Periódico El Escenario Del Mundo

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PERIÓDICO: EL ESCENARIO DEL MUNDO

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El mundo en el que vivimos es un escenario, un teatro

verdadero y no virtual o imaginario en el que cada día suceden millones de acontecimientos. Todos estos sucesos y eventos afectan e influyen en nuestras vidas para bien y para mal. Como todo escenario, en este mundo existen una serie de personajes que protagonizan este gran teatro de tragedia del ser humano.

Resulta evidente que este mundo, al que describiremos como un sistema establecido que gobierna y controla a todos sus habitantes, se encuentra a su vez sometido y esclavizado a un poder que sobrepasa por mucho el entendimiento humano y toda su capacidad intelectual, científica, tecnológica y aún espiritual.

Este periódico tiene la intención de mostrar y señalar a los diferentes actores que, en nuestra opinión, son los que juegan los principales papeles o roles de este teatro y escenario que es este mundo. La intención es que nadie se sienta juzgado, sólo queremos exponer a estos micro sistemas de poder, a los actores de esta obra, que visiblemente operan a favor del sistema en general.

Para la mayoría de nosotros es muy claro que el sistema en el que vivimos, además de conducirnos a la esclavitud mental, está contaminado y viciado. Estamos hablando de un sistema injusto y malvado en grado extremo, que lo último

que quiere es el bienestar del ser humano, de los animales y de la totalidad del planeta.

Veamos de forma panorámica el escenario de este mundo-teatro y sus principales poderes, los actores que protagonizan esta obra. Ellos operan bajo la forma de “sistemas de poder” que nos engañan y controlan por medio de doctrinas, filosofías, creencias y promesas de todo tipo, altamente seductoras y atractivas. Por lo tanto creíbles y comprables.

Nuestros actores son “sistemas de poder” que en este mundo, se manifiestan en forma de organismos e instituciones de toda índole. En términos generales, todos prometen a los seres humanos, paz, bienestar, justicia social, estabilidad, prosperidad económica, educación, alimentación, salud física y derechos individuales. Desde luego que en esta obra hay quienes ofrecen espiritualidad, santidad, iluminación, pureza, estabilidad emocional, compasión y amor. También se habla y se trafica con Dios, la vida eterna y la inmortalidad.

Haciendo una breve lista de estos poderes fácticos y dinámicos que operan y controlan este mundo y a nosotros, nos encontramos con la siguiente lista de actores. Los hemos sintetizado en cuatro. En nuestro criterio son cuatro los “sistemas de poder”, o mejor dicho, los actores que mueven al mundo en el que estamos.

Es claro que nosotros no aparecemos en la lista del reparto, esto es debido a que el común de los mortales, en el mejor de los casos, sólo somos extras o espectadores de esta obra, por no decir la verdad, que somos esclavos y vasallos de estos actores y poderes que representan a este sistema de engaño, guerra e injusticia.

Presentamos a los actores no por orden de aparición ni de importancia, ya que todos actúan al mismo tiempo y juegan los diferentes roles de una misma obra y escena.

1. La religión y las religiones. (La espiritualidad)

2. La política y los gobiernos humanos.

3. Los bancos y corporaciones más importantes.

4. Los medios de comunicación y las redes sociales.

Primer actor: la religión y las religiones. (La

espiritualidad )

La religión es sin duda un actor fundamental en la escena del mundo. Este personaje está dotado de un enorme poder para influir y controlar a los seres humanos en este teatro de utopías. No estamos hablando de una religión específica, sino de una lista interminable de religiones y denominaciones, sectas y órdenes religiosas y espirituales que han aparecido

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en el mundo, especialmente hoy en día.

Cabe mencionar que todo movimiento o corriente que se dice a sí misma espiritual o mística, la consideramos como parte de ese poder, que es la religión. Ya sean las religiones más antiguas y multitudinarias, ya sea una secta conformada por sólo dos personas, la religión y la llamada espiritualidad, es el poder y negocio más efectivo, por el cual el sistema nos controla y manipula.

Este es el actor encargado de hacerle creer a las personas que son espirituales, buenas y justas, porque dan diezmos y cumplen con las reglas del grupo o la comunidad. Es el que les hace creer que están llenos de amor y bondad por los demás y en comunión con el mundo, con Dios o la divinidad. A muchos más, les hace creer que tienen

contacto con otras dimensiones, con otros planos metafísicos y astrales o que han regresado a vidas pasadas.

