Pon tus manos sobre mí (HQÑ) (Spanish...
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©2015MarisaVillalónMagaña©2015HarlequinIbérica,unadivisióndeHarperCollinsIbérica,S.A.Pontusmanossobremí,n.º 94-noviembre2015
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Índice
PortadillaCréditosÍndicePrólogoCapítulo1Capítulo2Capítulo3Capítulo4Capítulo5Capítulo6Capítulo7Capítulo8Capítulo9Capítulo10Capítulo11Capítulo12Capítulo13Capítulo14Capítulo15Capítulo16Capítulo17EpílogoSitehagustadoestelibro…
Prólogo
Lagalerna sepresentó tan rápida como inesperadamente.Ningúnpartemeteorológico la había
anunciado. La dirección del viento había cambiado contra todo pronóstico en alta mar y habíadecidido arrastrar hacia la costa gallega una borrasca que se había formado varias millas maradentro.ParacuandolaalertasehabíahechoecoenelpuertodeVigo,eranmuchoslosbarcosquehabíansalidoafaenar.Otrosmuchospermanecieronamarradosalaesperadequeelmismonúmerodemarinerosquehabíaabandonadolacostaesamadrugadavolvieraalamanecer,aunquefueraconlasredesvacías.
Las plegarias fueron escuchadas esta vez. A media mañana todos los pesqueros estaban devueltacontodasutripulaciónilesa,soloconunajornadaperdida.Ytalvezporquelasplegariassehabíanlimitadoadesearbuenafortunaaloshombresdelamar,losdetierrafirmehabíanquedadorelegadosaunsegundoplano.
En lomás cruento de la tormenta, un ciclista se arrepentía de haber salido ese día a hacer sucomprasemanal,consumochilacargadadeprovisionesalaespalda.Aunqueyaeraabsurdoparar.Soloquedabaunkilómetroy,apesardeestarcaladohastaloshuesos,podríadecirsequellevabaelvientodecola.Aunqueledesestabilizaraligeramente,leayudaríaaafrontarlacuestaarribaqueleesperabahastasucasa.
Noloviovenir.Erauncrucebienseñalizado,almenosparaaquelqueloconociera.Ricpasabaporallí,comomínimo,unavezporsemana.Peroelconductordelcamiónquesesaltóelstop noestabatanhabituadocomoelciclista.Conunalluviatorrencialcayendosobresuparabrisas,elcielotan encapotado que parecía haberse hecho de noche a las once de la mañana y las ganasdesesperadas de llegar a su destino tras ocho horas de viaje, no vio la señal vertical, ni lahorizontal,niaRicaparecerporsuizquierda.
Primero oyó un golpe seco y pensó que había pinchado.Después vio un casco pasar volandocomounapalomablancapordelantedesusojos;eso lehizofrenarde inmediato.«Quenoseaunniño»fue loprimeroquepasóporsucabeza, talvezporqueerapadrede treshijos.«Quenoestémuerto...oalgopeor»fueloquemurmurósegúnsaltabadelacabinadelcamión.
Alprincipiosolovionaranjasexprimidas,hojasdelechugadesperdigadasyunostrozosdecarnecrudaqueseleantojarondemasiadobienfileteadosparaserconsecuenciadelatropello.Despuéslovioaélentreelcorrodetranseúntesquesehabíaagolpadoalrededordelcuerpo,avariosmetrosdedistancia,loquelehizodarsecuentadequeelciclistahabíasalidoliteralmentevolando.Eraunhombrejoven,conlacaraensangrentada,losojoscerradosyunamochiladebajodelacabezaquehabía quedado desprotegida de su casco. La bicicleta estaba hecha un ovillo debajo de la ruedadelanteradelvehículo,peroalmenosnohabíanadaconellaquepudieraconsiderarsemiembroshumanos.
Cuando el conductor cayó de rodillas, un par de personas abandonaron el círculo y fueron aatenderloaél.
—Mejorqueseandosambulancias—sugirióunhombrequehablabaporelmóvil—.Alparecerelconductorhaentradoenshock.
A las ocho de la tarde, y con la tormenta convertida en una ligera llovizna, dos mujeresmontaban en sus respectivas bicicletas sin mojarse más que por su propio sudor. Sofía y Paula
afrontabanunacuestaarribaque,enteoría,eraaúnmásempinadaquelaque—sieldestinohubieraestadodesuladoesedía—habríallevadoaRichastasucasahorasantes.Esosí,susbicicletasnosemovíandelsitio.Ycomoestabanenungimnasio,nosolonolas llevabananingunaparte,sinoquequedabanliberadasdepeligrostalescomoseratropelladasporuncamión.
Eraelúltimojuevesdeseptiembrey,conél,elúltimodíaqueSofíapodríadisfrutardeloqueellallamaba«unavidaacordeasuedad».
El primero de octubre volvían los Suárez y los Rubio, ambas familias adineradas con sendasvacacionesdetresmeses.LostresmesesduranteloscualesellanoteníaqueiralimpiarsuschaletstresvecesporsemanayqueaprovechabaparatrabajarconPaula,cubriendolasvacacionesdetodoelpersonaldelafrutería,donde,graciasalapropiaPaula,lacontratabancadaveranoycadavezquehabíaunabajaporenfermedad.
Limpiar casas era duro, pero cuando el monitor de spinning indicaba que tocaba pedalear afondo,sinresistencia,agachandolaespaldayapoyandolosbrazoscontraelmanillardurantetodolo que quedaba de canción y tan rápido como las piernas les permitieran, a Sofía le parecía quelimpiarlamierdadeotrosnoeraparatanto.
Tras los estiramientos de rigor, ambasmujeres se dirigieron encantadas hacia el vestuario.Unavez pasados los cuarenta y cinco minutos de ejercicio cardiovascular, una se sentía satisfechaconsigomisma, casi como si el sudor que hacía pesar la camiseta un kilomás fuera directamenteproporcionalaloskilosqueellashabíanperdido.Podríaserunailusión,peroeramuyefectivaparaelego.
—Tevoyaechardemenos.—Paula,completamentedesnuda,caminóhacialasduchascomunes—.Sudarcomounacerdaaquínovaserlomismosinti.Yaúnmenosenlafrutería.
Sofía rio, aunque en el fondo tenía ganas de llorar y se sentía estúpida por ello.Disimuló elnudodelagargantaenjabonándoselacabeza.
—Túlovasaechardemenos,yolovoyaechardemenosyLucasvaaechardemenospasarlastardesconsutíoJorge,ahoraqueempiezalasclasesporlastardes,yqueélvuelveaembarcar.
Paulacarraspeó.Estavezfueellalaquelodisimuló,enrollándoselatoallaamododeturbantealrededordelpeloysaliendohacia lazonade las taquillas.El tíoJorgepodíasermuydivertidoparaunniñodeseisañoscomoLucas,ypodíaserdeayudaparaqueSofíatuvieraunashoraslibreslas tardesdelúnicomesdelañoquevolvíaasuciudadnatal.Pero,apartedeeso,Jorgesiemprehabíapensadosoloensímismo,yPaulateníalacertezadequetambiénhabíasidoasíduranteelúnicomesquehabíansalidojuntos,enagostodelañoanterior.Unarelacióncortae intensa,yunaruptura igualdeabruptayprofundamentedolorosa.Lode«unclavosacaaotroclavo»nosurtíaefectoconella.Enella,laheridasimplementesehacíamásprofunda.Asíhabíafuncionadosiempresucorazón,másdeunavez.
Sofíayellaeranamigasdesdeelinstituto.Ysieteañosdespuésdedejarlo,aligualquedejaronensudíalosplanesdeiralauniversidad,seguíansiendoamigas.Juntashabíansuperadosituacionesconlasquenohabíansoñadodeadolescentes.Pocohabíaensusvidasqueseparecieraa loquehabían planeado tumbadas en la campa contigua al instituto, cuando se escapaban de las últimashorasysededicabanafumarsusprimeroscigarrillosyamiraralossurfistasquesecongregabanenlaplaya.Hastaqueundíadecidieronbajaraesaplaya,ysusvidascambiaronparasiempre.
—¿AdóndesemarchaeltíoJorgeestavez?SofíafingiónodarsecuentadelaamarguraocultatraslaspalabrasdePaula.Aúnnoentendía
cómoellahabíaaccedidoairacenarconélunanoche,hacíamásdeunaño.Suhermanomayorlehabía estado tirando los trastos a sumejor amiga desde que ella teníamemoria, y nunca, jamás,Paula le había hecho elmenor caso.Bien era cierto que Jorge hacía lomismo con toda aquellamujer que se cruzara en su camino, pero conPaulahabía sido especialmente insistente.Nadamásdesembarcar aquel día, ella había ido a recogerlo al puertoy lohabía llevado a supiso, dondePaulasehabíaquedadocuidandodeLucasporqueesatardeteníafiebre.EncuantoJorgelahabíavisto,selahabíacomidoconlosojosylehabíareclamadounacenaqueamboshabíanpostergado
demasiadotiempo.SofíapensóqueLucaslehabíapegadolafiebreaPaulacuandolaoyóaceptarencantadaeindicarleaquéhoradebíarecogerlaensucasa.Aunque,realmente,elmássorprendidohabíasidoJorge,puesselimitóaasentirconlacabezasindecirnada.Elrestodelmesfueroncomounpardeanimalesencelo—según loque,muyasupesar,ambos lehabíancontado—e inclusoPaulalehabíadejadocaerqueteníalaesperanzadequeestavezJorgesequedaraunosmesesentierra, tal vez definitivamente. Ella no había querido desilusionarla, porque ¿quién era ella paracontradecirla, pormuchoque conociera a suhermano como lohacía?Realmenteno estaba en lacabezadeJorgeparasaberloquepensaba.Peroahorasearrepentíadenohaberlohecho.
—ASudamérica.Cambiadebarcoperonodecompañía.Yestavez…metemoquenovuelveaestepuertoenunpardeaños.
—Lamartiradelosmarineros—sentencióPaula.—De los que son como Jorge, sí.—Sofía suspiróy se untóuna abundante cantidadde crema
anticelulíticaenambaspiernas—.Sientoloquepasó.La mano de Paula se detuvo en seco en el hombro izquierdo, solo un instante. Enseguida
continuóextendiendolacremareafirmanteconmásímpetuqueantes.—Yatedijequenofueculpatuya.Yosolitamemontémipelícula.Yahoranoquierohablarde
eso.Laverdadesquemegustaríamuchonovolverahablardeeso.—Estábien,peroentonces—Sofíagolpeóasuamigaenunbrazoconunrápidomovimientode
su toalla,haciendoquesonarayprovocándoleuna rojezcomosihubiera sidoun látigo—tendrásqueconfesarcuáldelosclientesdelafruteríaestuamorimposible.
Paulabufóyseapresuróavestirsecuantoantes.—Venga,mañana esmi últimodía—insistióSofía—.Casi nomequeda tiempopara decidirme
entrelosdiezdelosquesospecho.—¿Diez?—Sí,demasiados,yalosé.Asíquetendrásquedarmealgunapista.—Tedijeque,sitedecíasuidentidad,mesentiríamuyincómodasabiendoquetúlosabesyque
élestáahí.Bastantemecuestayadisimularcadavezqueentra.Hoycasimedauninfarto.Estabatanguapoconelpelomojado…
—¡Asíquehavenidohoy!Paulasepreguntóporquéeratanbocazas.—Sí, pero no pienso decirte quién es.—Se dio la vuelta y se dedicó a vestirse, con la vana
esperanzadequeSofíaserindiera.—Anoserquesemehayaescapadoalguno,hoydemilistasolohanentradocuatro.Yunode
ellosveníaconsumujer,cuyaexistenciaignoraba,asíquequedadescartado.—¿Yquiéntehadichoquenoestécasado?Sofíasequedóblanca.—¿Poresolollamas«amorimposible»?¡Cómoheestadotanciega!—No, no está casado—se apresuró a desmentir Paula antes de que a su amiga le diera por
soltarlesulargamenteargumentadacharlasobreloqueelladenominabaunaO.B.R.,una«odiosa-bruja-rompefamilias»—.Perocreoqueestáconalguien.Almenosloestabahaceunaño.Vinoaquíconellaunavez,peronohevueltoaverlaconél.Niconningunaotra.
—Entoncestalvezyanoesténjuntos.Ytampocoestéconnadiemás.—Quizás... Pero mi pequeño orgullo de mujer me dice que ese tiene que ser el único motivo
posibleporelcualmerechazaconstantemente.—¿Lehasdichoalgoabiertamente?—LavozdeSofíaapenasseoyómientrasluchabaporsacar
lacabezadelestrechocuellodecisnedesucamiseta.—No.Laverdadesquesiemprehesidomuysutil.—Paula tiróhaciaabajode laprendadesu
compañeraysucabezaemergiódegolpeconlacabellarahúmedaydespeinada—.Sinembargo,éles un hombre inteligente, creo que eso es lo quemásme gusta de él.Y por cómo reacciona,meparecequelopillaperfectamente.
—¿Cómoreacciona?—Huyedespavorido en cuantodejo de limitarme a atenderlo comoa cualquier otro cliente. Si
profundizo un poco más, cambia de tema enseguida. Sortea muy ágilmente cualquiera de misindirectas,apesardequeavecesjuraríaquememiradeciertomodo,yeso,comosoytanimbécil,medaesperanzasdenuevo.Merezcootrogolpedetutoalla.Adelante.
—No sé.—Dudó entre golpearla con camaradería o doblar la toalla. Finalmente la guardópulcramenteensumochila—.Aveceslasmiradassonmásclarasquelaspalabrasensímismas.
—Ya, bueno, pero con él creo que no funciona así. Es imposible, de lamismamanera que esimposible sacármelo de aquí dentro. —Se golpeó la cabeza con la palma de la mano, confrustración—.Lo intenté con tu hermano el año pasado. Sí, lo sientomucho, es tu hermano, peropenséquepodríaayudarmeaolvidarlo.Yloúnicoqueconseguífuedejarloenelbanquillounmesmientrasmenublabaconuncuelguequeresultódemoledor.
—Ya,yotambiénsébastantedeeso.Ambassemiraronensilencio.Cadaunahabíatenidosubuenaracióndedemoliciónsentimental.—¿Quétenemosdemalo,Sofi?Susmiradassedesviaronhaciaelespejo.Valequenosehabíanmaquilladoyquesolocon la
crema hidratante la cara les brillaba como un Gusiluz. Pero tenían veinticuatro años y, quitandoalgún que otro michelín, alguna espinilla tardía y alguna arruga de expresión temprana, ambasestabandemuybuenver.Paulaconelpelorubiooscuronaturaly lacio,profundosojosverdesyalgomásaltaycorpulenta.Sofía,másmenuda,ojosalmendradosydelmismotonocastañoquesucabellerarizada.Perosobre todo,comomuybiensabía launade laotra,habíapocagenteenelmundoconuncorazóntanfielysincerocomoeldeellas.
—Absolutamentenada,Pau.Simplemente,aúnnohemosencontradoanuestropríncipeazul.—Cadaunahemostenidonadamásynadamenosquedosencuentrosconpríncipesconvertidos
enrana.¿Creesquealaterceravalavencida?Sofía desvió lamirada del espejo y abrió la puerta del vestuario para dejar allí, al calor del
vapordelaguadelasduchas,todossusmalosrecuerdos.—Esodicen.—Ya,unanodebefiarsedeloqueoyeporahí.—Peroesunrefránpopular.Sabiduríadenuestrosancestros.Paulalamiróconunacejaarqueada.—¿Esodeberíadarmeconfianza?—Se supone.—Sofía se encogió de hombros y sujetó la puerta del gimnasiomientrasmiraba
hacia fuera sin salir—. Sé que existen, Pau. Los hombres de nuestra vida están ahí fuera,esperándonos.
—Pues,sinoleimporta,estavezqueseaélquienvengaabuscarme.—Siquierespeces,debesmojarteelculo.—Conunpequeñoempujoncito,SofíahizoquePaula
salieraalacalleyseunieraalflujodetranseúntes.—¿Esotambiénesunrefrán?—Creoquesí,másomenos.—Puesestálloviendo,asíquenosvamosamojarunpoquito.
Capítulo1
—Adela,porfavor,márchatedeunavez.Cuandosuhermana lomirócongesto inquisitivo,Ric sediocuentadequesehabíapasadoun
pococoneltonodesuspalabras.Estabamuyagradecidoconella.Sabíaquehabíatenidoquedejarmuchascosasparapoderiraatenderloy,sobretodo,quehabíatenidoqueconvencerasuspadresparapoderquedarsetodaunaquincenaconél.
Hasta que no llegara diciembre, su hermana pequeña aún tenía diecisiete años y sus padrespodíandecidirporella.Queperdierados semanasde suprimerañodeuniversidad lesparecíayabastantetragedia.«Valientetontería»,habíapensadoella.LaauténticatragediaeraqueRichubieraestadoapuntodemorirenunaccidenteyqueellossolosehubieranlimitadoairunavezalhospital.Encuantolesinformarondequeserecuperaríaporcompleto,semarcharon.Lasbodegaseranmásimportantes que su hijo, y ya habían pasado tres días demasiado lejos deLaRioja.Ni siquiera sehabíandignadoaquedarseenlacasadesuprimogénito,lacualcontabaconhabitacionesdesobra.Habían preferido un hotel, y no precisamente el más cercano al hospital. En cuanto recuperó laconsciencia recogieron lasmaletas, las cualesAdela estaba convencida de que ni siquiera habíanllegado a deshacer. «Es lo que él quiere», le había dicho su padre, «siempre ha sido así. Sabevalerseporsímismoynuncahaqueridonadadenosotros.Sinecesitaayuda,selapagaráélmismo.Dineronolefalta».
PeroAdelanohabíapodidopermitirque,trasdarleelalta,unaenfermerainterinacuidaradesumagulladohermanopreferido.Tenía familia,y la familiadebía estar enesosmomentos. ¿Sino, encuáles?Alparecer,eramásimportantereunirsepararecibirotropremiodelaSociedaddeEnologíaqueparacuidardeunhijoohermano.Ellateníaotraformadepensar.YsisusestudiosdeQuímicasse lopermitían, trabajaría enunhospitalynoenun laboratoriode lasbodegasde su familia.Richabíahuidodelnegociofamiliarenposdeunsueño.Ellatambiénloharía.
—Tehedejadotodalaropadobladaenlugardecolgadaenlasperchas,paraquenotengasquelevantartedelasilla.Tambiénhevaciadoloscajonesdearribaylohereordenadotodoenlosdeabajo.
—Yapuedolevantarmeconlaayudadelasmuletas,asíquenohacíafalta.—Me alegro, pero así tendrás que hacermenos esfuerzos. También te he bajado el portátil y
algunos libros de tu estudio del piso de arriba, pero recuerda que no debes escribir demasiado,menosconlamanoqueaúntienesescayolada.Ladelamuñequeratampocodeberíasforzarla.
—Usarélagrabadorasienunmomentodeinspiraciónempiezomidécimanovela.Aunqueahoramismomeconformoconpasarmásdemediahorasindolores.—Encuantolodijo,supoquetendríaquehabersecallado.
—Deverdad,podríaquedarmeunasemanamás.—Nihablar.Vete.Adelamiróasuhermanoalosojos,aesosojosdeunazulintensoqueerantanparecidosyala
veztandiferentesalosdesumadre,ysepreguntócuándohabíandejadodeserunafamilia,osideverdadlohabíanllegadoaseralgunavez.
Ellarecordabavagamenteasuabuelamaterna,laanteriordueñadeaquellacasa,yaunqueellaeramuypequeñacuandohabíamuerto,aúnpodíasentirallísupresencia.Inclusopodíaverlaenlosojosdesuhermano.Apesardeserdelmismotonoazulbrillantequelosdesumadre,soloenRichabía encontrado esa calidez que desprendía su abuelaMargarita, quien probablemente sentía lo
mismo cuando decidió dejar en herencia aquella casa a su nieto y no a su hija. Y sí, los vagosrecuerdosqueconservabadealgúnveranoenaquellacasaeranloúnicoqueledecíaqueunavezhabíapertenecidoaunafamiliadeverdadynosoloaunapellidoconrenombreenciertosectorporelcualnosentíaningúninterés.
Tragándoselanostalgia,abrióelportátilyseñalólapantalla.—EnFavoritosteheguardadoladirecciónwebdevarioscomerciosquetienenservicioonliney
repartoadomicilio,ademásderestaurantes,porsinoteapetececocinar.—Selellenaronlosojosdelágrimas—.¿PorquénovienesaLogroñoconmigounpardesemanas?Sinoquieresquedarteencasadepapáymamá,podríasquedartecon...
—¿Con alguno de nuestros hermanos?—interrumpió de inmediato—.No, gracias. Sé que hanpisadoelhospitaligualomenosquenuestrospadres.Aquítengoamigosquevendránaecharmeuncabledevezencuando.
—Ya,claro.Esossurfistasquesedejancaerunavezalaño.—Tresvecesalaño.Ytengomásamigosqueellos.Esmicasa,yaquímedefiendobien.Gracias
portodo,pequeñaja.Melasapañaré.Adela lo miró de arriba abajo. Todavía tenía la cara algo amoratada. Tras varias semanas
ingresado,lahorrendahinchazóndelrostrohabíadisminuido,peroseguíatendiendounarcoírisdetonosamarillentosyvioláceos,conalgúnretazoverdoso.Unauténticocuadro.Lamuñecaizquierdayasolocontabaconunamuñequera,peroelbrazoderecholoteníaescayoladoporcompletoylollevaba en cabestrillo.Para compensar, la pierna izquierda era la que iba escayolada, y tobillo yrodilla derechosvestían sus correspondientes tobillera y rodillera, lo que almenosparecía darlealgodeequilibrio,siesqueesoeraposible.Sinolvidarsedelafealíneaquelerecorríaelmuslodondelehabíancosidoconveintepuntos,eldoblequeenlacabeza,lacualnoselehabíaabiertoporcompletograciasasumochila,quehabíaamortiguadoligeramenteelgolpe.
—Cuídate.Ysinecesitasalgo,loquesea,llámame.Noseasorgulloso,¿vale?—Elorgulloes loúnicoquemequedasinpuntosomoratones.Vaaale—serindiócuandoella
alzó la barbilla en un gesto que, aunque ella probablemente no recordara conscientemente, eraclavaditoalquehabíahechoenvidasuabuelaMargaritacuandoalguienlacontradecía.Sintióunescalofríollenodenostalgia—.Tellamaré.Tequiero,pequeñaja.
—Yyoati,cabezadura.Le besó una zona de lamejilla que parecía de un tono normal y semontó en el taxi que la
esperabaenlapuertadelacasitadedospisosqueMargaritaRemingtonhabíadejadoacargodelúnicodesusnietosque,contodacerteza,nolavendería,sinoqueiríaavivirallí.Adelasabíaqueellanohabríasidodignadeaquella responsabilidad,noera tanvalienteni independientecomosuhermano.Pero,almenos,sabíaquesiempreseríabienrecibidaallíporél,elúnicoquesiemprelahabía comprendidoyapoyadoen todos sus sueñose ilusiones.Talvezde ilusionesno seviviera,como decía siempre su padre, peroRic había trabajadomucho en torno a esa ilusión que era sernovelista y, desde luego, ella prefería vivir comoél a como suspadres esperabanque lo hiciera.Pero de momento, estudiaría, como había hecho su hermano. Y, cuando hubiera terminado susobligaciones,decidiríasupropiofuturo.
Unasemanadespués,lacasadelaabuelaMargaritaestabapatasarriba.Lacocinaparecíaunapocilga por los restos de cajas y envases de comida a domicilio, puesto que sacar la basuraimplicaba bajar las cinco escaleras del porche. Además, Ric se había cansado de la comida derestauranteadomicilio,pizzasincluidas,cosaquejamáspensóquefueraposible.
Le daba tanta vergüenza recibir visitas que, cuando algún amigo le llamaba para visitarlo yecharle un cable, le mentía diciendo que el golpe en la cabeza le había despertado una ideafantástica para su nueva novela y que, como no podía escribir, necesitaba concentración pararecordarlasideasyusarlagrabadora,aparatoquejamáshabíautilizadoconanterioridad.
Éleraunescritorde tecladoypantalla.Peroelestudioenelquese inspirabacomoenningúnotrolugarestabaatreceescalerasdedistancia,asíqueescribirdevivavozenunasilladeruedasoenelsofánoeralomismo.Y,desdeluego,entrelosdoloresylastareasdelacasa,sinmencionarelaseopersonal,unonopodíainspirarsemucho.
Hartodesupropiadejadez,decidióque,yaqueeralunes,debíaretomarunaalimentaciónsanayempezaracocinarporsímismo.Lamanodelamuñequerayanoledolíatantoysesentíacapazdemanejarunasartényunaespátulasinprovocarunincendiooquelacomidaselevolcase.
Así que hurgó entre laswebs que su hermana le había dejadomarcadas e hizo un pedido deproductosfrescosparaunasemana,ydecomidamenosperecederacomoparadosotres.Talvezlecostaracolocarlascosasenlosarmarios,pero,yaqueteníanquehacerelviajehastasucasa,eramejorque le trajeran tododegolpe.Unode losmotivospor losquesemovíaenbicicletaerasucarácter ecologista, y que tuvieran que llevarle la compra en furgoneta le parecía de lo máscontaminante.
Elprimerrepartidorllegóamediodía.Llevabamuchísimaprisayledejólasbolsasenlaentradadelacocina,justodespuésdedejárselasenelporcheycambiardeideaalverlopostradoenlasillade ruedas. Aún no había conseguido colocar ni lamitad de las bolsas cuando llegó el segundorepartidor.
Ric era un hombre de costumbres, y desde que vivía enVigo siempre había comprado en lasmismastiendas,unavezqueencontrólasqueleofrecíanproductosdeprimeracategoría.Pero,pordesgracia, exceptounode esos comercios, nadie contaba con el serviciode reparto adomicilio ycompraonlineovía telefónica.Asíquelacarnequele trajounmuchachoqueparecíanohaberseempezadoaafeitartodavíanoleinspirabademasiadaconfianza.Aunasí,habíapreferidoencargarlaenunacarniceríaenlugardeenelsupermercado.
Yapensabaquelafrutanollegaríaesedíacuando,alasochoymedia,llamaronalapuerta.Noseloesperaba,asíquesesobresaltóyelúltimotarrodemermeladaquelequedabaporcolocarselecayóalsuelo,provocandonosolounruidoensordecedorsinotambiénsalpicadurasportodalacocina.Eltimbresonódenuevo,Ricgritóqueyaibay,sinpoderesquivardeltodolamermeladadelsuelo,pasóunadelasruedasdesusillaporencimadelospegotesdeframbuesa,dejandounabonitalínearosadahastalapuertadeentrada.
Cuando la vio con tres bolsas en cadamano, tuvo el impulso de ponerse en pie y cogérselasinmediatamente.Pero,claro,sucuerponorespondíaaesetipodeimpulsosdesdeelaccidente.Ysedijoquesumentenodeberíapermitírselotampococuandodeellasetrataba.Además,lasbolsasselecayerondelasmanosencuantolereconoció.
—¡SantoDios!¿Quétehapasado?Paulaseagachóy,sinpensarlo,tocócadapartedelcuerpodeRicquemostrabaalgunalesión.
Prácticamentesucuerpoentero.—Pocacosa—bromeóyseencogiódehombros—.Meatropellóuncamión.—¡Uncamión!—Paulaparecíaestarenshock—.¿Yestásbien?Bueno,quierodecir…apartede
losmoratonesylasescayolas…¿Puedesandar?¿Tieneslacabeza…bien?Ricsintiósusdedosdeslizarseporlasdoslíneasdepuntosqueseocultabanbajosupelo,ahora
algomás largoquecuando se lo raparon.Seconocían, ella le atendíacada juevesen su fruteríafavorita,peronuncaantessehabíantocado.Élhabíatratadodeevitartodocontacto,inclusoeldelcambio,hastaelpuntodellevarmonedassueltasparadareldinerojusto.DetodoslosempleadosdeFrutasyVerdurasLaSelecta,teníaqueserellaquienlellevarasupedido.
—¿Ric?—Sí,sí,estoybien.Recuperándomedehuesosrotos,nadamás.—¿Seguro?Podríahaberledichoquesehabíaquedadounpoquitotontoporelgolpeenlacabeza.Deesa
forma,lossegundosquehabíatardadoenrespondermientrasellapalpabasusheridasconlamayordelasdelicadezasnoledelataríantanobviamente.Perodecidiónoliarmáslascosas.
—Seguro.Sinoteimporta,déjamelasbolsasahí.—¿Ahí?¿Enelsofá?—Sí.Paulalascogiódedondelashabíadejadocaerylevantóunaceja.—¿No prefieres que te las lleve a la cocina? Puedo colocarlo todo dondeme digas. Eres el
últimoclientedelaruta.Ynotengoprisa.Noesperóaquerespondiera.Sedirigiódirectamentealacocina.—¡Pero…!¿Quéhapasadoaquí?—Podríadecirtequehasidoelgato,peronotengo.Laoyóreírmuybajitoyélsonrió,bastanteavergonzado.Sesintióenrojecercuandoellalomiró
con tal lástima que parecía estar acariciándolo con lamirada.Al tratar de esquivar sus preciososojos,sediocuentadequeaúncargabaconlaspesadasbolsas.Enunarranque,comenzóarecogerlascajasdepizzaparaqueellapudieraapoyarlassobrelamesa.EsolediotiempoaellaamirarasualrededoryRicnopudoevitarqueellavieraelbotedemermeladaroto.
—Seme ha caído cuando has llamado. El resto… bueno, es la comida de toda una semana.Habitualmentenosoytancerdo,deverdad.—Ellaparecíaperpleja—.¡Dios,quévergüenza!
CuandoRictiródemalaganalascajasqueacababaderecoger,Paulasoltóunacarcajadaquetratódecontener.Buscóelrollodepapeldecocinayseagachóparalimpiarlamermelada.
—No,porfavor,nohagaseso…Mesientofatal.—¿Vivessolo?—Creoqueesevidente.—¿Novienenadieaayudarte?—Mihermanahaestadohastalasemanapasada.Yalosamigosquehanllamadoleshedicho
queestabaescribiendoparaquenovinieranynovieran…loquetúestásviendoahora.Sindecirnada,Paulaterminódelimpiarelsuelomientraséllaobservabaensilencio,resignado
yruborizado.—RicardoM.Remingtonessolotuseudónimo,¿verdad?—dijoelladepronto.Paulaconocíaesenombreporsusnovelas.Lashabíaleídotodas.Yhabíapensadoqueeseera
sunombrereal.—Bueno,eseesmicuartoapellido.—Poresonotehereconocidocuandohashechoelpedidoonline.Mepreguntabasi tehabrías
marchadoapromocionartusobrasporahísindecírseloatusfruterosfavoritos—confesó.—Tuveelaccidenteeldíaqueosvisitéporúltimavez.—Seencogiódehombrosy,depronto,
Ricsonriódeorejaaoreja,deformaquePaulacreyóqueelcorazónselesalíadelpecho—.Creoqueelmediomelónqueinsististeenquemellevaramesalvólavida.
—¿Ah,sí?—Parpadeócompulsivamenteporlasorpresa.—Semesalióelcascoymicabezacayócontralamochilaenelpuntodondeestabalafruta.La
partealtadelcráneoquedóencajadaenelhuecodelmelón.Detrásestabanlalechugayelrepollo,quehicierondebase.
—Elegí las dos piezasmás grandes para ti—dijo sin pensar, delatándose—.Me alegra habercontribuidoaquenoestésmuerto.
Élabriólosojosdeparenparyellasediocuentadequehabíasonadopeordeloqueesperaba.—¿Sabesqué?Creoquepuedohaceralgomásporti.Sesacóunalibretayunbolidelbolsillotraserodelpantalón,zonaqueRicseobligóanomirar,
yleapuntóunteléfonoyunnombreenunahojaquedejóbajounimándelanevera.—Llámala.Esunademismejoresamigasy,sitienesbuenamemoria,larecordarásdelafrutería.
Trabajatodoslosveranosconnosotros,aunque,comosiempresueloatenderteyo,nosési…—Sedio cuenta de lo que acababa de decir y decidió no seguir por ahí—. El resto del añomantienerelucientesyperfectamenteorganizadas,ademásdesucasa,lasdevariasfamiliasqueyanopuedenvivirsinella.Dilequellamasdemiparteysepasaráporaquíparaqueacordéiscuántasvecespor
semanapodríavenira…Bueno,ahacerdeestounlugarhabitable.—Yonosuelo…—Yalosé. Imaginoqueyoen tu lugar lo tendría todoaúnpeor.Peroellapuedeayudarte, lo
hará encantada, tú lo necesitas y dudo que pagar sus honorarios, que son muy razonables, lesupongaunproblemaaunescritorsuperventas.
Ricserascólacabezainconscientemente,aunqueenseguidaapartólamanoalnotarselacicatriz.—Lociertoesquemelasapañomuchopeordeloquehabíaimaginado.—Entonces,decidido.—Sedirigióalamesayempezóadesempaquetarlafruta—.Encuantome
vaya,lallamas.Teaseguroquenoencontrarásanadiemejor.—Gracias.Y,porfavor,dejaderecoger.—¿Quépensabascenarhoy?—preguntóinesperadamente.—¿Qué?—Tienesmermeladaenlospantalones.Veacambiarte.Recogeréestoyteharélacena.Hoy,por
ser tuprimerpedidoonline, tienesunvaleque incluye…—abrió laneveray sacó loprimeroqueencontró—.Filetedeternera.
—No puedo pedirte que hagas eso.—Ahora le empezaba a doler la cabeza con un extrañolatido.
—Nomelohaspedido.Lohagoporquequiero.Despuésdecuatroañoscomoclientemío,yyocomolectoratuya,podríamosconsiderarnosamigos,¿noteparece?
Laculpabilidadleatravesóelpechocomounpuñal.—Desdeluego—reconociócabizbajo.—Ylosamigosseechanuncablecuandosenecesitan.Cámbiate.Yoencontrarélassartenes.—Puedotardarmásencambiarmedepantalonesquetúenfreírlacarne.—Sipiensasquevoyamarcharme,oquevoyaayudarteconlospantalones,teadviertoqueno
piensohacerningunadelasdoscosas.Él sediocuentadequeaquellohabía sonadocomo loquenoera encuantoella levantóuna
cejaysonriódemediolado.—¿Qué?¡No!Nohequeridoinsinuarque…—Anda,vete.—VolvióareíryRicsuspiró,queriendoqueselotragaralatierra—.Tedejaréel
platoenlamesaymemarcharéantesdequevuelvas.Así,siquieres,puedescenarencalzoncillos.Despuésdequeleguiñaraunojoysepusieraaabrirarmariosenbuscadealgunasartén,Ricse
diolavueltayrodóhaciasudormitorio.
Tendría que haberla invitado a cenar con él.Aunque eso habría supuesto que ella tuviera quecocinaraúnmás.Peronolohabíahecho,yenelfondoeralomejor.Almenosesofueloquesedijoasímismomientrasmasticabaundeliciosofiletealpunto.
Paulahabíadichoadiósyélhabíaasomadolacabezacobardementedesdesuhabitación,justoantesdequeellacerraralapuertadiciendo«LlamaaSofía».Asíque,encuantosecomióelfilete,acompañado de una ensalada elaborada con ingredientes que ella misma había traído, cogió elteléfono.
Mientras la señal sonaba haciéndole esperar, observó con remordimiento su cocinaimpecablementerecogida.Enelfregaderosoloestabansusplatosdelacena,todolodemáshabíadesaparecido. Sospechaba que ella había logrado que cupiera dentro del lavavajillas que ahoraestabaenmarcha.Lacocinahabíadejadodeparecerunvertedero.Todalabasuradebíadehabercabidotambiénenlastresenormesbolsasque,derefilón,élhabíavistoquesellevabaconella.
Suspiróalescucharelcuartotono.Habíacreídoquelasnueveymediadelanochenoseríamuytardeparallamar.Quintotono.Ahoralavistaselehabíadesviadohastalostresfruterosrepletos,estratégicamente colocados en la encimera, dispuestos como si fueran a hacerles una fotografíapublicitariadefrutasperfectasysuculentas.
Cuandoestabaapuntodecolgar,unavozsuaverespondióyRicsedispusoaserlomásamabley convincente posible para que la amiga de Paula accediera a dedicarle unas pocas horas a lasemanay,así,rescatarlodesupropiamiseria.
Paulamirabaelfiletedesuplatosinprobarbocado.Noleapetecíaespecialmentecarne,peroalllegaracasahabíasacadolabandejadelaneveramecánicamente,lohabíafritomásdeloquelehubiera gustado y lo había puesto en un plato. Ahora no le apetecía ni siquiera cortarlo. LanaturalidadylabuenadisposiciónconlaquehabíaactuadoencasadeRicparecíanhaberagotadosu energía y su capacidad de pensar. Estaba absorta, sentía como si un globo de sentimientosencontradosseestuvierahinchandodentrodesucabezayestuvieraapuntodeestallar.
Podría haber muerto. Su amor imposible —al cual hacía más de un mes que no veía,volviéndose loca pensando qué habría sido de él— había salvado la vida de milagro. Y segúnparecía, ella había tenidomucho que ver con que su cabeza siguiera de una pieza. No lo habíapensadoasí cuandohabía elegidopara él lasverdurasmás frescasydemejor calibre, ni cuandohabíainsistidoenquesellevaramediomelón,enconcreto,elmáshermosodelosqueellamismahabíapartidoesamañanayquehabíareservadoparaélencuantolohabíaolido,dulceymaduro,ensupuntojusto.
Eldeseo, laatracción, lasimpatíayelmisterioquesiemprelehabíaentrañadosupresencianohabíanestadopresentesenningúnmomentoesatarde.Habíasidoelmáspuroinstintodeprotección,primitivoymaternal,elquehabíadominadosucorazóndurantelospocosminutosquehabíapasadoensucasa.Lohabíavistotanfrágileindefenso,cuandosiemprehabíaaparecidoenlatiendaconsuportegallardoysuactitudaltanera.Conaspectofrescoydesenfadado,conganasdeconversación,conunaperpetuasonrisaparaella,hastaquedecíaalgoqueparecíaponerlonerviosoysevolvíafríoycortantehastadespedirse.
Esa tarde solo había visto cansancio, abatimiento y resignación, salpicados con unas gotas devergüenzaporelestadodesucasa,notantoporeldesucuerpo.¿Habíansidoimaginacionessuyasohabíatembladocuandolehabíachequeadolasmagulladuras?¿Ysehabíaquedadorealmenteenblancounossegundoscuandolehabíarecorridounoaunolospuntosdelacabeza?
Seguramente,no.Esoeransuspropiosanhelosproyectadosensusactos,comocuandocreíaquelamiraba, a veces con deseo, otras con ternura, antes de volver la vista hacia las naranjas o lasperasypedirunkilodealgunadeellas.
Sesentíaorgullosadesucomportamientodeesatarde,habíahecholocorrecto.Sofíanecesitabatrabajaryélnecesitabaayuda.Y,egoístamente,sisuamigatrabajabaensucasa,podríasabercómoestabaélysinecesitabamásayudadelaqueSofíalepodíaprestar.¿Cómodemoniosseleocurríaaalguienvivirsoloeneseestado?
Él siempre tenía planes con diferentes amigos. El plan del fin de semana era un tema deconversaciónmuyhabitualcadajueves,eldíaqueélacudíaalatiendasinfalta.Erararoeldíaqueanunciaba que se quedaría en casa leyendo, trabajando o tumbado en el sofá jugando con laconsola.¿Dóndeestabanesosamigosahora?Sieranbuenosamigos,pormuchoqueélleshubieradichoqueestabaescribiendoyquenolemolestaran,deberíanhaberacudidoigualmente.¿Ono?
Saber que podría estarmás solo de lo que él había confesado la llenó de tristeza y de unasganasdesesperadasdeacudirensuayuda.Teníasuteléfonoysudirecciónporelpedido,asíque…¿porquénollamarlodevezencuandoypreguntarlequétalestaba?
¿Oaprovecharcadadíaquehicieseunencargoonlineparallevarloelúltimoypoderquedarseunratoacharlarconélyayudarlo?
La idea le pareció más que perfecta. Ya tenía más o menos calculado cómo lo iba a hacercuandosonóelteléfono,locogióysetiróenelsofácondesgana.
—¡Pau!Gracias,muchasgracias—gritóunavozensuoído.—Ah,Sofi.¿Quétal?Esmuytarde.
—Solosonlasdiez.Tellamoporlodelbombóndeojosazules.—¿Perdón?—Sí,elescritor.Meacabadellamar.Esunbombóndelosdedoblechocolate.—Lodijocon
cierto tonitoque siempreempleabaalhablardehombresatractivos—.¿No te acuerdasdeque lollaméasílaprimeravezquelovientrarporlapuertadelatienda?Nuncamehacescaso.
—Sí,perdona,nohabíaentendidodequémehablabas.—Puesestáenlalistademisdiezsospechosos,entrelostresprimeros.Paulafingióquenooíaesaparte.—¿Y habéis quedado ya en algo? ¿Vas a echarle un cable? El pobre te necesita
desesperadamente.Nolohasvisto,parecequelehandadounapaliza.Yalacasa,otra.—Demomentovoyapasarmeestesábadoparaverlacasayhacermeunaideadeltiempoque
mepuedellevarlaprimeralimpiezageneralydespuéselmantenimiento.—No solo necesita limpieza. También organización, compras y hacer la comida. Está
prácticamenteinválido.¡Madremía!Nosabeslapenaquemehadadoverloasí.—Sí,amítambién,yesoquesololeheoído.Dehecho,leheavisadodequenosabíasipodría
pasarme,porquenoteníaconquiéndejaraLucas,ymehadichoquenoleimportaquelolleve,quele encantan los niños.Y que además tiene un jardín bien grande donde se podría quedar jugandomientrasnosotroshablamos.
ElcorazóndePaulavibróunpoquito.«Leencantanlosniños».Malditofuera,hastaenesoteníaqueserperfecto.
—Sí,tieneunacasamuybonita,ymuygrande—logródecir,tratandodebloquearunafantasíaemergenteenlaqueleveíacomoelpadredesusfuturoshijos—.Vasatenermuchotrabajo.¿Lehaspasadotushonorarios?
—No,aúnno.¿Porqué?—Porquesécómoeres.Encuantoloveasytedescuentadecuántonecesitatuayuda,levasa
darunprecioinferioralquecobrasaesosricachones.Ynodebeshacerlo.Élesunescritorafamado.Puedepagartedesobra.Nodigoquelecobresmásninada,sololojusto.
Sofíalehizounaburlamudaalotroladodelteléfono.—Serébuena,peroconelpandemihijonojuego.—Solotedecíaquenolehicieraseldescuentillodelpobrelisiado.¿Vale?—Vale.—Rioporlacrueldaddesubroma.Paulaysuhumornegro—.Ygracias.—¡Eh!¿Quépasa?Lucasesmiahijado.Sipuedocontribuira rellenardeNocillaelpanque tú
ganas,soyunamadrinafeliz.Sofíavolvióareír,perofruncióelceño.—Mejorjamónyqueso.Nodeberíasconsentirlotanto.—Túházselo de lo que quieras.Yo se lo haré deNocilla y le daré un refresco con burbujas
cuandopaselatardeconmigo.Estavez fueel corazóndeSofíaelquevibróal regodearseporenésimavezen la suerteque
teníasuhijoalcontarconPaula,tantacomoellamisma.—Nomeengañas.Séqueledasfrutayyoguresdesnatadosdelostuyoscadavezquesequeda
contigo.Teadoro,yéltambién.Peroodiatusmeriendas.Paulamiróconcariñolafotodecincuentaporsetentaqueteníacolgadaensusalita.Unenorme
primerplanodeLucasalostresaños.—Cuando tengamenosespinillasquesuscompañerosde instituto,meagradeceráquemehaya
preocupadoporsupieldesdecrío.Las carcajadas de Sofía llamaron la atención de su hijo, quien salió de su cuarto con cara
soñolientayseacurrucóenelregazodesumadre.—HablandodelreydeRoma…Lucas,saludaatíaPaula.—Hola,tíaPaula—oyódefondolaaludidaencuantoSofíapusoelmanoslibres—.Hesacado
unnotableenmatemáticas.
—¿Deverdad?—Paulacambióel tonodemejoramigaal tonode tía-que-no-se-deja-engañar—.Demuéstramelo.
—El examen está pegado en la nevera. Puedo hacer una foto con el móvil de mamá ymandárteloporWhatsApp.
—Ya,bueno.—Paula resopló—.Me refería aque resolvierasunproblemadecálculooalgoporelestilo,peroconlafotomevale.—Seleescapóunarisilla—.¿Túnoteníasseisaños?
—Sí,loshiceelmespasado.¿Porqué?—Pornada—arguyóyrioantelainocenterespuestadeLucas.Sofíaapretóunbotóndelaparatoparaquelaconversaciónsoloseoyeraporelauricular.—¿Sepuedesaberquélesenseñanaestosniñosenelcolegiohoyendía?—Es el nuevo entretenimientodel recreo, fomentadopor los niñosmásmayores.Fíjate que el
móvilquetengoahoraloheconseguidosinpagarnada.Lucasmeexplicócómo.—Tengomiedo—bromeóPaula.—Somosunasviejas.—Habla por ti—protestó enseguida—.Oye, ¿por qué no te pasas el sábado después de que
hablesconRicycomemosenmicasa?Asímecuentasquétal.—Vale.Anoserquemequedeatrabajardesdeesedía.—Bueno,entoncestepasasacenar.Avísame,¿vale?—Vale.Ygraciasotravez.—Denada.Tequiero,Sofi.—Yyoati,Pau.
Capítulo2
—Usalafuerza,Luc.SofíanopudocontenerlarisaaloíraRicdecirleesoasuhijo.Era laenésimavezque, sinpoderevitarlo, seasomabaa laventanaparaverexactamentequé
estaban haciendo los dos en el jardínmientras ella limpiaba dentro de la casa.Ahora jugaban albaloncesto,enunacanastaqueRicteníacolocadaenunroble.
Eralatercerasemanaquetrabajabaallí,ylaquintatardequesellevabaaLucasconella.Ricestaba encantado de tener compañía y para ella era un lujo poder prescindir de favores de otrasmadres mientras ella estaba trabajando. Después de llevarlo por tercera vez, ya no volvió apreguntar.Sisuhijonoteníaactividadesextraescolares,selollevabadirectamenteconellaacasadeRic.
Solo había una condición y, sorprendentemente, la había puesto élmismo. Saldrían a jugar aljardínoconectaríanlavideoconsoladespuésdequeLucasacabaralosdeberes.Ambossesentabanenlamesadelacocina,LucasconsuslibrosycuadernosyRicconsuportátil,ycadaunohacíasutrabajo.Sofíadejabalastareasdelacocinaparacuandoacababan,pornomolestarlos.Aunque,porsupuesto,devezencuandoseasomabaparaversisuhijosehabíacomidolameriendaocualquierotraexcusaquelesirvieraparavigilarlo.PormuchoqueRicdijeraquenoeraningunamolestia,ellasesentíaunpocoincómodaconaquellasrepentinasconfianzas.
ErasorprendentevercómoseconcentrabaRiccuandoescribía,losdedosparecíanvolarsobrelasteclas,inclusolosqueaúnestabancubiertosporlaférula.Suhijoparecíaquererimitarloysololevantaba la vista de sus ejercicios para darle un mordisco al bocata o para llamar a su madreporquenoentendíaalgunodelosproblemasdematemáticas.EnunaocasiónlehabíapreguntadoaRicsobreunasumaquese le resistía,peroélhabíadichoquecadauno tenía suspropiosasuntosqueresolver.Sofía tuvoqueexplicarleasuhijoquenointerrumpieraaRic,porquelas ideasse leescaparíansiparabadegolpe.Laverdadera,yellaestabaconvencidadeello,queRicqueríaquefueraSofíaquienleayudara,puesnoqueríaqueelchicodependieradeélenesascosasqueerantareadesumadre.Yellaseloagradecíaenormemente.
Encambio,a lahorade jugarcomosi fuerauncrío,no lanecesitabanparanada.Habíavecesquenosabíaquiénde losdosactuabademodomás infantil.Loqueestabaviendoeneseprecisomomentoeraunapruebadeello.Élselopasabamejorqueelniño.
Despuésdemirarlosembelesada,decidiódejarlossolosyempezaraprepararlacena.—Yatiroconfuerza—protestóLucas, recogiendoelbalónqueapenashabíarozadoelaro—.
Perolacanastaestámuyalta.—NoesesafuerzalaquetienequeusaruncaballeroJedi—dijoRicconunavozmisteriosay
raraqueaLucaslehizomuchagracia.—¿Unqué?—¿NomedigasquenoshasvistonuncaLaguerradelasgalaxias?Elniñopusocaradeinocencia,comosihubierahechoalgomalosinquerer.—Déjalo,olvidabaqueerasdeotrageneración.Elviernesharemosunaexcepción,yaquetienes
todo el fin de semana para hacer los deberes, y tendremos una sesión de cine. Si a tu madre leparecebien—añadiórápidamente.
—Seguroqueleparecebien—aseguróLucas,aunqueRicpudoverensucaraquenoestabatanconvencidocomopretendíaaparentar.
Ricserioysepreguntócómounchavaltanpequeñopodíacaerletanbienenpocassemanas.Y,desdeluego,cómohabíaconseguidocontagiarloconsuenergíaeneltiempoquellevabaallí.
