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    Encuentro Nacional de Jvenes Demcratas Cristianos Mrida

    POLTICA Y CRISTIANISMO PARA LOS JVENESDE HOY

    Douglas Coromoto Ramrez Vera.Mrida, octubre de 2009

    [email protected] .

    Los fieles laicos de ningn modo pueden abdicar de la participacin enla poltica; es decir, en la multiforme y variada accin econmica,

    social, legislativa, administrativa y cultural, destinada a promover

    orgnica e institucionalmente el bien comn

    JUAN PABLO II (1988) Exhortacin Apostlica Christifideles laici, n. 42.

    Los Problemas de la Vida.

    La vida es movimiento y ese movimiento implica encontrarse,confrontarse con la realidad misma. Ese movimiento de la vida se desarrollacon otros, entre otros y frente a las cosas, lo cual llamamos mundo. Lavida est inmersa en el mundo y el hombre interacta con ese mundo

    cultivndolo para no abandonarlo y dominndolo para cuidarlo1 (DSI, 2006).Esta confrontacin con la realidad origina acciones y reacciones que generanun conocimiento de lo otro en nosotros y produce obstculos, situaciones,perturbaciones que llamamos problemas.

    Giussani nos seala2: Si el problema es el conocimiento de lasreacciones que nuestro ser padece al moverse en el desarrollo de su vida, lavida del hombre consiste precisamente en percibir los problemas... Cuantoms vive uno, ms percibe los problemas.(LG, 1996, 148). Esa evidencia delos problemas es ms sensible en los jvenes que en los viejos3, quienes hanformado un cnico callo de la conciencia o han apagado la voz del deseo por lavida.

    1 Conferencia Episcopal Venezolana. 2006. Compendio de la Doctrina Social de laIglesia. n. 255. Caracas, 6 de enero.2 Luigi Giussani.1996. Los jvenes y el ideal: El desafo de la realidad. EncuentroEdiciones. Madrid3 viejo en el sentido de la actitud y no de la edad ya que muchas veces ya me heencontrados muchos muchachos viejos.

    mailto:[email protected]:[email protected]
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    Esa vida llena de problemas se puede4 reducir a cuatro fundamentales,el primero es conocer al mundo para cultivarlo y dominarlo, de aqu surge elproblema de la cultura de la educacin, somos seres cultivados ycultivadores de nuestra realidad, lo segundo es utilizar ese conocimiento esacultura para hacer ese mundo, esa realidad adecuada a nuestras

    necesidades por medio del trabajo. De aqu surge la relacin del hombre conlos bienes del mundo a travs de la fuerza transformadora del trabajo queordena, construye y se apropia del resultado, el cual llamamos el problema delo econmico. Esta realidad de lo econmico surge por el hecho mismo de laescasez de recursos o medios para satisfacer variadas necesidades dediferente importancia.

    El tercer gran problema se vincula a nuestra propia reproduccin y almantenimiento de nuestra especie en el mundo. De aqu surge una relacindistinta a la relacin que tenemos con las cosas o con el resto de lanaturaleza, porque nos vinculamos con otro ser que tiene razn, espritu y

    libertad. Con la naturaleza nos relacionamos en trminos de aprovecharnos yusarlas para nuestros fines pero cuando nos vinculamos a una vida que esten igualdad de condiciones a nosotros la relacin es diferente ya que si essometida contra su voluntad ms temprano que tarde esta reaccionar yresponder con igual o mayor intensidad a la forma como fue tratada. Por ellonos vinculamos buscando su simpata, su afecto, atendemos su humanidad,dndonos, amndola. De aqu que Giussani nos ensea que el centro de lacuestin est en que las cosas se cogen, a las personas, en cambio nosdamos. Por tanto, en conclusin: las cosas se usan, las personas se aman (GS,1996, 149). Ese es el problema del amor, de la familia, de la pareja.

