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Platero y Yo Por Juan Ramón Jiménez

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PlateroyYo

Por

JuanRamónJiménez

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ADVERTENCIAALOSHOMBRESQUELEANESTELIBROPARANIÑOS

Estebrevelibro,endondelaalegríaylapenasongemelas,cuallasorejasdePlatero,estabaescritopara...¡quéséyoparaquién!...paraquienescribimoslospoetaslíricos...Ahoraquevaalosniños,nolequitonilepongounacoma.¡Québien!

«Dondequieraquehayaniños—diceNóvalis—,existeunaedaddeoro.»Puesporesaedaddeoro,queescomounaislaespiritualcaídadelcielo,andael corazóndel poeta, y se encuentra allí tan a su gusto, que sumejor deseoseríanotenerqueabandonarlanunca.

¡Isladegracia,defrescuraydedicha,edaddeorodelosniños;siempretehalleyoenmivida,mardeduelo;yquetubrisamedésulira,altay,aveces,sinsentido,igualqueeltrinodelaalondraenelsolblancodelamanecer!

ELPOETA

MADRID,1914

A la memoria de Aguedilla, la pobre loca de la Calle del Sol, que memandabamorasyclaveles

LAELEGÍA

I

PLATERO

Plateroespequeño,peludo,suave;tanblandoporfuera,quesediríatododealgodón,quenollevahuesos.Sólolosespejosdeazabachedesusojossonduroscualdosescarabajosdecristalnegro.

Lo dejo suelto, y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico,rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamodulcemente:"¿Platero?",yvieneamíconuntrotecilloalegrequeparecequeseríe,ennoséquécascabeleoideal...

Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvasmoscateles, todas de ámbar, los higos morados, con su cristalina gotita demiel...

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Estiernoymimosoigualqueunniño,queunaniña...;perofuerteysecocomodepiedra.Cuandopaso,sobreél,losdomingos,porlasúltimascallejasdel pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, sequedanmirándolo:

—Tieneacero...

Tieneacero.Aceroyplatadeluna,almismotiempo.

II

PAISAJEGRANA

Lacumbre.Ahí está elocaso, todoempurpurado,heridopor suspropioscristales,quelehacensangrepordoquiera.Asuesplendor,elpinarverdeseagria, vagamente enrojecido; y las hierbas y las florecillas, encendidas ytransparentes, embalsaman el instante sereno de una esencia mojada,penetranteyluminosa.

Yomequedoextasiadoenelcrepúsculo.Platero,granasdeocasosusojosnegros, se va,manso, a un charco de aguas de carmín, de rosa, de violeta;hundesuavementesubocaenlosespejos,queparecequesehacenlíquidosaltocarlosél;yhayporsuenormegargantacomounpasarprofusodeumbríasaguasdesangre.

El paraje es conocido, pero el momento lo trastorna y lo hace extraño,ruinosoymonumental.Sedijera, a cada instante, quevamos adescubrir unpalacio abandonado...La tarde seprolongamás allá de símisma, y la hora,contagiadadeeternidad,esinfinita;pacífica,insondable...

—Anda,Platero...

III

ALEGRÍA

Platero juega con Diana, la bella perra blanca que se parece a la lunacreciente,conlaviejacabra,gris,conlosniños...

SaltaDiana,ágilyelegante,delantedelburro,sonandosulevecampanilla,y hace como que le muerde los hocicos. Y Platero, poniendo las orejas enpunta,cualdoscuernosdepita,laembisteblandamenteylahacerodarsobre

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lahierbaenflor.

La cabra va al lado de Platero, rozándose a sus patas, tirando, con losdientes,delapuntadelasespadañasdelacarga.Conunaclavellinaoconunamargaritaenlaboca,seponefrenteaél,letopaeneltestuz,ybrincaluego,ybalaalegremente,mimosaigualqueunamujer...

Entre los niños, platero es de juguete. ¡Con qué paciencia sufre suslocuras!¡Cómovadespacito,deteniéndose,haciéndoseeltonto,paraqueellosnosecaigan!¡Cómolosasusta,iniciando,depronto,untrotefalso!

¡Clarastardesdelotoñomoguereño!CuandoelairepurodeOctubreafilalos límpidos sonidos, sube del valle un alborozo idílico de balidos, derebuznos,derisasdeniños,deladridosydecampanillas...

IV

MARIPOSASBLANCAS

La noche cae, brumosa ya y morada. Vagas claridades malvas y verdesperduran tras la torre de la iglesia. El camino sube, lleno de sombras, decampanillas,defraganciadehierba,decanciones,decansancioydeanhelo.Depronto,unhombreobscuro,conunagorrayunpincho,rojauninstantelacara fea por la luz del cigarro, baja a nosotros de una casucha miserable,perdidaentresacasdecarbón.Plateroseamedrenta.

—¿Vaalgo?

—Veausted...Mariposasblancas...

Elhombrequiereclavarsupinchodehierroenelseroncillo,yyoloevito.Abrolaalforjayélnovenada.Yelalimentoidealpasa,libreycándido,sinpagarsutributoalosConsumos...

V

LAPRIMAVERA

¡Ay,quérelumbresyolores!

¡Ay,cómoríenlosprados!

¡Ay,quéalboradasseoyen!

Romancepopular.

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En mi duermevela matinal, me malhumora una endiablada chillería dechiquillos.Porfin,sinpoderdormirmás,meecho,desesperado,delacama.Entonces,almirarelcampoporlaventanaabierta,medoycuentadequelosquealborotansonlospájaros.

Salgo al huerto y doy gracias al Dios del día azul. ¡Libre concierto depicos, fresco y sin fin! La golondrina riza, caprichosa, su canto en el pozo;silba el mirlo sobre la naranja caída; de fuego, la oropéndola charla en elchaparro;elchamariz,ríelargaymenudamenteenlacimadeleucalipto;y,enelpinogrande,losgorrionesdiscutendesaforadamente.

¡Cómoestálamañana!Elsolponeenlatierrasualegríadeplataydeoro;mariposasdeciencoloresjueganportodaspartes,entrelasflores,porlacasa,enelmanantial.Pordoquiera,elcamposeabreenestallidos,encrujidos,enunherviderodevidasanaynueva.

Pareceque estuviéramosdentro de ung r a n panal de luz, que fuese elinteriordeunainmensay,cálidarosaencendida.

VI

¡ANGELUS!

Mira, Platero, qué de rosas caen por todas partes: rosas azules, rosas,blancas,sincolor...Diríasequeelcielosedeshaceenrosas.Miracómosemellenande rosas la frente, loshombros, las,manos...¿Quéharéyocon tantasrosas?

¿Sabestú,quizás,dedóndeesestablandaflora,queyonosédedóndees,que enternece, cada día, el paisaje y lo deja dulcemente rosado, blanco yceleste—,mas rosas,más rosas—, comoun cuadrodeFraAngélico, el quepintabaelcieloderodillas?

DelassietegaleríasdelParaísosecreyeraquetiranrosasalatierra.Cualenunanevadatibiayvagamentecolorida,sequedanlasrosasenlatorre,eneltejado,en losárboles.Mira: todo lo fuertesehace,consuadorno,delicado.Másrosas,másrosas,másrosas...

Parece,Platero,mientrassuenaelÁngelus,queestavidanuestrapierdesufuerzacotidiana,yqueotrafuerzadeadentro,másaltiva,másconstanteymáspura,hacequetodo,comoensurtidoresdegracia,subaalasestrellas,queseenciendenyaentrelasrosas...Másrosas....Tusojos,quetúnoves,Platero,yquealzasmansamentealcielo,sondosbellasrosas.

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VII

ELLOCO

Vestidode luto,conmibarbanazarenaymibrevesombreronegro,debocobrarunextrañoaspectocabalgandoenlablanduragrisdePlatero.

Cuando,yendoalasviñas,cruzolasúltimascalles,blancasdecalconsol,loschiquillosgitanos,aceitososypeludos,fueradelosharaposverdes,rojosyamarillos, las tensas barrigas tostadas, corren detrás de nosotros, chillandolargamente:

—¡Elloco!¡Elloco!¡Elloco!

...Delante está ya el campoverde.Frente al cielo inmensoypuro, deunincendiado añil, mis ojos—¡tan lejos de mis oídos!—se abren noblemente,recibiendo en su calma esa placidez sin nombre, esa serenidad armoniosa ydivinaqueviveenelsinfíndelhorizonte...

Y quedan, allá lejos, por las altas eras, unos agudos gritos, veladosfinamente,entrecortados,jadeantes,aburridos:

—¡Ello...co!¡Ello...co!

VIII

LAFLORDELCAMINO

¡Qué pura, Platero, y qué bella es esta flor del camino! Pasan a su ladotodoslostropeles—lostoros,lascabras,lospotros,loshombres—,yella,tantierna y tan débil, sigue enhiesta, malva y fina, en su vallado triste, sincontaminarsedeimpurezaalguna.

Todos losdías,cuando,alempezar lacuesta, tomamoselatajo, tú lahasvistoensupuestoverde.Yatieneasuladounpajarillo,queselevanta—¿porqué?—alacercarnos;oestállena,cualunabrevecopa,delaguaclaradeunanubedeverano;yaconsienteelrobodeunaabejaoelvolubleadornodeunamariposa.

Estaflorvivirápocosdías,Platero,perosurecuerdohadesereterno.Serásuvivircomoundíade tuprimavera,comounaprimaverademivida. ¡Ay!¿Quéledierayoalotoño,Platero,acambiodeestaflordivina,paraqueella

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fuese,diariamente,elejemplosencillodelanuestra?

