Pizarro, Ana_la Literatura a Como Proceso

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[aTINOAMERICANA coMo PRocEsoA. CANDIDO, R. GUTIERREZ GIRARDOT J. L. A ARTINEZ, D MlLlANlt _ C. PACHECC, A. PIZARRQ A. RAMA,J.

LEENHARDT B. SARLQ R. SCHWARZ

COORDINACION DE ANA PIZARROBIBLIOTECAS

UNIVERSITARIAS

Centro Editor

de Amrico Lotino

G

volumen refleja

^Este egundi Fteunn de Expertos que tuvo luoar en la (UN|CAM?), Brit, enrre YIl 'I-e^fJ$qdg ^Campinas oe ocruore de 1983, patrocinada por

latareallevaa cabo durante

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Venezuela, y ta Asociacin lntemnilE uomparacta (AlLc), con el apoyo de la uNEsco.

uamptnas, ta Universidad Simn Bolvarde Caracas.

l Univercidad de

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El cuidado de esta edicin estuvo a cargo de Susana Zanefii

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Lul3enO de tapa: Oscar Oagramacln: Alberto Onto, Silva Battstessa, Oviedo

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Anget Rama maestro que ntentaba tambn -iunto a nosofros expticarse el continente

Dlreccln: AmandaToubes Asesoramiento artstlco: Oscar Daz

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fl i:?:Efgv"lPguccton'NatarioLukawecki,FermnE' n L ?q,{3fq

Q t!A.S ngsogiaton pour l,etude socio-cutturelle oes Ans, Ctes Littratures de l,Amrique Latine _ Centro Editorde Amrica Latina Junn 981, Buenos Aires

Aires.

go&lo!9 tey. Libro de edicin argentina. tmpreso ll_e,{r_o 9t "' en mayo de 1985. ptiegos interores, compelio ri' rmpresiones Grficas Tabar SAIC, Erzbano 3lSg, Buenos 11r_rs.11nor""g en Utodar, ver i', due-fu-i;'-' encuadernado en Encuademacin Sur, Garay 160b, Buenos

ISBN: 950 25 f 309 6

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1. INTRODUCCION Ana Pizarro

Los problemas Previost

Tal vez el problema de base que se encuentra latente en una discu' pregunta sobre slOn O ste tipo tiene que ver bon lo elemental de la latinoamericana. se trata de un implcito al que se qu es la literatura est dando permanentemente respuesta. la' En efecto cmo delimitar el campo de lo que llamamos literatura Latina es un concepto tinoamericanl si el concepto mismo de Amrica a veces hoy lo es- controvertido y que constitu' que ha sido -que.an ye de hecho una nocin histrica en evolucin? por cuando decimos literatura latinoamericana estamos hablando portu' ejempio de la literatura de los conquistadores -espaoles, del CaoL""". franceses, holandeses, ingleses ms tarde para el caso produc' i;-ti[ ;no europeos, escben sobre Amrica? curiosa nos en"t que reivindicamos como pertenecia: un discurso donde

"ril"'"on mismos- con la respuesta que comienza a surgir a partir irot r.peos el contactb -y el impacto- de la vivencia del mundo otro. Al con' quistador se le desborda el mundo y hay quienes comien-zan a verhombresconcola,orejones,patagones,monstruosincreblesquepueden situarse como parte de la tradicin mtica que llevar tambin a vi' en Europa a los libros de caballera, pero que en Amrica se comienza prueba manera: sobre una realidad sobre la cual se af irma con la vir O otia -,,yo to vi" de tas cartas de retacin. son los escritos de por la fuerza de lo utores que de ronto necesitan convertirse en tales ,ir, pto qu at hacerlo se les desborda el lenguaje: la voz rio ya no

"ion

el efecto de transformacin del lenguaje europeo

-hecho

i;;;i;t"

a 1 Las cita que no estn referidas a la biblograf la pertnente corresponden las participaciones orales en la reunin'

13

El caso de la literatura de los jesuitas, que constituyen el gran exilio de fines del siglo XVlll,,es el antecedente de la literatura del exilioest en proceso y decantamiento. pero prantea probremas simirares. En efecto masivo recient, de los aos setenta de nuestro siglo, que todava

basta cuando se enfrenta ar orinoco o al Amazonas, y la de lluvia no acaba por cubrir el aguacero de la Tierra de Gracia. g's entonce el discurso de la otredad del mundo donde va naciendo la conciencia de Amrica en niveles diferentes de lectura, porque mientras se nos insiste en confirmar la imagen europea de las lndias occidentales, ra pluma va describiendo con aliento de Mundo Nuevo. Es literatura ratinoamericana por ejemplo la literatura de los jesuitas que en 1767 son expulsados del continente y que comienzan a c.on_stituir en Europa una especie de conciencia de Amrica en el exterior? Es notable, entre otros, el caso del guatemalteco Rafael Landfvar, quevive en llxico gran parte de su vida y que publica un texto de profundo nativismo latinoamericano, bordado la conciencia americana militante que va surgiendo en ese instante pre-independentista y que Arturo Ardao ilama "americanismo", por oposicin a ia,,americanioao" propia de la pura admiracin por la tierra. Ubicado entre ambas proposiciones, ese texto aparece en latln, con el iltulo de Fusficafi o M'exicana.

minocuandohablamosdelCaribenohispnico,sinotam.bi19lC1iUe o.9t insls -Triniogo' l111ica' hotands -curzao, ff;;, ;i;"'complelide n"tJJi" O" ""t probl-em' que esuna uhalexin que Santa Luca, ref desarrollado nemos estudio dad digna de"t"-' en el presente texto' "Ji"' incluimos a tltulo o" l#iiv introouctoria est direc'

latinoamericana El interrogante soule l";E iii;rra misma oe Amrica Latina como concepto' tamente ligado a ra noin ,"b"'os' surge en la segunda mitad del siglopasa' Esta nocin, una pro' o"r cotomtian Jos? Mara Torres caicedo' con ;;;;;G roi "oro y ref lexiona en 1875: i"l"ion nt"gradora Jiterenciadora' as holandesa' 9-t9i lijtly es"Hay Am rica an glosaiona, di namarque-sa' y este grupo'que denominacin cientfoaora, francesa, portugesa, a ta aplicarle sino el de latina?" oposicin a. la nocin de La nocin de Amrica Latina surge como Mart en el mismo perodo' ro af irmi J.os Amrica sajona, t"r Amrica"' que es "la "oo quien las opone v o"rilii i nocion de "nuestra un anlisis comparable Amrica en que nr",i'i''"i' y o" l" cual.hace latinoamericanas a me' sociales ;i;;;d;-iesanoilaJo tas ci'enciaspermite observar la coyuntura his' ;ste antisis te diados de este sigro. de la Amrica siona y trica del fin de siglo, observar la expans,in

guas y dos culturas? Cmo pensar un problema que ya no es de minorfas, sino que en nuestro continente es en varios de nuestros palses de myorias-omo es el de las literaturas indfgenas? A su rearidad ra historiografa riteraria ha sido en gran medida ajena, o bien le ha dado ra soru.ci de antecedente: eilas xistieron ans oe la ltegada de tos conquista-dori, lred;;i"p"rec"n como probrema, como si rearmente no hubiera existido una produccin posterior, como si no existiera ahora mismo. Frente a esto nos extenderemos ms ade. lante en la medda en que se trata de un problema complio necesario sobre todo situar c.omo probrema, dndore "i'qr" "" iLgiq;"-;r"r"ce' por una parte, y por otra observar ras rimitaciones que prnte "r con el objeto de poder enfrentarro desde una perspectiva ta pues, de asumir ra existencia y er varoi de ests eninni". S;i;;: ritratur"s nuestras formas de apropiacin e eilas, en tanto gue ".1ro inrestig"dores oe m i rada occ identa I izada, no eu ropeos, pero "er ro j o ioes,;, c o-mo se-na ro con tanto acierto Alejandro Lipchitz. . cmo pensar, por otra parte, las literaturas del caribe? ya no el caribe hispnico -santo Domingo, cuba, puerto Rico- n et caribe rrancs Martinica, Guadarupe-, gn er que pensamos en rtimo -Hait,14

es r iteratura ratinoamercana-t'J'roi ex tas r";; qr" comienzan a pubricar en Europa y los Estados unidos runomniimente, textos en rumano, finrands, irancia situeni .o n-eiImoro de la. lengua cmo pensar por otra parte er caso de ros chcanos, viviendo del otro rado de ra frontera de Mxico con Estados unis, v cuyos contenidos curturares consttuyen un proceso transcrturar especrfico? y er caso de ros hispanos, situaos eilos tame" riiJoo. r"r-

extraer las coorden"""cionates, para as Es esta situacin

oemas uno de los condicionantes de su, pensami ento' rnei'oao ;;"";;;;; ;r, gr"ni""'onocedores del problema, Leopoldo zea, ha otro de ro" "oi',t# anotado respecto de esta distincin:

proilt"i

*

priigo;ppiro

""nto ,, nali"r

ai sistema de relaciones internahacia el futuro de nuestro siglo'

guerra de independencia de la "Todava la sangre vertida en la larga su-rrutta; pero haba sido necesario Amrica hispana noil" odo a estos pueblos f rente al encontrar una denomin""iOn qu" f uese comn representaba la Amrica saiona; xtx' ;;;" peligro que, desde "i O podei deiado por el coloniaie espaol' o"rprr'"i r"io"igto interesada "n no la cultura."2

Sinembargo,msalldeladenominacin..literaturalatinoamerica. concepto que no siempre-apunta na", existe un tuncminto real del li' su expresi' En efecto' al hablar de a lo que hoy entenderamos con slo a la literatura comienzo teratura latinoameri"n r" entendi en un rori"" caicedo, que hace el primer enun' ,,literatura latinoamericana" no va ms ciado histrico de ra xpresin de las letras continentales' de su mbito all, en el campo d; comienza a

