Periodismo. Dossier de Aceprensa

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Dossier sobre periodismo de la agencia de colaboraciones Aceprensa, preparado para la 18 Jornada de Comunicación Siglo XXI sobre Big Data. Comunicación Inteligente de los Datos.

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Cada vez hay más empresas nope riodísticas que publican noticias,lo cual implica el riesgo de que la in -for mación independiente se veasus tituida por pseudonoticias inte-resadas. A esto se une el cambioque ha supuesto Internet, que hatras tocado los soportes pe rio dís ti -cos y sus tradicionales fuen tes de fi -nanciación. Zarandea dos por estoscambios, los hombres de prensapueden estar más pen dientes de lacuenta de resultados que de la cali-dad del trabajo y de la res -ponsabilidad cívica de la prensa.

Periodistas preocupadosEsta preocupación llevó a que en1997 un grupo de destacados perio-distas e investigadores de Estados

Unidos pu siera en marcha un proce-so de au toanálisis sobre los elemen-tos que configuran la labor periodís-tica, me diante foros públicos,encuestas di rigidas a los informado-res, entrevistas en profundidad conmás de cien periodistas, etc. El libroLos elementos del periodismo (Agui -lar) es fru to de esas investigaciones.

En él, Bill Kovach y Tom Ro sens -tiel sin tetizan nueve elementos nece-sarios para que el pe riodismo cum-pla su misión. Son principios cuyores pe to los ciudadanos tienen dere-cho a esperar. Cada capítulo del li brodes grana uno de esos prin cipios,des de “la primera obligación del pe -rio dismo es la verdad” a “de be man-tener su independencia con respectoa aquellos de quienes in forma”.

Pero este libro no se queda enlo abstracto. En ca da uno de esoselementos los au to res señalan pro-blemas prácticos que hoy se plante-an para vivir ese prin cipio, recuer-dan conflictos concretos, citan pala-bras de los periodistas entrevista-dos y aportan datos sig nificativos.

A lo largo del libro van apare-ciendo problemas que hoy aquejana la prensa, pero acompañadostam bién de respuestas que han de -mos trado su eficacia. No son fórmu-las empresariales para mejorar laren tabilidad, sino más bien elemen-tos esenciales para buscar la exce-lencia en el trabajo periodístico.

Ante al escepticismo que hoypre domina sobre la posibilidad deal can zar la verdad en la información,

Cambian los soportes, no la misión de la prensa

La búsqueda de la excelencia en el periodismo

Desde hace años los periodistas están preocupados ante la evolución de la profesión y no solo por la desapa-rición de puestos de trabajo. No es la primera vez que el periodismo vive un momento de transición importan-te por cambios sociales, económicos y tecnológicos. Pero el peligro actual es que el periodismo quede absor-bido dentro de conglomerados donde las noticias están al servicio de otros objetivos (entretenimiento, comer-cio electrónico, influencia política...).

01 Cambian los soportes, no la misión de la prensa03 Periodismo de investigación, una causa noble que busca socios04 Por una dieta informativa más variada y sana06 Menos periodistas, peor calidad

Granada, 5 abril 2014

DOSS

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los autores mantienen que no se pue -de renunciar a “conseguir la me jorversión posible de la verdad” (CarlBernstein). Ni la mera im par ciali daddel periodista ni la equidad en la ex -posición de los puntos de vista en -frentados sustituyen a la búsquedade la verdad.

Verificar antes que interpretarDe ahí que los autores defiendan elvie jo periodismo de verificación delos hechos contra un nuevo pe rio dis -mo de interpretación opinativa que seestá imponiendo. Hoy día, en cuantoun medio lanza una no ticia, losdemás pasan más tiempo tratandode añadir algo a la historia –por logeneral en el terreno de la opinión–que intentando verificar in de pen -dientemente los hechos.

Quizá el mayor problema prácti-co actual sea contrastar la informa-ción cuando, por problemas econó-micos, se trabaja con redaccionesmás reducidas, que deben publicaren distintas plataformas y van esca-sas de tiempo.