Sumadrenosequedabaatrás,yasabíadedóndehabíasacadoelnervioelniño.Aquellamujernoparabaquietaniuninstante,yparecíatenerdosparesdebrazos.Lacasaestabamejorquenunca,y su alimentación había mejorado considerablemente. Además, ella era adorable, como su hijo.Habíaencontradoenellosunacompañíaquesabíaqueextrañaríacuandoestuvierarecuperado.
TalvezpodríamantenercontratadaaSofíaparaciertas tareas,probablementemenoshorasdelasque ahoranecesitabapor su incapacidadparcial demovimientos, pero confiaba enquepudieraseguirllevandoconellaalcrío.Cuandopudieraponerseenpie,leibaaenseñarmásquecómosetirabaalaro.Leibaademostrarcómosemovíanlaspiernasparaesquivaralcontrario.
—Aunque tendrá que ser el viernes siguiente —comentó distraído Lucas mientras botaba elbalón—.MitíaPaulamerecogelosviernesquenotrabajaporlatarde.Yestenostoca.
Ricnopudoevitarqueciertaimagenacudieraasumente.UnaimagenrepentinayexcesivamentedetalladadePaula, conunvestidodeveranodelmismoverdeque susojos—unvestidoquenosabíasitenía,perodebería—,esperandoaLucasalasalidadelaescuela.Unalevebrisaremovíasusfaldasysudoradocabello,elcualcubríaligeramentesurostro,quesonreíaalveralniñosalirporlapuerta.Ellaestirabalamanohaciaél,llamándolo.Peroeralacicatrizdesupropiacabezalaquesentíaelcontactodesusdedos.
Carraspeó y agitó la cabeza para sacar aquella absurda ensoñación de su mente demasiadoimaginativa.EnundescuidodeLucas,lerobóelbalónconpericia.
—Observayrepite—leindicó,colocandoelbalónensumanoizquierdayempujándoloconunacariciadesumanoderecha—.Esasícomosetira.Unamanosujetaycolocaylaotradispara.¿Mecopias,Luc?
—Tecopio,Ric.Elniñoloimitó,perovolvióatirarconambasmanos.—No,así—repitióRicconsumapaciencia.Trasmásdediez tiros fallidos, finalmenteLucas lanzócorrectamente, aunque rebotócontrael
tablero.Ric le alentó aque lovolviera a intentar, ya estabamás cerca, y el niño cogió carrerillallenodeentusiasmoyesperanzaylanzócontodassusfuerzas.Estavez,demasiadas.
ElbalónrebotócontraelaroporunlateralysaliódisparadocontantafuerzaquesobrepasóelsetoqueseparabalacasadeRicdeladeal lado,contanmalafortunaquerebotósobrealgoenvezdetocarelsueloysedirigiódirectamentehaciaunadelasventanas,atravesandoelcristalconunruidobastanteescandaloso.
Ricseasomócomopudoporencimadelsetoyvio loquehabíaproducidoelbote inesperadodelbalón.Habíauncocheaparcadoentreelsetoylacasa.Uncochequeenteoríanodeberíaestarallí,yaque lacasa llevabamásdeunañodeshabitada.Sudueñasehabíamudadoacasadesussobrinoselveranoanterioracausadesusaludy,paratristezadeRic,habíafallecidoenNavidad.
Todo había pasado en tan pocos segundos que ni Ric ni Lucas parecieron reaccionar ante losucedido,peropasaronrápidamentedel«ups»al«vayalío»encuantooyeronunavozfuriosaqueprovenía de la puerta de la otra casa. Instintivamente, ambos escondieron la cabeza que habíanasomadodetrásdelseto.
—¡Malditosniñosconsusendemoniadosjuguetes!Lucas seescondió rápidamentedetrásde la silladeRicy, conelmismo instinto, este le sujetó
conunamanodetrásdeél.UnhombremásjovendeloquesugruñonavozlehabíasugeridoatravesóaRicconunamirada
grismientrasalzabaelbalónyconteníavisiblementelasganasdelanzárseloalacara.—Imaginoqueestoesvuestro.—Sí.Hasidounaccidente.Tepagarélaventana,notepreocupes.—Hasidoculpamía—se lamentóLucasdesdedetrásdeRic,asomandounpoquito lacabeza
paraveralseñorgruñón.
—No,nohasidoculpatuya,Lucas—contradijoRic—.Hasidounaccidente.—Deberíasenseñarleatuhijoalanzarelbalónenotradirección.El hombre soltó la pelota condesgana, la cual cayó en el jardín deRic.Lucas se apresuró a
recogerlayvolvióasuescondite.—Leestoyenseñandoausarsufuerza,¿verdad,Luc?Ricmiróesperanzadoalhombre,buscandosacarleunasonrisaconelcomentarioalusivoa las
películasdeGeorgeLucas.Parecíaqueelnuevovecinoeramásomenosdesuedad,porloqueélsídebíadehaberentendidoelchiste.Aunque,porsucara,noparecíaestarparabromas.
—Sinoteimporta,hastaquelacontrole,enséñaleahacerloenotradirección.Miseguropagarálaventana,yelcristaldeunadelaspuertasdelarmariodelsalón,que,porcierto,tambiénhabéisroto.
—¿Enserio?¿Tambiénnoshemoscargadounapuerta?Ric tuvoquecontenerunacarcajada.Pero, comono lo consiguiómuybien, la furiadelnuevo
vecinocreció.—No le veo la gracia. Debería ponerte a ti a recoger ahora los cristales que hay por todas
partes.Créemeque,sinoestuvieraspostradoenunasilladeruedas,teobligaríaahacerlo.—Puedobarrerunoscristalesdesdemisilla sinproblema.—Elorgullo lepudo—.Veadentro
contumadre,Lucas.Vuelvoenseguida.—Déjalo,Ric.Yavoyyo.Sofíabajabaenesemomentolasescalerasdelporchey,trasdarleunbesoasuhijoenlafrente,
atravesóalvecinoconlamiradaantesdedirigirseasucasa.—Sofía,novayas—lesolicitóRic.Esehombrenoleinspirabaningunaconfianza.—Porlopocoqueheoído,hasidomihijoelqueharotoloscristales,asíqueseréyoquienme
encargue.Franlaobservórecorrereljardíndealladoydespuéselsuyo.Elcomentarioqueacababade
hacerlehabíahechopensarqueelniñonoerahijodeesehombre,aunquesimplementepodríaserqueasumieraesaresponsabilidadporquesumaridoestabaclaramenteincapacitadoparaesatarea.
—¿Mepuedesllevarallugardeloshechos?—lesolicitóellaconironía—.Tengoaúnmuchotrabajoquehacerymegustaríaarreglaresteentuertoloantesposible.
Fran le indicó con la mano que pasara delante de él hacia la casa. Nada más entrar, dio unportazoquelahizosaltardelsusto.
Siellaibaaserimpertinente,élpodíaserlotambién.—Ahílotienes—leindicó.Sofíacontemplóeldesastre.Parecíaimposiblequeunsimplebalónhubieraprovocadoaquello.
Nosolo laventanaestaba rota, sinoque lapuertaacristaladadelarmarioestabahechaañicos,aligualquelasbaldastambiéndecristal,ademásdelascopasytacitasdeporcelanaquehabíahabidodentro…hastahacíapoco.
—Nosabescuántololamento.Lorecogerétodoyterepondrélosdesperfectos.—Lavozquesehabíavueltoalgo lastimera, recuperósudeterminación—.PeroLucasesmuypequeñoy túhassidomuybrusco.Hasidounaccidente,yesonotedaderechoagritarleamihijo.
—Másbienlehegritadoatumarido—alegóensudefensaconelmismotonocortantequeella—.Alniñoapenaslohevisto,estabaescondidotrasél.
—Nomeextrañaqueseescondieraantetusvoces.PeroRicnoessupadre.Ycomosumadreyúnicaresponsable,tepidodisculpas,aligualquetepidoquenovuelvasahablarlenuncamásasí.Aunqueelbalónvuelvaacolarseporaccidenteentupropiedad.
—Disculpasaceptadas—concluyó,molestoporlaintensidaddelamiradadeaquellamujerque,apesardesermásbajitaqueél,seleencarabaconvalentía—.Tetraeréunaescoba.
Sofíavioconincredulidadcómoelhombredesaparecíasinmás.Cuandovolvióconlaescobayelrecogedor,ellanoloscogió.
—Tehasolvidadodealgo.
—¿Ah,sí?—No solo te he pedido las disculpas que ya has aceptado. También te he pedido que no se
vuelvanarepetirtusformasbruscasconmihijo.Francontuvounacarcajadade incredulidad,haciendoqueunas finas líneassemarcaranensus
mejillas. Esa fue toda la expresividad que Sofía vio en el rostro del hombre por elmomento, unrostroquepodríahabersedefinidocomohermososinoreflejaratantaamargura.
—Tú mantenlo lejos de mi propiedad, tanto a él como a sus juguetes, y yo no tendré quereprenderlo.
Sofía,quiennosedejabaamedrentarcuandosetratabadesuhijo,secruzódebrazos.—Eresmuyjovenparaestartanamargado.La cara de Fran se volvió de piedra.Dejó la escoba y el recogedor en el suelo y semarchó
escaleraarriba.Mientrasrecogía losdestrozos,Sofíanopudoparardepensarporquéparecíanhaberlehecho
tantodañosuspalabras.Lehabíallamadoamargado.Esoseguroquenolegustabaanadie,peronoeracomoparaponersedeesamanera.
Como no había bajado aún cuando terminó de limpiar, decidió subir a buscarlo, aunque sepreguntósinolelanzaríaalgoalacabezaencuantolaviera.Llamóavariaspuertas.LacasateníaunadistribuciónparecidaaladeRic,perosenotabaquenohabíasidoreformadacomoladeél.Alllegar a una puerta entreabierta, dio dos toques y entró. Encontró a Fran asomado al balcón. Elviento removía su cabello negro, de una largura suficiente para que le rozara los hombros,apartándolodesurostrolojustoparadejarasomarunasmarcadasmandíbulas,apretadasytensas,comoelgestode sus anchoshombros.ASofía se le antojóparecidoaunpirata en laproade subarco.Unpiratasolitarioymelancólicoquebuscabaenelhorizontelarespuestaaalgúnenigma.
—Disculpa.—Sofía tosióyél segiróbruscamente—.He terminado.Hehecho recuentode lastazasycopasrotas,ymegustaríatratardeencontrarotrasparareemplazarlas.Simeindicasdóndelascompraste…
—Nosonmías.Ambossequedaronmirándoseelunoalotro,contodaunahabitacióncompletamentevacíaentre
ellos. Los ojos almendrados de la joven, sinceros y abiertos amostrar siempre sus pensamientos,quedaronpresosdelamiradadeFran,oscuracomolaniebla,unanieblatancerradacomoparecíaestarloelcorazóndeaquelhombre.
—¿Ah,no?—Sofíasesintiócomosiacabaradesalirdeuntrance.—Bueno,ahorasíloson.—Fransefrotólacaraymiróhaciaotrolado—.Vinehaceunparde
mesesconlosdueños.Sellevarontodoloquequeríanconservardesutía,ladueñadeestacasa,que falleció.Lo que no quisieron, lo dejaron.Así que no hay nada que reemplazar.Nome iba aquedarconnadadevajilladetodasformas.Traigomispropiascosas.
—Oh, claro.—Ya le había parecido que aquellos juegos de té eran un poco antiguos—. ¿Temudassolo?
Éllamirósolounsegundoantesderesponder.—Sí.Conesaescuetarespuesta,dioporconcluidalaconversaciónysaliódeldormitorio.Ellalosiguióescaleraabajoyvioquelaestabaechandosinsutilezas.—Estoyesperandoalcamióndelasmudanzas.Ytútienesmuchotrabajo,segúnmehasdicho—
aclaróalverqueellasequedabaquietaenelvestíbulo.—Asíes.Volvióaquedarsemirándoloconaquellosenormesojosquenohacíanmásqueenfocarlocomo
situvieranmuchaspreguntas.Justoloqueéltratabadeevitar.—Supongoqueconunhijopequeñoyunmaridoaccidentadotendrásmuchoquehacer.Ellalodescolocóofreciéndoleunasonrisa.—¿Amabilidad?¿Interés?¡Vayasorpresa!—Sellevólasmanosdeformaexageradaalacara
—.Noesmimarido, trabajoparaél.—Seseñalóeluniformeconungestoquerecorriósucuerpodesdeelcuellohastalospies.
¿Cómonosehabíadadocuentaantes?Ibavestidacomolaslimpiadorasdeloshoteles.Peroélnohabíaprestadoatenciónasusropas.Sololehabíamiradoalacara,yhabíapodidoapreciarunosojosmuy bonitos, a pesar de que lomiraban con dureza.Y esa ya era una observaciónmás quesuficienteparaél.Últimamenteeracomosinovieseloquesucedíaasualrededor,comosimirarasinver.Aunqueaellasílahabíavisto.Almenos,surostrosí.Todounpasoinesperado.
—¿Ytehaceirdeuniforme?—Leparecíaridículo—.Nomeextrañaquelohayastiradoporlasescaleras.
Sofía,despuésdeabrir losojosdeparenpar, secarcajeóconganas.Al finalno ibaa ser tanodiosoelnuevovecino.Parecíatenermássentidodelhumordelquepretendíaaparentar.
—No,nolotraigoporél.Trabajoendoschaletsylasseñorassonmuyseñoras,lesparecequedebo vestir así. Y como voy allí por las mañanas y aquí algunas tardes, no me molesto encambiarme.¿Paraqué,sivoyahacerlomismo?
—Muy lógico—apreció él con seriedad, preguntándose cuándo había sido la última vez quehabíamantenidounaconversacióntanlargaconalguien.
—Ynolehetiradoporlasescaleras,nisehacaídoél—continuóexplicandoy,depronto,hablómásbajito,comosifueraunsecreto—.Loatropellóuncamiónyendoenbici.
—¡Santocielo!Sofíacreyóverpreocupaciónensurostro.Definitivamente,noibaaserodioso.—Casi no lo cuenta. Yo trabajo para él desde entonces, para echarle un cable. Tenemos una
amigacomún.SellamaPaula,esempleadaenunafruteríadondeyotambiéntrabajoenverano.—Sediocuentadequeleestabacontandomuchosdetallesqueseguramenteletrajeransincuidado.Encambio, se había saltado algomuy importante.—Por cierto,me llamo Sofía, ymi hijo se llamaLucas.
Frandudóuninstanteantesdeaceptarlamanoqueellaleofrecía.Finalmente,searriesgó.—Francisco.PerotodosmellamanFran.Ambosbajaron lavistahasta lasmanosqueseguíanmanteniendoapretadasapesardeque las
presentaciones habían concluido. La corriente que desencadenó ese contacto extrañó a Sofía ysobrecogióaFran.Elhormigueoposteriorlasorprendióaellaylecortólarespiraciónporcompletoaél,quiensepreguntóporquéella,porquéesemomentoyeselugar.Porquéotravez,siélnolomerecía. Él ya no merecía nada. Finalmente, fue ella la que acabó retirando su mano, con ladificultadañadidadequeélnoaflojólafuerzadelasuya.
—TuvecinoesRicardoM.Remington,elescritor—dijocuandorecuperóelhabla.¿Quénariceshabíasidoeso?—.Nosésiloconocerás.PerollámaleRic,todoslellamamosasí.
—¿De verdad?—Conocía parte de su obra, lo que le daba pie a hablar de algo después dehabersequedadosinpalabras—.¿EldeLacobraazul?
—El mismo. Escritor de ciencia ficción. Mi hijo está fascinado con sus muñecos y todos lostrastos que tiene. Deberías pasarte para conocerlo, para presentarte... en condiciones. Al fin y alcabo, vais a ser vecinos. Los únicos jóvenes de toda la calle—matizó, recordando el resto decasitas unifamiliares antiguas cuyos habitantes no bajaban de los sesenta—.Más os vale llevarosbien.
Quelazonanotuvieramuchomovimientoeraunodelosmotivosquelehabíanhechocompraraquellacasa.Peronoeraalgoquequisieracompartir,apesardelasbuenasvibracionesqueaquellamujer le había transmitido con el simple contacto de su mano. O no tan simple, dado lo quesospechaba que había desencadenado ese contacto: el regreso de algo que hacía tiempo habíahabitadoenél.
—Mepasaréundíadeestos—accediósinmuchoánimo.—Muybien.—Ella lesonriódenuevoantesdemirarporunade lasventanas—.Ahí llegaun
camiónenorme,talvezseaeltuyo.
—Sí,esese.—Dobla las rodillas para coger las cajasmás pesadas o te dará un tirón—le aconsejó según
salíaporlapuerta—.Hastaluego.MientraslaveíamarcharconuncaminaraloCaperucitaRojaporeljardíndesunuevacasa,el
recuerdodelsonidodesurisasehizoecoensusoídos,conlapromesadenosalirdeallíenmuchotiempo.
Alamañanasiguiente,yyaqueelsegundocamiónqueesperabaparecíaretrasarse,Fransedijoquedebíaenmendarlatorpepresentacióndelatardeanterioreiravisitarasuvecinodeallado.
Rebuscóentrelascajasquenohabíatenidofuerzasparadesembalarysacóunadelasbotellasde vino envueltas en plástico de burbujas.Undetalle en son de paz para hacermás llevadero elencuentro.
Cerró con llave la puerta principal de la casa y programóel portero que cerraba la verja queseparabalaaceradeljardín.Noeraunazonapeligrosa,segúnlehabíandichoenlainmobiliariayelpropiosobrinodelaanteriordueña,pero,siunoteníacerradurasenlaspuertas,eraparausarlas.
Además, según le habían dicho también los anteriores dueños, el propio vecino al que iba avisitareraquienhabíainstaladoesesistemaenlacasaqueélocupaba.Alparecer,laancianayélsellevabanlamardebien.Yesoledecíamuchodelaclasedepersonaqueeraelescritor.SiademáshacíatanpocotiempoqueSofíatrabajabaparaélyyajugabaconsuhijoeneljardín,obieneradeuncaráctermuyabiertoyamigableo,bueno,loestabausandocomomedioparallegaralamadre.Se recriminó ese pensamiento, no quería prejuzgar al vecino sin conocerlo, pero no pudo evitarpensarquecualquierhombreconsangreenlasvenassesentiríaatraídoporunamujercomoSofía.Yaquellaeraunatácticaalaquemuchosrecurrirían.Noélmismo,desdeluego.Ysedijoque,porlopocoquesabíadeél,Rictampoco.
Llamóaltimbrequehabíaenelporterodelaverja,idénticaaladesucasa.Antesdeoírlavozresponder con un «¿quién es?», oyó powermetal a toda potencia, y se preguntó qué clase dehombreque se está recuperandodeun accidentegrave escuchaHelloween a todovolumena lasnuevedelamañana.
—SoyFran,elvecinodeallado.Megustaríahablarcontigo.—Claro.Pasa.LaverjaemitióunzumbidoyFranlaempujó.Atravesóeljardín,bastantemejorcuidadoqueel
suyo,porloquesedijoquetendríaquehaceralgoconél,ysedirigióalacasa.Ricleesperabaenlapuerta.Habíaapagadolamúsicayseleveíaligeramentesudoroso.
—Esperonointerrumpir.—Carraspeóyalzóunaceja—.¿Estabashaciendoejercicio?Le parecía increíble, como no fueran ejercicios de cuello hacia arriba, que parecía lo único
intacto.Otampoco,sedijocuandoRicgiróparadejarlopasaryviolaenormecicatrizdeunabrechabajosucortopelo.
—Noexactamente.—SeñalóhaciaelsalónycerrólapuertacuandoFranentró—.EstabaconelGuitarHero,yasabes,elvideojuego.
FranvisualizólosbrazosdeRicsosteniendounaguitarra.Ysepreguntócómoselasapañaría.—¿Enserio?—Esunaadicción.Loharíaaunquesolotuvieraunbrazo.—Porloqueveo,tehafaltadopoco.—Semordiólalenguaencuantoseoyódecireso,perose
tranquilizóalverqueRicsereía.—Sí,laverdadesque,dentrodeloquecabe,tuvemuchasuerteparahabersidoatropelladopor
un camión a cuerpodescubierto.En teoríame recuperaré al cienpor cien, y noheperdidoningúnmiembro.
Hubouninstantedesilencio,yFranalargólabolsadepapelquellevabaenunbrazo.—Tehetraídoesto,yhevenidoapresentarme…correctamente.SoyFran.Acabodemudarme.
—Sí,yamehacontadoalgoSofía.—Sacólabotelladesuembalajeycontuvounasonrisa—.Vaya,vino.Meencanta.Muchasgracias.
—No sabía si te gustaría… Bueno, es un buen vino. Seguro que lo puedes abrir en algunaocasiónespecial.
—Sí.Buenacosecha.Buenabodega.Nohacíafalta,perograciasigualmente.Franseretorciólosdedosdelasmanosconincomodidad.—SinomehubieracomportadocomoelvecinodeDanieleltraviesoporloqueocurrióayer,tal
vezmehabríapresentadohoyconlasmanosvacías.—Suspiró—.Sientomismodales.—Olvidado.Yosientolosdestrozos.¿Hasllamadoalseguro?—Sí,vienenalatarde.—Estupendo,aunquelastazasdeMarifelinotenganremedio.—Nolasibaausardetodasformas,noimporta.—Ya,peroerandeella…LosojosdeRicsehumedecieronsinquepudieraevitarlo.—Susobrino,Hernán,medijoquemanteníaisunabuenarelación.—Era un mujer entre un millón. Y cuidábamos el uno del otro. Yo de su jardín, ella de mi
estómago.Tambiénleíamismanuscritosantesquemieditor.Lavoyaecharmuchodemenos.—Sí,séloqueesperderaalguienaquienquieres.Lafrasesequedóenelaire.ComoRicvioqueFrannotenía intencióndeseguir,seapresuróa
parloteardeloquefuera.—Bueno,¿yahasdeshecholasmaletas?Franpusolosojosenblancoyserascóentrelascejas.Solodepensarloyaledolíalacabeza.—Nosépordóndeempezar.Tengocajasportodaspartes,ylamayoríaestánsinmarcarynosé
loquehaydentro.Hasidotodobastanteprecipitadoy…Bueno…Creoquenotengoenergíasparadeshacerlascajasquehellenadohacesolounosdías.
AFranledesconcertóverunasonrisadesatisfacciónenelrostrodeRic.—¿Puessabesqué?Acabasdedarmeunaideaestupendadecómoresarcirmedelasmolestias
quetecauséayer.—Fueunaccidente,yaestáolvidado.—Sí, claro, pero me habría gustado poder ir yo a recoger los daños, y no que fuera Sofía
porquesuhijoestuvieraimplicadoenelasunto.Pormuchoquefuerasumanolaquelanzóelbalón,yofuielinstructor.
—¿Yquésetehaocurrido?—Yoahoramismonosoydemuchaayuda.Nopodríanilevantarunacaja.ParaelGuitarHero
mebasto con los dedos y la guitara sobre las rodillas. Pero aún nome puedo permitir esfuerzosmayores.LoquesípuedopermitirmeespagaraSofíaunpardetardesparaqueteecheuncableconlamudanza.
—¿Qué?—Elestómagoseleencogiódegolpe—.No,nohacefalta.—Oh,amigo,tehacemuchafalta.Micasaesotradesdequeellaestáaquí,ynollevaniunmes.
Eslapersonamásorganizadaqueheconocidoenmivida.Tieneunamentesuperdesarrolladaparaanalizarcada rincónydecidiren tiemporécorddóndedebe ircadacosa.Lomás impresionanteesquetodotienetantalógicayestátanbiendistribuidoqueenunpardedíasyoyamehehabituadoasusistema.Alprincipiomedabaunpocodemiedo—confesó,divertido—.Pero,telodigomuyenserio, debería tenerunprogramade televisión.Ayudaría amuchagente.Créeme,hevistomuchascasasenlasquepodríahacerunmilagro.
Fran sopesó la idea. Le vendría de perlas que alguien le ayudara con tantas cajas y una casanueva.
—¿Creesquetendrátiempolasemanaqueviene?Entrehoyymañanametraenlosmueblesquevoyacambiar.
—¡Sinduda!Será un reto para ella, poder empezar de cero conuna casa.Y ademásLucas se
puedequedaraquí jugandoconmigosinotuvieradóndedejarloesashoras.Porqueteayudaráporlastardes,alasmañanasseocupadeotrascasas.
—Sí,algomecontóayer.—Aquí viene lunes,miércoles y viernes. Tal vez podría ayudarte elmartes y el jueves. Pero
mejorselopreguntastúmismo.—Riclevioponercaradeadolescentetímidoytuvoquecontenerunacarcajada—.Omejoraún,selodigoyoy,mañanacuandovengaatrabajar,quesepaseportucasayhabláis.
—Vale,estupendo.—FransedirigióhacialapuertayRicpensóqueélsíqueeramaleducado,lehabíatenidodepieenelsalóntodoeltiempo.
—Oye,espera.Noteheofrecidoniuncaféninada.—Tranquilo,yahedesayunado,yesperoalcamióndelosmueblesdeldormitorio.—Muybien.Nosvemosenotromomentoynostomamosesecafé,¿vale?—Sí,undíadeestos.Perosinecesitascualquiercosa,nosé,aunqueseaquetealcanceunbote
deunmueblealto,mellamas.—Fransediocuentadequeesoibaasercomplicadosinoledabasunúmero—.Aúnnotengoteléfonofijo,perotedoymimóvil.
Riccogióelsuyodelamesadelsalónyseintercambiaronlosnúmeros.Antesdemarcharse,FransediolavueltahaciaRic.—Porcierto,meencantóLacobraazul.Undíadeestossacarétiempoparaleeralgomástuyo.—Vaya, gracias.—Lacuriosidad le picó—. ¿Aqué te dedicaspara tener tanpoco tiempopara
leer?—Realmente,ahoramismoanada.Hecogidounaexcedenciadeunaño.Semarchósindecirnadamás.Nisiquieradequétrabajohabíadecididotomarseundescansotan
largo. Pero ya se lo preguntaría otro día, o tal vez Sofía lograra sonsacarle más cosas a esemisterioso hombre. Ella hablaba por los codos e, inevitablemente, hacía hablar también a quienestuvieraenfrente.
Volvióalsofáysedijoquemediahoritamásdemúsicametalnoretrasaríalarecuperacióndesubrazo.
Capítulo3
Laintensalluviarepiqueteabacontraelcristal.Denohaberestadotancansadaesanoche,Sofía
nosehabríaolvidadodebajarlapersianaantesdeacostarse.Nolegustabatenerniunsolopuntodeluzalahoradedormir.Perolasluminosasfarolasdesucalleerandifícilesdedetectarsisecaíatanrendidaenlacamacomoparadormirsenadamáscerrarlosojos.
Encambio,elsonidodelalluvianoeraindetectable,aunquetampococapazdedespertarla.Asíqueseacabócolandoensussueños.Yenellos,lalluvialacalabahastaloshuesosmientrasella,consolouncamisónblancoydescalza,temblabayseabrazabaasímisma.
Elfríoseapoderódesucuerpoyunasensacióndedesamparoquehacíaañosquenosentíalahizo llorar con congoja. Las lágrimas se mezclaban con las gotas de lluvia en su rostro. Susanegados ojos apenas fueron capaces de percibir una silueta a lo lejos, desdibujada, que seaproximabalentamenteeibadirectahaciaella.
Solocuandoelparaguasqueportabaaquelhombre la tapóyaquelfornidocuerpoquedóaunpaso de ella fue capaz de ver su cara. El frío desapareció y se llevó con él cualquier miedo einseguridad.Encuantoélsonrió,ellasedespertódegolpe.
Sentada sobre su cama,Sofía sepreguntóquénaricespodía significar ese sueño.Yporqué elcorazón le latía desbocado. Frustrada por las malas pasadas que le jugaba su propia mente, setumbódenuevoysetapóhastalacabeza.Noibaasertantontacomoparadarcréditoauntontosueñoconunhombrealqueprácticamenteacababadeconocer.Aunquesusonrisa fueracapazdehacerquesucorazónprácticamenteselesalieradelpecho.
—Túmediráspordóndequieresqueempiece.FrancontemplóaSofía,depieenmitaddeunahabitaciónsinmueblesdondehabíametidotodas
lascajas,exceptolasdesuropa.Teníalasmanosenlascaderasylerecordóaunaatletaapuntodeemprenderunamaratón.Muyapropiadoparaesecuarto,dondeteníaprevistomontarunaespeciedegimnasio.Aunqueprimerotendríaquecompraralgunosaparatos,claro.
—Precisamente por eso he aceptado tu ayuda —respondió algo avergonzado—. No sé pordóndeempezar.
Y ella, tal como se lo había planteado Ric, no había podido negarse tampoco. El karma, lohabíallamado.Resarcirseporlosdañoscausadosporélysuhijo.
—¿Sabesporlomenosquéhayencadacaja?Noestánmarcadas.—No.—Sinohubierasidoporquelascircunstanciasdesurepentinamarchahabíansidolasque
habíansido,sehabríasentidoestúpidoporello—.Habráqueirabriéndolas.—Bien.—Sofía se frotó lasmanos como si la idea le pareciera estupenda—.Ese es el primer
paso.¿Teparecequelasabramos,veamosquéhaydentro,ylasvayamosllevandoalahabitaciónquelescorresponde?
Élresoplóysefrotólacara.—Esposiblequeenlamismacajahayacosasdediferentescuartos.Ellaalzóunacejayvolvióacolocarlasmanosensuscaderas.—¿Hashuidodealgúnsitio?¿Eresunaespeciedefugitivoyhastenidoqueempaquetartuscosas
atodocorrerparadaresquinazoaalguien?—No.No…exactamente.
Parecíaserio,peroellavioasomarunasonrisitaenlacomisuradesuslabios.Elgestodelatóunhoyueloencantadorensumejillaizquierda.Unhoyueloque,dealgunaformainexplicable,ellayasabíaqueexistía.
—Bien.Yoharíalosiguiente.Abriríalascajas,miraríaquécontienenylasllevaríaalcuartoqueles corresponde. Si hay cosas de más de un cuarto, marcaría su contenido en el exterior y lasapartaríaenunrincónhastatenertodolodemásordenado.Peroantesdellevarnadaaningúnsitio,habríaquelimpiarelinteriordelosarmariosy…
—Yaestátodolimpio—lainterrumpióFran,algoabrumadoporsuplanteamiento.—Sí,claro.Cuandocomprasunacasadesegundamano,alguienvienealimpiarla,peronuncalo
haceafondo.—Yahelimpiadoyo—explicó,sinsabermuybiensiesolesupondríaalgunadiferencia—.No
hehechootracosaentodalasemana.Bueno,hesalidoacorrerpor lasmañanas.—Nosabíaporqué,perosesentíaobligadoadecirleaquellocomounaconfesión.
—¿Has limpiado bien? —No quería sonar grosera, pero había trabajado en las casas dehombres solteroso separadosy aquello lehabíahechoenglobarlosdrásticayprejuiciosamente atodosenunacategoría:«pocominuciosos».
—Paramí,suficientementebien.Solonecesitoquemeayudesaorganizaryqueestasdichosascajasdesaparezcandemivistadeunavez.
Ellaviounavenaengordarenelbordedesusien,sinqueélnisiquierahubieraalzadolavoz.—Vale,vale.Tranqui,tronco.Él lamirócon losojoscomoplatosyella rompióa reír.Almenos, lavenahabíavueltoasu
sitio.—Perdona.Melohapegadomihijo.Leencantaesetipodejuegosdepalabras.Enfin…—Dio
unapalmadaquehizobrincaraFran—.¿Tienesuncúter?Él sacó el que había guardado en su bolsillo trasero y se lo ofreció. Inmediatamente, ella
comenzóaabrircajasaunavelocidaddeespanto.Despuésdeunpardeminutosdeperplejidad,Fransesumóalatareaquehabíapostergadodemasiadotiempo.
ASofíaleagradóhaberdadoenprimerlugarcontodoelmenajedecocina.Sindudaeraloque
máslefascinabadelosobjetosdecualquiercasa.Perocuandoempezóaquitarpapelesyplásticossequedóalucinada.
—¿Peroquéesesto?Estátodonuevo.—Quieroempezardecero.Toallas,sábanas,platos…Todoesnuevo.¿Algúnproblema?Ellasellevólasmanosalacaracongestodehorror.Frannodabacréditoalaexpresividadde
todossusgestos.¿Quélepasabaaesamujer?—¿Tu madre no te enseñó que hay que lavar siempre las cosas nuevas antes de usarlas por
primeravez?—¿Todo?—Lavozdeélsonóahogada.—Todo.—¿Laropablancatambién?—Ahorasuvozseagudizódeformaextraña.—Sobretodo.—¿Ylascazuelas?—Sesentíaapuntodellorar.—Todas. Y las sartenes. Hasta esas copas tan bonitas. Pero esas no las puedes meter en el
lavavajillas.Fransellevóunamanoalacabezaconfrustraciónyserascóelpeloconfuerza,haciendoque
unospequeñosmechonesseescaparandelacortacoletaquesehabíahechoalempezarasudarporlaarduatarea,másmentalquefísica.
—¿Túveníasaayudarmeoadarmemástrabajo?Sequedófascinadoalverlaocultarunarisillaconunamano,comounaniñatraviesa.Despuéssu
gestovolvióaserserioysuactitudcompetente.
—Milemaes«sihacesalgo,hazlobien».Pero,¿dequétequejas?EsRicquiencostealastreshorasdehoyylasdelviernes.Laúltimahoradeldíaselaguardoaél,parahacerlelacenaydaralgunapasadita.¿Sabesqueahorayaescapazdelevantarseapoyándoseenunasolamuleta?
Fransesentíafatal,sobretodoporqueellanopodíairmartesyjuevesyRichabíainsistidoenquelededicaracasieltotaldelashorasquetendríaquededicarleaélduranteesemiércolesyelviernes.Asíquemáslevalíaaprovecharbieneltiempoqueleregalaban.
—¿Ycreesqueenseishorasacabaremos?—Bueno,yovoyaencauzarlastareashoy,peroesperoquemañanahagasalgotúsolo.¿Ono?—Notengoniidea—reconocióalgoaturdido—.¿Quépuedoirfregando?—Toma. La batería de cocina. Amano—le recalcó antes de abrir otra caja—. Cuando haya
hechorecuentodetodo,lodistribuiremosenlosarmarios.Menosmalqueelfrentedelacocinasíestáreformado—murmurócomoparasí.
—Meencanta esa cocina—saltó él sinpoder evitarlo, cargandoconvarias cazuelas—.No temetasconella.
—¿Teencanta...lacocina?—Sí,¿quépasa?Ambossequedaronmirándosea losojos, loúnicoquesobresalíaporencimadeloscacharros
quelosdoscargaban.Fueunmomentoextrañodecomunicaciónnoverbal.Ynoeraelprimero.—Nada.—Sofía se dio la vuelta, huyendode aquellospenetrantes ojosde aceroy apilómás
cazuelas—.Me sorprendeque aunhombre…—sacudió lamanocomoquitándole importancia—.Deja,deja.Nomehagascaso.
—Eresunpocoprejuiciosa.Estavezseobligóaenfrentarsumirada.—Nopuedonegarlo.Aunqueintentonoserloparaquemihijonoadquieraesehábito.—Sabiadecisión.Yconesecomentario,desaparecióporlapuerta.
Franestabasecandoconpapeldecocina laúltimade lascopasqueyahabía fregado.Aúnsepreguntaba qué impulso le había llevado a comprar copas de vino y cava cuando él no teníaintencióndevolveracelebrarnada.Nuncamás.
Allíestabaotravez,lapena,eldesconsuelo.Mientrashabíaestadofregandohabíaconseguidoolvidarduranteunrato.Sospechabaquelavozqueoíacanturrearalolejoshabíatenidomuchoquever en eso. Sonaba alegre y despreocupada. Sentimientos que él se sentía incapaz de volver aalbergar. Aunque oírla chapurrear una canción en inglés le había conseguido robar un par desonrisasyhastaunacarcajada.
—Oye,Fran.Su inesperadavozasuespaldahizoqueeldébilcristal sedeslizaraentresusdedosyapunto
estuvodeimpactarcontraelsuelo.—Heencontrado esta caja en tuhabitación.Comoestaba cerradapenséque lahabías llevado
porerrorconlasdelaropa.Fran apoyó la copa con tanta fuerza sobre la encimera que estuvo a punto de romperse por
segundavez.Sofíanotóquesehabíaenfadado.—Noestabaahíporerror.—Learrancólacajaliteralmentedelasmanos—.¿Hassacadoalgo?—Sí—confesótragandosaliva—,perolohevueltoadejardentro.Nosabíadóndequerías…
esascosas.Surostropasódelenfadoalaimpotencia.—Lasquierodentrodeesacaja.¿Deacuerdo?Soncosaspersonales.De eso último ya se había dado cuenta. Fotografías, unos juguetes infantiles, incluso ropa de
niño,casidelamismatallaqueladeLucas.
—Losiento.Simehubierasavisadonohabríametidolapata.—Perosemoríadecuriosidad—.¿Estásseparado?
LosojosdeFranlaatravesaroncomounrayo.—No.—Laenefuepronunciadacongranénfasis.—¿Entonces lamujer y el niño de la foto son… tu hermana y tu sobrino?—auguró sin poder
dejareltema.Élyaestabadeespaldas,asíquenopudoversucaracuandohablósecamenteantesdesalirpor
lapuertaconlacajabajoelbrazo.—Sí—dijoydesapareciódenuevo.Elrestodelajornadadetrabajonovolvieronacruzarse.Solocuandoellalefueabuscarpara
avisarledequeseteníaqueiryaacasadeRic,élsedignóamirarlaunsegundoantesdedecir:—Hastaelviernes.Conunamargosaborenlaboca,Sofíasedespidióporpuraeducaciónysaliódeaquellacasa
conunasprofundasganasde llorar.Unsegundodesumiradayhabíasabidoqueélhabíaestadollorando.Losojosestabansecos,perolaexpresióneradelmásprofundopesar.
Pasó el resto del día cavilando cuál era el secreto de aquel hombre.Ypreguntándose qué lehacía desear consolarlo con tanta urgencia cuando él estaba tan poco interesado en compartir sudolor.
ComocadaviernesquePaulanotrabajabaporlatarde,quesolíanserunosíyunono,recogióasu ahijado a la salida del colegio y se lo llevó al parque.Hacía sol yLucas bien semerecía unhelado.Y,paraquénegarlo,ellatambién.
—¿Sabesqué?ElviernesquevienevamosaverLaguerradelasgalaxias.Paulaserelamióantesdepreguntaralgosintratardesonarmuyinteresada.—¿Con«vamos»terefieresatiyatumadre?—No.AmíyaRic—aclaróelniñocontonoburlón,comosifueraobvio.Ellanolereprendióporquequeríaseguiroyendoloquetuvieraquecontarledeél.—Ymeestáenseñandoajugaralbaloncesto.Aunquerompimoslaventanadelvecino,queesun
señorgruñónqueseenfadómucho.—¿Ah,sí?—Peromamáestáyendoaayudarleconlamudanza.Yonoquiero,tengomiedodequelegrite
oalgopeor.—Tumadreesmuyvaliente.—Ytendríaquecontarledequéibaesodeayudarconlamudanza
alvecinogruñóndeRic.—Ricdicequenoesmalo,peroquelepillamosenunmaldía.—¿YquémásdiceRic?Lucasselopensóunossegundos.—Dicequetumelónlesalvólavida.Paulaseechóareír.—Fuecuestióndesuerte.—Tambiéndicequepresentándoleamamálehasvueltoasalvarlavida.—Soytodaunaheroína.Elniñolamiróconfuso.—No,eresmimadrina.—Esotambién.Caminaron en silencio, girando el helado para lamer las gotas que se escapaban a causa del
vientoqueseacababadelevantar.—Así que lo pasas bien conRic—se interesó de nuevo Paula, tratando de que sonara como
algocasual.
—Sí.Esmiamigo.—¿Ahora vas a preferir los viernes que pasas con él que conmigo?—preguntó con un tono
celosoquenofuedeltodofingido.—No.Estábientenerunocontigoyotroconél.Aunquealgúndíapodríaestarconlosdosala
vez—auguróesperanzado—.¿TecaebienRic?—Eh…sí,esmuymajo.—¿Entoncesnoteimportavenir?Paulasemordiólalengualiteralmente.Esoerasoloculpasuya,porpreguntarloquenodebía.—Alomejoralgúndía—concluyó,dispuestaacambiardetemacuantoantes.—Élnoteharíallorar,comotíoJorge.—¿Qué?Si lehubieradichoquesabíaqueellaestabaenamoradahasta loshuesosdeRic,no lahabría
dejadomásperpleja.—Elañopasadooshicisteisamigos,losé,mamámelodijo.Perocuandosefue,tehizollorar.
Ricnosevaamarchar.Notrabajaenelmar,trabajaensucasa,asíquepodéisseramigossinmiedoaque tehaga llorar.Yo también llorocuando tíoJorgeseva.Peronose lodigasanadie.SobretodoaRic.
Paulaseagachóybesóasuahijadoenlafrente.—Tú eres elmejor amigo que puedo tener. ¿Y sabes qué?Yo nunca, nunca, nuncame voy a
marchar.Él le sonrió de aquella forma tan sencilla y llena de esperanza que hacía que nada más
importara.—Pero yo soymuy pequeño—repuso Lucas después de sopesar la situación y tras lamer su
heladoporunladoespecialmentederretido—.Tienesqueteneramigosdetuedad.—¿YacasoRicnoesmuchomayorquetúyaunasísoisamigos?—Esoesdistinto.—¿Sí?—Ella ledioelprimermordiscoalcucurucho.Leencantaba llegaraesaparte, lamás
deliciosa,dondebarquilloyheladosevolvíanunsolobocado—.¿Yporqué?—Porquesomoshombres.¡Caramba!Nuncaentenderíalaformadepensardeloshombres,nidelosdeseisaños.—¿Entoncespuedotenerunaamigadetuedad?—Sieschica,sí.—¿Ymerecomiendasalgunadetuclase?Paulasonrióalverloenrojecer.—Todassonunastontas.SobretodoElisa.—Vale,entoncesnomeharéamigadeElisa.Lucas se encogió de hombros y se dedicó a terminar su helado en silencio.A lomejor podía
preguntarle a Ric cómo dejar de pelearse con Elisa. Él quería ser su amigo, aunque no podíareconocerlodelantedeningunachica,menosaúndelasdesuclase,ysobretododeella.Mordióelcucuruchocon fuerza, tratandodenopensaren la forma tanbonitaque teníaElisade reírseyencómolegustabaaélcontemplarlamientraslohacía.
Esa misma tarde, en casa de Fran solo quedaba por recoger la última colada de sábanas ytoallasybuscarlesunsitiojuntoconlamontañaderopa,sinplanchar,quehabíasobrelamesadelcomedor.
—Supongoquehabrástenidoquecomerenlacocina—vaticinóSofíadespuésdedarunavueltaporlacasaparaverlosavancesyencauzarlatarea.
—Sí.Vaya, seguía enfadado. Solo le había respondido con monosílabos y contadas frases cortas
desdequehabíahurgadosinquererensucajadecosaspersonales.Nidosdíascompletosparecíanhaber suavizado sumalestar por el tema.No era capaz de comprender por qué, a no ser que surelaciónconsuhermananofuerabuena.Oquelehubieramentidoconrespectoaesafoto.Esaseranlasdosconclusionesalasquehabíallegadotraspensarypensarsobreeltemaatodashoras.
Por lomenos teníamejorcara.Laverdaderaqueesedíaestabaespecialmenteguapo,con sucortamelenarizadasueltayhúmedaporunaduchareciente.Tambiénsehabíaafeitadoysurostrolimpiolehacíaparecermuchomásjoven.Menosdetreinta,calculó.Ynosolíaequivocarse.
—Tienesmuchas toallasparaunasolapersona—le indicó,haciendoque lamiraraen lugardehundirel rostroen las instruccionesdemontajedeunarmario—.Aunquesiemprehayque tenerdemáspor sivienen invitados.Yesas sábanasdenoventa tambiénestaránbienparaeldormitoriodedoscamitas—pensóenalto—.¿Esperasvisitaprontooprefieresquedejemoslassábanasguardadasypongamossololoscobertores?
—Noesperovisita.—Fuesuúnicarespuesta.Comoparaquitarlelarazón,eltimbresonóySofíacontuvolarisa.—Aveces,lascosasnosalencomounoespera.—Seloquedómirandoyaquenosemovía—.
¿Nopiensasabrir?—Noesperovisita—repitiómuyserio.—Ya,perohanllamadoalapuerta—insistióella,cadavezmásdesconcertada.—Yaseirán.Alucinada, Sofía se dispuso a abrir ella misma. Se alegró de ver que él no trataba de
impedírselo.—Hola—dijomuysonriente,comosiesopudieracompensarelseverorostrodeél.Unamujerdeunoscincuentay tantosaños,muybienvestidayarreglada, lamiróconel ceño
fruncido.—Hola.BuscoaFranciscoArnedo.¿Meheequivocado,talvez?—Oh,no.Esaquí.Pasa.¿Quiénledigoquelebusca?—Mariela.—LamujermiróaSofíadearribaabajoconlosojosmuyabiertosydespuésdirigióla
vistaalhombrequeseacercabaaellas—.¿Ahoratienesservicio?—¡No!—Parecía horrorizadopor la deducción—.Sofía es…Bueno, trabaja en la casa de al
lado.Meestáechandounamanoconlamudanza.Solounpardedías.—Ajá.—Marielasonrióyextendiólamanohacialajovenparaunformalapretóndemanos—.
Encantada,Sofía.—Igualmente.Bueno,yo...Mevoyaseguirconlomío.—SeacercóaFranylemurmurómuy
bajito—:Nolallevesalsalón.Élseacordódeinmediatodelasmontañasdetoallas,mantelesysábanasquepodríanparecer
unmercadillo,asíquellevóalamujeralacocinaparaofrecerlealgodebeber.Noesquequisieratenerlaallí,pero,yaqueestaba,tampocohacíafaltaserdescortés.
Sofíasedispusoaplancharenelsalón,perocuandofueaporlatablaqueestabaenunarmariodelpasillo,aescasospasosdelacocina,nopudoevitaroírpartedelaconversación.
—¿Paraquéhasvenido?—Ayermecogisteelteléfonoporprimeravezenseismeses.—Másmotivoparaqueteabstuvierasdevenir.Yahehabladocontigo,¿quémásquieres?—Queríaverquémilagrohabíalogradohacertecontestaramisllamadas.HubounsilencioySofíanopudoevitarcontenerlarespiraciónparaquenolaoyeran.—Ningúnmilagro.Estabadistraído,organizandolosplatos.Cogísinmirarquiénera.Unadulcerisaresonóeneltensoambiente.—Eseeselmilagro.Tehasdistraído.Hasbajadolaguardiaporprimeravezdesde….—¿Cervezaconlimón?—Noladejóterminar.—Sí,gracias.Rápidamente,Sofíasealejódelapuertadelacocina.Laneveraestabajustoalladoypodrían
descubrirla.Sededicóaplanchar,haciendorecuentodelnúmerodejuegosdesábanas,tonalidadesytamaños
de toallas, y los distribuyó mentalmente en los armarios y baños antes de hacerlo físicamente.Comosiempre,algunodesuscálculosnofueexactoysevioobligadaacambiardesitioalgunascosas,peroenunpardehorasteníatodoubicadoymeticulosamentedoblado.
—¿Sofía?—OyólavozdeMarielajuntoalapuertadelcomedoryseacercóaella—.Yoyamemarcho.Hasidounplacerconocerte.Yhededecirtequehashechounmilagroconesacocina.Estátodoperfectamentedistribuido.AvercuántotardaFranciscoenrevolvértelo.
Como él no estaba por allí, y ese comentario le pareció muy maternal, Sofía se aventuró aplantearloquesehabíaimaginado.
—Oh,nocreo.Suhijopareceunhombremuyordenado.—Bueno, tiene sus momentos.—Como si lo dudara un instante, se atusó la melena antes de
continuarhablando—.Peronoesmihijo—puntualizó.Yapesarde loqueañadió,novioningunamaliciaensusojos—.Esmiyerno.
—Oh.—FuetodoloqueSofíapudodecir.—Hastapronto,Sofía.Nosabescuántomealegraqueestésaquí.Sumida en sus pensamientos, acompañó a la visita hasta la puerta y se despidió de ella con la
mano.Aunque la puerta ya estaba cerrada, elmovimiento de sumuñeca duró unos instantesmásmientrasensucabezasedescartabaunadesushipótesis.
—Yaestátodoensusitio—ledijoaFrancuandoleviosalirdelacocina.Teníaquesalirdeallícuantoantesoexplotaríaenunmardefuriaquenoentendíadedóndeprovenía—.Sitienesalgunadudaonoencuentrasalgo,búscameencasadeRic.Buenastardes.
FranvioaSofíacogersubolsodelpercheroysalirsinmirarlosiquiera.Era la primera vez que no lomiraba a los ojos cuando se dirigía a él. La ausencia de aquel
contactovisual eracasi tan reveladoracomocuandoella lomirabadirectamente, tan francay sindobleces. Supo instantáneamente queMariela tenía algo que ver con aquello. ¿Qué demonios lehabríacontadoenmenosdeunminuto?
—Deacuerdo.Gracias por todo—ledijo, pero ella yahabía cerrado la puerta.Deun sonoroportazo.
