Platon banquete

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1 PLATÓN BANQUETE Digitalizado por http://www.librodot.com INTRODUCCIÓN 1. Naturaleza y originalidad del diálogo El Banquete 1 ha sidó calificado por la inmensa mayoría de sus estudiosos como la obra maestra de Platón y la perfección suma de su arte. Es posiblemente el diálogo platónico más ameno y el más identificado con el espíritu de su tiempo. Es también la más poética de todas las reali- zaciones platónicas, en la que difícilmente los aspectos lite- rarios pueden separarse de la argumentación filosófica, lo que hace que nos encontremos ante uno de los escritos en prosa más completos de toda la Antigüedad y una de las más importantes obras literarias de toda la literatura uni- vesal. En este diálogo, literatura y filosofía son justamente la misma cosa: una composición original en la que la filo- sofía toma cuerpo en la realidad, mientras que la visión de 1 Decimos «banquete», pero en realidad los acontecimientos que rela- ta este diálogo tienen lugar después de la comida, en el momento justo de la bebida o «simposio» propiamente dicho. Sympósion es el título griego que figura para este diálogo y que adoptan también algunos tra- ductores modernos, especialmente anglosajones, que nosotros hemos preferido evitar por sus connotaciones actuales. Por los demás, el propio Platón habla de synousía «reunión», deîpnon «comida», sýndeipnon «convite», pero nunca de sympósion.

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  • 1. PLATN BANQUETE Digitalizado por http://www.librodot.com INTRODUCCIN1. Naturaleza y originalidad del dilogoEl Banquete 1 ha sid calificado por la inmensa mayorade sus estudiosos como la obra maestra de Platn y laperfeccin suma de su arte. Es posiblemente el dilogoplatnico ms ameno y el ms identificado con el espritude su tiempo. Es tambin la ms potica de todas las reali-zaciones platnicas, en la que difcilmente los aspectos lite-rarios pueden separarse de la argumentacin filosfica, loque hace que nos encontremos ante uno de los escritos enprosa ms completos de toda la Antigedad y una de lasms importantes obras literarias de toda la literatura uni-vesal. En este dilogo, literatura y filosofa son justamentela misma cosa: una composicin original en la que la filo-sofa toma cuerpo en la realidad, mientras que la visin de1Decimos banquete, pero en realidad los acontecimientos que rela-ta este dilogo tienen lugar despus de la comida, en el momento justode la bebida o simposio propiamente dicho. Sympsion es el ttulogriego que figura para este dilogo y que adoptan tambin algunos tra-ductores modernos, especialmente anglosajones, que nosotros hemospreferido evitar por sus connotaciones actuales. Por los dems, elpropio Platn habla de synousa reunin, depnon comida,sndeipnon convite, pero nunca de sympsion.1

2. LibrodotBanquetePlatn la realidad es enteramente transformada por la filosofa 2. Combina la pintura de las situaciones rica en detalles y la expresin de los problemas filosficos ms difciles con el ms alto refinamiento compositional. Tal vez por ser el dilogo de Platn ms brillante es precisamente el que peor entendido ha sido de todos sus escritos. Esta cadena de malos entendidos la inici ya Jenofonte, quien vea en nuestro dilogo un tratado de la pasin amorosa, y de ah que en su obra homnima se proponga elogiar los placeres de la vida matrimonial 3. El Banquete pertenece al perodo medio o de madurez de la produccin platnica, junto con el Menn, Fedn, Fedro y Repblica, perodo que suele calificarse de dilogos ideolgicos 4, en los que se supera la mera evocacin de la filosofa socrtica y se aborda la naturaleza ontolgica de las diversas Ideas (alma, belleza, amor, Estado, educacin, etc.). Son dilogos centrados en la bsqueda de definiciones, en los que la influencia pitagrica es ms acusada como consecuencia de los viajes de su autor al sur de Italia y Sicilia. Particularmente importantes son sus conexiones con el Fedn, en el que Scrates se enfreta a la muerte, mientras que en el Banquete se enfrenta a la vida. De aqu que se haya considerado al uno como tragedia, y al otro como comedia, y ambos con el mismo tema central: la personalidad de Scrates 5. Como al final de la obra el elogio del amor se torna en elogio de Scrates con el discurso de Alcibiades y, por tanto, en defensa de su persona, la conexin con Apologa, de la que en cierta medida viene a ser un complemento, es, pues, evidente. Por otra parte, el Banquete puede considerarse tambin como una continuacin del Protgoras, pues todos los grandes oradores del dilogo (a excepcin de Aristfanes) estn presentes como personajes mudos en l. Son los discpulos de los grandes sofistas; Fedro de Lisias, Pausanias de Pr- dico, Erixmaco de Hipias, Agatn de Gorgias. Es, por tanto, la segunda generacin de sofistas la que ahora toma la palabra en el Banquete, el dilogo de los discpulos, co- 2Cf. D. BABUT, Peinture et dpassement de la ralit dans de Ban- quet de Platon, REA 82 (1980), 5-29, esp. pg. 29.3Cf. A. E. TAYLOR, Plato. The Man and his Work, Londres, 1926 (reimp., 1960), pg. 209.4Cf. J. N. FINDLAY, Plato. The Written and Unwritten Doctrines, Londres, 1974. Vase tambin J. LABORDERIE, Le dialogue platonicien de la maturit, Pars, 1978.5Cf. E. C. TSIRPANLIS, The inmortality of the soul in Phaedo and Symposium, Platon 17 (1965), 224-234. 3. LibrodotBanquete Platn mo se le ha querido llamar 6. Por ltimo, el Banquete se ha puesto en relacin, asimismo, con el Gorgias: aqul como debate entre la filosofa y la poesa, ste como debate entre la filosofa y la retrica. En este sentido es una respuesta a las crticas de la mala retrica y una ilustracin de lo que puede ser un trabajo bien hecho, como lo prueba el discurso en boca de Diotima: la, retrica al servicio de la belleza y la verdad 7.Muchos son los aspectos de este dilogo que podran testimoniar su originalidad y situacin especial dentro del conjunto de la obra platnica. Aqu vamos a fijarnos sola- mente en cuatro de ellos.a) Aunque desde tiempos inmemoriales la poesa y la produccin literaria en general estn unidas entre los grie- gos a los momentos de la comida y la bebida, como puede apreciarse ya en Homero y, ms tarde, en los primeros lricos (Alceo, Jenfanes, Anacreonte, Teognis, etc.), es l- cito afirmar que con el Banquete inaugura Platn un tipo de literatura simposaca que tendra, luego, su continuacin en autores como Jenofonte, Plutarco, Ateneo, Luciano, Metodio, Juliano, etc., gnero cuya historia y caractersticas ha trazado magistralmente J. Martn 8. Despus de Platn, sabemos que discpulos como Aristteles, Espeusipo y Jencrtes se ocuparon de cuestiones relacionadas con este tipo de literatura. El propio Platn, en sus Leyes 637a, 639d, 641a y ss., habla del valor educativo que se puede obtener de las reuniones de bebedores y defiende estas prcticas frente a los ataques de que eran objeto.b) La originalidad del Banquete se pone de manifiesto tambin en que no se trata de un dilogo en sentido usual, con el tpico mtodo socrtico de preguntas y respuestas (ste slo tiene una fugaz aparicin en la refutacin de Scrates a Agatn), sino de un gran debate de discursos sobre un tema determinado: el amor, por qu Eros es un dios, el papel que juega en la vida humana, etc. Es, en consecuencia, un duelo de discursos (un agn lgn), un certamen de palabras, en el que los discursos y contradis- cursos representan opiniones contrarias o complementarias que van perfilando y matizando el tema en cuestin. De los 6 Cf. V. BROCHARD, Sobre el Banquete de Platn, en su libro Estudios sobre Scrates y Platn, B. Aires, 1940 (19452), pgs. 42-81, esp. Pgs. 50-51. 7 Cf. P. VICAIRE, Platon, critique littraire, Pars, 1960, pg. 354. 8 Cf. J. MARTIN, Symposion. Die Geschichte einer literarischen Form, Paderborn, 1931 (reimp., Meisenheim, 1968). Vase, tambin, M. D. GA- LLARDO, Estado actual de los estudios sobre los Simposios de Platn, Jenofonte y Plutarco, CFC 3 (1972), 127-191, y 4 (1972), 239-296. 4. LibrodotBanquete Platn diversos tipos de agnes literarios el Banquete sera un agn sobre el amor, un Liebesagone, como lo ha carac- terizado quien ms exhaustivamente ha estudiado esta cues- tin 9. Estos discursos sobre el amor o ertikoi lgoi (la expresin se encuentra en nuestro dilogo en 172b y en Fedro 227c) debieron de nacer en el s. v a. C., como tantos otros gneros nuevos, aunque es en el s. lv a. C. cuando estn ms en boga. Constituyen una clase especial de discursos que, o bien diriga un amante a su amado (como el discurso de Lisias que Fedro nos presenta en el dilogo que lleva su nombre), o bien se centraban en la naturaleza del amor (como los discursos de nuestro dilogo) 10. De la poca del Banquete tenemos noticias de discursos de este tipo compuestos por Cebes o relacionados con Alcibiades, y la razn de que no hayan llegado hasta nosotros en mayor nmero es la misma por la que no nos ha llegado la gran parte de la literatura ertica griega antigua (Safo, Anacreonte, Alceo, comedia nueva, etc.): la quema por parte del clero bizantino 11.c) En tercer lugar, el Banquete es tambin un dilogo especial por su estilo. Como es bien sabido, cinco son los tipos de exposicin de los dilogos platnicos: pregunta y respuesta (A), discusin-conversacin (B), narracin (C), casi monlogo (D) y monlogo o exposicin continua (E) 12. El Banquete pertenece al grupo de los dilogos relatados, que se suele situar en torno a la dcada del 380 a. C., en los que Platn se enfrenta a problemas que le ocuparan en su edad madura. Pasa de un estilo AD a un estilo E; en ningn otro dilogo este juego de estilos como principio estructural est tan marcado como en el Banquete. Todo en este dilogo es contado. El contenido narrativo de la obra se introduce por medio de un corto dilogo que no sirve ms que para entrar en materia y que no se vuelve a reanudar ni en el transcurso de la narracin ni al final de la misma. Es, pues, un prlogo introductorio con dos interlocutores, como sucede tambin en el Fedn. En nues- tro dilogo, Apolodoro, un reciente y fiel admirador de Scrates, se tropieza con varios amigos annimos, hombres ricos de negocios, que le piden que les cuente lo ocurrido en la celebracin de la victoria del poeta trgico Agatn, 9 Cf. J. FROLEYKS, Der Agn Lgon in der antiken Literatur, tesis doct., Bonn, 1973. 10Cf. F. LASSERRE, Ertikoi lgoi, MH 1 (1944), 169-78. 11sta es la explicacin que da L. ROSSETTI, Spuren einiger Ertiko lgoi aus der Zeit Platons, Eranos 72 (1974), 185-92. 12Cf. H. THESLEFF, Studies in the Styles of Plato, Helsinki, 1967, esp. pgs. 33 y sigs. 5. Librodot Banquete Platn acaecida hace ya muchos aos. Especial inters tienen estos personajes en saber los discursos sobre el amor que en ese festejo pronunciaron Scrates, Alcibiades y otros famosos comensales. Hace poco Apolodoro se haba encontrado con otro conocido suyo, un tal Glaucn, que le haba pedido lo mismo y que se haba enterado del asunto por boca de otro que lo haba odo de un tal Fnix que, a su vez, se haba informado de Aristodemo, un fiel discpulo de Scrates que estuvo presente en la clebre reunin.. De hecho, lo que cuenta Apolodoro, que no pudo estar presente en el acontecimiento por ser an muy nio, le procede tambin de Aristodemo y de la confrontacin con el propio Scrates de algunos puntos. A su vez, lo que Scrates expone en este debate afirma que se lo oy a una tal Diotima, sacerdotisa de Mantinea. Dado que lo fundamental del dilogo gira, precisamente, en torno a lo que esta mujer le cuenta a Scrates, resulta que sus palabras nos llegan a travs de una larga y complicada tradicin: Diotima educa a Scrates, ste al resto de los comensales, uno de ellos (Aristodemo) a Apolodoro, ste a Glaucn y amigos, y Platn a los lectores modernos. Cada uno de ellos es, en cierto modo, un damn, un. intermediario, que acta desde el dominio de las ideas al dominio de las personar 13. Por las razones que aduciremos ms adelante, la comida en casa de Agatn suele establecerse en el 416 a. C., la conversacin de Apolodoro con sus amigos en el 400 a. C. y la composicin real del dilogo por parte de Platn en el 384-379 a. C. Teniendo en cuenta estos tres estratos cronolgicos, la complicada tradicin del contenido del Banquete podra representarse de la siguiente manera: 13 Cf. R. HORNSBY, Significant Action in the Symposium, CJ 52 (1956-7), 37-40, esp. pg. 40. 