Philosophica Enciclopedia Jürgen Habermas

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  • Jrgen Habermas

    Autor: Jos Mara Carabante Muntada

    Jrgen Habermas es uno de los filsofos y socilogos vivos ms

    importantes de la actualidad. Se ha dicho de l que es el terico

    alemn ms influyente despus de Heidegger. Y con independencia

    de la verdad de este aserto, lo cierto es que la repercusin de su

    obra est fuera de toda duda desde que a principios de los sesenta

    viera la luz su primer ensayo sobre la opinin pblica y, sobre todo,

    desde que en 1981 publicara una de las obras filosficas ms

    relevantes de la segunda mitad del siglo XX: Teora de la accin

    comunicativa.

    Heredero de la tradicin marxista de la Escuela de Frankfurt,

    Habermas sintetiza y asimila diversas corrientes filosficas desde

    la fenomenologa hasta la hermenutica y el psicoanlisis,

    proponiendo una nueva teora de la sociedad. Filosofa y teora de

    la sociedad se encuentran estrechamente relacionadas en su obra,

    en la medida en que han sido sus inquietudes polticas y sociales

    las que le han obligado a reflexionar sobre la racionalidad y a

    proponer un modelo discursivo de razn que sirve de fundamento

    para las diversas disciplinas cientficas, pero que determina tambin

    un nuevo concepto de sociedad, replanteando con ello la tica, la

    poltica y el derecho.

  • 2

    ndice

    1. Vida y obra

    2. Habermas y la Escuela de Frankfurt

    3. De la reflexin social a la epistemologa

    3.1 La crtica habermasiana al positivismo cientfico y social

    3.2. Los intereses rectores del conocimiento

    4. El cambio de paradigma cientfico: de la epistemologa a la teora de la comunicacin

    5. La teora de la accin comunicativa

    5.1 La racionalidad discursiva

    5.1.1. La Pragmtica Universal

    5.1.2. El discurso y la situacin ideal de habla

    5.1.3. Los caracteres de la racionalidad discursiva

    5.2. La teora consensual de la verdad y la tica discursiva

    5.3. La sociedad como sistema y mundo de la vida

    5.4 La evolucin social y la colonizacin del mundo de la vida

    5.5. La poltica discursiva

    6. La perspectiva de Habermas sobre la biotica y sobre el secularismo

    6.1. La biotica

    6.2. El problema de la religin en el espacio pblico

    7. Bibliografa

    7.1 Obras principales de Habermas

    7.2. Estudios sobre Habermas

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    1. Vida y obra

    Nacido en 1929 en Dsseldorf, Jrgen Habermas se cri en la

    localidad de Gumbersbach, a la que fue destinado su padre como

    presidente de la Cmara de Comercio. Su infancia, como la de

    sus coetneos, estuvo marcada por la experiencia del nazismo y

    por las necesidades econmicas de un pas que se apresuraba a

    iniciar su reconstruccin tras la II Guerra Mundial. Entre 1949 y

    1954 estudi en diversas universidades (Bonn, Gotinga, Zrich),

    adquiriendo una slida formacin en materias como filosofa,

    historia, psicologa, literatura y economa. Tras doctorarse en la

    Universidad de Marburgo, trab contacto con el Instituto de

    Investigaciones Sociales y fue asistente de Th. W. Adorno, uno

    de los lderes de la Escuela de Frankfurt.

    Su contacto con la Teora Crtica le sirvi para ampliar sus

    intereses intelectuales y adentrarse en dos corrientes de

    pensamiento que han marcado su obra: el marxismo y el

    psicoanlisis. Asimismo le ofreci un primer asidero profesional,

    no exento de polmica. En cualquier caso, con independencia de

    la adscripcin de Habermas a la Teora Crtica algunos sealan

    que es la voz principal de la II Generacin de frankfurtianos,

    mientras otros niegan su inclusin, lo cierto es que en su

    trabajo se perfilan y se resuelven, como se ver, problemas

    planteados por sus primeros integrantes [Wiggershaus 1994: 537].

    Adems de su actividad como intelectual pblico, que le ha

    llevado a colaborar en los medios de comunicacin, desde la

    publicacin de su primera obra importante, Historia y crtica de la

    opinin pblica, se perfila una trayectoria filosfica sistemtica.

    Junto con esa obra, hay que destacar otros ensayos suyos

    como Teora y praxis, Conocimiento e inters, Ciencia y tcnica

    como ideologa y Problemas de legitimacin en el capitalismo

    tardo. En 1981 ven la luz sus dos tomos sobre la Teora de la

    accin comunicativa, a los que siguen El discurso filosfico de la

    modernidad, Pensamiento postmetafsico, Conciencia moral y

  • 4

    accin comunicativa, Facticidad y validez y el conjunto de los

    ensayos que recogen sus trabajos en publicaciones peridicas.

    Habermas ha sido docente de varias universidades alemanas

    (ha pasado por Heidelberg y Marburgo, pero se jubil en la

    Universidad de Frankfurt). Puede decirse que a partir de los aos

    setenta se produce su reconocimiento profesional como filsofo:

    recibe el Premio Hegel de la ciudad de Stuttgart (1974) y el

    Premio S. Freud de la Academia de la Lengua y la Poesa de

    Darmstadt (1976). Desde las dcada de los ochenta ha recibido

    distinciones importantes en todo el mundo. Entre los diversos

    honores, destacan los doctorados Honoris Causa de la

    Northwestern University (1991), y de las universidades de Tel

    Aviv (1994), de Bolonia (1996), la Sorbona (1997), Cambridge

    (1999) y Harvard (2001). En 1995 recibe el premio Karl Jaspers

    de la ciudad de Heidelberg; en 2001, el Premio a la Paz de los

    Libreros alemanes y en 2003, el Premio Prncipe de Asturias.

    2. Habermas y la Escuela de

    Frankfurt

    La estrecha relacin que existe entre la obra de Habermas y la

    labor realizada durante gran parte del siglo XX por el Instituto de

    Investigaciones Sociales obliga a realizar una breve referencia a

    las inquietudes intelectuales de la Escuela de Frankfurt, con el fin

    de ver cmo las lneas de trabajo de los primeros tericos crticos

    marcan, desde el principio, la problemtica filosfica a la que se

    enfrenta Habermas. De hecho, esos motivos han dirigido su

    investigacin hasta tal punto que se podra decir que todo el

    proyecto de Habermas no consiste ms que en una

    reelaboracin de la teora crtica. sta buscaba vincular la

    investigacin cientfica con la crtica social, de forma que,

    rehabilitando una praxis de naturaleza marxista, el conocimiento

    de una determinada situacin condujera a su propia reconduccin

    emancipadora. Los integrantes de la Escuela de Frankfurt se

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    dirigieron, por tanto, hacia Marx, pero supieron combinar la visin

    antropolgica del marxismo con las intuiciones de Freud. No es

    de extraar, pues, que concibieran las situaciones sociales como

    patolgicas y que desde su perspectiva el saber social tuviera

    efectos teraputicos.