;i;;ffi;ii""nr..tilrh ;;;iLitidiomtico. La2

noc;;;

literatura latinoamericana recin

tr-

Et Pais' Madrid' '17 de abril de Leopoldo Zea,"Por qu Amrica Latina?" en ttltnrro latinoamericana"' Ardao, "El americanismo titerario y la integracinmimeo.15

en er Mxico de ra Revorucon com n er surgimiento de ras posiciones indisenistas de un Jos carros Marit"griri; "ip"?"on 0" ,, Torre, va a impricar un nuevo intento oe oenminacin: ra de rndoamrica. Tampoco sta tiene _xito como e,,pr".in der conjunto conti-

incluir a Brasir ya entrado.erpresente sigro. Es Henrfquez urea quien asume a ra riteratura brasirea como ua especie o"'agi"gao an y habla de e,a en su curdode 19a0-a1, punticaoo oao eioro0" u" co rr i e n t es t ite ra r i as e n t a A m ri ca u i,a i ea. s ioii1r . iJiiJq"r r, 0". nominacin de HenrquezUrea no tiene suerte, no es recogiOa posteriormente y se van consoridando ms-oen ros gentiricios ,,iberoamericana" y ,,tatinoamericana',, es ya un logro qul-te-;;;; o" integrar al Brasil en una perspectiva continental. "iiniJnro Paralelamente, aunque precendiendo un tanto ra ampriacin de ra idea de Amrica Latina,haban hecho i, n.i.ln en era ras riteraturas y ras cutturas indgenas. v l" rer"lcl6n'ir"1" !l leogscylrmiento mienza a hacerde eras.a principios o estJsigto, fundamentarmente "o-

de una afinidad geogrfico-tnico-cultural que desborda tambin deotro modo, el riguroso marco lingstico."sEs importante anotar que la perspectiva de unidad con que se puede en hablar de literatura latinoamericana, as como de la cultura -unidad la diversidad ha sealado con justeza Jos Luis Martinez-, constitu' ye una situacin de vanguardia respecto de otros procesos: esta posibi' lidad de integracin no se ha dado en otros niveles sino como una aspi'

historia sobre la pura lgica. Asistimos en nuestros das a la incorporacin a su concepto, por un lado, de las literaturas de lenguas precolombinas, con acuacin del llamativo trmino "literaturas indgenas latinoamericanas"; por otro, de las literaturas del Caribe no latino, a partr

ii;iirl"r"

del continente. Los grandes proyectos integracionistas de los lderes de la lndependencia en el siglo pasado caen pronto en la rencilla nacionalista alentada, las ms de las veces, por el partido que de ella extrae el inters forneo. Es el caso de guerras como la del Pacf ico o, ms cercanamente, la del Chaco, por ejemplo. Estos proyectos integracionistas no surgen desde luego del vaco: se asientan en una real situacin de organizacin econmica, social, cultural, histrica del continente, cuyos rasgos estructurales anan la diversificada realidad cfe su tunciona' miento, lo que hace de su evolucin una caracterizacin especif ica, de temporalidades propias, que iluminan la mirada del historiador: "Un campo privilegiado de historia - como seala Pierre Chaunu que transforma tiempo en espacio y hace remontar al campo ms alumbrado de la historia procesos que en otras partes, por haberse desarrollado a lo laroo de centenas de milenios. escapan al conocimiento histrico y corresponden a la marcha indecisa de la proto y de la prehis'tora."6En efecto, las formas de la colonizacin condicionaron un desarrollo segn esquemas semejantes, tanto en el rea hispanoamericana comobre todo a partir del tipo de materia prima a extraer: trabaju en minas o plan-

racin de proyectos polticos, ideolgicos

o

econmico'sociales

continente. La apertura ar cari.be es ms tardia. se da recin hacia mediados de nuesiro sigro, cuando ra mima vr'iorrrica comienza a asen. tarse en el continente. y gn los organisms internacionales que ya le dan su carta de ciudadana, con ralmeife-nca a *;i;;;";Jilo o" la Comisin Econmica para Amrica ttna (CEPAL), eLonri f_"tnoamericano de cienc_ias sociares (cLACSO), do su vincuracin er ao 1928, e;;i;;'d;ro btc. n"j]ivu "."n"rrder surgimiento de ra Fevue lndigne, en donde se hace trin a ella.{ para el caso del caribe no ratino er probrema no "*pr"" tei*inrJ desrindarse. son territorios que han ido accediendo cacia vez ms, en trmnos o rir"r"r" o" v cult.fr.ara. una integracin con Amrica'Ltina como conjunto. En este sentido ros organismos internacionates nan empreado "Amrica Latina y er caribe", ooseru su posibiridad ra expresin deasociacin al mismo tiempo que su individuaridad como conunto. Lo ciert qr" existen, como intentamos apuntar en uno de tos'trabaj;; "" ilplr"rente volumen, razos estructurares oe conformcin cufturar que tienen que ver con formas simirares de existencia histrica, " r"rp.]""t, "nori-,.":i1 cutturat que. encuentran su :1 a pesar de ra distinta metrpori expresn en et discurso tirera{ .o' coronizadora. est" iirrion i""" afirmar a Arturo Ardao que:

nentat, pero sin embargo ra revin'icin "orrcante e raJcuits 'n"" r" marcar su inclusin en ra percepcin globar " de ra identida cJrtuial oet

lusitana o Caribe, donde las diferenciaciones regionales se dieron so-

tinental, conciencia o autoconciencia de una comunidad histrico'cultural de complejo desarrollo, la lteratura latinomercana1"n.

"Como rganp literario de la nacionalidad al f n verdaderamente con-

taciones, para buena parte del territorio. Ellos generaron una estructura socioeconmica precisa, que se constituy en el f undamento de un desarrollo orientado en direccin capitalista que absorba en distintos momentos de su evolucin y en distintos grados de desarrollo elementos parciales de otros modos de produccin que iban asarticulando un todo heterogneo, cuya unidad fundamental estaba dada por la estruc' tura de base impuesta por el sistema colonial. Al mismo tiempo que las

de hoy a iebasar la propia rea idiomtica de la que sca su nomoie. sucede ello hacia opuestos extremos, por imposicin, una vez ms, de laVase nuestra lntroduccin a Hacia una historia de ta !iteratura latinoameri_ cana, AnaPizarro, coordinador, Mxico, f.C.E., n curs Oe-puOliccin.-'16

diferentes metrpolis establecan diversificaciones de tipo institu'5 Arturo Ardao, ,,Nacionalidad

y

contnentalidad en Amrica Latina", en

Cuadernos de Marcha, n. 12, Mxico, 1981. 6 Pierre Chaunu, Las grandes tneas de ta produccin hslrca en Amrica La' tina (1930-1962), Caracas, Univ. Central de Venezuela' 1965, pq' 9, nota 4.17

cional, de principios morares, de tradicin curturar, generando separaciones entre el rea hispana y rusitana por ejempio, estaban condigionando una respuesta der mismo tipo, un pri.cpo de unoa tural al imponer la economa mercantir. Ar ejercei presiones simirares "rtru"estaban irnpulsando sin proponrsero desarrilos anrogos. Dentro del anlisis de esta situacin, donde los impactos exteinos producen respuestas unitarias, Jos Luis Romero hace el siguiente selamiento de los mecanismos operativos de diversificacin y unidad para er caso del proceso de industrializacin europeo: "Empero, nuevos impactos externos contribuyeron a robustecer certos rasgos comunes a toda l-atinoamrica. con la revolucin inoustral modjfic rpidamente tanto ros sistemas de trabajo como ras lurooa formas de vida y tares cambios repercutieron sobre toda iu periferia. Latinoamrica sinti otra vez ros estmuros y ras coacciones l pror+ nfan del foco alrededor der cuar giraba su vida econmica, sociat'y cuttyal' y respondi operando ciertos cambios para adecuarse a ra nueva situacin. Pero no fueron en todas partes los mismos. Nuevas diversificacione's se operaron con las variadas respuestas ofrecidas a los mismos estmulos, y una vez ms las contradicciones se acentuaron entre el desarrollo local espontneo y las deterrninaciones exgenas que colocaban toda el rea latinoamericana en situacin anloga-con reifecto a los ncleos de los que dependla.,'z

Otra de las cuestiones de base a que se enfrenta el intento de aprehender la organizacin del discurso literarlo es la consideracin de n discur' so literario mltiple. Es tener que dar cuenta de un desarrollo global en cuya voz se ponen de manif iesto discursos diferentes, como estra-

tos paralelos, que la gran parte de las veces no tienen interconexin. Efectivamente, aquello que llamamos literatura latinoamericana consti'tuye en realidad un conjunto formado por lo menos por dos o tres sistemas literarios diferentes segn las regiones, que provenen de sistemas culturales en general bastante diferenciados. En tales casos y regiones se llega a confluir en "la heterogeneidad esencial" de una literatura de acuerdo con la anotacin de Antonio CornejoPolars para la literatura pe ruana. Se trata de un proceso plural por cuanto responden en un mismo perodo a temporaldades diversas, a una historia de sectores distintos de la sociedad, as como a diferentes medios de plasmacin, ya sea en oralidad o escritura. Se trata de un discurso global formado por tres sis' temas: un sistema erudito, en espaol, portugus u otra lengua metro' politana, un sistema popular en la expresin americana de las lenguas metropolitanas, o en crole en el caso del Caribe, y de un sisterna litera' rio en lengua nativa, segun la regin. Esta pluralidad de sistemas no agota sin embargo el espesor del dis.

