EL MALTRATO INFANTIL: UN PROCESO DECISIONAL EN EL AMBITOPSICOSOCIAL.

Patricia Ferrada Toledo, Asistente Social U. de ChileMg. en Desarrollo Humano. Mención Desarrollo Familiar y Personal. UACH.

Loretto Torres Díaz, Psicóloga. UFRO.Mg. en Educación. UACH.

Ponencia presentada en la Primera Jornada de Profesionales por los Niños, Maltrato y AbusoInfantil realizada en la Universidad Católica de Valparaíso el día 04 de Octubre del 2002.

INTRODUCCION

La comprensión de la dinámica abusiva, y de las características de losparticipantes, está llena de paradojas y prejuicios que dificultan la evaluaciónobjetiva del fenómeno y de las acciones por tomar.

Los prejuicios suelen ir en dos direcciones: hacia la veracidad del niño ysu relato - en el caso de que puedan encontrarse elementos que hagan a esteniño(a) “sospechable”- o hacia aquellos adultos del entorno que opten por creery validar el testimonio infantil.

Lo cierto es que cuanto más grave sea la acusación y los hechos alegados,mayor será la carga de la prueba que se impone sobre los adultos del entorno ya los profesionales que tienen a su cargo la evaluación.

De esta manera se crea el efecto paradójico en el cual es el profesionalel que estará obligado a demostrar y a aportar pruebas de su idoneidad parapoder sostener los resultados de la investigación psicosocial y legal.

La “juventud del tema” en cuestión y la forma gradual en que ha idoevolucionando el interés por esta problemática, tiene un efecto espiral, ya que,a medida que se conoce más, es posible detectarlo antes y las posibilidades devisualización de la problemática comienza a ampliarse, provocando un mayorreconocimiento de los efectos a corto y largo plazo y con ello se dan mayoresposibilidades de prevenirlos con una atención oportuna.

Porque si de efectos se trata, si se amplía el ángulo de la mirada, sepuede rastrear la incidencia de experiencias abusivas como uno de los factoresescondidos detrás de diversas problemáticas psicosociales como embarazoadolescente, depresión, adicciones tempranas, ansiedad, intentos de suicidio,

baja autoestima, trastornos de la alimentación, problemas de conducta, porseñalar algunos.

Lo importante para los profesionales es saber que estas problemáticasexisten y tener la posibilidad de formarse conociendo aspectos relacionadoscon indicadores que faciliten su diagnóstico, formas de intervención y el papelde cada profesional, comprendiendo que muchas veces la mirada, el lenguaje, ylas propuestas serán una co-construcción permanente en que participan losdiferentes colegas, educadores, familias, autoridades legislativas,administrativas y toda la red de interventores que tienen lugar y participaciónen la detección, denuncia y tratamiento del maltrato y abuso sexual infantil.

La creación de una metodología de intervención psicosocial y jurídica enel tema del maltrato infantil grave, requiere admitir que no existe una únicaforma de enfrentarlo, como tampoco ninguna profesión o área de intervenciónpor si misma posee todas las respuestas que se necesitan, más bien se requierede la complementariedad profesional y de respuestas que son distintas paracada situación abusiva en particular.

La Intervención en Maltrato Infantil un proceso decisional.

La experiencia de nuestro trabajo nos permite plantear una afirmaciónconcluyente con relación a que todos los profesionales que trabajan con niños yfamilias independientemente de su rol y contexto laboral se han enfrentado olo harán en el futuro con niños y niñas víctimas de maltratos y abusos.La metáfora “ siempre es más fácil entender que hay que protegerse de unalluvia cuando está lloviendo, que prepararse para no mojarse cuando las nubesni siquiera asoman en el horizonte. Sólo que cuando empieza a llover.... nosiempre es posible evitar mojarse, a menos que uno este preparado paraello......”, nos invita a formarnos y prepararnos para enfrentar el tema tanto anivel técnico como personal.

A nivel técnico, coexisten creencias que consideran que el tema es de“expertos” junto a otras posturas que creen que todas las profesiones tienen laposibilidad de aportar valiosamente al bienestar de los niños y niñas y queexige una amplitud de criterio y conocimientos de otras disciplinas queparticipan de esta problemática.

En el ámbito personal, la tarea de ayudar a los niños y sus familias, alcomienzo parece abrumadora, puesto que a menudo las necesidades y losproblemas que los aquejan suelen ser expansivos, los sentimientos y emocionesque nos invaden generalmente son ansiedad y miedo ante la responsabilidad de

conocer, actuar y tomar decisiones. Suele ser que en ocasiones se actúe enforma precipitada o improvisada o bien la paralización emocional impide actuarcon planeamiento y metodología en función de los riesgos y de lasconsecuencias de las acciones.

Una de las formas de servirse del impacto emocional que conlleva atender aniños y familias con problemáticas de abuso es asumir una postura frente alproblema, reconocer y asumir la responsabilidad, manteniendo como norteorientador la seguridad, el bienestar y la protección de los niños.