    Estos pensadores indagaron sobre las condiciones sociales y

    las determinaciones histrico-econmicas de las teoras

    cientficas materialismo y sobre las consecuencias polticas

    de las mismas. Propusieron una Teora de la Modernidad crtica

    que subrayaba las contradicciones de este acontecimiento

    histrico-filosfico. En la ya famosa Dialctica de la Ilustracin,

    Horkheimer y Adorno buscaban explicar la gnesis y desvelar la

    pavorosa naturaleza de un proyecto que, como el ilustrado, se

    propona adelantar la emancipacin y la liberacin del hombre,

    pero que en lugar de ello condujo inevitablemente a unos

    sistemas polticos opresivos y totalitarios. La primaca del

    consumo y de las sociedades de mercado, en la posguerra,

    perpetuaban aquella dominacin. A juicio de ambos autores, la

    Modernidad no haba emprendido una senda equivocada, sino

    que ab initio constitua un proyecto ideolgico de carcter

    paradjico o dialctico.

    Asimismo, Horkheimer profundiz en la nocin de razn

    instrumental para explicar los fundamentos epistemolgicos de la

    ciencia y de las sociedades modernas, pero ni l ni Adorno

    supieron encauzar su crtica hacia un paradigma alternativo de

    racionalidad. Segn Habermas, la Escuela de Frankfurt incurri

    en una apora importante: cmo denunciar un uso de la razn

    restringido si no se dispona de otro ms amplio? Ante la

    imposibilidad de consolidar cientficamente su crtica, Adorno

    termin formulando una teora esttica y Horkheimer se encerr

    en un planteamiento cuasi-religioso.

    El inters inicial de Habermas consisti en recuperar la teora

    crtica, tal y como fue formulada en sus inicios, pero buscando

    fundamentarla cientficamente, para lo cual era menester

  • 6

    investigar sobre un modelo adecuado de razn y de ciencia que,

    adems de aclarar el propio estatuto epistemolgico de la teora

    crtica, combinara el carcter cientfico de la reflexin social con

    sus pretensiones crticas y emancipatorias.

    En concreto, la intencin de Habermas era resolver tres

    problemas filosficos de primera magnitud:

    1. Aclarar la vinculacin de la teora con la praxis. En la estela de

    la Escuela de Frankfurt, era importante justificar de nuevo las

    pretensiones prcticas de la investigacin social, superando la

    perspectiva tecnocrtica que reduca la praxis a la mera

    aplicabilidad tcnica de informaciones cientficas.

    2. Criticar cientficamente las sociedades de capitalismo tardo o

    intervenido, que haban devaluado el proyecto emancipador de

    la Modernidad. Ello exiga replantear los ideales ilustrados. A

    este respecto, frente al pesimismo de la Escuela de Frankfurt,

    Habermas entiende que la Modernidad es un proyecto

    inacabado. Su concepcin del espacio pblico como mbito de

    deliberacin, la reivindicacin de una radicalizacin

    democrtica y su propuesta poltica deliberativa son

    manifestaciones de esta segunda inquietud.

    3. Superar el concepto restringido de razn que subyace al

    planteamiento positivista y defender un concepto de razn

    amplio e inclusivo sobre el que pueda sustentarse no slo la

    ciencia emprica, sino tambin la ciencia social y la tica, la

    moral o la poltica.

    3. De la reflexin social a la

    epistemologa

  • 7

    3.1 La crtica habermasiana al positivismo

    cientfico y social

    Aunque los primeros intereses tericos de Habermas tenan

    carcter poltico (as, investig sobre las inquietudes polticas de

    los estudiantes y sobre la conformacin de la voluntad poltica en

    las sociedades capitalistas), descubri muy pronto que algunos

    de los problemas ms acuciantes del contexto contemporneo

    tenan causas filosficas ms profundas. Constata en varias

    ocasiones con preocupacin cmo la racionalidad prctica ha

    sido destruida por diversos embates tericos [Habermas 1999:

    211]. Su trabajo se enfrenta, de ese modo, a una de las

    consecuencias ms importantes provocadas por la mentalidad

    cientificista: el decisionismo que ha condenado la poltica, la

    moral y el derecho a la irracionalidad.

    A partir de su obra Teora y praxis, se centra en la problemtica

    de la racionalidad por dos motivos principalmente. En primer

    lugar, uno de carcter epistemolgico: La necesidad de llevar a

    cabo una crtica al planteamiento reduccionista del positivismo y

    su consiguiente interpretacin tecnocrtica de la poltica y la tica

    en definitiva, de la racionalidad prctica le obligarn a

    introducirse en la elaboracin de una teora general de la ciencia,

    como se ver. En segundo trmino, un motivo metodolgico, que

    hace referencia a su inquietud por conformar una teora crtica de

    la sociedad, superando las aporas de los primeros integrantes de

    la Escuela de Frankfurt [Habermas 1999: 123; Habermas 2000:

    13].

    Habermas se percata de que la racionalizacin que ha

    acompaado a la Modernidad ha conducido a un mundo mucho

    ms productivo, como evidencia el prestigio pblico de la tcnica;

    sin embargo, al mismo tiempo el proceso de racionalizacin se

    antoja paradjico: mientras el trabajo cientfico-tcnico ampliaba

    sus dominios, engulla el mbito de la praxis, condenndola a la

    irracionalidad de las creencias y de los valores, sobre los que

  • 8

    actuaban prejuicios ideolgicos y sobre los que, segn el

    positivismo, no podran realizarse enunciados con certeza. Su

    asombro filosfico nace cuando constata ese desequilibrio: se

    pregunta por qu la emancipacin con respecto a la miseria y la

    pobreza el xito econmico, cientfico y tcnico no converge

    de forma necesaria con una emancipacin respecto de la

    servidumbre y humillacin [Habermas 1999: 51].

