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PONENCIA DE LA MAGISTRADA ALANIS FIGUEROA

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Mario Velázquez Miranda. Consejero Presidente del Instituto

Electoral del Distrito Federal

Carlos González Martínez. Consejero Electoral del Instituto

Electoral del Distrito Federal.

Consejeras y consejeros electorales.

Señoras y señores.

Quisiera comenzar por agradecer al Instituto Electoral del Distrito

Federal, en especial al coordinador del evento, al Consejero

Carlos González por su apreciable invitación para formar parte de

esta conmemoración del Día Internacional para la Eliminación de

la Violencia contra las Mujeres.

Estoy convencida del compromiso del IEDF con el tema, así lo

demuestran las consejeras y consejeros de este órgano que han

Evento: Evento para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres 2014

Conferencia Magistral: “Alternativas para Eliminar la Violencia Política contra las Mujeres”

IEDF, Distrito Federal, 25 noviembre 2014


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hecho suya la encomienda de erradicar la violencia de género.

Este organismo electoral es una gran aliado, fui testigo de su

valiosa participación en el evento Conmemorativo de los 20 años

de la Convención Belém Do Pará, particularmente en la amplia

convocatoria y asistencia a la obra “Heridas de muerte”, que

pusimos el sábado 8 en el Palacio de Bellas Artes. Muchas

gracias.

Celebro que no solamente desde la esfera federal nos estemos

involucrando con el tema. Veo con especial agrado que desde la

designación de los miembros de los Organismos Públicos

Locales Electorales estemos combatiendo la violencia política

contra las mujeres. Lo digo porque ancestralmente se nos relega

de la toma de decisiones, en la participación política y también en

la integración de los órganos decisorios.

Es de destacar la seriedad con la que el Instituto Nacional

Electoral se tomó la apuesta por la paridad de género. Pese a no

estar obligados a mirar desde esa óptica, optaron por designar

55.55% de mujeres, es decir, 70 consejeras. Diez de las cuales


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actualmente presiden algún organismo.1 Creo que esta fue una

excelente y justa decisión.

No así lo sucedido en la integración de los Tribunales Estatales

Electorales, donde las mujeres apenas alcanzaron 14 de 66

espacios (20.89%).2 Ayer resolvimos justamente que se

fundamente y motive la no inclusión de una candidato en

Michoacán, y digo una porque lamentablemente sólo una fue la

que impugnó.

1 Los Estados que presiden mujeres son: Baja California Sur, Campeche, Colima, Chiapas, Guerrero,

Morelos, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco y Yucatán. 2 Renunció Gloria Vilmary Pérez Escobar a la Magistratura en Campeche el 10 de octubre para evitar ser

sometida a juicio por haber firmado documentos en los que aseguró que cumplía con los requisitos. Incumplió con el requisito de no haber sido candidata a cargo de elección popular. En 2012 compitió para el puesto de regidora en la Alianza Compromiso por Campeche. El 11 de noviembre, el Senado de la República emitió nueva Convocatoria para nombrar a quien ocupe el lugar vacante.


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Quisiera aprovechar los siguientes minutos para abordar qué es

la violencia política de género, referirme a los instrumentos de

derecho internacional y de las convenciones regionales que

tutelan la igualdad de la mujer.

Para ello les hablaré de:

I. Violencia política de género,

II. Avances contra la violencia política de género,

III. Auxilio de los instrumentos internacionales; y

IV. El reto frente al proceso electoral 2014-2015.

Apunto el eje de la charla: Las nuevas reglas de participación que

están adoptando diversos países para incentivar la

representación de mujeres en los cuerpos decisionales, avanzan

en la dirección correcta. Sin embargo, sus efectos se pueden ver

comprometidos en la medida en que la violencia de género siga

teniendo impactos en la esfera política.


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I. Violencia política de género

Celebro que nos unamos al reconocimiento de este día

internacional. La lucha por los derechos de las mujeres es

transversal, pues abarca el ámbito municipal, local, nacional,

regional. Es una lucha de carácter internacional, puesto que si se

afectan los derechos de una de nosotras nos afectan a todas.