curso global: es observable en el nivel del sistema culto -que es del que nos ocuparemos fundamentalmente- la existencia de mo-

estructura histricamente al continente y gue se expresa en la cultura a travs de toda una serie de medaciones. La respuesta a la interrogante de qu es literatura latinoamercana necesita, pues, ubicarse dLntro de los parmetros, de ras significaciones curturares comunes que ail han desarrollado y que renuevan en cada instancia sus respstas. 1e Es en el mbito de una semiologa cultural donde puede stuar-Je ntonces la observacin de la pertenencia de un discurso literario al mbito de.nu.estra historiograffa. La literatura es, sabemos, patrimonio universal y la experiencia esttica no conoce fronteras, pero las obras surgen de una determinada cultura y se insertan en el tejido de la sociedad que las ve emerger. Este es er sentido de nuestra preocupacin. para situarlas y llegar a su comprensin cabal necesitamos obseruar el sistema donde se insertan y er imaginario sociar que prasman. porque,,si ra crltica no construye obras, s construye una literatura" -es la nseanz.a qye dej Angel Rama- y ra rabor de ra crtica historiogrf ica en Am. rica Latina para la literatura es generar conocimientos sbre los modos de f uncionamiento y el desarrollo de nuestrs sistemas literarios como proceso. Es en este afn que situamos y delimitamos.

unidad diversificada, el discurso de la literatura latinoamericana no constituye sino la plasmacin a nivel esttico de la organizacin que

dulaciones de diferente desarrollo que se superponen y que establecen secuencias imposibles de ser comprendidas en trminos de linealidad cronolgica. Es en este sentido que se da la preocupacin de Beatriz Sarlo que apuntamos:

"El problema que yo quera anotar es qu pasa, cmo

damos

cuenta. Me parece que no se puede tomar una linealidad dema siado delgada. Qu pasa cuando coinciden varios sistemas lite rarios que son igualmente fuertes? Yo pienso en dos casos: un( es el paralelismo de la gauchesca con la literatura culta en el sigl( XIX argentino, uruguayo' El otro es el de las vanguardias, por ur lado cn las literaturas regionalistas y por otro con la literatur popular de la industria de masas. No es sencillo: se ha hecho ve bn la trayectoria de la literatura argentina la gauchesca en culmi nacin y el resto es considerado como antecedente. sarmiento en 1850, ve la gauchesca como una lnea de permanencia de la li teratura argentina y de la que se estaba produciendo en el Uru pode .iv. t-a guchesc es una permanencia. Es decir cmo En una sc mos hacer para llegar al sistema literario complejo? ciedad estn funcionando al msmo tempo elementos que sol pertenecientes al sistema popular, al sistema culto, elementor que vienen de sistemas anteriores, elementos que anuncian lor posteriores, elementos residuales. Adems' yo creo que estn et EAntonioCornejoPolar,.Elproblemanacionalenlaliteraturaperuana',,enQuHacer, n.4, Lima, 1980.1l

El - Jos-Luis [op.qro, '197Q, p9.22. Buenos Aires, Paids,7

pens.amiento pottico de ta derecha latinctamericana,

t8

que hay ideologemas de la poesa de Borges en ta dcada del veinte y hasta el treinta y cinco que son ideologemas correspondientes a los del tango. Es un sistema que habla de la circulacin social de los discursos -aunque lo musicalizado no entre en el proyecto-; lo que a m me preocupa es cmo pueden quedar representados de algn modo, cmo el espesor del f uncionamiento de la literatura en una sociedad puede quedar representado,'.La diversidad de discursos ha implicado una primera delimitacin del trabajo de periodizacin que se vincula con la concepcin general de la historia literaria a construir. En la discusin previa, que intentaba delinear la forma de concebir la historia Domingo Miliani habl de una ,,historia posible" de la literatura latinoamericana, en tanto trabajo de articulacin de los diierentes niveles de insercin de lo literario, de la palabra en la cultura, en la sociedad, en la historia: una historia "verbal", "transversal", "soca|", "conceptual", una "historia de la lectura literaria", una "historia con derecho a la universalidad".

comunicacn. Por ejemplo yo me planteo el problema de la inf lexin criollista que tiene la vanguardia argentina, inflexin que es contempornea al criollismo urbano que plantea el tango. Yo diria

popular"? contar, pues, para el caso de las literaturas "ll1l91:: "on tainvestigacin en esas reas del conocimiento' el estado actual de han sido resueltos este tipo de Podramos preguntarno" IOrno generales la p,JoI!'r?J iri"i.ii" tioi"tonrleslo. En trminos en concepes decir' .la oue antecede historiograf a literarra tradicional' iniciador en nuestro continente cin a la de Pedro H";;;;;i"n'' "t teniOo muchas limitaciones f rende ta moderna nistoriola}",:i Jr*"'ni o,|rt"ur y literario como el latinoamerite a la complejidad de i'" ""''"ii" aqlicar modelos !e!1i111 sur' cano. No era posible, p;;;;;p;ximacin' necesari a cada momento senerar hace L";'j!;i;J.;;iJ", v ""reacondicignar un aparato conceptual cainstrumento" prop,otptLn y una liteoe ros problemas de una cultura paz de adaptarse , r' cul''t'"'i" creativaa los compleios procesos ratura que surgen de reduccionismos' por. esto mismo ";;;tp';ita turales de la depend#";;' ;E"o de hacionade #d;t;r"' o" simplificaciones' respuestas de transferencia al investigador actual lismos de todo tipo, q"ul"-'i'"g;oun q.ue no poia transitar' Tambin no satisfactorias, cainos po-r los de organizacin de un conjunto

"En la medda en que esa historia sea capaz -dice Miliani- de rompe," la concepcin del universalismo metropolitano centrado en Europa y ahonde en las variantes diferenciadoras de la produccin lati noamericana en tanto funcin de una literatura general, en esa misma medida la cultura intelectual de Amrica Latina contempornea conquistar en forma endgena su espacio en la historia de la cultura".g

entregaban aciertos, c''io"n" de ptopoticiones de solucompleo y disperso' i"-s imtaciones "t"" por una p.arte, el no re' han_sido, cin de nuestra hirtoirii riier"ri, reiiiiendo la literatura lati' Oe nusii'pluiaf iOa. cultural, conocimiento a ia titeratura del sector culto'

il;;;;i;;r-slo

Por otra, establecieno las literaturas nOiges-s-on "antecedente", que

Aun cuando la proposicin de Domingo Miliani apareci como unameta de dif icil realizacin, la concepcin de la historia literaria que ella implicaba quedara como un punto f ocal hacia donde orientar el trabajo de un proyecto que tiene conciencia de sus limitaciones. Ms all de la dif icultad de apelar a equipos interdisciplinarios -de lingistas, antro' plogos, socilogos, economistas, historiadores- en un encuentro que no eslamos en condiciones de realizar, es evidente que carecemos de un instrumental terico-metodolgico para otro sistema que no sea el elaborado hasta ahora de acuerdo con las exigencias de la literatura culta. En efecto, si la investigacin en el sistema literario culto ha avanzado considerablemente en los ltimos sesenta aos, en los sistemas populare indigenaen cambioel trabajodesarrollado es muy inicial. En estos trminos la concepcin de la periodizacin, como la concepcin de la historia concreta a elaborar guarda directa relacin con el nivel de desarrollo de los materiales de investigacin que se tiene actualmente. See Domingo Miliani, "Historiograf-ia literaria latinoamericana. Ms all del in' ventario y ia ancdota. La historia posible". en An Pizarro; op' ct.20

c-ultura un literatura oe tengu-;tiopoiit'n"'.la literarias de sJii'"plii" ii'i'm9 rit secuencias que no da tores doninant"'' cronolgica una linealidad sistema erudito reoucinras a pqre531 cuentajJi;;;;"; de!-sls!1T9 en cuestin' tlosdel con'un' en absoluto ptlJ5en 'ioencia oe la compleiidad embargo que es o" r de sus encubrimientos' de to, de sus contraociLnes y convergencias' lz unida cultural que constituve donde puede ,r,gii Ji'rsif icad oe reconocimiento es una condi u t"rta particularidao oel "onii"rli"' para lo que seala Angel Flama como: [nnte que per ese caamazo minimo "La demora padecida para montar toda Amrica Latina, constru de mita unifica, ;;;;Jtitrarias global y coherente' que la: yendo, a partiJJl'un tinco discurso en cambio lo lograron ya lus eco represente crfticamente' como p"t" sus resPectivas dis nomistas, tJ;;'' rrstoraoo't repertorio de conceptor n benef iciado dL un ciplinas. e"t"" l" frasmentaciones particula "" ilt;;; snerales 0,""'il

"tt' rnitiO". al pre-colombino, en trminos de de i;;g";;;ile' absorbida en la legitimidadsec' canonizada de los

pluralidad como una secuencia' en donde

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ciai;'-en el Presente volumen'

es el caso en que un sistema literario en donde los elementos europeos son fundamentales abre la posibilidad de la inclusin como material ideolgico, como factor constructivo o como incrustacin lingstica: son sistema de mezcla o de contaminacin. Es la modernidad la que permite la incorporacin de zonas de los sistemas literarios indgenas o de las lenguas indgenas, o bien modalidades retricas incluso de esos sistemas".Estas distinciones permiten acercarnos al corpus de estas literaturas en su ampliadimensin, a los materiales que las conforman, con el objeto de observar sus dferentes formas de existencia. Se trata de sus

pia potica, con su propia ref lexin metalingistica sobre el texto potico, diferente de lo que es el estatuto occidental: ,,En la literatura nhuatl

Es necesario anotar, como lo hace Domingo Miliani, que en los materiales anteriores al descubrimiento exiSte una codif icacin Gon su pro-

hay una perfecta con-seala Milianiliteraria, con su potica, sus coloquios. Hay una liceptualizacin terariedad indigena: hay una poesa laboral, mortuoria, satrica, af ectiva".

formas de existencia discernidas desde nuestra perspectiva: es evi-

dente que no se est hablando del mismo obeto cuando nos aproximamos a El zorro de arriba y el zorro de abaio que cuando lo hacemos al Popol Vuh o al Chilam Balam. No tienen desde luego el mismo funcionamiento social, el mismo funcionamiento institucional, ni el mismo tipo de pblico.

