Pharus Academiae 1

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El faro de Tampico (fragmento) Miguel Ángel Camero

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Ensayos y reflexiones sobre el conocimiento y la investigación

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El faro de Tampico (fragmento)Miguel Ángel Camero

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Pharus Academiæ

La importancia de las humanidades en la formación universitaria para la sociedad del conocimiento

El estado del conocimiento: Base de una investigación y de entrada a un nuevo terreno profesional

Los hombres que abortó la postmodernidad

Estilo de paternidad que perciben en ambos padres, adolescentes estudiantes de una preparatoria particular del sur de Tamaulipas

1845­–1846 Notas para la historia de Tampico en la guerra con Estados Unidos

Los Sistemas Nacionales de Innovación de México y España

La otra historia de México: Juárez y Maximiliano; la Roca y el Ensueño

Cien años de soledad

Fr ancisco Solis Solano

Jose Alberto Bazaldúa Zamarripa

Dr. José Luis Villaseñor Dávalos

Silvia Martín Del Angel y María de Jesús Ponce Nájer a

Emilio Lamadrid

Dr. Enrico Martínez Sáenz y José Uriel Aréchiga Vir amontes

Emilio Lamadrid

Fr ancisco Gámez

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Directorio / Contenido

PrólogoM. Davíd Gómez

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Ensayo

Resumen de Trabajo de Investigación

Recensión sobre libro

RectorC.P. David Gómez Fuentes

Vicerector académicoC.P. Rodolfo Vega

Comité editorial

Dr. José Villaseñor

Alberto Bazaldúa

Dr. Enrico Martínez

Emilio Lamadrid

Francisco Gámez

Eduardo Meléndez

Gustavo Hernández

Diseño y Formación

Ernesto Peña

Pharus Academiæ, Revista de divulgación e in-vestigación del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas. Número 1, año i. Este número se terminó de editar el día x de septiembre de 2007, el tiraje total de esta edición es de 1 000 copias.

Los rasgos postmodernos de los alumnos de bachillerato hacia las materias formativasLic. Leticia Sandoval Piñer a y Lic. Gr aciela Zorrilla Garza

82Abstract sobre trabajo de investigación

1879, el faro de Tampico

Porfirio Díaz ordenó mejorar el puerto de Tampico, para aprovechar las líneas ferroviarias que conectarían a partir del 23 de octubre de 1891, al puerto con San Luis Potosí y Monterrey y con varias ciudades del sur de Es-tados Unidos para movilizar, principalmente, materias primas y minerales y, años después, petróleo. A la par del mejoramiento del puerto que incluyó la construcción de las escolleras, fue necesario construir un faro, aunque desde 1865­ existía uno que guiaba a las embarcaciones que entraban por el río Pánuco. El Ministro de Fomento, general Vicente Riva Palacio, comisionó para realizar las obras, al encargado del Departamento de Obras Públicas, el ingeniero civil José Ramón de Ibarrola, diseñador, entre otras cosas, del quiosco morisco de la colonia Santa María La Ribera en la capital del país. Se siguieron los cánones de la arquitectura predominante en el continente europeo, por lo que se optó por una construcción totalmente metálica, que proporcionaría mayor ligereza pero a la vez mayor resistencia al faro. El plano del faro de Tampico consideraba una torre de casi 146 pies y 7 pulgadas de altura, (aproximadamente 48 metros) con un peso de 140 toneladas. La estructu-ra estaría formada por siete series de columnas de fie-rro fundido, abrazadas y ligadas mediante travesaños y tirantes que forman una pirámide hexagonal, con un cilindro central para las escaleras de caracol, que condu-cirían al aparato óptico, la galería, un cuarto de servicio y otro de guardia.

En junio de 1879 se firmó contrato para la construc-ción del faro, y un mes después se comenzaron a producir las piezas en Pittsburgh, Ohio, mientras, que en Tampico, se iniciaron los trabajos de cimentación en octubre de ese año. Vecinos, comerciantes e industriales del puerto aportaron ese año 12 428 pesos para financiar el proyec-to, cuyo costo total ascendió a $20 000,00.

Un desconocido corresponsal, evidentemente em-pleado del departamento de Obras Públicas, reporta desde EE.UU. pormenores del proceso de construcción

e informa que durante el primer trimestre de 1880 «in-genieros de los ferrocarriles de Pennsylvania, Allegheny Valley, Baltimore & Ohio, Pittsburg, Cincinatti & St. Louis, Cincinatti Southern y otros, y todos los fabricantes de fie-rro y acero de Pittsburg honraron dicha estructura con su más completa y absoluta aprobación declarándola una de las más fuertes en su conjunto, más sencillas en sus ajustes y más aéreas (sic) en su apariencia de todas las de su género».

»Con f[ec]ha 25­ de Marzo, el periódico The Iron Age, de Nueva York, hizo en su primera página una descrip-ción del faro, ilustrándola con un grabado que lo repre-senta en sección vertical».

Más adelante reporta que la estructura salió de Pittsburg el 31 de marzo, que fue cargada en la goleta Almira Wooley en los muelles de Brooklyn.

El 5­ de febrero de 1883, aniversario de la Constitución de 185­7, se inauguró el faro.

El faro, da tres destellos blancos cada seis segundos en base a un sistema inventado en 1874 por el Dr. John Hopkinson, consistente en una mejora a los sistemas óp-ticos anteriores: dividir los lentes de una luz revolvente dióptrica con paneles de prismas reflejantes en las partes superior e inferior, colocándolos de tal forma que se pro-duce una agrupación de destellos, únicos y característi-cos de ese faro en particular.

Uno de los primeros aparatos de ese tipo construi-dos fue precisamente el que está aún en uso en el faro de Tampico, ahora Faro de la Barra y que aún está en servi-cio.

Es el único de su estilo y diseño que se mantiene en operación en el mundo.

Cuando se inició la instalación del faro en 1879, el alcalde de Tampico era Luis R. Llorente y cuando se inauguró en 1883, era alcalde Luis R. Llorente

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por los adolescentes de una Preparatoria del Sur de Ta-maulipas. A la población en estudio, se aplico el cpap —Cuestionario de Patrones de Autoridad Parental—, y se encontró como predominante el estilo autoritario y en menor frecuencia los estilos permisivo, autoritativo y ne-gligente. También se encontró una indefinición del estilo de paternidad específica, denominado en este trabajo por las autoras como indefinido. No se resolvió del todo el problema dada la pequeñez de la población señalada para la investigación. Otro de los estudios que conforman la sección de in-vestigación es el estudio de carácter histórico que realiza el profesor Emilio Lamadrid Sánchez, en el cual, por me-dio de la recolección de datos y revisión de periódicos y documentos de la época, relacionados con la guerra que sostuvieron México y Estados Unidos de Norteamérica, entre 1846 y 1847, elabora una crónica atendiendo no sólo al desarrollo del conflicto, sino a las implicaciones que tuvo con el teatro inicial de operaciones, la zona norte de Tamaulipas, y más tarde, la ocupación y gobierno militar de Tampico y los acontecimientos y personajes que ro-dearon tal ocupación. El tercer artículo científico de la sección de investi-gación, lo constituye el estudio del Dr. Enrico Martínez Saenz y el Ing. Uriel Arechiga Viramontes. Versa sobre una comparación de los sistemas nacionales de innova-ción de México y España, mediante una investigación do-cumental y de campo o entrevistas a diversos actores del sistema español. Los resultados del estudio permitieron plantear recomendaciones específicas para establecer un sistema de innovación en México, que cumpla con las demandas que impone la necesidad de desarrollo econó-mico del país en el siglo xxi, entre las cuales destacan: la educación básica hasta tercero de secundaria como uno de los pilares fundamentales de la innovación, para lo que se realiza una evaluación entre los jóvenes de quince años, de la cual México obtuvo el ultimo lugar en el 2000 y 2003 y también en el presupuesto en el gasto por alum-no, incluyendo el de educación terciaria.

La sección de reseñas bibliográficas está compuesta por las relativas a dos obras literarias de gran impacto en nuestra sociedad cultural: Cien Años de Soledad, del escritor colombiano Gabriel García Márquez, realizada por el profesor Francisco Gámez Valdéz, quien oportunamente seleccionó tal obra en consideración al cuarenta aniversario de la publicación de la misma; la que si bien, ha conquistado nuestra admiración estética por su estilo que mas conduce a un «realismo mágico» según Francisco Gámez; no deja de ser una visión materialista y cíclica de la historia pues García Márquez, además, no admite la revelación. Dentro de esta sección de reseñas bibliográficas, se encuentra también la realizada por el profesor Emilio Lamadrid Sánchez sobre la reciente publicación del escritor mexicano Armando Fuentes Aguirre, Catón. En ella, Don Emilio hace resaltar la amenidad y la diferencia en cuanto a la verdad histórica, de aquellas figuras históricas a las que nos ha acostumbrado la educación oficial tan acartonadas como falsas. La obra acertadamente reseñada por el profesor Lamadrid, parece acercarnos a las amenas obras que el celebre escritor italiano Indro Montaneli ha escrito sobre griegos y romanos. En la sección de abstracts, se encuentra el resumen de un trabajo de tesis de la Maestría en Educación de las profesoras Leticia Sandoval Piñera y Graciela Zorrilla Garza. Es un estudio que pretende dar una explicación a ciertas actitudes negativas de algunos alumnos de ba-chillerato hacia las materias sello o disciplinas formati-vas. Concluyen las profesoras su trabajo, estableciendo que tales actitudes «postmodernas» o negativas no son exclusivamente las orientadas a los valores o disciplinas que reciben para su formación, sino que son posturas que los alumnos preparatorianos adoptan en general para afrontar la vida. Conviene hacer notar que la presente edición no está subsidiada por ningún apoyo financiero de origen guber-namental ni particular, sino que proviene de la misma

Pharus AcademiæPrólogo

Cuando mis colegas del Comité Editorial me soli-citaron la redacción del artículo editorial de la presente revista, entendí que lo que en realidad querían era su pre-sentación, lo cual, en sentido estricto es un prólogo. Un artículo editorial corresponde primordialmente al géne-ro periodístico, como artículo de fondo, o bien, de simple opinión; ello implicaría desarrollar un texto de naturale-za distinta a los contenidos de cada uno de los artículos y sería uno más entre los que componen la revista. Dicho documento es de un género literario diferente al de un artículo editorial en un periódico. Para mí es un gusto enorme y un auténtico honor prologar este primer número que representa un logro destacado de nuestra editorial universitaria que, a través de la historia de nues-tra institución, ha tenido ya otras varias expresiones de carácter literario. Esta revista denominada «Pharus Academiæ», Faro de la Academia, se propone, como todo faro, ser luz en la os-curidad de la ignorancia. Ser orientación y rumbo para todos aquellos que buscan el puerto seguro de «La Fe y la Razón», lema institucional que resume la misión, ya que con la fe podremos mover montañas y con la razón lo haremos en forma inteligente. Esta publicación periódica, habrá que entenderla como un factor auxiliar de la educación en la que está comprometido el iest, por cuanto que pretende ser un recurso de calidad en la enseñanza y en la investigación; históricamente incluso, la Institución, ha manifesta-do estrechos vínculos entre educación y edición. No es extraño entonces, que la edición de la presente revista, como material escolar y de investigación, sea cada vez más objeto de creación y producción institucional, por parte de la academia. El contenido del presente primer número uno de la Revista Pharus Academiæ, cuenta con un acervo rico en expresión cultural y diversidad académica, que ha sabido vibrar ante las necesidades educativas y de conocimien-tos nuevos que nuestra comunidad demanda.

Por ser el primero de la serie de números subsecuen-tes, se recurrió a un grupo de profesores de la institución para que con sus aportaciones valiosísimas, conformaran este volumen. Por tanto, está formado como en cualquie-ra otra revista de corte académico de alta calidad, por cuatro secciones: la primera, corresponde a tres artículos tipo ensayo; la segunda, a otros tres artículos de carácter científico o de investigación; la tercera, se compone de dos reseñas bibliográficas; y la cuarta, de abstracts o re-súmenes de trabajo de posgrado. Respecto a la sección de ensayos, el que realizó el pro-fesor Francisco Solís Solano, analiza la relación entre los distintos tipos de profesionistas que demanda el mercado laboral de egresados de la Universidad y las habilidades que los alumnos desarrollan en la educación terciaria, bajo el contexto de la globalización y la sociedad del co-nocimiento y sobre todo, la influencia de la educación humanística en el perfil profesionista pertinente a la eco-nomía basada en el conocimiento. El ensayo del profesor Alberto Bazaldúa define el tipo de trabajo llamado «estado del conocimiento» o «estado del arte», estableciendo contenidos y diferencias entre ellos y términos similares. Cita a determinados estados del conocimiento de diversas carreras o campos de co-nocimientos, recomendando algunas estrategias para la elaboración de aquellos, partiendo para ello, de la activi-dad de los cuerpos académicos. El ensayo del Dr. José Luis Villaseñor, es una de las in-teresantes líneas de investigación que se encuentran en desarrollo en la Universidad, que pretende establecer una propuesta de protocolo para iniciar una línea de investi-gación sobre el sujeto de la postmodernidad, en su etapa aporética y como característica de tal etapa, plantea el problema a resolver sobre el sofisma de la postmoderni-dad acerca de la «muerte del sujeto». Por lo que respecta a la sección de investigación, el trabajo de las psicólogas Silvia Martin del Ángel y María de Jesús Ponce Nájera, se proponen como objetivo deter-minar el estilo de paternidad percibido en ambos padres

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institución lo cual garantiza su imparcialidad y libertad temáticas y a pesar de ello, constituye una gran aportación del iest a nuestra comunidad. Pharus Academiæ será una publicación de divulgación científica, pero su línea editorial y su contenido se manejan independientes y de manera autó-noma. Está destinado a la divulgación y a la difusión de la ciencia, la tecno-logía y la cultura en general entre estudiantes, investigadores, profesores y público en general con interés por la divulgación científica y tecnológica. Pharus Academiæ será el vehículo que permita manifestar el interés que sentimos por contribuir de manera directa en el proceso del cambio del país. Nuestro compromiso es buscar la trascendencia en los que hacemos. La revista se publicará con una periodicidad semestral y sus objetivos son dar a conocer trabajos científicos originales, notas de interés y noticias refe-rentes al ámbito científico, así como servir de instrumento de información y expresión, con el fin de contribuir al desarrollo personal y cultural de sus lectores. Para concluir, solo me resta formular una cordial invitación a los miem-bros de la academia del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas a que colaboren con la revista, para mantener viva y enriquecida su edición con sus valiosas aportaciones.

Atentamente,

— David E. Gómez FuentesRector del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas

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La importancia de las humanidades en la formación universitaria para la sociedad del conocimiento

Ensayo

Fr ancisco Solis Solano Licenciado en Filosofía y Maestro en Educación por el iest y en Filosofía por la ucime.

R ESU M EN

El presente ensayo analiza la relación entre los distintos tipos de profesio-nistas que demanda el mercado laboral de los egresados de la universidad y las habilidades y conocimientos que los alumnos desarrollan en la educación terciaria. Lo anterior en el contexto de la globalización y la sociedad del cono-cimiento. Así mismo la influencia de la educación humanista en el perfil del profesionista pertinente para la economía basada en el conocimiento.

Palabras Clave: Mercado laboral, Formación humanista, Sociedad del conocimiento, globalización.

A BSTR ACT

This paper analyzes the relation between the different types of graduates that the labor market needs, and the skills and knowledges that they develop in the tertiary education. This in the context of the globalization and the society of the knowledge. Likewise the influence of the humanist education in the pertinent profile of the graduates for the economy based on the knowledge.

I N TRODUCCIÓN

Cursar una carrera universitaria tradicional-mente ha significado, para la gran mayoría de quienes la estudian, un medio de obtener un trabajo como profesio-nista, con la esperanza de obtener la compensación eco-nómica y social que de ello supuestamente deriva. Además de este significado personal, en la dimensión social, la universidad tiene una significativa contribu-ción en la participación social, la vida democrática, la conservación y transmisión de la cultura, la generación y aprecio de las manifestaciones artísticas etc. (Ramphele, 2000). No obstante, hay que reconocer que éstas aporta-ciones, producto de las materias humanistas, que en sí son valiosas (bm 2003), no son apreciadas como tal por quienes las cursan dado que, al parecer, no influyen en la formación competente del profesionista, y por ende pasa lo mismo en el mercado laboral. En otro orden de ideas, los nuevos esquemas sociales propios de la Sociedad del Conocimiento acentúan cir-cunstancias que afectan a la universidad, tales como la situación de profesionistas egresados de ésta que tra-bajando en áreas ajenas a lo que estudiaron y paralela-mente hay profesionales, quienes habiendo adquirido las competencias por otro medio, se desempeñen en puestos tradicionalmente propios de los profesionistas (Navarro. 2000). A ello hay que añadir el hecho que organizaciones no universitarias estén participando en actividades pro-pias de ésta como lo es la investigación y la formación profesional contando con e apoyo de organismos inter-nacionales (bm 2003). Evidentemente que esta nueva realidad debe ser considerada por la Universidad pues afecta directamente a una parte significativa de su razón de ser. El presente ensayo pretende explorar estas nuevas condiciones que conforman la denominada Sociedad del Conocimiento, así como el papel que la formación de la criticidad por medio de las materias humanistas de la universidad tiene en ésta. Para ello se pretende describir las peculiaridades de la sociedad del conocimiento y confrontarla con la estruc-tura actual de la universidad y de dicha confrontación inferir las modificaciones pertinentes.

Sociedades del conocimiento y Universidad

Qué es una sociedad del conocimiento.

Al intentar aproximarse a una noción de Sociedad del Conocimiento es necesario considerar que las conceptua-lizaciones típicas de sociedad que acentuaban en estas particularidades como la unidad de pertenecía territo-rial, del lenguaje y demás rasgos culturales, no son apli-cables ante las nuevas circunstancias de globalización. Se puede decir que la noción actual de sociedad es una

organización de personas que originan y a la vez repro-ducen modelos característicos (Lam. 2005­), algunos de los cuales se vinculan estrechamente con la educación superior.

La generación del conocimiento.

Uno de estos rasgos distintivos de la Sociedad del Cono-cimiento es el significativo aumento en la generación de la información por parte de las organizaciones no acadé-micas, especialmente de las empresas trasnacionales. Lo anterior debido a que el conocimiento es una causa de la productividad y ésta, a su vez, de la generación de ri-queza (Castells, 2000; bm 2003), lo cual ha motivado una carrera entre las empresas por desarrollar los procesos y tecnologías que les proporcionen ventaja. Al tiempo que las empresas generan investigación para la obtención de riqueza, se acentúan las desigualdades sociales y económicas, dado que, paradójicamente las organizaciones y sociedades con más recursos económi-cos son al tiempo quienes tienen la infraestructura para generar y acceder la información, haciendo con ello más difícil de recorrer la citada brecha (Castells, 2000). Ello indica que el desarrollo técnico y científico por si mismo no garantiza la equidad como pretendían los teóricos del liberalismo (Auping, 2004). La información como causa de la generación de rique-za propicia que los patrones de producción y organiza-ción de las sociedades industriales se modifiquen. (Gines. 2004); evidentemente que esta modificación exige una adecuación por parte de la Universidad en la manera de formar al profesionistas. De facto esta nueva situación en la cual el conocimien-to es causa de la riqueza, incentiva a las organizaciones a invertir considerables recursos en la investigación, generando con ello conocimientos nuevos, en no pocas ocasiones más rápido y en mayor cantidad que la misma universidad, todo ello ha trasmutado el rol tradicional de la universidad que ha pasado de ser fuente de cultura, ciencia y tecnología, a grado tal que es posible observar sinópticamente el desarrollo del pensamiento científico y la estrecha vinculación de sus protagonistas con las Uni-versidades, por lo menos hasta principios del siglo xx, (Antiseri et Reale, 1999), a una entidad atenta a las ne-cesidades y avances de las empresas para preparar pro-fesionistas competentes para trabajar en ella. Ante este cambio resulta disfuncional pensar que es suficiente con proporcionar al egresado las competencias propias de la disciplina académica que estudia, como si el mundo, al cual se dirige, estuviese más o menos estable, por otro lado el conocimiento avaza a una velocidad tal que no es posible mantener actualizados los planes de estudio para dar respuesta a las exigencias del mercado laboral mediante egresados acordes a los nuevos conocimientos. Este es uno de los retos de la universidad en la Sociedad del Conocimiento.

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¿Qué debe hacer la universidad ante esta circunstan-cia? Indudablemente que lo anterior genera un aumento en la demanda de la educación continua, principalmente por parte de los egresados de la universidad, (Navarro, 2000) de aquí que se exige de la universidad un conoci-miento más preciso de las demandas del sector producti-vo amen de vincular la oferta de cursos con esta. En lo referente a los programas de licenciatura, ante la velocidad con la cual se generan los cambios, resulta casi imposible adecuar los planes de estudio a las vanguar-dias tecnológicas, por lo menos bajo el modelo de ense-ñanza–aprendizaje (Ginés, 2004). Por otro lado, las materias humanistas ocupan un es-pacio en el tiempo que pasa el estudiante en la universi-dad que bien puede ser aprovechado para aprender más conocimientos técnicos. No obstante, es precisamente en este contexto que re-sulta apremiante apoyar una de las funciones sociales de la Universidad, esto es, es la formación de sus egresados como personas que, teniendo una conciencia formada en la justicia, sean agentes que participen en la vida social. (bm 2003; Ramphele, 2000); Lo anterior exige «que los es-tudiantes aprendan a pensar de manera crítica y a inte-ractuar socialmente» (bm 2003: 46). Así como el desarrollo de la tecnología no genera equi-dad social, de la misma manera los agentes que partici-pen en la transformación social no se formaran en las asignaturas técnicas, se requieren espacios académicos propios para ello, como lo es las humanidades, no obs-tante estos espacios tienden a ser reducidos (bm 2003). Además de los espacios académicos destinados a la formación humanista se requiere que estas sesiones sean en buena medida presenciales en las universidades, en-tendido como espacios en los cuales la información, ad-quirida y trasmitida por medios electrónicos, se debata, critique y vincule a problemáticas especificas y significa-tivas de la realidad actual, de modo que el estudiante esté en condiciones de transferir los conocimientos a nuevas realidades así mismo generar nuevos conocimientos a partir de los existentes que es un escenario más próximo al ejercicio de su profesión. Romper con el paradigma de «enseñanza–aprendi-zaje» en la universidad es una condición apremiante en la sociedad del conocimiento, dado la facilidad para con-seguir información.

La transmisión del conocimiento

Otra característica de la Sociedad del Conocimiento es la capacidad de almacenar la información y la velocidad con que esta se transporta de un lugar a otro. El Internet y los dispositivos de almacenamiento hacen que el acceso a la información y el uso automatizado de los servicios que de ella se obtiene sea casi inmediato. Aun cuando la bre-cha entre los grupos y personas económicamente menos favorecidas se agranda exponencialmente (bm 2003).

Ciertamente las tecnologías de la información no mo-difican por si mismas la realidad de la universidad si no existen ciertas condiciones previas, una que por muy ob-via que parezca, es la vinculación de su uso con la reali-dad que se vive, pues como dice el Banco Mundial «El uso de multimedia, computadoras e internet posibilita expe-riencias de aprendizaje más activas e interactivas por medio de experiencias de la vida real» (2003:45­). Como se pude ver en el texto la posibilidad depende de que la vinculación a la realidad.

Lo global

La Sociedad del Conocimiento es global, no solo por la comunicación inmediata por medio de la conexion a la red, sino por la formación de una cultura global, las exportaciones no son necesarias para tal efecto, las em-presas no exportan sino que se establecen dentro del los países y con ello sus formas de organización, mismas que son replicadas por otras organizaciones, ello trae consigo un mercado laboral global que demanda el mismo perfil de profesionista. En la universidad de la sociedad de la información, los programas, el maestro y el alumno juegan roles dis-tintos, el primero debe ser un administrador de la infor-mación capaz de conocer donde se encuentra y facilitar a los alumnos la adquisición de la misma, el alumno se responsabiliza más de su aprendizaje y los programas se centran en la resolución de problemas y aplicación de conocimientos inicialmente a realidades actuales y gra-dualmente a nuevas y distintas situaciones (Ginés 2003) La rápida generación y trasmisión del conocimiento fuera de la universidad en un contexto global y los efec-tos que ello genera son algunas de las características de la sociedad del conocimiento que afectan a la dinámica de la Universidad. Las humanidades, como contenidos propios de la for-mación universitaria, se ven afectadas con estos cam-bios, entre los cuales destaca crítica de la pertinencia de conservar estos espacios dentro de la currícula por parte de alumnos, profesores y demás miembros de la comuni-dad quienes no ven una razón de ser y si un espacio que puede ser ocupado por la formación técnica. No obstante, además de la aportación cultural citada al inicio del presente, las materias humanistas, pueden ser una aportación significativa a la formación de los profesionistas para la Sociedad del Conocimiento, en el sentido que ellas generan el desarrollo del pensamiento crítico, creativo y social (ético) y ante la rápida generación y transmisión de la información, los profesionistas capa-ces de transferir los conocimientos adquiridos a nuevas realidades y con la actitud critica de búsqueda continua, resultan altamente competentes (Ginés, 2004). Para lograr este perfil en el profesionista promedio de las humanidades es necesario modificar la metodología de la clase, de manera que la información sea adquirida y

asimilada fuera de la clase y en las sesiones presénciales, generar espacios de discusión análisis y deconstruccion, en el sentido de re interpretación de la información. Ese escenario se ve complicado considerando las cir-cunstancias actuales en las cuales muchas veces los alumnos y en no pocas los mismos profesores, tienen un rechazo a la actitud critica.

CONCLUSION ES

A manera de conclusión, se puede apreciar que las pe-culiaridades de la Sociedad del Conocimiento están vin-culadas con la rapidez que esta se produce, por ello la pertinencia, o mejor dicho, necesidad por parte de la Uni-versidad, de implementar los cambios que influyan más directamente en la formación de profesionistas compe-tentes en la dimensión critica y social, con una aptitud para la preparación constante y continua. Comparto la pregunta con la que el Banco Mundial (2003. 149) casi al finalizar su documento, ¿cuál es la combinación correcta de la enseñanza presencial y vir-tual? Asumiendo que en las sesiones presenciales como el mismo documento especifica, sean espacios de debate y desarrollo de la criticidad y la información sea obtenida y asimilada. Por otro lado, el desarrollo social en la Sociedad del Conocimiento se presenta como una aporía, donde la in-formación genera riqueza y la riqueza una condición sine qua non, se tiene acceso a la información con las especi-ficaciones que la misma exige. A este respecto comparto la postura de quienes afirman que es precisamente en la educación donde se puede formar las personas en la justi-cia social, lo cual incluye la solidaridad y subsidiariedad, como dice E. Fromm, La formación de la conciencia ética es más una exigencia de supervivencia social que un im-perativo moral.

R EFER ENCI A S BIBLIOGR A FICA S

Antiseri, Dario; Reale, Giovanni, Historia del pensamiento filosófico y científico Tomo II, Barcelona, España: Editorial Herder, 1999

Auping, Juan, El análisis económico de los derechos humanos, D. F., México: Editorial Plaza y Valdés Editores, 2004

Banco Mundial, Construir Sociedades de Conocimiento: Nuevos Desafíos para la Educación Terciaria, Washington, EE. UU. Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, 2003

Castells, Manuel. «La ciudad de la nueva economía» La factoría [Revis-ta en linea], número 12, 2000, disponible en:http://www.lafactoriaweb.com/articulos/castells12.htmPágina consultada el 22 de Octubre de 2005

Lam, Alcice, Los modelos societales de aprendizaje e innovación en la eco-nomía del conocimiento, 2005. disponible en: http://www.campus-oei.org/salactsi/lam.pdf.Página consultada el 24 de noviembre de 2005

Navarro Leal, Marco Aurelio, Posponer la vida. Educación superior y trabajo en Tamaulipas, Tamaulipas, México: Porrúa/ Universidad Au-tónoma de Tamaulipas 2000

Mora, José Ginés, «La necesidad del cambio educativo para la sociedad del conocimiento» Revista Interamericana de educación, número 35, 2004, disponible en:http://www.campus-oei.org/revista/rie35a01.pdf Página Consultada el 18 de Diciembre.

R amphele, Mamphela, et al, La educación superior en los países en de-sarrollo. Peligros y promesas, María Angélica Monanrdes, traductora, Washington, EE. UU.: The International Bank for Reconstruction and Development. 2000

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El estado del conocimiento: Base de una investigación y de entrada a un nuevo terreno profesional

R ESU M EN

Se define el tipo de trabajo llamado «estado del conocimiento» o «estado del arte», describiendo su contenido, objetivos y alcance. Se identifican algunos términos similares y se diferencia de otro significado del término «estado del arte». Se mencionan algunos estados del conocimiento de distintas carreras o campos del conocimiento. Se proporcionan recomendaciones para la elabo-ración de los estados del conocimiento y se plantean como punto de partida para la actividad de los cuerpos académicos.

Términos clave: Estado del conocimiento, estado del arte, revisión bibliográfica.

A BSTR ACT

This type of work called “state of the art” is defined bay describing its content, objectives and reach. Similar terms are identified and it is clarified another meaning of the term “state of the art”. Some states of the art of different disci-plines are commented as examples. Recommendations for writing this kind of publications are reviewed. Sates of the art are suggested as a first step for academic research groups.

Key words: state of the art, meta-analysis, bibliographic review

José Alberto Bazaldúa ZamarripaLicenciatura en Psicología y Maestría en Desarrollo Organizacional. Maestro de materias de Psicología Industrial y Coordinador de Investigación del iest.

Ensayo A N TECEDEN TES

Hace algunos años resultaba difícil encontrar los fundamentos teóricos para realizar una investigación porque había pocas posibilidades de acceso a fuentes importantes de información. Actualmente, con el inter-net, las revistas electrónicas, las bases de datos, los libros digitales, las bibliotecas digitales y el contacto a través correo electrónico con colegas de otras instituciones e incluso de otros países, se puede tener una acceso rápido y sencillo a muchas fuentes de información. Sin embargo, tan difícil es trabajar con escasez de fuentes como con el exceso de las mismas. Ante esta sobrecarga de información, el presente tra-bajo se propone, como principal objetivo, describir en que consiste un estado del conocimiento, para promover el aprovechamiento de este tipo de publicaciones entre alumnos, maestros y profesionistas en general. Como ob-jetivo secundario también se pretende familiarizar a la comunidad universitaria con la disponibilidad de algu-nos de los journals o revistas académicas que existen en diversas disciplinas o carreras.

Importancia del estado del conocimiento

Ante el exceso de información disponible nos podemos encontrar con una gran cantidad de libros, capítulos de libros, artículos de revistas científicas y populares, pági-nas de internet, memorias de congresos, etc., que tratan sobre el tema de nuestro interés, pero no sabemos por donde empezar. Si tomamos al azar cualquiera de estas referencias, sin un orden o método determinado, corre-mos el riesgo de dedicar mucho a tiempo a una lectura muy detallada y/o que trata aspectos muy secundarios de nuestro tema.

Lo mismo nos puede ocurrir cuando, como profesionis-tas, tenemos un cambio de puesto o de lugar de trabajo, o simplemente se nos asigna una tarea nueva y poco re-lacionada con nuestras actividades previas. Un contador que lleva cinco años trabajando en auditorías internas y es transferido a un puesto en que va a llevar los cos-tos, un ingeniero industrial que ha trabajado en al área de producción y se cambia a una empresa donde va a ser responsable de la logística para la distribución de sus productos, o un diseñador gráfico que ha estado diseñan-do publicidad impresa y se le agregan a sus funciones la creación de páginas web, son ejemplos de los casos en los cuales un profesionista puede necesitar un medio fácil para entrar a un nuevo terreno.