    Entendiendo como familia una comunidad de amor capaz de dar vida5

    . Cuandono tiene esa capacidad de vida se puede llamar unin civil o comunidad deintereses que puede estar fundamentada en el amor entre ellos pero no sepuede llamar familia. Ntese que el tema de los bienes, de su administracin yherencia es un elemento derivado, de seguridad para los herederos genticos yde la madre o padre de ellos, pero no fundamental del concepto de familia perosi es relevante en la comunidad de intereses.

    Nuestra vida se desarrolla con otros, con los cuales no nos une ni unconocimiento, ni un afecto directo y con quienes nos vinculamos en mltiplesactividades culturales, tcnicas y sociales. Esas personas con quienes nos

    asociamos para lograr cosas que solos no podramos lograr, para alcanzarniveles de progreso y seguridad que aislados unos de otros no sera posible,

    4 Aqu seguimos a Giussani, 1996, 148-150.5 La palabra matrimonio viene del latn /matrimonium/, la cual proviene de /matrem/(madre) y /monium/ (calidad de). Matrimonio tiene un origen similar a patrimonio,formado de /pater/ (padre) y el sufijo /monium/. El patrimonio refleja a los bienesadquiridos por herencia, mientras que matrimonio refleja la unin entre marido ymujer.

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    sino a travs de emprendimientos, organizaciones, empresas e instituciones,que afectan nuestra vida en nuestras carencias y en nuestras abundancias yque a su vez generan una doble dinmica: una competitiva y otra decooperacin.

    Al configurarse la vida del hombre en sociedad surge el cuarto granproblema, el de la convivencia humana, de la comunidad social al cualllamamos el problema de la poltica, donde surge el hecho poltico. El hechopoltico lo entendemos como el establecimiento de reglas de cumplimientoobligatorio para el grupo para asignar bienes escasos. Ntese que cuandohablamos de reglas de cumplimiento obligatorio nos referimos al aspecto de lafuerza necesaria y legitima de la autoridad y en segundo lugar, que estaafecta a lo pblico de la comunidad.

    A continuacin nos enfocaremos en el tema de la dimensin poltica y elrol de los laicos cristianos en el mundo de aguas turbulentas de lo poltico.

    Recordando las enseanzas de Santo Tomas Moro, santo patrn de losgobernantes y de los polticos. l quien supo dar testimonio de la inalienabledignidad de la conciencia y el rechazo de toda componenda, respetando a laautoridad legtima, afirm, con su vida y su muerte, que el hombre no se

    puede separar de Dios, ni la poltica de la moral6.

    La Dimensin Poltica.

    Es conveniente distinguir la poltica y lo poltico. Lo poltico loentendemos como la dimensin de poder explcito y del ejercicio de ese poder,la poltica la entendemos como el arte (o la ciencia instrumental) de organizary dar orden a ese poder para ello debe comprenderse lo que es permanente ytransitorio en lo poltico. Lo propio y especfico de la poltica es lo poltico cuyodominio est determinado por lo pblico, el cual se caracteriza por la distincin

    entre amigo y enemigo, pero este enemigo no es el enemigo privado (inimicus)sino el enemigo pblico (hostis) el que me hostiga o impugna7. Enconsecuencia en lo poltico surge el conflicto por el ejercicio del poder, elconflicto puede ser de tipo existencial, donde la supervivencia de un grupodepende de la ausencia del otro, o discurrir en un tipo de conflicto agonal;donde la existencia de uno no implica la eliminacin del otro.

    6 JUAN PABLO II. 2000. Carta Apostlica del Papa Juan Pablo II para la proclamacin deSanto Toms Moro como patrono de los gobernantes y de los polticos, n. 1. Roma, 31de octubre. Consultada el 12 de octubre del 2009, en:http://multimedios.org/docs/d001089/7Alberto Buela, Propedutica a la teora poltica, consultado el 12 de octubre 2009,en: http://es.catholic.net/empresarioscatolicos/464/1123/articulo.php?id=36851

    http://multimedios.org/docs/d001089/http://es.catholic.net/empresarioscatolicos/464/1123/articulo.php?id=36851http://multimedios.org/docs/d001089/http://es.catholic.net/empresarioscatolicos/464/1123/articulo.php?id=36851
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    La responsabilidad del hombre frente a la realidad y en particular, frentea la realidad poltica, pone en juego las exigencias que el corazn expresa. Alponer en juego esta responsabilidad frente a los valores choca con la realidaddel poder, entendida como la fuerza y energa organizada para alcanzar losobjetivos. Frente al poder se presentan dos dinmicas posibles, una que mueve

    la voluntad para el desarrollo y servicio del hombre y la otra que reduce larealidad humana a los objetivos del poder. En este ltimo caso al Estado, a lacomuna, al partido o a la organizacin, que se considera fuente y fin de tododerecho.