La intervención con niños y niñas víctimas de maltrato grave, exigeintervenciones activas y oportunas. Es activa porque es necesario involucrarse,comprometerse y ejercer una cierta autoridad que establezca límites parasugerir la toma de medidas que interrumpan la situación abusiva en uncontexto habitualmente de crisis y resistencias. Las primeras intervenciones,conllevan la exigencia de compatibilizar actitudes de acogida y empatía hacialas víctimas junto a la confrontación e intensificación de las crisis que segeneran a partir de la develación de la situación abusiva.

Se ha descrito que los sistemas familiares abusivos se producen en uncontexto de “silenciamiento de las víctimas” que impide romper el circuito delos abusos. La base de la mantención de estos sistemas familiares es laimposición del secreto, que es lo que hace posible que los abusos se perpetúenen el mundo de lo privado sin que terceros puedan intervenir. El Rol de losactores sociales es justamente romper el pacto de silencio y abrir el tema.

Habitualmente la incorporación del ámbito legal permite crear un contextode coacción y obligatoriedad de atención para el niño (a) y su familia. Alenfrentar la situación abusiva se desata la crisis familiar, generalmente existenegación en los participantes y el niño(a) queda expuesto a la victimizacióndebido a que se le transfiere la responsabilidad de la crisis que genera estedevelamiento del abuso o maltrato.

LA BUSQUEDA DE LA INFORMACION NECESARIA PARA LA TOMA DEDECISIONES.

La detección y notificación de los casos de maltrato infantil no garantiza elque se pueda llegar a la solución del problema de desprotecci6n en que seencuentran los niños(as).

Tomar decisiones requiere de un complejo proceso previo de estudio decada caso en particular que debe culminar con la adquisición de una importante

y esencial información. Toda esta información tiene como objetivo garantizarla seguridad e integridad física y psíquica del niño(a) e intentar larehabilitación y recuperación de la situación familiar de manera quedesaparezcan las razones que han mantenido y precipitado la situación demaltrato o negligencia.

Una de las primeras decisiones que deben tomar habitualmente losprofesionales es definir si durante el período de búsqueda de información elniño puede permanecer sin riesgos junto a su familia, o si por el contrario seencuentra vulnerable a nuevas agresiones y debe estar en un lugar alternativo asu familia. Se pretende garantizar con la máxima urgencia la integridad delniño (a) y la prioridad de esta tarea debe anteponerse a cualquier otra funciónde conocimiento del problema.

Con la finalidad de aportar a esta compleja decisión, se proponeconsiderar en esta tarea distintos criterios tales como:

CARACTERISTICAS DEL HECHO ABUSIVO.

Tipo de Maltrato. Identidad del agresor y relación con el niño. Severidad y frecuencia del Maltrato. Antecedentes previos de hechos abusivos. Posibilidad de repetición de los hechos abusivos. Tiempo que transcurre entre el hecho abusivo y la denuncia. Identidad del denunciante.

FACTORES DE VULNERABILIDAD DEL NIÑO (A).

Edad del niño (a). Acceso del niño por parte de otros agentes de la comunidad. Conducta y características personales del niño (a). Nivel intelectual,

presencia de discapacidad física o psíquica, presencia de sintomatología. Capacidad del niño para cuidarse y protegerse.

CARACTERISTICAS DE LOS ADULTOS A CARGO DEL NIÑO (A).

Presencia de figuras significativas con capacidad de protección y acogida alas necesidades del niño (a).

Capacidades físicas, intelectuales y emocionales de los adultos.

Habilidades parentales y vinculación afectiva. Nivel de reconocimiento del hecho abusivo. Capacidad de solicitar ayuda. Historia personal.

Estos criterios nos permiten tomar medidas de urgencia que velen por elbienestar del niño (a) y requieren ser permanentemente revisadas en funciónde los resultados.

Cada una de estas variables se constituyen en un factor que aumenta odisminuye el riesgo de que se vuelva a presentar el problema de maltrato o quese mantenga su cronicidad.

El conocimiento de estas variables debe alcanzarse a través de todos losmecanismos posibles. En primer lugar, los profesionales en contacto con el niñoy la familia (pediatras, profesores, educadores, trabajadores sociales,profesionales de la salud mental, policías, etc.) disponen de informaciónrelevante no sólo para confirmar el caso sino para completar el conocimiento detodas estas variables y predecir el riesgo futuro. Los familiares, adultos acargo y el propio niño serán las fuentes esenciales para adquirir estainformación.

En el ámbito de la toma de decisiones sobre el futuro de los niños sepone en juego la filosofía básica de la protección infantil, es decir, losprincipios a través de los cuales se van a cumplir los objetivos de laintervención y que reseñaremos a continuación.

PRINCIPIOS QUE ORIENTAN LA INTERVENCION EN MALTRATOINFANTIL GRAVE.