    Por otro lado, el cientificismo, una filosofa que se basa en la

    eliminacin de las diferencias entre disponer y actuar, ha

    privilegiado una forma de entender la teora que est

    estrechamente relacionada con el campo de la accin: la ciencia

    constituye una disciplina que, entre otras cosas, sirve, esto es,

    puede aplicarse tcnicamente. No se ha logrado tampoco vencer

    la tentacin de entender la sociedad y la poltica desde el punto

    de vista que representa la racionalidad instrumental o tcnica. De

    ese modo, los procesos sociales y polticos de racionalizacin

    han terminado conduciendo a sociedades administradas y a la

    instalacin de tecnocracias polticas; ideologas, en cualquier

    caso, que impiden una concepcin poltica basada en la

    configuracin de una voluntad comn, racional y universal,

    surgida en espacios pblicos deliberativos. Desde este punto de

    vista, lo importante es subrayar que la autocomprensin

    cientficista ocasiona dilemas y graves problemas en el orden

    tico-poltico. Por ello, superar el cientificismo no es slo un

    asunto exclusivamente filosfico: adquiere para Habermas

    relevancia poltica y social.

    3.2. Los intereses rectores del conocimiento

    Conocimiento e inters (1968) revela la importancia que

    Habermas otorga a los aspectos de fundamentacin cientfica.

    Podramos afirmar que es la propia reflexin poltica la que le

    obliga a internarse por los caminos de la teora de la

    ciencia. Conocimiento e inters, escrito precisamente en el

    contexto de crtica y debate entre las corrientes positivistas y el

  • 9

    postempirismo, pretende, de un lado, ser una autorreflexin de la

    ciencia sobre s misma y advertir de las limitaciones del

    cientificismo; de otro, se propone aclarar el estatuto

    epistemolgico de la teora crtica y otorgar suficiente base a la

    misma para proponerse como alternativa a los planteamientos

    cientficos dominantes.

    La investigacin sobre lo que denomina los intereses del

    conocimiento parte de un profundo examen e identificacin de las

    estructuras cognoscitivas y de los procesos de generacin del

    saber cientfico, as como de los lmites disciplinarios entre las

    ciencias. Las teoras y doctrinas de carcter cientificista

    pretendan marcar distancias con los propios contextos prctico-

    vitales de surgimiento, y se postulaban desinteresadas o

    neutrales con el fin de acreditar su propia pureza. Precisamente,

    con el concepto de inters, Habermas logra identificar los

    determinantes del proceso cognoscitivo que, de otro modo,

    permaneceran ocultos [Habermas 1999: 33; Geuss 1981: 61].

    Segn el pensador alemn, el ser humano inicia su

    conocimiento a partir de ciertos intereses arraigados en su propia

    naturaleza. Los intereses constituyen orientaciones bsicas que

    resultan inherentes a determinadas condiciones de reproduccin

    y autoconstitucin de la especie humana [Habermas 1982: 199].

    Llega a este concepto tras analizar los procesos de investigacin

    propios de las diferentes ciencias (las empricas, las

    hermenuticas y las crticas), que a su juicio forman parte del

    proceso global de formacin que es la historia del gnero

    humano [Habermas 1982: 199]. El inters media entre los

    mecanismos de formacin histrica de la especie y la lgica de su

    formacin. Y en el examen detenido de los mbitos de

    autoconstitucin propios de la especie humana, reconoce los

    medios caractersticos de socializacin, a saber, el trabajo, el

    lenguaje y el poder. Desde esta perspectiva, los intereses

    proceden de la experiencia; ahora bien, por otro lado sostiene

    que conforman puntos de vista categoriales, trascendentales y

  • 10

    necesarios, encargados de proveer al conocimiento bien de

    informaciones inters tcnico, bien de interpretaciones

    inters prctico, o bien de anlisis autorreflexivo inters

    emancipatorio. Se delinea as un tertium genus entre lo emprico

    y lo transcendental: cuasi-transcendentales es como los califica

    [Habermas 1982: 200].

    El descubrimiento de los intereses rectores del conocimiento

    permite ampliar el marco cientfico e impugnar con cierta

    solvencia las pretensiones del cientificismo. As como existe un

    mbito apropiado para la expansin de las informaciones

    emprico-analticas, existe otro que determina la cientificidad y

    validez epistemolgica de las ciencias sociales e histricas, y un

    tercero que fundamenta el saber crtico. Cada una de ellas posee

    un inters diferente, al tiempo que son diferentes sus

    metodologas y sus objetos especficos.

    En concreto, Habermas seala tres tipos de intereses:

    1) Inters tcnico: En este caso, el ser humano percibe la

    realidad en funcin de su posible manipulacin tcnica. Es el

    inters que abre el campo de saber de las ciencias emprico-

    analticas.

    2) Inters prctico: No se busca la manipulacin de la realidad,

    sino la aprehensin de sentido. Por ello, gracias a este inters,

    el hombre accede al significado de las realidades simblicas o

    culturales. Es el campo del conocimiento prctico y sostiene a

    las ciencias de carcter prctico o histrico.

    3) Inters emancipatorio: En este caso, el ser humano busca

    conocer la realidad social, criticarla y modificarla desde el punto

    de vista de la libertad. Es el inters que fundamenta a las

    llamadas ciencias crticas, entre las que se cuenta la propia

    teora habermasiana.

    Con su teora de los intereses rectores del conocimiento,

    Habermas por un lado admite la validez de diversos

  • 11

    planteamientos cientficos y asume algunos postulados

    contemporneos (como parte de la tradicin hermenutica), pero

    tambin se ve obligado a enfrentarse con H. G. Gadamer y a

    recusar la pretensin universalista de su proyecto. El debate

    entre Habermas y Gadamer fue tan fructfero que justificara un

    trabajo aparte; baste con mencionar que, desde la ptica de la

    Teora Crtica, la hermenutica gadameriana no ha de nublar la

    intencionalidad prctica y poltica de las construcciones tericas.

    4. El cambio de paradigma cientfico:

    de la epistemologa a la teora de

    la comunicacin

    En los aos setenta se produce un cambio en la trayectoria

    habermasiana. No se trata de una modificacin de sus lneas de

    estudio, sino de diversos intentos por ensayar una

    fundamentacin ms slida. Habermas se ha referido a esta

    modificacin de su perspectiva filosfica con una expresin ya

    famosa: cambio de paradigma cientfico. En efecto, abandona la

    reflexin epistemolgica y la transforma radicalmente, asimilando

    y conciliando diversas tradiciones filosficas, entre ellas las de la

    sociologa contempornea, el anlisis lingstico y la filosofa

    analtica.

    Si hasta 1970, Habermas haba tomado la teora del

    conocimiento como base de su teora de la sociedad, en ese

    momento se percata de las insuficiencias del modelo monolgico

    ofrecido por la filosofa de la conciencia (racionalismo). En l

    actuaban ciertos supuestos idealizadores sobre la base de un

    sujeto racional aislado y artificial. En coherencia con el contexto

    de la filosofa de su poca, Habermas propone modificar la

    perspectiva e introducir en el mbito de la epistemologa el

  • 12

    paradigma de la comunicacin. Esto le permitir, como se ver,

    reinventar la racionalidad sin incurrir en reduccionismos.