    Como bien lo seala Giussani8 (LG, 2001, 152), Si el poder mira slo asus propios objetivos, necesita entonces tratar de gobernar los deseos del

    hombre, es decir su libertad. En este caso el poder slo buscar asegurar suexistencia y permanencia en la medida que reduce el mbito de libertad de larealidad humana. Esta reduccin es mayor en cuanto reduce la diferencia, ladiversidad en definitiva el pluralismo y coarta todo mecanismo que permita

    que esta diversidad sea expresada en igualdad competitiva en oportunidades,sin ventajas para unos u otros en un proceso limpio, transparente, con reglasclaras y estables, por lo tanto legitimo desde la fuente.

    De lo sealado surge la dialctica de la legitimidad del poder; de suorigen y permanencia, un gobernante justifica su poder no slo por la

    perfeccin de su ttulo de mando, sino tambin por la rectitud con que ejerce el

    mismo9 (Ponsati, 1988, 25). La legitimidad del mando para el gobernanterequiere dos elementos para ser obedecido primero es la legitimidad delorigen del mando y en segundo lugar, la legitimidad del ejercicio del mandoluego de ser obtenido este. En cuanto al origen, la historia ha mostrado almenos ms de dos fuentes10 de legitimidad: una que parte de la herencia(feudalismo, tiranas) y la costumbre que atribuye el derecho a mandar a quiensuceda hereditariamente a un ascendiente provisto de esa facultad, la delcarisma del profeta o del guerrero quien conquista el poder con la anuenciade sus seguidores y con la pasividad de sus opositores, y, por ltimo, la otrabasada en la eleccin del pueblo, en la que se fundamenta la democracia. Lasdemocracias se caracterizan como formas de gobierno producto de eleccioneslibres y secretas a las que concurren los partidos polticos, fundamentadas enuna constitucin, en los derechos humanos y en la independencia de lospoderes pblicos11. La democracia es una forma poltica y no social de

    organizacin.8 Luigi Giussani. 2001. El yo, el poder y las obras. Ediciones Encuentro, ColeccinCiencias Sociales. Madrid, pgina 1519 Arturo Ponsati (Redactor). 1988. Anti Ssifo: Reflexiones y estrategias para losprocesos de democratizacin en Amrica Latina. Ediciones IFEDEC, diciembre.10 Max Weber en 1919 habla de tres fuentes de legitimidad, como la costumbre, elcarisma y la confianza en los preceptos legales fundados racionalmente. Ver a MaxWeber. 2007. La poltica como profesin. Editorial Espasa Calpe, S.A. ColeccinAustral de Ciencias y Humanidades. p. 89

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    En este sentido, la democracia la podemos entender como un gobiernode la mayora (mayora de quienes votan) que respetan el derecho de lasminoras (de quienes votan o no votan) y manejan las diferencias, el hechosimple de tener una mayora relativa o absoluta, no implica el desconocimientode los derechos humanos y de las libertades civiles que posen quienes

    circunstancialmente no cuentan con una mayora relativa en un procesoelectivo.

    Una prctica de gobierno que permanentemente niega los derechos delas minoras imponiendo leyes injustas, que por ser ley no dejan de serinjustas, conlleva a la larga la prdida de su legitimidad por cuanto seconvierte en un rgimen opresor y para mantener su opresin se afinca cadavez ms en la injusticia por el temor de la rebelin y las conspiraciones, estaparanoia termina asfixiando a sus propios aliados y llenando de odio y temor alpueblo. Hasta el punto en que el odio puede ser mayor que el miedo mismo. Lahistoria humana est llena de ejemplos de este tipo. La reaccin del pueblo

    venezolano en particular ante la cada del gobierno del Benemrito y el vuelode la vaca sagrada son dos ejemplos recientes de la historia del siglo XX.

