Nº 73 · FEBRERO 2012 · VITORIA

Víctimas de nuestra época| Habitante

C on este texto no quiero justificar nin-guna conducta o actitud, ni generalizar,

pero realmente todos/as somos victimas de nuestro tiempo, cada época tiene sus pegas; la actual, entre otras muchas tiene una muy grave, todo es sintético, no pisamos suelo (tanto mayores como jóvenes).

Se nos niega la visión de la muerte, la enfermedad y la locura, y creo que por tanto, que no vivimos en serio, no nos cuida-mos y no escuchamos nuestros sentimientos ni invertimos tiempo en la introspección.

La realidad la generan los medios, pues es nuestro único contacto con lo social de manera global (aparte de que muchos ni conocemos a nuestros/as vecinos/as) y la con-vivencia, en el caso de los/las jóvenes, viene marcada desde que somos chavales/as por la escuela, en la que se nos enseñan pocas cosas pero sobre todo a tener personas cerca, con las que no debemos interactuar cuando se nos or-dena, a aguantar la frustración y el sinsentido, esto es, a aguantar el trabajo.Aun así, de los “mayores” hay cosas que apre-nder (no se si tanto de lo que dicen como de su forma de actuar); desde mi punto de vista, aún conservan algo, una “esencia humana” que no les han podido arrebatar, como el ímpetu, la humildad y otras muchas virtudes que a una gran cantidad de jóvenes no les han dejado de-sarrollar, pues muchos/as, se creen intocables, por encima del mundo en algún sentido o en otro, o/y no tienen sangre en las venas.

Una pregunta que deberían hacerse muchos/as jóvenes, es: ¿qué habían hecho mis padres a mi edad y qué he hecho yo? Nos han enseñado (en casa, en la escuela,...) que la vida es difícil, y a no hacer nada arriesga-do, aún cuando vivimos en una de las socie-

dades más simples y seguras, pues muchos tienen a los padres para “salvarles” y con un trabajo y gastando poco, es fácil salir de casa en un alquiler compartido. Pero es un error desde mi entender la comparación que hacen algunos mayores, con nosotros/as, pues na-die aprende lo que la vida o la sociedad no le ha dejado aprender (por eso está bien que te digan en qué creen que estás errando para que puedas corregir esos errores).

Una de las consecuencias de este “gran mal” de la vida sintética es la incapaci-dad de sacrificio y responsabilidad; la forma más evidente de esto es el nulo valor de la palabra, que gracias en parte a nuevas tec-nologías como el teléfono móvil se devalúa pues en cualquier momento se puede revocar lo dicho (incluso 5 minutos antes de la hora en que se ha quedado) con una “simple” lla-mada. Esto no hace más que generar, conver-saciones virtuales incluso cara a cara, porque nunca sabemos si lo dicho se cumplirá o se excusará con una nueva llamada que reduzca más el poco crédito que mantenga la palabra de quien habla.El nuevo caso que se está dando en este estilo de vida sintético, es que sin un aparato inter-mediario, la gente no se relaciona (el ejemplo es que quien no tiene móvil no es contactado por nadie), perdiendo capacidad de “existir” pues hay quien no vive la vida, sino que la graba, no habla con sus amigos/as, se escribe a traves de un ordenador, y conversa por un teléfono,... y los niños ya no juegan en las calles si no es con una videoconsola.

Como las personas concienciadas de esta realidad que nos ha tocado vivir, no escapamos a todo esto, cito una de las consignas más coreadas de la autonomía: Nuestro mayor enemigo seguimos siendo nosotros/as mismos/as.

La Fundación de La cnT(ii)

P ara Larrañaga, guiándose por el socorro recibido por tres trabajadores de las obras

de la catedral nueva, en 1912 ya había un Sindicato de Oficios Varios ligado a la Con-federación, García Nieto y Rivera retrasan su constitución a 1913. Unos y otros descono-cen (al menos no aluden a ello) que el 8 de diciembre de 1912 grupos anarquistas de Bil-bao, Baracaldo, Eibar y San Sebastián crean la primera federación anarquista de España, una “federación libre”, con el nombre de Fe-deración de Grupos Libertarios de la Región Vascongada a la que de inmediato se adhie-ren Tolosa y Vitoria, signo inequívoco de que al menos desde fines de 1912 el anarquismo está organizado. Primera federación regional constituida, algo no logrado hasta entonces ni siquiera en comarcas de legendaria tradi-ción anarquista como Andalucía o Catalu-ña) y consecuentemente esbozo primero de la FAI.

