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    PROYECTO DE REFORMA CONSTITUCIONAL QUE PRECISA EL CONCEPTODE ACUSACION Y QUE PERMITE EL SUFRAGIO DE LOS CIUDADANOS

    PRIVADOS DE LIBERTAD QUE NO HAN SIDO CONDENADOS A PENAAFLICTIVA

    1. Antecedentes

    Expertos como Mandeep K. Dhami, Doctora en Derecho, Profesora deCriminologa en el Instituto de Criminologa de la Universidad de Cambridge,sostienen que los principios bsicos de la democracia electoral sonestablecidos en el derecho internacional. El artculo 25 del Pacto Internacionalde Derechos Civiles y Polticos declara que Todos los ciudadanos gozarn, sinninguna de las distinciones mencionadas en el artculo 2, y sin restriccionesindebidas, de los siguientes derechos y oportunidades: [] (b) Votar y serelegidos en elecciones peridicas, autnticas, realizadas por sufragio universale igual y por voto secreto que garantice la libre expresin de la voluntad de loselectores; el artculo 2, establece que esto se aplica sin distincin alguna deraza, color, sexo, idioma, religin, opinin poltica o de otra ndole, origennacional o social, posicin econmica, nacimiento o cualquier otra condicinsocial. Aunque el derecho internacional no siempre forma parte del derechointerno de los pases, l tiende a influir en la legislacin nacional y ser utilizadocomo referencia para evaluar esa legislacin.

    Dhami ha sealado que cientistas polticos tales como Robert A. Dahl tambin

    sostienen que el proceso democrtico debe permitir que todos los miembrosadultos de un estado tengan una igual y efectiva oportunidad de contribuir a laagenda poltica y votar sobre ella, de manera que cada voto cuente por igual.Histricamente, no hubo sufragio universal de la poblacin adulta. Porejemplo, en muchos pases a las mujeres, a los pobres, a los negros y a lospueblos indgenas se les neg el derecho a voto. Hasta la fecha, un segmentode la poblacin adulta, es decir, los presos y los ex delincuentes en algunospases, son marginados en muchas democracias. El que sean excluidos delproceso cvico es una amenaza para la democracia () La eliminacin delderecho a votar de los presos puede tener ramificaciones negativas para losideales democrticos de igualdad y justicia. Por el contrario, incluir a los

    presos puede promover su rehabilitacin y reinsercin social, y puede tener unimpacto real sobre el clima poltico de un pas.1

    Segn los estudios de Dhami Internacionalmente, las polticas en materia dederechos de voto de los presos transitan a lo largo de un abanico dealternativas. Por un lado, hay pases que permiten a los presos votar (porejemplo, Canad, Ucrania, Sudfrica e Irn). Por otro, hay pases que prohbenvotar a los presos, y esta poltica de privacin vara. Varios pases restringen lavotacin a determinados grupos de presos. Por ejemplo, en Australia loscondenados a ms de 5 aos no pueden votar, mientras que en China es paralos condenados a muerte que est prohibidos votar. Muchos pases tienen una

    1 Este trabajo fue publicado en su idioma original en Analyses of Social Issues and PublicPolicy, Vol. 5, N 1, 2005. Su traduccin al espaol corresponde a Pablo Marshall Barbern,profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Austral de Chile. Revista de Derecho Vol.XXII - N 2 - Diciembre p. 121-132. Obtenido desdehttp://www.crim.cam.ac.uk/people/academic_research/mandeep_dhami/50.pdf

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    prohibicin ms o menos indiscriminada respecto del voto de los presos (porejemplo, el Reino Unido y Rusia). Por ltimo, hay unos pocos pases, tales

    como Finlandia, que prohben votar a los presos por algn tiempo despus definalizado su encarcelamiento. Algunos estados en los Estados Unidos tienenuna de las ms restrictivas polticas en este sentido; privan del derecho a voto permanentemente a los criminales. Aunque la mayora de las polticas deprivacin del voto se refieren a los presos condenados, los presos en esperade juicio o de condena son a menudo prcticamente privados del voto, conpoca oportunidad de votar en la crcel. Se estima que casi 4,5 millones depersonas, en 54 pases, han sido privados de su derecho al voto debido a laencarcelacin.

    De hecho, se estima que slo en Estados Unidos alrededor de 4 millones depersonas estn privadas del derecho a votar, an cuando ms de un milln deesas personas ya han cumplido su condena.2

    2. Muerte cvica de los reclusos?

    La profesora Dhami ha recordado que las leyes de privacin del voto reflejan elconcepto de muerte civil o de retirada de la vida poltica y jurdica y delejercicio de los derechos civiles, todas ellas originarias de la antiguassociedades griega y romana y adoptadas por la Europa medieval y que entrelas razones comnmente invocadas para descalificar a los presos de lavotacin se incluyen, que ello promueve la responsabilidad cvica y el respeto

    de la ley; que los delincuentes han perdido el derecho de voto desde queviolaron el contrato social; que ste es un mtodo de control de lacriminalidad; que la pureza de las urnas debe ser protegida de losdelincuentes que podran corromperla, actuar subversivamente o cometerfraude electoral, y que es costoso y poco prctico permitir a los presos votar.