Enelcortotrayectodeunacasaalaotra,Sofíasolopudopensarunacosa.Efectivamente,Franlehabíamentidoconrespectoalafoto.Pero¿porqué?¿Yporquéelhecho
dequeestuvieracasado,aunquealparecerseparado,lahacíasentirsetanprofundamentedolida?
Capítulo4
Fran miró por la ventana. A escondidas, como si… «Como si nada», se reprendió ante ese
pensamiento. Él no tenía nada que explicar, ni nadie a quien darle explicaciones. Era su vida, sudolorosaydesquiciadavida.Yellanoeranadie.Nadaparaél.Pormuybienquesehubieraportadoconél,pormuchoquelohubieraayudadoconunatareaqueselehabíahechodemasiadoduradeafrontar.Pormuchoquesintieraquealgohabíavueltoaéldesdequeella lehabíaestrechado lamano.Sinembargo,nosehabíaatrevidoacomprobarlo.Principalmente,porquenosabíaquépodríasignificaraquelhecho.
Malditafuera,nopodíadejarlascosasasí.Saliócomounrayodesucasaylainterceptójustocuandoatravesabalaverja.
—¿QuétehadichoMariela?—espetó,cogiéndoladelcodoyobligándolaamirarlo.Denuevo,esacorrienteeléctricaqueparecíabrotarencuantosuspielesentrabanencontactoles
recorrióelcuerpoaambos.—¿Quédemoniosestáshaciendo?Esta vez sí lo miró. Y lo que él vio en sus ojos le taladró el pecho. Estaba dolida,
decepcionada…yfuriosa.Lesoltóelbrazo.Perolacorrientepermanecióvibrandodentrodeél.—Quierosaberquétehadichoparaquesalierasdeprontodemicasaysinmirarmealacara.—Laverdad—confesó.Estavezloquesintiófuecomounabofetada.—No ha podido darle tiempo a contarte toda la verdad—alegó, y esa certeza lo tranquilizó
inmediatamente—.Dimeexactamentecuáleshansidosuspalabras.FuetalladesesperaciónqueSofíapercibióenélque,muyasupesar,puesnoqueríaestarcerca
deFranniun instantemás—aunquesucuerpo le reclamara locontrario—, leexplicóque, tras ladeduccióndequeerasumadre,ellalehabíadichoqueenrealidaderasusuegra.
—¿Soloeso?—Sí.Peroesbastanteparasaberquemehasmentido.Yodiolasmentiras.Éltardóapenasunossegundosenrecordarloquelehabíadicho.—¿Notienesningunahermana,verdad?—intervinoellaalverloquedarsemudo.—Sí,sílatengo.Perotieneunahija,nounhijo.Anteelsilencioposterior,SofíasedispusoallamaraltimbredeRicyseguirtrabajando,queera
paraloúnicoqueestabaallírealmente.Franlecogiólamano,impidiéndoselo.Yambosdirigieronsusmiradas a susmanos unidas. En esta ocasión, el hormigueo que ambos sintieron fue como unbálsamo. «Todo está bien, todo va a salir bien», decía aquella sensación que Fran tanto habíaextrañado.Pero,parasuasombro,esemensajeibadirigidoaél,ynoalrevés.
—Quiero contarte toda la verdad si tú quieres escucharla. —Parpadeó perplejo por lo queacababa de decir. Se había jurado a símismo que en su nueva vida todo aquello quedaría atrás.¿Por qué iba entonces a confesarle a ella su pasado?—.Pero no aquí. Enmi casa. Por favor—añadiócuandoellatratódesoltarsedesumano.
—¿Porqué?—Porquecreoquemerecessaberla.Saberlapormí.«Yaunquesoyincapazdeentenderporqué,yonecesitocontártela.Contártelaati».No entendía por qué se sentía así. Apenas la conocía, apenas sabía nada de ella. Pero,
extrañamente,confiabaenSofía.Sabíaqueloescucharíaynecesitabadescargaraquelloenalguien
comoella.Seríaegoísta,perolonecesitabadesesperadamente.—Estábien.Comoquieras—cedióellaalfin.Ysoloenesemomentoélsoltósumanoparadejarlapasardelantedeél,denuevohaciasucasa.
Con la espalda tan recta que apenas la apoyaba en el respaldo del sillón, Sofía esperó ensilencioaqueFranvolvieradelacocinaconelcaféquelehabíaofrecido.Notardómucho,perosumentefuncionabalosuficientementerápidocomoparaquevariaspreguntaslaatravesaranalavez.«¿Porquénecesito tantoqueestehombremecuente loquemetienequecontar, loquemequierecontar sin quererlo realmente? ¿Por qué cada vez que pone susmanos sobremíme siento... así?¿Porquénohedejadodesoñarconélcadanochedesdelaprimeravezquemetocó»?
Tras dejar una pequeña bandeja en el centro de lamesa, cargada con dos tazas de café, unajarritadeleche,unazucareroyunplatocongalletitas,Fransesentófrenteaellaenelsofá,enunaposturamuysimilaralasuya.
—Gracias—murmuró Sofía, y aceptó el café solo por tener lasmanos ocupadas. También secomióunadelasgalletas,portenerlabocallenayquefueraélquienhablara,peronolohizo—.Estánmuyricas—tuvoquedecirpararomperelhielo.
Solo entonces él apartó lamirada del punto fijo en el que la tenía posaday, tras un profundosuspiro,comenzóahablar.
—LastrajoMariela.Lashaceella,siemprefuebuenarepostera.Lástimaquesuhijanoheredarasu buena mano en la cocina. Yo me defendía mínimamente y con la práctica mi comida fuemejorando.Inclusomeacabógustandococinar.
Éltambiéncogióunagalleta,laobservócomoconnostalgiayselametióenlaboca.—Yo necesité varios libros de recetas y muchos programas de la tele —confesó Sofía,
recordandovarios experimentos fallidos en su cocina—.Perocreoque tuvieronbuenos frutos.Almenos,nadiesehaquejadonunca.
Conesaúltimafraseenelaire,quedejabalapelotaenel tejadodeél,Francontinuósinsabermuybienpordóndeempezar.
—Cuandosetieneunhijo,supongoqueunoseobligaaaprenderdetododegolpe.Yonotuveelección,puesvino…inesperadamente.
—Sédequémehablas—murmuróella,peroprefiriócallar.—Losospechaba.Parecesmuyjoven.Sofíacarraspeóydejólatazadeformaalgobruscasobrelamesa.—Apenas tenía dieciocho años cuando tuve aLucas, sí. Pero…creo que eras tú el que iba a
contarmealgo.Noalrevés.—Cierto—admitió,enrojeciendoligeramente—.Simplementecreíquepodríascomprendermejor
dequé tehablabasiya lohabíasvivido.Unhijocuandonisiquierahasacabado losestudios,unafamiliaquemantenerconelsueldodetuprimerempleo…sobretodosiereselúnicoquetrabajasdelosdos.
Ellasuspiróyacabódiciendomásdeloquepretendía.—Aúnesmásdurocuandounodelosdosopinaqueunhijonoentraensusplanesydesaparece
delmapa.LacaradeFrannomostróelmenorcambio.Sinembargo,suvozsonómásgravedelohabitual
cuandodijo:—Cobarde, además de imbécil. Espero que seas consciente de que es él quien ha salido
perdiendo.ASofíacasi ledieronganasdereír.Perocomonoqueríaseguirhablandodelmequetrefeque
simplemente había aportado la genética que le dio a sumaravilloso hijo, eludió profundizar en eltema.
—Ahoralosoy.YdoygraciasaDioscadadíaporponeraLucasenmivida.Perolosprimeros
añosfuerondurísimos.Túlosabrásbien.—Sí.Éramosunoscríos.Algomayoresquetú,veintidósyoyveintiunoella,peronoteníamos
nadamás que lo que nuestros padres pudieron darnos.Alquilamos un pisito y por suerte yo pudetrabajar en el hospital tras mis prácticas como enfermero. Ella ni siquiera acabó su carrera deBiología.Asíque,despuésdeunabodarápidaparaquenoselenotaraelembarazo,nosfuimosavivirjuntos.
—Noestámal.Amímimadremeechódecasa.Fran no sabía dónde meterse. Sobre todo porque ella no parecía decirlo con pena ni rencor.
Simplementeconresignación.—¿Yquéhiciste?—seinteresódeinmediato.—Variasamigasmeayudaron.AunquesoloPaulapermanecióamiladodespuésdelprimeraño.
Conseguíalgunasayudassocialesy,cuando tuve las fuerzassuficientesparasepararmedemihijovarias horas al día, dejándolo en una guardería, comencé a trabajar. Limpiando —se señaló eluniforme, que ya le parecía parte de su piel—. Sin el bachillerato terminado fue lo único queencontréentonces.YaunquehaceunpardeañosloretoméeinclusohicevarioscursosdelINEM,estoes loquemejorséhacery loquemásdineromeda.—Secomióotragalletitayseobligóadejardecontar suvida.Noeraalgoque solierahacerasí comoasí,peroesedíaparecíaquenopodíacallarse—.¿Yquéhicistetú?
Fran se bebió lo que le quedaba de café de un trago y soltó la taza demala gana sobre lamesita.
—Trabajar en lospeores turnosyestudiar simultáneamenteMedicina.Todoerapocoparaella.Necesitaba una casa más grande, poder irnos de vacaciones… Y mi sueldo no daba para todo.Queríalomejorparamifamilia,peroaquelloacabóconmigo.Yoteníaunavocación,ysermédiconoeraloquequería.
—¿Yquéquerías?Franlamiróperplejounossegundos.Hacíamuchoquenadielepreguntabaalgoasí.Loqueél
quisieraparecíanotenerimportanciaparanadie.—Yo quería ganar práctica en el hospital como enfermero para después hacer un máster en
enfermeríadeemergenciasypoder trabajarenambulancias.Peroesoellanunca loentendió.Paraellasermédicoeracomounsimpleascenso.Vistodesdefuerapuedeparecerlo,peronadaquever.Cadaunovaleparaloquevale,yyosiempresupeque…Enfin,esdifícildeexplicar.Esalgoquesetieneonosetiene.—Alzólasmanosconlaspalmashaciaarriba.
Sofía vio que intentaba mostrarle algo, pero finalmente se arrepintió, las dejó caer y siguióhablando.
—Elcasoesqueyateníamosproblemas,muchos,muchísimos.Noéramosunmatrimoniofeliz.YcuandoempecéahacerlaresidenciadeMedicina...exploté.
—La dejaste —concluyó Sofía, entre orgullosa por él y temerosa por las consecuencias deaquello—.¿Ytuhijo?
—El día que le pedí el divorcio, Carlos nos oyó.Yo siempre había procurado que no oyeranuestras discusiones, solo tenía cinco años. Pero ese día nos oyó y se echó a llorar. Ella no losoportaba,noaguantabasusllantos.Asíquesinterminarlaconversación,selollevó.Metiócuatrocosasenunamaletaydijoque,hastaquelospapelesdeldivorcioestuvieranfirmados,sellevaríaaCarlosacasadesuspadres.Élnodejabadellorarnielladegritar.Ypenséqueseríamejorquelascosassecalmaran.Marielasolíahacerlaentrarenrazónymedijeque,aldíasiguiente,iríaacasademissuegrosyhablaríamoscivilizadamente.
Sofía se quedó en silencio, asimilando toda la información que acababa de darle. Se estabaimaginandolaescenacomosilaestuvieraviendoendirecto,consuspropiosojos.Inclusoeracapazdeimaginarelsonidodelllantodeunhijoquenoeraelsuyo,perosiendomadrepodíacomprendereldolordeélaloírlollorar.AquellasituacióntuvoqueserfrancamentedifícilparaFran.
—¿Porquénoleexplicasteatumujerquesermédiconoeraloquequerías?
—Claro que se lo dije. Pero en lugar de pensar en terminar su carrera, o estudiar otra cosacuandoCarlos empezó la escuela,o trabajarde loque fuera, erayoelque teníaqueganarmás.Ellaconsermadreyhacercuatrocosasencasateníabastante.
Sofíanotóquenohabíarencorenaquellasacusaciones.Loquehabíaerapenayresignación.Sesentía bastante identificada con aquella incomprensión de su propia familia. Sabía lo que eradecepcionaraalguienquesolopidemásymásdetiy,acambio,nodanada.
—¿Yaceptóeldivorcio,sinintentararreglarlascosas?—Nopodíacreerquefueraasí.Talvezsíencaliente,pero trasunpardedíasde reflexión,conunhijopequeñodepormedio, leparecíaimpensable—.¿Selopedisteyaceptóalaprimera?
—No le sorprendióque se lopidiera.Creoque ella estabapensandoen lomismo,perono seatrevía a dar el paso.Nuestra vidamatrimonial era inexistente. Simplemente cohabitábamos.Si nohubierasidoporCarlos…supongoquejamáshabríamosllegadoacasarnos.
Hipótesis.Ellatambiénhabíatenidomillonesdeellas.—Yo me he planteado muchas veces qué habría pasado si el padre de Lucas se hubiera
responsabilizado de él. Si nos hubiéramos casado o, al menos, vivido juntos. Con los años, hellegadoaalegrarmedequedesaparecieraantesdequeélnaciera.Peroalprincipio…
—Esperabasquevolviera.—Sí—admitió—. Peromuy,muy al principio—matizó conmedia sonrisa que le arrancó otra
mediasonrisaaél—.Y,dime,¿quéocurriócuandofuisteacasadesuspadres?Fran negó con la cabeza y su rostro se oscureció de nuevo. Sofía tragó saliva con dificultad,
adelantándose a las palabras que aún estaban por pronunciarse.No era ese el final que se habíaesperadoparaaquellahistoria.
—Notuveoportunidaddevolverahablarconella.Haciendocasoaunimpulsoquenofuecapazdecontrolar,Sofíaabandonósuasientoysesentó
asuladoenelsofá.Él levantólavistahastasusojos,mirándolaconextrañeza.Aunque, lejosdenotarincomodidadporesarepentinacercanía,sesintióreconfortado.
—¿Cómo se llamaba?—La necesidad de conocer el nombre de aquella mujer pudo con supudor.
—Rosa.—¿Quierescontarmecómofue?Nohacefaltaquelohagas—añadiódeinmediato,peroélya
estabaasintiendoconlacabeza.—Necesito…sacarlodeaquí—admitiógolpeándoseelpechoconunpuño—.¿Teimporta?—Adelante —aceptó Sofía y se inclinó sobre sí misma, como si su cercanía le fuera a dar
fuerzas.—Looídesdedentrodelacasa.Vivíamosenunprimerpiso.Oíelfrenazo,elgolpe,losgritos
devariaspersonasenlacalle...ylosupe.Supequeeranelloseneseprecisoinstante.Losupecomosilohubieravisto.Ycuandosalíalacalleylogréllegarhastadondeestabantiradosenmitaddelacarretera, ella ya estabamuerta. PeroCarlos no.Memiró y estiró sumanita haciamí. Su últimoalientofueparadecir«papá»ydespuéscerrólosojos.Parasiempre.
Las lágrimas deSofía caían como ríos por susmejillas yFran se levantó comoun resorte encuantolavio.Cogióunaservilletadepapeldelabandejayselaofreció.
—Soy un imbécil. No sé por qué te he hecho esto. Imagino que porque eres madre, porqueinspirasconfianzaoporqueyanopodíamás.Losiento,losiento.
—No.—Ellaseobligóadejardellorar—.Termina,porfavor.—¿Quémásquieres saber?—casigritóyde inmediatobajóel tono—.Esoes todo.Murieron,
losdos.Enelmalditosuelo,enunamalditacarretera.Sinohubiéramosdiscutido…—No te echarás la culpa, ¿verdad?—Se temía que era eso.Que lo peor de su dolor era la
culpabilidad.—Claroquesí.Enparteesmiculpa.Pero…—No,noloes—hablósobrelaspalabrasdeél.
—…parteesculpadeellatambién.—Solo la parte de estar probablemente despistada y cruzar sin precaución. A no ser que el
conductor…Éllainterrumpió,sacudiendounamano.—Varios testigos aseguraron a la policía que se personó allí que habría sido imposible
esquivarlos.Alparecer—tragósalivayapretólamandíbula—ellacruzósinmirar,arrastrandoalniñoquenodejabadellorar.
ElestómagodeSofíaseencogió.¿Cuántasnochessindormirhabríapasadoesehombre?—Tampococreoqueseasanoquelaculpesaella—seatrevióareprender.—Ellacruzósinmirarporqueestabaenfadadaconmigoynopensabaenloqueteníaquepensar.
Yfuiyoquienladejómarcharsinquesecalmaraprimero.Losdossomosculpablesdelamuertedenuestrohijo.Ydelasuya.Peroellaestámuertaynotienequevivirconesteremordimiento.
—Ni con ese resentimiento—dijo Sofía con toda la sinceridad que la caracterizaba—. Fue unaccidente,nobusquesculpables.
FranrioahogadamenteyvolvióasentarsejuntoaSofía.Tancercaquesusrodillaschocaron.—Laculpabaaellademuchascosas,¿sabes?Aunqueahoraséqueelúnicoculpableerayo,
por ceder, por tragar con todo. La culpaba de querer siempre más de lo que teníamos. De nobastarle con mi sueldo de enfermero, que era mi vocación, lo que hacía bien. Cursé Medicinamientrastrabajabayasumíamuchastareasdelacasa,muchasqueellaeraincapazdehacer.Porqueyo se lopermití, claro.Esonomedejabaapenas tiempopara estar conmihijo,paraverlo crecer.Muchomenospara llevarunavidamatrimonialcomoesdebido,apenasnosveíamoslo justoparadiscutir. Empecé a ejercer laMedicina y eso fue lo que me hizo infeliz del todo. Puede parecersimilar,peroyonotengovocacióndemédico.Mividaera…Noeramivida,eralaqueellaqueríaquetuviéramos,yestallécomounabombaderelojería.Sihubieraaguantado…
—¡Habríassidoinfelizparasiempre!—hablódenuevosobresuspalabras,furiosaestavez.—Sinolehubierahechocasodesdeelprincipio—continuóél—,nadadeestohabríapasado.—Osí.Esonolopuedessaber.Élseencogiódehombros,concansancio,conimpotencia.—No,yanuncalosabré.El silencioque secreóentreellos fuemás largoqueningúnotroquehubierancompartido.Sin
embargo,Francreyóqueeraelmomentoprecisoparadecirle algomásquequeríacompartir conella.
—Tehehabladodeloimportantequeeraparamímivocación,peronoteheexplicadoporqué.—Alzóambasmanosyse lasmostróante lacaradeasombrodeSofía—.Nosémuybiencómoexplicarlo. De hecho, creí que lo había perdido. Hasta que el otro día te di la mano. —Paracomprobarqueaquelloeracierto,selacogiólentamente.Pero,apartedelhormigueoqueellayaseesperaba,nosucediónadamás—.Fuecomosi,degolpe,midonhubieravueltoamí.
El timbrede lapuertasonó, interrumpiendolaconfesióndeFran.Trassoltara regañadientes lamanodeSofía,fuehastalaentradayalabrir lapuertaseencontróconuncompungidoLucasquealzabalavistahaciaél.Asulado,unajovendelaedaddeSofíaleapretabaelhombroincitándoleaquehablara.
—Hola,señor.Buscoamimadre.Ricmehadichoqueestáaquí.Lacarcajadadelajovenseahogóensugargantaantesdeofrecerlelamano.—Hola,soyPaula,amigadeSofía.Ymadrinadeestetímidohombrecito.—SoyFran—leestrechólamano,peroprocuróhacerloconrapidez.Dadoelestadomentaly
emocionalenelqueestabaenesemomento,noqueríaarriesgarseaquesudonsedescontrolara,siesquerealmentehabíavuelto.Sedirigiósindemoraalpequeño—.Bueno,Lucas,esperoqueahoraquetumadreyyosomosamigos,túyyotambiénloseamos.Asíquellámame«Fran»,no«señor»,¿teparece?
Elniñosoloseencogiódehombros.
—¿Tantardees?—Sofíaapareciómirandosurelojyconlacaradesencajada.Paulanosupoquépensar,yaqueelseñorgruñónnoparecíamalagente,peroestabaclaroqueahípasabaalgo.
—Comonomellamabas,penséentraértelohastaaquí—explicóPaula.—Perdona,semehapasadolahora.Teimporta…—Lacabezaledabavueltas—.¿Teimportair
a lacasadeRicconLucasmientrasyoacaboaquí?Séqueespedirtemucho,peropensabahacerunatortillaylomoparacenar.LehabíadichoquecenaríamosconélporqueconlastareasdeaquíseharíamuytardeparaLucas.—Santocielo,teníaqueterminarlaconversaciónconFran,nopodíairseasísinmás.Peronoconellosdelante.Seleocurrióalgoderepente—.Quédatetútambién.¡Sí,eso es! Cena con nosotros, a Ric le parecerá estupendo tenermás compañía. Y si no te importa,empiezaapelarlaspatatas.Soloeso.Necesito…solonecesitoacabarunacosa.
Paula se quedó muda. Era raro, muy raro que le pidiera algo así. Tampoco era que ella nopudierahacerunatortilla.PeroprecisamenteencasadeRic…
—Claro,siaélnoleimporta—dijo,yLucastiródeella.—Estaráencantado.Vamos,tía,vamos.FrancerrólapuertaysegiróhaciaSofía.—Teherobadomuchotiempo.Losiento.—Dejadedecir«losiento»—replicócasigritando.Aquellolehizodarsecuentadeloalterada
queestaba—.Yonoteconozcoapenas.Peromehasabiertotucorazóncomoimaginoquenolohashechoenmuchotiempoconnadie.Siemprehetenidociertafacilidadparaquelagentemecuentesuscosas,peroestohasidomuyrepentino.Aunasí, teagradezcolaconfianzayquieroquesepasquemislabiosestánsellados.
—Gracias—titubeó unos instantes. De pronto ella parecía nerviosa—. No había pensado quetuvierasquecargarconestesecreto.Noquieroquelosea,soloesquenoestoypreparadoparaqueenestavidaqueempiezodeceromicargasealoprimeroquelagenteconozcademí.
Su carga. Realmente era así como él se sentía, pensó Sofía. Al menos, esperaba quecontándoseloaellaelpesodelamismahubieradisminuido.
—Bueno,yosoyunaexcepción.—Sí.Ynoséporqué.Ellatampoco,laverdadfueradicha.—Lohecho,hechoestá—concluyó—.Bueno.¿Yahoraqué?Buena pregunta. ¿En qué situación los dejaba esa conversación? ¿Amigos? ¿Conocidos que
compartensecretos?—Megustaríasaberalgodeti—admitióFran.Ellayaseimaginabapordóndepodríanirsusdudas.Aunasísearriesgóapreguntar.—¿Comoqué?—¿DóndeestáelpadredeLucas?—Nolosé.Niquierosaberlo.—¿Quierescontarmeporqué?Los dos allí de pie, en mitad del vestíbulo, y de pronto a oscuras, porque ambos parecían
estatuasyelsensordemovimientoyanodetectabapresenciaalguna.LapresiónerademasiadaparaSofía.Hizounaspavientoqueconectólaluzycomenzóagritarsinpodercontrolarse.
—¡Yonotepedísaberloquemehascontado!Nopuedespedirmequetecuentemistragediasacambio.
Conscientedequehabíametidolapatahastaelfondo,estropeandolamagiadeaquelmomento,la siguió cuando ella fue a buscar su bolso al salón. Normalmente el que trataba de evitarconversacionesdolorosaseraél.Asíquelacomprendíaperfectamente.
—Noesloquepretendo.Solomeofrecíaaescuchartecomotúmehasescuchadoamí.—¡Novesquenopuedo!—lerecriminóaplenopulmón.Despuéssuspiró,sefrotólacaraylo
miróalosojos.Solovioempatíayalgodeculpabilidadenellos.Seresignóporenésimavezensuvida—.Almenos,noahora.
Éllarecompensóconunaampliayamablesonrisa.Demoledoramentemaravillosa.—Mipuertaestáabiertacuandoquieras.—Lotendréencuenta—aceptósinaliento.¿Porquédeprontolamirabaasí?—Lo digo en plan amistad, no terapia —aclaró—. No te lo he contado porque necesitara
desahogarme,almenosnosoloporeso.Sentíalanecesidaddecontárteloati.—¿Porlamentirasobrelafoto?—Enparte,supongo.Porotrolado,mehasayudadoamontarminuevohogar.Ymegustaríaque
siguierashaciéndolo.Ellafruncióelceñosincomprenderdeltodo.—¿Piensas…contratarme?—Sí.Una vez por semana estaría bien.Limpieza general y colada.Lo demás creo que puedo
hacerlosolo.Ellalevantóunaceja,evaluándolo.—¿Notrabajas?—Mehetomadounaexcedencia.¿NotelohadichoRic?—No.Solomedijoquefuisteapresentarteyquenecesitabasmiayudaunpardedías.—Alfinalcreoquevoyanecesitartealgomásqueunpardedías.No fue lo que dijo, sino cómo lo dijo. Y cómo sonrió al decirlo. Sofía sintió que algo se le
encogíadentrodelpecho.—Veréquépuedohacerconmiplanificaciónsemanal.—Sacóunaagendadelbolsoypasólas
páginas sin ton ni son—.Tal vez consiga hacerte un hueco los jueves, a la tarde.Te llamaré y teconfirmarédisponibilidadyhorarios—concluyó,cerrandolalibretaylanzándoladentrodelbolsodenuevo.
—Estupendo.—Sesentíaesperanzadodeunamaneraextraña—.AhoraveconRicytuhijo.Tuamiganoparecíamuycómodaconelfavorquelehaspedido.
Yaestabanenlapuertacuandoellasegiróhaciaélsorprendida.—¿Ycómolosabes?—Tengoojoparalagente.Parapercibircómosesienten.Espartedemi…—¿Detudon?Élasintióconlacabeza.Nohabíaterminadodeexplicarleaquelloyahoraquelaconversación
habíapasadoaserdetipolaboral,nosesentíaconánimo.—Cuéntameenquéconsisteeseextrañotalento.—Esunalargahistoria—seexcusó—.Hoyyateheaburridobastante.—No.Tengocuriosidad—insistió.—Otrodía,deverdad.Asímeasegurodevolveraverte.Aunquenotengastiempoparatrabajar
enmicasa.Sofíadesviólamiradaalsueloalsentirqueseruborizaba.—Venteacenartútambién—soltóabotepronto.—NocreoqueaRicleapetezcaotravisitainesperada.—Tonterías, leencantará.Serácomouna fiestadebienvenidapara ti.YasíPaulanosesentirá
tanincómoda.—Nodebería.Élaúnestáconvaleciente.Ytantagenteensucasa…EstavezSofíausólaartilleríapesada.Enverdadcreíaqueesacenaeraunaideaestupenda.—Si vienes, otro día te cuento por qué no quiero saber dónde está el padre de Lucas. ¿Trato
hecho?—Hecho—nodudóniunsegundo—.Espera,lellevarévinoo…—No.—Ellalocogiódelcodoantesdequeseadentraraenlacasa—.Conelquellevasteel
otrodíaesmásquesuficiente.—¿Acasonolegustaelvino?—preguntóextrañado,saliendoyadelacasa.Ellalomirócongestodivertidoyseechóareíracarcajadas.
—¿Quépasa?—Noentendíanada.—LafamiliadeRicregentaunasbodegasbastantefamosas.Tieneelsótanollenodebotellas.—Vaya,menudoacierto.¿Yporquénomedijonada?—Se llamacortesía—le indicó, sacudiendo lacabeza—.Sino fueras tanantisocial sabríasde
quétehablo.Sofíasemordiólalenguaencuantodijoeso.Élsehabíaparadoensecoylamirabaconelceño
fruncido.Estabaapuntodedisculparsecuandoélleofrecióelbrazoalaantiguausanza.—¿Mepermiteacompañarlaacenar,señorita?Ellaloaceptóentrerisas.—Muycortésporsuparte,caballero.—Aprendorápido,¿eh?—murmuró,sacudiéndoseunainvisiblemotadepolvodelhombro.Cogidos del brazo y riéndose como dos tontos, llegaron hasta el porche de Ric y, allí,
decidieron sin palabras que eramejor soltarse antes de tocar el timbre. Aquel juego era solo deellosdos.
Capítulo5
—¡Sí!¡Meencantaestacanción!Sofía cogió la libreta y el boli y se paseó por la cocina meneando las caderas, abriendo y
cerrando puertas, y apuntando qué hacía falta comprar. Entre apunte y apunte, un nuevo paso debailelocoeimprovisadoestallabaalritmodelamúsica.Alfinal,seolvidódelalibretaysededicósoloabailar.Y,apesardesunuloinglés,acantaracoroconLadyGagayBeyoncé.
Estaba con su estrofa favorita, la que sabía cantarmedianamentebien, esaquedecía algo asícomo «e-e-e-e-e-e-e-e-e-e-e-estop telefoninme-e-e-e…» cuando hizo un acrobático giro sobre símismaylovioapoyadoenelmarcodelapuerta.
Paró tan en seco que estuvo a punto de caer de bruces, pero después tuvo quemoverse parabajarelbrazoqueteníaenaltoycolocarsuculomenoslejosdelrestodesucuerpo.
—Pormísigue,aúnnohaacabadolacanción.Lasdosvocesfemeninasseguíangritandodesdelaradio,ySofíaalargólamanodiscretamente
parabajarelvolumen.—Penséqueestabasola.—Meimagino.Nopudiendocontenersemás,Franrompióareírcontodassusganas.Sofíasedijoqueel ruboranteriornoeranadacomparadoconelquesentíaahorapor todasu
cara,orejasincluidas.¡Quévergüenza!¿Sepodíahacermáselridículo?Pero, de pronto, el sentimiento de querer ser absorbida por las baldosas de la cocina fue
sustituidoporlasatisfaccióndeoírloreírdesemejantemanera.Soloporverloreírasíhabríahechoelbailedelpollo,eldelospajaritosoeldelpañuelo.Aquellonoteníaprecio.
Secruzódebrazosenunaposturasimilaralaquehabíatenidoélenlapuertayapoyólacaderacontralamesa.
—¿Acasotúpuedeshacerlomejor?Antesdequerespondiera,enfatizóelretosubiendodenuevolamúsica.—No—suspiróydetuvosurisacontagiosa—.Lotuyohasidoinmejorable.—Eirrepetible,créeme.Novolverásaverlo.—Esunalástima.—Superado el ridículo inicial, ya nome parece para tanto.He tenido que hacermuchas cosas
ridículas, bailes entre ellas, para conseguir que Lucas comiera ciertos alimentos cuando era máspequeño.—Derepentelopensóytuvoquemencionarlo—.Supongoquesabesdeloquetehablo.
—Laverdadesqueno.Lesorprendiónoverloserioalhablardeello,solomelancólico.—Carlosteníamuybuencomer.Nuncafueunproblema—suspiró—.¿Ybien?¿Quéapuntabas
entresaltoysalto,galloygallo?Sofía se tapó la cara con las dosmanos y se dio cuenta de que sí podía sentir vergüenza de
nuevo.—La listade la compra.Necesitasproductosde limpiezay,yaquevoyahacer también lade
Ric,hepensadoquepodría traertealgunascosasdecomer.De lasqueya suelesusar,nopiensesquevoyatomarmelalibertaddecomprartenadaquenotúnoquieras.
—Uh,seríaunerrorincorregible.Sofía lomiró alzando ambas cejas.Hoy parecía estar demuy buen humor, y no creía que se
debiera solo al efecto hilarante de sus contoneos.La noche en la que cenaron en casa deRic sehabíamostradoreservadoypocohablador,casitantocomoPaula,quehabíaestadorarísima.HastaRicsehabíacomportadodeformaextraña.MenosmalquesiempresepodíacontarconLucaspararomperelhielo.Almenos,deesacenahabíasalidoalgobueno:suhijohabíaperdidoelmiedoquelehabíaprovocadolapresenciadeFrandesdesuprimerencuentro.
—Yameentiendes—continuótrassuscavilaciones—.ConRiccocinoyo.Ycomocomedetodo,medejaelegirlelosmenús.Túparecesarreglártelasmuybiensolo.
—Escuestióndeacostumbrarse—comentóél,restándoleimportancia.Seacercóalaneveraysacóunrefresco.Ellarechazóotroqueélleofreció.—No en todos los casos—contradijo ella, pues le parecía algo reseñable—. Ric vive solo
desdelosdieciochoyaúnnosehaacostumbrado.Antesdelaccidentetampocococinabamuchoquedigamos.Menosmalquecomemuchafrutayverduras.¿Leechasunaojeadaalalista?Sisobraofaltaalgo,apúntamelo.Voyahacerlosbaños.
—Eldeabajonoloheusadonunca,asíque...—Losé—gritóelladesdeelpasillo—.Peroledaréunpasaditaigualmente.Aélnolesorprendía.Parecíatenerlotodocontrolado.Notuvoquequitarniañadirnadadela
lista,asíquese recreóenel recuerdodesus frenéticosmovimientos. Jamásen todasuvidahabíavistosemejanteespectáculo,niaunamujertanentregadaentodoloquehacía,aunquesolofueraunbaile alocado en la cocina. Estaba bien claro que aquella mujer era bastante especial. Enmuchísimossentidos.Yélyanopodíamostrarseindiferenteanteaquelhecho.
Aquel era el primer día que no llovía en semanas, hecho queRic yLucas aprovecharon parasalira jugaral jardínencuanto terminaronsus respectivas tareas.Noobstante,elsueloestaba tanembarradoqueacabaronperdidosdepiesacabeza.Cuandoentraronenlacasa,Sofíapusoelgritoenelcieloalverasuhijocomosisehubieraestadorevolcandoenunapocilga.
—¿Sepuedesaberquéhabéisestadohaciendo?—Jugar al fútbol —explicó Ric ante el mutismo de Lucas, que miraba hacia el suelo
compungido.—¿Tútambién?Laacusación lehizodetenerelbalónqueestabahaciendogirarsobreundedo, recordandode
pronto lamuñequeraquedebería llevarpuestayquehabíaquedadoolvidadaenalgún lugardeljardín.
—Yo hacía de portero—admitió y, divisando el rebozado marrón de Lucas, comprendió deprontoporquéSofíaparecíairamorderloscomounperrorabioso.
—¡Tenéisbarrohastaenelpelo!Ahoramismovaisalabañera.Losdos.—¿Yotambién?—Ricnodabacrédito.—¿Tienesalgúnproblemaenbañarteconunniño?—No.Perositú...—seseñalóalaalturadelacintura,dandoaentenderloobviodelasituación.—Déjate los calzoncillos puestos—resolvió rápidamente, aunque la cara de perplejidad de él
eradechiste. ¡Hombres!—. ¡Vamos!Ahoramismoestoyconelchipdemadreenfurecida,asíquetusencantosnomeafectan,muchacho.
—Bueno,yo...—¿Nomedigasquevasasercapazdelavartetúsoloelbarrodelacabeza?Semirólaférulaqueaúndebíallevarunassemanasmásyquenodebíamojar,sibienyalucía
algunaqueotramanchitadebarro.—Vale,vale.Peroteconfiesoquemevoyamorirdevergüenza.—Nopiensotocartemásquelacabeza—recalcóellamientrasarrastrabaasuhijohastaelbaño.—Vaya...—bromeóRic,contonotriste.En el fondo, se sentía bastante cómodo con ella.Era una chicamuyguapa y simpática, y una
madraza,peronolaveíaconesosojos.Yledabalaimpresióndequeellatampocoaél,porloquese concentró en lavarse con una mano allá a donde sí se llegaba. Mientras, Sofía luchaba porenjabonaraLucas,quiensoloqueríajugarconunodesuscochescomosifueraunsubmarino.
—Tetoca—ledijoaRiccuandoelniñoestuvoreluciente.—Soloelpelo—lerecordó.—Sí, soloelpelo—leaseguró.Loenjabonóconuna fuerzaqueaRic le recordóa supropia
madre,cuandoaúnseocupabadeélcomounaverdaderamadre.—Quierosalir—dijoLucasmientrasSofíaleaclarabalacabezaaRic.—Unminuto.—Tengofrío—protestóelniño.—Unminuto—exigióSofíaporsegundavez.PeroLucassepudoenpieysaliósolo.—Lucas,tevasaresbalar.—Sésecarmesolo,¿ves?Tras una escasa pasada con la toalla aquí y allá, se vistió con la ropa que sumadre siempre
llevabaenelcocheyquahabíasacadomientrassellenabalabañera.Aúndescalzo,saliópitandodelbaño.
—Yaestas—ledijoaRic—.Teayudoasaliryvoyacomprobarquenotedejalacasaperdidadeagua—leadvirtió,recordandocómosuhijohabíapasadoporaltosecarseelpeloconlatoalla—.Esteniño…
ElruidodeldesagüetragandoelaguacuandoSofíaquitóeltapónnolesdejóoíreltimbre.Encambio,Lucassípudooírlodesdefueradelbañoyacudióaabrirlapuerta.
—¡TíaPaula!—Hola,cariño.TraigounpedidoparaRic.—Estáconmamáenlabañera.Trae,yoteayudo.Paula se quedó de una pieza. Dejó que su sobrino cogiera las bolsas, que no eran muchas.
Después de unos instantes petrificada en el umbral de la puerta, oyó unas risas que provenían dedetrásdeunapuertaentreabierta,entrelacocinaylasescaleras.
Suladomásmasoquistalallevóhastaallíylahizoempujarlapuertaparacorroborarloquesuimaginación ya estaba elucubrando. Se encontró a Ric completamente empapado, con una toallaenrolladaa la cintura, apoyadoenelhombrodeSofíamientras sacabaunapiernade labañeraydespuéslaotra.
—Hola—dijo,contonocortante.«¿Esto también forma parte de tus tareas?», pensó, pero no lo dijo de viva voz. Aunque su
miradatalvezsí.—¡Paula!—exclamaronlosdosalavez.—Tu pedido está en la cocina—dijo, atravesándolo con lamirada—.Os dejo con vuestros…
asuntos.Másrápidodeloquelehubieragustado,saliódelacasasindecirnadamás.—Mierda—farfullóRic,yapuntoestuvodecaerse.—Creoqueestohapodidoparecer…loquenoes.—Sí,yotambiénlocreo.—Luego la llamaré y se lo aclararé.No quiero que piense nada raro. Ellame consiguió este
trabajo.Noestaríabienquepensara…eso.—Vale,sí.Yotambiénlallamarémañanaalatienda—decidió.Mejorquehablaraprimerocon
Sofíay,unavezaclaradoelasunto,terminardeaclararloélmismo.Pero,sinohabíanhechonadamalo,¿porquésesentíacomosi,dealgunaextrañamanera, la
hubieratraicionado?EsanocheRicnodurmiónada.EncimaerajuevesySofíanoiríahastaeldíasiguienteasucasa.
PodríaabordarlacuandofueraaladeFran,sabíaquehabíanacordadoquetrabajaríaesedíadela
semana por las tardes, pero robarle tiempo de su trabajo le parecíamal.Además no sabía cómopreguntarle por Paula sin darle demasiadas explicaciones. «¿Has hablado con ella? ¿No pensaráque tú y yo estábamos…?». ¡Mierda! ¡Qué típico! Su mejor amiga, a quien ella misma habíaconseguidoesetrabajo.
No sabía por qué se sentía tan mal. Llevaba años ignorándola, pero ella seguía mirándolesiemprede aquellamanera…Yél no era depiedra.Verla conmás frecuencia, que se preocuparatantoporél…pornohablardelcontactofísico.Eldíaquesehabíaorganizadounaextrañareuniónparacenar,habíanacabadosentadosunojuntoalotroy,cadavezquesusrodillasosuscodosserozaban,parecíasaltarunachispa.Sucuerpohabíarespondidoaldeellacomolapólvoraanteunacerilla.Sehabíaestadoengañandomuchotiempopensandoquepodríanegarlaatracciónquesentíapor ella, porque no debía, ella le estaba prohibida. Pero él era humano. Era un hombre. Yúltimamente estabademasiado susceptible y débil.Tenía queverla y explicarle el incidente de labañeraélmismo.Despuésdetresllamadasfallidasalafrutería,dondehabitualmenteeraellaquiencogíaelteléfono,perocasualmenteesedíarespondíacualquierotro,ideóunplan.Talvezellaseenfadara,peroRicpensóquemerecería lapena.Asíque llamódenuevoy solicitóexpresamentehablarconeldueño.Teníaunareclamaciónquehacerrespectosuúltimopedido.
PaulaleindicóaRaúlquelallevaraacasadelclientequisquillosoenúltimolugar.Éllahabíarecogidoalavezquelosúltimospedidosdeldía,ysujefenohabíatenidoqueinsistirenquefueraaresolverelincidenteydisculparse.Ellaestabamásquedispuestaapresentarseallíenpersona.
Ric supo que era ella en cuanto oyó los tres timbrazos en la puerta. Ya había esperado queestuvieraenfadada.Asíquerespiróhondoparaaguantar todoloqueella tuvieraquedecirleantesdedisculparse.
Cuandoabriólapuerta,depiesobresumuletaenlugardeenlasilladeruedas,paranosentirseendesventajadealturafrenteaella,Paulaentrócomounatrombayprácticamentelotiróalsuelo.
—Aquí tienesukilodemanzanas,señor, tanrelucientesyperfectascomolasqueyomismalepreparéayer,yqueporalgúnmisteriodebierondesaparecerde sucasa,porqueestabandentrodelasbolsascontodolodemás.Porsupuesto,porlasmolestias,enlospróximospedidosonlinequehagaestemesnolecobraremoselservicioadomicilio.
—Paula,yosoloquería…—Lohas hecho a propósito, ¿verdad? ¿Dónde están?—Revisó los tres fruteros y no las vio.
Abrióarmarios,registrócadaunodeellos,yalfinaldioconlabolsacerradadentrodeuncajón—.Cabrón.
—Necesitabahablarcontigo.Queríaexplicarteque…—No tienesquedarmeexplicacionesdenada,Ric.Túpuedeshacer loque tedé lagana, con
quientedélagana,entucasaodondetedélagana.Yonotengoderechoareaccionarasí,yamelohasdadoaentendermuchasveces.Asíquenomedesexplicaciones.Esosí,noteatrevasaponerenentredichomitrabajo,porqueaesosíquenotienesderecho.
—Nopenséquefueratangrave.—¿Nopensaste?ElcapullodeRaúlvaairahacerlasvisitasalosproveedoresporqueeljefe
sehaenfadadoconmigo.¡Portuculpa!Llevoañostrabajandoallí,aportandoideascomoladelapágina web y la entrega a domicilio, nadie mejor que yo sabe qué proveedores tienen el mejorproducto.Yportumalditaquejaacabodeperdermioportunidad.
Losojosleardían,larabialesalíaporcadaporodesupiel.Ricsacósumóvilymarcódenuevoelúltimonúmero.—Sí, hola, buenas tardes. Soy Ricardo, sí, el mismo. Quería pedirle disculpas porque he
cometidounterribleerror.Sí,lasmanzanasestabanenmicasa,lassaquéantesqueelrestodelasfrutasynomedicuentadequelasdejédetrásdeunacazuela…Soyundesastre.LepidodisculpasaustedaligualqueloestoyhaciendoconPaula,lacualinsisteenquenotieneimportancia,queun
despiste lo tiene cualquiera.Meheofrecido a pagar lasmanzanas y el servicio de hoy, pero ellainsisteenquesoyunclientehabitualyqueestaeslaprimeravezquemequejo,asíquebajoningúnconceptovaacobrarmenada.Sí,claro,lepasoconella.
Paula,boquiabierta,cogióelteléfono.Selimitóaasentirantesdecolgar.—¿Y?—Quenisemeocurracobrartenada,quetequedestodaslasmanzanasyquehoyyalehadicho
aRaúlquevayaalosproveedores,peroqueapartirdelasemanaquevieneloharéyo.—Bueno,esperoqueseasuficienteparati.Hehechotodoloquehepodido.—Noparecíaenfadado,alcontrario.—Mealegro.¿Meperdonas?Paulasellevóunamanoalafrente.Selafrotó,seapretólosojos….—Mira,Ric.SéquenohaynadaentretúySofía,¿vale?Perosilohubiera,yonotengoningún
derechoaquejarme.Sabesqueyo…Bueno,yasabesloquesiento.Hetratadodesertuamiga,soloeso,yeldíaquevineaquíyteviasímepropuseserlo,echarteunamano.
—Ylohashecho.Hassidounamuybuenaamiga,Paula.Nosabescuántoteloagradezco.—Ya.Elproblemaesqueyonoquierosertuamiga,Ric.Éltratódedeciralgo.Nopensabaqueestuvieratanenfadada—Yonoquieroperdertuamistad,Paula,meimportasmuchoy…—Peronoesmiamistadloqueyoquierodarte.Él estaba a dos pasos de la pared, y se apoyaba en la muleta… Bien, la maniobra no sería
difícil.Paulalequitólamuletayloempujócontralapareddelrecibidor.Conambasmanosapoyadas
enel pechode él, se apretó contra su cuerpoy asaltó suboca conunbeso llenode furia, deseoacumulado y sinceridad. Lo sintió tambalearse antes de rodearle el cuello con los brazos paraatraerlohacia ella. Inmediatamente, losbrazosde él rodearon la cinturade ella, clavándosele laférulacontralascostillas,aunqueesonoleimportó.Enredólosdedosensumatadepelo,tannegracomo el veneno que la había carcomido al pensar que él y Sofía habían estado jugando a losmédicosenlabañera.
Menos mal que su amiga había sabido leer su cara y la había llamado esa noche paraexplicárselo.Aunquenosupieraqueélerasuamorimposible,seimaginabaqueliarseconelhombrequelehabíadadotrabajoa travésdeella,queademáserasuamigo,nolepareceríabien.Así lohabían aclarado lanoche anterior.Yella sehabía juradoque seolvidaría de él.Pero él llevaballamando todoeldía,y ella sabíaqueera élquien llamabaycolgabael teléfono.Sabíaque laquejaeraunardidparaqueella fueraaverlo.Lehabíamolestadopor lasconsecuenciasqueesotendría en su empleo, pero se había sentido dichosa de que, por fin, le prestara un poquito deatención.
Sí,habíaestadocelosa,y talvezélnofuerasuyo.Peroduranteesearrebatadorbeso,ella losintió así. Suyo, por esos instantes, con sus cuerpos fundiéndose, con la boca ardiendo, con elcorazónamil.
Cuando consiguió separarse de él, se dijo que nadie podría jamás arrebatarle ese beso, ni lasatisfaccióndehaberdejadosinalientoaunhombretóncomoRic.
—¿Tehaquedadoclaro?Élnopudoresponder.Se limitóaverlasalirpor lapuertacomosinada,sindespedirsenimirar
atrás.Alapatacoja,Ricalcanzóasentarseenelsofáytratódecalmarsurespiración.Habíasucedido,
ella había decidido dejar de jugar y le había plantado cara. Y lo había seducido hasta hacerleperderelsentido.Eralaprimeravezensuvidaqueunamujerseleadelantabaeneseprimerpaso.¿Cómosesuponíaquedebíareaccionar?¿Cómosesuponíaquedebíamanejarlossentimientosquehabíatratadodeignorarduranteaños?¿Ycómosesuponíaqueibaapoderdormiresanoche?Dosnochesenvelaporunamujer,sinnisiquieraestarconella.Sinoeranmás,porqueesebesolohabía
despertado de un sueño largo y engañoso. Estaba loco por ella, y siempre lo había estado.Quefueralaexmujerdeunodesusmejoresamigosibaatenerquedejardeserunimpedimentoparaél.Ahorabien,¿cómoconseguiresocuandosuexmaridoseguíaenamoradodeella?
Capítulo6
Despuésdehacerlosdosbañosaconciencia—apesardequeleconstabaqueunodeellosno
se había usado desde la última vez que ella los había limpiado—, Sofía se afanó en la cocina.Mientraspreparabalacena—aunquenoeraunadelastareasquesesuponíaquadebíahacer—noparódepreguntarsesiFranvivíarealmenteenaquellacasa.
Añadióalgomásdesalalguisado.Ellanoerapartidariadelexcesodesal,peroimaginabaqueaunhombrecomoéllegustaríalacarnealgomássabrosadecomoellalacocinabaparasuhijo.Aunque quizás también se equivocara en esa primera impresión de él. Según pasaba más tiempotratándolo,seibadandocuentadequeFraneramuchomásdeloqueaparentabaaprimeravista.Yesoladesconcertaba,laintrigaba…ylaexcitaba.
Dejó la sal en el armario superior de la vitrocerámica. Todo estaba tal y como ella lo habíadejado la semana anterior. ¿Cómo era posible? En los cinco años que llevaba limpiando casasajenas, jamás había conocido a nadie más pulcro y ordenado. ¿Por qué alguien así necesitabacontrataraotrapersonaparaquelehicieralastareasdelhogar?
Ni siquiera eran las ocho de la tarde y ya lo tenía todo hecho. Incluso había cambiado lassábanas, aunque estaban limpias y aún olían a suavizante… y a hombre. No había podido evitaracercarsemásdelacuentamientrasretirabalassábanas,yhabíareconocidoelsutilolordesugelde ducha y de su loción para después del afeitado. Demasiado para su distraído corazón. Habíaarrancadolassábanasdelacamaylashabíallevadohastalalavadoracomosiapestaran,conlosbrazos estirados ymanteniéndolas lejos de sus fosas nasales. Pero al hacer la cama de nuevo lacosa no habíamejorado. Había buscado distintas evidencias sobre de qué lado dormiría. Y todoapuntabaaque,apesardeacostarsedesdeelladoizquierdo,dondeestabansuszapatillassobrelaalfombra, amanecía en el derecho, cruzaba la almohada a lo largo de la cama y revolvía lassábanascomosihubieratenidocompañía.Realmenteesaeralaúnicapruebadequeenlacasahabíavida, la cama deshecha. Eso y la ropa sucia, y tampoco muy sucia, perfectamente separada porcoloresendosbaldesjuntoalalavadora.