Frente a esta tendencia, los au to -res ofrecen unos principios y unastéc nicas de verificación, extraídas delos métodos de tra bajo de los propiosperiodistas. Cier tamente nada susti-tuye a la honradez, pues, comoadvierten los au to res, “los periodistasque seleccionan fuentes para queexpresen lo que en realidad no esmás que su propio pun to de vista y acontinuación utilizan esa voz neutralpara darle visos de objetividad, estáninmersos en una forma de engaño”.

Esto no significa que el periodis-ta tenga que ser siempre un informa-dor de hielo, que se limita a registrarhe chos. Puede hacer un “periodismocon un punto de vista”, siempre ycuan do respete la veracidad y dejecla ra la implicación que se mantienecon una causa.

La cultura de la polémicaLa independencia y el servicio del pe -rio dista al ciudadano está tambiéname nazada cuando hoy se difuminael tradicional cortafuegos entre la re -

dac ción y la administración y los inte-reses publicitarios, de modo que elpú blico no puede distinguir entre in -for mación y publicidad.

Igualmente el compromiso con ellec tor se desdibuja cuando el desem-peño de un periodista se valora nopor la calidad de su trabajo sino porla rentabilidad que produce para laem presa, o se mantiene una estrate-gia empresarial destinada a aumentarlos beneficios dirigiéndose a las fran-jas de población más consumistas.

También se da gato por liebrecuan do la idea del periodismo comofo ro público se confunde con la “cul-tura de la polémica”, hoy tan vigente

en programas de tertulias y foros deIn ternet. Kovach y Rosenstiel advier-ten que esto no es así porque el pú -bli co lo prefiera, sino porque el costede producción de un programa dees te tipo es mucho menor que el deela borar reportajes informativos. Estade riva también lleva a devaluar elper fil del “experto”, escogiendo agen te menos experimentada perocon más ímpetu juvenil y agresivo; seres tringe además el ámbito de la in -for mación, haciendo énfasis en unaspo cas noticias espectaculares e in -sis tiendo en la polémica polarizada ysim plificadora.

Información como entretenimientoLa prensa siempre tendrá el reto delo grar que lo relevante sea tambiénatrac tivo. Pero algunos medios hanop tado por el camino más fácil del in -fo tainment, ofreciendo entretenimien-to en forma de noticias. Según unode los estudios mencionados en el li -bro, en 1977 el 31% de las portadasde Time y Newsweek estaban dedi-cadas a alguna figura internacional ode la política y solo en el 15% apare-cía alguna personalidad del mundodel espectáculo. En 1997, la propor-ción se había invertido. Y eso que noha bían surgido todavía Lady Gaga niParisHilton.

Pero, aunque esto produzca pi -cos de audiencia en la televisión, a lalar ga fracasa, porque destruye la au -to ridad del medio informativo que sedecanta por este método, le obliga acom petir en un terreno que otros do -mi nan y, si acostumbra a los teles-pectadores a las banalidades, agostael apetito de muchos de ellos porcual quier otro tipo de programación.De hecho, los autores señalan que laau diencia de los telediarios de la no -che, que en 1980 eran seguidos porel 75% de los hogares estadouniden-ses, había bajado al 47% en 1998.

En las cadenas de televisión, en -fren tadas a la pérdida de audienciapor las nuevas tecnologías y la ma -yor com petencia, algunas han opta-do por el camino del infotainment.

Se da gato por liebrecuando la idea del

periodismo como foropúblico se confunde con

la “cultura de la polémica”

Bill Kovach

Tom Rosenstiel

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En un momento crítico para la prensa, comprometerseen un periodismo de investigación y lanzarse a la caza dein formación verdadera, como un servicio desinteresadoa la sociedad, sigue teniendo su atractivo para algunospro fesionales.

También lo tiene para unos pocos mecenas, capacesde apoyar con sus recursos causas nobles y, más difíciltodavía, para donantes particulares que aún creen en laprensa como un bien público, una voz independiente,con la que denunciar abusos y defender a los des -favorecidos.

Profesionalidad y ética no están re ñi dos con la sub-sistencia de un medio. Y una nueva filantropía está sos-teniendo proyectos peculiares en In gla te rra, Rusia oEstados Unidos, que se abren paso en un mo mento dedeclive en los soportes tradicionales en pa pel. Aunque lagenerosidad con las empresas periodísticas en apurosno es algo nuevo –muchos mecenas han salvado delhundimiento cabeceras con años de pres tigio–, hastaahora se había he cho por motivos más in te re sa dos: lafama, la in fluencia o el po der.