IX

RONSARD

Libre ya Platero del cabestro, y paciendo entre las castasmargaritas delpradecillo,meheechadoyobajounpino,hesacadodelaalforjamorunaunbrevelibroy,abriéndoloporunaseñal,mehepuestoaleerenaltavoz:

Commeonvoitsurlabrancheaumoisdemailarose

Ensabellejeunesse,ensapremièrefleur,

Rendrelecieljalouxde...

Arriba,porlasramasúltimas,saltaypíaunlevepajarillo,queelsolhace,cual toda la verde cima suspirante, de oro. Entre vuelo y gorjeo, se oye elpartirsedelassemillasqueelpájaroseestáalmorzando.

...jalouxdesavivecouleur...

Unacosaenormeytibiaavanza,depronto,comounaproaviva,sobremihombro...EsPlatero,que,sugestionado,sinduda,porlaliradeOrfeo,vienealeerconmigo.Leernos:

...vivecouleur,

Quandl'aubedesespleurs

aupointdujourl'a...

Peroelpajarillo,quedebedigeriraprisa,tapalapalabraconunanotafalsa.

Ronsardsedebehaberreídoenelinfierno...

X

LALUNA

Plateroacababadebebersedoscubosdeaguaconestrellasenelpozodelcorral, yvolvía a la cuadra, lentoydistraído entre los altosgirasoles.Yo leaguardaba en la puerta, echado en el quicio de cal y envuelto en la tibiafraganciadelosheliotropos.

Sobre el tejadillo, húmedo de las blanduras de septiembre, dormía el

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campolejano,quemandabaunfuertealientodepinos.Unagrannubenegra,comounagigantescagallinaquehubiesepuestounhuevodeoro,pusolalunasobreunacolina.

Yoledijealaluna:

...Masola

haquestalunainciel,chedanessuno

caderfuvistamaisenoninsogno.

Platerolamirabafijamenteysacudía,conunduroruidoblando,unaoreja.Memirabaabsorto,ysacudíalaotra...

XI

ELCANARIOVUELA

Undía,elcanarioverde,nosécómoniporqué,volódesujaula.Erauncanarioviejo,recuerdotristedeunamuerta,alqueyonohabíadadolibertadpormiedodequesemurieradehambreodefrío,odequeselocomieranlosgatos.

Anduvo toda la mañana entre los granados del huerto, en el pino de lapuerta,porlaslilas.Losniñosestuvieron,todalamañanatambién,sentadosenla galería, absortos en los breves vuelos del pajarillo amarillento. Libre,Platero,holgabajuntoalosrosales,jugandoconunamariposa.

A la tarde,elcanariosevinoal tejadode lacasagrande,yallí sequedólargo tiempo, latiendo en el suave sol quedeclinaba.Depronto, y sin sabernadiecómoniporqué,aparecióenlajaula,otravezalegre.

¡Qué alborozo en el jardín! Los niños saltaban, tocando las palmas,arrebolados y rientes como auroras;Diana, loca, los seguía, ladrándole a supropia y riente campanilla; Platero, contagiado, en un oleaje de carnes deplata,igualqueunchivillo,hacíacorvetas,girabasobresuspatas,enunvalstosco,y,poniéndoseenlasmanos,dabacocesalaireclaroytibio...

XII

SUSTO

Eralacomidadelosniños.Soñabalalámparasurosadalumbretibiasobré

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elmanteldenieve,ylosgeraniosrojosylaspintadasmanzanascoloreabandeunaásperaalegríaaquel sencillo idiliodecaras inocentes.Lasniñascomíancomomujeres;losniñosdiscutíancomoalgunoshombres.Alfondo,dandoelpechoaunpequeñuelo, lamadre, joven,rubiaybella, losmirabasonriendo.Porlaventanadeljardín,laclaranochedeestrellastemblaba,durayfría.

De pronto, Blanca huyó, como un débil rayo, a los brazos de lamadre.Hubo un súbito silencio, y luego, en un estrépito de sillas caídas, todoscorrieron tras de ella, con un raudo alborotar, mirando, espantados, a laventana.

¡EltontodePlatero!Puestaenelcristalsucabezotablanca,agigantadaporla sombra, los cristales y el miedo, contemplaba, quieto y triste, el dulcecomedorencendido.

XIII

LAESPINA

Entrando en la dehesa, Platero ha comenzado a cojear.Me he echado alsuelo...

—Pero,hombre,¿quétepasa?Platerohadejadolamanoderechaunpocolevantada, mostrando la ranilla, sin fuerza y sin peso, sin tocar casi con elcascolaarenaardientedelcamino.

Conunasolicitudmayor,sinduda,queladelviejoDarbón,sumédico,lehedobladolamanoylehemiradolaranillaroja.Unaespinalargayverde,denaranjo sano, está clavada en ella comoun redondo puñalillo de esmeralda.EstremecidodeldolordePlatero,hetiradodelaespina;ymelohellevadoalpobrealarroyodelosliriosamarillos,paraqueelaguacorrientelelama,consulargalenguapura,laheridilla.

Después, hemos seguido hacia la mar blanca, yo delante, él detrás,cojeandotodavíaydándomesuavestopadasenlaespalda...

XIV

JUEGOSDELANOCHECER

Cuando,enelcrepúsculodelpueblo,Plateroyyoentramos,ateridos,porla obscuridad morada de la calleja miserable que da al río seco, los niños

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pobres juegan a asustarse, fingiéndosemendigos.Uno se echa un saco a lacabeza,otrodicequenove,otrosehaceelcojo...

Después,enesebruscocambiardelainfancia,comollevanunoszapatosyunvestido,ycomosusmadres,ellassabráncómo,leshandadoalgodecomer,secreenunospríncipes:

—Mipadretieneunrelojdeplata.

—Yelmío,uncaballo.

—Yelmío,unaescopeta.

Reloj que levantará a lamadrugada, escopeta que nomatará el hambre,caballoquellevaráalamiseria...

Elcorro,luego.Entretantanegrura,unaniña,convozdébil,hilodecristalacuosoenlasombra,cantaentonadamente,cualunaprincesa:

Yosoylaviudita

delCondedeOré...

...¡Sí, sí! ¡Cantad, soñad, niños pobres! Pronto, al amanecer vuestraadolescencia, la primavera os asustará, como un mendigo, enmascarada deinvierno.

—Vamos,Platero...

XV

AMISTAD

Nos entendemos bien. Yo lo dejo ir a su antojo, y él me lleva siempreadondequiero.

SabePlateroque,alllegaralpinodelaCorona,megustaacercarmeasutronco y acariciárselo, ymirar al cielo al través de su enormey clara copa;sabequemedeleitalaveredillaqueva,entrecéspedes,alafuentevieja;queesparamíunafiestaverelríodesdelacolinadelospinos,evocadora,deunparaje clásico. Como me adormile, seguro, sobre él, mi despertar se abresiempreaunodetalesamablesespectáculos.

YotratoaPlaterocualsifueseunniño.Sielcaminosetornafragosoylepesounpoco,mebajoparaaliviarlo.Lobeso,loengaño,lohagorabiar...Élcomprendebienqueloquiero,ynomeguardarencor.Estanigualamí,quehellegadoacreerquesueñamispropiossueños.

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Platero se me ha rendido como una adolescente apasionada. De nadaprotesta.Séquesoysufelicidad.Hastahuyedelosburrosydeloshombres...

XVI

LANOVIA

Elclarovientodelmarsubeporlacuestaroja,llegaalpradodelcabezo,ríeentrelastiernasflorecillasblancas;después,seenredaporlospinetessinlimpiarymecelasencendidastelarañascelestes,rosas,deoro...Todalatardeesyavientomarino.Yelsolyelviento¡danunblandobienestaralcorazón!

Platero me lleva, contento, ágil, dispuesto. Se dijera que no le peso.Subimos, como si fuésemos cuesta abajo, a la colina. A lo lejos, una cintabrillante, incolora, vibra, entre Los últimos pinos, en un aspecto de paisajeisleño.Enlospradosverdes,alláabajo,saltanlosasnostrabados,demataenmata.

Unestremecimientoprimaveralvagapor lascañadas.Depronto,Platero,yerguelasorejas,dilatalaslevantadasnarices,replegándolashastalosojosydejandoverlasgrandeshabichuelasdesusdientesamarillos.Estárespirandolargamente,deloscuatrovientos,noséquéhondaesenciaquedebetransirleelcorazón.Sí.Ahítieneya,enotracolina,finaygrissobreelcieloazul,alaamada. Y dobles rebuznos, sonoros y largos, rompen con su trompetería lahoraluminosaycaenluegoengemelascataratas.

HetenidoquecontrariarlosinstintosamablesdemipobrePlatero.Labellanovia del campo lo ve pasar, triste como él, con sus ojazos de azabachecargadosde estampas. ¡Inútil pregónmisterioso, que ruedasbrutalmenteporlasmargaritas!

Y Platero trota indócil, intentando a cada instante volverse, con unreprocheensutrotecillomenudo:

—Parecementira,parecementira,parecementira...

XVII

CALOSFRÍO

La luna viene con nosotros, grande, redonda, pura. En los pradossoñolientosseven,vagamente,noséquécabrasnegras,entrelaszarzamoras...

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Alguien se esconde, tácito, a nuestro pasar... Sobre el vallado, un almendroinmenso,níveodeflorydeluna,revueltalacopaconunanubeblanca,cobijaelcaminoasaeteadodeestrellasdeMarzo...Unolorpenetranteanaranjas...,humedadysilencio...LacañadadelasBrujas...

