Peter Burke

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Peter Burke Es imposible que los individuos y grupos rompan del todo con la cultura en la que fueron formados, pero en el Renacimiento la caballería, el arte gótico y la filosofía escolástica ya no monopolizaron sus campos, compitiendo e interactuando con estilos y valores derivados de la antigüedad. Surgió en Italia donde el gótico, la caballería y la escolástica penetraron con menor profundidad y tardíamente. Se opta 1330 como inicio por ser la época de Francesco Petrarca. Cicerón era uno de sus héroes (le escribió cartas), colecciono y trascribió sus manuscritos; abandono la letra gótica para imitar a los antiguos; era un moralista estoico; preocupación por la persona individual (sus poemas están escritos en primera persona): escribió su autobiografía. Su poema África define la edad media como una época oscura en contraste con la Antigüedad clásica (época de luz). Pero en muchos sentidos fue una figura medieval: leía Agustín y Dante (sus poemas son una narración como la “Vita Nuova”, con la amada Laura de Petrarca en lugar de Beatriz); la reputación de Petrarca fuera de Italia se fundaba en sus obras más tradicionales (tratado sobre la fortuna -De remediis); el interés en los clásicos no excluía el interés por la caballería. El termino “humanismo” deriva de lo que Cicerón llamaba studia humanitatis: ética (para diferenciar lo bueno de lo malo), poesía e historia (ética aplicada), retórica y gramática (vinculados con el lenguaje que permite separar lo justo de lo injusto). Hubo un esfuerzo sistemático desde Petrarca en adelante en buscar antiguos manuscritos clásicos, enmendando los errores de los copistas (critica textual). Así como práctica cultural el humanismo estaba dominado por la filología antes que la crítica de la sociedad. Florencia : el patriotismo florentino y la alabanza a la vida civil activa esta documentada desde mucho antes: los humanistas le dieron un matiz clásico. El problema de la compatibilidad o no entre saber clásico-cristianismo fue una preocupación de los humanistas (= Padres de la Iglesia). La sensación de distancia de la cultura medieval, pese a ser exagerada, fue un rasgo de la mentalidad del grupo. Salutati (XV) fue el centro del circulo de intelectuales (Leonardo Bruni, Bracciolini); proclamo que Petrarca superaba a Cicerón en prosa y a Virgilio en verso; canciller de la republica florentina (las cartas en latín clásico impresionaba a los gobiernos extranjeros). Cicerón era un héroe para esta generación: elegancia literaria y participación política. Como cancilleres e historiadores oficiales, exaltaron la libertad florentina, comparándola a la Roma republicana y Atenas. Sus historias seguían los modelos de Tucidides y Titio Livio. Si esta segunda generación elogiaba la vida activa y la comunicación a un publico amplio, la siguiente generación (circulo de Cosimo de Medicis) insistían en la contemplación y el estudio del saber esotérico en si mismo, escribiendo para sus colegas eruditos (movimiento “neoplatónico”): su filósofo (“teólogo”) favorito era Platón (fundaron una “academia” 1460), que había enseñado anticipadamente algunas doctrinas cristianas (un Moisés griego); también en Pitágoras y Hermes Trismegisto. Esto coincidió con el transito del arte público al privado. Artes visuales: buscaban recuperar la antigüedad. La pureza y simpleza son las claves de la arquitectura de Brunelleschi en reacción a la exuberancia gótica. Creciente interés por la arquitectura antigua (recepción de Vitrubio que elogiaba la arquitectura como ciencia matemática). Pero también Brunelleschi siguió los modelos medievales: hay una situación fluida gótico-clásico. Interés de Donatello en la escultura clásica romana en sus bustos. Masaccio (pintura) aprendió las reglas de la perspectiva para “imitar la realidad”. En las artes prevaleció el bricolage. Recepción y resistencia: la primera etapa en la recepción del Renacimiento fue la difusión de las innovaciones florentinas en Italia: muchos humanistas florentinos fueron a las cortes de Roma, Nápoles, Milán, etc. El descubrimiento de manuscritos antiguos y el interés en la cultura clásica no era monopolio florentino. Dos humanistas fueron papas (Nicolás V y Pío II). Las innovaciones culturales asociadas a la corte de Borgoña fueron un modelo para gran parte de Europa (XV): pintura al óleo, uso de lienzo, música. Mejor hablar de dos renacimientos paralelos (XV): norte de Italia y sur de los Países Bajos (regiones más urbanizadas). Dos puntos: 1) ninguno realizaron una ruptura total con lo previo; 2) la independencia mutua no debe exagerarse. Los contactos culturales entre los humanistas italianos y otros europeos (personales o por libros) se hicieron mas frecuentes. Italia no fue el centro de innovación cultural y el resto de Europa una mera periferia. Pero si el papel italiano fue importante: muchos humanistas italianos se convirtieron en figuras importantes en el extranjero. Las universidades fueron sedes importantes para la recepción de ideas de Italia, así como las cortes. Una razón del éxito fue la imprenta de tipo móvil ( 1450 Gutenberg). Hubo resistencia insalvable en la periferia oriental de Europa: Moscovia, que miraba más a Constantinopla que a Roma. Hubo un renacimiento cultural que recupero la cultura eslava (IX-X). Era de la emulación: el apogeo del Renacimiento ( 1490-1530 ) Época de Leonardo, Rafael y Miguel Ángel (norte de Italia), Erasmo, Luis vives, Tomas Moro (norte de Europa). Estuvo dominado por Roma en cuanto a innovación. Momento de “cristalización”: una vez