Estoy convencida de lo importante que resulta para cualquier

Estado de Derecho contar con el efectivo ejercicio de los

derechos cívico-políticos de mujeres y hombres.

La actual presencia de más mujeres en la política ha sido parte

de una larga lucha por el ejercicio de sus derechos

fundamentales y una forma esencial para democratizar el poder y

ejercitarlo en condiciones de igualdad.

Esa larga lucha, ha vivido sus mejores momentos en los últimos

años, puesto que las mujeres han ganado terreno en los espacios

de participación, dejando de ser parte de una cuota obligatoria

para los partidos políticos, para convertirse en un elemento

sustancial y necesario de todo gobierno democrático.


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Sin embargo, la realidad demuestra que ya a la mitad de la

segunda década del siglo XXI, persisten importantes y grandes

atrasos en política. Comparto algunos ejemplos:

Me parece que hay indicios de violencia política cuando en

2009, 10 Diputadas recién electas renunciaron a sus cargos

para ceder sus lugares a sus suplentes varones.

¿Cómo no recordar el caso de Eufrosina Cruz? quien pese a

haber ganado la elección de Santa María Quielogani,

Oaxaca se le impidió asumir el cargo por el hecho de ser

mujer, y por continuar en su lucha, se le expulsó de su

comunidad.

En la integración de los propios órganos electorales

seguimos viviendo violencia política. Una Magistrada de

Sonora acudió a la Sala Superior para argumentar que se

estaba violando su derecho de turno para ser designada

Presidenta del Tribunal Electoral, toda vez que los otros dos

Magistrados ya habían sido Presidentes y ahora la querían

privar de ese derecho rotándose nuevamente la designación

entre ellos.


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Está también el caso recientemente mencionado en una

sesión pública del Tribunal Electoral referente a la tesorera

de una Agencia Municipal del Municipio de San Juan

Cotzocón (Oaxaca). Un profesor del pueblo movilizó a un

grupo que la desnudó y amarró delante de sus hijos y del

pueblo, al grito de “¡en este pueblo mandamos los

hombres!”.

Ciertamente, otro caso lamentable es el de Juana Quispe

Apaza, concejala boliviana muerta en 2012

presumiblemente por razones de género y política.

En Costa Rica una Vicealcaldesa señaló que el Alcalde

Propietario de su municipalidad violaba su derecho a

desempeñar su cargo. Argumentó que el Alcalde no le

informaba de sus ausencias temporales o incapacidades y

delegaba, más bien, las funciones de la alcaldía en sus

asesores y no en ella, como legalmente le correspondía.

Una podría ampliar el espectro a aquellos casos en que las

instituciones son indiferentes. ¿Cómo no reprochar el

vergonzante secuestro de 276 mujeres nigerianas, en una


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absurda represalia por cometer “el delito” de acceder a la

educación occidental?

O el caso de la ahora Nobel de la Paz, la niña paquistaní

Malala Yousufza que se enfrentó a la autoridad por su

derecho a la educación.

Todos estos son casos reales de violencia contra mujeres que

cotidianamente pasan desapercibidos. Se les acosa, se le

denigra, se les margina y se les discrimina.

Hay que decirlo con claridad. La violencia política es una cara

más de la opresión de género, pero que en este caso tiene una

manifestación más cruda, en virtud de que opera en un espacio

que históricamente se consideraba exclusivo de los hombres.

La presencia y liderazgo de las mujeres ha generado que no sólo

asuman cargos de representación en lugares primigenios de la

política sino que vayan avanzando hasta posicionarse en los

máximos cargos políticos de un país, como ha venido ocurriendo

a nivel latinoamericano. Sin embargo, estos nuevos liderazgos

han arrastrado también un fenómeno social y estructural que

pesa sobre las mujeres históricamente, el acoso y la violencia


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política que ejercen en contra de ellas y se manifiestan en

diferentes formas que afectan el normal ejercicio de sus

funciones y la representación política.

