PODERECONOMICOYSOCIALIZACION · 2013-06-04 · teamericana y francesa, que impusieron el triunfo...

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PODER ECONOMICO Y SOCIALIZACION Se reconoce hoy generalmente que en las revoluciones inglesa, nor- teamericana y francesa, que impusieron el triunfo del liberalismo, la clase realmente triunfante fue la de los propietarios, especialmente la burguesía de industriales y comerciantes . Resulta curioso observar, que semejante resultado pueda explicarse ideológicamente partiendo de una versión del Derecho natural . Tanto Locke como Rousseau, los autores más influyentes de la revolución liberal, parten de un estado de natu- raleza o estado natural en que el hombre ya posee derechos y propiedad privada. Cuando los individuos deciden reunirse para constituir la so- ciedad civil o política, lo que pretenden primordialmente es afianzar y salvaguardar sus derechos, protegiéndolos con la garantía del poder polí- tico. Entre esos derechos, afirma decididamente Locke, se cuenta prin- cipalmente el de la propiedad privada . La consecuecía es obvia : quie- nes estén en posesión de esa propiedad pueden aspirar a que el Estado se la conserve y proteja . No obstante, el liberalismo profesó la doctrina de la igualdad . Pero, se entiende, la igualdad ante la ley, la igualdad jurídica y política . Por- que las desigualdades naturales son un hecho anterior a la ley civil, que ésta no puede menos de aceptar y que ni siquiera podría cambiar . De manera semejante, los derechos "naturales", inherentes al individuo, son algo previo a toda ley positiva, y ésta no puede hacer otra cosa que respetarlos y protegerlos : esos derechos son `inalienables y sagra- dos", como dice la introducción a la "Declaración de derechos" del año 1789 . Es más : "la finalidad de toda asociación política es la conserva- ción de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre", dice el artículo segundo de esa misma declaración . Sobre esta base proclama el liberalismo la igualdad, la igualdad ante la ley . La desigualdad está en un estrato previo y más profundo . Anatole France ha ridiculizado con amargura esa igualdad : "La ley en su mayestática igualdad prohi- be, tanto a los pobres como a los ricos, mendigar a la puerta de las iglesias, robar pan y dormir debajo de los puentes".

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Se reconoce hoy generalmente que en las revoluciones inglesa, nor-teamericana y francesa, que impusieron el triunfo del liberalismo, laclase realmente triunfante fue la de los propietarios, especialmente laburguesía de industriales y comerciantes . Resulta curioso observar, quesemejante resultado pueda explicarse ideológicamente partiendo de unaversión del Derecho natural. Tanto Locke como Rousseau, los autoresmás influyentes de la revolución liberal, parten de un estado de natu-raleza o estado natural en que el hombre ya posee derechos y propiedadprivada. Cuando los individuos deciden reunirse para constituir la so-ciedad civil o política, lo que pretenden primordialmente es afianzar ysalvaguardar sus derechos, protegiéndolos con la garantía del poder polí-tico. Entre esos derechos, afirma decididamente Locke, se cuenta prin-cipalmente el de la propiedad privada. La consecuecía es obvia : quie-nes estén en posesión de esa propiedad pueden aspirar a que el Estadose la conserve y proteja.

No obstante, el liberalismo profesó la doctrina de la igualdad . Pero,se entiende, la igualdad ante la ley, la igualdad jurídica y política . Por-que las desigualdades naturales son un hecho anterior a la ley civil,que ésta no puede menos de aceptar y que ni siquiera podría cambiar.De manera semejante, los derechos "naturales", inherentes al individuo,son algo previo a toda ley positiva, y ésta no puede hacer otra cosaque respetarlos y protegerlos : esos derechos son `inalienables y sagra-dos", como dice la introducción a la "Declaración de derechos" del año1789 . Es más : "la finalidad de toda asociación política es la conserva-ción de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre", dice elartículo segundo de esa misma declaración . Sobre esta base proclamael liberalismo la igualdad, la igualdad ante la ley. La desigualdad estáen un estrato previo y más profundo . Anatole France ha ridiculizadocon amargura esa igualdad : "La ley en su mayestática igualdad prohi-be, tanto a los pobres como a los ricos, mendigar a la puerta de lasiglesias, robar pan y dormir debajo de los puentes".