Susprincipiosleprohibíanmarcharseantesdequedieralahora,pormuchoqueFrannoestuvieraencasayqueellahubierarepasadocadamotadepolvodecadaesquina.Miróelrelojyseapoyóen la encimera. Podía dejarle una nota diciéndole que se había ido quince minutos antes porquehabía acabado, que haría ese cuarto de hora otro día que hubiera más trabajo o bien que se lodescontaradelsueldo.Abrióuncajónenbuscadeunbloceinmediatamentedescartólaidea.Soloeranquinceminutos,ydesdeluegoFrannoeradelosquemirabaesascosas.Alcontrario,lamerainsinuacióndedescontarle cuatroperrasde su sueldo seguroque loofendería.Hastaesepunto síhabía llegado a conocerlo en los pocos momentos que habían compartido. Y se descubrió a símismadeseandoquellegaraantesdelasocho,parapodercompartiralgúnmomentomás...
Cerróelcajón,peroinmediatamentelovolvióaabrir.Selehabíaquedadograbadaenlaretinaunaimagensindarsecuenta.Unabombilla.Perfecto,yateníaalgoquehacerenlosúltimosminutosde su jornada. La lámpara de la cocina llevaba con una bombilla fundida desde que ella habíapisadoesacasa.
No recordaba haber visto ninguna escalera por ningún sitio, así que decidió subirse a una sillaparacambiarla.Eraunalámparaquecolgabaalgobajasobrelamesacentraldelacocina,asíquecontabaconllegarsinproblemas.
Buscóun trapo del polvo y lo extendió sobre una silla que encontró apartada en una esquina.
Mejoresaqueunadelascuatroquehacíanjuegoconlamesa.Apagólaluzydejóencendidaladelpasilloparaque,juntoconlaqueentrabadelasfarolasdelacalle,lesirvieradeiluminación.
Se subió a la silla y desenroscó la bombilla fundida, comprobó que ambos casquillos eraniguales y comenzó a enroscar la nueva. La luz era escasa y la lámpara antigua, por lo que elcasquillo se le resistió. Le dirigió unas palabras malsonantes con la absurda esperanza deamedrentarlo y que cediera, pero quedó torcido y tuvo que sacarlo y empezar de nuevo. A laoperaciónleacompañaronmáspalabrasfeas,porloquenooyóquelapuertasehabíaabiertoyelsustoquesellevóaloírgritaraFranlahizotambalearse.
—¡Bájateahoramismodeahí!Lospiesquehabíanestadodepuntillascayeronsobre los talonesdegolpe,yel impactohizo
que la silla se hundiera, y Sofía con ella. Fran corrió hacia ella y la sujetó por las piernas,rodeándolaporlosmuslosconsusbrazosylevantándolaantesdequefueramásabajo.
—¡Mipie!—exclamóSofía—.Lotengoenganchado.Fran dio un par de pasos hacia atrás tirando de ella con fuerza, hasta que lamesa le impidió
seguirretrocediendo.SofíaemitióunquejidoalnotarlamaderarasparsutobilloyacabóperdiendounzapatomientrasseresbalabapocoapococontraelcuerpodeFran.
—Yaestá—susurró,con lamejillapegadaa ladeélyelcorazónaceleradosegúnibasiendoconscientedelcuerpodelhombre—.Bájame.Bájame.
Entrealiviadoyaturdido,élsegiróyladepositósobrelamesa,sentándolaenelborde.—¿Estás bien? El otro día se rompió la silla, justo cuando iba a hacer lomismo que estabas
haciendotú.Laapartéconideadearreglarla,peromeolvidé.Losientomucho.—Estoybien,notepreocupes.Soloheperdidounzapato.SofíasonrióligeramenteyFransepreguntósiseríanlasdoscervezasquesehabíatomadohacía
yadoshorasosiseríalatenueluzqueiluminabaparcialmentesurostroloquelahacíapareceraúnmásbonitadeloqueyasabíaqueera.
—¿Tehashechodañoenelpieoeneltobillo?Derepente,Franestabasobreunarodilla,chequeandoposiblesdañosenlapieldeSofía.Solo
encontróunamediarotayunpequeñoraspónrosado,sinsangre.—Tepagarélasmedias—murmuróysealejópararecuperarsuzapato.—Nodigastonterías.—Ellanodabacrédito.Ahíestabaél,derodillasenelsuelo,colocándole
elzapatocomosifueraunaniña,oCenicienta,ygirandosutobilloenbuscadeunposibleesguince—.Hasidounaccidente.
—Un accidente en tu trabajo, por una negligencia mía al dejar esa silla rota en un lugarinapropiado.Insisto.Loañadiréatumensualidad.
—Como quieras.—No pensaba discutir con él por algo tan insignificante. Eso se alargaría almenosmediahora,yteníaqueirarecogerasuhijoenveinteminutos.
—¿Loszapatostambiénsonpartedeluniforme?—preguntómientrasdesanudabaelcordónyleponíaelzapatocondelicadeza.
—No.¿Porqué?—Porquesonhorribles.SofíaestallóenunacarcajadayFransintiócomoelcorazónledabaunsaltito.—Sonmuycómodos,ypasomuchashorasdepie.Nomeimportaqueseanalgofeos.—Algobuenoteníanquetener.Peronohedichoalgofeos.Hedichohorribles.CuandoFranterminódeanudarleelcordónyselevantó,Sofíaestabaenunsegundoataquede
risayconunalágrimacayéndoleporlamejilla.—¿Quétehacetantagracia?—Parecestanserio…yluego,derepente,saltasconcadachiste…—Noesunchiste.—Fruncióelceño—.Eslaverdad.EstavezSofíatuvoquellevarseunamanoalatripa.Élseguíasinsonreír,peronohabíaduda
dequeensuscomentarioshabíahumor.
—Aun así, ha sido un comentario gracioso. En fin.—Dejó de reírse, pero la sonrisa no se leborródelacara—.Nomeimportalohorriblesquesean.Mispiesmeloagradecen.Ylagentenovaporahímirándomeloszapatos.
—Cómohacerlopudiendomiraresasonrisa.Élnosabíaloqueestabadiciendo,nisabíaporquésumanoacariciabalamejilladeSofía.Una
mejillaarrebolada.—Perdona,noqueríahacertesentir incómoda.—Apartólamanodegolpealverdesvanecerse
susonrisa—.Niruborizarte.Solopretendíahacerteuncumplidodespuésdeinsultartucalzado.ParadesconciertodeFran,ellasonrióampliamente.—Enesecaso,gracias.Uncumplidoentiestanpocohabitualcomounchiste.—Seencogióde
hombros—.Ysupongoquemehesonrojado.—Unpoco.—Lamanodeélvolvióaactuarporsucuentayacariciósumejilladenuevo—.Site
digoqueloúnicomásbonitoquetusonrisasontusojos,¿teharésonrojardenuevo?Estavezelcalornoseconcentróúnicamenteensucara,sinoqueseextendióportodosucuerpo.
Élseguíaconlosnudillossobresurostroyconlamiradafijaenlasuya,perosehabíaacercadounpasomásaella,chocandoconsusrodillashastaestarpegadasalosmuslosdeél.
Le vio bajar la mirada lentamente, recorrer su rostro y detenerse en su boca. La barbilla letembló de forma bastante perceptible y Sofía apretó los labios para contener ese movimientoinvoluntario.Viocomoesegestolehizoaélmorderseellabioinferior,comositrataradecontenertambiénalgo,ynoprecisamenteuntemblor.
El pecho de Fran empezó a dar clarasmuestras de respiración irregular, sus ojos parpadearontratandodenovisualizar lospasospordelanteque ibansumenteyotrapartedesucuerpo.Ya laimaginabaaellacon laespaldacontra lamesa,a símismoabriéndosecaminoentresuspiernasydesnudándolahastaacabarsubidosobreella,dentrodeella…Todoesoyapasabaporsucabezaynisiquierahabíallegadoabesarlatodavía.
«¡Bésame,bésame!»,gritabalamentedeSofía,aunquesuvozsenegaraasolicitarloquetodosu cuerpo anhelaba. Notó como tragaba saliva, prácticamente le oyó hacerlo. Su otra mano seapoyóenlaotramejillaySofíatuvoqueagarrarsealamesaconambasmanosparanorodearleelcuello, atacar subocaydevorarla.Se acercaba, se acercabamás, pero tan lentamentequeSofíapensóquellevabatodalavidaesperandoesebeso.Apenasquedabanunoscentímetros,cuandoeltimbresonóyFransealejódegolpe,aunquenolesoltólacara.
—¿Esperasaalguien?Sofíaparpadeó.¿Ella?¿Aaquiénibaaesperar?—No.Estucasa—dijoyalsepararloslabioslabarbillavolvióatemblarle.—Yonoesperoanadie.—Sonriócomounniñotraviesoyacariciósusmejillasconlospulgares
—.Asíquenoabriré.Sehumedecióloslabiosyseacercócondecisiónalosdeella.—¡Sofía!Séqueestásahí,hevistotucoche.Ynecesitoquemelleves,hemandadoaRaúlque
selargaraconlafurgo.Los labios de Fran rozaron la mejilla de Sofía cuando ella giró la cabeza en dirección a la
puerta.—EsPaula.Yo…—Abre—dijodandovariospasoshaciaatrás—.Adelante.Laspiernasapenaslasujetaroncuandobajódelamesayatravesóelpasillohastalaentrada.—Hola,Paula.—¿Porquéhastardadotantoenabrir?—Yo…—Esigual.Tengoquecontarteunacosa…—Hola,Paula—saludóFran.—Ah,hola.Penséqueestabasola.
—Acabodellegar.Sofíalomiróaunescasocentímetrodeella.Nopudoevitarestremecersealrecordarcómose
habíadeslizadocontrasucuerpocuandolahabíacogido,justoatiempodesalvarladecaersedelasilla.Seruborizódenuevo.
—Siestástrabajando,tedejo,queestardeytendrásqueiraporLucas.—No,yahabíaacabado.Fran,tieneslacenaenunacazuelaenlaencimera.—¿Ah,sí?¿Yeso?—Bueno…Andababiendetiempo,hemiradolaneveraparaverquéteníasyhevistoesacarne
y lashortalizas….Amihijo le encantamiguisadode carne.ARic también lehagustado lasdosvecesqueselohehecho.Penséquetegustaría.
Paulalosmiróconunacejaalzada.—Muchasgracias.—Cojomibolsoymichaquetaynosvamos.—Claro.EncuantoSofíadesaparecióenelinteriordelacasa,Paulacomenzóainvestigar.—¿Cocinarnoestáentresustareas?FranmiróaPaula.Tuvoquegirarlacabeza,porquesehabíaquedadomirandohaciaelpasillo
pordondeSofíahabíadesaparecido.—No,lohagoyomismo.Solovieneunavezporsemanaparalalimpiezadelacasaylacolada.—Ajá.—¿PorquéparecíaaturdidoelvecinodeRic?Quizásestuvieraenfermo—.Seguroque
cambiasdeideacuandopruebeseseguisado.Estoyseguradequehasidounaestrategiaempresarialparaampliarsulistadetareasy,conello,susalario.¿Nocrees?
—No.Solohasidoconsiderada.—Sealborotóelpeloconlamiradaperdida,algodesorientado—.Yo…llegabamástardedelohabitualyellahabíaacabadopronto.Suhorarioeshastalasocho.
—Ya,perosepodríahaberquedadosentadahastaesahora—insistióPaula,asabiendasdequeestabacanalizandosualteraciónnerviosaeninterrogarloaél,quenoteníaculpadenada—.Ysehapuestoacocinar.
—Sigosinverloasí.—Peroestabadeseandoprobareseguisado.—Claro,seguroquetienesrazón.—Ya estoy.—Sofía se acercó con lamirada fija en Paula—.Vendré el jueves que viene a la
mismahora.—Cómprateotrasmediasysumaeseticketalrestodegastos.¿Deacuerdo?—Estábien.—Lomirósolodereojo—.Gracias.—Atiporlacena.—Esperoqueteguste.—¡Dios!Yaseestabaruborizandootravez.—Estoysegurodequenodejaréniunamigaja.Encuantocerrólapuerta,Paulapidióexplicaciones.—¿Quéhasidoeso?¿Yporquévaapagarteunasmedias?—Hemos estado a punto de besarnos —confesó inmediatamente. Necesitaba decirlo en alto,
porqueaúnnoselocreía—.Aúnmetiemblanlaspiernas.—¡Yteharotolasmedias!¡Caray!Vayafiera.—¡No!—Secruzóundedosobreloslabiosparaquenogritara,aúnestabancercadelapuerta
—. Estaba subida a una silla que se ha roto, bueno, ya estaba rota y yo no lo sabía, me heenganchado.Élseculpaporquesabíaqueestabarota,yyonolosabía.—Empezabaasentirsemuyconfusa—.Entonces…
—¡Tehavistotiradaenelsueloysehaabalanzadosobretiparabesarte!—gritóporencimadelcapódelcoche.
—¡Claroqueno!Haevitadoquemecayera,mehapuestoelzapatoquesemehabíacaído.Ymehadichoquemisojosymisonrisaerantanbonitosquenadiememiraríalospies.
—¿Qué?
—Dios.—Ajenaa loprecariasqueeransusexplicaciones,Sofíasiguiócontándole losucedidomientrasarrancaba—.Solomehaacariciadolasmejillas,perohasidocomosisusmanosestuvieranportodomicuerpo.
—¡Santocielo!Nomedigasqueosheinterrumpido.—Sí,justocuandoibaabesarme.—Losiento,losiento.Mátame.—No,hasidomejorasí.—Suspiróprofundamenteyseincorporóalacarretera—.¿Cómovoya
trabajarensucasasi…?Nisiquieraséquéhabríapasadodespuésdebesarnos.—Oslohabríaismontadoenesasillarota.—¡Paula!—Oenelsuelo,paraevitarcaídas.—Calla,porDios.—Comoquieras,perovasaestaruna semanapensandoenello.Ycuandovuelvasaverlo, lo
vasadevorarvivo.—Tendréquecontrolarme.—Ya.Enesoeresmuybuena.Llevasdosañossiéndolo.¿Peroquiénlocontrolaráaél?—Esperoqueélmismo…—Trasdetenerseenunsemáforo,se retractódesuspalabras—.No.
Mentira.Esperoquenolohaga.—Perotúnodaráselprimerpasosiélnolohace—dijosuamiga,quetanbienlaconocía.—Sabesquenosoycapaz.Enesonosparecemosmuchotúyyo.—Ya,bueno.YohebesadoaRic.Acababa de reemprender lamarcha, pero tuvo que frenar en seco. Por suerte, no había nadie
detrás.—¿Qué?—Heexplotado.Nopodíamás.—¿Qué?—Miróhacialacarreterayhaciasuamigaalternativamente.Variasveces—.¿Élestu
amorimposible?¿Porquénomelohasdichoantes?—Noqueríaqueafectaraa tu trabajoni influirteencómotecomportarasconél. ¡Dios!Meha
respondido,Sofía,yhasidoaúnmejorquelosdiezmillonesdevecesqueloheimaginado.—¿Enserio?—Sí,poresonovoyavolveraverlo.—Espera,espera.—Sofía,queseestabadesviandodesurutahabitualparaacercarasuamiga
hastasucasa,aparcódeinmediatoenelprimerhuecolibre—.¿Quéestásdiciendo?—Nopuedopermitirmeenamorarmemásdeélyquelacosanofuncione.Éljamásmehahecho
elmenorcaso,Sofía,supongoqueelbesolehapilladoporsorpresay…Bueno,esunhombre,yyoloheasaltadocomounaloba.
—Si no quisiera besarte, no lo habría hecho —razonó, ya que creía conocer a Ric ya losuficientecomoparaeso.
—Acababademeterlapataconmigoyvolverahacerlonolepareceríabien—razonóellacondesilusión—.Sehaquedadomudo,nohadichonada.Yomeheidoyélnolohaimpedido.
—Nosabríaquédecir.—Ese es el problema. Tengo que olvidarme de él. Ya lo he besado, misión cumplida, ahora
borrónycuentanueva.—Eresimbécil—leespetóasuamigaconrotundidad.—¿Perdona?SofíalaagarródelamuñecayleclavólamiradaconfuerzaaPaula.—¿Ahoraquehasdadoelprimerpasovasaecharteatrássinsaberquéesloqueélsiente?—Túnisiquieravasaintentarlosiélnovuelveahacerlo,asíquemejornocritiques.—Ya.—Ella era así ynopodía cambiarde lanoche a lamañana.Sin embargo, su amiga era
muchomásvaliente—.Peroesqueesperoquevuelvaahacerloy,silohace,piensocorresponderlo.
Creoquemeestoyenamorandodeél.—Joder.—Paulasellevolasmanosalacabeza—.Estamoslocas.—Puede,peroyoalmenosnosoyunaimbécil.—Vetealamierda.Mebajoaquí.—Paula…—Hedichoquemebajoaquí.—Ylohizo—.Graciasportraerme.Trasunportazo,Sofíalaviomarcharysupoque,comomínimo,deberíadejarleunpardedías
pararesolversuconflictointernosininterferirensusreflexiones.Ibanaserdosdíasmuylargos.
Capítulo7
FransedespidiódeRicyvolvióasucasa,calculandounmargende tiemposuficienteparano
cruzarseconSofía,pueseraviernesyletocabatrabajarencasadesuvecino.Desdeciertodíaenqueamboscoincidieronenel jardínyRic lo invitaraa sucasaa tomarun
café,hablaranyélseofrecieraaevaluarsusdañoscomomédicoqueera,sehabíaconvertidoenunaespeciederutinapasarseporallídespuésdecomeryecharleunvistazoalaevolucióndesusheridas,fracturasytorceduras.
Ricerauntíomajo,abiertoydicharachero.YaFranselehabíahechomuyfácilhablarconéldetodo,desdelascosasmásbanaleshastalasmás…personales.Talvezfueraporesaconfianzaquehabíacrecidoentreellos,otalvezfueraporhaberhabladodeellopreviamenteconSofía.ElcasoeraquesehabíasinceradoconRicyasíhabíalogradodejarescaparsuspeoresfantasmashastaelpuntodeconfesarle todasuverdad.Toda.Puesesedíanadie leshabía interrumpidoyFranhabíapodidoexplicarle—másomenos,yaqueniélmismolocomprendíamuybien—enquéconsistíasupeculiardon.
HabíatemidoqueRicseburlaradeél,puesnohabríasidoelprimero.Pero,enlugardeeso,lehabía respondido con una frase que le había hecho pensar que su vecino era en verdad un tipoexcepcional: «Me gano la vida escribiendo historias inventadas, surrealistas, imposibles, locas enocasiones.Aunasí,sigopensandoquelarealidadsuperaconcreceslaficción».
Después habían encendido la consola y habían jugado como dos críos. Y se había divertidocomohacíamuchotiempoquenolohacía.Habíalogradoolvidar,habíavueltoaserélmismo.Casitantocomohacíados tardes, cuando susmásprimitivos instintos lohabían llevadoacometerunaabsolutalocuraconlamujerquetrabajabaparaél.
Había estado a punto de besarla, «y mucho más que besarla», se dijo. Pero los habíaninterrumpido, él la había dejado marchar sin decir nada al respecto. Ahora se preguntaba quédemonios lediría lapróximavezque laviera.Porqueeraalgoquedebíanhablarcaraacara,noporteléfono,perotampocodelantedesuvecino.PoresosehabíaidomásprontodelohabitualdecasadeRic.Aunqueespiaraporlaventanacadacincominutosparaverlallegar.
Llovía,acántaros,paravariar.Sinembargo,elcochedeSofíapermanecíaenel jardíndeRic.Cuandoyaerancasilasdiezdelanoche.
Franestabaquesesubíaporlasparedes,imaginandomilrazonesparaqueellayLucassiguieranenlacasa.Lamayoríadeellas,delomásilógicas,motivadasporeldemoniodeloscelos,deunaformaquenuncaanteshabíaconocidoenprimerapersona.
Encuantoencontróunaexcusamedianamenteconvincente,saliódesucasaparatocareltimbredesuvecino.
—¡Hola, Fran! —exclamó Lucas al verlo, pero se fue corriendo para tumbarse sobre laalfombraalospiesdeRicySofía,sentadosenunenormesofáaunadistanciamásqueprudenteeluno del otro, con un enorme bol de palomitas entre ellos—. Estamos viendo La guerra de lasgalaxias.¿Túlahasvisto?
—Esto… hace mucho tiempo, sí. —Desconcertado, centró su mirada en Sofía, que parecíapetrificadaalverloallí—.Hevisto tucocheaúnaquíypenséque,quizás,estuvierasesperandoaque amainara la lluvia para volver a casa. Ahora apenas llueve—indicó desde el umbral de la
puerta.Ahoralaexcusaleparecíabastantemala.—Muyconsiderado—repusoRicconlabocallenadepalomitas.—¡Nos vamos a quedar esta noche aquí!—intervinoLucas claramente entusiasmado, pero sin
despegar lamirada de la pantalla—.Y yo voy a dormir con esta camiseta de la peli queme haregaladoRic—añadióseñalandosupecho,aunquelacamisetalellegabahastalostobillos.
Un cegador relámpago iluminó la calle detrás de Fran, aún de pie junto a la puerta. Unestruendosotruenolosucedióylalluviacomenzóacaerdenuevoconinusitadafuerza.
—Dadocomoestáeltiempo,hemospensadoqueseríalomásprudente—explicóSofía,pueslasituaciónpodíaparecer,por segundavezconRic, loquenoera—.Además,Lucas lleva semanasesperandopoderverestapelícula.
—Veo que has venido sin paraguas. —Ric pulsó el botón de pausa y Lucas protestó por lainterrupción—.Puedodejarteuno.Osi teapetece,puedesquedarteaver lapelículaconnosotros.Tenemospalomitas—añadióalverquesuvecinosequedabamudo.
—¡Sí!—aLucaslaidealeparecióestupenda.Cuantosmás,mejor.SelevantóyempujóaFranlojustoparapodercerrarlapuerta—.¿Sabesqueelprotagonistasellamacomoyo?
—Claro,LukeSkywalker—comentórevolviéndoleelpelomientrasseveíaarrastradoporunamano y empujado al centro del sofá, donde tuvo que esquivar el bol de palomitas, quedandosentadobastantecercadeSofía.
—Solollevamosunosveinteminutos.Notehasperdidomucho—concluyóRicantesdepulsarelplayyquetodoelmundoenmudecieraparaseguirlosdiálogos.
Mediahoramástarde,elespectadorquecompartíanombreconelprotagonistaroncabasobrelaalfombra.Sofía tambiénestabaagotada, llevabaexhaustaydestempladatodoeldía,yesehabíasidootrodelosmotivosporlosquehabíaaceptadoquedarseadormirallí.PerolatensióndesentiraFranaunpalmodeella lehabía impedidoquedarse tandormidacomosuhijo.Sinembargo, laexcusa de acostarlo le permitió alejarse de aquel hombre que nublaba sus pensamientos por unosminutos.Desuolor.Delafuerzadesupresencia.Deltentadorcalorqueemanabadeél.
—LehabíaprometidoaLucasquealgúndíaledejaríadormirenmisofádepensar—comentóRictraspausardenuevolapelícula,alaesperadequevolvieraSofía—.Hastaelaccidentesiempreescribía en una de las habitaciones de arriba. Mi guarida, así la llamo. Allí tengo un sofá muycómodoenelquemeinspirocomoenningúnotrositio.Tambiénunacama,pueshayvecesenquemepasodíasescribiendoyapenassalgodeallí.
«Y Sofía dormirá en esa cama», añadió Franmentalmente, profundamente aliviado. Sabía queRicdormíaenunodeloscuartosdeabajo.¡Diossanto!Eraunapersonahorribleporalegrarsedequesuvecino,alqueyacasiconsiderabaunamigo,aúnnofueracapazdesubiraquellasescaleras.
—¿Y qué tal vas de inspiración últimamente? —preguntó, por no seguir hablando de dóndedormiríaquién.
—Aratos.«YdespuésdeloquesucedióayerconPaula,fatal»,añadióparasí.—Bueno,yaveráscomoprontopuedesvolveratuguaridayescribesotrobestseller.—Se ha despertado y he tenido que ponerle esa lamparita tuya de constelaciones para
convencerlo de que se quedara acostado —comentó Sofía antes de sentarse de nuevo, lo másalejadadeFranquelepermitíaelsofá,quenoeramucho—.Queríavolverabajar.Leheprometidoquemañanapodráterminardeverlapelícula.
—Claro.Minutocincuentaydos—comprobóRicenlapantalladelDVDantesdeseguirconlaproyección.
Otramedia hora después,Ric comenzó a revolverse en el sofá, captando la atencióndeFran,que había estado concentrado hasta ese momento en la cabeza de Sofía ligeramente recostadasobresubrazo.Imaginabaquesehabíaquedadodormida,porquedudabaquesehubieraacurrucado
contraéldeformaconsciente.Noobstante,nosehabíaatrevidoamirarparacomprobarlo.—Yaestáestapiernaprotestandodenuevo—sequejóRicenunsusurro.—¿Te duelemucho?—se interesóFran, intentado nomoverse.No quería despertar a Sofía y
perderese levecontactoque llevabavariosminutoshaciendopalpitar sucorazónconunaextrañafuerza.
—Empeora por las noches, sobre todo cuando llevo mucho rato en la misma postura. —Selevantócondificultadyseapoyóenlamuletaquedescansabacontraelreposabrazos—.Serámejorquemetomelamedicaciónymeacuesteya.
—Sí,claro—comenzóFran,peronopudoniamagarconlevantarse.—Perovosotrosterminaddeverlapeli.Pormínohayproblema.—Concentradoencaminarsin
caerse,nisediocuentadequeSofíaestabadormida—.Buenasnoches.—Que descanses—respondióFran, contemplándolo desaparecer tras un puerta que cerró a su
espalda.«¿Y ahora qué?», se preguntó con impotencia. A lo que solo pudo responderse mirando la
pantallahastaqueladichosapelículaterminara.Cuando llegó a su fin, era algomás que la cabeza lo queSofía apoyaba en él. Parecía estar
profundamentedormida,contodoelcuerpolaxovencidohaciaunlado,contraeldeél.Viéndose incapaz de despertarla, probó a cargar con ella hasta el cuarto de arriba. Si se
despertaba por el camino entre sus brazos, siempre le quedaba la eterna excusa de que estabasiendoun caballero.Encambio, si lohacía cuando la estuvierametiendoen la cama, su reacciónpodríaseralgodistinta.
Selajugóycargóconellaescaleraarriba.Eramenudayligera,yparecióderrumbarsecontrasupechocuandolaacercómásaél.Debíadeestarrealmentecansadaparadormirtanprofundamente.Hastaleparecíaquerespirabaconciertadificultad.
Siguió las luces que se colaban por la rendija de una puerta entreabierta y entró en un cuartoiluminado por una espiral en movimiento de estrellas multicolor. Lucas dormía con un brazocayéndoledel sofá enunaesquina.Lacama se encontrabaenel extremocontrariode la inmensaestancia.
Había otra larga camiseta, probablemente de Ric, extendida sobre el cobertor. Pero Sofíatendría quedormir con su uniformede trabajo puesto.No iba a tomarse la libertad deponerle suimprovisadocamisón.Selimitaríaaquitarlesushorribleszapatos.
En cuanto la alejó de él para tumbarla, todo su cuerpo se tensó en protesta.Anhelaba tenerlacerca,más de lo que había creído volver a anhelar nada nuncamás.Haciendo caso omiso a suspropias necesidades, la descalzó y la cubrió con las sábanas. Parecía tan frágil, tan delicada,cuandoélsabíaqueeraunamujerfuertequesevalíaporsímismamásquemuchoshombresqueconocía.
Noobstante,contemplarlabajoaquelmardeestrellasdemilcoloreslohipnotizaba.Unamanose leescapóparaacariciarel rostroquesabíaqueeramássuaveque laseda.Encuanto lo rozó,notóquealgonoibabien.Acercólaotramanoycomprobóqueambasmejillasestabandemasiadocalientes.Sospechandoquesufatiganosedebíasoloaundíadurodetrabajo,acercósuslabiosasufrenteycomprobóque,efectivamente,teníafiebre.Ybastantealta.
Sedebatióentredespertarlayhacerletomaralgúnantitérmicoodejarladescansartodalanochey volver a la mañana siguiente a ver cómo evolucionaba. Pero un trueno irrumpió en suspensamientos,aligualqueenlossueñosdeLucas,quiensedespertóasustado.
—¡Mami!AntesdequesusgritosdespertaranaSofía,Francorrióhaciaelladocontrariodelaestancia.—Tranquilo,campeón.Solohasidountrueno.Vuelveadormirte.—¿Fran?—frotándose losojos,Lucasmiró con extrañeza al hombreque se sentaba al borde
delsofá—.¿Dóndeestámimadre?—Ahíallado.Dormida.Ycomoestámuy,muycansada,vamosaintentarnodespertarla,¿vale?
—Vale—aceptóconresignaciónelniño.Aunquenovolvióarecostarse.Francaptóensusojoseltemoralanoche,alaoscuridad,alosruidosextraños,másaúnenuna
casaajena.Yelpadrequellevabadentroactuóporinstinto.—Laverdadesqueyotambiénestoycansadísimo.Además,nomequieromojarmientrasvuelvo
amicasa.¿MeharíasunhuecoenelsofádepensardeRic?Creoqueeslosuficientementegrandeparalosdos.
Lucas,regalándoleunasonrisaquecompartíaconsumadre,searrinconólomáximoquepudoenun extremo del sofá, y Fran, tras descalzarse, se tumbó a su lado, tapándolos a los dos con lasmantas.
—¿Sabes a qué me recuerdan todas estas estrellas que brillan por toda la habitación? —lepreguntóenunsusurro.
—¿ALaguerradelasgalaxias?—tratódeadivinarLucas.Frannopudoevitarreírse.Elcríoestabacompletamenteobsesionadoconlapelícula.—No.Al cielo que se veía por las noches en los campamentos de verano a los que iba a tu
edad.LucasseincorporóunpocoparamiraraFran.—¿Seveíantodasestasestrellas?—Quéva.¡Muchísimasmás!—¿Deverdad?—Sí.—El rostro de asombro de aquel adorable niño no tenía precio—. ¿Nunca has ido de
campamentodeverano?—No.¿Cómoes?—¿Quécómoes?—Fransuspiróconnostalgia—.Todaunaaventura.Trascasiuncuartodehoraexplicándolealdetallealgunasdelasmilesdeactividadesquecon
tanto cariño atesoraba en sumemoria de losmejoresmomentos de su infancia, Fran se empezó aquedartandormidocomoLucas.SuúltimopensamientoantesderendirsealsueñofuequeRicteníatodalarazón.Enaquelamplioycómodosofá,unoseinspirabacomoenningúnsitio.
Paulasetapóhastalacabezaconlassábanasaloírunmolestoruido.Aunmediodormida,eraconscientedequeesedíanoletocabamadrugar,asíquepodíahacercasoomisoaldespertadorsiquería.Aunqueparaellodeberíaestirarunbrazoyapagarlo,razonóaregañadientes.
Ya estaba sacando a tientas una de sus manos cuando comprendió que lo que sonaba era sumóvil.Resoplandoymaldiciendoentredientesaquiensehubieraatrevidoa interrumpirsuplácidosueñounsábadoporlamañana,seincorporóenlacamaycogióelaparato.
—Yapuedeserimportante,Sofi,porqueestabadormidacomounceporro—leadvirtióconvozroncaencuantoleyósunombreenlapantalla.
—Eh…¿Paula?SoyRic.A la joven se le cortó el aliento en cuanto oyó su voz.Y la sangre se paralizó en sus venas
cuandopronunciósupropionombre.—Buenosdías—lesaliósinmás,dadassuspocoagradablesprimeraspalabras.—Sientohabertedespertado—sedisculpóconvozdubitativa—.Mira,noteasustes,¿vale?—¿Quénomeasusteporqué?—Solodeoírprecisamenteesoyaestabatemblando.—Estoy en mi casa, con Lucas aquí a mi lado, quien me ha indicado que debía llamarte de
inmediatoporqueesoesloqueSofíaytúlehabíashechoprometerenuncasocomoeste.—¡Dios mío! —A Paula no le hizo falta ni medio segundo para comprender—. ¿Qué le ha
pasadoaSofía?—Nadagrave,tranquila.Soloestáunpoco…enferma.—Explícatemejor,Ric,porquemevaadaruninfartodeunmomentoaotro.Paulaconectóelaltavozdesumóvilycomenzóavestirseatodavelocidadmientrasescuchaba
laimprecisahistoriaqueRiclenarraba.Parecíamentiraquefueraescritor.Por su parte, Ric trataba de tranquilizar a un inconsolable Lucas que lloraba amoco tendido
acurrucado contra él,motivo por el cual no era capaz de verbalizar lo sucedido desde la nocheanterior.Laverdaderaqueélmismoteníaalgunaslagunasalrespecto.
Solo sabía que, tras dejar a Sofía y a Fran en su sofá viendo la tele, había dormidoprofundamente toda la noche gracias al relajante muscular que se había tomado para calmar eldolor de su pierna. Después, los gritos de Lucas sacudiéndolo en su cama le habían despertadoabruptamente.Sinentenderqué ledecíasobrequesumadrenosedespertabayqueFran,queeramédico,laibaallevarasucasa,sehabíalevantadoatodocorreryhabíavistoasuvecinobajaralgalopelasescalerasconSofíaenbrazos,conlosojoscerradosyenvueltaenmantas.
—Tienefiebremuyaltadesdeanoche—lehabíaexplicadoatrompiconesantesdedesaparecerporlapuerta—.Apenasreaccionaaestímulosexternos.Tengoqueauscultarlaytomarlelatensión.Dependiendodelosresultados,llamaréaunmédicoamigomíoolallevaréalhospital.
Porsuerte,solohabíahechofalta llamaraesemédico.Y talcomoFran lehabía indicadoporteléfonohacíaunosminutos, eldiagnósticohabía sidoagotamientoextremosumadoaalgúnvirusdelquesabríanmáscuandoanalizaranlasangrequelehabíanextraído.
—¡Sabíaquenopodría seguirconeste ritmo!—gritóPaula,conectandodenuevoelauriculardelteléfonoyconelcorazónlatiéndoleamilporhora—.Lasemanapasadaaceptólacoladaylaplanchadeotrasdoscasas.¡Ylohaceenlasuyapropiaporlasnoches!Noduermenicincohorasaldía.
—Sí,ayerselaveíamuyfatigada—confirmóRicconculpabilidad.—Voyparaallíahoramismo.PásameaLucas,¿quieres?—Claro.—Ric—seapresuróaañadir—.Muchísimasgraciasporllamarme.—Eslomínimoquepodíahacer.Lucascogióelteléfonoysuvozsaliósinapenasfuerzacuandointentóhablar.—¿TíaPaula?—Hola,miamor.—Oírsuvocecitalepusounnudoenlagarganta—.Voyyamismoparaallí.
EspérameconRic.¿Deacuerdo?—Vale.Perocuandolleguesiremosaveramamá,¿verdad?—Claro,cariño.Peronotepreocupes,porqueFranesmédicoyseguroquelaestácuidandomuy
bien.—Ayermecontóhistoriashastaquemedormí,comomamá—leindicó,yaque,paraél,esole
hacíamerecedordetodasuconfianza.Paula se quedó algo desconcertada ante esas palabras, pero ya indagaríamás en profundidad
cuando llegara allí, viera a su amiga con sus propios ojos y se asegurara de que estaba bienatendida.
—¿PorquénolecuentasalgunadeesashistoriasaRicmientrasllego?Seguroqueleencantan.—Vale.Notardes,tía.Porfavor.—Voyvolando,cariño.Lomásrápidoquepueda.
—HolaSofi.Sofía enfocó la vista en el rostro compungido de su amiga. Vaya, se había quedado dormida
en…¿Dóndeestaba?¿Yquédíaera?—Pau.—Lavozlesalíacondificultad.Ylecostabarespirar—.¿Quéhapasado?PaulasesecóunalágrimayaSofíaseleparóelcorazón.—¿EsLucas?¿Estábien?Suamigasoltóunarisilladefrustraciónylaempujóporloshombroscuandointentóincorporarse.
Sofíasufrióunmareoagudocuandosucabezaseseparóunosmilímetrosdelaalmohada.
—Lucasestáperfectamente.Erestúlaquenecesitaquelaatiendanunpoquito,paravariar.Cuidándosemuchodelaspalabrasqueempleaba,leexplicólosucedidoahoraqueyacontaba
con toda la información, al menos toda la que Fran le había dado hasta que Sofía se habíadespertadoporfin.
—Nomelopuedocreer—balbuceó laenferma,hundiéndoseunpoquitomásbajo lassábanasdelacamadeFran,queolíanmaravillosamenteasuavizante…yaél—.¡Quévergüenza,Pau!
—¿Vergüenza?Yoentulugarmesentiríaagradecidayafortunada.Imaginaquellegaapasarteestoentucasa,solaconLucas.
—Sí,claro.Pero…—Mira.Segúnestán lascosas, tenemosdosopciones.Unadeellases ingresarteenelhospital
hastaquemejores.—Nihablar—la respuesta fue inmediata—.NopuedodejaraLucassolo,ni túpuedeshacerte
cargodeélmientrastrabajas.Ymistrabajos…¡Oh,Dios!Elmundoselevinoencima.—Ya,enesoyahemospensadodetenidamente.—¿Hemos?—Franyyo.No semovió ante esas palabras, perooírlas le produjo otromareoque la obligó a cerrar los
ojos.—Sí,esunhombreexcepcional,yLucasestáencantadoconél.Además—carraspeóantesde
seguir—,nosésiserásumamentegenerosooque,simplemente,élsienteporti…algoparecidoaloquetúmedijistequeestabasempezandoasentirporél.
—¿Qué quieres decir, Paula?—Tragó la escasa saliva que tenía en la boca—.Me encuentrofatal,comosimehubierantiradodesdeundécimopiso.Ynosésiestoydelirandooerestúlaquenosabeloquedice.
—Nadadedelirios.SoloeslaimpresiónquemehadadoverlopreocupadoqueestáFran.YlodispuestoaayudarycuidardeLucasydeti.
—¿Cuidarnos?—Esaeslasegundaopciónquehemosbarajado.Y,enmiopinión,eslamejor.—Noentiendo,Paula.—Nos organizaremos así: yo me cogeré a partir del lunes la semana de vacaciones que me
queda. Si lo tuyo se alarga, pediré unos días más que ya recuperaré con las horas extra de lasNavidades.
Eseplantampocolegustaba.—Perosontusvacacionesy…—Y las empleo en lo que yo quiero—sentenció—.Así que te sustituiré en todos tus trabajos.
Todos—recalcó—,exceptolosdosúltimosencargosdeplancha,Sofi.Esoesinhumanoylacausade que estés así. Se los pasaremos a Teresa para no dejar tirados a tus clientes —resolvió,refiriéndoseaunamujerqueambasconocíanyquesededicabaaesastareas.
—Yo… Vale, tienes razón. Los acepté porque pensé que en un par de meses Ric estaríarecuperadoyyotendríamástiempo.
—Peroaúnnoteníasesetiempo,ymiraloquetehapasadopornodescansarlosuficiente.Sofíaenmudeció, avergonzada.Paula tenía toda la razónyellahabíaarriesgadosu saludpor
incrementarsusingresosdecaraalosgastosextraquesiempreteníaafinalesdeaño.—Losiento—suspiró,exhausta—.Ysientoquetútengasquehacertodoesto.—Disculpasaceptadas.—Sacudiólamanoylerestóimportancia—.EncuantoatiyaLucas,os
quedaréisaquí,acargodeFran.—¿Cómo?—Élsehaofrecido—alzóambasmanoscongestoinocente—.LlevaráaLucasalcolegioylo
traerádevuelta.Túdormirásaquíyellosenlahabitacióndedoscamitasdeallado.ALucas,una
vezqueselehapasadoelsustodeverquenotedespertabas,lehaparecidogenial.Rictambiénseha prestado a quedarse con él cuando haga falta —añadió, recordando cómo la había miradocuandohabía idoabuscar al niñoa su casa.Unamiradadirecta a losojos,buscando leer en lossuyos qué pasaba por su cabeza. Había sido una cobarde y la había esquivado en cuanto habíapodido.
—¿DeverdadFranhapropuesto…eso?—Loquetedecía.Oeselhombremásaltruistadelmundooestálocoporti.—Necesito un poco de aire. —Trató de incorporarse y todo comenzó a darle vueltas—. Y
necesitoiralbaño.Urgentemente.—Espera,espera.Pediréayuda.Notepuedeslevantarsola.Paula se separódelbordede lacamayabrió lapuertadeldormitorio.Sofíapudoveralotro
lado a Fran y, a su lado, a su hijo cogido de sumano. En cuanto ambos lamiraron, su corazónamenazóconsalírseledelpecho.
—¡Mami!—LucassesoltódeFranycorrióhaciaella—.¡Estásdespierta!Suhijoseabrazóasucuelloyselacomióabesos.Ellayanopudomásyrompióallorar.—Con cuidado, campeón—intervino Fran, apartándolo un poco de ella—. Tumadre está aún
muydébilynodebehaceresfuerzos.Sofíalomiróentoncesaél,quienlesonriócondulzura.—Seguroquetieneshambre.Tetraeréalgodecomer.Nosotrosacabamosdeterminar.¿Yahabíancomido?¿Perocuántashorasllevabadormida?—Estupendo.Peroprimeronecesitairalbaño—anuncióPaulaysedirigióaella—.Aprovecharé
paraponerteallíelpijamaquetehetraído.Tehehechounpequeñoequipaje—añadió.Asíqueyahabíapasadoinclusoporsucasa.Porende,contabanconqueellaaceptaríasuplan
inclusoantesdeproponérselo.¿Yacasoteníaalgunaotraopciónquenoimplicarairsealhospital?,pensóconresignación.
—Agárrate a mi cuello —solicitó Fran tras destaparla. Vio que aún llevaba su uniforme detrabajopuesto—.Nodebesandartodavía.
Obedecióyestuvoentresusbrazosenunvistoynovisto.—Tranquila,todovaasalirbien—lesusurródecaminoalservicio—.Confíaenmí.—Yo…noséquédecir,Fran.Estoes…—Lo único que tienes que decir es que serás una buena paciente y que harás todo lo que tu
médico,quesoyyo,teindiquepararecuperartelomásprontoposible.¿Tratohecho?Susmiradas se cruzaron un instante, con sus rostros muy, muy cerca. Y ella supo que estaba
perdida.—Tratohecho—logrópronunciaralbordedelaslágrimas.—Muy bien. Entonces te dejo aquí con Paula. No te quedes de pie si ella no está a tu lado,
¿entendido?—Sí,doctor—aceptóconvozsumisa.—Asímegusta—leguiñóunojoysaliódelcuartodebaño.—Vamos,Lucas—leoyódeciralolejos,ysufatigadocorazónpalpitóconmásenergía—.Hay
queprepararlealgomuyricoanuestrapacienteparaquesepongabuenapronto.
—¿Ycómolahasvistohoy?PaulallenóunsegundotáperconlentejasylometióenelcongeladorantesdegirarsehaciaRic,
queyasehabíasentadoenunasilladelamesadelacocina.Erasucasa,nopodíadecirlequesefuera. Pero apostaba a que a Sofía la dejaba tranquila cuando estaba trabajando, en lugar deperseguirlaportodaspartesparahacerletodotipodepreguntas.
—Mejor.Hoyyanohetenidoqueasearlayo,soloayudarlaahacerlo.Estárecuperandofuerzas.Lamedicaciónleestáyendomuybien,yelreposoaúnmejor.
«Pornomencionar las exquisitas atencionesde sumédicoparticular»,pensócon ironíapara símisma.
—Mealegraoíreso.Cuandohellamadoantesestabadormida.SolohepodidohablarconLucasynoha sabidodarmemuchosdetalles.Cuandoacabe losdeberesydespuésdemerendar con sumadre,Franledejarávenirajugarconlaconsola.
Pauladejóaunladolasverdurasqueibaacocinaracontinuaciónylomirósorprendida.—¿Ledejará?—Sí,sí.Hanestablecidounasnormasmuyconcretas.¿Notelohancontado?—Laverdadesqueno.—SenotaqueFranfuepadre.—Sí.Ytuvoqueserungranpadre.—Sofíaselohabíacontadohacíaunpardedías.Latrágica
muertede suesposay suhijo—.Lucas loadora—comentó.«Tantocomoa ti»,pensóyvolvióasentirlamiradaazulintensadeRicclavadaenella.¿Cómopodíasertanguapo?¿Yellatantontacomoparaquedarseembobadamirándolocuandosehabíaprometidoolvidarlo?
—¿Por qué no te quedas a cenar?—le propuso, impulsado por la forma en la que lo estabamirando.Porfindejabadeesquivarsusojos.Yélteníaquesolucionaraquellasituación.
—Nopuedo—respondiómecánicamente.—Estáshaciendocomidamásquedesobra.Además,asínotendrásquecocinarotravezcuando
lleguesacasa.Setevecansada.—Estoyperfectamente.—Me gustaría que te quedaras. Es viernes, sé quemañana no tienes que trabajar—probó de
nuevo.—PeroyosoloestoyaquíporqueSofíaestáenferma—leexplicósinmirarloestavez.—Siguessinquerersermiamiga.—Paramí,nadahacambiadodesde…lodelotrodía—dijosinmásdetalle.Fueentoncescuandooyólasillaasuespalda,ysuspasoserráticosacercándoseaella.—Paramísí.Eralaterceratardequepasababajosutechohaciendolostrabajosquehubierahechosuamiga.
PeroverlaaelladeaquíparaalláporsucasanoeralomismoqueveraSofía.AhoraquePaulahabía abierto la caja de Pandora, él ya no tenía la misma fuerza de voluntad que antes paramantenersealejado.Menosaúnteniéndolatancerca.
—Noentiendoporqué.—Segiróbruscamenteyseloencontróasolounpalmodedistancia—.Túnuncahasqueridonadaconmigo,Ric—lesoltóllenadefrustración—.Asíque…
—Que tratara de no dar muestras de interés no significa que no lo sintiera —confesó,inmovilizándolacontralaencimeraconambasmanosalosladosdesucintura.
Nunca habían estado tan cerca. Nunca sus rostros se habían encarado de esa manera. Solocuandoellalohabíaatacadolasemanaanteriorsehabíansentidoelunoalotrodeaquellaíntimaforma.Sinembargo, laactualpostura,sinapenascontactomásalládelvisual,eraaúnmás íntimaqueaquelbesorepentinoyrobado.
—Notecreo—espetóytratódeempujarloporelpecho.Élatrapósumanoyladirigióconlapalmaabiertahastasucorazón,quelatíaconintensidad.—Ric,¿qué…?—Créeleaél.«Nomehagasesto»,lerogóconlamirada,«nopuedosoportarlo».Peroélhizocasoomisoy
seacercólentamentehastasuslabios.Conlamismalentitud,losprobóconunasuavecariciadelossuyos.
APaulanunca,jamás,lahabíanbesadoconaquellaternura.Nopodíaconcebirqueunhombrede la talla deRic poseyera tal delicadeza.Ni que su corazón pudiera duplicar su ritmo solo conrozarlo. Lo sentía latir frenéticamente bajo su mano, mientras que los movimientos de aquellasublimebocasemanteníanpausadosypacientes,alaesperadeunarespuesta.
—¡Ric!¡Yaestoyaquí!—gritóLucasllenodealegríaalentrarenlacasa.Paulaloempujóporelpechoparaapartarloantesdequeelniñolossorprendierahaciendoalgo
queellanodebíahaberpermitidoquesucediera.—Hola, chaval—respondióRic, aunque seguía pendientedePaula, que se había llevadouna
manoalabocaylomirabaconreproche.—Hola,tía.—Hola,cariño.—Seacercóylediounbesoenlafrente—.¿Hasterminadolosdeberes?—Sí.Franmehaayudadounpoco.Hoyeranmuydifíciles—explicócongestodesufrimiento—.
¿Quéjuegovamosaponerhoy?Alverse tironeadodeunamano,RicdioporperdidoelmomentodesinceridadconPaulayse
marchóalsalónconLucas.—Elquetúquieras—leconcedió.Ytambién,pensó,leconcederíaaellaunpocodetiempoparapensarenlosucedido.Amboslo
iban anecesitar.Porque esebeso teníaquehaber sido tan reveladorpara ella comopara él.Aúnsentíasumanograbadaafuegosobresupecho.Yelsabordesubocadeslizándoseentresuslabios.Ellahabíasentido,sinduda.PeroRicsabíaqueyanoibaapoderdisimularnuncamásloquesentíaél.
Capítulo8
Lasrisasladespertaron.Fuecomosielsonidosehubieraidoaproximandopocoapocoaella,
hastasentirlomuycercano.¿Habíaalgomejorparaunamadrequedespertarseconelsonidodelarisadesuhijo?Poruninstante,dudósilasvocesquesemezclabanerandosotres.TantoRiccomoFran tenían la voz grave, pero ya había aprendido a diferenciarlas. Y sí, podía distinguir ambasintercaladasconlascarcajadasdeLucas.Silequedabaalgúntipodemalestarenalgúnrincóndesucuerpo,imaginarlosalostresjugandoeneljardíndisipócualquiersíntomarezagado.
