AYUDA PARA LLENAR FORMULARIO VIRTUAL Nº 683 - RENTA ANUAL 2013
PODER JUDICIAL DEL ESTADO SUPREMO …...ofrecimiento en comento, está sujeto a las reglas que...
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PODER JUDICIAL DEL ESTADO
SUPREMO TRIBUNAL DE JUSTICIA
CUARTA SALA
SENTENCIAS QUE CAUSARON ESTADO
NÚMERO DE TOCA FECHA EN QUE SE DICTÓ LA SENTENCIA
390-2016 7 SIETE DE SEPTIEMBRE DE 2016
TOCA NO. 390-2016
ELIMINADO APELANTE ELIMINADO ELIMINADO
MAGISTRADA PONENTE: ELIMINADO
SECRETARIO DE ESTUDIO Y CUENTA: ELIMINADO
San Luis Potosí, S.L.P., a 7 siete de septiembre del año 2016 dos mil dieciséis.
V I S T O para resolver el recurso de reposición interpuesto por ELIMINADO en contra del auto dictado por
esta autoridad de fecha 14 catorce de junio del año 2016 dos mil dieciséis, dentro del toca 390-16, formado con motivo a
su vez del recurso de apelación interpuesto por el propio ELIMINADO en contra de la sentencia definitiva de fecha 9
nueve de marzo de 2016 dos mil dieciséis, pronunciada por el Juez Sexto del Ramo Civil de esta Capital, dentro del
expediente 1677/2015 correspondiente al Juicio Extraordinario Civil por Desocupación promovido por ELIMINADO
ELIMINADO en contra de ELIMINADO ; y
R E S U L T A N D O :
PRIMERO:- El auto que aquí se combate dictado por esta alzada de fecha 14 catorce de junio del año 2016
dos mil dieciséis, establece lo siguiente:. “San Luis Potosí, S.L.P., 14 catorce de junio de 2016 dos
mil dieciséis. Agréguese a sus autos escrito de ELIMINADO , recibido el 10 diez de junio
del año en curso, juntamente con un anexo y sobre cerrado que dice contiene pliego de
posiciones, el que se manda guardar en el secreto de la Sala, hasta el momento procesal
oportuno.- Como lo solicita, en atención a la certificación que antecede y con sustento en
el ordinal 959 del Código de Procedimientos Civiles, se tiene a la parte apelante por
formulando en tiempo y forma legal los agravios que considera le irroga la sentencia
definitiva dictada con fecha 09 nueve de marzo de 2016 dos mil dieciséis y al efecto se le
dice que los mismos serán tomados en consideración en el momento procesal oportuno. Por
otra parte, con la copia simple que se exhibe, córrase traslado a la parte apelada para
que dentro del término de 03 tres días produzca su contestación. Por lo que hace a la
prueba documental pública que ofrece, dígasele que no se admite, ya que contrariamente a
lo que refiere no se encuentra dentro de los presupuestos procesales previstos por los
artículos 955, fracción I, 956 en relación con el 93, fracción III, todos del Código en
mención; lo anterior es así en virtud de que el ocursante refirió en su escrito de
contestación de demanda que ofreció la prueba documental privada consistente en la copia
simple del expediente número 873/2015, del índice del Juzgado Octavo Civil de esta
Capital, dicha contestación datada el 07 siete de diciembre de 2015 dos mil quince; a la
misma, con fecha 10 diez del mismo mes y año le recayó el acuerdo conducente en el cual,
en su parte relativa se le dijo que no había lugar a tenerlo por ofreciendo pruebas en
virtud de que no era el momento procesal oportuno conforme al ordinal 448 bis, fracción
III de la Ley Adjetiva Civil y en el mismo proveído se mandó recibir el juicio a prueba
decretando un término común de 5 cinco días para su ofrecimiento; término que según
certificación visible a fojas 138 de los autos, inició el 14 catorce de diciembre de 2015
dos mil quince y concluyó el 06 seis de enero de 2016 dos mil dieciséis; en ese orden de
ideas, el apelante tuvo expedito su derecho para ofrecer y exhibir las copias certificadas
del expediente a que se ha hecho referencia en líneas que anteceden; o bien, a anunciar
dicha probanza como lo establece el numeral 285 del Código en cita para con ello tener
oportunidad de exhibirla con posterioridad al periodo de ofrecimiento de pruebas; y que al
no haberlo hecho así precluyó en su contra ese derecho, pues debió haberlas exhibido en
primera instancia, sirve de apoyo la tesis aislada de la Novena Época, Registro: 204570
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Fuente: Semanario Judicial de la Federación
y su Gaceta II, Agosto de 1995 Materia(s): Civil Tesis: XX.29 C Página: 569, que a la
letra dice: “OFRECIMIENTO DE PRUEBAS EN SEGUNDA INSTANCIA. REGLAS A QUE DEBE SUJETARSE EL.
LEGISLACION DEL ESTADO DE CHIAPAS). Si bien es cierto que el artículo 681, del Código de
Procedimientos Civiles del Estado de Chiapas, autoriza a que las partes puedan ofrecer
pruebas con los escritos de expresión de agravios y contestación, también lo es, que el
ofrecimiento en comento, está sujeto a las reglas que señala el artículo 683, del mismo
ordenamiento legal invocado y que a la letra dice: "Sólo podrán otorgarse el recibimiento
de pruebas en la segunda instancia: I. Cuando por cualquier causa, no imputable al que
solicitare la prueba, no hubiere podido practicarse en la primera instancia todo o parte
de la que hubiere propuesto; II. Cuando hubiere ocurrido algún hecho que importe excepción
superveniente”.- Por lo tanto se deja a disposición del ocursante el documento descrito,
mismo que le será entregado previa identificación y toma de razón que se deje en autos.
Por otra parte, se le tiene por ofreciendo prueba confesional con cargo a JOSÉ LUIS GUERRA
TORRES, medio de convicción que se admite a trámite en la inteligencia de que las
posiciones que se formulen al absolvente deberán versar sobre hechos que relacionados con
los puntos controvertidos no hubieren sido objeto de posiciones en la primera instancia;
circunstancia que se observará al momento de la calificación de las mismas; lo anterior,
con fundamento en lo dispuesto por el artículo 956 de la Ley Adjetiva Civil y además con
apoyo en la Tesis aislada, registrada bajo el número 2332553, visible a fojas 218 del
Semanario Judicial de la Federación Octava Época, Tomo VII, abril 1991, bajo el rubro:
“PRUEBA CONFESIONAL, EN SEGUNDA INSTANCIA, PARA SU ADMISIÓN NO ES NECESARIO QUE SE HUBIERE
OFRECIDO EN PRIMERA INSTANCIA”; en ese contexto, para que tenga verificativo el desahogo
de dicha probanza, se fijan las 9:30 nueve horas con treinta minutos del día 29
veintinueve de junio del año en curso y se manda citar en forma personal al absolvente
para que en la fecha y hora señalada se presente a absolver las posiciones que le formula
la parte apelante, lo que deberá hacer por su conducto y no a través de representante
alguno, apercibido legalmente que de no comparecer sin causa justificada, será declarado
confeso de las posiciones que resulten calificadas de procedentes, como así lo establece
el numeral 317, fracción I del Código invocado.- NOTIFIQUESE”.
