Perfiles Ana Comneno - Gram Nexo Editores · LA CONTRACTACIÓ N EN EL SUBPROGRAMA JUAN DE LA CIERvA...

L a p a z y l a t r e g u a d e D i o s • C i e n c i a Á r a b e

NÚMERO 45 / Bimestralwww.revistamedieval.com

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Manuscritos

Libros secretos sobre el vidrioArte

El pacto con el diabloPerfiles

Ana Comneno

El caballoen el Occidente Medieval

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MÚSICA

ENTROPÍARevista bimestRal de Relatos coRtos ilustRados paRa el fomento de la lectuRa

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Sumario

Página 54 Libros secretos en el mundo del vidrio.

Página 78 La relevancia de la ciencia árabe.

Página 32 El caballo.

Página 22 Ana Comneno época, vida y obra.

5 Editorial 6 La foto del lector 8 Relatos Medievales 11 Ferias, festivales y mercados 12 Relatos Medievales 14 Cine 16 Genealogía 18 Cocina 21 Libros / Cd / Dvd 96 Suscripción 98 En el próximo número...

Perfiles 22 Ana Comneno época, vida y obra

Nuevos temas 32 El caballo en el Occidente Medieval

Urbanismo 44 Campo y ciudad en la Lérida Musulmana

Manuscritos 54 Libros secretos en el mundo del vidrio

Arte 74 El Feudalismo y el pacto con el diablo

Al-andalus 78 La relevancia de la ciencia árabe en el panorama intelectual de la Edad Media

Política 84 La Paz y la tregua de Dios

22 ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

PERFILES


José MarínPontificia Universidad Católica de Valparaíso y

Centro de Estudios Bizantinos de la Universidad de Chile

Ana Comnenoépoca, vida y obra

Aunque no haya sido algo co-rriente, no es del todo inusual encontrarse con mujeres ins-truidas en la historia bizanti-

na, además de otras que tuvieron pro-tagonismo en asuntos políticos, comen-zando por Teodora, la esposa de Justi-niano y tan vilipendiada por Procopio en su Historia Secreta, y continuando, por ejemplo, con Irene, a fines del siglo VIII y comienzos del IX, que le vació los ojos a su hijo y se autoproclamó basileus, para ser inmediatamente derrocada. También hubo amantes sobresalientes, como Zoé Carbonopsina, cuyo matrimo-nio con León VI causó gran revuelo en la Iglesia Ortodoxa. Ahora bien, en el pla-no cultural, los siglos XI y XII sobresalen por sus mujeres, que también estuvieron relacionadas con el poder, pudiéndose hallar en esa época a varias emperatrices cultas, participando en política, adminis-tración, educación y formando parte de círculos ilustrados.

Según nos refiere Miguel Psellós, en términos de filial elogio, su madre no sólo se preocupó de animarlo a estudiar, sin escatimar esfuerzos de ningún tipo, incluidos los materiales, sino que ella misma estudiaba en secreto; pero cuan-do el filósofo habla de su hija, que mu-rió siendo aún una niña, señala que ella estudiaba, ya abiertamente. Ello puede dar una idea de los cambios que se vivie-ron, en relación al rol de la mujer, entre fines del siglo X y mediados del siglo XI. Al parecer, no había dificultad para que una mujer estudiase, pero las que desea-ban hacerlo eran pocas.

Respecto del ámbito cortesano, sabe-mos que estaba integrado por mujeres que, más allá de las tareas domésticas que se esperaba que cumplieran, y de su

espacio, el gyneceo, mostraban interés por el estudio, lo fomentaban, actuaban como mecenas, pero que, a diferencia de Ana, no se trata de mujeres escritoras.

En general, la corte de los Comne-no se caracterizó por su refinamiento y Constantinopla, en ese entonces, es el principal centro cultural del Imperio. Cuando Alejo llegó al poder la situación era distinta y, como relata su hija, una mujer, Ana Dalassena –de cuyas faculta-des intelectuales y habilidades políticas se preocupa la escritora-, fue la encargada de poner orden en la corte, que en el período anterior estaba convertida en un lupanar, transformándola en un lugar dedicado al estudio y la oración:“Volviendo a ella, diré que era la mayor gloria tanto del sexo fe-menino, como del masculino, y un adorno de la naturaleza humana; ella transformó, mejoró e impuso un orden digno de elo-

gio en el gineceo de palacio, que estaba totalmente corrompido desde que el fa-moso Monomaco asumiera el mando del Imperio y que había sido el centro de in-sensatas pasiones hasta el reinado de mi padre. Pudo comprobarse entonces cómo el palacio gozaba de un orden encomiable; en efecto, delimitó las horas de los himnos divinos, fijó el momento de la comida y de la elección de los magistrados y se convirtió ella en hito y modelo de todas las activida-des, de modo que el palacio acabó por te-ner más apariencia de un sagrado lugar de meditación que de lo que realmente era”.