Selevantóllenadeenergíaybebiódeuntragoelzumodenaranjanaturalqueencontrósobrelamesita de noche. Leyó la nota que lo acompañaba: «Estamos en casa de Ric haciendo cosas dehombres.Sébuenaybébeteelzumo».
Lapalabra«zumo»depuñoyletradeFranseconvirtióenunborróncuandounalágrimacayópor sumejillay seprecipitóhaciaunmensajeque, apesarde tenernotasdehumor, le encogióelcorazón.Debajo estaba la firmade él y el garabatoqueLucashabíadecididoque sería su firmadefinitiva,almenosesaeralaelegidaenloquellevabandemes.
Seasomóalbalcónenmangasdepijamaycon lospiessolocubiertospor laszapatillas rosasqueojaláFrannohubieravistonunca.Elairefrescodelamañanalahizotemblar,perolarevitalizó,quitándolepartedeesasensacióndeangustiaquesehabíaapoderadodeella.Nopodíaverlos,elbalcóndabahacialapartetraseradelacasaylostresestabanjugandoalbaloncestoenellateralqueuníaaambas,peroescuchabasusvocesyelrebotardelbalóncontralacanasta.Aunqueoírlossinverlosfueaúnmássobrecogedor.
RiceracomosuhermanoJorge,otrotíodivertido,unniñogrande.Lucashabíaencontradoenélun ejemplomejor que su propio hermano. Era cariñoso y tenía sentido del humor sin dejar de ser«guay», como diría el propioLucas. Le hacía plantearse cosas serias, incluso demasiado para unniñodeseisaños,perolohacíadetalformaquetodoparecíaunjuego.
Encambio,Franeralafigurapaterna.TeníacasitodaslascualidadesqueveíaenRic,aunqueunpocomenosdesmesuradas,conmásmadurez.Franeraunhombreresponsable,senotabaquehabíasidopadreunavez,yquehabíasidomuybuenoenello.SabíaponerlelímitesaLucas,peroentodomomentohabíansidoloslímitesquepondríaunpadreasuhijoensucasa,nounamigoencuyacasaestabapasandounosdías.
Yesoledabamiedo.Miedodeque,habiendorozadoesasensaciónporprimeravezensuvida,suhijoloperdieraantesdellegaratenerlo,antesdesaberloqueeraelamordeunpadre.Porque,almargen de su propio padre biológico, al cual no había visto ni siquiera una sola vez, la únicafigurapaternapreviaaFranhabíasidoDaniel,aunquelaverdaderaquenolohabíasidoenningúnmomentodelosdosañosquehabíanvividojuntos.
ConfiabaenqueLucasnotuvieraningúnrecuerdodeél.Almenos,ellanorecordabanadadesupropia vida entre los dos y los cuatro años. Tal vez su hijo tuviera la misma suerte. Daniel eraalguien a quien olvidar. Ella ya lo había hecho hacía mucho tiempo. ¿Quién pasa dos añosconviviendoconunamujerquetieneunhijoydescubrequenoquiereserpadredegolpeyporrazo?Elproblemaloteníaél,desdeluego.PorquenohabíamejorniñoeneluniversoenteroqueLucas.Todoelmundolodecía,noeraamorciegodemadre.HastasuhermanoJorge,quehastahacíabienpoco solo semiraba su propio ombligo, pasaba sumes de vacaciones cuidando encantado de susobrinounatardetrasotra,cuandoprobablementepodríaestarfundiéndosesupagaenunasislasdelCaribe.Y, sin irmás lejos, el hecho de que hubiera conquistado a dos hombres enmenos de dos
meseseraunapruebairrefutabledelmagnetismodesuhijo.EstabaclaroqueRicyFranadorabanaLucas,yelsentimientoeramutuo.Eldeellaporunodeesoshombresibamásalládelaadoración.
Peroteníaquerecordarque,enunsegundolugar,yaquesiempre,siempre,suhijoestaríaenelprimero,estabansuspropios sentimientos.¿Seríaellacapazde superar lapérdidade loquehabíaempezado a acariciar con la punta de los dedos? Todo podrían estar siendo solo imaginacionessuyas,podríaserqueFransimplementesesintieraresponsableyaqueellatrabajabaparaélyesoleempujara a cuidarla. Era un buen hombre y por eso sentía lástima de ella, sola con un hijo. Sinembargo ella ya estaba recuperada y debía marcharse, ya había abusado de su confianza y sucaridad… bueno, no caridad. ¿Amabilidad? ¿Cómo demonios se podía llamar a lo que estabahaciendoFranporella?
—Veoquetehaslevantado.Sofía se aferró a la barandilla con ambas manos. Se giró solo ligeramente, por no ser
maleducada, pero volvió enseguida la vista al frente. No quería que la viera llorar. Hasta esemomentonosehabíadadocuentadequeloestabahaciendo.Aligualquenosehabíadadocuentadequelasvoceseneljardínyanoerantres,sinodos.
—Sí.—Sesecódisimuladamentelaslágrimas—.Sonlasoncedelamañana.Yaibasiendohora.Looyóacercarselentaysigilosamente,tantoque,hastaquenolarodeóconunamantayapoyó
susmanossobresushombros,nofuecapazdecalcularaquédistanciaestaba.—¿Quétalteencuentras?—Mejor.Muchísimomejor.Graciasporelzumo.Bueno,portodo.Nopodíagirarse,nopodíamirarlo.LasmanosdeFranfrotabansusbrazosdesdeloshombros
hasta loscodos, como tratandode tranquilizarlaydarlecaloralmismo tiempo.Loprimerono loestabaconsiguiendo,alcontrario.Ylosegundoloestabahaciendodemasiadobien,aunqueellayateníasuficientecalorconsumeracercanía.
—Denada—susurróél.Apesardesersolodospalabras,aellaleparecióquenolellegabaelaireparapronunciarlas.
—Hepensadoquedeberíamosmarcharnosestamismatarde.Yameencuentrobieny túyahashechodemasiadopormí.Pornosotros.Noquierocausartemásmolestias.
LasmanosdeFransedetuvieronensuscodos,peronolasoltaron.Pasóloqueparaellafueunaeternidadhastaqueleoyóresponder.
—Nomesientomolestoenabsoluto.—Ya,bueno…—Ella,adiferenciadeél,respondióinmediatamente—.Peroyahemosabusado
demasiado de tu confianza, de tu amabilidad…—Ya estaba otra vez sin saber cómo demoniosdefinirlo—.Yaeshorademarcharnos.Noquisieratrastocartusplanesmástiempo.
LasmanosdeFransefuerondestensandodesuscodosysedeslizaronhastasusmuñecasa lavezqueéldabaotropasoysepegabaasuespalda.Sofíamiróhaciaelcéspedysintióvértigoapesardeestarsoloenunprimerpiso.
—Tenerosaquíescomoveramanecerdespuésdeunalargayoscuranoche.Suslabiosestabanensuoreja,lanarizleacariciabaelcabelloysusmanosbuscabanentrelazar
las suyas. Sofía vio el suelo alejarse de sus ojos a una velocidad trepidante, como si estuvieraascendiendo en un ascensor increíblemente veloz. Sus dedos cedieron a los de él sin ni siquierapensarlo,aligualquetodosucuerpo,sualmaysucorazóncedieronasussiguientespalabras.
—Sinotebesoahoramismo,creoquevoyamorir.Lanarizhabíaabandonadosupeloysedeslizabaporsucuello.Sofíasedijoquetodoaquello
era producto de la fiebre, que realmente no se había levantadode la cama, que aúnno se habíarecuperadoyqueestabaviviendoundelirioounaalucinación.Ysieraasí,¿porquénoentregarseporcompleto?
—Entonces,¿aquéestásesperando?Apenas había girado la cabeza hacia él a la vez que le había exigido lo que ella también
anhelabaconfrustración,apenassisusojossehabíancruzadouninstante,yFranyahabíadeslizado
unamanoporsunuca,enterrándolaensupeloalavezquehundíasulenguaenlabocahambrientadeSofía.Eratalelcalorquenosintiócómolamantaquecubríasushombrossedeslizabaycaíaalcésped mientras él la giraba para apretarla de frente contra su cuerpo, arrinconándola contra labarandilla. Sus brazos se enredaron, y sus cuerpos se fundieron mientras sus bocas lamían ymordíancomosinohubieranprobadobocadoen siglos.Algúngemido seescapabaen losvagossegundosquesepermitíansepararsuslabiospararespirar,yesesonidonohacíasinoincrementareldeseo,elansia,lanecesidad.
Fran la arqueócontra sí, inclinó suespaldahacia atrásy ladevorócomouna fiera a supresa.Ellasesintiócomoenunapelículaantigua,sevioasímismaenblancoynegro,enlosbrazosdeunhombrequesuperabaconmuchoacualquieractordecineclásico.
«¡Sí, sí!», gritó todo su cuerpo cuandounade lasmanosde él se deslizópor su espalda, pordebajode la camisetade supijama.Esamanono encontróningúnobstáculo, ningunaotra prenda,solopiel tersayardiente,que lo invitabaaseguirexplorando.Ladirigióhaciaadelante, rodeandounode lospechosdeSofíay, trasabarcarloconsumadelicadezaconsuenormemano, loapretóligeramenteypellizcóelpezónalavezquelemordíaellabioytirabasuavementedeél.
LapunzadadeplacerqueatravesóelcuerpodeSofíalehizoabrirlosojosyencontrarlosdeélmirándola fijamente, transmitiendo un mensaje no pronunciado cargado de promesas salvajes ydemoledoras. Elmundo pareció detenerse en ese cruce demiradas y, cuando recobró el aliento,Sofíanodudóencuálesibanasersuspalabras.
—Llévameala…—¡Fran!¡Fran!¡Ricsehacaídodelasillaylesangralacabeza!Sin sercapacesde soltarse, ambos semiraronunparde segundosen losquepocoapoco sus
mentesvolvieronalarealidad.Sofíacasicayóalsuelocuandoéllasoltóderepenteysefrotólosojoscomosiseacabaradedespertar.
—Vístete.Rápido.Pontecualquiercosa.Cogetubolso,allíestánlasllavesdetucoche,yvenaljardíndeRic.Tucochesigueallí.Lollevaremosalhospitaldeinmediato.Demientrasleharéunaprimeraexploracióno...loquehagafalta.Dateprisa.Puedesergrave.
Dichoestosaliócomounabalayellahizopuntoporpuntoloquelehabíadicho,procurandonopensar,demomento,enloqueacababandehacer,apesardequeelcuerponoledejódetemblarniuninstante.
El cochedeSofíavolabapor la carretera, adelantandoa cadavehículoque se cruzabaen sucaminocomoenunacarrera.Lucas,conunpañueloblancoasomandoporlaventanilladelcopiloto,se debatía entre elmiedo porRic y la satisfacción de poder ir delante, solo por esa vez, con laresponsabilidaddeanunciarconunpañuelolaprioridaddesuvehículo.
Atrás, tumbadotodolo largoqueeraysobreel regazodeFran,elaccidentadohacía todoloposiblepormantenersedespierto.
—Siguehablándomedetutrabajo,Ric.¿Quéescenaeslaúltimaquehasescrito?Ric se sentía extraño. Lamano izquierda de Fran sujetaba unas gasas contra su sien con tanta
fuerzaquenotabasusangrelatirasupaso.Porelcontrario,lamanoderechaaferrabalasuyacondelicadezayesecontactolehacíasentircompletamenterelajado.Algoledecíaquetodoibaasalirbien.Aquelextrañodonsuyoerasorprendentementeefectivo.
—Estoyunpocoatascadoenuncapítulocrucialdeestanovela—confesó—.Losprotagonistasdiscutenynosécómohacerqueelculpabledeesasituaciónrecuperelaconfianzadesu…amigo.
Fran,quenosupoleerentrelíneas,yaquedesconocíaelparalelismoentreelcursodelanovelaylavidarealdeRic,lerespondióconsinceridad.
—¿Nosetehaocurridoqueelcausantedeladiscusiónsedisculpe?—Sí,claroquesí.Soloquenosécómohacerqueresulteconvincente.—Quepruebeasersincero.Oquehagaalgomuynoveleroyelotronotengamásremedioque
accederaperdonarlo.Túereselcreativo.Seguroqueseteocurrealgoinesperado.—Algoinesperadoysincero—rumióRic,maquinandounpardecuestionesysonriendoantelas
posibilidades que tenía ante sus ojos.Al final, su vecino iba a ser toda una fuente de inspiración.¿Quiénlohubieradicho?Asimplevistaparecíadelomásnormalito.Leechóunvistazoasurostro.Teníalasfaccionesmuymarcadasyconesepelocasilargoyesosojoscomoelacero,bienpodríaserelrostrodeunodesusprotagonistas.Elrictusdesubocaerademasiadosevero,pero,dadaslascircunstancias,nopodíaculparlo.
—Tienessangreenellabio.—RicseseñalóelsuyopropioenelpuntoexactodondeFranlucíaunagotadesangre.Élse la lamióynovolvióabrotarningunaotragota—.¿Tehasmordidodelsustooqué?
—Seráeso.Siguehablándomeynocierreslosojos,¿vale?—Nohasidoparatanto.—Nocreíaquefueraadesmayarse—.Soydurodemollera.—Ya,perotodamolleratienesutopedegolpesenmenosdecuatromeses.—¿Sonacumulativos?—Niselehabíaocurridoalgosemejante.—¿Cuántasvecespuedesgolpearunhuevosinqueserompa?—leexpusocomoejemploFran.—Esperoqueestemoshablandodehuevosdegallina.FranrioeincorporóaRicdesuregazoparaayudarloasalirencuantoSofíafrenóenlapuerta
deurgencias.—Siestásdebuenhumoresquenotedueletantotuduramollera.—Ven,Ric,cariño,apóyateenmí.—Sofíapasóunodelosbrazosdelheridosobresushombros
yayudóaFranasacarlodelcoche.Lucashabíaidoporsucuentaalinteriordelhospitalyveníaencantadoconunasilladeruedas,
seguidodecercapordosceladoresquepretendíandarlecaza.—Tesangraellabio,Sofía—murmuróRicalgomareadomientraslesentabanenlasilla.Desde
abajo,miróalternativamenteaSofíayaFran—.¿Habéisestadojugandoalosvampiros?Sofía se llevó lamanoa labocay comprobódónde le sangraba el labio.Estavez la sangre
volvióabrotarligeramentedonde,alparecer,Franlahabíamordido.—¿Cómose juegaa losvampiros,mamá?—preguntóLucasmientrasempujaba la silla juntoa
unodelosceladores,quienacabócediendoyledejóayudarlo.—Voy a aparcar bien el coche—indicó, eludiendo responder a su hijo—. Vuelvo enseguida.
Lucas,venconmigo.—¡No!TengoquecuidardeRic—expusoconvoztemblorosa—.Sehacaídopormiculpa.—Nohasidoportuculpa,chaval.Hasidoporesapiedraquehaceañosquepiensoenquitary
nuncaencuentroelmomento.Sialguientienelaculpa,soyyo.Celador, heridoy el quehabía estado, segúnRic, jugando a los vampirosmiraron al niño con
lástima. A Sofía se le cayó el mundo encima al ver la expresión dolida de su hijo. Pero ya leexplicaría eso de la culpabilidad cuando aparcara el coche en un sitio donde no bloqueara a lasambulancias.
—Vale,peronoteseparesdeFran.¿Deacuerdo?—Sí,mami.AcompañaronaRichastadondelesdejaronysesentaronaesperarenunapequeñasalita.—¿Sepondrábien,verdad?LossuplicantesojosdeLucassecentraronen losdeFran,buscandoconsuelo,aunque también
sinceridad.—Sí.Esuntíoduro.—Apesardelaoptimistarespuesta,elniñoemitióunsollozoyaFransele
cayóelalmaalospies—.Nollores.ARicnolegustaríavertellorar.Pensaríaquenoconfíasenqueseadurodeverdad.
—Esquehasidoculpamía—insistiócabizbajo—.Sinohubieraqueridojugarconmigo…—Yoheestadojugandoconvosotros.¿Tambiénesculpamía?—No.Túyatehabíasido—razonó.
—Entonces,talvez…simehubieraquedado,nosehabríacaído.Lucaslomeditóunosinstantesantesdenegarconlacabezarotundamente.—Peroquisocogerunrebotequeyohabíatiradomuymal.Hasidoculpamía.Fransuspiró,ypensóenloúnicoqueseleocurrió.—Sabes,yotuveunhijo.Yunamujer.—¿Yanolostienes?—No.Murieronhacedosaños.La caradelmuchacho empalideció.Fran creyó romper a llorar cuando ledio lamanoy se la
apretóconungestocariñosoquesindudahabíaaprendidodesumadre.—Nolosabía.Losientomucho.—Gracias.—Liberó sumano y le acarició la cabeza—.Yo tambiénme sentí culpablemucho
tiempo.Pornoestarconellos,pornohaberpodidoevitarlo,porhaberdiscutidoconmimujerjustoantesdequeocurriera.
—¿Cómomurieron?—Losatropellóuncoche.—¿CómoaRic?—Parecido,peroellosnotuvierontantasuerte.—Suspiróy,unavezmás,sesintióagradecidode
dejarsaliresaspalabrasdedentrodeél.Poderhablardeellosinhundirseeratodounalivio—.¿Túcreesquefueculpamía?
—No—larespuestafuecategórica—.Túnoconducías.¿Osí?—No.Peronoestabaconellos.Ymiobligacióneracuidardemidefamilia.—Nopodíassaberlo.Nadiepuedeadivinarquevaapasar…eso.Exacto.Yahíeraadondepretendíallegar.—¿CómosehacaídoRic?—Porlapiedraquehaybajoelroble—respondiótrasunpardevueltasasusrecuerdos.—¿Quiénlapusoahí?—Nadie.—Seencogiódehombros—.Saldríade la tierra.Noesun servivo, es inerte.Lohe
estudiadoenelcolegio.—PeroRicnolaquitóatiempo.¿Esculpasuya?—No…bueno,loibaahacer…peronoencontróelmomento.—Entonces,oesunaccidente,oesculpadelapiedra.¿Túquécrees?LucasnotóqueFranusabaeltonoquehabíaempleadoenmásdeunaocasiónenlaquelehabía
estadoayudandoconlosdeberes.Sabíaquesolounadelasrespuestaseralacorrecta.Ynopodíafallar.
—¿Unaccidente?—Exacto.—Yoquitaré esa piedra por él.—Pensó cómohacerlo y se dijo que siRic no lo había hecho
hastaahoranoibaasertanfácilcomolevantarlasinmás—.¿Meayudarás?Franestudió la cara esperanzadadeunniñoque lehabía robadoel corazóndeunmodomuy
distintoasumadre,peroconunafuerzasimilar.—Cuentaconello,campeón.SofíallegócorriendoyFrancontuvounescalofríomordiéndosesupropiolabioalvolveraver
otragotitadesangrebrotandodeldeella.—Aún no sabemos nada.—Se adelantó para que respirara y no preguntara. No debía hacer
sobresfuerzos—.Pero,ahoraqueestasaquí,voyautilizarmis influenciasdemédicoparaquemedejenpasar.Esteeramihospital—reveló,ysealejóporunpasillo.
ApenassehabíasentadojuntoasuhijocuandoelteléfonodeSofíasonódentrodelbolso.—Paula,hola.—¿Sepuedesaberdóndedemoniosestáis?Hetocadoel timbredecasadeFranydeRicyno
haynadie.¿Hapasadoalgo?
Mordisqueándose el labio inferior nerviosamente, Sofía buscó el modo menos alarmante deexplicarlelosucedido.
—Sí,Pau.Hapasadoalgo…
RicdejóqueFranempujarasusillahastalasalida.Unavezallí,selevantaríaporsupropiopie.Estabahartode las sillasde ruedas.Además,elgolpenohabíasidopara tanto.Él seencontrabacasiperfectamente.
—Desdeluego,últimamentenomedaismásquedisgustos.—Paulaseapartódesusobrino,alquesosteníaporloshombrosdesdequehabíanvistoapareceraamboshombresporlapuerta,ysedetuvodefrenteaRic—.¿Esposiblequetequedealgunaneuronavivaahídentro?
RichundióelcuelloentreloshombroscuandoPaulalediodosgolpecitosenlaúnicapartedelacabezaquenollevabavendada.
—Ay—sequejó.Igualsíledolíaunpoquito.—Enprincipiosolohasidounaheridasuperficial—explicóFranaambasmujeresyalniño,que
se acercaba fascinado a inspeccionar el aparatoso vendaje—. Le han tenido que dar seis puntos.Como no parece haber daños internos, nos dejan llevarlo a casa con la condición de tenerlovigilado.
—Vayasuertelatuyatenerunvecinomédico—observóPaulaconlosbrazoscruzadossobreelpecho.
Riccomprendióqueestabaenfadadaconél.Porsutorpeza,supuso.—YahoraqueSofíayapuedevolverasucasa, tendrátiempoparavigilarquenotevuelvasa
tirardecabeza.—Nome tirédecabeza.La sillavolcó—seexcusóofendido—.¿Ya tiya tehadadoel alta
nuestromédico?—bromeómirandoaSofía.—Supongo que sí —respondió el propio Fran, aunque añadió con inseguridad—: ¿Volvéis a
casa?¿Hoymismo?Sofíaasintióconlacabeza.Nohabíarazónpararetrasarlomás.Asílohabíapensadoellaesa
mañana, y así lo había razonado también con Paula en la sala de espera. Claro que delante deLucasnoibaaexplicarlelosucedidoenelbalcón.MiróaFranconculpabilidad.
—Os acompañamos, recogemos nuestras cosas y nos vamos. Además, mañana es lunes —continuó, pues se veía en la obligación de dar toda serie de argumentos lógicos—. Yo mereincorporaréamitrabajoyasíPaulapodrávolveralsuyo.
—Vuelta a la normalidad—confirmó su amiga, mirando fijamente a Ric como si ese mensajefueraexclusivamentedirigidoaél.
¿Normalidad?, pensó Ric. Nada volvería a ser como antes. Él no estaba dispuesto a que asífuera. Solo necesitaba unos pocos díasmás para recuperarse y…Bueno, aún tenía que idear unaestrategiadeseducción.Perolaencontraría.
—Pero…—LucasseacercóaFranylesusurróaloído,loquenoimpidióquetodoslooyeran—.Túyyotenemosaúnalgoquehacer.¿Verdadquesí?
—Claro.—No iba a desatender su promesa de ayudarlo con la traicionera piedra—. Cuandoquieras.Peropídelepermisoatumadre—leadvirtiódeinmediato.
—¿Permisoparaqué?LucasseacercóaSofíayvolvióasusurrarsinmuchoéxito.—Encasatelocuento.Essecreto.
Capítulo9
Apesardelalluviaquechorreabaporsufrenteentrándoleirremediablementeenlosojos,Fran
pudo ver el coche de Sofía aparcado en casa de Ric. Era jueves por la mañana, por lo que sepreguntóquéhacíaellaallísiesenoeraunodelosdíasquetrabajabaparasuvecino.Caladohastaloshuesos, entró encasa casidepuntillas.Había salidoa correr a lasochode lamañana.Yunahoramástarde,habíavueltoigualquecomosehabíaido,soloqueahoraestabaexhausto.Apenashabíapegadoojoentodalanoche,conscientedequeesa tardeSofía iríaasucasaacumplirconsus tareasdecuatroaocho.¿Yquése suponíaquedebíahacerélmientras tanto?¿Irseydejarlatrabajar?Nosehabían llamadonisehabíanvistodesdeque trajeronaRicdelhospital.Élqueríahaberlallamado,inclusoestuvotentadodepasarporcasadeRicellunesyelmiércolessabiendoqueestaría trabajandoallí,peronoleparecióunlugarapropiadopara loqueteníanquehablar,ymenosconotrohombredelante.
Ellatampocolehabíallamadoaél.Lohabíacomprobadoenelmóvilyenelcontestadordelteléfono fijo.Varias veces al día. ¿Estaría arrepentida de lo que había sucedido entre ellos? ¿Sesentiría avergonzada? No parecía una mujer tímida en absoluto. Pero él temía que el problemaprincipal fuera que, de alguna manera, primara entre ellos la relación jefe-empleada. Dejando almargenlasemanaquehabíapasadocuidandodeellaydesuhijocomolohubierahechounnoviooinclusounmarido,ellatrabajabaparaélyhabíadejadobienclaroquelomásimportanteensuvidaeransuhijoyeltrabajoquelepermitíavestirlo,educarlo,queledabauntechoyalimento.¿Creeríaque podía perder uno de sus trabajos, aunque no fuera al quemás horas dedicaba, si entre ellossucedíaalgomáspersonal?
Elmardedudas le inundaba lacabezaal igualqueelaguade loscharcoshabíaanegadosuszapatillasdecorrer.Selassacódeunpuntapiéycaminódepuntillashastaelbañodelpisodeabajo,paranomojar toda la casadecaminoa laduchade arriba.Sedijoquedebíaducharsedeprisay,casualmente,pasaravisitarasuvecino,paraverquétalseencontraba.Y,depaso,ledejaríacaeraellaqueteníanquehablar,ensucasa,asolas.Sí,eraunbuenplan.Almenos,elúnicoquetenía.
Sofía salió de casa de Ric apenas media hora después de haber llegado. Ese día no habíaacudidoallía trabajar,sinoanegociar.Yentrelosdoshabíanreorganizadoconéxitosushorariosdetalformaqueaellaleencajaranconsunuevasituaciónlaboral,perosindejardesatendidaslasnecesidadesdeRic.Ojalátodossusjefesfuerancomoél.Sabiendoqueéleraasí,lohabíadejadopara el final, de forma que los horarios de su casa fueran, de algunamanera, los sobrantes delcuadrantesemanalqueellahabíadibujadominuciosamente.Ahoralequedabalapeorparte.HablarconFran.Y se sentía absolutamentemiserable por ello.Noquería quepensara que lo quehabíapasado entre ellos la había llevado a tomar esa decisión. Pero era lamás lógica, si se pensabafríamente.Si no sehacía con frialdad, parecía que lo estuviera abandonando, cuando loque ellamásdeseabaenesosmomentoseratodolocontrario.
Usósullaveparaentrardespuésdellamarvariasvecesyquenorespondiera.Habíaluzenlaentrada, por lo que Fran debía de estar en casa. Tal vez estuviera con los auriculares puestos ysubidoaunadesusmáquinasdegimnasio.Lasolaideadeimaginarlosudorosoyconlarespiraciónagitadaporelejerciciohizoquesucorazónseaceleraraestrepitosamente.
Lollamóysedirigióalacocina.Despuésalsalón.Noestabaallí.Subióentoncesalprimerpiso
ycomprobóenseguidaqueenelcuartoqueusabadegimnasionohabíanadie.Llamótímidamentealapuertacerradadesuhabitacióny,alnoobtenerrespuesta,laabrió.Lacamaestabahecha.Alasnuevedelamañana.¿Nohabíadormidoencasaesanoche?Llamóentoncesalapuertadelbaño,con un debate interno entre querer o no encontrárselo allí. Una silueta musculosa detrás de unacortina mojada apareció en su mente lascivamente imaginativa. Abrió la puerta casi sin llamarpreviamenteysintiómásdecepciónquealiviocuandovioquenohabíanadieallítampoco.¿Dóndedemoniossehabríametido?¿Sehabríaidodecasayhabríaolvidadoapagarlaluzdelaentrada?
Necesitabahablarconél.Enpersona,nopodíadecirleaquelloporteléfono.Ledejaríaunanota.Que la llamarao lemandaraunmensaje y le dijera cuándopodría encontrarlo en casa.Entoncesellairíaaverloparahablarde…temaslaborales.Sí,esetérminoeraelmásapropiado.Convencidadesuplan,sedispusoabajarlaescalinataparabuscarelblocdenotasdelcajóndelacocina.
Nadamásapoyarlosdedosenelpasamanos,lovio.Aunasí,nopudoevitarbajartresocuatroescalones impulsadapor la inerciadesusmovimientosyel impactode lavisión.Fransubíapor laescaleraenesemomento,aunquesedetuvoensecoencuantolavio,eneltercerocuartopeldaño,por lo que solo les separaban unos cinco.Distanciamás que corta para que los ojos de Sofía ladelataran. ¿Cómo le decía una a un hombre semidesnudo, del cual está enamorada como unaquinceañera,queloabandona,aunquesolosealaboralmente?
—Hola.Noteheoídoentrar.Fran,conunatoallanomuygrandealacinturayotraaúnmáspequeñaenloshombrosyconla
cualsehabíaestadosecandoelpelodespreocupadamentehastaunsegundodespuésdeverla,subióunpeldañomásconlamiradaclavadaenladeella.
—He llamado varias veces —se justificó Sofía e inmediatamente retrocedió un paso,recriminándosehaberenceradotanaconcienciaelpasamanosyqueahorasusdedosseresbalaranhaciaél.
—Estabaenladuchadeabajo.—Señalóconelpulgarsobresuhombro—.Hesalidoacorrer.Yhevueltotanmojadoque…
—Siteduchabasabajo,nosoloharíasporfinusodeesecuartodebañoolvidado,sinoqueasínomancharíaslasescalerasnielpasillo.Además,reducíaslasposibilidadesdecogerunapulmoníaal pasarmenos tiempomojado… aunque solo fueran unos segundos, y aunque ahora yo te hayahechoquedarteahí…contanpocaropa.
¿Qué narices estaba diciendo? ¿Por qué no podía parar de parlotear de tonterías? Sofía semordiólalenguaparanoseguirhablando.
—Másomenos.—FrandiootropasohaciaellaySofíatropezóconelescalónsuperior,locuallahizotambalearseyvolverloabajartorpemente.
—Metemoqueloquehayasmanchadohastahoy…seráloúltimoquevayaalimpiar.Fatal, había sonado absolutamente horrible, incluso ofensivo, tanto para él como para ella.
¿Quiéndemonioslahabíadejadovolverahablar?—¿Cómo?—Fransubióotroescalón.Sofía trató de concentrarse mejor para explicarle con claridad la conclusión a la que había
llegado con respecto a su relación laboral. Pero una gota de agua se estaba deslizando por unmechóndesupelohastaquelecayóenlamejilla,haciéndolaparecerunalágrima.Sesintióterribleyabsurdamenteculpabledeloqueibaadecirleyapartólavistadelapresuntalágrima.Perofueaúnpeor,porqueentoncesviootrasgotitasdeslizarseporsutorso,untorsomásqueestupendo,ylabocaselesecóporcompleto.
—Aver si soy capazde explicarme…Unade las chicas de la frutería donde trabajaPaula ydondeyotrabajoaveceshaencontradootroempleoyPaulamehapropuestoparaquelasustituya.El jefe está de acuerdo, así que empiezo el lunes.Con contrato indefinido después de unmes deprueba.
—Caramba…Esoesestupendo.Enhorabuena.—Gracias. Pero eso implica una reestructuración total de mis horas laborales. Trabajaré una
semanademañanayotrade tarde,de lunesa sábado,por loque tendréquehacermalabarismosconlosdoschalets,lassesionesdeplanchaquehagoenmicasaypasarsolounaenlugardetresvecesporsemanaporcasadeRic.Estandocomoestá,nopuedodejarlocolgadoahoramismo.
—Porsupuestoqueno.—Asíque,silesumamosmipropiacasa,mihijoydormiralmenosseishorasaldía—enumeró
conlosdedosdeunamano—,meresultaimposibleseguirtrabajandoaquícuatrohorassemanales.Franlevantóunacejaydeslizó la toalladesushombroshastaapartarlaaun lado.Despuésse
secólafrenteconellayseechóelpelohaciaatrás.—Locomprendo—dijotrasunossegundosdesilencio.Porsutono,aSofíaleparecióqueloquedecíacomprendernoeraloqueellaqueríaexplicar.—Noesporquetucasasealaúltimaqueheaceptadoniporningunaotracosa,nadamásalládel
simplehechodequenodispongodeesetiempoytú,realmente,nomenecesitas.LacejadeFransubióaúnmásaltoysuspiesavanzaronotraescalera.—¿Estásseguradeeso?Evidentemente,noestabanhablandodelomismo.Sofíaempezóatemblar.—Quiero decir que… —¡Cielos! ¿Cómo arreglarlo ahora?—. Tú te las apañas solo
perfectamente.Lopocoquehagoaquí los juevesa la tardeya lohaces túel restode la semana.Exceptolalimpiezadelosbaños,lacocinaunpocomásenprofundidad,yeltemadelaropa,eresun amo de casa la mar de perfecto. —Eso le había sonado raro, pero prosiguió—. Aun así, sirealmente necesitaras que siguiera con la plancha, podría ver dónde encajar un par de horas a lasemanayhacerloenmicasa.Mela llevaríacuandovinieraacasadeRicy te le traeríadosdíasdespués,aver,podríaserlosmarteso…
Completamentefascinado,FranobservócómoSofíasacabaunahojadelbolso,dondehabíaunatablallenadecolorescomoelhorarioescolarquehabíavistopegadoenlacarpetadeLucas.Sinqueellapudieraevitarlo,yaquenoloesperaba,seloarrebatóyloleyó.
—Estoestámilimétricamentecalculadoycerrado.¡Metemoquenotienesdoshorasalasemanaparamí!
Perfecto. Eso había sonado realmente mal, o eso le pareció a Sofía. Si él quisiera, tendríamuchasmáshorasparaél,peronoprecisamenteparaplancharlelaropa.
—Esrevisable,deverdad.Vaya,mesientofatal.Sienseriolonecesitas,tengounpardeamigasqueseocupandealgunascasasy…
Noladejóseguir.Metióelfoliodobladoporlamitaddenuevoensubolso,paralocualtuvoque subir otro peldaño, y deslizó la mano que no sujetaba la toalla por el pasamanos,aproximándolasinuosamentealadeella.
—¿Estosignificaque,desdeesteprecisomomento,yanotrabajasparamí?—Supongoque…así es. Imaginoqueno tendréque avistarte conquincedías de antelaciónni
nadaparecido,oescribirunacartadedimisióno…—tragósaliva—.Latardedehoypodríahacerladetodasformas.
Élladetuvo,sujetándolaporlamuñecaantesdequeretrocedieramás.—¿Significaqueyanosoytujefe?—Sí. No. Quiero decir que…—¡Por Dios! ¿Por qué estaba tan nerviosa? ¿Y por qué él la
mirabadeesa forma?Nopretendería…Ay, sí, síparecíaquepretendía…algo—.Yanoeresmijefe,niyotuempleada.
—Muybien.Conlosojoscomoplatos,Sofíaleviotirarlatoallaqueteníaenlamanoydeslizarlelacorrea
delbolsoporelhombrohastaquecayóalsuelo.—Esonosdejaenigualdaddecondiciones.Aúnestabaasimilandosuspalabrascuandosesintiólevantadaporlacinturaydepositadaensu
hombrocomounsaco.Enun suspiro estaban en suhabitaciónyFran cerraba la puerta deuna coz.Sevio a símisma
reflejadaenelespejoquehabíasobrelacómoda,aligualqueviosusanchasespaldasunsegundoantes de caer como unamuñeca contra la cama y, casi al mismo tiempo, sentir a Fran gatear derodillassobreella.
—Creo que el otro día nos habíamos quedado precisamente en este punto. ¿Era aquí dondequeríasquetellevara?
Nopudocontestar,yaquesubocalaasaltóysusmanoscomenzaronadesnudarlafebrilmente.Laropavolómásrápidoquesiselahubieraquitadoellamisma,yensuembotadamentehubounsegundoparapensarsinolahabríarasgadoenvezdedesabrocharla.
—Dios,estoszapatoshorriblesempiezanaparecermedelomássexis.—Yoopino lomismode tu toalla—alegóella, con lasmanos abarcando losmúsculosde su
espalda.—¿Quétoalla?Cuando abrió los ojos, Sofía vio que Fran lanzaba la prenda bien lejos, cayendo junto a sus
horribleszapatos.—Llevotodalasemanapensandoenesto—confesóellajadeante,recorriendosushombros,su
espaldaysupechosincesar.—Yolollevopensandodesdehacebastantemás—admitióélmientraslelamíalagarganta—.
Prácticamentedesdelaprimeravezquetevi.InclusocuandoaúnpensabaqueeraslaesposadeRic.—Esoestámuymal—bromeóella,fingiendoungestoescandalizadoyapartándololigeramente
paramirarloalosojos.—Losé.—Lemordiólabarbillaylebesólapuntadelanariz—.Suertequenoseaslamujerde
otro.Esaspalabraslahicieronardertantocomolabocadeélbajandoporsucuelloydeteniéndoseen
suspechosparadarseunfestínconesasensiblepartedesuanatomía.—¡Dios!Soytuya,solo tuya—gimió, retorciéndoseante laexquisita torturaa laque laestaba
sometiendoFran.Susenormesycálidasmanossedeslizaronporsuvientrey,levantándoleporlascaderasconun
brazo, usó la otra mano para buscar otra parte sumamente sensible, completamente mojada ydispuestaparaél.
—Hesoñadocontusaborcadanochedesdequetebesé—murmurabaFranmientrasbajabamásymásdepositandopequeñosbesosportodosucuerpo—.Quierosaboreartemás,yquieroquegritesdeplacermientraslohago.
No fue difícil cumplir sus peticiones.Con una pericia que debería premiarse con algún tipo detrofeo,labocadeFranhizomaravillasentrelaspiernasdeSofía,obligándolaaretorcerseygritartalycomoélhabíasolicitado,ymuchomás.
Cuandoparecíaquenoibaapodersentirmásdeloqueestabasintiendo,Fransustituyósubocapordosdedosyladistrajomientrasbuscabaenelcajóndelamesillaalgoquehacíamuchoquenousaba,peroquehabíadejadoallíaldíasiguientedehaberlabesado,porsielmilagrodetenerlaensucamallegabaasucederse.
—Hacemuchoquenoestoyasíconunamujer—susurróensuoídoalavezquesesubíasobreella—.Noteextrañesi...Bueno,estoyterriblementeexcitado.
—Fran…Estavezlaquesevaamorirsoyyo…sinomepenetrasahoramismo.Contuvo una carcajada, pero descubrió que la necesidad de ella no había sido en absoluto
exagerada.Sintiócómosuspiernasenvolvíansuscaderasaferrándoloaella,exigiendoqueentraramás profundamente.Conmás fuerza.Conmás velocidad.Y cumplió sus deseos al igual que ellahabíasatisfecholosdeél.
Fransedejóllevaryseolvidódetodo,pensandosolouninstantequetendríantiempo,todoeldelmundo,para repetirlo todomás lentamente,parasaborearcadasegundoycadacentímetrodepiel.
Rodaronenlacama,ellasesubióaélantesdequeélvolvieraarodarparamantenerladebajo
denuevo.Fueunaluchaqueparecíaunadanzay,cuandoyanopudomás,sedejóvencerporella,dejándose ir por completo bajo su abrazo, bajo su cuerpomontado en el de él. La vio arquearsehaciaatrásenlaúltimaembestida,ypensóqueteníaelcuerpomáshermosodelmundo.Queestabacompletamenteembrujadoporesosojosqueahoralomirabanconcomplicidad.Yquelavidaporfinvolvíaasonreírle.
Sinsalirdeella,giróylaabrazóacurrucándolacontrasupecho.Sedijoasímismoqueeseseríael lugardondeella estaríade ahora en adelante.Porqueallí eradondepertenecía.Nadiepodríahacerquenofueraasí.Esaeraunapromesaquesehacíaasímismo.
—¿LedistepechoaLucas?—¿Qué?—SofíaserevolvióentrelosbrazosdeFran—.¿Aquévieneesapregunta?—Nolohiciste.—Claro que lo hice—carraspeó algo incómoda—. Quiero decir que tuve la suerte de poder
hacerlo.Hastaquetuvoañoymedio.Luegotuvequetrabajarparamantenerlo.—Parecementiraquelohicieras.Ellasegirólojustoparamirarloalosojos.—¿Sepuedesaberporqué?—Tienesunospechosperfectos,erguidos,del tamaño justoparamismanos.—Losabarcópara
demostrárselo—.Estásdiseñadaparamí.—¿Sinolohubieransidonoencajaríamos?—Laidealaofendía.—Encajamos en todos los sentidos. En todos. —La atrajo más hacia sí y sintió su erección
enormedenuevoentre susnalgas—.Esteesunodemuchos.Unoespecialmenteagradable.—Lomásrápidoquepudo,secolocóunpreservativoylapenetródesdeatráscondecisión—.¿Noestásdeacuerdo?
—Totalmente.La invasión fue sumamente profunda por la postura, pero Fran necesitabamás, ansiabamás, y
giró hasta retenerla firmemente bajo él. Sofía gritó con la boca amortiguada por la almohada,pidiendomás,alzandocomopodíalascaderasenbuscademás.
Cuando Fran se clavó por última vez con fuerza en ella, su boca se abrió camino entre sudesmadejadamelenahastaalcanzarsuorejaysusurrar:
—Sí,tedarémás.Muchomás—respondióasusrecientesexigencias—.Estoessoloelprincipiodetodoloquedeseohacerte.Soloelprincipio.
—Tengoqueirme—jadeóSofíatraseltercerencuentrodeesamañana.Habíanbajadoalacocinaacomeralgoyhabíanacabadosobrelamesa,desnudosdenuevo,en
honoraunacuentapendientequeambosteníansobreesemueble.Franlaayudóaincorporarseylabesóposesivamente.—¿Cuándovolveréaverte?Si su cuerpo no estuviera ya como la plastilina, se habría deshecho entre sus brazos en ese
precisomomento.—Mañana iré a casa deRic.Lucas lleva toda la semana dándome la vara con vuestramisión
secretaconesadichosapiedra.Podríaisdedicarunratoaelloydespués…—Quedaroselfindesemana.—¿Qué?—Todo el fin de semana. Había pensado que podríamos pintar la piedra con temperas y
colocarla en la entrada de casa deRic, como un obelisco de bienvenida.ALucas seguro que leencantalaidea.
—¿Yvaisadedicartodoelfindesemanaaeso?Mientrasrecuperabasuropatiradaportodaspartes,Franlasiguióhastavolveraatraparlaentre
susbrazos.
—No.Ratitossueltos.Otrospretendodedicártelosati.Unmordiscoenellóbulodesuorejalahizoestremecersedearribaabajo.—Asíquevuestramisiónessolounaexcusa—chasqueólalengua—.Nomegustamentirleami
hijo.—¿Prefieresqueledigamosquevoyacolarmeentucamaencuantoélseduerma?—Seráyoen la tuya—corrigió—.Yanoestoyenferma.Deberíaseryo laquedurmieraenel
cuartodedoscamitasconél.—¿Yprivarnosdenuestrascharlasdehombreahombreantesdedormir?Nihablar.—¿Quécharlas?—Nopodíaestarmásperpleja.—¿Notehacontadonada?—Sonriódeorejaaorejacuandoellalonegóysellevólasmanosa
lascaderas—.Entoncesnoseréyoquiendelateamiconfidente.Sofíasacudiólacabezaytratódenodarlemuchasvueltasaaquellasrevelaciones.Suhijoyel
hombre del que estaba completamente enamorada se llevaban a lasmilmaravillas. Aquello erademasiadobuenoparaserverdad.
Yacontodassuspertenenciasrecuperadas,sedirigióalasalidaescoltadaporFran.—¿TepasarásluegoaecharleunojoaRic?Antesmehaparecidoqueteníalavendamalpuesta,
comosiselahubieraquitadoyvueltoaponer.—Seríalaterceravezestasemana.Noaguantaelvendaje.—¿Ynopodríasquitárselo?—solicitóconunpucheroinfantil.—Yaveremos.—Franpuso gesto serio—.El cuerpo se toma su tiempo.Yno porque él tenga
prisa por quitarse los puntos, para lo que sea que se traiga entremanos con tu amigaPaula, va asanarmásrápido.
Sofíalomiróconlosojoscomoplatos.—¿Ytúcómosabes…eso?—Saber no sé nada en concreto. Pero él no para de decir que tiene algomuy importante que
hacer.Yeldíaqueestuvimosenelhospital,eraobvioqueentreellosdoshabíapasadoalgo.Dehecho—meditó—,aquellavezquecenamosensucasanadamásconocernosyasepercibíaciertatensiónentreellos.
—Menudoojoeltuyo—farfullóSofía.—Meparece que harían una buenapareja—divagó en alto—.Pero nopiensometerme en sus
asuntos.Y tú tampoco deberías—alegó al ver en su rostro que ya había algo pasándole por lacabeza.
—Esmiamiga—sejustificó—.Laayudaréenloquepueda.Calló las protestas de Fran dándole un delicioso beso antes demarcharse con sus saltitos de
Caperucitaporeljardín.—Osesperoparaelfindesemana—lerecordóélmientrasatravesabalaverja.Ella segiró, le sonriódeaquellamaravillosa formaque leatravesabaelcorazóny lo saludó
conlamano.—Yparaelrestodemivida—declaróparasí.
Capítulo10
—Sofía ha pasado toda la mañana en tu casa—se decidió a dejar caer Ric mientras Fran le
quitaba con sumo cuidado los puntos de la última herida de su cabeza—. Su coche ha estadoaparcadoenmijardínhastacasilauna.
—Losé.Yotambiénestabaallí—dijoconvozcasitancortantecomosubisturí.—¿Tantooshacostadoreorganizarlashorasquevaatrabajarparati?Franesperóacortarelpuntoqueseleestabaresistiendoantesderesponder.—Novaavolveratrabajarparamí.—Lo imaginaba.—Trasunossegundosdesilencio,continuósu interrogatorio—.¿Entoncesqué
habéisestadohaciendo?¿Jugaralosvampirosotravez?Francontuvolasganasdearrancarleelúltimopuntodecuajo.Contóhastadiez,terminósulabor
y,trasaplicarleeldesinfectantecuidadosamente,seplantódelantedeRic.—¿Quéeresahora?¿Suhermanomayor?Ricnoseamedrentóapesardelaseveramiradadesuvecino.—Solounamigoquesepreocupaporellayquenoquierequelehagandaño.—Yonuncaleharíadaño.—Tal vez no intencionadamente—le concedió, pues Fran le parecía un buen tipo, y lo había
demostradoenmultituddeocasiones—.Perosiparatiessolounjuegoyellaacabasintiendoalgomás,sufrirá.
—Nohemosestadojugandoanada.Notenemosquinceaños.—YademásestáLucas—insistióRic,obviandosucomentario.—Créemequenolohepasadoporaltoniunsolosegundo.—Vale.Soloqueríaasegurarme.Ricselevantóyseinspeccionólacicatrizenelespejodelbaño.Unamásalacolección.—Vanapasarestefindesemanaenmicasa—decidióconfesarleFran.Enelfondo,sealegraba
dequeRicpretendieraprotegeraSofíadeunposiblesufrimiento,aunqueesoaélno ledejaraenmuybuenlugar.
—¿Asíqueyaesoficial?¿Tenéisunarelación?FransediocuentadequehabíadejadomarcharaSofíasindefinirconpalabrasquéeraloque
teníanexactamente.Ocultósumiradaconfusaenlosutensiliosquesededicóalimpiaryrecoger.—¿Soisnovios,pareja,amantes…?—¿YPaulaytú?—contraatacóalsentirseacorralado—.¿Habéisdefinidolovuestro?Ricsegolpeóelpechoconunpuño.—Touché.—Oshevistojuntosysevequeos traéisalgo.Algocomplicado.Yqueporalgunarazónella
estáenfadada.—Caramba.¿Tudontraeconsigolacapacidaddeleerlamente?—No,sololasmiradas.Yvosotrososatravesáisconlosojos.Ricresoplóysaliódelaseoparadejarsecaersobreelsofá.Franlosiguióalcabodeunratoy
sesentóasulado.—¿Nolehabráshechonadamalo?—quisoasegurarse,devolviéndolelamoneda.—Laverdadesquesí.—Sefrotólacaraconrabiaysoltóunpequeñogritobajosusmanos—.
Lehementidodurantevariosaños.
Franloobservóensilencio.Seleveíaarrepentido,inclusoalgodeprimido.—Nuncahubieradichoqueerasdelosquemienten—dijoconconvicción.—Ynolosoy.Esalgoquenopudeevitar.—¿Ynopuedesdecirlelaverdadahora?—Sí.Peronosécómo.—Lomiróesperanzado—.Alomejoratiseteocurrealgunaidea.—Nocreo…—seapartóinstintivamenteunpocodeél.—Túsoloescuchalahistoria,¿vale?Yguardamisecreto.NiseteocurradecirlenadaaSofía.—Empezamosmal—protestó,peroantesdepodernegarse,Ricyaestabaconfesándose.—Conocí a Paula el día que entré por primera vez en la frutería que trabaja. Me atrajo la
perfeccióndelosproductosquevendían,peroencuantolaviaelladetrásdeunmostrador,lafrutayamediocompletamenteigual.
—Amoraprimeravista—concluyóFranconunasonrisa.—Sí.Yenesemomento,mediolasensacióndequeaquelflechazohabíasidomutuo.Asíque
volvícadasemanaahacermicompra,tratandodeconocerlaunpocomáscadavez.Ellamedejabaflirtearabiertamente,comosifueraunjuegoinocente,aunqueenelfondoambossabíamosquenoeraeso.
»Peroaquelloseviointerrumpidoporunviajedeunmesparapromocionarunademisnovelas.Ycuandovolví,antesdeiraverlaconladecisióndepedirleunacita,acudíaunconciertoalqueibanvarios amigosmíos. Uno de ellos, Álex, llevabameses diciéndome que tenía que conocer a sumujer.Yesedíaestabaenaquelconciertotambién.
