Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

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Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI. Aproximación en clave divulgativa del Plan de Acción Integral de la Playa de Palma.

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El Consorcio Platja de Palma lo forman:

el • Gobierno de España,a través del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio

el • Govern de les Illes Balearsel • Consell de Mallorcael • Ajuntament de Palmael • Ajuntament de Llucmajor

• Margarita Nájera Aranzábal. Comisionada del Gobierno de España para la Platja de Palma

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El turismo mallorquín y balear afronta un

momento crucial, un nuevo reto de cara al

futuro: la reconversión integral de la Playa de

Palma. Una reconversión que busca cambiar

el modelo turístico actual con el objetivo de

revalorizar la zona y convertirla en un referente

del turismo costero nacional e internacional.

Como indica el texto del acuerdo del Consejo

de Ministros, el Proyecto de Reforma de la Playa

de Palma debe ser un modelo de actuación en

que calidad, competitividad y la sostenibilidad

se aúnen para afrontar los retos que el cambio

global y el cambio climático representan para

el sector.

Desde la creación del Consorcio de la Playa

de Palma en 2005, desde la Secretaría

General de Turismo del Ministerio de Industria,

Turismo y Comercio del Gobierno de España;

la Conselleria de Turismo del Govern de les

Illes Balears; el Consell de Mallorca; y los

Ayuntamientos de Palma y Llucmajor hemos

trabajado arduamente para acometer con éxito

un proyecto tan importante para el turismo y la

economía de Balears .

Después de más de cinco años inmersos

en el proyecto, ya estamos en condiciones

de presentar el Plan de Acción Integral de la

Reforma de la Playa de Palma (PAI), ahora

tenemos una estrategia documentada y

planificada, ahora contamos con un documento

que recoge las líneas estratégicas, los objetivos

y las actuaciones, que marcarán el éxito en

las distintas fases de este proyecto, que inició

su andadura el año 2005 con la creación del

Consorcio de la Playa de Palma y cuyo plazo de

ejecución finalizará en 2020.

Quiero destacar el espíritu de cooperación y

colaboración entre los diferentes responsables

de las cinco instituciones que conforman el

Consorcio de la Playa de Palma y que han

ejercido su responsabilidad en este proyecto en

los últimos cinco años. Como muestra de eso,

debemos destacar que todas las decisiones

adoptadas por la Junta Rectora del Consorcio se

han aprobado de manera consensuada y

por unanimidad.

También deseo agradecer el trabajo del equipo

del Consorcio y de los profesionales que han

participado en los estudios y trabajos técnicos

que han permitido llegar al documento que

hoy presentamos.

Finalmente, en nombre del Govern de les

Illes Balears, quiero poner de manifiesto

nuestro compromiso con la transformación del

destino turístico de la Playa de Palma, algo

que supondrá un impulso hacia el éxito de las

empresas, el bienestar de los vecinos, la mejora

de las condiciones laborales de los trabajadores,

así como la mejora del confort de

nuestros visitantes.

SALUDA DE JOANA BARCELÓ MARTÍ

PRESIDENTA DEL CONSORCIO Y CONSELLERA DE TURISMO Y TRABAJO DEL GOVERN DE LES ILLES BALEARS

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El Gobierno de España creó a finales del

año 2008 la figura de la Comisionada

como un impulso para reforzar el proyecto

de la Revalorización Integral de la Platja de

Palma, como instrumento de intervención

y dinamización de los trabajos técnicos, de

la gestión institucional y de la participación

empresarial, sindical y cívica en todo el proceso.

En mayo de 2009 presentamos el Avance del

proyecto a desarrollar a medio y largo plazo para

conseguir la Revalorización Integral de Platja de

Palma.

Hoy cumplimos nuestro compromiso de

presentar los documentos definitivos, que

marcarán el largo camino que tenemos que

recorrer para asegurar el futuro a un destino

agotado, pero que fue la cuna del turismo

costero y que, durante 60 años, nos ha aportado

actividad económica, empleo y bienestar,

aunque también es lógico reconocer, que

a veces se hizo a costa de superar la carga

ecológica y de alterar gravemente nuestro

entorno costero, marino, rural y social, así como

de nuestro patrimonio paisajístico y cultural.

Es una gran satisfacción poder presentar en

estos momentos, los resultados del trabajo

realizado por un equipo complejo y amplio

de profesionales, técnicos y especialistas,

en diversos ámbitos del conocimiento del

mundo turístico, de la planificación y el diseño

urbanístico, de gestión eficiente y sostenible

de los recursos, también de la ecología, la

sociología, la economía, el sindicalismo, la

seguridad, los servicios digitales, así como de la

participación, la comunicación y la gobernanza.

Ha sido un grupo de expertos que han dedicado

sus mejores tiempos y esfuerzos, a la creación

de una hoja de ruta de éxito para un destino

turístico que se merece una oportunidad para

seguir facilitando la vida a miles de personas y

PRESENTACIÓN DE MARGARITA NáJERA ARANzABAL

COMISIONADA DEL GOBIERNO DE ESPAñA PARA PLATJA DE PALMA YGERENTE DEL CONSORCIO DE PLATJA DE PALMA

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miles de empresas que, hasta hoy, han tenido

amenazada su continuidad y supervivencia.

Ese grupo de profesionales, ha funcionado

como una flota de expertos coordinados y

sincronizados. Todos y todas han cooperado

y colaborado lealmente, de forma eficiente

e ilusionada, en el convencimiento de que

el trabajo realizado, servirá para asegurar la

continuidad, con prosperidad, de Platja de

Palma y, que además, marcará el devenir de los

destinos turísticos costeros del siglo XXI.

Si hoy tenemos una propuesta para presentar

a la sociedad y a las instituciones, es gracias al

entusiasmo y al buen hacer que ha presidido

el trabajo de estos profesionales y al de todas

las personas que nos aportado sus criterios,

valoraciones y sugerencias, basados en sus

investigaciones y conocimientos. A todos y a

todas, les hemos de rendir reconocimiento

y gratitud.

Los documentos que presentamos conforman

la Estrategia para la Revalorización Integral

de Platja de Palma, formado por tres

bloques diferenciados: Platja de Palma;

Hacia el turismo del Siglo XXI, para

difundir ampliamente la propuesta global,

La Revalorización de Platja de Palma: Plan

de Acción Integral, con los fundamentos y

propuestas de actuaciones estratégicas y

el de los instrumentos urbanísticos. Estos

documentos se han redactado de acuerdo

con las 7 estrategias y los 30 objetivos, que

desde la presentación del Avance del Plan

en mayo de 2009, hemos confirmado y

ajustado con los trabajos y estudios realizados,

además de contrastarlo con las instituciones,

las organizaciones políticas, empresariales y

sindicales, así como con la sociedad civil.

Platja de Palma; Hacia el turismo del Siglo XXI,

tiene un carácter divulgativo. Se pretende hacer

llegar al mayor número posible de personas,

la estrategia, las acciones y el proceso que

proponemos para conseguir las metas marcadas.

Los documentos de las actuaciones estratégicas

lo conforman el Plan de Acción Integral (PAI)

y las Memorias Técnicas de los equipos

profesionales que han intervenido en el proceso

de definición de la estrategia global, a través de

29 Programas y de 98 Acciones.

Los documentos de los instrumentos

urbanísticos lo componen el Máster Plan y

el Plan de Reconversión Integral. El PRI es

el documento urbanístico de las propuestas

del Máster Plan que tendrán repercusión

en el territorio. El PRI se conforma como los

instrumentos de los planeamientos municipales,

en el que se regulan los derechos y deberes

de los propietarios incluidos en el ámbito, así

como de las operaciones programadas por

las administraciones públicas y los plazos

para acometerlas. Con estas dos decisiones

lograremos la base para la reconversión y

rehabilitación de la Playa de Palma, para

alcanzar su Revalorización Integral.

Hemos definido la propuesta de intervención en

Platja de Palma como un sistema complejo y

coordinado de actuaciones público-privadas, con

la meta de la transformación integral del destino.

Consideramos que este gran reto colectivo, es

un proyecto-proceso con ejecuciones a corto,

medio y largo plazo, en el que se irá avanzando,

analizando y evaluando, para proyectar ajustes

que nos permitirán mejorar las intervenciones.

Desgraciadamente no contamos con

experiencias previas de referencia equiparables

a nuestro proyecto, pero la ruta trazada en estos

documentos, nos dan la guía que necesitamos

para acertar en las decisiones que debemos

adoptar y en las acciones que debemos ejecutar.

Hemos desarrollado un despliegue de trabajos

y estudios amplio, que continuarán con la

elaboración de una propuesta de intervención

en el campo del arte, de la museística de alto

nivel o de las infraestructuras necesarias para

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contar con opciones en el turismo del ámbito del

consumo cultural y artístico. De la misma forma,

seguiremos avanzando con la presentación de

una alternativa facilitadora de la reconversión

de la oferta de servicios comerciales y de

la restauración, que elaboraremos en los

próximos meses y en consenso con los sectores

implicados.

Los trabajos realizados han tenido un horizonte

prioritario: crear un modelo de turismo de

éxito, prosperidad y continuidad en el siglo XXI.

Hemos estudiado la tendencia de los mercados

emisores, las exigencias y preferencias de los

visitantes a los que aspiramos, además de

localizar los focos principales de los mejores

visitantes potenciales, tanto por su cantidad

como por su mayor capacidad de gasto y las

facilidades en las conexiones aéreas. Así nos

aseguramos la rentabilidad y la actividad

económica durante los 12 meses del año.

Apostamos por el cambio del actual modelo de

negocio existente para que el futuro de nuestras

empresas esté garantizado, construyendo

un nuevo paradigma turístico que combine

calidad hotelera, servicios y prestaciones

novedosos, bajo el principio de la sostenibilidad

y la ecoeficiencia, con un funcionamiento de

gestión integral del destino, participada por

entes privados y públicos, presididos por los

parámetros de coordinación, eficacia, eficiencia

y rentabilidad.

Con esas condiciones nos aseguramos la

garantía de ofrecer un producto con variedad,

confort, salud, seguridad, disfrute y ocio,

que hagan las estancias de los visitantes

inolvidables, con experiencias atractivas y muy

variadas, lo que facilitará que sus estancias sean

más largas y mas repetitivas.

Para lograrlo consideramos conveniente

acomodar el volumen actual de la oferta de los

alojamientos turísticos, a las posibilidades de la

demanda y preferencias de calidad y servicios

actuales y futuros. Eso hace imprescindible,

la reducción de la oferta de alojamiento con

dificultades de adaptación a los nuevos tiempos

y a los nuevos segmentos de visitantes y que se

facilite su retirada y desaparición del mercado.

Apostamos por tanto, por una reducción

significativa del número de las actuales plazas

de alojamiento, con el fin de que mejore de

manera ostensible la oferta media, en beneficio

del conjunto del destino, de la rentabilidad de

las empresas y de la mejora del empleo.

Los objetivos propuestos son ambiciosos

y dependen, en gran parte, de la iniciativa

privada, por ello, se ha elaborado una propuesta

de proyecto de “Ley de Medidas Fiscales y

Financieras” que apoye y estimule a los agentes

privados para la realización de las inversiones y

actuaciones previstas en el PAI.

Estas medidas tributarias previstas en el

Avance del Proyecto de Ley, se encaminan,

por una parte, a atenuar la carga fiscal de

las empresas establecidas en la zona, para

minimizar sus costes ante una posible reducción

de su actividad durante las obras de mayor

envergadura. Por otra parte, se establece un

sistema de incentivos a la inversión privada,

mediante la aplicación de medidas tributarias

que convierta en neutras determinadas

operaciones desde el punto de vista fiscal,

de tal manera, que la fiscalidad sea un factor

dinamizador y estimulante de nuevas inversiones.

Hemos estudiado los rasgos diferenciadores

que debe contener un destino de éxito para las

próximas décadas. Sin duda, uno de ellos será,

que el mejor destino del futuro debe responder

al cambio global, al cambio climático y será el

que favorezca las reducciones de emisiones de

CO2 a la atmósfera.

Los destinos que no respondan a esos

requisitos, bajarán de categoría, perderán el

tren de la modernidad y la innovación, dejarán

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de figurar en el catálogo de las preferencias de

muchos turistas y de los mayoristas turísticos.

La meta diseñada es conseguir que al final del

proceso en Platja de Palma, se compense hasta

cero emisiones de CO2. Ese logro merece el

esfuerzo, que sin duda nos situará en la élite de

los destinos turísticos innovadores, avanzados y

de éxito en el siglo XXI.

Con el mismo criterio nos planteamos otra

condición indispensable: la mejora sustancial

de los entornos urbanos, naturales, paisajísticos

y rurales, así como los costeros y marinos. La

rehabilitación y recuperación de los valores

medioambientales en el espacio terrestre y

marino, nos permitirá construir un destino

turístico de la mejor calidad con los mayores

atractivos y valores.

Es una meta difícil pero consideramos que es

una apuesta segura si aspiramos a atraer a los

visitantes más exigentes, más conscientes de

sus responsabilidades medioambientales, que

demandan servicios de calidad y prestaciones

hoy inexistentes en nuestros hoteles y en el

entorno que los acoge.

El diseño urbanístico, la revalorización y

transformación del entorno urbano están

pensados para la mejora de confort de los

visitantes y del bienestar de los residentes.

Pretendemos hacer más humano, cómodo,

atractivo y seguro, los paseos, plazas, playas,

zonas de ocio y de comercio. Esto repercutirá

en la calidad de las estancias y en el bienestar

de los que nos visitan, pero también de las

personas que residen en Platja de Palma, lo que

sin duda mejorará la convivencia del turismo y la

residencia permanente.

En paralelo a estas actuaciones nos

proponemos ejecutar las acciones que doten

de sostenibilidad y eficiencia a la movilidad,

accesibilidad y conectividad interna y externa

de la zona, que son necesarias para crear el

mejor entorno, con reducciones de elementos

contaminantes, ruidos e incomodidades.

La sostenibilidad integral del destino en su

conjunto, exigirá el compromiso inversor privado

para hacer ecoeficientes las instalaciones de las

empresas, las viviendas y las infraestructuras

básicas. En esa tarea será insuficiente la acción

pública. Por tanto, todo esto nos exigirá un

cambio cultural y de mentalidad a empresarios,

trabajadores, residentes y visitantes, así como

a los responsables institucionales, tarea que

estamos dispuestos a asumir.

Platja de Palma será un destino destacado

y avanzado en el uso de las TICs, tanto en

los sistemas de gestión interna, como en la

comercialización y promoción, así como en

las atenciones y fidelización de los visitantes

desde su llegada al aeropuerto como en sus

estancias. Para conseguirlo habrá que inventar

nuevos contextos, apoyados en infraestructuras

inteligentes, tecnologías facilitadoras y la

capacitación de organizar y crear información útil

e importante, tanto para el turista y como para la

ciudadanía. Sin duda necesitaremos un esfuerzo

en este campo, que estamos dispuestos a

realizar.

El proyecto-proceso que presentamos para la

transformación de la Platja de Palma, cuenta

además con otros rasgos distintivos muy

singulares que lo convierten en un proyecto

único, porque contempla la transformación de

un espacio urbano consolidado, sin necesidad

de desmontarlo ni cerrar por obras ni esperar a

su declive total. El destino seguirá funcionando

mientras se produce la transformación. El

turismo nacional e internacional seguirá

encontrando, dentro de la oferta en el

Mediterráneo, a Platja de Palma como destino

turístico operativo, a la vez que realizamos su

reconversión.

Por tanto, las obras se iniciarán en tres puntos

del destino: Can Pastilla, Sometimes-Las

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Maravillas y s’Arenal de Palma y Llucmajor.

Utilizaremos la temporada baja para llevar a

cabo las obras de mayor envergadura, con el

objetivo de aminorar las molestias y afectar

lo menos posible a la actividad turística. Se

procederá al inicio de actuaciones que no

afectan de forma significativa a la actividad

turística. Para ello necesitaremos la coordinación

de proyectos y la sincronización de la inversión

pública con la inversión de iniciativa privada.

En el PAI atendemos las necesidades de

mejora de la calidad de vida y residencial de

la ciudadanía. La población residente, que

desde siempre vive en la zona, mantendrá

sus residencias evitando que se desvirtúe

sociológicamente el lugar en el que viven.

Se mejorarán los servicios, las instalaciones

e infraestructuras, pero se conservará el

espíritu de siempre, manteniendo su tipología

sociológica.

Las personas que viven y trabajan en la

actual Platja de Palma, han estado desde el

principio de nuestra gestión en el centro de

las preocupaciones. El empleo, la vivienda,

la formación, la educación, la seguridad y la

vertebración y cohesión social y cultural, se han

incorporado a la estrategia global del proyecto.

Por ese motivo, hemos desarrollado un plan

de mejora integral del parque de viviendas

actuales y se procederá a la supresión de las

infraviviendas existentes, sin desplazamientos

que supongan la expulsión de la zona y eviten la

discriminación o la marginación.

La implantación progresiva del nuevo modelo

turístico, la transformación urbana y la

rehabilitación integral de los establecimientos

hoteleros y residenciales potenciarán la creación

de empleo y facilitarán e incrementarán el

trabajo de mayor y mejor cualificación, ampliarán

la actividad a lo largo de los doce meses, que

aminore la estacionalidad y diversifique los

empleos y las profesiones, nacerán nuevas

oportunidades profesionales para los jóvenes.

De la misma forma, desde el Consorcio

asumimos nuestra función de dinamizadores

de la negociación y el encuentro de los agentes

sindicales y empresariales, para que las

recolocaciones, la mejora del empleo y de la

cualificación profesional, sumen energías en la

transformación del destino.

Otro rasgo distintivo de este proyecto de reforma,

reconversión y transformación, es que cuenta

con una Ley Urbanística para la Reconversión de

Platja de Palma, que, por primera vez en España,

concentra en un organismo público el poder

de decisión y ejecución de toda la normativa

urbanística, turística y medioambiental para

agilizar la tramitación del proceso de cambio

urbano.

Pretendemos en definitiva, sincronizar las

iniciativas públicas y privadas, para ganar

eficiencia y agilidad en la gestión global. Esta

Ley Urbanística no sería posible sin el pacto

de los partidos políticos, el acuerdo de las

instituciones implicadas y la adhesión de la

ciudadanía y de los actores sociales.