Tomando en cuenta estos ejemplos, pero sobre todo el concepto

de desigualdad de género, quisiera poner a su consideración

algunos elementos que nos permitirán avanzar hacia una

conceptualización de la violencia política de género.

Es difícil detectarla y definirla. Quizás, por eso, convendría ir

armando un catálogo no exhaustivo de posibles conductas.

¿Cómo ven estas?

• Violencia y discriminación a mujeres, que son amenazadas

dentro de sus partidos, para evitar que se registren como

candidatas;

• Mujeres a las que sus partidos les exigen que firmen renuncias

en blanco, antes de registrarlas como candidatas;

• Mujeres que han sido ofendidas en su dignidad durante sus

campañas políticas;


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• Mujeres que no reciben los recursos financieros de parte de sus

partidos para la campana;

• Mujeres que, a pesar de ya estar en funciones, no reciben los

salarios por el desempeño del cargo;

• Mujeres que forman parte de la autoridad a quienes se les

oculta la información, impidiéndoles participar en la toma de

decisiones;

• Mujeres a quienes les ocultan o violan la correspondencia;

• Mujeres a quienes practican Interferencias en la comunicación

con organizaciones sociales y ciudadanía;

• Desestimación, ridiculización y descalificación pública de las

propuestas presentadas por las mujeres, especialmente cuando

sus actividades están relacionadas con la promoción de los

derechos de las mujeres;

• Agresiones verbales y generación de un ambiente hostil a las

mujeres;

• Mujeres cuyas comunidades no les reconocen sus derechos de

votar y ser electas, y


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• Indiferencia de las instituciones del Estado cuando las mujeres

son violentadas por quienes persiguen objetivos políticos.

Estas conductas son la justificación de que hoy en día estemos

convocados por el Instituto Electoral del Distrito Federales para

erradicarlas.

En ese espíritu es que celebró lo oportuno del evento, ya que el

pasado 7 de octubre arrancó el Proceso Electoral Federal tanto el

Instituto Nacional Electoral como el Organismo que hoy nos

acoge, con ello comienzan las acciones para obtener el voto y

con ello los actos de acoso y violencia política para las mujeres

precandidatas, los que hoy estamos convocados a combatir.


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II. Avances contra la violencia política de género

Para erradicarlas debemos visualizar qué es la violencia política.

De ahí que quiero poner a su consideración algunos elementos

que nos permitirán avanzar hacia una conceptualización de la

violencia política de género.

Bolivia nos ha dejado una ruta para su conceptualización. Nos ha

enseñado que estas conductas que hemos descrito se puede

diferencias en dos grande rubros: Acoso y Violencia política.

Así que, en el artículo 7 la Ley 243 contra el acoso y violencia

política hacia las mujeres, describe al acoso político “como al acto

o conjunto de actos de presión, persecución, hostigamiento o

amenazas, cometidos por una persona o grupo de personas,

directamente o a través de terceros, en contra de mujeres

candidatas, electas, designadas o en ejercicio de la función

política”.

Por otra parte, señala que violencia política “son las acciones,

conductas y/o agresiones físicas, psicológicas, sexuales

cometidas por una persona o grupo de personas, directamente o

a través de terceros, en contra de las mujeres candidatas,

electas, designadas o en ejercicio de la función político – pública,


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o en contra de su familia, para acortar, suspender, impedir o

restringir el ejercicio de su cargo o para inducirla u obligarla a que

realice, en contra de su voluntad, una acción o incurra en una

omisión, en el cumplimiento de sus funciones o en el ejercicio de

sus derechos”.

Acoso Político Violencia Política

El acto o conjunto de actos de presión, persecución, hostigamiento o amenazas, cometidos por una persona o grupo de personas, directamente o a través de terceros, en contra de mujeres candidatas, electas, designadas o en ejercicio de la función política”.