    El giro lingstico-pragmtico decide el cambio y la

    transformacin del paradigma impuesto desde el racionalismo,

    que estructuraba el conocimiento en funcin de la relacin entre

    sujeto y objeto. Desde un prisma exclusivamente filosfico, a

    partir de la centralidad del lenguaje, se deja de entender la

    filosofa en trminos subjetivistas y monolgicos. La razn, segn

    Habermas, no se ha de plantear de esa forma, sino que exige un

    tratamiento de carcter dialgico. A esto conclusin llega tras un

    intenso estudio del pragmatismo americano y de la filosofa

    analtica, que abren horizontes complementarios a una filosofa

    ms orientada a la especulacin, como la alemana, y atada a

    modelos subjetivistas.

    Estas nuevas inquietudes le conducen necesariamente a un

    anlisis de los procesos de comunicacin y a descubrir las reglas

    que regulan el entendimiento entre sujetos racionales [Habermas

    1990: 44; Habermas 2008: 20]. El nuevo marco filosfico, en

    definitiva, consiste en trascender el esquema de las teoras

    modernas y sustentar la filosofa en la comunicacin entre

    hablantes. Los procesos de entendimiento y de acuerdo se

    presentan, como se ver, como la clave de bveda de todo el

    pensamiento habermasiano y como la Filosofa primera en un

    contexto postmetafsico, tomando el testigo de la ontologa y de la

    metafsica.

    5. La teora de la accin

    comunicativa

    La Teora de la accin comunicativa, publicada en 1981,

    supone la culminacin del trabajo filosfico de Jrgen Habermas:

    es la obra en la que todas sus intuiciones y preocupaciones

    originales reciben una configuracin y una respuesta definitiva.

  • 13

    En ella intenta ofrecer respuesta a los tres problemas que

    sintetizaban sus objetivos. En concreto, son tres las pretensiones

    que logra desarrollar en este voluminoso ensayo:

    1. Disear una teora ampliada de la racionalidad. A partir de los

    anlisis comunicativos y de la pragmtica universal, Habermas

    propone un nuevo concepto de razn, la razn discursiva, que

    se presenta como alternativa superadora de todos los

    reduccionismo filosficos.

    2. Teora de la sociedad. A partir de la manifestacin social de la

    racionalidad y de los diversos tipos de accin, delinea una

    teora de la sociedad construida, como l mismo indica, a dos

    bandas, que se encuentra slidamente asentada y se revela

    normativamente, es decir, ofrece una perspectiva ideal para

    enjuiciar las sociedades contemporneas.

    3. La propuesta de teora social normativa le sirve para llevar a

    cabo una explicacin de la evolucin de las sociedades

    modernas que, precisamente gracias a su estatuto normativo,

    puede identificar las patologas de los sistemas sociales y

    polticos contemporneos y solventar sus deficiencias.

    Veamos, de forma separada, cada uno de estos puntos.

    5.1 La racionalidad discursiva

    La razn se sita, segn Habermas, en los procesos

    comunicativos. La racionalidad se puede considerar as desde la

    perspectiva de la defensa argumental de los enunciados. Es

    racional, en este sentido, cualquier expresin que concita el

    consenso de los participantes en una argumentacin o, lo que es

    lo mismo, aquella expresin que puede ser aceptada por otro

    sujeto en base a razones. A juicio de Habermas, un anlisis

    exhaustivo de la racionalidad exige examinar la prctica

    comunicativa e intersubjetiva de los hablantes con el fin de

  • 14

    detectar sus condiciones, reglas y lmites. A esta investigacin le

    da el nombre de pragmtica universal

    5.1.1. La Pragmtica Universal

    Segn Habermas, la pragmtica universal plantea () la

    pretensin de reconstruir la capacidad de los hablantes adultos

    para insertar de tal suerte oraciones en referencias a la realidad,

    que esas oraciones puedan asumir las funciones pragmticas de

    exposicin, autoexposicin y establecimiento de relaciones

    interpersonales [Habermas2001: 332].

    La pragmtica obliga a analizar el hecho del habla y los

    diferentes actos de comunicacin. La diferencia entre aspectos

    locutivos e ilocutivos desvela la doble estructura del proceso de

    relacin entre emisor y receptor. El contenido proposicional y el

    ilocucionario siempre se han de dar conjuntamente para que sea

    posible el entendimiento entre los hablantes, porque la

    comunicacin no consiste exclusivamente en la transmisin de la

    informacin, sino que enlaza a los hablantes en una relacin

    interpersonal. La pragmtica universal que plantea Habermas

    representa una novedad en la medida en que, frente a la

    corriente dominante en la lingstica, que prima el aspecto

    cognitivo de las emisiones, se rescata el sentido esencialmente

    comunicativo del habla, incluso afirmando que la funcin

    comunicativa es la principal y originaria [Habermas 2001: 23].

    Pero, cules son las condiciones que determinan que un acto

    de habla sea aceptable? Es importante identificarlas en la medida

    en que el entendimiento depender de su cumplimiento.

    Habermas sostiene que en toda emisin comunicativa el hablante

    plantea pretensiones de validez, frente a las cuales el receptor

    puede tomar postura con un s o con un no. En el caso de que el

    oyente reconozca las pretensiones de validez implcitas en el acto,

    se habr logrado el entendimiento o acuerdo. En el caso de que

    la postura del oyente sea un no a dichas pretensiones, se

    pondr fin al acto de habla (y por tanto el entendimiento habr

  • 15

    fracasado) o bien se exigir al hablante que defienda

    argumentadamente las pretensiones incoadas, con lo que se

    iniciar el discurso.

    Las pretensiones universales de validez se encuentran

    supuestas en los determinados actos de habla y constituyen las

    garantas de los mismos; en principio, su tematizacin discursiva

    se produce cuando el consenso o la suposicin de su validez se

    ha roto, es decir, cuando el oyente exige al hablante que

    justifique su propio acto de habla. Partiendo de sus anlisis

    pragmticos, Habermas diferencia las siguientes pretensiones

    universales de validez segn la finalidad de los actos de habla:

    1. Pretensin de verdad: Subyace al acto de habla que tiene

    como finalidad decir algo sobre la realidad objetivada (actos de

    habla constatativos).

    2. Pretensin de rectitud normativa: Se trata de la pretensin en

    la que descansan los enunciados normativos que implica la

    adecuacin con una norma (actos de habla normativos).

    3. Pretensin de veracidad: Es la pretensin que acompaa a las

    manifestaciones expresivas de la interioridad del hablante

    (actos de habla expresivos).