Esta concentración de capacidad de decisión

urbanística y normativa ofrecerá las máximas

garantías de estabilidad, continuidad y

aceptación por parte de las instituciones locales,

insular, autonómica y estatal, así como de los

actores sociales, sindicales, empresariales y

profesionales.

Igualmente, la intervención pública garantizará la

estabilidad en la realización de sus inversiones,

para promover la remodelación y creación

de nueva infraestructura pública, así como

otras inversiones sin atractivo de rentabilidad

económica, pero con gran potencial de crear un

entorno y unos servicios de una alta calidad.

Estas inversiones se programan por un volumen

de más de 1.200 millones de euros hasta 2020.

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También se recogen en el programa económico

del PAI, la programación de las inversiones

privadas necesarias para alcanzar la meta

propuesta. Consideramos crucial la participación

de la inversión privada para el éxito del proyecto,

por lo que hemos estudiado las condiciones

más adecuadas para alcanzar tasas de

retorno homologables a las del mercado de

inversiones no especulativas. Hemos calibrado

la posibilidades de la inversión privada en los

sectores ya establecidos en Platja de Palma, así

como otros más novedosos, que crearán nuevas

oportunidades para emprendedores e inversores.

El cálculo establecido para la inversión privada

en estas intervenciones, alcanza la cifra de

2.600 millones de euros hasta 2020.

Por otra parte es necesario y posible convertir

Playa de Palma en referente de la seguridad

integral en un destino turístico. Los problemas

de seguridad en la Playa de Palma son

recurrentes y acompañarán al menos durante la

fase inicial, el proceso de revaloración. Creemos

importante establecer estrategias y mecanismos

de análisis y observación de la seguridad, e

incluso sentar las bases para la mejora, si cabe,

de la coordinación y la colaboración de todas

las administraciones y policías implicadas en

este ámbito. Se pretende que en todas las

actuaciones urbanísticas que se desarrollarán

en la zona, el elemento de la seguridad sea

tenido en cuenta en el diseño y planificación

de espacios, ya que se ha demostrado que

esta incorporación produce efectos importantes

de mejora en la prevención de la inseguridad

ambiental y facilita la percepción de seguridad

del visitante.

Otro rasgo significativo del proyecto-proceso

ha sido, la consideración de que el entramado

de actuaciones y propuestas del PAI, gozara

de verosimilitud y credibilidad, para lo que es

básico que aseguremos la estabilidad normativa,

la continuidad en el tiempo, la firmeza en la

toma de decisiones complejas. Era preciso

que contáramos con un catalizador para fundir

los intereses de todos los actores sociales e

institucionales implicados. Ese catalizador ha

sido el modelo de gobernanza para la gestión de

la transformación y revalorización de Platja

de Palma.

El modelo de gobernanza que hemos aplicado,

ha estado presidido por los principios de la

negociación, el consenso, el acuerdo, el pacto,

la transparencia y el rendimiento de cuentas.

A través de esos principios queremos declarar

a Platja de Palma libre de especulación y, por

tanto, centrado en la máxima de que todos

ganemos, que ningún sector, grupo o segmento,

imponga sus ventajas o sus ganancias, por

encima o a costa de otros.

Buena muestra de ese modelo de gobernanza

ha sido el funcionamiento del Consorcio desde

su creación. Todos los acuerdos se adoptan

por unanimidad, independientemente de las

vinculaciones de partido de los responsables

institucionales que lo forman.

Igualmente podemos mostrar, la actitud de los

partidos políticos, tanto la de los que tienen

responsabilidades de gobierno, como la de los

que las tienen desde la oposición, ya sea en

el tratamiento del proyecto y la tramitación de

la Ley Urbanística para Reconversión de Platja

de Palma, que previsiblemente será aprobada

por unanimidad y por lectura única, en sesión

extraordinaria del Parlament de les Illes Balears,

como en la aceptación de las bases y ejes

estratégicos del PAI.

También podemos mostrar con satisfacción,

las adhesiones manifestadas por empresarios,

sindicalistas, comerciantes y restauradores,

pensadores y profesionales, vecinos y vecinas,

así como representantes de entidades vecinales.

Hasta ahora, ese modelo de gobernanza, nos

ha obligado a múltiples reuniones, contactos,

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entrevistas y negociaciones. Nos sentimos

orgullosos del trabajo realizado. Conocemos los

riesgos y las dificultades que se nos presentan,

pero también sabemos que unidos, juntos,

remando en el mismo sentido y sin perder el

ritmo, este gran proyecto es realizable y será

imparable.

A lo largo de estos meses he percibido que

todos estamos convencidos de la necesidad

de actuar frente al deterioro galopante que

nos amenaza. De la misma forma que he

sentido que, todos, estamos dispuestos a ser

protagonistas de la construcción del mejor futuro

que podemos dejar a las nuevas generaciones.

Nos espera la recreación de un hermoso destino

turístico para ofrecer a los mejores visitantes

y un excelente lugar para vivir, transformado y

revitalizado. Tenemos la gran oportunidad de

construirlo juntos, desde hoy hasta el año 2020.

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EDITA:

Consorcio Platja de Palma

Concepción, diseño y maquetación de esta Publicación:

Alberto Corazón / Diseño Público

© Fotografías:

Comparini Asociados

West8, urban design and landscape architecture office

IDOM, Ingeniería, Arquitectura y Consultoría

Pere Canals

AHPP

Redacción y divulgación:

Abril Cultura y C. Garrido

Algunas de las imágenes publicadas en el presente libro pertenecen al Archivo de Onofre Llinás, el propietario y

depositario del cual es el sr. Pere Canals, al que agradecemos su amabilidad

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Platja de PalmaHacia el turismo del Siglo XXI

• Dunas y pioneros 17• Del “Boom” a nuestros días 25

• Un paseo por la Platja de Palma de 2025 37• Cómo se hace la revalorización integral 73

• Epílogo 87

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Pere Canals

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Capítulo 1

Dunas y pioneros

Un paisaje simbólicoHorizonte luminoso, paisaje, plenitud interior.

En el siglo XXI, el turismo se ha convertido

en un motor económico mundial. Una

actividad que nadie puede desconocer o

ignorar. Existen todo tipo de modalidades,

estudios, sistemas para garantizar mejores

ofertas. El turismo es decisivo para muchos

países, entre ellos el nuestro.

Por eso sorprende que la base más profunda

del hecho turístico, su auténtica raíz,

permanezca todavía en la sombra. ¿Qué

ocurre cuando te haces una pregunta tan

simple como: cuál es el origen psicológico

del turismo? Es decir: ¿qué mecanismo no

consciente hace que todos queramos viajar,

conocer y pasar unos días en según qué

lugares? ¿Qué nos atrae? ¿Qué buscamos?

¿Cuál es nuestra recompensa? ¿Por qué

algunos sitios y otros no tanto?

Es una ingenuidad o una visión simplista

creer que la gente hace turismo o viaja

simplemente por el factor de confort de un

hotel, por unos determinados servicios, por

una oferta de tal o cual signo. De acuerdo,

todo eso pesa mucho. Pero hay algo más.

¿Dónde radica el alma de ese peregrinaje?

En la antigüedad, ya existían los turistas.

Algunos griegos viajaban por ejemplo

a Troya. Buscaban el origen de sus

mitos, las resonancias de los poemas

homéricos. Uno de los primeros “souvenirs”

documentados data de la época helenística.

Cuando Alejandro Magno, que se creía

reencarnación de Aquiles, visitaba Troya y un

avispado le intentó vender una lira que era

la del mismísimo Paris.

Durante los siglos XVIII y XIX se formó la

noción moderna de lo “turístico”. Algunos

países recibían un flujo constante de

viajeros. Como Suiza, por la magnitud de sus

paisajes y montañas. O Italia, gracias a las

resonancias del mundo clásico. O España,

como un rincón pintoresco y literario.

Si intentamos hacer una abstracción,

nos daremos cuenta de que en el origen

del turismo existe al menos un factor

determinante. Lo que podríamos llamar “el

síndrome del paraíso”.

¿Qué es el paraíso? Es en cierto modo

un lugar fuera del tiempo, con sus propias

reglas geográficas. Debe romper con lo que

entendemos por paisaje rutinario. Debe

impresionarnos, despertar resonancias con

nuestras imaginaciones.

Pero, además, ha de poseer un sentido

especial del tiempo. Hacernos flotar.

Extender mucho los segundos, que corran

muy lentos. O al revés, que de repente

vuelen a toda prisa dándonos la sensación

de vivir al máximo.

Lo más importante de todo: debe contribuir

a la felicidad. Debe simbolizar en cierto

modo la armonía interior.

Pues bien, esa cadena de significados

que comienza en un paisaje simbólico,

seguido de un sentido especial del tiempo

y rematado por una sensación de plenitud,

eso es lo que todos buscamos cuando

viajamos y hacemos turismo. En mayor o

menor medida, buscamos paraísos.

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Si intentamos representarnos la imagen

prototípica del “paraíso mediterráneo”,

¿qué tenemos? En primer lugar un amplio

horizonte, un azul luminoso, la luz del sol

moldeándolo todo, un clima acogedor. A

continuación, el mar. Un mar amplio, de

color turquesa, que parezca pintado en un

decorado y produzca el deseo del baño, que

te adormezca con el ritmo de las olas. Y, como

complemento, una costa. Pinares, metáfora

de todo lo mediterráneo, y sobre todo dunas.

Arena blanca, limpia. Esa arena que en las

Balears tiene un origen biológico y no tanto

mineral. Hecho que explica su suavidad y

luminiscencia. Porque está formada por restos

de conchas, caracolas, organismos marinos.

En el continente, los ríos arrastran muchos

derrubios minerales. Pero en las Islas no hay

ríos. La arena es como un producto de la

artesanía milenaria de las olas.

Esa combinación de cielo, mar y una costa

con pinares y dunas tiene una imagen

concreta. La Platja de Palma.

El caserío de los republicanos En el arco que forma la bahía de Palma

están contenidos todos los ingredientes del

“paraíso mediterráneo”. La cinta arenosa

de 5’5 kms. con un rico sistema dunar. El

bosque de pino y matorral en una segunda

línea. Pero sobre todo el mar, desplegado

a lo ancho de todo el horizonte como una

invitación al sueño y al viaje.

Ahora bien, si leemos la historia de esa gran

playa, nos sorprenderá descubrir que su

consideración paradisíaca es bien reciente.

Absolutamente moderna.

Durante siglos, la zona aledaña al mar

estaba cubierta sobre todo por humedales,

de los cuales la zona de Ses Fontanelles

es un testimonio valioso. Las comunidades

prehistóricas, que aprovechaban el agua y

la caza de las marismas, se fueron a vivir

tierra adentro. Así se explica que los restos

hallados estén en Son Oms Vell (al lado del

aeropuerto de Son Sant Joan), las cuevas

sepulcrales de Son Sunyer, o los grandes

poblados de la zona de Llucmajor como

Capocorb y Es Pedregar. Y nunca cerca de

la playa.

Las marismas eran un foco importante de

enfermedades, sobre todo de paludismo. Y

a lo largo del tiempo las fueron desecando

por la zona de Sant Jordi, para hacer más

habitable toda esta extensión. Otro peligro

importante eran las “razzias” piratas,

que desde el siglo XVI hasta casi el XIX

amenazaban a cualquier lugar costero.

Las “possessions” o casas rurales se

completaban con una torre de defensa.

Para que sus habitantes pudiesen refugiarse

allí en caso de alarma y evitar que los

convirtieran en cautivos, amontonados en

las cárceles de Argel a la espera de un

negro destino.

De manera que si volviésemos los

ojos hasta el siglo XVIII, por ejemplo,

encontraríamos algo muy diferente. En

la época del famoso mapa del Cardenal

Despuig sólo unas cuantas “possessions” se

reparten la extensión de lo que hoy es una

zona turística famosa: Son Verí d’Abaix, Son

Delabau... Por no haber, no había ni camino

para llegar a lo que hoy entendemos como

Y, como complemento, una costa. Pinares, metáfora de todo lo mediterráneo, y sobre todo dunas. Arena blanca, limpia. Esa arena que en Balears tiene un origen biológico.

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S’Arenal. Los carros seguían el Camí des

Palmer, que se desviaba hacia el bosque de

Son Sunyer sin llegar al mar.

Sólo arena, pinos, y mucha Posidonia. Las

hojas de esa planta marina, que aunque

popularmente es conocida como “s’alga”

no es tal, marcaron la historia de la

Platja de Palma.

La ruralía utiliza tradicionalmente “s’alga”

como fertilizante o para sustrato de rediles

y establos. Estacionalmente, los payeses de

Llucmajor se dirigían hacia el mar en busca

de un cargamento de hojas de Posidonia.

Para facilitar ese acceso, en 1861 se abre el

Camí de s’Algar, comunicando directamente

Llucmajor con la desembocadura del Torrent

des Jueus. En lo que era un simple “algar”

o acumulación de “algas” surge el primer

topónimo: Es Pouet d’en Vaquer. Un pozo

donde hombres y bestias podían abrevar. La

primera marca humana de lo que más tarde

habría de ser S’Arenal.

La zona costera ya era frecuentada por los

canteros desde 1847. La piedra arenisca

o “marès” de la bahía fue muy utilizada

desde tiempos inmemoriales, sobre todo

la que se encuentra en los acantilados que

llevan a Cap Blanc. No en vano una de esas

“mareseres” se conoce como “les pedreres

de la Seu” por el convencimiento de que

salió de allí una parte de los sillares con los

que se construyó la catedral de Mallorca. La

cercanía al mar facilitaba el transporte de

las piezas por barca.

La Platja de Palma tuvo por lo tanto

una primera población no estable de

campesinos en busca de “alga”, pescadores

y canteros. Todos compartían un paisaje

absolutamente virgen.

Fue ese valor de horizonte y naturaleza lo

que motivó la primera colonia vacacional.

Las casas de recreo surgen alrededor de

1872, incluso conocemos el nombre de uno

de los pioneros: Nicolás Taberner, famoso

por sus ideas republicanas.

El archiduque Luis Salvador describe así la

zona aquel mismo año: “Se llega a la playa

arenosa cruzando la desembocadura del

Torrent dels Jueus. A mano izquierda, hay

dos casitas con un cercado de piedra en

cuyo recinto se almacenan las algas que el

mar echa a la playa (...) A continuación se

encuentra una pequeña cantera y grandes

matas de lentiscos. Pasada una barrera, se

disfruta de una soberbia vista de la bahía de

Palma: el terreno es ondulado, formado por

bancos de marés sobre los cuales crecen

varios grupos de pinos (...) Es muy bella la

vista de Son Sunyer, con la deslumbrante

playa de arena delante y las lomas de Son

Seguí detrás, paisaje enmarcado por la

sierra de Tramuntana, que se ve en último

término (...) Hay en este sitio nueve casas

modernas, de gente que viene a bañarse en

esta playa”.

El conjuro paradisíaco estaba formulado.

El germen de todo lo que ocurriría después

nacía en ese grupito de casas de veraneo,

en medio de un paisaje de horizonte, mar

y armonía.

Pere Canals

Page 20: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

20

Un elemento fundacional sería el grupo

de casas que ocupaban la primera fila de

la orilla, frente a una “tenassa” o losa de

piedra. Al lado estaba la desembocadura del

Torrent des Jueus y algo más allá el “mollet”

para los pescadores y canteros. Aquella

agrupación de casas se llamó enseguida

“S’Illeta des Republicans”. “Illeta” por su

configuración de manzana de once casas

más un terreno sin edificar. Y también porque

en los días de temporal las olas rompían

muy cerca, y el agua acababa rodeando

la zona como si fuese realmente una isla.

Lo de las “casetes dels Republicans” se

fundamentaba en la presencia de militantes

republicanos bastante notorios, como el

caso de Mateu Martí conocido popularmente

como “Ateu Martí”. Ese pequeño núcleo

también se denominaba S’Almadrava, por la

existencia de unas instalaciones para este

tipo de pesca. La Illeta dels Republicans

desapareció en 1973.

También influyó la existencia del fuerte de

Cap Enderrocat, cuyo camino militar sigue

dando hoy nombre a una de las calles

principales de S’Arenal. Así fue naciendo

un caserío de casas muy sencillas. Estaban

construidas con grandes bloques de marés,

con dos pisos, porche y terraza superior.

Las vigas eran de lentisco o sabina, y según

el gusto del propietario se adornaban las

fachadas con balaustradas muy simples.

Los canteros vaciaban primero el terreno,

para sacar la piedra. Luego aprovechaban

parte del hueco para la cisterna, y encima

levantaban casas muy humildes, de un solo

piso, que todavía podemos contemplar en el

Carrer Sant Cristòfol.

La vocación proto-turística de esa zona

ya aparecía en el hecho de que su primer

patrón fuera Sant Cristòfol, santo al que

popularmente se atribuía una extraña

influencia: si alguien se bañaba en su

festividad, se ahogaba o salía malparado.

Con la entrada en el siglo XX, esa vocación

urbana se iría consolidando. El “Caseriu

des Republicans” contaba ya con tabernas

y tiendas. Fue también la época en que

comenzó la explotación turística de Can

Pastilla. En tiempos de la I Guerra Mundial,

un fabricante de licores de la barriada

palmesana de Son Alegre concibió la idea.

Bartolomé Riutord no tenía tanto una visión

comercial como familiar y de recreo. “Lo que

voy a hacer será oloroso, el más delicioso

bouquet de la moderna construcción, algo

así como la conversión en piedra de las

esencias de mis productos Golúa y Alfonso

XIII, fina canela, estomacal y deliciosa”.

Riutord adquirió aquellos terrenos desiertos,

arenosos, situados junto a mar. Y los intentó

revalorizar construyendo el hotel-restaurant

Can Pastilla. Entre Can Pastilla y S’Arenal

sólo había dunas y pinares, entre los que

destacaba la blanca casita porticada con

torre de Can Moner.

Dos acontecimientos fundamentales

coinciden también en esa época. El

primero tiene lugar en 1916, cuando se

inaugura la línea del ferrocarril Palma-

Santanyí. Fue una revolución. Primero por

la obra pública: dos grandes viaductos, el

del Torrent des Jueus (actual divisoria entre

Palma y Llucmajor) y el llamado “Pont de

ses Set Boques”; así como la estación. En

segundo lugar por el flujo comercial que

Entre Can Pastilla y S’Arenal sólo había dunas y pinares, entre los que destacaba la blanca casita porticada con torre de Can Moner.