Concepto del estado del conocimiento

En los años ochenta comenzaron a publicarse, como ar-tículos de revistas científicas, algunas revisiones de cier-tos campos profesionales. Algunos ejemplos del área de terapia familiar son los siguientes: Spanier y Lewis (1980) publican en el Journal of Marriage and Family Therapy un artículo llamado «Marital Quality: A review of the seven-ties»; Shadish, Montgomery y Wilson (1993, citados en Asen, 2002) publican en el Journal of Consulting and Cli-nical Psychology un escrito llamado «The effects of family and marital psychotherapies: a meta-analysis». Estos escritos presentaron panoramas o revisiones ge-nerales de algunos campos de conocimiento. Su conte-nido comúnmente abarca las publicaciones relacionadas con el tema como teorías, hipótesis o planteamientos, cuestionamientos, investigaciones, confrontaciones de opiniones o resultados, aplicaciones, etc. Para Weiss (2000) la elaboración de un estado del co-nocimiento es «una especie de investigación sobre la in-vestigación», que puede tener, entre otros, los siguientes objetivos:

a) Sistematizar y analizar el conocimiento produ-cido

b) Valorar el conocimiento producido y fomentar el debate académico

c) Hacer disponibles los resultados a un públi-co usuario amplio, en forma de publicaciones para que sirvan de orientación.

Para Souza (2007) «El estado del arte es un recorrido que se realiza —a través de una investigación de carácter bi-bliográfico— con el objeto de conocer y sistematizar la producción científica en determinada área del conoci-miento» (p. 1). Agrega que esta exploración documental busca hacer una recopilación de los resultados alcanza-dos en los procesos sistemáticos para obtener los conoci-mientos previos sobre el tema. Considera que un estado del arte sirve a la persona in-teresada en el campo correspondiente:

1) para informarse del conocimiento que ya se ha producido sobre el tema y

2) para recuperar las nociones, conceptos, teorías, metodologías y perspectivas del mismo. Ayuda a identificar si existen datos empíricos, formu-laciones conceptuales, diseños instrumentales más utilizados y técnicas de recopilación de información sobre el tema estudiado.

También permite determinar las constantes, las in con-sistencias, las tendencias y los núcleos de problemas de mayor interés. Para enfatizar la importancia de un esta-do del arte afirma que «[…] no se puede procurar aportar

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nuevos conocimientos si no se tiene una idea acabada respecto de los que ya se produjeron.», de modo que un estado del arte debe distinguir «el modo en que nuestra investigación puede significar un enriquecimiento de los conocimientos existentes y no una mera reiteración de los estudios anteriores» (Souza, 2007, p. 1). Aunque en algunos casos se considera que un meta-análisis es un tipo particular de estado del conocimiento, Clark–Carter (2002) lo diferencia señalando que este tipo de publicación implica una revisión cuantitativa de la bi-bliografía publicada (estudios de investigación básica o aplicada). Considera que un meta-análisis cuantifica las tendencias en la literatura científica sobre el tema, obli-ga a leer los estudios con mucho detenimiento y ayuda a que varios hallazgos pequeños no significativos, resulten significativos al ser vistos en forma integral.

Alcance

El contenido de estas revisiones puede ser tan amplio como una disciplina o puede abarcar contenidos temáti-cos muy específicos.

Espacio temporal

También podían comprender todo lo publicado sobre el tema o solo lo publicado en un período de tiempo espe-cífico, por ejemplo, Beels y Ferber, (1969) en su artículo «Family Therapy: A view», de la revista Family Process, re-visan el campo de una manera general en un espacio de tiempo también general, mientras que el capítulo de libro de Voydanoff (1991, citado en Fitzgerald, Soderquist y Lar-kin, 1999) llamado «Economic distress and family relatio-ns: A review of the eighties» comprende un tema específico en un tiempo determinado.

Delimitación geográfica

Igualmente pueden abarcar lo generado en el mundo en-tero, en un país (por ejemplo, «La construcción de un es-tado de conocimiento sobre los valores profesionales en México», de Hirsch, 2006) que se encuentra en la Revista Electrónica de Investigación Educativa, o en una determi-nada región (como «La investigación educativa en Sono-ra: Una aproximación hacia un estado del conocimiento regional» de Ramos, 2006) publicado en Anuario de Inves-tigaciones Educativas,

Enfoque

Aunque lo mas común es que comprendan los tres aspectos, en algunos casos podrían estar centrados en perspectivas teóricas como «Hallucinations: Theoretical and clinical overview» (Assad y Shapiro, 1986) del American Journal of Psychiatry, o en resultados de investigación,

por ejemplo, «Family Therapy Process Research» de Pinsof (1981) o en resultados de la aplicación «Meta-analytic review of marital therapy outcome research», de Dunn y Schwebel (1995­, citados en Asen, 2002) publicado en Advances in Psychiatric treatment. Desde esa época hasta la fecha actual, se ha enfatiza-do mucho la importancia de este tipo de trabajo y se han publicado con nombres muy diferentes como «revisión» («review»), «revisión de la literatura» («review of literatu-re»), «panorama» («overview»), «estado actual» («current state»), «metaanálisis» («meta-analysis»), «evaluación», «diagnóstico» o, el término más común, «estado del arte» («state of the art»), que en español ha sido traducido como «estado del conocimiento» o «estado de la cuestión». Cuando comenzamos a buscar información para inves-tigar o a trabajar en un campo nuevo es necesario tener presente esta diversidad de términos para poder identi-ficar las fuentes que nos pueden proporcionar este pano-rama general. Sin embargo, se debe tener la precaución de que en ocasiones se emplea «estado del arte» como un adjetivo que tiene el significado de «lo mas nuevo» o «lo que está a la vanguardia», por ejemplo, «State of the art recycling plant» (Perry, 2002) es un artículo que descri-be las características de una planta recicladora, la más nueva en su momento, diseñada para proteger el ambien-te, mientras que «Creating, implementing and managing effective training and development. State of the art lessons for the practice». (Thayer, 2002) describe las perspectivas y metodologías mas avanzadas para la capacitación y el desarrollo del recurso humano. Estos estados del conocimiento permiten conocer la secuencia cronológica en que han ocurrido los plantea-mientos o publicaciones mas importantes en relación con el tema, las posturas teóricas que pretenden expli-car el tema y sus relaciones entre si, los resultados que se han encontrado en las investigaciones básicas sobre el tema y sobre las teorías que lo abordan, investigaciones aplicadas que describen el empleo de elementos del tema en campos reales y algunos aspectos, nuevos o ya cono-cidos del tema, que requieren mayor análisis teórico y de investigación. Después de leer una revisión general de este tipo, ya resulta más fácil hacer un análisis de aspectos específi-cos del tema en fuentes de información restantes que se han encontrado y nos proporciona criterios para ser más selectivos en lo que leemos o no leemos y entre lo que se lee a profundidad y el material que solo se lee superficial-mente. Aunque existen muchos ejemplos de «estados del co-nocimiento» en diversas disciplinas, sobre todo en las ciencias de la salud como medicina y biología, se comen-tarán algunos casos específicos para algunas carreras.

Estados del conocimiento en investigación, educación e investigación educativa

Sobre investigación, en general, existen trabajos como «Ciencia, Tecnología y Sociedad: el estado de la cuestión en América Latina» de Vaccarezza (1998), u otros mas específicos como «The emancipatory character of action research, its history and the present state of the art» (Boog, 2003). Cassidy (2004) publica, en Educational Psychology, un artículo con el título «Learning styles: An overview of theories, models and measures» con el cual pretende una descripción de los temas centrales y aspectos relaciona-dos con los estilos de aprendizaje y su medición para cla-rificar el campo a nuevos investigadores y practicantes que se inician en el mismo En nuestro país, el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (comie) tiene estipulada, como una de sus actividades principales, la elaboración de estados del co-nocimiento, por lo cual publica una colección de nueve tomos titulada «La Investigación Educativa en los ochen-ta. Perspectivas para los noventa», en la cual realiza una amplia revisión de lo publicado en México en relación con la investigación educativa entre 1982 y 1992 (comie, 2007). Posteriormente publica la colección llamada «La Inves-tigación Educativa en México 1992 – 2002» (comie , 2003) en la que se presentan los estados del conocimiento de once áreas temáticas:

El campo de la investigación EducativaAcciones, actores y prácticas educativasEducación, derechos sociales y equidadAprendizaje y DesarrolloLa investigación curricular en MéxicoEducación, Trabajo, Ciencia y TecnologíaSaberes científicos, humanísticos y tecnológicosSujetos, actores y procesos de formaciónPolíticas educativasHistoriografía de la EducaciónFilosofía, Teoría y Campo de la Educación

1.2.3.4.5.6.7.

8.9.

10.11.

Estados del conocimiento en el area de las ingenierias

«Collaborative conceptual design – state of the art and fu-ture trends» (Wang, Shen, Xie, Neelamkavil y Pardasani, 2002), publicado en Computer-Aided Design, es un artí-culo del área de Sistemas computacionales que revisa el diseño conceptual colaborativo basado en el uso de los tecnologías web y de internet. Otro, en este mismo campo es publicado en Computers and operation research con el nombre de «Computer assisted customer churn manage-ment: State of the art and future trends» (Hadden, Tiwari, Tor y Ruta, 2003)

Para Mecatrónica se tiene un buen ejemplo con el ar-tículo «Assembly and manipulation of micro devices – A state of the art survey», que fue publicado por Cecil, Powe-ll y Vasquez (2007) en Robotics & Computer – Integrated Manufacturing. Otro caso es el de «Modeling gaps in state of the art mixed signal design» (Shapira y Mishori, 2006). Como ejemplo para Ingeniería química se tiene «Blast resistance of frp composites and polymer stregthened con-crete and masonry structures – A state of the art review» publicado en la revista Engineering por Buchan y Chen (2007) o «State of the art: Applications of mechanically alloyed nanomaterials – A review» (Chawla, Prakash y Si-dhu, 2007), publicado en Materials & Manufacturing Pro-cesses. Como en este campo también existe abundante literatura académica se podría incluir un tercer ejemplo: «Review of the state of the art methods for measuring water in landfills», publicado en Waste Management (Imhoff y cols., 2007) En Ingeniería industrial se pueden mencionar como ejemplo «State of the art of the concurrent engineering tech-nique in the automotive industry» (Sapuan, Osman, Nuk-man, 2006) publicado en el Journal of Engineering Design o «Machining process monitoring and control: The state of the art» (Liang, Hecker, y Landers, 2004), publicado en el Journal of Manufacturing Science and Engineering.

Estados del conocimiento en ciencias sociales y humanidades

En el campo de la Arquitectura se puede citar el caso de «Comportamiento sísmico de puentes arco. Un pano-rama del estado del conocimiento», que publican Alva-rez y Aparicio (2003) en la Revista de Ingeniería Sísmica, y «Building maintainability – Review of state of the art», publicado en el Journal of Architectural Engineering, por Chew, Tan y Kang (2004). En el área de Derecho se tienen ejemplos como «Esta-do del conocimiento en la investigación jurídica: Líneas de investigación e impacto social de la productividad científica» de Ciuro (2007) o «La metodología de la inves-tigación jurídica en México. Un estado del arte» de Avila (2007). En Psicología se pueden encontrar revisiones de con-tenidos temáticos muy específicos como «Children and adolescents with eating disorders: The state of the art» de Rome (2003) publicado en el Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry, o «The so-cial-emotional side of learning disabilities: A science based representation of the state of the art» que publican Bryan, Burstein y Erguí (2004) en la revista Learning Disabilities Quarterly. Las revisiones en Filosofía se pueden ejemplificar con el artículo publicado por Ihde (2004) en la revista Philoso-phy of Science llamado «Has the philosophy of technology arrived? A state of the art review».

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Como ejemplos del área de Diseño gráfico se pueden citar «State of the art: desktop video and Web animation» (Em, 2003) o «Models of visual word recognition – sam-pling the state of the art» (Jacobs y Grainger, 1994) que se publicó en el Journal of Experimental Psychology/Human Perception and Performance.

Estados del conocimiento en el área económico administrativa «How to better identify the true managerial performance: State of the art using data envelopment analysis» (Avkiran y Rowlands, 2006) es un buen ejemplo de estado del co-nocimiento en administración. Otro caso es «Scenario planning: Current state of the art» (Weinstein, 2007) que se puede encontrar en Henley Manager Update. En Mercadotecnia, el artículo «A state of the art analy-sis of food consumption studies: Implications for further research» (Luomala, 2005­), publicado en Journal of Food Products Marketing, puede ilustrar la elaboración de un estado del arte, al igual que «Marketing in chinese small and medium enterprises (sme s): The state of the art in Chi-nese Socialist Economy» (Wai-Sum y Zhi-Chao, 2005­) de la revista Small Business Economics. En Contaduría se pueden citar ejemplos como «Cash equity transaction cost análisis: State of the art[…] and be-yond» (D’Hondt y Giraud, 2006) publicado en el Journal of Asset Management, o «Accounting for inflation in capital investment: The state of the art and Science» (Coulthrust, 1986) de la revista Accounting and Business Research. Elaboración de estados del arte

Weiss (2000) redactó unas «Notas para la elaboración de Estados de Conocimiento» que buscaba orientar a los participantes en la revisión de la investigación educativa realizada en la década 1992-2002 mencionada anterior-mente. Se mencionan algunas de sus recomendaciones que pueden ser útiles para cualquier campo de conoci-miento, pero también algunas específicas de este campo que puedan servir de guías:Las personas que elaboran los estados del conocimien-

to deben decidir sobre el enfoque y alcance, los campos temáticos, los criterios y mecanismos de valoración.

Deben enfatizar las contribuciones al conocimiento y no ser solo una recopilación de información.

Deben ubicar la producción (de publicaciones) nacional en el contexto de discusión internacional, si está enfocado a un solo país.

Debe integrar tanto perspectivas teórico metodológicas como contribuciones teórico metodológicas y con-tribuciones de la investigación.

Debe proporcionar una orientación bibliográfica.Debe centrarse en investigaciones concluidas y publica-

das en revistas, libros o memorias de congresos).

Debe mantener los criterios de pluralidad teórica y me-todológica.

Debe señalar los campos temáticos, los aspectos teóri-cos y los contenidos metodológicos que han tenido continuidad en el tiempo al igual que aquellos que han variado.

Bejarano (2000) tiene una perspectiva aún mas amplia que la anterior y proporciona diversos criterios para eva-luar el estado de las Ciencias Sociales. No solo un conte-nido temático dentro de alguna ciencia:Esta evaluación disciplinar debe ir mas allá de describir el

estado del conocimiento o de la investigación por lo que debe abordar la creación del conocimiento, las condiciones institucionales y sociales en que se ha generado dicho conocimiento, lo que ha hecho para transmitir ese conocimiento y las condicio-nes en que se ha realizado su aplicación social.

Debe considerar no solo la descripción del conocimiento sino también la comunidad científica que ha parti-cipado en esta creación de los conocimientos

Debe considerar tanto el ejercicio de habilidades y des-trezas derivadas del conocimiento (Profesionaliza-ción) como su difusión a otras disciplinas (utilidad social).

Debe considerar tanto la investigación básica, como la aplicada y la consultoría.

Debe identificar patrones de investigación en las insti-tuciones de educación superior así como la con-tinuidad de las líneas temáticas en los grupos de investigación.

Debe identificar los problemas resueltos, aquellos en los que se ha avanzado en forma significativa y aque-llos en los que es mas necesaria la investigación porque no se tienen aún respuestas.

Quiroz (2005­) afirma que la determinación de los esta-dos del conocimiento, como una función importante de las instituciones de educación superior, se debe realizar en una vinculación estrecha con el sector productivo ya que éste puede tener «nuevo conocimiento tecnocientífi-co» (que no ha sido difundido en publicaciones) Souza (2007) considera que para integrar un estado del arte se necesita primero delimitar un tema para evitar una búsqueda infinita, pero advierte que la delimitación no sea tan minuciosa que no proporcione resultados. Se-ñala que la posibilidad de encontrar literatura relevante sobre el tema depende de la identificación apropiada de las palabras clave (que se van a ingresar en los buscado-res de las bases de datos.) Para esto último sí se necesita cierto conocimiento sobre el tema y haber identificado sinónimos o términos similares.

CONCLUSION ES

Aunque puede parecer un trabajo similar a un marco teórico de cualquier investigación, un estado del conocimiento es el resultado de una revisión bi-bliográfica que pretende ser exhaustiva, es decir, que se propone cubrir toda la literatura publicada sobre el tema dentro de la delimitación establecida por el autor o autores (enfoque, espacio temporal, espacio geográfico, nivel de especialización). Pocas veces, el marco teórico de un trabajo de investigación tiene este carácter exhaustivo. Los estados del conocimiento pueden ser un recurso muy útil para la en-trada a un nuevo campo de aplicación o de investigación. De hecho, común-mente se considera que un primer paso recomendable para el inicio de los cuerpos académicos o grupos de investigación es realizar esta revisión biblio-gráfica que permita obtener un panorama general del campo y si es posible, publicarlo como un estado del conocimiento. También permitiría crear un modelo que ha sido llamado «red de problemas» (Padrón, 2001), en el cual se identifican los principales problemas y necesidades que existen en el campo de estudio y sus interrelaciones con el fin de asignar diferentes problemas de investigación a los integrantes del cuerpo académico o para determinar que problemas se deben investigar primero para poder abordar otros posterior-mente. Cuando uno tiene la suerte de encontrar una publicación de este tipo en el campo de interés se puede ahorrar una cantidad considerable de tiempo en la revisión bibliográfica de los materiales recopilados. Cuando no existe alguna publicación como ésta sobre nuestro tema de in-terés nos encontramos en una excelente oportunidad para realizar un «esta-do del conocimiento» en nuestro tema de interés.

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R EFER ENCI A S BIBLIOGR Á FICA S

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Los hombres que abortó la postmodernidad

Protocolo para desarrollar la sublínea de investigación: «Datos para una antropología postmoderna» dentro de la línea de investigación: El postmodernismo en México

Dr. José Luis Villaseñor DávalosLicenciado en Derecho y con Maestría en la misma disciplina. Doctorado en Educación por la Universidad de Houston, Texas, E.E.U.U. Actualmente funge como Director de Investigación en el iest, en donde se imparte además, algunas materias de licenciatura y posgrado.

Ensayo

R ESU M EN

Este trabajo, pretende establecer una propuesta de protocolo para iniciar una línea de investigación sobre el sujeto de la postmodernidad. Se reduce únicamente a lo que se denomina la etapa aporética de toda investigación. El problema que se plantea, y luego se pretenderá resolver en el transcurso de las siguientes etapas de la investigación, es el sofisma planteado por el postmodernismo sobre la «muerte del sujeto». Problema que deja sin apoyo a una pretendida formación de una antropología contemporánea. Para ello, se plantean preguntas iniciales de investigación, se señala el objetivo de la misma, así como la definición de algunos conceptos. Se hace también una revisión de la literatura básica existente, señalándose bibliografías y datos que representan quizás, las dos principales corrientes filosóficas sobre cuya base se pretende dar solución al problema como son, por un lado, la corriente del mismo posmodernismo, y por el otro la del personalismo.

Palabras clave: Hombre postmoderno, sujeto, persona, hombre-masa; hombre no-humano, ser colec-tivo; antropología y postmodernismo.

A BSTR ACT

This work, aims to establish a protocol proposal to begin a line of investiga-tion on the subject of postmodernity. It is reduced solely to which is called the aporética stage of all investigation. The problem considered, and which shall be solved in during the following stages of the investigation, is the sophism raised by the postmodernism on the “death of the subject”. A problem that leaves without support a claimed formation of a contemporary anthropology. There are initial questions for the investigation, an objective of the same is indicated, and the definition of some concepts. It is also made a revision of basic Literature, and bibliographies and data are indicated that might repre-sent the two main philosophical currents on whose basis the solution of the problem is sought, such as, on the one hand, the current of posmodernism itself, and on the other the personalism.

Key terms. Postmodern, subject man, person, man-mass; not-human man, to be collective; anthropo-logy and postmodernism.

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Nihilismo. Tendencia a la negación absoluta de la reali-dad o de cualquier principio estable. A nivel práctico se extiende al campo de la ética y de la moral. El Nihi-lismo moral es la negación de la existencia de princi-pios válidos, que en palabras de Nietszche,⁵ consiste en la desvalorización de los valores superiores. No admite ningún tipo de verdad moral basada en una jerarquía axiológica.

Personalismo. Orientación filosófica fundada en la con-cepción cristiana del hombre en donde éste adquiere el supremo valor en tanto que individuo personal. Pue-de concebirse también como el conjunto de filosofías surgidas en el siglo xx, con características afines en torno a ciertas clasificaciones como existencialista, socialista, cristiano, ateo, absoluto, etc.6

v. Revisión de la literatura existente

Si bien se ha dicho que la postmodernidad es un impulso crítico del sujeto y sus atribuciones, como son la razón y la voluntad y que ha tenido su origen a fines del siglo xix, se hace necesario mencionar las obras que se generaron en ese período y que además siguen influenciando el pensa-miento postmoderno. Tales obras son las de los llamados maestros de la sospecha, a saber: de Friedrich Nietzsche: Así hablaba Zaratustra, Obras Selectas, Edimot Libros, s.a. Madrid: 1991; La gaya Ciencia, Edivisión Compañía Editorial, s.a. de c.v. Madrid: 1981; de Karl Marx y Engels, Sobre la Religión, Ediciones de Hugo Assmann–Reyes Mato de la Editorial Sígueme, España 1974; y de los mis-mos autores antes citados agregando a F. Lenin Antología del Materialismo Dialéctico, de Ediciones de Cultura Po-pular, s.a. Reimpresión, México: 1979.

Aceptada la vinculación de Marx a Hegel, de éste utili-zaremos su Fenomenología de Espíritu del Fondo de Cultura Económica, 9.ª reimpresión, México: 1993. También es de consulta obligada de este mismo autor, su Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas, de Juan Pa-blos Editor; México: 1966.

Por lo que respecta a Sigmund Freud, de las Obras Com-pletas, de la Biblioteca Nueva, publicadas en Madrid en dos tomos en 1981, aprovecharemos especialmente: Una dificultad del Psicoanálisis, y Más allá del principio del placer. También hay que aludir a Carl Jung, por su vinculación a Freud, por la obra de aquel que se inti-tula Respuesta a Job comentada en profundidad por el Pbro. Julio Menvielle en su obra De la Cabala al Pro-gresismo de la editorial Calchaquí, Argentina: 1970.

En estrecha conexión con los citados maestros y sus obras se encuentre a Martín Heidegger con su libro clásico: «El Ser y el Tiempo» de la editorial Planeta- De Agustín, s. a. México: 1993 y una antología de estudios varios hechos por Heidegger, intitulada «Conferencias y Artículos», de Ediciones del Serbal; 2ª. Ed. Barcelo-na: 2001. También, desde el punto de vista de la crítica

sociológica a la modernidad, podemos citar la obra de otro gran precursos que es Marx Weber y su obra «La ética protestante y el espíritu del capitalismo», 5­ª. Edi-ción de la Editorial Colofón, s. a., México: 2001.

La línea constante y común entre los maestros precur-sores del postmodernismo y los contemporáneos, son aquellas obras estrechamente relacionadas con el gnosticismo propiamente dicho; cuya fuente medular es la Cábala y las diversas interpretaciones que desde su origen hasta la fecha, tal documento ha recibido, como lo son: la interpretación cristiana, la naturalis-ta, la ocultista y la judeo-masónica-diabólica. Para cada interpretación existe abundante bibliografía que sería prolífico enunciar aquí, pero sin embargo en el desarrollo de la investigación, se hará mención precisa de ellas, de acuerdo con la temática que diseñamos en ésta propuesta de investigación. No sería justo omitir a los grandes luchadores cris-tianos contra el gnosticismo. El más destacado en su tiempo ha sido San Irineo de Lyon, cuya obra principal Contra los Herejes hasta la fecha, no pierde vigencia. Entre los contemporáneos, ya hemos citado al padre Julio Menvielle, pero también cabe aludir las obras de Mauricio Carlavilla como Satanismo (1961) y Judaísmo e Iglesia Católica, las dos de Editorial Presencia, Bue-nos Aires, 1961. Por último, los tratados del Monseñor León Meurin, S. J. Filosofía de la Masonería y Simbolis-mo de la Masonería de la Editorial Nos, Madrid; 195­7.

Dentro de la bibliografía postmoderna relacionada con el tema central de ésta sublínea de investigación, es decir, la del hombre postmoderno, podemos citar a Romano Guardini de cuyas obras principalmente mencionaremos: El Hombre incompleto y el poder; El Poder. Una interpretación Teológica; y El Ocaso de la Edad Moderna, las cuales pueden encontrarse en los tres tomos editados por Ediciones Cristiandad, en Madrid, 1981. Del mismo autor citado, es necesario considerar la obra editada por Ediciones Encuentro, s. a., intitulada Mundo y Persona. Ensayos para una teoría cristiana del hombre, publicada en Madrid en el año 2000.Con la misma orientación cristiana sobre el hombre postmoderno, está la obra de Lobato, Abelardo O.P., El pensamiento de Santo Tomás de Aquino para el hombre de hoy, por Ediciones Edicep, C.B. en Valencia Espa-ña 1995­. Es conveniente citar aquí, una de las muchas obras del gran pensador mexicano don Antonio Caso, intitulada La persona humana y el Estado totalitario; Obras Completas, UNAM; Tomo VIII, México: 1975­. En la vasta bibliografía hispánica sobre el tema que nos ocupa citamos la obra de Gabriel Amengual, Mo-dernidad y crisis del sujeto. Hacia la construcción del sujeto solidario de la Editorial Caparrós Editores, S.L. Madrid: 1998. Es importante también, la obra colecti-va intitulada Las identidades del sujeto, editada por Vicente Sanfelix Vidarte en Valencia, España 1992.

ii. Preguntas de investigación. Marco Aporético

La anterior exposición problemática, nos servirá de base para plantearnos las preguntas de investigación siguien-tes:

2.

¿Es posible, de acuerdo con la sofística postmo-derna que predica la muerte del sujeto, hacer una antropología postmoderna?¿Cuáles y cuantas son las filosofías o ideologías que intentan fundamentar las características o indica-dores que configuran al hombre postmoderno?Dentro de tales filosofías o ideologías, ¿quiénes son los más significativos autores o precursores de las mismas? y, ¿quiénes son, considerada la post-modernidad como etapa histórica o era contem-poránea, sus principales representantes?Después de que se pueda lograr un diagnóstico del hombre postmoderno, bien identificado; ¿cuál po-drá ser la solución más apropiada?¿Cuál será la propuesta cristiana verdadera para el hombre postmoderno?

1.

2.

3.

4.

5­.

iii. El planteamiento de la problemática, así como la contestación a las preguntas de investigación antes alu-didas, nos servirán para conformar el segundo capítulo de la obra que se pretende realizar para un texto de la materia denominada Seminario de Postmodernismo, de la carrera de Filosofía que se imparte en el Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas, iest; disciplina que también constituye una de las líneas de investigación de dicha carrera.

iv. Definición de Conceptos

Para efectos del uso y aplicación del presente documento y de los materiales que de él se desprenden, considera-mos necesario definir los siguientes conceptos:Activismo. Doctrina de estrecha relación con el pragma-

tismo, que ve en la acción el origen y criterio de verdad de todo conocimiento.Para el pragmatismo, el pensamiento no es más que el instrumento de la acción y solo es verdadero en tanto que es útil para la vida.¹

Gnosticismo. Conocimiento esotérico de las verdades religiosas y filosóficas más elevadas que podía ser ad-quirido por una minoría selecta de creyentes intelec-tualmente avanzados.²

Hedonismo. Conjunto de doctrinas que pregonan la búsqueda de placer en cualquier actividad humana; considerando el placer como un bien, llegando a iden-tificar al uno con el otro. H. Spencer,³ se significa por su intento de demostrar que la evolución biológica constituye la base de la moral hedonista.

Narcisismo. Término que procede del mito griego de Narciso, joven enamorado de su propio reflejo en las aguas. Orientación de la sexualidad por la que el su-jeto se ama a sí mismo o a sus propias imágenes (au-toerotismo).⁴

i. La problemática

Dado el anuncio que ha hecho la postmodernidad acerca de la «muerte» del sujeto, pareciera que con ello ya no sería posible realizar la presente investigación, pues se carecería del elemento subyacente que soportaría este trabajo. Sin embargo, cabe utilizar la misma metodolo-gía que los filósofos postmodernos han usado para ne-gar la existencia del sujeto humano es decir dedicarnos a buscar el condicionamiento oculto pero, de lo oculto. En otras palabras, si la nada es nada, entonces ésta tiene ser, y entonces, descubierto tal ser para el sujeto postmo-derno, ya tendríamos el punto de arranque y sostén de éste trabajo. Esta propuesta de tesis, al fin hipótesis más bien, trae aparejada toda una problemática que exige definiciones, aclaraciones y sobre todo, soluciones, que expondremos brevemente a continuación:

A pesar del sofisma que expresamos en la proble-mática, la literatura contemporánea, ha producido algunas obras que nos hablan del hombre postmo-derno en general; y otras que en forma específica, nos describen indicadores muy concretos por los cuales caracterizan a tal sujeto como: nihilista, gnóstico; de pensamiento débil; narcisista, no-humano; masivo; hedonista y hasta posthumano. Si aplicáramos a tales características el principio gestáltico de que la totalidad de ellos es mayor que la suma de las partes, el panorama al que nos en-frentamos del hombre contemporáneo, calificado como postmoderno no puede ser más desolador. Pareciera que tal sujeto ha tocado fondo, pues apa-rentemente ha llegado a una degradación máxima; presentando con ello un gran problema a resolver por la sociedad y la cultura que lo sustentan, y que es muy factible que se identifiquen con aquel.Habrá que cuestionarse entonces por las filosofías o ideologías que proponen a ese hombre como pro-totipo; cuál será su condicionamiento oculto; cual será el motivo fundamental sobre el que se susten-tan para promover ese diagnóstico de lo que sería más bien un objeto o humano cosificado; reducido a su mínima expresión, sin ser fundamento encar-nado de algún valor trascendente.

1.

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R EFER ENCI A S BIBLIOGR Á FICA S

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Santillana, s. a. Diccionario de las Ciencias de la Educación; Nue-vas técnicas Educativas, s. a. Nutesa; 3.ª reimp. Aguilar Editor, s. a. de c. v. México: 1990, pág. 42. Tomo i.Santillana, op. cit. pág. 716.Runes, Dagoberto; Diccionario de Filosofía; Editorial Grijalbo, s. a. México: 1981; pág. 159.Ibidem; Tomo ii; pág. 1009.Ibid.; Tomo ii, pág. 1124.Ibid.; Tomo ii, pág. 1168.Donceel, J. F. Antropología Filosófica; Ediciones Carlos Lohlé; B. Aires, Argentina: 1969; pág. 21.Ibidem, pág. 22.

Método objetivo. Estudia que es el hombre y con ello poder descubrir su posición en la naturaleza y sus re-laciones con el universo material y proporcionarnos información sobre la vida psíquica y la personalidad.⁸

vii. Bosquejo de capítulos y contenido

Este apartado obedecerá a una temática provisional, no necesariamente definitiva, porque por su naturaleza, es parte de la propuesta de éste estudio, que se perfec-cionará y complementará con el desarrollo de ésta inves-tigación y sus capítulos correspondientes, los cuáles se indican a continuación.

Datos para una antropología postmoderna o Los hombres que abortó la postmodernidad.

Naturaleza de una antropología postmoderna.Alcances y posibilidades del hombre postmo-derno.

El sujeto del Nihilismo.Precursores del pensamiento nihilista contem-poráneo.Concepción filosófica del sujeto en el pensa-miento postmoderno nihilista.

Derivaciones ideológicas: Postestructuralis-mo y Postmodernismo.

Visión cristiana acerca del nihilismo postmo-derno y Magisterio de la Iglesia.