    5.1.2. El discurso y la situacin ideal de habla

    La racionalidad que se manifiesta en la comunicacin tiene

    carcter discursivo porque el xito de los actos comunicativos

    descansan en la posibilidad de defensa argumentada de las

    pretensiones de validez. Podemos definir, por tanto, los discursos

    como los procesos en los que los hablantes logran fundamentar

    razonadamente sus propuestas comunicativas y las pretensiones

    de validez que subyacen a ellas. El discurso termina con xito

    cuando se desempean o defienden dichas pretensiones, que

    acaban siendo aceptadas por el receptor. El consenso o acuerdo

    constituye el final ptimo de todo discurso.

  • 16

    En funcin de las pretensiones que son impugnadas,

    Habermas diferencia dos tipos de discursos principalmente: el

    discurso terico, en el que se tematiza y discute sobre la

    pretensin de verdad del acto comunicativo; y el discurso prctico,

    como forma de argumentacin en la que se solventa la

    aceptabilidad de un enunciado normativo. Ahora bien, los

    discursos tienen pretensiones universales porque en ellos lo que

    se busca es el reconocimiento universal de los enunciados

    tematizados, de forma que cualquier sujeto racional, actual o

    virtual, pueda asentir en base a razones al mismo.

    La nica fuerza admisible en los discursos es la fuerza del

    mejor argumento. Pero el fin consensual de los mismos exige

    disponer de un criterio normativo para diferenciar entre acuerdos

    y consenso vlidos y los discursos sometidos a la arbitrariedad

    ideolgica o la manipulacin. Habermas introduce a este respecto

    la nocin de situacin ideal de habla. Llamo ideal a una

    situacin de habla en que las comunicaciones no solamente no

    vienen impedidas por flujos contingentes, sino tampoco por las

    coacciones que se siguen de la propia estructura de la

    comunicacin. La situacin ideal de habla excluye las

    distorsiones sistemticas de la comunicacin [Habermas 2001:

    153].

    As es posible decir que la situacin ideal de habla es el

    momento contrafctico que permite deslindar la estructura formal

    de un consenso vlido desde un punto de vista racional. Es, en

    definitiva, un principio regulativo que posibilita la identificacin de

    las condiciones ideales del discurso vlido; entre otras, igualdad,

    libertad, universalidad y ausencia de coaccin.

    5.1.3. Los caracteres de la racionalidad discursiva

    Gracias a la pragmtica universal y a la investigacin sobre los

    discursos, se ha podido establecer un nuevo concepto de razn

    de corte discursivo, puesto que la discursividad constituye el

    ncleo ltimo en el que convergen la validez ltima de la totalidad

  • 17

    de los saberes, las emisiones y las creencias, otorgando unidad a

    una razn que se haba fragmentado en los albores de la

    Modernidad. En efecto, como consecuencia del proceso de

    modernizacin, segn Habermas se haban autonomizado los

    campos de la ciencia, la moral y el derecho, y el arte, asumiendo

    cada uno de ellos un determinado modelo de razn.

    Ahora bien, cules son los caracteres de esta racionalidad?

    Se pueden destacar los siguientes

    1. Es una racionalidad discursiva y lingstica y, por lo tanto,

    surgida de la prctica comunicativa cotidiana de los hablantes.

    2. Es una racionalidad predicable de los individuos, de sus

    emisiones, pero tambin de los sistemas sociales.

    3. Es una racionalidad de carcter universal y normativo.

    4. Es una racionalidad ampliada porque entrelaza diversas

    manifestaciones en el medio comn del lenguaje y porque se

    basa en la capacidad comunicativa caracterstica de todo ser

    racional.

    5. Es una racionalidad procedimental y formal ya que en un

    contexto postmetafsico como el actual, no pueden admitirse ni

    referencias a la totalidad ni contenidos vinculantes de carcter

    material, segn Habermas [Habermas 2003: 15-17].

    En definitiva, la racionalidad se resume en un proceso formal

    de dar y recibir razones gracias a la mediacin que posibilita el

    lenguaje. Aunque Habermas admite que la racionalidad

    discursiva es universal, sin embargo al formalizarla su concepto

    de razn se puede caracterizar como mnimo.

  • 18

    5.2. La teora consensual de la verdad y la tica

    discursiva

    La racionalidad se predica, segn Habermas, de los

    enunciados comunicativos y se encuentra en funcin de los

    procesos discursivos y argumentativos. De ese modo las teoras

    cientficas, tanto las empricas como las sociales, sern

    racionales en la medida en que sus principios o formulaciones

    puedan defenderse argumentadamente en el seno de los

    discursos. Desde el punto de vista filosfico, la teora de la

    racionalidad discursiva se presenta como el fundamento ltimo de

    toda propuesta y Habermas reconduce las diversas

    problemticas filosficas a este campo.

    Con la teora consensual de la verdad, Habermas refiere que

    sta es predicable de las argumentaciones y que constituye una

    pretensin de los diversos actos de habla, eliminado la referencia

    de la verdad a la realidad objetiva y alejndose del realismo

    filosfico. Desde este punto de vista, la verdad aparece como una

    pretensin universal de ciertos actos de habla que puede ser

    desempeada discursivamente. Un acto de habla es verdadero

    en la medida en que en l puede corroborarse el asentimiento de

    cualquier participante racional, segn los presupuestos

    pragmticos sealados [Habermas 2003: 133 y ss].

    Sin embargo, se ha advertido que establecer la verdad en

    funcin de pretensiones de validez supondra pensar que cada

    individuo posee un saber ilimitado; como ha destacado M. Kriele,

    no se puede exigir ninguna pretensin de validez de un saber, por

    ejemplo, que no se comprende o del que apenas se poseen

    nociones. En este sentido, una teora consensual de la verdad

    conducira o bien a la afirmacin de verdades triviales o bien a

    imposiciones violentas o autoritarias. Ciertas crticas y

    discusiones especializadas, entre las de A. Wellmer y C. Lanfont,

    han llevado a Habermas a repensar en los ltimos aos su teora

    discursiva de la verdad; en particular, el pensador alemn ha

  • 19

    aceptado la necesidad ontolgica de una realidad no dependiente

    de la mente, es decir, un cierto realismo, si bien matizado con un

    concepto discursivo de verdad falibilista [Habermas 2002a: 49].

    Tambin la validez de las normas morales se reconduce a la

    corroboracin discursiva de las mismas. Ello permite afirmar la

    racionalidad y el carcter cognitivo de la moral, frente a ticas no

    cognitivistas, advirtiendo de la existencia de una pretensin de

    validez normativa que acta de manera anloga a la de verdad.