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Ahora bien, no debemos menospreciar ligeramente la idea de igual-dad que profesa el liberalismo. Es posible que su intención preponde-rante fuera cohonestar y justificar los intereses de las clases triunfantesen la revolución liberal. Pero, como nos ha enseñado la filosofía de Hegel,"en el momento en que el interés invoca a la idea se entrega por suparte a la lógica de esa idea, que a partir de tal momento se desarrollaatenida a su propia ley, posiblemente aun en contra del irfterés que lainvocó para ponerla a su servicio" . Esto es lo que ha ocurrido con laidea liberal de la igualdad jurídica y política . La experiencia ha de-mostrado demasiado evidentemente que no es posible lograr esta igual-dad jurídica y política haciendo caso omiso de las desigualdades natu-rales que están en su substrato. Podía una época dominada por el indi-vidualismo pararse en la ponderación de las excelencias de la propie-dad privada para la personalidad individual . Es cierto que ya Babeufextrajo la consecuencia de que tales excelencias deberían aplicarse atodas las personas ; pero el poco éxito de sus ideas demuestra precisa-mente la mentalidad individualista de aquella época. En cambio, unaépoca de socialización, como sabemos ya que es la nuestra, no sólo sefija en el hecho de que unos disfrutan de las ventajas de la propiedad,mientras que otros carecen de ellas, sino que no puede menos de fijarsetambién en las repercusiones que esa propiedad privada tiene en las re-laciones sociales, jurídicas y políticas, entre las personas que poseenpropiedad y las que carecen de ella .

En nuestra época, pues, se da por descontado que la propiedad pro-porciona un poder económico y que éste influye y determina el poderjurídico y político . La desigualdad económica engendra la desigualdadjurídica y política . Quien pretenda salvaguardar ésta ha de contar conla primera y procurar intervenir en ella . En esa pretensión coincidenhoy en día todos los que no se dejan llevar aún por tendencias irracio-nales, más o menos legitimadas con concepciones transindividualistas .Por eso, a nuestro entender, hay una unidad esencial, fundamental, entrelos dos grandes sistemas socio-económicos que se disputan en la ac-tualidad el control de la marcha de la sociedad occidental : el neolibe-ralismo y el socialismo democrático. Aun cuando se diferencien a suvez profundamente en cuanto a los procedimientos .

El neoliberalismo entiende que se ha de mantener firmemente elpostulado de la propiedad privada. La miseria del capitalismo-nos di-cen los neoliberales-no estriba en que unos pocos tengan capital, sinoen que los otros no lo tienen, y son, por ello, proletarios . En conse-cuencia, los neoliberales fomentan el reparto de la propiedad en amplios

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sectores, y procuran el bienestar y desarrollo de la vida económica asen-tada sobre la pequeña propiedad, como la agricultura y la artesanía.En segundo lugar, los neoliberales se mantienen fieles al sistema de lalibre competencia, de la economía de mercado libre. Entienden, comoWilhelm Rópke, que "la libertad económica es, sin duda, una formaesencial de la libertad personal" 1 . Pero precisamente por esto creenque no se puede seguir el camino del liberalismo clásico, de abandonar-lo todo a su marcha natural, sino que hay que luchar por defender yrestaurar la auténtica libertad económica. De aquí la legislación encami-nada a evitar los monopolios y las grandes concentraciones de capital,la vigilancia sobre el mercado para garantizar las condiciones de librecompetencia, e incluso la intervención estatal-pero conforme a las nor-mas y el sentido de la economía de mercado-y la planificación econó-mica en los sectores en que sea imprescindible.