Pero en el último decenio, ini-ciativas como Texas Tri bune oProPublica, en Estados Unidos, oCaucasian Knot en Rusia se hanpuesto en marcha con una basedi ferente: una plantilla de profesio-nales experimentados, con un altoconcepto del periodismo y reaciosa so meterse a las presiones del

poder o de los grupos eco nómicos, y decididos a des-enterrar abusos y trapos su cios, o poner sobre la mesalas denuncias de los que no tienen voz. “Muchas orga-nizaciones han llegado a ver el periodismo de investiga-ción co mo un lu jo, por el tiem po y el dinero que exige”,aseguran los pro motores de ProPu bli ca.

En algunos casos, el perfil de es tos medios incluyeel compartir sus hallazgos con otros medios ce diendo suuso. ProPublica, por ejem plo, ha conseguido ya dos pre -mios Pulitzer con sus rep ortajes en 2010 y 2011, y lle góa ser finalista con una se rie de artículos sobre las tur biasrelaciones entre laboratorios y médicos, al descubrir ydocumentar que unos 17.000 médicos recibieron más de250 millones de dólares por apoyar la distribución dedeterminados medicamentos. Con el libre ac ce so a suscontenidos que ofrece Pro Publica, en el caso de losmédicos, las bases de da tos ofrecidas “han dado lu gar aotros 125 trabajos diferentes publicados en otros me -dios”, asegura esta web.

Las causas que divulga Texas Tribune están más di -rec tamente relacionadas con la actividad política en

sen tido amplio. Gracias a una pre-tendida imparcialidad, es te mediose nutre de las contribucionesfinancieras de los lectores, y de losgrandes donantes a los que pro-meten transparencia y el aliento deun mayor compromiso ci vil de losciudadanos, como parte de sudefinición de ins titución sin ánimode lucro. Entre los grandes temas

Periodismo de investigación, una causa noble que busca socios

Mien tras los informativos dejaban decu brir noticias importantes del ámbi-to na cional e internacional, los de -par tamentos de entretenimiento sede cantaban cada vez más por pro-gramas “ba sados en la realidad”, ti -po reality. Co mo declaraba RobertKrul wich, de ABC News, “hemos lle-gado a un pun to en el que los depar-tamentos de en tretenimiento se ocu-pan de las no ti cias y los departa-mentos de informativos se ocupande entretener”.

¿Cómo satisfacer al público?Para prestar un buen servicio, lapren sa debe preguntarse qué infor-mación satisfará hoy las necesidades

del público. Pero si se le pregunta di -rec tamente a la gente, se limita areac cionar ante las opciones que sele ofrecen, pero no podrá decir lo quees pera, porque tampoco lo sabe. Poreso la mercadotecnia más útil será laque logre conocer cosas de la vidade la gente, no de las noticias que es -pe ran. ¿Qué hace en su tiempo libre?¿Cuán to tarda en llegar al trabajo?¿Qué le preocupa? Un conjunto dein formaciones que permitan a los pe -rio distas diseñar un paquete de noti-cias que responda a las necesidadesde su comunidad.

Los nueve elementos que Ko -vach y Rosenstiel bosquejan en su li -bro son el armazón de “un periodis-

mo creador de significado que se ba -sa en la síntesis, la verificación y unafe roz independencia”, como únicapro tección frente a “la amenaza deque la prensa sea engullida por elmun do del discurso comercial”.

En un momento de transición do -lo rosa para la prensa, con du das y di -fi cultades, esta síntesis de los ele-mentos indispensables en el tra bajoperiodístico es una buena ayu da paraque los cambios en el mo do de darlas noticias no nos hagan olvidar laesencia del pe rio dismo. De lo contra-rio podría ocurrir que la inflacióninformativa solo sir viera para deva-luar las noticias.

Ignacio Aréchaga

Hay mecenas y donantesparticulares dispuestos a aportar fondos para

mantener un periodismode calidad

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que abordan están la pena de muerte, las leyes sobre in -mi gración, la salud o la educación.