Page 21: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

21

suponía. La piedra de las canteras se podía

trasladar por vía férrea, lo mismo que las

mercancías, el ganado y las provisiones para

el fuerte de Cap Enderrocat.

Pero además, el tren cambió la forma

de vida. Muchos de los “trencadors” de

la canteras se podían trasladar con más

facilidad para trabajar en la zona, sin las

incomodidades de ir y volver en carro o a

pie. Aparecían nuevos trabajos, como el jefe

de estación. Un personaje de gran prestigio

para la gente del pueblo. O los guardavías.

El topónimo de Ses Cadenes recuerda un

paso a nivel donde una “madona” cerraba y

abría el paso con cadenas al paso de cada

convoy. Y de paso tenía un pequeño puesto

de venta para sacarse “quatre doblers”

(“cuatro perras”).

Casi al mismo tiempo, Francisco Berga, un

hombre emprendedor y con visión de futuro

(no en vano era natural del barrio marinero

de Santa Catalina) abría el primer hotel en

S’Arenal. El Hotel Términus. Tenía bar, sala-

comedor, cocina, cuatro habitaciones dobles

y dos individuales, más un wc general.

Berga hacía de director, barman y cocinero

a la vez. La clientela era escasa y de trato

muy familiar: palmesanos, algún militar

del fuerte. En 1919 tomó una iniciativa

visionaria: presentó una solicitud para

levantar un balneario frente al hotel.

La década de 1920 nacía así con la

formulación de lo que sería años más tarde

la Platja de Palma.

El sueño de una Olimpia modernaResulta muy curioso mirar hacia atrás,

y comprobar la gran diferencia entre la

“industria de los bañistas” de aquel principio

del siglo XX y la actual. En la guía de

Baleares de Pere Alcàntara Penya se puede

leer en referencia a la Platja de Palma: “El

arenal suele ser concurrido por personas

que desean pasar un día de solaz en el

campo, sin testigos que presencien sus

locuras, al ir rodando por los montes de

arena como si fuesen montañas rusas”.

Esa apoteosis de la arena era la

característica de ese paisaje. Bartomeu

Font Obrador lo evocaba líricamente: “Arena,

tanta arena, que nos invitaba a correr y

revolcarnos como si fuese un lecho suave y

pulidísimo. Las cebollas marinas, los lirios

de mar de flor blanca y perfume suavísimo

e intenso, los cardos de finas espinas que

atraían a numerosas mariposas, los saltos

inesperados y ligeros de los saltamontes,

los pinos, los acebuches, las sabinas, los

lentiscos (....) Todo era un bello paisaje

de una rusticidad y un bucolismo que

habría sido la fuente de inspiración para

los mejores artistas pintores. ¿Y qué decir

de las puestas de sol? El espectáculo sólo

se podía contemplar entre el silencio y la

veneración, delante de una grandeza que

era obra del mismo Creador. S’Arenal era

entonces el arenal”.

Pere Canals

Page 22: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

22

Era corriente acudir a aquella larga cinta

arenosa para tomar unos baños. Pero hay

que pensar que entonces lo normal era

que hombres y mujeres se bañasen por

separado. Incluso se marcaba con letreros

el emplazamiento debido para solteros,

casados y mujeres solas. Sin olvidar que

la playa tenía también su rincón para “ses

bísties”. Ya que era habitual llevar al ganado

o las caballerizas hasta el mar. Caballos,

yeguas, mulos, borricos, compartían también

las delicias de un mar azul y transparente.

La segregación por sexos venía de antiguo.

En la zona rocosa de Son Verí todavía

se conservan dos o tres rincones con el

topónimo de “els banys de sa senyora”.

Indicando que ese sitio estaba reservado

para el disfrute marino de la propietaria

de la “possessió”. Lejos de miradas

inoportunas.

Porque los conflictos también estallaban.

Así, en 1915 hubo un auténtico revuelo

que salió incluso reflejado en la prensa. Los

causantes fueron una serie de varones que,

sin hacer caso a las normas, se bañaban

“sin calzoncillos” a la vista de mujeres y

niños. Aquel primigenio nudismo ya indica

hasta qué punto empezaban a cambiar las

costumbres y las ideas.

Esa transformación se traslada también

a la primera mentalidad turística. Gaspar

Bennàssar, notorio arquitecto palmesano

y autor de importantes edificios, da una

conferencia en la Asociación de la Prensa

el año 1913. Eran los tiempos de las

“ciudades-jardín”. Y Bennàssar se adelanta

más de un siglo a su tiempo. Propone

cumplir “el bello sueño de construir en el

arenal de Son Sunyer una ciudad sportiva

(sic), transformarlo en una Olimpia

moderna”. Se conserva el diseño urbanístico

de aquella idea profética. Un plano en el

que toda la primera línea estaba reservada

a zona verde, con unos veinte metros de

separación entre las viviendas y la playa.

La concentración urbana se situaba en un

segundo plano y sin destruir el paisaje.

Bennàssar quería contribuir a “una industria

del bañista acorde con las excepcionales

condiciones de aquella playa, que habría

de ser poblada muy pronto por poéticas

casetas, risueños chalets y confortables

hoteles y restaurants”.

La propuesta no tuvo ningún eco entre los

hombres de negocios, que como explicaba

ya entonces el semanario “Llucmajor”:

“fijándose en la proporción o tipo medio de

habitante por kilómetro de línea para ser

económicamente explotable, la consideraron

una ilusión”.

Es sintomático como ya a principios del

siglo XX, antes de cualquier explotación

masiva, salga a la luz el problema de fondo

que ha sido una constante en la historia

posterior de la Platja de Palma. La falta

de visión para llevar a cabo una actividad

turística razonable y rentable, pero al mismo

tiempo sostenible y capaz de conservar los

atractivos de la zona.

Podemos pensar que las exigencias

ecológicas y conservacionistas son cosa de

hoy. Pero leamos esta elegía de la revista

“Concepción Arenal” de 1929: “Estos días se

ve concurridísima la encantadora playa de

nuestro poblado. Por ero, es una verdadera

lástima que siga la destrucción de la playa

Pere Canals

Page 23: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

23

mejor de la isla. Precisamente toda la labor

destructora está actualmente llevándose a

cabo como satánica delectación. Montones

de algas han sido extraídas del puertecito

y colocados junto al malecón. En algunos

sitios la playa sólo tiene dos metros que

se han ido ganando al mar destruyendo la

belleza inenarrable que la hacía adorable

(...) La Comandancia de Marina debe

prohibir que en terrenos de zona marítima

sea levantados indecorosos malecones y

ridículos paseos en detrimento de la belleza

natural que en su playa tenía el Arenal”.

A finales del siglo XIX y principios del

XX, la intuición de lo que había de ser el

turismo resultaba bastante distinta a lo

que luego se convertiría en realidad. El

gran intelectual Miquel dels Sants Oliver

escribía en 1890: “El día que aumenten

las facilidades de comunicación, el día en

que la publicidad periodística haga llegar a

todos los extremos del mundo la seguridad

de encontrar los medios de que hoy por hoy

se carece; el día en que se pueda coger

una ‘Guide’ o un ‘Itineraire de Majorque’ que

conduzca de la mano al viajero, el día en

que se haya inaugurado un hotel elegante

y se monte un servicio completo de hotel,

expediciones a Valldemossa, a Sóller, a

las cuevas de Artà, sabiendo que a la hora

precisa y sin necesidades de encargarse

de ello lo tendrían todo arreglado, desde la

comida a los carruajes, entonces podremos

estar seguros de ver el nombre de Mallorca

citado en todas partes y contaremos con esa

influencia que se trata de atraer y estimular”.

Esa era la concepción de aquel tiempo. Una

“industria de los forasteros” que combinaba

los atractivos naturales para artistas, las

delicias del “sanatorio marítimo” y los

“pequeños rincones parisinos” en una oferta

de élite. Esperaban la llegada de gente culta,

de una minoría selecta capaz de apreciar

todas esos sensibles atractivos. En aquel

momento nadie hubiera sospechado que el

futuro de Mallorca pasaba por un turismo de

masas, basado en el ocio y protagonizado

mayormente por la clase media-baja.

Esa primera formulación despertó la

iniciativa privada. Los orígenes del turismo

están ligados a una serie de empresarios

precursores, gente trabajadora y con ilusión,

que viendo la posibilidad de salir de una

economía meramente de subsistencia se

lanzaron a la conquista del mundo. Con las

únicas armas de ese paisaje de fábula, ese

cielo, ese mar, y también el carácter afable y

acogedor de la isla.

Un ejemplo fue Manuel Fontirroig, que

había hecho negocios en Bombay y

Calcuta, y regresó a la isla con ganas de

contribuir al progreso de su tierra. Su idea

fue construir un “trenet” de vía estrecha

para unir Can Pastilla y S’Arenal. Aquella

iniciativa, indudablemente visionaria

para el año 1921, duró poco y acabó en

fracaso económico. Aunque dio pábulo a

numerosas anécdotas sobre el carácter

entrañable y calmoso del “carrilet”. Dado

que los pasajeros siempre eran los mismos,

el conductor se esperaba en la parada si

alguno todavía no había llegado. Y a medio

camino paraba la locomotora de fuel para

saltar a la arena y recoger unos cuantos

troncos, que por la noche le servirían para

calentar la casa. Eran indudablemente otros

tiempos.

Los orígenes del turismo están ligados a una serie de empresarios precursores, gente trabajadora y con ilusión, que se lanzaron a la conquista del mundo.

Page 24: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

24

Texto de pie de foto que corresponda Pere Canals

Page 25: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

25

Balearización El año 1975, el semanario francés

“L’Express” se inventa un término para

explicar el rechazo de los corsos al turismo:

la “balearización”. El neologismo sirve para

explicar la explotación turística abusiva y

desordenada de un territorio. Y se aplica de

forma un tanto injusta a las Balears, puesto

que ya en aquel momento en la costa

levantina y catalana había otros modelos

bastante más flagrantes.

Pero la palabra hace fortuna. Y sirve para

evocar el “boom” turístico que comenzó de

forma inesperada a principio de los 60 y no

cesó de crecer hasta la crisis del petróleo

de 1973.

La Platja de Palma fue uno de los

protagonistas de aquel cambio histórico.

Cuando el turismo convierte a Mallorca

en una sociedad basada en los servicios.

Y actividades como la agricultura y la

industria quedan en segundo plano. Los

valores sociales y culturales experimentan

a consecuencia de ello una transformación

profunda, originada por la llegada masiva

de turistas europeos. No son los artistas o

diletantes con que soñaban los pioneros,

sino trabajadores con un nivel adquisitivo

lo suficientemente alto como para pagarse

unas vacaciones de sol y playa. El cambio

de moneda les favorece, la isla ofrece un

auténtico paraíso de clima y paisaje para

los que viven en los países de la Europa

fría. Y además tanto el régimen como el

empresariado se vuelcan en esa

nueva actividad.

Curiosamente, en un primer momento el

turismo significa para el régimen franquista

sobre todo una cuestión de propaganda.

No se alcanza a comprender la envergadura

económica que puede suponer. De ahí

las pintorescas campañas del “turista

número....”, que parecen propagar a los

cuatro vientos las bondades de la dictadura

frente a la anterior presión internacional.

Al mismo tiempo, el “boom” o explosión

turística de los años 60 produce una

total inversión social. De ser tierra de

emigrantes, tanto hacia América como a

Europa, Mallorca se convierte de repente en

receptora de inmigración. La construcción

de nuevos hoteles ofrece trabajo a una

gran población venida de las zonas más

deprimidas de la Península, donde la

agricultura no ofrece apenas perspectivas

de futuro. Esa inmigración nacional crea

una nueva clase, subordinada a la industria

turística. El germen de una sociedad

diferente.

Incluso la valoración de la tierra da un

vuelco. Durante siglos, las zonas costeras no

valían nada. Peligrosas e improductivas, sólo

servían para extraer “s’alga”. En los repartos

de herencias, “s’hereu” o heredero principal

se llevaba las fincas de cultivo, siempre en

zonas interiores. Al más desfavorecido le

tocaban las playas y zonas marinas.

Esa valoración catastral sufre un auténtico

terremoto. Los que tenían tierras

consideradas “de tercera” ven cómo de

Capítulo 2

Del Boom a nuestros días

Page 26: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

26

repente su precio se revaloriza cada día más.

En cambio las propiedades tradicionales de

campo o montaña se estancan,

pierden valor.

El turismo despierta un frenesí que parece

no tener límites. El ministerio de Información

y Turismo que dirige Fraga Iribarne se

vanagloria de que en 1964 “se inaugura un

hotel cada dos días, cuatro horas y cuarenta

y cinco minutos”. El propio Fraga acude

triunfal en Mallorca a la abertura del “hotel

número mil”: el Hotel de Mar.

En ese contexto, la Platja de Palma se

transforma vertiginosamente. No sólo

aumentan las plazas hoteleras, sino también

las segundas residencias. Entre 1960 y

1968 se pasa de los 11 hoteles y 8 hostales

a 47 hoteles y 32 hostales. Desde 1966 a

1970 la cifra se incrementa con 59 hoteles

más y 38 hostales. De 1971 a 1974 se

añaden 25 hoteles y 10 hostales. Incluso

después de la crisis del petróleo, entre 1975

y 1980, aparecen 5 nuevos hoteles.

Surgen los hoteles que serían símbolos

de la Platja de Palma. La pensión Brisas

convertida luego en el hotel San Francisco,

el Copacabana, el Tívoli, el Solimar, el

Acapulco, el Neptuno, el San Diego y

tantos otros...

La Platja de Palma se convierte en la mayor

concentración hotelera de Mallorca y la

más alta del Mediterráneo. Es el tiempo en

que se repite que “la Platja de Palma tiene

más plazas que Grecia y Túnez juntos”. En

1989 se contabilizan 114 hoteles, además

de 55 hostales y bloques de apartamentos.

Lo que facilita también el desarrollo de una

oferta complementaria a base de pequeños

comercios, agencias de viaje, restaurantes y

bares, discotecas, parques acuáticos, etc.

Ese crecimiento supone por un lado la

consolidación de un espíritu empresarial,

el aprovechamiento de una oportunidad

histórica, la ilusión por establecer nuevos

tipos de negocio. Pero cuando se produce

la crisis del petróleo en 1973, aparece

también la primera conciencia crítica.

Tal como escribe el geógrafo Pere Salvà:

“El crecimiento urbanístico fue caótico

por la ausencia de ordenación territorial,

implicando en todos los casos un deterioro

acelerado de los recursos paisajísticos

(...) Un ejemplo significativo es la Platja

de Palma, donde existe una línea de

edificaciones altas que imponen una muralla

de cemento”. La “balearización”.

A partir de 1977, año en que entra en

escena el movimiento ecologista, aquel

modelo desarrollista de los años 60 entra

en discusión. Mallorca experimenta a partir

de ese año, cuando un grupo de jóvenes

invade simbólicamente Sa Dragonera

para evitar su urbanización, una fuerte

ambivalencia. Por un lado, su economía

depende ya exclusivamente del turismo.

Pere Canals

Page 27: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

27

Pero ha pasado la euforia de los años 60 y

comienzan a verse los problemas que origina

una explotación sin planificar. Siguiendo

la lógica de los primeros años, los parajes

más emblemáticos se ven amenazados por

planes de explotación urbanística. Pero una

parte de la sociedad civil reacciona y, para

evitarlo, se ponen en marcha campañas a

favor la integridad de lugares como Cala

Mondragó, la Albufera de Muro, o la playa de

Es Trenc.

La sociedad mallorquina tomará entonces

consciencia de que el medio ambiente,

los lugares emblemáticos, representan

un activo para ese turismo del que vive. Y

que si quiere mantener una competitividad

cada día más amenazada por la subida

de los precios y la masificación, no puede

continuar con un desarrollo indefinido. La

dinámica eufórica de los años 60 se ha

terminado.

Un destino maduro y en declive. Cincuenta años después, ¿Qué ha pasado

en la Platja de Palma? Utilicemos un recurso

muy propio de nuestros días: el Google

Earth. Busquemos el arco de la bahía. ¿Qué

vemos? La fotografía satélite es toda una

radiografía de la situación actual en esta

zona.

Ahí está el mar, el agua de un azul

profundo. Intuimos ese horizonte paisajístico

privilegiado. La arena destaca como un

ribete luminoso, marca metro a metro el

perfil de la costa. Pero en tierra, es como

si se intentaran colocar varias fichas de un

puzzle que no coinciden.

La primera fila aparece con una textura

geométrica, apretada y compacta. Se

distingue perfectamente la construcción

intensiva, por la densidad de las

edificaciones, y también el desorden, la

falta de espacios intermedios, los trazados

divergentes de las calles, la ausencia de

esponjamiento. Y detrás de ese ribete de

cemento, vemos el paisaje intemporal. Los

campos de cultivo, el horizonte agrario tal

como estaba hace cien años. Eso sí, cruzado

por una autovía y diferentes carreteras.

Piezas que no encajan, realidades que se

dan la espalda.

En la actualidad, la Platja de Palma como

entidad urbanística tiene 1.000 hectáreas

de extensión. Una población censada de

29.247 residentes, de los cuales 9.000

han llegado de otros lugares. Como lugar

turístico, es lo que los sociólogos llaman

“un destino maduro y en declive”. Contiene

43.000 plazas hoteleras contenidas en

182 establecimientos, y 21.000 camas

de segunda vivienda. Su situación es muy

compleja. Pero para resumirla en un símil

basta con darse cuenta de que el nombre

de Platja de Palma se ha convertido en

sinónimo de turismo barato, masificado; de

playa, discoteca y cerveza.

Los problemas que la Platja de Palma tiene

como destino turístico son muy serios.

Ha perdido competitividad por diferentes

factores. En primer lugar, a causa del

envejecimiento de parte de la oferta hotelera.

Al proceder muchos establecimientos de

los tiempos del “boom”, los estándars

de calidad resultan incompatibles con lo

Los problemas que la Platja de Palma tiene como destino turístico son muy serios. Ha perdido competitividad por diferentes factores.

Page 28: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

28

que hoy se espera de un destino turístico

puntero. Esa obsolescencia se une a un bajo

nivel de inversiones, que ha dejado la oferta

a la deriva.

La Platja de Palma se basa en estos

momentos en un modelo de turismo de

masas. Los precios son bajos y por lo tanto

se necesita un número elevado de turistas.