En cambio, el socialismo cree necesario contar con métodos másradicales. Puede ser incluso necesario llegar a la supresión de la pro-piedad privada en cuanto a los medios de producción : el grado en quehaya de ser colectivizada o nacionalizada es cuestión de oportunidad yha de ser objeto en cada caso de una consideración concreta . Pero elentusiasmo por esta nacionalización o colectivización ha desaparecido ala vista del resultado de las realizaciones soviéticas . No basta que lapropiedad esté colectivizada para que esté realmente al servicio de to-dos los miembros de la colectividad . La propiedad colectiva rusa, nosdicen ahora los socialistas, "no está al servicio de la sociedad, sino delpoderío nacional". Por eso los socialistas insisten más que en la na-cionalización o socialización de la propiedad, que al menos en granparte ya consideran lograda, en que la propiedad sea social, es decir,que esté efectivamente al servicio de los miembros de la sociedad . Paraello los socialistas exigen el control democrático de la propiedad de losmedios de producción y de su gestión .Finalmente, son partidarios deuna amplia planificación de la economía, en vistas a que ésta satisfagaefectivamente las necesidades humanas.

En la práctica política las dos tendencias, la neoliberal y la socialis-ta, se entrecruzan y se influyen mutuamente, lo que ha dado como re-sultado que la discusión se centre hoy más en cuestiones de grado y deoportunidad que de principio. La socialización o colectivización de lapropiedad de los medios de producción está admitida de hecho por todas

(1) RSPKE, W. : Die Gesellschaftskrisis der Gegenwart, Zurich, 1942 . Traduc-ción española de la primera edición suiza . Madrid, 1956 .

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las constituciones que presiden hoy la vida jurídica de los países del occi-dente europeo.

Así, la Grundgesetz alemana establece en su artículo 15 : "las tie-rras, los tesoros naturales y los medios de producción pueden pasara ser propiedad colectiva, o a formar parte de otras formas de economía colectiva, para los fines de la socialización, en vitrud de una leyque regule la clase y la cuantía de la indemnización. Para la indemniza-ción rige el artículo 14, párrafo 3.0, enunciados 3 y 4". Entre la doctrinaalemana tal vez haya sido un trabajo de Helmut K. J. Ridder 2 el quemás ha contribuido a fijar el concepto de socialización como categoríadistinta e intermedia entre los de expropiación y confiscación . En élse establecen estas tres categorías : expropiación, socialización y confis-cación, en orden de gradación. Los bienes que soportan la socializa-ción son de muy distinta clase que los que se someten a expropiación .Los fines de una y otra son también distintos. Frente a los positivosde la expropiación : servir a la construcción de una obra, a la geren-cia de un servicio público, prevalecen los negativos : el peligro que su-pondría dejarlos en manos de los particulares . También el Prof . T.Maunz, en su conocido Manual de Derecho Político, da resueltamenteacogida a la independencia de la socialización respecto a la expropia-ción y la califica como una "institución jurídica de índole especial".Consiguientemente con esta configuración autónoma de la socializa-ción, cabe también hablar de un tratamiento especial con respecto aella en lo referente a la indemnización correspondiente, que ocuparíauna posición intermedia entre la que se aplica a la expropiación y lade la confiscación, y así lo sostiene efectivamente Helmut K. J . Ridder.El hecho de que la Grundgesetz remita en el artículo 15 al artículo 14,párrafo 3.0, enunciados 3 y 4, que determinan las condiciones de la in-demnización : "la debida ponderación de los intereses de los afectadosy de la colectividad" y que "en caso de conflicto por el importe de laindemnización estará abierta la vía judicial ante los tribunales ordi-narios", no fuerza, según Ridder, a aplicar también la misma medidapara la indemnización en uno y otro caso.