Las acciones, conductas y/o agresiones físicas, psicológicas, sexuales cometidas por una persona o grupo de personas, directamente o a través de terceros, en contra de las mujeres candidatas, electas, designadas o en ejercicio de la función político – pública, o en contra de su familia, para acortar, suspender, impedir o restringir el ejercicio de su cargo o para inducirla u obligarla a que realice, en contra de su voluntad, una acción o incurra en una omisión, en el cumplimiento de sus funciones o en el ejercicio de sus derechos


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Sin embargo, un ejemplo que a mí me gusta más es lo propuesto

por concejalas de Ecuador, quienes han señala que:

“Existe violencia política cuando hay acciones agresivas,

deslegitimadoras o denigrantes, cometidas por personas,

partidos o instituciones que causen daño a las mujeres en

procesos de competencia por cargos directivos o

candidaturas, o bien en el ejercicio de cargos de elección o

en las estructuras de mando del Estado, con el fin de

excluir, restringir, menoscabar, anular y/o impedir el

ejercicio derechos políticos o prerrogativas del cargo,

incluidas las presiones para tomar decisiones en contra de

su voluntad, de sus principios o de la ley. La violencia

política de género ocurre también cuando el Estado y sus

agentes son indiferentes u omisos ante la violencia contra

las mujeres, cuando ésta persigue fines políticos.”

Como bien les comentaba, Bolivia es un ejemplo de regulación de

las conductas violentas contra las mujeres en esta materia. Sin

embargo, ello fue debido al difícil contexto en el que se desarrolló

este proceso legislativo puesto que la antesala fueron más de

572 denuncias de acoso y violencia política contra mujeres en los


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últimos 3 años y el asesinato de Juana Quispe, Concejala de

Ancoraimes, una de las mujeres gestoras de la ley, quién

denuncio permanentemente ser víctima de acoso por parte de

concejales sin resultado alguno hasta su asesinato.

Quisiera recoger algunas de las aportaciones de esta ley para el

derecho sancionatorio de estas conductas:

1. Establece una trilogía de sanciones para esta materia:

Administrativa, penal y electoral. Quiero destacar sobre

todo la vía electoral puesto que serán las autoridades y/o

servidores o servidoras públicas del Órgano Electoral que

tengan conocimiento de la comisión de actos de acoso y

violencia política, las que pongan en acción a la Fiscalía

electoral.

2. Prohibición de conciliación. Dicha legislación no permite

la conciliación en los delitos de acoso y/o violencia política

contra las mujeres, puesto que en otro acto de acoso o

intimidación se puede forzar a llegar a la conciliación.

3. Agravantes de los delitos. Cuando se configuren los

delitos electorales penales de violencia o acoso político se

precisa que se agravarán con un tercio de la pena.


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4. Legitimación en la denuncia. Amplían la legitimación para

imponer una denuncia puesto que puede ser presentada por

la víctima, sus familiares o cualquier persona natural o

jurídica, en forma verbal o escrita ante las autoridades

competentes.

Como pueden ver este es un bueno espectro para vernos

reflejados y generar las reflexiones, pero sobretodo acciones

necesarias para la erradicación de estos vergonzosos hechos.

Esta legislación nos hace voltear a ver cuáles han sido los

parámetros internacionales para reglamentar y sobretodo

prevenir este tipo de acciones. Ello nos genera la necesidad de

voltear a ver lo que el derecho internacional nos ha expuesto al

respecto.


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III. Auxilio de los instrumentos internacionales

Quiero entrar al tercer punto de nuestra plática: los alcances y

beneficios de los instrumentos internacionales en el combate para

erradicar la violencia.

A nivel global se avanza cualitativa y cuantitativamente en la

representación política de las mujeres. En 172 constituciones del

mundo, se reconoce el derecho al voto y a la participación política

de las mujeres.3

No obstante, el acoso y la violencia política hacia las mujeres

aparecen como parte de una realidad que empieza a develar las

reacciones de un sistema político y de una cultura que se resiste

a aceptar la igualdad.

