Piedras como estrellas_Angelica Gorodischer

13
 Piedras como estr ellas

description

Que no existían las paredes, que el techo no tenía sentido, eso descubrió siendo muy pero muy chica......entir y saber son dos cosas muy distintas.Creció con eso, eso que fue pronto un deleite. Podía hacerlo y a veces bastaba con saber que podía.Otras veces había que salir de ahí cuanto antes y meterse, ir, partir, huir, zarpar, no sabía verbos, no sabía cuál usar, no los conocía, sólo hacía lo quehabía aprendido y a la par aprendía otras cosas...

Transcript of Piedras como estrellas_Angelica Gorodischer

  • Piedras como estrellas

  • "Piedras como Estrellas" de Anglica Gorodischer Anglica Gorodischer

    Diseo de tapa y coleccin: Plan Lectura 2009Coleccin: Escritores en escuelas

    Ministerio de EducacinSecretara de EducacinPlan Lectura 2009Pizzurno 935. (C1020ACA) Ciudad de Buenos Aires Tel: (011) 4129-1075/[email protected] - www.planlectura.educ.ar

    Repblica Argentina, 2009

    Gorodischer ret 4/10/10 11:00 Pgina 1

  • Piedras como estrellas

    Anglica gorodischer

    que no existan las paredes, que el techo notena sentido, eso descubri siendo muy peromuy chica.

    Qu le pasa a esta nena?Nada, no ves que nada? Los bebs suelen

    hacer as.As cmo?As, poner esas caras.No supo. Ella no supo de qu se trataba, pero lo

    senta, y usted estar de acuerdo conmigo en quesentir y saber son dos cosas muy distintas.

    Creci con eso, eso que fue pronto un deleite.Poda hacerlo y a veces bastaba con saber que poda.Otras veces haba que salir de ah cuanto antes ymeterse, ir, partir, huir, zarpar, no saba verbos, nosaba cul usar, no los conoca, slo haca lo quehaba aprendido y a la par aprenda otras cosas. Sala,simplemente sala cuando se le daba la gana.

    Es preocupante eso de crecer y ella lo hizo a lostirones pero nadie se dio cuenta de nada porque todascrecemos a los tirones. Un da supo leer y escribir y

    1

    Gorodischer 4/10/10 10:54 Pgina 1

  • chau, con eso haba completado su aprendizaje. Lasletras, ya se sabe, tienen sus secretos pero en cuantouna puede decir quiero salir de este lugar, hay literal-mente aos luz recorridos desde el beb hasta eseinstante: quiero salir de este lugar, y ya no hay secre-tos. Slo que, ah, s, slo que las cosas no debendejarse a medio hacer (ac entre nosotras le aclaroque madres y tas solan repetir eso con este dedito enalto y caras de sers como nosotras un da, y cruz dia-blo pensaba ella). Hay gente rara. Digo, entre toda lapoblacin del mundo hay una buena dosis de genterara. Ella era no precisamente rara: no sabemos cun-tas, e incluso cuntos hay que estn capacitadosquiz no para dirigir una empresa o para vender pacoo para presentar escritos ante el juez o para curar latuberculosis, pero s para salir de ese lugar y quenadie nunca sepa nada. Ella era distinta; eso, distinta.

    Cuando lo puso en palabras no supo si alegrarse ollorar. Puedo era para alegrarse pero soy nica erapara llorar o por lo menos retorcerse por ac adentrocomo si una cuchara le cambiara de lugar las tripas,el corazn y los epiplones. Bueno, que se acostumbry empez a gustarle.

    Poda volar, vamos, digmoslo de una vez. Perocuidado, digmoslo tal como era, tal como ella losenta, cuchara o no, llanto o tal vez s. Poda flotar enel espacio negro, poda salir al vaco silencioso deluniverso y recorrer piedras como estrellas y estrellas