    A menudo, la privacin del voto a los presos es considerada simplementecomo otra restriccin a la libertad de las personas que estn encarceladas.

    Sin embargo, el argumento de que permitir que los presos voten sera costosoy poco prctico es ticamente injustificable. Del mismo modo, el hecho de quelos presos pierden muchas libertades no implica que deban perder todos susderechos civiles.

    Negar a los presos el derecho a voto posiblemente socava el respeto al imperiode la ley desde que los ciudadanos que no pueden participar en la elaboracinde las leyes probablemente no reconocern su autoridad. Permitir que lospresos voten, por el contrario, puede reforzar sus vnculos sociales y sucompromiso con el bien comn, por lo tanto, promover la participacin lcita yresponsable en la sociedad civil. Sugerir que los presos han perdido el derechoa votar porque han violado el contrato social implica que ellos escogierondeliberada y racionalmente la actividad criminal con el conocimiento de quepueden perder sus derechos de voto. En muchos casos, las causas de la

    criminalidad van ms all de la eleccin individual y los delincuentes suelenser ignorantes de las polticas de privacin del derecho a voto.

    2 Fellnar, J., Mauer, M., Losing the vote. The impact of felony disenfranchisement laws in theUnited States. Human Rights Watch and The Sentencing Project, New York, 1998.

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    Como mtodo de lucha contra la criminalidad o como objetivo del sistemapenal, la privacin del voto es retributiva en la medida en que el delincuente

    sea privado de algo que l o ella valore. La privacin puede no ser retributiva,si los delincuentes ya se sienten alienados de la vida civil y poltica, y noenmienda el dao ya causado.

    Tampoco hay pruebas para demostrar que la privacin del voto rehabilita,incapacita o disuade a los delincuentes. La privacin del voto socava elobjetivo rehabilitador de desarrollar la personalidad de los delincuentes yreinsertarlos a la sociedad en cuanto ella puede reducir la autoestima de losdelincuentes y alienarlos de la comunidad. De hecho, como se sealar msadelante, la privacin del voto puede fomentar an ms el comportamientocriminal. La disuasin a travs de la privacin del voto es difcil de lograrporque las personas rara vez son conscientes de esta consecuencia, y es pocoprobable que encuentren en ello un factor de disuasin suficiente (sobre todocuando no son disuadidos por largas penas de crcel). En efecto, los Estados opases con discapacidades civiles resultantes de una condena, por ejemplo, lareduccin de los derechos de orden familiar (por ejemplo, la terminacin de lapatria potestad y los motivos legales para el divorcio) y la reduccin dederechos que involucran confianza y seguridad (por ejemplo, la privacin delderecho a servir como jurado y a poseer un arma de fuego) no necesariamentetienen un menor ndice de criminalidad. Por ltimo, el uso de la privacin delvoto como una incapacidad no es plausible para los delincuentes que no sonculpables de delitos relacionados con las elecciones.

    La idea de que la pureza de las urnas debe ser preservada destaca trespreocupaciones. La primera preocupacin es que los delincuentescorromperan, mancharan o infectaran la sociedad, es vaga y maldefinida. Permitiendo que los delincuentes voten realmente se pone enpeligro la sociedad civil? La segunda preocupacin es que los delincuentespueden votar subversivamente en las urnas. Para ello sera necesario que loscandidatos presentaran polticas rebeldes, y un nmero suficiente dedelincuentes organizados. Tampoco hay pruebas de que los delincuentestienen ms probabilidades que otros grupos de votar en una forma subversivao rebelde. De hecho, Casper3 encontr que los criminalmente acusados creanque la ley es digna de respeto. Al igual que otras personas, los delincuentes

    tendern a emitir su voto basado en algo ms que el propio inters o un temaen particular. De todos modos, excluir a un grupo sobre la base de cmo votaes antidemocrtico. La tercera preocupacin es que los delincuentes puedancometer fraude electoral. Sin embargo, no hay relacin entre la comisin dedelitos electorales y otros tipos de delitos. Adems, una persona que cometiun delito electoral en el pasado no necesariamente cometer un crimen similaren el futuro.

    El desempoderamiento poltico de un segmento de la sociedad pone en peligrola legitimidad de una democracia. La futura investigacin psicolgica podraexplorar los motivos que justifican las polticas de privacin del voto a los

    presos. Por ejemplo, en qu medida el acto de votar afecta los sentimientosde pertenencia a una comunidad ms amplia? Las personas perciben lavotacin como un comportamiento egosta o altruista? Las personas creen

    3 Casper, J. D.,American criminal justice. Prentice-Hall, Englewood Cliffs, 1972.

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    que la eliminacin del derecho de voto actuar como una disuasin suficientepara los criminales? Qu se les atribuye a las personas que estn privadas del

    derecho a voto? Cules son las similitudes y diferencias entre la visin de lasvctimas y la de los delincuentes acerca de la privacin del voto? Cmo elpatrn de voto de los presos difiere del comportamiento del electorado engeneral?