Mientras el promedio español es de 907

euros por viaje y 95 por persona y día, en la

Platja de Palma se reduce a 479 euros por

viaje y 65 por persona y día.

La oferta está enfocada además hacia la

temporada de verano, basada en el sol y

la playa. Lo que hace que cuando pasan

los meses estivales, el modelo deje de ser

eficaz. La estacionalidad resulta inevitable

y se intenta paliar en algunos casos con

paquetes de touroperadores y grupos de

jubilados. Eso no evita que el turismo

descienda un 75 % al acabar la temporada.

El perfil del turista está muy sectorializado.

Existe un manifiesto monocultivo alemán,

lo cual origina una imagen de marca

que puede ser negativa para otras

nacionalidades. La Platja de Palma tiene en

Alemania la imagen de un lugar barato, de

juergas y borracheras, muy poco atractivo

para los que no participen en este concepto

de vacaciones. Cada verano, revistas y

televisiones se encargan de recordarlo.

Si analizamos la oferta hotelera,

comprobamos que la mayor parte de

los establecimientos hoteleros son de 3

estrellas. No existe ningún establecimiento

de 5 estrellas. Lo cual reafirma ese perfil de

un turismo barato y poco exigente que ha

acabado por imponerse.

Las tendencias de futuro pasan por

un turista más selectivo, que pide

ofertas extrahoteleras y tiene en cuenta

aspectos como el “wellness”, la cultura,

el senderismo, las actividades deportivas,

etc. En ese aspecto, la Platja de Palma

sólo puede ofrecer su magnífico paisaje y

una concentración de bares, restaurantes

y comercios muy convencional. Cada día

le resulta más difícil competir con nuevos

destinos cuyos costes de producción son

menores y la capacidad de innovación

mayor. Estamos hablando de lugares

emergentes como Croacia, Turquía,

Marruecos, México o Thailandia.

Examinemos ahora la oferta que

complementa la estancia hotelera. El sector

de la restauración cuenta con unos 400

establecimientos. Pero la gran mayoría se

basan en una cocina estándar, un servicio

poco variado y un producto de calidad

media-baja. Dada la numerosa oferta, la

rivalidad entre los locales es muy acentuada.

Y a veces la competitividad de lo que se

ofrece no se basa tanto en la calidad

sino en el precio barato, a costa del nivel

del producto. A pesar de su privilegiada

ubicación geográfica, la Platja de Palma no

ha podido hasta ahora consolidar un turismo

gastronómico, modalidad que se considera

un activo muy interesante en otras zonas.

AHPP

Page 29: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

29

En el sector comercial ocurre un poco

lo mismo. Encontramos unos 500

establecimientos comerciales que se dirigen

al turismo de masas. Es decir, productos

estandar y de poca calidad. La imagen más

típica es la del “souvenir”, un modelo que

apenas ha cambiado desde los años 60

y se sustenta a base de objetos playeros,

recuerdos “típicos” tan dudosos como los

sombreros mejicanos o las muñequitas

andaluzas, y un sinfín de cosas en general

baratas y de poco gusto. La zona no ha

sabido aprovechar el filón que supone por

ejemplo la artesanía local.

Si examinamos el sector dedicado al

entretenimiento, la estandarización

se acentúa todavía más. La Platja de

Palma se identifica con hileras de bares y

discotecas, al estilo de muchos otros lugares

turísticos del Mediterráneo. No existe un

elemento caracterizador, a no ser la intensa

masificación. La oferta se completa con

otros servicios igualmente habituales en

muchos lugares como parques acuáticos,

acuario, etc. Teniendo en cuenta la

personalidad de la Platja de Palma no se ha

sabido generar una proyección igualmente

singular a la hora de ofrecer actividades de

ocio complementarias al sol y la playa.

El turismo desde sus inicios tuvo un contacto

más o menos intenso con lo cultural. En

el caso de la Platja de Palma, también

este aspecto brilla por su ausencia. Los

recursos de interés que contiene esa zona

son múltiples. Desde áreas naturales como

torrentes, acantilados, las marismas de Ses

Fontanelles o el propio arenal. Las canteras

y su mundo representan un testimonio

etnológico lleno de interés. Los monumentos

prehistóricos de los alrededores son

impresionantes. Existen además enormes

posibilidades basadas por ejemplo en la

arquitectura popular, el trabajo de la “pedra

en sec”, los antiguos elementos de la vía

férrea, los recintos militares sin utilizar...

Todo ello no sólo no está aprovechado,

sino que permanece en un estado de

lamentable abandono. Porque no entra

dentro del retrato-robot del turista al que va

dirigido el producto. Lo mismo ocurre con

las excursiones programadas, que siguen

todavía con los modelos más tópicos y

antiguos (cuevas, tiendas de recuerdos,

evocación de Chopin y George Sand), sin

generar nuevas ofertas que sin embargo

están bien a mano.

A eso se une el total desfase ante una

cultura cada día más tecnologizada. Esos

nuevos recursos no se aplican con eficacia

al producto turístico Platja de Palma. Con

lo cual se desaprovechan las inmensas

posibilidades de acceder a un turismo

más exigente y que valora desde el “wi-fi”

hasta los complementos vía internet de las

actividades que pueda llevar a cabo en su

destino vacacional.

Ese aspecto cultural tiene un último lastre. A

pesar de la cercanía geográfica, la Platja de

Palma vive a años luz de la ciudad de Palma.

Son dos mundos divergentes y que no se

miran de frente ni apenas se comunican.

Teniendo en cuenta la importancia de

Palma como capital cultural, sus grandes

posibilidades, falta esa sinergia que permita

Teniendo en cuenta la personalidad de la Platja de Palma no se ha sabido generar una proyección igualmente singular a la hora de ofrecer actividades de ocio complementarias al sol y la playa.

Page 30: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

30

un contacto mucho más fácil y cotidiano

entre un lugar y otro.

A la vista de todo eso, no es de extrañar que

las previsiones dentro del sector sean muy

pesimistas. Los touroperadores que operan

en la Platja de Palma consideran que la

sostenibilidad del destino se reduce a un

3’1 sobre 10. Una encuesta revela que un

65 % está convencido de que la situación de

la Platja de Palma será peor dentro de diez

años. Los que creen que seguirá igual que

en la actualidad son un 35 %.

Y el porcentaje de touroperadores

convencidos de que la situación irá a mejor

en el futuro es de... 0%.

Un entorno urbanístico estresadoEl turismo no se reduce a la ocupación

hotelera. Es una actividad que modela su

propio entorno. Crea un mundo propio a su

alrededor que también constituye un reflejo

de su realidad. Urbanísticamente hablando,

la Platja de Palma tiene problemas similares

a los de su explotación económica. Es un

entorno sometido a estrés.

Varios son los factores que contribuyen a

ello. En los años 60, cuando la actividad

hotelera representaba una novedad

absoluta, nadie se planteaba si duraría

poco o mucho, ni tampoco si tendría

consecuencias a largo término. La forma

de actuar de aquellos momentos era a

corto plazo, aprovechando la ausencia de

planificación para improvisar y seguir la

política de hechos consumados.

Así se explica la baja calidad urbanística

del conjunto de la Platja de Palma. La

mayoría de los establecimientos aspiraban

a ocupar la primera fila, enfrente mismo del

mar. Con ello se creó una auténtica barrera

urbanística, de altura desproporcionada

y unos parámetros arquitectónicos muy

deficientes. Lo mismo puede decirse de la

concepción de muchos edificios, de sus

materiales, de su aspecto, incluso de su

funcionalidad.

La homogeneidad del frente marítimo es

hoy uno de los problemas más evidentes.

Al contrario de lo que imaginó el arquitecto

Bennàssar a principios de siglo, aquí no se

optó por una “ciudad jardín” sino por un

modelo periurbano. Con el agravante de que

las mayores alturas son precisamente las

que están más cerca del mar. Eso desfiguró

gravemente el perfil del paisaje, y creó

un ambiente urbano de segunda fila, sin

caracteres que le aseguraran un atractivo

para el futuro. No hay un criterio urbanístico

coherente, sino una amalgama de poca

calidad estética. Con un parque inmobiliario

muy deteriorado por el paso del tiempo.

AHPP

Page 31: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

31

La monotonía y banalidad de ese entorno

se agravan con la falta de equipamientos

públicos, que sólo muy lentamente se ha

ido subsanando. El espacio público ha

estado siempre en función de los intereses

privados. Eso se aprecia en la preeminencia

de lugares pensados para automóviles

sobre los espacios de uso común. A lo que

se une el problema de los accesos, que

con el tiempo han devenido absolutamente

impropios para un centro turístico de la

envergadura de la Platja de Palma. Además

del déficit de transportes públicos eficaces

que comuniquen la zona turística con la

capital y el resto de la isla.

Urbanísticamente hablando, la Platja de

Palma contiene un conjunto anticuado y con

graves carencias de fondo.

Encrucijada socialLa actividad turística y el urbanismo marcan

un tercer ámbito: el social. Aquí la Platja

de Palma también se encuentra en una

difícil encrucijada. La puesta en marcha de

hoteles y restaurantes generó primero una

inmigración peninsular, a la que se unió más

tarde la mano de obra extranjera. En estos

momentos, la polarización social se acentúa

cada día más.

Socialmente hablando, la Platja de Palma

es un aglomerado de antiguos residentes,

dueños de segundas residencias, turistas,

trabajadores y personas en la frontera de

la exclusión social, que se aprovechan del

mundo turístico para cometer pequeños

delitos y vivir a salto de mata. El problema

de la inseguridad ciudadana ha ido

creciendo con el tiempo, hasta convertirse

en un tema que parece irresoluble. Es una

realidad que daña profundamente la imagen

de marca, y que ha convertido lo que antes

se tenía por un lugar tranquilo y residencial

en una especie de suburbio conflictivo.

El antiguo Caserío de los Republicanos,

orgulloso de su carácter “arenaler”, ha ido

perdiendo sus señas de identidad. Sólo

en una pequeña parte se mantiene ese

legado de otros tiempos, el hilo conductor

que sitúa a una población dentro de su

contexto histórico. La realidad actual apenas

tiene que ver con el pasado, se ha roto el

conocimiento transmisor.

El caldo de cultivo de todo ello es la

precariedad laboral de muchos trabajadores,

el bajo nivel salarial dado el poco volumen

de negocio, la falta de una política eficaz

de integración en el caso de la población

inmigrada, el alto índice de fracaso escolar,

la formación profesional deficiente. Es como

si la degradación urbanística se reflejase en

ese espejo de realidades humanas. Hasta

tal punto que resulta difícil separar una

de otra. Las viviendas sin condiciones, los

barrios ruidosos, las calles sin servicios.

Resulta asombroso encontrar en algunas

zonas de la Platja de Palma un mosaico a

base de coquetas villas de recreo, antiguas

canteras, pensiones cerradas ocupadas

por inmigrantes, sótanos sin condiciones

higiénicas habitados por familias, hoteles,

restaurantes, edificios a medio acabar,

paseos y callejones. Como si en algunos

aspectos el destino turístico puntero

compartiera urbanismo con un

auténtico “ghetto”.

En los años 60, cuando la actividad hotelera representaba una novedad absoluta, nadie se planteaba si duraría poco o mucho, ni tampoco si tendría consecuencias a largo término.

Page 32: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

32

El agotamiento del tejido productivo también

influye en los pequeños comerciantes o

empresarios, que ven cómo su modelo

parece destinado a desaparecer sin que

puedan evitarlo.

El desafío social depende de la economía

y el urbanismo. Y resulta tan trascendental

como estos.

Un entorno natural sometido a presión Uno de los temas que más urgentemente se

plantea en estos momentos es la prevención

del cambio climático. Los estudios

científicos confirman esta tendencia, que

por supuesto afectará de lleno a la actividad

turística.

Este cambio es un fenómeno global, que

incumbe a todo el planeta. Pero localmente

tiene incidencias diferentes y también puede

ser detectado con mayor facilidad. Según los

estudios que maneja el IMEDEA (Instituto

Mediterráneo de Estudios Avanzados), queda

en evidencia la subida de la temperatura

media atmosférica en la zona de la Platja

de Palma. Gracias sobre todo a los datos

suministrados por el cercano aeropuerto de

Son Sant Joan.

Para 2050, las previsiones anuncian un

incremento de 0’3 grados por década

en los primeros diez metros de agua.

Eso supondría una temperatura media

de 20’5 grados frente a los 19 actuales.

Como consecuencia, aumentará la

salinidad. Estas dos variables permiten

calcular que la subida del nivel del mar

en la Platja de Palma será superior a la

media mediterránea. Mientras ésta se cifra

en 0’18 cms. por década, en la Platja de

Palma sería de 0’87 cms. por década. En

estas previsiones habría que tener presente

también la componente atmosférica y la

masa que provenga del deshielo. Con todos

esos datos en la mano, se puede suponer

que en 2050 el nivel del mar en la Platja

de Palma se sitúe entre 5 y 13 cms. más

elevado que el actual.

Otro parámetro que hoy en día resulta

imprescindible es el de la biodiversidad.

El carácter urbano de la Platja de Palma

pone en peligro la existencia de especies

y ecosistemas valiosos. Así ocurre con los

pinares y maquias o garrigas mediterráneas

que han caracterizado el paisaje de

este lugar, deformadas por la intrusión

urbanística y convertidas a veces en

auténticos basureros.

Las praderas de Posidonia oceánica son las

mismas que suministraron durante siglos

“s’alga” que los campesinos iban a buscar.

Es una planta de vital importancia, tanto

por su condición de albergue y criadero

de especies marinas, como por su función

fijadora de la arena. En la actualidad, las

praderas de esta zona se encuentran en

mal estado y sufren además un excesivo

aporte de materia orgánica, debido a la

concentración humana.

Lo mismo puede decirse del humedal de

Ses Fontanelles, un resto de las extensas

marismas que en otros tiempos cubrieron

la zona y la mayor zona húmeda del sur

de la isla. Las lagunas presentan períodos

prolongados de anoxia o falta de oxígeno

y padecen los efectos de la alta presión

urbanística que las rodea. Su perímetro

Con todos esos datos en la mano, la previsión para 2050 es que el nivel del mar en la Platja de Palma se sitúe entre 5 y 13 cms. más elevado que el actual.

Page 33: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

33

inicial ha ido reduciéndose paulatinamente

a causa de las obras de drenaje y las

canalizaciones. Lo que, sumado al relleno

de escombros, ha ocasionado un desajuste

importante del ciclo hidrológico. Ses

Fontanelles son sin duda la zona natural de

mayor interés de la Platja de Palma y allí

se encuentra la planta endémica Limonium

barceloi. Está incluida en la “lista roja”

nacional y también sobrevive en la zona de

Son Verí y el Torrent des Jueus. La población

actual se reduce a unos 300 individuos.

Otras especies vegetales y animales

representan valores naturales que obligan

a conservar este patrimonio. Aspecto que

no se ha tenido en cuenta a lo largo del

desarrollo urbanístico hasta hace muy poco.

Un problema grave es el de la calidad de

las aguas. Los análisis realizados hasta el

momento detectan un incremento de las

bacterias indicadoras de contaminación

fecal. Así como la proliferación de biomasa

a causa de la descarga de nutrientes,

causada por el uso intensivo de aguas

depuradas y por la fertilización agrícola. No

hay que olvidar que el cercano Pla de Sant

Jordi es, junto al eje Inca-Sa Pobla, la zona

de cultivo más productiva de la isla. Para

evitar los problemas de salinización de los

acuíferos se emplean aguas depuradas, lo

que favorece la eutrofización o aumento de

nutrientes. Hasta índices que sobrepasan los

límites legales.

La cercanía de Palma produce otra

cadena de problemas relacionados con

la calidad de las aguas. Así, cuando se

producen fuertes lluvias los torrentes llevan

sus aportes hasta el mar. Los vertidos

incontrolados, la separación incompleta

de las redes de pluviales y fecales, así

como el insuficiente tratamiento de las

aguas residuales son responsables de la

contaminación fecal en la zona de la Platja

de Palma. Un arco costero muy sensible a

la acción de torrentes, emisarios y puertos

situados en la bahía.

También el ecosistema urbano produce

sus propios problemas ambientales.

Desde la introducción de especies invasoras

(vegetales como el Carpobrotus o el Aloe,

animales como el gato feral y la rata negra),

hasta los depósitos de escombros o las

infraestructuras abandonadas. A lo que hay

que sumar problemas como los residuos,

considerables en un centro turístico, o la

contaminación acústica y lumínica.

El indicador de futuro en lo medioambiental

se basa en la sostenibilidad. Y es más que

evidente que la actual situación de la Platja

de Palma no cumple con esa condición.

AHPP

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34

Qué pasa si no se hace nadaCualquier persona sensata, sin necesidad de

ser un experto, comprende que todo cuanto

hemos ido recogiendo supone una auténtica

incógnita cara al futuro. ¿Qué pasa si todo

sigue igual? ¿Qué ocurre si no se hace

nada?

Las previsiones son rotundas. De no

tomarse medidas, en los próximos veinte

años disminuirán la ocupación hotelera, el

volumen de negocio y con ello el índice de

prosperidad. Las estancias turísticas serán

menos y más cortas.

Si continúa el monocultivo del producto “sol

y playa” se bloqueará la puesta en marcha

de nuevos atractivos, y con ellos se perderá

la posibilidad de obtener inversiones. Esta

situación dejaría a la Platja de Palma en

inferioridad de condiciones frente a los

destinos competidores que sí que mejoren

su oferta.

Eso supondrá la pérdida de puestos de

trabajo y el crecimiento de la precariedad

laboral. El índice de bienestar empeorará y

generará una agudización de las tensiones

sociales. Las bolsas de exclusión social y

delincuencia pueden aumentar.

En los campos medioambiental y

urbanístico el horizonte también resulta

sombrío. El paisaje urbano estaría

condenado a una homogeneización por

lo bajo, como resultado de la expansión

de comercios de baja calidad. La presión

urbana puede aumentar hasta extremos

insostenibles sobre los recursos naturales.

Se consolidaría la degradación de área

situada alrededor de la autovía. Y el

crecimiento del tejido urbano seguiría

modificando las zonas naturales todavía

existentes.

Los problemas de contaminación del agua

se agravarían. La Platja de Palma sufriría

los efectos de un cambio climático que no

habría contribuido a evitar.

La conclusión resulta tan elemental como

devastadora.