El sujeto humano del Gnosticismo cabalista.La Cábala y sus interpretaciones.Los precursores del gnosticismo postmoderno:

Nietzsche, Marx, Freud y Heidegger.La propuesta de la “vuelta a lo sagrado”.

Gnosticismo cristiano o esotérico.Enseñanza de la Iglesia sobre gnosticismo post-moderno.

El personalismo de la Postmodernidad.El hombre no-humano de Romano Guardini.Soluciones propuestas por el personalismo ante el problema del hombre postmoderno.

El hombre masa de Ortega y Gasset y de An-tonio Caso.El hombre posthumano de Francis Fukuya-ma.El hombre de pensamiento débil de G. Vatti-mo, o el mente captus.El hombre narcisista de G. LipovetzkiOtros

El hombre de hoy, y por aplicación de la doctrina de Tomás de Aquino y Magisterio eclesiástico.Conclusiones.

1.1.1.

2.2.1.

2.2.

2.2.1

2.3.

3.3.1.3.2.3.2.1.3.3.3.3.1.3.4.

4.4.1.4.2.

4.2.1.

4.2.2.

4.2.3.

4.2.4.4.2.5­.5­.

6.

Dentro de los postmodernos, no necesariamente cristia-nos, aludiremos a Gianni Vattimo con su obra Más allá del sujeto. Nietzsche, Heidegger y la Hermenéutica de Ediciones Paidos Ibérica, s. a. Barcelona, 1992; Las Palabras y las cosas. Una Arqueología de las ciencias humanas de Michel Foucault de Siglo Veintiuno Edi-tores s. a. de c. v. 26.ª edición, México: 1998. Gilles De-leuze “Nietzsche y la filosofía”, Editorial, México: 1998. Editorial Anagrama, S.A. 4.ª Ed. Barcelona: 1994. La obra conjunta de Gilles Deleuze y Felix Guattari ¿Qué es la filosofía? de Editorial Anagrama, sexta edición. Barcelona: 2001. Igualmente, el dueto de autores for-mado por Michel Foucault y Gilles Deleuze con su obra común Theatrum Philosophicum seguido de repe-tición y diferencia, también de Editorial Anagrama, se-gunda edición, en Barcelona: 1999. Alaín Finkielkraut contribuye a este criticismo postmoderno con su libro denominado La Derrota del Pensamiento, en su sépti-ma edición, de Barcelona 2000. En la misma vía, de las obras aquí mencionadas encontramos la de Gilles Lipovetsky, intitulada La Era del Vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo de Editorial Anagra-ma, colección Argumentos, decimotercera edición de diciembre 2000. El tipo de psicología que anima al hombre es la co-nocida con el nombre de Psicología Humanista, que promueve el movimiento denominado del «potencial humano», y que también se conoce como Psicología Transpersonal. Sobre este partícular, esta la obra de Charles Tart intitulada Psicologías Transpersonales de Editorial Paidos, Buenos Aires, 1979 en dos tomos.

Para terminar éste apartado, es necesario aclarar, que existe muchas obras más allá que las citadas y más importantes quizás para ser consideradas dentro de éste trabajo. Sin embargo, en lo posible se integrarán al mismo en y durante el desarrollo de la temática de ésta investigación.

vi. Metodología y procedimientos.

Para efectos de aplicar la metodología adecuada a este trabajo, básicamente emplearemos los siguientes méto-dos principales:

Método hermenéutico. Consistente en interpretar el sen-tido de las cosas, para descifrar las expresiones de la conciencia. En otras palabras, consiste en buscar el condicionamiento oculto de cualquier manifestación del pensamiento del hombre postmoderno.

Método reflexivo-subjetivo. Es el estudio de quien es el hombre, cuales sus facultades más íntimas y su nú-cleo más profundo, donde el está presente a sí mismo y como un yo.⁷

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Pharus Academiæ Reporte de trabajo de investigación

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reporte de tr abajo de investigación

Estilo de paternidad que perciben en ambos padres, adolescentes estudiantes de una preparatoria particular del sur de Tamaulipas

Silvia Martín Del AngelMaría de Jesús Ponce Nájer aEgresadas de la Licenciatura en Filosofía del iest, generación 06

R ESU M EN

El objetivo de este trabajo fue determinar el estilo de paternidad percibido en ambos padres, por adolescentes estudiantes de una preparatoria particular del Sur de Tamaulipas, que cursaban el primer y tercer semestre, durante el periodo agosto-diciembre de 2006. Población estuvo distribuida en 96 mu-jeres y 96 hombres de primer semestre; 67 mujeres y 65­ hombres de tercer semestre, en edades que oscilaban entre los 14 y 19 años de edad. Se aplicó el cpap (Cuestionario de Patrones de Autoridad Parental). Se encontró como predominante el estilo autoritativo percibido en ambos padres, tanto en los adolescentes de primer como de tercer semestre, y en menor frecuencia los estilos permisivo,autoritario, y negligente. No obstante, en segundo lugar, se encontró una alta frecuencia en la percepción de los adolescentes de que sus padres no utilizan un estilo de paternidad específico, denominado en esta investigación como un estilo de paternidad indefinido.

Palabras Clave: Mercado laboral, Formación humanista, Sociedad del conocimiento, globalización.

A BSTR ACT

The purpose of this paper is identifying the parental style perceived in both parents by adolescent students in a private high school in Southern Tamu-lipas. The population was conformed by 96 women and 96 men from first semester, and 67 women and 65­ men from third semester, between 14 and 19 years old. It was used the Questionaire of Parental Authorithy Patterns.Firstly, it was found that the authorithative style was predominant in both parents, as perceived by adolescents from first semester and third semester. Secondly, it was also found with a high frequency, the perception that their parents do not use a any specific parental style, which was named “indefinite parental style” in this paper.

Desde la antigüedad se ha reconocido la impor-tancia que tienen los padres con respecto a la formación de sus hijos, puesto que son las primeras figuras con las cuales socializan e identifican como autoridad. Por muchos años, el estilo de paternidad predominan-te que los padres adoptaban era rígido; lo que llevaba ge-neralmente al individuo a la sumisión; sin embargo, de acuerdo con la teoría posmodernista, se ha observado como en la actualidad la mayoría de los adolescentes, tienden a comportarse de manera irrespetuosa, liberti-na, carentes de límites claros y valores que los llevan en algunos casos, a tener problemas con figuras de autori-dad... todo lo cual sugiere que los padres de estos adoles-centes podrían estar utilizando un estilo de paternidad diferente.

Tipología generacional

Prado y Amaya (2005­) proponen estilos de educación de acuerdo a la generación en la que los padres hayan na-cido:

Generación silenciosa Se refiere a los padres nacidos entre 1925­ y 1949. Eran padres que amaban su trabajo antes de cualquier cosa, crecieron en un ambiente de responsabilidad y fidelidad organizacional como un valor incuestionable. Fueron enseña-dos a obtener alguna comodidad, retrasando sus satisfacciones. La formación de carácter y voluntad fue el eje de su vida, mientras que el autosacrificio y la disciplina fueron valores más importantes que se les inculcaron. Su modo de educar era basado en un sistema de disciplina rígido.

Generación baby boomersNacidos entre 195­0 y 1970. Son padres que re-chazan el autoritarismo y la imposición como medios de disciplina hacia los hijos. Hacen uso de la permisividad, evitan orientar la edu-cación de sus hijos de manera coercitiva o di-recta, al contrario les permiten ser libres a los hijos con el fin de que aprendan a través de sus acciones (Spock, citado en Prado y Amaya, 2005­). No establecen reglas, ni fijan límites, ya que tienen la idea de que esto causa baja au-toestima y frustración a sus hijos, originándo-les traumas.

Generación x Son aquellas personas nacidas entre 1970 y 1984. Manifiestan un gran sacrificio para for-mar y educar a sus hijos, buscan la manera de pasar el menor tiempo posible con ellos. Han perdido el control de sus hijos, mostrando ma-yor inseguridad en función a generaciones an-teriores. Sin embargo, algunos padres buscan

nuevamente la esencia de la familia, pero no tienen un buen modelo de su niñez y esto les produce ansiedad.

Generación Milenio: internet y barbies Se reconoce a las personas nacidas en 1985­ has-ta la actualidad como el tipo de padres envuel-tos en tecnología y aspectos materiales. Los hijos pasan a último lugar, son personas super-ficiales, preocupados más en lo que tienen, ad-judicándose un valor sobreestimado a medida que son materialistas e individualistas.

Estilos de paternidad

La práctica de la paternidad, es una de las profesiones más antiguas y de largo aprendizaje experimental, dado que la mayoría de los padres no tienen un manual que les muestre paso por paso la manera de criar y educar a sus hijos. Sin embargo, hoy en día podemos encontrar una actitud cooperadora, es decir, padres que se preocu-pan por dar la mejor de las educaciones a sus hijos y de esta manera, herramientas para enfrentar el mundo que les espera fuera del núcleo familiar. En contraparte, se encuentran aquellos padres no cooperadores, que espe-ran que las instituciones, los medios de comunicación e incluso personas ajenas a su familia se hagan cargo de la formación educativa de sus hijos. Dentro del campo de la formación educativa que los padres deben cubrir, se encuentran el área afectiva, fisio-lógica, espiritual, moral y la educación académica, que en su conjunto brindarán seguridad y confianza en sus hijos, lo que les permitirá alcanzar un desarrollo integro de su persona. La relación paterno-filial es una relación de intimidad entre padres e hijos por ello el desempeño de la paternidad ha de fundamentarse en la educación en los valores más íntimos del ser de los hijos. (Chava-rría, 2005­). En sí mismo el concepto de familia ha perdido sus núcleos tradicionales de apoyo. Las familias se sienten desconcertadas ante la variedad de demandas que exige la vida familiar, y las dificultades para conducirse de for-ma apropiada en la realización de sus distintas tareas: la crianza de los hijos, la resolución de los conflictos entre los miembros de la familia, la conciliación de la vida la-boral y familiar, la gestión económica y doméstica... (Ce-ballos, 2006). La insuficiente competencia parental está relacionada con el desarrollo de un patrón de conducta desadaptativo en los/as hijos/as, con las consecuencias que este hecho conlleva. (Bayot, Hernández y De Julián, 2005­). Lo que de igual manera refieren Musitu y Cava, (2001, citados en Bayot y cols, 2005­): la génesis de determinados compor-tamientos psicopatológicos de los individuos, así como conductas socialmente inadaptadas y desviadas de la norma social establecida, se encuentran en el núcleo fa-miliar. Concretamente, en una serie de investigaciones se

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ha puesto de manifiesto que las relaciones familiares po-sitivas y una alta comunicación entre los/as padres/ma-dres y los/as hijos/as se relaciona con un bajo consumo de drogas y lo contrario con la aparición de conductas antisociales en la adolescencia (Villar, Luengo, Gómez y Romero, 2003, citados en Bayot y cols. 2005­). Baumrind (1967, citada en Papalia, Olds y Feldman, 2004) con su investigación realizada a 103 niños de ni-vel preescolar de 95­ familias da inició a los estudios en el campo de estilos parentales. Aplicó observaciones en el parvulario donde midió la manera de funcionar de los infantes y luego pruebas, entrevistas y estudios con los padres en el hogar. Identificó tres grupos de niños que manifestaban distinto comportamiento y describió tres estilos de crianza de sus padres. Así mismo, dicha autora condujo uno de los estudios longitudinales (1968, 1971, 1989, 1991a, 1991b, citada en Aguilar, Valencia y Romero, 2004) más completos sobre el desarrollo de niños 3 a 15­ años, dirigidos a examinar el efecto de los estilos parentales que describe.

Clasificacion de estilos de paternidad de baumrind

En su primer estudio, Baumrind (1967, citada en Clemen-te y Hernández, 1996) describe a un primer grupo como niños con un alto grado de curiosidad e interés por situa-ciones nuevas y caracterizados por autoconfianza, auto-control, jovialidad y buenas relaciones con sus iguales. El segundo grupo estaba constituido por niños mentirosos, hostiles, tristes, irritables y vulnerables ante situacio-nes de tensión, que manifestaban conductas agresivas con sus iguales. En el tercer grupo estaban niños menos autocontrolados y con menor autoconfianza que los del segundo, pero caracterizados por impulsividad, alegría y mucha facilidad para recobrarse de contrariedades. Al evaluar las acciones paternas encontró que los pa-dres del primer grupo mantenían un control firme sobre sus hijos; demandaban madurez, responsabilidad y dis-ciplina, así como ayuda en actividades de la casa, auto-cuidado y consideración de los demás; pero al mismo tiempo eran comprensivos, abiertos a la comunicación, flexibles al cambio y que explicaban las razones de sus normas. Los padres del segundo grupo empleaban técnicas coercitivas y la imposición de sus normas, aun en la opo-sición de los hijos. Los padres del tercer grupo usaban menos las técnicas coercitivas que los del segundo grupo pero también demandaban menos madurez que los del primero. En otro estudio, Baumrind, (1971, citada en Clemente y Hernández, 1996) utilizó la estrategia en orden inverso ya que primero identificó los grupos de padres y poste-riormente los relacionó con el comportamiento de los niños. Describió tres estilos parentales que representan

las combinaciones de valores extremos en apoyo (involu-cramiento) y supervisión (control paterno). La dimensión llamada «Apoyo» o «Afecto parental» está integrada por dos subdimensiones:

a) Aceptación–rechazo:que varía entre el afecto y la expresión de sen-timientos positivos hacia el niño y la expresión de agresividad e indiferencia.

b) Sobreprotección–distanciamiento: que varía entre familias aglutinadas en su modo de vida y de actuar y familias tan desli-gadas que no tienen una comunicación fluida ni manifiestan una entidad común.

La dimensión «Supervisión» también está formada por dos subdimensiones:

a) Toma de decisiones, que consiste en un alto o bajo nivel de participación en la toma de deci-siones sobre los comportamientos de los hijos.

b) Prácticas o estrategias disciplinares, que im-plica el uso de técnicas para promover ciertos comportamientos en el niño y eliminar otros comportamientos.

La dimensión supervisión, con el nombre de «autori-dad de lo padres» ha sido mencionada por diversos auto-res (Prado y Amaya, 2003; Oliveros, 1999) A partir de la combinación de estas dos dimensiones se generan los estilos de paternidad que a continuación se describen (Baumrind, 1971, citada en Papalia y cols., 2004):

Estilo autoritario: Padres que valoran la obedien-cia y control no cuestionada, que imponen reglas de manera estricta, así como castigos enérgicos y severos cuando los hijos no cum-plen dichas reglas al pie de la letra. Son padres distantes, poco cálidos, y restrictores de auto-nomía.

Estilo permisivo: Padres que valoran la autoex-presión y la autorregulación, son pocos exigen-tes y permiten que sus hijos sean sus propios supervisores en las actividades que realizan, dentro de sus posibilidades. Se caracterizan por ser cálidos, poco controladores y por no mostrar exigencia.

Estilo autoritativo: Padres que valoran la indivi-dualidad de los hijos, pero que sin embargo, enfatizan las restricciones sociales. Confían en sus habilidades para educar y dirigir a sus hijos, sin olvidar el respeto a la independencia en la toma de decisiones de los mismos. Mues-tran una manera racional de obtener el control

de las conductas de los hijos sin la necesidad de una disciplina amenazante. Son cariñosos y receptivos, pero están dispuestos a imponer correcciones limitadas y juiciosas cuando es necesario.

Clasificación de los estilos parentales de Maccobby y Martin

Más tarde, Maccoby y Martín (1983, citados en Papalia y cols., 2004) ampliaron a cuatro los estilos parentales descritos por Baumrind al considerar todas las combina-ciones de los valores extremos en las dos dimensiones: estilo autoritativo (alto en ambas dimensiones), permisi-vo (alto en involucramiento y bajo en supervisión), auto-ritario (bajo en involucramiento y alto en supervisión) y negligente (bajo en ambas dimensiones). Los tres primeros estilos coinciden con las descrip-ciones de Baumrind. El estilo negligente hace referencia a padres que se concentran en sus propias necesidades antes que en las de los hijos, se comportan en extremo flexibles y no presentan exigencias, hay poca calidez, los padres se abruman y deprimen por sus propias tensio-nes, sin permitirse tiempo para cuidar, educar y satisfa-cer las necesidades de sus hijos. Eckenrode, Laird y Doris (1993, citados en González y Hernández, 2005­) mencionan que los hijos de padres con estilo negligente se comportan de forma inmadura, tie-nen deficiencias en actividades académicas, son hostiles, egoístas, rebeldes, propensos a cometer actos antisocia-les y delictivos como abuso de drogas y alcohol, aunado a un mal comportamiento sexual. Otros autores tam-bién han enfatizado los efectos negativos de este tipo de crianza (Ruiz y Gallardo, 2002). Se ha considerado que el estilo más favorable para el desarrollo de los hijos es el autoritativo, ya que logra resul-tados emocionales e intelectuales positivos (Craig, 1997). En forma similar, Nelsen y Lott (2003) consideran que existen tres estilos de educación denominados desalen-tadores y sólo uno alentador. El estilo denominado por las autoras como controlador/ castigador/ y recompensador, es semejante al autoritario manejado por Baumrind; el estilo permisivo/ sobreprotector/ y rescatador equivale al estilo permisivo; el negligente/ desistir de ser padre iguala al negligente que describieron Maccoby y Martín en 1983; por último, el estilo de educación alentador mencionado por dichas autoras, como afectuoso y firme es un reflejo del denominado autoritativo por Baumrind. Por otro lado, López (2001) presenta una tipología ba-sada en preposiciones, las cuales se pueden englobar de la siguiente manera: vivir para, vivir según, vivir por, vivir sin, vivir tras, vivir de, vivir con, vivir en; como estilos edu-cativos que se relacionan estrechamente con los estilos de paternidad permisivo y negligente, así como también vivir contra, vivir ante y vivir sobre; equivalen al estilo de

paternidad autoritario y siendo solamente el tipo ideal, vivir en, aquel que se relaciona con el estilo autoritativo. Por lo anterior, se puede observar como diversos au-tores describen las diferentes maneras en que los padres educan a sus hijos, que en última instancia aunque con nombres diversos, coinciden con la clasificación propues-ta por Baumrind y ampliada por Maccoby y Martin. Sin embargo en nuestro país, se pueden observar po-cas investigaciones en el área de la evaluación, propia-mente dicha, de los estilos de paternidad. Por mencionar alguna, se encuentra la que Alma Vallejo Casarín, Javier Aguilar Villalobos y Alejandra Valencia (2002), realiza-ron a nivel de tesis doctoral (adaptando a la población mexicana, el cuestionario de Steinberg et al) que evalua-ba los estilos de paternidad propiamente dichos, en una muestra de jóvenes totonacas. En otra investigación, Gonzalez y Hernández (2005­) buscaron identificar el tipo de rol parental que tenían los padres (varones) de adolescentes embarazadas en-contrando que el rol predominante, en un 71%, era el afectuoso tolerante (que concuerda con el permisivo del presente estudio) y en menor medida el afectuoso res-trictivo (17%), el hostil tolerante (9%) y el hostil restric-tivo (3%). En un estudio anterior (Ortega, 1999), que utilizó esta misma clasificación, se encontró que en los padres de niños con capacidades sobresalientes predominaban los indicadores de aceptación, aprobación y permisivi-dad, correspondientes al rol afectuoso tolerante, y los indicadores de comprensión, disciplina y exigencia, que corresponden al rol afectuoso restrictivo. En este grupo de padres se encontraron pocos indicadores de los roles hostil tolerante y hostil restrictivo. Aunado a lo anterior, las investigaciones en México se han ocupado más bien de los fundamentos, desarrollo y aplicación de programas y estrategias para capacitar a los padres en el establecimiento de condiciones más adecuadas para mejorar el desempeño de sus hijos, sin haber realizado una detección de necesidades reales en la manera en que están siendo educados, para entonces poder establecer programas que realmente trabajen esas áreas de oportunidad en la labor de ser padres. Dado que los estilos de paternidad son muy impor-tantes en el desarrollo de los adolescentes y que existen pocos estudios al respecto realizados en México, el pre-sente trabajo tuvo como objetivo, determinar el estilo de paternidad percibido en ambos padres, por adolescentes de una preparatoria particular del sur de Tamaulipas.

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MÉTODO

Población y muestra

Se trabajó con una población compuesta por 324 ado-lescentes estudiantes de primer y tercer semestre de una preparatoria particular del Sur de Tamaulipas, ins-critos durante el periodo agosto-diciembre de 2006, dis-tribuida en 96 mujeres y 96 hombres de primer semestre; 67 mujeres y 65­ hombres de tercer semestre, en edades que oscilaban entre los 14 y 19 años de edad. Criterio de exclusión: Se eliminaron aquellos adoles-centes que tenían un solo padre.

Instrumento

El instrumento utilizado fue el Cuestionario de Patro-nes de Autoridad Parental (cpap) elaborado por Agui-lar, Valencia, Martínez, Romero y Lemus (2003, citados en Aguilar, Valencia y Romero, 2004), como resultado de diversas investigaciones encaminadas a evaluar los estilos parentales con reactivos aplicables a la población mexicana y basado en las descripciones de Baumrind y de Maccoby y Martin. El instrumento consta de 31 reactivos (afirmaciones), que describen actitudes y conductas de los 4 estilos pa-rentales (autoritativo, autoritario, permisivo y negligente) y se responde eligiendo una alternativa en una escala de Likert de 4 puntos que va desde 1, «totalmente cierto», hasta 4, «muy poco cierto». La subescala que evalúa el estilo autoritativo contiene 9 ítems, con un índice de con-fiabilidad alfa= 0.81; por ejemplo: «Mi papá me explica las razones de sus decisiones y de las reglas de conducta que me fija». La subescala que evalúa el estilo autorita-rio consta de 9 ítems (alfa= 0.73) por ejemplo: «Cuando mi papá me pide que haga algo espera que lo haga in-mediatamente y sin hacer preguntas». La subescala que evalúa el estilo permisivo consta de 6 ítems, (alfa= 0.60); ejemplo: «Mi papá me da libertad para actuar y compor-tarme como yo desee», y la subescala que mide el estilo negligente contiene 7 ítems, (alfa= 0.76); por ejemplo: «A mi papá parece importarle poco lo que me suceda». Los reactivos se encuentran distribuidos a lo largo del cues-tionario. Respecto a la validez y confiabilidad del instrumento, reportan los autores, que se obtuvieron favorablemente en varias muestras de estudiantes mexicanos, de bachi-llerato y licenciatura en investigaciones previas realiza-das por ellos, en las cuales se obtuvieron coeficientes alfa satisfactorios; y evidencias de su validez de constructo, a través del análisis de varianza multivariados, consi-derando como variables dependientes medidas de bien-estar general y escolar. Los resultados mostraron que la mayoría de las diferencias significativas se dieron tanto entre los estilos autoritativo y negligente como entre el es-tilo permisivo y negligente.

Subescala Puntuación total Puntuación equivalente al 75%

Autoritativo 36 27Permisivo 24 18Autoritario 36 27Negligente 28 21

Procedimiento

Se aplicaron los cuestionarios (cpap) a todos los alum-nos de todos los grupos de los semestres seleccionados (primer y tercer semestre), en un periodo de una semana, con base en las listas de cada grupo, en sus propios sa-lones de clase con previa autorización del director de la preparatoria, así como de los maestros. La aplicación, se llevó a cabo en los salones en horas de la materia de ase-soría y materias formativas. Se explicó a los estudiantes que se trataba de una investigación de tesis a nivel Licen-ciatura en Psicología, que buscaba conocer información acerca de la manera de ser de sus papás, al tiempo que se les hizo hincapié a que contestaran con honestidad, garantizándoles el anonimato de la información, y que ésta sería utilizada con fines estadísticos. Se les aclaró que no había respuestas buenas ni malas, solicitándose-les que respondieran adecuadamente el cuestionario de acuerdo a las instrucciones, las cuales les fueron leídas a cada grupo respectivamente por alguna de las autoras a cargo de esta investigación, a fin de aclarar cualquier duda al respecto.

Resultados

Determinación de los estilos de paternidad percibido en ambos padres

Para determinar el estilo de paternidad dominante percibido por los adolescentes respecto a cada uno de sus padres, se determinó primeramente la puntuación equivalente al 75­% de la puntuación máxima, como se puede observar en la tabla 1, para cada una de las subes-calas por medio de una regla de tres simple.

Tabla 1. Obtención del 75% de cada estilo de paternidad

Posteriormente dicha puntuación de cada subescala, se utilizó como criterio, estableciendo que: el puntaje que esté por encima del tal puntuación en alguna de las cua-tro subescalas, determina que ése es el estilo dominante. En el caso de puntajes que sobrepasen tal puntuación en dos subescalas, se considera como estilo dominante aquel cuyo puntaje tenga mayor porcentaje. En el caso de aquellos puntajes que no alcancen la puntuación criterio en ninguna de las cuatro subescalas, se asigna como es-tilo indefinido.

Estilos de paternidad percibidos por hombres y mujeres de ambos semestres.

En la tabla 2 se presentan el número y porcentaje de alumnos que perci-bieron cada uno de los estilos parentales en ambos padres, tanto en hombres como en mujeres de los dos grados.

Tabla 2. Número y porcentaje de alumnos de cada grupo que percibieron cada uno de los estilos en los padres

Estilos Parentales Mujeres 1.º Hombres 1.º Mujeres 3.º Hombres 3.ºPadre Madre Padre Madre Padre Madre Padre Madre

Autoritativo 47 48,9%

55 57,3%

46 47,9%

44 45,8%

35 52,3%

35 52,3%

41 63%

45 69%

Autoritario 6 6,3%

5 5,2%

5 5,2%

4 4,2%

3 4,5%

2 2,9%

4 6.2%

4 6.2%

Permisivo 15 15,6%

11 11,5%

18 18,8%

19 19,8%

7 1,4%

9 13,4%

4 6,2%

4 6,2%

Negligente 1 1,1%

0 0%

1 1%

0 0%

1 1,5%

1 1,5%

1 1,6%

0 0%

Indefinido 27 28,1%

25 26%

26 27,1%

29 30,2%

21 31,3%

20 29%

15 23%

12 18,4%

Total 96 100%

96 100%

96 100%

96 100%

67 100%

67 100%

65 100%

65 100%

Como puede apreciarse, el estilo que fue más percibido en los padres es el au-toritativo, seguido después por el estilo indefinido y luego por el estilo permisi-vo. El estilo autoritario fue poco percibido y el estilo negligente fue percibido en un nivel muy cercano a cero. Este patrón de percepción se puede observar en todos los grupos con la única diferencia que en el cuarto grupo (hombres de tercer semestre) los estilos permisivos y autoritario fueron percibidos con la misma frecuencia. Comparando las percepciones de los estilos en padre y madre se puede ver en la tabla 3 que se conserva el mismo patrón, al igual que en la integración de las percepciones de ambos padres juntos.

Tabla 3. Percepción de los estilos paternales en los cuatro grupos integrados

Estilos parentales Padre Madre Ambos padresNúm. % Núm. % Núm. %

Autoritativo 169 52,1% 179 53,7% 348 53,7%Autoritario 18 5,5% 15 5% 33 5%Permisivo 44 13,5% 43 13,7% 87 13,4%Negligente 4 1,2% 1 0,7% 5 0,7%Indefinido 89 27,4% 86 27% 175 27%Total 324 100% 324 100% 648 100%

Similitud entre estilos de paternidad percibidos en ambos padres

Se buscó determinar en que grado perciben los alumnos el mismo estilo de paternidad en ambos padres. Para ello se elaboró una matriz en la cual, en cada celda de datos, se muestra el número de alumnos que percibieron al pa-dre en el estilo indicado en la columna y a la madre en el estilo indicado en la fila, tal como se puede observar en la tabla 4.

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En el 71,9% de los casos los alumnos percibieron el mismo estilo parental en ambos padres, distribuidos de la siguiente forma. Un 45­,3% de los alum-nos percibieron el estilo autoritativo tanto en el padre como en la madre; un 17,5­% de los alumnos percibieron que tanto la madre como el padre tienen un estilo indefinido. En un 6,4% de los casos se percibió un estilo permisivo en los dos padres, en un 2,4% de los casos se encontró un estilo autoritario en ambos padres mientras que en un 0,3% de los casos se percibió un estilo negligente en padre y madre. Tabla 4.

MadrePadre

Autoritativo Autoritario Permisivo Negligente Indefinido Total

Autoritativo 147 (45,3%) 3 (0,9%) 7 (2,1%) 2 (0,6%) 20 (6,1%) 179Autoritario 4 (1,2%) 8 (2,4%) 2 (0,6%) 0 (0%) 1 (0,3%) 15Permisivo 7 (2,1%) 4 (1,2%) 21 (6,4%) 0 (0%) 11 (3,3) 43Negligente 0 (0%) 0 (0%) 0 (0%) 1 (0,3%) 0 (0%) 1Indefinido 11 (3,3%) 3 (0,9%) 14 (4,3) 1 (0,3%) 57 (17,5%) 86Total 169 18 44 4 89 324

En el 28.1% de los casos restantes se percibió un estilo diferente en el padre y en la madre.

Conclusiones

En los resultados de esta investigación se encontró que, en esta población de alumnos de preparatoria, se perciben el estilo autoritativo y el indefinido con mayor frecuencia que los otros tres, tanto en padre y madre separados como en la integración de ambos. También se encontró que en un gran porcentaje de los casos (71,9%) se percibe el mismo estilo tanto en el padre como en la madre. Por lo tanto se puede afirmar que se logró el objetivo de la presente investi-gación al determinarse el estilo de paternidad percibido en ambos padres, en la población con la cual se trabajó. No se puede considerar resuelto el proble-ma de determinar los estilos de paternidad existentes en familias mexicanas ya que la población de estudio fue relativamente pequeña como para poder generalizar a otros familias. Al comparar estos resultados con los obtenidos por Vallejo, Aguilar y Valencia (2001) se puede apreciar una diferencia importante ya que en la presente investigación se encontró un índice menor en lo que respecta a la frecuencia de un estilo de paternidad negligente percibido por los adolescen-tes en relación con ambos padres. Otra diferencia significativa es el hecho de que en las familias totonacas predominaron tanto en hombres como en mujeres estilos diferentes entre sus padres (Vallejo, Aguilar, Valencia,2001), mientras que en la presente investigación predominó la similitud entre los estilos percibidos en ambos padres, tanto en hombres como en mujeres. Encontrándose así mismo, una mayor frecuencia en la percepción de los adolescentes de que sus padres no utilizan un estilo de paternidad específi-co, referido en esta investigación como un estilo de paternidad indefinido. Estas diferencias en resultados se podrían atribuir a que la población sea del medio rural y de un bajo nivel socioeconómico mientras que en el pre-sente estudio se trabajó con una población del medio urbano y de un nivel socioeconómico medio y medio alto. Una limitación del presente trabajo de investigación es que se centró en el estilo utilizado actualmente por lo padres, el cual podría ser diferente al utilizado por los padres durante la niñez de dichos adolescentes.