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Peter Burke

Es imposible que los individuos y grupos rompan del todo con la cultura en la que fueron formados, pero en el Renacimiento la caballería, el arte gótico y la filosofía escolástica ya no monopolizaron sus campos, compitiendo e interactuando con estilos y valores derivados de la antigüedad. Surgió en Italia donde el gótico, la caballería y la escolástica penetraron con menor profundidad y tardíamente. Se opta 1330 como inicio por ser la época de Francesco Petrarca. Cicerón era uno de sus héroes (le escribió cartas), colecciono y trascribió sus manuscritos; abandono la letra gótica para imitar a los antiguos; era un moralista estoico; preocupación por la persona individual (sus poemas están escritos en primera persona): escribió su autobiografía. Su poema África define la edad media como una época oscura en contraste con la Antigüedad clásica (época de luz). Pero en muchos sentidos fue una figura medieval: leía Agustín y Dante (sus poemas son una narración como la “Vita Nuova”, con la amada Laura de Petrarca en lugar de Beatriz); la reputación de Petrarca fuera de Italia se fundaba en sus obras más tradicionales (tratado sobre la fortuna - De remediis); el interés en los clásicos no excluía el interés por la caballería. El termino “humanismo” deriva de lo que Cicerón llamaba studia humanitatis: ética (para diferenciar lo bueno de lo malo), poesía e historia (ética aplicada), retórica y gramática (vinculados con el lenguaje que permite separar lo justo de lo injusto). Hubo un esfuerzo sistemático desde Petrarca en adelante en buscar antiguos manuscritos clásicos, enmendando los errores de los copistas (critica textual). Así como práctica cultural el humanismo estaba dominado por la filología antes que la crítica de la sociedad.

Florencia: el patriotismo florentino y la alabanza a la vida civil activa esta documentada desde mucho antes: los humanistas le dieron un matiz clásico. El problema de la compatibilidad o no entre saber clásico-cristianismo fue una preocupación de los humanistas (= Padres de la Iglesia). La sensación de distancia de la cultura medieval, pese a ser exagerada, fue un rasgo de la mentalidad del grupo. Salutati (XV) fue el centro del circulo de intelectuales (Leonardo Bruni, Bracciolini); proclamo que Petrarca superaba a Cicerón en prosa y a Virgilio en verso; canciller de la republica florentina (las cartas en latín clásico impresionaba a los gobiernos extranjeros). Cicerón era un héroe para esta generación: elegancia literaria y participación política. Como cancilleres e historiadores oficiales, exaltaron la libertad florentina, comparándola a la Roma republicana y Atenas. Sus historias seguían los modelos de Tucidides y Titio Livio. Si esta segunda generación elogiaba la vida activa y la comunicación a un publico amplio, la siguiente generación (circulo de Cosimo de Medicis) insistían en la contemplación y el estudio del saber esotérico en si mismo, escribiendo para sus colegas eruditos (movimiento “neoplatónico”): su filósofo (“teólogo”) favorito era Platón (fundaron una “academia” 1460), que había enseñado anticipadamente algunas doctrinas cristianas (un Moisés griego); también en Pitágoras y Hermes Trismegisto. Esto coincidió con el transito del arte público al privado.