Asimismo, la constitución italiana establece en el artículo 43 : "porfines de utilidad general, la ley puede reservar originariamente o trans-ferir al Estado, a entidades públicas, o a agrupaciones de trabajadoreso de usuarios, mediante expropiación, y a salvo de la indemnización co-

(2) RIDDER, H. K. J. : Enteignung und Sozialisierung, en VVDStRL, H. 10 .Berlín, 1952 .

rrespondiente, determinadas empresas o categorías de empresas que serefieran a servicios públicos esenciales o a fuentes de energía o a si-tuaciones de monopolio y que tengan un carácter de preeminente inte-rés general". Y en el artículo 42 se dice : "La propiedad es pública oprivada. Los bienes económicos pertenecen al Estado, a corporaciones,o a los individuos privados . La propiedad privada está reconocida y ga-rantizada por las leyes, que determinan sus modos de adquisición y dedísfrute así como sus límites, con el fin de asegurar su función socialy de hacerla accesible a todos. La propiedad privada puede ser expro-piada por motivos de interés general en los casos previstos por la leyy a salvo de la correspondiente indemnización. La ley determina lasnormas y los límites de la sucesión legítima y testamentaria y los dere-chos del Estado sobre las herencias".

Como en el caso de la Grundgesetz alemana, lo que es de máximointerés es señalar el sentido, alcance y condiciones de la socialización ocolectivización . El articulo 43 es bastante expreso. En cuanto a los fines,abstractamente se señala la utilidad general ; en cuanto al alcance, que-dan afectadas no sólo empresas aisladas, sino categorías enteras de em-presas, que se refieren a servicios públicos esenciales o a fuentes deenergía o a situaciones de monopolio y tengan carácter de preeminenteinterés general ; en cuanto a las condiciones, se señala la necesidad deindemnización, y se admite la socialización que transmita la propiedadtanto al Estado corno a entidades públicas o a agrupaciones de trabaja-dores o de usuarios. Pero, aparte de esto, la doctrina italiana consideraindudable la acogida de la socialización de modo general, e independien-temente de la del artículo 43, en el artículo 42 : "como nos dice G. Bas-chieri, "indudablemente el párrafo 2,0 del articulo 42 ha recogido en laforma de un principio general tanto las clásicas expropiaciones por uti-lidad pública, como las nuevas por fines sociales" 3 . Como a su vez ad-vierte Ugo Col¡, "el problema es de fácil solución y no valdría la penasiquiera plantearlo, si ya algún intérprete de la constitución no se hu-biese mostrado propenso a considerar la enumeración contenida en el

3 como una delimitación de la expropiación sancionada porel artículo 42 4. El argumento que le parece decisivo a Ugo Col¡ es queel artículo 42 se refiere a la propiedad, mientras el artículo 43 se refiere

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(3) BASCHIERI, G. : La Costituzione italiana. Commento analítico (Baschieri-Bianchi d'Espinosa-Giannattasio) . Firenze, * 1949, p . 231.

(4) CoLI, U . : La propietá e Piniziativa privata, en "Commentario sistematicoalla Costitmione italiana diretto da Piero Calamandrei e Alessandro Levi". Firen-ze, 1950, p. 381.

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a la empresa ; ahora bien, a pesar de todo el paralelismo que exista en-tre ellas, propiedad y empresa son dos cosas distintas y son reguladasjurídicamente de modo diverso o, por lo menos, independientemente.A lo cual se puede añadir el argumento de G. Baschieri : que de otromodo "la enumeración del artículo 43 sería puramente académica y notendría valor de ley directiva. Lo que parece un poco fuerte"' . El ar-tículo 42 se refiere además a las limitaciones que a la propiedad privadase le pueden establecer, con el fin, no sólo de asegurar su función social,sino también de hacerla accesible a todos. El Prof . G. Balladore Pallierive en esta disposición la consecuencia de que la ley pueda disponer ellímite máximo de propiedad privada que le está permitido a cada unoposeer y de que pueda incluso establecer diversos límites según la di-versidad de hipótesis. Considera además que en las expropiaciones quese establezcan por este motivo se puede excluir la indemnización porparte del Estado : "es totalmente evidente que en hipótesis de estaclase no se otorgaría indemnización alguna por las expropiaciones efec-tuadas : sería contradictoria restituir con una mano al particular unaindemnización, por aquello que con la otra se le quita sosteniendo queese individuo posee más riqueza de la que le está permitido poseer" s.