¿Qué hacer para evitarlo?

Si continúa el monocultivo del producto “sol y playa” se bloqueará la puesta en marcha de nuevos atractivos, y con ellos se perderá la posibilidad de obtener inversiones.

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Capítulo 3

Un paseo por la Platja de Palma

de 2025

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Una renovación integral Proyectémonos ahora hacia el futuro.

Quién sabe los medios de conocimiento

geográfico que existirán de aquí a veinte

años. Pero supongamos que podemos seguir

empleando la fotografía de satélite, mucho

más perfeccionada. Imaginemos que nos

asomamos a la misma imagen de la Platja

de Palma en el Google Earth de 2025.

¿Qué vemos?

El mar, la curva de la bahía, los colores,

la morfología sigue igual. Tal vez con

alguna variación en el nivel del mar que

no podemos apreciar desde la altura. Pero

enseguida notamos un cambio sustancial.

Si en 2010 apreciábamos el choque entre

varias piezas que no casaban, ahora en

cambio la visión es diferente. Para empezar,

la línea compacta de cemento que reseguía

el perfil del mar se ha roto. En muchos

lugares se percibe la existencia de edificios

y manzanas. Pero están aisladas, componen

sistemas geométricos y regulares. Están

separadas por zonas verdes, por espacios

vacíos. Ya no se produce aquella sensación

un poco angustiante de congestión

edificativa. La costa aparece esponjada y

distendida.

La disposición regular de los espacios

urbanísticos sugiere desde el espacio

una planificación, un plan preestablecido.

Puedes adivinar la existencia de diferentes

centros o núcleos, cada uno con su propia

disposición. Distintos pero relacionados

entre ellos, formando parte de un mismo

sistema que “respira”, “dialoga”.

Ya no existe una retícula caótica de calles

y caminos. Las vías de acceso están bien

definidas, y dentro de las diferentes zonas

urbanísticas las calles se intercalan con

espacios vacíos y zonas de vegetación. Si

antes la imagen suscitaba la analogía de un

borrón, de una mancha, ahora parece una

escritura. Una palabra compuesta por letras

y espacios en blanco. Con un significado.

Si te fijas más, compruebas que la

antigua separación entre zona urbanizada

y paisaje rural ha quedado desdibujada.

La aglomeración urbana ha ido perdiendo

densidad para dejar entrar manchas de

bosque, de campos. Existen caminos que

se internan por los alrededores. Todo indica

que ambos mundos ya no se dan la espalda,

sino que caminan en una misma dirección.

Lo mismo se podría decir de la relación con

la ciudad de Palma. Se puede distinguir la

existencia de una vía de enlace, el trazado

continuo de las comunicaciones que llevan

de la ciudad a la Platja de Palma. También

en este caso se ha roto la barrera de un

paisaje perimetral y degradado, que rodeaba

como una fea alambrada a la capital

mallorquina. Por el mar, la bahía se integra

suavemente en su realidad urbana.

Si antes el espacio urbano suscitaba la analogía de un borrón, de una mancha, ahora parece una escritura. Una palabra compuesta por letras y espacios en blanco. Con un significado.

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Contemplas los alrededores, y parece claro

que la población turística de la Platja de

Palma está relacionada con una serie de

espacios cercanos. Hacia los acantilados de

Cap Enderrocat, por el interior del bosque,

siguiendo los torrentes, en los espacios de

las canteras. Adivinas itinerarios, lugares

de interés, senderos. Las ramificaciones

salen del núcleo urbano y se extienden a su

alrededor como símbolo de la curiosidad y

el conocimiento.

El mapa de esa realidad, siendo el mismo

lugar geográfico, ha cambiado por completo.

con sólo contemplar esa imagen te das

cuenta.

¿Qué ha pasado?

Estamos viendo el resultado de una

acción colectiva, de un esfuerzo que en

un determinado momento podía parecer

utópico. Como las iniciativas de los pioneros

del turismo, que apostaron por aquello

en lo que poca gente creía. Siguieron

adelante a pesar de la desconfianza o el

desconocimiento. Y al final funcionó.

Esa Platja de Palma de 2025 es el

producto de una iniciativa que nace el año

2005. Cuando se constituye el Consorcio

Urbanístico de la Platja de Palma. Para

enfrentar todos los problemas acumulados

durante los últimos años, se toma una

decisión radical. Elaborar un Proyecto de

Renovación Integral de la Platja de Palma.

Eso supone una experiencia piloto no

sólo a nivel insular, sino también a escala

nacional. Representa una idea simétrica al

“boom” y los inicios. Si entonces los temas

se resolvían sobre la marcha, con ilusión

e iniciativa, ahora se trata de acometer

algo igualmente novedoso e ilusionante.

Poner las bases del turismo del siglo XXI de

una forma integral, planificada, estudiada.

Abandonar la inercia y cambiarla por una

planificación futurista.

Experiencias como las de Miami o la reforma

de Bilbao demuestran que cambiar la

realidad es posible. La Platja de Palma, en

ese 2025, se ha convertido en un ejemplo.

Un referente a nivel mundial.

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Experiencias como las de Miami o Bilbao demuestran que cambiar la realidad es posible. La Platja de Palma, en ese 2025, se ha convertido en un ejemplo. Un referente a nivel mundial.

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Seguimos en 2025. Hemos subido al moderno tranvía que comunica Palma con su playa. Desde el primer momento, algo nos llama la atención. La gente.

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Los nuevos turistasSeguimos en 2025. Hemos subido al

moderno tranvía que comunica Palma con

su playa. Desde el primer momento, algo

nos llama la atención. La gente. Para un

ciudadano de 2010 la Platja de Palma se

caracteriza por un cierto tipo de turismo,

con muchos jóvenes que busca diversión

a espuertas, visitantes de nivel económico

reducido, grupos que acuden sobre todo por

los precios baratos y no se interesan más

que por la playa y la discoteca.

Sin embargo, los turistas con los que

nos encontramos responden a un perfil

diferente. En primer lugar ya no predomina

exclusivamente la nacionalidad alemana,

sino que se reparte entre visitantes

españoles y de países cercanos como

Francia, Italia o los Países Bajos. El aumento

del precio del combustible ha acabado con

el “turismo de largo recorrido”, estimulando

mercados más próximos. Es un público más

maduro, con un nivel de ingresos medio-

alto, por su aspecto podemos adivinar que

no están en la Platja de Palma sólo por la

cerveza y la sombrilla. Parece gente exigente,

interesada en los incentivos del lugar donde

se encuentran. Adivinas que saben lo que

buscan, se informan. Los ves consultando

datos en sus móviles, que probablemente en

2025 habrán sustituido a los ordenadores

portátiles.

No es que se haya producido una mutación

espontánea. Se trata del resultado de una

acción continuada y muy bien pensada.

Los estudios del Proyecto de Renovación

Integral calcularon la existencia de diversos

mercados. El denominado “mercado de

vacaciones” supone en Europa un potencial

de 120 millones de turistas. El “mercado de

viajes”, unos 40 millones.

Estos dos sectores son mercados genéricos,

masivos, pero existen otros cuatro con

intereses más específicos. Como el mercado

de la salud y el bienestar. Un sector

emergente que se basa en los centros de

“wellness”, con actividades relacionadas con

la salud física, los “spa”, las terapias, etc.

En Europa supone en estos momentos un

potencial de 10 millones de turistas.

Otro mercado genérico en alza es el

que se basa en actividades deportivas.

Desde excursiones en bicicleta o kayak a

actividades de montaña, senderismo,

buceo, etc.

Los viajes con interés especial, es decir

aquellos que se dirigen a un atractivo

en particular como pueden ser algunos

temas culturales, también suponen unos

10 millones de turistas potenciales. Y

finalmente, el mercado de las reuniones de

empresa significa un sector muy amplio,

donde se combinan prácticamente todos

los atractivos anteriores para complementar

unos días de trabajo: convenciones,

seminarios, reuniones, etc.

Los viajes con interés especial, es decir aquellos que se dirigen a un atractivo en particular como pueden ser algunos temas culturales, también suponen unos 10 millones de turistas.

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El gran cambio en la tipología del turismo

que apreciamos en el tranvía es el resultado

de una actuación coherente y voluntaria

por sacar a la Platja de Palma de una sola

categoría: la del “mercado de vacaciones”.

Esa línea de actuación tenía una base

filosófica: reducir el número de turistas.

Abandonar la idea de que la cantidad suple

a la calidad. El Plan de Reforma Integral

contempla una disminución del 29 % en las

cantidades de visitantes. Todo lo contrario de

los célebres “turistas número...” de los años

del “boom”. Se trata de cambiar el modelo

actual de 43.000 plazas turísticas por una

media de 21.000, con una estacionalidad

mucho menos marcada.

A cambio, se pusieron en marcha estrategias

para conseguir un nuevo modelo de cliente.

Ese mismo que contemplamos en el tranvía.

Un público que busca sobre todo nuevos

estímulos, experiencias, y no la repetición

de la fórmula playa-sol-discoteca.

Para ello se ha construido una nueva

oferta basada en lo que los sociólogos

llamarían “emociones positivas”. Es decir:

el ocio experiencial dentro de un entorno

mediterráneo seguro y armónico.

Ese turista más innovador puede elevar el

nivel de gastos medios, hasta llegar a los

158 euros diarios frente a los 65 actuales.

Eso supone que los ingresos turísticos se

duplican. De los 612 millones de euros

anuales a los 1.000.

Al principio podía parecer un cambio

conceptual, una idea. Pero la puesta en

marcha de ideas eficaces, apoyadas con

los medios suficientes, llega a cambiar el

mundo. Porque la sustitución del antiguo

turismo de masas por ese de intereses

más genéricos ha generado todo un

dominó económico. La oferta comercial se

ha reducido pero ha ganado en calidad.

Al aumentar el nivel de la marca, se han

obtenido más inversiones. La Platja de

Palma ha dejado de ser un lugar de escasa

rentabilidad, para convertirse en un destino

puntero en el cual muchas empresas

quieren tener nuevos horizontes de negocio.

Se ha roto por fin el círculo vicioso que

atenazaba el futuro de este destino.

Y el indicio son esos turistas que consultan

su móvil o contemplan la llegada a la Platja

de Palma desde el tranvía. Los accesos a

la zona turística han cambiado mucho. Ese

espacio de bienvenida ya no es suburbial,

sino emblemático. Integrado en el paisaje,

simboliza la puerta de entrada a Mallorca

para todos los que llegan por el aeropuerto.

Con una categoría estética y urbanística

acorde a tal significación. Zonas verdes,

plazas, obras de arte. No tienes la impresión

de llegar a la parte trasera de una barriada

turística, sino que el protocolo urbanístico

y estético te está mostrando las virtudes

y posibilidades al lugar en el que estás

entrando.

Ese turista más innovador puede elevar el nivel de gastos medios, hasta llegar a los 158 euros diarios frente a los 65 actuales. Eso supone que los ingresos turísticos se duplican.

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Es lo que en el proyecto se ha denominado “centros de pueblo”. Los núcleos aglutinan los elementos urbanos de vida cotidiana, pero unidos a una determinada experiencia turística.

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Otra percepción del turismoCuando llegamos a la Platja de Palma,

la imagen nos sorprende. Estamos

acostumbrados a un escenario de

edificios que cuentan con bastantes

alturas, separados por calles en ocasiones

demasiado estrechas. Los hoteles solían

tener una fachada-pantalla dirigida al mar, y

en su base se abrían numerosos comercios

que compiten a veces de forma estridente

con sus rótulos.

En la etapa anterior, el paso de los coches,

la gente, la densidad urbanística, constituía

una especie de elemento impulsor hacia

la playa y el mar. Porque allí todo es

espacio, amplitud, horizonte. Cambias el

sonido urbano por la música de las olas.

La vida en un centro turístico de esas

características supone una especie de

péndulo entre el vacío de la playa bajo el sol

y el abigarramiento de las horas de bares,

restaurantes y discotecas.

Sin embargo, en esa Platja de Palma

de 2025 nos encontramos con una

primera novedad. Ya no estamos en una

acumulación de pequeños núcleos que han

ido creciendo hasta unirse unos con otros:

Can Pastilla, Sometimes, Las Maravillas, Ses

Cadenes, S’Arenal... Esa lógica urbanística

ha desaparecido.

El tejido construido se ha ido modelando

según otro criterio. No se trata de la mera

superposición, sino de una racionalización.

Cada espacio se ha modelado según unos

determinados objetivos, para convertirse

en un núcleo de interés propio. Es lo que

en el proyecto se ha denominado “centros

de pueblo”. Los núcleos aglutinan los

elementos urbanos de vida cotidiana,

pero unidos a una determinada

experiencia turística.

Así, el turista se encuentra por ejemplo

un Pueblo Mediterráneo en Can Pastilla,

un Centro Lifestyle basado en la salud

en Sometimes. Las Maravillas funciona

como un Centro Animado, concentrando

determinadas ofertas de ocio, y en cambio

S’Arenal ha rescatado parte de su antiguo

patrimonio con la función de un Pueblo

de Pescadores.

El diseño de estos núcleos, que

están singularizados pero a la vez

interrelacionados entre sí, se ha hecho

a partir de unos puntos temáticos. Es lo

que los técnicos denominan “catedrales”.

Lugares con un alto índice de atractivo que

permiten sustentar un tejido urbanístico y

una oferta temática a su alrededor. Es el

caso por ejemplo de un edificio vanguardista

que nos llama enseguida la atención. Se

trata del Centro Mediterráneo. Otro polo

de atención son un Palacio de Danza,

Música y Espectáculos, capaz de concitar la

atención de un público internacional. Aquí

se presenta una oferta de primera fila, capaz

de competir con los festivales más notorios

del país. Con la gran ventaja de un entorno

muy especial.

Cada espacio se ha modelado según unos determinados objetivos, para convertirse en un núcleo de interés propio. Es lo que en el proyecto se ha denominado “centros de pueblo”.

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49

Lo mismo ocurre con un hotel presentado

como “el más Bio del mundo”, donde los

clientes cuentan con el atractivo especial de

saber que todo está calculado de la forma

más sostenible posible. Es un gran avance

y también un refuerzo para la autoestima

turística.

También la zona natural de Ses Fontanelles

ha dejado de ser un derrelicto. Ya no

está aislada, invadida por los escombros,

ignorada. Sino que se ha convertido en

un espacio protegido. Lo merece, al ser el

último testimonio de aquellas marismas

primigenias que marcaron este paisaje. Pero

al mismo tiempo no se trata de un recurso

cerrado, meramente conservacional. Juega

también un papel destacadísimo como

elemento didáctico, con un aviario y centro

de interpretación, con rincones para la

observación de las especies y zonas de

uso público.

El visitante de ese 2025 llega al inicio de la

zona acantilada y tiene a su disposición un

inmenso mirador sobre la bahía. La costa

de Son Verí cuenta con un paseo diseñado

para el disfrute de esa panorámica, y que

aprovecha también como elemento singular

las antiguas canteras al borde del mar, un

paisaje hoy en total degradación.

El viejo fuerte de Cap Enderrocat, que tanto

contribuyó a la historia de la Platja de

Palma, sigue jugando un importante papel.

Después de quedar inutilizado y restar vacío

mucho tiempo, ha sido reacondicionado

como un hotel de 6 estrellas. Un centro de

interés que ofrece la naturaleza en estado

virgen, las vistas soberbias, las viejas

construcciones, junto con otros alicientes

como la tecnología punta o una gastronomía

de alto nivel.

Ese diseño de “catedrales” o centros

de interés permite, en un segundo nivel,

rescatar otros elementos destacables que

anteriormente permanecían ignorados. Por

ejemplo, el extenso pinar de la Porciúncula

supone un homenaje a los bosques

mediterráneos que cubrieron esta costa

durante siglos. Al reconocerse su entidad

natural se garantiza la conservación y al

mismo tiempo puede servir de atractivo,

con una señalética didáctica e itinerarios

para su disfrute.

El Torrent des Jueus, que también jugó

siempre un papel destacado, deja de ser

una vaguada dejada a su suerte para

constituir un elemento simbólico de la

Platja de Palma. Desde el topónimo, que

recuerda la huída de los conversos a los

que perseguía la Inquisición en el siglo XVII,

a su función divisoria entre los términos

de Palma y Llucmajor. Sin olvidar el rico

ecosistema del torrente o la existencia

del majestuoso viaducto del tren. De ser

un reducto desaprovechado ha pasado a

representar una zona con itinerarios, paneles

explicativos, y una preservación asegurada

del medio natural.

“El hotel más Bio del mundo”, donde los clientes cuentan con el atractivo especial de saber que todo está calculado de la forma más sostenible posible.

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El Torrent des Jueus, que también jugó siempre un papel destacado, deja de ser una vaguada dejada a su suerte para constituir un elemento simbólico de la Platja de Palma.

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Siguiendo esta misma lógica, incluso

las playas están dispuestas de forma

temática. Para que el baño no sea una

misma experiencia en todo el arco arenoso,

sino que los amantes de la vivencia

tranquila y ensoñadora no coincidan por

ejemplo con los que practican deportes.

Una parte de la playa se mantiene en

estado natural, otra se convierte en paseo

mediterráneo con bares y terrazas, otra en

un bulevar. Todo se basa en un análisis de la

experiencia. En un trabajo de diversificación

de los distintos atractivos que coinciden en

la Platja de Palma.

Naturalmente, los hoteles participan en

ello. Paseamos por la Platja de Palma del

futuro y apreciamos enseguida un cambio.

Los nuevos edificios y los reformados evitan

el fallo que se cometió en la época de

los pioneros. Entonces se adoptaron los

principios estéticos del momento, aquello

que en los años 60 o 70 se consideraban

“moderno” y que luego ha envejecido. Hasta

convertirse en una visible exposición de

criterios ya obsoletos.

Ahora, el paseante no contempla hoteles-

torre, ni grandes fachadas-cortina. Las

nuevas edificaciones y las reformas se han

pensado teniendo en cuenta el futuro. Y para

asegurar esa pervivencia qué mejor que

recurrir también a las raíces. Se combinan

así elementos muy avanzados con los estilos

tradicionales mallorquines, extrapolando

aquella estética sencilla y mediterránea de

la Platja de Palma de principios del siglo XX.

Dándole a la arquitectura un carácter que

complementa, valora, aún más el paisaje en

lugar de enfrentarse a él.