Artes visuales: buscaban recuperar la antigüedad. La pureza y simpleza son las claves de la arquitectura de Brunelleschi en reacción a la exuberancia gótica. Creciente interés por la arquitectura antigua (recepción de Vitrubio que elogiaba la arquitectura como ciencia matemática). Pero también Brunelleschi siguió los modelos medievales: hay una situación fluida gótico-clásico. Interés de Donatello en la escultura clásica romana en sus bustos. Masaccio (pintura) aprendió las reglas de la perspectiva para “imitar la realidad”. En las artes prevaleció el bricolage.

Recepción y resistencia: la primera etapa en la recepción del Renacimiento fue la difusión de las innovaciones florentinas en Italia: muchos humanistas florentinos fueron a las cortes de Roma, Nápoles, Milán, etc. El descubrimiento de manuscritos antiguos y el interés en la cultura clásica no era monopolio florentino. Dos humanistas fueron papas (Nicolás V y Pío II). Las innovaciones culturales asociadas a la corte de Borgoña fueron un modelo para gran parte de Europa (XV): pintura al óleo, uso de lienzo, música. Mejor hablar de dos renacimientos paralelos (XV): norte de Italia y sur de los Países Bajos (regiones más urbanizadas). Dos puntos: 1) ninguno realizaron una ruptura total con lo previo; 2) la independencia mutua no debe exagerarse. Los contactos culturales entre los humanistas italianos y otros europeos (personales o por libros) se hicieron mas frecuentes. Italia no fue el centro de innovación cultural y el resto de Europa una mera periferia. Pero si el papel italiano fue importante: muchos humanistas italianos se convirtieron en figuras importantes en el extranjero. Las universidades fueron sedes importantes para la recepción de ideas de Italia, así como las cortes. Una razón del éxito fue la imprenta de tipo móvil (1450 Gutenberg). Hubo resistencia insalvable en la periferia oriental de Europa: Moscovia, que miraba más a Constantinopla que a Roma. Hubo un renacimiento cultural que recupero la cultura eslava (IX-X).

Era de la emulación: el apogeo del Renacimiento ( 1490-1530 )

Época de Leonardo, Rafael y Miguel Ángel (norte de Italia), Erasmo, Luis vives, Tomas Moro (norte de Europa). Estuvo dominado por Roma en cuanto a innovación. Momento de “cristalización”: una vez consolidada la fluidez del periodo previo, las líneas entre lo clásico y lo medieval se trazaron con nitidez. Los contemporáneos hablaron de “emulación” (igualar o superar a los antiguos); momento en que los artistas del norte de Europa empezaron a rivalizar con los italianos. Políticamente, las fechas son 1494-1527, desde la invasión francesa a Italia hasta el saco “bárbaro” de Roma por Carlos V, que fue para los humanistas italianos un hecho traumático que disperso a los artistas, terminando con el periodo en que la ciudad había sido el centro fundamental de desarrollo: desde entonces el movimiento renacentista seria policentrico. El medio para una exitosa emulación era seguir ciertas reglas: en latín había que seguir la prosa ciceroniana y el verso de Virgilio; en las artes el vocabulario para describir y juzgar las obras de arte estaban construyéndose (gracia, facilidad, estilo, orden, antitesis, etc.). Se puede hablar de la “aristocratizacion” del Renacimiento en cuanto se difundió fuera de Italia y comenzó a asociarse estrechamente con las cortes reales. Los invasores franceses quedaron encantados con el arte italiano: el rey de Francia invito a Leonardo a su país. Había demandas de arquitectos italianos en toda Europa. La recuperación de la antigüedad en las artes no agrado a todos: Erasmo desconfiaba de las formas clásicas por considerarlas expresiones de paganismo; otros admitían el estilo clásico, pero no el predominio italiano.

