Poema de mio cid (ortografía)

5
Lee atentamente y escribe en los espacios ( __ ) b, v, y, ll, g, j, x o h, según convenga. EL CID [camino del destierro] ENTRA EN BURGOS __a por la ciudad de __urgos el Cid Ru__ Díaz entró. Sesenta pendones __e__a detrás el Campeador. Todos salían a __erle, niño, mu__er y __arón, a las __entanas de __urgos mucha __ente se asomó. ¡Cuántos ojos que __ora__an de grande que era el dolor! Y de los la__ios de todos sale la misma razón: "¡Qué __uen __asa__o seria si tu__iese __uen señor!" De grado le al__ergarían, pero ninguno lo osa__a, que a Ru__ Díaz de __i__ar le tiene el re__ mucha saña. La noche pasada a __urgos __e__aron una real carta con se__eras pre__enciones y fuertemente se__ada mandando que a Mío Cid nadie le diese posada, que si alguno se la da sepa lo que le espera__a: sus __a__eres perdería, más los ojos de la cara, y además se perdería sal__ación de cuerpo y alma. Gran dolor tienen en __urgos todas las __entes cristianas Centro de Educación de Personas Adultas “Oporto” Alfredo Fuentes 1

description

 

Transcript of Poema de mio cid (ortografía)

Lee atentamente y escribe en los espacios ( __ ) b, v, y, ll, g, j, x o h, según convenga.

EL CID [camino del destierro] ENTRA EN BURGOS

__a por la ciudad de __urgos el Cid Ru__ Díaz entró.

Sesenta pendones __e__a detrás el Campeador.

Todos salían a __erle, niño, mu__er y __arón,

a las __entanas de __urgos mucha __ente se asomó.

¡Cuántos ojos que __ora__an de grande que era el dolor!

Y de los la__ios de todos sale la misma razón:

"¡Qué __uen __asa__o seria si tu__iese __uen señor!"

De grado le al__ergarían, pero ninguno lo osa__a,

que a Ru__ Díaz de __i__ar le tiene el re__ mucha saña.

La noche pasada a __urgos __e__aron una real carta

con se__eras pre__enciones y fuertemente se__ada

mandando que a Mío Cid nadie le diese posada,

que si alguno se la da sepa lo que le espera__a:

sus __a__eres perdería, más los ojos de la cara,

y además se perdería sal__ación de cuerpo y alma.

Gran dolor tienen en __urgos todas las __entes cristianas

de Mío Cid se escondían: no pueden decirle nada.

Se diri__e Mío Cid adonde siempre para__a;

cuando a la puerta __egó se la encuentra __ien cerrada.

Por miedo del re__ Alfonso acordaron los de casa

que como el Cid no la rompa no se la a__rirán por nada.

La __ente de Mío Cid a grandes __oces __ama__a,

los de dentro no querían contestar una pala__ra.

Mío Cid picó el ca__a__o, a la puerta se acerca__a,

el pie sacó del estri__o, y con él gran golpe da__a,

pero no se a__rió la puerta, que esta__a mu__ __ien cerrada.

Centro de Educación de Personas Adultas “Oporto” de Madrid

Alfredo Fuentes Bernabé

1

La niña de nue__e años mu__ cerca del Cid se para:

"Campeador que en __endita __ora ceñiste la espada,

el re__ lo __a __edado, anoche a __urgos __egó su carta,

con se__eras pre__enciones y fuertemente se__ada.

No nos atre__emos, Cid, a darte asilo por nada,

porque si no perderíamos los __a__eres y las casas,

perderíamos tam__ién los ojos de nuestras caras.

Cid, en el mal de nosotros __os no __ais ganando nada.

Seguid y que os proteja Dios con sus __irtudes santas."

Esto le dijo la niña y se __ol__ió __acia su casa.

ANÓNIMO: El Cantar del Cid

Centro de Educación de Personas Adultas “Oporto” de Madrid

Alfredo Fuentes Bernabé

2

Para corregir:(Y)a por la ciudad de (B)urgos el Cid Ru(y) Díaz entró.

Sesenta pendones (ll)e(v)a detrás el Campeador.

Todos salían a (v)erle, niño, mu(j)er y (v)arón,

a las (v)entanas de (B)urgos mucha (g)ente se asomó.

¡Cuántos ojos que (ll)ora(b)an de grande que era el dolor!

Y de los la(b)ios de todos sale la misma razón:

"¡Qué (b)uen (v)asa(ll)o seria si tu(v)iese (b)uen señor!"

De grado le al(b)ergarían, pero ninguno lo osa(b)a,

que a Ru(y) Díaz de (V)i(v)ar le tiene el re(y) mucha saña.

La noche pasada a (B)urgos (ll)e(v)aron una real carta

con se(v)eras pre(v)enciones y fuertemente se(ll)ada

mandando que a Mío Cid nadie le diese posada,

que si alguno se la da sepa lo que le espera(b)a:

sus (h)a(b)eres perdería, más los ojos de la cara,

y además se perdería sal(v)ación de cuerpo y alma.

Gran dolor tienen en (B)urgos todas las (g)entes cristianas

de Mío Cid se escondían: no pueden decirle nada.

Se diri(g)e Mío Cid adonde siempre para(b)a;

cuando a la puerta (ll)egó se la encuentra (b)ien cerrada.

Por miedo del re(y) Alfonso acordaron los de casa

que como el Cid no la rompa no se la a(b)rirán por nada.

La (g)ente de Mío Cid a grandes (v)oces (ll)ama(b)a,

los de dentro no querían contestar una pala(b)ra.

Mío Cid picó el ca(b)a(ll)o, a la puerta se acerca(b)a,

el pie sacó del estri(b)o, y con él gran golpe da(b)a,

pero no se a(b)rió la puerta, que esta(b)a mu(y) (b)ien cerrada.

La niña de nue(v)e años mu(y) cerca del Cid se para:

"Campeador que en (b)endita (h)ora ceñiste la espada,

el re(y) lo (h)a (v)edado, anoche a (B)urgos (ll)egó su carta,

con se(v)eras pre(v)enciones y fuertemente se(ll)ada.

No nos atre(v)emos, Cid, a darte asilo por nada,

porque si no perderíamos los (h)a(b)eres y las casas,

perderíamos tam(b)ién los ojos de nuestras caras.

Cid, en el mal de nosotros (v)os no (v)ais ganando nada.

Seguid y que os proteja Dios con sus (v)irtudes santas."

Esto le dijo la niña y se (v)ol(v)ió (h)acia su casa.

Centro de Educación de Personas Adultas “Oporto” de Madrid

Alfredo Fuentes Bernabé

3