SEGUNDO:- Inconforme ELIMINADO con la parte conducente del auto arriba transcrito, mediante escrito
recibido en esta alzada el día 20 veinte de junio del año 2016 dos mil dieciséis, interpuso en su contra recurso de
reposición, medio de impugnación que le fue admitido por esta autoridad mediante auto de fecha 22 veintidós de junio del
año 2016 dos mil dieciséis, lo anterior, en términos de lo dispuesto por los artículos 933 y 934 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, ordenándose en el proveído de referencia que con las copias simples que exhibió el
inconforme se corriera traslado a su contraria parte para que dentro del término legal de 3 tres días manifestare lo que a
sus intereses legales conviniera. Consta en autos que la colitigante hizo valer sus consideraciones respecto del recurso
planteado mediante ocurso recibido el día primero de julio del año 2016 dos mil dieciséis. Finalmente, por auto de dos de
septiembre de 2016 dos mil dieciséis, se citó para resolver el presente negocio, turnándosele el mismo a la Magistrada
Ponente a quien por sorteo aleatorio le correspondió conocer para la formulación del proyecto de resolución; y
C O N S I D E R A N D O :
PRIMERO:- Este tribunal de apelación es competente para conocer y resolver del recurso que nos ocupa,
atento a lo dispuesto por los artículos 933 y 934 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, en relación con 1º., 3º.,
4º., fracción I y 25 fracción II de la Ley Orgánica del Poder Judicial del Estado de San Luis Potosí.
SEGUNDO:- El recurso de reposición interpuesto por ELIMINADO se basa en las siguientes
consideraciones: "P R I M E R A G R A V I O 1.- No soy conforme en manera alguno con el
equivocado razonamiento de este Tribunal de alzada al oponerse a admitirme una prueba
documental de relevancia sustancial para que mis agravios prosperen y así lograr revocar
la sentencia condenatoria que pesa sobre mi persona dictada en primera instancia, ello es
así, en principio, porque el auto recurrido para dejar de admitir tal medio de convicción
arguye que ‘..EL OCURSANTE REFIRIÓ EN SU ESCRITO DE CONTESTACIÓN DE DEMANDA QUE OFRECIÓ LA
PRUEBA DOCUMENTAL PRIVADA CONSISTENTE EN LA COPIA SIMPLE DEL EXPEDIENTE NÚMERO 873/2015,
DEL ÍNDICE DEL JUZGADO OCTAVO CIVIL DE ESTA CAPITAL. DICHA CONTESTACIÓN DATADA EL 07 SIETE
DE DICIEMBRE DE 2015 DOS MIL QUINCE; A LA MISMA, CON FECHA 10 DIEZ DEL MISMO MES Y AÑO LE
RECAYÓ EL ACUERDO CONDUCENTE EN EL CUAL, EN SU PARTE RELATIVA SE LE DIJO QUE NO HABÍA
LUGAR A TENERLO POR OFRECIENDO PRUEBAS EN VIRTUD DE QUE NO ERA EL MOMENTO PROCESAL
OPORTUNO CONFORME AL ORDINAL 448 BIS, FRACCIÓN III DE LA LEY ADJETIVA CIVIL Y EN EL MISMO
PROVEÍDO SE MANDÓ RECIBIR EL JUICIO A PRUEBA DECRETANDO UN TÉRMINO COMÚN DE 5 CINCO DÍAS
PARA SU OFRECIMIENTO; TÉRMINO QUE SEGÚN CERTIFICACIÓN VISIBLE A FOJAS 138 DE LOS AUTOS.
INICIÓ EL 14 CATORCE DE DICIEMBRE DE 2015 DOS MIL QUINCE Y CONCLUYÓ EL 06 SEIS DE ENERO DE
2016 DOS MIL DIECISÉIS…’ pues bien, considero tal razonamiento equivocado y desacertada,
por virtud de que si analizamos el sumario, nos podemos percatar que, contrario a lo
aseverado por la resolución impugnada, tal probanza si fue admitida por el Juez de los
autos, lo que se aprecia del contendió (sic) del acuerdo datado el 14 catorce de enero del
año 2016 dos mil dieciséis, como documental en copia simple, ya que al efecto, tal y como
lo ordena el numeral 289 de la Ley Adjetiva Civil en vigor, el Juez de los autos procedió
a calificar las pruebas ofrecidas por las partes, en lo que nos interesa, del mencionado
proveído se aprecia con relación a la prueba documental ofertada por la parte demandada,
que la autoridad jurisdiccional señaló “Tocante a las pruebas ofrecidas por la parte
demandada ELIMINADO por ende, se me tuvo por desahogada en virtud de su propia y
especial naturaleza, de conformidad con el artículo 323 fracción V de la Ley Adjetiva
Civil, consistente en copia fotostática simple del expediente numero 873/2015 relativo al
Juicio Ordinario Civil del índice del Juzgado Octavo del Ramo Civil, de esta Ciudad, la
cual, según indica el referido proveído, la exhibí en mi escrito de contestación de
demanda y que obra en autos, con ello, acredito ser mentira que de mi parte no hubiese
ofrecido en tiempo la mencionada probanza, como lo arguye el auto combatido, ya que lo
cierto es, que fue calificada y admitida como legal, nombrándola como ‘DOCUMENTAL PRIVADA
SEGUNDA’, y sobre esa admisión, es que desvirtúo el errado razonamiento combatido en la
parte que señala “EN ESE ORDEN DE IDEAS, EL APELANTE TUVO EXPEDITO SU DERECHO PARA OFRECER
Y EXHIBIR LAS COPIAS CERTIFICADAS DEL EXPEDIENTE A QUE SE HA HECHO REFERENCIA EN LÍNEAS
QUE ANTECEDEN, O BIEN, A ANUNCIAR DICHA PROBANZA COMO LO ESTABLECE EL NUMERAL 285 DEL
CÓDIGO EN CITA PARA CON ELLO TENER OPORTUNIDAD DE EXHIBIRLA coN POSTERIORIDAD AL PERIODO
DE OFRECIMIENTO DE PRUEBAS; Y QUE AL NO HABERLO HECHO ASÍ PRECLUYÓ EN CONTRA ESE DERECHO,
PUES DEBIÓ HABERLAS EXHIBIDO EN PRIMERA INSTANCIA…’ ya que reitero y conforme 1o deje
claramente establecido, tal prueba si se ofició en la contestación de demanda, y si bien
es cierto, no fue ofertada en el periodo de ofrecimiento de pruebas, sin embargo, si fue
admitida y calificado como legal y procedente por auto del 14 catorce de enero del año
2016 dos mil dieciséis, el mismo que no fue impugnado por mi colitigante, quedando firme
por consecuencia para todos los efectos legales correspondientes como un acto auto
consentido con eficacia legal plena.- A mayor abundamiento, reafirma mi petición de
admitir la probanza que fue desechada por este Tribunal Ad Quem, lo establecido por la
norma 287 del Código de Procedimientos Civiles vigente para el Estado, que al efecto
establece, que los documentos que ya se ofrecieron antes del periodo de ofrecimiento de
pruebas, se tomaran como prueba aunque no se ofrezcan, y si en el caso particular, se
advierte que de mi parte, al contestar la demanda entablada en mi contra, ofrecí y anuncié
tal medio de convicción, entonces, y con apoyo en el precepto legal ya referido, se debe d
aceptar la probanza en esta instancia, ya que reitero, si la acompañé y enuncié en mi
escrito inicial de respuesta a la demanda, ello basta para que sea admitida, sin importar
que no se hubiese ofrecido dentro del periodo probatorio, dado que basta el haberla
anunciado y acompañado en copia simple, para que se surte el requisito de que sea tomado
como prueba, tomando en consideración el precepto legal en comento, CON LO ANTERIOR,
DESESTIMO EL RAZONAMIENTO IMPUGNADO DE ESTA H. SALA, PORQUE NO ERA MENESTER AGREGAR DE MI
PARTE A LOS AUTOS DE PRIMERA INSTANCIA TAL DOCUMENTAL CERTIFICADA DENTRO DEL PERIODO DE
OFRECIMIENTO DE PRUEBAS, PRECISAMENTE, PORQUE AL AGREGAR LA COPIA SIMPLE A MI CONTESTACIÓN
Y SU JUSTIFICACIÓN POR NO AGREGARLA CERTIFICADA, ENTONCES, NO ERA NECESARIO SU