-contina no es propiamente lo literario, es ms bien lo simblico discursivo, que puede tener funcin religiosa, funcin mitolgica, puedetener f uncin propiamente de voz. La literatura es ms bien lo que una sociedad acepta como tal. Es necesario describir el f uncionamiento diferenciado de estas textualidades en cada una de las formaciones sociales". Entre los materiales que recibimos existen desde luego los cdices, documentos del rea mesoamericana -en la Amrica del Sur los libros se encuentran ausentes y de los quipus poco se sabe an de su funcin como recurso mnemotcnico- conservados en nmero reducido. Se preservan de la destruccin slo tres cdices mayas y un nmero escaso de cdices nahuas. De escritura an no descitrada sino en una parte mnirna, de carcter a veces ideogrfico y en trnsito hacia el signo fontico, estos documentos se encuentran en plena exploracin. En el caso maya se relacionan con signos matemticos, cronolgicos o relatvos a clculos astronmicos. Lo fundamental que nos ha llegado de la literatura precolombna ha transitado otras vas y ha pasado, en el caso de la literatura nhuatl a travs de ta apropiacin hecha por los grandes recuperadores del siglo XVl, los misioneros, alentados por algn plan de gobierno. Ellos se ocuparn de la gran memoria histrica, y con conciencia de etnlogos, como Fray Bernardino de Sahagn, transcriben, hacen el inventario, clasif ican. En el caso maya, textos de enorme riqueza literaria como Los libros del Chilam Balam, fueron redactados despus de la conquista, con la ayuda del alfabeto latino por sacerdotes mayas, y son transcripciones en.gran parte de cdices jeroglficos o fuentes orales tradicionales. Existen, entonces, las transcripciones de textos hechas por indlgenas. Entre ellas se encuentran tambin las supervivencias quechuas, un poco tardas.24

"En el caso de las literaturas indgenas

Beatriz

Sarlo-

expresiones populares folklricas recogidas en cualquier perodo. Tambin estn las recopilaciones en espaol, que Son transcripciones, ta' les el caso de Armellada en Venezuela, por ejemplo. Es necesario considerar luego la plural repercusin indigenista pos' terior, que asume caracteres diferentes en su trayectoria y en su tratamiento.l Encontramos el indigenismo de perspectiva romntica, que adopta el tono piadoso y lastimero. Es el que est en cumand de Juan Len Mera, el de Anaida e lguaraya de Jos Ramn Yepes y hasta el de clorinda Matto de Turner. Est por otra parte el indigenismo reivindicativo poltico, el de Huasipungo, de Jorge lcaza, que no deia de ser aieno a la realidad del indio, porque alli no est el indio, lo que est es el tema indigenista. Ya ms contemporneo es el indigenismo raig.al, interpretativo, desde una perspectiva como la de Jos Maria Arguedas, de Miguel Angel Asturias, que retoman elementos, ncleos de signif icacin cultural para construir un discurso transcultural, integrador' . Et caso de Brasil no es suf icientemente conocido en el resto de Amrica Latina, tampoco en este aspecto. Respecto de l apunta AntonioCndido:

Existen por otra parte los materiales en lengua original oral: las

"En 1920, en lo que nosotros llamamos el Modernismo'hay una vuelta al inters r ros indigenas, y es la teoria de la antropofagia. En otros movimientos el indio va a ser utilizado para hacer un nacionalismoqueterminavolvindosefascismo.Elindiovaaservir que para la total subversin de un discurso porque el primitivismo que autores franceses pregonaban, el art negre de Francia' ios civilizacin' aqui estaba liga' era una reaccin contr la excesivade do a la vida cotidiana. Entonces tenemos un caso muy curioso francesa, una remniscencia indgena y una trans-

una inf luencia formacin del discurso literario"'

tullza a lo lrgo del pceso de la literatura latinoamericana. Muchas se veces encubre otros iscrrsos en la medida en que el indigenismo

Elintersporloindgenaesunaespeciederecurrenciaquesetex.

hacedesdelaperspectivaoccidental:esnecesariamentelamiradadeI las litera-

;i ;;

nie' cbmo asumir y dar respuesta al probtema de

turasindgenasenunahistorialiteraria,dadoqueellasexistenbajodiy ubicar ferentes formas y constituyen una continuidad? Dnde cmo25

su existencia? Cuando reflexionamos sobre ests interrogantes nosmovemos necesariamente entre la disyuntiva del "antecedente indlgena" -que es lo que nos ha sido entregado- y la negacin de este carcter por cuanto estamos concientes de que son.literaturas que constituyen un continuo. Adems este continuo va interfiriendo en su desarrollo con otros.sistemas, que adoptan frente a l distintas modalidades de apropiacin.

que es tambin muy importante, que es el del intento de recons' rruccin intelectual: cmo fueron, cmo se organizaron las litera' turas indias, que ya es del siglo XIX y del XX' Adems e! p9rl9{oA cuanOo e'cogetn-

de, su imposibilidad de "o"""u"cia folklrica y la continuidad creativa que le dan los tiltitontinuidad

manejo mos tiempos. Yo creo ue rray tres grandes-momentos det s si lo otro no es f iccin, si lo que pode' e uest relacin' No

"Aquf estamos

curioso de nuestras deformaciones metodolgicas. A pesar de todas nuestras afirmaciones estamos con un esquema historicista, positivista y liberal de antecedentes y consecuencias. La idea de antecedente da la funagen de una cosa cuya existencia, cuya validez era pre-existente. Pero esto coexiste, es registrado despus y tieqe una vida diferente junto a otras culturas. Registrado no es lo mismo que su existencia antes de ser registrado. Tenemos msque muestre la existencia simultnea de esas realidades a veces ar. cacas, pero que estn relacionndose al mlsmo tiempo. y es esta caracterlstica de Amrica, este contraste, lo que hace convivir por ejemplo en un mismo tiempo al surrealismo con las culturas ind.

-agrega Antonio Cndido- en un ejemplo muy

mts oontar realmente es nuestra relacin con las literaturas indlgenas; eso es lo real que ha ocurrido' "-J decir, yo no s sisituat L comienzo las literaturas indias no tiempo en cierto un i"n demasiado pedaggica y al mismo ". falsa. Lo que yo creo que hubo fue un intento de recuperar' modo y las pri' onO" tenemos-las grandes colecciones de materiales un intento de transcripcin' pe' ,tt traducciones' Es realmente fascinante ro sucede lo que con t tiuccin, con esa sensacin

bien que encontrar alguna expresin, algn concepto

;; q;1""

en las diversas pocas no tienen que vQr la otra: es decir que estn incorporadas a la estruc' a ,na con iurcultural que domina la poca, estn hechas a ese sistema' _ms all de los materiales que ha sealado Jos Luis io "r"o los cdices, que son representativos de una cultura an' Marinez,

tucciones

genas".La cuestin que necesitamos enfrentar es la evolucin de un continuo independiente como sistema y por lo tanto paralelo l desarrollo de otros sistemas literarios. Estos loapropian, lo retoman, lo revitalizan en determinados momentos de sus hstorias literarias. En esta medida pareciera que la perspectiva de organizacin de estas literaturas es la de la manera como estas sufren el proceso de nuestra apropiacin. Anota

terior_quehayconstruccindediscursosinterpretativosyrecup"ioore ls literaturas indfgenas a lo largo de un perfodo iuy grande. Es una especie de recurrecia y muchas.veces.en' .rir.- simplemente oiros discursos'Porgue no son los indios lo hace' iot qu" ft""n ese indigenismo. Como deca Maritegui' Son ma' ms'los que pertenecelros a esa cultura de dominacin'

Angel Rama:

"A mf me produce incomodidad la introduccin o prembulo de las historias literarias consagradas a las literaturas indlgenas. Siempre me pareci un poco mltica esa forma de organizacin

porque es una entelequia; y me he preguntado si no obedecemos

taban antes y hablan hcho su literatura, situmoslos antes para comenzar y terminar con el problema. Histricamente lo que ha ocurrido f ue una cosa completamente diferente: es que las literaturas indlgenas n un producto de la cultura europea sobre los materiales existentes. Es un continuo y se da permanentemente, pero yo pienso que hay tres grandes mo' ments de luncionamiento de nuestra relacin de conocimento con las literaturas indigenas' Yo creo que hay uno que es el inten' to de recuperacin de esos materiales que se da desde el siglo XVl, con Sahagn, evidentemente. Que es un proceso intelectual que responde al espritu de la colonia, al esplritu de un conjunto de investigadores y religiosos. Hay otro perlodo que me parece26

a una especie de dominante cronolgica: como evidentemente es'

y que s neras de ver el tema que aparecen a lo largo de la historia, irOi'n dsfiguran. Lo ms sorprendente para m tir"-r"prn pasar de un sempre es esa sensacin extlalsima que nos hace no conozcb nada de los indios- y estamos traductor a otro -yo ma' l po"" titerari a la que pertenece el traductor' De alguna los traductores de Las mil y una "n lo que dice Borges de "" ellos siempre s parecen a la literatura de la poca que nochesi enorme eltos uiven en lnglaierra o Francia, y eso hace la diferencia Yo creo que eio es tambin lo que ha pasado "ip 1"" versioes. con las literaturas indgenas. pasando de.ge.neraEl indigenismo es un drama que seguimos no creo que a pesar d: l?9:L:ciOn en gneracin y sobre esto vo cosa que llres MalJArguedas o Augusto Roa Bastos sean otra americanas se entiende: el raturas europeas, literatras europeas p1t'91"-u ta organizacin del material tiene que ver con 19 indfge' de uestra poca. Con integracin de elementos lteraro's literatura puede incorpon el sentid en que cualquier