Efectivamente conocemos la exis-tencia del grupo Los Ignorados encabezado por Andrés Urrutia (seguramente venido de Bilbao, pues desde esa cudad en 1910-1911 escribe en Tierra y Libertad). Cierto que ello no implica la existencia de una sociedad obrera. Pero la referencia que leemos en el Tierra y Libertad de 7-8-1912 aclara bastan-te la situación: el 28 de julio de 1912 en el Centro Obrero de Vitoria se escenifica, ante numerosa concurrencia, la obra del anarquis-ta Carral El ocaso de los odios, y también se celebra un mitin en el que se atacó sin am-bages la presencia de políticos en el mundo obrero. Al menos habrá que reconocer que ya había un grupo que actuaba libremente en el Centro Obrero de acuerdo con los principios de las sociedades de resistencia libertarias.En adelante las noticias van a ser más fre-cuentes.

En la suscripción abierta por Tierra y Libertad para homenajear con un regalo a Kropotkin, encontramos un buen número de contribuyentes desde Vitoria (enero de 1913): Alzaga, Aranguren, Arrieta, Artea-ga, A. Cebrecos, Galo Díez, los Fernández, Guridi, los Landaluce, Losic, Claudia Maiza (compañera de Galo Díez), Montoya, Juan

Murga, Ollera, P. Peña, Prestamero, Zuloa-ga y unos cuantos más, algunos de los cuales consumirán buena parte de su existencia al servicio de la Idea Manumisora. Está claro que a fines de 1912 ya había algo más que un grupúsculo. Se quiere homenajear a Kropot-kin. El comunismo libertario kropotkiniano se impone en los medios libertarios. Kropot-kin insuflaba optimismo. El obrero conscien-te pasaba de la defensa al ataque. Se atrevía a plantear una alternativa a la sociedad do-minante. Trabajar, sí, pero también formarse cultural y sociológicamente para sustituir a la sociedad burguesa. Algo más tarde Salvador Seguí hablará, como factible, de una socie-dad obrera paralela a la burguesa. Se trata de compaginar trabajo, cultura y vida, se reivin-dican mejores condiciones laborales, pero también se combaten las ideas trasnochadas que impiden el progreso y se practica con contumacia la solidaridad:Tomás Herrero en Tierra y Libertad (13-3-1913) cuenta que en febrero de ese año im-partió (se desplazó desde Fuenmayor acom-pañado de Manuel Anguiano y Belloso) una conferencia en nuestra ciudad, donde cono-ció a Galo Díez, Murga, Navarro y Zabala y asegura que se había logrado batir a los so-cialistas. El 31 de octubre de 1913 Sánchez Rosa se acercó hasta Vitoria. Galo Diez es-cribió en Tierra y Libertad una larga y minu-ciosa reseña del mitin de 1 de noviembre y de la conferencia del día dos. Sitúa el evento en la excursión de propaganda organizada por la Federación de Grupos Libertarios de la Re-gión. Dice que el 31 de octubre llegaron a Vi-toria Aquilino Gómez y Sánchez Rosa, que los obstáculos y cortapisas fueron muchos por parte del gobierno civil y los reacciona-rios (intento se suspender los actos, amenazas al dueño del teatro, propalación del rumor de que se había suspendido, etc.), pero con todo el mitin se celebró con más público del que sus contrarios hubieran deseado. El acto se inició a las diez de la mañana predidido por Galo Díéz. Aquilino Gómez defendió el anar-quismo y atacó la política como perjudicial para los trabajadores. Sánchez Rosa mostró lo innecesario de los gobiernos, la ineficacia de las leyes y lo supersticioso de las religiones y por contraste la sublimidad del anarquismo. El domingo día dos Sánchez Rosa conferen-ció sobre “Ferrer y su obra”.

1870- 2010. El obrerismo libertario en Vitoria y comarcas alavesas | Miguel Íñiguez

Fallece el militante burgalés CARLOS GARCÍA VARONA| CNT Burgos

E l año 2012 ha empezado para la Federación Local de CNT Burgos con una triste y lamen-table noticia. El 2 de enero fallecía nuestro compañero Carlos García Varona, a la edad

de 56 años, como consecuencia de una enfermedad que llevaba padeciendo desde hacía varios meses.

Carlos ha sido siempre uno de los militantes más constantes, a pesar de esos mo-mentos complicados y de debilidad por los que ha tenido que atravesar la CNT en Burgos. Desde siempre, desde que era muy joven, movido por sus inquietudes sociales, participó activamente dentro del movimiento libertario. En el año 1977 ingresa en las Juventudes Libertarias y un año después lo hará en la CNT, viviendo en el seno de estas organizacio-nes todo el proceso de la llamada transición y las luchas conscientes que se produjeron en ese periodo.

