidad en lo que respecta a latransparencia personal, a Ia sinceridad, o para usar una palabraprestigiosa, hay parcialidad en lo que respecta a la "autenticidad".

    Con frecuencia las personas estamos tentadas a engaarnos o aautoengaarnos o a ambas cosas a la vez, a contarnos cuentos

    ARCLIMENTACION Y VIOLENCIAque nos eviten la incomodidad, a veces muy grande, de enfren-tarnos con el desamparo y los riesgos que necesariamenteacarrea cualquier perplejidad, conflicto o problenra; en estos ca-sos, atreverse a argumentar comporta el riesgo de atreverse a serdesenmascarado. Adems, y un poco a consecuencia de las par-cialidades anteriores, inevitablemente hay una parcialidad de Iaatencin: atender algo es desatender muchas otras cosas y, nopocas veces, aquello que desatendemos sera muy pertinente paracomprender mejor aquello que procuramos atender y, a nrenu-do, el curso de una argumentacin nos invita y lrasta nos obligaa atender aquello que no hemos atendido o incluso no queremosatender.La dificultad radica en que argumentanlos para combatir laparcialidad, pero la argumentacin misma puede volversesistemticamente parcial. Llamar a estos modos de argumentarsistemticamente parciales "vrtigos argumentales". Se sucunl-be en un vrtigo argumental cuando quien argumenta constante-mente prolonga, confirma e inmuniza el punto de vista ya adop-tado en la discusin, sin preocuparse de las posibles opciones aese punto de vista y hasta prohibindolas, v todo ello de manera,en general, no intencional, por ejemplo, el ya aludido "vrtigosimplificador".En cambio, buenos ejemplos de "violencias internas" particu-lares los encontramos en lo que, desde Aristteles,se conoce como"falacias": argumentos malos pero que parecen buenos.Hay, pues, una segunda relacin entre argumentacin y vio-Iencia, una relacin interna, una relacin de inclusin. Segn estasegunda relacin entre argunrentacin y violencia, la argumenta-cin no slo no se opone y expulsa a la violencia, sino que la ar-gunrentacin misma puede a veces constituirse como una de lasformas de la violencia.Pero afirmar tal relacin de inclusin nos condena a defenderuna "posicin reduccionista"? Y si ste no es el caso, cules sonlas diferencias y los vnculos entre estas dos formas de violencia?

    3. Soanr EL coNrINuuM DE LA vtoLENCIAComencemos con las diferencias entre las violencias internas vlas externas. Dira que son claras, incluso clarsimas: nadie con-

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    L/\I{LUS I'FIII:I);\fude un golpe en la cabeza cotl un vrtigo argumental o unafalacia, o L'l Lronlbarc'reo cre una ciucracl .oii ,n "oi" ["", po.radicalmente parcial, su valor principal consiste en hacer valerciertos intereses y en silenciar sistemticamente otros. Falacias ydebates errgaosos son enreclos de palabras; en cambio, ,., gof p.en la cabeza o un bombarcleo no se hacen simplemente con pala_bras' Cuidado, sin embargo: la crificultad con ras diferencias muyclaras, o rl ntelros, en apariencia muy claras, auaiau-"ra que suexcesi'a claridad tiende a encancrilarnos y, as, embobados, sole-mos retener sro ras diferencias y sucrmi, en un segundo vrti-go simplificador. Lo diferen te es tan criferente qiu, urtu ruconstatacin de su diferencia y punto, ya podemo, ". de pen_sar. Pero pensar cs distnguir-y-relacionai. Explorems, pues, siexisten tnniltictt.argu.as rraciones importantes entre las violen-cias internas y ias externas., En primer lugar, si no me equivoco, ambas violencias poseenel mismo propsito; en ambos .rro, ," procura la imposicin atoda costa, y cueste ro que cueste, de ciertas creencias, a"