"i

;;it", ;;, ;d

que el es' porando elementos de diversa procedencia' pero yo creo. A pesar del esfuezo' iu"r "" de literaturas europeas americanas' qr" sigue siendo novela latinoamericana' En cambio sl

ribitot

elementos sin csar' La literatura est siempre incor'

creo que hai una cantidad enorme de creadores, de la escuela27

cuzquea, por ejemplo, de los ltimos treinta aos, que hacen otra cosa. Es una escuela que trabaja en quechua, que escribe en quechua y gue ha tratado de crear una literatura sobre lenguas indgenas. Eso s me parece realmente importante y merecera de al. guna manera considerarse. Tambin el caso de los bolivianos que han hecho todo un desarrollo: no hablo de las recopilaciones sino de los que intentan volver a reponer el aymara, volvera trabajar con l y hacer una obra. Eso s me parece importante. lncluso es muy curioso porque desde el punto de vista de las estructuras, de su composicin, el manejo de personajes, siguen siendo literaturas latinoamericanas pero en lenguas indgenas. Lo que yo sugiero simplemente como posibilidad es buscar otra organizacin del material gue no sea la tradicional y que en cierto modo haga depender este tema -que es un continuo, que tiene Jiversas modulaciones histricas-,lo haga depender de cmo lo estamos mirando y ccmo lo estamos insertando dentro de las literaturas de origen europeo, porque eso es lo que estamos haciendo permanentemente." Hasta aqu la ref lexin sobre la insercin de las literaturas indgenas en la historia de la literatura latinoamericana. Se trata de una ref lexin que hace propociones concretas, intentando asumir el problema con el realismo de nuestras limitaciones. Junto a ste, otros problemas historiogrficos llaman nuestra alen"cin.

cin peridica: ella no explica el proceso mismo del discurso sino qur lo remite a cortes exlernos. Estas situaciones externas desde luego lrcondicionan, lo silan, f rente a ellas la literatura entrega una respueste pero no necesariamente le corresponden como rupturas propias. L, organizacin de acuerdo con movimientos y corrientes literarias respond en mayor medida al corpus en estudio. Sin embargo! como lo seatb mos ms arriba, el espesor de ste no puede ser simplif icado en una st la lnea de evolucin, ubicada en uno solo de los sistemas que constitt yen este discurso: si hablamos de un perodo de vanguardias en las pr meras dcadas del siglo XX no existe paralelamente un regionalism de gran potencialidad? No existe una literatura popular que se expres en otros cdigos? No existe tambin una recuperacin importante d las literaturas indgenas? Correspondiendo sin embargo al movimient del discurso literario, esta organizacin pareciera no revelar la plural ni turaleza de su identidad. La organizacin por pocas culturales -pc su parte-, tales como Renacimiento o Barroco, tiene el inconvenient de no dar cuenta exactamente del proceso de literaturas que se consl tuyen,no como eco o transposicin mecnica de los modelos literario metropolitanoqsino como respuesta creativa a los procesos de expar sin de las literaturas metropolitanas o de centros culturales hegem nicos. Respuestas desarrolladas en condiciones de dependencia ec nmica y social, que lejos de entregar una expresin especular de esl relacin, genera ms bien mecanismos de descentramiento, de defo macin, de respuesta creativa. En este sentido la historiograf a literari y la periodizacin por ende, debe considerarse como una disciplina qu lleva a la prctica la aprehensin conceptual de este desarrollo, que e la expresin de Antonio Cndido es el proceso " de toma de concienci literaria y de tentativa de construir una literatura".

De la organizacln en perlodos

Las formas de periodizar de la historia literaria so conocidas. r4 Se ha pensado organizar el discurso literario por siglos, en una perspectiva cronolgica: literatura del siglo XVl, del siglo XVll, etc. Esta forma de organ izacin presenta el inconveniente de simplificar el esquema sin aportar un conocimiento sobre las modulaciones que adopta el discurso en proceso, sobre sus rupturas y sus continuidades en trminos de pro. duccin literaria. En el mismo sentido se ha adoptado para periodizar cortes propios de la historia polftica: se habla del ,perodo de la lndependencia o de la Colonia. De alguna manera este tipo de denominaciones se ha canonizado, pero la aceptacin de la denominacin no implica necesariamente la designacin a partir de ella de la organizar4 Vase entre otros Oldric Belic, ,,La periodizacin y sus problemas,, en Problemas de titeratura n. 1., Valparaiso, Chile, 1992, Betrz_aniz, "i" periodizacin en tas historias de ra riteratur tatnameiic,,, ais,Dbc[menCentro de Estudios Larinoamercans' nmutci -rregos !q_.Op_ lfaUejo,(cELAHG), 1982.

Lo que se intenta organizar es la dinmica de una historia literari constituida por una gran dialctica de ruptura y continuidad. En ella te demos a mrar las rupturas: es necesario ampliar la mirada al espaci vasto del tiempo de las sociedades para darse cuenta de la persistenct de la continuidad. Hay un discurso que surge y se va constituyendo cr mo tal en un perodo de lento aprendizaje que es mimtico y creatil respecto de su genealoga y que se va moviendo entre estos dos polor Se desplaza entre mimetismo y creatividad con voz balbuceante -es gran esttica del balbuceo- y se inserta en la historia "particularmenl lenta de las civilizaciones, en sus profundidades abismales, en su ra gos estructurales y geogrficos" de acuerdo con la gran reflexin c Fernand Braudel.ls Nuestra literatura se constituye como tal, conforr sistema en el tiempo de Ia larga duracin -el tiempo en que se erig una cultura, una civilizacin- hasta llegar a una etapa de consolid cin como tal, que es el momento de independencia de su discurs,

15

es nuestra.

Fernand Braudel, Ecrit sur l'histoire, Pariis, Flamrnaron, 1969. La traduccii

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Ms all del aporte permanente de otras literaturas y culturas, ste se asienta ya en sus propios modelos literarios y se nutre del imaginario social de su propia sociedad, eje sobre el cual articula ahora su espacio orgnico. Habr otras maduraciones en la. lentitud de la construccin social: nosotros tenemos el privilegio y el desaflo de observar hasta aqul su movimiento, aprehender su utopa, organizar y reflexionar con los elementos que tenemos la bsgueda de nuestra expresin. El proceso de consolidacin de una literatura: podrfa argijirse la perspectva rereorgica, ra vsin lnalista de esta proposicin. Estamos en una situacin en donde lo importante es la creacin de una literatura au!noma y poderosa que trabaja independientemente. Es en este sentido que observamos las diferentes fases: una primera fase de implantacin, una segunda fase de superacin, una tercera de indepenencia. Ellas van respondiendo correlativamente a una poca en dnde lo importante son los gneros, una segunda en donde io importante son los

movimientos

y

corrientes. Tambin esto nos parece ser una evolucin evidente en el tratamiento de la literatura. El primer perfodo observable es, pues, aquel que se desarrolla en el discurso dialgico del descubrimiento y la conquista, en donde los interlocutores consignan una visin de los vencedores y una visin de los vencidos como los polos en donde se va fraguando muchas veces en medio de grandes contradicciones ideolgicas el discurso de.Amrica.ro Se trata de un perfodo que se ha visto durante largo tiempo como una etapa negra de nuestra historia cultural por la impronta del dogmatismo y la dominacin. Ya los estudios sobre Bartolom de Las Casas, los recientes sobre Alonso de Ercilla, los trabajos de Antonio Cndido sobre la literatura colonial en Brasil, asl como los de otros investigadores, nos han entregado la perspectiva de un lapso de enorme dinmismo intelectual a pesar de la imposicin y tambin justamente a ralz de ella. un perodo en donde surge la voz anticolonial desde el mismo colonizador, una etapa en gue la palabra se fragua en el mimetismo y el encubrimiento, que conforma un lapso de aprendlzaje y de formacin. por esta razn a este perfodo hemos dado en llamar el periodo de Formacin, y se extiende desde la textualizacin dialgica de la conquista hasta an-

una tercera en donde

lo

impoitante son las

"En Amrica Latina la literatura fue una imposicin. Es curioso ver la correspondencia de los capitanes generales, Ia insistencia al mandar promover creaciones literarias. Significa eso que era una literatura odiosa, reaccionaria? No. Ello es un mecanismo de dominacin y dentro de ese mecanismo de dominacin fue produ" ciendo sus contravenenos. Fue as. Yo pienso que durante todo ese proceso del descubrimiento la colonizacin -en el caso del Brasil es un discurso que se en cuentra desde el siglo XVI hasta el siglo XVlll- la constitucin dt un discurso americano se dio con gran ambigedad mediante ur movimiento dialctico entre la visin realista y la visin transf igu radora. Porque ambas eran necesarias para fa literatura, que er una concepcin de la realidad. Los recursos de los hombres erar muy pocos, y esto es una manera de comenzar a explorar el terri torio. Por una parte se necesitaban tantos esclavos para produci tanta azcar constataba objetivamente-,po -Soares de Sousa otra se deca que a veinte millas del litoral aparecfan monstruos Es importante sealar que no slo la literatura sino la propia ac cin del colonizador brasilero estaba entre esos dos polos. No s(trata de que el portugus fuera idealista o realista: era ambas cosat y ello constitua una constante. No era una mera proposicin de li imaginacin, era una necesidad de ocupar la tierra por la imagina cin al mismo tiempo que la tierra era ocupada por el trabajo. La li teratura, pues, en ese momento ocupa la lierra por la imaginacir y esto es una de las grandes constantes de la literatura colonial creo que en toda Amrica. Nuestra realidad fue ocupada por la ima'

ginacin y la imaginacin la transfigur: surge entonces una vi

sin gue deja de ser cualquier necesidad de relacin con la reali dad para ser creacin literaria. Va a constituir el paso de la visin re lista, el paso de la falta visin paradisaca al discurso autntico, a discurso literario. Esta es la dialctica. Entonces yo pienso que deberla considerarse en ese primer momento la lnea que muestra los dor tipos de discurso y ver despus cmo se transforma en discurso lite rario. Es un discurso literario que es una legitimacin de la fantasfe