    La Democracia y la Dictadura

    La democracia o su concepto se han convertido en el estndar degobierno legtimo en el mundo moderno, de hecho muchas dictadurasmodernas se ponen el nombre democrtico ponindole el apellido popularcomo forma de esconder el hecho evidente de no serlo, como bien lo sealaMires (2009): La democracia avanza sobre el planeta, pero de modo

    zigzagueante, hecho que ha creado un consenso internacional que ms o

    menos dice as: las dictaduras pueden ser transitoriamente soportadas pero no

    aceptadas. Razn que explica por qu ningn dictador contemporneo se

    designa a s mismo como dictador. Todas las dictaduras de la tierra, en una

    tierra cada vez ms democrtica, quieren aparecer vestidas con ropa

    democrtica. Ms an: quieren ser reconocidas como democrticas e, incluso,como una forma superior de democracia.

    11 Fernando Mires. 2009. El Dictador Abril 14, consultado en julio 12 del 2009;http://ideasdebabel.wordpress.com/2009/04/14/fernando-mires-el-dictador/

    http://ideasdebabel.wordpress.com/2009/04/14/fernando-mires-el-dictador/http://ideasdebabel.wordpress.com/2009/04/14/fernando-mires-el-dictador/
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    Tambin lo seala muy adecuadamente Arturo Ponsati12 (1988, 26):Resulta notable que los ensayos de instauracin de nuevas legitimidadessustitutivas de la democrtica vayan siempre acompaadas de la intencin de

    reclamar para s la autenticidad democrtica Lo cual habla a las claras de

    que a pesar de la potencia desplegada en torno a los intentos por hacer

    arraigar nuevas formulas de legitimidad, la democracia sigue siendo, ennuestros das, la necesaria referencia de un rgimen que aspire a ostentar el

    ttulo de legitimo

    Las dictaduras totales son caracterizadas por la ausencia de eleccioneslibres y secretas, la presencia de un partido nico, sindicato y gremios nicosalineados al partido oficial y subordinados a la voluntad del dictador, con unasistemtica violacin de los derechos humanos y de las libertades civiles y lasubordinacin de los poderes pblicos al poder del gobernante supremo. Sonsociedades de armona con el lder supremo (Ramrez, 2007, 98)13.Normalmente el dictador se sustenta en una estructura de tipo militar y

    militarista. Pero hoy son difciles de sostener por los costos y el aislamiento enun mundo globalizado. As que modernamente tenemos las dictaduraseleccionarias creadas en la prctica por el mismo Hitler, quien inici unacostumbre dictatorial que ha hecho escuela: la de legitimar su poder medianteplebiscitos y gobernar con sus leyes hechas a la medida (Mires, 2009).

    Las dictaduras eleccionarias se caracterizan por la existencia de un ldersupremo, la concentracin de los poderes pblicos en la persona del lder, en lamilitarizacin del poder poltico, en la hegemona comunicacional omonopolizacin de los medios de difusin cultural y en el envilecimiento de laselecciones. La intimidacin de los adversarios y en convertirlos en enemigos,en los ocasionales gestos de generosidad con los aliados, son caractersticos deestos regmenes. Casi todos los dictadores son militares, y cuando realizanelecciones las ven como campos de batalla en donde es necesario vencerrecurriendo a todos los medios posibles. La democracia se convierte as en unsimulacro de s misma, se busca una degradacin paulatina de la vidaciudadana buscando crear un sentimiento de apata y frustracin. Logrando deesta manera, un objetivo adicional, destruir por medios polticos los cimientosmorales de una nacin. La democracia se convierte en mero ritual paraeternizar al dictador. (Mires, 2009).