Irene Doukaina, la madre de Ana, según ésta relata, leía a Máximo el Con-fesor, al tiempo que ejercía el patrocinio intelectual, como cuando encargó a Ni-céphoro Bryennio escribir una historia de Alejo I, obra inacabada y que habría de completar la misma Ana.

Mosaico de Justiniano.Iglesia de San Vital. Rávena.S. VI.

NUEVOS TEMAS

Josep Torroella Prats (Licenciado en Historia)

El caballoen el Occidente Medieval“LA HISTORIA HA SIDO ESCRITA SOBRE LA GRUPA DEL CABALLO”, REZA UNA INSCRIPCIÓN EN LA ENTRADA DEL PARQUE DEL CABALLO DE KENTUCKY. SI ESTO ES CIERTO PARA LA HISTORIA EN GENERAL (Y LA DE ESTADOS UNIDOS EN PARTICULAR), AÚN LO ES MUCHO MÁS PARA LA

EDAD MEDIA.


Porque para los hombres de aquella larga época el caballo no sólo fue un compañero en la lucha, sinó también en el

viaje, la fiesta, el juego, la caza, el tra-bajo y, en algunos casos, incluso en la muerte, puesto que se han encontrado sepulturas que contienen restos de ca-ballos junto a restos humanos. Diver-sas innovaciones técnicas – el estribo, el collar rígido, la herradura… – permi-tieron a los hombres medievales sacar más provecho al caballo que sus antece-sores, sobre todo en el campo de batalla y en las labores agrícolas. Por tanto, no debe extrañarnos que la representación de este pacífico y útil cuadrúpedo ocu-pe un lugar importante en el arte de los siglos medievales. Si en los países

desarrollados hoy dia vemos automóvi-les por todas partes, lo que veía por doquier el hombre medieval en muchas partes de Europa eran caballos. En el Occidente medieval - y en otras partes del mundo - el caballo formaba parte del paisaje.

EL CAbALLo En LA GuERRAMientras que la caballería ligera se utili-zó hasta fechas muy recientes, la pesada conoció su desarrollo, esplendor y deca-dencia en la Edad Media. Antes de esta época, en las guerras el caballo era más usado para arrastrar carros de combate - como puede verse en muchos relieves y pinturas de la antigüedad - que para cabalgar. Sin estribo ni silla de montar, los guerreros antiguos que luchaban a

caballo tenían poca estabilidad, bastaba un movimiento brusco de la cabalgadu-ra - por ejemplo, un salto de ésta para salvar un obstáculo - para que el jinete perdiera el equilibrio y cayera al sue-lo. Sin estribo ni silla, el jinete no po-día golpear con fuerza al enemigo con la espada o la maza, ni arremeterle con peligro con la lanza.

El estribo es un invento procedente de Oriente, como otras muchas innova-ciones técnicas. No sabemos con segu-ridad cuándo ni quiénes lo inventaron, pero lo cierto es que llegó a Europa en la alta Edad Media y, junto a otros elementos, revolucionó el arte militar. Hasta el siglo VII en Europa se com-batió preferentemente a pie. Pero esto cambió a partir del siglo VIII, cuando


Fresco de Simone Martini, s.XIV, el corcel está cubierto con una gualdrapa del mismo color y con los mismos motivos ornamentales de la indumentaria que viste el noble jinete.


URBANISMO

Campo y ciudad en la

Lérida Musulmana


A caballo de los siglos VIII y XII la civilización musul-mana configuró un paisa-je arabizado en la plana de

Lleida. Su construcción es el reflejo de una sociedad que se ha adaptado y ha hecho suya la cultura musulma-na, pero al mismo tiempo, se identi-fican con apuntes singulares que no son nada más que sustratos culturales previos a la conquista musulmana. El mosaico social de Al-Andalus, y en el caso de Lleida se acentúa porque es una jurisdicción fronteriza, muestra las complejidades, las sinérgias y las tensiones de grupos humanos que vi-vieron bajo un poder musulmán y se adaptaron al medio natural.

La primera noticia documental de las fuentes árabes en lo referente a la plana de Lleida, la recogemos Kitāb al-Rawd al Mi‘tār d’al-Himyarī,,el cual en su crónica denomina este es-pacio, fahs Maškīğān –transcrito al catalán, Mascançà.