OFRECIMIENTO DENTRO DEL PERIODO RESPECTIVO, POR ASÍ DISPONERLO EL ALUDIDO ARTICULO ANTES
CITADO.- 2.- Más aún, el auto recurrido establece que la probanza cuestión no es admisible
porque ‘…EL APELANTE TUVO EXPEDITO SU DERECHO… O BIEN, A ANUNCIAR DICHA PROBANZA COMO LO
ESTABLECE EL NUMERAL 285 DEL CÓDIGO EN CITA PARA CON ELLO TENER OPORTUNIDAD DE EXHIBIRLA
CON POSTERIORIDAD AL PERIODO DE OFRECIMIENTO DE PRUEBAS; Y QUE AL NO HABERLO HECHO ASÍ
PRECLUYÓ EN SU CONTRA ESE DERECHO, PUES DEBIÓ HABERLAS EXHIBIDO EN PRIMERA INSTANCIA...’
considero equivocado el razonamiento antes transcrito, por virtud de que como lo previenen
los artículos 92, 93 Fracción III y 956 del Código de Procedimientos Civiles en vigor, en
mi escrito donde contesté la demanda entablada en mi contra y opuse excepciones y
defensas, datado el 07 siete de diciembre del año 2015 dos mi quince, entre otras, ofrecí
PRUEBA DOCUMENTAL consistente en copia simple del expediente del Juicio por Prescripción
Positiva a que me refiero en este apartado, mas sin embargo, mencione entre paréntesis lo
siguiente “NO SE PUDO ACOMPAÑAR COPIA CERTIFICADA POR EL MOMENTO YA QUE EL EXPEDIENTE ESTA
EN ACTUARÍA A LA HORA DE HACER ESTA CONTESTACIÓN Y NO ES LA AUTORIDAD QUE LO TIENE
COMPETENTE PARA CERTIFICARLAS’, afirmación que legitima mi ofrecimiento oportuno de tal
medio convictivo, pero en su calidad de COPIA CERTIFICADA CON EL CARÁCTER DE DOCUMENTAL
PUBLICA Y VALOR PROBATORIO PLENO, por tratarse de la justificación para no exhibirla y a
que se refieren los preceptos legales antes invocados, de lo anterior, se desprende que el
ofrecimiento de la probanza que nos ocupa se encuentra dentro de la hipótesis normativa
aplicable antes mencionados, ya que no me fue posible adquirir las copias certificadas
para agregarlas en el momento procesal de su ofrecimiento por causas no imputables a mi
persona, ya que como lo réferi, se encontraba el expediente en la actuaría y no me era
posible que me las entregasen certificadas, por lo que al ofrecerla, cumplí cabalmente con
el requisito contenido en el segundo párrafo del artículo 92 de la legislación en
comento.- Para mejor claridad, transcribo los preceptos legales que legitiman la admisión
de la prueba documental que nos ocupa: ARTICULO 92 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES.-
‘También deberá acompañarse a toda demanda o contestación el documento o documentos en que
la parte interesada funde su derecho.- Si no los tuviere a su disposición, designará el
archivo o lugar en que se encuentren los originales.- Se entenderá que el actor tiene a su
disposición los documentos y deberá acompañarlos precisamente a la demanda, siempre que
existan los originales en un protocolo o archivo público del que pueda pedir y obtener
copias autorizada de ellos’.- ARTICULO 93 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES. ‘Después
de la demanda o su contestación, no se admitirán al actor ni al demandado,
respectivamente, otros documentos fundatorios que los que se hallen en alguno de los casos
siguientes: III. - Los que no haya sido posible adquirir con anterioridad por causas que
no sean imputables a la parte interesada y siempre que haya hecho oportunamente la
designación expresada en el párrafo segundo del artículo 92’.- ARTICULO 285 DEL CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTOS CIVILES.- ‘Los documentos deberán ser presentados al ofrecerse la prueba
documental. Después de este período no pondrán admitirse sino los que dentro del término
hubieren sido pedidos con anterioridad y no fueren remitidos al juzgado, sino hasta
después; y los documentos justificativos de hechos ocurridos con posterioridad, o de los
anteriores cuya existencia ignore el que los presente. aseverándolo así bajo protesta de
decir verdad’.- ARTICULO 955 DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES.-‘Sólo podrá otorgarse
la admisión de pruebas en la segunda instancia: 1.- Cuando por cualquier causa no
imputable al que solicitare la prueba, no hubiere podido practicarse en la primera
instancia toda o parte de la que se hubiere propuesto.- Consecuentemente, la comprobación
legal para admitirme la prueba documental que nos ocupa, estriba precisamente en que en el
momento de su ofrecimiento le expuse al Juzgador que ‘...NO SE PUDO ACOMPAÑAR COPIA
CERTIFICADA POR EL MOMENTO YA QUE EL EXPEDIENTE ESTA EN ACTUARÍA A LA HORA DE HACER ESTA
CONTESTACIÓN Y NO ES LA AUTORIDAD QUE LO TIENE COMPETENTE PARA CERTIFICARLAS...’ por
añadidura, tal referencia encuadra dentro de la hipótesis normativa tipificada por los
artículos 92, 93 fracción III y 955 Fracc. 1 del Código de Procedimientos Civiles en
vigor, ya que se advierte que la prueba documental en cuestión no fue posible acompañarla
en su momento procesal por causa no imputable a mi persona, si no al propio Juzgado Octavo
del Ramo Civil, quien no la otorgó, por ende, no fue factible adjuntarla dentro del
periodo legal correspondiente en copia debidamente autorizada por motivo de que el
expediente se encontraba en la actuaría del Juzgado al tiempo de realizar la contestación
de la demanda y término de ofrecimiento de pruebas, y dicho diligenciario que tenía en ese
entonces el expediente en su poder, carecía de facultades legales para certificarlas, mas
sin embargo, la legalidad en su ofrecimiento se convalida con lo acordado en el auto de
fecha 14 catorce de enero de 2016 dos mil dieciséis, que admite y califica de legal tal
probanza, el cual, no fue impugnado por mi colitigante, por ello, firme en toda sus partes
y con eficacia probatoria plena, es así como no se pudo agregar en su monto legal, por
causas no imputables a mi persona, sino a la autoridad jurisdiccional encargada de
expedirlas, de donde deriva preciosamente la procedencia de mis agravios para admitirla en
esta instancia.- Corrobora lo anterior, lo dispuesto por el artículo 286 del Código de
Procedimientos Civiles vigente en el Estado, que dispone que las partes están obligadas,
al ofrecer la prueba documental que no tienen en su poder, a expresar el archivo en que se
encuentran, ordenamiento que cumplí cabalmente al ofertar tal probanza, ya que al efecto
le comuniqué al Juzgador que las copias en donde se encontraba el contrato de compraventa
que me faculta como dueño del inmueble no las podía adjuntar certificadas por encontrarse
el expediente en la actuaría del Juzgado Octavo Civil al tiempo en que se me vencía el
término para contestar la demanda, y que dicho notificador no tenía la facultad legal para
certificarlas, consecuentemente, se justifica la hipótesis normativa exigida por el
artículo 955 en su Fracción 1 de la Ley en cita, en el sentido de que por una causa no
imputable a mi persona, fue imposible agregar a los autos de primera instancia la
documental de referencia, a pesar de haberla propuesto de mi parte, razón de más para
admitirla en la segunda instancia.- Tiene aplicación en apoyo a mi razonamiento el