    12 Arturo Ponsati (Redactor). 1988. p. 2613 Ramrez Vera, Douglas C.2007. Los modelos de toma de decisin en lo poltico:armona y conflicto, y asignacin en lo econmico: mercado y jerarqua. Elementospara un debate. Revistas Economa. Instituto de Investigaciones Econmicas ySociales (IIES). FACES ULA Mrida. P. 98. En; http://oai.saber.ula.ve/cgi-win/be_alex.exe?Acceso=T016300003677/5&Nombrebd=ssaber

    http://oai.saber.ula.ve/cgi-win/be_alex.exe?Acceso=T016300003677/5&Nombrebd=ssaberhttp://oai.saber.ula.ve/cgi-win/be_alex.exe?Acceso=T016300003677/5&Nombrebd=ssaberhttp://oai.saber.ula.ve/cgi-win/be_alex.exe?Acceso=T016300003677/5&Nombrebd=ssaberhttp://oai.saber.ula.ve/cgi-win/be_alex.exe?Acceso=T016300003677/5&Nombrebd=ssaber
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    Giussani (2008, 155)14 describe este sentimiento como la tibieza que esdiferente a la impaciencia: la impaciencia es un defecto de la paciencia. Loopuesto a la paciencia es esa especie de resignacin de gusano, es ese

    proceder retorcido de serpiente ese estirarse intil de brazos y piernas, que

    deriva de tantas causas como, por ejemplo, la pereza pero la pereza deriva en

    la tibieza. La tibieza es seguir el camino de la esperanza con gesto ausente,con la cabeza encogida precisamente como se encoge el gusano para caminar:

    son los que estn sin estar de verdad, y que por eso no le gustan n a Dio, n

    ai nemici sui la tibieza es una manera de vivir el seguimiento de Cristo queaburre, que nos aburre a nosotros mismos, que no tiene luz, ni brillo, ni energa

    creativa, ni dulzura, ni proyecto alguno, es decir que no tiene esperanza!.... Latibieza se opone a la fortaleza

    En este nivel hay que puntualizar varios aspectos y sentar pies en tierrafrente a los hechos. La democracia, adems de una forma de gobierno, es unmodo de vida, y como tal, hay que realizarlo da a da, resistiendo a toda

    tentacin de ir en contra de la libertad humana. Ser un lder demcratarequiere un discurso y una prctica cotidiana que exige ser un agente queparticipa activamente en su mbito especfico abierto mas no relativista nireduccionista, no excluyente, propositivo, constructor de esperanzas y sueos,prudente y honrado que no genere escndalos y sepa mandar y obedecer elpoder legtimamente constituido. Ser un colaborador leal y crtico en la defensade la dignidad de las personas y del bien comn. No es un demcrata quienreplica y clona al dictador de turno, al interior de la instancia quecircunstancialmente dirige. Slo a partir de esa resistencia cotidiana seralguna vez posible vencer al tirano en su propio terreno: el electoral.15

    Otro aspecto a puntualizar es que el dictador eleccionario ha llegado ahpor ser un lder (Fhrer) carismtico y popular, l figura como gua de loshombres llamado por una causa superior y sus seguidores se someten y lolegitiman no en virtud a la costumbre o a la ley, sino porque creen en l 16. Enparticular en el caso de Amrica Latina y Venezuela (otros pases del mundo noescapan de ello) la combinacin de populismo, militarismo y nacionalismo hansido una constante, lo cual muestra que la naturaleza humana no nace con unespritu democrtico, que la libertad no es el bien ms apreciado por lasgrandes mayoras en especial de los sectores pobres marginados de los frutosdel progreso y que las dictaduras eleccionarias no se sustentan slo en

    bayonetas.

    14 Luigi Giussani. 2008. Se puede vivir as? Un acercamiento extrao a la existenciacristiana. Fondo Editorial de la Universidad Catlica Sedes Sapientiae. Lima Per. P.155.15 Mires, 2009.16 Max Weber. 2007, p. 90

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    La leccin que se puede obtener es que ser un demcrata no es unacondicin natural sino adquirida. Llegar a ser ciudadano autnomo implicasometerse a un largo proceso de aprendizaje. Vivir en una democracia implicaaceptar posiciones contrarias y convivir con ellas; nos gusten o no. Esto exigedi logos, comunicacin basada en la verdad y en la caridad y esta es una

    labor misionera. La misin es la forma original del dialogo de los cristianos. Lodefinitivo no son las diferencias sino la unidad17 (Giussani, 2007, 142). Peroslo se puede construir un acuerdo, s existe claridad y certeza de nuestraspropias convicciones y, a partir de ah, se puede encontrar, a travs de losdiversos caminos, al comn destino.