Del texto destacamos dos fragmen-tos interesantes que ayudarán a com-prender la organización del espacio rural leridano y las sinérgias de su ca-pital, Lleida. El primero (...) Lleida, en la frontera oriental de Al-Andalus, es una ciudad antigua (...). Está al este de la ciudad de Huesca (...). La suda es inexpugnable, no sucumbe a ningún ataque, ni se puede plantear entrar, a pesar de un largo asedio. Por encima suyo está la mezquita aljama, de atractiva edificación, [re]construi-da en el año 288 [26 diciembre 900-

Jesús Brufal i Sucarrat Universidad de Lérida

Campo y ciudad en la

Lérida MusulmanaLA PRESENTE INvESTIGACIÓN SE HA REALIZADO DURANTE LA vIGENCIA DEL PROYEC-TO DE INvESTIGACIÓN DEL MINISTERIO DE CIèNCIA E INNOvACIÓN DEL GOBIERNO DE ESPAÑA “IDENTIDAD, ME-MORIA E IDEOLOGíA EN LA EDAD MEDIA” (HAR 2009-08598), Y DURANTE LA vIGèNCIA DE LA CONTRACTACIÓN EN EL SUBPROGRAMA JUAN DE LA CIERvA DEL MINISTERIO DE CIèNCIA E INNOvACIÓ (JCI

-2011-09154).


MANUSCRITOS

Libros secretos en el mundo del vidrio


MANUSCRITOS

S i algo caracterizó al mundo del vidrio a lo largo de su existencia fue indudablemen-te el secreto. En un mundo

de competencia feroz, de lucha por lograr monopolios de producción, pri-vilegios de fabricación, venta y distri-bución duraderos y que afectaran al mayor territorio posible, los artesanos vidrieros se afanaron en poner a buen recaudo sus conocimientos técnicos y principalmente químicos, de modo que la protección de esa información reservada les permitiera mantener su exclusividad.

Ese uso del secreto fomentó la creación de estructuras gremiales fundamentadas en la protección de la información y concebidas para impe-dir que la preeminencia lograda por los descubrimientos técnicos y quí-micos pudiera ser adquirida por otros centros competidores. Sin embargo, la estructuración gremial con vistas a proteger la información técnica y química específica de los diferentes centros, no era más que una parte del proceso de protección de ese secreto inmemorial asociado al conocimiento técnico-profesional del vidrio.

En ese sentido, obviando los dife-rentes canales de distribución y flujo de ese secreto profesional y del corpus legal asociado a la institucionalización de la protección del arte del vidrio, no cabe duda de que la tratadística ge-nerada reúne todas las características propias de los textos encriptados: es-casez, necesidad y exclusividad.

Entre los años 1110 y 1140 el pres-bítero Theophilus, en su obra Sche-dula diversarum artium, recopiló en el libro II una serie de fórmulas y re-cetas descriptivas del arte del vidrio que constituyeron el testimonio más antiguo del citado arte que existe hoy día. Es probable que hubiese recopi-laciones anteriores en el tiempo, sin duda, pero ninguna nos ha llegado. El

Dr. D. Eduardo Juárez ValeroUNED

Hago constar que yo he escrito el capítulo de arriba y no lo he entendido y estoy seguro de que el primero que lo escribió antes que yo tampoco lo había entendido.

Manuscrito Montpellier c.7v

64 ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL64 ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

ARTE

El Feudalismo y el pacto con el diabloFuensanta Murcia Nicolás.

Licenciada en Historia del Arte

E n el Malleus Maleficarum (1478) se habla del pacto con el Diablo como el rito que convierte al aspirante o novi-

cia en un siervo del Mal. Tras negar la fe cristiana, el futuro discípulo debe mante-ner el siguiente homenaje: entregarse en cuerpo y alma para siempre, hacer todo lo posible para atraer a otros a su poder, y por último preparar ungüentos con miembros de niños. A cambio, el Diablo le ayudará a cumplir todos sus deseos. El texto redac-tado a finales del siglo XV por dos monjes alemanes dominicos, Heinrich Kraemer y Jacob Sprenger, supuso una recopilación de todas las teorías que enmarcaban la práctica de la magia como herejía, en las que el pacto formaba una parte esencial. Pero el origen de este discurso inquisitorial hunde sus raíces en la Baja Edad Media, concretamente en el siglo XIII, cuando los magos y brujas pasaron de ser charlatanes engañados por el Diablo a enemigos en potencia de la Iglesia. Si bien es cierto que el cristianismo siempre relacionó la magia con el paganismo, las primeras actitudes

de condena hablaban de desacreditación y negación de su existencia. Así lo pone de manifiesto San Agustín de Hipona en su Ciudad de Dios, advierte de que la magia además de ir en contra del verdadera Dios, es una falacia ideada por los demonios para engañar al alma humana y desviarla del ca-mino correcto. Durante la Edad Media las prácticas mágicas siempre suponían una alianza con el Diablo, pero el concepto que se tenía sobre el pacto distaba mucho de lo que se presenta en la obra de Kraemer y Sprenger. Antes de ser considerado un he-reje, el mago era visto como un siervo del Príncipe de las Tinieblas, o por lo menos fue así hasta finales del siglo XIII.