La rehabilitación de los antiguos edificios

se ha realizado de forma muy controlada.

Y para ello ha sido muy eficaz el sello de

Calidad Ambiental, que certifica los criterios

que se han empleado en las construcciones.

Asegura que sean adecuados a las nuevas

exigencias de sostenibilidad y mínimo

impacto. Gracias a ello, una parte del

parque inmobiliario ha dejado de ser una

carga para convertirse en un inversión de

futuro.

La reforma urbanística ha tenido en

cuenta los edificios singulares y de valor

histórico. El paseante puede contemplar

las primeras casas de la Platja de Palma,

con su estructura sencilla y mediterránea,

bien conservadas y explicadas. Los viejos

elementos urbanos como aljibes o “parets

seques”, los locales de más tradición como

comercios o cafés, han sido restaurados

y además cuentan con una explicación

rotulada que realza su valor. No sólo no se

ha perdido el valor “de siempre”, sino que

ese patrimonio se ha rescatado del olvido y

la mezcolanza para hacer de él un elemento

más de atractivo turístico.

También ha cambiado la retícula urbana.

Ya no cruzas por calles estrechas, donde

aparcan los coches o cuesta caminar por

culpa de la estrechez de las aceras. Las

calles son amplias, arboladas. La movilidad

se ha revisado según los criterios de nuestro

tiempo. Eso supone una preeminencia de

espacios comunes, una reducción del tráfico

y una racionalización de los aparcamientos.

Y también la habilitación de carriles-bicis

que permiten desplazarse fácilmente.

Las nuevas edificaciones y las reformas se han pensado teniendo en cuenta el futuro. Y para asegurar esa pervivencia qué mejor que recurrir también a las raíces.

Page 53: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

53

Los turistas tienen a su disposición un

eficaz sistema de “bicing” o alquiler de

bicicletas, lo que evita mover los coches

para desplazamientos cortos. Lo mismo

puede decirse de los numerosos accesos

pensados para personas con movilidad

reducida. Se acabó la sensación de agobio y

de incomodidad.

El problema de los camiones y vehículos de

suministros se ha solucionado de una forma

muy racional. Habilitando en la parte exterior

de la zona un Centro de Consolidación

de Mercancías. Una especie de “estación

central de mercancías” de la Platja de

Palma, donde se realizan las operaciones

más pesadas de carga y descarga. El

traslado a los posteriores puntos de

suministro se hace de manera menos

impactante y de forma individual.

Y por supuesto, el tranvía. Se trata de

una gran transformación en el campo de

la movilidad, al permitir el traslado hasta

Palma de forma rápida y cómoda. Esta

línea ha supuesto, en versión siglo XXI, lo

que representó aquel tren de comienzos

del XX. La puesta en marcha de un sistema

de comunicación capaz de revolucionar

muchos aspectos de la vida cotidiana.

Además de evitar la congestión del tráfico, la

contaminación y el gasto energético.

En este proceso de transformación, los

hoteles de la Platja de Palma ya no tienen

una media de 3 estrellas. Han pasado a la

categoría superior, de 4 estrellas “plus”, y

eso se nota sobre todo en el personal y la

organización. Basta con entrar en cualquiera

de esos establecimientos hoteleros para

darte cuenta de que han sido planificados

por expertos en gestión turística. Cuentan

con los servicios adecuados para la

demanda de los clientes, y sobre todo han

incorporado las últimas tecnologías no sólo

pensando en los turistas (con sistemas

automatizados) sino en la propia gestión

interna de la empresa.

Todo ello ha sido posible porque existe una

Agencia de gestión de la Platja de Palma

que diseña y gestiona los procesos clave

de transformación. Se ha hecho un gran

trabajo para el rescate y promoción de la

marca, lo que obliga a un constante análisis

y al autoexamen. Pasaron a la historia los

tiempos de la improvisación. La Platja de

Palma tiene detrás una estrategia que aplica

las nuevas tecnologías en su márketing,

y que está obligada a seguir los últimos

avances para incorporarlos.

No ha sido una iniciativa unilateral.

Han colaborado tanto el sector público

como el privado, tanto hoteleros como

touroperadores o compañías aéreas.

La adhesión social ha sido un factor

imprescindible, porque la población ha

comprendido que se encontraba en un

momento histórico y que debía colaborar en

ese desafío. Lo que estaba en juego era el

futuro de todos.

Gracias a ello el mercado turístico global,

en ese lejano 2025, ha cambiado su

percepción sobre la Platja de Palma.

En lugar de representar un lugar de “sol y

cerveza” ha pasado a ser un ejemplo

a imitar.

La adhesión social ha sido un factor imprescindible, porque la población ha comprendido que se encontraba en un momento histórico y que debía colaborar en ese desafío.

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La nueva Platja de Palma tiene detrás una estrategia que aplica las nuevas tecnologías en su márketing, y que está obligada a seguir los últimos avances para incorporarlos.

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Un referente de sostenibilidad ambientalOtro elemento difícil de visualizar, pero

determinante, es el factor medioambiental.

En este ámbito el paso ha sido de gigante.

La Platja de Palma de 2025 no tiene

nada que ver con la del 2010 y mucho

menos con la del siglo XX. Las necesidades

medioambientales no sólo constituyen un

imperativo legal y también ético, sino que

con el aumento de la conciencia ciudadana,

lo ecológico ha terminado por convertirse en

un activo turístico.

Y la Platja de Palma puede en ese momento

colocar al lado de la arena, el mar, el sol,

los atractivos de ocio y culturales, otro

eslogan definitivo: es un destino turístico

ejemplarmente sostenible.

Cuando paseamos por sus calles no

podemos percibirlo de una forma directa,

pero sí inferirlo de muchos aspectos. Por

ejemplo, el objetivo de conseguir el Balance

0 de emisiones de C02 para 2050 resulta

fácil de adivinar en la racionalización del

tráfico automovilístico, el impulso a las

bicicletas, el uso del tranvía, la ausencia

de contaminación por la combustión de

calefacciones. La impresión inconsciente

que recibe el viajero es la de un lugar

“limpio”, gestionado de una forma muy

avanzada y exigente.

Es una realidad que no se ha conseguido

sólo con una planificación rigurosa, sino

también por medio de un seguimiento diario.

Es el trabajo por ejemplo del Ente Energético

de la Platja de Palma, que centraliza todo lo

relacionado con la energía.

La eficiencia energética es total. El

balance se basa en un 100 % de utilización

de energías renovables. Se han terminado

los despilfarros de electricidad, agua

caliente, sistemas de combustión. Los

hoteles y los edificios residenciales cuentan

con energías alternativas para suplir al

máximo las convencionales, pero por otro

lado también utilizan sistemas de reciclaje

y de ahorro energético. Para centralizar los

centros de producción de estas tecnologías

limpias se han habilitado fuera del núcleo

urbanístico unas centrales, desde las cuales

se sirve la energía al centro. Es el concepto

de “turismo responsable” que también forma

parte de la marca Platja de Palma.

Si la política energética resulta difícil de

ver, el tema de la calidad del agua resulta

algo más patente. En 2025, los análisis

del agua del mar han revelado un drástico

descenso en los niveles de contaminación.

Eso es consecuencia en primer lugar de una

actuación integral por eliminar los vertidos,

sean directos o sean a partir del lecho de

los torrentes de la zona que luego acaban

arrastrados hasta la costa. Al mismo tiempo

se han habilitado soluciones de drenaje

sostenible. De esta manera se ha evitado al

máximo el exceso de materia orgánica en las

aguas marinas y la contaminación fecal.

La impresión inconsciente que recibe el viajero es la de un lugar “limpio”, gestionado de una forma muy avanzada y exigente.

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De manera directa, eso ha supuesto la

conservación de las praderas de Posidonia.

Ya que el enturbiamiento de las aguas

supone un perjuicio para esas plantas, que

como tales realizan la función clorofílica

a partir de la luz solar aunque sea en el

fondo submarino. Otro aspecto importante

ha sido el abandono de la mal llamada

“regeneración” de playas, que consiste

simplemente en la succión de arenales

submarinos para ser depositados después en

un lugar distinto. Esta arena no consolidada

sólo dura un corto período, hasta que los

temporales de invierno se la llevan a causa

de su escasa fijación. Y justamente al

arrastrarla mar adentro perjudica de forma

colateral a las praderas de Posidonia. Son

precisamente las hojas de esta planta, la

famosa “alga”, las que contribuyen a fijar la

arena en la zona de vaivén.

Los estudios realizados revelan que la

superficie de arena no ha tenido una

pérdida significativa en los últimos años.

Después de la drástica remodelación

efectuada a finales de los años 80, cuando

el espacio playero aumentó nada menos que

en un 60 %. De todas formas, en ese futuro

2025 existe un sistema de control para

detectar el comportamiento morfodinámico

de la playa, como consecuencia del cambio

climático que a buen seguro afectará

también al nivel de la Platja de Palma.

Independientemente de sea cual sea ese

impacto, lo que está asegurado es que nada

de cuanto se haga en esta zona contribuirá

a ese cambio global. Sino que, por el

contrario, se tomarán todas las medidas

para compensarlo en la mayor

medida posible.

La sostenibilidad se asegura también en

lo que se refiere al agua potable. Todo

el sistema está pensado para eliminar al

menos un 35 % de consumo. Eso resulta

especialmente necesario en un destino

turístico, donde es fácil caer en el derroche

de agua. Los sistemas de hoteles y viviendas

están pensados para ello. Y también se ha

revisado y regenerado la red de canalización,

evitando ese porcentaje tan elevado que

suponen las pérdidas.

Lo mismo puede decirse de otro mal

endémico de todo núcleo vacacional: los

residuos. Se trata de una gran población

flotante y que además consume muchos

productos perecederos y genera una

cantidad importante de desperdicios, lo cual

a su vez ha representado durante mucho

tiempo un grave problema ecológico. El

principio a partir del cual se ha actuado

ha sido “0 residuos al vertedero”. Se trata

de establecer un ciclo de vida circular para

cualquier materia desechada. Es decir,

un sistema de reciclaje que reaproveche

los diferentes materiales, seleccionados

preferentemente en origen, evitando su

acumulación inerte. En ese aspecto, la Platja

de Palma se convierte en otro referente

internacional al conseguir que sus miles

de visitantes no amontonen ningún tipo

de residuo contaminante ni obliguen a un

costoso sistema de eliminación. El sistema

circular permite que nada se pierda y que no

se causen daños al medio ambiente.

Todo el sistema está pensado para eliminar al menos un 35 % de consumo. Eso resulta especialmente necesario en un destino turístico, donde es fácil caer en el derroche de agua.

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Los hoteles y los edificios residenciales cuentan con energías alternativas para suplir al máximo las convencionales, y también utilizan sistemas de reciclaje y de ahorro energético.

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Volvamos a nuestro paseante. Percibirá otro

aspecto relacionado con el medio ambiente.

Y muy importante. La reducción del

impacto acústico.

Al lado del bullicio típico de los centros

turísticos de finales del siglo XX, la

Platja de Palma del 2025 resulta mucho

más silenciosa. Incluso en las zonas

inmediatas a la autovía ha descendido el

nivel de contaminación sonora. Eso se ha

conseguido instalando pantallas acústicas

y sobre todo pavimentando esa ruta con un

producto fonoreductor.

En cuanto al aeropuerto, el cumplimiento

riguroso de los niveles legales establecidos

por el documento SIRPA ha conseguido

reducir el impacto sonoro, tal como ha

ocurrido en poblaciones como Barcelona.

De manera que el turista no escucha ni

músicas estridentes, ni ruidos de motores

o claxons, ni el rumor lejano de la autovía.

Parece como si el sonido del mar y de

las zonas verdes fuera más próximo, más

perceptible. Eso, muy lejos de ser un

detalle irrelevante, constituye un factor

emocional de primer orden. Cualquier

psicólogo sabe del efecto enervante y

neurotizador de un ruido elevado que se

produce de forma continua.

Al reducir esa emisión, todo el conjunto

urbano se ha aproximado más a la

atmósfera sonora de sus orígenes. Al mar y

el viento pasando por las ramas de

los pinos.

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El factor socialLa realidad empresarial en la Platja de

Palma de 2025 es bien distinta a la de

veinte años atrás. El factor humano supone

un condicionante de primer orden, la punta

de lanza de cualquier acción colectiva,

y eso se ha tenido en cuenta. Este ha

sido el sentido, por ejemplo, del Plan de

Modernización Comercial. Una actuación

dirigida directamente a apoyar a la

pequeña y mediana empresa y a los nuevos

emprendedores.

Se trata de cambiar la realidad comercial

de la Platja de Palma. Y para ello hace falta

un perfil empresarial capaz de innovar, de

adaptarse al nuevo modelo turístico que

se ha generado. La acción de este Plan

incluye medidas regulatorias, fiscales,

financieras y organizativas. El resultado

son unas iniciativas empresariales que han

evolucionado desde los antiguos moldes y

ofrecen un panorama de negocio capaz de

satisfacer a la nueva clientela de la Platja

de Palma. Unos profesionales y directivos

que han incorporado a su gestión las nuevas

tecnologías, la exigencia de sostenibilidad y

los modernos cauces de comercialización.

Y que gracias al posicionamiento de esa

nueva oferta han logrado sobre todo atraer

inversiones al sector.

Y si hablamos de factor humano, hemos

de considerar que el mundo turístico no

se reduce a la explotación de una serie

de recursos. Ni queda encajonado en los

hoteles o las residencias. Detrás del mundo

turístico existe una amplia realidad humana

y social que transcurre de forma paralela al

mundo económico.

Durante una época del siglo XX se cultivó

la imagen de la “sombra social” del mundo

turístico. Eso supone que detrás de la

fachada de algunos destinos había una

realidad oculta de tipo social que no se

correspondía con los estándares de la

marca. Ese turismo de graves desigualdades,

donde el trabajador y el residente se

beneficiaban de la industria pero al mismo

tiempo pagaban un alto coste en calidad de

vida o laboral, pertenece al pasado.

El nuevo modelo que representa la Platja

de Palma parte de la ecuación de menos

cantidad igual a más calidad. Y en este

apartado también se incluyen más puestos

de trabajo, mayor profesionalidad y mejor

calidad de vida para los residentes.

Estamos por lo tanto ante una sociedad más

justa, más competitiva y más cohesionada.

Existe un empleo más estable, lejos de

los ciclos estacionales de otros tiempos.

Mejores horizontes laborales, superiores

condiciones de trabajo y también salarios

más elevados. El diálogo social y la

modernización empresarial ha permitido

un gran avance en ese territorio humano

que, a la postre, beneficia directamente a la

economía turística.

El factor humano supone la punta de lanza de cualquier acción colectiva, y eso se ha tenido en cuenta. Este ha sido el sentido de, por ejemplo, el Plan de Modernización Comercial.

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Estamos, en 2025, ante una sociedad más justa, más competitiva y más cohesionada. Existe un empleo más estable, lejos de los ciclos estacionales de otros tiempos.

Page 64: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

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Dos son los grandes campos que se

abren. En primer lugar, el laboral. El punto

de partida es un Protocolo de empleo

conseguido a partir del acuerdo entre

los agentes sociales y económicos. Era

un paso necesario para reducir el primer

impacto de la reconversión turística. Evitar

que los costes de ese proceso afectaran

a los trabajadores del sector. Para ello se

ha impulsado la formación y el reciclaje de

conocimientos, de manera que se puedan

cubrir los puestos de trabajo que surgen con

el nuevo modelo turístico.

Con esa finalidad se crea un Centro de

Formación que al mismo tiempo sirve

para canalizar las ofertas laborales a los

trabajadores de la zona. Y se lleva a cabo

una labor conjunta con las diferentes

administraciones que garantice el éxito de

esta gestión.

En la Platja de Palma del 2025 ha

desaparecido por lo tanto toda desigualdad

estructural en las relaciones laborales.

Los avances que se han conseguido en

el mercado turístico han repercutido

directamente en la profesionalidad y nivel de

vida de los trabajadores. La progresión hacia

adelante ha sido compartida por todos

los sectores.

Y no olvidemos el tema social. Porque

la reforma integral de la Platja de Palma

no se ha realizado pensando sólo en el

negocio turístico, sino también en la propia

población en sí. En su tejido social, en su

razón de ser.

Una primera prioridad es la educación.

Supone la base de cualquier sociedad, y

los problemas de desestructuración familiar

y fracaso escolar lastran gravemente los

cimientos de cualquier comunidad. Eso

explica que, al lado de las medidas de

reforma urbanística, de las iniciativas

de negocio turístico, de la aplicación de

nuevas tecnologías y paradigmas, no se

haya olvidado la educación. La respuesta

a esa necesidad ha sido un Plan de éxito

escolar cuyo objetivo es asegurar que los

estudiantes prolonguen sus estudios más

allá de la ESO, y en un segundo escalón

ayudar a la integración laboral.

Otra necesidad atendida es la cohesión

social. Ninguna iniciativa global puede

apoyarse en una sociedad con problemas

de desigualdad, marginación o inseguridad

ciudadana. Así, el primer esfuerzo fue

atender a las familias afectadas por el

proceso de reforma urbanística, a fin de

evitar que se provocaran situaciones de

pérdida de recursos. Ha sido un trabajo que

en 2025 ya no se aprecia, porque tuvo lugar

sobre todo en los primeros años. Cuando

muchas familias de repente veían cómo las

nuevas obras les afectaban directamente.

El cuidado por atenderlas fue paralelo a la

lenta reestructuración del tejido urbano.

Ninguna iniciativa global puede apoyarse en una sociedad con problemas de desigualdad, marginación o inseguridad ciudadana.

Page 65: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

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Al mismo tiempo se reparó un agravio que

fue general durante los primeros años

del turismo. El choque de culturas que se

produjo fue en detrimento de la identidad

local. Aparecieron numerosas mistificaciones

que bajo la etiqueta de lo “típico” crearon

una imagen enmascarada de la realidad.

En muchos casos, el turismo de masas

constituyó un factor de pérdida de señas de

identidad, tanto por ese arquetipo falseado

como por la movilidad de la población y la

mezcla de gente de diferentes orígenes.

Nada de eso aparece en la Platja de

Palma de 2025. La reforma integral ha

tenido en cuenta también la cohesión

identitaria. Se han recuperado los

emblemas de la historia de la Platja de

Palma. Desde enclaves paisajísticos como

Ses Fontanelles a testimonios etnológicos.