seguiete (sic).- jurisprudencia: Época: Novena.- Registro: 182566.- Instancia: Tribunales
Colegiados de Circuito.- Tipo de Tesis: Aislada.-Fuente: Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta.- Tomo XVIII, Diciembre de 2003.- Materia(s): Civil.- Tesis:
IV.3o.CJ0 C.- Página: 1441.- PRUEBAS. NO PUEDE TENERSE COMO CONSENTIDA SU FALTA DE
DESAHOGO POR EL JUEZ DE PRIMER GRADO, CUANDO TAL OMISIÓN FORMA PARTE DE LOS AGRAVIOS QUE
CONSTITUYEN LA LITIS DE LA APELACIÓN (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE NUEVO LEÓN).- Si bien es
cierto que de conformidad con los artículos 233 y 449 del Código de Procedimientos Civiles
para el Estado de Nuevo León, las diligencias que pedidas en tiempo legal no se hubieren
podido: practicar por causas independientes del interesado o que provengan de caso
fortuito, de fuerza mayor o de dolo del colitigante, se recibirán en segunda instancia,
también lo es que del análisis del último precepto legal se obtiene que aun cuando no se
haya reiterado el ofrecimiento de una prueba ante el tribunal de alzada, cuyo desahogo
incumbe de manera oficiosa al Juez inferior, dicho órgano jurisdiccional superior tiene la
obligación de pronunciarse sobre la inconformidad a través de la cual se pretende poner de
manifiesto esa violación procesal, ya que aceptar que existe el consentimiento del actor
en no desahogar ese medio de convicción, sería tanto como sostener que las violaciones
procesales se consienten aun cuando se recurran a través del medio idóneo, lo que sería un
contrasentido al resolver el recurso de apelación y violatorio del principio de
congruencia que recogen: los artículos 402 y 403 del código adjetivo civil en análisis;
máxime que de conformidad con lo dispuesto por las fracciones II y III de su artículo 408,
hay cosa juzgada formal cuando la parte afectada no hace valer el recurso correspondiente;
de ahí que si se apela sentencia del Juez natural alegando aquella violación al
procedimiento, no puede atribuírsele un consentimiento tácito.- TERCER TRIBUNAL COLEGIADO
EN MATERIA CIVIL DEL CUARTO CIRCUITO.- Amparo directo 693/2002. María Magdalena Ro4ríguez
Sepúlveda de Treviño y otros. 17 de marzo de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Enrique
Munguía Padilla. Secretario: Martín Rodríguez Hernández.- Por ejecutorio de ¡cha 23 de
junio de 2004, la Primera Sala declaró inexistente la contradicción de tesis 146/2003-PS
en que participo el presente criterio.- Por ejecutoria de fecha 7 de marzo de 200, la
Primera Sala declaró inexistente la contradicción de tesis 164/2006-PS en que participó el
presente criterio.- 3.- Por si fuera poco lo anterior, hago notar a este Tribunal de
apelación, que el numeral 94 del Código Procesal Civil en vigencia estatuye que la
autoridad jurisdiccional tiene la facultad de investigar la verdad sobre los puntos
controvertidos, de acuerdo con las reglas generales de la prueba, lo que deviene aplicable
al caso concreto, en la cuestión de admitir la documental pública relativa a las copias
certificadas del Juicio Ordinario Civil que por usucapión promuevo en contra del aquí
apelado ELIMINADO en el Juzgado Octavo del Ramo Civil, expediente No. 873/2015, debido a
que como documento fundatorio de dicho litigio contiene el contrato de compraventa que
celebré con la Sra. ELIMINADO con fecha 01 primero de agosto de 1991 mil novecientos
noventa y uno, respecto del inmueble materia del presente recurso de apelación, probanza
con la que acreditó mi calidad de propietario del inmueble en conflicto, dejando de tener
el carácter de arrendatario, por ende, sustancial tal documento para la investigación de
la verdad sobre los puntos controvertidos a que alude el fundamento legal en comento, y en
el cual, este Tribunal revisor se debe de apoyar para admitirme la documental en cita.-
Más aun, el arábigo 270 de la Ley Adjetiva Civil estatuye que para conocer la verdad sobre
los puntos controvertidos puede el Juzgador valerse de cualquier documento, ya sea que
pertenezca a las partes o algún tercero, sin más limitación de que la prueba no esté
prohibida por la ley, ni sea contraria a la moral, entonces, razón de más para admitirme
la probanza en cuestión conforme a la norma mencionada, al referirse ésta a un contrato de
compraventa donde el suscrito como parte integrante de la litis aparezco como comprador
del inmueble arrendado, lo que descalifica la calidad de arrendatario con la que fui
demandado, acreditando así la falta de legitimación pasiva de mi parte para reclamarme el
desalojo del inmueble.- Finalmente, por si fuera poco lo anterior, el ordinario 271 del
mismo cuerpo de leyes, dispone que los tribunales podrán decretar en todo tiempo, sea cual
fuere la naturaleza del negocio, la práctica o ampliación de cualquier diligencia
probatoria, siempre que sea conducente para el conocimiento de la verdad sobre los puntos
cuestionados, y si un punto medular de mi defensa estriba en justificar el carácter que
ostento como propietario del bien arrendado, más nunca como inquilino, por tratarse de una
cuestión toral sobre un punto cuestionado, entonces, y según lo prevé tal dispositivo
legal, resulta admisible tal prueba documental para ser valorada al momento de resolver la
alzada.- SEGUNDO AGRAVIO.- 1.- Es de esta1ecerse que los tribunales locales y federales
del Estado Mexicano no deben limitarse a aplicar sólo las leyes locales o federales, sino
que quedan también obligados a aplicar la Constitución, los tratados o convenciones
internacionales y la jurisprudencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, entre otros organismos, lo cual, los obliga a ejercer un control de
convencionalidad entre las normas jurídicas internas y la supranacionales, como lo
consideró la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver el
amparo directo en revisión 908/2006.- Luego, al haber considerado la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, que dado que México aceptó la Convención Americana
de Derechos Humanos también reconoció la interpretación que de dicha convención realiza la
Corte Interamericana de Derechos Humanos; entonces ello conduce a considerar que todos los
tribunales del Estado están obligados a ejercer el control de convencionalidad al resolver
cualquier asunto sometido a su jurisdicción, como lo estableció la citada Corte
Interamericana.- Cuando un Estado ha ratificado un tratado internacional corno la
Convención Americana, su jueces también están sometidos a ella, lo que les obliga a velar
porque el efecto ‘útil de la Convención no se vea mermado o anulado por la aplicación de
leyes contrarias a sus disposiciones, objeto y fin. En otras palabras, los órganos del
Poder Judicial deben ejercer no sólo un control de constitucionalidad, sino también ‘de
convencionalidad’ ex oficio entre las normas internas y la Convención Americana,