La segunda consulta realizada por la División de Asuntos de

Género de la Comisión para América Latina y el Caribe (CEPAL

2010)4, sobre paridad política de hombres y mujeres, dirigida a

personalidades latinoamericanas, confirma la percepción

generalizada de que la ruta hacia la paridad es un proceso

3 WORLD BANK. Women, Business and the Law, 2013.

4 Mujeres y Política en América Latina Según Líderes de la Región: Imágenes y Realidades. CEPAL, 2010.


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gradual y en curso, que tiene entre sus instrumentos más

conocidos a las acciones afirmativas a las leyes de cuotas. Pero

lo más relevante, es que esos mecanismos están dando

resultados que podrían ser irreversibles.

El mencionado estudio señala que, a nivel global, el acceso a las

posiciones de mayor poder y autoridad sigue siendo muy difícil

para las mujeres.

En enero de 2008, entre los 150 jefes de estado electos de los

países de las Naciones Unidas solo 7 eran mujeres (4,6%), y

entre los 192 jefes de gobierno de los países miembros, uno más,

apenas 8 (4,2%) lo eran. Un año después, en enero de 2009, 15

mujeres seguían siendo jefas de Estado o de gobierno y 31

mujeres presidían cámaras legislativas, lo que permaneció

relativamente constante durante la última década.5

Hoy en día tenemos:

21 países tienen a mujeres al frente de sus gobiernos.6

21% de los congresistas del mundo son mujeres.7

5 Mujeres y Política en América Latina Según Líderes de la Región: Imágenes y Realidades.CEPAL, 2010., pag. 7-9.

6 Alemania, Antigua y Barbuda, Argentina, Australia, Bangladesh, Brasil, Corea del Sur, Chile, Costa Rica,

Dinamarca, Eslovenia, Jamaica, Kosovo, Lituania, Liberia, Malaui, República Dominicana, Santa Lucía, Senegal, Suiza y Tailandia.


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27% de los jueces del mundo son mujeres

A ese poco más de la mitad de la población mundial que somos

las mujeres nos ha correspondido, a lo más, un tercio de la

representación en cuerpos decisionales.

7 Unión interparlamentaria. Cifras actualizadas a diciembre de 2013. (consulta del 24-noviembre-2014).


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Un primer esfuerzo internacional por combatir estas conductas se

encontró en la implementación de la CEDAW,8 la cual en su

artículo 7 ya estipulaba el derecho de las mujeres a votar y ser

votadas.

Sin embargo, a mí me parece más completa y poderosa la

Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar

la Violencia Contra la Mujer "Convención De Belem Do Pará",

puesto que constituye un esfuerzo para progresar en favor de la

igualdad plena de género.

Belem do Pará es un instrumento de vanguardia en todo el

mundo, orientado a la prevención, sanción y erradicación de la

violencia de género en el continente americano, la cual encuentra

su principal virtud en ubicar a los derechos políticos dentro de sus

derechos protegidos.

En ese espíritu tutelador de derechos es que destacó dos

aspectos relevantes de la Convención:

1. Impone obligación de legislar. El artículo 7 mandata a los

Estados parte a incluir en su legislación interna normas

penales, civiles y administrativas, así como las de otra

8 Fue adoptada por la Organización de las Naciones Unidas en 1979.


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naturaleza que sean necesarias para prevenir, sancionar y

erradicar la violencia contra la mujer y adoptar las medidas

administrativas apropiadas que sean del caso.

En este ámbito es que quisiera reconocer la importante

lucha de la Senadora Lucero Saldaña. Quien a finales de

2012 presentó una iniciativa para tipificar la violencia política

en el artículo 342 del abrogado COFIPE. En ella se

contemplaba que a las personas que realicen actos de

violencia política de género se les aplicaría una sanción

administrativa como parte de los sistemas sancionatorios.

Sin embargo, dicho proyecto se quedó en el tintero.

Debo reconocer además que no se dio por vencida ante la

falta de atención al tema de violencia política en la reforma

constitucional y legal en materia electoral de 2014. En

efecto, la semana antepasada presentó9 una iniciativa para

reformar las nuevas leyes electorales –LGIPE y LPP- para

que se tipifique la violencia de género en dos vertientes:

Administrativa y penal.