    La tica discursiva se propone como tica universal en la medida

    en que la corroboracin discursiva de las normas, para ser vlida,

    debe ser aceptada por cualquier sujeto racional. Atendiendo a las

    exigencias de la pragmtica universal, Habermas entiende que

    las normas morales son universales en la medida en que

    incorporan un inters comn a todas las personas y pueden

    contar con la aprobacin general.

    El postulado discursivo de la tica habermasiana significa que

    el autor alemn opta por una tica formalista que establece

    procedimientos en funcin de los cuales los sujetos pueden

    comprobar la validez normativa de una manera imparcial y

    universal. De carcter procedimentalista y formal, la tica

    discursiva lleva a cabo una separacin entre la estructura y los

    contenidos del juicio moral, apartndose de propuestas concretas

    sobre la vida buena. En resumen, la tica discursiva es una tica

    de mnimos; mnimas, en efecto, han de ser las normas en las

    que se revela un inters general de la especie y que ataen a la

    justicia en las relaciones sociales. De otro lado, Habermas resita

    la tica de mximos, que resulta de un concepto

    omnicomprensivo de bien, en la interseccin de

    autocomprensiones individuales o colectivas con validez relativa,

    pero dirimible tambin en los discursos ticos. En cualquier caso,

    las propuestas de bien son candidatas a revelarse como

    universales en los procedimientos discursivos.

  • 20

    5.3. La sociedad como sistema y mundo de la

    vida

    La teora de la accin comunicativa posee tambin

    implicaciones sociales ya que en ella se sintetiza una concreta

    teora de la sociedad, estrechamente relacionada con la

    racionalidad discursiva. Sobre la base de esta ltima, Habermas

    propone una clasificacin analtica de la accin social, ya que los

    actos de habla poseen una fuerza socio-integradora, es decir,

    atendiendo al hecho de que los actos de entendimiento y de

    comunicacin resultan decisivos para coordinar socialmente la

    accin humana.

    Frente a la accin teleolgica o instrumental, en la que se

    centraba la investigacin sociolgica clsica, y la accin

    estratgica una y otra incapaces de explicar el orden social

    porque en ellas los sujetos persiguen sus propios fines, la

    nocin de accin comunicativa propuesta por Habermas sostiene

    que la interaccin de los individuos se coordina por el acuerdo

    entre ellos, de forma pacfica y armnica. Por otro lado, la

    referencia a la prctica comunicativa supone la transformacin de

    la sociologa dominante, que basculaba entre los enfoques

    descriptivistas de la teora de sistemas y las teoras normativas

    basadas en el desarrollo de la fenomenologa social. Habermas

    ampla el foco de la investigacin al suponer que los sujetos no

    slo persiguen egostamente sus intereses, sino que son capaces

    de ponerse de acuerdo a travs de procesos comunicativos y

    coordinar solidariamente sus acciones.

    Con esta ampliacin del concepto de accin social, se puede

    formular un nuevo modelo de sociedad que advierte de su

    dualidad estructural, una dualidad que no slo tiene relevancia

    sustantiva, sino tambin metodolgica en la medida en que

    conjuga el enfoque externo y descriptivista como el interno y

    comprensivo. En concreto, Habermas diferencia dos mbitos:

  • 21

    a) La perspectiva sistmica de la sociedad: Tal y como ha

    formulado la teora sistmica desde Parsons hasta Luhmann,

    Habermas es consciente de que no puede obviarse la

    comprensin de la sociedad como un sistema autorregulado

    que tiende a equilibrarse a travs de adaptaciones a su medio.

    El sistema est compuesto por las consecuencias de las

    acciones individuales orientadas a fines particulares o basadas

    en decisiones estratgicas; en cualquier caso, el punto de vista

    del sistema se refiere a acciones monolgicas, en las que los

    individuos planean el curso de su conducta sin referirse a sus

    congneres. Se trata de una dimensin de la sociedad

    constituida por una lgica propia. Desde un punto de vista

    metodolgico, se trata de la perspectiva externa, que obvia por

    razones de principio la problemtica de la comprensin. Por

    otro lado, el desarrollo social ha determinado la aparicin de

    subsistemas especializados como el administrativo y el

    econmico, en los que no est presente la comunicacin

    lingstica, sino otros medios de comunicacin como el poder o

    el dinero, respectivamente.

    b) Mundo de la vida social: Hace referencia al entramado

    simblico y cultural que comparten los miembros de la

    sociedad, el horizonte comn de comprensin, que posibilita la

    comunicacin entre los hablantes y la coordinacin dialgica de

    las acciones. Se trata de un saber que se admite tcitamente y

    que no se pone en duda, el entramado comn que permite el

    desarrollo de la accin comunicativa y lograr acuerdo entre los

    hablantes. Es el marco en el que tiene lugar la accin orientada

    al entendimiento. En sus propias palabras, es un lugar

    trascendental en que hablante y oyente se salen al encuentro.

    En su seno se llevan a cabo los procesos de reproduccin

    cultural, la integracin social y los procesos de socializacin de

    los individuos. Desde el punto de vista metodolgico, el sentido

    del mundo de la vida slo puede desvelarse a quien participa

    en las interacciones y comprende su dinmica.

  • 22

    5.4 La evolucin social y la colonizacin del

    mundo de la vida

    Con su concepto de sociedad a dos bandas, Habermas disea

    tambin un punto de vista adecuado para explicar la evolucin de

    las sociedades, configurando una perspectiva normativa con la

    que enjuiciar crticamente la decantacin de la Modernidad

    ilustrada. En este sentido, si la sociedad est constituida por dos

    dimensiones, la sistmica y la del mundo de la vida social, que se

    necesitan recprocamente y se complementan, la evolucin

    correcta de los complejos sociales habra de mantener ambas

    dimensiones en equilibrio.

    La experiencia histrica, sin embargo, demuestra que la

    evolucin social ha privilegiado la ptica del sistema. El mbito

    sistmico se expande e inunda en las sociedades complejas al

    propio mundo de la vida social. A este fenmeno de invasin

    Habermas lo denomina colonizacin del mundo de la vida,

    refirindose con ello al desbordamiento de los imperativos

    sistmicos y al encogimiento paulatino del entramado cultural,

    simblico y moral de las sociedades. Las acciones instrumentales

    y teleolgicas se generalizan y obliteran la expansin del

    entendimiento y la comunicacin entre los sujetos. Decir que se

    coloniza el mundo de la vida es decir que cada vez son menos

    los espacios libres en los que el individuo se expresa socialmente.

    Puede afirmarse, en cualquier caso, que con la expresin

    referida el pensador alemn alude ni ms ni menos que al

    proceso de tecnificacin de mbitos prcticos que, por la fuerza

    de la expansin cientfica y tcnica, quedan sometidos a una

    lgica instrumental (la del mercado, por ejemplo, o la del poder).