A partir de nuestra experiencia de trabajo en diversos programas deatención a niños y niñas víctimas de maltrato y abuso sexual grave, se planteanalgunos principios que están a la base de la metodología de intervenciónelaborada en un trabajo conjunto con diferentes profesionales queparticiparon en estos programas.

Estos principios sustentan y guían la intervención, soninterdependientes, se complementan y atraviesan todo el proceso global de laintervención.

Evento Traumático o Hecho Abusivo. El niño ha sido víctima de maltrato.

Fortalecimiento Familiar. El niño no puede estar solo, necesita de unafamilia.

Desarrollo Integral del niño (a). El niño posee potencialidades y recursos.I.- EVENTO TRAUMATICO 0 HECHO ABUSIVO. EL NIÑO HA SIDOVICTIMA DE MALTRATO.

El evento traumático o hecho abusivo nos conduce, en primer lugar, a lanecesidad de interrumpir la situación abusiva y a evitar que se repita.

Determinar el momento propicio de la salida del niño de su hogarrequiere evaluar las posibilidades reales de alternativas disponibles.

La decisión es compleja y no siempre compartida, fundamentalmente,por las condiciones que ofrecen los sistemas de protección simple, falta deatención personalizado y especializada.

En función del principio del evento traumático o hecho Abusivo y desdelos distintos ámbitos de la intervención se consideran los siguientesobjetivos específicos:

1. Establecer un vínculo de protección y apoyo con el niño.

La intervención se centra en establecer vínculos afectivos con elniño(a) a través del establecimiento de una relación de ayuda centrada en laprotección y contención del niño (a), que le invite y promueva a la apertura desu experiencia. Desde el ámbito psicosocial se prioriza el acercamientoafectivo con el niño y su familia a través de entrevistas individuales, familiaresy visitas domiciliarias. La empatía y actitudes acogedoras facilitan la relaciónde ayuda.

El desarrollo del vínculo es progresivo y resulta más expedito en loscasos en que los niños y sus familias son derivados oportunamente desde losTribunales al momento de la develación del hecho.

Desde la perspectiva jurídica, se complementa el establecimiento devínculos de protección y apoyo a través de acciones que significan hacerseparte de las medidas de Protección y promover la interposición de las accionescriminales que velen por un ambiente de seguridad para el niño(a).

2. Evaluar el daño psicosocial del niño.

Este objetivo se orienta a determinar el impacto emocional que tiene elevento traumático vivenciado por el niño; las condiciones sociales yfamiliares que favorecieron la ocurrencia de la relación abusiva, lasconsecuencias que genera la develación del hecho abusivo y la respuesta dela familia frente a la crisis.

En esta evaluación se privilegia la participación de los profesionales delámbito psicosocial. Se ha constatado que las medidas jurídicas deinterrupción del maltrato atenúan las consecuencias del daño en el niñocuando son aplicadas oportunamente. De igual forma, en algunos casos, losniños se sienten apoyados y protegidos cuando el agresor recibe sancionestanto a nivel familiar como de tipo jurídicas.

El Impacto emocional de la agresión se evalúa en función de lascaracterísticas propias del niño, características de la relación con el agresor,la cronicidad de la situación abusiva , reiteración del hecho abusivo y dinámicafamiliar, entre otros.

En los casos de abuso sexual, se manifiestan dos situacionesclaramente diferenciadas que dicen relación con las circunstancias de lacomisión del hecho que configura caracteres de delito. La primera dicerelación con la fuerza e intimidación que ejerce el autor sobre la víctima, porejemplo, a J.L.(10 años) su padre la tuvo reducida en la cama durante todo undía mientras tenía un cuchillo sobre el cuello amenazándole con matarla eintermitentemente la violaba. La segunda situación está referida al procesode seducción, que el agresor ejerce durante mucho tiempo sobre su víctima,por ejemplo, D. M (14 años) su agresor utilizó distintas estrategias durantevarios meses en una relación de dependencia afectiva . Entre ellas haciéndolecreer que lo que le proponía "era algo muy normal y que sus otros compañerostambién lo hacían"; le entregaba regalos atractivos para un niño de su edad,múltiples objetos, entre ellos un celular antes de conseguir que acceda a susdeseos.

Se constata que no siempre existe una correspondencia directa entrela gravedad del abuso y el impacto vivenciado por el niño(a)

3. Favorecer la comprensión, expresión de ideas y sentimientos acercadel maltrato.

Frente a la situación de abuso sexual extrafamiliar se constata que losniños generalmente presentan sentimientos de vergüenza, temor, culpa,confusión, ambivalencia y angustia ya que han sido seducidos o amedrentados

por parte de los agresores. Estos sentimientos se intensifican aún más en loscasos de abuso sexual intrafamiliar.

En los casos de maltrato físico intrafamiliar, se manifiestansentimientos de temor, ansiedad expectante ante la probabilidad de nuevasagresiones, impotencia y culpa. En muchos casos, los niños (as) se sientenmerecedores de éstos castigos y tienden a ocultarlos, minimizarlos yjustificarlos.