6. Librodot Banquete Platn Un estilo indirecto de esta clase en segundo o tercer grado slo lo vuelve a utilizar Platn en el Parmnides, en donde Cfalo cuenta una narracin que ha odo de Antifonte, que, a su vez, la haba odo de Pitodoro, un discpulo de Zenn que haba estado presente en la conversacin original. Parmnides y Banquete son, pues, los nicos dilogos contados en los que el narrador no est presente en el deba- te original. Mucho se ha escrito sobre la finalidad de este distanciamiento esttico y consciente de los acontecimien- tos tal como se exponen en esta primera escena de la obra. Para unos, el objetivo de esta tortuosa tradicin es hacernos ver que Platn mismo no estuvo presente en los hechos narrados y, por lo tanto, no pretende garantizar la exactitud de lo contado 14. Otros, en cambio, creen todo lo contrario: con esta escena, Platon quiere dar a entender que, en Atistodemo y Apolodoro, tenemos unos testigos fidedignos que garantizan la verosimilitud dramtica de la historia narrada 15. Hay quien piensa que todo el Banquete es, en el fondo, un mito y con esta introduccin se consigue la lejana mtica de los hechos reales: stos circulaban de boca en boca y fueron contados repetidas veces despus de ocurridos 16. Finalmente, como quiera que lo propiamente platnico est en el discurso de Scrates que procede, a su vez, de la misteriosa Diotima, no parece desacertada la idea14Es la opinin de TAYLOR, Plato..., pg. 210, y la que menos adeptos ha encontrado. 15Es lo que cree, entre otros, W. K. C. GUTHRIE, A History of Greek Philosophy, vol. IV, Cambridge, 1975, pg. 366. 16Para sta y otras interpretaciones, cf. H. REYNEN, Der vermittelte Bericht im platonischen Symposion, Gymnasium 74 (1967), 405-22. 7. LibrodotBanquetePlatn de que en esta escena inicial se nos quiera hacer ver que alcanzar la verdad (doctrina de Diotima) slo es posible con grandes esfuerzos, a travs de una aproximacin lenta y escalonada, paso a paso, como ocurre con la ascensin a la idea de Belleza expuesta, en sntesis, por Diotima, en 211c- 212a. En cualquier caso, en el prlogo del dilogo tenemos ya el tema de la obra, se despierta el inters del lector por el contenido de los discursos y se destaca la figura de Scrates 17.d) Pero el Banquete es un dilogo especial sobre todo por su temtica. En este sentido, el objetivo principal de Platn al escribirlo se le ha querido buscar en hacer un elogio de Scrates y ofrecer una imagen ideal de su perso- na, como contrapartida y defensa de la acusacin de co- rrupcin de la juventud de que fue objeto, o bien en ofrecer un modelo de mtodo filosfico correcto o, incluso, en trazar una especie de programa de la recin fundada Academia 18. Pero, por encima de todo esto, el Banquete nos presenta el primer tratamiento extenso de la doctrina de su autor en relacin con el amor. Aparte de cuestiones aisladas que se abordan en Repblica, Leyes y Timeo, la concepcin del amor en Platn se expone fundamentalmente en Lisis, Banquete y Fedro 19.En el Lisis asistimos a la definicin de phila amistad o el afecto que podemos sentir por un padre, un hijo, un amigo, una esposa o un amante. El dilogo combate con- cepciones filosficas que pretenden establecer y determinar la naturaleza de este sentimiento en la idea de lo semejante o en la teora de los contrarios. Hay en l, en estado em- brionario, ideas que luego sern desarrolladas ms amplia- mente en dilogos posteriores, como la de que la amistad se da en un sujeto intermedio entre lo bueno y lo malo; que amamos con vistas a un fin, que es la razn de nuestros amores; que el objeto del deseo se identifica con lo bello y17 Cf. E. SCHMALZRIEDT, Symposion, en Hauptwerke der antiken Literaturen, Munich, 1976, pgs. 169-172. 18 Cf. K. KOLLER, Die Komposition des platonischen Symposions, tesis doct., Zurich, 1948, pg. 6. 19Nuestra sntesis de la teora del amor en estos dilogos platnicos Procede, fundamentalmente, de L. ROBnN, La thorie platonicienne de lamour, Pars, 1933 (reimp., 1964), esp. pgs. 39-43. Para otros aspectos sobre el tema, vanse, adems, TH. GOULD, Platonic Love, N. York, 1963; E. RIVERA DE VENTOSA, El amor personal en la metafsica de Platn, Helmntica 26 (1975), 495-521; R. MORTLEY, Love in Plato and Plotinus, Antichthon 24 (1980), 45-52; F. PREZ Ruiz, El amor en los escritos de Platn, Pensamiento 37 (1981), 25- 50. 8. LibrodotBanquetePlatn lo conveniente. Cuando se intenta precisar qu es lo conveniente el dilogo finaliza inesperadamente de forma aportica. Los cinco primeros discursos del Banquete anteriores a la intervencin de Scrates parecen contener referencias a diversas tesis sustentadas en el Lisis: la idea de Pausanias de que el amor se da entre personas parecidas parece refutar la tesis de la discusin del Lisis en 213c-215c, segn la cual el malo no puede ser amigo del malo ni el bueno del bueno; el discurso de Erixmaco se basa esencialmente en la teora de los opuestos, lo que es el tema de la discusin del Lisis en 215c-216b; el fondo de la intervencin de Aristfanes es la idea del amor como deseo de lo que nos falta y de lo que es conveniente a nuestra naturaleza, lo cual constituye la materia de la ltima parte del Lisis (221c-222d); los discursos de Fedro y Agatn, que tienen mucho en comn, atienden, sobre todo, a la idea de la omnipotencia de Eros, dios del amor, que inspira la aversin al mal y estimula la persecucin del bien, lo que en general coincide con toda la doctrina del Lisis. La teora del amor en el Banquete no se expone de forma sistemtica, sino dialctica, de suerte que el dilogo Scrates-Diotima representa la fase final de todas las inter venciones precedentes que matiza y complementa la tesis de los oradores anteriores 20. Mientras que stos proceden un poco confusamente y parten de los caracteres particula- res de Eros, para pasar luego a sus componentes esenciales, la conversacin Scrates-Diotima empieza con la defi- nicin de Eros (199c-204a) y se dedica luego a estudiar sus efectos o manifestaciones en la vida humana (204c-212a). Todo parece indicar que Scrates-Diotima contestan en or- den inverso a los cinco primeros oradores: 199c y ss. a Agatn, 204d y ss. a Aristfanes, 205a y ss. a Erixmaco, 206c a Pausanias, 208c-d a Fedro 21. La definicin de Eros de labios de Diotima es la ms cercana a los puntos de vista de Platn sobre la naturaleza del amor, cuyas tres notas ms caractersticas son que amor es todo deseo de cosas buenas y de felicidad (205d), que amor es desear que lo bueno sea de uno para siempre (206a) y que amor es procreacin en la belleza tanto corporal como espiritual (206b) 22. Lo propio 20Sobre este aspecto, cf. R. A. MARKus, The Dialectic of Eros in Platos Symposium, en G. VLASTOS (ed.), Plato. A Collection of Critical Essays, vol. II, N. York, 1971, pgs. 132-143. 21Cf. D. BABUT, Peinture..., pg. 25. 22Sobre esta cuestin y sobre la idea de que amor, en Platn, no es amor platnico, es importante el trabajo de P. W. CUMMINGS, Eros as Procreation in Beauty, Apeiron X, 2 (1976), 23-28. 9. LibrodotBanquete Platn de nuestra naturaleza mortal es aspirar a ser inmortal en la medida en que podamos por medio de la generacin en la belleza. Este deseo de inmortalidad del hombre, producto en el fondo de la naturaleza demnica o intermediaria de Eros y de su genealoga, necesita de un aprendizaje que se traduce en una serie de etapas sucesivas que conducen a la contemplacin de la Belleza en s, realmente independiente de las bellezas particulares 23. Ahora bien, la doctrina del amor presentada en el Ban- quete deja varias preguntas sin contestar: por qu deseamos la inmortalidad, por qu este deseo se satisface en la Belleza, por qu sta es el fin de la iniciacin amorosa, etc. Estas preguntas son, precisamente, a las que responde el Fedro: el deseo de inmortalidad se debe a la naturaleza de nuestra alma, y la belleza es la que posee lo que es preciso para despertar ese deseo, Entre Banquete y Fedro hay diferencias importantes, como la ignorancia, en el primero, de la doctrina de la andmnsis y de la mana, dos de los temas ms importantes en el segundo, o como el silencio del Fedro sobre la idea del Banquete de que lo mortal desea inmortalidad 24; adems de que, en ste, el amor no es un dios, sino un damn, mientras que, en aqul, es un dios o algo divino. Pero ambos tienen tambin mucho en comn: los dos son piezas maestras de Platn, que mezclan discursos formales con la conversacin; en uno y otro es el personaje Fedro el mvil de la discusin que inicia el debate con un discurso y los dems parten de ah 25. En resumen, pues, el Banquete viene a ser una continuacin de lo expuesto en el Lisis, mientras que el Fedro representa una profundizacin de lo que se dice en el Banquete. Pero la doctrina del amor descrita en el Banquete se refiere ms al amor homosexual que al amor heterosexual, lo que est en consonancia con la poca y lugar en que vive su autor. Los griegos consideraban las relaciones ho- mosexuales compatibles con las heterosexuales y 23 Cf. L. C. H. CHEN, Knowledge of Beauty in Platos Symposium, CQ 33 (1983), 66-74.24 Sobre esta importantsima cuestin en nuestro dilogo, adems del trabajo de TSIRFANLIS citado en la n. 5, pueden consultarse el de R. HACKFORTH, Immortality in Platos Symposium, CR 64 (1950), 43-5, y la rplica de J. V. LUCE, Immortality in Platos Symposium: A Reply, bid., pgs. 137-41.25 Las relaciones entre Banquete y Fedro han sido muy bien estudia- das por P. SHoREY, Platos Ethics, en VLASTOS (ed.), Plato..., II, pginas 7-34, y sobre todo por J. D. MOORE, The Relation between Platos Symposium and Phaedrus, en J. M. E. MORAVCSIK (ed.), Patterns in Platos Thought, Dordrecht, 1973, pigs, 52-71. 