—¡Platero,qué...frío!

Platero,nosésiconsumiedooconelmío,trota,entraenelarroyo,pisalalunay lahacepedazos.Escomosiunenjambredeclarasrosasdecristalseenredara,queriendoretenerlo,asutrote...

YtrotaPlatero,cuestaarriba,encogidalagrupacualsialguienlefueseaalcanzar,sintiendoyalatibiezasuavedelpuebloqueseacerca...

XVIII

ELLAYNOSOTROS

Platero;acasoellaseiba—¿adonde?—enaquel trennegroysoleadoque,porlavíaalta,cortándosesobrelosnubarronesblancos,huíahaciaelnorte.

Yoestabaabajo,contigo,eneltrigalamarilloyondeante,goteadotododesangre de amapolas, que ya Julio coronaba de ceniza. Y las nubecillas devapor celeste—¿te acuerdas?—entristecían un momento el sol y las flores,rodandovanamentehacialanada...

¡Brevecabezarubia,veladadenegro!Eracomoelretratodelailusiónenelmarcofugazdelaventanilla.

Talvezellapensara:—¿Quiénesseránesehombreenlutadoyeseburrillodeplata?

¡Quiénesíbamosaser!Nosotros...¿verdad,Platero?

XIX

LACOZ

Íbamos al cortijo deMontemayor, al herradero de los novillos. El patioempedrado, sombrío bajo el inmenso y ardiente cielo azul de la tardecita,vibraba sonoro del relinchar de los caballos pujantes, del reír fresco de lasmujeres,delosafiladosladridosinquietosdelosperros.Platero,enunrincón,seimpacientaba.

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—Pero,hombre—ledije—,sitúnopuedesvenirconnosotros;sieresmuychico...

Seponíatanloco,quelepedíaltontoquesesubieraenélylollevaraconnosotros.

Porelcampoclaro,¡quéalegrecabalgar!Estabanlasmarismasrisueñasyceñidas de oro, con el sol en sus espejos rotos, que doblaban los molinoscerrados.Entreelredondotrotedurodeloscaballos,Plateroalzabasuraudotrotecilloagudo,quenecesitabamultiplicar insistentementeparanoquedarsesoloenelcamino.Depronto, sonócomoun tirodepistola.Platero lehabíarozado la grupa a un fino potro tordo con su boca, y el potro le habíarespondidoconuna rápidacoz.Nadiehizocaso,peroyo leviaPlaterounamano corrida de sangre. Eché pie a tierra y, con una espina y una crin, leprendílavenarota.Luegoledijealtontoqueselollevaraacasa.Sevolvieronlosdos, lentosy tristes,porelarroyosecoquebajadelpueblo,volviendolacabezaalbrillantehuirdenuestrotropel.

Cuando,devueltadelcortijo,fuiaveraPlatero,meloencontrémustioydoloroso.

—¿Ves—lesuspiré—quetúnopuedesiraningunaparteconloshombres?

XX

ASNOGRAFÍA

Leo en un Diccionario: "Asnografía": s. f.: se dice, irónicamente, pordescripcióndelasno.

¡Pobreasno!¡Tanbueno,tannoble,tanagudocomoeres!Irónicamente.,..¿Porqué?¿Niunadescripciónseriamereces,tú,cuyadescripciónciertaseríauncuentodeprimavera?¡Sialhombrequeesbuenodebierandecirleasno!¡Sial asno que es malo debieran decirle hombre! Irónicamente... De ti, tanintelectual,amigodelviejoydelniño,delarroyoydelamariposa,delsolydelperro,delaflorydelaluna,pacienteyreflexivo,melancólicoyamable,MarcoAureliodelosprados...

Platero, que sin duda comprende, me mira fijamente con sus ojazosbrillantes, de una blanda dureza, en los que el sol brilla, pequeñito ychispeante en un breve y convexo firmamento negro. ¡Ay! ¡Si su peludacabezota idílica supiera que yo le hago justicia, que yo soymejor que esoshombresqueescribenDiccionarios,casitanbuenocomoél!

Y he escrito al margen del libro; "Asnografía: s. f.: se debe decir, con

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ironía, ¡claro está!, por descripción del hombre imbécil que escribeDiccionarios."

XXI

ELVERANO

Platero va chorreando sangre, una sangre espesa y morada, de laspicaduras,delostábanos.Lachicharrasierraunpino,alquenuncasellega...Alabrir losojos,despuésdeunsueñoinstantáneo,elpaisajedearenasemetornablanco,fríoensuardor,espectral...

Están los jarales bajos constelados de sus grandes flores vagas, rosas dehumo, de gasa, de papel de seda, con sus cuatro lágrimas de carmín; y unacalina que asfixia, enyesa los pinos chatos.Un pájaro nunca visto, amarilloconlunaresnegros,seeterniza,mudo,enunarama.

Los guardas de los huertos suenan el latón para asustar los rabúos, quevienen, en grandes bandos celestes, por naranjas... Cuando llegamos a lasombradelnogalgrande,rajodossandías,queabrensuescarchagranayrosaenunlargocrujidofresco.Yomecomolamíalentamente,oyendo,alolejos,lasvísperasdelpueblo.Platerosebebelacarnedeazúcardelasuya,comosifueseagua.

XXII

DARBÓN

DARBÓN,elmédicodePlatero,esgrandecomoelbueypío, rojocomounasandía.Pesaoncearrobas.Cuenta,segúnél,tresdurosdeedad.

Cuandohabla,lefaltannotas,cualalospianosviejos;otrasveces,enlugardepalabra,lesaleunescapedeaire.Yestaspifiasllevanunacompañamientode inclinaciones de cabeza, de manotadas ponderativas, de vacilacioneschochas,dequejumbresdegargantaysalivasenelpañuelo,quenohaymásquepedir.Unamableconciertoparaantesdelacena.

Nolequedamuelanidienteycasisólocomemigajóndepan,queamasaprimero en la mano. Hace una bola y ¡a la boca roja! Allí la tiene,revolviéndola,unahora.Luego,otrabola,yotra.Mascacon lasencías,y labarbalellegaalaaguileñanariz.

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Digoqueesgrandecomoelbueypío.Enlapuertadelaherrería, tapalacasa.Peroseenternece,igualqueunniño,conPlatero.Ysiveunaflorounpajarillo,seríedepronto,abriendotodasuboca,conunagranrisasostenida,queacabasiempreen llanto.Luego,yasereno,miradel ladodelcementerioviejo:

—Miniña,mipobrecitaniña...

XXIII

LAARRULLADORA

Lachiquilladel carbonero,guapay sucia cualunamoneda,bruñidos losnegros ojos y reventando sangre los labios prietos entre la tizne, está a lapuertadelachoza,sentadaenunateja,durmiendoalhermanito.

VibralahoradeMayo,ardienteyclaracomounsolpordentro.Enlapazbrillante, se oye el hervor de la olla que cuece en el campo, la bramade ladehesa,laalegríadelvientodelmarenlamarañadeloseucaliptos.

Sentidaydulce,lacarboneracanta:

Miniñosevaadormir

engraciadelaPastora...

Pausa.Elviento...

...ypordormirseminiño,

seduermelaarrulladora...

Elviento...Platero,queanda,manso,entre lospinosquemados,se llega,pocoapoco...Luegoseechaenlatierrafoscay,alalargacoplademadre,seadormila,igualqueunniño.

XXIV

ELCANTODELGRILLO

Plateroyyoconocemosbien,denuestrascorreríasnocturnas,elcantodelgrillo.

Elprimer cantodelgrill o, en el crepúsculo, esvacilante, bajoy áspero.Muda de tono, aprende de sí mismo y, poco a poco, va subiendo, va

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poniéndoseen su sitio, comosi fuerabuscando laarmoníadel lugaryde lahora.Depronto,yalasestrellasenelcieloverdeytransparente,cobraelcantoundulzormelodiosodecascabellibre.

Lasfrescasbrisasmoradasvanyvienen;seabrendeltodolasfloresdelanocheyvagapor el llanouna esenciapuraydivina,de confundidospradosazules,celestesyterrestres.Yelcantodelgrilloseexalta,llenatodoelcampo,escual lavozde la sombra.Novacilaya,ni secalla.Comosurtiendodesípropio, cada nota es gemela de la otra, en una hermandad de obscuroscristales.

Pasan, serenas, las horas. No hay guerra en elmundo y duerme bien ellabrador,viendoelcieloenelfondoaltodesusueño.Talvezelamor,entrelasenredaderas de una tapia, anda extasiado, los ojos en los ojos. Los habaresmandanalpueblomensajesdefraganciatierna,cualenunalibreadolescenciacandorosaysutil.Ylostrigosondean,verdesdeluna,suspirandoalvientodelas dos, de las tres, de las cuatro...El cantodel grillo, de tanto sonar, se haperdido...

¡Aquí está! ¡Oh canto del grillo por la madrugada, cuando, corridos decalosfríos,Plateroyyonosvamosalacamaporlassendasblancasderelente!La luna, se cae, rojiza y soñolienta. Ya el canto está borracho de luna,embriagado de estrellas, romántico, misterioso, profuso. Es cuando unasgrandesnubesluctuosas,bordeadasdeunmalvaazulytriste,sacaneldíadelamar,lentamente...

XXV

CORPUS

EntrandoporlacalledelaFuente,devueltadelhuerto,lasCampanas,queyahabíamosoídotresvecesdesdelosarroyos,conmueven,consupregoneracoronacióndebronce,elblancopueblecillo.Surepiquevolteayvolteaentreelchispeante y estruendoso subir de los cohetes y la chillona metalería de lamúsica.