Florencia tuvo un renacimiento republicano con la expulsión de los Médicis (1494) hasta su regreso (1512): relevancia del pequeño grupo de Nicolás Maquiavelo y el historiador Francesco Guicciardini. Maquiavelo escribió El príncipe (1513) donde prescribía lo opuesto a la sabiduría política convencional. La restauración republicana en Florencia también influyo en el arte al reanudarse los encargos públicos. Se cree que el David (1501) de Miguel Ángel era la personificación de la republica.

Los humanistas necesitaban del mecenazgo de los gobernantes, tanto como esos necesitaban el consejo de aquellos: Erasmo escribió tratados sobre la educación de los príncipes (a Carlos V y Francisco I). Muchas princesas tenían educación humanista en cortes italianas. La más grande fue Margarita de Navarra (hermana de Francisco I) que escribía poemas, dramas y cuentos, siendo mecenas de muchos humanistas. Los príncipes se interesaron cada vez más en atraer estudiosos italianos a sus cortes, para que enseñasen a sus hijos o que escribieran relatos panegíricos de sus hazañas o antepasados. Las cartas que intercambiaban los humanistas fueron una contribución importante a su ideal de una “republica de las letras” internacional. En Italia antes de 1500 el movimiento se había desarrollado por fuera de las universidades y hasta cierto punto contra ellas. Desde 1500 una serie de universidades europeas ofrecían un ambiente favorable al nuevo saber (poesía, griego y hebreo). El griego no solo era el idioma de Homero, Aristóteles y Platón, sino también del Nuevo Testamento. El hebreo se estudiaba para comprender la cabala, la tradición secreta de los sabios judíos, un intento de llegar a Dios (se creía que era la lengua original de Dios).

Erasmo compartía el desprecio general humanista por los filósofos escolásticos (bárbaro latín y sutilezas de telarañas). Compartía la admiración por la Antigüedad pagana y la cristiana. Fue una suerte de “archihumanista”, el de mas éxitos y respetado. Pero suscito el rechazo de los humanistas romanos: critico la reverencia por Cicerón (pagano), como una especie de “superstición” (describir a dios como Júpiter en la literatura, tomar Cristo la forma de Apolo en artes, Miguel Ángel hizo en la Capilla Sixtina).

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Cappelli

Francesco Petrarca (1304-1374) por su forma de acercarse a la cultura clásica, de entender el papel del intelectual, por su influjo, es el padre del Humanismo. Dos grandes proyectos clasicistas de la primera fase de su carrera: una galería de biografías de personajes ilustres de la antigua Roma (De viris illustribus), 2) el África, el poema histórico sobre las gestas de Escipión el Africano, intento de crear una epopeya nacional italiana basada en la virtud de la Roma republicana. Su compromiso político no disminuyo: apoyó la proclamación de la Republica en Roma (1347). Su reflexión se dirige al a la vida concreta del hombre. La segunda parte de su vida transcurre en Milán bajo la protección de los Visconti como embajador, orador y consejero. Reflexiono sobre la moral y el destino del hombre (Los Remedios de la prospera y adversa fortuna: dialogo alegórico entre la Razón, el Gozo y el Dolor, donde se enfrentan los temas que acucian al hombre (amistad, dinero, amor, muerte, virtud) desde una perspectiva laica, imbuida de moral estoica).

Un hito de su búsqueda de manuscritos fue Ab Urbe condita libri de Tito Livio, la principal fuente de conocimiento de la historia romana republicana. Nace con Petrarca la idea de “republica de la literatura” de los intelectuales que se comunican por encima de sus diferencias políticas o nacionales. La carga ideológica del humanismo se ve en su intento de hacer de la clasicidad el vehiculo para transmitir ideas y modelos ejemplares para su tiempo. Con Petrarca están ya planteados todos los términos de la nueva cultura, que se llamaron studia humanitatis, y la posteridad, Humanismo. Las dos “almas” petrarquescas –el filólogo y el filosofo (moral)- convivirán en el Humanismo.