Con relación a estos sentimientos, es necesario que la intervenciónpromueva la diferenciación entre el rol de víctima y agresor. Esto implica unproceso gradual y lento, en el cual se acoge al niño en su confusión y sefavorece la expresión de sus emociones. Los sentimientos ambivalentes derabia y amor se intensifican cuando el agresor es una figura cercana ysignificativa para él, lo confunde y le impide reconocerse, como víctima deuna relación abusiva. Liberado de esta confusión el niño (a) es capaz decomprender que él no es el responsable de los hechos ocurridos.

4. Debilitar los mecanismos defensivos de negación, evasión yminimización.

La crisis que provoca la develación del hecho por lo general esinterpretada por el niño como una demanda a guardar silencio, ya que estasituación genera dolor entre los integrantes del grupo y tiene costossocioeconómicos y desintegración en el ámbito familiar.

La intervención, se centra entonces, en validar constantemente laversión del niño y los sentimientos que experimenta respecto del maltrato,explicitando la credibilidad en él cada vez que sea necesario. Para contribuira esto se le debiera comunicar además, si es necesario, las diversasgestiones realizadas en el ámbito jurídico tendientes a sancionar al agresory las efectuadas a nivel social para apoyar a la familia en el aspectosocioeconómico. Estas intervenciones tienden -a proporcionar al niñoseguridad y firmeza en la convicción de la ocurrencia del hecho brindándoleuna reafirmación de la realidad que impide el surgimiento de mecanismosdefensivos. Con ello las intervenciones desde todos los ámbitos contribuyena que el niño logre mayor confianza y credibilidad en sí mismo, otorgándolelegitimidad a su reclamo, atenuando, así, la posibilidad de retracción. Almismo tiempo, se observa que aumenta la confianza y credibilidad del niñohacia los profesionales que lo ayudan.

5. Conocer el contexto familiar y/o entorno inmediato del niño(a)maltratado o abusado.

Se requiere evaluar el contexto familiar y sus características conel objetivo de determinar si dispone de recursos sociofamiliares ocondiciones propicias para su desarrollo.

Se necesita conocer las percepciones de los adultos responsablesdel niño respecto a la situación de maltrato o abuso sexual a fin de evaluar siéstos se constituyen en figuras protectoras para el niño. Se requiereconocer cómo evalúan la situación abusiva, si la justifican, minimizan osancionan, qué grado de responsabilidad asumen en los hechos abusivos,cuánto tiempo transcurrió entre la detección y el momento de la denuncia osolicitud de ayuda y protección para el niño (denuncia en carabineros,consulta a algún servicio de salud sobre lesiones, entre otros.), quién semovilizó frente al horror.

Se requiere también constatar las declaraciones que constan en losprocesos judiciales y buscar mayor información en la red natural del niño.(Escuela, Consultorio, vecinos, parientes).

Se recoge información acerca del agresor, su relación con el niño,ubicación residencial, si continúa viviendo con el niño o no, si está recluido enalgún recinto penitenciario, quién lo visita, estado procesal, si recibetratamiento psicológico o psiquiátrico, su percepción respecto al abuso,proyecciones respecto a su vida familiar.

6. Evaluar la necesidad de articular Medidas de Protección queinterrumpan el maltrato físico o abuso sexual.

La judicialización de los casos, se considera necesaria como una formade dar consistencia y seguridad a las acciones que se adoptan en favor de losniños, fundamentalmente por la imposibilidad para los agresores o miembrosdel grupo familiar de negarse al cumplimiento de las resoluciones judiciales yasea accionando medidas de protección o medidas precautorias.

La toma de decisiones respecto a las medidas a adoptar en beneficiode los niños se efectúa considerando las necesidades de protección del niño ytomando en cuenta la opinión de los profesionales de los distintos ámbitos deintervención. Se considera importante orientar al niño y su familia acerca delas medidas y anticipando los cambios que se van a generar en sucotidianeidad, favoreciendo el reconocimiento de esta medida como unaoportunidad para el niño y su familia de modificar sus pautas de relación.

II.- FORTALECIMIENTO FAMILIAR: EL NIÑO NO PUEDE ESTAR SOLOY NECESITA DE UNA FAMILIA.

Respecto a la necesidad que tiene el niño de vivir en familia, se haconstatado que la salida del agresor no siempre resuelve la protección del niño,ya que para protegerlo se requiere, además de relaciones de lealtad hacia élpor parte de su familia.

En la práctica, constantemente se observan lealtades cruzadas en losdistintos miembros de la familia, por el hecho de que la mayoría de losagresores son parte del grupo familiar y la familia, lejos de atender lasnecesidades del niño(a), se entrampa en el impacto que genera la salida delagresor, pasando a segundo plano la protección del niño.

En algunos casos, se constata que la reclusión del abusador no implicanecesariamente reparación del daño para el niño (a), ya que en muchasocasiones significa desplazar la culpa de las consecuencias del encarcelamientodel agresor hacia el niño. La mayoría de las veces resulta más reparador paraél una clara sanción familiar.