    La colonizacin determina que la accin comunicativa sea

    socavada por intervenciones de tipo instrumental y, sobre todo,

    que el entendimiento lingstico sea sustituido como mecanismo

    de coordinacin por medios de comunicacin de tipo no verbal.

    Fenmenos de este tipo son, por ejemplo, el afn consumista, la

  • 23

    derivacin econmica de las relaciones personales y la

    despersonalizacin de los subsistemas administrativos.

    Pero, por otro lado, la perspectiva normativa de la teora de la

    sociedad habermasiana permite detectar el progresivo

    desacoplamiento entre sistema y mundo de la vida y

    caracterizarlo de patolgico. De ah que, desde su punto de vista,

    la Modernidad no haya de ser superada, como proponen quienes

    se sitan en corrientes posmodernas o antimodernas, sino

    enderezada. Recuperar el ncleo discursivo y comunicativo del

    mundo de la vida, ensanchar el horizonte del entendimiento entre

    sujetos libres, es la manera, a su juicio, de corregir la expansin

    sistmica y vislumbrar sistemas sociales emancipados.

    De hecho, toda la obra posterior a la publicacin de la Teora

    de la accin comunicativa no es ms que una sucesiva serie de

    intentos tericos por explicar y defender los mbitos del mundo

    de la vida social, sin demonizar excesivamente el mbito

    sistmico de las sociedades. Para Habermas, el proceso de

    sistematizacin de algunos campos es positivo en la medida en

    que ampla el potencial humano; lo que denuncia es la expansin

    arbitraria de los mismos. La tica discursiva trata, en este sentido,

    de recuperar la comunicacin en la fundamentacin de las

    normas morales; el derecho de corte discursivo pretende

    reconducir la creacin de normas jurdicas a su momento

    comunicativo y, por ltimo, la teora poltica deliberativa propone

    reconfigurar espacios libres de discusin y comunicacin que

    permitan la participacin ciudadana y la disolucin comunicativa

    del poder poltico.

    5.5. La poltica discursiva

    La poltica discursiva constituye el punto final de la Teora de la

    Sociedad habermasiana. Como la tica o el derecho, la poltica

    segn Habermas habr de depender en ltima instancia de la

    comunicacin discursiva. Desde este punto de vista, la

  • 24

    legitimidad de un sistema de poder slo podr acreditarse a

    travs de los procesos democrticos que expresan la voluntad

    poltica: el poder adquiere legitimacin procedimental porque es

    entonces cuando puede ser reconocido por los destinatarios. As

    pues la poltica deliberativa se refiere al hecho ltimo y

    trascendental de constitucin y formacin de la voluntad y la

    opinin pblicas como principio de organizacin de los complejos

    sociales; de ah que cualquier esfera que fomente el ejercicio de

    las mismas pueda ser calificada de esfera con relevancia poltica.

    Las deliberaciones polticas se extienden entonces a las materias

    que pueden ser reguladas en inters de todos por igual y tiene

    como finalidad producir decisiones vinculantes en una

    determinada comunidad jurdico-poltica [Habermas 1998: 383 y

    467].

    Pero Habermas no desconoce la realidad de las sociedades

    actuales, por lo que tambin reclama un cambio en la

    comprensin de las relaciones entre Estado, Sociedad Civil y

    Economa. Se trata tres esferas de la Sociedad que la teora

    poltica ha intentado complementar, por el momento sin xito.

    Desde la perspectiva liberal, el Estado aparece como el garante

    de una sociedad entendida exclusivamente en trminos

    econmicos; la poltica habr de sortear y regular los posibles

    conflictos de intereses. Desde la ptica llamada republicana, la

    primaca la obtiene la sociedad civil que ha de conquistar en

    trminos ticos al Estado con el fin domesticar el poder: la poltica

    se dirige contra el poder. Con su propuesta deliberativa, lo que

    Habermas busca es superar y sintetizar ambas perspectivas.

    La teora poltica habermasiana constituye una apuesta por la

    implicacin de los ciudadanos y los colectivos en la resolucin de

    los conflictos y en la renovacin comunicativa de problemas,

    temas y normas. Asimismo, aunque la poltica deliberativa apoya

    la institucionalizacin moderna de los discursos, no olvida que en

    la esfera pblica de la sociedad civil se desarrollan tambin

    procesos discursivos que han de ser tenidos en cuenta. Por ello

  • 25

    afirma que la deliberaciones se pueden realizar de manera formal

    asambleas, parlamentos, etc., o de manera informal, en las

    discusiones que se llevan a cabo en el seno de la sociedad civil,

    donde se puede auscultar el latido de la democracia [Habermas

    1998: 378].

    A diferencia de las propuestas polticas comunitaristas, que

    subrayan que la comunidad poltica se autoconstituye en

    referencia a una identidad y comunidad tica previa, la teora

    discursiva de la democracia, por el contrario, considera que el

    elemento configurador de la comunidad poltica es el nexo

    racional que suponen las comunicaciones cotidianas, en las que

    se impone el mejor argumento. Las autocomprensiones tico

    privadas pueden enriquecer la esfera pblica de la Sociedad Civil.

    En ella se lleva a cabo la formacin de una voluntad y opinin

    comn de acuerdo con procesos discursivos en los que se

    debaten problemas, se perciben intereses y se tematizan

    pretensiones con el trasfondo comn del mundo de la vida social.

    Todo ello hace necesario tambin repensar el alcance del

    concepto de ciudadana, nacido al socaire de los estados

    nacionales, puesto que la identidad poltica no puede construirse

    en funcin de la cultura nacional debido a las consecuencias de

    la globalizacin y la problemtica de las sociedades

    multiculturales. Como elemento integrador, pero al mismo tiempo

    superador de las culturas nacionales, Habermas utiliza la

    expresin, acuada por Dolf Sternberger, de patriotismo

    constitucional, que hace referencia a los valores y principios

    constitucionales, al orden democrtico constitucional y no a un

    determinado texto legal [Habermas 1998: 628].

  • 26

    6. La perspectiva de Habermas sobre

    la biotica y sobre el secularismo

    En sus ltimos trabajos, Habermas parece haber abandonado

    sus incursiones en los problemas de fundamentacin de la razn

    y de la ciencia y haber decidido aplicar en la prctica su

    propuesta de racionalidad discursiva. Desde finales de la dcada

    de los ochenta su trabajo parece orientarse por aplicar su

    propuesta discursiva en diferentes mbitos como el derecho, la

    tica o la poltica. En la medida en que la moral deja de ser

    concebida con los criterios de la accin teleolgica (como

    propone el utilitarismo y la teora de la decisin racional), en la

    medida en que las normas jurdicas se conformen de manera

    discursiva y de que el poder sea ejercido a partir de los intereses

    que se entreven en la comunicacin ciudadana, se equilibrar el

    mbito sistmico con el del mundo de la vida social.