    3. La desigualdad

    En el estudio ya citado de la profesora Dhami ella seala que las leyes deprivacin del sufragio pueden llevar a la desigualdad. Teniendo a los EstadosUnidos como ejemplo, ella dice que es evidente que hay una tasadesproporcionada de condena y encarcelamiento de los afroamericanos. Porejemplo, en 2003, los reclusos negros de sexo masculino representabanaproximadamente el 44% de todos los reclusos con una pena de 1 ao o ms,mientras que los reclusos blancos representaban el 35%, y hombres negrosfueron encarcelados en una tasa de 3.405 por cada 100.000 habitantes, encomparacin con una tasa de 465 para los hombres blancos.4 Un patrn similaremerge para las mujeres negras. Los perfiles raciales y la guerra contra lasdrogas, que discrimina sistemticamente, pueden explicar en parte estastasas desproporcionadas.5

    Sin embargo, esto ha llevado tambin a la desigualdad de la privacin delsufragio de estos grupos. Por ejemplo, alrededor del 13% de todos los hombres

    afroamericanos (1,4 millones) estn privados de su derecho a sufragio6.Comprenden el 36% del total de poblacin de los privados de sufragio a pesarde que constituyen slo el 6% de la poblacin total. Est previsto que tres decada diez de la prxima generacin de hombres afroamericanos perder elderecho a voto, ya sea de forma temporal o permanente.7

    Aunque las cifras comparables para los latinos an no se han presentado, esprobable que un patrn similar emerja para este grupo minoritario. Harvey serefiere a la erosin o al desempoderamiento de los grupos minoritarios comodilucin del voto racial.8

    La prctica de la privacin del sufragio, junto con los desproporcionadosndices de encarcelamiento de afroamericanos es discriminatoria y frustra losesfuerzos del movimiento de derechos civiles (Harvey, 1994). De hecho, variosautores han sealado la relacin entre el racismo y el desarrollo de leyes deprivacin del sufragio a criminales en los Estados Unidos9. Preuhs encontr,

    4 Bureau of Justice Statistics. Prisoners in 2003. US Department of Justice, Office of JusticePrograms, Washington, 2004.5 Harvey, A. E., Ex-felon disenfranchisement and its influence on the black vote: The need fora second look. University of Pennsylvania Law Review, 142, 1994, pp. 1145-1189.6 Fellnar, J., Mauer, M., Losing the vote. The impact of felony disenfranchisement laws in theUnited States. Human Rights Watch and The Sentencing Project, New York, 1998.7

    Ibd.8 Harvey, op. cit.9 Behrens, A., Uggen, C., Manza, J., Ballot manipulation and the menace of Negrodomination: Racial threat and felon disenfranchisement in the United States, 1850-2002.

    American Journal of Sociology, 109, 2003, pp. 559-605; Ewald, op. cit. en nota 14; Keyssar, op.cit. en nota 7; Preuhs, R. R., State felon disenfranchisement policy. Social Science Quarterly,

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    despus revisar varios factores, que indicadores raciales tales como el tamaode la poblacin minoritaria explican mejor la variacin de la poltica de

    privacin del sufragio a travs de los estados, y que cuando la proporcin de lapoblacin minoritaria aumenta tambin lo hace la severidad de las leyes deprivacin del sufragio10. Behrens demostr que, despus de revisar otrosfactores relevantes, los estados con mayor poblacin penitenciaria no blancafueron ms propensos a privar a los criminales condenados que los estadoscon proporciones menores de presos no blancos, y estas polticas de privacintienden a ser ms restrictivas.11

    Similares patrones de desigualdad en la privacin del sufragio son evidentesen otros pases. Por ejemplo, en Australia, los indgenas son 16 veces mspropensos a ser encarcelados que los no indgenas, y la privacin del sufragiotiene un efecto desproporcionado sobre ellos12. El impacto desproporcionadoque la poltica de privacin del sufragio de Canad ha tenido en su poblacinaborigen fue reconocida por la Corte en Sauv v. Canada. La investigacinpsicolgica podra examinar el impacto psicosocial que la dilucin del votoracional tiene sobre las minoras privadas de sufragio y en los estereotipos delos grupos mayoritarios acerca de ellos.

    4. El voto como parte de la reinsercin social

    El estudio citado de la Dra. Mandeep K. Dhami recuerda que El artculo 10 delPIDCP (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polticos)establece: 1. Toda

    persona privada de libertad ser tratada humanamente y con el respetodebido a la dignidad inherente al ser humano. 3. El rgimen penitenciarioconsistir en un tratamiento cuya finalidad esencial ser la reforma y lareadaptacin social de los penados. Esto, segn su opinin, es lo que ha sidoreconocido por los tribunales como la Corte Suprema del Canad (2002) y elTribunal Constitucional de Sudfrica (1999) cuando se pronunci en contra dela privacin del sufragio. Las elecciones enfatizan que todos somos miembrosde una comunidad, trabajando para un bien comn, y que tenemos vnculossociales. La votacin representa una forma de crear y mantener esos vnculos.Por lo tanto, psicolgica y socialmente, el derecho a voto podra permitir a lospresos percibirse a s mismos como tiles, responsables, confiables y como

    ciudadanos respetuosos de la ley. Esto podra favorecer su rehabilitacin yayudarles a reintegrarse en la sociedad despus de la liberacin.