Es el personaje encargado de lavarle el cerebro a los seres humanos por medio de doctrinas religiosas y aparentemente espirituales. El lavado de cerebro es un proceso lento, pero efectivo. Se realiza automáticamente, por medio de la fe y la obediencia que depositan las personas en los líderes religiosos y espirituales, en sus creencias, dogmas y credos, tradiciones, rituales, liturgias y ceremonias.

Millones de seres humanos están sometidos por este actor de la obra, viviendo en esclavitud y engaño, venerando y siguiendo a falsos maestros y profetas, supuesto(a)s iluminados y santos. Debemos decirlo: la religión infunde culpas y miedos,

controla voluntades o el libre albedrío, y la vida misma de sus seguidores.

La religión es un negocio, principalmente un negocio de almas, de manejo y sometimiento humano. Desde luego que las religiones también son un foco de idolatría y fanatismo, una fábrica de esclavos. Personas que lamentablemente están sometidas a seres humanos, a legalismos, normas e imposiciones. Son personas que además con sus diezmos y ofrendas, reportan millones de dólares a los que dirigen y controlan esas religiones, sectas y los miles de centros de espiritualidad que hay en mundo.

Segundo actor: la política y los gobiernos humanos.

Este personaje lo interpreta el poder político y los gobiernos. Los que supuestamente deben

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servir a los pueblos y de proveer a los ciudadanos de un país de bienes tales como la justicia y derecho, la seguridad, la educación, la alimentación, la nutrición y la salud, En fin, el bienestar físico y material en términos sociales e individuales.

Por ser estos asuntos de vital importancia para nosotros, la política o el organismo que constituye el gobierno de una nación y sus instituciones, constituye un actor fundamental en este gran teatro de engaño, fraude, manipulación, y de sutil degradación y destrucción del ser humano.

Multitud de personas están atrapadas en las garras de este personaje ávido de poder, la política. La gran mayoría cree que este actor de la obra, puede y debe ayudarles a mejorar su nivel y calidad de vida. Muchos más viven culpando al gobierno de todas sus desdichas y problemas. Ambos grupos están estancados, esperan ilusamente recibir de este actor, lo que promete.

Pero hay también quienes hacen política en el mundo. Ellos a su vez están atrapados y cautivados por este personaje, no sólo porque la política es una fuente turbia de corrupción, lucro y poder; una trampa en la que suelen caer casi todos los que se hacen llamar funcionarios o servidores públicos. Además la política produce orgullo, soberbia y prepotencia. Por norma, los políticos piensan que están haciendo el bien y que sirven a la justicia, a los pueblos y hay quienes hasta se imaginan, que sirven a Dios.

Sería conveniente preguntarnos si este personaje de la obra ha cumplido con los beneficios que prometen. La respuesta es obvia: no. Sería bueno cuestionarse si vale la pena seguir creyendo y esperando en quien no puede, ni tiene la menor intención de dar lo que promete, a base de engaño y demagogia, manteniendo a los seres humanos esclavizados a su retórica, y a su poder policiaco y militar, hoy en día a

niveles de espionaje cibernético, a nivel personal, nacional e internacional.

La política y los gobiernos junto con las instituciones, fundaciones y agencias estatales que lo componen, representan una forma de manifiesto control en esta obra de teatro. Su poder represivo sobre las personas se manifiesta, no sólo por medio de sus políticas y reformas legislativas de sometimiento encubierto, sino también por el burocratismo que caracteriza a todo organismo de gobierno, a la política.

Tercer actor: los bancos y corporaciones más

importantes.

El poder que los bancos y las corporaciones más importantes y millonarias del mundo ejercen en la economía y la estabilidad social, es de tal magnitud que hace que este personaje sea un poderoso influyente en la vida

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de todo ser humano. Al igual que todos los que participan en este teatro de seducción y terror, emplea el método favorito y predilecto para el control del ser humano, el miedo.

En efecto, este es el personaje encargado de generar miedo, y no en pocas ocasiones pánico, desconcierto, crisis e inestabilidad en la población mundial. Lo hace primordialmente por medio de la prensa y los medios de comunicación, (lo que incluye tan sólo una parte del conglomerado de corporaciones y compañías que los bancos más poderosos poseen) donde especula día y noche sobre la economía y la estabilidad de los países, lo que afecta de forma directa en nuestras vidas y economía.

Hoy en día a esto se le llama “corporatocracia”, es decir, un gobierno mundial a la cabeza de los corporativos o empresas mundiales; compañías que a fin de cuentas pertenecen a los bancos más poderosos, incluidas

las grandes corporaciones que se dedican a los medios de comunicación.

Este actor no sólo es el verdadero dueño del dinero, sino de las corporaciones que mueven y determinan la economía del planeta, y es quien controla, por medio del monopolio que tiene sobre las empresas que producen lo más elemental para la supervivencia humana, como por ejemplo, la comida, el agua, el petróleo, el gas, la electricidad y las medicinas.