Lacalle, reciénencaladay ribeteadade almagra,verdea toda,vestidadechoposyjuncias.Lucenlasventanascolgadurasdedamascogranate,desedaamarilla,decelesteraso,y,enlascasasenquehayluto,delanacándida,concintasnegras.Porlasúltimascasas,enlavueltadelPorche,aparece,tarda,laCruzdelosespejos,que,entrelosdestellosdelponiente,recogeyalaluzdelos cirios rojos. Lentamente, pasa la procesión. La bandera carmín, y SanRoque,patróndelospanaderos,cargadodetiernasroscas;labanderaglauca,

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ySanTelmo,patróndelosmarineros,consunavíodeplataenlasmanos;labandera gualda, y San Isidro, patrón de los labradores, con su yuntita debueyes,ymásbanderasdecolores,ymásSantos,yluego,SantaAna,dandolecciónalaVirgen,ySanJosé,pardo,ylaInmaculada,azul...Alfin,entrelaguardiacivil,laCustodia,ornadadeespigasgranadasydeesmeraldinasuvasagracessucaladaplatería,despaciosaensunubecelestedeincienso.

Enlatardequecae,sealza,claro,ellatínandaluzdelossalmos.Elsol,yarosa,quiebrasurayobajo,quevieneporlacalledelRío,enlacargazóndeorodelasviejascapaspluviales.Arriba,enderredordelatorreescarlata,sobreelópalotersodelahoraserenadeJunio, laspalomastejensusaltasguirnaldasdenieveencendida...

Platero,entonces,rebuzna.Ysumansedumbreseasocia,conlacampana,con el cohete, con el latín y con la música, al claro misterio del día, y elrebuznoseleendulza,altivo,y,rastrero,selediviniza...

XXVI

LACUADRA

Cuando,almediodía,voyaveraPlatero,untransparenterayodelsoldelasdoceenciendeungranlunardeoroenlaplatablandadesulomo.Bajosubarriga, por el obscuro suelo, vagamente verde, el techo viejo llueve clarasmonedasdefuego.

Diana,queestáechadaentrelaspatasdePlatero,vieneamíbailandoymeponesusmanosenelpecho,anhelandolamermelabocaconsulenguarosa.Subidaenlomásaltodelpesebre,lacabramemiracuriosa,doblandolafinacabezadeunladoydeotro,conunafemeninadistinción.Entretanto,Platero,que, antes de entrar yo, me había ya saludado con un levantado rebuzno,quiererompersucuerda,duroyalegrealmismotiempo:

Porel tragaluz,que traeel irisado tesorodelcenit,mevoyunmomento,rayo de sol arriba, al cielo, desde aquel idilio. Luego, subiéndome a unapiedra,miroelcampo.

Elpaisaje verdenada en la lumbrarada floriday soñolienta, y en el azullimpioqueencuadraelmuroastroso,suena,dejadaydulce,unacampana.

XXVII

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ELPERROSARNOSO

Venía, a veces, flaco y anhelante, a la casa del huerto. El pobre andabasiemprehuido,acostumbradoalosgritosyalaspedreas.Losmismosperrosleenseñabanloscolmillos.Yseibaotravez,enélsoldelmediodía, lentoytriste,monteabajo.

Aquellatarde,llegódetrásdeDiana.Cuandoyosalía,elguarda,queenunarranquedemalcorazónhabíasacadolaescopeta,disparócontraél.Notuvetiempo de evitarlo. El pobre perro, con el tiro en las entrañas, giróvertiginosamenteunmomento, enun redondo aullido agudo, y cayómuertobajounaacacia.

Platero miraba al perro fijamente, erguida la cabeza. Diana, temerosa,andaba escondiéndose de uno en otro. El guarda, arrepentido quizás, dabalargasrazonesnosabíaaquién,indignándosesinpoder,queriendoacallarsuremordimiento.Unveloparecíaenlutecerelsol;unvelogrande,comoelvelopequeñitoquenublóelojosanodelperroasesinado.Abatidosporelvientodelmar, los eucaliptos llorabanmás reciamente en el hondo silencio aplastantequelasiestatendíaporelcampodeoro,sobreelperromuerto.

XXVIII

TORMENTA

Miedo. Aliento contenido. Sudor frío. El terrible cielo bajo ahoga elamanecer.(Nohaypordóndeescapar.)Silencio...Elamorsepara.Tiemblalaculpa.Elremordimientocierralosojos.Mássilencio...

El trueno, sordo, retumbante, interminable, como una enorme carga depiedraquecayeradelcenitalpueblo,recorre,largamente,lamañanadesierta.(Nohaypor dóndehuir.)Todo lo débil—flores, pájaros—,desaparece de lavida.

Tímido,elespantomira;porlaventanaentreabiertaaDios,quesealumbratrágicamente. Allá en oriente, entre desgarrones de nubes, se venmalvas yrosastristes,sucios,fríos,quenopuedenvencerlanegrura.

¡Ángelus! Un Ángelus duro y abandonado, solloza entre el tronido. ¿ElúltimoÁngelusdelmundo?Ysequierequelacampanaacabepronto,oquesuenemás,muchomás,queahoguelatormenta.Ysevadeunladoaotro,yseimplora,ynosesabeloquesequiere...

(Nohaypordóndeescapar.)Loscorazonesestányertos.Losniñoslloran...

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—¿QuéserádePlatero,tansoloalláenlaindefensacuadradelcorral?

XXIX

PASANLOSPATOS

HeidoadarleaguaaPlatero.Enlanocheserena,todadenubesblancasydeestrellas,seoye,alláarriba,desdeelsilenciodelcorral,unincesantepasardeclarossilbidos.

Sonlospatos.Vantierraadentro,huyendodelatempestadmarina.Devezencuando,comosinosotroshubiéramosascendidoocomosielloshubiesenbajado,seescuchanlosruidosmáslevesdesusalas,desuspicos...

Horasyhoras,lossilbidosseguiránpasando,enunhuirinterminable.

Platero,devezencuando,dejadebeberylevanta,comoyo,lacabezaalasestrellas,conunablandanostalgiainfinita...

XXX

SIESTA

¡Quétristebelleza,amarillaydescolorida,ladelsoldelatarde,cuandomedespiertobajolahiguera!

Una brisa seca, embalsamada de derretida jara, me acaricia el sudorosodespertar.Lasgrandeshojas, levementemovidas,delblandoárbolviejo,meenlutanomedeslumbran.Parecequememecieran suavementeenunacunaquefuesedelsolalasombra,delasombraalsol.

Lejos,enelpueblodesierto,lascampanasdelastressueñanlasvísperas,tras el oleaje de cristal del aire. Oyéndolas, Platero, queme ha robado unagransandíadedulceescarchagrana,depie,inmóvil,memiraconsusenormesojosvacilantes.

Frenteasusojoscansados,misojossemecansanotravez...Tornalabrisa,cualunamariposaquequisieravolaryalaque,depronto,seledoblaranlasalas...lasalas...mispárpadosflojos,que,depronto,secerraran...

XXXI

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LATÍSICA

Estaba derecha en una triste silla, blanca la cara y mate, cual un nardoajado,enmediodelaencaladayfríaalcoba.Lehabíamandadoelmédicosaliralcampo,aqueledieraelsoldeMarzo;perolapobrenopodía.

—Cuando llego al p u e n t e—medijo—, ¡ya ve usted, señorito, ahí alladoqueestá!,meahogo...

Lavozpueril,delgadayrota,selecaía,cansada,comosecae,aveces,labrisaenelestío.

YoleofrecíaPlateroparaquedieseunpaseíto.Subidaenél,¡quérisaladesuagudacarademuerta,todaojosnegrosydientesblancos!

...Las mujeres se asomaban a las puertas a vernos pasar. Iba Platerodespacio,comosabiendoquellevabaencimaunfrágilliriodecristal.Laniña,consuhábitocándido,transfiguradaporlafiebreylaalegría,parecíaunángelqueentrabaenelpueblo,caminodelcielodelsur.

XXXII

PASEO

Por loshondoscaminosdelestío,colgadosde tiernasmadreselvas, ¡cuándulcementevamos!Yoleo,ocanto,odigoversosalcielo.Plateromordisquealahierbaescasade losvalladosensombra, la florempolvadade lasmalvas,lasvinagrerasamarillas.Estáparadomástiempoqueandando.Yolodejo...

Elcieloazul,azul,azul,asaeteadodemisojosenarrobamiento,selevanta,sobrelosalmendroscargados,asusúltimasglorias.Todoelcampo,silenciosoyardiente,brilla.Enelrío,unavelitablancaseeterniza,sinviento.Hacialosmontes,lacompactahumaredadeunincendioalzasusredondasnubesnegras.

Pero nuestro caminar es bien corto. Es como un día suave e indefenso,enmediodelavidamúltiple.¡Nilaapoteosisdelcielo,nielultramaraquevaelrío,nisiquieralatragediadelasllamas!

Cuando, entre un olor a naranjas, se oye el hierro alegre y fresco de lanoria,Platerorebuznayretozaalegremente.¡Quésencilloplacerdiario!Yaenlaalberca,yollenomivasoybeboaquellanievelíquida.Platerosumeenelaguaumbríasuboca,ybebe,aquíyallá,enlomáslimpio,avaramente...

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XXXIII

CARNAVAL

¡QuéguapoestáhoyPlatero!EslunesdeCarnaval,ylosniños,quesehanvestido demáscara, le han puesto el aparejomoruno, todobordado en rojo,azul,blancoyamarillo,decargadosarabescos.