Por otra parte, partiendo de la importancia de la edu-cación que los padres brinden a sus hijos es como se va a determinar la formación en el desarrollo óptimo de los adolescentes, lo cual comprende la internalización de buenas imágenes parentales, con roles bien definidos, facilitando el desempeño útil y desarrollo de la madurez de los mismos. (Freud 1905­, citado en Hall, 2001). De la misma manera también el ambiente familiar en el cual se encuentren inmersos, influye para el desarrollo de su personalidad, permitiéndole lograr un grado de autono-mía e independencia de los padres, así como la forma-ción de una identidad mediante de la creación de un yo integrado que combine armoniosamente elementos de su personalidad (Craig 1997). Por lo que hoy en día se sabe, ambos padres salen de casa con el fin de proporcionar a sus hijos bienes ma-teriales que suplan la mayor parte de sus necesidades, creyendo que éstos podrán llenar el vacío afectivo que se encuentra presente en ellos, olvidando la importancia de educar mediante un estilo definido de paternidad. En los resultados obtenidos en la presente, se obser-va que, con respecto al alto porcentaje de la percepción de los adolescentes, en relación con la ausencia de una estilo de paternidad definido en ambos padres, parece relacionarse con la tipología generacional propuesta por Prado y Amaya en el 2005­, que manifiestan que el com-portamiento de los padres ha ido cambiando a través de la historia, y que en la actualidad la denominada genera-ción x, nacida entre 1970 y 1984, equivale a la generación de padres de los adolescentes que constituyó la pobla-ción en esta investigación. La cual se caracteriza por un gran sacrificio en formar y educar a los hijos y pasar el menor tiempo con ellos, lo que lleva a perder el control de los hijos y la seguridad en la función como padres, que puede explicar por tanto dicho índice. Además de que los adolescentes que constituyeron la población, de acuerdo a esta tipología pertenecen a la generación milenio, in-ternet y barbies, Al no percibir un estilo parental defini-do, los llevará a que ellos mismos no lleguen actuar de acuerdo a un estilo específico. Estos hallazgos pueden proporcionar, a maestros y orientadores de estos jóvenes, una visión general de los distintos tipos de adolescentes con los que se está tra-bajando en función al estilo de crianza utilizado por sus padres. Por ultimo, se recomienda que en estudios posteriores se hagan investigaciones donde se relacione tanto la per-cepción del adolescente como la de sus padres, dado que en este caso por el tipo de alcance del estudio, que fue descriptivo, sólo se consideró la percepción del adoles-cente. Igualmente se podrían utilizar métodos alternos al de la percepción para buscar indicadores mas objeti-vos del grado en que los padres utilizan las dimensiones de afecto parental y supervisión para determinar los es-tilos predominantes.

También se recomienda realizar estudios similares en poblaciones de diferentes áreas de nuestro país y de dis-tinto nivel socioeconómico. Igualmente puede considerarse necesario investigar la relación existente entre el estilo de paternidad y algunos indicadores de ajuste social del adolescente, tal como se ha hecho en otros países.

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1845­–1846 Notas para la historia de Tampico en la guerra con Estados Unidos ¹

1 Aclaración pertinente. Siempre que se puede y no impide su lectura, en los documentos que se trans-criben en este trabajo, ya sea traducidos o simplemente transcritos, se mantiene la grafía original de la época. Cuando no ocurre así, se moderniza el texto, para hacerlo más comprensible. Por ejemplo México y Texas se escribían con j —Méjico y Tejas— jefe, con g —gefe— y palabras que hoy tienen un significado, con el que tenían en el siglo xix, v:gr: aportar —tomar puerto o arribar a él— etc.

RESUMEN

En este trabajo, por medio de la recolección y revisión de periódicos y docu-mentos de la época, relacionados con la guerra que mantuvieron México y Estados Unidos, entre 1846 y 1847, elabora una crónica, atendiendo no sólo al desarrollo del conflicto, sino las implicaciones que tuvo con el teatro inicial de operaciones, la zona norte de Tamaulipas, y más tarde, la ocupación y go-bierno militar de Tampico y los acontecimientos y personajes que rodearon y pulularon durante dicha ocupación.

ABSTRACT

In this paper, through the recollection and review of newspapers and docu-ments from the time, related to the Mexican War, 1846-1847, a chronicle is made, not only about the conflict s development, but the implications it had with operations theater, the Nueces strip, in that time northern terri-tory of Tamaulipas, and later on, the military occupation and government of Tampico, daily life and characters that stayed or passed through for the duration.

Palabras clave: México, Tampico, Tamaulipas, Tejas, Guerra, Estados Unidos.

Emilio LamadridPeriodista, editorialista y ensayista, ha publicado una novela histórica Santa Anna de Tampico, saga de una familia, investigador en el iest, Coordinador del Consejo de la Crónica Municipal para el Municipio de Tampico.

reporte de tr abajo de investigación

«¿Qué es la historia sino una fábula consensuada?»— Napoleón

«En otros países la historia sirve para unir a los ciudadanos en torno de un pasado común. En México es motivo de discordia, factor de grave desunión. Los norteamericanos honran por igual a Ulysses Grant y a Robert E. Lee, ge-nerales enemigos. Nosotros, en cambio, seguimos absurdamente divididos: hay todavía hispanistas e indigenistas; nadie puede mencionar a Iturbide, Maximiliano o Porfirio Díaz so pena de ser tachado de ‘reaccionario’; las pa-siones de la Revolución no se han sosegado aún. Bien puede decirse que los personajes de la historia de México nunca descansan en paz. Aquí la historia no es una maestra sino, una luchadora. Hemos de ver con otros ojos el relato de nuestro pasado; interpretarlo a lo humano, de tal manera que nos lleve a la unidad. Ni héroes totales ni absolutos villanos hay en nuestra historia, sino hombres que vivieron su tiempo, tuvieron aciertos y cometieron yerros. Si somos capaces de apreciar en objetividad lo mismo a Hidalgo y a Iturbide, a Maximiliano y a Juárez, a don Porfirio y a Madero lograremos una inteli-gente síntesis conciliadora y llegaremos a esa unidad nacional que todavía nos falta».

— Catón

Introducción

Desde siempre, los relatos y la misma historia de la Gue-rra sostenida entre México y los Estados Unidos, entre 1846 y 1847, y la ocupación del territorio nacional hasta agosto del 48, han estado envueltos en el misterio. Para la inmensa mayoría de los mexicanos, la guerra contra los gringos se reduce al combate del día 13 de septiembre en Chapultepec y a los niños héroes y, si acaso, de pasada y muy a regañadientes, a la heroica defensa de Veracruz. De ahí en fuera, tal pareciera que no ocurrió nada más. Por tanto, la presente investigación histórica, tiene el objetivo de describir el papel desempeñado por Tampico, los personajes que durante poco menos de 2 años pasa-ron por el puerto y la situación de la ciudad como zona de ocupación, los gobiernos militares que se sucedieron y las penalidades que sufrieron su habitantes durante el tiempo que duró la ocupación y aún después, debido a las secuelas que dicha ocupación trajo en los órdenes políti-co, administrativo y militar. Los hechos extraordinarios que rodean la guerra en sí, fueron ampliamente discutidos por los periódicos nor-teamericanos y, a partir de ellos, por los mexicanos; es obvio que en ambos casos, periódicos y periodistas mos-traban una objetividad sesgada pero que al reportar lo que veían o leían, pintaban un cuadro amplio y legible de los sucesos. Las referencias a Tampico eran numerosas

básicamente a que, por la cercanía, el tiempo de nave-gación permitía a los periódicos yanquis recibir los más recientes editados en Tampico y en el resto del país, ade-más de la legión de corresponsales que por aquellos tiem-pos se estilaba, cualquier conocido que escribía cartas lo era, y que al parecer estaba compuesta principalmente por comerciantes y viajantes de comercio, tal vez la pri-mera cia estadounidense. Entre los periódicos cuyas transcripciones relativas a esos años hemos consultado están: El London Times, Niles’ National Register, Richmond Enquirer, New Orleans Daily Picayune, Brooklyn Daily Eagle, Richmond Whig and Advertiser y el Martinsburg Gazette entre otros. Entre 1844–1848 los periódicos norteamericanos con-sultados, mencionan más de 15­00 veces a Tampico. El semanario The Niles’ National Register era una publi-cación que frecuentemente incluía textos de documen-tos oficiales, discursos etc. Algunos periódicos mexicanos, como El Sol, El Gején y La Gaceta, todos de Tampico, El Veracruzano, El Siglo xix, El Monitor, El Sol, entre otros y especialmente los mencionados en obras como México a través de los siglos, que dan una información clara de los acontecimientos nacionales.

PR I M ER A PA RTE - LOS A N TECEDEN TES

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También existen libros y lo que los yanquis llaman Efémera,² especie de folletos o panfletos relacionados con la Guerra Mexicana. Utilizaremos algunos, como Life and adventures of Col. L. A. Norton en la parte correspondien-te a su estancia en Tampico, las memorias de Ulisses S. Grant, Robert E. Lee y algunos más, así como los Efémera. Obviamente también recurriremos a libros de historia, de preferencia aquellos escritos por aquellos días o más cercanos a ellos y escritos por historiadores que, si bien no eran enemigos de México, no eran considerados como historiadores oficialistas como Don Niceto de Zamacois, español que vivió por años en México y escribió una mo-numental Historia de Méjico en 20 tomos, José María Roa Bárcena, con su interesantísimo Recuerdos de la Invasión Norteamericana (1846-1848) entre otros que se podrán ver en la bibliografía al final del texto. En el Archivo Histórico de Tampico son escasos los do-cumentos de esos años, pero con ellos y con las referen-cias de periódicos norteamericanos e inglés de la época, libros de veteranos de la guerra mexicana y otros docu-mentos disponibles, trataremos de conformar una ima-gen sistematizada de hechos y personajes que ocurrieron y evolucionaron por la joven ciudad de aquellos años. Tampico, que para 1846 tenía apenas 23 años de fundada, por su cercanía a los puertos tejanos y de la Luisiana, se convierte en una suerte de ojo del huracán, ya que las no-ticias que se reciben en el norte están fundadas en gran medida en las generadas en Tampico o enviadas por habi-tantes del puerto, corresponsales de algunos periódicos yanquis, y en los periódicos que de ésta ciudad se editan y se reciben —tanto locales como del resto del país. Es curioso ver como en la Biblioteca Municipal de Nueva Orleáns, se encuentran periódicos mexicanos, sólo de 1845­:

El Ori Zaveno (El Orizabeño) (10 de agosto) Observador Zacatecano (4 de septiembre, 9 de noviembre) El Mosquito Mexicano (marzo) El Tribuno (29 de marzo, 15­ de abril) Eco del Norte Tamaulipas [varios ejemplares] La Palanca (30 de marzo) El Patriota Mexicano (12 de septiembre)

Obviamente, mucho es lo que hay en otras fuentes que será necesario buscar para lograr una imagen completa de Tampico durante la guerra con Estados Unidos. Los repositorios de documentos de la Universidad de Texas,

y los relacionados con la ocupación y gobierno militar norteamericano de Tampico, serán una riquísima fuente de información que en el futuro nos permitirá conocer más profundamente esta época de la vida de la ciudad.

Metodología

Para el efecto de cumplir con el objetivo de este trabajo, se accedió a diversas fuentes de documentos relacionados con el tema, paleografiando unos y traduciendo otros: el Departamento de Historia del Virginia Tech, en el que se encuentran transcripciones de los periódicos London Times, Niles’ National Register, Richmond Enquirer, New Orleans Daily Picayune, Brooklyn Daily Eagle, Richmond Whig and Advertiser y Martinsburg Gazette; la Colección Latinoamericana Nettie Lee Benson de la Universidad de Texas en Austin; el Acervo Histórico Diplomático de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México, en el Archivo Histórico Genaro Estrada, The Summerlee Foundation, Dallas, Texas; The University of Texas Pan-American at Edinburg, de las Fuentes para el estudio de las relaciones México-Estados Unidos, siglo xix, el Archivo digital de documentos sobre la guerra de Texas, 1835­, y la guerra de México-Estados Unidos 1846-1848. Diversos testimonios, documentos y libros escritos du-rante o inmediatamente después de los hechos por testi-gos presenciales o reconocidamente imparciales:Historia de Méjico, desde sus tiempos mas remotos, Niceto de Zamacois, Tomo XII J.F. Parres y Compa. Editores, Barcelona, Méjico, 1880 Recuerdos de la invasión norteamericana (1846 – 1848) Tomos I, II, y III, José María Roa Bárcena, Editorial Porrua, S. A. México, 1947. Life and adventures of Col. L. A. Norton. Written by himself. Lewis Adelbert Norton, Oakland, Cal. , Pacific Press Publishing House. 1887. From the Golden Gate to Mexico City: the U.S. Army Topographical Engineers in the Mexican War, 1846-1848: Includes bibliographical references and index. Adrian George Traas, E409.2T73 1992 973.6’24-dc2091-45­5­00CIP First Printing. México a través de los siglos Tomos 7 y 8. Vicente Riva Palacio, Juan de Dios Arias y Enrique de Olavaria Ferrari, Editorial Cumbre, XXI edición. 1975­. La información encontrada, se integró y ordenó crono-lógicamente de acuerdo a la ocurrencia de los hechos.

2 Del gr. Efimeroj, efímero. 1. adj. V. fiebre efémera. Ú. t. c. s. 3 Del latín prodromus, y este del griego prodromoj, que precede. 1. m. Malestar que precede a una enfermedad.

Los pródromos³

Antecedentes de la intervención Norteamericana.

La primera mitad del siglo xix mexicano, estuvo dominada por fuertes perso-nalidades (Hidalgo y Morelos; Iturbide y Santa Anna) y la historiografía oficial exalta a unos y sataniza a otros. Es obvio que todos tenían defectos y virtudes, pero la historia escrita por los vencedores ha sido parcial e implacable. Las dos mitades del espectro político buscaron el apoyo extranjero, y farisaicamente se acusan por ello, hasta que Bulnes resolvió la cuestión salomónicamente, tachando a los liberales de traidores propietarios y a los conservadores de traidores sustitutos. En realidad y desde una óptica objetiva, ambos querían el bien de la nación y unos imitaron a los suecos que acudieron a Napoleón para que les señalara un rey, y ambos a los colonos americanos que en su revolución utilizaron a Francia contra los ingleses. Esta ha sido la práctica política y diplomática de la historia humana; sólo los desinformados se escandalizan por ella, mientras la aplican en su oportunidad. La historia de Tampico está aún por escribirse. Especialmente la del año de 1846, desde noviembre, todo 1847 y el de 1848 hasta agosto, cuando las conti-nuas disensiones internas y las ambiciones de los estadounidenses, crearon las condiciones para una intervención extranjera en el país que se tradujo en la ocupación del puerto, desde el 15­ de noviembre de 1846 hasta el 1 de agosto del 1848, tiempo durante el cual los sucedidos del día a día, no fueron con-servados, no sabemos si por consigna o simplemente por desinterés, o tal vez porque los yanquis cargaron con todo al salir, pero que si aparece en diarios norteamericanos de la época —incluso haciendo referencia al periódico del ejército de ocupación, el famoso Tampico Sentinel, que nos permite conocer sucesos, personajes y acontecimientos de aquellos días por estos lares. Así, en un proceso más periodístico que historiográ-fico —de hecho, ¿qué es un historiador sino un reportero del pasado?— podemos rastrear los avata-res y vaivenes de la guerra, desde sus pródromos, las negociaciones española con los nacientes Estados Unidos del siglo xviii, la independencia tejana y su posterior anexión a EE.UU., hasta los últimos estertores del conflicto y la salida de las tropas yanquis que por 21 meses y medio ocuparon Tampico y sus goteras. Revisaremos, traduciremos y ordenaremos cronológicamente las notas en las que se hace mención a Tampico o se refieren al puerto, aparecidas en los pe-riódicos mencionados, agregando datos y reportes históricos de lo que sucedía en el país, que serán nuestro punto de referencia.Cualquier parecido con el tiempo actual, es simplemente falta de memoria histórica. Por aquellos años, Henry David Thoreau, en señal de protesta por la guerra contra México, que decía era una guerra injusta, se negó a pagar impuestos y por ello pasó una noche en la cárcel. Decía que fue la maniobra de algunos individuos que usaron al gobierno como instrumento. Debido a que los ciuda-danos amantes de paz respetaban la ley, dieron su consentimiento a las deci-siones gubernamentales que transformaban a los hombres en un expediente de soldados —coronel, capitán, cabo y rasos, y todos— marchando en un admirable orden atravesando montes y cañadas, rumbo a la guerra, en contra de su voluntad, ay, en contra de su sentido común y conciencias...

Henry David Thoreau

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A pesar de su elocuencia, la protesta de Thoreau no tuvo éxito en dismi-nuir el entusiasmo con que los ciudadanos de Illinois, Carolina del Norte y Kentucky marcharon a la guerra en contra de México. Más tarde escribiría un clásico sobre la responsabilidad moral de los ciuda-danos, llamado Desobediencia Civil.

La situación de México previa a la invasión

Antes de comenzar la reseña de lo aparecido en periódicos y libros sobre la intervención militar norteamericana y, en especial, sobre los sucesos en Tam-pico, es conveniente recordar la situación de México en los años precedentes a la guerra. Hay síntomas previos a la pérdida de poco más de la mitad del territorio nacional y, peor aún, de la beligerancia de nuestros vecinos del norte. Uno fue el político. Desde la independencia y hasta 1846, las obras de centralistas notables como el doctor José María Luis Mora, Carlos María de Bustamante y Francisco Manuel Sánchez de Tagle, y de federalistas como Lorenzo de Zavala, sembra-ron, abonaron e hicieron crecer los partidos liberal y conservador. Ello hacía que se hablara mucho de reformas a la Constitución de 1824 y de las bases para la nueva constitución. Desde el conflicto de la fallida elección presiden-cial de 1828 y sus resultados, hasta la virtual desaparición de la constitución y la primera presidencia de Santa Anna. El 2 de octubre de 1835­, la comisión a la que el Congreso había encomen-dado las reformas constitucionales presentó el proyecto que se convirtió en lo que se denominó: Bases para la Nueva Constitución que dio fin al sistema federal y paso a la nueva ley fundamental, la que fue dividida en siete estatu-tos, razón por la cual a la constitución centralista de que se trata se conoce también como Constitución de las Siete Leyes. Esta situación se podría considerar como uno de los pródromos de la guerra.

El factor militar, la diferencia

No se puede negar que en 1846, México y Estados Unidos parecían estar en igualdad de situaciones. Incluso, los ingleses que en algún momento entre-naron al ejército mexicano y le vendían casi todo su armamento, llegaron a afirmar que México ganaría la guerra rápidamente y pondría en su lugar a su excolonia. México tenía una tradición militar más acendrada y sus constantes gue-rras civiles hablaban de una fuerza militar numerosa y preparada. Las fuerzas norteamericanas consistían en voluntarios conducidos por oficiales que, en su mayoría, la única experiencia que tenían era en batallas contra los indios. Ante la actitud yanqui considerada como pro domo súa,⁴ los periódicos mexicanos clamaban por la guerra, y los discursos de los políticos llevaron a los presidentes de turno a tomar una actitud belicosa negándose a negociar con Tejas primero, y con Estados Unidos después. Según la historia oficial, la guerra se libró entre 1846 y 1847, pero su origen se remonta hasta 1836, cuando Estados Unidos dio su apoyo a la revolución de Texas; o hasta el año 1821, cuando México ganó su independencia de España y tomó posesión de todo su enorme territorio; o a 1819 cuando España y Estados Unidos acordaron en el tratado Adams-Onís5 que el territorio de la Louisiana no se extendía hasta el Río Grande. En pocas palabras, ésta fue una guerra por un territorio que Estados Unidos deseaba —un territorio que James Polk hubiese preferido comprar pero que estuvo siempre dispuesto a pelear.

5 Tratado de Adams-Onis, también llamado Tratado Transcontinental de 1819, fue resultado de la negociación entre España y Estados Unidos para fijar el lindero entre la nación norteamericana y el entonces virreinato de la Nueva España. Luis Onis fungió como representante de la Corona Española y por los estadounidenses John Quincy Adams. La negociación se inició en 1819 y aunque se firmó en ese mismo año fue ratificado hasta el 22 de febrero de 1821 por ambas partes. La frontera se fijó más allá del río Sabina y Arkansas hasta el paralelo 42°, por lo que España perdió sus posesiones más allá de esa latitud como es el caso del Oregon, también perdió Florida, Louisiana y la posibilidad de navegar el río Mississippi. Así México, conservaría Texas, Nuevo México y la Alta California, pero perdería Utah y Arkansas. El tratado fue ratificado en 1832 por México y Estados Unidos. La frontera quedó fijada de esta manera hasta 1848 cuando por la invasión estadounidense, México perdería esos estados. Por resultado la frontera mexico-americana quedó fijada por el curso del Río Bravo.

4 Expresión latina. Título de un discurso de Cicerón, que ahora se usa para significar el modo egoísta con que obra alguno.

James Monroe (1817–1825)

La provocación para la guerra a los ojos de Polk y del congreso yanqui, fue el ataque de tropas mexicanas a una patrulla de reconocimiento en la franja del Nueces, territorio de Tamaulipas al norte del Río Grande. El argumento de Polk, insostenible en sentido estricto, «sangre norteamericana ha sido derra-mada en territorio norteamericano», demandaba una respuesta militar. A juzgar por los documentos de la época que presentaremos a lo largo de éste trabajo, la guerra fue bien acogida por la mayoría de la gente de Estados Unidos. Cuando se hizo un llamamiento a voluntarios, se hubiera podido en-viar más regimientos que los requeridos y autorizados por el Congreso. La causa de la expansión territorial, el entusiasmo de los voluntarios y las victo-rias eran aclamados en canciones e historietas. También veremos que si bien no todo el mundo otorgaba apoyo a la guerra, la mayoría parecía convencida de que su causa era justa. Los mexicanos no creían que haber atacado a unos soldados extranjeros en tierra mexicana, tamaulipeca, para el caso, —tácitamente establecida en la oferta de compra de Estados Unidos— fuese una afrenta o agresión. Siempre se pensó que la patria había sido invadida por el ejército norteamericano. Desde 1823, EE.UU. apuntaba a hacerse del norte de México

El 2 de diciembre del año de 1823 —Tampico apenas cumpliría 9 meses de fundado— el Presidente de Estados Unidos, James Monroe, en su mensaje al Congreso de su país respecto a negociaciones con potencias europeas, emitió lo que se conocería como Doctrina Monroe, que en su séptimo párrafo dice:

«El principio con el que están ligados los derechos e intereses de los Estados Unidos es que el continente americano, debido a las condiciones de la libertad y la independencia que conquistó y man-tiene, no puede ya ser considerado como terreno de una futura co-lonización por parte de ninguna de las potencias europeas».

Pero lo que establece el anhelo de dominación y control de toda América es el párrafo 48 afirma:

«Pero en lo que concierne a los Gobiernos que han declarado su independencia y la han mantenido, independencia que después de gran consideración y sobre justos principios, hemos reconocido, no podríamos contemplar ninguna intervención con el propósito de oprimirlas o controlar de alguna manera su destino por parte de cualquier potencia europea, sino como la manifestación de una dis-posición hostil hacia Estados Unidos[...]»

Así, es fácil entender un suceso de años antes, en 1842, cuando el como-doro Thomas Ap Catesby Jones, a quien se apodó el Comodoro del Destino Manifiesto, tomó el puerto de Monterrey de California, por entonces capital de aquella provincia, forzando al gobernador a rendirse, demostrando la mag-nitud del deseo norteamericano de apoderarse de esas tierras por medio de la conquista. La historia es la siguiente: En septiembre de 1842, el comodoro Catesby Jones, comandante de la flota Americana del Pacífico recibió un mensaje del cónsul de EE. UU. en Mazatlán, que aseguraba que la guerra entre México y Estados Unidos era inminente. Jones sabía que en las cercanías se encon-traban las escuadras francesa e inglesa y, aseguró que preocupado de que estuvieran ahí para hacerse de California, ya que corría el rumor de que México había concluido apenas un tratado secreto con Inglaterra en el que cedía a su majestad británica las Californias, decidió, siguiendo el dictado de

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la Doctrina Monroe, tomar para EE.UU. California, antes de que los europeos lo hicieran. El 19 de octubre de 1842, Jones entró en la bahía de Monterrey y exigió la rendición. El recién nombrado go-bernador general Manuel Micheltorena no estaba ahí sino en Los Ángeles, por lo que el anterior gobernador, Juan Bautista Alvarado se negó aceptar la exigencia del como-doro, pero esa noche, un grupo de ciudadanos, no se sabe si encabezado por el comerciante americano Thomas O. Larkin o simplemente actuando este como traductor, ne-gociaron la rendición del municipio de Monterrey, no de toda California. Para el 20 de octubre, José Ábrego y Pedro Narváez firmaron la rendición y los marinos yanquis ocuparon el puerto e izaron la bandera de las barras y las estrellas. Al día siguiente, Jones bajó a tierra y al leer los periódi-cos y hablar con los residentes más prominentes, cayó en cuenta de que no había estallado ninguna guerra y que no había tal tratado con Inglaterra, por lo que explicó a Alvarado que abandonaba Monterrey. Escribió una nota a Micheltorena disculpándose, sustituyó la bandera yan-qui por la mexicana, desocupó la ciudad y zarpó con sus naves. Jones fue públicamente censurado por su gobierno y cesado de su comando de la Flota del Pacífico. Sin embar-go, su carrera no sufrió merma. Había muchos personajes del gobierno americano que pensaron que había hecho lo correcto, además de que había comprobado la vulnera-bilidad de California ante cualquier potencia extranjera. Más tarde sería sometido a corte marcial por acusación de sus subordinados de malversación de fondos públicos, por transportar, cobrando, a 300 refugiados de la Baja California. El gobierno americano aseguró siempre que la toma de Monterrey de California por Jones nunca fue autorizada. Hoy en día pocos lo creen. A principios del siglo xx, EE.UU. ya había consolida-do su Estado nacional y afirmado su destino manifies-to. Había anexado territorio mexicano, ocupado Cuba, Puerto Rico, Panamá, Filipinas, Guam y Hawai. Su he-gemonía también alcanzaba a la américa central y el caribe hispanoparlante. En 1904, el entonces presiden-te de los EE.UU., Teodoro Roosevelt emitió su corolario aseverando que si las acciones de un país del hemisferio americano, situado en la zona de influencia de EE.UU., amenazaba o ponía en peligro los derechos o propieda-des de ciudadanos o empresas de su país, el gobierno de EE.UU. estaba obligado a intervenir en los asuntos do-mésticos de ese país para reordenarlo, restableciendo los derechos y el patrimonio de su ciudadanos o de sus empresas. Este corolario transformó la Doctrina Monroe, que decía proteger a los países del nuevo mundo contra la intervención europea, en una doctrina de intervención norteamericana en América.

Las crisis presupuestales recurrentes

El curso seguido por el movimiento independentista mexicano, titubea entre la noción de Imperio avanzada por Iturbide y quienes mantenían una memoria nostálgi-ca del paternalismo colonial y un republicanismo que na-die entendía, pero que era sostenido por personajes como Zavala, Gómez Farías, Guerrero y Victoria entre otros. El debate que siguió a los primeros años de independencia, enfrentó las ideas del constitucionalismo, el federalismo y el centralismo y produjo un sorprendente programa. De 1812 a 1816, dice Agustín Cue Canovas en Historia Social y Económica de México, el país hubo de solicitar empréstitos para cubrir el déficit de la cuenta pública. En 1822, el ministro de Hacienda de Iturbide, confesaba no haber podido «[...] formar un estado general de ingresos y egresos [y] descubrir los abusos de la administración[...] manifestando que sólo había podido descubrir la doloro-sa verdad de la existencia de un déficit considerable para cubrir en su totalidad el presupuesto general». La elite mexicana, mineros y hacendados liberados del pago del quinto real por la independencia, demostraron estar poco dispuestos a reconocer el derecho del nuevo Estado mexicano a cobrar impuestos, ya fuera sobre las ganancias, sobre la propiedad o de cualquier otra forma, dejando así, como único recurso del gobierno para hacer-se de medios el impuesto al comercio exterior, por medio de las aduanas —de las que Tampico era segunda en im-portancia—. Las cantidades obtenidas de esta forma, ni remotamente fueron suficientes para financiar el gasto público, convirtiéndose así en el combustible de inesta-bilidad política. Un ineficiente sistema fiscal plagó las políticas de cen-tralistas y federalistas, causa eficiente para la inestabi-lidad en una atmósfera política definida por la retórica ideológica y no por las necesidades fiscales. La correcta administración del presupuesto nacional ha sido fuente de dolores de cabeza para todos los gobernantes que, des-de entonces, ha tenido nuestro país. Una constante na-cional ha sido que el gobierno gasta más de los que tiene, excediendo los egresos a los ingresos. El primer gobierno republicano —el de Guadalupe Victoria—, tuvo necesidad de recurrir al crédito inglés para reducir el déficit público, lo que se tradujo en una paz relativa y aparente. Los préstamos extranjeros esta-blecieron una dependencia económica que continúa en nuestros días. Gracias a esa ficticia estabilidad financie-ra, el gobierno de Guadalupe Victoria transcurrió en una extraña paz en medio de la lucha ideológica, único perío-do de tal tranquilidad en todos los años siguientes hasta la dictadura de Díaz. Al acabarse el dinero inglés, no haberse pagado más que escasamente los intereses y continuar perpetuamente va-cío el erario, provocó el resurgimiento de la lucha faccio-sa: federalistas y liberales, principalmente en los estados, contra centralistas y clericales en la capital del país.

El federalismo adoptado por el primer gobierno de la República, incluido en la Constitución de 1824, daba la impresión de un progreso asombroso, con sus manifesta-ciones de democracia, pluralismo e igualdad. Por ejemplo daba el voto al campesino indígena analfabeta, algo que no se vería en ninguna constitución occidental sino has-ta bien entrado el siglo xx. Hay quienes han criticado la Constitución de 1824 al identificarla con una imitación extralógica de la cons-titución de Estados Unidos, adoptada y aplicada en México sin tomar en cuenta el dispar desarrollo cultural. Sin embargo, la intranquilidad política del país —cree-mos— estuvo y está más basada en las formas económi-cas de la colonia Española, que condenaron a México al fracaso económico, que al haber adoptado un modelo de país erróneo. El primer desafío de la astringencia financiera para el gobierno de Victoria, fueron las elecciones de 1829, en las que Joel Poinsett tuvo una descarada participación en el proceso, que según los yanquis, no se ha entendido en su debida magnitud en México. En aquel tiempo, en vez de canalizar las inclinaciones políticas a través de un par-tido, los mexicanos lo hicieron por medio de logias ma-sónicas, gracias a la concienzuda dirección de Poinsett, ayudado consciente o inconscientemente por el repre-sentante de la reina británica, Henry George Ward, cada uno patrocinando una. Poinsett a los Yorquinos, que fa-vorecían el federalismo y Ward a los escoceses, que opta-ron por el centralismo. Pronto la rivalidad retórica pasó a los hechos: el vicepresidente Nicolás Bravo, apoyado por los escoceses inició una revuelta contra su jefe, el presi-dente Guadalupe Victoria. Al actuar secretamente, otro recurso usado en la colo-nia, las elites y la sociedad urbana rechazaron el debate abierto, haciendo nugatoria, por tanto, la esperanza de un traspaso de poderes civilizado y tranquilo. La elec-ción presidencial de 1828 se vio así condenada al fracaso y, peor aún, estableció lo que sería la rutina durante las siguientes décadas: el ejército asumiendo un arbitraje no pedido para proteger privilegios y mantener el orden. Así, las logias perdieron todo poder de decisión, el cual pasó a manos de milicias, hombres fuertes, generales o cualquier militar que creyera tener una mejor idea para gobernar el país. El debate nacional se enfocó en las crisis políticas, de-jando de lado la crisis fiscal recurrente, aumentando el enfrentamiento faccioso y dejando para más adelante las causas reales del deterioro del país. En medio del desorden interno y la amenaza española de reconquista, resultó electo el secretario de guerra de Victoria, Manuel Gómez Pedraza, conservador él, aquel que negó la aduana a los altamirenses, retrasando la fun-dación de Tampico por un par de años. Una alianza de liberales encabezada por el candidato derrotado, Vicente Guerrero, quien acompañado por su

6 El Whig fue un partido político que existió durante el siglo xix en los Estados Unidos. Fue creado para servir de oposición a las políticas de Andrew Jackson y se denominó Whig por analogía a los whig británicos, que se habían opuesto al poder real durante la Restauración inglesa. Los Whigs, del Norte y del Sur, estaban fuertemente opuestos a la guerra mexico-americana, la cual muchos (incluyendo a Abraham Lincoln) consideraron siempre una apropiación injusta de territorio. En 1848 los Whigs, eligieron como candidato a Zachary Taylor, héroe de la guerra mexico-americana. Taylor triunfó sobre el demócrata Lewis Cass y el candidato del partido antiesclavista Tierra Libre.

paisano Juan N. Álvarez y el yucateco Lorenzo de Zavala, que invitaron a Santa Anna a participar en la asonada, solidificando así la actitud Santannista de levantarse en armas cuando no le gustaba el gobierno en turno. Para finales de 1829, a raíz de la abortada invasión española de Tampico, el presidente Guerrero se rehusó a abandonar los poderes dictatoriales otorgados por el Congreso. Esta monopolización del poder afectó intere-ses muy poderosos de la elite y los grandes propietarios, lo que llevó a la conformación de una alianza, ahora de conservadores, para correr al ingenuo y un tanto corto de entendimiento Guerrero y eventualmente quitarlo de en medio por medio de un fusilamiento, similar al de Iturbide por la traición de Felipe de la Garza. Compañero Guerrero de Iturbide en la culminación de la independencia, ahora lo sería, como víctima de la traición de José Antonio Facio y el italiano Francisco Picaluga. Este sería el sistema político mexicano de los siguien-tes cuarenta años: una facción disputando el poder a la otra, recurriendo a cualquier extremo pero ambas nega-das a aceptar derrotas y, sin embargo, jamás suficiente-mente fuertes para imponerse. Obviamente, los yanquis, atentos a los sucesos mexica-nos, no dudaron en pugnar por lograr el sueño de Monroe y demás presidentes que anhelaban que su país cubriera la América de océano a océano.