Este actor sujeta y esclaviza a los seres humanos a sus decisiones y planes de globalización, o establecimiento de un nuevo orden o gobierno mundial. Su propósito es seguir enriqueciéndose y apoderarse más de todos los recursos naturales del planeta; por supuesto, manteniendo ahogada económicamente a la gente, orillándola a vivir por debajo del nivel normal de sobrevivencia humana.

La personalidad de este actor seduce y atrae con sus atractivos créditos y luego asfixia a las personas con arbitrarias inflaciones, devaluaciones y rescates financieros. Todas estas cosas fabrica en su insaciable sed de poder y dominio. Y por supuesto, tiene a sus pies a todas sus víctimas con las aniquilántes tasas de interés y formas de cobro que suele aplicar.

Tal es la voracidad de poder, dinero y control que caracteriza a este perverso personaje. Frecuentemente crea y manufactura guerras en el mundo con el fin de generar expectación, miedo y muerte en los habitantes de la Tierra. Hoy en día a esto se le llama “economía de guerra”. En pocas palabras, el negocio de la guerra, de las armas, uno de los negocios más rentables del mundo.

Este personaje es lisonjero y adulador, promete prosperidad y bienestar económico, un futuro seguro en todos los sentidos. Lo suyo es engañar. La mentira es su gran poder de convencimiento,

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al igual que los otros tres actores: habla, seduce, engaña, convence y somete.

Cuarto actor: los medios de comunicación y las redes

sociales.

El último actor de la obra El Escenario del Mundo, realiza el papel de comodín de los demás. Digamos que este actor es la gran tienda por medio de la cual los tres actores anteriores se venden a ellos mismos y promueven sus productos. Sobre todo venden sus creencias, ideas, doctrinas y promesas. Es el más infiel y convenenciero de los cuatro.

A este cuarto actor lo representan los medios y las redes sociales de información y comunicación y, por supuesto, están incluidas la televisión y la radio, mismas que hoy parecen ser obsoletas y antiguas, y sin embargo, están más vigentes que nunca. Se trata de un fenómeno que, a diferencia de los tres anteriores poderes es reciente, de apenas el pasado siglo veinte.

No obstante su poder y capacidad para intervenir en infinidad de aspectos en la vida del ser humano, es visible y evidente. Nuevamente lo decimos, el objetivo de todos los actores es el control mental y físico sobre los humanos, al grado de que tienen el poder para controlar y manipular emociones, sentimientos, imaginación; y lo peor, los juicios, los deseos y las pasiones de los seres humanos.

Este es el personaje de la obra que se encarga de mantener a toda persona sometida y enajenada todo el día, por no decir ebria, de forma visual y auditiva, a través del incesante bombardeo de información que a cada momento le comunican y muestran en imágenes, por la avanzada tecnología que sustenta a las redes sociales.

Es el actor de la obra que vuelve a los seres humanos consumistas compulsivos, provocando envidia y codicia por medio de los productos que el

actor número tres: las compañías y empresas, fabrican para el consumo. Es también el que promete echar fuera la soledad, la tristeza y el aburrimiento. Paradójicamente es el actor que más tristeza, soledad y desazón produce.

Este actor es el encargado de hacer creer a las personas que son libres, fuertes y poderosas, por tener la posibilidad de mandar mensajes, fotos y videos de un extremo de la tierra a otro, con tan sólo tocar un tecla. Su tarea es, entre otras cosas, hacer que la gente sea adicta a miles de productos innecesarios, también a la pornografía, a la comida, al trabajo, a la televisión, a los juegos de azar, y por supuesto, a las redes sociales de información.

En fin, este es el personaje que está obstinado en hacer que las personas sean codependientes y esclavas de todo lo que los otros tres personajes hablan y prometen. Promesas que hasta el día de hoy, no han podido cumplir.

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Epílogo

Esta obra de teatro y sus personajes son reales. Todos

sus protagonistas visibles y no visibles, trabajan y colaboran juntos. Están bien orquestados y dirigidos, los cuatro operan para un fin: esclavizar a los seres humanos por medio de los modernos medios o formas de sometimiento y esclavitud humana, como lo relata esta obra.

Estamos frente a una tiranía más fuerte y perversa que todas las tiranías juntas que han existido en la Tierra. Una esclavitud escondida tras bambalinas, disfrazada de libertad. No puede haber algo más perverso que la idea de esclavos que no saben que son esclavos. Tal es la condición lamentable de todo ser humano por seguir creyendo y dependiendo de estos personajes del escenario del mundo.