Obstáculos fiscalesPero la gran batalla de estos quijotes de la informaciónes lograr suficiente respaldo de sus donantes y eso sig-nifica conseguir un reconocimiento a su trabajo, y lucharcon tra las trabas legales. El periodismo de investigaciónes caro y no siempre llega a conclusiones relevantes,por eso algunos medios que partieron de la filantropíaaca ban volviendo al circuito tradicional para lograr lasos tenibilidad.

“Hemos firmado un acuerdo con Fi nan cial Timespara colaborar con ellos en investigaciones im -portantes”, afir ma Iain Overton, director general de TheBureau of Investigative Jour nalism (TBIJ), una institu-ción no lucrativa con sede en Londres que produce in -ves tigación de calidad para compañías periodísticas.

Para Overton, “publicar solo en un medio no ase-gura un amplio im pacto o influencia en el público y tam-poco permite re cuperar la inversión en investigacioneslargas y costosas”. El TBIJ, que se constituyó al ampa-ro de la City Uni versity de Londres, se puso en marchacon la do na ción inicial de 2 millones de libras de la

Potter Foun da tion, pero además de conseguir otrosdonantes ha es tablecido acuerdos con una docena deme dios au dio visuales o escritos, de los que obtiene re -cur sos.

Aun así el riesgo de perder la independencia si guesin re sol verse. Si Caucasian Knot recibió en 2001 unapoyo económico de cisivo de Georges Soros, el ri cofinanciero de origen húngaro, na die dudará de que laactividad de su mecenas poco o nada se be ne fi cia deuna web en la que se ha ce una clara defensa de los de -re chos humanos y se sigue la información de 17 provin-cias del Cáucaso con corresponsales independientes.

Pero, en cambio, Ford Foundation, que acaba decon ceder en agosto 500.000 dólares a The Was hing tonPost, ha tenido que explicar ampliamente que el di nerose destinará a “proyectos re lacionados con po lí tica ygo bier no” y que servirá para pagar a cua tro re por terosque seguirán ba jo las supervisión del redactor je fe de lasección de investigación. Esta misma fun dación ha be -neficiado con sus ayudas a cin co áreas de investigacióndel pe riódico Los Angeles Times y sigue decidida ahacerlo en adelante con otros me dios en apuros.

M. Ángeles Burguera

El periodismo ha reclamado tradicio-nalmente ser el cuarto poder, comocontrapeso de los tres poderes delEstado. Los temas que tratan los me -dios de comunicación son los que in -teresan a la sociedad, los que creanuna agenda de asuntos relevantespa ra la nación. Los medios de comu-nicación, los periodistas son esencia-les para la democracia al hacer un re -lato de lo que realmente está pa san -do para que los ciudadanos puedantomar decisiones fundamentadas.

Pero, ¿esto es realmente así? Siya era difícil que los medios ejercie-ran la labor de informar objetivamen-te al público sin dejarse presionar porintereses económicos o políticos, el

ecosistema comunicativo del sigloXXI es un auténtico desafío para laverdad. La atención de la audienciase reparte entre los medios sociales–millones de personas produciendo ocompartiendo contenidos en Inter -net– y los medios tradicionales. Lamenor audiencia de cada medio decomunicación y la crisis han llevado aun periodismo cada vez más partidis-ta, más barato, a la caza de la aten-ción para poder vender publicidad.Internet no es la gran plaza públicade la transparencia, al contrario, lapersonalización de las noticias traeun menú informativo cada vez máscentrado en el mundo de cada usua-rio.

Es decir, si del lado de losmedios la competencia es cada vezmayor, la audiencia se encuentra esti-mulada informativamente por milesde voces contradictorias. La reacciónque genera es la de centrar la aten-ción en unos cuantos medios afines yrodearse en las redes sociales depersonas con las mismas ideas. Esdecir, la mayor amenaza para la pro-pia información es uno mismo.