    La privacin del sufragio, por el contrario, servira para aumentar la distanciasocial entre el delincuente y la comunidad, y reafirma sus sentimientos dealienacin y aislamiento. Esto puede impedir, de su parte, la aceptacin y elrespeto de las normas sociales y el imperio de la ley. La privacin del sufragiotambin etiqueta negativamente a los individuos como ciudadanos desegunda clase. En una encuesta a 33 criminales condenados en los EstadosUnidos, Uggen y Manza encontraron que la privacin del sufragio fue

    82, 2001, pp. 733-748; Shapiro, A. L., Note: Challenging criminal disenfranchisement under

    the Voting Rights Act: A new strategy. Yale Law Journal, 103, 1993, pp. 537-566.10 Preuhs, op. cit.11 Behrens, et al., op. cit.12 Davidson, J., Inside outcasts: Prisoners and the right to vote in Australia. Current IssuesBriefN 12, 2003-04. Information and Research Services, Parliamentary Library, Department ofParliamentary Services.

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    estigmatizador y un signo de aislamiento social, incluso si las personas nohaban ejercido su derecho a voto en el pasado13. Los criminales dieron cuenta

    de la necesidad de sentirse como ciudadanos plenos. El estigma y lahumillacin de que se les niegue el derecho a votar puede ser perjudicial parala adquisicin de esta imagen de s mismo. De hecho, la privacin permanentedel sufragio sugiere que una persona no cambiar nunca y siempre ser undesviado. Tal etiquetamiento puede llevar a nuevas actividades delictivas14.

    Hay algunas pruebas que indican que el comportamiento electoral y elcomportamiento criminal estn relacionados. En un estudio longitudinal de1.000 adultos jvenes, Uggen y Manza encontraron que slo alrededor del 5%de los votantes haban sido detenidos o encarcelados en comparacin con losno-votantes de los cuales el 16% haba sido detenido y el 12% haba sidoencarcelado15. Entre los detenidos con anterioridad, aproximadamente el 27%de los no votantes haban sido otra vez detenidos en comparacin con el 12%de los votantes. Patrones similares surgen cuando se examina el crimenautorreportado de tal manera que los electores reportaron significativamentemenos delitos que los no votantes. Por lo tanto, la votacin parece ser parte deun paquete de comportamiento prosocial.Una investigacin psicolgica podra tambin ayudar a identificar losmecanismos por los cuales la privacin del sufragio afecta el autoconcepto ycmo ste media en el impacto de la poltica de privacin del sufragio sobre laconducta delictual futura.

    Negar a los presos el derecho a votar puede tener un impacto real en la

    poltica de un pas. La mayora de los delincuentes son pobres o de clasetrabajadora, y como se ha sealado, en muchos pases hay un nmerodesproporcionado de miembros de minoras tnicas representadas entre susfilas. Estos grupos son propensos a votar por liberales o demcratas en lugarde conservadores o republicanos. En los Estados Unidos, Uggen y Manzaestiman que desde 1972, en promedio, 35% de los criminales privados desufragio habra votado en las elecciones presidenciales y el 24% habra votadoen las elecciones del Senado16. Alrededor de siete de cada diez votos emitidospor los delincuentes condenados habran sido para el Partido Demcrata.Histricamente, por lo tanto, siete elecciones senatoriales se podran habervolcado en favor de los demcratas si los criminales hubieran podido votar. Se

    ha estimado que el resultado de la eleccin presidencial de los EE.UU. del ao2000, cuando G.W. Bush gan por 537 votos, pudo haber sido determinada porla prohibicin permanente sobre los derechos a sufragio de ms de 400.000 excriminales en el estado de Florida (incluso despus de excluir de la prohibicina criminales). El impacto de la restitucin del voto en las elecciones a nivellocal o de distrito sera mayor, ya que existe una mayor concentracin dedelincuentes y ex delincuentes en las zonas urbanas.

    13 Uggen, C., Manza, J., Disenfranchisement and the civic reintegration of convicted felons,en C. Mele y T. Miller (Eds.), Civil penalties, social consequences. Routledge, New York, 2005.14

    Vase Becker, H. S., Outsiders: Studies in the sociology of deviance. Free Press of GlencoeCollier-Macmillan, London, 1963.15 Uggen, C., Manza, J., Voting and subsequent crime and arrest: Evidence from a communitysample. Columbia Human Rights Law Review, 36, 2004, pp. 193-215.16 Uggen, C., Manza, J., Democratic contraction? The political consequences of felondisenfranchisement.American Sociological Review, 67, 2002, pp. 777-803.