10. LibrodotBanquetePlatn concurrentes con el matrimonio. Ello se deba, en gran parte, a la separacin de los sexos, ya que, para un ateniense del s. VI a. C. en adelante, mantener relaciones amorosas con una chica era muy difcil y a veces peligroso 26. Por otro lado, toda relacin entre una persona adulta y un joven adolescente tena una dimensin educacional que no exista en la relacin hombre-mujer. El joven vea en el adulto un modelo.a imitar y este carcter pedaggico es, precisamente, una de las notas ms especficas de la pederastia griega que no se encuentra en otras comunidades 27. La respuesta homosexual de un hombre al estmulo visual de un joven bello le pareci a Platn una excelente base sobre la que levantar una relacin maestro-discpulo y era, a la vez, la experiencia ms conocida por la mayora de las personas para las que escribi la obra.Se ha preguntado alguna vez por qu Platn eligi a Eros en lugar de a Afrodita como materia de sus discursos. Ambos son personificaciones de las fuerzas que provocan el deseo en las personas y hacen que nos enamoremos. Existe la idea de que las relaciones sexuales en su conjunto son dominio de Afrodita, pues palabras relacionadas con su nombre como aphrodsia o aphrodisizein aluden a la copulacin, mientras que Eros tiene como dominio propio el estado de enamoramiento, el deseo de otra persona. Aho- ra bien, esta separacin no se da en gran parte de la literatura griega. La nocin de que la deidad femenina ins- pira la relacin heterosexual y la masculina la homosexual es slo de poca helenstica tarda. As, en Teognis, 1304 y 1319, la belleza del amado es un don de Afrodita, y entre los epigramas helensticos hay algunos en los que Afrodita es quien hace que un hombre se enamore de un joven 28. Posiblemente la poca atencin que se haba prestado hasta entonces a la deidad masculina fuera uno de los mviles que decidiera a su autor a convertirlo en objeto de sus 26Cf. K. J. DOVER, Plato. Symposium, Cambridge, 1980, pgs. 3 Y sigs. Para los aspectos innovadores de la cultura griega en el terreno sexual, es interesante el trabajo de G. DEVEREUX, Greek Pseudo- homosexuality and the Greek Miracle, SO 42 (1967), 69-92. 27Cf. J. S. LASSO DE LA VEGA, El amor dorio, en el libro El descubrimiento del amor en Grecia, Madrid, 1959, pgs. 55-99, esp. pg. 66, Y El eros pedaggico de Platn, bid., pgs. 101-148. Sobre la idea de Eros en Platn como educacin hacia el mundo real, el mundo de la belleza, de la verdad y del bien, cf. R. R. WELLMAN, Eros and Education in Platos Symposium, Paedagogica Historica 9 (1969), 129-158.Cf. K. J. DGVER, Greek Homosexuality, Cambridge, 28 1978, pig. 63. 11. LibrodotBanquete Platn discusiones. Por otra parte, tal vez la concurrencia no hubiera mostrado tanto inters en el caso de Afrodita. Y es que, adems de unos discursos sobre la naturaleza de Eros y su funcin en la vida del hombre, en el dilogo hay tambin unos hechos que son tan importantes como las palabras. Hay relaciones de amor autnticas entre Eri- xmaco y Fedro, entre Pausanias y Agatn, entre Scrates y Alcibiades. Precisamente la gran paradoja del dilogo est en que despus de tanta teora sobre la naturaleza de este tipo de amor las relaciones humanas reales son un fracaso: Apolodoro y Aristodemo no se benefician de su relacin con Scrates; Erixmaco es incapaz de perfeccionar a Fedro; Pausanias fracasa en su intento de hacer virtuoso a Agatn; Scrates no consigue que Alcibiades se preocupe ms de su propia persona que de los asuntos pblicos 29. Todo ello no hace ms que confirmar la idea de Scrates, en 175d, de que la sabidura no puede traspasarse de un cuerpo a otro por simple contacto fsico. Justamente la nica relacin aprovechable es la que se da entre Diotima y Scrates, entre una sacerdotisa y un hombre que, por el discurso de Alcibiades, sabemos que no ha llegado al contacto fsico homosexual. Despus del Banquete la pede- rastia empieza a declinar rpidamente como ideal tico, lo que se ha puesto en relacin con el declive del podero de Esparta, cuna del amor dorio. A partir de entonces no es ms que una prctica viciosa. De ah que tenga razn Jaeger en afirmar que el Banquete platnico constituye una especie de jaln en la lnea divisoria entre la sensi- bilidad de la Grecia antigua y la de la Grecia posterior 30. 2.Personajes y caracteres del dilogo Adems de la serie de oradores que pronuncian un dis- curso en honor de Eros hay dos personajes que juegan un cierto papel en la trama del dilogo: Apolodoro, narrador de los acontecimientos, y Aristodemo, testigo presencial de los mismos y fuente directa de aqul. Por el Fedn sabemos que Apolodoro es natural de Atenas y que est junto a Scrates en el da de su muerte, mostrndose ms afligido 29Para la cuestin del fracaso de estas relaciones, vase el artculo de J. PENWILL, Men in Love. Aspects of Platos Symposium, Ramus 7 (1978), 43-75, y el de M. GAGARIN, Socratess hybris and Alcibiades failure, Phoenix 31 (1977), 22-37. 30 Cf. W. JAEGER, Paideia: los ideales de la cultura griega, Mxico, 19622, pg. 573. 12. LibrodotBanquete Platn que los dems (cf. 59a-b). En Apologa aparece como uno de los que asisten al juicio del maestro, junto con su hermano Ayantodoro, y de los que se ofrecen como fiado- res para pagar las treinta minas (cf. 34a y 38b). En el Ban- quete lo encontramos como un discpulo de Scrates que le acompaa desde hace tres aos a todas partes (en Jeno- fonte, Mem. III 11, 17, el propio Scrates confiesa que no se aparta de su lado) y se propone cada da interesarse por lo que dice y hace su maestro (cf. 172c). Era llamado irnicamente el blando, pero en realidad era un duro crtico con todo el mundo, excepto con Scrates (cf. 173d). Ha extraado que Platn escogiera a este discpulo para contar el dilogo por tratarse de una persona poco apta para hablar en trminos filosficos, con estrechez de miras y el fanatismo de un sectario. Otros estudiosos, en cambio, combaten esta opinin y ven en Apolodoro un verdadero filsofo socrtico 31.Aristodemo se describe en este dilogo como un viejo discpulo de Scrates, de pequea estatura, uno de los m- ximos admiradores de Scrates de entonces, y con un fa- natismo natismo tal por el maestro, que para asemejarse ms iba tambin descalzo (cf. 173b). No se distingue Aristodemo por una personalidad sobresaliente; ms bien se trata de un hombre con poca inventiva e incapaz de exactitud (cf. 178a, 223c-d). En Jenofonte, Mem. I 4, 2, lo encontramos como un hombre irreligioso al que Scrates convirti 32.Los restantes personajes del dilogo tienen un papel mu- cho ms destacado, ya que son al mismo tiempo autores de los discursos. Fedro es especialmente conocido por el dilogo platnico que lleva su nombre, en el que es el nico interlocutor de Scrates y donde se muestra como un entusiasta admirador del orador Lisias, uno de cuyos dis- cursos sobre el amor se ha aprendido casi de memoria. Es un joven ateniense, natural del demo de Mirrinunte (cf. 176d), apasionado por las novedades, vido de discursos y asiduo oyente de Scrates. En el Protgoras lo encontra- mos sentado junto al sofista Hipias. No parece que tuviera gran resistencia fsica, pues es uno de los primeros en aban- donar la reunin (cf. 223b). Se muestra muy proclive a 31Cf. G. D. DE VRIES, Apollodore dans le Banquet de Platon, REG 48 (1935), 65-69. 32Para las razones por las que no pronuncia un discurso en el ban- quete de Agatn, cf. F. MARTN FERRERO, El puesto de Aristodemo entre los comensales y su desaparicin de la serie de oradores en el Banquete de Platn, CFC 5-(1973), 193-206. 13. LibrodotBanquete Platn cultivar la amistad de los mdicos y a seguir dcilmente sus consejos (cf. 176d y 223b). Es el responsable de la idea de la serie de discursos en elogio de Eros (cf. 177a-d). Su erudicin y formacin libresca es notable como lo demues- tran las citas que hace de Homero, Hesodo, Acusilao y Parmnides, as como su crtica a Esquilo (cf. 180a). De Pausanias slo conocemos su intervencin en este dilogo y lo que se nos cuenta en el Banquete de Jenofonte y en el Protgoras. Era natural del demo del Cermico, y, en la reunin en casa del rico Calias con ocasin de la llegada de Protgoras a la ciudad, aparece echado junto a Agatn en la misma cama (cf. Prot. 315d-e). En el Ban- quete de Jenofonte se le menciona expresamente como el amante de Agatn y se muestra como un ardiente defensor de la pederastia (cf. 8, 32), lo mismo que en nuestro dilo- go, slo que guardando los modales y con gran habilidad en el manejo de lps trminos, lo que le hace un buen discpulo de Scrates 33. Erixmaco es tambin, en cierta medida, un desconocido. Es mdico, al igual que su padre Acmeno, de quien dice Alcibiades que es el ms prudente (cf. 214b) y a quien Jenofonte presenta como un experto en dieta (cf. Mem. III 12, 2); en el Fedro se nos muestra como muy amigo de Scrates (cf. 227a y 269a). A Erixmaco lo vemos en el Protgoras como uno de los oyentes de Hipias junto con Fedro (cf. 315c). Su prudencia se pone de manifiesto con su consejo a la concurrencia de beber moderadamente (cf. 176b, 214b). Es el pedante del grupo que no pierde ocasin para manifestar sus conocimientos mdicos, especialmente en relacin con la borrachera y con el hipo (cf. 176d y 185d-e). De todas maneras, tiene un papel importante en el dilogo, ya que, entre otras cosas, es el causante directo del debate sobre Eros y el moderador, en todo momento, de la reunin 34. Aristfanes, el ms importante poeta cmico que nos ha llegado de la Antigedad, es lo suficientemente conocido como para trazar aqu su semblanza. Es el nico de los cinco primeros oradores que no aparece en la reunin del Protgoras, ni est en ninguna relacin homosexual como la existente entre Erixmaco y Fedro o entre Pausanias y Agatn. Mucho se ha escrito sobre su presencia en este banquete teniendo en cuenta el cruel retrato que haba he- 33Cf. H. NEWMANN, On the sophistry of Platos Pausanias, TAPhA 95 (1964), 261-267. 34Cf. L. EDELSTEIN, The Rle of Eryximachus in Platos Sympo- sium, TAPhA 76 (1945), 85-103. 14. LibrodotBanquetePlatn cho de Scrates en Las Nubes. Por esta razn se ha pensado que Platn lo presenta aqu para que estuviera presente y oyera, en boca de Alcibiades precisamente, la verdadera naturaleza de Scrates tal como era en realidad 35. Otros intrpretes creen que su presencia en este dilogo est mo- tivada por ser el representante de la comedia, al igual que Agatn lo es de la tragedia, incapaces ambos de dar una definicin completa del amor como la que da el verdadero filsofo (Scrates-Diotima). Sobre esta cuestin, vase nuestra n. 152 de la traduccin. Agatn, el anfitrin de la fiesta, es el poeta trgico, nacido en el 488 a. C., que tendra poco ms de treinta aos cuando obtuvo su primera victoria teatral en las Leneas del 416 a. C. Perteneciente a una de las grandes familias atenienses, es rico, de alta posicin social y de gran popularidad. Era un hombre de excepcional belleza (como lo manifiesta tambin Alcibiades en 212e y 213c), que en sus aos juveniles fue el amado de Pausanias (cf. Prot. 315d-e), relacin que contina en nuestro dilogo siendo ya adulto (cf. 193b). Aristfanes se burla de su aspecto afeminado en la primera escena de Las Tesmoforiantes (cf. 191-2 y 200 ss.). Es un hombre elegante (como dice expre- samente Scrates en 174a), de finos modales, que no des- ciende a los detalles domsticos y que, en esta ocasin, deja actuar libremente a los esclavos (cf. 175b-c). Junto con Aristfanes es el nico que al trmino de la velada sigue en pie bebiendo y charlando con Scrates, mientras que los dems o se haban marchado o estaban durmiendo (cf. 223c-d), lo que se ha considerado como un detalle de atencin a sus invitados 36. De Scrates no necesitamos aadir aqu a lo ya conocido sobre su figura nada ms que recordar que el Banquete, junto con el Fedn y la Apologa, constituyen la evocacin ms precisa de su personalidad que se puede encontrar en los dilogos platnicos. En cambio, la realidad histrica de Diotima, la sabia sacerdotisa de Mantinea, ha sido muy cuestionada. En la Antigedad creyeron en su existencia, entre otros, Proclo, Luciano y Din Crisstomo. De los estudiosos modernos, quien ms ha abogado por su histori- cidad es W. Kranz 37. Se ha llegado incluso a pensar en la 35Cf. G. L. KOUTROUMBOUSSIS, Interpretation der Aristophanesrede im Symposium Platons, Platon 20 (1968), 194-211. 