Lorenzo Valla fue el filólogo más importante. Su meta fue la refundación de todos los saberes. Nació en 1405 en Roma, su familia estaba formada por juristas al servicio del papa. En 1435 se estableció en la corte aragonesa de Nápoles, bajo la protección de Alfonso el Magnánimo, que le hizo su secretario y le encomendó la composición de una historia de su familia, los Trastámara. Allí escribió su obra mas celebre, la Declamatio en la que denuncia la falsedad de la “Donación de Constantino”. A lo largo de su vida, sufrió un proceso de la Inquisición (Nápoles, 1444) y muchas polémicas que lo opusieron no solo a los ambientes escolásticos sino también a distintos sectores del humanismo. Al volver a Roma sirvió como traductor al papa.

En su trabajo como filólogo los trabajos exegéticos sobre el Nuevo Testamento. La lingüística de Valla es análisis en sincronía, estructura e historia, es la vuelta al significado propio de las palabras, a su situación histórica, a su uso correcto. Asumió como base exclusiva a los antiguos, especialmente la Institutio oratoria de Quintiliano. La obra teórica de Valla de alcance mas general es el tratado filosófico-epistemológico (Revisión de la dialéctica y la filosofía) donde pone en tela de juicio todas las categorías. A raíz del proceso de la Inquisición se vio obligado a modificar parte de su pensamiento (Retractatio). Cuando estudia a Aristóteles, Valla indica que no quiere rechazar todo, sino que quiere recuperar la lección mas autentica, para poder así rechazar las elaboraciones sucesivas de la escolástica.

Con Sobre el Verdadero Bien, Valla intenta defender una nueva moralidad laica en una perspectiva cristiana, rescatando el epicureismo con el tópico de la “búsqueda del placer material”. Rechaza la tradicional contraposición entre “carne” y “espíritu”. En La profesión de los religiosos ataca directamente las órdenes religiosas y reivindica la vida mundana del hombre laico frente a una pretendida superioridad del estado monástico. Una vez más utiliza el metido de la crítica terminológica, en este caso de los tres “votos” (pobreza, castidad y obediencia) y sobre todo de la palabra “religiosus”, que niega que indique únicamente a los miembros del clero e identifica con el “feligrés” en general. De ahí que la verdadera religión se viva en el foro interior mucho mas que en el estado eclesiástico.

La lengua latina es para Valla el vehiculo exclusivo de la cultura occidental, la gramática es la puerta del saber. Todo ello se plasma en las Elegantiae latine lingue, la obra maestra de Valla, donde ambiciona con la restauración de la correcta lengua latina, frente a las distorsiones de la escolástica. La celebre “Donación de Constantino”, el documento con el cual supuestamente el emperador Constantino cedía la parte occidental del Imperio a la Iglesia, era objeto de controversias jurídicas y políticas sobre su validez y alcanza, pero nunca se había puesto en duda su autenticidad histórica. Al centrarse en el campo lingüístico y filológico inauguraba una manera nueva de abordar la cuestión. El análisis filológico demuestra tajantemente la imposibilidad histórica de una pluralidad de usos lingüísticos presentes en la Donación. También analizo críticamente el Nuevo Testamento para recuperar la autenticidad de la palabra divina. Valla es uno de los pioneros de la moderna filología bíblica científica, porque rompe conscientemente la tradicional prohibición, por parte de la tradición exegetita cristiana, de someter el texto sagrado a examen gramatical. Pero también esta labor de exegesis acarreo muchos problemas, primero, entre las filas del humanismo, como Poggio Bracciolini, que acuso a Valla de impiedad. Al someter al texto sagrado a un análisis histórico este corría el riesgo e perder su carácter atemporal de libro revelado, poniendo en peligro el prestigio de la palabra divina y la autoridad de la teología oficial.