evidentemente en el marco de sus respectivas competencias y de las regulaciones procesales
correspondientes. Esta función no debe quedar limitada exclusivamente por las
manifestaciones o actos de los accionantes en cada caso concreto, aunque tampoco implica
que ese control deba ejercerse siempre, sin considerar otros presupuestos formales y
materiales de admisibilidad y procedencia de ese tipo de acciones.- La Corte es consciente
que los jueces y tribunales internos están sujetos al imperio de la ley y, por ello, están
obligados a aplicar las disposiciones vigentes en el ordenamiento jurídico. Pero cuando un
Estado ha ratificado un tratado internacional como la Convención Americana, sus jueces,
como parte del aparato del Estado, también serán sometidos a ella, lo que les obliga a
velar porque los efectos de las disposiciones de la Convención no se vean mermadas por la
aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin, y que desde un inicio carecen de efectos
jurídicos. En otras palabras, el Poder Judicial debe ejercer una especie de ‘control de
convencionalidad’ entre las normas jurídicas internas que aplican en los casos concretos y
la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En esta tarea, el Poder Judicial debe
tener en cuenta no solamente el tratado, sino también la interpretación que del mismo ha
hecho la Corte Interamericana, intérprete última de la Convención Americana.- Ese control
queda depositado tanto en tribunales internacionales —o supranacionales— como en los
nacionales, a quienes mediante el mismo se les encomiendan la nueva justicia regional de
los derechos humanos y adquieren, además, la obligación de adoptar en su aparato jurídico
tanto las normas como la interpretación de éstas, a través de políticas y leyes, que
garanticen el respeto a los derechos humanos y sus garantías, explícitas en sus
constituciones nacionales y, desde luego, en sus compromisos convencionales
internacionales.- Como consecuencia de lo cual, se impone establecer que las autoridades
del Estado Mexicano, tienen la ineludible obligación de observar y aplicar en su ámbito
competencial interno —además de las legislativas— medidas de cualquier otro orden para
asegurar el respeto de los derechos y garantías, no sólo de la Constitución y de sus
normas internas, sino también de las Convenciones Internacionales de las que México es
parte y de las interpretaciones que de sus cláusulas llevaron a cabo los organismos
internacionales; lo que conlleva a sustentar que todos los tribunales deben realizar un
control difuso de convencionalidad, al resolver los asuntos sometidos a su competencia.-
Lo anterior, significa que si bien los jueces y tribunales mexicanos —en principio— quedan
sujetos a la observancia y aplicación del imperio de las disposiciones nacionales; empero,
cuando el Estado Mexicano ha ratificado un tratado internacional —como la Convención
Americana— como parte del aparato del Estado que son, también quedan sometidos a ésta; por
tanto, están obligadas a velar porque los efectos de las disposiciones que la integran no
se vean mermadas por la aplicación de leyes contrarias a su objeto y fin; mediante el
ejercicio del control de convencionalidad entre las normas jurídicas internas y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos; más aún la interpretación que de esa
convención hubiese realizado la Corte Interamericana, como su último intérprete.- Por lo
que los jueces están legalmente vinculado a observar el control de convencionalidad en
sede interna, que implica acatar y aplicar en su ámbito competencial, además de las
legislativas, medidas de cualquier otro orden para asegurar el respeto de los derechos y
garantías, no sólo de la Constitución y de sus normas internas sino también de las
Convenciones Internacionales de las que México es parte y de las interpretaciones que de
sus cláusulas llevan a cabo los organismos internacionales.- Al efecto el artículo 29 de
la Convención americana de derechos humanos dispone que: Artículo 29. Normas de
Interpretación.- Ninguna disposición de la presente Convención puede ser interpretada en
el sentido de: a) permitir a alguno de los Estados Partes, grupo o persona, suprimir el
goce y ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en la Convención o limitar/os en
mayor medida que la prevista en ella;.- b) limitar el goce y ejercicio de cualquier
derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera de
los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos
Estados;.- c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que se
derivan de la forma democrática representativa de gobierno, y .- d) excluir o limitar el
efecto que puedan producir la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre y
otros actos internacionales de la misma naturaleza.- 2.- Tomando en consideración los
principios de convencionalidad a efecto de aplicar equitativamente las normas del debido
proceso consignadas en la Convención de Derechos Humanos, en aras de aplicar una defensa
adecuada, debido proceso e impartición de justicia, para que se le respeten al suscrito
mis derechos constitucionales de legalidad y seguridad jurídica consagrados por los
artículos 14, l6 y 20 Fracciones V y IX de la Carta Magna,consistentes en el derecho que
tengo para recibir de este H. Tribunal una justicia expedita, completa e imparcial que
asegure la plena satisfacción de mis derechos fundamentales e intereses legítimos en mi
persona y que consagran los ordinarios 7, 12, 28 y 29.2 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos en relación con los arábigos 8.1 y 24 de la Convención Americana de los
Derechos Humanos, concatenados con los numerales 92, 93 fracción III y 956 del Código
.Procedimientos Civiles en vigor, es por lo anterior, que considero, que esta autoridad Ad
Quem se encuentra facultada en esta instancia para ADMITIR UN MEDIO DE CONVICCIÓN que
además, fue ofrecido y anunciado en primera instancia, probanza consistente en:
DOCUMENTAL, consistente en copias debidamente certificadas del juicio Ordinario Civil que
por prescripción positiva promuevo en contra del Sr. ELIMINADO respecto del inmueble
localizado en ELIMINADO juicio radicado en el Juzgado Octavo del Rano Civil , bajo el
expediente 837/2015, en donde aparece el contrato de compraventa que celebré con fecha 1°
primero de agosto de 1991 mil novecientos noventa y uno, interviniendo como vendedora ala
Sra. ELIMINADO y mi persona como comprador, adquiriendo así en legítima propiedad el
bien raíz ya mencionado, además de diferentes recibos donde efectuo pagos en el
mantenimiento de la finca tengo el carácter de propietario de la misma, y por ende,
acreditar los hechos manifestados en mi escrito contestatorio de demanda, y los contenidos
en este ocurso de expresión de agravios, medio de convicción que adjunto a este ocurso.-
ELIMINADO TERCERO:- Los agravios formulados por ELIMINADO resultan infundados.