Así ocurre por ejemplo con el mundo de

las canteras. Recreado de forma didáctica

para explicar cómo fue la vida de aquellos

“trencadors” que pasaron gran parte de su

vida extrayendo bloques de piedra. En unas

condiciones de gran dureza.

No sólo se trata sin embargo de un

aspecto cultural. La mejora de los

equipamientos sociales ha favorecido un

amplio abanico de actividades: educativas,

de ocio, culturales, de salud, organizativas.

Se han creado las condiciones para una

sociedad civil activa y potente, que refuerce

la autoestima de una población que ha

dado un giro coperniciano a la actividad

turística. Que se ha colocado en cabeza y

ha reivindicado el nombre de la Platja de

Palma como marca de buen paisaje y

buen hacer.

Por lo tanto, esa Platja de Palma de 2025

no es un invento artificial, sino el producto

de una sociedad que la respalda. Que

ha intervenido activamente en su proceso

de realización, y que luego proyecta sus

valores en actividades, entidades, fiestas,

símbolos... El significado es la emoción

mediterránea, el civismo, la hospitalidad, la

multiculturalidad.

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La mejora de los equipamientos sociales ha favorecido un amplio abanico de actividades: educativas, de ocio, culturales, de salud, organizativas. Se han creado las condiciones para una sociedad civil activa y potente, que refuerce la autoestima de una población que ha dado un giro coperniciano a la actividad turística.

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En ese movimiento va implícita una lucha

contra la marginalidad. Las bolsas de

población en riesgo de exclusión social han

sido objeto de un programa concreto. Como

por ejemplo a través de una empresa de

inserción social, que ofrece posibilidades de

trabajo y ayuda a las personas que pasan

por una situación de este tipo.

Se trabaja activamente por la integración

de la población inmigrante, suprimiendo

cualquier tipo de desigualdad estructural

y facilitando la convivencia, la formación y

la cobertura social. Lo mismo ocurre con

respecto a los temas más importantes

relativos a la salud pública. No se ha

obviado este aspecto tan decisivo de la

calidad de vida. Existen programas piloto

preventivos dedicados a problemas sociales

como el alcoholismo, el tabaquismo, la

obesidad, los estilos de vida saludables, etc.

Toda aglomeración, y mucho más cuando

tiene las características del turismo,

produce un efecto indeseable como es la

delincuencia. La Platja de Palma de 2025 ha

pasado página de aquellos tiempos en que

su solo nombre era sinónimo de pequeños

hurtos, prostitución o consumo de droga.

Ha contribuido en gran manera el propio

urbanismo, al reconvertir zonas marginales y

degradadas en nuevos usos, y dignificar en

conjunto el modo de vida y la población de

este destino turístico. También ha jugado un

papel decisivo el trabajo social, evitando las

bolsas de pobreza o exclusión, y eliminando

poco a poco las situaciones conflictivas que

dan lugar a la actividad delictiva.

Durante todo ese proceso ha sido

fundamental la existencia de un

Observatorio de la Seguridad. Examinando

de forma constante los problemas y las

situaciones que podrían producirse en

un futuro. En ese tránsito, las labores de

prevención resultaron de gran eficacia. Y al

mismo tiempo se llevó a cabo un esfuerzo

por atender y ayudar a las víctimas de esos

delitos.

De manera que nuestro paseante camina

confiado. No percibe ningún tipo de

atmósfera enrarecida, si siente la existencia

de amenazas a su alrededor. La Platja de

Palma, en su acción social, ha creado un

código de comportamientos éticos. Unos

principios de convivencia y solidaridad

que están implícitos en las relaciones

entre turistas y residentes, trabajadores y

empresarios, particulares y administración.

Si muchos problemas sociales surgen de

su propio contexto, también puede decirse

lo contrario. Cuando un contexto crea unas

condiciones de prosperidad, avance y

autoestima, eso se traduce en una realidad

social.

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Si muchos problemas sociales surgen de su propio contexto, también puede decirse lo contrario. Cuando un contexto crea unas condiciones de prosperidad, avance y autoestima, eso se traduce en una realidad social.

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Por lo tanto, esa Platja de Palma de 2025 no es un invento artificial, sino el producto de una sociedad que la respalda. Que ha intervenido activamente en su proceso de realización, y que luego proyecta sus valores en actividades, entidades, fiestas, símbolos... El significado es la emoción mediterránea, el civismo, la hospitalidad, la multiculturalidad

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Capítulo 4

Cómo se hace la revalorización

integral

UN NUEVO CONTEXTO ECONÓMICO Y TURÍSTICO

Volvamos al presente. Hemos visto en un

“flash” imaginario el destino final de todo

este proceso de reforma, el objetivo a

cumplir. ¿Pero cómo se transforma una

realidad turística como la Platja de Palma de

nuestros días en algo tan distinto? ¿Cuál es

el proceso?

Antes de explicar ese mecanismo, debemos

ser conscientes de un hecho. El mundo

actual se encuentra en una encrucijada

histórica. Vivimos un nuevo contexto

económico, sin cuya valoración es imposible

hacer planes de futuro.

La reforma integral de la Platja de

Palma parte de esa evidencia, de este

conocimiento real. De lo contrario, sería un

mero ejercicio voluntarista, sin un anclaje

efectivo.

¿Y cuál es ese nuevo contexto?

Los analistas hablan de un cambio de

ciclo histórico y de época. Lo que hasta

hace unos años era válido ya no lo es. Hay

que tomar conciencia de ello. Y tratar de

identificar esos cambios, para valorar en

qué medida afectan a la realidad de la zona.

En este sentido, el Consorcio de la Platja

de Palma ha precisado seis escenarios

de futuro, a partir de los cuales se han

orientado las estrategias de actuación.

Page 74: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

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El PUNTO PRIMERO es la evidencia de un “cambio global”. No vivimos una crisis puntual

de tipo económico o financiero, sino que

estamos pagando la factura del progresivo

desbordamiento de la biocapacidad del

planeta.

La constante alteración de los ciclos vitales

de la biosfera, en temas como el clima

o la biodiversidad, así como la escasez

estructural de algunos recursos básicos

como el petróleo marcan profundamente

este momento histórico. Hay que ser

conscientes, por ejemplo, de que se acaba

la era del combustible abundante y barato.

Lo que obliga a nuevos usos energéticos.

El SEGUNDO PUNTO parte de una evidencia. Las incertidumbres del ciclo “post-crisis” no son pasajeras como muchos pretenden ni acabarán conduciendo al mismo modelo de “crecimiento ilimitado”. Por

el contrario esos efectos pueden durar

bastante tiempo, y nos llevarán a un futuro

donde los patrones de desarrollo serán

distintos.

El cambio climático y la cuestión energética

resultarán determinantes. Un cierto número

de países con necesidades energéticas

crecientes tropezarán para salir de la

crisis con el problema del encarecimiento

de los combustibles. Es previsible que la

resolución de sus dificultades económicas

quede estrangulada por el alza de los

precios del petróleo. Los tiempos en que

era más barato volar a Londres que pagar

el taxi al aeropuerto se están acabando.

Habrá que comprar, comer y viajar de forma

más inteligente. La energía nos costará

mucho más cara. Habrá que gastar menos y

aprovecharla mejor.

Un TERCER PUNTO de partida nos indica que la preocupación medioambiental será cada vez más determinante. Lo que indica

más presión social y mayor necesidad de

regular. Mientras los sectores más avanzados

se comprometen activamente con ese

cambio global, los viejos hábitos, las marcas

y los mitos consumistas, se deshacen en sus

contradicciones. A tal velocidad que cuesta

adivinar cuáles son los nuevos paradigmas a

emplear.

Algunos ejemplos son ilustrativos. Como

el caso de Detroit, la capital mundial del

automóvil que no supo prever el cambio

energético. O la explosión del “efecto

Dubai” como apoteosis de un urbanismo

ya obsoleto, de una opulencia insostenible

simbolizada por sus rascacielos. Los

referentes de lo que habrá de ser el siglo XXI

son diferentes, y apenas están empezando a

adivinarse.

Un CUARTO PUNTO se basa en una simple deducción. Teniendo en cuenta ese escenario global, el transporte y la aviación se verán afectados cada vez más por restricciones tanto ambientales como energéticas. La forma de viajar en el futuro será distinta,

y por lo tanto el mercado turístico cambiará

con ello.

El transporte constituye el segundo

generador de emisiones de gases de efecto

invernadero. Es por lo tanto uno de los

principales objetivos de los programas

internacionales de control climático. Cuando

se produzca el aumento del precio del crudo,

el sector aeronáutico - que hasta ahora ha

vivido una gran expansión - se encontrará

ante una situación de enorme complejidad.

Page 75: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

7575

No podrán mantenerse las condiciones,

precios y flujos actuales de los viajes en

avión. Ni la inmensa mayoría del engranaje

turístico que se fundamenta en este tipo de

transporte.

QUINTO PUNTO: el turismo se verá indefectiblemente afectado por ese cambio de época y sistema. Lo mismo ocurrirá

con la totalidad de las actividades

económicas en las que el precio del petróleo

pueda incidir. En estos momentos, el

turismo mueve, aloja y suministra servicios

vacacionales a unos 900 millones de

turistas en todo el mundo. Un sector de

tanto calado tendrá que reposicionarse a la

fuerza ante los cambios que se avecinan.

Eso significa por ejemplo: retroceso en

la tendencia al alza de los viajes “low

cost”; más regulación sobre las emisiones

causadas por el tráfico aéreo por cuestiones

climáticas; cambios en los hábitos de vida

consumistas que incluyen las vacaciones

anuales; y una nueva vivencia, ya que al

salir más caro un viaje largo se buscarán

destinos más cercanos, pero que a cambio

proporcionen un bagaje experiencial más

intenso.

El SEXTO PUNTO nos afecta directamente. El turismo de litoral como el de la Platja de Palma ha de asumir el final de la era del “crecimiento ilimitado”. El desbordamiento de la

biocapacidad del sistema costero y el ajuste

de precios a la baja así lo determinarán.

Los estudios indican que, más allá de la

crisis, los parámetros económicos clave (el

impacto económico, las pernoctaciones o

el gasto medio diario) se han ralentizado o

están estancados desde finales del siglo XX.

Al mismo tiempo, el grado de satisfacción

de nuestros clientes se resquebraja ante

el deterioro y la pérdida de atractivo de los

destinos.

Este diagnóstico resulta especialmente

grave en el caso de la Platja de Palma. Un

entorno cultural y paisajístico excepcional

pero con una previsible incidencia del

cambio climático a medio plazo. Una oferta

predominantemente masiva, barata y

centrada en el “sol y playa” que desborda

la capacidad de acogida del sistema. Un

exceso de plazas y de insuficiente calidad.

Buenas conexiones, pero al mismo tiempo

una dependencia casi total del sistema

aéreo masivo y barato. Y finalmente con un

sector empresarial líder en su campo, que

sorprendentemente coexiste con un déficit

importante de estrategias de innovación y

adaptación a los nuevos tiempos.

La apuesta de futuro pasa necesariamente por la revaloración y por un reposicionamiento integral. De

forma coherente con los retos y cambios

históricos que antes hemos visto.

¿Pero cómo se hace?

Page 76: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

7676

LOS INSTRUMENTOS DEL CAMBIO

La política de revalorización integral de

la Platja de Palma parte de un principio

estratégico: recuperar valor, competitividad,

atractivo y sostenibilidad para la zona. Para

alcanzar esa meta se ponen en marcha

diversos instrumentos de planificación, que

serán los que abordarán los múltiples planos

de un proyecto que resulta muy complejo. El

conjunto está integrado en la Estrategia para

la Revalorización de la Platja de Palma y

consta de un instrumento estratégico y otros

dos urbanísticos.

El instrumento estratégico es el Plan

de Acción Integral. Ahí están las metas,

estrategias y contenidos, dentro de un

documento trasdisciplinar que establece

un planeamiento estratégico. Contiene los

programas y las acciones que permiten

alcanzar los objetivos previstos, así como

un sistema de Indicadores destinado a irlos

evaluando a través del tiempo.

Dado que en este proceso participan

diferentes actores institucionales, sociales,

públicos y privados, el Plan de Acción

Integral busca las compatibilidades y

sinergias entre los mismos. Esos diferentes

elementos son regidos por una gestión

conjunta o “gobernanza”. Se imbrican así

los campos económico, turístico, ambiental,

social, urbanístico y tecnológico en una

visión central. Siempre con el objetivo de

garantizar un mayor valor económico, la

mejora de las condiciones sociales, y la

reducción de la carga ecológica, tanto local

como global.

En lo que se refiere al campo urbanístico,

se utilizan dos instrumentos. El Master

Plan aporta una visión general de futuro,

a partir de la cual se desarrollan los

planes y proyectos legales que se han de

ir generando en la zona. Por otro lado, el

Plan de Reconversión Urbanística define

la estructura, clasificación y calificación

del suelo. Así como los sistemas naturales,

la ordenación de la edificación, las

infraestructuras y los sistemas de gestión.

¿Cómo se articula algo tan complejo

como el Plan de Acción Integral de la

Platja de Palma? La respuesta se resume

en una figura de triángulo. En la cúspide

se encuentra la meta. Son los objetivos

generales de la Estrategia de Revalorización

Integral de la Platja de Palma.

En un segundo nivel hallamos las 7

estrategias o grandes líneas de acción, que

a su vez se concretan en 30 objetivos.

Descendemos otro escalón, y allí

encontramos el siguiente nivel de

concreción. Son en total 29 programas que

definen grandes campos de acción. Y 97

acciones operativas que suponen la forma

práctica de conseguirlos.

Finalmente, en la base del triángulo

podemos ver un sistema de 28 indicadores

que aseguran el sistema de evaluación y

seguimiento de todo lo anterior.

Esta es la arquitectura del Plan de Acción

Integral, que podemos ver a continuación

escalón por escalón.

1META

7 ESTRATEGIAS30 OBJECTIVOS

29 INDICADORES

29 PROGRAMAS98 ACCIONES

Page 77: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

7777

LAS METAS

Los momentos históricos de cambio son

encrucijadas difíciles. Los que consiguen

avanzar lo hacen fijándose más en lo que

nace que volviendo la mirada hacia lo que

desaparece. Leyendo la página que se abre

y no la que se cierra.

Con esta filosofía, el Plan de Acción Integral

parte de un objetivo muy claro: impulsar

una revalorización general de la Platja de

Palma, que sea capaz de estimular en este

momento de cambio global un nuevo ciclo,

basado en la innovación, la prosperidad y la

sostenibilidad.

Se trata por lo tanto de una apuesta de

futuro, y no de un conjunto de medidas

paliativas. La primera proyección ha de ser

el compromiso de ofrecer a los empresarios,

trabajadores y población de la Platja de

Palma una alternativa muy ambiciosa.

Capaz de ser puesta en práctica como una

realidad. La segunda proyección será facilitar

nuevas lógicas, criterios y propuestas que

sirva para reformular el futuro del maltrecho

litoral mediterráneo español.

En este proceso existen una serie de

oportunidades y condiciones de éxito a

tener en cuenta. A pesar de que la oferta

de la Platja de Palma sufre una pérdida

de valor estratégico, por otro lado cuenta

con unas condiciones excepcionales para

reposicionarse. Es necesario aceptar el

agotamiento y las tendencias de declive que

existen en estos momentos. Ser conscientes

de que una supervivencia del actual modelo

sólo pasaría por continuos reajustes a la

baja, calidad y precio, hasta llegar a cotas

que podrían llegar a ser insoportables.

Como respuesta a ello se trata de capitalizar

los potentes factores geográficos y de éxito:

excelente clima, calidad de la bahía y de

la playa, proximidad al aeropuerto y a la

ciudad de Palma, posibilidad de revalorizar

su entorno urbano y natural, capacidad

para generar nuevos atractivos turísticos.

Es decir, el punto de partida adecuado

para evolucionar hacia una excelencia

integral. Eso significa: valores mediterráneos

renovados, condiciones ambientales

ejemplares, capacidad para atraer a un

nuevo tipo de turismo, evolución hacia

menor número de clientes de mayor calidad,

una temporada más prolongada y menor

dependencia del transporte de bajo coste.

Se trata de lograr que la marca Platja

de Palma sea un referente del turismo

mediterráneo del siglo XXI.

Un proyecto de estas características

supone una necesaria integralidad, ya que

los sectores afectados son múltiples y

interactúan entre ellos. Ha de generar un

ciclo de prosperidad socioeconómica en

la zona, ser un espacio vital e interesante,

mejorar la calidad de vida y el trabajo de la

población local, rehabilitar el espacio urbano

edificado, reducir la carga ecológica, ponerse

en la vanguardia de innovación tecnológica,

y sobre todo habilitar una potente capacidad

de gestión o gobernanza, para articular

el liderazgo público, la concertación

empresarial y la participación social.

El alcance real de la revaloración integral

de la Platja de Palma depende de factores

como contar con un buen proyecto a largo

plazo, que sea muy ambicioso; conseguir un

fuerte compromiso y liderazgo institucional;

contar con respaldo social y empresarial; y

disponer del mejor talento empresarial para

llevar adelante el proyecto.

Page 78: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

7878

SIETE ESTRATEGIAS

A partir de las metas, el Plan de Acción

Integrado define siete estrategias o líneas de

fuerza, y los objetivos en que se concretan.

Los criterios de base para trazar las

estrategias y objetivos han sido: que sean

suficientes como para abordar la globalidad

del proyecto, que sean coherentes con el

fondo del proyecto, y una visión integrada

capaz de producir sinergias entre las

diferentes líneas de trabajo.

La primera estrategia se refiere a la actividad turística y tiene como

objetivos:

- Implementar un proyecto turístico

innovador, sostenible y de éxito.

- Revalorizar el espacio y las instalaciones

turísticas en clave mediterránea.

- Atraer una demanda de mayor valor,

que suponga una temporada más

prolongada, y con menos dependencia

del transporte masivo y barato.

- Crear una nueva oferta de valor añadido,

gracias a la relación privilegiada con la

bahía, la ciudad de Palma y el conjunto

de la isla.

- Poner en marcha los recursos y procesos

clave para un proyecto turístico muy

ambicioso.

La segunda estrategia tiene que ver con las condiciones medioambientales. Con la

colaboración del IMEDEA se proponen los

siguientes objetivos:

- Establecer las recomendaciones

generales de adaptación y resiliencia

(término que significa la capacidad

de superar un problema para seguir

proyectando el futuro) de la Platja de

Palma frente al cambio climático.