—Oh,oh—seleescapóaFran,imaginándoseloqueveníaacontinuación.—Ella no me vio. Yo estaba saludando a otros amigos en ese momento y cuando volví al
círculodondeestabaÁlex, lovirodeándole loshombrosconunbrazoydiciéndolealgoaloídoantesdedarleunbesoenloslabios.
—¿Yquéhiciste?—Memarchéinmediatamente.YevitéportodoslosmediosaÁlexsiemprequepude.Tampoco
volví a la frutería en un par de meses, hasta que no pude más. Tenía que volver a verla. Noentendía que se hubiera comportado así conmigo estando casada con mi amigo, que es un tíomajísimo.Ademásdeeseestiloqueatraealaschicasdeinmediato,yasabes,atractivo.
La verdad era que, aunque Fran conocía a Paula de poco tiempo, tampoco le había dado laimpresióndequefueracapazdealgoasí.
—¿Seguisteflirteandoconella?—No.Yanovolvíacomportarmeasí.Simplementehacíamicompraylisto.Hastaqueundía,
sin que ella y una de sus compañeras se dieran cuenta de que había entrado un cliente, las oíhablandodesuseparación.
—AsíquePaulaestáseparada.—Aquelloleprodujounpequeñoalivio.Aconsejarenesecasoleibaaresultarmenoscomplicado.
—Loúltimoque séesqueÁlexaparecióhacedosañosenmicasa,borrachocomounacuba,llorandoporqueellalehabíaenviadolospapelesdeldivorcio.Élmeaseguróquenolosfirmaríajamás.Queseguíaenamoradodeellayque,tardeotemprano,lareconquistaría.
—Vayapanorama.—Elalivioledurópoco—.¿Yquépasódespués?—Nohevueltoasaberdeéldirectamente.SoloséquellevatodoelañoenEstadosUnidos.Es
surfista,hijodepadresricos.Notrabajaparavivir,nosésimeexplico.—Sí,mehagounaidea.—Frananalizólasituación—.AsíquenosabessiPaulaestádivorciada
osoloseparada.—No.Esolocarcomíapordentro.—Perosabesquellevaalmenosunañosinverlo.—Probablemente.—Aunquenosabesporquéquisoeldivorcio.
—Álexnuncamelodijo.—Aúnnoentendíaporqué—.Yyonohehabladonuncadeesoconella.
—Peroteconstaquesientealgoporti—sentencióFran,sinsaberloacienciacierta.EstavezRicdudóantesdedecirlelaverdadtandetalladamente.—Noshemosbesado,dosveces.Yellamedijoque…queríaalgomásquesersolomiamiga.FrangolpeóelhombrodeRicconunpuñetazodecamaradería.—Esoestámuybien.—Pero luegomedijo que no se creía que yo quisiera algomás con ella, porque nunca había
demostradoqueasífuera.—Alprincipiodevuestrarelaciónsí.—Deesohacemásdecuatroaños.—Serascólacabezaperosedetuvoencuantorozólarecién
cerradacicatriz.Contuvounescalofríodeaprensión—.¿Quéhago,Fran?Su vecino lo miró comprensivamente. El asunto era peliagudo. Pero tal vez fuera porque él
estabaflotandoenesosmomentosensupropianubedelamorqueleparecióqueRicteníaampliasposibilidadesdetriunfartambién.
—Yo,entulugar,ledemostraríahastaquépuntomeinteresa.Nomelimitaríaadecírseloyyaestá.
—¿Cómo?—exigiósaber.—Ya estásmejor.—Golpeó su rodilla con los nudillos—. Puedes andar sobre la muleta con
ciertasoltura.—Escierto.—Parademostrarlo,sepusoenpieydiovariasvueltasalsofámientrasFranseguía
consusconclusiones.—Ysitepeinashaciaabajo,noseteveráesacicatriz.—Esimportanteestarguapo.—Sueleayudar.—Rio—.Asíqueyomepresentaríaensucasasinavisarylellevaríaunenorme
ramodeflores.Nofalla,poralgoesunclásico.Yunavezallí,lediríaloquesiento,sintapujos.Ricsevolvióasentarcomosideprontosehicierapequeñito.—Hayunproblemillaconeso—murmuró.—¿Esquenosabesloquesientes?—No,esolotengoclarísimo.—Seriodesímismo—.Meheestadoengañado,avecesmásy
otrasmenos,perolaverdadsiempresaleaflote.Sobretodocuandolatengodelante.—¿Entoncescuáleselproblema?—Notengoniideadedóndevive.Franserioacarcajadasylediootropuñetazodecamaradaenelhombro.—Sieseeselúnicodetusproblemas,estásdesuerte.Porqueyofuiundíadelasemanapasada
a buscar a Lucas a casa de su querida tía Paula. Y, casualmente, sé que esta semana trabaja demañana.Loquesignificaque…
—Esposiblequeestéensucasaahoramismo.—Selevantódegolpe,comoimpulsadoporunafuerza renovada—. Perfecto. Me ducho y... ¿me llevas en tu coche a una floristería antes deacercarmeasucasa?¿Porfavor?—añadióconcaradeniñobueno.
Franparpadeóconfuso,preguntándosecómosehabíametidoeneselío.—Claro—aceptósinverposibilidadalgunadeescapar.—Tardodiezminutos.Mientrasloveíacojeardevueltaalbaño,Fransedijoqueacababadedesoírelconsejoqueesa
mismamañanalehabíadadoaSofía.Nometerseenlosasuntosdelosdemás.
Cuandoeltimbredelaentradasonó,Pauladejólaplanchasobrelatablaybajóelvolumendelatele.NohabíaquedadoconSofíahastalahoradelacena.Perocomoelmotivoeracelebrarsunuevocontratoenlafrutería,imaginóquequerríaempezarlosfestejoscuantoantes.
—¡Queempiecelajuerga!—exclamósegúnabríalapuerta.LasonrisadebienvenidaseleborróencuantovioaRicapoyadocontraelmarco.Conunramo
de flores enorme pero algo deshojado en una mano y las muletas en la otra. Con la caradesencajadaysudorosa.Casisinaliento.
Despuésdeunosinstantesdeimpacto,atócabosysellevólasmanosalrostroconhorror.—¡Dios mío! ¡El ascensor! Sigue estropeado… ¿verdad?—Él solo asintió con la barbilla y
extendióelramohaciaella,quienlocogióconambasmanos—.Pasa,pasa.Lo vio caminar con suma dificultad apoyado en lasmuletas. En cuanto pudo cerrar la puerta,
Paulaapoyólasfloresenunamesaysededicóaquitarlosmontonesderopadobladaqueacababadeplanchar.
—Siéntateaquí—leindicó,sosteniéndoledeunbrazoparaayudarlo.—Gracias—jadeóantesdedejarsecaercontraelsofá—.¿Porquévivesenunnoveno?Paulavolvióallevarselasmanosalacarayriosinpoderevitarlo.—Eraelmejorpisoenalquilerqueencontrécuando…necesitéunpisoenalquiler—explicósin
muchodetalle—.Tetraeréunvasodeagua.Yunatoalla—decidiódespuésdevercómosequitabaunaelegantechaquetay,bajoesta,lacamisalucíavisiblesronchonesdesudor.
Encuantovolvióconambascosas,desenchufólaplanchayapagólatele.Finalmente,sesentóasuladoenelsofá.
—Nohastocadoeltimbredeabajo.Tehabríaavisadodequeelascensornofuncionaba.—Heestadoesperandoaquesalieraunvecino.Queríadarteunasorpresa.Desdeluego,selahabíadado.Unaenorme.—¿Y no poder usar el ascensor no te ha disuadido? —prosiguió, pues era algo totalmente
inaudito.—Yaestabaaquí.Noibaadarmelavuelta—explicóyseñalólasflores—.Semehancaídoun
pardeveces.—Noimporta.Sonpreciosas.—Selevantóylascolocóenunjarrónconagua.Despuésvolvióa
sulado—.Ric,¿quéhacesaquí?—Túyyotenemosqueaclararalgunascosas.Deprontosepusomuyserio.Ella tragósalivacondificultadalverseatravesadaporesosojos
azulescomoelcielo.—¿Cómocuáles?—Meparecistemaravillosadesdeelprimerinstanteenquetevi.—Nomedigas…—respondióconhumor,aunqueélnosonreíaniunapizca.—Recordarás que te tiraba los tejos cada vez que iba a la frutería.Hasta que un día dejé de
hacerlo.—Sí.—Ellatambiénsepusoseria.Aquelloaúnledolía—.Nuncasupequéhicemalparaquetu
actitudhaciamícambiara.—Nada.Soloqueyodescubríqueestabascasada.Ricesperóaoírsuréplica.Queríadecirletodalaverdad,peroconfesarlequelehabíaocultado
suamistadconsuextantotiempoeraalgodifícildeplantear.—SellamabaÁlex—dijoalfin,trasunossegundosensilencio.¿Cómosehabríaenteradoélde
eso?—.Aúnestabaconélcuandoteconocí,peroyateníamosmuchosproblemas.Alpocotiempomeseparé.Yhaceañoymedioquefirmamoslospapelesdeldivorcio.
Oíraquellodesuspropioslabioslediounempujoncitoparacontinuarconlaverdad.—Sé…Hacetiempoqueséqueestásseparada—confesódubitativo—.Osoíhablaratiyauna
de tuscompañerasundíaqueentréen la tienda.Aunasí,noquiseserunobstáculoen tu relacióncon...él.
—Créeme,túnofuisteelproblemaennuestrarelación.—Paulasepasólamelenadeunladoalotro en un gesto de frustración—. Sofía y yo éramos unas crías cuando conocimos a Álex y aMartín.Noscolgamoscomounas tontas,porqueeranmayores,guapos,surfistas…Martín ladejó
embarazadaydesaparecióencuantolosupo.Álex,encambio,secasóconmigoencuantofuimayordeedad,peromehizodañodeotraforma.
EldolorqueRicvioenelrostrodePaulalohizoerguirsedegolpeenelsofá.—¿Quéquieresdecir?¿Te…él…tepegó?—Lospuñosselecerrarondepurarabia.—¡No!—Le agarró ambasmanos para calmarlo—.Nome pegó.Más bien,me la pegó.Con
otra.Ennuestracama—soltóabocajarro.—Nopuedeser.«Élmedijoqueestabaenamoradodeti»,estuvoapuntodedecir,perosecalló.—Esomismopenséyoporun segundo.Peromisojosmedejaron claroqué era loque estaba
pasando. Me fui de casa y no volví. Después de un par de meses viviendo con Sofía y Lucas,encontréestepisoymemudé.
—¿Élnointentóqueleperdonaras?—Sí. Y fue bastante insistente —recordó pesarosa—. Pero considero que algo así es
imperdonable.Además,yoyanolequería.Yélamítampoco,pormuchoquemejuraraqueasíera.—Losientomucho.—Gracias.Peroyalohesuperado.«Ya está por fin todo dicho», pensó Paula, ajena al debate interno que tenía Ric en esos
momentos.Él había ido hasta allí para hablarle de su amistad conÁlex, al que había respetado durante
muchotiempo,noqueriendotocara lamujerque,apesardeestarseparados,seguíaconsiderandosuya.Perosusupuestoamigolehabíaocultadounainfidelidad,nadamenosqueenlacamadondedormíaconPaula.Repugnante.ElcabreoqueteníaenesemomentoleimpedíamencionarnadamásdesurelaciónconÁlex.
—¿Yahoraqué?—ledijoPaulaconciertaansiedad.Éltratódetranquilizarseparapensarconclaridad.Ellalomirabaconojosesperanzados.Yélse
sentía incapaz de soltarle la bomba que le quedaba por decirle. Decidió esperar a un momentomejor.Yahabíapasadoañosensilencio,¿quépodíaimportarunosdíasmás?
—¿Quéjuergasesuponequeibaaempezarcuandohasabiertolapuerta?PaulaleexplicóentrerisaslacenaqueteníaprevistaconSofíayLucasesanoche.—Bueno,siestásocupadahoy,tendremosqueempezardeceromañana.—¿Empezardecero?—Exactamente.—Ric se giró hacia ella y le ofreció unamano que ella estrechó divertida—.
Hola.Me llamoRicardoOlarra, aunque soy escritor y uso el seudónimoRicardoM. Remingtonparafirmarmisnovelas.Remingtonesmicuartoapellido,ylaeme…
—EsenhomenajeatuabuelamaternaMargarita,losé.Melocontasteundía.—Conunasonrisatímida, pues se notaba que el hecho de que recordara ese detalle llenaba de satisfacción a Ric,Paula se apoyó en sus hombros y le acarició con dos besos ambas mejillas—. Yo soy PaulaSalgado.Ysoytulectoranúmerouno.
—¿Deverdad?Meencantacharlarconmisfans.Nuncadejandesorprendermelosdetallesquelesllamanlaatencióndemisobras.
Ella lomiró con una ceja alzada, principalmente por el uso de la palabra «fan», que ella nohabíaempleadoenningúnmomento.
—Ydígame,señoritaSalgado,¿noestaráustedcasualmentelibremañanaporlanoche?
Capítulo11
—¿No tendrás tú nada que ver con que Ric y Paula hayan salido a cenar juntos esta noche,
verdad?—¿Yo?—FrandetuvolamanoqueacariciabalacolumnadesnudadeSofía,acurrucadasobre
supecho—.¿Quépodríateneryoqueverconeso?Ellaalzólavistaparamirarloalosojos.Laescasaluzdeunalamparitanodejabaclarosifingía
lainocenciaqueemanabasumiradagris.—Ayermismohablábamosdequepasabaalgoentreellosyesamismatarde,despuésdequetú
lequitaraslospuntosaRic,sepresentaensucasaconunramodeflores.Y—añadióantesdequeéllovolvieraanegar—Paulamehadichoquefuistetúquiensechivódedóndevivía.
—Culpable—admitió—.AunquefueRicquienmemetióensusasuntos,yonoquería.«Sí,claro»,pensóSofíaconunacarcajada.—Luegodecísdelasmujeres…—Perohasalidobien,¿no?—Sí.—Desdeluego,esperabaqueasífuerayquePaulaselocontaratodoconpelosyseñales
enunaspocashoras—.ExceptoqueRiccasisufreuninfartosubiendonuevepisosandando.—¡No!Sofía le explicó lo sucedidoy, aunquecon lástima, ambos rieroncon labocacubiertapor sus
manos para amortiguar el sonidode sus carcajadas.Noqueríandespertar aLucas, dormido en lahabitacióndedoscamitasdecasadeFran.
—Ellallevaañoslocaporél—leexplicóSofía,contentaporsuamiga.—Creoqueesrecíproco—aportóFran,tambiénaliviadodequesuintervenciónhubierasidopara
bien.—Encambio túyyo—comenzóSofíaalgo temerosa—nosconocemosdesdehacesolounos
meses.—¿Esoimporta?Ellaseincorporóparaencararlo.—¡Claroquesí!Tenemosqueconocernosmás.Él la besó en la punta de la nariz antes de obligarla a acurrucarse tal como estaba antes. Le
encantabatenerladesnuda,pegadaasupechoyrodearlaconsusbrazos.—Muybien.—Pensóenloprimeroqueselevinoalacabeza—.Háblame…detufamilia.—¡Ja!Precisamentedemifamilia—sequejóconsorna—.Túlohasquerido.Sofíacogiómuchoaireylehizounamargoresumen.—MipadresecasóconmimadreporquesequedóembarazadademihermanoJorge.Alosdos
años nací yo. Pero no lo recuerdo, porque al poco se marchó de casa. Mi madre nos culpó anosotrosdesuhuidaynoshizo lavida imposible.Asíquemihermanosehizoa lamarencuantoquisieroncontratarlo.Aúntrabajademarinomercante.Ycuandoyomequedéembarazada,talcomoteconté,mimadremeechósinmás.Dijoqueelpadreeraquiendebíahacersecargodelacriatura,no ella. Pero Martín se desentendió por completo, me acusó de mentir, que no podía ser suyo.Despuésdesapareciósindejarrastro.
LaúnicarespuestaalsilenciodeSofíafueunabrazomásfuertedeFran.Ellaprosiguió.—CuandoLucasteníaunaño,conocíaDaniel.Aélnoparecióimportarlequefueramadre,pero
tampocosemostrónuncamuypaternalconLucas.Convivimoscasidosaños.Hastaqueundía,dijo
quenoestabapreparadoparaserpadre.Ysefue.—¿Qué viste en esos hombres, Sofía? —Sintió cómo ella se ponía rígida—. No pretendo
juzgarte,soloentenderte.¿Cómo explicarle a un hombre al que no se quiere defraudar tus errores de juventud?
Simplementeconlaverdad,sedijocuandosintiólasmanosdeélacariciándolaconcariño.Aquelladulzuraladesarmabaporcompleto.
—DeMartínmeenamorécuandoteníadiecisieteaños.Erafascinante,unsurfistadeveinteañosguapoarabiar.Meencandilóconsulabia,sucochazo,susoñadoravisióndelavida.Eramuyjoven,yfuiestúpida.
—Teengañó—sentencióFran.—Medejéengañar—locorrigióella,puesasílohabíaasumido—.Paulayyocaímosenunas
redesparecidas,soloqueellasecasóconunamigodeMartín,yélacabóengañándolaconotra.Peroesaesotrahistoria.
FranpensóenloqueRiclehabíacontado,ysepreguntósiPaulayélsehabríansinceradoya.—¿YDaniel?—Élseportómuybienconnosotrosalprincipio.Noestábamosenamorados,peroeraunavida
cómoda,compartíamosgastos,responsabilidades…Medejéllevarporlaideadeunafamilia.Peroeldecidióundíaqueesonoeraloquebuscabatodavía.Sinceramente—añadióconunchasquidodeindiferencia—,tampocofueunagranpérdida.
Fran se quedó desconcertado al notar que se reía.Al parecer ya tenía todo aquellomás quesuperado.
—¿Yquéhaydeti?—seinteresóentoncesella.—Pues… tengounahermanayuna sobrina, como tedije.Peromi cuñadoes estadounidensey
cuandosecasaronsemudaronaNuevaYork.Mipadremuriódeunictushacecuatroaños,ycomomimadretieneAlzheimer,mihermanameconvenciódequeestaríamejorcuidadaallí.Estáenunaresidenciamuycercadesucasaylavisitancasiadiario.
—¿Cuántohacequenolosves?—DesdelamuertedeRosayCarlos.Vinieronalfuneral.Estavezlaqueloabrazóconfuerzafueella.—¿Yatinoseteocurriómarcharteallíuntemporada?—Noteníaánimos.Ytraselaccidente,Eva,unaamigadetodalavida,estuvomuypendientede
mí. Me apoyó muchísimo y, no sé cómo, acabamos empezando una relación. Yo estaba tantrastocadoporloocurridoquemedejéllevar.Perocuandocomprendíloqueestabahaciendo,tuvequedejarla.Ellaesperabademíalgoqueyonoibaapoderdarlenunca.Paséunosmesessinsaberquéhacerconmivida,hastaquedecidí rompercon todo.Vendímipiso,cogí laexcedenciaymemudéaquí.
SofíajugueteóconlosrizosquesearremolinabanenelpechodeFran.Cadacualhabíatenidosudosisderelacionesfallidasytortasdelavida.Sinembargo,ahoraestabanallí,juntos,abrazados,dispuestos a darse otra oportunidad a símismos.Ojalá fuera cierto eso de que a la tercera iba lavencida.
—¿Puedo preguntarte algomás?—dijo Sofía cuando Fran ya pensaba que se había quedadodormida.Asintióconungruñido—.¿Puedesexplicarmeaquelloqueempezasteacontarmesobretudon?
Franenredóundedoenunmechóndesupelo,jugueteandoconél.Ellanotósunerviosismoenesegestoybesódulcementeelcentrodesupecho.
—Túloreactivaste—comenzóencuantosintiólacálidacariciadesuslabios—.Losospechélaprimeravezquetetoqué,peroahoraestoysegurodequefueelcontactocontumanoloquelotrajodevueltaamí.
—Nocomprendo.—Contigocreoquenofunciona—continuó—.Anoserqueelefectoquetengaentielhechode
queyotetoquesea…diferente.Ellaseconcentróenlosbrazosquelarodeaban.—Cuandometocas,escomosi…—¿Qué?—quisosaberconimpaciencia.—Comosillevaratodalavidaesperandoesecontacto.Comosiestarcontigofueralocorrecto,
lo que tenía que ser. Como si mi piel reaccionara a la tuya con una respuesta eléctrica. —Sesorprendióasímismaconaquellaspalabrasquehabíansalidosinmás—.Tepareceráunalocura.
—No.Yosientoexactamentelomismo.Yalgunascosasmás.Ellaseestremeciócuandoéllerozóunsenoconlapuntadelosdedos.—Sí,esotambién—admitióSofíayaexcitadaporsoloaquellevecontacto.—Pero hay algo distinto que las personas suelen sentir cuando yo les doy la mano. Me ha
ocurridodesdequeeraadolescente.Laprimeravezfueenunaexcursióndelcolegio.Uncompañerodeclasesufrióunacaídaysegolpeóunaceja.Sangrabamucho,yotroalumnofueabuscarayudamientrasyomequedabaconél,frenandolahemorragiaycalmándoloconpalabrasdeánimo.
»Peroélestabamuyasustado,lasangreleprovocabaaprensión.Nofuehastaquelecogídelamanoquesecalmó.Díasdespués,medijoquenadamás tocarmimanosupoque todo ibaa salirbien.Yoletransmitíeso.
—Vaya.—Sofíacogiósumanoylainspeccionó—.Esalucinante.—Pensé que simplemente sería algo que él se habría imaginado. Pero cuando empecé de
voluntario en Cruz Roja, pude comprobar que no era casualidad. La gente sentía esa calma yseguridad en que las cosas iban a salir bien cuando yo les dabamimano. Por eso quise estudiarEnfermería.Ydespués, trabajar en ambulancias.En las emergencias es donde creoquepuedo sermásútil.
Ahoracomprendíaporquésermédiconoeraloquelemotivaba.—¿Peromehasdichoqueperdistetudon?—Cuando las cosas comenzarona irmal conRosa, cuandoempecé la carreradeMedicina,o
cuandome di cuenta de que era infeliz.No sé cuando lo perdí exactamente, pero creo que esospudieronserlosmotivosporlosque,depronto,dejédetransmitiresapazqueyomismonosentía.
Sofía trató de imaginar cómo sería poseer algo tan único y maravilloso y perderlo sin más.Aunque recordó que aún habría sido peor la pérdida de su familia. ¿Cuánto había sufrido esehombre?Sintióunasterriblesganasdeconsolarloyseacurrucócontraélconmásfuerza.
—¿Ycómosabesquelohasrecuperado?—Eldíaquenosdimoslamanosaltóunachispa.¿Nolanotaste?—Sí—reconoció,aunqueellahabíapensadoqueeraotracosa.—Tú también tienesalgoespecial,Sofía.Sea loquesea,hizoquepudierasdevolverme lapaz
quehabíaperdido.Nopudoevitarruborizarse.Leparecióqueleestabaotorgandodemasiadomérito.Peronopodía
negarqueeracierto,teníaevidenciasdequelohabíarecuperado.—OídeciraRic,cuandolollevábamosalhospitalenmicoche,quetudoneramuyefectivo.—Séque le estaba transmitiendocalmaa travésdenuestrasmanos.Cuando lohago, la siento
fluir.Esdifícildeexplicar.—Esalgoabsolutamentemaravilloso,Fran.Es…unmilagrodivino.—Elmilagroestenerteaquíconmigo.Sofíacreyóderretirsealoír esaspalabras.Sedeshizoen susbrazosdefinitivamentecuandoél
reclamósubocaylagiróparaponerseencimadeella.—¿Eres de verdad o estoy soñando? —le preguntó antes de deslizarse por su garganta y
perderseentresussenos.—Ahora mismo, no lo tengo muy claro—gimió y se aferró a sus largos mechones de pelo
cuandoélapretóunpezónconsusdientes.Trasvariosminutosdedeliciosatortura,sehundióenella,quienlorecibiótotalmentepreparada
paraél.—Esto… esto tiene que ser real—ronroneó entregada a la pasión con la que él la poseía—.
Dimequeesreal.—Nuncaheestadomásdespiertoen todamivida,Sofía.Todomiser sehadespertadopara ti.
Porti.Lacadenciadesusmovimientossevolviófrenéticayellatuvoquehundirelrostroensuhombro
paraevitarchillarcondesesperación.—Tequiero—pronuncióSofíasinaliento,perosuspalabrasquedaronamortiguadasporsupiel.Sinembargo,aunestandoseguradequenolahabíaoído,supoqueéleraconscientedequeella
lo amaba. Al igual que ella sentía que él la amaba a ella mientras la abrazaba antes de caerdormidos.
Tal vez, su don entre ellos funcionara así, una comunicación muda que fluía a través delcontacto físico. O, simplemente, esa era la primera vez que ella amaba de verdad, y que eracorrespondida.
RicyPauladecidieroncaminardesdeelrestaurantehastalacasadeella.Noestabamuylejosy,aunquelanocheerafresca,estabadespejada.Ellasesintióalgodecepcionadapornopoderdaresepaseoagarradadesubrazo,puesélprecisabaambasmanosparausarsusmuletasypodercaminar.Perohabíanacordadoempezardecero, irdespacio,y esaeraunaprimeracita.Unacita amistosaperomuyprometedora, llenademiradascargadasde intención.Yahabría tiempoparaelcontactofísicoenlassiguientes.
—¿Yatehanarregladoelascensor?—preguntóRicalllegaralportal.—No,¿porqué?—Paulasintióunhormigueoportodoelcuerpo.—Poresostaconesquellevas.—¡Oh! —soltó, algo cohibida por haberse imaginado otros motivos para su pregunta. «Mal
pensada»,serecriminó—.Melosquitaréparasubir.Él la imaginó quitándose los zapatos, y después el ajustado vestido que se ocultaba bajo su
abrigo.Cuandosusmiradassecruzaron,ambosfueronconscientesdeloqueestabanpensando.—Quedamos en ir despacio. Pero va a costarme—declaró Ric antes de apoyar sus muletas
contralaparedyacercarseaella—.Aunquesívoyapermitirmeesto.Cuandoaquellasenormesmanosseposaronsobresusmejillas,Pauladejóderespirar.Ycuando
tomósubocasinningúnpreámbulo,introduciendodirectamentesulenguaentresuslabios,elairelesaliódegolpedesdelomásprofundodesupecho.
¡SantaMadredeDios!¡Quémaneradebesar!Nadaqueverconsutímidarespuestaensucasa,cuando ella lo había abordado a él. Ni con la suavidad de su segundo beso, una leve cariciatentadora.Esofuetodoloquepuedopensar.Apartirdeahí,selimitóasentir.
Temblócomounahojadepapelamerceddelvientocuandolasmanosdeélsedeslizaronporsusbrazoshastarodearlayalzarla,tratandodeacercarlamásasuboca.Entoncesellaleechólosbrazosalcuelloysepegóasupechoparadarleloquelepedía,contactoycercanía,voracidad,intensidad…yunasganasacumuladasqueseasemejabandemasiadoaloqueellamismasentía.
—Buenasnoches—dijounavoz,yambossesepararondegolpe.Paula se sintió enrojecer al descubrir a su vecina de abajo salir en bata a tirar la basura. Ric
contuvolarisayleseñalóconlamiradalaszapatillasrosasconpomponesdelamujerdesesentaañosquevolvíayadelotroladodelacalle,dondeestabanloscontenedores.
—Buenasnoches—dijeronambosalavez.Lamujerlesechóunamiraditadecomplicidadantesdedesaparecerescaleraarriba,despuésde
dejarleslapuertaabiertaencajadaeneltope.—Muycómodasparasubirlasescaleras,podríasponerteunas.Descolocada,Paulasepreguntócómopodíahablardeunpardepantuflasdespuésdebesarla
desemejantemanera.—Notienentalón.Lasperderácienvecesantesdellegaraloctavoy…No dijomás porque su boca estaba otra vez ocupada con la de él, quien la había atacado a
traiciónporsegundavezy,ahora,laempujabaportaladentro.—Odiolasinterrupcionescuandotengoalgoimportanteentremanos—murmuróensuslabiosy
laocultóenunrincónoscurodelportal.Algoparecido lehabíacontadoundíaen la frutería, recordócomounfogonazo,cuandootro
clientesequejódeunasllamadascomercialesqueirrumpíanlatranquilidaddesuhogar.Élodiabaestar escribiendo y que sonara el teléfono o la puerta, así que solía dejarlo desconectado y lapuertanilaatendía.
Y, de nuevo, cuando sus manos se colaron bajo su falda, acariciándole ambos muslos hastasubirlaasucintura,volvióaperderelhilodesuspensamientosyseconcentróensentir.
—Ric…—sollozóalnotarsuerecciónclavadaenelpuntomássensibledesucuerpo.—Noséquémehaces—siseó—,perosientoqueyanomeduelenada.Nadaenabsoluto.Ungolpedesucaderalasubióunoscentímetrosalolargodelapared.Yalmomento,sesintió
descenderhastaestardepieenelsuelo.—Aquí no—dijo Ric de pronto, como para sí—. Además, me gustaría estar en plena forma
cuandote…—semordióellabio—.Losiento,nodeberíadarporhechoquevamosa…Ellaseriodesusfrasesinacabadas,orgullosadedejarsinpalabrasaunhombrequeseganaba
lavidaconellas.Lobesóenloslabiosfugazmente.Despuésserecompusolaropa.—Nome sientoofendida.Creoquehedejadoclaroqueyo también tengoeso enmente.Pero
acordamosirdespacio.—Sí,sí.—Sacudiólacabeza—.Concédemesolouncapricho,¿quieres?Se agachó con dificultad, doblando una pierna y estirando la otra, y la acarició desde las
pantorrillashastalostobillos.Aellalefallaronlasrodillasytuvoqueagarrarseasushombros.Éllelevantóunpieylesacóunzapato,despuéshizolomismoconelotro.Seincorporóconlentitudyselosentregó.
—Muybonitos.Elladioporhechoquesereferíaaloszapatos,hastaquecontinuó:—Peronodeberíashacerlossufrirconestatorturadecalzado.—Queríaquemesacarasmenosaltura—confesócabizbaja.—Estoylosuficientementerecuperadoparaacercarteamícuandohagafalta.—Leguiñóunojo
—.Ahorasubeantesdequelovuelvaahacer.Trasunossegundosdeduda,ellaseencaminóhacialasescaleras.Despuéssegiróylomiróuna
vezmás.—Enserio,podríallevarteenmicoche—repitióporenésimavezesanoche.—Cogeréuntaxi.¿Ves?Loestoyllamando.—Marcóelnúmeroensumóvil.Finalmente,Paulaasintióycomenzóasubir,conscientedequeélteníalamiradaclavadaenella.
Porfin.
Capítulo12
—Muybien,Lucas.Unpocomás,yacasinosenota.Unavezqueelniñoterminóderellenarelsocavónquehabíadejadolaenormepiedradeljardín
deRicdespuésdelograrextraerla,Franusólapalaparaaplanarlatierraquehabíanllevadodesupropioterreno.Ahoralacanchadebaloncestoeracompletamentesegura.
—Corre.Vámonos,antesdequeRicselevantedelacama.Bajo las primeras luces del amanecer, niño y hombre caminaron con sigilo, cargados con sus
herramientasyconsutesoro,ocultosbajounasropasoscurasqueFranhabíapropuestollevarparaquelamisiónfueraaúnmássecreta.HabíahecholevantaraLucasmuytempranoparasersábado,perocontabaconqueaquellaformadeplantearlelasorpresaquequeríadarleaRicleresultaraunapequeñaaventura.Élmismoseestabadivirtiendodelolindo.
Mientrasdejabanquelarocasesecaraalsoldespuésdehaberlalavadobienyeliminadotodorestodecésped,barro,yalgúnqueotroinquilinovivo,FrancogióelúltimodeloslibrosdeRicquehabíaleídodesdequesehabíamudadoalladodesucreativovecino.BuscólapáginaquelehabíainspiradoaquellalocaideaycomenzóaleerenaltoparaLucas.
—«Zafios,amorales,masdesconcertantementeinteligentes, loskoruwarisdominabanelartedelanavegacióndesdehacíamilenios.Susavanzadastécnicaslespermitíandesviarlaórbitadecadaasteroide que invadían, haciendo de él no solo su guarida, sino también su nave de guerra. ElescuadrónquecapitaneabaStein,unkoruwariexcepcionalmentecorpulentoparasumedianaespecie,se había hecho con el control de Nasier B, uno de los más preciados asteroides de la galaxia,dotadodefuerzasmagnéticasysuperficiecultivableapartesiguales».
Fransedetuvoantesdeseguirconladescripcióndelcuerporocosoqueibanareproducir.Lucaslomirabacongestodesconcertado.Noeradeextrañar,puesRicnoescribíaprecisamentehistoriasparaniños.
—¿Quésignifica«zafiosyamorales»?—preguntóLucas,sincomenzaraúnsuprimerbocetodelaqueibaaserladecoracióndefinitivadelapiedra.
—Bárbarosysinningunanormaenlaquebasarsuconducta.Vamos,muymalagente.—Comolospiratas—concluyóLucasconmediasonrisadefascinación.—Exacto.—¡Guay!—exclamóllenodeentusiasmoantesdecomenzarsudibujo—.¡Sigueleyéndome!
—¡Noabraslosojos!—Vale.—¡Promételo!—Loprometo.Conunacarcajada,RicsedejóarrastrarporLucasdesdesuporchehastalaentradadesucasa.
Lohabíadespertadodesusagradasiestadedomingoporlatarde,colándoseensucasacomounatromba,sinllamaraltimbresiquiera,ydándoleunsustodemuerte.
Peroelentusiasmodelcríoeratalquenohabíapodidoregañarloporlairrupción,ninegarseaconcederleloquelesolicitaba.
—¡Ya!—leindicó,tironeandodelamangadesuchaqueta.Ric abrió los ojos y se encontró aFran ySofía delante de él,mirándole conuna sonrisamuy
sospechosa.—¿Qué pasa aquí? —Ric no entendió nada hasta que Fran aupó a Lucas y este señaló la
columnaderechaque flanqueaba laverjade la entrada,dondeestabaanclado subuzón.Alzóunpoco más la vista y, en lo alto, encontró algo que nunca había estado ahí—. ¿Es…? ¡No! ¡EsNasierB!
—¿Qué?—preguntóSofíamuybajito.—Elnombredelasteroide,mamá—replicómolestoLucas—.Noteenteras.—¡Oye!—Franlohizobrincarensusbrazosconunaescuetareprimenda.—Losiento—sedisculpódeinmediatoLucas,ySofíaseacercóparadarleunruidosobeso.—Dameuno,biengrande—leexigióellaconsutonomásestricto.El niño obedeció y abrazó el cuello de su madre para darle un enorme beso de disculpa.
Seguidamenteseestiróparapodertocarelmurodondereposabasuobradearte.—Fue ideamía quitar la piedra de tu jardín, para que no volvieras a hacerte daño—empezó
Lucas—.LepedíayudaaFranyaélseleocurrióhacerestoporqueloleyóentunovela.Lohemospintadoentrelosdos.¡Hemostardadodosdías!
—Estoy…impresionado.—Losojoslechispearonylanarizcomenzóapicarle—.¡HabéishechohastaunafiguritadeStein!
—Conarcilla—aportóLucas,orgulloso—.Todoloquenoespinturaopiedra,esarcilla.—Yo…No tengo palabras.—Se giró hacia el adorable niño y le revolvió el pelo antes de
decidirse y darle un beso en uno de sus blanditosmofletes—.No sé cómo puedo agradecértelo.Agradecéroslo —se corrigió, y le tendió la mano a Fran, quien se la estrechó negando con lacabeza,queriendoquitarleimportancia.
—¡Podrías venir el próximo sábado ami fiesta de cumpleaños! ¿Verdad,mamá? ¿Verdadquepuede?
Sofíasequedóalgodescolocada.NisiquieralehabíamencionadoaFranlodelafiesta.—Esunameriendaparaniños,susamiguitosdelcolegio.NosésiaRicalgoasípodría…—¡Meapuntoencantado!—intervinoél,divertidoporlaidea.—TambiénestaránmamáytíaPaula.Asíqueesodequeeransoloniñosnoeradeltodocierto,pensóLucas.—YFrantambiénvendrá.¿Aquesí?¡Yacumplosieteaños!Mirandoalniñoalosojos,Fransonrióconunintensocalordesbordándosearaudalesdesdelo
másprofundodesucorazón.—Simeinvitarasatufiesta,nomelaperderíapornadadelmundo.—Entonces te invito—declarócon rotundidad,alzando labarbilla—.Ypodrásprobar la tarta
demamá.Elañopasadomehizounaconcochesporencima,¡yquesepodíancomer!—¡Esonopuedeser!—Franpusocaradeprofunda incredulidadyLucasasintióenérgicamente
conlacabeza—.¿Ycómovaaserlatartaesteaño?Sofíaserascóunasienydudó.Habíatenidotantascosasenlacabezaqueeltemadelatartade
cumpleañosdesuhijoeraalgoenloqueaúnnohabíapensado.Esquivósuesperanzadamiradaconalgodeculparoyéndolepordentro.EntoncesseencontróconelrostroaúnfascinadodeRic,quenodejabademirarelsimuladoasteroidequeahorapresidíalaentradadesucasa.
—Semeestáocurriendounaideajustoahoramismo—murmuróconmediasonrisa.
Cuando el último ruidoso e hiperactivo niño abandonó el piso de Sofía y Lucas, los adultoscomenzaronarecogerlosrestosdelafiesta,quemásbienparecíanlasdevastadorasconsecuenciasdeunabatallacampal.
—Marcharosya,Paula,onollegaréisatiempoalacena.Suamiga,ymadrinadelhomenajeado,nosoltólaescobayelrecogedorquemanejabaportodo
el pasillo. ¿Eso era un chicle pegado? Sofía debería haberle hecho caso y quitar todo lo
potencialmente destructible del alcance de esos animales. Cortinas, cuadros y, sobre todo,alfombras.
—Aúnsonlasnueve.Yno tenemosmesahasta lasdiezymedia—leexplicómientrasrascabaconunauña el pegote rosa. ¡Quéasco!—.Además, he comido tanta tarta estelarqueno sé simequedasitioparalacena.
—¿Pretendes cancelarnuestra segundacita?—protestóRicdesde lapuertadel salón, con lasmanoscargadascondosenormesbolsasdebasura—.¡Deesonada!Despídete,nosvamos.
Conunacarcajada,puessabíaquelaindignaciónyelautoritarismoquepretendíamostrarnoeranmásqueunaexageración,Paulaterminósutareayfueadarleunbesoasuahijado.
—Ha sido la mejor fiesta de la historia de las fiestas de cumpleaños—alabó Ric cuando seacercóadespedirsetambién.
—¿Ostenéisqueirya?—lavozdeLucassellenódetristeza.—Sí,cariño.Hasidoundíamuylargo,ytútienesqueacostartepronto—leexplicóPaulaala
vezqueloabrazabaconfuerza.—Noestoycansado—farfulló,cruzándosedebrazos.—Esolodicesahora.Pero,encuantotetumbesenlacama,tedormiráscomounbendito.Sofíaposósumanoensuhombro,peroLucastiródelamangadeFranylepusolamejordesus
carasdeniñobueno.Consumadreysutíanosolíafallar.—¿Tútequedarásunratitomás,verdad?FranmiróaSofíaantesderesponder.Ellaselimitóasonreírsinpoderevitarruborizarse.—Solo si prometes comerte las verduras que tu madre ha preparado para la cena. Hay que
limpiardeesecuerpochiquitajotodoelazúcarconelquelohasatiborrado.CuandoFrancomenzóahacerlecosquillaspor labarriga,Lucasrompióareírhastaque logró
escabullirseyescondersetrassumadre.—¡Vale!Unplatopequeño—tratódenegociar,puesno teníahambredespuésdecomerse tres
enormestrozosdelaincreíble,alucinante,megafantásticatartaquesumadrelehabíapreparado.Alprincipiosusamigoshabíanmiradoelpostreconrecelo,pueslaformayelcolornoeranmuy
apetecibles. Sin descontar los seres con forma de roedor que, tal como había explicado a suscompañeros,eranloskoruwari.Perounavezqueleshabíacontadotodalahistoria,nosolohabíandevoradoladeliciosatartadebizcocho,chocolate,natayfondant,sinoquehabíanqueridosabereltítulodellibrodeRicparapodersabermássobreNasierB.
Para disuadirlos de esa idea, dado que no era una novela para niños de siete años, Ric habíatenido que readaptar la historia a una versión narrada de viva voz, resumida y suavizada de sunovelamásexitosa.
Esehabíasidoelúnicoratoquelosniñoshabíanestadoquietosycallados.Elrestodelatardehabíasidoelcaos.
Tras despedirse de su tía y de Ric en la puerta, dándoles las gracias una vez más por sucompañíaysusregalos,LucassolicitóqueFranjugaraconélunratoantesdecenar.Teníamuchosjuguetesnuevos,yestabadeseandoestrenarlos.
—Esto está buenísimo. Pero estoy tan llena que si pruebo un bocadomás, explotaré como elasteroidedetuhistoria.
Paulabebióunbuensorbodevinoparapasarelúltimotrozodecodornizensalsadecastañas.Através de su copapudover aRic,mirándola con aquellos ojos queparecían acariciarla con cadapestañeo. Desprendía un aura realmente cautivadora. Y estaba claro que no era la única que lacaptaba, pensó, recordando cómo había logrado que todos los niños lo rodearan sentados en elsuelomientrasél,conunentusiasmoyexpresividadenvidiables,lescontabaelcuentomásincreíblequeaquelloscríoshabíanescuchadojamás.
Ella misma se había quedado fascinada, y eso que ya había leído la versión más cruenta y
terroríficadeaquellahistoria.PeroRiceraunhombredemuchascaras.Podíaserfieroydulcealavez, como había demostrado mientras narraba la destrucción de Nasier B, pero salvaba a lospersonajesconquieneslosniñossehabíanencariñadoya.Exigenteyamable,comocuandosehabíanegadoaunasupuestacancelacióndesucita,peronohabíasalidodelacasasinantesasegurarsede que todo estuviera recogido y llevarse consigo todos los desperdicios de aquella gran fiesta.Misteriosoysencilloconsolounparpadeo,puestanprontolaestabamirandocomoellaaél,conungesto enigmático que podía significarmil cosas, comode repente se levantaba y le ofrecía sumano al oír las palabras de la cantante y pianista que amenizaba la mágica velada en aquelencantadorrestaurante.
—Elúltimotemaantesdeunbrevedescansovadedicadoaestepequeñorincóndelaciudadquemediomiprimeraoportunidad.
AlverquePaulanoselevantaba,Ricalzóunacejayacercómássumanoaladeella,queseaferrabaconfuerzaalamesa.
—Vamos.Lagenteyamehavistolevantarmeypedirteunbaile.Noquerrásdejarmeenridículorechazándome.
APaulaleempezaronasudarlasmanos.¿Acasosehabíavueltoloco?Nadiemásbailaba,ynoeradeextrañar.Allínohabíanadaparecidoaunapistadebaile.ElespaciomásamplioeraelqueseparabasumesadelescenariodondelapianistayahabíacomenzadoatocarunapiezaquePaulaidentificócomoCallingyou, de JevettaSteele.Casualmente,un tema lentoy sobrecogedorqueaellaleencantaba.
—El ridículo lo vamos a hacer nosotros.Yo, porque no sé bailar agarrado.Y tú, porque aúncojeas,apesardehabertenegadoasacarlasmuletasdemicoche.
Él se limitó a sonreírle de forma tan arrebatadora que ella no tuvo fuerzas para seguirresistiéndose.Tomósumanoysedejóarrastrarhastaquequedócompletamentepegadaaél.
—Memoríaporbailarcontigo—susurróensuoídoantesdehacerlagirarsobresímismaconeleganciayvolverlaaatraerhaciasí.
Se deslizaron al compás de los suaves acordes y de las cada vez más potentes notas de lamajestuosavozdelaartista.Semantuvieronlamiradaentodomomento,lograndoevadirsedetodo,exceptodelamúsicaydelaexcitantesensacióndeestartancercay,alavez,nopoderdarunpasomásalládeahí.
Depronto,Riccerrólosojosyseaproximóasucuellolentamente.Paulasintióquetodasupielseprendíaenllamascuandosintiósualientoensuoreja.
—Estoy tratandodecontenermeparanobesarte—confesócomosi lehubiera leído lamente,después la besó entre ambas cejas, tratando de que ella no arrugara el gesto y poder seguircontemplandoaquellabellezaensurostro—.Tengomiedodenopoderpararytenerquellevartealosbañosnadadiscretamente.
La canción concluyó y el restaurante al completo irrumpió en aplausosmientras la pianista selevantabaysedespedíadesupúblico.Lesdirigióalosinesperadosbailarinesunamiradacómpliceacompañadadeunasonrisadeagradecimientoysemarchóahacersudescanso.
—Seacabóelespectáculo—susurróRic,ysellevóaPaulaalamesasinsoltarlelamanoniuninstante,nisiquieracuandoyaestuvieronsentados,pidieronunpostrequecompartieronydejaronquelaveladasealargarahastaquelamúsicadefondollegóasufin.
Era increíble lo que se podía llegar a transmitir solo con el contactodedosmanos, pensaronambosmientrassusdedosjugueteaban,seenredaban,seacariciabanyseobligabanadetenersedepronto,rogandounsegundodetranquilidadenaquellafrenéticacomunicacióntáctil.Eraelmáspurodeseo del cuerpo entero concentrado en unos pocos centímetros de piel. Piel que envolvía unasangrequepalpitabaenfebrecidaydesatada.Ansiosa.Incapazdeesperarmás.
—¡Pero no quiero irme a dormir aún!—protestaba por enésima vez Lucas mientras Sofía lo
arrastrabaporelpasillo.Fran tuvo que hacer auténticos esfuerzos para podermantenerse serio al ver como el niño se
aferrabaconambasmanosalmarcodelapuertadesuhabitaciónparaqueSofíanopudierameterlodentro.
—Sinotesueltasahoramismo,elpróximoañonotendrásfiestadecumpleaños.—Túnomeharíaseso—razonóLucassinsoltarse.—Túpruebayverás.LeechóunmiradadesúplicaaFran,queseguíaenelpasillo,atónitoporelespectáculo.Encuantovioqueelhombreasentíaconlacabeza,confirmandolaposibilidaddequesumadre
pudieracastigarleconalgotanhorrible,Lucassesoltódeinmediato.Sofía,queseguía tirandodeélpor lacintura,estuvoapuntodecaerencuantosuhijodejóde
oponerresistencia.—Nunca subestimes la palabra de tu madre —le advirtió Fran mientras ayudaba a Sofía a
ponerleelpijama,pueselniñohabíahechohuelgadebrazoscaídosysenegabaacolaborar.—Noesjusto—protestóLucas,peronopudocontenerunbostezo.—Exagerado.—Franlediounbesoenlafrentecuandoserecostósobrelaalmohadayacarició
la espalda de Sofíamientras esta lo arropaba—. Es casimedianoche. Pero si te quedas dormidoantesdequeacabeeldíadetucumpleaños,soñarástodalanochequetufiestaaúnnohaacabado.
—¿Deverdad?—SiFranlodecía,debíasercierto.—Túconcéntrateendormirterápido,yyaverás.—¡Vale!—Laperspectiva era de lomás alentadora—.Peromamáme tiene que leer antes de
dormir,comosiemprepormicumpleaños.—Esunatradición—leexplicóSofía,queyaestabayendoaporunlibro.—Las tradicionesestánparaperpetuarlas.—Acariciódenuevo laespaldadeSofía, estaveza
mododedespedida—.Buenasnoches.Yfelizcumpleañosotravez,campeón.—Buenasnoches,Fran.—Lucaslodespidióconunaradiantesonrisa.Sofía se giró hacia él, haciéndole un gesto con la mano indicándole que se llamarían por
teléfono.Élasintióensilencio,saliódeldormitorioycerrólapuerta.Decaminoalasalida,pasópordelantedelacocina,dondelaluzsehabíaquedadoencendida.
Vio que, a causa de la insistencia de Lucas en que ambos jugaran con él a sus nuevos juegos,ningunosehabíamolestadoenrecogerlosplatosdelacena.
SabiendoqueSofíaestaríamuycansadadespuésdeaquelagotadordíayque,talcomoera,nose iríaadormirsindejarsucocinaimpecable,seremangólacamisaysepusomanosa laobra lomássilenciosamentequelefueposible.
Como ya esperaba, su hijo había caído rendido enseguida. No obstante, aunque ya estuvieradormido,Sofía sehabíaquedadocontemplándolocomocadaaño.Yya ibansiete.Losojos se lellenaronde lágrimas al ser conscientedeque esehabía sido el cumpleañosmásmaravillosoqueLucashabíatenidojamás.Aquellaidealaalegrabayaterrabaapartesiguales.
Franestabaempezandoasermuyimportanteparaella,perotambiénparasuhijo.Silascosasnosalíanbien,aella ledoleríacomonunca.PeronopodríasoportarqueLucassufrieraesapérdida.Franleaportabauncariñopaternalqueningúnotrohombre,nisiquierasuhermanoJorge, lehabíaofrecido jamás. ¿Era Fran consciente de que, con cada pequeño gesto que hacía por él, se ibaganandounlugarmásprivilegiadoensucorazón?¿Ymásprofundoeneldeella?