    El Camino a la Democracia

    La laicidad o autonoma de lo civil con respecto a la esfera religiosa-eclesistica no puede entenderse como autonoma sobre la esfera moral, nicomo la reivindicacin de un principio que prescinda de la enseanza moral ysocial de la Iglesia, ni como reduccin de la vida cristiana a lo espiritual yprivado. La vida en un sistema poltico democrtico no podra desarrollarseprovechosamente sin la activa, responsable y generosa participacin de todos.En la democracia, todas las propuestas son discutidas y examinadaslibremente, se incurrira en una forma de laicismo intolerante quienes negarana los cristianos la legitimidad de actuar de acuerdo con las propiasconvicciones acerca del bien comn. El compromiso sociopoltico de loscristianos no puede reducirse a transformar las estructuras, sino que conllevacrear una propuesta cultural.

    Esta propuesta cultural parte por vivir intensamente la realidad, por vivirlas circunstancias, estas pueden ser duras pero no neutras y no son parasoportarlas, ellas nos desafan, nos retan, nos confrontan, nos educan, son

    parte del dialogo de cada uno de nosotros con el Misterio presente18. El perderel gusto por la vida es el vacio de nuestro corazn, es decir el centro denuestra razn afectiva, el amor por uno mismo por el yo que me define. Lascircunstancias me con mueve, mueven mi corazn, mi ser y me desafa adescubrir su sentido, su significado, el cmo las afrontamos, el cmo nos

    paramos y nos posicionamos frente a ellas.Tracemos unas pinceladas de respuestas del yo a esas circunstancias.

    17 Luigi Giussani. 2007. El camino a la verdad es una experiencia. . Fondo Editorial de laUniversidad Catlica Sedes Sapientiae. Lima, Per, p. 142.18 Julin Carrn. 2009. De la fe nace el mtodo. Ejercicios de la fraternidad deComunin y Liberacin. Rmini, abril, p. 5.

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    El dictador odia la diversidad, el pluralismo; el busca uni formar daruna nica forma a todo. El color nico es el smbolo del pensamiento nico,que a la vez es la representacin del pensamiento del dictador, por tanto launiformidad es el smbolo de la prdida de la individualidad y de la diferencia.Nuestra respuesta es vivir la diferencia, no replicar esa uniformidad, promover

    la novedad de aceptar la diferencia; de la pluralidad.

    Esta defensa del pluralismo tiene que ser en todos los espacios y niveles,aqu hablamos de:

    1. Pluralismo de las ideas , creencias y visiones que permitan la librebsqueda de la verdad y de Dios, de una sociedad educativa y no deun estado docente, de la libertad de comunicar libremente la opinina otros.

    2. Pluralismos de las formas de asociacin gremial, sindical, estudiantil,amas de casa, deportistas, grupo de consumidores y social engeneral que permita crear un rico tejido social, de la organizacinpopular en defensa de la propiedad, de la libertad de trabajo, de lalibertad sindical, en sntesis; por el mejoramiento de las condicionesconcretas de vida.

    3. Tambin hablamos del pluralismo econmico que permita construiruna sociedad de emprendedores y propietarios y no una sociedad defuncionarios dependiente de un trabajo improductivo y sin derechossociales o de una misin, fomentar el pluralismo en las formas depropiedad y de organizacin del mercado que permitan concretar

    una economa ecolgicamente sustentable y econmicamentesostenible, hablamos de una Economa Social de Mercado.