En los argumentos que vierte el disidente en su escrito de inconformidad, aduce de manera sintetizada que
la resolución aquí impugnada le causa perjuicio, afirmando es erróneo el razonamiento de esta autoridad al considerar
que la prueba documental ofrecida no fue admitida por el juez de los autos, cuando la realidad de las cosas es que dicho
medio de convicción en primera instancia sí fue legalmente admitido como documental en copia simple, en términos de lo
dispuesto por el artículo 289 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, al momento en que el Juez procedió a
calificar las pruebas ofrecidas por las partes; máxime que, conforme a lo dispuesto por el diverso numeral 287 de la
legislación en cita, los documentos que fueron ofrecidos antes del período de ofrecimiento de pruebas, se tomarán como
prueba aunque no se ofrezcan; luego, si en el caso concreto al escrito de contestación se acompañó la documental
pública aquí mencionada, implica que la misma fue legalmente admitida; de ahí que considere el inconforme equivocado
el razonamiento por parte de esta autoridad, dado que de conformidad con lo dispuesto por los artículos 92, 93 fracción III
y 956 del Código Procesal Civil local, el ofrecimiento de la prueba documental en el caso concreto fue hecho de manera
oportuna, porque según se desprende, no fue posible adquirir las copias certificadas para agregarlas en el momento
procesal de su ofrecimiento por causas no imputables a su persona, ya que como lo refirió el apelante, “ ELIMINADO .
Que por otra parte, el auto que admitió la probanza de mérito no fue impugnado, lo que hace que aquél se encuentre
firme y tenga eficacia probatoria plena, lo que se corrobora con lo dispuesto por el artículo 286 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, que dispone que las partes están obligadas, al ofrecer la prueba documental que no
tienen en su poder, a expresar en que archivo se encuentran, lo que en la especie aconteció al haberse comunicado al
juzgador donde se encontraba la documental ofrecida. Que además, conforme a lo dispuesto por los artículos 94, 270 y
271 del Código Adjetivo Civil del Estado, la autoridad jurisdiccional tiene la facultad de investigar la verdad sobre los
puntos controvertidos, pudiéndose valer de cualquier documento que pertenezca a las partes o algún tercero, sin más
limitación de que la prueba no esté prohibida por la ley, ni sea contraria a la moral; pudiendo el tribunal decretar en todo
tiempo, sea cual fuere la naturaleza del negocio, la práctica o ampliación de cualquier diligencia probatoria, siempre que
sea conducente para el conocimiento de la verdad sobre los puntos cuestionados; que en ese entendido, dice el
recurrente, la documental que oferta en esta instancia resulta sustancial para la investigación de la verdad sobre los
puntos cuestionados, dado que su defensa estriba en justificar el carácter que ostenta como propietario del bien
arrendado. Por otro lado, en el segundo de sus agravios sostiene el recurrente que, en el caso concreto se deben tomar
en consideración los principios de convencionalidad a efecto de aplicar equitativamente las normas del debido proceso
consignadas en la Convención de Derechos Humanos, en aras de aplicar una defensa adecuada, de un debido proceso e
impartición de justicia, para de esta forma respetar al demandado sus derechos constitucionales de legalidad y seguridad
jurídica consagrados por los artículos 14, 16 y 20 fracciones V y IX de la Carta Magna, consistentes en el derecho a que
tiene de recibir por parte de este tribunal una justicia expedita, completa e imparcial que asegure la plena satisfacción de
sus derechos fundamentales e intereses legítimos en su persona y que consagran los numerales 7, 12, 28 y 29.2 de la
Declaración Universal de los Derechos Humanos en relación con los arábigos 8.1 y 24 de la Convención Americana de
los Derechos Humanos, concatenados con los numerales aquí invocados de la Ley Adjetiva Civil del Estado.
Como se adelantó, resultan infundados los agravios expuestos por la recurrente y para poner de manifiesto
lo anterior, se considera pertinente tomar en cuenta lo previsto por los artículos 954, 955 y 957 del Código de
Procedimientos Civiles del Estado, cuyo contenido literal es el siguiente:
“Artículo 954.- Si las partes promueven pruebas, deben ofrecerlas en sus
escritos de expresión o contestación de agravios, especificándose los hechos sobre que
deban recaer, que no podrán ser extraños a la cuestión debatida;
Artículo 955.- Solo podrá otorgarse la admisión de pruebas en la segunda
Instancia;
I.- Cuando por cualquier causa no imputable al que solicitare la prueba, no
hubiere podido practicarse en la primera Instancia toda o parte de la que se hubiere
propuesto;
II.- Cuando hubiere ocurrido algún hecho que imparte excepción superveniente; y
Artículo 957.- Solicitado el término de pruebas, puede la contraparte oponerse a
que se conceda, al contestar los agravios o bien el traslado que se le dé a conocer de la
petición del apelado y el tribunal resolverá de plano, dentro del tercer día, concediendo
o negando el término que no podrá exceder de veinte días, y calificando las pruebas que
deban admitirse con arreglo a los artículos 955 y 956”.
De la interpretación sistemática y armónica de los preceptos legales aludidos, se desprende que si bien en
el tramite del recurso de apelación es permitido la admisión de pruebas, lo cual debe hacerse al momento de expresar los
agravios o de contestarlos, sin embargo, la condicionante para ello es que el oferente especifique los hechos sobre los
que deben recaer, mismos que no pueden ser extraños a la cuestión debatida; añadiendo nuestra legislación de manera
expresa que sólo podrá otorgarse la admisión de pruebas en segunda instancia, en dos hipótesis: ELIMINADO .
Que, sigue diciendo el marco jurídico de referencia, una vez que se haya solicitado el término de prueba, el colitigante
puede oponerse a que se conceda, lo cual acontecerá en dos eventos, el primero al contestar los agravios y el segundo,
al corrérsele traslado respecto de la petición de la parte apelada; circunstancia esta última que el tribunal de alzada
resolverá de plano dentro del tercer día, concediendo o negando el término solicitado y calificando a las pruebas que
deban admitirse con arreglo a las normas citadas.