- Conservar la biodiversidad y recuperar

la función de los ecosistemas litorales,

terrestres y marinos.

- Gestionar de forma sostenible las

dinámicas naturales y antrópicas de la

playa.

- Mejorar la calidad integral de las aguas

subterráneas, terrestres y marinas, así

como prever la variación futura del

sistema natural.

- Establecer e implementar medidas para

que los ecosistemas urbanos sean

sostenibles.

La tercera estrategia contiene las líneas de actuación referentes al aspecto social y laboral. Sus objetivos son:

- Mejorar la oferta y la calidad del empleo

en la Platja de Palma.

- Fortalecer la cohesión social y la

sensibilidad comunitaria en relación a

las estrategias de cambio.

- Renovar el tejido productivo de las

pequeñas y medianas empresas.

Una cuarta estrategia hace referencia a la revalorización del sistema territorial urbano, teniendo en cuenta la conexión con la bahía,

la ciudad de Palma y el resto de la isla. Los

objetivos son:

- Revalorizar y rehabilitar el sistema

urbano y el paisaje en clave sostenible

y mediterránea, sin que se produzcan

nuevos crecimientos.

- Potenciar el atractivo urbano

diversificando las experiencias urbanas

y turísticas.

- Crear una red potente de piezas

simbólicas que revaloricen el sistema

urbano.

Page 79: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

7979

En la quinta estrategia se recogen las directrices para reducir la carga ecológica tanto a

nivel local como global. Sus objetivos son:

- Plantear un escenario final que sea

“neutral en carbono”, gracias a las

energías renovables.

- Mejorar la calidad del ciclo del agua,

reducir su consumo, garantizar su calidad

y retornarla al medio en las mismas

condiciones que tenía inicialmente.

- Reducir la generación de residuos

urbanos. Maximizar su revalorización y

plantear el “0 residuos a vertedero”.

- Reducir el nivel de ruidos, y ajustar el

impacto sónico del aeropuerto a los

límites legales establecidos.

- Acometer la rehabilitación de toda la

edificación turística y residencial.

Revalorizarla y reducir su carga

ambiental, así como el número de plazas

turísticas.

- Mejorar la movilidad, garantizando

la accesibilidad. Se contempla la

disminución sensible del tráfico, con

un escenario final de “balance 0 en

carbono” en cuanto se refiere a los

desplazamientos locales.

La sexta estrategia se basa en utilizar los avances tecnológicos para mejorar el nivel de vida de residentes y

turistas en la Platja de Palma. Sus objetivos

son:

- Dotar a la zona de infraestructura

tecnológica y de comunicación, de forma

que actúe como un aliciente y un factor

de revalorización.

- Facilitar aquellos servicios avanzados

que ayuden a la competitividad y

productividad de las empresas.

- Construir una potente red de servicios

orientados al turista.

- Facilitar al ciudadano el acceso integral a

internet, y a los servicios públicos.

- Optimizar la gestión y aprovechar al

máximo los servicios disponibles.

Finalmente, la séptima estrategia se basa en un concepto de reciente creación, como es la gobernanza. Este término se aplica para designar la

calidad, eficacia y buena orientación en

la acción conjunta entre instituciones y

sociedad civil. Se entiende por ello el respaldo

estratégico de un frente común institucional,

político, empresarial y social al proceso

de reforma. Unido a una potente gestión

operativa. En esa línea, los objetivos son:

- Llevar a cabo un pacto institucional y

social que dé estabilidad y fuerza al

proyecto.

- Implantar un sistema de gestión y

evaluación transparente.

- Impulsar un amplio proceso participativo

con los diferentes actores públicos y

privados implicados en el proyecto.

Para llevar a la realidad las estrategias y

objetivos se ponen en marcha 29 programas.

Son visiones que abarcan los distintos

campos de acción: la posición turística, el

cambio climático y los sistemas naturales, la

calidad de vida y el empleo, el entorno urbano

y turístico, los servicios urbanos, la educación

y movilidad, los servicios de tecnologías de

la Comunicación, y la gobernanza o gestión

conjunta. El total de estos programas se

concretan en 98 acciones operativas. Este

tercer nivel del triángulo estratégico debe

concebirse como una “hoja de ruta”, no como

una serie cerrada. Aquí los criterios han sido

la coherencia con la filosofía de fondo que

subyace a la reforma, la compacidad que

permite abordar campos comprensibles y

coherentes, y la creación de sinergias con los

otros objetivos y estrategias del plan.

Page 80: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

8080

LAS ACCIONES MáS INMEDIATAS

El proceso de la reforma, a causa de su

amplitud de contenidos, ha de concebirse

como un plan-proceso de largo recorrido. Se

trabaja con tres proyecciones temporales:

inmediata (antes del 2012), a corto plazo

(2015), a medio plazo (2020) y a largo

plazo (más allá del 2020).

El Plan de Acción Integral contempla una

serie de acciones inmediatas. En un primer

momento se deben conseguir los pactos

institucionales y sociales que proporcionen

estabilidad al proyecto. Deberán aprobarse

las leyes y planes correspondientes, así

como crearse un órgano de gestión y una

red social.

Además, en ese primera fase tendrán lugar

las siguientes actuaciones:

- Esponjamiento de los primeros edificios

para iniciar la reurbanización.

- Puesta en marcha de dos concursos de

arquitectos de prestigio internacional

para elaborar los proyectos de nuevas

“catedrales” o grandes equipamientos

capaces de generar nuevas

experiencias turísticas. Se emplea el

símil de las catedrales medievales

porque, como ellas, generan un

urbanismo propio a su alrededor. De la

misma manera, esos centros turísticos

confieren un valor añadido muy

especial a la zona donde son creados.

- El compromiso de importantes

inversiones privadas, como nuevos

desarrollos hoteleros de referencia

internacional y la construcción de un

gran centro comercial.

- El inicio de la rehabilitación urbana de

diez manzanas.

- La presentación de cinco paseos e

itinerarios en el entorno de la Platja de

Palma.

- La construcción de un paseo hasta Cap

Enderrocat.

- La presentación y puesta en

funcionamiento del plan de seguridad,

así como del plan de empleo y

formación específica de la Platja de

Palma.

West8

Page 81: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

8181

SEIS GRANDES CENTROS TEMÁTICOS O “CATEDRALES”Una parte importante de la captación de un nuevo turismo se apoya en la creación de

grandes centros temáticos. El desarrollo de una faceta determinada actúa como atractivo

para posibles visitantes que compartan esa actividad o afición.

El proyecto contempla los siguientes centros temáticos:

- El Centro Mediterráneo. Un reflejo de la arquitectura mediterránea tradicional, un centro

de promoción de la cultura popular, y al mismo tiempo sede internacional de un centro

de estudios, exploración y afición al mundo oceanográfico.

- El Hotel más Bio del mundo. Un establecimiento que desarrolla toda una serie de

atractivos para la clientela basados en la sostenibilidad.

- El Centro de Wellness. Una reunión de establecimientos de “wellness”, “spa”, medicina

preventiva y tratamientos “anti-aging” (anti-envejecimiento) pionera en Europa.

- El Centro Deportivo. Unas instalaciones que permitirán a deportistas y clubes deportivos

practicar “stages” y programas especiales.

- El Palacio de Danza, Música y Espectáculos. Servirá de punto neurálgico para la

concentración de grandes “shows” de entretenimiento y eventos culturales.

- El hotel del Cap Enderrocat. Un espacio de estancia y diversión de alto nivel, con mirador

a la bahía de Palma, tipología de parador y con tres restaurantes mediterráneos

aprovechando el antiguo emplazamiento militar.

Page 82: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

8282

HORIzONTE 2015

El Plan de Acción Integral contempla

también una Etapa de Revalorización Integral

a corto plazo, es decir centrada en el año

2015. Esta fase ha de servir como muestra

del cambio y del nuevo posicionamiento

turístico de la Platja de Palma. Al mismo

tiempo, tiene la función de actuar como

punta de lanza para la siguiente etapa,

situada cinco años después.

Para 2015 se establece por ejemplo la

creación de tres de los llamados “espacios

tractores”. El objetivo es que la Platja de

Palma se vea así impulsada desde sus tres

zonas clave.

Paralelamente, en la segunda línea de esas

mismas zonas se desarrollarán programas

de rehabilitación residencial y turística.

El objetivo es aprovechar la influencia de

los “espacios tractores” para acometer su

revalorización.

Cuando emplea el término rehabilitación,

el Plan de Acción Integral se refiere a

una acción integral. Es decir, que afecta

a edificios turísticos y residenciales, así

como a los servicios urbanos adscritos a

los mismos. Igualmente, está calculada

una reducción del 50 % de los impactos

climáticos y ambientales, así como del

número de plazas turísticas.

TRES GRANDES ESPACIOS PARA EL CAMBIO

Los tres espacios que actuarán como fuerza motriz o tractora para impulsar el cambio de la

Platja de Palma son:

- Las Maravillas-La Porciúncula. Es el eje principal debido a su centralidad, popularidad e

importancia turística. Aquí se concentran una serie de actividades transformadoras como

espacios urbanos y naturales relacionados con un Parque del Agua y un Jardín Botánico;

un frente marítimo; nuevos hoteles de categoría y alguno de los centros de actividades o

“catedrales” como el Centro Deportivo o el Centro Wellness.

- Can Pastilla-Ses Fontanelles. La zona cuenta con un carácter turístico y residencial, una

excelente fachada al mar y un puerto deportivo. Debe servir como “puerta de entrada” a la

zona por su proximidad al aeropuerto. Es también el enlace con la ciudad de Palma. Sus

centros de interés se encuentran en el espacio natural de Ses Fontanelles, el Acuarium ya

existente, un nuevo Centro Comercial y una zona hotelera con capacidad de acoger nuevas

instalaciones.

- S’Arenal. Esta zona, correspondiente a los municipios de Palma y Llucmajor, se concibe

como pieza de arranque de la revalorización del sureste de la Platja de Palma. Para generar

interés se llevará a cabo el Jardín del Torrent des Jueus, en la desembocadura del mismo.

También está prevista la remodelación de la marina por el lado de la playa, para crear una

zona de ocio y restauración. La fachada marítima se rehabilitará, con la creación de un

frente comercial entre el Torrent des Jueus y el puerto deportivo.

Page 83: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

8383

En este mismo momento de la reforma,

se ponen en marcha acciones que inciden

en los sistemas naturales, el metabolismo

urbano (emisiones de CO2, consumo de

agua, generación de residuos y ruido) así

como en la movilidad local.

En relación a la gobernanza,

durante esta fase tiene

especial importancia

la implantación del

nuevo modelo turístico

y de la gestión general.

Al mismo tiempo se

consolidan las relaciones

con las instituciones y la

sociedad civil, así como la

participación de los actores

locales.

Las inversiones más

importantes en este

momento se destinan a

programas y acciones que

tratan sobre el entorno urbano y turístico (un

44 % del total). Le sigue el total destinado

a las edificaciones tanto turísticas como

residenciales, sumadas a las mejoras en

movilidad (un 36 %). Los servicios urbanos

tienen asignado un 8 % del presupuesto.

Estas cifras reflejan el esfuerzo inversor en la

obtención de un nuevo valor turístico.

REHABILITACIÓN INTEGRAL DE 2.290 VIVIENDAS

El objetivo del programa de Rehabilitación se plantea en dos

fases. La primera, de tres años, supone rehabilitar íntegramente

118 edificios en 10 manzanas. Se trata de un total de unas

600 viviendas situadas en Can Pastilla, y S’Arenal. Servirá de

experiencia piloto para un proceso posterior, que se concreta en

un plazo de dos años, de manera que a su finalización se hayan

rehabilitado las 2.290 viviendas previstas.

Esta rehabilitación tendrá lugar a partir de convenios voluntarios

con los propietarios de las viviendas afectadas. Se cuenta

para ello con la colaboración del ministerio de la Vivienda, la

conselleria d’Habitatge del Govern balear, y el consorcio de la

Platja de Palma.

REDUCCIÓN DE LA CARGA ECOLÓGICA

El horizonte de 2015 incluye los primeros proyectos

de implantación de energías renovables. Ello

supondrá una reducción del 19 % en las emisiones

de CO2. Al mismo tiempo se disminuirá la generación

de residuos en un 20 %. El consumo de agua potable

se economizará en un 29 %. Y en cuanto al aumento

del transporte público frente al privado, el índice

previsto es del 25 %.

A PARTIR DE 2015, UN 43 % MáS DE EMPLEO

Dentro de esta misma fase centrada

en 2015, los datos relativos al campo

laboral y social resultan ya relevantes.

El promedio anual de empleo en la

Platja de Palma aumenta un 43 %.

Mayor índice es el que alcanza la

formación y cualificación profesional

que se coloca en un 67 % más. En

cuanto al terreno de la cultura cívica y la mejora en el nivel de

satisfacción del residente, se calcula un aumento del 33 %.

Page 84: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

8484

HORIzONTE 2020

Dentro de esta reforma integral, la fecha

del año 2020 supone la consolidación de

acciones ya implantadas, y un nuevo paso

en la dinámica de transformación de la

Platja de Palma.

Así, en 2020 los tres “espacios tractores”

de Can Pastilla, las Maravillas y S’Arenal

completan su consolidación. Se terminan

los accesos desde la autovía, al tiempo que

se mejora su interconexión en la segunda

y tercera línea litoral. El tranvía llega hasta

S’Arenal, y de esta forma se fortalecen

todavía más sus centros de interés turístico.

Los grandes atractivos o “catedrales”

se completan con un elemento nuevo:

el Hotel más Bio del mundo. Se acaban

equipamientos como el Palacio de la Danza,

Música y Espectáculos o la zona natural de

Ses Fontanelles. También es el momento

en que se da fin a la primera parte de la

reforma y acondicionamiento del Torrent des

Jueus. El frente marítimo se articula con la

finalización del paseo.

En lo que se refiere a la rehabilitación

urbanística, se despliega en toda su

amplitud. Entre 2016 y 2020 se habrá

actuado sobre 8.600 plazas. De manera que

el cómputo total acumulado habrá llegado

a la reforma de 21.500 plazas turísticas,

prácticamente la mitad de las existentes en

la actualidad. Ese total se transformará en

10.750 nuevas plazas convenientemente

certificadas.

En el ámbito residencial, ese año 2020

se alcanzará la cifra de 7.600 viviendas

rehabilitadas (de ellas 5.300 en ese período

2016-2020).

El cumplimiento de metas resulta también

significativo en el campo medioambiental.

En 2020 se conseguirá el nivel de reducción

de emisiones climáticas establecido en el

compromiso de la Unión Europea. Se estará

en un porcentaje del 50 % en lo referente

a implantación de energías renovables y

redes inteligentes, así como en la reducción

de emisiones de CO2. La disminución en

producción de residuos se situará en el

30 %. La mejora en el aprovechamiento

del agua potable alcanzará el 43 %. Y la

mejora en la distribución modal a favor del

transporte público supondrá un 50 %.

En las inversiones previstas para la Etapa de

Rehabilitación Integral 2020, las partidas

más importantes son las relacionadas con

Idom

Page 85: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

8585

los programas y acciones que tratan sobre la

edificación tanto turística como residencial,

unidas a las mejoras de movilidad (42

%). Le siguen los fondos destinados a la

mejora del entorno urbano y turístico (38

%). Mientras que a los servicios urbanos se

destina un 9 %.

Dentro del largo proceso de la rehabilitación

integral, en esta fase se pone énfasis en

el alojamiento y los servicios turísticos.

Después de anteriores inversiones para

cambiar el signo turístico de la zona,

y resolver sus problemas sociales y

medioambientales, en este momento el

esfuerzo se concentra en consolidar el

reposicionamiento turístico de la Platja de

Palma.

Convertirla de forma definitiva en un destino

líder por su innovación.

UN 78% MáS EMPLEO A PARTIR DE 2020

El sector social y laboral acusan también

la progresión en la reforma integral de

la Platja de Palma. Para este horizonte

de 2020 se prevé un 78 % más en el

promedio de empleo anual. Una cifra muy

significativa a la que se une nada menos

que un 89 % de aumento en la formación

y cualificación profesional. En cuanto a la

cultura cívica y la mejora en la satisfacción

del residente, se estará en un 66 % más.

Si tenemos en cuenta que se calcula un

100 % en estos indicadores para el final

del proceso, podemos darnos cuenta de

la gran progresión realizada. En 2020 se

estará realmente muy cerca de cumplir los

objetivos de la rehabilitación integral de la

Platja de Palma.

Page 86: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

8686

Comparini Asociados

Page 87: Playa de Palma, hacia el turismo del siglo XXI

8787

Desde las primeras sensaciones de paraíso,

dunas y horizonte hasta este siglo XXI,

la Platja de Palma ha vivido una gran

transformación. Pero en esta última fase, el

proceso de cambio se ha realizado de una

forma coherente con esa función anímica,

sensorial, que hizo nacer el turismo como

fenómeno social.

El callejón sin salida de una época

condicionada por factores como el derroche

energético, el crecimiento urbanístico

sin fin y la cantidad antes de la calidad

ha sido sustituido por una nueva vía. Un

replanteamiento a fondo, encarando los

desafíos del nuevo ciclo histórico que nada

más comienza. Y sobre todo la búsqueda de

una satisfacción interna en la experiencia

del turismo. Sea por la calidad del entorno

paisajístico, sea por las sensaciones

que puede experimentar el visitante.

Entre ellas, también la de saber que se

encuentra en un destino socialmente justo y

medioambientalmente sostenible.

Y algo también muy importante. El acuerdo

entre instituciones y sociedad civil, por

encima de los avatares electorales, no

sólo garantiza el éxito del proyecto sino

que refuerza la idea de que la sociedad

mallorquina es consciente de la importancia

de un turismo adecuado al nuevo tiempo.

Y en ese tema, más allá de las ideas y las

diferencias, todos son capaces de encarar

un mismo objetivo.

La experiencia de la Platja de Palma

está llamada a ejemplarizar cómo puede

cambiarse el destino de un lugar turístico.

Desde el punto técnico, desde las acciones

concretas, y también desde el impulso

social.

Como un mensaje, esa meta de futuro

se concreta con las mismas imágenes

simbólicas de los orígenes.

Horizonte luminoso, paisaje, plenitud interior.

Epílogo

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8888