tes del surgimiento del discurso ilustrado de fines del siglo XVlll, en

Aquello gue serfa hoy para un historiador irreal

o

fantsticr

no se trata de una conformacin temtica solamente, sino de una textualizacin de la historia, en la consideracin.de que "la literatura ed historia, y.la historia, es un elemento de la estructura literaria y la expe riencia esttica".rz Allf se va articulando un discurso americano, que Antonio Cndido reflexiona de la siguiente manera:16 Vase Beatriz Pastor, El discurso narrativo de ta conquista de Amrica, La Habana, Casa de las Amricas, 1983. 17 Vase Robert weiinann, sigrificacin pasad y sentido actual de los estudios de la historia literaria, en Eco, t. 35, n.213, Bbgot, julio de 1929. -

donde nos parece ver un cambio signif icativo en la textualidad. Ella asume all otra perspectiva histrica: la de la emancipacin. Desde luego que

exste en la literatura. Por eso la literatura es tan fundamental et Brasil como en toda Amrica en el perodo colonial ms que el otros perodos: porque ella fue refuerzo de la colonizacin -la li teratura hacia circuiar los valores religiosos, polticos bajo la fot ma de valores estticos- y por la ocupacin imaginaria de la re lidad que daba deseos para la accin. Yo estoy pensando en aquello que se podra llamar la constttu cin de un discurso americano para la colonia. Ese discurso arne ricano es la manera como el europeo ve Amrica, la manera por li cual l trae los instrumentos de organizacin de la cultura. Cre que en ello habra dos partes: primero la formacin de la imaget de Amrica, con las dos llneas, como informacin y como transf i guracin. Esta formacin de Ja imagen de Amrica, que de cierti

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manera es en el fondo la apropiacin de la tierra por el espritu, se expresa sobre todo en la prosa: crnicas, informes, relatorios, cartas, correspondencia de capitanes generales, etc. En segundo lu' gar yo hablara de la tranferencia de las formas literarias europeas -el leatro. el ooema pico, el poema narrativo, la lrica- en donde encontraramos otras dos lneas: como prolongacin o con' tinuidad de esas formas y como alteracin o ruptura, como modif i-

constructora del discurso literario sin embargo- que se desplazaun permanente juego de ruptura y continuidad. Establece la ruptura la medida en que la colonia es realmente un momento de implantaci un momento de transferencia cultural. A partir de la llustracin comi za una etapa de creatividad, de af irmacin acrecentada de originalid

cacin. Yo creo qu como ideas muy generales, esto resume un poco nuestra discusin de ahora".En este perodo del discurso colonial y de su organizacin es posible delinear una aproximacin especf ica del escritor al espacio a travs de Ardao la ha denominado la "americanidad" QU la escritura

-Arturo se trasforma posteriormente en el momento de la llustracin, llegando tomar el carcter de una actitud militante: el "americanismo". a"En Brasil nosotros distinguimos -agrega Antonio Cndidodos etapas muy distintas: ia primera es el nativismo, cuando uno tiene conciencia de su pas, orgullo de su pas. Hay por ejemplo un hstorador que escrb un libro muy interesante, en el paso de la crnica a la historia, se llama Historia de la Amrica portuguesa. Era un himno ai Brasil. Ese himno era exageracin de la realidad, cario por la tierra y al mismo tiempo con la mxima f idelidad a las instituciones monrquicas portuguesas, a la metrpoli. Eso es nativismo: amor por la patria, por su naturalidad. El nacionalismo existe cuando est vinculado ms o menos a la idea de separacin, a la idea de identidad poltica. Es un proceso lento que empieza en la mitad del siglo XVlll. El nativismo existi desde el siglo XVl. En el Per es el caso de Tpac Amaru,,un hombre que quera restaurar el imperio en un pais dependiente en el siglo

-,

Esta bsqueda de originalidad conduce a otra ruptura y otra co nuidad: se desplaza a las viejas metrpolis -Espaa y Portugal- y mienza Francia a asumir el papel de polo cultural activo. En cierto mc la relacin nueva con Francia puede visualizarse como un modo alienacin, pero simultneamente, al mismo tiempo implica una ma de liberacin. Los tres grandes momentos que se desarrollan en te perodo, y -lluminismo, Romanticismo Positivismo- corresponc a un mismo proceso histrico-literario: la liquidacin del arte colonia en esto reside tambin su continuidad, Apunta Angel Rama:"Yo creo que como es el Positivismo lo que tenemos ms cer perdemos de vsta lo que fue el Flomaticismo y lo que f ue el llu

1

nismo. El lluminismo fue tambin una ruptura. Los tres

hac

xvlll.Primero se conoce la terra por los sentidos, despus por el in' telecto: Nihil est in intelleetus quod prius non fuerit in sensu." Aqui se encuentra, pues, uno de los fundamentos de la transformacin del discurso del perodo de Formacin al de Emancipacin. "Yo dira que el nativismo es especficamente un -dice Jacques Leenhardtdiscurso que se da en el marco colonial, en cambio el nacionalismo es la superacin de la colonia y se da en la organizacin de la nacin"' El segundo perodo est marcado por el cambio de actitud de la textualidad que llega a constituir sistemtica y cohere|'temente un discurpeso de a Emancipacin literaria. Estableciendo una ruptura -vale la en que este segundo perodo contina siendo una instancia na insistirf

-1910dos lados. Es un momento en que se configuran filosofas cionalistas y se hace toda la defensa de ellas. En cierto modo tambin sociolgicamente la aparicin de los sectores medque empiezan a dar su nota en la literatura. En algunos pases

grandes avances en el proceso y creo que -contrariamente a que se tiende a pensar por la influencia muy marcada del fin siglo- no pueden dejar de mantenerse en un debate, que es1 vinculados los tres, que estn asociados entre s. Yo realme siento que hay tres grandes bloques: el lluminismo, el Romar cismo, el Positivismo con la aparicin del realismo y las forn peculiares de su culminacin. All entra el Simbolismo como r especie de bisagra, que dentro de Amrica todava debe much ciertos patrones propios del siglo XlX. Esos tres grandes mom tos son como escalones sucesivos de una emancipacin que e buscndose a s misma y estableciendo qu es lo significati Hay una irrupcin intermedia luego, antes de las vanguardias nacionalismo. Lo tenemos ya desde las proximidades del Cer nario. El Centenario es una apoteosis nacionalista enI

te proceso se da desde el novecientos (en la Argentina),

perr

gran ruptura se consolida entre el diez y el veinte con la aparic de la poesla de Vicente Huidobro, de la poesa de Csar Valle el Ateneo de la Juventud en Mxico -de reaccin contra el pos vismo-, la aparicin de la filosoffa de Alejandro Korn y Car

YazFerreira en el sur. Son movimientos que abandonan el siXIX y entran en alo que va a ser marcadamente el siglo XX. C que desde el punto de vista de cierta homogeneizacin se po( incluir todo este proceso en el segundo perodo; desde la llus cin hasta 1910 aproximadamente".

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Este segundo perlodo, que responde, como sealbamos, a un movimiento de superacin del estatuto colonial de la literatura, es la expre. sin de una textualidad de contenidos concretos. En el mbito de la llustracin el surgimiento del nuevo intelectual constituye uno de ellos, tal vez el primero a enfrentar. Es el diseo del intelectual concebido co mo un pensador, en una globalidad que escapa al estricto plano literario: es el intelectual iluminista con todos sus proyectos. Emerge una "l-

siones, que concuerdan y tambin difieren en alguna medida con esta participacin:

to en Brasil " como en Mxico, y gue es necesario explorar como fenme. no. La llustracin, como primer momento d formacn de la conciencia nacional, con predominio neoclsico y supervivencias barrocas da lugar a este fenmeno. La literatura jesultica es notable y en Brasil se puede observar una importante polmica entre los jesuitas y los intelectuales ilustrados que apoyan la polltica del despotismo ilustrado. Los viajeros ilustrados son tambin parte de la cultura de este momento. Es importante sealar que la llustracin desciende al pueblo en la medida en que necesita reclamar el apoyo de los sectores bajos de la sociedad. Altl se sitrla Jos Joaquln Fernndez de l-izardi y la poesfa popular de Mariano Melgar y Bartolom Hidalgo. Es el momento en que va delinendose la nocin de literatura nacional.

teratura pblica" en el sentido de concertacin colectiva, en donde tambin entran proclamas, actas lndgpendentistas, periodismo cientlfico-literario, poesla patritica, etc: Asf ocurre con intensidad en Brasil: se produce 6 surgimiento del "arcadismo", que fue un rococ, tan-

tegorras estticas, hisrricas poilticas "". v personas qu is ieron tambi n i ndependizarse ""i;";;.'p';ue ras iterariamente-, inc uso adoptando modelos extranjeros: italianos, alemanes, po, es que ro que fue er exotismo para et europeo "ro rue'nac'onarismor r

"Estoy pensando -dice cndido- en ra titeratura brasitea, gue es ra nrca que conozco. concuerdo plenamenEtlnimento de la rndependencia es uno e ros rrs

il;i;;n-q;r",

con cosmopolismo. para nosotros es lo mismo, se llama Simbotismo y parnasianismo, pero en ra riteratur" il" acin der regionarismo pintoresco y particurarisia "io" mismos "r"-os escrtores Coelho Neto, por ejemplo_ que cuando ha-Henrique clan literatura culta eran tremenOmente portugueses, europeos, cosmoporitas, escribfan cuentoi ijionariitas p]ntor"d"""pr"go ge.0roduce ro que se rtama er movimiento de ra riteratura regionatista brasirea, ra "riteratura sertaneja", qr" * ," r"iiJr=,n,"n no. Coincide co.el simbolismo y eiparnasianismo. Entonces ya no podemos habrar-ahf de cosm'opoiitirmo ru""i"noo 'in nrcionarismo. La nica manera de ver ros,perlodos en Amricanando que habra que descubrir er Brasit. En eLmsr mo-"-nl