Un ejército sin armas ni equipo

Empobrecido por incesantes revoluciones, México, no podía equipar y sostener un ejército. Durante más de una década, cada presidente hizo lo mismo para llegar al poder; proclamaba que una invasión era inminente, y denunciaba al presidente en turno como incapaz de ac-tuar. Mariano Paredes Arrillaga llegó al poder con el mismo argumento, pero él si confrontó un ejército invasor. No tuvo otra alternativa, el 23 de abril de 1846 declaró for-malmente la guerra contra Estados Unidos. Los conflictos coyunturales de la política interna de EE.UU. también jugaron en contra de México. Polk de-seaba nombrar como comandante general en México a un demócrata, pero los generales más calificados no solo eran miembros del partido Whig,6 contrario al de Polk, sino que también eran candidatos potenciales para los

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siguientes períodos presidenciales. Así pues, cada decisión que tomó Polk, fue una táctica para desacreditarlos y, cuando trató de frustrarlos negociando el fin de la guerra sólo logró prolongar el conflicto un año más al permitir el retorno a México de Antonio López de Santa Anna, a quien el congreso mexi-cano había desconocido el 15­ de septiembre de 1844, enviándolo al exilio. Santa Anna, a pesar de derrotar tácticamente al General Taylor en La Angostura, se retiró del campo de batalla sin rematar al enemigo y cuando enfrentó al General Scott, rechazó todos los informes que no estuvieran de acuerdo con su esquema de batalla y fue derrotado en todos lados. Santa Anna siempre creyó que lograría la victoria. El ejército invasor era profesional, sus oficiales eran graduados de West Point especializados en todas sus ramas. Todos los que veremos ejerciendo gobierno militar en Tampico, ya fuera como gobernador o alcalde, lo eran. Gracias a su expansiva economía, el gobierno les proporcionaba todo: bastimentos, armas modernas, médico y medicinas, caballos, salario —y pagado puntualmente—. Además, en general, los norteamericanos estaban familiarizados con el uso de las armas y una inmigración constante aseguraba voluntarios que podían ser entrenados, disciplinados y sustituidos continuamente. En contraste, el ejército mexicano no había logrado profesionalizarse. Su fundación databa de finales de la Colonia, pero en realidad se había consti-tuido durante la lucha independentista. A partir de 1821 se había conformado con hombres procedentes de los dos bandos que se habían enfrentado, es-pañoles y criollos, liberales y conservadores, clericales y jacobinos lo que lo dividía a menudo. El ejército, que se atribuía la autoría de la independencia y la fundación de la república, se había convertido en el principal actor polí-tico y en el árbitro de la voluntad nacional. Las ambiciones de sus persone-ros sometieron al país a continuos desórdenes, ya que sus principales jefes se disputaron la Presidencia y los privilegios; a su vez, los esfuerzos por someter al Ejército a las autoridades civiles fracasaron ante las múltiples amenazas sufridas por el país. Un ejército hecho sobre la marcha había perdido a sus mejores oficiales con la expulsión de los españoles y en las luchas intestinas (sobre todo durante el movimiento de 1832). Casi todos los ministros de Guerra, en especial Manuel Gómez Pedraza, José Antonio Facio y José María Tornel, habían intentado profesionalizarlo, sin lograrlo. A las diferencias ideológicas y de aspiraciones que lo dividían, se sumaban las rencillas personales. Manuel Balbontín, testi-go presencial de la guerra y autor del libro La invasión americana, 1846 a 1848, ofrece el triste cuadro:

«Entretenidos con las frecuentes revoluciones que se sucedían periódicamente, poco o nada se ocupaban en estudiar y prepa-rar un sistema de defensa; la invasión sorprendió por completo al ejército, porque la mayor parte de los mexicanos no creían que tal guerra pudiese ocurrir. El Estado militar de la república era deplo-rable; el armamento, la artillería y, en general, todo lo concerniente al ejército, se hallaba envejecido y deteriorado por el uso, sin que en muchos años hubiese sido relevado. No existían ni arsenales, ni depósitos de ninguna clase, de manera que las pérdidas sufridas por la guerra era imposible repararlas».

A las grandes carencias del ejército se sumaba la de servicios profesionales de intendencia y sanidad, que suplían mujeres que seguían su marcha, no sin estorbar sus movimientos y seguramente la lucha. Ni Santa Anna podía controlarlas, pues sabemos que camino a La Angostura dio orden para que no pasaran de La Encarnación las mujeres que seguían a la tropa, pero no fue obedecido.

Antonio López de Santa Anna, once veces presidente de México, acompaña la historia de

Tampico desde su fundación hasta 1855

7 1. m. Alzamiento militar contra el gobierno, promovido por un jefe del ejér-cito u otro caudillo; de pronunciar, cuya 4ª. Acepción, [tr.]fig. Sublevar, le-vantar, rebelar. Ú. m. c. prnl. 6. prnl. Declararse o mostrarse a favor o en contra de alguien o de algo.

8 Santa Anna pasó por Altamira en dirección de San Luis Potosí, a raíz del Plan de Veracruz del 6 de diciembre de 1822.

La escasez de habitantes dificultaba la oferta de vo-luntarios, pues los hombres se resistían a dejar familias y propiedades sin protección; así, los mismos soldados cansados de una batalla, enfrentaban la siguiente, y los que estaban en el norte, a marchas forzadas cruzaron enormes distancias a través de sierras, desiertos y tró-pico, casi sin bestias de carga, para luchar en el oriente. Esas condiciones hicieron que la voluntad del gobierno de mantener la guerra y las pruebas de heroísmo que hubo resultaran sorprendentes. En cambio, era mal evitable el cambio continuo de mando, que afectaba la moral de las tropas, enemistaba a los jefes e impedía la continuidad en los planes. Paredes había relevado a Mariano Arista del mando del Ejército del Norte por no apoyar su golpe de Estado. Sustituido por Francisco Mejía, éste no tardó en serlo por Pedro Ampudia, y cuando la situación se tornó delicada, Paredes llamó a Arista al mando, cuan-do éste ya se había distanciado de sus hombres y de las circunstancias. Esta convicción costo miles de vidas. Más de diez mil norteamericanos murieron durante los diecisiete meses de conflicto armado, más que nada de enfermedades. Las pérdidas mexicanas fueron mayores: veinticinco mil o más muertos y un gran número de heridos e inválidos. Aunque mal vestidos, raramente pagados y muy a me-nudo hambrientos, mal entrenados, mal equipados y mal comandados, los soldados mexicanos presentaron una valiente pero desesperada lucha. Al final, peleaban tan sólo por el honor de morir por su patria.

Preludios de la invasión

Los pronunciamientos

El país empezó a sufrir casi inmediatamente de su in-dependencia la enfermedad de los Planes y Pronuncia-mientos,⁷ extraña forma deshacerse de presidentes que tuvieron los mexicanos que, a lo largo de sus primeros 110 años de vida independiente, sufrieron algo así como 300 de ellos. Tampico viviría por esta causa infinidad de problemas. Entre ellos el duro juicio de Carlos María de Bustamante que afirmó en 1834 que los comerciantes de Tampico organizaban un pronunciamiento para introdu-cir contrabando y otro para repartirlo por todo el país. Además de nacer Tampico a la sombra de un pronun-ciamiento,⁸ entre los que sufrió la ciudad están: el del 17 de marzo de 1832 del General Esteban Moctezuma que se rebeló en Tampico el 1 de Marzo de 1832, para apoyar a Santa Anna y protestar contra el presidente Bustamante

por el fusilamiento de Vicente Guerrero. Fue él quien propuso crear un Estado huasteco con Tampico como capital. Esta rebelión fue seguida por un manifiesto del ayuntamiento de Santa Anna de Tamaulipas, a favor de la fe católica y, obviamente, a favor del General Santa Anna, firmado por empleados federales y del estado, el Sr. Cura párroco y varios vecinos, « [...] unánimes convinieron en ratificar [...] el 26 de junio de 1834 [...] alcalde primero Francisco Becerra Id. Segundo José Silvestre Rendón». Ese mismo año de 1832, saldría de Tampico la que se conocerá como la Expedición de Mexía que tendría como objetivo la ejecución del Plan de Veracruz contra Bustamante y la preservación de Tejas como parte de la Unión. El 29 de junio tomaría Matamoros y el 14 de julio seguiría hacia Tejas donde, después de ver que los asuntos eran satisfactorios para Santa Anna, regresaría a Tampico llegando al puerto el 28 de julio. El 15­ de noviembre de 1835­, Tampico sufriría una inva-sión federalista apoyada por Estados Unidos y Tejas en 1835­, comandada por José Antonio Mexía —ahora contra su ex jefe Santa Anna— y George Fisher que terminaría en el naufragio de la goleta Mary Jane y el fusilamiento de 28 yanquis. Un manifiesto y pronunciamiento de Tampico promo-vido por los federalistas radicales, Gómez Farías y J. A. Mexía, y proclamado por Longinos Montenegro bajo el patrocinio de los comerciantes extranjeros, aprovechan-do el agravamiento de la situación del bloqueo naval de Francia, el 7 de octubre de 1838. El 19 de noviembre de 1844, el Gral. José Ignacio Gutiérrez quien fuera gobernador de Tamaulipas del 9 de junio de 1843 al 10 de julio de 1843 y otra vez del 21 de agosto de 1843 al 18 de diciembre de 1844, firmaría, otra vez en Santa Anna de Tamaulipas un manifiesto —a tí-tulo personal— en el que se lanza en contra del departa-mento de Jalisco y del general Paredes. En él refiere que parecía que en los últimos meses se habían acabado los partidos que por tanto tiempo han sacrificado a la nación y que, en medio de la paz y el orden, todos pensaban en los grandes intereses de la república vinculados al éxi-to de la campaña de Tejas; y concluye con un lapidario «Es tiempo ya de que los mentidos patriotas no hagan del pueblo mexicano una víctima de escárnio. ¡Algún día hemos de tener un gobierno que nos modere, nos corrijo nos haga justos, civilizados y verdaderamente libres!» Esto es sin tomar en cuenta los pronunciamientos pro-clamados en tierras de Tamaulipas que llevarían a una docena larga el número y que llevarían al país a la inevita-ble intervención yanqui y perder la mitad del territorio.

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Los federalistas no cejaban en su empeño.

Desde su independencia de España, México se convirtió en una arena sobre la que republicanos y monarquistas, o jacobinos y clericales, luchaban por lograr el control absoluto de la otra facción. Tanto fue así, que aún ante un enemigo de la patria, los mexicanos no dejaron las inquinas⁹ internas para unirse contra el enemigo, como sucedió en 1838 en ocasión de la guerra de los Pasteles. Lo mismo volvió a suceder en el mandato presidencial de José Joaquín Herrera. Los federalistas, que insistían en derrocar el sistema centralista, no se detuvieron a la vista del conflicto con Estados Unidos y, según afir-maciones de la época, muchos estaban por la anexión a EE. UU. no solo de California, Nuevo México y Texas, sino de todo el país. En junio de 1845­, los gobernantes de Puebla y Tabasco, y el comandante mili-tar de esta última, se pronunciaron por el restablecimiento de la Constitución federal de 1824; poco después, Yucatán hizo lo mismo. El síntoma de revolu-ción era patrocinado por Valentín Gómez Farías. El 23 de julio de 1845­, el de-partamento de Zacatecas envió una iniciativa al Congreso general, en la que pedía mandara restablecer en el acto la Constitución de 1824, con un añadido a la solicitud: un dictamen en el que se buscaba probar que Zacatecas no podía prosperar sino en el sistema federal. Muestra evidente de cuan revuelto estaba el país era la inestabilidad en el mando. Tanto el legislativo como el ejecutivo estaban al garete. La situación política de aquellos funestos años, cuando el ejército invasor norteamericano estaba en suelo nacional no podía ser peor. Entre diciembre de 1944 y mayo de 1948, 29 meses escasos, diez pre-sidentes pasaron por la silla embrujada, que decía Zapata.

Tejas y el sistema de empresarios

Otra causa eficiente para la pérdida de Tejas, fue la indiferencia, el desinterés y la enorme cantidad de errores que las autoridades coloniales españolas co-metieron respecto al norte de la Nueva España. El retraso en la población de tales territorios, que por carecer de riqueza minera no fueron aliciente para españoles, criollos y mestizos, aunado a la falta de presencia militar y la in-definición de límites de los territorios reclamados, aunque no poblados, con Francia e Inglaterra, primero, y después con los Estados Unidos, fueron caldo de cultivo para el desenlace de 1836. Otro factor que ayudó fue la expulsión de los jesuitas en el xviii y después a principios de la vida independiente de México, la de los religiosos de origen español, que, con las misiones, eran prácticamente el único soporte de las escasas poblaciones en California, Nuevo México y Tejas, además de la aboli-ción de la esclavitud decretada en 1830, no tanto con una intención humani-taria, sino para limitar el ingreso de norteamericanos a Tejas, que ya en ese momento era incontenible. Obviamente, también tiene lugar primordial en el desenlace, la política ex-pansionista del gobierno norteamericano, plasmada en el Destino Manifiesto monroiano. Ante la invitación hecha por España para poblar los vacíos territorios del norte de la Nueva España, Moisés Austin en forma al parecer inocua, pidió en 1820 al virrey Apodaca permiso para establecerse en Texas con trescientas familias. Independizado México de España, establecida la república y muerto Moisés, su hijo Esteban Austin, logró que se ratificara el permiso y obtuvo

9 Inquina: acaso derivada del cultismo inquinar. 1. f. Aversión, mala voluntad./ Inquinar: del latín inqui-nare. 1. tr. Manchar, contagiar. Ú. t. c. prnl.

Stephen Austin

otro para establecer quinientas familias más. Miguel Ramos Arizpe dejó en-trar a todos los que quisieran, los exentó de impuestos y pago de derechos aduanales y ni siquiera puso tope a la extensión de las tierras por ocupar. Stephen Austin viajó a la ciudad de México en 1833 llevando un plantea-miento al gobierno central: La conformación del Estado de Texas, dentro de la confederación mexicana, pero independiente del de Coahuila. Austin no ob-tuvo el reconocimiento a este planteamiento bajo el argumento de que Texas no contaba con los requisitos constitucionales para convertirse en Estado. Sin embargo logró que se derogara la ley que prohibía la entrada de colonos norteamericanos a Texas. Insatisfecho con la decisión del gobierno, en octu-bre de 1833 Austin dirigió una carta al ayuntamiento de San Antonio de Béxar donde recomendaba el establecimiento de un gobierno local e independiente del gobierno federal. La carta fue interceptada y Austin acusado de traición y, cuando regresaba a Tejas a principios de 1834, fue aprehendido y llevado desde Saltillo a la capital mexicana, donde permaneció en prisión durante casi un año. Este fue otro de los gérmenes de la revolución tejana. Austin escribió en su diario:

«El 3 (de enero) fui arrestado por el general Lemus, por ordenes del Secretario de Guerra de fecha 21 de diciembre. El gral. me trató con la mayor atención y delicadamente, por lo cual le estoy y estaré siempre agradecido. El 4 dejamos Saltillo... el 13 en México fui encarcelado en la Inquisición, metido en el calabozo 15­, oscuro y se me prohibió co-municarme con nadie. 14 de feb. 1834.- Oí los cañonazos disparados a intervalos todo el día, como honores funerarios a Guerrero que fue fusilado el 14 de feb de 1831- 15­ La visita a la prisión hoy.- se me permitió caminar con un cen-tinela en un patio, solo, para hacer ejercicio.- Solicité libros, pero no se me permitirá tener ninguno.-En el calabozo núm. 15­ Ex inquisición 18 de feb. 1834.El teniente coronel José María Bermuda (sic) me notificó que mi juez y defensor han sido nombrados. Él vive en la calle Santa Inés núm. 1. 19 el abogado vino para que firmara un acta. 20 A fin de entender los asuntos de Texas, y explicarlos perfec-tamente, sólo es necesario averiguar unos cuantos puntos muy simples. 1 ¿Cuál es medio más eficaz de mover e influir en los actos de la humanidad?.- Es el interés. 2 ¿Es o no cierto, que Texas tiene interés de separarse aún cuan-do estuviera en posibilidad de hacerlo? No, ciertamente no es así. ¿Es o no cierto, que los Estados Unidos del Norte quieren adquirir Texas? No, no es así, porque llevaría a extender demasiado su terri-torio y lo que es peor, anexaría un distrito muy grande, que no ten-dría intereses comunes con el resto de la república. Todos los ríos de Texas son alimentados en la propia Texas, a muy poca distancia entre ellos, y no entran a territorios en el norte, como para crear enlaces de unión, como hace el río Mississippi con Luisiana y otros estados adyacentes. No hay mercado en el norte para los productos tejanos, y sin embargo si los hay en México. Texas está más lejos de la ciudad de Washington que lo está de la ciudad de México.- Por cuanto hace al comercio con Europa, la bandera mexicana es igual a la del norte.- ¿Cuál es, entonces, el interés de Texas? Es tener un

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gobierno local que cemente y refuerce su unión con México, antes debilitarla o romperla. Lo que Texas quiere es organizar un gobier-no local y es poco importante si es parte de Coahuila o como estado o territorio aparte, siempre y cuando se organice adecuadamente. Actualmente Texas adolece en las siguientes áreas:

1º. Justicia;2º. Colonización;3º. Indios;4º. Política y mejoras internas, en casi todos los departa-mentos».

Más adelante, después de expresar sus quejas por las condicio-nes de su prisión, el horrible castigo de estar confinado en solitario y la lentitud de la justicia, asegura «...me he precipitado un poco, pero mis intenciones eran puras y correctas.- Yo deseaba reforzar la unión entre Texas y México y promover el bienestar y el progreso de mi patria adoptiva, poblando las fronteras norte y oriente. He sido impaciente y he estado entrampado».

Ya sabemos cual fue el resultado del intento del gobierno de reducir a la obediencia a Tejas, el ejército mexicano al mando de Sana Ana, fue derrotado por Samuel Houston el 21 de abril de 1836 en la batalla de San Jacinto. El 14 de mayo de 1836 Santa Ana fue obligado a reconocer la independencia de Texas en los Tratados de Velasco.

El Estado de la estrella solitaria amplía su territorio a expensas del de Tamaulipas

Texas, pues, con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, se declaró na-ción soberana e independiente, colocando una sola estrella en su bandera, y se llamó el Estado de la estrella solitaria. El 1 de octubre siguiente, Sam Houston fue elegido presidente de la República de Texas, y el 16 de noviembre nombró a William H. Wharton, Ministro de Texas ante el gobierno de Washington para negociar la anexión a los Estados Unidos. El 19 de diciembre de 1836, expidió un decreto, extendiendo los límites de Texas hasta el río Bravo. Aunque parezca paradójico, mientras la nueva república era muy débil para defenderse, tenía grandes posibilidades de agresión y la situación pre-valeciente en México era por demás atractiva. Existía un fuerte sentimiento federalista en los estados norteños, que se manifestaba en guerras civiles. En 1839, los federalistas del norte de México intentaron establecer relaciones cor-diales con Texas, y algunos de ellos pronto proclamarían una República del Río Grande de corta existencia. En abril de 1841, el The New Orleans Courier, decía que las noticias desde Tampico y Matamoros indicaban que todo el norte de México se separaría del país; y, a mediados de año, el New Orleans Commercial Bulletin recalcaba: No sería sorprendente si en poco tiempo la liga tejana incluyera todos los estados entre el (río) del norte y el golfo de California... En 1844 el diario National Register daba a conocer que el plan de sece-sión había sido madurado por muchos líderes de Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila, Sonora y California, para formar una unión con Texas. De acuerdo a lo reportado por el New Orleáns Picayune, esta información se aseguraba emanar de la mejor de las fuentes. El ministro británico en Texas, que conocía el sur bastante bien, dijo que «en caso de que Houston eleve su voz en pro de la guerra, será seguido al cabo de seis meses por 20 000 (voluntarios) fusileros de los Estados (Unidos)».

Joel R. Poinsett

Para resumir, entonces, México, particularmente las porciones más remotas, que han estado cayendo constantemente en el caos desde los tiempos de su primer presidente... y el país parecía ir rápidamente a la ruina; mientras cer-ca había gente no sólo calificada para conquistar y gobernar, sino capaz de atraer bajo sus estandartes a incontables jóvenes europeos y de los estados sureños (de EE.UU.) ambiciosos y emprendedores. El gobierno británico predijo dos años después que (Tejas) estaba destina-da a estar sobre poblada y a ser poderosa.

Las gestiones de Joel Robert Poinsett: la amenaza del imperialismo

Pero eso no era todo. Alguien había querido comprar Tejas desde mucho an-tes y, para ello, vino a México en dos ocasiones, como turista en 1822 y en 1825­ como Ministro de EE.UU. El personaje era Joel Roberts Poinsett y su influen-cia se extiende por más de dos décadas hasta desembocar en la primera gue-rra de intervención yanqui de la que salió el germen del nuevo Imperium. Joel R. Poinsett nació en Charleston, hijo de hugonotes franceses y llegó a México por primera vez el 18 de octubre de 1822, en supuesto viaje de placer, aunque también para investigar las posibilidades de crecimiento hacia el sur del territorio estadounidense. Bastaron a Poinsett unos cuantos días para percatarse de la situación política del país: el 31 de octubre se enteró de la disolución del Congreso Constituyente, el 1 de noviembre supo del ataque de la guarnición apostada en el castillo de San Juan de Ulúa contra las tropas de Veracruz y al día si-guiente conoció la instalación de una Junta Nacional Instituyente; el 3, sostu-vo una entrevista con Iturbide. El 2 de noviembre, Poinsett acudió al convento de Santo Domingo, donde estaban presos, entre otros, los diputados José María Fagoaga y José Joaquín Herrera, quienes habían sido detenidos bajo la acusación de conspirar contra el emperador. Preocupado por el ascendiente de Inglaterra sobre los gobernantes de México, Poinsett se dedicó a contrarrestar esa influencia con buenas y malas artes, y a preparar el camino de la separación de Texas. El emperador recibió al taimado estadounidense, quien en media hora, con una audacia fundada quizá en la fragilidad que veía en el gobierno, de acuerdo con las observaciones que había hecho durante los días previos, le expuso las aspiraciones de su país de adquirir las provincias de Texas y Nuevo México, partes de Nuevo León, de Coahuila, de Sonora y la Alta y la Baja California completas. Iturbide lo escuchó, pero no le dio respuesta sino por medio de su consejero de Estado, quien le hizo saber a Poinsett que todo estaba dicho en el tratado de límites de 1819. Poinsett, fue invitado a dejar México en 1823, tal como había sido llamado de otros países de iberoamérica, debido a su indiscreto apoyo a revoluciona-rios locales. El oficioso representante de los Estados Unidos, sin embargo, no se dio por vencido y, en 1825­, regresó a México con el nombramiento de «Ministro Plenipo-tenciario» y enviado extraordinario de su país para fraguar las condiciones en que los territorios del norte formarían parte de la geografía de la Unión Ame-ricana. Y en 1830 el gobierno mexicano, solicitó a su gobierno su remoción. En la ciudad de Charleston, S.C., tierra natal del mencionado Joel Roberts Poinsett, el 11 de abril de 1833, apareció un panfleto —Ephemera lo llamaban— del que tomamos lo conducente para mostrar la diversa visión de los hechos:

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«En la época de la revolución de la Acordada, que compelió al Congreso de México a anular la elección de (Manuel Gómez) Pedraza y a poner a Guerrero en la silla presidencial, la ciudad fue tomada por asalto y el ejérci-to de Guerrero atacaron y saquearon las casas de espa-ñoles peninsulares, quienes son peculiarmente odiosos para los nativos mexicanos. Muchas de estas personas se habían refugiado en la casa del embajador americano, y se informó a la soldadesca, que ahí se habían asilado sus enemigos. Los soldados corrieron para atacar la casa y hubieran masacrado a todos los que estaban entre sus muros. En ese instante, cuando centenares de mosquetes apuntaban a las ventanas, el Sr. Poinsett, con su secre-tario de la legación, el Sr. John Mason Jr. se presentaron en un balcón que dominaba la calle donde se hallaba la multitud, y desplegando la bandera de las barras y las estrellas, exigieron que todos los que estaban en la casa fueran protegidos en tanto que la bandera ondeara sobre ellos. La escena cambió como por encanto; y los mismos hombres que habían estado a punto de atacar victorea-ron el lábaro de la Unión, y colocaron centinelas para defenderlo contra cualquier ultraje. La historia del mun-do no tiene ningún paralelo a esta escena: y su belleza y grandeza moral debe ser igualmente preservada en las páginas del historiador y los lienzos de los pintores. Por lo tanto, se propone iniciar una colecta para juntar una suma suficiente para que este ilustre triunfo de nuestra bandera nacional sea representado en una pintura y pos-teriormente sea grabado. El lienzo será entregado a al-guna institución del estado (Carolina del Norte) o de los Estados Unidos. »Las particularidades ocurridas al desplegar la ban-dera de Estados Unidos en México, proporcionan mate-rial suficiente para una espléndida pintura nacional. Los entusiasmos sectoriales, existentes actualmente entre los Estados, están obliterando los sentimientos nacio-nales. Estos deben renacer y las artes son poderosas en su acción y duraderas en su influencia. Debemos tener pinturas nacionales, cantos nacionales, celebraciones nacionales, para excitar y perpetuar el entusiasmo na-cional. Aunque se hace imposible estimar el valor de la Unión, la mano de un maestro puede exhibirlo a la mira-da superficial, que la protección nacional, que, tal como la presión atmosférica, a pesar de su omnipresencia y po-derío, no se ve ni se siente. La bandera de cada país es su emblema. Debe provocar respeto afuera y adoración en casa. El hombre que no ama y reverencia la bandera de su patria, está listo para violar sus leyes y destruir sus instituciones. El ver, entonces, como la bandera de las barras y las estrellas intimidaba a una soldadesca enfu-recida e ilegal en el extranjero, y protege de la violencia revolucionaria a unos sujetos, objeto de odio político—permite mostrar a los ojos de nuestros compatriotas y, particularmente, a las nuevas generaciones, la invisible pero elevada protección moral que proporciona un gran pueblo unido—. Sin embargo, el objetivo fundamental de

tener esta escena grabada, es que la bandera de nuestra patria esté en toda casa, en toda cabaña, en toda choza más allá de las montañas; que nuestros hijos aprendan aún antes de aprender a leer a amar y reverenciar el em-blema del poder de nuestra patria, y se den cuenta que es su guardián y protector, no sólo en su suelo nativo, sino también en el extranjero».He aquí como se las gastaban ya los yanquis.

Balance final de este período.

Así vio Niceto de Zamacois la situación de México en ese período: «El estado a que había llegado el país por las continuas revoluciones y por la falta de una buena administración en los gobiernos anteriores, excepto el de 1830 a 1832 (cuando fue presidente Anastasio Bustamante) era ver-daderamente lamentable. »Los pueblos habitados por humildes indios habían menguado mucho en el número de sus vecinos, porque de ellos se habían sacado por la fuerza, millares de hombres para formar los ejércitos, arrancando esos brazos a la agricultura; el comercio se hallaba abatido por las gran-des cantidades exigidas por los gobiernos en los présta-mos forzosos, sin protección la industria, inseguros los caminos, desarrollada la ‘empleomanía’ de una manera alarmante, desacreditadas las autoridades, sin fe política los pueblos, asoladas las rancherías de las provincias li-mítrofes, por las frecuentes irrupciones de las tribus sal-vajes y amenazado Nuevo México por las expediciones que salían de los Estados Unidos. »La sociedad ha sido víctima de las guerras civiles; pero esas guerras no las ha promovido ella, sino unos cuantos hombres, que dueños de la fuerza, has disputado entre sí los puestos públicos y el mando. La mitad de la población pertenece a la raza india y es en extremo pa-cífica; vive completamente ajena a la política; ella ignora que sistemas son los que han regido anteriormente, cual es el que rige y no se ocupa del que va a regir en lo suce-sivo. Esa clase no se mueve de sus pueblos, los arrancan de ellos por la fuerza los revolucionarios o el gobierno; no es la autora de ningún motín sino la víctima de todos los motines, hechos por la ambición de algunos hombres de raza blanca o mestiza. »Los hacendados, los comerciantes, los propietarios, los industriales, todos los hombres laboriosos de la so-ciedad, anhelan aun más la paz, pues sobre ellos pesan, en cada convulsión política, los préstamos y los impues-tos, ya sea de los que hacen la rebelión o del gobierno. Y para colmo, el coloso del Norte, el gobierno de los Estados Unidos, se aprestaba a declarar la guerra».

R EFER ENCI A S BIBLIOGR Á FICA S

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R ESU M EN

Se llevó a cabo un estudio comparativo de los sistemas Nacionales de In-novación de México y España mediante una investigación documental y una serie de entrevistas, particularmente a diversos actores del sistema Español. Los resultados del estudio permitieron plantear recomendaciones específi-cas para establecer un sistema de Innovación en México que cumpla con las demandas que impone la necesidad de desarrollo económico del país en el siglo xxi. El sistema mexicano de c+t+i se ha caracterizado desde los años 70 por la carencia de una política clara que defina con precisión una estrategia. Des-pués de la creación del conacyt en 1970, se encomendó la tarea de formular una política de c y t a un grupo de científicos encabezado por Víctor Urquidi del Colegio de México. El Plan Nacional de Desarrollo de Ciencia y Tecnología que surgió, fue realmente una estrategia clara para el desarrollo científico y tecnológico del país. Se trataba de un proyecto de largo plazo basado en la formación de recursos humanos y la creación de un mercado para los cono-cimientos producidos a través de regular la compra y transferencia de tec-nología que, desde antes y después, ha sido un renglón de mucho peso en la balanza de pagos. El Plan fue publicado en octubre de 1976, pero en diciembre se dio el cambio de gobierno y en un acto inusitado, el texto desapareció de las librerías y bibliotecas del conacyt y de muchas más. En los siguientes 30 años la producción nacional de ciencia y tecnología se ha caracterizado por la suma de los trabajos de los científicos y el patrocinio de conacyt a las insti-tuciones de educación superior para becas (formación de recursos humanos y sni) y proyectos. Por lo anterior, consideramos urgente se establezca una política clara y de largo plazo (20 años) que defina una estrategia y construya un verdadero sistema:

Los Sistemas Nacionales de Innovación de México y España

Enrico Martínez SáenzIngeniero Químico de la UNAM, Maestría y Doctorado en Ing. Química de la University of Notre Dame. Fue profesor de tiempo completo en la UNAM y en la UAM-Iztapala, en la cual también fue Jefe del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica y Director de la División de Ciencias Básicas e Ingeniería. Fue profesor visitante en las Universidades de West Virginia y de Notre Dame, así como en el Politécnico de Milán y la Universidad de Cagliari-Cerdeña. Fue Director Técnico y Director de Operaciones de Industrias Negromex y Director Técnico de Dynasol Elastómeros. Actualmente es Coordinador de Ingeniería Industrial en el IEST. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores como Investigador Nacional, Nivel III.

c+t+i: Ciencia, tecnología e innovación

cyt: Ciencia y tecnología

sni: Sistema Nacional de Investigación

reporte de tr abajo de investigación

José Uriel Aréchiga Vir amontesNacido en Jalpa, Zacatecas. Ingeniero Químico de la UNAM, fue Jefe de Producción en Productos H-24 y Director Técnico en Química Lucava donde desarrolló 6 procesos para la fabricación de diversos plaguicidas. Desde 1972 es Profesor Titular c de Tiempo completo en la UAM-Iztapalapa, donde ha sido Coordinador de Ingeniería Química. Es autor de una docena de libros sobre Tecnología e Industria Petroquímica.