De lo precisado con antelación, se concluye que la calificación de admisión de pruebas en segunda
instancia, es una atribución o facultad exclusiva del tribunal de alzada, quien deberá verificar que el ofrecimiento de
las pruebas cumplan con los requisitos establecidos en los artículos 954, 955 y 956 del Código de Procedimientos Civiles
del Estado.
En las relatadas condiciones, esta Sala considera que no asiste la razón al recurrente cuando sostiene que
en el caso concreto, el auto aquí recurrido es contrario a lo estipulado por el artículo 957 del Código de Procedimientos
Civiles del Estado, en cuanto a una supuesta indebida calificación de la prueba documental ofrecida, pues lo cierto es
que, en la especie la resolución aquí combatida no se basó en el hecho de que el medio de convicción no fue legalmente
admitido en términos de lo dispuesto por los artículos 287 y 289 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, sino
más bien, la consideración toral fue que el aquí apelante desde que ofertó y fue admitida dicha documental, tuvo
expedito su derecho de exhibir o anunciar las copias certificadas del expediente a que hizo referencia en términos
de los dispuesto por el artículo 285 del Código de Procedimientos Civiles del Estado y, al no hacerlo, precluyó en su
contra ese derecho.
Esto es, el auto aquí combatido no basó su negativa de admitir la prueba documental ofertada por el aquí
apelante, en el hecho de que la misma en primera instancia no fue admitida, sino más bien, la negativa consistió en que
el oferente no la exhibió o la anunció durante el procedimiento no obstante el lapso de tiempo que transcurrió desde la
contestación de la demanda hasta el dictado de la sentencia, lo que implica estimar que, en el caso concreto, no se
actualice lo establecido por el artículo 955 fracción I del Código de Procedimientos Civiles del Estado.
En efecto, es cierto que al ofrecer la prueba documental el demandado lo hizo de manera oportuna,
señalando la razón por la cual no podía exhibir en ese momento las copias certificadas del juicio a que hace mención, sin
embargo, no debe soslayarse que dicho impedimento lo refirió al momento de dar contestación a la demanda entablada
en su contra, lo cual aconteció el día 7 siete de diciembre del año 2015 dos mil quince; mientras que, el lapso que
transcurrió de esta etapa procesal hasta la celebración de la audiencia a que se refiere el artículo 448 bis fracción III del
Código Procesal Civil vigente en el Estado (26 veintiséis de febrero del año 2016 dos mil dieciséis), fue de más de dos
meses sin que el oferente haya exhibido las copias certificadas a que hizo alusión al momento de ofrecer las mismas, ni
tampoco las anunció ni justificó la razón que le impidió dicha circunstancia, tomando en cuenta que de conformidad con lo
expresamente establecido y ordenado por el artículo 285 del Código de Procedimientos Civiles del Estado, los
documentos deben ser exhibidos al ofrecerse a la prueba documental, que después de este período no serán admitidos
sino solamente los que fueron anunciados con anterioridad y no fueren remitidos al juzgado, sino hasta después; así
como también los documentos justificativos de hechos ocurridos con posterioridad o de los anteriores cuya existencia
ignore el oferente, aseverándolo así bajo protesta de decir verdad. Es decir, en el caso concreto el oferente de la prueba
documental no exhibió la misma, así como también, no anunció al juzgado que dicha documental fue pedida y que hasta
la fecha no ha sido remitida; lo anterior se estima así, porque si bien la razón que tuvo el oferente en un inicio para no
exhibir dicha documental ELIMINADO , sin embargo, lo cierto es que ese hecho que le impidió al oferente exhibir la
documental, ya no fue anunciado por aquél con posterioridad como impedimento y mas aún, no justificó que pidió con
anterioridad dichos documentos y que éstos no han sido remitidos por causas no imputables al oferente, lo que
hace que en el caso concreto no se materialice la hipótesis prevista en el artículo de referencia y, por ende, tampoco se
actualice con concomitantemente lo establecido por la fracción I del artículo 955 del Código de Procedimientos Civiles del
Estado, relativo a que sólo podrá otorgarse la admisión de pruebas en la segunda instancia, cuando por cualquier causa
no imputable al que solicitare la prueba, no hubiere podido practicarse en la primera instancia toda o parte de la que se
hubiere propuesto. Por tal motivo, es claro que la razón que dijo el oferente de la prueba en su momento le impedía
exhibir la documental, ya no es causa para dejar de dar cumplimiento con lo establecido por los artículos arriba
mencionados, tomando en cuenta que, el lapso de más de dos meses para poder obtener dichas constancias se estima
más que suficiente para cumplir de manera debida con el ofrecimiento de esta probanza, es decir, exhibirlas o en su
caso anunciarlas y demostrar que fueron pedidas oportunamente sin que hayan sido remitidas al juzgado; lo anterior, por
las razones análogas establecidas en el artículo 92 párrafo tercero del Código de Procedimientos Civiles del Estado,
relativo a que “ Se entenderá que el actor tiene a su disposición los documentos y deberá
acompañarlos precisamente a la demanda, siempre que existan los originales en un protocolo
o archivo público del que pueda pedir y obtener copias autorizadas de ellos”.
En las relatadas condiciones, resulta intrascendente si el auto dictado por el Juez de Primera Instancia que
admitió la probanza de mérito no fue impugnado, pues lo cierto es que el oferente de la prueba tuvo expedito su derecho
para exhibir o anunciar las copias certificadas del expediente hasta antes de resolverse el presente negocio, sin que
baste lo estatuido por los artículos 94, 270 y 271 de la Ley Procesal Civil de esta localidad, toda vez que de la
interpretación armónica de los mismos en base a lo ordenado por el numeral 273 del mismo ordenamiento en cita, que
dispone que el actor debe probar los hechos constitutivos de su acción y el reo los de sus excepciones, se advierte que
corresponde a la parte interesada demostrar la veracidad de los hechos en que sustenta sus afirmaciones, estando
obligada a aportar las pruebas conducentes, gestionar su preparación y debido desahogo, pues es evidente que en ella
recae la carga procesal prevista en el último precepto legal citado, sin que sea óbice que el juzgador se encuentre
facultado, entre otras cuestiones, para valerse de cualquier cosa o documento, ya sea que pertenezca a las partes o a un
tercero, sin más limitación que la de que las pruebas no estén prohibidas, pudiendo decretar en todo tiempo, sea cual
fuere la naturaleza del negocio, la práctica o ampliación de cualquier diligencia probatoria, siempre que sea conducente
para el conocimiento de la verdad sobre los puntos cuestionados, y, en general, practicar cualquier diligencia que, a su
juicio, sea necesaria para el esclarecimiento de la verdad. Lo anterior es así, porque la facultad de practicar diligencias
para mejor proveer contenida en los preceptos legales citados, debe entenderse como la potestad de la que se encuentra
investido el juez para ampliar las diligencias probatorias previamente ofrecidas por las partes y desahogadas durante el
proceso, como cuando considere el juzgador que existen situaciones dudosas, imprecisas o insuficientes en tales
probanzas, por lo que existe la justificación de que la ampliación de las mismas resultan indispensables para el
conocimiento de la verdad sobre los puntos en litigio; de ahí pues, que la facultad de ordenar la práctica o ampliación de
diligencias no entraña una obligación, sino una potestad para los jueces, de la que puedan hacer uso libremente, sin
llegar al extremo de suplir a las partes en el ofrecimiento de las pruebas que les corresponda aportar; pensar de la forma
como lo hace el aquí recurrente, rompería el principio de equilibrio procesal e igualdad de las partes que debe observarse
en todo litigio, máxime que en el asunto en que nos ocupa prevalece el principio de estricto derecho. En conclusión, la
facultad aquí analizada no puede entenderse en el sentido de eximir a las partes de su obligación de preparar y exhibir
las pruebas documentales que ofertó, ni mucho menos perfeccionar las aportadas deficientemente para ese efecto, sino
más bien, la atribución se refiere a la posibilidad de solicitar la exhibición de cualquier prueba considerada necesaria para
la correcta resolución de la cuestión planteada.