36Para los pormenores de su biografa, cf. P. LVQUE, Agathon, Pars, 1945. 37Cf. W. KRANZ, Diotima von Mantineia, Hermes 61 (1926), 437-447, y Diotima, Die Antike 2 (1926), 313-327. 15. LibrodotBanquetePlatn posibilidad de tener una representacin suya en un relieve en bronce procedente de una casa de Pompeya en el que aparece conversando con Scrates sobre el amor 38. Los autores que creen en su realidad se basan esencialmente en el hecho de que Platn suele introducir en sus dilogos personajes histricos, por lo que la prctica de usar perso- najes ficticios le es ajena. El nombre masculino Diotimo era muy frecuente. Fuera de este dilogo no tenemos noti- cia de una mujer llamada Diotima que fuera experta en asuntos religiosos. En todo caso, la doctrina que se pone en sus labios es especificamente platnica. Puede que aqu nos encontremos con algo parecido a lo que ocurre con Pericles en el Menxeno, donde se nos dice que el famoso poltico y gran orador ateniense haba sido discpulo de la hetera Aspasia: tanto el filsofo como el poltico ms importante deberan sus enseanzas a una mujer 39. Por ltimo, Alcibiades tendra unos 34 aos cuando tiene lugar esta famosa reunin y est en lo ms alto de su popularidad. Al igual que Agatn, es un hombre rico, orgulloso de su rango y de su belleza, amante de la popu- laridad. En el dilogo lo encontramos con buen humor, lleno de franqueza en la relacin de sus defectos y como un gran entusiasta de Scrates. La cuestin de su vida sexual ha sido objeto de algn estudio 40 y en lo que se refiere a sus relaciones con Scrates es importante lo que se menciona en Prot. 309a-b, Gorg. 481d, y Alcib. I 103a y 131c-d, donde se pone el nfasis en el aspecto fsico de esta relacin, frente al espiritual que observamos en nuestro dilogo. 3. Estructura, contenido y composicin del dilogo 38Cf. H. FuHRmiNN, Gesprche iiber Liebe und Ehe auf Bildern des Altertums, Mitteilungen des deutschen Archeologischen Instituts 55 (1940), 78-91, esp. pgs. 78-86. 39S. LEVIN, Diotimas visit and service to Athens, GRBS 3 (1975) pgs. 223 y sigs., tiene razn cuando afirma que es ms til examinar la verosimilitud de lo que Diotima sostiene en 201d ss., que tratar de indagar sobre su personalidad real o ficticia, lo que a todas luces parece indemostrable. 40Cf., especialmente, R. J. LiTTMAN, The Loves of Alcibiades, TAPhA 101 (1970), 263-276, y S. L. SCHEIN, Alcibiades and the Politics of misguided Love in Platos Symposium, Theta-Pi 1-3 (1972- 74), 158-167. Para otros detalles sobre su vida, cf. J. HATZFELD, Alcibiade, Pars, 1940, y O. AURENCHE, Les groupes d Alcibiade, de Logoras et de Teucros, remarques sur la vie politique athnienne en 415 avant J. C., Pars, 1974. 16. LibrodotBanquete Platn Muchos de los autores que han trabajado este dilogo lo suelen dividir en tres grandes partes: los cinco primeros discursos, la intervencin de Scrates y el retrato moral de ste en boca de Alcibiades. Pensamos, sin embargo, que una estructura ms detallada del dilogo podra ser la siguiente: 41 I. Escena introductoria (172a-174a). II. Narraccin de los acontecimientos segn Aristodemo (174a-2230. A) Introduccin (174a-178a): 1. Llegada de Scrates a la casa de Agatn (174a-175e). 2. Propuesta de Erixmaco (176a-178a). B) Los seis discursos sobre Eros (178a-212c): 1. Discurso de Fedro (178a-180b). 2. Discurso de Pausanias (180c-185c). Primer interludio: el hipo de Aristfanes (185c-e). 3. Discurso de Erixmaco (185e-188e). Segundo interludio: Aristfanes se prepara para ha- blar (199a-c) 4. Discurso de Aristfanes (189c-193d). Tercer interludio: recelos de Scrates ante el dis- curso de Agatn (193e-194e). 5. Discurso de Agatn (194e-197e). Cuarto interludio: siguen los recelos de Scrates (198a-199c). Refutacin de Scrates a Agatn (199c-201c). 6. Intervencin de Scrates (201d-212b). Quinto interludio: llegada de Alcibiades (212c- 215a). 7. Discurso de Alcibiades: elogio de Scrates (215a222b). C) Escena final (222c-223d). El contenido, pues, del dilogo se estructura en dos sec- ciones: una escena introductoria (I) y la informacin pro- piamente dicha de los acontecimientos (II). A su vez, la segunda seccin consta: de una introduccin; de seis dis- cursos sobre la naturaleza de Eros, entre los que se intercala una serie de interludios; del discurso de Alcibiades en forma de alabanza a la persona de Scrates, y de una escena final o eplogo. Veamos ms detalladamente cada una de estas partes. 41La estructuracin la hemos realizado sobre la edicin comentada de este dilogo de DOVER, citada en la n. 26, y la traduccin alemana de O. APELT-A. CARPELLE, Platon. Das Gastmahl, Hamburgo, 1960. 17. Librodot Banquete Platn La escena inicial es un dilogo entre Apolodoro y sus amigos, cuya complejidad y funcin en la obra hemos comentado ya. La narracin de Apolodoro, segn la versin de Aristodemo, empieza propiamente en 174a y se inicia con la exposicin de la llegada de Scrates a la casa de Agatn. En su camino al convite, Scrates se tropieza con Aristodemo y le convence para que, aunque no ha sido invitado, le acompae bajo su responsabilidad. Aristodemo llega primero y cree que Scrates viene detrs, pero ste se haba quedado absorto pensando algo, segn una de sus costumbres, de pie a la puerta del vecino. Cuando Scrates llega la comida est finalizando. Al trmino de la misma empieza la bebida, el simposio propiamente dicho, y a peticin del mdico Erixmaco se acuerda beber moderadamente, ya que la mayora de los presentes haba bebido mucho el da anterior. Seguidamente, Erixmaco hace una segunda propuesta recogiendo una idea de Fedro consistente en que cada uno diga un discurso de alabanza en honor de Eros, pues se trata de un dios que hasta entonces no haba tenido la atencin de los poetas ni haba sido objeto de un culto apropiado a su categora. La propuesta es apoyada por Scrates y todos la aceptan. El discurso de Fedro no es, desde luego, el ms interesante; es slo el que abre la serie con el tpico tratamiento del que inicia un debate. En lneas generales su discurso rene las condiciones fundamentales de un himno a la divinidad: decir adecuadamente lo que es un dios y enumerar los dones que otorga a los hombres. Ms concretamente, su discurso atiende, principalmente, a estos tres aspectos: a) Eros es el ms antiguo de los dioses, segn se desprende de Hesodo y otros autores cosmognicos que ven en l el principio originario del universo. b) Eros es el causante de los mayores bienes para los hombres, tanto en la vida privada como en la comunidad estatal. c) Eros inspira valor y sacrificio personal, el nico por el que estn dispuestos los amantes morir, como lo de- muestran los ejemplos mticos ae Alcestis, Orfeo y Aquiles. Fedro entiende por ros la pasin sexual, especialmente la que se da entre dos personas del mismo sexo. Lo curioso de su exposicin est en que, mientras acepta como normal y correcto el amor entre dos hombres, elige a una mujer 18. Librodot Banquete Platn (Alcestis) como ejemplo de su mxima devocin. Su nfasis en el adiestramiento militar y su despectiva referencia a lo musical, representado por Orfeo, hacen que parezca ms un discurso en boca de un espartano que propio de un ciudadano ateniense. Posiblemente su aporta- cin ms original sea la de presentar a Eros como una fuerza impulsora de nobles acciones 42. Pero Fedro no entra a fondo en la esencia de Eros ni distingue sus diversas formas, dos aspectos que Pausanias intenta completar en su intervencin. Eros no es un dios unitario, y de la misma manera que hay dos Afroditas, la celeste y la popular, hay tambin dos Eros, pues Afrodita y Eros son inseparables. Cualquier accin humana no es en s misma ni buena ni mala, slo segn como se haga. El Eros popular prefiere ms el cuerpo, mientras que el celeste ama ms el alma. Si la intencin es buena y tiene como fin el perfeccionamiento moral e intelectual de los amantes cualquier acto homosexual est justificado. Pero la actitud de los griegos frente a esta clase de r6s difiere segn las regiones: en lide y Beocia es resueltamente aceptado, mientras que en Jonia y Asia Menor es condenado; la postura de Atenas es complicada y ambivalente, aceptando unas cosas y rechazando otras. Se ha querido ver en Pausanias un sofista que hace un uso pervertido de la moralidad para conseguir su meta real: la legitimidad de la pederastia. Otros, por el contrario, ven en l un intento de purificacin de su vicio al preferir las normas atenienses en lugar de las costumbres licenciosas de la lide o Beocia, mostrando con el desdn hacia stas un fin ms noble que la mera gratificacin fsica. El punto ms destacado de su discurso es la visin de Eros como fenmeno sociolgico y, en este sentido, es nico al exponer la actitud de la sociedad ateniense frente a la homosexualidad 43. Le toca el turno ahora a Aristfanes, pero, como le sobreviene un ataque de hipo, cede su puesto a Erixmaco. Este incidente y la consiguiente alteracin del orden de los discursos ha sido interpretado de muy diversas maneras (cf. nuestra n. 57 de la traduccin). Erixmaco, cuya pedantera se pone de manifiesto ya en la triple receta que le da a Aristfanes para curar su hipo, toma la palabra para aprobar la doble naturaleza de Eros establecida por Pausanias y demostrar que esta realidad no se limita a la reaccin del 42Cf. H. P. HOUGHTON, On the Speech of Phaedrus in the Symposium of Plato, TAPhA 73 (1942), XXIX. 43Cf. D. K. GALLAGHER, In praise of, Pausanias: Dialectic in the second Speech of Platos Symposium, Krhesis 6 (1974), 40-55. 19. Librodot Banquete Platn alma humana ante la belleza, sino que es visible en toda la naturaleza, animada e inanimada, y en las artes. Erixmaco se siente capacitado por sus conocimientos de la medicina para ir ms all de lo que Pausanias haba dicho e insistir en la naturaleza csmica de Eros como fuerza que acta en el conjunto de la naturaleza. Admite tambin un Eros bueno y otro malo, pues la distincin de lo sano y de lo enfermo es visible en la vida misma. En la naturaleza del cuerpo, en la msica, en la gimnstica, en la agricultura, en la meteorologa, en la astronoma, en la religin y en la mntica encontramos pares de opuestos que cuando se combinan y complementan pueden inducir, o bien a la prosperidad, estabilidad, tranquilidad, etc., o bien a la enfermedad, desgracia, inestabilidad, etc. Su discurso esta- blece un contraste entre el buen Eros y las buenas consecuencias de la reconciliacin de los opuestos, por un lado, y el mal Eros y las malas consecuencias derivadas del fracaso de tal reconciliacin, por otro. No condena el Eros popular o vulgar, como Pausanias, sino que lo recomienda con cautela y sin exceso. Su concepto de Eros se basa en la armona, en la concordia armnica de los contrarios, y en este sentido se le ha puesto en relacin con la doctrina de los contrarios de Herclito, con teoras mdicas pitagricas, con el concepto de fisonoma de Alcmen de Crotona, con el tratadito Sobre la dieta del crculo hipocrtico y, especialmente, con la dualidad phila-nekos amor- discordia de Empdocles como agentes de unin y separacin de los elementos del universo 44. Con la intervencin de Erixmaco se pasa del plano exclusivamente sexual al plano csmico universal y en este aspecto puede considerarse como un preludio del dilogo Scrates-Diotima. Aristfanes se ha recuperado de su hipo y entabla un corto dilogo con Erixmaco en el que ste le advierte que debe hablar seriamente. Para el lector medio de Platn, el discurso de Aristfanes es, tal vez, la parte ms conocida del Banquete y uno de los pasajes ms famosos de todo Platn como lo ms fino que ha salido de su fantasa. La intervencin de Aristfanes est construida mucho ms sistemticamente que las dems. Se pueden distinguir en ellas dos grandes secciones: el mito y consecuencias que se derivan del mismo. El mito, a su vez, puede dividirse en dos partes: estado antiguo de la naturaleza humana y 44Cf. TAYLOR, Plato..., pdg. 218; GUTHRIE, A History..., vol. IV, Pgina 383; W. KRANZ, Platonica, Philologus 102 (1958), 74-83, esp. Pginas 74-75. 