"" l8"ii'JJ"i:;,33ff l3?"?"f #*i"?li,f :::;:,ii"*"T,l,

para nosotros. por eso para nuestra OeincOn J-'pioUr"r" contrastivo ,r: Trr. importante. Hay realmente un momento;;;; cionalsmo y de independencia qr da en varios p"ilooL. cu-

primer americanismo y los grandes proyectos continentales para entrar de lleno al surgimiento de las literaturas nacionales. Es es' pecfficamente el nacionalismo literario con el romanticismo, con el socialismo utpico, con el positivismo inclusive, que despus se rompe con la intencin universalista del siglo XX, que es.la modernidad. Es muy diffcil establecer un modelo abarcador Cuba se inde' pendiza en 1898 y necesitamos sin embargo hablar antes de ind+ pendencia convencionalmente. A sta sucede el surgimiento de las nacionalidades gue es ya mayoritariamente para Amrica el surgimento de una conciencia nacionalista polltica y literaria tambin: son las literaturas nacionales, los costumbrismos, los tradicionalismos, el romanticismo, nacionalista, hasta el positivismo. Posteriormente iene entonces la ruptra con el modelo na' cionalista para entrar en una intencin universalizante, cosmopo' lita, que sera la modernizacin. Es necesario dejar perlodos abier' tos, sin establecer topes cronolgicos". En la proposicin de Antonio cndido al respecto hay otras dimen'34

"El surgimiento de las nacionalidades -dice Domingo Milianino es una expresin puramente polltica: surgen las literaturas na' cionales diferenciadas, se rompe el modelo. Surge la Amrica, el

in qr"

perlodo los elemento" tuaciones de conflicto". "onfli"tui"r,cad-a.

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del romanticismo implica una visin que-sosraya ro que trav oe sus fuentes. su movimiento bsico es la naontizacion de ro pintoresco y lo extico, con un primer momento de fuerte refrexin .oiopriti"" v de problematizacin de nociones como ras de curtura y rengufnacionates. un. segundo momenro aparece caiaieiizaoo pr'et-sntimiarsmo en ro temtico e ideorgico , y pot ra conformacin de una narrativa.tumbres..surge una poesra romntica y una prosa de refrexin de carcter sociolgico, crrtico y porftico. sarment expresa cabarmente este

En el cicro romntico se hace necesaro observar ra adaptacin que hacemos de este movimiento en er rea recepcin: hemos tomado atgunas de sus *neas de. desarror ii. por ejempro, en rugar der. tono romntico intimista ra riteratura tio"*"ri"ana ha adoptado er tono.romnticosociar, en. un rineamiento progresista. La americanizacin

;;u

Entre los gneros es importante

el desanollo del cuadro de cos-

que habia momento. En esta.etapa el relieve es de la novela, el,gnero de Lizardi. El foletn, que es el mesurgido con Jos.toaqiin-fernndez lodiama romntico, la novela por entregas, se extiende a lo largo del nueva' Xf X' con el surgimiento de la gran prensa, la comunicacin "igf sobre los escritores, que se sitan siestablecen modelos imperiosoJ proen relacin con el mercadO. La literatura gauchesca, la impOrtante Her' n Martin Fierro, de Jos ;";i; poputar Oet sui,iiene su centro nndez mientras surge, por otra parte, un teatro romntico' reEl tercer momento de este perlodo est marcado por el dis-curso ideologfa positiva' El simboatista y parnasianista, imbricdos en una La i*mo'entra a la disoucin del positivismo y a su transformacin.

una literatura inipregnada de nuevos valores que no tiene relaclon cor el modernismo hispanoamericano. Hay una transicin marcada por un acento nacional americano antimperialista. Esta situacin vara desde luego dentro de las diferentes reas continentales y existen excep'

ousqueoadelarealidadquesignificaundesarrollodelaconcienciana. rigu;i"llia una crtica de livisin idealista y una.mayor y ms en la al continente. Este momento est enmarcado iosa aproximacin influenciadelacienciamoderna,regidaporunaorientacinpositivistaesty naturalista, tanto en ia biologia coriro en la sociologa' En el nivel parte prodce una bifurcacidn a partir del romanticismo: por una ico ,e tradicionales, formales y semnticos' que

ciones, como la de El Ateneo de la J uventud en Mxico, cuya preocupa' cin es la cultura universal. En este movimiento conjunto de cambio en la literatura, en donde se sitan Ramn Lpez Velarde, Leopoldo Lugones, Baldomero Fernnde; Moreno,.Manuel Glvez, comienza a surgir una narrativa popular' dt consumo de las clases ascendentes. All podra considerarse incluso a Borges del primer momento, del mismo modo que al grupo Minorist cubano, que presenta elementos del mismo tipo. Respecto de este mo mento apunta Angel Rama:

la altercin de los nexos a la organi' conduce al simbolismo; por la otra, la importancia conferida zacin formal, cuya exprsin tpica es ei parnasianismo' Se desarrollan romntitambin las tendnciaL realistas contenidas ya en la narrativa vei este momento como antittico al anterior, como ;;. E;i"rtante ref lereaccin sociolgica a-t istora romantizada. Es una tentativa de

"Lo que quiero sealar es que ah hay un proceso de transicin y de transformacin antes que estudiemos vanguardia y regionalis' mo. Es la nueva fuerza nacionalista que sostiene luego el esfuerzc de los escritores regionalistas en muchos lugares, porque van a asumir tambin la necesidad de reivindicar sus circunstancias. Es en el fondo la negativa de todo el extranjerismo,del cosmopolitis.mo que haba practicado el modernismo nuestro, el simbolismc de Brasil. Contra ese cosmopolitismo hay una ruptura y una bs'queda de af irmacin nacional. Ah hay toda una formacin potica

contra la xin sociolgic sobre Amrica Latina que reacciona ruptura essecuencia nistrica de fomacin de conciencia. En Brasil la - liointa. es et *oln"nto det triunfo de ta novela con Joaquimla novela. rur,"oo de.Assis y la narrativa realista, la gran expresin de y el ensayo asl como elperfodo r, i"r6in el gran perodo de la crtica iet teatro, con la ilegada det teatro naturatista. Para los bloque hispanoamericanos, parnr"o y simbolismo constituyen un solo ' el Modernismo, que n esta lteratura tiene un desarrollo ms especta' Rod cular que en la.Oiasn, nun Daro en la poesa, Jos Enrique Manuel Daz Rodrguez en la novela' en el ensayo, ei trcei periodo, el e la ln-dependencla literaria, est marcado poi ,n" polarizacin: la de vanguardismo y regiona.lism.o'.Alrededor de tex' iglO re b"era la irrupcin tie una conciencia nacionalista que se Manuel Glvez, Ricardo Rojas, Mariano Azuelael caso de tualiza

que me parece muy importante y que est en la generacin na'cionalista. Porque no es slo Manuel Glvez, son tambin Baldome' ro Fernndez Moreno y Ramn Lpez Velarde quienes marcan con toda nitidez ese momento. Se quiere rebajar el esplendor moder nista: es Carlos Pellicer, es Luis Carlos Lpez. Yo creo que todc esto es un centro, que toda esa formacn nacionalista podrla or' ganizarse en capltulos por zonas en distintos momentos. Yo crec que hay un cambio: es como si entrramos en Amrica Latina cor ms soltura en ese perodo. Luego viene el proceso de los veinte y los treinta con sus dos vertientes ms marcadas -una de van, guardia y otra de regionalismo- y luego, ya de los cuarenta er adelante, el proceso de lo que podramos llamar la lileratura ac' tual, la literatura presente. Hay autores que estn en uno y otro la' do: el Borges de los veinte no ser el posterior". Hacia los veinte es la irrupcin de la vanguardia con su vinculacir cosmpolita y el esplritu de la modernizacin que en el continente asu me distintas modulaciones de una expresin ideolgico'poltica. Estt componente ideolgico-poltico es latente y asume formas tanto de na cionalismo como de vanguardia poltica propiamente dicha. En Brasil en los aos treinta, se acusa a las vanguardias de ausentismo poltico Es la vuelta a los elementos romnticos, a la identidad nacional, ur problema itleolgico ms que directamente poltico. Sin embargo, ur

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enloqueconstituyeunaafirmacinnacional,queluegotomaruncarc. ter aniimperialista. Esta conciencia nacionalista est enmarcada en dos situaciones histricas importantes, que la hacen conso.lidarse