Burbujas de conviccionesVarios libros han alertado últimamen-te sobre la sobreabundancia informa-tiva, unida al peligro de que, en vezde una sociedad cohesionada, Inter -net nos transforme en islas encerra-

Por una dieta informativa más variada y sana

¿Quién quiere saber la verdad si puede escuchar que tiene razón?Ante un periodismo cada vez más sesgado, la dieta informativa recomienda buscar y analizar datos no paratener razón sino para entender la realidad

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das en burbujas de convicciones, noen espacios abiertos de intercambiode ideas. The Filter Bubble, de EliPariser; The Shallows, de NicholasCarr; Contra el rebaño digital, deJaron Lanier, y The Information Diet,de Clay Johnson, hablan de estosproblemas. Los cuatro libros incidensobre la influencia que el medio tienesobre el mensaje, es decir, cómo latecnología ha cambiado nuestra rela-ción con la realidad. Pero si los pri-meros títulos tienden a cierto pesi-mismo determinista, Johnson tiene elmérito de creer en la libertad humanapara poder cambiar sus hábitos ydefiende que la necesidad del esfuer-zo personal por informarse mejor esun deber ético con uno mismo y conla sociedad.

Johnson es un hombre que se havolcado durante más de diez años enla esfera pública. Su motivación ini-cial para entrar en el activismo fueque su ma dre enfermó de cáncer yJohnson es taba convencido de lanecesidad de una sanidad públicapara casos co mo el de su madre.Trabajó en los co mités de apoyo deHoward Dean y de Barack Obama yen organizaciones para la transparen-cia gubernamental. Cuan do el presi-dente Obama aprobó la ley queamplía el servicio público de salud enEstados Unidos, popularmente co -nocida como “Obamacare”, John sondebería haber sentido una gran satis-facción, pero vio como la sociedadnorteamericana se dividía en una lu -cha partidista en la que lo de menoseran los datos.

En The Information Diet, “Ladieta informativa”, Johnson explicasu decepción al comprobar que a lagente no le importa la informaciónsino la reafirmación de sus conviccio-nes. Esa misma tendencia la recono-ce en sí mismo cuando relata la cenade Acción de Gracias familiar del añoanterior. Él y su tío convirtieron la ve -la da en una discusión política frus-trante: cada uno estaba convencidode que el otro no estaba diciendo laverdad y terminaron insultándose, al -go que desgraciadamente pasa cada

vez más no solo en EE.UU. La polari-zación política nos hace vivir en mun-dos paralelos.

Saber elegir“Así como las empresas de alimenta-ción se dieron cuenta de que, si que-rían vender muchas calorías baratas,deberían empaquetarlas con sal,grasa y azúcar –el tipo de cosas quela gente desea–, las empresas demedios de comunicación han apren-dido que el refuerzo de las conviccio-nes se vende mucho mejor que lainformación. ¿Quién quiere escucharla verdad si puede escuchar quetiene razón?”, dice en su libro.

Johnson hace un paralelismoentre el consumo de alimentos y el deinformación. Si hemos pasado deuna época de escasez de ambos auna de sobreabundancia, el proble-ma en nuestros tiempos no es consu-mir sino elegir. Así como nuestroorganismo tiende a comer más de lo

que necesita, nuestro cerebro estáalerta a la caza de información y esmuy fácil perderse la verdad en favorde la autoafirmación.

Un punto de partida sano, segúnel autor, es el socrático “sólo sé queno sé nada”: “acepta tu propia igno-rancia como el único elemento delque estar seguro”. ¿Cuál es la solu-ción? Johnson propone consumirinformación de forma consciente conflexibilidad y reforzando las virtudescomo la fuerza de voluntad y el amorpor la verdad. Es decir, que lo queconsumamos sea realmente informa-ción, no solo opiniones; que no seademasiada y que sea en lo posible deprimera mano. Así como los periodis-tas responsables tienen un códigoético –dice el autor–, cada uno denosotros también debería tenerlo:nunca busques y analices datos paratener razón sino para descubrir laverdad. No dejes que tus prejuiciossupriman la búsqueda de la verdad.