20. LibrodotBanquete Platn avatares o afecciones por las que ha pasado. El estado actual del hombre no fue el originario, sino que antiguamente los seres humanos tenan dos cuerpos con cuatro brazos, cuatro piernas, dos cabezas, etc.; eran circulares y posean tres gneros: masculinomasculino, femenino-femenino y masculino-femenino. Como eran arrogantes y peligrosos para los dioses, Zeus decidi dividirlos en dos mitades y orden a Apolo que saneara y arreglara todo lo que implicaba este corte. Pero estas mitades moran de nostalgia anhelando su otra mitad, por lo que Zeus se apiada y decide proporcionarles el sistema de procreacin. Cada uno de nosotros busca su otra mitad y esta bsqueda es rs. Cuando se encuentran dos mitades que originariamente estaban unidas surge entonces la alegra del amor; de ah que cuando estamos enamorados queremos una unin ms duradera y completa que la que pueda dar la mera relacin sexual. Si somos piadosos y cuidadosos de nuestros deberes morales y religiosos, podemos ser recompensados alcanzando de nuevo nuestra naturaleza original. Pero si somos impos, Zeus nos puede cortar en dos una vez ms y cada uno de nosotros sera como una loncha de pescado o una figura en relieve. De entre las consecuencias que se derivan de este mito podemos sealar la definicin del amor como bsqueda de la otra mitad (192e), una de las definiciones ms profundas de toda la teora del amor; situacin al mismo nivel del amor homosexual masculino y femenino, lo que se debe a la primitiva naturaleza humana (191d-e) y con lo que el problema del amor se enfoca en toda su extensin y no slo como amor entre dos seres de distinto sexo; los seres humanos buscan juntos no slo la satisfaccin de su impulso, sino algo ms que no saben precisar (192c-d), una de las ideas ms importantes de todo el dilogo y, para algunos, lo ms hondo que se ha dicho por un escritor antiguo sobre la esencia del arnor. Los problemas del hombre en relacin con el amor derivan de su hbris frente a los dioses y de ah que deban ser moderados con respecto a stos para ser felices (193c): la eusbeia, la piedad para con los dioses es la solucin al problema de Eros 45. 45Cf. el trabajo de KOUFROUMBOUSSIS citado en la n. 35, as como el artculo de K. J. DOVER, Aristophanes Speech in Platos Symposium, JHS 86 (1966), 41-50, el de F. NEU~N, On the Comedy of Platos Aristophanes, AJPh 87 (1966), 420-426, y el de R. EISNER, A case of poetic justice. Aristophanes speech in the Symposium, CW 72 (1979), 417-8. 21. LibrodotBanquete Platn El discurso de Aristfanes es elogiado por Erixmaco, quien ahora recuerda que quedan por hablar todava Agatn y Scrates. Aristodemo, que, segn se ve en 175a, se haba reclinado al lado de Erixmaco y que deba hablar, por lo tanto, ahora, es ignorado 46. Scrates duda de su habilidad para ofrecer un discurso satisfactorio despus de que intervenga Agatn e intenta comprometer a ste en una argumentacin filosfica, pero es advertido por Fedro de no hacerlo. Esta intervencin de Fedro no puede ser ms oportuna, ya que si Agaton responde a la pregunta planteada por Scrates en 194c, posiblemente no se hubiera vuelto a hablar ms de Eros. Agatn acepta la sugerencia de Fedro y comienza su discurso, en el que se propone completar aspectos omitidos por los anteriores oradores. Por este motivo se centra fundamentalmente en la naturaleza misma del dios Eros, para pasar luego a describir sus dones a los hombres. Eros es el ms joven de los dioses, ya que no tiene nada que ver con la vejez; es tambin el ms bello, tierno y delicado. Las luchas entre los dioses que nos cuentan los poetas acaecieron antes del reinado de este dios. Es mximo en justicia, pues es incompatible con la violencia; en autocontrol, pues impera sobre todos los pla- ceres y deseos; en valor, porque ni Ares se le puede resistir; en habilidad, porque el deseo de belleza inspira todas las artes y habilidades. Es el causante de todo tipo de favores a los hombres enumerados en una especie de himno en prosa, organizado a base de pensamientos antitticos con gran simetra, ritmo y asonancia, con el que termina su intervencin. El discurso de Agatn rene las caractersticas propias del encomio: naturaleza del dios, su aspecto externo y sus virtudes. En general, se le considera un discurso muy pobre de contenido, una especie de pastiche de estilo gorgiano, aunque con sumo cuidado en el uso de las palabras. Su mxima aportacin es que Eros est ocupado siempre con la belleza 47. Las palabras de Agatn fueron acogidas con una estruendosa salva de aplausos, posiblemente en seal de cortesa al anfitrin. Scrates se dirige de nuevo al mdico Erixmaco y le manifiesta que no puede pronunciar un discurso sobre Eros que no se atenga a la verdad, aspecto que haban olvidado los anteriores comensales. Scrates est dispuesto a decir la verdad sobre el tema como l la ve 46Para las razones de esta ignorancia, vase el artculo de MARTN FERRERO citado en la n. 32. 47Cf. G. M. A. GRUBE, El pensamiento de Platn, Madrid, 1973, pgina 160. 22. LibrodotBanquete Platn y de la manera que se le ocurra sobre la marcha. Pero antes interroga a Agatn para dejar en claro una serie de cuestiones previas y volver a la realidad del asunto de la que se haban alejado los discursos anteriores. En este interrogatorio, Scrates, con su tcnica caracterstica, hace reconocer a Agatn tres aspectos importantes: Eros es deseo de algo (199c-200a), Eros desea algo que no tiene (200a-200e) y Eros no es ni bello ni bueno (201a-20ld). El elogio de Scrates al dios del amor es producto de las enseanzas que, sobre esta materia, le dio en su da la sabia Diotima. La intervencin de Scrates puede dividirse en dos grandes apartados: uno sobre la esencia y propiedades de Eros (201e-204c), y otro sobre los efectos de Eros en los hombres resultantes de esta esencia (204c-212a), para terminar con un eplogo (212b-c) en el que Scrates confiesa que cree en lo que Diotima le dijo y, en consecuencia, honra a Eros. En concreto, los puntos ms importantes de la intervencin de Scrates son los siguientes: a) De acuerdo con las enseanzas de Diotima, Eros no es ni bello ni feo, ni bueno ni malo, sino algo intermedio (metax) entre todo esto. De ah que no sea tampoco un dios, sino un demon, que acta de intermediario entre lo mortal y lo inmortal poniendo en comunicacin a los hombres con los dioses (20ld-203a). b) Esta naturaleza intermediaria de Eros le viene de su origen, ya que es hijo de Pena (Pobreza) y de Poros (Recurso), por lo que tiene las caractersticas de ambos: bsqueda infatigable y adquisicin, por un lado, y prdida, muerte y resurreccin, por otro. Eros es, sobre todo, un filsofo, un amante de la sabidura, en posicin intermedia entre el sabio y el ignorante (203a-204c). c) Quien desea lo que es bello y bueno desea que sea suyo para siempre. En realidad, todo deseo es deseo de lo bueno, y en ltimo extremo Eros es deseo de poseer siempre lo bueno (204c-206a). d) Todos los seres humanos son frtiles y tienen deseos de reproducir, y es a travs de la reproduccin como los seres mortales consiguen una especie de inmortalidad. La belleza los estimula a hacerlo, mientras que la fealdad los aparta de este estmulo. Por esta razn, Eros es un deseo de procreacin en lo bello (206b-207a). e) La prueba de que la naturaleza mortal persigue la inmortalidad se encuentra en el impulso que observamos en todos los seres vivos a criar y proteger su prole (207a- 208b), en la bsqueda de la gente de la fama pstuma 23. LibrodotBanquetePlatn inmortal, pues de otro modo no sacrificaran sus vidas por los dems (208c-e), y en la labor artstica y legislativa de quienes son frtiles en cuanto al alma (208e-209e). f) La manera correcta de acercarse a las cosas del amor es ascender hasta la comprensin de la Belleza en s (209e-212a), lo cual se lleva a cabo en tres fases: ascensin a lo bello y sus diversos grados a travs del cuerpo, alma y conocimiento (210a-210e); la Belleza en s y sus atributos (210e-211b), y creacin, por parte de sta, de la verdadera virtud y, con ello, la inmortalidad (211b-212a) 48. Cuando Scrates termina su discurso y en el momento justo en que Aristfanes se dispona a hacer alguna observacin por una alusin de Scrates a su discurso, irrumpe en la casa Alcibiades, completamente borracho, acompaado de otros compaeros de juerga, entre ellos una flautista, con una corona de hiedra y cintas para coronar a Agatn por su victoria. Es invitado a quedarse y se erige en simposiarca o director de la bebida. Al percatarse de la presencia de Scrates entabla con ste un corto dilogo y es invitado a pronunciar tambin un discurso. Alcibiades declara que slo har un elogio de Scrates; lo que ste le permite siempre que se trate de la verdad. Empieza, entonces, su elogio comparando a Scrates con figuras de silenos que guardan en su interior estatuillas de dioses, y pasa, luego, a exponer el extraordinario efecto que ejercen sobre l las enseanzas morales de Scrates, similar al que produce la msica en sus oyentes: lo que un Marsias consigue con su msica instrumental lo consigue Scrates con sus meras palabras (215a-216c). Narra a continuacin la historia de su intento de seduccin de Scrates cuando Alcibiades era un adolescente, hecho en el que Scrates se mostr como verdaderamente es: aparentemente ama a los jvenes bellos, pero, en realidad, lo que le interesa de ellos es su valla interior (216c-219d). Esta entereza de Scrates se puso de manifiesto tambin en las campaas militares en las que particip, especialmente en la campaa de Potidea, en la que salv la vida del propio Alcibiades, y en la retirada de Delin. En ambos sitios dio muestras Scrates 48Cf. M. F. SCIACCA, El discurso de Scrates en el Banquete platnico, en su libro Platn, B. Aires, 1959, pgs. 209-220; J. WIPPERN, Eros und Unsterblichkeit in der Diotimarede des Symposions, en Synusia. Fesigabe fr W Schadewaldt, Neske, 1965, pgs. 123-129, y Zur unterrichtlichen Lektre der Diotima-Rede in Platons Symposion, AU IX (1966), 55-59; E. HAAG, Die Diotimarede in Platons Symposion, AUV (1962), 72-79; H. NEWMANN, Diotimas concept of Love, AJPh 86 (1965), 33-59. 