    4. Del pluralismo gubernamental fortaleciendo la descentralizacin decompetencias, recursos y funciones, a nivel de las regiones,municipios, parroquias y vecinos; promoviendo formas diversas ylocales de responder a las necesidades concretas de las personasorganizadas, atendiendo sus carencias para que en forma asociativapesquen la ballena.

    El pluralismo permite construir una democracia integral donde la

    participacin no es contradictoria con la representatividad. Desde laperspectiva de la fe cristiana, existe un pluralismo poltico legtimo. Laspropuestas polticas legtimas para un cristiano deben ser compatibles con dosprincipios bsicos de la doctrina social de la Iglesia:

    El principio de solidaridad, segn el cual el Estado debe promoverla justicia social, tutelando especialmente los derechos de los dbiles y pobres(Juan Pablo II, encclica Centesimus Annus, nn. 10, 15).

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    El principio de subsidiariedad, segn el cual el Estado no debesofocar los derechos del individuo, la familia y la sociedad, sino que debepromoverlos (Juan Pablo II, encclica Centesimus Annus, nn. 11, 15).

    Un cristiano puede y debe actuar y comprometerse en los partidos quedefiendan y promuevan estos dos principios, adems de una radical defensa dela dignidad de la persona humana, de la bsqueda del bien comn y de laconstruccin continua y permanente de una sociedad de progreso y libertadpara todos.

    La construccin del pluralismo pasa por el rescate de los partidospolticos. Si bien los dictadores fundan un partido para realizar sus deseospersonales, mantienen un discurso en contra de los partidos, esto no es unhecho casual, no hay nada ms fcil y cmodo que criticar a los partidospolticos. Al ser pblicos los partidos, sus militantes y dirigentes estnexpuestos a la observacin cotidiana. Por otra parte, por el slo hecho de

    existir, los partidos se convierten en el blanco preferido de las crticas pblicas.En periodos de crisis, asoma muy fuerte la crtica a la corrupcin, la que, porcierto, es ms visible en los partidos polticos que en otras institucionespblicas, es cierto que hay polticos corruptos pero no ms que militarescorruptos u otras profesiones. Sobre la base de la crtica a los partidos, hansurgido todas las dictaduras. El anti-partidismo y la anti-poltica es la ideologaoriginaria que sustenta a cada dictadura.

    Aunque no son, generalmente, los partidos las organizaciones quelleven al derrumbamiento de las dictaduras, s sern las organizaciones que seencargarn de negociar con las disidencias internas de la dictadura, las que

    tarde o temprano aparecern. Adems, los partidos son las organizaciones msadecuadas para hacerse cargo de los complejos periodos que llevan al trnsitode la dictadura a la democracia. Son los partidos las instituciones que debenabrir espacios para que en la poltica post-dictatorial, el partido que representa la dictadura pueda seguir existiendo, no ya como partido-estado, sino comoun simple partido parlamentario; uno ms entre los otros. Ya esa experiencia latuvimos en el pasado el caso de Mjico con el PRI, y en el caso de Venezuelacon los partidos post-gmecista, con el proyecto hegemnico de la AD del 45 ycon los partidos perzjiministas.

    Para los cristianos, el fortalecimiento de los partidos no significaconstruir un partido que agrupe a slo creyentes, porque esto contradice lalibertad humana, pero tampoco significa que perdamos la unidad fundamentalen Jesucristo y en la iglesia, la respuesta pasa por la construccin de un ejetransversal en los temas que nos une en la fe y en todas aquellas materiassobre las cuales la doctrina social cristiana exige una postura definidaindependientemente del partido en el cual se desee participar.

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    El compromiso, ya no es slo participar, es comprometerse, prepararsecomo cuadros, porque ustedes sern posiblemente la generacin que liderarla vuelta a la democracia del siglo XXI, donde todos deben estar, tanto los queestuvieron con el dictador y su rgimen opresor, como los que adversaron ylucharon para que no se impusiera su tirana. La democracia es para todos:

    incluyendo a sus enemigos. Los partidos representan la posibilidad de unatransicin a un maana democrtico. Ese maana es lo que ms teme eldictador. Y tiene razn: ese maana ser el da de su muerte poltica.

    Ustedes jvenes representan ese maana!