En los años ochenta, con los problemas internos producidos en la CNT, el sindicato de Burgos queda adscrito en su totalidad a la parte escindida, permaneciendo en él Carlos, hasta que después de varios años, a principios de los noventa, junto con otros compañeros reorganiza y constituye nuevamente la CNT en Burgos, que pasa desde entonces a formar parte de la Regional Norte.Con unos difíciles comienzos, gracias a su constancia y experiencia, se consolida la Federa-ción Local de Sindicatos de la CNT en Burgos, federación en la que ha participado y militado de forma activa hasta que sus fuerzas se lo permitieron.En el ámbito sindical, durante años fue miembro destacado de la Sección Sindical en Correos y Telégrafos. En el ámbito organizativo, Carlos pasó por diferentes puestos de responsa-bilidad en la CNT burgalesa. Precisamente, ocupaba la secre-taría general cuando en el mes de septiembre del pasado año anunció que por problemas de salud tenía que dimitir. También participó durante todos estos años de forma activa en la vida or-gánica de la Confederación Regional Norte, siendo Secretario General de esta Regional durante el periodo comprendido entre los años 2003 y 2006.

Hace apenas un año, durante la celebración en Córdo-ba del X Congreso Confederal, fue uno de los delegados burga-leses presentes en representación de su sindicato, presidiendo y clausurando el Congreso durante sus últimas jornadas.Se fue cubierto por la bandera de la CNT, el himno que tanto amaba “Hijos del Pueblo” y todo el amor del que somos capa-ces todos los que le conocimos. Despedimos a nuestro compañero de tan excelente militancia con la certeza de continuar la lucha que compartimos con él.

¡QUE LA TIERRA TE SEA LEVE, COMPAÑERO!

Lo que quieren los anarquistas | Erick Benítez Martínez

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Rincón del sindicato | CNT Vitoria

L os últimos años han sido testigos del crecimiento del anarquismo en muchas partes del mundo. Sin

embargo aún hay quienes se preguntan ¿Qué quie-ren los anarquistas? ¿Qué es el anarquismo? Si eres una de esas personas este artículo puede interesarte.

Son muchos los prejuicios que hay hacia la anarquía y hacia quienes se reclaman anarquis-tas. Comúnmente son estos prejuicios aprendidos y repetidos incesantemente sin análisis propio, cuya fuente inicial es por lo común algún organismo esta-tal al que no conviene que se conozca el anarquismo.

Podemos resumir las aspiraciones anarquistas de forma bastante sencilla:

1.- Abolición de la propiedad privada, de mane-ra que nadie pueda amontonar riquezas generando con ello un mar de miseria a su entorno. A cambio de trabajar, todo elemento productivo de la socie-dad tiene derecho a satisfacer sus necesidades de vestido, comida, calzado, etc. Quedan exentos del trabajo las personas que por impedimentos físi-cos no puedan trabajar, así como enfermos, niños y ancianos. Al abolir la propiedad privada (fuente de toda la injusticia social) nadie pierde nada, al contrario: todo es propiedad de todos, y todos son dueños de la riqueza social que nadie puede apro-piarse, sino que se utiliza para mayor bienestar de la sociedad en su conjunto.

2.- Eliminación del gobierno, de manera que todo el cúmulo de parásitos políticos que no tienen más fin que asegurar el disfrute de la riqueza a una mi-noría parasitaria (ricos) desaparezca para, por pri-mera vez en su vida, trabajar en algo productivo. La eliminación del gobierno significa que cada región del país, y cada delegación tienen total libertad para organizar la vida (necesidades, trabajos, etc.) de acuerdo a lo que el pueblo entero decida, sin jefes ni dirigente alguno.

3.- Socialización de los medios de producción, de manera que toda persona en condición física de trabajar pueda realizarlo sin tener que obedecer a ningún patrón chupasangre, teniendo las mejores herramientas de trabajo (al ser todo de todos es posible esto) y organizando directamente entre los trabajadores de cada campo, fábrica o taller, la jor-nada laboral de acuerdo a las necesidades directas del pueblo. La socialización de los medios de pro-ducción significa que la tierra y los beneficios de la misma son de quienes lo trabajen; que las fábricas pertenecen a los obreros, que las hacen funcionar de acuerdo a las necesidades del pueblo y determi-nan, campesinos y obreros (en el campo y la ciu-dad), sus horarios de trabajo y formas de realizarlo.

4.- Eliminación del culto religioso, de manera que nuestros niños y niñas no aprendan cosas basadas en supersticiones o fantasías que hoy la ciencia de-muestra como falsas. Total libertad para cada quien para practicar la religión que desee (o ninguna), pero sin la existencia de Iglesia o institución alguna que viva de vender ilusiones. Al no poseer inteligencia suficiente para cuestionar la teología los niños son blancos fáciles para las doctrinas supersticiosas; en una sociedad anarquista los niños y niñas serán edu-cados científicamente, con una instrucción que de-muestre cada cosa que afirma y se enseña.