Por lo que hace a la constitución francesa, aprobada por referén-dum de 28 de septiembre de 1958 y promulgada el 4 de octubre de esemismo año, estuvo provocada por los problemas de las relaciones en-tre el Gobierno, el presidente de la república y el parlamento, así comopor la situación de los territorios de ultramar. Por eso no tiene nadade extraño que en cuanto a la propiedad, y en general en cuanto a losderechos del hombre, se remita a la anterior constitución, del año1946, promulgada el 27 de octubre de ese año. En el preámbulo de ésta,que por lo demás remite a la declaración de derechos de 1789, se esta-tuye : "Todo bien, toda empresa cuya explotación tiene o adquiera loscaracteres de servicio público nacional o de un monopolio de hecho,debe convertirse en propiedad de la colectividad".

Mientras que en Italia, y sobre todo en Alemania, la socialización seha quedado más bien en principia programático, que el triunfo de laeconomía de signo neoliberal no ha creído oportuno llevar a la práctica-últimamente en Italia se han señalado otras tendencias-, en Francia,a continuación de la constitución de 1946, se desató una verdadera fie-bre de nacionalizaciones . Como afirma el Prof. Giraud diez años mástarde, "el socialismo se ha realizado en Francia bajo dos formas : en

(5) BASCHIERI, G. : La Costituzione italiana . Commento analítico (eit .), ibíd .(6) BALLADORE PALLIERI, G. : Dirítto costituzionale. Milán, 1957, pp. 368-69 .

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primer lugar, la intervención estatal en las relaciones económicas y so-ciales se ha generalizado. Casi todas las ramas de la producción estánmás o menos controladas o atendidas por el Estado, y la situación de

los asalariados de las empresas privadas se aproxima cada día más ala de los funcionarios públicos . En segundo lugar, numerosas activida-des (transportes terrestres, marítimos y aéreos, electricidad, minas dehulla, la banca, etc.), han sido nacionalizadas, es decir, socializadas ensentido propio"' . Y Bernard Lavergne refleja de una manera más grá-fica esta "marejada", dice, que en quince meses ha dado por resultadola nacionalización, no sólo de las fábricas Renault y Gnome et Rhó-me, sino también de todas las minas de carbón de Francia, de 2.500 em-presas de electricidad o de gas, de cuatro grandes bancos de depósito,de las cuarenta sociedades de seguros más importantes. . . y la naciona-lización, en fin, del Banco de Francia y del de Argelia" e . Estas nacio-nalizaciones en modo alguno se han desmontado en los años sucesivos.Todavía es más impresionante la enumeración de las empresas naciona-lizadas que nos hace Mendés-France en su reciente libro "La Républiquemoderne" :

Transportes y comunicaciones : la SNCF, la Compañía Air France,el Aeropuerto de París, las más importantes compañías de transportesregulares marítimos, los transportes parisinos, correos y telégrafos, etc.

Energía : Electricidad de Francia, Gas de Francia, Compañía nacio-nal del Ródano, las minas de carbón, el gas natural, la energía atómica,lo esencial de las actividades de prospección y de investigación petrolí-fera, así como una parte de las refinerías .

Industrias diversas : la Fábrica Renault y su filial, la SAVIEM, laSud-Aviation y sus filiales, la Nord-Aviation, la Frigeavia, etc., laSNECMA, las Potasas de Alsacia, la Administración industrial del Ni-trógeno, los Tabacos y Fósforos, etc.