Agua, sol y frío. Los redondos papelillos de colores van rodandoparalelamente por la acera, al viento agudo de la tarde, y las máscaras,ateridas,hacenbolsillosdecualquiercosaparalasmanosazules.

Cuando hemos llegado a la plaza, unas mujeres vestidas de locas, conlargas camisas blancas y guirnaldas de hojas verdes en los negros y sueltoscabellos,hancogidoaPlateroenmediodesucorrobullanguero,yhangiradoalegrementeentornodeél.

Platero, indeciso, yergue las orejas, alza la cabeza, y, como un alacráncercadoporel fuego, intenta,nervioso,huirpordoquiera.Pero,comoes tanpequeño, las locas no le temen y siguen girando, cantando y riendo a sualrededor. Los chiquillos, viéndolo cautivo, rebuznan para que él rebuzne.Toda la plaza es ya un concierto altivo de metal amarillo, de rebuznos, derisas,decoplas,depanderetasydealmireces...

Porfin,Platero,decidido,igualqueunhombre,rompeelcorroysevieneamítrotandoyllorando,caídoellujosoaparejo.Comoyo,noquierenadaconelCarnaval...Noservimosparaestascosas...

XXXIV

ELPOZO

¡El pozo!Platero, ¡quépalabra tan honda, tan verdinegra, tan fresca, tansonora!Parecequeeslapalabralaquetaladra,girando,latierraobscura,hastallegaralagua.

Mira; la higuera adorna y desbarata el brocal. Dentro, al alcance de lamano, ha abierto, entre los ladrillos con verdín, una flor azul de olorpenetrante.Unagolondrinatiene,másabajo,elnido.Luego,trasunpórticodesombra fría, hay un palacio de esmeralda, y un lago, que, al arrojarle unapiedraasuquietud,seenfadaygruñe.Yelcielo,alfin.

(Lanocheentra,ylalunaseinflamaalláenelfondo,adornadadevolublesestrellas.¡Silencio!Porloscaminossehaidolavidaalolejos.Porelpozose

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escapaelalmaa lohondo.Seveporélcomoelotro ladodelcrepúsculo.Yparecequevaasalirdesubocaungigante,dueñodetodoslossecretos.¡Ohlaberinto quieto y mágico, parque umbrío y fragante, magnético salónencantado!)

—Oye, Platero, si algún díame echo a este pozo, no será pormatarme,créelo,sinoporcogermásprontolasestrellas.

Platerorebuzna,sedientoyanhelante.Delpozosale,asustada, revueltaysilenciosa,unagolondrina.

XXXV

NOCTURNO

Del pueblo en fiesta, rojamente iluminado hacia el cielo, vienen agriosvalsesnostálgicosenelvientosuave.Latorreseve,lívida,mudaydura,enunerrante limbovioleta, azulado,pajizo...Yallá, tras lasbodegasobscurasdelarrabal,lalunacaída,amarillaysoñolienta,sepone,sobreelrío.

Elcampoestásoloconsusárbolesyconlasombradesusárboles.Hayuncanto roto de grillo, una conversación sonámbula de aguas ocultas, unablandura húmeda, como si se deshiciesen las estrellas... Platero, desde latibiezadesucuadra,rebuznatristemente.

Lacabraandarádespierta,ysucampanillainsisteagitada,dulceluego.Alfin,secalla...Alolejos,haciaMontemayor,rebuznaotroasno...Otro,luego,porelVallejuelo...Ladraunperro...

Eslanochetanclara,quelasfloresdeljardínsevendesucolor,comoenel día.Por la última casade la calle de laFuente, bajouna roja y vacilantefarola, tuerce la esquina un hombre solitario... ¿Yo? No, yo, en la fragantepenumbra, celeste,móvil ydorada, quehacen la luna, las lilas, la brisay lasombra,escuchomihondocorazónsinpar...

Laesferagira,blandamente...

XXXVI

ELNIÑOTONTO

SiemprequevolvíamosporlacalledeSanJosé,estabaelniñotontoala

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puertadesucasa,sentadoensusillita,mirandoelpasardelosotros.Eraunodeesospobresniñosaquienesnolleganuncaeldondelapalabranielregalodelagracia;niñoalegreélytristedever;todoparasumadre,nadaparalosdemás.

Undía,cuandopasóporlacalleblancaaquelmalvientonegro,noestabaelniñoensupuerta.Cantabaunpájaroenelsolitarioumbral,yyomeacordédeCurros,padremásquepoeta,que,cuandosequedósinsuniño,lepreguntóporélalamariposagallega:

Volvoretad'aliñasdouradas...

Ahoraquevienelaprimavera,piensoenelniñotonto,quedesdelacalledeSanJosé se fuealcielo.Estará sentadoensusillita, al ladode las rosas,viendoconsusojos,abiertosotravez,eldoradopasardelosgloriosos.

XXXVII

DOMINGO

Lapregoneravocingleríade laesquiladevuelta, cercanaya,yadistante,resuenaenelcielodelamañanadefiestacomositodoelazulfueradecristal.Yelcampo,unpocoenfermoya,parecequesedorade lasnotascaídasdelalegrerevueloflorido.

Todos, hasta el guarda, se han ido al pueblo para ver la procesión. Noshemos quedado solos Platero y yo. ¡Qué paz! ¡Qué pureza! ¡Qué bienestar!DejoaPlateroenelpradoalto,yyomeecho,bajounpino,llenodepájarosquenosevan,aleer.OmarKhayyam...

En el silencio que queda entre los repiques, el hervidero interno de lamañanadeSeptiembrecobrapresenciaysonido.Lasavispasorinegrasvuelanentornodelaparracargadadesanosracimosmoscateles,ylasmariposas,queandanconfundidasconlasflores,parecequeseríenalrevolar.Eslasoledadcomoungranpensamientodeluz.

De vez en cuando, Platero deja de comer, y me mira—Yo, de vez encuando,dejodeleer,ymiroaPlatero...

XXXVIII

LACARRETILLA

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En el arroyo grande, que la lluvia había dilatado hasta la viña, nosencontramos, atascada, una vieja carretilla, toda perdida bajo su carga dehierba y de naranjas. Una niña, rota y sucia, lloraba sobre una rueda,queriendo ayudar con el empuje de su pecho en flor al borriquillo, máspequeño¡ay!ymásflacoquePlatero.Yelborriquillosedestrozabacontraelviento, intentando, inútilmente, arrancar del fango la carreta, al gritosollozantedelachiquilla.Eravanosuesfuerzo,comoeldelosniñosvalientes,comoelvuelodeesasbrisascansadasdelveranoquesecaen,enundesmayo,entrelasflores.

Acaricié a Platero y, como pude, lo enganché a la carretilla, delante delborricomiserable.Leobligué,entonces,conuncariñosoimperio,yPlatero,deuntirón,sacócarretillayruciodelatolladero,ylessubiólacuesta.

¡Qué sonreír el de la chiquilla! Fue como si el sol de la tarde, que serompía, al ponerse entre las nubes de agua, en amarillos cristales, leencendieseunaauroratrassustiznadaslágrimas.

Con su llorosa alegría me ofreció dos escogidas naranjas. Las tomé,agradecido, y le di una al borriquillo débil; como dulce consuelo; otra aPlatero,comopremioáureo.

XXXIX

RETORNO

Veníamoslosdos,cargados,de losmontes:Platero,dealmoraduj;yo,deliriosamarillos.

CaíalatardedeAbril.Todoloqueenelponientehabíasidocristaldeoro,eraluegocristaldeplata,unaalegoría,lisayluminosa,deazucenasdecristal.Despuéselvastocielofuecualunzafirotransparente, trocadoenesmeralda.Yovolvíatriste.

Cercaya,latorredelpueblo,coronadaderefulgentesazulejos,cobraba,enellevantamientodelahorapura,unaspectomonumental.Era,decerca,comounaGiraldavistadelejos,yminostalgiadeciudades,agudaconlaprimavera,encontrabaenellaunconsuelomelancólico.

Retorno... ¿adonde?, ¿de qué?, ¿para qué?... Pero los lirios que veníanconmigoolíanmásenlafrescuratibiadelanochequeseentraba;olíanconunolormás penetrante y, almismo tiempo,más vago, que salía de la flor sinverselaflor,queembriagabaelcuerpoyelalmadesdelasombrasolitaria.

—¡Almamía, lirio en la sombra!—dije. Y pensé, de pronto, en Platero,

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que,aunqueibadebajodemí,semehabíaolvidado.

XL

ELPASTOR

En la colina, que la hora morada va tornando obscura y medrosa, elpastorcillo, negro contra el verde ocaso de cristal, silba en su pito, bajo eltemblor deVenus. Enredadas en las flores que huelenmás y ya no se ven,cuyoaromalasexaltahastadarlesformaenlasombraenqueestánperdidas;tintinean, paradas, las esquilas claras y dulces del rebaño, disperso unmomento,antesdeentraralpueblo,enelparajeconocido.

—Zeñorito,ziezeburrojueramío...

Elchiquillo,másmorenoymás idílicoen lahoradudosa, recogiendoenlos ojos rápidos cualquier brillantez del instante, parece uno de aquellosrapacesquepintóBartoloméEstebanMurillo.

Yoledaríaelburro...Pero,¿quéibayoahacersinti,Platerillo?

La luna, que sube, redonda, sobre la ermita de Montemayor, se ha idoderramandosuavementeporelprado,dondeaúnyerranvagasclaridadesdeldía;yelsuelofloridopareceahoradeensueño,noséquéencajeprimitivoybello;ylasrocassonmásgrandesymásinminentesymástristes;ylloramáselaguadelregatoescondido...