    2

    Gorodischer 4/10/10 10:54 Pgina 2

  • como lagos y ver las naves de arena y or el graznidode los pjaros siderales. Poda y volver y nadie sedaba cuenta de modo que eso, adems del placer y laextraeza, eso le ense algo sobre el tiempo: que eltiempo es un invento maravilloso. Que en realidad noexiste pero que quien lo invent era probablementecomo ella aunque tambin probablemente tena mspelo y se acostaba sobre el pramo a mirar hacia arri-ba y pensaba si es que eso se poda, ya, llamar pen-sar, que algo faltaba a su alrededor, algo que tenaque horadar el espesor de lo que iba desde su barrigahasta el helecho gigante ms all del agua, algo falta-ba. Y as, presumiblemente pero casi seguro, as seinvent el tiempo. Ella, entonces, lo aprovechaba. Seiba, que no existan las paredes, que los techos notenan sentido; se iba y al volver volva en el mismoinstante pero en ese mismo instante pasaban variasvidas bajo las palmas de sus manos.

    Qu le pasa a esta chica?Nada, est distrada, plena edad del pavo, qu

    quers.Supo, ms tarde, que flotar en el espacio negro

    del universo tampoco tena sentido, que no servapara nada y en eso era parecido a la orografa y lahidrografa de Europa que les haca estudiar la viejade geografa, pero que al mismo tiempo le enseabacosas que tampoco tenan sentido y que eran comoalhajas en una vidriera a la que nunca iba a llegar.

    3

    Gorodischer 4/10/10 10:54 Pgina 3

  • Es que era precisamente eso: nunca llegara. Y al aosiguiente (fsica, qumica y literatura espaola) sedijo: Y qu.

    No se trataba de llegar, igame bien lo que ledigo: no se trataba de llegar. Tampoco de esa cosaangustiosa de buscar a alguien que sea como yo, ay,no quiero ser nica. No. Se trataba de hacer lo quesaba, de irse, de moverse en el mar seco que era elaire; no, ni siquiera el aire. La nada. Tampoco,caramba, qu difcil se le haca encontrar los nom-bres de las cosas. Tal vez no hubiera nombres. Talvez Adn, pobre tipo, dijo cosas alegremente vacasy alguien se las crey y, dicen, propuso construir latorre de Babel. Bien hecho. Para qu nombres. Sala,saba. Y por lo tanto las civilizaciones precolombi-nas importaban muy poco, casi nada.

    De pronto, porque fue as, de pronto, de prontofue feliz. Dej de importarle la sangre que se leescapaba cada veintiocho das; dejaron de importar-le las prohibiciones, los libros, las medias de seda,las amonestaciones y el futuro. Se dio cuenta dealgo maravilloso: puedo hacer lo que otros no haceny no necesito palabras para eso.

    Sigamos dicindolo lo ms claramente posible: slocon desearlo poda salir al vasto universo y moverseentre la msica de los cometas, el grito de las superno-vas, el murmullo de los anillos y los satlites, el silen-cio de los nacimientos de mundos, el rugido de las tor-

    4

    Gorodischer 4/10/10 10:54 Pgina 4

  • mentas de polvo, el abismo como un vientre, los pul-mones ahtos de espacio, los colores de lo negro, lassinfonas de lo que an no ha nacido.

    Ah, s, porque no hay silencio all en lo que nosrodea y nos solicita. Todo es voz y estruendo; todoes allegro vivace y rock; todo es himno y nana; todoes trueno y roce; todo es silbido y hervor; todo esbullicio y zarabanda; todo es estrpito y maremoto.Todo habla.

    De da, de noche, cuando fuera, le era igual. Y noes que el turbulento espacio del universo sea siempreigual. Al contrario. Tal vez usted no me crea pero cam-bia segundo a segundo, segmento de microsegundo asegmento de microsegundo y ella se hamacaba eneso, quedaba encerrada en una burbuja de mediominuto de duracin en la que respiraba colores yhablaba con el fragor de los anillos de gas que rodeana los reyes del espacio, y sala slo con un movimien-to, apenas, de los talones, para zambullirse en el algoinnombrable que iba a llegar a las lentes gigantescasalgn da o al menos a eso que ac se llama da, otraburbuja aunque ms slida y extranjera.