24. LibrodotBanquete Platn de su dominio de s mismo y de su firmeza ante las dificultades de todo tipo (219d-221c). Por lo tanto, Scrates es una persona como no hay otra, ni en el presente ni en el pasado, y sus discursos, aunque por fuera parezcan ridcu- los y vulgares, por dentro estn llenos de profunda sabidura (221c-222b). La finalidad principal del discurso de Alcibiades es mostrarnos que Scrates pone en prctica la moral implcita en las palabras de Diotima. Con la visin de Eros como filsofo, Scrates aparece ahora como la personificacin del verdadero ras. Todo el elogio de Alcibiades a Scrates pone en correspondencia punto por punto las virtudes socrticas con la doctrina expuesta en el dilogo Scrates-Diotima 49. Al terminar Alcibiades su discurso, Scrates se dispone a iniciar un elogio de Agatn, cuando, de nuevo, irrumpe en la sala otro tropel de parrandistas que ocasionan un inmenso ruido. Se bebe entonces sin control, algunos comensales se marchan, otros se duermen, entre ellos Aristodemo. Al abrir los ojos, observa que nicamente estn despiertos Scrates y los dos poetas, Aristfanes y Agatn, enfrascados en una conversacin sobre la na- turaleza de la comedia y de la tragedia. Scrates sostiene que es labor del buen poeta componer tanto una como la otra, lo que sus interlocutores apenas siguen, pues se encuentran ya muy cansados y se duermen. Scrates se levanta y, en compaa de Aristodemo, marcha al Liceo y pasa el da como de costumbre hasta que al atardecer se retira a descansar a su casa. Mucho se ha escrito sobre la artstica composicin de este dilogo, y de entre los muchos estudios 50 que se han dedicado a esta cuestin vamos a reparar aqu en dos. Nos parece acertada la idea de Hoerber 51 de que, en esta obra, hay que distinguir tres niveles relacionados entre s, en los que se pueden diferenciar en cada uno siete grados. Estos niveles seran los siguientes: 49 Cf. LABORDERIE, Le dialogue..., pg. 242. Vase, tambin, A. C. Rossi, Beatitud, irona y lenguaje. El discurso de Alcibiades en el Banquete de Platn, CA 1 (1977-78), 18-33.50 Adems del estudio de KOLLER citado en la n. 18, pueden consul- tarse los siguientes trabajos: K. NAWRATIL, Zur Komposition des platonischen Symposions, Anzeiger fr die Altertumswissenschaft VII (1954), 61-62; K. VRETSKA, Zu Form und Aufbau von Platons Symposion, Serta Philologica Aenipontana 7-8 (1962), 143-56; G. GIERSE, Zur Komposition des platonischen Symposion, Gymnasium 77 (1970), 518-520.51 Cf. R. G. HOERBER, More an Action in Platos Symposium, CJ 52 (1956-57), 220-221. 25. LibrodotBanquetePlatna) La serie de narradores citados en la escena inicial.b) La serie de los oradores.c) Los pasos que hay que seguir hasta llegar a lacomprenSin de la Belleza en s, tal como se exponen en lasntesis que hace Scrates en 211c-212a.Los siete grados de cada uno de estos tres niveles podranesquematizarse de la siguiente manera: a) Narradores b) Oradores c) Sumario de la doctrina del amor de Diotima (Platn) . 7. Scrates aprende de 7. Alcibiades- 7.La verdadera virtud Diotima Scrates, ejemplo de como fuente de la Belleza virtuden s 6. Aristodemo y otros 6. Scrates-Diotima: 6. Idea de Belleza. aprenden de Scrates. Eros conduce a la idea de Belleza. a) Narradores b) Oradores c) Sumario de la doctrina del amor de Diotima (Pla- tn) 5. Apolod. aprende de 5.Agatn: Eros inspira 5. Belleza en las ciencias. Aristodemo. sabidura. 4. Fnix aprende de 4. A r i s t f a n e s: 4. Belleza en sociedad. Aristodemo. Eros en sociedad (deseo de integridad 3. Glaucn aprende de 3. Erixmaco: Eros en 3. Belleza en todos los Apolodoro y de otro que toda la naturaleza. cuerpos. haba aprendido de Fnix 2. De Apolodoro aprenden 2. Pausanias: dos 2. Belleza en dos cuerpos. los amigos. dioses Eros. 1. De Platn aprenden los 1. Fedro: un dios Eros. 1. Belleza en un solo lectores. cuerpo.Pero quien, a nuestro entender, ha esquematizado mejorla composicin del dilogo como un todo orgnico, 26. LibrodotBanquetePlatn artsticamente construido, es Diez 52, que hace del Banquete la siguiente representacin: Es decir, la escena inicial, el interludio central Scrates- Erixmaco y la escena final constituyen el esqueleto de todo el conjunto, que se puede dividir en dos partes igualmente extensas, que podran denominarse de la dxa (opinin) y de la altheia (verdad). Todo el dilogo es una configuracin simblica de la idea de Belleza (kaln) personificada en la extensa realidad de Eros y revelada por los caminos de la opinin y de la verdad. Cada una de estas partes consta de una trada, formada por una introduccin (discurso de Fedro-refutacin a Agatn) y una dada con- cebida como pares de opuestos y complementarios. Los cuatro discursos de la primera dada se oponen quisticamente: Pausanias y Aristfanes abordan la tpica anttesis nmos Phsis, mientras que Erixmaco y Agatn se centran ms en el aspecto csmico de Eros. En la segunda dada, el discurso de Diotima constituye la teora de la praxis expuesta en el discurso de Alcibiades. 4. Accin dramtica y fecha de composicin del dilogo52 Cf. G. DIEz, Platons Symposion. Symbolbezge und Syntbolverstndnis, Symbolon IV (1979), 49-76, esp. pgs. 68 y sigs. 27. Librodot Banquete Platn De la conversacin de Apolodoro con sus amigos en la escena introductoria del dilogo se deduce que debemos distinguir, en la obra, tres estratos cronolgicos: la fecha del banquete real en casa de Agatn, la fecha del encuentro de Apolodoro con sus amigos y la fecha de la composicin real del dilogo por parte de Platn. a) Respecto al primer punto, sabemos, por lo que se dice en 173a, que el banquete tiene lugar con ocasin de haber conseguido Agatn su primera victoria trgica, y, por Ateneo, 217a-b, sabemos que ello aceci en la Leneas del 416 a. C., durante el arcontado de Eufemo, o sea: cuando Platn tendra once o doce aos, Scrates estara en sus cincuenta y Alcibiades en sus treinta, dos aos antes de ser propuesto como general de la expedicin ateniense a Sicilia y en la vspera casi del desgraciado asunto de la mutilacin de las estatuas de Hermes, en el que se vieron implicados varios de los oradores del dilogo. b) En relacin con la fecha del encuentro que se des- cribe en la escena inicial varios indicios de la obra permiten tambin aventurar una cronologa ms o menos apro- ximada: En 173a, Apolodoro reconoce que era todava muy nio cuando tuvo lugar el acontecimiento. En 172c se afirma que Agatn hace varios aos que no est ya en Atenas. Por Las Tesmoforiantes de Aristfanes, del 411 a. C., sabemos que Agatn est todava en Atenas, y en Las Ranas, del 405 a. C., se habla de su exilio voluntario a la corte de Arquelao, rey de Macedonia, donde residira hasta el asesinato de ste en el 399 a. C. En 172c manifiesta Apolodoro que lleva tres aos en con- tacto con Scrates, que es condenado a tomar la cicuta en el 399 a. C. Por lo tanto, la fecha del encuentro de Apolodoro con sus amigos debe de situarse entre el 405 y el 399 a. C., por lo que no parece desacertado colocarla en el 400a. C. como propone Bury 53. c) Pero la fecha ms importante es, naturalmente, la de la composicin real del dilogo. Por una serie de refe- rencias histricas internas es posible tambin aproximarse a su cronologa. Ante todo, por dos anacronismos. El primero se relaciona con las palabras de Aristfanes de que los seres humanos primitivos dobles fueron separados en dos como los arcadios por los lacedemonios (193a), lo que parece, 53Para esta fecha y la anterior, cf. R. G. BURY, The Symposium of Plato, Cambridge, 1932, pg. LXVI. 28. Librodot Banquete Platn con toda seguridad, una alusin a la reparticin de Mantinea, capital de la Arcadia, por parte de los espartanos en cuatro asentamientos por la infidelidad de sus habitantes durante la guerra contra Argos, hecho acaecido en el 385 a. C., segn Jenofonte, Hel. V 2,1. El segundo anacronismo tiene que ver con las palabras de Pausanias sobre el dominio de los brbaros en Jonia y otros muchos lugares (182b), lo que se relaciona con el tratado de Antlcidas del 387-6 a. C., por el que se reconoci a los persas el imperio sobre Jonia y Asia Menor. De estos dos anacronismos se puede deducir que la fecha de composicin de la obra tuvo que ser en el 385 a. C., o un poco antes. Por otra parte, en 17e-179b habla Fedro de un ejrcito formado por amantes y amados, lo que se interpreta como una alusin al famoso batallnsagrado de lostebanosconstituido aproximadamente en el 378 a. C. Por todo ello se puede establecer el perodo del 379-384 a. C. como la poca de composicin del Banquete, lo que, segn Dover 54, sera congruente con el estilo y el contenido filosfico del dilogo. En relacin con estas fechas hay dos cuestiones impor- tantes que debemos tocar aqu: la de si el dilogo es descripcin de un suceso real, y la conexin del Banquete platnico con el de Jenofonte. Con respecto a la primera debemos decir que hoy son mayora los intrpretes que consideran altamente improbable la realidad histrica de este convite con los personajes citados. Todo en el dilogo est tan minuciosamente calculado y subordinado a la construccin del conjunto, que hace suponer que la descripcin del banquete es por completo un producto de la imaginacin de su autor, que ha elegido los participantes en funcin del papel que le estaba reservado en la estructura de la obra. La realidad histrica de este festejo se hace especialmente problemtica por el primero de los anacronismos citados, ocurrido treinta aos despus de la supuesta fecha de la victoria de Agatn. En consecuencia, hemos de ver aqu un procedimiento literario de Platn que ha elegido este escenario con los oradores necesarios para exponer su doctrina del amor 55. La segunda cuestin es mucho ms complicada. Hay datos que favorecen la prioridad de la obra platnica, aun- 54sta es la opinin y el razonamiento de K. J. DOVER, The Date of Platos Symposium, Phronesis 10 (1965), 2-20. Una fecha en torno al 385 a. C. la defiende H. B. MATTINGLY, The Date of Platos Symposium, ibid. 3 (1958) 31-39. 55sta es la opinin, entre otros, de BABUT, Peinture.... 29. Librodot Banquete Platn que tambin los hay que se la dan a la de Jenofonte. Una tercera posibilidad, la de que ambas deriven de otra obra comn del mismo gnero, debe descartarse, ya que en la tradicin socrtica no hay indicios de la existencia de se- mejante fuente comn escrita. Pero podra haber una tra- dicin oral relacionada con la presencia de Scrates en un famoso banquete que pudiera haber proporcionado datos sobre los diversos temas a ambos autores. En concreto, la dependencia de Jenofonte de Platn se limita slo al cap. VIII de su Banquete, mientras que otros detalles apuntan a que es Platn quien depende de Jenofonte. Considerando todo esto, Thesleff 56 ha dado ltimamente la siguiente explicacin que nos parece acertada: cualquiera que fuera su, fuente, oral o escrita, Jenofonte escribi su versin de un famoso banquete socrtico antes que Platn y su texto llegara nicamente hasta el cap. VII de su obra actual, escrita aproximadamente hacia el 385 a. C.; Platn leera esta obra, no le gust y decidi escribir su propia versin, ms filosfica, sobre el tema, que estara terminada no ms tarde del 380 a. C.; finalmente, hacia el 370 a. C., al leer Jenofonte el dilogo actual de Platn, decidi hacer con su Banquete lo que ya haba hecho con sus Memorables, es decir, alargarlo, y le aadi el cap. VIII, con ideas tomadas de Platn y diseado como contrapartida de la conversacin Scrates-Diotima, reescribiendo adems el cap. IX en el que hace una defensa del amor heterosexual y matrimonial en contraposicin del episodio platnico de Scrates- Alcibiades. 56Cf. H. THESLEFF, The Interrelation and Date of the Symposia of Plato and Xenophon, BICS 25 (1978), 157-170. 