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    Una observacin similar de los efectos polticos de la privacin del sufragio seha hecho en el Reino Unido. La Prision Reform Trustha argumentado que en

    las elecciones generales de 1997, la prohibicin del derecho de voto puedehaber afectado los resultados en ocho circunscripciones marginales que alojanun gran nmero de presos. Por ejemplo, en Dorset South, que incluye trescrceles que acogen cerca de 1.500 presos, un candidato conservador ganpor una mayora de slo 77 votos. Por lo tanto, la restitucin del derecho avoto a los presos y ex delincuentes ofrece amplias oportunidades para pensarcontrafcticamente acerca de cmo esas polticas pueden haber alterado lasdemocracias.

    5. La legislacin comparada

    CanadEn octubre de 2002 la Corte Suprema de Canad, en Sauv v. Canada, rechazla legislacin federal que prohiba a los presos votar por una mayora de 5 a 4.El Gobierno haba afirmado que la privacin del voto estaba justificada en elargumento de que aumentara la responsabilidad cvica y el respeto delimperio de la ley, y que proporcionara un castigo adicional. La visin de lamayora, resumida por el Juez McLachlin, fue la siguiente:

    La legitimidad de la ley y la obligacin de obedecer la ley se derivandirectamente del derecho de todo ciudadano a votar. Denegar a losreclusos el derecho a votar es perder un medio importante deensearles los valores democrticos y la responsabilidad social [] Lanegacin del derecho de voto sobre la base de atribuir indignidadmoral es incompatible con el respeto de la dignidad de cada persona[] Tambin es contrario a la idea [] de que las leyes exigenobediencia, ya que son hechas por aquellos cuya conducta rigen.Negar el derecho de voto no cumple con los requisitos de un castigolegtimo, a saber, que el castigo no debe ser arbitrario y debe servir aun propsito vlido para el derecho penal [] En cuanto a un propsitopenal legtimo, ni el reporte ni el sentido comn apoyan la afirmacinde que la privacin disuade a los criminales de delito o los rehabilita.

    Por supuesto, este cambio en la poltica no significa que la privacin del votono ser nuevamente reintroducida. En el futuro, los presos de Canad quecumplen condenas por delitos especficos podrn ser privados del derecho avoto. Adems, los jueces pueden dar poderes para eliminar el derecho a votarcomo parte de una pena judicial. Sin embargo, por ahora, los presos deCanad tienen derecho a voto. Aproximadamente un tercio estaba registradopara votar en las elecciones federales de 2004, aunque se desconoce cuntosejercieron este derecho.17

    Reino UnidoLa sentencia de la Corte Europea de Derechos Humanos en Hirst v. UnitedKingdom, en marzo de 2004, puso en tela de juicio la validez de la prohibicinsobre el derecho de voto de los presos. El Gobierno haba afirmado que la

    17 Sheppard, M. (Executive Producer). Canadian prisoners exercise right to vote (2004, June18). News of CBC. Toronto: Canadian Broadcasting Corporation.

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    privacin se diriga a prevenir el delito y castigar a los delincuentes, y mejorarla responsabilidad cvica y el respeto del imperio de la ley. Se argument que

    los presos condenados haban incumplido el contrato social y as perdido elderecho a participar en el proceso cvico durante la duracin de su condena. ElTribunal sigui el razonamiento de la mayora en el caso Sauv v. Canada.Adems, el tribunal declar que

    El hecho de que un recluso condenado est privado de su libertad nosignifica que pierde la proteccin de otros derechos fundamentales[], a pesar de que el disfrute de esos derechos debeninevitablemente ser atemperada por las exigencias de su situacin []No hay una clara y lgica relacin entre la prdida del voto y laimposicin de una pena de prisin, where no bar applies to a personaculpable de delitos que pueden ser igualmente antisociales oanticiudadanos, pero cuyo crimen no se encontr con talconsecuencia.

    Una vez ms, sin embargo, la corte dej abierta la posibilidad de eliminar elvoto de los presos condenados por determinado tipos de delitos, o parapermitir a los jueces prohibir votar a los presos como parte de su condena.Juliet Lyon, directora de la Prison Reform Trust, afirm en ese momento, antelos alegatos del gobierno apelando contra este pronunciamiento, estarpreocupada de que el gobierno est usando este prolongado proceso comoforma de asegurarse de que no tendr que lidiar con la rehabilitacin delderecho a voto de los presos en las prximas elecciones generales(comunicacin personal, 18 de enero de 2005). De hecho, los presos en elReino Unido no pudieron votar el 5 de mayo de 2005.