Incrementar el esfuerzo inversor en i+d+i, empezando por incrementar el gasto dedicado a estas actividades hasta alcanzar al menos el 1% del pib al final del presente sexenio. Proponer macroproyectos a concurso entre insti-tutos, centros y cuerpos académicos, en los campos en los que la Innovación se ha convertido en una cuestión urgente: agua, energía, biotecnología, sa-lud, tecnologías de información y comunicaciones (tic). Un buen ejemplo en este sentido, es el programa Ingenio 2010 que el gobierno español ha planteado como una estrategia de política integral de innovación. Si bien la producción actual de conocimientos no es suficiente, ella requiere de un mercado y por lo tanto de políticas que contribuyan a la formación de la demanda. Parti-cularmente de oficinas con personal capacitado para proteger (patentar) y transferir a las empresas los conocimientos producidos, negociar contratos, buscar clientes, impulsar a las pyme para que innoven y a los centros de in-vestigación y de educación superior para que produzcan los conocimientos que las empresas requieran. Un buen ejemplo se puede tomar de las Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación (otri), desarrolladas en Es-paña así como de la red que han conformado. Incrementar los recursos para la formación de personal de alto nivel, doc-tores, y promover en las empresas el empleo de graduados mediante subsidios a plazo fijo (el salario de un año, por ejemplo). Generar puestos de trabajo y becas posdoctorales para evitar la fuga de cerebros. Tomar el modelo español con los programas implantados específicamente (Torres Quevedo, Ramón y Cajal). Alentar la creación de centros de investigación entre los profesores, incubando en la infraestructura de las universidades los años iniciales, hasta que el centro genere sus ingresos propios y aporte una fracción de estos a su universidad. Un tanto a la manera de centros como el cidem en Cataluña. Fomentar la creación de redes entre los centros de investigación para evitar duplicidades y estimular la cooperación y la construcción de parques científi-cos y tecnológicos alrededor de los centros. Saretek (vasca) y la Xarxa catala-na son un buen ejemplo de este tipo de redes. Es indispensable diseñar un programa que permita descentralizar las ac-tividades de i+d+i, aprovechando la infraestructura existente en algunas entidades del país como Nuevo León, Coahuila, Baja California, Jalisco, Gua-najuato y Querétaro; inyectando una mayor cantidad de recursos para pro-mover la cooperación entre los Centros de I+D existentes y las Universidades de los Estados en torno a proyectos de largo plazo sobre los temas estratégi-cos indicados arriba, involucrando a los Gobiernos Estatales, los que deberán desarrollar sus respectivos Planes Estratégicos de i+d+i guiados por el Plan Nacional. De capital importancia para el sistema de innovación es el proceso educa-tivo. La ocde señala especialmente a la educación básica (hasta tercero de secundaria), como uno de los pilares fundamentales de la innovación. Cada tres años realiza una evaluación entre los jóvenes de 15­ años de sus países miembros y México ha obtenido el último lugar en las evaluaciones de 2000 y 2003. También ocupa el último lugar en el gasto por alumno, lo cual tam-bién sucede en la educación terciaria. De ahí la urgencia de incrementar, lo más rápidamente posible, el presupuesto de educación en todos sus niveles, así como revisar y reformar el proceso en su conjunto (infraestructura, sala-rios del profesorado y capacitación del mismo). Adicionalmente es necesario crear un sistema de educación continua que permita a la población econó-micamente activa superar su nivel de conocimientos (especialmente en lo relativo a las tic) para participar más eficientemente en el proceso laboral e incrementar sus ingresos.

i+d+i: Investigación, desarrollo tecnológico e innovación

pyme: Pequeña(s) y mediana(s) empresa(s)

cidem: Centre Innovacio i Desenvolupament Empresarial (Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial

ocde: Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico

tic: Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones

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A BSTR ACT

A benchmarking study was conducted between the Na-tional Innovation systems of Mexico and Spain, through documental research as well as a series of interviews with diverse actors in the Spanish System. The results of the study permitted the advancement of specific recommen-dations for the establishment of a System of Innovation in Mexico suited to comply with the demands imposed by the need of economic development for the country in the XXI century. The Mexican Science, Technology and In-novation System has been characterized, since the 1970’s by the lack of a clear policy to precisely define a strategy. After the creation of the National council for Science and Technology (CONACYT) in 1970, a group of scientists at Colegio de México, led by Victor Urquidi, was given the task of formulating a Science and Technology Policy. The National Science and Technology Plan pruced was really a clear strategy for the country’s science and technology development. It was a long term project based upon the training of human resources and the creation of a market for the knowledge produced through the regulation of the purchase and transfer of technology that has always been a very important part of the balance of payments. This plan was published in October 1976, however, in De-cember of that year, there was a change of government and in an unusual way, the document disappeared from bookstores and libraries including the CONACYT library. In the following 30 years the national production of Sci-ence and Technology has been characterized by the sum of the scientists’ papers and the grants given by CONACYT to the higher education institutions for research projects and fellowships (training of human resources and SNI). Due to this, we consider as urgent the establishment of a clear long termed (20 years) policy that defines a strategy and builds a true system: Increase the investment in R&D + Innovation (R&D+I), starting by increasing the expenditure devoted to these activities up to at least 1% of GDP at the end of the cur-rent government period. Propose macroprojects to con-test among institutes, centers and academic faculties in those fields in which Innovation has become urgent: Wa-ter, energy, biotechnology, health, information and com-munication technologies (ICT). A good example for this is the Ingenio 2010 program that the Spanish government has launched as an integral strategy for Innovation inte-gral strategy. Even if the current knowledge production is not enough, it requires a market, and therefore needs pol-icies that contribute to the formation of demand. Among these, we mean bureaus with qualified personnel for pat-enting and transfer of knowledge, contract negotiation, customer search, promote the small and medium sized companies to innovate and the research and higher edu-cation centers to produce the knowledge that companies need. A good example can be taken from the Bureaus for Transfer of Research Results (OTRI), developed in Spain, as well as the network that these have formed.

Increase the resources for training of high level profes-sionals, Ph D’s, and promote their employment by com-panies by way of fixed term subsidies (i. e. one years wag-es). Generate job positions and postdoctoral fellowships to prevent brain drainage. Take the Spanish model with specific implemented programs (Torres Quevedo, Ramón y Cajal). Foster the creation of research centers among professors, incubating them initially in the universities, until the center starts generating its own income and can transfer a fraction of them to the university. Somewhat similar to CIDEM in Cataluña. Foster the creation of net-works among the research centers to avoid duplications and stimulate cooperation and the construction of scien-tific and technological parks around the centers. Saratek (Basque country) and la Xarxa in Cataluña are a good example of this type of networks. It is mandatory to design a program that allows the descentralization of R&D+I activities, taking advantage of the existing infrastructure in some states such as Nue-vo León, Coahuila, Baja California, Jalisco, Guanajuato and Querétaro; injecting a greater amount of resources to promote cooperation among the existing R&D centers and the states’ universities around long term projects covering the strategic themes mentioned above, involv-ing the state governments, which must develop their own strategic R&+I plans guided by the National Plan. The educational process is vital for the innovation system. OECD stresses, especially, basic education (up to third year in secondary school), as one of the fundamental cornerstones of innovation. This organization performs an evaluation, every 3 years, among 15­ year old youths in its member countries and Mexico has been last in the 2000 and 2003 evaluations. Mexico also occupies the last position in expenditure per student, this is also true for tertiary education. From this stems the urgency to in-crease, as quickly as possible, the budget for education in all its levels, as well as revise and reform the process as a whole (facilities, teachers’ wages and training). Addition-ally, it is necessary to create a system of continuing edu-cation that allows the economically active population to increase their level of knowledge (especially concerning ICT) to participate more efficiently in the labor process and improve their income.

I N TRODUCCIÓN

El objetivo fundamental de este trabajo es llevar a cabo un estudio compara-tivo de los Sistemas Nacionales de Innovación México-España y desarrollar un plan de acción para elevar la competitividad global de México con base en la innovación y el desarrollo tecnológico. Los autores decidieron adoptar la definición de cotec¹ de Sistema Nacio-nal de Innovación, con el propósito de determinar los factores institucionales y estructurales que seleccionan, promueven y difunden la innovación en un país¹:

• Las empresas• El entorno• El sistema público de i+d• Las Administraciones Públicas• Las organizaciones de soporte a la investigación

Para recopilar la información relativa a los factores arriba descritos, se pro-gramó una serie de reuniones y entrevistas con representantes de las institu-ciones clave del Sistema Nacional de Innovación en España. En este sentido, fue de vital importancia el apoyo del Dr. Luis Sanz del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (csic), quien gestionó con el Secretariado de la ocde que se incluyera a uno de los miembros del grupo mexicano (ems) en el panel de expertos que realizó las entrevistas con Ministros, Secretarios de Estado y Directores de Institutos más representativos en cuanto a la instru-mentación de las políticas de Innovación en el Sistema Español, así como tres mesas redondas con representantes del sector académico, empresarial y res-ponsables de la implantación de dichas políticas en las Comunidades Autó-nomas (cca a). Todo esto, dentro del marco de la evaluación del conjunto de políticas para la innovación en España solicitada por el Gobierno Español a la ocde. En el apéndice i, se incluye un resumen de dichas entrevistas y mesas redondas. Adicionalmente, el grupo mexicano entrevistó al Director de la Oficina de Transferencia de Tecnología del csic, así como al Director de la Fundación cotec para la Innovación Tecnológica en Madrid. Por otro lado, visitó y en-trevistó a Directores e investigadores en los siguientes Centros de diversas regiones de España:

• Centro Español de Plásticos, Barcelona• Centre Catalá del Plastic/Universitat Politecnica de Catalunya, Terrasa• Centre Innovacio i Desenvolupament Empresarial (cidem), Barcelona• Centro de Investigación de la Automoción (cidaut), Valladolid• Inasmet-Tecnalia, San Sebastián• Fundación Ikertia para la Innovación, Bilbao• Plataforma Solar, Almería

Una impresión general

La incorporación de España a la ue le propuso un paradigma inmediato; Al-canzar el status de la media (por lo menos) en lo económico, en lo social y su incorporación a la Sociedad del Conocimiento. Para lo cual se consideró in-dispensable el desarrollo acelerado de sus capacidades en Ciencia, Tecnología e Innovación (ct+i).

1 El Sistema Español de Innovación, Situación en 2004, Fundación COTEC para la Innovación Tecnoló-gica, 2005.

i+d: Investigación y desarrollo

csic: Consejo Superior de Investigaciones Científicas

ue: Unión Europea

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Por otra parte, este paradigma se engloba en otro más general, en el que la Unión Europea se ha comprometido con la intención de cerrar tanto la bre-cha tecnológica como de productividad con E.E.U.U. y Japón principalmente. En ese camino la Innovación se ha mostrado como la principal palanca, en el entendido de que innovación significa la incorporación de nuevos conoci-mientos, científicos y/o tecnológicos al proceso productivo. De la evaluación de las acciones desarrolladas en lo años recientes, en cuan-to a aciertos y fallas, se han extraído experiencias para reformular la nueva estrategia de desarrollo de los sistemas de ct+i y con base en el Acuerdo de Lisboa y en el marco del pnr (Programa Nacional de Reformas) se formuló el Programa Ingenio 2010 el cual resume los objetivos y los medios para alcanzar la media de desarrollo de la ue-15­. En lo que se puede considerar una exposición de motivos, se establece lo siguiente: «La inversión en i+d+i, incrementa la productividad y genera crecimien-to económico a largo plazo. Además, las políticas de i+d+i contribuyen a crear más empleo y de mayor calidad» <www.ingenio2010.es>. Al respecto, conviene revisar la situación que guarda España en el contexto señalado: Por ejemplo, en lo que se refiere a «Esfuerzo en Investigación y Desarrollo Tecno-lógico» (i+d) y el gasto en i+d,² hace una comparación con algunos países de la ocde para 2002 en la que España ocupa el último lugar.

Paises ocde Gasto i+d u$×10⁹ % pib Gasto/hab.Alemania 54,3 2,53 657,8España 9,4 1,03 232,3Francia 38,0 2,26 620,0Italia 16,4 1,11 282,7Reino Unido 31,2 1,86 526,3Japón 106,9 3,12 838,5E.E.U.U. 277,1 2,66 961,4

Los valores mencionados arriba, se encuentran en el medio camino, por así decirlo, de un esfuerzo que arrancó en 1998, de tal suerte que entre ese año y 2003, la tasa acumulativa anual de la inversión realizada en i+d, ha sido del orden de 11,1 en € corrientes y de 6,2 en € constantes, 1988. En relación con este mismo lapso de tiempo, se muestra que los gastos ejecutados crecieron a una tasa de 3,6 en el período y mientras que la participación del sector empresa-rial creció a una tasa de 2,8, la participación del sector público lo hizo al 3,4. Por otra parte, el personal en I+D pasó de 5­4 807 a 15­1 487 entre 1998 y 2003 con una tasa de 7,1, mientras que el número de los investigadores creció de 31 170 a 92 5­23 (tasa de 7,7). El desarrollo de los recursos humanos, como era de esperar, ha tenido re-percusiones en cuanto a la producción científica, el número de artículos pu-blicados paso de 9 342 a 29 605­ (32 746 en 2004).«[…]en 2002, la actividad de I+D en España daba trabajo a 134 25­8 personas, de las cuales 83 318 eran investigadores, es decir, el 62%. En 2002 el empleo en I+D en España es un 93% superior a lo que era en 1990. Durante el mismo periodo el número de investigadores aumentó en 45­ 642, esto es, el 121%, lo que implica que la proporción de investigadores en relación con el total del personal en I+D, que ya era excepcionalmente elevada en España, sigue au-mentando[…]» (op. cit. pág. 25­)

2 COTEC 2005

ue-15: Los 15 países miembros de la Unión Europea antes del 2004

En lo que se refiere a la «balanza tecnológica» se puede ver que si bien las exportaciones de productos de alta tec-nología pasaron de 4 641 M€ a 7 936 (8 946 M€ en 2004), la relación exportaciones/importaciones disminuyó de 0,47 a 0,45­ (0,39 en 2004). Los datos arriba mencionados, salvo en la «balanza tecnológica», muestran un claro avance que, aunque lejos aun de las metas, se puede considerar promisorio. Cabe señalar que los valores para España constituyen una media entre las inversiones, los esfuerzos y los resul-tados de las distintas comunidades autónomas, desta-cando por encima de esa media Cataluña, Navarra, País Vasco y Madrid. Ahora bien, como una de las facetas más destacadas de la «sociedad del conocimiento», tanto en las evaluaciones (indicadores) como en los proyectos, se ha dado especial relevancia al uso (consumo) de tecnolo-gías de la comunicación y la información (tics), medido este como porcentaje del pib en todos los ámbitos: desde el hogar (pcs, Internet ) hasta la administración pública (redes sistemas etc.) pasando por las empresas de todas las ramas de la economía, incluidos los servicios, banca, comercio, turismo, etc. El gasto para España alcanza el 4,8% del pib frente al 6,2% de la ue15­). Uno de los aspectos relevantes para la evaluación del sistema de innovación, lo constituye el grado de educa-ción de la población en su conjunto y en este ámbito se mide el número de graduados anualmente, el porcentaje de población con educación superior, el gasto por alum-no, el número de alumnos por profesor, entre otros. En el renglón de graduados y de población en educación su-perior, a diferencia de los anteriores, los números de Es-paña mejoran sensiblemente y se encuentran por encima de la media de UE15­. Sin embargo, en la evaluación que realiza la OCDE del nivel de conocimiento en los jóvenes de 15­ años, España obtiene números muy bajos en com-paración con la UE (aunque más altos que México) Hay que mencionar que en la OCDE se han establecido índices para medir la Innovación en los que se conjugan diversos factores (cuali-cuanti). Dentro de la evaluación realiza-da con el «Indice sintético de Innovación» (en el cual se integra un conjunto de indicadores), España alcanza un valor de 0,30 entre Ghana 0,20, la UE15­ 0,44 y Japón 0,77.³ Finalmente, el objetivo determinante de acciones, estrategias y planes en torno al Sistema Nacional de In-novación y al desarrollo de la capacidad nacional I+D+i es conquistar un nivel de «competitividad» que permi-ta una participación equilibrada del país en el comercio global y en ese sentido, España ocupa el lugar 31 entre 60 economías seleccionadas y el número 13 entre 30 econo-mías de más de veinte millones de habitantes.⁴ Así pues, aunque los logros obtenidos desde la incor-poración de España a la uE, y de manera relevante en el quinquenio 98-03, han sido muy importantes, el nivel de

competitividad deseado está aun lejano. Habrá que es-perar para evaluar los resultados de las estrategias que surgen del Programa Nacional del Reformas, entre las cuales Ingenio 2010 es una muestra relevante. Ahora bien, con objeto de tener una visión más clara tanto en lo particular como en el conjunto de los distintos facto-res y elementos que intervienen y condicionan el desa-rrollo de los sistemas de Innovación y consecuentemente que determinan la competitividad de cada país, resulta conveniente llevar a cabo una revisión metódica como la propuesta por COTEC 2004.

Comparación de los Sistemas de innovación en México y España.

Las respectivas incorporaciones de España y México a la globalización y a la así llamada sociedad del conocimien-to han estado marcadas por las propias historias en las que, a no dudarlo, ha influido considerablemente la acti-tud mantenida por el imperio, del que ambas naciones formaron parte, hacia los procesos que consolidaron la revolución industrial en los otros países del mundo. Hay quienes sostienen que esta actitud —de un cierto rechazo hacia el trabajo productivo, fecundo y creador—se encuentra vinculado con el espíritu católico, feudal, en tanto que el espíritu emprendedor lo esta con el protes-tantismo y la visión capitalista de la producción. Entre otros factores, este explica en parte la pertenencia a la esfera del subdesarrollo capitalista y marcará la inser-ción de ambas en la globalidad. Sin embargo, la historia reciente difiere para ambas y cada una ha dado sus pro-pios pasos y enfrentado de distinta manera la solución de sus problemas y los resultados de los aciertos y errores de las propias políticas. El examen de las particularidades en ambas historias permitirá comprender mejor el esta-do que guardan los respectivos sistemas de innovación, y extraer conclusiones adecuadas de las analogías y las diferencias. Por su parte, España se incorporó más o menos ple-namente a la economía global como consecuencia de su incorporación a la Unión Europea. Esta incorporación ha supuesto, no solamente la definición de un paradigma y de una estrategia, sino también de una actitud propicia y propiciatoria del cambio hacia el desarrollo de las capaci-dades productivas y el avance hacia la sociedad del coci-miento. En un primer momento, la estrategia, objetivos y medios, se definieron en la búsqueda de la incorporación plena a la UE a través del desarrollo de las condiciones socioeconómicas a tono con las de los socios más desta-cados de la UE (Alemania, Francia, Reino Unido). La consolidación de las condiciones socioeconómicas permitió el avance en el fortalecimiento del sistema de

4 COTEC op. cit., pág. 54

3 COTEC 2005, pág. 50

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innovación a través de la aplicación de, cada vez, mayores recursos a I+D, al tiempo que se fortaleció el mercado interno con el incremento en el consu-mo general, y el de mercancías hightech en particular, con el correspondiente avance hacia la sociedad del conocimiento. En este esfuerzo España se vio impulsada por la inyección de recursos europeos para la creación de infraes-tructura. Esta acción produjo, de inmediato, crecimiento y fortalecimiento del mercado interno y propició el desarrollo tecnológico y la innovación en la industria de la construcción. (dragado, túneles, etc.), además de la incorpora-ción a la UE, y ya dentro de ella, surge otro motor (tractor) para impulsar la innovación en la búsqueda de la competitividad para enfrentar en el mercado global a las economías de E.E.U.U. y Japón. A diferencia del push and pull que España recibe de sus socios en la UE, México se incorpora al NAFTA en condiciones mucho más difíciles, sin la in-yección de recursos de sus socios más desarrollados y en una desventajosa competencia en diversas ramas de la economía, pero particularmente frente una agricultura poderosa y subsidiada. Así pues, si se examinan las historias recientes se puede decir que España, a partir de 1986 ha mantenido una política de impulso sostenido a la innova-ción, en tanto que en México las políticas tanto de innovación como de I+D no han sido suficientemente precisas como hubiera sido deseable. Una analogía: ambas economías tienen una participación muy grande de PYME con escasa tradición en innovación y por lo mismo las actividades de I+D que llevan a cabo las universidades y los diversos centros de investiga-ción, tienen un mercado restringido. Pero también una diferencia: Existen un número importante de empresas españolas multinacionales apoyadas por un sector financiero muy globali-zado.

Gasto Federal en Ciencia y Tecnología, 2000-2004* (Millones de dólares, 2004)

Año 2000 2001 2002 2003 2004Gasto Federal en C. y T. 29 883 30 038 28 613 31 623 28 95­2G. I. de pib 0,37 0,40 0,44 0,44 0,45­* Incluye el Estímulo Fiscal a la ide. Fuente: CONACYT

Gasto en ide en países seleccionados, 2004 (Porcentaje)

México Reino Unido España E.E. U.U. Corea JapónSector Público 62% 5­4% 5­3% 33% 28% 27%Sector Privado 38% 46% 47% 67% 72% 73%* Incluye el Estímulo Fiscal a la ide. Fuente: CONACYT

nafta: North American Free Trade Agreement, Tratado de libre comercio de América del norte

El examen de las analogías y diferencias entre los dos sistemas de innova-ción y las comparaciones para evaluar los avances y retrocesos respectivos, no siempre resulta estrictamente válido en función de los marcos de referen-cia y las trayectorias históricas, entre otros factores.

La Población y las tasas de crecimiento.

El estudio comparativo de los sistemas de Innovación, implica el reconoci-miento de la diferencia en las situaciones que enmarcan a ambos sistemas, incluidas en este marco las trayectorias históricas y las condiciones bajo las cuales cada país se ha «globalizado» y bajo las que intenta llegar a la sociedad de la información. Una condición fundamental es la población en su conjunto

Datos de la situación de España y otros dos paises de la ocde 2002⁵

España Corea MéxicoPoblación (millones) 42,0 47,8 102,7Pib (millones de pesos) 1 052 251 922 485 982 572Gasto en i+d (millones de pesos) 11 071,8 24 273,7 3 624,8Pib (pesos/habitante) 25 051 19 279 9 567

* Incluye el Estímulo Fiscal a la ide. Fuente: CONACYT

y de manera particular la que se encuentra en edad escolar y que insistimos constituye el elemento más valioso de la innovación: el capital humano, pre-sente y futuro de la economía de las naciones.

En México, el INEGI señala en los resultados del Censo 2005­, que 103 263 388 personas habitan el país, de las cuales el 5­1,3% son mujeres y 48,7% son hombres (5­3,0 y 5­0,3 millones respectivamente). La población cuenta con 15­1 personas en edad activa por cada 100 en edad no activa (menores de 15­ y ma-yores de 5­9 años dependientes de los «activos»).

Por su parte, el INE registra que España, en 2005­, se encuentra habitada por 44 108 5­30 personas, de las cuales 22 127 661 son mujeres y 21 780 869 son varones.

La satisfacción de las necesidades del capital humano requiere de insu-mos que la producción debe suministrar, cuya cantidad y calidad dependen de la economía en su conjunto, en especial de la distribución del valor produ-

inegi: Instituto Nacional de Estadística, Geo-grafía e Historia, México

ine: Instituto Nacional de Estadística, España

cido y las condiciones del mercado interno.

Los números son elocuentes. México con una población del más del doble que España y Corea tiene un producto interno semejante al de los otros dos países, sin embargo el esfuerzo en educación, simplemente para que la brecha no aumente, tiene que ser proporcional a la población y si se quiere cerrar dicha brecha, el esfuerzo en educación deberá ser superior.

Existe además otra consideración importante. En tanto que España es un país maduro. México es un país muy joven, como puede verse por la fracción de la población en edad escolar en ambos países. En México el grupo com-prendido entre los 3 y los 24 años constituye el 44%, mientras que en España la fracción semejante no alcanza el 20%. Otro aspecto que conviene destacar es el hecho de que la población escolar española muestra una tendencia a disminuir, mientras que el número de los escolares mexicanos es creciente. Tendencias que habrán de mantenerse en el futuro cercano.

Las Empresas

Tanto en México como en España, las empresas son uno de los eslabones más débiles del Sistema Nacional de Innovación. En general, dedican pocos recursos a la innovación y están poco vinculas con las actividades de I+D que realiza el sector público a través de las IES y los CPI.

Sin embargo, en España las empresas dedican proporcionalmente mayo-res recursos al desarrollo de tecnologías propias, empezando por las empresas del sector energético (destacablemente Repsol en petróleo y petroquímica), lo cual contrasta con el poco a casi nulo interés por las actividades de I+D+i de parte de PEMEX y la CFE, a pesar de la existencia de centros tan grandes como el IMP y el IIE.

cpi: Centros públicos de información

imp: Instituto Mexicano del Petróleo

iie: ???

5 Como referencia externa a las comparaciones México-España se hará mención de otros países cuando resulte pertinente.

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Tanto en México como en España, los estímulos fis-cales a las empresas que realizan I+D tienen una gran importancia y se han venido incrementando desde 2001, aunque en México este programa ha beneficiado prin-cipalmente a las empresa de origen extranjero. Sin em-bargo, es altamente recomendable continuar con estos estímulos y promoverlos entre las empresas mexicanas y sobre todo entre las PYME. En este sentido es convenien-te facilitar los trámites y proporcionar apoyos para la gestión del programa entre las empresas menores. Igual-mente, se debe facilitar el diseño de incentivos fiscales capaces de fomentar la necesidad existente de inversión en proyectos emprendedores de riesgo. Destaca en España la implantación de programas para paliar el déficit en el número de investigadores del sistema español de ciencia y tecnología y consolidar la situación de los que estaban en situación precaria en el sector público. En el año 1997 se abrió la iniciativa IDE (Incorporación de Doctores a las Empresas), sustituida en 2001 por el Programa Torres Quevedo, que permitía también la incorporación de tecnólogos a las empresas y centros tecnológicos. En la primera convocatoria de este último programa se firmaron 35­7 contratos. Las entida-des con mayor número de contratos fueron las PYME con el 77%, las grandes empresas 8% y los centros tecnológi-cos 15­%. Es muy recomendable establecer un programa de este tipo en México que permita incrementar los re-cursos para la formación de personal de alto nivel, docto-res, y promover en las empresas el empleo de graduados mediante subsidios a plazo fijo (el salario de un año, por ejemplo). Generar puestos de trabajo y becas postdocto-rales para evitar la fuga de cerebros. Tanto en México como en España, es necesario un au-mento considerable del gasto de muchos de los sectores actuales en I+D+i, así como cambiar la estructura sec-torial del sistema productivo, haciendo que sean más y mayores los sectores intensivos en tecnología y, por ende, creadores de mayor valor agregado.

Las Administraciones Públicas

En el caso de España, es destacable la existencia del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), entidad que no tiene correspondiente en México. Es una entidad pública empresarial, dependiente del Ministe-rio de Industria, Turismo y Comercio, que promueve la innovación y el desarrollo tecnológico de las empresas españolas. Su objetivo es contribuir a la mejora del ni-vel tecnológico de las empresas españolas mediante el

desarrollo de las siguientes actividades: Evaluación téc-nico–económica y financiación de proyectos de I+D+i desarrollados por empresas, gestión y promoción de la participación española en programas internacionales de cooperación tecnológica, promoción de la transferencia internacional de tecnología empresarial y de los servicios de apoyo a la innovación tecnológica, apoyo a la creación y consolidación de empresas de base tecnológica. El CDTI facilita a las empresas instrumentos financie-ros preferenciales que apoyan la realización de proyectos de distintos tipos: proyectos de desarrollo tecnológico, proyectos de innovación tecnológica, proyectos de inves-tigación industrial concertada y proyectos de promoción tecnológica. Además de este financiamiento propio, el CDTI facilita el acceso a financiamiento bancario prefe-rencial, en colaboración con el Instituto de Crédito Ofi-cial. El CDTI administra el programa Neotec, lanzado en noviembre de 2001, para apoyar la creación de empresas de base tecnológica en España. De esta manera la políti-ca española ha incluido también el fomento de la actitud emprendedora como medio para renovar el tejido empre-sarial y convertir las nuevas ideas en riqueza. Este nuevo instrumento supone una aportación de capital semilla público al escaso financiamiento español en la modali-dad de capital riesgo. A partir del año 2004, el CDTI administra el progra-ma Ingenio 2010, que es el principal instrumento creado por la Administración General del Estado para promo-ver la innovación y cuyo principal objetivo es alcanzar un 2% respecto del PIB en cuanto a gasto en I+D+i (1.5­% en 2007), además de alcanzar un 5­5­% de contribución por parte del sector privado a dicho gasto. Como instrumen-tos dentro de este programa se integraron los programas Cenit (proyectos de investigación integrados y de carác-ter estratégico en la industria), Neotec (capital de riesgo) y el Torres Quevedo para la incorporación de tecnólogos a las empresas y centros tecnológicos. Es indispensable que en México se establezcan progra-mas de este tipo administrados por el CONACYT o por algún otro organismo similar al CDTI.

El Sistema Público de I+D

Comparando esos sistemas entre México y España, contrasta la existencia del Consejo Superior de Investi-gaciones Científicas (CSIC), el cual agrupa 116 centros e institutos de investigación públicos distribuidos en toda España. Recientemente declarado agencia estatal para el fomento, desarrollo y difusión de la investigación cientí-fica y tecnológica con el fin de contribuir al avance del

cca a: Comunidades autónomas

Spin-off: Término anglosajón que se usado para referirse a la creación de una empresa a partir de la separación de un departamento o división de otra empresa anterior.

conacyt: Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (México)

conocimiento y al desarrollo económico, social y cultural en el ámbito del Estado, cuenta con 9 630 empleados y un presupuesto de 5­30 millones de euros. De este total, el 60% viene del gobierno central y el 40% de fondos com-petitivos de otras entidades incluyendo los gobiernos de las CCA A, la UE y la industria. Es el organismo líder en publicaciones y patentes solicitadas en España, cuen-ta con 2 5­00 estudiantes de doctorado y posdoctorado, 2 400 investigadores y 4 000 admnistrativos y técnicos. Ha creado aproximadamente 5­0 compañías en Spin-off. El CSIC se caracteriza por una muldisciplinariedad científica a diferencia de otros centros estatales como el Instituto de Salud «Carlos III» que concentra su activi-dad en la investigación biomédica y de salud, este Insti-tuto hoy es parte de la Agencia Estatal de Investigación en Biomedicina y Ciencias de la Salud. En su plan estratégico 2006-2009, el CSIC plantea los siguientes objetivos generales:

Promover y ejecutar investigación científica de excelencia. Fomentar la transferencia de conocimiento al sector productivo. Formar investigadores altamente cualificados.Fomentar y transmitir la cultura científica a la sociedad.