30. Librodot BanquetePlatnBANQUETE APOLODORO, AMIGO172a APOLODORO. - Me parece que sobre lo que preguntis estoy preparado. Pues precisamente anteayer suba a la ciu- dad desde mi casa de Falero 1 cuando uno de mis conoci- dos, divisndome por detrs, me llam desde lejos y, bro- meando 2 a a la vez que me llamaba, dijo: -Eh!, t, falerense, Apolodoro, esprame. Yo me detuve y le esper. Entonces l me dijo: -Apolodoro, justamente hace poco te andaba buscando, porque quiero informarme con detalle de la reunin mantenida por Agatn, Scrates, Alcibiades y los otros que b entonces estuvieron presentes en el banquete, y or cules fueron sus discursos sobre el amor. De hecho, otro que los haba odo de Fnix 3, el hijo de Filipo, me los cont y afirm que tambin t los conocas, pero, en realidad, no supo decirme nada con claridad. As, pues, cuntamelos t, ya que eres el ms idneo para informar de los discursos de tu amigo. Pero -continu- antes dime, estuviste t mismo en esa reunin o no? Y yo le respond: -Evidentemente parece que tu informador no te ha contado nada con claridad, si piensas que esa reunin por la c que preguntas ha tenido lugar tan recientemente como para que tambin yo haya podido estar presente. -As, en efecto, lo pens yo -dijo. 1 El ms antiguo de los tres puertos de Atenas, a unos 4 Km. de la ciudad, en la costa oriental del Pireo; era a la vez uno de los 170 demos del tica, de donde era oriundo Apolodoro, el narrador del dilogo. 2La broma est en la manera en que es interpelado Apolodoro, con empleo de la frmula oficial, usada en ceremonias y tribunales de justi- cia, a base del nombre de persona en nominativo y de la mencin de su demo. 3Personaje desconocido, que muy bien pudiera ser un nombre ficti- cio. H. THESLEFF, aThe Interrelation and Date of the Symposia of Plato and Xenophon, BICS 25 (1978), 168, apunta la idea de que su padre Filipo tenga algo que ver con el Filipo que aparece en el Banquete de Jenofonte. 31. LibrodotBanquete Platn -Pero cmo -le dije- pudiste pensar eso, Glaucn 4? No sabes que, desde hace muchos aos, Agatn no ha estado aqu 5, en la ciudad, y que an no han transcurrido tres aos desde que estoy con Scrates y me propongo cada da saber173a lo que dice o hace? Antes daba vueltas de un sitio a otro al azar y, pese a creer que haca algo importante, era ms desgraciado que cualquier otro, no menos que t ahora, que piensas que es necesario hacer todo menos filosofar. -No te burles -dijo- y dime cundo tuvo lugar la reunin sa. -Cuando ramos todava nios -le dije yo- y Agatn triunf con su primera tragedia, al da siguiente de cuando l y los coreutas celebraron el sacrificio por su victoria. -Entonces -dijo-, hace mucho tiempo, segn parece. Pero, b quin te la cont? Acaso, Scrates en persona? -No, por Zeus! -dije yo-, sino el mismo que se la cont a Fnix. Fue un tal Aristodemo, natural de Cidateneon 6, un hombre bajito, siempre descalzo, que estuvo presente en la reunin y era uno de los mayores admiradores de Scrates de aquella poca, segn me parece. Sin embargo, despus he preguntado tambin a Scrates algunas de las cosas que le o a Aristodemo y estaba de acuerdo conmigo en que fueron tal como ste me las cont. -Por qu, entonces -dijo Glaucn- no me las cuentas t? Adems, el camino que conduce a la ciudad es muy apropiado para hablar y escuchar mientras andamos. As, mientras bamos caminando hablbamos sobre ello, de suerte que, como dije al principio, no me encuentro sin c preparacin. Si es menester, pues, que os lo cuente tambin a vosotros, tendr que hacerlo. Por -lo dems, cuando hago yo mismo discursos filosficos o cuando se los oigo a otros, aparte de creer que saco provecho, tambin yo disfruto enormemente. Pero cuando oigo otros, espe- cialmente los vuestros, los de los ricos y hombres de nego- cios, personalmente me aburro y siento compasin por vo- 4 No se sabe, ciertamente, quin puede ser este personaje. Algunos piensan que se trata del hermano de Platn que encontramos en la Repblica, pero la ignorancia e ingenuidad que demuestra hace pensar, ms bien, que se trate, simplemente, de un homnimo del hermano de Platn. El despiste cronolgico en que incurre nos indica que es un cronista poco serio que no se fija en los verdaderos propsitos e intenciones de Scrates. Otro Glaucn, padre de Crmides, aparece mencionado en 222b. 5 Por ARISTFANES, Ran. 83 ss., sabemos que Agatn se haba ausentado de Atenas y haba marchado a la corte de Arquelao, rey de Macedonia, hacia el 405 a. C. 6Otro de los demos de Atenas del que era oriundo tambin Aristfanes. 32. LibrodotBanquetePlatn sotros, mis amigos, porque creis hacer algo importante d cuando en realidad no estis haciendo nada. Posiblemente vosotros, por el contrario, pensis que soy un desgraciado, y creo que tenis razn; pero yo no es que lo crea de voso- tros, sino que s muy bien que lo sois. AMGO. - Siempre eres el mismo, Apolodoro, pues siempre hablas mal de ti y de los dems, y me parece que, excepto a Scrates, consideras unos desgraciados absoluta mente a todos, empezando por ti mismo. De dnde recibiste el sobrenombre de blando 7, yo no lo s, pues en tus palabras siempre eres as y te irritas contigo mismo y con los dems, salvo con Scrates. e APOL. - Queridsimo amigo, realmente est claro que, al pensar as sobre m mismo y sobre vosotros, resulto un loco y deliro. AM. - No vale la pena, Apolodoro, discutir ahora sobre esto. Pero lo que te hemos pedido, no lo hagas de otra manera y cuntanos cules fueron los discursos. APOL. - Pues bien, fueron ms o menos los siguientes... Pero, mejor, intentar controslos desde el principio, como174a Aristodemo los cont. Me dijo, en efecto, Aristodemo que se haba tropezado con Scrates, lavado y con las sandalias puestas, lo cual ste haca pocas veces, y que al preguntarle adnde iba tan elegante le respondi: -A la comida en casa de Agatn. Pues ayer logr es- quivarlo en la celebracin de su victoria, horrorizado por la aglomeracin. Pero convine en que hoy hara acto de presencia y sa es la razn por la que me he arreglado as, para ir elegante junto a un hombre elegante. Pero t, dijo, b querras ir al banquete sin ser invitado? Y yo, dijo Aristodemo, le contest: 7Seguimos la lectura de las ediciones de Burnet y Robin y la interpretacin de la edicin de Dover, ya que malaks (blando, tierno, impresionable) va muy bien con el carcter de Apolodoro, quien, en la muerte de Scrates, sorprende a todos con un desesperado llanto (cf. Fedn 117d). No nos parece que haya razones convincentes para aceptar la otra variante, maniaks (loco, manitico), que pudo haberse introducido en algunos MSS. por influencia del verbo manomai de cuatro lneas ms abajo. De todas maneras, editores, traductores e intrpretes de este pasaje se muestran divididos entre una u otra variante. Sobre la cuestin, vanse, entre otros, los siguientes trabajos: H. NEUMANN, On the madness of Platos Apollodorus, TAPhA 96 (1965), 283-89; G. J. DE VRIES, A note on Plato Symp. 173d, Mn. 19 (1966), 147, y The philosophasters Softness, ibid., 22 (1969), 230-32; J. D. MOORE, The philosophers frenzy, Mn. 22 (1969), 225-230; J. B. SKEMP, The philosophers frenzy, ibid., 23 (1970), 302-4. 33. Librodot Banquete Platn -Como t ordenes. -Entonces sgueme, dijo Scrates, para aniquilar el pro- verbio cambindolo en el sentido de que, despus de todo, tambin los buenos van espontneamente a las comidas de los buenos 8. Homero, ciertamente, parece no slo haber aniquilado este proverbio, sino tambin haberse burlado de l, ya que al hacer a Agamenn un hombre extraor- dinariamente valiente en los asuntos de la guerra y a c Menelao un blando guerrero9, cuando Agamenn estaba celebrando un sacrificio y ofreciendo un banquete, hizo venir a Menelao al festn sin ser invitado, l que era peor, al banquete del mejor. Al or esto, me dijo Aristodemo que respondi: -Pues tal vez yo, que soy un mediocre, correr el riesgo tambin, no como t dices, Scrates, sino como dice Homero, de ir sin ser invitado a la comida de un hombre sabio. Mira, pues, si me llevas, qu vas a decir en tu defensa, puesto que yo, ten por cierto, no voy a reconocer haber ido sin invitacin, sino d invitado por ti. -Juntos los dos -dijo- marchando por el camino 10 deliberaremos lo que vamos a decir. Vayamos, pues. Tal fue, ms o menos -cont Aristodemo-, el dilogo que sostuvieron cuando se pusieron en marcha. Entonces Scrates, concentrando de alguna manera el pensamiento en s mismo 11, se qued rezagado durante el camino y 8 La forma originaria de este proverbio ha sido muy discutida. Para los detalles de sus diversas transformaciones, vase el comentario de este pasaje en la edicin de Dover y el trabajo de A. ALLEN, Platos proverbial perversion, Hermes 102 (1974), 506-7. 9 No es, precisamente, HOMERO el que califica as a Menelao, sino Apolo, quien, en Il. XVII 587-8, intenta hacer volver a Hctor al combate. Los griegos, cuando citaban, raras veces especificaban el contexto exacto en el que se decan tales o cuales palabras. 10Cf. HOMERO, Il. X 224. Platn altera aqu el texto homrico que se cita tambin en Prot. 348d correctamente. 11Primera mencin del estado de recogimiento usualmente practica- do por Scrates, parodiado por ARISTFANEs en Las Nubes 634, que en este dilogo tiene particular importancia (cf., tambin, 175a, b, 220c-d; Fed. 84c, 95e, cte.). Frente a testimonios sin duda exagerados que hablan de xtasis socrticos de das enteros, la meditacin exttica de Scrates cuando se diriga a la casa de Agatn suele considerarse histrica. J. N. FiNDLAY, Plato. The Written and Unwritten Doctrines, Londres, 1974, pgina 145, cree que, en esta meditacin, Scrates se concentrara en la idea de la Belleza en s de la que luego iba a hablar. De ah que autores como N. 1. Boussout.As, Dmon Socratique et ros crateur dans le Banquet de Platon, Hellenica 25 (1972), 56-77, esp. pg. 58, vean en este incidente la clave de toda la construccin metafsica del dilogo. Para una informacin general sobre este tipo de meditacin socrtica, vase A. J. FEsTuGIRE, 34. Librodot Banquete Platn como aqul le esperara, le mand seguir adelante. Cuando estuvo en la casa de Agtn, se encontr la puerta abierta y e dijo que all le sucedi algo gracioso 12. Del interior de la casa sali a su encuentro de inmediato uno de los esclavos que lo llev a donde estaban reclinados los dems, sor- prendindoles cuando estaban ya a punto de comer. Y ape- nas lo vio Agatn, le dijo: -Aristodemo, llegas a tiempo para comer con nosotros. Pero si has venido por alguna otra razn, djalo para otro momento, pues tambin ayer te anduve buscando para invitarte y no me fue posible verte. Pero, cmo no nos traes a Scrates? Y yo -dijo Aristodemo- me vuelvo y veo que Scrates no me sigue por ninguna parte. Entonces le dije que yo realmente haba venido con Scrates, invitado por l a comer all. -Pues haces bien, dijo Agatn. Pero, dnde est S- crates? -Hasta hace un momento vena detrs de m y tambin yo175a me pregunto dnde puede estar. -Esclavo, orden Agatn, busca y trae aqu a Scrates. Y t, Aristodemo, dijo, reclnate junto a Erixmaco 13. Y cuando el esclavo le estaba lavando -continu Aristodemo- para que se acomodara, lleg otro esclavo anunciando: -El Scrates que decs se ha alejado y se ha quedado plantado en el portal de los vecinos. Aunque le estoy lla- mando, no quiere entrar. -Es un poco extrao lo que dices, dijo Agatn. Llmalo y no lo dejes escapar. b Entonces intervino Aristodemo -segn cont-, diciendo: -De ninguna manera. Dejadle quieto, pues esto es una de sus costumbres. A veces se aparta y se queda plantado Contemplation et vie contemplative selon Platon, Pars, 1936, reimp. 1967, pgs. 69 y sigs., y J. LABORDERIE, Le dialogue platonicien de la maturit, Pars, 1978, pgs. 175-178. Sobre la interpretacin de este fenmeno socrtico entendido errneamente como catalepsia, sonambulismo, cte., cf. A. TovAR, Vida de Scrates, Madrid, 1966, pgs. 107-8. 12La gracia est en que Aristodemo, que no haba sido invitado, se ve solo en la puerta sin Scrates, el invitado. 