La familia es el núcleo donde se vive la capacidad de amar y ser amado,también es el espacio de mayor vulnerabilidad a ser dañado, sin embargo esaquí donde las personas necesitan sentirse reparadas en el daño provocado.La familia, entonces tiene la posibilidad de amar, dañar y reparar.

Con relación a las necesidades psicosociales del niño(a) maltratado serequiere promover el fortalecimiento de las competencias parentales, para quela familia se constituya en un espacio que brinde seguridad y estabilidad.

Las capacidades de protección y contención familiar dependen de unavariedad y complejidad de circunstancias. Entre ellas, apoyo o aislamientofamiliar del adulto responsable, impacto social y económico, cercanía delvínculo consanguíneo, paternidad biológica o de crianza del niño (a) víctima ode sus hermanos, dependencia emocional y física del agresor, característicasdel agresor, evidencias del hecho abusivo, características del niño(a) víctima.

En términos generales, el reconocimiento familiar se dificulta ante lacombinación de estas circunstancias.

Para la intervención del ámbito familiar se plantean los siguientesobjetivos:

1. Favorecer la incorporación de otros miembros en las tareas decontención y apoyo del niño.

Frente al develamiento de los hechos abusivos, se promueve que algúnmiembro de la familia apoye al niño, lo escuche sin criticarlo ni sancionarlo,transformándose en una figura significativa que rompa el mandato de silencio.Se debe evaluar quienes forman parte del referente emocional del niño,quiénes son las personas efectivamente importantes para él, para luegofortalecer una alianza emocional que brinde apoyo, protección y valide al niñoen su espacio familiar.

Debido a la gravedad del daño producido en el niño y las dificultades desuperación que esto genera en la familia nuclear se considera necesario laincorporación de otros miembros de la familia extensa o figuras significativasdel niño que favorezcan las tareas de contención y apoyo para él. Por ejemplo,en el caso de S. E, niña violada por su padre, se logra la protección yreconocimiento de su madre desde el inicio y tres tías maternas asumen elcuidado de los cuatro hermanos de la niña en el periodo de crisis, manteniendoel apoyo emocional y económico a la familia y la sanción hacia el agresor. Encambio, en la situación de P. Z, niño no vidente violado por su padre, la madreniega la participación del padre y no hay ningún otro familiar que establezcauna vinculación con el niño y por lo tanto debe permanecer protegido en unsistema de colocación familiar.

A través de estas dos situaciones distintas podemos concluir que el apoyoy reconocimiento de la situación abusiva por parte de la familia contribuye enel proceso de elaboración del daño y facilita el adecuado desarrollo del niño, apartir de esta situación. Por otra parte cuando esto no ocurre, no solamentese produce una negación del hecho abusivo sino también contribuye ainmovilizar al niño(a).

2.- Lograr el reconocimiento del hecho abusivo.

Se ha observado una constante dificultad en la familia de reconocer ysancionar la existencia del hecho abusivo cuando este ocurre al interior del

grupo familiar. En muchas ocasiones hay un reconocimiento, pero no valoran lanecesidad de sancionar al agresor y alejarlo de su víctima, aduciendo creenciasde arrepentimiento y justificación. Esta actitud tiene la intención de resolver"en forma mágica" la ambivalencia de la familia pero en lo concreto exponenuevamente al niño.

El reconocimiento deseado se favorece cuando existen evidenciasprobatorias incuestionables, por ejemplo, S.E. fue sorprendida con su ropainterior ensangrentada en forma inmediata al abuso, o en las hermanas V. B endonde el elemento que favoreció el reconocimiento de la madre fue el dolorobservado por ella en el relato que su hija hace del hecho abusivo. Sinembargo, en M. C a pesar de existir reconocimiento en forma inicial, la sanciónfamiliar se debilitó debido a la salida en libertad del agresor. En el caso de K.H la niña devela el hecho abusivo ante el Juzgado del Crimen, luego por presiónmaterna se retracta de lo declarado y esto determina la absolución del agresory se produce el regreso de éste al hogar reforzando de esta formanuevamente la negación familiar.

Para favorecer el reconocimiento por parte de la familia se propone unaestrategia que consiste en promover la develación del niño ante la figuraprotectora, oportunidad en que se amplifica la gravedad de lo ocurridofavoreciendo el encuentro emocional de los participantes, en otras ocasiones seconfronta a los adultos responsables con los antecedentes judiciales, sederivan los antecedentes para la interposición de querellas y/o se proporcionanlos antecedentes a los tribunales.

3.- Fomentar que la familia comparta sus experiencias con el niño.