Por otro lado, no debe soslayarse que si bien es verdad y con motivo de las reformas constitucionales de junio
de dos mil once, entre ellas, el artículo 1º. Constitucional, todas las autoridades del País deben realizar un esfuerzo
hermenéutico, en sentido amplio o estricto, respecto a no vulnerar derechos fundamentales en perjuicio del gobernado;
mientras que, por su parte, la Convención Americana de Derechos Humanos (o ELIMINADO en su artículo 8, establece
el derecho fundamental a una defensa adecuada; sin embargo, no debe perderse de vista que el derecho humano a la
adecuada defensa a que se refiere el aquí recurrente previsto por los artículos 7, 12, 28 y 29.2 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, así como el diverso 8.1 y 24 de la Convención Americana de Derechos Humanos,
se encuentra inmerso en el artículo 20, apartado A, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que
entraña una obligación para el Estado, consistente en facilitar el ejercicio del derecho de defensa del gobernado y un
deber de actuar, en el sentido de informarle el nombre de su acusador, los datos que obren en la causa, brindarle la
oportunidad de nombrar un defensor, no impedirle que se entreviste de manera previa y en privado con él y, en general,
no obstaculizar el ejercicio de las cargas procesales que le corresponden dentro de un proceso penal para desvirtuar la
acusación del representante social.
En ese orden de ideas, es claro que el derecho fundamental a una defensa adecuada a que se refiere el
inconforme y que se encuentra previsto por los artículos invocados de tratados internacionales, debe entenderse como la
obligación del Estado consistente en facilitar el ejercicio el derecho de defensa del gobernado, pero de ninguna manera,
ese derecho humano fundamental implica que el propio Estado, por conducto del órgano jurisdiccional, no verifique los
requisitos de procedencia y admisibilidad de las pruebas, previstos en la ley respectiva, que en el caso concreto es el
Código de Procedimientos Civiles del Estado; lo anterior es así, porque es claro que de esta manera se cumpliría
cabalmente el principio establecido por los artículos 14 y 16 Constitucional, referente a las formalidades esenciales del
procedimiento.
En apoyo a esta última consideración, procede citar la jurisprudencia 1ra./J, 10/2014, Décima Época, Libro
3, Febrero de 2014, Tomo I, Registro 2005717 de la Primera Sala en el Semanario Judicial de la Federación, cuyo rubro y
texto es el siguiente: “PRINCIPIO PRO PERSONA Y RECURSO EFECTIVO. EL GOBERNADO NO ESTÁ EXIMIDO DE
RESPETAR LOS REQUISITOS DE PROCEDENCIA PREVISTOS EN LAS LEYES PARA INTERPONER UN MEDIO DE
DEFENSA. Si bien la reforma al artículo 1o. de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, de 10 de junio de 2011, implicó la modificación del sistema jurídico
mexicano para incorporar el denominado principio pro persona, el cual consiste en brindar
la protección más amplia al gobernado, así como los tratados internacionales en materia de
derechos humanos, entre ellos el derecho a un recurso efectivo, previsto en el artículo 25
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ello no significa que en cualquier caso
el órgano jurisdiccional deba resolver el fondo del asunto, sin que importe la
verificación de los requisitos de procedencia previstos en las leyes nacionales para la
interposición de cualquier medio de defensa, ya que las formalidades procesales son la vía
que hace posible arribar a una adecuada resolución, por lo que tales aspectos, por sí
mismos, son insuficientes para declarar procedente lo improcedente”.
En conclusión, si las partes en un proceso civil no ofertan los medios de prueba conforme a las reglas
previstas por la ley aplicable, con la finalidad de demostrar la veracidad de los hechos en que sustentan sus pretensiones,
ello no significa que la autoridad al negar la admisión de las mismas vulnere el derecho fundamental de una defensa
adecuada, pues la incorrecta actitud procesal de las partes no trae como consecuencia la consideración de un estado de
indefensión, sino más bien, se traduce en un incumplimiento de las formalidades esenciales del procedimiento.
Así las cosas, ante lo infundado e inoperante de los agravios expuestos por la recurrente, lo conducente es
CONFIRMAR el auto dictado por esta autoridad de fecha 14 catorce de junio del año 2016 dos mil dieciséis, dentro del
toca 390-16, formado con motivo a su vez del recurso de apelación interpuesto por el propio ELIMINADO en contra de
la sentencia definitiva de fecha 9 nueve de marzo de 2016 dos mil dieciséis, pronunciada por el Juez Sexto del Ramo
Civil de esta Capital, dentro del expediente 1677/2015 correspondiente al Juicio Extraordinario Civil por Desocupación
promovido por ELIMINADO
Por lo expuesto y fundado es de resolver y se resuelve:
PRIMERO:- Las inconformidades vertidas por ELIMINADO resultaron infundados.
SEGUNDO:- En consecuencia, se CONFIRMA el auto dictado por esta autoridad de fecha 14 catorce de
junio del año 2016 dos mil dieciséis, dentro del toca 390-16, formado con motivo a su vez del recurso de apelación
interpuesto por el propio ELIMINADO en contra de la sentencia definitiva de fecha 9 nueve de marzo de 2016 dos mil
dieciséis, pronunciada por el Juez Sexto del Ramo Civil de esta Capital, dentro del expediente 1677/2015
correspondiente al Juicio Extraordinario Civil por Desocupación promovido por ELIMINADO en contra de ELIMINADO .
ELIMINADO TERCERO:- Notifíquese personalmente, comuníquese y cúmplase.
A S I, por unanimidad de votos lo resolvieron y firman los señores Magistrados que integran la Cuarta Sala
del H. Supremo Tribunal de Justicia del Estado, licenciados ELIMINADO , siendo ponente la segunda de los nombrados,
quienes actúan con Secretaria de Acuerdos que autoriza licenciada ELIMINADO - Doy Fe.
Mgda.GGC/L´JAPP/vlg.