    "iu.io,ntereses' La palabra "imposicin" significar "*ig".r.i "r-"ai-da con que se nos obriga por distinto"s medios a creer o hacer roque, sin Ia presencia de esos medios, no querramos creer o hacer,y los efectos de la viorencia pueden en efecto resumirse con esecreer o hacer lo que, sin la presencia cle Ia violencia, interna oexterna, no querramos creer o hacer. En otras parabras: con am-bos tipos de violencia se busca imponer una parciaridad, ciertascreencias v slo esas creencias, y a la vez, elsilencio, o ms bien,ia ansiedad de quienes no pu.iicipan cle "rr, .r"".,.iur, " "r,arcialidad.En segundo lugar, un tipo de violenci a se apoya y complementav reafrmo en el otro. por un lado, la violencia "*i"u se'apoya ycomplementa y reafirma en la violencia interna, como se dice, en"argumentaciones racionalizadoras,,, en argumentaciones quepeligrosamente encubren con un manto racio"nar, pasiones o inte-reses. O para apelar a una abusacla palabra que flizmente ya nocircula como talismn bueno para calquier probio, p".o qL" ".,ste contexto podra recobrar su sentido p."iso y, po. "r, ,"r-tringido y,por eso tambin, til: la violencia externa se rpoyu "r.,ideologas". La gente no da gorpes en ra cabezay nada ."arir""-le justificar est-rs golpes con arguntentos, por ejemplo, indica que

    A RC tJ IVITlNI'NCI. Y VIOLENCf A 333el golpeado resulta de algn modo un peligro horroroso para el"nosotros" que representa el golpeador. Es un enemigo real opotencial, segn las circunstancias, es un moro, un judo, un gita-no, un ne[rro, un turco, un "sudaca"... qre viene a quitarnos eltrabajo, a seducir a "nuestras" mujeres, a atacar "nuestros" dio-ses, a corromper "nuestra" juventud..., o simplemente, que vienea aprovecharse de "nuestra" riqueza, una riqueza que "nosotros"--un nosotros agrandado que incluye nuestros antepasados-hemos logrado con tanto esfuerzo mientras que l o ella, o ellos yellas -un ellos y ellas de nuevo agrandado que tambin inclu-ve a sus antepasados- slo... digamos, cantaban al sol. La listade candidatos a enemigos y a argumentos por los cuales esoslrombres o mujeres son o han sido, o podran ser "nuestros" ene-nrigos, no admite ningn Imite, r-ri siquiera los del propio inters:

    acaso la xenofobia y el racismo no han sido muchas veces suici-clas? Un buen respaldo a la respuesta positiva a esa pregunta hasido desde el siglo xul la historia de eso que hoy se llama "Espa-a", paa no hablar de Alemania... Y esos pseudoargumentos dela violencia pueden incluso ser elaboradsimos y hasta doctos;por ejemplo, es raro que se inicie una guerra de conquista o serrasacre una poblacirr sin apelar a lo que se podran llamar lasmintrciosas "retricas de la violencia": complicadas retricas deIa sarrgre, de "nuestra" liipottica raza, de la patria, de "nuestra"religin, de "nuestros" ideales, incluyendo la justicia y la liber-tac1..,, retricas capaces de justificar cualquier golpe o masacrecomo justo, legtimo, razonable, retricas que en su parcialidad,y al anular las otras razolles, que necesariamente son las razonesdel otro, conforman el primer paso y, a la vez,la invitacin paraanular al otro.Por otro lado, la violencia interna se apoya y complementa yreafirma en la violencia externa en el sentido de que, sin el respal-do de lo que se podra llamar el "marco de efectividad" de laviolencia externa, su "-escenario natural", toda violencia internacon el tiempo tiende a perder gran parte de su poder de fascina-cin. De ah, por ejemplo, la necesidad de cualquier opinin sec-taria de encerrarse en una comunidad ms o menos enmurallada,comunidad hasta la cual no puedan llegar otras razones que lasdel entusiasmo de la secta.

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    334 CARLOS PEREDA4. L vloleNCIA EXTERNA ENCUBIERTACI LA,, ARGUITPTACIN SECUESTRADA,,