    Costa RicaEl Artculo 168 del Cdigo Electoral (Ley N1536 del 10 de diciembre de 1952)prohiba la instalacin de juntas receptoras de votos en cualquier crcel u otrocentro semejante de reclusin; disposicin que, por sus efectos, resultabanegatoria del derecho fundamental a sufragar que la Constitucin formalmentereconoca a la poblacin penitenciaria, traicionando con ello la reglaconstitucional segn la cual la ley debe ofrecer garantas de que el sistemapara emitir el sufragio les facilitar a todos los ciudadanos el ejercicio de ese

    derecho (Art. 95.4). La Licenciada Elizabeth Odio Benito, en su condicin deMinistra de Justicia durante la administracin 1990-1994, lo haca ver alTribunal Supremo de Elecciones (TSE) a travs de oficio N DM-930075 del 27de enero de 1993. En dicha oportunidad mostr expresamente el inters porlograr la derogatoria de tal disposicin, con lo cual respaldaba oficialmente unagestin que en ese sentido ya haba formulado con anterioridad el Defensor delos Derechos del Interno del Sistema Penitenciario, Licenciado Vernor MuozVillalobos. El Tribunal acogi tal iniciativa y, a travs de oficio N4329 del 4 defebrero de 1993, se dirigi al Presidente de la Comisin de Asuntos Jurdicos dela Asamblea Legislativa para presentarle un proyecto de reforma al citadonumeral del Cdigo Electoral, sobre una base argumental similar a la expuesta

    por las autoridades del Ministerio de Justicia. Dicha propuesta fue finalmenterecogida, en trminos prcticamente idnticos, en la Ley N7653, del 28 denoviembre de 1996, que -entre otros- modific el ya citado Artculo 168 delCdigo Electoral. Con fundamento en esa norma, el 1 de Septiembre de 1997

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    el TSE promulg el Reglamento para el ejercicio del sufragio en los centrospenitenciarios, Decreto N10-97.8 Sobre la base de esas disposiciones, los

    privados de libertad han podido sufragar en Costa Rica de maneraininterrumpida a partir de las elecciones generales de 1998, con lo cual el passe coloca en una posicin de vanguardia internacional en la adopcin depolticas incluyentes respecto de ese sector social, verdaderamente pionerasen Amrica Latina.

    ArgentinaCon fecha 3 de Agosto de 2011, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia deBuenos Aires se pronunci respecto de la causa en que el Defensor Oficial enturno ante el Fuero de la Responsabilidad Juvenil del Departamento Judicial deLa Plata y la Asociacin Civil "AJUS", presentaron lo que denominaron una

    "demanda autosatisfactiva" contra la Junta Electoral de la Provincia de BuenosAires, con la finalidad de que, previa declaracin de inconstitucionalidad delArtculo 3.2."c" de la Ley 5.109 -Ley Electoral de la Provincia de Buenos Aires-,se ordenara disponer a la demandada todos los medios necesarios para que elda 14 de agosto de 2011, ... las personas con 18 aos de edad que seencuentran detenidas sin condena firme en las crceles de la Provincia deBuenos Aires estn incluidas en el padrn electoral para que puedan elegircargo de gobernador provincial. En este fallo la Suprema Corte seal queEn cuanto respecta a la verosimilitud del derecho, cabe advertir que lacuestin relativa a los derechos polticos de las personas que se encuentran privadas de su libertad es objeto de regulacin en diversos tratados de

    raigambre constitucional y ha motivado el dictado de distintos fallos de laCorte Suprema de Justicia de la Nacin. En tal sentido, puede afirmarse quesobre esta cuestin ha sido fijado un estndar que pregona que la limitacindel sufragio a las personas detenidas debe circunscribirse a aqullas que hansido condenadas, mientras dure su detencin, pues lo contrario implicara unaviolacin a los principios de inocencia e igualdad, que son dos de los pilaresfundamentales sobre los que se asienta el Estado de Derecho (arts. 16, 18, 19,37 y 75 inc. 22, Constitucin Nacional; 11, 16 y 25 de la Constitucin de laProvincia; 14 inc. 2 y 25 inc. "b" del Pacto Internacional de Derechos Civiles yPolticos; 8 y 23 de la Convencin Americana de Derechos Humanos; C.S.J.N.,Fallos: 324:3143, 325:524).. Con posterioridad a que la Corte Suprema de

    Justicia de la Nacin declarara la inconstitucionalidad del Cdigo ElectoralNacional (Ley N19.945), ste fue modificado, incorporndosele una norma(Art. 3 bis) que establece que "los procesados que se encuentren cumpliendo prisin preventiva tendrn derecho a emitir su voto en todos los actoseleccionarios que se celebren durante el lapso en que se encuentrendetenidos" (art. 4 de la ley, 25.858).18

    Otros pases que recientemente han revisado, actualizado y modificado susnormas respecto del derecho a voto de las personas privadas de libertadcuando stas no tuvieran condena, son Colombia, Brasil, Per y Venezuela.

    6. La CIDH

    18http://new.pensamientopenal.com.ar/sites/default/files/2011/08/med_cautelar_presos.pdf

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    Con fecha 13 de Marzo de 2008, en Washington, la Comisin Interamericanade Derechos Humanos aprob la Resolucin 1/08 Principios y Buenas

    Prcticas sobre la Proteccin de las Personas Privadas de Libertad en lasAmricas, surgida a instancia de su Relatora sobre los Derechos de lasPersonas Privadas de Libertad, teniendo presente que las penas privativas delibertad tendrn como finalidad esencial la reforma, la readaptacin social y larehabilitacin personal de los condenados; la resocializacin y reintegracinfamiliar; as como la proteccin de las vctimas y de la sociedad; y recordandoque los Estados Miembros de la Organizacin de los Estados Americanos sehan comprometido a respetar y garantizar los derechos de todas las personasprivadas de libertad sometidas a su jurisdiccin.