Yelpastorcillogrita,codicioso,yalejos:

—¡Je!Ziezeburrojueramío...

XLI

CONVALECENCIA

Desdeladébililuminaciónamarillademicuartodeconvaleciente,blandodealfombrasytapices,oigopasarporlacallenocturna,comoenunsueñoconrelentedeestrellas,ligerosburrosqueretornandelcampo,niñosquejueganygritan.

Seadivinancabezotasobscurasdeasnos,ycabecitasfinasdeniños,que,entrelosrebuznos,cantan,concristalyplata,coplasdeNavidad.Elpueblosesienteenvueltoenunahumaredadecastañastostadas,enunvahodeestablos,

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enunhumodehogaresenpaz...

Ymialmasederrama,purificadera,comosiunraudaldeaguascelesteslesurtieradelapeñaensombradelcorazón.¡Anochecerderedenciones!¡Horaíntima,fríaytibiaauntiempo,llenadeclaridadesinfinitas!

Las campanas, allá arriba, allá fuera, repican entre las estrellas.Contagiado,Platerorebuznaensucuadra,queparecequeestámuylejos...Yolloro,débil,conmovidoysolo,igualqueFausto...

XLII

LANIÑACHICA

La niña chica era la gloria de Platero. En cuanto la veía venir hacia él,entre las lilas, con su vestidillo blanco y su sombrero de arroz, llamándolo,mimosa:—¡Platero,Platerillo!—,elasnuchoqueríapartirlacuerda,ysaltaba,igualqueunniño,yrebuznabaloco.

Ella, en una confianza ciega, pasaba una vez y otra bajo él, y le pegabapataditas, y le dejaba la mano, nardo cándido, en aquella bocaza rosa,almenadadegrandesdientesamarillos;o,cogiéndolelasorejas,queélponíaasu alcance, lo llamaba con todas las variaciones mimosas de su nombre:¡Platero!¡Platerón!¡Platerillo!¡Platerete!

Enloslargosdíasenquelaniñanavegóensucunaalba,ríoabajo,hacialamuerte, nadie se acordaba de Platero. Ella, en su delirio, lo llamaba, triste:¡Platerillo...! Desde la casa obscura y llena de suspiros, se oía, a veces, lalejanallamadalastimeradelamigo.¡Oh,estíomelancólico!

¡Qué lujo puso Dios en ti, tarde del entierro! Septiembre, rosa y oro,declinaba.Desde el cementerio ¡cómo resonaba la campana de vuelta en elocasoabierto,caminodelagloria!...Volvíporlastapias,soloymustio,entréen la casa por la puerta del corral, y, huyendo de los hombres,me fui a lacuadraymesentéallorarconPlatero.

XLIII

ELOTOÑO

Ya el sol, Platero, empieza a sentir pereza de salir de sus sábanas, y loslabradores madrugan más que él. Es verdad que está desnudo y que hace

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fresco.

¡CómosoplaelNorte!Mira,porelsuelo, lasramitascaídas;eselvientotanagudo,tanderecho,queestántodasparalelas,apuntadasalSur.

Elaradova, comouna toscaarmadeguerra, a la laboralegrede lapaz,Platero; y en la ancha senda húmeda, los árboles amarillos, seguros deverdecer,alumbran,aunladoyotro,vivamente,comosuaveshoguerasdeoroclaro,nuestrorápidocaminar.

XLIV

SARITO

Para la vendimia, estando yo una tarde roja en la viña del arroyo, lasmujeresmedijeronqueunnegritopreguntabapormí.

Ibayohacialaera,cuandoélveníayaveredaabajo:

—¡Sarito!

Era Sarito, el criado de Rosalina, mi novia portorriqueña. Se habíaescapadodeSevillaparatorearporlospueblos,yveníadeNiebla,andando,elcapote,dosvecesgrana,alhombro,conhambreysindinero.

Losvendimiadores lomirabandereojo,enunmaldisimuladodesprecio;lasmujeres,másporloshombresqueporellas,loevitaban.Antes,alpasarporellagar,sehabíapeleadoyaconunmuchachoquelehabíapartidounaorejadeunmordisco.

Yo lesonreíay lehablabaafable.Sarito,noatreviéndoseaacariciarmeamí mismo, acariciaba a Platero, que andaba por allí comiendo uva, y memiraba,entanto,noblemente...

XLV

TARDEDEOCTUBRE

Hanpasadolasvacaciones,y,conlasprimerashojasgualdas,losniñoshanvueltoalcolegio.Soledad.Elsoldelacasaparecevacío.Enlailusiónsuenangritoslejanosyremotasrisas...

Sobre los rosales,aúncon flor,cae la tarde, lentamente.Las lumbresdelocaso prenden las últimas rosas, y el jardín, alzando como una llama de

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fragancia hacia el incendio del Poniente, huele todo a rosas quemadas.Silencio.

Platero,aburridocomoyo,nosabequéhacer.Pocoapocosevieneamí,dudaunpoco,y,alfin,confiado,seentraconmigoporlacasa...

XLVI

ELLORO

EstábamosjugandoconPlateroyconelloro,enelhuertodemiamigo,elmédicofrancés,cuandounamujerjoven,desordenadayansiosa,llegó,cuestaabajo, hasta nosotros.Antes de llegar, avanzando el negromirar angustiadohastamí,mehabíasuplicado:

—Señorito:¿estáahíesemédico?

Trasellaveníanyaunoschiquillosastrosos,que,acadainstante,jadeando,miraban camino arriba; al fin, varios hombres que traían a otro, lívido ydecaído. Era un cazador furtivo de esos que cazan venados en el coto deDoñana.Laescopeta,unaabsurdaescopetaviejaamarradacon tomiza,se lehabíareventado,yelcazadortraíaeltiroenunbrazo.

Miamigosellegó,cariñoso,alherido,lelevantóunosmíserostraposquelehabíanpuesto,lelavólasangreylefuetocandohuesosymúsculos.Devezencuandomemirabaymedecía:

—Cen'estrien...

La tardecaía.LlegabadeHuelvaunoloramarisma,abrea,apescado...Los naranjos redondeaban, sobre el poniente rosa, sus terciopelos deesmeralda. En una lila, lila y verde, el loro, verde y rojo, iba y venía,curioseándonosconsusojitosredondos.

Al pobre cazador se le llenaban de sol las lágrimas saltadas; a veces,dejabaoírunahogadogrito.Yelloro:

—Cen'estrien...

Miamigoponíaalheridoalgodonesyvendas...

Elpobrehombre:

-¡Ay!

Yelloro,entrelaslilas:

—Cen'estrien...Cen'estrien.

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XLVII

ANOCHECER

Enelrecogimientopacíficoyrendidodeloscrepúsculosdelpueblo,¡quépoesía cobra la adivinación de lo lejano, el confuso recuerdo de lo apenasconocido! Es un encanto contagioso que retiene todo el pueblo comoenclavadoenlacruzdeuntristeylargopensamiento.

Hay un olor al nutrido grano limpio que, bajo las frescas estrellas,amontona en las eras sus vagas colinas amarillentas. Los trabajadorescanturreanporlobajo,enunsoñolientocansancio.Sentadasenloszaguanes,las viudas piensan en los muertos, que duermen tan cerca, detrás de loscorrales.Losniñoscorren,deunasombraaotra,comodeunárbolaotrolospájaros...

Acaso,entrelaluzumbrosaqueperduraenlasfachadasdecaldelascasashumildes, pasan vagas siluetas terrosas, calladas, dolientes—un mendigonuevo,unportuguésquevahacialasrozas,unladrónacaso—,quecontrastan,en su obscura apariencia medrosa, con la mansedumbre que el crepúsculomalva,lentoymístico,poneenlascosasconocidas...Losniñossealejan,yenelmisterio de las puertas sin luz, se hablan de unos hombres que "sacan eluntoparacuraralahijadelrey,queestáhética..."

XLVIII

ELROCÍO

Platero—le dije a mi burrillo—; vamos a esperar las Carretas. Traen elrumor del lejano bosque deDoñana, elmisterio del pinar de lasÁnimas, lafrescuradelasMadresydelosdosFrenos,elolordelaRocina...

Melollevé,guapoylujoso,aquepiropearaalasmuchachas,porlacallede la Fuente, en cuyos aleros de cal se moría, en una alta cinta rosa, elvacilante sol de la tarde. Luego nos pusimos en el vallado de los Hornos,desdedondesevetodoelcaminodelosLlanos.

Venían ya, cuesta arriba, las Carretas. La suave llovizna de todos losRocíoscaíasobrelasviñasverdes,deunapasajeranubemalva.Perolagentenolevantabasiquieralosojosalagua.

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Pasaron, primero, enburros,muíasy caballos ataviados a lamoruna, lasalegresparejasdenovios, ellos alegres,valientes ellas.El ricoyvivo tropeliba, volvía, se alcanzaba incesantemente en una locura sin sentido. Seguíaluego el carro de los borrachos, estrepitoso, agrio y trastornado; detrás, lascarretas, como lechos, colgadas de blanco, con las muchachas, morenas yfloridas, sentadas bajo el dosel, repicando panderetas y chillando sevillanas.Más caballos, más burros... Y el mayordomo—¡Viva la Virgen del Rocío!¡Vivaaaaa...!—cano,secoyrojo,conelsombreroanchoalaespaldaylavarade oro descansada en el estribo.Al fin,mansamente tirado por dos grandesbueyespíos,queparecíanobisposconsusfrontalesdecolorinesyespejos,elSinPecado,malvaydeplataensucarroblanco,todoenflor,comouncargadojardínmustio.