    Se atacar: en Ia poltica conceptual adoptada se ha colado unafalta grave en tanto se identific violencia externa a la argumen-tacin con violencia abiertamente violencia y violencia interna aIa argumentacin con violencia encubierta, pero tales identida-des son falsas, pues hay tambin una forma de violencia externaa la argumentacin que es, inequvocamente, violencia encubier-ta. Me refiero a esas "condiciones estructurales de imposibilidadde argumentar" dadas por los modos de vida de la pobreza, o srecogemos el concepto de pobreza radical con la palabra "mise-ria", en este contexto tal vez se pueda hablar con ms propiedadde los modos de vida de la miseria. Los modos de vida de la po-breza, o de la miseria, son modos de vida en relacin con los cua-les se ha "secuestrado" la argumentacin. Se habla aqu de "ar-gumentaciones secuestradas" en el sentido de argumentacionesque ni siquiera pueden comenzar, pues ni hay oportunidad nihay motivacin para ello. Esto es, cualquier argumentacin exigede sus participantes ciertos saberes, saberes proposicionales ysaberes en el sentido de habilidades. Si esos saberes no se hanadquirido, o se han perdido por falta de uso, la argumentacin sevuelve un espejismo proyectado por quienes s poseen esossaberes y op-ran a cada paso con ellos.Recogiendo ciertas tradiciones, denominar a esta violenciaexterna encubierta que "secuestra" la argumentacin "violen-cia estructural".La introduccin del concepto de violencias externas encubier-tas que "secuestran" las argumentaciones o violencia estructuralcomplica, y en varios sentidos, las relaciones propuestas entre laargumentacin y la violencia. Sin embargo, no afecta al hecho deque se pueda hablar con justificacin de un continuuru de inter-acciones entre la violencia interna y las violencias externas, seanviolencia abiertamente violencia, violencias estructurales. Mstodava, en cierta medida, este concepto fortalece el pensar en uncontinuum de la violencia. No obstante, justifica tal continuumlasalarmas y desprecios que suelen apoyarse en l?

    ARGUMF:NTACIN Y VIOI,F,NCA5. El srcuNDo vRTrGo stMpLrFlcADoR

    De qu hablo? Me refiero a quienes, por unos de esos bamboleoscomunes en el pensamiento, de dejarse encandilar por las dife-rencias entre la argumentacin y la violencia, pasan a dejarse nomenos encandilar por las relaciones entre la argumentacin y laviolencia, y hasta tal grado que pronto se reduce toda argumen-tacin a alguna forma de la violencia. Pero no hay por qu corre-gir un vrtigo simplificador con otro.Hay relaciones internas entre la argumentacin y la violenciapuesto que hay "violencia interna", a la argumentacin f , porello, "argumentaciones violentas", "argumentaciones raciona-lizadoras" que "violentan" los convencimientos, argumentacio-nes sistemticamente parciales, "retricas de la "violencia". Noobstante, aun en estos casos no se eliminan las relaciones exter-nas entre argumentacin y violencia, sus diferencias, puestoque, en medio de la ms perversa "argumentacin raciona-lizadota" , se puede seguir argumentando, no en cambio, enfren-te del cuchillo rns primitivo y ms inepto, De ah la necesidadde subrayar esas pequeas diferencias que terminan trazando lagran diferencia.Pero, cuando no se puede argumentar porque nos encontra-mos, sea frente a violencias externas abiertamente violencias, seafrente a violencias estructurales, qu hacer? Respecto a tales di-ficultades me limitar a formular dos o tres apresuradas ob-servaciones.

    Cualquier respuesta a las preguntas anteriores ser una pro-puesta reflexiva. Pues no creo que en relacin con tales preguntashaya respuestas precisas, fijas y generales, entre otras razonesporque con el concepto._de argumentacin, por un lado, y con losconceptos de violencia externa abiertamente violencia y de vio-lencia estructural, por otro, nos referimos a ejemplos de argu-mentacin y de violencia muy, muy diferentes.Frente a algunas presencias particularmente fuertes de la vio-lencia externa abiertamente violencia, como se dice, "no hay na-da que conversar", lo urgente es: o situarse en alguna distancia-espacial, temporal- respecto a ella y, desde esa distancia, co-menzar a tratar esa violencia, o si se tienen fuerzas para ello, res-'onder a esa violencia agresiva con violencia defensiva, y ello

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    !, tt\,Lrb l,ti,l(ruA'ale tanto., creo, para algunas situaciones individuales como paraalgunas situaciones corectivas de violencia externa abiertamenteviolencia. Habr, en cambio, otras situaciones de violencia abier_tanrerrte violencia nrenos enmuraradas en las que la argumenta-cin podr jugar algn papel, sea como estrategia, sea como ne_gociacin.Las dificultades conceptuares en reracin con la viorencia es-tructural son an ms enredaclas. por lo pronto, ,ug".;-un,"