Implantación en el ámbito internacional. Además, este organismo cuenta con una Oficina de Transferencia de Tecnología, la cual se convertirá en empresa privada, propiedad del CSIC, y está dedicada a la transferencia de conocimiento y a la creación de Spin-offs. En este sentido, es evidente que en México se requiere redoblar el esfuerzo de asignación de recursos para crear un mayor número de centros e institutos públicos de in-vestigación que enfaticen la cooperación interinstitucio-nal y que tomen como base la red actual de centros del CONACYT, buscando descentralizar las actividades de I+D+i, para lo cual es posible aprovechar la infraestruc-tura existente en algunas entidades del país como Nue-vo León, Coahuila, Baja California, Jalisco, Guanajuato y Querétaro; inyectando una mayor cantidad de recursos para promover la cooperación entre los Centros de I+D existentes y las universidades de los estados en torno a proyectos de largo plazo sobre temas estratégicos como energía, biotecnología, salud y yecnologías de informa-ción y comunicaciones. Para esto, es necesario involucrar a los gobiernos estatales, los que deberán desarrollar sus respectivos planes estratégicos de I+D+i guiados por el un plan nacional de ciencia y tecnología.

••

El Entorno de la Innovación

Un aspecto fundamental del entorno y de capital impor-tancia para la estrategia de los sistemas de innovación está constituido por los recursos humanos y la formación de estos con los conocimientos, las habilidades y capaci-dades adecuadas para la producción y aplicación de co-nocimientos innovadores. Tareas que corren a cargo del proceso educativo.

La Educación en España y México

En términos absolutos, en 1995­, la población mexicana en edad escolar, comprendida entre los 3 y los 24 años, fue del orden de los 45­ millones de personas, un número superior al de la población total de España, en donde los escolares comprendidos entre los 5­ y los 24 años alcan-zaron algo más de 8,5­ millones. Si bien los datos no son estrictamente comparables, en razón de los diferentes grupos etarios en las estadísticas de ambos países, salta a la vista que el número de escolares en México es cinco veces mayor que el de España. En México, según el inegi, de la población entre 6 y 12 años asiste el 96,1%. En el grupo de 13 a 15­ la asistencia decrece al 82,5­ % y entre 16 y 19 años desciende al 47,9%. Entre 20 y 24 años asiste el 20,8 y de 25­ a 29 el 5­,9%. En España para el período 2004-2005­ la inscripción en los seis grados de educación primaria fue de 2 467 636 alumnos, en tanto que en México, la matrícula en 2004 para la educación primaria fue de 14 65­2 879 estudiantes.⁶ En lo que se refiere a la secundaria, la inscripción en México fue de 5­ 894 35­8, mientras que en España se ma-tricularon para el período 2004-2005­ un total de 1 85­5­ 020. Para ambos ciclos la población escolar mexicana es del orden de 20,5­ millones, mientras que la española rebasa ligeramente los 4 millones. El bachillerato en España está comprendido, junto con la educación profesional, en el ciclo de secundaria y se lle-va a cabo en 2 años, mientras que en México se realiza en tres años. La inscripción española para este ciclo fue de 613 5­81 y en México se inscribieron 3 185­ 089 estudiantes. Para la formación profesional la inscripción española 2004-2005­ fue de 225­ 964, mientras que en la mexicana, en 2004, se inscribieron 77 5­10. Es interesante destacar que tanto en la secundaria como en la primaria la matrícula española se mantiene prácticamente constante a lo largo de los últimos cinco años, con una ligera tendencia a disminuir. En México la matrícula muestra un incremento constante. En España, de los egresados en 1994, el 5­9% de los estudiantes de se-cundaria mostraron preferencia por continuar el bachi-llerato, (la media europea fue de 41%) mientras que en

6 España. En 2004-2005, según datos del INE, cerca de 2,5 millones de alumnos fueron atendidos por 188 108 profesores lo que en promedio da grupos de 13,12 alumnos por profesor. Para una atención semejante en México se requerirían 1 116 835 profesores de primaria.

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Dinamarca y Alemania más del 75­% se inclinaron por la formación profesional (Vocational Training). En México la opción de formación profesional resulta menos favoreci-da, un poco más del 10% de los egresados de secundaria, frente a más del 60% que opta por el bachillerato. Sin em-bargo el egreso del bachillerato es menor del 60%. Un aspecto importante que hay que destacar es la de-serción del proceso educativo antes y después de cubrir la fase obligatoria. En la secundaria española deserta más de un tercio de los matriculados: 36.12% para 2001. En 2002 el 29% de la población entre 14 y 18 años abando-nó los estudios luego de terminar la secundaria.7 Como luego se verá, estos dos estratos de posibles trabajadores formaran parte del sector con mayor índice de desocu-pación.⁸ Es importante observar que en los países en que los jóvenes escogen mayoritariamente la formación profe-sional, la tasa de empleo de los egresados de este sector es mayor. Uno de los problemas más severos que enfren-tan ambos sistemas educativos en España y México es el elevado índice de abandono de los estudios, lo que se presenta de manera más aguda en el estrato de 18 años. En México asiste a la escuela menos del 5­0% de este es-trato de edad, a lo que se suma una deserción del orden de 16% (En México, la matrícula en 2004 es de 30 5­66 847 de 44 898 388 de jóvenes [escolares posibles]). En Education at Glance 2005⁹ se muestra que: La edu-cación formal que alcanzan los adultos en la OCDE es de 12 años en promedio. México obtuvo el penúltimo lugar, con un promedio ligeramente mayor a 8,5­ años. En Espa-ña los adultos obtienen una educación formal algo mayor a los 10 años (el año de referencia fue 2002).

Graduados de secundaria superior

La tasa de graduados en la secundaria superior en la OCDE excede al 70% del grupo de edad típica para los pai-ses de que se tiene referencia (17). Entre ellos México tiene una tasa de graduación del 35­% en tanto que en España se gradúa el 68% y en Alemania, Grecia, Irlanda, Japón, Noruega y Suiza la graduación rebasa el 90%.¹⁰

Educación y Empleo

Los que no alcanzaron la secundaria superior en el estra-to de 20 a 24 años en México, constituyen el 70% tanto para los hombres como para las mujeres. En España la fracción masculina es del 40%, y la femenina del 25­% del estrato.

7 En España la secundaria es obligatoria hasta el primer nivel. Un segundo nivel incluye el bachillerato y la formación profesional.

8 COTEC 2005, pag. 65

9 Education at a Glance 2005, OECD Indicators.

Gasto anual por estudiante

Este gasto difiere de acuerdo con el ciclo en que se ubica el estudiante, siendo mayor para los de la educación ter-ciaria (2,2 veces) que para los de la primaria. En promedio los países de la OCDE gastan U.S.$7 343 por estudiante por año. España gasta un poco menos de $6 000 y México menos de $2 000.11

Fracción del PIB dedicada a las instituciones de educación

La misma referencia (Education at a Glance)12 muestra el gasto en las instituciones de educación como fracción del PIB. El promedio para los paises de la OCDE es ligera-mente superior al 6%, mientras que el gasto de México es muy similar en promedio al gasto en España que es menor del 5­%.

Inscripción en enseñanza universitaria y tecnológica

México 2005­ 2 010 188España ciclo 2004-2005­ 1 5­23 330

La educación terciaria

Para la OCDE, el avance en el egreso de la educación terciaria, medido por la fracción de la población que ha obtenido esta calificación, constituye un indicador cla-ve de la colocación que tienen los países para aprovechar el progreso científico y tecnológico. Las diferencias en la obtención de la calificación terciaria entre los grupos de jóvenes y los de mayor edad son una medida del progreso en la provisión de educación superior.

En términos estrictos, la innovación, en su aspecto tecnológico-científico es el resultado de la aplicación del conocimiento, la imaginación y el ingenio a la pro-ducción, para incrementar la eficiencia y la competitivi-dad, así como para obtener nuevos productos o mejorar la calidad y la cantidad de los productos tradicionales. Esto implica producción, consolidación y transmisión de conocimientos, junto con el desarrollo de capacidades y habilidades en el mayor número posible de nuevos in-novadores. De aquí que la educación terciaria tenga que desempeñar un papel relevante en la innovación. De los datos de la OCDE se puede ver que si bien los números para México muestran una mejoría para los tres grupos de edad, en el grupo 25­-64 la brecha España-México, lejos de cerrarse se ha incrementado.

10 Ibid., Chart A2.1

11 Ibid, Chart B1.1

12 Ibid, Chart B2.1

En efecto, en 1995­ el 11.9% de los mexicanos había alcanzado una educación terciaria frente a un 16.1% de los españoles, es decir una diferencia de 4.2%, mientras que en el 2003 los porcentajes fueron 15­.4 y 25­.2 respectivamente para una diferencia de 9.8%. Pero el aspecto más importante es el que se ma-nifiesta en la fracción más joven, que es la que representa el futuro cercano. En la fracción de 25­ a 34 años la brecha se acentúa: Para 1995­ (26.6-16.3) 10.3 y para 2003 (37.5­-18.7) 18.8 puntos porcentuales. En la fracción de mayor edad, la brecha también se amplia para el lapso de tiempo en estudio, al pasar de una diferencia de 1.6 a una de 3.4 puntos. De lo anterior salta a la vista que el esfuerzo educativo de México en los años estudiados no ha sido suficiente para cerrar la brecha y por lo mismo la posición del país, entre el conjunto de países de la OCDE, se ha deteriorado y de no aplicar soluciones inmediatas al problema, la competitividad mexicana se verá muy afectada.

Obtención de educación terciaria por grupo de edad, como porcentaje de la población del grupo de edad 25 a 64 años.

Año 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 01 02 03México ... ... ... ... 11,9 13,2 13,8 13,6 13,4 14,6 15,0 15,3 15,4España 9,9 13,1 ... 15,0 16,1 17,5 18,6 19,7 21,0 22,6 23,6 24,4 25,2

México ... ... ... ... 16,3 17,1 17,3 16,7 16,6 17,4 18,0 18,4 18,7España 16,3 13,1 ... 25,2 26,6 28,6 30,3 32,0 33,5 34,1 35,5 36,7 37,5

México ... ... ... ... 4,4 4,6 5,7 4,9 5,7 7,0 7,2 7,2 7,6España 4,2 5,2 ... 5,6 6,0 7,1 7,6 8,1 8,7 9,7 10,3 10,5 11,0

Obtención de educación terciaria por grupo de edad de 25 a 34 años

Obtención de educación terciaria por grupo de edad de 55 a 64 años

País Gasto Núm. de estudiantes Gasto (US $) por estudiante

Gasto por estudiante en 2002 a precios constantes

Korea - 158 - 6 047México 172 142 121 6 074España 151 115 132 8 020

Gasto por estudiante en educación terciaria año 2002 (índice de cambio, año 1995 = 100)

El deterioro de la posición de México es el resultado de una serie de fac-tores entre los que destacan el número de estudiantes que tienen acceso a la educación terciaria, la fracción que abandona los estudios por causas di-versas y desde luego el gasto por estudiante. Si se toma 1995­ como referencia (=100) los índices para 2002 fueron: México incrementó el gasto real en las instituciones de educación terciaria hasta 172, los estudiantes se incremen-taron a 130 y el gasto por estudiante a 121, en tanto que España aumentó el gasto a 15­0, los alumnos crecieron a 115­ y el gasto por estudiante alcanzó 132 para el periodo.¹³

13 OECD FACTBOOK 2006 Expenditure per student (in equivalent US dollars converted using PPPs) 1. Public institutions only.

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Los resultados del proceso educativo: PISA 2003

La evaluación de los conocimientos adquiridos por los jóvenes de 15­ años, que la OCDE realiza cada 3 años, muestra con claridad los resultados que cada país obtiene en la formación de sus estudiantes. Como se puede ver, la puntuación de España es superior a la de México en lectura, conocimientos científicos, conocimientos matemáticos y resolución de problemas. Entre otros muchos factores está, también, el gasto por alumno. Más abajo se muestra una gráfica que relaciona el gasto por alumno con el desempeño. España ocupa un lugar medio mientras que México se ubica en el extremo inferior izquierdo.

Main scores on the reading and science scales in PISA 2000 and PISA 2003

Reading scale Science scalePISA 2000 PISA 2003 PISA 2000 PISA 2003Meanscore S.E. Meanscore S.E. Meanscore S.E. Meanscore S.E.

Mexico 422 (3.3) 400 (4.1) 422 (3.2) 405 (3.5) Spain 493 (2.7) 481 (2.6) 491 (3.0) 487 (2.6)U.S.A. 504 (7.1) 495 (3.2) 499 (7.3) 491 (3.1)OECD total 499 (2.0) 488 (1.2) 502 (2.0) 496 (1.1)OECD avg. 5­00 (0.6) 494 (0.6) 5­00 (0.7) 5­00 (0.6)

Pisa: Programme for Internacional Student Asessment, OECD, 2004.

Los resultados de acuerdo con la posición alcanzada en el conjunto de los países fueron los siguientes:

Temas de evaluación

España MéxicoAño / posición* 2003 2000 2003 2000Lectura 22 14 29 23Cultura matemática 23 18 29 24Cultura científica 21 13 29 21Resolución de problemas 23 29

*Los números indican la posición alcanzada entre los países de la OCDE (29)

Como se puede observar las posiciones de España y México en 2003, están en franco retroceso respecto a las registradas en 2000 en cada área de ense-ñanza considerada. El retroceso de los estudiantes mexicanos fue mayor, ya que se ubicaron en la última posición de las cuatro áreas.¹⁴ No obstante, esta claro que no todo es el gasto por alumno. Los resulta-dos de los grandes países industrializados como Francia, Alemania y Estados Unidos son relativamente modestos respecto a los pequeños países europeos como Irlanda, Holanda, Austria, Suiza y Bélgica. Canadá, Australia y Nue-va Zelanda se posicionan generalmente después de Finlandia y de los países asiáticos, pero antes de los europeos y EE. UU. Cuando se grafican los resul-tados totales obtenidos en las cuatro áreas contra el gasto medio por alumno en US$ ppc, la división por las líneas medias en cuatro cuadrantes, permite observar la conformación de cinco grupos:

Performance on the mathematics scale in PISA 2003. Standard errors are indicated in brackets OECD average = 500 . (2.4) 485 Spain, (3.6) 385 Mexico

14 COTEC 2005, pág. 70

■ En el primer grupo (cuadrante inferior izquierdo) formado por México, Grecia, España y Portugal, se consiguen bajos resultados de la enseñanza respecto a la media de la OCDE y se gasta menos que la media de la OCDE en educación por alumno.

▶ En el segundo grupo, los países gastan en educación por alumno menos que la media de la OCDE, pero registran resultados netamente superiores (Holanda, Finlandia, Corea, Republica Checa) o igual a la media de la OCDE (Alemania, Irlanda, Hungría, Polonia, Republica Eslovaca).

∙ En un tercer grupo, se encuentran los países que tienen un gasto en educación por alumno casi igual a la media de la OCDE, pero que alcanzan resultados superiores a la media de la OCDE; es el caso de Canadá, Japón, Australia, Sue-cia y Francia.

◆ En el cuarto grupo, los países gastan en educación por alumno más que la media de la OCDE (Suiza, Austria, Islandia, Bélgica y Dinamarca) y obtienen una media de resultados también superior a la media de la OCDE o casi igual a esta media.

• Finalmente en el quinto grupo, los países gastan en educación por alumno mu-cho más que la media de la OCDE y consiguen, sin embargo, una media de resultados inferior a la de la OCDE (Estados Unidos, Noruega e Italia).¹⁵

• Canadá

15 Ibid., figura c4-3, pág. 71

• Japón

• Australia

∙ Suecia∙ Francia

◆ Bélgica

◆ Islandia◆ Dinamarca

◆ Austria

◆ Suiza

• Noruega• E.E. U.U.

• Italia

■ España

■ Portugal

■ Grecia

■ México

▶ R. Eslovaca

▶ R. Checa

▶ Hungría▶ Polonia

▶ Corea

▶ Irlanda▶ Alemania

▶ Holanda

▶ Finlandia

Grupo ii Grupo iii Grupo iv

Grupo vGrupo i

600

550

500

450

400

350

1 000 2 000 3 000 4 000 5 000 6 000 7 000 8 000

No es casual que los países con mayores avances en materia de innovación, productividad y competitividad y por lo mismo con mejores y mayores niveles socioeconómicos sean los mejor evaluados en los indicadores educativos.¹⁶

16 Ver PISA 2003, Learning for Tomorrow’s World

Gasto medio por alumno (en dólares ppc).

Fuente: Informe del Programa Internacional de Evaluación de Alumnos pisa en 2003. ocde (2004).

Relación entre gasto en educación por alumno y resultados de la evaluación del nivel de la enseñanza en la OCDE. Puntuación media obtenida en la evaluación de 4 áreas de enseñanza

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En el caso del desempeño en la prueba de matemáticas, la figura muestra los resultados en función del gasto acumulativo. España a la mitad de la gráfica con un gasto en el orden de 47 000 U.S.$ y un puntaje cercano a los 480. Méxi-co en el extremo inferior izquierdo con un gasto de 15­ 000 U.S.$ y un puntaje de 380. La media es de 5­00 puntos. Otro aspecto relevante que determina el rendimiento es el entorno socioeconómico de los educandos. El uso de computadoras también fue tomado en cuenta en el PISA 2003, aunque España no aparece en esos listados, resulta interesante la compara-ción con Corea. En México, el 19,6% de las viviendas cuenta con computadora, recurso que en el 2000 sólo tenía el 9,3%. Los mexicanos que han empleado la computadora por más de 3 años son el 28% (14,4 por más de 5­). Los mexicanos que han empleado la computadora por más de 3 años son el 28% (14,4 por más de 5­).¹⁷ El desempeño de los mejores estudiantes de un país en matemáticas y ma-terias relacionadas (ciencias) pude tener implicaciones sobre el papel que el país representará en el sector de tecnología avanzada del futuro, así como para su competitividad internacional en su conjunto. Por otro lado, las defi-ciencias entre los estudiantes con desempeño más bajo en matemáticas pue-den tener consecuencias negativas para expectativas de empleo e ingresos de estos individuos, así como para su capacidad de integrarse plenamente en la sociedad. Así pues, no es sorprendente que tanto educadores como legislado-res le den gran importancia a la educación en matemáticas.

Recursos Humanos en I+D+i

México ha mantenido un esfuerzo constante en la formación de recursos hu-manos. Entre 2000 y 2005­ egresaron 9 437 nuevos doctores. En 2004 egre-saron del posgrado nacional: En especialización 11 629, maestría 33 466 y doctorado 1 940.¹⁸ En España, según el Consejo de Coordinación Universita-ria, en el curso 2001–2002 se matricularon al doctorado del orden de 62 000 alumnos, de los cuales solo se titulan alrededor del 10%. Estas cifras indican cerca de 6 000 nuevos doctores en ese ciclo, a los que se le suman un poco más de 6 000 ingenieros superiores graduados en 2004. (Entre 1990/2000 se graduaron 64 313 ingenieros superiores).¹⁹

2004: Personas que trabajan en tareas de I+D (tiempo completo equivalente)

México * % España** %Sector productivo 19 649 31,7 31,7

En el gobierno 15 355 24,8 17Educación superior 24 792 40,0 5­1,1

Instituciones privadas no lucrativas 2 125 3,4 0,2Total 61 921 100 161 933 100

Investigadores 34 485 56 100 994 62,4

En Japón (69.5­%) y, sobre todo, en Estados Unidos (81.5­%) los investigadores se concentran en el sector de las empresas,

17 StatLink: http://dx.doi.org/10.1787/324132055277

18 CONACYT, Indicadores 2005

19 COTEC 2006

Con datos de *Conacyt, y **OCDE

No obstante el esfuerzo en la formación de nuevos doctores no solo resulta insuficiente para cerrar la brecha, sino que ésta se amplía en función del es-fuerzo, que para el caso concreto, España realiza. La tabla anterior muestra el número personas en tareas de I+D y el número de Investigadores para 2004. En México trabajan 34 485­ investigadores, mientras que en España lo hacen 100 994. Otro buen indicador, es el gasto medio por investigador. En España para 2003 fue de 119 700 U.S.$ ppc. En México 1,6 millones de pesos, muy semejante al de España, en tanto que en Alemania fue de 213 900 U.S.$ PPC. La diferencia se amplía si se evalúa el número de investigadores por cada mil empleados, como una medida de la potencialidad competitiva de los paises. México tiene 0,8, mientras que España alcanza 5­,5­ investigadores por cada mil empleados.

Investigadores por cada mil empleados (Equivalentes a tiempo completo)

1991 1992 1993 1994 1995­ 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004Corea ... ... ... ... 4,9 4,8 4,8 4,7 4,9 5,1 6,3 6,4 6,8 6,9México 0,4 0,5 0,6 0,6 0,6 0,5 0,6 ... ... ... 0,8 ...España 2,9 3,0 3,2 3,6 3,5 3,7 3,8 4,0 3,9 4,7 4,7 4,8 5,2 5,5Información de OCDE Factbook, 2005.

En términos absolutos, la producción de cada investigador es la que cuenta y en ese sentido una estimación de la actividad en I+D se puede obtener de las publicaciones. El número de publicaciones también se ve afectado por aspec-tos de colaboración, masa crítica, sinergia y otros factores.

Artículos publicados por país

Promedio 1996-2004 Participación mundial Producción 2004 Participación mundial 2004Corea 12 969 1,77 19 686 2,49España 21 347 2,91 25 508 3,23México 4 681 0,64 6 041 0,76Información de CONACYT: Indicadores 2005.

En cuanto al impacto de las publicaciones entre 2000 y 2004, México ob-tuvo un índice de 2,69, igual que el de Corea, en tanto que España tuvo un índice de 4,25­.

Número de Familias de Patentes Triádicas

1990 1991 1992 1993 1994 1995­ 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002México 7 6 6 6 6 12 9 12 12 11 14 15­ 15­España 73 70 65­ 73 85­ 88 87 107 121 117 119 121 120Con datos de: OECD Factbook 2006 – ISBN 92-64-03561-3 – © OECD 2006 pág. 135

Si bien las publicaciones hablan de la actividad de I+D, la «i» de la inno-vación, como resultado de la producción de conocimiento aplicado a la pro-ducción y por lo tanto la protección de dichos conocimientos, se halla muy baja aún, en la realidad de ambos países. La tabla anterior que muestra la di-ferencia entre España y México en cuanto al número de familias de patentes «triádicas» es muy elocuente en este sentido.

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La balanza tecnológica por país 2002, Millones de dólares

Ingresos Egresos Saldo Tasa de CoberturaEspaña: 191 1 025 -835 0,2México 48 720 -672 0,1*Mexico* 43,8 555,5 -511,7 0,08*(2004) Con datos de Conacyt, indicadores pág. 64-65

La actividad en la Innovación se ve reflejada en el saldo de la balanza de mercancías de alta tecnología, ya que el consumo de productos de alta tec-nología se ha convertido en el indicador del avance de las economías hacia la sociedad del conocimiento.

A manera de colofón, una vista somera del Global Competitive Index, del World Economic Forum, en el que las posiciones relativas de México y España se mantienen, tanto en el índice general como en lo que a los factores de la innovación se refiere.

Posición 2006 Puntaje Posición 2005España 28 4,77 28México 58 4,18 59GCI 2006

Vale la pena reiterar que los sistemas de innovación son el resultado de la integración «armónica» de un conjunto de factores: las empresas, el entorno, las organizaciones de soporte, El sistema público de I+D y la Administración, por lo que la evaluación de la marcha de cada uno de estos factores y su integración en la economía mexicana son condiciones básicas para el desa-rrollo del sistema de innovación y el incremento de la competitividad. En ese sentido resulta urgente el diseño de una estrategia integral de desarrollo, basada en la producción de conocimientos: I+D+i, que cubra el largo plazo y otra estrategia de acción inmediata, vinculada a la anterior, para enfrentar las carencias más urgentes con base en el incremento de los recursos y la for-mación del capital humano, en torno a proyectos encaminados a la solución de los problemas existentes y los que se avizoran. Las organizaciones de soporte a la innovación

En España el Sistema Nacional de Innovación cuenta con un conjunto de organizaciones de soporte que abarcan la realización de actividades de I+D dedicadas a la producción de nuevos conocimientos, o constituyen los nece-sarios eslabones tecnológicos encargados de la conversión de conocimientos en «saber hacer» (know-how), junto con las que aportan apoyo técnico, ana-lítico o de control de calidad a las empresas o finalmente las que construyen los vínculos entre la oferta de conocimientos y los usuarios que aplicarán esos conocimientos para producir la innovación. Adicionalmente estas últimas se encargarán de la protección legal de los nuevos conocimientos (patentes) y de los contratos, licencias y demás aspectos legales involucrados en la trans-ferencia de los resultados de la actividad de I+D que se llevan a cabo en las universidades, los institutos y centros especializados. En algunos casos son los propios organismos de I+D los que llevan a cabo todas las funciones mencionadas con anterioridad, como es el caso del CSIC y otros institutos. Entre las organizaciones de soporte destacan las que se conocen como cen-tros tecnológicos, los cuales realizan actividades de I+D, con mayor o menor

especialización, en las actividades que llevan a cabo las empresas del entorno geográfico donde se ubican, para ofrecer a estas sus recursos humanos y materiales espe-cializados tanto en la producción de conocimientos (pro-cesos y productos) como servicios técnicos. Este tipo de organizaciones se deben inscribir en un registro oficial para ser reconocidos como Centro de In-novación y Tecnología (CIT).²⁰ La mayoría de los centros se hallan asociados a la FEDIT (Federación Española de Entidades de Innovación y Tecnología). También existen asociaciones, redes, den-tro de las propias CCA A como es el caso de la Xarxa de Cataluña (XIT, Xarxa de Centres de Suport a la Innovación Tecnológica, la cual, junto con otras redes, forma parte del CIDEM). En general, en México existen pocos, o ningún, centros o redes del tipo de los mencionados arriba y es altamente recomendable tomar el modelo español como un ejemplo que está dando buenos frutos al Sistema de Innovación en su conjunto. Si bien la producción actual de conoci-mientos en México no es suficiente, ella requiere de un mercado y por lo tanto de políticas que contribuyan a la formación de la demanda. Particularmente de oficinas con personal capacitado para proteger (patentar) y trans-ferir a las empresas los conocimientos producidos, nego-ciar contratos, buscar clientes, impulsar a las PYME para que innoven y a los centros de investigación y de educa-ción superior para que produzcan los conocimientos que las empresas requieran. Un buen ejemplo se puede tomar de las Oficinas de Transferencia de Resultados de Inves-tigación (OTRI), desarrolladas en España así como de la red que han conformado.

Las OTRI, aunque no son la panacea, si han mostrado ser un instrumento eficiente para la transferencia de co-nocimientos y tecnologías, lo cual implica la creación de una demanda de conocimientos para la innovación que, dada la situación de las empresas españolas, resultaba más que inexistente. La tarea pues ha sido la de abrir bre-cha y por lo tanto los resultados deberán esperarse en la medida en que la conciencia de los empresarios y el efec-to de «emulación» de los spin-offs se haga presente.

Conclusiones

Situación Actual del Sistema Nacional de Innovación de España

España ejerce un gasto aproximado de 1,07% de su PIB en Investigación y desarrollo (I+D) y se posiciona apenas de-bajo de Italia (1,1%) pero significativamente debajo de los promedios de los países de la Unión Europea-25­ (1,8%) y la OCDE (2,26%) (el gasto en México es de 0,37%). Sin em-bargo, el nivel actual de gasto representa un incremento importante y constante comparado con los niveles de mediados de los años ochenta. La proporción del gasto total en I+D (GTID) financiado por el sector empresarial es de 48%, mientras que el financiado por el gobierno es de 41% con un 6,2% financiado del extranjero y un 4,8% aportado por otras fuentes internas. Esta distribución de las fuentes de financiamiento de la I+D ha permanecido estable desde la mitad de los años noventa. En términos del ejercicio del GTID, el sector empresarial ejerce el 5­4%, mientras que el sector de la educación superior ejerce el 29,5­% y el sector gobierno el 16%. A pesar de que el gobierno central es el principal actor en la Política de Innovación, el proceso de descentraliza-ción combinado con la transferencia de responsabilida-des y de fondos a las Comunidades Autónomas (CCA A) ha generado una mayor complejidad en el Sistema Nacional de Innovación. Las CCA A se han convertido en jugadores cada vez más importantes dentro de la estrategia para potenciar la innovación, aproximadamente la tercera parte del presupuesto público de I+D del país procede de las CCA A, las cuales administran una buena parte de las aportaciones procedentes de los Fondos Estructurales de la UE. Cuatro CCA A gastan más del 1% de su PIB en I+D y la mayoría de las CCA A cuentan con planes de I+D+i que incluyen desde apoyos directos a proyectos hasta la apor-tación de capital semilla. Muchas de ellas han implanta-do agencias de desarrollo para gestionar sus planes, sin embargo, todavía no hay mecanismos sistemáticos de coordinación de las CCA A con la Administración General del Estado (AGE), lo cual limita la eficacia de las acciones de ambas administraciones. Históricamente la estrategia global en España se ha caracterizado por una desconexión entre las políticas para apoyar la innovación empresarial por un lado y las políticas para soportar la ciencia por otro lado. Parte de esto se debe a la lenta emergencia de una estructura co-herente de gobierno y a la débil coordinación entre los Ministerios responsables de la ciencia y la tecnología; se pretendió resolver este problema con la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología en el año 2000, sin embargo dicha estructura no funcionó como se esperaba y cedió sus funciones a los Ministerios de Educación y Ciencia (MEC) y de Industria, Comercio y Turismo (MICT) en 2004. Hasta hace muy poco, el Plan Nacional de Cien-cia y Tecnología (PNCT) consistía de una amplia gama de 20 Real Decreto 2609/1996

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programas que eran administrados por Ministerios inte-grados verticalmente, lo cual operó en detrimento de la coordinación de las iniciativas gubernamentales a pesar de los esfuerzos de la Comisión Interministerial de Cien-cia y Tecnología (CICYT), la cual supervisa la aplicación del PNCT. Además, la liga entre la estructura de gobierno y el financiamiento para la investigación en las universida-des se ha debilitado. Los fondos para la educación uni-versitaria los proveen las CCA A, mientras que los fondos para proyectos de investigación los administra el MEC. Por otro lado, el otorgamiento de fondos para proyectos se basa exclusivamente en la evaluación de los mismos y en el currículum de los investigadores en particular sin tomar en cuenta las instituciones o los grupos de investigación. En consecuencia, el gobierno central no ha podido guiar a las universidades para concentrar el financiamiento de la investigación y mejorar la calidad de las instituciones. Hasta la fecha, el financiamiento a la investigación ha estado altamente disperso, al igual que la investigación misma. Esta fragmentación ha limitado las relaciones Industria-Ciencia y en consecuencia, la innovación basada en los resultados de la investigación pública ha sido débil en España.