5.- Eliminación de las diferencias sociales, de manera que lo que hoy se practica todos los días en instituciones gubernamentales y por mentalidades caducas sea solo un triste recuerdo. Hombres y mu-

jeres, blancos, negros o amarillos, homosexuales, heterosexuales, etc., son seres equivalentes sin nin-gún privilegio sobre nadie. Los anarquistas, com-prendiendo las diferencias fisiológicas, consideran que nadie debe tener privilegios ni trato especial con respecto de las demás personas, pero tampoco ningún tipo de discriminación por su condición o preferencia sexual, racial o de género.

Los niños y niñas en una sociedad anarquista son educados por igual, sin diferencias ni preferencias.

6.- Eliminación de las fuerzas armadas, de ma-nera que lo que hoy son bandas de sicarios al ser-vicio del capitalismo (es decir de los verdugos de trabajadores) mañana desaparezcan para que sus integrantes tomen la pala de albañil, la llave me-cánica o cualquier otra herramienta que produzca otra cosa que no sea muerte. La seguridad y defen-sa del territorio revolucionario donde la anarquía haya triunfado es responsabilidad de todo el pueblo en armas.

7.- Reestructuración de la familia, de manera que resulte de ella el amor entre sus componentes. La familia actual está conformada de manera patriar-cal en su mayoría, habiendo pocos casos de ma-triarcado. La familia reestructurada bajo la libertad no tendrá ninguna de las dos características, toda vez que al no haber distinciones entre sexo o edad, no habrá quien mande ni quien obedezca, serán to-dos y todas compañeros de vida, y nunca más jefes de nada.

8.- Organización federalista, de manera que las diferentes regiones revolucionarias se organizan entre ellas de la siguiente manera: por medio de acuerdos mutuamente consentidos y ejercidos por las comunas y regiones directamente involucradas. El “federalismo” actual solo organiza la esclavitud por medio de pactos en los que nunca se pide la opinión del pueblo más que para elegir a sus verdu-gos. El federalismo anarquista hará que cada per-sona cuente en la asamblea de su comuna, luego la opinión de cada comuna en las asambleas de regio-nes y estas a su vez en las asambleas más amplias del país entero, siendo de esta forma el individuo siempre un punto importante y vital en la organiza-ción de la sociedad.

9.- Respeto hacia la naturaleza, de manera que lo que hoy son industrias que arrasan a su paso todo vestigio de vida animal y vegetal, sean res-petuosas con la madre naturaleza, fuente de todo progreso y vida.

10.- Abolición de las leyes y judicatura, de ma-nera que lo que hoy son códigos que solamente legislan la esclavitud de los pobres sean elimina-dos. Eliminando la propiedad privada se elimina la acumulación de riquezas y con ello los privilegios; socializando los medios de producción se elimina la pobreza; al eliminar los privilegios y la pobreza se eliminan los pilares principales en los que des-cansa el crimen, haciendo con ello innecesarios los cuerpos policiales y leyes que defienden al rico en contra del pobre.

11.- Eliminación de las fronteras y banderas, de ma-nera que lo que hoy sirve para dividir a las personas, mañana sea eliminado para unir a toda la especie hu-mana sin distinciones de ningún tipo. Nada hay para considerar a un trabajador de un país distinto del de otro país. Por encima de las fronteras y banderas nacionalis-tas, debe alzarse la solidaridad internacional, detractora de todas las divisiones generadas por intereses capita-listas que solo benefician a unos cuantos.

Esto es en síntesis, amigos míos, lo que queremos los anarquistas. La eliminación del capitalismo, la expropiación de los medios de producción, la socialización de la riqueza, la elimina-ción como institución del polizonte, del militar y de cuanto cuerpo represivo existe, la abolición del oscurantismo religioso y la prác-tica de la ciencia en todos los niveles consiguiendo con ello una sociedad racional, justa, humanitaria, libre, solidaria y fraternal. Una nueva edad de oro para el género humano.

Quienes nos achacan motes como caóticos, violentos o desorganizados, son quienes están interesados en seguir haciéndote esclavo de una u otra forma. No desean la libertad, por ello hacen cuanto pueden para desviarte del camino revolucionario y anarquista que hará que nadie hable por ti, sino que seas tú mismo quien decida tu destino hermanado con tus semejantes. Al ser anarquistas recha-zamos toda forma de gobierno sobre las personas; pero afirmamos al mismo tiempo que tampoco deseamos ejercer nosotros ninguna forma de gobierno. Cárcel eternamente tiránica que ha sometido a los pueblos al despotismo de una casta burguesa que, sea republica-na, fascista o marxista, vive a costa de la pobreza del pueblo.

Cuando quieras saber lo que quieren los anarquistas, no preguntes jamás al rico, al gobernante, al político, al cura o al pa-trón, pues nada bueno podrán decirte de quienes atacamos sus pri-vilegios, injusticias y desigualdades.

Salud y anarquismo.