Si queremos salir de esta progresiva esclavitud y explotación física y espiritual, hay que dejar de creer en sus falsas promesas. Como ustedes vieron, son todos muy lindos y agradables físicamente, seductores por fuera, así como sus discursos y doctrinas; son expertos en el arte del disfraz y el engaño.

En síntesis podemos ver que, en el fondo, el discurso de los cuatro actores es el mismo: los cuatro hablan igual, todos a su manera ofrecen paz y seguridad, riqueza, crecimiento, alimento, libertad, gozo, alegría, poder, conocimiento y crecimiento

integral, etc, etc. Hablan de justicia e igualdad todo el día, venden convincentemente la idea de Dios y del amor, la vida espiritual y la iluminación de la conciencia. Nada de esto dan, sino más desilusión y tristeza, más ira y frustración, sobre todo, un cada vez más creciente cinismo y tedio en la vida de cada ser humano.

Los actores de esta obra están creando sigilosamente una sociedad de sociópatas, es decir, de seres humanos de todas las edades y razas insensibles y automatizados, casi robóticos. Reducidos por este sistema y sus actores a vivir de fantasías e ilusiones, sumidos en un burdo sentimentalismo por llegar a tener un día una vida y un mundo mejor.

Una sociedad sociópata es una sociedad de individuos que viven de la apariencia, fingiendo ante sí mismos y ante los demás, con doble y hasta triple identidad, moral y ética, cambiándola según sus propios y ególatras intereses les mandan.

Según el diccionario, la palabra utopía quiere decir: “proyecto, idea, o sistema irrealizable e imposible de llevar a cabo”. Basados en esta sencilla definición, nosotros opinamos que la única y perfecta utopía, si acaso existe, es aquella que se pueda realizar en este tiempo presente, hoy mismo. No en un mañana nebuloso, fantasioso y quimérico, como todo lo que ofrecen y prometen los cuatro actores de esta obra.

Es cierto que todos anhelamos un mundo y una vida mejor, una vida con justicia, paz, prosperidad, alegría, crecimiento y amor. Esta es la parte buena de esta obra: que no obstante seguimos anhelando esto.

Terminemos diciendo que el sueño imposible, la verdadera utopía, se empieza a ser posible cuando un persona, un ser humano, deja de ser parte de ese juego de poderes y de sometimiento que acontece delante de nosotros mismos cada día, en este escenario y teatro que es este mundo.

Consúltanos si quieres saber más:

www.elescenariodelmundo.com

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(1)Desde el escenario, damas y caballeros

¡Les presentamos a los personajes!

(2)Todo el mundo está en el escenario ahora.

Todo está sucediendo.Veo a todos los personajes

DestrozándomeRompiendo mi alma

(3) Todo el mundo está en el escenario ahora

Algunos son todos y todos duermenOtros despiertan

Y otros están despiertosPero todo lo que intentamos hacer es

Amar, Amar, Amar

(4)Todo el mundo está en el escenario ahora

Los personajes y todos los BancosCorporaciones, Religión, Política y

Medios de ComunicaciónEs todo, están todos, manipulándonos.

En el escenario, en el escenario (del mundo)A nuestro alrededor

En el escenario, en nuestro entorno

(5)Sí, le decía a mi hermano el otro día:

Las cosas están más locas de lo que aparentan¿Puedes verlo con tus ojos?¿Puedes verlas con tus ojos?

Todo el mundo está en el escenario ahoraTodo el mundo está en el escenario

(6)¡Aquí vamos!

Ahí vamos, andamos de nuevo en la vidaNos está oprimiendo

No podemos ser sometidosNo podemos estar cerca

No podemos escuchar un sonidoPodemos derribarlorescindir, vencerlo

quisiera poder apartarmede las tinieblas de este mundo

las mentiras y toda la avaricia y toda la lujuriaeso nos hace arrodillarnosY nos destruye más y más

Tengo que salir de estoAcabemos con esto

(7)¡Levántate!! ¡Renuncia a eso!

¡Déjalo ir!, ¡suéltalo!Marcha al ritmo del tambor

Al compás del tronoal ritmo del sonidoal ritmo del compás

de un corazón que es libre ahoradel latido de un corazón que pulsa lleno de alegría

Latido del FrutoEl latir del sonido del Amor

En el verdadero Amor nos zafamos del control¡záfate!, ¡suéltate!

Sí, desiste, salte de ese control Esto se torna más y más emocionante

Ya viene, ahí vaEstá atentoAquí está

Niños y NiñasAquí está

El Escenario(CANCIÓN)

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