Retos y Oportunidades

Incrementar la I+D+i en el sector privado es un reto para España, dada su estructura industrial y el hecho de que la mayoría de las empresas son PYME que están altamente atomizadas. Según datos del Instituto Nacio-nal de Estadística (INE), sólo 27% de las empresas realizó actividades innovadoras en 2004, mientras que los datos más recientes señalan que la media europea de ese indi-cador es el doble. Las empresas internacionales juegan un importante papel en la realización de I+D, especial-mente en industrias como la aeroespacial, farmacéuti-ca y las Tecnologías de Información y Comunicaciones (TIC). En 2003, la I+D realizada por empresas extranjeras representó aproximadamente 26,2% de la investigación realizada por el sector de negocios, una baja respecto al máximo alcanzado de 32,8% en 1999. El gasto empresarial en I+D en España, a pesar de que ha crecido desde 1990 a una tasa de 10% anual acumulativo, alcanza un 0,5­8% del PIB en 2004 el cual es notablemente bajo si se compara con Alemania (1,75­% o Francia 1,36%). Por otro lado, los investigadores empleados en las empresas representaban el 0,18% de la población activa en 2003, lejos de los valores de países como Alemania (0,45­) o Francia (0,4). El reto que enfrenta el sistema español de innovación para homologar su gasto en I+D al de los países de su en-torno es doble. Por un lado, es necesario aumentar consi-derablemente el gasto de muchos de los sectores actuales y por otro, es imprescindible cambiar la estructura secto-rial del sistema productivo de tal manera que se incre-

menten y crezcan los sectores intensivos en tecnología que son los creadores de mayor valor agregado. Otro reto es conseguir que cada vez más empresas re-conozcan que el mercado es global y que es necesario que sus operaciones, mercadotecnia y ventas sean de nivel mundial. Es necesario que el sector productivo se moder-nice, incursionando en nichos de mayor valor agregado que permitan atacar mercados más evolucionados. Otro reto es el que representa la esperada reducción en el financiamiento de la UE para el desarrollo regional, parte del cual se utiliza para apoyar actividades de I+D+i. Entre 2007 y 2013, España solo recibirá 27,3 miles de mi-llones de euros de los fondos estructurales europeos, la mitad de lo que recibió entre 200 y 2006 (5­4 mil millones de euros), y solamente una parte pequeña de esos fondos será asignada para I+D+i (3 621 millones de euros). Para compensar este cambio, se ha establecido, especialmente para España, un fondo europeo para I+D por 2 mil millo-nes de euros para el período 2007-2013.

Políticas de fomento a la Innovación

El principal instrumento, incluido en el Plan Nacional de Investigación Desarrollo e Innovación, enfocado a corre-gir las actuales deficiencias en las políticas de Innova-ción, es el Programa «Ingenio 2010». El objetivo central des este plan es duplicar el financiamiento público a la I+D+i por un total de hasta 8 mil millones euros en los cuatro años siguientes (2007–2010). El gobierno central espera que a través de este plan, el Gasto Gubernamental en I+D alcance el 2% del PIB para el año 2010. Específi-camente, Ingenio 2010 incluye una serie de instrumentos dirigidos a incrementar el financiamiento y el enfoque de la investigación en los centros públicos, estimular la transferencia de tecnología mediante el fomento de las colaboraciones público/privadas e incrementar los in-centivos para la investigación en el sector privado y la difusión de nuevas tecnologías.

El propósito fundamental de los instrumentos que incluye el Plan Ingenio 2010 es construir masa crítica para la investigación, promover la formación de redes de cooperación e incrementar la contribución de la inves-tigación pública a la Innovación en el sector privado. El financiamiento está orientado a proyectos grandes, de largo plazo y de amplio espectro, a estimular la investi-gación más ambiciosa y de mayor riesgo.

Por otro lado, la AGE, en su papel de regulador, ha em-prendido un conjunto de reformas legislativas muy tras-cendentes para la Innovación. El 18 de Julio de 2006 se aprobó la ley de Agencias, en la que se autoriza al gobier-no a convertir en agencias estatales al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y al Instituto de Sa-lud Carlos III, y a crear la Agencia Estatal de Evaluación, Financiación y Prospectiva de la Investigación científica y Técnica. Estas medidas deben contribuir a reducir la

burocracia en la administración de los programas públi-cos de I+D+i y darle mayor flexibilidad a la operación de las instituciones públicas de I+D. Además, la Reforma Fiscal emprendida por el gobierno incluye una modificación de los actuales incentivos fis-cales a la innovación, de los que se han beneficiado más de 6 000 empresas hasta la fecha. A partir de 2007, los porcentajes de deducción serán reducidos anualmente hasta que desaparezcan totalmente en el año 2012. Ade-más, la reforma fiscal establece, como alternativa a las deducciones por actividades de I+D+i, la bonificación del 40% en las cuotas de la seguridad social de los investiga-dores, un mecanismo que puede resultar atractivo para empresas nuevas de base tecnológica que aún no generan utilidades, aunque para las demás empresas no sea una alternativa comparable a las deducciones fiscales. Digno de destacarse es el avance de España en educa-ción superior, en 2001 hubo 200 mil graduados de este nivel (3,3 % de la población entre 20 y 29 años de edad). En cuanto a las especialidades de los egresados destacan las «enseñanzas técnicas» que aumentaron su participa-ción del 14,4 al 21,7% del total entre 1995­ y 2001, mientras que las ciencias experimentales pasaron de 6,5­ a 7,7%, lo cual es un buen indicador del avance hacia mejores po-sibilidades de creación de conocimientos y por ende de innovación. Sin embargo, es conveniente resaltar que en cuanto a educación primaria, España se sitúa por debajo de la media entre los países evaluados por la OCDE en cuan-to a comprensión de lectura, conocimientos de ciencia y de matemáticas.²¹ Aparentemente, existe una cercana correlación entre el gasto en educación por estudiante y su desempeño en la evaluación.²² En cuanto al gasto por estudiante en función del PIB/habitante, España se encuentra a mitad de la gráfica y ligeramente por debajo del promedio, en la parte alta se ubican Alemania, Dina-marca y E.E.U.U., mientras que en el extremo inferior se encuentra México. Resultados similares se obtienen gra-ficando la calificación en matemáticas, en ciencia y en lectura vs. gasto por estudiante. Así pues, un reto adicio-nal para el país si quiere fortalecer su sistema de innova-ción, es el de mejorar su educación primaria y reducir la deserción al terminar la secundaria.

España cuenta con unos 60 centros tecnológicos, cuya función es adaptar tecnologías a las necesidades de sus empresas clientes y también realizan actividades de I+D. Estos centros captaron unos 300 millones de euros en 2004.²³ Constituyen un grupo de entidades muy he-terogéneo, pues hay algunos centros especializados en

atender necesidades sectoriales y otros en proveer tec-nologías específicas, y cuyo abanico de ingresos anuales abarca desde el orden del medio millón de euros hasta los 20 millones, y su personal puede ser desde poco más de una docena de personas hasta más de doscientas. Lo des-tacable es que este conjunto de centros es una realidad, que poco a poco va incrementando su contribución a la innovación empresarial.

Las Oficinas de Transferencia de Resultados de In-vestigación (OTRI), han mostrado ser un instrumento eficiente para la transferencia de conocimientos y tec-nologías, lo cual implica la creación de una demanda de conocimientos para la innovación que, dada la situación de las empresas españolas, resultaba más que inexisten-te. La tarea pues ha sido la de abrir brecha y por lo tanto los resultados deberán esperarse en la medida en que la conciencia de los empresarios y el efecto de «emulación» de los spin-offs se haga presente.

Recomendaciones

Es urgente que se establezca una política clara y de largo plazo (20 años) que defina una estrategia y construya un verdadero sistema de I+D+i:

22 El Sistema Español de Innovación, situación en 2004, Fundación COTEC para la Innovación Tecnológica, 2004.

21 Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) (OCDE 2003)

23 fedit, 2006.

Incrementar el esfuerzo inversor en I+D+i, empezando por incrementar el gasto dedicado a estas activi-dades hasta alcanzar al menos el 1% del PIB al final del presente sexenio.

Proponer macroproyectos a concurso entre institutos, centros y cuerpos académicos, en los campos en los que la Innovación se ha convertido en una cuestión urgente: Agua, energía, biotecnología, salud, Tecnologías de Información y Comunica-ciones (TIC). Un buen ejemplo en este sentido, es el programa Ingenio 2010 que el gobierno español ha planteado como una estrategia de política integral de Innovación.

Si bien la producción actual de conocimientos no es sufi-ciente, ella requiere de un mercado y por lo tanto de políticas que contribuyan a la formación de la demanda. Particularmente de oficinas con perso-nal capacitado para proteger (patentar) y transfe-rir a las empresas los conocimientos producidos, negociar contratos, buscar clientes, impulsar a las PYME para que innoven y a los centros de investi-gación y de educación superior para que produz-can los conocimientos que las empresas requieran.

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Un buen ejemplo se puede tomar de las Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRI), desarrolladas en España así como de la RED que han conformado.

Incrementar los recursos para la formación de personal de alto nivel, doc-tores, y promover en las empresas el empleo de graduados mediante subsidios a plazo fijo (el salario de un año, por ejemplo). Generar pues-tos de trabajo y becas postdoctorales para evitar la fuga de cerebros. Tomar el modelo español con los programas implantados específica-mente (Torres Quevedo, Ramón y Cajal).

Alentar la creación de centros de investigación entre los profesores, incuban-do en la infraestructura de las universidades los años iniciales, hasta que el centro genere sus ingresos propios y aporte una fracción de estos a su universidad. Un tanto a la manera de centros como el CIDEM en Cataluña. Fomentar la creación de redes entre los centros de investi-gación para evitar duplicidades y estimular la cooperación y la cons-trucción de parques científicos y tecnológicos alrededor de los centros. Saretek (vasca) y la Xarxa catalana son un buen ejemplo de este tipo de redes.

Es indispensable diseñar un programa que permita descentralizar las activi-dades de I+D+i, aprovechando la infraestructura existente en algunas entidades del país como Nuevo León, Coahuila, Baja California, Jalisco, Guanajuato y Querétaro; inyectando una mayor cantidad de recursos para promover la cooperación entre los Centros de I+D existentes y las Universidades de los Estados en torno a proyectos de largo plazo sobre los temas estratégicos indicados arriba, involucrando a los Gobiernos Estatales, los que deberán desarrollar sus respectivos Planes Estraté-gicos de I+D+i guiados por el Plan Nacional.

De capital importancia para el sistema de innovación es el proceso educativo. La OCDE señala especialmente a la educación básica (hasta tercero de secundaria), como uno de los pilares fundamentales de la innovación. Cada tres años realiza una evaluación entre los jóvenes de 15­ años de sus países miembros y México ha obtenido el último lugar en las eva-luaciones de 2000 y 2003. También ocupa el último lugar en el gasto por alumno, lo cual también sucede en la educación terciaria. De ahí la urgencia de incrementar, lo más rápidamente posible, el presupuesto de educación en todos sus niveles, así como revisar y reformar el pro-ceso en su conjunto (infraestructura, salarios del profesorado y capa-citación del mismo).

Adicionalmente es necesario crear un sistema de educación continua que per-mita a la población económicamente activa superar su nivel de cono-cimientos (especialmente en lo relativo a las TIC) para participar más eficientemente en el proceso laboral e incrementar sus ingresos.

SIGL A S Y ACRÓN I MOS

A APP Administraciones públicas.AC Corriente alternaAENOR Asociación Española de

Normalización y CertificaciónAGE Administración General del

EstadoANECA Agencia Nacional para la

Evaluación de la Calidad y la Acreditación

ANEP Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva

ASCRI Asociación Española de Entidades de Capital-Riesgo

AT AustriaBCI Business Competitiveness IndexBE BélgicaCCA A Comunidades autónomasCCI Centro Común de

InvestigaciónCCTV Cámaras de circuitos

cerrados de televisiónCDTI Centro para el Desarrollo

Tecnológico IndustrialCEDEFOP European Center for

Development of Vocational Training (Comisión Europea)

CEDEX Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas

CEHIPAR Canal de experiencias hidrodinámicas de El Pardo

CERN Laboratorio europeo para la física de partículas.

CH SuizaCIBER Centro de Investigación

Biomédica en redCICYT Comisión Interministerial

de Ciencia y TecnologíaCIEMAT Centro de investigaciones

energéticas, medioambientales y tecnológicas

CII Cuadro Europeo de Indicadores de Innovación

CINDOC Centro de Información y Documentación Científica

CIP Programa Marco de Competitividad e Innovación

CNAE Clasificación Nacional de Actividades Económicas

CNEAI Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora

CNR Consiglio Nazionale delle Ricerche

CNRS Centre National de la Recherche Scientifique

COSCE Confederación de Sociedades Científicas de España

COSEP Consejo Superior de la Empresa Privada

COTEC Fundación Cotec para la Innovación Tecnológica

CPI Centros Públicos de Investigación

CRECE Comisiones de Reflexión y Estudio de la Ciencia Española

CSIC Consejo Superior de Investigaciones Científicas

CYD Fundación Conocimiento y Desarrollo

CYT Ciencia y TecnologíaCYTED Programa Iberoamericano

de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo

CY ChipreCZ República ChecaDC Corriente ContinuaDE AlemaniaDG Dirección GeneralDGIT Dirección General de

Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico

DK DinamarcaEC European CommissionECR Entidades de Capital RiesgoECTS European Credits Transfer

SystemEDP Equivalencia a Dedicación

PlenaEE EstoniaEEE Espacio Europeo de la

EducaciónEEI Espacio Europeo de

InvestigaciónE.E.U.U. Estados UnidosEFDA Acuerdo Europeo para el

Desarrollo de la FusiónEIS European Innovation ScoreboardEJC Equivalencia a Jornada

CompletaEL GreciaEMBL Laboratorio Europeo de

Biología MolecularEMBO Organización Europea de

Biología MolecularEPA Encuesta de Población ActivaEPO Oficina Europea de PatentesES España

ESA Agencia Europea del EspacioESF Fundación Europea de la

CienciaESO Observatorio Europeo AustralESPRIT Programa Estratégico

Europeo para Investigación y Desarrollo en Tecnología de la Información (European Strategic Programme for Research and Development in Information Technology)

ESRF Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotron

EUA European University Association

EURATOM European Atomic Energy Community

EUREK A European Research Coordination Agency (Agencia de Coordinación de la Investigación Europea)

EUROSTAT Oficina Estadística de las Comunidades Europeas

FECYT Fundación Española de Ciencia y Tecnología

FEDIT Federación Española de Entidades de Innovación y Tecnología

FI Finlandia FP Formación profesional FR FranciaGCI Growth Competitiveness IndexGMP Good Manufacturing PracticesHU HungríaI+D Investigación y Desarrollo I+D+i Investigación, Desarrollo

Tecnológico e InnovaciónI+DT Investigación y Desarrollo

TecnológicoIBEROEK A Programa de

Cooperación Iberoamericana en Ciencia, Tecnología e Industria

ICO Instituto de Crédito OficialICYT Base de datos del CINDOC

para las publicaciones en ciencia y tecnología

IDE Incorporación de Doctores en Empresas.

IE IrlandaIEO Instituto Español de

Oceanografía IGME Instituto Geológico y Minero

de España

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IMD International Management Development

IME Índice Médico Español INE Instituto Nacional de

EstadísticaINIA Instituto de Investigaciones

Agropecuarias INTA Instituto Nacional de Técnica

AeroespacialIPSFL Instituciones Privadas Sin

Fines Lucrativos IPTS Institute for Prospective

Technological Studies IRPF Impuesto sobre la Renta de

las Personas FísicasISCIII Instituto de Salud Carlos III. ISI Thompson Institute for Scientific

InformationISP Internet Services ProviderIT ItaliaITEA Ingeniería Térmica, Energía y

Atmósfera ITER Reactor de Fusión Nuclear JRC Joined Research CenterLOU Ley Orgánica de UniversidadesLT Lituania LV LatviaLU Luxemburgo MCYT Ministerio de Ciencia y

TecnologíaMEDEA Microelectronics

Development for European Applications

MEH Ministerio de Economía y Hacienda

MEUR Millones de euros MIBOR Tipo de interés medio

del dinero en el mercado interbancario de Madrid

Miner Ministerio de Industria y Energía.

MMA Ministerio de Medio Ambiente.

MPG Max Planck Gesellschaft Mrd. Mil millones/Millardo. MT MaltaNL Holanda NMP Nanotecnologías, Materiales y

Producción NO NoruegaNVCA National Venture Capital

Association

OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico

OCYT Oficina de Ciencia y Tecnología

OEP Oficina Europea de PatentesOEPM Oficina Española de Patentes

y Marcas. OMPI Oficina Mundial de la

Propiedad IntelectualOPI Organismo Público de

Investigación. OTRI/OTT Oficina de Transferencia

de Resultados de Investigación/Oficina de Transferencia de Tecnología

PCT Tratado de Cooperación de Patentes

PGE Presupuestos Generales del Estado

PIB Producto Interior Bruto. PIBpm Producto Interior Bruto

precios mercadoPL PoloniaPM Programa Marco de la Unión

Europea PN Plan Nacional de I+DPNR Programa Nacional de

ReformasPPA Paridad de Poder Adquisitivo. PPC Paridad de Poder de Compra. PPS PIB por habitante, por

parámetros de poder adquisitivo PREST Policy Research in

Engineering, Science and Technology

PROFIT Programa de Fomento de la Innovación Tecnológica

PT Portugal PYME Pequeña y Mediana EmpresaSAI Sistema de Alimentación

IninterrumpidaSBTO Spain Bussiness & Technology

OfficeSCI Science Citation IndexSE SueciaSI EsloveniaSII Índice Sintético de Innovación

(Summary Innovation Index)SISE Plan Nacional de I+D: Sistema

Integral de Seguimiento y Evaluación

SK Eslovaquia

TIC Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones

UE Unión Europea. UE-15­ Los 15­ países miembros de la

Unión Europea antes del 2004UE-25­ Los 25­ países miembros de la

Unión Europea después del 2004 UEM Unión Económica y

MonetariaUK Reino UnidoUNESCO Organización de Naciones

Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization)

US$ Dólar de Estados Unidos USPTO Oficina Estadounidense de

Patentes y Marcas. VAB Valor Agrgado Bruto. VABcf Valor Agregado Bruto al

coste de los factores. VABpb Valor Agregado Bruto a

precios básicos. VABpm Valor Agregado Bruto a

precios de mercado.

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1 Del latín recensio, -onis. 1. f. Noticia o reseña de una obra literaria o científica.

La otra historia de México: Juárez y Maximiliano; la Roca y el Ensueño

Armando Fuentes Aguirre Editorial DianaPrimera edición: abril de 2006Sexta impresión: noviembre de 2006ISBN: 968-13-4266-6

«¿Era Juárez un héroe inmaculado, y Maximiliano un villano usur-pador? No. Hombres de carne y hueso fueron ambos, capaces de grandeza y mezquindad. Miramón y Mejía ¿fueron traidores? Tampoco. Los dos fueron buenos mexicanos que amaron a su Patria y quisieron para ella lo mejor. Hoy hablaré de estos hombres, y de las mujeres que con ellos vivieron el tremendo drama que culminó en el Cerro de las Campanas. La cita es hoy a las 13 horas, en la fil de Guadalajara, donde presentaré mi libro ‘Juárez y Maximiliano: la roca y el ensueño’. Déjame decirte, con un poco de risa y un mucho de asombro, que este libro ha sido considerado por los libreros ‘el best seller del año’».

— Armando Fuentes Aguirre, Catón

Armando Fuentes Aguirre, Catón, es uno de los columnistas más leí-dos de México. «De política y cosas peores» y «Mirador» hacen reír y pensar cada día a mi-llares de lectores. Reflexiona en forma amena y profunda en torno del mundo y de la vida. Hoy, este hombre nos presenta otro ángulo de su personalidad: la de repor-tero del pasado en un libro que estudia y analiza un período fundamental de la historia de México; período en el que se construyeron ídolos y se mandaron al basurero de la historia, personajes cuyo mayor pecado fue haber militado entre los «conservadores», «mochos», que dice Fuentes Aguirre en La otra historia de México: Juárez y Maximiliano; la Roca y el Ensueño, libro motivo de esta resención.¹

recensión sobre libro Desde su ofrecimiento: «A mis nietos, para que amen a México en la verdad», Catón nos ubica en el contexto del texto que seguirá por 714 páginas, dividido en cinco par-tes, 25­ capítulos, unas primeras palabras y unas palabras finales: buscar en los documentos la verdad histórica de aquellos años. Desde entonces, la historia mexicana ha sido escrita con una intención más proselitista que realista, es por eso que el libro de Catón es de una importancia funda-mental, ya que contiene una visión de México distinta a la versión que se nos enseñó. Juárez aparece con un perfil de plenitud humana, no hierático, como estatua, y la narración de la vida y la muerte de Maximiliano alcanza grado de tragedia. El texto de Catón muestra el consumado oficio del pe-riodista y la ágil amenidad del cuentista que es él. En La otra historia de México: Juárez y Maximiliano; la Roca y el Ensueño nos encontramos con la novedosa vi-sión de que nuestros héroes no fueron ángeles, motivo de visita en los días laicos de fiesta de guardar, sino hombres sujetos a la condición humana y que, quienes tradicional-mente se nos han presentado como villanos, no fueron los traidores que se «celebran» en sentido inverso en los días de rituales destinados a los santones aprobados por el sistema. Después de leer estas páginas, sin duda nuestra visión del pasado ya no será la misma. El autor cumple una ím-proba tarea de reconciliación y de unidad alrededor de la entelequia que es México. Fuentes Aguirre bien describe como se condena a hom-bres y mujeres valiosos al olvido, etiquetados de traidores o malos mexicanos por cometer el pecado de tener ideas distintas a las de quienes, al final, fueron vencedores de una guerra en la que los únicos que perdieron fueron los mexicanos. La historia debe escribirse sin etiquetar a nadie, sim-ple y sencillamente deben plantearse los hechos, tal cual ocurrieron sin alumbrar a base de adjetivos y oscurecer a base de denuestos los actos humanos de los personajes que vivieron tales hechos. Catón añade en su trabajo la esencia de los personajes, humaniza las figuras históricas, las muestra con grande-zas y miserias. Benito Juárez, la roca, por su fortaleza, por su tenacidad inquebrantable, pero también por su empe-cinamiento para mantenerse en el poder. Juárez es des-crito como el clásico político mexicano que llega incluso a comprometer la soberanía del País para conservar el poder. Al emperador Maximiliano de Habsburgo lo asocia al ensueño por el enorme idealismo de un hombre que re-nunció a su nacionalidad, y cuyas últimas palabras en el patíbulo fueron para bendecir a su nueva patria y para desear que su sangre fuese la última que se derramara.

En esta obra que le tomó a Catón 10 años de trabajo de investigación, traducidos en más de 5­00 textos escritos, originalmente para la prensa alrededor del periodo histó-rico protagonizado por Benito Juárez y Maximiliano de Habsburgo, bajo el título de «La otra historia de México», en la que quiso decir, en palabras del propio autor, «que hay otra versión de la historia de México muy distinta a la que nos contaron. La historia oficial es maniquea y está escrita a la manera de las películas de vaqueros, donde los buenos son absolutamente buenos y los malos son villanos incapaces de cualquier bondad. En mi libro pre-sento a los personajes históricos como creo que fueron: humanos. »La historia ha dividido a los mexicanos en conserva-dores y liberales, ricos y pobres, derechistas e izquierdis-tas. De ahí derivo esa necesidad de conciliación, de una gran unidad nacional que todavía no conseguimos». Así cumple su propósito Fuentes Aguirre al escribir la otra historia de México: que los mexicanos, sin distinción de tendencias filias u odios, amemos a nuestra patria en la verdad. La importancia de La otra historia de México: Juárez y Maximiliano; la Roca y el Ensueño en el momento actual, estriba en que apenas, iniciado el proceso democratiza-dor de nuestra patria, aparecen situaciones que recuer-dan aquellas luchas. La otra historia de México: Juárez y Maximiliano; la Roca y el Ensueño no sólo es un libro extraordinario, sino delicioso, y al alcance de cualquier entendimiento. Lectura indispensable para quien desee conocer la verdad de aquel momento histórico.

— Emilio Lamadrid

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La presente recensión no es precisamente sobre un libro nuevo, sino sobre uno que lleva varias décadas de edición y que se ha convertido en un clásico: Cien años de soledad. Junto con los colombianos, los seguidores del «Gabo» y todos los lectores de habla hispana, me monto en el barco de la celebración y aprovecho la feliz coincidencia del 40o aniversario de su publi-cación, el 5­ de junio, para hablar un poco de esta obra. José Arcadio Buendía y su mujer, Úrsula Iguarán (quien además es su pri-ma), abandonan el pueblo de Riohacha, en compañía de un grupo de seguido-res, para buscar un mejor sitio en el cual establecerse. Después de atravesar montañas, pantanos y bosques peligrosos llegan a la orilla de un río y deci-den fundar ahí el pueblo de Macondo. Éste es, propiamente, el inicio de una de las novelas más famosas de la literatura hispanoamericana del siglo xx. Cien años de soledad (1967) es la saga familiar de los Buendía, desde sus orígenes, pasando por su esplendor, posterior decadencia y extinción. Com-prime y sintetiza poco más de un siglo de locuras, excesos, extravagancias, obsesiones, guerras, situaciones sobrenaturales y mágicas, acontecimientos históricos, devaneos amorosos, historias divertidas y soledades de cada uno de sus personajes. A pesar de su aparente estilo cronológico, Cien años de soledad juega en momentos con el tiempo y convierte el relato en circular. Al leerla uno puede reconocer elementos que nos son comunes a los países de América Latina: la penetración yanqui, las guerras entre liberales y conservadores, «las histo-rias oficiales», las represiones gubernamentales, el catolicismo, las supersti-ciones y un espíritu contemplativo y poco práctico. Gabriel García Márquez había esbozado ya algunos de los temas y perso-najes de esta novela en trabajos anteriores. Un ejemplo a primera vista es el caso del coronel Aureliano Buendía, el cual ya aparece delineado en 1960, en la novela El coronel no tiene quién le escriba. Sin embargo, no es hasta la apa-rición de Cien años de soledad que García Márquez lo desarrolla en toda su intensidad y lo lleva a él y a otros personajes a niveles inimaginables: al terre-no del realismo mágico.

Cien años de soledad

Gabriel García MárquezColección AustralEditorial Espasa CalpeUndécima edición: 12 de noviembre de 1990Estudio introductorio de Joaquín MarcoISBN 84-239-1900-5

recensión sobre libro

La novela es también la historia de Macondo, un pueblo perdido en medio de la selva, un lugar inaccesible, extramadamente húmedo y caliente. A lo largo de cien años de narración somos testigos de su fundación, progreso y decadencia. Por otra parte, muchos han querido ver en Macondo la repre-sentación de cualquier pueblo latinoamericano, el prototipo que se repite a lo largo de varias latitudes. Otros más se empeñan en asegurar que éste es la idealización (o tal vez exageración) de Aracataca, lugar de nacimiento del autor. Conviene leer Cien años de soledad, de la mano del árbol genealógico de los Buendía; un gran número de ediciones lo incluye, lo que ayuda en gran manera al lector a no perderse en la repetición de nombres. Varias ediciones incluyen también estudios críticos, análisis y comentarios sobre la obra, ex-plicando la historia, los personajes, incluso la corriente estilística del realismo mágico. Recomiendo leer toda esta información hasta el final; no hay como sumergirse en la novela de inmediato, logrando que ella misma nos impacte sin necesidad de predisposiciones. Aun cuando la edición actual, la conme-morativa, incluya ensayos de Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y algunos académicos de la lengua, insisto: lo mejor es maravillarnos y sorprendernos directamente con lo que pasa allí… ya después cotejaremos nuestra opinión con la de estos insignes escritores. Sin duda, una gran novela. Para aquel que no la haya leído es un buen mo-mento de acercarse a ella: el 40o aniversario nos proporciona ediciones de diversos tamaños y precios. Por otra parte, es una buena oportunidad de re-conocer, a través de la literatura, aquellos lazos que nos unen con los demás pueblos de Latinoamerica.

— Lic. Francisco Gámez Valdés

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Pharus Academiæ Abstract de trabajo de investigación

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En esta tesis se intenta dar una explicación al por qué de ciertas actitu-des «negativas» hacia las materias formativas (materias sello) por parte de los alumnos de 5­.° semestre de la preparatoria. Para ello se plantean como objeti-vos: Describir los niveles de postmodernidad de nuestros alumnos en ciertas dimensiones y el de las actitudes hacia las materias formativas. Además, se cuantifica la correlación que hay entre los rasgos postmodernos y la actitud hacia estas materias. Se aborda el tema de la educación como un proceso formativo que genera y desarrolla en el individuo actitudes y valores para la convivencia en su mun-do familiar y social. También se analiza la finalidad de las materias sello; es decir, aquellas materias que pretenden facilitar el desarrollo armónico de la personalidad del alumno, basado en una determinada jerarquía de valores en la que el iest cree y fundamenta su filosofía institucional.Se analiza la interrelación que existe entre las actitudes y la educación, ya que educar consiste en formar hábitos positivos y desarrollar actitudes que ayuden al alumno a crecer como persona. Se expone la postmodernidad como el desencanto generacional hacia las grandes utopías; en donde no hay verdad absoluta, sino verdades relativas y multiplicidad de puntos de vista, en donde la cultura del menor esfuerzo, el placer como fin, y la preponderancia del tener sobre el ser, son rasgos de la cultura postmoderna que influyen de manera muy importante en la actitud de los jóvenes hacia la vida. Se presenta un instrumento de medición compuesto de 47 reactivos, los cuales intentan conocer las formas de pensar de los adolescentes acerca de algunos temas de su vida diaria y de las materias formativas. Se tabulan y analizan las respuestas del cuestionario obteniéndose los promedios por reactivo, dimensión y variable, para llegar finalmente a las conclusiones del trabajo de investigación. Éstas permiten suponer que las ac-titudes postmodernas no son únicamente hacia todo aquello que tenga que ver con valores, formación humana y social, sino son posturas que tienen los alumnos de la preparatoria para enfrentar la vida.

Los rasgos postmodernos de los alumnos de bachillerato hacia las materias formativas

Lic. Leticia Sandoval Piñer aEgresada del iest de la carrera de Administración. Se desempeñó profesionalmente en empresas del corredor Industrial y en Grupo Tampico. Actualmente es profesora de las materias formativas de la Institución y otras relacionadas con el área de administración en diversas carreras.

Lic. Gr aciela Zorrilla GarzaEgresada del iest de la carrera de Administración. Actualmente se desempeña como asistente del coordinador de las materias sello y es profesora de las materias formativas de la institución.

Abstract de tr abajo de investigación

The postmodern features of senior high students towards formatives courses

This paper tries to give an explanation about the mani-festation of some “negative” attitudes towards formative courses (hallmark courses) shown by senior students. In order to reach this goal the following objectives are established: to describe the levels of post modernism in our students in certain areas of interest, as well as their attitudes towards formative courses. Furthermore, the correlation between the post modern features and their attitude towards these courses is quantified. Education as a formative process which helps to de-velop in the person attitudes and values for a better inter-action with his family and his social world is considered. It is also analyzed the goals of hallmark courses, that is, those courses that help to develop the students personal-ity in a harmonic way, based on a specific hierarchy of values stated by the iest (Instituto de Estudios Superi-ores de Tamaulipas) according to its philosophy. The interrelation that exists between attitudes and education is analyzed, since education implies to form in our students positive habits and to develop certain atti-tudes that will help them to grow up as a person. Post-modernity as a generational gap disillusion to-wards big utopias is presented. In post-modernism there is not an absolute truth, but just relative ones and a big range of points of view. The culture of the least effort, of the pleasure as a goal and the preference of “having” above “being” are features of the post-modern culture that provide an outstanding influence in the youngsters’ attitude towards life.

A measurement instrument composed by 47 questions is presented. This provides an excellent means to know the different ways of thinking of the youngsters about certain issues of their daily life, as well as the formative courses. All answers of this instrument are presented in a table and analyzed afterwards. The average per question, the dimensions, and the variable are given to finally arrive to the conclusions of this research work. These answers al-low us to suppose that postmodern features are not only towards everything related to values, human and social formation, but that they are features which high school students live by and use in a daily basis.