Seoíayalamúsica,ahogadaentreelcampaneo,loscohetes,elduroherirdeloscascosherradosenlaspiedras...

Platero, entonces, dobló sus manos, y, como una mujer, se arrodilló,blando,humildeyconsentido.

XLIX

LOSGORRIONES

LamañanadeSantiagoestánubladadeblancoygris,comoguardadaenalgodón. Todos se han ido a misa. Nos hemos quedado en el jardín losgorriones,Plateroyyo.

¡Losgorriones!Bajolasredondasnubes,que,aveces,lluevenunasgotasfinas,¡cómoentranysalenenlaenredadera,cómochillan,cómosecogendelospicos!Estecaesobreunarama,sevayladejatemblando;elotrobebeenuncharquitodelbrocaldelpozo,quetieneensíunpedazodecielo;aquélhasaltadoaltejadillollenodeflorescasisecas,queeldíapardoaviva.

¡Benditospájaros,sinfiestafija!Conlalibremonotoníadelonativo,deloverdadero, nada, a no ser una dicha vaga, les dicen a ellos las campanas.Contentos, sin fatales obligaciones, sin esos olimpos ni esos avernos queextasíanoqueamedrentanalospobreshombresesclavos,sinmásmoralquelasuya,sonmishermanos,misdulceshermanos.

Viajan sin dinero y sin maletas; mudan de casa cuando se les antoja;presumen un arroyo, presienten una fronda, y sólo tienen que abrir sus alasparaconseguirlafelicidad;nosabendelunesnidesábados;sebañanentodaspartes,acadamomento;amanelamorsinnombre,laamadauniversal.

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Y cuando las gentes, ¡las pobres gentes!, se van a misa, los domingos,ellos, en un alegre ejemplo, se vienen de pronto, con su algarabía fresca yjovial,aljardíndelascasascerradas,enlasquealgúnpoeta,queyaconocenbien,yalgúnburrillotierno,loscontemplanfraternales.

L

IDILIODENOVIEMBRE

Cuando, anochecido, vuelve Platero del campo, con su blanda carga deramasdepinoparaelhorno,casidesaparecebajolaampliaverdurarendida.Supasoesmenudo,fino,juguetón...Parecequenoanda.Enpuntalasorejas,sediríauncaracoldebajodesucasa.

Las ramas verdes, ramas que, erguidas, tuvieron en ellas el sol, loschamarices, el viento, la luna, los cuervos—¡qué horror! ¡ahí han estado,Platero!—, se caen, pobres, hasta el polvo blanco de las sendas secas delcrepúsculo.

Una fría dulzura malva lo nimba todo. Y en el campo, que va ya aDiciembre,latiernahumildaddelburro,cargadoempiezaaparecerdivina...

LI

ELCANARIOSEMUERE

Mira,Platero;elcanariodelosniñoshaamanecidohoymuertoensujaulade plata. Es verdad que el pobre estaba ya muy viejo... El invierno, tú teacuerdasbien,lopasósilencioso,conlacabeza,escondidaenelplumón.Yalentrarestaprimavera,cuandoelsolhacíajardínlaestanciaabiertayabríanlasmejores rosas del patio, él quiso también engalanar la vida nueva, y cantó;perosuvozeraquebradizayasmática,comolavozdeunaflautacascada.

Elmayor de los niños, que lo cuidaba, viéndolo yerto en el fondo de lajaula,sehaapresurado,lloroso,adecir:

—¡Puesnolehafaltadonada;nicomida,niagua!

No. No le ha faltado nada, Platero. Se ha muerto porque sí—diríaCampoamor,otrocanarioviejo...

Platero,¿habráunparaísodelospájaros?¿Habráunvergelverdesobreel

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cieloazul,todoenflorderosalesáureos,conalmasdepájarosblancos,rosas,celestes,amarillos?

Oye;alanoche,losniños,túyyobajaremoselpájaromuertoaljardín.Lalunaestáahorallena,yasupálidaplata,elpobrecantor,enlamanocándidadeBlanca,pareceráelpétalomustiodeunlirioamarillento.Yloenterraremosdebajodelrosalgrande.

Estamismaprimavera,Platero,hemosdeveralpájarosalirdelcorazóndeunarosablanca.Elairefragantesepondrácanoro,yhabráporelsoldeAbrilunerrarencantadodealasinvisiblesyunreguerosecretodetrinosclarosdeoropuro.

LII

LOSFUEGOS

ParaSeptiembre,enlasnochesdevelada,nosponíamosenelcabezoquehaydetrásdelacasadelhuerto,asentirelpuebloenfiestadesdeaquellapazfragantequeemanabanlosnardosdelaalberca.

Yatarde,ardíanlosfuegos.Primeroeransordosestampidosenanos;luego,cohetessincola,queseabríanarriba,enunsuspiro,cualunojoestrelladoqueviese,un instante, rojo,morado,azul,elcampo;yotroscuyoesplendorcaíacomouna doncellez desnuda que se doblara de espaldas, comoun sauce desangre que gotease flores de luz. ¡Oh, qué pavos reales encendidos, quémacizosaéreosdeclarasrosas,quéfaisanesdefuegoporjardinesdeestrellas!

Platero, cadavezque sonabaunestampido, se estremecía, azul,morado,rojo,enelsúbitoiluminarsedelespacio,yenlaclaridadvacilanteyoveíasusgrandesojosnegrosquememirabanasustados.

Cuando,comoremate,entreellejanovoceríodelpueblo,subíaalcielolaáureacoronagiradoradelcastillo,Platerohuíaentrelascepas,comoalmaquellevaeldiablo,rebuznandoenloquecido,hacialostranquilospinosensombra.

LIII

ELRACIMOOLVIDADO

DespuésdelaslargaslluviasdeOctubre,enelorocelestedeldíaabierto,nosfuimostodosalasviñas.Platerollevabalameriendaylossombrerosde

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los niños en un cobujón del seroncillo, y en el otro, de contrapeso, tierna,blancayrosa,comounaflordealbérchigo,aBlanca.

¡Quéencantoeldelcamporenovado!Ibanlosarroyosrebosantes,estabanblandamente aradas las tierras, y en los chopos marginales, festoneadostodavíadeamarillo,seveíanyalospájaros,negros.

Depronto,losniños,unotrasotro,corrieron,gritando:

—¡Unracimo!¡Unracimo!

En una cepa vieja, cuyos largos sarmientos enredados mostraban aúnalgunas renegridas y rojizas hojas secas, encendía el picante sol un claro ysanoracimodeámbar.¡Todosloquerían!Victoria,quelocogió,lodefendíaasuespalda.Entoncesyoselopedí,yella,conesadulceobedienciavoluntariaqueprestaalhombrelaniñaquevaparamujer,melocediódebuengrado.

Teníaelracimocincograndesuvas.LediunaaVictoria,unaaBlanca,unaaLola,unaaPepe,ylaúltima,entrelasrisasylaspalmasdetodos,aPlatero,quelacogió,brusco,consusdientesenormes.

LIV

NOCHEPURA

Las almenadas azoteas blancas se cortan secamente sobre el alegre cieloazul, gélido y estrellado. El Norte silencioso acaricia, vivo, con su puraagudeza.

Todos creen que tienen frío y se esconden en las casas, y las cierran.Nosotros,Platero,vamosairdespacio,túcontulanayconmimanta,yoconmialma,porellimpiopueblosolitario.

¡Quéfuerzadeadentromeeleva,cualsifueseyounatorredepiedratoscacon remate de plata! ¡Mira cuánta estrella!De tantas como son,marean. Sediríaqueelcieloleestárezandoalatierraunencendidorosariodeamorideal.

¡Platero,Platero!¡Dierayotodamividayanhelaraquetúquisierasdarlatuya,porlapurezadeestaaltanochedeEnero,sola,claraydura!

LV

ELALBA

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En las lentas madrugadas de invierno, cuando los gallos alertas ven lasprimeras rosas del alba y las saludan, galantes, Platero, harto de dormir,rebuzna largamente. ¡Cuán dulce su lejano despertar, en la luz celeste queentraporlasrendijasdelaalcoba!Yo,deseosotambiéndeldía,piensoenelsoldesdemilechomullido.

YpiensoenloquehabríasidodelpobrePlaterosienvezdecaerenmismanos de poeta hubiese caído en las de uno de esos carboneros que van,todavíadenoche,por laduraescarchade loscaminos solitarios, a robar lospinosde losmontes,oen lasdeunodeesosgitanosastrososquepintan losburrosylesdanarsénicoylesponenalfileresenlasorejasparaquénoselescaigan.

Platerorebuznadenuevo.¿Sabráquepiensoenél?¿Quémeimporta?Enla ternura del amanecer, su recuerdome es grato como el alba.Y, gracias aDios, él tiene una cuadra tibia y blanda como una cuna, amable como mipensamiento.

LVI

NAVIDAD

¡Lacandelaenelcampo!...EstardedeNochebuena,yunsolopacoydébilclareaapenasenelcielocrudo,sinnubes, todogrisenvezde todoazul.Depronto,esunestridentecrujidoderamasverdesqueempiezanaarder;luego,elhumoapretado,blancocomoarmiño,ylallama,alfin,quelimpiaelhumoypueblaelairedelenguasmomentáneas.