    ^abr sorprendido eso de que los modos e vida'de?u poUru,sean condiciones de imposibilidad de la argumentacion,'pues sise afirma tal cosa, er1 ese afirmar se entiene .rr.; ;;;;ine,ta_cin alguna operacin ms ambiciosa que el simple dar igumen_tos, pues toclos los seres huma^os, por el hecho de ser tas, aca_so no argumentan en el sentido de: deducen, inducen, hacenanalogas...? En efecto, en este contexto ta pataUra ,,uid*"n,r_cin" se usa como equivalente de la expreiin ,,r.gr."ntacinpb.lica. poltica" y hasta de.,,argumentacin pritlica polticainstitucionalizada" ; esto es,-a lo qui nos referimo, .or- tqr" ru"secuestra" cuando se usa Ia expresin "argumentacion sefues-trada" es a la argume.tacron pribrica sobre"asunto, poiiii.o, y,sobre todo, a la rrsunlentaciu prblica poltica instituciona \,zada.Por supuesto, si t.do o.g.,n-,uniur crepencre de habiriaJ"r'lu. "narte picien aprendizaje v ejercicio, tambin e, alguna mc.licla,cualquier arsu,relrta. se v.r afectaclo, ser ,,seculstraclo,,, porlos nrodos cie vicla cie la pobreza.Estas precisiote,s comieltzalt a plantear, sin embargo, un pro-blenra general: se rra procuraclo rfrexionar sobre ra Jrgumenta-cin.v.la violencia, pero usar ra expresin "argumentu."io.rf uio-lencia" no implica sucumbir yu "^ . vrtigo slmprificadoi p."uioa cualquier discusin? .Acaso no hay *ro, tiios de u.ti*",r_tacin.y muchos tipos cle viorencia f, presumiblemente, ruchostipos de relaciones entre esos diferehts tipos tanto de u.gr*"n-tacin como de violencia?6. "ARcuufENTACIN,, y,,vloLENCIA,,

    SE DICI]N DE MUCHAS MANERASIlesrecto a las 'arias argumentaciones y a las diferentes violen-cias, introduzcrmos las distinciones entre lo individual y lo.ol".-

    ARcuMENTnclt Y vtoLENCIAtivo, por un lado, y entre lo privado y lo pblico, por otro. Combi-nadas obtenemos cuatro posibilidades tanto para la argumenta-cin como para algunos de los tipos ya distinguidos de violencia.Respecto a la argumentacin se pueden interpretar estas posi-bilidades de la siguiente manera:1)argumentacin individual privada o argumentacin de unapersona consigo misma (autorreflexiones, meditaciones...);2) argumentacin colectiva privada o argumentacin de va-rias personas entre s en lo que se podra llamar un "mbito caraa cara" (discusiones en la familia, plticas entre amigos, charlascon conocidos casuales...);3) argumentacin individual pblica o argumentacin de unapersona ante un grupo de personas en condiciones en algunamedida impersonales (lectura de una investigacin cientfica enun congreso, prdica de un religioso ante su comunidad, discur-so de un poltico por televisin...), y4) argumentacin colectiva pblica o argumentacin de variaspersonas entre s en condiciones en alguna medida impersonales(discusin de varios cientficos entre s en un congreso, semina-rio entre varios telogos, debates parlamentarios...).Si no me equivoco, en cualquiera de estos tipos de argumenta-cin se pueden encontrar los tipos ya reconocidos de violencia enrelacin con la argumentacin:violencia externa, violencia inter-na y previolencia.Una argumentacin individual privada posee alguna inmuni-dad respecto a la violencia externa, pero slo "alguna". Si bienuna persona puede seguir autorreflexionando incluso mientrasla torturan, la calidad de esa autorreflexin ser muy diferenteen la presencia o en la ausencia de violencia externa. En cambio,la violencia estructural condiciona directamente cualquier autorre-flexin, no slo porque se aprende a autorreflexionar y este apren-dizaje ser diferente segn el grado de violencia estructural a queest sometida, sino porque el entorno, adems de ofrecer los con-tenidos de toda autorrflexin, tambin la ubica en las dems ac-tividades de la vida, le da poco o mucho valor. En cuanto a laviolencia interna, se sabe, no hay argumentacin que tienda msal peligro de convertirse en "argumentacin racionalizadora".quela autorreflexin: nada es ms fcil, y ms frecuente, que enga-arse a s mismo.