Seguros : Todas las compañías más importantes.Información : la Agencia Francesa de Prensa, la Radio y la Televi-

sión, la SOFIRAD (con su acción decisiva sobre los "correos de laperiferia"), diversas participaciones en las empresas cinematográfi-cas, etc.

(7) GIRAUD, E . : Le declin de la fonction publique . Le socialisme sans espritsocial, en "L'Evolution du Droit Public", "Etudes en 1'honneur d'Achille Mestre".París, 1956, p. 251 .

(8) LAVERGNE : La forme coopérative des nationalisations, en "Les Nationali-sations en France et á 1'étranger", "Les Nationalisations en France". París, 1948 .p. 66 .

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Sociedades de equipo y reparación, empresas agrícolas piloto, labo-ratorios e institutos diversos, sociedades de publicidad, numerosas par-ticipacíones en las actividades decisivas de la salud pública y de la se-guridad nacional, etc.

El Banco de Francia, con los cuatro principales bancos de depósito(que representan el 55 por 100 de la actividad bancaria propiamente di-cha), los cheques postales, que constituyen por sí solos el Banco dedepósito más importante del país, el crédito popular, el crédito agrícola,la Caja de Depósitos y consignaciones y las Cajas de Ahorro, el Créditonacional, el crédito hipotecario, el Banco nacional francés de ComercioExterior, así como numerosas filiales de estos establecimientos ,.

La importancia que estas nacionalizaciones representan se revelaespecialmente, cuando se tiene en cuenta que la nacionalización o so-cialización es concebida jurídicamente, al igual que en la doctrina ita-liana y alemana, como una figura intermedia entre la clásica expropia-ción y la confiscación .

En la práctica de las nacionalizaciones francesas parece además queel acercamiento a la figura de la confiscación ha ido un poco másallá de lo normal y generalmente admitido . Maurice Byé, en la introducción al libro "Les nationalisations en France", de la colección "Lesnationalisations en France et á l'étranger", publicada por el Institutode Derecho Comparado de la Universidad de París, se expresa en estesentido : "Ahora bien, en los períodos de inestabilidad política, naciona-

lización-sanción y nacionalización-remedia se mezclan con frecuencia,más o menos inconscientemente, en el espíritu de los legisladores . Todaevaluación del activo, si el activo es considerable y el negocio monopo-lístico, representa una gran parte de arbitrariedad . El Estado, juez yparte a un mismo tiempo, se verá forzosamente tentado de adquirircon ventaja . . . Las indemnizaciones han podido, pues, ser consideradasfrecuentemente, y especialmente en Francia, como insuficientes" '° . Geor-ges Burdeau se refiere a la nacionalización de la empresa Renault comocaso típico de la nacionalización-sanción y señala la existencia de esamisma intención de penalizar en la nacionalización de la sociedad de losmotores "Gnome et Rhóme". Pero además añade : "En todo caso setrata de hipótesis excepcionales debidas a la situación especial por que

(9) MENDEs-FRANCE, P. : La République moderne. París, 1962, pp . 143 ss .y 163 ss .(10) BYt, M. : Les Nationalisations en France et á l'étranger, en "Les Nationa"lisations en Franee". París, 1948, p. 2.

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atravesó Francia durante la ocupación : ¿es preciso, pues, concluiel empleo de la nacionalización como sanción queda limitado a estoscasos particulares? No lo parece, puesto que, como ha observado contoda justicia M. Vedel, al sustituir a los capitalistas, el Estado no pue-de, salvo excepción, considerar, que los vicios que pretende remediarno son imputables más que a la fatalidad y no a los capitalistas mLa nacionalización viene así a sancionar una sospecha que pesa sobrela propiedad capitalista, a la que se considera responsable, no solamen-te de una insuficiencia técnica en la organización o en el rendimiento,sino también de un desequilibrio social . Al aparecer así como la repa-ración de una injusticia social, la nacionalización ya no está obligadaa prever una indemnización total por el perjuicio causado con la evic-ción de la propiedad, puesto que a los que invocaran el derecho depropiedad se les podría replicar, parodiando la célebre imprecación¿Pero esta propiedad era tan limpia? . . ." u.