¡Oh,lallamaenelviento!Espíritusrosados,amarillos,malvas,azules,sepierden no sé dónde, subiendo a un secreto cielo bajo; ¡y dejan un olor deascua en el frio! ¡Campo, tibio ahora, de Diciembre! ¡Invierno con cariño!¡Nochebuenadelosfelices!

Lasjarasvecinassederriten.Elpaisaje,atravésdelairecaliente,tiemblayse purifica como si fuese de cristal errante. Y los niños del casero, que notienen Nacimiento, se vienen alrededor de la candela, pobres y tristes, acalentarselasmanosarrecidas,yechanenlasbrasasbellotasycastañas,quesaltan,enuntiro.

Y se alegran luego, y saltan sobre el fuego, que ya la noche vaenrojeciendo,ycantan:

...Camina,María,

camina,José...

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YolestraigoaPlatero,paraquejuegueconellos.

LVII

ELINVIERNO

Diosestáensupalaciodecristal.Quierodecirquellueve,Platero.Llueve.Ylasúltimasfloresqueelotoñodejóobstinadamenteprendidasasusramasexangües,secargandediamantes.Encadadiamante,uncielo,unpalaciodecristal,unDios.Mira,estarosa;tienedentrootrarosadeagua;yalsacudirla,¿ves?, se le cae la nueva flor brillante, como su alma, y se quedamustia ytriste,igualquelamía.

Elaguadebesertanalegrecomoelsol.Mira,sino,cuálcorrenfelices,losniños, bajo ella, recios y colorados, con las piernas al aire. Ve cómo losgorriones se entran todos, en bullanguero bando súbito, en la hiedra, en laescuela,Platero,comodiceDarbón,tumédico.

Llueve.Hoynovamosalcampo.Esdíadecontemplaciones.Miracómocorren las canales del tejado.Mira cómo se limpian las hojas verdes, cómotorna a navegar por la cuneta el barquillo de los niños, parado ayer entre lahierba.Miraahora,enestesolinstantáneoydébil,cuanbelloelarcoirisquesaledelaiglesiaymuere,enunavagairisación,anuestrolado.

LVIII

IDILIODEABRIL

Los niños han ido con Platero al arroyo de los chopos, y ahora lo traentrotando,entrejuegosyrisas,todocargadodefloresamarillas.Alláabajoleshallovido—aquellanubefugazquevelóelcampoverdeconsushilosdeoroyplata—. Y sobre la empapada lana del asnucho las mojadas campanillasgoteantodavía.

¡Idilio fresco, alegre, sentimental! ¡Hasta el rebuzno de Platero se hacetiernobajo ladulcecarga llovida!Decuandoencuando,vuelve lacabezayarrancalasfloresaquesubocaalcanza.Lascampanillas,níveasygualdas,lecuelgan,unmomento, entreelblancobabearverdosoy luego se levana labarrigotacinchada.¡Quién,comotú,Platero,pudieracomerflores,...yquenolehicierandaño!

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¡TardeequívocadeAbril!...LosojosbrillantesyvivosdePlaterocopiantodoelpaisajedesolydelluvia.Enocaso,sobreelcampodeSanJuan,sevellover,deshilachada,otranuberosa...

LIX

LIBERTAD

Llamó mi atención, perdida por las flores de la vereda, un encendidopajarillo que, sobre el húmedo prado verde, abría sin cesar su preso vuelopolicromo.Nosacercamosdespacio,yodelante,Platerodetrás.Habíaporallíunbebederosombrío,yunosmuchachostraidores le teníanpuestaunaredalos pájaros. El triste reclamillo se levantaba hasta su pena, llamando, sinquerer,asushermanosdelcielo.

Lamañana era clara, pura, traspasada de azul. Caía del pinar vecino unleveconciertodetrinosexaltados,queveníaysealejaba,sinirse,enelmansoyáureovientoplayeroqueondulabalascopas.¡Pobreconciertoinocente,tancercadelmalcorazón!

Monté en Platero, y, obligándolo con las piernas, subimos, en un agudotrote,alpinar.Enllegandobajolaumbríacúpulafrondosa,batípalmas,canté,grité. Platero, contagiado, rebuznaba una vez y otra, rudamente. Y los ecosrespondían,secosysonoros,comoenelfondodeungranpozo.Lospájarossefueronaotropinar,cantando.

Platero,entrelaslejanasmaldicionesdeloschiquillosviolentos,rozabasucabezotapeluda,contramicorazón,dándomelasgraciashastalastimarmeelpecho.

LX

LAMUERTE

EncontréaPlateroechadoensucamadepaja,blandos losojosy tristes.Fuiáél,loacaricié,hablándole,yquisequeselevantara...

Elpobreseremoviótodobruscamente,ydejóunamanoarrodillada...Nopodía... Entonces le tendí su mano en el suelo, lo acaricié de nuevo conternura,ymandévenir a sumédico.ElviejoBarbón, asíque lohubovisto,sumió la enorme boca desdentada hasta la nuca y meció sobre el pecho la

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cabezacongestionada,igualqueunpéndulo.

—Nadabueno,¿eh?

Noséquécontestó.Queelinfelizseiba...Nada...Queundolor...Quenoséquéraízmala...Latierra,entrelahierba...

Amediodía,Platero estabamuerto.Labarriguillade algodón se lehabíahinchadocomoelmundo,y suspatas, rígidasydescoloridas, seelevabanalcielo. Parecía su pelo rizoso ese pelo de estopa apelillada de las muñecasviejas,quesecae,alpasarlelamano,enunapolvorientatristeza...

Porlacuadraensilencio,encendiéndosecadavezquepasabaporelrayodesoldelaventanilla,revolabaunabellamariposadetrescolores...

LXI

NOSTALGIA

Platero,túnosves,¿verdad?

¿Verdad que ves cómo se ríe en paz, clara y fría, el agua de la noria elhuerto;cuálvuelan,enlaluzúltima,lasafanosasabejas,entornodelromeroverdeymalva,rosayoroporelsolqueaúnenciendelacolina?

Platero,túnosves,¿verdad?

¿VerdadquevespasarporlacuestarojadelaFuenteViejalosborriquillosdelaslavanderas,cansados,cojos,tristesenlainmensapurezaqueunetierraycieloenunsolocristaldeesplendor?

Platero,túnosves,¿verdad?

¿Verdad que ves a los niños corriendo, arrebatados, entre las jaras, quetienen posadas en sus ramas sus propias flores, liviano enjambre de vagasmariposasblancas,goteadasdecarmín?

Platero,túnosves,¿verdad?

Platero,¿verdadque túnosves?Sí, túmeves.Yyooigoenelponientedespejado,endulzandotodoelvalledelasviñas,tutiernorebuznolastimero...

LXII

ELBORRIQUETE

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Puseenelborriquetedemadera la silla, el bocadoy el ronzaldelpobrePlatero,ylollevétodoalgranerogrande,alrincónendondeestánlascunasolvidadasdelosniños.Elgraneroesancho,silencioso,soleado.Desdeélsevetodoelcampomoguereño:elMolinodeviento,rojo,alaizquierda;enfrente,embozadoenpinos,Montemayor,consuermitablanca; trasde la iglesia,elrecóndito huerto de la Pina; en el Poniente, el mar, alto y brillante en lasmareasdelestío.

Porlasvacaciones,losniñossevanajugaralgranero.Hacencoches,coninterminablestirosdesillascaídas;hacenteatros,conperiódicospintadosdealmagra,iglesias,colegios...

Aveces,sesubenenelborriquetesinalma,yconunjaleoinquietoyraudodepiesymanos,trotanporelpradodesussueños:

—¡Arre,Platero!¡Arre,Platero!

LXIII

MELANCOLÍA

EstatardeheidoconlosniñosavisitarlasepulturadePlatero,queestáenelhuertodelaPina,alpiedelpinopaternal.Entorno,Abrilhabíaadornadolatierrahúmedadegrandesliriosamarillos.

Cantaban los chamarices allá arriba, en la cúpula verde, toda pintada decenitazul,ysu trinomenudo, floridoy reidor, se ibaenelairedeorode latardetibia,comounclarosueñodeamornuevo.

Losniños, asíque iban llegando,dejabandegritar.Quietosy serios, susojosbrillantesenmisojos,mellenabandepreguntasansiosas.

—¡Plateroamigo!—ledijeyoalatierra—;si,comopienso,estásahoraenunpradodelcieloy llevas sobre tu lomopeludoa losángelesadolescentes,¿mehabrás,quizá,olvidado?Platero,dime:¿teacuerdasaúndemí?

Y,cualcontestandomipregunta,una levemariposablanca,queantesnohabíavisto,revolabainsistentemente,igualqueunalma,delirioalirio...

MOGUER,1907.

APLATEROENELCIELODEMOGUER.

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Dulce Platero trotón, burrillo mío, que llevaste mi alma tantas veces—¡sólo mi alma!—por aquellos hondos caminos de nopales, de malvas y demadreselvas;atiestelibroquehabladeti,ahoraquepuedesentenderlo.

Vaa tualma,queyapaceenelParaíso,porelalmadeaquellospaisajesmoguereños,quétambiénhabrásubidoalcieloconlatuya;llevamontadaensulomodepapelalamía,que,caminandoentrezarzasenflorasuascensión,sehacemásbuena,máspacífica,máspuracadadía.

Sí.Yoséque, a la caídade la tarde, cuando,entre lasoropéndolasy losazahares,llego,lentoypensativo,porelnaranjalsolitario,alpinoquearrullatumuerte,tú,Platero,felizentupradoderosaseternas,meverásdetenermeantelosliriosamarillosquehabrotadotudescompuestocorazón.

FIN

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