Se ha constatado que a nivel intrafamiliar, cuando existe crisis y el niñodesconoce los orígenes reales tiende a crear fantasías erróneasatribuyéndose responsabilidad del dolor de quienes lo rodean, desarrollasentimientos de culpa, preocupación excesiva por el resto de la familia yansiedad por un castigo inminente hacia él (ella) o hacia miembros de su grupofamiliar. Por ejemplo, la niña R. V., de 9 años, expresa que cuando vio a sumadre llorar el día que tomaron preso a su padre, ella pensó que no tenía quedecir nada para que la mamá no sufriera. En el caso de A. C., quien al develarsu situación de abuso de su padrastro y al percibir el dolor que esto significópara su familia y en especial para su madre, niega la situación de abuso y va avisitar a su agresor a la cárcel para tranquilizar a su madre.

4.- Generar la reestructuración del rol y ubicación del niño en el sistemafamiliar.

Es importante señalar que en los casos de abuso sexual intrafamillar losniños y niñas han sido "adultizados", generalmente ocupan roles de adultos alinterior de sus familias, en los aspectos sexuales son utilizados en reemplazode la madre. La jerarquía al interior de la familia se pierde, los límites y rolesen los subsistemas son difusos, los niños al interior de sus familias suplencarencias y necesidades tanto emocionales como económicas de sus figurasparentales. Están al servicio de las necesidades y carencias de los adultos queno consideran las necesidades del niño y de alguna forma éste "se haceinvisible".

En el ámbito familiar, el trabajo se orienta a que la familia asuma lasituación abusiva experimentada por los niños, reestructurando la dinámicafamiliar, restableciendo adecuadamente las jerarquías para que los adultosasuman su rol protector y los niños vivan de acuerdo a su etapa de desarrollo.

Por lo antes expuesto, se considera relevante la evaluación de lascapacidades protectoras y el pronóstico de recuperabilidad de los rolesparentales para asegurar que el niño ocupe el rol que le corresponde, ya que,de no ser posible se evalúan otras instancias que asuman la protección delniño.

5.- Modificar sistemas de creencias que mantienen las conductasabusivas en el ámbito familiar.

En las familias existen creencias que mantienen las conductas o patronesrelacionales abusivos, ejemplos de estas creencias son: "Que los hijos sevan a criar mal sin su padre"; "si se va preso se va a poner peor”; “él ya no lova a hacer, porque está arrepentido" ; "lo hizo, porque se le metió el diablo yahora se acercó a Dios"; "lo hizo porque estaba con trago, él nunca lo haría alpropio"; "ella (la niña ) lo provocó.”

Estas creencias son mantenidas por los adultos, e inclusive por los hijos,son las explicaciones que ellos realizan a partir de la experiencia abusiva y sushistorias personales. Sirven para que los adultos atribuyan causalidadcomprensible a los hechos evitando los sentimientos de descontrol yvulnerabilidad que les provocaría aceptar el reconocimiento y con estascreencias justifican la conducta abusiva y minimizan su propia responsabilidad.

6.- Indagar sobre la situación socioeconómica y jurídica del niño a travésde la familia e instituciones educacionales, de salud y Tribunales a fin deevaluar y promover constantemente las capacidades protectoras de losadultos responsables.

La mayoría de los abusos sexuales, son causado por el proveedorfamiliar, por lo que se ha requerido trabajar con las madres, en términos deapoyarlas en su condición de proveedoras y de monoparentalidad. Por lomismo, la intervención se orienta hacia la reestructuración delfuncionamiento del grupo familiar, favoreciendo la reestructuración de losroles en que los adultos, asuman la responsabilidad en la satisfacción denecesidades, y potenciando la colaboración y compromiso de los distintosmiembros dentro de la dinámica familiar actual. De acuerdo a lascaracterísticas socioeconómicas de la familia, es importante que los actoressociales que intervienen visualicen las posibilidades de apoyo para laobtención de beneficios sociales o demandas de alimentos que contribuyan aaumentar los ingresos del grupo familiar.

Asimismo, según las necesidades manifestadas en cada caso sedetermina gestionar una variedad de causas jurídicas tales como; pensión dealimentos, divorcio perpetuo, declaración de bien familiar y tuiciones. Estasacciones son definidas por el equipo como complementarias al proceso deelaboración del daño porque otorgan las condiciones socioeconómicas yemocionales básicas para la estabilidad del grupo familiar.

Las condiciones materiales adecuadas para el niño se observan a travésdel aspecto personal que este tenga, contextura física, presentaciónpersonal, lo que da cuenta de la alimentación y atención que recibe,condiciones de vestuario, útiles de aseo y escolares.

Las condiciones sociales, por otra parte dependen del manejo que hacenlos adultos responsables de la red institucional que pudiera prestar serviciosal niño en pro de su bienestar. Esto se visualiza a través de diversosindicadores tales como la situación escolar del niño, asistencia, regularidad,participación y vinculación del apoderado al establecimiento educacional,disponibilidad de materiales de estudio para el desarrollo de sus actividades,

la existencia de hábitos de estudio, rendimiento escolar y preocupación porel desempeño escolar. En los aspectos de Salud se verifica la asistenciaregular a controles de salud o la concurrencia oportuna a los centros desalud frente a la presencia de enfermedades.