Ahora bien, al terminar nuestra breve consideración de las naciona-lizaciones francesas, es necesario advertir que, como señala Mendés-France, "la experiencia de estos quince años muestra que los sucesivosgobiernos no han sabido o no se han atrevido a aprovechar las posibi-lidades de que disponían" en virtud de las empresas nacionalizadas . Lacausa la insinúa el propio Mendés-France al referirse a que "desde laliberación Francia ha estado casi siempre gobernada por gobiernos mo-derados o en que los moderados tenían una gran influencia" 'z.

En cambio, en Inglaterra, el programa de nacionalizaciones despuésde la guerra fue llevado a cabo por un gobierno laborista, que estuvo enel poder desde 1945 a 1950 . Esto atrae la atención de una manera es-pecial sobre las nacionalizaciones inglesas . Sin embargo, el volumenalcanzado por éstas no ha sido extraordinariamente elevado . Por ejem-plo, el año 1958 el importe de los ingresos brutos de las empresas pú-blicas supuso en Inglaterra 2.400 millones de libras esterlinas, lo queequivale a un 12 por 100 aproximadamente del producto nacional bruto ;es decir, un tanto por ciento que es poco más o menos el que corres-ponde en Francia en esa misma época a las empresas nacionalizadas.

Las nacionalizaciones inglesas abarcaron la banca nacional, las mi-nas de carbón, la industria del acero, la electricidad, los transportes por

(11) BURDEAU, G. : Manuel de Drott Public, en 'Tes libertés publiques", "Lesdroits sociaux" . París, 1948, p. 327.

(12) MENDEs-FRANCE, P. : La République moderne. París, 1962, pp. 146 ss .y 164 ss.

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carretera, la sociedad de telégrafos para el servicio exterior ; ademásuna ley especial de expropiación de terrenos creó las bases para la cons-trucción de nuevas ciudades, y en el programa del partido laborista seincluía también la socialización de la industria del cemento, de la pro-ducción azucarera y de los seguros. Se apuntaba asimismo a la socia-lización de la construcción de buques y de la industria química, e in-cluso-con reservas-a la de la agricultura` . A esto hay que añadirque ya desde 1912 estaban plenamente nacionalizados los servicios te-lefónicos. "En 1908 se había aprobado, por parte de un gobierno liberal,la ley que constituía la "gran autoridad" del puerto de Londres, y queproporcionaría, después, en ciertos aspectos, el modelo de las sucesivasempresas públicas . Entre las dos guerras mundiales, los gobiernos con-servadores habían creado el Central Electricity Board (al que se habíaencargado la tarea de proveer a la distribución de la energía en la to-talidad del territorio nacional), la British Broadcasting Corporation (queostenta el monopilio de los servicios tele-radio), el London PassengerTransport Board (que ha asumido todos los servicios londinenses detransporte de pasajeros, regidos antes por empresas comunales privadas)y la British Overseas Airwavs Corporation (mediante fusión de dos so-ciedades privadas : la Imperial Airways y la British Airways)" 1' .