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    Ninguna argumentacin colectiva privada de una familia, nin-guna discusin "cara a cata" entre los esposos o entre padres ehijos o entre hermanos o hermanas escapa, sin duda, a los labe-rintos de la violencia: ni de la violencia externa, ni de la violen-cia estructural ni de la violencia interna. Para respaldar tal afir-macin ni siquiera hay que recurrir a esos espejos agigantadoresde los conflictos y los debates de cualquier familia que son lastragedia griegas; basta con la discusin coiidiana de cualcluierpadre o madre con sus hijos o l'rijas; basta cualquier pelea entrehermanos o hermanas. Tambin en los intercambios argumenta-Ies entre amigos estn presentes, aunque en menor medida, estasviolencias.Sin duda, la argumentacin individual pblica no escapa a al-guna violencia, pero la incidencia de sta y hasta su intensidad,variar segn el gnero de argumentacin en cuestin. As, el g-nero cientfico ser habitualmente menos proclive a las violenciasque el religioso o el poltico. En el caso de la violencia externa yde Ia violencia estructural ello se explica por la distancia que cual-quier investigacin cientfica construye respecto a su entorno,distancia que ni la religin ni la poltica podran siquiera desearsin suicidarse. En cuanto a la violencia interna, en el primer casohay controles incluso institucionalizados y un pblico restringi-do a los colegas que suele ser relativamente competente para dis-tinguir, por ejemplo, un buen argumento de una falacia.Algo de lo que ya se ha anotado en relacin con las argumen-taciones individuales pblicas se podra en general repetir res-pecto a las argumentaciones colectivas pblicas, insistiendo denuevo en que el tipo de violencia y su incidencia variar segr'r elgnero de argumentacin considerado.Este mapa de posibilidades se complica an ms si se aplicanestas distinciones en relacin con los tipos de violencia ya recogi-dos. Por lo pronto, creo que sobre la violencia estructural no tienesentido distinguir entre lo individual y lo colectivo: toda violen-cia estructural es, por definicin, y en alguna medida, colectiva,pero eso s, puede haber una violencia estructural privada y unaviolencia estructural pblica.En cuanto a la violencia externa e interna no es demasiado di-fcil encontrar ejemplos para cada uno de los conceptos resultan-tes: sin duda, hay violencia externa individual privada (la de un

    ARGUMENTACION Y VIOI,ENCIA 33qasaltante), violencia-externa coJectiva privacla (la cle una nrafia),violencia externa indivirlual pbrica (la de rrn terrorista) v violen-cia externa colectiva pblica (la de una guerra) . y as ru.ld* tu*-bin con Ia violencia interna.Por supuesto, todas estas distinciones enriquecen, o al menos,complican enormemente nuestro mapa cle poiibl"r relaciones cleexclusin y de inclusin entre la argurnentaci, y la viole.cia.No-obstante, sospecho que tales conrplicacior". nL afectan paranada a nuestra propuesta general:a cada paso, Ia argunrentacintiene que ver con la violencia, pero no por eilo todi argunrenta-cin es una forma de viore.cia y, acrems, hay forms decisi-vanlente diferentes de violencia.sucumbe, entonces, en un prinrer vrtigo simprificacror quien,a partir de una "posicin aislacionista,, dlclara-qr", .oo,"nru.,_do a argumentar se despide rimpia y definiti'amente de la vio-

    lencia, pero sucumbe en un segunclo-vrtigo simplificador, y peorquien, teniendo en cuenta los fenmenos de la violencia estiuctu-ral y de la violencia interna abraza una "posicin reduccionista,,y apresuradamente declara que ,,todo da igual,,, gue ,,da lo mis_mo" una psima escuela primaria, .r.,, prpugu.,h, ungur*,oru oun tiroteo, no tener trabajo, "encontrarse en Is g-urrur,, d{un reatiyshout o ser - literalmente - encarcelado y torturado, vivir en con-diciones miserables de vida, leer el manipulador y mentiroso ar-tculo editorial de un peridico o ir a la grer.a. porque esto no esverdad, porque "todo no da igual',, porqr" aunque huy u.grr*"n_taciones que son formas de la violenci, esa vilenci inierna esdiferente de la violencia externa y stas, a su vez, son diferen-tes de Ia violencia estructural, y, adems, tambin hay argumen_taciones que no son forma de ninguna violencia; "n fir,,"porqtr"cualquier diferencia es una difereniia, por eso, en medio de tantoruido, mientras se pueda, vale la pena seguir argumentando.