Secándoselaslágrimas,salióconsigilodeldormitoriojurándoseasímismaquenoseamargaríalafelicidaddeesedía,quehabíasidomucha.
Cuandosedirigíaarecogerlosplatosdelacenaantesdeacostarse,oyóunruidoenelrecibidor.Asustada,alargólamanoparaencenderelinterruptordelacocinaylaescasaluzqueseproyectóhastalaentradailuminóelperfildeFran.Elhombrerecogíasuabrigoque,alparecer,selehabía
caídoalsuelo.—Creíaqueyatehabíasmarchado—susurróellasinmoversedelsitio.—Yame iba.—Alzó laprendacomoprueba—.Peromeheentretenidounpocorecogiendo la
cocina.Sofíadesviólavistahaciaelinteriordelaestanciayobservóque,efectivamente,todoestabaen
susitio.—Heguardado las verduras que han sobrado en la nevera.Aunqueno creo queLucas quiera
comérselasmañana—comentóconvozdivertida.—No… —Bastante sobrecogida, caminó lentamente hasta situarse a un paso de él—. No
tendríasquehabertemolestado.Élseencogiódehombrosycambiódebrazosuabrigo,comosiaquelsencillogestolopusiera
nervioso.—Yotambiénhecenadoaquí.Ynoqueríaquetepusierasafregardespuésdemedianoche.Eslo
queibasahacerjustoahora,¿cierto?—Totalmente.Cuando la vio sonreírle con esos labios que, a pesar de la escasa penumbra, se dibujaban
sumamente tentadores sobre su angelical rostro, Fran salvó la escasa distancia que los separabahastaposarunamanobajosumandíbula.
—EsepequeñoretrasomevaadarlaoportunidaddellevarmealgoquedelantedeLucasnomeheatrevidoarobarte.—Deslizóelpulgaralolargodesubarbilla—.Mibesodebuenasnoches.
Lacariciafuetierna,casiestática,solosuslabiossobrelosdeella.—Buenasnoches—respondióalalejarsedeél,puessehabíadetenido inclusoantesde loque
ellahabíaesperado.Pero él no le soltó el rostro. Se quedó contemplándola como hipnotizado, trazando pequeños
círculosconsupulgarenlasuavemejillaque,pocoapoco,seibaaarrebolando.Labarbilla le temblócomo laprimeravezqueélestuvoapuntodebesarla,yel recuerdo lo
impulsóavolverareclamarsuboca,másávidamente.Comorealmentenecesitaba.Sofíacorrespondióasuarrebato,aferrándoseallargopeloquelesobrepasabayalanuca,yque
ellasedebatíaentrepedirqueselocortaraynopermitirlejamásquelohiciera.Franlaapretócontrasí,lanzandolejossuabrigoparapoderrodearlasinningúnobstáculo.Traslargosminutosdelmáspurofrenesí,susbocassedieronunatreguasinquesuscuerposse
permitieranalejarseniunsolocentímetro.—Buenasnoches—logrópronunciarFran,tratandodeapaciguarsucorazón.Sinembargo,Sofíaseaferróaloscuellosdesucamisacuandoéltratódedarunpasoatrás.De
puntillas,pegósumejillaaladeél,ásperaporsubarba,ysusurróloquemásdeseaba.—Quédate.Elcorazónseleibaasalirdelpecho.¿Realmenteselohabíapedido?Siélrechazabaaquella
invitación,aellaseleresquebrajaríaelalma.—¿Estássegura?—Muysegura—reafirmóy,casiantesdepoderterminardehablar,subocafueinvadidaporuna
carnosayhúmedalengua.Se sintió alzada de tal forma que sus pies no tocaron el suelo en el corto camino hasta su
dormitorio,dondeélladepositóconcuidadosobreunaalfombraycerrólapuertaconsuavidad.Ella encendió una lamparita de noche y, cuando iba a comenzar a desnudarse, sus muñecas
fueronatrapadasporlasmanosdeél.—Quierohacerloyo—leindicó,ycomenzóadesvestirlacontortuosalentitud.Cadacariciadesusdedosensupieldesnudafueacompañadaportiernosbesosylargossuspiros.
Ella se dejó hacer. Y cuando no le quedó una sola prenda encima, al ver que él se llevaba lasmanos a los botones de su propia camisa, ella apartó sus manos con una exigencia muda,desabrochándolelaprendacondedostemblorosos.
Tuvoquepegarsea supechoparapoderdeslizar laprendapor sushombros, rozandosu torsocon las puntas de sus senos. Fran sufrió una convulsión que lo recorrió entero, deteniendo losmovimientosdeellaparaapretarlacontraélybesarlaconurgencia.
—Fran—gimiódesmadejadaentresusbrazos,colapsadaporeltorbellinodesensacionesqueseagolpabanensuinterior.
—Sofía.—Conunamanoensucinturaylaotraensunuca,miróaquelbelloyextasiadorostro,dejandofluirlaspalabrasquepugnabanporbrotardesuslabios—.Tequiero.
LosmismoslabiosquehabíanconfesadounaverdadqueleardíaenelpechosecaronconbesoslaslágrimasquesedeslizaronraudasporlasmejillasdeSofía.
—Nollores—suplicóangustiado,recorriendotodosurostro,ojos,nariz,labios,conpequeñosyrápidosbesos—.Nomedigasqueestotepillaporsorpresa.
Ella luchó por contener el traidor llanto que convertía unmomento de felicidad como ningúnotroenalgoaparentementetriste.
—Noeslomismosentirquetútambiénlosientesaoírtedecírmelo—tratódeexplicar.—Bueno,puesserámejorquetevayasacostumbrando.—Laalzóenbrazosyladepositósobre
lacama.Terminódequitarselaropaysesubiósobreella—.Tequiero—dijodenuevo,mirándolaalos ojos—. Te quiero —y deslizó su nariz por su garganta, hasta llegar a uno de sus lugaresfavoritos.
Noparóderepetírselomientraslatomabaconsusmanos,subocaysusexo.Ellanopudoevitardejarescaparalgunas lágrimasmás.Ycuandoeléxtasis losencumbróaambos,Sofíapudosentirunaslágrimasquenoeransuyasdeslizándoseenelhuecodesucuello,dondeFranhabíahundidolacabeza.
—Yyotequieroati,Fran.
Capítulo13
Paulaencontrósitioparaaparcar justodelantedesucasa,cosaqueeradeagradecer,puesera
másdelaunadelamañanayhacíaunvientohelado.—Yaqueinsistesenquenotelleveacasa—comenzó,molestaporesatonteríaqueparaellano
era más que machismo encubierto por caballerosidad—, ¿quieres que llamemos al taxi ya yesperemosdentrodelcocheaquellegue?
—No. —Ric salió y rodeó el vehículo hasta llegar a la puerta de ella y abrirla—. Quieroacompañaraladamahastasucasaydejarlaseguraallí.
Poniendolosojosenblanco,cogiósubolsoysaliódandounpequeñoportazo.—Como quiera, caballero sin carnet de conducir ni coche —le recriminó sin molestarse en
mirarlosiquiera—.Peroesperaremosdentrodelportal.Haceunfríoquepela.Abrió y entró directamente, sosteniendo la puerta a la espera de que él entrara tras ella. En
cuantolohizo,ellaexageróungestoconlamanoinvitándoloapasar.—¿Porquétemolestatantoqueintentesergalantecontigo?—Nomemolesta.—Realmente legustabaque fueraatento—.Peroaún tienesunarodillamal
y…—Miróhaciafueraysegolpeólafrente—.Tusmuletas.Estánenelasientotrasero.—Ahoranolasnecesito.Caminóhaciaellaenlaoscuridaddelportalhastaalcanzarsumano.Susdedosseentrelazaron,
retomandoenuninstanteel juegodecariciasquehabíaniniciadoenelrestaurante.Soloqueahoraeranlibresdeirmásallásinelpudordeserobservados.Ocasi,puesencualquiermomentoalgúnvecinopodríaentrarosalirdesucasa.
Lasotrasmanosseencontrarondemutuoacuerdo,ylaelectricidadquesurgiódeesecontactoaceleróloscorazonesdeambos.
Paulasequedóesperandounbesoqueparecíanollegarnunca,sabiendoqueéllamirabaenlaoscuridad,directamentealoslabios.
—Sinomebesastú,Ric,loharéyo—leadvirtióconvozronca.Éltiródeellahastatenerlabiencerca,agachándoseparaalcanzarsualtura.—Estecaballeroestabaesperandooírtedecireso—declarójustoantesdequeellaatraparasu
labio inferior entre losdientes, lomordiera llenade frustracióne introdujera su lenguaenaquelladeliciosabocaquelamatabadedeseo.
El resto fueron manos deambulando por cada rincón, lenguas entrando y saliendo de bocasjadeantes, recorriendo gargantas y lóbulos antes de dejar paso a susurros en el oído, palabrasardientesmotivadasporsusanhelosmásprofundos.
—Sabía que tu piel sería suave.—Tras desabrochar el abrigo de Paula, los dedos deRic sedeslizaron bajo su blusa, esquivando el sujetador y alcanzando su preciado objetivo, haciéndolaronronear—.Peroestoespuraseda.
—Tócame, así—suplicó ella cuando su otramano se coló bajo su falda y dos de sus dedoslargosyfuertesapartaronlaescasateladeentresuspiernas—.Justoahí,sí...¡Oh,Ric!
—Tengoquetenerte.LasuñasdePaulaseclavabanenunodesuspotentesbíceps,mientrasconlaotramanobuscaba
uncaminoquelepermitieraabarcarlaimponentehinchazónqueoprimíansuspantalones.—Peroaquíno,malditasea.—Detuvosumanoantesdequelebajaralacremallera—.Novoy
afollartecomounanimalcontraunapared.Noquierohacerteeso.
Susfrentessemantuvieronpegadasmientrassusrespiracionesserelajaban,auncuandolasmanosdeambossedejaroncaeraambosladosdesuscuerpos.
PaularesoplóconfuerzayseapartódospasosdeRic.Recuperóelbolsoqueselehabíacaídohacíaratoyserecolocólaropa.
—Tenemostresopciones,entonces.Éldejódemiraralsueloycentrósusojosenellamientraslaescuchaba.—Despedirnoshastaotrodía.Iratucasa.Osubiralamía.Peroterecuerdoqueelascensorno
funciona.Ellaabrazósubolsocontrasupecho,alaesperadeunarespuestaquemanteníaunnudoensu
garganta.Ricnegóconlacabeza.Bajolacasiinexistenteluzquesecolabaenelportal,Paulacreyóver
brillarunachispaensusojosazules,oscurecidosporeldeseo.—No puedo esperar a llegar hastami casa. Por lo que acabaría desnudándote en el coche y
haciéndotedetodoenalgunacuneta.Ytampocoquieroeso.Ellanotuvotiemponidetragarsaliva.Éllacogióporunamuñecaytiródeellaparacomenzara
subirlasescaleras.Yaenelprimerpiso,ellalesacóventaja.Antesdealcanzareltercero,éltuvoquedetenerseadescansar.
—¿Teduele?—seinteresóPaula,acariciándolelarodilla.—Solo necesito parar unminuto—respondió ahogadamente, pero la rodeó por la cintura y la
besóduranteesossesentasegundos.Trasreanudarelascenso,tuvieronquedetenerseencadapiso,sinexcepción.Ycadaparada,en
lugardeusarseparadescansar, seconvirtióen lospreliminaresde loque ibaa sucederencuantocruzaranlapuertadelnovenoA.
Lacamisadeél,ademásde lablusayel sujetadordeella,yaestabandesabrochadoscuandopor fin llegaronalpisodePaula.Ella loarrastróhastasudormitorioy loempujócontra lacama,conscientedequesurodillanecesitabareposocuantoantes.
—Dame un momento y… —comenzó él, cuyo corazón iba a salirse por su boca y cuyospulmonesnodabanmásdesí.
—Losiento,peroahorasoyyolaquenopuedeesperar.Trasquitarsesololasbotas,Paulaseafanóendesnudarlodepiesacabeza.Leechóunamirada
que le otorgaba sumás rotunda aprobación y comenzó a devorarlo, empezando por el cuello ysaboreandocadarincónasupaso,sindejarseunsolopuntoporelcamino.
—Paula,esperaunmomento,yo…Volvióadejarlosinpalabrascuandonosedetuvoalllegarasuombligo,cuando,condecisión,
atrapósuvirilidad,primeroconunamano,despuésconlabocaabierta.Él no pudo contener unos gemidos descontrolados, aún con la respiración y el corazón
desbordados. Ella se regodeó en aquella sensación de poder, a pesar de que él le sujetaba lacabezaconmanostemblorosas,debatiéndoseentreapartarlaoseguirdeslizándosesobresulenguahastahundirseensugarganta.
Cuando sintió que se tensaba, Paula se apartó y se desnudó para él, recreándose en cadamovimiento que él seguía conminuciosa atención. Aprovechó para encender una tenue luz en sumesillajustocuandofueasacarunpreservativoquelepusocondelicadalentitud.
—Notemuevas—ordenóPaulaalverqueélpretendíaincorporarse.Rictragósalivaydejóqueellasesubierasobreél,frotándosecontrasudesmesuradaereccióny
llevándoloalalocura.—Muybien,comoquieras—aceptóvencidocuandoellaimpidióqueéllatocara,sujetandosus
manoscontralacama.Lobesóenlabocahastaquenotóqueélparecíairaahogarsey,justoentonces,seensartóenél.Lo cabalgó sin soltar susmanos, hasta que la necesidad la pudo y se las llevó a sus pechos,
guiándolasconlasdeellaparaquelosabarcaraycalmaralanecesidadquelaapremiaba.
—Encuantomerecupere,tejuroquetevasaenterar—laamenazóconlosdientesapretados.Yaunque ella soltó una leve carcajada, él logró apoyarse en su pies y alzarla en el aire con unasúltimasbrutalesembestidasqueeranunadelantode loque,efectivamente, leesperabaesamismanoche,cuandoélrecobraraunmínimodesusfuerzas.
—¡Mami!Sofíasedespertóporelgritodesuhijo.Seoíadesdesuhabitación,peroenseguidaescuchósus
piesresonardescalzosporelpasillo.Por suerte,unestruendoso truenoamortiguóel sonoro impactodeFrancontrael suelocuando
ellaloempujóporpuroinstintoylotiródelacama,seguidodelcobertor,paratratardeesconderlo.—¡Mami! ¡Truenos! —dijo Lucas al abrir la puerta de par en par, dejando entrar luz en el
dormitorio.Fran se incorporó de golpe, sobresaltado y sin comprender qué ocurría. Estaba profunda y
plácidamentedormidocuando,depronto,habíasentidounfuertegolpecontraalgoduroyfrío.Encuantologrósacarlacabezadedebajodelcobertor,vioaLucasycomprendiótodo.
—¿Fran?—sesorprendióelniño,amediocaminoentrelapuertaylacamadesumadre.—Lucas.¿Yaesporlamañana?—No. —No quiso decir más. De pronto, sentir miedo de la tormenta le parecía algo que
esconderanteFran—.¿Quéhacesdurmiendoenelsuelo?Elhombre,conscientedequéélsehabíapuestoloscalzoncillosdespuésdehacerleelamora
Sofíaperoqueellasehabíaquedadodormidaentresusbrazoscompletamentedesnuda,selevantóylanzóelcobertordenuevosobrelacama,tapándolatodoloquepudo.
—Me quedé un rato más anoche, recogiendo los platos de la cena —comenzó a explicar,mirando con los ojosmuy abiertos a Sofía, quien parecía horrorizada—. Justo después se puso alloveracántaros,nohaparadotodavía—inventóyseñalóhacialaventana,yunrelámpagoiluminólasrendijasdelapersiana.
Eltruenonotardóenllegar,yLucastembló.Fransederritiódepuroinstintodeprotección.—Con este tiempo tan horrible, y de noche, no era aconsejable que cogiera mi coche. —Se
acercóaLucasylepusounaconsoladoramanosobreelhombro,tratandodequedejaradetemblar—.MiraloquelepasóaRicundíadetormenta.
—Lopilló un camión—recordó el niño, angustiado.Después posó sumano sobre la de Fran,como si pensar que eso le pudiera pasar también a él lo atemorizaramás que lo truenos—. Peropodríashaberdormidoenelsofá,oenmicuarto.Aquíenelsueloestarásmuyincómodo.
SofíasellevólasmanosalacarayFrancontuvolarisa.—Elsofáesmuypequeñoparamí.Ytampocoqueríadespertarte.Porcierto—hilóapropósito
—.Siaúnnoesporlamañana,¿quéhaceslevantado?—Yo…—¿Notedaránmiedolostruenos?Lucasagachólamiradaydespuésbuscóladesumadre.Ellalesonrióyconunsuavepestañeo,
leindicóquepodíaconfesarlaverdad.Nocomoella,pensóconculpabilidad.—Unpoco—susurróavergonzado.—¿Ypretendíasdormircontumadreporqueestátronando?—Siemprelohago.FranmiróaSofíayellaseencogiódehombros.Franlamirófijamentealosojos,avisándolede
quepretendíahaceralgoyquesolicitabasucolaboración.—¿Noacabasdecumplirsieteaños?—Seagachófrenteaélyloobligóamirarloalacara.El
niñoasintió—.Puesloschicosdesieteañosyanoduermenconsusmadres.—¿Nuncamás?—Bueno…—Fran se rascó detrás de la oreja, justo donde se había llevado el peor golpe—.
Hayunasolaexcepción.Quetengasfiebremuyalta.Entoncesellapuededormirentucama,perotúenlasuyano.¿Ahoranoestásmalo,verdad?
Lucas negó con la cabeza e hizo un puchero cuando un trueno, esta vez casi inmediato alrelámpago,resonóhaciendovibrarlasventanas.
—Pero—Fran se levantóy apoyódenuevounamano sobre suhombro—hastaqueun chicocumple los diez años, se le puedehacer compañía en suhabitaciónhasta que se vuelve a dormir.¿Quieresqueteacompañeytecuenteporquéavecespuedesverlucesantesdeuntruenoyotrasno?
—¿Ytequedaráshastaquemeduerma?—Tardesloquetardes—aseguróFran.Sofíalosviomarcharsinnisiquieramirarlaantesdesalir.Habíafaltadomuypocoparaquesu
hijovieraalgoquenoteníaedadparaentender,peroquetardeotempranoletendríaqueexplicardeformaquesucabecitaloaceptara.PorqueentreellayFranhabíacambiadoalgoesamismanoche.Yyanohabíavueltaatrás.
—¿Yasehadormido?Franvolvióa lacamaenmenosdequinceminutosy seaseguródequeella sehubierapuesto
algoderopa.—Sí.Estabaagotado.—Encendiólalamparitaylahizogirarsehaciaél—.¿Puedesexplicarme
porquémehastiradodelacama?Ellavolvióataparselacaraconlasmanos,completamenteavergonzada.—Losiento, losientomuchísimo.Lohehechosinpensar.—Leacarició lamejillayse labesó
comodisculpa—.Graciasporseguirmelacorriente.Lucasnohabríacomprendidoque…—¿Quetúyyoestamosjuntos?—Eso puedo explicárselo de otra formamás suave.No hace falta queme vea desnuda en la
camacontigo.—Entoncesseloexplicaremosmañana.Losdos.—Estábien—aceptóalverlarotundidaddesupropuesta.—Peroteparecemal—interpretóéldesusumisarespuesta.—No.Claroqueno.Tienequeverconnormalidadquetúpasesmástiempoaquí,oquevayamos
másatucasa.Esmejorqueselodigamoscuantoantes.Franseincorporóenlacama,pensativo.Ellaseapoyósobreuncodo.—¿Quépasa?—Tequiero.Yesoimplicaquequierotodoloqueeres,todoloquehaces,todoloquetúamas.
—Lamiró a los ojos y ella pudo ver pesar en ellos—.Lucas es… tú, parte de ti.Lo que túmásamas.
—Loes.—Ytambiénloquiero.Nosoloporserpartedeti.Sinoporélmismo.Esunniño…único.Ycreo
queélpodríallegaraquerermetambién.LosojosdeSofíaseanegaronenunsegundo.—Creoqueyatequiere—lavozapenaslesalió.—¿Ynoteparecebien?—Parpadeó,evitandoquelecayeralalágrimaqueyasentíaemerger—.
¿Nocreesqueyo…podríaserunbuenpadreparaél?SofíasearrodillóenlacamayseabrazóaFranparasupropioconsueloademásdeldeél.—Dudoqueestuvieratanlocamenteenamoradadetisinocreyeraquepuedesserlo.—Quieroserlo—suvozeraunquejido—.Peroansíoaúnmásquetúquierasquelosea.Queél
quieraquelosea.Sofíaacunósurostrocondulzuraylobesóenloslabios.—Vamos a darle un poco de tiempo para que se haga a la idea de cuál es exactamente la
relaciónque tenemos—propusotraspensarloconcienzudamente—.Ycuandolo tengaasumido, túmismopodráspreguntárselo.Nomecabedudadequeleencantarálaideadequeseassupadre.Elúnicoquejamástendrá.
—¿Quiereshielo?¿Ounapastilla?¿Oalgunapomada?RichundióunpocomáslanarizenladensayperfumadamelenarubiadePaula,deespaldasaél
ypegadaasupecho.—Yamehedadocuentadequeeresunpocosalvajeenlacama—lesusurróaloído—,perono
creoquenecesitemosnadadeesoparaseguirdisfrutandocomolocos.Ellaleclavóelcodoenlatripasindemasiadafuerza,peroélexagerólaprotestaconunfingido
aullidodedolor.—Sabesdesobraquemerefieroaturodilla.Nofrivolices.Séquetehashechodaño.—Como
élnorespondió,ellasegiróunpocoparamirarloalosojos—.Nodeberíashabertepuestoencima.Lahasforzado.
Riclacogióporambasmuñecasysedeslizósobreella,quedandodenuevoenlamismaposturaquelaúltimavezquehabíanhechoelamor.Todaellaseestremecióanteaquelrecuerdo.
—Mi rodilla era laúnicapartedemi cuerpoquenoansiabaestar así, sobre ti.—Lehundió lacabezaenlaalmohadaalbesarlacontantasganasqueelcuerpodeambosreaccionódenuevo—.Yseacabódejandoconvencer.Asíqueestoybien.
—Haycientosdeposturasquepodemoshacersinquetengasqueforzartupierna.—¿Cientos?—Ricseapoyóenloscodosylamiróalzandounacejaylacomisuradesuslabios
alavez.—Miles —se corrigió—. Además de otras cosas muy interesantes para las que ni siquiera
tendríasquemoverte.Paularodósobreéldeformaquesuspiernasquedaranestiradasylibresdecualquierpresión.Lo
miróunossegundos,pensativa,yfinalmenteselevantódelacamaparairhastasuarmario.Cuandovolvió,Ricvioquetraíaunpañuelolargoensusmanos.
Dejó que Paula volviera a colocarse sobre él, gloriosamente desnuda, y estudió su rostro uninstanteantesdequeellacubrierasusojosconaquelpañuelo.
—Menosmalquemañanaesdomingo,porquesinotendríasqueinventarunaexcusaparanoiral trabajo—fueron las últimas palabras de Ric antes de rendirse a las exigentes caricias que leobligaronamorderseloslabiosparanogritarydespertaratodoelvecindario.
Loqueélhabíadicho,insistió.Salvaje.Y,además,osadaycreativa.Sinoestuvierayalocoporella,aquellolohabríapuestoasuspiessinlamenoroportunidaddehuir.
Capítulo14
Lodeirdespacioparecíaunchisteahoraqueyahabíapasadocasiunasemanadesdelaprimera
vezquehabíanhechoelamor,porqueeraviernesyRicyPaulanohabíanvueltoadormirsolosniunasolanoche.LadeljueveshabíasidolaprimeraquehabíanpasadoencasadeRic.Asuvueltadeltrabajo,ellaseencontrólacomidaenlamesa,yaRicesperándolaconsoloundelantalsobresuscalzoncillos.
Trasunacarcajada,lediounbeso,perosesentóadegustarlamisteriosapastaquehumeabaendosplatos.Semoríadehambre,yyatendríantiempodejugardurantetodalatarde.Ypartedelanoche.
Paulanorecordabaunasemanaenlaquehubieradormidotanpocashorasentotal.Peronosequejaba.Enabsoluto.Sesentíacapazdeconvertiraquellamaratóncarnalensudíaadía.
MientrascomíanelexperimentodeRicconungestodeaprobaciónqueaéllesupocasitanbiencomosusbesos,recordaronentrerisasloscomentariosdeLucas,ahoraquelehabíanexplicado—másomenos—surelación,tantoladeelloscomoladeFranySofía.
—Soisnoviosyosdaisbesitos—canturreabaelniñoderepente,cuandonadieseloesperaba,ysalíacorriendoporsilecaíaalgunaregañinaporlaburlaque,sinduda,habríaoídoenelcolegio.
Como la noche anterior no habían estado interesadosmás que en una estancia de la casa, eldormitorio deRic, Paula quiso explorar el resto de dependencias después de comer. Sobre todo,aquellugardelquetantasveceslehabíahabladoRic:suguarida.
Con él como guía, conoció su rincón favorito, su sofá de pensar, un mueble a todas lucesfabricado a sumedida. También había una cama allí, estameramente funcional, para las intensasjornadasdeescrituracontinuadaqueleproporcionabansusmomentosdemayorinspiración.
Enelmediodeaquelinmensolugarhabíadosmesascondosordenadores,unoportátilyotrodeescritorio.Descontando esosmuebles y unas cuantas estanterías repletas de libros, el resto de lahabitacióneracomounaenormetiendadejuguetesdelfuturo.
Ella ya sabía que era así como él conseguía las detalladas descripciones con las que seexplicabaensusnovelas,peroverloeracomoviajardentrodeunsueño.Puesaellasushistoriassiemprelahabíanhechosoñar.
—Esto es impresionante. Deberías organizar visitas guiadas para tus lectores. Ya sabes, paratodostusfans—seburló,haciendoreferenciaauncomentariodeél.
—Micasaentradentrodemiámbitopersonal,noprofesional.Y túsoloestásaquíporasuntosestrictamentepersonales—recalcó,acorralándolacontraunadelasmesas.
—Ahoramismo,me interesamás revolver entre tus cosasqueentre tu ropa—ledioun rápidobesoyseescabullóantesdequepudieravolveraatraparla.
—Por eso no me he puesto nada más que el delantal —protestó con los brazos en alto,haciéndola reír a carcajadas mientras seguía curioseando todo lo que se iba encontrando por elcamino.
Un teléfono sonó sobre uno de los escritorios y Ric, farfullando algo que Paula no llegó acomprender después de ver la identificación de llamada, pulsó un botón de la base del aparto yhablósindirigirseaningúnpuntoenconcreto.
—Hola,Joana.¿Quétal?—¿Quequétal?¿Yteatrevesapreguntármelo?¡Llevotodalasemanallamándoteynosénada
deti!Penséquetehabíavueltoaatropellaruncamión.
Paulase tapó labocaparaqueno laoyeran reírporelaltavoz,peromiróaRiccongestodereproche.Noestababienandarpreocupandoa lagenteque,alparecer,se interesabaporél, fueraquienfueraesatalJoana.
—Estoyperfectamente.Mejorquenunca,dehecho—añadió,lanzándoleunbesoaPaula,quienseruborizóydejóunmuñecoaladoparadirigirsealasestanterías—.Peroheestadofueradecasapor…asuntospersonales.
—¿Asuntosmásimportantesquetutrabajo?—gritólamujeraúnmásalto.—Muchomásimportantes.Paulano lo sintió acercarse.Pero lonotópegadoa su espalda, justo antesdequehundiera el
rostroensumelena,deaquellaformaqueaélparecíaembriagarleyqueaellaleponíalapieldegallina.
—Muybien.Túsabrás—aceptó finalmente lamujerque,Pauladedujo,era suagente—.Pero,después de estos meses de retraso por tu accidente, que entiendo que has necesitado pararecuperarte, tengo que saber cómo llevas tu última novela. Quiero datos concretos. Y una fechaaproximada.
RicsuspiróantesdesusurrarleaPaulaaloídoquevolvíaenunrato.Sedirigióalamesaysellevóunteléfonoinalámbricoporelquecontinuólaconversaciónencuantosalióporlapuerta.
—Sobrepapel tengobienpoco—oyóquedecía justo antesdearrimar lapuerta—,peroen lacabezalotengoprácticamenteresuelto.
PauladesconocíasiaquelloeranbuenasomalasnoticiasparalaestrictaJoana,asíquelosdejócon su conversación laboral y se dedicó a investigar entre los libros de Ric. Encontró variosejemplares de sus propias obras, primeras impresiones y ediciones especiales, pero tambiénnumerososlibrosdeotrosautores.Sefijóencadaunodeellosparadescubrirquéclasedeliteraturalegustaba.Lesorprendiócomprobarquemuchosdeesoslibrosestabanfirmadosydedicadospara«uncolegaconmuchotalento»,«unajovenpromesadelanarrativa»,o«mimásdurocompetidor».
PaulasepreguntócómoseríaRicenesoscírculossocialestanselectos.Aellasiemprelehabíaparecidounhombrecercano,nadaengreído.Lafamanoselehabíasubidoalacabeza,yeraalgoque ella agradecía. No podría soportar que se convirtiera en un petulante snob. Ese no sería elhombredelqueellasehabíaenamorado.
En una estanteríamás alta encontró varios álbumes de fotos. Llena de curiosidad, cogió unoscuantosysesentóenunadelasmesasenbuscadefotosdeRicdepequeño.Seguroquehabíasidounaricuradeniño.
Los minutos volaron contemplando cómo un bebé regordete y de enormes ojos azules ibahaciéndoseunniñogorditoy,segúnmostrabanmuchasfotosllenasdecosasrotas,travieso.Estediopasoaunadolescentemásesbeltoydeportista,conmedallasdediferentescompeticiones,rodeadode amigos y compañeros. Con jovencitas monísimas abrazadas a él, sonrientes y claramenteenamoradas,aunqueapenasningunadeellassalíamásdeunavezenlasdiferentesfotos.
«Menudorompecorazones»,sedijo,conelpechorebosantedefelicidad,puesahoraélerasuyo.Elúltimoálbumeraelmásactual.Teníafotosdesulicenciatura,firmasdelibrosyentregasde
premios.Identificóunascuantasenlasquesalíaunaancianaque,ellarecordabaperfectamente,erala señoraMarifeli, su vecina hasta hacía un par de años. Tristemente, había fallecido, pero ellahabíatenidoelplacerdeconocerlaenalgunaocasiónquehabíaacompañadoaRicalafrutería.
Después halló algunas fotos de fiestas de fin de año, barbacoas al aire libre, festivales yconciertosmusicales.Siempre salía en esas fotos conmuchísimagente, no sabía si amigoso soloconocidos,perotantohombrescomomujeresloabrazabanporunhombroolacintura,expresandoclarasmuestrasdeafecto.EseeraRic,pensó,unhombrequesehacíaquerer.
Supo que había estado sonriendo durante todo el visionado de fotos cuando la sonrisa ledesapareció de golpe del rostro y el gesto le resultó doloroso. Pero más doloroso aún fue lapunzada que sintió en el pecho cuando ató cabos y comprendió la enormementira que se cerníasobresucabeza.
Tuvo el impulso de levantarse y salir corriendo de aquella casa, pero las piernas no lerespondían.SeguíaclavadaenelasientocuandoRicentrópor lapuertaconel teléfonoaúnen laoreja.
—Sí,Joana.Enunasemanatemandoalgo.Sinfalta.RecuerdosaEsteban.Adiós.Colgóysuspiróantesdefrotarselacara.—Semeacabaronlasvacacionesforzosas—comentó.CuandocentrósumiradaenPaula,sele
secó la boca—. ¿Qué te pasa? Tienes mala cara. ¿No te habrán sentado mal mis fetuccini? Heseguidounarecetadeinternet.Pasoporpaso.Lojuro.
Ellatragósalivaypusotodasuconcentraciónenhablarsinderramarunasolalágrima.—Tencuidadoconloquejuras,Ric—comenzó,yundoloragudoatacósugarganta—.Porque
voyapreguntarteestounasolavezyquieroquemedigaslaverdad.Ricnoentendíanada,perocuandoPaulagiróunálbumdefotoshaciaélyseñalólafotografía
enlaqueélestabacondosamigos,elsueloseabrióbajosuspies.—¿Sabes que este hombre de aquí, el que te abraza con la confianza de un amigo, es mi
exmarido?—Sí—confesósintardarunsegundodemás.—Vale.Nonecesitosabernadamás.—Selevantóysedirigióalapuerta.Ricseleadelantóylacerró,poniéndoseenmedio.—Apartaahoramismoonorespondo.—Lo supe ese día. Ese mismo día, en ese concierto. Por eso desaparecí de tu vida una
temporada.Pero teníaqueverteyvolví a la frutería.Aunqueyanomevolví a comportar comohastaentonces.Eraslamujerdeunamigo.Nopodíaser.
Lamiradaqueellaleechóhabríacongeladoelmismísimoinfierno.—¿Esofueloqueéltedijo?¿Quenomirarasasumujer,quenolehablaras,quenopodíatener
amigos?—¿Qué?—Aquellolesonóaalgoqueellaaúnnolehabíacontado.Unmaridoposesivo,que
no ladejabavivir suvida.Talvez aquellos fueran susprimerosproblemasdepareja.Antesde lainfidelidaddeél—.No.Élnosabenada.Nisiquieraquenosconocíamos.
Ellafruncióelceño.Alparecernosehabíaesperadoeso.—Recuerdoeseconcierto.Discutíconélporqueyoqueríairconmispropiosamigos,yélinsistió
en que fuera con los suyos. Por supuesto, hice lo que yo quería, él no era mi dueño. Pero nosencontramosallí.Lehedadovueltas,yrecuerdoqueélestabamuypesadoconpresentarmeaunamigosuyo,unescritor.Peronomedijotunombre,dijootro.Nologrorecordarlo.
—Te diría «Richi». —Se mordió el labio, nervioso—. Es como me llaman los amigos quetenemosencomún.
—Puedeser—aceptó,peronolomiróalacara.—Ibaapresentarnos,yyoibaairencantado.Perojustoloviatulado,besándote,ytereconocí.
Fuiuncobarde,ymelargué.Jamáslemencionénada.Nisiquieracuandovinollorandoamicasa,borracho,porquetúqueríaseldivorcio.Porsupuesto,secuidómuchodenomencionarquetehabíasidoinfiel.Sinolohabríanoqueadodeunsolopuñetazo.
Ellapusolosojosenblanco.—Curioso,porqueesomismoesloquetengoganasdehacerteyoati.—Lo siento —marcó cada sílaba—. No sabía que os habíais llegado a divorciar, y él me
asegurólaúltimavezqueloviqueibaahacerloquefueraporreconquistarte.Noteníaderechoametermeenmedio,poresotratabadeignorartecadavezquenosveíamos.
—¿No se te ocurrió que yo podría tener algo que opinar en todo aquello? —Odiaba quedecidieransuvidaporella.
—Creíque,sinotemencionabanada,yonoeraunrivalenpotenciaytúvolveríasconél,queyaeratumarido.
—¿Ynose teocurriódejardecomprarenmi tienda?—Laobviedad leparecía innecesariade
mencionar,peroaunasílohizo—.Novertecadapuñeterasemanahabríasidomuchomásefectivo.—Fui débil. —Se moría por tocarla, pero sabía que no podía hacerlo. De momento—. Me
justificaba amímismo diciéndome que ninguna otra frutería deVigo tenía la calidad de vuestrosproductos.Peroeraunaexcusa.Necesitabaverte,aunquesolofueraeso.
Noibaaablandarla,niconesaspalabrasniconesosojossuplicantes.—¿Ycuandoteconté todoenmicasa?Teconfesésuinfidelidad, tedijesunombre.¿Nocrees
quehabríasidounbuenmomentoparacontarmelaverdad?—Sí. —Aquello lo mortificaba desde el momento en que decidió callar—. Y eso era
precisamenteloqueibaahacercuandofuiatucasa.Peroestabamediomareadoporelesfuerzodelasubida,luegotúmedijistequeÁlexsehabíaacostadoconotraenvuestracama…Yyonosupecómoreaccionar.Pensé…penséquepodríadecírtelomásadelante.
—¡Puesteequivocaste!—legritócontodassusfuerzas.—Lo sé. Y lo siento. He pensado en decírtelo cada día, pero no sabía cómo. No quería
estropearestoqueestabasurgiendoentrenosotros.—¿Esto?—Hizoungestoconambasmanos,comosiesoaloquesereferíanofueraimportante
—.¿Elsexodesenfrenado?—¡No!Sabesquenoessoloeso.—Diounpasohaciaella,perofuerápidayretrocedió—.No
mevengasconqueessoloeso,Paula,porquelodossabemosqueesmuchomás.—Yoyanosénada,Ric.—Sediolavueltaycaminóhaciaunaventana—.Noséquiéneres,no
séquéquieresdemí.Nosésipuedovolveraconfiarenti.Porquenosésihaymásmentirasentrenosotrososilasvolveráahaber.
Larodillamalaletembló,comosiaquellaspalabraslohubieranatacadoensupartemásdébil.Despuéssediocuentadequenolehabíadolidoelcorazónporque,depronto,eracomosiyanoestuvieradentrodeél.Ellaseestabaalejando,yselollevabaconsigo.
—Notehedichomásmentirasjamás,nilovolveréahacer.Miúnicosecretohasidoamarteensilencioyocultártelodelamismamaneraqueteheocultadolosmotivosparahacerlo.
Ellasegiró,caminóhastaélyseloquedómirando.Acababadedecirlequelaamaba,peroellanopodíacreerle.
—¿Quépuedohacerparaquemeperdones?—ledijoRic,estirandounamanohaciaella.Supo que su corazón seguía dentro de él cuando ella rechazó su contacto y un pinchazo lo
atravesócomounaespada.—Necesitotiempo,Ric.Parapensarenesto.—Loentiendo.—Trasunlargominutoobservándola,sehizoaunladoyledejólibreelacceso
alapuerta—.Peronomerendiré,Paula.Hayerroresquenotienenperdón.Perocreoqueloquetúy yo tenemos merece que nos demos otra oportunidad. Que tú me perdones y me des otraoportunidad—concretó.
—Yatellamaré.—Conesasfríaspalabras,saliódesucasay,porelmomento,desuvida.Yhastaquenoestuvoenelcoche,lejosdeallí,nosepermitióromperallorarcomohacíaaños
quenolloraba.
UnatascodelomásinoportunohizoqueSofíallegaratardearecogerasuhijoalasalidadelaescuela. Le consolaba la idea de que era viernes y, a menudo, varios compañeros de Lucas sequedaban jugando al fútbol en el patio mientras los padres y madres peleaban por darles lameriendaycharlabanentreellos.
Solo loviodeespaldas,pero lo reconociócomosinohubierapasadoniunsolodíadesde laúltimavezquesehabíacruzadoensuvida.Talvezlorecordaratanbienporqueéllediolaespaldaalmarcharse,literalyfiguradamente,dejándolasolayembarazadaalosdiecisieteaños.
Caminó rauda,apesardeque las rodillas le temblaban,yse juróser fuerteantesdeplantarseentreaquelhombreysuhijo,alquesehabíaatrevidoaacariciarlacabeza,comosituvieraderecho
amirarlosiquiera.—Soyunviejoamigodetumadre—oyóqueledecíaaLucasjustoantesdeverla.—Martín—lavozlesaliófirme,peronolepareciólasuya—.¿Quéhacesaquí?—Sofía.—Le sonrió con un gesto lobuno, nada que ver con la sonrisa de hacía ocho años.
Despuésnotóunextrañoticensumandíbula—.Estáspreciosa.Muchomásqueantes.—Nopuedodecirlomismodeti.—Cogióasuhijodelamanoyleindicóquefueraajugarcon
suscompañeros—.¿Quéhacesaquí?—repitió,encarándoloestavez,encuantoLucasestuvolejos.—Queríaconoceramihijo.El corazóndeSofía se saltóun latido.Había temidoqueaquelmomentopudiera llegaralgún
día.Perosoloeranpesadillas,sehabíarepetidounaymilveces.—Élnoestuhijo.LacaradeMartíndibujóunahorriblesonrisadesuficiencia.—Yocreoqueseparecebastanteamí.¿Quécreesquediríanunaspruebasdepaternidad?Aquellonolaamedrentó.—¿Qué quieres? Porque te recuerdo queme abandonaste cuando no tenía nada ni a nadie, a
pesar de que te juré que era tuyo. Ahora no puedes venir a reclamar a un hijo que rechazastevoluntariamente.Ningunaleyrespaldaráunapeticióncomoesa.
—Erajovenyegoísta.Peroahoraestoyarrepentido.—Veaotraconesecuento.Ynovuelvasaacercarteamíoamihijo.Ollamaréalapolicía.—Quieroquemeconozca,quepasetiempoconmigo—legritócuandoellasealejabayadeél,
pensandoqueconlaamenazadellamaralapolicíalograríadisuadirlo.—¿Porqué?—Nopodíaentenderlo,nodespuésdetantotiempo.—Porquesoysupadre.Yesmío.Furiosa, se acercó a él y prácticamente pegó su cara a la suya. Visto así de cerca, parecía
enfermo,nervioso,algoido.Talvezsehubieravueltoloco.—Hacefaltamuchomásqueunpocodesemenparaserdeverdadunpadre,Martín.Noséqué
ideasetehametidoenlacabeza,perosiloquequieresesunhijo,veabuscarteconquién.Lucasessolomío,porquetúasílodecidiste.Yaestardeparacambiardeparecer.
—Sofía…—Estiróunamanoparasujetarlaporunbrazo,peroellasehabíagiradobruscamente,por lo que enganchó la correa de su bolso y, en el forcejeo, este salió volando por los aires,cayendotodosucontenidoporelpatioencharcado.
—¡Aléjatedemí!—gritómientrassearrodillabaenelsuelopararecogersuspertenencias.Él le entregó la cartera, y ella se la arrancó de cuajo de la mano. Su intención era seguir
ayudándola,perocuandovioquevariospadresseacercabanaverloquehabíapasado,mirándoleaélconcaradesospecha,semarchó.
—¿Estásbien,Sofía?—Sintió sobre el hombro lamanode lamadredeunode losniñosquehabíaacudidoalcumpleañosdeLucas—.¿Tehahechoalgoesehombre?
—Estoybien.—Aceptótodoslosobjetosqueleibanentregando,algomojadosporelaguadeloscharcos,ylosguardóensubolsoroto—.Hasidosolo...unmalentendido.
Fran se despertó cuando sumóvil sonó sobre sumesilla. Las doce treinta y siete, leyó en sudespertadordigital.Muytardeparallamar,apesardeserviernes.
Pensando que algo malo podría haberle pasado a Sofía o a Lucas, se apresuró a coger elteléfono.CuandovioelnombredePaulaenlapantalla,nopudoevitarpensarenRicyenlalargatardequehabíanpasadocharlandosobresumonumentalmeteduradepata.Aunquedudabaqueellaquisieradesahogarsehablandoporteléfonoconél.
—¿Sí?—¿Fran?Esperonohabertedespertado.Éldecidiósercortésconunamentirijillapiadosa.
—Acababadeacostarme.¿Enquépuedoayudarte?—Verás…—comenzó, dudosa—. Llevo horas dándole vueltas a la cabeza, pensando en si
debíallamarteono.Peroteniendoencuentaloqueestásuponiendoparamíquemehayanocultadounaverdadimportante,creoquelomejorquepuedohacerescontarteloquehapasado.
Fransequedócalladounossegundos.Noentendíamuybienaquéveníaaquello.—Si te refieres a loquehapasado entreRicy tú, yame loha contado todo él.Yonoquiero
meterme en vuestros asuntos, y creo que tienes todo el derecho del mundo a enfadarte y estardolida.Perosípuedodecirtequeélpretendíadecirtelaverdadeldíaquetellevólasflores.Noséquélehizocallarseenelúltimomomento,perosiséqueestámuyarrepentido.Yqueloúltimoquequiereeshacertedaño.
Paulaescuchóaquellaspalabrasconalgodeamargura.Pero,almenos,oíraFranhablardeesamanerahizoquesereafirmaraensudecisióndehaceresallamada.Eraunbuenhombre,ymerecíaquefueransincerosconél.Ysuamigasemerecíaaunhombreasídebueno.AligualqueLucassemerecíaunpadrecomoFran.
—Gracias,Fran.PeronollamoparahablartedemisproblemasconRic.—Ah,¿no?Entonces…—Hapasadoalgo.ConSofíayLucas.—¿Qué?—Saliódelacamadeunsalto—.¿Estánbien?—Sí, estánbien.PeroSofía havenido a vermemuypreocupadapara contarme algo.Ymeha
hecho prometer que guardaría su secreto hasta que supiéramos más. Pero no puedo hacerlo. Tútienesquesaberlo.
—PorDios,Paula,explícatedeunavez.—EsMartín. El tipo que dejó embarazada a Sofía—explicó, pues no estaba segura de que
conocierasunombre—.Havuelto.YquiereaLucas.
Capítulo15
Fran esperó el sábado, y el domingo. Pero Sofía no llamó. Él se prometió no llamarla,
convenciéndoseasímismodequetardeotempranoellaloharía,osepresentaríaensucasaparacontarlelosucedido.Élformabapartedesusvidasahora.¿Porquénoqueríahablarconélsobresuterribleencuentroconesesinvergüenza?
Estaba dando vueltas por su casa, como una fiera en una jaula, cuando oyó el característicosonidodelmotorde cochedeSofía.Era lunespor la tarde, así quepodía estar allí simplementeparatrabajarencasadeRic.Muybien,quelohiciera,peroantesibaatenerunaspalabrasconél.
Saliódelacasaylavioaparcardetrásdesucocheeneljardín.Soloesehecholocontuvolosuficientecomoparamorderselalenguaydejarquefueraellalaprimeraquehablara.Noobstante,se quedó sin palabras cuando Sofía corrió hacia él, sin esperar siquiera a que Lucas saliera delasientotrasero,yseechóensusbrazos,llorandoamares.
—¡Fran!—Temblabacomounpajarillo,buscandoelcobijodesuabrazo—.Me…me…Nopodíahablar,estabahiperventilandoyéltemióqueledieraunataquedeansiedad.—Respira, despacio—le ordenó,mirándola a los ojos—.Dentro, fuera—explicómientras él
respirabadeesamismamanera.ElniñoseacercóconelbalóndebaloncestoquelehabíaregaladoRicporsucumpleañosbajo
elbrazoylosmiróconcuriosidad.—¿PorquénovasaversiRicquiereecharunostiros,campeón?—propusoFran,noqueriendo
queelniñovieraasíasumadre—.Yomeapuntodentrodeunrato.Lucas, que era pequeño pero no tonto y había visto a su madre muy nerviosa todo el fin de
semana,yaúnpeordesdeque lohabía recogidoesa tardedelcolegio,miróaFrana losojosunlargoratosinresponder.Finalmente,echándoleunamiradadereojoasumadre,segiróysemarchóbotandosubalóndeunamanoalaotra,comoRiclehabíaenseñado.
Franlovioalejarseconunsaboramargoenlaboca.Quéniñotanlisto,pensó,yquécantidaddecosaseracapazdetransmitirconsolounamirada.Lehabíadejadoclaroconesosenormesojosqueseibaporqueélquería,porquesabíaqueesoeraloquedebíahacerparaquesumadresepusierabien. Pero quemás le valía cuidarla. Que solo la dejaba allí con él porque confiaba en que élpudieraayudarla.
Sofía recuperó la cadencia de la respiración y Fran la separó un poco de él para dejarlemásespaciopararespirar.
—¿Mejor?Ella asintió con un leve gesto de la barbilla.Abrió la boca y echó a borbotones todo lo que
habíapasado.—Mehan echado,Fran.A lamañanade los chalets y esta tardede la frutería.—Un sollozo
tratódeescaparsedesugargantayellaselotragóconunjadeo—.LosSuárezylosRubioquierendenunciarme.Dicenquememeteránenlacárcel.
—¿Qué?—Y él pensando que iba a hablarle del talMartín.No entendía nada—. ¿Por qué?¿Quéhapasado?
Franlahizosentarseenunadelassillasdelporche,seacuclillófrenteaellayletomóambasmanos.LaescuchóexplicarlecómohabíaacudidoesamañanaalchaletdelosRubioy,cuandoibaasacarlasllavesparaabrir,sediocuentadequenolastenía.Pensandoquelashabríaolvidadoencasa, probó a llamar por si algúnmiembro de la familia no se había ido aún a trabajar. Cuando
abrieron,estabantodosallí.Elmatrimonioylostreshijos.Unodeellosabogado.Lecontaronque,cuandovolvierondeesquiareldomingopor la tarde,descubrieronquelesfaltabanvariosobjetosde valor y dinero en efectivo. Pero que ninguna cerradura había sido forzada. Y que, cuandollamaronavariosvecinospara saber sihabíahabidomás robos, solo losSuárezconfirmaronqueellos habían sufrido elmismo tipo de hurto. Sin destrozos, sin puertas ni ventanas forzadas, solojoyasydinerodesaparecidos.
—Casualmentelasdosfamiliasparalasquetrabajastú.Vale,peroesanoespruebasuficiente—concluyóFran,indignado.
—GonzaloRubio,elqueesabogado,mepreguntóporquéhabíallamadoaltimbreynohabíaabiertoconmisllaves.Yantesdequepudieradecirlequelashabíaolvidado,meacusódetenerunacoartadaplaneada.Alegarquelashabíaperdidooquemelashabíanrobado.