Ahora bien, a mi modo de ver, sería erróneo restringir el proceso desocialización de la economía, tanto en Inglaterra como en los demáspaíses, a lo que estrictamente se conoce con ese nombre, es decir, lanacionalización o colectivización de empresas privadas . Tiene tantosentido social y tanta o más importancia el control o dirección por elEstado de la economía : como ha señalado G. Myrdal `, la planificaciónde la economía es hoy ya un fenómeno general y sólo cabe discusiónsobre el modo de entenderla. Por lo que hace a la planificación de laeconomía inglesa durante el período del gobierno laborista, 1. Messnerenumera las siguientes medidas : en primer lugar, la planificación delcrédito por medio de la inversión de capital estatal y del control delcrédito. Lo primero se logró gracias a la retracción por la vía fiscal del40 por 100 de la renta nacional. El control del crédito se llevó a cabo

(13) Cfr. MESSNER, J. : Das englische Experiment des Sozialismus. Innsbruck,1954, pp . 22-23.

(14) HANSON, A. H. : La empresa pública en Gran Bretaña, en Documentonúmero 155 del Consejo Económico Sindical .

(15) MYRDAL, G. : Beyond the We1fare State. Yale University Press, 1960 .Ed. en español Méjico-Buenos Aires. 1961 .

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haciendo depender las inversiones privadas de la aprobación estatal .Pero a esto se añadió un amplio control de la producción, en conexióncon un intenso control de las divisas, de las exportaciones y las impor-taciones . Además, el control del consumo, necesario para contener lademanda, al subir los salarios, se llevó a cabo mediante un amplio sis-tema de racionamiento de los productos alimenticios y del vestido, me-diante impuestos de consumo, así como mediante limitaciones en laproducción de las industrias de bienes de consumo. Se controló asimis-mo, estrechamente, el empleo y distribución del trabajo` .

Pero como ya hemos indicado, no sólo se ha de comprender comoplanificación este tipo de medidas especiales . Incluso en un país comoAlemania, donde el partido socialista ha estado siempre después de laguerra fuera del poder y donde la economía ha tenido un marcado signoneoliberal, se concibe que cualquier actividad empresarial tiene un sen-tido social, e incluso"público", que impide considerarla sólo dentro delos marcos del derecho privado. Así nos dice el profesor K. Ballerstedtque : "Con su intervención empresarial, el propietario realiza un actode transformación de su propiedad, que la traslada de la esfera privadaa la pública" .

Por su parte un autor' italiano, Ugo Coli, señala que "entre la es-tructura y el funcionamiento de los grandes complejos de las sociedadesanónimas, tal como se presentan en la industria contemporánea, y losde una gran empresa estatal, dotada de autonomía y con una organi-zación actualizada, las diferencias son mucho más aparentes que reales 18 .

Asimismo, Mendés-France, refiriéndose a la realidad francesa, afir-ma que "las empresas privadas van quedando poco a poco envueltasen una red de previsiones y de prescripciones que emanan del poderpúblico".

Con ésto damos por terminada la exposición del proceso de sociali-zación económica en Europa después de la última guerra . Los motivos aque ha obedecido son indudablemente múltiples, pero entre ellos figura indiscutiblemente el de hacer partícipes de las ventajas de la propie-dad a un mayor número de gentes, es decir, el fin de socialización del

(16) Cfr. MESSNER, J. : Das englische Experiment des Sozialismus. Innsbruck,

1954, p. 23 .(17) BALLERSTEDT, K. : Unternehmen und Wirtschaftsverfassung, en "Juristen-

zeitung" (1951), p. 490.(18) COLI, LIGO : La proprietá e 1'iniziativa privata, en "Commentario sistemati-

co alla Costituzione italiana". Firenze, 1950, p. 380.(19) MENDEs-FRANCE, P. : La République moderne. París, 1962, p. 142.

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poder económico. Los juicios que se podrían hacer sobre él serían asi-

mismo múltiples, tanto desde el punto de vista de los resultados como

de la valoración. Pero en cuanto a la elevación del nivel de vida de las

clases más necesitadas, que ha contribuido a producir directa o indirec-

tamente, no parece que ofrezca duda, en términos generales, ni el resul-

tado ni su valoración positiva.

iosÉ M.' RODRÍGUEZ PANIAGUA