Ir a la fuenteDescendiendo a la práctica, aconsejarevisar la lista de personas de las quesomos amigos en las redes sociales ypreguntarnos cuántas de ellas nocomparten nuestra ideología; des-aconseja utilizar la televisión comomedio de información, salvo aquelloscanales que transmiten en directocomparecencias y ruedas de prensa;

Es en la mentalidad decada uno en donde debeoperarse el cambio paraque tengamos un afán

serio por conocer la realidad

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propone un mejor conocimiento delas habilidades tecnológicas, parasaber encontrar fuentes documen-tales en Internet y no fiarse de lasinterpretaciones de los medios; asícomo emplear más interés en losasuntos locales o en aquellos quese pueden solucionar que en gran-des debates que no tienen un reme-dio inmediato (la injusticia, el poder,la ignorancia, etc.).

“El patrón de comportamientodebería ser el siguiente: busqueinformación directamente en lasfuentes y cuando la informaciónrequiera que usted actúe, trate

directamente con la fuente.Depender demasiado de interme-diarios para informarse y para elactivismo reduce sus posibilidadesde conocer la verdad y disuelve sucapacidad de cambiar las cosas”.

Johnson es un experto en ini-ciativas sobre transparencia públicay por eso mismo no cree que latransparencia sola sea la solución,ya que hay millones de datos públi-cos a los que la gente no prestaatención por falta de interés. Aspiraa una conjunción entre programado-res informáticos y periodistas paramejorar la información. Así y todo,

es en la mentalidad de cada uno endonde debe operarse el cambio pa -ra que tengamos un afán serio porconocer la realidad. El libro sería elinicio de una conspiración en favorde la verdad informativa que prosi-gue en el sitio web que ha puesto enmarcha, donde comparte solucio-nes y herramientas informáticas.

El problema, viene a decir, es deac titud. No eches la culpa a los me -dios, cámbialos mediante eleccio-nes conscientes. Los medios quie-ren vender; el problema es lo quequeremos consumir.

Montse Doval

Dossier realizado por ACEPRENSA

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En Estados Unidos, casi un tercio de los usuarios(31%) de medios de comunicación han dejado deseguir alguno en el último año porque ha perdido inte-rés para ellos. La encuesta forma parte de un informedel Pew Research Center, “The State of the NewsMedia 2013”, que sugiere una explicación. La calidadha empeorado porque los medios adolecen de “faltade personal y falta de preparación para descubrirtemas de interés, profundizar en los que surgen o veri-ficar la información que llega a sus manos”. Es unfenómeno perceptible también en otros países.

En el caso de Estados Unidos, el informe muestracómo se han despoblado las redacciones. El númerode periodistas contratados ha bajado un 30% desde elmáximo histórico en 1989: ahora son cerca de 40.000,el total más bajo desde mediados de la década de1970.

Eso es consecuencia, entre otras cosas, de la cri-sis económica, con la caída de lapu blicidad y de la audiencia depa go. En 2005, los ingresos publi-citarios en prensa escrita ascen-dieron a 48.000 millones de dóla-res; en 2012 se quedaron en20.000 millones (60% menos). Escierto que la pu bli cidad digital au -menta, y ahora es un 15% del to -tal, pero es mu cho más barata

que la impresa y no es capaz de compensar la bajadade esta. Por cada 16 dólares per di dos en la publicidadsobre papel en 2012, los periódicos ganaron 1 solodólar más por anuncios di gi tales.

Los usuarios notan la pérdida de ingresos y deprofesionales en un descenso de la calidad, según elinforme del Pew. Estiman que ha disminuido el uso demedios técnicos y ha habido un aumento generalizadode contenidos llenos de opinión y escasos de análisis,así como de otros meramente prácticos. El informeofrece algunos datos elocuentes referidos a la televi-sión. El tiempo, el tráfico y el deporte representanactualmente alrededor del 40% de las noticias locales,que además son más cortas: solo el 20% exceden elminuto y la mitad duran menos de 30 segundos.

En contraste con la pérdida de empleos en lasredacciones, los profesionales que trabajan en depar-tamentos de prensa y gabinetes de comunicación no

sufren la crisis. En 1980 eranmás o menos tantos comoperiodistas en activo, pero hoyson cuatro veces más. El peligroclaro de este desplazamiento depersonal es que los medios,mucho más flojos de fuerzas,acaben siendo meros altavocesde fuentes interesadas.

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Menos periodistas, peor calidad

Los profesionales que trabajan en gabinetes decomunicación hoy son

cuatro veces más que losque trabajan en los

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