—¿Ylashasperdido?—Creoquesí.—Suspirópocoprofundamente,nolecabíaelaireenlospulmones—.Despuésde
quemeecharan,advirtiéndomedequevolveríaatenernoticiasdeellosporquemeibanadenunciar,mefuiacasaylasbusqué,peronolasencontréporningúnlado.Yesoqueesunllaveroenorme,con varias llaves de los dos chalets.—Se frotó la cara. Le dolía la cabeza, le ardían los ojos.Aquello era una pesadilla—.Luegome llamaronde la frutería ymedijeron que no volviera porallí. Que no querían ladronas en su tienda. Seguro que en cualquier momento la policía viene abuscarme.
Fransepusoenpie.Diounoscuantospasosporelporche,pensando.VioaLucasalotroladodesujardín,botandoelbalónylanzándoloalaireporencimadelaverjaabierta,comosiselopasaraasímismo.TalvezRicnoestuvieraencasa.
—Vamosapensarconclaridad.—Tratódeconcentrarse—.¿Cuándofuelaúltimavezqueusasteesasllaves?
—El viernes a la mañana—respondió de inmediato—.Me marché a las dos de casa de losSuárez.MefuiacomeryalascuatroymediafuiarecogeraLucas.
Fran apretó la mandíbula, esperando que ella le contara lo sucedido a continuación. Pero semantuvo callada. Incluso cuando alzó la vista y él la atravesó con los ojos, no le dijo nada.Aquelloloenfureció.
—¿YlasllevabasencimacuandofuistearecogeraLucas?—soltódepronto,recordandopuntoporpuntolaconversacióntelefónicaconPaula.Empezabaaimaginarsequépodríahaberpasado—.¿Lasteníasentubolso,Sofía?—Loseñaló,apoyadoensuregazo—.¿Enesebolsoquellevasconunacorrearemendada?
—Esposible,pero…—Se llevóambasmanosa lacara.Lamiradadeél lodecía todo—.Losabes.Paulatelohacontado.
—Sí,melohacontado.¡Yveoquetúnoteníasningunaintencióndehacerlo!—Nopudoevitargritarle—.Nisiquieraahora,cuandoesposiblequeseaélquientelasharobado.
—¿Qué?—Ellahabíapensadoquesehabríanquedadoenelsuelodelpatioyquecualquieralashabríacogido.Pero,¿cómosaberdequécasaseran?Nohabíaningunaindicaciónenelllavero.Soloalguienquelaconocierabienpodríaimaginárselo.
—Piénsalo bien. Todo lo que hay en tu bolso se cae.Y él está ahí, incluso te ayuda a cogeralgunascosas.—RazonóFran,todocuadrabaahora—.Despuéstusllavesnoestánporningúnlado.Yélhadadocontigo,ha logradoencontrarelcolegiodondeestudiaLucas.Tambiénpuedehaberdescubiertodóndetrabajas.
—Es…cierto.—Elmundoselevinoencima—.¿Peroporquéharíaalgoasí?—Parahacertedaño.—Paraéleramásqueobvio—.QuiereaLucas.Sicreequelonecesitas,si
logradejartesintrabajo,talvezlodejesvolveraentrarenvuestrasvidas.—Esonuncavaaocurrir—sentencióSofía,poniéndoseenpie.—¿No?—Lacogiópor losbrazos—.¿Si temetieranen lacárcelpor robar,porejemplo,qué
seríadetuhijo?
Esomismosehabíaestadoplanteandoelladesdeesamañana.Eseerasumayormiedo.—¿Se quedaría con su tía Paula?—respondió élmismo—. Ella estaría encantada, pero si el
padrebiológico lo reclama, tendríaprioridad sobreella.Osobreelnoviode sumadre—añadió,rechinandolosdientes—.Losé,loheconsultadoconunamigoabogadoestefindesemana.
Sofía se escurrió entre susmanos. Él había dadomuchos pasos por su cuenta. Pero no podíarecriminárselo,eraellaquienlehabíaocultadolaverdad.
—NoquieroqueMartínsequedeconmihijo.—Sofíanopudomásysederrumbóderodillassobreelporche—.Nodejesqueselolleve.
—Nopermitiré queLucasquedebajo la custodia deundesconocido, deunpadreque tuvo lacobardía de abandonarlo, y menos aún de un drogadicto.—Sofía lo miró extrañada cuando searrodillójuntoaella—.Paulamedijoalgosobrequelevistemuymalacara,ademásdeunosticsextrañosenlamandíbula.¿Podríastratardeimitarlos?
Ellahizounosmovimientosconlabarbilla,comosituvieralamandíbuladesencajada.Despuésalzólacabeza,comosiseñalaraconelgesto.
—Loimaginaba.Estabaconelmono.Tomacocaínaopastillas.Sofíasufrióunanáusea.—MadredeDios,Fran.Estonopuedeestarpasando.—Vamosaarreglarlascosas,Sofía.Teloprometo.Peronotienesquevolveraocultarmenada,
¿entiendes?Sino,nopodréayudarte.—Losiento.Teníavergüenza,omiedoaloquepudieraspensar.—¿No confías en mí? —Eso era lo que le había demostrado ese largo fin de semana sin
llamarlo.—Sí,claroquesí—respondiódeinmediato.—Vosotros soismi familia, Sofía.—La hizo levantarse y le acarició lasmejillas—.No dejaré
quenadiemelarobe.Ibaabesarlacuandoelmóvilsonódentrodelbolso.Ellaseapartóparacogerlo.—Paula,hola.¿Qué?Sí,escierto,mehanechado.Tambiéndeloschalets.Estoyhablandocon
Fran,ycreemosqueMartíneselcausantedetodo.Alzó lavistayvioaFranbajar corriendo las escalerasdelporcheconunamanoenaltoy la
caradesencajada.—¡Cuidado!—leoyógritar,mientrasdabazancadasporeljardín—.¡Carlos!¡No!Elmóvil sedeslizóentresusmanosycayóal suelomientrasasimilabaesaspalabrasyveíaa
Lucasenmitaddelacarretera,persiguiendosubalón.Elchirridodeunvehículoalfrenarensecolehizodañoenlosoídos,repitiéndoseensucabezaunayotravez,comosilafrenadafueraunbuclesinfin.
Setropezóconsuspropiospiesalbajarlosescalonesysintióquesearrastrabasobreelcéspeddeljardín.ElcortotrayectoselehizoeternomientrasveíaaFranenvolverconsusbrazosaLucas,interponiéndoseentreelcocheyelniño.Seoyóun¡bum!,ySofíacreyóqueibaadesmayarseenesemomento.
Cuando llegó allí, el conductor se bajabayadel vehículo, casi tan asustado comoella.Aunpalmodelcapó,FranyLucasseabrazabanelunoalotro,derodillasenelsuelo.
—¿Estántodosbien?—¡Mami!—sollozóLucas,mortalmenteasustado.Franlosoltóydejóquecorrierahaciasumadre,quienloarrastróhastalaacera.—GraciasaDios, loúnicoqueheatropelladohasidoelbalón—comentóelhombre,sacando
losrestosdegomadedebajodeunaruedadelantera—.¿Estáustedbien?—Sí.Gracias.Váyasetranquilo.Porsuerte,nohapasadonada.ElhombresefueyFrancaminótambaleantehaciaSofía,quebesabaaLucascompulsivamente.—¿Estásbien,campeón?—Méteteenelcoche,Lucas.Nosvamos.—Sofíaselevantóyempujóasuhijohaciaeljardín.
—No creo que sea necesario llevarlo al hospital —aportó Fran, mirándolo caminar connormalidad—.Nohallegadoniarozarle.
—Melollevoacasa,Fran.Noesunsustitutodetuhijomuerto.Aquellaspalabrasfueroncomounpuñetazoenelestómago,unotanfuertecomoparalanzarloa
unmetrodedistancia.—¿Quéestásdiciendo?—Elquenosabeloquediceerestú—lerecriminóconlosojosllenosdelágrimas—.¡Lehas
llamadoCarlos!¡Carlos!—No…nomehedadocuenta.—Eseeselproblema.¿Quépasarácuandoestemoshaciendoelamoryme llamesRosa?¿Sin
dartecuenta?—Esonuncapasará.—Fue contundente, pero ella yano creía en suspalabras—.Estoha sido
distinto.Porqueerademasiadoparecidoaloquesucedió,Sofía.Hasidocomoverloaélahí,enlacarreteray…
—Creí que realmente te habías enamorado de mí, por mí misma, y que Lucas era capaz dedespertarentielamordeunpadre.Peronuncapenséqueloqueestuvierasbuscandofuerallenarunvacío,yquenosotrosfuéramoslaspiezasqueencajáramosperfectamenteenél.Hesidounatonta.
EllasedirigióasucocheyFranlapersiguió.—Noesnadadeeso.¿Cómopuedespensaralgoasí?—Laobligóagirarse—.Estásenshock,
Sofía,porloqueacabadepasar,yportodoloquetehapasadoestamañana.Realmentenosientesloquemeestásdiciendo.
—Nomedigasloquesientoodejodesentir.—¡Tútampocomelodigasamí!Alverquelevantabalavoz,miródentrodelcocheyvioaLucasllorando.—Noquieroquemihijopresencieesto.—Abriólapuertadelconductorylomiróantesdeentrar
—.Yahablaremos,Fran.Tengomuchascosasqueresolverahoramismo.Llenodeimpotenciayfrustración,Franlaviomarchar.YvioaLucasmirarlodesdelaventanilla
concaratristeyasustada.Ellanecesitabapensarydarse cuentadeque aquellono tenía sentido.Habíanpasadomuchas
cosasdegolpeynoladejabanpensarconclaridad,esoera.Asíqueélseríaelquepusieracorduraalasituación.Ylucharíaporsufamilia.Sunuevafamilia.Talcomolehabíaprometidohacíasolounosminutos.
Oyóunruidoenlasescalerasdelporcheyfueacomprobarquéera.ElmóvildeSofíavibrabacontralamadera.UnafotodePaulaaparecíaenlapantalla.
Franvioaquellallamadacomounaseñal.Yasabíapordóndepodíaempezar.—¿Paula?No,soyFran.Escucha,necesitotuayuda.
Ric terminó de vestirse y fue a atender el timbre de su casa, que sonaba ya por tercera vez.Imaginaba que sería Fran, que volvía de la dirección que Paula le había facilitado, tal como lehabía explicado hacía unas horas. Él había pasado el fin de semana trabajando para llevarle losprimeros capítulos de la novela a su agente esemismo lunes.Y en ese tiempohabía sucedidodetodo.
ComoamigodeSofía,deLucasydeFranqueera,sehabíaofrecidoaayudarenloquepudiera.De momento, tenía a algunos colegas periodistas tirando de sus fuentes para dar con el posiblecamello del talMartín, además de un contacto en la policía que les iba amantener al corrientesobrelosavancesdelainvestigacióndelroboenloschalets.
Abriólapuertatrasuncuartotimbrazoylabocaseleabriócasialavez.—¡Richi!¡Perosiestásdepie!—Eh…¡Álex!—Elhombre se abalanzó sobreRicparadarleun fuerte abrazo—.¿Quéhaces
aquí?—¡Visitaralatropellado!—exclamóconlasmanosenalto—.Peroyaveoqueestáscomouna
rosa.SinqueRicledijeranada,élsemetióensucasayfueentoncescuandovioquehabíaunamujer
hablandoporelmóvilenelporche.—¿Yesaquiénes?LasonrisadeÁlexseamplióhastacubrirlecasitodoelrostro.—Charline.NoshemoscasadoenLasVegashaceunmes.¿Aqueesunbombón?Los saludó con una mano de larguísimas uñas, mientras hablaba casi a gritos en inglés y
masticabaunchiclecon labocaabierta.El abrigodepielque llevabaocultaba su figura,peroelrostromaquilladísimonolograbadisimularqueeramuyjoven.Veinteañosalosumo.
Ricarrimólapuertalojustoparanooírlaverborreadelnuevofichajedesuamigoysedirigióalacocinaparasacarunasbebidas.
—LleguéhaceunosdíasaBarcelona.AllímeencontréconJulio,Pacoylosdemás—comentó,refiriéndose a los amigosque tenían en común, otros deportistas a través de los cuales se habíanconocido—.Ymedijeronlodeesecamiónquetehizovolarporlosaires.
—Sucedióhacecasicuatromeses.—Fueasacartrescervezasdelanevera.PeroaldarsecuentadequeenEstadosUnidosestabaprohibidoelalcoholparalosmenoresdeveintiuno,acabósacandodosyunrefresco.AbriólosdosbotellinesyleofrecióunoaÁlex—.Yaestoycasirecuperado.
—Mealegro,tío.Mogollón.LediounpardepalmaditasenelhombroyRicnopudomás.—Laúltimavezquepisasteestacasa,borrachoyllorando,measegurastequeibasarecuperara
tumujeryque jamás firmarías eldivorcio.—Ledioun largo tragoa subebida sindejardemiraraquellosojosnegrosqueiluminabansubronceadísimorostrodeactordeHollywood—.¿Yahoratepresentasconunacríaymedicesquetehascasadoconella?
—Tienediecinueveaños.—Lavozyelrostroseleensombrecieron—.Esmodeloyactrizdesdelosquince.Sabelosuficientedelavidacomoparasaberloquehace.
—¿Estásenamoradodeella?—¿Aquévieneeso?—Álexsecarcajeóconganas.—Responde.—¡Claro!Noshemoscasado.—¿Yquéhaydetuexmujer?¿Cuándoteolvidastedeella?El interrogado soltó la cerveza de golpe contra la encimera y se acercó a Ric con gesto
ofendido.—Ellamepidióeldivorcio,senegóavolverconmigopormuchoqueselorogué.Memarché
delpaísyrehicemivida.¿Quétieneesodemalo?—Nada. —Ric dio otro sorbo a su cerveza antes de soltarla sobre la mesa—. Solo quería
asegurarmedequenopretendesvolverasuvida.Porqueahoraestáconmigo.Mil expresiones pasaron en un momento por el rostro de Álex. La última debería haber sido
suficiente aviso para Ric, pero realmente no creyó que su amigo fuera a hacer algo así. Pero seequivocó.Yelpuñetazoquelepropinóenelojoizquierdoestuvoapuntodetumbarloenelsuelo.Porsuerte,lamesafrenósucaída.Aunasí,sequedómareadounoscuantosminutos.
—Notequiteselhieloose tehincharáelojocomounglobo—leadvirtióen inglésCharline,quehabía entradoen la cocina justoa tiempodepresenciar elpuñetazo—.Habría sidomejorqueesteorangután tehubieraabierto laceja.Peroahora, toda lasangrese te iráacumulandosobreelpárpado,comoa losboxeadores.—Acarició lamejilladeRicconsusdedosde largasyafiladasuñas.Depronto,diounbrinquito—.¡Uy!Miteléfono.Tengoquedejarosotravez.
Álexesperóaquesumujersefueraalsalón.MiróaRicalosojosysuspiró.
—Perdona—carraspeó—.Perohasidoimaginarosjuntosymehevueltoloco.—Ya.—Ricsepalpóelojo,yaestabaempezandoainflamarse—.PerosupongoquePaulanose
lióagolpesnicontigoniconlamujerqueteestabasfollandoenvuestracamacuandoosdescubriójuntos.
Álex sintió que, con esas palabras, Ric le devolvía el puñetazo. Habría preferido que se lohubieradadodeverdad.
—Fuiuncabrón.Yellajamásmeperdonó.—Yomeenamorédeellaantesdesaberqueeratumujer.—Decidióexplicárselotodo—.Luego
lodescubríporcasualidadymepropusenointentarnadaconella,queniseimaginaraloquesentía.Inclusotratédedejardesentirlo.Yhastahacecosadeunmesnohedadounsolopasohaciaella.Aunque,realmente,fuePaulaquiendioelprimerpasohaciamí.
Álexriosinganas.SuPaulasiempretandecidida.—¿Estáenamoradadeti?—Loestaba.Hastaqueelviernespasadoencontróunafototuyaymíaentremiscosas.Yonole
habíamencionado aún que nos conocíamos. Lo había ocultado tanto tiempo que no sabía cómodecírselo.—Se apartó el hielo unos segundos. El frío le estaba adormilando toda la cara—. Yahoranosésiconseguiréquemeperdone.
—¿Ytúestásenamoradodeella?Ric rio. Ahora él le lanzaba la misma pregunta que el propio Ric le había hecho hacía unos
minutos.—Desdeelprimermomentoenquelavi.
Capítulo16
Elvecindarioerade lomejorcitoqueFranhabíavistoen todasuvida.Y la tazadeporcelana
chinaqueteníaenlamano,conuncaféqueolíaalasmilmaravillas,debíadecostarmásquetodoloqueélllevabapuestoencima.Diounsorboysonriócongratitudaladoncelladecofiaymandilqueesperabasuaprobaciónolapeticióndemásleche.
En cuanto una mujer vestida como una enfermera de los años cincuenta entró en el saloncitoempujandoaunaancianaensusilladeruedas,Frandejólatazaaunladoysepusoenpie.
—Siéntese,porfavor—solicitólamujerconungestodelamano—.Podéisretiraros—leindicóalservicio,yesperóaquecerraralapuerta—.Usteddirá,señor…
—Francisco.—Le tendió unamano que ella aceptó sinmucha fuerza y con la suya helada—.LlámemeFran,porfavor,señoraMárquez.
—Muybien,Fran.Hadespertadoustedmicuriosidad.—Laancianalomiródearriabaabajo.Elcontacto de su mano le había provocado una especie de escalofrío, pero uno muy agradable.Tranquilizador—.¿QuéesesotanimportantequetieneustedquedecirmesobreminietoMartín?
—Laverdadesqueesperabaqueustedpudieraayudarmeaencontrarlo.LaseñoraMárquez,abuelapaternadeMartínysututoralegaldesdequeelmuchachoquedara
huérfanodepadreymadrealosdiezaños,observóasuvisitanteconojocrítico.Noseparecíaennadaalossinvergüenzasquelohabíanacompañadoensusúltimasvisitas.Nisiquieraalosamigosquehabíatenidodemásjoven,otrosniñosricossinoficionibeneficio.
Aquelhombreleparecíaunapersonadebien.Yellanosolíaequivocarseensusestimaciones.—Siquiereverlo,déjemesuteléfonoyleharéllamarlapróximavezqueminietovengaatratar
desacarmedinero.Nocreoquetengaqueesperarmucho.Fran se quedó callado unos instantes. No se había esperado que fuera fácil dar con él, pero
tampocoque la situaciónconelúnicoparientequePaula lehabíadichoque lequedabaaMartínfueratantensa.
—Parecesorprendido.¿Acasonoconoceaminieto?—No.Noenpersona.Aquellodespertóaúnmáslacuriosidaddelamujerquien,salvoporlosdisgustosqueledabasu
úniconietoy los sobresaltosque sufría sudelicadocorazón, teníaunavidade lomásaburridaymonótona.
—¿Yquélellevaentoncesaquererencontrarlo?—Le ha hecho daño a dos personasmuy importantes paramí—explicó sinmás detalle—.Y
pretendoobligarleaenmendarsuerror.LaseñoraMárquezsequedógratamenteimpresionada.—No le resultará fácil lograr semejante proeza. Por mucho que dé con él, me temo que ha
perdido lapocaconcienciaque lequedaba.—Laanciana tosiócondificultadyFranseapresuróalevantarse y ofrecerle un vaso de agua que había junto a las tazas de café—. Se ha metido enasuntos turbios, congente de los bajos fondos.Cuandovolvió al país despuésde años sin verlo,vinoapedirmedinero.Debíaunasumaimportanteaunosusureros.Mástardesupequeeranasuntosdedrogas.
—Sospechábamosqueconsumía,peronoquetuvieraproblemaseconómicosporello.Talvezelrobohubierasidosoloparaconseguirdinero,pensóderepenteFran,ynoparahacer
que echaran a Sofía del trabajo. Pero entonces, ¿por qué decirle que quería recuperar a Lucas?
¿Acasopensabasacarledineroaellaparaqueladejaraenpaz?—Leheestadoayudandovariosmeses.Perolaúltimavezquevino,leadvertíquenoledaría
unsolocéntimomás.Yqueamimuertenoheredaríanadaqueyopudieraevitarquecayeraensusmanos.—Alaancianaselellenaronlosojosdelágrimas—.Desdequecumpliólosdieciochoaños,sehaestadogastandotodoloqueheredódemiúnicohijo.
Frananalizóesaspalabras.Yel temade laherencia ledespertóuna idea.Unaquesospechabaqueeralaclavedetodo.
—¿Ynohabríanadaquepudierahacerlecambiardeparecer?—Cuandolamujerentrecerrólosojos,Frandecidióhablarsintapujos—.¿Quéocurriríasi,porejemplo,Martínaparecieraconunhijo?¿Subiznieto?
—Precisamente…—LaseñoraMárquezse inclinóhaciaFran, intrigadapor lacuriosaeleccióndesuspalabras—.Esofueexactamenteloúltimoqueledijeantesdeecharlodeaquí.Leadvertídequesolosituvieraunbiznietomeplantearíaponerlaherenciaasunombre.Mequedapocotiempo,¿sabe?—Sepalmeóelpecho—.Unosmeses,quizásunaño.Esaseríalaúnicaalegríaquepodríailuminarmisúltimosdíasenestemundo.
Losojosdelamujerreflejaronauténticatristeza.Ellaeraunapruebafehacientedequeeldineronodaba la felicidad.Frandecidióque, según estaban las cosas, tal vez esa señora fuera la únicaesperanzaparapoderayudaraSofía.
—Yoperdíamimujeryamihijohaceunosaños.Ypenséquenuncamáspodríasentiralegríaentodamivida.
—Lolamento—susurrólaseñoraMárquezconpesarenlamirada.—Peroconocíaunamujerincreíble,unamadresoltera.Ellaysuhijovolvieronatraerluzami
vida. Quiero casarme con ella y adoptar a su hijo, que sea tan mío como si yo lo hubieraengendrado.
—Eso está muy bien, Fran.—La anciana le ofreció una amable sonrisa, y Fran creyó ver undestellodeLucasenesegesto—.Enhorabuena.
—ElproblemaesquesunietoMartínpretendeimpedírmelo.—Sacósumóvilybuscóunafotoen lagaleríade imágenes—.Estos sonSofíayLucas.Martín ladejóembarazadaa losdiecisieteañosy,encuantolosupo,selargó,dejándolacompletamentesolaconsuhijoenlasentrañas.
—¿Cómo?—Lamujersellevóunamanoalcorazón.Sumarcapasosamenazabaconsaltardesupechoencualquiermomento.
—Lucasessubiznieto.Acabadecumplirsieteaños.—Buscóunafotoenlaqueselovieramásdecercayselamostró—.MetemoqueMartínpretendeusarloparasacarlemásdineroausted.Yno le importa a quién se pueda llevar por delante para conseguirlo. Incluso a la propiamadre deLucas.
Paulacerrólapuertadesuhabitación.Sofíasehabíaquedadofinalmentedormida.Habíanhechofaltamuchasvalerianasyunabuenallantinaparalograrlo,peroalfinestabadescansando.TambiénLucasdormíaenlahabitacióndeinvitadosdesdehacíaunpardehoras.Asíqueellaporfintendríatiempodepensarencómopoderayudarla.
Lo que había hecho hasta ahora no le parecía suficiente. Ni siquiera abandonar su puesto detrabajo en la frutería en respuesta a la negativa de su jefe a readmitir a Sofía bajo su aval. Si noconfiabanenella,noqueríaseguirtrabajandoallí.
EsperabaquelavisitadeFranalaabueladeMartín,cuyodomiciliorecordabadeunavezquehabía estado conÁlex y Sofía allí, tuviera resultados positivos. Y que los contactos que, segúnFran,teníaRicenlapolicíayenvariosperiódicosaportaranalgunaspruebasdesuinocencia.
Sedejócaerenelsofáysepusoadarlevueltasalacabeza.¿Quémáspodíahacer?Eltimbredesupuertasonóyellaselevantóatodocorrerparaquenovolvieranallamaryel
ruidonodespertaraaSofía.
EsperabaquefueraFran,sinembargo,fueunacarabiendistintalaqueapareciótrassupuerta.—¡Álex!—Cualquieradiríaquehasvistounfantasma.—Seacercóparadarleunbeso,peroellaseapartó
—.Hola,Paula.¿Nomeinvitasapasar?—Sonlasoncedelanoche.Ytengoinvitadosqueestándurmiendo.—Serébreveysilencioso—prometió,ofreciéndoleunadesusmejoressonrisashastaqueellale
permitióentrar.—¿Aquéhasvenido?Élsesentóenelsofáylopalmeóparaqueellasecolocaraasulado.PeroPaulasequedóde
pie.—Comoquieras.—Suspiró—.Hevenidoacontartequehevueltoacasarme.Paulalomiróconindiferencia.Despuésabriólapuertadesucasa.—Enhorabuena.Ahorayapuedesmarcharte.Álexresoplóynegóconlacabeza,conunasonrisacansada.—Hayalgomásquequierodecirte.—Selevantóycerrólapuerta—.Arruinétuvidaunavez,y
nomecansarédepedirperdónporello.Peronoquieroquepormiculpapierdaslaoportunidadderehacertuvidaconunhombrequeesmilvecesmejorqueyo.
—Has hablado conRic. Debí imaginarlo.—Hundió la cara entre lasmanos y después se laspasóporelpelo—.¿Tellamóél?¿Tehapedidoquevengasahablarconmigo?
—No.Yomepresenté en su casa sin avisar.Me enteréde su accidenteyquise ir a verlo.Y apresentarle a Charline —añadió con media voz—. Entonces me soltó la bomba de que estabaenamoradodeti.Yyolesoltéunpuñetazoenunojo.
—¿Quehicistequé?Álexlaconvencióparaquesesentaranylecontólosucedido.Ellatuvoquecontenerlasganas
depegarle,ynoeralaprimeravezquesentíaeso.—Élnosabequeestoyaquí,niseloimagina.Telojuro.—Sí,sí,vale,tecreo.Nohacefaltaquemejuresnada.—¿Peroleperdonarás?Ellaalzóunaceja.—Noteestoypidiendoredenciónparamí,sinoparaél.Siesverdadquelleváistantotiempouno
colgadodelotroyquemiexistenciahasidoloqueoshamantenidoseparados,quémenosqueseryoquienintercedaporélanteti.
Paula se levantó y dio vueltas por el salón. Más de un año sin saber de él y tenía quepresentarseprecisamenteenunodelosmomentosmáscomplicadosdesuvida.
—Mira,Álex.AhoramismonopuedopreocuparmedeunadiscusiónconRic.Ymuchomenosdeayudartealimpiartuconciencia.Tengoproblemasmuchomásseriosdelosqueocuparme.
—¿Tienesproblemas?—Seacercóaellaybuscósumirada—.¿Quétehapasado?—Amínada.—Apretólosdientes,llenaderabia—.Esesemiserablealquetúllamabasamigo
el que ha vuelto para joderle la vida a Sofía. Como si no hubiera hecho suficiente ya dejándolatiradacomounacolilla.
—¿Martín?—Álexparpadeó,sorprendido—.¿Aquéhavenidoeseahora?—Esoquisierasaberyo.ASofíalahanechadodesutrabajoporsuculpa.Inclusopuedeacabar
enlacárcelporunroboquenohacometido.—Explícamelotodo.Volvieronasentarse.EstavezPaulalecontólosucedidoconmásdetalle,ytuvoquereconocer
que hablarlo con él le vino bien, tanto para desahogarse como para mirar el asunto con otraperspectiva.
—Nuestroprincipalobjetivoahoramismoesencontrarlo.Hepensadoensuabuela,yelnoviodeSofíayahaidoaverla.Peroaúnnosésiesoservirádealgo.
—Sabesquedespuésde loque lehizoaSofíayoperdí todocontactoconél.—Álexsacósu
teléfonoycomenzóateclear—.PerosiestáaquíenVigo,creoquepuedodarconalguienquesísepadóndeencontrarlo.
—¿Deverdad?—Paula locogiódelbrazocon tanta fuerzaqueÁlexcasidejócaerelmóvil.Hacíamucho,muchísimotiempoqueellasenegabaatocarleniunsolopelo—.Esonosayudaríamucho.Muchísimo.
—Túdéjamehaceralgunasllamadas.Puedequemelleveunbuenrato.
Martín botó en la cama cuando dos golpes en la puerta lo despertaron. Estaba empapado ensudor,yyasehabíatomadolaúltimadosisquelequedaba.¿Quéibaahacerahora?¿Cómoibaapasarundíamássin,porlomenos,unparderayitas?
Los golpes volvieron a sonar, esta vezmás fuerte. No podían ser ellos. Le habían dado unasemanamásdeplazotraselúltimopago.Ynohabíanpasadonidosdías.
Se levantó a trompicones y se acercó a la puerta del piso queunviejo amigo le había dejadohastaqueencontraraotracosa.Conesefavor,lehabíadicho,yaestabanenpaz.
—¿Quiénes?—¿Martín?Soytuabuela.—¿Abuela?—Segiróhaciaelespejodel recibidorysepeinóelhúmedopelo.La ropaestaba
arrugadayalgosudada,perodecidióquenoibaamolestarseencambiarse.Noestabanencasadeella,dondetodoteníaqueestarlimpioyperfecto—.¿Cómomehasencontrado?
—Esonoimporta.Tengoquehablarcontigo.Déjameentrar.—Yamedejasteclaroloqueopinabasdemílaúltimavezquenosvimos.Sinohascambiadode
idea,notenemosnadadequéhablar.HubounsilencioqueaMartínselehizoeternoapesardequenofueronmásqueunossegundos.—Talvezsíhayacambiadodeopinión,hijo.Aquellaspalabrasfueroncomounallave.Lapuertaseabriócasideinmediato.—¿Quiénessonesos?—EsteesFran,mimédico—leindicó,señalandoalhombrequelasosteníaenbrazos—.Yeste
esLuis,michófer.¿Nopretenderíasquevinierasolaoandando?—Debería sentarla en algún sitio—intervino Fran—. No hemos podido subir su silla por las
escaleras.Mirandoa su ancianay enfermaabuela conamargura e impotencia,Martín abrió lapuertadel
todo.—Adelante—claudicó.—Bájame,Fran,unpoquitoyapuedoandar.Elhombreobedeció,yLuis,queenrealidaderaelcontactodeRicen lapolicía, leofreciósu
bastónalaanciana.Estacaminó lentamente trassunietohasta llegaraunasalitamal iluminadaen laquehabíaun
tresilloyunabutaca.Martínocupóestaúltimaylosotrosdoshombresflanquearonasuabuelaenelsofá.
—Teescucho—ledijosunieto,mirandoalosotroshombresconrecelo.—Vengo a ofrecerte un trato, Martín. Y más te vale aceptarlo, porque será lo último que
obtengasdeestaanciana.Elsudor lerecorría laespaldaylosdientesempezabanacastañetearle.Selevantóybuscóla
últimabotelladewhiskyquelequedaba.—¿Quétrato?—preguntótrasbeberseunvasodeunpardetragos.—Yotedejoenherenciatodoloquetecorrespondecomominieto.Nadamásynadamenos.Sin
trucar absolutamente nada conmis abogados, como te dije el otro día. Y, además, te adelantarémañanamismocomoherenciaenvida todoeldineroque lesdebesaesoshombresquedicesqueamenazanconmatartesinolespagasya.
Martínsequedópensativounossegundos,bebióotrovasoysesentódenuevoenlabutaca.—Muybien.¿Yquéquieresacambio?—Quiero que confieses todo lo que has hecho. Quiero que Sofía quede libre de cualquier
sospechaderobo.QueteolvidesdeellaydeLucasparasiempre,quenovuelvasaaparecerteensusvidas.Yqueingresesenunaclínicadedesintoxicación.
Martín,quehabíacomenzadoaponerserojoamedidaquesuabuelaibahablando,selevantódeunsaltoylaseñalóentrelosojos.
—¡No sé qué mierdas te habrá contado esa mentirosa! ¡Pero no sé de qué coño me estáshablando!
—Siéntesey tranquilíceseo tendréque esposarle—intervinoLuis,mostrando suplaca.Martíncayódeculosobrelabutacayelsudorselequedófríoenunpardesegundos—.Haypruebasqueloincriminandirectamente,señorMárquez.Loschaletsenlosquesecolónocuentanconcámarasde seguridad, pero el de enfrente al de losSuárezposeeun sistemadevigilancia quegrabó a unhombre,solo,entrandoenel jardíndeenfrenteconunamochilavacíaa lasdosde lamadrugadadelpasadosábado.Ysaliendoalcabodeunahoraconesamismabolsanotablementecargada.Susrasgosfacialesycomplexióncoincidendemasiadobienconlosdeusted.
Lenotarontragarsaliva.Sabíaqueeraabsurdonegarlo.Peronoparecíahaberserendidoaún.—Ysiesoestátanclaro,¿porquémeofrecesuntrato,abuela?—No hay pruebas de que le robaras las llaves a Sofía, ella podría habértelas dado
voluntariamente.Nidequenofueraellalaqueentraraenelotrochalet.Solotúpuedesexculparladeeso—leexplicó.
—Inculpándomeamímismo—añadióélconsorna.—Perotampocohaypruebascontraella.Yenunjuicioseríadeclaradainocente.Sellamaduda
razonable—leexplicóLuis—.Cualquierjuezojuradodaríacomoúnicapruebaválidalagrabación.Y todo lo que yo encuentre en este piso gracias a esta orden de registro—dejó sobre lamesitacentralunpapelque sacódel interiorde suchaqueta—.Todo lodemássería tupalabracontra lasuya,yyapuedesimaginarteaquiénvanacreerdadoelpasadoqueosune.
—Lo que no queremos es que Sofía tenga que pasar por ningún proceso judicial —aclarófinalmentelaanciana—.¿Nocreesqueyalehicistesuficientedañoensudía,hijo?
Martínsepasólamanoporlanuca,arrastrandotodoelsudorquepudoparaevitarquevolvieraa recorrerle la columna. Estaba acabado.Aún tenía en esamaldita bolsa las joyas que no habíapodidocolocarentanpocosdías.
—Hacestodoestoporelcrío,¿verdad?—acusóasuabuela—.Esloúnicoqueteinteresa.—Quiero que vuelvas a ser mi nieto, Martín. No el demonio en el que las drogas te han
convertido.Cuando lasmanos comenzarona temblarley lamandíbulapareció cobrarvidapropia,Martín
solopensóenunadosismás.Y laspalabrasdesuabuela retumbaronensumenteunayotravez.Eracierto.Teníaundemoniodentrodeél.Yseloestabacomiendounpocomáscadadía.
—Estábien.—Apoyóloscodossobrelasrodillasyhundiólacabezaentresusmanos—.Aceptotutrato.
Capítulo17
Paulacolgóelteléfonoysedejócaercontrasumullidoyacogedorsofá.—¿Ybien?—Franabandonósusillaysesentóasulado—.¿Quétehadichotuex?—Que se alegra mucho de haber podido ayudar, y de que todo haya salido bien. Para tu
agradecimientopersonal—prosiguióconmediasonrisa—mehadicho«nohaydequé».TambiénmehapedidoqueteamenaceconunbuenpuñetazosinocuidasbiendeSofíaydeLucas.
—Esdeganchorápidoesteextuyo—bromeóFran,recordandoelojomoradodeRicquehabíainspeccionadopersonalmentehacíaunashoras.
—Peroyosería laencargadadedártelo,claro.ÉlsevuelveaAméricadespuésde las fiestasnavideñas.
—Muchomejor,entonces.—Cogiósumanoylacerróenunpuño.Despuéslochocóconelsuyopropioconcamaradería—.Aunquepretendonodartelamenoroportunidadparagolpearme.
FranselevantóysedirigióalahabitacióndondesabíaqueSofíadormíadespuésdepasarporcomisaríayhacersudeclaración.
—Ya ella no le des lamenor oportunidad de rechazarte.—Se levantó y se acercó a él parahablar en un susurro—. No sabía lo que te decía, Fran. Estoy segura. Estaba muy nerviosa yconfundidaenesemomento.Ydespuésdeesesusto…
—Losé.Ynopiensoesperarmás.—Cuandovio loquesacabadelbolsillo,Paulacontuvoungritoydiounpardesaltitos—.Ahoramárchateunratoydéjanosunpocodeintimidad,¿quieres?Tútambiéntienestusasuntosqueresolver.
—Asíqueungolpe contraunapuerta, ¿eh?—repitióPauladespuésde aceptarun zumode lainterminable listadeopcionesque lehabíaofrecidoRicparabeber. «Quémono»,habíapensado,«estánervioso».Bebióunsorboyloobservódesdeelotroladodelamesadesucocina—.¿NotecontóFranquegraciasaÁlexfuecomodimosconelparaderodeMartín?
Ricseatragantóconsupropiabebida.Elojomorado lepalpitócuando tuvoque toserparanoahogarse.
—No me contó apenas nada. —Y se las iba a pagar—. Me revisó el ojo, por dentro, paradescartardañosenlavisiónysemarchóenseguida.HabíaquedadoconmiamigoLuis,elpolicía.
—Muyútilsuintervenciónysurápidarecopilacióndepruebas.Muchísimasgraciasporcontactarconél.
—Denada.Megustaríahaberpodidohacermás.—Hicistemás.—Leseñalólainflamacióndelpárpado—.SiÁlexnohubieravenidoaverte,ysi
no le hubieras dicho lo que le dijiste, ganándote ese regalito, tal vez no hubiera venido a vermedespuésamí.YyonolehubieracontadolodeMartín.Porloquenohabríasidotanfácildarconél.
—¿Fueatucasa?—Sí.Ymelocontótodo.Asíquenomásmentiras,Ric.—Tienes razón.—Resopló y esquivó su ojo al ir a frotarse la cara—. No sé por qué me he
inventadolodelapuerta.—¿Porquenoqueríasreconocerquetedejastenoquearsindevolvérsela?—Talvez—reconoció,encogiéndosedehombros—.Aunquemelamerecía.Aúnerassumujer
cuandoyoteníapensamientosimpuroscontigo.—¡Menudopecado!—Nodesearásalamujerdelprójimo.Creoqueeseldécimomandamiento,oalgoasí.Ellarioynegóconlacabeza.—Peroyanosoysumujer.—No,yanoloeres.Alargó la mano por encima de la mesa, solicitando la suya. Ella tardó un poco, pero se la
entregó.—Comoquieressinceridad,teconfesaréquemequedéconlasganasdedevolverleelpuñetazo.
Nopormí.—Entrelazósusdedos—.Porloquetehizoati.—Peronolohiciste.Porque,comoélmismomedijo,eresmilvecesmejorqueél.—¿Esodijo?—Sí.Peroquenosetesubamuchoalacabeza.—Laverdadesquemicabezanoestáparamuchoúltimamente.Paulasesoltódeél,rodeólamesaylegolpeósuavementelacabezaconelpuño.—Ahorasíquenopuedequedarteningunaneuronavivaahídentro.—Lassuficientesparacomprenderquetequierocontodamialma,Paula.Yquesihasvenidoa
verme,puedequeseaporquetútambiénmequieresymehasperdonado.Ricsegiróhaciaellayseparólaspiernas,empujándolaporlacinturaparaquesesentaraenuno
desusmuslos.—Puede ser.—El corazón se le había subido a la garganta.Oírle decir que la quería era su
mayorsueñohechorealidad—.Perotengounacondición.Él la apretó contra sí con unamanomientras le hundía la otra en la nuca, enredándola en su
pelo.Acercólanarizasucuelloeinhalóelaromaquetantohabíaextrañado.—Pídemecualquiercosa,loquetúquieras.Nohaynadaquenoquieradarte.Paulasujetósucaraconambasmanosybesótiernamentesuojoinflamado.—Dejadedartegolpesenlacabeza.Ric rio un segundo antes de abordar su boca y saborearla a conciencia.Ella le respondió con
todo su serhastaqueambosestuvieron sinaliento.Yentonces, conunamiradacómplice, salieronraudosde la cocinapara subir a laguaridadeRicy continuar con losplanesque sehabíanvistointerrumpidos el viernes anterior después de comer. En el sofá de pensar de Ric. Y sobre susescritorios. Con las persianas bajadas y solo la luz de su lámpara de estrellas iluminando suscuerposenredados,bailandoalcompásdesusrespiracionesydel latidodesuscorazones.Ávidospordaryrecibirelamorquetantotiempohabíanestadoconteniendo.
Frannoquisodespertarla, sabíaquenohabíadormidoapenasnadaenvariosdías.Asíquesetumbó a su lado y esperó a que se despertara sola. Cuando lo hizo y se giró en la cama, se loencontrófrenteaella,mirándola,completamentevestidoyconunaextrañasonrisaenloslabios.
—¿Quéhoraes?—Lasdiezymedia.—¡Lucas!—Ellaseincorporódegolpeyéllasujetóporunbrazo.—Estáen lacama.Paula lehadado lacenaa losochoymedia.Luegoseha idoahacer las
pacesconRic.—¡Menosmal!—Sofía sonrió y se tiró de espaldas contra la cama, aliviada.Después se giró
haciaFranylomiróconojosdecorderito—.Muchísimasgraciasportodoloquehashecho,Fran.EsincreíblelaquehabéismontadoparaatraparaMartín.Esperoquerealmenteserehabiliteyquesuabuelanosuframásporsuculpa.Esunabuenamujer,nosemereceeso.
Franleacariciólamejillaparaapartarleunmechóndepelo.—¿Tan buena como para ir a visitarla de vez en cuando con Lucas y alegrarle un poco sus
últimosdías?—Desdeluego.—Seleescapóunalágrimaquenopudocontener—.Mehapedidoquelolleve
porprimeravezeldíadeNavidad.Tienetantasganasdeconocerlo…—Eslafechaperfecta—opinóFran—.Mealegromuchoporvosotros,porlostres.—Yo…—cerró losojosconfuerzaantesdealzar lamiradahaciaél,asolounpalmodeella
sobrelaalmohada—.Querríaquevinierasconnosotrosesedía.Sinotienesotrocompromiso.—¿Yo?¿Porquéyo?—¡Oh,vamos,Fran!—Pusolosojosenblanco—.Sabesquenopensabarealmentenadadelo
quetedije.ComodiceLucas,semefuelaolla.—Tratódesonreírperonolesalió—.Llevabaunfindesemanademencial,atormentándomeporloocurridoconMartínenelcolegio,yculpándomepornoatrevermeacontártelo.Yesamañanameecharonyacusarondeladrona.Ydespuésmihijocasimuereenlacarretera.Ytú,tú…¡tepusistedelantedeesecoche!—Loacusó,golpeándoloenelpechoconlospuños—.Peroenesemomentonoloprocesé.Soloteoíllamaramihijoporotronombre,yenloquecí.
Franlaviorecuperarelalientodespuésdesoltarletodoaquelloabocajarro.Volvióadespejarlelacarademásmechonesquesehabíanresbaladoalexpresarsecontalvigor.
—Nosois los sustitutosdenadie,Sofía.Amí también seme fue laolla en esemomento.Fuecomorevivirmipeorpesadilla.
—Losé,losiento.—Peroosquieroconmigo,comomifamilia.—Seacercómásasurostro—.Minuevaydefinitiva
familia.—Yyotambiéntequieroati,Fran.—Acariciólapuntadesunarizconladeél—.Contodomi
corazón.Franseapoyósobreuncodoyseincorporóligeramente.—Enesecaso,Sofía,¿quieresqueseatumarido?¿Yelpadredetuhijo?SofíaabriólosojoscomoplatoscuandoFrancogiósumanoydeslizóunasortijafinaydelicada
porsudedoanular.—Yo…—tragósaliva,lavoznolesalía—.Sí,síquiero,Fran.Él resopló con gran alivio y se giró sobre ella para besarla en los labios, abrazándola con
fuerzayrespirandoelaromadesupiel.—¿Yaosestáisdandobesitos?¡Quépesados!FranselevantódegolpeyseencontróaLucasdescalzoyenpijama,cruzadodebrazosenla
puerta.—Quieroagua—indicómalhumorado—.YtíaPaulaolvidódejarmeunvasoenlamesita.—Yolatraigo.Fran fue a la cocinayvolvió enunmomento.El niñobebió el agua lentamente, perohasta el
final.—Lucas,venaquí.Elniñodejóelvasosobrelamesitadenocheysesentóenelregazodesumadre.—Franyyonosestábamosdandounbesoporqueestábamoscelebrandoalgo.Sofíaalargólamanoylemostrólasortija.—¿Teharegaladounanillo?—Sí.Ylohahechoparapedirmequemecaseconél.LucasmiróasumadreydespuésaFran,ahoraarrodilladofrenteaellos.SedirigióaLucaspara
aclararleunpocomáslasituación,yaqueparecíaconfuso.—Esosignificaquevoyaserelmaridodetumadre.Perotambiéntupapá.Elniñoentrecerrólosojosyvolvióacruzarsedebrazos.—Peroamínomelohaspedido.Fransequedóparalizado.—Aellalehaspedidoqueseatumujer.Peroamínomehaspedidoqueseatuhijo.
—¡Lucas!—Sofíanoteníapalabras.—No,tranquila,tienerazón.—FransesentósobrelacamaylocogiódelregazodeSofíapara
apoyarlosobressuspiernas.Revolviósupeloyadespeinadoycentrósusojosensucaritadeángel—.Campeón,osquieromuchoaSofíayti.Ymegustaríaqueestuviéramossiemprejuntos.¿Quieresqueseatupapá?¿Yquieresqueseaelmaridodetumamá?
Cuandolosojosdelpequeñosellenarondelágrimas,losdelosmayoresseanegarondeigualforma.
—¿Viviremosentucasa?—preguntó,frotándoselosojitos.—Sivosotrosqueréis,porsupuesto.—Megustamásque lanuestra—explicó,mirandoahoraasumadre—.Esmásgrandey tiene
jardín.NuestrovecinoseríaRic.YtambiéntíaPaula,siRicleregalaunanillocomoeltuyo.FranySofíarieronporlaocurrencia,ytuvieronelimpulsosimultáneodeabrazaralpequeño.—¿Entoncesesoesunsí?—seimpacientóFran.—Sí.Mepareceguay.Papá.
Epílogo
—¡Mamá!—gritóLucasdesdeelcoche—.¡Dateprisa!SofíaapagólaslucesdelcomerciodeproductosdelicatessenqueregentabaamediasconPaula
y,antesdebajarlapersiana,sedespidiódelosdosempleadosqueesatardecerrabanconella.—Nopuedoirmásrápido—ledijoaLucas,queestabaasomadoporlaventanilla—.Tengola
tripademasiadogorda.Sesentócondificultadenelasientodelcopilotoysepusoelcinturónconmásproblemasaún.—Espera,yoteayudo.—Franestiródelacorreayloenganchódespuésdetresintentos.—Hoyestuúltimodía—laincrepómuyserioantesdearrancar—.Ynoadmitomásexcusas.—Esminegocio,yeldePaula.Y,siellanopuedeestar,debohacermecargoyo.—Os va lo suficientemente bien como para contratar a alguienmás. Dentro de dos meses no
tendrásmásremedio.—Esoesverdad.Segúnseibanaproximandoalhospital,Lucasbarruntabasuspropiospensamientosensucabeza.—TíoRicmehadichoporteléfonoquetíaPaulagritabaduranteelpartoquenoibaadejarque
la volviera a tocar en toda su vida. Pero para que yo pueda tenermás primitos tiene que tocarla.¿Verdad?
FranySofíarompieronareíracarcajadasparadisgustodeLucas.—Cuandovolvamosacasa,voyaenseñarteunodemislibrosdemedicina,campeón—resolvió
Fran.—Vale.¿Ypodréestarenelpartodemihermanito?—Nihablar—seapresuróaprohibirSofía.—Solo dejan entrar a los papás —suavizó Fran, para que Lucas no lo sintiera como una
prohibicióndirigidaexpresamenteaél.Dejaron el coche en el parking y subieron a la habitación donde Ric trataba de ayudar a su
primerahijaacolocarlaboquitaparacomerdelpechodesumadre.—Ya la está tocando—fue lo primero que dijoLucas al entrar, provocando que todos rieran,
exceptoPaula,quenocomprendíaaqueveníaeso.—SelehaolvidadoencuantohaabrazadoanuestraMargarita—leexplicóRic,yaupóalque
yaerasusobrinoparaquevieraasupequeñomilagro.—Esmuypequeña.¿Mihermanitotambiénvaaserasídecanijo?—Seguramente.—FrancogióaLucasdebrazosdeRicparaquepudieraseguirconsutarea—.
Peroluegocreceráyquerrájugarcontigo.—Espreciosa,Paula.—Sofíaseacercóybesóasuamiga—.Separecemuchoati.—Porsuerteparaella—bromeóFran.Ric le dio un codazo y todos se quedaron encandiladosmirando cómoMargarita se quedaba
dormidamientras comía. Cuando decidieron dejar de intentarlo demomento, el padre la tomó enbrazosconsuavidad.
—¿Quierescogerla?—lepreguntóaLucas,queaceptóalinstante.Franlehizosentarseenlabutacay,conmuchocuidado,Riccolocóalaniñaensusbrazos.LoscuatroadultosobservaronaLucasacunaralapequeña,susurrarlealgoy,finalmente,darle
unbesoenlafrente.—Yaséquemihermanitovaaserchico,yesguay.—Mirólabarrigadesumadre,luegosucara
ydespuésasupadre—.Perolasiguientequieroqueseaniña.Ytanbonitacomoesta.
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