Dentro de la tradición literaria me-dieval se encuentra la historia del monje Teófilo. Llevado por su vanidad busca los servicios de un mago judío, que le ayude a invocar al Diablo para firmar un pacto y poder cumplir así sus deseos. A pesar de cumplir con su propósito, el protagonista es consciente del error que ha cometido y pide a la Virgen que le ayude. Finalmen-te, ésta recupera el pacto firmado con el

Arriba: Escena de brujas ofreciendo un niño al Diablo. British Library, Cotton MS Tiberius AVII. Derecha: Una de las primeras imágenes que tenemos es este pacto entre el Diablo y un caballero. Pila de agua bendita de Módena (principios del siglo XII).

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El Feudalismo y el pacto con el diablo


AL-ANDALUS

La relevancia de la ciencia árabe

Dra.Luisa María Arvide CambraCatedrática de Filología Árabe

Universidad de Almería

L a España musulmana escribió uno de los más brillantes ca-pítulos en la historia intelec-tual de la Europa medieval.

Desde mediados del siglo VIII hasta comienzos del XIII, los árabes domi-naron el mundo con su civilización y fueron los protagonistas indiscutibles de la historia. Ellos recogieron el saber de los antiguos y, además, lo ampliaron y enriquecieron con sus iniguala-bles contribuciones, y después lo transmitieron a la Europa cristiana del Renacimiento. Y en esto, Es-paña tuvo una importante partici-pación en su papel de promotora y transmisora, como veremos más adelante. Frente a esta suprema-cía científica y cultural del Islam, los territorios cristianos agoniza-ban en un oscurantismo crónico que los sumió en una lamentable situación, de manera que no tuvie-ron más remedio que rendirse a la evidencia y beber de las fuentes árabes, adonde acudían inevitable-mente para sus consultas, pues en ellas se encontraba todo el saber.

En la Europa cristiana, la cien-cia estaba centrada en los monas-terios, ya que hasta mediados de la alta Edad Media, después de la disolu-ción del Imperio Romano y las invasio-nes bárbaras, la única institución que se alzó con fuerzas para dirigir la nueva so-ciedad era la Iglesia católica, al tiempo que la clase culta era el clero. La Iglesia fue la depositaria de tradiciones roma-nas, entre éstas, el latín y la visión de un orden universal; ella también acogió la

nueva cultura germánica y coronó a los nuevos emperadores cristiano-germáni-cos. Al mismo tiempo dio amparo a los indigentes aparecidos por la disolución del imperio, las invasiones bárbaras, la pobreza y los estragos de la peste y el paludismo.

La figura que marcó el pensamien-to de aquella época fue San Agustín, que vivió en los siglos V y VI. La nueva

concepción se orientaba hacia el más allá con la mira puesta en la salvación eterna del alma. La vida de este mun-do, la Ciudad eterna, era desdeñable y todo el saber estaba subordinado a los fines religiosos. Se trataba de una visión radicalmente diferente del mundo con respecto a la concepción griega. Co-moquiera que la tarea de la clase culta

estaba centrada en la vida del más allá, en la Ciudad de Dios, se desatendió el conocimiento de la naturaleza y éste se estancó. San Anselmo en el siglo XI lle-vó a cabo un primer cambio importante de esta visión, en cuanto que ahora la fe necesita del intelecto y dentro de ella empieza a actuar la razón humana: se trata del nacimiento de la teología esco-lástica, que fue desarrollada en el siglo

XIII por Santo Tomás.En este marco religioso de

la Europa cristiana las ciencias se desenvolvían como podían. La medicina se desarrolló al-rededor de la transmisión e interpretación de la obra de Galeno, conocido a través de comentaristas, puesto que en-tonces ya no se sabía griego. Los textos de la medicina mo-nástica, escritos en latín, eran en su mayoría fragmentos sim-plificados o resúmenes de las grandes obras griegas y tenían un carácter práctico.

La práctica de la medicina estaba preferentemente en manos de los monjes, como mi-sión caritativa, y los principales centros de enseñanza y prác-

tica médica estaban localizados en los monasterios, en donde se conservaban excelentes bibliotecas, y con el tiempo, en los hospitales. El primer monasterio que se fundó fue el de los Benedictinos en el año 529, el monasterio de Monte-cassino, al que siguieron en siglos poste-riores los fundados en España, Francia, Alemania e Irlanda. A comienzos de la

en el panorama intelectual de la Edad Media


Estudiosos en la biblioteca de una mezquita. Biblioteca Nacional. París.


La Paz y la tregua de Dios

POLÍTICA


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