9 El 4 de noviembre de 2013.


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El Congreso de la Unión tiene –otra vez- la oportunidad de

hacerse cargo del tema. De no hacerlo, les comparto que

podríamos iniciar un proceso de armonización inversa,

puesto que las entidades federativas han comenzado a

tomar acciones para tipificar esto en sus legislaciones.

Ejemplo de ello es Veracruz, estado en el que se me ha

invitado a participar en un evento donde ya se discute el

tema. ¿Será que el IEDF se compromete y asume la

bandera en la Ciudad?

2. Modificación de patrones ancestrales. El artículo 8 de la

Convención mandata a los Estados a modificar los patrones

socioculturales de conducta de hombres y mujeres para

para contrarrestar prejuicios y costumbres y todo otro tipo de

prácticas que se basen en la premisa de la inferioridad o

superioridad de cualquiera de los géneros.

México no se ha quedado atrás. El 1° de octubre de 2013

(hace un año), la Diputada Federal, Eufrosina Cruz presentó

el proyecto de decreto que reforma el artículo 2° de la

Constitución Federal. La iniciativa precisa en el texto


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constitucional que las mujeres indígenas disfrutarán y

ejercerán su derecho a votar y ser votadas en condiciones

de igualdad con los varones. Además de establecer que en

ningún caso las prácticas comunitarias podrán limitar los

derechos políticos y electorales de los ciudadanos en la

elección de sus autoridades municipales.

Tardaron un poco, pero, finalmente fue aprobada para su

discusión en el pleno, hace tres semanas, el 2 de octubre de

2014.

El Senado de la República, a través de las Comisiones de

Asuntos Indígenas, Estudios Legislativos y Puntos

Constitucionales, el 12 de noviembre señaló que apoyarían

el proyecto proveniente de la Cámara de Diputados. Ahora

esperaremos que en verdad se cumpla con este

compromiso hecho.

Traigo a Ustedes otro esfuerzo regional, el Convenio de

Estambul. A 20 años de funcionamiento de Belém do Pará, en

agosto pasado el Consejo de Europa adoptó su Convenio para


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prevenir y lucha contra la violencia hacia las mujeres y la

violencia doméstica.

Quienes redactaron el Convenio, explícitamente han reconocido

el aporte de la Convención Belém do Pará. No sólo el contenido

formal de la Convención, sino también el de las recomendaciones

que ha vertido su Comité de expertas, quienes han recomendado

fortalecer aspectos como los presupuestos, la rendición de

cuentas y el acceso a la justicia.

El Convenio es enfático en prohibir que se considere a la cultura,

la costumbre, la religión o el honor como justificación alguna para

cometer las conductas violentas que el instrumento tipifica.

A lo mejor sus autores estaban pensando en conductas como la

mutilación genital femenina que – para sorpresa de muchos –

está mucho más extendida en el viejo continente de lo que uno

hubiera imaginado: hay 500 mil casos europeos estimados y 3

millones de casos al año en el planeta.10

10

Boletín de la OMS de febrero de 2012. Consultable en http://www.who.int/bulletin/volumes/90/2/11-090886-ab/es/


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IV. El reto frente al proceso electoral 2014-2015

Entro a la última parte de nuestra charla. Quisiera concluir mi

participación aludiendo al reto que tenemos de frente las

autoridades electorales en este proceso 2014-2015.

Las elecciones –federales-locales-municipales- pueden estimular

la participación de las mujeres en la política de diversas maneras,

aunque muchas veces se necesite adoptar medidas específicas

para superar las barreras que genera la discriminación de género.

Por ejemplo, las mujeres candidatas pueden enfrentarse a

carencias de capacidades o recursos que les impidan competir de

un modo eficaz. Si las casillas de votación están ubicadas en

zonas remotas o poco seguras, los votantes pueden mostrarse

reacias a acudir a ellas.

En algunas otras ocasiones, los órganos de gestión electoral no

son conscientes de los obstáculos que dificultan la participación

de las mujeres por falta de conocimientos, aptitudes o datos

necesarios para analizarlos y corregirlos.