-es

entre1910y1920:porUnaparteelCentenariodelalndependenciaypor na' tra, eL fenmeno'de la Revolucin Mexicana. Es una afirmacin qr" se combina con la destruccin del porfirismo.'Estamos en de procesos "ol"t ,n periOo de surgimiento de nuevos sectores sociales yliteratura que literatura sencillista: una de Lrbanizacin. Aparece una puedecontarlavidadelbarrio,lavidadelafamilia,losproblemasso. cialesenqueestn.Noesestrictamenteunaliteraturasocal,peroeS36

sector de la vanguardia brasilea toma directamente el camino de la de' recha recalcitrate. En Hispanoamrica en general su expresin polti' ca es ms definida, aunqu en ciertas reas como la Argentina est pre' sente ms el nacionalismo que la preocupacin poltica propiamente tal. l-lay casos de politizacin muy clara: Lima y Amauta, Venezuela con el grupo de vlvula. La vanguardia tiene como centro cronolgico y simblico para todo el continente la Semana de Arte Moderno de So Paulo, en el ao 1922. El fenmeno brasileo es de una importancia muy grande, as co' mo el hispanoamericano. Encontramos all, con las primeras obras de Mrio de Andrade, con las de Vicente Huidobro el comlenzo de la cons' titucin de una esttica. Un estudio de las formas de apropiacin de las literaturas europeas es all importante, en especial porque nuestras lite' raturas vuelven a absorber esos materiales. Se trata curiosamente de un fenmeno nacional de abastecimiento internacional. lngresan las corrientes modernas -el cubismo, el dldasmo, el futurismo* y co' mienzan incluso a aparecer rasgos norteamericanos menofes' Se llevan a cabo formas de vinculacin: las visitas de Blalse Cendrars, de Filippo Marinetti, y ya formas ms expeditas a travs de revistas,de manifies' tos. El capltulo regionalismo se inicia con la novela de la Hevolucin Mexicana, tipo interesante de novela gue toma todo un tramo de la hstoria de Mxico. El regionalismo aplica el anlisis de creacin, el anlsis litarario a distintos lugares de Amrica y desarrolla una concenlracin de conocimienio sobre ellos: se trata de verdaderas aventuras naconalistas. Como material est alll todo l regionalismo narrativo brasileo y el hispanoamericano, que s una produccin rnuy grande. Dentro de este tema aparecen especies de subtemas indpendientes: el negrismo, con la poesfa que se produce desde Cuba al Rfo de la Plata. Por otra parte, y respecto de otra zona, surge el indigenismg con la preocupacin sobre el indio con pautas ya modernizadas, a lo largo de la cordillera de los Andes. Est toda la tess indigenista, la ideologa indigenista que loma gran importancia: cmo se debe llamar Amrica, Hispanoamrica o ln' oamrica? Haya de la Torre hablar de lndoamrica, mientras para Fernando Ortiz se trata de Af roamrica: on los dos grandes f ragmntos de toma de conciencia. se trata de un discurso literario con su ideologa, con su planteo de formas, con una recuperacn de temas. Dentro de este sector de materiales se encuentra tambin el nativsmo, el criollis' mo: incJuso la literatura urbana de los veinte en Buenos Aires es un acriollamiento, como,en el caso chileno de Jos Santos Gonzlez Vera y en la novela Las mat cattadas de Benito Lynch. Dentro siempre de la atmSfera del regionalisrno hacia los a,os treinta se encuentra una novela social que tendr mucha importancia.Dentro del gran ernpuje de las vangualdias la poesa es una explosin: all surgen Mnuel Band'eira, Pablo Neruda, Csar Vallejo' que son creadoresJundamentales. Es importante el mblto de las vanguardias con su aliento de subversin de la palabra, porque tamb,in alll se encontra'38

rn las bases de lo que ser posteriormente la narrariva nueva: Migue Angel Asturias, Alejo Carpentier, etc. Bajo la gida de la poesa, que er el gran gnero de la poca, est toda la aparicin de la nueva noveia. Es ta se inicia, de alguna manera, ya desde Mario de Andrade, con las pri meras novelas de Vicente Huidobro: en los veinte est el comienzo de l nueva narrativa a la que generalmente se ubica en los cincuenta. La produccin de discursos es enornie en ese mom,ento, hay formar de apropiacin, de vincuracin , de creacin de rneas, oe ivestiga cin esttica gue configuran una verdadera eclosin.

"Yo personalmente pienso _dice Angel Rama_ que ten.emos dos vanguardias: una muy vinculada Europa, qe va desde Huidobro, que se integra al mundo europeo,a Borges, en donde termina ese modero de rnovimiento. Hay otra vanguardia: vailejc no se integra en esa forma, l escribe Trilce ea lgZZ en la ciudad de Trujillo. Creo qr:e hay un doble movimiento de las vanguar. das: las vanguardias gue se insertan totalmente en la corri,ente europea -los mexicanos Manuel Maples Arce y Garlos pellicer_ pero al mismo tiempo olras gue tratan en lo posible de integrarse intento de recuperacin antropolgica de ros erementos que for. man la nacionalidad? Oswald de Andrade, en cambio, parecera estar mucho ms anclado en 'la nutrici,n vanguardista europea. Es el movimiento de las influencias europeas y las recupera. ciones nacionales que buscar otro modo de decirlo .pero -habr es la idea- que da la ambjvalencia dentro del proceso de la van. guardia, una vanguardia que ya no es ritacin refleja. Hay imita. cin, pero la imitacin sirve simpremente para hacer una bena investigacin de nuestra realidad. yo siento que en general el movimiento oscila entre esas dos fuerzas, y propondria que trabajra. mos qs porque incruso es ro diferente del perodo de fin der sigro XlX. Es necesario organizar una materia enorm,e en torno a esas dos fuerzas que funcionan n er ciclo der veinte y el treint soramente."En la revisin de ros materiares comienza a derinearse como gran tema lo que se dio en ilamar "ros Maestros der continent;, rs qu-e nsean disciplina, rigor, ampritud de visin; son ros qr" co*i"nzn a atrmar Amrica Latina y que tienen una dimension oe'magistolo ient-

a procesos de recuperacin. Mrio de Andrade, no,es ms bien el

muestra un proceso transicional y va abriendo nr"*" piUr191ican.o mas:en ro riterario son Arfonso Reyes,pero Henriqu", Uiu i'i"ue Vasconcelos. Eroo son universarists pero iomenzar un ,"n" *rv americano. A partir de afl serfa necesaiio reconstruir en Rmrcis casos sirnitare' como er der peruano Francisco Garca ciil;;; oir

!9-09!ryOOico. que emerge despus de ros sucesos de paiamto"e rrrr ipon isil"oro Henrlquez urea marca con toda craridad er americanismo, mintras rt Ateneo de ra Juventud no es americanista en ese mornento. Este grupoEs una.generacin antimperiatista

r"ry

-

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gentino Manuel ugarte y en Brasif de Manuel Bonf im. Surge el gran te'los acontecimientos histricos.

ma del americanismo y el anttmperialismo, que se estructura a partir de

-dice es americanista. Est precupado en discutir la filosofa universal, de le' er a Platn y a Kant. En carnbio Manuel Bonf im expresa clararnente la aparicin de una conciencia, de una afirrnacin nacional a cornienzos

''El Ateneo de la Juventud

Angel Rarna- er ese rnotnento no

de siglo. lncluso la discusin con Silvio Romero sirve para hacer un aparte de aguas. Bonf in era un maebtro de escuela, hay allialgo rnuy bo' nito de una nueva capa social. Tambin en este momento aparece una sociologa que empieza a trabajar sobre los temas nacionales, los te-

necesaria para observar los fenmenos. La literatura que surge en lc aos sesenta por ejemplo, y que constituye un material de enorme ir portancia, conforma el proceso, la unidad que estamos viviedo hoy, que estamos observando actualmente. En esa medida la evaluacin t difcil. En Brasil enmarca, por su parte, la aparicin de las ttimas va guardias. Es por eso que pensamos que una revisin histrica es nec sario dejar un perodo libre, que permita observar los problemas con guna perspectiva. Pensamos actualmente que la etapa de la lndepe dencia literaria es posible de ser observada con algn decantamien. de la discusin crtica hasta fines de la dcada de los sesenta, al cuando para las ltimas dcadas, el problema subsista en gran medid

mas sociales, Jos Vasconcelos pertence a esa lnea, pero despus de El Ateneo; en El Ateneo pide la lectura de los hindes. Pero visita Brasil, Argentina, y un libro capital suyo es de 1921. Es el gran tema del americanismo y el antimperialismo. Fleredan y estructuran ese antimperilismo sobre todo a consecuencia de tas intervenciones cuando la Flevolu-

Sobre la evoluein de la lengua

cin Mexicana. Aparece con claridad un pensamiento antimperialista

que va a ser rector dentro de Amrica. Sera importante que dentro de Ia af irmacin nacionalista podamos reconstruir a esos maestros y podamos fijar ese americanismo como una ueva concepcin integradora, como una forma de defensa que lleva a los estudios sobre lo propio: ah est el cubano Fernando Ort2, estn todos los que trabajan sobre

nuestra realidad cultural. El argentino Ricardo Rojas es la af irmacin nacionalista, pero se adelanta en cierto modo. Yo insisto en que en esa fecha se va a sumar el centenario de la lndependencia y la Bevolucin Mexicana, y esto genera una fuerza inmensa dentro de Amrica de conciencia americana, de concienca nacional. Hay una transicin marcada por este acento que hace aparecer una literatura sencillista, que tambin est en Brasil. Despus vara en diversos lugares, y la generacin de El Ateneo es una excepcin dentro del conjunto por su enorme preocupacin por la cul' tura universal. En este sentido todava parecen ser hijos del modernis' mo. Parecen estar defendiendo esa preocupaoin, pero hacindola rigu' rosa. Porque ellos son maestros del rigor: ellos ensean eso. Tambin Justo Sierra es un poco padrino de todos ellos: los ayuda en todo, les abre camino. J usto sierra preparaba su descendencia a travs de El Ateneo. Todava es ese pensamiento que no s si hay que ubicarlo en el perlodo anterior; lo que pasa es que luego pasaron a ser los gran des maestros: Alfonso Heyes y Pedro Henrquez Urea son maestros de toda Amrica, pero son maestros en la medida en que se transforman 'primer americanismo real. Bolivar, desde en americanistas. Es casi el pero no sucede nada: es el fracaso dl Congreso luego es americanista, Anflctinico. El real americanismo se produce en el siglo XX. Entonces es fundamental para lo que venga despus."es el que l mismo est viviendo la carencia de la perspectiva temporal40

zacin que ella vadesarroilando respecto de ra rengua metroporitana e un indicativo importante en el proceso de consolidcin de l literatur continental. si bien existen estudios dialectolgicos parciales en Mx co' o en el lnstituto caro y. cuervo de colombia por ejemplo, parecier ser que no se posee un material suf iciente respecto de ia di'acrona de la hablas que permita un estudio de ra evorucin de ra rengua en er cont nnte' Pero no es exactamente a ese mbito ar que nos {ueremos apr, ximar, sino a la lengua en su funcin riteraria. n efecto, parecier p