13Los invitados a un banquete griego eran acomodados en una espe- cie de lechos o klnai, generalmente bipersonales. Sobre la discutida colocacin de Aristodemo al lado de Erixmaco y su posterior desaparicin de la serie de oradores, vase F. MARTN FERRERO, El puesto de Aristodemo entre los comensales y su desaparicin de la serie de oradores en el Banquete de Platn, CFC 5 (1973), 193-206. 35. Librodot BanquetePlatn dondequiera que se encuentre. Vendr enseguida, supongo. No le molestis y dejadle tranquilo. -Pues as debe hacerse, si te parece -me dijo Aristodemo que respondi Agatn-. Pero a nosotros, a los dems, servidnos la comida, esclavos. Poned libremente so bre la mesa lo que queris, puesto que nadie os estar vigilando, lo cual jams hasta hoy he hecho. As, pues, imaginad ahora que yo y los dems, aqu presentes, hemos sido invitados a comer por vosotros y tratadnos con cuidado a c fin de que podamos elogiaros 14. Despus de esto -dijo Aristodemo-, se pusieron a comer, pero Scrates no entraba. Agatn orden en repetidas ocasiones ir a buscarlo, pero Aristodemo no lo consen ta. Finalmente, lleg Scrates sin que, en contra de su costumbre, hubiera transcurrido mucho tiempo, sino, ms o menos, cuando estaban en mitad de la comida. Entonces Agatn, que estaba reclinado solo en el ltimo extremo, segn me cont Aristodemo, dijo: -Aqu, Scrates, chate junto a m, para que tambin yo en contacto contigo goce de esa sabia idea que se te d present en el portal. Pues es evidente que la encontraste y la tienes, ya que, de otro modo, no te hubieras retirado antes. Scrates se sent y dijo: -Estara bien, Agatn, que la sabidura fuera una cosa de tal naturaleza que, al ponernos en contacto unos con otros, fluyera de lo ms lleno a lo ms vaco de nosotros, como fluye el agua en las copas, a travs de un hilo de lana, de la ms llena a la ms vaca 15. Pues si la sabidura se comporta tambin as, valoro muy alto el estar reclinado junto a ti, 14 Este comportamiento inusual de Agatn con sus esclavos se ha in- terpretado como un gesto de su humanidad en un da tan sealado para l como la celebracin de su victoria teatral. Segn DOVER (en su edicin del dilogo, pg. 84), Agatn con esta actitud hace simultneamente tres cosas: picar el amor propio de sus esclavos; jactarse de que stos son tan hbiles que no necesitan supervisin, y explotar el hecho tpico de que sea lo que sea lo que se ordene, siempre se obtiene lo que hay en la cocina y sirven los esclavos.15 De acuerdo con la aplicacin de la ley de capilaridad se puede ha- cer pasar el agua de un vaso lleno a otro vaco a travs de un hilo de lana, cuyos extremos unen ambos vasos; el experimento slo funciona si el vaso lleno est a un nivel ms alto que el vaco. La idea de que la comunicacin intelectual podra efectuarse por contacto fsico era una creencia comn entre los griegos, que encontramos tambin en el dilogo pseudoplatnico Teages 130d-e, y de la que hay huellas en el resto de la literatura griega, especialmente en Homero, Esquilo y Eurpides. Cf., sobre el tema, D. TA~T, The touch of Socrates, CQ 8 (1958), 95-8 36. LibrodotBanquete Platn porque pienso que me llenara de tu mucha y hermosa e sabidura. La ma, seguramente, es mediocre, o incluso ilusoria como un sueo, mientras que la tuya es brillante y capaz de mucho crecimiento, dado que desde tu juventud ha resplandecido con tanto fulgor y se ha puesto de manifiesto anteayer en presencia de ms de treinta mil griegos como testigos 16.-Eres un exagerado, Scrates, contest Agatn. Mas este litigio sobre la sabidura lo resolveremos t y yo un poco ms tarde, y Dioniso 17 ser nuestro juez. Ahora, en cambio, presta atencin primero a la comida.176aA continuacin -sigui contndome Aristodemo-, despus que Scrates se hubo reclinado y comieron l y los dems, hicieron libaciones y, tras haber cantado a la divinidad y haber hecho las otras cosas de costumbre, se dedicaron a la bebida 18. Entonces, Pausanias -dijo Aristodemo- empez a hablar en los siguientes trminos:-Bien, seores, de qu manera beberemos con mayor comodidad? 19. En lo que a m se refiere, os puedo decir que me encuentro francamente muy mal por la bebida de ayer y necesito un respiro. Y pienso que del mismo modo la mayora de vosotros, ya que ayer estuvisteis tambin presentes. Mirad, pues, de qu manera podramos beber lo ms cmodo posible. 16Cifra evidentemente exagerada, pues 30.000 es el nmero tradicio- nal de ciudadanos atenienses a principios del s. N a. C., y en el teatro de Dioniso caban, aproximadamente, unos 18.000 espectadores. La cifra de 30.000 era casi una expresin proverbial. 17Han llamado la atencin las abundantes referencias a Dioniso en este dilogo, lo que estara en relacin con el uso deliberado, por parte de Platn, de materiales y tradiciones religiosas en la lnea de las refor- mas en este campo iniciadas por los poetas trgicos. Sobre la cuestin, cf. J. P. ANTON, Some Dionysian referentes in the Platonic dialogues, CJ 58 (1962), 49-55, y D. SIDER, Platos Symposium as Dionysian Festival, QUCC, N. S. 4 (1980), 41-56. 18Por varias fuentes antiguas sabemos que en un banquete antiguo despus de la comida se proceda a la limpieza y retirada de las mesas, se distribuan coronas a los invitados, se hacan tres libaciones (a Zeus Olmpico, a los hroes y a Zeus Salvador), se entonaba un pen o canto de salutacin en honor de Apolo y se pasaba a la bebida en comn, servida por los esclavos. 19Las continuas referencias al vino y a la bebida en general, as como su importancia en este dilogo, han sido muy bien analizadas por G. K. PLOCHMANN, Supporting Themes in the Symposium), en J. P. ANTON G. L. KUSTAS (eds.), Essays in Ancient Greek Philosophy, Albany, 1971, pgs. 328-344, esp. pg. 331, y D. BABUT, Peinture et dpassement de la ralit dans le Banquet de Platon, REA 82 (1980), 5-29, esp. pg. 29. 37. Librodot BanquetePlatn b-sa es -dijo entonces Aristfanes- una buena idea, Pausanias, la de asegurarnos por todos los medios un cierto placer para nuestra bebida, ya que tambin yo soy de los que ayer estuvieron hecho una sopa.Al orles -me dijo Aristodemo-, Erixmaco, el hijo de Acmeno, intervino diciendo:-En verdad, decs bien, pero todava necesito or de uno de vosotros en qu grado de fortaleza se encuentra Agatn para beber.-En ninguno -respondi ste-; tampoco yo me siento fuerte.-Sera un regalo de Hermes 20, segn parece, para c nosotros -continu Erixmaco-, no slo para m y para Aristodemo, sino tambin para Fedro y para stos, el que vosotros, los ms fuertes en beber, renunciis ahora, pues, en verdad, nosotros siempre somos flojos. Hago, en cam- bio, una excepcin de Scrates, ya que es capaz de ambas cosas 21, de modo que le dar lo mismo cualquiera de las dos que hagamos. En consecuencia, dado que me parece que ninguno de los presentes est resuelto a beber mucho vino, tal vez yo resultara menos desagradable si os dijera la verdad sobre qu cosa es el embriagarse. En mi opinin, creo, en efecto, que est perfectamente comprobado por la medicina que la embriaguez es una cosa nociva para los d hombres. As que, ni yo mismo quisiera de buen grado beber demasiado, ni se lo aconsejara a otro, sobre todo cuando uno tiene todava resaca del da anterior.-En realidad -me cont Aristodemo que dijo inte- rrumpindole Fedro, natural de Mirrinunte-, yo, por mi parte, te suelo obedecer, especialmente en las cosas que dices sobre medicina; pero ahora, si deliberan bien, te obe- decern tambin los dems. eAl or esto, todos estuvieron de acuerdo en celebrar la reunin presente, no para embriagarse, sino simplemente bebiendo al gusto de cada uno.-Pues bien -dijo Erixmaco-, ya que se ha decidido beber la cantidad que cada uno quiera y que nada sea forzoso, la siguiente cosa que propongo es dejar marchar a la flautista 22 que acaba de entrar, que toque la flauta para s misma o, 20 El hallazgo inesperado de algo bueno se atribua convencionalmen- te al dios Hermes.21 En la resistencia de Scrates al vino y su capacidad para no em- briagarse nunca insiste tambin Alcibiades en 214a y 220a. Cf., igual- mente, JENOFONTE, Banqu. 9, 7.22 La representacin de esclavas tocando la flauta en los banquetes es frecuente en los vasos griegos. Estas pinturas dan a entender tambin que, cuando alguien estaba borracho, estas flautistas actuaban ms 38. LibrodotBanquetePlatn si quiere, para las mujeres de ah dentro, y que nosotros pasemos el tiempo de hoy en mutuos discursos. Y con qu clase de discursos, es lo que deseo exponeros, si queris.177a Todos afirmaron que queran y le exhortaron a que hiciera su propuesta. Entonces Erixmaco dijo: -El principio de mi discurso es como la Melanipa de Eurpides, pues no es mo el relato 23 que voy a decir, sino de Fedro, aqu presente. Fedro, efectivamente, me es t diciendo una y otra vez con indignacin: No es extrao, Erixmaco, que, mientras algunos otros dioses tienen himnos y peanes compuestos por los poetas, a Eros, en cambio, que es un dios tan antiguo y tan importante, ni siquiera uno solo de tantos poetas que han existido le haya b compuesto jamas encomio alguno? 24. Y si quieres, por otro lado, reparar en los buenos sofistas, escriben en prosa elo- gios de Heracles y de otros, como hace el magnfico Prdi- co 25. Pero esto, en realidad, no es tan sorprendente, pues yo mismo me he encontrado ya con cierto libro de un sabio en el que apareca la sal con un admirable elogio por su utilidad 26. Y otras cosas parecidas las puedes ver elogiadas c en abundancia. Que se haya puesto tanto afn en semejantes cosas y que ningn hombre se haya atrevido hasta el da de hoy a celebrar dignamente a Eros! Tan como parejas sexuales que como acompaantes del canto (vase, al respecto, la edicin de DOVER, pg. 87). En Prot. 347c-d, Scrates afirma que el alquiler de flautistas en los banquetes es propio de gentes ignorantes y sin formacin incapaces de sostener una conversacin.23 Melanipa, nieta del centauro Quirn, es la herona de dos piezas perdidas de Eurpides, La prudente Melanipa y Melanipa cautiva. La cita procede de la primera y es el comienzo de un discurso didctico de la herona sobre el origen del mundo (cf. EURPIDES, fr. 484 N).24 Podra pensarse que hay aqu una exageracin en las palabras de Fedro. ya que deban de ser familiares por esta poca las odas a Eros de SFOCLES, Ant. 781-801, y de EURPIDES, Hip. 625-664. Pero ninguna de ellas era, en realidad, un elogio de Eros, pues en una se trata de la ruina que causa este dios y de los crmenes a que induce, incluso en el caso de personas justas, y la otra es una plegaria en contra de su violencia tirnica (cf. A. E. TAYLOR, Plato. The Man and his Work, Londres, 1926, reimpr. 1960, pg. 211, n. 2). En cambio, el fr. 327 de Alceo (cf. F. RODRGUEZ ADRADOS, Lrica griega arcaica, Madrid, 1980, fr. 85, pg. 327) suele considerarse como un autntico himno a Eros. 25 Se trata del clebre sofista Prdigo de Ceos, bien conocido en la Atenas de finales del s. v a. C. (cf. Prot. 315cd), cuya famosa alegora Heracles entre el Vicio y la Virtud o La eleccin de Heracles es resumida por .TENOFONTE, en Mem. II 1, 21-34.26 En su Elogio de Helena 12, habla ISCRATEs de aquellos oradores que han elogiado a los mosquitos, a las sales y a cosas semejantes y se est de acuerdo en que se refiere al sofista, de principios del s. rv a. C., Polcrates, que podra ser tambin el sabio al que alude aqu Fedro. 39. LibrodotBanquete Platn descuidado ha estado tan importante dios! En esto me parece que Fedro tiene realmente razn. En consecuencia, deseo, por un lado, ofrecerle mi contribucin y hacerle un fa