    Y as vivi y yo le digo a usted que vivir se dice demuchas maneras y que ella prob no todas y que algu-nas le interesaron y la mayora no. Se enamor y dejde pensar en el espacio negro de all afuera. Pero unmomento: cuando tuvo que decidir qu hacer con esehombre, ese hombre tan bello y tan dulce, se fue se

    5

    Gorodischer 4/10/10 10:54 Pgina 5

  • fue se fue y estuvo girando entre luces y rocosos alari-dos de lunas vertiginosas hasta que se dijo, esta vezcon seguridad y cierto orgullo, que sera a sus ojos, alos de l, mucho ms deseable cuando se enterara dequ era capaz. Y si lo llevara conmigo?, pens.

    De modo que se lo dijo y l se ri muchsimo. Leencantaban, dijo, los sueos locos que ella tena.Dame la mano dijo ella y se lo llev con ella nopuedo ni siquiera tratar de decirle hasta dnde; hastadonde usted ni se imagina.

    Al segundo siguiente, ac en este mundo, l le pre-gunt:

    Maravilloso. Cmo lo hacs? Ya s: me hipnoti-zaste.

    Despus de un segundo ms ella supo que saba,otra vez; que haba aprendido, otra vez; que a los tiro-nes, otra vez, haba subido un escaln y haba mira-do de veras a ese hombre tan bello, ese hombre tandulce. De modo que a pesar de la desilusin de lastas, no se cas con l.

    Hizo las paces con el espacio, con las piedrascomo estrellas, con los techos sin sentido, con elulular del viento del sidreo y vivi atenta y casi pl-cidamente, los cinco sentidos puestos en dondemuchos no podran siquiera empezar a comprenderun color, una voz, una luz.

    Se cas con un abogado, encantador, sensato yprspero con el que las tas estaban casi casi en un

    6

    Gorodischer 4/10/10 10:54 Pgina 6

  • todo de acuerdo, y tuvieron cuatro hijos. Al primerolo llev al espacio a los pocos das de nacido. Estshaciendo lo que nadie, sapito, le dijo casi como sile cantara, ests tomndote la leche de las estrellas.Y el muchachito chupaba goloso y la miel blancacaa del pecho redondo como caen las luces a lasque se les pide en la noche tres deseos.

    A la segunda no la llev al espacio. Ni al tercero.Pero a la cuarta s. No voy a tener ms chicos, le dijo,as que ven conmigo. La muchachita gorda sonreaen la cuna. Vamos, le dijo. Y flotaron un buen rato yel tiempo que haba inventado aquel peludo padreperdido en los milenios perdidos, las envolvi hastaque volvieron, ms sabias, ms felices, ms abraza-das la una a la otra como dos plantas entrelazadas enuna reja de oro.

    Vivi muchos aos. Viaj al espacio muchsimasveces, desde su cocina, desde la terraza, desde unafiesta aburrida, desde una clase, desde un transatln-tico, desde un cine, desde la calle y la plaza y elsupermercado y el auto.

    Muri muy viejita, tranquila, con una sonrisa enlos labios. No, su sonrisa no qued en el espaciocomo la del gato de Cheshire, pero si usted se esfuer-za tal vez pueda ver la sombra de sus ojos, los de ella,en la luz rasante de un rayo dorado en las tardes deverano. Fjese bien, pero no se deje ver, mire que estmida y se ausenta enseguida.

    7

    Gorodischer 4/10/10 10:54 Pgina 7

  • Gorodischer 4/10/10 10:54 Pgina 8

  • Anglica Gorodischer

    Naci en Buenos Aires. Vive en Rosario desde hace muchos aos. Veinte

    libros de narrativa publicados. Numerosos premios: Poblet, Emec, Ms

    All, Gilgamesh, Esteban Echeverra, Konex de platino, Silvina Bullrich,

    etctera. Figura en antologas del pas y del extranjero. Dos becas

    Fulbright. Traducciones a diversos idiomas.

    Quers leer ms de esta autora?

    Cuentos con soldados, Opus Dos; Las Pelucas; Bajo las jubeas en Flor;

    Casta luna electrnica; Trafalgar; Mala Noche y Parir hembra; Palpa

    Imperial; Jugo de Mango; Las Repblicas; Fbula de la virgen y el

    bombero; Tcnicas de supervivencia; La noche del inocente.

    Quers saber ms de esta autora?

    Escribile a:

    [email protected]

    Gorodischer ret 4/10/10 11:00 Pgina 2

  • Piedras como estrellas