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En esta lucha contra la erradicación de la violencia México

caminó con paso más firme en las nuevas legislaciones, aunque

tengo que reconocer que nos quedamos cortos con la tipificación

de las conductas. Me hubiera encantado ver en la Ley General de

Delitos Electorales estas conductas reguladas y como mínimo

con los parámetros bolivianos.

Aunque no llegamos a ello dimos buenos resultados. Creo que

nuestra legislación hizo buena tutela administrativa puesto que se

eliminó la excepción a la paridad en las candidaturas, se

estableció la restricción para no permitir mujeres en distritos

perdedores, sanción a quien no cumpla con los porcentajes

femeninos establecidos. En fin, vamos bien pero aún tenemos un

largo camino por recorrer.

Celebró también, el incremento de 50%, al pasar del 2% al 3% el

financiamiento de liderazgos políticos al interior de los partidos. El

pasado 30 de septiembre el INE aprobó los nuevos montos de

financiamiento público por partido para la promoción de

liderazgos femeninos, debido a la inclusión de los tres nuevos

partidos políticos nacionales. Esto da un total de 76 millones para

el último trimestre de 2014.


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Lo mismo ocurrió en el Distrito Federal. En efecto, al igual que

otras 12 entidades federativas, el DF incrementó también en 50%

el financiamiento de liderazgos políticos al interior de los partidos

para las mujeres.

Sin embargo, creo que el gran reto que afrontarán las autoridades

capitalinas estará en la integración de las listas B para la

asignación de diputados de representación proporcional para la

Asamblea Legislativa. Desde su nacimiento hubo quien se opuso

a su aplicación y así lo hicieron saber en las acciones de

inconstitucionalidad que se presentaron. No obstante prevaleció

este ánimo por erradicar toda conducta discriminatoria hacia las

mujeres.

La reforma 2014 va más allá del avance continuo iniciado en

2002, cuando se adoptaron por primera vez las cuotas del 30% y

fortalecido en 2008 cuando se adoptaron las del 40%.

La idea es retomar ese viejo concepto surgido a finales de los

ochenta en Europa, para resignificar la representación equitativa


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de los sexos en la toma de decisiones11

, ya no como un

instrumento transitorio de política, sino como un nuevo paradigma

para hacerla y entenderla.

México se suma a los cuatro países latinoamericanos: Bolivia,

Costa Rica, Ecuador y Nicaragua, en donde la paridad ya cobró

carta de naturalización. ¿Cuál es ahora nuestra asignatura

pendiente?: incorporar la interculturalidad, como anhelo de

diálogo entre sistemas normativos y vía para la representación

política de los pueblos y comunidades indígenas.

11

En diciembre de 1999 la Asamblea Nacional Francesa sancionó la Ley Nº 2000-493, que establece

igual número de mujeres y varones en las listas de candidatos y que entró en vigencia en el 2001.


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Señoras y señores,

La violencia contra las mujeres es un rezago ancestral que

debemos combatir todos. No podemos permitir que en pleno siglo

XXI sigamos teniendo dificultades para vivir en un país incluyente

al que le pese incorporar a un grupo poblacional al pleno ejercicio

de sus derechos fundamentales.

Celebro que el IEDF asuma un compromiso ineludible con la

erradicación de la violencia de género.

Estoy convencida de que en la medida que hagamos de este

tema un asunto diario, permanente y, sobre todo de hombres y

mujeres, lograremos erradicar toda discriminación. Hemos

empezado a crear leyes, reformas y mecanismos de sinergias

para tutelar de una mejora manera los derechos de las mujeres.

Hoy damos cuenta de que podemos colaborar y participar

activamente entre autoridades de federales y locales, y también

que los espacios de coordinación, diálogo y entendimiento entre

instituciones es posible, cuando hay detrás ánimo constructivo y

buenos propósitos.


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¡UNA DEMOCRACIA SIN MUJERES ES UNA DEMOCRACIA A

MEDIAS!

Enhorabuena por esta celebración del IEDF.

Muchas Gracias.

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