Una de los aspectos más importantes a evaluar es el relativo al acceso,disposición y frecuencia de los ingresos económicos. Esto se constata através de la verificación de aspectos laborales y previsionales tales como;nivel y estabilidad de los ingresos familiares, situación laboral del jefe dehogar o personas que realizan trabajos remunerados dentro de la familia,tipo de actividad laboral, dependencia de la familia al sistema de subsidioscomo Subsidios Familiares, Pensiones asistenciales, tipo de previsión, ladisposición de cotizaciones en A.F.P., acceso al beneficio de asignaciónfamiliar, pensiones de viudez, vejez, orfandad e invalidez.

También se evalúa la existencia de apoyo comunitario que ayude asatisfacer las necesidades básicas, por ejemplo, si la familia se encuentraincorporada al Sistema de Estratificación Social de las Municipalidades, laasistencia a comedor abierto, jardín infantil, centro abierto, sala cuna oescuela que entregue alimentación escolar.

Otra variable que se considera es la situación de vivienda de la familia deorigen; tamaño, tenencia y calidad de la vivienda, calidad de allegado,existencia de hacinamiento, promiscuidad, disposición del equipamiento ymenaje básico para la satisfacción de las necesidades básicas.

Frente a nuestra experiencia, en la mayoría de los casos se observa quelas familias pertenecen a un estrato socioeconómico bajo, en el cual lascondiciones de habitabilidad se ven muy desfavorecidas y generan condicionesde stress y violencia por la escasa disponibilidad de espacio y por lascondiciones de la vivienda. Estos aspectos perjudican la calidad del climafamiliar debido al hacinamiento, promiscuidad, escasez de recursosalimenticios, vestuario y movilización entre otros. Dicha precariedad de vidaobliga a que la madre o ambos padres, trabajen durante la mayor parte deltiempo, debiendo permanecer los niños solos o a cargo de los hermanosmayores, provocando situaciones de abandono parcial o negligencia.

Importante resulta indagar sobre las redes de apoyo de familia extensa ycomunitaria con el fin de incrementar los recursos protectores y de seguridadfamiliar. Para ello se evalúa la participación activa de la familia dentro degrupos comunitarios, ejemplo: juntas de vecinos, clubes deportivos, iglesias,etc., el aumento de reuniones familiares y el apoyo de la familia extensa en lacrianza y cuidado de los hijos.

En las visitas domiciliarias realizadas a la familia también se puedenobservar problemas de relaciones y es probable pesquisar si algún otro niñodentro del grupo familiar ha sido maltratado o abusado. Cuando esto sedetecta el ámbito psicosocial desarrolla un rol mediador incluyendo a estenuevo miembro del grupo familiar en el proceso terapéutico como sujetoindirecto de la atención.

III.- DESARROLLO INTEGRAL DEL NIÑO: EL NIÑO POSEEPOTENCIALIDADES Y RECURSOS.

El desarrollo integral del niño(a) forma parte de la concepción básicade la intervención y se manifiesta en cada una de las decisiones y opiniones delequipo en función del bienestar del niño.

En las evaluaciones realizadas en los niños que han sufrido experienciasde maltrato, tanto físico como de abuso sexual se ha comprobado que sudesarrollo psicoafectivo y social se ha visto disminuido o deteriorado.

De acuerdo a lo señalado se hace necesario trabajar en los siguientesobjetivos:

1.- Favorecer en el niño el reconocimiento y desarrollo de habilidades yrecursos.

El daño provocado en el niño ha inhibido otras áreas que es necesariorecuperar, evitando de esta manera crear una realidad basada sólo en laexperiencia del maltrato impidiendo el reconocimiento uso y desarrollo de susrecursos y fortalezas.

Para ello es necesario potenciar sus habilidades y destrezas, fomentandoel desarrollo de su autoestima.

M.C. 15 años de edad, producto del abuso que fue víctima rechazaba suretorno al colegio, deserta de él y posteriormente decide trabajar.Continuamente señalaba que su vida se había destruido y no valía la pena seguirestudiando. Luego de la intervención, se logra la validación del año escolar através de exámenes libres y como consecuencia de esto retoma sus estudios.

K.V. 14 años de edad, debido a la negligencia por falta de cuidados de lamadre, decide dejar el sistema escolar normal para insertarse en una escuelanocturna, pues se siente muy atrasada intelectualmente en relación a su edad yal curso en que debía estar, además desea apoyar a su madre en el plano

económico, ya que estaban viviendo un período de mucha necesidad. Se leotorga a la niña diversas alternativas, con el fin de que pueda continuar en elsistema diurno; algunas de ellas fracasaron por falta de apoyo familiar yfinalmente la niña accede a ingresar a un internado escolar por un período deprueba y en este intento la niña descubre sus capacidades, lo que es reforzadopor el medio (equipo, escuela y madre) impulsándola a continuar con susestudios en este sistema.

2.- Promover una adecuada imagen de sí mismo.