    De esta forma en el Principio II de dicha Resolucin, bajo el ttulo de Igualdad

    y no-discriminacin sealaToda persona privada de libertad ser igual ante la ley, y tendrderecho a igual proteccin de la ley y de los tribunales de justicia.Tendr derecho, adems, a conservar sus garantas fundamentales yejercer sus derechos, a excepcin de aqullos cuyo ejercicio estlimitado o restringido temporalmente, por disposicin de la ley, y porrazones inherentes a su condicin de personas privadas de libertad.

    Bajo ninguna circunstancia se discriminar a las personas privadasde libertad por motivos de su raza, origen tnico, nacionalidad, color,sexo, edad, idioma, religin, opiniones polticas o de otra ndole, origen

    nacional o social, posicin econmica, nacimiento, discapacidad fsica,mental o sensorial, gnero, orientacin sexual, o cualquiera otracondicin social. En consecuencia, se prohibir cualquier distincin,exclusin o restriccin que tenga por objeto o por resultado,menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechosinternacionalmente reconocidos a las personas privadas de libertad.

    Ms adelante, respecto de los Principios relativos a las condiciones deprivacin de libertad, el Principio VIII Derechos y restricciones seala que

    Las personas privadas de libertad gozarn de los mismos derechosreconocidos a toda persona en los instrumentos nacionales einternacionales sobre derechos humanos, a excepcin de aqullos cuyoejercicio est limitado o restringido temporalmente, por disposicin dela ley y por razones inherentes a su condicin de personas privadas delibertad.

    7. La pena aflictiva

    En el considerando decimoquinto de un pronunciamiento emitido con fecha 6de Agosto de 2009, el Tribunal Constitucional seala, respecto de la penaaflictiva

    IV. Efectos Constitucionales de la condena a pena aflictivaDecimoquinto: Que, enseguida, el concepto de pena aflictiva queemplea la Constitucin en sus artculos 13, 16 y 17, es el mismoconcepto legal desarrollado por el legislador en el Cdigo Penal. Enefecto, la Carta Fundamental no define este tipo de pena ni introduce un

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    nuevo concepto de la misma, sino que se limita a asignarle diversosefectos, a pesar de que el artculo 37 del Cdigo Penal, cuando define la

    pena aflictiva, lo hace para los efectos legales. Por de pronto, disponeque no pueden ser ciudadanos quienes hayan sido condenados a penaaflictiva (artculo17). Enseguida, establece que el derecho a sufragio sesuspende por hallarse la persona acusada por delito que merezca penaaflictiva (artculo 16 N2). Finalmente, declara que la calidad deciudadano se pierde por condena a pena aflictiva (artculo 17 N2)19.

    Las consecuencias de la norma del artculo 16 de la Carta Fundamental,pueden ser tan importantes que pueden llevar a que por ejemplo un alcaldepor el slo hecho de estar acusado (formalizado en la nomenclatura del CdigoProcesal Penal) no pueda ejercer su cargo, mientras est en curso la

    investigacin pertinente. Clara es la resolucin de N 52.001 de 16 denoviembre de 2007 de la Contralora Regional de Los Lagos, en quepronuncindose respecto de una solicitud que hiciera el otrora diputadoClaudio Alvarado Andrade, seal:

    Mediante sus Oficios Ns 9.644 y 9.792, de 2007, la Contralora Regionalde Los Lagos ha remitido a esta Sede Central una presentacin delHonorable Diputado Claudio Alvarado Andrade mediante la cual denunciaun eventual incumpliendo de la Constitucin y las leyes en laMunicipalidad de Ancud, ya que el alcalde de ese municipio se encontraraacusado por el delito de cohecho, por lo que debera procederse a su

    reemplazo, sin que a la fecha tal circunstancia haya acontecido.Sobre el particular, cumple anotar que el artculo 61 de la ley N18.695, establece que el alcalde o concejal cuyo derecho a sufragio sesuspenda por alguna de las causales previstas en el artculo 16 de laConstitucin Poltica de la Repblica, se entender temporalmenteincapacitado, para el desempeo de su cargo, debiendo ser reemplazadomientras dure su incapacidad, en la forma que indica.

    Por su parte, el aludido artculo 16 de la Carta Fundamental dispone,en lo que interesa, que el derecho de sufragio se suspende por trescausales, entre las cuales interesa destacar, en relacin con la consultaplanteada, la contenida en su N 2, que, en lo pertinente, expresa: "Por

    hallarse la persona acusada por delito que merezca pena aflictiva".Como puede apreciarse, es la calidad de acusado por delito quemerece pena aflictiva la que determina la prdida del derecho a sufragio,la que, a su vez, origina la incapacidad temporal del alcalde, por lo quedebe tenerse presente el artculo 248, letra b), del Cdigo Procesal Penal,en cuanto dispone que corresponde al fiscal del Ministerio Pblico"formular acusacin, cuando estimare que la investigacin proporcionafundamento serio para el enjuiciamiento del imputado contra quien sehubiere formalizado la misma".