    Por todo ello es coherente que Habermas se haya dedicado,

    desde principios del segundo milenio, a proponer cambios en las

    estructuras polticas, tanto a nivel nacional, europeo o

    internacional, y a manifestar sus opiniones cada vez con mayor

    frecuencia en la prensa escrita. Pero hay dos temas polmicos en

    los que ha intervenido con lucidez y que merecen al menos un

    apunte por su actualidad. Se trata de sus opiniones sobre las

    biotecnologas y su postura personal ante la deriva laicista de las

    sociedades contemporneas.

    6.1. La biotica

    En 2001 Habermas public un libro titulado El futuro de la

    naturaleza humana. Hacia una eugenesia liberal?, en el que se

    enfrentaba a los desafos provocados por la arbitraria expansin

    de las biotecnologas. En el desarrollo ilimitado de las mismas,

    Habermas percibe una manifestacin ms de colonizacin del

  • 27

    mundo de la vida por imperativos sistmicos, en este caso por el

    dinero. En ese libro, Habermas sostiene que la posibilidad de

    modificar el genoma humano y la seleccin libre de patrimonio

    gentico que la ciencia hace posible tecnifica las relaciones

    interpersonales y pone en entredicho la autocomprensin de la

    especie humana [Habermas 2002b: 26]. Aunque se declara

    favorable al aborto, privilegiando la decisin de la embarazada,

    concluye que las intervenciones eugensicas perfeccionadoras

    menoscaban la libertad tica, la autonoma y la responsabilidad

    en la medida en que intenciones de un tercero comprometen a la

    persona y la impiden entenderse como autor de su propia

    biografa. En cambio, cree que aquellas intervenciones que tienen

    finalidad teraputica no comprometen ni la responsabilidad ni la

    autonoma de los terceros, puesto que se puede presumir su

    consentimiento. Por ello, no percibe problemas ticos en este tipo

    de intervenciones.

    6.2. El problema de la religin en el espacio

    pblico

    En 2004, Habermas mantuvo un interesante debate con el

    entonces cardenal Ratzinger, a propsito del papel de la religin

    en las sociedades actuales. Con independencia del desacuerdo

    de fondo, Habermas, considerado como el ltimo marxista,

    sorprendi al admitir la importancia de las creencias religiosas en

    el espacio pblico, frente a quienes, desde una ideologa laicista,

    exigan la necesidad de desterrarlas. A su juicio, el contenido de

    los mensajes religiosos puede servir para regenerar la solidaridad

    social en un momento en que las fuentes de la misma se han

    secado como consecuencia del economicismo.

    Desde entonces, ha intervenido en debates, algunos polmicos,

    con algunos representantes laicistas, como por ejemplo, P. Flores

    DArcais. De acuerdo con su propuesta deliberativa del espacio

    pblico, lugar en el que se conforma comunicativamente la

    voluntad ciudadana, es indispensable que ciudadanos,

  • 28

    asociaciones y grupos realicen sus aportaciones; tambin las

    iglesias y los creyentes tienen el derecho de participar en la

    esfera pblica. En este sentido, sostiene que la cultura religiosa

    puede iluminar ciertos aspectos que en el contexto de

    colonizacin del mundo de la vida se han olvidado. Por todo ello,

    Habermas ha diferenciado entre una actitud secular y el

    secularismo o laicismo: Las personas seculares y no creyentes

    tienen una actitud agnstica frente a las pretensiones religiosas,

    mientras que las personas secularistas tienen una actitud

    polmica () Desacreditan las doctrinas de fe por considerarlas

    cientficamente infundadas explica en un artculo publicado en la

    revista Claves de la razn prctica (n: 190, 2009). Esta ltima

    postura, a su juicio, trasluce cierto prejuicio ideolgico, el del

    cientificismo o positivismo naturalista.

    7. Bibliografa

    7.1 Obras principales de Habermas

    En las referencias a las obras de Habermas citadas en esta voz se indican el

    ao de la edicin de la traduccin castellana utilizada, as como los nmeros de

    pgina de dicha edicin:

    Student und Politik. Eine soziologische Untersuchung zum politischen

    Bewusststein Frankfurter Studenten, Luchterhand, Neuwied-Berlin

    1961.

    Strukturwandel der Offenlichkeit. Untersuchugen zu einer Kategorie der

    brgeslichen Gesellschaft, Luchterhand, Neuwied-Berlin 19621;

    Suhrkamp, Frankfurt a. M. 1990, con un nuevo prlogo (Trad.

    castellana: Historia y crtica de la opinin pblica, Gustavo Gili,

    Barcelona 19811, 2002: sptima tirada, con el prlogo de la

    edicin de 1990).

    [Habermas 2000] Theorie und Praxis. Sozialphilosophische Studien,

    Suhrkamp, Frankfurt a. M. 19631. En la edicin de 1971 aade un

  • 29

    prlogo (De esta ltima procede la traduccin castellana, Teora y

    praxis. Estudios de Filosofa social, trad. de M. Jimnez Redondo,

    Tecnos, Madrid 20004.

    [Habermas 1982] Erkenntnis und Interesse, Suhrkamp, Frankfurt a. M. 19681,

    19734 con un eplogo en el que responde a las objeciones (Trad.

    castellana: Conocimiento e inters, trad. M. Jimnez Redondo, J.

    I. Ivars, L. Santos, Taurus, Madrid 1982).

    [Habermas 1999] Technik und Wissenschaft als Ideologie, Suhrkamp,

    Frankfurt a. M. 1968 (Trad. castellana: Ciencia y tcnica como

    ideologa, trad. de M. Jimnez Redondo, Tecnos, Madrid 19994).

    Zur Logik der Sozialwissenschaften, Suhrkamp, Frankfurt a. M. 19701; 1982,

    con un nuevo prlogo (La traduccin castellana se basa en la

    publicada en 1982: La lgica de las ciencia sociales, trad. M.

    Jimnez Redondo, Tecnos, Madrid 20074.

    Philosophisch- politische Profile, Suhrkamp, Frankfurt a. M. 19711; 1981

    (Trad. castellana: Perfiles filosfico-polticos, trad. de M. Jimnez

    Redondo, Taurus, Madrid 1984).

    Legitimationsprobleme im Sptkapitalismus, Suhrkamp, Frankfurt a. M. 1973

    (Trad. castellana: Problemas de legitimacin en el

    capitalismo tardo, trad. de J. L. Etchevarry, Ctedra, Madrid

    1999).

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