De acuerdo a nuestra experiencia, el niño que ha sufrido de maltrato oagresiones sexuales presenta una imagen distorsionada de sí mismo,observándose sentimientos de vulnerabilidad, de desamparo, fantasías desuciedad, fantasías de destrucción del mundo interno, desconfianza frente alas figuras adultas y de autoridad.

Basándose en esto, se considera necesario que el niño descubra eincorpore aspectos positivos de sí mismo.

R.Z. de 11 años frente a la interrogante de cuales son sus cualidades, nodistingue aspectos positivos, señalando de que está tan acostumbrado a que locritiquen en su casa, que pareciera que sólo tuviera defectos como inquieto,intruso, irresponsable, desobediente, desordenado e insolente. Esto a pesarde reconocer cualidades en su madre (que lo critica constantemente) y tenerun excelente C.I. y buen rendimiento escolar sostenido, que no valora.

3. Desarrollar la capacidad para reconocer situaciones de riesgo yamenaza.

Si bien sabemos que el niño es sujeto de protección, no siempre se daesta condición para él, por lo que se requiere que el niño desarrolle conductasautoprotectoras. Esto se hace a través del reconocimiento de situaciones deriesgo que, de acuerdo a su etapa de desarrollo, favorezcan la anticipación yse traduzcan en conductas de autoprotección. También se promueve que elniño sea capaz de expresar sus sentimientos de temor.

Por ejemplo; en el caso de M. M.(6 años) ella describe que se siente malporque el tío del furgón se acerca mucho a ella, pero le daba miedo decírselo asu mamá, ella consigue contárselo a su madre, quién la cambia de furgón y ellaopta por no sentarse cerca del conductor.

Sin duda el desarrollo de la autovaloración es una de las formas másefectivas para prevenir futuros abusos en los niños que ya han sido víctimasde maltrato, considerando que estos niños experimentan una mayor demandade necesidades, las inherentes a. su edad y las que requieren para su procesoreparatorio.

Se reflexiona que el nivel de profundidad del daño no está sólo enrelación con la gravedad de hecho abusivo en sí mismo, sino también enfunción de las condiciones personales y socio- familiares que favorecieron elsurgimiento de la relación abusiva.

CONCLUSIONES GENERALES.

Para tomar decisiones se requiere obtener información suficiente quepermita conciliar el beneficio para el niño, las alternativas que existen ylas consecuencias de estas acciones.

Delimitar los objetivos del proceso de decisión y definir las actividadesy responsabilidades.

La intervención con los niños y familias abusivas habitualmente no buscanayuda en forma voluntaria. Si bien esta situación no es la ideal, laclaridad del contexto de la relación de ayuda contribuye en pro de laprotección del niño .

Los profesionales que trabajan con familias abusivas siempre debieranactuar en el marco de un contexto interdisciplinario.

Habitualmente las instancias de control social solicitan en una faseinicial un pronunciamiento respecto al pronóstico de la situación abusiva,por tanto se requiere de contar con la mayor información disponible quepermita emitir opiniones prudentes, evitando juicios categóricos y sinambigüedades. La evaluación y toma de decisiones es un procesocontinuo.

Los profesionales que intervienen en Maltrato Infantil grave requierenposeer un conocimiento funcional de los recursos comunitarios ymantener un permanente contacto con ellas.

Un aspecto a resolver para asegurar la calidad de la atención es tomardecisiones técnicas en conjunto con otros profesionales, quienesprovienen de distintos ámbitos de intervención y tienen estilosdiferentes para enfrentar, comprometerse y proceder. El desafío másimportante está en establecer un tipo de relación cooperativa, donde

exista la posibilidad de establecer un lenguaje compartido respecto a losaspectos teóricos y a los procedimientos.

Debe hacerse el esfuerzo en concentrar las acciones destinadas acoordinar y concentrar las acciones para satisfacer el mayor número denecesidades posibles ya sean de apoyo social, asistencia psicológica,legal, evitando que el niño y su familia deban acudir a instancias uorganismos distintos para requerir cada tipo de intervención y prevenirque el niño deba revivir y divulgar lo ocurrido en cada uno de estosservicios. Al concentrar en un solo lugar las acciones dirigidas a superarel problema facilita su seguimiento y evaluación particularmente eltrabajo con las familias.

Enfatizar la importancia de la intervención oportuna. Es importante quelos profesionales escuchen y atiendan los mensajes que trasmiten lasfamilias.

Deberíamos poder conocer y difundir ampliamente los recursos que cadacomunidad dispone.

Debemos avanzar en el proceso de protocolizar nuestrasactuaciones desde los diferentes ámbitos desde los cualesintervenimos para evitar improvisaciones, poder aprender más denuestra propia experiencia y facilitar el intercambio deinformación.

El niño que ha sufrido maltrato por parte de su propia familiadebe tener la posibilidad de continuar relacionándose con suspadres y hermanos, siempre en su mejor interés y dentro delmarco legal pertinente.