    Ahora bien, estando pendiente la presentacin en estudio, se hatomado conocimiento que don Ch. A., Fiscal Adjunto de la Fiscala Local de

    Ancud del Ministerio Pblico, se ha dirigido a la Contralora Regional de LosLagos; mediante su Oficio N 3218, de 2007, comunicando que el da 31de agosto del presente ao, en causa RUC 0500464729-9, RIT 25-2006,fue deducida ante el Juzgado de Garanta correspondiente la acusacin en

    19http://tcchile.cl/index.php/sentencias/download/pdf/1207

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    contra del alcalde de la Municipalidad de Ancud "por el delito deCOHECHO, art. 248 bis del Cdigo Penal, que merece pena aflictiva de

    acuerdo a lo dispuesto en el artculo 37 del Cdigo Penal".En ese contexto, y teniendo en especial consideracin la referidacomunicacin, mediante la cual se acredita que el alcalde de laMunicipalidad de Ancud se encuentra en la actualidad acusado por eldelito antes sealado -el que, segn se informa, merece pena aflictiva-, nocabe sino sostener que se ha producido la suspensin del derecho desufragio a que alude el artculo 16, N 2, de la Carta Fundamental, por loque esa mxima autoridad edilicia, acorde con el citado artculo 61 de laley N 18.695, se encuentra temporalmente incapacitada para eldesempeo de su cargo, debiendo procederse a su reemplazo segn lasnormas contempladas en el artculo 62 del mismo texto legal, esto es,

    mediante el mecanismo de la subrogancia, o a travs de la designacin deun alcalde suplente por parte del concejo municipal, de acuerdo con esanormativa.

    En consecuencia y atendido que en el referido Oficio N 3218, de2007, emanado del Ministerio Pblico, consta que el Alcalde de laMunicipalidad de Ancud se encuentra acusado por un delito que merecepena aflictiva, procede que ese municipio adopte las medidas tendientes areemplazar al alcalde suspendido, en los trminos antes indicados.

    Vistas las consecuencias que puede traer esta norma, y considerando suimprecisin, es necesario replantearse el mbito de accin de la norma del

    artculo 16 de la Constitucin. En efecto, es menester precisar a qu personas-considerando su situacin procesal- pueden verse privadas se sus derechospolticos. As las cosas, como se trata de una sancin, debe ser aplicada conestricto apego a la ley tomando en cuenta el real significado de lasinstituciones. De este modo, cabe preguntarse a que institucin procesal la vozacusacin se refiere. Ser posible asimilar la acusacin a laformalizacin de la investigacin, o bien asimilarla a la acusacin querealiza el fiscal del ministerio pblico luego de cerrada una investigacin?.

    La vigencia de la presuncin de inocencia debe prevalecer durante todas lasfases del procedimiento penal, slo de esta manera las personas pueden estar

    seguras del respeto y observancia de sus garantas y derechosconstitucionales. Es por esto ltimo, que se requiere de total certeza yprecisin a la hora de aplicar sanciones tan graves como lo es la suspensindel derecho a sufragio.

    Por otra parte la Carta Magna utiliza la frase pena aflictiva que como sesealara ms arriba, no est debidamente conceptualizado en nuestroordenamiento jurdico, pero se entiende objetivamente que son aquella penasasignadas a los simples delitos y a los crmenes (3 aos y un da en adelante)en abstracto, esto es tomando en consideracin la pena sealada en el tipo yno la que en definitiva o en concreto obtenga el imputado una vez condenado

    (la que pueda ser menor a la pena aflictiva asignada para la conducta).Por tanto sin fundamento legal se extiende la suspensin del derecho asufragio a personas sin estar acusadas en el sentido del Artculo 248 letra b)del Cdigo Procesal Penal, a personas condenadas por delitos que no

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    merezcan pena aflictiva, y a personas privadas de libertad sea por medidascautelares o por estar cumpliendo condena en prisin.

    En razn de lo anterior, tengo a bien en proponer la siguiente reformaConstitucional,

    PROYECTO DE REFORMA CONSTITUCIONAL

    Artculo nico: Reemplcese el actual numeral 2 del artculo 16 de laConstitucin Poltica de la Repblica, por el siguiente numeral 2 nuevo, delsiguiente tenor:

    2. Por hallarse la persona notificada conforme a la ley de la acusacin pordelito que merezca pena aflictiva o por delito que la ley califique comoconducta terrorista.

    Quienes estn habilitados para sufragar, pero se encontraren privadas delibertad podrn hacerlo del modo que dispone la ley al interior de los recintospenitenciarios.

    ALEJANDRO NAVARRO BRAINSENADOR

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